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CONTEXTUALIZACION CRIMINOLOGICA DEL DELITO: EL DELINCUENTE Y SUS TIPOLOGIAS Ys rH 3 = a r=) Ls io a (2) Introduccion L. ORIGENES ¥ DESARROLLO DE LA CRIMINOLOGIA, Il, VISION INTEGRAL DE LA CRIMINOLOGIA i TH, DEFINICION CRIMINOLOGICA DEL DELITO Iv, SOCIOLOGIA CRIMINAL, vy. Tipoocta De 10s DELINCUENTES ‘Vi. ESTADO DE PELIGROSIDAD DEL DELINCUENTE 1. ORIGENES Y DESARROLLO DE LA CRIMINOLOGIA La ctiminologia se funds gracias a los trabajos de tres sabios italianos: César Lombroso (1835-1909), médico militar de origen judio, cteador de la Antropologéa criminal, quien desde una ciencia positi- va atribuyé a los delincuentes Factores criminolégicos segtin la morfologfa del cuerpo (aspectos ge- néticos). Aunque su tesis no tuvo validez cientifica, su obta £! hombre criminal, aparecida en 1876, fue la que gesté las primeras investigaciones en este campo. Continuaton este quchacer Entico Ferti (1856-1929), profesor de derecho y sociologéa, psiquiatra italiano, autor de la famosa Sociologia cri- ‘minal, apatecida en 1831 bajo el titulo de Zos nuevos horizontes del derecho penal y Rafael Garéfalo (1851-1934), magistrado italiano cuya Criminologia, a pesar de set publicada en 1885, es un célebre texto (J. Pinatel; 1984; p. 17). Si bien Lombroso es quien presenta la primera exposicién sistemdtica de lo que hoy conocemos como criminologia, otros autores como O. Tieghi (1999, p. 31) atribuyen este término a Pablo Topinard (1830-1911), quien lo introdujo originalmente, pero también com- parte la idea de que fue Garéfalo quien lo universaliz6. Esta joven ciencia, la criminologfa, se puede decir, fue certficada desde 1885 por los congresos in- temnacionales de antropologia criminal, (término adoptado para rendir homenaje a Lombroso). Es- te esfuerzo de Lombroso Mlorece a través de congresos internacionales que posteriormente se gesta- ron, el primero de ellos en Roma (1885) y luego los de Paris (1889), Bruselas (1892), Ginebra (1896), Amsterdan (1901), Torino (1906) y Colonia (1911) Las dificultades no falaron; la Primera Guerra Mundial (1914-1918) interrumpié el movimiento ctiminolégico y hubo que esperar 20 afios para que el problema criminolégico sc planteara de nuc- voenel plano internacional. En efecto, en 1934, Benigno di Tulio, otro contribuyente airoso de es- ta ciencia, cteé la Sociedad Internacional de Criminologia y el primer congreso tuvo lugar en Roma en 1938. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) no detuvo el movimiento criminolégico. Mientras tanto, paralelamente al anterior congreso celebrado en Roma, se realiza el Primer Congreso Latinoameri- cano en Buenos Aires. En 1941 se celebra el Segundo Congreso Latinoamericano en Santiago. Se realiza también el Primer Congreso Panamericano en Réo Janeiro (1947) y dos afios después, el Se- gundo Congreso Panamericano en México (1949). Finalmente, ya para dar por sentadas las bases de la criminologla como disciplina cientifica se celebra el Segundo Congreso Internacional (1950) en la ptestigiosa universidad francesa de la Sorbona. Hoy dia la difusidn de la criminologfa y su desarro- Tlo como ciencia ha trascendido’a las demds instituciones sociales. 1, VISION INTEGRAL DE LA CRIMINOLOGIA La comprensién del. fenémeno criminolégico es algo naturalmente dindmico que ha venido evolu- cionando con el aporte de diferentes disciplinas, Todas contribuyen a establecer una sola verdad, ya que la problemética no puede encontrar respuesta sélo desde el paradigmna psicolégico o sociolé- 90 ‘Piel iene /RoNa.w Lis Cue Ciseabes ico; tampoco desde lo juridico y mucho menos desde los modelos biologistas como inicialmente sutgié. Los conceptos evolucionan, como se mira cada dfa en los diatios y en la prensa en general, Dificilmente cabe afirmar que en la actualidad, a diferencia de los conceptos anteriores, slo un ser patoldgico puede atreverse a quebrantar ls leyes, cuando la experiencia diatia, la “normalidad” del ctimen y las estadisticas, constatan todo lo contrario: cada ver son més los individuos “norma- les” los que delinquen, La criminalidad econémica-financiera, la de funcionarios de cucllo blanco, la de los politicos, la juvenil, la de wafico de drogas entre otras, avalan contundentemente esta evi- dencia, Como hemos venido mencionando, el problema de la criminalidact es tan complejo que debe inter- venitse desde milkiples disciplinas y fndamentalmente, desde las ciencias empiricas (la psicologia, la sociologfa) com el irrenunciable complemento de las ciencias normativas, como el derecho. A. CONTENIDOS DE LA CRIMINOLOGIA ‘Tomaremos la posicién amplia del destacado catedrético en derecho penal Garcia-Pablos (1996; p. 19), quien textualmente define: la criminologta como: Como refiere Garcla-Pablos, esta aproximacién al concepto de criminologfa insintia ya algunas de las caracteristicas fundamentales de su método: empirismo ¢ interdisciplinariedad; ancicipando el abjeto: anilisis del delito, el delincuente, la victima y el control social y las funciones de aquella: ex- plicar y prevenir el crimen ¢ intervenir en la persona del infractor. Definicién de criminologia. A diferencia de otras definiciones convencionales, la. que se propuso anteriormente responde a una imagen modema de la criminologfa, en plena sinconia con el saber empirico actual, pero que toma en cuenta al mismo tiempo los origenes de esta disciplina y la expe- riencia acumulada. Parafraseando a quien debe darse el mérito, Gatcla-Pablos una criminologfa moderna y més integra- dora debe contemplar: 1. Una caracterizacién del ctimen como problema, que resalte la base “conflictual” y enigmética de aquel, su faz humana y dolorosa con las trascendenclesimplicaciones de todo orden cultwsalreli- ¢gios0, politico entre ottos, que deriva de'tal andlisi 1 ‘ConTEXTUALIZAGION CRIAENNOLOGICA DBL DELITO Ls 2. Unamplio ambito tradicional dela criminologla y que, adernds, incorpora su objeto a las investiga- ciones sobre la victima del delito y el denominado control social. 3. Una acentuada orientacién prevencionista del saber criminol6gico, frente ala obsesién represiva explicita en otras definiciones convencionales. Porque lo que inceresa es prevenir eficazmente el de- lito, no tanto castigarlo més © mejor. 4, Una sustitucién del concepto de tratamiento, de inequfvocas connotaciones clfnicas e individua- listas, por el de intervencién, nocién més dindmica, en fiel consonancia con el sustrato real, indi- io del fenémeno delictivo. vidual y comunit 5. Una posicién que no renuncie a un andlisis etioldgico (estudio de las causas) del crimen (de la des- viaci6n primatia) en el marco del ordenamiento juridico como referencia tiltima (Garcta-Pablos; 1996; p. 19). Anve tan sustanciosa definicién no podriamos dejar por alto un ejemplo concreto que nos permita ver toda la exquisita dimensién de lo criminoldgico que a, la vee, supone un amplio reto social. Hace unos dias, a rafz de las penas de muerte jecutadas en Guatemala (afto 2000), asi como en al- gunos estados de EE.UU., escuchamos un programa radial interactivo en el cual el radioescucha po- da emitir sus opiniones. Posiciones neutrales podrfan llamatle como “tema controversial”; otros, con posiciones mis radicales, pensarian que es algo fécil de resolver, Sin olvidar que sélo es un ejem- plo, y que existen disposiciones constitucionales en nuestro pais sobre la inviolabilidad de la vida, vamos a manejar algunas suposiciones sobre el caso anterior. Con respecto al punto n.* I de la definici6n, de Garcfa-Pablos nos topamos con lo enigmético de un problema social como este. A partir de ahi topamos con las estructuras del poder, la politica, la ciencia la tligidn, etc. Sélo iniciando desde esta perspectiva encontramos arduos obstdculos para definir una uw otra posicién, Como mencionaban algunos de los familiares de las victimas de crlmenes atroces, que no sblo perdicron la vida de sus hijos, sobrinos, entre otros, sino que también sufrieron angustiosas y ate- rrorizantes situaciones. Pata los familiares y amigos de las victimas, ni con la pena de muerte los victimasios pueden saldarlareprochablided a tan abominables sieuaciones y, peor ain, ane algunos de estos crlmenes se habla de que no se les puede castgar (refiriéndose a su inimputabilidad). En un programa de television sobre el tema anterior, uno de los panelistas que observamos decta; si bien a sociedad no debe concebir que se le quite a vida a nadie, un gran asesino (psicépata) sepuie rd siéndolo dentro o fuera de la circel. Ast que otorgates el derecho a vivir es asumir la responsabi- lidad social de que pueda matara otra persona, y “no quisiera asumir esa complicidad” mencionaba el panelista, Desde una perspectiva prevencionista, las posiciones iban desde lo que se puede evitar o reftenar en los victimarios hasta lo inoperante que han sido estas medidas; ademés, sefalaba que no se pue- 92 = ‘coogi rene RONALD LN CHING Céseabes de tatar la violencia con violencia; sin embargo, los pro-muerte mencionaban que una cadena per- petua era una muerte a pocos que supone una flaca la edrel no es violencia Bn cuanto al punto cuatro tratamiento Vs intervencin, seialaba uno de los panelistas que lo re sultados tan atroces de muchos de estos ctfmenes son. responsabilidad de la sociedad en general; to- do tiene una causa y partic de que alguien nace malo, porque as es su naturaleza, es tener una posi cién muy reduccionista, ademas de pesimista, Por ott lado, las posiciones contrarias dectan que pat= tir de una sociedad que deba proveer opciones de resocializacién es una utopias si bien la erceles poseen deficiencias, estas podfan covregise y asf pensar en tratamientos més individualizados; es tos podrian ser opciones més reales para el sistema penal. Finalmente, podtlamos sefialar con respecto a una criminologia que no renuncie ala investigacién etiolbgica como es el caso de estos fendmenos tan particulares (los asesinos aroces, los psicdpatas) To siguiente: ls autoridadesjudiciales saben valorat, a qué dar prosidad: 1) a resolver cantidad de casos como es el paradigma existente o 2) destinay al menos, algin tiempo laboral para que los es- pecalstsinvestiguen, estudien, manejen estadstica en el buen sentido de esta disciplina, De acuerdo con la explicacién del ejemplo anterior y ottos menos claros como sucede con proble~ tas como dafio moral 0 dafio emocional, ¢s que una definicién concreta de criminologia, como la sefialada antes del ejemplo, corre el riesgo de interpretarse como concluyente y definitiva, Garela-Pa- blos sefiala que interesa més que queden claos y presentes ls diferentes elementos con que se cons- tcuicia una definicién tan amplia como la expuesta,y que estos contenidos puedan ser aplicados a la prictica profesional, no mirando los afios de experiencia y conocimiento como simple acumulacién dledatos sobre el delito, sitio que podamos transformat la informacién interpreténdola,siscematizin- dolay valorindola para transformar una realidad que es preocupacin vertebral de nuestra sociedad: el delto, las victimas, etcétera. En este sentido es que debemos tener en cuenta que el conocimiento cientfico de la realidad es siempre pacial,fragmentatio, provisional y cambiance, por lo que los campos propios de las diver- sas dsciplinas que versan sobre el hombre y l sociedad estén estrechament seacionados entre st, se amplan y se modifican sin cesar (Garca-Pablos; 1996; p. 20). Ante esto s6lo podemos decir que de- seamos tenet un futuro mejor, pero consciente de que la tinica forma de predecitlo es credndolo: in- novando, esforréndonos, creciendo y asumiendo un compromiso social, fundamentalmente, quie- nes trabajamos en diferentes Ambitos de la delincuencia y del delto, Una definicidn muy general de criminologia y que posee el mérito de plantear el problema de fren- tea las ciencias penales y'a las ciencias del Kombre fue adelantada ya desde los afios cincuenta por Bmile Durkheim: “en la criminologia, constatdmos la existencia de cierto niimero de actos que pre- sentan todos un cardcter exterior y que, tina vez realizados, determinan pot parte de la sociedad una reacciSn particular que se llama pena. Hacemtos con ellos un grupo sv géners imponemos unos r8- gos determinados tnicos y comunes al cual le Iamamos delito. Este es todo acto castigado objeto de una ciencia especial llamada criminologfa (Pinacel, 1984, p.20). ConTberunarzaON CRMINOLOGICA DEL DEUTO 93 1 ctiminologia tiene como objeto, esencialmente, oordinas, comparar, confrontar los resultados Obtenidos por diversas ciencias, Su objetivo es de enden Propedéutico (prepatatorio), como sefala Aledo Niceforo (1876-1960) y, ala vez enciclopédica y sintético. 8. FUENTES DE LA CRIMINOLOGIA, H fenémeno criminolégico, como muchos otros, se presenta de manera compleja. Por esta razdn, como sefila Jean Pinatel en su Tratado de [iminologta, debemos segregat su estulio para efecten den andisis mis ficil subdividiéndolo en ls diferente fuentes que alimentan este quehacer (1984, pp. 22-33), 1. EL DERECHO PENAL qamo medio de contral social, que se pueden escdiar lor deltes los delincuences, Sin embargo, ls ideas de autores como Von Lisi, reflsjan que la timinologia es la que debe dar luz sobre los de, baby aunitfan una mejor formulacn dels teglas poiivas La dancing entre el detecho pe- tly la criminologia estriba en que el primezo es una eich, ormativa, que se interesa en las penas ¥ ef las notmas juriicas relatives a la penalidad y la seguncla, es una ciencia empirica que se inclina sobre el estudio dl fendmeno criminal, es dec, sobte los heshae ¥ las personas a las cuales se refi. ren ls norms jucdico-penaes. Por ejemplo, el derecho arent Por qué la pena de un robo con fotenca sobre as personas es de dos a ocho afosy no de une nah Alios como si se aplica en el roe bo con violencia sobre las cosas; micntras a la Personalidad Condiciones Biolégicas y Sociales Figura 3.1: GRAB.CO DRL FENOMENO DEL DBLITO, Fuentes Yserpetado por R. Lin Ching, 100 —t ‘ivolegia fren /Rowaao Line Crmsc Casrenes 1. ORDEN DESCRIPTIVO DEL DELITO. Los conceptos operacionales de orden descriptivo que implica la definicidn criminolégica de delito segtin Pinatel (1984) son: + El medio : que permite abordar el estudio de las condiciones fisicas sociales. © Elterreno heredado: que sirve de base para el estudio de las condiciones biolégicas. * La Personalidad: (situacién y acto), indispensables para la comprensién de la génesis psicolégica y Ja dindmica del delito. 2) BLMBpio. Se refiere a su mundo ciscundante, no en su papel estético sino en su aspecto dindmi- co y el papel activo que juega con respecto a cada ser viviente. La sociologla contemporénca sefia- la que difecencia de los animales que suffen el ambiente, el hombre lo vive ylo transforma. El me- dio o el ambiente en su forma mds activa posee ciertos factores que predisponen en la comisién de un delito, pero no son una causa directa, aunque en ciertos casos, cumplen_un papel muy impor- tante (por ejemplo, la cércel: un lugar de violencia que genera lo mismo). Un ejemplo que nos abre el panorama alos tantos factores influyentes, puede ser el de que porcentualmente, podrla- ‘mos esperar mayor delincuencia en una comunidad urbano-marginal que en una de altos medios socioecondmicos, pero en la segunda, los hay tantos delineuentes como en la primera, con el agra- vante de que no hay estado de necesidad ficilmente comprensible. Debemos distinguir entre medio fisico y medio social. Nadic duda de la influencia fisica como es cl clima, las condiciones geogrdfcas para la organizacién econémica de une comunidad como uno de los tantos aspectos. * Gracias a Darwin se introdujo la nocién de medio fisico en las ciencias biol6gicas, y aunque este cienufico attibuyé al medio solo una influencia secundaria, su aplicacion fue muy objetiva, Desde la perspectiva més especifica: la del hombre como animal superior, racional, subjetivamente el me- dio fisico es vivido pot el hombre y es por ello que su influencia psicol6gica puede ser considerable. * El medio ocial, desde luego también considerado por la criminologia, se puede desglosar des- de los micromedios hasta los medios ecolégicos, culturales, socioeconémicos; sin embargo, es- te método distingue por una parce, el medio general y por otra, el medio personal. El medio general engloba todas las circunstancias gencrales del medio circundante que producen in- fluencias comunes a todos los cidadanos de un lugar determinado, El medio personal, al con- tratio, engloba el contorno del individuo que produce influencias particulares y generalmente decisivas. Respecto a este medio personal, De Greeff distingu‘a cuatro influencias basicas: * El medio ineludible de la ferailia, lugar del mundo en que se ha fijado el momento histérico donde aparece, tambidn pintorescamente implica el medio geogréfico, la casa, el callején, la aldea, o la ciudad donde recibe el alimento, abrigo y catifio. + Elmedio ocasional constituido por li escucl, la guardetfa, la religién, ec., en cuyo seno se re- velardn ciertos rasgos'psicolégicos iridividuales. +. El medio escogido 0 aceptado, por el adolescente 0 el adulto, 0 al menos, lo aceptado en tan- to se resigna o complace en él. ‘CONTEXTUALIZACION CRIMINOLOGICA DEL DEUTO Laces Q + El medio suftido compuesto por los medios de control de la sociedad, la policta, las leyesjudi- ciales, cérceles, con las cuales el delineuente debe siempre contar y cua influencia puede ex- tenderse sobre él. Siempre surgirén las resistencias o los desacuerdos con el medio en el que vive un individuo en ocasién de un conflicto; sin embargo, toda persona trata de aceptar. Sucederd, entonces, que el sujeto, levado por sus disposiciones personales, 0 por sus movimientos afectivos exa- gerard el sentido y la significacién de ciertas manifestaciones de la vida social e imaginaré,ilu- soriamente, que el medio sc modifica cn el sentido en que su inconsciente lo desea. En ese caso, el sujeto se pone a pensar y a eaccionat en relacién con ef medio, no tal cuales, o tal como ha permanecido, sino tal como él ha llegado a representirsclo © a comprendeslo, EL TERRENO HEREDADO. Se refire a la herencia, alo innato, que aunque supone una permanencia, cambia y evoluciona, tanto en sus elementos como en sus combinaciones, bajo la influencia de los aportes exteriores, La PbRsONALIDAD (situacién y acto). El concepto de personalidad esté hoy cn boga en la crimino- logia y en mi ctiterio retoma y resume los factoresesenciales que determinan o precipitan el acto de- lictive. Como se trata de un concepto tan dinémico sobre el cual ya nos hemos extendido en el ca- pitulo anterios, esumimos concepeiones generales: — Desde la tradici6n antropoldgica de la escuela italiana, el término personalidad es sinénimo de in- dividualidad fisica y psicolégica = Elpsicoandlisis ve en la personalidad una organizacién dindmica, Las osclaciones de la vida del in- dividvo entre el placer, el pragmatismo y el deber son explicadas por la lucha entre tes instancia: El ello, que representa ls fuerzas innatis, iracionales¢ inconscientes como el deseo sexual; Bl su- peryé, que da cuenta de las fuerzas de orden punitivo, expiatorio y es representante de las normas sociales; El yo que express el resultado de ls dos fuerzas anteriores y aquellas fuerzas derivadas del aprendizae ~ Lasociologia parte de que la personalidad es la que esté esencialmente representada por los clemen- tos culturales que constiayen la condicién de ls concepciones morales del sujeto; através dela so- cializacién se incorporan las coscumbres, las creencias y las actitudes. ~ _ Lapsicologia moderna, ampliamente influida por el existencialismo y la fenomenologfa, define la personalidad desde un punto de vista subjetivo. Para esta disciplina, la personalidad se expresa en cl "yo", que permite al hombre sentirsecxistir en su estado de conciencia (Pinatel, 1984, p. 87) + Situacién, Este es el punto de partida del desarrollo del paso al acto. El complejo peisonali- dad-situaci6n constituye la base misma del paso al acto. Es el momento determinante en el cual se define o no un acto, es el momento inmediacamente posterior al acto. Uno de los grandes méritos de Olof Kinberg es haber acentuado la importancia de las situa- ciones prectiminales, pues considera que pueden estar basadas en estfmulos: distingue tres ti pos de situaciones las stuaciones especlficas o peligrosas en las que el sujeto no busca la oca- sidn para cometer el hecho; las situaciones no especificas © amorfas; en las cuales la ocasién se busca y las situaciones mixtas (Pinael, 1984, p. 88). 102 ‘acl rene /RORALD LN CHING Castes La posicién de D. Lagache difiere de la anterior y refiié que, una situacién existe porque el individuo mismo se colocé en ella, a pesar de que Exner demosted cémo, a consecuencia de Jas circunstancias, las modalidades de ejecucién pueden facilitarse. La situacién actia. acce- soriamente, observé Sutherland, por la puesta ala disposicién de una oportunidad para un ac- to criminal; sin embargo, esta oportunidad esté influida por la situacién-petsonalidad y la apreciacién subjetiva del sujeto. En este punto, Olof Kinberg destaca que debe haber en esa situacién una influcncia anticriminal que es el reproche, pena o los castigo sielindividuo es apresado y, antes distingue un riesgo objetivo y un riesgo subjetivo, factor tltimo que es que influye en los virtuales delincuentes. En este apartado ¢5 donde la psicologia forense se detiene para buscar la delitogénesis 0 mo- tivacién. para delinquir, mientras que el derecho enfoca su.atencién en los estados de necesi- dad justificantes y exculpantes, no para efectos de establecer la culpa, sino para efectos de es- tablecer fa pena. + Hlacto. El acto criminal, nacido de una situacién especifica constituye la respuesta de una per- sonalidad a esa situacién. En la base de todo acto criminal hay una tensién psicol6gica producida por la situacién espe- cifica en la cual estd enyuelto el sujeto que lo comete. Esta tensién psicolégica provoca una ligera ruptura de su equlibrio psiquicos puede, igualmente, tstablecerse o fracasar en la reso- lucién de la tensién psicoldgica. Este fracaso determina una feustracin, la cual la vez, pue- de originar adaptaciones logradaso fillidas que son las que llevan al acto criminal En efecto, no hay que olvidar que el hombre busca siempre el bienestar y que, en consecuen- cia, el acto criminal debe estar situado en la bxisqueda de st mejor equlibrio, que él persigue incansablemente. % Este esquema debe tenerse en cuenta cuando el hecho posee una situacién espectfica, pero si no la hay, ditemos entonces, que la tensi6n psicolégica procede de la personalidad misma 2. CONCEPTOS OPERACIONALES DE ORDEN EXPLICATIVO En lo criminolégico, para Pinatel, debemos definirciertos conceptos en forma més descriptva, de maneta que podimos explicar algunos fendmenos claves o factores crimindgenos que tienden a con- fanditse. Por factor criminégeno debe entenderse todo elemento objetivo que interviene en la produc- cién del fenémeno criminal, © que contribuye con ese fendmeno. 2) Factor crimindgeno, causas y condiciones, No hay expresién mds corrientemente utlizada en cti- minologfa que la de factor ctimindgeno y que trataremos de explicar a continuacién, conjuntamen- te con causas y condiciones'y'su diferencia. ‘Un acto criminal expresa el comportamiento de un ser humano y esté detetminado, por eso mismo, ¢ una multiplicidad de factores que estén asociados, con frecuencia, pero no siempre, a causas 0 w ip per ip méviles. 103 (CownmxruatizaciOw cmdiNOUOGICA DEL DELITO Un informe de la ONU sobre politica criminal precisa como causa una condicién necesaria sin la cual un comportamiento no se habrfa manifestado. Un cierto estado mental o una situacién pro- duicida por un simple concurso de circunstancias pueden ser la causa de un acto de delincuencias por cjemplo, un estado delitante de esquizofiénico, 0 un estado pasional de adulterio en donde las cit- cunstancias a menudo demuestran un atenuante juridico por el estado de alteracién de la concienci Los trabajos de Von Hentig, (1947, pp. 93-101), una autoridad en este campo y el iit Congreso In- ternacional de Criminologia ~en La Sorbona, 1950~ se ocuparon del asunto. Para este autor, debe- ‘mos entender por causa un agente que precede al efecto y es invariablemente seguida por él Introduce también, Von Hentig, la concepcién de condiciones que a diferencia de las causas, pro- vocan solamente ocasiones o estimulos suplementatios; es deci, como otros autores, prefiete dife- renciar entre factores causantes y Factores precipitantes 0 concomitantes. Estas condiciones per- miten aclaar los elementos que poseen importancia en la etiolopfa criminal, pero a nuestro gusto no siempre adaran sobre las causas. Por ejemplo, la pobreza extrema no es la causa de la delincuen- cia, porque no todos los pobres son delincuentes, pero esta sf puede ser en una condicidn que favo- rece la delincuencia o un factor precipitante de la delincuencia. b) Factor crimindgeno, causa y mévil. Asi, Olof Kinberg (citado en Pinatel, 1984) sefiala que la ‘causa es esencialmente de orden objetivo, deriva de la relacién entre la individualidad y la situacién. EL mévil, por el contratio, es de orden subjetivo; pero se trata de los efectos producidos por la cau- salidad objetiva en la vida interior del sujeto y de-vivencia objetiva de su pasado, Sin embargo, des- de la perspectiva de la ctiminologta psicoanaltica, el mecanismo psicolégico profunde que const tuye el verdadero mévil de una conducca puede tener un valor causal por s{ mismo, sin referencia al antecedente bioldgico subyacente. La distineién entre causa y mévil es seductora a priori, y puede suscitar las crfticas de aquellos que no se contentan con asignar a los mecanismos psicolégicos subjetivos el simple cardcter de conse- cuencia de una causalidad objetiva. Supongamos que una mujer vietima de violencia doméstica decide separarse de su esposo, después de haber buscado todos los medios para salvar su matrimonio, dada las insistentes sugerencias de su familia. Los antecedentes refieren haber sido victima de lesiones gravisimas que le enviaron al hos- pital; la policfa Le negé su ayuda por el miedo que le tenfan a su esposo y por las amenazas de muer- tesi ella se iba de la casa La sefiora, en tal situacidn, decide matar a su esposo. En lo real quizd tendrfa solucién, pero en lo subjetivo no tenfa oxra opcidn: o la mataba él a ella o lo mataba ella a l, En este caso, disfamos de manera simplificada, la causa estd motivada por las anteriores lesiones gravisimas y la falta de apo- yo familiar y policial. El mévil era evitar un mal igual o mayor al que el cényuge le propiné, debi- do a la incesante agresin psicolégica y fsica, la cual percibié sin salida. Las condiciones, por otto lado, se refieren a las circunstancias precipitantes del acto ilcito; es de- cir, alos estados de necesidad que en el cjemplo podrian adquiric un matiz diferente: que lo mata- ra después de una discusién de las acostumbradas o al amanecet cuando el hombre estuviese docmi- 106 do. Las condiciones son: “una discusién acalorada’o “al amanecer con el hombre dormido”. Ahora, observemos otto caso: el de otra mujer que no posce antecedentes de violencia domestica; las con- diciones y el mévil de la conducta adquieren otro sentido, Si desde el punto de vista tebrico es bastante dificil diferenciar causa y movil, desde el punto de vis- ta prictico se impone una distincién entre factor y mévil. Es un hecho que cl factor es un elemen- to esencialmente objetivo que precede al mévil, el cual es de naturaleza subjetiva. La cuestién de que el mévil puede actuar como causa es discutible, pero que el m6vil sea influido por el factor es una verdad de experiencia comprobada, En el caso citado, los factores son los eventos antetiores de agresién y de falta de apoyo y el mévil es la interpretacién de que no tenia ottasalida y que, por lo tanto, debfa evitar su propia muerte. 1. SOCIOLOGIA CRIMINAL En capitulos anteriores, principalmente el primero, hemos esbozado muchos de los principales apor- tes de la psicologfa a la ctiminologia. Creemos oportuno incluir en este capitulo -que asume la par- te mactosocial del tema general de este texto y del problema de la delincuencia-, un vistazo sobre los importantisimos aportes de la psicologia social otras a la sociologia criminal. Recotdemos los comentarios de Lombroso en su obra El hombre criminal (1876), citado al inicio de este capftulo, so- bre la inescindibilidad de lo bio-psicosocial en la génesis de la conducta criminal, es decir en un sen- tido amplio, la inseparabilidad de lo biolégico y psicosocial, en el canto ambos se determinan uno al oiro. No obstante, lo polémico de su aporte, la evolucién de sus conceptos en es0s tiempos die- ron paso a la comprensién del problema de la delincuencia como totalidad u holistica conductal “hombre-medio", que ha sido la teorética de nuestros dias, A los estudios de la antropologtay la so- ciologfa criminal se afiadieron los de la psicologia criminal y, atin antes, los de la psiconeurofisiolo- fa pavloviana y de la neuropsicologia del colaborador ruso.de Pavloy, V. M. Bechterew, introduuctor de la denominacin de reflexologfa. A.su vee, en forma paraela, en esa época venfan recogiéndose los frutos de la escucla psicoanalitca de Freud, Alexander y Staub con su psicoandlisis criminal. Més oportunamente irrampié Watson, con su observacién objetiva de la conducra, proporcionando hipétesis verificables con control de variables, Més adelante con posibilidades de la reproduccidn de estos fenémenos, las diferentes con- cepciones fueron avanzando hasta las més sofisticadas teorfas contemporéneas del aprendizaje crimi- nal, que es una de las dreas en que la ciencia psicolégica ofrece mayor investigacién y desarrollo. Las teorfas del aprendizaje, la medicina psicolégica (psiquiatria), le psicologta social, fa genética, la antropologfa, reconocieron la inescindibilidad conductualy, como advierte Tieghi en su Tiezado de criminologta (1999, p. 388), cada disciplina es s6lo un escalén cientifico en la comptensién del pro- blema general del crimen, y por sf solas no podrian abrazar jamds la complejidad etioldgica humana del problema, su dindmica: a del hombre en sociedad, to CONTESXTUALIZACION CRIMINOLOGICA DEL. DELITO 7 Rescatando la inescindibilidad del hombre-medio, la concepcidn macro del problema o sociologla criminal fue enriqueciéndose agigantadamente con los nuevos hallagos dsciplinarios y, muy espe- tialmente, con el aprovechamiento del mérodo estadistco desde 1930, com el aporte del sabio ma- temitico belga Adolphe J. Quetelet (1796-1874; citado en: Rivacoba, 1982, p- 214). El fue quien plan- ted gue hs fecuencias de earacteres humanos se distribuyen siméticamente alrededor ce un valor medio, y decrecen regularmente en cuanto se van alejando de ese valor medio; por ejemplo, vara- bles coumo la edad, I ineligencia, etcétera, siempre se dstribuitén, en Ie generalidad de las investi- gaciones de la misma forma desrta anteriotmente, conocda como “campana de Gauss’. A pesar te ser Quetelerelcreador del concepto, este fue perfeccionado luego por K. Pearson, quien logrd ins popularidad. Més adelante, este_mécodo fue independientemente redescubiero por la Lapla coy Gauss; de abt que la graficacién de fecuencias s¢ conozca también como “eurva de Gauss 0, como ya mencionamos, campana de Gauss. As, este método estadistico fue Hevado al campo eri minal con gran éxito, junto con dos aportes muy importantes que permitisfan una compresién del problem ce forma mas integral: 1) La exposicién slaiva de fa cifraoculta de criminaidad y 2) La utilizacidn de la entrevista: La sociometria 0, como se le conoce en los pafses de habla inglés, el Survey. Volviendo al tema dela sociologta, ditemos que gracias a estos aportes de la estadistica como una he- tramienta fundamental en la investigaci6n criminal, se desarrolé la socilogia criminal y, en la actua- lidad, pero sin dejar de lado que ain las concepciones biologistas més deterministas han otorge- do un lugar indiscutible ala relacién del hombre y su medio, es decit queatin sas coments no tlesestiman del todo el ambiente, a pesar de que no han desechado las caractersticas fiscas y su rela- cidn con el cemperamento. La literatura contemporinea de las cortientes biologistas o de delincuentes natos atin no desestima Ia importante influencia de lo socal sobre el individuo. Por ejemplo, citamos los muy recientes mo- vimientos de los Estados Unidos y Canadés aquellos refrescan a Lombroso con sus “teorlas’ de los endomorfos, ectomorfos, endomorfos. Thompson (1990) con sus concepciones de los desatracti- vos (6 atfrativenesen el idioma inglés), ha estimado que alrededor de unos 250 000 delincuentes ran moderadamente desfigurados. Otzos ejemplos ce movimientos recientes son los de Paulhus 8 Martin (1986), los cuales han fo- calizado en los delincuentes anomalias fisicas menores, lo quc han llamado Meas (minor physical anomalies) y, més recientemente, Adrian Rain (1993, p. 79) en una cuidadosa revisién de la literatu- ra de 13 demostraciones que analizan gemelos (rein studies). En su resumen estadistico sefiala que tun 51;596 de gemelos idénticos son concotdantes con el crimen, comparado a un 20,6% de geme- los no idénticos, lo que concluye que hay evidencia en la influencia genética sobre el crimens sin em- bargo, todas estas concepcionesexplciao implcitamente plantean una combinacién de factores ge aécicos detetminantes pero no desestiman al medio, factor que potencializa al criminal nato (Bar- tol, 1999, pp. 48-112). Asi, desde una u otra perspectiva, como plantea Tieghi (1999), n0 se puede escindit a la persona de su medio, lo que se conocerd més adelante como la inescindibilidad. 06 a“ “Bilge frome Row LN Cris CPeDES Poresta razén, no podemos desatender en este capitulo el fendmeno macro del crimen o lo que he- mos llamado sociologfa criminal. Si bien esbozaremos algunos de los principales argumentos que nu- tren esta disciplina, queremos introducirnos en este campo con la siguiente definicién que tesume Jas principales variables de esta ciencia: Una ver que hemos contextualizado la sociologta criminal, haremos una sintesis de algunas de las principales concepciones tradicionales y contemporéneas que mayormente han influido en la com- prensién del fendmeno dela delincueinca, tal y como lo plantea el destacado ctimindlogo latinoa- mericano O. Tieghi (1996, p. 500) del cual hemos extrafdo el eje central de este apartado. ‘A. LA SOCIOLOGIA CRIMINAL Y LAS CIENCIAS NORMATIVAS. Algunos autores como Alimena y Manzini (mencionados en Tieghi, 1989, p. 389) , en wn concepto bastante compartido, opinaron que la sociologia criminal era una disciplina descriptiva que no po- a incegrarse con una disciplina normativa como ¢s el derecho penal. Sin embargo, lo contratio opind Ferri, quien considera que la conducta humana, social y delictiva, normal o patoldgica, no es ni puramente ideal, ni puramente biofisica 0 natural. El mundo de las normas, valores y signfica- ciones no puede ser natural de la especie humana ni tampoco dejar de setlo. Los conceptos ente ideal y ente natural son complementatios, como ya lo hemos venido comentando. Por ejemplo, no existe, aun conceptualmente, a estafas siempre seré mi concepto de estafa; Ja uni- versilidad no operard sino por condicionamiento y la mayor universalidad depender’ del mayor arco de referencia compattido, Ast, este fenémeno de la delincuencia no es més cultural que pro- pio de le naturaleza humana, sino una combinacién:de ambos. 8, RELACION DE LA SOCIOLOGIA CON OTRAS DISCIPLINAS. Como sefiala Tieghi (1996, p. 503), toda indagacién social cientficamente seria, de la conducta cri- tinal, nos va enfrentar con inesperadas variables no controlables cuyo andlisis s6lo puede desenvol- verse en un plano puramente reérico-especulativo y su probable valor, en ese marco de referencia es reconocer lo complejo de iun problema como es la delincuencia, ‘ConTUAZACON GNANOEOGICA DAL DELTO Hoy, gracias a los beneficios de la computacién y la estadistica, se analizan dentro de los Kites se- iialados en la definicidn, grandes grupos de sujetos a través de toda clase de cotzelaciones entre el fe- inémeno criminal y macrovatiables derivadas de la toralidad: por ejemplo, entre el fendmeno crim nal y la cultura; la densidad de poblacién; los repimenes politicos la situacién econémica; la distri- bucién de la riqueza; los fenémenos de frustraciéns las guerras, ctcétere. Si bien la sociologta no puede desarticularse de la biologia , ni de la psicologta, ni de la estadistica, ni del derecho, ni del clima, etcétera, eso no obsta para Ia formulacién de hipétesis controlables so- breel hombre que, como tal, ¢s un animal biopsiquico que se desenvuelve en el medio de modo di- nimico y conforme a leyes. Para Tieghi (posicién que hemos compartido) la sociologia criminal, como fenémeno cambiante no se puede escindir ni aun de la biologia (fenémenos més constantes), Para este autor, la criminali- dad tiene su origen en la sealizacién individual (ontogénesis) de la herencia filogenética (origen y de- sarrollo de la especie) donde ha de hallarse la explicacién singular de la conducta criminal concreta. Ane este juego de palabras que no dejan de poseer profundas implicaciones conceptuales, espera- mos que el lector encuentre aclarado, que aquello que el andlisisescinde entre una disciplina y otra no es sino para efectos pedagdgicos y para poscer mayor control de las variables cn la investigacién de un fenémeno tan complejo como la criminalidad. Como hemos mencionado, la realidad del cri- men no responde desde lo sociol6gico, psicolégico, bioldgico o jurfdico, sino que exige niveles de compresién de una tinica realidad. cc. VARIABLES FUNDAMENTALES QUE NUTRIERON LA SOCIOLOGIA CRIMINAL TRADICIONAL En nuestro concepto la sociologia criminal se alimenté inicialmente con diversos factores asociados al problema de le delincuencia (Factores de la educacién, la familia, la pobreza, vivienda, la crisis eco- némica, la guetra entre otras), como producto de los mds evidentes hallazgos que ofrecfan las corre- laciones de las diferentes variables con respecto al problema en cuestidn. La estadistica fue una he- rramienta determinante, pero los costos efan muy elevados en cuanto a la tecoleccién de los datos Por eso muchas de las investigaciones no podtan pasar més alld de andlisis descriptivos. Suponemos que tanta inversién habia que justificatla, por lo que, en muchos casos, no quedaba més que el disimulado remedio de beneficiarse de la correlacién superficial entre una variable concomi- tante o precipicante y el problema criminolégico en cuestién, y muchas de ellas “se vendian” como casas Como venfamos mencionando, el objetivo es centrarnos en la “sociologfa criminal” por lo que, en este caso, hemos extrafdo fundamentalmente las macrovariables. Estas han sido las hipétesis inicia- les del problema de la criminalidad, gracias a la conrelacién estadistica que se ha encontrado asocia- 108 Picea frou RONALD Lin Guns CESPDES dacon elas. Algunas de estas grandes variables son la educacién, la familia, la pobreza, las crisis eco- ndmicas, politcas, la guerra, entre otras. A continuacién dlesarrollamos algunos argumentos que ex- ponemos, de manera sintétca, basados en el escrito de Osvaldo Tieghi: Tratado de criminologia 1, LA EDUCACION Delo dicho, avalado por investigaciones conductistas, reflexoldgicas y de neuro- quimica celular de las ltimas décadas, se desprende que un recién nacido es potencialmente apto para ser un criminal, un literato, un politico o un pastor, as{ como nuestra sociedad es potencialmente apta para desatar Ja guerra o para justficarla, para otorgar el premio Novel de la Paz. o para financiar armas. Todo de- pende de la educacién que haya sido orientada y reforzada en uno t otto sentido, en un complejo ‘marco socioeconémico y sociopolitico; en este mundo desarrollado, tanto en el Oriente como en el Occidente, no faltaré el hacinamiento, la urbanizacién cabtica, la explosidn demogrdfica, la desnu- tricién, la ambivalencia institucional, etcétera. De lo-expuesto se desprende que la reduccidn de la tasa de criminalidad, s6lo puede tener éxito si con ancelacién a la formacién de las personzlidades con conductas 0 con. trastornos antisociles, se acta preventivamente y no tanto correctivamente: que aparte de que escogimos cl camino menos beneficioso sefialado por el conductismo (el castigo) este modelo esté tan arraigado, que atin no nos hhemos desprendido de él, Skinner deci: a sociedad podré curarse si pudiéramos cambiar de’ mane- ra tal que la personas reciban incentives por lo bueno que realizan (cefuterzos positivos) més que re- cibir los castigos por lo malo que hacen: refuervos negativos; generosa y consistentemente de mane- ra que adquieran, manifiesten y realicen un comportamiento exitoso (Tieghi, 1999, p. 395). Atin conociendo que el castigo o la sancién requicre de mayor esferzo para modificar una conduc- ta, sies quelo logra, en consecuencia, como lo estima Tieghi, deberd ser, al menos, de la siguiente forma: Sobrado esté el comentario de por qué el:sistema carcelatio y otras similares de indole doméstico (castigo fisico pata los hijos) no tiene los resultados esperados. 109 ‘ConTSCTUALZAGION CANMNOLOGICA DEL BELITO| 2. LA FAMIUA Seha demostrado que un nfo abandonado como el encontrado en Alemanis criado por una perra bel mes antiguo (1930) y reconocdo caso de dos nifos eiades como Iobeznos en la India, han ad- guiri ls conducts de “su familia” canina Bn ninguno de Jos casos ni se expresaban ni camina- vn tenfan posturas ni rasgos conducuals humanos, sus mares enian uta fuerza poco co- ain para comer care cra 10 timos, habian adquiida las costumbres de los Lobos; algo si- mnilar ocuttié con el nifio criado como si fuera cachorro. Estos casos prueba To que ya ancipaba Watson, indebidamentecombatdo en su epoca; esto €8, que salvo algunas manifestaciones como el hip, el lato, los movimientos ‘ocular, los movimientos de Tas manos ybrazs, ec, toa conduct como caminat comer, gests assets aprendida. 1a familia es, ast el molde en que se desenvuelve el ovillo de la expecie como dindmicas biosocioge- nética y biopsicogenética, configurando estructuras de impulsos sociales 0 desaprensivos o criminé- genos, por lo que cuanto en ella curt se rsada de una w ova forma a los hijos y alos j6venes fu- anys ‘Taato mas decisva es In educaciSn familiar si tomamos en cuenta que Ta persona hereda un potencial pero necesita del medio para realizacién de esa potencialidad (Tiegh, p. 400). Fundamentalmente «a familia se e han arbuido la genesis dels princpios de Ia incorporacién aieta antoridad en un modelo, no del todo, pero esencinlmente pata. [a familia como fuen- tcintegal en cuanto al proceso de formacionatraviesa es etapa maduracién, el aprendizaje in- tividaaly dl sociocularal, lo que implica presencia de un orden en adquisicién de los conoci- Tnientos respect alas signiicactones, valores y normas cultures, las que se van asentando sobre ¢s- wae anteriores y compasbles. ‘Temas conocidos es el de a exsis por separacién o ruplul® dela feilia aunque empiricamente, 90 hay prueba dela incidenca de os efectos causados por la fami- fn incompleta sobre la criminalidads por esto compartimos més bien dl criterio modezno de rupeura devineales y no separacin fica como lo expondremas enol apertado de delincuencia incipiente, tos temas que debilitan el modelo experado de familia, ales como orfana, divorcio, desocupa- cién y delt, los cules cuestionan la estaba fami, ba antoridad paterna, la unién conyugal, se ganoa dl hogar, dan lugar a experiencias ambivalenes y aun vaco en la educacién sociocul- tural primaria de tipo sostenido, coherente y autocortectiva. 3. POBREZA Y VIVIENDA PRECARIA os extudios demuestra inequivocamente que a pobreza y la vivienda precariao su caren velacionan con un mayor indice de ciminalidad, Sin embargo as investigaiones de hacinamien- te hoy extn cuestionadas.No podsfamosexlicar por eemplo,cbmo ura buena parte de los de- Tincuentes posee todo lo contrati a estas condiciones. 0 “Piolo arene ROWALD LN CHING CESTEDES Alpunos autores, desde una posicién critico-marxista, suponen que la parte dominante de la socie- dad consolida muchas carreras criminales de sus marginados. Ast lo recuerda Beristain en su libro: El delincuente en la Democracia (1985, pp. 75-76), quien agrega que “este sistema carcelario” es bési- camente un instramento esencial para la creacién de la poblacién. criminal reclutada casi exclusiva- mente en las filas del proletariado y separada de la sociedad. 4, LAS CRISIS SOCIOECONOMICAS, GUERRA Y POSGUERRA En términos generales, como sefiala ‘Tieghi, la aplicacidn de las leyes de la evolucién, adaptacién. y crisis como son los procesos de guerra, pueden clasificarse como intentos homeostéticos poblaciona- les frente a los grandes cambios socioeconémicos y politices. Bien decta A. Nicéforo en su texto Crininologta (1955), que las bruscas desviaciones en las cifras de la ctiminalidad se enlazan con cambios repentinos y graves de la marcha normal. de la vida colecti- va de un pueblo, tal como ocurte durante los perfodos de guetta y postguerra. Estos periodos, fun- damentalmente los de la postgueéta presentan la mayor variabilidad criminal; todo favorece la pér- dida de valores morales; los efectos de la desocupacién, las transformaciones en la conducta de los excombatientes y sus victimas, la misetia, la fuerza frustrante de la derrota y la escasez de vivien- da y muchas otras cosa més, cn suma toda la neurosis de guerra, como lo planteaba Fairbairn (cita- do en Tieghi, 1989, p. 409). En realidad, estas complicaciones sociales-aunque son largas son transito- rias, o sea, es un incremento en la criminalidad que una vez, reequilibrada la sociedad tiende a bajar- las, Sin embargo, estas experiencias no deben ser con los supuestos de caos moral y desmoronamien- to de valores sociales centrales ante las llamadas emergencias econdmico comunitarias; por ejemplo ante movimientos de prorat desastres naturales muy focalizados, como desalojo por inundacio- ns, huelgas u otras en las que se pueden provocar saqueos, defraudaciones, corturas, apremios ilega- les y hasta homicidios con fines politicos. Debe tenerse en cuenta el sesgo de lo dicho en cuanto a que en ciertas emergencias, af tiempo que se pueden incrementar actos delictivos o de pillaje, muy cominmente surgen también principios de solidaridad. D, UNA REVISION CRITICA DE LAS TEORIAS CRIMINOLOGICAS Con el objetivo de construir una conciencia més critica para aquellos que construyen el conocimien- co ya sea desde la investigacién o desde su prictica técnica 0 profesional, queremos sefalar algunas de las limitaciones que han encontrado los estudiosos, raz6n por la cual hemos escogido a Osvaldo Tieghi como eje central de este gran tema, debido al equilibrio de sus apreciaciones. Aclaramos ue la revisién critica de este autor no pretende descalificar las diferentes concepciones de la socio- logia criminal; por el contrario, la intencién es potenciar el conocimiento en aras de que el lector ample sus criterios crimindlogos. m1 (CansrBeTUnLIZACION CRIMNDLOGICA DEL DELTO| 1. TEORIAS TRADICIONALES DE LA CRIMINOLOGIA En ka primera parte de este apartado hemos expuesto las teorias iniciales de la criminalidad, las cuales se desatrollaron entre fines del siglo antepasado y las primeras décadas del siglo veinte; estas, segdin’Tieg, hi, tuvieron, principalmente, tes orientaciones: 1) La biol6gica o constitucional; 2) La psicogenética, primordialmente, por medio del psicoandlisis, y 3) La social o sociolégica (Tieghi, 1989, p. 411). Debe renerse presente que no es cierto que los investigadores se encerraron ciega y neciamente en Jos limites de sus disciplinas, muy por el contrario, ellos siempre atendieron a la totalidad bio-psico- social, ain cuando la posibilidad de investigar tales propuestas no era todavia factible empfricamen- te, Esdeci, ni Ferri, ni Lombroso, ni sus seguidores ignoraban la multiplicidad causal del crimen. La verdad es que gracias a estos trabajos pioneros, es que nos introducimos a valorar en qué consis- tian las eyes holsticas del aprendizaje, La holistca era un movimiento que surgia en contraposiciéa con las concepciones atomistas en que la parte eran lo ms importante en la explicacién del proble- mma criminolégico, mientras que en la holistica el concepto de totalidad no es entendido como suma de las partes sino como la forma en que se construyen estas relaciones evidentes que dan sentido a la unidad: que es esa identidad que llamaremos todo. Un buen ejemplo de esto es la obra de Tieg- hi: La conducta criminal (1978). En sfntesis, la criminologfa tradicional pudo hacerse engafiosamente exhibiendo fotograflas 0 tomas cstadistcas de una presunta realidad producida por la interaccién multiple de variables, con la ayu- da de una utilizacién imprecisa de la estadistica. Queremos dejar claro que no es fillo de la estadts- tica, herramienta cientifica muy objetiva, sino mala utilizacién o subutilizacién de ella. 2. TeoRiAS CONTEMPORANEAS DE LA CRIMINOLOGIA En un afin de clasificar y encasillar los pensamientos de los estudiosos, los tratadistas de criminolo- gia suelen presentar como comenta Tieghi, una multiplicidad de teorias contempordneas; sin embar- 0, ls primetas y més notables de ellas, al menos en el primer estado occidental, poscen una base predominante conductista, donde cada te6rico proyecté unas u otras variables intervinientes, sin ue la criminologia obvie el reconocer hoy la complementatiedad y articulacién de otras observa- clones (Tieghi, 1996, p. 271). Algunos ejemplos esclarecedores al respecto, como lo sefiala Tiegbi en su Tratado de criminologia (1996, pp. 268-295), del cual hemos tomado casi textualmente, son los si- guientes argumentos: a) La teorta de la desorganizacién social y la Excuela de Chicago La desorganizaci6n socal, como menciona Tieghi, correlaciona el dlito con el estado de descompo- sicién, abandono, ctsiso transicién de una sociedad. Bl tipico aprendizaje ctimindgeno puede pre- sentarse en las dos modalidades siguientes: 2 aol ‘Pricoogl oreme “RONALD Lin Coane CesreDes 1. La ambivalencia fatal, tendencia simulténca en dos sentidos opuestos, Tal es cl caso de ls sefales conttadictorias entre ls propias normas juridicasy las desviaciones de la actividad administrativa 0 la confusibn entre las roglas jurfdicas o familiares y la conducta emitidas en sf es un estado contia- dictotio de lo que se espera y lo que se haces 2, De a ineficacia emprico-normativa o a carencia de easticidad homeostética para reequiibrase con las nuevas exgencia econémicas; por eemplo, el aumento imprevisto dela poblacién por mi- gracién en busca de mejor vida, el éxodo rural, etc. Ya Clifford Shaw y Henry Mackay advertian so- bre lacorrelacién entre ciertas zonas sometidas a uri desajuste cultural y el auge de la delincuencias asi, por ejemplo, los fenémenos migratorios, de invasién o de bruscas transiciones y el aumento en. Ja tasa de ctiminalidad (Tieghi, 1996, p. 273). Las argumentaciones fueron expuestasinicialmente por los integrantes de la Escuela de Chicago, Park y Burguess, quienes no partieron de un programa conductista, sino ecolégico-social; pero sus conclusiones fueron que las zonas o areas afectadas se velan atrapadas por una red de normas, valo- res y hechos que reforzaban la conducta criminal La Escuela de Chicago se caracterizé como un grupo teorético ecolégico aplicado a la etiologia (cau- sas del problema) y la lucha contra el crimen, 2) La asociacién diferencial y el conductismo Sutherland, después de la herencia de la Escuela Chicago, planteaba que el comportamiento delict yo es siempre un resultado del aprendizaje. Aunque Shuterland no era considerado un conductsta, ste. manifestaba que el refuerzo positivo 0 negativo constiuye la variable fundamental del aprendi- zaje. Las leyes del condicionamiento se pueden apreciar observando y comparando hogares, la inte- raccién comunitaria, los grupos que frecuenta el individuo y su comportamiento. Desde esta pers- pectiva, puede asegurarse que el robo serd probablemente condicionado como operante reductora de Jos impulsos adquiridos en una sociedad capitalista en donde lo materiales sinénimo de éxito, Pae raeste autor, el criminal como todo ser humano, adquieze impulsos durante el proceso de socializa- ciénz son los denominados impuilsos adquitidos; as{ mismo, aprende a reducitlos:¢s la llamada re- duccién del impulso; por su parte, la teduccién opera conforme a leyes, sobre todo las del aprendi- zaje (citado en Tieghi, 1996, p. 274). El crimen como expresién de un conflicto cultural. La criminalidad y el conflicto cultural cons- tituyeron el objeto de estudio de estas teorfas, principalmente expuestas por Taft y Sellin, este tit- mo con su conocida obra Cultural conflic and crime. Las teorfas del conflicvo cultural relacionan la criminalidad con las contradicciones sociales, como resultado de sus cambios o el inteito de eduilibrio social (lo que estos autores han llamado ecolégi- co), cortelacionan la criminalidad.con ls contradicciones normativas y conductuales: por ejemplo, offecemos un proceso masivo-de amista a los extranjeros y administrativamente prohibimos lacon- tratacién de ellos a menos que:no hayan personas idéneas de miesto propio pals o inopia, también con las contradicciones notmativas y conductuales (Tieghi, 1996, pp. 279-280). ‘CONTEXTUALIZACION ERIMINOLOGICA DEL DELTTO Ls ©) Las teortas subculturales ‘Un grupo de autores, como Burgess y Akers (citado en Tieghi, 1996), ha tratado de extraer sus con- lusiones sobre la criminalidad a partir de las bases firmes_ del conductismo, la conductologia y la holistica criminal contemporneas; sin embargo, no incluyeron én sus intenciones de investigacién el punto etioldgico para laprevencion y terapia de a dlincuencia. Es decic de'Tieghi que su discur 50 quedé mds bien en opiniones sobre ls que suelen discurrirse al estilo de muchos otros crimi- ndlogos alejados de las técnicas cientifico-conductuales. Los citados aucotes han recogido los conceptos de Sutherland y han hecho notar a importancia de- seipefada por los grupos de referencia comunitarios y familiares (grupos subculeurales de pert rencia) que poseen valores, que apoyan promueven orefuerzan el aprendizaje dea ctiminalidad. Por Gjemplo, os grupos urbano-marginales que posten un discurso de resentimienco social en la que su conducta desviada ¢s reforzada por la comunidad, o por el grupo de convivencia, que adquiere su motivacién con la aprobacién, el respeto, el status y el prestgio del grupo. Otros autores como Whyte, Cohen, Wolfgang y otros han centrado su discurso en los planteamien- tos que resumen en el texto fovenes Dlinowentes: La cultura de las bandas y no tanto de las bandas si- no de las zonas donde ellas se ubican. Ellos notan la concentracién grupal de los delincuentes (primor- dialmente juveniles) en ciettasfrontera o vecindarios urbanos. Los subenlturalsts opinan que las pan- dillas, lejos de ser desorganizadas, se encuentran sujetas.a un sistema de valores, normas y conductas compartidas, el cual constituye su propia cultura (subcultura ctiminal) (Tieghi, 1996, pp. 281-285). d) Las teortas de Bysenck Esenck es también un terico del aprendizae criminal y uno de los mas destacados psicbloges en Ia investigacidn de la personalidad con su famosa teotfa de la personalidad, Este autor, del cual he- mos hablado en el Capitulo dos, aporté tres conceptos importantes con respecto ala ctitninalidad: 1) La ineficacia del castigo en relacién con su aplicacién tardia, Advierte que la proximidad de lt recompensa o del castigo es fundamental en el aprendizaje stimula respuesta. Ademés Eysenck, contrariando muchos siglos de préctica retributiv, sostene que el castigo no elimina la delincuen- ci, lo que més adelante los conductisas ban a consolidar en su concepcidn de. que el efuerz0 po- sitvo trae mejores consecuencias. También sefiala que la base del fracaso del castigo es la demora de su aplicacién. Esto pot cero, es algo grave en nuestro sistema penal de ah que el impurado mul- tinrciterante, a veces, hasta desconoce por qué causa sc le esté castigando. 8 Blaprendizaje se da también por ensayo-error, Siguiendo la ley del efecto ce Thorndike, Eysenck considera que el aprendizaje criminal se va modelando por ensayo-ctto, sin peruicio de los condi- cionamientos “tespondientes” y operantes y del papel de refuerzo. 53) La conducta desviada. Para este autor son el consenso, la reglas y los modelos oficiales o centales dle comportamiento los que deciden qué conducta es deliciva.o desviada y cual se ajusta alos pa- ccones preesablecidos. No exist, en esta posicin tebrica de Bysenck, un delivoinherente ala in- 14 ‘ielgl ene TROND LN Cue CseaDs teraccidn, Una conducta desviada es una falla en la socializaci6n, la cual considera no es esttia, nds bien alude a una activacién direccional y dinémica propia de los moldeamientos sociogenéticos pot maduracién y aprendizae. Debe obsetvatse que Eysenck nos dice correctamente que la nocién misma de delincuencia o de de- lito careceria de sentido fuera de un contexto de aprendizaje o experiencia social y en general de in- teraccién humana en un momento histérico determinado, concepto muy compatible con el de so- alizacién planteado por Martin-Baré (1988) expuesto en el Capitulo V de esta obra. ©) Teortas de Trasler sobre la ansiedad (CTeortas de la frustracién) ‘Tiasler, que recibié la influencia de Eysenck, ha hecho uno de los més valiosos aportes al desarrollo de una ctiminologia preventiva, aplicando modernas investigaciones sobre la ansiedad y la angustia. Opina Trasler: (citado en Tieghi, 1996, p. 287), que éstas actitan como pulsiones que llevan a situacio- nes muy especiales de aprendizaje, Por ejemplo, el escape de le ansiedad por via delictiva 0, en otros técminos: el aprendizaje delictivo para evitar fa ansiedad o el aprendizaje social para evitar la angustia condicional. En psicologéa conductual se viene investigando desde hace unos afios el efecto de la ansiedad como pulsién, Asi, el dolor se puede utilizar como una pulsién para producic aprendizaje por escape. ‘Agrega Tieghi, que Mowes, fe, a principios de la década de los cuarentas, uno de los primeros in- vestigadores en esta drea, Segiin Tiasles, en todo aprendizaje social o delictivo se producen situaciones de mayor o menor an- gustia o miedo. En consecuencia, la reaccién de ansiedad opera condicionadamente en el aprendi- zaje, tefuerza negativa o positivamente conductas sociales o delictivas. En nuestro criterio, en estas teorfas se austan las concepciones sobre fa frustracién, como factor que condiciona la criminal- dad. Por estas razones, Trasler (citado en Tieghi, 1996, p. 288), seffala que como la clase media o su- perior, tiene una mejor integracién conductual normativo-afectiva y ptincipios més firmes, da lugar ‘aun mis bajo indice de criminalidads sin embargo, esta afirmacién atin permanece sin prueba con- trastable y menos desde los principios conductuales que introduce el propio Trasler. Cretmos que aqui habrfa que tomar en cuenta la notable delincuencia oculta que registcan la clase media y alta, como contrapartida de cualquier estadistica molar. P) Teortas de anomia y desviacién social Esta teorfa que apunta a la explicacién criminolégica basads en el cuestionamiento del ordenamicn- to social y jurfdico fundado en tin estado de desorganizacién o crisis social se ha dividido bésicamen- te en dos grandes concepciones: ‘Conmxruntizacion CROLBGICA DH, DBLITO 1) El concepto de Durkheim, Fl rérmino anomia significa ausencia de normas, desotganizacién so- cial, conducta notmativamente irregular. En criminologia, el concepto de anomia fue utilizado por Durkheim en 1893, al sefalar las consccuencias socialmentecriticas producidas por el fenémeno in- dlustial Esevidente que Durkheim ha vinculado dicho término a los suicidios de la sociedad industrial y se valié de este concepto al concebir el estado de desorganizacién social por el desmoronamiento del regimen juridico, con referencia a las pautas de conducta vigentes dentro de una sociedad dada. Para Hilda Marchiori la teotla de la desviacién social y de lt anomia han conteibuido a definic am- pliamente la problemtica de los grupos delincuenciales, pandillas por ejemplo, en los cuales sus miembros, en un momento dado, al adquitir sentido en un mismo conflicto, acuden a actos de vio- lencia. Debe tenerse en cuenta que pata Durkheim cierto grado de desviacién no puede sino ser conside- rado como expresién normal de la interaccién social; en otcos tétminos, la ctiminalidad, en su cuo- ta tratable, forma parte de la vida comunitaria y es un feémeno inevitable, Para este autor, la cau- sa de los diversos conflictos a los que la ley permanece ajena, se encuentran en la divisién del traba- jo, como consecuencia del desarrollo industrial (Tieghi, 1996, pp. 288-289). 2) Bl concepto de Merton Segin Tighi, Merton retoma el concepto de anomia a propésito de la ctisissocioconductual y jteldica que tiene lugar cuando los individuos ya no reparan en los medios (legals o iictos) que sirven a la satsfaccién de sus necesidades. Ast, piensa, los miembros de la co- tunidad comienzan a alejase de las pautas de comportamiento tepladas para alcanzar las metas so- cialmente condicionadas. Para Merton, la anomia ¢s una mala integracién entze el valor de éxito. el valor ideal presentaclo pot la sociedad; es decir, es la resultante de la contradiccidn entre las aspiraciones ¢ impuilsos social- mente condicionados y los medios ({fcitos) diigidos 2 su satisfaccién, Merton, analticamente como bien hace notar Lamnek (1986), separa la realidad social en dos es- tructuras: Ja cultural, y la social. La estructura cultural, segiin Merton, comprende las metas, propésitos y objetivos cultural- mente establecidos ¥ los medios o caminos culturalmente aceptados para alcanzar tales obje- tivos, asf como las normas que detctminan la legitimidad oilegtimidad de tales medios. ii, La estructura social, por su parte, comprende ka distribucién efectiva de los medios instituciona- lizados. Silos medios sociales no permiten la saisfaccién de las expectativas y condicionamientos culturales, opina Merton, entonces se produce el conflicto. No sin razén y agudeza, observa Mer- ton que la sociedad norteamericana descuidé a correlacién que necesariamente debe darse entre Jos impulsos masivamente condicionados (tiquezs, poder, ec.) y las posibilidades reales de conse- cucién leptima (Tieghi, 1996, p. 289). @) Reflexologia criminal La teorla supone que la conducta criminal es una resuleante condicionada por los estimulos del me- dio ambiente fisico-social y, particularmente, por el que circunda al delincuente (subcultura delin- 1 wet Taga foc Rota an Gs Ceseoes cuente). En esta dinémica de interaccién entre el organismo y su medio se genera una serie de co- nexiones temporales asociadas 2 conexiones petmanentes (sexo, alimentacién, defense. etc). Ya en «se plano se introduce la nocién de reflexolopta criminal y con ella la probabilidad de dar un nuc- v0 tumbo, de indole operacionista‘con mayor rigor cientfico, ala Futura indagaciSn criminoldgica, ‘Textualmente sefiala Tiegh, dos leyes de la condhucta delictva se inferen de lo expuesto: 1. Que las necesidades innatas, conexiones permanentes o teflejos incondicionados se satisfacen en un Ambito detesminado, ya sca la fail, la escuela, la llamada pandilla callejera, el club o cualquict otro. Aqui un complejo de fuerzas condiciona con mayot o menor intensidad de unas sobre otras, y-en una direccién posible, las reacciones o procesos conductuales delictivos, 2. El defito, o més exactamente la conducta criminal, siendo consecuencia de conexiones temporales, no constituye un fenémeno ireversible, Por llo.se le puede tratareficazmente con aplicacién psi cosocial, cuyo fandamento terapéutico puede encontrarse en el condicionamiento pavloviano, 4) Teorta holistica conductual y aprendizaje Segiin la clasificacin de Tiegh, se deben seftalar tres modelos teoréticos de la criminalidad subenl- tural; antisocial, y criminalidad por aprendizaje sociocultutal critico, Los modelos que debemos proponer deben incluir hip6tess basadas en leyes del aprendizaje; no sultan de indagaciones morales sobre aparentes correlaciones, més o menos observables, entre lac minalidad y los diversos fendmenos sociales que siempre los acompafan y de los que se pueden ex- poner ‘ceotfas” innumerables no susceptibles de veificacidn alguna, Es obvio que los criminales se agrupan y forman subculturas, y también lo es que a mayor deosor- ganizacién y desajuste sociojuridico y conductual, ms probable seré una desviscién del indice de ctiminalidad. Pero no son obvias las leyes que explican esas afirmaciones; esto es, el poxqueé y el eb- 1mo y no el qué de la criminalidad, cuestién que se abords en las experiencias del aprendizaje Si sabemos cémo y por que se generan en los niveles bio-neuso-fisio-psio-sociales los impulsos (0- cialeso criminales), en tanto fendmenos susceptibles de observaciiny verficacién empitica, con ri guroso control de variables, y si podemos manipular unas u otras de tales variables y legara cierto grado de prediccién conductua, patiendo de estudios a nivel molecular, nuesto punto de apoyo no seré meramente discursvo o especulativo y seguir a evolucién que ya se ha visto en otros eampos (Tieghi, 1996, p, 291). 1a holistca criminal no pretence dit una explicacién més de a fenomenologla delictiva, sino ponet orden en la metodologla cientfico empirica de la conducta social y desviada, En ese orden, sostenemos, que mi allée la existencia de los diferentes niveles de interpretacién y explicacién neurofisiolégico, psicoldgié,’ pbicosocioldgico, etc. de los diversos modelos, genético, fisico, matemtico, teovias de lasGontiiidad, del campo, de la personalidad, etc, “las converpen- 7 ny ‘ConTEXTUKLIZACION CRIMINOLOGICA DEL DELTO La cias conductolégicas”.permiten hoy articular los datos recogidos en todos los campos de la invest- gacidn. Sea para el desenvolvimicnto de In teoria no diferencial, interdisciplinaia y holistica del comportamiento humano (normal o patol6gico, social o antisocial) sea para la prevencidn o la pro- filaxis, la reduccién de la tasa ctiminal operante o el tratamiento del delincuente (Tieghi, Conducta criminal, pp. 21 y 22). 3. CONCLUSIONES CRITICAS DE LAS TEORIAS ACTUALES Como sefiala Tieghi, es posible observar que la fenomenologia delictiva se presenta segiin sean las reas, épocas stuaciones socioecondmicas, poltico-econémicas, de estabilidad institucional o bien de emergencia revolucionatia, etc. Por ello, como hemos visto, tiene diversas formas de manifestarse: + Bn zonas de concentracién criminal + Bn subculturas criminales 0 formaciones grupales crimindgenas sujetas a sus propios patrones sub- culturales. + Enortelacién oon los estados de organizacién y desorganizacién institucional y comunitarios, y + Segyin sean las expectativas culeurales condicionadas y la posibilidad de sutisfacerls legtimamente, entre otras Estas observaciones molares corresponden sélo con épocas, dreas y circunstancias sefiladas; nunca serin idénticas ni reproducibles. Tales teorfas no pasan de constituir, por ello, simples descripcio- nes circunstanciales; pero, ademés, no son cxplicativas del por qué ni del cémio de la delivogénesis del crimens de ahi su ertica. Vv. TIPOLOGIA DE LOS DELINCUENTES Como toda clasificacién en ciencias sociale, es imposible no incurrir en determinismos que no con- cuerdan con el soporte empirico de la realidad, No en pocas ocasiones esta situacién se debe a cau- sas muy complejas hasta inciertas pata los operadores de la justcias sin embargo, toda clasificacién bajo ciertos principios racionales puede ser de gran utilidad, Ferri, en 1880, Propuso la siguiente clasificacién: ctiminales locos, natos, habituales, de ocasién y por pasién; esto es un ejemplo de cémo se empezb a consteuir el conocimiento en el Ambito de la criminologia. Los criminales locos son los que se ubican en “zona intermedia” entre la enajenacién y la salud ‘mental; Jos natos es una categorfa formada por aquellos en quienes se nota de una manera mds sa- liente los caracteres especiales revelados en aquella época por la antropologia criminal. Los habitua- {es 0 por hdbito adquitido no presentan, o lo hacen con menor caridad, los estigmas antropolégi- cos de la criminalidad, Sin embargo, apenas cometido el primer delio, persisten en delinquis, ad- quieren el hibito de la delincuencia se les convierte en una verdadera profesién si no es que fre- cuencan las citceles ya con concatenadas condenas. Sus rasgos peculiares no son antropoldgicos, si- no psicoldgicos: la precocidad y la reincidencia, Pot lo general empiezan a edad muy temprana y ca- us — ‘Picloge foreme RONALD Le CHING CESPEDES si exclusivamente contra la propiedad, no tanto pot sus tendencias innatas, cuanto por una distor- sién moral caractrfstica de ellos a a cual se unen el impulso de las circunstancias y de un medio cortompido, A menudo, también ayuda la impunidad de sus primerasinfracciones. Los criminales de ocasién no han secibido de la naturaleza una inclinacién activa al delito, sino que caen en dl empujados por la ambicién de las tentaciones que les oftece su estado personal o el medio fisico y social en que viven, y no reinciden si tales tentaciones desaparecens si bien en estos no se descarta un condicionamiento orgénico, la principal fuerza determinante de su obrar delicti- vo procede de los est’mulos externos. Estos de ocasién son los llamados por Lombroso como eri naloides, que deben distinguirse de los seudocriminales, o sea, los individuos normales que incurten en el delto sin querer. Por tltimo, se ubican los criminales por pasién 0 arrebato pasional, que son una variedad de de- Jincuentes de ocasién con sensibilidad exagerada, cuya vida interior no tiene tacha, que delinquen dominados por un huracén psicoldgico, en un arrebato irresistible, bajo el impulso de una pasion que estalla 0 arrastrados con violencia por la emocién. Abiertamente y sin detenetse a escoger los medios y a poco de perpetrado el deito, lo confiesan, se artepienten incluso intentan suicidarse (Rivacoba, 1982, p. 236). Otras clasificaciones con critetios y directrices distintas son las seis de Exner: La dlasificaci6n caracterolégica, segin la actitud caracterstica de los individuos para el delto. _ La chsificacién sociol6gico-criminal, basada segin la peculiaridad de la catrera dlictiva de la persona, La dlasificacién psicoldgico-crintinal, segin los méviles de la persona que conducen al delito. La biolégico-hereditatia, segiin las presunciones conforme con la disposicién del delito. La clasificacién politico criminal segtin la clase de tratamiento correspondiente al fin. AYN Pe La clasiicacién legal del delincuente, como la que se apoya en el Cédigo Penal vigente. Este proce- der , por su sentido integral ctiminolégico, merece el beneplicito de Jiménenz de Asta (Rivacoba, 1982, p. 239). Estas lsificaciones nos orientan fundamentalmente desde lo ctiminol6gico, es decir la dindmica y sus posiblescausas, no importa tanto como medio de prucba sino pata los efectos prondsticos o de peligrosidad. Una vez esbozado un panorama més amplio sobre el delito y los factores crimindgenos, observamos que el abordaje de un problema social siempre es complejo. Haremos una clasificacién de los delin- cuentes tal como Ia tendencia europea lo ha. hecho, y aunque muy conscientes de que en la reai- dad hay smiltiples combinaciones de los modos de operar de los delincuentes, 2 menudo, son pro- ducto de una criminalidad que evoluciong, Por lo tanto, lo que puede iniciar con abusos deshones- tos, puede desembocar en conduetas de viglacign y lo que puede comenzat como robo puede termi- vie cys 19 (CONTBXTUALIZACION CRIMINOLOGICA DEL DELITO. Menaacke nar en asaltos y homicidios. En todo caso, la sighiente clasificacién puede ser dil para efectos de la investigacién y otros medios de prueba que interesan ms en lo psicol6gico forense, que en lo crimi- nolégico. Lo caracteristico, como pudimos apreciar, del acontecer criminal consiste, en muchos casos, en las peculiaridades del cardcter del autor (en Ia disposicidn hacia una uw otra cosa es decir, su preferen- cia) y, en otros casos, més bien en el estado animico del surgir del acto y en el modo de su realiza- cidn; es decit; lo determina fo actual del momento. Por eso, ello, se deduce de la necesidad de un procedimiento combinado en la formacién de los tipos. El crimindlogo Seclig aconsejaba utilizar grupos de catacteres que se redinan en una tipologia, tanto en sus peculiaridades caracterologicas, como en los modos caracterlsticas de conducirse, en las propiedades del carécter y formas de vida de los delincuentes, en sus particulatidades y en su desarrollo social, con el fin. de oftecer un pano- rama objetivo de los fenémenos criminales, Sobre la base de los criterios anteriores, el especialista en psiquiatra forense y sus colegas Mareé Ribé, habfa trabajado en sus tesis doctoral: Contribuctém al diagnistico objetivo de los psicédpatas delincuentes (Matcé Ribé; 1979), la cual tomamos como eje prin- cipal pata la siguiente clasificacién. ‘A. LOS DELINCUENTES POR FAUTA DE DISCIPUINA SOCIAL Para estos autores Mareé Ribé & Cols (1990, p. 47), se trata de personas que no presentan_ningu- na tendencia criminal, sino que poseen dificultades para incorporar las normas sociales, a pesar de que pueden estar bien insertadas en la sociedad, trabajan en forma regular, eficiente y con el aprecio de sus conciudadanos; en ocasiones, infringen cl cddigo penal por sus dificultades para mantener sus propios impulsos, intereses 0 actuacién profesional dentro de los mites que establece el orde- namiento juridico en beneficio de la comunidad. Los delitos por falta de disciplina social han au- mentado considerablemente en los tltimos afios; unos son culposos (sin intencién) y otros son do- fosos (con intencién); una parte son por accién y otra por omisién de un deber; y algunos de ellos tienen un clato matia de negligencia. En el grupo por falta de disciplina social se ubican los infzactores de reglamentacién. juridica sobre Ja proteccidn del ambiente, como cazat y pescar en zonas vedadas, realizan deltas ecol6gicos al con- taminar rios plantas, por0s y, generalmente, con subproductos de actividades industrales. También, se consideran como delincuentes por falta de disciplina social a los fumadores imprudentes que cau- san incendios en. bosques o en establecimientos comerciales con riesgo, Pero el tipo mas abundan- tea nivel mundial y en especial, en paises con un buen desarrollo econémico son los infractores de las leyes de trénsito. Asimismo, los que poseen cargos politics, administrativos 0 profésionales que no obran con la ne- cesaria diligencia para evitar que otfos obtengan ganancias ilegttimas y que, por lo general, favore- cen a empresas 0 personas que evaden ciertos tequetimientos, realizan construcciones ilegales, talas ilegales de drboles, instalaciones de negocios que incumplen con algiin requisito legal. También, los «que evaden cantidades importantes de dinero, por ejemplo, en impuestos. 120 Piola frst RONALD LN CHING CRSFEDES Se citan, ademés, a quienes se niegan, omiten declarar w oftecen un falso testimonio tanto ante al- guna autoridad como ante alguna situacién injusta como en procedimientos judicial. 8, DELINCUENTES DE PROFESION Y CON AVERSION AL TRABAJO Este tipo de delincuentes viven del deito, Se les conoce popularmente como ‘vividores”, objetivin- dlose como rasgo esencial su aversién al trabajo, al cual pasan depositéndole multiplicidad de defec- tos. Segéin a terminologia de los juristas, ste grupo lo abarcan los delincuentes habituales, y los vagabundos que comenten delitos de escasa entidad, En la biografia de estos delincuentes se en- cuentran importantes caracteristicas sociopdticas com: irtegularidades en su curso escolar, fltas a clases, hurtos pequefos, fuga del domicilio de sus padres , fundamentalmente en las chicas una mo- ralidad sexual precoz. Estas personas nunca pueden trabajar en forma regulary eficiente durante pe- riodos prolongados; cambian frecuentemente su trabajo debido a la inconstancia de su carfcter y a Ia incapacidad para sentit compromiso y placer eh el trabajo; 2 menudo, son despedidos por su ire- gularidad y su actividad repetidamente contlictiva. Desde el punto de vista psicol6gico, hay una fuerte preponderancia de un trastorno de personalidad antisocial; ottos tienen sdlo rasgos psicopéticos, y existe una cierta proporcién de psicéticos. En cuanto a su inteligencia, la experiencia muestra amplia gama de resultados, aunque no poseen capa- cidad para los conceptos abstractos, Muestran un sutil y permanente'sentimiento de inferioridad, yuxt’puesto a ansias de notoriedad o filotimia (formas de llamar la atencién)-y, de vez en cuando, realizan acciones temeratias para demostrar de lo que son capaces. Se les observa fiialdad unida 2 una excesiva iritabilidad y, por su carécter inestable, tionen cendencia al consumo de alcohol. Desde el punto de vista criminol6gico, diferenciamos los delincuentes de profesién rebeldes ac- tivos de los pasivos. Los primeros, planean y ejecutan sus delitos conscientes de sus fines y con energla superando con tenacidad los obstéculos que se les pongs al paso. Los pasivos se dejan influic por el ambiente y son débiles, tanto frente a la instigacién y a la sugestién como frente a sus pro- pios propésitos; a menudo son utilizados por los activos, quienes toman el papel de cabecillas, pa- ra realizar los mds desagradables menesteres de complicidad (Ver Figura 3.2). Es habitual en los delincuentes de profesién con aversién al trabajo la especializacién en una act- vidad delictva concreta, que suelen conservar toda su vida y en la que van adquiriendo més destre- zas para evadir la justicia. A este grupo pertenecen fos atracadores o asaltantes, que son quienes asaltan alos transedintes en la calle, de noche o de dia, roban a los cobradores, alos choferes de trans- portes puiblicos y cada ver son mds frecuentes los asaltos a mano armada en bancos y centros comer- ciale y, por lo general, van acompafiados de uno o més individuos. Oras formas més sofisticadas y difundidas ralizadas por este tipo de delincuentes en la actualidad son los secuestros de nifios y de adultos de elevada posicién econdmica. También, ubicamos a los mds temerarios que asaltan con gran frialdad y matan a cuantas personas puedan oponérscles o ser testigos de sus robos. (CONTESXTUALIZNCION. CHIMINOLOGICA DEL DELITO Le Los ladrones de automéviles y motocicletas, hoy en dia muy numerosos, se suman a este grupo delincuentes de profesién y aversién al trabajo; estos se destacan por sus diversas habilidades y espe- cializacién en la sustraccién de vehiculos; se adiestran en el pronto cambio de matricula, color y nti rmeros de motor, Otro grupo se especializa en robar los enseres o accesorios de los autos ast como equipo de radio, atos de lujo, copas, herramientas y llantas de tepuesto. ROBO DE ¢15 MILLONES EN SAN JOAQUIN DE FLORES Condenan a asaltantes bancario: Ses poeascior seem entra fs SSE ES Scee coerae Seinanes Seamcatnen, evecoucee SStenns SamAanha imme es eS ee mmeanyeemsen gue aoe Haack Marl Figura 3.2: SUCESO REGISTRADO EN LA PRENSA ESCHITA Petco Al Dia, 14 de julio de 1999. Otro grupo que se debe incluir en la misma clasificacin es el de los ladrones de almacenes y tien- das que lo hacen en actividades defines de semana y dias de pago, en los momentos de grandes aglo- meraciones; acostumbran llevarse los articulos que estén mds a la vista. Algunos, por el contratio, roban en almacenes o tiendas de ropa que depositan su seguridad en sus campanas de alarma, los cuales son saqueados por el recho y esquivando o destruyendo el sistema de alert Se incluyen tambign los carteristas, quienes tienen gran habilidad y frialdad para despojar a su vic- tima de carters y billeteras; a menudo van con otta persona que disttaea la victima mientras ope- ran con toda seguridad aun delante de muchos. Estén también en este grupo, los que roban abier- tamente cadenas, aetes, relojes, bolsos o billeeras con violencia sobre las personas; todos estos gru- ps, por lo general, fiecuentan las zonas metropolitanas, las paradas o estacionamientos de trans- porte piblico, Los estafadores de negocios son delincuentes de profesin que saben escoger a sus ingenuas victimas; rmangjan la psicologfa para que se les acepten cheques sin fondos, venden a mitad de precio relojes findsimos y joyasfalsas; son los llamados vendedores de lo ful Dentro del grupo de delincuenies de profesién estén los flsficadores de billetes de banco, los traf cantes de estupefacientes, los contrabandistas que introducen articulos desde el exterior y negocian iy ‘Belge Ron Li Cs Cts desde el interior de un pats. A estos también se agregan los “receptadores” de profesién, que son de- lincuentes del subtipo pasivo, quienes reciben mercancias robadas y conocen su procedencta futti- va. También, hay quienes se especializan en recibir automéviles, joyas, pinturas, entre otras cosas, c. DELINCUENTES CONTRA LA PROPIEDAD POR DROGODEPENDENCIA El nitmero de drogodepenclientes es cada vez mayor y lo preocupante es que crecen en progresién geomeéttica, problemética universal que afecta a todas las clases y esferas sociales. Las personas dro- gadictas van desarrollando tolerancia a la droga por lo que cada vez deben consumir mds can- tidad para obtener los mismos efectos y, por otro lado, van creando més dependencia (lisica 0 psicolédgica). Es decir, cada vez mds sienten que no pueden vivir sin ella, condiciones que hacen que en un momento dado sus necesidades alcanzan a set mayores que sus posibilidades econémicas, Es asi que- los delitos contra la propiedad se vuelven una salda fécil para obtener dinero, situacién que se agrava con la asociacidn de otros drogadictos que se identifican con la misma circunstancia y se acuerpan pata robar Este grupo. criminal es de gran preocupacién no sélo por el ntimero creciente, sino por su grave- dad sanitavia(transmisién de enfermedades tales como: Hepatitis B o stDA) y juridica (por la incon- tenible delincuencia compulsiva sin medicidn delas consecuencias en sus vctimas ya que, a menue do, consumen para inhibir sus temores y asf asumi mds tiesgos). Sucesos Cinco detenidos por venta de droga Operatives: rel seconds tet deni grecaindelon” svat Moveinengica Sam a penis ential de vnc Sa. ittases g crogs en dita garetts Fit 3.2: SECCION DB SUCESOS DEL PEIODICO Hl Heralde, Abad 25 de abril dl 2002. 123 ConTexruaLiZAciON GRMINOLOGICA DEE. DELTEO ess D. DELINCUENTES: CONTRA LA PROPIEDAD POR ESCASA CAPACIDAD DE RESISTENCIA ALOS ESTIMULOS CRIMINOGENOS Para Marc6-Ribé & Cols (1990, p. 57) ete grupo lo consttuyen personas que, en general viven en forma socalmente digna y acepuble. Suelen ser ‘cabajaoreslaboiosos, pero que ante fs inctacior er criminégenas del ambiente, caecen del MJominio necesario ante a tendencia instiniva de acre entar los bienes materiales. Acostumbran cometer elivos contra el patimonio, sobre todo en st einbiente profesional, al faltasles la consstencla moral y social propia de la personalidad madura y estable. Fin este grupo se encuentran los que no efectan ta declaraci6n obligatoria de la renta, los cajeros infles que por medio de artimafas 0 autopréstamds $© aduefian del contenido de In caja que les ha ire cor fade los quesimlan o exageransecuels de vceidentes para obtenet injustas compensacio- nes econgmicas. Orro gfupo inctuido en este parcado, es el dels funcionarios que a veces con Ge tegora de aaoridad, ycaredendo de frmexa Foray ca, abusan de sus funciones para ensiqne- eos pesonalment amiga, may silane 50 del comerciante egosta quien sucurbe a les vrumerosas ocasiones de obtener ganancias ics que Ie oftece el negocio. Bn este grupo también se ubica un delito uy particular que cometen os médicos abortistas guienescaentes de toda ica, convierten tal pectic en un negocio de eevadas sumas fg. DELNCUENTES POR AGRESIVIDAD Como siguen nencionando Marcb-Ribé, esas son perolls caracterizadas bioldgicamente; es deci, sa problema posee un anvil de ese Interna 10 cera con. una tendencia a descargas motors sfido a ou intense exctabilidad neuropsquica, To que umado a la pobreza afectiva ya la ausencia Sr sentimentos sociales, determina tna inclinacén permanente para atacar als personas ques Rae flan a su alrededor. Una buena parte de este grupo de individuos pertenciet a} Ambito de la epilepsia, a quienes se les desecta en el electtoencefalograma signos persistentss “le ivtabilidad, 0 presentan el antecedent a- wolgico de enceflitis, meningitis © taumarsme craneal. sn buena pate son alblicosy lecuentemente comet 8 actos bajo a influencia inmediata de una intoxicacién. etilica aguda, a consecuencia de una encefalopatia o demencia alcohélica. Estos in- vue se encuentran en un permanente estado de xctaciny sum iritabilidad, por lo que, por votives fitile, explotan en forma de agresiones ‘orporals: pufetaros, heridas por arma blanca, con Sbjetos comtundentes insrumensos de tabs, Gfsparos de armas de fuego, ete. fn ls mujeres h ngresvdad tienda exteioizarse ms en em ‘ora deinsultos, injurias,calumnias w otros ataques contra el honor y Jos sentimientos 128 a i ‘lagi rose RONALD LN Cots CESPEDES En este grupo se ubican el “matén” dela ciudad y el “busca pletos", que por cierto, son muy peli- frosos. Beben en exceso en lo bares y cuando, debido a ello, se es invita» marcharseo dl camare- £0 se nicgaaserviles més bebida,reaccionan violentamente contra el “salonero” el desy « la po- Hola. Al regrsar as casa maltratan de palabra de hecho a sus familiares, especialmente a su e5- ose hijo. El ain del pueblo combina dl descanso de fin de semana con abundanee ingesta al- cohslica. Personas con esta predisposicién agrsiva suelen producirfrecucnes peleas con lesiones de leves a graves y hasta homicidios, En este grupo deben incluirse los famosos ooligans de los encuentros futbolisticos, fundamental mente britdnicos. F _ DELINCUENTES POR FALTA DE DOMINIO DE SU SEXUALIDAD No deben exiquetarse, genéricamente, como delincuentes sexuales, a todos los delincuentes cuyos “ios tengan alguna relacin con la sexualidad, por ejemplo, patio celotpic, sino que con es- ta denominacién se reconocen a aquellos delineuentes que caecen de dominio dl impulso sexual, Son petsonas que necesita Ia satisfacién inmediatade su impulo sexual, scenen del ad no tie. nen el suliciente dominio. Este impulso puede ear diiido a un fn xual “comin” ons una di- reccign “perversa” como es el sadismo o agresin por medio de la sextaided, CUATRO JOVENES ATACADAS EN EREDIA Alerta por violador en serie sent mec. Seamreticgien SEES iliac ges SS eee ‘Fairs 34 Stesso RasisTabO A Paina CRT, Pri EI Held, ibd 15 de bil del 2000 ww CREME Los delincuentes de este tipo llevan a cabo sus impulsos sexuales,a diferencia de los no delincuen- tes, que también tienen excitaciones instintivas de esta clase; sin embargo, estos las encierran en st mismos por motivaciones éticas,culturales, morales y juridicas. Bs decir lo que tipifica a este gru- po criminal fundamentalmente no es un determinado género de instinto o deseo sexual, sino el de- fectuoso dominio de éste; no pueden postergar o canalizar ese deseo. ‘Actualmente, Finkelhor (autor contemporénco de esta temetica y autoridad internacionalmente re- conocida) plantea que nadie incurze en una conducta sexual si previamente no hea tenido interés de este tipo sobre la victima, Parte de esto lo resume en su ceoria de las cuatro precondiciones (PAntA- ‘MOR; 1996; p. 80). En este grupo se identifican los siguientes tipos de delincuentes: + Violadores que obligan por la fuerza, Iuchan algunas veces y en otras, bajo una supuesta pasividad de la victima, debido a todas las amenazas implicitas explicitas hasta con armas, levan a cabo las agresiones. + Sidicos que infligen a su pateja sexual dolor fsico: pufetazos, fagelacién, apaleamiento, pellizcos, hhumillaciones, etc. o, masoquistas que viencn a constitu el reverso de los sidicos, a fos cuales el sentimiento de ser maleratados les produce placer. + Tncestuosos, que son los que mantienen relacién sexual con patientes préximos, ascendientes 0 des- cendientes, y producen profundas secuclas por la traicién experimentada, ademds, de los reconoci- dos traumas. Los paidofllicos satisfacen sus deseos con nifios de ambos sexos. + Finalmente, otros como los exhibicionistas, los fetichistas que se excitan con prendas o partes con- cetas del cuerpo (por ejemplo, prendas intimas, el eabello), y otras patologtas como los “vouyer tas” que obtienen placer coatemplando actos scxuales de otros los “frotteurs”, que obtienen placer con cl contacto breve en aglomeraciones, y otras desviaciones que no se convierten en denuncias ju- diciales. 1, DEUTOs SEXUALES Los delitos sexuales en nuestzo pats han sido identificados en la tltima década como el cuarto de los ilfctos de un total de 37 subgrupos, de acuerdo con las estadisticas oficiales del Poder Judicial de Costa Rica. Lo preocupante del caso, es que a pesar de ser uno de los delitos de mayor incidencia, amén de las exorbitantes cifras ocultas no denunciadas, este delito es dificil de condenas, no sélo en dl sentido ejemplarizante de la ly, sino en su sentido preventivo y resocializante, como puede apre- ciarse en los Cuadros 3.1 y 3.2. 26 Pikwlegi forense RONALD Li Cxne CSREDES Cunpeo 3.1 PRIMEROS GRUPOS DE. DELITOS CON RESPECTO A TOTAL DE CASOS ENTRADOS ‘COSTA RICK 1987-1997 * De un tel de 37 subgrupos ex el custo en ihportanca, Se anotan fos dee primeros grupos. Puente: Recpiado y Procsade por Rona Lin Ching Cuanxo 3.2 PORCENTAJES DE CASOS CONDENADOS CON RESPECTO A LOS CASOS ENTRADOS, ‘COSTA RICA 1987-1997 + Bl dalto sexual es el menos sentenciado, Fuente: Reeopilado y Procesado por Ronald Lin ching v7 Con oN NG}OTTN HHL BAO Le Definicién de abuso sexual. Bl abuso sexual es cualquier contacto sexual directo (caricias, besos, tocamientos, penettacién) 0 indirecto (exhibicionismo, “yoyerismo”, frases sexualizadas, pornogra- fia, etc) que en viru del poder (satura, fuera, conocimienso, ambiente propicio, intimidacién, vmeenavas, etc.) snedie una situacién de explotacién que por femon ignorancia, confusin, sobrevi- vena, fa persona es acedida en una de las actividades anteriores, Ta vletima puede acceder pero roacosenti, debido a que el ofensor o la ofensora han anulado o limitado su voluntad. abuso sexual es un mal presente en nuesta sociedad con dimensiones también muy preocupan- tes Contempordneamente, ha tenido su expicaciin con el nétodo de andlisis de perspectiva de gé- ww ambiée lamado teoria de género sesitiva, Sepin studios de ta naturaleza, la mayorfa de ‘Vatimas son las mujetes. No por esto se menosprecian las serias ‘consecuencias que vive las victimas mnasculinas y que, segin lo indica David Finkelhos, autor y autoridad en el tema de abuso sexual. En otras investigaciones, los varones concordaron en 31 de los 33 s{ntomas analizados con respecto a las mujeres, lo cual nos hace pensar que las consecuencias son muy similares ((LANUDS 19925 p. 51)- Autores como Ryan, Gail Meziner Jeffrey y, Krugman, Richard D., plantean su preocupacién en raabn de que las estaditias seilan reiteradamente la necesidad de intervencién sobre Los agresores javeniles, pues ala vez que aumenta el nero de ofensas, pues también lo hace su “calidad”. En ener, los porcentjes de incremenco que plates Finkelhor sobre las victimas son alarmantes: de 662 62% para las mujeres y de 39% a 31% para los hombres. Otras investigaciones realizadas en el Team Hospital Child Proteccion en Denver Colorado, han demostrado referencias de abuso sexual de uno a dos delitos sexuales al afio entre 1972 y 1977, incrementandose a 80 casos en 1982 y lle- gando a os 2700 anuales en 1987, Lo importance de esta comparacién no sélo fue el superlativo aumento, sino més bien que habia habido un incremento en las habilidades para el reconocimiento o deteccidn de los casos (Ryan & Cols; 19885 pp. 258-273). Investigaciones (Abel, 1986) han demostrado que de los afensores adultos 150% desarrollaron sus patrons de extacin desvada antes de os 18 afos, aunque ess datos han sido refutados por au- ees como Groth, quien piensa que ese patron obedece a stuaciones circunstanciales como son la xpetimentaién o actividades sexuaesinocences. Al especto, Finkelhor ha sido claro en que cual- aqiee abuso sexual conduce necssatiamente a + Inverés sexual (deseo ilicito), «romper con bateras interns (upetat los valores mores establecidos), «romper con bateras externas (buscar ambiente ropico) yen algunos casos, + romper con la resistencia de la victima. Lo importante de una adecuadaintervencion con jovenes ofensores = la posibilidad de detener fu- ee os, que pedefan llega a ser muy numeosos en un agresor adult, Los estudios de Abel an 20 paraflco (que son pervetsos sesules) antes de os 18 aos proyecan cifras promedio de 6,7 128 a ‘Picola rme] Rowad LN CHING CESCEDES victimas, En otra investigacién, en la que se tomaron 240 agresores adultos, ellos refieren que ha- ban despertado su conduicta sextal desviada antes de los 18 afios, y por esto mismo, tenfan un pro- medio de 380 victimas, datos que nos oftecen una referencia 56 veces superior a los ofensores jéve- nes y la importancia de las priotidades de tratamiento para esta poblacién juvenil (Abel y Cols, 1986). Otros investigadores como Knopp, (1984) han concluide que los ofensores inician con actos des- viados més indirectos como llamadas obscenas, voyeurismo, exhibicionismo y van desartollarido com- portamientos més inaptopiados y complejos como son los abusos deshonestos, corrupcidn, hasta llegar a la violacién. 2. IDENTIFICACION DE OFENSORES El abuso sexual puede ser perpetrado por personas de cualquier edad, El concepto de abuso sexual es valorado por el juzgador segiin el componente normativo legal y que, 2 a ver, puede ser distor- sionado en su intetpretacién por cl componente estructural-cultural determinado por lo que se cree comtinmente y no pot lo que realmente ocusre; cs decis, los mitos y valores que se estén dando en el contexto social del juzgador. Para el caso de otras figuras de autoridad (padres o madres, edu- cadores) las interpretaciones de permisividad de conductas sexuales serén més variadas segin sus va- lores 0 vivencias sobre la scxualidad, Objetivamente y, después de las investigaciones al respecto, no se puede decir que la naturaleza da- fina’ o abusiva la determina la edad del ofensor (juvenil o adialto); més bien el contexto enel que ocisrre el hecho y, desde luego, la frecuencia ¢ intensidad del abuso (abusos deshonestos, corrupcién, violacién). Especificamente, las evaluaciones detlas interacciones sexuales juveniles para impedir el abuso ¢ intervenir en los éomportamientos ofensivos debe depender de una cuidadosa evaluacién de las tres caracteristicas de la relacién en las que la interaccién ocurre: el consentimiento, Ja igual- dad. y fa coercitividad. Las tres caractersticas antes citadas no se realizan aisladamente, sino dentzo de un contexto abusivo que produce crisis y esto implica un estado de desorden mental que muchas veces paraliza la vie- tima; primero, porque es algo inesperado en lo que nunca ha pensado que le suceder4. Segundo, porque se da en una relacién de poder, en el mejor de los casos, suficiente para no tener que usar amenazas, intimidaciones verbales, con armas, etc. y la tercera, se da un fraude emocional o traicién de parte de la persona que llegé admirat, querer y espeta; esta situacién le toma por sorpresa y at6- nito y desequilibrado, puede suftir anulacién su voluntad para defenderse. Estos tres elementos servirin para valorar el relato de las victimas, la peligrosidad del ofensos, fun- damentalmente porque nos daré una idea de la calidad del abuso y de cudles podrfan ser victimas vyulnerables. Definiremos los conceptos de consentimiento, igualdad y coercitividad. 2) Consentimiento: En esta variable debe valorarse la capacidad para entender lo que se esté propo- niendo, se deben estimar los recursos cognitivos dela vitima y del ofensor este apunta hacia la vo- Junariedad de un hecho o el tener conciencia de las consecuencias potenciales o conocer el carter 129 CONTEXTUALIZAGION CRMINOLOGICA DEL DELITO —— ilicito del acto. La cooperacién o la docilidad no significan consentimiento. Se consiente cuando tun delincuente le grita a una sefiora jesto es un asaltol, a persona sin més amenaza que lo que lo quelle esen pidiendo, entiega su cartera, es decir, onsintid, pero no estaba de acuerdo en virtud de ta posible fuerza fisica, peligrosidad, etc, que puclo haber habido, pero que no hubo. Otro ejemplo de esto, es una telacidn abusiva entre dos jovenes de edadesiguales o parecidas, la vletima consiente porque su retardo mental no permite conocer el caret ilfcito del acto 0 porque no te- ne los arguments para refutar lo que siente que no debe se, sin precisar qué es. b) Igualdad: La evaluacin de la igualdad o desigualdad en una relacién esté asada en el equilibrio 6 el descquilibrio del poder 0 el control. Como sabemos, toda telacién abusiva se da en una rela cidn o situacién de explotacién por diferencia de poder, en vireud de la estatur, la fuerza, el cono- cimiento, el earns, el rol o papel de autoridad, etc. Bsta relacién es clara en un ofensor adulto y una vvctima infante, pero la diferencia de poder puede darse en formas més sutiles, como por ejemplo, tuna relacién de dos familiares de la misma edad, en donde el ofensor es el tfo de la victima. Una relacién abusiva se puede dar desde la perspectiva de un joven que ¢s abusado por otro que goza de populacidad, astuciay que ala ver, es amado 0 admirado por el ofendido. Otro ejemplo de esto es tun nfo que habiendo sido asignado por sus compafieros como el lider de un juego o capicén del equipo, podrfa abusar de su situacién, ©) Coctcitividad: Fsta variable valora el nivel de anulacién de l libertad por intimidacin, manipula- cin, amenazas, excétera Para concluir este apartado debemos manifestar que en la identificacién de ofensores se requiere un dedicado andlisis de los diversos aspectos, patticularmente en este tipo de delincuentes, después de ciertas sospechas; se debe ser muy exhaustivo y confrontador dado que, dificilmente, reconocen su ofensa G._DELINCUENTES POR CRISIS TEMPORAL Se trata de personas que, hasta aquel momento, habian observado una correcta conducta social, y ue por preocupaciones econdmicas 0 cualquier tipo de contratiedad amozosa,experimentan fuet- tes vivencias critica, por lo que, buscan una salida delictiva para lograr un objetivo de dificil acceso por otras vias. Por ejemplo, el estafador de seguros que. por necesidades financieras intenta solucionat la css eco- rémica en que se halla envuelto simulando un incendio, se autorroba una obra de arte, se aucole- sions’ o deja mori los padtes de los cuales va a heredar. ‘También estén los que matan al cSnyuge para heredar 0 porque poseen una intensa o duradera relacién extraconyugal. En este grupo se encuentran tambin las embarazadas solteras que abortan a causa de todos los pro- blemas que han contrafdo, o también, las infanticidas, madres jévenes que no tienen la minima mo- tivacién para ser tales y, que ademds, enfientan el rechazo del medio social 30 f- ‘ica frente / RONALD Li Cu CESS H. DELINCUENTES POR REACCIONES PRIMITIVAS {tas reacciones primitivas son aquellas que escapai al conttol de los niveles superiores del psiquismo ¥ que normalmence, inhiben ls tendencias primitivas: acciSn. Hay dos tipos de reacciones primi- tivas: actos corto circuito y reacciones sumamente irritables-explosivas. Las primeras son fuer- tes impulsos afectivos, presentes en personas lébiles (inestables) de estado de énimo o intelectual. mente deficitarias y que se descargan en las correspondientes acciones finales; las segundas se susci- {an por tun pequefio motivo de matiz. desagradable, que provoca una intensa descarga agresiva cle- mental. Comiinmente estin predispuestos a estas reacciones primitivas los oligofrénicos.(estados de retraso en el desarrollo psiquico con consecuencias en lo afectivo o intelectual) de tipo clinica exéctico, es decir, que suften de exagerada itritabilidad; otros son los neuréticos de estados timi- 0s en Tos que precom‘na la reaccidn afectiva en detiimento de lo cognitive y los psicépatas o in- sensibles e irtitables en demasfa. |. DELINCUENTES POR CONVICCION En este grupo se configura un tipo de delincuente con plena conciencia de que inftnge la ley y que teniendo, en potencia, los mecanismos inhibitorios para abstenerse, realizan actos delictivos con la conviceién de que llevan a cabo un hecho al que dan un rango superior a dela ley que eansgreden, “Los hechos son de indole politica, de honor y rligiosos, de supuesta ética o de cumplimiento del deber. Se distinguen claramente idemtificados los évidos de poder como Stalin, Hitler, Franco, Idi Amin y el Ayacollah Khomeiny. En este grupo de delineuentes se ubican los desertores dl eército por motivacién ideol6gic, los au- tores de atentados politicos, los autorés de actos terroristas; podrlamos ubicar también a los médicos que realizan la eutanasia y, eambién, a los miembros de fuerza policiles o de segutidad del estado que ejecutan torcuras a detenidos por el bien de la justicia (Marcs-Ribé y Cols, 1990). J. DELINCUENTES POR VIOLENCIA DOMESTICA En nuestro contexto, que no dista de muchos otros, la violencia doméstica, ya sea que se legue a re conocer como delito o como contravencién, es la desencadenante de una alatmante cifta nada des- peeciable de delitos coma la vida, ezén por la cual nos permitimos desarolar con més amplitud este tema. Muy particularmente, puede consieratse como aquellos individuos, hombres mujeres {en menor grado) que ya sea por acciones u omisiones, ya sea directa o inditectamente,gjercen un comportamicnto generalmente repetitivo que tiende a degradat, conttolar, denigrat, manipula, hur- tan desta, sutraer, agredis,golpeasintimiday, et. asus patienes 0 cualquier vinculo biolégico, junidco de hecho, aun cuando haya finalizado la relacion quel origins, ejemplo: divocio, alop. cién, etcétera. Heemos incluido esta dipologfa como ilfcito, por las dimensiones monstruosas del problema, IE Ar- ticulo 51 de nuestra Constinucin Polttia dice: “La familia como elemento natural y fundamento de 131 ‘CONTEXTUALIZACION CRUMINOLOGICA DEL DELITO LE Ia sociedad, tiene derecho a la protccién especial del Estado”. Bsteinstrumento, que conocer mo la Ley de Violencia Doméstica, viene & evidenciar y denunciar la particularidad de actos ilfcitos antiguos ¢ invsivilizados debido a las condiciones histérico-psicosociales de nuestra sociedad pa- traraly la diferencia de poder que se reproduce en las rlaciones sociales de las cuales claramente se ha demostrado estin en desvenajas las mujeres con rxpecto a Tos hombres y, obviamente, otros grupos como los nifios y anclanos. Los argumentos sobre lo anterior fueron esborados en e apattado de Perpectia de género del primer capitulo, Fl problema se origina en concepciones histricas hombre-mujer, violencia sutil comple- jament legiimada en nuestra sociedad y,principalmente, en Tas sociedades latinas en las que el Ila- saan anachstno exacerba dicho problema. Sobre esta cuestidn tan comple le recomendamos al lector la Vi Conferencia Nacional (Costa Rica), 1992, dictada por el Doctor en Sociologia Lundy Bancroft y otras, del programa EMERGE, unos de los pioneros mundiales en la atencién a hombres ofensores fisicos, material publicado ese mismo afio por el ILANUD. Algunaseferencis extaiicas son indicadresclocuentes dela dimensén de este problema como pueden apreciarse en Cundtos 3.3 y 3-4. Cunnno 33 ‘quPOS DE AGRESION CONTRA LAS MUJERES LAS ESTADISTICAS DE LA DELEGACION DE LA MUJER ‘TWO De AGRESION ‘ABSOLUTA, ‘RELATIVA Fisica v Psc010aica 1745 453% — > 78,1 % Parcoudsica 4263 326% Vous PATRIVONAL 608 15.8% Parorociea Soul Bera 6% pAnuneSco DEL AGHESOR | % Espos0 1247 47.0% Exesr030 ri) 26% _. 85% Cowaieno 659 24.8% De acnectoNts Excomnieno 298 11,5% oR su AREA Hos: 143 53% 0.3% 46% Fuente: Pesidico La Nec, Miézcoles 23 de agoco del 200 132 nie Cees % ‘icalga frone RONALD Li CNG CESEDES Cunpro 3.4 ‘CASOS INGRESADOS EN VIOLENCIA DOMESTICA Fuente: Departamento de Planificacia, Podee Judicial, Cada ver.con mayor frecuencia se investiga y se escribe sobre el problema de la violencia doméstica y as{ se arroja cada vex, mds luz sobre las consecuencias que sufen de manera primordial las mujeres como ptincipdles victimas de este mal social de dimensiones monstruosas, Explorar y describir cada vex mas cbmo son afectadas las vidas de las victimas, es una preocupacién que iniciaton los movimientos feministas en los afis setenta en la llamada década de la mujer, con insospechables consecuencias positivas para la humanidad en las puertas del. futuro siglo. Perspectiva de géneto fuc a clave y el método de andlisis que descubrié el velo que habia invisibi- lizado a la sociedad ¢ inclusive a la ciencia en genera, este tipo de violencia: la doméstica, El marco referencial de una sociedad patriarcal que le confirié a la mujer una posicién abierta y hasta sutil- mente discriminatotia ha sido desenmascarado. Las concepciones dicotémicas “hombre fuerte y mujer débil”, “hombre inteligente} mujer no” han ido desaparenciendo con la incorporacién de la mujer al mando laboral_ y desde entonces, la ruptura de las estructuras sociales de dominacién del hombre han permitido la comprensién de un verdadero principio de igualdad real, como lo plan- tean las convenciones internacionales de Derechos Humanos. Desde entonces, la normalidad ideal que no corresponde con la normalidad estadistica, ha tomado su bandera para deconstruir y reconstruir un mundo més humanitario en donde lo humano tiene que ver con una perspectiva de hombre y de mujer igualmente diferentes. - 133 CConrrexrunlizaciOn CaiMINOLOGICA DAL BEEITO . REFERENCIAS. Las mjres contin mia de poblson y ricamene el 9 elas pascon es propio dades del mundo (Arroba, A, 19 El problema de la violencia doméstica se remonta muchos siglos ateés; pero no es sino hasta la se- gunda mitad del actual, que los golpes a la esposa y el maltrato infantil, consticayen una de las prin- cipales y més frecuentes manifestaciones de violencia institucionalizads (legitimada) y por ende, uno de los principales quebrantos a los derechos humanos de fa actualidad (Claramunt, C; 1997; p.56). La literatura ha reconocido la violencia 0 los tipos de violencia como una descarga de tremendas ten- siones que cuenta con un denominador comiin: la ageesién, que ademas es entendida como una reaccién inadecuada ocasionada por la acumulacién de frustraciones (Pichon-Riviére, B. & Otro; 1985; p.90). La psicologta, la sociologia, la medicina, la biologfa podrfan tener miltiples explicaciones so- bre la violencia, peto ese no es el punto, el asunto medular es que nunca antes se pudo explicar por qué la violencia era ditigida hacia la mujer y, menos atin, por qué se habfa invisibilizado. Entender esto nos ha tomado cientos de afios, y por esta misma razén su comprensién muchas veces se resis- te, pero como refiere Doris Lessing “en esto consiste aprender...de pronto uno (a) comprende algo que ha comprendido toda su vida, pero de manera distinta’. El compromiso nuestro es conocer al- 134 —_t Prcologle foremse /Rowau Last CHING CESP=DES unas variables que han inidido en esta conduct, y desde luego, gestar una ruptura que ain hoy en dia siguen atentando contra algunos de los derechos fundamentales del ser hurmano, tales comor el principio de igualdad, la paz social y la justicia (Paci, A. 1997). La violencia doméstica ha adquirido caracteriticas particulares propias en cada época, cultura, so- ciedad, comunidad, etc., no obstante, es posible identficar una serie de elementos de naturaleza sub jetiva que operan en el proceso de la socilizacién humana, conformando un tipo de ideologia (creenca) y comportamiento procives al establecimiento de dicha problemética. (Vargs, Ls 1996; pp. 59-66). Eminentemente, cada vez.mis nos damos cuenta de que la violencia es un problema psicosocal que se perpetia por medio del proceso de socializacién (primaria y secundaria). Conciencia y consenso son los pilares que han llevado a los ordenamientos juridicos (una veu supe- ado el filtro politico) a reconocer dicha problemética social de dimensién universal, En octubre de 1995, el Estado Costaricense,ratfica la Convencién interamericana para prevenir, sancionat y erradicar la violencia contra a mujer. (Convencién de Belem-do-Para), Desde una perspectiva de respeto alos derechos humanos fundamentals, esta convencién incerpela y obliga a los pases fr- mantes a adoptar medidas urgentes y fectivas para proteger alas mujeres de mayores violaciones y auropelos. Es asi que, en 1996, en Costa Rica, después de mltipls-esfuerzos y una véz superados los filtros politicos, se crea La Ley contra la viilencia doméstica como wn primer paso y como una po- sibilidad de ir convitiendo estos instrumentos legales en oportunidades reales de hacer justci, Definicién de violencia doméstica: “Violencia‘Doméstica es toda accidn u omisidn, directa o in- directa ejrcida contra un pariente por consanguinidad, afiniad adopcin hasta el tercer grado in- clusive, por vinculo juridico o de hecho o por una relacién ce guarda, tute o curatela y que pro- duxca como consecuencia, el menoscabo de su integrdad fica, sexual, psicoldgica, o pattimonial, El vinculo por ainidad subsistiré ain cuando haya finalizado la relacién que lo origins. (Cap. 2, inciso a.) Ley contra la Violencia Doméstica). a definicién ancerior claramente expresa cuatro manifestaciones esenciales: Violencia psicolégica, Violencia fisica. Violencia sexual. ae er Violencia patrimonial. Debe quedar claro que la violencia doméstica se da mientras exista un vinculo o afinidad como lo establecimos anteriormete, atin cuando haya’ fializado la relaciSn que lo origind. Por otto lado, es importante diferenciar entre otros tipos de vidlencia y la doméstica; esia entenderse como una sitwa. cin sistematica de ocurrencia frecuente dentro de lo que hemos interpretado como doméstio, 135 (CONTEXTUALIZACION CRIMINOLOGICA DEL DELTTO Tee Una de as grandes interrogantes es por qué las mujeres permanecen con sus marides o compafieros, atin cuando tienen alguna posibilidad econémica de romper esta relaciéa; los mitos sobre el maso- ghismo han reinado erréneamente alrededor de esta temétic, que tiene en su respuesta en el cono- Glo por la lcratura como Ciclo dela Violencia (circulovicioso © wampa) que contiene circular- mente cuatro “ingredientes”. 1. Fase de acumulacién de la tensién, fase de explosién (uso de la ofensa), fase de distanciamiento, y reconciliactén; que se sirven en una “sls Hamada socializacién en donde la distribucién del po- der los valores, acttudes y oportunidades se han introyectado desde la infancia dferencialmente en dettimento de la mujer. vi. ESTADO DE PELIGROSIDAD DEL DELINCUENTE Hemos esbozado una setie de tipologias que nos refieren datos con respecto al modo de comporta- rmiento de los delincuentes y a la dindmica de sus delitos podrfamos decir que dicha clasficacién nos oftece un panorama horizontal de los diferentes tipos de delito y algunas otra circunstancias, pero no sobre Ia intensidad 0 Ia peligrosidad del delincuente, concepto de gran utlidad con mo- tivo de las medidas de seguridad (como Je conocemos en los Cédigos Penales), para los efectos pro~ nésticos y para los tratamientos penivenciatios; cl establecimienco de medidas altemnativas como lo establece la Ley Penal Juvenile inclusive para el modo de fjacién dela pena, son todos de gran im- portancia para el derecho y de suma injetencia en lo psicoldgico. Si bien este concapto ha estado vigente y ha sido muy desarrllado por las corrientes norteamerica- has, hemos escogido algunos autores, latinoamericanos, como fo son Guillermo Uribe Cull, Julio Romero Soto y Jiménez de Astta, quienes coinciden més o menos en que la peligrosidad es Ia ca- pacidad y probabilidad para convertirse en una persona autora de delitos. Tambign otros muy reconocidos como Gisbert-Calabuit (1987), sostienen que se trata de una situacién de peligro subje- tivo y potencial que se deduce de la cuidadosainvestgacién del individuo desde los puntos de visa antropolgieo, psiquico y patolgico, ast como de los factors familiares y sociales que le rodean (&- tados en Vargas, Es 19915 p. 676). El Cuadro 3.5 nos ofrece un indice de peligrosidad que valora, en general, siete aspectos fundamen- tales que podrfan ayudarnos a desglosary estimar més claramente el contenido de lapeligrosidad. A difecencia de la teorfa, en la prictica forense podria existr alguna duda; si bien cada caso puede po- seer una situacién muy particular, este indice y la experiencia de los perivs en psicologia permitirén mayor clatidad de la situacién precriminal o predelictual que podria entiquecer esta taba incluyen- do ottos factores 0 ponderando los Factores de manera diferencal (Ver ‘ndice de peligrosidad del Dr ‘Mora-Inquierdo). 136 BEF ‘alegre Rona Ls Cnn CES Cunpro 35 INDICE DE PELIGROSIDAD Frente: Mora Yeqierdo, R. La peligoida com base para decidir sobre l pension dels medidas de segiidad. (1978). ‘REFERENCIA NUMERICA + De 0.25 puntos se debe hablar de Baja Peligrosidad. * De 629 puntos se debe hablar de Moderada Peligrosidad. + De 100 més se debe hablar de Alta Peligrosidad. Como menciona Vargas, E., el concepto de peligrasidad es de gran importancia, ya que, en algunos casos, puede ser importante como uno de los criterios que se consideran en la fjacién de la pena; también ayucla a establecer el potencial de agresividad que comprobar4 el cese 0 coniinuacién de una medida de seguridad. (1991, p. 67). En la opinién de algunos autores como Bonner (1967), este concepto debe considerarse tanto en quien no ha cometido ningiin delito; es deci, peligrosidad pre-delictual, como en quien ya habien- do delinquido, puede volver a hacerlo: peligrosidad delictnal o pos-delicmal. Como menciona Vargas (1999, p. 676) la condicién pre-delictual tiene como sinénimos la peligro- sidad social (Fert), la capacidad para delinquir (Ranieri) 0 la peligrosidad potencial (Rit y Tave- lla, 1987). Todas estas corresponden a las condiciones que presentan los individuos que, aunque no hhan delinquido nunca, poscen las caracterfstcas que los predisponen a cometer delitos: COoNTEXTUALIZAGION GRIMINOLOGICA DEL, DELITO Leone Por su parte la condicién post-delictual tiene como sinénimo peligrosidad criminal (Ferri), 0 ¢s- tado de inmediata criminalidad (Franchi), o desde nuestro punto de vista, predisposicién 0 pro- babilidad de reincidencia. Para Kosol y Cols, ninguna prueba o examen psiclégico o psiquidtice puede predecir el poren- cial de comportamiento peligroso, pero, sf reducr la probabilidad de reincidencia, y tomar medi- ds para desativar ls posbes resgos potenciales. Postilidades de prevenci que se pueden apli- «ar pads coneretamente en los casos de Penal Juvenil donde figuras jurdicas y principios receores de tata ley lo permiten. Son ejemplo de estos recursos jurdicos las Ordenes de Orientaci6n y Super- isidn,alternativas no punitiva con miras alo resocalizante, en as que el diagnéstico de la peligo- sidad es de gran utilidad. 138 id “Picalogia frame / RONALD LAN CHING CéseEDES EJERCICIOS DE AUTOEVALUACION =| 1. SELECCION UNICA Seleccione la opcién coretas 1, Bl gestor dela ciencia criminoldpica fue 2) A.Nicéforo b) ) C. Lombroso “JR Guise qd) E. Ferri, 2. Unade ls fuentes de la Criminologla estudia “el e6mo ocurrié un hecho y no por qué ocurtié; es de- cir, [a materilidad del deco. .2) LaPenologia. b) Bl Derecho Penal. ) La Criminalistica. d) La Criminologfa Socioldgica. 3. _El-concepto de “postividad del delico” consiste én: ~ a) Agresién contra los valores de un grupo o de los individuos. b) Todo acto ilfcito que provoca reaccién emocional. ©) Grado de intensidad emocional con que se comete un delito y s u consecuente reproche, d) ) Hecho tangible u observable, reconocido como nocivo para la sociedad. 4, Los medios operacionales para desctbir el delto son: a) El medio, la situacién y el acto. b) El medio, el tesreno y la personalidad. ) El factor crimindgeno, el medio y las causas. q Ninguno de los anteriores. 139 ‘CoNTEETUALIZACION cuavmsOLDEICA DEL DRLFTO Lies 5. La eon ctiminolégica de “la anomia y desvicién social” explica que la criminalidad y la violencia se originan: 4) Cuando los individuos no respetan los medios (urdicos © lctos) que tiene la sociedad. 1) Cuando para escapar dela ansiedad y de las frusraciones se da un enaflicto delictivo ©) Cuando las conductas desviadas se consideran como falla en I socalizacion. 4) Cuando la aplicacin del castigo se considera como una accién cardia. 6. Elestado de peligrosidad del delincuente se define como: a) Laactitud determiante en la imposicidn de una pena, 1b) La capacidad que se determina para establecer el tipo de reclusién de un delincwente. ©) Lacapacidad y probabilidad para delinquir de una persona. d)_ La tipifcacign de delitos que una persona puede cometer ul. PAREO. “Avocie los siguientes delitos con la tipologta adoptada en este capitulo. DELITO ‘TIPIFICACION () Delincuentes habituales 1. Delincuentes por falta de dlsciplina social (2) Ladrones de automéviles y motocicletas 2. Delincuentes de profesién y con : aversién al trabajo (}) Infractores de leyes del erdnsivo 3. Delincuemtes por drogodependencia (5) “Matén de ciudad y busca pleitos” 4, Delincuentes contra la propiedad por escasa capacidad de resistencia a fos estfmulos erimindgenos ()) Sidicos y violadores 5, Delincuentes por agresividad .) Exhibicionistas, froteurs 6. Delincuentes por falta de dominio de su sexualidad (()) Psicépatas o insensibles ¢ irritables 7. Delincuentes por crisis temporal (() Desertores del ejército, Hitler 8 Delincuentes por reacciones primitivas (7) Blestafador por situacién 9, Delincuentes por Violencia Doméstica temporal (P) Ofensores de sus parejas 10. Delincuentes por conviccién (2) Grapo criminal que mayor porta la Hepatitis Bo SIDA (/ ) Profesionales que roban por falta de consistencia moral c es ‘Balla free Ronin UN GING CPEDES EJERCICIOS DE COMPRENSION DE LECTURA Defina qué es delito y explique la condiciones que lo caracterizan. . Cite las principales fuentes de las que se nucte la criminologia. . Explique qué es la criminologia y seile las diferencias con la crininalistica, Explique qué es el umbral de criminalidad. Las grandes variables que ha considerado Ia sociologia criminal como hip6tesis iniiales de la erimina- lidad son: la familia la educacién, la pobreza, ls crisis econdmicas y la guerra. Analice cada una y dé argumentos a favor de esta seleccién. Trate de investiga otras variables. Para conceptualizar el dlito ¢s necesaio analizar aspectos conocidos como de orden descriptivo. Indi- que cudles son estos y explique en qué consisten. {Qué es “factor criminolégico”? Establezca diferencias entre factor causa y mévil. . «Blabore un cuadro en el que sintecice ls principales concepciones de la sociologia criminal Elabove un cuadro en el que sintetice la tipologia de los delincuentes y sus principales caracetistica. 10. Analice con detenimicnto los aspectos tratados en este tema y reflexione sobre el origen de la delin- cuencia (Es la sociedad con su desigual distribucién de oporcunidades y beneficios la que propica las condiciones pata delinquir, cs la rigid lepislacién, es el destino de cada uno, se nace delincuente). (Coyrrecruntzactow cxnanotocrex bat DeLITo ACUNA S., RODOLFO. 1997. “El proceso de la de- incwencia.” Tesis para optat al grado de licen- ciatura en derecho, San José: Universidad de Costa Rica. ALTAVILLA, ENRICO, 1973. Le dindomica del delto: ‘parte gener, la personalidad del delincuente. Bo- got: Editorial Temis, BaRTOL, 1999. (Conducta criminal). New Yersey: Printice Hall BERISTAIN, ANTONIO: 1985. El delincuente en la de- mocracia, Buenos Aires: Edivorial Universidad, BONNET, E. EP. 1967. Medicina legal. Buenos Ai- res: Lopez Librezos Editores. CABANELLAS, GUILLERMO 2000. Diccionario de Ju- vidico elemensal. Buenos Aites, Argentina: Editorial Heliasta. COFALO ZONIGA, 1992. Temas de psicologia for rense y notas de criminologia y se aplicacién, San José, C. Rs Editorial: Promolibro. CLEMENTE, Ms R{OS, J. 1995. Guta juridica del psicéloge: compendio bdsico de leislacién para el psicélogo jurtdico. Madrid: Ediciones Pirémide. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA Y RECOMENDADA CLEMENTE, M..1997. Fundamentos dele prcolota Juridica. Madrid: Editorial Pirdmidle. Costa Rica, 1997. Ley Contra la Violencia Domés- tiea, San José, CR: Editorial Investigaciones Juridicas, DURKHEIM, E. 1965. BY nico, Madrid, Espata: Buitorial Schapire Gancta-PaBLos DB MoUNa, ANTONIO. 1996. Griminolegia, Valencia, Espafa: Editorial Ti. rant lo Blanch. 3era. Edicién. Giswent-CaLurr, J.A.1987. Medicine lgaly toi cologia. Valencia: Editorial Saber. LAMMEK, S. 1986. Teorias de lia criminalidad. Mae drid: Editorial Siglo Veintiuno ‘MARCO nape, J. 1979. “Contribucién al diagnésti- co objetivo de los psicspatas delincuentes.” Te- sis para optar al grado de Doctorado, Universi- dad de Barcelona. 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Luego ubicaremos el concepto de normalidad y sus diferen- tes aplicaciones estadisticas, ideales y funcionates. Estos temas servirdn de contexto para los si- guienses tes, que a nuestro criterio, han sido poco explotados en la literatura latinoamericana a pesar de que son colunna vertebral en la incervencién forense: me refiero a la delincuencia incipiente o juve- nil, a las psicopatias y los trastornos antisociales de la personalidad, los cuales hemos separado ‘por las razanes que luego exponemos. Posteriormente, desarrollaremos algunos temas claves de la inter- vencién forense, como son los trastornos mentales transitorios 0 TMI, y categortas como neurosis y psicosis, Estas iltimas, aunque no son muy utilizadas. en las informes periciales forenss, son categorlas que ayudan a esclarecer la enfermedad mental en un ambiente en el que a ls jristase investigadorespo- liciales les puede ayudar en Ia comprensién de los complejos problemas mentales. En este capitulo no po- diamos dejar de lado los temas de la violencia doméstica y el abuso sexual, que por su frecuencia es- tadtstica, implicaciones psicaldgicas para las victimas y las no pocas dificuliades para el abordaje en un mundo de significaciones sociales complejas, se hacia necesario al menos wna pequefia mencién. A la vez, invitamos a los lectores a revisar la bibliograftasugerida. Al finalizar este capltulo, incluimos dos temas: Ja simulacién y los criterios de credibilidad de los testigas, que realmente son cldsicos de la literatu- 1 forense, no sélo por su enorme utilidad en Ia préctica juridica sino por su aplicacin a experiencias po- liciacas de nivel profesional o de la polctacientifica como se le ha llamado en pats europeos 1. _ EL SISTEMA DE CLASIFICACION DE ENFERMEDADES PSICOLOGICAS, La clasificacién de las enfermedades psicolégicas no es una categotizacién acabada como hemos se- fialado; este es un campo muy complejo y ain en crecimiento. Las variables 0 factores que influyen no se comportan en forma tan constante como ocutze en Ia biologia o en la ciencia médica, Tam- bign, conviene indicar que las enfermedades no se manifiestan en formas puras, sino por medio de tendencias hacia algunas de ella; sin embargo, se han hecho clasificaciones taxondmicas (ordenadas 7 ‘DETERMINATES TSICOLOGICDS EN LA CONDUCTA CHIMINAL or Al fnalzar el esudio del presente tema, se espera que elestudiante pueda: 1. Reconocer las versiones taxonémicas internacionales a las mds importantes para clasificar las enfermedades psicolé- gicas. 2. Distinguir los conceptos de notmalidad y anormalidad y explicar su relativismo, 3. Explicar qué es una patologta y qué una personalidad pa- roldgica. 4, Analizar las principales caracteristicas de los jévenes con trastornos de personalidad antisocial, 5. Analizar, por lo menos, wes aspectos que expliquen el comportamiento que caracteriza a fa delineuencia juvenil. 6. Explicar los principales rasgos y caracteristicas de las psi- copatias 7. Explicar en qué consisten los trastornos mentales transi- torios (TMT) mis frecuentes. 8. Explicar en qué consisten las neurosis y las psicosis. 9, Explicar en qué consisten la simulacién y los eriterios de credibilidad de un testigo en los procesos judiciales. Mr “Picologia firense | RONALD LIN CHING CESREDES sisteméticamente segiin determinadas reglas) para efectos estadisticos, o desde aspectos sindrémicos (etin sus sintomas) 0 desde lo fenomenolégico, en donde se hace referencia a las posibles causas 0, sn posible pronéstico. En general, ls variedad de clasificaciones es muy amplia; basta leer uaos cuantos autores para darse cuenta de que es un tema complejo y peor atin sila experiencia clinica es reducida, Para algunos le tores esto ¢s motivo de confusién y han llegado a la conclusién de que las enfermedades mentales no cxisten mis que en la imaginaci6n de los psicblogos. Desgraciadamente, esto no es as; las enferme- ~ dades mentales existen y sus consecuencias para la humanidad son mucho més importantes que las que pueden ocasionar cualquiera de todas las enfermedades. Un loco puede decidir el destino de la hhumanidads como ejemplo podrfamos citar a Sadam Hussein, Bin Laden o al mismo Adolfo Hider, Jo que no ocurriré nunca con un enfermo de céncer, con wn infarto o de cualquier otra forma de accidente vascular cerebral, digestivo, renal o respiratorio, entre otros (Marc & Col; 1990; p. 136). Volviendo al tema de las clasificaciones, debemos sefialar que existen muchas; algunas surgieron des- de el nacimienco de la medicina mediterrinea y grecolatina: la epilepsia (Morbus sace), la histeria, al delirio, la oligofrenia y otras fueron las primeras entidades nosoldgicas psiquidtricas cuya sepafa- cin y diferenciacin de ls s{ntomas parecieron claros a los médicos de la antigiedad (Marcé & Col: 1990; p. 133). Més modernas y desarrolladas son las concepciones de los franceses y los alemanes. Estas dltimas, sin embargo, no gozan de gran reconocimiento como si ocurte con la clasficacién de la American Psychiatric Association (APA) con el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (ps1) conocida en su tiltima versién como el DSM LY (1994). EL DsMAv es el fitito de un inmenso trabajo en equipo de mds de mil personas y més de sesenta or- ganizaciones de reconocidla trayectoria profesional. Dicho esfuerzo no lo podrlamos dejar de lado, por lo que hemos resumido de la American Prychiatric Association (APA) en su introduccién del Marsal Diagnésvcoy Estadistco de los Trastorno: Mentale (DSN-IN), parte de a seria y formal metodologia em- pleada para su elaboraciéa, la que resumimos en los préximos ocho pérrafos (ara; 1995: pp. Wao). Ja confiabilidad y utilidad del psw-iv publicado en 1994 se centra en los objetivos clinicos, de in- vestigacin y educacionales que incluyen criterios compatibles ante una amplia diversidad de con- textos; es decir, para ser utilizado por profesionales de muy diferentes otientaciones del ambito de la psicologa y cienciasafins (por ejemplo, investigadores bilbgios, pscodindmicos, cognitivos, com- portamentales, interpersonal y familiares). Debemos attibuir la mayor responsabilidad y privilegio al trabajo de cientos de expertos y consulto- tes citados en las primeras paginas del DSM-IV y del cual estamos resummiendo algunos puntos centra- les. Bstas personas conformaron los diferentes grupos del “Comité Elaborador” y dstribuido en mas de 13 grupos de trabajo segin los diferentes temas de investigacién. 8 “oe “Biagio Rab oN Coe Cs % Lavalider del Manual diagndtico y extadistico de'los trastornos mentales (DSM-IV, 1994) ha representado tun gran avance gracias la investigacién empftica y diagndstica que han propiciado las versiones an- teriores DSM-III (1980) y la versién revisada DSM-III R (1987). Sin embargo, esta validez externa, la otorga el costoso ¢ inmenso proceso empitico que se realizé fundamentalmente en tres niveles: 1. Revisi6n sistemaética de la literatura actual, a través de un proceso de seleccién rigurosamente ¢s- tablecido, de donde se escogieron 150 fuentes de investigacién una vez elaborados los criterios de inclusién y exclusién. ‘De estos se extrajo las mejores investigaciones sea que compartieran o discre- paran con los DSM-Ill y UR, y atendiendo ala consulta de los autores para el. nivel dos 2. Reandlisis de los datos. Consists en la reelaboracién de los diversos campos segtin los diferentes tedricos y segiin las perspectivas en el andlisis de campo. Para dar consistencia a los resultados se hi- cieron més de 40 reandlisis que supusieron la colaboracién de investigadores de diferentes lugares, Los resultados, pesar de que se extrajeron de los diferentes estudios epidemiol6gicos, clinicos yte- rapéuticos, fueron de gan utilidad pare aclarar algunos de los problemas nosolégicos con los que se enftentaron los grupos de trabajo del DsMetv. 3. El tlkimo nivel incluyé doce estudios de campo que comparazon el DsM-ilty el DSM Ry el CI- 10, que es la casficacién aceptada por la Organizacién Mundial de a Salud (OMS) y las sighas que explicaremos en los préximos pétrafos. Los criterios de investigacisn para cada tema especfico con- cemplé de 5a 10 lugares y al menos 100 individuos para cada uno de los temas. Los studios de cam- pon coral abarcaron més de 70 lugares y evaluaron a mds de 6000 individuos de diferentes raza, €- xos, condiciones socioeconémicas, etcétera. Invitamos a los lectores a que recorran las primeras hojas del manual de la APA (DSM-IV) y, si desean rmayores detalles, pucden referirse a Jos cinco voliimenes que dan origen al DSM-IV y que es deno- minado en inglés el psi4-rv Sourcebook (libro fuente), ‘Antes de mencionar el Cie-10, seialamos que si bien este es un gran esfuerzo de la OMS para clasi- ficar las enfermedades mentales, desde el punto de vista clinico y pedagégigo se ha utlizado més el DsM-1¥; sin embargo, aunque el CIE-10 tenga sus limiaciones, es la casificacién formal mundial- mente aceptada, tanto que el DSM-IV ha tratado de establecet nomenclaturas similares con el fin de hacer estas dos clasificaciones mas compatibles. La Chasificacién Internacional de Enfermedades, conocida en su tiltima versién como cig-10 (ons 1992), 0 bien, en idioma inglés The internacional classification of diseases injuries and cass of death ((CD-10) es la versién teconocida por la OMS, en el gran paquete que no sélo existe para las enfermedades mentales sino para el resto de las enfermedades de la ciencia médica. Para satsfaccién dela ciencia se puede apuntar que entre més recientes sean las versiones del DSM y el c1z, mayor es el paralelismo que guardan, por lo que espetariamos que, algin dia exista una din ca dlasificacién, Como mencionamos, actualmente en la teora, la clasficacién aceptada mundial mente es la de la OMS (CIE-10), pero en a prdctica clinica y educacional, los psicdlogosy ls psiquia- tras han utlizado el dela APA (DSM-IV) BE,UU, debido a la precisin en su diagnéstico, criterio que comparten ain los europeos, quienes la han adoptado con gran conviccién, 9 ‘DETERMINANTES PSICOLOGICOS RN LA GONDUGTA CRIMINAL ss Debidlo a esta atractva especificdad en el diagnéstico en la casficacién de la ara (DSM-1V)(Anexo 41), en donde se ofrece un andlisis més preciso, es que ha sido preferida en Ia préctica clinica, La siguiente figura ctada por'T, Millon y R. Davis, autoridades munciales en investigaciones sobre Ia personalidad. Millon es uno de los autores del reconocido “es Millon”, Es una idea sinetizada de cbmo se clasifican las enfermedades mentales segtin DMS-1V publicado en 1995, posteriormente se describen algunos de los tanstornas mentales mencionados en el je 1, llamado también eje de transtornos de personalidad donde se ubican los transtornos antiociales de particular interés en ste texto. Posteriormente se cita al Bje V (Adaptabilidad), para que el lector pueda tener un panorama mejor sobre la amplitud de este sistema diagndstco. Fgura 4. Be mooeto 0S De ALCON MULTUDIAL Y CLASEICAGON DE EERMEDADES MENTALS SECON EL DSM DLA ASDA (CON FORQIATRICA AMERICANA (09), Fuente: T. Millon 8 R. Davis, 2000. 150 ‘Tiel rene [RONALD Li Cans CASREDES CuspRO 4.1 EJEMPLO DE USO DEL EJE V: VISTOS EN ESQUEMA (ADAPTABIEIDAD) Fue Reproducido con ata de Accinin ice Amcrcn, Deptt de Paliacones ‘Feria seeps zre Megson, 1995, Nucr Yk ms ‘DETERMINES SICOLGICOS EN IA CONDUCTA CaMDAL Cunpro 4.2 Debido a esta IGN DE 14 TRANSTORNOS DE PERSONALIDAD 4.1), en dond AL DMS-Illy DMS HI-R Y DMS IV La siguiente f gin dese ci + Sédos.Exsiemene haste, abras, crus y dog la personalidapcae ‘us seniimien- matcos. Propensos a siitos aanques de furor. Se salisfacen de cémo se ¢ veorealva y am ass tvs el dina, nian yaa # desciben spy ‘tacén de otros. Son teroos y de mente cerrada. transtornostes amigos , ‘+ Compulsivos. Comedido, conciente, respotuoso y’ rigid, este texto. ‘Mantiene un estilo dentro normas cbsesivas, Se adhiere estre- chamente alas convencones soles Vo el mando en tt «a's mismos con 10s do tetdcinesy jrrtuias, Se van asf mismos como imientos descledady -—-_devlos, ables, ecientesy productvos, panorama 2) 1 send cana eset, descent, Res jena, fe beac Millon y Davis Posenaliy dvd in moder if 2000p. 4. 1 ‘Diva foreae RONALD LN Cate CESRROES Para los ectores que desean un poco més de informacién les indicamos que pueden consultar la Cla- sificaciin de enfermedades y los diferentes ees de interpretacién en el DSM W, 1995. 1. CONCEPTO DE NORMALIDAD Y ANORMALIDAD EN SALUD MENTAL Hemos ofiecido una clasificacién de enfermedades mentales que apunta a ls diferencias cualitativas entre lo normal y lo anormal; sin embargo, ahora nos referiremos con més precisién a la estabili- dad de estos conceptos, no sélo con respect a ellos mismos, sino con respecto al significado social que los contextualiza. La historia ha demostrado que la ciencia cada ver se acerca mis ala verdad, peto no que sea la verdad misma; de lo que sf estamos seguros es de que la ciencia es el consenso de Jas que més poseen conocimiento y, fundamentalmente, de los que més poder poseen. Cuando Ga- lileo Galiley decta que la Tierra no era el centro del universo, [a ciencia decfa que si; tiempo atrés, Aentto dela Clasificaciones de Enfermedades Mentales (DSM 1) se inclufa la homosexualidad y eso era lo que pensaba la ciencia. A partir del DsM. 1V hace apenas dos décadas fue excluida como patolo- gfa, lo que nos da idea de que la ciencia no es la verdad absoluta. Laverdad puede ser telativa y por eso debemos contexcuslizatla; decir que un alumno es regular por- que obiuvo un 7 (escala de 1 a 10) en wn examen de matematicas puede ser relativo, Si dijéramos que los demés estudiantes obtuvieron una nota inferior a 5, podemos afirmar que un 7 ¢5 una nota extraordinaria; pero sila nota de los demés es mayor a 9, entonces, diremos que esta nota es insufi- ciente. Para seguir con otto ejemplo, diremos que siempre hay personas que no cortesponden a nuestros medios, o personas que nos sorprenden con sus conductas y ante esto puede asalrarnos la pregunta de si se trata de personas anormales 0 no, El juicio de anémalo o anormal presupone la aceptacién de una norma, que en este éaso hace referencia al pardmetro que utlizamos de medida. [Asi pues, el concepto de normalidad es relativo, pero en general, le podemos asignar «res sentidos: la novialidad etadstica’ Ta normalidd ideal la normaltdad funcional (Brndt1983). Sinise lasifcacién podriamos encontrat en literatura sobre dafio emocional o dafio psiquico (Marianet, 1997). 1) La normalidad estadistica. Hace referencia 2 la medida aritmeética en la cual la media puede coin- cidit con el promedio. La normalidad estard representada por la mayorfa y, gréficamente se ubica en el centro de fa curva de distribucién en una campana de Gauss. Por ejemplo, la inteligencia se estudia en una muestra representativa de una poblacién determinada, asi una persona que se ale- je del promedio es anormal en ef sentido estadistico. En las cienctas sociales debe tenerse en cuenta que lo anormal (un genio por ejemplo) no tiene por qué ser patolégico. 2) La normalidad ideal. Hace refetencia no alo que es, sino alo que debe set. Por elo, tiene siem- pre un cardcter de exigencia (Kurt Kewin). Entre estas normas se incluyen_normas de valor, tales como las sociales, las religiosas y de otra indole, que varian en mayor medida de una época a otra de una sociedad a otra. La conducta humana no esté determinada por sus instintos, como ocurte en los animales. Por ello es inevitable que estas normas sean ~al menos en parte puestas en duda 193 [DETERUAINANTES PSICOLOGIOOS EN LA CONDUCTA CRIMSAL y Eek y eventwaliente, substituidas por otras: “las normas de convivencia humana” no son fijas, sino ob- jeto de lucha, Es rebelde el individuo que, contra la norma social, se gufa por su consecuencia mo- ral, su propia razén. Asi la estadistica criminal demuestra que el comportamiento de la mayosla de Ja poblacidn se ajusta a las normas ideales, siempre que estas estén plasmadas en leyes, por lo cual, decimos, hay una determinada correlacin entre las normas ideals y las normas estadisticas. 3) La normalidad funcional. Esta es de indole mvs individualista, Renuncia al establecimiento de una relacién entre los modos de manifestacién y de comportamiento del individuo y de la generalidad, por un lado (norma estadistca) y, por otro, una teoria del valor absoluto (norma ideal); define como normal cl estado adecuado a un individuo con respecto a sus objetivos y rendimientos. Por ejemplo, tuna personalidad puede tener capacidad para trabajar de noche con gran concentracién y produc Vidad sin menoscabo de su salud, aunque esto no concuerde con las normas ideales ni con las esta distcas; esta persona habsfa encontrado el ritmo de trabajo éptimo para ella y notmal desde el pun- to de vista funcional, Desde luego, entendemos que la sociedad no puede renunciara las normas con- cordantes, ni puede asimilar tampoco un aumento excesivo de las normas funcionales individuales. 1a psicologfa forense como ciencia aplicada al derecho, responde a las exigencias de las normas idea- les; sin embargo, cada caso es muy particular y en esto consiste lo diftcil de su particularizacién, una vez comprendida la plataforma social y cl control al que responden las leyes. El tema se nos hace complejo cuando no estimamos una referencia comin; por ejemplo, ubiquemos un delincuente de tuna comunidad marginal: este responde a las conductas antisociales y de hostilidad. Podrfamos con- siderarlo como normal (estadisticamente) con tespecto a su grupo comunitario y, adem, sieve a las necesidades socioecondmicas de su grupo (aormalidad funcional), pero no lo es asi con respecto la sociedad en general y, mucho menos, con respecto a la normalidad ideal, Se hace necesario determi- rar lo qué es aprobado para la sociedad en general y qué no lo es, y esto responde a una norma idea, Ja cual es el parémetro para el derecho. Hemos visto, entonces, que la normalidad puede ser relativa y lo que hoy ha aprobado el consenso social y hegeménico, maiiana puede ser que no lo apruebe. Entonces, ditemos, la normalidad co- ‘mo concepto general es dindmico, pero en el entendido de que a la ciencia jucidica le interesa la nor- malidad como concepto ideal. m. DELINCUENCIA INCIPIENTE: LA PROBLEMATICA DE LA DELINCUENCIA JUVENIL Los estudios sobre la delincuencia comienzan a aparecer a mediados del siglo pasado, pero muy li- mitados 2 la descripcidn de situaciones y lugares. As{ con influencia del positivismo comteano, se destaca el Dr, Lombroso con su “Teorfa del Delincuente Nato”, Esta teoria presenta al hombre de- lincuente con caracteriticas ffsicas particulates y attibuye su situacién a un problema innato, Su continuador, el Dr, Gardfalo, fue quien, introdujo una aproximacién socio-familiar del problema yy posteriormente, el Dr, Ferri expone la teoria de “los triples factores” de la ctiminalidad: el aspecto individual, el social y el telirico (temporo-geografico).. ut Tiel ovat Ln Grin OSranas A principio del Siglo x%, en los EE.UU., las teoris socioligicas pasan a tomat un pape protagé- nico, cuyos mds destacados representantes fueron Pearson y Merton, pero ninguno logca explicar la compleja problemética de fa adolescencia en la que de por si hay que tomar en cuenta fas dems dis. ciplinas sin las que serfa imposible dar un orden légico y entendible al problema. Histbricamente, ‘as primeras legislaciones juveniles de América datan de 1899 en el Estado de Illinois (EE.UU,). Ya en 1911 veinte estados habfan adoptado medidas similares. También es en Illinois donde se desa- trollan Jos primeros programas de prevencin y tratamiento de la delincuencia juvenil, organizados por pricblogos, psiquidtras y trabajadores socials; sin embargo, la primera cliica esablecda para proveer diagndsticos psiquidtticos a cortes juveniles, abrié sus puertas en Chicago, en 1909: el Ju- venile Psychopatic Institute (Bartok 1999; p. 23). Desde estas fechas se ha definido al delincuente juvenil como el individuo que comete actos conti, lo establecido por la leyes, pero que todavia no alcanza la edad de adulto, Enfoques sociales consideran que la delincuencia juvenil consiste en una amplia variedad de con- dcta inapropiadas tales como agresividad, robo, hurt, vandalism y uso de drogas, Defiiciones psicoldgicas incluyen dentro de este ambito, bésicamence dos grupos: los trastornos de conducta y {as conductas antisociales. Uzastomos de conducta es un término diagndstico pata representar un grupo de caracteristicas como mala conducta, robo, fugas del hogar, fugas de la escuela, destruccién de propiedades, peleas, crueldad con Jos animales o con fa gente y frecuentes mentiris, El término de trastorno conductual esté mayormente descrito en el Diagnostic and Stadistical Manual (DSM IV, 1994; Bartol; 1999; p. 25). El término clinico conducta antisocial es usualmente reservado para delitos mayores del mal com- Portamiento habitual, especialmente un patrén de conducta. que implica una afectacién directa y Perjudicial hacia otras personas, Este téemino debe ser distinguido del ‘trastorno antisocial dela. pee- sonalidad”, un titulo diagnéstico reservado primatiamente para adultos. x, Segtin Bartol (1999, pp. 26 y 27), de acuerdo con las investigaciones hechas en Estados Unidos, los actos ilegales comeridos por delincuentes son ubjcados dentro de cinco grandes categorias y las ten- dencias encontradas fueron: Cuapeo 4.3 DELICUENCIA JUVENIL EN Estapos UNIDOS - 155 _DETERDINANTES SICOLDGIOOS EN La CONDUCTA CRIENAE 7 Las primeras cuatro categorlas guardan relacién con los delitos de los adultos; sin embargo a tli- ima ¢s propia de los adolescentes y abarca delitos como fuga del hogar, violacién al coque de queda y otras conductas que son interpretadas con mayor subjetividad como rebeldfa e inmancjabilidad (Bartol, 1999. p. 27). En nuestro pafs las tendencias segtin delitosreeridos al Departamento de'Trabajo Social y Psicologfa, se sintetizan en el siguiente cuadro. Cuspno 44 DISTRIBUCION DE IL{cITOs COMEFIDOS POR LOS JGVENES REFERIDOS A LOS DIFERENTES DESPACHOS DE COSTA RICA, 1998 Fuerte Reoopldo por. L. Ching, de Estadisticas de 11 despachos dl pals sgn_ Bolas, A Ledexa, or Ci Preado, Gy Usti, Cy del Programa Penal Joven Departamento de Taba Soil yPsicolo- Costa Rca, 200 Con el siguiente material pretendlemos mostrar y explica la problemética dela delincuencia juvenl como una clasificacién patoldgica particular que no tiene que ver con los cuadros psicopatoldgicos conocidos, tales como: neurosis, psicosis, psicopatias, que mis adelante desarrollaremos. En términos de Erickson —citado en Krauskoft—a la etapa adolescencial (entendiendo ésta entre los 10 y 20 aiios)_ se le considera un momento de transicién y ctisis en la cual la sociedad espera vet conductas desadaptadas de los adolescentes. Por ello se les permiten un lapso de adapracién mien- tras logran su paso al mundo adulto; se le considera una etapa de desajuste que el mencionado au- tor ha llamado moratoria psicosocial (Krauskopf, 1985, p. 38). D. Krauskopf ha definido esta fase como la etapa en la que con mayor intensidad se observan las tendencias del individuo y las metas socialmente disponibles, suponiendo, de pot sf, que es un espa- cio en el que la sociedad exige mayor responsabilidad, pero no responde a esas necesidades (la inde- 156 ‘ise ree Rona Lin Cri C065 pendencia de los j6venes la hemos limitado, su energla la hemos ignorado y tambien su lugar como etapa lo hemos negado, hemos definido claramente espacios para la nifiez, la adultezy la vejen(pe- 10 no propiamente pata la adolescencia) (Krauskpof, 1982, p. 21). Si bien las caracterisicas de la personalidad pueden comprometer al joven en hechos delictivos 0 antisociales propios dela edad, hay factores que inciden y pueden modificaro influenciar la conduc. ta en sentido “desviante”, pero no por esto pocemas decir que estamos ante una patologta. Hablamos de factores y no de causas porque entendemos que no existen causas en el sentido que sea un elemento o més que dé como resultado una personalidad desajustada socialmente, sino toda una configuracién de situaciones. Podemos decir que este proceso lleg6 a definirse como la pecturbacién apatecida tempranamente, «que se mantienee impie al sujeto vivir experienciascortectoras. Entonces, si hablamos de una per. sonalidad patol6gica, el erastorno se manifesta como corolatio de grandes perturbaciones en los pri- mmeros afios, y de una consecutiva acumulacién de difcultades que han acentuado la eyolucién en un sentido desviado, A diferencia de los adultos, notamos al observar a estos jévenes (con una “personalidad desajustada socialmente”) una setie de caracteristicas personales que se mantienen constantes en todos ellos, lo que hace que este tipo de desorganizacién de la personalidad tenga un cardcter inuy especial, Una clasfcacién operacional, segin Varela & Colaboradores (1998), de quienes hemos tomado algunas de ls principales ideas del apartado referido a la delincuencia juvenil seta la siguiente: a) Conductas de accién, Como mencionan Varela & Cols (1993), la secuencia normal dela realizacién de los actos va desde el impulso al desco, del deseo al propésito, del propésito a la accién y de ésta al acto; la compulsidn se carateriza por pasar directamente« lz accin a partir del impuls, sin la ope- racién de una instancia mediatizadora que seria el pensamiiento; estos impulsos tienen la catacteiis- tica de ser ireversibles e incontrolabes; el sujeto se siente compelido a la accién directa y constante, actuando permanentemente sus conflictos por medio de lo antisocial, que la actuacién simboliza una Solucién de conflictos y gratficaciones inconscientes, como se puede apreciar en la Figura 4.2. En relacidn con lo anterior, los especialistas en adolescencia han sefialado dos mecanismos de defen- sa muy propios de esta etapa: la omnipotencia, que lleva al adolescente a set atrevido y con escasa anticipaciéarde sus consecuencias; y 1o que conocemos como acting.out, en el que la tendencia 2 Ir-actuacién de sus conflictos ¢s caracterstica. Acting Ove es un concepto psicoanaltico que se em- plea para defignar acciones que presentan casi siempre un cardcter impulsivo relativamente aislable cen el curso de sus actividades en contraste con los sistemas de motivacién habituales del individuo, y que adoptan, 2 menudo, una forma auto o heteroagresiva, En francés y en espatiol Paso al Acto, donde se tiende a designar actos impulsiyos violentos, agresivos y delictivos como suicidio, atenta. dos sexuales, entre otros (Laplanche y Pontalis,1983, p. 6). 157 DDETERMINANTES PSICOLSSACOS EN LA CONDUCTA CRIMINAL accién |—> | el acto ooo impulso deseo [> |propésito! La compulsién (no mediatiza el pensamiento) Fier 4,2 CONDUCTS DE ACION 4) Bocasatolerancia a Ja frustracin, La intoleranciaestarfa marcada hacia todo tipo de frustracin y postergacin de las necesdades. Exste una permanente urgencia impostergable de resolverlo todo; fodo debe ser en el acto “aqut y ahora’ por medio de cualquier métodos el sijetosiente que es “aho- fro nunca”, de ahi que gran parte de lx accién delictiva significa una salida que permite al joven evaditse de una situaci6n insostenible . Desde una perspective poical-jurfdica buscamos responsable para que el “uicio de reproche” del sociedad recaiga sobre alguicn, Siel enfoque fuera de causa-efecto la situacin seria fil y quedaria saldada la cuestién (delito-responsable, delincuente-culpabilidad, motivacién-pena). Sabemos que lo dicho anteriormente no s as! y, como sea José Bleger,ladelincuencia la enfoca- amos desde un dmbito psicosocial, aclarando que también la sociedad es responsable de aportar un producto enfermo (Varela & Cals, 1993). Definimos delineuente juvenil, segin la ley, al joven o la joven entre 12 y 18 afios no cumpli- dos, que ineursiona en actos anisociales que estin seialados en las normas. Por To gener son los estatos sociales de clase baja o marginal los que aportan tna significativa mayoria a estos ca- fos, o mis bien los que derectael sistema, pero lo cierto es que el estrato no es lo determinante, ni todos los jévenes de esttatos bajos son delincuentes, ni arpoco estén ausentes los de etratos altos 4 medios; por lo que su explicacin la buscaremos en el perfil psicosocial. $n cuanto al logro de su ientided,diremos, el joven en la lucha por ubicarse en el mundo de fos adul- tos, puede inclinrse a conducts de desjusteo a comportasientosantsoiles de divers indole, De- be quedar caro que no son justificaciones del problema sino intentos de comprensibn de ese, “Teniendo en cuenta los conceptos antes scialads, el acto delictivo de un adolescence puede revelar tuna perturbacin dela personalidad, que indica una patologla definida. En materia penal javeil segin el tipo de delto, su planiicaién, buscadao posible puede revelarnos mucho del joven. He- vras encontrado menores multiteterantes que llegan a tener mds de tres denuncias por deitos se- ‘euales diferentes, como también hay quienes poseen més de diez denuncias. Estos tiltimos, son ca- vreteristicos de los adolescentes que, desde su infanca, andan deambulando y que se unen en pan- tllas para sobrevivirlo que los hace destos en materia delitiva; como es de espera, se involueran en miltpls adieciones que llegan ase el movil de su conducta deliciva, dems de una forma de evadir su cruda realidad. Enel dtea de Psicologla y Trabajo Social del Poder Judicial de Costa Rica la experiencia sobre ado- Tescentes en conflicto con la ley, es que después de la tercera denuncia, se perfilan como delincuen- Bur “Bia one Ro Ln Cine Cas tes habituales y, en su gran mayorfa, son diagnosticados con trastornos de personalidad, y digo des- pués dela tercera denuncia, pues existe una enorme cifra negra o incidencia ral de deltos de los que no se informa en los tribunales. Bs decir, en la experiencia coscarricense, en el contexto de la Ley Penal Juvenil y el Servicio de la Sec- cién de Psicologfa, hetnos observado que los jévenes reiterantes, a parti de la tercera causa delict- va, se catalogan como delincuentes habitwales que poseen un prondstico negativo. Tanto por los constantes estimulos negativos de causa ambiental o de causa interna como por su historia particu lar han consolidado una estructura conductual inadecuada. Algunas caracteristicas que Varela & Cols (1993; p. 39) incluye en su libro de Psicologta Forense, con un enfoque hacia la adolescencia, son las siguientes: + Visién distorsionada de la realidad. La realidad se cambia y se vive en relacién con aquello que se precisa, + Nocién de tiempo como presente absoluto. Todo debe ser “hoy”, “ahora’, al no tener tolerancia a la fustracibn, lo tinico que cuenta es el presente; la experiencia no tiene sentido, pues si bien es conocida, no ha sido internalizada, ni capitalizada y el futuro como proyecto no existe, pues no hay nada por esperar ni tolerar. + Imposibilidad de acceder a la abstraccién. No hay acceso a lo simbélico; todo su accionar se man- tiene en un nivel concreto de pensamiento, la accién sustituye constante y permanentemente a la elaboracién, el simbolo, el gesto y la palabra son reemplazados por el acto. + -Utilizacién del propio cuerpo y de los otros. El mundo es vivido como “cosificado”, est4 com- puesto por “cosas”, En general, el joven muestra comportamientos taliénicos o de venganza, con una concepcién ego- céntrica del mundo que incrementa sus Fantasias persecutorias por lo que emerge una intensa hosti- lidad con una profunda necesidad de venganza, pero en el fondo recrea situaciones arcaicas de su in- fancia, en las que los progenitores fueron frustradores de su nifiez y se “carga resentimiento”, cons- tituyendo asf el embridn de su ética vindicatoria de su conducta de reclamo. Todas las caracterfsticas antes anotadas, desde una perspectiva psicoanalitica (ver capftulo primero) nos llevan a considerar la personalidad de estos menores como algo no formado, indiferenciados de. manera muy simplifica para efectos pedag6gicas, podemos decir, como sefalan Alvarez y Cols (1993), donde el Ello parece regir todas las instancia, su Yo seria ldbil (inestable) c'inmaduto, inca- pa de mediatizar por insuficiente la energia disponible, por lo cual los mecanismos defensivos ins- taurados serfan primitivos y; por ende, su Supery6, como instancia permisiva 0 teptesora, no exist- rfa estarfa, en todo caso, de manera estancada, ‘DETERUAINANTES PSIOOLOGICOS EN 1A CONDUCTA CRIMANAL Jet a \ i Hl i i ‘ i Debe quedar claro que estamos descibiendo caracteristicas del funcionamiento psquco de estos menores, predisponentes del acto dlitvo, como se podria entender en términos freudianos, predis- posiione ycontenios que, como sein algunos crimindlgos, son de indole intrapsiquces P= ro que no por eso, ls consecuencias de sus actos cejan de ser reales. A. DELUNCUENTES JUVENILES QUE ACTUAN EN GRUPO PARA PROTEGERSE FBstos delineuentes, conocides de manera inadecuada como “chapulines” por su forma de ataque en grupo son menores que ven inmerss en un medio socal que de naw ota mane, ha influido aie onfarmacién,, El contexto més préximo que tenemos para observay, «3 su nico familias, Generalmente, provinen de hogars o familias desintegradas, pero no solamente en el sentido de sepatacin o desaparicién de ceros miembros dela familia (dvorco, bandono de on miembro, doniclio diferent), sino de desintegrcidn relacional, de vinculos perturbados; suele basarse su vin- sulacién en la obtencién de bienes materiales con empobrecimiento de los intercambios afetivoss hay un mateado dice comonicacional por ausencia de intrcambio verbal y predomi Ia acciéa como medio expresivo. {Em evanto ala disciplna o incorporacién de las normas, eneralmente os jovenesdelincuentes pe eneven a familias consttuidas por figuras ce autoridad ausentes; as, los encargndos de brindar las ronmaso Himites necesarios estén ausentes o son padres sin autoridad legftima (alcohélicos sin vécten ni presenela, que permanecen perfodos cortes “al fente’ de la familia, son agresivosy caste gadors). Los castigo los que nos referimos son aplicados en forma indisriminads y por To tan- to, carentes de sentido. Las madres, segin Marina Hurtado (ciada en: Varela y Cols; 1998), son figuras nazessas que generan dependencia de sus hij son inmaduras yl eaboracién de pensamiento reflexivo es reemplarada por Cieaccién constante. Ademés, a veces, son bastante rigidas y sin matioes, con poca flexibilidad fren- tea dererminadas situacioness los vinculos con sus hijos son inestables y poco estructurados, Refitiéndonos a la “Teorfa del Vinculo”, (Pichén Riviere, 1985, p. 11), sefiala que la relacién vincular ce carentee indiferenciada, por lo tanto de ninguna manera podriamos hablar de vinculo positivo © negativo, sino de un. ‘vinculo no establecido, no conformado, de una falta de vinculo. Con bastante frecuencia estas familias son numerosas y se dan muchas diferencias entre sus miem- bros, porque algunos de los hjos son deciferenes progenitors, unos més rechazados que oxos, Es tas Emilias no han podido constitu un nile extable, se han formado sin sentido famiian y no han logrado consolidars. Desde el punto de vista social, se trata de familias muy marginades, sin ocupaciénestabe, con vi- viendas preatas, con caractersticas de promiscidad, fla de higiene, fale de hibitoey faa de putas educativas conductuales que les permita creer socialmente. 160 “Bilge Rovaid LN Caine CESS Allllegar a la etapa adolescente, todo puiber se aleja del nicleo familiar y recurre-a su grupo de pares, buscando recrear en estos figuras (padzes) de la infancia, pero al haber sido experiencias poco grati- ficantes, entonces, no tendré idolos, y tampoco habré discriminacién (diferenciacién) con los otros; por ese egocentrismo narcisista, la unin con los otros no seré por el afecto, sino por el “uso” y la utilidad que cada miembro puede prestar al grupo; asf su principal objetivo de encuentro serd el ac- to delictivo, pero sin planeamiento previo, se “juntarén” y “actuarn’” por el solo hecho de evacuar necesidades y evtar la tensi6n; es decir, cada miembro tendré valor por sus caracteristicas utlitarias. Finalmente, debemos anorar que un acto delictivo puede revelar una perturbacién de la personalidad que refleja una patologia y que, por lo general, el trastorno se manifiesta como corolatio de graves per- turbaciones en los primeros afios y de una consecutiva acumulacién de dificultades que han acentua- do la evolucién en el sentido desviado, Sin embargo, es necesario considerar la imporcancia del diag- ndstico psicoldgico y difesenciar entre un futuro trastorno de la personalidad y un episodio critico “normal”, en donde el acto delictivo no indica lavexstencia de una patologfa, se observa una mayor reversibiidad, una abundancia de energfa disponible y una nueva biisqueda de nuevas oportunidades En los casos anteriores nos referimos a futuros trastornos de personalidad o a conductas instauradas como su forma de se, es decir, no ¢s lo mismo un joven que acostumbra robar joyas a los transetin- tes, que uno que en una situacién de escasex de dinero en la playa se roba 1a billetera de alguien que la haya descuidado. ‘Tampoco es lo mismo un joven que deambula porque esté “mejor” en la calle que en el ambiente de hostlidad familiar, que otro que por exceso de controles en sut hogar decide fugarse. En el primero: se puede perflar como un futuro trastorno y en el segundo como un episo- dio gritico, En uno se hace referencia fundamentalmente a conductas habituales ya instauradas en la personalidad y en los otros casos a conductas circunstanciales que, aunque no son normale, son operables y poseen un mejor pronéstico de cambio positive. 8. EL GRUPO DE PARES Los primeros afios de vida del ser humano transcurren preferentemente en el seno familiar. Con el ingreso a la escuela y el desarrollo de la independencia fisica y cognitiva, la vida se comparte ahora con el tercero social que no es su familia y asi se inicia el desarrollo del proceso de socilizacién, que introyecta fundamentalmente costumbres, valores y actitudes de su grupo de pares, grupo de ami- gos afines con similares edades ¢ intereses. En la adolescencia se exticnde el dmbito del individu, la femilia deja de ser el vinculo primario del joven y este pasa a compartir la mayoria de su tiempo con otros grupos husmanos, de los cuales el grupo de pares cobra jerarquia con respecto a los ottos Los grupos de pares normales, a diferencia de los marginales, petmiten que sus miembros desatro- Ilen atribucos psicolégicos bésicos para su maduracién, como la capacidad de elegir, de optar, de en- sayar entre varias alternativas sus futuros roles laborales, de pareja, ideoldgicos, etc, y la posibilidad de adquitirestabilidad emocional cn su comportamiento, 161 i SIOOLOGICOS NLA CONDUCTA CRIMINAL KK Estos grupos juveniles normales parten de una premisa implicica en su misma esencia, que es la de mantener una orientacién colectiva minima, una adhesin ala sociedad global, una lealtad a las nor- mas morales fundamentales que rigen para el campo témporo-espacial de pertenencia Por su parte, pata los adolescentes marginales, el grupo de pares reviste connotaciones significativas, ya que, al fillar ottas asociaciones, pasan en él la mayor parte del tiempo. Estos grupos presentan ca- racteristicas familiares que las diferencian de los grupos juveniles normales. Por ejemplo, nos encon- tramos con una gran movilidad de los miembros que lo componen. El grupo estd constituido por un niimeto variable de jévenes en cada momento. Un individuo cum- ple un decerminado rol en este grupo, pero en un momento dado, por diversas circunstancias aban- dona el grupo y puede ser reemplazado inmediatamente o no. Si bien estos grupos pueden ser considerados como grupos primarios en relacién cara a cara, ditec- ta, esté ausente el factor afectivo, tal como aparece en aquellos otros grupos. Vemos, en cambio, la necesidad del otro pata ser uilizado, El individuo como tal, “sive” o “no sirve” a los fines del gru- po, y al ser cosificado puede ser ficilmente reemplazado o descartado. Si decimos, en general, que en los grupos de pates se tiende a recrear los grupos familiares de la in- fancia, vemos que el adolescence marginal repite en sus grupos de pares la misma estructura familiar, en el sentido de Ja movilidad, la inestabilidad de sus miembros, la carencia de vinculos afectivos du- raderos, la utilizacién del otro como objeto. Ctra caracteristica que observamos cn los grupos de adolescentes marginales es la homogencidad de los miembros que lo componen, en cuanto que retinen las mismas condiciones del Ambito psicoso- cial y sociodindmico. Nedl_y Wineman, por la experiencia en campamentos con nifios normals y nifios con tendencias a co- meter actos asociales, muestran como éstos tltimos se asocian esponténeamente sin conocerse, como si captaran en el otto la potencialidad para la comisién de hechos antisociales (Varela & Cols, 1993). De aqui surge que la unidad del grupo de adolescentes marginales se da por medio del acto antisocial, como un nueva caracteristica. Mientras que los grupos juveniles normales pueden mantener la unidad variando las actividades, ya que el vinculo operativo y el compromniso grupal los mantiene juntos, el gru- podeadolescenses marginales no es capaz de unirse a otros j6venes con oxro propésito que no sea el de cometer un hecho delictivo, Este propésito esté permanentemente en el grupo, a menudo no existe una planificacién previa, elaborada del delito, sino que éste “aparece” y “se impone” ante el grupo. Para el adolescente marginal, el grupo de pares representa la posibilidad de canalizar todas las pul- siones agresivas,el grupo resulta ser el depositario que le permitird llevar a cabo conductas con una finalidad vindicatoria, Pero también, en este grupo de pares, el adolescence busca un contrincante, un lugar donde sentirse seguro, fuerte, un lugar donde encontrar su identidad. 162 ‘lel freme RONALD Li CRN CEsneoRS Dehecho el grupo de pares, al estar formado por miembros iguales (adolescente marginal), yal ser el mismo grupo similar al grupo familiar, no encuentra el joven el continente que busea, convie- tiendose asf el grupo en un nuevo factor patologizante, que reforzard sus aspectos més enfermos, Al principio de una participacién en un grupo, es posible que el joven depositeen él, o en sus miem- bros, todas sus expectativas en el sentido de haber encontrado un lugar seguro, de sentrse quero © amparadlo. Pero pronto serd decepcionado, ya que sus comparteros que padecen las mismas ca. rencias que dl, no sasfrd sus necesidades, a ser ésta insaciablesen su fantasia. La nueva derrota, esta vez en manos de sus pares, incrementard su visién host del mundo y su desconfianza, cc. LA ADOLESCENCIA EN UN MEDIO URBANO MARGINAL Hemos dicho que'el adolescente marginal es un fenémeno universal, que trasciende estructuras ecb- nndmicas, polfticas y que la mayorfa de los jévenes provienen de micleos familiares que, por sus ci- tactr(stias, los podriamos considerar como de clase marginal. Estas “familias” se agrupan especial. ‘mente en los t{picos conglomerados habitacionales, conocidos como precatios, o en battios urbanos co suburbanos que sin llegar a ser ‘precatios’, poscen similares condiciones a éstos. ‘También, los en. contramos, en menor proporcién, en casas de inquilinato y hoteles de baja reputacién 0 ubicados en las zonas de alta prosticucién 0 conocidas en nuestro contexto como “zonas rojas”, Lo que caractetiza a estos hogares es la promiscuidad y el hacinamiento. Encontramos frecuente- mente un niimero de miembros que cohabitan en una misma vivienda, que excede en cantidlad a ls Posibilidacles fisicas de alojamiento digno. La discriminacién, el sentimiento de intimidad, la no- cid de pertenencia esté ausente en este tipo de habitat. También, la falta de organizacién interna es otra caracteristica de ls familias urbanomargnales, a carencia de limites se revierte cn un acentuado desorden y la confusidn de elementos cotidianos, los «spaciosfsicos no estén delimitados. En el hacinamiento, por ejemplo, el comedor puede set una ‘mesa ala orilla de una cama y as{ en lo psicol6gico los espacios estin menos delimitados, No se observa una valoraci6n, una jerarquizacién de ls posesiones, un cuidado y conservacidn de lo propio, como fruto de una adquisicién elaborada, quetida y necesitada, Bs frecuente encontrar en tun mismo bartio a fos miembros de la pareja parental, constituidos en nuevas familigs, con una nue. v prole y otros miembros colatéales, Cuando esto ocurre, son comunes ls rencils, las agresiones ente los integranteé de cada grupo, y el constante deambular del adolescente por los grupos fami- liates, sin pertenecer a ninguno definitivamente. En los gréficos siguientes podemos observar los datos que tefieren los menores‘en ef momento de la intervencién del programa de penal juvenil, donde debemos advertr a inconstancia domiciliary, te- ferida al fecuente cambio de ubicacién familiar en los que rota o citcula por los diferentes recursos familiares y hasta deambulacién por lxgos petfodos,fundamentalmente en la tapas erticas de con- sumo de drogas, 1683 [DETERMINANTES PSICOLOGICOS EN LA CONDUCTA CRIMINAL Lascaiies . LEALIAD A SU GRUPO DE PARES “Los adolescentes viven dos mundos por sepatado: uno el dela familia y otto el de Los amigos o gru- ppo de pares (Beernde, 1979. Ein: Bastol, 1999, p. 31). Especialmente os adolescentes, por lo menos los tle clase media, buscan consejo familiar para asuntos financieros, educacidn o planes de estuios, pe- ro en la toma de decisiones de otros temas de la vida social como tipo de ropa, bebidas, pareja, dro- gus actividades de recreacin es arolladora la influencia de su grupo de iguales, Al final de ese Subrfeulo se puede observar en el cuadro de problemas de comportamiento de la poblaci6n penal ju- venil referida de ls diferentes despachos del pats, la alta incidencia en grupos paoldgicos y consu- ino de drogas, todos estos muy asociados a conductas violentas (Ver iguras 43 y 4.4). En las familias en donde la hostlidad esté presente, el menor encuentra fécilmente grupos de pares que responden asus mismas caracteristicas, y no tarda en unite a ellos en bisqueda de segucidad y tun apoyo que no encuentra en su hogar. No es habitual que este grupo as{formado, perpetre hechos delictivos en el mismo barrio, por un iinimo de lealtad a su clase, sino que busca ottos lugares alejados para la comisién sus actos Bs frecuente encontrar en algunos “precatios®, en especial, lugares destinados al refugio de persona- lidades marginales, en los que intervienen adultos comprometidos en hechos ifctos. Cuando hablamos de jévenes asociales pertenecientes a cases medias altas, no podemos circuns- cribirnos a un barrio o zona determinada, ya que se encuentran distribuidos por todo el Ambito de fa ciudad y pueden set varios los que frecuentan. NA Madre y padte Madre Madre y padrastro Independiente Pariente Hogar sustituto Padre y madastra Padre Esposa(a), Encargado(a) t 0 50.100» 150-200-250 300 Figura 4.3: GR6ricA QUE MUBSTRA £1 TIRO DE CONVIVENGIA DE LOS ADOLESCENTES DEL, PROGRAMA PENAL JOVENT Frente Recopildo por Ronald Lin Ching, de Estdisicas de 11 despachos del pl segin Blais, As Ledezma, Ci Pico, ‘Sry Ure, C., del Progama Penal Jveni. Departamento de Taba Social y Pclogs, Poder Juici, Cost Rica 2000 164 oS ‘colo forme /RORALD Lin Cr CHsrEORS No apli Sin grupo familiar Mixta Extensa 100 150200250300 Figura 44: GrdstCa QUE MUESTRA ELTPO DE FALOLA POBLACION PENAL REFERIDA AL PROGRAMA DE PENAL JOVEN, Fuente: Recoplado por Ronald. Lin Ching, de Eadisticas de 11 despachos del pats, spin Boao, A Ledenma, C Pe s,Sy Up, C, de Programa Penal Javenil. Deparamenco de Teabsjo Socal y acolog, Poder Judi, Cora Re, 2000. En el plano nacional se mantienen similares céracteristicas: cada provincia posee zonas con pobla- cién marginal (en especial los sectotes colindances con las fronteras) las que son proveedoras de un elevado niimero de j6venes asociales, y cuentan también con un gran porcentaje de menores en si- tuacién de tiesgo 0 jdvenes que pueden involucrarse en patologias sociales como delincuencia, dro- gadiccién y prosticucién, &. DROGAS Como menciona Krauskopf (1985, pp. 124-126) las drogas en la adolescencia son consumicas en for- sma esporddica 0 crénica, Los adolescentes que lo hacen en forma espordica pueden otientatse hacia una exploracién por curiosidad, una bisqueda experimental de sus efectos fiscos, mentale sociae les, Algunas drogas les permiten estar relativamente conscientes durante la disminucién de su auto- control, y sus efectos imprevsibles fomentan cierafascinacién, pero también pueden ser sentidas co- ‘mo amenazadoras de su estabilidad psicol6gica y, més atin, cuando han tenido referentes cercanos de claro deterioro psicosocial; asi lo comentan estos jévenes en las intervenciones de la préctica forense (Ver Figura 4.5). 1Los adolescentes incialmente suelen ver en el alcohol una bebida social y piensan ms en lo que ha- ce por ellos que eri lo que le hace @ ellos. Por su medio procuran sentirse més confiados, vencer la timider, perder la aprehensidn frente a una cita amorosa y liberarse de pensar en responsabilidades agobiances, En las zonas marginales y urbano-marginales es también una de las pocas actividades “re- creativas’, pues abi la bebida estéasociada con la diversién. Aun cuand se hace deportes, estos eventos concluyen con una gia 6 vuelta de ingestion. Ademds, como ocurte con otras drogas, al be- bes, el adolescente se dice “soy un hombre” o soy “uno del grupa” (Maddox, citido en Kraus 1985, p. 124), - 165 DDETERMINANTES PSICOLOGIGOS EN [A CONDUCTA CRIMINAL es Otros No presenta problemas Problemas mentales Carece de metas Desacato autoridad Deambulacién, Fugas del hogar Desviacién sexual Participacién grupos patolégicos Alcoholismo_ Uso de drogas } Conducta violenta t i t 0 50. 100 «150 «200 250. 300350 Figura 45: Gasfica QUE MUESTRA LOS PROBLENAS DE COMFORTIENTO, TENDENCIAS DE 1A FOBLACION FENAL JUVENM. EN Costa RICA 925 cAS05 REFERIDOS DE 105 DIFERENTES DESTACHOS JUDICIALES, 1998, Fuente; Recopilado por Ronald Lin Ching, de Estadisticas de 11 despachos del pais, segxin Bolafios, A.; Ledezma, C.; Picado, Sey Uses dl Bora Pal jen! Depacamento de Hab Sc Biolog Pater ui, Ca Re 300, Cunnno 45 Avounas cauSAs ASOOMDAS AL. CORSUMO DE DROGAS EN ADOLESCENTES + ALCAZAR UWESTATUS EN EL GALPO + —EXPRESIGW DE UN CONFLICTO V TENT Taka sour _ BUSCAR NUEVAS EXPERIENCIAS: + CONFLICTOS FAMILIARES. ++ ATER pra odoin Ppoatenas Aen Bite Con el consumo crénico se establece una dependencia psicolégica yfisica del joven hacia la droga, ademds de que el acostumbramiento permite tolerar dosis cada vez mayores. Este estilo de vida psi- coldgica atifical corre seriaslimitaciones para construit un proyecto de vida real y concreto, ¢ in- crcmenta la moratoria de lo adult. Entre los j6venes consumidores crénicos de drogas se han detec- tado diversas motivaciones. Estén los que buscan “olvidat”, Estos se segregan, procuran escapar de un estilo de vida que se les ha vuelto insoportable y desesperado debido a los conflictos familiares, hostlidad comunitaria y a expectaivas frustradas. Ademés no hay espacios de recteacidn, sino por medio de mucho dinero. ‘Mas que fracasados en los estudios, estos jdvenes son expulsados del sistema, por falta de espacios accesibles para la socializacién positva, Un indicador importante de la desesperanza que existe en muchos de ellos se hace evidente en las investigaci6n costatricense realizada por el Doctor Morales yl psicblogo Ramiez.(especialstas de la Clinica del Adolescente del Hospital Nacional de Nios), get ‘Bialgh frwe Rowan on Cane Cia Ia cual revela que en una muestra de 6996 estudiantes encuestados, el 22,59 manifiesta desesperan- za, Otros datos del Dpto. de Medicina Legal investigados por el Dr, Del Valle mencionan 72 suic- dios de adolescentes entre 1998 y mitad del afio 2000. La asociacién estadistica entre delincuencia juvenil y drogadiccién de la poblacién penal juvenil, r= ferida pata intervencién psicosocial en el Poder Judicial de Costa Rica es de un 30 9%, la cual va muy dela mano con el 38% de esta poblacién que esté asociado a grupos patol6gicos (Ver Anexo 4.1 de Problemas de comporsamsiente). F. EDUCACION FORMAL ‘Al caracterizar al joven marginal mencionamos su incapacidad de acceder““adecuadamente” al ple- no simbilico y su escasa tolerancia a la frustracién. Ea el érea de la escolaridad sistemitica estas ca- racterfsticas se revelan en los primeros afios de aprendizaje. Los fracasos aparecen alrededor del ter- cer y cuatto grado (aunque ls dificultades han surgido desde el primer grado), cuando se incremen- tal trabajo con el pensamiento simbélico. Es frecuente encontrar aqui las primeras deserciones es- colares. El nifio es escasamente estimulado por su familia; en la escucla no aprende, se convierte en constante tepetidor y, por timo, abandona la escuela. Su escasatolerancia ala frustraciones, su de- sinterés por el aprendizaje, los incipientes problemas de conducta provocados por su compulsividad a la accién, influyen en el abandono escolar. Es posible que por alguna circunstancia vuelva a la es- cucla mis tarde, peo ya lo hard como un descolocado escolar, y se tepetirén los fracasos anteriores. En su mayor, los j6venes marginales no han concluido la escolaridad primaria. Si bien poseen cle- menios rudimentarios de lectoescritura, los conocimientos generales de una ensefianza sistemética son escasos 0 nulos. Detalles de los niveles educativos se observan en los Cuadtos 4.6 y 4.7. CuanR0 4.6 NIVEL EDUCATIVO DE LA POBLACION PENAL JOVENIL EN 1997 1047 ADOLESCENTES ‘Fuene‘Tomatlo de Gonefle, p30; 1998. Departamento de trabajo social ypsicologl, Poder Judicial, 167 [DETERMINANTES PSICOLOGIOS EN LA. CONDUCTA CAUMINAL LL ‘Cunpx0 47 NIVEL EDUCATIVO CASOS DE PENAL JUVENIL REFERIDOS EN LOS DIFERENTES DESPACHOS DE COSTA RICA, 1998 Fuente Recopilulo por Ronald Lin Ching, de Esaditicas de 11 dspachos del pals sein Bolas, As Lateama, Cs Piead, $y Urea, C, del Programa Penal Juveni, Departamento de Taba Social y Piologl, Poder judicial, Costa Ries 2000 PANORAMA LABORAL De acuerdo con sus caracteristicas de personalidad, el drea labora se presenta para estos jévenes co- ‘mo inestable y cambiante, Su incapacidad de-espera y la urgencia por satisfacer sus necesidades hacen que no puedan permane- cet por mucho tiempo en un mismo trabajo, Ello implica la imposibilidad de acumular experiencia o perfeccionarse en un oficio o profesién determinados. Prefieren el trabajo tipo “chambas” o “cama- rones’, de pago inmediato y algo totalmente ocasional, No se observa en ellos una cleccién de tareas, éstas obedecen més bien a la oportunidad, que a un verdadero interés, gusto o vocacién. A menudo presentan problemas con la autoridad labora, en la cual depositan sus sentimientos paranoides. La in- dlcacién para realizar una tatea es vivida como sumamente persecutoria, EI empleador se converte as{en alguien hostil, y justfica de alguna manera que sea atacado, robado, castigado o estafado. Son frecuentes las estadisticas que registran hechos delictivos en jévenes hacia sus patrones. En general, los adolescentes marginales presentan un étea laboral deficiente, por falta de interés, ca- rencia de hbitos de trabajo, ¢ imposibilidad para aceptat a los patronos como una autotidad legiti- ima (Ver siguientes referencias). if ‘ig rove Ropnib on Gane Cen Cunpno 48 ACTIVIDAD LABORAL POBLACION PENAL JUVENIL; 1997. ADOLESCENTES DE 15 A 17 aos ‘Tomado de Gonzile, pp. 7-15, 1998, Departamento de “Trabajo Social Piologt, Poder Judicial, Costa Rca Estudia y trabaja Estudia Trabaja Desocupado Figera 4.6: GxA¥ico QUE MUESTRA LA ACTIVIDAD LABORAL TENDENGHAS DE LA POBLACION FENAL JUVENUREFERIDA A 10511 DESPACHOS De Costa Rica, 1998, Fuente Recopilulo por Ronald Lin Ching, de Estaiica de 11 despachos del patssegin Bolas, A: Ledezma, C Pca- do, Say Urea, C, del Programa Penal Juvenl. Departamento de Trabajo Social y Pscologl, Poder Judicial, Cost Rca. 2000. H. FACTORES DE RIESGO SOCIAL La clase social los efectos generales de la pobreza han sido el foco central iitiples investigacio- nes sobre’el crimen. Estas evidencian que la pobreza es uno de los més grandes predictores de vio- lencia en adolescentes para ambos sexos (Sampson & Wilson,1993; Hammond & Yung, 1994; Hill y Cols, 1994. En: Bartol, Cy 19995 p. 30). Esta fuerte conexién con la pobreza es tanto para victimas como para ofensores. Los nifios de eda- des preescolares que viven en familias de bajos ingcesos caracterizadas por tener viviendas pobres y desempleo, tienen alto riesgo de comenzar la delincuencia o ser victimizados (Dogge, 1993a; Faing- ton, 1991, En: Bartol, 1999). La pobreza se refiere a los contektos de vida en que los ingresos no son suficientes para satisfacer las condiciones bésicas de vida. Pero, la pobreza no sélo es, a menudo, acompafiada por desigualdad de recursos, sino también por disctiminacién, desempleo, desintegracién familiar y limitados sistemas de soportes sociales. (Hill & Otros,1994; Sampson & Lauritsen, 1994. En; Bartol, 1999). Los jdvenes que viven bajo condiciones de pobreza poseen més probabilidad de desertar,de los estudios, estar desempleados, llevar armas de fue- g0, ser victimizados y, fundamentalment, ser, testigos de miiltiples tipes de violencia. DDETERMINANTES PSICOLOGICOS EN LA CONDUCTA CRIMINAL le A nuestro criterio y siguiendo las directrices de Martin-Bar6, debemos relativizar las experienc primero, porque a pesar de todas estas desigualdades sociales, pueden set mediadas, reducidas o in- crementadas de acuerdo con las relaciones.primarias 0 familiares, vividas personalmente; segundo, porque no todos los grupos de pobreza pueden ir al “mismo saco”, y tercero, de acuerdo con la ex- periencia sobre delincuencia juvenil, no es tanto la deprivacién material, por sf sola la que acta, si- ro en combinacién con las referencias aun contexto de exigencias y la conciencia de clase o Ia per- cepcién que se tenga de ella. Por ejemplo, la incidencia delictiva es mayor en una comunidad ur- bano-marginal donde la conciencia de lo material y de clase cs muy marcada —las exigencias de di- vetsién, modas de vestir y otros recursos materiales son muy altas en la ciudad-, mientras que la in- cidencia delictiva en una comunidad rural, donde la conciencia de clase no es tan clara o tan pre- sente como en una comunidad urbano-marginal. Es decir, las expecrativas y exigencias son mayores en una més que la otta, situaciones que deben referirse a las experiencias coneretas de socializacién yas respectivas exigencias sociales en una clase y otra (reaciones funcionales y estructuales diferen- tes entre una clase social y otra). |. FACTORES DE RIESGO PSICOLOGICO. Hay evidencia de que los patrones conductuales persistentes comienzan desde la infancia tempra- 1a, Las investigaciones han destacado diferencias en la impulsividad, habilidades sociales y sent- mientos. Desde temprana edad los individuos se observan agresivos, belicosos, impopulares y ex- cluidos por su grupo de iguales. (Hartup, 1983; Paterson, 1982; Olweus, 1978. En: Bartol, 1999, p. 32). De hecho, la agresividad es la vinica y més importante raz6n pata ser rechazado por su grupo de igua- les. Estas conductas negativas que persisten en la adolescencia y en la joven adultez, han sido iden- tificadas en las escuclas ¢ inclusive desde el primer grado (Farrington, 1987. En: Barcel, 1999, p. 32). Los bajos logtos escolares, el escaso vocabulario y el pobre razonamiento verbal aparecen 2 menudo en la investigacién como variables correlacionadas. Loeber y Dishion (1983. Bx: Barvol, 1999, p. 33), sefialan que uno de los més fuertes predictores pa- ra la posterior delincuencia es ¢l robo habitual. Las investigaciones de ‘Terrie Moffit y sus colegas (1993a y 1993b. En: Bartol, 1999, p. 33), observaron que alo largo del curso de vida, estos individuos exhiben manifestaciones cambiantes de conductas antisociales, tales como: sarcasmo y golpes ala edad de 4 afios, robo en negocios abiertos y ausen- cias escolates a la edad de 10 afios, venta de drogas y robo de autos alos 16 afios robos y violacio- nes ala edad de 22 afios, fraude y abuso infantil a la edad de 30 afios. Estos individuos, a quienes Moffit llamé ofensores persistentes en el curso de vida o life-course-persistent (LCP), continuaron su conducta antisocial a través del tiempo (Moffie, 1993a, p. 679. En: Bartol, 1999, p. 33). Moffit se- fialé que muchos de estos “ofensores persistentes en el curso de vida” (LCP) presentan problemas neu- rolégicos durante su nifie?, tales como dificultades temperamentales, trastorno de déficit atencional ec hiperactividad y problemas de aprendizaje durante el perfodo escolar. mf ‘ick vor Ron Ln Gis CEES ~ Los ofensores 1c?, cuando adultos, generalmente han cometido un gran niimero de agresiones y cri menes violentos alo largo de su vida. Moff sefiala que si en la infancia las habilidades sociales e interpersonales no son dominadas, es muy dificil recuperar estas oportunidades posteriormente, ‘Ademés, que las desventajas en el hogar, la inadecuacién escolar y las comunidades violentas, poseen una muy alta probabilidad de exacerbar-el patrén de conducta antisocial Satterfield (1987) y Cowley (1993. En: Bartol, 1999, p. 35), han anotado que el trastorno de déficit atencional hiperactivo (también llamado sindrome de hiperactividad o disfuncién cerebral minima o hiperquinesis) incluye, entre otras conductas, fundamentalmente tres: 1. La inatencidn (no parecer estar atentos o ficilmente sc distracn) 2, Impulsividad (actan, después piensan, cambian Hpidamente de una actividad a otra), y 3. Excesiva actividad motora (no pueden estar sentados en un sélo lugar, son inquietos, habladores y ruidosos). Estas caracterlsticas les acarrean dificuleades para onganizars, dificultades académicas y rechazo social, lo que los leva 2 fracasds, frustraciones y serias conductas antisociales. cciones sobre las précticas disciplinarias de los padres han descubicrto que la caren- cia de supervisién de los padres hacia los hijos es un fuerte predictor de delincuencia violenta (Loe- ber 8 Stouthamet, 1986; Pepler & Slaby, 1994. Hn: Bartol, 1999, p. 38). Factores como disciplina incon- sistente de los padres y précticas severas de castigo fisico son unos de los factores més fuertemente correlacionados con delincuencia (Straus, 1991. Eu: Barcol, 1999. p. 38). Las investigaciones desde los afios de 1950, sefialan qui los individuos que delinquen manifiestan que sus padtes son injustos y administran Ja disciplina subjetivamente. J. LO PSICOSOCIAL (UNA INTEGRACION ENTRE LO PSICOLOGICO Y LO SOCIAL) Queremos incluir también material que pueda vincular el nivel individual y el nivel social que, ade mds, serd entiquecido cuando veamos el concepto de socializacién, Segiin Martt-Baré (1983; p. 110), 1 anilisis de lo psicosocial, puede centrarse en tres tipos de estructuras sociales: 1) las elaciones pri- ‘arias, 2) las relaciones funcionales y 3) las relaciones estructurales. Las relaciones primarias son los vinculos humanos que se producen en los grupos del mismo nom- bre: familia 0 gente con quien se comparte un espacio fisico 0 un espacio afectivo y que tienen ca- eter personalizante, Una de las unidades més empleadas para analizar estas relaciones es la interac- cidn, entendida como intercambio de bienes entre las personas, el abtigo, el espacio, el techo, el ali- mento, etcétera. Las relaciones funcionales son aquellos vinculos humanos que se prodkicen por la relacién laboral de la poblacién en cada sistema socials es decir, las actitudes, los roles 0 papeles que siguen los individuos 0 grupos humanos y las normas que determinan su accionar, segin la divi- sién del trabajo. Las relaciones estructarales son los vinculos que se producen por fa divisidn de la poblacién en ch- ses sociales con base en el medio de produccién (a que se dedican) y a la propiedad de los medios mt [DETERMINANTS PSICOLOGIODS EN LA CONDUCTA CRIMINAL Leste productivos (aquello que poseen). Algunas unidades de andlisis psicosocial que podrfan ampliar es- te concepto son: la conciencia de clase, la psicologia de clase y el concepto de necesidad. Aqui favo- recerfa el andlisis de la lucha de clases de K. Marx, para entender por qué es en las comunidades ur- bano-marginales de donde se nos refieren del 70 al 80% de los delitos de la poblacién penal juvenil. Debe comprenderse que las relaciones primaria, funcionales y estructurales expresan distintos ri veles de la misma realidad social y no son excluyentes, as{ como el grupo primario se da en el grupo funcional que, a su ver, ocurre sobre la base de los grupos estructrals. Kk. LA SOCIAUIZACION Siguiendo con los conceptos de Ignacio Mactin-Bard, tomemos su definicidn de socializacién: “sel conjunto de procesos psicosociales por los que el individuo se desarrollahistéricamente como persona y como miembro de una sociedad, A través de a socialzacién primaria el individuo adquie- re un mundo y desarrolla una identidad personal. Mediante la socializacién secundaria, la petsona 1pasaa formar parte de distintos submundos,institucionalizados o no”. (Martin-Bar6, 1983, p. 180) La adquisicién de un mundo supone que el individuo pasa a formar parte de una realidad objeti- va, material y social, y que asume una visién del mundo, haciendo suyos unos esquemes cognos- citivos un marco valorativo de referencia, La identidad de cada persona esté referida a un con- texto objetivo conereto, su comunidad, su pals, a un mundo. de las rlaciones sociales y a un uni verso de simbolos, valores y normas: qué es bueno, qué es malo, qué es malo pero se acepta, qué es bueno pero no se acepta en mi grupo, La identidad personal se aficma en las rlaciones intexperso- nales y, aunque es relativamente estable, evoluciona histéricamente. Asi, la identidad es al mismo tiempo producto de la sociedad y de la propia accién personal. Podemos definir socializacién en un sentido més genérico como la situacién en la que los impulsos internos, por ejemplo, los instintos y sus derivados, se manifiestan exteriormente de acuerdo con las exigencias culturales del medio ambiente, como lo menciona Székely (1983 11, p. 254). Otras defini- ciones sefialan un proceso de adaptacidn interna del individuo a las normas sociales y a la tarea edu- cativa y de orientacién de la sociedad en la que se interiotizan construcciones y pautas de conducta (Dorsch, 1994, p. 754). a participacién exitosa de la vida en comtin solo es posible para quienes comparten significados convencionales, La socializacién es, por esencia, un proceso de comunicacién. Las distintas personas desarrollan gradualmente su capacidad de participar en grupos organizados y en esta participacién van corrigiendo sucesivamente sus esfuerzos, hasta que son capaces de anticipar las reacciones de los otros y de adaptarse a ellos (Varela; 1993). Finalmente, pocemos decir, que una persona asf es “socializada’ en el sentido positivo cuando se ha- lla en condiciones de patticipar en acciones que concuerdan con la base de las normas convenciona- 172 saad ‘Picoogia frense JRONALD Lin Crtnnc Ciésrees les, Por esta raz6n, en los objetivos de la Ley Penal Juvenil, cuando habla de resocializa, se refiere a volver a socializar en el sentido positivo, més atin, cuando esta ley habla de su intencidn de insertar al joven en su familia, se refiere a buscar condiciones socio-afectivas que provean el desarrollo favo- table para el menor y no tanto un vinculo biolbgico que, aunque sera lo ideal, no siempre es Io me- jot, como ast lo hemos observado en esta poblacién de delincuentes juveniles. 1v, PSICOPATIAS La psicopatia es un concepto atin no muy bien consolidado. Algunos antores utilizan psicopatia otros saciopatia 0 trastorno antisocial, como se le conoce actualmente en las Clasificaciones Intet- nacionales reconocidas C1E-10 (1992) y DsM-IV (1994). Ha sido dificil categorizar este concepts co- mo enfermedad mental, primero porque sus sintomas, cualitativamente, dificren de las psicosis y las neurosis, y segundo, porque de acuerdo con sus nefastas consecuencias sociales no pueden dejar de considerarse como patolégico. Inicialmente explicaremos el concepto de psicopatia y por qué los especialistas los diferencian de los otros conceptos, La psicopatfa, a pesar de ser uno de los temas centrales_de la psicologfa forense y la criminologla, ¢s un fendmeno complejo, cuya definicién ha tenido sus tropiezos. Sin embargo, conforme evolu- cionan las investigaciones, hay més consenso entre los especialistas, Para los expestos, hay claras di- ferencias entre los trastornos antisociales y_psicopatias. Henn y sus colegas realizaron una investigacién sobre todos los acusados referidos por el St. de Luis Missouri, para la evaluacién psiquidtrica durante un perfodo de 10 afios. Tomaron una muestra de 1195 impurados acusados dentro de una variedad de crimenes que fueron refetidos para la tespec- tiva evaluacién psiquidtrica, Este grupo de investigadores encontraron que los diagndsticos de ma- yor frecuencia fueron los trastornos de personalidad y contabilizaron el 40% del total de ls diag- nésticos. Alrededor de un 65% de esos clasificados como trastornos de personalidad fueron espe- cialmente designados como personalidad antisocial. El segundo diagnéstico més frecuente fue para la esquizofrenia, con un 17% del total dela muestra. El testo de los titulos diagnésticos presentaron muy bajas frecuencias (Henn, Herjanic & Vanderpeatl, 1976a, p. 423-429: citado en Bartol, 1999). Estas referencias estadisticas sobre las poblaciones carcela- Flas nos dan evidencia de que las apreciaciones ligeras manejadas en la literatura no especializada, po- seen un sesgo en tanto se habla de un 70% de conductas antisociales en la poblacién carcelatia y, peor atin, si se interpreta igualmente para los trastornos antisociales que para las psicopatias. Si bien existe una diferencia imporcante entre estos conceptos, no debe tampoco confundirse como defor- madamente lo han promocionado los medios de prensa; por ejemplo, en casos extremos de erime- hes atroces, _DETERAGNANTES TSICOLOGICOWEN 1A CONDUCTA CARAINAL En el recuadro adjunto repasaremos algunas de las definiciones que no del todo concuerdan con lo que se comparte contemporsneamente por los especialistas. Nos ayudarén, sin embargo, a evitar confusiones futuras. Cuando escuchamos el concepto psicépata muchas veces lo asociamos con personas severamente desequilibradas psicoldgicamente, con asesinos,criminales violentos y hasta con monstruos al estilo de las peliculas de detectives estadounidenses. Autométicamente se nos vienen imégenes de sujetos con aberraciones sexuales, assinos en serie, sujetos sin control alguno de sus impulsos agresivos que son ficilmente identificables debido a su evidente “desajuste” y que probablemente se encuentran in- tetnados en una institucién psiquidtrica o recluidos en una prisién. Sin embargo, la investigacién cientifica ha demostrado que los psicépatas son més comunes y dificiles de identificar de lo que se pensaba. Si bien es cierto que su trastorno de personalidad los hace més propensos a entrar en con- flicto con la ley, es comtin encontrarlos en otros lugares en los cuales sus caracteristicas les permiten surgic y ser exitosos. Con honestidad cientifica tenemos que decir que no existe un acuerdo generalizado entre los inves- tigadores y clinicos en cuanto a las causas o factores que determinan el surgimiento de una persona- lidad psicopética. En le literatura se pueden encontrar modelos explicativos de muy diversos enfo- ques. Algunos pueden enfatizar explicaciones psicodindmicas, interpersonales y evolutivas (Millon y Davis, 2000), micntras que ottos integran modelos neuropsicoldgicos, psicoanaliticos (Ketnberg, 1998; Meloy, 1988); explicaciones cognitivas 0 teorfas de procesamiento de informacién, son también comunes (Newman, 1998). 174 a ilo foros TRoxao Un CHING CRPIDES Cuanno 4.9 PSICOPATIAS: ALGUNAS DEFINICIONES | Psteopatiae socepatia “es ntact sonal qe. 10.09 de En lo quest parece exstr un acuerdo es respeeto ala descripcién proporcionada por Cleckdey (1941) y operacionalizada’y validada empfticamente por Hare (1980), como una alternativa viable al muy stiticado “Trastorno de Personalidad Antisocial” (res) propuesto en el Manual diggndstico y eta tico de srasrornos mentales; en su vetsion més'teciente (ara, 1994). Para citar solamente una de estas ceca, Lyken (1995) ha sefialado qué debid'que puede exist una gran variedad de causa psi colégicas para una accién determinadasclasificar alas personas por sus acciones més que porsus dis- Posicionespsicoldgicas o rasgos, es ment pata los propésitos de lacienci.” En su opinién, el 175 DETER UOTESFSICOLOGIOOS EN TA CONDUCTA GMINA ‘eA responde més a una necesidad legal del sistema de justicia criminal. En la bisqueda de confia- bilidad diagndstica por medio del uso de crteris espectficos no inferenciales (comportamientos ob- servables), desarrollaron una categoria en la cual la mayorfa de los criminales puede encajar sin nin- gyin problema. Bs evidente que las personas que son clasificadas en esta categorla son psicolégica- mente heterogéneas y sus disposiciones antisociales varfan ampliamente, a igual que la etiologta. De esta forma, la mayoria de investigadores en el campo de la psicologfa forense en Norteamérica ha optado por el constructo propuesto por Robert Hare. Se pueden encontrar estudios con muy varia- dos enfoques tedricos que utilizan el PCL-R como criterio diagnéstico de psicopatfa. Como bien lo ha expresado el mismo Hare (199) la etiologia, dinémicas y Nites conceptuales de este trastorno siguen siendo temas de debate e investigacién; sin embargo, hay una tradicién clinica consistente ue teconoce sus atributos principales, En el apartado siguiente se realiza una breve revisin hist6- rica de la tradicién clinica que sustenta este construct A. DESARROLLO HISTORICO DEL CONCEPTO En la tradicién clinica, el tétmino “psicopatia” ha sido utilizado para describir individuos que pre- sentan un funcionamiento intelectual adecuado pero que parecen tener un defecto profundo en el Ambito afectivo o inhibitorio que les afecta su habilidad para conducirse apropiadamente (Newman, 1998). Desde esta perspective, Millon, Simonsen y Birket-Smith (1998), realizan una revision deta- llada del concepto en Europa y en Estados Unidos a partir del siglo diecinueve, llegando a la con- dlusién de que dicho término tiene una larga tradicién clinica ¢ histérica y que en la tiltima década tun amplio cuerpo de investigacién ha establecido su valides tanto desde un punto de vista psicodi- némico como neurobiolégico. Ubican estos autores a Philippe Pinel (1745-1826) como uno de los primeros en reconocer que la lo- cura no necesatiamente significa la presencia de un défict en las capacidades de razonamiento. Des- ctibfa Pinel este tipo de casos como manie sans délire (insanidad sin delirio) y se caractetizaban por actos impulsivos y auto-agresivos, a pesar del hecho de que reconocfan la itracionalidad de lo que hacfan. El médico estadounidense, Benjamin Rush (1745-1813) describié en los inicios del Siglo XIX casos similares a los de Pinel, caractetizados por lucidez de pensamicnto combinada con conduc- tas socialmente inadecuadas. El se referfa a estos individuos como poseedores de una moralidad de- pravada innata. Ya por el afio 1835, el autor inglés J.C. Prichard, reconocido como el primero en formular el térmi- no “insanidad moral’, sostenta que existéa un tipo de individuo que compartfa un defecto comin en sus capacidades para guiarse de acuerdo con “sentimientos naturales”, es decir, por un sentido in- trinseco y esponténeo de lo correcto, lo bueno y de responsabilidad. A pesar de su habilidad inte- leceual para comprender las opciones ante ellos, eran movidos por una fuerza afectiva superior que fos Hevaba a involucrarse en comportamientos socialmente repugnantes. Sin embargo, el concepto de insanidad moral como sindrome clinico tiene poco en comtin con nociones contemporneas de 176 ‘Bicol oense Rowan Lan CHG CED psicopatia o de personalidad antisocial. Tantos eran los trastomnos incluidos en la categoria de Pri- chatd que casi todos los trastornos mentales, menos la esquizofrenia y el retardo mental, sexfan diag- nosticados hoy bajo la misma etiqueta, La contribucidn principal de Prichard fue que se constitu- y6 en el primer teérico en establecer la diferenciacién entre los prondsticos clinicos (prognosis) con caracteristicas clinicas de larga duracién y aquellos casos en los que étas emergen en respuesta 2 un cstrés temporal. Un autor importante de finales del siglo diecinueve es J. L. Koch, quien propuso que el téemino “in- sanidad moral” fuera reemplazado por el de “inferioridad psicopétice’, en el que inclufa todas ls inregularidades mentales (congénitas o adquiridas) que influenciaban al individuo en su vida perso- nly que lo llevaban, en el mejor de los casos, a parecer que no se encontraba completamente en po- sesién de una capacidad mental normal. El término de “psicopatico”, una etiqueta genérica de uso hasta muy reciente fecha para denominar todos los trastornos de personalidad, fue escogido por Koch en 1891 para enfatizar su creencia ce que exist una base fisica cn estos trastornos, espectfca- mente, una inferioridad en la constitucién del cerebro, Al igual que Prichard, este autor inclufa un amplio grupo de condiciones en esta categoria de inferioridad psicopética, de los cuales solo unas pocas serfan consideradas hoy dentro de los parémettos actuiales de personalidad antisocial. Distin- gufa Koch tres subgeupos de psicépatas: disposicién psicopatica: tensidn y gran scnsibilidad, estig ina psicopatico: peculiaridades, egocentricidades, furia impulsiva y degeneracién psicopatica: es- tados mentale limitrofes En sus varias ediciones de Pychiatrie: ein lebrbuch (Psiquiatria: libro de texto), Emil Kraepelin (1856- 1926), refleja los distintos énfasis dados al s{ndrome psicopatico en su época. En la segunda edicién (1887) habla sobre el “moralmente insano”, como alguien que sufte defectos congénitos en su habi- lidad para retener la gratificacién irresponsable de deseos inmediatos egofstas. Para la quinta publi- cacién de su obra (1896) habla de “estados psicopticos”, entendidos como personalidades enfermas durante toda la vida. En la s¢ptima edicién (1903-1904), se refiere a estos estados como “personali- clades psicopaticas”, con lo que agrupaba aquellas formas peculiares del desarrollo de la personalidad que podian entenderse como una forma de degeneracidn. Ya para la octava edicidn (1915), Kraepe- lin deseribfa a los psicépatas como deficientes, ya sea en el afecto o cn la volicién, Los agrupada en clos amplias vatiedades: los de una disposici6n énfermiza y aquellos que exhibfan peculiaridades en su personalidad, En este segundo grupo incluyé siete tipos: el excitable, el inestable, el impulsivo, cl excéntrico, el mentiroso y engafioso, el'antisocial y el peleador. Otro de los pensadores influyentes en este campo a inicios del siglo veinte fue K, Birnbaum, quien realizd sus estudios en Alemania durante el tiempo en que Kraepelin hacfa sus'tiltimas publicacio- nes, Este autor fue el primero en sugerit que‘el término “sociépata’ podrfa ser mds apto pata descti- bir el tipo de casos expuesto por Kraepelin, En su opinién, no todos los delincuentes del tipo psi- copatico eran defectiiosos moralmente o constitucionalmente inclinados hacia el crimen. Para dl, e comportamiento antisocial’ muy raras veces se enrafza en caracteristicas inherentemence inmorales 7 DDETERMINANTES PSICOLOGICOS EN LA CONDUCT CRIMBSAL Las del cardctets por el contrario, ¢s més un reflejo de las fuerzas sociales que hacen las formas més acep- tables de conducta y adaptacién dificles de adquirir. Para este autor, el sociépata es un producto del aprendizaje social y de influencias ambientales tempranas deficientes. El psiquiatra alemén Kurt Schneider, en su obra principal, Die Psychopashischen Personlichkeiten (Las Personalidades Psicopdticas), aparecida por primera vez en 1923, enfatiza la idea de que estos sujetos se caracterizan por una vida emocional poco intensa, as{ como por la carencia de vergitenza, decen- cia, remordimiento y conciencia. Son descorteses, fos, irrtables y muy violentos cuando cometen crimenes. Conocen y entienden el cédigo moral social, peto son indiferentes hacia él. La contribucién de pensadores con orientacién psicoanalitica en este campo ha sido también im- portante. Meloy (1988) en su libro The psychopathic mind: origins, dynamics, and treatmen (La men- te psicopdtica: orlgenes, dindmica y tratamiento), seftala que los escritos de Freud estimularon a Franz ‘Alexander a escribir sobre los or{genes psicogenéticos y biogeneticos de la psicopatia. Alexander dis- tingue varios niveles de psicopatologia de la personalidad: neurosis, cardcter neurdtico, psicosis yver- dadera criminalidad. En este modelo trata de reflejar una secuencia en la disminucién de los nive- les de habilidad del ego pata controlar impulsos inconscientes, segiin a cual el “neurdtico“ desplie- gala mayor capacidad y el “verdadero criminal” la menor. En opinién de este autor, la personalidad subyacente de los psicépatas era el caricter neurético, debido a su tendencia a actuar (ccting ou!) sus conflictos, en lugar de transformatlos intraps{quicamente, A pesar de que esta concepcién ha sido criticada de simplista, Alexander, en su libro de 1935 The Roots of Crime (Las ratces del crimen) evi- dencia un entendimiento claro de la conducta antisocial como el resultado de un interjuego com- plejo de procesos intraps{quicos, fuerzas sociales y disposiciones constitucionales (Millon y otros, 1998). Outros escritores dela inea psicoanalltica que hicieron su aporte para la comprensién de la psicopatia son: Wittels (1937), quien diferencié entre psieépatas “neuréticos” y “simples los primeros fijados en la etapa filica y temerosos de sus impulsos bisexuales, mientras que los segundos directamente grat: ficaban estos impulsos; Karpman (1941), por su parte, distingufa dos variantes de la psicopatia: el *jdiopético”, el verdadero criminal sin sentimientos de culpa ¢ insensible a los sentimientos de los otros, yel‘Sintomtico”, cardcter neur6tico, acciones basadas en dificultades inconscientesirresuel- tas. Levy (1951), ptopone su tipologfa basada en lo que él concebia como formas diferentes de expe- riencia temprana y establece la diferencia entre el psicépaca “deprivado”: producto de una crianga se- vera y el “gratificado”: resultado de sobre-evaluacién parental (Millon y otros, 1998; Meloy, 1988). Citros autores psicoanaliticos que han contribuido con escritas en este campo son Karen Horney (1945), Otto Fenichel (1945) y Wilhelm Reich (1945), cuyos aportes son especialmente relevantes para la comprensién de la vida inconsciente de los psic6patas. Para Homey, la explotacién intesper- sonal, caracterfstica de los psicdpatas, es una estrategia para disminuir sus sentimientos de esteriidad y desesperanza. Sus engafos se constituyen en triunfos, por lo que pespettian sus estados emocio- rales y se refuerzan sus sentimientos de omnipotencia. Fenichel, por su parte ,enfatiza en la incons- a ‘ila foroue RONALD LN CHING CESreDaS tancia de objeto en el cardcter psicopatico y los déficits y distorsiones consiguientes en las identifi caciones tempranas. La contribucién de Reich a la psicodinamia psicopética fue su formulacién concerniente a la libido del carécter filico-narcisista. Estas personas eran vistas como muy seguras des{ mismas, algunas veces arrogantes, adaptables a distntas situaciones, activas y caracterizadas por comportamientos abiertamente agresivos y sddicos (Meloy, 1988). Por tiltimo, dentro de la tradicién psicoanalitica, hay que destacat los aportes realizados por los te6- ricos de las relaciones objetales. los han proporcionado ricas bases conceptuales para una mejor comprensidn psicodindmica de la psicopatfa. Otto Kernberg (1992, 1998) ha conceptualizado ex- plictamence la psicopatia como una variante severa del trastorno de personalidad narcsisa, Pata él deben contemplarse en la comprensién de la psicopatta: las anomalias en los sistemas neuroquimi- cos que codeterminan la activaci6n afectiva; los déficits en funciones perceptivas y cogaitivas deriva- dos de patologia del sistema nervioso central; la influencia directa de distorsiones severas en vincu- los tempranos derivados de la experiencia de dolor fisico, abuso fisico y sexual, y abandono; ast co- mo la compleja interaccién entre el infant y ls figuras parentales que van a detetminar la interna- lizacién de eédigos morales. Para Kernberg (1998), lo que él denomina el "Trastorno de personalidad antisocial” propiamente di- cho, esté en estrecha relacidn con el concepto de psicopatla desarrollado por Robert Hate, y ambos en conexién directa con las descripciones clisicas de Cleckley,evitando ast lo diluido del concepto de Trastorno de Personalidad Antisocial del sistema de clasificacién psiquidtrico (DSM WV). Segiin este autor, fa psicopatia constituye la forma més severa de narcisismo patoldgico y su caracteristica estructural esencial es la marcada distorsidn, ausencia o deteriora del “sistema superyoico”. Esto tie- ne como consecuencia una dependenicia total del psicépata en signos inmediatos extetnos para la re- gulacién de su conducta interpersonal. Hervey Cleckley publicé en 1941 la primera edicién de su libro Mask of sanity (La miscara de salud) y en esta obra le atribuye psicodindmicamente ala psicopatia una psicosis escondida. Introduce, es- ‘te autor, un término alternativo: la “Demencia Seméntica’, debido a la tendencia de estos sujetos a decir una cosa y hacer otra. Desde su perspectiva, los psicépatas suften de una insuficiencia para comprender y expresat el significado de experiencias emocionales, ain cuando su comprensién del Jenguaje es normal. Su insuficiencia para apreciar los componentes afectivos de la experiencia era enmascarada por sus adecuadas habilidades intelectiales. Incapacitados para comprender el sufi- miento que su comportamiento produce en ottos, no desarrollan una conciencia y, por lo tanto, se caracterizan por la carencia de empatfa y de remordimiento (Millon y Davis, 2000). Pero la contribucién més importante de Cleckley es, sin duda, su descripcién de diecisis criterios conductuales que caracterizaban al psicépata tales como ausencia de remordimiento o vergienza, pobre juico e incapacidad para apéender de la experiencia, egocentrisimo patolbgico ¢ incapacidad para establecerrelaciones amoross,reaccionesafectivas pobres yun encanto superficial entre otras. ‘DETERMINANTES (SICOLOGICOS EN TA CONDUCTA CRIMINAL. Ls En los tilkimos afos se ha logrado un avance significativo en la tarea de delimitar el concepto de psi- copatia la estructura de caracteristicas psicopdticas, asl como la psicopatologia asociada a este con- cepto (Livesey, 1998). Los ctiterios desarrollados por Cleckley han silo cmpiticamente definidos y validados por Robert Hare (1991), en fs ikimos ios, en la forma de-una lista de chequeo 0, co- mo se exptesé originalmente en su idioma inglés, Pychopathy check lis, abreviado en sus siglas PCL. Por esta razén, en lo que fala de este apartado, nos concentraremos en este enfoque, fundamental- mente debido al difundido y amplio uso en distintos émbitos de la psicologfa forense y las més se- rias predicciones dela psicopata, violencia y otros. Bn la actualidad, y muy recientemence, e pue- den encontrar referencias al PCL-R (versi6n revisada) en una gran cantidad de estudios sobre reinci- dencia, violencia, criminalidad, tratamiento psicoldgico, peligrosidad y evaluacién del riesgo de vio- Jencia sexual y de violencia en general 8. LALISTA DE CHEQUEO DE LA PSICOPATIA (PCLPSYCHOPATY CHECKLIST) Debido a la gran necesidad en el campo de la psicologia forense de contar con criterios cientficos que apoyen las distintas decisiones que se deben tomar en el Ambito legal y profesional, es que in- vestigadores y clinicos se han dado a a tarea, en décadas recientes, de validar empiricamente las teo- rfas que han venido utilizando. El PCL, desatrollado por Hare (1980) y su tevisién posterior PCL-R (Hare, 1991) provee gran validez. y confiabilidad al constructo clinico tradicional de psicopatia. Es utilizado ampliamente con propésitos de investigacién y para la toma de decisiones en los campos dela salud mental y el sistema de justicia criminal en Norteamérica. Es un fuerte predictor de rein- idencia y de.violencia en ofensotes y pacientes psiquidtricos, por lo que forma parte de las metodo- logias especializadas para la evaluacién del riesgo. La psicopatfa es usualmente considerada un trastorno de personalidad definida por una constelacién de caracteristicas afectivas, interpersonales y de estilo de vida. Afectivamente, los individuos se ca- racterizan por emociones superfciales y cambiantes, por una incapacidad para formar vinculos du- raderos con otras personas, de principios o metas, y carecen de empatis, ansiedad y de genuina cul- pao remordimiento, Interpersonalmente, son grandiosos, egocéntricos, manipuladores, dominantes, persuasivos y calculadores. Conductualmente, son impulsivos y buscadores de sensaciones y ficil- ‘mente violan las normas sociales. Expresiones caracteristicas de esta predisposicién son la crimina- lidad, el abuso de sustancias, asi como la dificultad para cumplir obligaciones sociales y responsabi- lidades (Hare, 1991). Los psicdpatas son predadores que utilizan su encanto, manipulacién, intimidacién y violencia para controlar a ottos y para satisfacer sus propias necesidades. Al carecer de “conciencia” y de sentimien- tos por los demés, encuentran cil tomar lo que quieren y hacer lo que les plazca, sin un sentimien- to de culpa y sin lamentarlo, Los podemos encontrar en todas las razas,culturas, grupos étnicos y niyeles socioeconémicos (Hare, 1993; Hare, 1998a), 180 ‘ielega frene RONALD LN CHING CESREDES Aligual que todos los trastornos de la personalidad, la psicopatia tiene un origen temprano. Sus sin- tomas son usualmente evidentes en la nifiez y puede ser evaluada confiablemence en adolescentes, Bs tun trastorno crdnico y, generalmente, persiste en la edad adulta, aunque puede haber algunos cam- bios en el patrén de s{ntomas aproximadamente a los 45 afios (Hare, 1991). EL PCL-R es una escala de 20 ftemes que se completa con base en una entrevista semi-cstructurada y una revisién detallada de informacién colateral ode expedientes. Cada ftem es puntuado en una escala de 3 puntos, de acuerdo con cada criterio especifico. El puntaje total, el cual varfa de 0 a 40, proveé un est mado de hasta qué punto un determinado sujeto se asocia con el prototipo de psicépata. Para propds- tos de investigacién, un puntaje de 30 es usualmente indicativo de psicopatia, aunque algunos invest gadores han obtenido buenos resultados con puntajes de corte tan bajos como 25 (Hare, 19986). Al PCL-R le subyace una estructura estable de dos factores. El Factor 1 consiste de un conjunto de ftemes que se rlacionan, principalmente, con aspectos afectivo-interpersonales de la psicopatia (ego- centrismo, tendencia a la manipulacién y al engafio, emociones superficiales y ausencia de empatia, remordimiento o culpa). El Factor 2 se relaciona con aspectos conductuales (impulsividad, irrespon- sabilidad, estilo de vida inestable, as{ como con fa violacién persistente dé normas sociales). Algu- nos estudios han indicado que el Factor 1 correlaciona positivamente con evaluaciones clinicas de psicopatia, asi como con diagnésticos de trastornos de personalidad narcisista c hisctidnico, mientras que cortelaciona negativamente con medidas de empatia y ansiedad. Por su parte, el Factor 2 esté positivamente correlacionado con diagnésticos de Trastorno de personalidad antisocial y conduc- ta criminal (Hare, Hart, y Harpur, 1991). Las propiedades psicomécricas del PCL-R estén bien establecidas con ofensores y pacientes forenses ‘masculinos. Existe también evidencia suficiente de su confiablidad y validez con ofensotas y pa- cientes psiquidtricas. Del mismo modo, con solamente unas pequefias modificaciones, el PCL-R ha probado ser vitil con ofensores adolescentes (Hare, 1991; Hare, 19986). Una version breve de doce ftemes ha sido desarrollada (PCL: Screening version); esta sitve como filtro para evaluar psicopatfa en poblaciones forenses 0 como instrumento de investigacién con no criminales, incluyendo pacientes psiquitricos. Los requetimicntos de confiabilidad y valider fueron alcanzados satisfactoriamente (Hart, Hate y Forth, 1994). cc. ALGUNAS APLICACIONES DEL PCLR EN AMBITOS DE LA PSICOLOGIA FORENSE En este apartado trataremos: psicopatfa, cimen y violencia; psicopata, reincidencia y evaluacién del riesgo; psicopatia y ofensores sexuales y psicopatia y tratamiento, 181 ‘DETERAmvvTes PICOLOGIOOS BN LA CONDUCTA CRIMINAL 1. PSICOPATIA, CRIMEN Y VIOLENCIA De acuerdo con Hart (1998b), la relacién entre fa psicopatta y la violencia ha generado mucha dis- cusién teérica. Sin embargo, pareciera existir un consenso creciente en que la violencia de los psi- cépatas se enratza (al menos en parte) on un déficit de sus furciones afectivas. Aunque muchos psicépatas se involucran en conductas criminales de forma crdnica, solamente una pequefia minorfa de los criminales son psicépatas, Hare (1991) ha estimado que el 23% de prisio- neros adultos masculinos en Norteamética son psicépatas de acuerdo con los puntajes obtenidos en el PCL-R, Otto resultado interesante en este sentido es el obtenido por Hart, Ktopp y Hare (1988), en un estudio con 231 prisioneros masculinos pr6ximos a set liberados, en el que encontraron que 1 30% puntué 34 0 més en el PCL. De igual forma, resulta significativo el estudio de Coid (1996, citado en Coid, 1998), en el que 73% de prisioneros ingleses ubicalos en unidades especiales puintud 30 0 mas en el PCL-R. . A pesar de que la psicopata esté fiertemente relacionada con comportamientos ilegales y antisocia- les, é5ta no debe confunditse con la conducta criminal en general. Los psicdpatas son cualitativa- mente diferentes de aquellos que rutinariamente cometen crimenes. La conducta antisocial de los primeros pareciera estar motivada por factores diferentes a los de los no psicépatas, por lo que uusualmente sus modos de operar y aspectos del crimen relacionados con sus victimas son también diferentes (Hare, 1999). Los psicépatas son especialmente propensos a atacat a desconocidos; la vio- lencia que ¢jercen es frecuentemente impulsiva y motivada por ganancia personal, oportunismo, venganza o sadismo, Su violencia es “instrumentalmente impulsiva’, tienden a utilizar més amena- zas y atmas que los criminales violentos no psicépatas. (Serin, 1991; Hare, 19984) Como lo ha resu- mido claramente Hare (1999), “...a violencia de los psicépatas tiende a ser mds instrumental, desa- pasionada y predatoria que la de otros ofensores” (p. 187). Los psicépatas inician sus carreras criminales mds temprano, cometen mds tipos de ofensas y en ma- yor cantidad que los no psicépatas. Gencralmente, son catacterizados como ctiminales de alta den- sidad y versétiles, Adn cuando se encuentran encarcelados, se involucran més frecuentemente en conductas destructivas que ottos prisioneros. (Hare y McPherson, 1984; Hart y Hare, 1996), En es- te sentido, Cooke (1994, citado en Coid, 1998) encontré en un estudio con prisioneros escoceses que la psicopatia se asociaba con una mayor probabilidad de ser recluidos en condiciones més restringi- das, exhibir més ofensas (violentas y no violentas), as{ como una historia de infracciones disciplina- rias mientras se encontraban encarcelados. 2. PSICOPATIA, REINCIDENCIA Y EVALUACION DEL RIESGO Hart, Kropp y Hare (1988), en el estudio antes ctado, descubrieron que era cuatro veces més pro- bable que los psicdpatas fallaran en su libertad bajo palabra luego de liberados. Luego de tres afios de seguimiento, el 80% de los psicépatas habia fallado, mientras que solamente un 20% de los no psicépatas lo habia hecho en ese mismo periodo, 12 ‘Picola forene RONALD Las CHING CEREDES En otto estudio realizado por Serin y Amos (1995), en el que siguicron a una muestra de prisione- ros masculinos por ocho afios después de su liberacién de una prisién federal en Canadé, determi- naron que en un lapso de tres afi los psicépatas habfan cometido otro delito en més del doble de las veces de lo que los no psicépatas lo aban hecho, Ademds, en ese mismo periodo habjan come- tido cuatro veces mas crimenes violentos que los no psicépatas. Fn un estudio de reincidencia conducido por Hattis, Rice y Cormier (1991), que consistié en el and- lisis de en un grupo de 166 pacientes psiquidtricos forenses (revisién de expedientes policiales y hos- pitalarios) que habfan completado un programa de tratamiento institucional, en el que examinaron Ja telacidn entre psicopatta (medida con el rCL-8) y violencia, “luego de ser liberados-; se determiné que después de un seguimiento promedio de 10 afios en libertad, el PCL-R predijo adecuadamente en un 77% de los casos que teincidirfan y en un 79% de los que no lo harlan. De la misma forma, Ha- sis, Rice y Quinsey (1993), encontraron que el PCL-R era el predictor més importante de reinciden- cia violenta en una muestra grande de ofensores liberados de una unidad de mxima seguridad, Son muchos los estudios que podrian citarse en los cuales se confirma una relacién estrecha entre psicopatfa y reincidencia. Algunos se han realizado con ofensoras femeninas, pacientes psiquitricos forenses, ofensores sexuales y con ofensores adolescentes (Hemphill y Hare, 1998; Hare, 1999) y los re- sultados parecieran similares en magnitud que los citados anteriormente. En general, en el primer afio luego de su liberacién, los psicépatas son aproximadamente tres veces més propensos a cometet una nueva ofensa y aproximadamente cuatro veces mds propensos a reincidir violentamente que los no psicépatas. Hemphill, Templeman, Wong y Hare (1998) realizan un estudio comparativo para establecer Ia ido- nneidad de un instrumento de cuatro escalas que miden el riesgo de violencia furura y el PCL-R. Ellos concluyeron que, en general, el PCL-R y las escalas se comportan similarmente en la prediccién de reincidencia general; pero el PCL-R predijo la reincidencia violenta de forma més signfcativa, es de- cir, mejor que lo hicieron las cuatro escalas. Esto lo explican debido a que este instrumento provee tunas bases tedricas y clinicamente significativas para la evaluacién de la peligrosidad el riesgo de reincidencia, ya que sus 20 feems capturan la mayorfa de las caractersticas y conductas importantes para entender y predecir-el comportamiento criminal. De esta forma, la psicopatia es un factor de riesgo significativo de violencia. ‘Los puntajes del PCL-R predicen la violencia significativamente mejor que el azar y que ottos factores demogrificos, clinicos y de historia criminal, y en términos absolutos, lo hace moderadamente bien. El constructo de psi- copatfa es, entonces, uno de los més fuertes predictores de violencia identificados en la literatura de investigacién empitica. (Hart, 1998b) En opinién de este autor, la psicopatfa es un factor necesario de evaluat en cualquier evaluacién del riesgo, pero no es suficiente por sf misma. Ademds, es impor- tante tener cliro’qué no todos os sujetos en alto riesgo de futura violencia son psicépatas, Estos pueden reptesénear uni alto riesgo debido a otros Factores tales como idcacién homicida, sadismo se- xual, delirios o ideas paranoicas, etcétera, ‘DETERNOGTESIGOUDGICGS BNA CONDUCTA CHS, | | i pose 3. PSICOPATIA Y OFENSORES SEXUALES La prevalencia de psicopatia parece set relativamente alta entre violadores convictos, En un estudio Hlevado a cabo por Forth y Kroner (1994, ctado en Hare, 19992), se reporté que en una prisién fede- ral canadiense el 26,1% de 211 violadores, el 18,3% de 163 ofensores sexuales mixtos (incluyendo abusadores de nitios) y el 5,496: de 82 ofensores incestuosos fueron categorizados como psicdpacas con el PCL-R. Dentro de este grupo de violadores se encontraban 60 quienes eran violadores en se- tie © que habfan matado a su victima; el 35% de éstos resulté ser psicépatas. De acuerdo con Robert Hare (1999b) es muy probable que muchos ofensores sexuales, y la mayorta de los que son psicépatas, sean condenados por una ofensa no sexual mds que por tna sexual. Mu- chos de ellos no son ofensores sexuales especiaizados, mas bien son generalmente ofensotes versdti- les, es decir que pueden poseer también otras conductas antisocials. Aquellos ofensores sexuales que son psicépatas representan un problema especial para el Sistema de Justicia Criminal. Diversos estudios han determinado que la prevalencia de psicopatia (medida por el PCL-R) es mucho menor en pedéfilos (10-15%) que en violadores u ofensores “mezclados” (40%). Ademés, las ofensas de ofensores sexuales psicépatas son més violentas o sédicas que las de ottos ofensores sexuales (Barbarce, Seto, Setin, Amos y Preston, 1994; Hare, 1999b). Los ofensores sexuales son generalmente resistentes al tratamiento, pero los que adems son psicd- patas son propensos a reincidir més pronto y més a menudo (Hare, 1999b). De acuerdo con un es- tudio de seguimiento con violadores y pedéfilos que fueron tratados, realizado por Quinsey, Rice y Harts (1993), més de un 80% de los psicépatas y solamente cerca del 20% de los no psicdpacas ha- bian reincidido violentamente en un periodo de sicis afios luego de su liberacién. Muchas de las ofensas fueron de naturaleza sexual. Rice y Harris (1997), en un estudio de seguimiento con una muestra de 288 ofensores sexuales, re portaron que el PCL-R fue altamente predictivo de reincidencia violenta en genetal. Reportaron que la reincidencia sexual se predijo fuertemente por una combinacién de un puntaje alto en el PCL-R y por evidencia falométrica de excitacién sexual desviada -medicién en el pene (preferencia por est- mulos desviados en la prucba falométrica). Es interesante que encontraron que la desviacién sexual puede ser un predictor de gran imporcancia més para pedéfilos que para violadores, Harris y Hanson (1998, itd en Hare, 1999b), reportan que ofensores con un puntaje alto en el PCL-R y evidencia conductual de desviacién sexual habfan cometido més ofensas sexuales y no sexuales pre- viamente y eran més propensos a reinciir violentamente que los otros ofensores. Seto y Barbaree (1999), en un estudio con 216 ofensores sexuales, reportaron que los ofensores de mayor riesgo de reincidencia fueron aquellos con un alto puntaje en el PCL-R y con la habilidad de convencer y engafar al terapeuta de que habfan hecho un gran progreso en la terapia. ‘clei rene RONALD Lis Cnc CASTRDES 4, PSICOPATIA Y TRATAMIENTO La mayoria de investigadoresy clinicos son pesimistas acerca de la “tratabilidad” de los psicdpatas, AA diferencia de otros ofensores, los psicépatas suften poco estrés, no ven nada equivocado en sus ac- titudes y comportamientos, y buscan el tratamiento tinicamente cuando les representa algtin bene- ficio, No es sorprendente que los psicépatas obtengan poco beneficio de programas tradicionales en las prisiones, especialmente los enfocados al desarollo de empatia, conciencia y habilidades interper- sonales (Hate, 19996). EL covceTo DE PSICOPATIA HEUAS OCULTADES No ha habido un modelo terapéutico metodolégicamente reconocido 0 “programas de resocializa- cidn’ que hayan demostrado buenos resultados para los psicépatas. Ogloff, Wong y Greenwood (1990), afitman que los psicépatas derivan poco beneficio de un programa de comunidad terapéu- tica disefiado pata tratar ofensores con trastornos de personalidad, Sus resultados muestran que los psicépatas petmanecen en los programas terapéuticos menos tiempo, estén menos motivados y uestran menos progreso clinico que otros ofensores. Ademés, los psicdpatas més frecuentemente se vieron envueltos en problemas de seguridad serios o violencos durante el tratamiento e impelidos a terminarlo premacuramente. Rice, Harris y Cormier (1992), en un estudio de seguimiento, encontraron que el indice de reinci- dencia violenta para los psicépatas tratados en un programa de comunidad terapéutica intensivo y cextenso ra aproximadamente 50% mayor que para los psicépatas no tratados. En este mismo sentido Hemphill (1991, citado por Hare, 1999a), encontré que el estimado de rein- cidencias en el primer afto luego de su liberacién, era el doble de alto para psicépatas tratados que para los no psicépatas. ‘DETERMINANTS PSICOLOGICOS 1A CONDUCTA CaN Hate (19996) se hace la siguiente pregunta: zLa terapia los vuelve peor? En su opinién, puede con- testarse diciendo que la terapia de grupo y los programas orientados al insight pueden ayudar a los psicdpatas a desarrollar mejores estrategias de manipulacién, engafio y utilizacién de la gente, pero ayuda poco para que se entiendan a s{ mismos. ‘Varios programas de tratamiento de corto plazo en prisiones inglesas (de corte educativo, de desarro- Ilo de habilidades sociales) han mostrado poco efecto sobre los indices de reincidencia post-libera- cién de ofensores con bajos y moderados puntajes en el PCL-R. Sin embargo, los mismos programas parecen “incrementar” este {ndice en ofensores con puntajes altos en el PCL-R (Clark y Thornton, 1999, citado en Hare, 1999). Entre los sintomas de psicopatfa que representan especial problema para el desarrollo de psicotera- pia se encuentran: Ia tendencia a mentir patolégicamente (impide una comunicacién honesta con el terapeuta); el sentimiento grandioso de si mismo y la ausencia de remordimiento o culpa (di- ficilmente permite una motivacién profunda para que el cambio se produzca), el afecto superficial y la carencia de empatia (imposibilitan el trabajo central de terapia alrededor de las emociones), el encanto superficial y la conducta manipuladora, la tendencia al aburrimiento, asi como la in- capacidad para aceptar la responsabilidad por las propias acciones. (Losel, 1998). Finalmente, debido a que se carece de evaluaciones terapéuticas bien controladas, ya sea_por estu- dios realizados con diferentes grados de peligrosidad de los sujetos, variaciones en los enfoques me- todolégicos y tebricos pata categorizarlos como psicdpatas, grupos de control no equivalentes, hete- rogeneidad de los grupos tratados, entre otros, es que no es apropiado enfatizar en un solo tipo de programa terapéitico (Lose, 1998). Lo que sf parece ser un hecho aceptado ampliamente es que de- ben evitarse enfoques terapéuticos tradicionales, los que han mostrado producir resultados concra- producentes. . TRASTORNOS DE PERSONAUDAD ANTISOCIAL La psicopatia es un concepto que, como vimos, ha sido precisado por muchos autores de diferentes formas; sin embargo, esta denominacién atin no ha sido muy bien consolidada, por lo que algunos autores utilizan el término “sociopatfa” 0 “trastorno antisocial”, como se le conoce actualmente en las Clasificaciones Internacionales CiE-10 (1992) y DsM-1v (1994), pero como sefialamos no es lo mismo que la psicopatia, 186 a ‘iol frense RONALD LN CNG CESEDES 1. RASGOS Y CARACTERISTICAS PSICOPATICAS CONSENSUALMENTE CONCORDANTES La literarura guarda un consenso respecto a los conceptos: 1) psicopatfa (usado por los norveame- ricanos con més experiencia en el tema, tales como Hare), 2) sociopatia (como se utiliza en el MM- PI: Test de Personalidad més popular a nivel mundial), o 3) trastornos antisociales té:mino acep- tado en los manuals internacionales de clasificacién diagndstica (CIE-10 y DSM-IV), que tienen que ver con [a misma poblacién privada de libertad; sit embargo para los expertos, estos tres conceptos no son la misma cosa, Antes de sefialar las concordancias, indicamos que el primero se refiere a delincuentes con una mayor peligrosidad y pueden estar contenidos dentro de los dos conceptos equivalente sefilados posteriormente (sociopatias y trastornos antisociales), pero no ala inversa, ya que el concepto psicopatia estéreferido a condiciones de patologia social y psicolégicas més graves. Ademés, consideramos necesaria esta separdcién entre los que son verdaderamente psicépatas y los que no lo son, no sélo por sus implicaciones jur{dico-sociales de la peligrosidad, sino, fundamental- mente, por su prondstico resocializante tan negativo, Lo que ha compartido la literatura son los rasgos de la personalidad comtinmente asociados a es- tos conceptos, como lo sefialé Cleckley, quien hace una clésica enumeracién de rasgos psicopéticos que bien podrian integrarse con los argumentos de Rafael Niifiez, en su.reconocido Manual de in- terpretacién del MMPI, (Test multifactrico de la personalidad), especificamente, en su binomio de las escalas 4-8 (escalas que miden psicopatfa), Sin embargo; otros autores reconocidos como Schnei- der o Gruble, consideran que si bien la desviacién de rasgos psicopéticos se aleja del rérmino medio de las personas y otras patologias, el primero considera que no se le puede llamar enfermedad men- tal a rasgos psiquicos que se salen de lo corriente como los de la psicopatfa, ya que seria un absurdo, Sin embargo, Gruble rehuye a toda consideracién valorativa y define las personalidades psicopéticas como desviacién psiquiica congénita del término medio, fundamentalmente en lo’concemiente @ los sentimientos, la voluntad y el cardcter (citados en Marco & Cols, 1990, p. 374). Adyertimos al inte- resado que la clasificacién asistematica més difundida, fue realizada por Kurt Schneider, quien divi- dis las personalidades psicopéticas en: hipertimicos, depresivos, inseguros de si mismos, fandticos, filotimicos, labiles de estado animico, explosivos, desalmados, astémicos y abiilicos (Schnieder, 1971). No obstante los ctitetios més sisteméticos y con mayor investigacién, caso del canadiense R. Hare, incluyen los rasgos propuestos por Cleckley, una vieja autoridad en el tema, 187 / DETERMINANTES PICOLOGICOS BN LA CONDUCTA CRIMINAL Les ‘Guapo 4.10 Rascos PsicoraTICos SEGUN CLECLEY a adel 4. Ataccién supercialy buena ineigencia. 2. CONSIDERACIONES PRONOSTICAS DE LOS PSICOPATAS Y LOS TRASTORNOS ANTISOCIALES DE UA PERSONALIDAD De acuerdo con el reconocido texto cespafiol de Psigquiatria forense (Marco & Cols 1990, p. 384), fas eva- luaciones pronésticas deen incr al menos los siguientes aspectos: 2) Pronéstico clinico: Creemos que lo mejor es establecerlo mediante un estudio amplio, valorando: 1, Las catactersticas generales de la personalidad antisocial + Tntensidad de los trastomnos de conducta observables. + Recursos defensivos de su personalidad. + Brigencias y expectaciones del ambiente. + Taras genotipicas. + Bstado general somitico. + Actitud que el individuo tome frente a su futuro. 188 —t “elcologia forove [RONALD LIN CHING CESCEDES + Influjo personal que sobre el individuo ejece el psicoterapeuta. 2. Intensidad de la desudapcacién medida mediante el Test de Bell, la existencia de 90 0 més puntos de adaptacién total en los individuos de nivel superior de cultura, 100 0 més puntos en los de ni- -vel cultural elemental, afiade un factor de agravacién al pronéstico. 3. Anomaliasen electroencefalograma marcadas y frecuentes, coexistiendo varias de ellas (ondasshe- ta 0 delta, ondas agudas, complejos punta-onda o ritmos enlentecidos). b) Prondstico social: Se estableccré valorando el pronéstico clinico, al que se debe afiadir: 1. Frecuencia, intensidad e importancia delicogenttica de los desajustes de conducta observados. 2. Retomo a la situacién de peligrosidad social. Bste estado peligroso s6lo puede ser descubierto si el investigador logra aclarar las circunstancias y motivaciones aparentes y profundas de los anteriores delicos y advierte los indicis precursores. Estos consisten en cambios aparentes de la conduct; se advierte que el individuo busca una posbilidad de situacidn criminégena, realizando una especie de eleccid entre los acontecimientos y citcunstancias de su medio actual, de situaciones y de com- pafieros y adversarios, que recuerdan Ia antigua situacién ctimindgena. Hay en ello una especie de “fuerza de repeticién” -para usar la expresién freudiana- que reproduce las ocasiones de reinciden- cia, Bate “tetouno a la situacién de peligrosidad social” es un diagndstico de clinica criminol6gica, 3. IMPUTABILIDAD Y CAPACIDAD CIVIL ‘Aunque en algunos momentos, autores como Grasset; Willimans yAschffenburg (ctados en Marco & Cals, 1990), han apoyado una imputabilidad disminuida, esta formula decayé debido a las difi- cultades que presentan estos individuos al no poder reaccionar diferente ante ciertas circunstancias. Mis bien, se les ha incrementado su_peligrosidad. Mientras tanto, para Gruhle y Schneider, sil individuo ha sido clasificado como un verdadero psi- cbpata, debe ser catalogado con plena imputabilidad o de imputabilidad completa, menciona Mar- co & Cols. Con respecto a su capacidad civil, no existe acuerdo entre los diversos tratadistas. De un modo ge- neral, ditemos que debe admitisse actualmente que la incapacidad y la tutela hay que comarlas en cuenta, tan sdlo cuando el trastorno de personalidad produce total y permanente incapacidad para la vida social y, muy posiblemente, si existe también otro diagndstico de,fondo, 2 cuya conclusién sélo podremos llegar tras un minucioso estudio de cada caso en. particular, valorando su cfrculo vi- tal, exigencias profesionales y nocividad social de sus tendencias antisociales principales; mientras tanto, otros casos, précticamente siempre poseen plena capacidad civil, (referencias citadas en Marco & Cols, 1990, pp. 386-390). ‘DETEIAUNANTES PSIDDLOGICOS EN LA CONDUGTA CRIMINAL £. APLICACIONES CLINICAS EN EL DIAGNOSTICO DE TRASTORNOS ANTISOCIALES . DE LA PERSONALIDAD Y LAS PSICOPATIAS Luego de la idencificacién de un peefil de personalidad antisocial detectado con el Mini-Mult 82 versién Kincannon del MMPI, es importante hacer una revisién longitudinal de la historia del indi- viduo por medio de la entrevista clinica, expedientes institucionales, entrevista con familiates, entre otros aspectos. Un buen ejemplo de cémo hacerlo y protegiendo instrumentos de medicién forense, es de los siguientes autores, Para Mackinnon & Michels, en estas personas que presentan rasgos antisociales hay poca considera- cién para las demandas de la conciencia (es decis, no se razona con la sensibilidad que usualmente se realiza), no se beneficia de las experiencias anteriores, la afectividad es superficial, y se da una in- capacidad para tolerar la ansiedad, por lo que procuran asegurar la satisfaccidn de sus impulsos, pa- ra proporcionar la seguridad y el alivio de la tensién resultantes, ya que poseen serias deficiencias en las defensas psicoldgicas para tolerar la ansiedad. & TERMINOLOGIA Y CONCEPCIONES SOCIALES DISTORSIONADAS Los téminos socidpata, psicégata o trastorno de personalidad antisocial contienen implicaciones po- pulares yestigmatizantes,ya que suelen asociarse al concepto popular creado por los medios de pren- sa. Tal concepto sc rlaciona normalmente con crimenes attoces y depravados, que abarcan los gran- des titulares de los periédicos en el medio costarricensc. Es importante aclarar que no es que estas personalidades no sean peligrosas y clinicamente negativas para a sociedad, sino que es engafioso decir que son facilmente identificables. Si esto es ast para los psicélogos no acostumbrados a este campo forense, con mucho més razén pueden pasar inadverti- dos ante los ojos de la gente que les todea. Otro aspecto muy importante es que aunque alguna li- teratura ha confundido estos tres términos, pues tienen miiltiples indicadores comunes, la calidad de su peligrosidad y sus proyecciones pronésticas son consensualmente mucho mas negativas para los psicépatas que han sido identificados con el PCL (Pyychopatic check list), que los que han sido iden- tificados con puntuaciones altas en el MMPI (Test sultifacético de la personalidad) y, que estos tilti- mos corresponden a las clasificaciones de'Trastornos de Personalidades Antisociales, diagnéstico mas frecuente en las instituciones carcelarias. G. CARACTERISTICAS DE LOS ANTISOCIALES MAYORMENTE IDENTIFICADOS EN EL MMPI (VERSION MINIMULT 82 DE KINCANNON) Los miembros de comunidades urbano-marginales son los ms afectados con fos trastornos de per- sonalidad antisocial sin querer hacer referencia a la gente de baja condicidn socioecondmica como usualmente se interpreta, sino a la escasez de recursos en el amplio sentido, es decir, pobreza en 190 ‘Biclegie rene Ronni Lin CNG Ces las relaciones, pobreza en la comunicaciones, indiscriminacién en sus espacios fisicos y psicoldgicos, en donde la necesidad prevalece més que el respeto del otro. Algunos de los mecanismos que ahi se generan adquieren modos de vida en los que la cotidianidad del “agul y el ahora” es expresada en la imposibilidad de postergar sus necesidades y sobreviene una sensacién en el sujeto de que es ahora © nunca y, en estos casos, se manifiesta una ausencia de oportunidades para resolver sus conflictos. "Tal escasez de recursos aunque en menor grado también la encontramos en personas de clase media yalta, como se observa en la préctica forense. 1. CARACTERISTICAS CLINICAS El individuo sociopético, como se describe en el MMPI, 0 con rasgos psicopéticos como le llaman Mackinnon & Michels, no desatrolla control sobre la expresidn de sus necesidades bésicas, conser- va impulsos primitivos como motives primarios. La conducta oral es predominante y los detivativos sintomaticos de la oralidad, tales como la adiccién, son cotticntes. Los efectos dolozosos (las pérdi- das, las agresiones psicolégicas, fisicas, etc.) se toleran mal. La capacidad para el placer adecuado (el placer maduro) y la afectividad positiva estan afectadas. Estos individuos no desarrollan un “ego ma- duro” debido a que las relaciones objetaes infantiles o vinculo con las figuras mas significativas fue- ron inadecuadas o patolégicas y a que en la etapa adulta estas telaciones o vinculos estén gravemen- te trastornadas. =, ae 2. LOS IMPULsOs Para Mackinnon & Michels (1982) los impulsos son representaciones mentales de necesidades y mo- tivos que forman la fuerza que da empuje detids de toda conducta. EI individuo sociopético es im- paciente y hedonista (narcisista), de modo. que los actos que tisualmente van acompatiados de pla- cet para los demés sélo pueden procurarle a4l un alivio transitorio de tensién. Por ejemplo, un pa- seo puede bajar su tensién, pero répidamente puede volver a cargarse de ansiedad. Puede obtener un gran aumento en sus ganancias y muy pronto estar insatisfecho. La incapacidad del individuo para controlar o modelar sus impulsos lo conduce a explosiones de agresién y, a menudo, esta inme- ez va acompafiada de una falta de preocupacién por las consecuencias de la conducta. El deficit dc empatia y preocupacién por los demés se hace evidente cuando después de conducirse con cruel- dad o sadismo, presenta poca reaccién émocional y reducida culpa. Las explosiones de enojo de la petsona psicopdtica pueden desaparecer tan repentinamente como s¢ iniciaron, y 2 menudo, no aciertan en comprender por qué los demas aitibuyen gran magnitud y significado a su violencia. Se debe,tomar en cuenta que en los casos de individuos paranoides, su explosién se manifiesta de for- rma similar; sin embargo, la despreocupacidn y la falta de culpa no sucede-como en las psicopatias. 3. EL AFECTO En esta drea como mencionan Mackinnon & Michels (1982), el componente que més se afecta es Ia ansiedad. Al psicépata se le desctibe, a menudo, como alguien que siente poca ansiedad, Sin em- bargo, es todo lo contrario; no es que no posea ansiedad, sino que posee poca tolerancia para est, 191 DDETERMINANTESSICOLOGICOS EN LA CONDUGIA Gaara £. APLICACIOR, sociopiticos tienen por objeto prevenirla y evitarla. La DE TRASTO}, Ae, a molestias insoportables y tienden a utilizar mecanis- DELA Peni, te » por lo general, evaden todo lo que les genere conflicto, a Luego de la id ee t ange * x . 1 version Kine, a4, © sla ln ansiedad, sino también el cardcter urgente y compuls- viduo por m%p, % “eg 7 ep, a0 existe posibilidad de satisfaccién, entonces la ansiedad, la de- ouosaspey ka son las conductas esperables. Otto de los aspectos en la superficiali- es de loss ‘ : .e tipo de personas, aunque en muchas ocasiones no muestren gran va- Para My eran ser muy complacientes a los ofdos del que se sienta con ellos a en- by cin poz, se real paces un tema controvertido en la discusién de los individuos psicopéticos. Segiin -ciones, se da una tolerancia disminuida de la culpa o no toleran la culpa 0, como stras concepciones, hay una falta relativa de esta, En la opinién de Mckinnon & Mi- F ,an ambos rasgos (1982; p. 280). ,neral, podemos hablar de dos tipos de culpa, una es la culpa heterénoma, la cual esté mds in- da por la opinidn o “el qué dirdn”, Este tipo de culpa podrla producir vergiienza, temor de de- probacién o depresién, sist conducta se expone. El otto tipo de culpa podriamos observatla en tun individao que, si nadie se da cuenta para reprimir su conducta, entonces no posee ninguna inhi- bicidn; es decir, no existe ningtin sistema de control interno o autocontrol, a esto lamarfamos au- sencia de culpa auténoma, que es lo que se presenta en la mayorta de los casos de psicopatia Sin embargo, podrian darse casos en que haya ausencia de los dos tipos de culpa o una reduccidn de es- te tipo de culpa, Una posible explicacién del porque la ctiminalidad se incrementa en las pandillas cs que, ademas de que el sujeto se siente menos expuesto, se inhibe la culpa heterénoma la cual es sustituida por los valores del grupo. 5. LA SUPERFICIAUIDAD Las respuestas afectivas del sujeto psicopatico segiin Mackinnon & Michels (1982), poseen una cua- lidad superficial. Esto podré resultar aparente en el primer contacto y, atin silo es, el entrevistador inexperto creer que es él mismo quien no ha logrado establecer una buena relacién, El sujeto psi- copatico podrd recorrer todas las emociones ¢ inclusive con cierto sentido dramatico, pero en el fon- do sus sentimientos no convencen; a esto llamamos superficialidad. iy "Bila ors TR Ce Case 6. LAS RELACIONES OBJETALES Las relaciones objetales que tienen que ver con cémo se establecen las primeras relaciones con las fi guras determinantes (el padre o la madre, por ejemplo), estén alteradas negativamente en la psique del individuo, por lo que se reproducird esa relaci6n en el resto de las relaciones. En el caso de las personsalidades psicopaticas o sociopéticas, el interés emocional de la persona psi- copitica esté centrado narcisisticamente en si mismo. Las démds personas son figuras transitoria en su vidas van y vienen, o se las puede reemplazar por medio de substitutos, con poco sentimiento de pérdida, historias de abandono que, a menudo, son frecuentes en Ja préctica forense. Hl individuo psicopético se preocupa més por la manera de satisfacer sus necesidades, es decie se re- laciona en términos de qué puede obtener de los demés, aprovechéndose y hasta exploténdoles. ‘Aunque parece extrafio, la necesidad del individuo psicopatico de castigar a los que quiere es univer sal y, a menudo, ellos mismos se dan poca cuenta de la cantidad de ira descargada con este patron, 7. PATRONES DE CONDUCTA La conducta antisocial psicop: cet tampa, robar y hacer uso de drogas; es decir, el psiedpata posee una serie de conductas negati- vas, El contexto motivacional de estas conductas va desde manipulaciones financieras que aparente- mente son racionales, en tin empresario de moralidad dudosa, hasta la actividad extravagante de in- cendiatio piromanitico. ‘ica comprende una diversidad de trastornos, tales como el mentir, ha- EL individuo psicopético busca por tegla general evitar el castigo, pero la amenaza de castigo posible no sirve como disuasivo eficaz de su conducta. La incapacidad del pacienee de difere la satisfaccidn, su control deficiente de los impulsos, fata de culpa e incolerancia de la ansiedad contribuyen a crear tuna incapacidad para considerar las consecuencias de sus actos. H. TECNICAS DEFENSIVAS Y DE ADAPTACION En dl individuo psicopético, la ansiedad conduce directamente a la accién, en conttaste con el new- rbtico, cuyos procesos mentales tienen, por objeto controlar y dominar la ansiedad o substtuitla por accidn simbélica. Sin embargo, hay defensas psicol6gicas de las que el individuo psicopético se sir- ve. Estas las podemos clasificar en tres: defensas contra la ansiedad, defensa o control de la cul- pay defensas contra la autoestimacién deficiente, Dichas defensas comprenden intentos de negat la ansiedad y una divetsidad de maniobras que in- luyen desde el aislamiento prefieren evadir las responsabilidades sociales, para ino comprometerse con los demés; el desplazamiento (en el cual los psicépatas reaccionan intensamente ya que adquie- ren cierta seguridad al provocar trastorno en la otra persona); la proyeccién (que es [a que utilizan para depositar la responsabilidad en los otras o en las circunstancias) y la racionalizacién (disto- [DETERMINADTES RICOLOGICOS EN LA CONDUCTA CRINARL sionan cognitvamente par justifiat sus actos y, a menudo, responden: “de por s, todos los demas to hacen’) Todas esta defensas as emplean para reducir al mnimo la culpa y el malestar social que podrla acaso experimentar el sujeto. Nos hemos sefrido antes al control de la ansiedad y dela culpas en cuanto al tercer punto de la ba- ja autoestima, se utiza una de as defensas mds sencilas que esl de trata los propios vcios co wo virtudes, o hacer alarde de su insensibilidad o de su falta de escripulos. Est Giltimo punto tean mecanismo que, muy frecuentemente, observamos en el discurso de los adolescentes delin- uentes que, unido a otros mecanismas propos de su grupo etario como “la omnipotencia’, hacen ids evidente su motivacién delictiva. Para condluit este apartado queremos dejar claro que los psicdpatas o soci6patas no son personas aie fclmente podemas idenifcar antes de haber cafdo en manos de a ley; preisamente por su s+ periciaidad, normalidad yastuca, logran ir evolucionando en sus conductas delictivas y antisocia- fes sin dejar claras evidencias de su patolog(a social. Por esta tazin es que los famosos y stigmas rados casos de “psicépatas” referidos asf en los medios de prensa, son difilles de enconerat ¢ iden- tificar, Fundamentalmente, porque se han hecho diestros en conductas antisociales 0 conductas cti- mninales sin dejar claras evidencas. ‘Tampoco todos presentan un grado tan deeriorado de patolo- la social y psiquica y, aunque algunos autores consideran que, son muchos los sujetos de este tipo que frecuentan muestas cfrceles, ottos autores que han dedicado més investigaciOn en cl tema espe- tifco del comportamiento criminal ~como ya fo hemos mencionado-,refieren que deben distin- guise los psicdpatas del grueso dela poblacién carelaia, por las razones de fracaso en su resociali- racién y por otfastazones clinicas psicol6gicas que ya hemos mencionado, TRASTORNOS MENTALES TRANSITORIOS Los trastosnos mentalestransitorios 0 (TM1) hacen referencia a una sieuacin transitoria que produ- ce unaalteracién de la conciencia. Esta eximina al sujto, eventualmente, desu responsabilidad cxi- vrinal Se le considerarfa “el enajenado” en situacién de TMT, a no ser que tal estado haya sido bus- cado a propésito para delinguit. Hay referencia de que el TH es innegeblemente acienfien borroso e impreciso, pues nada explica qué debe entenderse por ta. Algunas legilaciones, como la espfiola, para considera el estado de TMT exige lo sigue La situacibn de Tar se efere ala perturbacin de causa inmediata, de aparicién mds 0 menos brus- Cie, por tanto, sujeto als mismasleyes bésias, Examinaremos agut dos modelos instinvistas: dl modelo etoldgico y el modelo psicoanalitico. 11) Modelo etoligico. La etologa es la ciencia que estudia cl comportamiento de os animales en su am bicgte pamual’ Konra Lorene (1971, p.3)s padre dela moderna ctologia, menciona que la agresibn sag intinte xa hombre, como al animal, a combtir contra los miembros de su misma especie, Para, « anstntvo se va acuraulandoy funciona como k bide, es deci el estado rercional ante los estimulos desencadenantes desembocan finalmente en el comportamiento agres- vo. Fhestimuloagresivo debe ser descargado pebicaments, sino el eceso de presi busca los retimulos astuaciones desencadenantes. Por ejemplo, el individuo que “anda buscando pleitos’ Oro enfogue es el que hace referencia ala densidad demogréfica por I cual en una poblacién an mal se da una lucha entre Tos machos como respuesta ala amenara de La escasez de recursos que ectan su subsistencia, Sin embargo, esta premisa de que a mayor densidad mayor agresin como respuesta de supervivencia, no tiene un imperativo de reac insiniva 0 “natura sino, sgh Murtin-Baré (1979), consituye una tpica ideologivacién encubridora de intereses sociales mis ob- vis, Por lo menos en lo humano la densidad poblacional ce un determinado tersitorio no tiene por {qué consituir causa del violencia. En nuestro paces, puede ser un factor precipitant pero tina causa, Esto Io prueban los Pases Bajos europeos y las mismas invetigaciones centroameriir tins de Mactin-Bard, sobre situaciones de escasez y miseria en situaciones de hacinamiento que ret vece autor en Sen Salvador. Las personas aprenden a convivit sin que se pueda afirmar que el ha ‘Ginamiento esté en la rafz del comportamiento violento, Williams Durhan (1977) ha refutado la tesis de que lx guetta entre Honduras y Bl Salvador haya lo comecuoncia de ly presin demogrfica, en el sentido de carenca objetva de recursos. Pord ontario, durante los afios anteriores a la guerra, Bl Salvador habrfa experimentado un crecimien- verde gus teousos con respecto al mimero de habitantes. El problema no se basarfa tanto en Ta es sez de recursos, sino en el acaparamiento de esos recursos. 2) El psicoandlisis, No existe entre los psicoanaistas actuales un acuerdo total sobre la explicacién de Jos comportamienco agresivos. EL mismo Sigmund Freud fue modificand sus ideas, ademas de que ¢s importante aclarar que dl nunca hablé de instino sino de pulsién (rieb), Una pulsidn es un pro eso dndmico consistente en un impalso (carga energética, factor de motilidad o reaccin de mo: sfmiento ante estimulosinternos o externos) que hace que el organismo tienda hacia un fin dee thinado, Segin Freud, una pulsign tiene su origen en una exctacibn comporal (estado de tensi) tu fin essuprimir el estado de tensién que reina en el estado pulsional; gracias al objeto, la pub pucde alcanzar su fin (Laplanche y Pontalis, 1971, p. 336). En su primera teoria, Freud habla de pulsiones que levan a comportamientos agresivos fendme: hos tan importantes como el complejo de Edipo, donde se funden descos amorosos y odio, En una segunda teorla sobre la pulsones, Freud postulal exstencia ce una pulsion de muerte, que seats mS ‘Fill ene TROD EN Ci CB trapone a la pulsién de vida y que tenderiaa la reduccién completa de las tensiones, cs decir de- volver al ser vivo a un estado inorgénico. Las pulsiones de muerte se ditigen primeramente hacia adentro y tienden a la autodestruccién; secundariamente, se ditigen hacia el exterior, manifestindo- se, entonces, en forma de pulsién agresiva o destructiva (Laplanche y Pontalis, 1971, p. 348) En 1932, Freud escribié una famosa carta a Einstein, pregunténdose sobre el porqué de la guerra. Freud parte del principio general de que.los hombres, como otros seres animales, tienden a resolver sus conflctos mediante la violencia. Ahora bien, la violencia individual es vencida por la violencia de muchos unidos entre s, y esta violencia de grupo se transforma en ley. Pero el mismo hecho de quela ley sea expresign de ls intereses propios de un grupo, propicia la violencia de los grupos opt- ido con el fin de obtener més poder, y asi se da una sucesi6n que exp! » la aparicién de las guc- ras, Todo esto es expresién de la naturaleza pulsional de los seres hur’ para Freud es intl tratar de liberarse completamente de las pulsiones agresivas humanas; basta cla intentar desviarkas de modo que tengan que canalizarse en una gueira (Freud, 1932/1970, p. 19, citado en Martin-Ba- 13, 1988, p. 384). Ta guerra sera la manera como los menos favorecidos por el ordenamiento social tratatian de hacer avanzar sus inteteses. Sin, embargo, el psicoanlisis conceptualiza los intereses causantes de la gue- sraen.un nivel individual, no colective y mucho menos de clase social (Fornari, 1972. fim: Martin- Bard, 1988, p. 385). ° RESUMEN DE LOS ENPOQUES INSTINTIVISTAS: el aporte de estos enfoques es indispensable para compren- der y dedicar mejores esfuerzos hacia el cambio de nuestras sociedades, en tanto que ha sido indu- dable que la historia humana no ha sido muy optimista en Ia eliminacién de la violencia en las so- ciedades. Sus concepciones nos recuetdan el hecho de que la violencia ha jugado y sigue jugando tun importante papel en la historia, y ef faralismo que arrastra el considerar la violencia como un clemento determinista instintivo sirye como antidoto frente al optimismo ingenuo de quienes pien- san que superar la violencia es cuestién de tiempo y de buena voluntad. Desde una perspectiva critica, la deficiencia, como seffala Martin-Baté es, priméro considerat la vio- lencia sin tomar la especificidad que adquiere en la dimensidn hnmana; segundo, que tenga que considerarla como inevitable bajo un modelo hidedulico que plantea que necesariamente la acumu- Jacidn debe petiédicamente dar escape a esas fuerzas nacidas del instinto o puilsién agresiva, lo cual hhace a la violencia una necesidad que-no’siempre es tal. En nuestro concepto, el cual compartimos con el autor, estas dos deficiencias constituyen una visién ahistérica en tanto que soslaya 0 indepen dia las circunstancias, para dat priotidad a lo instintivo, lo que empiticamente tiene su sesgo. 2. LOS ENFOQUES AMBIENTAUSTAS Un buen niimero de psicélogos, sobre todo aquellos vinculados a la orientacién norteamericana so- bre el aprendizaje, subrayan el papel que juegan los factores situacionales en la determinacién de la violencia yagresién’humanas! Bésicaniente, dentro de este presentamos dos enfoques: el modelo de fruistracién-agresi6n y el modelo contenipotdneo del aprendizaje: 26 PaTCuARDIDSDeLETaIS = cs 1) El modelo de frustracién-agresién. En 1939, un grupo de psicdlogos de la Universidad de Yale, Bstados Unidos, publicé una de las obras que més ha repercutido en cl anlisis psicoldgico de a vio. lencia y la agesin (yer Dolla, Doob, Miller, Mower y Sears, 1935). La intencién principal de e- te grupo era lograr una sinesis entre la tcoriapsicoanallticay la experimentacién empltica, posi Bs cién que se popularié con la obra de Miller y Dollar: Social learning and imitation (1941 a, qu Aprendizaje social e mitacién). Por esta razén, muchos le conocen més bien como la teorfa de Do- lacy Miller. Esta corrente planteaba que la agresin es siempre una consecuencia de la frustracibn, proponiendo.que la conducta agresiva presupone siempre a existencia de una fustracién y, a su vez, {a existencia de la frusteacién condluce a alguna forma de agresién. Por frustracién debe entender. se cuando se impide a un individuo la realizacién de un objetivo, mientras que la agresién es aquel acto que busca producir dafio en un organismo. La tendencia a la apresisn varia en fun ci6n directa cel grado de frustracién experimentada por el individuo, Segin este enfoque, son tes te tendencias principales que detetminan la agresién: + La fuerza que se tendfa hacia la fuerza frustradas + Elgrado de interferencia experimentado; y * El niimero de frustaciones sufridas (Dollar & Cols, 1939, pp. 1, 11 y 28) Poco tiempo después, Miller (1941b, p. 338) la redujo a términos més moderados, sefialando que la frusteacién produce cierts tipos de tendencias, una de las cuales era la agresién; aunque dettis de toda agesidn habia un antecedente de frustraci6n, no toda frustracién predecta una agresién, Para Dollar y sus colegas, la agresién permitfa vin efecto catértico, que reduce el estado de frustracién. Por esta misma cazén se revertia la agresién hacia los débies; es decir, la agresion inhibida frente 2 {2 autoridad se manifestaia frente al propio sido, y la hostlidad contra. ef poderoso se desaho- garla contra el débil. Una apreciada interpretacién sobre el prolecariado latinoamericano en un con- texto machista que frustta més al trabajador frente al patrdn, favorece que este stibdio se convierta en un trano en el hogar. La agresién que no osa dtigit contia el patrono, la diige contra su espo- Say sus hijo. Gissi Bustos (1972 ) le llameé efecto del cilist, ya que se inclina en la parte de atri- ba (espalda) y da patadas hacia abajo. Posceriormente, Robert: K. Merton (1968, p. 199), quien hizo también sus aportes al campo de la debe ctiminologi talizé una intexpretacén socioldgica de las concepciones antetiores. Para él hay mo- user mentos en que las personas no pueden lograr los objetivos més valorados socialmente por los tne- ea dios comunes, pues la agresién seconvierte en una forma de lograt esos objetivos ansiados, desde De fuego, al margen de a ley as{ que ciettas éreas del delito constituyen una respuesta “normal” a una situaién en la que se ha asimilado el énfasis cultural acerca del éxito pocuniatio © material, pero se esuh tiene poco acceso a los medios convencionales y legitimos para lograr alcanzat este éxito, ales En afios més recientes, Leonard Berkowitz revis6 la hipStesis de frustracién-agresién con la cual tra- leca tarfa de superar ls principales deficiencias de los postulados anteriores en el trabajo empitco que sno lograba explicar algunas excepciones. As{ Berkowitz (1965; 1976) enfatiza la relacidn entre el estado emocional interno de la persona y estimulos del ambiente. Esta tesis de Berkowieyplantea que no es necesario que la persona estéfrustrada para que realice una accién agresiva, Por esta ra- 26n, este autor se centra en dos puntos: pf ~ Dias froue /RONALD Ln Coc Clsrapes SE —i ma Ise + Sibien reconoce que la frustracién puede predisponer al individuo para cometer actos aptesivos, considera que esta puede surgir de otras fuentes, como la adquisicién de habitos agresivos; por es ta razén, en las concepciones anteriores se limitaia la capacidad explicativa dela agresién + Los estimalos externos juegan un papel esencial como sefiales para l ejecucién de los actos apresi- vos. De hecho, la predisposicién a la agresién no se materializa en comportamientos agresvos a no ser que Se produzcan en cl medio las sefiales apropiadas para que se pueda ejecutar ef acto agresivo, resumen, para este autor la agresién resulta de estos dos Factores: una disposicién interna, gene- rada por la frustracién u owos, y las sfiales externas que desencadenan el acto agresivo mismo, 2) Bl modelo de aprendizaje social. Uno de los modelos teéricos que més aceptacién ha tenido en psicologia social en las tres tltimas décadas ha sido el del aprendizajc social el cial consticaye wn in- tento por incorporar los factores cognoscitivos propios del sujeto en el marco de fa concepcién con- ductista. Albert Bandura (1973), como mayor representante de este modelo, plantea que cualquier teoria sobre agresién tiene que explicar tres puntos: i jc6mo se adquieren los comportamientos agre- sivos? ii gobmo se desencadenan? ys it ;qué factores determinan su petsistencia © permanencia? El aprendizaje social acepta que la forma mejor y més efectiva para adquitir comportamientos agre- sivos es realizada por la misma persona. Los que practican la violencia con éxito (es decir reforeados positivamente) tenderén a incrementarla. El aprendizaje no sélo puede ser directo; po el contaro, estos pensadores dan miicho énfisis al aptendizaje inditecto 0 viario el cuales un aptendizaje simbé- Jico, que se fja mediante Ia contemplacién de modelos. Hl efecto de los modelos produce el aprendi- :aje por medio de su funcién informativa: las peliculas agresivas la violencia hacia’ la madre, ere. Se- giin Bandura son médelos ficticios o vividos quié representan los cuatto procesos que componen el aprendizaje por observacidn: la atencién, la retencién, la motivacién y la reproduccin motora El aprendizaje social plantea que no hace falta que los individuos cealicen conductas agresivas para aprender a accuar agresivamente; basta ser espectador de los modelos para que se produzca el apren- dizaje por imitacién, Sin embargo, este autor acepta que la mejor manera de mantenet los hébitos agresivos es premindolos, como se reaiza en las pandillas. Sin embargo, también juega un papel importante el auto-refuierzo, evaluacién positiv o negativa que cada cual puede hacer de su propio ~ comportamiento o de sit proceder, aspecto que representa una de las principales fuentes de control del comportamiento No obstante, estos criterios y formas de autoevaluacién son también apren- didos y dependen eri buena medida de ls respuesta y refuerzos sociales de los demés, como se per- penta en gran parte el “machismo”, por ejemplo. ~RESUMEN DE LOS ENFOQUES AMBIENTALISTAS: tanto para el modelo frustraciSn-agresién como para el modelo de aprendizaje social, las races de Ja violencia y de la agresién no hay que buscarlas tanto en el interior de las personas, sino en lab crcunstancias en que viven. Este énfasis en los factores situacionales constituye una importante, antitesisde los modelos instintivistas. En definitva, es la sociedad, 0 cada sistema social el que propicia situaciones que exigen violencia o el que ensefaalo- grar el éxito mediante la violencia, En esto tanto pueden influir los valores realmente proniovidos y teforvados por medio de los modelos.de identificacién social (Bandura), como el sentido que los mismos objetos materiales evoquen en las personas. PARFICULARIDANES DEL FNTORNO | ey ra Para Mattin-Bar6, el que se aprenda o no actuar violentamente, el que se inhiba y desinhiba la vio- lencia, no es un proceso mecinico, sino un proceso en el que entran en juego los determinismos e intereses sociales predominantes. Por ¢50, ¢ importante examinar no sélo como se aprende 0 se desencadena la violencia, sino qué tipo de violencia. se aprende o desencadena, ditigida contra ida 0 qué, y con que efectos en Ia realidad concteta de una sociedad, aspectos en Jos que se en- uentran as explicaciones a paradignas tales como: pobreza-delincuencia, masculinidad-violencia 3. EL ENFOQUE HISTORICO- ‘Adems de los enfoques instintivistas y ambientalista, sobie la violencia, hay un tercer enfoque: el hist6rico, El planteamiento histérico toma distancia cttica de ls oxtos enfoques, en tanto que el individuo de los instintivistas vive el pasado de la especie animal, y el de los conductistas el presen- ede su sistema social, Para los primetos, el individuo es una méquina que slo puede producir pau- tas heredadas, y para el segundo, una mquina que slo puede producir las notmas sociales del pre- sente. Instintivismo y conductismo tienen en comin una premisa bésica: el individuo no tiene psi- {que con estructura y leyes propias. (Martin-Baré, 1988, p. 400). El modelo histético de la violencia humana parte de dos presupuestos fundamentales: 1’) existe una naturaleza espectfica del ser hurmano, naturaleza abierta a potencialidades de todo tipo, entre elas la violencia y la agresin, 2) esta naturaleza es de carter histético. La historicdad de la naturalera Futana significa desde el punto de vista social que cada persona se materializaen el marco de una sociedad concreta, como patte y expresién de unas fuerza sociales; desde el punto de vista personal, . EL CONTEXTO SOCIAL: LA LUCHA DE CLASES {a sociedad costarticense, como cl resto de as socedades latinoamericanas, se encuentra profunds- mente escindida en grupos, cuyos interes resultan ireconcliabes -burguestay proletarado en sen. tido amplio~ que es lo que se conoce como lucha de cases. Fl ordenamiento social existente conse, tuye el produces de balance de fcras sociales Ast, el ordenamiento de muestra sociedades sl po ducto del dominio de una pequefia minora capitalist sobre a gran masa popula y ref en tad sus situacione los intereses de case de es minorla, Esto significa que la misma configutacién del 26 Peseta 14 — id organizacién social de nuestras sociedades constituye ya un estado de violencia dominadora de los ppocos sobre los muchos, de los poderosos sobre los impotentes. Esta situacién es la que ha sido ca- lificada de violencia estructural y que ha sido denunciada como un “desorden establecido”. La violencia estructural no se reduce a una inadecuada distribucién de los recursos disponibles que impide la satisfaccién de las necesidades bésicas de las mayorfas; la violencia estructural supone ade- més un ordenamicnto de esa desigualdad opresiva, mediante tna legislacién que ampara los meca- nismos de distribucién social de la riqueza y establece una fuerza coactiva para hacerlos respetar. El sistema cierra asi el ciclo de violencia justificando y protegiendo aquellas estructuras que privilegian alos menos a costa de los més; asf, la conclusidn més obvia es que la violencia est4 presente en el mismo ordenamiento social, como lo demostraron con su techazo pacifico a seguir el juego alas nor- mas sociales los partidarios de Gandhi, Martin Luther King o Monsefior Helder Camara (Martin-Ba- 16, 1988, p. 406). El trasfondo de la violencia estructural es el marco en el que surge y hay que interpretar cualquier forma de violencia o agresién que se produzca. Esto no quiece decir que la violencia estructural expl- que, sin més, rodo acto violento 0 agresivo de cualquier persona; o que se quiere decir es que ese com- portamiento no seré adecuadamente comprendido si no es en el contexto de la violencia estructural. Desde esta perspectiva, los oprimidos tienen que interiorizar una violencia que los deshummaniza; tie nen que aceptar, ademds, la imposicién de unos esquemas y formas de vida que les impiden la ade- cuada satisfaccidn hasta de sus necesidades més fundamentales; quienes se concientizan de que las claves del “éxito” les estén vedadas, encuentran justificado el resentimiento, Lacxistencia de un estado de violencia estructural nos lleva a una iiltima reflexién, muy importan- te para el anlisis psicosocial de la realidad campesina que se alza en huelga, o las organizaciones gte- miales que defienden sus intereses, por ejemplo; la violencia de los oprimidos no es una violencia originaria, En otras palabras, cuando los sectores sociales oprimidos recurten @ la violencia para lo- grat su liberacidn, se trata de una violencia derivada, Como ya lo planteé Paulo Freire (1971), es [a violencia del opresor la que instaura una situacién opresiva, sin que al oprimido le quede, con fre- cuencia, otro medio para liberarse de su situacién que acudir también a la violencia, Para Martin- Bat, la espiral de violencia no comenzé con el levantamiento de los optimidos, sino con el estable- cimiento de su opresién; a respuesta no violenta de los movimientos y organizaciones populares zo aflorar y multiplicarse la violencia represiva del régimen que, a su vez, fuerza a los sectores opri- ‘midos a levantarse en “atmas’, como ha sucedido en los paises centroamcticanos contra el sistema milicar dl Estado. 270 ‘ucla ene TRORALD Las Crs CSTRDRS =. LA ELABORACION SOCIAL DE LA VIOLENCIA EI proceso de socializacién, mediante el cual los individuos llegan 2 ser personas humanas y miem- bros de un grupo, supone la apropiacién de ls exigencias del sistema imperante, El “control social” constituye esa violencia intetiorizada por cada persona, que le leva a encauzar su desarrollo por unos caminos y no por ottos. En fa medida en que el ordenamiento intetiorizado, ls exigencias sociales apropiadas requieran la sumisién de las personas a un orden opresivo que los enajena y los deshumaniza, en esa medida, el proceso de socializacién constituye un mecanismo de violencia institucional y la mejor mucstra de esto es la cel, tal como la sienten los que estén presos y no como la piensan quienes esperan una pretendida y ficticia resocializacién. Los procesos de socializacién pueden ser desglosados de acuerdo con los aptendizajes que se-van tea- lizando en ks diversas ctapas del desarrollo humano y en os diversos émbitos de la personalidad y vida de cada cual, Este enfoque nos lleva a formular dos preguntas: sCudles son los principales mo- delos que de hecho se oftecen en nuestra sociedad? ;Cudles son las conductas realmente reforzadas en los diversos grupos sociales? Los modelos sociales se originan en la tesis del modelo del aprendizaje social y tiene su forma més conereta en la observacién de modelos, como los que oftecen los padies las personas influyentes, los medios de comunicacién social, etc. En cuanto a los refuerzos sociales surge de los modelos clésicos del aprendizaje una palabra clave: valores, aquellos que se aprenden y se mantienen porque son comportamientos suficientemente reforzados. Uno de esos valores es el individualismo, es decir, a idea de que el individuo constituye el criteriotltimo del bien y del mal, que son las necesidades € intereses de cada individuo y no de la toxaidad social el fundamento y objetivo limos de la convi- vencla en sociedad. Al privilegiar el bien individual sobre el bien colectivo (simple suma de los bie- nes individales), se estimula la violencia y la agresién como medios para lograr la satisfaccién indi- vidual. El hombre se'vuelve lobo contra su pr6jimo, El individualismo va ligado a otto valor caracteristico de la sociedad capitalista: la competencia. El medio primordial para lograr fa stsfacién individual es la competencia, es decit, aque tipo de ac tividad donde el éxito de uno requiere Ia detrota de fos demds. Dn otras palabras los modelos son “Pierde-Gana” y no como podria ser “Gana-Gana”, En la safz del individualismo y de la competencia estécl valor méximo del sistema capitalist: a propiedad privada. Al considerar que la plenitud de la persona se logta mediante el tener y acummu- Jar recursos privados el sistenta establecido refuerza aquella violencia y agresién que hace posible la consecucign y mantenimiento de los bienes de todo tipo, Promucve un fin de connotacién maguia- vélica hacia lo material, donde no importa el’ bien colectivo sino el individual = a Thanigniamranes bm TORN > 1s Sia la personas 0 grupos se les impide la adecuada satisfacidn hasta de sus necesidades més fan- damentales y estas comprenden que ls claves del “éxito” es extinvedadas, esto afectivamente, po- sibilita el resentimiento. ' El término resenimiento, sucle ser uilzado con un sentido negativo:indicarla un rechavo con- tra algin hecho o persona sin suficiente base ojustifcacién, un odio social gratuito (Castilla del Pi 0, 1961; 1976). Sin embargo, ésta es una comprensién simplista, que pone de manifiesto la ideo. logiacién devaluadora de todo lo que supone oposicién alos inceteses sociales dominantes Re-sentir es volver a sentir, o la doble lectura de sentir donde se toma conciencia sobre el propio sen- timiento 0 evaluacién negativa de ee algo. Pero s6lo en a media en que se resintan las situaciones de opresion e injusticia sed posible que ls personas y grupos rate de superarls. Como dice Casilla del Pino (1976, p. 115), el progreso histérico de las sociedades no ha sido aleanzado “por donacién gra- fiosay generosa de los que obtuvieron ante que los demds siuacionespreerents; pore contrat, de. bemos considerar que, en cada instante, se ha tratado de una dolorosa conquista, de una inestimable ‘einvindicacin de personas originariamente resentidas (Ver recuadho sobre resentimiento social), s un hecho que cada orden social determina las formas y grads de violencia permitida. Como yase indie6, son cuatto os elementos en funcidn de los cuales se define la violencia socialments aceptada: 1) quién puede realizarla, 2) contea quién, 3) en qué cixcunscancias ys 4) en qué medida (Haber & Seidenherg, 1978). Ahora bien, puesto que el ordén social se fundamenta no tanto en un consense de toda a poblacién cuanco en el dominio lograda por una case el actor Fundamental para justice la violencia consse en definic qué violencia es beneficiosa para ls intereses de esa case sociale can de queesos incereses estén en peligro, Jos custo elementos pueden ser gnorados y de heche lo son También, el mismo carécter de case del oxen social y de la violencia justificada areastea su posi- ble rechazo por quienes tienen intereses sociales opuestos o distintos, La violencia justificada én funcidn de unos intereses pacils resulta una violencia inaceptable para quien no patticipa de esos interes y, mas todavia, para quien se vuelve victima de es violencia por mantener ottos interes La definicién social de la violencia es precisamente una poclerosa arma empleada por la cla- se dominante desde el poder: el caricter de la violencia y de la agresién no se determina tan, ‘0 por la formalidad del acto mismo cuanto por su producto, Esto es lo que ha ocunido en log Lltimos afios respecto a la definicidn de lo que es y de lo que no es terrorism. En principio, terro- tismo es definidlo por el diccionario como “la dominacién por el terror, aquella “sucesibn de ac- tos de violencia gjecutados para infundir terror” (Real Academia Espa 1970, p. 1259). Sin embar- 80, como sefialan Chomsky y Herman (1979, p. 85), el uso actual en Occidente ha resttingido su Senxido por razones puramenteideoligicas, ala violencia al por menor de. “quienes oponen al orden establecido”. Ast, por ejemplo, Walter Laqueut (1980) considera que el terrorismo es “una cstrategia para la insurreccién propia de algunos movimientos politicos, peo distinta a la violen. cia politica ejercida por los gobiernos (pp. 25-27). x - wt "ili re Ra En Cs CO > EL RESENTIMIENTO SOCIAL eesentido se fia hecho sinonimio de person: ‘te trasfondo turblo, oscuro, de radical mela intencion, rae cate de examinar los hechos 2a luz de la definicién, e rar que el terrorism es una estratega de ls mds utiizadas por Jas dictaduras y tranfas para cowar el pode. Flack (1976) mandene que existe un terrorism desde arriba y un tercorist de abajo y, en ambos, casos se uiita la violencia para lograt al poder. Sin embargo, el mismo ver econten que mientras el terorsmo desde artib es el resultado de una decisién politica q aor como su propa jusifeacion, corso desde abso brota de Ia expetiencia de w Table (uer read sbre el rraromo), En este sentido, poner amt tuacidn de injusticia tem« rrorismos al misono nivel resuta’ciando iienos ura decisién cuestionable. No se pretende ac moraro nega el afi producido or los terrorists “desde abajo’, pero resulta poco objetivo ¢ Sin embargo, un anélisis objetivo que FaaaicuLANBADES DAL ENTORNG logicamente sospechoso poner a Ia Pat el tetror esparcido POF les SS hitlerianas con el “terroy” Pro- ducido por los ‘Movimientos de resistencia curopeos durante la Segunda Guerra Mundial, Por lo mis- SY Por qué el terrorism de los outst de la OL ser igual ¥ atin peor, que el tetroris. tno de los bombardeos masivos del ejércto israel. Cuando enes parece que la magnitud de uno ¥ de otto establece una diferencia, no sélo Cuantitativa, sing también cualita Va. Sia ello se afiade la posibilidad ue tiene todo gobierno de tecurtir a otros medios, fa diferencia entre ambos “terroris. mos” se agranda, (Martin-Baré, 1988, p. 415), Un segundo tipo de desencadenances de los actos Violent lo consttuyen no sélo ciettos estimulos anbientales, sino su significado, Convieneinsstren que el Poder esrimolante hacia I violence de determinados objetos ny depende tanto de lo que tatrialmente son, sino cuanto de le que 630s ob- 4et0ssignilican para as persone Y Btupos en cl interior de une dleterminada sociedad: eg decis, el es. “nato simbélico dels configuracioncs | Poder; de fo material, de ig topiedad, Dela misma manera la violencia deltva pu ser una bisquda jinovatia’delosobjcivessoinen. sits, como a menconado Mere [Aimismo, ba voknciinsurgente 6 al menos en sus comien, G. LA INSTITUCIONALIZACION DE LA VIOLENCIA La violencia abierta como una posibilidad al ser humano, asumida y desarrollada por medio de los procesos de socializacién, encuentra sit formalizacién cltima en su justificacién, Como Hacker (1973, p. 16) insiste, “la justifcacién produce y hace progresar lo que quiere negar y escondet: la pro- pia violencia’. Todo acto de violencia requiere una justificaci6n social y, cuando carece de ela -l ‘menos, en los términos establecidos por fa moral convencional del caso-; la genera por sf misma (ver Lerner & Simmons, 1966). PARTICULARDADES DEL ENTORNO 2. Fin prin clus. una crite Dela teans todek petira, guerra de Bl Salvador. Pata los medios de comunicacién so- Tas acciones insurgentes. Sin embargo, los actos de terror son Ibernamentales o paramilitares vinculadas al poder eco- El caso es todavfa més ilustrativo en la cial, los teroristas son s6lo Jos grupos y realizados, casi sin excepcidn, por fuerzas gu némico y politico. CUADRO 5.5 EQUISITOS PSIGOSOCIALES DE LAS MATANZAS MASIVAS lisis de varias matanzas masivas ocurridas amie Podemos seilat como bien resume Martin-Bard que el orden social define como violentos s6lo aquellos actos que se e oponen pero no los acts dé sus propia insttucones, En este context, pro- mrueve y justfca mediante modelos yrefverzos aquela violencia que eduncds en beneicio de os in- vrreses dominantes, Sin tmbargo, la justficacidn clasista de a violencia genera su rechazo por parte de quienes la sufren. ‘mediatos en el desencadenamiento de la violencia son la frus- Ditiamos entonces que los factores in la presidn grupal, la disponibilidad del poder y sobre todo, cl tracién, un medio propicio para ello, convencimiento sobre su valor instrumental. wuestran que la violencia, al ser asu- {Los experimentos de Milgram como menciona Martin-Bard, m masivas y ser ejecutada como un mnida y requerida institucionalmente, puede alcanzar proporciones Ueber de conciencia, Sélo ast se explican las matanzas del presente siglo. italia frome RONALD, LN Cnc CEPEDES El terrorismo es el uso sistemitico de la violencia para lograr un objetivo mediante el terror, y cons- tituye una de las principales estrategias de los gobiernos dictatoriales para mantenerse en el poder. El caricter de este terrorismo desde arriba es cuantitativa y cualitativamente diferente al del terorisimo desde abajo, que se origina en la busqueda de una mayor justicia (Mattin-Bar6, 1988, p. 422). PARgTCULARIOADES DELENTORNO

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