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IMRE LAKATOS HISTORIA DE LA CIENCIA Y SUS RECONSTRUCCIONES RACIONALES Lsrropucciéx “La Filosofia de la ciencia sin la historia de Ia. ciencia fs vacia; La Historia de la cleneia sin la filosofia de ta cien- cia es ciega”, Inspirindose en esta pardfrasis de Ia famosa frase de Kays, el presente trabajo intenta explicar de qué ‘modo ta historia de la clencia deberia aprender de la filoso tia de Ia clencia y viceversa. Se intentard mostrar que: @) Ja filosofia de la ciencia proporeiona metodologias norma tivas con cuyos términos el historiador reconstruye ‘la his- toria interna’ y aporta de este modo tna explieacién racional del desarrollo del conocimiento objetivo; D) dos metodo- logias rivales pueden ser evaluadas con In ayuda de Ia his toria (normativamente interpretada); o){cualquier recons- truccidn racional de la historia necesita ser complementada Por una ‘historia externa’ empirica (socio-psicoldgica). ” La demarcacién fundamental entre lo normativo-interno y lo empiricoexterno es diferente en cada metodologia. A su vez, las teorias historiogréficas internas y externas de terminan en muy alto grado la eleccién de los problemas del historiador. Pero algunos de los problemas mis crucia les de la historia externa s6lo pueden formularse en térmi: nos de tna metodologia determinada; por tanto, la historia Nota: Una de las primeras versiones de este escrito fue lida y eriticada por Count Howsox, ALAN ‘Musceave, JOuN ‘Wameins, ELIE Zakak y en especial por’ Jou WoRRaL. El trabajo que prevento ahora desarrolla ademés alguna de las tesls propuestas en mi (1970). He procurado, al precio de alguna repeticion, que queden incluidas conservando su earée- ter autonomo. 2 Dane LaKaTos interna, asi definida, es primaria, y la historia externa solo secundaria, En realidad, y en virtud de la autonomia de Is historia interna (autonomfa que no posee la externa), la his- toria externa es irrelevante para la comprensién de la clencia' 1, MeropoLocfas RIVALES DE 1A CIENCIA; LAS RECONSTRUCCIONES RACIONALES coMO GUIAS DE LA HISTORIA En Is filosofia contempordnea de Ia ciencia circulan va- ias metodologias; pero todas ellas se diferencian mucho de Jo que usualmente se entiende por ‘metodologia’ en el sk glo xv11 e incluso en el xvits. Entonces se esperaba de la metodologia que proveyese a los cientificos de un manual de regias mecdnicas para resolver problemas. En la actuali- Gad tal esperanza-ha sido aband. Jas metodologias. max dernas 0 ‘légicas del descubrimiento’ consisten simplement fen un conjunto de reglas (quizé no rigurosamente interre-_ lacionadas, mucho mecénicas) para la evaluacién de teorias ya elaboradas?.\Ademés dichas reglas, o sistemas de estimacién, con frééuencia proporcionan 'teorias de la + “La Historia Interna’ es comunmente definida como his- torla intelectual; ‘La Historia Externa’ como historia. social (ct, e.g. Kou (1968)), Mi nueva demareacion, no ortodoxa, entre historia ‘interna’ y “externa” constituye un considerable des- plazamiento del problema y puede parecer dogmatica, Sin ‘embargo, mis definiclones forman el nticleo firme de un pro- grama de investigeion historiogrética; su evaluacién es una parte de Ia evaluacion de Ja fecundidad de todo el programa. * Este es un cambio muy importante en el problema de Ja filosofia normativa de la ciencia. El término ‘normativo' no tiene el significado amplio de reglas para llegar a soluciones, ‘sino simplemente el de directrices para la estimacion de solu eines ya existentes, De este modo la metodologia dista tanto de la heuristica como los Juicios de valor distan de los enun- clados normativos, (Deho esta analogia a Jou Warcins.) MISTORIA DE LA CIENCIA 13 racionalidad cientifica’, ‘ 1s_de_demarcacién’ 0 “defi- nioiones de clencia’’. Al margen del dominio legistativo estas Teglas hormativas, existe, por supuesto, una psicologia y sociologia empirica del descubrimiento. ‘A continuacién esbozaré cuatro ‘Idgicas del descubrimien- to’ diferentes. Cada una de ellas serd caracterizada por re- glas que rigen la aceptacién y el rechazo (clentificos) de teorias 0 programas de investigacién‘. Estas reglas tienen una doble funcién. En primer lugar, actian como un cédigo de honestidad cientifica cuya violacién es intolerable; des- pués. como centros firmes de los programas de investiga: cin historiogrdfica (normativa). Es en esta segunda funcién sobre la que preferiria centrar la atencién. A. Induetivismo Una de las metodologias de la clencia més influyente ha sido el inductivismo.i Segiin el inductivismo s6lo pueden aceptarse en el cuerpo de la ciencia, aquellas proposiciones que o bien describen hechos firmes o son infalibles genera- lizaciones inductivas de aquéllos*. Cuando el inductivista acepta una proposicin cientitica, la acepta como verdadera por prueba; en otro caso la rechaza. Su rigor cientifico es estricto: una proposicin debe estar probada por los hechos, © bien debe ser una proposicin derivada —deductiva o in. ductivamente— a partir de otras proposiciones ya demos.. tradas. * Esta profusion de sinonimos ha probado ser bastante ‘confusa, «La signiticacton epistemolégica de ‘aceptactén’ y ‘recha- 2a’ clentifioas esta lejos, como veremos, de ser la misma en las cuatro metodologias que vamos a examinar. * Bl 'Neo-Induetivismo’ exige sélo generalizaciones de un grado de probabilidad alto, Hn lo que sigue, examinaré sdlo el induetivismo clésico, Sin embargo, la variante neoinductivista, menos exigente, puede tratarse de un modo similar, “4 ERE LAKATOS (Cada metodologia tiene sus problemas l6gicos y episte- molégicos especitices. Por ejemplo, el inductivismo ha de establecer con certeza la verdad de las proposiciones ‘tac- tales" bésicas’) y la valides de las inferencias induetivas) Algunos filésofos se hallan tan preocupados en sus proble- mas epistemoldgicos y 16gicos que nunca encuentran el mo- mento de interesarse en la historia real; si la historia real no se adecua a sus esquemas, pueden incluso tener la auda- cia de proponer que se empiece de nuevo el quehacer total de Ja ciencia. Otros, dan por supuesta una solucién tosca de tales problemas logicos y epistemoldgicos y se consagran una reconstruccién racional de Ja historia sin ser conscien- tes de la debilidad (0 incluso insostenibilidad) l6gico episte- mologica de su metodologia *. EI criticismo inductivista es primariamente escéptico: consiste en mostrar que una proposicién no esté probada, que es pseudocientifica, mis bien que en mostrar que es falsa’, Cuando el historiador inductivista eseribe la prefis- toria de una disciplina cientifica, puede dejarse levar pre- ponderantemente por tal actitud critica, Con frecuencia ex- lica el primitivo y oscuro period —cuando Ia gente estaba absorbida por ‘ideas no-probadas’ con ayuda de alguna expli- cacién ‘externa’, como la teoria socio-psicoldgica de Ia in- fluencia retardadora de la Iglesia Catélica. El historiador inductivista reconoce sélo dos clases de descubrimientos cientificos genuinos: las firmes proposi- ciones factuales y las generalizaciones inductivas. Ellas y solo ellas constituyen la médula de su historia interna) Las ‘busca al escribir dicha historia —encontrarlas representa un problema considerable—. ¥ s6lo cuando las ha encontrado, puede empezar 1a construccién de su bella pirémide. Las revolueiones consisten en desenmascarar errores (irraciona- ft. pp. 42-43, 1 Para un examen detallado del eriticlsmo inductivista (y del fustificacionista en general) ef. mt (1966). MIsTORIA DE LA CiENCTA 15 les) que inmediatamente son desterrados de la historia de Ja ciencia a Ia historia de Ia pseudociencia, a Ia historia de las meras creencias: el auténtico progreso cientifico arran- ca de Ja ultima revolucién cientifica en cualquier campo determinado. Cada historiogratia intema tiene sus caracteristicos pa- radigmas victoriosos*. Los principales paradigmas de la istoriografia inductivista fueron las generalizaciones que Keer hizo a partir de las minuciosas observaciones de ‘Tycxo BRans; el descubrimiento de la ley de ta gravitacién por Newrow, generalizando inductivamente, su vez, los ‘phenomena’ de Keerer relativos al movimiento planetario; y el descubrimiento de Apne de Ja ley de la electrodiné- mica, al generalizar inductivamente sus observaciones sobre corrientes eléctricas. Algunos inductivistas consideran que también la quimica moderna comenz6 realmente con los ‘experimentos de Lavorsrer y sus “verdaderas explicaciones” de los mismos. Sin embargo(el historiador inductivista no puede ofrecer una explicacién “nterna’ racionat de por qué fueron, selec- clonados unos determinados hechos en lugar de otros) Para 41 este es un problema no-racional, empirico y exterdo. El inductivismo en cuanto teoria ‘interna’ de racionalidad es compatible con muchas teorias empfricas o externas dis tints y complementarias, de la elecciéndeproblema. Es compatible, por ejemplo, con la postura sustentada por el marxismo-vulgar de que la eleccién-de-problema esté deter- minada por las necesidades sociales’, es cierto que algunos marxistas vulgares identifican las fases mas importantes de la historia de Ja ciencia con las fases mas importantes del * Uso aqui el término ‘paradigma’ en su sentido pre-kuh- iano. * Dicha compatibilidad tue subrayada por Acassr en pégi- nas 23-27 de sw (1963), Pero no sefiala que una eompatibilidad andloga se da en su propia historiografia falsacionista; ef. més adelante, pp. 22-25. 16 ane LaKATOS desarrollo econdmico®. Sin embargo, no es necesario que Ja eleceién de los hechos esté determinada por factores sociales; puede estarlo por influencias intelectuales extra- cientificas. El inductivismo es igualmente compatible con 1 teoria ‘externa’ de que la elecoién de los problemas esta primariamente determinada por estructuras innatas, 0 por estructuras elegidas arbitrariamente (o tradicionales), te cas (0 ‘'metafisicas’, Hay una rama radical de inductivismo que condena todas las influencias externas, sefin éstas intelectuales, psicoldgicas © sociolégicas, como causantes de impermisibles prejuicios: los inductivistas radicales slo admiten una seleccién (cau- sal) por la mente vacia. El inductivismo radical es, a su vez, tuna clase especial de internalismo radical. Si se establece posteriormente la existencia de alguna influencia externa en la aceptacidn de una teoria clentifica (o proposicién fac- tual), entonces tal teorfa debe ser abandonada: Ia prueba de influencia externa significa invalidacién "\: pero, puesto que siempre existen influencias externas, el internalismo radical es utdpico, y, como teoria de racionalidad, autodes- tructivo ‘Cuando el historiador inductivista radical afronta el pro- bblema de por qué algunos de los grandes cientificos tuvieron un elevado coneepto de Ia metafisica y por qué pensaban que sus descubrimfentos fueron importantes por razones que, a la Iuz del inductivismo, parecen muy extrafias, dicho historiador transferiré tales problemas de ‘alsa conciencia’ a la pslcopatologia, es decir, a la historia externa. Cf, eg, Beawat (1965), p. 377. #1 Algunos posttivistas 16gleos pertenecieron a esta corrien- ce recordara el horror de Hews ante el elogio que accl- dentalmente hizo Porrex de clertas influencias externas meta- {istoas sobre la clencia (Himes, 1932. 12 Cuando tos obscurantistas alemanes se burlaban del , se referian con frecuencia al internalismo radical, en paritewlar, al inductivismo radieal, HISTORIA DE LA CIENCIA " B. El convencionalismo 1 convenclonslismo acepla Is consinicelén de cuaquler sistema de ease que organic los hechos en algin todo conerenta)beeie mnantenet Intacto el nie del sistema de casas moentras nea posible: cuando se presenta dif cxltades a cuenta de una invasin de anoralias, slo cmbia complica Ios alineamientos peritricos. Sin embargo{ el {onvencionalismo no considera ningin sistema. de casas verdadero por prucoa, sino sito Yerdadero por convencia’ (0 incluso, ni verdadero ni falso))Bn las amas revoucio arias del convenelonalismo no hay oblgscién de adherrse para siempre a un determinado sistema de casils: puede tbanconarse sl deviene intolrablemente burdo y al 30 pro pone otro mis simple que lo reemplace' a version del convencionalismo es epistemoldgicamente, y en particular Nipeamente, mucho mds simple que el indvetivistno: en tp hay necesidad de inferencias lnductivas vidas, Bl aut Vie progreso de la ciencia es acumulativo y tiene lugar en el terreno uniforme de los hechos ‘comprobados'; los Combios nivel trio son roeramente insrumentales, El ‘pogreso’terico es solamente de eonveniencia (simi dea, 7 n0 sabe al contenido de verdad, Desde luego el | Para el motivo de esta denominacién de convencionalis- mo revoluctonario, ver mi (1970), pp. 105-6 ¥ 187-9 \«""Bxamino aqui prinelpalmente sdlo una version del con- venelonalismo revolucionario, la que Acasst, en su (1968), ha Namado 'no-compleja': aquella que supone que las proposiciones faotuales —a diferencia de los sistemas de casillas— pueden ser ‘probadas’ (Duues, por ejemplo, no sefala claramente 1a istincion entre hechos y proposiciones factuales). ty importante observar que Ja mayor parte de los con- vencionalistas son reacios a abandonar las generalizaciones Inductivas, distinguen entre ‘nivel de hechos' y ‘nivel de le- yes’ (ie, generallzaciones inductivas a partir de "hechos’) y ‘nivel de teorias’ (© de sistemas de casillas) los cuales elasitican convenientemente los hechas y las leyes. (Wwsweu1, ccnven- clonalista conservador, y Dons, convencionalista revoluciona- rio, difieren menos de lo que generalmente se cree.) 18 MRE LAKATOS convencionalismo revolucionario se puede también introdu- Cir en el nivel de las proposiciones “Tactuales’, en cuyo caso se aceptarian proposiciones factuales por decisién més bien que por medio de ‘pruebas’ experimentales. Pero entonces, si el convencionalista ha de mantener la idea de que el des- arrollo de la ciencia ‘factual’ tiene algo que ver con Ia ver- dad objetiva y factual, debe idear algin principio metati- sico para imponerlo a sus reglas de juego de la clencia *, Si no lo hace, no podré escaper al escepticismo o, al menos, f alguna forma radical de instrumentalismo, (Es importante clarificar 1g.relacién entre el convencio- nalismo y et instrumentalismo{ 1 convencionalismo descan- sa sobre el reconocimiento de que supuestos falsos pueden tener consecuencias verdaderas y, pox tanto, falsas teorias pueden tener un gran valor predictivo} Los convencionalis tas tuvieron que afrontar el problemdde comparar teorias rivales falsas. La mayor parte de ellas encubren verdad entre sus signos y establecen como fundamento propio al- guna versién de Ia teoria pragmatica de la verdad, Fue Ia teoria de PorrEr sobre el contenido de verdad, verosimili- tua, y corroboracién 1a que finalmente sent6 las bases de tuna versién del convencionslismo filosoficamente impeca- ble. Por otra parte algunos convencionalistas no poseian la ssuficlente formacién légica para darse cuenta de que algu- nas proposiciones pueden ser a la vez verdaderas y no-pro- ‘badas, y que proposiciones falsas tengan consecuencias ver- daderas, e incluso que algunas sean ambas cosas: falsas y aproximadamente verdaderas. ‘Tales princtplos metatisioos pueden denominarse ‘pri ciplos inductivos’. Para un ‘principio inductive’ que —toses mente hablando— haga de los “grados de corroboracién’ de Porren (una evaluscion convencionalista) 1a medida. de verost- militud, segtin Porvgr (contenido de verdad menos contenido de falsedad), ver mi (19680), pp. 390-408 y (197I@), p. 2. (Otro ‘prinelplo inductive’ ampliamente extendido puede formularee ‘como sigue: saquel ‘predecird’ que no habia tal experiments, duie detris de cualquier supuesto experimento crucial, detrés de cualquler supuesta batalla entre teoria y experimento, hay una lucha oculta entre dos programas de investigecién, Sélo més tarde el resultado de la lucha es relacionado, al modo de la reconstruceién falsacionista, con aigin supuesto experimento crucial. La metodologia de los programas de investigacién —co- ‘mo cualquier otra teoria de In ractonalidad clentitica— debe ser complementada por Ia historia empirica-externa, Ninguna teoria de la racionalidad resolveré jamés problemas como 1 de por qué la genética. mendeliana desaparecis de la Ru sia sovietiea en 1950, 0 por qué ciertas escuclas de investi facion genética de las diferencias raciales 0 de investigacion econémiea de ayuda al exterior cayeron en desgracia en los paises anglosajones en 1960. Sin embargo, para explicar los + Aqui uso ‘verosimilitud’ en el sentido téenico de PorrEn, ‘como ta deferencia entre el contenido de verdad y el contenido @e falsedad de una teoria, Cf, Porrsn (19688), Capitulo 10, Para un eramen mas general de este ‘problema ef. pp. 43-40, 32 Re LAKAT03 Investigacién, podemos vernos precisados a invocar la toria externa. La reconstruccién racional de Ia ciencia (en sentido en que yo uso el término) no puede ser comprehen- siva, puesto que los seres humanos no son totalmente racio- nales; e incluso cuando acttian racionalmente, pueden tener luna concepcién falsa de sus propias acciones racionales *, Pero la metodologia de los programas de investigacion hhace una demarcaciGn entre historia interna y externa que es notoriamente diferente de la que realizan otras teorfas de Ia racionalidad, Lo que el falsacionista, por ejemplo, con- sidera como manifestacién (lamentablemente frecuente) de adherencia irracional a una teoria ‘refutada’ o inconsistente ¥ que, en consecuencia, confina dentro de la historia externa, Puede explicarse internamente en términos de mi metodolo- sgfa, como una defensa racional de un prometedor programa de investigacién. Por otra parte, predicciones exitosas 42 hhechos nuevos que constituyen serias pruebas en un pro: grama de investigacién y, en consecuencia, partes vitales de la historia interna, son irrelevantes tanto para el inductivis- ta como para el falsacionista “. Para el inductivista y.fa'sa- cionista, realmente no importa si el descubrimiento de un hecho precedid o siguid a una teorfa: sélo su relacién 16. gica és decisiva. El impacto ‘irracional’ de la coincidencia hhistoriea que acontece cuando una teorfa ha anticipado un descubrimiento factual, no tiene ninguna significacion inter- na, Tales anticipaciones no constituyen "prueba, sino (simple- mente) propaganda’. Considérese, por ejemplo, la insatis- diferentes ritmos de desarrollo de distintos programas | Cf, ademas pp. 16, 20, 24, 40 y 67 «* BL lector debe recordar que en este escrito sdlo se exa- mina el falsacionismo Ingenuo; ef. nota 19. “" Tal es el comentario que Kuex hace a la prediecion exitosa de las fases de Venus por Gatsuro, (Kean, 1957, 9. 22%) ‘Al Igual que Mi y Keynes antes que él, Kum no puede enten- der por qué habria de tenerse en cuenta la sucesion historica de teorias y prueba, y no puede comprender 1a importancia del hhecho de que los copernicanos predijeran las tases de Venus, misToRIA DE LA CIENCIA 33 facctén de Praxck con su propia formula de la radiacién dle 1900, que consideré ‘arbitraria’. Para el falsacionista, Ia {Srmula fue una hipdtesis falsable audaz y el disgusto de Puavex por ella fue un capricho noracional, sélo explicable en términos psicolégicos. Sin embargo, en mi opinién, la Insatisfaccion de Puaxex puede explicarse internamente: fue tuna condenacién racional de una teoria ‘ad hoc’, Para meneionar otro ejemplo: segin el falsacionismo la irrefu- table ‘metafisica’ es una influencia intelectual externa, en mi explicacion es una parte vital de Ia reconstruccién racio- nal de la ciencia, La mayor parte de historiadores han tendido hasta hoy f considerar la solucién de algunos problemas como un monopotio de los externalistas. Uno de ellos es el problema de ta gran frecuencia con que ocurren descubrimientos si- multéneos. El marxista-vulgar tiene una fécil soluciin a este problema: un descubrimiento es hecho por muchas personas al mismo tiempo, una vez que haya surgido Ia necesidad social del mismo, Ahora bien, qué constituye tun ‘descubrimiento’, y en particular un descubrimiento ma- yor, depende de cada metodologia. Para el inductivista los mas importantes descubrimientos son factuales, y, en ver- dad, tales descubrimientos se dan con frecuencia. simulté- neamente. Para el falsacionista un descubrimiento mayor consiste en el descubrimiento de una teoria més bien que de un hecho. Una ver descubierta una teoria (0 mejor, in- ventada), se convierte en propiedad publica; y nada es mas obvio que el hecho de que varias personas la ensayan simul- tdneamente y realicen, simultdneamente, descubrimientos factuales (menores). Ademés Ia publicacién de una teoria mientras los tychonianos solo las explicaran por medio de re- ajustes post-hoc, En realidad, ya que no ve Ja importancia del hecho, ni eiquiera se preocupa de mencionario. ©" Ct, nota 36, + Para una exposicion de esta postura y una interesante ion critiea cf, Potay: (95D), pp. 4 ¥ 85. ¥ pp. 18 ¥ ss 4 MRE LAKATOS es un desafio para teorizar a mas alto nivel, independiente- mente de explicaciones comprobables. Por ejemplo, dadas Jas elipses de Keren y la dinémica rudimentaria de Gautteo, los ‘descubrimientos’ simulténeos de una ley de la inversa del cuadrado no tienen nada de sorprendentes: siendo publica la situacién de un problema, las soluciones simultdneas pueden explicarse sobre bases puramente internas™. Sin embargo, el descubrimiento de un nuevo problema puede que no sea tan fécilmente explicable. Si se concibe la historia de la ciencia como una historia de programas rivales de investi- gacidn, entonces 1a mayor parte de los descubrimientos si- multdneos, tedricos 0 factuales, son explicados por el hecho de que siendo los programas de investigacién de propiedad publica, muchas personas trabajan en ellos en diferentes partes del mundo, posiblemente desconociéndose entre si ‘Sin embargo, los descubrimientos realmente nuevos, mayo- res, y revolucionarios son raramente inventados al mismo tiempo, Algunos descubrimientos de nuevos programas, su: puestamente simulténeos, han sido considerados como tales solamente debido a una falsa interpretacién posterior: de hhecho son descubrimientos diferentes, que sdlo mas tarde se fundieron en uno solo Un tema preferido por los externalistas ha sido el pro- blema, afin al anterior, de por qué se atribuye tanta impor: tancia a —y de por qué se han consumido tantas energias en— las disputas de prioridad/ Este problema sélo puede explicarse externamente por el inductivista/ el falsacionista ingenuo, 0 el convencionalista; pero a la luz de a metodo. logia de programas de investigacion algunas disputas de prio. ridad son problemas internos vitales, puesto que en esta me. todologia resulta absolutamente importante para la estima: cién racional saber qué programa fue el primero en anticipary 5° Cf, PorreR (1963b) y Muscrave (1969). % Este punto fue convineentemente ilistrado por ELKANA, ‘para el caso del asi llamado descubrimiento simultaneo de 1a conservacion de la energia; ef. su (1971) MMSTORIA DE LA CIENCIA 38 tun hecho nuevo y cudl sélo después encajé el, ya entonces, hecho antiguo. Algunas disputes de prioridad pueden expll- arse por tn interés racional yno simplemente por vanidad ¥ deseo de fama, Entonces cobra importancia e] que Ia teo- Fa tychoniana, por ejemplo, tuvese éxito en explicar —s6l0 ost hoo las inses observadas de, y 1a distancia a, Venus {ue habian sido antielpedas originaimente y con precision por los copernicanos; o que los cartesianos se afsnasen tn explicar —pero s6lo post hoc todo 10 que 108 newto- nlanos habian predicho, La teotia ptlea newioniana explies post hoe muchos de los fenémencs que fueron anticipados ¥ observados en primer lugar por los huyghensianos * ‘Todos eatos ejemplos muestran odmo ta metodologia de Jos programas do investigacién clentifica convierte rauchos problemas, que habian sido €leri3} para otras historiogra- fias, en problemas internos. Pero en ocasiones la linea divi: sorla se mueve en direccién opuesia. For ejemplo, puede haberse dado un experimento que fuese aceptado instant neamente —en ausencia de una teoria mejor— como expe- 5 Cf. ademas la nota 47, © Seguin Ja yertlente mertoniana del funcionalismo —como ime sugirio ALaN Muscxave— las disputas de prioridad constitu- yen, prima facie, una disfuncion y en consecuencia una ano- malia a la que Mentow se ha estorzado en darle una explicacion soelo-psicologica general. (Cf. eg. MERTON, 1957, 1963 y 1969) Segin Msntox, «El conocimtento clentifico no es mas rico ni mas pobre por conceder la fama a quien le sea debida; es Ia institueton social de la elencia y los clentifices individuales quienes sufririan por causa de repetides fracasos en asignar Ja fama con justiclas (MeRrox, 1957, p. 048). Pero MERTON se excede en esta observacion: en casos importantes (como en algunas de las disputas de prioridad sobre GaLnso) habia en Ja palestra algo mas que intereses institucionales: el problema feta si el programa de investigacton copernicano era progresivo © no. (Por supuesto, no todas las disputas de prioridad poseen relevaneia clentifiea. Por ejemplo, 1a disputa de prloridad entre ‘Abas y Levenatex ‘sobre quien ‘fue el primero en descubric Neptuno no poseia tal relevancia: Quienqulera que Jo descu- briera fortaleeio al mismo programa (el newtoniano). En tales casos la explicacin externa de Mrrron puede ser verdadera), 36 ens Lakaros rimento crucial negativo. Para el falsacionista tal acepta- cidn forma parte de la historia interna; para mi no es ra: cional y ha de ser explicado en términos de historia externa, NOTA.—La metodologia de programas de investigacion clen- tifiea ha sido criticada por Feyenauenp y Kunw. Segin Kuuy. ‘e(Lakatos) debe especiticar eriterios que puedan aplicarse, @ 1a hora de distingulr un programa de Investigacion progresivo ‘de otro estancado; y asi sucesivamente. De otro modo, no nos ha dicho nada en absolutor**. En la actualidad especitico tales eriterios. Pero Kuan probablemente qulere decir que «(mis) standards solo poseen fuerza practica si se relacionan con un limite de tiempo (Jo que parece ser una problematica estancada puede ser el princip{o de un periodo de avance mucho mas am. lio» *5, Puesto que no especifico de ningun modo tal mite temporal, Frvexaseno concluye que mis standards no son mas que cadomos verbales> **. Una indicacién semejante me fue hecha por Muscrave en una carta que contiene algunas eritieas mas construetivas. y en Ia que me pedia que espeeificase, por ejem- plo, hasta que punto la adherencia dogmatica a un programa debe expllearse cexternamente> mejor que «interinamenter. Permitaseme que Intente explicar por qué tales objeciones estan fuera de lugar. Es posible adherirse racionalmente a un programa estancado hasta que sea superado por otro rival ¢ ‘neluso después, Lo que no debe hacerse es negar su pobre in- formacion piiblics, Frverasenn y Kuuw confunden la evaluacion ‘metodolégica de un programa con sti heuristica firme que se- ala lo que hay que hacer °” Es pertectamente racional jugar con riesgo: Io que es irractonal es engasiarse a si mismo sopre tal riesgo, ‘Lo anterlor no equivale, como podria parecer, a una autori- zacion pata quienes se adhleren a un programa estancado, Pues ordinariamente pueden hacerlo solo en privado. Los editores de revistas elentificas rechazarian publicar sus articulos que. en general, constitulrian solemnes afirmaciones de una postura 0 la absorcion de una contraprueba (o incluso de programas rivale mediante reajustes Hinguisticos ad hoc. Ademas las institucio- nes flnancladoras de investigacion negarian el dinero *, 5 Kum (1970), p. 289; el subrayado es mio, 8 Peveranenp (1970), p. 215. 3° Idem, 5 Cf. nota 2 S* No defiendo, por supuesto, que tales decisiones sean ne- MISTORIA DE LA CIENCIA a Estas observaciones contestan también a la objecién de Mus- CRAVE al distinguir entre adhesion racional e irracionad (o bien honesta y deshonesta) a un programa estancado, Ademas arro- jan nueva luz sobre la demarcacion entre historia interna y ex- terna, Muestran que 1a historia interna es autosuficlente para J exposielon de Ja historia de Ja clencia disgregada del cuerpo soolal, Incluyendo las problem@tieas estancadas, La historia ex- tema explica por qué algunos tienen falsas ereencias sobre el progreso elentilleo, y como su actividad clentifiea puede estar Influlda por tales euestiones. E. Historia mterna y externa Hemos expuesto brevemente cuatro teorias de la racio- nalidad del progreso cientifico —o légicas del descubrimien- cesarlamente incontrovertibles. En ellas se tiene que emplear ademas el sentido comin, El sentido comin (es decir, juicio de as0s partieulares que no se hace segin reglas mecdnieas, sino gue s6lo sigue prinetptos que dejan algin Spielraum), juega tun papel en todas las ramas de las metodologias no mecainicas, El convencionalismo duhemiano necesita del sentido com in para decir cuando un sistema teérieo se ha convertido en sufl- clentemente embarazoso como para ser reemplazado por otro ‘mas simple’. El falsacionismo popperiano necesita del sentido comin para decidir euéndo un enunciado bisieo debe ser 'acep- tado’, 0 a qué premisa debe aplicarse el modus tollens. (Ct. mi 40970), pp. 106 y 88), Peto ni Duuew ni Porre dan un cheque en blaneo al ‘sentido comin’, sino que le otorgan un papel de guia muy definido. El juez duhemiano se dirige al Jurado del sentido comun para convenir respecto a la simplickiad comparativa; el Juez popperiano jse dirige al mismo jurado para buscar’ primero, y convenie ‘después, enuneiados Dasicos ‘aceptados que choquen con teorias aceptadas, MI jue: se dirige ‘a1 jurado para conventr en una evaluacion de programas de Investigacion progresivos y estaneados. Peto, por ejemplo, pue- de haber puntos de vista contrapuestos sobre si un enunciado basico aceptado expresa un hecho nuevo 0 no. Cf. mi (1970), b 156. Aunque es importante conseguir acuerdo en tales veredictos, debe existir también la postbilldad de apelacién. En tales ape- lactones el sentido comin es cuestionado, puesto en entredicho vy critteado. (La eritica puede oceilar desde una eritlea de la Interpretacion de la ley hasta una eritica de la ley misma.) 38 mane Lacazos to clentifico—. Se ha mostrado cémo cada una de ellas pro: porciona un sistema tedrico para la reconstruecién racional de la historia de 1a ciencia, Ga historia interna de los induetivistas consta de supues- tos deseubrimientos de hechos firmes y de las tlamadas ge- neralizaciones inductivas, La historia interna de los conven- cionatistas consta de descubrimientos factuales, de la cons: truccién de istemas de casillas y su sustitucién por otros sistemas supuestamente mds simples. La historia interna de los falsacionistas expone conjeturas audaces, anticipos ue, se dice, constituyen siempre un aumento de contenido ¥, sobre todo nos presenta ‘experimentos cruciales negati 0s’ victoriosos. La metodologia de programas de invest gacién, por ultimo, enfatiza Ia rivatidad prolongada, teérica y empirica, de programas mayores de investigacidn, proble- maticas estancadas y progresivas, y la vietoria, lentamente conseguida, de un programa sobre otro Cada reconstruccién racional elabora algiin modelo ca- racteristico del desarrollo racional del conocimiento cienti- fico, Sin embargo, todas estas reconstrueciones mormativas pueden ser completadas por teorias externas empiricas para explicar los factores residuales no-racionales. JLa historia de Ja ciencia es siempre mas riea que su reconstruccién ra cionai, Pero la reconstruccién ractonal 0 historia interna es primaria, la historia externa solo secundaria, ya que tos problemas més importantes de la historia externa son defi nidos por Ia historia interna, La historia interna 0 propor. ciona explicaciones no-racionales de la rapldez, localizacion, selectividad, ete,, de los acontecimientos histéricos interpre- tados en términos de historia interna; 0 bien, cuando la historia diflere de su reconstruccién racional, proporciona tuna explleacién empirioa de por qué difieren, Sin embargo, © La mayor parte de convencionalistas disponen ademas de un nivel inductive de ‘leyes’ intermediario entre Jos hechos y las teorlas; ef, nota 15, MISTORTA DE LA CLENCEA 38 fl aspecto racional del desarrollo cientifico se explica com. pletamente por Ia ldgica propia del descubrimiento cienti- fico. Cualquiera que sea el problema que el historiador de la ciencia desee resolver, ha de reconstruir primero la par- cela relevante de desarrollo del conocimiento cientitico ob- Jetivo, es decir, Ia parcela relevante de ‘historia interna’. Como se ha indicado, lo que constituya Ia historia interna para un historiador, depende de su filosotia, tanto si es cons: ciente de este hecho como sino. La mayor parte de las teorias del desarrollo del conocimiento son teorias del des: arrollo del conocimiento disgregado del cuerpo social: que “un experimento sea crucial 0 no, que una hipdtesis sea alta. mente probable 0 no a la luz de Ja evidencia disponible, que una problematica sea progresiva o no, no depende 10 mds minimo de la autoridad, creencias o personalidad de los cientificos. Tales factores subjetivos no tienen ningin interés para Ia historia interna. Fi ‘historiador interno’ re. gistra, por ejemplo, cl programa proutiano con su centro firme (que los pesos atémicos de los elementos quimicos puros son nimeros enteros) y con su heuristica positiva (para derribar y sustituir las falsas teorias experimentales de a época, ocupadas en medir los pesos atémicos). Este programa fue abandonado mds tarde®, El historiador in. %® La proposieion «el programa proutiano fue desechador s¢ parece a una proposicién factual, Pero no hay proposiciones "tactuales’; esta expresion s6lo cabe dentro de] lenguaje ordi- nario del ‘empirismo dogmatico. Las proposiciones ‘factuales clentificas constituyen precipitados teéricos: las teorias invo- Incradas son 'teorlas observacionales’. Las proposiciones 'fac~ tuales’ historiograficas también son preeipltados tedricos: Ias teorias involueradas son teorias metodotégicas. En In determ!- nacion del valor de verdad de la proposicion “tactual’; ‘et programa proutiano fue desechado’ estan involucradas dos eorias metodolégicas. En primer lugar, 1a teoria de que Jas lunidades de evaluacion eientifiea son programas de investiga elon; en segundo lugar, alguna teoria particular de eémo juz- kar St un programa fue desechado ‘de hecho’. Bn todas estas consideraciones un historlador internalista popperiano no nece- 40 ene LaKATOS ternista prestaré poca atencién a la ereencia de Prout de que si las ‘técnicas experimentales’ de su época fuesen ‘cut- dadosamente’ aplicadas y de si los descubrimientos experi- ‘mentales fueran interpretados con propiedad, las anomalias aparecerian inmediatamente como meras ilusiones. El his- toriador internista considerard tal hecho histérico como un hecho del segundo reino que solo es una caricatura de su contrapartida en el tercer reno, El por qué acaecen tales caricaturas no es de su incumbencia; debe transferirse al externalista —en nota a pie de pagina— el problema de por qué ciertos cientificos tuvieron ‘opiniones falsas’ sobre 10 que estaban haciendo ®. De este modo, al elaborar la historia interna, seré en alto grado selectivo: omitira todo 10 que sea irracional Ja luz de su teoria de a racionalidad. Pero tal seleccién nor mativa no constituye todavia una reconstruccién racior completamente madura. Prour, por ejemplo, jamds habl del ‘programa proutiano’: el programa proutiano no es el; programa de Prout. No es solo el éxito (‘interno’) o el fra- caso (‘interno’) de un programa to tinico que se puede juz gar en una consideracion posterior: también se puede juzgar con frecuencia su contenido, La historia interna no es, exac- tamente, una seleccién de hechos metodoldgicamente inter- pretados: puede ser, en ocasiones, una versiin radicalmente modificada de los mismos. Se puede ilustrar esto con el Sita Interesarse en absoluto por las personas involucradas, 0 or sus creenclas sobre sus proplas actividades. ‘El ‘primer reino’ es el de la materia, el ‘segundo’ es el mundo de los sentimlentos, creencias y de la conelencia, el “tercero’ es el mundo del conocimiento objetivo, artieulado en proposiciones. Se trata de una antigua trlcotomia muy impor- tante; el principal representante contempordneo de ia misma ces Popren. CI, Porpen (19630), (19685) ¥ Muscrave (1089) ¥ (1971a), " “Por supuesto, lo que en este contexto constituye "talsa opinion’ (o ‘falsa conciencia’), depende de in teoria de racio- nalldad del critico: ef. pp 16, 20 y 24. Pero ninguna teoria de 1a racionalidad puede Jamas asumir la direccion de "la verda- era coneienela’. HISTORIA DE LA CIENCIA a programa bohriano, Bota, en 1913, no podia haber pensado ‘nin en 1a posibilidad del spin del electron, Tenia més que suficlente en qué ocuparse sin contar con el spin. No obs {ante, el historiador, al describir posteriormente el programa bohriano, incluiré dicho spin del electrén, puesto que éste encaja de modo natural en la descripeién original del pro- srama, Bown podria haberse referido a él en 1913. Et por qué no 10 hizo, es un interesante problema que merece ser indicedo en una nota a pie de pagina. (Tales problemas Podrian entonces ser resueltos internamente, recurriendo a ‘causas racionales del desarrollo del conocimiento objetivo, Impersonal; o bien externamente, recurriendo a motivos psi- colggicos del desarrollo de las opiniones personales de Bort.) ‘tn método de sefialar las discrepancias entre la historia y u reconstruccién racional consiste en exponer la historia interna en el texto, ¢ indicar en notas a pie de pagina como Ja historia real (discrepa’ respect dle su reconstruccin ra etonal)* = © i 1a publicacton del programa de Bosn se hublese de- morado por algunos afios, 1a especilacton posterior podria in- luso haber conducido al problema del ’spin’ sin la observacion previa del efecto anomalo de Zrsqan. En realidad, ComeTox Hlanteo dicho problema en él contexto del programa bohriano en su C1919). “He seguido por primera vez este expediente expositivo fen mi (1963-4); lo he vuelto a emplear en Ja detallada exposi- ion de los programas proutiano y bohriano; ef. mi (1970), bp 188, 140, 148. Bsta practica fue eriticada en Ia conferencia ‘le Minneapolis de 1969 por algunos historiadores. MeMULLIN, por ejemplo, defendio que tal presentacion puede ser clara en ‘ana metodologia, pero no en ia historia real: el texto dice ai lector lo que debia haber sticedido, y las notas marginales, lo ‘que de hecho ceurrio (ef. McMutum, 1970). La eritiea_que hace Kuuw de mi exposielén sigue esenciaimente la misma direccién: cree que se trata de una exposiclén especifieamente fHosdflea:

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