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Dr. P. Oudinot 4 Paul C. Jagot NORMAS PARA DORMIRSE FACILMENTE A PESAR DEL RUIDO, LAS PREUCUPACIONES O EL DOLOR d EL HOMBRE QUE TRIUNFA tiene siempre a mano esta interesantisima Coleccién de sica, que constituyen Ia clave del éxito en todos los aspectos de la vida moderna. EL PODER DE LA VOLUNTAD —_LOS SECRETOS DEL EXITO ‘personal el ménimo de ofc EL ARTE DE ADQUIRIR Y DESARROLLAR EL ATRACTIVO PERSONAL EL ARTE DE HABLAR BIEN SE EEMUCEaRT Un sistema ol alcance de todos. En pbc, an fo vide privada y en Ios negocios. pie EL DOMINIO DE Si MISMO y confienza en sf mismo. LA EDUCACION DEL ESTILO Naya site rds poe 4 Youlidad de reece! DOMINE SUS NERVIOS AUTOSUGES' JON Y SUGESTI Curso préctico MEDIUMNISMO, TERAPIA PSICO-MAGNETICA, LUCIDEZ SONAMBULICA, EL HIPNOTISMO A DISTANCIA Le transmisién de pensamiento y lo sugestiGn mental. ‘Métode de influencia telepslguica LAS MARCAS REVELADORAS DEL CARACTER Y DEL DESTINO Elarte de leer on ol rostro las predisposiciones y predestinaciones. CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA El hombre en relacién con las jecretas del Universo. Bien puede admitirse que estos libros, en su mayoria obras del famoso Paul C. Jagot, son una fuente de vigor moral. ‘Nos lleton y estinplan, ou lecturay esudlo nos hacen adquirir superioridad jo en todos los aspectos de fa vida, y con ello, un rotundo éxito social y profesional, EDITORIAL IBERIA, S. A. - Muntaner, 180- BARCELONA-11 Ss: Doctor P. OUDINOT-PAUL C. JAGOT EL INSOMNIO VENCIDO ARTE DE DORMIRSE FACILMENTE A PESAR DEL RUIDO, LAS PREOCUPACIONES O EL DOLOR Traduccién dol francés por el Doctor JUAN AGUASCA Médles del Hospital dla Santa Crus y Sen Pablo EDITORIAL IBERIA, S. A. Mantaner, 180 - BARCELONA Ne de Registro: 3577-52 Depésito Legal: B. 19851 - 1972 Quinta edicién INTRODUCCION IMPRESO EN ESPARA PRINTED IN SPAIN Derechos literarios y artisticos reservados para todos tos paises © Copyright by Editorial Iberia, 8. A. - Muntaner, 180 - Barcelona, 1972 —_— Gréficas Diamante, Zamora, 83 - Barcelona Ciertas disposiciones fisicas y morales que no 8 dificil para nadie adoptar, favorecen la Negada y la continuidad del suefio. Por otra parte, 1a ob- sorvancia de ciertas reglas determina la somno- Tencia, aun cuando se opongan tina o més causas de insomnio: el ruido, el dolor, la agitacién, por ejemplo. sas disposiciones, esas reglas, no figuran en Tos manuales de higiene. Son casi tinicamente vul- garizadas por 1a literatura Uamada , que ensefia, entre otras cosas, a influir sobre nuestro pensamiento y, por intermedio de éste, sobre nuestro estado nervioso y hasta sobre nues- tras funciones orgdnicas. Un gran niimero de personas para las que los estudios psiquicos no tienen en si ningiin atrac- tivo, acogerdin seguramente con satisfaccion una breve exposicién de los principales métodos me- diante los cuales puede uno mismo autoinducirse al suefio, instanténeamente en tiempo normal y con rapider en caso de eventuales obstdoulos. La observacién nos muestra, en efecto, que dormirse tan pronto acostado y sin interrupcién hasta la 8 EL INSOMNIO VENCIDO Siguiente mafiana no es cosa facil para la mayoria de nosotros. Al contrario, son legién aquellos a los que una causa insignificante basta para man- tenerlos desvelados, a pesar de su deseo de dor- ‘mir, horas enteras y aun noches completas. Esas reflexiones me decidieron, hace once aiios, a publicar en un folleto instrucciones pre- cisas pare uso de los que sufren de insomnio. Esse folleto fué considerado sitil y merecié ser re- editado con diversas ampliaciones. Pero a Ia obra primitiva sq imponia sobre todo un complemento: a la par de los insomnios de origen benigno u ocasional existe muchas ve- ces una causa profunda, consecuencia de una agi- tacién visceral, que debe ser tratada primordial- ‘mente y por separado. Cuando, a pesar de utilizar @ conciencia los mejores procedimientos psicote- rdpicos, se continiia durmiendo mal, es prueba de que existe un trastorno interno que se manifiesta y reclama que se le cuide. Deseo, pues, poner en manos de mis lectores una obra que les diga: «Si vuestro insomnio va acompafiado de tales sintomas, es que tal funcion no marcha como es debido; si observdis tales otros sintomas, es a tal otra funcién a la que hay que atender, eto.» Una obra asi prestaré grandes servicios al enfermo y al médico. El primero, provisto de las nociones necesarias para mejor observarse, apor- INTRODUCCION 9 tard al segundo indicaciones de tal naturaleza que hardn més facil el diagndstico y orientardn el tratamiento. La imprecisién con que la mayoria de los pacientes observan sus trastornos y dan cuenta de ellos al médico, da lugar, en efecto, a ‘muchos tanteos y muchos errores, en cierto modo disculpables. Por otra parte, el insomnio habitual constitu ye a menudo, y continiia siendo a veces durante largo tiempo, Is tinica manifestacién de un des- orden que, mal conocido, se agrava solapadamen- te y leva al desastre en este caso antes de que un espiritu despierto lo haya podido discernir y cui- dar a tiempo. La colaboracién de un clinico experto, el doc- tor P. Oudinot, me permite presentaros hoy la obra que yo habia concebido. En una primera parte se encontraré, revisa- do por la experiencia diaria de once afios, la subs- tancia de mi primer trabajo acerca de los insom- nios justificables de la autopsicoterapia y de la higiene. La segunda parte, enteramente debida al doctor Oudinot, trata de los insomnios visce- rales y sintomiticos. A los combatientes fatigados, mas atin, sobre- excitados cuando sonaba la hora del reposo; a las esposas, a las madres, a las hermanas ansiosas y febriles; a los heridos sobre todo, a los que el malestar, el sufrimiento, la fiebre les mantenta 10 EL INSOMNIO VENCIDO desvelados sin cesar, dediqué yo mi Insomnio vencido, editado en 1916. A las innumerables nervosidades, hiperemo- tividades y astenias engendradas por la guerra y sostenidas por los penosos esfuerzos de la post- guerra, dedico esta nueva edicién. PavL-Cuiment Jacor : PARTE PRIMERA Los insomnios de origen psiquico Por Paul-Ciément Jagot CAPITULO PRIMERO TODO EL MUNDO PUEDE Y DEBE APRENDER A DORMIR BIEN ‘A pesar de set muy desagradable, el insom- nio, aun cuando es frecuente, es tolerado por lo general con una singular pasividad mientras no aparecen trastornos alarmantes ni deficiencias graves. Se recurre al rico arsenal de la farmaco- pea. Se agote Ia gama de los hipnoticos. Pero se continiia durmiendo mal y uno se resigna. Conozeo personas que se quejan de un estado de fatiga mal definido. Su atencién se embota con rapidez. Se sienten invadidas por extrafias lasi- tudes asi que se trata de sostener un esfuerzo desacostumbrado, Su memoria desaparece. Se tranaforman en personas nerviosas, emotivas, pa- san sin transicién de la subreexcitacién al aba- timiento, De dia en dia se les hace’ mis penoso pensar con precisién. El médico las ha reconocido y nada ha encontrado. Se trata de personas que duermen mal... Otras se dan cuenta de una especie de doble- gamiento de su vigor orginico: digestiones I tas; entorpecimiento después de las comidas, 16 EL INSOMNIO VENCIDO acompafiado de jaqueca; repugnancia por el mo- vimiento, excesiva sensibilidad a las temperatu- ras invernal y estival, constipados y gripes fre- cuentes. Son personas que duermen mal... ¥en la etiologia de las grandes diétesis, la insuficiencia del suefio figura ciertamente en una proporcién apreciable. Podéis tener la certeza de que le salud, la pronta curacién de los males, y el éxito en todas Jas cosas, dependen en gran medida del suefio. Dormir apacible y suficientemente es indispensa- ble para que la fatiga de cada dia desaparezca por completo. El despertar est entonces exento de laxitud, el levantarse del lecho se efectiia muy a gusto y se empieza la jornada con una sensa- cién de bienestar. Licido el espiritu, alerta el cuerpo, se presenta un maximo de potencia y de resistencia ante las dificultades de orden cerebral y los esfuerzos materiales, El hombre que duer- me bien, siente, piensa y actia con la plenitud de sus facultades. El aspecto exterior muestra a las claras los beneficios de las noches en que se ha reposado bien. El color del que duerme normalmente es fresco, su mirada es clara, sus rasgos estén dis- tendidos. La voz resuena con todo su timbre y la articulacién, de las palabras tiene su entera lim- pidez. En fin, el dormir bien conserva. Cada hora ‘TODO EL MUNDO DEBE DORMIR BIEN 17 dedicada a Morfeo es una verdadera interrupeién de la vida — es decir, de 1a edad. Inversamente, la falta de suefio deprime y des- gasta con rapidez. Ademés de su triste fatiga, las noches pasadas en claro pueden ser causa de gra- ves desérdenes nerviosos, y puede decirse que fa- cilitan todos los demas. La falta de reposo y de asimilacién que ello trae consigo ponen al orga- nismo en estado de menor resistencia a las into- xicaciones de toda clase, a la invasién microbiana, a la accién de las intemperies, a las emociones, a las heridas; en una palabra, a todos loa asaltos que una persona puede sufrir. Por muy evidentes que sean tales considera- ciones, parecen desconocidas para la mayoria de las personas. ;Cudntas noches derrochadas en ve- ladas agotantes, sacrificadas al placer (2) trepi- dante no pocas veces a penosas tareas! Y, tam- bién, cudntos débiles, deprimidos, seniles preco- ces, cudntas neurosis profundes e irremediables. Que se sepa bien: nada puede compensar las siete a nueve horas consecutivas de suefio nocturno exigidas por la Naturaleza. El organismo resiste més o menos brillantemente, segin sus medios, pero muestra ineludiblemente les huellas de las veladas frecuentes, ¥ esas huellas jams dejan de acusarse en particular por um doblegamiento del punto de menor resistencia, variable para cada constitucién, cierto para todos. Diatesis, enferme- 2 18 ‘EL INSOMNIO VENCIDO dades crénicas progresan velozmente si el insom- nio consigue hacer presa en el enfermo. De las experiencias hechas por Maria de Ma- naceine (Archivos italianos de Biologia, tomo XXI, fascfeulo I) se demuestra que era posible privar de alimento a los perros sin peligro cierto, en tanto que la privacién de suefio a los mismos animales era causa de muerte. La duracién de cada experiencia era de veinte dias para el ayu- no y de a6lo cinco para el insomnio. Después de veinte dias sin alimentos, los sujetos habfan per- dido Ia mitad de su peso. Realimentados ‘progre- sivamente volvieron a su estado normal. Aunque nutridos con abundancia, los animales manteni- dos desvelados murieron todos en cuatro o cinco dias. Al efectuar la diseccién, el cerebro del pe- ro sacrificado después del ayuno presenta una disminucién considerable de peso, pero no acusa ninguna lesién. Al contrario, el cerebro del ani- mal muerto de insomnio ofrece al examen grandes alteraciones lesionales. Esos son hechos sugestivos. En el ser humano, como en los animales, la privacién absoluta de suefio no podria ser com- patible con la vida mas que durante un corto pe- riodo. Ciertos enfermos afirman no haber dor- mido durante meses, pero en realidad se trata de una privacién parcial del suefio. Han dormido en realidad breves instantes que, repetidos, forman ‘Topo EL MUNDO DEBE DORMIR BIEN 19 un total de una 0 dos horas de suefio en las vein- ticuatro del dfa. Ademés, han pasado horas en- teras en un estado intermedio entre el desvelo y el suefio. Falta de extincién normal, su actividad fisica se ha puesto en estado de veladora per- petua. Este Ultimo caso se observa con frecuencia en sujetos fisiolégicamente indemnes, a los que conviene tranguilizar ya desde los comienzos de este libro. Numerosos son los insomnios creados por el temor de sufrirlos, En un psiquismo im- presionable, es suficiente que surja en el decurso de un insomnio ocasional la aprensién de dormir mal para que esa aprensién haga presa del in- consciente, reaparezca al dia siguiente por la no- che, mantenga desvelado al sujeto durante una gran parte de la noche siguiente y le impida, du- rante el resto de ella, llegar a conciliar el suefio integramente. Desde entonces se tiene la convic- ci6n indeleble de que aquello va a renovarse ad ‘infinitum y, en efecto, se renueva a veces durante somanss, durante meses. Provistos de las instrucciones que vamos a dar seguidamente, para los insomnes de tal géne- ro ser& un juego determinar metédicamente su suefio. CAPITULO IL PSICOLOGIA DEL sUENO Tratemos de darnos cuenta de lo que carac- teriza el paso de vela a suefio y el suefio mismo. Una nocién precisa de este fenémeno nos ayudaré a concebir que pueda ser voluntariamente deter- minado y por qué maniobras. La fisiologia no nos ofrece afin m&s que hi- pétesis respecto a ese punto de vista. Los teéri- cos no estén de acuerdo. Para los unos el suefio producido por una diferenciacién esponténea de la irrigacién de los centros nerviosos. Otros lo explican por la retraceién de las neuronas. Algu- nos creen en una asfixia periédica del cerebro, en una intoxicacién causada por la acumulacién de desechos. En fin, Claparéde, que a nuestro juicio se acerca mas a la realidad, declara que el suefio es una funcién automética de defensa contra el agotamiento. ‘Todo ocurre de acuerdo con esta Gltima teo- ria. El influjo nervioso, utilizado durante la vela, por las funciones intelectuales y por las funcio- nes vegetatives, se agota poco a poco. Como un 24 EL INSOMNIO VENCIDO acumulador, cada plexo irradia su potencial de influjo nervioso, que disminuye gradualmente y bien pronto necesita recarga. Esta recarga se efectitia durante el suefio. De abi esa sensacién de plenitud, al despertar después de una noche per- fecta. Segin la antigua expresién, el organismo acabe de La bujia acababa de extinguirse. 1) Custro, para no considerar: 108 SUENOS A MERCED DE LA VOLUNTAD 63 >A lo que parece, of esas palabras, pero sin darme cuenta de que era mi hermano quien las habia pronunciado, y en mi suefio me imaginé que iba a buscar una cerilla. Desvelado algunos ins- tantes después, se me recordé la frase de mi her- mano. Yo habia olvidado ya haberla oido, y aun cuando respondf, mi respuesta habia sido por com- pleto maquinal. Sin embargo, sofiando, crei ir por Propio impulso en busca de un fésforo, sin darme cuenta de-que ejecutaba una orden. »Otra vez, mientras me adormecia al lado del fuego, mi mujer me dirigié algunes palabras; yo sali de mi somnolencia, pero no pude discernir si las palabras que ella habia dejado ofr eran suyas © habfan sido pronunciadas por mi.» B) «Se hace cosquillas a un durmiente en la nariz y en los labios. El suefia entonces que se le est sometiendo a un horrible suplicio, que una méscara de pez le es aplicada sobre el rostro; des- pués se le arranca bruscamente, Io cual le desgarra la piel de los labios, de la nariz y del rostro.» ‘C) «Se hace vibrar a alguna distancia de su oido unas tenacilias en las que se frota, unas tije- ras de acero. El suefia que oye el ruido de las campanas, ruido que bien pronto se transforma para él en el toque a rebato: se cree en las jorna- das de junio de 1848.» D) «Se le hace aspirar agua de Colonia y él Suefia que se encuentra en la tienda de ‘un perfu- a EL INSOMNIO VENCIDO mista, Que se halla en El Cairo y le suceden aventuras extraordinarias, cuya conexién le es- capa.> E) «Se le hace sentir el calor de un fésforo encendido. El suefia que se halla embarrancado (téngase en cuenta que el viento penetra en aquel momento por las ventanas) y que estallaba la san- tabérbara.» F) «Se le pellizea ligeramente la nuce. El suefia que se le aplica un vejigatorio, y eso des- pierta en él el recuerdo de un médico que le asistié en su infancia.> G) «Se aproxima a su rostro un hierro ca- liente manteniéndole bastante alejado para que la sensacién de calor sea ligera. El suefia con los chauffeurs (1) que se introducian en las cfsas y atropellaban a los que en ellas se encontraban, aproximéndoles los pies a un brasero para for- zarles a declarar dénde tenian su dinero. La idea de esos forajidos cede su lugar al recuerdo de la duquesa de Abrantes, que 61 supone, en suefios, que le ha tomado como secretario. El habia leido en tiempos pasados, en efecto, en las Memorias de esa espiritual dama, algunos pormenores acerca de los chauffeurs.» . (Maury, loc. cit.) () Durante 1s Revolueién francesa se did. ese nombre unss’ bandidos gue tostaban Ios ples de Jas petsonaa de due se spoderabsn, a fin de obligeries ‘a decir dOnde ocultaban su dl- nero si no io declan de buen grado, ‘LOS SUENOS A MERCED DE LA VOLUNTAD 65 2° Ell segundo de los elementos constitutivos del suefio es 1a memoria, de la que el papel ha sido puesto de manifiesto en las precedentes observa- ciones. Toda la reserva de recuerdos — los que duermen en el fondo de lo inconsciente, lo mismo que las imAgenes registradas la vispera — se halla asi como en un almacén de accesorios de donde surgen, evocados por los otros elementos, visiones, estados afectivos antafio vividos y personajes des- aparecidos ya o presentes. 3° Tenemos en seguida las impresiones coe- nésicas, viscerales. La mas comtinmente observa- da, la que acompafia una digestién laboriosa, tien- de a hacer nacer suefios en los que domina una impresién de peso sobre el pecho: aplastamiento, desplome, inmovilizacién en el fondo de ina com- pacta multitud, ete, Algunos insuficientes cardia- cos en los que le posicién tendida desencadena una crisis de taquicardia, suefian que corren hasta so- focarse. Son perseguidos o tratan de alcanzar a alguno. Basta un poco de asma o una causa cual- quiera de disnea para ocasionar un suefio de as- fixia, de estrangulacién, ete. 4° En fin — y es lo principal — los efectos conjugados de los tres elementos que preceden es- tan orientados por una linea de cristalizacién que resulta de las tendencias profundas y constantes del individu. Las tendencias espontineas o deli- beradas, los accesos impulsivos o las preocupacio- : 66 EL INSOMNIO VENCIDO nes reflejas que presiden a las construcciones y a la interpretacién de los tres primeros elementos son las mismas que ocupan despierto un lugar pre- ponderante en el pensamiento y en la imaginacién. Freud ha creido deber atribuir al solo instinto genésico la linea de cristalizacién de que acabo de hablar. Es rigurosamente exacto para todos aque- los en que, despiertos, la sexualidad reina como mévil principal reconocido o criptoide. Pero ;no hay también individuos que, sin esfuerzo alguno, son mucho més indiferentes a las relaciones se- xuales que a cualquier otra tendencia determinada preponderante en ellos: adquisicién, ambicién, avi- dez de conocimiento, realizaciones de toda especie, dominio de un arte, acceso a un estado psiquico ideal, ete,, ete.? La teoria del pansexualismo freu- diano no sabria aplicarse a sus suefios como a sus habituales pensamientos. Para presentar un ejemplo compatible con un estado de evolucién individual medio, diremos que un hombre de negocios que guste de sus ocupa- ciones por s{ mismas (y no tnicamente por lo que ellas aportan) verd cristalizarse todo elemento de sus suefios en el sentido de su primordial cuidado. Del mismo modo un individuo cualquiera, absor- bido momenténeamente, atenaceado, por una preo- cupacién imperiosa, sofiaré bajo el dominio de tal preocupacién. Lo que hay que hacer. — ;Estan sometidos a LOS SUENOS A MERCED DE LA VOLUNTAD = 67. una disciplina deliberada vuestros ‘pensamientos, ‘vuestros sentimientos, vuestras acciones? El do- minio de esa disciplina preservaré entonces, en gran manera, vuestros suefios de toda manifesta- cién obsesionante o indeseable, cualquiera. que ella sea. Para aquellos que se entretienen en disposi- ciones suaves y bienhechoras, los suefios serén tranguilos y apacibles, Para los que el ideal es puro, las noches no seran agitadas ni turbulentas. Nuestras intenciones firmes, nuestras conviecio- nes s6lidas, nuestras voliciones determinadas, ja- mas quedan desmentidas en el curso de nuestros suefios. Por consiguiente, si no estéis satisfechos de vuestros pensamientos o de vuestras incons- cientes acciones nocturnas, reaccionad mientras esthis despiertos; regid vuestros suefios y vuestros impulsos y, de una manera general, rebuscad las ideas substanciales y elevadas. La instauracién de un perfecto dominio de sf mismo necesita ciertos conocimientos previos y, después, un esfuerzo gradual. Elementalmente, el hecho de no sumirse en el suefio sin directiva, sino de proceder metddica- mente, de dormirse segin una técnica juiciosa expuesta ya en el capitulo IV, contribuye grande- mente a favorecer la tranquilidad e inocuidad del suefio. PARTE SEGUNDA Insomnios de origen visceral Insomnios sintomaticos Por ol Dr. P. Oudinot CAPITULO VIL ‘Los INSOMNIOS POR INTOLERANCIAS DIGESTIVAS Los mecanismos orgénicos funcionan armo- niosamente en ciertas condiciones bien conocidas; y entonces le salud integral es la que aporta, entre otras prerrogativas, un suefio normal, como debe ser y conviene. Pero la mayor parte de nuestros contemporé- neos viven en condiciones inversas de las prece- dentes, es decir, contrarias al equilibrio, al fun- clonamiento regular de los 6rganos que nos cons tituyen. ¥ cuando uno de esos érganos manifiesta un malestar, un dolor, un trastorno, una lesién, se inculpa a una causa exterior: al microbio, cuando, en realidad, ea a nuestras costumbres, a nuestros errores, a nuestros excesos 0 los que habria que acusar. Ciertas cosas son indispensables al sosteni- miento de la salud y, no obstante, se las elude, Otras cosas determinan inevitablemente Ia en- fermedad y se las tolera. El insomnio no es una excepcién a esa ley 74 EL INSOMNIO VENCIDO general: una buena higiene Jo evita; una mala hi- giene lo produce. Considerémoslo como una advertencia e impon- gdmonos las reglas necesarias para su desapari- cién, Evitaremos de ese modo que otros trastornos se le junten. Evitaremos la enfermedad. Rechacemos, antes que todo, ese error dema- siado extendido que consiste en atribuir a los mi- crobios un papel inicial e incoercible en la deter- minacién de los mas diversoa males. Su intervencién no representa més que la se- gunda fase de la enfermedad: la fase sobre la que puede ser aplicada una etiqueta patolégica: neu- monfa, fiebre tifoidea, coqueluche, ete....; 1a pri- mera est constituida por el desorden humoral que pone al organismo en estado de menor resistencia, Je arrebate su inmunidad natural, permite la inva- sion microbiana y Ja aparicién de un estado pato- légico catalogado. «La enfermedad — dice el doctor P, Carton — no aparece més que como consecuencia de viola- ciones repetidas y acumuladas de las leyes de la vida humana, Las mismas infecciones no se decla- ran mis que a favor de una disminucién de resis- tencia del terreno organico, porque los microbios estan siempre presentes a nuestro alrededor. Pero no pululan més que en los individuos en que los viciados humores les ofrecen un medio de cultivo favorable. El enviciamiento y la intoxicacién de INTOLERANCIAS DIGESTIVAS: xb} Jos humores son a. base de todos los estados mér- bidos agudos y crénicos. La pureza y el vigor de la sangre, de los plasmas y de los materiales emplea- dos para constituirlos. De ahi que importe, sobre todo, para hallarse en buen estado de salud, seguir un régimen puro y bien dispuesto, respirar un aire puro y soleado, efectuar el ejercicio fisico necesa- rio, y eliminar regularmente los desechos de la nutricién y los venenos del cuerpo.> ‘Esto 3 innegable. La enfermedad es en si mis- ma la consecuencia de infracciones repetidas de las leyes naturales, infracciones que nuestra ci- vilizacién, nuestro género de vida, hacen de cada vex mis numerosas y temibles. Es la permanencia en un aire viciado, en medio de las humaredas de los autos y de las fabricas; es la falta de ejercicio, ls vida febril, agitada, el torbellino de los negocios los que agoten las fuerzas nerviosas y disminuyen Ia potencia vital. Es sobre todo, y més que todo, los formidables errores alimenticios que destruyen con toda seguridad los mis robustos organismos — errores que se ocultan tras las afirmaciones de los teéricos de los laboratorios, grandes juglares de calorias, tras las perjudiciales doctrinas de la sobrealimentacién y asimismo tras los instintos de gula de le raza. No vamos a entrar aqui en pormenores. Nos limitaremos a citar los errores alimenticios mis habituales y ms peligrosos: el abuso del azticar acy EL INSOMNIO VENCIDO industrial, el uso de alcohol, licores, aperitivos, di- gestivos; el abuso de Ia carne, del pescado, de los huevos, de las legumbres secas. Ciertas clases de carnes jams debieran ser consumidas: tales las de cerdo, caza pasada y las conservas. Por el contrario, no se consume Io bastante en- saladas y frutas y legumbres, ricas en vitaminas, en azficar natural y en sales minerales asimilables, y que, gracias a su celulosa, provocan contraccio- nes intestinales favoreciendo asi las evacuaciones yeliminaciones de toxinas. Remitimos a las obras especiales a aquellos de Jos lectores a quienes tales cuestiones interesen, contentandonos aquf con mostrar Ies relaciones en- tre Ia falta de higiene y de régimen y el insomnio. Precisemos, ante todo, un punto que debe ser puesto de manifiesto y que se refiere no s6lo al insomnio, sino a cualquier otro desorden patol6- gico: cada sujeto tiene su modo de reaccionar a las excitaciones exteriores. No hay, pues, que asombrarse si un régimen dado que procura noches perfectas a determinado sujeto, trastorna profun- damente el reposo de otro. Los alimentos, después de Ia digestién comen- zada en le cavidad bucal, continuada en el est6- mago y terminada en el intestino delgado bajo la accién de los diferentes jugos digestivos, fermen- tos y diastasas, son absorbidos por el intestino y Janzados después a la corriente circulatoria. INTOLERANCIAS DIGESTIVAS 7 El organismo los transforma entonces en subs- tancia humana. A esa transformacién, o mis bien, al proceso complejo que implica en ia intimidad de Jos tejidos, es a lo que se da el nombre de . El enfermo es despertado muchas veces durante la noche por la necesidad de orinar y orina con mds abundancia de noche (que de dia, contrariamente a lo que ocurre en las personas sanas, Esos caccidentes del pequefio brightismo» han sido denominados asi porque pronostican el «mal de Bright», es decir, la nefritis crénica, acerca de la cual los primeros trabajos fueron debidos al doctor Bright. Como se ve, es insidiosa la inclinacién de la 110 EL INSOMNIO VENCIDO azoemia larvada a esa grave lesién de los rifiones que es Ia nefritis crénica. Pueden considerarse, ues, como acertadamente inspirados los que, prestando ofdos a las primeras advertencias, rec- tifican en seguida en consecuencia su modus vi- vendi. Es cierto que se puede sufrir de insomnio por deseos frecuentes de orinar, picazén o calambres, sin estar por esto atacado de nefritis erénica; Pero esos sintomas deberén siempre atraer la atencién hacia los rifiones, sobre todo si van acompafiados de hinchazén (edema) de los par- pados, del rostro, de los tobillos, ete. En presencia de tales signos lo mejor es: 1° Someterse inmediatamente a un régimen tan moderado como sea posible; pero, en todo caso, casi invariable durante ocho dias. 2° Al cabo de quince dias, recéjanse las ori- nas durante veinticuatro horas, empezando por la primera miccién al despertar. Higanse analizar Jas orinas y compréndase en el andlisis la dosi- ficacién de la urea (1). 3.° Hfgase una dosificacién de la urea de la sangre. 2) BI andlisis sumario imitado a buscar el aztcar y 1a albamina es insuficiente, Por otra parte, apreciar “semioi6- icamente los desechos, el médico debe saber qué ingestiones So emplenn. EL INSOMNIO DE ORIGEN RENAL i Las indicaciones asi recogidas permitirén al médico efectuar un primer diagnéstico, prescribir el régimen y el tratamiento que se imponen y, después, seguir el caso y cortar sus manifesta- ciones. Cuando el rifién sea incapaz de eliminar los desechos azoados que circulan en la sangre, y la urea en particular, la primera indicacién tera- péutica, la més importante de todas, es disminuir el trabajo del rifién, someterlo a un reposo lo mayor posible evitando las aportaciones azoadas, Y¥ en este caso el régimen deberé ser de una seve- ridad sin descanso. Es clésico en el mal de Bright someter al enfermo a un régimen licteo absoluto y hacerle tomar de tres a cuatro litros de leche por dia. De acuerdo con muchos autores eminen- tes, nosotros nos oponemos a esa prictica. Ea cierto que la leche es diurética y efectés una bue- na asepsia del tubo digestivo; pero; en cambio, contiene una notable proporcién de albuminoides (80 2 50 gramos por litro) ; facilmente llega a re- pugnar; provoca el estrefiimiento de manera casi fatal; en fin, a menudo es mal digerida (1). Al parecer es mAs fisiol6gico instituir un ré- gimen hipoazoado a base de legumbres verdes, pa- tatas, pastas, frutas y ensaladas crudas y, si se quiere prescribir un poco de leche, darla en forma @)_Segdn tes observaciones de muchos autores ¥, on par Moular, del doctor P. Carton. 112 EL INSOMNIO VENCIDO de postre, cuajada, que es mucho més digestiva. Si el estado del enfermo lo permite, se podré en- sayar pequefias cantidades de huevos en forma de cremas y con un poco de queso ligeramente fer- mentado del tipo gruyére. Ese régimen, mucho més facil de seguir que el régimen lécteo absoluto, tiene ademés la ventaja de poder ser proseguido indefinidamente en la mayorfa de los casos. Cuando el emuntorio renal funcione mal, es preciso favorecer las eliminaciones intestinales velando por el buen funcionamiento del tubo di- gestivo y no vacilando en usar de laxantes, el sulfsto de sosa 0 el aceite de ricino. La eliminacién téxica por via cuténea no de- ber ser descuidada. Si el estado general es bue- no, se podré, de tiempo en tiempo, provocar el sudor por medio del bafio de vapor o por el ejer- cicio fisico. En todo caso, el bafio hebdomadario como minimo seré una obligacién. Se he querido aplicar la opoterapia al trata- miento de les nefritia crénicas y hacer absorber a los enfermos extracto de rifién, ya por via bu- cal, ya por via subcuténea. Lo menos que pode- mos decir es que es necesario hacer uso de’ tal remedio con extremada prudencia y aplicarlo a casos bien determinados. Lo que hemos dicho de los célicos hep&ticos puede ser repetido para los célicos nefriticos. A ‘veces se forman en las vias renales céleulos tri- EL INSOMNIO DE ORIGEN RENAL 113 cos y oxélicos en extremo diminutos, comparables a granitos de arena; otras alcanzan dimensiones mucho mayores, hasta las de un huevo de gallina. Puede uno figurarse facilmente los dolores que provoca el paso de esos verdaderos guijarros a lo largo del canal del uréter. La crisis empieza gene- ralmente por dolores violentos en el lado del ri- fin calculoso, y después se irradia hacia los cos- tados, a todo el vientre, al escroto, al periné, al pene y algunas veces hasta al muslo. El acceso dura @ menudo muchas horas y se termina, por regla general, por la expulsin de la piedra a la vejiga (1) y después al exterior. El paso del célculo al uréter puede ocasionar una pequefia hemorra- gia que dura uno o muchos dias. Esa hemorragia, que toma el nombre de chematuria», colora las orinas de rojo mas 0 menos obscuro. Esas diversas causas de insomnio de origen renal son las mas manifiestas. Pero ciertas afecciones graves se acompafian de dolores poco violentos, a veces sordos o tan poco intensos que no se pone atencién a ellos. Sin «escucharse» exageradamente ni enloquecerse an- te Ia aparicién de un primer sintoma, es.preciso prevenirse con toda rapidez en caso de pesadez, neuralgias, lesitud, pequefias punzadas, puntos dolorosos a nivel de los rifiones. Muy a menudo (@) EL célewlo puede también obstruir tas vias uretravest: ales y determinar In anuria, 14 EL INSOMNIO VENCIDO se tranguiliza uno pensando en el «lumbego», cuando un examen detenido hubiera puesto de manifiesto el principio de una enfermedad fécil- mente curable en sus comienzos pero més grave de dia en dia: tumores, quistes, hidronefrosis ne- froptosa, tuberculosis del rifién. Un diagnéstico precoz, sobre todo en patologia renal, es con fre- cuencia una cuestién de vida o muerte. CAPITULO X ‘Los INSOMNIOS CONEXOS A LAS ENFERMEDADES DE LAS V{AS RESPIRATORIAS: Entre las numerosas afecciones del aparato respiratorio hay sobre todo una capaz de provo- car el insomnio: es el asma.-Se ha escrito mucho y se ha discutido mucho también respecto al as- ma, su naturaleza y su tratamiento, Lo cierto es, en todos Ios casos, que el acceso de asma puede tener numerosas causas, ir ligado a trastornos or- génicos como la apendicitis, Ia metritis, los poli- pos nasofaringeos 0, lo mAs menudo, ser el re- sultado de una sensibilizacién del organismo en- frente de ciertas substancias o de determinados alimentos (anafilaxia). Por otra parte, es sabido que la crisis de asma se declara en sujetos que poseen un cierto temperamento nervioso caracte- rizado por el predominio del sistema vago (vago- tonfa o hipervagotonia). Cualquiera que sea, la crisis de asma sorpren- de alguna vez al enfermo después de la cena; otras veces, en plena noche. Experimenta una an- gustia profunda, con sofocacién. Parece que le falta el aire, se le hace preciso abrir la ventana 118 EL INSOMNIO YENCIDO © baleén, jadea, y sentado en el lecho e inclinado hacia delante procura recuperar su normal respi- racién, La inspiracién es corta y va acompafiada de determinado estertor caracteristico. Después de una o muchas horas, cesa Ia crisis, ya espon- téneamente, ya gracias al tratamiento médico, y entonces el enfermo puede respirar con més faci- lidad y expulsar mucosidades blancuzcas y a me- nudo abundantes. El tratamiento de la crisis de asma consiste en fumigaciones caimantes a base principalmente de hojas de datura estramonio y de inyecciones antiespasmédicas de adrenalina o de extracto su- rrenal total. En casos desesperados se utiliza la morfina, que es muy bien tolerada en tales oca- siones. No vamos a entrar en el tratamiento cau- sal del asma, ya que ello requeriria un libro entero para ser examinado como es debido. Diremos tan s6lo que, en esa afeccién como en cualquiera otra enfermedad, el régimen debe ser la base del tra- tamiento. A menudo es después de un minucioso interrogatorio del enfermo cuando se deseubre el alimento generador del espasmo, alimento en mu- chos casos vulgar e inofensivo a primera vista (leche. chocolate, pan, ete.). Recientemente hemos visto un acceso de asma nocturno provocado por a ingestién de algunos trozos de remolacha roja en ensalada. Determinadas afecciones de las vias respira- ‘ViAS RESPIRATORIAS 19 torias provocan el insomnio por el dolor que las acompafia, Tales son: la neumonfa, que se mani- fiesta al principio por una violenta punzada en el costado, con fiebre elevada, tos y disnea; la pleu- resfa seca, que no se manifiesta mAs que por pun- tos dolorosos calificados de neuralgias intercos- tales; la pleuresfa con derrame, que presenta un punto doloroso y fenémenos generales y locales ms marcados, Otras afecciones son generadoras de insomnio a causa de la tos que provocen. La tos incoerci- ble de los tuberculosos erénicos es uno de los mis frecuentes ejemplos. Nos detendremos en esta cuestién de la tuberculosis pulmonar, que es el mAs espantoso azote de nuestra época y contra el cual la ciencia oficial: no puede hacer, jay!, otra cose que declararse casi por entero desarmada. «El conjunto de los hechos conocidos y recopilados hasta el presente acerca de las medicaciones de- nominadas especificas de la tuberculosis invita, dice el profesor L. Bernard, a deducir que, a la hora actual, ninguna terapéutica digna de ser ca- lificada de especifica como vacunacién, como sue- roterapia, puede ser opuesta a le infeccién del bacilo de Koch.» Dos medios terapéuticos pueden ser emplea- dos: neumotérax, por una parte, y, por otra, la cura en un sanatorio (reposo y alimentacién es- pecial). El primero de esos medios no es aplicable 120 EL INSOMNIO VENCIDO ms que a un mimero de casos limitados y sus- ceptibles de buenos resultados, El segundo da s0- bre todo resultados innegablemente favorables, pero éstos son pasajeros e ilusorios. Desde el punto de vista que nos ocupa particu- larmente, la tuberculosis pulmonar, en el curso de su evolucién, produce el insomnio de muchas ma- neras diferentes. Primero por la tos, que muy a menudo experimenta una exacerbacién por la no- che. Tan pronto es una tos seca con picaz6n irri- tante de la garganta, por-quintas interminables que sacuden de un modo lamentable el t6rax del enfermo, como es una tos grasa con expectora- ciones purulentas, muy contagiosas, porque tales esputos contienen en abundancia virulentos baci- Jos de Koch. Hemos tenido ocasién de ver enfer- mos que han pasado noches enteras asf, tosiendo, sin calmarse su tos hasta el amanecer. Viene en seguida la fiebre, que aumenta par- ticularmente al atardecer y puede variar de 38 a 39'5 grados y va acompafiada de agitacién. Y siguense, en fin, los sudores nocturnog, una © muchas veces cada noche. El enfermo se des- pierta por completo inundado de sudores fétidos y en un estado de fatiga y de postracién muy particular. Son, pues, Ia tos, la fiebre y los sudores las tres causas predominantes del insomnio en los tuberculosos. ;Cémo hay que tratarlos? No pode- VIAS RESPIRATORIAS 121 mos dar aqui el tratamiento de la tuberculosis tal y como nosotros lo entendemos. Hay, por lo de- més, en ese tratamiento, una cuestién individual que domina la situacién: tal enfermo debe ser tratado de un modo diferente que otro dado, mientras que un tercero deberé someterse a una terapéutica afm més diferente. Todo el mundo esti de acuerdo para dar a los tuberculosos los menos medicamentos posibles. Sin embargo, se esti a menudo obligado a hacerlo a causa de los tres sintomas tos, fiebre y sudores. En los casos medios, la tos ser& calmada por los preparados a base de belladona, de acénito, de bromoformo sobre todo; en los casos graves, por medio de Ia morfina o de la heroina en pociones. Contra la fiebre de los tuberculosos se han sayado todos los antitérmicos conocidos, y con tan escasos resultados que es preferible no hacer uso de ellos. He aqui, a tal respecto, lo que el doctor Carton dice en su magistral obra La tu- berculosis por artritismo: «La pésima regulacién de los regimenes es la causa principal de las elevaciones de temperatura. De abi que no se obtenga nada conereto en los casos diffciles sin el establecimiento de un diario cotidiano de las mi- nutes y de las observaciones, que sirve para poner al deanudo, en vista de la curva de temperatura, Jas coincidencias perjudiciales o dichosas, las to- lerancias o las intolerancias individuales... Es 122 EL INSOMNIO VENCIDO preciso... ayudar a la desaparicién de la ficbre Por los maillots de trax (medicacién antitérmice de eleccién), los lavados frios, uno o muchos la xantes y el reposo completo. Si los maillots son mal tolerados desde el primer momento o a la larga, se puede recurrir a envolturas frias sina- pizadas, o también a cataplasmas calientes sobre el pecho a vejigas con agua caliente sobre el abdomen, para actuar por alternancia de los con- trarios. En ningiin caso se deberd prescribir un antitérmico.» Por consiguiente, el inomnio de los tubercu- logos no debe ser considerado desde el punto de vista del tratamiento como un sintoma fuera de la enfermedad, pero no podré ser combatido de un modo racional més que luchando contra su causa. En todo caso, desde el punto de vista prictico, se puede establecer un pronéstico relativamente fa- vorable si el tuberculoso pasa las noches tranqui- Jo, sin tos, sin fiebre, sin sudores; en cambio, la evolucién debe ser considerada como netamente desfavorable cuando el reposo nocturno es pre- cario por una de esas causas. En los casos avanzados, o cuando la reaccién orgéniea parezea desproporcionada y el sintoma sea inguietante por si mismo o insoportable,. se estaré. obligado a emplear medicamentos sinto- inticos; pero eso no seré otra cosa que proceder & estilo de

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