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GRANDES TEMAS DEL SIMBOLISMO ESOTERICO :

9 TRABAJOS MAGISTRALES QUE EXPLICAN EL SIGNIFICADO


INTELECTUAL Y LA FILOSOFIA
DE LOS SIMBOLOS ESOTERICOS PRINCIPALES :

1-INTRODUCCION A SIMBOLOGIA 2-SIMBOLISMO DE LA ESPADA 3-


SIMBOLISMO DE LA SERPIENTE 4-LOS 2 SAN JUAN 5-SIMBOLISMO DE LA
ESFINGE 6-ISIS Y OSIRIS 7-TAROT Y PSICOANALISIS 8-DIONISIO Y
PERSEFONA 9-EL DRAGON VERDE

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1-INTRODUCCION A LA SIMBOLOGIA

Desde la antigüedad, todo lo que se observaba, se expresaba a través de


la gráfica gestual del objeto o idea en sí, el SOL por un círculo, la Luna y
la MUJER por la media luna, etc., lo que conformó la IDEOGRAFIA (Signos),
más tarde se originaron los SIMBOLOS, que eran identificados en sonidos,
pronunciados en sílabas (fonética signo sonido) es decir la imagen
identificada por la palabra, cuya pronunciación es el sonido-expresión;
identificando así la imagen y viceversa.
El símbolo es el génesis de los sistemas de escritura, sílabas y
pronunciaciones originándose las lenguas antiguas.
El signo es el carácter y elemento esencial y el símbolo es la
representación, reflejo del mismo con o sin analogía con otros conceptos
o hechos. Ejemplo: tenemos las notas musicales, cada una de ellas son
signos esenciales pero en su conjunto representan una melodía (símbolo)
es decir una estructura con su forma armónica irradiando hacia el
exterior, otro sin sonido (signos esenciales) que en el conjunto puede ser
un símbolo viviente: emitiendo variados mensajes que pueden ser
captados o no, como sucede en las ceremonias, en los rituales mágicos
y/o religiosos.
Por otra parte la idea puede ser un signo en sí mismo o puro, pero debe
ser expresado en figuras, objetos, sonidos, palabras. Lo mismo sucede
con los signos en la alquimia, astrología, matemáticas, etc.
Es decir, el símbolo en conclusión, está conformado por uno o varios
signos que es la esencia oculta (interna) y el símbolo es el reflejo
(externo), de ahí en más las observaciones e interpretaciones son libres
en la medida que se sintoniza con la esencia oculta velada representada
por el símbolo.
Por lo general, a veces lo que se identifica literalmente como signo suele
ser a la vez un símbolo, ya sea natural o artificial, porque en esencia es lo
mismo.
Desde la antigüedad lo que se observaba se expresaba en figuras,
colores, sonidos, gesticulaciones, la gran diversidad de infinitas formas
de manifestación tanto del ser como de la naturaleza misma, es decir un
"todo".
Es por ello la aplicación de la Ley de CORRESPONDENCIA o ANALOGIA
permitiendo la develación en relación con los colores, los aromas, los
números, las formas, etc. Produciendo la develación de lo desconocido
por lo conocido.
Existen distintas concepciones y análisis del símbolo: por observación,
percepción, analogía, relación. También siete modos distintos de
interpretación, además de la Hermenéutica.
Uno de los primeros ejemplos del. símbolo-signo, surge en Platón con el
concepto de Arquetipo identificándolo como Idea y más tarde surge Jung
con el concepto del modelo innato en común en el inconciente colectivo,
es decir la memoria de la humanidad.
Por ello el símbolo no tiene fronteras, ni edad, es tan antiguo y universal
como el Ser Humano.
Encontramos símbolos en los sueños, en las religiones (Textos sagrados)
en lo mágico (Ceremonial), en los alfabetos, en los sonidos, en las flores,
en los colores, en la naturaleza (Geometría natural) en el cielo, en el Ser
que develado produce múltiples efectos, por ello el poder de la palabra, el
logos manifestado que a veces sintonizamos.
El Ser al igual que el Universo es un GRAN ARCANO hay que DEVELARLO,
con el principio; CONOCETE A TI MISMO…

Prof. Guillermo José Pinasco

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2-Simbología de la Espada

Todos los Martinistas sabemos que en cada símbolo de nuestro templo


se encuentra velada una verdad trascendente. En una permanente lectura
del libro del hombre y del libro de la naturaleza avanzamos con algunos
mojones que nos indican la rectitud de nuestro andar y el valor del
esfuerzo. Nuestros símbolos nos ayudan a develar nuestra realidad
interior al vivenciarlos y darles la correcta dimensión.

Vamos a desarrollar una somera visión de uno de ellos: la espada...

Asimilada durante siglos a la idea de arma y elemento de conquista, su


concepto y utilización ha sido consagrado en el ámbito iniciático por los
pensamientos y la conducta de dedicados estudiantes de los misterios a
valores diferentes. A lo sumo es lo que detiene por la fuerza de su ideal a
nuestros errores y nos conquista para la luz...

No es solo el saber, es el comprender y utilizar lo que nos da el completo


conocimiento de cualquier símbolo...

La espada que reposa sobre la mesa del maestro tiene un simbolismo


definido, es el símbolo primario de la fuerza que defiende a nuestros
hermanos y hermanas en la invisible presencia de la egregor contra todo
ataque externo y nos da los parámetros para el orden interno de la
Heptada.

En este punto debemos ahondar el porque la espada tiene ese carácter


defensivo y ordenador. Dentro de nuestra tradición occidental es marco
de referencia del ideal caballeresco. Es el poder que puede destruir el mal
y preservar la justicia. Es las fuerzas de la luz y el orden enfrentadas a la
de la oscuridad y el caos.

Es por ello que se convierte en un Axis Mundi en relación a determinados


principios; en ella se encuentran representados: el honor, el valor, el
poder, la verdad, la rectitud, el equilibrio.

Dentro de su construcción el plano espiritual representado por la hoja


toma contacto con el plano material representado por la empuñadura para
plasmar en los mundos material y espiritual la voluntad de quien tiene el
conocimiento y el poder para empuñarla.
Por ello que a los caballeros les era dado el “espaldarazo” al ser
consagrados (por otro caballero) como tales.

Al encontrarse asociada desde tiempos inmemoriales a la luz y al fuego,


su empleo constituye una purificación, tal como se encuentra expresado
en la alquimia donde representa el fuego purificador.

Dentro de los relatos de caballería representa la fuerza espiritual del


caballero, y a este respecto podemos decir que es reflejo de la autoridad
al encarnar quien la empuña los ideales citados anteriormente.

Los materiales en los cuales está construida tienen particulares


simbologías que no desarrollaré en este estudio. Recordemos que es uno
de los elementos utilizados dentro de lo que se llamó en siglos pasados
la magia práctica. Como ejemplo podemos citar que el hierro para los
romanos simbolizaba al Dios Marte y tenía la capacidad de ahuyentar a
los espíritus malignos.

Pero hay algo a lo que sí debemos referirnos y es al temple, para que


una espada tenga utilidad debe estar templada, al igual que un iniciado...
Templar significa tomar conciencia de su propia esencia y sutilizar los
cuerpos transformándolos en instrumentos apropiados para tal esencia.
Cuando un individuo templa es cuando alcanza una realización interior de
continuo equilibrio con las leyes del UNO; sin necesidad de mediar su
mente su accionar es el correcto, cumple como lo expresa uno de
nuestros discursos el óctuplo sendero.

Otro simbolismo es su referencia al Verbo, dentro del cristianismo


representa al espíritu y la palabra de Dios, obrando en ella un ser con
voluntad propia. De allí la medieval costumbre de darle nombre a las
espadas. Cito como ejemplo una de las más famosas: Excalibur, su mas
antiguo nombre es Caliburn que significa “la que hace una marca a fuego
en la materia”, dejo a vosotros sacar las conclusiones entre su simbología
de palabra divina y lo antes citado sobre la realización en los planos
espiritual y material y su referencia a quien puede empuñarla.

La espada occidental es recta y tiene referencia a la tradición solar y


un simbolismo que cae dentro de lo fálico en atribución a su energía
regeneradora que destruye la injusticia y la ignorancia generando paz y
justicia, el poder de la luz envainada en la oscuridad de las posibilidades
del no-ser y que al ser empuñada en un relámpago denota realización,
actividad, acción...creación.

Un capítulo aparte merecería la realización interior y exterior del héroe


que tiene las facultades del uso de la espada. Entre la mitología y la
realidad multitudes de iniciados empuñaron la espada para defender
milenarios ideales. En la antigua tradición celta encontramos la
invencible espada del dios LUG, divinidad de la luz.

Arturo, Sigfrido, arquetipos que tuvieron la capacidad de liberar o


recomponer sus espadas. Aquel que la puede sacar (empuñar) de su
prisión ó recomponer si se encuentra rota recompone el desorden y es
capaz de restaurar el orden ideal.

Es aquel que utilizando su voluntad, iluminado por la luz del ideal, decide
restaurar para sí y para otros la armonía perfecta, la armonía cósmica.
Quien ha demostrado ser merecedor de tal don.

Asimismo dentro de nuestros rituales se nos señala que nuestra espada


ritualística representa la dualidad, lo positivo y lo negativo, y en ello se
nos indica un sendero en el medio. Con ello se dispone el orden interno de
nuestra Heptada, pues es en esa correcta actitud y acción que podemos
desarrollarnos y progresar tanto como individualidad o como grupo.

Se nos dice que entre la ley y la espada se encuentra el correcto


accionar de los hermanos, hay quienes pueden creer que hace
simplemente referencia a la ley y al castigo, hilando mucho más fino
podemos decir que nuestro sendero se encuentra entre nuestra realidad
física como Heptada y los arquetipos que nos brindan nuestros símbolos.

La espada es entonces la vía de la inteligencia y la conducta, tomando


conciencia de nuestro eje interno, el sendero del medio que nos conduce
a la reintegración, el camino del iniciado.

Equilibrando los filos de nuestro espíritu siendo intermediarios de la


Voluntad Superior.

La correcta ó incorrecta forma de utilizar un símbolo está en nosotros,


nosotros buscamos el acierto ó el error y por él somos responsables.

Si salimos del sendero del medio nos quedan los filos...


Hermanos míos, todos tenemos nuestra espada, el verbo, que como los
antiguos caballeros hace retroceder a los dragones de la ignorancia, la
mentira, la ambición, las tinieblas y el caos... construyendo entre nosotros
una fraternidad , una egregor pujante y realizadora de los ideales de
nuestros Maestros del pasado, los Superiores Incógnitos...

Nosotros, Martinistas, caballeros de la verdad, debemos llevar los


fecundantes principios de nuestra Orden a la totalidad de la sociedad, allí
donde nuestros pasos nos lleven, pero con la discreción necesaria.

No limitaremos nuestra acción a los templos, sino al Gran Templo que


es la creación y a la gloria del Gran Arquitecto del Universo.

Tal vez ahora vemos por que la espada se nos brinda, como decíamos al
principio, como elemento defensivo y ordenador; si cada hermano se hace
uno con su simbolismo es materialmente imposible otro destino. Si
encarna en él los valores y conocimientos necesarios la fraternidad y la
unión surgen instantáneamente. Pues quien puede velar mejor por un
hermano que otro hermano. La espada que el Maestro de la Heptada tiene
la autoridad para utilizar es también nuestra pues nos hemos adherido a
su simbología y la respaldamos con nuestro conocimiento, nuestro poder
interior.

Somos iniciados y conocemos el lenguaje secreto... el silencio y la


acción son nuestro sello, tal como nuestro Venerable Maestro firmó sus
inspiradores escritos...Filósofos Desconocidos.

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3-LA SERPIENTE

El Símbolo según su etimología (del griego symballein) sería como un


objeto cortado en dos, cuyas partes, que se reúnen tras una búsqueda,
permiten reconocerse a quienes la posean. Contiene en sí las polaridades,
las cuales más que la verificación de la dualidad, marcan una apertura y
un principio de movimiento que nos orienta y hasta nos dirige.
Al ser bipolar, el símbolo conjuga los contrarios y por eso lo significativo
se centra en esa unión que prepara y es unidad. Por tal motivo, se dice
que el símbolo es ambivalente, por lo que manifiesta tan variada,
contradictoria y rica significancia. Esto no debe confundirnos, sino por el
contrario, enriquecernos.
René Guénon, gran estudioso de las religiones y sus símbolos nos dice
que el símbolo sugiere, no expresa. Por eso no nos encontramos ante un
lenguaje llano directo, sino que apela a la intuición y no a la razón. Su
origen es no-humano y se basa en la correspondencia entre dos
realidades. Su ambigüedad vela y revela la realidad, y este carácter
posibilita su interpretación en diversos ordenes y planos. Es por esto que
cada ser humano penetra en la intimidad del símbolo según como sea él
(con todo lo que esto implica) y en qué momento de la existencia se
encuentre.
El símbolo elegido para un análisis somero, es la serpiente. Aquí vamos a
encontrar que este símbolo - como todos - no excluye los diversos
sentidos que contiene, cada uno es válido en su orden y todos se
complementan integrándose en una síntesis.

Comencemos por Ouroboros, la serpiente que se muerde la cola:

Aquí encontramos la unión del mundo ctónico - en la serpiente - con la del


mundo celeste - en el círculo que esta forma -. En sí contiene la dualidad
y el tercer elemento invisible y fundamental que hace que todo exista y
que Ouroboros se muerda la cola y pueda engullirse a sí misma, recrearse
y regenerarse eternamente.
Al autofecundarse sin cesar encontramos un afán de equilibrio ya que si
creara vida sin poner un límite, tendríamos un cosmos atiborrado de seres
y así entraríamos en el caos, o sea el no-ser. Este equilibrio lo es de los
principios fundamentales que nos rigen, de vida, de muerte, del macho y
la hembra, del Yin y del Yang.
De hecho el Yin no existe sin el Yang, como la vida no puede surgir del
macho solo, ni tampoco de la hembra sola, ambos son necesarios. Al unir
estas fuerzas antagónicas "producimos" vida, pero sin la Vida (el Uno) no
tendríamos vida (el tres en uno).
Ouroboros vislumbra tres pasos de la manifestación de esa vida:
creación, sustentación y destrucción (simbolizado claramente en la
Trimurti hindú). Y nunca hay que perder de vista la esencia invisible que
hace que esos tres aspectos sean diferentes fases de una única cosa. En
conclusión, volvemos al tres que es uno.
Dentro del Tai Chi en la simbología del Extremo Oriente, encontramos los
mismos significados.

Por un lado contiene una dualidad, simbolizada por los colores blanco-
Yang donde en Ouroboros sería lo celestial o el círculo que forma y el
negro-Yin, terrestre o ctónico simbolizado por la serpiente. Esta dualidad
está en permanente disputa, mutilándose una a otra, regenerándose y
recreándose. Aquí también descubrimos ese afán de equilibrio. Y además
volvemos a encontrar el tercer elemento que hace que el Tai Chi pueda
tener esa forma y no otra, que contiene a esa dualidad y la diferencia y
que permite el intentar llegar a ese equilibrio. Esto está representado por
la circunferencia en sí, por la línea divisoria entre el Yin y el Yang y aquella
que hace que exista algo de Yang en el Yin y de Yin en el Yang.
Ouroboros como el Tai Chi contienen la función del dador de la vida y de
la que la sustenta. Es en sí matriz y falo (como la serpiente) y es por esto
que se autogenera, se mantiene y se autofecunda. En este sentido,
también lo podemos comparar con la cruz, donde el madero vertical
representaría la vida que se nos da desde la esfera de lo celeste, y el
madero horizontal, aquello que sustenta esa vida, aquí en la esfera de lo
terrestre. La esencia o la perfecta síntesis de ambos "flujos" estaría en la
intersección de los maderos, el Uno Absoluto, la esencia primordial de la
que todo es generado.
Existe un detalle: para que la vida se manifieste es necesaria la muerte,
( por eso la ambivalencia del símbolo que contiene en sí significados
opuestos y con ello nos lleva a la unidad) esto forma parte del equilibrio,
por eso Ouroboros se muerde la cola.
En Alquimia esto se entiende como vida, muerte y resurrección ("mejor"
vida). Es necesario que la paloma dentro de la redoma atraviese la
oscuridad de la noche para poder llegar a la luz. Pasará por cientos de
procesos para llegar a ella, pero debe conocer el dolor, o sea la
transmutación final: el Rebis, la Unión, la síntesis perfecta de los
contrarios.
Los principios antagónicos (dualidad) del Ars Magna, son el azufre (en
ocasiones representados por un león) y el mercurio ( a menudo
simbolizado por una serpiente); el azufre es Yang, masculino y fijo, y el
mercurio es Yin, femenino y volátil. Y el tercer principio es la sal que
brinda el equilibrio a los dos anteriores y permite su unión.
También en Grecia encontramos simbolizado de diferentes formas la
misma esencia en el caduceo. Al respecto de su "creación", la mitología
nos cuenta lo siguiente:
Hermes nació y al instante echó a andar y fue a robarle un hato de vacas
y toros blancos consagrados a su medio hermano Apolo. Este al tomar
conocimiento de la travesura, se enfadó.
Hermes para congraciarse inventó la lira del caparazón de una tortuga. A
cambio de este gesto, Apolo le regaló una vara de oro. Hermes al
desembarcar en Tracia observó cómo luchaban dos serpientes y para
separarlas interpuso el regalo de Apolo. Estas inmediatamente se
enroscaron a lo largo de la vara. Es así como nació el caduceo.
Es así que el caduceo también simboliza el equilibrio armónico de las
fuerzas antagónicas, por un lado la fuerza ctónica y por el otro, la fuerza
celeste, o sea, el mercurio y el azufre, el Yin y el Yang que tienen el punto
de equilibrio en la vara central que contiene en esencia a las otras dos.
En otro ámbito, en la esfera microcósmica, la serpiente es denominada
por los hindúes como Kundalini. Esta se encuentra enroscada en la base
de la columna vertebral. El trabajo del yoguin consiste en despertarla y
hacerla ascender por los siete chakras centrales que se encuentran a lo
largo de este eje. El objetivo es que esta energía llegue al último y cuando
esto ocurre llega el Despertar, significando que ha traspasado la esfera
de la manifestación. (Ouroboros).
Lograr que Kundalini ascienda implica que el yoguin consiguió equilibrar
armonizando las energías antagónicas de la derecha-Yang y de la
izquierda-Yin, unificándola en el centro o axis. Esto es una síntesis entre
lo celeste que se encontraba "dormido" en el hombre y lo terrestre u
hombre mismo.

En resumen, la comprensión del símbolo así como depende de la persona


y el momento de la existencia que atraviesa, así, lo mismo ocurre con los
pueblos y sus diferentes manifestaciones. Cada uno de ellos ha tomado
del símbolo ciertos significados y "ha hecho uso" de él de determinada
manera, y no por esto ha agotado toda su significancia. Por tal motivo
podríamos escribir libros enteros sobre él y aún detenernos por una
cuestión de limitación propia y aún así el símbolo no agotaría su
significancia. Es por esto que invitamos al análisis de los símbolos para
redescubrir sus significados y aprender de y con ellos.

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René Guénon
4-ACERCA DE LOS DOS SAN JUAN

Artículo originalmente publicado en "Études Traditionnelles", junio


de1949, e incluido en Symboles fondamentaux de la Science Sacrée,
París, Gallimard, 1962 [Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada,
Buenos Aires, Eudeba, 1969, y Barcelona, Paidós, 1996].

Aunque el verano sea considerado generalmente como una estación


alegre y el invierno como una triste, por el hecho de que el primero
representa en cierto modo el triunfo de la luz y el segundo el de la
oscuridad, los dos solsticios correspondientes tienen sin embargo, en
realidad, un carácter exactamente opuesto al indicado; puede parecer
que hay en ello una paradoja harto extraña, y empero es muy fácil
comprender que sea así desde que se posee algún conocimiento sobre los
datos tradicionales acerca del curso del ciclo anual. En efecto, lo que ha
alcanzado su máximo no puede ya sino decrecer, y lo que ha llegado a su
mínimo no puede, al contrario, sino comenzar a crecer a continuación (1);
por eso el solsticio de verano señala el comienzo de la mitad descendente
del año, y el solsticio de invierno, inversamente, el de su mitad
ascendente; y esto explica también, desde el punto de vista de su
significación cósmica, estas palabras de San Juan Bautista, cuyo
nacimiento coincide con el solsticio estival: "Él (Cristo, nacido en el
solsticio de invierno) conviene que crezca, y yo que disminuya" (2). Sabido
es que, en la tradición hindú, la fase ascendente se pone en relación con
el deva-yâna, y la fase descendente con el pitr-yâna; por consiguiente, en
el Zodíaco, el signo de Cáncer, correspondiente al solsticio de verano, es
la "puerta de los hombres", que da acceso al pitr-yâna, y el signo de
Capricornio, correspondiente al solsticio de invierno, es la "puerta de los
dioses", que da acceso al deva-yâna. En realidad, el período "alegre", es
decir, benéfico y favorable, es la mitad ascendente del ciclo anual, y su
período "triste", es decir, maléfico o desfavorable, es su mitad
descendente; y el mismo carácter pertenece, naturalmente, a la puerta
solsticial que abre cada uno de los dos períodos en que se encuentra
dividido el año por el sentido mismo del curso solar.

Sabido es, por lo demás, que en el Cristianismo las fiestas de los dos San
Juan están en relación directa con los dos solsticios (3), y, cosa muy
notable, aunque nunca la hayamos visto indicada en ninguna parte, lo que
acabamos de recordar está expresado en cierta manera por el doble
sentido del nombre mismo de "Juan" (4). En efecto, la palabra hebrea
hanán tiene a la vez el sentido de "benevolencia" y "misericordia" y el de
"alabanza" (es por lo menos curioso comprobar que, en nuestra misma
lengua, palabras como "gracia (s)" tienen exactamente esa doble
significación); por consiguiente, el nombre Yahanán [o, más bien,
Yehohanán] puede significar "misericordia de Dios" y también "alabanza
a Dios". Y es fácil advertir que el primero de estos dos sentidos parece
convenir muy particularmente a San Juan Bautista, y el segundo a San
Juan Evangelista; por lo demás, puede decirse que la misericordia es
evidentemente "descendente" y la alabanza, "ascendente", lo que nos
reconduce a su respectiva relación con las dos mitades del ciclo anual (5)

En relación con los dos San Juan y su simbolismo solsticial, es interesante


también considerar un símbolo (6) que parece peculiar de la Masonería
anglosajona, o que al menos no se ha conservado sino en ella: es un
círculo con un punto en el centro, comprendido entre dos tangentes
paralelas; y estas tangentes se dice que representan a los dos San Juan.
En efecto, el círculo es aquí la figura del ciclo anual, y su significación
solar se hace, por otra parte, más manifiesta por la presencia del punto
en el centro, pues la misma figura es a la vez el signo astrológico del sol;
y las dos rectas paralelas son las tangentes a ese círculo en los dos
puntos solsticiales, señalando así su carácter de "puntos límite", ya que
estos puntos son, en efecto, como los límites que el sol no puede jamás
sobrepasar en el curso de su marcha; y porque esas líneas corresponden
así a los dos solsticios puede decirse también que representan por eso
mismo a los dos San Juan. Hay empero, en esta figuración una anomalía
por lo menos aparente: el diámetro solsticial del cielo anual debe
considerarse, según lo hemos explicado en otras ocasiones, como
relativamente vertical con respecto al diámetro equinoccial, y sólo de
esta manera, además, las dos mitades del ciclo, que van de un solsticio
al otro, pueden aparecer real y respectivamente como ascendente y
descendiente, pues entonces los puntos solsticiales constituyen el punto
más alto y el punto más bajo del círculo; en tales condiciones, las
tangentes a los extremos del diámetro solsticial, al ser perpendiculares a
éste, serán necesariamente horizontales. Pero, en el símbolo que ahora
consideramos, las dos tangentes, al contrario, están figuradas como
verticales; hay, pues, en este caso especial, cierta modificación aportada
al simbolismo general del ciclo anual, la que por lo demás se explica de
modo bastante sencillo, pues es evidente que no ha podido producirse
sino por una asimilación establecida entre esas dos paralelas y las dos
columnas [masónicas]; éstas, que naturalmente no pueden ser sino
verticales, tienen por lo demás, en virtud de su situación respectiva al
norte y al mediodía, y al menos desde cierto punto de vista, una relación
efectiva con el simbolismo solsticial.

Este aspecto de las dos columnas se ve claramente sobre todo en el caso


del símbolo de las "columnas de Hércules" (7); el carácter de "héroe solar"
de Hércules y la correspondencia zodiacal de sus doce trabajos son cosas
demasiado conocidas para que sea necesario insistir en ellas; y es claro
que precisamente ese carácter solar justifica la significación solsticial de
las dos columnas a las cuales está vinculado su nombre. Siendo así, la
divisa "non plus ultra", referida a esas columnas, aparece como dotada de
doble significación: no solamente expresa, según la interpretación
habitual, propia del punto de vista terrestre y, por lo demás, válida en su
orden, que aquéllas señalan los límites del mundo "conocido", es decir, en
realidad, que son los límites que, por razones cuya investigación podría
resultar de interés, no era permitido sobrepasar a los viajeros; sino que
indica al mismo tiempo -y sin duda debería decirse ante todo- que, desde
el punto de vista celeste, son los límites que el sol no puede franquear y
entre los cuales, como entre las dos tangentes de que tratábamos líneas
antes, se cumple interiormente su curso anual (8). Estas últimas
consideraciones pueden parecer bastante alejadas de nuestro punto de
partida, pero, a decir verdad, no es así, pues contribuyen a la explicación
de un símbolo expresamente referido a los dos San Juan; y, por otra parte,
puede decirse que, en la forma cristiana de la tradición, todo lo que
concierne al simbolismo solsticial está también, por eso mismo, en
relación con ambos santos.

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5-La Gran Esfinge

La Gran Esfinge de Giza tiene cuerpo de león y cabeza de hombre, llevando


el tocado real nemes. Si bien el antiguo término griego esfinge significaba
estrangulador, se ha mencionado que el origen de la palabra sería la frase
egipcia shesep ankh (imágen viviente), que era un epíteto aplicado a las
esfinges.
El significado del simbolismo de la Esfinge es motivo de algunos debates,
mas todos coinciden en que es un símbolo solar. Los Egipcios no
reverenciaron al Sol visible como un dios. El Sol era el ojo de Ra; es decir
el órgano de percepción de la divinidad y la manifestación física de la
Causa Invisible. La Esfinge refleja en cierto sentido esa significación: el
cuerpo de león simbolizando el poder y la fuerza de lo espiritual en su
forma física; la cabeza de hombre simbolizando la inteligencia y la
conciencia, la participación con lo divino. Como síntesis
artística, la Esfinge es un trabajo de maestría consumada; tan perfecta
es la fusión entre el león y el hombre que parece orgánica.

La Esfinge está excavada de un único montículo de roca viva de 73 m de


largo y 20 m de altura. La cabeza, que tiene una textura diferente del
cuerpo y muestra una erosión mucho menos severa, es un afloramiento
natural de una piedra más dura.
Un relevamiento reciente ha evidenciado tres estratos separados de
roca. La formación extremadamente dura de la cabeza no ha sufrido daños
por la exposición natural. Los severos daños de la cara se deben a que la
Esfinge fué utilizada como blanco por la artillería mameluca en el siglo
XVIII. El grueso del cuerpo está formado por piedra caliza mucho más
blanda. Esta parte está conformada por capas alternadamente blandas y
duras, siendo esta la razón de su desgaste en forma corrugada, con
entradas de hasta 60 cm. La base es de una piedra caliza más dura.
Frente a la Esfinge podemos observar un templo en un estado ruinoso,
es el Templo de la Esfinge, que sería supuestamente de la IV dinastía,
hecho aparentemente de la misma piedra.
Fué probablemente dedicado al culto de las tres formas del Sol: Khepri
por la mañana, Ra al mediodía y Atum al atardecer. Durante el Reino
Nuevo, la Esfinge fué identificada con Horemakhet (Harmackis, Horus en
el horizonte), y un nuevo templo dedicado a él fué construído al norte del
viejo edificio. Curiosamente Herodoto, quién describió a las pirámides con
tanto detalle, no la menciona; aunque cabe acotar que si no se la mantiene
libre de arena, en apenas veinte años queda cubierto su cuerpo leonino,
dejando la cabeza a nivel de la arena.

En muchas ocasiones a lo largo de la historia fué cubierta por las arenas


y luego despejada, siendo la más conocida de dichas instancias la que se
halla registrada en la “Estela del Sueño”,
erigida justo frente a ella por Tutmosis IV (1401-1391 AC), describiendo
la promesa hecha a él en un sueño de que si despejaba la arena que la
cubría sería ungido rey.
En uno de los registros menos legibles de este texto, aparecía el nombre
de Kefrén (Khafre) en jeroglífico. Mas el texto asociado a él era ilegible,
habiendo desaparecido enteramente hoy día.
Posteriores excavaciones del Templo del Valle, al sur y contiguo al
templo de la Esfinge y a la misma Esfinge, mostraron una serie de estatuas
de Kefrén incluyendo una en la forma de esfinge. Esto llevó a los
estudiosos a atribuir la Esfinge y su templo a Kefrén, aún a costa de dejar
de lado evidencia con respecto a la mayor antigüedad de la Esfinge .
Sin embargo, una deducción mucho más dramática respecto a la edad de
la Esfinge ha sido formulada por Schwaller de Lubicz, basada en
consideraciones geológicas. Si dichas observaciones pueden ser
confirmadas, no solamente la edad de la Esfinge debería ser revisada sino
toda la historia entera de la evolución de la civilización.
Para comprenderlas se hace necesario efectuar una disgresión. Los
escritores griegos y romanos de la antigüedad, basando sus reseñas en
informaciones recibidas de primera o segunda mano de fuentes egipcias,
otorgaban una antigüedad mucho mayor a la civilización egipcia que la
establecida por los egiptólogos. Estas fuentes egipcias mencionaban
antigüedades del orden de los 24.000 a 36.000 años durante los cuales
Egipto fué gobernado por los dioses mismos y por los Shemsu Hor, los
compañeros o seguidores de Horus. Mas
ante la falta de concreta apoyatura y evidencias los académicos
terminaron por atribuir estas versiones a la fantasía y la leyenda.
Por lo menos uno de estos antiguos relatos puede ocultar un hecho cierto.
Herodoto relata que los sacerdotes le informaron que el sol se puso dos
veces donde actualmente se eleva, y que se elevó dos veces donde
actualmente se pone. Esta aseveración es generalmente descartada
como sin sentido. Sin embargo, como señala Schwaller de Lubicz ella
puede hacer referencia a los ciclos precesionales, por lo que los
sacerdotes egipcios referirían su historia a por lo menos un ciclo y medio,
unos 39.000 años. Esto se halla de acuerdo con antiguos relatos y tablas
cronológicas fragmentarias, sin que hubiera hasta ahora evidencia
científica que lo soporte.
Schwaller de Lubicz observó que la severa erosión del cuerpo de la
Esfinge no pude ser el resultado de la acción del viento y la arena, como
generalmente se menciona, sino debida al efecto del agua. Si ello fuera
posible deberíamos concluir que debió ser esculpida antes de que Egipto
fuera cubierto por las aguas, lo que supondría aceptar que, de acuerdo a
las teorías históricas aceptadas, es anterior a las civilizaciones
conocidas, y que pertenece a una época en
que el hombre se hallaba en el estadio rudimentario de vivir de la caza y
la pesca.

En 1989, el egiptólogo John A. West se contactó con el Dr. Robert M.


Schoch, un estratígrafo y paleontólogo de la Universidad de Boston, quien
quedó intrigado por estos argumentos y evidencias, no queriendo
arriesgar su opinión hasta no haber examinado el sitio personalmente.
Ambos viajaron para efectuar un relevamiento no oficial. Si bien no
pudieron conseguir permiso para entrar a la Esfinge para estudiar de
cerca los detalles del desgaste, éste es tan considerable y claramente
demarcado que Schoch se convenció que se debía a la acción del agua.
Luego de una recorrida por la planicie de Giza, Schoch coincidió con los
siguientes
argumentos:

1. Solamente la Esfinge, las paredes de la construcción que la circunda


y otras estructuras elacionadas a ella arquitecturalmente o
estilísticamente exhibían estas características marcas de desgaste por
agua. Todo aquello otro que data del Egipto dinástico ha sido desgastado
por el viento y la arena.
2.Las estructuras que muestran el típico desgaste por viento y arena,
que se hallan esparcidas por el área, fueron cortadas de las mismas capas
de roca que la Esfinge misma, y por lo tanto no pueden datar del mismo
período, como creen los egiptólogos.
3.La Esfinge y los templos del Valle han debido ser construídos en dos
etapas teniendo en cuenta los desgastados bloques de piedra caliza del
núcleo ubicados detrás de los de granito.

Si bien provisionalmente satisfecho con la teoría, Schoch no la podía


presentar al mundo geológico sin haber tenido acceso directo y
oficialmente permitido a la Esfinge. Habiendo obtenido finalmente el
permiso, el equipo de investigadores incluyó, aunque de manera no oficial,
a dos geólogos adicionales, un oceanógrafo y a Thomas L. Dobecki, un
geofísico
acreditado. Entonces, ya dentro de la cubierta de la Esfinge se hizo claro
que las causantes del
profundo desgaste fueron las fuertes lluvias y no las crecientes ni las
aguas surgentes, como en
principio se suponía. Esto también explica la presencia de los mismos
perfiles de desgaste en
lugares tales como el Templo Mortuorio situados unos 30 m. más arriba,
en un lugar donde
ninguna crecida, por extraordinaria que fuera, podría llegar.
Los sismógrafos de Dobiecki mostraron perfiles de desgaste debajo de la
superficie y más
impresionante aún, revelaron varias cavidades subterráneas en el área
inmediata a la Esfinge, en
particular un gran espacio rectangular de unos 12 por 15 metros, a unos
5m de profundidad,
entre las patas de la Esfinge. Esta cámara ha producido sorpresa en
determinados círculos. El
famoso psíquico norteamericano Edgar Cayce ha predicho estando en
trance, que entre
las patas de la Esfinge se encontraría la Sala de los Registros,
conteniendo la historia del
perdido continente de la Atlántida. Es innecesario remarcar que estas y
otras lecturas
inpiradas en trances han producido muy poca impresión en los círculos
de los egiptólogos
académicos. Mas los sismógrafos no operan en trance, y aquí han
mostrado una
evidencia que coincide con lo predicho por Cayce, al menos en parte.
¿Qué es lo que
contiene la cámara? Todavía no lo sabemos y el permiso para posteriores
estudios
todavía está en espera de ser concedido.
El hecho comprobado de que el desgaste se debe a la acción de fuertes
lluvias sólo puede
significar que la Esfinge es mucho más antigua de lo que se supone.
Extensos estudios paleontológicos coinciden en afirmar que Egipto se
convirtió en desierto
alrededor del 10.000 A.C. Antes del 15.000 A.C. esta región así como el
resto del norte de
Africa fueron una fértil sabana. Coincidiendo con la irrupción de la última
edad glacial, Egipto
experimentó un largo período de fuertes lluvias. Cuando lo peor de dicho
período tuvo fin
alrededor del 10.000 A.C., Egipto se convirtió en desierto, y siguió siendo
desierto desde
entonces, si bien gozó de ciertos períodos de lluvias en los cuales algunas
regiones que hoy son
un árido desierto todavía eran verdes. Entre el 10.000 y el 4000A.C. Egipto
fué aumentando
su aridez llegando al final de dicho período a ser lo que es actualmente.
En la zona de Giza la
precipitación anual es de alrededor de unos 25 mm. Bajo ninguna
circunstancia puede esto
producir el desgaste observado en la Esfinge. Tomando las estimaciones
más conservadoras
que permiten los datos combinados, Schoch estimó la talla de la Esfinge
como mínimo en el
5000 al 7000 A.C.
Las culturas neolíticas conocidas de dicha época no han mostrado
evidencias de disponer del
tipo de tecnologías necesarias para la realización de la Esfinge y de los
asombrosos templos
que están frente a ella.
La noción de una civilización Atlante es ignorada y ridiculizada por los
círculos académicos
modernos. Sin embargo, si bien este desprecio puede silenciar y suprimir
buena evidencia, nada
hace en cuanto a su negación. Hay una creciente evidencia proveniente
de distintos campos que
soporta la antigua y extendida creencia de que ha existido esta hoy
perdida alta civilización,
doquiera pudiera estar ubicada. Dicha evidencia es también congruente
con las antiguas
afirmaciones respecto a que dicha civilización desapareció rápidamente
bajo circunstancias
catastróficas.
Sucesivas investigaciones llevadas a cabo por Schoch y John A. West,
han dado nuevos
apoyos a la teoría desde varios otros puntos de vista.
En Saqqara, a unos 16 km al sur de Giza, se encuentran las tumbas de
barro de los primeros
reyes del Egipto dinástico, hallándose estas en condiciones reconocibles
y estables. Estas
fueron erigidas alrededor del 3000 AC, unos quinientos años antes de que
la Esfinge fuera
supuestamente construída por Kefrén. Si como afirman algunos
egiptólogos para preservar la
datación actual de la Esfinge, hubieran caído suficientes lluvias para
desgastarla a su actual
condición inmediatamente después de su construcción, deberíamos
concluir que las mismas
lluvias debieran haber caído en Saqqara dada su inmediata cercanía.
Dado que aún la piedra
caliza más blanda es mucho más resistente que el barro, sería lógico
concluir que dichas tumbas
de barro debieran haberse disuelto bajo dichas condiciones. Sin embargo
ellas están allí hoy día
sin mostrar prácticamente signos de haber sido afectadas por el agua.

También se hizo necesario investigar la atribución de la Esfinge a Kefrén


bajo una perspectiva
diferente. Siempre fué un artículo de fé para los egiptólogos que la
desgastada cara de la
Esfinge representaría al faraón Kefrén, si bien al ojo desnudo no se
encuentra semejanza entre
ambos. En un artículo del National Geographic de 1989, el arqueólogo
Mark Lehner describió
sus intentos de reconstruir la dañada cara de la Esfinge mediante
computadora. La cara reconstruída guardaba estrecha semejanza con la
cara de una estatua de Kefrén.
Mas para lograr su reconstrucción, Lehner alimentó a su computadora
con datos provenientes de una de las estatuas de Kefrén, la que en
consecuencia, reprodujo la cara del faraón. Esta fué entonces
superpuesta sobre la Esfinge “probando” de esta forma que la cara de la
Esfinge fué la de Kefrén. Usando el mismo método también habría sido
posible “probar” que la cara de la Esfinge sería la de Diego Maradona. Sin
embargo dicho trabajo tuvo una amplia aceptación y fué difundido por la
prensa.
Para hacer frente a estos resultados, West buscó ayuda de un experto en
reconstrucción y comparación de rostros, el detective Frank Domingo,
experto forense del Departamento de Policía de Nueva York. Domingo
viajó a Egipto, y utilizando las prácticas normalizadas de la policía,
reprodujo las caras de la Esfinge y de Kefrén y las comparó, llegando a la
conclusión de que ambas son totalmente diferentes y nunca pueden haber
representado a la misma
persona. Dado que las otras evidencias utilizadas para atribuir la Esfinge
a Kefrén son
circunstanciales, quedó en claro que dicha atribución solamente puede
persistir como artículo
de fé y no puede ser considerada evidencia científica.
La controversia respecto de la Esfinge ha dado lugar a numerosos
artículos, en especial en la
revista norteamericana KMT dedicada especialmente al Antiguo Egipto.
En el número de
verano del '94 se publica un artículo del Dr . James Harrell, profesor y uno
de los jefes del
Departamento de Geología de la Universidad de Toledo, Ohio,
cuestionando las afirmaciones
de West. En el mismo número se publica la réplica de West donde rebate
punto por punto los
cuestionamientos de Harrell.

Recientemente, en un papiro hasta ahora desconocido, el arqueólogo


Zahi Hawass, jefe de
excavaciones en el Valle de los Reyes, descubrió un plano que muestra
la existencia de un tunel
que recorre el flanco interior izquierdo de la Esfinge. Estudios con sondas
de resonancia
magnética confirmaron que el tunel existía. Según sus afirmaciones,
posiblemente el túnel nunca
haya sido violado, ya que su entrada se encontraría intacta.

Según una versión que menciona P. Christian en su “Traité des Mystéres”,


la Esfinge servía de
entrada a las sagradas cámaras subterráneas en las cuales se llevaban
a cabo las pruebas de
iniciación. Esta entrada que hoy estaría obstruída por arena y escombros,
habría estado
cerrada por una puerta de bronce cuya apertura sólo podía ser operada
por los magos. En el
vientre de la Esfinge existirían galerías que llevan a las partes
subterráneas de la Gran Pirámide.
Estas galerías tendrían un trazado tan intrincado que al tratar de
recorrerlas sin la debida guía
inevitablemente hacían retornar al punto de partida.
La Esfinge está estrechamente ligada a la leyenda de Edipo, quién
resolvió el enigma propuesto
por la misteriosa criatura compuesta por el cuerpo de un león alado y la
cabeza de una mujer,
que aparecía en las encrucijadas del camino a Tebas (en Grecia). A cada
viajero que pasaba le
formulaba la pregunta: “Cuál es el animal que en la mañana camina en
cuatro pies, al mediodía
en dos y al atardecer en tres pies ?” Aquellos que no podían responder
eran devorados por la
Esfinge. Edipo contestó que era el hombre mismo quién en la infancia
gateaba apoyado en sus
manos y pies, en su juventud caminaba erguido en sus dos pies y que en
su vejez lo hacía
ayudado por un bastón. Al escuchar la solución al enigma se dice que la
Esfinge se precipitó
desde lo alto de una roca para así perecer.
Habría otra interpretación para dicho enigma, emparentada con una
consideración pitagórica
de los números. El 4, el 2 y el 3 suman 9 que es el número atribuído al
hombre y también a los
ciclos de tiempo. El 4 representa el hombre ignorante, el 2 el hombre
intelectual y el 3 el
hombre espiritual. La humanidad infantil camina en cuatro patas, la
humanidad evolucionante en dos, y al poder de su propia mente agrega el
iluminado el bastón de su sabiduría. La Esfinge es por lo tanto el misterio
de la Naturaleza, la personificación de la Doctrina Secreta. Pasar la
Esfinge es alcanzar la inmortalidad.

MARCOS LEWIN

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6-Isis y Osiris (Los Misterios de la iniciación)

La Divinidad desea el descubrimiento de la Verdad


Plutarco

............

En lo concerniente al nombre de Osiris, se origina en la asociación de dos


palabras: «ósios», santo y «hierós», sagrado. En efecto, existe una
relación directa entre las cosas que se hallan en el cielo y las que se
encuentran en el Hadés, y los antiguos acostumbraban a llamar santas a
las primeras y sagradas a las segundas. Ahora bien, el dios que nos revela
las cosas celestes, que es la razón de aquellas que se dirigen hacia las
regiones superiores, es Anubis. Algunas veces se le llama también
Hermanubis. El primero de estos nombres aplicado a este dios expresa
las relaciones con el mundo superior; el segundo, sus relaciones con el
mundo inferior. Por eso, los egipcios le sacrifican un gallo blanco unas
veces, otras amarillo, por que creen que las cosas celestes son puras y
luminosas y las de este mundo mezcladas y abigarradas.

No hay que extrañarse ante estos nombres formados a la manera de los


griegos. Hay muchos miles de ellos que salieron de Grecia con los
emigrantes que, al propagarse en el extranjero, han tomado carta de
naturaleza y se conservan hasta nuestros días. Algunos de ellos han sido
adoptados nuevamente por los poetas, pero aquellos que designan dichos
vocablos con el nombre de glosas o locuciones extranjeras les acusan de
haber introducido barbarismos. Según se dice, en las obras tituladas
Libros de Hermes, al tratar de los nombres sagrados se afirma que el
poder que regula la circunvolución del Sol es llamado Horus por los
egipcios, y designado por los griegos con el nombre de Apolo; que el que
preside la actividad del aire es Osiris para unos y Serapis para los otros,
mientras un tercer grupo le denomina Sothis, vocablo egipcio. Pero esta
última palabra significa embarazo o estar embarazada, siendo su
equivalente griego «Kúesis», embarazo, y la lengua griega, apartando de
dicha palabra su aceptación habitual, ha dado el nombre de «Kúon»,
perro, a la estrella principal de la constelación que los egipcios
consideran especialmente consagrada a Isis. Pero, en materia de
nombres, no hay que empeñarse en hacer prevalecer una opinión. Sin
embargo, por mi parte concedería a la lengua egipcia el nombre de Sarapis
antes que le de Osiris. El primero de ellos es extranjero y el segundo
griego; pero creo que tanto el uno como el otro designan la misma
potencia o poder.

Por otra parte, los nombres egipcios parecen confirmar la doctrina que
exponen los nombre griegos, puesto que con frecuencia se llama a Isis
«Athéna» significando este vocablo en egipcio «me he originado en mí
misma», e indica que dicha Diosa obtiene su impulso en sí misma. Ya
hemos manifestado que Tifón recibe los nombres de Set, Bebón, Smu,
palabras que significan: impedimento violento, obstáculo, oposición.
También llaman a la piedra imán hueso de Horus, mientras el hierro recibe
el nombre de Hueso de Tifón, como afirma Manethon. Ahora bien, como el
hierro es unas veces atraído y arrastrado por el imán y rechazado,
repudiado otras en dirección opuesta, el movimiento del mundo,
movimiento bienhechor, saludable, conducido y ordenado por la razón, se
vuelve hacia Tifón, le atrae y le suaviza, aquietándole, haciendo más dócil
su inflexible y violenta rudeza; luego, irguiéndose de nuevo, Tifón se
repliega sobre sí volviendo a caer sin interrupción en la disolución.

Nos dice Eudoxio, a propósito de Zeus, que los mitólogos egipcios cuentan
que este dios nació con las piernas adheridas una a la otra, que no podía
andar, y que, avergonzado, vivía en solitario. Pero Isis hendió y separó
entre sí partes de su cuerpo, facultándole para que pudiera andar ágil y
regularmente. Este mito nos da a entender también que la inteligencia y
la razón de este dios reposaban primitivamente en sí mismas en lo
invisible e impenetrable, manifestándose después en la generación por
medio del movimiento.

1. Plutarco interpreta a la manera griega el nombre de Anoubis o Anubis,


en el cual halla la palabra «áno» que significa alto. Hermananoubis o
Hermes-Anubis se confunde aquí con Hermes psicopompo o conductor de
las almas, de los griegos. Anubis, el dios de los horizontes, es quien abre
a los difuntos el camino del otro mundo, y el que, como Hermes, guía y
conduce a las almas hasta el más allá. Como conoce lo alto y lo bajo, es
el «dueño de los secretos». Cf. E. Lefébure, «El Vaso adivinatorio», en
Sphinx, VI, págs. 62-65.
2. Herodoto sostiene opinión completamente opuesta a Plutarco en
cuanto a los nombres de los dioses. «Casi todos los nombres de los
dioses», dice, II, 50 «se introdujeron en Grecia tomándolos de los
egipcios. Mis investigaciones me prueban que los debemos a los países
bárbaros y creo provienen de Egipto más que de otro país.»

3. Los libros de Hermes, o Libros herméticos, consistían en una larga serie


de obras (según Jámblico unas veinte mil) sobre las artes, astrología,
religión, medicina, moral, etcétera. Ningún autor anterior a la era cristiana
menciona estas obras. No obstante, se las considera como las últimas
producciones de la filosofía griega, admitiéndose correctamente que
entre las ideas alejandrinas que forman su fondo, existen rasgos reales
de los dogmas religiosos del antiguo Egipto. Cf. L. Ménard, Hermes
Trismegisto. Introducción. Champolion-Figeac, en Egipto antiguo, pág.
169, llega aún más lejos y no treme afirmar que estas obras contienen
«una masa de tradiciones puramente egipcias, y constantemente de
acuerdo con los monumentos más auténticos de Egipto». Nos quedan
algunos fragmentos importantes que fueron traducidos por vez primera al
francés por Francisco de Foie, 1574, y más recientemente por Luis
Ménard, 1887. Cf. Reitzenstein, Poimandrés, 1904. Para nosotros, los
libros de Hermes figuran entre los más preciados documentos de que
disponemos en cuanto a la teología y mística greco-egipcia. Para la
literatura filosófico-religiosa son de lo más interesante que existe, porque
constituyen una etapa de desarrollo del espíritu griego que aparte de las
religiones de misterios para llegar hasta la vasta síntesis del
Neoplatonismo, debido a la parte aportada por Egipto.

4. La aparición de Sothis o de la estrella de Isis coincidía exactamente


con las primeras crecidas del Nilo. Esta estrella era para los egipcios,
según Porfirio, De Ant. Nymp, 24, principio de la generación en el mundo.
En efecto, marcaba o indicaba el momento en que Isis (Egipto) es
fecundada por Osiris (el Nilo).
5. El nombre de Atenía es el que los griegos daban a Neit de Sais, Según
Mallet, El Culto de Neit en Sais, págs. 188-197, el nombre de Neit quiere
decir lo que existe; lo que es por sí, es decir, lo eterno. Para Procio, In
Plat. Tim., 30, Neit o Atenía es la potencia que lo pone todo en movimiento.

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7-TAROT Y PSICOANALISIS

Por ARGOS
http://www.urania.com.ar

Vamos a tratar de comprender, en esta oportunidad, un tema muy


interesante pero nada simple, y acerca del cual muchas personas sienten
verdadera curiosidad. Se trata del Tarot, una vulgarización del libro de
Toth.

A esta altura de las investigaciones sobre el tema, constatamos que


no se han agotado las definiciones que tratan de demostrar la validez de
este tipo de técnicas como forma de comprender la realidad que nos
rodea. Lo correcto sería realizar un análisis exhaustivo los fenómenos que
no tienen explicación en un primer momento,
pero que presentan posibilidades de ser originados en ciertas facultades
humanas, hasta el momento desconocidas o poco comprendidas.

Tarot, compendio de sabiduría, libro más antiguo del mundo, técnica


con naipes, aplicada a pueblos, sociedades, grupos en general y a
individuos en particular, ofrece un alto porcentaje de aseveración.

En apariencia las cartas del Tarot son sólo un mazo de naipes pero
realmente se trata de un documento, tal vez él mas antiguo, proveniente
de una de las sociedades más importantes de nuestro pasado.
El libro de Thot es una respuesta a la mayor de las necesidades que
mostró el ser humano a través de todos los tiempos: la necesidad de
conocer el futuro.

Thot, Dios de la sabiduría y autoridad sobre los otros dioses,


registrador y juez, su nombre es el primero que aparece en los
monumentos. El que rige la fantasía según las antiguas civilizaciones.

El conocimiento no fue revelado, y solo fue mantenido en secreto por


los sacerdotes del Antiguo Egipto, para luego transmitirlo, solo, a los
iniciados. Llegó hasta nosotros a través de los años y disfrazado en los
naipes utilizados para el juego. Como factores esenciales para manejar el
Tarot podemos hablar de un esfuerzo constante de superación,
concentración, buena memoria, intuición, elevado
criterio y máxima discreción; y será muy importante el no confundir
intuición con fantasía.

La intuición es iluminación, inspiración en la captación de respuestas


determinadas, ver con anticipación circunstancias especiales; la
fantasía, en cambio, son las veleidades, juegos y elementos humanos
psíquicos con carga falsa, o que emergen con cierto capricho y se originan
en imágenes anteriores.

La intuición no es deseo. La fantasía es una creación nuestra. Para el


ejercicio del Tarot, serán necesarias las mejores condiciones psíquicas,
unidas a la técnica y a una práctica constante.

NUESTRA PREPARACION

El descanso tendrá que ser suficiente y natural para que los elementos
magnéticos se vean así favorecidos en sus dos elementos dinámicos
esenciales: dinámica mental (interno) y potencia magnética (externo)
para que puedan exteriorizarse todos los recursos naturales que poseen
los seres humanos.

Los motivos que nos impulsan al carteo tendrán que ser siempre
nobles y positivos, con un gran deseo de ayudar al otro. Así, la
conversación estará exenta de resentimientos, el tono deberá ser amable,
pero firme y seguro, con estímulo y aliento, sin deprimir nunca al ser que
tenemos delante.

La utilización de los Arcanos Mayores proviene de su utilización por


los iniciados como secretos mayores del ocultismo. Los Arcanos Menores
eran populares y mucho mas usados aún, por los no iniciados.

Ya en 1934 Rhine habló de percepciones extrasensoriales, Hans


Bender había hecho grandes aportes antes, y el Dr. Thomas, en 1927,
había impulsado varias teorías al respecto.

Bien sabemos que la hiperestesia es la exaltación de la sensación,


cuando pensamos emitimos ondas, pensamos con todo el cuerpo y con
cada una de nuestras partes. El inconsciente capta todos los estímulos.
Si de hiperestesia indirecta hablamos, podemos recurrir a lo que afirma el
padre Oscar González Quevedo: "... todo lo saben todas las personas que
están presentes, nuestro inconsciente lo sabe también, aún sin contacto
físico..."

El transmisor transmite al receptor, el receptor verbaliza la


transmisión al transmisor, estableciéndose una comunicación a nivel
inconsciente, cosa que sucede con el Tarot, como si se tratase de una
especie de puente psíquico.

El inconsciente tiene todas las guías posibles y es más inteligente que


el conciente.

Durante la lectura del Tarot se manifiesta la "hiperestesia" y también


la "quinesia", manifestaciones que son estudiadas por la parapsicología
en forma estrictamente científica.

El inconsciente dirige el carteo y al usar técnicas podemos descifrar,


con una dosis elevada de objetividad y por intermedio de símbolos, lo que
ocurre con la persona en sus fueros mas íntimos, por eso es muy bueno y
positivo el método de no conocer a nivel conciente la pregunta del que
consulta. Es esta una manera correcta de no influenciar y dejar la
respuesta librada a la conexión de los
inconscientes de ambas personas: el consultante y el consultado.

¿QUE ES EL TAROT?
Es por eso que las cartas del Tarot, como medio perceptivo, deben ser
protegidas de vibraciones discordantes o negativas, lo que podríamos
comparar, simbólicamente, con una buena asepsia: El Tarot sería el
bisturí del inconsciente, de allí que las personas que lo utilicen deben
tener una preparación apropiada; se puede hacer mucho bien como
también mucho mal, utilizando técnicas taroquísticas sin tener
fundamentos. Todo depende del conocimiento de otras disciplinas, ya que
lo más importante, aquí, es el mensaje: el consultante debe llevarse algo
muy positivo como experiencia. El Tarot es una forma de inducción, de
profundizar en el inconsciente de las personas, es una forma de cultura,
una orientación hacia mundos
maduros, hacia el razonamiento, es una técnica que puede ser usada para
la reflexión, es una técnica que nos da pautas de causas, no solo efectos,
y eso se logra con una respuesta elevada, psicológicamente seria y
responsable; para todo esto, el carteo deberá estar acompañado de
conocimientos psicológicos sumamente profundos.

Con esto llegamos otra vez a ese punto que tanta insistencia merece:
una disciplina, una técnica, un conocimiento que debe marchar al unísono
en la investigación con otras ciencias.

En el Tarot encontramos una situación arquetípica por sus símbolos,


que son actos o procesos de representación, signos o señales que obran
como sustitutos, por intermedio de imágenes simbólicas, lo más antiguo
se nos ofrece para darnos
una imagen del presente o del futuro inmediato; las más antiguas
imágenes de la humanidad conservadas en nuestro inconsciente
colectivo nos dan una ayuda por medio de la verbalización del Tarot como
manifestación hiperestésica y kinética, a las que agregamos simbología
psicoanalítica para su interpretación.

El macrocosmos externo lo vemos en la Astrología, el microcosmos


interno, lo vemos reflejado en nuestro inconsciente colectivo como
símbolo, el estrato más hondo de nuestro mundo interior.

La niñez, la fecundidad de la mujer, los amantes, el padre, la madre, la


fuerza, el amor..., experiencias del hombre que con su eterno ritmo
disfruta la claridad del día y la oscuridad de la noche. La imagen tiene
gran contenido interno, el lenguaje de los arquetipos es el lenguaje de la
humanidad.
LOS RESULTADOS

Mas allá de todo lo mencionado, también podemos agregar que para


realizar una consulta correcta es necesario poseer lo siguiente:

1) - Una regresión psicológica hacia períodos fetales donde las


facultades parapsicológicas se ven exacerbadas.

2) - Las cartas del Tarot actúan como las imágenes del sueño:
tendencias elaboradas de búsqueda, (imágenes, arquetipos, etc.)

3) - Interpretación: con un buen nivel analítico (sin superchería) a guisa


de investigación, seguro será una técnica más al servicio positivo de los
seres humanos para conocer el inconsciente por medio de asociaciones,
imágenes arquetípicas o pautas.

La lejanía espacial también está prevista por el lugar que ocupa la


carta por medio de la kinesia aplicada y alude a una lejanía en el tiempo.
Lo que también puede completarse con un trabajo parapsicológico con los
números que suelen tener arriba las cartas Tarot.

En cuanto a la programación psíquica puede ser otro recurso que


ayude a la proyección de valores positivos y que con eso lleve al éxito a
la persona consultante.

Se ha podido comprobar que a través de una experiencia taroquística


suelen aparecer recuerdos encubridores (conflictos, represión y
sustitución transaccional) que a la vez tapaban otros procesos de mayor
importancia. También establecen períodos de fijaciones, etapas
conflictivas o épocas de eventos negativos.

Es bueno agregar que se puede hacer mucho, a través del Tarot, en


favor del psicoanálisis, de la terapia de la salud psíquica en general en
todos sus sentidos, lo único que tenemos que lograr es luchar todos juntos
por un bienestar biológico, psicológico y social, como lo hacemos
tratando de incrementar conocimientos cada día, al tratar de elevar el
nivel de nuestro saber.

Es este un campo que solo ha sido propicio a la charlatanería, el que


solo ha sido posesión de ciertas pitonisas o dioses modernos, pero que
puede ser investigado a un nivel muy superior con resultados
sorprendentes.

El Tarot como el psicoanálisis también tiene límites, y como éste,


colabora y ayuda más eficazmente a personalidades más evolucionadas,
recordemos que Freud se sentía casi impotente con personas de mas de
cincuenta años, al contrario de Jung que se especializaba en el
tratamiento de enfermos que pasaban los cincuenta.

Freud estimaba que "el hecho de practicar un tratamiento a bajo


precio no contribuye en modo alguno a ganar el aprecio del enfermo". Los
tratamientos gratuitos aumentan las resistencias y no conducen a
objetivos reales. Lo mismo ocurre con el Tarot. El consultante no se hace
ningún favor con evitar el arancel, y el técnico menos.

Freud afirmaba que el trabajar duramente es una defensa contra la


neurosis, y comprobó que después de la guerra habían disminuído los
neuróticos.

El oro del psicoanálisis podría ser mezclado con el plomo de otras


técnicas pero de todos modos habrá beneficios para la situación mental.

Leyendo "La Vida Trágica de Sigmund Freud" de Raymond de Becker,


encontramos que "el psicoanálisis es una terapéutica que no puede
aplicarse más que a un número definido y limitado de casos. Lo mismo
ocurre con el Tarot. Hay que alegrarse de que semejante terapéutica
pueda añadirse a otras y que logre contribuir, en la parte que le toca, a
aliviar la miseria humana. Pero puede ser universal o pretenderlo, sino
está limitada por la naturaleza de los métodos y de los resultados que le
hayan dado origen".

No hay libro, novela, ciencia-ficción, argumento de cine o de teatro,


psicología, filosofía, metafísica y teoría científica en la que la
personalidad del autor esté excluída, por eso todo es relativo y nada
absoluto..., todo lo que hacemos es proyección inconsciente, y conciente
lo que conforma nuestra creatividad en relación con un todo.

Freud vivió fascinado por los fenómenos parapsicológicos, la


influencia de Flieses con respecto a la numerología fue grande. Explicó
los malos presagios, diciendo que no se puede estar seguro del éxito
completo y total de algo que se emprende mas que cuando todas nuestras
fuerzas están dispuestas a eso, hay que obedecer a las potencias rebeldes
hasta que sean incorporadas a la conciencia,
"reducidas por el análisis".

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8-DIONISOS Y PERSÉFONA

(Misterio órfico)

En el origen sublime de las cosas, en el fondo inaccesible de los tiempos,


el Espíritu viviente, o sea el Hombre perfecto, hijo de la Luz increada y del
inefable Demiurgos, se movía feliz y libremente en el seno de su Padre y
de su Madre, con su hermana Perséfona, el Alma inteligente y dócil. Su
felicidad era ilimitada, y su deseo no tenía valladar alguno. Podían
fundirse a voluntad el uno en la otra para ser la Vida una y completa o
desdoblarse para verse en su divinidad gemela y en su belleza radiante.
Podían suspender el Tiempo y precipitarlo; detenerse en el espacio o
precipitarse en abismos vertiginosos; hacer el Día y escuchar el concierto
grandioso de los mundos en potencialidad, o formar la Noche y no ser más
que el Pensamiento y el Amor. Para los dos eran el Verbo viviente, pues
cuando invocaban al Padre y a la Madre, el Arquetipo se les aparecía bajo
la forma de un sol etéreo que les englobaba en círculos irradiados de sí.
Entonces, en un vuelo atrevido y con gesto fulgurante invocaban ellos a
las formas encantadoras y terribles de toda cosa para que surgieran de
sus profundidades incandescentes. Mundos, almas, animales, subían del
abismo, en visiones rápidas. Al escuchar su voz, surgían de la nada; al son
de su voz, volvían a ella; y en todos estos seres reconocían ambos a los
fragmentos dispersos de sí mismos. ¡Juego maravilloso que les
proporcionaba todos los encantos y escalofríos inherentes a una alegría
soberana y creadora! Mas Perséfona se cansó de él después de haberlo
repetido muchas veces. Y en ella nació el deseo de dar realidad,
consistencia y vida independiente a todos estos seres. “Considera, le dijo
Dionisos, que esto no lo puedes hacer sino dándoles una parte de ti misma
y enajenando tu divinidad. Entonces estaremos separados para siempre,
y tú te sumirás en un abismo de sufrimiento y horror, y perderás hasta el
recuerdo de nuestro cielo”. Pero una gran curiosidad, un deseo profundo
y turbador oprimía al corazón de Perséfona, porque creía que,
multiplicarse era engrandecerse, y que entrar en la materia, era revivir.
Ella tenía sed de vagar y sufrir para conocerse y conocer la inmensidad.
El Abismo la atrajo. Y ¡cosa rara!, su deseo había ya tomado cuerpo, forma
en la forma de un astro opaco y negro, sin luz propia. Y Perséfona se dejó
deslizar al abismo ... y el alma humana encarnó en la tierra. Dionisos sintió
el dolor más intenso que pueda desgarrar el corazón de un Dios al verla
desaparecer. Ella repercutió en los seis puntos de la esfera del mundo por
fuegos lívidos. Torbellinos de humo y serpientes de fuego se formaron en
el espacio. ¿Debía retirarse a una orgullosa soledad, pedir al Arquetipo
otra Hermana y dejar que la insensata se perdiese? Un instante lo pensó;
mas su amor por Perséfona era demasiado grande, y salvarla era su único
deseo, por lo que decidió seguir a su Hermana al Abismo. Pero apenas
había llegado a la Tierra cuando los Titanes le sorprendieron; le
derribaron; despedazaron su cuerpo divino, y lanzaron sus miembros
sueltos a una caldera. El corazón y la cabeza de Dionisos, o sea, el Amor
y la Conciencia del Dios, esencias indivisibles e inalterables, se
remontaron al seno del Arquetipo. Pero de la humareda de su cuerpo se
formó la divina apariencia y la belleza del mundo material. Con su
sacrificio embelleció Dionisos la morada de Perséfona, y para ella hizo el
aliento divino. Y esta fue su primera manifestación, la de Dionisos Zagreus
o del dios dividido por los elementos.

Y, Perséfona, el Alma humana convertida en mujer y encarnada en


cuerpos mortales, vagaba bajo mil formas por la tierra maldita. La
Luminosa se había transformado en la Sombría; la Despierta, en la
Durmiente; la Dorada de Vida, en Asesina y asesinada. Los Titanes y los
monstruos la espiaban para devorarla.

Llevaba una vida miserable en el fondo de los bosques y de las cavernas;


había perdido todo recuerdo del pasado, y era profundamente
desgraciada. Vendida, esclava y torturada, soñaba en todas las máculas
y en todas las violaciones gimiendo en su terrible morada.
A veces, creía reconocer las voces y los resplandores lejanos de perdida
y olvidada patria en el gorjeo de los pájaros, en el murmullo del Océano y
en las sonrisas de los Astros. ¡No sabía que las voces y resplandores eran
signos lejanos de su Padre, dispersos en los elementos y destrozado por
ella!

Los dioses, potencias del Arquetipo, no se le aparecían más que


vagamente en forma de monstruos horribles que la oprimían desde el cielo
y la lanzaban al fondo de su antro.

Una mañana, en que después de haberse bañado en el manantial que


brotaba de las profundidades de la obscura gruta, se hallaba sola, desnuda
y bravía, destrenzándose los brillantes cabellos, a los que retorcía como
si quisiera que manasen de ellos todas las lágrimas de su desesperación
y todos los dolores de su agonía, observó que el sol saliente proyectaba
su sombra en el fondo de la caverna, lo que le llenó de tal espanto que
exclamó: “Soy tan negra como mi sombra ... ¿Por qué no podría entrar yo
como ella en las tinieblas de la roca?”

Después, arrodillándose al borde de la fuente, sondeó con la mirada su


límpida profundidad. ¡Cuál no sería su asombro al ver allí su propio rostro,
enmarcado por los negros cabellos sueltos, con sus grandes ojos ojerosos
en que el Dolor y el Deseo ardían como dos antorchas!

Entonces ... le vino un obscuro y punzante recuerdo del cielo abandonado.


Y, sin saber por qué, sin creer ni esperar nada exclamó en la inmensidad
de su dolor: “Auxíliame, divino Hermano mío!”

Este grito ascendió por los espacios, atravesó los cielos y resonó en el
fondo del Arquetipo, en donde velaba con un esplendor triste y solitario la
más pura esencia de Dionisos, quien se estremeció de inmensa alegría y
amor desconocido.

Y, al escuchar este grito, surgió del dios mismo algo así como una
fulguración de seres más bellos, que llevaban tirso, liras y palmas. Y, para
que su Hermana volviera a salir del abismo de las tinieblas y de los
dolores, resolvió encarnarse de nuevo, no ya en los elementos, sino en los
sabios y en los aedas, en los héroes y en los semidioses, que
manifestarían su poder de luchar por Perséfona.

Únicamente ellos podrían atraer a la divina Extraviada a su patria perdida,


pues en ellos reconocería los reflejos del rostro y el eco de la voz de su
Hermano. Y así fue la segunda manifestación del Dios en forma de
Dionisos-Eleutheros, de Soberano Libertador.

¡En cuán formidable fuego arden desde entonces Dionisos y Perséfona


separados eternamente, aunque ya se empiezan a entrever a través de los
innumerables velos tendidos entre sí! Los mundos lo dicen, los poetas lo
cantan, los hombres lo lloran.

Los discípulos de Orfeo decían que así es como Dionisos vuelve a


descender hacia su Hermana, y así es como Perséfona se remonta de
esfera en esfera hacia él. Cuando todas las almas se hayan vuelto a
encontrar en ellos, el Hermano se habrá convertido en el Esposo, y la
Hermana, en la Esposa. Y, sumergidos en un amor más poderoso y
profundo, serán nuevamente el Verbo viviente. De este modo se volverán
a ver, y esta será su teofonía, su matrimonio sagrado, su hieros gamos.

Tal es la santa verdad que enseñaban los órficos ocultándolas tras el velo
transparente de la poesía; verdad que brilla como un sol intermitente tras
la mitología alegre en que ríe la joven Helenia. Esta verdad se trunca y se
representa en ella de diversas maneras como la luz en un prisma de mil
facetas.

Era, como se ve, un panorama sintético del universo, un ensayo para


explicar el origen y el fin de la vida por la misma historia del alma, unas
veces oprimida por el yugo de la materia, otras libertada por el espíritu.
Era una traducción vibrante y apasionada de la doctrina egipcia de Osiris
y de Isis; traducción que, sin embargo, era demasiado elevada para que el
pueblo la pudiera comprender, por lo que fue siempre privilegio de escaso
número de iniciados.

Los dioses locales, los cultos populares, las epopeyas y las filosofías no
podían ser más que materializaciones groseras, abstracciones
imperfectas o fragmentos mutilados de ella, como los miembros del
Dionisos despedazado por los Titanes.

Mas el objeto fundamental de los misterios consistió siempre en revelar


la doctrina completa a la triple percepción de los sentidos, del alma y del
espíritu; en hacer que brillase lo Invisible tras de lo Visible; y la verdad,
tras del símbolo; en una palabra, reunir los fragmentos dispersos de la
vida para hacer una vida total, completa.

Los de Eleusis enseñaban desde sus comienzos la reascensión del Alma


(Perséfona) hasta su punto de origen, o sea la luz celeste (Deméter). Pues
Deméter, concebida como la Tierra-Madre y como diosa de la agricultura,
y Perséfona, imaginada como diosa de la Primavera, no eran más que
formas externas y populares del culto.

En los primeros siglos de la civilización griega hubo, sin duda, una


representación y quizá un drama sagrado rudimentario que representaba
el rapto de Perséfona y su vuelta a su madre. Pero, con la introducción de
Dionisos y de la doctrina órfica en Eleusis, lo cual aconteció poco antes
de las guerras médicas, quizá bajo el influjo de Pitágoras y de la tragedia
naciente, es con lo que empezó la preponderancia del drama sagrado, que
adquirió entonces significación, magia y poder, como lo atestigua la
antigüedad.

Dionisos aportaba el principio masculino de la iniciación doria, es decir,


el mundo visto desde arriba, por el lado del Espíritu puro, como Deméter-
Isis había aportado el Principio Femenino de la iniciación jónica, es decir,
el mundo visto desde abajo por el lado de la Naturaleza. De esta manera
restableció él la síntesis.

El nombre de los Eumólpidas, cuya familia se conservara durante más de


mil años la dirección de los misterios de Eleusis, procede de Eumolpea,
que significa: la melopea feliz o la melopea sanadora. Los Eumólpidas
pasaban por médicos de la tristeza y magos del alma, de quienes decían
los iniciados, con su idioma simbólico, que eran sacerdotes procedentes
de la Luna, de la esfera en que se encuentra el puente lanzado entre el
alma y el cielo, de donde descienden las almas y por donde también
ascienden.

Allí es donde los Daimones las unen a los cuerpos materiales; pero allí es,
también, donde se libertan de ellos para ascender a esferas superiores.
Los Eumólpidas están colocados, en cierta manera, sobre este límite de
la tierra y el cielo, como mediadores e iniciadores naturales, debido a sus
funciones en los misterios. Y, como indica su nombre, son al mismo
tiempo hábiles cantores que cantan desde el fondo de este abismo de
miserias las delicias de la celeste morada y los medios para volver a
encontrar el camino que a ella conduce.

Los Pequeños Misterios, que tenían lugar en primavera, y los Grandes


Misterios, que eran más solemnes e importantes y que se celebraban en
Otoño, no consistían únicamente en representaciones dramáticas. Es
cierto que el drama sagrado constituía la parte central y capital; pero
había además, oraciones, ceremonias y enseñanzas. Al mismo tiempo era
un culto religioso, una revelación filosófica y una especie de viaje al otro
mundo, es decir, una iniciación por medio de la visión, la palabra y el
esfuerzo de la voluntad.

Los espectadores eran allí actores. Como fragmentos humanos del drama
divino, entraban en él gradualmente y acababan por tomar parte en la
representación ... Los espectadores neófitos entraban allí con su
personalidad real de ciudadanos de Atenas, que volvían a tomar al salir;
pero eran llamados a conquistar en el drama sagrado otra personalidad
más íntima y elevada: la que había tomado parte en la vida universal y
divina, recuerdo y presentimiento de una existencia anterior y futura.

Extracto del Capítulo: “La Grecia heroica y sagrada”

(Santuarios de Oriente - Edouard Schuré – Biblioteca Orientalista – 1931)

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9-SIMBOLISMO DEL DRAGON Y LA ALQUIMIA :

EL DRAGON VERDE (SIMBOLISMO GNOSTICO)

El Dragón Verde es nuestro Ángel Interno, es el Íntimo de cada cual.

El Dragón Verde es el bálsamo natural de todos los planetas celestes y


tiene el poder de sanar todas las enfermedades. Cuando estamos
trabajando con la tintura del Dragón Verde en la Retorta (órgano sexual)
nos asaltan los tenebrosos del abismo y por eso vemos salir la de la
Retorta la negrura.

Hay que rectificar intensamente nuestra tintura, para obtener al Dragón


Verde el Intimo. Esta tintura es Negra al principio, luego se pone Blanca,
después Amarilla y por último se torna de color Rojo y es cuando adviene
El Dragón Verde, El Intimo.
En el triángulo del árbol de la cábala las dos almas del Intimo, la humana
y la divina, representadas en el símbolo de la Iglesia Gnóstica por los dos
Dragones Verdes entrelazados formando el Santo Ocho trazado
horizontalmente con su cuerpo, cuello y cabeza.

Sus dos colas, dando forma a las alas y sus patas sobre la Piedra Amarilla
Cúbica, indican que el Intimo o Atman, el Tigre se posa sobre la Mente
Cristificada "Que da la Inteligencia Iluminada".

Los dos Dragones Verdes Integrados cambian de postura en un solo


Dragón Superior, forman a Atman, y sobre el Intimo, el Bonete o Corona
Triple, o la Tríada Divina.

También los dos Dragones Integrados, indican al Elohim Interior "Padre -


Madre"; sobre ellos la Corona Triple Sefirótica, representando los 3
Ain Auto-realizados.

El Sol y la Luna a la derecha e izquierda flotando a la altura de las alas


nos indican del Gabriel y del Michael interior como se nos especifica en
PISTIS SOPHIA.

Las dos columnas Blanca (Jackin) - Negra (Boaz) del Templo de la Iglesia
Gnóstica, labradas en mármol purísimo.

La Estrella de Siete Puntas nos indica al Hombre Auto-realizado, con sus


cuerpos internos creados.
La Bandera Gnóstica de color Amarillo y Blanco.

El color Rojo de la Fuerza de Marte representando al Logos SAMAEL.

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