You are on page 1of 11
a Hacia un modelo explicativo de la organizacién léxico- semAantica en las lenguas Dolores Garcia Padron Universidad de La Laguna 0. Introduceién Hace escasos meses, el profesor Wotjak manifestaba, en un trabajo acerca de los variados factores que constituyen integradamente el potencial comuni- cativo de las unidades Iéxieas (Wotjak 1997), que el andisis de las casi para responder a preguntas que hasta ahora no han tenido, en sus pala- bras, “respuesta satisfactoria”. Algunos de estos interrogantes son los siguientes: “Responden las macroestructuras sem: particular los campos, a estructuras inmanentes,inherentes de estin reflejando meros intentos de clasificaciéniestructuracié arbitraria) impuestos por el lingtista? {A qué se deben las sin que quede tendencia ‘macroestructuras conceptuales, dico (y, hasta cierto. punt ampos y en la eonformacién de los archise- memas, idad de lexias que integran los campos y determinados subcampos (-microcampos), y en la delimit archisememas para clas asociadas -, Wotjak) parecen no tener fil ni Gnica ni definitiva respuesta. Este trabajo, 65 Dolores Garcia Padeéin que contiene un conjunto de reflexiones sobre la validez de algunos presu- puestos tedrico-metodolégicos que han resultado provechosos en la praxis de relativos al modo de orga- ades que se presentan en el , al corpus y su tratamiento, y a la seméntica y su posterior validacién, como via para la descripcién de los valores denotativos que funcionan en los eampos.. 1, La teoria lexematica de campo Aunque hoy en dia area de definir qué es un “campo Iéxico-semént ssentando enormes dific que se adopte, pare: teoria de los marcos, las propuestas mas novedosas apuestan por una solucién, integradora de ambos conceptos como herramientas complementarias para la dc los significados léxicos (cfr. Lehrer 1993 0 habla de las insuficiencias o de la inadecuacién de la teoria de eampo para dar ‘cuenta del significado de las palabras. y de diferenciacién connotativa entre unidades (Schmid 1993). En estos casos " Usaré esta denominacion de un modo genérico, obviando el resto por razones exposi- mente, a la abundante cantidad de trabajos sobre campos Iéxicos de ‘que disponemos, por ejemplo, para el espaol 66 Hacia un modelo expicaivo de In organizacién éxico-semintie en las lenguas se propone un acercamiento prototipico al significado de la palabra, lo que in de las Por otro, algunas de las insuficiencias detectadas son realmente que perfilan las lineas definitorias generales de esta concep ci6n; y se circunscriben a aspectos tales como, p del concepto de asociacién para esta opositivas que funcionan en Coseriu (1977) y Geckeler (198: concepto sausstireano para ea, las aportaciones de Salvador (1985), que ha dese por Coseriu, de la existencia de unidades que pertenecen a campos, los Ilamados Iexemas puente 0 unidades poliparadigmaticas. En muchas ocasiones, las matizaciones a la concepcién de campo provienen de en Jos que se ha usado esta nocién lexemética para describir prictica del entender el les Zumbado tema ¢ interna de los campos (Pastor Mikén 1990), la tipologia de los semas (Gonzalez Pérez 1991), ete, centre otros aspectos, de manera que, précticamente, en cada uno de ellos se ha uusado una nocién ad hoo, justficada en Ia naturaleza seméntica propia de las parcelas analizadas y en las exigencias metodolégicas mismas de la investi- gacién. sjemplo, la reivindicacién. las relaciones. semanticas Lo cierto es que, en algunos casos, los problemas observados han sido cl punto de arranque para un replanteamiento del anlisis seméntico. En el propio seno de la investigacién analitica del significado, Trujillo ha discutido desde los aftos setenta algunos de los supuestos lexematicos. Concretamente, recuperando las nociones saussureanas y hjelmslevianas fundamentales, ha postulado una concepeién inmanente dei significado lingUistico como forma ntenido conereta que orienta la percepcién del mundo, con indepen- de su actualizacién en los entornos apropiados (Trujillo 1988), Esta én entre los aspectos invariante y variante de los signos ha condi- cionado de una manera importante la descripeién de la organizacién o Dolores Garcia Padrén semintica en las lenguas. Conforme a este ef algunas investigaciones sobre conjuntos grama \éxicos Garcia Padrén 1988) del espatol, o qu el rendimi rio bisico, se han realizado les (Morera Pérez, 1988) y ia permitido poner explicativo de esta propuesta tebrica y, ademas, alto + Por ejer a8 que acatrea el concepto de archilexema y su paralelismo con el de neutralizacién (Garcia Padrén 1990a) o el modo especifico de organizacién de (Morera 1994). Ast se ha ido completando un idiomatico, en el de que se dos aspectos exclusién de alguno de ellos del and ignifcetiva que se revel ar el conjunto de variantes a que da lugar, explicando, en cada caso, 4aué elementos del contexto seméntico-sintitico son los responsables de tales aplicaciones. 2. Preliminares teéricos requiere, para ser entendido en toda su dimensi cémo la adopeién de une perspectiva seméntica (Trujillo 1976, 1988) en ol estudio de las unidades de contenido permite dar una respuesta coherente a los problemas derivados de la relacién entre las dos catas del signo. Por perspectiva semantic debe entenderse aqui un conjunto de significados lunos significantes, cuya existenci ‘mecanismo de reconoci a considerar que los signi eden ser formas fonol 68505, y en otros alaiin tipo de particularidad seméntico-sin © A propisito de ‘Ease el interesan similitudes y diferencias ene los sigificados gramatical y Iéxico, ‘de Morera (1994), 8 phi Hacia un modelo expicativo de la organizacién léxico-soméntica en las longuas 1976, asimismo, Gutiérrez la identificacién léxica © gramatical (Tryji Ordéfiez 1981) (Wotjek’ 1995) - y ademas como poten independiente en las lenguas - suficientemente exp! Ultimos afios - es s6l0 uno de Ios estratos del conteni 1iistica deriva en el establecimiento de Ia otra frontera, la que deja fuera de csfera seméntica a la realidad referida por los significados (Tr in existencia de unidades perton iereno de la expresién fonolégica al 6 Dolores Garcia Padrén 'vamente como ‘trasladar’, ni en (5) y (6), que se entienden como y “caer, desde Ia denotacién de ‘extenderse"s (1) Alchico no le baja la fiebre, (2) Dien que baja el tipo de interés bancario, (3) Baja de la guagua (4) Enseguida baja el libro, 6) ino baja hasta el valle. © lo le baja hasta la cintura, Estas tres denotaciones de bajar (‘di junto a otras, son suscept coneeptuales que la lengua espafola, hasta ahora, parece haber arbitrado para el empleo habitual de este signo, Son abstracciones realizadas a partir de las infinitas designaciones. Cualquier uso novedoso que se hiciera de bajar podria ser explicado en virtud de esos conceptos 0 generar una nueva cate- gorizacién conceptual, es decir, una nueva direccién en la aplicacién de su valor semantico, En sintesis, la denotacién y la designacién de 1os signos pueden ser observadas, desde el acto comunicativo, como dos ién lingUstica en el marco de la signi idiomética (Gareia Padron 19972). 3. El campo semantico-denotativo Si todo lo que concieme a la significacién de las unidades léxicas tiene que ver con estos tres reflexién acerca del modo organizativo de éstas deberd explicar adecuadamente el grado de compromiso lingiistico entre los significados, sus denotaciones y las designaci las procuran, Las '88) se configuran ivos, que son orientaciones permitidas por la ppotencialidad semintica de cada significado. “Hacia un modelo explicativo de a orgaizacién léxico-seménticaen las lenguas Los ejemplos independiente de los valores seménticos en las lenguas (1988), que la semejaniza paradigmatica se establece en virtud de comunidad de denotata y no por la semejanza seméntica entre significados. Las clasi responden, pues, a “néicleos de experiencia”, en relacién a los cuales se interrelacionan los. signos. opositivament Este planteamiento signi los campos. el concepto de palabra y el de significado, en el sentido de que no se ha distinguido nitidamente la entidad signica de sus partes fonol6gica y se- tdntica. Recuérdese edemés que, tal como se decfa mas arriba, ademas de los cos, las lenguas disponen de otros igualmente lingifs- 6 EI hecho es que si bien pudicra 20s que forman parte desde Iuego no cabria decir que los significados se comporten de la misma manera, El coneepto de campo se va configurando asi como una cstabilidad seméntico-conceptual entre signos sancionada por sacjones de los signos son frecuentem manera, Por otfo, se hace preciso considerar las particulares relaciones que establecen los empleos de algunos significados en las distntas variedades de Jengua (Corrales Zumbado 1987). No podrla obviarse, pongamos por caso, en el estudio de los verbos de movimiento del espaiiol que, en varias hablas americanas, regresar se usa en sentido transitivo como ‘devolver’, valor 1 Dolores Garcia Padeén denotativo que se aplica a designaciones del tipo de “entregar’ 0 ‘vomitar como se observa en (7) y (8) A ete (D __ Regresé el libro a la biblioteca, (8) Regresé todo lo que eomié, lo ha propiciado gue fos uss intransitive ypronomi el espacio semdnteo de volver, In unidad tis ain sominicanenty woe offece, asimismo, um perfil metodolégi i 5 légico, pues permite ser M dor conceptual que explica las distintas escalas 0 niveles organizativos de las unidades. Esto es, si elegimos como base denotativa el ‘desplazamiento con orien némina de valores verbales seméntico- espafiol estard integrada por ir, venir, volver, regres ‘alejarse’, Hegar, ete; sies sobre la base de “desplazami + pasear, recorrer, correr, pasar, atravesar, subir, Bajar, etc. El concepto lexemitico freeuentemente de dimensién se revela en este punto operat exclusivamente como criterio de seleccién semént ‘concretamente a la escasa opert la cquiparacién de la base denotativa ci (archisemema), en el sentido de unidad ger raimero de rasz0s y, por tanto, tos contextos - capaz de ella, En el caso del conjunto * mareado setia ir, por lo que le cortesponderi le corresponderia ser la archiunidad bésica que sustituyera cualquiera de las demés. Pero, el hecho de que en cieras situaciones contextuales dos 0 mas unidades puedan alternar ( ewando quieras) no debe Mevarnos a ta conclusién de es gue se establecen ente tales de situaciones en las que no es pos ‘dea para explicértelo). -denotativa. Me refiero especialmente para la habitual cone in on el concepto de cameferencia, Hacia un modelo expicativo dela organizacion éxico-seméaticn en las lenguas ‘Ademis de esto, no se debe olvidar que, en todo momento, Ia com- parecencia en un contexto de un lexema como, por ejemplo, partir supone una perspectiva seméntica concreta, la de su significado, con una determinada que procura un por otra unidad seméntica, por base denotativa, que le confiere otra manera de referi lax Jo mismo cuando se enuncia Partiré cuando quieras que Iré cuando quieras. i blar de neutraizacién de a ambos verbos de , que podria parafasearse “cuando quieras iniciaré el desplazamiento luego de abandonar la posicién en que me encuentro’, es manifiestamente distinto. “Esta concepeidn de campo abre sin duda nuevos interrogantes. Algunos nn zen qué grado de denot con otros conjuntos denot pertenecen a cada sistema denotativo?, ;qué validez presenta la obser de la conmutacién entre ellas para la descripcién de sus valores?, y, finalmente, ;cbmo se describen tales valores? 3.1. La seleceidn de unidades En general, uno de los aspectos més débiles en el estudio de los campos es el janto externa como intema. El anélisis lexemético ha i t de una zona de significacién stancial), las unidades léxicas que, pertencciendo al mismo paradigma, establezcan oposiciones minimas entre ellas (Coseriu intenta llevar a la préctica, sucede que la or ser pricticamente el referer 5 comin (continuo veces con apenas una jo en contadas ocasiones altemnan en el .. En algunos casos se ha tachado este procedimiento, de herer jana, de intuitive’ (Ikegami 1995), 0 de © Tregami fo hace eontraponiéndoto al métododistrbucional que considera mis objetivo. Lo concericno «la valdez de ess técnica Texioo se veri mds adelante. B Dolores Garcia Padén aubitrario (Schmid 1993) y, realmente, en su aplicacién no se procede objetivamente a la selecsién de lexemas que comparten estibilidad investigador posean Parecidos. Este crterio nos lleva a admitir como integrantes del campo de los Verbos de ‘movimiento cn espafiol a unidades como estar, conduc, desentenderse, etc., puesto que conmutan, aludiendo a circunstancias reales semejantes en: Se confunde asi la capacidad seméntica intema que poseen unas unidades Para orientar de infinitas maneras esa significacién de ‘proceso’, con el hecho desde otto valor seméntico. No parece, or tanto, que las coincidencias circunstanciales en un mismo referente sitven, como criterio operativo en este punto del anilisis, ya que unas unidadles lo ‘hacen respaldadas por su valor seméntico, que se adecua a los elementos del Contento, y otras lo hacen ayudadas exclusivamente por esas circunstancias seméntico-sintécticas en que aparecen, Hay que buscar, a partir de la observancia del seméntico-sintéctico de los signos, el denominador {& fl que no sea posible la alternanc alternan, pero, sin embargo, deben ser descritos como integrantes del mismo iva de ‘desplazamiento sin | comportarni oricntacién’ que presentan hoy en espaol Como se observa, el criterio ha sido frecu lista», es decir, siempre que haya algtin ves ido, se considera que esa Pertenece a ese campo, No es de extrafiar que los campos aparezcan asi como conjuntos infinitos de unidades, dado cualquier momento un lexema puede designar cualquiera de las Ws referenciales que se hi ar parte de un EI grado de », denotativo y ” Hacia un modelo expicativo dela organizacion léxico-seméntica en las lenguas i friable. No se trata de negar los tivo de los respectivos signos es v nega los tes puntos de contacto - siguiendo con los verbos de ee entre los significados de ir y emigrar (Fueremigré a América muy joven), entre ciertas designaciones de ir y asistir (Fue/asistié al concert denotativo que, por ejemplo, el que ir tiene con partir, sal vilido para el conjunto de lo habantes de espaol en la actual Si ben, como se devs, la selecién de las unidades ae ha vendo rabajando con un patron maximalista, que obliga a dar entrada a numerosas tnidades con rlastn sem desigual, lo que dificult el extablecimieto elas odes fellas, a a hora de determinar cuales, de las redes conceptuales que se dan entre ellas, de las realizaciones habitvales de las unidades seleccionadas van a ser 0 parte del corpus para el anilisis se baraja un criterio de ». Esto es, se abre la posibilidad de dar entrada en el campo a ados de metaforizacién en grado diverso, o tam empleos auxiliares de estas formas verbales, por estar todos ellos desemantizados». Desde el planteamiento que debe, desde luego, enk de tate dinde aba legidos. En resumen, parece més racional es cece exo cs oe ree a unidades que, en razén de su valor invariante, orienten sus variantes (en parte alidad) en torno a ese nicleo conceptual, de manera que las que n0 esa condicién queden diseriminadas. Y, una vez determinado ente el campo, proceder a acoger como variantes designativas a todas aquellas que ostenten Ia marca aludida en cualquiera de sus formas. Dolores Garcia Padeén Los asuntos de polisemia y sinonimia tendrian una resolucién diferente. La ambigiiedad recibe un nuevo enfoque desde el momento en que se considera que si hay dos © més significedos idiométicos distintos (no de~ notaciones distintas) expresadas por un tinico significante fonol. activan otros mecanismos, generalmente de naturaleza semantico-si que impiden la confusion. 8i sta ala variacion en funcién de la textual en que aparezea, este fendmeno no acarrearia problemas 4a unidad en euestién seria admitida y offeceria un amplio nei para el estudio de su comportamiento seméntico, Lo instancia es, por tan ico se corresponden 0 no con ho evidente es que, tanto si se idades a las que los signos se tas. En todos los casos que siguen, las designaciones se refieren a procesos distintos, pero en (12) y (13) los sentidos surgen como efecto del contexto; son durante y recorrer los que suministran, respectivamente, la ue, faltando és fo parece que ello ccurra en (14) y (15), gue, con independencia del contexto, refieren siempre los eventos en forma progresiva, Los valores de ‘ser’ y de “it” no se confunden si son observados desde una dptica seméntico-denotativa (12) Pui companera suya durante la carrera, (13), Fui capaz de recorrer todo el camino. (14) Pui preparado al examen. (15) Fui rodando de puesto en puesto. Tgualmente sucede con las denotaciones aparentemente alejadas de los signos. ‘La concurrencia de los significados en un contexto genera un flujo de matices seménticos como resultado de la influencia de cada uno de ellos en los demas Por esa razén, no hay dos sentidos de una misma unidad que sean exactamente idénticos. De nuevo se trata de saber hasta qué grado de varia cin se considera que se trata del mismo valor, cuando se llega a la desemantizacion del signo, El método, como se decia més arriba, debe dar por vilido seménticamente a todo aquel empleo que caiga dentro de los limites Sefialados por la denotacién elegida. Aunque se quiera clasificar de figurados, Hacia un modelo explicativo de Ia orgaizacién léxico-seméntica en las Ienguas metaforizados, ausiliarizados’, etc., los sentidos de andar que se recogen a continuacién, no debe entenderse que en estas circunstancias se produce la pérdida del valor set de este verbo, que permanece intacto en todo ‘momento (Garcia Padrén 1990b): (16) Anda de oficial (17) Anda ciego de amor. (18) Anda alrededor de los veintiuno, (19) Anda a ver si le pagan. (20) Anda de boca en boca. Es la marca semantica de ‘proceso indeterminado’ que caracteriza a andar la que favorece toda esta gama de empleos, en los que van primando semén- ticamente unas notas denotativas sobre otras", incluso en los casos de unidades fraseolégicas del tipo de (20). Los problemas de sinonimia se resolverian en distintos mom - icadas al comienzo, no cabe ‘como los de salir, aparecer, ‘oincidencia designativa. Me refiero a casos como | 2 venir 0 publicar(se), que pueden concurir en contextos como En el periddico sale/aparece/viene/se publica lo de tu padre. De esta situacién no podemos extraer inmediatamente la conclusion de que 1 mismo campo, pues faltaria comprobar si esa posi respaldada por un significado de ‘proceso’ o no. condicién exigida, pues en éste y en todo el resto de sus usos es pos siempre reconocer esta marca seméntica, no asi aparecer y publicar(se), que quedarian fuera de la seleccién. 7” Pode admis el uso de este tipo de denominaiones pa producién de todas las variants, teiendo en cuenta que Imeafiias, guadss,e, respecto del significado, Coincido en ete sentido totalmente con Picoche (1985) cuando, a pro como verbo de movimiente,explica que los “ingredients sem ‘mateo de est trabajo Io relative a Ia coincidencia connotativa, sobre Ia que puede consultarseel trabajo de Sansome (1986). n Dolores Garcia Padé La otra clase de sin: campo y se procede al esta diferencias seménticas entre las ‘const nto, muchas unidades presentan mncia designativa y denotativa, Siguiendo con el ejemplo anterior, ‘proceso’, la labor comsiste ahora en explicar matizadamente cémo los ha- blantes modelan esos valores seméntico-denotativos para que sean inter- pretedos adecuadamente; en el caso de venir se comprende el hecho como un ivo" que acerca al lector Io re padre, mientras que con ho se presenta como un proceso “ablativo’ que tiene su ofigen les"; aproximadamente, que la noticia abandona la situacién limitada del periédico y comienza el proceso de divulgacién, 3.2. El tratamiento del corpus Para poder describir con cicrta flabilidad cualquier conjunto léxico de una lengua, se hace imprescindible contar con un amplio corpus de referencias, que debe contener muestras de las distintas modalidades funcionales de habla en sentido amplio, y tanto orales como escritas. En el momento inicial de la estigacién, el examen de las definiciones Iexicogréficas de las unidades seleccionadas a pri todas las acepciones que se oftecen tienen Ia , con todos estos datos se e: primer momento, la posibilidad de seleccionar (con el criterio n se explicaba més arriba), a partir del niicleo conceptual obj valores denotativos se organizan 0 no en ese campo. contextos ico-sintéeticos en que se estudie la rmantenerse idénticos, para poder asf atribuir las diferencias seménticas a las ‘unidades mismas, y que no haya luger para la confusién. Este método, que m Hacia un modelo expicativo dela organizacién léxico-semantica en Ia lenguas facilita enormente Ia llamada delimitacion extema de las unidades, tiene el Pero este procedimiento no conduce, como creia Hi la estructura interna de los valores léxicos (especialmente, Tr icién de un lexema por otro en las condiciones sefaladas s6lo informacién relativa a la identidad seméntica categorial que ‘manifiestan los elementos del campo, y a la ap i sunstancias seméntico-sintdcticas. Para la dad por otra debe gran el corpus de idad de empleos de los valores verbales 4 que verbos que wcién plena del andl fen todos y cada referencias. Esto es, inven venir, se ha de proceder a {que han sido preseleccionados. alternando sin pr igeramente distinto, se presentan inconmutables en cierta clase de contextos. La validez de la conmutaci6n como método de anilisis Hega en es poco, la seleccién de los lexemas del situaciones de compatibilidad 0 incomp: la que va a permitir unidades. Hay que asegurarse de realidad de las signi serian mas que recre nuevas. variantes aiiadidas. La prueba de Ia combinacién sugerida por Te consiste en el andlisis de las causas de orden seméntico que di adecuada integracién de los valores en los contextos dados. Si venir y Hegar, que alteman sin problemas en la mayoria de las situaciones, presentan dificutades en esquemas seméntice-sinticticos del tipo de Viene/*ilega explicando este tema desde la semana pasada, habri que descubrit qué elementos coneretos del contexto impiden que llegar sea coherente en esos ~ Dolores Garcia Padi entomos. Observndolo desde una persp los valores ‘durativo’ del gerundio y Jos que se revelan incompatibles con el » que hace posible que puedan alternar en aquellas situaciones en venir refiere el momento en que se alcanza el punto final del lento, y que cuando venir reficre el transcurso de un proceso que tiene como punto final el lugar donde se ubica el que habla, Ia alternancis resulta impediida por el valor de llegar. Conviene en este momento del andlisis aclarar que el estudio combi- natorio de los valores seménticos concieme al aspecto iient icos que hacen ie, no seg ut de mucho el procedimiento n sjan (1968). La informacién que proporciona wentario de las condiciones. seméatcorsintdefons enue oeeeenn tmnidad es reveladora de la capacided de variacin de una invariante dada, de fos cont ipo en que frecuentemente aparece; el valor semantico esta 5S, pero no queda desvelado. Entre ottas razones, ‘menudo, Ins clases de esquemas semsatico-sinidcticos que se inventaria para aula una de las unidades no son diferentes entre si. Las comelaciones que Apresjan stablece entre significados, distribuciones y_fiecuencias -"c] ipio de la iconicidad> del que hi 95) - cacn mas bien det lo de la variacién, que del de la si de los signos. Y fovechable en el ani smo que, una vez 2s \idades por medio de Ia conmutaci6n, e identificadas por el iméiodo combinatori, ayuda a clasficar la varacin de las enidades que integran el campo. ineas més arriba que con el estudio de la combinacién ‘de las unidades se obtienen datos acerca de Ia naturaleza de éstas, los cuales requieren ulterior validacién, Esta informacién, ictivo, debe ser formulada como una hipdtesis 'va que es necesario comprobar para corroboratla 0, en st caso, Hacia un modelo explcstvo dela organizacién léxico-soméntica en las lenguas refutarla. Cuando se ha concluido el proceso de anélisis de la combinacién de todas las unidades del campo, los supuestos significados de cada una de ellas mediante rasgos minimos, ue recoge el juego 0} con los dems en el conjunto de los verbos que signi supone que éte es su valor, es de esperar que, en cada uno de Ios contextos del corpus de referencias en que legar aparezca, se compruebe como valor onstante esa matriz. de rasgos, y que ademas se manifiesten otros como efecto de la aplicacién de este significado # unas circunstancias dadas. Si, cefectivamente, en todos y cada uno de ellos esto es asi, la hipétesis formulada quedara confirmada; en caso contrario, habré de nuevo que empezar el proceso, es decir, se deberd volver de nuevo al corpus para investigar la ‘combinacién de las unidades y enunciar otro supuesto significativo que habra ue ratificar. El método hipotético-deductivo se revela como el procedimiento més fiable en estos casos descripcién de los valores denotativos del campo. En la construccién de la hipétesis semantica se plantean problemas de varios érdenes, Por un lado, esté el asunto de la haber un alto grado de con: ‘més ventajas que Ia parafrst al punto en que se ubica el lexicografico. La relaciones opositivas de contraste y afinidad que se dan en el seno del campo (Feder Kittay 1992). No me refiero tanto a una cuestién de dependencia seméntica entre unidades (hiponimia © hiperonimia), sino a que quedan ién componencial, surge el naturaleza de los rasgos seménticos que se ‘emplean en ella, Las palabras utilizadas deben ser definidas previamente a fin de que quede claro el uso téenico metalingtistico que se hace de ellas, empleo en este caso aislado de contexto (Corrales 1987) 3.4, La deseripeién de las variances iém de los valores Cuando ya se ha concluido la fase de deli campo procediendo a dar denotativos, se ha de completar el andl 81 Dolores Garcia Padé cuenta de las variants designaivs a que d lugar su empleo, La clasifcae de éstas debe efectnrsesigiendo un siterio que combine a hese de 3 clovanca dels areas Pero noes solo uni ando, Cada un de mo $e or icando qué el 0 favorecen ésa y no otra interpretacién, cen dos dimensiones, como irradiada desde la

You might also like