ELOBRADOR DE MILAGROS
Nerv Cy a
T-8.1.3:4
Los que percibes como adversarios forman parte de tu paz, a la
cual renuncias cuando los atacas.
léce 220
Esto también quiere decir que un hermano es “todos los hermanos” y no puede
quedar nadie fuera.
En el proceso que ahora iniciamos, el objetivo al perdonar a nuestro hermano al
que percibimos como un cuerpo, una persona, es poder después realizar una
transferencia de la leccién al resto de la Filiacion.
Porque nadie puede quedar excluido de tu perdén, y aqui no hay excepcién
posible, no puede haber la mas minima transigencia. Han de estar incluidos
todos, grupos sociales, econdmicos, politicos, religiosos, de poder, etc. Esto no
significa que tenga que aceptar comportamientos inaceptables, significa que he
de unirme a todos a nivel interno, a nivel de la mente, pedir ayuda para ver
inocencia, para poder ver con la mirada del Espiritu Santo, en el reconocimiento
de que no hay nada fuera de mi.
Ya que el camino de regreso a Casa, al recuerdo de quien Soy, pasa por no
excluir absolutamente ningin aspecto de mi mente proyectado “ahi fuera”
T-13.1X.6:1-8
Por consiguiente, no consideres a nadie culpable y te estards
afirmando a ti mismo la verdad de tu inocencia. Cada vez que
condenas al Hijo de Dios te convences a ti mismo de tu propia
culpabilidad. Si quieres que el Espiritu Santo te libere de ella,
acepta Su oferta de Expiacién para todos tus hermanos. Pues asi
es como aprendes que.es verdad para ti. Nunca te olvides de que
es imposible condenar al Hijo de Dios parcialmente. Los que
consideras culpables se convierten en los testigos de tu
culpabilidad, y es en ti donde la verds, pues estard ahi hasta que
sea des-hecha. La culpabilidad se encuentra siempre en tu mente,
la cual se ha condenado a si misma. No sigas proyectando
culpabilidad, pues mientras lo hagas no podra ser deshecha.
Por otro lado, no podemos juzgar correctamente, pues ya hemos visto que la
percepcién es selectiva y fragmentada, y sin una vision de la totaliciad emitir un a
juicio justo es absolutamente imposible.
www.ucdmonline.com | Susana Ortiz y Paco Mingorance