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LA DEMOCRACIA EN MÉXICO
???????
Un análisis a 10 años de la alternancia
edicions bellaterra
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Impreso en España
Printed in Spain
ISBN: 978-84-7290-000-0
Depósito Legal: B. 00.000-2011
Introducción, 9
Referencias bibliográficas
CUADRO 1
para explorar los distintos niveles de democracia a los que han llega-
do los estados.
Dimensión Variables
Consulta protegida Participación electoral.
Número efectivo de partidos representado en el elec-
torado (Nv).
Nv está medido como uno dividido entre la sumato-
ria de las proporciones de voto obtenido por cada
partido en cada estado al cuadrado.
Número efectivo de partidos representados en el
congreso local (Nc).
Nc está medido como uno dividido entre la sumato-
ria de las proporciones de curules totales obtenidas
por cada partido en el congreso local al cuadrado.
Alternancia de partido en el poder ejecutivo a nivel
estatal.
Protección de la acción Recomendaciones de la CNDH.
arbitraria del estado
Número de estaciones de radio y periódicos estatales.
Guanajuato 2,267
Querétaro 1,747
Baja California 1,587
Distrito Federal 1,295
Jalisco 1,237
Aguascalientes 0,823
México 0,694
Nuevo León 0,615
Sonora 0,535
Zacatecas 0,525
Yucatán 0,440
Campeche 0,397
San Luis Potosí 0,386
Michoacán 0,154
Baja California Sur 0,060
Chihuahua 0,027
Sinaloa –0,087
Durango –0,105
Tamaulipas –0,135
Colima –0,175
Hidalgo –0,436
Puebla –0,530
Veracruz –0,647
Coahuila –0,857
Tlaxcala –0,876
3. En el Apéndice I se encuentran las fuentes de todos los datos y se explica con de-
talle cómo fue construido el IDL, además de mostrar los valores obtenidos para cada
estado mexicano.
CUADRO 3. Continuación
Estado IDL 2006
Morelos –0,971
Tabasco –0,998
Oaxaca –1,104
Nayarit –1,190
Quintana Roo –1,281
Guerrero –1,656
Chiapas –1,743
Índice
Muy bajo
Bajo
Medio
Alto CENTROAMÉRICA
Muy Alto
• Guanajuato
2- Sq r lineal = 0,297
• Querétaro
• Baja California
Distrito Federal
• • Jalisco
Indice de Democracia 2006
1-
Aguascalientes •
Nuevo León • • México
Sonora • Zacatecas • Yucatán
• • • San Luis Potosí
Gerrero
Guerrero
•
Chiapas •
–2 -
–3 -
-2
–2 –1
-1 0 1 2
Indice de Marginación 2005
Índice
Variables institucionales
Otras variables
Conclusiones
Anexo 1
Dimensión I
• Nv5: igual que Nv1, pero para las elecciones locales celebradas
durante el período 2001-2003 (ciclo 5).
• Nv6: igual que Nv1, pero para las elecciones locales celebradas
durante el período 2004-2006 (ciclo 6).
• Ns1: Variable dummy que toma el valor de 1 si Ns > = 2 y 0 en
caso contrario para los escaños asignados en las elecciones lo-
cales para representantes al congreso de los estados celebradas
durante el período 1989-1991 (ciclo 1).
• Ns2: Igual que Ns1, pero para escaños asignados en las elec-
ciones locales celebradas durante el período 1992-1994 (ciclo
2).
• Ns3: Igual que Ns1, pero para escaños asignados en las elec-
ciones locales celebradas durante el período 1995-1997 (ciclo
3).
• Ns4: Igual que Ns1, pero para escaños asignados en las elec-
ciones locales celebradas durante el período 1998-2000 (ciclo
4).
• Ns5: Igual que Ns1, pero para escaños asignados en las elec-
ciones locales celebradas durante el período 2001-2003 (ciclo
5).
• Ns6: Igual que Ns1, pero para escaños asignados en las elec-
ciones locales celebradas durante el período 2004-2006 (ciclo
6).
El IDE se calcula simplemente como la suma de las variables
anteriores:
IDE = Nv1 + Nv2 + Nv3 + Nv4 + Nv5 + Nv6 + Ns1 + Ns2 + Ns3 +
Ns4 + Ns5 + Ns6
Dimensión II
Fuentes
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Introducción
Voto = pB + D > C
Atributos personales
Efectos de grupo
Capital social
Variables contextuales
0,7000 -
Distrito Federal
• Tabasco
• Yucatán
0,6500 - Campeche •
Participación electoral 2006
• Querétaro
• Colima
• Estado de México
• Jalisco
Veracruz •
0,6000 - • San Luis Potosí
Morelos • Nuevo León •
Hidalgo Oaxaca Aguascalientes •
Tiaxcala • • •
•
Puebla • Guanajuato • Quintana Roo
•
Tamaulipas Sinaloa • Sonora
0,5500 - Nayarit •
• • Baja California Coahuila •
• Durango
• Zacatecas
• Michoacán
0,5000 -
• Chiapas • Chihuahua
Sq r lineal = 0,035
• Baja California
• Gerrero
0,4500 -
FUENTE: elaboración propia con datos del IFE <www.ife.org.mx> y CEMEFI <www.cemefi.org>.
70% -
• Yucatán
65% -
Querétaro •
Campeche •
Participación 2006
50% - • Michoacán
Colima • • Coahuila
0,70 -
Identidad partidista
0,65 -
0,64
Probabilidad de voto
Trabajo voluntario
Confianza en el IFE
0,50 - 0,51
0,45 -
sin con
0,55 -
0,50 - 0,51
0,50 Satisfacción con la
Probabilidad de voto
democracia
0,45 - 0,46
0,41
Avance en economía
personal
0,57
0,40 - 0,55
Confianza en partidos
0,35 -
0,30 -
sin con
0,35 -
0,32 Confianza en partidos
0,30 -
Probabilidad de voto
0,30 -
0,27
0,27
0,25 - Asociación padres
de familia
Probabilidad de voto
0,20 - 0,21
Asociación religiosa
0,00 -
no pertenece a pertenece a
Conclusiones
Jean Jacques Rousseau pasando por James Madison, John Stuart Mill,
Robert Dahl, B. Barber, David Held y John Dryzak de que la participa-
ción masiva es la sangre de la democracia representativa, sin embargo
las concepciones difieren sobre qué tanto involucramiento cívico es ne-
cesario o deseable. Por una parte, están las teorías sobre la «democracia
fuerte» que sugieren que el activismo de los ciudadanos es intrínseca-
mente valioso. Mill argumentó que al participar activamente en la vida
cívica, más que al permitir a otros tomar decisiones en su interés, la
gente aprende y crece. En esta visión, involucrar al público puede hacer
mejores ciudadanos, mejores políticas y mejores gobiernos. Por otro
lado, los demócratas Schumpeterianos creen que el papel esencial de
los ciudadanos debe ser relativamente limitado, confinado a la elección
de representantes parlamentarios, junto con un escrutinio continuo de
las acciones del gobierno (Norris, 2002).
Apéndice metodológico
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tual Political Analysis es una muestra del creciente interés por la política no conven-
cional. En dicha obra se expone la creciente expansión de este tipo de actividad políti-
ca en las sociedades contemporáneas y la expansión de su uso.
80 -
65,33
60 -
%
40 -
20 -
10,37
6,843 5,714
3,845 2,787 2,399
1,481 1,235
0-
0 2 4 6 8
sumpartic
6. Las tres más graves (y nunca desmentidas) fueron las de la filtración de padrones
electorales del IFE a la intranet del PAN, la adjudicación de los servicios de software
del IFE al cuñado del candidato panista a la Presidencia, y el compadrazgo entre el
Consejero Presidente del IFE, el responsable del Programa de Resultados Electorales
Preliminares (PREP) y el mismo candidato, Felipe Calderón.
• Ud. Cree que «la ley se aplica a todos por igual para todos» (pre-
gunta n.º 13-a).
• Ud. Cree que «los derechos básicos de los ciudadanos, como la li-
bertad de expresión, la libertad de asociación, y libertad religiosa
están protegidos en México» (pregunta n.º 13-c).
• Algunas personas creen que los ciudadanos pueden influir en las
decisiones que toma el gobierno, otros no creen que esto sea posible
¿Está usted en acuerdo o desacuerdo en que los ciudadanos pueden
influir en las decisiones del gobierno? ¿Mucho? ¿o algo? (pregunta
n.º 17).11
• ¿Hasta qué año estudió usted? (pregunta S6).
• La gente a veces pertenece a distintos tipos de organizaciones, por
favor dígame si usted es un miembro activo, es miembro inactivo,
pertenecía anteriormente o nunca ha pertenecido (y aparecen 9 tipos
de organizaciones)12 (pregunta n.º 29).
10. La obra seminal de este enfoque vinculado a las teorías de la acción colectiva es
Olson (1965).
11. En la respuesta hay una gradación del 1 al 5, los valores más altos indican que no
se cree que los ciudadanos no tengan influencia.
12. Un sindicato, una asociación profesional, un partido político, una organización
religiosa, una organización deportiva, una organización cultural, una asociación de
padres de familia, una asociación de beneficiencia, una organización ambientalista,
una asociación vecinal o de condominios.
13. Entre las que se cuentan sindicatos, asociaciones profesionales, partidos, organi-
zaciones religiosas, organizaciones deportivas, organizaciones culturales, asociaciones
de padres de familia, de beneficencia, ambientalistas, vecinales o de condominios.
Referencias bibliográficas
Escuela sociológica
Seymour Martin Lipset (1960, p. 220) argumentó que: «En cada de-
mocracia el conflicto entre los distintos grupos se expresa a través de
los partidos políticos que en esencia representan una traducción de-
mocrática de la lucha de clases». Él fue uno de los teóricos más im-
portantes del enfoque sociológico. Según Lipset, «la lucha partidista
es un conflicto entre clases y el hecho más impresionante acerca del
apoyo a los partidos políticos es que en casi todos los países económi-
camente desarrollados, los grupos de bajos ingresos votan principal-
mente por los partidos de la izquierda, mientras que los grupos de al-
tos ingresos votan principalmente por los partidos de la derecha»
(Lipset, 1960, pp. 223-224).
Esta visión fue desarrollada en el libro clásico Party Systems and
Voter Alignments (Lipset y Rokkan, 1967), en donde los autores argu-
mentaban que era posible analizar el sistema de partidos de Europa
occidental a partir de dos dimensiones: la dimensión territorial y la
dimensión funcional. Estas dos dimensiones resultaban en cuatro tipos
de oposiciones, que a su vez surgían, por un lado, de la revolución na-
cional y, por otro, de la revolución industrial.
Las divisiones surgidas a partir de las revoluciones nacionales en
Europa occidental eran: a) el conflicto entre la cultura nacional central
y la resistencia de grupos lingüísticos y étnicos en las provincias; b) el
conflicto entre el estado centralizador y los privilegios de las iglesias.
Por otro lado, las divisiones producto de la revolución industrial eran:
c) el conflicto entre los terratenientes y la pujante clase de empresa-
rios industriales; y d) el conflicto entre los propietarios y los em-
pleados (Lipset y Rokkan, 1967, pp. 1-64). De acuerdo con Lipset y
Rokkan, en sus características básicas los sistemas de partidos que
surgieron en Europa occidental podían interpretarse como producto de
la interacción entre ambos procesos de cambio: la revolución nacional
e industrial. Pero la hipótesis más audaz de ellos fue el llamado con-
gelamiento de las divisiones políticas: «los sistemas partidistas de los
años sesenta reflejaban, con pocas pero significativas excepciones, las
estructuras de divisiones de los años veinte... las alternativas partidis-
tas, y en muchos casos las organizaciones partidistas eran más anti-
guas que las mayorías de los electorados nacionales» (1967, pp. 60-
64). Así, para la mayoría de los ciudadanos de Europa occidental, los
partidos activos habían sido parte del escenario político desde su ni-
ñez o al menos desde que ellos tuvieron que enfrentarse a una elec-
ción. Ahora bien, las preguntas: ¿cómo es que estos partidos habían
sido capaces de sobrevivir los cambios sociales, políticos y económi-
cos?, ¿cómo habían logrado mantener grandes grupos de ciudadanos
identificados con ellos por períodos de tiempo tan largos? y, más aún,
¿cómo es que renovaron sus electorados de generación en genera-
ción?, sólo han recibido respuestas parciales.
En primer lugar, Lipset y Rokkan argumentaron que los partidos
que lograron establecer organizaciones de masas y llegaron a contro-
lar estructuras gubernamentales locales antes de los procesos de de-
mocratización de principios del siglo XX han demostrado ser los par-
tidos más viables. Así, sostuvieron que la formación de partidos de
masas en Gran Bretaña a partir de la maquinaria del Partido Conser-
vador contrastaba con la debilidad de la derecha francesa y alemana.
En el caso alemán «no fue sino hasta la derrota del régimen Nazi y la
pérdida del Este protestante que se abrió la oportunidad para la esta-
bilización del sistema de partidos alemán. Con el establecimiento de
la Democracia Cristiana, por primera vez los alemanes fueron capa-
ces de aproximarse al partido conservador tipo inglés.» La conclu-
sión era que «el votante no sólo reacciona a temas inmediatos, sino
que está atrapado en una constelación históricamente dada de opcio-
nes difusas para el sistema en su conjunto» (Lipset y Rokkan, 1967,
p. 64).
Las teorías sociológicas argumentan que hay correlación entre
determinantes sociales (clase, región, raza, religión) y el voto, y que la
correlación permanece relativamente constante a lo largo del tiempo,
ya que los partidos tienden a estabilizar al electorado a través de la
incorporación de distintos grupos, dentro de su organización y la for-
mación de identidades políticas» (Lipset y Rokkan, 1967). En otras
palabras, la pertenencia a un grupo o clase social determina en gran
medida tanto la creación de partidos políticos como la identificación
de los individuos con ellos. Magaloni (1994) distingue dos limitacio-
nes en estos enfoques: «en primer lugar, que no son capaces de prede-
cir cambios en el comportamiento electoral cuando los determinantes
sociales permanecen constantes y, en consecuencia, no logran explicar
la mayor volatilidad electoral que prevalece en casi todas las demo-
cracias contemporáneas. Segundo, que en los sistemas democráticos
Escuela psicológica
Los enfoques de elección racional parten del supuesto de que los elec-
tores deciden su voto de acuerdo con cálculos de utilidad esperada. El
modelo del votante racional fue desarrollado por Anthony Downs en
An Economic Theory of Democracy y formalizado por William Riker
y Peter Ordeshook. De acuerdo con dicho enfoque, los individuos son
maximizadores de una función de utilidad que depende de los benefi-
cios (medidos básicamente en términos de políticas implementadas
por el partido que resulte ganador) y costos esperados del voto (medi-
dos principalmente en términos de tiempo). El individuo tenderá a vo-
tar por el candidato que se encuentra más cercano a sus posiciones
políticas ideales y del que espera mejor desempeño. A diferencia de
identidad y voto) ocurre porque los lazos de largo plazo entre los par-
tidos y sus votantes se ven fortalecidos por visiones estables que tie-
nen los votantes sobre los principios y/o imágenes de los partidos;
además, muchas de las lealtades de los votantes se fortalecen gracias a
las visiones negativas que tienen los votantes sobre los partidos oposi-
tores.» (Richardson, 1991, p. 751). En síntesis, la experiencia política
de los individuos es fundamental, tomando en cuenta las evaluaciones
retrospectivas del partido en el gobierno. En México se han señalado
dos componentes centrales de la identidad: la evaluación retrospectiva
de la actuación del gobierno y los sentimientos negativos hacia los
partidos, en especial hacia el PRI (Estrada, 2005).
70,00 -
65,71%
60,00 -
50,00 -
40,00 -
34,29%
30,00 - 28,81%
21,94%
20,00 -
12,35%
10,00 -
2,61%
0,00 -
PAN PRI PRD Otro Total No
partidistas partidistas
FUENTE: Encuesta USAL-COLMEX.
repite en el caso del PRI; además, según el modelo, también tener una
mayor edad y ser de sexo masculino son factores que favorecen la
identificación con dicho partido. Esta es una fotografía nacional, pero
¿qué ocurre en los estados?
60 - 58,63
50 - 48,68
El cuadro anterior permite ver que los estados en los que ha go-
bernado un determinado partido los niveles de identidad partidista de
ese partido tienden a ser mayores. Tal es el caso de Guanajuato para el
PAN, de Michoacán para el PRD y de Veracruz para el PRI. El caso
del Estado de México es interesante, ya que aunque siempre ha sido
gobernado por el PRI, hay un tripartidismo bastante bien implantado.
El tripartidismo también se presenta en Guerrero. Con base en los da-
tos anteriores cabe preguntarse: ¿cuál es el impacto de los años de
gobierno de un determinado partido en la identidad partidista? O, por
el contrario, ¿una mayor identidad partidista antecede a las victorias
de cierto partido? Lo que puede decirse es que se trata de un complejo
proceso que involucra la organización y movilización que realizan los
partidos, los recursos que obtienen de estar en el gobierno, sus resul-
tados como partido gobernante y su capacidad de influir en la identi-
dad de los nuevos votantes.
El cuadro siguiente, basado en la tipología propuesta por Dalton
(1996, p. 188), comprende dos dimensiones: movilización cognitiva
(sofisticación e interés políticos) y partidismo.2 Se tienen cuatro tipos:
los apartidistas, que son individuos que no tiene una identidad parti-
dista pero que sí están bastante interesados y conocen de cuestiones
2. Se clasificó como partidista a todo aquel que expresó en la encuesta que tenía al-
guna identidad partidista, sin importar la intensidad de ésta. En el caso de la moviliza-
ción cognitiva se construyó una variable dicotómica de interés en la política a partir de
la pregunta sobre la frecuencia con la que hablaba de política el encuestado.
Ahora bien, para comparar lo que pasa en los estados con lo que
pasa en el ámbito nacional hemos construido cinco modelos logit para
tratar de explicar los determinantes de la identidad partidista en los
estados. Como podemos ver, en Guanajuato las identidades partidistas
del padre y de la madre son significativas y ayudan a explicar la iden-
tidad de los panistas y perredistas. En el caso de los priístas, sólo la
Con base en los modelos anteriores puede afirmarse que las va-
riables fundamentales para explicar el voto son las políticas. Se reafir-
ma que la identidad partidista es el factor que más afecta el voto por
determinado partido. El voto previo también es una variable significa-
tiva para los tres partidos. En el caso del PRI salta a la vista el hecho
de que la lealtad partidista sea significativa en sentido inverso. Es de-
cir, que en 2009 el PRI logró atraer a votantes que no siempre votan
por el mismo partido (independientes). Tal hecho explicaría en buena
medida la diferencia positiva para ese partido entre las elecciones de
2006 y 2009; en la primera sólo consiguió el llamado «voto duro», en
1-
0,98
0,9 -
0,8 - 0,8
Probabilidad de voto %
0,7 -
0,64 PAN
0,6 -
0,57
0,5 - PRI
0,4 - PRD
0,3 -
0,25
0,2 -
0,1 -
0,06
0-
0 1
Identidad partidista
3. En este caso las probabilidades han sido calculadas para una mujer de edad, esco-
laridad e ingreso promedio, optimista tanto con su situación personal como con la del
país, con un nivel de asociacionismo promedio, que no votó por el partido con el que
se sentía identificada en 2006.
situación económica del país mejorará y, por supuesto, los que vota-
ron por el partido en 2006 y que se identifican con este partido. Por el
PRI votan más los de mayor edad, los que tienen más escolaridad, que
han visto su situación personal mejorar, que piensan que la situación
económica del país empeorará, los que votaron por el partido en 2006
y que se identifican con este partido. En el caso del PRD las variables
significativas sólo son los que votaron por él en 2006 y que tienen una
identidad perredista.
consideran panistas. Respecto al PRI votan más por este partido los
que piensan que su situación personal ha mejorado, que la situación
económica del país empeorará, los que votaron por el partido en 2006
y quienes tienen identidad priísta. Finalmente, por el PRD votan más
aquellos que piensan que su condición económica mejoró (ello proba-
blemente se debe a que tal partido gobierna en Michoacán), los que
votaron por él en 2006 y que tienen una identidad perredista.
4. Se podría aventurar la hipótesis de que la volatilidad está más relacionada con las
dinámicas partidistas locales que con la identidad partidista de los electores. Sin em-
bargo, habría que hacer análisis de mayor profundidad para probar tal afirmación.
¿Los que tienen una identidad partidista son más participativos, están
más interesados en la política y más satisfechos con la democracia?
La siguiente tabla muestra las correlaciones de los que tienen identi-
dad partidista con variables como satisfacción con la democracia, in-
terés en la política, número de actos políticos realizados, percepción
de eficacia política (que tanto consideran que pueden modificar el ám-
bito político) y el índice de democracia local construido.
Conclusiones
Apéndice metodológico
Referencias bibliográficas
Introducción
1. Declaración de José Woldenberg, presidente del Consejo General del Insituto Fe-
deral Electoral (IFE) entre 1996-2003. Citado en Cornelius (2002).
2. En este artículo se hace referencia a la pérdida de fuerza de las prácticas ligadas al
fraude electoral comparando las etapas pre y post reformas. Sin embargo no se habla
en ningún caso de «desaparición» de todas las prácticas fraudulentas. Tanto es así que
en las elecciones presidenciales de 2006, México estuvo paralizado durante varios me-
ses por las denuncias de fraude del candidato de la Coalición por el Bien de Todos
—encabezada por el PRD—, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) contra su prin-
cipal competidor, Felipe Calderón (PAN), que había ganado las elecciones por un már-
gen del 0,58 % del voto válido.
4. Romero (2007, p. 5) enumera, como las más conocidas, a las uniones de crédito,
comisariados ejidales, comisariados de bienes comunales, ligas de comunidades agra-
rias, secciones sindicales, centrales obreras, que intervenían de acuerdo con su tamaño,
su fuerza y su representatividad.
5. Ward (1998, pp. 117-124) añade como factores que influyen en la tendencia hacia
la tecnocracia: la necesidad de los partidos de ejercer un gobierno efectivo con el fin
de conseguir el poder, el nivel de desarrollo económico y el impacto de las políticas
públicas y la reforma constitucional.
6. Esta explicación está presente también Schedler (2004), que advierte que, a fines
de la década de los noventa, las presiones de la competencia interpartidista habían
conducido de manera patente a un resurgimiento de las prácticas clientelares: «[los
dirigentes locales del PRI] pasaron del fraude electoral, que se había vuelto casi impo-
sible, a la compra de votos, que pronto se volvió habitual. El clientelismo, en vías de
disolución como forma de ejercicio del poder, reapareció como estrategia de moviliza-
ción electoral» (2004, p. 60).
7. Véanse los informes de FEPADE, disponibles para los años 2002 a 2009: <http://
www.pgr.gob.mx>.
8. Para las elecciones de 2000, véase el volumen 4 de FLACSO (2001) en el que se
cuantifican los textos aparecidos en la prensa sobre la compra de votos y otros meca-
nismos de coacción.
1600 -
1400 -
1359
1200 - 1179
1155
1000 -
954
848
800 -
200 -
0-
-
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
FUENTE: Elaboración propia a partir de FEPADE.
* Algunos autores explican este aumento por la existencia de mayores y más efecti-
vos canales para presentar denuncias y no por un aumento de los delitos electorales.
9. Las averiguaciones previas (artículos 18, fracción I, y 45, fracción I, del Regla-
mento de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República) consiste en el
procedimiento para investigar con minuciosidad un hecho denunciado que se presume
delictivo y que, en el caso de competencia de la Fiscalía, pudiera constituir un delito
electoral federal.
Los diez años transcurridos desde las elecciones de 2000 son un buen
momento para evaluar el desarrollo del clientelismo en México y los
cambios producidos en torno a estas prácticas. Los datos empíricos
para examinar esta cuestión en el caso de México han sido escasos. Se
limitan a un reducido número de estudios y encuestas10 vinculadas a las
elecciones de 2000 que han dado lugar a la publicación de interesantes
trabajos que buscan medir la magnitud y eficacia del clientelismo y las
características de los clientes (Aparicio, 2002; Aparicio y Hernández
Corrochano, 2005; Cornelius, 2002; Del Pozo y Aparicio, 2001).
En este apartado se presenta la información de la encuesta USAL-
Colmex que permite observar la magnitud del intercambio clientelar
durante las elecciones de 2006, el tipo de bienes que reciben los ciuda-
danos, los partidos más proclives a utilizar este tipo de manipulación y
la percepción de eficacia que tiene la población sobre esta práctica.
10. Este número es limitado por la dificultad metodológica que tiene medir tanto el
ofrecimiento de regalos como la efectividad que esos regalos tienen en su influencia en
el voto.
La tentación clientelar
Para examinar en qué medida los ciudadanos han sido «tentados» por
los partidos políticos y han aceptado participar en intercambios clien-
telares se formuló la siguiente pregunta: Ahora por favor dígame, du-
rante la actual campaña electoral, ¿usted ha recibido algún regalo de
algún candidato o partido?
En la tabla 1 se pueden observar las respuestas de los ciudadanos
a esta pregunta. Como cabe esperar la mayoría de la población expre-
sa no haberse enfrentado a este tipo de prácticas. Sin embargo, un
11,1 % de los entrevistados manifestó haber recibido regalos por parte
de algún candidato o partido.
11. La pregunta en ese estudio fue: «¿En las últimas semanas de la campaña, recibió
regalos o asistencia de algún partido político?». El 14,7 % de los encuestados respon-
dió afirmativamente en la cuarta muestra y el 10, 6 % lo había hecho en la tercera
(Cornelius, 2002).
(2002), que muestran que, para las elecciones de 2000, el PRI fue el
partido que más regalos distribuyó (60 %) seguido del PAN (21,08 %),
el PRD (14,05 %) y Otros (4,86 %).13
Sin embargo, estos datos contrastan con los de Aparicio (2002),
también para las elecciones de 2000, para quien el PAN (37 %) fue el
partido más prolífico en las acciones de manipulación, seguido del
PRI (33 %) y muy alejado del PRD (6 %). No obstante, cabe aclarar
que su trabajo incluye otras prácticas de manipulación en la medición
de la inducción a la compra y coacción del voto y no sólo la entrega de
bienes, lo que podría explicar las diferencias.
14. Esta línea de investigación sobre el clientelismo en América Latina, de corte más
etnográfico, que examina su funcionamiento desde la perspectiva de los votantes que
participan del intercambio, fue recuperada por Auyero (1997) en su trabajo sobre la
relación clientelar que se establece entre los punteros peronistas y los ciudadanos de
una villa miseria del conurbano bonaerense argentino. Su investigación explica des-
criptivamente cómo funcionan estas redes.
En este sentido, el presupuesto del que parte el trabajo de Schedler (2004) es la
idea extendida en la literatura politológica de que las necesidades físicas de los pobres
y la pobreza fuerzan a los electores a intercambiar sus derechos políticos por favores
materiales. Su investigación, sin embargo, concluye afirmando que los ciudadanos re-
chazan el clientelismo, defienden su autonomía individual y demandan políticas uni-
versalistas y que, por lo tanto, la institución informal del clientelismo electoral sufre de
Los trabajos que analizan el perfil del votante clientelar en los países
latinoamericanos, es decir, que estudian en qué votantes deberían los
partidos invertir sus recursos para la compra de votos o cuál es la po-
blación más vulnerable a la compra de voto, se centran en examinar
principalmente dos cuestiones como explicaciones más plausibles al
intercambio clientelar. Estas dos cuestiones son: las características so-
cioeconómicas de los potenciales «clientes» y la intensidad de sus
preferencias político partidistas.
Gran parte de la literatura ha utilizado a las características so-
cioeconómicas de los ciudadanos como predictores de la intensidad de
las prácticas clientelares y el uso del patronazgo.15 Estas investigaciones
se centraron en analizar bajo qué condiciones operan estas transaccio-
nes en los diferentes sistemas políticos, confirmando «el hallazgo clási-
co acerca de la mayor penetración de estas redes en los sectores pobres
de la sociedad, para quienes los beneficios marginales obtenidos al en-
trar al pacto clientelar intercambiando la promesa de apoyo electoral
por bienes (relativamente «baratos» desde el punto de vista del patrón)
son mayores y más significativos» (Luna, 2007, p. 415). Tanto para el
20. En esta línea están los estudios que analizan la manipulación de los programas
sociales contra la pobreza. Con el acento puesto en la estructuración y el funciona-
miento de redes clientelares y utilizando como base la puesta en marcha de programas
sociales focalizados por parte de gobiernos neoliberales, los estudios politológicos re-
cuperaron esta variable como explicación. Lo hicieron para analizar el caso de PRO-
NASOL en México (Magaloni et al., 2006; Magaloni, Estévez, y Diaz-Cayeros, 2000);
para los programas de asistencia social en Argentina (Calvo y Murillo, 2004; Gibson y
Calvo, 2001; Nazareno et al., 2006); las campañas de asistencialismo organizadas bajo
el gobierno de Fujimori en Perú (Schady, 2000) o las redes de apoyo social articuladas
por Hugo Chávez en Venezuela en torno a los Círculos Bolivarianos (Hansen et al.,
2004; Hawkins y Rosas, 2006; Hawkins, Rosas, y Johnson, 2006; Rosas, 2006).
21. La hemos denominado así porque la entrega de regalos está pensada como una
estrategia de tentación para que quien la recibe vote por quien la entrega.
TABLA 6. Continuación
Modelo 1 Modelo 2 Modelo 3 Modelo 4
Pertenencia a organización de
beneficiencia (Categoría de re-
ferencia Miembro activo)
Nunca ha pertenecido –0,935** 0,393 –0,910* 0,402 –0,719 0,487
Pertenecía anteriormente –1,393*** 0,248 –2,249*** 0,105 –1,878** 0,153
Miembro inactivo –1,807*** 0,164 –1,613 0,199 –1,019 0,361
Voluntariado –0,384* 0,681 –0,425 0,654 –0,233 0,792
Identificación partidista (cate-
goría de referencia ident. PRD)
Identificación PAN –0,432* 0,649 –0,358 0,699
Identificación PRI –0,086 0,918 –0,144 0,866
Lealtad de voto –0,245 0,783 –0,287 0,751
Corrupción 0,891*** 2,437
Democratización (Categoría de
referencia muy alta)
Muy Baja –0,112 0,894
Baja 0,294 1,342
Media 0,132 1,141
Alta 0,649** 1,914
Constant –1,228 0,160 0,530 1,699 0,091 1,095
N 2523 2399 1366 1169
R Nagelkerke 0,030 0,055 0,075 0,11
2 LL 1700,328 162,421 941,029 801,163
22. En ese trabajo son los adultos mayores los que tienen más probabilidades.
23. Si bien se observa entre los simpatizantes del PAN una menor probabilidad de
haber recibido regalos a cambio de su voto esta relación deja de ser significativa, aun-
que mantiene su signo, con la inclusión de todas las variables.
Con el objetivo de comprobar qué tan efectivas son las entregas de bie-
nes durante las campañas electorales, mediante una regresión multino-
mial, se puso a prueba la influencia que éstas prácticas ejercen sobre la
probabilidad de votar al candidato que la entregó. La variable dependien-
te aquí es el partido al que votó (recogida en la pregunta del cuestionario,
a quién votó en las pasadas elecciones de 2006)24 y el universo que se
analiza son los ciudadanos que confesaron haber recibido regalos.
Para el caso de México durante las elecciones de 2000, Corne-
lius (2002) creó un perfil de personas con más probabilidades de ser
compradas o coaccionadas (es decir, de votar por el partido que lo
hizo). Ellas fueron las mayores de 50 años, principalmente varones,
con educación media (educación completa o algún tipo de educación
secundaria pre-universitaria), bajos ingresos y habitantes de ciudad.25
A este modelo le incorporó, como variable explicativa, la recepción de
regalos y halló que el candidato que más réditos obtuvo de esta prácti-
ca fue Vicente Fox, del PAN, seguido de Cuauhtémoc Cárdenas, del
PRD, y el que menos, Francisco Labastida, del PRI.
Con el siguiente análisis estadístico no buscamos definir el perfil
de los votantes de cada partido sino simplemente comprobar si ha influi-
24. Las respuestas fueron recodificadas y sólo se mantuvieron las opciones: «Felipe
Calderón del PAN», «Roberto Madrazo de la Alianza por México –PRI-PVEM»; «An-
drés Manuel López Obrador de la Coalición por el Bien de Todos –PRD-PT-Convergen-
cia». Fueron excluidas las opciones: «Roberto Campa de Nueva Alianza», «Patricia Mer-
cado de Alternativa Socialdemócrata y Campesina», «anulado», «no votó», «NS/NC».
25. El perfil de votante clientelar en el trabajo de Cornelius se construyó con infor-
mación extraída de la consulta Mitoksky de salida y el Estudio México Panel 2000
(entrevistas de la cuarta secuencia).
Conclusiones
ca, tanto el PAN como el PRD (y otros partidos menores), han canali-
zado fondos y adaptado sus comportamientos en esta arena, fragmen-
tando parcialmente un campo en el que antes el PRI era un jugador
casi monopólico.
Del análisis sobre el perfil del votante clientelar llevado a cabo
se pueden extraer varias conclusiones. En primer lugar se ha constata-
do la estabilidad de algunas tendencias encontradas por estudios ante-
riores en cuanto al perfil sociodemográfico de los ciudadanos que
mantienen relaciones clientelares con los partidos políticos. Como el
hecho de que está práctica no está asociada con un nivel bajo de estu-
dios y que esté más afianzada entre los ciudadanos de más edad que
entre los jóvenes votantes.
No obstante, las variables sociodemográficas no parecen ser las
más relevantes para explicar la dimensión de la tentación. Así lo evi-
dencian la ausencia de relación con factores tradicionalmente señala-
dos como influyentes en los vínculos clientelares como el nivel de
ingresos o el hábitat de residencia y su pérdida de fuerza cuando se
exploran otros modelos teóricos explicativos. Según los datos analiza-
dos, hoy el clientelismo no diferencia a “sus clientes” por la zona en la
que residen, lo cual evidencia una expansión hacia los espacios urba-
nos, tradicionalmente menos expuestos a esta práctica. Lo mismo su-
cede con el nivel de ingresos, cuya incapacidad de segmentación co-
rrobora una dispersión hacia otros sectores socioeconómicos.
Tampoco otros factores utilizados ampliamente en la literatura
para explicar el clientelismo como son la lealtad y la identificación
partidista parecieron haber incidido en las elecciones presidenciales
de 2006. Las estrategias de intento de compra de voto en esta contien-
da estuvieron diversificadas y fueron equilibradas entre votantes lea-
les y marginales.
En segundo lugar, en cuanto a las variables relacionadas con la
participación sociopolítica organizada, el estudio ha revelado cuestio-
nes importantes sobre las que debe indagarse con mayor profundidad
para entender el fenómeno del clientelismo electoral. Así, se ha apre-
ciado que la participación activa en asociaciones de beneficencia o
sindicales incrementan la probabilidad de haber recibido regalos a
cambio del voto. Esto hace necesario un análisis acerca de la forma en
que los distintos tipos de asociaciones participativas canalizan sus de-
mandas e intercambios con los partidos políticos y con los candidatos
Referencias bibliográficas
llory (1997) demostraron que existía una relación entre las preferen-
cias políticas de los ciudadanos y su grado de satisfacción con la de-
mocracia. Aquellas personas cuyo partido político (al que se sienten
cercanos o por el que han votado) haya ganado las elecciones se
muestran más satisfechas que aquellos denominados «perdedores» del
proceso electoral.2
Nadeau et al. (2000), en una investigación realizada en Canadá,
descubrieron como un porcentaje importante de personas que se ha-
bían declarado satisfechas antes del proceso electoral, se convirtieron
en insatisfechas después de las elecciones, y esto tenía que ver con el
partido político al que habían votado, y los resultados obtenidos por
éste. Es lo mismo que reflejan otros autores (Montero et al., 1997) al
sostener que este concepto de satisfacción muestra simultáneamente
tanto la evaluación del régimen político como la evaluación del go-
bierno o del partido que esté en ese momento en el poder.
La calidad de las instituciones políticas (tanto formales como in-
formales) también ha sido considerada como variable explicativa de la
(in)satisfacción con la democracia. Wagner et. al. (2006) sostienen
que las instituciones que promueven la participación política, y pro-
porcionan buenos servicios públicos incrementa el grado de satisfac-
ción de los ciudadanos. Sin embargo, estos autores ponen de manifies-
to la dificultad de identificar una única, o un conjunto, de instituciones
que capturen el concepto «instituciones de alta calidad». Por eso utili-
zaron hasta catorce indicadores entre los que se encontraban la capa-
cidad de control de la corrupción, desigualdad, pluralidad política,
fragmentación política, rule of law, tamaño de la economía sumergi-
da, etc.; llegando a la conclusión de que la presencia de este tipo de
instituciones que controlen la corrupción, o que se preocupen por ga-
rantizar el buen cumplimiento de la ley, incrementa positivamente la
satisfacción.
Hofferbert y Klingemann (1999) tomaron como punto de partida,
para explicar la satisfacción con el funcionamiento de la democracia, la
2. Uno de los mejores instrumentos para captar la influencia del proceso electoral en
el cambio de satisfacción de los electores reside en la realización de estudios panel,
con información recogida antes y después del proceso electoral. Sin embargo, en este
proyecto esta aproximación no ha sido posible ya que la recogida de información se ha
producido en un solo momento. Lo que sí se ha intentado es que no fuera ni pre ni
postelectoral para que las respuestas estuvieran lo menos condicionadas posible.
FUENTE: LAPOP.
8. Esta correlación positiva también ha sido destacada por otros autores y para otros
países por Seligson y Smith (2010) en su último informe «Cultura política de la demo-
cracia, 2010».
Una variable que sirve como indicador de largo plazo significa que
representa aspectos interiorizados y estables a lo largo del tiempo,
que no se alteran con facilidad por cambios en un momento concreto,
11. El número de casos total por estado sobre el que se lleva a cabo el análisis de
regresión se ve reducido al no incluir aquellas personas que se declaran «ni satisfechas
ni insatisfecha». En Guerreo 200 casos, en Veracruz 178 casos, en Michoacán 132 ca-
sos, en el Estado de México 118 casos y en Guanajuato 169 casos.
Conclusiones
una relación entre los estados más y menos satisfechos con aquellos
que, de forma agregada, están más o menos desarrollados democráti-
camente. Sin embargo, cuando se analizan las variables explicativas
del grado de satisfacción encontramos que, para algunos de los esta-
dos, la lógica de asociarlo a variables de corto plazo tiene un mayor
poder explicativo que a las de largo plazo.
Los estados con menor valor en el índice de desarrollo local son
los más influenciables por la racionalidad económica a la hora de ex-
presar su satisfacción con como está funcionando la democracia. Sin
embargo, los estados ubicados en el extremo opuesto del índice, es
decir, con valores altos en el desarrollo local están significativamente
más influenciados por variables de largo plazo. En ellos el nivel de
satisfacción responde a elementos actitudinales (representatividad po-
lítica y electoral, y derechos civiles) más que de evaluación de costes
y beneficios económicos ligados a la coyuntura.
Las hipótesis teóricas en torno a qué variables pueden tener un
impacto en el grado de satisfacción con la democracia son relevantes,
pero esas variables no deben tratarse exclusivamente de forma biva-
riada, es importante incorporar el mayor número de variables en los
modelos explicativos, así como incrementar el nivel de segmentación
de la unidad de análisis para captar el efecto que provoca sobre la va-
riable a explicar.
Los resultados de este trabajo insisten por tanto en la necesi-
dad de trabajar con indicadores a nivel subnacional para alcanzar
una imagen más real de la variabilidad que presentan algunos índi-
ces al interior de los países; así como buscar indicadores tanto de
corto como de largo plazo para explicar dicha variabilidad. Los da-
tos agregados pueden ir acompañados de otros individuales que re-
fuercen, como el caso objeto de este proyecto los argumentos teóri-
cos en torno al desarrollo democrático a nivel nacional o a nivel
subnacional.
Anexo metodológico12
Variable dependiente:
Satisfacción con el funcionamiento de la democracia
Variables independientes:
12. Las variables han sido recodificadas para que los valores negativos, o con refe-
rencias de menor satisfacción, aprobación, cercanía o grado de acuerdo estén asocia-
dos a valores bajos, y los valores positivos a los valores altos. De esta manera, los
coeficientes de correlación y los coeficientes de la regresión pueden interpretarse en
términos positivos.
—Aprueba mucho
—Aprueba algo
—Reprueba algo
—Reprueba mucho
5. Ganador o perdedor
en las decisiones que toma el gobierno, otros no creen que esto sea
posible. Usted, ¿está de acuerdo o en desacuerdo en que los ciudada-
nos pueden influir en las decisiones del gobierno? ¿Muy o algo?»
—Muy de acuerdo
—Algo de acuerdo
—Ni de acuerdo ni en desacuerdo
—Muy en desacuerdo
8. Confianza institucional
El Presidente
Él gobernador
Los diputados federales
Referencias bibliográficas
Aquiles Magide
Introducción
FUENTE: ENSI-6.
FUENTE.: ENSI-6.
FUENTE: ENSI-6.
FUENTE: ENSI-6.
FUENTE: ENSI-6.
21. Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas ciudadanas, 2008. Disponi-
ble en <www.encup.gob.mx/encup>.
22. CIDAC, 2009.
23. Nota de prensa emitida por la CNDH en fecha 2 de octubre de 2010. Disponible
en la web de la CNDH.
24. Informe del Departamento de Estado de EE.UU., sobre Prácticas de Derechos
Humanos en 2008 en México. Accesible en: <www.usembassy-mexico.gov/textos>.
FUENTE: Informe Del Centro de Derechos Humanos Miguel Pro Juárez, 2010.
26. Según los datos facilitados por la CNDH, en el período de 2005 a 2008 se habían
producido 1727 detenciones arbitrarias, mientras que solo en el año 2009 hasta sep-
tiembre de 2010 se habían incrementado a 2.415. Algo similar ha sucedido con la co-
misión de tratos crueles y/o degradantes que pasaron de 1.531 entre los años 2005 a
2008, y en el año 2009 hasta septiembre de 2010 se incrementaron a 2.196
27. Los datos de abusos cometidos, número de víctimas y Estados en los que más
abusos se han cometido, constan en el Informe del Centro Derechos Humanos Miguel
Agustín Pro Juarez, A.C., 2010
TABLA 10. Estados en los que más abusos se cometieron por parte de
miembros de las fuerzas armadas: (porcentajes sobre el total)
Estado (%)
Guerrero 18
Sinaloa 15
Tamaulipas 14
Chihahua 13
Michoacán 8
Según estos datos del Informe emitido por el Centro DºHº Mi-
guel Agustín Pro Juárez, en el Estado de Guerrero se habrían produci-
do cinco situaciones de violación de derechos por cada mil soldados
desplegados.
La CEDH del Estado de Guerrero recibió 155 quejas contra ele-
mentos del Ejército Mexicano por abusos cometidos por elementos de
las fuerzas armadas; 173 por detención arbitraria, 138 por acciones
contra la integridad y 90 por actos contrarios a la inviolabilidad del
domicilio. Adoptó Medidas Cautelares a favor de 107 defensores civi-
les de derechos humanos.28 Un Estado en donde, a pesar del desplie-
gue masivo de fuerzas armadas en número superior a 7.500 miembros
en el Operativo Conjunto Guerrero,29 la percepción de inseguridad en
sus ciudadanos aumentó en un 27 % entre 2004 y 2008.
La evolución del número de Recomendaciones30 de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos y la institución a la que van dirigidas,
es un indicador excelente del impacto que el despliegue de las fuerzas
FUENTE: CNDH.
GRÁFICA 1
70 -
60
60 -
54 53
52
50 - 48
43
41
40 - 37
%
30 -
20 -
10 -
0-
2005 2006 2007 2008
FUENTE: CNDH.
FUENTE: ENSI-6.
A modo de conclusiones
Referencias bibliográficas
Introducción
…existe una nueva relación entre los políticos, el público y los expertos
penales en la que los políticos dan más directivas, los expertos son me-
nos influyentes y la opinión pública se torna un punto clave de referen-
cia para evaluar las diversas opciones.
Uruguay -
Venezuela -
R. Domincana -
Bolivia -
Brasil -
Ecuador -
Guatemala -
Nicaragua -
El Salvador -
Perú -
Belice -
México -
Honduras -
Guayana -
0 10 20 30 40 50 60 70
Similar changes in the economic and political landscape [of Latin Ame-
rica] would have surely triggered a torrent of books and research inter-
ests. Yet, one of the most puzzling questions in the literature is why
such a drastic deterioration in public security and rise in criminal acti-
vity have not produced a wave of new volumes in the field.
4. Para medir apoyo y satisfacción con la democracia se han utilizado las preguntas
15 y 16 del cuestionario Base de Datos USAL-Colmex. P.15 «¿Cuál de las siguientes
frases se parece más a su manera de pensar? La democracia es preferible a cualquier
otra forma de gobierno; un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democráti-
co; da lo mismo un régimen democrático que uno no democrático». P.16. «En general,
¿está Ud. muy satisfecho, algo satisfecho, algo insatisfecho o muy insatisfecho con el
funcionamiento de la democracia en nuestro país?».
5. Para analizar la eficacia del estado en la lucha contra el crimen se han considerado
las preguntas 41 del cuestionario Base de Datos USAL-Colmex que mide el nivel de
confianza en una serie de instituciones o grupos: «Por favor, dígame qué tanto confía
en ellas; mucho, algo, poco o nada». De todas las instituciones se analizan sólo aque-
llas que tienen que ver con la lucha contra el crimen (Fuerzas Armadas y policía). Otra
de las preguntas utilizadas es la P.10: «Ahora dígame, si Ud. tiene una muy buena,
buena, mala o muy mala opinión de: los jueces, los juzgados y el ministerio público».
A partir de estas tres variables se ha creado una sola que mida la opinión de los ciuda-
danos sobre el «sistema de justicia». Para ello, se suman las respuestas dadas a cada
uno de ellos (jueces, juzgados y ministerio público) y se divide entre tres. Y, por últi-
mo, se emplea la pregunta 8 del cuestionario sobre «¿qué tan efectivo considera Ud.
que es el (gobierno federal, el gobierno estatal y el gobierno municipal) en términos de
mejorar la seguridad pública?; Muy inefectivo, algo inefectivo, algo efectivo, muy
efectivo». De nuevo, se crea una única variable que mida la efectividad de los tres or-
ganismos en la mejora de la seguridad pública.
the failure to make significant stripes in the study, evaluation, and poli-
cy recommendations of crime and public security in Latin America lies
in the miserable state of the data. Sources are scant, organization is
poor, and the quality is substandard.
CUADRO 1. Porcentaje de personas que dice haber sido víctima (ella o algún
familiar) de delito (%)
Total Est. de
Tipo de delito México Guanajuato México Michoacán Guerrero Veracruz
1600 -
1550 -
1500 -
1450 -
1400 -
1350 -
1300 -
1250 -
–
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
FUENTE: INEGI.
Campeche -
Coahuila -
Colima -
Chiapas -
Chihuahua-
Distrito Federal -
Durango -
Guanajuato -
Hidalgo -
Jalisco -
México -
Michoacán -
Nayarit -
Nuevo León -
Oaxaca -
Puebla -
Quintana Roo -
San Luis Potosí -
Sinaloa -
Sonora -
Tlaxcala -
Zacatecas -
-
Morelos -
Querétaro -
Guerrero -
Veracruz -
Yucatán -
Tabasco -
Tamaulipas -
FUENTE: INEGI.
2.000 -
1.800 -
1.600 -
1.400 -
1.200 -
1.000 -
800 -
600 -
400 -
200 -
0-
–
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
4.000 -
3.500 -
3.000 -
2.500 -
2.000 -
1.500 -
1.000 -
500 -
0-
–
–
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
4.000 -
3.500 -
3.000 -
2.500 -
2.000 -
1.500 -
1.000 -
500 -
0-
–
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
8.000 -
7.000 -
6.000 -
5.000 -
4.000 -
3.000 -
2.000 -
1.000 -
0-
–
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
45 -
40 - Guanajuato
35 -
Guerrero
30 -
25 - Edo. México
20 - Michoacán
15 - Veracruz
10 -
5-
0-
2004 2005 2006 2007 2008
FUENTE: INEGI.
8. Porcentaje de muertes por homicidio con respecto al total de muertes violentas por
entidad federativa y sexo, 2004 a 2008. INEGI-estadísticas de mortalidad.
35 -
Chiapas
30 -
Quintana Roo
25 - Nayarit
20 - Oaxaca
Tabasco
15 -
Morelos
10 - Tlaxcala
5- Coahuila
Puebla
0-
2004 2005 2006 2007 2008
FUENTE: INEGI.
60 -
Hidalgo
50 - Colima
Tamaulipas
40 - Durango
Sinaloa
30 - Chihuahua
Baja California
20 - Sur
San Luis Potosí
10 - Campeche
Yucatán
0-
2004 2005 2006 2007 2008
FUENTE: INEGI.
50 -
Zacatecas
45 -
40 - Sonora
35 - Nuevo León
30 -
Aguascalientes
25 -
20 - Jalisco
15 - Distrito Federal
10 -
Baja California
5-
0- Querétaro
2004 2005 2006 2007 2008
FUENTE: INEGI.
18 -
16 -
14 -
12 -
10 -
18 -
6-
4-
2-
0-
–
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
FUENTE: elaborado con base en información del Sistema Nacional de Seguridad Pública para 2008.
Para resolver este problema y utilizar una tasa que refleje de una
manera más integral el grado de violencia que sufre México, este estu-
dio ha recurrido al índice de incidencia delictiva elaborado por el CI-
DAC que reúne las principales variables del fenómeno delictivo y la
violencia en México.9
El índice recoge tanto los homicidios como las ejecuciones10 o el
robo de vehículos11 (que nos hablan de la violencia y de la presencia
9. Podemos encontrar este índice en el documento que aparece en la web del CI-
DAC: <http://international.iupui.edu/mexico/IncidenciaDelictivaViolencia2009.pdf>
[acceso 20 septiembre 2010].
10. A pesar de que la Procuraduría General de la República ha emitido directrices
sobre las características que debe reunir un homicidio para ser considerado «ejecu-
ción», no existe una cifra oficial sobre este tipo de hechos. Por esa razón, se recurre a
fuentes periodísticas para la obtención de datos.
11. Es un delito que representa una considerable afectación al patrimonio de las fa-
milias y genera sentimiento de vulnerabilidad e inseguridad así como denota una pre-
sencia y actividad de la delincuencia organizada.
CUADRO 2. Continuación
Homicidios Vehículos Resto
Incidencia intencionales Ejecuciones robados delitos
Entidad y (por 100 (por 100 (por cada (por 100
federativa Índice violencia mil h) mil h) 1000 h) mil h)
CUADRO 2. Continuación
Homicidios Vehículos Resto
Incidencia intencionales Ejecuciones robados delitos
Entidad y (por 100 (por 100 (por cada (por 100
federativa Índice violencia mil h) mil h) 1000 h) mil h)
* Para la realización del análisis Biplot se ha utilizado el software diseñado por Vi-
cente Villarcón (2010).
Nivel macro
3-
Satisf. Democracia
1-
Eje 2 (28,14 %)
Conf. Policía
•
Mich nvic •
• Guana nvic
•
0- Eficacia pca
seg. púb.
• Eº Me nvic
Opinión
sist. Justicia
• Mich vic
–1 -
Guana vic • • Vera nvic
Apoyo democracia
–2 - •
Conf. FFAA
• Vera vic
• Vera vic
–3 - •
–4 -
–5 –4 –3 –2 –1 0 1 2 3 4 5
Eje 1 (46,08 %)
Nivel micro
the real threat is that citizens will come to view their institutions as
useless, and will not use them to solve problems.
4-
3-
Apoyo democracia
Percepción violencia
2-
Gue nvic •
Vera vic
1- •
Eje 3 (18,60 %)
–2 -
Guana nvic •
–3 -
–4 -
–5 –4 –3 –2 –1 0 1 2 3 4 5
Eje 1 (46,08 %)
6-
4- Apoyo democracia
Conf. FFAA
Nuevo León
2- • Coahuila Baja California Sur Oaxaca • Tlaxcala
• Tamaulipas •
Eje 2 (17,36 %)
Morelos • •
Aguascalientes • Sonora • • • Baja California
Chiapas • Opinión sist. Justicia
Hidalgo • Veracruz
•• • Jalisco Conf. Policía
• San Luis Potosí
Potosi
0- Puebla
I. IDV
Tabasco
• •
Eficacia pca. seg. púb.
• Quintana Roo
Michoacan •Guerrero
Colima •Michoacán Percepción violencia
Satisf. Democracia
Chihuahua •• Guanajuato
Distrito Federal • • Nayarit
• • • Yucatán
Yucatan
–2 - Eº de México Durango
–4 -
–6 - • Queretaro
–6 –4 –2 0 2 4 6 8
Eje 1 (43,43 %)
FUENTE: Base datos de COLMEX y CIDAC.
5-
4-
3-
• Tlaxcala
2- Queretaro
Querétaro
• Yucatan
Yucatán
•
Coahuila • Baja California Sur Colima
Eje 3 (17,36 %)
–3 - • Baja California
–4 - I. IDV
–5 - Chihuahua •
–6 -
–6 –4 –2 0 2 4 6 8
Eje 1 (43,43 %)
Referencias bibliográficas
3. En el caso mexicano no hubo una ausencia de «reglas del juego» en los procesos
de negociación e interacción, así que la ampliación de los límites de las opciones con-
tingentes de cada uno de los actores fue muy limitada.
4. El capítulo 9 del libro de Aguayo (2010a, pp. 231-268) titulado «Un balance de la
alternancia, 2000-2010» termina con la hipótesis —parafraseando a Lorenzo Meyer—
que las elecciones de 2000 no supusieron la democratización, sino la modernización de
los rasgos autoritarios del hegemonismo anterior.
5. Hay pocos trabajos que han interpretado la ola de democratización acontecida en
América Latina en la lógica de la literatura estructuralista. Destaca el trabajo de Ortega
Ortiz (2008) en el que interpreta las alianzas sociales interclasistas a través de las orga-
nizaciones partidarias de la izquierda y pone de ejemplo del Partido de la Revolución
Democrática mexicano.
6. El hecho de que a finales del siglo XX e inicios del XXI los recursos de las clases
altas tuvieran una naturaleza menos «fija» que en el pasado, supuso que éstas tuvieran
menos temor a las posibles políticas redistributivas que se pudieran ofertar desde go-
biernos de izquierda; al mismo tiempo, las mismas élites advertían moderación a los
que proponían políticas redistributivas, pues éstas podrían suponer la fuga de los recur-
sos «movibles» y la señal para que los homólogos forasteros no invirtieran en el país
(Boix, 2003).
7. Datos obtenidos de: <http://hdrstats.undp.org/es/paises/perfiles/MEX.html> con-
sultado el 28 de diciembre de 2010.
voluntad popular
Lugar en calidad
Responsabilidad
Freedom House
Respuesta a la
Puntuación de
Calidad de la
Participación
democrática
democracia
Soberanía
País
Uruguay 90,7 55,3 47,9 85 85,0 71,9 1 1
Costa Rica 87,0 44,5 37,3 51 97 63,4 2 1
Chile 88,3 45,1 42,3 65 75,5 63,2 3 1
Argentina 74,8 54,7 27,3 67 89,5 62,7 4 5
México 71,8 50,1 27,1 66 91,5 61,3 5 5
Panamá 75,7 45,2 32,4 61 91,5 61,2 6 4
R. Dom. 72,4 48,0 32,7 67 79,5 59,9 8 5
Brasil 81,4 56,8 23,9 67 60,5 57,9 8 5
Perú 78,8 56,5 21,8 56 70 56,6 9 9
Bolivia 73,9 52,2 21,8 50 75,5 54,7 10 11
Nicaragua 62,9 46,8 17,3 60 79 53,3 11 11
Colombia 61,2 46,8 30,7 62 65,5 53,2 12 11
El Salvador 67,8 41,2 29,3 64 62 52,9 13 9
Paraguay 57,9 44,2 28,1 57 77,5 52,9 13 11
Venezuela 50,7 51,4 24,5 74 62 52,5 15 17
Honduras 59,9 45,8 21,0 49 79,5 51,0 16 11
Guatemala 47,7 37,4 20,3 54 63,5 44,6 17 7
Ecuador 62,2 49,4 18,3 48 51 45,8 na 11
te, afirmar que la democracia no tiene nada que ver con impedimentos
socialmente determinados». Por ello el mismo autor expone la necesi-
dad de subsanar las enormes brechas, tanto a lo largo del territorio
como entre sectores sociales, en la efectividad de la legalidad estatal.
Falencias, éstas, que van desde la permanencia de leyes discriminato-
rias (sexistas, racistas o clasistas), al problema de la aplicación discre-
cional o particular de la ley (que permite la evasión de los poderosos a
la legalidad), pasando por la capacidad que a veces tienen los privile-
giados de distorsionar la lógica de «un proceso justo».
Precisamente este tema, el de la impunidad, es central en la com-
prensión de la realidad mexicana. Durante la última década episodios
como la militarización para la lucha contra el narcotráfico, la repre-
sión ejercida en Oaxaca durante la segunda mitad del año 2006 o el
feminicidio acontecido en enclaves de maquila instalados en las ciu-
dades fronterizas con Estados Unidos han ocupado la portada de los
medios de comunicación. En esta lógica cabe destacar también el pe-
ligro que supone la creciente demanda de medidas de carácter repre-
sor frente a la delincuencia y el crimen que puede conllevar un proce-
so de regresión de los derechos más elementales de ciudadanía y que,
en el caso de extenderse, podría dar luz a una nueva y tenebrosa carac-
terización de populismos: el populismo punitivo.
Los datos que se han mostrado en el capítulo 7 indican la perma-
nencia de graves incumplimientos respecto de los derechos humanos
en México, tanto en relación a aquellos que afectan directamente a la
vida o integridad física de las personas, como los que están íntima-
mente relacionados con las garantías jurídicas inexcusables en los
procesos de combate a la delincuencia, a la par que —como se expone
en el capítulo 3— en el conjunto de la ciudadanía predominan las vi-
siones negativas de la vigencia del imperio de la ley y el Estado de
Derecho en México: sólo un 29,7 % de los encuestados emitió juicios
positivos en las dos variables que «mapean» el ejercicio de los dere-
chos y el imperio de la ley.
Las fallas existentes en el país relativas a violaciones graves de
los derechos humanos, a la corrupción policial y judicial, y el alto ni-
vel de desconfianza de la población en algunas de las instituciones
claves en el combate a la delincuencia merman la calidad de la demo-
cracia mexicana y es preciso enmendar la situación. Y todo ello inde-
pendientemente de que las conclusiones que se muestran en el capítu-
del país. Sin embargo, los avances y retrocesos han sido dispares en
cada estado y no siempre han ido en la misma dirección en los dife-
rentes temas. En este sentido cabe señalar que si bien la lógica norte/
sur es crucial respecto a los factores socioeconómicos, el tema de la
inseguridad y la criminalidad sigue otra dinámica ya que azota con
especial intensidad a los estados la frontera norte. Por todo ello es
posible afirmar que México tiene aún muchos pendientes respecto a la
calidad de la democracia y que, a su vez, es un país de «geometría
variable».
Referencias bibliográficas
Coordinadores:
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