You are on page 1of 61
(AU ate Me 0) protocolo para valorar el riesgo de cualquier tipo de violencia. Disefiada Tal teli-1Uunt-1ale- MeO Orato LPT Uc RASA RCd yma eLl a1 EL LLL nce) imprescindible para predecir el riesgo de comportamientos violentos en pobla- ciones penitenciarias y psiquiatricas. La adaptacién que presentamos, correspon- Clete Ware [oleae aE So) misma que se utiliza en Canada, Estados LU rarer Tao M OL OMRSIO Colt Para MAL Holanda y otros pafses europeos. Los Te Me( MTC MeUE Mm Lalo Ce (ULL tras y psicdlogos como crimindlogos, juristas y otros técnicos penitenciarios han destacado la sencillez de su utilizaci6n y la buena eficacia predictiva. Pee Berle leat Mae OL Ce) comentarios y ayudas que adecuan a nuestro marco legal aquellos aspectos lah Se -e MomCLeU G criminolégico. OWS OS ECLES ceeE oe eee eeeoenc Adaptacién: Ed Hilterman y Antonio Andrés Pueyo Grup d'Estudis Avancats en Violencia (GEAV) HCR-20 Guia para la valoracion del riesgo de comportamientos violentos @ tend ven ® UNIVERSITAT DE BARCELONA. Dadescatalogrtiques "ICR-20 guia pura In valoraci de riesgo de comportmnientosviolentos | Bibiograia ISBN 81175-28028 1, Webster, Christopher D. Tl Hiermaa, Ed IM. Andrés Pueyo, Antonio 1. Violtncia 2. Preven 3, Piguiatriafrense. 4. Avaluaié del rise (© vers origina: 1997 bythe Mental Health, Law and Policy Institut, Simon Fraser Testate ‘© PUBLICACIONS | EDICIONS DE LA UNIVERSITAT DE BARCELONA, 2005 Adolf Forensa, 08028 Barcelons: Tel, 934038 442; Fax 934035 440 ‘comercial. edcions ub edu; p:/rwww pobicacions bos Para informacisn complementeria. Gro de etdon sven on vikencia Depuramenio de Peronalkad Evelucio y TratamientsPsicoigion Paaind de Picola Universidad de Barina Pasig de Vall Hebron, 171 (8033 Barcelona ‘ergata stos Fax 93 402 13 62 Endespueso@ vba crumb supersonal violence hem ‘rads: Magali Martinez Ingres: Grifcas Rey, SL Dpto legal: 2468-2005 ISBN: S475.28928, Imgeso en Espa / Printed in Spin ‘Queda riguosamenteprobibids la rerodccién ttl o parcial de esta obra. Ninguoa parte de sta publican itclaido el diseSo de la cubiera, puede ser eproducda, almacenad. rans rite 0 utlizada mediante ning tipo de medio o stems, sin la autorzacin previa por ‘sctto del edt. PEDEPEPPPPEPEPEEEPPPPPPPEDPDDDDD PDD] Indice ala edicién en espaiiol v ix Visién de conjunto 1 Introduccién .... 1 Los fundamentos del HCR-20 .. 2 Objetivo y propésito ... 3 Pricipios generales para moar la prec dicciones 7 Organizacién del HCR-20 B Investigacién sobre el HCR-20 . Is Contexto penitenciario Is Contexto psiquiatrico-forense 16 Contexto psiquistrico-civil 16 Administracién ae © 19 Capacidades/habilidades del usuario... 22 Codificacién del HCR-20 .. . 4 Codificacién de tos items 4 Resumen o decisién final... 25 Codificacién de los items de gestion de riesgo 28 Repeticién de las mediciones 29 Definicién de violencia... 29 EI HCR-20 y otros protocolos de prediceién de vi 31 items historicos ... 35 HL. Violencia previa sun 36 H2. Edad del primer ineidente violento 38 HB. Relaciones inestables de pareja 40 H4, Problemas relacionados con el empleo .. 42 HS. Problemas con el consumo de sustancias adictivas . 44 H6. Trastorno mental grave 46 H7. Psicopatia ‘ 48 HB. Desajuste infantil... 30 HS. Trastomo de personalidad ... z 52 H10. Incumplimiento de la supervisién .. 54 items clinicos : Cl. Carencia de introspeceién . 2. Actitudes negativas C3, Presencia activa de sintomas de trastomo mental grave .. C4, Impulsividad . C5. No responde al tratamiento .... ‘items de afrontamiento de situaciones de riesgo Ri. Ausencia de planes de futuro viables R2. Exposicién a factores desestabilizantes R3, Carencia de apoyo social 4, Incumplimiento a los tataminetos prescritos RS. Alto nivel de estrés experimentado Comentarios finales ..... Bibliografia HCR-20 39 60 62 4 66 68 B 1“ 76 78 82 85 89. 109 NNN Prefacio a la edicién en espafiol La relevancia de la violencia, en cualquiera de sus miltiples tipos y formas (doméstica, sexual, interpersonal, cetc.), genera una enorme preocupacién en todas las sociedades modemas donde el grado de desarrollo y bienestar convierte a este fendmeno, a veces calificado de pandemia, en una causa grave y extendida de mumerosos problemas de salud y deterioro de la convivencia, Las autoridades legislativas y los gobiemos, conscientes de este problema, reclaman a los pro- fesionales de la criminologia, el derecho, 1a sociologia, la medicina y la psicologia intervenciones eficaces para reducir y controlar” la violencia en todas sus _manifestaciones. Recientemente la OMS (2002) ha publicado un informe del estado mundial de las relaciones entre violencia y salud. En él se destaca la necesidad de una intervencién profesional continuada y de una decidida accién de los gobiernos para reducir este problema, Pero la garantia de una intervencién cficaz para reducir la violencia esté en relacién directa con el ‘conocimiento riguroso de las causas y los mecanismos que la producen. Pero este conocimiento es todavia hoy escaso, fragmentario y compartido entre muchas disciplinas. En general se considera que la violencia es un conjunto de estrategias por medio de! cual los individuos, a veces en solitario otras veces en grupo, tratan de imponer su voluntad de poder y dominio sobre otros, utilizando para ello técticas comportamentales que producen dafio o malestar en las vietimas, cualquiera que sean las condiciones personales de las mismas. Esta violencia adquiere mayor gravedad cuando sus efectos son muy dafinos y, por ello, la mayoria de paises tienen legislaciones penales para su control. Ademés de las intervenciones legislativas, necesarias de todo punto para controlar este fenmeno se precisa de estrategias preventivas y predictivas. Las primeras para evitar en lo posible y en toda la poblacién la generalizacién de las conductas violentas y las segundas para intervenir eficazmente en Ia comision de violencia por parte de agresores conocidos o en riesgo de con- vertirse en agresores. Es en el contexto de la prediccién de la violencia donde el HCR-20 tiene un papel destacado, Desde ya hace mucho tiempo, para lo que hoy es un mundo en conistante avance tecnoldgico, el factor fundamental de prediccién del comportamiento violento (muy extendida en el mbito forense y criminolégico) ha sido la llamada “peligrosidad”, tanto en su vertiente criminal como social. Esta variable, recogida en Ia legislacién penal vigente, es bisicamente un estado patolégico 0 quasi-patolégico que condiciona la probebilidad de que el individuo, habitualmente tun enfermo mental 0 con un trastomo de personalidad, cometa acciones violentas graves. Naturalmente la apreciacién de este estado, al menos técnicamente, recae sobre profesionales de la salud mental y otros relacionados tales como los médicos forenses, los téenicos penitenciarios, criminélogos y hasta en algunas ocasiones los propios policias y agentes de la seguridad. Baséndose en la estimacién de esta “peligrosidad” los técnicos hacen juicios del riesgo futuro de violencia en estos individuos. Es lo que llamamos la prediccién clinica del riesgo de violencia. Este tipo de predicciones, con ser necesarias, han demostrado a lo largo del tiempo una serie de limitaciones entre la que destaca la “sobre-estimacién” del riesgo de violencia, Por diversas razones este déficit debe reducirse en aras a la mas justa asignacién de medidas de control en funcién del verdadero riesgo que los individuos presentan de comportarse violentamente en el futuro. Frente a las estrategias clinicas de prediccién de riesgo de violencia, basadas en Ja estimacién clinica de la peligrosidad, hace ya unos 15 afios aproximadamente un grupo de investigadores, entre los que destacan Ch, Webster, S. Hart y su equipo de la Universidad Simon Fraser de Vancouver (British Columbia, Canada), entre otros y siguiendo los orientaciones de Pau! Mech! (1920-2003) experto psicdlogo de la Universidad de Minnesota, adoptaron una técnica de pre- diecién novedosa para valorar el riesgo de violencia que se denomina “actuarial”. La técnica actuarial, propia de la prediccién de riesgos en otras disciplinas como la ingenieria, la economia, Ia meteorologia y la sismologia, enfatiza el registro continuado e histérico de aquellos sucesos que pueden considerarse factores de riesgo de comportamientos violentos futuros, Trabajando, principalmente con pacientes psiquidtri- cos y delincuentes violentos, observaron que esta técnica era eficaz y utilizable en la prictica profesional y propusieron combinarla con las técnicas clinicas de identificacién de la peligrosidad. Mediante esta técnica de prediccién combinada, clinico-actuarial, se reduce la sobre-estimacién del riesgo, propia del juicio clinico y por tanto se mejora esta tarea profesional de forma notable, E] resultado de estos trabajos fue la creacién, a lo largo de los atos 90, de una serie de guias clinico-actuariales de prediccién de riesgo de violencia entre las cuales destaca el HCR-20 que hoy presentamos. Desde su. creacién y publicacién en 1995 el uso y expansion de la HCR-20 ha sido ‘muy importante trasladdndose rapidamente desde Norteamé- rica hasta Europa y muchos otros paises y junto con ella otras, guias de prediccién de riesgos de violencia mas especificos (SVR-20, riesgo de violencia sexual; SARA riesgo de vio- lencia de pareja, etc.). Ahora tenemos la satisfaccién de presentar la edicién espafiola de la HCR-20 para su uso profesional en Espafia. La adaptacién de esta guia de prediccién del riesgo de ‘comportamientos violentos para su uso en contextos forenses, criminolégicos, penitenciarios y psiquidtricos aporta a los profesionales un nuevo instrumento técnico, de reconocido prestigio mundial por su eficacia, del cual estibamos necesitados en Espafia. El Grupo de Estudios Avanzados en Violencia de la Universidad de Barcelona obtuvo de los autores el permiso de traduccién y adaptacién del HCR-20 para Espafia y gracias a la financiacién obtenida por este grupo en el Ministerio de Ciencia y Tecnologia (SEC2001-3821- C05-01), se pudo Hlevar a cabo este trabajo que culmina con la publicacién, a cargo de la editorial de la Universidad de Barcelona, de esta guia de prediccidn del riesgo de violencia, Esta edicién garantiza, por convenio, que los beneficios obtenidos de su comercializacién se reinviertan en la investigacién y desarrollo de los procedimientos de prediecién vii de violencia para su mejora y modernizacién constante. En el trabajo de preparacién y edicién de esta guia quiero destacar la labor de Ed Hilterman que aporté a esta edicidn espafiola, su experiencia en la versién holandesa del HCR-20 y que ha colaborado en la adaptacién definitiva de esta guia, Asi mismo quiero agradecer a Magali Martinez, Meritxell Pérez, Karin Arbach y Santiago Redondo, miembros del GEAV su colaboracién en las distintas fases de elaboracin de este proyecto. Por dltimo destacar mi agradecimiento, también, al director de Publicacions i Edicions de la UB, Sr. J. Duran, el apoyo y la confianza prestados para la edicién de esta guia. Dk. ANTONIO ANDES PUEVO. Director del GEAV/UB viii MA Prefacio En su forma originaria, el HCR-20 surgis de consideraciones pricticas que realiz6 la Comisién de Servicios Forense-Psiquidtricos de British Columbia (Canada). Los clinicos responsables de los pacientes forenses, tanto internos como externos, se plantearon de qué maneras se podria aplicar la evaluacién de riesgo de forma sistemstica. El resultado de ste planteamiento es el HCR-20. Los profesionales ¢ investigadores, de distintas disciplinas en el ambito de la Salud Mental, trabajaron conjuntamente en la elaboracién de un protocolo aplicable. Quisiéramos agradecer particularmente la cooperacién de los Drs. Phil Adilman, Randy Atkinson, Michael Coles, Mel Dilli, Murray Jackson, Gwen Laws, Mark Levy, Emlene Murphy, Kulwant Riar, y Elisabeth Zoffiman: también a Jim Broome, Graham Mills, Michael Quinn, y Heidi Worsfold. Asi mismo, el Dr. Dan Bilsker es reconocido aqui por aportar una perspectiva desde el servicio de emergencia Psiquidtrica (‘psychiatric emergency service’) del Hospital y del Centro de las Ciencias de la Salud de Vancouver. Agradecemos a Tonia Nicholls y Dianne Macfarlane por su trabajo de edicién. Desde su publicacin en 1995, hubo una demanda considerable del HCR-20, Esto fue especialmente sorpren- dente teniendo en cuenta el hecho de que los autores no hicieron esfuerzo sistemético alguno en anunciar la dispo- idad del documento, También hemos recibido algunas solicitudes de permiso para incluir la esencia del esquema en otros libros. A lo largo del camino empezamos formando equipos de trabajo con colegas de otros paises. Actualmente, se estén llevando a cabo proyectos especificos en los servicios Penitenciarios y de salud mental de Suecia por el Dr. Henrik Belfrage en el Hospital Psiquistrico-forense de Vixj6 y por los Drs, Goran Fransson y Eric Séderberg en el Hospital Psiquidtrico-forense de Sundsvall. El Dr. Rddiger Miller- Isberner ha iniciado trabajos similares en Alemania, en el Hospital Psiquidtrico-forense de Haina. Estos colegas han aportado opiniones importantes acerca de la definicién y de la sooj9isiy suey} ap ey codificacién de los factores de riesgo del HCR-20. Agradecemos especialmente al Dr. Belfrage, quien ha trabajado con nosotros de cerca en la versién sueca del HCR- 20. Sus observaciones han sido muy tiles para la segunda versién del HCR-20. Por otra parte, debemos nombrar también a dos colegas ingleses. Nos sentimos endeudados con David Carson y Ged Bailes. Ambos nos han ayudado a través de la discusion y ambos han contribuido en la elaboracién de In version del HCR-20 conocida en el Reino Unido. La financiacién de este proyecto se ha Hevado a cabo generosamente a través de la Comisiin de Servicios Psiquiitrico-forenses de British Columbia. También merece reconocimiento, en este sentido, el Hospital de Riverview de Greater Vancouver por introducir los proyectos del HCR-20 en su servicio y por aportar un apoyo financiero afiadido/suplementario. Agradecemos de manera especial a los Drs. Webster, Eaves y Hart, por su apoyo desde la British Columbia Health Research Foundation. Esta ayuda nos ha permitido poner a prueba la fiabilidad y la validez del HCR-20 en un estudio realizado en el Instituto Psiquidtrico Forense de Great Vancouver. Merecen especial mencién dos colegas canadienses. El Dr. P. Randall Kropp de la British Columbia Forensic Psychiatric Services Comission nos influyé enormemente con su trabajo con la Spousal Assault Risk Assessment Guide (Kropp, Hart, Webster y Eaves, 1994, 1995). Asi mismo, al Dr. Douglas Boer del Servicio Penitenciario de Canada (Regién del Pacifico) por offecernos sus consejos y ayuda. El HCR-20 es claramente un trabajo en progreso. Nuestro propésito primario de esta revisién del manual es hacerlo mas ameno a la hora de utilizarlo, aclarando los procedimientos de administracién y codificacién. En nuestra propia investigacién estamos evaluando la fiabilidad interratio y la validez predictiva del HCR-20. Asi mismo, estamos recogiendo datos normativos acerca de la prevalencia de los factores de riesgo en distintas muestras, incluyendo pacientes tanto civiles como psiquiatrico-forenses y delincuentes de los VU centros penitenciarios, Tenemos planeado incluir los resultados de esta investigacién en versiones futuras, Asi mismo en el futuro, esperamos abordar dos cuestiones clinicas importantes: primero, la manera més adecuada de emplear el HCR-20 en la elaboracién de programas de gestién del riesgo (por ejemplo, estrategias de intervencién y de supervisién); y segundo, disponer de un esquema para la comunicacién oral y escrita de los resultados de la evaluacién del riesgo y los de los programas de gestién del riesgo (por ejemplo, Ia realiza- cidn de informes y el testimonio experto/especializado). Otro plan para el futuro es el de elaborar un conjunto de de evaluacién de riesgo para _propésitos jemplo, hemos publicado ya la segunda edicién del Spousal Assault Risk Assessment Guide (SARA; Kropp et al., 1995; ver Kropp y Hart, 1997, para més informacién). Hay otro instrumento disponible, diseitado para evaluar la delincuencia sexual, el Sexual Violence Recidivism. 20 (SRV-20; ver Boer, Wilson, Gauthier y Hart, 1997). Por Ultimo, Polvi (1997) ha desarrollado un instrumento para evaluar el riesgo de suicidio en Ia poblacién penitenciaria Debe quedar claro que nuestro objetivo de adelantar estos dispositivos es, en parte, el de ofrecer la posibilidad de crear lun contexto de trabajo para la investigacién fitura tan necesaria de la fiabilidad y la validez de dichos dispositivos, Pero también el de promocionar la discusién entre los profesionales clinicos y entre éstos y los investigadores, Vemos en este ambito la necesidad de lograr, de manera seria, tuna coherencia conceptual y una comprensién detallada de algunos términos particulares, En general, parte de nuestro objetivo es promover Ia discusién en esta area critica € importante y, como siempre, agradecemos cualquier comen- tario que provenga de los profesionales clinicos y de los investigadores que pudieran ayudamnos a mejorar el HCR-20. xi PETPTPEPEDPTPEOEPPEEEPEPEORDEDEED ED HOR-20 __ Vision de conjunto Vision de conjunto Introduccién Integrar la investigacién sobre prediceién de la viow lencia y la préctica clinica de la evaluacion de la peligrosidad un reto que se planted en los afios 90, hasta entonces se desconocian miituamente. En la actualidad todavia se rela- cionan muy escasamente. La investigacién no influye de manera apreciable en la formacién de los psiquiatras, psicélogos y otras profesiones penitenciarias o de la salud mental. A veces, obseryando la actuacién de los profesionales de la salud mental en los tribunales, es dificil evitar preguntarnos porqué los clinicos no se dotan a si mismos de un conocimiento de facil obtencién como es el de la investigacién ‘en prediccién de la violencia. Otras veces, hablando con los investigadores, es igualmente evidente que tienen poco conocimiento acerca. de la complejidad clinica y las dificultades précticas inherentes a la evaluacién del riesgo. Esta guia se cre6 a partir de discusiones con expertos clinico- forenses y por medio de la revisién de los. hallazgos disponibles de investigaciones recientes en este campo. Esta guia es un intento de unificar las bases de la evaluacién del riesgo, teniendo en cuenta las urgencias temporales y otros obsticulos pricticos que tienen que enfrentar los clinicos que trabajan en los contextos psiquiatrico, forense y peniteneiario, La HCR-20 es una guia para la valoracién de riesgo y no un test psicol6gico formal. Esta introduccién contiene: * los fundamentos del HCR-20 basindose en la investigacién a partir de la cual se desarroll6. Se remite al lector a otras fuentes més especificas para una discusién rigurosa de los estudios que funda- mentan el HCR-20, aqui solamente se presenta un breve resumen; * se presenta el objetivo y propésito del HCR-20 y algunos principios generales para realizar predic- ciones precisas. FH HCR-20 Visién de conjunto ‘+ preventamos detalles acerea de la administracién del HCR-20 tales como: los eédigos del HCR-20; la definicién de violencia. En las secciones que aparecen a continuacién, se presentan los 20 items individuales que componen el HCR-20, Y sus respectivas agrupaciones en subescalas: histérica, clinica y de gestion de riesgo. En cada item hay una breve descripeion de la literatura relevante y un esquema de codificacién del mismo. En el apéndice se presenta un ejemplo de la hoja de codificacién del HCR-20. Los fundamentos del HCR-20 El propésito de este apartado es proporcionar al lector una breve revision de la investigacién subyacente al HCR-20. Para una revisin més completa los lectores_interesados pueden consultar la primera version del HCR-20 (Webster, Eaves, Douglas y Wintrup, 1995), asi como otros documentos Y publicaciones (Borum, 1996; Douglas y Webster, 1999; Monahan, 1996; Monahan y Steadman, 1994; Mossman, 1994; Otto, 1992, 1994; Quinsey, 1995; Rice, 1997; Webster, Harris, Rice, Cormier y Quinsey, 1994). A continuacién se presenta tuna introduccién general de la investigacién publicada. Las referencias que se citan més adelante estin relacionadas con cada item particular del HCR-20. Para obtener mas informaciones acerca del HCR-20 y su lugar en el ambito general de la valoracién de riesgo los lectores pueden remitirse a la revision de Borum (1996), publicado en el American Psychologist. Desde hace mas de 25 afios se sabe muy bien que es extremadamente dificil predecir las futuras conductas violentas en personas que sufren trastornos mentales 0 de personalidad (Ennis y Litwack, 1974; Steadman y Cocozza, 1974). Una razén que justifica esta dificultad es que la existencia de un trastomo mental puede no estar estrechamente 2 MANNA HCR-20 : Visién de conjunto relacionada, ni directa ni claramente con la violencia (Monahan, 1992; ver también Swanson, 1994, sobre la relacién entre violencia y enfermedad mental, y Douglas y Hart, 1996, en cuyo meta-andlisis se estima una asociacién sustancial entre ambos elementos). Hasta Ia fecha muchos estudios han fracasado en demostrar la existencia de relaciones estrechas entre juicios clinicos bien definidos y los comportamientos reales (ver Menzies y Webster, 1995). Inminentes psiquiatras como lo es Alan Stone (1985) y también organizaciones tan influentes como la American Psychiatric Association (1981) han influido en los clinicos para estar en contra de asumir el papel importante en las evaluaciones de peligrosidad. Algunos psicdlogos importantes han argumentado en revistas prestigiosas como la revista Science que los trabajadores en salud mental no tienen el status de expertos, ante los tribunales, con respecto de la valoracién de riesgo de violencia (Faust y Ziskin, 1988). A pesar de que en los aios 60 y 70 existia un sentimiento de pesimismo acerca de la competencia clinica en materia de realizar predicciones rigurosas sobre la violencia, sin embargo, los clinicos e investigadores de los afios 80 y 90 hhan estado més, y no menos, preocupados con el tema de la prediccién de 1a violencia (ver Douglas, Macfarlane y Webster, 1996 para una ampliacién de este problema). Existen distintas razones para este renovado interés por el tema de la prediccién de la violenci * En 1981 el libro de John Monahan sobre la Prediccién de la conducta violenta (Predicting Violent Behavior: An Assessment of Clinical Techniques) tuvo un enorme impacto. Alli el autor enumeré algunas de las dificultades inherentes a la investigacién en esta rea. Algunos estudios Posteriores al de Monahan (1981, 1984, 1988) han sido metodolégicamente superiores. Este libro no aportaba datos concluyentes pero _presentaba humerosas mejoras en los procedimientos para la estimacién de la peligrosidad y proponia el uso de métodos mas sensibles y rigurosos en la formulacién a nny Seen | HCR-20 ____Visién de conjunto de las estimaciones. Seria de gran interés averiguar cudinta informacién importante aportard el estudio de MacArthur sobre la valoracién del riesgo ain sin finalizar (ver Monahan y Steadman, 1994; Steadman et al., 1994), el estudio prospectivo de prediceién de violencia mas sistemitico de los realizados hasta el presente! ‘+ Los cambios surgidos en e! marco legal de Canada y de los Estados Unidos demandan la elaboracion de uun mayor nimero de evaluaciones del riesgo y, por lo tanto, los servicios de salud mental han estado cada vez més implicados en esta tarea (Douglas et al., 1996) * Hay un desplazamiento paradigmatico emergente que va de la conceptualizacién de “prediccici peligrosidad” a la de “valoracién del riesgo” (Castel, 1991; Menzies, Webster y Hart, 1995), ampliando el objetivo de la valoracién e incluyendo considera- ciones de tipo situacional, social y del entorno. El hecho de que muchos tipos de estas variables se escapan del control directo de los clinicos, ha fluido en realizar juicios acerca de la peligrosidad de forma probabilistica, en vez de hacerlo de forma dicotémica (si/no), lo que restringiria la responsabilidad civil y legal de los evaluadores. De este modo la prediccién del riesgo se convertiré en algo mas laborioso. Finalmente, aunque algunos profesionales de dis- tintas disciplinas muestran una aceptacién conver- gente entre los distintos factores que consideran importantes a la hora de formular predicciones, hay muchas evidencias de que estos mismos clinicos son muy variables en el rigor de sus predicciones (Menzies y Webster, 1995), 1. (Pie de pigina dels traductores) Micra tanto Ios resultados 6 este estudio ban do publiados: ver entre otros Steadman, Mulvey, Mcnahan et.al. 1998), Monahan, Steadman, Siver, eta, 2001), WAY Visién de conjunto ito mucho acerca de los tipos de variables que se presupone estan implicadas en la conducta violenta, tanto en referencia a pacientes como a presos que suften trastomo mental (Hall, 1987; Hodgins, 1992; Megargee, 1976; Monahan, 1981; Monahan y Steadman, 1994; Mulvey y Lidz, 1984, 1995). Existe un consenso general de que los evaluadores deberian iniciar la tarea de predecir la conducta futura teniendo en cuenta y de forma rigurosa los factores biogrificos © estéticos, como por ejemplo la edad, los antecedentes en conductas violentas, ete. (Harris, Rice y Quinsey, 1993; Monahan, 1981; Shah, 1978). Una vez hecho esto, deberian ocuparse de los factores clinicos y situacionales. Estudios recientes, de gran calidad metodolégica, han sido de tuna importancia relevante en la identificacién de los factores de riesgo incluidos en este modelo que presentamos (ver, por ejemplo, Harris et al., 1993; Lidz, Mulvey y Gardner, 1993; Menzies, Webster, McMain, Staley y Scagiione, 1994). Este modelo se ha basado en el estudio de Monahan (1981), asi como su posterior colaboracién con Steadman (Monahan y Steadman, 1994). El lector interesado en més datos puede consultar la primera versién del HCR-20 (Webster et al., 1995) entre otras fuentes (Douglas y Webster, 1999; Monahan y Steadman, 1994; Mossman, 1994; Otto, 1992, 1994; Polvi y Webster, 2000; Webster et al., 1994; Webster, Douglas, Eaves y Hart, 1997) Objetivo y propésito Para delimitar el objetivo de esta guia es necesario coneretar algunas cuestiones. Esta guia debe restringirse, Principalmente, a los contextos en los que hay una alta Proporcién de personas con historia previa de conductas violentas y con una alta probabilidad de padecer un trastorno mental o de la personalidad. Esperamos que el HCR-20 sea Util para la psicologia forense, Ia psiquiatria y la psiquiatria forense y otras disciplinas relacionadas, asi como para la toma de decisiones por parte de Ias autoridades penitenciarias y Cy sreempinasties i HCR-20 Visién de conjunto medico-asistenciales. Aunque los principios y los métodos expuestos tengan una aplicabilidad limitada en otros contextos, los autores piden precaucién en el uso de este manual y sugieren que su principal valor en los principios generales adoptados y no en su detalle. La intencién de los autores ha sido desarrollar un manual basado en un nimero manejable de items y constructos. Dadas las exigencias de la préctica clinica y administrativa, un modelo complicado tendria pocas posibilidades de éxito. Nuestra guia primordial fue elaborar un manual estrechamente relacionado con el conocimiento cientifico disponible y organizado en toro a unas pocas, pero importantes, ideas interdisciplinares, definido con la suficiente precisién como para poner a prueba los distintos items, siendo descrita de manera que suscite su aplicacién en una variedad de contextos, y poder dotarle de eficacia relacionada con sus restricciones temporales. Actualmente, el HCR-20 debe entenderse como un pro- tocolo de andlisis de la situacién y, también, como un Instru- mento de investigacién, La intencién de los autores es su refinamiento y su desarrollo en el tiempo hacia una escala estandarizada. Cuando se utilice, el HCR-20 debe emplearse con gran precaucién y consultando con los autores otros colegas familiarizados con este tipo de protocolos de prediccién y similares. Posibies aplicaviones) del HCR-20 eh el contexto’ espaol podrian ser la valoracién de los permisos temporales, la libertad condicional o grado de internamiento y la seleccién de | candidatos a realizar salidas de la cdrcel y acceso al tercer “grado penitenciario y otras medidas alternativas, El instrumento también tiene utilidad para tratamiento | ambulatorio, y situaciones similares en internos tanto de centros de reclusién y hospitales psiquiditricos. SUSSESSTS HCR-2o Visiin de conjunto Principios generales para mejorar la precisién de las predicciones ‘A continuacién se presentan algunas formas de mejorar la precisién en la estimacién, Los lectores también pueden consultar a Monahan (1981), Webster, Dickens y Addario (1985), Webster y Polvi (1995), y Webster et al. (1994), Puntos de atencién antes de empezar con Ia valoracién de riesgo ‘+ Pon atencién al contexto de la valoracién del riesgo. Las opiniones acerca del riesgo existente en un cconjunto dado de circunstancias (por ejemplo, riesgo de violencia en la comunidad) podria tener una utilidad limitada en otro contexto (por ejemplo, la violencia en las instituciones), Estas evaluaciones no se deben realizar silos clinieos que deben hacerlas son conscientes de sus earencias y limitaciones en la formacién/experiencia nnecesarias para llevar a cabo dichas valoraciones. © Los sesgos personales y profesionales en este tipo de valoraciones se deben eliminar, en la medida de lo posible, Por ejemplo, Jos clinicos que han asistido a pacientes en programas psicoterapéuticos deberian rehusar y no hacer valoraciones de riesgo en dichos Pacientes 0 internos. El mismo proceso de evaluacién podria generar una ” de la peligrosidad (Menzies, 1989; Pfohl, 1978), en la que ciertas pun- tualizaciones inocentes, realizadas durante la entrevista podrian producir sesgos no justificados, y quizas las teorias idiosincrisicas de los evaluadores podrian influir en la evaluacién y provocar la pérdida de su validez * También deberia asegurarse que las valoraciones se realizan bajo las condiciones adecuadas para este tipo de valoraciones. Las valoraciones muy precipitadas, o aquellas basadas en una informacion parcial, sugieren una falta de precision. FI HOR-20 Vision de conjunto Al finalizar este primer paso, decidir si se debe 0 no llevar a cabo la valoracién, hay que seguir ciertas recomendaciones. Puntos de atencién durante el cumplimiento de valoracién + Las realidades legales y procesales que rodean la valoracién podrian afectar el rigor de la misma. Por ejemplo, podria ser dificil para los evaluadores realizar estimaciones rigurosas si no es posible juzgar bajo qué condiciones (de acuerdo con las instancias de excarcelacién) los individuos podrin ser liberados de los cargos o de la encarcela- cidn/puestos en libertad. + El conocimiento cientifico en que se basa la valo- racién debe ser constantemente actualizado. La no- cién temprana de que la violencia se pueda predecir realmente a partir de la “triada” de factores tales como la enuresis infantil, la piromania y Ia crueldad hacia los animales (ver Hellman y Blackman, 1966) parece carecer del apoyo en la investigacién contemporinea Incluso es discutible la opinién oficial actual, tal y como ha expresado la cuarta edicién del Diagnostic «and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-IV; American Psychiatric Association [APA], 1994), de que las personalidades antisociales pueden “des- vanecerse” con la edad (Arboleda-Florez y Holley, 1991), y esto es especialmente importante cuando se trata de sujetos con psicopatia (Hare, MePherson y Forth, 1988; Harris, Rice y Cormier, 1991), ‘© Las valoraciones de riesgo deben Ilevarse a cabo de acuerdo con algunos modelos o instrumentos bien ‘conocidos (ver Hall, 1987; Kropp et al., 1994, 1995; Webster et al., 1994). La razén principal es ofrecer el mejor servicio posible a los individuos evaluados y, en consecuencia, realizar valoraciones precisas hechas de manera ética y responsable. Aunque a nningiin esquema se le deberia otorgar el calificativo 8 VASTSSSSSTNT SST HoR-20 Vision de conjunto de definitivo, la adherencia a uno 0 més esquemas permitiré asegurar que los aspectos més obvios no queden sin explorar o sean minimizados, © El esquema particular adoptado en la valoracién deberia corresponder, en la mayor medida posible, al tipo de poblacién al que pertenece el individuo evaluado, * Un aspecto adicional, a utilizar siempre que sea viable, es que se debe estimar la tasa-base de violencia en las poblaciones pertinentes. Es importante que esta tasa- base, que podria ser mis bien baja en determinadas poblaciones, se utilice en la prediccién de riesgo. Las predicciones del riesgo deben establecerse en relacién a la tasa base de violencia en una poblacién particular (por ejemplo, riesgo bajo, moderado 0 elevado en relacién a otros intemos correecionales), Ta tesa base GS Ta cilia que Fefgja la frecuencia de un | comportamiento espeeifico dentro de una poblacién durante lun cierto periodo. Por ejemplo: la tasa hase de reincidencia peniter ria general en Catalufia durante los primeros cinco | aos tras la salida de la cércel es 37.4% (Luque, Femer, & | Capdevila. 2004) Cuanto mas baja es la tasa base més dificil es. mejorar la prediceion del fenémeno por medio de métados estadisticos. un Comportamiento es muy escaso, muy eed entonces la prediccién de que no ocurrira sera correcta casi | siempre, La prediccion de que una persona ejecutard, este comportamiento infrecuente provoca muy facilmente predic- ciones falsas-positivas. Por otro lado aumentan las. pre~ dicciones correctas-negativas, cuando fa tase base ¢s baja, | Una tasa_base de aproximadamente 50% offece las condi- ciones mis favorables para realizar buenas predicciones por medio de procedimientos estadisticos (ver: Campbell, 1995; ‘Quinsey, Harris, Rice & Cormier, 1998), Sin embargo, es importante también cémo se juzza ¥ valora socialmente la | proporeién entre las. predicciones correctas-negativas y las falsas-positivas (por ejemplo, qué se considera mas nega- tivo?: tener detenidos injustamente 4 10 personas o liberar una it Philipse et al, 2000) persona injustamente: etn Pavemaatesrmeicrnct oy HOR-20 Visién de conjunto Puntos de atencién relacionados con el tipo de factores de * Se debe dar particular importancia a los factores de riesgo hist6ricos, que permitiran ciertas modifica- ciones, como las que podrian sugerir los anélisis de los factores clinicos y situacionales. La informacion hist6rica, as puntuaciones y el peso de cada uno de los items deben verificarse y revisarse * Larevisidn cruzada es fundamental en cada paso del, proceso de valoracién del riesgo (Cormier, 1994) y esto vale también para la informacién obtenida en [a entrevista 1, Muchas veces es necesario contactar amigos y familiares del individuo evaluado para obtener estos datos (Lidz et al, 1993). Es necesario tener acceso al expediente completo del individuo evaluado. 3. Es también vital evaluar ta simulacion de enfermedad y el probable engafto (Rogers, 1997), del sujeto evaluado, * La informacién a registrar en 1a valoracién debe ser relevante para el propésito a conseguir. Tienen un gran interés las exploraciones médicas, neurolégicas ¥ de cualquier otro tipo. Sin embargo, aunque estas investigaciones aportan datos rigurosos indiscutibles, no tienen mucha utilidad en Ia prediccién de la violencia (Haynes, 1985 * Otro peligro potencial es el de la sobreestimacién de algunos factores. Por ejemplo, la imagen de un individuo durante la entrevista (aunque es frecuen- temente informativa) podria ser engaflosa si se exagera a expensas de otras consideraciones biogré ficas, clinicas y situacionales. Un segundo ejemplo seria la confianza excesiva en ta historia de un trastorno mental grave de un individuo, Esto por si solo tiene una utilidad predictiva limitada. Aunque algunos diagnésticos (por ejemplo, la esquizofrenia) estin relacionados con un nivel elevado de actos 70 TUSTIN Puntos de atencién relacionados con Ia finalizac valoracién Visién de conjunto violentos potenciales, es también importante evaluar la sintomatologia actual que el sujeto presenta en el momento de la valoracién (Douglas y Hart, 1996; Link y Stueve, 1994; Monahan, 1992; Monahan y Steadman, 1994). Existen pocas evidencias de que los criterios del DSM-IV (0 DSM-III, 0 DSM-II-R, etc.) estén fuuertemente asociadas con la conducta violenta. Incluso trabajadores expertos en salud mental pueden ficilmente sobre-estimar 0 sobreva- lorar la conexién entre violencia y trastomo mental (Quinsey, 1981; Teplin, Abram y McClelland, 1994), de la * Las predicciones deben formularse en términos especificos y para periodos concretos y limitados de empo. Asi mismo, se deben explicitar los ti fferentes de resultados posibles. Ofrecer pred ones genéricas de violencia y poco definidas a largo plazo significa, que de alguna manera, las predicciones se cumplirin, Podria ser de mayor Utilidad y mas riguroso hacer predicciones a corto a largo plazo indicando que factores podrian contri buir o mitigar el riesgo en cada fase/estadio (Factores de riesgo y de proteccién). ‘+ Habria que promover las predicciones condicionales (Mulvey y Lidz, 1995), * Asi mismo, las predicciones no se deben formular en términos de si/no, sino en términos probabilisticos (Webster, 1984), + En casos particularmente dificiles 0 inusuales se requeririn segundas opiniones. Los colegas son capaces de ofrecer nuevas perspectivas o de clarificar factores que podrian ayudar a entender cuestiones que quizés antes no eran tan evidentes respecto ala estimacién. Aunque en algunas circunstancias seria necesario partir de un esquema 17 erent Petresrinanteieernn oBs012 op sou HOR-20 _Visién de conjunto de valoracién actuarial, es importante que esta decision se acompaite de una justificacién completa. én relacionados con el informe de la Puntos de aten: valoracién Para la comunicacién de los resultados de la evaluacién, cs importante que los informes se elaboren de manera que se minimicen posibles errores de interpretacién por parte de los tribunales, junta/consejo de revisién, junta/consejo de libertad condicional y similares. La estructura recomendada es man- tener la organizacién en pasado, presente y futuro del HCR-20 en Ia elaboracién de los informes. Entonces la estructura del informe estard formada por cuatro apartados: 1. La seccién “histérica” que incluye una revision de la frecuencia de delitos, el historial criminal, psiquidtrico, familiar, educative y vocacional, y cualquier otra informacién biografica relevant. 2. La seceién “clinica” incluye una descripcién del estado mental del individuo en el momento det inci- dente 0 delito, asi como del diagnéstico actual, los factores sintomatolégicos y otros factores clinicos relacionados con el riesgo. 3. La seccién “gestién del riesgo” sugiere normalmente un plan de tratamiento y proporciona indicaciones acerca de qué servicios y apoyos deben estar disponibles para el individuo si se quiere mantener el riesgo de violencia dentro de unos margenes aceptables, 4. La valoracién de riesgo: El informe concluye con una seccién de resumen de la valoracién del riesgo, que debe basarse en un andlisis similar al que se offece en las siguientes paginas y se debe describir con suficiente detalle la Kigica inherente a la decisién especialmente para que ésta se entienda por parte del destinatario del informe. La valoracién, realizada en términos probabilisticos, deberia: ‘* Estipular los periodos de tiempo para los cuales se pretende predecir; 12 WU Visién de conjunto ‘© Describir cémo la prediccién puede variar con cireunstancias situacionales alteradas; * Las tasas base de violencia en las muestras pertinentes. En el HCR-20, se hacen preferiblemente juicios proba- bilisticos de! tipo “bajo”, “moderado” y “elevado”, en lugar de proporeionar porcentajes exactos que por lo general no son les de justificar, Organizacién del HCR-20 El HCR-20 es un check-list (lista de chequeo) de factores de riesgo del comportamiento violento. Se compone de 20 items, organizados en 10 factores del pasado ist6ricos”), 5 variables presentes (“clinicos”) y 5 aspectos del futuro (“de gestién de riesgo”) (ver Figura 1). Un aspecto importante del HCR-20 es que incluye variables que detectan consideraciones relevantes pasadas, presentes y futuras. Los factores biograficoshistéricos, © estiticos, tienen tanto peso como la combinacién de los factores clinicos Presentes y las variables de afrontamiento futuro a las situaciones de riesgo. Esta organizacién del HCR-20 se ha propuesto a partir de la revisiOn de la literatura que aparece descrita en la primera versién del HCR-20 (Webster et al., 1995) y en otras publicaciones (ver especialmente Douglas y Webster, 1999; y Webster et al., 1997). 3 Sete ap ay & HH ety HCR-20 Visi6n de conjunto Figura 1, Los items del HCR-20 (De acuerdo con lo que aparece mas tarde) ‘Afrontariento del riesgo (Futuro) Rt. Ausencia de Histérico Clinico (Pasado) (Presente) HA. Violencia previa | C4. Carencia de introspeccion planes de futuro H2. Edad del primer Viables Incidente violento | 2. Actitudes negativas R2. Exposicion a H3. Relaciones factores inestables de 3. Presencia actual desestabilizantes pareja de sintomas de trastomo mental | R3. Carencia de H4. Problemas grave apoyo social relacionados con ‘el empleo (C4, Impuisividad Ra, Incumplimiento 2 los tratamientos H5.Problemas con el | CS. No responde al prescritos ‘consumo de tratamiento sustancias. | RS. Alto nivel de adictivas estres ‘experimentado H6. Trastoro mental grave | HT. Psicopatia H8. Desajuste infantil H9. Trastorno de personalidad 110. Incumplimiento de supervisién _| 14 PPPPIEPIEIEEEEITEIEETIPTEEEELEEL ee Vision de conjunto Investigacién sobre el HCR-20 ofrecemos algunos datos de Ia investigacién sobre el HCR-20, que finalizd en el mes de mayo de 1997, Actualmente hay un niimero de proyectos de investigacién, de gran aleance, en marcha en contextos penitenciario, forense y psiquidtrico general. Algunos de ellos son de naturaleza prospectiva y proporcionarin una mejor estimacién de la utilidad del HCR-20 de la que disponemos en este momento. Contexto penitenciario. Douglas, Webster y Wintrup (1996) investigaron la fiabilidad inter-observadores y la validez concurrente de los items biograficos y los clinicos del HCR-20 (versién 1) en una muestra de 72. reclusos canadienses de una prisién federal. Todos los datos se codificaron retrospectivamente a partir de archivos. La correlacién de Pearson entre los dos observadores para la combinacién las dos subescalas fue de +.80. Las puntuaciones en este estudio alcanzaban como maximo Jos 30 puntos, en lugar de 40, debido a la exclusién de los factores R. La correlacién entre la escala histérica y el nimero de condenas por violencia previa (para ello se excluyé de! andlisis el item HI de “violencia previa”) era de +.52. Entre Ia escala clinica y el item de violencia previa, Ia relacién era mas débil aunque ‘moderada, con una correlacién de +31. La relacién de ambas escalas juntas con la violencia previa correlacionaban en un valor de +44 Las dos escalas del HCR-20 también correlacionaron con las puntuaciones de los 20 items del Checklist de Psicopatia (versién revisada) de Hare (PCL-R: Hare, 1991), y con el Risk Assessment Guide (RAG; Harris et al., 1993), que luego se convirtié en el Violence Risk Appraisal Guide (VRAG; Rice y Harris, 1995), Se encontré que la puntuacin total del HCR-20 tenia una relacién bastante consistente con VRAG (+54) y con el PCL-R (+.64, excluyendo el item H7 de “psicopatia” del andlisis). Se encontré la misma relacién para la escala historica (+.61 con el VRAG; +.54 con el PCL-R). 15 een Petrone stesreetaie HCR-20 5 Visién de conjunto En cambio, no se encontré una relacién tan fuerte entre la escala clinica y estas medidas (+.28 con el VRAG; +47 con el PCL-R). El VRAG y el PCL-R tenian entre si una correlacién de +61. En relacién a la violencia previa, la correlacién era de +.44 para el VRAG, y de +34 para el PCL-R. ‘Aunque esta investigacién realizada en el contexto penitenciario no aporta normas genéricas para el HCR-20, si muestra en cambio que el HCR-20 y la violencia estén relacionados. Desde luego, esta relacién se contrast a partir de las correlaciones con la violencia previa y no con la violencia futura. Asi pues, este estudio no es una prueba de gran valor acerca de la utilidad del HCR-20. De todos modos, el HCR-20 se relaciona con la violencia al menos tanto como Jo hacen VRAG y el PCL-R, los cuales han sido sometidos métodos de estudio mas exhaustivos y comprensivos. Contexto psiquidtrico-forense. Wintrup (1996; ver también Douglas, Webster, Eaves, Wintrup, y Hart, 1996) evalué retrospectivamente una muestra de 80_ pacientes Psiquidtrico-forenses que fueron puestos en libertad en 1986 de un hospital forense de alta seguridad. A todos los pacientes se les habia evaluado con el PCL-R antes de ser puestos en libertad. El HCR-20 y el PCL-R correlacionaron justo por debajo de +30 con varias medidas de violencia comunit posterior. Las puntuaciones del HCR-20 predijeron readmision en el hospital forense (+.38) y hospitalizaciones psiquidtricas subsecuentes (+45). El PCL-R tenia una relacién més débil con estas medidas de resultado, +25 y +36, respectivamente. En este estudio las variables H tendian a superar las variables CyR Contexto psiquidtrico-civil. Douglas (1996) codificé el, HCR-20 y la version “screening” del PCL-R (PCL:SV; Hart, Cox y Hare, 1995) a partir de los archivos de 200 paciet tes psiquidtrico-civiles detenidos/retenidos involuntariamente. Todos estos pacientes fueron reinsertados en la comunidad y siguieron un programa de seguimiento de aproximadamente dos afios. La violencia en la comunidad se midié a partir de la 76 Wi HCR-20 ____Visién de conjunto readmisiones en el hospital psiquidtrico, ingresos en las uunidades de psiquiatria de mas de una docena de hospitales generales de Ia regién, y de contactos con las autoridades penitenciarias. La fiabilidad entre observadores se calculé a partir de un subconjunto aleatorio del 10% (n = 20) de los archivos, Para la escala H, la fiabilidad entre observadores, por medio de la correlacién de Pearson, fue de .89; para la escala C, .72; para la escala R, .81. Para la escala completa del HCR- 20, la correlacién era de .82. La relacién entre las puntuaciones totales del HCR-20, las tres puntuaciones de las escalas individuales, y la violencia se determin6 utilizando los anélisis de las “curvas ROC: (Receiver Operating Characteristic: ver explicacién en siguiente bloque de texto). En promedio, los tamatios del efecto oscilaban entre moderado y alto, y tendian a ser mas altos para las medidas de crimen violento (como opuesto a toda violencia, violencia como parte de una re-hospitalizacién, etc.). Los analisis de regresién indicaron que las escalas H y R estaban relacionadas de manera més consistente con la violencia. Entre el HCR-20 y el PCL:SV, el HCR-20 supera al PCL:SV en cuanto a la sensibilidad del instrumento. En este estudio fue de particular importancia el hecho de que las puntuaciones de la escala C eran apreciablemente més altas cuando los individuos ingresaron en el centro que cuando a éstos se les dio de alta. Aunque este resultado era el esperado, indica ta potencialidad de que el HCR-20 puede ser itil a la hora de evaluar la disminucién del riesgo como resultado del tratamiento, Klassen (1996) utilizé los 10 items de la Escala H y los 12 tems del PCL:SV para predecir la violencia entre los Pacientes mientras estén ingresados en un pabellén psi- quiditrico de alta seguridad. Se trata de un estudio prospectivo de 50 pacientes. La violencia en la unidad de pacientes ingresados se estimé segin el Overt Agresin Scale (OAS; Yudofsky, Silver, Jackson, Endicott y Williams, 1986). El OAS offece una puntuacién objetiva de la agresién fisica y verbal. Con respecto a la consistencia interna de la escala iH del HCR-20, Klassen reports un a de Cronbach de .73, que se cenit HCR-20 Visién de conjunto considera adecuada. La fiabilidad entre observadores no fue evaluada, En lo que conciemne a la relacién entre la violencia y el 20, las correlaciones entre los items de Ia escala H (con xclusién de H9 de “trastorno de personalidad” por tener tuna correlacién negativa con la violencia de -34) y la violencia era alrededor de +30 en diferentes medidas, controlando estadisticamente Jos efectos de la variable sexo, En referencia a los items individuales, los de abuso de sustancias y psicopatia eran los items més fuertemente relacionados con la violencia. Por violencia se entendia actos de agresién verbal, auto-agresién y agresién hacia otros y hacia los objetos. El rendimiento del PCL:SV fue similar, con una correlacién de +.26 respecto a la violencia en el pabellén, La segunda parte del PCL:SV, que mide los aspectos de comportamiento de la psicopatia, tenia una relacién ligera mente mas fuerte con los actos violentos en el interior del pa- bellén del hospital (+33) que las puntuaciones totales del PCL:SV y que las puntuaciones de la escala H del HCR-20, Aunque todavia no hay una gran cantidad de datos acumulados, los datos de los que disponemos nos indican que el HCR-20 tendria una fiabilidad adecuada, asimismo el HCR-20 muestra una relacién entre moderada y alta con el comportamiento violento en las instituciones y en la comu- nidad, tanto en contextos penitenciario, psiquidtrico-forense y psiquidtrico-civil, Estas consideraciones se basan en el hecho de que los estudios de validacién todavia estin en fase de realizacién y otros nuevos a punto de iniciarse. 18 at retreive HCR-20 __Visi6n de conjunto Receiver Operating Characteristics (ROG): Las curvas ROC son utilizadas a menudo en la investizacién para predecit la violencia porque estén menos influidas por el porcentaje de | individuos que tienen conductas violentas, la tasa base (en este. contexto el niimero de pacientes/internos implicados en actos violentos) que otros indicadores (Mossman, 1994), Las curvas ROC solo pueden usarse para probar la exactitud de una prediccién de una variable dicotémica a partir de una variable ‘continua, Este indicador nos informa sobre Ia exactitud con Jia que los participantes son clasificados correctamente y la precisién se expresa en términos de sensibilidad y espe- cificidad, Para cada valor ROC la sensibilidad y la es- pecificidad de la variable independiente se distribuyen inver- samente ¢ invariablemente, de manera que un incremento de uno conlleva una disminucién del otro, EI érea bajo le curva | Grea Under de Curve: AUC) se usa para informar de la exactitud de la prediceién. El rango de puntuaciones del AUC va de 0, que indica una prediccidn totalmente negativa, a 1,00, que indica una prediccién totalmente pos | que las variables depe i | nadas. (Obtenido de Hien Administracién La investigacién actual esté revelando la necesidad de disponer de varias fuentes de informacién a la hora de evaluar el riesgo. Asi, los autores recomiendan un procedimiento similar a la estrategia de evaluacién multi-método propia de la evaluacién psicoldgica, Es necesario llevar a cabo una revision a fondo y atenta de la informacién registrada en los archi- vos disponibles, En general confiamos en que estos archivos contengan informes y notas de los psicélogos, psiquiatras, trabajadores sociales, de la policia, fiscales, enfermeras y de otros profesionales relevantes. Tipicamente, esta informa nos serviré para disponer de una base para la entrevista y administracion de pruebas al client. 19 centr

You might also like