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D: niffo siempre tuve el temor de que mi padre fuera ‘un cobarde. No porque le viera comer seguido de ‘cerca por un machete como vi tantas veces a Paco el Gallina y a Quino Pascual. ;Pero era tan diferente a los ppapés de mis compafieros de clase! En aquella escuela de barrio donde el valor era la virtud suprema, yo bebia el acfbar de ser el hijo de un hombre que ni siquiera usaba cuchillo, ;Cémo envidiaba a mis compaferos que relataban una y otra vez sin cansarme nunca de las hhazafias de sus progenitores! Nolasco Rivera habia desarmado a dos guardias insulares. A Perico Lugo lo Adejaron por muerto en un zanjén con veintitrés tajos de perrillo. Felipe Chaveta lucfa una hermosa herida desde Ja sien hasta el menton. Mipadre, mi pobre padre, notenfani unasolacicatriz en el cuerpo. Acababa de comprobarlo con gran pena mientras nos bafidbamos en el rio aquella tarde sabatina ‘en que como de costumbre venfamos de voltear las talas de tabaco. Ahora segua yo sus pasos hundiendo mis pies descalzos en el tibio polvo del camino y haciendo sonar ‘mi trompeta. Era ésta un tallo de amapola al que mi padre con aquella su mansa habilidad para todas las cosas Pequefias habia convertido en trompeta con sélo hacerle tuna incisién longitudinal. Al pasar frente a La Aurora me dijo: ~Entremos aquf. No tengo cigarros para la noche. Del asombro por poco me trago la trompeta. Porque apd nunca entraba a La Aurora, punto de reunién de todos os guapos del barrio. Alli se jugaba baraja, se bebia ron y casi siempre se daban tajos. Unos tajos de machete gue convertian brazos nervudos en cortos muiones. Unos tajos largos de navaja que echaban afuera intestinos, Despuésde darlasbuenastardes, papé pidi6cigarros. Los iba escogiendo uno a uno con fruicin de fumador, palpandolos entre los dedos y levéindolos a la nariz para percibir su aroma, Yo, pegado al mostrador forrado de inc, trataba de esconderme entre los pantalones de papi. Sin atreverme a tocar mi trompeta, pareciéndome que ofendia a los guapetones hasta con mi aliento, miraba a hurtadillas de na aotraesquina del ventorill. Acostado sobre Ia estiba de arroz veia a José el Tuerto comer pan y salehichén echindole los pellejtos al perro sarnoso, {que los atrapaba en el aie con un ruido seco de dientes. En la mesita del lado tallaban con una baraja sucia Nolasco Rivera, PericoLugo, Chus Maurosa yun coloruo ue yo no conoefa, [..] Un grupo de curiosos seguta de cerca las jugadas. Todos bebfan ron. Fue el colorao el de la provocacién, Se aceres donde papé alargéndole Ia botella de Ia que ya todos habfan bebido: —Dese un palo, do. Muchas gracias, pero yo no puedo tomar Ath, geonque me desprecia porque yo soy un pelao? No es es0, amigo. Es que no puedo tomar, Déselo usted en mi nombre Este palo se 1o da usted 0 ca... se lo echo por la cabeza Lo intent6 pero no pudo. El empell6n de papé lo arrojé contra el barril de macarelas. Se levant6 medio aturdido porel ron y porel golpe y palpdndoseel cintursn con ambas manos dijo aap eae “Estausted de suerte, viejo, porque ando desarmao.. Neen : “A ver, préstenle un cuchillo-. Yo no podia creerlo : pero era papé el que hablaba. a aa area ‘Todavfa al recordarlo un escalofrfo me corre por el oe gees eat cuerpo. Veinte manos se hundieron en las camisetas Peleassoa eee sucias, en los pantalones raidos, en las botas enlodadas, en todos los sitios en que un hombre sabe guardar su de puertorriquefios que co- rmienza a escribir narracio- arma. Veinte manos surgieron ofreciendo en silencio de nes cortas en la década de 3 > jfbaro encastado el cuchillo casero, el pufial de tres filos, | 1940, Sus relatos se caracte- 7) Aasevillana corva. sigan por una temética que P —Amigo, escoja el que més le guste. cea ok wore arecustdoe ds Mire, don, yosoy un hombre guapo pero ustées mas ee gueyoAspelcloanyalelaentaconpaio late eae Th pant un cfgmos, do las boens tes y ce ciereeae anes ol tajerel cron couch al Tue dec alee ee Ea nici terizaciGn de personajes. -Ahf va un macho completo. ‘Mi padre (premiado en 1948) ‘Mi trompeta de amapola tocaba a triunfo. ;Dios: mio, ‘es su cuento més conocido. {que llegue el lunes para contérselo a los muchachos! 12

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