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piste iq,ma 10 a : Y i? ( * i Incluye CD con temas musicales y “* anexo con fotos de Bae. indumentaria ae Bailes - Danzas Mabel Ladaga N Sel MAD | PEE | Analisis erica de su evoluciin 160 , 4 Ladaga, Mabel Carmen Bailes-danzas tradicionales argentinas : analisis critico de su evolucién . - 1a ed. - Buenos Aires : Fundacién CICCUS, 2012. 544 p. + CD-ROM: il. ; 27x19 cm. ISBN 978-987-1599-95-0 41. Danzas Tradicionales Argentinas. CDD 793.31 Fecha de catalogacién: 21/06/2012 Primera edicién: noviembre 2012 Correccién: Edit Marinozzi Fotografia: Jorge, Hernan y Silvia Corral Disefio y diagramacién: Hernén y Silvia Corral Edicién y compaginacién del CD musical: Pablo Asnaghi Un agradecimiento especial para el grupo de bailarines que pos6 para las fotos del Anexo de Indumentaria: Direccién General: Prof, Juan Carlos Luna ‘Asistente de direccién y disefiadora de vestuario: Prof. Patricia Sarmiento Jésica Arias, Betiana Cordido, Leandro Chazarreta, Maria Laura Delgado, Nicolas Ferreyra, Dario Gémez, Pablo Liciaga, Juan Francisco Luna, Matias Luna, Leticia Magnani, Diego Nucera, Ailén Lopez Osornio, Sabrina Scaglione La indumentaria que visten los bailarines en las fotos de la pagina XXXII fue gentilmente cedida para esta oportunidad por el Prof. Luis Rubio. © Ediciones CICCUS - 2012 Medrano 288 (C1179AAD) (54 11) 49 81 63 18 / 49 5809 91 ciccus@ciccus.org.ar www.ciccus.org.ar Hecho el depésito que marca la ley 11723. Prohibida la reproduccién total o parcial del contenido de este libro en cualquier tipo de soporte o formato sin la autorizacidn previa del editor. Ediciones CICCUS ha sido mere- cedora del reconocimiento Emba~ jada de Paz, en el marco del Proyecto - Campafia“Despertando ‘Conciencia de Paz”, auspiciado por Impeeso en Argentina la Organizacién de las Naciones Unidas para la Printed in Argentina Ciencia y la Cultura (UNESCO). Indice Palabras preliminares Aclaraciones Presentacién Bailes - Danzas argentinas. Anilisis critico de su evolucion {Por qué bailes? ;Por qué danzas? ¢Por qué folkléricas? Por qué tradicionales? éPor qué argentinas? ¢Por qué anilisis critico de su evolucin? ¢Por qué nace este libro? ¢Qué pretende? {Qué metodologia se us6? {Cudles fueron las fuentes documentales? eCémo se orden6 el cuadrante de variables tiempo y espacio? éCual es nuestra postura en relacion a la revisién de fuentes escritas publicadas, las fuentes documentales registradas ylas fuentes orales no publicadas? Hechas estas consideraciones empezamos a transitar esta huella en reflexiones Baile - Danza como medida de cultura Baile - Danza como gesto {Qué es la danza? ;Qué es el baile? Retroalimentacién éQué noticias tenemos sobre formas de danzas através del tiempo? Tipologia En la antiguedad Danzas modernas EI baile - danza como expresion universal ¢Por qué decimos que son universales? El Baile - Danza en América De las influencias Clasificaciones de bailes - danzas EI baile - danza en la educacidn espontanea y en la sistematica de competencias, jurados, certémenes y concursos 38 9 39 40 46 Proyeccién y Estilizacién Conceptos generales (unidad en letra, canto, musica e instrumentos) Rescate de discografia, de partituras y de instrumentos tradicionales Instrumentos Educacion sistematica - técnicas El tan nombrado “paso basico” en la técnica de la danza Cédigos de representacién basica Coreografias. Generalidades {Cémo preparar el cuerpo para bailar y disfrutar enesta sociedad actual? Los Aires Historia Cronologia de la danza Coreografia Zapateo Variantes coreograficas Letras Misica Instrumentos Partituras Discografia Los Amores Historia Cronologia de la danza Coreografia Explicacion de las figuras Zapateo Variantes coreogréficas Letras Partituras Discografia El Candombe Historia Cronologia de la presencia negra Registros realizados entre 1983-1990 Algunos refranes, dichos y modismos con alusiones directas Prejuicios y no prejuicios la Habanera jAy! Habanera por compasion, esos ojos dulces y graves dicen traviesos quiero pasion. Se recogen testimonios en: El Socorro, Escobar, Lujan, Lincoln, Centenario, Doli Tandil, Mar del Plata, Bahia Blanca, Ing, White, Tte. Origone, Pehuaj6, Trenque: quen, Carmen de Patagones, La Matanza, Chascomts, en lo barrios portefios @& Telmo y Monserrat La Habanera istoria posible resulta no hablar de esta danza, que a mediados del siglo xiv aparece en el io de La Plata, y va a dejar una importante impronta en nuestras manifestaciones musicales y coreograficas, Esta danza y cancién cubana, en compas de 2/4, se impuso Apidamente en nuestro medio y mantuvo su popularidad hasta fines de siglo xIx. De + antigua contradanza derivaron la danza, la habanera y el danz6n cubanos. Los fran- ‘ses lievaron La Contradanza cortesana a sus posesiones de Haiti, donde pronto fue 1 maximo adorno de los bailes en Le Cap y Port-au-Prince. Los miisicos negros de ‘anto Domingo la adoptaron con entusiasmo, comunicandole una muy especial viva- ‘dad ritmica que no poseia el original europeo. En 1791-93, con motivo de las con- rulsiones politicas que agitaron a Santo Domingo, muchos franceses pasaron a Cuba, Jonde se ganaron la vida en miiltiples menesteres. Asi llegaron numerosos muisicos y maestros de baile, entre ellos, un tal Dubois, que forms la primera banda de pardos en santiago. Estos fugitivos franceses trajeron a Cuba, entre otros bailes, La Contradanza, Esta danza cortesana fue adoptada con sorprendente rapidez por los cubanos. quienes fa transformaron en una contradanza cubana, cultivada por todos los compositores nacionales en el siglo xIx. Con los franceses que huian de la insurreccion haitiana lle- garon a Cuba numerosos negros, esclavos y servidores de los colonos europeos. Mu- chos de estos morenos eran muisicos, especialmente violinistas, y formaron varias orquestas que animaron las reuniones de ese tiempo. Al ser ejecutada por estos negros, La Contradanza adquiria una trepidacion singular que llenaba los compases de punti- llos y semicorcheas, instalandose en los bajos el llamado “ritmo de tango”, como afirma Alejo Carpentier en su libro La musica en Cuba. El ritmo caracteristico de La Habanera aparece ya, sin la menor alteracion, en las contradanzas cubanas de principio de siglo xix, En menos de veinte aftos la contradanza cubana habia devorado a su progenitora europea, Los espafoles llevan la nueva danza a Europa, donde pasa de sal6n a salén con éxito extraordinario. El mtisico espanol Sebastién Iradier (Sandiego, Alava, 1809 "Victoria, 1865); fue el que dio difusion mundial a La Habanera. Compositor distin- guido, habia residido en Cuba en los afos de su juventud, donde estudié la musica criolla y encontré en ella inspiracién para sus composiciones. Eduardo Sanchez de Fuentes dice: “Cuando el compositor espaftol Sebastian de Iradier visit6 la isla de Cuba, en el afio 1820, y residido en Cuba en los afos de su juventud, estudiando la musica nuestra habanera, llegando a escribir después la popularisima cancion de este ritmo, titulada Ay chiquita, mas conocida por La Paloma’! Iradier edit6 en Madrid, en 1840, la cancién EI arreglito, subtitulada “Chanson Hava- naise”, la mas antigua habanera publicada, y en ella se inspir6 Bizet para la famosa “Ha- banera’ del primer acto de la 6pera Carmen. Se dice que Bizet oy6 cantar esta melodia a una dama en Paris y, creyendo que era una cancién popular espafiola, la copio para utilizaria en su dpera, Después del estreno se comprobé que era de Iradier; protest6 en- 5 tonces el editor Heugel de Paris, y en la partitura impresa se hizo constar de donde procedia la citada composicion, Iradier fue organista en Salvatierra, donde paso parte de su juventudl en Madrid lleg6 a ser profesor en el conservatorio y despues marcho a Paris, Acompaiie en una gira por Estados Unidos, México y Cuba, a la Patti y ala Albont LA: Waterman. Alfican Influence on the Music of the Americas. Chicago 1952/ Gelbert Oase America's ‘Music, Traducido “La Musica de los EEUU Bs. As. 1958) 405 406 Bales - Danzas argentinas Al regresar de América estuvo en Londres y en Paris, donde fue amigo de la condesa de Montijo y muisico de la camara de la emperatriz Eugenia. Rossini, Merimée, Mon- roy, la Viardot, la Malibran, lo distinguian con su amistad. En 1840 figura como pri- mer maestro de solfeo en el Real Conservatorio de Madrid; por esos afios publicd el Album Filarménico, colecci6n de varias canciones suyas con dibujos de Jenaro Pérez Villaamil. Estas canciones, compuestas en los afos 1840-50, tienen, en su mayoria, aire andaluz o madrilefto: entre ellas, tuvo mucha popularidad la titulada Mi curriya se me esmaya o El Charrén, que fue cantada en el Teatro de la Victoria de Buenos Aires el 25 de setiembre de 1849. En 1850 Iradier pas6 a Paris, donde fue amigo de Maria Tagloni, Fanny Essler, Lola Montes, Carlotta Grisi, y de la Cerrito, las mas famosas estrellas coreograficas de ese tiempo, quienes le encargaban cachuchas, boleros, fandangos y otras danzas espafio- las. Conocié entonces a Marietta Alboni, quien preparaba una gira por América con una nifia que cantaba maravillosamente, Adelina Patti. La Alboni invit6 al maestro para que la acompajiase en su gira americana. El grupo de miisicos y cantantes, dirigidos por la Alboni, que posefa condiciones de empresaria, llego a Nueva York y se presento en el Fripper Hall de esa ciudad. La pequefia Patti cantaba acompafiada por el pia- nista Gottschalk; Iradier dirigia la orquesta y tocaba el piano y la guitarra. Después de una exitosa temporada en Nueva York pasaron a Boston, Filadelfia, Nueva Orleans, México y La Habana. Iradier se dedicé a componer habaneras, una de ellas, La Mexi- cana, dedicada a la Patti, con letra del autor, tuvo mucho éxito: TT Me llamo Aurora, soy mexicana, yalld en La Habana yo me crié. Compuso otras habaneras: El arreglito, El chin-chin, chan, Las amonestaciones y la cé lebre La Paloma: Sia tu ventana llega una paloma, tratala con carifio que es mi persona. i De La Habana, la compaiiia pas6 a la América del Sur, visitando los paises del Pacifico, y después de varios meses de exitosas actuaciones regresaron a Nueva York. Alli, Ira- dier actu durante algtin tiempo como profesor de guitarra y canto. Después retorné: a Paris, en donde sus habaneras y aires andaluces estaban de moda. En 1855, la em- peratriz Eugenia le nombré su profesor oficial de canto. En 1865 regres6 a Espafia y se instal6 en Vitoria, donde falleci6 el 6 de diciembre de ese mismo afto.’ 2. Teatro de la Victoria. Diario de la tarde, Bs. As. 1849. 3. Paris, 1875. La Hlabanera Vicente Rossi dice en su libro Cosas de Negros. “La Danza Cubana se presenté en el Plata a mediados de! siglo pasado, imponiéndose en todos los barrios y en todos los cuartos y cuando fue milonga domino.” La Milonga se empezé a llamar en Buenos Aires Ha- banera con quebrada y corte, términos que més tarde se sustituyeron por Baile con corte. Pérez Bugallo: la seftala en su cuadro de especies, y sobre las versiones populares in- forma que es posible recoger algiin ejemplo que haya permanecido arralgado en la me- moria de los mas viejos acordeonistas. |Assungao da una clasificacién de las danzas de su pais (Uruguay) y figura La Habanera como baile popularizado, colectivo, amatorio en parejas independientes tomadas y en- lazadas, semivivos y vivos e histéricos. Mas adelante, Assuncao nos explica que: “Ese mismo sincretismo cultural que da una primera facil de asimilacion con dominancia de lo africano en el candombe, y que brind6, desde los principios del coloniaje, puntos tan importantes que adquirieron re- nombre y relieve universal, como la chacona o atin la zarabanda, hasta la danza 0 Ha- banera de fines del siglo xix, dio origen en el Rio de la Plata a dos formas de una vitalidad y una fuerza extraordinarias, una que habia de quedar y casi morir en el am- ito local, la milonga: la otra universalizada: el tango.” El musicélogo alemén Albert Friedenthal, en su libro Musik, Tang und Dichtung bei den Kreolen Amerikas obra bien documentada, asevera que su ritmo proviene, incuestio- nablemente, del Africa. En idéntico sentido se expresa el Dr. Abbe Viles. en el prefacio de la obra rotulada Blues: An Anthology (N. York. 1926), compilada por William C. Handy. Sustentan otros, en cambio, la teor‘a de que forma parte de la tradicion musi- cal espafola y que esta desnuda de africanismo, Sobre este tema dice Oderigo: “Estos tiltimos autores no tienen en cuenta, 0 ignoran, Ja profunda y extendida influencia del cancionero americano sobre la musica hispana, [Asimismo, pasan por alto el hecho de que los africanos del Congo se unieron con los motos, quienes a su vez tuvieron contacto con los espaftoles a lo largo de varias ge- neraciones, durante la invasién de aquéllos a la peninsula ibérica, De manera que el vinculo establecido en el Nuevo Mundo, entre hispanos e hijos del Africa, no fue sino una renovacién de aquél”. Durante fines del siglo pasado, La Habanera se ejecutaba en México como danza, sin partes cantadas. Empero, con frecuencia los bailarines lanzaban exclamaciones de aliento a los instrumentistas ~africanismo bien conocido no exentas de similitud con el tradicional jaié! que aparece en casi todas las expresiones de la musica afroameri- cana, sin excluir nuestro candombe. En Haiti nos encontramos con El Méringue, su danza nacional, que no se diferencia en absoluto del baile de que hablamos. Tanto Justin Elie como Ludovic Lamothe -ambos musicos afro: haitianos-, han escrito méringues cuyos ritmos son exacta- mente iguales a los de La Habanera 407 La Contradanza Historia Coreografia {Cuando se bailé en Argentina? El Cuando Historia Cronologfa de la danza Cronologia de la muisica Coreografia Variantes documentadas Letras Musica Instrumentos Partituras La Chacarera Historia Coplas Chacarera Trunca Chacarera Polkeada Cronologia de la danza Cronologia de la miisica Coreografia Letras Musica Instrumentos Partituras E] Chamamé Historia El Chotis Historia Coreografias Variantes sobre la base de entrevistas Partituras El Escondido Historia El Gato Escondido Noticias por relatos Escondimientos por provincias Cronologia de la danza Cronologia de la musica Coreografia Variantes Zapateo Letras Instrumentos Partituras La Firmeza Historia Cronologia de la danza Cronologia de la musica Coreografia Zapateo Variantes coreograficas Letras Instrumentos Partituras El Gato Historia Cronologfa de la danza Cronologia de la musica Coreografia Variantes Letras Partitura La Habanera Historia Musica y coreografia Partituras La Huella Historia Lo que dicen otros autores Cronologia de la danza Cronologia de la misica Coreografia Variantes 299 308 3al abe 309 ail a3 327 37 328 38 338 at 341 41 350 36 363 388 408 403 405 4l4 419 423 45 429 a2 434 436 435 Desaparicién del Candombe Coreografia Coreografia segtin la reconstruccién de Lautaro Ayestaran (musicdlogo) Coreografia rescatada por Alicia Q. de Hussrow Coreografia segin Galvez 1833 Coreografia segtin Rossi Letras Instrumentos Partituras El Caramba Historia Cronologia Coreografia Variantes coreograficas Letras Discografia Partituras El Cielito Historia Cronologia Lo que dicen otros autores Actualidad del Cielito en la campajia bonaerense Existencia del Cielito como baile Sobre la primera danza y las especies literarias tradicionales Coreografia Cielito Primitivo Cielito de la Patria Cielito de Salon Cielito Campesino Cielito Porterio Cielito de los Bosques Zapateo de Cielito Letras Sobre letras del Cielito Musica Instrumentos Partituras 7 1e8 re4 126 le7 128 35 17 205 208 209 Letras 441 Versos para La Huella que mencionan lugares 441 Partituras 455 | La Zamacueca 453 Historia de los nombres que van apareciendo a través del tiempo 461 ! Del baile Cueca y de la danza Cueca 462 r Sobre gustos, opiniones y sentires 463 Coreografia 466 Letras ‘6/7 Partitura a La Zamba 15 Historia m1 Definicion 41 Acerca del vocablo 7 Acerca del baile 478 | Letras 482 } Coreografia basica 482 Partituras 48 BE Bibliografia general 463 Consideraciones sobre las bibibliografia de cada danza 434 Bibliografia general de Aires, Amores, Caramba y Cielito 494 Bibliografia especifica 495 Iconografia folklorica argentina Sil Buenos Aires Sil Siglo xx siz Reconstrucciones Graficas (Provincia de Buenos Aires) sie Musica sie Compiladores de cantares argentinos tradicionales (Provincia de Buenos Aires) Sle Crénicas, tradiciones y costumbres 513 Fuentes escritas 54 Fuentes consultadas SIS. Contenido del CD musical sv 408 Bailes - Danzas argentinas Este tiltimo compositor, brillante pianista y creador, llamado “el Chopin negro’. dio a luz obras como la titulada Tango, que no es otra cosa que una habanera ejecutada sobre un tiempo en extremo pausado, y el méringue rotulado, precisamente, Haba- nera, en cuya parte final el piano se convierte en realidad en un percusivo y produce un quebrado ritmo de tambor. “Es una antigua contradanza, que adquiere nuevo nombre en Cuba: Contradanza, Danza Habanera y Habanera, En Cuba, esta danza tenia la particularidad de la forma en que los bailarines se enlazan y/o realizan sus evoluciones, era danza de Pareja En- lazada’, dice Amor Mufioz. Desde América vuelve a Europa, y Espajia la difunde en su territorio. Pasa por salones y escenarios para llegar a Buenos Aires a mediados de siglo. En Tucuman se registran piezas de esta danza y a fines de siglo, todos los miisicos po- pulares tocaban Habaneras, sobre todo los organilleros. Su difusién fue grande, pero no dejé vestigios y desaparecio. Una excepcion la constituiria el litoral y parte de la zona del Atlantico en donde con- sigue un cierto arraigo por afinidad, y perdura, ya no como Habanera, sino absorbida en distintas danzas tipicas de la zona, como ocurri6 con el Schottis y la Polca. Florigen de La Habanera que emigr6 de América, del Caribe, a Espafa, también ha sido llevado al campo de la polémica por algunos autores que trataron el tema. En el decurso de la pasada centuria, La Habanera monopolizé el gusto de los publicos de todas las latitudes de América y de algunos europeos. Con el nombre de tango ame- ricano -segiin el bautismo ejecutado en Espafia~ las compafias de zarzuela que tra- bajaban en algunos escenarios de nuestra ciudad, divulgaron esta expresin coreografica. Sebastidn Iradier (1809-1865), famoso compositor re- sidente en Cuba durante su juventud, se entusiasmé con la miisica folklsrica de la isla antillana y logré in- usitado impulso a la especie coreografica que nos ocupa, al crear la pagina titulada /Ay, chiquital, mas conocida por el rétulo de La paloma. Por otra parte, diversos compositores llevaron el ritmo de esta danza a distintas obras “cultas’. Desde Bizet, quien incorporé el tema de El arreglito, subtitulado Chanson havanaise, del mencionado Iradier, a su fa- mosa 6pera Carmen, y por ello tuvo inconveniente con la justicia: Ravel, que amas6 su Rapsodia espafiola con = esta levadura, y Debussy, quien la utiliz6 en su Soirée danz Grenade, hasta Sarasate, Albéniz, Halffter y mu- chos otros, como el compositor y musicégrafo Sanchez de Fuentes con La paloma y tu. Todos constituyen ejemplos tipicos de habaneras estilizadas. Negro mazamorrero. Foto de 1898, Archivo de Juan Gomez La Habanera Curiosos puntos de contacto 0 concomitancias pueden establecerse entre Ja habanera, el candombe, llamado también batuque en algunos documentos antiguos. fa milonga y atin el tango, en particular el tango ‘primitivo’, sobretodo en los solos de piano de Manuel Campoamor. En cambio, el candombe se explaya sobre la base de un movimiento apresurado, que es susceptible de fijarse entre el allegro y el presto Carlos Vega en Danzas y Canciones Argentinas, dice: La Habanera, que se incorpora poco mas tarde, entra facilmente en el ambiente de las bajas clases, despues de haber adquirido en Cuba, por general proceso, coreo- grafia enlazada, pues su misma miisica tenia antes coreografia suelta y el nombre de Danza (Danza es aféresis de Contradanza y su continuaci6n musical cubana). De la Contradanza hereda el ritmo, que no es africano sino europeo. Autores, viajeros, informantes, muisicos... jy cuanto més para contar! Cuando se realizaban reuniones en los barrios, dice Rossi que “el baile preferido era la ‘Danza’, de origen africano - antillano.” A nuestro pais lleg6 con el nombre de “Danza’. Rossi contintia: “La Danza Cubana obtuvo por nombre propio y clasificador de su ritmo, su nombre genérico. El vocablo es Soyal -afticano, lo que explica que solo lo usaron los len- guajes de aquellas nacionalidades que se emparentaron con el hombre negro en América. Las parejas criollas la bailaban estrechados, con paso lento y vueltas suaves. Penetré, en el Plata, a los salones y a los suburbios y sucuchos. Un cronista cubano, Esteban Pichardo, escribe en 1836: “Baile favorito de toda esta An- tilla y generalmente usado en la funcién ms solemne de la capital, como el més indecente changui’, Baile orillero, milonga, que alla siempre era de negros criollos, el vocablo es Soyal -antillan) Y continua: “Su misica siempre varia, siempre muelle alegre o triste, sentimental o enamorada, cuyos medidos sones compacea el imperturbable escobilleo de Jos hijos de esta zona, que ya incansables van y vienen serpeando en las ‘cadenas’ ya se ‘mecen voluptuosamente en el ‘cedazo’ (en parejas y tiempo de valse) con todo el ofc y coqueteria africana. Una musica apenas esta en boga algunos meses, a sustituye otra y otra con particular nombre, algunos bien estrambdlicas, sin agotarse la fecunda invencién de estos artistas, a quienes esté reservado el estilo y gracia de ejecutarlas, poniendo en movimiento a todo el mundo. La Danza cubana puede sentirse, no describirse” En los barrios maritimos de los puertos del Plata existian casas de bebidas, o sea, clu- bes y refugios. Las mujeres de esos barrios eran en su mayoria blancas (criollas y ex- tranjeras) y a ese suburbio llega la Danza. El marino cubano, indefectiblemente negro, que frecuentaba el puerto de Montevideo, fue el introductor de la Danza Cubana en el Plata Su segundo nombre, el de Habanera, lo obtuvo la Danza en atencisn a su origen. ‘Al bailarse en los suburbios, La Habanera va transformandose, y asi nacen “el corte y Ta quebrada’,y asi van formandole el repertorio al nuevo baile surgido de La Habanera que se llamé Milonga. 403 410 Bailes — lanzas argentina Montevideo era, en aquella época, el puerto mas frecuentado y la marineria del cabo- taje nacional uruguayo-argentino, en su mayoria criolla, era la transmisora eficaz de las modalidades de una banda a la otra. Ella llam6 La Habanera al suburbio portefio. Se impuso en todos los barrios y el negro portefio la recibié. La Danza Cubana se presenta en el Plata a mediados del siglo x1x. Y la Milonga unos diez afios despucs. En todos los bailes publicos porterios se cultivé tinicamente el repertorio exstico, mas apretadito que de costumbre, y de alli no pasaba. La calavereada més grande era bai- lar La Habanera confidencial, pero limpio y derecho. El Santo de la Patrona, el Santisimo de un nifto, todo era motivo suficiente para orga- nizar un baile. Para el baile se disponia el cuarto més grande que habia en el rancho, se sacaban las camas y mesas, contra las paredes se ponian sillas, bancos y cajones. La miisica indispensable fue el acordeén, pues las que mas se bailaban eran las pol- cas, después las mazurcas y algunas habaneras (Althaparro en Bailes de Campo). También ya es dominio de los organistas, que lo han arreglado y lo hacen ofr con. aire de danza o habanera (Jorge Luis Borges - Silvina Bullrich. El Compadrito). Y Lynch lo habia dicho asi Hoy la gran cantidad de ‘organitos’ en la campafa ha introducido en el gauchaje el vals, la cuadrilla, polka, mazurca, habanera y chottis. Un angelito (1868-1886) Pcia. de Buenos Aires. Todo el dia habfamos andado de viaje por los campos del sur de la Provincia de Bue- nos Aires. Las huellas bordeaban las Sierras de Tandil, por donde el camino que lleva a Bahia Blanca cruza el distrito de los Tres Arroyos”... (en casa de Eustaquio Medina, conocido también como “Eustaquio el Tején’, en el velorio de un angelito) la gente joven bailaba “habaneras’, el “cielito’, el “gato”, “manguri” o uno de aque- Ilos valses lentos, con mucho balanceo de caderas, a que son tan afectadas las sud- americanas... muchas veces, he asistido a un “velorio’... pero siempre este primer: caso de “Los Tres Arroyos" ha quedado firmemente impreso en mi memoria. Asi lo relataba R. B. Cunninghame Graham* en Los pingos y otros cuentos sudameri- canos, Capitulo “Un Angelito,’ Traduccién de Celia Rodriguez de Pozzo (Bs. As. Peuser 24/10/1936) Luego, en el prélogo de Justo P. Saenz (hijo). de setiembre de 1936 consta lo siguiente: Notase que junto a danzas gauchas de existencia real y difundida coloca Don Ro- berto a un baile que llama “El Manguri’, que no sélo no pertenece al folklore de las. pampas, sino que me es desconocido por completo 4) RB Cunninghame nacio en Londres en 1852. Vino a América a los 16 aftos. Escribié estos cuentos luego cle marcharse a Europa. De esto se deduce que el relato antes mencionado puede ubicarse entre 1868 y 1886. La Habanera | 4IL El francés Alfred Ebelot cuenta, en su libro La Pampa Bonaerense, pag, 17, Paris, 1890, que vio la pampa bonaerense y tomé contacto con la campaita en 1870. Fue sor- prendido por la practica de danzar en los velorios de angelito, y relata: Al pasar delante del pequefio muerto, algunas de las bailarinas, balanceandose sobre las caderas por el movimiento lascivo que exigen la habanera y la zamacueca, hacian un signo de la cruz furtivo. El mismo autor hablando de Uruguay: Acien afios largos de la invasi6n, las tradiciones orales del llamado ‘litoral’ han en- mudecido casi por completo. Es evidente que las danzas de parejas enlazada. Polca, mazurca, chotis, danza habanera, etc... que penetraron desde 1850 y arraigaron profundamente, eliminaron todos los otros bailes criollos. De acuerdo con un cuento en verso de Manuel Langara, “El Baile” y publicado en 1878, se ejecutaba en las pampas de Buenos Aires La Habanera. En el capitulo xvi del libro de Joaquin V. Gonzélez Mis Montafias nos habla de “La Chaya’, que es una de las fiestas més originales de la regi6n, donde se ven grandes aco- pios de almidén perfumado con clavo de olor, que es el distintivo del carnaval y co- menta: “Se traban verdaderos combates a almidén, mientras se balancea una habanera.” Mas adelante describe: El companero también rendido por el exceso de sensaciones reprimidas y de obli- gos y ‘correspondencias,, busca ya un pretexto para salir al fresco a desperezarse; Jos musicos, clarinete, triéngulo y bombo, ofrecen un espectaculo curiosisimo; las, mazurcas 0 las habaneras ven cada vez alargando sus compases. En el libro Romances y Canciones de Esparia y América, Luis Santullano relata: La cubanisima Habanera fue en tiempos una danza traida desde Europa a la Isla, donde recibio el acento y el matiz criollos, que probablemente dieron a dicha danza su valor y le aseguraron la popularidad.[.| la habanera llamada La Paloma de Ira- dier, Fl Relicario, Estrellita, son las canciones que persisten en varios paises desde la primera guerra mundial. Carlos Vega explica que hacia el afto 80, 0 poco después, conviven en el ambiente por- tefio tres formas populares de diversa procedencia y distintas caracteristicas melédi- cas, pero idéntico ritmo o formula de acom- pafamiento. Ellas son la Milonga, la Habanera y el Tango Andaluz. La Habanera ha salido de Cuba y Ia difunde es- pecialmente Espafia, pasa de salon a salén y de escenario a escenario. Es la mas artistica y cul- tivada de las tres. de 1876. Archivo de Juan Gomez Lavanderas a orillas del Rio de La Plata. Imagen | 422 | Bales — anzas argentinas vig aprebew SE cae faa Sa55= J presse se Je te vmvan, yao om cela levaren (oat perensvlele.varan anton jovecte fait Tpo. de Habanera En su _manda-to veun piel u-ne trempeunno 36 qué je pre-gun-te bienla se Hé.bla-me de loi. de-al pa_ sa co-sances real, esbien cla—re su do—blez; la con- tes-to co- mo tal e-so_ si consen-ci ~ Ile: Tpo. de Habanera Yomequissiersca-ser.- pe -ro sientgungrandis-gus-to, porquemujer @ mi gus-to bus-coy nopuedoeneon-trar— por quemujera imi ges-to bus coy no puedeen-con- = le fiales - Danzas argentinas El ritmo comtin, la armonia ritmica que las unifica, es comin también a numerosos cantos y danzas... Las contradanzas de 1800, tienen un tiempo con ese ritmo. Creo que lo toma de ellas la Habanera, a través de su antecesora la Danza cubana Se explica asi que la identidad del ritmo arménico de la milonga, la habanera y el tango “tres especies que se cultivan al mismo tiempo en el mismo lugar- haya originado fre- cuente confusidn de los respectivos nombres. Cada especie, en efecto, ha recibido el nombre de una de las otras. De esta confusion, que practicamente debi6 producirse todos los dias, solo por casualidad han quedado constancias escritas. Primer caso: La habanera llamada tango (andaluz o argentino) Cuando La Habanera lleg6 a Espaia, los andaluces la llamaron tango americano. Este solo dato prueba la anterior existencia del tango andaluz, La forma recién llegada de Cuba tiene analogia ritmica con la propia, que se llama tango: el pueblo puede reco- nocer La Habanera llamandola tango americano. Debemos la referencia a Ch. Davi- lier, que estuvo en Andalucia en 1862 Més tipico es el ejemplo de La Habanera: iCarifio..! No hay mejor café Que el de Puerto Rico Comtinmente llamada tango de café, y publicada por Isabel Orején bajo el rubro de tango. La célebre habanera Ti, escrita en 1890 por el cubano Sanchez de Fuentes, fue lla- mada por su autor simplemente habanera, pero en una de la numerosas ediciones que de ella se hicieron posteriormente, cierto editor francés llamé a la composicién tango habanera, Las dos cosas. Segundo caso. E] tango andaluz llamado habanera. Es significativo que Rodriguez Marin le haya tla- mado al andaluz. tango habaneril. como hemos visto. La Habanera es la tinica de las tres especies (milonga, habanera, tango) que trae coreografia Primero Vega entonces: unifica el ritmo o formula de acompafiamiento para La Habanera, el Tango Andaluz y la Milonga) y senala que también otros cantos y danzas. Segundo De alguna manera insinia que La Habanera hered6 de La Contradanza un tiempo con ese ritmo. Al cultivarse tres especies con identidad del ritmo arménico se gener6 una gran confusién de nombres, sin quedar escritos aclaratorios, solo rastreando en rela- tos se encuentran las denominaciones: La Habanera 413 Tango andaluz o argentino. Danza americana (cuando La Habanera llega a Espafia los andaluces la llamaron asi). Tango café por la popular que dice: No hay mejor café Que el de Puerto Rico. Tango Habanera, la llam6 un editor francés. Tango Habaneril, la llamé Rodriguez Marin. Dice Aretz: “La habanera en su aspecto musical es -tal como describe Carlos Vega- es continuacién americana de la antigua Contradanza, que adquiere nuevo rétulo en Cuba: Contradanza, Danza, Danza Habanera, Habanera. Como baile, adopta también alli coreografia enlazada. Vuelve a Europa y la difunde especialmente Espafia. Pasa de salén a salon y de escenario a escenario, llegando a Buenos Aires poco después de mediados de siglo. La zarzuela se encarga de popularizarla, tal como ocurre con las otras danzas de la misma promocién.” En Tucuman figura La Habanera en los programas de La Banda que se conservan desde 1875, y més tarde, en los conciertos, sobre todo en los del Café Colon. También algunos aficionados tucumanos compusieron piezas de esta especie. En 1893 la sefiora de Silva escribe una habanera que denomina “Suefios" y que canta Rosa Garcfa. En 1896 F. S. Palma escribe otra, “a dos voces’, titulada “El Marinero’. Y asf otros. A fines de siglo, todos los muisicos populares de los suburbios tocan especialmente Habane- ras. J. A. Carrizo recogié y publicé los versos de una Habanera de esa época, 0 ante- riores, dictados por la Seftora de Costilla que vivid siempre en Monteros, seguin creo (37, T. I, p. 584, Nro. 2568). Con todo, esta especie casi no dejé vestigios. Carlos Vega escribe que la miisica fol- Klorica se le opone porque es demasiado diferente. En cambio, en las provincias del li- toral y en general en la zona del Atldntico, “perdura més y penetra en el subsuelo”, a causa de que tropieza con una capa folklérica con “fondo comtin’; pues “es su acento el propio acento antiguo” La nina de la Familia y su cried negra, con mortero, en una estancia de San lsidro. Archivo de Juan Gamez at Bailes _ Danzas argentina —1| Mosica y coreografia La danza afrocubana se desenvuelve sobre el pedestal de un tiempo o aire moderado, que oscila entre el andante y andantino. El compas se mueve en la orbita del binario, en 2/4. Un tipico puntillo de prolonga- cién en la primera corchea y un vigoroso acento en el primer tiempo del compas, dando un cufo peculiar a su ritmo. Su forma consta de dos partes de ocho cada una La Habanera es una de las vertientes que integran el ancho cauce del llamado *Spa- nish dinge” que en realidad debio llamarse “Afro-Cadin American dinge’®. Esto consti tuye una denominacion arbitraria, continua, que se adjudica a la introduccién, dentro de los blues, del jazz, de ritmos, de timbres, compases y otros elementos musicales africanos, afrolatinoamericanos, derivados de los cantos. y las danzas afroamericanas (calenda, tango, chica, habanera, belé, chacha, bahonille, etc), asi como las versiones instrumentales ejecutadas en la plaza Congo, de Nueva Orleans, EE.UU., 0 importadas a la Union por el cauce de las Indias Occidentales. Estas son algunas de Las Habaneras més antiguas y populares compuestas en Buenos Aires en la segunda mitad del siglo xix Elcanto de la Habana, Habanera del pianista Arturo Loreau, estrenada por su autor en el Salon de Recreo el 3 de setiembre de 1862. Danza Habanera, del violinista Paul Julien, estrenada por su autor en el Teatro Colon el 15 de noviembre de 1862. Habanera, de Celestino Patanas, publicada en Buenos Aires en agosto de 1865. La cancién de los negros, habanera de Miguel Rojas, publicada en octubre de 1866 La Aurora y la Zalamera, habaneras de Baltasar Ponsjoan, publicadas en octubre de 1866. La Flor del Aire, danza habanera de Alejandro Paz, publicada en diciembre de 1866 Los amores de un negro, habanera para piano, publicada en agosto de 1868 Habanera para piano, de Oscar Pfeiffer, estrenada por el autor en el teatro Coliseum el 6 de octubre de 1869. Portefta encantadora, habanera ejecutada por la orquesta de la Sociedad Progreso de! Plata en el carnaval de 1871 La pecadora, habanera de Dalmiro Costa, compuesta en 1872, Vente a Buenos Aires, habanera de Eloisa D'Herbil de Romani (de Silva), estrenada por la autora en un concierto realizado en el teatro de la Opera en 1872. Fidela, habanera para piano de Ramén Parborell, publicada en junio de 1874 Tus Ojos, habanera, de Jaime Xarau, publicada en 1876 La chinita, habanera, de Francisco Hargreaves, publicada en abril de 1879. Habanera, de Luis J. Bernasconi, publicada en 1880. 5. Nestor Oderigo. Aspectos de la cultura africana en el Rio de la Plata. Ruy Blas, habanera, de Carlos Rolandone, publicada en 188! Recuerdo de México, 6 danza habaneras, de Edelmiro Mayor, publicadas en 1881 por la casa F. G. Hartmann de Buenos Aires.* En 1870 tienen gran popularidad en los bailes publicos rioplatenses tres formas de di- versas procedencias melédicas, pero idéntico ritmo o forma de acompahamiento. La Milonga, expresi6n local de viejo arraigo. = La Habanera, nacida en Cuba y difundidas por companias espanolas El tango andaluz, que arriba al Rio de la Plata como cancion, sin su danza de origen Luego dird Carlos Vega: “El ritmo comtin, la armonia ritmica que las unifica, es comuin también a numerosos cantos y danzas. Danza Habanera. No es otra cosa que la antigua contradanza, ™ célido de los trépicos. La misica es de un estilo peculiar, y tanto que quien no la ha oido a los naturales del pais, en vano intentard interpretarla aunque la vea perfecta mente escrita, Consta de dos partes, cada una de ocho compases de dos por cuatro, 0 de seis por ocho, formando por la repeticién de aquellos un nimero de treinta y dos. A catia ocho compases corresponde una figura en el baile, las cuales son: paseo. ca dena, sostenido y cedazo. En las dos primeras, miisica baile tienen menos expresion y movimiento, como si el alma y el cuerpo se mostrasen reacios al placer: pero en el sostenido y el cedazo que corresponden a la segunda parte de la musica, ésta es rete zona y picante, ora triste, ora alegre, siempre apasionada. | mecen en- tonces con una coqueteria encantadora” Asi lo dice Edelmiro Mayer en su libro El Intérprete Musical, publicado en Buenos Aires en 1888 dificada por el clima parejas se La coreografia quedaria conformada (segtin este autor y varios documentos consul tados en Cuba)’ con las siguientes figuras: Paseo (8 compases) Cadena (8 compases) Sostenido y Cedazo Figuras libres donde prevalece el movimiento de caderas y la ges- tualidad intencional Todos coinciden que es danza de pareja enlazada 6) Merimée a la condesa de Montijo Coralelo. Ensayo. Memorias de Pio Baroja. Reportajes Madrid 1948. 7. Enero de 1999 en Archivos de Educacién Artistica y en el Teatro Mayor de La Habana (relev de la autora), miento 416. | Bailes - Danzas argentinas Confirmando su vigencia en los bailes de mascaras en el carnaval de 1880 de los te- atros Col6n, Opera. las danzas se ejecutan en el orden siguiente: Polka Habanera Cuadrilla Vals Mazurca Schottisch Cuadrilla (a la francesa) En la revista semanal Buenos Aires del 20/2/1898, se publicé una nota sobre los bai- les de salon considerados modernos en aquella época, y se nombra: Vals, pas de qua- tre, polka militar y pas de patineurs. En 1872 los portefios cantaron La Habanera, Una cancion habanera de sensual ritmo e intencionada letra se difundio por la ciudad y todos los portefios la cantaron, se trata de Vente a Buenos Aires, letra y musica de Eloisa D’Herbil de Romay (despues casada con Federico Silva), quien la estrend en un concierto realizado en el teatro de la Opera el 10 de agosto de 1872. Su letra decia ast: Es mi habanera linda palmera Graciosa y bella, divina huri Jarrén de flores, jardin de amores Que entorno esparce, que entorno esparce, aromas mil. Vente a Buenos Aires do amor y ventura alli te he de dar Pero yo te ruego que a aquellos portefios no mires asi Porque de seguro al verte tan mona se mueren por ti En 1876 aparecié la habanera Los ojos de mi portena, letra de Carlos M. De Egazcue miisica de Enrique Prosper: No me mires con esos ojos portefta mi, por compasién o rendido a tus pies de hinojos te doy entero mi corazon. No me digas que amar no sabes portefta mia, que no es verdad, esos ojos dulces y graves dicen traviesos, amar y amar. La Habanera Piezas compuestas en homenaje a las portefias y porteftos fueron: = Portefia encantadora, habanera, 1871 ‘= Simpatica portefia, habanera de Arturo Bonavia, 1874 Diserio y concepto de sintesis ‘Al buscar historias de las danzas, encontramos los espiritus de La Contradanza, La Ha- banera, las Milongas y otras. Conversando desde siempre... muriendo, llorando épocas, fundiéndose y renaciendo, aparentemente distintas, pero entrelazadas. Podriamos decir que La Contradanza, aparentemente originada en Inglaterra o (como primera noticia) luego vilipendiada por Rameau en 1725. fue recreada con maltiples variantes en Europa Contradanza aho 1725 (variantes en Europa) Espana fines de siglo xvi. Consistia en una serie de danzas con acompariamiento de Polca. “Contradanza larga’ 20 figuras y su correspon- diente mediafigura cada una. América Llega al nuevo Continente (en una de aquellas variantes) y adquiere a su vez caracteres loca- les como pareja abrazada y con otras musicas. © Los cronistas la ven bailar en Chile, Per, Uruguay y Argentina, La reconocen y Ja llaman danzas del pais. = En paises del Caribe puede haber prevalecido el modelo francés difundido desde Haiti. = En Cuba de otro modelo de Contradanza inglesa abierta se pasa al Danzon 0 Danza, luego Danza Habanera, finalmente Habanera. m= La estructura musical en perfodos bien marcados cerrados en si mismos, con esquema temtico |AB, se va ampliando en contacto con otras for- mas europeas Av a6 Bales — Doras argent El amtiguo ritmo nutre al tango argentino ™ Desde 1700 llega a Cuba y La Contradanza invade todas las clases sociales. Alejo Carpentier en su obra La muisica de Cuba refiere al cronista Moreau de Saint Mery quien escribe en 1798: “Los negros imitando a los blancos bailan minués y Con- tradanzas.” La Habanera es elaborada, pues, en el suelo americano. Con los apor tes europeos y locales se la encantraba bailada desde México al Rio de la Plata, € impuesta en Europa se la devolvimos, pero remozada con nuestros aires, m= Llega a la forma de pareja abrazada a fines del siglo x1x con cortes, 0 mas reca tada, en los salones. = En nuestro Folklore grabada en campatia por los especialistas. m= En otras paises formas muy cercanas son el Bambuco Colombiano que pasa a Ve- nezuela coma Merengue, = Fuertes presencias de tanta urdimbre cultural tendida de colores diferentes. Di ficil para unificar o sistematizar. con la trama. Lo cierto es que su presencia. fue intensa y esta palpitando, escondida o haciendo guiftos visibles en toda nuest herencia coreografica y musical Abuela de 15 afins junto a su nieta, hija de indigena y negro La Habanera —1| Partituras fan a (arin ply eR DL yy a apr Ea a (enya ana (esa po Say PaaS ORTH aaa eran DA a Goery, AP Sea Geen rane beri pa aS =— 15 420 | Bailes - Danzas argentinas A LOS INVALIDOS FLOR BEL A DANZA HABANERA COMPUESTA POR- ALEJANDRO FAZ Correo del Domingo” del 2 de diciembre Fig. 400—Le Flor del Aire, danza habanera de Alejandro Paz, publicada en “El de oe) L 4 dareakor 4el La Habanera

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