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0 (6.7)
donde yes el logaritmo de ta renta real agregada, =, es la perturbacién que incide
sobre la demanda del bien # y 7 es la clasticidad de Ia demanda de cada bien. La
voriable q, es la demanda del bien i para cada productor'. El promedio de las =;en el
conjunto de todos los bienes es cero; es decir, se trata de perturbaciones de la deman-
da meramente relativas. Suponemos que y es igual al promedio de las q, para cada
uno de los bienes y que p es el promedio de las p,
yaa (6.8)
p=). (6.9)
Intuitivamente, lo que nos dicen Jas ecuaciones (6.7) a (6.9) es que la demanda de un
bien es mayor cuanto mayor es la produccién total (y por ende, la renta total), cuan-
to menor es el precio del bien en relaci6n con los restantes precios y cuanto mayor
sea la preferencia de los individuos respecto del bien?
" ks decir, el logaritmo de la demanda tatal del bien es In N + =, 9(p,- p), donde N es el ntime-
ada bien.
10 de prochuctores de ¢
* Aunque fas ecuaciones (6.7) a (6.9) se comprenden intuitivamente. su derivaci6n precisa a partir de
Jas preferencias individuales subre los distintos bienes ea: urriy 9 viettas aproximaciones. La dificul
tad radica en que si las preferencias son fales que Ja deananda de cada bien adapta exactamente fa6.1 La hipétesis de informacién perfecta 279
Finalmente, el lado de la demanda agregada del modelo es:
ysm-p (6.10)
La ecuacién (6.10) admite diversas interpretaciones. La més sencilla (y la mas ade-
cuada a nuestros fines) afirma que (6.10) no es mas que una forma abreviada de
modelizar la demanda agregada. La ecuacin (6.10) implica una relacién inversa
entre el nivel de precios y la produccién, que es la caracteristica esencial de la deman-
da agtegada, Puesto que en este momento lo que nos interesa es la oferta agregada,
no tiene mucho sentido que modelicemos la demande agregada con mas detalle. Con
esta interpretacion, habria que pensar que M no representa estrictamente a la oferta
monetaria, sino una variable genérica que afecta a la demanda agregada.
También es posible derivar la ecuacién (6.10) a partir de modelos con formulacio-
nes mas completas de la oferta monetaria. Woodford (2003) observa que la ecuacin
(6.10) refleja una situacién en la que el banco central aplica la politica monetaria para
lograr un determinado objetivo de PIB nominal. Con esta interpretacién, m seria cl
objetivo de PIB del banco central (expresado en logaritmos). Si quisi¢ramos, podria~
mos aftadir a este modelo el mercado de dinero y analizar cémo debe manejar Ja
oferta monetaria el banco centzal para lograr dicho objetive. Blanchard y Kiyotaki
(1987) sustituyen ©, en la funcién de utilidad (6.2) por una combinacién Cobb-
Douglas de C, y de los saldos monetarios reales del individuo, M,/P. Con esto, y una
descripcién adecuada de la forma en que aparece la oferta monetaria dentro de la
restriccién prestipuestaria, se obtiene (6.10). Rotemberg (1987) deriva la ecuacién
(6.10) a partir de una restriecidn de caja. Seguin la interpretacion de (6.10) que hacen
Blanchard v Kiyotaki por un lado v Rotemberg, por el otro, es natural pensar que la
variable in se reficre literalmente a la oferta monetaria; en este caso, habria que cam-
biar el lado derecho de Ja ecuacisn am +» ~ p, donde v expresa otras perturbaciones
de la demanda agregada distintas de los desplazamientos de la oferta monetaria.
El equilibrio
Para que el mercado del bien i esté en equilibrio es necesario que la demanda por
productor coineida con la oferta. De las ecuaciones (6.6) y (6.7) se deduce que la con-
dicion es
(-p)=y +s -0p,-p) (6.11)
Despejando p, se obtiene
P, wy
L+omy—9
con elashcidad constante expresada en (6.7).€1 indice (logarttmace) de precios slo coincnhird con la media
de las p, individuales en el caso especial en que y= 1 (véase el Problema 6.2), Pero esta complicacién no
altera los prmeapales resultados del modelo.280 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO,
Esta expresion implica que p, el promedio de las p;, viene dado por
1
p=———y+p (6.13)
Leny-n
donde hemos utilizado el hecho de que la media de las perturbaciones =, es igual a
cero. La ecuacién (6.13) implica que el valor de equilibrio de y no es otro que?
y=0 (6.14)
Finalmente, de las ecuiaciones (6.14) y (6.10) se deriva
pom (6.15)
Como era de esperar, en esta versién del modelo el dinero es neutral: un aumen-
to de m conduce a un incremento igual de cada p, y, por tanto, del indice general de
precios, p. Las variables reales en ningtin caso se ven afectadas.
6.2 La hipotesis de informacion imperfecta
Pasamos ahora al caso, mas interesante, en el que los productores pueden observar
cl precio de sus propios bienes pero no el nivel agregado de precios.
El comportamiento de los productores
Podemos expresar el precio del bien i como
pepti-pepee (6.16)
donde r, = p, - p es el precio relative del bien i. De modo que, expresado en logarit-
mos, la variable que observa el individuo (el precio del bien que prodtice) es igual a
la suma del nivel de precios agregado y del precio relativo del bien.
El individuo querria basar su decisién acerca de qué cantidad producir exclusi-
vamente en r, (véase [6.6]), pero no puede observar esta variable, sino que debe esti-
marla a partir de la observacién de p.", En este punto, Lucas hace dos supuestos
simplificadores. En primer lugar, supone que el individuo estima r, a partir de p, va
* Como en cquilibrio UI Togaritmo de te prod
Fsto se deriva del hecho de que en Ja funcin de utilidad (62) el término £: aparece multiphcado por
nes 0, el niev! de equilibrie de la produccidn es 1
Si Lomo resultado de ia auiquisivion de bienes ef indiv
ductores, podria deduct ps, por tanto, r. Fristen diversas tormas de el
10 conocieta los precios de Tes otros pro
mar esta pombilidad. Un méto
do consiste en suponer que el hogar est formado por dos individitos, un «productor: y un «compradors,
¥ gue la comunicacién entre ambos es limitada. En
su modelo original, Lucas evits el problema suponien-
inte e] primer perio:
do una estructura de generaciones solopadas en la que los indivietios producon dui
do de sus Vidas ¥ consumen durante ol segundo.6.2 La hipotesis de informacion imperfecta 281
continuacién produce la cantidad gue elegiria si esta estimacion fuera correcta. De
modo que la ecuacién (6.6) se convierte en
(6.17)
Como muestra el Problema 6.1, este comportamiento de casi certidninbre no equiva-
le a la maximizacién de la utilidad esperada: en general, 1a cleccién del valor de €,,
que maximiza la utilidad, depende no s6lo de a estimacién de r, que haga el indivi-
duo, sino también cn su grado de incertidumbre respecto de esa variable. Pero el
supuesto de cuasi certidumbre simplifica el andlisis y no altera las conclusiones cen-
trales del modelo.
En segundo lugar, y lo que es més importante, Lucas supone que al estimar 1, a
partir de p, el productor obra racionalmente. Es decir, Lucas supone que Ely, |p,] es ni
mas ni menos que la esperanza de r, dado el valor de p, y dada Ia distribucién real
de ambas variables. Hoy dia este supuesto de expecialivas racionales no despierta mas
sospechas que el supuesto de que los individuos maximizan la utilidad. Pero cuando
Lucas la introdujo en la macroeconomia por primera vez, la idea de las expectativas
racionales generé mucha controversia. Como veremos, en esta idea se encuentra uno
de los origenes (aunque en absoluto cl tinico) de las fuertes implicaciones del made-
lo de Lucas
Para simplificar el célculo de Elr,|p.], se supone que la perturbacién monetaria
(nt) y las perturbaciones de las demandas de los bienes individiiales (2) siguen una
distribucion normal, La media de mes igual a Efi] y su varianza es V,,. La media de
las perturbaciones =; es igual a cero y su varianza es V.; ademds, estas perturbaciones
son independientes de m. Veremos que estos supuestos implican que p y 7, son inde-
pendientes y que su distribucién es normal. Como p, es igual a p +r, también p, es
normal; su media es la suma de las medias de p y de ry su varianza la suma de las
respectivas varianzas. Como veremos, las medias de p y de r,, es decir, Flp] y Ely], son
iguales a E[m] y a cero, respectiv amente: y las varianzas, V, y V., son complicadas
funciones de V,,, V. y de los demas paramctros del modelo. -
EI problema al que se enfrenta el individuo es hallar la esperanza de r, dado p
Una regla ostadistica importante dice que cuando dos variables siguen una distribu-
cién normal conjunta (como es el caso de r. y p), la esperanza de una es funcién lineal
de Ja observacién de la otra, De modo que E[r,|7,] adopta fa forma
Elr.|
(6.18)
En este caso on particular, en el que p, es igual ar, mds una variable independiente,
Ja forma exacta de la ecuacién (6.18) es
(p.~ Efpl) (6.19)
La ecuacién (6.19) se puede comprender intuitivamente. En primer lugar, implica
que si p, es igual a su media, entonces la esperanza de r, es igual a la suya (que es282 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO.
iguai a cero). En segundo lugar, afirma que la esperanza de r, es superior a su med
cuando p, es superior a la suya y que la esperanza es menor cuando la observacién
es menor. Y, por tiltimo, la ecuacién nos dice que la parte de la diferencia entre p, y
su media, que la estimacion atribuye a la diferencia entre r, y su media, es igual a
V,/(V, + V,); esto es igual a la parte de la varianza general de p,(V, + V,} que se debe
ala varianza de r(V,). Por ejemplo, si V,, es igual a cero, toda la variacin de p, se debe
ar, de modo que F[y,|p,] es igual ap, — E[p].Si V, es igual a V,, la mitad de la varian-
za de p, se debe ar, de modo que Elr,|j1] = (p.— Elp})/2. ¥ asi sucesivamente’.
Si sustituimos (6.19) en la ccuacién (6.17), obtenemos la oferta de trabajo del in-
dividuo:
d= —
yo1Vi4¥,
(p.~ Elpl) = B(p,— Elpl) (6.20)
Promediar (6.20) para el conjunto de los productores mediante el uso de las defini-
ciones de y y p nos da uma expresin de la produccién general:
y= dip Elpl) (6.21)
La ecuacidn (6.21) es la curva de oferta de Lucas, y nos dice que la diferencia entre la
produccién y su nivel normal (que en el modelo es igual a cero) es una funcién cre-
ciente de la diferencia del nivel de precios respecio de su valor esperado
La curva de oferta de Lucas es, en esencia, una curva de Phillips ampliada con
expectativas como la que vimos en el Capitulo 5, sustituyendo la inflacién estructural
por la inflacién esperada (véase Ja ecuacion [5.45]. Ambas curvas nos dicen que si
no prestamos atencidn a las perturbaciones de la oferta, la produccién solamente
estara por encima de fo normal en la medida en que la inflacién (y por ende, el nivel
de precios) ses mayor que lo esperado. Asi, pues, cl modelo de Lucas brinda funda-
mentos microeconémicos para esta idea de la oferta agregada.
El equilibrio
Si combinamos la curva de oferta de Lucas (6.21) con la ccuacién de fa demanda
agregada, y = 1 — p (ecuacién [6.10]), y despejamos pe y, obtendremos
b.
aa ppl (6.22)
fo, E(pl (6.23;
Tid" en? 23)
Este problema de expectativas condicionadas se conoce con el nombre de exivaccs I La
le que observa el individuo, pi, 05 igual a la seit, r. mas el ruico, 2 La ecuacion (6.19) muestra
cémo puede el indivicuto evtraer la mejor ostimactén posible de la sonal a partir de la observacidn dep
La razén de Va V., se conoce con ef nombre de relicatiy de seri ido,6.2. La hipétesis de informacion imperfecta
La ecuacién (6.22) se puede usar para hallar el valor de E[p]. Ex post, una vez deter-
minado el valor de m, ambos lados de fa ecuacién (6.22) son iguales. De modo que
ex ante (antes de la determinacién de 1m), las expectatieas de ambos lados deben scr
iguales. Convirtiendo ambos lados de (6.22) en sus respectivas expectativas, obte-
nem
Elpl= (6.24)
i despejamos Elp], obtenemos
Elp] = Elm] (6.25)
La ecuacién (6.25), sumada al hecho de que mt = Elm] + (vt ~ Elns}), nos permite
reescribir las ecuaciones (6.22) v (6.23) asi
1
p= Elm] +n = Elm) (6.26)
b
y= yn Ele (6.27)
leh
Las dos tiltimas ecuaciones muestran las principales implicaciones del modelo: el
componente observado de la demanda agregada, Elm], tinicamente afecta a los pre-
ios, pero el componente no observado, in — E[nr], tiene efectos en el ambito real
Consideremos, por poner un ejemplo conereto, un incremento no observado de 17, es
decir, una realizacion de m mayor (dada la misma distribucidn). Este incremento de
la oferia monetaria eleva la demanda agregada, de modo que la curva de demanda
de cada uno de los bienes se desplaza hacia afuera. Puesto que el incremento no es
observado, la respuesta racional de cada productor es pensar que al menos parte del
aumento de la demanda de sus bienes refleja una perturbacién de los precios relati-
vos. De modo que los productores aumentan su nivel de produccién
Un incremento observado de in tiene efectos muy diferentes. En concreto, pense-
mos en lo gue ocurre cuando tada la distribucién de 1 se desplaza hacia arriba, pero
sin que se modifique la realizacion de m1 - C[nt], Ln este caso, cada productor atribu-
ye el aumento de Ja demanda de sus bienes a una perturbacién monetaria, de modo
que no altera su produccién, Por supuesto, las perturbaciones de las preferencias
producen variaciones de los precios relativos y de la produccién entre los diversos
bienes (lo mismo que en el caso de una perturbacién no observada), pero, en prome-
dio, la produccidn real no se eleva. Asi, pues, cambios observados de la demanda
agregada tnicamente afectan a los precios.
Para completar el modelo, debemos expresar b en funcién de los parémetros
subyacentes en vez de en términos de las varianzas de p yr, Recordemos gue
b=[1/G-DJLY AV, + V,)] (véase [6.20]). La ecuacién (6.26) implica que V, = V,,/(1+ 5).
Podemos emplear la curva de demanda, (6.7), y la curva de oferta, (6.21), para hallar
V,, es decir, la varianza de p, ~ p. En conereto, podemos reemplazar y = h(p - Llp) en284 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO,
(6.7) y asi obtener q, = b(p ~ E[p]) + =, ~ nlp, — p); luego, reescribimos (6.20) com
©, = bp, = p) + b(p ~ Elpl). Al despejar p, — p en ambas ecuaciones se obtiene p; — p =
2,/(n + b). De modo que V, = V./(y + bY
Sustituyendo las expresiones para V, y V, en la definicién de b (véase la ecuacién
(6.20), se obtiene
bs oe (6.28)
La ecuacisn (6.28) define implicitamente b en funcién de V., V., yy, con Jo cual el
modelo esté completo. Es muy sencillo demostrar que bes funcisn creciente de V_ y
funcién decreciente de V,,. Fn el caso especial en el que 7 = 1, podemos obtener una
expresion de b en forma cerrada
1
yol v4
bs
(6.29)
Finalmente, obsérvese que los resultados p = Elm] + [1/(1 + f)](n — Cf)
2,/(q + b) implican que p y r, son funciones lineales de 1 y z,. Como estas dos tiltimas
variables son independientes, también lo son p yr, v puesto que las funciones linea-
les de variables normales también son normales, p y 7, siguen también una distribu-
cién normal. Esto confirma los supuestos que hicimos acerca de estas variables.
6.3. Implicaciones y limitaciones
La curva de Phillips y la critica de Lucas
El modelo de Lucas implica que una demanda agregada superior a la esperada eleva
tanto Ja produccidn como los precios. Como resultado, supuesta una formulacién
razonable del comportamiento de la demanda agregada, el modelo implica la exis-
tencia de una asociacién de signo positive entre la produccién y la inflacién. Por
ejemplo, supongamos que it sigue un paseo aleatorio con deriva:
ays mt yee + (6.30)
donde 1 es ruido blanco. Esta formulacién implica que la expectativa dem, es igual
amt,_, + ¢ ¥ que el componente no observado de m, es 1.. Luego de (6.26) y (6.27) se
obtiene
(6.31)
(6.32)6.3. Implicaciones y limitaciones 285
La ecuacion (6.31) implica que p, j= 1,2 ++ [uy_,/(1 + D)]. Ast, pues, la inflacion
(medida como variacién del logaritmo del nivel de precios) es
1 1
=m.) +——0 — 1h
(m, -
leh 1+6
(6.33)
b
4
Leb
Obsérvese que 11, aparece con signo positivo tanto en (6.32) como en (6.33) v que
no hay correlacién entre 1, y 1, _ ;. Esto significa que hay una correlacisn positiva
entre la produccion y la inflacién. Intuilivamente, un crecimiento inesperadamente
elevado de la oferta monetaria conduce (por medio de la curva de oferta de Lucas) a
aumentos tanto de los precios como del nivel de produccién. En consecuencia, el
modelo implica la existencia de una relaciGn positiva entre la produccién y la infla-
cién, esto es, una curva de Phillips.
Pero aunque existe una relacion estadistica entre la produccidn y la inflacién, no
hay una relacién de intercambio entre produccién elevada e inflacion baja de la cual
se pueda sacar partido. Supongamos gue el gobierno decide elevar el crecimiento
monetario medio (por ejemplo, aumentando el valor de ¢ en la ecuacién [6.30]). Si el
ptiblico desconoce este cambio, existe un intervalo duranie el cual el crecimiento
monetario no observado sera generalmente positivo, de modo que la produccién
estard por encima de lo normal. Pero una vez que los individuos se den cuenta del
cambi, el crecimiento monetario no observado volvera a ser (come media) cero, de
modo que la produccién real media no variara. Y si el incremento del crecimiento
monetario medio sc anuncia puiblicamente, las expectativas respecto de ese creci-
miento saltarén inmediatamente sin que haya siquiera un breve intervalo de produc
cion elevada, La idea de que la relacién estadistica entre produccién e inflacién
puede variar si el gobierno intenta sacar partido de ella es mas que una curiosidad
tedrica: como hemos visto en la Seccién 5.4, cuando a fines de los sesenta e inicios de
Jos setenta crecié la inflaci6n media, se vino abajo la relacién tradicional entre la
produccién y la inflacion.
La idea central que subyace a este andlisis es de la mayor importancia. Ls proba-
ble que las expectativas influvan en muchas de las relaciones entre variables agrega-
das y hay motives para pensar que los cambios de politica afectan a tales expectati-
vas. En consecuencia, los cambios de politica econémica pueden modificar las
relaciones agregadas. Resumiendo, si cl gobierno intenta sacar partido de las relacio-
nes estadisticas, puede ocurrir que el mecanismo de las expectativas invalide esas
relaciones. Esta es la famosa critica de Lucas (Lucas, 1976)
La curva de Phillips es la aplicacién més famosa de la critica de Lucas. Otro ejem-
pio lo encontramos en los cambios impositives transitorias. Existe entre la renta
disponible y el gasto en consumo una estrecha relacién. Aun asi, hasta cierto punto,
esta relacién no se explica por el hecho de que la renta disponible determine el gasto
presente, sino por la fuerte corrclacién existente entre la renta disponible presente y
la renta permanente (véase el Capitulo 7); es decir, la renta disponible presente esta
trechamente correlacionada con las expectativas de los hogares respecto de ia yen-286 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO
ta disponible futura. Si ef gobierno intenta reducir el consumo por medio de un au-
mento de los impuestos, que todos saben transitorio, cambiard la relacién entre la
remta presente y la renta futura espcrada (y por ende, la relacion entre la renta pre-
sente y el gasto). Una vez mas, no se trata de una mera posibilidad tedrica. En 1968
se aprobé en Estados Unidos un aumento temporal de los impuestos cuya incidencia
sobre el consumo fue considerablemente menor de lo que la relacién estadistica entre
renta disponible y gasto permitia prever (véase, por ejemplo, Dolde, 1979).
La politica de estabilizacion
EI hecho de que sélo as perturbaciones monetarias no observadas tengan efectos
reales tiene importantes consecuencias: la politica monetaria puede estabilizar la
produccion tinicamente si el gobierno dispone de informacién que los agentes priva
dos desconocen. Todas aquellas medidas politicas que respondan a una informacién
de conocimiento publico (por ejemplo, los tipos de interés, la tasa de desempleo 0 ¢l
valor de los principales indicadores) son irrelevantes para la econonva real (Sargent
y Wallace, 1975; Barro, 1976)
Para comprobar esto, supongamos que la demanda agregada, m, es igual a nt’ + y,
donde m* es una variable que depende de la politica y v es una perturbacion que esta
fuera del control del gobierno. Si éste no sigue una politica activa, sino que se limita
a mantener constante (0 creciendo a una tasa constante) el valor de i“, una pertur-
bacidn no observada de la demanda agregada en algiin periodo es igual a la realiza-
cién de v menos el valor que se espera de v dada la informacién de la que disponen
los agentes privados. Si mr fuera una funcidn que depende de informacién publica-
menie disponible, los individuos pueden deducir su valor, de modo que la situacion
es la misma. Asi que la aplicacién de reglas politicas sistemalicas no puede estabilizar
la produceisn.
Si el gobierno puede observar variables correlacionadas con v que los agentes
desconocen, esta informacién le permite estabilizar la produceion; el gobierno puede
cambiar mi con el fin de compensar las variaciones de v que espera a partir de la
informacién privada de que dispone. Pero esta defensa de las politicas de estabiliza~
cion keynesianas no es convincente por dos razones. En prirner lugar, un elementy
clave de las politicas de estabilizacién convencionales es la respuesta a cierta infor-
macién general de dominio publico: que la economia esté en expansién o en recesidn.
En segundo lugar, si la estabilizacién depende de informacian que solamente esté
disponible en las altas esferas, e! gobierno puede conseguir su objetivo sin necesidad
de recurrir a ninguna compleja regla politica: simplemente haciendo ptiblica la infor-
macidn que los agentes privados desconocen.
Una aplicacién empirica: evidencia internacional
sobre la relacién producci6n-inflacion
En el modelo de Lucas, la respuesta de las empresas a las variaciones de precios de-
pende de la importancia relativa de las perturbaciones agregadas respecto de las que63 Implicaciones y limitaciones 287
afectan a los precios individuales. Por ejemplo, si las perturbaciones agregadas son
grandes, los oferentes atribuyen la mayor parte del cambio de precio de sus bienes a
variaciones del nivel general de precios, de modo que su produccion variaré relati
vamente poco en respuesta a ese cambio (véase la ecuacién [6.20]). En consecuencia,
el modelo de Lucas predice que el efecto real de una determinada perturbacién de la
demanda agregada sera menor en aquellas economias en que la varianza de esas
perturbaciones sea mayor
Para contrastar esta precticcién es necesario identificar un indicador de las pertur-
baciones de la demanda agregada. Lucas (1973) utiliza la variacion del Jogaritmo del
PIB nominal. Para que esto sea totalmente correcto deben darse dos condiciones.
Primera, la clasticidad de la curva de demanda agregada debe ser igual a 1: en este
caso, los cambios de la oferta agregada afectan a las variables P e Y, pero no a su
producto, de modo que el PIB nominal depende tinicamente de la demanda agrega-
da. Segunda, la variacién del logaritmo del PIB nominal no debe ser ni predecible ni
observ able; es decir, si simbolizamos el logaritmo del PIB nominal con la letra x, la
variacién Ax debe ser de la forma a + 1, donde 1, representa ruido blanco. En este
caso, la variacién del Jogaritmo del PIB nominal (respecto de su variacién media) es
también el cambio no observado. Aunque sin duda estas condiciones no se satisfacen
exactamente, quiza sean lo suficientemente correctas como para considerarlas aproxi-
maciones razonables.
Con estos supuestos es posible estimar los efectos reales de una perturbacidn de
la demanda agregada en un determinado pais mediante una regresién del logaritmo
del PIB real (0 la variacién de ese logaritmo) sobre la variacién del logaritmo del PIB
nominal y sobre variables de control. La formulacién que emplea Lucas es
Yt tyh+ Ax tay .y (6.34)
donde y es cl logaritmo del PIB real, # el tiempo y Ax la variacién del logaritmo del
PIB nominal.
Lucas estima la ecuaciGn (6.34) para varios paises, y a continuacién se pregunta
si los valores estimados de t (es decir, la sensibilidad estimada de la produccién ante
las variaciones de la demanda agregada) guardan relacién con la magnitud media de
Jas perturbaciones de la clemanda agregada en los diferentes paises. Una forma sen-
cilla de responder esta pregunta es estimar
12a + fay (6.35)
donde r, es la influencia real estimada de un desplazamiento de la demanda agrega-
da obtenida mediante ja estimacion de la ecuacién (6.34) para el pais jy 04,, es la
desviacién estindar de la variacin del logaritmo del PIB nominal en el pais i. La
teoria de Lucas predice que las perturbaciones nominales tendran efectos reales de
menor magnitud en aquellas cconomias en las que la demanda agregada sea mas
volatil
Lucas emplea una muestra relativamente pequeiia. Otros estudios han aplicado
la prueba de Lucas a muestras mucho mayores y han estudiado diversas modifica
ciones de la formulacién, EI Grafico 6.1, tomado de Ball, Mankiw y D. Romer (1988),
; por tanto, que pes negativo.288 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO
ag
og
orb,
rs
Osb att
¥
Od
93. 1 é 14
0 OL 02 03 ba
Desviacisn estindar del crecimiento nominal del PIB
GRAFICO 6.1 La relacién produccién-inflacion y Ja variabilidad de la demanda agregada
(tomado de Ball, Mankiw y Romer, 1988)
muestra los resultados tipicos. Es un grafico de dispersién de las combinaciones de
Ty ay, para cuarenta y tres pafses. La regresién correspondiente es
T, = 0,388 — 1,639¢,,, (6.36)
(0,037) (0,482)
R= 0,201 see. = 0,
donde los ntimeros entre paréntesis representan los errores estandar. Asi, pues, tal y
como predice cl modelo, existe una relacién negativa y estadisticamente muy signi-
ficativa entre la variabilidad del crecimiento del PIB nominal y el efecto estimado de
un determinado cambio de la demanda agregada
ultades
EL modelo de Lucas no describe por completo los efectos de las variaciones de la
demanda agregada. Existen, por ejemplo (come vimos en la Seecién 5.5), prucbas
sdlidas de que el anuncio de un cambio de la politica monetaria afecta al tipo de in-
terés y al tipo de cambio a diferencia de fo que predice el modelo. Pero la pregunta
mas importante es si el modelo de T.ucas describe una parte importante de esos efec
tos. A este respecto, sc han planteado dos grandes objeciones.
La primera dificultad radica en que las fluctuaciones del empleo en el modelo de
Lucas (como en los modelos de ciclo econémico real) tienen su origen en variaciones
de la oferta de trabajn que se explican por cambios en la utilidad del trabajo. De
modo que para generar fluctuaciones de empleo sustanciales, el modelo requiere que
la oferta de trabajo sea considerablemente elastica a corto plazo. Pero (como vimos6.3. Implicaciones y limitaciones 289
en la Seccién 4.10) no existe ninguna evidencia significativa que abone la tesis de una
elasticidad tan elevada.
La segunda dificultad tiene que ver con el supuesto de la informacién imperfecta.
En las economias modernas, los agentes disponen de datos de calidad y practicamen
te actualizados sobre la variacin de Los precios. De modo que (excepto en épocas de
hiperinflacidn) los individuos pucden estimar los movimientos de los precios agre-
gados con considerable exactitud y a bajo coste. Asi, pues, no es facil explicar como
los agentes podrian confundir de forma significativa movimientos del nivel de pre-
cios agregado con movimientos de los precios relativos®.
Estas dificultades sugieren que los mecanismos concretos que destaca el modelo
tienen una influencia relativamente modesta en las fluctuaciones, al menos en la
mayor parte de las economias. En la Seccién 6.9 veremos, sin embargo, que hay otras
razones, ademis de la sustitucién intertemporal, que pueden hacer que un pequefio
cambio en el salario real o en los precios relativos aparezca asociado a grandes cam:
bios en los niveles de empleo y produccién y que los individuos pueden tener razo-
nes para no aprovechar las oportunidades de obtener a bajo coste la informacién que
necesitan para fijar sus precios. De modo que (como examinaremos alli) quizd sea
posible resucitar el mensaje central de Lucas: que una perturbacién monetaria ines-
perada puede hacer que los cambios de precios relativos se confundan con cambios
del nivel agregado y tengan importantes cfcctos sobre la produccién agregada
Parte B La economia neokeynesiana’
Lo que més preacupa a los particulares son los precios y las cantidades reales: los
salarios reales, las horas de trabajo, los niveles reales de consumo, etc. Las magnitu-
des nominales les interesan s6lo moderadamente. Las magnitudes nominales no son
tan importantes para los individuos y su influjo es facilmente superable. Los precios
y los salarios se estipulan en términos nominales, pero cambiarlos (o indexarlos)
cuesta poco. Los individuos no disponen de informacién completa sobre el nivel
agtegado de precios, pero pueden obtenerla a bajo coste. Los contratos de deuda se
Ademés, el modelo implica que las divergencias de la produccién respecto det nivel de equitibrie
ies La variable yy depende séto de m= Ef] y, por
fe procios flexibles no son en mode aijgune persister
definicidn, esta expresion no puede tener inguin componente predectle. De modo que el modelo impli
ca que y 0s ruido blanco, es decir, que no exhibe ningtin patrén de correlacién temporal, ya sea positiva
Ha, Esto no parece sei una buena deseripeion de la economia real. Una contraccién monetaria (por
ejemplo, la deersidn de la Reserva Foderal de reducie en 1979 la inflacion} conduce a periudos prolongados
de prodiccitin inferior a lo normal, no a-un breve periody de produecién baja seguide de wn regreso mv
mediato a los valores normale
Esta dificultad puede superarse introduciendo alguna razon que explique cémo la respuesta inicia
de la economia a una perturbacidn monetaria no observada dhspara wn mecanismo que Heva la produe-
cidn a permanecer por encima de fo normal incluso una ver que se conoce 1a perlurbacién. Como ejem=
plos de mecanismos tates, poctemos citar cl ciclo de existencias (Blinder y Fischer, 1981), la acumulacion
de capital (Lucas. 1975) y el coste meal asociado a la seleccion y formacion de nuevos trabajadores. Asi,
pues, la prodiccion de variacwnes qute siguen un pation de ride blancs ne os mas que tin subproducto
diel hecho de que estamos trabajando con una forma sencilla del modelo y no un resultado firme
Algunas partes de la introduccisn a la Parte B yf material de las Seectones 6.5-6.6 se basan on
D. Romer (1993)290 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO
suelen fijar en términos nominales, pero indexarlos seria muy facil. ¥ si bien los in-
dividuos conservan pequeitas cantidades de divisas cuya denominacién es nominal,
pueden cambiar facilmente sus tenencias. No hay ningun aspecto en el que las mag-
nitudes nominales tengan gran importancia directa para los individuos.
Como hemos subrayado en la introduccidn a este capitulo, si las magnitudes
nominales fueran completamente irrelevantes, una variacién puramente monetaria
no tendria efecto real alguno: todas las cantidades nominales (como los precios o Jos
salarios) variarian exactamente en la misma proporcién que la oferta monetaria y las
variables reales no se verian afectadas. Como acabamos de ver, las magnitudes no-
minales no son totalmente irrelevantes, pero su importancia directa en cl ambito
microecondmico es pequena. De modo que, de acuerdo con esta concepeisn meokey-
nesiana, si las imperfecciones nominales influyen sobre las fluctuaciones de la activi-
dad agregada, sera porque ciertas fricciones nominales que en cl Ambito microeconém
co son pequeiias tienen, de algtin modo, grandes efectos en el nivel macroecondmico.
Buena parte de los estudios sobre los fundamentos microeconémicos de la rigidex
nominal se dedican a investigar si esta afirmacién es cierta®
Alo largo de casi todo el presente capitulo adoptaremos una concepcidn particu
lar sobre las imperfecciones nominales. En concreto, nos centraremos en un modelo
estatico en cl que a las empresas él ajuste de precios les significa ut coste de ment, es
decir, un pequeno coste fijo en el que incurren por el hecho de cambiar un precio
nominal. (El ejemplo tradicional es el coste al que debe hacer frente un restaurante
para imprimir nuevamente su meng, de ahi el nombre.) Pero (como veremos al final
de Ja Seccion 6.6) las mismas cuestiones surgen cuando se adoptan otros supuestos
sobre las barreras que impiden el ajuste nominal, Esta parte del capitulo se centra en
la cuestién de si los costes de menu pueden causar una rigidez nominal significativa
en respuesta a perturbaciones monetarias tvansitorias. Nuestro objetivo es caracter
zar las condiciones microecondmicas que hacen que cl ajuste nominal sea incomple-
to. La Parte C del capitulo analiza los aspectos dinamicos
6.4 Un modelo de competencia imperfecta
y fijacién de precios
Antes de pasar al tema de las imperfecciones nominales y de los efectos de una per-
turbacién monetaria, examinaremos una economia con fijadores de precios imperfec
tamente competitivos y precios completamente flexibles. Tenemos dos razones para
analizar este modelo. En primer lugar, veremos que ia competencia imperiecta tiene
por sf sola consectiencias macroeconémicas interesantes. En segundo lugar, los mo-
dclos del resto del capitulo se ocupan de las causas y los efectos de las barreras que
impiden el ajuste de precios. Para estudiar estas cuestiones necesitamos un modelo
que nos diga cudles serfan los precios que las empresas deberian elegir en ausencia
de tales barreras y qué ocurre cuando los precios se apartan de esos niveles
jién Parkin
* Los trabajos pioneros son de Mankiw (1985) yv Akerlof y Yellen (1985) Wéance
(1986), Rotemberg (1982) y Blanchard + Kiyotaka (1987).6.4 Un modelo de competencia imperfecta y fijacion de precios 291
Supuestos preliminares
El modelo es una variante del que describimos en la Parte A de este capitulo. La
economia est formada por un elevado nuimero de individuos, cada uno de los cuales
es el tinico productor de algtin bien y quien fija su precio, Como en la Parte A, el
nico factor de produceién es el trabajo. Pero los individuos no producen sus propios
bienes directamente, sino que actiian en un mercado de trabajo competitive en el que
pueden vender su trabajo v contratar trabajadores”.
Como antes, la demanda de cada bien es logaritmico lineal; por simplificar, omi-
tiremos las perturbaciones que afectan la demanda de los bienes individuales (es
decir, las 2, del otro modelo). De modo que 4, = y — (p, ~ p) (véase la ecuacisn [6.7]).
La variable p representa el nivel (logaritmico) de precios; igual que en la Parte A,
corresponde al promedio de las p,. Para asegurar que exista un precio que maximice
los beneficios, suponemos que 7 es mayor que 1. Los vendedores que tienen poder
de mercado fijan sus precios por encima del coste marginal, de modo que si no pue-
den ajustar sus precios estaran dispuestos a producir Io suficiente como para satis-
facer la demanda cuando ésta experimente pequefas fluctuaciones. De modo que en
lo que queda de este capitulo suponemos que los vendedores no racionan a sus
clientes.
Como en el modelo de Lucas, !a utilidad del individuo representativo es U, =
C,-L'/y (wéase la ecuacién [6.2|); una vez més, C, es la renta del individu dividida
entre el indice de precios y I., es la cantidad que trabaja. La funcién de produccidn es
Ja misma que antes: la produccién del bien jes igual a la cantidad de trabajo inverti-
do en ella, La renta del individuo ies la suma de los ingresos derivados de los bene-
ficios, (P,— W)Q,, y la suma de los ingresos derivados del trabajo, WL;, donde Q, es la
cantidad producida del bien iy Wes el salario nominal. De modo que
Le (P, - W)Q, + WL ly 637)
P y
Finalmente, del lado de la demanda agregada, el modelo nuevamente se describe
por la igualdad y =» - p (ecuacian [6.16]}), donde y sigue siendo el promedio de las
9, A diferencia de lo que ocurre en el modelo de Lucas, la oferta monetaria es de
public conocimiento™.
~ La ausencia de un mercado de trabajo para toda la economia es un
Lucas: si evistiera tal mercado, los individuos podrian deducir el valor de la oferta monctaria a partir de
pecto crucial del modelo de
1a observ acidn del salario nominal, con lo que fas perturbaciones nominales se volverian neutrales. Por cl
contrario, en el modelo que fos ocupa ahora, suponer un mercado de trabajo compeliti.o no es crucial
respecto de los resultados,
"Como se indica en Ta noia 2 yen el Problema 6.2, cuando las proferencias de los individuos respec
to de los div ersow bienes dan lugar las cur as de demanda con el
dad constante que hemos supu
to para cada producto, no es totalmente adecuado usar como indices (logaritmicos) de precios y de pro-
duccidn los promedios de p, ¥ 4, Pero el Problema 6.4 muestra que los resultados no varian cuando se
emplean los indices correctos.292 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO
E] comportamiento individual
AI sustituir logaritmos por niveles, la ecuacién de la demanda, 9, = ¥ ~ 9(p; ~ P), se
convierte en Q, = Y(P,/P)". Si cfectuamos la correspondiente sustitucién en (6.37),
obtendremos
(P,— W)Y(P,/PY" + WE,
P Y
U,= (6.38)
EI individuo puede elegir dos variables: el precio del bien que produce (P) y la
cantidad que trabaja (1). La condicién de primer orden para P, es
Ye,
"= (P,—Wiy¥(P,/P)" '/P)
P
(6.39)
Si multiplicamos esta expresién por (,/P)! | 'P, la dividimos entre Y y la reordena-
mos, obtendremos
P, w
=! (6.40)
Po y-1P
Es decir, Hlegainos al resultado tradicional segtin el cual un productor que tenga po-
der de mercado fijaré su precio con un margen sobre el coste, cuya magnitud depen-
dera de cual sea la elasticidad de Ja demanda
Veamos ahora a Ja oferta de trabajo. De (6.38) se deriva que la condicién de pri-
mer orden para L, es
—-L t=0 {641
o dicho en otros términos,
(6.42)
Asi, pues, la oferta de trabajo es una fumcién creciente del salario real y la elasticidad
es I/D)
El equilibrio
Puesto que el modelo es simétrico, en equilibrio todos los individuos producen y
trabajan lo mismo; asi que Ja produccién de equilibrio coincide con el nivel comin
de oferta de trabajo. Podemos, por tanto, usar Ja ecuacién (6.41) 0 la (6.42) para ex-
presar el salario rea! como funcién de la produccion:
(6.43)6.4 Un modelo de competencia imperfecta y fijacién de precios 293
Reemplazando esta expresion en la ecuacién de los precios, (6.40), podemos expresar
el precio relativo dptimo para cada productor como funcidn de la produccién agre-
gada
Pe ” :
a (6.44)
Poon
Para futura referencia, es util escribir esta expresi6n en su forma logaritmica:
a 5
prop=In— + (y-Ty=c4 gy (6-45)
y-t
Puesto que la situacién de los productores es simétrica, el precio de los distintos
bienes ha de ser el mismo; luego el indice de precios (P) es igual a este precio comin,
Asi, pues, el equilibrio requiere que cada productor, tomando como dado el valor
de P, iguale el precio de su bien con ese valor; es decir, el precio relativo 6ptimo para
cada productor ha de ser igual a 1. A partir de (6.44), se deriva que esta condicién es
[n/(y - 1)" ‘= 1,0 sea,
(6.46)
Este es el nivel de equilibrio de la produccién
Finalmente, podemos utilizar la ecuacién de la demanda agregada, Y = M/P,
para hallar el ni
(6.47)
Implicaciones
Cuando los productores tienen poder de mercado, producen una cantidad inferior al
optimo social. Para verificar esta aseveracion, obsérvese que en una situacién simé-
trica cada individuo suministra una cierta cantidad [de trabajo, y la cantidad que se
produce de cada bien (asi como el consumo de cada individuo) es igual a ese valor
T. De modo que el problema de hallar el mejor resultado posible en una situacién
simétrica se reduce a elegir un valor de L que maximice la expresion L - (1/y)L". La
solucién no es otra que [= 1. Pero la ectiacién (6.46) muestra que la produccién de
equilibrio del modelo es inferior a 1. Para explicarlo intuitivamente, el hecho de que
los productores se enfrenten a curvas de demanda cuya pendiente es negativa impli-
ca que el ingreso marginal del trabajo es menor que su producto marginal. Por tanto,
el salario real es menor que el producto marginal del trabajo; de (6.40) (y del hecho
de que en equilibrio todos los precios individuales, P,, coinciden con P) se deriva que294 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO,
el salario real es igual a (y ~ 1)/y, mientras que cl producto marginal del trabajo ¢
igual a 1. Esto reduce la oferta de trabajo y provoca que el nivel de produccién de
equilibrio sea inferior al Gptimo social. A partir de (6.46), tenemos que la produccién
en equilibrio es [(7 — 1) /7]""""~"; asf, pues, la brecha entre el nivel de produccién de
equilibrio y el nivel 6ptimo es mayor cuando los productores tienen mas poder de
mercado (es decir, cuando 7 es menor) y cuando la oferta de trabajo es mas sensible
al salario real (es decir, cuando y es menor),
Del hecho de que en condiciones de competencia imperfecta la produccién de
equilibrio tenga un nivel ineficientemente bajo se derivan importantes consecuencias
respecto de las fluctuaciones. Ein primer lugar, este hecho implica que el efecto de las
recesiones y las expansiones sobre el bienestar es asimétrico (Mankiw, 1985). En Ja
practica, aquellos periodos en los que la produccién esta en un nivel inusitadamente
alto son considerados buenas épocas, mientras que cuando la produccidn esté en
nivcles inesperadamente bajos sucede lo contrario. Pero pensemos en una economia
cn la que Jas fluctuaciones se deben a la existencia de ajuste nominal incompleto en
respuesta a perturbaciones monetarias. Si la produccién de equilibrio en ausencia
de perturbaciones es la éptima, tanto las épocas de produccién elevada como las de
produccién baja se apartan del dptimo, de modo que ambas son situaciones indesea-
bles. Pero si la produccién de equilibrio es menor que {a dptima, las expansiones la
evan mas cerca del dptimo social, mientras que las recesiones la alejan de él mas de
lo que ya esta
Ademés, la brecha entre la produccién de equilibrio y la produccién ptima im-
plica que hay externalidades asociadas a la fijacién de precios. Supongamos que
inicialmente la economia estd en equilibrio y que se experimenta una reduccién
marginal de todos los precios. Puesto que el valor de M/P aumenta, también lo hace
la produccién agregada. Esto afecta al individuo representativo a través de dos me-
canismos. En primer lugar, cl salario real aumenta (véase [6.43]. Pero como inicial-
mente el individuo no es ni un comprador ni un vendedor neto de trabajo, este in-
cremento marginal no tiene efecto sobre su bienestar. En segundo lugar, el
incremento de la produccién agregada hace que Ja curva de demanda del bien que
produce el individuo, Y@,/P)”, se desplace hacia afuera. Puesto que el individuo
vende a un precio que excede el coste marginal, este cambio eleva su bienestar. Asi,
pues, en condiciones de competencia imperfecta, la fijacién de precios genera exter-
nalidades que operan a través de la demanda general de bienes. Esta externalidad
se suele conocer con el nombre de eafernalidad de la demanda agregaia (Blanchard y
Kiyotaki, 2987).
Eluiltimo corolario de este andlisis es que la competencia imperfecta, por si sola,
no implica la no neutralidad del dinero. Una variacién de la oferta monetaria provo-
ca cambios proporcioneles en el salario nominal y en todos los precios nominales.
pero la produccién y el salario real no varian (véanse las ecuaciones [6.46] y [6.47])
Finalmente, puesto que una ecuacién de fijacién de precios como (6.85) sera im-
portante para las secciones posteriores, vale la pena senalar que la idea basica que
expresa esta ecuacion es mucho mas genera) que el modelo concreto de precios 6pti-
mos que estamos analizando aqui. La ecuacién (6.45) nos dice que p* — p adopta la
forma ¢ + py, es decir, que el precio relative éptimo desde el punto de vista de un
fijador de precios es una funcidn creciente de la produccién agregada. En el modelo6.5 {Son suficientes las fricciones pequefias? 295
particular que nos ocupa, esta proporcionalidad deriva del incremento del salario
real vigente que acompafa a un aumento de la produccién. Pero en una situacion
més general, también podria surgir de incrementos en el coste de los otros factores
de produccién, del hecho de que los rendimientos sean decrecientes o del coste de
ajustar el nivel de produccién.
El hecho de que el precio éptimo para un fijador de precios sea funcién crecien-
te de la produccidn agregada es un requisito para que cl equilibrio de precios flexi-
bles sea estable. Para comprenderlo, obsérvese que se puede usar el hecho de que
y= m—p y reescribir la ecuacién (6.45) como
c+(l-o)pt+om (6.48)
Si @ es negativo, un incremento del nivel de precios eleva mas que proporcionalmen-
te el precio dptimo para cada fijador de precios. Fsto implica que si p esta por encima
del nivel que harfa que el precio relativo de cada bien fuera igual a 1, cada individuo
querré fijar un precio mayor que el nivel de precios vigente, y si p esta por debajo de
su valor de cquilibrio, sucedera lo contrario. De modo que si @ es negativo, el equi-
librio de precios flexibles es inestable. Volveremos sobre esta cuestién en la Sec
cién 67,
6.5 ¢gSon suficientes las fricciones
pequefnas?
Consideraciones generales
Analicemos ahora una economia como la de la seccién previa formada por muchas
empresas fijadoras de precios. Suponemos que inicialmente Ja economia se encuentra
en su equilibrio de precios flexibles. Es decir, el precio que cobra cada empresa cs tal
que si la demanda agregada se encuentra en cl nivel esperado, el ingreso marginal
equivale al coste marginal. La demanda agregada queda determinada una ver esta-
blecidos los precios; en este momento, cada empresa puede cambiar su precio me-
diante el pago de un coste de ment. En aras de la sencillez, supondremos que los
precios vuelven a fijarse al inicio de cada periodo; esto significa que podemos anali-
zar un solo periodo aislado. Y también significa que si una empresa paga el coste de
menti, el precio de sus bienes a partir de ese momento sera igual al nuevo precio
Optimo.
Nos interesa en particular saber en qué condiciones las empresas cambiaran sus
precios en respuesta a una desviacién de la demanda agregada respecto de su nivel
esperado. En concreto, supongamos que la demanda es menor que la esperada. Pues-
to que la economia es de gran tamamio, cada empresa acepta las acciones de las demas
empresas como un dato. De modo que un nivel constante de precios nominales cons:
tituye un equilibrio si la maxima ganancia que una empresa representativa puede
esperar del hecho de cambiar sus precios, cuando todas las demas empresas dejan296 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO
Cantidad
GRAFICO 6.2 El incentivo de una empresa representativa para cambiar su precio en
respuesta a una caida de la produccién agregada (tomado de D. Romer, 1993)
los suyos como estan, es menor que el coste de menii que deberia pagar para ajus-
ft
os
Podemos analizar esta cuestién mediante el diagrama de ingresos marginales y
costes marginales que aparece en el Grafico 6.2. Inicialmente, la economia est en
equilibrio, de modo que el nivel de produccién de la empresa representativa es aquel
en el que el coste marginal coincide con el ingreso marginal (punto A en el grafico).
Si la demanda agregada cae y los demas precios no varian, la produccion agregada
disminuird, de modo que la curva de demanda a la que se enfrenta la empresa se
desplazaré hacia el interior: dado un mismo precio, la demanda del producto de la
empresa es menor. Por tanto, también la curva de ingresos marginales se desplazara
hacia dentro. Si la empresa no altera sus precios, la produccidn la determinaré la
interseccidn de la curva de la demanda con la linea del precio ya establecido (pun-
to B). En este nivel de produccién, el ingreso marginal excede el coste marginal, de
modo que la empresa tiene incentivos para bajar su precio y aumentar la produc-
cién', Si la empresa varfa su precio, su nivel de produccién’se mover al punto en
el que el coste marginal vuelve a ser igual al ingreso marginal (punto C). El rea del
tridngulo sombreado que aparece en el gréfico muestra los beneficios adicionales que
La condicion para que el ajuste de precios de todas las empresas sca un equilibrio no es mezamen
te la inversa de esta condicién. Tin consecuencia, puede haber casos en los que tanto
ayustar los precios
como dejarlos como estan representen equilibrins. Véase cl Problema 67.
"Es probable que la caida de la procluccion agregada reduzca el salario vigente y, por tanto, despla-
ce la curva de coste marginal hacia abojo. Para simplificar ef grafico, no hemos representade en él este
efecto adicional6.5 Son suficientes las fricciones pequefias? 297
obtendré la empresa al reducir el precio y clevar su produce
esté dispuesta a mantener el precio, este drea debe ser pequeria.
El grafico nos revela una cuestién fundamental: la empresa podria no tener gran-
des incentivos para reducir sus precios aun cuando la caida de la demanda le perju-
dique seriamente. Ta empresa preferiria estar ante la curva de demanda original mas
elevada, pero esta claro que lo tinico que puede hacer en la actual situacion es elegir
un punto en la nueva curva de demanda. Este es un ejemplo de la externalidad de la
demanda agregada de la que hemos hablado: la empresa representativa se ve perju-
dicada porque las demas empresas no recortan sus precios frente a una caida de la
oferta monetaria (igual que en la Seccién 6.4 se veia perjudicada por la decisién ge-
neralizada de subir los precios). En consecuencia, la empresa puede encontrarse con
que la ganancia que obtendria si reduce sus precios es pequefa, incluso si el despla-
zamiento de fa curva de demanda es grande. De modo que la idea de que las rece-
siones implican grandes costes no contradice la hipétesis de que las recesiones se
originan en la combinacidn de caidas de la demanda agregada con pequefias barreras
al ajuste de precios.
Pero no podemos continuar nuestro andlisis por medios puramente ¢
saber si en una situacién cresble los incentivos con que cuenta la empresa para cam-
biar sus precios serdn inferiores o superiores al coste de ment, debemos centrarnos
en un modelo concreto v hallar la expresién de ese incentivo dados ciertos valores
razonables de los parametros,
sn, Para que la empresa
‘aficos. Para
Un ejemplo cuantitativo
Como hipstesis de partida, emplearemos nuestro modelo de competencia imperfecta
Los beneficios reales de la empresa / son iguales a la cantidad vendida, Y(P;/P)”,
multiplicado por el precio menos el coste, (P,/P) — (W/P) (véase la ecuacién [6.38])
Ademis, el equilibrio del mercado de trabajo requicre que el salario real sea igual a
y'", donde v = 1/(y — 1) es la elasticidad de Ja oferta de trabajo (véase la ecuacién
[6.43]. Asi, pues,
fpr
pp!
yO pee
=) (6.49)
donde la segunda linea se basa en cl hecho de que ¥ = M/P. Sabemos que, en ausen-
cia de costes de meni, el precio real que maximiza los beneficios es 9 /() ~ 1) multi-
plicado por el coste marginal, o sea, [y/(7 ~ L)](M/P)" (véase la ecuacién [6.44]). Por
tanto, el equilibrio de precios flexibles se da cuando [n/(7 ~ I)](M/P)'" = 1, 0 sea.
M/P = [( — 1)/a} (véase la ecuacién [6.46])
Queremos hallar la condicién para que los precios nominales representen un
equilibrio de Nash cuando se mantienen jguales en respuesta a una divergencia entre
My su valor esperado. Fs decir, queremos encontrar la condicién que, de cumplirse,
hard que una empresa no quiera pagar el coste de menti de ajustar sus precios si to-
das las demas empresas tampoco lo hacen. Esta condicion es 4 ~ ty < Z, donde 774
representa los beneficios que obtienc la empresa representativa si ajusta sus precios298 Capitufo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO:
de acuerdo al nuevo valor dptimo y las demas empresas no lo hacen, -tg representa
los beneficios de la empresa si todos los precios se mantienen fijos y Z es el coste de
menti, De modo que debemos hallar estos dos niveles de beneficio
Inicialmente, todas las empresas cobran e] mismo precis y, por hipétesis, las otras
empresas dejan sus precios como estén. De modo que si la empresa i no ajusta sus
precios, tenemos que P, = P. Efectuando la correspondiente sustitucién en (6.49), se
obtiene
Siena
() (6.50)
Si, por el contrario, la empresa ajusta su precio, lo hard coineidir con el valor que
maximiza sus beneficios, es decir, {17/(7 — 1)(M/P)'"". Si sustituimos esta expresién
en la ecuacién (6.49), tenemos
(6.51)
Es facil verificar que 7, es igual at; cuando M/P coincide con su valor en el equili-
brio de precios flexibles y que en los demés casos 21, es mayor que sr,
Para hallar cudl es el incentivo que tiene Ja empresa para cambiar su precio nece-
sitamos suponer valores para yy y para v. Puesto que la oferta de trabajo parece ser
relativamente inelastica, digamos que
que implica que el precio es 1,25 veces cl coste marginal. Estos pardmetros implican
que el nivel de produccién con precios flexibles es Y* = [(y = 1)/n)' ~ 0,978. Ahora
veamos e] incentivo con que cuenta una empresa para ajustar sus precios en respues-
ta a una caida del 3 por 100 de M suponiendo que los demas precios no varian. Re-
emplazando los valores » = 0,1, 7 = 5 e Y = 0,97 Y* en (6.50) y (6.51), tenemos que
Hy - stp ~ 0,
Como Y* es aproximadamente igual a 1, este cdlculo implica que el incentivo que
tiene la empresa representativa para pagar el coste de menti en respuesta a un cam-
bio del 3 por 100 en la produccidn representa aproximadamente la cuarta parte de los
ingresos. Cori un incentivo como éste, no hay ningtin valor razonable de los costes
de ajuste que pueda disuadir a la empresa de modificar el precio de sus bienes. De
modo que en situaciones como ésta, las empreses ajustarén sus precios en respuesta
a casi todas las perturbaciones (salvo Jas més pequeias) y la oferta monetaria serd
practicamente neutral.
0,1. Asimismo, supongamos que 9 = 5, lo
Aunque =~: es sensible a los valores de iv dey, no hay valores ni remotamunte razonabies de
estos parémetros que pudieran implicar un incenti o pequefio para el ayuste de precios. Sea, por ejemplo,
7 =3.(o que implica un margen del 50 por NO) y v=: Tacluse con valores tan extremos, el incentive a
pagar el coste de mendi ante una caida de ta produccién del 3 por 100 representa un (8 por 100 del nivel66 La rigidez real 299
El origen de la diticultad se encuentra en cl mercado de trabajo: este mercado se
equilibra y la oferta de trabajo es relativamente inelastica. De modo que (como en cl
caso 2 de la Seccién 5.3) el salario real cae considerablemente cuando lo hace Ja pro-
duccién agregada. En consecuencia, los costes de los productores son muy bajos y su
incentivo para recortar sus precios y elevar la produccién muy poderosos. Pero esto
implica que mantener fijos los precios nominales no puede constituir un equi-
librio™.
6.6 La rigidez real
Consideraciones generales
Examinemos nuevamente cl caso de una empresa que se enfrenta a la decision de
cambiar 0 no el precio de sus bienes en respuesta a una caida de la demanda agrega
da cuando se sabe que las demas empresas mantendran fijos sus precios. El Grafi
ca 6,3 muestra los beneficios de la empresa como funcién de su precio. La caida de
la produccidn agregada afecta a esta funcion de dos maneras. En primer lugar, de
plaza la tuncién de beneficios hacia abajo: !a disminucién de la demanda del bien que
produce la empresa tiende a desplazar hacia abajo la funcién de beneficios. Por otra
parte, la caida del salario real tiende a desplazar la funcidn hacia arriba. En el caso
que presenta el grafico, el efecto neto es un desplazamiento descendente. Como ya
hemos dicho, la empresa no puede deshacer este cambio. En segundo lugar, el precio
con el cual la empresa maximizaria sus beneficies ahora es menor que antes". Ante
esto la empresa si que puede reaccionar. Si no paga el coste de ment, la empresa
mantiene cl precio actual y no maximiza sus beneficios. Por otra parte, si la empre-
sa paga cl coste de menti, puede situarse en la cumbre de la funcién de beneficios.
Ast, pues, el incentivo que tiene la empresa para ajustar el precio es la distancia
AB en el grafico, Esta distancia depende de dos factores: la diferencia entre el precio
con cl cual Ja empresa maximiza sus bencficios ahora respecto del anterior y la pen-
diente de la funcién de beneficios. Examiremos cada uno de estos factores por se-
parado.
Como las demés empresas no modifican sus precios, una variacién del precio
nominal de la empresa es también un cambio en cl precio real. Ademas, el hecho de
de ingresos con precios flexibles y wn 24 por 100 1 la caiela es del 5 por 100. Aun cuando estos incentivos
siendo indudablemente mayors
son mucho menores que los de nuestros célculos proliminares, sigut
tw de precios para la mayor'a de las empresas.
evitar el problema suponiendo que ol coste del ajuste se aplica a los salarios en ver
que las barreras al apt
Xo es posibl
dea los precios. En este caso. e] incentit.o para recortar Jos precios seria efectis aunente bajo, pero en cam-
bio seria alto el incentive para recortar los salarios: Jas empresas (que podrian reducir en gran medida sus
costes laborales) y los trabajadores (que podrian elevar mucho la cantidad de horas trabajadas) propon-
d
fan salarios més bajos
Fsto se corresponde con el sutpucste de que el precio relative que mavimuza los beneticios es fun
in creciente de In producci6n agregada; es decir, que en la ect @ > 0. Como hemos dicho en
Ja Seccidn 64, esta condicin es necesario para que el equilibrio de precios flexibles sea estable.300 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO,
D P
GRAFICO 6.3 Efectos de una caida de la produccion agregada en los beneficios de la
empresa representativa como funcion del precio
que los demas precios no varien implica que el desplazamiento de la demanda agre-
gada tiene efectos sobre la produccién agregada. De modo que la diferencia entre cl
precio éptimo anterior y el actual (1a distancia CD) depende de la sensibilidad del pre-
cio real 6ptimo respecto de Ja produccién agregada: cuanto menos sensible sea cl
precio real que maximiza los beneficios de la empresa al nivel de produccién agrega-
da (suponiendo constante la pendiente de Ia funcién de beneficios), menor sera su
incentivo para ajustar su precio.
Cuando Ia sensibilidad det precio real que maximiza los benefi
produccién agregada es pequefia, decimos que el grado de rigidez real es elevado (Ball
y D. Romer, 1990). En términos de la ecuacién (6.45) (jh - p, = ¢ + py), una mayor
rigidez real se corresponde con un valor menor de @. La rigidez real no implica por
si sola que una perturbacion monctaria tenga efectos reales: si los precios se ajustan
totalmente, el dinero es neutral independicntemente del grado de rigidez real que
exista. Pero la rigidez real acenttia los efectos de ta rigide7 nominal: en ausencia de
ajuste, cuanto mayor es el grado de rigidez real, mayor es el intervalo de precios que
puede representar un equilibrio.
La pendiente de la tuncisn de beneficios determina el coste que implica apartarse
en una determinada cantidad del precio dptimo. Cuando los beneficios son menos
sensibles a estas divergencias respecto del dptimo, el incentive para ajustar los pre-
cios (dado un determinado nivel de rigidez real) es menor, de modo que es mas
amplio el conjunto de las perturbaciones ante las cuales mantener sin cambios los
precios que representa un cquilibrio. Asi que, en términos generales, lo que se nece-
sila para un coste pequeiio de ajustar los precios que genere una rigidez nominal
considerable es una cierta combinacion de rigidez real y una funcion de beneficios
insensible a cambios del precio ptimo.
ios respecto de la6.6 La rigidez real 301
Entender la rigidez nominal en funcién de la rigidez real y la insensibilidad de la
funcién de beneficios permite comprender muy facilmente por qué en nuestro céleu-
Jo preliminar el incentivo para ajustar los precios cra tan grande: lo que habia alli era
una inmensa «flexibilidad real» en ver de rigides real. Puesto que el precio real maxi-
mizador de los beneficios es [j/(7 ~ I)]Y'"", su elasticidad con respecto a la produc-
cién es 1/v, Si la elasticidad de la oferta de trabajo, », es pequefia, la elasticidad de
(P,/P)* respecto de ¥ sera grande. Por ejemplo, si v es 0,1, la elasticidad de (P,/P)*
respecto de Y sera igual a 10.
Una conocida analogia puede ayudar a aclarar por qué la combinacién de costes
de menti con rigidez, real 0 con insensibilidad de la funcidn de beneficios (0 con am-
bas) puede generar una considerable rigide7 nominal: las perturbaciones monetarias
pueden tener efectos reales por las mismnas razones por las que las tiene el cambio de
horario que se usa en algunos paises para ahorrar energia'”. El cambio de hora es una
modificacién meramente nominal: simplemente modifica los rétulos asignados a
diferentes momentos del dia. Pero el cambio va asociado a modificaciones de los
horarios reales, es decir, cambios del momento en que se realizan diversas activida-
des en relacién con la posicién del Sol. Y no hay duda alguna de que el transito al
nuevo horario es la causa de que se modifiquen los horarios reales.
Si el coste de cambiar los horarios nominales y comunicar este cambio a los de-
més fuera literalmente igual a cero, lo tinico que lograria el cambio horario seria que
todo el mundo variara su horario nominal y los horarios reales no cambiarian. De
modo que para que el cambio de horario tenga efecto sobre los horarios reales, el
cambio de los horarios nominales debe implicar cierto coste. Estos costes son andlo-
gos a los costes de menti que implica un cambio de precios, y como éstos, no parecen
ser de gran magnitud. La razén por la cual estos pequefios costes hacen que el cam-
bio horario tenga efectos reales es, aparentemente, que los individuos ¥ las empresas
suelen estar mas preocupados por Ia relacién de sus horarios con los de los demas
que con la posicién del Sol. De modo que si se supone que los demas agentes no
cambiaran sus horarios, un individuo aislado no querré incurrir cn el coste de cam-
biar el suyo. Esto es andlogo de los efectos de la rigidez real en el caso de la fijacion
de precios. Finalmente, cuanto menos les preocupe a los individuos sus horarios,
menos dispuestos estaran a incurrir en el coste de cambiarlos; esto es andlogo a Ja
insensibilidad de la funcién de beneficios en cl caso de la fijacién de precios.
Fuentes especificas de rigidez real
Buena parte de la investigacién sobre las fluctuaciones macroeconémicas se acupa de
los factores concretos que pucden dar lugar a la aparicién de rigidez real o de insen-
sibilidad de la funcion de beneficios. Esta investigacién puede hacerse de diversas
formas; por ejemplo, es posible centrar la atencién en cuestiones de equilibrio parcial,
como los efectos que alguna caracteristica de los mercados financieros, de bienes 0 de
trabajo puede tener sobre cl incentivo de una empresa a ajustar sus precios reales en
Fsta analogia 1a formulé originalmente Friedman (1953, p. 173) en el contexto de los tpos de
cambio.302 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO,
respuesta a un cambio en la produccién agregada o sobre la sensibilidad de sus bene-
ficios a diferencias respecto del Gptimo. O se pucde tomar un modelo dingmico-esto-
céstico de equilibrio general calibrado que incluya barreras al ajuste nominal, incor-
porar a éste ef clemento que se quiere estudiar y analizar qué efecto tiene esta
incorporacién en algunas propiedades del modelo (como la vatianza de la producci6n,
la covarianza del crecimiento monetario y el crecimiento de la produccién y los efectos
reales de una perturbacién monetaria). Ni siquiera es necesario limitarse a perturba-
ciones monetarias y a imperfecciones nominales. Como veremos en la siguiente sec-
cién, la mayoria de {as fuerzas que hacen que la economia real sea més sensible a
perturbaciones monetarias cuando existen fricciones nominales la hacen también mas
sensible a otros tipos de perturbaciones. En consecuencia, muchos anilisis que se ocu-
pan de fuentes coneretas de la rigides real y de Ja insensibilidad trabajan sobre sus
implicaciones generales respecto de los efectos de las pertunbaciones 0 sobre sus im:
plicaciones para determinado tipo de perturbacién de indole no monetaria.
Aqui optamos por estudiar el incentivo que tiene una empresa individual para
ajustar sus precios en respuesta a un cambio de la produccién agregada cuando las
demas empresas no modifican los suvos. Para ello, veamos nuevamente el diagrama
de ingreso marginal y coste marginal que presentamos en el Gréfico 6.2. Del lado del
coste, cuando la caida del coste marginal provocada por la reduccién de Ia produe-
cién agregada es menor, la empresa tiene menos incentivos para recortar sus precios
y aumentar su produccién, de modo que es més probable que la rigidez nominal sea
un equilibrio. Esto puede ocurrir de dos maneras. La primera, si el desplazamicnto
descendente de la funcién de beneficios en respuesta a la caida de la produccién
agregada es menor, entonces la reduccién del precio Gptimo también ser menor, es
decir, el resultado sera mayor rigidez real”. La segunda, una curva de coste marginal
més aplanada implica tanto una mayor insensibilidad de la funcién de beneficios
como una mayor rigidez real
Del lado de los ingresos, cuando la caida del ingreso marginal en respuesta a la
reduccidn de la produccién agregada es mayor, la brecha entre el ingreso marginal y
el coste marginal (calculados al precio inicial de la empresa represcntativa) es menor,
de modo que el incentivo para ajustar los precios es menos fuerte. En concreto, el
mayor desplazamiento hacia la izquierda de la curva de ingreso marginal se corres
ponde con un aumento de la rigidez real, lo cual reduce los incentivos. Ademas,
cuanto mayor sea la pendiente de la curva de ingreso marginal (para un mismo des-
plazamiento hacia la izquierda}, mayor sera también el grado de Ja rigidez real, Jo
cual, una vez mas, reducira el incentivo a ajustar los precios.
Como existe multitud de posibles determinantes del comportamiento ciclico del
coste marginal y del ingreso marginal, la hipotesis de que pequefias fricciones en el
ajuste de precios generan una considerable de rigidez nominal no est asociada a
ninguna concepcidn cancreta sobre la estructura de la economia. Por lo que se refiere
a los costes, los investigadores han identificado diversos factores que pueden hacer
que los costes sean menos prociclicos que en él caso basico que hemos examinado
para sumplaficar ef Grifies 6 2, ne mostiamas el desplazamiento de Ta cura del
9 12}. Pera no hay razén alguna para suponer que esta curva se mantione
F Recudrtese qui
coste marganal («case 1a
Fie6.6 La rigidez real 303
Un factor que puede ser cuantitativamente importante es la existencia de vinculos
entre la produccidn y los recursos asignados a ella, que hace que las empresas deban
hacer frente a costes constantes de esos recursos cuando los precios son rigidos (Basu,
1995). Un factor que ha sido objeto de numerosas investigaciones recientes son las
imperfecciones del mercado de capitales, que clevan el coste de financiacién durante
as recesiones. Esto puede tener lugar a través de la reduccién del flujo de caja (Ber-
nanke y Gertler, 1989 0 de la caida del valor de los actives (Kiyotaki y Moore, 1997),
Otro factor que ha recibido considerable atencién son las externalidades propias de
los mercados superpoblados y otras economias de escala externas. Estas externalida-
des pueden hacer que Ja adquisicién de recursos productivos y la venta de productos
sean més faciles en periodos de elevados niveles de actividad econémica. Aunque es
una idea atractiv a, desconacemos por el momento su relevancia empirica
En cuanto a los ingresos, cualquier factor que haga que el margen de beneficio de
las empresas sea anticiclico aumentaré la rigide7 real. En general, cuanto més anticicli-
co sea el margen deseado, més se desplazara hacia abajo la curva de ingresos margi-
nales durante las recesiones. Uno de los factores que podria hacer que esto ocurriese
es la existencia de mercados superpoblados, gue facilitan a las empresas diseminar
informacién y a los consumidores el adquirirla cuando la produccién agregada es
elevada, con lo cual la demanda se vuelve més elastica (Wamer y Barsky, 1995). Otro
es la combinacién de relaciones a largo plazo entre los clientes y las empresas con
imperfecciones del mercado de capitales. Este tipo de relaciones a largo plazo hace
que parte de los ingresos derivados del recorte de precios y de atracr a nuevos clien-
tes no se disfruten de inmediato, sino en el futuro. Y si el mercado de capitales es
imperfecto, las empresas pueden enfrentarse durante las recesiones a dificultades fi-
nancieras a corto plazo que reducen el valor presente de esos ingresos futuros (véanse,
por ejemplo, Greenwald, Stiglitz y Weiss, 1984, v Chevalier y Scharfstein, 1996).
Existen otros tres factores que tienden a reducir el deseado cuando el nivel de
produccién es més elevado: los desplazamientos de la composicién de la demanda
hacia bienes cuya demanda es mas elistica, una mayor competencia por la entrada
de nuevos rivales en el mercado y el hecho de que un mayor volumen de ventas in-
centiva a las empresas a abandonar estrategias de colusicn implicita reduciendo sus
precios (Rotemberg vy Woodford, 1999, Seccién 4.2).
Finalmente, un ejemplo de un factor que opera del lado de los ingresos y afecta a
la rigidez real por medio de un aumento de la pendiente de la curva de ingresos mar-
ginales (en vez de hacer que esa curva se desplace mas en respuesta a los movimien-
tos de le produccisn agregada) es la informacién imperfecta, que hace que los clientes
existentes sean mas sensibles a los aumentos de precios de lo que los nuevos clientes
lo son a los recortes de dichos precios (por ejemplo, Stiglitz, 1979; Woglom, 1982).""
© La referencia clasica es Diamond (1982), Vanse también Caballero yy ons (1992), Cooper y Hale
tiwanger (1996) y Basu y Fernald (1995),
Como vamos en fa Seccisn 5.3, los margenes de beneficio parecen ser, al menos, moderadamente
anticicticos. Si esto se vicbe a que los margenes dewatdes son anticiclicos, enlonces existen rigideces reales
del Indo de los ingresos. Pero esto 100 &8 asi si, como sostione Shordane (21102), las margenes son anticicli-
€05 tinicamente porgite las barteras al ajuste de precios nominales hacen que las empresas no ajusten sus
precios en respuesta a fluctuaciones prociclieas del coste marginal304 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO
Aunque la teoria neokeynesiana sobre las fluctuaciones no depende de ninguna
concepcién concreta sobre cuales son las causas de la rigidez real y de la insensibili-
dad de la funcién de beneficios, es obvio que el mercado de trabajo es esencial. En el
cjemplo de la seccién anterior, la combinacién de una curva de oferta de trabajo re-
lativamente inclastica y de un mercado que se vacia hace que el salario real se reduz~
ca significativamente cuando la produccién cae. En consecuencia, las empresas tienen
poderosos jncentivos a recortar los precios y contratar una cantidad de trabajo mucho
mayor al nuevo salario vigente para satisfacer el aumento de la demanda de bienes.
Estos incentivos al ajuste de precios probablemente superan los efectos derivados de
las complicaciones que pudieran existir en los mercados de bienes 0 de crédito.
Una caracteristica del mercado de trabajo que tiene una influencia importante en
el grado de rigidez real es el grado de movilidad laboral. Si la movilidad no es per-
fecta en el corto plazo, el salario real al que se enfrenta una empresa aumenta a me-
dida que ésta contrata a més trabajadores. Asi, pues, cuanto menor es Ja movilidad
laboral, menor sera el recorte de precios y el aumento de cantidades que la empresa
estara dispuesta a asumir en respuesta a una caida en la produccién agregada. En
definitiva, una menor movilidad laboral aumenta el grado de rigidez real.
Sin embargo, es poco probable que la existencia de barreras a la movilidad labo-
ral, aunque sean de consideracién, sea determinante. Asi, pues, el enfoque keynesia-
no requiere que los costes del trabajo no disminuyan tanto como lo harian en el caso
de que la oferta de trabajo fuera relativamente ineléstica y los trabajadores se encon:
trasen en sus curvas de oferta de trabajo.
En términos generales, hay dos razones que pueden explicar por qué los salarios
reales no son muy prociclicos. En primer lugar, la oferta de trabajo agregada a corto
plazo podria ser relativamente eldstica (como consecuencia, por ejemplo, de la susti-
tuci6n intertemporal). Pero como vimos en la Seccién 4.10, el éxito empirico de esta
concepcién del mercado de trabajo ha sido limitado.
En segundo lugar, las imperfecciones del mercado de trabajo (como las que estu-
diaremos en el Capitulo 9) pueden hacer que los trabajadores se encuentren fuera de
su curva de oferta durante al menos parte del ciclo econdémico. En los modelos de
salarios de eficiencia, contratos y buisqueda-emparejamiento que presentamos cn ese
capitulo, el coste laboral para las empresas puede no coincidir con el coste de opor-
tunidad del tiempo para los trabajadores. De modo que estos modelos rompen el
vinculo que existe entre Ja elasticidad de la oferta de trabajo y la sensibilidad del
coste laboral a perturbaciones de la demanda. De hecho, el Capitulo 9 presenta di-
yersos modelos que implican un caracter relativamente aciclico de los salarios (0 de
los costes laborales de las empresas) a pesar de la inelasticidad de Ia oferta de traba-
jo. Si una imperfeccion de este tipo hace que los salarios reales sean poco sensibles a
las perturbaciones de la demanda, reducira notablemente los incentivos empresaria~
Jes para variar los precios en respuesta a tales perturbaciones”.
Ademés, la posibibdad de que en el mercado de trabajo existan importantes rigidfeces reales sugie-
re que las pequefias barferas al ajuste nommal pueden hacer que las perturbaciones nominales tengan
ofeetos reales considerabies a través de Ia rigidez de los salarios nominales mas que la de los precios
nominales. $i los salarios reales son muy rigidos, una expansion imputnada por la demanda solo causard
un pequefio aumento del salario real éptime 1eiias fricciones en el ajuste
En consecueneia, asi como peg
oe66 La rigidez real 305
Un segundo ejemplo cuantitativo
Para comprender la importancia que pueden tener las imperfecciones del mercado
laboral, examinaremos una variante (tomada de Ball y Romer, 1990) del ejemplo de
los incentives empresariales a cambiar cl precio de sus bienes en respuesta a una
perturbacién monetaria. Supongamos que por alguna razén las empresas pagan sa-
larios que estén por encima del nivel de equilibrio del mercado y que la elasticidad
del salario real respecto de la produccidn agregada es f:
w :
= Ay?
P
De modo que, como en el caso 3 de la Seccidn 5.3, el comportamiento ciclico del sa-
lario real no depende de la elasticidad de la oferta de trabajo, smo de una «funcién
de salario real».
El resto del modelo es igual, asi que los beneficios de la empresa i vienen dados
por la ecuacién (6.37), donde cl salario real es igual a AY” en vez de Y™”". Se sigue de
esto que
(6.53)
(comparese con la ecuacién {6.49]). El precio real Gptimo es, una vez mas, 7)/(7 — 1)
multiplicado por el salario real, es decir, |77/() - 1) AY”. Luego la produccién de equi-
librio con precios flexibles es [(7 — 1)/(yA)}", Supongamos que los valores de A y 8
son tales que la oferta laboral en el equilibrio de precios flexibles supera la cantidad
de trabajadores que emplean las empresas”!
Veamos ahora qué incentivo tiene la empresa representativa pata variar sus pre-
cios en respuesta a una caida de la demanda agregada (suponiendo una vez mas que
las demas empresas no cambian 10s suyos). Si la empresa no varia su precio, entonces
P,/P = 1, de modo que la ccuacién (6.53) implica
M_ypMy'!
=> “45 } (6.54)
Si la empresa cambia el precio, el nuevo precio real de sus bienes sera igual a
I7/(y ~ AY". Reemplazando esta expresion en (6.53), obtenemos
de precivs nominales pueden Hever a una considerable rigidee de estos precios, ocurre exactamente lo
mismo con el ajuste de salarios nominales,
2" Cuando los precios son fleaibles, cada empresa establece su precio relativo en el valor fy/(7= DI
(W/P). De modo que en el equilibvie de precios floxibles, el salario real ha de ser (y ~ 1)/n, y por ende, la
oferta de trabajo sera [(7 ~ 1)/n}). De modo que la condicion para que la oferta laboral exceda la demanda
‘en el equilibriv de precios flevibles es [07 — 1)/n¥ > Ky - T/A”306, Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO,
» Myint op vo my
Abol. ) a(S) "(2)" 49 (4)
\P} \P/} \n-U \Pi
aren hf YM) tint
- y-t\y-t) LP}
Si f (el pardmetro que rige el comportamiento ciclico del salario real) es pequeiio,
este cambio del modelo tiene efectos sorprendentes sobre los incentivos al ajuste de
precios. Supongamos, por ejemplo, que f = 0,1, 1) = 5 (igual que antes) y A = 0,806 (de
modo que el nivel de ¥ con precios flexibles es 0,928, 0 sea, alrededor de un 95 por
100 por encima de su nivel con y = 0,1 y un mercado laboral en equilibrio). Si susti-
tuimos estos valores en las ecuaciones (6.54) y (6.55) tenemos que si la oferta mone-
taria se reduce en un 3 por 100 y las empresas no ajustan sus precios, la ganancia que
obtendria la empresa represeniativa si cambiara su precio scria, aproximadamente,
0,0000168, 0 sea, alrededor del 0,0018 por [00 de fos ingresos que obtiene en el equi-
librio de precios floxibles. Incluso si M cayera en un 5 por 100 y f = 0,25 (y estipula~
mos A = 0,815 para que el nivel de Y con precios flexibles siga siendo 0,928), el ineen-
tivo para ajustar los precios representa apenas el 0,03 por 100 de los ingresos que
obtiene la empresa cuando los precios son flexibles
Este ejemplo muestra cémo la existencia de rigidez real y de pequehas barreras
al ajuste de precios nominales puede generar una vlevada rigidez nominal. Pero po-
demos afirmar sin temor a equivocarnos que el ejemplo que hemos dado implica un
grado inverosimil de rigide real on el mercado laboral, ya que hemos supuesto que
la elasticidad del salario real respecto de ta produccion no es mas que 0,1, mientras
que la evidencia examinada en la Seccién 5.6 sugiere que en la practica la elasticidad
es considerablemente superior. Una descripcién més realista implicaria, probable
mente, un menor grado de rigidez real en el mercado laboral, pero incluiria la pre-
sencia de otras fuerzas que pudieran moderar las fluctuaciones de los costes y con-
ferirles a los margenes de bencficio deseados un caracter anticiclico.
Otro tipo de fi
ciones
Es posible que las barreras que impiden un ajuste completo en respuesta a una per-
turbacién nominal no estén relacionadas con la politica de ajuste de precios y de sala
tios. Algunas investigaciones, por ejemplo, analizan las consecuencias del hecho de
que los contratos de deuda no se suelen indexar, es decir, los contratos de préstamo y
los bonos suelen estipular una sucesién de pagos nominales que el prestatario debe
cfectuar al prestamista. Luego las perturbaciones nominales dan lugar a redistribucio-
nes. Por ejemplo, una perturbacién nominal negativa aumenta en términos reales el
peso de la deuda que afrontan los prestatarios. $i los mercados de capitales fueran
perfectos, estas redistribuciones carecerian de efectos reales de importancia: mientras
el beneficio, ajustado en funcién del riesgo, exceda a los costes, seguir habiendo inver-
siones independientemente de si Jos propios empresarios pueden aportar los fondos
ios para llevar a cabo sus proyectos o deben recufrir al mercado de capitales.
necesa:66 Larigidez real 307
Pero en la realidad los mercados de capitales no son perfectos. La posesién asi-
métrica de informacién por parte de prestamistas y prestatarios, junto con la aversion
al riesgo y la responsabilidad limitada, suelen hacer que el resultado éptimo sea in-
alcanzable porque significa que los prestatarios no soportan todo el coste asociado a
un resultado muy malo de sus proyectos de inversidn. Pero si los prestatarios estén
parcialmente asegurados contre el riesgo de unos malos resultados, tienen un incen-
tivo para sacar partido de esa asimetria de la que gozan en la posesi6n de informa-
cidn respecto de los prestamistas y pedir prestado tinicamente cuando saben que sus
proyectos son arriesgados (seleccién adversa) 0 correr riesgos en los proyectos que
emprenden (riesgo moral). Estas dificultades inducen a los prestamistas a cobrar un
plus por sus préstamos; esto implica que suele haber menos inversion (y la que hay
es menos eficiente) cuando la financiacién es externa que cuando son los propios
empresarios los que aportan los fondos.
En situaciones como la descrita, la redistribucién es importante: la transferencia
de riqueza de los empresarios a los prestamistas hace que los primeros sean mas
dependientes de la financiacién externa y reduce, por tanto, la inversién. De modo
que si los contratos de deuda no se indexan, es probable que las perturbaciones no-
minales tengan efectos reales. De hecho, la flexibilidad de precios y salarios puede
aumentar los efectos redistributivos de las perturbaciones nominales y, por tanto,
incrementar también sus efectos reales. ste mecanismo de accién para los efectos
reales de las perturbaciones nominales recibe el nombre de deflacién de deuda™.
Esta concepcién sobre la naturaleza de las imperfecciones nominales se enfrenta
a las mismas dificultades a las que se enfrentan las teorias basadas en las fricciones
del ajuste nominal de precios. Por ejemplo, cuando la no indexacién de los contra
tos de deuda provoca que una caida de la oferta monctaria redistribuya la riqueza en
detrimento de las empresas y en favor de los prestamistas, la curva de coste marginal
de las empresas se desplaza hacia arriba. Para casos razonables, este ascenso no es de
gran magnitud. $i el coste marginal cae mucho cuando lo hace la produccion agrega-
da (por ejemplo, debido a una caida pronunciada de los salarios reales) y el coste
marginal no lo hace, el modesto aumento de costes provocado por la reduccién de la
oferta monetaria sélo produce un pequeiio descenso de la produccién agregada. Si,
por otra parte, el coste marginal cambia poco y el ingreso marginal es muy sensible
al nivel de produccion agregada, esta pequeita variacién en los costes generard gran-
des cambios en la produccién. De modo que e! mismo tipo de fuerzas que son nece-
sarias para que fa presencia de pequenas barreras al ajuste de precios Ieve a grandes
fluctuaciones de la demanda agregada son también necesarias para que el pequeno
coste que significaria indexar los contratos de deuda tenga el mismo efecto.
Liste andlisis sugiere una interpretacién alternativa de! modelo de Lucas. Recor-
demos que este modelo se basa en dos supuestos: que la informacién con que cuen-
tan los agentes sobre el nivel de precios es imperfecta y que hay un grado considera-
ble de sustitucién intertemporal de la oferta de trabajo, y hemos dicho que como
primera aproximacién ninguno de estos supuestos parece aceptable. Pero el andlisis
* E] término fue acaiade por Irving Fisher (1933), Para un tratamiento mués medemo, véese Be
nanke y Gertler (1988) La Seccidn 8.9 presenta un modelo de inversién v de los efectos de cambios de la
Fiqueza de los empresarios cuando los mercados financicros son imperfectos.308 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO
que acabamos de realizar sugiere que los principales resultados del modelo de 1: 2+
no dependen de estas hipétesis. Supongamos que por alguna razon los fijado:
precios optan por no adquirir informacién actualizada sobre el nivel de precios, de
modo que el comportamiento de la economia es el que describe e) modelo de Lucas.
En una situacién como ésta, el incentivo que tienen los fijadores de precios para ob-
tener informacién sobre el nivel de precios y ajustar sus precios y su produccién en
respuesta a csa informacién queda determinado por las mismas consideraciones que
determinan el incentivo para ajustar los precios en los modelos de coste de ment.
Como hemos visto, existen muchos mecanismos posibles, ademas de la sustitucién
intertemporal, que pueden reducir este incentivo. De modo que ni la falta de infor-
macién sobre e] nivel de precios ni la sustitucion intertemporal son esenciales para
que funcione el mecanismo que identifica Lucas. 1a friccién del ajuste nominal pue-
de representar un impedimento o coste menor del hecho de obtener informacién
sobre los precios (0 de ajustar los propios precios a la luz de esa informacién). Reto-
maremos esta cuestion en la Seccién 6.13
6.7 Modelos de fallos en la coordinacion
y teorias reales no walrasianas
Modelos de fallos en la coordinacion
En todos los modelos de Muctuaciones que hemos examinado, cuando los precios son
flexibles, la economia tiene un tinico equilibrio. De modo que sdlo puede haber fluc-
tuaciones cuando varia el nivel de equilibrio de precios flexibles (como en los mode-
los de ciclo econémico real) 0 cuando la economia se aparta de ese equilibrio (como
cn los modelos de rigidez nominal). Pero si existe mes nivel de produccién que
constituya un equilibrio de precios flexibles, las fluctuaciones también pueden surgir
cuando ia economia pasa de uno a otro.
Cooper y John (1988) presentan un sencillo marco general para analizar la multi-
plicidad de equilibrios en la actividad agregada. Suporen una economia formada por
muchos agentes idénticos. Cada uno de ellos elige el valor de alguna variable (que
para mayor conerecion Ilamaremos «producciém,) y toma como dadas las elecciones
Vu, #) al beneficio que obtiene el agente i
cuando elige producir y, mientras todos los demas cligen ¥ (solo trataremos aqui de
los equilibrios simétricos, lo cual nos evita tener que indicar qué sucede cuando las
de los demas agentes. Llamemos U,
* Otra linea de trabajo investiga que stcede cuando,
momento cualguiera. no todos los agen-
tes estan ajustando sus saldos de dine de alta potencia De modo que cuando la autoridad pertinente
modifica la base monetaria, no puede lograr un cambio proporcional en los saldos de cacta uno de Tos
agentes. LLa consecuencia de esto es que [os cambios en la oferia monelaria suelen afectar los saldos mo-
nretarios reales (y fo hariar
incluso si todos fos precios y You might also like