RESENA
Anisat Forno, La marca de la bestia. Identificacion, desigualdades e
infoentretenimiento en la sociedad contempordnea, Buenos Ai-
res, Grupo Editorial Norma, 1999
Y adoraron al dragén que habia dado la potestad a la bestia, y
adoraron a Ja bestia, diciendo: ;Quién es semejante a la bestia,
y quién podré lidiar con ella?
Apocalipsis 13: 3-5
La entrada al siglo xxi, mas alla de su contenido ritual, implica, ante
todo, entender fas continuidades, transformaciones y rupturas que ha
traido consigo la era del aceleramiento tecnoldgico, la de la globaliza-
cién econémica y 1a crisis institucional por la que atraviesan las socie-
dades contempordneas. El transito de la sociedad industrial a una
sociedad de flujos (de bienes, de capital, de personas) no ha significa-
do la anulaci6n de fas contradicciones del proyecto de ta modernidad;
pero ha significado, sin duda, su reconfiguracién.
¢Cémo acercarse a estos procesos en el contexto latinoamerica-
no sin que su comprensién y analisis se convierta en lamento apocalip-
tico o en mirada subalterna? Quizas no hay respuestas y mucho menos
recetas, pero la apuesta de Anibal Ford en su recorrido escalofriante
por algunos de los procesos que desde las grandes corporaciones, el
proyecto macroeconémico, las organizaciones globales que se asumen
Comunicacion y Sociedad (nves, Universidad de Guadatajara), nim, 40, jutio-
diciembre 2001, pp. 275-278276 Comunicacidn y Sociedad
y son asumidas como epicentro del “nuevo” proyecto contempora-
neo, se Nos presenta como una alternativa poderosa, es decir, produc-
tiva para evadir, con inteligencia, Ciertas determinaciones periféricas,
y al mismo tiempo para colocar, sin concesiones, un conjunto de asun-
tos que como quisieran algunos curocéntricos 0 antropocéntricos, no
nos seria dado pensar desde América Latina, demasiado ocupada en su
i Ss, €n sus gobiernos de opereta, en su eterna
deuda, y al margen de los grandes procesos decisorios.
Con La marca de la bestia, Ford nos introduce en un universo
complejo en el que el “dato” pierde su condicién de “indicador esta-
distico”, para convertirse en analizador de lo que podemos Ilamar “la
relacién total” entre los nuevos medios de informacién y comunica-
cidn y una sociedad que, cada vez menos, puede explicarse a si misma
por fuera de los enclaves comunicativos. Sefiala Ford que “los medios
son, para cl gran publica, el indicador mas poderoso de los temas 0
problemas de la época™ (p. 65). Su argumentacién prueba al menos
dos aspectos sustantivos: por un lado, que los medios se han constitui-
do en poderosos sismogratos capaces de detectar desde los grandes
derrumbes hasta los desplazamientos silenciosos, dispositivos “crei-
bles” que interpelan el sentido producido sobre el mundo en tanto han
sido capaces de darle voz y cuerpo a las tensiones y contlictos, pero al
mismo tiempo resulta indudable su capacidad para inventar (de in
venire, hacer venir) la realidad ¢ intervenir sobre lo que hoy se consi-
deran los problemas centrales de la época. Y por otro, esta doble
condicién —se argumenta en La marca de la bestia— de miltiples
formas y en diversos tonos, es quiza lo que permite que en los proce-
sos intervenidos se desdibujen las huellas de su producci6n, se difumine
el lugar de enunciacién y, de manera mas contundente, se produzca
una desimplicacién entre visibilidad y proyecto econdmico/politico
, en otras palabras, el peso de las industrias culturales se oculte tras la
aparente ingravidez de una supuesta relacion inocente entre realidad y
la maquinaria conlemporanea para producirla.
A lo largo de cinco capitulos, el libro de Ford propone una
geogratia discontinua como discontinuo es el paisaje que describe. Un
topos despojado de limites y bordes, donde se tocan la metafora y el
dato, la narracion y el analisis, el concepto y su puesta en escena.
Hechura complicada que exige un desmontaje cuidadoso, para acer-Reguillo, La marca de la bestia 277
carse con ef autor, por ejemplo a los “tropos coloniales” (yo afadiria,
como metaforas del exceso y del desorden) con el que “han sido”
(nétese aqui cémo se pierde la autoria) nombradas las mujeres latinoa-
mericanas por la industria cultural, “Lupe Vélez, como la *furia puer-
torriquefia’; Acquanetta como el ‘volcan venezolano’; Marie
Antoinette Pons, como el *huracan cubano’, imagenes que le sirven a
Ford para ir armando una paciente discusi6n en torno a “los dispositi-
vos discursivos e ideoldégicos cuyo analisis no por repetido deja de ser
importante, en especial hoy ante el renacimiento de diversas formas.
de discriminacién y racismo en medio del crecimiento de las relacio-
nes interculturales...” (p. 36).
De estas formas de “tropicalizacion” de la otredad, una otredad
que vende y es al mismo tiempo capaz de instaurar formas de recono-
cimicnto, podemos transitar a la “lista de las 50 principales empresas
internacionales de entretenimiento” (p.99) en un {renéuico zapping
que nos coloca a un conjunto de preguntas insoslayables. por ejemplo
{quiénes ejercen hoy la hegemonia en la construccién y representa-
cién de lo latino? O bien ;qué tipo de desigualdades se producen en
este mundo inofensivo del entretenimiento en el que Warner factura
por ejemplo mas de 20 millones de délares y vemos que las sedes de
este nuevo poder se asientan principalmente en ciudades-estado como
Nueva York, Tokio, Londres?
Irénicamente estos procesos contemporaneos “democratizan”.
Enel capitulo cuatro, que Ford presenta en colaboracion con Laura Siri,
se discule y se presentan los datos de algo que nos ha alcanzado a todos
y de todas, que anula el privilegio de unos cuantos, que se expande sin
respetar fronteras ni cl. la vigilancia, la sociedad convertida en un
gigantesco panoptico de si misma. De los documentos de identidad a lo
registros de ADN, de los dispositivos institucionalizados de espionaje v
vigilancia hasta los mecanismos de la sospecha cotidiana, la sobrevisi-
bilizacion trastoca los sentidos de lo puiblico y cl ciudadano
en la suma de los registros que sobre él existen ya
convierle
no en los s6tanos:
oscuros de un edificio clandestino de tortura 0 espionaje, sino desde la
(ramposa transparencia de un “no-lugar™ que acumula datos que a su vez
se convierten en informacion, que a su vez se eonvierten en poder, que
a su vez... siguiendo el esquema de la semiosis intinita.278 Comunicacion y Sociedad
(Por qué leer La marca de la bestia? Quizas porque ocuparse de
un conjunto de indicadores (mejor, analizadores) que en su aparente
dispersion, fragmentacion y desniveles, es una manera otra de encarar
la emergencia de un nuevo Leviatan, que ya no controla por el temor
a la disolucién del pacto, sino por su cara inversa y, al mismo tiempo,
la misma: la seducci6n frente a la imagen, frente a lo efimero, frente
a lo precario, 1o glamoroso, lo casuistico elevado a sentido comin,
La marca de la bestia es un tele-scopio que, al mirar a lo macro
y alo lejos, acerca a territorio conocido los discursos, los procesos,
los problemas que constituyen hoy frentes clave para entender la
reconfiguracién de la sociedad contemporanea. Es una invencioén
maquinica que se sirve de las mismas herramientas que el nuevo Le-
viataén utiliza para descorporizar su poder, pero se sirve de ellas de
manera invertida, para encontrar las huellas y la marca de la bestia ahi
donde se supone que reine la inocencia.
Ford introduce a expertos y novatos a la pregunta por los territo-
rios en que se anuncia el proyecto por venir. Muestra los lugares en
que se despliega, titubeante o contundente. el futuro de la Hamada
“sociedad red”, en la que coexisten la democratizacion de las institu-
ciones y los regresos autoritarios, la mediatizacion del espacio piiblico
y la centralidad del individuo, el crecimiento de un poder global tren-
tea la discusién acalorada en torno a las tronteras nacionales, el domi-
nio cientifico y tecnolégico, y el re-encantamiento del mundo por la
via de las respuestas magico-religiosas.
Se trata de un libro de vocacién nomadica y contingente, que se
resiste a ser etiquetado; no es ni un tratado de “economia politica de la
comunicacién”, “ni estudio de caso en profundidad”, mucho menos
“manual para salvar al mundo”; es, en todo caso, el esfuerzo de una
inteligencia aguda y contemporanea para pensar la incertidumbre.
Rossana Reguillo
Guadalajara, 2000