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PSICOANALISIS | DE NINOS Bene euirey. etre My ca Hi Fs Es importante recordar que la personalidad del ser humano comisnza yaa desarrollarse desde el nacimiento, y que las experiencias infantles {ienen una importancia esencial para ol desarrollo de la personalidad. Es por ello que un tratamiento pracoz puede prevenit, en muchos ‘casos, la presentacién de problemas psiquicos en etapas posteriores. Ello explica la busqueda de teraplas para poder incidir en las etapas iniciales del desarrollo del incviduo. El psicoandlsis de nifios ~que comenzé su andadura hace unos 80 hoe aproximadamente- es una de los resultados esencieles de estas Investigaciones, Decde entonces, esta disciplina sa ha ido cesarrlianco Jeacuscianco cana aporacion de aversos autores aurgus ha tabid@ muchos de ellos que han llevado a cabo importantos ccontribuciones en ol campo de! psicoanaisis de nfo y de adolescents, podemos consicerar que las aportaciones mas importantes respecto Srenfoque tadrieo J ellnico se debon @ Anna Freud, Melanie Klein y Donald Winnicott Sabemos que el genio de estos tres autores ha contribuido en gran ‘medida al desarrollo del asicoandisis de nifis, pero los canocimientos. Clentficas no son estaicos y los investigadores que han venido detras 6p alles han Ide desarrollando las ideas de estos pioneros. Los trabajos incluides en esto bro corresponde a autores que pertenecen a alguna de estas tres escuolas @ intentan mostrar os importantes desarrallos {ue han tenido lugar tanto en el campo de la teoria como en al de la tecnica. El objetivo principal de exe Hit ws que elector pueda hacrse Una idea clara del'alcance y estado actual de dichos desarrollos, y tentrando ya mas directamente en al terreno de la técnica, conocer como se trabaja on la actualidad desde estos diversos enfoques, Robin Ane AH. Brafrnan PSIGOANALISIS DE NINOS Tendencies actucies Edna O'Shaughnessy Luis Rodriguez de la Sie Anne-Marie Sandier Cormpilado por: Luis Rodriguez de la Sierra 1880 aasasa e = ji ALBESA olrasavatsaier 1-9 ALBESA Psicoanilisis de nifios Tendencias actuales anny Psicoanalisis de nifios Tendencias actuales Compilador Luis Rodriguez de la Sierra ALBESA Barcelona Coleccién PSIQUE Director: SALNADOR ADROER Tilo original en ings Child Analysis Today pertenecente a la sere Paychoualytie Ideas, Ginga por Inge Wise y Paul Williams {© 2004 Luis Rodegucs de a Siera to the edited collection ‘and the indival authors to their contribution. First pu lished by Kamnae hooks, Lad, Publishers repeesnted by Gay Miller Foreign Rights Agency, London, England Traduecidn: Manuel Camps CCubirea: Dalia Adroer Para a edcién espaol ‘© EDITORIAL ALBESA, S.L, 2006 PL Marl Gocaehsiny 2 18017 Barceloos ISBN: 84-9344 16+ Reseed toss as derecho. Ltn proxi pa lesan een Ted prafihda su reeodstn eal opal mean i nll oop ya poabuckin magni, 5, GS Basak — indice Agradecimientos. ‘Autores... Introduccién, Luis Rodriguee de la Siena. 41, Desattollos de la técnica en el psicoanslisis de nifios kleiniano, Robins Anderson . El marco peicoanalitico Frecuencia de las sesiones. . Progenitores se. cccse-0es00 ‘Transferencia e intexpeeracién. Una sesidn (anaes) 2. Bin qué casos hay que llevar a cabo ef anilisis de un nino? ‘AH. Brafman La formacién » La investigac Terapia .. |. Anna Prend: analista de niftos, Rose Edgewnbe 4, Ser Frankenstein: una solucién de un joven a la psicosis, Edna O'Shaughnessy ee Caso de estudio. Diseusion 5. e€émo es que tn casa nunca se eae? Luis Rodriguez de la Sierra 6. Sobre Indice alfabético interpretacin y el sostén, Ante-Marie Sandler... u 23, as 26 26 27 29 a7 37 41 46 33 67 67 7 83 Los 123 Agradecimientos Deseo expresar mi gratitud a todos aquellos que han conteibuido con sus consejos, ideas, Comentarios, sugerencias v apoyo, 2 que este libro. saliera a la luz: Inge Wise, Riccardo Steiner, Felicity’ Dirmeik Alicia Erchegoyen, Judith Perle, Joan Schachter, Audrey Gavshon, Cecilia Wahters, Pauline Cohen y Leena Hakkinen, Luu Roprioues De 1s Sie Compilador Autores EL_Dr. Robin Anderson es miembro didéctico en analisis de adulto nifios y adolescentes en el Instituto de Psicoanalisis, donde también ha sido Presidente del Comité de Analisis de nifios y adolescentes. Es también psiquiatea consultor del nifo y del adolescente y, desde 1991, ha sido consultor psiquidtrico en la «Tavistock Clinic». Ocup6 el cargo de Diroccor del Departamento de Adolescencia de dicha clinica hasta claiio 2001 pero continue como asesor especialista hasta el afio 2003 y, 2 partir de este aio, ha continuado con el cargo de profesor hasta Ih actualidad. En este momento concentra su actividad profesional en la enseanza y en Ia préctica psicoanalitica privada. Ha publicado tra- bajos sobce psicoanilisis y psicoterapia del nifio, el adolescente y el adaleo, y ha colaborado con articulos en numerosos libros. Ha lleva- do a cabo la compilacién de dos libros: «Clinical Lectures on Klein sand Bion» y «Facing Tt Out: Clinical Perspectives om Adolescent Dis jurbances, este tltima con Anna Dartington. Ha trabajado especial- ‘mente en el campo de las relaciones objetales primitivas y eémo fas se manifiestan mas adelante, especialmente durante la adolescen- cia; adems, ha aplicado estas experiencias en el trabajo con jévenes, ‘con problemética suicida. También esti interesado en el estudio de co- imo el trabajo psicoanalitico con nifios ayuda a la téenica analitica adulea EDs. A. H. Brafman es psicoanalista de adulos y de nilos. Trabajo dus rate muchos ation en ol Servicio Nacional de Salud como psiguiatra del nto y del adolescene. Ha eolaborado en programas de ensetanza para psicoterapeutas ye, en estos monients, Profesor no numerario senios, nel «University College Londons, y trabaja también en el Departa- tmento de Psicocerapia del «University College Hospital» de Londres. Cabe menciona, adem, sus pubicactones: «Untying the Knot» (2001, Karnac), y «Can you help me? A Guide for Parents» (2004, Karnac). 9 Psicnanilics de mii, Tendoucie actales Rose Fagcumbe, ya fallecida, era miombro de fa «Association of Child Psychotherapists» y de Ia «British Psycho-Analytical Society», Después de formarse con Anna Freud en Ia «Hampstead Clinic», trabaj6 en «a institucién ocupanda diversos cargos en las drens de formacion, tra- tamiento e investigacidn; trabajé ademuis en otras clinicas de Gran Bretaita y también en Rusia. Ha publieado numerosos trabajos sobre psicoanslisis infantil y, también, e! libro sobre las ideas y el trabajo de Anna Freud, «Anna Freud: A View of Development, Disturbance ard Therapeutic Techniques», dna O'Shaughnessy se formé como psicoterapeua infantil en la «Ta- vistack Clinie» , posteriormente, como psicoanalista en la. «British Psychosnalytical Society» donde en este momento « analista didsett- «a3 continiia también como supervisora en el «Child and Family De- partment» de la Clinica Tavistock. Durante muchos aos, ha trabaia do en el «Chile! Development Department» del «London Institute of Education». Ha tratado tanto a nifios, como adolescentes y adultos. Ha publicado numerosos trabajos y colaboeado en diversos libros. | De. Luis Rodriguez de la Sierra Mlevé a cabo sus estudios de medi- cina en Barcelona, Es analista didkctico, y analista de nines y adoles- weates de la “British Psyelivanalytival Senicty», Se geadlud en la espe lidad de psiquiatria en Barcelona y Londres y, en esta ciudad, se ha formado también como psicoterapeuta de geupo. Hla trabajado du rante afios en el Servicio Nacional de Salud y en el «Anna Froud Cen- feos en este momento trabaja en la «London Clinic of Psychoanaly sis yen Ia prt da. Leva a eabo tareas de enseiianza y a camo conferenciante tanto en el Reino Unido como en el extraniero, y ha publicado trabajos sobre andliss infantil y drogoxiependencia, Anne-Marie Sandler, nacida en Ginebra, estudié con Piaget y, durante algsin tiempo, forms parte de su equipo. Posteriormente se tasladd a Inglaterra, donde se forms como psicoanalista de nifios con Anna Freud, completando la formacién en psicoanilsis de adultos en la “British Psychoanalytical Society» donde en estos momentos es ana- lista didéctica. Ha sido también Directora del «Anna Freud Centro» Ha publicado diversos tcabajos y ha escrito un libro en colabora con Joseph Sandler: «Internal Objects Revisited» (1998). Introducci6n lus Rodriguez de fa Sierra “Los recvers de la infarc, no tienen onde ai fi Dyin Tuostas FL psicoandlisis de nifios es una subespecialidad del psicoandlisis que aparecid en escena hace apr 10 afios. Desde su comien- 20, hia dado lugar a muchas conuoversias —y las sigue generancdo— tence el gran ntimoto de psicoanalistas que se han enfrentado a los di versos retos que presenta esta fascinante rama del psicoanalisis, La contribucion de la «British Psyehoanalytical Society al bienestar-de los nios ha sido niuy importante (Yorke, 1998). Fn el moniento ae: |, cuando sc habla de psicoanilisis de nifios y adolescentes, apare- cen, de manera inmediata, tres nombres: Anna Freud, Melanie Klein y Donald Winnicott. Sin embargo, este campo esti ocupado, sobre to- do, par el recuerdo de las dos extraordinarias mujeres que acabo de mencionar, por su personalidad y contribuciones que pedemos hallae cn las famosas «Controversial discussions» (King y Steiner, 1991) que tuvieron lugar en Londres, entre 1541 y 1945, Este hecho tiene sti parte negativa, ya que las contribuciones de Winnicott son ran impor- tanies como las de A. Fread y Klein, ‘A pesar de la gran influencia y estimulo de estas tres importantes figuras, la mayoria de analistas de las sociedades psivoanalitias, in cluida ia Britnica, prefieren trabajar solamente con aclultos. Solo una minoria de ellos se forma también como psicoanalista de ntios, mien- tras que el resto hace easo omniso de lo que puede eonsiderarse coma ‘una. hetramienta_esencial para la investigacion, la observacion_y la prictica psicnanaliticas, Sin embargo, en les ritimos afis ha habido, tuna mayor concienciacién de los gobiernos y de importantes organi= zaciones internacionales respecto a Ia importaneia de los factores psi- mm sivas de nites. Teens actuals col6icos en of desarrollo de la primeras etapas de la eriaura hums echo en ef que tanto insisteron las tres figuras ya mencionadase Ep que somos de adultos tiene su origen en las primeras experiencias diel infancia; en estos primeros aos, las enoctones juegan un papel esential pero, parajicamnente, l npreider dichas ato el Bebé camo el ayuda —al igual que sus padres y cuidadores— para comps ens emnociones {y lo misino podemos decir del niio que existe dentro del ‘dul que aparece en la regresion condicionad por el atamiento)- EI psicoanalisa intenea propoccionar esta ayuda tanto eon las inter \pretaciones verbales explicitas, como com las no verbal, implicitas. Estas oltimas van mas digidas al bebé, sea real sesté dentro», el cual no puede aprovecharse del poder organizadar de las, palabras Cuando un nio pequeio viene hacia nosotros, a medianoche, lor do y diciendo: «un monstruo me esti persiguiendo», y nov damos cuenta de que tiene miedo de su sombra, hemos de intentar (como pa- dies y cuidadores) ayudarle a comprender qué representa su sombra, ir Raalidad dl peloatnlase ef Co narease Tas aombeus que exten en. nuestro inconsclente, Un hecho muy desconcertane y conteadicto fio-e que muchos psicoanalstas, extrabamnteinteresados en «vali- dag» of inconscion®, valoran inis lo que puede aportar la investiza- cin en el campo de a psicologla acadénea que lo que puede aportar el psicoandlisis de niios. Tanto Sigmund como Anna Freud, as como otfos autores, se refieren a ello pero, a menudo, olvidamos lo que pien- fan sobre este tama, «Quo vadis psychoanalysis?» (Brenman Pick, 2000; Freud, A., 1969; Freud, 19172, 1925e, 19376 Gay, 1988; Green, 2006; Hellman, 1990; Jones, 1957; Steiner, 2000). Aunque en este pais ha habido muchos ots autores que an He loa cabo importaneescontribuciones en el caimpo del psicoanlisis de aifios y de adolecenses (John Bowiby, lena Brenman Pick, Do: rothy Burlingham, Pauls Hleimann, The Hellman, Susanna Isaacs Helmbirs, Bere Joseph, Eglé y Moses Lauer Anne Hayman, y Clifford Yorke, entve otro), las diferencias mas importantes respecto al enfoque ieérico y al clnico continan levando el sello de Anna Freud, Mela nie Klein y Donald Winnicott. Los erabajos que presensamos en la presente obra profundizan en la naturale de estas diferencias. te libro representa un inento de describe el estado act Bs ios en Psych tical Societ diversas petspectivas te6ricas y clinieasy © intenta demostear la in- fluencia gue han ejercido en el psicoandlisis de nits, en Gran Breta aa, Estas divergencias continGan divdiendo a los psicoanalistas, debi doa que hay un pen yal de ifios,y el ue, a veces, la ada en el andlisis de los nsinos sea muy discrepant. Introduce A pesar del interés comin de Anna Freud y Melanie Klein res- pecto al andlisis de niios y que ambas fueron pioneras en este campo, hho aunaron sus esfucr70s, ya. que disentian en muchas eas (Likier- rnin, 1995), Los trabajos de Edna O'Shaughnessy y Robin Anderson, que abordan en este libro el anilisis de ninos desde el punto de vista Klciniano, y los de Rose Edgeumbe, Lois Rodriguez de la Sierra, y An- ne Marie Sandler que lo hacen desde la perspectiva freudiana contem- pporinea, muestran claramente las diferencias las que nos hemos re- ferido. Sin embargo, debemos tener en cuenta que, aunque estas dife- rencias entre Melanie Klein y Anna Frend fueron a veces muy importantes, sus contvibuciones han ejereido una gram influencia en las generaciones posteriores de psicoanalistas de nis, en un grado {que no sigmpre es reconocido por los psicoanalistas situados a ambos lados de la pokémica, Las contribuciones de Winnicott al psicoandlisis de nifios, realmente originales, han sido también muy importantes y than cjercido- una gran influencia en las posteriores generaciones de aunalistas. El rabajo de Abrahio Brafman esté escrito desde una pers- pectiva psicoanalitica del Grupo Independiente Winnicottiano, y nos Dfrece una idea clara de «orra» manera de enfocar el andlisis de niRos, firea muy fascinante pero, a menudo, subsestimad: EL enfoque innovador e imaginativo de Melanie Klein para la compresion del aio, irumpié muy positivamente en ef andlisis de nic iis. La idea de Klein eta que el bebé venfa al mando preparado para la ineeracciOn social y, por ello era capaz, de manera inmediata, de es- tablecet- (no per Fo} Sin erubarg as cualdades de ets objeto iterno-dependn Exotencin, vitaidad 7 conducts del objeto-externa. Si éste fala en al- fina de sis Tanciones esenciakes da lugar, de manera indirect 2 un Sbjeto interno fatto de vida o con una eusidad perscetora, Stel ob jevoextemo es cednicamente inadecuado, el objeto interno catece de Tignifcado para el ebé y, en este enso, también cl objeto transicional prerde su significado, Por ell, el objeto transcional puede represenar A pecho sexternom pero de maneta indiecta,debido a que esta re preventacién tiene ugar a través del pecho «interno». El objeto tan ional no puede estar nunca bajo un control migico como puede es * Enel oxginah controversial diewsions» (Nora del Traduction 18 tarlo el objeto interno, ni tampoco bajo _un control externa, como puede estarlo la madre real (Winnicott, 1974, pég. 11). Elobjeco tran- nal constituye un coneepto importante desarrollado por Winni ott quién lo considera como algo que ayuda al-nido.en la transiciin desde el natesisme-infantil al amoe_abjetal y, por ello, desde lia de- pendencia a la confianea en s{mismo. rs ‘Otro concepto importante acusiado por Winnicott es el de madre suficiontemente buena, suc se refiere ala eualidad de ls cuidados. na ternos, Cuando Winnicott dice que el primer objeto es el pecho, la pa- Jabra «pecho» significa los cuidados que da la madre, asi camo el pe- cho como algo fisico. Por ello, una madre puede ser wsuficientemente buena dando el biberdn, o dando el pecho real, fisco. La madre su- fentemente buena no ha de see, neesariamente, la madre biol6gicn del bebé, sino que puede ser también alguien que se adapte de mane- ra activa y casi completa a las necesidades del bebé y que, gradu: mente a dsminuyendo ext ada en comonanca con as rabilidades crecientes del bebé de aceptar los falls de la persona que Jecida, y olerar fa fusracion, me £1 juego ocupa un lugar importante en los modelos dle desarrollo y en la técnica psicoanalitiea de Winnicott. Su opinidn ex que el an. lisis de.nifos tiene lngar.en-cos areas de juego-que se solapan; Ia. del Paclente-y-ta-del analista. Fl analisis del nino se basa ea que ambos ppuedan jugar juntos. De ello se deuce que sie jugar no es posible, el trabajo del analista ser lograr que el paciente pase de un estado en el «que no es capaz de jugar con él, a un estado en el que silo pueda ha: cer (Winnicott, 1974, pig. 44). 'No debe negarse el hecho de que, 2 pesar-de-los esfuerzos lleva- dos acabo por los psicoanalstas de-nifios dle Ja «British Psychonnaly tical Society» para lograr-n lenguaje.comtin y- ina comprensign y-res- Gn habiendo puntos de vista claramente diferentes, n de los desaeuerdos, . La. importancia atri- unto de vista clinico como tedrico, a fos mun fio: elreconocimiente del. psi ena herranienta para ayudar.al desarrollo el nprauo, y el significado del juego en el ansiss de-nits, son sitlzidoey ened de manera aierene por kn data os analistas, Si ef lector quiere comprender los diversos conceptos y tRcticas que se deseriben en los trabajos ineluidos en este libro, debe tener en cuenta esta variedad de opiniones Aunque es verdad que los diversos enfoques que hallamos en es- tos trabajos suenan diferente, puede Hlevarse a cabo un paralclismo con lo que ocurre con el uso de diversas lenguas en el mando, El mis, mo concepto, sea 0 no psicoanalitico, puede sonar diferente cuando se 1” eee Pricoandtss de nos. Teadencas acuates precisamente, a que se presenta de inado concepto pueden perderse al aaa saanatces al exprtsarlo en lenguas citings, pero la esenca del ‘mismo permanece. Y cuando hablo de Ie is, me refiero tanto a los exten el nnd cr a eis es ‘psicoanalitices (tanto clinicos como teGricos) usados por las dli- cect pe elas_psicoanalficas. Balint (1968, pg. 92-116) ha sido {ED mejor ba descito este fendmeno. Es un hecho qe fos pacientes ie non in iierpetaciones ys sis analistas comunican ena ‘mate del analista (me reficro al lenguaje de la orientacion tedrica del analista). Si aceptamos este hecho, quizas Hegard un weet peicoanalist peta que el ain fx sopremacta de Ia nter- pretacin per se, no_sea_mis_que_una_utopia,.y. ‘sopesari la idea de {que, aunque Ja ineerpretacién juega.nn-papel_muy importante en. ps expresa en diversas lenguas debido, tana manera distinca. De un lls, quizds sea el deca tcusicional —con su valor transicional— Ja que tenga el papel més te y de Fa In actwalidad, todos Tos psicoanalistas de nifos, no importa cual sea su lengua psicoanalitica matema, se han colocado en posici thes menos extremas, y hay un esfuerzo claro para aplicar y desarollar Tos hallazgos originales de los tres pioneros mencionados. En los i= tus aoa hemos asetido « una eonvargencia en la investigacién lleya~ da cabo por jos psicélogos del desarrollo, pediattas-y-neurocient- ‘os urlzando las observaciones psicoanaliticas. Asimismo, los anali- fas'de nos procedentes de diferentes orfgenes te6ricos, han sido Ceapaces de trabajar juntos e intercambiar ideas. Elo ha ejercido su in Futencia respecto a la manera en que los analistas de nos enfocan el significado, tanto clinica como teGricamente, de los mundos externos € interno del niio. Los diferentes enfoques permanecen, pero mo se viven camo exclayentss sino como complementatis. En cada uno de [os a- bajos de este libro no hay duda de que hallamos un analista crabs doe inteatando dar sentido al complejo y dffil universo del nie, Los “nfrentamienros ¥ las dispatns que han tenido lugar lo largo del de- Sarrolo del psicoandlisis de nifios no han desaparecido completamen- fe, pero sf que hay indicios que nos hacen pensar que, finalmente, €0- Inienza a emerger vn deseo de hallar un espacio comin, Espero que es te libro sea capaz de transmitie al lector este encomiable deseo Bibliogratia Baling, M. (1968). The Base Rad: Therapemic Aspects of Regression, Landon: a ck Brennan Bic L (2000), Discussion (I). He J. Sane, AeM. Sane y R, Davies {Hak}, Clincal and Observational Psyhosnaseic Resrareh: Roots of a Convo rn & Daniel Sto (tp 108-118, Londen: Karna. 20 Intodaceion Injgcumbe, R (2000) Aan Frew: A View of Development Disturbance wud Thera pic TecPnigues Lonvdone Rovtledgs. Frond, A (1965)[1973], Normality snd Pathology in Childhood: Assceoments of De lopment. 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Klcin, primero de manera intuitiva y mas tarde apoyindase en conclusiones basadas en la clinica, era de la opinin de que el ps nals de considerare psicoanalisis en el pleno sentido del tétmino y no una mera aplcacion de las tcnicas pricoanalitieas, ini de Klein era que Its iicas madifiaciones dela técnica de- msarse en tencr en cuenta las diferentes maneras mediante las cu les el nif se comun lista, por ejemplo, mediante diversas clases de jusgo, también —al igual que en el psicoanilisis del adulto— usando Ia libre asociacién y los suciios. Segdn Klein, los fios, a pesar de su inmadurez y de su capacklad limitada de expresar~ se verbalmente, pueden aportar lo que se necesita en una eelacion ana litica, es decir, la capacidad de Mevar a cabo una relacién_transferen- cial, comunicar_informacién inconsciente al_analista, procesar las Jntseprstaciones, » desartollar insight. Se percaté de ello cuando des a eapacilad del sito para len psicoanalitico que se produce debido a u_incapacidad para 1b rea analfiea de Freud de Ja libre asociacion. Todo ello qued4 mis clarificado al apor- tar el concept de 1 juegos, Para que se Hleve a cabo ui ps coonaliss de niios se requiere la existencia de wn marco” que pro- * Encl original: stings (Noes del rds 2B eee Poieoanilisis de nos, Tondencias actales porcione al nifo los medios para que pueda comunicarse con su ana- Fetas una habitacign de jucgos con juguctes apropindos, y un analisca reesidad dl nifio de moverse y enfrascarse en diversos al analista. ‘una intensa crans- jelaitensidad de la re- cles. La transferencia se establece_ya en ts mediante Ia.interpretacién. de. La. misma isminuye, Segin Klein, lo més importante diel desarrollo del nitio es que pueda dominar a ansiedad. Esta tarea Stenclales he base de la capacidad para poder llevar a cabo las deis fareas_del desarrollo, como, por ejeruplo, la manera de enfrentar el ‘complejo de Edipo. Klein pensaba que los nis tenian. mas ansiedad estaban menos deserralladas y menos a firmemente que las interpreta ‘ansiedad, describienda Jas fant {nconscientes, eran. muy efectivas pata aliviar la ansiedad del niso. Pa- fa Klein era. tambin- my important interpreta a anaes af gque acepre la n ; jogos, incluyendo aquellos que involucran tami ‘Klein se dio cuenta de que los nifios establece! Ja relacional con el analista, al margen Sn_que tengan con sus fos prinieros momentos, ¥ aque la ansiedad del ni ‘que los adultos y que, adem maduros para enfrentarse a cla Ciones directas y profundas de l tative, aunque pensaba que «lo dk transfereneia positiva, y Ia mejor manera (ver especialment Narrative of a Child Analysis», 19750). in « The psyeho-analytic play technique», Klein dice que: _ani trabajo, tanto en nilios como en adultos, y mis cont bucignes ala teoria psicoanalitica como un todo, derivan, en timo lagar, de I téeniea del juego que he desarrolade tratando a ifs pequeios. Con ello no-quiero decir que mi trabajo poste- thor haya sido un aplicacién directa de la técnica del juego, pero Al nsight que he obtenido en el campo del desarrollo preeox, los process inconseientes y la naturaeza de las interpetaciones me~ @ al inconsciente, ha inflaid fen gran manera en el trabajo que he levado a cabo en nifios ma- diante las cuales uno puede ace yyores y adultos (1955, pag. 122) En este sentido, el anilisis de nifios hizo posible nuevos descu jaron al psicoandlisis en seneral y, durante un cierto periodo después de la Segunda Guerra Mundial, fue eonsiderado como la avanzadilly del desarrollo Ke brimientos respecto a la mente que benef iano, Sin embargo, en los sltin biado, ya que las contribuciones sm 4 a imediante la interpreiaciGiy no por medio dein aliticos. En los escritos de Klein abundan los ejem- ender cual era si técnica del andlisis de nios ie: «The Psycho-analysis of Children», 1975a; «The Desarrllon de le nies en el psieouilss de mos Meiniano tas Mleinianos han tenido su origen.en el trabajo con pacientes aclul- tos y estos descubiimientos han sondicionado, 2 su_vex, cambios en Ir eéenica, Los psicoanalistas kleinianos de nivios han sido fuerte- ies florid jor ets cabo esi el andl de £1 marco psicoanalitico Tor lo que respecta al marco, tanto fisico come psicolégico, en el ang- fox los Llinfanot adernossguet, aida can alga pe- «queio cambio, las Lineas hisicas.de-Kisin. ELcuacto de juegos ha de ser austero, con mobiliario robusto y superfiies files de lnapiac. Es- liciones faciltan que el nite pueda jugar libremente, co as resticciones, » sin que el analista tenga que intervenic demasiado pa proteger el cuarto y su contenido (como también ha de proteger Al nifloy protegerse a si mismo). En el cuarto de juegos no puede ha- femal peomunen actos ailos yl sate sae ase cties| sta ceunstancia, aunque hemos de recordar 4 animaba a los ios qe en en eajanes ererades, hecho que po It coc a eelied alas lepaen tel so meters te a de os nitos gue ean ambien atin y queen co Secuencia, despertaba fantasias respecto a la existencia de hermanos Bebe We a madre Shier er {Los juguetes han de ser peynefios ysencillos para petmiti que la farina del edo purta cxpreare wens o epoca fs ar jguetes, por si mismos, sugieran demasiadas fantasias al nifio, ELhecho dle que cada nifio-tenga sus.peopios juguetes.guardados en vn.cajén cerrado, favorece un seatimisnto de contingidad-en los espacios.eatre las sevione, Adem, etablce una analog ene fo interno que contiene abjetos internos,y la caja o el eajbn que com tiene Ioe juguees del ido, aka tales Up.mio de cuatro afias que estaba en anilisis debido a un tras torn orginado por una stacign de grave enfermedad en a fi ia, rompia, de manera sistemitiea, los juguctes en trozos muy pe- duces, inrntaba tar estos toaos pore lavamanos,Pareta que allo ees & de su deseo desesperado de echar de st. mente t0- dos sus pensamientos, ya que la presencia de éstos le provocaba. siedad y-suftimiento-respecto a su. familia, Mediante sus acciones, ef io teansmniefa la necesidad de que su mente qi s Fiormente, al comenzar a recuperarse, sus juguetes le Sirvieron otra ver para jugar y expresarse simbolicamente, pero ya de una manera mis tranquila, as Psiconnilss do mies, Tendencias actuales Frecuencia de las sesiones En el psicoaniliss de nifios, para que el tratamiento sea efectivo y ten- fr lugar un intercanbio profindo, se leva 2 eabo, genetalmentey 4 § sesiongs par semana. Sia embargo, Klein esrvo de acuerdo con la idea de Esther Bick —cuando ésta estaba desarcollando la formacién en psicoterapia de niios en la «Tavistock Clinice— de quc no hay du- da de que los, -sarrollan_una_transferencia que ha_de trabajar- Se psisoanaliticamente, aunque solamente Hleven a cabo una sesi6n se- ‘mata. En fa actualidad hablarzamos, en este caso, de psicoterapia psi- oanalitica y no tanto de psicoandlisis, aunque'la técnica sea muy similar. Progenitores La relacién del analista con Jos padres y el lugar que éstos ocupan en el analisis de sus hijos, es muy importante, Por lo que respecra al tra- bajo dentro de la sein, los comentarios de nifio respecto a los pro- agnoes tend isin conskracn qe esl or coma Excién como, por ejemplo, enando un paciente adulto se refiere a su dnyuge en d curso de un andlsis, Novhay dada de que un mno de- pende de sus padtes para que.el analisis se lleve a cabo y,.a menudo, tsa a Jos padces.para_que se hagan.cargo de algunos. aspectosste.ét Inismo; por ejemplo, cvando el nifio-no_quiere asistic a lx sesiones, atribuyendo a los padres la motivacion de su anlisis, y protestando vigorosamente por la obligacién de asistie ata ses Es. muy.impor- tant. as escisiones en profundidlad, porticulasmente-cuan- {do correspondon alread naranserecia negative. y evita de etn Inanera, que los progenitores tengan que sobrellevar los sentimientos regativos del nino, que han de ser tratados en ol aniisis. Los padies {fran de considerarse como unos alados del analista y es importante, tanto para el paciente como para el analista, que esta alianza se man- tenga. Normalmente el analista mantendré. una visita con los padres | una vee por trimestre, con el bien entendido se que pods haber otros | contactos, normalmente telefénicos, si se.considera necesario. EI problema de la conteibaciéa que puedan tener los padres el trastomno del nfo es un tema que no ha de verse como algo sobre lo ual el anafista podria 0 deberia ejercer una influencia directa. No hay sduda de que of intento. ‘de comprender el impacto de lain fluencia que los proremitores puiedan ejercer en el ni, y de tener tam- bien en consideracion Ia transferencia de estos progenitores sobre su pe de ayudar a los padres y también al mio, Pero si ello 0s fuficient, la solucidn puede consstr en buscar alguna ayuda adicional 26 esarrolfos de la tenica eu ef psicommss de ntios Meio cqaerna para los padres, dejando lo més ibe posible a analists en su fezciéa.con-cL-aifio, Sin embargo, eg esencial que el analista maneje| adecuadamente su_relacién_con_tos.progenitores (y no tanto el andlisis dle la misma)s y-es necesario que tenga en euents la naturaleza de esta ‘elaciin, aunque sin-explicitar a fos padres sus.conclisiones al respecto. | ‘Transferencia e interpretacin Excos dos conceptos han de considerarse conjwstamente ya que ol mo- do de entender Ia transferencia ejerce waa gran inuencia en Ja mat ta de interpreta Elizabeth Spillins (1983, 1988) ha. deserito como la técnica klei- niana del andlisis del adulto ba cambiado. en los dilrimos 30 aiios, dlestaca cuatro tendencias 1. La destructividad se interpreta de manera més mesurada y menos jetos parciales desc endo fantasia inconsciente, ha cam- $bindo-en-el-sentido de poner mis énfasisen-cmo funcionan ena, 3 objetos pacctales. En otras palabras, atngie Tox proce: tSmicos, por ejemplo: «Ud, pone sus heces dentro de mi» 6, =Ud. me experieneia como un pecho hueno que le alimenta»y «Stin presentes como ideas/hip6tesi en Ia mente del analista, en la ' propenso a hablar de lo.que l_paciente-estshaciendo.o experienciande-en_términos del len nie consciente del propio_paciente. Por cjemplo: «Ua, 4s aliviado, ps ini su confusin» 0, nvertido en alguien mis benign. para id. ¥ qa le. Es verdad que el analista puede, a contiausciéin, conéetar estas interpretaciones, con interpretaciones de objeto paral nivel anatGin, pero 6 slo nds frecvent. ina O'Shaughnessy deseribe esta téenica como wn peeocuparse | is de Tos objeros parciales a nivel psicaligico,y-no-tanvo a ive! | anatomic. 3. El eoncepro de identificacidn proyeetiva se usa mis diecctamente / para analiaar la tansferenciay la comtratransferencia. 4. Como resultado de ello ha ido adquiriendo mas importancia I. cuacin en la transferenca, y también la-presion experienciada por fwss-~® een dicha transferencia. cl analista al imp! Spillins (1983, 1988) piensa que estas camhios se deben a diver Leen ee ee ee een ene iiss de nos. Tondencas actuals a) El punto de vista de Bion de consideras {a identificacién proyecti- ioral en [a infancia, ¥-su.uso.como una for~ vicacidn_ entre el bebé y-la-madre, o entre el nte y el analista. by Hos desasalln Rosell > -me ‘oralizado, y quizis también mosteandome algo debil idm con él. En aguel momento, al explorar el posible sign ficado de m ferencia, llegué a la conclusion de que to que habia sido ‘entre nosotros y dentro de mf, era una proyec- con de la siruaci6n transferencial total, muy relacionada con Ia crisis {que le habia traido al analisis. Se rataba de algo que iba en contra del desarrollo y que habia levado a John 9 abandonar su desarrollo crea- tivo y asi mismo; algo que habia tenido lugar cuando se sinti6.an-de- sesperado respecto a la enfe ermana, Era como si John hhubiera levado a cabo una equivalencia entre la enfermedad y el ti fo del odio sobre el amor. En aquel momento pensé que habia depos rail este desespero en my que yo renfa que lichar para, et primer ‘comprender la simuaciin y seguidamenteintecpretarla, y no dejan- mplemente, que se repitira ‘Uaa vez que pide comprender estas crcunstancias ya partir de elo mmejorar mi trabajo con John, éste volvié a enfocar st trabajo de mane- ‘a positiva y, aunque aparecieron fluctuaciones en la calidad del contac- to, se cr6 tina atmnésfera mis viva y esperanzadora. Pudo, de maner: intermitente, usar los juguetes y jupar con ellos, aunque, en otras Siones, se dedicaba intensamente a esceniicar ss ansedades en nuestra Felacidn. Algunas veces daba la sensacion de ser un no que jugaba cor tho un aduto y asociaba librenente, pero otras veces sg lecin-muche inds interesado en llevar a cabo. lizar_en_sni_senci- ientosderepasio.o-qark des i coino si. quisiera-que yo dear ingadido por la depresi6n la desesperanz. Bn estos momen (os daba fa sensacion de que él san quiz la tafe que suas hermano, mientras en i proyectab la parte del mismo que se identifiaba con el hermano; en este sentido, tenia | cho para-permanccet «vivo» como analsa, } Una sesién (martes) John, al igual que lo bace ilkimamente, aprieta el vimbre sin pax tae y el ruido resuena en toda la casa, Cuando abro la puerta, John esté mirando a la «au pairy que le ha traido, y ella rie pe- » Peicaanisis de ios. Tendencas we 10 como si se sintiera algo violenta. John le dice: «Ay, lo siento, tne olvidee, pero en forma poco sincera. Yo, de manera amable pero firme Te quito ta mano del timbre y le'digo: «Buenos dias Jolin», En ka puerta del cuarto de juegos me pide si puedo espe- rat fuera, como si tuvieta una sorpresa para mi. Le digo que si, dungue con poco entusiasmo, Oigo un ruido que podtia muy bien fer de alguien que esté encendiendo fésforos, y abro la puerta. John no esti encendiendo fasforos y, aunque no puedo ver lo {gue esté haciendo, espero im poco antes de entrar en el cuarto de tego. Coad fo hago, despues de breves momentos a pest algunas hojas de papel en el suelo, pero se nota claramente que metigun ota debajo de ello john pia las hojas de papel y me mivestra como si, sseereramente», hubiera puesto algunas Tiseares de cacahuete en el suelo, por debajo del papel. Cuando Te pregunto por qué lo ha hecho, no me contesta. En aquel mo- mento pienso que st intencion es que yo camine sobre los pape- Tes, aplaste los cacahuetes y, debido a ello, el suelo quede todo En este momento sstoy sentado en sila Joh coe silt a hace gisar rapidamente yy a continuacidn, me la tira con na ex presion excitada en su rostro, Yo Ia eojo. Analistar «Pienso que lo quieres es que me sicnta aplastado, Me hhe de sentir realmente coro ua tonto por confiar en ti cuando los dos sabemos que ti, fo que quieres es engafiarme. Fsto te haria sentir que habias logrado debilitarme y, por ello, podtrias excitar- te sintiendo que todo esté ya descontrolado». bado no En este momento, no se si John esti diciendo Ia verdad; parece sincero, pero el tono de fa sesién esta tan lejos de esta impresién jue sospecho que puede tratarse de otro engaio. A continacidin, John coge un trozo de cordel, y me dive si puedo sostener un cabo de éste, mientras él sostiene el otto. c cogido en Ia du Analista: «Lo que td quieres es que yo me quede cogido en k dda de si es 0 no verdad lo que me has dicho» tara Avadde od 30 Deessrvolos de la cai en el psicaaniiss de nos Heinian John mantiene tenso el corde y lo golpea conto si fuera ls euerda de un instrumento, pidlndome que esuche y, lego, me pe que haga lo mismo, y yo asiento, Habla a través del hilo y me. pide una parte de ti que no lo soporta y que necesita ser la estrella, y di de estar ajeno ao quel igo, reordindor que ne transmit las palabean. Fst oct ilo en sus cosas y dice, un poco para sus adentrox: «Lo que n=- Esto es un pesos jah, esa me serine, Coge el peqeo can- ddado desu caja ds jugustes y lo une aun extremo del cbeel rot. Lo hace giar'como una honda y Ia suekn sin control. gue da lugar a que golpes es expiilla con bastante Job: «La siento, Parece que €s sincera al decitlo, sin embargo, coge otra ver el candado y, antes de que yo pueda pararlo, lo hace volar otra vez. Esta vez golpea Ia pared. Me levanto para cogérselo, pero John ccrza la habitacién corviendo, lo coge y se estira en el divén, es ccondiendo el eandada debajo de su everpo. Decido no forcejear con él y, simplemente, estar alerta, Vuelvo a sencarme. “Analista: «Cuando rompiste eL corde periste el. sentimisnie. de | que nevestas mi ayuda, y pienso que extés asnstado.de que yo no Sea sificicntemente fuerte para poder paracte, sobre coda cuando jestis ran excitado maltratandome a my al cbarto de juegos John esti paid, y dice: «Estoy cansado y me voy a dormir» Pienso que queda claro que, Joh jugar» en_el mo- mento que.compeel-eordel. Una vez. mas su intencién es impli- canine y que yo deba tomar la responsabilidad de protegerme a ini misino y al euarte de juegos, mientras me desprecia por le- ‘var cabo esta proteccidn (ello se hace evidente cuando me dice, de manera condescendiente, que cierre el grifo). Ea aquel mo- ‘mento ai opinién fue que enrollar el caudado con el cordel ser~ va para deshacerse de cualquier responsabilidad en telacion com 2 Desarrilos de la cna ov el psicoanlns de ios Mciniano su destructividad, y tener la libertad de despreciarme por hacerme cargo a_responsabilidad. Al hacerlo, no_sblo-estaba a cando sus objetos, sino tambien a una parted él mismo que pu do, en la primera parte de la sesidn, hacerse parcialmente respon- sable de su destructividad y de su deseo de. estar en. contacto. con lbuen objeto, Penso que la ronita repentina del cone aunque yo no llevé a cabo ninguna interpretacion al respecto, le records 1a fragildad de sus objetos (en los que inclayo, sin duds, a su her mano), y también de su salud mental; todo ello condiciand la piss apariion de un estado de ans lepnsivajitolerable de {a cual huyé ripidamente hacia umn estado maniaco, negando la necesided de preocuparse de él y de sus objetos. Aualista: «Te sientes cansado de tanta violencia pero no soportar la idea de volver.a-trabajar juntos, y pienso que estis asustado de que yo tambié a seguir adelantes, Antes de continuar la relacién conmigo, John estt un rato con el pulgar dentro de la boca, Jobn: sD. Anderson, estoy intentando algo nuevo. Averigua de 4ué se trata. Comienza con Dy acaba con A. Antes de ahora, nunca lo habia conseguido; adivinalo Le sugiero que quiere decirme algo importante, pero que no aca- ba de deciditse. Jobe: «Bueno, tiene una I después de la D> Analisi: «:Dieta?» Jabs « 1m me da una sopa muy buena a base de vege tales, 1 Mientras me lo dice, eoge la papelera y, de manera ruidosa, la ti- +a por el cuarto de juegos. Analista: oEstis tratando de decitme alguna cosa importante res pecto ati, y creo que ests haciendo un gran esfuer2o y que tie- hes una madre que quiere ayudarte pero lo que yo pienso es que ta idea de td y yo trabajando juntos para ayudarte te parece me nos atractiva que exciarte y olvidar tus dificulsades» Mientras voy hablando, John esti haciendo una especie de zum- bido con la boca pero'en rono desagradable, sin ninguin ritmo 3 Psicoumiisis de wits. ‘Tendencioe acta i é idod {aunque tiene una bonita voz). Da la sensacién de que la finale dle este zumbido es ahogar mi voz, $i yo paro dle hablas, Jon pa~ rd car per sl yo comienzo hablar el comienza tambien a tae, adopeindo un aspecto trunfantey,otta ver, cxcitindoe de ser capaz de llevar adelante esa situacion, Me quedo en silen- to durante unos minutos. al John que quiere ha 1, sin hacer ruido, durance unas Jobre: «¢Cvinto tiempo falta? No me lo digas... ¢Quizas 15 © 20 minutos?» Analista: «Faltan 30 minutos». Jolm: «Schetzer.* Esto es aleminy Anolista: Creo que se sientes bastante asustado de no see capaz de Gque las cosas vaya bien durante el tempo restanee, 9 de no ser c3- par de parar de echar «mierda» en la sesin, especialmente debido a que mafiana no habrd sesién y se te hace muy larga fa espera {John leva a cabo ua murmullo algo despreciativa} isaci6n de estar auscnte. Le despicrto al la sosidn. Parece enfadada pero me dive adi y-s0-va de la.con- sult * La palabra tcheinrs es wn equivalent de «mierda en alemin (Nota del ‘Traductor 4 Desarrollas de la tenia enol prisanditis de nos keiniamo Lo que acabo de exponer es un extracto reducido de un andlisis 4que dura ya unos cudintos afios. Como todo andlisis se trata de algo inico y singular, pero pienso que muestra muchos de los aspectos: que he deserito respecto a las modificaciones actuales de la técnica de Me- Janie Klein. Ela sesin que he presentado hay mucha actividad cin feracciones entre paciente y analist,alternando momentos de amis calmado con periodos en lor que la principal acid ciente era Hlevar al amalista a En estos momen sa ba que mi actitad debia see la de intentar comprender qué fivatdad tenian las actividades del paciene, esperando que si este podta darse ezuenta de elas se sentria contenido y con capacidad de lograr un mia yor control de su meate, En esta atmdefera tan frig y tensa no son Posibles las interpretaciones compleras en el sentido de Steacher , ademés, no hubieran sido apropiadas ya que John no las hubicra te nido ent cuenta pues, en aquellos momentos, no era capa de com prenderas. Cuando repaso este material pienso que puede enfocarse dde muchas otras maneras. Mi prineipal preocupacisn era mantenerme en una posicién interpretativa y no tanto responder con la accién, que cra lo que John buseaba, al menos parcialmente; es decir, que yo en trara en su dindmica, Yo estaba macho nds preocopads ef intentar que Joho slcanzara un estedo mcatal en el que tuviera menns nee dad de_proyectar y estuviera_ mds interesado. en-pensar_y,.por-ello, yo interpretaba sobre todo I manera.que-tenia. de funcionar-y-no tant cloned des fata. tn te set, podriamos dcr que yo weresado en el aspecto palcolsgicd que en el sspec témico de los objetos.parciales. Pero hubo un momento de Ta cel cial_no segut-este enfaquc, ¥ pienso que el ond que Jolin se distanciara y-se dunmicra, ya al final de la sesion, Fue cuando John proouncié tn palabra «scheizer», Mi respuesta de que él sale | preocupado de echar mierda en la podria considerarse como ‘una_interpretaciGn_de_objeto parcial anatémica. De hecho, mi res- Pucsta puede verse como una actitud personal de-no estar tent e= bida a que mi deseo era no tener que continuac trarando de compren der y procesar el material que John me mostraba: quizas se trataba de dese | tuna especie de desesperanza_pensando que John.no podria resistir su deseo de renunciar a hacerse cargo de su.tendencia —aparentemente| interminablo— a la-destrucavidad. De hecho, siyo. hubiera continua- do pensando en Ia situacién, habria recordado que_la «av pair» que a menudo acompanaba.a John a la consulta —y de la cual tenia que se- Pararse_prontom,.craalemana. El nif sentia mucho aprecio. hacia ella.y, al. mismo tiempo, ella. también sabia muy_bien_cémo Hevar.a John. Aunque claramente éste hacia alarde de su habilidad para decir palabrotas en alemén, pienso que de una manera, més sutl estaba ape. Jando aella para que'le ayndara.a-sostener su_adicta de alimento. ni 35 ——— Psicomtss de widos. Tendencas acuates |etvossen_ver de ceder a deseo de abandonar cod preausin y meterse a sus impulses. Fi este semido, ella me representaba a mi, Jolin sexta que podia ayudarle a continua’ luchondo, Una interpre- eacién dirigida a esta parte mis positiva y-no.a la amierdax-hubiera ido, a.m entenaer, mis provechosa. Resumiendo pienso que mi pre teupacidn por su desco Henar el tratamiento de «mierda era dema- slado simple y se alejaba del nicleo esencal, "Toda tGetica —y la técnica de andisis de nifios de Melanie Klein no es una exeepeiGn-—, ha de ser comprendida en téminos de fo que Se intentalograt La teniea de Klein e desarrollo dependiendo de sus feorfas en agquel momento, Gracias a sus descubrimientos y alos de sus sucesores, nuestra comprension respecto a cémo se va desarro- ilando la mente ha avarzado considerablemente desde entonces, y los cambios en la teniea se han benefciado de ello; cabe esperar que lo tnismo ocurtird cuando se leven a cabo fururos desarrolls. Bibliografia Kein, M, (1955) The pgeho-anabyic play technique its hoy nd significance, Ee ‘New Duvetous mn Pyeho Aaabsit Load tavsrock [ermpresion en The We ‘sof Slane Ror Vebon it (pp asst), Londons garth 1975 wien RL S(L975ah The Pycho anyon of Childon, Von he Mags of Me- ton Klein, bande: Hogarth. Klee U9PS0 The Norte of 9 Child Ana, Volume 1, The Writags of abn Rss London: part soem Se deans he ork of Ni in. nr ional Journal of Paycho aly Se 321332 psi 1 Boa aan te Par One: Dives in ehigus. Ea 3 ons (Eh, Melame Kl Today, Vooe 2: Manny Pras (pp 3-16) Lan dl Routledge 36 2 gn qué casos hay que llevar a cabo el andlisis de un nifio? AW. Brafman Comvinmente se piensa que la palabra «psicoandlisis» se refiere w una terapia especifica para los problemas emocionales, pero ya hemos e fatizado que el psicoandlisis es también una céenica de investigacion y tuna teorfa psicoldgica. Sin embargo, cuando nosotros usamos la ex 36, Ins personas que nos escuchan piensan Slo en la téenica terapéutica, aunque nesta opinin es considerae el Psicoanilisis en relacicn con otros dos aspectos: 1) emo pueda ayu- {larnos en nuestas teoriasrespecto al desarrollo emosional,y 2) el pa- pel que jucya on la focmacién del psicoanalista. Cada tna de estas ra Zones mereee una atencion especial por sepacad. La formacién En junio del 1970, la Federacién Psicoanalitica Europea organiz6, en Ginebra, un simposio sobre «EL papel del anilisis de nifios en fg for- rmacién del psicoanalista». Los autores de los tra jah i, y-Segal. Estos trabajos se publicaroa en 1972 en el clnternational Journal of Psycho-Analysis, y vale la pena releerlos. BL cabo de atin oe cera en el ans de nifios,y ae refer ‘a muchos de los problemas que surgen en la prictica clinica, Su estilo no es facil, pero no hay duda de que sus opiniones se basin en una amplia experiencia, La deseripcin de Diatkine abarca jos miltiples ti- pos de ineervenciones que el analista realiza en su trabajo con nitios Es muy interesante su opinion de que, cuando af analisea interpreta, se convierte-en una figura més saludable que puede ser introyectada por| cl niio. Diatkine usa raras veces la palabra transferencia, peco enfati- za que: sdesde muy al comienzo de a cura, el psicomnalista deheria ser para el niio una fuente tanto de placer como ce agresiOn, y que es- doberia cesar_de des mis adelan- 7 sivas de nits. Tendencoeavtuales sta_opinién es bastante diferente de la usual idea de analista “neutrals, o de fa imagen del analista.que-depende de sina conseruc- ign teansferencial_creada_por-tas proyecciones. del nifio; el objeto wente. iscutir el rol de los padres, Diatkine lleva a cabo algunos co- interesantes. Dice que: stodo el mundo esti. de acuerdo en ‘que se necesita un abordaje eerapéutico para fos padres, con Ja exsep- Si Siam del piston ue tg, exctonrament,bjor de paton nalistas, en cuyo caso suicle ser suficente el propio analisis de los pa- dees» (Diatkine, 1972, pag, 149). 2¥ si ello no es suficente? Dicha circunstaneia podria condicionar un importante problema clinica. Pe- +o Diatkine subraya que los padres reales: Jno han de confundirse con las imagos parentales del niio. Ellas pueden jager an papel muy importance, sea reparador o traumd- Tica, pero no son los objctos originales del niio, ya que Ia elabo: rain de as elacones obealescomienca muy prom, Hefete id de ai de ser la meta utopica de puna imiagen.de los padnes ideals (aid. Otro comentario esclarecedor de Diatkine, es el sigulente: | fuasionamiento.mental-de-los-padees-cjesce un efecto estruc te sobre Ja psique del nifio,.no puede tampoce ovidarse que, Seqtin mi opinién, Diatkine estd hablando del anilisis como una terapia. Parece que da por hecha la teorin del desarrollo, y sus com- pparaciones frecuentes entre anilisis de nifios y de adultos se focalizan is en las similivudes y diferencias respecto a la teorfay Ia técnica, » no tanto en los enfoques Tlevados a exbo por Anna Freud y Hannah Segal. ‘Anna Freud escribié un trabajo muy contundente que, aunque pueda extrafian es atin muy actual, Describig las razoncs quic Ia leva Fon a considerar fa formacién en andlisis de nifios como la faneiGn csencial de la Hampstead Clinic». Anua Freud vefa al nifio como.un sscanupo vivo» de investigacin, ¥ crefa-que-cl-analistade.niios go7a- ba_de_una_oport ica_para_obsersarcémo-el-niia-uiliga su poiencial heredado para _adaptarse_a_las_presiones_provedentes. del nundo externo. Hablando de las diversas aplicaciones, conocidas mys fdelante como el «amplio campo del pricoaniliss», Anna Freud pent saba que, de todas ella, «el analisis de nitios habia demostrado su sin- 38 zi qué casos hay que evar a ctbo ol andlsis de un nit? szlaridad en an punto esencial: era Ia tnica innavacién que absia ta posibilidad de compcobar la fiabilidad de las reconstrucciones en ef analisis de adultos» (Freud, A., 1972, pig. 153). Y afladia: «tos ana liseas de adultos permanecicron mis 6 menos distantes del psicoandli- sis de nits, casi como si se tratara den trabajo profesional infe- riors, Después de comentar las razones que generalmente se dan para justificar que cinco sesiones por semana no son factibles en el caso de los nifios, Anna Freud decia: «Era difeil no sospechar que la gran ma yori de analistas preferfan mucho més las imagenes de a infancia {que emergfan de sus interpretaciones, que no los ninos reales respecto alos cuales seguian teniendo poco interés» (bid. pig. 153) ‘Anna Freud, pensendo quizs en una actitud previsble en los es- tudiantes en formacién que atin no habian analizado adults, aliemd: n su anilisis personal como sinico modelo para trabajar con adultos, tenfan, en todo caso, menos dificultades que el promedio. de los analistas par acepar na tna en a ual I aociacion libre no existe; la transferencia es compartida con los padres; hay, por parte del paciente, un minimo insight y una resistencia ma ma; Ia alianza del paciente con el tratamiento es inestable y pre- carla, y necesita de la ayuda parental en los perfodes mas difici les; In accion substituye a Ia verbalvzacwons y Ia atencion del ana- lista no puede concentrarse exelusivamente en el paciente sino ‘que necesita también ener en cuenta el ambiente externo (Freud, A, 1972, pig. 154), 1 deseo de Anna Freud era que hubiera un fastituto don «seudiante_pudiera tener una formacion completa, asisticado _adul 105, miftos y-adolescentes. En la pedetica, ello llevaba consigo aceptar, por parte de la «British Psychosnalytical Society», la formacion del wAnna Freud Centre» como valida para poder calficarse como ana- lista de niftes y, a continuacin poder llevar a cabo la formacién « mo analista de adultos. Este conlliero no esté todavia resuelto del to- do, pero es importante subsayar el punto de vista de Anima Freud que daba la misma importancia al analins de miios qe al de adults en la formacién de un psicoanalisa, Segal pensaba que esta opinién consti- tufa un ideal estimable, pero que era improbable que alguna vex pur dlicra lograrse, y presents. material elnico que demostraba lo prove choso que era tenet experiencia tanto.en_nifios como en adult ‘due sus expecta ‘mas limitadas: En la «British Psychoanalytical Society. ha habido, durante aiios, seminarios elinicos y presentaciones de anilisis de niios, activi dades a las cuales los estucliantes debian asistir obligatoriamente. 38 Pesce de niios. Tendeacas actuate Desai eon ness una oss Tis tapas de gendes convulsionesy consecvene eorganizaci6n, J eco.con horror qua el niio ha desaparecido con el agua del ba ‘fo; el curso de _andlisis de nifios para los candidatos ha desapa- recido, pete tengo le esperanza de que setae de algo temporal (Segal, 1972, pag. 160). Segal hizo wna lista de lo que consideraba requisitos minimos: ‘en primer lugar, integrat plenamente en Ia en: coanalitica que-derivan del anajsis de ai- en segundo lugar, Ia observacion debs y_de nis Iga, asistr a conferenciasy seminaris clinicos sobre a ‘de nifios, independientemente de que el candidato esté 0 n9 Segal mantenfa la esperanza de que estas experiencias animasen a Jos candidates a evar a eabo un andlisis de ninos. Desgraciadamente, In distancia entte Ios ideales de alanos maestros con experiencia y It realidad es ai considerable en este moment el comentario de Se fal de que uiucias yessonas podeian hallar sain demasiado ambicio- sos. aa reaucroalenten minimos», constituye todavia una reflexiéa acertada respecto a fas aetitudes predominantes THe mencionado estos trabajos con una cierta extensién debid a 4que, segin mi opiniGn, es importance reflexionar respecto.a los eam bios habides en Ios lumos 30 aiios,vEI igo en el adulto» 0, «la par~ te bebé del adultos, y otras expresiones parecdas, han tomado carta de naturaleza. Los analistas que han Ilevado a cabo anilisis de nifios fo de adolesceates contindan aportanda argumentos para convencer a fos otros analistas que, al comienzo, deberian tener la experiencia de llevar a cabo el anilisis de wa nlio. Estoy seguro de que ningsin.ana~ lista hablaria_negativamente respects al andlisis de_nifios, sin_cmb pow la gran mayoria de analistas se sienren.mas sonfortablestrabai ‘do-con adultos. Personalmente compacto plenamente el punto de vis- ta de Anna Freud, de que los analstas pefieren trabajar con el sai Feconstruido» que es el ente conceptual que, sega muestra opinién, se encuentra debajo de la patologia del adulio. Me llevé una sorpresa cuando los estudiantes que observaban bebés y los analstas en for- tmacién que analizaban mifos, admitian que esta experiencia represen- taba lo mis cerca que habjan estado nunca de un nino. Ahora sé que sta és mucho més corriente de lo que jams hubiera pensado, Si deseamas que los futuros analistas de adultos salgan con un: formacién mejor, subscribo las tesis de Segal acerea de los «requeti Imientos minimose, pero afiadivia una sugerencia roralmente diferente. 40 aE gu caus ay gue Hevar a cabo el auilss de wn nto? indo comencé mi focmaciéa analitiea, tuve que estar un alfo emte- trabajando a ticmpo parcial en un hospital mental debido a que ‘studios de medicins no icluian ninguna préctica de larga dura- nen psiquiatriay, en este sentido, podemos preguntarnos: por qué no establecemos algo similar para los eandidaros que no han tratado tufios? La wobservacion de bebés+ parece una opei6a razonable pero, i la practica, los eandidatos estin demasiados influenciados por las ideas tedricas preconcebidas de los directores de seminarios, En 16 nos de descubric.cémo piensan, sienten, se eomy Fios, podria erm - ‘mero de sesiones ei una guarslera vlna escuela primaria, sin ser upervisados ni observados, v sin la obligacia at restimenes de dicha actividad sino, simplemente, abservat de estca los.nios, vi ‘endo iugando juntos, Estoy seguro de que nuestos candidatos po} (1992), en el cual esta autora describia el an lisis de Julian, 1n-nino.de-cuatea aiias. Debido a que Julian llevabaa cabo frecuentes y violentos arsques contra los nifos de su pensé en la posibilidad de trasladaelo a unt escuela para pacitados. En easn_mostraba también esta conducta destructiva y su madre explicaba que Julian exeavaba con sus manos, de manera com pulsiva, profundes aguieros en el jardip. Después de repetie dicks idm en la casa de la analista, Schache rekaciond esta conducea con las 2 | fa gud casos bay que Mevar a cab el ands fantasias inconscientes de Julian respecto al cuerpo de su madre, y también con la demoficion de un establo donde el nifio acostumbraba «jugar. También Hevaha_a cabo ataques contra la persona del analis- ta.como explica Schacht en su trabajor etiraba de mis ca Pre- senirme, intentaba lanzarme objetos a la cara, ¢ incluso una vex qui 0 araftarme en los ojos peligrosamente, circunstancia en la que me sen si muy disgosteda y enojada» (ibid, pig. 68) Schacht aporta muchos «jemplos dela compulsién repetiiva de julian, tanto en la palabra co” mmo et la accién. Por ejemplo: «Julian me pedia de manera mond que exo? oy ceo lama de manera interminable, Ciencia inusual ya le iba dando respuestas y explicacfonese (bid., 65}. Mas adelante, Schacht esrber sen una att despreoepaa me «lijo que habia en su jardin, wn nido con erias y que lo habia destrui do Alli habian crecido unos ebés, minasculos hehés, pero los habia aplastado a todos, y rompié a reir» libid., pig. 73) La descripcién de Schacht de un anslisi tan dificil se centra en la Uiscusidn de wn dea determinada —visitando al nfo en otra habita: cid durante un periodo limitado de regresién— que mostrd ser muy nl, La. mayoria de las interpretaciones se centraban en los conflictas de Julian con su herinano mas pequeiio y su madee, y cémio ello habia afectado cl desarrollo de su sentimiento de self. Se logr6 un progreso, ungue Schacht refiere tambien tpag. 68) Ia existencia de una violen cia comtinuada en casa. EI material que acabo de mencionar me rccuerda a niiios simila- ‘quedé muy afectado cuando, pasados hastantes aitos, volvta verles 9 se habian-convertido en pacientes psiquistricos adultos. Buscando en| sus antecedentes alguna earacteristica que podtia haberme alerrado de ‘n esistencia de-una-patologia.mas seria y que a mi, obviamente, me Thabia pasado desapercibida, mellamaron la atencidn, por ejemplo: conductas repetiivas (ecolalia, rituals, ti Fepetidas de manera interminable, ete); pensamiento concreto de memoria, no comprender los si dlicos_en e .reaccionar frente a fos dibuios » jugustes.como si set: ‘ara de animales vivos)s inapacided para empatizar con las personas || (enindols como cosis no. dare cues -los sentiments des cquilibrio extrafio entre los afectos y Ia conducta m i le pinico, aparieneia fiafdistan! fe). Hay que tener en cuenta, ademis, que si podemos considerar la, ansiedad inconteolable como ura explicacion a estas acitudes, toda via nscesitamos explicarnos fx intensidad de a feaccién. Personalmente creo que estos rasgos pucden verse en la descrip- cidn de Julian, y aunque es verdad que, en ocasiones, las interpreta siones de Schacht daban la sensacién de proporcionae alivio y cam 4B > res que he asistido. Algunos de ellos llevaron a abo una rerapia y “°°, Psicnaniiis de wits. Tenenias actuals bia la conducta del nito, me pregunto si un ansliss puede poner re- medio a las dificultades de un nifio como Jalian. Estoy convencido de {Qe mejor mucho con la ayuda que Schacht le dspens6, pero ante todo me interesacia saber qué acurrié cuando entré en la adolescen- Cha. Mis dudas van en el sentido de que, sunque el insight puede pro- porcionar alivi, o algunas ioteracciones analista-paciente ser prove- chosas,-cafos-niios dan la sensacién de-poseee-alguna rendencia in- trinseea, debilidad 0 incapacidad, que persstea lo largo de su vida. ‘Desearia exponer el material de un nio que formaba parte de un grupo de niflos con problemas de desarrollo, y que fue objeto de ob- Servacion por mi parte. ole-aos cuando vino 2 veme por, ents cousulta era aias,dificuka- desea ol aprendizaje de Ia contencisn de-esfintezes y retardo en ef habla. Poco a poco se fue haciendo claro que presentaba un cua ‘dro de tipo aufista , mas edelante, se le diagnostice de sindrome * de Asperger, teniendo en cuenta su alto nivel de inteligencia y sus capacidades en ciertas areas. Un dia entré en la habieacién Mle~ vando a eabo, con sas manos, movimiontos suaves y sinuosos. Al- fhvien cementé que, la semana anterior Joe se habia referido a es- te movimiento como «la arafiam. Joe sonri6 y dejé de hacerlo, Pe- ro su madre explicé que los mismos movimientos podian, en ‘tras ocasiones, formar parte de otros juegos que él levaba a ca- bo; por ejemplo, podisn converttse en un avi6n que vuela. A la semana siguiente, Joe lleva eabo, arta vez, movimientos con sus manos, pero ahoia les puso nombres; se habian convertido en «Thunderbird» uno y dos. La madre de Joe nos dijo que, en una ocasiGn, éste se habia q) jado de un ruido silbante producido por un autobiis, y ella le plied que habia sido un ruido producido por la frenada de ést. Pero a continuacién vino otro autobis que llevaba un gigantesco nuncio en uno de sus lados, representando una serpiente; Joe lo sefal6 con el dedo, promunciando la palabra «serpiente» y afta- dliendo el ruido silbante, La madre enconte6 muy divertida esta es- cena, pero comenzé a inguietarse bastante cuando vio que Joe se alaha cada aurobis que pasaba y hacia el mismo ruido silbante dicienda, al mismo tiempo: «la serpiente» y, por supuesto, Joe rehusaba a entrar en ninguno de ellos. Las dificultades de cuidar a tun nifio como Joe se ponian de manifiesto por ejemplo, al terminar la hora de reunién semanal, momento en el que Joe se echaba en el suclo y levanaba sus brazes. Su madre decfa: «no puedo llevarte, eres demasiado pesados, explicando que ello ocurria, a menudo, en 44 dn qué esos hay que vor a cab ob als dew to? las tiendas o en la calle. Le sugeri que quizas Joe necesivaba algu- nos mimos, y que podia ser convenience que le tuviera un poco en sur egazo; la made hizo caso de mi sugerencia y result6 ser efec- tiva ya que me explicé posteriormente que, segundos mas tarde de aplicala, el nifo comenzaba a andar con normalidad. Seis meses mas tarde, Joe habia ritvalizado un anevo movimien- to: levantaba las espaldas y sacudia la cabeza. Su mate relacio- iiaba estos movimientos con la época en que Joe habia tenido un cczema y ella le habia examinado la espalda, unas pocas veces. Joe, como siempre, me daba una bienvenida eilida y me pregun- taba por el sempo, pregunta que repetia al eabo de pocos minu tos. Sin cui lo, pero que Joc no comprendia el significado de las respuestas que se le da- than. Al eabo de otros seis meses, el voeabulario de Joe habla au- mentado, y su manera de aproximarse a los adultos y nifos era absolutamente normal en relacién a lo que se espera de um nifio de su edad. Sus juegos podfan parzcer normales aunque siempre i lo (podia aeeptar offos niios que jugaran a su lado aun- juga {que, realmente, munca jugaba con ellos) pero, dle vez. en-cuando, sus expresiones eran il6gicas, circunstancia que nos hacia du de si comprendia Jas palabras que iba aj jo. Para dre resultaba extraordinario que joe pudiera, inesperadamente, salie con una frase que habia ofc meses antes en la televisibn. A pesar de todas estas dificultades relacionales le Joe con los que le rodeaban, un dia hizo unos dibujos en la pizarra (les puso el nombre de «diplodocns» ¥ styrannosaurus rex»). A continuacién Hlevé a cabo otto dibujo enorme, de aparicacia prebistorica, con uun bebe a su lado; les puso el nombre de Joe y madre. Después ‘contend6 otro dibujo de an padre que era, claramente, demasiado sgrande y empequetiecia los otros dos, pero se par6 y me dijo que fos iba a borrat. A continuacién repitié los mismos dibujos pero ahora eran ol padre y su hermana, Joe prosiguié y llev6 a cabo, fen cl otro extremo de la pizarra, un dibujo que representaba a al mismo y ambien a su madre, Puede decirse que se trataba de un material edipico claro, sélido y ortodoxo. Joc fue asignado a una elase con pocos alumnus, para niios nece- ide atencion especializada ais mus tarde, ria, Pavoce que va bi smatematicas y 2h pe ‘maestro ha_comenta «que: cuando hablo con Joe es como si estaviera en una habita- ‘cin_con ecoy repite todo lo que fe digo». Ademas, en la relacicn ‘con sus companecos, Joe toma na acritad muy formal y rigidas 4s ‘atin no puede dejats ir en el juego con los.ottos y, aeasionalmen- 4, experiencia un alto grado de ansiedad de control Podria dar muchos mas ejemplos de esta mezcla desconcertamte de palabras y conductas que realmente tienen significado, con otras ue parece que no lo tengan. No hay chida.de que Joe puede aprender, pero es dificil evaluar si puede comprender cl significado quie existe detrés de cada cosa que aprende. Estamos hablando de estereorinos, condustas rituals, pensamiento concret bol 5 lncapacilad para ‘gary mlithos otros conceptos dascripives, pers lo que quetla Bata ‘sc analiza a_niftos como Jor, no es suficiente inte pretar el contenido de sus couunicaciones. También hemos de inten- tar explora si hay, de hecho, alguna logica que pueda tndicarnos el porqué de que puedan o no comprender el significado de cada cosa hers que aprenden, Observando a Joe y 4 nites como me he que. thalo con i mpesion de que pueden adquirt mievonconocinietos y desarollar cera capacdades, pero que cada no deelos presenta tnos impedimentos que ls impide responder a los sfuerzos ede a fo hay dada de que a estos nfo levaraia cabo an Instrmento de Investigacion muy valioso. El problema radica en que nuestro compromiso con la teoria de i fuser on dl Seoeroie ha srenghdo uote lfm F fa existon hhemos.eceida_que_todos los obsticulas,_impedimentos, deficiencias, feacasos, inhibiciones, ete., pueden solucionarse con tina terapia_«efec~ gus coc haya nd pooehutidad de oro pats tae ake ; lamar un sintoma i ‘de alguna alla in- trinseen en_Ja_estructura_mental-psicol6gica-emocional del nifio. Mi ‘pimn es que wna falls orca no const nt ata ian , Precsamente, ent ade lisis de este tipo deberiamas. esforzarmos_en_agudizar nuestra com- prensiGn del interjiego entre capacidades ianaias y aptenizaie. ner. petar el contenido del material del nifo puede ser de wilidad, pero también hemos de tener en cuenta los demds aspectos de las commu caciones del nio si queremos aprovechar el andlisis como tna herra- rienca pars la investigaci, ddefintiva para le Terapia 1a Federacién Psicoanalitica Europea ha llevado a cabo diversas reu- niones sobre el tema del anslsis de nies y de adolescentes. En 1991, 46 Fog casos bay qe evar a cabo eb ands de wn wo? 6 un_trabajo_sobre_la_frecuencia _d ‘do al Campbell pec suencia (i990), eeu proporciona_unas_pautas.muiyaltiles_eeipe m del diayndstico y de Ja elecsion del tratamiento. Campbell Hlevé a cabo un estudio de la literatura existent, y cits los eesiltados de un cuestinsacio que la «British Psychoanalytic So- ciety» envié s analistas eualificados; tambign se entrevistd con analis tas de niios ya experimentados de dicha sociedad. Querria resaltar de dicho trabajo (pig. 106) el vinewlo llevado a cabo por Ross —en la reunion de la «American Psychoanalytical Associations del aio 1957 (Bernstein, 1957)— ente las categorias diagndsticas de-Anna Freud, y Jas modalidades de tratamiento que ella recomendaba: 1. Los conflctos entre los deseos primitivos del nifio y_sus_feustra- bids alos factors ambiental, debsrfan,tatarse_me- dante orientacién o terapia a los padres para corzegir una excesi- va severidad o demasiada permisividad. 2. 10s conflictos entre los deseos primitivas del nit y los padves se intemnalizan_ des insuffi par modliicar el supery6. 3 sencia de importantes conflictosinternos entre las identifica- ninas, actividad versis pasividad, y am versus odio, indican la necesidad de llevar a caho un andlisis. Los dos conceptos esenciales subyacentes a estas formulaciones son: a) que los sintomas sargen.del conflicto ent las impulsos tivos y a influencia.de-uma faerza restrctiva que procede dal a tos alan 6.x, b) ane el nivel dela temo del ni, De ello se deduce que cuando el ni es muy pequetio, se dara a los padres una ayuda a nivel de orientacitn,® 0 se les tata” i para «corregir una excesiva severidad o demasiada permisividad», pero més adelante, debiclo a que el nifio se va desarrollando ¢ inter. naliza los conflictos que tiene con los padres, es el nifo q ne verte en el foco del tratamiento. Pero, zqué sucede con los padres? Campbell dice: «a menudo es dill reeomendac lo. gue necesita el ta cursive = na) ya. que ello depend, en buena pats dc bpn de los padres 0 de su mayor @ menor motivacion, Probable ‘mente este punto de vista es el que-dio lugar a que en Ta retnidn ameri * Fine orginal: counseling» (Nora del Tadestor, fel mundo in- a Psicounilis de nites, Tendencies stale cana de 1957 se aceprara que: «la_terapia era aconsejable para Jos.pa- sando ‘sux hijos cstaban llevando-a-eabo una. psicoterapiao ur la opinion de Diatkine de 10 anos antes. Creo_ que Campbell refleia el punto-de vista predominante-en.la «British Psychoanalytical Society respecto al andlisis del nifio y del aor oes res os muy dificil aguantar.el mana, va ee menitoso que mantenganlaasraia cia es de una Sesion por semana». Nos extenderemos un poco en dos ‘puntos de esta afirmacion: a) el tratamiento del nifio ys b) el papel de Jos padres. ‘Al parecer hemos desarrollado, en nuestro mundo psicoanalitico, algo similar a lo que ocurre, por ejemplo, en medicina. En general se piensa que algunos cirujanes, en su préctica, son intervencionistas y cotros conservadores. Ello significa que, grosso modo, puede predecir- se cual sera la indicacion del profesional cuando alguien acude a su consulta, No hay duda de que lo mismo podenios decir respecto al pa: ciente, ya que si éste siente Ia ncvesidad de obtener un tipo de tat miento determinado, puede ir consulcando a diversos profesionales hasta que encuentra uno que le preseriba el tratamiento que desea. En el campo del anilisis de nifios es bien sabida. que muchos psicoanalis- ts querian gue su ios Hevaran a eabo un pcan ya gue piensan que ello garantizaria su desarrollo psicol6gico normal. De al- guna manera, esta actitud puede compararse a la de otros padres que Solo admiten, para sus hijos, traramientos de una vez por semana. Si continuamos hablando del campo psicoanalitico, sabemos que algu- znos colegas argumentan que los nifios deberian tener un ebuen anali- sis», eb decis, cinco 0, cnando menos, cuatro sesiones por seman: mientras que otros estin convencidos de que esta frecuencia es inne= cesaria, y que los ninos pueden beneficiarse de un traramiento con [Lo que me preocupa es que cada vez se ha hecho menos frecnen te una auténtiea valoracién de slo que el nidio necesita. En teoria, tanto los analistas como los psicoterapentas reciben en su consulta a nifios para llevar a cabo una evaluacién diagndstiea pero, a menudo, todo ello acaba en gue al nto se le indica el tipo de terapia que prac- tica el mismo profesional que ha lievado a cabo la evaluacin. En mi experiencia, ocurre may raramente que se diga a la familia que en fio necesita una terapia que requiere los servicios de otro profesional. Y sospecho que esto no cambiar; parece que ello muestra la existen= cia en nuestro mundo de una curiosa mezcla de conocimiento y fe que afecra a los seres humanos. En otras palabras, decidir «lo que el iiio necesita» depende de puntos de vista muy personales y, en el mejor de los casos, silo podemos aspirar a discutielo entre profesionales. 48 ef geass ay ue aware oasis de mio? Volvicndo a los padres: zqué queremos evaluar en ellos? Nuestros colegas de la tetapia familiar han hallado una forma de evitar el con far otras alternativas, pensando que tanto los padres como el niio| involucrados y. por tanto, necesitan un tratamiento conjunto, Cuando decidimos tomar a un nido en tratamiento, no hay duda de que podemos recomendar que uno o ambos padres leven a cabo wna terapia individual pero, en la préctica, lo que tratamos de asegurar es que el tratamiento de! nino no corra peligro. Personalmente quervia considerar el papel de los padres bajo otro panto de vista, en el sent do de que si pensamos que han ayudado al nio a tener un desarrollo normal en muchos aspectos de su vida, gpor qué no pueden también ayudaele en los problemas que el nifio ha de ie enfrentanda? Una res- puesta podria ser que ello el resultado de Ia inrernalizacién por par- te del nifio de las figuras parenrales, las cuales no pu dificadas por la influencia de los padres reales, pero, gebmo podem determinar que los padres pucden hacerse cargo de un niiio qUe va si perando los conflictos? $i un progenitor no_xs-sapaz_de cambiar su Sdemos nosotros cealiusnre canfiar en que Co- peree a Y a la inverse; si un progenitor 0 ambos utara nito do nana qleiene: chasis Gol BuE hemos de anvoluc tue de és? ‘Quiero dejar muy clara mi opinion de que cuando consideramos Ia eorwveniencia de Ia formacién, buscamos unos padres que paedan cooperas, y 4 que en esta situacién, es necesario fener en cuenta «lo aque el nino necesita», pero también las necesidades del candidato. P ro cuando no esté iavoluerada la formacién y heros de decide q atamiento se ha de dispensar al niso, pienso que nuestra evakvacién gndstica ha de tener también en cuenta en qué prado podemos con. tar con la ayuda de los padres, ya que no solo shan de mantener el tratamiento», sino que también hemos de preguntarnos: . De esta manera, iba acumul fi lexan san sentidos no funesonaban co jan convertido en archivos mecénicos de instantSneas visu ss ros, palabras, oe, gor Fo que Hugh no tenia en su nterior Jimvoyeccionesvitales, sino piezas y fragmento Fn su casa podia ya permanecer solo; al comienzo.por breves pe~ riodos. Mis adelante, pudo salir y andar por el pueblo donde vi- via sin nadie que le acompafiara. En mis anotaciones de aquella Epoca tengo escrito que estaba bastante menos ansioso con mis vitalidad. Comenzé otra vez a estudiar con un profesor privado y sus padres se sentian mucho mis aliviados. Pronto insistieon — demasiado prematuramente bajo mi punto de vista— en que Hugh viniera solo a las sesiones (tenia que tomar el autobiis de cereanias, ten yy finalmente, el metro de Londces}. Con la ex xpcion de uno o dos dias en que ellos cedieron a sus splicas de {due le trajeran en coche, Hugh vino solo, algunas veces-con.mi- co miedo, sircunctancts que cus padres quevian ignorye yaa tran de la opinion de que Hugh nevesitaba despegarse y disminu el vinculo hacia elloss ademas, estaban abrumados por la escla tud que elo lex repeesentaba. Alaiio del comienzo de su anslisis, Hugh dijo lo siguiente: «abo- +a pedo ver gue existe tafico bidireccionals el trimestre pasado cn la carretera, of walico era en una sola direcciGn, pero ahora hhacen obras en lo alto de la colina, Esta afirmacién representa ba su reconocimiento de que existia un intercambio bidireccional cn el trabajo entre ly yo. La tarde de este da, la madre de Hugh flam6 por teléfono diciendo que se sentia terriblemente deprim dda; Hugh estaba imposible y ella no podia aguantar ms, El dia siguiente, Hugh cambié su talante del dia anterior y dio: »gPor qué he de venir? No pienso que hagas nada por miv. Después de ello, se hundié, preocupado por la existencia de ssuciedad que brilla con cl sol», es dest, los escombcos de nuestro trabajo bidi- reccional. Pienso gue en esta situacién puede vislumbrarse como tf reconocimiento de una relacién objetal postiva fuc la causa de tuna depresién insoporrable, Ja cual fue inmediatamente proyecta- dda por Hughs después de elio Hugh destruyé tanto a su self como al objeto, los cuales estaban unidos en una relacién de ayada (ver la explicaciéa de Segal en su trabajo sobre la depresién en ef «5 quizofrénico, 1957). Ser Franensteis wna soc de wn joven a la scosis Sin embargo, habia comenzado una nucra ctapa. Durante los me- ses siguientes, hubo moinentos ~-aungue cortos— de reconoci meno de la exvtencia de un esfuerzo idieccional entre Hugh y yo; los mas intensos cuvieron lugar cuando sus padtes estuvieron fusentes dorante dos semanas, en sus prineras vacaciones desde hacia macho tiempo. Hugh Ievaba a eabo solo, el largo recorri- do del iy vee de las sesicnes. Su setimiento er que hs padres fe habian sepa nedndole de euaj, circunstaneis que habia condicionad -agujero por el cual se iban perdiendo, ada dia, més partes de él, Permanecia de pie ante Ja ventana, obt 1s hojas que volaban con el viento y diciéndome, con una vor invadida por.eL miedo, que habia_unarbol sin ninguna, Hoja. Este era su miedo bisico:cterse a troz0s, que &tos se persaran como ocurria con las hojas a. merora del viento, y que él Alesapareciera, Posados los 15 dis de las vacaciones de ss pa- dres, Hugh habéa llegado a una parilisis virtual. Jat clas drag cami ts eh pa fo dpe tei de la eaten rmamaea en ocasin del primera sep {Gon cnalicn, pro con ana dierenaraboca sabe qos xian hie que podia volver Hugh estaba aeradcedo de al mangra uy lege compares utes at anal ec easyessoe ‘elites fucaan mae vias pet llenas de conradiciones, ugh fe seria nsesmo, agraect, ceent debido = a0 dspenden- Gio, yoniand fodoe esos seventos. Const na matione- fe tunel sede anand ge clas ds lamar» antnia los rae nto 7 bi coedel-fa mationcta andaba. Beta copmsttaclen cet uns epee Stile fantasta pekconica onmipotente de madly conto tmungo, pero era como una maguca, nando compleamence el lado humano de muestra unién. | 1a siguiente separacién analitica las experiencias de Hugh con- an, otra vee, mas clemeatos humanos. El primer lunes de ta- tamiento despues de la separaeidn habl6 de un aparato de eédigo Morse al que le faltaba una parte, de Ia necesidad de tomar el aparato y enviar mensajes, ¥ de que se recargaria cuando las dos partes del mismo se juntaran oura vez. Pero al finalizar fa semana Hugh se torné huraao. Me veia como la Blancanieves que fo con 2 dln uno de sus enanos lo que le hacia sente inferior. Ha- sun hombre verde igado, mediante cordeles, a un paracaidas», y Hugh lo dejaba eaer hasta llegar a la mesa rando del paracaidas hacia abajo. Concentrado y atento, dijo: hombre veede es demasiado grande paca el paracaidas». El viernes ” Peicaniiss de nos. Tedonciae aetuslos Hugh se presents, por primera vez con su mascara de Frankens- tein y un peri6dico, Paso la mscara, hecha de papel maché, sobre el peri «Es una mascara de Frankenstein que yo he hecho. truo de Frankenstein pero yo fe llamo Frankenstein». Seguida mente dijo: «Frankenstein es humano, no un robot"; seal la snscara e indicé la herida con sutras que habia dibujado en la frente de la mascara, »Se golped con una silla cuando se-volvié Jaco y rompié los ables que le sostenians tenia que haher 7 tor- nillo» (se referia al rornillo en el cuello del monstru), «y yo se lo puse». Frot6 la parte de ateés de la méscara donde habia tina abertura, diciendo: «Corto la parte de atrése. A continuacign ‘puso la mascara a.un lado para poner al descubierto un anuncio en el periddico: «LONDON PRIDE — BEAUTY IN BLOU. SES»,* después de lo cual me ignoré completamente presiando toda su atencidn a Frankenstein, Le dije que.se habia alejado de ‘my que me sentia muy arrogante, como si le ataa al analisis co tmo_un biberdn-marioneta, el cual habia encontrado a falar du | fante Jas.vacaciones y que lo sent. como un pecho. que él necesi- | taba; éste era el significado de Ia xbelleza en blusas». Le dije que me nececitabs para eomprender que él rena aentimicntos huma nos y, como ef hombre verde, sentia que era demasiado grande para estar atado.a mi, Més adelante, Hugh dijo: «El monstrio és sris-verde, duro y no blando, y el profeso: lo construyé aprove- ‘hando cosas viejas que desenterré de las tumbas». Le dije que al romper sus vinculos conmigo desenterrando cosas viciasy y siendo como Frankenstein, iba perdi ia_mi, que le cansdban preocupacion. A medida que nos ‘amos al final de la sesi6n pareeia que Hugh se iba desvitalizan. ndose de set lo que dll sentimiento de A partir de aquel momento, Hugh. siempre trajo la mascara, Po- dia remodelals 0 pontraela,o felataba la historia de Frankeng- tena ota x some al acon ts eh Neo Eh tin est storia, no pati del bro de Shelley «layRenetee, of The Modern Prometbeus» (1818), sino debido.a ly pelcals de Wile (1931) ela eal Boris Karo haa el papel demonstra Br ena pellels, l inden Franke chee toe lis de lanatualea yee un eta tive, Un monsirve que * Rincspaiol -E1 Oxqllo de Londres — Beller en Blass (Nota dl Teach. ” ona li psicoss snismo sechaza més adelante, Esta istoria tenia un gran atact- Yo para Hugh. Expresaba su profundo sentimiento de ser rec zado por sus objetosy también sve sentimientos dolorosos de ser diferente alos dems. Ya que Frankenstein es monstrueso debido al rechazo y a set mal comprendio, ha de iberase de la ance. dad y la depresin siendo un shombre verde>, el cual, mediante el narcsismo y la eaviia rebaja sos objetos, Para Hugh habia tina semejanza ene l y cada elemento dela historia del mons. tcvo. Hugh queria decieme que Frankenstein no habia nacido més grande que los denués hombres, sino que era la ciencia que lo has bia hecho asia partir de travos de caléveres desenterrads de las tubs, destacando que él habia hecho la miscara monstruosa de papel maché a partir de tro7os de periédicos viejo 9 noma de pe fa Estaba describiendo una obra de ato-creacin camo Prome. teo, convitiendo los trozos y las piezas muertas en un ser eayo macimiento y enidado no se debia'a los padres, ys mejor ae. tual tampoco se debia al andi, A menudo restafaba ln herd existemte en la miscara, donde Frankenstein se golpe6 con una silla», para oni los bordes de la separacin dela hevida a teaves Ae a cual sentia que ee desintegraba. Mediante este arelacto que siempre llevaba encima y que podia ponerse y saearse vl arte facto y no el era-la-wichma-del reehazo y los-malos teatos—-| Hugh, en sus fantasias omninotentes, se liberal de Ia dependen: | que Frankenstein representaba Después de una patisa, Hugh continu: lugar unn grat cacsta'y yo ce halla ba mirando um cuadro en el « an la trigica respuesta de Hugh eri, extaban desi ee feb eratages — suncaiverrs | Convirtiéndose él mismo en En este momento podemos damos cuenta mis claramente de las diicultades y limites de Hugh. Sus objetos_eran_monstruosos, erucl mente rechazantes_y vengatives. Aunque esta visiin de la realidad ex terna era verdad en una cierta medida, distaba mucho de ser In corree- {2.78 ge estos monstruos estan los de as proves fecas. Enel funcionami "Hugh predomi: muerte y tenia poca capacidad para detectar expe ido que menospreciar cualquier pequeiio avance analista, por ejemplo, cuando ésta le mosteé que se habia reido debido su miedo cuando relataba su suefio con la madre asesina. Su narcsis- tno no se correspond itada_dependenci, y su intolerancia a.Jsfrusiracin tampoeo se correspond con la realidad de sus objeto En sus fantasfas omnipotentes, invadia dichos objetos, y odiaba y tema «que cualquier cosa con vida peidiera pagarle con la misma moneda ein- vadirl, Hugh fragmentaba y desvitaizaba sus experiencia (ver: Feld= ‘man, 2000). Hugh sabia que ésta era su condueta y Jo lamentaba, ~ Peicaanilis de niioe, Toulon aenasles Pero srabajar sobre el vinealo y In modificvion de conflctos y sentimientos era una labor «demasiado grandes; estaba més alla dle Ios limites que impontan las telaciones existentes entre Hugh y sus ob- jetos. No hay duda de que cualquier progreso en sus relaciones que Sobrepasara dichos limites signifcaba la amenaza de entrar en sis paranoide y/o depresva, En su desesperacin, Hugh rompi6 la re- lacin con sis abjetos , como un moderno Prometeo, su objetivo era consteuir un artefacto, meterse en él y obtener una nueva exstenca tana nueva identidad. Es importante mencionar que, anilisis,a medida que ciendo cada vez mis a su made bia levado'a cabo uaa buida totaly se daba cuenta de que esta enue va» identdad era el aneiguo monstruo matetno, se wansformaban en momentos de terror guc Hugh se apresuraba a nega. “Hugh se hallaba limitado, por una parte, por los objetos con los cuales la relacion habia sido poco elaborada y que amenazaban con itse dereriorando y, por otra pare, por los Knits dela creencia en su artefacto. Una crcencia total le podia llevar a la locura y a la mania, tntonces que econocer que Hugh te- pero silo creencia no era suficent, tr St objeto era un fraud, o-sentin fnalmente, qae n0 al paca él ya que estaba prisionero dentro del objeto-myonstruo, I bia que encouttar ut siti entre el desrumbe psicorco en ‘lo Tocura en el otro, Su objetivo era aleanzae un estado mi sitviera como continente y como una mascara dura de Gon todo ell, Tlogh intentaba disimulan, a menado me- iante bromas, ss conocimientos de la que era realy de lo que no era Psicbticos, desvitalizantes y alguna aervidac mental con realy mientras continaban fos epi provlives a ia fragmentacén, ym Ixpectos vitales pero abccrantes, De esta manera, Hugh lograba pro tegerse del derrumbe y fa locura,y continua fancionando. Podemos preguneaos: ges correcto deseribir los limites prguicos dle Hugh sn hablar de mis limites como analista, gno se trata de una isin unilateral injusta? No hay dada de que, teabajo tuvo s Hitlaat te detour doucane oe boy masta ee diferente; mencionaré dos de ella. En primer lugar, exit la cuestion del engine, Sate a las. etaras nals demasiado / guaje de vobjetos parciales». Tanto si consideramos a Hugh de mane- 1 como en sn ta prs no seta decd. sino la persona, el pecho, el pene, sino-de fagmentos y ent i ezee mi mando yelsiyo, y Hugh no ohude fi perdond mi ctor primer dia en que rajo la maycara de Frankenstein, trajo también un periédico con los titula~ rest sLondon Pride, Beauty Blouses». Estoy también preocupade del 80 va seuunda cl alii settee emai could | amoldarme mundo d rankenstein, gh no supe alae ino para incidir realmente, ya fuere en la dstorsia y la desvi- talizacién que eran el esultado final de su manera de ver ls cosas, 0 Sobe su apego a mi, que era también algo que estaba en ealgin si- figs, pero ce manera desconectada. Tampoco rraté adecuadamente las Seguramente mis colegas tended criticas y algunas sugerencias respecto mi comprensiéa de les problemas de Hugh. Mi intencion no es argumentar que Hugh no hubiera podido teaer un anilsisdife- rente, 0 que éste no fuera mejorable. Sin embargo, lo que s sostengo es que el resultado de dichos antlisis habria sido limitado y con as- pectos delirantes, lo hubiera llevado a cabo con uno u oto analista, Freud (1914e) describe una siruacién similar en ef caso Schreber, ‘cuando dice: sla formacién delirante que nosotros consideramos.un producto patologico es, en realidad, un intento de recuperacién Cues habrian sido las expectativas si el andlisis de Hugh hus biera durado mas? Mi respuesta es poco esperancadora por lo que se refiere aun progreso hacia la normalidad que incluiia intents de in- tegracion de las parte escindidas y proyectads, el duelo, © la resolu- cid del conflict edipico (ver: Steiner, 1996). El psicoan Prometeo modemo. Como dice Bion, la personalidad convierce en no-psicdtica, sino que sig te, Perso amb ntifcarse, Soy de la sopinisn (cuando pienso en el mundo de los monstruos que Hugh foe capaz de dotar de vida en sus tres suefios), que un andlisis més, pro- longado habria disminuido su horrible ansiedad respecto a su supery6 asesino y al in embargo, a causa de los problemas respec- t0 a Ia seomunicacion biditeccional» y la enorme ansicdad de Hugh en relacin con cualquier progreso, si se hubiera dado cuenta de que yo poxliaMegar a saber cules eran sus limites y los mos, y que no le ‘estaba exigiendo que filera una persona diferente a la que realmente ‘era, se hubiera precipitado en una profunda depresion, incluso suicida, Las preguntas que formulo en este trabajo respecto a los limites del tratamiento, son las que me hago cuando mairo hacia atris e in- tento comprender mi propia inguietud y ansiedad: gevdles eran los lic rites psiquicos de Hugh?s zcudles eran las limitaciones de mi trabajo en aquel momentos cules eran mis imitaciones comparadas con las de otros colegas?s zcules serfan hoy los limites si tenemos en euenta fos avanees que han tenido lugar en Ia comprension psicoanalitica y también mi mds dilatada experiencia’; y ecudles son_tos limites de sualquier psicoanilisis? Finalmente, he de decir también que cuando 8 Picardie de ios, Tendeniae atasles 3 ppienso_en Ja gram insistencia de Hugh respecto a | anilisis, me pregunto si de alguna manera conocia sus propos | sy-decidi6 acabar cuando las cosas iban todavia ps Bibliografia Bick, (1968). The expecence ofthe skin in ealy objest relations. Pnernational ‘Jonral of Psychoanal, 492484486. Rempreso en: Melanie Keon Tidoy, Vor ‘one 1 (1998), London: Houledee- Bion, WR. (1957). Dillertstion of the psyche fn iy, Internationa Journal of Psychoaralyt, 38: 266% ‘Dhowhts, 1967. Londons Heineman, Briton, (1998), Belief and Purginazon, Landon: Rowtledge Feldmat, M. (2000). Some ews on the manifestation of the Sat instinct incl ‘Work, Fatemational Journal of Paychoaa ION. Psteho-analyte notes ypon an awtohingraphialaccoant of a case pavanola, SE, 125982. Mabiler, M. (1961). 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Se trataba de una mujer aeraetiva y de una edad que se acercaba a fos 40 anos, vestia con gusto pero con un maquillaje ‘guizis algo excesivo. En su manera de ser habia algo tn poco ansioso ¢ ievitante. Detecté tambien en ella una sutil hostilidad, circunstancia {que provocaba en mi cierto negativismo. Personalmente me preocupa- tba mi manera de reaccionar ya que no me sentia muy satisfecho. de ella, Hablaba en un inglés poco flnido y con un marcado acento ex- tranjero; nunca hablé conmigo en su lengua natal a pesar de dejarle claro. que yo también habiaba su lengua, Era la mis pequeiia de una Tamibia de coatro chicas a la que describié como ana familia porta sguesa cerrada y bastante tipica. Me dijo que estaba bastante preoct ppada respecto a su hijo mis pequefio ya que, en los tltimos meses, ha- bia mostrado un comportamiento sexual aigo precoz y provocative, por ejemplo, hablando de sexo, llevando a cabo gestos de contenido sexual, desnutdndose por cualquier motivo, diciendo palabroras, Joo tenfa también muchos celos de su hermano Xavier, de 13 aftos, y Se-quejaba de-que sus padres lo trataban con favoritismos deca bign que.no cra feliz en su casa. Por otra parte, la madre explicaba ue el nifio era muy popular en la eseuela donde, segin decta, tanto ‘ompaferos como maestros hablaban muy bien de él. La relacion con su padre no era demasiado buena. La made parcefa perpleja por el * En (“rfpico, nto €") No supe si el comentario se referia a la conducta del nifio, si era una ‘manera de buscar mi apoyo o mi complicidad compactiendo un comen- tario, con otro hombre, sobre las mujeres «pesadas». En aquel mo- mento me di cuenta de! peligeo de que la Sea. Y se sintiera exeluida, EL Se. ¥ continué diciendo que ocasionalmente Joo aludia a los sue. fios, pero que nunca le explicé nada respecto a ellos. Manifesté tam bien que él y su esposa tenian ciertas diferencias, pero que ambos amaban a sus hijos y harian lo que fuese necesario para colaborar a la felicidad de ambos. La Sra. ¥ estuvo de acuerdo pero manifest6, con cierto placer que, a menudo, ella y su maride discutian delante de sus jos debido a que él la subvaloraba cuando estaban todos juntos. ‘marido repli inmediatamente que intentaria no volver a hacerlo pe- 10 que toda la culpa no era de él ya que su esposa le provocaba debi do.a que, en su ausencia, socavaba su autoridad con uaa actitud muy indulgente hacia Joao. De manera simulténea, ambos afadieron que su hijo mayor nuinea ies habia causado ningén problema. Finalice la entrevista diciéndoles que lo mejor seria que yo viera 2 JoZo un pae de veces, y que uno de los psicélogos del «Anna Freud Ceneree le pasara ‘unos tests. Les di una hora para la semana siguiente, EL siguicmte tunes, « las 17 hy Joo se present con su padce 4quign me salud cilidamente. Al comienzo, Joao se mosteé reser- ado pero me siguid de buen grado al dcigirme al despacho, Era lun nino quapo, rubio, con grandes ojos azules y largas pestaias. Vestfa de manera inmacalada, con un rraje como ede un aduleo, de estilo mas bien continental, que le daba ua aize de hombrecito sugiriendo, quizas, una prcudomadiree. Me di cuenta de que sus maneras s¢ parecion a las de su padee, Habia una expresién inteligemte y de curiosidad en su cara, Daba Ja sensacion de que gastaba muchas de sus energies en encubris su ansiedad, pero yo sentia que estaba en tensién a causa del en- ‘cuentro Conmigo. Senti pena por él pero, al mismo tiempo, des- pertaba mis simpattas. Le dirigl una sonrisa y pareci6 que se rela- jaba, comenzandlo a hablarme en portugués. Me dijo que habian tenido miedo de llegar tarde a causa del inenso trifico, y también debido a que su padre le habia recogido tarde ya que acababa de gar del extranjero por un viaje de negocios. Le hablé de lo dif cil que le debia resuliar el venir a yerme pues yo era para él una persona dlesconocida a la que nunea habia visto; Joao asintié con la cabeza. Le pregunté si sabia quién era yo y el motivo de venit 4 vere. Me contest6 gue su padre le habia dicho que yo era una Persona agradable; un médico que ayudaba a los niftos que se as Psicoanslsis ce nos. Tonlencias actntes jortaban mal. Personalmente no sabia que significaba esta afir- faay Jono ine di qoeel av un tiny que dennbedeca 2 madre y que, a veces, era tambien insolente con ella. Hubo una breve pausa y ailadié que su madre le agobiaba diciéndole una y otra vez que no hacia lo que ella le indicaba. A continuacién di- jo, en inglés: «Ves a muchos niios?» Le invité 2 decirme lo que pensaba y Joio, a continuacién y en Portugués, me dijo que sabia que yo visitaha a otras nifios ya que su padre se lo habia dicho. Le preguneé en qué lengua deseaba que habléramos ¥ me contesté que no eseribia muy’ bien en por~ tugués, pero que podia hablar perfectamente ranto esta lengua co- mo el inglés. A continuacién afiadié que, conmigo, preferia ha- blar en portugués. Manifesté que en casa hablaba siempre en por- tugués con su padre, debido a que éste siempre se diigia a él en esta lengua, pero que con st madre altemaba tanto el inglés co- imo el portuigués ya que clla se dirigia a él, algunas veces, en in ‘és. En aquel momento me interrogué respeeto a este comport Iiento de la madre; pensé en su inglés poco fluido y me preg taba respecto a los posibles motivos inconscientes que’ podian condicionar que ella hablara con Joao en una lengua que no era Ja propia. Siempre me he pieguatady pun las diffcultades que de- ben de existir en la relactén progenitor-nino evando los padres deciden hablar con sus hijos en vna lengua que no es In materna, y la cual, may a menudo, no hablan demasiado bien No hay duda de que las relaciones y las comunicaciones no se ba- san gnica y exclusivaments en cl lengusje pero, de todas maneras, siempre me he interrogado respecto a la cualidad de I relacion cuando uno de los progenitores se comunica con sus hijos me- ante n.aspecto de su personalidad «como si», artificial y simu Indo, Fn aguel momento me pregunté si ft madre, hablando con Joio en un idioma que no era el porwguts, negiba a su hijo un’ ontacto.mis jatimo y cereano con ela Jofio se dio cuenta de que habia una eaja sobre la mesa y m6 ha ia ella con curiosidad. Le die que contenia juegos, juguetes, [i pices y otras cosas; a continuacion le prepunce si queria echae in vistazo dentro de la caja. Sons y me dijo: Sf, vamos a ver qué hay dentro Seleccioné wn juego de naipes, preguntindome qué podiamos ha- cer con ellos. Le respondé: «Podemos jugar al juego que quieras». Hubo un momento de pausa y, a continuacién, me invied a que in- 86 Cin os ae cannes fentiramos construir casas con los naipes; una yo y ota él. Yo cconstrui la mfa y Jodo trataba de construir la suya, pero ésta cain cen cada intento, aunque me di cuents de que no se rendia con fa- cilidad y perseveraba, Personalmente me preguntaba cudl era la clase de comunicacién que Joo establecia conmigo mediante el juego con las cartas, ¥ me pieguntaba también cules eran las an- sicdades que tenia respecto a éi mismo y en relacién con lo que le rodeaba. Al acabar la sesiOn mostr su decepcin, preguntdndomes gPuedo venir otra vex para continuar este juego?», Le dij: «Cla- +0 que sf la semana proxima, ef mismo dia y ala misma hora. Cuando volvimos a Ia sala de espera, su padre nos sontié y, ni rando a Joio, le pregunté cémo habia ido este rato conmigo. Joo contests: «jMuy bien!». El padre le habia hablado en portugues y yo, cen el mismo idioma, le dije que su hijo querfa volver la semana prox ma. EL Si, ¥ contest que, desgraciadamente, no podria traer a sw hi jo ya que tenia que viajar otra vez al extranjero y no legaria a te po para acompatiar a Jodo, pero que sf lo haria su esposa. « {Qué te parece?» preguntd a Joio; éste se encogis de hombros y, de pronto, pparecié que le invadia la tristeza Js scurania siguiente Jozo vino acompanado de su madre. Lega ron diez minutos tarde y la Sra, Y se deshizo en disculpas, Me ex- plicé que se habia retrasado debido a que su madre le habia Ha- ado por teléfono y que, 2 causa de ello, Hegé tarde a la escuela para recoger a Jodo, Este parecia tranquilo y, contsariamente, stv madre daba la impresin de ser exigente y algo asfixiante, Joao se separé de ella cuando mm ‘ vio. Me sorprendlis otra vez la att ficiaidad innecesaria de su made al usar ef inglés entze nosotros ¥ vi que Jodo también hablaba —o, mis bien, susurcaba— el in- alés conmigo, Fui con Joao de la sala de espera al despacho y, al entrar en i el niio me pidié enseguida —en portugués— si ha- ba traido las cartas, y me invtd a jugar el mismo juego del dia anterior. EI resultado fue el mismo: fracas6 en sus intentos de construir uma casa. Jono no queria rendicse y persist varias ve ces en ello, En un momento determinado paro de intentatlo y the pregunts si serfa convenience, por ejemplo, que me explicara 10 {que soiaba «cada noche». Me dijo también que, a veces, sus sue fos eran desagradables. Le pregunts st le gustaria, por ejemplo, explicarme el suenio de la noche anterior, areci6 que Jodo se sor. prendi, y me dijo que no podia recordarlo, Afi que olvida bia los sefios a memuco pero que, por la mafana, si recordaa lo «que habia sofiado. Fin varias peasiones habia intentado explicr selos a su: madre pero pensaba que és, con las prisas de no Tle- 7 Psicounilisis de wiios. Tendecas actuals gar tarde a la escuela, no tenia tiempo para escuchatlos. Le dije ‘Que pensaba gue estaba intentando mostrarme algunas de las di- ficultades que tenia con su madee, y también cémo se sentia ha- blando de ello con un extraio. Joie me eontest6 que le gustaba haceelo ya que Xavier estaba siempre de acuerdo con su madre, y su padre siempre estaba trabajando, por lo que él no podia ha- blar con nadie. Hizo una pausa 3, a concinuacion, dijo qoe le gstaba hacer cosas con las manos y colorcar «alguna cosa. En Aquel momento no entendi qué significaba walguna cosa» y se lo dije. Me contesté si me parcefa bien que me lo mostrara la proxi ma vee que nos viéramos; le contesté que si- En aquel momento ime di cuenta de que no le habia hablado respecto a ir a ver a la psicdloga para llevar a cabo unos tests como parte del proceso de evaluacién. Yo sabia que sus padres le habian hablado de ello, y aque su madre lo habja ya arreglado para tener una entrevista con 1a psicdloga aquella semana y la siguiente. Se lo recordé « Joao y le dije que quizds fuera mejor que nos vigramos el martes si- guiente y no ef lunes, dia en que iia a vera la psiedloga. Joao no ‘Al volver a la sala de espera. la Sea. Y me preguntd, en tone an= sioso: «glo hizo bien?» Parecié que Joxo se apagaba un poco debido ‘esta pregunta, y se fue al otro lado de la habitacin, Otra vez pen- sé que la relacion entre ambos era problemitica, y me pregunté has- ta qué punto el rerraimiento de Jodo era expresién de su enojo res- pecto a su intrusiva madre —debido a que habia podido sentirse puesto en ridieulo por la pregunta, tefida de ansiedad, procedente de tlla— o de un sentimiento de vergiienza debido a la actitud macerna También me interrogaba respecto a su actitud ambivalente en rela- ci6n con sus suefios, y me cuestioné también por no haber seguido ii primera intencién de evar a cabo una interpretacién centrada en lo {que yo sentia era Ia motivacién principal de dicha ambivalencia. ¢ ‘wataha de su temor a mostrar demasiadas eosas de si misino si me ex plicaba el suefio? 0 con esta ambivalencia recreaba la insinuante se sxualidad de su madre? ;O quizés intentaba comunicar sus sentimien tos respecto a las ausencias de su padre? En aquel momento recordé tuna cita de Anna Freud: «La tarea del analista no es crear o inventa se algo, sino obscrvar, explorar, comprende, y explicar» (Freud, 1969, pig, 153). Be todas maneras, me quedé intranguilo respecto a Jodo y a su madre. Sentia en ella una ciesta hostilidad hacia su hijo y me pregun- taba en qué grado se trataba de un desplazamiento de la hostilidad hacia su marido, hestilidad que yo habia notado en la entrevista aue tuvimos, Personalmente no atababa de entender mi reaccién hacia la sa {Climo es aie casa munca se cat mmadres me isvitaba y me molestaba, pero me sentia incapaz de saber si los sentimientos surgian de mi o de ella. Decidi seguir ol consejo de ‘Anna Frend y esperar a ver lo que sucedia mas adelante, Joao volvié a fa semana siguiente, Se present6 como siempre, ves- ‘ido de manera impecable, pero sia retrasarse y con una gan jen sus manos. Le acompafaba la nilfera; una joven portuguesa agradable y con una sonrisa cilida y abierta. Mientras estaban ain en la sala de espera, Joao dijo que habia sido ella la que lo habfa traido ya que su madre le habia acompaiado ya a vet a mi «amiga», la psic6loga, dando a entender que su madre no tenia tiempo para acompanarle dos veces la inisma semana. FI nifio wid. que venir a la consulta les quedaba bastante lejos, como. tratando de excusar a su madre. A continuacién nos fuimos al cor sultorio, y una vez alli Joo me dijo que la caja contenta los obje- tos de los que me habia hablado en la dltima vista; se trataba de tuna bonita colecciéa de pequetios soldados de madera, pintados con colores brillantes. Me anuncié, leno de orgullo: «Los he pin- tado yo, cte gustan?» Le pratunré qué pensaba respecto a si me gustaban © no pero, ‘que, de todas maneras, el fingia ignorarme, y prefeia decitme due al maestro de su escuela sf que le gustaban macho, y que le habia felicitado por su buen gusto. Aparte de expresar su deseo de que a mi me gostaran sus soldaditos, parecia que Joso habia, leido mis pensamientos, Le die que yo pensaba que me estaba di- ciendo que él deseaba que me gustaran, y que quits lo quc real- tmente Ie interesabs eca saber si él me gustabe de la misma mane ra que me gustaban los soldads. Joao asintié sin decir nada y me miro de manera expectante. A continuaciéa le preguoré 6 le ag dba venir a verie. Me contests que si ya que nosotros hablabs ‘mos, y sus padees le habiaa dicho que podia explicarme todo Io que quisiera. Me pareci6 que se trataba mis de uina pregunta que dle una afitmacin, y se lo die. Joao asintié de nuevo. Le die que aquizas no estaba seguro de que podia decinmeto todo ya que la se- mana anterior yo haba notado que no tenia muchas ganas de ex- plicarme los sueiios. Hizo una paus, y dij: «Precisamente he te- nido un suefo bastante tonta» y, a continuacion, lo exphc. Habia sofado que nna sefiora habfa ido a esquiar y se habia per dido; a continuacién intentaba encontrar a Tos otros pero nd le fue posible, Lo que s le ocuri6 en aquel momento fue comenzaz ‘subir y bajar montatias esquiando pero st accident6, y mis ta- de lleg6 el médico pero no pudo curarla. 89 Psicoanise dentine. Tendencies actuales Después dle explicar este suefio, Joao sonrié y repitié otta vex que cera_un sueiio tonto, y que otros suenos daban miedo, pero este xno. A continuacién se puso en pie, x fue a.fa ventana y traté de abritla ya que, de pronto, cuvo la sensacion de que hacia dera- siado calor en la habitaci6n, Pero no pudo abrirla y me pidi6 si ppodia ayudarle, cosa que hice. Volvié a su silla y mir6 dentro de fa caja, sacando algunos mufiecos de ella: el padre, la madre, el abaclo, y dos nitios, Después se fue hacia los soldaditos y dijo que iban a fuchar ya que estaban en guerra, y estuvo jugando con cllos durante un rato. Paré de jugar y disigis su atencidn hacia la familia de muiecos. Dijo que el abuelo habia muerta debido a gue le daba miedo la guerra (tomé nota mentalmente de esta £e= ferencia a la muerte de su abuelo). El mufieco que repeesentaba al padre se mostr6 interesado por Ia guerra que tenia lugar fuera y se fue. La mufteca que representaba a la made comenz6 a llorar debido a que uno de tos nifios estaba enfermo y no sabia qué bas ‘cer en esta circunstancia. Le dije que pensabs que estaba preocupado por él y también por su familia, y que me estaba pidiendo si realmente podia ayudarle Personalmente pensaba también, pero no se lo dije, que estaba rmalesto. conmigo por hakerle enviado a ver « la psicéloga, ¥ me preguntaba si Jodo lo habia interpretado como un reehazo por mi parte, o como una indicacién de que yo necesitaba ayuda de los ‘otros —al igual que sus padres— para trar adelante nuestra rela- ‘in. Peasaba también que, probablemeate, el sueio contenia de- seos hostles hacia.sus padres: sobre todo contra su madre. Tat bién_me preguntaba por su excitacién debida a Ia posibilidad de haber encontrado alguien que pudiera ayuclatle; yo en este caso. (La palabra portuguesa que Joao usaba para hablar de las mon- taas era sevra: palabra de sonido muy similar a mi primer ape- llido, y que tiene el mismo significado). Joo me dijo: «¢Bueno, puedes ayudarme realmente?» Le repliqué que no lo sabia, pero que los dos podiamos tratar de comprender, en primer lugar, que cosa andaba mel y que, después de allo, estarfamos en mejores condiciones para saber si podia ayudarle. Le pregunté si desearia venir a verme mis a mento y Jozio me contest6 que podria venic después de la escuela sist ma ‘re tenia tiempo para tracro. Le elje que hablatia con sus padres y que ells le dician euéndo debia volver a verme. 5i ti quieres, le dij, podrias venie a verme cada dia, de lunes a viernes, y as poxlrfamos hablar un poco mas de tus sueios, tanto de los «tom 90 iho eset casa munca se caet tos» como de los on cho venir, los», Jodo me contests que le gu: Una vez Jodo se fre, pensé de nuevo en el sueio y me pregunté ‘qué medida fe influa la tristeza de su madre debido a vivir en un ps extranjero, sintiéndose sola en una casa donde s6lo habia hombres y sin el soporte de miembros femeninos en la familia, En aguel momen: to se me acurtié que podia comprender mejor mi reaccién inicial ha- cia ella y me hice la siguiente prepunea: zsu poca disposicién a hablar én portigués era, quizas, una manera de indicarme que usar el inglés ora tuna muestra de su obstinacidn en intentar adaptarse a un nuevo pais, asi como también la manera de evitar aoa sti propio patsy su fami> lia, aforanza que st apareceria hablando su lengua materna? «Olboe gue no vénk coragao que ndo senter (ojos que no ven, corazén que no siente). Pensé que el suefio de Joo también me indicaba algo res- ecto a su posible y conflictiva identifieacin femenina Llamé a sus padres y concerté una entrevista con ellos. En dicha entrevista les expliqué que tanto la psicdloga como yo pensdbamos que Joi necestaba y se benefiiarfa de wn tratamiento i 8 mi sorpresa, tave la sensacidn de que ello kes aliviaba y ambos es- tuvieron de acuerdo. Les dije también que una ver por rrimestee ha Uitasfamos de como tban las cosas y que no era conveniente vernos con més frecuencia. De manera inmediata, la madre me pregunts qué de- berian hacer si necesitaban hablar conmigo en caso de que Jodo pasa- +a alguna temporada mala. Le eontesté que podian visitar a un colega ‘eada 15 dias 6 cada mes, si lo deseaban. Fllos aceptaron y acordamos 4que Joo comenzarta el tratamiento fa semana siguiente. Por mi parte, no tenia dudas de que a patologia parental cjerefa una influencia sobre Jodo, pero ereia también en la existencia de una cconflictiva interna, y que la manera de tratar con dichos conflictos era usar ln externalizacion como defensa, intentado que pareciera que los conflictos eran con e! mundo extern ¢s decin, con sis objetos, Joo comenzé su anilisis en febrero de 1999, En los estadias ini- Ciales, la actividad que predomin6 fue jngor, Hevando a cabo una serie de jueyos ), ocasionalmente, hacer algin dibujo, mostrando tun talento artistico prometedor. De vez en cuando preferia hablar, y cuando lo hacfa su conversacién adquirfa un ono de pseudo- madurce. Respecto a sus juegas, eran apeopiadas a su edad. Dos o tres veces a Ii semana jugfbamos a «construit una casa» con Ia baraja de naipes dentro de su eaja. La casa de Joio siem- pre se caia, Me intrigaba que este nifo inteligente, encantador y ‘educado, fuera tan torpe para construie una casa, Aungae los re a Psicouniiss de nition. Tendencoe actuals sultados de los tests demostraron que se trataba de un nifio muy brillante en el érea psicoldgica, sus capacidades no verbales eran irregulares. Esta caracteristica Se ponia de manifiest, sobre todo, ‘cuando trataba de construic la casa. Al finaizar el primer trimes- tre, ye ya la sensacién de que esta dificultad no era debida a un deficit, sino mis bien a una interferencia causada por algtin con- llicto, De vez en euando, Joao trafa también los soldados de ma- dera, y un dia (an miércoles), su modo de hacer paso de mani- Tiesto sus impulsos agresivos y descos de tomar represalias. Dos soldados estaban luchandos uno era pequeio y delicado, mien- tras que cl ozo era grande y fuerte, con bigote y barba. El solda- do pequetio intentaba, diversas veces, luchar con el grande, has- ta que éste le advirtié de que no lo hicieca. El soldado pequeno continué en sus intencos de ataque y el soldado grande le dio una patada, Dije a Joao que quizas algunas veces se sentiaieritado conmigo, por ejemplo, cuando trataba de construir una casa. y fracasaba en hacer gue se aguantara y, por el conteario, la mis no se cafa, Joio hizo easo omiso de lo que yo deeia y continu ju- gando. Le dije que probablomente no queria que yo me diera eeuenta de estas cosas, ya que todavia no tenia la seguridad de po- dler hablar conmigo libremente sin que yo me enfadara con él y tomara represalias por estos sentimientos hostles hacia mi. El dia siguiente fue la nifiera quién trajo a Joaos ella me explicé que la Sra, Y tenia invtads extrajers yno poi res ano, Fae cexplies un suefo: Volvia a casa después de Ia escucla, por la noche, y un hombre negro may grande intentaba robarle su mochila. Joo intentaba corter pero no podia moverse, ¢ intentaha gritar para pedir aya- dda pero no era capaz de pronunciar una sola palabra. En aquel momento pensé que este suefio expresaba su agresién y Ia ansiedad correspondiente en relacién con el castigo, ya que tmostraba un fuerte sentimiento de culpa y, también, un sent imiento de fracasar en el intento de «salir impune del deito». lie que el sueiio daba la sensacién de ser algo terrorifi asintio con la cabeza, hizo ana breve pausa y, a continuacién, se Ti6 y dijo: «No digas tonterias; es s6lo un suet. ude ver, mas claramente que en otras ocasiones, eémo usaba la rnegacién como mecanismo de defensa. Estuvo en silencio daran- re unos pocos minutos y, & continuacidn, me dijo que habia que- rido traer otra vex los soldaditos pues ami me gustaba cémo él los pintaba, pero que se los habia olvidado ya que tuvo una dis: 2 — Ciba et gue ta casa munca se cae? puta con su madre. Estaba jugando con varios amigos y su ma- dre, que estaba corca de ellos, se enfad6 con él debido a que esta ba explicando algunos chistes sucios, Ella le riié y le amenazé con decitselo a su padze, el cual no admitia que en casa se habla- ra mal, En aquel momento pensé que el suetio podia entenderse cen telacién con Ia ansiedad de castracién, En la sesion anterior a teste sue, los juegos de Joao contenian fantasias de agresion mu- tua, Pienso que el hombre negro que roba su mochila es una eon densacién, por tna parte, de sus miedos de ser stacado y privado de una posesiGn muy valiosay, por otra, de sus propios deseos de tomar represalias. La mochila, que esti det, es un substitute, deformado, de sus genitals, que estin delante.* En esta sesién, Joo confirms fo que acabo de decir cuando solvidé» traer sus apreciados soldaditos —los cuales él asume que a mi tambien me {gustan— que representan simbélicamente a sus genitales. Pienso due los «olvid6» debido a que temia, inconscientemente que yo podiera robrselos Como he dicho, momentos antes de contarme este sueo, Joao habia traido una situacién en la que se comportaba de manera excitada y sexualmente provocativa (explicando chistes sucios) {que aexponiar?* cerca de su madre. Ella eacciond amenazindo- Je con la imagen de un padre eastrador, imagen con la que segiin mi entender, ella quedaba confundida en la fantasfainconseiente del nino. Le pregunté si ten‘a alguna idea de lo que podia signifi car el sueio. Joao movié la cabeza de un lado a oro sin decir na- da. Le dije qiee yo sabia que «s6lo se trataba de un suefion, pero {que sabia también que los sucios nos podian decir algo respecto a1los miedos que tenemos y de los cuales puede ser que no seamos eonscientes. Joo escuchaba atentamente, Le dije que pensaba ‘que este suefio podia decirnos algo respect a nosoteos y que, qui- 2s, algunas veees él haefa cosas que podrian llegar a enfudarme 4 lego, tener micdo de mi, por ejemplo, de que yo pudiera com- Pportarine como el hombre negeo y grande del sueio, © como una madre/padre enojado y rechazante, a quién no gustaba que dijera palabrotas. ys continuacidn, afia- Jodo replies: «{No, «i nunca te enfads ‘lizaeme): «Mi madre di- 4i6 (imitando mi voz y tratando de rei * Enel orignal ings anor leet a cabo wn jo de palabras ene «back. mocha, ¥ front packs (os goitales) (Nova del Tradctor) 1 autar uepa coo los dos seis dl verbo ils, to expose explica al 1507 easeiae los geiales (Nota del enduro pack 8 Peicooliss de nities. Tendencies actnaes ce que eres una persona muy seria y que ta wor es muy profun dam En aquel momento pensé que Joao silo pola aceptar It- teipeain dae un delaraniendeav (a made ue tiene miedo de my no ly también necesitaba transforma Io patina en activo (mela pouble presencia, tambien como de fensa, de In identicacin con el ares), x deci dejan de ser alguien que ine tene miedo y conviténdse en alguien que sere dei también contener Ya pasado un tiempo pensé que el sueiio pod i ansiedades respeto ala necsidad de hablar ua len i go lena war conmigo o cng hablame, Y de nuevo pst ex la identifieacin de Joao con su madre, y me pregantad sist sueno eis tipnet con suctiadl Be HO ee eee dads similaces en rlacin a tener que aprender ota lengua liga que ella, wn conficto respecto a emo y cuando usarla. El contenido homosexual del suefio y Ia perplejdad que origind eontribuyeron a «ve la ansiedad de Joo aumentara. Personahnente también me pre- guuntaba si el sueio contenia, ademas, el recuerdo de un svefo ante- fio tambien ansioso, que habria tenido hugar antes de que el lenga- ie se hubira desarollado ya sea parcial o totalmente; 1p suefio de Tas fporac prevethalre rwanda Jota podis haber ys experienciado a su ‘madze como separada 0, uizas,inaleanmable 7 En sus primeras afirmaciones respecto a los scios de los nis, Freud dice: «Los sueios de los nifios pequetos son puras realizaciones de deseos, y por esta razin som poco interesantes silos comparamos con los suefios de los adultos» (Freud, 1900, pig. 127, .). Peto tanto «1905 (pig, 161)* como en 1916, Freud modifica sus puntos de vis- fa, especialmente en este dltimo trabajo cuando dice: «La dstorsen del sucio tiene lugar ya en ta primera infancia,y los suefos de los ni fos de cinco a ocho atios de edad que han sido estudiados, poseen to das las caracteristias de los suenos que se prodlacen eds poste- siotes» (pig. 126). Sin embargo en 1925, Feud afr por primera vez ques «La ex peviencia ha mostrado que los suefos distorsionados y que necesitan ‘merpretactn (a cusiva es mia) se encuentran ya en nios de eat © cingo aiios» (Freud 1900, edicién revisnda, 1925, pag. 127, En 1927, Anna Freud dice: 1a experiencia que dia del asl —y de a rt de os eon te un ye di ea ea eg {© par evar wn suelo, que sempre es coneeoe ingeios pero Reelin ao, 1 ure al de recon co tan einai de dco (Nos el Astor 4 j | | | Respecto a euindo se ha de llevar a cabo la interpretacién de un sueio... podemos aplicar a los nifios, sin ninguna modificacion, Jo que hemos aprenciio de nuesteo trabajo can los adultos. Dut rante el anéliss el nifio suefia mis o menot como el adulto, y la transparencia u oscuridad del contenido del sueio es —como et cl caso del adulto— un reflejo de la fuerza de la resistencia, No hhay duda de que los suetios de los ninos son ficiles de interprecar, aunque no son siempre tan simples como los ejemplos contenidos en «La interpretacion de los suefios», ya que en ellos hallamos to~ das aquellas distorsiones de realizacion de deseo que correspon den a la complicada organizacién neurdtica del nino enfermo. (Freud, A., 1927, pag, 24). En un trabajo anterior comenté que fos investigadores psiconnal- ticos —con muy pocas excepeiones—estin de acter en que lon te ios de los nits favorecen el insight que puede obteneere del imundo interno del nifio (Rodriguez de la Sierra, 1996, pig. 72). FL panto de vista de Freud de que los suefios de ls mios: «no presentan ning problema a resolver» (Freud, 1900, pig. 127), se hace de diel de com. Prender ya que parece, por definicion, incompatible con sts teorfas acerca de la sexualidad infantil. De manera paraddjica, esta actitud de. aribui inavenia y pureza a los suerios de los nfios ev simula de snes nera soxprendente, a la de los autores que habian tratad el toma de tos pensamientos y mundo interno de los nfios antes qe él. Las fo imulaciones iniciales de Freud no parccen tener en cura sueiios mas lignos, traumsiticos o ansijgenos, tampoco ine niuchas pesadilas duc sabemos tienen lugar. Los sueios de los nitos, como podemos ver on el caso de Jao, conticnen una realizacion de deseo, ademis, 0 cn su lugar, un valor sintomatico que puede ser importante para el desareo Mo, Dichos sueios pueden mostraros las prevcupaciones guc som int portantes para los mifios en ls diferentes tases del desarelio y Gel curso. de sus analiss, en los cuales dichas preocupaciones han de ser comprendidas en el contexto del desarrollo de la ttansferencia (Rove suede la Sierra, 1996, pgs. 76-78), Este dkimo aspecto de los suction de Joo —aspecto que él trajo en las ds itmas sesiones que he dee riio— es el que yo escogg pia comunicarme eon él No soy el inico que se preyunta si centrar el interés en las + clones objtales, ol nareisismo, el apego, los fendmenos tansferencia, les, ete ha alejado a los psicoanalistas del punto de vista que Freud expone en La interpretaciOn de los suenos» —y que yo suscribo cuando dice que los sueiios son: «el camino real para lege al concci= imiento de las actividades inconscieutes de la menter (Freud, 13000), ‘Ademas he de afindir que mt opinign es que los suetos son also mele ‘que una realizacién de deseo. Existen suo que se referen tambien 95 Psiconnilss de mos. Tendencias actuales 4.imiedos, a pensamientos, © que contienen recuerdos. Los suciios pus- don también revelarnos aspoctos del desarrollo del yo del niio, part ‘alarmente en relacion con funciones tales como la verbalizacion, el desarrollo del lengua, ete. El reconocimiento de Tas manifestaciones de la transferencia en el andlisis de niios y de adultos nos capacita pa- ra darnos cuenta de los aspeetos diferentes y a menudo complejos de la transferencia, a medida que ¥an apareciendo en los sueiios de nues- tros pacientes. Como subemos, los set durante el proceso analitica pueden indicar una resistencia, una alianza, 0 ambas cosas, en rela- eign con el analista y el proceso anali fodas mancras, a pesar ddl aparente aumento de interés por los suefios en general, los suefios de los niios contintian descuidindose y, por ello, no es sorprenden te que un libro tan fascinante como «Ihe Dream Discourse Today» (Flanders, 1993), se efiera tan poco a los sueiios de los nifios (Rodei- ‘guez de la Siesta, 1996, pig. 76) Hiacia el final del primer aiio de andisi, aparecicron en Joao fuer- tes ansiedades edipicas, exacerbadas por las continuas ausencias de su padre y también por la representacién interna que tenia de su pa- dre como un sival fuerte y peligroso, en potencia. Tener éxito en la lw cha edipica era vivide por Joao como Un peligfo, cireunstancia que ‘me mostef reperidamente cuando no fue capaz de Hlegar a dominar el juego (falco), de construir (mantener erecta) una casa hecha de nai- es. Ademés, mantenia ain una relacién compleja con su madte. Al funas veces tenia con ell una relacién sadomasoquista, a la eval re- feresaba a menudo cuando fracasaban sus intentos edipicos de seduc- an, Joo se sentia rechazado por ella e intentaba captar su atencién mnediante una conducts provocativa pseustosexual procoz. La adop- cién de dicha conducta por parte de Joao me hizo pensar (al igual que 1 su padre), que estaba trarando de identificarse con su hermano pé- ber —admicado y envidiado— cuyas buenas relaciones con sus padres cespertaban unos celos muy intensos en Joo. El hermano representa- ba un objeto adecuado hacia el cual desplazar muchos de los senti- snientos que sentia hacia su padre. Mediante la identificacién con st hhcrmano logeaba también mantener el apego homosexual tanto hacia su padze como hacia su hermano. Cuando los intentos de manejar sus ansiedades edipieas fracasaban, Jodo reptesaba a una fase anterior del desarrollo que ineluia aspectos orales y sidivo-anales. Los conflictos ‘edipicos parecfan ser mas complicados por el hecho de que, en oca- siones (tanto en sus juegos como en la transferencia), daba ia sensa- cion de que experienciaba a su made como eastradora, En aquel mo- mento, el pace se convertia en el objeto que le protepsa (como vimos al final de la primera entrevista conmigo, cuando le invadi6 la tristeza Y la decepci6n al saber que su padre no le acommpafaria en la proxima visita). 96 j | | ak Clim es que i casa munca se cae Después de un aio de tratamiento, tuvo lugar un incidente que supuso un momento crucial en el analisis. El verano anterion después de muchos atios de depender de mi vieja miquina portitil «Reming- ton», y después de darle muchas vueltas, me animé a comprar un of- denadlor portitil con Ia esperanza de que me havia la viet mis facil pronto descubsf que estaba equivocado. Ello coincicié con el cierre de Ia «London Clinic of Peycho- Analysis» (donde hasta entonces yo habia atendido a todos los nifios ‘que trataba), debido a que el «lnstieute of Psycho-Analysis» carmbiaba de emplazamiento y estaria sin funcionar durante wn tiempo. Por ello, me vi obligado a atender a Joio en mi propia consulta, no lejos del antiguo Instituro. En dicha consulta habia colocado el ordenador y mi «Remington», un objeto al lado del orzo y en la misma mesa. Un jue- ves pot la tarde Joao se dio cuenta, por primera vez, en su hora de se~ sida (a las 16.20 horas), de In existencia del ordenador y se quedé fa cinado tan pronto lo vio. Hstaba entusiasmado pensando en los mu- chos juegos que podria llevar a cabo con el ordenador y me pidié permiso para hacerlo. Cuando le dije que no sabia muy bien cdmo uusatlo, Joao no podia creerlo, Senti inmediatamente su sospecha de {que quizas yo estaba mintiendo, que estaba haciendo trampas. Ya de de el comienzo me babia dado cuenta de su aguda sensibilidad res- pecto a la falsedad de sus objetos. Joao: «2Fs verdad?; no puedo creérmelo. {Me estés romando el ppeloto. «Es tan fieil que hasta un tonto como yo sabe hacerlo» De ninguna manera puede pensarse que Jodo fuera un tonto pero se sintio humillado por mi ignorancia y, en aquellos momentos, su acrtud era la de sentirse decepcionado. A continuacién fue la «Remington» que llamd su atencion. Joiio: «2 Qué es esto? Su voz denoraba sompress, curosidad, y asomibro. «Una miquina de escribir», le dije, recuperande mi confianza. Joao queria saber para qué servia una miguina de esrbiry, despucs de explicit lo, Ilegé a ta conclusion de que nunca seria capaz de aprender c6- roo usar una maquina tan complicada y misteriosa. El resto de In sesin se lo paso tratando de desifrac los secrets y complejida des de este intrigante artilugio. Finalmente, con ciertas dudas, me Propuso un intercambio, Aunque todavia ereia que me burlaba de lal deciele que no sabia mancjac el ordenadon decidiSseguirme In correntey proponcrmte un nuevo juegos él me enseiaria usar ordenador y yo llevaria a cabo la simpresionantes tarea de tra- tar de ensefiaele céimo usar la miquina de esrbit Este fu, sin 97 Psicoanitcs le niion. Tnbencins actae duda, un momento determinaate en el anilisis, En la sesidn i: guiente ttajo otto suet: “He soviado que el Papa se aburria en Roma ya que no t gos y su ama de llaves no parabs de fastidiarle. Fidel Castro se enterd de ello y como habian legado a ser buenos amigas, le in- vitd a ira Cuba a jugar a ftbol con él. El Papa acepeé la invita cin y queria quedarse en Cuba, pero la Guartlia Suiza no estaba de acuerdo y ordend al Papa volver a Rona ya que Fidel era un comunista y un hombre malo. (Es importante recordar que las palabras Papa (de Roma)* y pa 4 son muy similares en portugués y en otras lenguas latinas). Mi asocincidn y reacciéin contratransferencial al sueio de Jodo trajo a mi mente los versos de Calderén de la Barca en «La vida es suefio», cusndo Segismunde dice: Pues que la vida es ran corta sofiemoas, alma, sonemos otra vex; pero ha de ser eon atencion y consejo de que hemos de despertar deste gusto al mejor tiempo [Calderén de la Barca, 1998 (1636), pag. 173] «que el fin de semana anterior un amigo de Ia fila les wostrado un video sobre la visita del Papa a Cuba. Antes de explicarme su suefi, Joio me habia explicado que ss made le habia regafindo por haberse portado mal ya que se habia comido el postre de su hermano. Después de explicarine el suefo,e ipro- rando tanto al ordenador como a fs maquina de escribir, foa0 me sugitid que podrfamos jugay, otra vez, a su juego favorito com las «arias: construe una casa. Lievamos a eabo este juego cinco veces por lo menos y, por primera ver, Jono me pregoneé: «C510 es aque 1 easa nunea se exe?s Mi respuesta fue: «Porque no tengo miedo dle que se caigay. Me mmir6 inquisitivamente. Le dije que habiamos estado jugando a este juego durante mas de un aio y que pensaba que dicho juego © a pole inglese para refers a Papa de Roma es (Nota del Te ace 98 | | | | | signifieaba algo importante para él, pero que no lo podta expre sat en palabras y que, por ello, yo tenia que intentar comprender sy mensaje Le die también gue pensaba que dia de estar an sioso respecto a él mismo o a su familia en rclacién con alguna coma desu fo, Joao rpc inmedinatmnte ques ete peasaba que si él tenia que ponerse a trabajar y no lo hacia bien, le despeditian. Le pregunté porqué pensaba de esta forma; Joao permanecié en silencio y con actitud triste. Le dije que su sue ime hacia pensar que él tenia miedo de que hubiera algiin proble- ‘ma o faltara alguien en sa easa, y que me preguntaba sis en als guna ocasién, habia pensado w ofda alguna cosa que pudiera despertar en é| estos pensamientos. Joo me dijo que cuando sus padtes discutfan, su padre amenazaba con irse. Le dije que com Prendia lo que esta situacn podia despereae en ly aue, quiass, algunas veces, le asaltaba el sentimiento de querer que su padre se fuese y convertirse, de esta manera, en «el hombre de la fami lia». Joto replicé que sia su padre le geusria alguna cosa, Xaview era cl hermano mayor y quign realmente queria ser el jee. Le di- je que mi opinién era que se sentia culpable de sus deseos (que el suefio mostraba}, de ser el hombre de la familian, y anadl que ri sensacidn era que él tenia miedo de ocupar el sitio del padre ¥ de no hacer bie, ya que ert slo un min por ell, Fees fs fil imaginar que era su hermano quien queria encargarse Jodo replies: »_Tii puedes ensearme a estar seguro de que mi eo Le dije que ambos podiamos intentarlo, de Ia misma manera que ambos estabamos, respectivamente, ensefindonos tino a otto a mancjar el ordenador y la méquina de escribit, En aquel momen- to pensé que en el suefo habia también deseos de itse —tanto de su casa como del anilisis— cuando vivia la situacién en ambos si tios con tensién, pero habia ya Hegado el momento de fnalizar la sesidn y pensé que ya era suficiente con lo que le habia dicho an- teriormente, También me pregunraba, despnés de itse Joao, sel juego era una manera de expresar ansiedacdes més primitivas; y todavia no he encontrado una peucha de ello, Otro pensamiento ‘que tuye fue que el suefio del Papa y Fidel Castro tenia, ademas, tun componente transferencial ya que se feferia también a nose” tros y a su ambivalencia respecto al andlissy ef Papa representaba (© (asi como también a su padre), y Castro me representaba y9 Paicomats de nies. Tesdencas actuals Habia Hegado Ia fecha de Ia entrevista con los padres de Joao y Hlevé a cabo las diligencias nocesarias para ello. May a pesar mio, los pads del nifio no habian ido ni una sola vez a entrevistarse eon la Colega que les ingiqué. Me dieron toda clase de excusas respecto a ello: vivia muy lejos; el trabajo del Se. Y nunca permitié convenir una hora compatible con los horarios de ambos, ete. Pensé que ambos pa des tenian miedo de darse cuenta de algunas de sus dificaltades como pareja y, también, de enfrentar la pesibifidad de ser unos padres insu- tes. La Sra.¥ se preguntaba, frecuentemente, si era realmente ne- cesario que Joao viniera a verme tan a menudo ¥, en alguna ocasi6n, murmutabs alguna frase como: «Cuando éamos niios, nadie envio" baa su hijo al psiquiatras. Yo me daba cuenta de sus sentimientos de culpa y del sentimiento de ser excluida de la relacin existente entre Joiio y yo, y pensaba que ella podria boicotear el anslisis si éste llega- ba a una situacion delicada, En este momento crei mas acertado mi punto de visa inicial de que el ama de Haves y Ia Guardia Suiza que Salfan en el suefo representaban tanto a su madre como a sus propios sentimientos de ambivalencia hacia mi. El padre, como si pudiera leer ‘mj pensamiento, vino en mi ayuda diciendo que Joio debia continuar el anlisis ya que lo vefa mucho mas feliz y daba menos problemas en caea doede que habia comenzado el tratamiento Ta entrevista con los padres tayo Ingar el dia siguiente de la se- sidn en la que Joao me cont6 el sueio donde el Paps era uno de los protagonistas. En el curso de Ia entrevista saqué un tema que habia salido en la sesiGn del da anterior con Jodo, y era el siguiente: En momentos difieiles, habjan pensado en la posibilidad de separarse? Parecié que quedaban sorprendidos por la preganta y lo negaron. Si- guid un silencio tenso y, a continuacién, la Sra. Y manifesté que rnunca haba pensado en ello ya que se habia easado para toda la vi da y, alzando algo Ia vor, se volvi6 hacia su marido diciendo que, @ menudo, ésce decia que cuanclo los nifios hubieran finalizado su eta- pa escolar y entraran en la universidad se irfa de casa, y aiadid eno- jada: pero nunea ha explicado qué haria despuése. Dijo también aque ells no sabia lo que sus hijos pensaban respecto 2 los planes de su padre, pero que no le sorprenderia que supiesen alguna cosa al respecto. El Sr. Y parecfa sentirse violento y sensi pena por él, Daba la sensacin de no saber qué decis. Expuse otra vez mi opinion de ue preferia que problemas de este tipo los hablaran con otra perso- ha, EI St ¥ manifest6 que quiais lo que necesitaba era poder hablar con alguien como vo. Su opinién era que se habia casado muy joven y debido a ser el mayor, siempre se habia tenido que hacerse cargo de unas responsabilidades que no habia buseado. Pensaba que cuan- do sus hijos eseuvieran ya en Ia universidad tendria la oportunidad de, «seguir mi propio camino». La Sra. Y, con ligeimas en los ojos, 100 Cio es get ts munca se cact respondi6: «2¥ yo edmo me quedo?» El Sr explicé que nunca ha- pensado en dejarla, sino en tener Ia libertad de hacer las cosas cOmo deseaba, sin sentirse obligado a «cumplic con sus obli nes» (en aquel momento me pregunté, sin decir nada, por los pro: blemas sexuales de la pareja, y en la posibilidad de que Joao, hubic- ra sentido, inconscientemente, que quiés dichos problemas podian ser contenidos mediante el juego de vconsteuie una casa>). El Sr. Y intenté reasegurarme de que sus problemas nunca serfan un obsté- salon ol caino de ss ion que Jodo contincariavniendo a as sesiones «hasta que sea necesatio». El tiempo se habia acabado y, a pesar mfo, di por finalizada la entrevista. En el momento de irse, el Se. ¥ se dio la vuelta y me dijo que havia un esfuerzo para concertar tuna cita y tener una entrevista con la sefora que usted piensa es conveniente que vayamos a vers. Pero, desgeaciadamente, no lo hi Estoy agradecido a Abrahio Brafman por sus comentarios res- pecto a otra manera de comprender el sueio del Paps y de Fidel Cas- ‘ro, Citaré sus palabras textualmence: «No puedo resistit la rentacion de imaginar que e! “papa (padre de Joo) habia Wevado a cabo mu- ‘cos comentarios sobre Fidel —de faz espatiola—, un hecho/deseo sinc el padre confirma evando re dice que novesica Bablas con lguict La escena respecto al ordenador y la méguina de escribir mareé ‘un punto de inflexion en el andliss de Jodo. El descubrimienta.de-un pradce/analista con quién podia jogay, aprender y enseiiar,imprimio otras caracteisticas a nucstra_relacion. A Joao le fue dificil creer que yo no entendia ce ordenadores. Por mi parte habia pensaclo en la ie- ‘esidad de ser honesto con él debido a su acusada sensibilidad respec- 10 a cwtalquier pequefia falsedad que puclira presentir en sus objetos. Le cost6 cierto tiempo aceptar que mi desconocimiento era verdadero y no tin truco para engaiiarle, Personalmente tenia la sensacién de que le gustaba sentirse capaz.de ensenarme algo que él sabia, Esta esidea- lizacién de los adultos en el sentido de que no son omnipotentes, per mitié que se estableciera una rcciprocidad en la que cada uno enseiia- ba al otto y aprendia de él. Los profesionales no familiarizados con el ;pto de sayuda en el desarrollo» (Edgcumbe, 2000, pags. 160- 195; Gavshon, 1988 Hurry, 1998, pags. 32-73) como parte de la téc nica psicoanalitica en nifios, pueden pensas, equivocadamente, que se trata simplemente de una actuacién coneratransferencial, Por el con- trario, esta situacién proporcioné a Joxo una nueva confianza y dio Togar a que pudiera desarrollarse una alianza terapéutica mis contia~ day fructifera Como Segismundo (protagonista de «La vida es sueiio» de Cal: derén de la Barca), Joso intenta en vano convencerse a si mismo de 101 Peicoanilies de vtios. Tendencias actiates que la vida de su mundo interno es s6lo un suefio, pretendiendo de es 12 manera evitar tanto la decepcién como el castigo en el mundo ex- tero en que vive: ‘Yo suetio que estoy aqui Destas prisiones cargado Y soié que en otro estado Mis lisonjero me vi. {Qué es fa vida? Un freness Qué es fa vida? Una ilusfén, tena sombra, una ficcién, yel mayor bien es pequetio, que toda Ia vida es suefio, ¥¥ los suefios suetios son. [Calderén de Ia Barca, 1998 (1636), pigs. 164-165] Espero que el andlisis ayudara a Joao a aceptar Ia problemética de sus deseos instintivos y las complejas relaciones objetales a que dan lugar, y que ello fe facilicard el progreso hacia of prisximn estadio del desarrollo —es decir, la adolescencia— que todavia ha de superar. Si cllo ocueriera, padriamos decir como Pasilia (pacter cle Sepismondo) & internalizado por éste: Hijo —que tan noble accién ‘otra ver en mis entratias te engendra— principe eres. A tid laurel y la palma se te debens tt venciste, cordnente tus hazaias. [Calderon de la Barca, 1998 (1636), pag. 205] Quiero dar especialmente las gracias a Pauline Cohen que paciente- mente y, en vano, esper6 que los padtes de Joao se pusieran en con- tacto con ella, y a Jenny Kaplan-Davids cuyos comentarios ferman parte del contenido de este trabajo. Querria también expresne mi pe tintd a Abrahio Brafman, Sheilag Davies, Felicity Dirmeik, Audrey shon, Anne-Marie Sandler y Sharon Stekelman por sus sugeren cis y comentarios que me han sido de gran ayuda, so Coin es et casa me see Bibliografia Calder de a Bares, P(1998)[1636] La vids es seo. iin de Caco Mong ‘Madd: Ediciones Carrs, S.A. Tradsceign inglesa (1958). Cliff! (P| Lifes 4 Drea Londen: Nick Leen Books. Edgcurhe, R. (2000), nna Tread: A View of Developmen, Disturbance avd Thera entic Tocbmaee Lenton Rowlee, aes () 199), Te ren Disme ds Londne New Liar of Po ‘hom, Freud, A. (19271974). Four etures on chill analysis, The Writings of Ama Fron, Valine 1 (pp. 369| New York: lntenational Universes reve Freud, A. (1969][1972] Difficulties the path of prycheanalyi 2 confcontation of bast with peeseneviewpoims. Er Probleme of Psychndnalie Techndgus end Theory 1986-1970 jp. 124-156). Landon: llopaeth Press Freud, 5.19003), The fmeprettian of creas. Sly [VN -ne 1-621, Landon: Hogath Pes, edicin revinds, 1925. Fraud, 5. (1905e) Jokes sod ther rltion to the enconsions. SE, 8161, London Hogarth Press. Fred, § (1916) 1916-1917), ncoductory lectses on paystoravalysis. SF, XV: XVI 126. London: Hogarth Pry. Gavshon, A. (1988), Playing ts role in child analysis, Blt ofthe Ane Prem Conte, 12) 28-15, Hurry A. (19981, Poychoaalyis and Developmental Therahy. Loodons Karns. ovleface de a Sierra, 1. (19%). Beiter hat elon selon ope se dears? Payvhounabss tr Rope, 4, Spring 681 103, i 6 Sobre la interpretacién y el sostén* Anne-Marie Sandler Al escribir este trabajo hallé mis dificulrades de las que habia pres {0 inicialmente. Mi opinién era que lo que se entiende por «sosté algo relativamente claro y simple. Pero me di cuenta de que el con- cepro de ssostén» rene on fa literatura muchos sgnificados, y que per- temece a la clase de conceptos que tienen un espacio velstico», es de- cado que cambia de acuerdo con el context espectfico en el que xe emplea, ade que la si para las proyecciones del paciente. Este concepto significa Ia aceptackin de las extemalizaciones del paciente por parte del analista, aguantarlas (sostenerlas), y claboraslas median- te la fancion que Bion llama ereverien®. Solamente despus de ello es- {as externalizaciones pueden ser devueltas al paciente mediante inter pretaciones apropiadas. Otro significado que Ia palabra «sostén» puede tener en el trata- rmiento de pacientes violentos, se trate de nifios 0 de adultos, consiste en poner los Iimites necesarios © ejercer ciertas conteneciones, de ma- tera que el pacientesienta que no podré levar a cabo datos irrepara- bles tanto por lo que a él se refiere como respecto al analisa, in este contexto, hemos de tener también en eventa los importantes trabajos sobre la funcién del analista en ef teatamiento de la patologia na sista y fronteriat, ue esivy refiviendo a las investigaciones de Heinz Kohut (1971) y de Otto Kemberg (1975). La técnica de Kohutt que se basa en la nocién de fracaso ambiental en Ja primera infancia implica, ciertamente, una funcidn de sostén mas intensa enando pone el énfae 1 fa portanci dea comunicacn mean a empati, ee camstancia que va asociada a dar menos importancia a la interpreta cin del conflicto interno. Para Kohut, la nocién de défcit y el con junto de sentimientos asocindos a esta circunetancia, han de ser el centeo de la preocupacién del analsta, Las recomendaciones téenicas de Kemberg son bastante diferentes. Sogin este auror, es la fuccea de la envidia y de ls pulsiones agresivas la que interiere cl trabajo inte= serativo del analisis y, por eflo, da mucha importancia —para crear tina atmésfera de sostén—a que el analista establezca con el paciente un scontrato> firme y claro, al mismo tiempo que ba de adoprar una postura interpretativa activa y estructurante. A menudo, los pacientes Ironterizos estén arerrorizados por sus tendencias destructivas, y por ello es importante que exista un marco silido e interpretaciones fre- ccucntes que enmarquen y limiten el terror que tiene ef paciente de que cl analista no pueda sobrevivir a sus ataques. * Mon habla de reverie cuando fx made posce una foncign cepts quel x cit para comtener y meebolizae las proveccioves del eb (Nota kl Tractor) 106 Volvienda al concepto de interpreacién, nos encontrams de nue vo en un terttorio que esta menos detinido de lo que seria de descar No me voy a referr alos numerosos trabajos de attos autores sobre este tema aunque sf dité que distinciones peccisas entre interpretacio- nes, confrontaciones, explicacione,claiicacioney ete, Seguin mi Oph nda, quedan fuera del propésito de este trabajo. Lo qe sf me parece iamporcante en relacin al tema del sostény In interprotacin, es fa die tine entre la interpretacion defo que le ocurce al paciente en el pre- sente (inchuyendo, sobre todo, las Interpretacionestransferenciles) Por una parte, y las construcciones y reconstrteciones por otra, Sein mi punto de vista, las construcciones y reconstrucciones son elabora ciones que deberian tener lugar después y como consecuencia de las intorpretaciones del vaqui y ahora>. Llevo a cao esta distineion de hido a que no estoy de acverdo con la vieja teora «arqucologica® se- ‘in la cual, la finalidad de ta téenica psicoanalicicn e, simplemente, it descubrienco, progresivament, el pasado sepaltado, No hay dua de due la recuperacidn de los recuerdos del pasado proporciona un ma- terial importante para la reconsteucién, pero esta importancia depen. de del insight que pueda proporcionar respec al funcionamiento del prciente en el presente. Intentando formular en qué eonsiste fa tatea analitiea, quersia manitestar que, a ni juicio, el andisis es macho més que la suma de las asociaciones del paciente y las interpretacioncs del analista, Ni tras éste intenta comprender los signifieados consciente ¢inconsciente de las comunicacioney del paciente, su tarea como analista consinte tambign en exponer al pacienr, de la manera mis adecuals, Ios as- pectos del material que ya ha comprendido, En este contexto silico la palabra «adecuada» en el sentido de tener en cuenta el nivel de desa™ szollo en ol cual el paciente funciona, Ia organizacion de sus resisten- cias, sus vulnerabilidades y ansicdades especificas sen particular, su suscepribilidad a los sentimientos de culpa, vergienza y hunillecién ‘No ¢s apropiado transmitir al paciente todo lo que se comprende en cada momento y, en ta misma lines, cuando ella se considera adec do ha de levarse a cabo sin dilacion. En este sentido, las cuestiones de facto y el escager el momento oportuno, son de especial importanca Uno de los principales objetivos de nuestro trabajo analitico es ayudar al paciente, se trate de un nit, un adolescente-0 un adult a aprender a tolorar sus aspectos infantis de ralizaidn ele deseo, Di- chos deseos, a menudo muy primitivos, dan har a dolorosos conflic- tos en el individuo y constituyen una amenaza en el curso del des trollo. Debido a ello, se construyen defensas frente a dichos deseon in- fantile, algunas veces con resultados patolgicos. Nuestra esfuerzo va dirigido a lograr que los pacientes toleren estos descos en ss pens micntos y fantasias conscienees, en tm intento de que no se sientan 107 Psisosilits de nitos.Teudenchs atuales ccompelidos a actuarlos 0 a llevar a eabo esfuerzos patolégicos para comers. Dich deca atts, ua aac uy ipo te. lograr que les pacientes acepten aspeetos de si mismos que, has ta el momento, eran inaceptables, y logear también que establezcan tunas buenas relaciones con los deseos y fantasias vividos anterior- ‘mente como amenazantes. Para lograrlo hemos de proporcionar al pa- siente, mediante nuestras intezpretaciones y la manera de formulas, tuna atmésfera de tolerancia de sus aspectos infantiles, perversos y ex: traios, y en cuya armésfera los pacientes puedan trabajar las propias actitudes. Se ha de logras, ademés, que el paciente pueda internalizar dlichas actitudes junto con la comprension que haya alcanzado en su trabajo con el analista No hay duda de que euando hablamos de aspectos conflictives del self del paciente, incluimos también en ellos las relaciones conflic- tivas y complejas que el niio 0 cl adulto han establecido con lo que hhan introyeetado, Una de nuestras tareas principales es ayudar a nues- tos pacientes 2 familiarizarse con la maniera en que ellos interactéan con estas introyecciones en su fantasia inconsciente, de manera que, gradalmene, los pacientes puedan acepar y familarizarse con fos pectos propios anteriormente inaceptables, y que ellos colocan en lo fue ham ioeeyecrado on ol een dl deaercllo De ello se deduce la gran impoctancia del andlisis de las resisten- cias del paciente al proceso analitico. Segiin mi opinidn, no se trata solo de sefialar el uso que hace el paciente de uno u otro mecanisimo de defensa sino que, ademis, el analista tiene que formular fainter pretacion de tal manera que disminuya la resistencia del paciente y ue éste pueda aceprar los aspectos previamente inaceprables, capaci- tindolo para poder aceprar lo que antes repugnaba a sa parte cons- ciente, ‘Todo ello requiere que el analista vigile conscantemente la re- ceptividad consciente e inconsciente del paciente a sus intervenciones. Seguin mi_opinién, la primera preocupacién del analista ha de ser {a comprensi6n de lo ue esti sueediendo en el eagui y ahorar de In scsidn, ¥ su comunieacién apropiada al paciente. Pienso que este tipo de andlisis es el que logra wn contacto mas fatimo con los sentimien- tos subyacentes ms accesibles —o potencialmente, accesibles— del ppaciente. Estoy convencida de que mediante la exploracion del con- flicto presente inmediato en la situacién analtica, el analistaallana el terreno para que tengan higar las necesacias reconstrucciones del pasado, Fn nuestra trabajo hemos de estar sobre todo atentos a aque- Ios aspectos de las preacupaciones del paciente que estin relaciona- das con la persona del analista © con el proceso analticos aspectos gue representan la transferencia en el sentido mas amplio del termino. Interpretar el pasado antes que el preseate condiciona, a menudo, que el paciente tenga la posibilidad de escaparse sorteando las resistencias 108 —»— Sire la daterpresaciny el soar del presente y evitando, de esta manera, experienciar el dolor ps 0 y laexploracién del mismo, ya sea tomando distancia 0 usando la intelectualzacién, circunstancias que no ayudan al proceso analitico, Pero no hay duda de que la recousteuccidn del pasado en el momento apropiado juega un papel importance en ef proceso analitico, ya que proporciona un context biogrifico 0 histérico leno de sentido para Ja consolidacién del insight, es decis, una base para estabilizar los n+ sights que se han ido adquiiendo mediante el anilsis de los confice tos inmediaros del paciente en el «agus y ahora» del anal, Generalmence se acepta que el autoanslisis del analste —que va siguiendo su curso— , en particulag el andisis de sus pensainientos semtimientos_contratransfetenciales espesto a sus pacientes, cs. ui) ‘componente importante del trabajo analitico, especialmente cuando ‘tabajamos con niios y adolescentes, donde s menudo hemos de lu chac_con deseos imperiosos y conflictos profandos que son enérgica- mente proyectados en Ia peciona del analista, La transferencia de los descos dl paciente, sean conscientes 0 inconscients, condicionan tan toal paciente como al analista, y éste reaccionara a los intentos del pa- ciente de imponerle dichos roles de diversas maneras. Algunas de estas teacciones pucsen interferir eon ef trabajo que leva a cabo el analsta, Fn estas condiciones adquiers una urgencia eopesil que el analista 50 -xamine a si mismo —hasta donde Io haga posible su autoandlisis—, icunstancia que puede conducir a I eomprensi6n de algana resister cia crucial del pacemte, Finalmente hemos de recordar que ni.aun.en al andisis vado por el analista desde el punto de vista téenio, la funcion inter~ pretativa sigue una linea eecta'y sin dficultades, El anaista puede e trar-en golusiGn, a. menudo durante petiodos selativamente argos, con alguna de las resistencias del paciente. Ademés, no infrecuente que el.analista entre en periodos de confusion durante los cuales puede sen tise perdido o segue un camino equivocado;circunstancia que no hay Porque ettcar ya que, por ota parte, es inevitable. Lo que af es int portantees que, Finalmente, el analista Hegue a darse encata de To que ha estado ocurriendo y pueda formular una interpretacicn adccusa, Para finalizat estos comentarios introductorios deseo recordarles aque en los crastornos severos es, menudo, may dificil saber si se tra- ta de una detencién del desacrollo debido a la existencia de estruct- ras deficientes, si estamos delante de una regresién y de maniobras defensivas debidas a afectos dolorosos e imposibles de aguantat, unt i a fantasfas amenazantes de uno uw otz0 tipo, Debido a ello pode- nios estar tentados, en cietaas ocasiones, a tratar de sdar sosténr al paciente apoyaindonos en la teansfereaci positiva, © incluso tranquil zarlo en vez de interpretar, No hay duda de que trabajando con nifios «s extremadamente ficil deslizarse hacia un modelo amical con tintes 109 Psicoandliss de aos, Temdenciasacenles educativos. Sin embargo, a gran mayoria de veces, una interpretacién de lo que est ocurriendo ea el eaqut y ahora» formalada de manera apropiada, alivia la ansiedad de pacientes muy perturbados, los cuales parecerfa que slo pueden ser ayudados mediante un esostin» basado en la tranquilizacion. Quiero explicar que no estoy hablando de inter- pretaciones «migicas», pero si deseo enfatizar que las interpretaciones, pueden tener efectos may varindos, dependiendo de la manera en que son gestadas y formuladas. También pienso que muchos analistas, de- bido al miedo de proporcionar teanquilidad al paciente (circunstancia ‘que no es, en general, apropiada en anlisis), tienen miedo de dar in- texpretaciones que conlleven un efecto tranguilizador (lo que, en mi ‘opinién no sélo es legitimo, sino muy apropiado en el trabajo analit ok dar una interpretacion correcta que cnlleve una trangia lel paciente no es lo mismo que tranquilizar directamente al paciente diciéndole por ejemplo: «las cosas novestan tan males Para ilustrar cusin diffe es, a menudo, diferenciar y clatifieae lo ‘que es cf «sosténm y lo que es la «interpretacisns, presentaré dos bre- tas clinicas del anlisis de Danny, un nifio de 6 aitos de edad, Fue diagnosticado de trastorno naccisista severo y presentaba, ade= ins, algunos rasgos fronteriaas imporcantes, El envio a vn profesional para su tratamiento se precipit6 debido a que Danny habia agredido, de tepemte y de vianera brutal, a su maestea, Cuando via los padres de Danny, el padee, cumplidos ya los 40 afios, me impresioné como una persons inteligente pera may an- siosa, La madre, bastante mis joven, tenia una eata palida con srandes boas debajo de sus ojos; parecia, asustada, deprimida y, slobalmente, desconcertada. A medida que avanzaba Ia entrevis- fa, me quedd claro que el padre era el miembra dominant de Ia pareja, Hablaba mucho y se encendia cas tod la que decia aun: ue, algunas veces, se perdia en un torrente de palabras A partir de la informaci6n que pude obtener en la enerevista (y también posteriormente), edhe el siguiente rela. Los padtes se hhabian casado cuando la madre era codavia estadiante y fue ale bo de siete aiios que decidieron tence un hijo, Danny, surgiendo ya problemas desde su eoncopeién, La madre estaba muy atsiosa ¥ la gestacion foe turbulenta, seguida de un parte dificultoso. La madre qued6 horrorizads al deseubrir que ss hebe padecia un es. twabismo severo; estaba convencida de que se trataba de un bebé cenfermo y reaccioné con seatimientos de culpa y depresién. De- bido a que Danny habia sufride de eianosis durante ct parto y que tenia tendencia a dormirse durante las comidas, la madre in sistié en Mevarle a EE. UU. para que fuera examinado desde el uo Siobre ka mer yet son punto de vista neuroligico; dichas pruchas fueron nor siquiera se hallaron «alteraciones leves» que pu un ano cerebral minimo; aun asf, la made continuabs sintiendo ‘que Danny no era una eriatura normal. Cuando vi a los padres por primemi vez la familia estaba forma- da por cuatro miembros: la madce, el padre, Danny, y un herma- no pequelio que era el preferido de la madre. Por sus explicacio- nes, daba la sensacién de que Danny estaba muy madaro para st edad, gustando de jugar solo durante largos periodos de tiempo. EI padre comentaba la persistencia y el perfeccionismo de Danny; por ejemplo, podia llevar a eabo un dibujo una y orre yer —en tcasiones mis de 20 veces—, hasta que le saliera perfecto. A los padres les era dificil Iograr que se fuera a la cama por le mache y también que estuviera listo pars ira Ia eseuela por fa mafiana ya ‘que, segtin los padres, era muy terco, obsesivo y pravocadot. La madre se exasperaba y perdia los norvios, mientras que ol padre rendia a atraerlo hacia sy a seducielo, A menudo evanda se sex- tia frustrado, a Danny le entraba un ataque de rabia, rompiendo a gritar y destruyendo las cosas a las que tenia carifo. Durante el primer ano de la vida de Danny habia existido tension entre los padres debido a diferentes opiniones de como tratar al nil, Al cumplir un aio, justo en el momento ea que fa madre es- taba considerando destetarlo, ésta sufrié un atagque asmitico vero y tayo que ingresar de urgencia en el hospital, circunstancia «que condicioné que la lactancia se interrumpiera repentinamente. uuando la madre fue dada de olta, su marido le dijo que in que dlescansar y que Ase encargaria del euidado del nino, La madre no se vio con énimos de protestar pero sintié que le roba- ba el poder estar con su hijo. En esta épeca, Danny mostraba ya ‘mucha eapacidad verbal, mojaba Ia cama por la noche y, muy de tarde en tarde, presentaba cierta incontinencia fecal. Los padres —sobre todo el padre— estaban asustados ¢ intimidacios por sus pataletas, La estrareyia del padre para enfrentar estas situaciones cra tratar de razonar sin descanso, para llegar a un pacto o ha. cerle promesas, es decir, intentar evadirse con diversas estratage mas para evitar confrontaciones, A la edad de seis aos, Danny todavia succionaba el bibersn tan pronto Hegaba de In escuela. Danny tenia también dificultades en dormirse. En el momento de las entrevistas el padre tenia que sentarse al lado de fa cama de Danny déndole la mano y contindole cuentos, mientras que nt Peicoanilisie de nites. Tendenciae actuals anny, con la otra mano, se aferraba al biberén, Una vex dorm do, Danny no se despertaba pero mojaba la cama cada noche. Ultimamente, este problema creaba situaciones violentas ya que David, ol hermano pequedio, no mojaba nunca la cama. Danny hhabja reaccionado aegativamente al nacimiento de su hermano; habia sentido celos muy intensos y le enojaba ver que su madre daba el pecho a David. Después del nacimiento de éte, hubo que- jas de que Danny habia pegado a otros nifios en la guarderfa, En el momento de la consulta, la causa mas importante de friceién ‘entze Danny y su madre era la constante hurla y provocacion di rigidas a su hermano, algo que a la madre se le hacfa intolerable. Los padres —mucho mas la madre que el padre— perdan la pa- ciencia con Danny y le pegaban o gritaban, sintigndose, a conti- ‘nuacign, muy culpables de ello. Sin embargo, era sorpretdente su impotencia para poder enfrentar Ia conducta agresiva de su hijo. Para ilustaclo con un ejemplo, Danny habla desarrollado ol i bito, en la mesa, de lo que él Hamaha . Danny, en su ex citacién, coments otea ver a lanzar puitados de arena y juguetes por toda la habitaeién, En esta situacién, la rerapeuta coment que la sesién estaba a punto de finalizar, y que comprendia que se sintiera furiaso y bu millado de que el clefance fuera tan fuerte, pues ello le hacia sen pequeio y debil, Danny reacciond a esta interpretacidn cal- mmindose, aunque continué disparando, de manera salvaje, al vientre del elefante. La conducts de Damay poxliia compmendderse deste diferentes puntos de vista, La terapeuta escogid comenear el enfado y el proba ble estado de humillacion de Danny, pensando que poniendo nombre al posible conflicto, el nifio se sentiria ayudado y comprendida. No hay duda de que su intervencién tuvo un efecto ranquilizadon Sin embargo, basindonos en ef material de esta sesién muchos de noso- tos podiamos habernos inclinado en considerar los disparas al ele fente_como_una-temresntacén de las fnatasasaguesisa se Danny imadee, Para algunos, la casa podria.repre- Ta fantasia de un hogar sentido como inseguro ¥ que D de protege. La excitacion que acompaitaba el jucpo de ni taba de 10 po- dria indicarnos fantasias muy erotizadas, sobre todo en cl area del cxntisinnanal, Respecto a la cuestion de si se ba de interpretar —y qué se ha de inerpretar— para iateotar redacie In ansiedad 0 limitar Ia agresion, en genoral puede ser muy proveshioso pensar porque it Paciente trae aa sesion un material especifico yo otro, ya que elo ayuda al analista a orienarse para poder dar una interpretacion ade- cuada y un sentimiento de sostén al paciente, En esta secuencia de juego, Danny express su deseo de destrui la casa, usando el elefante como fortificacion para protegeria, Acusa al elefante de ser arroganre, treo e impertinente y manifesta que el ele fante necesita que se le de una leccién, Estas acusaciones som un rete jo de las acusaciones de la macire de Danny hacka él. No podria pen- m4 Sobre ta iaeypretacion y of sos sorse que Danny podia sentir miedo de estar con una exeraia (a tera- peuta), aun admitiendo que los padres hubieran hecho un gran es fuerz0 paca explicarle el motive de llevar a cabo la terapia? dia también pensarse que un aspecto presente en el material dda por Danny poxtia ser un anrento’ de netualizar en. la sesion la presencia de un Superyé incoascente, y la lucha entre las demanclas primitivas de eastigo de su conciencia y su sitiado yo que espera seve- ros eastigos? zPodriamos vincular fas ansiedades mostiadas en esta primera sesi6n a su miedo a un ataque procedente de la terapeuta, por Siblemente en forma de castigo por sis malas acciones? Si pensamos de este modo, hubiera sida mis apropiada, segin mi punto de vise, una interpretacién de la ansiedad del niio felacionada con la terapes taen el saquty ahora» dela ses, No hay duda de que Danny sentia a la terapeuta como un agre- sor terrorfieo, y ello quedé confirmado por un dibujo que Heys a cabo en la sesion siguiente, Dibuj6 un monsteuo terrible con ras {gos humanos, mnchas extremidades y afilados dientes. F mons ‘ruo Hlevaba tun reloj en ef vientre con las manccillas marcando dice minutos antes de la hora. Habl6 del reloj como si fuera ana bomb. La visién que Danny tenia de la terapeea come si fuera tun monstruo aterrador parece ser el resultado de Ia externaliza~ cidn de su persecuroria supery6, experienciado por Danny come un agtesor incerno. Paya desambarazarse de los aspectos culpa: bles o vergonzosos de self, utilizaba la proyeecion —Ia «mala es la terapeuta—, al mismo tiempo que se identifieabs eon nna Figur ra interna muy poderosa, abfenicndo, de esta mancrs, en stt di- nnimica interna, una doble compensacién, Danny tard6 varias semanas en acepear que [a madre no estuviera en el cuarto de juegos. Durante las sesiones, cada vez insistia mas fen que la terapeara jugara al fatbol eon él, AL comenzar las sesio- nes enteaba en la habitacién a gran velocidad con su propia pelo: ta, sin ni siquiera mirar ni saludar a la terapeuca, ¢ inmediatamen: te dosalojaba el espacio para comenzar a jugar. A continuacion se edicaba a mostrar su ralento en regatear y chutar con el balén, Tha contando meticulosamente los goles que marcaba, sesiGn por sesién, pero tenia su propio sistema de asignacién de los puntos de ‘mavera que muy pronto se erigié en ganador indiscutible, muy por delante de la terapeuta. En esta etapa llevaba a cabo provoca- ‘vos dibujos de un ganador burkém y un perdedor desconsolade, Durante varias semanas la terapeuta no pudo feenae este juego obsesivo y repetitive pero, finalmente, puco egar a un acuerdo 1s Psicoanalsis de mi. Tedenciasactates para que aproximadamente los times 20 minutos de sesion dis urrietan con més tranquilidad. Danny lo acepts y comenz6 a practicar juegos de rablero (dammas, ajedrez, etc). También en es- tos juegos, como era de esperar, Danny estaba constentemente ctiticando y menospreciando a la terapeuta, e interrumpia el jue= 0 a la minima posibilidad de perder. Sin embargo, el juego pro- porcioné la oportunidad de conversar y Danny, gradualmence, 8 fue teanguilizando, pudiendo tambicn llamas a la terapears por su nombre y mirarle a los ojos. Podia jugar al fétbol menos com- pulsivamente, juego que fue en parte reemplazado por batallas in ferminables en las que intervenian coches, animales, soldados © invasores procedentes del espacio. Invariablemente, lx teapenta era el encinigo y el conflicto era siempre por la posesién del terri torio, Como puede suponerse, la terapeuta era fa perdedora y nunca era posible negocia la paz. Tanto la terapeuta como yo nos preguntibamos respecto a las re petidas fantasias de Danny de conguistar y poseer, acompariadas inva: riablemente por el peligro de ser atacado, amenazado y engafiado por enemigos despiadados. Llegamos a la conchisién de que esta conducta, represenraba un inteato desespeeado de hallar una walucion a eve de- seos —opuestos uno al otro— de distanciamienta y proximidad. Por tuna parte, Danny trataba de negar su necesidad y dependencia de los objetos comportindose, a veces, como si fuera un adulto fuerte que de- fendia ferozmente su independencia. Orras veces, sin embargo, parecia fusionarse con la terapeura, no permitiendo que ésta pensara o sintiera por su cuenta, y esperando que ella fuera coma an espejo de sus ece- sidades y deseos. Uno tenia la sensaciéin de que Danny no vivia en un espacio edipico triangulas sino que estaba anclaco en tna relacién did- dia, sin la existencia de alguien que pudiera modular sus ansiedades vinculaclas a sus tendencias voraces y agresivas. Tango la terapeuta co: ‘mo yo éramos testigos de su lucha para controlar y dominar sus mie ddos a recibir castigos y represalias. Sin embargo, muy lentarnente, la te Fapeuta fue introyectada de forma menos persecutoria, mds amiga y alisda, y Danny pudo irse relajando y abandonar su rigido control ini cial. May probablemente este progreso era producto tance de las intet- pretaciones de Ia terapeuta, como de su presencia como objeto que piensa, persistentemente fiable, interesado por lo que esti acurriendo, Después de algunos meses de terapia, Danny comenz6 a mostrar tun talante alterado al finalizar las sesiones, los fines de semana, y an- Sure ka iterpretacin y ef sosten rerapeuta, que era la que mantenfa el marco analitico ya quién Danny no podia controlar. Daba la sensacién de que esta situscidn le hacia sentie may vulnerable Quiero comentar con detalle una sesién que desde el comienizo transcurifa en un ambiente tranquilo y amigable. Danny habia es tado cantando mientras fabricaba un eaiién con los materiales que tenia a mano, y habia pesmitido que la terapeuta le ayudara y estaba orgulloso del resultado, Unos minutos antes del final de fa sesion In terapeuta le eoment6 que se acercaba el momento de cdenar el espacio y que ella le ayadaria a guardar el ean en su armario. A Danny 0 le gust6 esta observacidn y se las arregls para romper una parte del eaién, diciendo que era la terapeuta {quién lo habia hecho. Al recordarie Ia terapeuta, otra vez, que el tiempo se habia acabado, Danny se descontrols, fanzando por to- da la habitacién cualquier cosa que caia en sus manos; esta con- tducta produjo mucho ruido. El padre de Danny lo oy6, entré en tf euarto de juegos y, a pesar de los esfuerzos de la terapeuta pa ra que no interviniera, insisié en que Danny fuera ordenando la habitacign, Este, tan pronto como pudo, se eseap6 del acoso de ar pate y salié vorriendo sin mirar hacia atric Cando Danoy vlvi después dela pavsa dl fin de semana, em ted en la habiacin como un eobelino, aeestnde a ls terapeuta tno tener la habitacion reparida para A continvacion le dio puntapis intenté mordetiayyconslgi6 arate en Ta cara y la Fino sangrar La terapeuta no tavo ota elccion que inmovilizar een eile da eo snr eh ela Dany comened tee para no oa fa rerapeityTuchando, aces pra litre Te lo in gue are sao a ubunck. La teapeuta preguots a Danay si prefeiacalmarse © ine 250 eas, Le void a decir que cla se daba events de cusn tnoleto enfadado eatsbo pero que no podia permite que I hi fea, Lo que intentaba Ly feapents ett poder volver una a tndsioa mas septa en la gue Danny se Sntera sufiientemente Sostendo, La reaerin del nil fue ger tis fest ytratat de Peale Hnalmeme, Danny ae las arreglo para lbrase de la tera Feta que lo tenia seo, pero com ests maniobra gaps el abio Eells que comenza a sangeae Esta sitacion pares anmentar el tes de las vacaciones, mostréndase, ademas, agresivoy y negand t0- prinico de Danny; russ salir de la habitacién y se eché al suelo, talmente que le imporzara la terapeuta o estar preocupado por la Se- dando paradas, oltando tacos, y Horando, Finalmente, la madre paracién. Parecia que Danny experienciaba el final de las sesiones co: intenté sobornarle con la promesa de que Je haria un regalo y ‘mo un atague, como si ello le recordara la desigualdad entre ély la Danuy salié corriendo del cuaro de juegos ue WwW No hay duda de que en el comienzo de esta sesién se au tuacidn que hace necesaria una contenci6n tsica —literalmente. “un sostén»— para proteger tanto a la ferapeuta coino al paciente sen es te sentido, nos enfrentamos con una difieultad real y objeiva, Pode- mos preguntarnos: Como saber si la conducts de Danny se debe a la explosion de una agresion de un nifta que se ha dejado llevar por sos impulsos que no pnede contener, © si su violeneis es consecuencia de un estado de pinico en un nifio fronterizo euyo narcisismo ha sido de- safiado, especialmente si el nifo comenzaba a renunciar a un control ‘omnipotente? Pero, sea cual fuere el punto de esta dela terapeut, no hhay duda de que, én una situacin de este tipo, lo primero y ma Portante era crear una atmésfora segura para cl nino. En esta sia icin puede ser sti recordar la opinion de Kernborg de que los pacien- tes fronterizossienten, a menudo, terror de sus tendencias desteucivas y lr comseeuence destruccién de sus objets, A Danny se le hizo insoportable que la sesin del viernes Negara a su fin, Su relacion con la terapeuta estaba a punto de ser mis libre menos controlada, to que le hacia mas vulnecable respecto a sus de sos y ansias hacia ella. La pausa del fin de semana que se avecinaba 4 Danny en un agudo y doloroso estado de desamparo, ya jerupeidn de su padre en el cuarto de juegos no hizo més que nomen tar dicho estado. Como resultado de toda ello, Danny se sntid hu. llado y agraviado de forma incontenible, Experimentaba una intensa ‘abia e indignacién hacia su terapeuta que sentia le habia traicionado. Ello queda confiemado eleramente cuando fa acusa, al entrar en 1 starto de juezos «de no tener la habitacion preparada pora ele. Para Danny era faprucha de que la terapeuta le habinolviado y quo. halment, le habia fllado. En este punto, es conveniente hacer uma distiaciOn entre las ten= dlencins bisicas agresivas que pueden irrumpir si el control dl yo es demasiado débil —como expone Fenichel (1943) al describ los ex. raeteres que se dejan llevar por los impulsos—, y la conducta agresi- va de taiz defensiva la cual correspende, sein mi opinin, ala mos- trada repetidamente por Danny. Este tipo de eeaceidn, en Ta cual apa- rece de pronto un arrebato de ira incontrolable acompaviada de acusaciones, ¢s tan comin que merece que le dediquemos una aten- cian especial, sobre rodo en relacién con el desaffa que representa pa ra el terapeuta. En ln gran mayoria de easos, la sespucstainmedista uel paciente es una explosién de ira narcsist, y la gran muayoria de interpreraciones 0 el wsostén psicoligico» no sirven de nada, Hl sostén fisico es, menudo, la Gnica manera de proteger tanto al ni com? al terapeuta En casos como el de Danny, donde ef nfo experiencia un estado abrumador de indefensién y de desintegeackin, el contenido de las sumerg) 8 acusaciones hacia fuera reflea, invariablemente, ef contenido de las acusaciones internas hacia um mundo que se siente peligroso, arecra- dlr. Si el rerapeuta ha sido capaz.de mostrar al niio que ha sobrevi vido a las explosiones de ira y que no se venga por ello, el trabajo interpretativo dirigido a las faneasias del paciente puede obtener bu nos resultados; ello formara parte de la funcidn de sostén del proceso analitico. Fs importante afiadir que la ireupeién de Jos padres en el cuarto de juegos parece indicar su incapacidad pata contener su propia an Siedad'y poder eonfiaren quel terapeuta pod contnet a Danny. ‘Muestra también su tendencia a proyectar en sw hijo las representa: ciones internas que tienen de él como alguien peligroso, violento y destructive. He presentado este material clinico para ilustrar la complefidad de la tarea analitica en nifos. Puede que al lector le ageade saber que Danny ha logrado alguna mejoria después de haber transcursido un ato y medio de tratamiento, En fa escuela obtiene muy buenos rest tados y es al alamno fayorito de los profesores. Se le considera un ni fio en cl que se puede confiae y, en eas las cosas van alga mejor, Mo jn pocas veces Ia cama y Ia encopresis ha éesaparccido compleeamen- fe. En general se muestra més cooperador y, semtin los padres, hay momentos en que da ln sensacion de ser feliz. Estt tambien mis aoc- ‘uso con su madre que anteriormente. Las manias respecto a la co- mida no han desaparecido del todo y Danny vuelve facilmente «su anterior manera de funcionar cuando se siente demasiado mal con si ‘mismo. Resientemente ha decid, por su propia cuenta, reaunciar al biberdny se siente orgulloso de ello. En esta presentacidin he intentado poner de manifesto algunos de fos significados del sostén y de la interpretacién. He intentado mostrar que, en mi trabajo con Danny, la anahista esté reflexionando constan= temente sobre los signficados diversos del material del nit, el estado dle la transferencia y de lx comrrateansferencia en el eagut y ahura de In sesin, los modelos defensivos basicos, y la fluctuaeidn de los esta- dos afectivos. A medida que vamos comprendiend alg del material tendemos a interpretar Io que crecmas que esti sce do a fin de proporcionae al nfio un seatinsiento de gue ambos com- partimos lo que ocurte en la sesins a menudo es posible, n continia- Cin, establecer lnzos con otras situaciones dela vida del nfo, Inten- tamos también evaluar el efeero de nuesteas interpretaciones para ayudar al nifio a Mevar a cabo oteos insights. Cuando el analista in tenta ayudar al niio a tomar contacto con aspeeros de sn personalidad {que mantiene fuera de su consciencia, puede ser percibido, aleunas ve- ces, como una persona amenazante y peligrosa. Hemos de recordar qué estos deseos inconsvientes, y contza los que se defiende el niio en 18 Psicuanstss le midos, Tendoncias aetna 1 curso del desarrollo, han sido rechazados en un intento, por pare del mismo, de mantener un equilibrio que siente como el mejor de los posibles. En el curso de un andliss, nuestra expectativa cs quc los par cientes puedan reorganizar dicho equilibrio. $i los nifios aceptan y asi milan nuestras interpretaciones puede irse produciendo un cambio gradual, Dicho de otta manera, aceprando poco a poco los nuevos in- sights, aprenden a tolerar ciertos aspectos infamtiles pulsionales pro- pios que habian preferido ignorar hasta este momento. El punto de vista aqui expresado, es que esta acepracién sélo puede tener lugar en tuna atmésfera de tolerancia de los aspectos infantiles —a menudo per- ‘yersos, contradictorios,violentos y estramboticos— de nuestto propio inconsciente. Segiin mi opinién, esta atmésfera de tolerancia represen- ta una importante forma de sostén. Quertfa avanzar la idea de que los pacientes perciben, en el curso dl tratamiento, la complejidad del trabajo analitico. Paralelamente a las comunicaciones verbales los pacientes perciben una actitud espe Gal y un interés permanente en sus analistas, siniéndose reconocidas Por éstos en su singularidad, Los pacientes recogen el interés del ana- lista y sus ganas de pensar sobre los diversos sentimientos y conduc tas, y-va creciendo en ellos un sentimiento de estar permanentemente nla cabeza del analista. No hay dida de que ecte centimiente puede estar amenazado € incluso desaparccer debitlo a diversos ataques des- tructivos, pero la regularidad de las sesiones, y la presencia, preoct- ppaci6n y actitud permanentes del analista representan un aspecto del sostéa de todo tratamiento psicoanalitico, sostén necesario para pueda tener lugar un trabajo interpretativo produetivo. Para conch diré que, en miopinién, ef sostén constituye un ingrediente basico y de una cualidad intrinseca en cualquier empeito terapéutico y, en este sentido, no parece una buena idea tratar de ver como opuestos la in- terpretaeién yl sostén. Agradecimientos Deseo expresar mi sincera gratitud a la Sea. Smith que generosamente ‘me ha cedido el material elfnico que incluyo en este trabajo. Bibliogratia Baling, M. (1968), The Batic Fault Loudon: Tavscck Bion, W. (1970). Learning From Experience, London: Heineman. Fenicel, ©. (1945). The Pschoaayie Theory of Nennost: New Yorks Noxon, 120 Sule a aerpnctacion ye! son Fevencei, $. (1926), Further Camda tothe Theory and Technigus of Psycho nalts Londons Flog Keraberg, 0. F {1975} Borderline Covlisons and Pathological Navision. New "Yor Jason Aronson. Kole, ti (1971) The Antyis of the Self, New Youk:Ioerational Universities Pros. ‘wince, D. We (1965), The Maturetional Processes aed the Facaing Environ ‘ent. Nee York nceunatonal Universi Pes 121 A fects, 57 agresin, 1-16, 37, $6, 92, US1TS, 118 ido 9,62 ‘lane terapeatiea, 17, 62 Sibi sstenedor (or embe soe- American Paychoanalytial Associa ee Anderson, Ry 13,23, ‘Anna Frea Cente, 15, 39, 85 ansedad, 13,24, 4, 45, 58-59, 70-71, 78-76, 73, 81,85, 93-94, 95, 198, Ho, 113-114, 19 de eparacin, 15 — depresiva = havin on ania 38 = instintiva, 57 = aba, 97, 38 primi, 14, 15 Yaupenys, 5758 srocinci libre, 17, 28,29 39, 63 spent sindrome ty 4 sage de pina, 3 Balin, ML, 20,105, 120 Bernstein, 47, 81 Bic, 26.78, 82 indice alfabético Bion, WR, 28, 68, 81, 82, 106, 120, Bowlby, J LL Braknan, AG, 13, 37, 49-50, $1, 101, 102 Irena Pick, fy 12,20 Bik Paychonnalyteal Society, 11-12, 1749, Bh 39, 4748, 93 Briton, Re 82 rk 1 2 © CCaldectin de In Barca, 98, 101-102 Canpbell, B47, 51 Nacional, 61 trastornon eo 61-52 ‘comps de Fp, 14.18, 24,96 compulsion rpetitiva, 83 fm lanai, 17,24, 28, 46, 78, Hea, 106-108, 120, = conse, 107 inconscente, 107 onde, 28,29, 42-44, 46,61, 79, 84 85,96, 112-114, 17.118, 120 = antes, 112,118, = desert, 2 S exrafa, = sania, 43 provocatna 84, 96 repestiva, 43 rival, 43, 45-46 = sexual, 83,98, 95-96 13 indice alfabivico Psicuanttis de nitus.Tendencss actuaes 7 =e sos tver tambo insnn de da, 16 r Klein, M, 11-295 35, 96,55, 63 sontencin lsc del nifo,28, 116 sci, . Kohat, HL, 106,121 tomcnene, 38,80, 106 el objem, 1, idenicacon peoyetiva, 28, 67,75 omrataiiericie, 27, 29,98, 101, — del por 1 62 0 10%, 119. ‘stiaers, contenei6n de, 4 | iagos pareaaes (ver también padees, Goniroersia Discssions, 17,18 quieo-paranvide, posicdn, 28, $0 38 cana sentiment de, 76,78, 92,99, Greeti, 46 inconsinte, 12, 15,2324, 2728, 43, Lawkey Ea 12 10, 107,110,113, tis He B99, 85, 10, 107-109, 18" Lau, M12 120 Tense, 2, 15-86, 94, 96 F — sci, 95 Liberman, SL, 13.21 > — Somunistiindeinormactn, 23 Linens do Desire, 5, 61 deseo, 19 fanaa (famtasig), 13, 15, 16,27, 38, = Femi, 24, 27, 43,99, 108 aws,D., $0, $1 36-57, $9, 973,77, 79, 107-108, des, 114, 16, 119 mexainns, 13 M = frente als anid, #1 inconscines, 24,27, 43, 93,108 — pres, 1824 = wont, $7 — sexes 62,85 Sapa e115 smades, — atligc, 57 Feldman, 3, 73,82 insight, ~ adapta, 19 ~ fesplaamiento de la 94 Feiehel 0.118, 120 a auiscn del, 109,119 — Bilogcs 19 exceratzacisn coin, 91 Ferenes, 8 106, 121 Capac de 17,2324 33,4, 62, — sufcenemente bus, 29 inetodos de, $7 anders, 8 95, 103 ‘95,107, 103,119 Mahle, M702 82 defen, Torani fn pcoterapi) 26, 97-4, — conoliacn dl, 109 maniac, reac, 48 = alsis de ts, 63 49, 53 ! evterdon 5 107 ttatco pricoaalio, 23,25, 31, 105- comstrccin dels, 107 Faubers, $, 50 51 stein 6, 98 106 T Strole deus $7 Fee 5a es incomes 15,47, 9559 sxcannen de defen, 15, 56-58, 107 — Femi cometl dts RRR Lae tae a. ST cae tpaand; ane inecnismos de 15,5658, 62,92, "65, F-89, 9495" 103 16. = reps y, 41-42, 5738 tor. rn Sy 2, 14, 16,21, 28, 55, 57.585, = Ae i or tabi: Esl 16 — sublimaci y 57°58 — motvacioes paces, 57 166,81, 83, 94.95, 103, 105 imeepetacen tarseencl (re ami: pecans incancenn 1S fence a nai, 56 Friedandes Ky, 53 Ctuskrensaeinrpacactn) 107 mori, 13 depresiv,fcomanienco 28 funcin nibs, 28 iouryescion, $758 Middle Group, 18 dearoley funconamienra depesivo 28 80 investigation, 11, 20, 37,38, 41,46 Money yk R685 82 sina, $5 S39 Pet ds, $9, Ina Helirt, 8 12 deseo ionic, 119 « N tee deseo, 15 Garson Ay 109-102, 103, 1 arcs, HM, 19, 64,75, 79.95, U8 = primacion 15 Gay, 2 3 negcion, 32 semen 15-16 Gross As 12,21 Jones E 12,26 soos SKetatvida, 27,33, 35 Grupo Independiente Winnioniano oe Joseph, By, 12,28 an 14, 17,5859, 6364 Diatkine, Re 7-88, 48, 50:51 ‘ambi Malle Graph 13,18 Joop un, 13,19, 23-25,29-33, 41, — rane 63 ‘dibujo eaceion fret a Tos, 43 “Abe, 6, 68.9, 86-87, 88, 9192, Discustnes Conover, 17, 18 | 96.99, 101, 1-116, " — tenia del 23-24 ° : ingnetes, 2425, 1B, 69,86, 1131 Hampsten Clie, 15,38, 53:54 59 mean rent a, 48 : SUT O'Shaughnessy, 13,27 67 Ay 12 bjt 15, 18°19, 38 68-76, 79-81, 89 13,21,53, 101,103 Hema 12 K 31! 96:97, 10, 106407, 118 empatia, 43, 106 Hella 12,21 ser, 15, 18,1528 a cspacidad dey 13 Hopkins, 2 30,31 Kernberg, 106, 118, 121 wey soda, 18 via primaca, 46 Huey A 10, 105, King, Be 11,21 conseancin de 15 124 125 = pr = traniconal 18 Omsein, A. 50, 1 pads, 12,17, 24,2627, 38, 4750, 62 Gh, 6748, 7h ABH, 56, Tib.ti4, 119 — comunicicin con antiga, 26,38 = semana eon el ni, 88,163 = lage rer tm ages paren- tae 3 = Spare de 6 — salpapel on lo pict Pico aque det Pho, Poco, 18 a rprannci — inner, 18 H iatern tii) 13 18, sani comer 43 Peel de Dewar Se ponek evr parable 28 proc, ee redtidd, 4 = et places it ror aac, reser a, 108 Proceosicomcini 15.24 Proeccn, 15, 28-25, 38, 57-58, 6, 73,118 rico enn, eval, 23.27 Pubionates, rests, Ie Prone, 106, 12D 6, 49-50 sh 18 R eeptvided, 108 Sheansienr, 108 uerdosy esis, 95 relacionen abies 13 53,61, 4, We = ads, 61 represin, 38 come defen, 5 14, 18,28, 41, 80,95, 101,102, revere onc do, 106 Revues de Sire ay 11, 13583, 95-96, 103 Rowen, Hy 28, 71, #2 5 i Sondleg 8M 13, 102,105, Schack, Io, 42-44, $1 Segal Vi 28, 37, 3h, $1, 72, 82 sevual, presacidad 24, 88 Shelley, Mas 74, 2 Soba 78, 82 senten, = defini, 10s = interpreracén 6 108-10 10,113, 117-120 Spills, E18. 27, 36 Stine, $1, 83 Steiner Ry Hy 12,2 Stem b., 18.81 Strachey I 35 salhlimac, $8 10s, 109. ‘sie, 23, 7879, 41,85, 87-90, 92 96, 98-102, = cinsighe, 95 supers 1618, 47, 57.5, 62,79, 81, 11s v seen dl juego, 25-24 seer pki A Thanatos (eer bien intone wert, 16,79 “Thoma Dy 12 tie AB toansferenia, 15:17, 23-24, 26-29, 39,42, 55:56, 6263, 65, 95.96, 9, 108-169, 108 = agesiva, 17 = des dtensas af anata, 56 =e imerpretacin, 27,56, 65, 107 = tsi? — neurosis’ 6 Tustin, Ey 70, 26 violencia continua, 43 w Winnie, DIE 11-13, 7-19, 70, 82, 15-106, 121 Wall, M118, 27 aie lft y yor M164 > sesigencisfefensas dl, 56, 2 Fania — intana, 59 Yorke, C1 a

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