You are on page 1of 6
Doctrina Rez6neco, Juan Carlos, “Contratos con cléusulas predis- puestas", Ed. Astrea, Buenos Aires, 1987. Roowicuez Lisnens, Dario, “Cédigo Civil, Ley 8305. Concor- dancias, motivos. Notas, crticas y explicativas”, Chiclayo Libreria e imprenta Mendoza, 1937. ‘Sass, Acdeel E., “Estudios sobre la responsabilidad civil", Ed, Depalma, Buenos Aires, 1947. ‘Sénewez Hennsnoez, Angel, “La responsabilidad del posa- dero por todo dato o pérdida que sufran los efectos in- troducidos en las posadas por los viajeros”, JA 1995- Wv.952, ‘Tue, Camilo, “El contrato de hospedaje”, RDPyC 2005- 1-220, Juez prudente, juez estratega, juez protagonista Diferentes actitudes de la magistratura argentina en su relacién con la prensa Por Leonardo Altamirano (*) SUMARIO: los jucces, I, PRELIMINAR En la primera década del siglo XXI, la relacién entre la prensa y la justicia atravesé una etapa de profunda revi- sién, Nunca antes en fa historia institucional argentina se habla refledonado tanto sobre este vinculo ni se habian producido tantas innovaciones en materia de comunica- cién judicial. Pero esta agitacién evidentemente no surgio, de la nada, Hagamos un poco de historia. Inés Ghiggj (4) postula la existencia de cuatro etapas en la implementacién de polticas de publicidad de los actos, de gobiemo por parte del Poder Judicial en la Argentina: Justicia de Cérdoba (Argentina). I. Preliminar— Il. El cambio de paradigma.— IIL. Agencia de noticias. IV. La mirada de V. Tres actitudes.~ VI. Bibliografia 1) hermetismo, 2) cisfonia, 3) apertura y 4) politica. La au- tora sefiala que la primera fase se caracteriza por la vigen- cia del precepto “los jueces s6lo habian por sus senten- cias”; es decir, cuando el Poder Judicial daba por cumplida ‘su obligacién de informar sus resoluciones poniendo a dis- posicién del pUblico la jurisprudencia (2). La segunda etapa surge tras el retomo de la democracia y la normalizacin institucional. En este momento, la Jus ticia comienza a abrirse a la comunidad y “deja oir su voz, pero de manera esporddica, escueta y poco comprensi- ble” (Ghigg): 54, 2011). Ubica al tercer period en la dé- cada del noventa, cuando algunos poderes judiciales pro- (*) Licenciado en Comunicacién Social. Titular de la Oficina de Prensa y Proyeccién Socio-institucional del Tribunal Superior de (2) Fue jefa del Servicio de Informacion y Comunicacion del Superior Tibunal de Justicia de Entre Rios. (2) El acuerdo 65, emitide en 1964 por el Tribunal Superior de Justicia de Cérdoba, constituye un ejemplo elocuente de la vigen- ‘la de esta regia de prudencia. Fue dictada en virtud de la decisién de algunos jueces de expedir comunicados 0 aciaraciones piiblicos referidos a los fundamentos de sus resoluciones. All se recomienda a los magjstrados de todos los fueros que “cian su actuacion a las prescripciones legales en vigor, absteniéndase de toda manifestacién publica que la que resulta del conte~ ido de sus resoluciones, pues, tales publicaciones exceden el marco legftimo de sus funciones y menoscaban el sentido de su responsabilidad que séio se desenvuelve en la intimidad de la propia conciencia y ante los éxganos fjados por la Constitu- cién de la Provincia”. 488 ‘AbeledoPerrt Cordoba Juez prudente, juez estratega, juez protagonista les comienzan a crear oficinas especializadas para los requerimientos de la prensa. En ese momen- 5 jurisdicciones ponen en vigencia las primeras regulaciones especificas sobre relaciones de los tribuna- les con los medios de comunicacion (8) y también se de- sencadenan los primeros desencuentros profundos entre la justicia y la prensa (4). Dicha fase se prolonga hasta el afio 2006, cuando se resuelve, durante la Primera Con- ferencia Nacional de Jueces, poner en préctica una serie de acciones destinadas a comunicar de manera orgénica los actos de gobiero adoptados por el Poder Judicial. Este hito marca el inicio de la cuarta etapa, caracterizada por la aplicacion de una politica de comunicacién “consciente y explicita” para comunicar los actos de gobiemo del Po- der Judicial (Ghigg: 55, 2011) y suele considerarse el co- ‘mienzo del “nuevo paradigma” de la comunicacién judicial (Highton: 14, 2010). ‘Aunque poctian formularse algunas aclaraciones acerca de las etapas propuestas por Ghigg), puesto que la regia de conducta “los jueces s6lo habian por sus sentencias” Jin tiene plena vigencia entres los jueces argentinos y, demas, muchas jurisdicciones estén todavia muy lejos de definir polices concretas de comunicacion. Estas fa- ses resultan de mucha utlidad a la hora de visualizer las diferentes actitudes que asumié la justicia argentina frente a la requisitoria periodistica, I, EL CAMBIO DE PARADIGMA Cuando iniciamos este articulo hicimos referencia al esta- do de detiberacién que surgié durante la primera década del siglo XX! acerca de la relacién entre jueces y periodis- ‘as. Para desoribir dicha efervescencia quizés sea conve- niente repasar con mas detalle algunos acontecimientos ‘oumdos en estos aos, que revelan un cambio de actitud or parte de las méximas autoridades judiciales det pais en relacion con este tema. En marzo de 2006, se celebré, en Santa Fe, la Primera Conferencia Nacional de Jueces, convocada por la Corte ‘Suprema de Justicia de la Nacién, la Junta Federal de Cor- tes y Superiores Tribunales de Justicia (Jufejus), la Federa- cién Argentina de la Magjstratura, la Asociacién de Magjs- trados y Funcionarios de la Justicia Nacional y el Consejo Ge la Magjstratura de la Nacién. Era la primera vez en la historia argentina que todos los jueces del pals, sin distin ‘l6n de fueros 0 instancias, habian sido convocados a de- battr sobre los temas que mayor preocupacién generaban en la comunidad judicial. En esta histérica cita se decidié abordar el tema “usticia, prensa y sociedad”. La comisién encargada de elaborar las conclusiones postulé la necesi- dad de adoptar una poitica comunicacional para los pode- res juciciales argentinos y propuso la implementacion de lun centro de prensa que, entre otras cosas, “promoverd la cifusion de las decisiones juciciales, resoluciones inst- tucionales y educacién jurgico-legal a fin de procurar una mejor comprensién del quehacer jursdiecional por parte de ta poblacién” Esta propuesta, aprobada por el congreso de jueces, se Conereté en abril de 2007 con la creacién del Area de Prensa del Centro de Informacién Judicial (CU), que, si bien comenzé a funcionar en la érbita de la Corte Supre- ma de Justicia de la Nacién (Corte Sup.), inciuy6 a los vo- cceros de las cortes y tribunales superiores provinciales. Estos profesionales especializados en el establecimiento Ge las relaciones con la prensa ya habian tenido algunos contactos previos. De hecho, en noviembre de 2004, se esaralé el Primer Encuentro Nacional de Eneargados de Prensa de la Justicia Provincial Argentina, que conté con la asistencia de representantes de distintas jurisdiociones Gel pais. Tras las deliberaciones, los voveros presentes re- comendaron, entre otras cosas, la creacién y el desarro- llo de éreas especificas de comunicacién, el fomento de instancias de capacitacién para magistrados y funciona- ios, el fortalecimiento de las comunicaciones internas y Ja realizacién, en forma periédica, de reuniones entre los encargados de prensa de los poderes judiciales (Ghigg: 38, 2009). De todos mods, la presentacién del Centro de Informa- cién Judicial (CU) conté con un aval institucional que hasta entonces habia sido solamente formal. En la oportunidad, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, re- conocié piblicamente que “ia comunidad (...) tiene dere- cho a saber cuales son las decisiones de los jueces, cud les son sus fundamentos, (y) discutir su razonabilidad” y ‘agreg6: “Si negamos la informacion ésta va a fluir de todas maneras, pero de manera incorrecta’. La actitud pasiva en materia de comunicacién empieza a resquebrajarse. ‘También en 2007, la Corte Suprema finmé un convenio Con la Asociacién de Entidades Periouisticas de la Rept- blica Argentina (ADEPA) que, entre otras cosas, instituyé el premio ADEPA-Corte Suprema al periodismo judicial, des- tinado a reconocer a los comunicadores sociales que, a través de articulos publicados en medios graficos, hayan ccontribuido a la difusién de temas relacionados con la acti- vidad de! Poder Judicial, impulsando una mayor compren- (3) En 1996, el Tribunal Superior de Justicia de Cérdoba dicta el acuerdo regiamentario 331, serie A, que regula las rolaciones ‘entre fos medios de comunicacién y los tribunales judiciales. (@) La Fundacién Poder Ciudadano publicé, en 1996, el libro “Iueces y periogistas: Cémo se informa y cémo se Juzga", una in- vvestigacién coordinada por Beatriz Kohen sobre la cobertura periodistica de casos judiciales que tuvieron un alto impacto me- diétic. Cérdoba, 2042, fase. 5 Doctrina sién de las funciones judiciales y promoviendo asi el dere- cho ala informacién de los ciudadanos (5). En septiembre de ese mismo aio, Lorenzett presenté en la ‘Segunda Conferencia Nacional de Jueces, reaizada en Sal- ‘a, el documento titulado: “Polticas de Estado para el Po- der Judicial”. Esta propuesta ratificé el rumbo asumido en el primer encuentro de jueces e insisté en la conveniencia de mantener “retaciones fluidas con los medios de prensa ¥ periocistas de todo el pais", como asf también de uti zat los medios masivos “con finalidad educativa’. Paralela- mente, los voceros de todas las jurisdicciones, se reunie- ron con representantes del Foro de Periodismo Argentino (Fopea), una entidad profesional que agrupa a periodistas Ge todo el pals, quienes presentaron un trabajo titulado: “Aportes de Fopea al mejoramiento de la relacién entre Ia Justicia y a prensa. Este documento contiene un diagnés- ‘ico de los principales problemas suscitados en la cober- tua perodistica de casos judiciales y una bateria de pro- puestas para superarios. En 2008, mientras se iba generalizando la creacion y el fortalecimiento de oficinas de prensa y comunicacién en Ja mayoria de las jursdiociones, ia Corte Suprema emitié luna resolucion de gran importancia en cuanto a la relacién con las medios de comunicacién. Se trata de la acorada 29/2008, que tiene el objetivo de brindar a los trbunales rales herramientas para optimizar la transmisién televisi- va de los juicios criminales, especialmente aquellos vincu- lados con delitos de lesa humanidad. Enefecto, la televisacién de juicios ya habia generadoincon- venientes en los qoventa, dificultando el cumplimiento de Ciertos actos procesales y la reserva de los testimonios (6). La falta de orientaciones normativas y la inexperiencia ha- ba convertido a algunos juicios orales y puiblicos en espec- tculos medidticos que terminaban entorpeciendo la fun- ci6n jurisdiccional. Por esa razén, y ante la inminencia de Juicios de suma trascendencia social y politica (7), la Cor ‘te Suprema emitié una acordada que, si bien reconoce las facultades de los jueces como directores del proceso para ‘ijar sus propios criterios en este tema, propone algunas directrices en cuanto al acceso de los medios radiales y televisivos a las salas de audiencia. De manera sumaria, puede sefialarse que dicha acordada sugiere a los tribunales que permitan el registro de los ac- (6) Cit. acordada 6/2007. 10s iniciales del juicio, los alegatos y la lectura de la sen- tencia en su parte dispositiva y en sus fundamentos. Tam- bién sefiala que fos pertodistas no deben interferir en el desarrollo del juicio, ni hacer entrevistas en el émbito del tribunal. Y; fundamentalmente, recomienda que los me- dios perioaisticos, tanto gréficos como audiovisuales, no tomen registros de audio o imagenes “durante Ia etapa de la prueba, ni de los testimonios, ni de la percias” (acorda- da 29/2008). La disposicién, entre otras cosas, busca ev- tar que los testigos que todavia no comparecieron ante el ‘tribunal conozcan con exactitud el contenido de las decla- raciones precedentes, ni los detalles de las pruebas ren- didas, para preservar asi la espontaneidad de los testimo- nos (8). En abril de 2009, se publica la “Guia de Buenas Practicas para el Tratamiento y Difusién de la Informacién Judicial”, Un trabajo elaborado por fos voceros judiciales de todo el pals, que establece pautas procedimentales destinadas a gprantizar “Ia transparencia de los actos judiciales” y favo- recer “el acceso de los ciudadanos a la informacién” que generan los tribunales. En el préiogo, Lorenzetti asegura que el documento “constituye, sin dudas, una eficaz he- rramienta para una adecuada mediatizacién del discurso juridico” (Corte Sup., 5: 2009). La guia, frsto del consen- so y la experiencia de los voceros, recomienda la aplica- cién de principios basicos para la gestion de la informacion judicial. Repasemos algunos: Dar igual tratamiento a todos los medios de comunica- cién. = Minimizar la utlizacién del off the record. ~ Emitir gacetilas de prensa que faciiten la comprensién de las resoluciones juciciales. = Utiizar en estos comunicados un lenguuaje senecilo, des- provisto de tecnicismos. = Explicar el alcance de los términos juridicos que no pue- dan ser sustituidos. ~ Enviar a los medios, ademés de las sintesis de prensa, {os fallos completos. — Publicar las sentencias cuando las partes hayan sido no- tifcadas. (©) Che Pertle, Damian Alberto, “Justicia, periodismo y sociedad. Una relacién contovertida”, Trejo Ediciones, Cérdoba, 2005, ps. 81/89. (7) La acordada 29/08 se emitié en el momento en que comenzaban a realizarse en todo el pais juicios contra ex militares acu: ‘sados de delitos de lesa humanidad. (®) En 2009, un grupo de organizaciones no gubemamentales (ONG) vinculadas con el acceso a la informacién hicieron llegar ‘a los miembros de la Corte Suprema una carta que expresaba su preocupacién por la disimil interpretacién de ia acordada 20/2008 por parte de los tibunales argentinos, situacién que ocasion6, a eriterio de las ONG, una “restrccién de hecho para 2! principio de publicidad y la libertad de expresion”. 496 ‘AbeledoPerrt Cordoba Juez prudente, juez estratega, juez protagonista = Preservar la identidad de los menores involuerados en las causas, Ill. AGENCIA DE NOTICIAS En octubre de 2009, se produce otro hecho signticat- vo en la marcha hacia una poltica de comunicacién judi- cial més activa: Lorenzetti anuncia que el CU comenzaré a funclonar como una agencia de noticias online dedicada a cubtirintegramente la actividad de los tibunales argen- tinos, “una insttucion inéelta entre los poderes judiciales del mundo” (Highton: 13, 2010). “Tenemos la obligacién de dar explicaciones de nuestras decisiones al pueblo -aseguré Lorenzetti durante la pre- sentacién-, Las criticarén, estarén de acuerdo 0 no, pero nuestra obligacin es decir por qué decidimos lo que de- cidimos y someter nuestros argumentos a debate pibli- co. De eso se trata en definitiva una agencia de noticias: mostrar lo que hacemos. Eso nos va a obligar a ser cada dia mejores”. La agencia de informacién judicial comienza a publicar las novedades orignadas en las diferentes jurisdicciones pro- Vinciales y federales a través del portal www.cl.gov.ar. En agosto de 2011, el CU amplia sus servicios y lanza la primera serial de noticias en la web, con transmisiones te- levisivas en vivo referidas a la actividad del Poder Judicial “Con esta nueva plataforma vamos a poder transmitir en, ‘vo los juicios orales, 0 las audiencias puiblicas que se rea- lizan en la Corte Suprema 0 en otvos tibunales. También ‘vamos a poder transmitir la opinion de jueces y juezas so- bre distintos temas, y en particular las politica institucio- rales que se llevan adetante en todo el pais”, anuncia Lo- renzett! durante la presentaciOn, que tuvo lugar en sala de auidiencias del palacio de Tiibunales (8). IV. LA MIRADA DE LOS JUECES Este répido repaso de las novedades producidas en re- Jacién con los vinculos entve la prensa y la justicia mues- ‘va el dinamismo que adquirié el proceso, especialmente a partir de la gestin del juez Ricardo Lorenzetti al frente de la Corte Suprema. Serfa una grave omisién no mencio- nar que la paulatina renovacién del méximo érgano judicial argentino, ocumda a parti de la asuncién del presidente Néstor Kirchner (10), favorecié la revision de la manera de (9) httpyAwwl.gov.ar/nota-7595-Lorenzett- os-.ntml vincularse con fa prensa y la sociedad que tenia el Poder Judicial. Por eso resuita pertinente repasar algunas mani- festaciones publicas que los cistintos ministros de la Cor- te Suprema hicieron sobre la relacién entre jueces y pe- fiodistas. Antes de la designacién de! ministro Lorenzetti al frente de la Corte Suprema, la presidencia det cuerpo estaba en manos del juez Enrique Petracchi, quien ingses6 al méximo 6rgano judicial argentino en diciembre de 1983. Durante su gestion, ya podia vislumbrarse una profunda preocupa- cidn de las maximas autoridades judiciales por la relacion de los tribunales argentinos con la prensa (14). Sin em- bargo, la pastura del juez Petracchi sigue sustancialmente ligada a fa regia de conducta “los jueces hablan sdlo por sus sentencias”. Las palabras pronunciadas por el magjs- traco ante los directores de los diarios agrupados en ADE- A, en marzo de 2004, pueden ilustrar con suficiente elo- ‘euencla sus convicciones sobre este asunto, “Agradezco mucho esta invitacion de Adepa -aseguré el entonces presidente de la Corte Suprema-, aunque acep- tarla me haya exigido resolver una vivencia de contradlic- cin, por supuesto no referida a la comida en si, para la ‘cual no tenia obviamente duda alguna, pero si para utiizar su tribuna, porque yo oreo realmente que los jueces s6lo deben hablar a través de sus fallos. Lo cual no me quita el habla ni mi gusto por la tertulla, por la charta, por la con- versacién, digamos no tan publica, més intima o familar. Pero dado lo que representa Adepa y el contexto ofrecido, en orden al fortalecimiento de las relaciones entre el Poder Judicial y la prensa, no podia negarme a hacerto” (12). Este parrafo, que Petracchi incluye a modo de introduc~ cién en su discurso ante los representantes de los diarios de mayor tirada del pais, pone de manifiesto claramente el esfuerzo que supone para Un miembro del Poder Judicial sentarse a dialogar con la prensa. Hasta su construccién sintéctica, saturada de digresiones, deja trastucirel dilema que supone este acercamiento. Petracchi se esfuerza por dejar en claro que no pone en ‘duda la importancia de la prensa para la consolidacién del sistema democrético, manifiesta que “Io légico y razona- ble es que exista una relacién de mutua colaboracion"; es més, afirma que a su criterio “no hay mejor ley de pren- ‘sa que la que no se promulga, o sea, la que no existe". Y ‘aunque defiende la tesis cldsica de que no hay que legis- La-informacion-es-un-bien-publico-que-debe-estar-a-disposicion-de-los-ciudada- (10) Por medio del dee. 22/2003, el expresidente Néstor Kirchner reglamenté le atribucién del Poder Ejecutivo de la Nacién de ombrar a los ministros de la Corte Suprema y establecié que las aptitudes morales y técnicas de los candidatos al cargo sean valoradas en una audiencia publica. (14) Basta recordar que el juez Carlos S. Fayt escribié: “La Corte Suprema, sus 198 sentencias sobre comunicacién y periodis mo", Ed. La Ley, 2001, (12) http:/twww.esin.gov.ar/docus/documentos/cons_tema,jsp?temalD: 12. Gérdoba, 2012, fase. 5 77 Doctrina lar sobre libertad de expresion y prensa més allé del man- dato del art. 32, CN, insiste en la conveniencia de evitar el trato directo con los medios de prensa. La regla de pru- encia mantiene su vigor. Peto el magistrado tuvo la oportunidad de profundizar sus reflexiones sobre la relacién con fa prensa en un discurso pronunciado poco después, en octubre de 2004, en el sa- 16n de actos de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, en oportunidad de integrar el panel sobre “Etica periodis- tica e informacién judicial”, como cierre de un curso intro- ductorio de periodismo judicial “Hay que tener en cuenta que los magstrados no son co- municadores profesionaies y que mds alla de su capaci- dad personal de comunicacién, no todos tienen similar idoneidad frente a los medios, por lo cual sigue siendo fundamental restaurar el sabio precepto de que sélo ha- bien a través de sus fallos. En tal sentido, lo més desea- bie seria limitar en la medida de lo posible los contactos individuals con los operadores de los medios y tratar de canalizar la informacién que se entienda adecuada, por medio de canales institucionales formales como pueden ser las oficinas de prensa del Poder Judicial o del Minis- terio Publico”. ‘Aqui puede leerse el primer esbozo de una politica de co- municacién judicial: se sugjere no mantener relacién d- recta con los medios, sino a través de organismos judicia- les especiaiizados (13). Esta solucién respeta la arraigada creencia de la magjstratura argentina en la regia de pru- dencia y, a la vez, cumple con la obligacién constitucional de hacer pibiicos las decisiotes juisdiccionales en vitud del mandato de la publicidad de los actos de gobiemo. Sin ‘embargo, como veremos a continuacién, otras ideas ha- tian llegado a la Corte Suprema con la renovacién de los, miembros producida a partir de 2003. Juez Lorencetti reemplazé a Petracchi en 2006, corwir- ‘iéndose asi en el primer ministro nombbrado por Kirchner en acceder a la presidencia de la Corte Suprema. Algo he- ‘mos anticipado de sui visién sobre la relacién con fos me- dios de prensa, especialmente al repasar el documento “Polticas de Estado para el Poder Judicial” y en su pre- ssentacién de la Agencia de Noticias del Poder Jucicil. De todos modos, en el prélogo del iro “Justicia argenti- na online, La mirada de los jueces", editado por la Corte ‘Suprema y el CU en 2010, postula con mayor claridad su perspectiva sobre la relacién con la prensa y la sociedad. “La voz de la magistratura ~escribe~ se limita a expresarse 2 través de la sentencia cuando el conficto tiene efectos limitados a las partes pero cuando la decision es trascen- dente, ya no puede ser asi. En estos casos, es necesario que el mensaje de la sentencia, redactada en un lenguaje profesional, tenga un complemento con términos enteni- bles para e! gan puibico” ‘Aqui Lorenzetti propone asumir diferentes posturas de acuerdo con el tipo de causa que tramite el tibunal: en aquellos procesos que Gnicamiente interesan a las partes sigue rigiendo et principio de reserva de las actuaciones, ppero en los casos de trascendencia puiblica hay que aban- donar ese esquema y complementar la sentencia con otto tipo de mensaje accesible a los legos. Esta seria la fun- cién que, en principio, debe cumplir el CU y las oficinas de prensa de las jurisdicciones provinciales y nacionales: pro- poner estrategjas para transmit las decisiones jurisdiccio- rales en un lenguaje més préximo a la prensa y a la socie- dad. En esta linea de accién, consider que la experiencia més innovadora fue la video-entrevista realizada por pro- fesionales de! CU a los miembros del tribunal que intervi- no en el “Caso Lapa” y que fue publicada en el sitio de la agencia de noticias judicial (14). Pero la postura del juez Lorenzeti, aunque fortalecida por haber sido impulsada desde la presidencia de la Corte Su- prema, esta lejos de resultar undnime entre los magjstra- dos argentinos. Incluso dentro de! mésimo érgano judicial del pals, como ya hemos visto, existen posturas mAs con- servadoras y también mas radicales acerca de la interven ién de los jueces en la esfera publica. Basta revisar al- ‘gunas aseveraciones del Juez Rati! Zaffaronl para advertir los contrastes con las posiciones asumidas por Lorenzet- tiy Petracchi. Durante el Primer Congreso Nacional de Jueces, Zaffaroni pronuncié una conferencia sobre la relacién entre la pren- sa, la justicia y la sociedad. Durante la ponencia, formu- 16 afimaciones que contrastan con el principio de reserva, ue venta orientando ta actitud de los magistrados ante los, medios de comunicacién. “Son muy importantes las oficinas de prensa, pero la gen- te quiere vere la cara al juez ~apunt6-, verlo hablando, y es mucho mas importante que habie directamente el juez ‘a que hable un vooero (...) En consecuencia, no podemos eludir, por més que tengamas el vocero, por mas que de- bamos ser bastante cautos, no podemos estar eludiendo alla prensa y decir permanentemente: ‘va a hablar el voce- (43) Si bien en este momento las autoridades comienzan a relvindicar la tarea de los voceros judiciales, las offcinas de prensa de la administracin de justicia todavia no habian alcanzado el nivel de desarrolio necesario para cumplir con las funciones ‘que empezaban a atribuirseles. (24) nttpyAwwcci.gov.arjueces-de-lapa. htm ‘AbeledoPerot Cordoba Juez prudente, juez estratega, juez protagonista 10; yo me vey a casa’. Havetlo inteligentemente, preparar- 1s para la comunicacién, es sumamente importante para el fortalecimiento del estado de derecho”. Esta propuesta se diferencia de los criterios expresados por sus pares de la Corte Suprema. Zaffaroni se desen- tiende de la rege de conducta “Hos jueces sélo hablan por ‘sus sentencias” y propone asumir cierto protagonismno en la esfera pablica, ne-Gnicamente a través de organismos especializados como las oficinas de prensa sino también de manera personal. Zaffaroni considera que esta suerte de protagonismo del juez est impuesto por el “ireversi- ble” cambio cultural que esté produciéndose en la socie~ dad y porla necesidad de llevar detante de manera urgen- te una educacién juridica de la poblacién. “Hay una tarea que si creo que tenemos que cumplir: la tarea de educacién juridica de la poblacién —insiste-. Y debemos agudizar el ingenio para hacerfo de una manera que sea bastante sensacional también, que pueda ser uti- lizada periodisticamente (...) si no la hacemos nosotros, no la hace nadie". V. TRES ACTITUDES Estas tres posturas, asumidas piblicamente por ministros de la Corte Suprema, sirven de referencia para catalogar las posiciones generales que, actualmente, adopta la ma- gstratura argentina en relacién con la prensa: 1) E1juez prudente o reservado, que adscribe a la regia de. la prudencia y séio se expresa a través de las sentencias, y demas resoluciones juciciales, dejando en manos de las Ooficinas especializadas todo contacto con los periocistas. 2) &! juez estratega, que tinicamente en aquellos casos ue tienen trascendencia piiblica y con el asesoramiento de las oficinas de prensa, responde a la requisitoria de los medios de comunicacién. 3) El juez protagonista, que interviene personalmente en la esfera publica cuando el caso reviste interés general ‘© cuando considera pertinente explicar sus decisiones a la sociedad, sin que necesariamente intervengan érganos especializados. Resuita conveniente actarar que toda clasificacién, por su pretencién de generalidad, prescinde de las posiciones in- termedias y de los casos en particular. Pero, aun con esta advertencia, entiendo que la mayor parte de los magistra- dos argentinos, en la préctica, proceden conforme a estos “modelos”. También resulta oportuno aciarar que no debe interpretarse esta tipologia de manera cronolégjca. El juez protagonista no esta llamado a suceder al juez estratega, ni éste desplaz6 anteriormente al juez reservado. Se trata de diferentes actituces, en la manera de tratar a la pren- sa, que coexisten en la mag/stratura argentina. Mas atin: ta postura reservada quizds sea la més extendida en la ac- tualidad, pese a que la visién estratégjca esta siendo fo- mentada desde la presidencia de la Corte Suprema. Por lo menos, eso surge de las propias manifestaciones de las autoridades del CL), que en el libro “Justicia argentina onli- ne. La mirada de los jueces” afirman: “En la Primera Conferencia Nacional de Jueces (...) més de 600 magistrados de todas las jurisdicciones de la Ar- gentina coincidieron en que ‘los jueces hablan por sus sentencias', porque ellas son un producto profesional dl- rigdo @ un destinatario particular, el justiciable; pero que 50 no impide que los agentes del Poder Judicial reali- ‘cen un esfuerzo para comunicar su labor, transformando el lenguaje técnico en una informacién en términos senci- llos para toda la sociedad”. Una titima advertencia para que esta clasificacién no sea rmalinterpretada. En muchos casos, el contenido de a re- soluci6n, el contexto socio-politico o las condiciones parti- culares del caso (las caracteristicas de las partes del pro- eso, la informacién que circula en relacién con la causa, Jas consecuencias institucionales del caso, etc.) pueden incidir en el magistrado, insténdo'o a cambiar su actitud habitual en relacién con la prensa, Esto tiene una impor- ‘tancia trascendental puesto que, en esta materia, no hay férmulas magjeas ni procedimientos protocolzados que garanticen el éxito de la comunicacién. La clasificacién describe de manera esquemiética el abanico de opciones més frecuente en este estadio de la relacién institucional entre la magistratura y los medios masivos de comunica- cién y, aunque no agota la casuistica, ayuda a despejar

You might also like