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Avanzada MACROECONOMIA AVANZADA Tercera edicién David Romer Universidad de California, Berkeley Traductor Gloria Trinidad a MADRID « BOGOTA - BUENOS AIRES « CARACAS « GUATEMALA - LISBOA + MEXICO NUEVA YORK - PANAMA - SAN JUAN - SANTIAGO » SAO PAULO = JCKLAND + HAMBURGO + LONDRES « MILAN MONTREAL + NUEVA DELHI - PARIS. SAN FRANCISCO SIDNEY + SINGAPUR « SAN LUIS « TOKIO - TORONTO Introduccion Capitulo 1 Capitulo 2 Capitulo 3 Capitulo 4 Capitulo 5 Capitulo 6 Capitulo 7 Capitulo 8 Capitulo 9 Capitulo 10 Capitulo 11 RESUMEN DE CONTENIDO El modelo de crecimiento de Solow Modelos de horizonte temporal infinito y de generaciones solapadas La nueva teoria del crecimiento La teoria del ciclo econémico real Las teorias tradicionales keynesianas sobre las fluctuaciones economicas Fundamentos microeconémicos del ajuste nominal incompleto El consumo La inversion El desempleo La inflacion y la politica monetaria EL déficit presupuestario y la politica fiscal Referencias bibliograficas indices 50 102 176 225 275 353 392 445 509 573 635 667 CONTENIDO Aplicaciones empiricas xvii Prologo a la tercera edicion xix Introduccion 1 Capitulo 1 EL MODELO DE CRECIMIENTO DE SOLOW 6 11 Algunos hechos basicos sobre el crecimiento econdmico 6 1.2 Supuestos de partida 10 13. El funcionamiento del modelo 15 14 Los efectos de un cambio en Ja tasa de ahorro 18 1.5 Implicaciones cuantitativas 23 1.6 El modelo de Solow y las cuestiones principales de la teoria del crecimiento 7 1.7 Aplicaciones empiricas 30 1.8 El medio ambiente y el crecimiento econdmico 38 Problemas 46 Capitulo 2 MODELOS DE HORIZONTE TEMPORAL INFINITO Y DE GENERACIONES SOLAPADAS 50 Parte A EL MODELO DE RAMSEY-CASS-KOOPMANS 50 2.1 Supuestos de partida 50 2.2. El comportamiento de los hogares y de las empresas 52 23. Fl funcionamiento de la economia 58 24 Fl bienestar 64 2.5 La senda de crecimiento sostenido 65 2.6 Los efectos de una disminucién en la tasa de descucnto 66 2.7 Los efectos del gasto publico 72 xi xii CONTENIDO Parte B 28 29 2.10 241 212 ulo Parte A 3.1 3.2 3.3 3.4 3.6 3.7 Parte B 3.8 3.9 3.10 3.11 3.12 Capitulo 4a 42 4.3 44 45 4.6 EL MODELO DE DIAMOND Supuestos de partida El comportamiento de los hogares El funcionamiento de la economia La posibilidad de ineficiencia dinamica EL Estado en el modelo de Diamond Problemas 3. LA NUEVA TEORIA DEL CRECIMIENTO MODELOS DE I+D Marco general y supuestos de partida EI modelo en ausencia de capital El caso general La naturaleza del conocimiento y los factores determinantes de la asignacién de recursos a 1+D El ahorro endégeno en ios modelos de acumulacién de conocimiento: un ejemplo Los modelos de acamulacién de conocimiento y los temas centrales de la teoria del crecimiento Una aplicacién empirica: el crecimiento de la poblacién y el cambio tecnolégico desde el aio 1000000 a. C LAS DIFERENCIAS EN EL NIVEL DE RENTA DE LOS PAISES. La ampliaci6n del modelo de Solow: la inclusion del capital humano Una aplicacién empirica: la exp internacionales en los nivel Las infraestructuras sociales Ln modelo de produccién, proteccién y depredacién Diferencias en las tasas de crecimiento cacion de las diferencias de renta Problemas 4 — TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL Introduccién: algunos hechos basicos sobre las fluctuaciones econémicas Teorias sobre las fluctuaciones de Ja economia Un modelo basico de ciclo econdmaco real El comportamiento de los hogares Una variante del modelo Resolucién de la versién general det modelo 78 78 80 82 89 93 95, 102 103 103 105 1 uy 135 140 146 168 176 176 181 183 185 190 196 47 48 49 4.10 CONTENIDO Implicaciones Una aplicacion empsrica: 1a persistencia de las fluctuaciones en él nivel de produccién Una aplicacién empirica: calibracién de un modelo de ciclo econémico real Ampliaciones y limitaciones del modelo Problemas Capitulo 5 LAS TEORIAS TRADICIONALES KEYNESIANAS SOBRE LAS FLUCTUACIONES ECONOMICAS La demanda agregada La economia abierta Supuestos alternativos sobre la rigidez de salarios y precios La relacin de intercambio entre la produccién y Ia inflacién Una aplicacién empirica: el dinero y la produccién Una aplicacién empirica: comportamiento ciclico de los salarios reales Problemas Capitulo 6 © FUNDAMENTOS MICROECONOMICOS Parte A 61 6.2 6.3 Parte B Parte C 6.8 6.9 6.10 DEL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO EL MODELO DE INFORMACION IMPERFECTA DE LUCAS La hipétesis de informacion perfecta La hipdtesis de informacién imperfecta Implicaciones y limitaciones LA ECONOMIA NEOKEYNESIANA. Un modelo de competencia imperfecta y fijacién de precios ¢Son suficientes las fricciones pequehas? La rigidez real Modelos de fallos en la coordinacion y teorias reales no walrasianas LOS MODELOS NEOKEYNESIANOS DINAMICOS Y EL AJUSTE ESCALONADO DE PRECIOS Estructura de los modelos neokeynesianos dinamicos Precios predeterminados Precios fijos xiii 211 214 220 225 226 235 245 255 262 268. 271 276 277 280 284 289 290 295 299 308 315 316 322 325, xiv CONTENIDO. 6.11 6.12 6.13 El modelo de Caplin-Spulber Aplicaciones empiricas El modelo de Mankiw-Reis Problemas Capitulo 7 EL CONSUMO 7A 72 7.3 74 75 7.6 Consumo en condiciones de certidumbre: la hipétesis de la renta permanente Fl consumo en condiciones de incertidumbre: la hipstesis del paseo aleatorio Aplicacién empirica: dos contrastaciones de la hipétesis del pasco aleatorio del consumo Fl ahorro y cl tipo de interés Consumo y activos de riesgo Mas alla de la hipotesis de la renta permanente Problemas Capitulo 8 LA INVERSION 8.1 8.2 8.3 84 8.5 8.6 8.7 8.8 8.9 8.10 La inversién y el coste del capital Un modelo de inversion con costes de ajuste La q de Tobin Anilisis del modelo Implicaciones Una aplicacién empirica: q y Ja inversién Los efectos de la incertidumbre Costes de ajuste quebrados y fijas Las imperfecciones de los mercados financieros Aplicacién empirica: el flujo de caja y la inversion Problemas Capitulo9 EL DESEMPLEO 91 9.2 9.3 94 9.5 9.6 97 98 99 Introduccién: teorias sobre el desempleo Un modelo general de salarios de eficiencia Una versién més general del modelo E1 modelo Shapiro Stiglitz Los contratos implicitos Los modelos de trabajadores internos y externos La histéresis Los modelos de busqueda y emparejamiento Aplicaciones empiricas Problemas 332 335 340 347 353 354 359 363 368 372 377 387 392 393 396 401 403 406 413 46 420 424 435, 440 445 445, 447 453 457 470 475 479 484 493, 502 CONTENIDO xv Capitulo 10 LA INFLACION Y LA POLITICA MONETARIA 509 10.1 La inflacién, el crecimiento de la oferta monetaria y los tipos de interés 510 10.2 La politica monetaria y la estructura temporal de los tipos de interés 515 10.3 La incoherencia dindmica de la politica econdmica de control de ta inflacion 519 16.4 Como tratar el problema de !a incoherencia dinamica 524 10.5 Qué puede conseguirse a través de la politica econdmica? 534 10.6 Las reglas sobre el tipo de interés y la aplicacién de la politica econémica 539 10.7 Un modelo para analizar las reglas sobre el tipo de interés 547 10.8 Sefioreaje e inflacion 552 10.9 Los costes de la inflacién 562 Problemas 567 Capitulo 11 EL DEFICIT PRESUPUESTARIO Y LA POLITICA FISCAL 573 11.1 La restriccion presupuestaria del Estado 574 11.2 El resultado de la equivalencia ricardiana 581 11.3. La cquivalencia ricardiana en la practica 583 114 Elajuste impositivo 587 115 Teorias de politica econémica sobre el déficit presupuestario 594 11.6 La acumulaci6n estratégica de deuda 597 11.7 Laestabilizacién retardada 607 11.8 Una aplicacién empirica: la politica y los déficit en los passes industrializados 613 11.9 Los costes del déficit 619 11.10 Un modelo de crisis crediticia 623 Problemas 629 Referencias bibliograficas 635 indice de autores 667 indice de materias 675 Secci6n 1.7 Secci6n 2.7 Seccion 2.11 Secci6n 3.7 Seccion 3.9. Seccién 3.10 Seccién 4.8 Seccién 4.9 Seccién 5.5 Seccién 5.6 Seccién 6.3 Seccion 6.12 Seccion 7.1 Secci6n 7.3 gens a t on 9.9 APLICACIONES EMPiRICAS La contabilidad del crecimiento Convergencia E] ahorro e inversién La guerra y los tipos de interés reales éSon las economias modernas dindamicamente eficientes? Crecimiento de la poblacién y cambio tecnoligico desde el aio 1000000 a. C. La explicacion de las diferencias internacionales en los niveles de renta Geografia, colonialismo y desarrollo econémico Ta persistencia de las fluctuaciones en el nivel de produccion Calibracién de un modelo de ciclo econdmico real El dinero y la produccién El comportamiento ciclico de los salarios reales Evidencia internacional sobre la relacién produccién-inflacion Evidencia experimental sobre juegos de fallos en la coordinacién La inflacion media y la relacién de intercambio entre produccién e inflacién Pruebas microeconémicas del ajuste de precios La inercia de la inflaci6n Cémo interpretar las funciones estimadas de consumo El test de Mankiw y Campbell basado en datos agregados E] test de Shea a partir de datos de los hogares El misterio de la prima de las acciones Los limites de crédito y el endeudamiento gy la inversion FI flujo de caja y la inversion Efectos contractivos sobre el nivel empleo Diferencias salariales intersectoriales Lo que dicen las encuestas sobre las causas de la rigidez salarial xvii 92 129 140 152 206 2 262 268 XViii APLICACIONES EMPIRICAS Seccién 10.2 Seccion 10.4 Secci6n 11.1 Seccién 11,8 La respuesta de la estructura temporal ante un cambio en el objetivo de tipos de interés de los fondos federales La independencia del banco central y la inflaci6n Esta la politica fiscal estadounidense sobre una senda sostenible? La politica y los déficit on los paises industrializados 578 613 La macrocconomia es el estudio de la economia en su conjunte y aborda, por tanto, algunas de las cuestiones mas relevantes de ia economia: por qué algunos passes son ricos y otros pobres; qué causas explican el crecimiento de un pais; qué factores se hallan cn el origen de las recesiones y los auges econdmicos; por qué existe el desem- pleo y qué determina su magnitud; cudles son las fuentes de la inflacién, 0 cémo afectan las politicas puiblicas al nivel de produccién, el desempleo, la inflacién o el crecimiento econdmico. Este es el tipo de cuestiones que conforman el objeto propio de la macroeconomia libro es una introduccién avanzada al estudio de la macroeconomia y examina las principales teorias que se han formulado sobre los temas mas importantes de la macroeconomia. Su intencidn es, por un lado, proporcionar una visién de conjunto a los estudiantes que con é! concluyen el estudio de la macroeconomia, y por otro, servir de iniciacién a aquellos otros que han de pasar a cursos més avanzados 0 a la investigaciGn en los campos de la macrocconomia o de la teorfa monetaria. El libro adopta un enfoque amplio de los contenidos objeto de fa macrocconomia. Una parte sustancial del mismo esta dedicada al tema del crecimiento econdmico, aun cuando contiene distintos capitulos que tratan exclusivamente de la tasa natural de desempleo, la inflacion y el déficit presupuestario. Cada parte dedica un apartado a describir y debatir los problemas esenciales y las teorias en conflicto. En todo mo- mento he pretendido vincular los contenidos a aspectos relevantes de Ja realidad. Hacemos amplio uso de [as téenicas y los modelos, pero entendiendo siempre que se rata de instrumentos para entender mejor ciertas cuestiones importantes y no meros ines en si mismos. Los tres primeros capitulos del libro tratan sobre el crecimiento econdmico. El indlisis se centra en dos cuestiones fundamentales: por qué algunas economias son miucho més ricas que otras y qué causas se hailan detras del enorme incremento que nan experimentado las rentas reales a lo largo de la historia. El Capitulo | esta clecti- zado al modelo de crecimiento de Solow, que es la referencia basica de ia mayoria de os andlisis sobre el crecimiento. El modelo de Solow considera el pragreso tecnolé- zico como un dato ¢ investiga los efectos de la distribucion de ia produccién entre consumo é inversién en la acumulacion del capital y el crecimiento econdmico. El =pitulo presenta y analiza el modelo para a continuacién valorar hasta qué punto ~os sive para responder a los interrogantes principales sobre el crecimiento 1 2 INTRODUCCION El Capitulo 2 relaja la hipstesis de Solow de que la tasa de ahorro es exdgena y fija y se centra en dos modelos: uno en el que cl ntimero de hogares de la economia €8 fijo (e] modelo de Ramsey) y uno en el que no lo es (el modelo de Diamond). El Capitulo 3 presenta la nueva teorfa del crecimiento econémico. La primera parte investiga cuales son las fuentes de acumulacin del conocimiento, c6mo se asignan los recursos destinados a dicha acumulacion y cudles son los efectos de la misma sobre el crecimiento econémico. La segunda parte trata especificamente de jas causas que pueden explicar las enormes diferencias en la renta media de los paises. Las fluctuaciones econdémicas en el corto plazo (es decir, los cambios de un aio para otro, o de un trimestre a otro, del empleo, el desempleo y el nivel de produc- cién) se estudian en los Capitados 4 a 6. El Capitulo 4 analiza algunos modelos que tratan de explicar estas fluctuaciones donde se presume que no existen imperfeccio- nes, externalidades o mercados inexistentes y donde Ja economia sdlo estd expuesta a perturbaciones de naturaleza real. Nuestra presentacion de la teoria de Jos ciclos econdmicos reales comprende un modelo bdsico cuyo funcionamiento es bastante sencillo y uno més sofisticado que incorpora algunos rasgos adicionales sobre las fluctuaciones econémicas. Los Capitulos 5 y 6 se centran en los modelos de corte keynesiano sobre las fluc- tuaciones econdmicas. Estos modelos se basan en la lentitud de los ajustes nominales de precios y salarios y hacen hincapié tanto en las perturbaciones reales como en las de naturaleza monetaria. El Capitulo 5 parte de la premisa de que los ajustes en la economia no se producen de forma automatica y estudia sus consecuencias y las formas que pueden adoptar. El Capétulo 6, por su parte, analiza una cuestin funda- mental: cuales son las causas de que los salarios nominales y los precios no se ajusten inmediatamente en respuesta a una perturbacidn. El capitulo repasa el modelo de informacién imperfecta de Lucas, teorias neokeynesianas estaticas sobre las peque- fas frieciones en el proceso de fijacién de precios y los modelos neokeynesianos di- namicos sobre el ajuste rigido de los precios. El andlisis llevado a cabo en los seis primeros capitulos sugiere que el comporta miento cel consumo y de {a inversién es esencial para explicar tanto el crecimiento como Jas fluctuaciones econdmicas. Asi, pues, los Capitulos 7 y 8 examinan en mayor detalle los factores determinantes del consumo y de la inversion. En ambos capitulos, el andlisis parte de un modelo basico y estudia luego visiones alternativas de la cues- tin. En el caso del consumo, cl modelo basico utilizado es el de la hipotesis de la renta vital permanente; en el caso de la inversién, la teoria de la q. El Capitulo 9 se ocupa cel mercado laboral, en particular de cuales son los facto- res que determinan la tasa natural de desempleo de una economia. El capitulo estu- dia, asimismo, la influencia de las fluctuaciones de la demanda de trabajo en los sa- Jarios reales y el nivel de empleo. Las teorias analizadas en este capitulo son basicamente la teoria de los salarios de eficiencia, las teortas de contratos y trabaja- dores externos e internos y los modelos de btisqueda y emparejamiento. Los dos tiltimos capitulos estan dedicados a la politica macroeconomica. El Capi- tulo 10 investiga {a politica monetaria y la inflacién. En primer término, se explica la importancia del crecimiento monetario como factor causante de inflacién, pero a través del andlisis de los efectos dei crecimiento de la masa moncetaria sobre Ja infla- iNTRODUCCION 3 cién, los tipos de interés y el stock real de dinero. A continuacién, el capitulo estudia dos causas posibles de aceleracién del crecimiento monetario: la relacién de inter- cambio a corto plazo entre el nivel de produccién y la inflacién y la necesidad del estado de apelar a la creacién de moneda como fuente de ingresos. Una parte signi- ficativa de este capitulo trata de los aspectos relativos a la aplicacién de la politica monetaria y al diseito de las reglas de politica monetaria. EI Capitulo 11 se acupa de la politica fiscal y el déficit presupuestario. La prime- ra parte del capitulo describe la restriccién presupuestaria del Estado y analiza dos visiones basicas sobre del déficit ptiblico: la equivalencia ricardiana y el ajuste impo- sitivo. El resto del capitulo esta dedicado en su mayor parte a estudiar las diversas teorias sobre las causas del déficit, ofreciendo asi una introduccién al empleo de los conceptos econdmicos para el estudio de la politica '. La macroeconomia es una disciplina tanto tedrica como empirica. Por eso com- plementamos la presentacidn de las diversas teorias con ejemplos de investigaciones empiricas pertinentes. No obstante, los apartados empfricos no tienen por objeto menos atin en este caso que en el de las secciones tedricas) ofrecer un panorama exhaustivo de la literatura disponible ni ensefiar el uso de las técnicas econométricas, ino ilustrar algunas de las posibles formas de aplicar y contrastar empiricamente las rias macroecondémicas. La presentacién de este material es fundamentalmente intuitiva y no presupone en el Jector un conocimiento de econometria que vaya mas A de cierta familiaridad general con las regresiones. En los pocos casos en que es rosible hacerlo con naturalidad, el material empirico incluye una exposicién de las leas subyacentes a las téenicas econométricas més avanzadas. Cada capitulo se cierra con un conjunto de problemas que van desde variaciones zelativamente sencillas de las ideas presentadas en el texto a elaboraciones que abor Zn nuevas cuestiones de importancia. Asi, pues, los problemas sirven tanto para que ‘os lectores refuercen su comprensién de Jo tratade como para presentar de manera isa ampliaciones significativas de las ideas expuestas en el capitulo’. El hecho de que el libro sea una introduceién avenzada a la macroeconomia tiene s consecuencias fundamentales, La primera es que para presentar y analizar las =.versas teorias el texto recurre a diversos modelos formales. Un modelo identifica = aspecto particular de la realidad y estudia sus efectos aisladamente; asi, pues, un cs odelo nos permite ver claramente las relaciones existentes entre las diversas bles de la economia y cudles son sus efectos. Asi, pues, un modelo nos permi izar de forma rigurosa hasta qué punto las teorias propuestas pueden o no a» capitulos del libro son en gran medida independientes entre si. Las secciones dedicadas al to y a las fluctuaciones son casi por completo auténomas (aunque cl Capitulo 4 se basa hasta 2.>, resto en la Parte A del Capitulo 2}. Asimismo, existe una considerable independencia entre los + gue componen cada seccidn. La nueva teoria del crecimiento (Capitulo 3) puede tratarse antes ~: .o de los modelos de Ramsey y Diamond (Capitulo 2), y los modelos keynesianos (Capitulos 5 y 1 sen estudiarse antes 0 después de Ia tooria del ciclo econémico real (Capitulo 4). Por ultimo, los “>> _imos capitulos son en gran medida autinomos (aungue e} Capitulo 7 se basa ligeramente en el 2.e1 9 ligeramente en el 6 y el 10 ligeramente en el 5) “oy Rohaly ha preparadio un manual de soluciones para los profesores que estén utilizanco el 4 INTRODUCCION responder a cicrtas preguntas y ver si de esas teorfas pueden extraerse otras pre dicciones. Este libro contiene, literalmente, decenas de modelos. La principal raz6n de se- mejante abundancia es que son muchas las cuestiones que nos interesan. Y ciertas variables econémicas que pueden ser fundamentales para estudiar un tema puedert ser irrelevantes en otro. Es evidente, por ejempio, que el dinero es un factor determi- nante de la inflacion, pero no del crecimiento a largo plazo, de modo que incorporar el dinero en modelos de crecimiento no haria mas que oscurecer eb andlisis. Asi que en lugar de pretender crear un tnico modelo para analizar todas las cuestiones abor- dadas, el libro desarrolla numerosos modelos individuales Una segunda razén por la que recurrimos a tantos modelos distintos es que mu- chas de las preguntas que nos vamos a plantear han recibido muy distintas respues- tas. En estos casos, el Jibro presenta las opiniones que gozan de mayor aceptacién y examina sus puntos fuertes y sus debilidades. Como cada teoria hace hincapié en aspectos diferentes de la economia, resulta nuevamente mas esclarecedor estudiar modelos distintos que construir un modelo que incorpore todos los aspectos en los que ponen el acento las diversas teorias, La segunda consecuencia del nivel avanzado de este libro es que se supone que el lector tiene una cierta formacién matematica y econémica. Las mateméaticas brin- dan formas concisas de expresar ideas y herramientas poderosas para analizarlas, De ahf que prescntemos y analicemos los modelos matematicamente. EI principal baga- je matematico necesario para leer este libro consiste en una comprensién cabal del andlisis matematico univariante y un conocimiento introductorio del andlisis mate ‘© multivariante. Usamos con relativa libertad herramientas tales como funcio- nes, logaritmos, derivadas y derivadas parciales, maximizacién sujeta a restricciones y aproximaciones por medio de series de Taylor. También damos por sentado un conocimiento de las nociones basicas de la probabilidad (variables aleatorias, medias, varianzas, covarianva e independencia de variables). No es necesaria ninguna formacién matemitica més alld de ese nivel. En contados lugares utilizamos herramientas mas avanzadas (por ejemplo, ecuaciones diferencia les simples, cdlculo de variaciones y programacién dinémica), pero las explicamos a medida que las usamos. De hecho, puesto que para seguir el estudio y la investiga- cién en macroeconomia es esencial el uso de técnicas matematicas, en ocasiones analizamos los modelos con mayor detenimiento de lo que seria necesario si sola- mente quisiéramos ilustrar el uso de un modelo en particular. Respecto de la economia, el libro presupone una formacién en microeconomia de nivel medio y que el lector esta familiarizado con conceptos como Ja maximizacion de beneficios y de utilidades, la oferta y Ia demanda, el equilibrio, la eficiencia y las propiedades de los equilibrios competitivos respecto del bienestar. En cuanto a la macroeconomiia en si, apenas es necesario un conacimiento preliminar reducido. Pero aquellos lectores que tengan con este libro su primer encuentro con la macroecono- mia hallaran probablemente dificiles algunos conceptos y términos y el ritmo les parecerd rapido (especialmente en el Capitulo 5). A lectores podria serles pro- vechoso repasar un texto intermedio de macroeconomia antes de comenzar este libro © bien estudiar un libro de esas caracteristicas a la par que éste INTRODUCCION 5 Ei libro esta orientado a cursos de macroeconomia del primer ato del posgrado, pero también puede utilizarse en cursos de posgrado mas avanzados y (ya sea por si -olo 9 junto a un texte de nivel intermedio) en escuelas profesionales y programas anzados de pregrado, con estudiantes que tengan una sélida formacién matemé- @ y econémica. También puede servir a los economistas y otras personas que tra- ajen en areas ajenas a la macroeconomia como una presentacién general de esta materia, . Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL 4.1 Introduccion: algunos hechos basicos sobre las fluctuaciones economicas Fn las economias modemas, los niveles agregados de produccién y empleo experi- mentan importantes variaciones en el corto plazo. A veces, la produccién y el emplec disminuyen mientras el desempleo crece; otras veces, vemos aumentar rapidamente a los primeros y bajar al segundo. Examinemos, a modo de ilustracién, el caso de Estados Unidos a principios de los aitos ochenta: entre el tercer trimestre de 1981 el tercer trimestre de 1982, el PIB real del pais cay6 un 2,7 por 100, el porcentaje de la poblacién adulta que estaba empleada disminuyé 1,3 puntos y ia tasa de desemplee pasé del 7,4 al 9,9 por 100. Luego, en el transcurso de los dos aos siguientes, el PIB real crecié el 12,9 por 100, el porcentaje de la poblacién adulta empleada subis 2 puntos y la tasa de desempleo volvi6 a bajar al 7,4 por 100 Uno de los objetivos centrales de la macroeconomia es comprender las causas de estas fluctuaciones agregadas. En este capitulo y los dos que le siguen presentaremos las principales teorias que se han fornvulado sobre los origenes v la naturaleza de las fluctuaciones macroeconémicas. Pero antes de examinar la teuria, esta seccidn presen- la un breve resumen de algunas de las caracteristicas principales de las fluctuaciones a corto plazo. Para que nuestra exposicién sea mas concreta y teniendo en cuenta e papel que ha desempefiado la experiencia estadounidense en la formulacién del pensamiento macroeconémico, centraremos nuestro estudio en Estados Unidos. Una de las primeras caracteristicas importantes de las fluctuaciones cs que ne exhiben ningtin patrén regular o ciclico sencillo. El Grafico 4.1 presenta ef PIB real trimestral ajustado estacionalmente de Estados Unidos desde 1947 y el Cuadro 4.1 resume cl comportamiento del PIB real durante [as nueve recesiones de la pos- guerra’. Tanto uno como otro muestran que la intensidad de los declives de la pro- duccidn varia considerablemente y que lo mismo ocurre con a distancia entre ellos. " La datacion formal de las recesiones en Estaclos Unidos no se basa exctusivamente en el comporte miento del PIB real; en realidad, es el National Bureau of Fconamic Research (NBER) de Estados Unides quien clasifica las recesiones basindose en diversos indicadores. De abi que tas fechas ofteiales de las cs y de los fondos determinadas por el NBER ditteran algo de Jas que aparecen en el Cuadro 4.1. mrtodologia que utiliza actualmente el NBER aparece descrita en Moore y Zarnowttz (1986) 176 4.1. Introduccion: algunos hechos basicos sobre las fluctuaciones econémicas 177 CUADRO 4.1 Las recesiones en Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial Aifo y trimestre Nuimero de trimestres Variacién del PIB real, = de la cima franscurridos hasta entre la cima 2 del PIF real el fondo del PIB real y el fondo = 1948:4 2 18% 2 1953:2 3 27 1957:3 2 37 = 1960:1 3 16 = 19703 1 <1 1973:4 5 3,1 1980:1 2 1981:3 2 1990:3 2 2001:2 1 12,000 = 10.000) 8.000: Z 7.000} 6.000 5.000 4.000 3.000 | 2.000 I 3 L yg 1946 1954 1960 1966 7972 1978 1984 19901995 2002. GRAFICO 4.1 Pig real de Estados Unidos en el periodo 1947-2004 _as disminuciones del PTB real oscilan entre un 0.4 por 100 en 2001 y un 3,7 por 100 Jos afios 1957 y 1958. El tiempo transcurrido entre el final de una recesién y el omicnzo de Ja siguiente va de cuatro trimestres en e! bienio 1980-1981 a diez afios la década de 1991 a 2001. La pauta que sigue en cada caso la caida de la produc- n difiere también considerablemente. En la recesién de 1980, més del 90 por 100 Jel declive general de! 2,2 por 100 se dio en un sola trimestre; en la recesiGn de 1960, 3 produccidn disminuvé durante un trimestre, después aumenté ligeramente y lue- volvid a caer, y en las recesiones de 1957-1958 y 1981-1982, la produccién «: ardsticamente durante dos trimestres consecutivos. 178 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL Ta falta de regularidad que exhiben las variaciones de la produccién ha hecho que la macraeconomia moderna desista por lo general de interpretar el fenémeno de las fluctuaciones como una combinacién de ciclos deterministas de diferente longi- tud; los intentos por discernir ciclos regulares, como los de Kitchin (tres afios), Juglar (diez aiios), Ku mets (veinte altos) y Kondratiev (cincuenta aos), han sido abando: nados casi por completo por considerarlos improductivos*. La opinion gencralmente aceptada hoy dia es que la economia sufre perturbaciones de diversos tipos y medi- das a intervalos mas 0 menos aleatorios, perturbaciones que luego se propagan a todo el sistema. I as divergencias actuales entre las principales escuelas macraccons- micas tienen que ver con las hipétesis que maneja cada una sobre estas perturbacio- nes y sobre sus mecanismos de propagacisn. Una segunda caracterfstica importante de las fluctuaciones es que se distribuyen de forma muy desigual entre los diversos componentes de la produccién. El Cua- dro 4.2 muestra Ja participacién media de cada uno de estos componentes en la pro- duccién total y, al lado, siz participacién media en la caida de la produccién (en rela cién con su crecimiento normal) durante las recesiones. Podemos observar que, aunque la inversién en existencias representa una proparci6n insignificante del PTB, sus fluctuaciones dan cuenta de casi fa mitad de la caida del crecimiento (en relacién con el normal) durante las recesiones: por término medio, la actumulacin de existen- cias es grande y positiva en las cimas y grande y negativa en los fondos. La inversion residencial (es decir, en vivienda), la inversién fija no residencial (es decir, la inver- sién empresarial, a excepcidn de las existencias) y las conypras de bienes de consumo duraderos también contribuyen de manera desproporcionada 4 las fluctuaciones de CUADRO 4.2 El comportamiento de los distintos componentes de la produccion durante las recesiones Participacién media en la caida del PIB durante Participacién media las recesiones en relacién Componente det PIB en el PIB con el crecimiento normal Consumo Bienes duraderos 85% 15,1 %% Bienes no duraderos 25.4 10,3, Servicios 304 95 InversiGn, Residencial 48 107 ja no residencial we 203 Existencias 0.6 48 Exportaciones netas 06 4 Gasto publico rregulares Here una excepein importante: evisten icionales que son sunilares en muchos aspects a las fhuctuaciones conver nales del ciclo econémica. Vanse Barsky ¥ Miron (1989) y Miron (1996) woe 4.1 Introduccién: algunos hechos basicos sobre las fluctuaciones econémicas 179 la produccién. La compra de bienes no duraderos v de servicios por parte de los consumidores, el gasto priblico y las exportaciones netas son relativamente estables * Aunque toda recesion ditiere algo de las demas, la mayoria de ellas exhibe el patron general que aparece reflejado en cl Cuadro 4.2. Ademés, los componentes que caen desproporcionadamente cuando la produccién agregada disminuye son los mismos que aumentan de forma desproporcionada cuando la produccién crece a tasas supe- riores a la normal. Un tercer conjunto de caracter ciones de la produccion. No existe una gran asimetria entre los incrementos y Jas caidas de la produccisn; es decir, cl crecimiento de la produccién se distribuye de forma aproximadamente simétrica alrededor de la media. Lo que si puede observar se es otro tipo de asimetria: la produccién parece caracterizarse por periodos relati vamente largos durante los cuales esta figeramente por encima de su senda habitual interrumpicos por breves periodos en los que esta (en términos relativos) muy por debajo* Un cuarto conjunto de caracteristicas tiene que ver con las fluctuaciones previas a la posguerra. En una serie de articulos de investigacin, C. Romer (1986, 1989) de- muestra que existen importantes seagos en las estimaciones tradicionales de las principales series temporales macroecondmicas para antes de la Segunda Guerra Mundial. La autora demuestra que las fluctuaciones agregadas previas a la Gran Depresién, si se tienen en cuenta esos sesgos, no parecen diferenciarse drasticamen- te de las fluctuaciones de las primeras cuatro décadas, mas 0 menes, después de ja Segunda Guerra Mundial. Las variaciones en el nivel de produccién de antes de la Depresién parecen ligeramente mayores y algo menos persistentes, pero no se apre- cia un cambio sensible en la naturaleza de las fluctuaciones. Puesto que ciertos as- pectos de la economia (por ejemplo, la composicién sectorial de la produccién y el papel del Estado) son muy distintos en una época y en la otra, es de suponer que el cardcter de las fluctuaciones vienc determinado por fuerzas que cambiaron mucho menos con el transcurso de los afios a que hubo una serie de cambios econémicos cuyos efectos sobre las fluctuaciones se compensaron aproximadamente entre » Es interesante senalar que, mas o menos por la época en la que Romer inicid sus investigaciones, la economia estadounidense se volvid mucho mas estable. En las casi dos décadas que siguieron a la recesién del bienio 1981-1982, Estados Unidos atrave- $6 s6lo dos recesiones suaves separadas por él periodo expansivo més largo que co- nocemos. En la Seccién 10.4 volveremos a ocuparnos de esta reciente estabilidad. Un corolario de estas conclusiones sobre las fluctuaciones de la produccién pre- vias a la Gran Depresion es que el derrumbamiento gue ésta provocé y la posterior recuperacién de los anos treinta y de la Segunda Guerra Mundial hacen palidecer cualquier otra fluctuacién previa 0 posterior. Entre los aiios 1929 v 1933, el PIB real isticas tiene que ver con la asimetria en las varia: * Tas cifras cortespondientes a las exportaciones netas indican que éstas han stdo por térmano medio nogativas a lo largo del period de la posguerra y que tienden a crecer (es deen, se vuelven menos nega- tivas) durante las recesiones. * Para decitlo con mas precision: que hay 2 periods de civcimiento extremadamente bajo seguidos inmediatamente por otros de crecimiento extremadamente alto es mucho mas comin que lo contrario, Véase, por ejemplo, Sichel (199) 180 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL de Estados Unidos cayé un 27 por 100 y la tasa de desempleo estimada aleanzé en 1933 el 25 por 100. Durante los once aitos siguientes, cl PIB real crecié a una tasa media anual det 10 por 100, con el resultado de que en 1944 cl desempleo era del 1,2 por 100. Finalmente, entre 1944 y 1947, el PIB real cay6 un 13 por 100 y cl desempleo aumenté hasta el 3,9 por 100 Para finalizar, el Cuadro 4.3 resume ef comportamiento de algunas variables ma- croeconémicas importantes durante las recesiones. Como seria de esperar, durante los perfodos recesivos cl empleo cae y el desempleo crece. Fl cuadro muestra que también disminuye la duracién media de fa semana laboral. Comparadas con La cai da de la produccion, fa disminucisn del empleo y del mimero de horas trabajadas en el conjunto de la economia (aunque no en el sector maniifacturero) suele ser pequeta: En consecuencia, durante las recesiones casi siempre disminuye la productividad (la produccién por hora trabajada). La combinacién de la caida de la productividad y de la disminucién del niimero de horas trabajadas hace que la tasa de paro varie por lo general menos que la produccién. La relacién entre la variacién de la produccién y la de la tasa de desempleo se conoce como fey de Okt, Tal y como la formutara Okun originalmente en 1962, la «dey» establecia que una caida del PIB del 3 por 100 respec- to del crecimiento normal produce un aumento del J por 100 en la tasa de desempleo {aunque actualmente sc considera més exacta wna relacién de 2 a 1). Las restantes lineas del Cuadro 4.3 resumen cl comportamiento de diversas va- riables financicras y de otras referidas a los precios. En el caso de la inflacién, no se puede discernir ningtin patrén claro. En cuanto al salatio real (al menos, sestin fo que CUADRO 4.3 El comportamiento de algunas variables macroeconomicas importantes durante las recesiones Namero Variacion de recesiones media durante en que la variable Variable Jas recesiones disminuye PIB real* -3,9% 10/10 Empleo* 28% 10/10 Tasa ue desempleo (puntos porcentuales) +16 o10 Semana laboral media, trabajadores de 2.2% 10/10 produccién, manufacturas Produccién por hora, actividades no agraria: 9/10 Inflacién (deflactor del PIB, puntos porcertuales) 4/10 Salario real por hora, actividades no agrarias* 7/0 Tipo de interés nominal, pagarés del Tesoro 9/10 a tres meses (puntos porcentuales) Tipo de interés nominal ex post, pagarés del “12 7/1 Tesoro a tres meses (puntos porcentuales) Oferta monetaria real (M-2/deflactor del PIBY* 3/7 * La vanacion durante ins recesinnes se calcula en relacién con el crecimiento medio de la vartable ala largo de todo, el period de la posguerra (de 1947 2 2004) * Datu solo disponible a partir de 1959 iin 4.2 Teorias sobre las fluctuaciones de la economia 181 se deduce de los datos agregados), tiende a caer ligeramente durante las recesiones. Los tipos de interés nominal y real disminuyen; el stock monctario real, por su parte, no muestra tn patron claro. 4.2 Teorias sobre las fluctuaciones de la economia Es natural que comencemos por preguntarnes si las fluctuaciones agregadas © pue- den explicar usando un modelo walrasiano (es decir, un modelo competitive sin ningun tipo de externalidades, asimetrias de la informacién, ausencia de mercados u otras imperfecciones). Si la respuesta es afitmativa, entonces tal vez sca posible estu diar las fluctuaciones sin necesidad de alejarse del analisis microecondémico conven- cional en ninguno de sus aspectos fundamentales Como vimos en el Capitulo 2, el modelo wairasiano basico natural para la econo- inia agregada es el modelo de Ramsey, que no sdlo da por sentada la inexistencia de imperfecciones en los mercados, sino que descarta cualquier posible cuestién asocia- da a la heterogeneidad de los hogares. En este capitulo nos dedicaremos a ampliar una variante del modelo de Ramsey que nos permita incorporar las fluctuaciones agregadas. Esta ampliacién obiiga a modificar ef modelo en dos aspectos. Primero, tenemos que suponer una fuente de perturbaciones, ya que sin ellas el modelo de Ramsey converge hacia una senda de crecimiento sostenido a partir del cual se man- tiene en un estado de crecimiento continue. Los primcros trabajos de investigacion proponian ampliar ci modelo de Ramsey atrit a causas fecnologicas (es decir, a cambios de la funcidin de produccién de un periodo a otro)*. Pero los estudios mas recientes en este campo han destacado también el papel del gasto publica”, En ambos casos, las perturbaciones son de indole real (en vez de monetaria 0 nominal): las perturbaciones tecnolégicas cambian la cantidad que se puede producir a partir de una determinada dotacidn factorial; por su parte, Jas perturbaciones del nivel de gast lico modifican la cantidad de bienes que. dado un cierto nivel de produccisn, quedan disponibles para la economia privada Por esta ravon hablamos de modelos de ciciv econdmice rea! (0 modelos CER). segunda modificacién que hay que hacer al modelo de Ramsey es permitir que el nivel de empleo varie, En todos los modelos que hemos visto ha: ta de trabajo es una variable exdgena, cuyo valor se considera con crecimiento suave. La teoria del ciclo econdmico real se ocupa de estudiar si los ma- delos walrasianos sirven para describir adecuadamente las principales caracteristicas de las fluctuaciones observadas en la realidad. De ahi que este tipo de modelos ad- mitan variaciones cn el nivel de empleo haciendo que la utilidad de los hogares de penda no sélo del consumo, sino de la cantidad de tiempo dedicado al trabajo; a ones econdmicas vendo las perturbac! fa ahora, la ofer- nte o sujeto a un Los trabajos de referencia incluven: Ky dland y Prescott 19821: Lor 986), 5 Black (19821 ” Veanse 1992) y Plosser (1983); Prescott sB 4. Chis ‘baum ( |, Baxter y King (1993), y Chnshano y Bichenbaurn 182 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL partir de aqui, cl nivel de empleo queda determinado por la interseccién de las cur- vas de oferta y demanda de trabajo. Los modelos de ciclo econémico real de este capitulo representan uno de los ex- tremos del espectro de enfoques que tratan de modelizar las fluctuaciones econdmi- cas. Se trata de modelos elaborados a partir de fundamentos microecondmicos com- pletamente walrasianos y cuyos agentes tienen por objetive la maximizacion intertemporal. Sus virtucles suelen evaluarse a través del tipo de ejercicios de calibra- ‘cidn 4.9, EL otro extremo del espectro esté representado por los modelos tradicionales keynesianos que analizaremos en el Capitulo 5. Fn estos modelos, las relaciones agregadas no se derivan, sino que se dan por supuestas; no existe optimizacién, y se concede una importancia fundamental a los rasgos no walrasianos, tales como la ri gidez de precios y la competencia imperfecta. Sus virtudes se juzgan en funcién de su capacidad para explicar las que se consideran principales caracteristicas cualitati- vas de las fluctuaciones econémicas, Hay pocos economistas que deficndan que cualquiera de estos dos extremos des critos representen una forma adecuada de modelizar las fluctuaciones econémicas. Como veremas en la Seccion 4.10, los modelos basicos de ciclo econdmico real de este capitulo tienen importantes limitaciones. Una posible solucién a estas limitaciones consiste en conservar muchos de los rasgos de estos modelos (como el énfasis en las relaciones intertemporales, la inclusi icas walrasianas y la evaluacién por medio de la calibracién), pero aftadiendo caracteristicas no walrasia nas que aproximan el modelo a los datos disponibles. Es decir, podemos conseryar el tipo de modelizacién y de evaluacisn empirica de los modelos que presentamos en este capitulo sin atencrnos a su interpretacién fundamental sobre la naturaleza de las fluctuaciones econémicas. La tiltima seccién de este capitulo analiza de forma resumida estos enfoques inspirados en los modelos de ciclo ccondmico real Por lo que se refiere a los modelos keynesianos, su limitacién mas seria es que, al presuponer clirectamente el comportamiento de ciertas variables clave, dejan muchas preguntas sin responder: no resuelven la cuestién de por qué esas variables se com- portan como lo hacen o de cudles son os factores que pueden alterarlas. Esto es particularmente importante cuando tratamos de la rigidez de precios, que es esencial para las implicaciones de este tipo de modelos. Una forma de superar esta limitac! es conservar muchas de las caracteristicas de los modelos, pero derit ando el compor- tamiento de los precios a partir de fundamentos microeconémicos. Fsto es lo que hacemos en las primeras secciones del Capitulo 6. Aunque estos modelos son ade- cuados para describir la naturaleza y los factores que explican la rigidez de precios, no resultan muy apropiados para explicar otros aspectos de las fluctuaciones econd micas. De ahi que los modelos keynesianos mas recientes tengan mucho més en co- min con los enfoques inspirados en los modelos de ciclo econémico real que con los modelos que analizamos en el Capitulo 5 y en las primeras secciones clel Capitulo 6. La Parte C del Capitulo 6 esté dedicada a los modelos de precios rigidos que tratan de incorporar al menos parte de las aportaciones de los enfoques inspirados cn los modelos de ciclo econdmico real. En definitiva, el hecho de que hayamos optado por centrarnos en los modelos puros de ciclo econémico real en este capitulo y en los modelos keynesianos puros cién que describimos en la S n de numerosas caracter 4.3 Un modelo de partida de ciclo econémico real 183 el Capitulo 5 y la primera parte del Capitulo 6 no es sino una estrategia expositiva 2ta ilustrar los diferentes aspectos de los modelos de ciclo econémico real y destacar ". La funcién de utilidad instantanea, (#), tiene dos argumentos. F] primero es el consumo por cada miembro del hogar, c. El segundo argumento es el ocio por miem- bro, que es igual a la diferencia entre la dotacién de tiempo para cada miembro (cuyo valor normalizamos en 1 por ravones de simplicidad) y la cantidad de tiempo que éste dedica al trabajo, (. Como los hogares son idénticos entre si, ¢ = C/N y € = L/N Para simplificar, 1"(¢) es logaritmico-lineal respecto de ambos argumentos: 1, =Ine, +b in(- €), b>0 (47) Los supuestos finales del modelo tiencn que ver con el comportamiento de las dos variables propulsoras, a saber, la tecnologia y el gasto puiblico. Consideremos en primer lugar la tecnologia. Para expresar cl crecimiento tendencial, el modelo supone que, en ausencia de perturbaciones, In A, es igual a A + gt, donde g es la tasa de pro- ciacién via impuestos por mera conveniencia expositiva; en Ta Seccion LL2 veremos por qué on este tipo de modelos la torma de financiacidin es irrelevante. La forme habitual de expresar el descuiento en un modelo temporal disereto no es &™, sino mas bien 1/0 + py. Pero la estructura logaritmico-lineal de este modely hace que en este caso rvsulte mix notural la formulacion exponenciat Sin embargo. entie ambos enfogiies ne hay ninguna diferencia importante; concretamente, si definimos p' = ¢”— 1, tenemos quie "= 1/(1 +/Y. La estractura logaritmico-lineal det modelo tambien explica por qué cl crecimiento de Ja poblacion ¥ el crecimento tendencial de la tecnolu- gia y del gasto publico se expresan de forma exponencral (véanse las ecuaciones [4.6), [4.8] y [1.10], mas adelante’. ly ig ao 4.4 El comportamiento de los hogares 185 reso fecnolégico. Pero, ademas, ja tecnologia también se halla expuesta a perturba- 8) 8 Ps ciones aleatorias. Por tanto, InA.=Asogtte 48) donde A representa el efecto de las perturbaciones; suponemos que A sigue un pro ceso autorregresivo de primer orden, es decir, paki) +8 -l. Sin embargo, para ver qué efecto tiene a diferencia salarial relativa entre un periodo y otro sobre la oferta de trabajo nos bastan las condiciones de primer orden para €, y ¢s, a saber: 4.4 El comportamiento de los hogares 87 (4.18) (4.19) Tados de la ") e igualamos Para ver qué implican las ecuaciones (4.18) y (4.19), dividimos amb primera ecuacién entre 7, y ambos lados de la Segunda entre w:/(1 + las dos expresiones que resultan para 4. Con ello, obtenemos P 1 F , 1 (4.20) 0 dicho de otro modo, (421) (l+ia Ta ecuacién (4.21) implica que la oferta de trabajo relativa de cada periodo responde al salario relativo. Por ejemplo, si we; aumenta respecto de «ws, el hogar reducira su ocio en el primer perfodo en favor del ocio en el segundo, o dicho de otro modo, aumentaré la oferta de trabajo del primer periodo respecto de la del segundo. Debido al caracter logaritmico de la expresién, la clasticidad de la sustitucién del ambos periodos es igual a 1. La ecuacidn (4.21) también implica que un aumento de r haré que aumente la oferta de trabajo en el primer perfodo en relacién con la del segundo periodo. Pode- mos entenderlo intuitivamente si pensamos que una subida del tipo de interés hace més atractiva la opcién de trabajar ahora y ahotrar en lugar de trabajar maiiana Como veremos, este efecto del tipo de interés sobre la oferta de trabajo es un factor fundamental para explicar lay fluctuaciones del nivel de empleo en los modelos de ciclo econdmico veal. La respuesta de la oferta de trabajo al salario relativo y al tipo ‘atertemporal de la oferta de trabajo (Lucas ¥ de interés se conoce como sistituci Rapping, 1969) El problema de optimizacion de los hogares en condiciones de incertidumbre El segundo aspecto en que el problema de optimizacidn del hogar en este modelo se diferencia del de Ramsey es que cl hogar se enfrenta aqui a la incertidumbre sobre los futuros valores de Ja rentabilidad y del salario. Esto explica que su eleccién de valores de consumo y de oferta de trabajo no siga wna pauta determinista; por el contrario, el valor que el hogar asigne a ¢ y a ( cn un momento dado puede depender de todas las perturbaciones de la tecnologia y del gasto publico habidas hasta el mo- mento. Esto supone que es bastante dificil hacer una descripcién completa del com- portamiento de| hogar; por suerte, podemos describir los aspectos fundamentales de 188 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL ese comportamiento sin tener que resolver por completo el problema de optimiza cin. El lector recordara que en ¢l caso del modelo de Ramsey pudimos derivar una ecuacién que relacionaba el consumo presente con el tipo de interés y el consumo en un futuro inmediato (la ecuacién de Euler) antes de imponer Ia restriccién presupues- taria y determinar el nivel de consumo. En situaciones de incertidumbre, podemos formular una ecuacién analoga que relaciona el consumo en el perfodo actual con 1as expectativas sobre el tipo de interés y el consumo del periods siguiente. Derivaremos esta ccuacién sirviéndonos del procedimiento informal que ya utilizamos con las ecuaciones (2.22) y (2.23) para deducir la ecuacién de Euler’ Imaginemos al hogar en el periodo fy supongamos que reduce el consumo actual por miembro en tna pequena cantidad, Ac, para luego destinar el incremento de renta resultante a aumentar el consumo por miembro en el periodo siguiente por encima de lo que hubiera sido posible si hubiera obrado de este modo. Si el hogar se esta comportando de manera éptima, un cambio marginal de este tipo no deberia tener efecto alguno sobre la utilidad esperada, Las ecuaciones (4.5) y (4.7) implican que la utilidad marginal del consumo por miembro del hogar en el perfodo f, c,, es ¢"(N,/ H\(1/c,). Luego el coste de este cam- bio en términos de utilidad es igual a e?'(N,/H\(Ac/e.). Como en el periody | | 1 el hogar tiene e” veces el mimero de miembros que tenia en el periodo f, el aumento del consumo por miembro en el perfodo f + 1, ¢, 4, es igual a e"(1 + 5, .,)Ac y la utilidad marginal del consumo por miembro es 7" M(N., ,/H)(1/c. 1). Luego la ganancia de utilidad esperada en el perfodo f es igual a E,fe""- "(Noe "(+ 6, .3)/e; hdc, donde E, son las expectativas condicionadas 4 la informacién disponible en el perio- do # (es decir, por la evolucion de la economia hasta ese perioda). Si igualamos los costes a los beneficios esperados, obtenemos N, Ac Ac (4.22) Como no hay incertidumbre respecto del valor de ©" "(N,_\/H)e™ vy puesto que fa ecuacion se reduce a Esta ecuacién es andloga a Ja ecuacién (2.20) de] modelo de Ramsey. Obsérvese que la expresién del lado derecho de la ecuacién (4.23) no es igual que eVE [l/c |Fll + 7]. Es decir, ta relacién de intercambio entre consumo pre- sente y consumo futuro depende no sélo de las expectativas sobre la utilidad mar ginal futura y el tipo de interés, sino también ¢e la interaccién entre ambos. En pay- ticular, el valor esperado del producto de dos variables es igual al producto de los El problema de optimizacion de! hogar se puede analizar mas formalmente utilizando pregrartaicnin diminice (seanse ta Seccion 9-4, mas adelante, © Ljunggust v Sorgent, 2004). Con este metadto tambien, ‘obtenemos fa ecuacion (4.23), que presentamos mas adelante, 4.4 El comportamiento de los hogares 189 valores esperados de cada variable més su covarianza. TLuego la ecuacién (4.23) implica \ \ Eli +r .a) + Cov{ nlf (4.24) J Mea ! donde Covti/e, y, 1 +) simboliza la covarianza de 1/c,)y 11 fy. Supon- gamos, por ejemplo, que cuando r; - ; es elevado también Io es ¢, _ ). En este caso, Cov(1/¢,_ 1, 1+ 7-2) es negativo; es decir, la rentabilidad del ahorro es elevada cuan- do Ja wtitidad marginal de! consumo es baja. En esta situacién, ahorrar es menes atractive que si no hubiera correlacidn entre 1/c,_, yr _ 1; por tanto, el consume actual tiende a elevarse En el Capitulo 7 examinaremos con mas detalte cémo aleeta La inertidumbre ai nivel éptimo de consumo La relacion de intercambio entre el consumo y la oferta de trabajo EI hogar elige en cad ume, sino también cudnto trabajo ofrece, Esto permite derivar una segunda condicién de primer orden para cl proble- ma de optimizacién del hogar que se relaciona el consumo de un periode con la oferta de trabajo en el mismo periodo. En concreto, imaginemos gue en cl perindo f el hogar aumenta la oferta de trabajo por miembro en una cantidad pequena, AG y utiliza los ingresos resultantes para ntar ef consumo en el mismo periodo. Come en el caso anterior, si ef hogar se est§ comportanda de manera éptima, este cambio marginal no deberia tener efecto alguno sobre la utilidad esperada A partir de fas ecuaciones (4.5) ¥ (4.7), podemos inferir que ia desutilidad margi- nal del trabajo on ef periodo f es igual ae (N./HYIb/( - Gi], Luega ei cambio con- leva un coste de utilidad ig /Hyb/ — CaISG. Y como este cambio eleva el consumo por miembro en una AM, fa ganancia de utitidad del hogar seria oN, JHA /c.)t0. ME gualando una ves mas el cosie y ct beneticio, obtenemos iodo no séle cudnto cor (4.23) 9 bien (4.26) La ecuaci6n (4.26) relaciona el ocio y el consumo del periodo dado el salario. Como la ecuacién depende de variables correspondientes al periodo (cuyos valores se co- nocen), no hay incertidumbre de nin ecuaciones fundamentales que des atin tipo. Las expresiones (423) y (4.26) son las riben el comportamiento de los hagares. 190 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL 4.5 Una variante del modelo Supuestos simplificadores EI modelo de la Seccién 4.3 no se puede resolver analiticamente, Como ha sefalado Campbeli (1994), el problema radica basicamente en que el modelo contiene una mezcla de ingredientes lineales (como la depreciacion o el repartss de la produccién entre el consumo, la inversién y el gasto publico) y otros logaritmico-lineales (como la funcién de produccin y las preferencias). En esta seccién investigaremos una versin simplificada del modelo que permite resolver este problema En concreto, introducimos en este modelo dos cambios: climinamos el Estado y suponemos que en cada periodo la depreciacin es del 100 por 100". Con estos cam- bios eliminamos las ecuaciones (4.10) y (4.11), que describen el comportamiento del gasto puiblico. ¥ las ecuaciones (4.2) y (4.4), que describen la evohucién del stock de capital y ln determinacion del tipo de interés real, se convierten en (4.27) (4.28) La eliminacién dei gasto piiblico se justifica porque hace posible aislar los efectos de tas perturbaciones tecnoldgicas. El supuesto de depreciacién completa, por sit parte, se explica simplemente porque su introduccién nos permite resolver analitica- mente el modelo. Solucion del modeto Como los mercados son competitivos, no hay externalidades y el ntimero de indivi- duos es finito, cl equilibrio del modelo debe coincidir con el dptimo de Pareto. Esto abre dos posibilidades para encontrar el punto de equilibrio: una, ignorar los merca dos y hallar diectamente el éptimo social; la segunda, resolver el modelo buscando cl equilibrio competitive. Usaremos el segundo método, va que es mas facil de apli- car a las versiones del modelo en las que la vficiencia paretiana falla. Pero puesto que en algunos casos es mas facil hallar el 6ptimo social, muchos modelos de ciclo eco- némico real se resuel\ en por esa via!! La solucién del modelo se centra en dos variables: la oferta de trabajo por perso- na, €, y Ia fraccién de la produccién gue se destina al ahorro, s. Basicamente, 1a es clo equivale a una versidn unisectotial del modelo de cielo econemco real de Long ¥ Plosser (1983) modelo ha sido estudiads por McCallum (1989). demas, saly 0 por el supuesto de que d = 1. el modelo ¢ Hay una forma muy de 2o climinar cl estado por completo cansistente en suponer que este compe una fraceidn constan Can estos cambios, el me uuivale al «so basico que anahza Prescott (1986 le de la produccin © Sobre la solucidn basada en el procedimvento del optimo social, véase el Problema 4 LL 4.5. Una variante del modelo 191 srategia consiste en reescribir las ecuaciones del modelo en forma logaritmico-lineal sustituyendo (1 —s)Y por C alli donde aparezca. El siguiente paso es determinar cémo deben expresarse (ys en funcién de la tecnologia en el periodo actual y del capital heredado del periodo previo para que se satisfagan las condiciones de equilibrio. Nos concentraremos en las dos condiciones de optimizacién de los hogares, (4.23) y (4.26), ya que las demas ecuaciones se deducen mecanicamente a partir de la contabilidad + de la competencia. Veremos que s es independiente de la tecnologia v del sfock de capital. Dicho de manera intuitiva, al combinar una utilidad logaritmica, una funcién de produccién de tipo Cobb-Douglas y una depreciacién del 100 por 100, las variaciones teenoligi- cas y del capital provocan que los efectos renta y sustitucién se compensen para dejar inalterado el ahorro. El hecho de que s sea constante es lo que permite resolver el modelo analiticamente Analicemos en primer lugar la ecuacién (4.23); esta condicién dice que 1/¢, = EIA +r). 3)/6. 2k Como c, = (I~) ¥,/N,, poctemos reescribir la ecuacién (4.23) siguiendo las indicaciones sugeridas en los pérrafos anteriores como y, In} (l= s, N Dado que la funcién de produccién es del tipo Cobb-Douglas y la depreciacién es del 100 por 100, 1 +n.) = 4), .4/K, . Ademés, la depreciacién completa implica que Ky.) — s.Y,, Utilizando esta informacién para efectuar las correspondien tes sustituciones en (4.29), obtenemos -In(1 —s.)-In Y, + InN, exe] ~~ sins] p+lng+ InN, + Ins, -In ¥, + In E, jf] li donde en la tiltima linea nos basamos en que el valor de ias variables a. Ny_;, se Y, se conoce en el periodo fy en que la tasa de crecimiento de N es igual a1, Simplifi- cando la ecuacién (4.30), obtenemos Ins,-In dl -3,) =p #n 4 Ine +In£ l, | (4.31) Como en la ectiacién (4.31) no aparecen ni la tecnologia (A) ni el capital (K), exis- te un valor constante de s que fa satisface. Para comprenderlo, obsérvese que si s es 192 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL constante en un cierto valor, 3, entonces no hay incertidumbre respecto de 5, , y, de modo que E,[1/(1~s, _ ))] se reduce simplemente a 1/({ — §). En consecuencia, la ecuacién (4.31) se convierte en Ing=Ina+n-p (4.32) ae? (4.33 Por consiguiente, la tasa de ahorro es constante. Consideremos ahora la ecuacién (4.26), que establece que ¢/(I ~ () = 1,/b, Como C/N. = (1-S)Y,/N,, podemos reescribir esta condicién ast: wsfa -3) al = In( = 6) = Ine, -Inb (4.34) Dado que la funcién de produccién es Cobb-Douglas, i, = (1 ~ a)¥,/(EN)). Sustitu- yendo este dato en la ecuacion (4.34), abtenemos In( =8) + In Y, InN, = In = 6) = Ind —) # In Y;- tn G=InN,-Inb (4.38) Cancelando términos y reorganizando la ecuacidn, obtencmos In (= In) = 6) = In =e) = Ind 8) = Inb (4.36) Finalmente, basta un poco de algebra elemental para llegar a « Ive (4.37) (l-«) + b(1 = 8) Asi, pues, la oferta de trabajo también es constante, La razon por Ia que esto ocurre (a pesar de la disposicién de los hogares a sustituir intertemporalmente la oferta de trabajo) es que los cambios tecnoligicos » del capital provecan variaciones en el salario relativo y el tipo de interés cuyos efectos sobre la oferta de trabajo se compensan entre si. Por ejemplo, una innovacién tecnolégica eleva el salario actual respecto de su valor futuro esperado \, por tanto, eleva la oferta de trabajo; pero al aumentar cl ahorro, esa innovacién también reduce cl valor esperado del tipe de interés, lo que provoca uma disminucién de la oferta de trabajo. En ef caso concreto que estamos estudiando, ambos efectos se compensan exactamente. Tas demas ecuaciones del modelo no implican un proceso de optimizacién, sino que se deducen de la tecnologia, la contabilidad y la competencia. En consecuencia, hemos hallado una solucidn del modelo en la que s y ( son constantes. Como dijimos antes, todo equilibrio competitivo de este modelo constituye a su vez una solucisn del problema de maximizacidn de la utilidad esperada por el hogar representative, Esta comprobado que este tipo de problemas tiene una tinica solucién we 4.5 Una variante del modelo 193 ivéase, a modo de ejemplo, Stokey, Lucas y Prescott, 1989), de manera que el equili- brio que acabamos de hallar debe ser inico. Debate Este modelo ilustra el caso de una economia en que las variaciones de la produccién mes dependen de perturbaciones reales. Como la economia es walrasiana, las va son Ja respuesta Optima a las perturbaciones; luego (contrariamente a la opinion convencional} las fluctuaciones macroeconémicas no constituyen un fracaso de los mercados y toda intervencién ptiblica para mitigarlas no puede sino reducir el bien- estar. En definitiva, los modelos de ciclo econémica real (en su versién mas simple) nos dicen que los cambios en la produccién agregada que observamos en la realidad representan una variacion femporal del éptimo de Pareto, La forma concreta de las fluctuaciones de la produccién implicadas por el mode- lo depende de la dindmica de la tecnologia y del comportamiento del stack de capi tal'®, En particular, la funcién de produccién, Y, = K*(A,L,)\'~“, implica que In ¥,=aln K, + (1-@)(n A, + In Ly) (4.38) Sabemos que K. = $Y:_; y que L, = €N, nego In¥,=elngsemyY, .+ (an aA,+In fein) =aln$+alny,_. + (1-a)(A ) gt) (4.39) #(-@A, + U - ein 6+ Ne nt) donde en la iiltima linea nos basamos en que In A (véanse las ecuaciones [4.6] v (4.8) Los dos componentes dei lado derecho de la ecuaci6n (4.39) que no siguen trayec- torias deterministas son « In Y._, v (L-@)A.. En consecueneia, la ecuacién se debe poder reescribir asf u¥, + (1-@A (40) donde Y, es la diferencia entre In Y, y el valor que tendria si In A, fuera igual a A + en todos los periodos (para mas detalles, véase el Problema 4.34) Para ver qué nas dice la ecuacién (4.40) sobre el comportamiento de la pro- duccion, obsérvese que, como la ecuacién se cumple en todos Jos periodos, Y, = GY, +(1-@)A,_,, 0 ea, 27 e¥ (441) © Lo que sigue se basa en MeCalham (195% loa ulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL Elector recordaré que la ecuacién (4.9) establece que A; =p,A,_, + €4,. Sustituyendo esta expresion y Ia ecuacidn (4.41) en la ecuacién (4.40), obtenemos itéayd 1 aY_s) + L-a)en, (4.42) rat (Lee ay Luego las desviaciones del logaritmo de la produccién con respecto a su senda nor- imal siguen un proceso autorregresivo de segimda arden; es decir, podemos expresar Y como una combinacisn lineal de sus dos valores previos mas una perturbacién de ruide blanco La combinacion de un coeficiente positivo en el primer retardo de Y, y un coeli- ciente negativo en el segundo retardo puede conferir a la respuesta de la produccién a las perturbaciones una forma similar a una «joroba». Por ejemplo, supongamos que «= 4, que p, = 0,9 y que €, experimenta una tnica perturbacién con valor 1/(1—@). El uso repetido de la ecuacién (4.42) muestra que el aumento del logaritmo de la produccién inducido por la perturbacién (respecte de la trayectoria que hubiera se- guido en ausencia de perturbaciones) es igua) a 1 cn el periodo de la perturbacion (1a por el valor de la perturbacién), 1,23 en el periodo siguiente (¢ +. por 1), 1,22 on cl siguiente ( +p. por 1,23, menos « por p; por 1) y luego 1,14, 1,03, 0,94, 0,84, 0,76, 0,68, .... en los periodos subsiguientes. Como « no es grande, el comportamiento de la producciin depende en gran me- dida de la persistencia de las perturbaciones tecnoldgicas, p,. Por ejemplo, sip; = 0, Ja ecuacién (4.42) se simplifica a = @¥, y+ (1 - ae... Con @ = 4, bastan dos pe- Hiodos para que desaparezcan casi nueve décimas partes del efecto inicial. Incluso si pa=4, dos tercios del efecto inicial habrén desaparecido en tres periodos. Asi, pues, el modelo no incluye ningsin mecanismo por el cual una perturbacién tecnolégica transitoria pueda traducirse en una variacién significativa y duradera de Ja pro- duccion; veremos que también sucede lo mismo con la versién mds general del modelo, No obstante lo dicho, estos resultados muestran que el modelo es capaz de pre- decir una dindmica de la produccién muy interesante. De hecho, si al logaritmo de la produccidn reai de Estados Unidos se le elimina una tendencia lineal, su trayeclo- sia es similar al proceso con forma de joroba que hemos descrito con anterioridad (Blanchard, 1981; pero obsérvese que este resultado depende de la eliminacién de tendencia), . derivarla Los lectores famuliarizados con el uso de ype din’s de iehardo pueden recurnir a ellos p couacién (4.42), En fa netacion clisiea de estos operadores. Yo yee LY, donde Les una proyeocisn que trotrae lay Variables a se calor en el period previo. Luego (£40) pucele escribirse como }. <3, ~(1-@)4, sea, (1 at .- Asimismo, podem reesoribir fo eeuacidn (4.9) como (=p 1), #50 80a, Ay~ (b= pe, Luego tenemos que (li )F.= (1 adil =p 1) &, . »Multiplicando~ ambos lados > por 1p Leobtenemos (1 abil] —p hii = 1 ries, oto que os igual, [1 —(u - pit ep LTR =a = Psto es equivatente aS. = fe =p dh sap EY #06 oe que os lo mismo que (442) (Sobre los opera+ dores de retardo v la legnrinmdad de realizar este tipo de maniobias con ellos, réase la Seccién 6.40.) 4.5. Una variante del modelo 195 Sin embargo, hay otros aspectos en los que esta versién especial del modelo no concuerda muy bien con Jas caracteristicas principales de las fluctuaciones. En pri- mer lugar, la tasa de ahorro es constante —de modo que el consumo vy Ia inversion son igual de volatiles— y el factor trabajo tampoco varfa. Pero en la practica (como hemos visto en la Seccién 4.1), la inversion es mucho mas inestable que el consumo y tanto cl nivel de empleo como las horas trabajadas exhiben un marcado caracter prociclico (es decir, varian en la misma direccién que la produccién agregada). Ade- més, el modelo predice que el salario real deberia ser altamente prociclico. Dado que la funcion de produccién es del tipo Cobb-Douglas, el salario real es (1 ~@)¥/L; como L no responde a las perturbaciones tecnolégicas, esto implica que el salario real se eleva en una proporcién de uno a uno con Y, Pero contra lo que predice el modelo, en las fluctuaciones observadas en la realidad el salario real parece ser sélo modera- damente prociclico. Por tanto, si queremos que el modelo refleje adecuadamente muchas de las carac- teristicas principales de las variaciones de la produccién que observamos en la eco- nomia real, tendremos que modificarlo. Fn la seccion siguiente veremos cémo la in- troduccién de una depreciacién menor al 100 por 100 y de perturbaciones en el gasto pubblico mejora las predicciones del modelo respecto de las variaciones del empleo, cl ahorro y el salario real Para Ver intuitivamente por qué una menor depreciacién mejora el ajuste del modelo, imaginemos un caso extremo en que no existe depreciacién ni crecimient de modo que la inversion, en ausencia de perturbaciones, es igual a cero. Fn una situacin como la descrita, una perturbacién tecnolégica positiva, al elevar el produc- lo marginal del capital en cl periodo siguiente, hace que para los hogares la decision 6ptima sea realizar alguna inversion. Esto hard que aumente la tasa de ahorro, y un aumento transitorio del ahorro implica que cl crecimiento esperado del consumo seré mayor de lo que hubiera sido si la tasa de ahorro fuera constante; por la con- dicién intertemporal de optimizacién de los consumidores, (4.23), esto exige que también sea mayor el valor esperado del tipo de interés. Pero sabemos que un tipo de interés mavor eleva la oferta de trabajo actual. Asi, pues, introducir una deprecia- cién incompieta hace que la inversién y el empleo sean mas sensibles a las perturba- ciones. Respecto de las perturbaciones del gasto puiblico, fa razén por la que mejoran el ajuste del modelo es facil de comprender: su introduccién rompe el estrecho vineulo que hay entre la produccisn y el salario real. Un aumento del gasto puiblico obliga a que los hogares paguen més impuestos a lo largo de su vida y, por consiguiente, reduce su renta vital. Los hogares consumiran menos ocio, es decir, trabajaran mas. Y sila oferta de trabajo aumenta en ausencia de cambios tecnoldgicos, el salario real caerd; luego la produccién y el salario real se moverén en direcciones opucstas. De todo esto se deduce que la introduccién de perturbaciones tanto en el gasto ptiblico como en la tecnologia permite generar al modelo que un patrdn general de varia nes del salario real no sea marcadamente prociclico. 196 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL 4.6 Resoljucion de la version general del modelo Introduccion Como vimos antes, el modelo completo de la Seccidn 4.3, como ocurre con casi todos Jos modelos de ciclo econdémico real, no se puede resolver analiticamente, Para supe- rar esta dificultad. las investigaciones centradas en este tema suelen resolver los modelos mediante métodos numéricos. Es decir, una vez presentado un modelo, se clige los valores de los parémetros y se analizan las implicaciones cuantitativas de las varianzas y las corvelaciones de las distintas variables macroecondmicas. Como sciala Campbell (1994), este procedimiento no nos dice mucho sobre el origen de las implicaciones de los modelos. El autor sostiene que seria mejor utilizar aptoximaciones de Taylor de primer orden de las ecuaciones expresadas en logarit mos de las variables relevantes alrededor de la senda de crecimiento sostenido (en ausencia de perturbaciones) y luego investigar las propiedades de estos modelos aproximados. También atirma el autor que habria que concentrarse en la respuesta de las variables a Jas perturbaciones en vez de limitarse a describir las consecuencias del modelo respecto de las varianzas y de las correlaciones. En esta seccin aplicaremos el método de Campbell al modelo que expusimos en Ja Seccién 1.3, Por desgracia, si bien una aproximacién logaritmico-lineal del modelo permite resolverlo analiticamente, el andlisis sigue siendo muy tedioso. Por tanto, nos limitaremos aqui a escribir el procedimiento y sus resultados a grandes res sin entrar en los detalies concretos Formulacion logaritmico-lineal del modelo alrededor de la senda de crecimiento sostenido Elestado de la economia en cada periodo depende del stock de capitat heredado del periodo previo y de Jos valores actuafes de la temologia y el gasto publico. Las dos variables que son endégenas en cada periodo son el consumo ¥ el nivel de empleo. Si reescribimos el modelo en forma logaritmico-lineal alrededor de la senda de crecimiento sostenido no estocastica, las reglas a que obedecen el consumo y cl em- pleo se convierten en 443) Kota A+ ac, (4.44) donde las a son funciones de los parametros subyacentes del modelo. Como antes, una tilde (~) encima de una variable simboliza la diferencia entre el logaritmo de esa variable y cl logatitmo de su valor en la senda de cxecimiento sostenido™. Por ejem- Para un tratamicnty de la senda de crecimiento sostenido de este modeJo en ausoneia de pertur- baciones, vease el Problema 440. ii hv i vn iii HL ica 4.6 Resolucién de la version general de! modeio 197 plo, A, quiere decir In A, - (A + gf). Las ecuaciones (4.43) y (444) afirman que el lo- garitmo del consumo y el logaritmo del nivel de empleo son funciones lineales de los logaritmos de K, A y G v que el consumo y ef empleo coinciden con sus valores en la senda de crecimiento sostenido cuando K, A y G también lo hacen. Como Ia version del modelo que estamos elaborando es (por Getinicin) logaritmico-lineal altededor de la senda de crecimiento sostenido, sabemos que estas condiciones deben satisfa- ca se. Para resolver el modelo, tenemos que determinar los valores de las a. Igual que en la version simplificada del modelo, esta vez volveremos a trabajar sobre las dos condiciones de optimizacién para los hogares, las ecuaciones (4.23) y (4.26), Para que un conjunto de valores de a sea una solucién del modelo, dichos valores deben suponer que los hogares satisfacen las condiciones antedichas. Como veremos, este requisito impone suficientes restricciones sobre las @ como para que podamos determinarlas por completo y, por tanto, resolver el modelo. Este método de solucién recibe el nombre de método de los coeficientes indeterrainn- ios. La idea es deducir de la teoria la forma funcional general de la solucién (0 en algunos casos, conjeturarla a partir de los datos disponibles) y luego determinar qué valores deben adoptar los coeficientes de la funcién para que se cumplan las ecua- ciones del modelo. Fste método es util en muchas situaciones. La condicion de primer orden intratemporal Para empezar, consideremos la condicién de primer orden para la relacidn entre con sumo ¥ oferta de trabajo en un periodo dado, a saber: ¢,/(1 — 6) = w/b (la ecuacion (4.26]). Si utilizamos la ecuacién (4.3), 10, = (1 — en [K,/(AdL)}"A,, para sustituir el sala~ rio y aplicamos logaritmos, podemos escribir la condicin asi: fl-u\ . ~ Inc, -In(l- 6) Inf —}+(1 +aln K,-alnL, (4.45) Nuestro objetivo ahora es hallar una aproximacién de Taylor de primer orden para esta funcidn de los logaritmos de les variables del modelo alrededor de la senda de crecimiento sostenido que seguiria la economia en ausencia de perturbaciones. ncontrar la aproximacién del lade derecho de [a ecuacién es sencillo: la diferencia entre el valor real y el valor que tomaria en la senda de crecimiento sostenido es igual a(l-«)A, + @R,—ai,, Para encontrar la aproximacién del lado izquierdo, obsérvese que como las perturbaciones no afectan al crecimiento de la poblacién, el logaritmo del consumo total difiere de su valor en ta senda de crecimiento sostenido sélo en la medida en que el logaritmo del consumo por trabajador lo haga del suyo. Por tan- to, C, = G. Asimismo, € = L.. La derivada del lado izquierdo de Ja ecuacion (445) con respecto a In c, es simplemente 1; la derivada con respecto a In (, en ( = Ces #71 = €9, donde ( es el valor de ( en la senda de crecimiento sostenido. Luego convirtiendo la ecuacién (4.45) en su versién logaritmico-lineal alrededor de la senda de crecimiento sostenido, obtenemos =(1-@)4, + eR, - al (4.46) 198 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL Ahora podemos usar el hecho de que C, y £, son funciones lineales de K,, A, y G; Haciendo las correspondientes sustituciones en (4.46) a partir de fa informacién con- tenida en (4.43) y (4.44), obtenemos sala, my G)=aR,+(1-@)A, (4.47) ttegR HeyAy + AG (ce La ecuacion (4.47) debe cumplirse para todos los valores de &, A y G. Si no lo hiciera, entonces para alguna combinacion de los valores de estas variables los hogares po- drfan alterar su nivel de consumo y su oferta de trabajo actuales para obtener una mayor utilidad. Luego los coeficientes aplicados a K en los dos lados de 1a ecuacién (4.47) deben ser iguales, vy lo mismo cabe decir de los coeficientes de A y G. Las a, pues, deben satisfacer las siguientes ecuaciones , @ \ @ (4418) -u (4.49) 0 (4.50) Para comprender estas condiciones, consideremos en primer término la ecuacion (4.50), que relaciona la respuesta del consumo y del empleo a las variaciones en el gasto piiblico. Este ultimo no aparece directamente en (4.45), lo que significa que no tiene efectos sobre el salario para un nivel dado de oferta de trabajo, Si en respuesta a un aumento de! gasto ptiblico fos hogares aumentan la oferta de trabajo, el salario caeré y crecera la desutilidad marginal del trabajo. Luego los hogares tinicamente procederan de este modo si la utikidad marginal del consumo es mayor (es decir, si el nivel de consumo es menar). Asi, pues, sila oferta de trabajo y el consumo respon- den a cambios en el gasto publico, lo harin en direcciones opuestas. La ecuacion (4.50) no solamente nos brinda este resultado cualitativo, sino que también nos indi ca cémo se relacionan entre si las variaciones de la oferta de trabajo y del consumo. Veamos ahora qué ocurre cuando aumenta A (ecuacién (4.49). Para un nivel dado de oferta de trabajo, una innovacién tecnolégica eleva el salario. Luego si ni la ofer- ta de trabajo ni el consumo responden, los hogares pueden elevar su utilidad traba- jando més y aumentando asi el consumo actual. Asi, pues, ante una innovaci6n tec- noldgica, los hogares aurmentarén la oferta de trabajo o el consumo (o ambos); esto es lo que expresa la ecuacion (4.49). Finalmente, las restricciones que impone la ecuacidn (4.45) sobre las respuestas del consumo y de la oferta de trabajo a las variaciones del capital son similares a las que las vinculan con los cambios tecnolugicos. La tinica diferencia es que en este caso la elasticidad del salario respecto del capital, dado L, es ¢ y no 1 ~@. Esto es lo que muestra la ecuacién (4.48). 4.6 Resolucin de la version general del modelo 199 La condicion de primer orden intertemporal Analizar la condicién de primer orden que relaciona el consumo en un periodo con cl consumo del periodo siguiente, 1/¢, = ¢”E,((1 + F,, 1)/¢, ] (ecuacién [4.23)), es mé dificil. La idea basica cs la siguiente. Para empezar, definamos Z, , como la diferen- cia entre el logaritmo de (1 +r, . :)/c:. 1 y el logaritmo de su valor en la senda de crecimiento sostenido, Obsérvese ahora que como la ecuacién (4.43) se cumple en todas los periodos, tenemos que Fac, taccGr (451) Luego utilizando esta expresion de C, , , junto con la ecuacién (4.4) para r,. ,, pode- mos expresar Z,.; en funcién de RK, , A, .) y G,-:'". Como R,_ es una variable a de esta expresidn. En conereto, podemos reescribir en forma logaritmico-lineal la ecuacién que define el movimiento del capital, (4.2), y expresar K,, en funcién de &,, A,, G., Lv Ga continuacién podernos usar las ecua- ciones (4.43) y (44) para sustituir Z, y C,. Con esto obtenemos una expresidn de la forma enddgena, debemos elimin (4.52) donde los coeficientes b son funciones muy complejas de los parametros del modelo y de los coeficientes a. vA iy G, ,), obtenemos una expresién de Z, _, en funcién de A, _,, G,.,, R, Avy G,. EL dle mo paso consiste en usar esta expresion para formular £,[Z,. ,] en funcién de K,, - y G,”. Realizando la correspondiente sustitucién en (4.23), obtenemos tres restriccio nes adicionales para las a, lo cual es suficiente para determinarlas en funcién de los pardmetros subyacentes Por desgracia, el modelo es Jo suficientemente complejo como para que hallar las @ sea tarea fediosa; ademés, las expresiones resultantes, que vinculan las @ con los pardmetros subyacentes de! modelo, no son nada simples. Aun si las escribiéramos, el efecto de los parametros del modelo sobre las a (y, por ende, sobre la respuesta de la economia a las perturbaciones) no se decuciria claramente de esas expresiones. Si sustituimos (4.52) en la ecuacién que expresa Z, , ; en términos de K, " Pora susbivir fen la expresion de r '* Wase el Problema 4.35. Aqui nos encontramos con una complicacién, Como sefialamos en la Seccién 4.4, la ecuacidn (4.2 nos habla no sli de los valores esperados del perfodo siguiente, smo también con sw distmbucién total Es decir, en la versidin logaritmc-hneal de (4.23) lo corrocto no es EZ, -), sino In Efe” |]. Campbell 1994) supera este obstaculo cupomendo que Z sigue una distribucién nermal con Varianza constante; 0s ecm, que e sigue una distribucién logaritmice-normal. Luego podemos utilizar propiedades ya conocidas de esta distribucién para concluir que In Lc’ -'Jes igual a L,|Z. | mas una constante. En consecuencia, podemos expresar cl ogaritmo del lado derecho de 14.23) en funeién de ,[Z; —\] v de unas constantes. © utiliza la ecuacién (4.44) para L Finalmente, Canypbell absorv a que, dada la estructura logaritmico-tineal del modelo, si las perturbaciones suibyacentes las Fv &, en (4.9) ¥ (4-11}— siguen una distribucién normal con varianza constante, su hipdtesis sobre ta distribucién de 7, es correcta 200 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL Asi, pues, a pesar de la relativa sencillez del modelo y del uso de aproximaciones, para describir las propiedades del modelo es preciso recurrir a métodos numéricos. Lo que haremos es elegir un conjunto inicial de valores para los parémetros y exami- nar qué implican esos valores respecto de las a en (4.43) y (44) y de las b én (4.52). Una vez determinados los valores de las a y de las b, las ecuaciones antedichas des- cribirén (aproximadamente) la respuesta del consumo, el empleo y el capital ante perturbaciones tecnolégicas o del gasto priblico. A continuacién podremos utilizar las demas ecuaciones del modelo para describir ia respuesta de las demas variables (produccién, inversion, salario y tipo de interés). Por ejemplo, podemos usar la ecua- cién (444) para sustituir Zen Ja versién logaritmico-lineal de la funcién de produc- cidn y ver qué implica el modelo con respecto a la produccién: ¥,=aR,+(1-an(l, +A) = Ky + (1 — a)laggK + ay 4A, + ag + A) (4.53) fe + (adn SR + 1-0 + A, + Ae), 4.7 Implicaciones Siguiendo a Campbell, supongamos que cada periodo corresponde a un trimestre y tomemos los siguientes valores iniciales para los pardmetros « = 4, g = 0,5%, 11 = 0,25%, 6 = 2.5%, py = 0,95, pe = 095 y Gp y Bb tales que (G/Y)* = 0,2, = 1.5% yp lis Los efectos de una perturbacion tecnologica Se puede demostrar que estos valores de los parémetros implican que #4 ~ 0,35, A, = DBL, acy = 0,38, Mey ~ 0.59, by = 0,08 y diye, ~ 6,95. Podemos utilizar estos va- lores para comprobar cules serian los efectos de un cambio tecnolégico. Imaginemos, por ejemplo, una perturbacién tecnolégica positiva cuyo valor es igual al | por 100. En el perfodo en que ocurre la perturbacidn, el capital (heredado del periodo previo) no varia, la oferta de trabajo se eleva en un 0,35 por 100 y el consumo aumenta un 0,38 por 100. Como la funcién de produccion es K' “(AL)”, la produccién aumenta un 0,90 por 100. En el periodo siguiente, la tecnologia se encuentra un 0,95 por 100 por encima de su nivel normal (dado que p, = 0,95). e! capital crece un 0,08 por 100 (puesto que hy, ~ 0,08), 1a oferta de trabajo aumenta un 0,31 por 100 (0,35 por 0,95 menos 0,31 por 0,08) y el consumo se eleva un 6,41 por 100 (0,38 por 0,95 menos 0,59 por 0,08); los efectos del cambio tecnoldgico sobre A, Ky L implican que la produc- cién esta un 0,86 por 100 por encima de lo normal. Y asf sucesivamente. Los Graficos 4.2 y 4.3 reflejan los efectos de la perturbacién sobre las principales variables cuantitativas del modelo. Supondremos que los efectos sobre el nivel tec- * Para ver qué implican estos valores de les parcimetros respecto de la senda de crecimiento soste- nido, véare el Problems 4.10 4.7 Implicaciones 201 8 Ww 12H 16 18 20 ‘Trumestres GRAFICO 4.2 Efectos de una perturbacién tecnologica del 1 por 100 sobre la evolucién de la tecnologia, ef capital y el trabajo nolégico an desaparcciendo lentamente. El capital experimenta una acumulacién gradual y luego regresa lentamente a su valor normal; cl aumento maximo del capi- tal es del 0,60 por 100, nivel que se alcanza después de veinte trimestres. La oferta de trabajo crece un 0,35 por 100 en el periodo en el que ocurte la perturbacion y luego disminuye con bastante velocidad, cayendo por debajo de lo normal después de = 02 Lois 2 ee 246 8 WRU 6 78 30 32 M36 38 WO GRAFICO 4.3. Efectos de una perturbacién tecnolégica del 1 por 100 sobre ta evolucion de la produccién y el consumo vane iii iii ii 202 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL quince trimestres. Pasados treinta y tres trimestres, aleanza un valor minimo de ~0,09 por 100 y luego regresa lentamente al valor normal. El resultado neto de los cambios en 4, Ly K es que la produccién aumenta en el perfodo de la perturbacién para a continuacién regresar graduaimente a su valor normal. El consumo responde en menor medida y mds lentamente que la produccién; por tanto, la inversién es mds yolatil que el consumo. El Grafico 44 muestra Ja variacién porcentual del salario y el cambio en puntos porcentuales del tipo de interés anual. El salario sube y luego regresa muy lentamen- te ala normalidad. Como el cambio total (tras el salto inesperado que tiene lugar al producirse la perturbacién) no es grande, el efecto de las variaciones sobre la oferta de trabajo es menor. El tipo de interés anual aumenta en el periodo de la perturbacién alrededor de una séptima parte de un punto porcentual y luego vuelve con bastante rapide a la normalidad. Dado que el stock de capital varia mas lentamente que la oferta de trabajo, después de catorce trimestres el tipo de interés termina hundiéndo- se por debajo de lo normal. La variaciGn del tipo de interés es la causa principal de los movimientos de la oferta de trabajo. Para comprender las variaciones del tipo de interés y del consumo, consideremos en primer término qué ocurre cuando la oferta de trabajo es ineléstica, recordando que r=a(AL/K)! 0. El efecto inmediato de] aumento de A es un incremento de r. Como el aumento cn A desaparece lentamente, r permanecerd en un nivel alto a menos que K aumente rapidamente. Y como la depreciacion es baja, un répido au- mento de K requeriria un gran incremento en el porcentaje de la produccién que se destina a la inversion. Pero si la tasa de akorro aumenta tanto que ? vuelve inmedia tamente a su nivel habitual, esto supondria que se espera un rapido crecimiento del consumo incluso si el tipo de interds regresara a su valor normal; esto equivale a una ‘Tnmestres GRAFICO 4.4 Efectos de una perturbacién tecnolégica del 1 por 100 sobre fa evolucién del salario y el tipo de interés 4.7 Implicaciones 203 violacion de la condicidn intertemporal de primer orden de los hogares, (4.23). Lue: go lo que en realidad ocurre cs que los hogares elevan el porcentaje de la renta que ahorran, pero no lo suficiente como para que r regrese de inmediato a su nivel habi- tual. Y como el aumento de A es persistente, también lo es el de la tasa de ahorro. A medida que el nivel tecnolégico vuel e a la normalidad, el lento ajuste del stock de capital hace que final /K caiga por debajo de su valor inicial y por eso tam- bién r aleanza un valor menor al habitual. En ese momento, la tasa de ahorro cae por debajo de su nivel en a senda de crecimiento sostenido Si permitimos que la oferta de trabajo varie, algunos de los ajustes del stock de capital se producen a través de ese mecanismo en vez de hacerlo a través de cambios de la tasa de ahorro: durante la fase inicial, los hogares acumulan capital (en parte, aumentando la oferta de trabajo), y luego lo reducen hasta su nivel habitual (en par- te, disminuyendo la oferta de trabajo) El parametro al que los resultados son mas sensibles es p,,. Cuando las perturba ciones tecnolégicas son menos persistentes, el efecto riqueza de las mismas es menor {ya que actiian durante menos tiempo) y es mayor el efecto de sustitucién intertem- poral. Como resultado, a, aumenta en el mismo sentido que px, mientras que 1, y bya disminuyen; a. tx ¥ Pax NO se Ven afectados. Por ejemplo, si a partir del valor inicial de 0,95 p, disminuye a 0,5, a, caeré de 0,38 a 0,11, mientras que a. ¥ bx. aumentaran de 0,35 a 0,66 y de 0,08 a 0,12, respectivamente. En virtud de ello, las fluctuaciones de la produccién seran mas marcadas y mas breves. Una perturbacion tecnolégica del 1 por 100 en uma situacién como la descrita hard que el aumento de la produccién sea del 1,11 por 100 en el perfodo de la perturbacién, pero apenas del 0,30 por 100 dos periodos mas tarde. Sip; = 1, a , se clevard a 0,63, mientras que 7. y bys cavran a 0,05 y 0,04, respectivamente. Como resultado, las fluctuaciones del empleo seran pequenas y las de la produccién mucho més graduales. Por ejemplo, una perturbacidn del 1 por 100 hard que la produccién aumente de inmediato un 0,70 por 100 (aumento sélo ligeramente mavor que cl efecto directo del 0,67 por 100) y que adualmente hasta alcanzar cl 1 por 100 por encima del nivel ente / luego aumente muy inicial Supongamos, ademas, que generalizamos la forma en que aparece el ocio en la funcién de utilidad instantanea (4.7), de modbo tal que la clasticidad intertemporal de s de 1. Si hacemos la sustitucién de oferta de trabajo pueda tomar valores distin este cambio, la elasticidad de sustitucién también tiene importantes efectos sobre la respuesta de la economia a las perturbaciones: cuanto mayor sea la clasticidad, mas sensible sera la oferta de trabajo a la tecnologia y al capital. Por ejemplo, si la elasti- cidad aumenta de La 2,4 y aiy pasan de 0,35 a OA8 y de -0,31 a -0,41, respectiva- mente (por afiadidura, a4, Ax, bka ¥ bax experimentaran ligeros cambios). En defi- nitiva, las fluctuaciones sern mayores cuanto mayor sea la elasticidad intertemporal de sustitucién™ anse Campbell (1994) y el Problema 44 * Adems, Kimball (1991) demuestra que si relajamos el supuesto de que la tuncién de produccién es de tipo Cobb-Douglas, la elasticidad de In susntucion entre capital v trabajo incide significativamente sobre Ia respuesta de la cconomya a las perturbactones 204 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL El efecto de una variacion en el gasto publico Nuestros parametros iniciales implican que ace © -0,13, @,, & O15 y by, = -0,004; Aer Aix ¥ Pex Siguen como anies, Para explicarlo de forma intuitiva, un aumento del gasto ptiblico hace que baje el consumo y que la oferta de trabajo suba debido al efecto riqueza negative. Y como el aumento del gasto puiblico no es permanente, los agentes también responden disminuyendo sus actives de capital Como la elasticidad de la produccidn con respecto de I. es igual a2, el hecho de que a;,, sea igual a 0,15 implica que la produccidn aumentard alrededor de un 0,1 por 100 en respuesta a una perturbacion del gaste ptiblico del 1 por 100. Como en la senda de crecimiento sostenido la produccidn es cinco veces ef valor del gaste puibli- co, esto implica que Y aumenta alrededor de la milad de lo que aumenta G. Y como se puede demostrar que en dicha senda el consumo es aproximacamente igual a dos veces y media el valor del gasto ptiblica, el hecho de que acc sea -0,13 quiere decir que la disminucién de C es aproximadamente igual a un tercio del aumento de G. FI resto del ajuste (un sexto) se materializa en forma de una menor inversién. Los Graficos 4.5, 4.6 y 4.7 ilustran los efectos de una perturbacidn positiva del gasto ptiblico del 1 por 100. Fl stock de capital apenas se ve afectado; el cfecto maximo es una caida del 0,03 por 100 tras veinte trimestres. El empleo crece y luego regresa gradualmente a su nivel normal; a diferencia de lo que ocurre cuando se trata de perturbaciones tecnoldgicas, nunca desciende por debajo de su nivel normal. Como la tecnologia no experimenta cambios y la Variacin del sfock de capital es pequefia, la produccién cambia muy poco y su variacién sigue muy de cerca los movimientos del empleo. El consumo cae durante la perturbacién y luego vuelve gradualmente a su valor normal. El aumento del nivel de empleo y la disminucién del stack de capital O2F | | i | soy 2 4 6 8 lO 12 LE le 1S 20 22 24 26 28 30 32 34 3 Irimestres GRAFICO 4.5 Efectos de una perturbacion del 1 por 100 en el gasto publico sobre la evolucién del capital y el trabajo 4.7 Implicaciones 205 y 2 + 6 8 0 12 14 te 18 20 22 M26 28-30 32 34 36 38 40 Trimestres GRAFICO 4.6 Efectos de una perturbacién del 1 por 100 en el gasto publico sobre ia evolucion de la produccién y el consumo provocan una caida del salario v un incremento del tipo de interés. Las variaciones salariales previstas tras la perturbacién son pequehas y positivas; luego, una vez mds, es la subida del tipo de interés la que induce un aumento de la oferta de trabajo. Al igual que sucede con la tecnologia. la persistencia de las variaciones del gasto publico repercute significativamente en la respuesta de la economia a las perturba- el 2 4-6 & W 12 11 16 18 20 22 24 26 28 3032 i 36 3840 Trimestres GRAFICO 4.7 Efectos de una perturbacion del 1 por 100 en el gasto publico sobre la evolucién del salario y el tipo de interés 206 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL sores. Por ejemplo, si pg disminuye a 0,5, acc, m«, cacran de -0,13 a -0,08 y de 0,15 2.3, respectivamente, mientras que Dye, aumentara de -0,004 a -0,020. Como las variaciones en el gasto son mucho menos duraderas, una parte mayor de la respues- ta se materializa en forma de una reduccién de los actives de capital. Estos valores implican que la produccidn crece alrededor de una décima parte de lo que aumenta el gasto puiblico y que el consumo y la inversion disminuyen en una décima parte v cuatro quintas partes, respectivamente. de dicho aumento. Por ejemplo, en respuesta a una perturbacién del 1 por 100, la produccién aumenta apenas un 0,02 por 100 en el periodo de la perturbacisn y luego cae por debajo de lo normal, alcanvando un minimo de -0,004 por 100 después de siete trimestres. 4.8 Una aplicacion empirica: la persistencia de las fluctuaciones en el nivel de producci6on Introduccion Los modelos de ciclo econémico real destacan los cambios tecnolégicos como una de Jas causas de las fluctuaciones de la produccién. El modelo concreto que analizamos en este capitulo supone que el nivel tecnolégico flucttia alrededor de una tendencia determinista; esto implica que a la larga los efectos de una perturbacién teenolégica dada se aproximan a cero. Pero este supuesto se adopta por razones de mera conve- niencia; parece verosimil que los cambios tecnoldgicos tengan un importante compo- nente duradero. Por ejemplo, una innovacién que ocurra hoy puede tener poca inci dencia sobre la probabilidad de que surjan otras innovaciones en el futuro y, por ende, sobre el comportamiento esperado del crecivriento de la tecnologia; pero la in- novacién ciertamente eleva de forma permanente el sendero probable del sive! tec- nolégico. Luego los modelos de ciclo econémico real son perfectamente compatibles con la posibilidad de que haya un significativo componente permanente en las fluc- tuaciones del nivel de produccion. En los modelos keynesianos tradicionales, por cl contrario, las variaciones de la produccién son principalmente resullado de pertur- baciones monetarias y de otras variaciones de la demanda agregada en combinaci6n con un ajuste nominal de precios o salarios demasiado lento. Como se supone que tarde o temprano los precios y los salarios se ajustan, estos modelos implican, bajo los supuestos normales, que las variaciones de ja demanda agregada no tienen efec- tos a largo plazo. Este es el motivo por el que las versiones basicas naturales de estos modelos predicen fluctuaciones de la produccién alrededor de una senda tendencial determinista. Estas cuestiones han suscitado la publicacion de numerosos trabajos sobre la persistencia de las variaciones de la produccién El test de Nelson y Plosser Los primeros en fratar el tema de la persistencia de fas fluctuaciones fueron Nelson. y Plosser (1982), que analizaron la cuestién de si las fluctuaciones tienen un compo- in 4.8 La persistencia de las fluctuaciones en el nivel de produccion 207 nente permanente (véase también McCulloch, 1975). El test de Nelson y Plosser se basa en una idea tedricamente simple, aunque en la practica implica algunas compli caciones de indole econométrica. Si la produccién fluctiia alrededor de una tendencia determinista, entonces el crecimiento de la produccién tendera a ser menor de lo normal cuando la produccién esté por encima de la tendencia y mayor cuando la produccién se site por debajo de la tendencia. Es decir, consideremos una regresin de la forma Alni 1 le + BE - D+ donde In y es ul logaritmo del PIB real, «¢ + ft es su senda tendencial y ¢, una pertur bacién cuya media es cero y no correlacionada con In y,_, ~ fe + A(t — 1)). {La regre- sion también puede incluir otras variables que afecten cl crecimiento de la produc- cidn.) El término In — fe + Bt - 1)] es la diferencia entre el logaritmo de la produccién y el valor tendencial en el perfodo f 1. Luego si la producci6n tiende a (4.54) a+ bflny regresar a su valor tendencial, b serd negativo; de lo contrario, el valor de b seré igual a cero, Podemos reescribir la ecuacién (4.54) asi: AlIny=a'+Pt+biIny. +e (4.55) donde «’ =a —Ie + BB y B’ = -bB. Asi, pues, para comprobar si la produccién regre- sar a su senda tendencial tras una perturbacién o si, por el contrario, la variacién tendra un efecto permanente, basta con estimar la ecuacisn (4.55) y ver si b = 0. Ob- sérvese que con esta formulacién la hipstesis mula es que la produccion no regresara ala senda tendencial. O para decirlo formalmente, la hipétesis nula es que la produc cidn es no estacionaria o de raf wnitarin; la hipotesis alternativa es que la produccién es estacionaria en tendencia™ Sin embargo, este test plantea una importante complicacién econométrica: bajo la hipétesis nula, la estimacién pot MCO de b tiene sesgo negativo. Para ver por qué, veamos qué sucede cuando fi = 0, en este caso, la ecuacién (4.55) se convierte en Alny,=a'+biny, &, (4.56) Supongamos, por simplificar, gue las son perturbaciones independientes con dis- tribucion idéntica y media igual a cero. Los In y,_, son combinaciones de | En concreto, bajo la hipétesis nula que afirma que b= 0, In y, ; es igual aln yp + (t- 1) @! +e) Fey 4. +8); Como las € no estén correlacionadas entre si, ¢: tampoco lo esta La expresidn esnacrenania cn rendencta quiere decir que la diferencia entre lo produccisn real y una lendencia determinista no es expiosi a. El término refz tinitavia surge de la metodologie de los oper de retardo (véase anteriormente ia nota 13 y la Secctén 6.10). Si la produceién tiene un compos manente, la diferenciacin permite produc dores e per- a serie ustacionaria, Usando operadores de retardo, Im y,_ se eseribe I Inu y entonces Aln y, se escribe (1 = Ln gy. Et polinomio 1 es gual a cero si f = 1; es decir, tiene sraiz unitanas. A modo de comparacién, considérese el proceso estacionario ny spiny. te, p © 1. Ta nviacton de operadores de retardo. esto se esenibe (1 ~ pln y, = 2). El polinomio tL es igual a cero cuando f= 1p, cuyo valor absohito es mayor que 1. Dicho de modo mas general, los procesos estacios javios tienen eaiz fuera del etreulo unatul 208 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL con In y,_ ,. Podria entonces parecer que la estimacién por MCO no tendria por qué estar sesgada. Pero para esto no es suficiente que el término de perturbacién no esté corvelacionado con el valor contemporaneo de la variable del lado derecho, sino que no debe haber correlacion con la variable en ninguno de los retardos y adelantos. E} aparezcan con signo positive los valores pasados de las ¢ puede hecho de que en In y, implica que In y;. ; esta positivamente correlacionada cor dichos valores. S demostrar que esta correlacién hace que Jas estimaciones minimo-cuadraticas de b estén sesgadas hacia valores negativos”. Es decir, incluso si la hipdtesis nula de que la produccidn no tiende a regresar a la senda tendencial fuera cierta, los MCO sugie- ren Io contrario, Esta complicacion cconométrica ilustra una dificultad més general: cuando las variables son muy persistentes, el comportamiento de los estimadores estadisticos suele ser complejo y alejado de la intuicin. En estos casos hay que obrar con precau- cion y la mayorfa de las veces no podremas aplicar los tests econométricos conven- cionales, Debido al sesgo negative de las estimaciones de b hechas bajo la hipstesis nula, no es posible utilizar el estadistico # convencional para verificar la significatividad de las estimaciones por MCO de b a partir de (4.55) o (4.56) para verificar si la produe- cién es estacionaria en tendencia. En consecuencia, Nelson y Plosser emplean un test de raiz wnitaria de Dickey-Fuller (Dickey y Fuller, 1979). El test consiste en utilizar un experimento de Montecarlo para determinar la distribucién del estadistico 1 del co- eficiente 6 obtenido a partir de aproximaciones minimo-cuadraticas de ecuaciones tales como (4.55) y (4.56) cuando el valor real de b es cero. Es decir, los autores eligen as ¢ utilizando un generador de mtimeros aleatorios; a continuacién, generan una serie temporal para In y utilizando las ecuaciones (4.55) 0 (4.56) con b igual a cera, y luego aproximan dichas ecuaciones por MCO y calculan el estadistico f de b. Este procedimiento se repite muchas veces; la distribucién del estadistico # resultante, en vez de ser simétrica respecto de cero, presenta un considerable sesgo hacia valores negativos. Por ejemplo, Nelson y Plotter sefialan que en el caso de cien observacion en las que Jos paramctros @ y & son 1 y 0, respectivamente, el valor medio del esta- distico # de h es -2,22. E] 65 por 100 de las veces Fes menor que -1,96 (el valor critico de rechazo al 5 por 100) y el 5 por 100 de las veces es menor que -3,45. Lucgo un investigador que no fuera consciente de las complicaciones econométricas que indi camos antes y usara los valores criticos habituales rechazara Ja hipétesis de no esta~ cionalidad las mas de las veces, aun cuando ésta fuera cierta. Pero en un test de Dickey-Fuller, el estadistico { de # se compara no con la distribucidn | estandar, sino con la distribucién generada por el experiment de Montecarlo. Luego para rechazar con un 5 por 100 de probabilidad de error la hipotesis nula de que } = 0, el valor absoluto de / tiene que ser inferior a -3,45. Una vez hecha esta larga introduccian econométrica, estamos ya en condiciont de describir los resultados de Nelson y Plosser. Para los valores estadounidenses del PIB real, el PIB real per capita, Ja produccién industrial y el empleo, los autores aproximan ecuaciones que son ligeramente mas complicadas que la ecuacién (4.55). Para sn caso simple, véase of Problema 4.15, 4.8. La persistencia de las fluctuaciones en el nivel de produccién 209 Su conclusién es que las estimaciones de b por MCO se encuentran entre -0,1 y -0,2, con estadisticos t que van desde -2,5 a 3,0, Estos valores son holgadamente menores 45, el valor critico de rechazo. Basdndose en estos y otros datos, Nelson y Plosser conchuyen que no es posible rechazar la hipstesis nula de que las fluctuaciones tienen un componente permanente. El test de Campbell y Mankiw Una limitacién obvia de un test que sdlo pretende verificar fa existencia de un com- ponente permanente en las fluctuaciones es que no nos dice nada sobre la magnitud de ese componente. De ahi que la literatura posterior a Nelson y Plosser se haya centrado en determinar el grado de persistencia que pueden tener las variaciones del nivel de produccién. Campbell y Mankiw (1987) proponen una medida natural para esta persistencia estudiando varios procesos concretos para la variaciGn del logarit mo de la produccién. Por ejemplo, los autores estudian un proceso autorregresivo de tercer orden (o AR-3): Aln ¥, + by Aln ys: + by An yy_9 + bsSIn yy Campbell y Mankiw aproximan la ecuacién (4.57) y caleulan la respuesta del nivel de In y, ante una perturbacién de ¢ igual a una unidad”*. Como medida de la persis- tencia, los autores proponen usar el valor hacia el que converge esta prediccién. Para decirlo de manera intuitiva, esta medida es la respuesta a la siguicnte pregunta: si la produccién de este periodo es mayor en un I por 100 a lo esperado, gen qué porcen- taje deberiamos cambiar nuestra prediccién del nivel de produccién en un futuro lejano? Si la produccidn es estacionavia on tendencia, la respuesta a esta pregunta es cero. Si e) proceso que sigue la produccin se puede describir como un paseo aleato- rio (de modo que A In y, es simplemente a + ¢,), la respuesta es 1 por 100. Campbell y Mankiw legan a resultados sorprendentes: esta medida de la persis tencia generalmente es mayor que 1. Es decir, las perturbaciones de la produccién suelen ir seguidas de movimientos ulteriores en la misma direccién. Para el caso det AAR-3 considerado en (4.57), la estimacion de la medida de persistencia es igual a 1,57. Los autores estudian la variacién del logaritmo de la produccién seguin diversos procesos, y en la mayoria de ellos (aunque no en todos) la estimacién de la medida de la persistencia da valores similares Debate Investigar la persistencia de las fluctuaciones plantea, en general, dos problemas principales: uno de indole estadistica y otro de caracter tedrico. El primer problema * Si ¢ experimenta una perturbacién igual s tT en un sohy periodo, la eeuacién (4.57) implica que Aln y varie 1 cn ese period, b, en el periodo siguiente, b; + hen ¢] que le sigue y asi sucesivamente. Por Gn, 1+ ben cl siguiente, 1 +b, +7 + By en ol que le sigue tanto, In y varia | en el period de la perturbac y asi sucesivamente. 210 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL consiste en que es dificil aprender algo sobre las caracteristicas a largo plazo de las variaciones del nivel de produccin a partir de datos que abarcan periados de tiempo limitados. Que exista un componente permanente de las fluctuaciones o que la pro- duccién responda asintoticamenie a las innovaciones son caracteristicas de los datos en un horizonte infinito. Luego ningua cantidad finita de datos pucde arrojar luz alguna sobre estas cuestiones. Supongamos, por ejemplo, yue disponemos de una muestra de datos en la que las variaciones de la produccién son bastante permanen- tes. Aunque esto es compatible con la existencia de um componente permanente en las fluctuaciones, también lo es con la posibilidad de que la produccién regrese muy lentamente a una tendencia determinista. O para verlo de otro modo, supongamos que tenemos una muestra de datos que reflejan un rapido regreso del nivel de pro- duccién a la tendencia. Una muestra asi es totalmente compatible no sdlo con un proceso estacionario en tendencia, sino también con la posibilidad de que una peque- a parte de las variaciones de la produccién no sea simplemente permanente, sino explosiva, de modo que la reaccién correcta ante una variacin en la produccidn seria revisar drdsticamente las predicciones formuladas sobre cl nivel de produccién en un futuro lejano™. Por tanto, la pregunta minima que deberiamos hacernos no es cudles son fas ca- racteristicas de los datos en futuros intinitamente alejados, sino si existe un compo: nente persistente significativo en las fluctuaciones del nivel de produccisn y como deberiamos revisar las predicciones sobre cl nivel de produccién en futuros modera- damente alejados en presencia de una variacion de la produccisn. Es evidente que deberemos modificar nuestro planteamiento de manera similar siempre que afirme- mos tener alguna clase de evidencia respecto de las propiedades de una serie en horizontes infinitos. Incluso si nos limitamos a horizontes moderadamente alcjacos, es improbable que una muestra cualquiera de datos resulte muy informativa. Volvamos, por poner un ejemplo, al método de Campbell y Mankiw para el caso AR-3 del que hablabamos antes. Lo que los autores hacen es utilizar la relacién entre el crecimiento de la pro- duccién en un momento dado y el valor de ese crecimiento en los tres periodos pre- vios para inferir el comportamiento de la produccién en el largo plazo. Esto es arriesgado. Por ejemplo, supongamos que el crecimiento de la produccién sigue un proceso AR-20 en vez de AR-3 y que los cveficientes aplicados a Jos valores de Aln y en los diecisiete retardos adicionales son todos pequefios, pero negatives. En una muestra de tamaio tipico, distinguir esto de un proceso AR-3 seria dificil, pero el efecto a largo plazo de una perturbacién de Ja produccién podria ser mucho menor. La causa de esta dificultad radica en la brevedad de la muestra y no en los deta- Iles coneretos del procedimiento que usan Campbell y Mankiw. El principal proble ma es que en muestras de tamano tipico se pueden encontrar pocas submuestras largas que sean independientes, Fn consecuencia, cualquiera sea e) procedimicnto utilizado, es improbable que brinde alguna evidencia conciuyente sobre los efectos a largo plazo de las perturbaciones. Se han empieado diversos métodos para estudiar la persistencia; las estimaciones puntuales generalmente sugieren niveles de per- Veanse Blough (1992) y Campbell y Perron (1991), 4.9 Calibracién de un modelo de ciclo econémico real 2a sistencia bastante elevados (aunque probablemente algo menores que los hallados por Campbell y Mankiw). Pero tratandose de horizontes temporales superiores a cinco afos, estas estimaciones son bastante imprecisas. Asi, pues, los datos también son compatibles con la posibilidad de que el efecto de una perturbacién de la pro- duccién vaya desapareciendo gradualmenie en el transcurso de petiodos moderada- mente largos”* La dificultad tedrica de esta literatura es que parece bastante dudoso que la per- sistencia de las variaciones de la produccién (aun si pudiéramos medirla con exacti- tad) brinde mucha informacion sobre las causas de las fluctuaciones econémi Como la tecnologia puede tener un importante componente estacionario y dado que los modelos de ciclo econémico real permiten perturbaciones originadas no sélo en la tecnologia, sino también en otras fuentes, estos modelos son compatibles tanto con niveles bajos de persistencia como con niveles altos. Y los modelos keynesianos no requieren que la persistencia sea baja. En primer lugar, aun cuando estos madelos atribuyen cl grueso de las fluctuaciones en el corto plazo a perturbaciones de la de- manda agregada, no dan por supuesto que los procesos que controlan el crecimiento a largo plazo sigan una tendencia determinista; on consecuencia, estos modelos ad- miten que al menos una parte de las variaciones de la produccién pueda ser altamen- te persistente. Y lo mas importante, la parte de las fluctuaciones debida a variaciones de la demanda agregada también puede ser bastante persistente. Por ejemplo, si la Reserva Federal comienza a aplicar una politica de deflacién gradual generalizada, este cambio puede reducir el nivel de produccién durante un periodo largo si el ajuste de precios y salarios nominales es gradual. Y si el progreso tenoldgico resulta en parte del «aprendizaje por la practica» (véase la Seccién 3.4), una variacién de la produccién provocada por cambios en la demanda agregada puede tener efectos sobre la tecnologia. En definitiva, la principal contribucidn de los estudios sobre Ja persistencia ¢s dar la vos de alarma respecto de algunos problemas de la econometria de series tempo- rales: eliminar tendencias ixreflexivamente o ignorar las complicaciones originadas ‘er que los resultados de los procedi- mientos cstaclisticos sean sumamente engaosos, as. por la persistencia de las \ ariaciones puede ha 4.9 Una aplicacion empirica: calibracion de un modelo de ciclo economico real {Como deberiamos evaluar si un modelo de ciclo econdmico real se ajusta a los da- tos? El método mis frecuente se conoce como calibracién (Kydiand y Prescott, 1982), La idea basica de la calibracién consiste en clegir valores para fos parémetros basan dose en los datos microeconémicos conocidas y luego comparar las varianzas y co- de las series de datos con las predicciones que se deducen del modelo. varianza: Veanse, por ejemplo, Cochrane (1488, 1994); Christiano y Fichenbaum (1990); Beaudry v Koop (1993), y Rudebusch (1993). Camptell » Mankiw (1989a), Cogtey (1990) y Fatas (2000) presentan evidenci Unidos, para paises distintos de ts| 212 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL Comparada con la evaluacién econométrica de los modelos, la calibracion tie- ne dos ventajas posibles. En primer lugar, como los valores de los parametros se seleccionan a partir de datos microeconémicos, se puede contar con el testimonio de un cuerpo de informacién de gran tamano mayor que el que se emplea habitualmen- te, lo que puede mejorar la calidad de los modelos. En segundo lugar, la importan- cia econémica de rechazar 0 no rechavar estadisticamente un modelo suele ser difi- cil de interpretar. Un modelo que se ajusta adecuadamente a los datos en todas las dimensiones excepto en una de poca importancia podria ser completamente recha- zado estadisticamente. O también puede suceder que un modelo no sea rechazado simplemente porque los datos son compatibles con una amplia gama de posibili dades, Para ver como es la calibracidn en la practica, tomemos como ejemplo el modelo basico de ciclo econdmico real cde Prescott (1986) v Hansen (1985). Este modelo difie- re en dos aspectos del que venimos estudiando. En primer lugar, en él no esté pre- sente el sector ptiblico; en segundo lugar, no se da por supuesto que el componente tendencial de fa tecnologia siga una sencilla senda lineal, sino que, antes de comparar las predicciones del modelo con tas fluctuaciones reales, se despoja a los datos de una tendencia suave, pero no lineal *. Utilizaremos para los parémetros los valores que proponen Hansen y Wright (1992), que son similares a los que sugieren Prescott y Hansen. Basandose en da tos sobre la participacion de cada factor en la produccién y en las ratios capital- produccién e inversién-produccién, Hansen y Wright establecen los siguientes va- 0,36, 0 = 2,5°% por trimestre v p = 1% por trimestre. Teniendo en cuenta la in promedio del tiempo disponible entre actividades laborales y no laborales, los autores asignan a b el valor 2. En cuanto a los paraémetros tecnolégicos, los auto- res los eligen baséndose en el comportamiento empirico del residuo de Solow, R, = Aln Y;- [Alm K, + (1-@)Aln L,]. Como vimos en el Capitulo 1, el residuo de Solow es una medida de todos los factores que influyen en el crecimiento de la pro- duccién una vez eliminada la contribucién que realizan el capital y el trabajo a través de sus respectivos productos marginales. Bajo los supuestos de la teoria del ciclo econémico real, el tinico factor adicional posible es la tecnologia, de modo que el residuo de Solow viene a ser una medida del cambio tecnolégico. A partir del comportamiento del residuo de Solow, Hansen y Wright asignan a p, wn valor de 0,95 ya la desviacisn estandar de las perturbaciones trimestrales (¢) un valor del 11 por 100 El peocedimiento de eliminacién de tendencia que =¢ utiliza recibe e} nombre de filive de Hedrick Prescott (Hodrick y Prescott, 19971, Como se mfiere de lo dicho en la seccibn precedente (respecto de las perturbaciones permanentes y la climinacion de tendencies), este procedimento puede tener efectos no deseados (Cogley 5 Nason, 1995) * Prescott sostiene también g na F(K, £), el hecho de que la participacién del capital no muestre una tendencia marcada suigiere ial a una funcién de Cobb-Douglas. Asimismo, el autor afirma (basan- bajo el supuesto de que la tecnologia multiplica una expressin de la fo que F(#) es aproamadamente ig dose en que el 00 per Liptta lampoco parece seguir una tendencia en estudios sobre ta sustitucién inter- temporal del consumo) que (4.7) es una buona aproximaci6n a la funcidn de uéilidad instantinea. Luego la eleccion de las tunciones no e: tutraria 4.9. Calibracién de un modelo de ciclo econémico real 213 F] Cuadro 4.4 recoge las predicciones del modelo respecto de algunos aspectos fundamentales de las fluctuaciones. Las cifras de la primera columna corresponden a datos reales de Estados Unidos; las de la segunda columna son las que predice eb modelo, Todos los ndimeros se refieren a la desviacisn de las variables respecto de la tendencia, que ha sido estimada utilizando el procedimiento no lineal que emplean Prescott y Hansen. La primera linea del cuadro muestra la desviacion esténdar de la produccién. Las fluctuaciones de la produccién que predice cl modelo son apenas algo menores que las observadas en la realidad. Este descubrimiento es la base sobre la que Prescott (1986) fundamenta su famosa afirma son compatibles con un modelo competitivo neoclasico, sino que, de hecho, son una consecuencia prevista por este modelo. La segunda y tercera lineas del cuadro mues- tran que tanto en la economia estadounidense como en cl modelo el consumo es considerablemente menos volatil que la produccién, mientras que con Ia inversién ocurre lo contrario. Las dos tiltimas lineas del cuadro muestran que el modelo basico no es tan ed to por lo que se refiere a la contribucién de Jas variaciones de la oferta de trabajo agregada y de la produccién por unidad de trabajo a las fluctuaciones agregadas. En la economia estadounidense, la oferta de trabajo agregada es casi fan volatil como la produccidn; en el modelo es mucho menos volatil. Y en Fstados Unidos, la oferta de trabajo agregada y Ia productividad son variables esencialmente no correlacionadas, micntras que cn él modelo varian a la par. Asi, pues, un sencillo ejercicio de calibracién basta para identificar los acicrtos yyerros principales de un modelo. Ademés. la misma calibracién sugicre qué correcciones se podrian introducir en el modelo para mejorar su ajuste a los datos. Por cjemplo, si se agregan fuentes adicionales de perturbaciones es probable que las fluctuaciones del nivel de produccién aumenten ¥ que se disminuya la correla- cin entre las variaciones de la oferta de trabajo agregada y las de la productividad De hecho, Hansen y Wright demuestran que con los valores que sugieren para los pardmetros v agregandole al modelo que presentamos en este capitulo perturbacio- nes del gasto ptiblico, la correlacién entre L e Y/L baja de 0,93 a 0,49; pero este cambio tiene poco efecto sobre la magnitud de las fluctuaciones del nivel de pro- duccién, in de que las fluctuaciones agregadas no slo ce CUADRO 4.4 Calibracion de un modelo de ciclo econdmico frente a datos reales Datos de Estados Modelo de ciclo Unidos econdmico real os c/o. aifo. y/o, Cort(L, Y/L) Puente Hansen ¥ Wright 2 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL 4.10 Ampliaciones y limitaciones del modelo Ampliaciones En este capitulo nos hemos centrado en un modelo de ciclo econdmico real conercto. Pero existen muchas variaciones y ampliaciones de este modelo basico. En esta sec cién examinaremos algunas de las més importantes. Una variacién del modelo que ha merecido considerable atencidn es con frabajo mdivisible, en la que la oferta de trabajo agregada no sélo varia a raiz de cambios continuos en la cantidad de horas trabajadas, sino también por la entrada y salida de trabajadores en el mercado de trabajo. Para investigar las implicaciones de este hecho, Rogerson (1988) y Hansen (1983) estudian el caso extremo cn e] que para cada individuo la variable { puede adoptar tinicamente dos valores, 0 (que corres- ponde al desempleo) y algtin valor positivo, (, (que corresponde a estar empleado). Rogerson y Hansen justilican este supuesto aduciendo que trabajar implica ciertos costes fijos Con este cambio, la sensibilidad de la oferta de trabajo agregada ante posibles perturbaciones aumenta mucho, A la vez, esto incrementa no solamente la amplitud de las fluctuaciones del nivel de produccién, sino también la parte de ellas que pue- de atribuirse a variaciones de la oferta de trabajo agregada. Por los resultados del ejercicio de calibracién que estudiamos en la seccién precedente, sabemos que este tipo de cambios mejora el ajuste del modelo. Para ver por qué las fluctuaciones de la oferta de trabajo agregada son mayores cuando el empleo se puede describir en términos de todo o nada, supongamos que una vez determinado el ntimero de trabajadores empleados dividimos aleatoriamen- te a los individuos en dos grupos: empleados v desempleados. E] mimero de traba- jadores empleados en el periodo t, F., debe satisfacer la condicion E.f,,~ Ly asf, pues, la probabilidad de que un individuo dado esté empleado en el periodo # es igual a (L,/4))/N,. En consecuencia, el valor esperado de la utilidad del ocio por individuo en el periodo f es igual a version lat eye No bl 5 1 4.58) Ind = &)) += bin 5 N, N, ‘ Esla expresidn es lineal respecto de L, (no hay aversién de los individuos a fluctua ciones del empleo). Por el contrario, cuando todos los individuos trabajan la misma cantidad de tiempo, la utilidad del ocio en el periodo ¢ es igual a b In[1 — (L,/N.}]. La segunda derivada de esta expresién respecto de L, es negativa: la desutilidad margi- nal dle trabajar es crecientc. Debido a esto, L, varia menos en respuesta a una varia cidn salarial dada en la versiGn convencional del modelo que en Ja versi6n con tra- bajo indivisible. Hansen y Wright (1992) sefalan que si en el modelo de Prescott de la seccién anterior introducimos el trabajo indivisible, la desviacién estandar de la produccién aumenta de 1,30 a 1,73 por 100 (Irente al 1,92 por 100 que sugieren los i 4.10 Ampliaciones y limitaciones de! modelo 215 datos) y que la ratio entre la desviacin estandar de la oferta de trabajo y la de ta produccién pasa de 0,49 a 0,76 (frente al 0,96 obtenido de los datos)**. Una segunda ampliacin importante consiste en incluir impuestos distorsionado- res (véanse Greenwood y Huffman, 1991; Baxter y King, 1993; Campbell, 1994; Braun, 1994, y McGrattan, 1994). Un caso particularmente atractivo es cuando se agregan impuestos proporcionales a la produccidn, de modo que T, = 1,¥;, donde 7, es el tipo impositivo en el periodo |, Los impuestos sobre la produccién corresponden a tipos impositivos iguales sobre el capital y sobre el trabajo, lo que representa una primera aproximacidn bastante razonable para muchos paises. Con impuestos sobre la pro- duccidn, un cambio en 1 -T equivale, desde el punto de vista de los agentes privados, a una variacisn tecnoldégica. A'~“, ya que el cambio modifica la produccién que se puede obtener con unas dotaciones dadas de capital y de trabajo. Luego si 1-7 sigue un proceso cualquiera, ia produccidn después de impuestos se comporta exactamen te igual que la produccién total en un modelo sin impuestos en el que A'~" siguiera el mismo proceso, con lo que el andlisis de la imposicién distorsionadora se simpli- fica enormemente (Campbell, 1994). Como los ingresos impositivos se utilizan para financiar el gasto publico, es n. tural que analicemos los efectos de unos y otro en su conjunto. Fsto puede alterar significativamente nuestro anélisis de los efectos del gasto public. Por ejemplo, Baxter y King (1993) demuestran que en respuesta a un aumento temporal del gasto publico financiado mediante un aumento temporal de impuestos distorsionadores, cl efecto sustitucion inducido por los impuestos suele superar el efecto tipo de inte- rés, de modo que la produccién agregada no aumenta, sino que disminuye Otra ampliacién importante de los modelos de ciclo econdmico real es dividir la economia en sectores $ agregar perturbaciones propias de cada sector. Long y Plosser (1983) desarrollan un modelo multisectorial similar al modelo de Ja Seccidn 4.5 e in- vestigan sus implicaciones respect de la transmision de perturbaciones entre secto- res. Lilien (1982) propone un mecanismo distinto a través del cual las perturbaciones sectoriales tecnoldgicas o de la demanda relativa pueden causar fluctuaciones en el nivel de empleo, La idea bésica es que si cl desplazamiento de los trabajadores de un sector a otro lleva tiempo, la caida del empleo cn los sectores que sufren perturbacio- nes negativas seré mds répida que el incremento del empleo en los sectores que se encuentran ante perturbaciones favorables. Por tanto, las perturbaciones secturiales provocaran un aumento temporal del desempleo. Lilien descubrié que una sencilla medida de] tamafe de las perturbaciones sectoriales basta para dar cuenta de wna gran parte de la variacién del empleo agregado. Pero posteriores trabajos de investi gacidn han demostrado que la medida original de Lilien es defectuosa v que sus re sultados son probablemente demasiado extremos. Sin embargo, estos trabajos no han Megado a ninguna conclusion firme sobre la contribucién de las perturbaciones sec- toriales a fas fluctuaciones o al nivel medio de desempleo™. » Como la funciGn de utilidad mstantinea, (4.7). se puede separar en consumo « ocio, Ia utilidad espernda se maumiza cuando los trabajadores empleados consumen lo msiny que los desempleados Luego cn ef modelo con trabajo mdiv sible los desexnplcados estén en mejor sitnaci6n que los empleades. Véanse el Problema 964 Ro; © Véanse Abraham y Kate (198ek: Ma Trejos (2000), san v Wright (1988 1 y Topel 119878), Davis y Hulbwanger (1999), y Phelan y 216 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL Estas no son sino algunas de las muchas ampliaciones posibles de los modelos de ciclo econémico real, En la actualidad, la investigaci6n sobre estos modelos es un area que recibe una gran atencidn y que se encuentra en répida evolucién™ Limitaciones Existen cuatro limitaciones del modelo basico de ciclo econdmico real que han reci- bido bastante atencién “'. La primera tiene que ver con las perturbaciones tecnolégi cas. El modelo postula la existencia de perturbaciones tecnoldgicas trimestrales con una desviacién estandar de alrededor del 1 por 100. Es de suponer que, en general, innovaciones tecnolgicas de semejante magnitud se pondrian de manifiesto en se- guida. Sin embargo, es dificil identificar innovaciones especificas que puedan dar cuenta de las grandes alteraciones trimestrales del residuo de Solow. Més importante atin, existen pruebas bastante significativas de que las variacio nes del residuo de Solow en el corta plazo reflejan algo mas que cambios en el ritmo de innovacién tecnolégica. Bemanke y Parkinson (1991), por ejemplo, descubrieron gue la variacién del residuo de Solow acompafa a la variacién de la produccién tanto durante la Gran Depresién como en el periodo de ia posguerra, aun cuando parece improbable que la Depresion se haya debido a un retroceso tecnolégico. Man- kiw (1989) muestra que durante fa expansién de la Segunda Guerra Mundial (que probablemente tampoco se debi6 a perturbaciones tecnolégicas) el residuo de Solow se comport de forma similar a como lo ha hecho en otros periodos. Hall (1988a) demuestra que la variacion del residuo de Solow esta correlacionada con variables tales como cl partido politico al que pertenece el presidente, cambios en los gastos de defensa y variaciones del precio del petréleo; pero no parece probable que alguna de estas variables tenga efectos significativos en el corto plazo sobre la tecnologia ™ Estos descubrimientos sugicren gue ia variacién del residuo de Solow podria no ser un buen indicador de las perturbaciones tecnolégicas. Hay varias razones por las que un aumente dle la produccidn no debido a una perturbacién tecnoldgica positiva podria provocar un aumento en el residuo de Solow. Las principales posibilidades son: la existencia de rendimientos crecientes, un aumento en Ja intensidad de utiliza cién del capital \ del trabajo v ia reasignacién de los factores en empresas mds pro- ductivas. Los datos sugieren que la variacién de 1a utilizacién de los factores es im 1 los mouietos son los retards en ef proceso de inversion g Otros tactores que se han incorporod sypoode-coastrucenin (Kydland \ Prescult, fodo tao depende ovclusivamente de © \ 6) (Kydland \ Prescott, 1882% la produceisin domestic (Benhabié, Rogerson y Weight, 1941, » Greenwond « Hercawitz, 14h la ine fluencia de fos Diones ¥ ef capital provistos por of Estado sobre ia utilidad y 1a producrisn (por empleo, Chnstiane v Bicheno, 992, 5 Baxter y King. 1893): la extsteneia de otros paises (por ejemplo, Boter s Crucint, 19931, of cambio toendiogico mcorporado (Greeny ood. Hereewity y Huffman, 1988, ¢ Hom stem y Krusell, 1996); le ublizacion yar cl capital ye atesoramicnto del trabajo (Greenwoo Herowit v Hutiman, IYS%; Bumside, Exchenbauim y Rebeio, 1995: Burnside v Eichenbaum, 1996). y € endizaje por la practica ‘Chang, Gomes y Schortheide. 2002, v Cooper ¥ Tohti, 2002) "La mayor patte de estas abjeciones han sido planteadas por Summicrs (19861 5 Mankivs (1989) fa variacidn de su Jy utilidad no separable en el fempo ite medo que la utilidad instantinea en oF jx © Como sefiala Hall, ana cez reconneido el papel del petréleo en la producci¢ precio no deberia atectar Ja proxiuetn idad 4.10 Ampliaciones y limitaciones dei modelo 217 portante y, por el contrario, debilita la hipdtesis de los rendimientos decrecientes. La reasignacién factorial no ha sido tan estudiada ™. Las perturbaciones tecnoldgicas ocupan un lugar central en el modelo basico de ciclo econdmico real. Asi, pues, si las perturbaciones tecnolégicas auténticas son con siderablemente menores que lo que sugiere la variacién del residuo de Solow, la ca~ pacidad explicativa del modelo respecto de las fluctuaciones es mucho menor que lo que implica la calibracién de la que hablamos en la seccidn previa La segunda critica del modelo tiene que ver no con las perturbaciones, sino con uo de sus més importantes mecanismos de propagacisn: la sustitucién intertempo- ral de la oferta de trabajo. En ef modelo, las fluctuaciones obedecen a la variacién del incentivo para trabajar en uno u otro periodo. Luego para que haya fluctuaciones importantes es necesaria una significativa disposicion de los trabajadores a sustituir intertemporalmente la oferta de trabajo. Sin embargo, los estudios microeconémicos no parecen respaldar esta tesis sobre las fluctuaciones en el nivel de empleo. En con- creto, hay dos problemas. Fn primer Juger, {a mayoria de los estudios sefiala que la elasticidad de la sustitucién intertemporal es baja, Jo que sugiere que las variaciones en la oferta de trabajo que se producen a través de esta via son modestas. Y en se- gundo lugar, estos mismos estudios indican que los datos no respaldan la prediccién del modelo segtin la cual los cambios en la demanda de trabajo afectan a la cantidad ofertada de trabajo tinicamente a tray és de sus efectos sobre Jos salarios. Es decir, los datos sugieren que hay otros factores que explican las fluctuaciones en el empleo ademas de los recogidas en el modelo (véanse, por ejemplo, MaCurdy, 1981; Aitonji, 1986, y Ham y Reilly, 2002) La tercera erftica tiene que ver con el hecho de que el modelo basico de ciclo eco- némico real omite las perturbaciones monetarias. Un aspecto central del modelo es que las fluctuaciones se deben a perturbaciones reales, no monetarias. Aun asi (como se verd en la Seccién 5.5), hay bastantes indicios de que las perturbaciones monetarias liencn importantes efectos reales, Si esto es correcto, no se trata simplemente de que los modelos basicos de ciclo econdmico real omitan una fuente de variaciones de la produccién. Como veremos en los dos capitulos siguientes, de las explicaciones que se han propuesto acerca de los efectos reales de los cambios monetarios, las mas im- portantes dependen del ajuste incompleto de precios y salarins nominales. Pero (como veremos) la existencia de ajuste nominal incompicto constituye un nuevo ca- nal a través del cual pueden tener efectos reales otras perturbaciones (por ejemplo, cambios en el gasto piblico}. También tendremos ocasion de comprobar que el ajus te nominal incompleto es mas probable cuando los mercadas de trabajo, de crédito y de bienes difieren significativamente de los supuestos competitivos de Ia teoria pura del ciclo econdmico real. Asi, pues, si hay una significativa falta de neutralidad mo- netaria nos veriames obligados a revisar profundamente (0 directamente, a abando- nar) muchos de los aspectos centrales del modelo basico de ciclo econémico real. Para terminar, Cogley y Nason (1995b) y Rotemberg y Wood ford (1996) nmuestran que la dindmiea dei modelo basico de ciclo econdmico real no se parece en nada a la Algumos trabajoy recientes on esta (1993); Caballero §* Lyons (1992), y la et Klenow (1998) Wea son: Basu (1995, 1896}, Bumside, Eichenbaum y Rebelo ica de Bast y Female (1995); Basu y Fernald (1997), y Bils y 218 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL que uno esperarfa de un ciclo econémico. La critica de Cogley y Nason apunta a que el modelo no tiene mecanismos de propagacién significativos; la dinamica de la pro- duceion sigue bastante de cerca la dinsmica de las perturbaciones. Es deci, el made lo predice una dindmica realista del nivel de produccién sélo en la medida en que da por supuesta esa dindmica en los procesos que la causan. La critica de Rotemberg y Woodford aduce que hay variaciones predecibles importantes de la produccidn, ¢l consumo y la cantidad de horas trabajadas que se dan en la practica, pero que el modelo basico de ciclo econémico real no predice. Por ejemplo, la experiencia mues- tra que los perfodos en que la cantidad de horas trabajadas es inusitadamente baja o Ia ratio consumo-ingresos inusitadamente alta suelen venir sucedidos de perfodos de crecimiento de fa producci6n por encima de lo normal. Rotemberg y Woodford mues- tran que las variaciones de la produccién que se pueden predecir con un modelo basico de ciclo econémico real son mucho menores que las que observamos en la realidad y que sus caracteristicas son muy diferentes. Modelos inspirados en el de ciclo econdmico real Debido a estas y otras dificultades, la tesis de que las fluctuaciones macroeconémicas pueden describirse adecuadamente usando un modelo en el que las perturbaciones tecnolégicas agregadas y otras perturbaciones reales inciden sobre una economia de tipo walrasiano cuenta hoy dia con relativamente pocos partidarios en la comunidad macroeconémica. A pesar de ello, la teoria del ciclo econdmico real ha dado pie a un activo programa de investigacidn, aunque ya no caracterizado por opiniones tan ra- dicales sobre las perturbaciones y s de propagacién. Los estudios sus meécanism enmarcados dentro de esta tradicidn han analizado una amplia gama de ingredientes no walrasianos, entre ellos la rigidez de los precios o los salarios nominales © las perturbaciones monetarias (por ejemplo, Cho v Cooley, 1993; King, 1991; Cho, Cooley y Phaneuf, 1997); las externalidades del capital (por ejemplo, Christiano y Harrison, 1999); los salarios de eficiencia (por ejemplo, Danthine y Donaldson, 1990); la bu queda de empleo (por ejemplo, Den Haan, Ramey y Watson, 200), v los riesgos peculiares no asegurables (por ejemplo, Krusell y Smith, 1998). Hoy dia, To que dis- tingue al programa de investigacin de la leoria de ciclo econémico real es su enfo- que de la modelizacién. Es decir, fas divergencias actuales en la investigacidn de las fluctuaciones econdmicas tienen que ver mas con la estrategia de modelizacion que con la naturaleza de las fluctuacione! Los modelos de la tradicién del ciclo econdémico real tienen tres caracteristicas distintivas. En primer lugar, los rasgos que presentan «por defecto» son walrasianos. Es decir, se suele comenzar con un modelo de ciclo econdmico real pura, como los que estudiamos en este capitulo, e incorporar después ciertas modificaciones. Por ejemplo, un seguidor de la teoria de ciclo econdmico real interesado en los efectos de os salarios de eficiencia probablemente hard que en su modelo las decisiones relati- vas al consumo las realice es con horizontes temporales infinitos que no su- hoga fren ninguna restriccién para tomar prestado. Por el contrario, un investigador de tradicion keynesiana interesado en la misma cuestién seguramente tomaria un atajo udiar un mode- que implique igualar el consumo con Ja renta actual (por ejemplo, es lo estatico o excluir el capital) 4.10 Ampliaciones y limitaciones del modelo 19 Partir de una base walrasiana impone una cierta disciplina: el creador del mode- lo no puede permitirse confeccionar una larga lista de supuestos no walrasianos que generen los resultados que desea. También pone en evidencia cuales son los aspectos no walrasianos que son esenciales para los resultados. Pero hace que los modelos sean mas complejos y, por tanto, que sea més dificil discernir las causas que subyacen a los resultados. Y puede conducir a que el investigador adopte supuestos que no constituyen un buen acercamiento a las cuestiones estudiadas. La segunda caracteristica fundamental de los modelos de ciclo econdmico real no estrictamente walrasianos es que se centran en el equilibrio general. Por ejemplo, considérese la cuestion que analizaremos en la Parte B del Capitulo 6 sobre si el cos- te del ajuste de precins es pequefio puede causar una rigidez nominal sustancial. Un macroeconomista keynesiano quizé se centraria en la respuesta de una empresa in- dividual a una perturbacién monetaria aislada. Pero un macrocconomista seguidor de la teoria del ciclo econdmico real probablemente construiria un modelo en el que la oferta monetaria siguiera un proceso estacastico y Tuego analizaria el equilibria general resultante. Como los modelos actuales de la tradicién del ciclo econémico real trabajan sobre el equilibrio general y especifican por completo el comportamien- to de las variables que controlan el modelo, suclen ser conocidos como modelos di: ndmico-estocistices de equilibria general (0 DEFG) Concentrarse en el equilibrio general protege al investigador de la posibilidad de que el efecto estudiado tenga consecuencias improbables en alguna dimensién que de otra forma hubieran sido pasadas por alto. Pero este beneficio también tiene un coste, ya que el andlisis se vuelve mucho mas complicado. En consecuencia, es fre- cuente que el analista tenga que adoptar un método més sencillo para modelizar el tema que quiere estudiar. Por ejemplo, como dijimos en la Seccién 4.2, los modelos de ciclo econdmico real ne estrictamente walrasianos que estudian la rigidez de los precios suelen postular supuestos mucho més sencillos y mds exigentes respecto de la rigidez que los modelos keynesianos. Ademés, la mayor complejidad hace que, una vez mis, la comprensién intuitiva de los resultados sea dific! in de la teoria de ciclo econdmico real es que los madelos se evaliian mediante calibracion. Es decir, como vimos en la Seccién 4.9, un modelo se aceptara o rechazara en funcidn en gran medi- da de cuanto coincidan sus predicciones de las varianzas y las covarianzas de las variables con la realidad. Seria erréneo pensat que la principal alternativa es evaluar y comprobar los modelos formalmente. Més bien, la principal diferencia en este sen- tido entre la macroeconomia inspirada en el ciclo econdémico real y Ja macroeconomia keynesiana es, una vez més, una diferencia entre un enfoque amplio y otro mas es trecho. Un investigador de tradicién keynesiana probablemente evaluaré el ajuste de su modelo a la luz de los datos microeconémicos disponibles sobre los ingredientes centrales del modelo y la compatibilidad de! modelo con una serie de «hechos estil jales. La tercera caracteristica central del programa de investiga zados» que, en su opinién, son cruc tantes aspectos principales de los modelos inspirados en el ciclo econémico real, la calibracién impone al investigador disciplina y puede sacar a la luz implicaciones inesperadas. Pero el andlisis de ciclo econémico real ha aban- donado la idea original de que todos los parametros y funciones relevantes debon ajustarse a los datos microeconémicos: dada la amplia variedad de formas de los AL igual que Tos ri Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL modelos, gozan de cierta flexibilidad en lo que se refiere al ajuste con los datos. Por tanto, no sabemos cuan informativo es el hecho de que un modelo explique relativa- mente bien los datos mas trascendentales. Asimismo, como los modelos no se suelen confrontar con alternativas, tampoco sabemos si existen otros modelos (quiz com- pletamente diferentes) que podrian lograr un ajuste igual de bueno. Ademés, en cl estado actual de la ciencia econdémica, tampoco esta del todo claro que el hecho de que un modelo se ajuste bien a los datos sea algo des * Aun los mis complejos modelos de las fluctuaciones son descripciones de la realidad que se basan en simplificaciones groseras y seria extraordinario que ninguna de estas sim- plificaciones tuviera efectos cuantitativos importantes sobre las implicaciones del modelo. Asi que es dificil juzgar si el mayor o menor ajuste de un modelo a los datos agregados nos revela algo sobre su utilidad general. Como hemos visto en la Seccién 4.2, estas descripciones simplificadas de los mo- delos de ciclo econémico real no estrictamente walrasianos v de los modelos keyne- sianos son los dos extremos de un continuo v no los dos tinicos enfoques posibles para analizar el fenémeno de las fluctuaciones a corto plazo. Los diferentes modelos le- emplean supuestos basicos walrasianos, descripciones de equilibrio general comp to y calibracion en diferentes grados Seria toentador decir que tanto el método keynesiano como el de ciclo econémico real son valiosos y que por ello los macroeconomistas deberian seguir trabajando en ambas Iineas de investigacién. Es evidente que en esta proposicién hay mucho de verdad. Por ejemplo, la afirmacién de que tanto los modelos de equilibrio parcial como los de equilibrio general son valiosos esta fuera de toda duda. Pero todo no se puede: si alguien quisiera hacer al mismo tiempo andlisis de equilibrio parcial y ana- lisis de equilibrio general, 0 evaluar los modelos por calibracién y también por otros medios, 0 formular modelos dindmicos completos v modelos estaticos sencillos, su atencién se dispersaria y no podria concentrarse en cada una de las dos direcciones. Asi que decir que ambos enfoques son meritorios significa obviar las preguntas mAs dificiles: ;cudndo resulta més util cada enfoque? ;Cuél es la combinaciin apropiada para analizar una cuestién en particular? Por desgracia, no disponemos de datos sisteméticos suficientes que nos permitan responder a estas preguntas. A los ma- croeconomistas, pues, no nos queda otra opcidn que emitir juicios provisionales so- bre qué tipos de investigacién parecen mas prometedores (basandonos en los mode- los y los datos disponibles en la actualidad). Y debemos estar abiertos a la posibilidad de que, llegado el momento. esos juicios deban ser revisados. Problemas 4,1, Rehaga los célculos que figuran en los Cuadros 41, 42 © 43 para un pais cualquiera distinto de kstados Unidos, 4.2, Rehaga los calculos detallades en el Cuadro 4.3 para las siguientes vanables 4) La remumeracion de los empleados como porcentaje de ia venta nacional b) La tasa de participacién de la fuerza de trabajo, * Debemos e! argumento que sigue a Matthew Shapiro Problemas 221 ©) El déficit prosupuestario del gobierno central como porcentaje del PIB. a) Bl indice bursétil compuesto Standard anat Paor’'s 500. ©) La diferencia de rendimiento entre log bonus Baa y Aaa de Moody. A) La diferencia de rendimiento entre los titulos del Tesoro de Estados Unidos a diez aiios ya tres meses. 9) La media ponderada del tipo de cambio del délar estadounidense respecto de las principales divisas. 2a A, el valor de 4 en el periodo 0 y sea el comportamiento de In A ef que definen las ecuaciones (4.8) y (4.9), a) Exprese in Ay, In Ay y In Aven funeion de In Ap. 041, 243. 8 AY 8. b) Sabiendo que el valor esperado de las # , es igual a cero, gcudles son los valores espe- rados de In A,, in Ay y In Ay dados In Ay, Ay 9? 44, Suponga que la fancién de utilidad del periodo f, a, viene dada, en ver de por la ecua cidn (4.7), por la expresién a, = In cy + WT 6)" “yh, b> 0, 7 > 0. ) Considere el problema de un solo periodo similar al investigado en Jas ecuaciones (4.12) a (4.15). ¢Come depende la oferta de trabaja del salario si es que lo hace? 8) Considere el problema de dos perfodas similar al investigado en las ecuaciones (4.16) a (4.21). @Cémo depende la demanda felativa de ocio en ambas periodos del salario relativo? 2¥ del tipo de interés? Explique de forma intuitive por qué y atecta a la sen- sibilidad de la oferta de trabajo respecto de los salarios y el tipo de interés. 4.5, Considere el problema investigado en las ecuaciones (4.16) a (4.21). aumentan de forma tal que Ie relacién ) /2e no varia, ni 6, experimentaran cambios. a) Demuestre que siz, nil b) Ahora suponga que el hogar cuenta con una riqueza inicial Z > 0, J) @Sigue cumpligndose la ecuacidn 14.23)? Por qué? ii) ;Sigue verificinduse el sesultady obtenide en 2? Por qué? 4.6. Sea un individuo que vive durante dos periodos y cuya hmeisn de utilidad 0s InC, + Inc. a) Suponga que Ia renta laboral del individuo es ¥; en el primer periodo de vida y 0 en el segundo. Luego el consumo de! segunda periodo es (1 + r)(¥, = C,), donde la tasa de rendimiento, , puede ser alvatoria. i) @Cuél es la condiciém de primer orden para C)? fi) Suponga ahora que res incierta, aunque Ef] no varia, 4. La funcién de utilidad instanténea, u(C,), es u(C) = C.- 8C?, 9 > 0. Suponga que C siempre se encuentra dentro del intervalo en el que u'(C) es positiva La produccién es una funcién lineal del capital con una perturbacién aditiv a: ¥, = AK, + ¢,. No hay depreciacién (ve manera que K,_, = K, + ¥. = C) y el tipo de interés es A, Suponga que A = p, Finalmente, la perturbacién sigue un proceso autorregresivo, de primer orden: ¢, = ge,_, 1 ¢,, donde -1 < @ <1 y donde las ¢. son perturbaciones in- dependientes con distribucisn idéntica v media igual a cero. a) Formule la condicién de primer orden (ecuacién de Euler) que relaciona C, con ef valor esperado de C: by Suponga que el consumo adopta la forma C. exprese K,_| en fimcidn de K. v a + BR + ye, Dado este supuesto, ©) Qué valores deben tener los pardmetros «, fi yy para que la condicidn de primer orden del punto a se cumpla para todos los valores de K, ye? d) {Qué efectos tiene una perturbacidn aislada de ¢ sobre la (rayectoria de Y, K v C? Un modelo simplificado de ciclo econémico real con perturbaciones de las prefe- rencias. (Seguimes aqui a Blanchard y Fischer, 1989, pag. 361.) Considere de nuevo cl escenario descrito en el Problema 4.8, pero suponga esta vez que no hay pertur baciones tccnoldgicas (climinamos las v} y que la funcién de utilidad instantanea es uC) = C, - AKC. +2:F°, Las # son perturbaciones independientes con distribucisn idénti- ca) media igual a cero. a) Formule la condicisn de primer ordon (ecuacién de Culer} que relaciona C, con el valor esperado de C b) Suponga que el consumo adopta la forma C, = exprese K._; en funcidn de X, y 2, <~ BK, + y, Dado este supuesto, ©) Qué valores deben tener los pardimetrus «, yy para que la condicin de primer orden tormutada en i se cumpla para todos los valores de K. y 7? d) 2Qué efectos tiene una perturbacién aislada de v en la trayectoria de ¥, K y C? La senda de crecimiento sostenido de! modelo de la Secci6n 4.3. Considere el modelo de la Seccién 4.3 desprovisto de perturbaciones, Sean i", M4, 7 ¥ Gt los valores de Y/(AL), K/(AL), CHAD y G/CAL) en Ja senda de crecimiento sostenido; ze" el valor de © el valor de 1./N, v rel valor der a) Utilizando las ecuaciones (4.1) a 44), (4.23) v (4.26), v el hecho de que y*, k°. Cy 17 son constantes en la senda de crecimiento sostenido, halle seis ectiaciones para cada una de estas variables, (Pista: el hecho de que en (4.23) ¢ es el consumo per capita, C/N, y de que c* es el valor del consumo por unidad de trabayo efectivo en la an, 4.12, 4.13, * Este metodo utiliza bos mélodas aparecen evplicados en las Secctones 9.4 v Lo, respeeti Problemas 223 senda de crecimiento sostenido, C/(AL), implica que en dicha senda se cumple que ca ctttA) 1b) Sean los valores de los parametros supuestos cn la Seccién 4.7. Dados estos valores, equé parte de la produccion representan cl consumo y la inversidn en la senda de crecimiento sostenido? ¢Cual es la ratio entre el capital y la produccién anual en di- cha senda? Resolucién de un modelo de cicla econémico real mediante el éptimo social “. Sea el modelo de la Seccién 4.5. Suponga, por simplificar, que n= ¢ = A= N= 0. Sea ViK,, A), la funcidn de valor, el valor actual esperado de la utilidad del individuo representativo a Jo largo de toda su vida como funcién del stock de capital y de la temnologia @) Faplique intuitivamente por qué (+) debe satistacer fa ecuacién V(K,, Ad) = nya {ll Cy +B In — GL + ePEIVER, AyD Esta condicién se conoce como eemicién de Bellman Dada la estructura logaritmico-lineal del modelo, supongamos que V(+) adopta la forma V(K,, A,) = Bo + By, by K, + By In A, donde los valores de las jb estin por de- terminar. Si sustituimos esta expresion canjetural y el hecho de que K,.) = Y.-C. de que E,{In A, . 5] #95104, en la ecuacién de Bellman, tenemos V(K,, A.) = max {[ln C. + 8 Ind ~ €)] + e*IBo = 8. IM, G) + pps In Ad b) Formule la condicién de primer orden para C,. Demuestre que esta condicién impli- ca que C,/Y; no depende vie K, ni de A, ©) Formule fa condicién de primer orden para (,, Use esta condicion v el resultado ob- tenido en el punto b para demostrar que (; no depende de K, ni de A; a) Sustituya en la ecuacién para \'(#), que especificamas anteriormente, la funcién de produccién y los resultados obtenides en los puntos Py ¢ para los valores 6ptimos de C, y (.v demuestre que la eypresiin resultante tiene la forma Vik, A.) = Bi, + Bi Ink, +p) nA &) ZQué valores deben tener fy Bs para que Bi By Bi A) 2Qué valores se deducen para C/Y v para (2 :Son los mismos que los que hallamos en la Seccién 4.5 para el caso en que n = 9 = 0? Suponga que la tecnologia sigue alguin proceso distinto del expresado en las ccuaciones (48) y (4.9). ZSiguen siendo s. = y 6 = (para todo F soluciones del modelo de la Sec- Gién 4.5? -Por qué? pare Sea el modelo de Ia Seecién 4.5, pero esta vez supongames gue Ia funcisn de utilidad instanténea, 1, viene dada por u, = Inc, + b= 6)!" /(1 9), b> 0, 7 > 0, en lugar de por (4.7) (véase el Problema 44). a) Halle fa condicidn de primer orden, andloga a la ecuacion (4.26), que relaciona el ocio con cl consume en el periodo actual dado el salario. }) Con este cambio en el modelo, ;sigue siendo constante la tasa de ahorro (s)? rogramacion dinvimica y el metodo de Tos cueficiuntes incleterminados: Am © Omitmos el calealo de. ya que es muy tedioso. 224 4d. 445. 4.16. mas Licil exammar las iinptivactones del modeto ent funci6n de 1 Capitulo 4 LA TEORIA DEL CICLO ECONOMICO REAL e) Sigue siendo constante el ocio per capita (1 - 0? 8) Silos valores A, son uniformemente 0) y si ln Y, evoluciona segtin la ecuacién (4.39), jen qué senda se instala In Y,? (Pista: observe que la ecuacién (4.39) puede reeseribirse como In Y. = (7 + ght = O + ein ¥,_, — G+ giF- OD) + (1-9, donde Q = u Ins + (-e)(Atin (+N) -an eg) b) Defiruendo ¥, come la diferencia entre In ¥, ¥ el valor en la senda hallada en 2, deri- ve la ecuacién (4.40), La derivacién de la ecuaci6n Jogaritmico-lineal del movimiento del capital. Considere Ja ecuacidn del movimiento del capital, K,. = K, + K(AL~" = C,-G. - OKs, 2) 0) Demvestre que i#In K, , ,/d1n K, (manteniendo constantes A, L,, Cy G,) es igual adi +t (KS K; 4). ii) Demwuestre que esto implica que el valor de iIn K,_/ain K, en la senda de creci- miento sostenido es igual a (1 + r¥/e" b) Demuestre que Rey = du LC, donde Ay = + Ve yay =-(rt OGY (ae 7), y donde (G/Y)* simboliza la ratio entre Ge Y en la senda de crecimiento sostenido sin perturbaciones. (Pistas: como ta funcién de produccidn es Cobb-Douglas, ¥ +a- (r* + 8)K*/2, kn la senda de crecimiento sostenido, K..; =e" °K, fo que implica que Ct = Y*—G#-OK> = fo" 5 KS) 2) Use el resultado obtenide en 6 y las ecuaciones (4-43) v (444) para derivar la ecuacién my)+O-4\~ Un experimnento de Montecario y el origen del sesgo en [as estimaciones de reversion de la tendencia mediante MCO. Suponga que el crecimiento de la produccién se des- cribe simplemente mediante la ecuacién Aln v. = ¢,, donde Jase son perturbaciones in- dependientes de media igual a cero, Normalice a cero el valor inicial de Inv simboliza- do mediante In y,, Fn este problema le pedimos que analice qué ocurte en esta siluacién, cuando estumamos Ia ccuacion (4.56), Mine = gb Inn. +8, wtilizanda MCO. a) Suponga que el tamaio de la muestra es 3 y que cada ¢ es igual a 10-1, ambos valo- res con probabilidad |. Para cada una de las acho vealizaciones posibles de fe), r.,6) (0,1, D, (1, 1, “Hy, et), goual es la estmaciin minimo-cuadratiea de $7 ¢Cual es la media de las estimaciones? Exptique intuitiy amente por qué las estimaciones difieren en todos los casos del valor real, 6 = 0. £5) Suponga que cl tamario de ia muestya es igual a 200 y que las siguen una d cién pormal con media igual a 0 y varianva igual #1. Ltilizando un generador de mimeros aleatorios en un ordenador, genere doscientos valores para ¢ can 1as ca- racteristieas indicadas; luego, genere los In y utilizando las ecuaciones Aln ¥, = €. ¥ In uy = 0:0 continuacidn, aproxime lo ecuacién (1.56) por medio de WCO; Finalmente, guarde el valor estimedo de b. Repita este proceso quinientas veces. ¢Cusl es la esti- maciin media de 6? (Qué poreentaje de las estimaciones de b es negativa? Se podria evpresoe r* en fancion de ia tasa de lescuonte, 2, Pero Campbell 1484) sostione gue es que dep. ; Capitulo 5 LAS TEORIAS TRADICIONALES z KEYNESIANAS SOBRE LAS FLUCTUACIONES ECONOMICAS Este capitulo y el que le sigue desarrollan modelos de fluctuaciones basados en el supuesto de la existencia de barreras que dificultan el ajuste instantdnco de los pre- cios y salarios nominalcs. Esta lentitud del ajuste nominal, como veremos, hace que Jos cambios en la demanda agregada de bienes a un nivel dado de precios influyan en la cantidad que producen la empresas. Como consecuencia de esto, las perturba- ciones meramente monetarias (que afectan sélo a la demanda) pueden provocar cambios en los niveles de empleo y de produccién. Ademas, hay muchas perturba- ciones de naturaleza real (incluidos los cambios en el volumen de gasto publico, en la demanda de inversién y en la tecnologia) que afectan a Ja demanda agregada exis- tunte a un nivel dado de precios. De modo que la lentitud del ajuste en Tos precios abre otro cauce (al margen de los mecanismos de sustitucién intertemporal y acumu- lacién de capital de las modelos basicos de ciclo econdmico real) a través del cual este tipo de perturbaciones puede incidir sobre cl empleo y la produccién. En este capitulo supondremos que la rigides nominal es un dato. El capitulo tiene dos objetivos. El primero de ellos es estudiar la demanda agregada; examinaremos los factores que determinan Ja demanda agregada y los efectos que puede tener una variacién de la misma tanto en una economia cerrada como en una economia abierta tos distintos: adopta- dos, varia tanto la disposicién de las empresas a modificar sus niveles de produccién en respuesta a cambios en la demanda agregada como el comportamiento de los salarios reales, los margenes de beneficio ¥ {a inflacién. El Capitulo 6 se ocupara a continuacién de las razones que podrfan explicar por qué los precios y minales no se ajustan de inmediato en respuesta a una perturbacisn El segundo objetivo es investigar qué sucede cuando adoptamos supuc sobre la rigidez nominal. Analizaremos como, en funcién de ios supueste: slarios no- Los modelos que presentamos en este capitulo se basan en modelos tradicionales keynesianos, de modo que tanto por su contenido como por sus estrategias de mo delizacion se sitian en ef extremo opuesto a los modelos puros de ciclo econdmico real que estudiamos en cl Capitulo 4. Los modelos de este capitulo suelen especificar directamente determinadas relaciones entre las va son con frecuencia de caracter estdlico, vy en ocasiones cl andlisis prescinde de las {como el stock de capital). Ademés, en lugar de suponer procesos estocdsticos para fas Varia bles exdgenas, el andlisis se centra en los efectos de cambios puntuales, aislados en les agregadas. Estas relaciones implicaciones del modelo respecto al comportamiento de algunas vaciabl 225 226 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS el tiempo. Y los modelos son tan abstractos que intentar comprobar hasta qué punto reflejan las caracteristicas gencraies del funcionamiento de la economia no tiene de- masiado sentido. El resto del capitulo se divide en seis secciones. Las Secciones 5.1 y 5.2 desarrollan el modelo keynesiano tradicional por el lado de la demanda agregada. Estas seccio- nes parten del supuesto de que precios y salarios nominales no son completamente flexibles y que las empresas modifican sus niveles de produccidn en respuesta a va- riaciones de la demanda. La Seccion 5.1 presupone wna economia cerrada, mientras que la Seccisn 5.2 considera el caso de una economia abierta. Las Secciones 5.3 y 5.4 estudian la oferta agregada. La primera de estas dos sec- ciones muestra como la adopeiin de distintas combinaciones de rigidez salarial, ri- gidez de precios y caracteristicas no walrasianas de los mercados de trabajo y bienes conduce a conchisiones diferentes sobre los efectos de un desplazamiento de la de- manda agregada en la produccién, cl desempleo, el salario real y los margenes de beneficio. La Seccién 5.4 examina las relaciones a corto y a largo plazo entre el nivel de produccién y la inflaci6n. Finalmente, las Secciones 5.5 y 5.6 examinan parte de los datos empiricos dispo- nibles sobre los efectos reales de un cambio monetario y sobre cl comportamiento ciclico de los salarios reales. 5.1 La demanda agregada Dado que los modelos keynesianos presumen la existencia de una cierta rigides no- minal, lo més sencillo es empezar suponiendo que el nivel de precios es completa- mente fijo. Si partimos de este supuesto, el nivel de produccién y de tipos de interés para un determinado nivel de precios pucden deducirse de dos ecuaciones que des- criben, respectivamente, la demanda de bienes y el mercado de dinero. La curva IS La curva [S muestra aquellas combinaciones de nivel de produccién y tipos de interés para las que el gasto de produccidn planeado y el gasto realizado son iguales'. El gasto real planeado depende positivamente de la renta real, negativamente de! tipo de interés real, positivamente del gasto publico y negativamente de los impuestos: L(Y,4,G,T), G0, EF, <0 6.1) Aqui E es el gasto real planeado; ¥ la produccidn real; rel tipo de interés nominal; G el gasto puiblico, y T Jos impuestos en términos reales. E\ v E. representan las deriva- das parciales de E(¢). Las variables G y T se suponen dadas. Fl efecto negative del ipo de interés real sobre el gasto planeado actuia a través de las decisiones de las La curva JS stele describirse come una curva de equilibrio en ef mercado de bienes, Esta descrip cion no es, sin embargo, demasiado e\acta dada le ausencia de la oferta. 5.1 La demanda agregada 227 empresas en materia de inversion y a través de las compras de los consumidores, especialmente las compras de bienes duraderos. Se supone que el gasto planeado crece en menor proporcién que la renia, es decir, 0-< Ey <1 En las expasiciones tipicas de manual, E se suele expresar en funcidn de sus com- Pponentes y los factores determinantes del gasto planeado no aparecen en la expresion de cualquier forma, sino segun ciertos supuesios muy concretos. Una formulacién tipica es la siguiente: E=C(Y¥-T)+hn+G (5.2) donde C(«) es el consumo e /(*) es la inversion. Fs posible que las restricciones que impone esta especificacion sean muy poco realistas. Por ejemplo, hay bastantes prue- bas de que el tipo de interés real afecta al nivel de consumo y datos que demuestran de manera abrumadora que la renta afecta a la inversion. Y otro ejemplo: no hay demasiado fundamento para suponer que la renta y los impuestos tienen efectos iguales y de signo contrario sobre el gasto. Asi, pues, y puesto que es apenas un poco mas complicada, de aqui en adelante utilizaremos Ja formulacion general contenida en la ecuacién (5.1). Si consideramios que los bienes producidos por las empresas v conservados por éstas en forma de existencias son bienes que las empresas compran, entonces toda la produccisn es adquirida por alguien. Luego el gasto efectivo es igual a la produccién de la economia, Y. Fn condiciones de equilibrio, cl gasto plancado y el gasto efectivo deberian ser iguales (si, por ejemplo, el gasto planeado tucra menor que el gasto electivo, las empresas estarian acumulando existencias no deseadas, por lo que pro- cederian a recortar la produccién). Por tanto, el equilibrio exige que E=Y (5.3) Ublizando [a ecuaciin (5.3) para efectuar la correspondiente sustitucién en (5.1), obtenemos Y=ErG,T) 6.4) El Grafico 5.1, que recibe el nombre de aspa keynesiana, representa las ecuaciones 6.1) y (5.3) en el espacio (1, F) supuesto un cierto tipo de interés. La ecuacién (5.3) es simplemente una recta de 45 grados. Como el gasto planeado crece en menor pro- porcién que Y, cl conjunto de puntos que satisface la ecuacién (3-1) es una curva cuya pendiente es inferior a 45 grados. El punto en el que la curva de gasto planeado se cruva con la recta de 45 grados (punto A) represenia el cnico nivel de renta para el cual el gasto planeado coincide con ul gasto efectivo realizado para el tipo de interés dado’. Un aumento del tipo de interés desplaza hacia abajo la curva del gasto planeado (ya que F(#) es una funcisn decreciente de } y reduce, por tanto, el nivel de renta Es comntin hablar del aspa key nesiana como de una teoria de la determinaciin de la renta, Pero esto es correcto dnicamente Cuando ol tipo de interés se puede considerar fy, algo que no suele ser apropiado, 228 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS FED GRAFICO 5.1 El aspa keynesiana para el cual el gasto planeado coincide con el realizado; visto en el grafico, un au mento del tipo de interés de rar’ desplaza la interseccidn de las dos lineas del pun- to A al punto B. Luego en el espacio (1, r) la curva IS tiene pendiente descendente: Esto es lo que muestra el Gratico 5.2 Derivando ambos lados de la ecuacidn (3.4) respecto de , se obtiene ay (dy dels Varia © expresado de otra forma, (5.6) donde 4, representa la derivada #Y/dr a lo largo de fa curva 15. Como ésta es una expresion de d¥ /dr (mas que de dr/dY), se decice que la curva [S es mas horizontal cuanto mayor es E, 0 F;, Para explicarlo intuitivamente. cuanto mayor sea el efecto del tipo de interés sobre el nivel planeado de gastos, mayor sera cl desplazamiento hacia abajo de la linea que representa es ¥ mas intensa la caida de la pro- duccién. De manera similar, cuanto més inclinada sea la curva del gasto planeado, més tendra que caer la produccién en respuesta a un desplazamiento de la curva para aleanzar otra vez, un punto de equilibrio entre el gasto planeado y el realizado OS Bas 5.1 La demanda agregada GRAFICO 5.2 La curva IS igualdad entre una y otra El mercado de dinero de interés nominal. Por tanto, la demanda de saidos monetarios real cer la oferta y la demanda de saldos reales para ser iguales es M 5 Lt Y), Lov <0, L,>0 nominal aparece ex, esperada, 7° 29 Este tiltimo efecto es el famoso multiplicador: como E depende de Y, es necesario que Y disminuya més que lo que disminuye F para un valor dado de Y para restaurar la Para determinar re ¥ necesitamos una segunda ecuacién. Y esta ecuacién nos Ja proporciona la condicién de equilibrio en el mercado de dinero. Resulta mas sencillo identificar el dinero con la base monetaria o «dinero de alta potencia» (monedas v billetes y reservas) que emite el Estado. Como la base monetaria no paga intereses nominales, e} coste de oportunidad de conservar este tipo de dinero equivale al tipo fencién decreciente del tipo de interés nominal. Ademas, como el volumen de transacciones es mayor cuanto mayor es el nivel de produccién, la demanda de saldos reales es una funcién creciente dei nivel de produccidn. Asi, pues, la condicién que deben satista- 7) donde M cs la cantidad de dinero y P es el nivel de precios y donde el tipo de interés sado como la suma del tipo de interés veal, r, y la inflacién 230 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS, El andlisis tradicional de la ecuacién (5.7) supone que M cs exégena. Ademés, como estamos suponiendo por el momento que los precios son completamente fijos, P es una variable fija y 2" es igual a cero. Con estos supuestos, el lado izquierdo de (5.7) es M/P y el lado derecho es L(r, Y). Como L(r, Y) decrece con r y erece con Y, el conjunto de combinaciones de fos valores de r ¢ Y que satisface M/P = I(r, Y) tiene pendiente positiva en el espacio (Y, r), Estos valores forman la llamada curva LM. Bajo el supuesto de que la oferta monctaria es exdgena, las curvas IS y LM determi- nan el nivel de produccién y el nivel del tipo de interés real. Taylor (1995) ha propuesto una aproximacién ligeramente distinta. En la actuali- dad, los bancos centrales no fijan un objetivo de oferta monetaria, sino que ajuistan el valor de M para alcanzar un determinado objetivo para el tipo de interés, objetivo que varia en funcién de las variaciones del nivel de produccién y de Ia inflacién. Por tanto, mas que asumir que la oferta monetaria es exdgena, supondremos que el ban- co central sigue una regla basada en cl tipo de interés. En el caso del tipo de interés real, podemos expresar esta regla como sigue: HY, ), n>o, 7,>0 (5.8) Este supuesto implica una curva de pendienie positiva en el espacio (Y, 1), conocida como la curva MP. El Grafico 5.3 nos la muestra junto a la curva 15°, MP Y GRAFICO 5.3 EI diagrama iS-MP Las Seeciones 10.6 y 10.7 analizan con mais detalle las reglas basadias en tipos de interés 5.1 La demanda agregada 21 Cuando el banco central sigue una regla basada en el tipo de interés, ajusta la oferta monetaria con el fin de que el tipo de interés cumpla dicha regla. Es decir, M e5 una variable endégena que viene dada por la expresién M = PL(x(Y,2) +, Y) (6.9) A efectos de este capitulo, sin embargo, podemos simplemente ignorar la oferta mo- netaria y centramos en la ecuacién IS y en la regla del tipo de interés. Como resulta mas sencillo y ademas mas reatista, de aqui en adelante adoptare- mos el enfoque basaco en fa curva MP, si bien el enfoque nuevo y el tradicional tie nen consecuencias similares en muchos aspectos El diagrama de OA-DA Cuando los precios no son completamente fijos, la determinacién del nivel de pro- duccién y de la inflacién puede describirse a través de dos curvas representadas en el espacio produccién-inflacién: una curva de oferta agregada (OA) de pendiente positiva y una curva de demanda agregada (DA) de pendiente negativa. Ambas apa- recen recogidas en el Gréfico 3.4. La curva de OA sera analizada mas detenidamente en las Secciones 5.3 v 5.4 y a lo largo de casi todo el Capitulo 6. Por ahora nos limi- oa DA .l GRAFICO 5.4 El diagrama de OA.DA 232 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS taremos a asumir que existe algun tipo de relacion positiva entre el nivel de produc- cidn y la inflaci6n: 1(Y), 20 (5.10) Asi, pues, abandonamos la presuncion de que los precios son completamente fijos en favor del supuesto de que la inflacién es sensible a las fluctuaciones de la produccién La curva de DA deriva de las curvas iS y MP. Para comprobarlo, veamos qué sucede si aumenta la inflacién. Como = no figura en Ja funcién de gasto planeado, E(#), este cambio no afecta a la curva IS. Pero como la regla de politica monetaria, r= r(Y, x), aumenta cuando lo hace , un incremento de la inflacién eleva el tipo de interés real establecido por el banco central para un determinado nivel de produc- cidn; es decir, la curva MP se desplaza hacia arriba. La consecuencia final, como muestra el Grafico 5.5, es que r aumenta ¢ Y disminuye. Por consiguiente, el nivel de produccién correspondiente a la interseccién de las curvas 1S y MP es una funcion decreciente de la tasa de inflacién. Esto es precisamente lo que muestra le curva de diemanda agregada" MP y GRAFICO 5.5 Los efectos de un aumento de la inflacién Cuando los precios no son completamente flextbles. P y =! (y también 7) pueden variar. Sin embar- go, estas dos variables slo aparecen en el modelo en la ecuacién (3.9), que describe como debe ajustar el banco central la oferta morelaria si quiere cumply su regla del po de interes. Asi. paes, podemos ols ir damnos de ellas en casi todo el aniilisis. Vase el Problema 5 5.1 La demanda agregada 233 Para saber cémo reacciona Y ante un cambio en 2 tenemos que derivar las ecua- ciones (5-4) y (5.8) con respecto a 0 El equilibrio en el mercado de divisas exige que la suma del flujo de capital, FC, y de las exportaciones netas, XN, sea igual a cero. Si su suma fuera positiva, por ejemplo, la demanda exterior de bienes y activos nacionales seria mayor que Ja de- manda interior de bienes y activos extranjeros. Pero esto significaria que los extran- jeros desean intercambiar una cantidad de moneda nacional superior a la cantidad de moneda extranjeca que los nacionales quieren intercambiar y, por tanto, que el mercado de divisas no esta en equilibrio. Asi, pues, para que haya equilibria es ne- cesario que FC(r- 1") + XN(Y, 7, G, T,€) = 0 (5.23) I lado del modelo que corresponde a la demanda agregada esta formado ahora por la ecuaci6n IS (5.14) de Ja economia abierta, la ecuacién MP (5.8) y la ecua la balanza de pagos (5.23). Si las exportaciones netas son el tinico componente del gasto planeado que se ve afectado por el tipo de cambio, el modelo se puede analizar graficamente. Hecho este supuesto, podemos expresar el gasto planeado como Ja suima del gasto planeado de los nacionales (tanto en bienes nacionales como en bie- nes extranjeros) y las exportaciones netas: on de Y=EVY,+,G, T) + XN(Y, 4, G, T.e) 4) donde F°(e) representa el gasto planeado de Jos residentes nacionales. Suponemos que £°(4) satisface las condiciones 0< E!) <1, E? <0, E? > Oy LE <0. Larego podemos * Sr ]a mov ilidad del capital es perfecto, of valor de £C es mene infinito cuando + es menor que mis infinito cuando res mayor que, ¥ puede adoptar cualquier valor —ya que a los inversores les re sulta indiferente tener activos de uno u otro pais— Cuando? es igual a #. Tuego en este caso la ecuacion (5.21) tinicamente puede cumplirse si r 5.2. La economia abierta 241 MP Is y GRAFICO 5.8 Movilidad imperfecta del capital y tipo de cambio flotante emplear la ccuacién (5.23) para sustituir las exportaciones netas y eliminar asi del modelo el tipo de cambio: Y= EY, 7, G, Ty FCr- *) (5.25) Puesto que [C(r — r*) es funcion creciente de r, el conjunto de puntos que satisfa- ce la ecuacidn (5.25) en el espacio (Y, 1) tiene pendiente negativa. Como en este con- junto de puntos el gasto planeado es igual al gasto realizado, seguiremos denomi- nandolo curva IS. La curva IS aparece representada en el Grafico 5.8. Obsérvese, sin embargo, que el tipo de cambio varia implicitamente a medida que nos desplazamos a lo largo de la curva. Como el tipo de interés afecta el valor de Y en (5.25), tanto por su influencia directa sobre la demanda interna como por sus efectos sobre el tipo de cambio y las exportaciones netas, la curva IS de esta economia abierta es mas ho- rizontal que la curva [S de una economia cerrada. La curva MP es la misma que antes Los resultados de este supuesto particular suelen estar a media camino entre los de una economia cetrada y una con movilidad perfecta del capital. Veamos nueva- mente el efecto de un aumento del gasto ptiblico. Puesto que este aumento eleva el * Es facil goneralizar cl modelo para hacer que FC(+) deponda de otras variables ademés de —r* y que EXC) dependa de ¢ Baro civrtos supuestos razonables, cl conqunto de puntos del espacio (¥, 1) que satisface Jos Versiones ampliadas de las ecuaciones (5.14) y (5 23) sigue tenienco pendiente negative, Ass, pues, las principales conclusiones det modelo no varian. 242 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS nive] de yasto para un tipo de interés dado, la curva IS se desplaza hacia la derecha. Asi, pues, a diferencia de lo que sucede cuando la movilidad de} capital es perfecta, re Y aumentan para un nivel dado de precios. Pero como la curva JS es en este caso mas horizontal que la que corresponderia a una economia cerrada, los efectos son més débiles que en este tiltimo caso. El efecto de otras perturbaciones se puede ana- lizar de forma similar Los tipos de cambio fijos En muchos paises no rige un tipo de cambio flotante, sino fijo. En esta seccidn anali- varemos de forma resumida qué sucede cuando los tipos de cambio son fijos. Para no complicar demasiado el andlisis, introduciremos dos simplificaciones. La primera de ellas consiste en suponer que las exportaciones netas dependen tinica- mente del tipo de cambio real: (e) (5.26) Y, por supuesto, cuando el tipo de cambio es fijo, podemos expresar ¢ del siguiente mode: c= (5. donde Z es el nivel del tipo de cambio fijo", La segunda simplificacién es suponer que la movilidad de capital no es perfecta. Para fijar el tipo de cambio es necesario que el banco central esté dispuesto a comprar y a vender divisas a cambio de la moneda local al tipo de cambio deseado. Los tac- tores que determinan estas operaciones de compra v venta son claramente distintos de los que determinan Ja compra v venta de otros tipos de activos extranjeros. Asi, pues, nos sera util redefinir FC como todos aquellos fujos financieros y de capital distintos de los que se derivan de la compra ¥ venta de divisas por parte del banco central v definir la gaiaicia de reservas como la diferencia entre dichas compras y ventas, Estas detiniciones, unidas a nuestro supuesto sobre las exportaciones netas, nos permiten cxpresar la condicién de equilibrio en el mercado de divisas de la ecua- cidn (5.23) como FC a 5.28) + XN{Z)=GR ¢ donde GR es la ganancia de reservas. Si, por ejemplo, FC = Oy XN > 0, el valor de las ventas de bienes y activos nacionales a los extranjeros es Superior al valor de las Obsérvese que la ecuacisn (5 27) presupone que es cl tipo de cambio real el que es fijy cuande, en realidad, la may oria de los parses que cuentan con un régimen cambiario de esta clase lo yve fija es & tipo de cambio nominal. Suponer que lo que se Hija es el tipa de cambio real, sin embargo, siraplifica cnormemente el andlisis v consigue reflgay la dhferencia esencial eritre los regimenes fijos y los llotantes, a saber: tanto fos tipos nominales como Jos reales son muchisimo menos Volatiles can un tipe de cambio fijo. 5.2. La economia abierta 243 ventas de bienes y activos extranjeros @ los residentes nacionales. En este caso, el mercado de divisas estaré en equilibrio sélo si el banco central adquiere divisas. El banco central no dispone de unas reservas ilimitadas de divisas, de modo que hay un cierto limite a la pérdida de reservas que puede sostener. Podemos simplificar el anilisis suponiendo que en un principio el banco central no dispone de reservas y que, por tanto, su ganancia de reservas no puede ser negativa. Es decir, la restricci6n del banco central es: GR2O0 29) Cuando el tipo de interés deseado por el banco central provoca que esta institucién pierda reservas, cl banco debe fijar un tipo de interés superior al deseado para man tener fijo el tipo de cambio. Asi, pues, si GR > 0, el tipo de interés real viene dado por Ja ecuacién MP; en caso contrario, el tipo fijado debe ser aquel para el cual GR = 0. Si denominamos r,, al tipo de interés para el que GR = 0, tendremos re HY, a) si FC(r(Y, a) —1*) + XN(Z) > 0 (6.30) r en otro caso La ecuacién (5.30) muestra cémo un régimen de tipos de cambio fijos timita las posibilidades de la politica monetaria. El banco central puede fijar un tipo de interés elevado porque esta medida silo induce a los residentes de otros paises a adquirir la moneda nacional para poder adquirir activos con un alto rendimiento y cl banco puede satisfacer esta demanda simplemente acuhando mds dinero. Sin embargo, no tiene la misma libertad para recortar los tipos de interés: cuando el tipo de interés es bajo, los residentes nacionales querran vender la moneda local a cambio de moneda extranjera, y como el banco central no puede acufar divisas, su capacidad para satis facer esta demanda es limitada. Cuando el tipo de cambio es fijo, la condicion que debe cumplirse para que el gasto planeado sea igual al realizado es: (5.31) Al igual que en los supuestos de una economia cerrada y de un régimen de tipos de cambio flotantes, e] conjunto de soluciones de esta ecuacidn es una curva de pendien. te negativa en el espacio (¥, 7). Fl Grafico 5.9 muestra esta curva IS junto con la ecuacién de la politica monetaria modificada ([5.30]), que denotaremos MP. En el caso que aparece tepresentado, estas dos curv as se cruzan en un punto en el que la ganancia de reservas es positiva, de modo que el banco central puede aplicar su regla de tipo de interés normalmente. Este modelo puede utilizarse para analizar varios escenarivs posibles. Un aumen: to del gasto publico, por ejemplo, desplava la curva I$ hacia la derecha. El nivel de produccién, Y, aumenta, y ¢ podra aumentar o mantenerse invariable (dependiendo de en qué punto se crucen las curvas). Mas interesante es lo que sucede cuando la demanda de exportaciones cae. En este caso, si el tipo de carnbio es fijo, las exporta ciones netas disminuirén y, por tanto, la curva IS se desplazara hacia la izquierda 244 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS, wip Is Po GRAFICO 5.9 Tipos de cambio fijos y Pero, ademéds, la caida de las exportaciones netas reduce la ganancia de reservas para ur determinado r (véase [5.28}). En consecuencia, 1, (el nivel de 7 necesario para mantener el tipo de cambio fijo) aumenta. El Grafico 5.10 ihustra tactos estos cambios. En el caso concreto representado, el desco de fijar el tipo de cambio no sélo impide al banco central reducir el tipo de interés tanto como querria para responder a la caida de la produccién, sino que le obliga a elevarlo, lo cual exacerba dicha caida. Por ultimo, cuando el régimen cambiario es fijo, el propio tipo de cambio se con- vierte en un instrumento de politica monetaria. Asi, por ejemplo, una devaluacion (un incremento del tipo de cambio fijo, Z) tiene exactamente el efecto contrario a una caida en la demanda de exportaciones: la curva IS se desplaza hacia la derecha, v el tipo de interés necesario para mantener el tipo de cambio disminuye. Esta es la ravon por la que la devaluacién suele ser una opcisn atractiva para defender cl tipo de cambio cuando cae la demanda de exportaciones™, \ ksio analisis admute variay generalizaciones. Supangamos, por ejemplo, qtte sustituimos neestro supuesto sobre las exportaciones netas de la ecuacién (5.26) por una ecuaewin msi cD 1G, Tt, con XX, <0¥ FC'G ~ 4) + XV, > 8. Como la gananaia de reservas disminuye ahora cuando lo hace ¥, el tramo horwontal de fa curva P bene pendiente positrva, Pero si adaptamos el supuesto, bas- tante realista. de que FC(4) es bastante sensible a r~, ste inclimaci6n seria minima. Una evtensién mas mteresante consiste en stiponer que, por razones de naturaleza préctica o politica, existe tanto un limile superior como un limite interior a la gananaia de teservas. Con este supuesto. la curva MP primero es horizontal {a aquel nivel de que proporciona la minima ganancia de reservas), luego tiene pendiente positiva y en su tramo final vuelve a ser horizontal (a aquel nivel de v que prepos- ona la mixima ganancia de reservas), A medida que aumenta la movikdad del coprtal, el hamo de 5.3. Supuestos alternativos sobre la rigidez de salarios y precios 245 y GRAFICO 5.10 Una caida de la demanda de exportaciones con tipos de cambio fijos 5.3 Supuestos alternativos sobre la rigidez de salarios y precios Pasamos ahora a analizar la oferta agregada on cl modelo. ksta seccién describe en qué casos podemos encontrarnos con una curva OA que no sea vertical. En todos ellos el ajuste nominal incompleto no es una derivacién del modelo, sino que se da por supuesto. Asi, pues, el objetivo de esta seccién no es analizar los posibles funda- mentos microecondémicos de la rigidez nominal (tarea que posponemos hasta e! Ca~ pitulo 6), sino explorar ciertas combinaciones de la rigidez nominal precios y salarios y algunas caracteristicas de los mercados de trabajo y de bienes que dan lugar a una curva OA no vertical, Los diferentes conjuntos de supuestos tienen implicaciones distintas sobre el desempleo, la politica de fijacién de precios de las empresas y el comportamiento del salario real y del margen de beneficios ante una fluctuacién de la demanda agregada Trataremos cuatro conjuntos de supuestos. Los dos primeros constituyen valiosos puntos de partida, pero ninguno de ellos parece ser una descripeién siquicra remo- tamente aproximada de las economias reales. Los otros dos son més complejos y pendiente posttiva se reduce (y termina desapareciende por completo si la oovilidad es perfeeta). Una implicacidn de este anslisis es lo que se ha dade en Hamar la «tr multéneamente un tipo de cambio fijo. una movilidad del c dependiente. dad imposible» no se puede tener si- fl muy alta y una politica monetaria m- 246 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS posiblemente mas exactos. En conjunto, los cuatro casos dan una idea de la ampliz gama de posibilidades existentes. Caso 1: el modelo de Keynes FI desarrollo de la oferta agregada en el modelo que Keynes presentara en su Teoria general (1936) comienza con ef supuesto de que el salario nominal es completamente insensible a las variaciones que puedan producirse en el corto plazo (al menos, den- tro de un cierto intervalo): Ww=W (5.32) La produccién es resultaco de la accidn de empresas competitivas. El trabajo, L, es el inico factor de produccién que varia en el corto plazo y sus rendimientos son decre- cientes FL), F(e)>0, Fey <0 (5.33) Puesto que las empresas son competitivas, contratan trabajadores hasta el punto en el cual el producto marginal del trabajo es igual al salario real: Ww « FL) > (5.34) Las ecuaciones (5.32), (5.33) y (5.34) implican que la curva OA tiene pendicnte positiva. Puesto que el salario es fijo, una tasa de inflacién mayor del perfodo anterior al presente (lo que implica un nivel de precios superior en el perfodo presente) redu- ce el salario real. Las empresas responden aumentando el nivel de empleo, le cual incrementa la produccién, De modo que entre = e ¥ existe una relacisn positiva. La razén por Ja cual en este caso el ajuste nominal incompleto hace que los eam- bios de la demanda agregada modifiquen el nivel de produccién es muy sencilla. Siendo los salarios nominales rigidos, un aumento de la inflacisn reduce el salario real y, por lanto, aumenta el \ olumen de produccién que las empresas desean vender. Esto significa que un incremento de la demanda agregada no sélo eleva a infla sino también la produccisn. E] Gréfico 5.11 muestra la situacién del mercado laboral para un cierto nivel de precios. El nivel de empleo y el salario real se determinan en funcién de la demanda de trabajo al valor del salario real que se caictila a partir del salario nominal fijo y de Ia tasa de inflacidn (punto E en el diagrama). Por tanto. el desemppleo existente es de naturaleza involuntaria: algunos trabajadores querrian trabajar por el salario vigente, pero no pueden hacerlo. El volumen de desempleo es la diferencia entre la oferta y la demanda de trabajo al salario real vigente (representada en cl diagrama por ta distancia FA) Tas fluctuaciones de la demanda agregada ptovocan cambios en el nivel de em- pleo y en el salario real a lo largo de la curva de demanda de trabajo (cuya pendien- ‘én, 5.3. Supuestos alternativos sobre la rigidez de salarios y precios 247 iv L GRAFICO 5.11 El mercado laboral con salarios rigidos, precios flexibles y un mercado de bienes competitivo te es negativa). Por ejemplo, una disminucién de la demanda reduce la inflacién y, por tanto, el nivel de precios (en relacién con el que habria existido de no haber dis- minuido la demanda), de modo que el salario real aumenta y el nivel de empleo disminuye (punto F’ del diagrama). Asi, pues, esta visién de la oferta agregada im- plica que la respuesta del salario real a las perturbaciones de la demanda agregada es anticiclica. Esta prediccién comenzé a investigarse empiricamente muy poco des pués de la publicacién de la Teoria general, pero nunca ha podido probarse. Como explicaremos en la Seccién 5.6, el estado actual de conocimientos sugiere que los salarios reales son moderadamente prociclicos Caso 2: precios rigidos, salarios flexibles y un mercado laboral competitivo La visidn de la oferta agregada que ofrece la Teoria general presupone que el mercado de bienes es competitive, que los precios de los bienes son completamente flexibles y que el origen de la rigidez nominal se halla en el mercado de trabajo. Esto nos in- © En respuesta a los primeros estudios sobre el comportamiento ciclico de Jos salarios. Keynes (1939) renegé del grucsu de la formulacion concreta de la oferta agregada i que lo habia elogide pora que elm sida en fa Jeuria general diciendo Jo fuera To mais claisico posible ¥ pora Simplificar I exposiciin, Su vision de la oferta agregada en el aho 1939 es cercana a la del caso J, que exponemos mas adelante. 248 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS vita a preguntarnos qué sucedera en el caso contrario, es decir, ctando el mercado laboral es competitive, los salarios son completamente flexibles y el ajuste nominal incompleto provenga por completo del mercado de bienes. La hipstesis de que los precios de Jos bienes no son completamente flexibles va casi siempre acompanada de otro supuesto: que el mercado de bienes no es perfec- tamente competitivo. Esto obedece a dos razones. En primer lugar, si la competencia es perfecta, en el equilibrio de precios flexibles las empresas estan vendiendo exacta- mente la cantidad que desean. De modo que si fos precios no varfan, un aumento de la demanda a partir del nivel inicial hace que las empresas racionen a los potenciales compradores. Si, por el contrario, la competencia es imperfecta, el precio excede el coste marginal v las empresas se beneficiarén si pueden vender mas al precio vigen: te. En consecuencia, resulta razonable suponer que si los precios no se ajustan, existe un cierto intervalo dentro del cual las empresas estaran dispuestas a producir mas para satisfacer la demanda En segundo lugar, el objetivo tiltimo de la teoria es derivar el ajuste incompleto de precios. no suponerlo. Y para ello es mejor tener agentes precio-determinantes (como las empresas en el modelo de compeiencia imperfecta) que un agente externo que fija los precios (como ef subastador walrasiano de los modelos competitivos) ". Con esta visién, son los precios en vez de los salarios los que se suponen rigidos: se supone que P es igual a un determinado nivel P al que no afectan los aconteci- mientos que puedan tener lugar en el corto plazo. Y lo mismo ocurre con la infla- cién (5.35) Los salarios son flexibles; asi, pues, los trabajadores se encuentran en su curva de oferta de trabajo, cuya pendiente se supone positiva ” Li(e}>0 ( a @ Como antes, el nivel de empleo ¥ Ja produccién aparecen relacionados a través de la funcidn de produccién, ¥ = FiL) (ecuacién [5.33]). Finalmente, ki la demanda al precio vigente en tanto no exceda el nivel en que el coste marginal coincide con cl precio; ilamaremos Ya este nivel de produccion mpresas satisfacen Jna excepcion importante a esta asouagion habitual entie el ajuste de precios meompleto ¥ la competencia imperfecta ve encuentra en ia hleratura sobre of de ulibvio, Los modelos de esta literateita suclen suponer tm merrade de bienes competitive v admiten la posibilidad de racionamiento por parte dle las empresas. Ademss, los modelos suelen incluie tanto rigiele7 de Tos salarios como de los precios ¥ admilen también cf racionamiento on el mercade de trabajo (ya sea de trabajadores o de empresas} Vean- , Barro y Grossman (1971) © Malinvaud Observese que al expresat la oferta de trabajo solo en por ejempl :nciGn del salasio real, ignoramos el efecto sustitucion intertemporal v el efecto tipo de interés, que en los modelos de ciclo econdmico real cumplen un papel fundamental en la explicactin de las flictuaciones del nivel de empleo. En principio. estos efectos podrian incorporarse a este modelo, pero camo no tienen refevancia para las cuestiones euye anallisis nbs ocUpa, los omitimos on aras de 12 sencille 5.3. Supuestos alternativos sobre la rigidez de salarios y precios 249 ys Y GRAFICO 5.12 La oferta agregada cuando los precios de los bienes son rigidos Con supuestos tan fuertes sobre la rigides de precios, la curva de la oferta agre- gada no sdlo no es vertical, sino que es horizontal. En concreto, es una linea horizon- tal que eruza cl cje de ordenadas a ia altura de 7 y que se extiende hasta ¥“* (y cl Grafico 5.12). Las fluctuaciones de la demanda agregada hacen que las empresas modifiquen el nivel de empleo y la produccién a esa tasa de inflacion fija, z. Y sila demanda agregada Megara a crecer tanto que su valor ev 7 fuera superior a YY, la produccién permanecerfa en este tiltimo nivel y la empresa comenzarfa a racio- nar la venta de sus bienes El Grafico 5.13 muestra las implicaciones de este modelo respecto del mercado de trabajo. La demanda de trabajo por parte de las empresas viene determinada por el deseo de satisfacer a demanda de sus biencs. Por tanto, en la medida en que el sala- rio real no sea tan elevado como para que deje de ser rentable cubrir toda la deman- da, la curva de la demanda de trabajo es una linea vertical en el espacio empleo-sa- lario. Se utiliza el término denaide de trabajo efetive para describir una situacién como ésta, en la que la cantidad de trabajo demandada depende de [a cantidad de bienes que las empresas pueden vender, FI salario real se determina por la inter- seccion ce la curva de demanda de trabajo efectiva y la curva de oferta de trabajo {punto F). De modo que los trabajacores se encuentran en su curva de oferta de tra- bajo y no hay desempleo. * $i el salario zeal es tan elovado que alas empresas no los resulta rentable satisfacer la demanda de sus bienes, la clemanda de trabajo v1ene determinada por la condicién de que el producto marginal debe ser igual al salario real. Asi, pues, esta parte de la curva de demanda de trabajo tiene pendliente positiva. 250 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS Ww Fo) Py i GRAFICO 5.13 Un mercado de trabajo competitive con precios rigidos y salarios flexibles Este modelo implica que la respuesta del salario real a las fluctuaciones de la demanda es prociclica. Por ejemplo, uma caida de la demanda agregada provoca una caida de la demanda de trabajo cfectiva y, por tanto, una reduccién del salario real a medida que los trabajadores se desplazan hacia abajo por su curva de oferta de tra ajo (al punto E’ del diagrama). Si la oferta de trabajo es relativamente insensible al salario real, este tiltimo Variaré en gran medida en respuesta a vn cambio en la de- manda agregada. Finalmente, este modelo implica que Ia respuesta del margen de beneficio (la ratio entre el precio y el coste marginal) a las fluctuaciones de la demanda es antic clica. Por ejemplo, un aumento de la demanda provoca un incremento de Jos costes tanto porque se eleva el salario como porque el producto marginal del trabajo dismi- nuye a medida que aumenta la produccién. Dado que los precios permanecen {ijos, la ratio del precio respecto del caste marginal disminuyc. Como es mas complicado medir los margenes de beneficio que los salarios reales, tambisn es més dificil precisar como s¢ comportan a lo largo del ciclo. A pesar de ello, el trabajo realizado en esta area ha Megado a un consenso ampliamente aceptado, segtin el cual los margenes de beneficio son considerablemente anticiclicos. A este respecto, puede verse, por ejemplo, Bils (1987); Warner y Barsky (1995); Chevalier y Scharistein (1996), y Chevalier, Kashyap y Rossi (2003). Rotemberg y Woodford (1999) resumen gran parte de la evidencia disponible y examinan sus implicaciones. La razén por la que el ajuste incompleto hace que los cambios en la demanda agregada afecten al nivel de produccién es totalmente diferente de 1a del caso ante- 5.3. Supuestos alternativos sobre la rigidez de salarios y precios 251 rior, Un descenso de la demanda agregada, por ejemplo, reduce la cantidad que las empresas pucden vender al nivel de precios vigente y les obliga a reducir su produc- cidn. En el modelo anterior, por el contrario, una disminucién de la demanda agrega- da, al elevar el salario real, reducia la cantidad que las empresas deseaban vender. Este modelo de oferta agregada es importante por tres ravones. En primer lugar, es el punto de partida natural de aquellos modelos en los que la rigidez nominal tiene que ver con los precios mas que con los salarios. En segundo lugar, muestra que no existe una comexién necesaria entre rigidez nominal y desempleo. Y, por ultimo, es facil de usar. Esto explica que este tipo de modelos aparezca frecuentemente en la literatura tedrica Caso 3: precios rigidos, salarios flexibles e imperfecciones reales del mercado laboral Puesto que las fluctuaciones de la produccién aparecen asociadas a fluctuaciones del desempleo, es natural preguntarse si los cambios de la demanda agregada pueden conducir a variaciones del desempleo cuando son los precios nominales los que tar- dan demasiado en ajustarse. Para ver como podria ocurrir esto, supdngase que los salarios nominales siguen siendo flexibles, pero que existe algtin aspecto no walra- siano del mercado laboral que hace que el salario real permanezca por encima de! nivel de equilibrio de la oferta v la demanda. E] Capitulo 9 investiga este tipo de caracteristicas del mercado laboral, asi como el modo en que en situaciones como la descrita cl salario real puede variar dependiendo del nivel de la actividad econémica agregada. Por ahora, bastenos suponer que las empresas tienen algtin tipo de «fm- cin de salario real». De modo que podemos escribir: Ww Pp & 3 w(L), w'(*) 20 ( Para mayor conerecidin, podemos pensar que Ia raz6n por la que las empresas pagan salarios superiores @ los de equilibrio de mercado tiene que ver con Ios salarios cl eficiencia (véanse Secciones 9.2 a 9.4). Como antes, la inflacién esta fija en el nivel zt y Ja producci6n se relaciona con el nivel de empleo mediante la funcién de produccién, Y = FL) Estos stipuestos (como los anteriores) implican que la curva de oferta agregada es una linea horizontal que se extiende hasta cl punto en cl que el coste marginal es gual al nivel de precios exdgenamente dado; asi, pues, una vez mas vemos que los cambios en la demanda agregada tienen efectos reales. Pero a diferencia del caso an- terior, las conclusiones respecto del mercado de trabajo son distintas en este caso (véa- se el Grafico 5.14). EL nivel de empleo y el salario rea) se determinan ahora por la interseccion de Jo curva de demanda de trabajo efectiva y la curva de la funcién del salario real. A diferencia del caso anterior, en éste hay desempleo, cuyo volumen aparece representado por la distancia LA en el diagrama. Las fluctuaciones de la de- manda de trabajo induicen movimientes a lo largo de la curva de Ja funcin del sala rio real y no a lo largo de la curva de oferta de trabajo. Asi, pucs, ya no es la clastici- dad de la oferta de trabajo la que determina la respuesta del salario real a variaciones 252 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS reo GRAFICO 5.14 Un mercado de trabajo no walrasiano cuando los precios son rigidos y los salarios nominales flexibles de la demanda agregada. Y si la funcién del salario real es menos inclinada que la curva de oferta de trabajo, cuando disminuye la demanda el desempleo crece, Caso 4: salarios rigidos, precios fiexibles y competencia imperfecta Al igual que el Caso 3 es una extension del Case 2, que introduce las imperfecciones reales en el mercado de trabajo. ahora extendemos el Caso J introduciendo imperfec- ciones reales en el mercado de bienes. En concreto, suponemos (como en el Caso 1) que cl salario nominal es rigido e igual a Wy que los precios nominales son flexibles; seguimos suponiendo, ademas, que la produccién y el empleo se zelacionan media: te la funcion de produccién. Pero ahora supondremos que el mercado de bienes 6s imperfectamente competitive. En estas condiciones, el precio es un margen sobre el coste marginal. Igual que lo que hicimos con el salario real on el Caso 3, no modela- remos los factores determinantes del margen de beneficio, sino que nos limitaremos stos supuestos, el a suponer que existe una «funcién de margen de beneficioy. Con precio viene dado por Ww P=i(Ly (5.38) FuLy donde W/F'(L) es el coste marginal y « es el margen de beneficio. 5.3 Supuestos alternativos sobre la rigidez de salarios y precios 253 La ccuacién (5.38) implica que el salario real, W/P, es igual a F'(L)/se(L). Si no imponemos ninguna restriceién sobre ji(L), no podemos saber como variaré W/P ante cambios de L. Cuando «1 es constante, el salario real es anticiclico, igual que enel Caso 1, debido a que el producto marginal del trabajo es decreciente. Puesto que el salario nominal esta fijo, el nivel de precios (y, por tanto, la inflacién) debe ser mayor cuando la produccién es mayor: luego la curva OA tiene pendiente positiva. Al igual que en el Caso 1, hay desempleo en la medida en que la oferta de trabajo sea menor que el nivel de empleo que determina la interseccién de OA con DA. Si u(L) es lo suticientemente anticiclico (es decir, si el margen de beneficio es lo suficientemente menor en las expansiones que en las recuperaciones), el salario real puede ser aciclico 0 prociclico, incluso si la rigidez nominal proviene por completo del mercado de trabajo, Un caso particularmente sencillo ocurre cuando u(L) es exac- tamente tan anticiclico como F’(L). En esta situacién, el salario real ha de ser constan- te, Como hemos supuesto que el salario nominal es constante, también lo serd el nivel de precios (y, por tanto, la inflacién). De modo que en este caso la curva OA seré horizontal”. Si «(L) es mas anticfclico que F’(L), entonces 1 debe caer cuando L au- menta, de modo que en este caso la pendiente de la curva de oferta agregada serd negativa. En todos los casos, el nivel de empleo viene determinado por el nivel de produccién en la interseccién de las curvas OA y DA El Grdfico 3.15 muestra las implicaciones de este caso respecto del mercado labo- ral. El sala eciente (panel a), constante (panel 6) 0 creciente (panel c) de L. La interseccidn de las curvas OA y DA determina Y (y, por ende, L) y 7, de modo que determina también el punto de la curva F'(L)/u(L) en el que se encuentra la economia. Lna vez més, el desempleo es igual a la diferencia entre la oferta de trabajo v el nivel Ge empleo al salario real vi- gente Para resumir, cada una de las diferentes visiones sobre el origen dul ajuste nomi- nal incompleto v de las caracteristicas de los mercadas de bienes y de trabajo tiene diferentes implicaciones respecto del desempleo, ef salario real y el margen de bene- ficio, Esto explica que las feorias keynesianas no hagan predicciones precisas sobre el comportamiento de estas variables. Por ejemplo, el hecho de que el salario real no de que fa cur- va de oferta agregada no es vertical. Sin embargo, es posible utilizar el comporta- miento de estas variables para contrastar ciertos modelos keynesianos; el caracter no anticiclico del satario real, por ejemplo. parece constituir una prueba de peso contra la tesis de que son los cambios en la demanda agregada Jos que explican las fluctua ciones y que el modelo original de Keynes ofrece una buena descripcidn de la oferta agregada. real es igual a F'(L)/u(L), que puede ser funcin d sea apareniemenie anticiclico es perfectamente compatible con la id ™ Puesto que iL) no puede ser menor que 1. lampoco puede ser funcién deereciente de L en todos los puntos. Asi, pues, al final, Ja eu a. OA debe inclinarse hacia arriba 254 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS w Lb P Fa snil) ~ L a) w iB P Pu yintl) ~ i b Ww P Fy /dly L GRAFICO 5.15 El mercado de trabajo con salarios rigidos, precios flexibles y un mercado de bienes imperfecto 5.4 La relacién de intercambio entre la produccion y la inflacion 255, 5.4 La relacion de intercambio entre la produccion y la inflacion éExiste una relacion permanente entre la produccion y la inflacion? Los modelos de la seccién precedente se basan en formas simples de la rigidez nomi- nal. En todos ellos, los salarios nominales o los precios nominales estan completa- mente fijados en el corto plazo. Ademés, si el nivel de los salarios 0 los precios viene dado por el nivel del periodo anterior, los modelos implican la existencia de una re- lacién de intercambio permanente entre Ja produccién y la inflacién Para comprender esta afirmacién, pensemos en nuestro primer modelo de la oferta agregada, es decir, el modelo con salarios fijos, precios flexibles y un mercado de bienes competitive. Supongamos que W es proporcional al nivel de precios del periodo anterior; es decir, supongamos que los salarios se ajustan para compensar la inflacién del periodo precedente. Luego el lado de la oferta agregada de esta econo- mia puede describirse mediante las siguientes ccuaciones W,= AP, ,, A>O (5.39) Y, = F(L,), Fey >0, Fey <0 (5.40) GAL) AP, A P, lem, donde 2, es la tasa de inflacién. La ecuacisn (5.42) implica una relacién estable y de pendiente positiva entre el nivel de empleo (y, por tanto, la produccion) v la mflacién. Es decir, supone que existe una relacién permanente de intercambio entre ambas variables: los responsables de la politica econdmica podran conseguir que el nivel de produccién aumente de forma continua si estén dispuestos a aceptar una inflaciér mayor. Y como un mayor nivel de produccién aparece asociado a un nivel menor de desempleo, cl modelo también implica una relacién permanente entre desemplco ¢ inflacin. En un articulo famoso, Phillips (1958) demosted que en el Reino Unido y a lo largo de todo el siglo xI\ existid, efectivamente, una fuerte y relativamente estable relacién negativa entre el desempleo y la inflacisn de salarios. Investigaciones poste- riores identificaron una relacién similar entre el desempleo y la inflacién de precios, relacién que se terminaria conociendo como curta de Phillips. Asi, pues, parecia exis- tir una base tanto tedrica como empirica para suponer una relacion estable entre el desempleo y la inflacién 56 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS La tasa natural de desempleo ELargumento a favor de esta relacién estable hiza aguas a fines de los sesenta y prin- cipios de los setenta. Por el Jado de la teoria, el ataque adopts la forma de la hipstesis de la tasn natural de desemplen de Friedman (1968) y Phelps (1968). Estos autores sos- tuvieron que la idea de que variables nominales (como la oferta monetaria o Ia infla cidn) pudieran afectar de modo permanente a variables reales (tales como la produc- cidn 0 el desempleo) no era razonable; en opinién de los autores, ef comportamiento a largo plazo de las variables reales viene determinado por fuerzas que también son de naturaleza real En el caso concreto de las relaciones entre produccién e inflacién y desempleo ¢ inflacién, Friedman y Phelps adujeron que la practica permanente de una politica expansiva provocard, tarde o temprano, cambios en el modo en que se fijan los pre- cios 0 los salarios. Pensemos una vez mas en el ejemplo analizado en las ecuacio~ nes (5.39) a (5.42). Al adoptar constantemente politicas mas expansivas, el gobierno Jogra un aumento permanente de la produccién y del empleo y (con esta version de Ja carva de la oferta agregada) una reduccién permanente del salario real. Pero no hay ninguna raz6n que obligue a trabajadores y empresas a estabilizarse en niv eles diferentes de empleo y de salario real simplemente porque la inflacion es més eleva- da: si existen fuerzas que hacen que ¢) nivel de empleo v el salario real predominan- tes en ausencia de inflacién constituyan un equilibrio, esas mismas fuerzas operan cuando hay inflacién. Asf, pues, los salarios no siempre se ajustarén mecénicamente para incorporar la inflacién del periodo anterior. Tarde o temprano, su fijacién tendré en cuenta las polilicas expansivas que trabajadores y empresas por igual saben que adoptara el gobierno, v en cuanto esto ocurra, el nivel de empleo, Ja produccion y el salario real regresarén a los niveles que predominaban en ausencia de inflacién En definitiva, lo que la hipdtesis de la tesa natural afirma es que existe alguna tasa de desempleo «normal» o «natural» y que la politica monetaria no puede man- tener indefinidamente el desempleo por debajo de ese nivel. Es irrelevante cudles sean los determinantes cxactos de la tasa natural. Friedman y Phelps meramente afirmaron que esa tasa dependia de fuerzas reales y no de fuerzas aominales. En la famosa definicién de Friedman (1968, p. 8): Ja «tasa natural de desempleo»... es el nivel que generarfa el sistema walrasiano de ecuaciones de equilibrio general, suponiendy que éstas inchryesen las \erdaderas carac teristicas estructurales de os mercados de trabajo v de bienes. Lome las imperfecciones del mercado, la variabilidad estocdsuea de las demandas 5 de Jas ofertas, el coste de informacién acerca de los empleos vac bajadores disponibles, tos costes de movilidad, etc. reumr y los El Grafico 5.16 ilustra el desmoronamiento empirico de la teorfa de una relacién estable entre desempleo e inilacion. EI grafico muestra las combinaciones de los ri veles de desempleo e inflacién en Estados Unidos en el periode de apogeo de dicha teoria y durante los siguientes veinticince anos, Los puntos correspondientes a la década de 1960 sugieren una relacién decreciente bastante estable, pero los puntos corespondientes a los atos posteriores no. 5.4 La relacién de intercambio entre la produccion y la inflacion 257 10 ~ Desemptco (porcentaye) GRAFICO 5.16 Desempieo e inflacion en Estados Unidos, 1961-1995 4 Una de Jas causas del fracaso empirico de la curva de Phillips es trivial: si las 2 perturbaciones afectan a la oferta agregada mas que a la demanda agregada, enton- - ces incluso los modelos de la seccién previa implican la posibilidad de que coexistan altos niveles de inflacién y un elevado desempleo. Y no hay duda de que durante los setenta se podrian encontrar casos de perturbaciones significativas de la oferta. Por ejemplo, en los bienios 1973-1974 v 1978-1979 hubo enormes aumentos del precio del petroleo; es probable que tales aumentos indujeran a las empresas a cobrar precios més altos para un mismo nivel de salarigs. Durante este mismo periodo, por poner otro ejemplo, hubo grandes flujos de trabajadores laboral; este tipo de flujos puede aumentar cl nivel de desempleo para un nivel sala- rial dado. Sin embargo, estas perturbaciones de la oferta no pueden explicar todos los fra- de la curva de Phillips en los setenta y los ochenta. Por ejenrplo, en 1981 y 1982 no se pueden identificar perturbaciones de la oferta apreciables, pero tanto la infla- cién como el desempleo fueron entonces mucho mayores que en cualquier Momento de la década de los sesenta. La razén de esto, si Friedman y Phelps no estan equivo- cados, es que la elevada inflacién de los setenta alteré la forma en que se fijaban precios y salarios. Asf, pues, los modelos del comportamiento de precios \ salarios que implican la jstencia de una relacion estable entre inflacién y desempleo no brindan una des- cripeion siquiera aproximadamente exacta del comportamiento de fa inflacién y de fas opciones con que cuentan los responsables de la politica econdmica. De modo que si estos modelos se van a utilizar para hacer frente a estas cuestiones, es preciso rea I fue se incorporaron a la fuerza cas © ar algunas modificaciones. 258 Capitulo S TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS La curva de Phillips ampliada con expectativas Para analizar el largo plazo es més facil presumir directamente que los precios y los salarios son completamente flexibles, de modo que los cambios en la demanda agre gada no tienen efectos reales. Por consiguiente, la curva de la oferta agregada a largo plazo es vertical y los cambios en e} Jado de la demanda no afectan a la produccién a largo plazo. E] nivel de produccidn en el cual la curva de oferta agregada a largo plazo es vertical recibe el nombre de fasa natural de la produccién, produccién de pleno empleo o produccién potencial, y aparece simbolizado como Y. Esta curva aparece re- presentada en el Gratico 5.17. Ahora bien, decir que la curva de oferta agregada a largo plavo es vertical no nos ayuda a modelar la oferta agregada a corto plazo. Las formulaciones keynesianas modernas de la oferta agregada a corto plazo difieren de Jos modelos sencillos de los ecuaciones (5.39) a (5.42) y de la Seccién 5.3 en tres aspectos. En primer lugar, ni los precios ni los salarios se suponen completamente insensibles af estado actual de la economia, Por el contrario, se supone que un nivel de produccién mas alto va aso- ciado con salarios y precios también mas altos. Una consecuencia de esto es que la pendiente de la curva de oferta agregada a corto plazo es positiva, incluso si son los precios (¥ no los salarios) los que no se ajustan de inmediato en respuesta a pertur- baciones. En segundo lugar, se admite la posibilidad de que haya perturbaciones de la oferta. Y, por tiltimo (y mas importante), se supone que el ajuste de los salarios a GRAFICO 5.17 La curva de la oferta agregada a largo plazo y la curva de la demanda agregada 5.4 La relacién de intercambio entre la produccion y la inflacion 259 Ia inflacidn pasada y a la prevista en cl futuro es mas complicado que lo que expresa Ja ecuacién (5.39). Una tipica formulacién keynesiana moderna de {a oferta agregada es a) = a7 +A(In ¥,-In ¥,) +65, iro 3) EI término A(in Y ~ In Y) implica que existe en todo momento una relacisn positiva entre inflacién y produccién; para mayor simplicidad, la relacién es logaritmico-li- neal. La ecuacién (5.43) no presupone nada respecto de si el ajuste nominal incom- pleto se encuentra en los precios, en los salarios 0 en alguna combinacién de ambos factores™. El término e° representa Jas perturbaciones de la oferta. La diferencia fundamental entre la ecuacién (5.43) y nuestros anteriores modelos de oferta agregada esté en el término 7*. Tautolégicamente, 2* es la inflacién que habria si la produccién fuera igual a su tasa natural y no hubiera perturbaciones de oferta; es la Hamada inflacin estructural o subyacente. La ecuacion (5.43) suele recibir el nombre de curva de Phillips ampliada con expectativas, aunque (como veremos en breve) las teorfas keynesianas modemas no interpretan necesariamente 2° como la inflacién esperada. Un modelo sencillo de -7*, que resulta util para fijar las ideas, es aquel que hace coincidir este valor con la inflacin etectiva del periodo previo: APS 7; (5.44) Con esta formulacion, existe una relaci6n entre Ja produccién y la variacién de la in- flacién, pero no una relacién permanente entre produccidn e inflacién. Para que la inflacién se mantenga fija en un nivel dado, la produccién debe ser igual a st tasa natural. Y cualquier nivel de inflacisn es sostenible. Pero para que la inflacién caiga, debe haber un periodo durante el cual la produccién esté por debajo de su tasa na- tural. La formulacién contenida en las ecuaciones (5.43) y (5.44) es conacida como la curva de Phillips aceletacionista”. En comparacién con los modelos que inclayen una relacién permanente entre la produccién y la inflacién, el que estamos estudiando ahora se ajusta mucho mejor a a historia macroeconémica de Estados Unidos a lo largo del tiltimo cuarto de siglo. Considérese, por ejemplo, cl comportamiento del desempleo y de la inflacién entre 1980 y 1995. E] modelo atribuye la combinacin de niveles altos de inflacién y des- © Para combinar la ecttacidn (5.49 con el Caso 2 el Casa 3 de la Seccidn 3.3, se puede suponer que el salario nominal es completamente Hesible 1 emplear el supuesto de la ecuaasn 13.43) en vez de In igualdad -7 =. Asimismo, en fos Casos 1 v4 se puede supaner que la intlacidn de los salarios viene dada por una expresisn analoga a fa eeuacidiny (43) v-whlizar este supuesto en ver de suponer que los salaries son completamente insensibles a los cambios habidos en el periodo; pero esto implica un compoxtamien- to de Ia inflacién de precios alge mas complejo. * La regla general mas habitual dice que por cada punto porcentual en que la tasa de desempleo exceda la tasa natural, la inflaci6n chermnuirs alrededor de medio punto porcentual anual, Y, como vimos en fa Seccwon 41, por cada punto poicentual que supere # a 5, Ysera aproximadamente un 2 por 100 in- forior a Y. Lutego si cada periodo corresponde a un aio, ¢) valor de / en la ecuacién (5.43) es aproximada- mente } 260 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS empleo de principios de los ochenta a desplazamientos contractivos de la demanda agregada con wna inflacion inicialmente elevada. Tal y como predice el modelo, el elevaco desempleo estaria asociado con caidas de la inflacién (y a mayor desempleo, mayor caida de la inflacién). Cuando a meciados de los ochenta el desempleo cayd por debajo del intervalo del 6 al 7 por 100, la inflacidn comenzé a elevarse gradual- mente. Cuando el desempleo regres6 a este intervalo hacia el final de la década, la inflacién se mantuvo estable; volvid a disminuir cuando el desempleo crecié por encima del 7 por 100 en 1992 y se mantuvo nuevamente estable cuando el desemplco cay6 por debajo de aquel porcentaje en 1993 y 1994. Todos estos movimientos coin ciden con lo que predice el modelo. Pero ni siguiera la versién modificada del modelo es perfecta. Staiger, Stock y Watson (1997) muestran que, aunque por regla general la inflacién cae cuando el desempleo es elevado, el vinculo entre ambas variables no es particularmente estre- cho, y esto es asi incluso cuando controlamos el efecto de Jas perturbaciones de la oferta observables. El comportamiente de la inflaci6n y del desempleo desde la se- gunda mitad de los noventa es wn ejemplo importante de esta ausencia de relacién: aunque durante la mayor parte de este periodo el desempleo estaba muy por debajo de las estimaciones previas de la tasa natural, la inflacién no aumento™. Aunque el madelo de la inflacién estructural de la ecuactén (5.44) suele ser dtil, tiene limitaciones importantes. Por ejemplo, si se interpreta que la longitud de los periodos es relativamente breve (digamos un trimestie), es probable que Ja inflacién estructural tarde mas de un perfodo en responder por completo a las variaciones de la inflacion efectiva. En este caso, es razonable reemplazar el lado derecho de la ecua~ cién (3.14) por una media ponderada de la inflacién habida a lo largo de varios pe- riodos anteriores. Tal vez el defecto mas importante del modclo de oferta agregada de las ecuacio- nes (5.43) y (5.44) sea que supone que el comportamiento de la inflacién estructural es independiente del entorno econémico. Por ejemplo, si la ecuiacién (5.44) se cum- plicra siempre, existiria una relacién permanente entre la produccidn y la variacién de la inflacién. Es decir, las ecuaciones (3.43) y (5.44) implican que si el gobierno esta dispuesto a aceptar que la inflacisn no deje de crecer, puede forsar a la produccién a mantenerse permanentemente por encima de su tasa natural. Pero los mismos argu- mentos que emplean Friedman y Phelps para desmentir la existencia de una relacién permanente entre la produccién y la inflacién implican que si el gobierno intenta aplicar esta estrategia, en algtin moments ios trabajacores y las empresas dejaran de seguir la pauta que se sigue de estas ecuaciones y ajustarén su comportamiento para tener en cuenta los aumentos de la inflacién que ya saben que ocurririn; en conse- cuencia, la produccién regresara a sut tasa natural. En su presentacidn original de la hipétesis de la tasa natural, Friedman examina otro ejemplo mas realista, de como el comportamiento de la inflacién estructural puede depender del entorno econémico: la velocidad con ia que la inflacion estruc- tural se ajusta a la inflacién probablemente dependa de lo duraderos que sean en la Para una povible explicacién de este comportamiento, véase el Problema 5.14. Katz y Krueger (1999) analizan ciertos cambios en el mercado de trabajo que podrian haber reducide Ta tasa natural 5.4 La relacién de intercambio entre la produccién y la inflacion 261. realidad los movimientos tipicos de la inflacién. Si esto es asi, en una situacién como la estudiada por Phillips, donde hubo muchas variaciones transitorias de la inflacion, la inflacién estructural habria variado poco; en consecuencia, los datos sugeririan la existencia de una relacion estable entre fa produccién y Ja inflacién. Pero en um en- torno como el de Fstados Unidos en la actualidad, donde coexisten perfodos sosteni dos de inflacién elevada con otros de inflacién moderada, la inflacién estructural variara mas, de modo que no habra un vinculo permanente entre la produccién y el nivel de inflacién. Si Jlevamos al extremo légico estas criticas a las ecuaciones (5.43) y (5.44), la con- clusion serfa que en la primera de estas ecuaciones habria que sustituir la inflacisn estructural por fa inflacin esperada: a, =a) +A(in Y,-In donde :! es la inflacién esperada. Esta formulacién refleja las ideas expresadas en los ejemplos anteriores. La ecuacién (5.45) implica, por ejemplo, que a menos que las expectafivas sean notoriamente irracionales, no hay ninguna politica que pueda ele- var permanentemente la produccién por encima de su tasa natural, ya que esto re- queriria que las previsiones de inflacién de los trabajadores y las empresas fueran siempre demasiado bajos. Asimismo, puesto que las expectativas sobre la inflacién futura son menos sensibles a Ja inflacion actual cuando las variaciones de la inflacion tienden a ser mas breves, la ecuacién (5.45) es coherente con el ejemplo de Friedman, que muestra que es probable que la relacién produccién-inflacian varie con el com- portamiento de la inflacién obsert ada. A pesar de esto, los andlisis keynesianos mediernos no suelen emplear el modelo de oferta agregada de (3.45). La principal ra/én estriba en que, como veremos en la Parte A del Capitulo 6, si suponemos que los fijadores de precios y de salarios for mulan sus expectativas de modo racional, la ecuacién (5.45) tiene implicaciones muy extremas que los datos empiricos no parecen respaldar. Por otra parte, suponer que Jos trabajadores y las empresas no forman sus expectativas racionalmente seria basar la teoria en la irracionalidad. Una solucién intermedia natural entre el modelo de inflacion estructural de (5.44) y el de (5.45) consiste en suponer que la inflacién estructural es una media pondera- da de la inflacién pasada y la inflacién esperada. Con este supuesto, la curva de la oferta agregada a corte plazo viene dada por a, = gm +(l-p)m_.+kIn¥,-In ¥y ses, Osgei (5.46) Las teorias keynesianas modernas suelen admitir la posibilidad de que @ sea positi- vo; es decir, permiten que la inflacién estructural no sea una mera funcién mecénica de la inflacion pasada. Pero estas teorias suelen suponer también que es estricta- mente menor que 1, 0 sea, que existe cierta iuereid en la infiacién de precios y salarios. Es decir, estas teorias presuponen la existencia de algxin tipo de vinculo entre la in- flacion pasada y la futura mis alla de los efectos que operan a través de las expecta- tivas. 262 Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS Pero las teorias no suelen atreverse a formular modelos de oferta agregada con pretensiones de generalidad. Mas bien podemos dividir los modelos, a grandes ras- gs, en dos categorias. La primera esta compuesta por aquellos modelos que derivan algun tipo de curva de la oferta agregada o de rigidez nominal a partir de supuestos concretos acerca del entorno microecondémico. Fstos modelos (como Jos de la Sec- cin 5.3) suelen postular formas fuertes de la rigidez nominal; el propésito de estos modelos es ilustrar alguna cuestién particular, pero no pretenden ofrecer una buena aproximacién al comportamiento real de la econonvia. En el capitulo siguiente nos encontraremos con muchos de estos modelos. La segunda categoria de modelos esta compuesta por formulaciones concretas, como la que presentamos en (5.43) y (5.44), pensadas como restimenes titiles del comportamiento de la oferta agregada en situa- ciones concretas, pero sin pretensién de universalidad. El fracaso de la teoria keynesiana moderna en desarrollar un modelo general de la oferta agregada dificulta la aplicacién de la teoria a situaciones nuevas. Ademas, al reducir la precisién de los modelos, los hace mas dificiles de contrastar con los datos, algo sobre lo cial volveremos al final del capitulo siguiente, 5.5 Una aplicacion empirica: el dinero y la produccion La ecuacion de San Luis La diferencia més importante entre las teorias reales de las fluctuaciones y las teorias keynesianas probablemente radica en sus predicciones sobre los efectos de los cam- bios monetarios. En los modelos basicos de ciclo econdmico real, las perturbaciones que en los modelos keyne- sianos tienen una influencia importante sobre el empleo y la produccién. Esta observacion sugiere una forma natural de contrastar empiricamente las tco- rias reales frente a las keynesianas: gpor qué no estimar una regresién que relacione el nivel de produccién con la oferta monetaria? Este tipo de regresiones tiene una larga historia. Una de las primeras, y de las més sencillas, fue la que formularon Leonall Andersen y Jerry Jordan, del Banco de la Reserva Federal de San Luis (An dersen y Jordan, 1968), y de ahi que la regresién que trata de estimar la produccién a partir de la oferta monetaria sea conocida como ecniacisit de San Luis Estudiaremos aqui un ejemplo de este tipo de ecuaciones. La variable del lado izquierdo cs 1a variacién de! logaritmo del PIB real. La variable principal del lado derecho es la variacidn del logaritmo de la oferta monetaria medida por el indicador puramente monetarias no tienen efectos reales, mientra: M2; puesto que los efectos que pueda tener la oferta monetaria sobre la produccién pueden no ser inmediatos, se incluye en este lado de la ectacién el valor actual de la variable y cuatro valores retardados. La regresién también incluye una constante y una tendencia temporal (para dar cuenta del posible crecimiento tendencial de Ja produccién y del dinero). Los datos son trimestrales y el periodo muestral abarca del segundo trimestre de 1960 al tercer trimestre de 2004. 5.5 Una aplicacién empirica: el dinero y la produccion 263 Tos resultados son: Ain Y, = 0,0035 - 0,05 Aln un, + 0,15 Ain m, _, + 0,18 Alm m,_> (0,0025) (0,11) (0,13) (0,13) + 0,01 Aln ni,_;~0,01 Aln m,_,-0,000001 £ (0,13) (0,11) (0,000013) R=0,044, DW.=150, — s.e.c. = 0,008 donde los ntimeros entre paréntesis indican los errares estandar. La suma de los coefi- cientes aplicados al valor actual de la variable que representa el crecimiento de la ofer- ta monetaria y a sus cuatro retardos es igual a 0,28, con un error estandar de 0,10. Asi, pues, las estimaciones sugieren que un aumento del 1 por 100 en la oferta monetaria se asocia a un auinento de un cuarto en la produccidn a io largo del aito siguiente y rechazan con un clevado nivel de significacion la hipotesis nula de no asociacidn, 0, donde my p denotan In M y In P. a) Suponga que P = Py zr = 0. Haile una expresién para ui /din. Diga si un aumento de la oferta monetaria reduce el tipo de interés 1b) Suponga que los precios reaccionan parcialmente ante un incremento de la oferta mo- nelaria. En concreto, suponga que dp/dit es exdgena, con 0 < dp/dm <1. Siga supo- niendo que -r = 0. Halle una expresion para dr/di. Diga si un aumento de la oferta moneiaria reduce el tipo de interés real. Determine si para lograr una determinada variacidn del tipo de interés seria necesaria ahora una \aviacion en 1 menor, mayor 0 igual que fa del apartado @ ©) Suponga que un incremento de la oferta monetaria aiecta también a la inflacién espe- rada. En concreto, suponga que dr” /iit es exGgena, con dt" /ilur > 0. Siga suponiendo que 0 < dp/dw < 1. Halle una expresion para dr/dnt. Diga si un aumento de Ja oferta 272 54. Capitulo 5 TEORIAS KEYNESIANAS SOBRE FLUCTUACIONES ECONOMICAS monetaria reduce ¢l tips de interés. Determine si para lograr una determinada varia- cién del tipo de interés seria necesaria ahora una variacién en 1 menor, mayor o igual que la del apartado b, a) Suponga que el ajuste de los precios es completo ¢ instanténea: dp/din = 1, dae'/dn Halle una expresion para dr/dnt. Diga si un aumento de la oferta monetaria reduce el tipo de interés real . El presupuesto puiblico en el modelo keynesiano convencional. @) El multiplicador del presupuesto equilibrado (Haavelmo, 1945). Suponga que et gasto plancada viene dado por la ceuacién (3.2), E = C(Y —T) +10) + G. ‘J gCémo afectarian a la posicion de la curva IS aumentos iguales de G y de T? En concreto, ;cual seria su efecto sobre Y para un nivel dado de 1? if) ¢Cémo atectarian a Ja posicién de la curva DA aumentos iguales de Gy de T? En conereto ria sui efecto sobre Y para un nivel dado de x? cud b) Estabilizadores automaticos. Suponga que los ingresos fiscales, T, en vez de ser una variable exégena, son funcidn de la renta: T = T(Y), T'(V) > 0. Con este cambio, indique cémo atocta un aumento de T'(¥) a: ) La pendiente de la curva 18, ii) El etecto de un cambio en G sobre el valor de Y para un cieriv valor de a, La trampa de la liquidez. Considere el modelo que describimos a continuacién, La tra yectoria de la inflacin viene dada por una versién continua de las ecuaciones (3.43) (44h: At) = fn YH) — In FY, 4 > 0. La curva IS es Ye) = YUi(f) — 20), Y(*) <0 El banco central fija el tipo de interés de acuerdo con (5.8), pero con la restriccién de que el tipo de és nominal no puede ser negative: i{!) = max[0, a(F) + rE), s(N)L, donde rf) es creciente en ambos argumentos 8) Trace la curva de demanda agregada de este modelo (ey decir, el conjunto de puntos en el espacio (Y, 7) que satisfacen la ecuacién JS y la regia descrita antes para el tipo de interes. b) Sea (¥, 3) cl punto de l2 curva de demandia agregada en que x + r( trayectoria en ef tiempo de ¥ y 7 en los siguientes casos 2) = 0. Dibuje la 1) Y> ¥, (0) > te ¥(0) < ¥. iY ¥ vx(0) > 3 ii) Y> ¥,.10) < te ¥(0)<¥ El acelerador-multiplicador (Samuelson, 1938), Considere el siguiente modelo de determi- nacién de la renta. 1) El consumo depende de la renta del periodo anterior: C, =a + bY; 2) El stock de capital deseado (o stark de existencias) es proporcional a la produceién del periode anterior: Kf = cY, _). 3) La inversidn es igual a Ja diferencia entre el stock de capt tal deseado y el stock heredado del periodo anterior: 1, = Kk? Kr ck, 4) El vo- lumen de gasto ptiblico es constante: G, = G. 3) ¥)= C+ i+ ametros del modelo. 2) Exprese Y, en funcién de Vs., Y, 2 ¥ los pa Para mas detalles sobre el limite interior del tipo de interés nominal, \¢ase la Seccisn 10.6. Problemas 273 b) Suponga que b = 0,9, ¢ = 0,3 y que el gasto publico experimenta una perturbacién aislada; en concreto, Ges igual a G+ 1 cn el periodo fe igual a G en todos los demés. {Qué efecto tiene esta perturbacién sobre la produccidn a lo largo del tiempo? 5.6. Describa cémo atectarian a las curvas IS* y/o MP* los siguientes acontecimientos en un entorno caracterizado por un tipo de interés flotante, movilidad pertecta del capital y unas expectati\ as sobre cl tipo de cambio real estaticas, a) Un incremento de los tipas de cambio de los restantes paises. 6) Un aumento de los impuestos. ©) Una elevacin de la demanda de dinero para un nivel dado de ry de Y. 5.7. Describa el efecto que cada uno de los cambios mencionadas en el Problema 5.6 tendria sobre las curvas IS y/o MP en un cntomo caracterizado por un tipo de interés flotante, movilidad imperfecta del capital y ¢! hecho (como en la ecuacién [5.24]) de que las expor- taciones netas son el Gnico componente del gasto planeado que se ve afectado por el tipo de cambio. 5.8. Describa como afectan cada uno de los acontecimientos del Problema 5.6 a las curvas IS y/o MP en el modelo de tipos de cambio fijos de la Seccién 5.2. 5.9. Una intervencidn en el mercado de divisas. Suponga que el banco central interviene en cl mercado de divisas comprando divisas a cambio de la moneda nacional. Esta inter- vencidn hace que la suma de XN y FC sea positiva en lugar de cero («éanse las ecuacio~ nes [5.23] y 15.28) 2Qué efectos tiene esta intervenciGn sobre fas curvas IS y/o MP en un entomo carac- > terizado por un tipo de cambio flotante, unas expectativay estaticas sobre el tipo de cambio real y una movilidad imperfecta del capital? 8) ¢Cémo se modifica (si Jo hace) la respuesta al punto a si la movilidad del capital fuera perfecta? 3.10, Considere el modelo de tipos de cambio fijos estudiado en la Seccién 5.2. Suponga que, inicialmente, GR = 0.) m aumenta. ay gCémo afecta esto arc ¥? 5) Suponga que cl pais devahia su moneda (es decir, que eleva F). :Podria esto compen- sat los efectos sobre Ja produccién que ha identificado en la respuesta al aparta- doa? ©) Suponga que el gobierno no ha devaluado su moneda, pero que alguna gente cree que existe la posibilidad de que lo haga en breve? i) 0, £'"(4) <0 yA > 0) y que A disminuye. :Como afectaria a la curva OA esta perturbacién teenoldgica nega- tiva en cada uno de los modelos de oferta agregada estudiados en la Seccién 5.3? Crecimiento de a productividad, curva de Phillips y la tasa natural (Braun, 1984, y Ball y Moffitt, 2001). Sea ¢. el crecimiento de la produccidn por trabajador en e! perfodo t, aa inflacién v 2!" Ja inflacién salarial. Suponga que, en un principio, g es constante ¢ igual ag! y que el nivel de desempleo es tal que la inflacidn es constante. En un mo- mento determinado, y experimenta un crecimiento continuo hacia ¢"' > g*. Describa qué evolucin de u, mantendria la inflacién de precios en un nivel constante en cada una de Jos siguientes supuestos acerea del comportamiento de la inflaciin de precios y salarios (suponga que p > 1 en todas los casos): a) (La curva de Phillips precio-precio). 1, = 2, 1 @(u,-@, a =a, +2 b) (La curva de Phillips salario-salario), 2° = -1 (t=), 3, = ©) (La curva de Philips pura salario-precio). 27! = = 9h, - i), 1. = -y, d) (La curva de Phillips salario-precio con un ajuste para el crecimiento normal de fa productividad), 7 i+ 8 = lu, ~ i), & 1+ (=p, a, = a7 — 9. Suponga que 0

0 (6.7) donde yes el logaritmo de ta renta real agregada, =, es la perturbacién que incide sobre la demanda del bien # y 7 es la clasticidad de Ia demanda de cada bien. La voriable q, es la demanda del bien i para cada productor'. El promedio de las =;en el conjunto de todos los bienes es cero; es decir, se trata de perturbaciones de la deman- da meramente relativas. Suponemos que y es igual al promedio de las q, para cada uno de los bienes y que p es el promedio de las p, yaa (6.8) p=). (6.9) Intuitivamente, lo que nos dicen Jas ecuaciones (6.7) a (6.9) es que la demanda de un bien es mayor cuanto mayor es la produccién total (y por ende, la renta total), cuan- to menor es el precio del bien en relaci6n con los restantes precios y cuanto mayor sea la preferencia de los individuos respecto del bien? " ks decir, el logaritmo de la demanda tatal del bien es In N + =, 9(p,- p), donde N es el ntime- ada bien. 10 de prochuctores de ¢ * Aunque fas ecuaciones (6.7) a (6.9) se comprenden intuitivamente. su derivaci6n precisa a partir de Jas preferencias individuales subre los distintos bienes ea: urriy 9 viettas aproximaciones. La dificul tad radica en que si las preferencias son fales que Ja deananda de cada bien adapta exactamente fa 6.1 La hipétesis de informacién perfecta 279 Finalmente, el lado de la demanda agregada del modelo es: ysm-p (6.10) La ecuacién (6.10) admite diversas interpretaciones. La més sencilla (y la mas ade- cuada a nuestros fines) afirma que (6.10) no es mas que una forma abreviada de modelizar la demanda agregada. La ecuacin (6.10) implica una relacién inversa entre el nivel de precios y la produccién, que es la caracteristica esencial de la deman- da agtegada, Puesto que en este momento lo que nos interesa es la oferta agregada, no tiene mucho sentido que modelicemos la demande agregada con mas detalle. Con esta interpretacion, habria que pensar que M no representa estrictamente a la oferta monetaria, sino una variable genérica que afecta a la demanda agregada. También es posible derivar la ecuacién (6.10) a partir de modelos con formulacio- nes mas completas de la oferta monetaria. Woodford (2003) observa que la ecuacin (6.10) refleja una situacién en la que el banco central aplica la politica monetaria para lograr un determinado objetivo de PIB nominal. Con esta interpretacién, m seria cl objetivo de PIB del banco central (expresado en logaritmos). Si quisi¢ramos, podria~ mos aftadir a este modelo el mercado de dinero y analizar cémo debe manejar Ja oferta monetaria el banco centzal para lograr dicho objetive. Blanchard y Kiyotaki (1987) sustituyen ©, en la funcién de utilidad (6.2) por una combinacién Cobb- Douglas de C, y de los saldos monetarios reales del individuo, M,/P. Con esto, y una descripcién adecuada de la forma en que aparece la oferta monetaria dentro de la restriccién prestipuestaria, se obtiene (6.10). Rotemberg (1987) deriva la ecuacién (6.10) a partir de una restriecidn de caja. Seguin la interpretacion de (6.10) que hacen Blanchard v Kiyotaki por un lado v Rotemberg, por el otro, es natural pensar que la variable in se reficre literalmente a la oferta monetaria; en este caso, habria que cam- biar el lado derecho de Ja ecuacisn am +» ~ p, donde v expresa otras perturbaciones de la demanda agregada distintas de los desplazamientos de la oferta monetaria. El equilibrio Para que el mercado del bien i esté en equilibrio es necesario que la demanda por productor coineida con la oferta. De las ecuaciones (6.6) y (6.7) se deduce que la con- dicion es (-p)=y +s -0p,-p) (6.11) Despejando p, se obtiene P, wy L+omy—9 con elashcidad constante expresada en (6.7).€1 indice (logarttmace) de precios slo coincnhird con la media de las p, individuales en el caso especial en que y= 1 (véase el Problema 6.2), Pero esta complicacién no altera los prmeapales resultados del modelo. 280 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO, Esta expresion implica que p, el promedio de las p;, viene dado por 1 p=———y+p (6.13) Leny-n donde hemos utilizado el hecho de que la media de las perturbaciones =, es igual a cero. La ecuacién (6.13) implica que el valor de equilibrio de y no es otro que? y=0 (6.14) Finalmente, de las ecuiaciones (6.14) y (6.10) se deriva pom (6.15) Como era de esperar, en esta versién del modelo el dinero es neutral: un aumen- to de m conduce a un incremento igual de cada p, y, por tanto, del indice general de precios, p. Las variables reales en ningtin caso se ven afectadas. 6.2 La hipotesis de informacion imperfecta Pasamos ahora al caso, mas interesante, en el que los productores pueden observar cl precio de sus propios bienes pero no el nivel agregado de precios. El comportamiento de los productores Podemos expresar el precio del bien i como pepti-pepee (6.16) donde r, = p, - p es el precio relative del bien i. De modo que, expresado en logarit- mos, la variable que observa el individuo (el precio del bien que prodtice) es igual a la suma del nivel de precios agregado y del precio relativo del bien. El individuo querria basar su decisién acerca de qué cantidad producir exclusi- vamente en r, (véase [6.6]), pero no puede observar esta variable, sino que debe esti- marla a partir de la observacién de p.", En este punto, Lucas hace dos supuestos simplificadores. En primer lugar, supone que el individuo estima r, a partir de p, va * Como en cquilibrio UI Togaritmo de te prod Fsto se deriva del hecho de que en Ja funcin de utilidad (62) el término £: aparece multiphcado por nes 0, el niev! de equilibrie de la produccidn es 1 Si Lomo resultado de ia auiquisivion de bienes ef indiv ductores, podria deduct ps, por tanto, r. Fristen diversas tormas de el 10 conocieta los precios de Tes otros pro mar esta pombilidad. Un méto do consiste en suponer que el hogar est formado por dos individitos, un «productor: y un «compradors, ¥ gue la comunicacién entre ambos es limitada. En su modelo original, Lucas evits el problema suponien- inte e] primer perio: do una estructura de generaciones solopadas en la que los indivietios producon dui do de sus Vidas ¥ consumen durante ol segundo. 6.2 La hipotesis de informacion imperfecta 281 continuacién produce la cantidad gue elegiria si esta estimacion fuera correcta. De modo que la ecuacién (6.6) se convierte en (6.17) Como muestra el Problema 6.1, este comportamiento de casi certidninbre no equiva- le a la maximizacién de la utilidad esperada: en general, 1a cleccién del valor de €,, que maximiza la utilidad, depende no s6lo de a estimacién de r, que haga el indivi- duo, sino también cn su grado de incertidumbre respecto de esa variable. Pero el supuesto de cuasi certidumbre simplifica el andlisis y no altera las conclusiones cen- trales del modelo. En segundo lugar, y lo que es més importante, Lucas supone que al estimar 1, a partir de p, el productor obra racionalmente. Es decir, Lucas supone que Ely, |p,] es ni mas ni menos que la esperanza de r, dado el valor de p, y dada Ia distribucién real de ambas variables. Hoy dia este supuesto de expecialivas racionales no despierta mas sospechas que el supuesto de que los individuos maximizan la utilidad. Pero cuando Lucas la introdujo en la macroeconomia por primera vez, la idea de las expectativas racionales generé mucha controversia. Como veremos, en esta idea se encuentra uno de los origenes (aunque en absoluto cl tinico) de las fuertes implicaciones del made- lo de Lucas Para simplificar el célculo de Elr,|p.], se supone que la perturbacién monetaria (nt) y las perturbaciones de las demandas de los bienes individiiales (2) siguen una distribucion normal, La media de mes igual a Efi] y su varianza es V,,. La media de las perturbaciones =; es igual a cero y su varianza es V.; ademds, estas perturbaciones son independientes de m. Veremos que estos supuestos implican que p y 7, son inde- pendientes y que su distribucién es normal. Como p, es igual a p +r, también p, es normal; su media es la suma de las medias de p y de ry su varianza la suma de las respectivas varianzas. Como veremos, las medias de p y de r,, es decir, Flp] y Ely], son iguales a E[m] y a cero, respectiv amente: y las varianzas, V, y V., son complicadas funciones de V,,, V. y de los demas paramctros del modelo. - EI problema al que se enfrenta el individuo es hallar la esperanza de r, dado p Una regla ostadistica importante dice que cuando dos variables siguen una distribu- cién normal conjunta (como es el caso de r. y p), la esperanza de una es funcién lineal de Ja observacién de la otra, De modo que E[r,|7,] adopta fa forma Elr.| (6.18) En este caso on particular, en el que p, es igual ar, mds una variable independiente, Ja forma exacta de la ecuacién (6.18) es (p.~ Efpl) (6.19) La ecuacién (6.19) se puede comprender intuitivamente. En primer lugar, implica que si p, es igual a su media, entonces la esperanza de r, es igual a la suya (que es 282 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO. iguai a cero). En segundo lugar, afirma que la esperanza de r, es superior a su med cuando p, es superior a la suya y que la esperanza es menor cuando la observacién es menor. Y, por tiltimo, la ecuacién nos dice que la parte de la diferencia entre p, y su media, que la estimacion atribuye a la diferencia entre r, y su media, es igual a V,/(V, + V,); esto es igual a la parte de la varianza general de p,(V, + V,} que se debe ala varianza de r(V,). Por ejemplo, si V,, es igual a cero, toda la variacin de p, se debe ar, de modo que F[y,|p,] es igual ap, — E[p].Si V, es igual a V,, la mitad de la varian- za de p, se debe ar, de modo que Elr,|j1] = (p.— Elp})/2. ¥ asi sucesivamente’. Si sustituimos (6.19) en la ccuacién (6.17), obtenemos la oferta de trabajo del in- dividuo: d= — yo1Vi4¥, (p.~ Elpl) = B(p,— Elpl) (6.20) Promediar (6.20) para el conjunto de los productores mediante el uso de las defini- ciones de y y p nos da uma expresin de la produccién general: y= dip Elpl) (6.21) La ecuacidn (6.21) es la curva de oferta de Lucas, y nos dice que la diferencia entre la produccién y su nivel normal (que en el modelo es igual a cero) es una funcién cre- ciente de la diferencia del nivel de precios respecio de su valor esperado La curva de oferta de Lucas es, en esencia, una curva de Phillips ampliada con expectativas como la que vimos en el Capitulo 5, sustituyendo la inflacién estructural por la inflacién esperada (véase Ja ecuacion [5.45]. Ambas curvas nos dicen que si no prestamos atencidn a las perturbaciones de la oferta, la produccién solamente estara por encima de fo normal en la medida en que la inflacién (y por ende, el nivel de precios) ses mayor que lo esperado. Asi, pues, cl modelo de Lucas brinda funda- mentos microeconémicos para esta idea de la oferta agregada. El equilibrio Si combinamos la curva de oferta de Lucas (6.21) con la ccuacién de fa demanda agregada, y = 1 — p (ecuacién [6.10]), y despejamos pe y, obtendremos b. aa ppl (6.22) fo, E(pl (6.23; Tid" en? 23) Este problema de expectativas condicionadas se conoce con el nombre de exivaccs I La le que observa el individuo, pi, 05 igual a la seit, r. mas el ruico, 2 La ecuacion (6.19) muestra cémo puede el indivicuto evtraer la mejor ostimactén posible de la sonal a partir de la observacidn dep La razén de Va V., se conoce con ef nombre de relicatiy de seri ido, 6.2. La hipétesis de informacion imperfecta La ecuacién (6.22) se puede usar para hallar el valor de E[p]. Ex post, una vez deter- minado el valor de m, ambos lados de fa ecuacién (6.22) son iguales. De modo que ex ante (antes de la determinacién de 1m), las expectatieas de ambos lados deben scr iguales. Convirtiendo ambos lados de (6.22) en sus respectivas expectativas, obte- nem Elpl= (6.24) i despejamos Elp], obtenemos Elp] = Elm] (6.25) La ecuacién (6.25), sumada al hecho de que mt = Elm] + (vt ~ Elns}), nos permite reescribir las ecuaciones (6.22) v (6.23) asi 1 p= Elm] +n = Elm) (6.26) b y= yn Ele (6.27) leh Las dos tiltimas ecuaciones muestran las principales implicaciones del modelo: el componente observado de la demanda agregada, Elm], tinicamente afecta a los pre- ios, pero el componente no observado, in — E[nr], tiene efectos en el ambito real Consideremos, por poner un ejemplo conereto, un incremento no observado de 17, es decir, una realizacion de m mayor (dada la misma distribucidn). Este incremento de la oferia monetaria eleva la demanda agregada, de modo que la curva de demanda de cada uno de los bienes se desplaza hacia afuera. Puesto que el incremento no es observado, la respuesta racional de cada productor es pensar que al menos parte del aumento de la demanda de sus bienes refleja una perturbacién de los precios relati- vos. De modo que los productores aumentan su nivel de produccién Un incremento observado de in tiene efectos muy diferentes. En concreto, pense- mos en lo gue ocurre cuando tada la distribucién de 1 se desplaza hacia arriba, pero sin que se modifique la realizacion de m1 - C[nt], Ln este caso, cada productor atribu- ye el aumento de Ja demanda de sus bienes a una perturbacién monetaria, de modo que no altera su produccién, Por supuesto, las perturbaciones de las preferencias producen variaciones de los precios relativos y de la produccién entre los diversos bienes (lo mismo que en el caso de una perturbacién no observada), pero, en prome- dio, la produccidn real no se eleva. Asi, pues, cambios observados de la demanda agregada tnicamente afectan a los precios. Para completar el modelo, debemos expresar b en funcién de los parémetros subyacentes en vez de en términos de las varianzas de p yr, Recordemos gue b=[1/G-DJLY AV, + V,)] (véase [6.20]). La ecuacién (6.26) implica que V, = V,,/(1+ 5). Podemos emplear la curva de demanda, (6.7), y la curva de oferta, (6.21), para hallar V,, es decir, la varianza de p, ~ p. En conereto, podemos reemplazar y = h(p - Llp) en 284 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO, (6.7) y asi obtener q, = b(p ~ E[p]) + =, ~ nlp, — p); luego, reescribimos (6.20) com ©, = bp, = p) + b(p ~ Elpl). Al despejar p, — p en ambas ecuaciones se obtiene p; — p = 2,/(n + b). De modo que V, = V./(y + bY Sustituyendo las expresiones para V, y V, en la definicién de b (véase la ecuacién (6.20), se obtiene bs oe (6.28) La ecuacisn (6.28) define implicitamente b en funcién de V., V., yy, con Jo cual el modelo esté completo. Es muy sencillo demostrar que bes funcisn creciente de V_ y funcién decreciente de V,,. Fn el caso especial en el que 7 = 1, podemos obtener una expresion de b en forma cerrada 1 yol v4 bs (6.29) Finalmente, obsérvese que los resultados p = Elm] + [1/(1 + f)](n — Cf) 2,/(q + b) implican que p y r, son funciones lineales de 1 y z,. Como estas dos tiltimas variables son independientes, también lo son p yr, v puesto que las funciones linea- les de variables normales también son normales, p y 7, siguen también una distribu- cién normal. Esto confirma los supuestos que hicimos acerca de estas variables. 6.3. Implicaciones y limitaciones La curva de Phillips y la critica de Lucas El modelo de Lucas implica que una demanda agregada superior a la esperada eleva tanto Ja produccidn como los precios. Como resultado, supuesta una formulacién razonable del comportamiento de la demanda agregada, el modelo implica la exis- tencia de una asociacién de signo positive entre la produccién y la inflacién. Por ejemplo, supongamos que it sigue un paseo aleatorio con deriva: ays mt yee + (6.30) donde 1 es ruido blanco. Esta formulacién implica que la expectativa dem, es igual amt,_, + ¢ ¥ que el componente no observado de m, es 1.. Luego de (6.26) y (6.27) se obtiene (6.31) (6.32) 6.3. Implicaciones y limitaciones 285 La ecuacion (6.31) implica que p, j= 1,2 ++ [uy_,/(1 + D)]. Ast, pues, la inflacion (medida como variacién del logaritmo del nivel de precios) es 1 1 =m.) +——0 — 1h (m, - leh 1+6 (6.33) b 4 Leb Obsérvese que 11, aparece con signo positivo tanto en (6.32) como en (6.33) v que no hay correlacién entre 1, y 1, _ ;. Esto significa que hay una correlacisn positiva entre la produccion y la inflacién. Intuilivamente, un crecimiento inesperadamente elevado de la oferta monetaria conduce (por medio de la curva de oferta de Lucas) a aumentos tanto de los precios como del nivel de produccién. En consecuencia, el modelo implica la existencia de una relaciGn positiva entre la produccién y la infla- cién, esto es, una curva de Phillips. Pero aunque existe una relacion estadistica entre la produccidn y la inflacién, no hay una relacién de intercambio entre produccién elevada e inflacion baja de la cual se pueda sacar partido. Supongamos gue el gobierno decide elevar el crecimiento monetario medio (por ejemplo, aumentando el valor de ¢ en la ecuacién [6.30]). Si el ptiblico desconoce este cambio, existe un intervalo duranie el cual el crecimiento monetario no observado sera generalmente positivo, de modo que la produccién estard por encima de lo normal. Pero una vez que los individuos se den cuenta del cambi, el crecimiento monetario no observado volvera a ser (come media) cero, de modo que la produccién real media no variara. Y si el incremento del crecimiento monetario medio sc anuncia puiblicamente, las expectativas respecto de ese creci- miento saltarén inmediatamente sin que haya siquiera un breve intervalo de produc cion elevada, La idea de que la relacién estadistica entre produccién e inflacién puede variar si el gobierno intenta sacar partido de ella es mas que una curiosidad tedrica: como hemos visto en la Seccién 5.4, cuando a fines de los sesenta e inicios de Jos setenta crecié la inflaci6n media, se vino abajo la relacién tradicional entre la produccién y la inflacion. La idea central que subyace a este andlisis es de la mayor importancia. Ls proba- ble que las expectativas influvan en muchas de las relaciones entre variables agrega- das y hay motives para pensar que los cambios de politica afectan a tales expectati- vas. En consecuencia, los cambios de politica econémica pueden modificar las relaciones agregadas. Resumiendo, si cl gobierno intenta sacar partido de las relacio- nes estadisticas, puede ocurrir que el mecanismo de las expectativas invalide esas relaciones. Esta es la famosa critica de Lucas (Lucas, 1976) La curva de Phillips es la aplicacién més famosa de la critica de Lucas. Otro ejem- pio lo encontramos en los cambios impositives transitorias. Existe entre la renta disponible y el gasto en consumo una estrecha relacién. Aun asi, hasta cierto punto, esta relacién no se explica por el hecho de que la renta disponible determine el gasto presente, sino por la fuerte corrclacién existente entre la renta disponible presente y la renta permanente (véase el Capitulo 7); es decir, la renta disponible presente esta trechamente correlacionada con las expectativas de los hogares respecto de ia yen- 286 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO ta disponible futura. Si ef gobierno intenta reducir el consumo por medio de un au- mento de los impuestos, que todos saben transitorio, cambiard la relacién entre la remta presente y la renta futura espcrada (y por ende, la relacion entre la renta pre- sente y el gasto). Una vez mas, no se trata de una mera posibilidad tedrica. En 1968 se aprobé en Estados Unidos un aumento temporal de los impuestos cuya incidencia sobre el consumo fue considerablemente menor de lo que la relacién estadistica entre renta disponible y gasto permitia prever (véase, por ejemplo, Dolde, 1979). La politica de estabilizacion EI hecho de que sélo as perturbaciones monetarias no observadas tengan efectos reales tiene importantes consecuencias: la politica monetaria puede estabilizar la produccion tinicamente si el gobierno dispone de informacién que los agentes priva dos desconocen. Todas aquellas medidas politicas que respondan a una informacién de conocimiento publico (por ejemplo, los tipos de interés, la tasa de desempleo 0 ¢l valor de los principales indicadores) son irrelevantes para la econonva real (Sargent y Wallace, 1975; Barro, 1976) Para comprobar esto, supongamos que la demanda agregada, m, es igual a nt’ + y, donde m* es una variable que depende de la politica y v es una perturbacion que esta fuera del control del gobierno. Si éste no sigue una politica activa, sino que se limita a mantener constante (0 creciendo a una tasa constante) el valor de i“, una pertur- bacidn no observada de la demanda agregada en algiin periodo es igual a la realiza- cién de v menos el valor que se espera de v dada la informacién de la que disponen los agentes privados. Si mr fuera una funcidn que depende de informacién publica- menie disponible, los individuos pueden deducir su valor, de modo que la situacion es la misma. Asi que la aplicacién de reglas politicas sistemalicas no puede estabilizar la produceisn. Si el gobierno puede observar variables correlacionadas con v que los agentes desconocen, esta informacién le permite estabilizar la produceion; el gobierno puede cambiar mi con el fin de compensar las variaciones de v que espera a partir de la informacién privada de que dispone. Pero esta defensa de las politicas de estabiliza~ cion keynesianas no es convincente por dos razones. En prirner lugar, un elementy clave de las politicas de estabilizacién convencionales es la respuesta a cierta infor- macién general de dominio publico: que la economia esté en expansién o en recesidn. En segundo lugar, si la estabilizacién depende de informacian que solamente esté disponible en las altas esferas, e! gobierno puede conseguir su objetivo sin necesidad de recurrir a ninguna compleja regla politica: simplemente haciendo ptiblica la infor- macidn que los agentes privados desconocen. Una aplicacién empirica: evidencia internacional sobre la relacién producci6n-inflacion En el modelo de Lucas, la respuesta de las empresas a las variaciones de precios de- pende de la importancia relativa de las perturbaciones agregadas respecto de las que 63 Implicaciones y limitaciones 287 afectan a los precios individuales. Por ejemplo, si las perturbaciones agregadas son grandes, los oferentes atribuyen la mayor parte del cambio de precio de sus bienes a variaciones del nivel general de precios, de modo que su produccion variaré relati vamente poco en respuesta a ese cambio (véase la ecuacién [6.20]). En consecuencia, el modelo de Lucas predice que el efecto real de una determinada perturbacién de la demanda agregada sera menor en aquellas economias en que la varianza de esas perturbaciones sea mayor Para contrastar esta precticcién es necesario identificar un indicador de las pertur- baciones de la demanda agregada. Lucas (1973) utiliza la variacion del Jogaritmo del PIB nominal. Para que esto sea totalmente correcto deben darse dos condiciones. Primera, la clasticidad de la curva de demanda agregada debe ser igual a 1: en este caso, los cambios de la oferta agregada afectan a las variables P e Y, pero no a su producto, de modo que el PIB nominal depende tinicamente de la demanda agrega- da. Segunda, la variacién del logaritmo del PIB nominal no debe ser ni predecible ni observ able; es decir, si simbolizamos el logaritmo del PIB nominal con la letra x, la variacién Ax debe ser de la forma a + 1, donde 1, representa ruido blanco. En este caso, la variacién del Jogaritmo del PIB nominal (respecto de su variacién media) es también el cambio no observado. Aunque sin duda estas condiciones no se satisfacen exactamente, quiza sean lo suficientemente correctas como para considerarlas aproxi- maciones razonables. Con estos supuestos es posible estimar los efectos reales de una perturbacidn de la demanda agregada en un determinado pais mediante una regresién del logaritmo del PIB real (0 la variacién de ese logaritmo) sobre la variacién del logaritmo del PIB nominal y sobre variables de control. La formulacién que emplea Lucas es Yt tyh+ Ax tay .y (6.34) donde y es cl logaritmo del PIB real, # el tiempo y Ax la variacién del logaritmo del PIB nominal. Lucas estima la ecuaciGn (6.34) para varios paises, y a continuacién se pregunta si los valores estimados de t (es decir, la sensibilidad estimada de la produccién ante las variaciones de la demanda agregada) guardan relacién con la magnitud media de Jas perturbaciones de la clemanda agregada en los diferentes paises. Una forma sen- cilla de responder esta pregunta es estimar 12a + fay (6.35) donde r, es la influencia real estimada de un desplazamiento de la demanda agrega- da obtenida mediante ja estimacion de la ecuacién (6.34) para el pais jy 04,, es la desviacién estindar de la variacin del logaritmo del PIB nominal en el pais i. La teoria de Lucas predice que las perturbaciones nominales tendran efectos reales de menor magnitud en aquellas cconomias en las que la demanda agregada sea mas volatil Lucas emplea una muestra relativamente pequeiia. Otros estudios han aplicado la prueba de Lucas a muestras mucho mayores y han estudiado diversas modifica ciones de la formulacién, EI Grafico 6.1, tomado de Ball, Mankiw y D. Romer (1988), ; por tanto, que pes negativo. 288 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO ag og orb, rs Osb att ¥ Od 93. 1 é 14 0 OL 02 03 ba Desviacisn estindar del crecimiento nominal del PIB GRAFICO 6.1 La relacién produccién-inflacion y Ja variabilidad de la demanda agregada (tomado de Ball, Mankiw y Romer, 1988) muestra los resultados tipicos. Es un grafico de dispersién de las combinaciones de Ty ay, para cuarenta y tres pafses. La regresién correspondiente es T, = 0,388 — 1,639¢,,, (6.36) (0,037) (0,482) R= 0,201 see. = 0, donde los ntimeros entre paréntesis representan los errores estandar. Asi, pues, tal y como predice cl modelo, existe una relacién negativa y estadisticamente muy signi- ficativa entre la variabilidad del crecimiento del PIB nominal y el efecto estimado de un determinado cambio de la demanda agregada ultades EL modelo de Lucas no describe por completo los efectos de las variaciones de la demanda agregada. Existen, por ejemplo (come vimos en la Seecién 5.5), prucbas sdlidas de que el anuncio de un cambio de la politica monetaria afecta al tipo de in- terés y al tipo de cambio a diferencia de fo que predice el modelo. Pero la pregunta mas importante es si el modelo de T.ucas describe una parte importante de esos efec tos. A este respecto, sc han planteado dos grandes objeciones. La primera dificultad radica en que las fluctuaciones del empleo en el modelo de Lucas (como en los modelos de ciclo econémico real) tienen su origen en variaciones de la oferta de trabajn que se explican por cambios en la utilidad del trabajo. De modo que para generar fluctuaciones de empleo sustanciales, el modelo requiere que la oferta de trabajo sea considerablemente elastica a corto plazo. Pero (como vimos 6.3. Implicaciones y limitaciones 289 en la Seccién 4.10) no existe ninguna evidencia significativa que abone la tesis de una elasticidad tan elevada. La segunda dificultad tiene que ver con el supuesto de la informacién imperfecta. En las economias modernas, los agentes disponen de datos de calidad y practicamen te actualizados sobre la variacin de Los precios. De modo que (excepto en épocas de hiperinflacidn) los individuos pucden estimar los movimientos de los precios agre- gados con considerable exactitud y a bajo coste. Asi, pues, no es facil explicar como los agentes podrian confundir de forma significativa movimientos del nivel de pre- cios agregado con movimientos de los precios relativos®. Estas dificultades sugieren que los mecanismos concretos que destaca el modelo tienen una influencia relativamente modesta en las fluctuaciones, al menos en la mayor parte de las economias. En la Seccién 6.9 veremos, sin embargo, que hay otras razones, ademis de la sustitucién intertemporal, que pueden hacer que un pequefio cambio en el salario real o en los precios relativos aparezca asociado a grandes cam: bios en los niveles de empleo y produccién y que los individuos pueden tener razo- nes para no aprovechar las oportunidades de obtener a bajo coste la informacién que necesitan para fijar sus precios. De modo que (como examinaremos alli) quizd sea posible resucitar el mensaje central de Lucas: que una perturbacién monetaria ines- perada puede hacer que los cambios de precios relativos se confundan con cambios del nivel agregado y tengan importantes cfcctos sobre la produccién agregada Parte B La economia neokeynesiana’ Lo que més preacupa a los particulares son los precios y las cantidades reales: los salarios reales, las horas de trabajo, los niveles reales de consumo, etc. Las magnitu- des nominales les interesan s6lo moderadamente. Las magnitudes nominales no son tan importantes para los individuos y su influjo es facilmente superable. Los precios y los salarios se estipulan en términos nominales, pero cambiarlos (o indexarlos) cuesta poco. Los individuos no disponen de informacién completa sobre el nivel agtegado de precios, pero pueden obtenerla a bajo coste. Los contratos de deuda se Ademés, el modelo implica que las divergencias de la produccién respecto det nivel de equitibrie ies La variable yy depende séto de m= Ef] y, por fe procios flexibles no son en mode aijgune persister definicidn, esta expresion no puede tener inguin componente predectle. De modo que el modelo impli ca que y 0s ruido blanco, es decir, que no exhibe ningtin patrén de correlacién temporal, ya sea positiva Ha, Esto no parece sei una buena deseripeion de la economia real. Una contraccién monetaria (por ejemplo, la deersidn de la Reserva Foderal de reducie en 1979 la inflacion} conduce a periudos prolongados de prodiccitin inferior a lo normal, no a-un breve periody de produecién baja seguide de wn regreso mv mediato a los valores normale Esta dificultad puede superarse introduciendo alguna razon que explique cémo la respuesta inicia de la economia a una perturbacidn monetaria no observada dhspara wn mecanismo que Heva la produe- cidn a permanecer por encima de fo normal incluso una ver que se conoce 1a perlurbacién. Como ejem= plos de mecanismos tates, poctemos citar cl ciclo de existencias (Blinder y Fischer, 1981), la acumulacion de capital (Lucas. 1975) y el coste meal asociado a la seleccion y formacion de nuevos trabajadores. Asi, pues, la prodiccion de variacwnes qute siguen un pation de ride blancs ne os mas que tin subproducto diel hecho de que estamos trabajando con una forma sencilla del modelo y no un resultado firme Algunas partes de la introduccisn a la Parte B yf material de las Seectones 6.5-6.6 se basan on D. Romer (1993) 290 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO suelen fijar en términos nominales, pero indexarlos seria muy facil. ¥ si bien los in- dividuos conservan pequeitas cantidades de divisas cuya denominacién es nominal, pueden cambiar facilmente sus tenencias. No hay ningun aspecto en el que las mag- nitudes nominales tengan gran importancia directa para los individuos. Como hemos subrayado en la introduccidn a este capitulo, si las magnitudes nominales fueran completamente irrelevantes, una variacién puramente monetaria no tendria efecto real alguno: todas las cantidades nominales (como los precios o Jos salarios) variarian exactamente en la misma proporcién que la oferta monetaria y las variables reales no se verian afectadas. Como acabamos de ver, las magnitudes no- minales no son totalmente irrelevantes, pero su importancia directa en cl ambito microecondmico es pequena. De modo que, de acuerdo con esta concepeisn meokey- nesiana, si las imperfecciones nominales influyen sobre las fluctuaciones de la activi- dad agregada, sera porque ciertas fricciones nominales que en cl Ambito microeconém co son pequeiias tienen, de algtin modo, grandes efectos en el nivel macroecondmico. Buena parte de los estudios sobre los fundamentos microeconémicos de la rigidex nominal se dedican a investigar si esta afirmacién es cierta® Alo largo de casi todo el presente capitulo adoptaremos una concepcidn particu lar sobre las imperfecciones nominales. En concreto, nos centraremos en un modelo estatico en cl que a las empresas él ajuste de precios les significa ut coste de ment, es decir, un pequeno coste fijo en el que incurren por el hecho de cambiar un precio nominal. (El ejemplo tradicional es el coste al que debe hacer frente un restaurante para imprimir nuevamente su meng, de ahi el nombre.) Pero (como veremos al final de Ja Seccion 6.6) las mismas cuestiones surgen cuando se adoptan otros supuestos sobre las barreras que impiden el ajuste nominal, Esta parte del capitulo se centra en la cuestién de si los costes de menu pueden causar una rigidez nominal significativa en respuesta a perturbaciones monetarias tvansitorias. Nuestro objetivo es caracter zar las condiciones microecondmicas que hacen que cl ajuste nominal sea incomple- to. La Parte C del capitulo analiza los aspectos dinamicos 6.4 Un modelo de competencia imperfecta y fijacién de precios Antes de pasar al tema de las imperfecciones nominales y de los efectos de una per- turbacién monetaria, examinaremos una economia con fijadores de precios imperfec tamente competitivos y precios completamente flexibles. Tenemos dos razones para analizar este modelo. En primer lugar, veremos que ia competencia imperiecta tiene por sf sola consectiencias macroeconémicas interesantes. En segundo lugar, los mo- dclos del resto del capitulo se ocupan de las causas y los efectos de las barreras que impiden el ajuste de precios. Para estudiar estas cuestiones necesitamos un modelo que nos diga cudles serfan los precios que las empresas deberian elegir en ausencia de tales barreras y qué ocurre cuando los precios se apartan de esos niveles jién Parkin * Los trabajos pioneros son de Mankiw (1985) yv Akerlof y Yellen (1985) Wéance (1986), Rotemberg (1982) y Blanchard + Kiyotaka (1987). 6.4 Un modelo de competencia imperfecta y fijacion de precios 291 Supuestos preliminares El modelo es una variante del que describimos en la Parte A de este capitulo. La economia est formada por un elevado nuimero de individuos, cada uno de los cuales es el tinico productor de algtin bien y quien fija su precio, Como en la Parte A, el nico factor de produceién es el trabajo. Pero los individuos no producen sus propios bienes directamente, sino que actiian en un mercado de trabajo competitive en el que pueden vender su trabajo v contratar trabajadores”. Como antes, la demanda de cada bien es logaritmico lineal; por simplificar, omi- tiremos las perturbaciones que afectan la demanda de los bienes individuales (es decir, las 2, del otro modelo). De modo que 4, = y — (p, ~ p) (véase la ecuacisn [6.7]). La variable p representa el nivel (logaritmico) de precios; igual que en la Parte A, corresponde al promedio de las p,. Para asegurar que exista un precio que maximice los beneficios, suponemos que 7 es mayor que 1. Los vendedores que tienen poder de mercado fijan sus precios por encima del coste marginal, de modo que si no pue- den ajustar sus precios estaran dispuestos a producir Io suficiente como para satis- facer la demanda cuando ésta experimente pequefas fluctuaciones. De modo que en lo que queda de este capitulo suponemos que los vendedores no racionan a sus clientes. Como en el modelo de Lucas, !a utilidad del individuo representativo es U, = C,-L'/y (wéase la ecuacién [6.2|); una vez més, C, es la renta del individu dividida entre el indice de precios y I., es la cantidad que trabaja. La funcién de produccidn es Ja misma que antes: la produccién del bien jes igual a la cantidad de trabajo inverti- do en ella, La renta del individuo ies la suma de los ingresos derivados de los bene- ficios, (P,— W)Q,, y la suma de los ingresos derivados del trabajo, WL;, donde Q, es la cantidad producida del bien iy Wes el salario nominal. De modo que Le (P, - W)Q, + WL ly 637) P y Finalmente, del lado de la demanda agregada, el modelo nuevamente se describe por la igualdad y =» - p (ecuacian [6.16]}), donde y sigue siendo el promedio de las 9, A diferencia de lo que ocurre en el modelo de Lucas, la oferta monetaria es de public conocimiento™. ~ La ausencia de un mercado de trabajo para toda la economia es un Lucas: si evistiera tal mercado, los individuos podrian deducir el valor de la oferta monctaria a partir de pecto crucial del modelo de 1a observ acidn del salario nominal, con lo que fas perturbaciones nominales se volverian neutrales. Por cl contrario, en el modelo que fos ocupa ahora, suponer un mercado de trabajo compeliti.o no es crucial respecto de los resultados, "Como se indica en Ta noia 2 yen el Problema 6.2, cuando las proferencias de los individuos respec to de los div ersow bienes dan lugar las cur as de demanda con el dad constante que hemos supu to para cada producto, no es totalmente adecuado usar como indices (logaritmicos) de precios y de pro- duccidn los promedios de p, ¥ 4, Pero el Problema 6.4 muestra que los resultados no varian cuando se emplean los indices correctos. 292 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO E] comportamiento individual AI sustituir logaritmos por niveles, la ecuacién de la demanda, 9, = ¥ ~ 9(p; ~ P), se convierte en Q, = Y(P,/P)". Si cfectuamos la correspondiente sustitucién en (6.37), obtendremos (P,— W)Y(P,/PY" + WE, P Y U,= (6.38) EI individuo puede elegir dos variables: el precio del bien que produce (P) y la cantidad que trabaja (1). La condicién de primer orden para P, es Ye, "= (P,—Wiy¥(P,/P)" '/P) P (6.39) Si multiplicamos esta expresién por (,/P)! | 'P, la dividimos entre Y y la reordena- mos, obtendremos P, w =! (6.40) Po y-1P Es decir, Hlegainos al resultado tradicional segtin el cual un productor que tenga po- der de mercado fijaré su precio con un margen sobre el coste, cuya magnitud depen- dera de cual sea la elasticidad de Ja demanda Veamos ahora a Ja oferta de trabajo. De (6.38) se deriva que la condicién de pri- mer orden para L, es —-L t=0 {641 o dicho en otros términos, (6.42) Asi, pues, la oferta de trabajo es una fumcién creciente del salario real y la elasticidad es I/D) El equilibrio Puesto que el modelo es simétrico, en equilibrio todos los individuos producen y trabajan lo mismo; asi que Ja produccién de equilibrio coincide con el nivel comin de oferta de trabajo. Podemos, por tanto, usar Ja ecuacién (6.41) 0 la (6.42) para ex- presar el salario rea! como funcién de la produccion: (6.43) 6.4 Un modelo de competencia imperfecta y fijacién de precios 293 Reemplazando esta expresion en la ecuacién de los precios, (6.40), podemos expresar el precio relativo dptimo para cada productor como funcidn de la produccién agre- gada Pe ” : a (6.44) Poon Para futura referencia, es util escribir esta expresi6n en su forma logaritmica: a 5 prop=In— + (y-Ty=c4 gy (6-45) y-t Puesto que la situacién de los productores es simétrica, el precio de los distintos bienes ha de ser el mismo; luego el indice de precios (P) es igual a este precio comin, Asi, pues, el equilibrio requiere que cada productor, tomando como dado el valor de P, iguale el precio de su bien con ese valor; es decir, el precio relativo 6ptimo para cada productor ha de ser igual a 1. A partir de (6.44), se deriva que esta condicién es [n/(y - 1)" ‘= 1,0 sea, (6.46) Este es el nivel de equilibrio de la produccién Finalmente, podemos utilizar la ecuacién de la demanda agregada, Y = M/P, para hallar el ni (6.47) Implicaciones Cuando los productores tienen poder de mercado, producen una cantidad inferior al optimo social. Para verificar esta aseveracion, obsérvese que en una situacién simé- trica cada individuo suministra una cierta cantidad [de trabajo, y la cantidad que se produce de cada bien (asi como el consumo de cada individuo) es igual a ese valor T. De modo que el problema de hallar el mejor resultado posible en una situacién simétrica se reduce a elegir un valor de L que maximice la expresion L - (1/y)L". La solucién no es otra que [= 1. Pero la ectiacién (6.46) muestra que la produccién de equilibrio del modelo es inferior a 1. Para explicarlo intuitivamente, el hecho de que los productores se enfrenten a curvas de demanda cuya pendiente es negativa impli- ca que el ingreso marginal del trabajo es menor que su producto marginal. Por tanto, el salario real es menor que el producto marginal del trabajo; de (6.40) (y del hecho de que en equilibrio todos los precios individuales, P,, coinciden con P) se deriva que 294 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO, el salario real es igual a (y ~ 1)/y, mientras que cl producto marginal del trabajo ¢ igual a 1. Esto reduce la oferta de trabajo y provoca que el nivel de produccién de equilibrio sea inferior al Gptimo social. A partir de (6.46), tenemos que la produccién en equilibrio es [(7 — 1) /7]""""~"; asf, pues, la brecha entre el nivel de produccién de equilibrio y el nivel 6ptimo es mayor cuando los productores tienen mas poder de mercado (es decir, cuando 7 es menor) y cuando la oferta de trabajo es mas sensible al salario real (es decir, cuando y es menor), Del hecho de que en condiciones de competencia imperfecta la produccién de equilibrio tenga un nivel ineficientemente bajo se derivan importantes consecuencias respecto de las fluctuaciones. Ein primer lugar, este hecho implica que el efecto de las recesiones y las expansiones sobre el bienestar es asimétrico (Mankiw, 1985). En Ja practica, aquellos periodos en los que la produccién esta en un nivel inusitadamente alto son considerados buenas épocas, mientras que cuando la produccidn esté en nivcles inesperadamente bajos sucede lo contrario. Pero pensemos en una economia cn la que Jas fluctuaciones se deben a la existencia de ajuste nominal incompleto en respuesta a perturbaciones monetarias. Si la produccién de equilibrio en ausencia de perturbaciones es la éptima, tanto las épocas de produccién elevada como las de produccién baja se apartan del dptimo, de modo que ambas son situaciones indesea- bles. Pero si la produccién de equilibrio es menor que {a dptima, las expansiones la evan mas cerca del dptimo social, mientras que las recesiones la alejan de él mas de lo que ya esta Ademés, la brecha entre la produccién de equilibrio y la produccién ptima im- plica que hay externalidades asociadas a la fijacién de precios. Supongamos que inicialmente la economia estd en equilibrio y que se experimenta una reduccién marginal de todos los precios. Puesto que el valor de M/P aumenta, también lo hace la produccién agregada. Esto afecta al individuo representativo a través de dos me- canismos. En primer lugar, cl salario real aumenta (véase [6.43]. Pero como inicial- mente el individuo no es ni un comprador ni un vendedor neto de trabajo, este in- cremento marginal no tiene efecto sobre su bienestar. En segundo lugar, el incremento de la produccién agregada hace que Ja curva de demanda del bien que produce el individuo, Y@,/P)”, se desplace hacia afuera. Puesto que el individuo vende a un precio que excede el coste marginal, este cambio eleva su bienestar. Asi, pues, en condiciones de competencia imperfecta, la fijacién de precios genera exter- nalidades que operan a través de la demanda general de bienes. Esta externalidad se suele conocer con el nombre de eafernalidad de la demanda agregaia (Blanchard y Kiyotaki, 2987). Eluiltimo corolario de este andlisis es que la competencia imperfecta, por si sola, no implica la no neutralidad del dinero. Una variacién de la oferta monetaria provo- ca cambios proporcioneles en el salario nominal y en todos los precios nominales. pero la produccién y el salario real no varian (véanse las ecuaciones [6.46] y [6.47]) Finalmente, puesto que una ecuacién de fijacién de precios como (6.85) sera im- portante para las secciones posteriores, vale la pena senalar que la idea basica que expresa esta ecuacion es mucho mas genera) que el modelo concreto de precios 6pti- mos que estamos analizando aqui. La ecuacién (6.45) nos dice que p* — p adopta la forma ¢ + py, es decir, que el precio relative éptimo desde el punto de vista de un fijador de precios es una funcidn creciente de la produccién agregada. En el modelo 6.5 {Son suficientes las fricciones pequefias? 295 particular que nos ocupa, esta proporcionalidad deriva del incremento del salario real vigente que acompafa a un aumento de la produccién. Pero en una situacion més general, también podria surgir de incrementos en el coste de los otros factores de produccién, del hecho de que los rendimientos sean decrecientes o del coste de ajustar el nivel de produccién. El hecho de que el precio éptimo para un fijador de precios sea funcién crecien- te de la produccidn agregada es un requisito para que cl equilibrio de precios flexi- bles sea estable. Para comprenderlo, obsérvese que se puede usar el hecho de que y= m—p y reescribir la ecuacién (6.45) como c+(l-o)pt+om (6.48) Si @ es negativo, un incremento del nivel de precios eleva mas que proporcionalmen- te el precio dptimo para cada fijador de precios. Fsto implica que si p esta por encima del nivel que harfa que el precio relativo de cada bien fuera igual a 1, cada individuo querré fijar un precio mayor que el nivel de precios vigente, y si p esta por debajo de su valor de cquilibrio, sucedera lo contrario. De modo que si @ es negativo, el equi- librio de precios flexibles es inestable. Volveremos sobre esta cuestién en la Sec cién 67, 6.5 ¢gSon suficientes las fricciones pequefnas? Consideraciones generales Analicemos ahora una economia como la de la seccién previa formada por muchas empresas fijadoras de precios. Suponemos que inicialmente Ja economia se encuentra en su equilibrio de precios flexibles. Es decir, el precio que cobra cada empresa cs tal que si la demanda agregada se encuentra en cl nivel esperado, el ingreso marginal equivale al coste marginal. La demanda agregada queda determinada una ver esta- blecidos los precios; en este momento, cada empresa puede cambiar su precio me- diante el pago de un coste de ment. En aras de la sencillez, supondremos que los precios vuelven a fijarse al inicio de cada periodo; esto significa que podemos anali- zar un solo periodo aislado. Y también significa que si una empresa paga el coste de menti, el precio de sus bienes a partir de ese momento sera igual al nuevo precio Optimo. Nos interesa en particular saber en qué condiciones las empresas cambiaran sus precios en respuesta a una desviacién de la demanda agregada respecto de su nivel esperado. En concreto, supongamos que la demanda es menor que la esperada. Pues- to que la economia es de gran tamamio, cada empresa acepta las acciones de las demas empresas como un dato. De modo que un nivel constante de precios nominales cons: tituye un equilibrio si la maxima ganancia que una empresa representativa puede esperar del hecho de cambiar sus precios, cuando todas las demas empresas dejan 296 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO Cantidad GRAFICO 6.2 El incentivo de una empresa representativa para cambiar su precio en respuesta a una caida de la produccién agregada (tomado de D. Romer, 1993) los suyos como estan, es menor que el coste de menii que deberia pagar para ajus- ft os Podemos analizar esta cuestién mediante el diagrama de ingresos marginales y costes marginales que aparece en el Grafico 6.2. Inicialmente, la economia est en equilibrio, de modo que el nivel de produccién de la empresa representativa es aquel en el que el coste marginal coincide con el ingreso marginal (punto A en el grafico). Si la demanda agregada cae y los demas precios no varian, la produccion agregada disminuird, de modo que la curva de demanda a la que se enfrenta la empresa se desplazaré hacia el interior: dado un mismo precio, la demanda del producto de la empresa es menor. Por tanto, también la curva de ingresos marginales se desplazara hacia dentro. Si la empresa no altera sus precios, la produccidn la determinaré la interseccidn de la curva de la demanda con la linea del precio ya establecido (pun- to B). En este nivel de produccién, el ingreso marginal excede el coste marginal, de modo que la empresa tiene incentivos para bajar su precio y aumentar la produc- cién', Si la empresa varfa su precio, su nivel de produccién’se mover al punto en el que el coste marginal vuelve a ser igual al ingreso marginal (punto C). El rea del tridngulo sombreado que aparece en el gréfico muestra los beneficios adicionales que La condicion para que el ajuste de precios de todas las empresas sca un equilibrio no es mezamen te la inversa de esta condicién. Tin consecuencia, puede haber casos en los que tanto ayustar los precios como dejarlos como estan representen equilibrins. Véase cl Problema 67. "Es probable que la caida de la procluccion agregada reduzca el salario vigente y, por tanto, despla- ce la curva de coste marginal hacia abojo. Para simplificar ef grafico, no hemos representade en él este efecto adicional 6.5 Son suficientes las fricciones pequefias? 297 obtendré la empresa al reducir el precio y clevar su produce esté dispuesta a mantener el precio, este drea debe ser pequeria. El grafico nos revela una cuestién fundamental: la empresa podria no tener gran- des incentivos para reducir sus precios aun cuando la caida de la demanda le perju- dique seriamente. Ta empresa preferiria estar ante la curva de demanda original mas elevada, pero esta claro que lo tinico que puede hacer en la actual situacion es elegir un punto en la nueva curva de demanda. Este es un ejemplo de la externalidad de la demanda agregada de la que hemos hablado: la empresa representativa se ve perju- dicada porque las demas empresas no recortan sus precios frente a una caida de la oferta monetaria (igual que en la Seccién 6.4 se veia perjudicada por la decisién ge- neralizada de subir los precios). En consecuencia, la empresa puede encontrarse con que la ganancia que obtendria si reduce sus precios es pequefa, incluso si el despla- zamiento de fa curva de demanda es grande. De modo que la idea de que las rece- siones implican grandes costes no contradice la hipétesis de que las recesiones se originan en la combinacidn de caidas de la demanda agregada con pequefias barreras al ajuste de precios. Pero no podemos continuar nuestro andlisis por medios puramente ¢ saber si en una situacién cresble los incentivos con que cuenta la empresa para cam- biar sus precios serdn inferiores o superiores al coste de ment, debemos centrarnos en un modelo concreto v hallar la expresién de ese incentivo dados ciertos valores razonables de los parametros, sn, Para que la empresa ‘aficos. Para Un ejemplo cuantitativo Como hipstesis de partida, emplearemos nuestro modelo de competencia imperfecta Los beneficios reales de la empresa / son iguales a la cantidad vendida, Y(P;/P)”, multiplicado por el precio menos el coste, (P,/P) — (W/P) (véase la ecuacién [6.38]) Ademis, el equilibrio del mercado de trabajo requicre que el salario real sea igual a y'", donde v = 1/(y — 1) es la elasticidad de Ja oferta de trabajo (véase la ecuacién [6.43]. Asi, pues, fpr pp! yO pee =) (6.49) donde la segunda linea se basa en cl hecho de que ¥ = M/P. Sabemos que, en ausen- cia de costes de meni, el precio real que maximiza los beneficios es 9 /() ~ 1) multi- plicado por el coste marginal, o sea, [y/(7 ~ L)](M/P)" (véase la ecuacién [6.44]). Por tanto, el equilibrio de precios flexibles se da cuando [n/(7 ~ I)](M/P)'" = 1, 0 sea. M/P = [( — 1)/a} (véase la ecuacién [6.46]) Queremos hallar la condicién para que los precios nominales representen un equilibrio de Nash cuando se mantienen jguales en respuesta a una divergencia entre My su valor esperado. Fs decir, queremos encontrar la condicién que, de cumplirse, hard que una empresa no quiera pagar el coste de menti de ajustar sus precios si to- das las demas empresas tampoco lo hacen. Esta condicion es 4 ~ ty < Z, donde 774 representa los beneficios que obtienc la empresa representativa si ajusta sus precios 298 Capitufo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO: de acuerdo al nuevo valor dptimo y las demas empresas no lo hacen, -tg representa los beneficios de la empresa si todos los precios se mantienen fijos y Z es el coste de menti, De modo que debemos hallar estos dos niveles de beneficio Inicialmente, todas las empresas cobran e] mismo precis y, por hipétesis, las otras empresas dejan sus precios como estén. De modo que si la empresa i no ajusta sus precios, tenemos que P, = P. Efectuando la correspondiente sustitucién en (6.49), se obtiene Siena () (6.50) Si, por el contrario, la empresa ajusta su precio, lo hard coineidir con el valor que maximiza sus beneficios, es decir, {17/(7 — 1)(M/P)'"". Si sustituimos esta expresién en la ecuacién (6.49), tenemos (6.51) Es facil verificar que 7, es igual at; cuando M/P coincide con su valor en el equili- brio de precios flexibles y que en los demés casos 21, es mayor que sr, Para hallar cudl es el incentivo que tiene Ja empresa para cambiar su precio nece- sitamos suponer valores para yy y para v. Puesto que la oferta de trabajo parece ser relativamente inelastica, digamos que que implica que el precio es 1,25 veces cl coste marginal. Estos pardmetros implican que el nivel de produccién con precios flexibles es Y* = [(y = 1)/n)' ~ 0,978. Ahora veamos e] incentivo con que cuenta una empresa para ajustar sus precios en respues- ta a una caida del 3 por 100 de M suponiendo que los demas precios no varian. Re- emplazando los valores » = 0,1, 7 = 5 e Y = 0,97 Y* en (6.50) y (6.51), tenemos que Hy - stp ~ 0, Como Y* es aproximadamente igual a 1, este cdlculo implica que el incentivo que tiene la empresa representativa para pagar el coste de menti en respuesta a un cam- bio del 3 por 100 en la produccidn representa aproximadamente la cuarta parte de los ingresos. Cori un incentivo como éste, no hay ningtin valor razonable de los costes de ajuste que pueda disuadir a la empresa de modificar el precio de sus bienes. De modo que en situaciones como ésta, las empreses ajustarén sus precios en respuesta a casi todas las perturbaciones (salvo Jas més pequeias) y la oferta monetaria serd practicamente neutral. 0,1. Asimismo, supongamos que 9 = 5, lo Aunque =~: es sensible a los valores de iv dey, no hay valores ni remotamunte razonabies de estos parémetros que pudieran implicar un incenti o pequefio para el ayuste de precios. Sea, por ejemplo, 7 =3.(o que implica un margen del 50 por NO) y v=: Tacluse con valores tan extremos, el incentive a pagar el coste de mendi ante una caida de ta produccién del 3 por 100 representa un (8 por 100 del nivel 66 La rigidez real 299 El origen de la diticultad se encuentra en cl mercado de trabajo: este mercado se equilibra y la oferta de trabajo es relativamente inelastica. De modo que (como en cl caso 2 de la Seccién 5.3) el salario real cae considerablemente cuando lo hace Ja pro- duccién agregada. En consecuencia, los costes de los productores son muy bajos y su incentivo para recortar sus precios y elevar la produccién muy poderosos. Pero esto implica que mantener fijos los precios nominales no puede constituir un equi- librio™. 6.6 La rigidez real Consideraciones generales Examinemos nuevamente cl caso de una empresa que se enfrenta a la decision de cambiar 0 no el precio de sus bienes en respuesta a una caida de la demanda agrega da cuando se sabe que las demas empresas mantendran fijos sus precios. El Grafi ca 6,3 muestra los beneficios de la empresa como funcién de su precio. La caida de la produccidn agregada afecta a esta funcion de dos maneras. En primer lugar, de plaza la tuncién de beneficios hacia abajo: !a disminucién de la demanda del bien que produce la empresa tiende a desplazar hacia abajo la funcién de beneficios. Por otra parte, la caida del salario real tiende a desplazar la funcidn hacia arriba. En el caso que presenta el grafico, el efecto neto es un desplazamiento descendente. Como ya hemos dicho, la empresa no puede deshacer este cambio. En segundo lugar, el precio con el cual la empresa maximizaria sus beneficies ahora es menor que antes". Ante esto la empresa si que puede reaccionar. Si no paga el coste de ment, la empresa mantiene cl precio actual y no maximiza sus beneficios. Por otra parte, si la empre- sa paga cl coste de menti, puede situarse en la cumbre de la funcién de beneficios. Ast, pues, el incentivo que tiene la empresa para ajustar el precio es la distancia AB en el grafico, Esta distancia depende de dos factores: la diferencia entre el precio con cl cual Ja empresa maximiza sus bencficios ahora respecto del anterior y la pen- diente de la funcién de beneficios. Examiremos cada uno de estos factores por se- parado. Como las demés empresas no modifican sus precios, una variacién del precio nominal de la empresa es también un cambio en cl precio real. Ademas, el hecho de de ingresos con precios flexibles y wn 24 por 100 1 la caiela es del 5 por 100. Aun cuando estos incentivos siendo indudablemente mayors son mucho menores que los de nuestros célculos proliminares, sigut tw de precios para la mayor'a de las empresas. evitar el problema suponiendo que ol coste del ajuste se aplica a los salarios en ver que las barreras al apt Xo es posibl dea los precios. En este caso. e] incentit.o para recortar Jos precios seria efectis aunente bajo, pero en cam- bio seria alto el incentive para recortar los salarios: Jas empresas (que podrian reducir en gran medida sus costes laborales) y los trabajadores (que podrian elevar mucho la cantidad de horas trabajadas) propon- d fan salarios més bajos Fsto se corresponde con el sutpucste de que el precio relative que mavimuza los beneticios es fun in creciente de In producci6n agregada; es decir, que en la ect @ > 0. Como hemos dicho en Ja Seccidn 64, esta condicin es necesario para que el equilibrio de precios flexibles sea estable. 300 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO, D P GRAFICO 6.3 Efectos de una caida de la produccion agregada en los beneficios de la empresa representativa como funcion del precio que los demas precios no varien implica que el desplazamiento de la demanda agre- gada tiene efectos sobre la produccién agregada. De modo que la diferencia entre cl precio éptimo anterior y el actual (1a distancia CD) depende de la sensibilidad del pre- cio real 6ptimo respecto de Ja produccién agregada: cuanto menos sensible sea cl precio real que maximiza los beneficios de la empresa al nivel de produccién agrega- da (suponiendo constante la pendiente de Ia funcién de beneficios), menor sera su incentivo para ajustar su precio. Cuando Ia sensibilidad det precio real que maximiza los benefi produccién agregada es pequefia, decimos que el grado de rigidez real es elevado (Ball y D. Romer, 1990). En términos de la ecuacién (6.45) (jh - p, = ¢ + py), una mayor rigidez real se corresponde con un valor menor de @. La rigidez real no implica por si sola que una perturbacion monctaria tenga efectos reales: si los precios se ajustan totalmente, el dinero es neutral independicntemente del grado de rigidez real que exista. Pero la rigidez real acenttia los efectos de ta rigide7 nominal: en ausencia de ajuste, cuanto mayor es el grado de rigidez real, mayor es el intervalo de precios que puede representar un equilibrio. La pendiente de la tuncisn de beneficios determina el coste que implica apartarse en una determinada cantidad del precio dptimo. Cuando los beneficios son menos sensibles a estas divergencias respecto del dptimo, el incentive para ajustar los pre- cios (dado un determinado nivel de rigidez real) es menor, de modo que es mas amplio el conjunto de las perturbaciones ante las cuales mantener sin cambios los precios que representa un cquilibrio. Asi que, en términos generales, lo que se nece- sila para un coste pequeiio de ajustar los precios que genere una rigidez nominal considerable es una cierta combinacion de rigidez real y una funcion de beneficios insensible a cambios del precio ptimo. ios respecto de la 6.6 La rigidez real 301 Entender la rigidez nominal en funcién de la rigidez real y la insensibilidad de la funcién de beneficios permite comprender muy facilmente por qué en nuestro céleu- Jo preliminar el incentivo para ajustar los precios cra tan grande: lo que habia alli era una inmensa «flexibilidad real» en ver de rigides real. Puesto que el precio real maxi- mizador de los beneficios es [j/(7 ~ I)]Y'"", su elasticidad con respecto a la produc- cién es 1/v, Si la elasticidad de la oferta de trabajo, », es pequefia, la elasticidad de (P,/P)* respecto de ¥ sera grande. Por ejemplo, si v es 0,1, la elasticidad de (P,/P)* respecto de Y sera igual a 10. Una conocida analogia puede ayudar a aclarar por qué la combinacién de costes de menti con rigidez, real 0 con insensibilidad de la funcidn de beneficios (0 con am- bas) puede generar una considerable rigide7 nominal: las perturbaciones monetarias pueden tener efectos reales por las mismnas razones por las que las tiene el cambio de horario que se usa en algunos paises para ahorrar energia'”. El cambio de hora es una modificacién meramente nominal: simplemente modifica los rétulos asignados a diferentes momentos del dia. Pero el cambio va asociado a modificaciones de los horarios reales, es decir, cambios del momento en que se realizan diversas activida- des en relacién con la posicién del Sol. Y no hay duda alguna de que el transito al nuevo horario es la causa de que se modifiquen los horarios reales. Si el coste de cambiar los horarios nominales y comunicar este cambio a los de- més fuera literalmente igual a cero, lo tinico que lograria el cambio horario seria que todo el mundo variara su horario nominal y los horarios reales no cambiarian. De modo que para que el cambio de horario tenga efecto sobre los horarios reales, el cambio de los horarios nominales debe implicar cierto coste. Estos costes son andlo- gos a los costes de menti que implica un cambio de precios, y como éstos, no parecen ser de gran magnitud. La razén por la cual estos pequefios costes hacen que el cam- bio horario tenga efectos reales es, aparentemente, que los individuos ¥ las empresas suelen estar mas preocupados por Ia relacién de sus horarios con los de los demas que con la posicién del Sol. De modo que si se supone que los demas agentes no cambiaran sus horarios, un individuo aislado no querré incurrir cn el coste de cam- biar el suyo. Esto es andlogo de los efectos de la rigidez real en el caso de la fijacion de precios. Finalmente, cuanto menos les preocupe a los individuos sus horarios, menos dispuestos estaran a incurrir en el coste de cambiarlos; esto es andlogo a Ja insensibilidad de la funcién de beneficios en cl caso de la fijacién de precios. Fuentes especificas de rigidez real Buena parte de la investigacién sobre las fluctuaciones macroeconémicas se acupa de los factores concretos que pucden dar lugar a la aparicién de rigidez real o de insen- sibilidad de la funcion de beneficios. Esta investigacién puede hacerse de diversas formas; por ejemplo, es posible centrar la atencién en cuestiones de equilibrio parcial, como los efectos que alguna caracteristica de los mercados financieros, de bienes 0 de trabajo puede tener sobre cl incentivo de una empresa a ajustar sus precios reales en Fsta analogia 1a formulé originalmente Friedman (1953, p. 173) en el contexto de los tpos de cambio. 302 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO, respuesta a un cambio en la produccién agregada o sobre la sensibilidad de sus bene- ficios a diferencias respecto del Gptimo. O se pucde tomar un modelo dingmico-esto- céstico de equilibrio general calibrado que incluya barreras al ajuste nominal, incor- porar a éste ef clemento que se quiere estudiar y analizar qué efecto tiene esta incorporacién en algunas propiedades del modelo (como la vatianza de la producci6n, la covarianza del crecimiento monetario y el crecimiento de la produccién y los efectos reales de una perturbacién monetaria). Ni siquiera es necesario limitarse a perturba- ciones monetarias y a imperfecciones nominales. Como veremos en la siguiente sec- cién, la mayoria de {as fuerzas que hacen que la economia real sea més sensible a perturbaciones monetarias cuando existen fricciones nominales la hacen también mas sensible a otros tipos de perturbaciones. En consecuencia, muchos anilisis que se ocu- pan de fuentes coneretas de la rigides real y de Ja insensibilidad trabajan sobre sus implicaciones generales respecto de los efectos de las pertunbaciones 0 sobre sus im: plicaciones para determinado tipo de perturbacién de indole no monetaria. Aqui optamos por estudiar el incentivo que tiene una empresa individual para ajustar sus precios en respuesta a un cambio de la produccién agregada cuando las demas empresas no modifican los suvos. Para ello, veamos nuevamente el diagrama de ingreso marginal y coste marginal que presentamos en el Gréfico 6.2. Del lado del coste, cuando la caida del coste marginal provocada por la reduccién de Ia produe- cién agregada es menor, la empresa tiene menos incentivos para recortar sus precios y aumentar su produccién, de modo que es més probable que la rigidez nominal sea un equilibrio. Esto puede ocurrir de dos maneras. La primera, si el desplazamicnto descendente de la funcién de beneficios en respuesta a la caida de la produccién agregada es menor, entonces la reduccién del precio Gptimo también ser menor, es decir, el resultado sera mayor rigidez real”. La segunda, una curva de coste marginal més aplanada implica tanto una mayor insensibilidad de la funcién de beneficios como una mayor rigidez real Del lado de los ingresos, cuando la caida del ingreso marginal en respuesta a la reduccidn de la produccién agregada es mayor, la brecha entre el ingreso marginal y el coste marginal (calculados al precio inicial de la empresa represcntativa) es menor, de modo que el incentivo para ajustar los precios es menos fuerte. En concreto, el mayor desplazamiento hacia la izquierda de la curva de ingreso marginal se corres ponde con un aumento de la rigidez real, lo cual reduce los incentivos. Ademas, cuanto mayor sea la pendiente de la curva de ingreso marginal (para un mismo des- plazamiento hacia la izquierda}, mayor sera también el grado de Ja rigidez real, Jo cual, una vez mas, reducira el incentivo a ajustar los precios. Como existe multitud de posibles determinantes del comportamiento ciclico del coste marginal y del ingreso marginal, la hipotesis de que pequefias fricciones en el ajuste de precios generan una considerable de rigidez nominal no est asociada a ninguna concepcidn cancreta sobre la estructura de la economia. Por lo que se refiere a los costes, los investigadores han identificado diversos factores que pueden hacer que los costes sean menos prociclicos que en él caso basico que hemos examinado para sumplaficar ef Grifies 6 2, ne mostiamas el desplazamiento de Ta cura del 9 12}. Pera no hay razén alguna para suponer que esta curva se mantione F Recudrtese qui coste marganal («case 1a Fie 6.6 La rigidez real 303 Un factor que puede ser cuantitativamente importante es la existencia de vinculos entre la produccidn y los recursos asignados a ella, que hace que las empresas deban hacer frente a costes constantes de esos recursos cuando los precios son rigidos (Basu, 1995). Un factor que ha sido objeto de numerosas investigaciones recientes son las imperfecciones del mercado de capitales, que clevan el coste de financiacién durante as recesiones. Esto puede tener lugar a través de la reduccién del flujo de caja (Ber- nanke y Gertler, 1989 0 de la caida del valor de los actives (Kiyotaki y Moore, 1997), Otro factor que ha recibido considerable atencién son las externalidades propias de los mercados superpoblados y otras economias de escala externas. Estas externalida- des pueden hacer que Ja adquisicién de recursos productivos y la venta de productos sean més faciles en periodos de elevados niveles de actividad econémica. Aunque es una idea atractiv a, desconacemos por el momento su relevancia empirica En cuanto a los ingresos, cualquier factor que haga que el margen de beneficio de las empresas sea anticiclico aumentaré la rigide7 real. En general, cuanto més anticicli- co sea el margen deseado, més se desplazara hacia abajo la curva de ingresos margi- nales durante las recesiones. Uno de los factores que podria hacer que esto ocurriese es la existencia de mercados superpoblados, gue facilitan a las empresas diseminar informacién y a los consumidores el adquirirla cuando la produccién agregada es elevada, con lo cual la demanda se vuelve més elastica (Wamer y Barsky, 1995). Otro es la combinacién de relaciones a largo plazo entre los clientes y las empresas con imperfecciones del mercado de capitales. Este tipo de relaciones a largo plazo hace que parte de los ingresos derivados del recorte de precios y de atracr a nuevos clien- tes no se disfruten de inmediato, sino en el futuro. Y si el mercado de capitales es imperfecto, las empresas pueden enfrentarse durante las recesiones a dificultades fi- nancieras a corto plazo que reducen el valor presente de esos ingresos futuros (véanse, por ejemplo, Greenwald, Stiglitz y Weiss, 1984, v Chevalier y Scharfstein, 1996). Existen otros tres factores que tienden a reducir el deseado cuando el nivel de produccién es més elevado: los desplazamientos de la composicién de la demanda hacia bienes cuya demanda es mas elistica, una mayor competencia por la entrada de nuevos rivales en el mercado y el hecho de que un mayor volumen de ventas in- centiva a las empresas a abandonar estrategias de colusicn implicita reduciendo sus precios (Rotemberg vy Woodford, 1999, Seccién 4.2). Finalmente, un ejemplo de un factor que opera del lado de los ingresos y afecta a la rigidez real por medio de un aumento de la pendiente de la curva de ingresos mar- ginales (en vez de hacer que esa curva se desplace mas en respuesta a los movimien- tos de le produccisn agregada) es la informacién imperfecta, que hace que los clientes existentes sean mas sensibles a los aumentos de precios de lo que los nuevos clientes lo son a los recortes de dichos precios (por ejemplo, Stiglitz, 1979; Woglom, 1982)."" © La referencia clasica es Diamond (1982), Vanse también Caballero yy ons (1992), Cooper y Hale tiwanger (1996) y Basu y Fernald (1995), Como vamos en fa Seccisn 5.3, los margenes de beneficio parecen ser, al menos, moderadamente anticicticos. Si esto se vicbe a que los margenes dewatdes son anticiclicos, enlonces existen rigideces reales del Indo de los ingresos. Pero esto 100 &8 asi si, como sostione Shordane (21102), las margenes son anticicli- €05 tinicamente porgite las barteras al ajuste de precios nominales hacen que las empresas no ajusten sus precios en respuesta a fluctuaciones prociclieas del coste marginal 304 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO Aunque la teoria neokeynesiana sobre las fluctuaciones no depende de ninguna concepcién concreta sobre cuales son las causas de la rigidez real y de la insensibili- dad de la funcién de beneficios, es obvio que el mercado de trabajo es esencial. En el cjemplo de la seccién anterior, la combinacién de una curva de oferta de trabajo re- lativamente inclastica y de un mercado que se vacia hace que el salario real se reduz~ ca significativamente cuando la produccién cae. En consecuencia, las empresas tienen poderosos jncentivos a recortar los precios y contratar una cantidad de trabajo mucho mayor al nuevo salario vigente para satisfacer el aumento de la demanda de bienes. Estos incentivos al ajuste de precios probablemente superan los efectos derivados de las complicaciones que pudieran existir en los mercados de bienes 0 de crédito. Una caracteristica del mercado de trabajo que tiene una influencia importante en el grado de rigidez real es el grado de movilidad laboral. Si la movilidad no es per- fecta en el corto plazo, el salario real al que se enfrenta una empresa aumenta a me- dida que ésta contrata a més trabajadores. Asi, pues, cuanto menor es Ja movilidad laboral, menor sera el recorte de precios y el aumento de cantidades que la empresa estara dispuesta a asumir en respuesta a una caida en la produccién agregada. En definitiva, una menor movilidad laboral aumenta el grado de rigidez real. Sin embargo, es poco probable que la existencia de barreras a la movilidad labo- ral, aunque sean de consideracién, sea determinante. Asi, pues, el enfoque keynesia- no requiere que los costes del trabajo no disminuyan tanto como lo harian en el caso de que la oferta de trabajo fuera relativamente ineléstica y los trabajadores se encon: trasen en sus curvas de oferta de trabajo. En términos generales, hay dos razones que pueden explicar por qué los salarios reales no son muy prociclicos. En primer lugar, la oferta de trabajo agregada a corto plazo podria ser relativamente eldstica (como consecuencia, por ejemplo, de la susti- tuci6n intertemporal). Pero como vimos en la Seccién 4.10, el éxito empirico de esta concepcién del mercado de trabajo ha sido limitado. En segundo lugar, las imperfecciones del mercado de trabajo (como las que estu- diaremos en el Capitulo 9) pueden hacer que los trabajadores se encuentren fuera de su curva de oferta durante al menos parte del ciclo econdémico. En los modelos de salarios de eficiencia, contratos y buisqueda-emparejamiento que presentamos cn ese capitulo, el coste laboral para las empresas puede no coincidir con el coste de opor- tunidad del tiempo para los trabajadores. De modo que estos modelos rompen el vinculo que existe entre Ja elasticidad de la oferta de trabajo y la sensibilidad del coste laboral a perturbaciones de la demanda. De hecho, el Capitulo 9 presenta di- yersos modelos que implican un caracter relativamente aciclico de los salarios (0 de los costes laborales de las empresas) a pesar de la inelasticidad de Ia oferta de traba- jo. Si una imperfeccion de este tipo hace que los salarios reales sean poco sensibles a las perturbaciones de la demanda, reducira notablemente los incentivos empresaria~ Jes para variar los precios en respuesta a tales perturbaciones”. Ademés, la posibibdad de que en el mercado de trabajo existan importantes rigidfeces reales sugie- re que las pequefias barferas al ajuste nommal pueden hacer que las perturbaciones nominales tengan ofeetos reales considerabies a través de Ia rigidez de los salarios nominales mas que la de los precios nominales. $i los salarios reales son muy rigidos, una expansion imputnada por la demanda solo causard un pequefio aumento del salario real éptime 1eiias fricciones en el ajuste En consecueneia, asi como peg oe 66 La rigidez real 305 Un segundo ejemplo cuantitativo Para comprender la importancia que pueden tener las imperfecciones del mercado laboral, examinaremos una variante (tomada de Ball y Romer, 1990) del ejemplo de los incentives empresariales a cambiar cl precio de sus bienes en respuesta a una perturbacién monetaria. Supongamos que por alguna razén las empresas pagan sa- larios que estén por encima del nivel de equilibrio del mercado y que la elasticidad del salario real respecto de la produccidn agregada es f: w : = Ay? P De modo que, como en el caso 3 de la Seccidn 5.3, el comportamiento ciclico del sa- lario real no depende de la elasticidad de la oferta de trabajo, smo de una «funcién de salario real». El resto del modelo es igual, asi que los beneficios de la empresa i vienen dados por la ecuacién (6.37), donde cl salario real es igual a AY” en vez de Y™”". Se sigue de esto que (6.53) (comparese con la ecuacién {6.49]). El precio real Gptimo es, una vez mas, 7)/(7 — 1) multiplicado por el salario real, es decir, |77/() - 1) AY”. Luego la produccién de equi- librio con precios flexibles es [(7 — 1)/(yA)}", Supongamos que los valores de A y 8 son tales que la oferta laboral en el equilibrio de precios flexibles supera la cantidad de trabajadores que emplean las empresas”! Veamos ahora qué incentivo tiene la empresa representativa pata variar sus pre- cios en respuesta a una caida de la demanda agregada (suponiendo una vez mas que las demas empresas no cambian 10s suyos). Si la empresa no varia su precio, entonces P,/P = 1, de modo que la ccuacién (6.53) implica M_ypMy'! => “45 } (6.54) Si la empresa cambia el precio, el nuevo precio real de sus bienes sera igual a I7/(y ~ AY". Reemplazando esta expresion en (6.53), obtenemos de precivs nominales pueden Hever a una considerable rigidee de estos precios, ocurre exactamente lo mismo con el ajuste de salarios nominales, 2" Cuando los precios son fleaibles, cada empresa establece su precio relativo en el valor fy/(7= DI (W/P). De modo que en el equilibvie de precios floxibles, el salario real ha de ser (y ~ 1)/n, y por ende, la oferta de trabajo sera [(7 ~ 1)/n}). De modo que la condicion para que la oferta laboral exceda la demanda ‘en el equilibriv de precios flevibles es [07 — 1)/n¥ > Ky - T/A” 306, Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO, » Myint op vo my Abol. ) a(S) "(2)" 49 (4) \P} \P/} \n-U \Pi aren hf YM) tint - y-t\y-t) LP} Si f (el pardmetro que rige el comportamiento ciclico del salario real) es pequeiio, este cambio del modelo tiene efectos sorprendentes sobre los incentivos al ajuste de precios. Supongamos, por ejemplo, que f = 0,1, 1) = 5 (igual que antes) y A = 0,806 (de modo que el nivel de ¥ con precios flexibles es 0,928, 0 sea, alrededor de un 95 por 100 por encima de su nivel con y = 0,1 y un mercado laboral en equilibrio). Si susti- tuimos estos valores en las ecuaciones (6.54) y (6.55) tenemos que si la oferta mone- taria se reduce en un 3 por 100 y las empresas no ajustan sus precios, la ganancia que obtendria la empresa represeniativa si cambiara su precio scria, aproximadamente, 0,0000168, 0 sea, alrededor del 0,0018 por [00 de fos ingresos que obtiene en el equi- librio de precios floxibles. Incluso si M cayera en un 5 por 100 y f = 0,25 (y estipula~ mos A = 0,815 para que el nivel de Y con precios flexibles siga siendo 0,928), el ineen- tivo para ajustar los precios representa apenas el 0,03 por 100 de los ingresos que obtiene la empresa cuando los precios son flexibles Este ejemplo muestra cémo la existencia de rigidez real y de pequehas barreras al ajuste de precios nominales puede generar una vlevada rigidez nominal. Pero po- demos afirmar sin temor a equivocarnos que el ejemplo que hemos dado implica un grado inverosimil de rigide real on el mercado laboral, ya que hemos supuesto que la elasticidad del salario real respecto de ta produccion no es mas que 0,1, mientras que la evidencia examinada en la Seccién 5.6 sugiere que en la practica la elasticidad es considerablemente superior. Una descripcién més realista implicaria, probable mente, un menor grado de rigidez real en el mercado laboral, pero incluiria la pre- sencia de otras fuerzas que pudieran moderar las fluctuaciones de los costes y con- ferirles a los margenes de bencficio deseados un caracter anticiclico. Otro tipo de fi ciones Es posible que las barreras que impiden un ajuste completo en respuesta a una per- turbacién nominal no estén relacionadas con la politica de ajuste de precios y de sala tios. Algunas investigaciones, por ejemplo, analizan las consecuencias del hecho de que los contratos de deuda no se suelen indexar, es decir, los contratos de préstamo y los bonos suelen estipular una sucesién de pagos nominales que el prestatario debe cfectuar al prestamista. Luego las perturbaciones nominales dan lugar a redistribucio- nes. Por ejemplo, una perturbacién nominal negativa aumenta en términos reales el peso de la deuda que afrontan los prestatarios. $i los mercados de capitales fueran perfectos, estas redistribuciones carecerian de efectos reales de importancia: mientras el beneficio, ajustado en funcién del riesgo, exceda a los costes, seguir habiendo inver- siones independientemente de si Jos propios empresarios pueden aportar los fondos ios para llevar a cabo sus proyectos o deben recufrir al mercado de capitales. necesa: 66 Larigidez real 307 Pero en la realidad los mercados de capitales no son perfectos. La posesién asi- métrica de informacién por parte de prestamistas y prestatarios, junto con la aversion al riesgo y la responsabilidad limitada, suelen hacer que el resultado éptimo sea in- alcanzable porque significa que los prestatarios no soportan todo el coste asociado a un resultado muy malo de sus proyectos de inversidn. Pero si los prestatarios estén parcialmente asegurados contre el riesgo de unos malos resultados, tienen un incen- tivo para sacar partido de esa asimetria de la que gozan en la posesi6n de informa- cidn respecto de los prestamistas y pedir prestado tinicamente cuando saben que sus proyectos son arriesgados (seleccién adversa) 0 correr riesgos en los proyectos que emprenden (riesgo moral). Estas dificultades inducen a los prestamistas a cobrar un plus por sus préstamos; esto implica que suele haber menos inversion (y la que hay es menos eficiente) cuando la financiacién es externa que cuando son los propios empresarios los que aportan los fondos. En situaciones como la descrita, la redistribucién es importante: la transferencia de riqueza de los empresarios a los prestamistas hace que los primeros sean mas dependientes de la financiacién externa y reduce, por tanto, la inversién. De modo que si los contratos de deuda no se indexan, es probable que las perturbaciones no- minales tengan efectos reales. De hecho, la flexibilidad de precios y salarios puede aumentar los efectos redistributivos de las perturbaciones nominales y, por tanto, incrementar también sus efectos reales. ste mecanismo de accién para los efectos reales de las perturbaciones nominales recibe el nombre de deflacién de deuda™. Esta concepcién sobre la naturaleza de las imperfecciones nominales se enfrenta a las mismas dificultades a las que se enfrentan las teorias basadas en las fricciones del ajuste nominal de precios. Por ejemplo, cuando la no indexacién de los contra tos de deuda provoca que una caida de la oferta monctaria redistribuya la riqueza en detrimento de las empresas y en favor de los prestamistas, la curva de coste marginal de las empresas se desplaza hacia arriba. Para casos razonables, este ascenso no es de gran magnitud. $i el coste marginal cae mucho cuando lo hace la produccion agrega- da (por ejemplo, debido a una caida pronunciada de los salarios reales) y el coste marginal no lo hace, el modesto aumento de costes provocado por la reduccién de la oferta monetaria sélo produce un pequeiio descenso de la produccién agregada. Si, por otra parte, el coste marginal cambia poco y el ingreso marginal es muy sensible al nivel de produccion agregada, esta pequeita variacién en los costes generard gran- des cambios en la produccién. De modo que e! mismo tipo de fuerzas que son nece- sarias para que fa presencia de pequenas barreras al ajuste de precios Ieve a grandes fluctuaciones de la demanda agregada son también necesarias para que el pequeno coste que significaria indexar los contratos de deuda tenga el mismo efecto. Liste andlisis sugiere una interpretacién alternativa de! modelo de Lucas. Recor- demos que este modelo se basa en dos supuestos: que la informacién con que cuen- tan los agentes sobre el nivel de precios es imperfecta y que hay un grado considera- ble de sustitucién intertemporal de la oferta de trabajo, y hemos dicho que como primera aproximacién ninguno de estos supuestos parece aceptable. Pero el andlisis * E] término fue acaiade por Irving Fisher (1933), Para un tratamiento mués medemo, véese Be nanke y Gertler (1988) La Seccidn 8.9 presenta un modelo de inversién v de los efectos de cambios de la Fiqueza de los empresarios cuando los mercados financicros son imperfectos. 308 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO que acabamos de realizar sugiere que los principales resultados del modelo de 1: 2+ no dependen de estas hipétesis. Supongamos que por alguna razon los fijado: precios optan por no adquirir informacién actualizada sobre el nivel de precios, de modo que el comportamiento de la economia es el que describe e) modelo de Lucas. En una situacién como ésta, el incentivo que tienen los fijadores de precios para ob- tener informacién sobre el nivel de precios y ajustar sus precios y su produccién en respuesta a csa informacién queda determinado por las mismas consideraciones que determinan el incentivo para ajustar los precios en los modelos de coste de ment. Como hemos visto, existen muchos mecanismos posibles, ademas de la sustitucién intertemporal, que pueden reducir este incentivo. De modo que ni la falta de infor- macién sobre e] nivel de precios ni la sustitucion intertemporal son esenciales para que funcione el mecanismo que identifica Lucas. 1a friccién del ajuste nominal pue- de representar un impedimento o coste menor del hecho de obtener informacién sobre los precios (0 de ajustar los propios precios a la luz de esa informacién). Reto- maremos esta cuestion en la Seccién 6.13 6.7 Modelos de fallos en la coordinacion y teorias reales no walrasianas Modelos de fallos en la coordinacion En todos los modelos de Muctuaciones que hemos examinado, cuando los precios son flexibles, la economia tiene un tinico equilibrio. De modo que sdlo puede haber fluc- tuaciones cuando varia el nivel de equilibrio de precios flexibles (como en los mode- los de ciclo econémico real) 0 cuando la economia se aparta de ese equilibrio (como cn los modelos de rigidez nominal). Pero si existe mes nivel de produccién que constituya un equilibrio de precios flexibles, las fluctuaciones también pueden surgir cuando ia economia pasa de uno a otro. Cooper y John (1988) presentan un sencillo marco general para analizar la multi- plicidad de equilibrios en la actividad agregada. Suporen una economia formada por muchos agentes idénticos. Cada uno de ellos elige el valor de alguna variable (que para mayor conerecion Ilamaremos «producciém,) y toma como dadas las elecciones Vu, #) al beneficio que obtiene el agente i cuando elige producir y, mientras todos los demas cligen ¥ (solo trataremos aqui de los equilibrios simétricos, lo cual nos evita tener que indicar qué sucede cuando las de los demas agentes. Llamemos U, * Otra linea de trabajo investiga que stcede cuando, momento cualguiera. no todos los agen- tes estan ajustando sus saldos de dine de alta potencia De modo que cuando la autoridad pertinente modifica la base monetaria, no puede lograr un cambio proporcional en los saldos de cacta uno de Tos agentes. LLa consecuencia de esto es que [os cambios en la oferia monelaria suelen afectar los saldos mo- nretarios reales (y fo hariar incluso si todos fos precios y Puesto que V(y, y) es funcién creciente de y, ViVi, ys) es mayor que V(yy, ih). Y pues- to que vy es un equilibrio, la eleccién y, = yz maximiza el valor de V(yy, y) cuando = Yo, de modo que Vu», ys) es superior a V{yz, y;). De modo que el agente represen- tativo estd mejor en el equilibrio en el que hay més produccién Los modelos con muiltiples equilibrios paretianos reciben el nombre de modclos de fallos en ti coordinacién. Cuando este tipo de fallos es posible, la economia puede quedar trabada en un equilibrio con desempleo. Es decir, la produccién puede ser % Un equilibrio de mancha solar ecurre cuaned la cconomia se \ uelve importante porque los agentes eroen que silo tiene, En todo modelo con equilibrios n de manchas solares: si los agentes crcen que la economia se cierta vanable que no tiene un etecto inherente sobre mitiltiples se da ta posibilidad de aparic cuando la variable (que en realidad nu tiene nmguna relacida) adopta un valor ubicat. en un equilibrio elevado y cn otro equilibrio cuando su valor sea bajo, actuaran de modo que valiarsn esta o wstiones, remutimas al lector 4 Woodford (1990) y Benhabib y 1a Para, una exposicién mas completa de estas Farmer (1999) 6.7 Fallos en la coordinacién y teorias reales no walrasianas 311 ineficientemente baja simplemente porque todos creen que lo sera. En una situacién como ésta no hay ningtna fuerza que tienda a restaurar el nivel de produccién nor- mal. En consecuencia, puede tener sentido aplicar una politica priblica que coordine tas expectativas en torno a un equilibrio con mayor produccién; un estimulo transi- torio, por ejemplo, podria evar de manera permanente la economia a un equilibrio mejor. Existe un importante vinculo entre los equilibrios muiltiples y la rigidez real. Re- cordemos que existe un alto grado de rigidez real cuando, en respuesta a un aumen- to del nivel de precios y la consiguiente caida de la produccién agregada, la empresa representativa recorta su precio relativo solo ligeramente. Fn términos de la produc- cidn, esto se corresponde con una funcién de reaccién cuya pendienie es ligeramente menor que 1: cuando cae la produccién agregada, la empresa representativa desea que sus ventas disminuyan casi tanto como las de los demas. La existencia de equi- librios muiltiples requiere que, dentro de cierto intervalo, las caidas de la produccién agregada induzcan a la empresa representativa a clevar sus precios y de este modo reduciy sus ventas en relacién con las de las demas empresas, es decir, es necesario que la pendiente de la funcién de reaccién sea mayor que | en algtin intervalo. Re- sumiendo, los fallos en la coordinacién exigen una rigidez real muy fuerte a lo largo de cierto intervato. Un corolario de esta observacién es que, puesto que existen muchas fuentes po- tenciales de rigidez real, también hay muchas fuentes de fallos en la coordinacisn De modo que puede haber muchos modelos que encajen en cl marco general de Cooper y John. Una aplicacién empirica: evidencia experimental sobre juegos de fallos en la coordinacion Los modelos de fallos en la coordina teoria de juegos tradicional predice que tales economias aleanzaran uno de sus equi librios, pero no especifican cual. Existen diversas teorias que refinan la nocién de equilibrio y predicen cual sera el equilibrio aleanzado. Por ejemplo, una opinién co- main cs que los equilibrios dptimos de Pareto a aquellas economia donde pueden darse fallos en la coordinacién alcanzaran el mejor equilibrio posible. También existen otras alternativas. Por ejemplo, puede ocurtir que todos los agentes tengan dudas sobre cuales son las reglas que utilizan los demas para elegir entre Jos distintos resultados posibles y que esto haga que estas econo mias no alcancen ninguno de sus equilibrios. Una forma de contrastar las teorfas ampliamente utilizada en los tiltimos aiios, especialmente en teoria de juegos, son los experimentos. La ventaja de éstos es que permiten a los investigadores controlar con precisidn el entorno de la prueba. Pero los experiments tambign tienen un inconveniente y es que a menudo no pueden levarse a cabo, y en caso de poderse, los sujetos pueden comportarse de forma dis- tinta a como Io harian en situaciones reales similares. Van Huyck, Battalio y Beil (1990, 1991) y Cooper, DeJong, Forsythe y Ross (1990, 1992) han contrastado a través de experimentos las teorias de fallos en Ta coordina- m tienen mas de un equilibrio de Nash. La tuan como focos y que, por tanto, 312 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO cidn. Van Huyck, Battalio y Beil (1990) analizan el juego de fallos en la coordinacién ptopuesto por Bryant (3983). En el juego de Bryant hay N agentes, cada uno de los cuales elige un nivel de esfuerzo situado en el intervalo [0, @]. El beneficio obtenido por el agente i viene dado por la expresion U, = min|ey, e5, .., &y) — Bey a>pro (6.56) El mejor equilibrio de Nash seria aquel en el que cada agente elige el nivel de max’ mo esfuerzo, 7; con esta eleccién todos obtienen un beneficio igual a (a — p)é. Pero cualquier nivel de esfuerzo dentro de {0, #] en el que coincidan todos los agentes es también un equilibrio de Nash: si todos los jugadores excepto i eligen un cierto ni- vel de esfuerzo é, a i también le conviene elegir ese mismo nivel. Puesto que cl bene- ficio de cada agente es una funcién creciente del nivel de esfuerzo comun, el juego de Bryant es un modelo de fallos en la coordinacién con un continuo de equilibrios. Van Huyck, Battalio y Beil estudian una versién del juego de Bryant donde el ni- vel de esfuerzo solamente puede tomar valores enteros del 1 al 7 inclusive, « = 0,20 $, B=0,10$ y Nesta entre 14 y 16° Sefalan los autores varios resultados principales El primero se refiere a la primera vez que el grupo juega; como el modelo de Bryant no es un juego con repeticién, esta situacién quiza sea la que mas se aproxima al modelo. Van Huyck, Battalio y Beil descubren que en el primer juego los jugadores no alcanzan ninguno de los equilibrios. Los niveles de esfuerzo mas comunes son 5 y 7, pero las elecciones son muy variadas, De modo que no hay ninguna teoria de- terminista de la seleccin de equilibrio que describa con éxito el comportamiento de los jugadores En segundo lugar, la repeticién del juego provoca una tendencia continua hacia niveles de esfuerzo bajos. En cinco de los siete grupos experimentales, el esfuerzo minimo en el primer periodo es mayor que 1. Pero en todos ellos al cuarto juego el nivel minimo de esfuerzo alcanza el valor 1 y alli se queda en todas las rondas sub: siguientes. De modo que hay un poderoso fallo en la coordinacién, En tercer lugar. e! juego no logra converger a ningtin equilibrio. Cada grupo jugé diez veces, de modo que en total hubo setenta intentos. Sin embargo, en ninguno de esos setenta intentos Jos jugadores coinciden todos en el mismo nivel de esfuerzo. Incluso en los tiltimos intentos, que en todos los grupos van precedidos de una serie de intentos donde el menor esfuerzo es igual a 1, més de un cuarto de los jugadores cligen niveles de es Finalmente, ni siquiera cuando se modifica {a funcién de beneficio para inducir «éxitos de coordinacién» se consigue evitar que vuelvan a producirse resultados in- eficientes. Tras dicz intentos iniciales, cada grupo jugé cinco intentos en los que el va- lor del parametro B de la ecuacién (6.56) se fijé en cero. Con este valor, un esfuerzo ma- yor no implica un coste superior; en consecuencia, la mayoria de los grupos (aunque no todos) convergen en el dptimo de Pareto en el que tocios los jugadores cligen e, = 7. Pero cuando se vuelve a cambiar cl valor de 3 a 0,10 dolares, se vuelve rapidamente a la situacién en la que la mayor parte de | uerzo superiores a 1 jugadores eligen el menor esfuerzo % Ademés, le aftaden a la funaén de beneficio una constonte de 0,40 délares para que nadic pucda perder dinero. 6.7 Fallos en la coordinacién y teorias reales no walrasianas 313 Los resultados de Van Huyck, Battalio y Beil sugieren que es preciso interpretar con cautela las predicciones derivadas de las teorias deductivas del comportamiento: aunque el juego de Bryant es bastante sencillo, el comportamiento reai no se corres- ponde del todo con las predicciones de ninguna teoria esténdar. Los resultados tam- dién sugieren que los modelos de fallos en la coordinacién pueden generar un com- portamiento y una dinamica muy complejos. Las teorias reales no walrasianas Una elevada rigidez real, incluso si no es lo suficientemente pronunciada como para producir equilibrios mtiltiples, puede hacer que ¢l equilibrio sea sumamente sensible a las perturbaciones. Veamos lo que ocurre cuando Ja pendiente de la funcién de reacci6n es positiva, aunque ligcramente menor que 1. En este caso, como muestra el Grafico 6.6, existe un unico equilibrio. Ahora sea x alguna variable que desplaza la funcién de reaccién, de modo que podemos expresar ésta como y, = yi(¥, x). El nivel de equilibrio de y para un valor dado de x (que simbolizamos ij(x)) viene definido por la condicin yf(0(x), x) = 1x). La derivada de esta condicién respecto de x es (6.57) 0 dicho de otra forma, V0) : (6.58) 1-(ayt/ay) ax J ily, ¥) PAL wiry ra GRAFICO 6.6 Una funcién de reaccion que implica un equilibrio Unico, pero fragil 3i4 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO La ecuacién (6.58) muestra que cuando la funcién de reacci6n tiene pendicnte positiva, hay un «multiplicador> que magnifica el efecto del desplazamiento de la funcién de reaccién para un nivel dado de y, ay! /dx. En términos graficos, el efecto sobre el nivel de equilibrio de y es mayor que el desplazamiento hacia arriba de la funcién de reaccién. Cuanto mas proxima esté la pendiente a 1, mayor seré el multi- plicador. En una situacién como ésta, cualquier factor que afecte 4 la funcién de reaccién. tendrd una gran incidencia sobre la actividad econémica general. En la terminologia de Summers (1988), el equilibrio es frdgil. De modo que es posible que haya una rigi- dez real considerable, pero que las fluctuaciones dependan de perturbaciones reales y no de perturbaciones nominales. Cuando existe este grado de rigidez real, una perturbacién tecnolégica, um problema en los mercados crediticios, una variacién del gasto ptiblico o de los tipos impositivos, un cambio en el grado de incertidumbre sobre las futuras politicas u otras perturbaciones reales pueden ser importantes cau- sas de movimientos de la produccién. Puesto que (como hemos visto) es improbable que en un modelo walrasiano haya mucha rigidez real, nos referimos a las teorias de las fluctuaciones que se basan en rigideces y perturbaciones de naturaleza real como feorias reales no wwalrasianus. As{ como existen muchos posibles tipos de rigidez real, puede haber muchas teorias de este tipo”. Este anilisis sugiere que el hecho de que haya miltiples equilibrios de precios flexibles 0 un unico equilibrio fragil no es una cuestién fundamental desde el punto de vista de las fluctuaciones. Supongamos, en primer lugar, que (como hemos estado presumiendo en esta seccin) no existen barreras que impidan el ajuste nominal. Una economia con multiples equilibrios puede experimentar fluctuaciones (sin necesidad de perturbacion alguna) por el mero hecho de pasar de un equilibrio a otro. Por otra parte, si existe un tinico equilibrio, pero éste es fragil, pueden aparecer fluctuaciones en respuesta a pequeiias perturbaciones, ya que el equilibrio se ve en gran medida afectado por éstas. Ja situacion es similar cuando existen pequenas barreras que impiden el ajuste de precios. Una rigidez veal elevada (combinada con un nivel adecuado de insensi- bilidad de la funcién de beneficies} reduce los incentives que tienen las empresas para ajustar sus precios en respuesta a perturbaciones nominales; que la rigidez real sea suficiente o no para crear equilibrios multiples cuando los precios son flexibles no tiene importancia. Para aveptat Ta evistencia de una rigide7 seal significatica no es necesario sostener que las Fluetua- clones pueden deberse a muchos tipos de perturbacione>. En él ejemplo de! horarig de ahiorzo de energia, por citar un caso, aungue parece haber una considerable rigides real en las preferencias de los indi ieluos Tespecto de sus horaries, no sc ebservan vatiaeiones abruptas a corte plazo de los horarios reales de 1a ‘economia que stirjan de otras Tuentes gue no sean vl cambio de la hora oficial. Finalmente, una positslidad intermedia es que cuando hay grandes rigideces reales, muchos types de perturbaciones (fante reales como nominales) influyen sobre fas tluctuaciones 6.7 Fallos en la coordinaci6n y teorias reales no walrasianas 315 Parte C Los modelos neokeynesianos dinamicos y el ajuste escalonado de precios El analisis que hemos desarrollado en la Parte B es estatico: estudia lo que ocurriria en una economia de un solo periodo si los precios pudieran ajus Ahora bien, este marco sélo tiene sentido si todos los precios deben fijarse antes de cada periodo. Asi, pues, en esta parte del capitulo analizaremos qué sucede en cl caso de que no todos los precios puedan ajustarse en todos y cada uno de los periodos. Las Secciones 6.9, 6.10 y 6.11 investigan tres modelos de ajuste de precios escalo- nado: el de Fischer, 0 modelo de bischer-Phetps-Taylor (Tischer, 1977a; Phelps y Taylor, 1977); el modelo de Taylor (Taylor, 1979, 1980), y el modelo de Caplin-Spulber (Caplin y Spulber, 1987), Los dos primeros modelos (el de Tischer y el de Taylor) postulan que los salarios 0 los precios se fijan por medio de contratos 6 compromisos cuya vigencia se extiende a mds de un periodo. Cada perfodo vencen Jos contratos que rigen una determinada porcion de los salarios o de los precios y es preciso reno- varlos. La principal conclusisn de estos modelos es que la existenaia de contratos de varios periodos de duracién hace que el nivel de precios se ajuste de forma gradual en respuesta a una perturbacién nominal. En consecvencia, 1as perturbaciones de la demanda agregada tendrén efectos permanentes en ej ambito real de la economia. Entre el modelo de Fischer y cl de Taylor hay una importante diferencia. El pri- mero supone que los precios (6 los salarios) estén predetermitindos, pero no son fij Es decir, um contrato para varios periodos puede indicar un precio diferente para cada periodo. Por el contrario, en el modelo de Taylor los precios son fijos: el contrato debe indicar el mismo precio para cada uno de los periodos en que esté vigente En ambos modelos, eso si, cuando se fija un precio se especifica también cul va a ser el periodo temporal en que esté vigente, es decir, el ajuste de precios depende del paso del tempo. El modelo de Caplin-Spulber brinda un ejemplo sencillo en el que la fijacién de precios deperite de Ia situacién. Cuando los precios dependen de la si- tuacién, los precios cambian no cuando transcurren determinados intervalos, sino cuando se producen determinados acontecimientos en la economia. Esto supone que aquella parte de los precios que esta cambiando en un determinado periodo es una variable enddgena. Un resultado que se repite en estos modelos es que la rigidez nominal en el am bito agregado no esta relacionada de una manera clara con la rigidez nominal mi- croeconémica. Como veremos, el hecho de que los precios estén predeterminados 0 sean fijos y de que el ajuste de precios dependa del tiempo o de la situacion tiene importantes implicaciones, Y veremos también que hay casos en que una pequeia rigidez microeconémica genera wma elevada rigidez en el Ambito mactoecondmico y casos en que una gran rigidez microecondmica no genera rigidez alguna en el nivel agregado o genera muy poca arse sin fricciones. Un trabajo anterior que también es importante es el de Akerlof (1969) Véanse también Phelps (1978) y Blanchard (1983). 316 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO Por desgracia, también tendremos ocasién de comprobar que ninguno de los tres modelos logra describir con precisién las caracteristicas principales del comporta- miento de la economia en respuesta a una variacién de la demanda agregada. Una vez que la Seccién 6.12 repasa algunas de Jas contrastaciones empiricas que se han Hevado a cabo sobre estos modelos, la Seccion 6.13 analiza un modelo mas complejo que podria sernos de mayor utilidad. 6.8 Estructura de los modelos neokeynesianos dinamicos Panorama general En la Parte B de este capitulo comentaba presentando un modelo de una economia imperfectamente competitiva con un solo periodo temporal. Fste modelo nos ha servido como punto de partida para analizar las pequenas fricciones nominales en un contexto estético. En esta parte del capitulo ampliaremos este modelo estatico de competencia imperfecta a un contexto dindmico, lo que nos servird después de base para los modelos sobre el ajuste escalonado de precios. En este nuevo modelo el tiempo es discreto. En cada uno de los perfodos, unas empresas imperfectamente competitivas producen bienes sirviéndose del trabajo como tinico factor productivo. Tal y como suponiamos antes, la funcién de produc- cidn implica que la produccién agregada y el trabajo agregado son iguales. El sector publico no aparece en esta versién del modelo, lo que, combinado con el supuesto de que no hay capital, implica que el consumo agregado y la produccién agregada son iguales. Prescinditemos, por simplificar las cosas, de la posibilidad de que exista incerti- dumbre. Los hogares maximizan su utilidad tomando como dada la evolucién de los salarios reales y de los tipos de interés reales. Las empresas maximizan el valor pre- sente descontado de sus beneficios, sujetas a ciertas restricciones sobre el proceso de fijacion de precios (que varian en los distintos modelos que vamos a analizar). Por ultimo, la evolucién del tipo de interés real depende de la politica monetaria aplicada por cl banco central. Los hogares En este modelo hay tm ndmero fijo de hogares que viven eternamente y que obtienen utilidad de] consumo y desutilidad del trabajo. La funcién objetivo del hogar repre- sentativo es: BUC) - VL), o 0 y V'"(#) > 0 y Ul+) refleja nuestro va habitual supuesto de que la aversi6n relativa al riesgo es constante 6.8 Estructura de los modelos neokeynesianos dinamicos 317 a>0 (6.60) Como en los casos anteriores, C es un indice de consumo que depende de cudl sea la composicién del consumo de la economia doméstica Un aumento di. de la oferta de trabajo en el periodo t incrementa la renta real del hogar en una cuantia (W,/P,\lZ, donde W es el salario nominal y P es el nivel de precios (asimismo, un indice de los precios de todos los bienes), La condicién de primer orden de la oferta de trabajo en el periodo t es vil) = ue (6.61) En equilibrio, como vimos, C, y L, son iguales a Y,. Si combinamos este hecho con la ecuacidn (6.61), podemos saber cudl es el salario real para un nivel de produccién dado: we Vv Wy, _ VOD (6.62) Po UY) Esta ecuacién es similar a La ecuacién (6.43) del modelo estatico Para hallar la condicin de primer orden que relaciona C, y C,. , pocemos utilizar la ecuacién de Euler, como ya hicimos en los Capitulos 2 y 4. Esta ecuacion nos per- mite obtener la siguiente expresién: C45 (14 rn)c% (6.63) donde r; es el tipo de interés real desde t hasta f + 1. Si tomamos logaritmos en ambos lados de la expresién y despejamos In C,, obtenemos InC.=Inc jinn. ) (6.64) Para valores pequefos de F, In(1 + r) ~ r. Si tratamos esta expresion como si fuera exacta y recurrimos de nuevo al hecho de que, en equilibrio, el consumo y la produc- cién deben ser iguales, tenemos In¥,=In ¥,_,-=F (6.65) La ecuacién (6.65) es conocida como la curva IS neokeynesiana. A diferencia de lo que ocurre con las curvas IS convencionales, esta curva se deriva a partir de funda- mentos microecondmicos. Su principal diferencia con una curva IS convencional es Ja presencia de Y,, en cl lado derecho de la ecuacién”. ® Kerr y King (1996) y McCallum y Nelson (1999) han derivado la curva IS neokeynesiana. En con- nes de incertidumbre ¢ introduciendo los supuiestos adecuados, pudemos reemplazar In ¥, . ; por En ¥, 1} més una constante. 318 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO Las empresas La empresa i produce bienes durante el periodo t de acuerdo con una funcién de produccién Q, = L, y se enfrenta a una funcion de demanda que expresaremos como Q, = ¥(P,/P)". Los beneticios reales de la empresa en el periodo t, R,, Son iguales a los ingresos menos los costes: (6.66) (PNY PW /Py\ —)( (G) la lle, Analicemos ahora el problema al que se enfrenta una empresa que debe fijar el precio al que vende su produccién en un determinado periodo, al que nos referire- mos como periodo 0. Mas tarde tendremos en cuenta otros supuestos acerca de la fijacién de precios, incluyendo algunos que implican que el periodo de tiempo du- rante el cual los precios estin vigentes es aleatorio. Asi, pues, Hlamemos a7 a la pro- babilidad ce que el precio que la empresa establece en el periodo 0 siga vigente en el periodo f. Los beneficios empresariales revierten en los hogares, de modo que la empresa valora Sus beneficios en funcisn de la utilidad que los hogares derivan de éstos”. La utilidad marginal de} consumo para un hogar representativo en el perio- do F (en relacion con el periodo 0) es p'L'(C,)/U'(C,); Hamaremas a esta cantidad A. Asi, pues, la empresa fija en el periodo 0 el precio, P,, que maximice 37 21,4)R, = V, donde R, son los beneficios que obtiene la empresa en el periodo t si P. sigue vigente. Si utilizamos nuestra ecuacidn (6.66) sobre los beneficios, podemos expresar V de la siguiente forma: (02) ws No podemos decir mucho acerca de cual es el valor de P, que maximiza V en el caso general. Sin embargo, hay dos supuestos que nos pueden ayudar a avanzar. El primero (y mas importante) es que Ja inflacidn es baja v que la economia siempre esta cerca de su equilibrio de precios flexibles. Fl segundo es que el factor de descuento de las economias domésticas, fi, est proximo a 1 Para comprobar cual es la utilidad de estos dos supuestos, reescribimos (6.67) como PPPS" — WP?) (6.68) ve Sea Observemos que el precio que maximiza los beneficios en el periodo t, al que nos referiremos como P?, es una constante multiplicada por W, (véase la ecttacion [6.40)) Buel mextele de la Socctdn ot, coda empress es propied Tas emprosas ajustan sus precios en distintos periodios, los beneficios que obtendrain las economias dames- 13 deun tinico hogar Esto smphea ques Beas y nto, Sus Fespectnos nivcles de consumo diterirén. Come esto complica notablemente cl andlisis. el modelo que desarrollamos aqui supone que la propiedad dv cacla tna de las empresas pondee pur igual a todos los hogares. 6.8 Estructura de los modelos neokeynesianos dinamicos 319 Del mismo modo, W, es una constante multiplicada por P#. Asi, pues, podemos es- cribir la expresion que figura entre paréntesis en la ccuacién (6.68) simplemente como una funcién de P, v Pf. Tal ¥ como hemos venido haciendo hasta ahora, resulta mas sencillo trabajar con variables expresadas en logaritmos que en niveles. Por tanto, reescribimos (6.68) como Va SaAy, Pr ey, po) (6.69) donde p, y pf denotan simplemente los logaritmos de P, y Pi. Nuestros stipucstos simplificadores tienen dos importantes implicaciones que atafien a la ecuacisn (6.69). La primera de cllas es que la variacién de 2,Y,P?~' es despreciable en comparacidn con la variacién de 7, v de pt. La segunda es que pode- mos yealizar una buena aproximacidn de F() mediante una aproximacidn de segun- do orden alrededor de p, = pr. Los beneficios del periods ! se maximizan cuando Pp, = py asi, pues, en p, = pt, oF (p, pt)/ap;es cero y iT (p,, p*)/ap? es negativo. De aqui se sigue que Fp, pt) ~ Fp, ph) ~ Kip, pe, K>0 (6.70) Este andlisis implica que el problema de elegir un valor para P, con el objetivo de maximizar V puede expresarse de forma mas sencilla como p.— pa (6.71) hallamos la condicién de primer orden para p, y reorcenamos la expresién, tenemos: p= Sowpt (6.72) donde w, = 2/5". es la probabilidad de que el precio establecido por fa em- presa en el periodo 0) siga en vigor en el periodo t dividida entre el mimero de perio- dos en que se espera que el precio siga en vigor; en consecuencia, esta expresion re- fleja la importancia que tiene el periodo f en la eleccién de p,. La ecuacién (6.72) nos dice que el precio que la empresa i establece es una media ponderada de los precios que maximizan los beneficios durante todo el tiempo en que dicho precio estara vi- gente. Por diltimo, y siguiendo con el supuesto de cuasi certidumbre del modelo de Lu- cas, suponemos que, en presencia de incertidumbre, las empresas basan sus precios en expectativas acerca de las p*: Ede] (6.73) * Estas aftrmaciones podiian precisarse si lormalizasemos adecuadamente los supuestos de que lt intlaciGn es baja. la economia se halla ceeca de vu equilibrie de precios flexibles y 8 esta proxima a 1 320 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL !NCOMPLETO donde Eo{+] denota las expectativas que se tienen en cl perfado 0. Una vez mas, (6.73) €5, bajo ciectos supuestos apropiados, una aproximacidn legitima, Para una empresa, el precio real que maximiza Jos beneficios, P*/P, es proporcional al salario real, WV/P. Y sabemos por la ecuacion (6.62) que el salario real aumenta cuando lo hace Y. Para conservar la estructura logaritmico lineal del modelo, supon- dremos que la relacién es también de esta naturaleza™', En este caso, como ocurria en Ia Seccidn 6.4, el precio (logaritmico) maximizador de beneficios es pf = p+ c+ by, @ > 0 (véase la ecuacién [6-45)). Si lamamos 1, al logaritmo del PIB nominal (p, + ¥,) y dejamos, por simplificar, que c sea igual a cero, tendremos pY = gm, + (1 - o)p, (6.74) Y si reemplazamos esta expresién en (6.73), obtenemos que p= So, Eolom, + (= 9p (6.78) mo €f banco central La ecuacién (6.75) es la ecuacidn clave de la oferta agregada del modelo y la ecuacién (6.65) describe la demanda agregada para un determinado tipo de interés real. Queda por explicar cémo se determina el tipo de interés real. Para poder hacerlo, tenemos que incorporar la politica monetaria al modelo. Una forma de hacerlo consiste en suponer que el banco central sigue una regla delerminada para fijar el tipo de interés real en funcién de otras variables del mode- Io, tales como la produccidn ¥ la inilacion actuales, las expectativas sobre la produc cién u otras similares. Sabemos por el Capitulo 5 que cuando los precios no son perfectamente flexibles, el banco central puede controlar cl tipo de interés real ajus- tando la oferta monetaria™*. Asi, pues, podemos suponer que el banco central sigue una regla para el tipo de interés sin necesidad de introducir explicitamente la deman- da de dinero y el mercado de dinero. Las Secciones 10.6 y 10.7 analizan el tema de las reglas sobre el tipo de interé Pero lo que aqui nos interesa es el lade de la oferta agregada de la economia. Por consiguiente, simplificaremos el anélisis (como ya hicimos en la Parte B) suponiendo dada la trayectoria del PIB nominal (es decir, la trayectoria de m,). A continuacion estudiaremos cémo reacciona la economia ante distintos cambios en la trayectoria del PIB nominal, como, por ejemplo, un incremento puntual de! PTB nominal o de su tasa de crecimiento de naturaleza permanente. Como vimos en la Seccién 6.1, una forma cilia de interpretar el supuesto de que la trayectoria del PIB naminai est dada es pensar que el banco central Hene un objetivo respecto de esta trayectoria y aplica la politica monetaria para cumplir dicho objetivo. Este enfoque nos permite prescindir no slo del mercado de dinero, sino también de la ecuacién JS, (6.6). Esto es Ib que ecunisia si el término VIL) en la funcidn de ubidad, (6 59), adoptara la forma al’, omy ocurre en las ecuaciones (6.21 ¥ (6.38), Wéase la ecuacién (6.43). > Yeanso la Seccrén 5.1 y ef Problema 5.2. 6.8 Estructura de los modelos neokeynesianos dinamicos 321 Variaciones En esta seccién hemos presentado un modelo sencillo que, como veremos en las si- guientes secciones, nos basta para ilustrar muchas de las principales implicaciones que tendrian otros supuestos acerca del proceso de fijacién de precios. Buena parte de los estudios keynesianos que se estan realizando tratan de analizar versiones mas complejas de este modelo, Por lo que respecta a la politica monetaria y al papel del banco central, un enfo- que mas sofisticado que simplemente suponer una evolucién exdgena del PIB nomi nal o la aplicacién de una regla de tipo de interés consiste en derivar el comporta- miento del banco central a partir de su problema de optimizacién. Es decis, podemos empezar por especificar la funcién objetivo del banco central (basada, por ejemplo, en el biencstar de las economias domésticas) v a continuacién analizar cual seria su politica Optima dada esa funciGn. Una ventaja de este método es que nos permite comparar la politica Optima que se deriva del modelo con las recetas habituales que aplican en politica monetaria. Una segunda posible ampliacién de! lado monetario del modelo es incluir explici- tamente e] dinero. La introduccién del dinero lo unico que nos permile es resolver la cuestién de cémo debe el banco central ajustar la oferta monetaria y qué sucederia si este organismo estableciese una regla de oferta monetaria. Pero si, ademas, incorpo- ramos ciertas especificaciones razonables sobre la demanda de dinero, los saldos monetarios de las economias domésticas se convierten en una variable que afecta a la utilidad que éstas derivan del consumo. Por ejemplo, es posible interpretar que una restricci6n de caja implica que la utilidad marginal de cualquicr gasto en consumo que supere los saldos de dinero de las economias domésti es cero, Cuando los saldos monetarios afectan a la utilidad del consumo, la ecuacién de Fuler sobre el consumo, (6.65), pasa a depender probablemente no solo del tipo de interés real, sino también del nominal. No obstante, lo mas probable es que este efecto sea muy pequeio. Por lo que se refiere al lado de la demanda agregada, las omisiones mas flagran- tes del modelo son la inversién y el gasto publico. Incorporar la inversién no solo significa incorporar otro componente de la demanda agregada, sino también un canal adicional a través del cual los efectos de una perturbacién pueden propagarse en cl tiempo. Asimismo, existen también otros modelos en los que el comportamiento del consumo es mas complejo que el que hemos analizado aqui. Otra cuestién es la que se retiere a la cxactitud de las aproximaciones, especial- mente de las que se utilizan para derivar la regla de fijacin de precios, (6.73). Uitilizar esta ecuacién (en lugar de resolver con precisién el problema de fijacién de precios al que se enfrentan las empresas) puede conducir a veces a conclusiones erroneas Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a los andlisis centrados sobre el bienestar o sobre el nivel medio de produccion. El repaso que acabamos de hacer slo pretende dar una idva general de las diree- ciones que pucden tomar los modelos dinamicos neokeynesianos y mostrar que éstos constituyen dreas de investigacién en curso. ‘Woodford (2003) repasa muchas de estas variantes del mudelo basic. 322 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO 6.9 Precios predeterminados Marco general y supuestos Pasamos ahora al modelo de ajuste de precios escalonado de Fischer™. En concrcto, estudiaremos una variante del modelo de Ja seccién anterior en la que los fijadores : de precios no pueden cambiar sus precios en todos los periodos, sino que cada pro- : ductor establece el precio de sus bienes en periodos alternos para los dos periodos siguientes. Como sefalames en la introduccién a la Parte C, el modelo presupone que el productor puede fijar precios diferentes para cada uno de los dos periodos. Es decir, una empresa que fija su precio en el perfodo 0 establece un precio para el pe: rfodo 1 y otro para el periodo 2. Como cada precio sélo esta en vigor durante un nico periodo, la ecuacién (6.73) implica que cada precio (expresado en logaritmos) es igual a la expectativa (del periado 0) sobre cuai va a ser el precio que maximice los beneficios en ese periodo. En un periodo cualquiera, el nimero de individuos que estan fijando precios para los dos siguientes equivale a la mitad del total. De modo que en todo momento la mitad de los precios en vigor fueron fijados en el perfodo precedente y la otra mitad data de dos periodos alris No se hace ningun supuesto especifico acerca del comportamiento de la demanda agregada. Asi que, por ejemplo, la informacidin sobre i, puede revelarse gradualmen- te a lo largo de los periodos que preceden a f. Ln consecuencia, la expectativa acer- ca de m, en el periodo t — 1, E,_,, puede ser diferente de la expectativa que se tenga de i, en el periodo anterior, F, ait, Solucion del modelo En cada periodo, la mitad de los precios fueron fijados en el periodo precedente y la otra mitad data de dos periodos atras. De modo que el precio medio es (6.76) donde p! representa los precios fijados para ! por las empresas que lo hicieron en f ~ | y py representa los precios estipulados en | — 2. Nuestros supucstos sobre la fijacion Las versiones onginales de estos modelos se basaban en ob ajuste escalonado de sakarios: ex prin cipio, los precios eran flexibles, pero se determmaban como un mar bro Jos salarios. Aqui supone mas, por simplitic re que el ajuste se aplica directamente a fos precios. E] ajuste escalonade de al diferencia es que los determinantes mi salarios tiene, en esencia, las mu gs implicaciones, La prrney av determinan of pardmetra o en la ecuacién para los precios deseados, (6.74). son Lintoy en et caso de et ajuste escalonado de los salarios (Huang ¥ Lav. 20023, * ET modelo da por supuesta que los vaviacion cen de forma escalonada Pow div precios se pro sa a ser sincronizado, no calona- s1 hacemos que’ la cronoiogia de dichas variaciones sea endégena, el ajtiste p escatonadio fal menos en Tos versiones mas simples de los modelos de Fischer v de Tavlori. Ll es wi mento del ajuste puede ser enddgeno si las empresas desean informarse observando los precios de los demas empresas a joctan especiticamente a las empresas (Ball) D. Romer, 84, Caballero ¢ Frgel, 1991) 0.4 causa de las = tos de Hiar los suyos propios (Ball Cecchetti, 1998), 4 euisten perturbactanes que racciones estrategicas evistentes entre empresas (Maskin » Frale, 188y 6.9 Precios predeterminados 323 de precios de la seccién anterior implican que p} es igual a la expectativa en el perfo- do | —1 de pt y p? es la expectativa de py en t - 2. De modo que la ecuacion (6.74) implica ph=Eysdom.+ (1 -@)p]=@E, yay + Lp) hp) + pr (677) pr =F, alm, + (1 -A)p,] = pE,. 2m + (1 - @) HE, ap] + py (6.78) donde E,_, representa la expectativa de una variable condicionada por la informa- cién disponible hasta el periodo # ~ r. La ecuacién (6.77) se basa en el hecho de que cuando se fija p}, cl valor de p; ya esta determinado y no es, por tanto, incicrto. Nuestro objetivo es conocer como evolucionan a lo largo del tiempo el nivel de precios y la produccidn dado el comportamiento de m, Para ello, comenzaremos por despejar p! en (6.77), con lo que abtenemos. » - pie Pee me Pp (6.79) 1+o 1+ Podemos ahora emplear el hecho de que las expectativas son racionales para expre- sar el comportamierito de los individuos que fijan precios en ci periodo f - 2. Como el lado izquierdo y cl derecho de (6.79) son iguales, y dado que las expectativas son racionales, la expectativa en el periodo t - 2 de uno de los lados de la ecuacién ha de coincidir con la expectativa del otro lado. Asi, pues, pl (6.80) La ecuacién (6.80) se basa en el hecho de que F,_+E)_;/, es lo mismo que E,_ st; sino fuera asi, los fijadores de precios esperarian tener que revisar en mas o en me- nos su estimacion de i, lo cual es lo mismo que decir que su estimacisn original no era racional. E] hecho de que la expectativa actual de la expectativa futura de una variable sca igual a la expectativa actual de la variable se conoce como ley de las pro- ecciones iteradas. Si sustituimos 1a igualdad (6.80) en la ecuacién (6.78), obtenemos 2 - fb ait + Pp ae (6.81) 1+9 \ pref. + -~> Despejando pi, Hegamos a pra, (6.82) Ya podemos combinar los resultados y describir asf el equilibrio del modelo. Sus- tituyendo en (6.82) la igualdad expresada en (6.79), obtenemos (6.83) 324 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO Finalmente, las ecuaciones (6.82) y (6.83), aplicadas a las expresiones del nivel de precios y de la produccién, p, = (p! + p})/2 e y, = 11 ~ p,, implican que p= ky am, —? (Em -£ 21%) (6.84) l+9 ~(E, 1m) — Eyam) + (m= Ly im) Implicaciones La ecuaci6n (6.85) muestra las principales implicaciones del modelo. En primer lugar, igual que en el modelo de Lucas, las variaciones imprevistas de la demanda agrege- da tienen efectos reales; esto esta reflejado en el término 1, - E, 7%. Como se supo- ne que los productores no conocen el valor de m, cuando fijan sus precios, estas perturbaciones se trasladan en idéntica proporcién a la produccién En segundo lugar, las variaciones de la demanda agregada pronosticadas tras la fijacién de Jos primezos precios afectarén al nivel de produccion. Imaginemos que enire el perfodo - 2 y el periodo f — 1 se hace puibliea cierta informacién sobre el valor que tendré la demanda agregada en f. En la practica, esta informacién podria consistir en la publicacién de ciertas encuestas u otros indicadores generales de la futura actividad econdmica 9 en la aparicién de indicios de probables cambios de rumbo de la politica monetaria. Segtin se desprende de (6.84) y (6.85), cuando entre i —2y # = 1 se pronostica un cambio de i, una fraccion 1/(1 + @) de ese cambic se traslada a la produccién y el resto a los precios. La razén por la que el cambio no es neutral es facilmente comprensible: no todos los precios son flexibles a corto plazo. Un corolario inmediato de esto es que la aplicacién de reglas de politica moneta- ria puede estabilizar la economia. Supongamos, como hicimos en la Seccién 6.3, que m, es igual a mf + 1, donde m? esté controlada por las autoridades y ¥, representa otros movimientos de la demanda agregada. Supongamos también que las autorida: des tienen las mismas restricciones de acceso a la informacién que los fijadores de precios, de modo que se ven obligadas a elegir i antes de conocer el valor exacto dev. A pesar de ello, en la medida en que las autoridades puedan ajustar im, en res- puesta a la informaciin obtenida entre ! - 2 y #1, hay lugar para una politica esta- bilizadora. Sabemos por la ecuacién (6.85) que cuando Wm, = mf + v,, la variable y, depende de (ni? +.) = E,_y v,) y de E,_ (ms +v,) — E,_(m? +»). Ajustando nt para compensar £, ¥,~ >», las autoridades pueden compensar la influencia de las variaciones de v sobre la produccién, incluso cuando todos los agentes poseen informacion acerca de v. Un corolario adicional de estos resultados es que las interacciones entre los fija- dores de precios pueden tanto aumentar como disminuir los efectos microeconomi- cos de la rigidez de precios. Imaginemos que se conoce un desplazamiento de la demanda agregada una vez fijado el primer grupo de precios. Seria de esperar que, dado que Ia mitad de los precios ya ha sido fijada y la otra mitad todavia puede ajustarse, la mitad del desplazamiento pasara directamente a los precios y la otra 8 6.10 Precios fijos mitad a Ja produccién. Peto las ecuaciones (6.84) y (6.85) muestran que esto no sucle ser cierto. Fl parametro clave es @: Ja parte del desplazamiento que pasa a la produc- cin no es 4, sino 1/(1 + ) (wéase la ecuacién [6.85]) Recordemos por la Seccién 6.6 que @ mide el grado de rigidez real: @ es la sensi- bilidad del precio deseado por los fijadores de precios respecto de la produccién real agregada, de mado que un valor inferior de @ corresponde a una mayor rigidez real, Cuando la rigidez real es elevada, los fijadores de precios son reacios @ permitir va- riaciones de sus precios relatives; en consecuencia, aquellos que tienen libertad para ajustar sus precios no permiten que éstos difieran en gran medida de los que ya estén establecidos, de modo que los efectos reales de las perturbaciones monetarias son grandes. Si, por el contrario, g es mayor que 1, los productores que fijan sus precio: en tiltimo lugar los cambian n los efectos reales agregados de los cambios de #t son pequefios™. Por tiltimo, y muy importante, el modelo implica que la produccién na depende de E, 211, (dados los valores de E, 2, - £, 2m, y dem, by ,n1). Es decir, la intor- macién acerca de la demanda agregada a la cual todos los fijadores de precios ya han tenido oportunidad de responder no tiene efecto alguno sobre la produccién. Por tanto, el modelo no ofrece ninguna explicacién acerca de los efectos permanentes de las variaciones de la demanda agregada. Volveremos sobre esse“istfalén DxSec- cién 6.13. As 6.10 Precios fijos El modelo Modificaremos ahora el modelo de Ja seccién precedente introduciendo cl supuesto de que cuando un individuo establece los precios para los dos perfodos siguientes, debe establecer e] mismo para ambos; en la terminologia que hemos introducido previamente, los precios no sélo estan predeterminados, sino que son fijos. Ademés, ahiadiremos ottos dos cambios menores cn el modelo. En primer lugar, ahora la empresa que fija sus precios en el periodo # lo hace para Jos periodos f y f+ 1 (en vez de hacerlo para ¢ + 1 y # + 2). Este cambio simplifica el modelo sin afectar a os resultados principales. En segundo lugar, resolver el modelo es mucho més facil si postulamos que m sigue algtin proceso concreto. Un supucsto sencillo seria que m siguiera un paseo aleatorio: iy = Wy # (6.86) donde u es ruido blanco, Fl aspecto fundamental de este proceso es que los cambios en cl valor de 1 (es deciy, 2) tienen un efecto duradero sobre su nivel. * Haltiwanger y Waldman (1989) muestran de forma nds general que el hecho de que «1 porcentaje de los agentes no responda a las perturbaciones pucde lener una influencia desproporcionada Sobre la economia pequene 326 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO Sea x, el precio clegido por las empresas que fijan sus precios en el periodo f. En este modelo, la ecuacidn (6.73) sobre la fijacién de precios implica =a(pi + Expt) (6.87) = i{lom, + (1 p)pl + Em, + AE pr al} donde la segunda linea se basa en el hecho de que p* = gm + (1 - g}p Puesto que en cada periodo se fija la mitad de los precios, p, es igual al promedio ae x, y x). Ademés, como i sigue un paseo aleatorio, E.nr, , , es igual a m,. Efe tuando las correspondientes sustituciones en (6. 87), obtenemos Xp = gin, + FL - @May_) + 2x; + Be) (6.88) Si despejamos x, e! resultado es 1l-@ + Ex.) + (1-24), A= — (6.89) 214+¢@ Esta es Ja ecuacién fundamental del modelo. La ecuacién (6.89) expresa a, en funcién de m, x. ; y la expectativa de x. ;. Para resolver el modelo tenemos que eliminar de la ecuacidn este Ultimo término. Resol- veremos cl modelo de dos formas diferentes: primero mediante cl método de los coeficientes no determinados y luego utilizando operadores de retardo. Fl método de los coefici tedioso o inmanejable; en estos casos, suele ser util recurrir 4 los operadores de re- tardo. sates no determinados es mas sencillo, pero hay casos en los que se torna El método de los coeficientes indeterminados Como vimos en la Seccién 4.6, la idea del método de Jos coeficientes indeterminados consist en procurar adivinar la forma funcional general de Ja solucién y luego usar el modelo para determinar con exactitud los coeticientes. En el modelo que nos ocu- pa ahora, en el perfodo / estén dadas dos variables: la oferta monetaria, m,, y los precios fijados en el periodo previo, x, ,. Ademas, cl modelo es lineal, de modo que resulta razonable suponer que x, es funcién Hineal de x)_) y de 1 x, =t Ax, | + vm, (6.90) Nuestro objetivo es deter solucién del modelo, Aunque podriamos buscar los valores de uw, 4 y v directamente, las manipulacio: nes algebraicas serdn mas sencillas si primero empleamos nuestro conocimiento del modelo para imponer algunas restricciones a la ecuacién (6.90). Puesto que hemos normalizado a cero la constante que aparece en la expresién de los precios Sptimos ninar si existen valores de yi, A y » que representen una 6.10 Precios fijos 327 individuales, p; = p + py.. De modo que en el equilibrio de precios flexibles y ha de ser igual a cero y cada precio igual am. A la luz de esto, veamos qué sucede cuando x) eS igual a m,. Si los fijadores de precios del periodo f también igualan sus precios con m,, Ia economia se encuentra en el equilibrio de precios Mlexibles, Ademas, como nt sigue un paseo aleatorio, los fijadores de precios del periodo f no tienen ninguna raz6n para esperar que i, ., Sca, en promedio, mayor 6 menor que i, y por lo mis- mo, tampoco especan que x, , ; s¢ aparte en promedio de i. De modo que en una sitzacién asi tanto ps como E,p3, ; son iguales am, y los fijadores de precios elegiran x; =m. En sintesis, es razonable suponer que si x, =m, entonces x; = m,. Aplicando esta condici6n a la ccuacién (6.90), el resultado es et dm, + yn, = (6.91) para todo m, Para que se cumpla la ecuacién (6.91) son necesarias dos condiciones. La primera es que 4 += 1; de lo contrario, (6.91) no podria cumplirse para todas Jos valores de nt. En segundo lugar, cuando imponemos la condicién 4 + y = 1, la ecuacién (6.91) implica que « = 0. Aplicando estas condiciones a (6.90), se obtiene (6.92) Nuestra tarea ahora consiste en hallar un valor de 4 que sea solucién del modelo, Como la ecuacién (6. °) se verifica en todos los periodos, entonces x); 1 (1-2)m, ,. De moxo que la expectativa en # de v;_, es Ax, + (1 A)E;M, , 1, que es igual a Aa, + (1-7), La ecuacién (6.92) nos permite sustituir x, y asf obtener + (1 Ana] + = Adin, (6.93) vy eA, Sustituyendo esta expresién en la ccuacién (6.89), Hegamos a Afxy, +4°x, y+ (L— Aji] + (1 - 2A), (6.94) = (A+ AP)x,_ 1 + [AM - 7°) + (1 = 2A), Asi, pues, si los fijadores de precios creen que x, es una funcién lineal de x, _) y de m, con Ja forma supuesta en (6.92) y descan maximizar sus beneticios, estableceran sus precios como funcidn lineal de esas variables. $i lo que hemos hallado es una solucién del modelo, las dos ecuaciones lineales deben ser la misma. La comparacién de (6.92) con (6.94) nos muestra que esto requicre que (6.95) yque (6.96) 328 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO Es facil demostrar que la ecuacién (6.95) es, simplificada, la ecuacién (6.96). Por tanto, nos centraremos en la primera. Se trata de una ccuacién cuadrética con una incégnita, 4, cuya solucion es 1+V1-44? A4=— (6.97) 2A Utilizando la definicién de A que da la ecuacién (6.89) podemos ver que los dos lores de i son 1-Vve (6.98) 1+Vo jy lt Ve (6.99) \-vo De estos dos valores, solo 4 = 7, conduce a resultados razonables. Cuando 4 = 4, || <1, de modo que la economia es estable. Por el contrario, cuando 2 = 4s [4] > 1, entonces la economia es incstable: la més ligera perturbacién dispara la produccién a infinito 6 a menos infinito y los supuestos subyacentes al modelo (por ejemplo, que los vendedores no racionan la venta de sus bienes) seen de ser validos. Por tal raz6n, nos octiparemos tnicamente del caso en el que 4 De moda que ia ecuacién (6.92) con i = 2; resuelve el modelo: si un fijador de precios cree que fos demas estan usando esa ecuacién como regla para fijar sus pre- cios, su propio interés le llevara a usarla él también. Ya podemos describir el comportamiento de la produccién. La variable 1, es igual a Mm, — py, lo que a su vez es igual a i, ~ (x); + ¥)/2. Con el comportamiento de x dado por la ecuacién (6.92), esto implica + (1-A)m]} (6.100) + 1) Empleando el hecho de que yt =m, \ + ty y de que (x); +) 3)/2= py y, podemos simplificar la ecuacién precedente y escribir Ye = Mey Fay = Apr + (1 Any + (1-2) SH] (6.101) 1+ Adm, p= Py) * nw Implicaciones La ccuacién (6.101) es el resultado fundamental del modelo, Mientras 2; sea positive (lo que se cumple cuando ¢ < 1), (6.101) implica que las perturbaciones de la deman da agregada tienen efectos duraderos sobre el nivel de produccién; efectos que per- 6.10 Precios fijos 329 sisten incluso después de que todas las empresas hayan cambiado sus precios. Su- pongamos que la economfa se halla inicialmente en el equilibrio de precios flexibles (de modo que ij se mantiene estacionaria en 0) y que en algim periado se produce wna perturbacién positiva de magnitud u°. En el periodo en el que tiene lugar la pertur- bacién, no todas las empresas pueden ajustar sus precios, asi que no cs sorprendente que y aumente; a partir de la ecuacién (6.101), y = [(1 +2)/2|u’. En el periodo siguien- te, si bien las empresas que atin no habian ajustado sus precios ya pueden haccrlo, y no vuelve a la normalidad (incluso aunque no se produzcan otras perturbaciones): fa ecuacidn (6.103) nos dice que en este periodo y es igual a A[(1 + 4)/2]n”. A partir de ahi, la produccién regresa a la normalidad, pero lo hace lentamente, siguiendo Ia regla de que en cada periodo ¥, = Au), -) La respuesta del nivel de precios es la otra cara de la moneda. En el periodo ini- cial, el nivel de precios se cleva en [1 - (1 + 4)/2]u” y luego una fraccién 1-4 de la distancia que queda desde 1 en cada periodo subsiguiente. Asi que el modelo pre- dice en inercia en los precios. La causa de los efectos reales duraderos de las perturbaciones monetarias es, una vez mas, la reticencia de las empresas a modificar sus precios relatives. Recordemos que pt = pm, + (1—@)p. y que 4; > 0 unicamente si @ < 1. De modo que el ajuste sera gradual sélo si los precios deseados son una funcidn creciente del nivel de precios. Supongamos que cada empresa ajustara sus precios por completo y a la primera oportunidad en respuesta a una perturbacién. En este caso, las empresas que ajusta- ran sus precios en el periodo de la perturbacién lo harian por la cantidad total de ésta y las restantes harian lo propio en el periodo siguiente. Asi, pues, y aumentaria 1"/2 en el periodo inicial y regresaria a la normalidad en el periodo siguiente Para comprender por qué este ajuste rapido no pucde constituir un equilibrio si @ es menor que 1, consideremos el caso de las empresas que ajustan sus precios de inmediato ante la perturbacién. Por hipoiesis, legado el segundo periodo todos los precios ya estan ajustados, de modo que en ese momento cada productor cobra el precio 6ptimo que le coresponde. Pero dado que @ < 1, el precio que maximiza los beneficios es menor cuanto menor es el nivel de precios, de modo que el precio que era Optimo en el periodo en el que sucedié la perturbacién (cuando no todos los precios han sido ajustados) es menor que el precio éptimo del periodo siguiente. Asi, pues, las empresas del primer grupo no deberian ajustar sus precios totalmente du- rante el periodo de fa perturbacion. A su vez, esto implica que para el otto grupo de empresas tampoco es dptimo ajustar los or completo en el periodo subsi- guiente. Y el saber que no lo haran modera atin més la respuesta inicial de las em- presas que ajustan sus precios en el periodo de la perturbacién, EI resultado final de retrospectivas es el ajuste gradual que expresa la precios p estas interacciones prospectives y ecuacion (6.92) De modo que (al igual que en el modelo en el que los precios estan predetermi- nados, pero no fijos) el grado que puede alcanzar el ajuste incompleto de precios en el nivel agregado puede ser mayor de lo que cabria esperar por e] simple hecho de que no todos los precios se ajustan en todos los periodos. De hecho, la lentitud de la respuesta de los precios agregados es atin mayor en este caso, ya que persiste incluso. después de que hayan variado todos los precios. Y una vez mas resulta fundamental para este resultado que el valor de @ sea bajo (es decir, que haya un alto grado de 330 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO rigidez real). Si @ es igual a 1, entonces / es 0, asi que cada empresa ajustar# su precio por completo, y a la primera oportunidad, en respuesta a variaciones de m. Sig es superior a 1, 4 es negativo, de modo que la variacién de p en el periodo que sigue a la perturbacion es mayor que la de m, y a partir de ahi el ajuste en direccion al equi librio a largo plazo sigue un movimiento oscilatorio. Operadores de retardo Un método diferente y mds general de resolver cl modelo es emplear operadores de retardo. El operador de retardo, que simbolizamos con la letra L, es una funcién que retrotrae las variables a valores anteriores. Es decir, el resultado de aplicar el operador de retardo a una variable es el valor de la variable en el periodo previo: Lz, b Para comprender la utilicad de los operadores de retardo, veamos lo que ocurre en el modelo que venimos tratando cuando climinamos la restriccidn de que m debe seguir um proceso de paseo aleatorio. La ecuacion (6.87) contintia siendo valida. Si procedemos a derivar andalogamente la ecuacidn (6.89), pero sin imponer la restric- cién Ey, , = mi, con un poco de Algebra elemental Tegamos a 1-2A 1 N= Aly | + Ey 1) + an (6.102) donde A es lo mismo que era antes. Obsérvese que si Fyiit, _, = ih, la ecuacion (6.102) simplifica a (6.89). El primer paso consiste en reescribir esta expresién con operadores de retardo. La variable x, _, es el retard de x x, _, = Ly. Ademés, si adoptamos Ia regla de que cuando se aplica L a una expresién que contiene esperanzas el operador retarda la datacin de las variables, pero no Ja de las esperanzas, entonces 3; es el retardo de F.x, 4: LEx, ., = E,x, = x,". Andlogamente, usaremos L"' para representar la funcin inversa de la de retardo: E,a, , ; = L'x,. Asimismo, Lm, _, = L-'zy. De modo que po- demos reescribir la ecuacién (6.102) como x, = A(Lx, + L7 “nn, (6.103) 0 bien como 1-24 (F-AL-AL")x > + Lyn, (6.104) 2) © Como Fy: = ¥ y Tan. on el perioda f, De moclo que en el analisis qute sigue se deberiaintexpretar que tod 2, poclemos pensar en todas las variabies que aparecen vn (6.1 como expectativa lay variables a las que se fes aplica el operador de retardo son expectativas en 1. EL epemdoy de retror temporal, B, retarela tanto la fecha de fa variable como la de Les expectativas. Asi, por ejemplo, BEX.) — Ey ax, Cul de los dos operadores sea el mas titi (el de retardo o el de retroceso temporal) depende det problema que se trate: en el caso que nos ocupa, cs més titil el operador de retardo, 6.10 Precios fijos 331 Aqui I es el operador de identidad (0 sea, Is. = z,, para todo z,). De modo que (1+ L Yn, es una abreviatura para mt, + L’'m, e (J — AL — AL)x, es una abreviatura para x,— Ay ~ AE,x, «5. Obsérvese ahora que podemos descomponer en «tactores» la expresién T- AL- AL” del modo siguiente: (I — AL“) - 2L(A/A), donde 7, viene dada nuevamente por la ecuacion (6.97). De modo que tenemos Al (i (6.105) AL "Yl ~AL)x, = Fste método de «multiplicar» expresiones en las que aparece el operador de retardo debe interpretarse como de costumbre: (/ —2L7})(! — 41}x. es una abreviatura que equi- yale a (I~ AL)x, menos 2, por la im ersa del operador de retardo aplicada a (I AL)x;, que es entonces igual a (x, —ALx,) - (AL 4x, -/2x,). Un poco de algebra y la defini de J bastan para verificar que ine ectaciones (6.105) y (6.104) son equivalentes. Igual que antes, para resolver el modelo es necesario climinar el término que contione la esperanza futura de una variable endégena. Fn la ecuacién (6.105), Fx, aparece (implicitamente) del lado izquierdo debido a la presencia alli de I — AL Resulta, pues, natural «dividir» ambos lados de fa ecuacién por este término. Fs de- cir, supongamos que aplicames el operador 1 + AL7) + 7L7 + 2°L 5 +... a ambos lados: de la ecuacién (6.105). El resultado de multiplicar 1-217! por 1+ AL1 + 7717 +. es, sencillamente, I; de modo que el lado izquierdo de la ecuacién es igual a (I—AL)x,. ¥ del otrolado, +L" +7L7 +... por!+Al Tesigualal+ (1+A)L '+(l+A)AL*+ (1+ APL +. De modo que la ecuacién (6.105) se convierte en . 41-24 ; ayy a (-ALx, = 4 SOU EAL Le MAL? He AVELA adm, (6106) Sin operadores de retardo, esta expresién se convierte en 41-2 A 2 mt CL + AME, myo t PEM + J) (6.107) La ecuacién (6.107) caracteriza cl comportamiento de los precios que se fijan en un periodo dado en funcién del proceso exdgeno que sigue la oferta monetaria. Para hailar cudi es el comportamiento agregacio del nivel de precios y de la produc- cidn basta sustituir esta expresion en las ecuaciones para p (p, = (x; +X)_))/2) y para YM = m= p)- En el caso especial en el que m sigue un paseo alcatorio, £,m, ,, es sientpre igual am, para cualquier /. En este caso, la ccuacién (6.107) se simplifica a (6.108) +. e8 una suma infinita, para que se cumpla lo dicho es +27 ML + Yan, Esto requiere que #L ' Mn, (que es J, (de modo que | < 1) ¥ mr sigue un paseo aleatorio, esta © Puesto que el ops ecesano que exista lim, (0+ A | + i igual a A°L.m,_ , ,») converja a 0. Cuando A condiaén se satistace 332 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO Es muy facil demostrar que la expresién (6.95), A + Ai? =/, implica que la ecuacién (6.108) equivale a la ecuacién (6.92), x, = 2x,_, + (1 - A}. De modo que cuando m sigue un paseo aleatorio, obtenemos el mismo resultado que antes. Peto hemos re- suelto e] modelo en general para cualquier proceso que siga tit. Aunque el uso que hemos hecho de los operadores de retardo pueda parecer misterioso, en realidad no es mas que wna forma compacta de Hevar a cabo pianipu- laciones perfectamente normales. Sin usar operadores de retardo, podriamos haber derivado en primer lugar la ecuacién (6.102) por medio de simples operaciones alge- braicas. Luego, habriamos observado que dado que (6.102) se cumple en todos los periods, debe verificarse que Byxy_, AB, 24) - AE 1 = (Eym. c+ Ent, sy) (6.109) para todo k > 0*. Puesto que el lado izquierdo y el derecho de (6.109) son iguales, debe cumplirse que el lado izquierdo de la ecuacién con k = 0 mas A, por el lado iz- quierdo con k = 1 mas 22, por el lado izquierdo con k = 2... (y asi sucesivamente) sea igual al lado derecho de la ecuacién con k = 0 més /, por el lado derecho con k = 1 mas 2”, por el lado derecho con k = 2... (y asi sucesivamente). El célculo de estas dos expresiones Hleva a la ecuacién (6.107). De modo que los operadores de retardo no son imprescindibles, sino que sirven, meramente, para simplificar la notacién y para sugerir formas de avanzar hacia la solucién que de otro modo se hubieran podido pasar por alto*, 6.11 El modelo de Caplin-Spulber Los modelos de Fischer y Taylor presuponen que la frecuencia de los cambios de precios esta establecida de antemano. Fsta es una buena aproximacién tratandose de ciertos precios; por ejemplo, Jos salarios establecidos por los sindicatos, [os salarios que se ajustan anualmente v los precios que aparecen en algunos catdlogos. Pero no es una buena descripeién tratindose de otros precios, Por ejemplo, muchas tiendas minoristas ajustan la frecuencia de los cambios de precios con bastante libertad en respuesta a los acontecimientos econémicos. De modo que resulta natural analizar las consecuencias que se derivan de ese tipo de fijacién de precios cuya frecuencia depende de la situacién econdmica. Nuestro tiltimo modelo de cambio escalonado de los precios, el modelo de Caplin-Spulber, cs un ejemplo de este tipo de andlisis En este modelo, el tiempo es una \ ariable continua. El PIB nominal siempre esta indo; como veremos, esto implica que los precios maximizadores de beneficios cre “ La razén por la que no podemos suponer que la ecuiacién (6,109) se satistace para k < Nes que la ley de las provecciones iteradas no se puede aplicar hacia atras: ol valor espetado en el presente del valor esperado de una variable en agin memento del pasada no es necesariamente igual al valor de la variable esperado hoy. * Para una introduccién mas detallada a los operadores de Capitalo 9), do y sus usos, véase Sargent (1987, 6.11 1 modelo de Caplin-Spulber 333, estan siempre aumentando. FI supuesto fundamental del modelo es que los produc- tores siguen una politica de fijacién de precios Ss. En concreto, cada vez que un productor establece su precio, lo hace de forma tal que la diferencia entre el precio elegido y el precio que en ese momento es Sptimo, p, ~ p*, coincida con cierto nivel deseado, S. A continuacién, la empresa mantienc fijo el precio nominal hasta que cl crecimiento monetario cleva pt tanto que p, ~ pt cae hasta cierto valor s que acttia como disparador. En ese momento, la empresa vuelve a fijar en S el valor de p, — p* y el proceso comienza otra vez. Esta politica Ss es la 6ptima cuando la inflacién es estacionaria, la produccién agregada es constante y cada cambio en los precios nominales implica un cierto cos- te fijo (Barro, 1972; Sheshinski y Weiss, 1977). Ademas (segtin explican Caplin y Spulber), esta politica también es Optima en algunos casos en los que ya sea la infla- cién o la produccién no son constantes. E incluso cuando no es completamente 6pti- ma, la politica $s brinda un ejemplo sencillo y manejable de una estrategia de fijacién de precios dependiente de la situacian. El modelo se completa con dos supuestos técnicos. Fl primero es que para evitar que los precios sobrerreaccionen mas alla de s y para impedir que la distribucién de Jos precios de los diversos productores los agrupe en torno a determinados valores, las variaciones de 1 son continuas. El segundo es que, inicialmente, los valores de p.— pt para los diversos fijadores de precios estén uniformemente distribuidos entre sy S. Seguimos suponiendo, como en la Seccidn 6.8, que p? = (1— 9)p + pnt, que p es la media de las p, y que y = m= p Con estos supuestos, la oferta monetaria agregada es completamente neutral a pesar de que hay rigide7 de precios en el nivel de los fijadores individuales. Para comprenderlo, veamos lo que ocurre cuando el valor de mi se incrementa en una cantidad Anr < a lo largo de un determinado periodo de tiempo. Nos interesa descubrir qué cambios produce este incremento en el nivel de precios y en Ja produc cién (Ap y Ay). Puesto que pf = (1 = 9)p + gm, el precio 6ptimo de cada productor aumenta en una cantidad (1 — 9)Ap + pAm, Los productores cambian sus precios si Pp. pt cae por debajo de s, de modo que cambiarén sus precios aquellos productores para los gue el valor inicial de p, ~ p* es menor que s + [(1 — @)Ap + @Ani]. Puesto que inicialmente los valores de p, — p” estan uniformemente distribuidos entre sy §, la frac- cién de los productores que cambiaran sus precios es igual a [(1 — @)Ap + @Am|/(S—8). Cada productor que cambie su precio Jo hard en el momento en el que el valor que tiene p,— p* para él legue a s, de modo que cada precio que aumenta lo hace por un valor igual a § ~ s. La combinacién de todos estas elementos nos leva a 1—@)Ap + pdm Ap= coop een (S—s) = (1—o)ap + pam (6.110) Ta ecuacién (6.110) implica que Ap = Ant y, por tanto, que Ay = 0. De modo que la variaci6n de la oferta monetaria no influye en absoluto en la produccién agregada“! nas, vste resultado ayuda a justficar el supuesto de que la distribucisn inicial de p,— pl es Ja valor entre sy § una sola vez durante el inter- quiera, de modo que ne hay razon para esperar una concen= uniforme entre sv S, Para cada empresa, p — valo que separa dos cambios de precio cuale 304 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO La raz6n de esta marcada diferencia entre los resultados de este modelo y los del modelo de Taylor esta en la naturaleza de las politicas de ajuste de precios. En el modelo de Caplin-Spulber, la cantidad de productores que estan cambiando sus pre- cios en uh momento dado es mayor cuando la oferta monetaria varia mas rapida- mente; dados los supuestos coneretos que postulan Caplin y Spulber, esto significa que la respuesta del nivel de precios agregado a los cambios en iH es completa. Por el contrario, en los modelos de Fischer y Taylor el numero de productores que modi- fican sus precios en un momento dado es fijo; en consecuencia, el nivel de precios no se ajusta por completo en respuesta a cambios de 1 Ta neutralidad monetaria en el modelo de Caplin-Spulber no es una conclusion que se pucda aplicar por igual a toda economia en Ja que los costes fijos del cambio de precios nominales conviertan en una variable endégene la cantidad de producto- res ue fijan Sus precios en un momento dado. Por ejemplo, si la inflacién puede ser negativa (ademas de positiva) o si hay perturbaciones peculiares que en ocasiones llevan a los productores a bajar sus precios nominales, entonces al ampliar las re- glas Ss para aplicarlas a estos modelos el resultado suele ser que las perturbaciones monetarias tienen efectos reales (véanse, por ejemplo, Iwai, 1981; Caplin y Leahy, 1991, y el Problema 6.14). Ademés, los valores de $ y s pueden cambiar en respuesta a variaciones de la demanda agregada. Por ejemplo, si un crecimiento monetario elevado en el presente es seal de que ocurriré lo mismo en el futuro, los fijadores de precios ensancharan sus bandas Ss en respuesta a perturbaciones monetarias positi vas; en consecuencia, ningiin productor cambiara su precio en el corto plazo (va que ninguno cstaré en el nuevo punto disparador s, cuyo valor ahora sera inferior); luego, la perturbacin positiva elevara cl nivel de produccién (Isiddon, 1991)". De modo que la importancia del modelo de Caplin-Spulber no esta en sus resul- tados concretus acerca de los efectos de las perturbaciones de la demanda agregada; por el contrario, es importante por otras dos razones. En primer lugar, el modelo introduce Ja idea de que ei cambio de los precios puede depender de la situacién. En segundo lugar, muestra otra raz6n de la complejidad de la relacion que hay entre Ja rigidez microvconémica y la macroccondmica. Los modelos de Fischer y Taylor de- muestran que algunos precios temporalmente fijos pueden tener efectos despropor- cionados sobre la reaccién del nivel de precios agregado en respuesta a perturbacio- nes de la demanda agregada. El modelo de Caplin-Spulber, en contraste, muestra que el ajuste de algunos precios puede tener un efecto desproporcionado en relacién con el total: una pequeiia parte de los productores que realicen grandes cambios en los precios puede conseguir que en el nivel agregado las variaciones monetarias sean neutrales. De modo que, en conjunto, los modelos de Fischer, Taylor y Caplin-Spul- ber muestran que para realizar un tratamiento completo de Ja rigides de los precios mucha atencién tanto a la naturaleza de las po precios como a la manera en que la interaccidn de esas politicas determina el com: portamiento agregado dei nivel de precios. es necesario presta fticas de ajuste de u supuestos sencillos, pu sdos unos dn de precios en nur del intervalo. De hecho, Caplin y Spulber muestran que, rrarse que el valor de p) — p? para ana empresa conereia bene idéntica probabilidad de tomar cualquier valor situadle entre < y 5 * Para un andlisis pormenoriz. Jo de estas cutestiones, \ éase Caballera ¥ Fngel (1993), 6.12 Aplicaciones empiricas 335 6.12 Aplicaciones empiricas La inflacioén media y la relacion de intercambio entre produccion e inflacion Ball, Mankiw y D. Romer (1988) sefialan que si los efectos reales de los movimientos de la demanda agregada surgen de fricciones en el ajuste de precios, entonces es probable que la tasa promedio de inflacién influya sobre la magnitud de tales efec- tos. E] argumento de los autores es muy sencillo. Cuando la tasa media de inflacién es mayor, las empresas se ven obligadas a ajustar sus precios con més frecuencia para mantenerse al ritmo de los cambios del nivel de precios. Esto implica que cuar do se produzca una perturbacién de Ja demanda agregada, las empresas podra pasarla a los precios mas nores. El método basico que emplean Ball, Mankiw y Romer para contvastar esta predic- cidn es andlogo al que emplea Lucas para probar su prediccién de que la varianza de la demanda agregada influye sobre los efectos reales de las perturbaciones de la de- manda. Siguiendo a Lucas, los autores comienzan por estimar para un gran ntimero de paises la incidencia real de los desplazamientos de la demanda agregada (simbo- lizada mediante la notaci6n r,) empleando para ello la formulacién de la ecuacién (6.34). A continuacidn, examinan la relacién que hay entre esa estimacién y la tasa promedio de inflacién. Ll Grafico 6.7 muestra una dispersion de las estimaciones de r, sobre Ja tasa pro medio de inflacién para los cuarenta y tres paises incluidos en el estudio de Ball, Mankiw y Romer. El grafico sugiere la existencia de una relacién negativa. La corres- n jpidamente, con lo cual sus efectos reales seran me- ver, ose * Inflacion mecha GRAFICO 6.7. La relacién de intercambio produccién-inflacién y la tasa media de inflacion (tomado de Ball, Mankiw y Romer, 1988) 336 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO pondiente regresion (en la que se inclaye un término cuadratico para dar cuenta de Ja aparente no linealidad que se ve en el grafico) es 1, = 0,600 ~ 4,835 3, + 7,118 (0,079) (1,074) (2,088) (6.111) R= 0,388, s.c.c. = 0,215 donde 7, es la tasa media de inflacién en el pais i y los mtimeros que se dan entre paréntesis indican errores estandar. Las estimaciones implican que ét/é7 = 4835 + 2(7,118)2, le cual es negative cuando # < 4,835 /[2(7,118)] ~ 34%. De modo que entre la inflacién promedio y la incidencia real estimada de Jos movimientos de la deman- da agregada existe una relacién negativa dotada de significacién estadistica. Recordemos que ¢] modelo de Lucas predice que la varianza de las perturbacio- nes de la demanda agregada afecta al valor de ry que los datos parecen confirmar esta prediccién. Ademés, en los paises donde la inflacién es mayor, la demanda agre- gada suele ser més variable. Asi, pues, es posible que los resultados indicados en (6.111) surjan no de un efecto directo de 7 sobre r, sino de que la inflacién media esta cortelacionada con la desy iacidn estandar del crecimiento del PNB nominal (0,), que si afecta directamente a r. Como alternativa, es posible que los resultados previos (que parecian respaldar el modelo de T.ucas) se expliquen en realidad por e} hecho de que a, esté correlacionada con #. Para comprobar empiricamente estas dos posibilidades, la solucion adecuada es incluir ambas variables en la regresién (que una \ ez més contiene términos cuactra- ticos para dar cuenta de la no linealidad). Los resultados son 1, = 0,389 — 5,729 7 + 8406 2) + 1,241 a, — 2,380 07 (0,086) (1,973) 3,849) 467) (7,062) (6.112) R= 0,359, sce. = 0,219 Los coeficientes aplicados a los términos que dependen de la tasa media de inflacion son basicamente Jos mismos que en la regresion previa y su significacién estadistica sigue siendo elevada. En contraste, los términos que expresan la variabilidad tienen un papel menos importante. La hipdtesis nula. que afirma que los coeficientes apli- cados a a, ¥ ao? son en ambos casos 0, no se puede rechazar con ningtin nivel de confianza razonable, y la estimacién implica que cambios razonables de o, tienen efectos cuantitativamente pequefios sobre t; por ejemplo, si v, cambia de 0,05 a 0,10, el valor det Unicamente cambia por 0,04. De modo que los resultados parecen obrat a tavor de la teoria neokeynesiana y en detrimento del modelo de Lucas**. Kiley (2000) extiende e] andlisis a Ja persistencia de tos movimientos de la produc- cién. Sefala en primer lugar que los modelos neokeynesianos implican que la dife- ® Pero la ausencia de un vinculo claro entre a, ¥ 7 no sélo es un problema para el modelo de Lucas sine tambign para fos modelos que se basan en la existencia de pequenas fMreciones: un aumento de la Nariabilidad de las perturbaciones deberia h. fer que las empresas cambiaran sus precios masa menudo 5) pot tanto, que la ineidencia real de los cambins en la demanda apregada fuese menor. 6.12 Aplicaciones empiricas 337 rencia entre la produccién y su nivel normal son menos duraderas cuando la infla~ clén media es mayor. La explicaci6n intuitiva es, una vez més, que una tasa media de inflacién superior incrementa la frecuencia del ajuste de precios y, por tanto, hace que la economia regrese mas rapidamente a su equilibrio de precios flexibles después de una perturbacién. Kiley concluye, ademés, que los datos confirman esta deduccién Pruebas microeconomicas del ajuste de precios El supuesto central del andlisis que presentamos en esta parte del capitulo es que existe alguin tipo de barrera que impide a las empresas individuales ajustar plena- mente sus precios. Por tanto, es légico que investiguemos las politicas de fijacién de precios en el nivel microeconémico. ksto nos permitird saber si estas barreras existen ono y, de haberlas, qué forma adoptan. La microeconomia del ajuste de precios ha sido estudiada por numerosos autores cuyos resultados coinciden en dos conclusiones. La primera de ellas es que los pre- cios no son ni mucho menos flexibles. La investigacion mas amplia sobre e! ajuste de precios en Estados Unidos es la encuesta Uevada a cabo por Blinder (1998), centra- da principalmente en los bienes y servicios intermedios, y los andlisis de los datos del indice de Precios al Consumo realizado por Bils y Klenow (2004) y Klenow y Kryvtsov (2004), que estudian los bienes y servicios de consumo. Blinder calcula que el intervalo medio entre dos cambios de precios es de alrededor de un aio, mientras que Bils v Klenow estiman que esta entre cuatro y scis meses. La segunda conclusidn es que cl ajusie de precios no sigue wna pauta clara. Esto es evidente en el caso de los estudios que analizan el comportamiento de un pequehio conjunto de precios con cierto deialle. Un buen ejemplo es el del comportamiento de Jos precios del catalogo de T.. T. Bean, documentado por Kashyap (1995). La frecuen- cia de los cambios de estos precios es algo menor que la que Se deduce de muestras mas amplias: por término medio, el precio de un bien varia silo después de que la inflacién haya crosionado su precio real aproximadamente en un 10 por 100. Para reconciliar este descubrimiento con la teoria de los costes de meni, seria necesario que el ajuste de precios tuviera un coste extremadamente grande o que, en ausencia de costes de ajuste, el no cobrar el precio Gptimo tuviera un coste extremadamente bajo. Ademas, aunque Bean publica mas de veinte catalogos al aito, los precios cam- bian tinicamente en dos de ellos (otofo y primavera) e incluso en éstos la mayor parte de los precios no varia. Ninguno de estos hechos confirma fa tesis de que las barreras al ajuste de precios se encuentran en el coste de imprimir y publicar una nueva lista de precios. Ademés, la distancia entre los cambios es sumamente irregu- lar, de modo que los resultados no son en modo algano compatibles con cl supuesto de los modelos de Fischer y Taylor de que los cambios se dan a intervalos fijos. Final- mente, la magnitud de los cambios es extremadamente variable, y tanto si el cambio es grande como si es pequen, tiene la misma probabilidad de ser seguido por un nuevo cambio poco tiempo después; si las barreras al ajuste consistieran en alguna clase de coste fijo, en condiciones ravonables los cambios deberian ser de una magni- tud uniforme y la empresa introduciria un cambio relativamente pequefo sélo si es- perase que el nuevo precio va a seguir vigente durante un periodo relativamente 338 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO prolongado. En definitiva, la evidencia microcconémica s desconcertante. Levy, Bergen, Dutta y Venable (1997) no analizan los precios, sino los costes del ajuste de precios. En concreto, confeccionan un listado de datos sobre cada uno de los pasos que sigue un supermercado al modificar sus precios; por ejemplo, cl coste de poner nuevos rétulos 0 indicadores en Ios estantes, el de introducir los nuevos precios en el sistema informatico y el de controlar los precios y corregir los errores Este enfoque pasa por alto la posibilidad de que haya formas més elaboradas y me: nos costosas de ajustar los precios en respuesta a perturbaciones agregadas. Por ejemplo, una tienda podria exhibir en lugar bien visible un factor de descuento y usarlo en las cajas para sustraer cierta proporcién de la cantidad que debe pagar el cliente; a continuacién, en respuesta a una perturbacién agregada, la empresa podria cambiar el factor de descuento (en lugar de los precins seftalacos en los estantes). Cambiar este factor seria muchisimo menos costoso que cambiar el precio senalado en cada articulo que haya en la tienda ‘A pesar de esta limitacién, no deja de ser interesante saber cudn grandes pueden ser los costes del cambio de precios. Basicamente, Levy ef a. descubren que estos costes son sorprendentemente elevados. ara las tiendas incluidas en su muestra, el coste medio representa entre el 0,5 y el 1 por 100 de los ingresos. O dicho de otro modo, en el bienio 1991-1992 el coste medio de un cambio de precios en las Hendas estudiadas era aproximadamente de 50 centavos de délar, De modo que no siem- pre es correcto afirmar que Jos costes fisicos de fas variaciones nominales de precios son extremadamente pequenos: en las tiendas que estos autores han estudiado, estos costes (aunque no sean grandes) estan lejos de ser triviales. bre e} ajuste de precios es La inercia de ta inflacion Como hemos visto en la Seccién 6.10, el modelo de Taylor sugiere cierta inercia en los precios: cl nivel de precios sdlo se ajusta completamente en respuesta a una per: turbacion de la demanda agregada cuando la produccin se desvia de forma perma- nente de su nivel normal. Esto ha llevado a pensar que el modelo de Taylor implica, asimismo, una inercia de la inflacién, 0 dicho de otro modo, el madelo sugeriria que las politicas de demanda ayregada s6lo Jogran reducir Ja inflacion a expensas de un periodo de baja praduccién y elevado desempleo. Sin embargo, camo Fuhrer y Moore (1995) han demostrado, esta afirmacién no es correcta (véase también Ball, 1994a). Para comprender por gué, retomemos Ia ecua- cién basica del modelo que describe cdmo se fijan los precios, x, = (pt + Ep? ,1)/2 (ecuacién [6,87}). Como p* = p + py, esto implica que X= 3 (P+ Pu, + Expy) + EY, 1) (6.113) Xi) + bu + Oy) + Exe) + PE Si despejamos x; en esta ecuacidn, tenemos tx) tol t Lin) (6.114) 6.12 Aplicaciones empiricas 339 Para comprobat qué nos dice esta ecuacién sobre el comportamiento de la inflacién, definamos xf = «= x). A continuaci6n, multipliquemos ambos lados de la ecuacién (6.114) por 2 y restemos también en ambos lads x, _, + x,. La expresién resultan- tees Ti) + 20, + Evy) (6.115) Si definimos 1%, ) = =) _), la ecuacién (6.115) implica que ah) =a} 29 (+ Eee) tay (6.116) La caracteristica principal de (6.116) es que el término y figura en ella con signo negativo, es decir, que un elevado nivel de produccién aparece asociado con una disminucién de la inflacién, Para comprender de forma intuitiva por qué esta reduc- cién de la inflacién aparece asociada con un nivel de produccién superior (y no infe- rior) al normal, observe que decir que 2} , ; es menor que zt} equivale a afirmar que x, es superior a la media de ¥;_; y ¥; -1- Observemos, sin embargo, que las empresas que fijan sus precios en el periodo f no elegirian un x, que fuera mayor a la media de x;.;y al valor que esperan tenga x, . ; cuando y, y Ey, . , estén por debajo del nivel normal. Por el contrario, una produccién por debajo de lo normal induce a las em- presas a clegir un valor de x, que es inferior ala media de x,_, y Li%, :. Para que x, esté por encima de esta media, Ja produccion tiene que superar su nivel normal. Las relaciones del tipo de la que aparece expresada en la ecuacién (6-115), donde la infla- cién actual depende del nivel de produccidn y de las expectativas sobre la inflacién futura, son conocidas como curzas de Phillips neokeynesianas* Los modelos como el de Taylor no predicen inercia en la inflacion, pero ésta no es la opinién mas extendida. Es habitual pensar, por ejemplo, que para reducir la inflacidn (en ausencia de perturbaciones de oferta favorables) es necesario que el nivel de produccién esté por debajo del normal. La tesis de la inercia inflacionaria es una de las razones principales del atractivo de las curvas de Phillips aceleracionistas (ecuaciones [5.43}-[54]), donde Ja variacién de la tasa de inflacién es una funcién inversa de la brecha existente entre la produccién efectiva y su tasa natural. Ball (1994b) ha contrastado estas dos visiones contrapuestas sobre la inercia de la inflacién. Baséndose en una muestra de nueve paises industrializados durante el periodo 1960-1990, Ball identifica veintiocho episodios en que fa inflacién disminuyé de forma sustancial y en que los observadores contemporaneos atribuyeron dicha caida a la politica monetaria. Por tanto, los modelos de tipo Taylor predecirian que la produccién se hallaba por encima de su nivel normal durante estos episodios, mientras que la interpretacién basada en una curva de Phillips aceleracionista prede- * Podemos usar (6.1L1) y el hechy de que p. = (+3, )/2 para derivar una expresién para la infla cida de precios similar a (6.116),2%)) 221° Olle o + Fyuth +My Enya) +) —Lotyy) Fy 12) Una vee mas, los términos y aparecen con signo negatiso. * Debemos a Roberts (1995) ln idea de que fos modclos con ajuste escalonado de precios fijos impli- can relaciones como la recogida en la ecuacion (6.115). Una versién particularmente sencilla de esta rela- ciGn, como sugicre Calvo (1983), ¢s 1a que iene ugar cuando el ajuste de precios no se produce a inter- lipo Poisson. Véase e! Problema 6.13. valos fijos, sino siguiendo un proceso aleatorie di 340 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO cirfa una produccién por debajo de su nivel normal. Ball concluye que los datos contradicen abiertamente los modelos de tipo Taylor: en veintisiete de los veintioct > casos, la produccidn se hallaba, por término medio, por debajo de su estimacion de. valor normal de la produccidn durante la fase de desinflacion. Un examen mas detenido de los datos correspondientes a Estados Unidos arroja parecidas conclusiones. Euhrer (1997) analiza una formulacién que se encuentra a medio camino entre la curva de Phillips aceleracionista y la neokeynesiana: (6.117) 1 = y7,-1+ (1 -y)E mt, donde y, es la diferencia entre los logaritmos de la produccién real y la potencial Empleando distintos métodos de estimacién, Fuhrer concluye que el valor de y esti- mado sobre la base de los datos estadounidenses esta sistemsticamente entre 0,75 y 1, con sdlo un pequeno error estandar. Asi, pues, estos datos también vienen a res paldar la hiptesis de Ja inercia inflacionaria y contradice las predicciones del mode- lo de Taylox ses 6.13 El modelo de Mankiw-Reis Mankiw’ y Reis han propuesto en un trabajo reciente (2002) una idea que podria ayu- dar a aclarar la cuestion de la inercia inflacionaria. I.a novedad principal del modelo en Jo que a su funcionamiento se refiere consiste en reintroducir unos precios que son predeterminados, pero no fijos. Recordemos que una de nuestras principales conclu- siones en la Seccidn 6.9 era que, cuando los precios estén predeterminados, una perturbacién monetaria deja de tener efectos reales una vey que todas las empresas fijadoras de precios han tenido la oportunidad de responder a la misma. Esta idea se ha interpretado a menudo en el sentido de que unos precios predeterminados no pueden explicar la persistencia de los efectos reates de tma perturbacién monetaria Pero recordemos también que, cuando existe mucha rigidez real, las empresas que no pueden alterar sus precios tienen una infiuencia desproporcionada en el compor- tamiento de la economia agregada. Esto quiere decir que, aunque fos precios estén predeterminados, la existencia de um pequeiio numero de empresas que son lentas en ajustar sus precios puede hacer que las perturbaciones monetarias tengan efectos reales importantes y duraderos (Mankiw y Reis, 2002; véase también Devereux y Yetman, 2003). Aunque el funcionamiento del modelo de Mankiw y Reis presupone precios pre- determinados, el argumento con que los autores explican Ja predeterminacién es distinto del que utiliza Fischer, Fischer basa su anélisis en la existencia de unos con- tratos de trabajo que especifican um salario distinto para cada fase del contrato; los precios, en su modelo, se establecen mediante la aplicacién de un margen sobre estos salarios. Ahora bien, en la economia real, este tipo de contratos no parece estar lo suficientemente difundido como para explicar la presencia de una considerable rigi dez nominal agregada. Asi, pues, Mankiw y Reis recurren a lo que Haman «informa- cién rigida», es decir, a la hipdtesis de que a los agentes que fijan los precios les re- sulta costoso obtener y procesar informacién. Segun Mankiw y Reis, este hecho 6.13 El modelo de Mankiw-Reis 34L puede hacer que los agentes decidan no actualizar continuamente sus precios y opten por clegir periédicamente una trayecteria de precios a la que se atienen hasta que obtienen nueva informacion y ajustan su trayectoria “. Supuestos Mankiw y Reis formulan un modelo de precios predeterminados como el que hemos examinado en Ja Seccién 6.9, Pero, a diferencia de lo que ocurre en el modelo de Fischer, las oportunidades para adoptar nuevas trayectorias de precios no surgen de forma determinista, sino estocastica, En concreto, estas trayectorias siguen un proceso de Poisson: en cada periodo, cada una de las empresas tiene una posibilidad & de poder elogir una nueva trayectoria para sus precios independientemente de cudn- to tiempo haya estado vigente su actual trayectoria (0 <¢ <1), Las oportunidades de ajuste de una empresa son independientes de las del resto y cl ntimero de empresas es elevado; por consiguiente, en cada perfodo hay una fraccisn « de empresas adop- tando nuevas trayectorias de precios * Por lo que se refiere a los aspectos susiantivos, la principal consecuencia de estos supuestos es que, atingue Jas ajustes son en términos gencrales bastante frecuentes, algunas empresas tienen que esperar bastante tiempo para modificar la ttayectoria de sus precios tras una perturbacién. ste hecho, combinade con la presencia de v1 gidez real, puede hacer que las perturbaciones de la demanda agregada tengan efec- los persistentes. Por lo que respecta 4 los aspectos meramente formales, suponer que el ajuste re~ tardado trae causa de un proceso de Poisson simplifica enormemente el andlisis. Con este supuesto, las empresas sdlo difieren en un sentido: el tiempo transcurrido desde fa ultima vez que pudieron cambiar su trayectoria de precios. Si supusiéramos, por el contrarig, que Ja frecuencia con que cada empresa ajusta sus precios es determinis- fa, las enypresas se diferenciarfan no sélo en Ja frecuencia de sus respectivas ajustes, sino también en la fase en que cada una de ellay halla en sus respectivos ciclos de ajuste. Solucion del modelo Nuestro andlisis del modelo de Fischer nos da una pista sobre cual podria ser la so- Incién del modelo de Mankiw-Reis. Como las empresas pueden establecer distintos precios para cada uno de los periodos, 7 y p (en un periodo determinado que llama- resolver Ia uestion de la inercia wnflacionana estan + Entre los enfogrn Jo introduccion de reforeos en «| proceso de ajuste de los precios; fa wncorporacion de algunos agentes que pusada; of supuesto de que fos precios son fijos, pero indexa- nalty os PrOpLEstos pary fijan sus precios obseevanda su: traveck dos, on Luncion de algun indicador general de mélncwn entre an ajuste somo. y la moditicaion del mo- delo por el lado de fa produccion, amplicando algo mds ol comportamiento de los precios maximizacio res de benefiaos, .\lgunos de Tos frabajos que incorporan uno o varios de estos factores so Wain (1996), Kotemberg y Woodtore (1937), Gali ¥ Gertler (2899) y Chnsmano, Eichenbaum y Evans (2003), Ta idea de modelizar el ajuste do precios como «in proceso de Poisson es original de Calvo 198%), que le otiliza para analizar un escenario de precios fijos, Véase el Problema 6.13. 342 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO remos #), s6lo dependeran de la informacion de que se disponga sobre el valor de i en ese periodo; la informacién sobre el valor que adoptard m en otros periodos sélo puede afectar a y, ya p, en la medida en que nos diga algo sobre m,. Por otro lado, si el valor de m, fuera conocido con mucha antelacién, todas las empresas fijarian sus precios en # de modo que p, fuera igual am, por lo que y, Seria cero. Asi, pues, siem- pre que y; sc aleja de cero seré porque la informacién sobre 17 se ha dado a conocer después de que algunas de las empresas hayan establecido ya sus precios para el periodo f. ¥ como la estructura del modelo es logaritmica, su solucién sera también logaritmico lineal Supongamos que la informacién sobre m, llega en el periodo | — i (72 0), es decir, E,_,m,— E,. ,)it). Si denotamos mediante a, el porcentaje de E,_,i, — E)-,.), que se traslada al nivel agregado de precios, entonces la informacion sobre nr, que liega en el periodo ~ i incrementa p,en una cuantia igual a.a,(F;_,1¥,— F,—¢ 1y).) @ inere- menta y, en una cuantia igual a (1 4)(Ey_,m) — Ey, . nm). Es decir, y, viene dada por la siguiente expresién: We = SA = a)(F yy Fy ym) (6.118) Para resolver cl modelo necesitamos en primer lugar conocer @.. Para ello, lame- mos i, al porcentaje de empresas que tiene la oportunidad de modificar sus precios en el periodo f en respuesta a ja informacién sobre m, que Hega en el periodo t - i (es decir, en respuesta aE, ,7— E;~.,« mt) Una empresa no tiene la oportunidad de cambiar sui precio en el perfodo / en respuesta a esta informacién si no tiene la opor- tunidad de estabiccer una nueva trayectoria de precios en cualquiera de los periodas t-i,t-(i-1),.., 1. La probabilidad de que esto ocurra es (1 - @)' | 1. Por consi- guiente, 1-(-«a*! (6.119) Como las empresas pueden establecer un precio diferente para cada periodo, las empresas que ajustan sus precios pueden responder libremente a la nueva informa- cién. Sabemos que p* = (1 = g)p. + gmt, y que la variacién de p, en respuesta a la nueva informacién es a,(E,_,1m,— E,..,. 111). Asi, pues, las empresas que son capaces de responder a esta informacién incrementan su precia para el periado f en (1 -9)a (E—jmt, — Eye yt) + Ey ot, — Ey, = its) 0 [UL — a, + GME, gm — Eye g ytd» Como sélo una fraccidn 4, de las empresas puede ajustar Jos precios (y el resto no puede responder en absoluto), el nivel general de precios varia en 2,{(1 - 9)a. + @] (E, yim) — Ey. yt). Por tanto, 2, debe satisfacer ALG —@)a, +p] =a, (6.120) Despejando a, tenemos elt -d-a} (6.121) 1-(1-9)[1-(-a) 6.13 El modelo de Mankiw Reis 343 donde la segunda linea utiliza la ecuacién (6.119) para reemplazar 4, Finalmente, como p; + ¥, =m), podemos escribir p, como Prem nv, (6.122) Esto completa la solucién del modelo: Implicaciones Examinemos en primer lugar cual seria el efecto de un incremento inesperado, pun- tual y de cardcter permanente en 1 durante el perfodo #, Am. Este incremento haria que E,m,,,~ £, im, , se clevase en una cuantia igual a Am para todo i 2 0. Por tanto, Py .;aumenta en aAi ey, ., aumenta en (1 4,)Ain La ecuacién (6.120) implica que las a, crecen a medida que fo hace i y se aproxi- man gradualmente a 1. Asi, pues, este incremento permanente de la demanda agre- gada provoca una clevacién del nivel de produccién que va desapareciendo poco a poco y un aumento gradual del nivel de precios. Si el grado de rigidez real es alto, el efecto sobre la produccién puede ser bastante persistente, inchuso en el caso de que el ajuste de precios sea frecuente. Mankiw y Reis suponen que cada periodo corres- ponde a un trimestre y que 4 = 0,25 y @ = 0,1. Estos supuestos implican que cl ajuste de precios se produce, como media, cada cuatro periodos y que el grado de rigidez real es sustancial. Para este caso, is = 0,55. A pesar de que en cl periado $ las empre- sas han tenido la oportunidad de ajustar sus trayectorias de precios dos veces (por término medio) desde que se produjera la perturbacién, hay una pequeha proporcién de empresas (el 7,5 por 100) que no ha podicio ajustar sus precios en absoluto. Dado elalto grado de rigidez real, esto implica que el nivel de precios sélo se ha ajustado algo mas de la mitad respecto de su nivel a largo plazo. Una segunda implicacién interesante del modelo tiene que ver con la rapidez con que se produce la respuesta. Es tacil ver, si diferenciamos la ecuacién (6.121), que si <1, d'a,/di} > 0. Es decir, cuando hay rigidez real, el efecto derivado de un deter- minado aumento en el numero de empresas que pasa a ajustar sus precios es mayor cuantas mds empresas se encuentren ya ajustindolos. Asi, pues, el comportamiento de a, respecto de i depende de dos efectos que acttian en direcciones contrarias: por un lado, cl hecho de que d'a,/di? > 0 tiende a provocar que a, crezca mas rapidamen- te a medida gue / aumenta; pero, por otro lado, el hecho de que, a medida que i au- menta, sean menos las empresas que tienen su primera oportunidad de responder a la perturbacién tiende a hacer que a, crezca de forma més lenta. Bn el caso de los pardmetros gue utilizan Mankiw y Reis, las a, aumentan en un principio a una tasa creciente y después a una tasa decrecicnte. La mayor tasa de crecimiento se da des- pucs de aproximadamente ocho periodos, lo qite quiere decir que los mayores efectos de Ja expansidn de la demanda sobre la inflacion tienen lugar con un retardo™ * Fsto may fécil de comprobar con una cersién continua del modelo, En este caso, la ecuacion (6.121) )]. FL signo de 2 viene determinado por el sig se comacrte en elt) = tle" [1 == ent & 9) FL (=k! = Enel caso de los parametros empleados por Mankiw y Ress, esta expresion os posiliva hasta que é wo de 88, ya parti de aqui es negatis a 344 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO, Veamos ahora qué ocurriria en el caso de una caida permanente de Ja tasa dé crecimiento de la demanda agregada. Supongamos, por concretar, que hasta la fecha (0) todas las empresas esperan que la trayectoria de m sea m, = gt (donde g > 0), pero que el banco central decide desde esa fecha estabilizar nr en el nivel 0. Asi, pues, m, = 0 para t > 0. Este cambio hace que Ey, ~ E ym, = -g! para todo > 0. Esta expresion siempre es negativa; es decir, la oferta monetaria siempre es inferior a la que Jas empresas que fijaron sus precios antes de Ia fecha 0 preveian. Como los términos a, siempre se ha- Ilan entre 0 y 1, esto quiere decir que la desinflacion reduce el nivel de produccion. En concreto, las ecuaciones (6.118) y (6.121) implican que la trayectoria de y viene dada por: (=a) (= a)(-g8) = — G@-@l-dla 4 xt parat=0 (6.123) Los términos (1 —2,) disminuyen con el paso del tiempo, mientras que gf aumenta, En un principio, el crecimiento lineal de gf es dominante, de modo que el efecto pro- duccién aumenta; pero segiin pasa cl tiempo, la disminucidn de los términos (1 - @,) pasa a ser dominante, de modo que el efecto produccién disminuye y tiende asinté- ticamente a cero. Asi, pues, el paso a una tasa de crecimiento de la demanda agrega- da menor provoca una recesion cuyo fondo se produce con periodo de retardo. Cuando los pardmetros adoptan los valores que hemos resefiado con anterioridad, el fondo de fa recesion se alcanza después de siete trimestres. Durante los periodos inmediatemente posteriores al cambio de politica, la mayoria de las empresas mantionen ios antiguos precios. En estos primeros periodos, ademas, las empresas que pueden ajustar no modifican demasiado sus precios: en primer Iu gar, porque HE ny estd todavia muy por debajo de su anterior trayectoria, vy en segun- do lugar, porque (si @ < 1) no quieren desviarse mucho de los precios que cobran las demas. Por consiguiente, la inflacién disminuye poco al principio, A medida que pasa el tiempo, sin embargo, todas estas fuerzas terminan propiciando un mayor ajuste de Jos precios v la inflacin disminuye Fn el largo plazo, la product normal ¥ [a inflacién acaba coincidiendo con la nueva tasa de crecimiento de la de- manda agregada, que es igual a cero. Asi, pues, un cambio hacia una politica defla- cionaria provoca primero una recesiGn y luego una reducciém de la inflacién. Una ultima implicacion es la que se refiere al papel que desempenan las expecta- tivas. Recordemos que y= N° (1 -a)(Er. oat, =. jimh) (véase la ecuacién [6.118}). Como fa expectativa no condicionada def, 1#-—L, ,;,m, debe ser igual a cero (es decir, como los lijadores de precios no pueden ser sistematicamente sorprendidos por el nivel de 1), no hay ninguna politica monetaria que pueda hacer que y se desvie sistematicamente de su nivel normal (que en el modelo hemos supuesto que es cero). Asi, pues, en este modelo la hipétesis de la tasa natural es valida no sélo en relacion con ciertas politicas monetarias (como, por gemplo, las que inducen \ariaciones permanentes en la inflacion), sino con respecto a todas en general Ademias, recorcemos que las #7, crecen cuando fo hace /, Por tanto, cuanto antes se anticipe el cambio en la demanda agregada, menores seran sus efectos reales. Esta implicacién parece, asimismo, tazonable. (on regresa a sti nivel 6.13 EI modelo de Mankiw Reis 345 Limitaciones de las teorias keynesianas Aunque el modelo de Mankiw-Reis hace importantes aportaciones en muchos aspec- tos, presenta ciertas limitaciones obvias, como una descripcién de cémo se compor- tan los precios. Una de estas limitaciones es que «, la frecuencia con que las empresas aiteran sus planes de precios, es exogena. Ahora bien, la frecuencia del ajuste es una variable que depende de alguin tipo de céleulo de optimizacién y, por tanto, no es un pardmetro exdgeno. Y lo que es mas importante, es una variable que probablemente varia en respuesta a determinados cambios en la politica econémica, lo cual proba- blemente afecta a los efectos que dicha politica puede tener: Una limitacién arin mds importante del modelo es que descarta la posibilidad de que los precios fijos puedan desempenar algtin papel. En la practica, muchos precios y salarios se mantienen fijos durante amplios periodos de tiempo, mientras que no hay demasiadas pruebas de que muchos fijadores de precios o de salarios decidan trayectorias como las que describe el modelo de Mankiw-Reis, Ademas, hay ciertos fendmenos que son dificiles de explicar sin recurtir a los precios fijos. Dos ejemplos son el hecho (sefalado en la Seccidn 6.12) de que las perturbaciones de la demanda agregada tengan efectos reales mas moderados y menos persistentes cn las econo- mias con una elevada inflacién o los indicios (descritos en la Seccién 10.4) que senha: lan que no esta claro que anunciar la inminencia de una desinflacién tenga una in- fluencia importante sobre el nivel de produccion. Asi, pues, las politicas de precios que se aplican en la realidad podrian tener un importante componente tanto de pre- cios fijos como de precios predeterminados Fl hecho de que las interpretaciones keynesianas sobre el comportamiento de los precios necesiten recutrir a los precios fijos o predeterminados revela una debilidad més general de las teorias keynesianas: son tan flexibles que es casi imposible refu- tarlas, Es facil encontrar ejemplos de la flexibilidad desde los supuestos basicos de Jos modelos a los pormenores de Jos episodios econdmicos individuales. Poco des- pués de la publicacién de la Teeriit general, Dunlop (1938) suministr6 clara evidencia en contra de la prediccién kevnesiana del caracter anticiclico del salario real. En vez de abandonar su teorfa, Keynes (1939) se limité a aducir que su descripcién de la fijacién de precios requeria modificaciones. De hecho, va \imos en la Seccién 5.3 que Jos modelas keynesianos son fan flexibles que permiten explicar una amplia varie: dad de comportamientos posibles de los salarios reales, el margen de beneficios y el desempleo, Para dar otro ejemplo, la reaccién keynesiana ante la ruptura de la rela- cién produccién-inflacidn, a fines de los sesenta e inicios de los setenta, fue simple- mente modificar los modelos para incluir en ellos las perturbaciones de la oferta y {a inflacién estructural. Asimismo. frente a la clara evidencia que sugiere que la microeconomia de} ajuste nominal es muy diferente de lo que cabria esperar si las Gnicas barveras al ajuste surgieran de pequeios costes fijos asociados a un cambio de precios, los neokeynesianos no abandonaron sus teorias, sino que adujeron que en la realidad las barreras nominales son una compleja combinacién de costes de ajuste y otros factores (D. Romer, 1993) 0 que los costes de menti no son mas que una metéfora sin mas pretensién de servir como descripcion de la realidad que la que tiene el subastador walrasiano de los modelos competitivos (Ball y Man- kiw, 1994) 346 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO Fsta flexibilidad es caracteristica no slo de los modelos keynesianos, sino tam- bién de las explicaciones keynesianas de ciertos episodios concretos. Los modelos admiten Ja presencia de perturbaciones en practicamente todos los sectores de la economia (la oferta monetaria, la demanda monetaria. la politica fiscal, el consumo, la inversisn, la fijacién de precios, la fijacién de salarios y el comercio internacional) y son, en consecuencia, coherentes con casi cualquier posible cambio de las diferentes variables. Por ejemplo, las explicaciones keynesianas convencionales alribuyen la recesi6n estadounidense de 1981-1982 a una politica monetaria restrictiva. El hecho de que durante esta recesion la mayor parte de los indicadores de crecimiento mone- tario no disminuyera de forma pronunciada no se considera un problema grave, sino que se explica mediante el postulado de un desplazamiento de la demanda moneta- ria frente al cual Ja respuesta de la Reserva Federal fue parcial. Por poner otro ejem- plo, la coexistencia de un rapido crecimiento de la produceidn, un muy bajo desem- pleo y una inflacin constante o decreciente en la economia estadounidense de la segunda mitad de los noventa sc atribuye en gran parte a la presencia de perturba- ciones favorables de la oferta v caidas de la tasa natural de desempleo, acontecimien- tos estos que se deducen, en gran parte, del comportamiento de esas variables ma- croecondmicas: Es posible que la econonvia sea compleja, que existan muchos tipos de perturba- ciones y que las modificaciones realizadas a los modelos keynesianos reflejen un progreso gradual en nuestra comprension de la realidad econémica. Pero una teoria que es tan flexible que ningtin conjunto de observaciones puede contradecirla esta vacia de contenido. De modo que para que las teorfas keynesianas tengan alguna utilidad, es preciso que haya algunas cuestiones sobre las cuales formulen prediccio- nes claras. Afortunadamente, los modelos keynesianos si permiten hacer predicciones claras sobre una cuestion fundamental. Ln elemento central de todos los modelos kevne- sianos es que los precios 0 los salarios nominales no se ajustan de inmediato. En consecuencia, los modelos predicen que las perturbaciones monetarias independien- tes afectan a la actividad real. Tas distintas teorias existentes sobre el ajuste de precios legan a conclusiones distintas acerca de como afectan Ios cambios en la demanda agregada a la evolucion de la produccién real, Pero todas ellas predicen que las va- riaciones puramente monetarias pucden tener importantes efectos reales, y este rasgo las distingue claramente de las teorias puramente reales sobre las fluctuaciones eco- némicas. Ademés, todas las teorias sobre cl ajuste de los precios predicen que un incremento de caracter puntual, imprevisto y duradero en la demanda agregada cleva el nivel de produccidn en el corto plazo. Y, como vimos en la Seccidn 3.5, hay abundantes indicios de que las variaciones monetarias tienen importantes efectos reales. Ademés, los modelos key nesianos estan pasando de ser modelos limitados que tratan de explicar fendmenos concretos a modelos de mas amplio alcance. El modelo de Mankiw y Reis, por ejemplo, pretende proporcionar predicciones acertadas, en términos generales, acerca de la respuesta de la produccién y del nivel de precios ante una amplia gama de cambios de la demanda agregada. Christiano, Fickenbaum y Evans (2003) y Giannoni y Woodford (2003) presentan modelos cuya agenda es atin mas ambiciosa. Y aunque todos estos modelos tienen inconvenientes serios, el hecho, Problemas SA7 de que las teorias de corte keynesiano hayan avanzado hasta el punto en que es po- sible desarrollar ese tipo de modelos ¢ identificar sus ventajas y sus inconvenientes resulta alentador. Problemas 6.1. Considere el problema al que se enfrenta un indiyiduo en el modelo de Lucas cuando P,/P es desconocido. El individuo elige L, para maximizar la expectativa de U (cuya ex- presidn sigue siendo la de la ecuacisn [6.3)). a) Exprese la condicién de primer orden para L. v reordénela para obtener una expresion de L, en funcidn de E[P,/P]. Tome logaritmos para hallar una expresion pare ( 5) 2Qué relacion existe entre la oferta de trabajo de este individuo si sigue la regla de cuasi certidumbre dada en (6.17) ¥ Ia cantidad éptima derivada en el punto a? (Pista: gaqué relacidn existe entre E[ln(P./PH] y IvE[P./ PI?) ©) Suponga (como en el modelo de Lucas) que In(?,/P) = Ef(P./P)|P] + u,, donde u, es una variable norinal de media 0 cuya varianza es independiente de?’ Demuestre que esto implica que In{E[(P./P)|P,}} = Elin(P,/P)| P|] + C, donde C es una constante cuyo valor es independiente de P.. (Pista: observe que P,/P = exp{F[In(P,/P)/P Ihexpl) ¥ demuestre que esto imphea que cl valor de ¢, yue maximiza la utilidad esperada difie- re del que produciria la regla de cuasi certidumbre de (6.17) sélo en una constante,) 6.2. (Seguimos a Divit y Stiglitz, 1977.) Suponga que el indice de consumo C, en la ecuacién 2 esC.= [11 47°C M8 “dP 8, donde C, representa el consumo individual del bien iy Z, es una periwrbacién de las preferencias respecto del bien j. Suponga la renta que e individuo pucde gastar es ¥. Asi, pues, la restriccién presupuestaria es | PCat = Y, 2) Halle la condicién de primer orden para Cen el problema de maximizar C. respetan- do la restriccion presupuestaria. Exprese C,, cn funcién de Z,, Py el multiplicador de Lagrange aplicady a la restriccién presupuestaria. 6) Utilice la res las P. icci6n peesupuestaria para eapresar C, en luncién de Z,, P. ¥, las 2 y ¢) Sustituya el resultado obtenido en el punto b en la expresién de C, y demuestre que C= ¥/P, donde P— (7 2Z.P! "ayn 4) Ublice los resultados obtenidos en los puntos 6 y ¢ para demostrar que C, = 2. (PLP) /P). 2) Compare sus resultados con las ecuaciones (6.7) 4 (6.9) del texto. 6.3. Equivalencia observacional. (Sargent, 1976.) Suponga gue la oferta monetaria viene de- terminada por la expresién 1, =¢'2. | +¢,, donde cy = son vectores v ¢, es una perturba- cidn independiente con distribucién idéntica no corzelacionada con 5, _. El valor de ¢, ¢s impredecible ¢ inobservable. De mado que el componente esperado de m, es c’2)_ 4 y el componente inesperado es ¢.. Para fyjar Ja oferta monetaria, cl banco central atiende tinicamente a aquellas variables que influyen sobre la actividad real, es decir, las variables contenidas en = afectan directamente a ¥. Ahora considere los dos modelos siguientes: i) solamente tiene importancia el com- ponente inesperado de la oferta monelaria, de modo que y= 0°24 + hey + v4 Hi) toda la 348 64, 66. Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO, oferta monetaria importa, de modo que y. = c's. + Bim +» En ambas formulaciones, la perturbacién es independiente, con distribucién icentica y no esta correlacionada ni con Ze.) nicon ¢) 4) 2s posible diferenciar ambas toorias? Bs decir, dado un posible conjunto de valores de los parimetros en of modelo i, zexisten valores de los parémetros que on el mode- Jo ii levarian a las mismas predicciones? Explique su respuesta. ponga que el banco central considera también a ciertas variables que no afectan directamente a la produccién; es decir, suponga que m,= c's, _) +7't, 1 + & y que los modelos i y it son los mismos que antes (las perturbaciones no estin correlacionadas conv, 4.5, 1 Ve). En este caso, ges posible diferenciar ambas teorias? Fxplique su respuesta: Suponga una economia como la que describe el modelo de la Seccisn 6.4, perv donde P es cl indice de precios descrito en el punto ¢ det Problema 6.2 (con todas ias 7, iguales a 1 para mayor senciller). Ademés, suponga que el equilibrio del mercado monetarie requie- re que el gasto total de la cconomia sea igual a M. Con estos cambios, ;sigue siendo verdad que en equilibrio la produccién de cada bien es la que indica la ecuacion (6.46 que el precio de cada bien lo da la ecuacién (6.47)? . Sea una economia en la que los precios de algunas empresas son flexibles y los de otras son rigidos, Llamemos p’ af precio que fija una empresa representativa del grupo de las que tienen precios flexibles \ "al precio de las empresas de precios rigidos. Las empresas con precios flexibles los fijan una ve7 conocido el valor de nr; las otras. lo hacen antes de conaver ese valor, De modo que las empreses con precios flexibles fijan p= p* = (1 - pp + pm, y las de precios rigidos, p° = Ep* = (1 — p\Fp + pL, donde Fes 1a expectativa de una variable en el momento en cl que fijan sus precios Tas empresas con precios rigidos. Suponga que las empresas con precios rigidos representan una fraccidn 9 del total, de modo que p= gp + (L=4)p a) Exprese p’ en funcién de p . ar y los pardmets 1s det modiela (p v 9) b) Exprese p en funcién de Fir y de los parémetros det models. ©) i) aAtectan a y los cambios previstos de 1 (es deciz, cambios que va se esperan al momento en cl que fijan los precios las empresas de precios rigidos)? ¢Por qué? ii) Responda fo mismo, pero respeclo de los cambios imprevistos. Faplique su res- puesta Sea una economia compuesta por muchas empresas fijadoras de precios imperfectamen- te compatitivas, Los beneficios de 1a empresa representativa, i, dependen de la produc- cin agrogada, y, y del precio real que cobra la empresa, ¢1, = aly, 1). donde w=: <0 (los subindices representan derivadas parciales). Llamemus r(y) al precio con el cual la em= presa mavimiza sus beneficios expresato en funcidn de w: observe que My) se caracteriza por hu, Py) 0 Suponga que ta produccisn est en cierto nivel y, ¥ que el precio teal de la emy es riy,). Ahora suponga que hay un cambio de la oferta monetaria 5 que las demas empre- sas no cambian sus precios, de modo que la produccidn agregada pasa a otto aivel, tf 4) Explique por qué cl incentivo que tiene la empresa # para ajustar sus precios es G = TAY. PAD = lay. Py). f) Utilice una aproximacién de Taylor de segundo orden de esta expresion dependiente de tn alrededor de yy = y, para demostrar que C~ T(t, PLE Mab Gh ~ wa A 67. 6.8. Problemas 349 ©) Qué componente de esta expresin cortesponde al grado de rigide7 real? -Y cual al grado de insensibitidad de la funcidn de benoticios? Equilibrios multiples con costes de menti. (Seguimos a Ball y D. Romer, 1991.) Sea una economia formada por muchas empresas imperfectamente competitivas. Los beneti- cios que pierde uaa empresa en comparaci6n con lo que abtiene cnando p.~ p* equivalen a Kip, - p*, K > 0. Coma de costumbre, p* =p) + gai ey = in =p. Para cada empresa, cam biar el precio nominal tiene un coste fijo Z. Inicialmente, #1 es igual a0 y la economia se encuentra en su equilibria de precios flexibles, 0 sea, = Uy p= ur = 0. Suponga ahora que mm pasa a ser Mm”. 4) Suponge gue wna fraccién f de las empresas cambia suis precios. Puesto que para las empresas que cambian sus precios, p, =p", $ para las que no Io hacen, p, = 0, esto im- plica que p = fr". Use este hecho para expresar », 7) p* como fanciones de ni’ vf b) Represente graficamente cl incentivo que tiene una empresa para cambiar sus precios, K(— py? = Kp, como funcisn de £ No olvide distinguir los casos @ < Ty @ > L c) Una empresa ajusta sus precios si el beneficio excede Z, no los ajusta si el beneficio es inferior a 7 \ es indiferente respecto a fa cuestidn si el beneticio es exactamente igual a Z. Dada este informacion, {puede haber una situaciGn cn la que se aleance un equi- librio tanto si todas las empresas ajuslan como si ninguna lo hace? ¢Puede haber una situacisn en la que ninguna de estas circunstancias represente tn oquilibrio? (Seguimos a Diamond, 1982.)*" imagine una isla en la que hay N personas vy muchas palmeras. Cacia persona se puede encontrar en dos situaciones posibles, P y C en la si- tuacidn P, la persona no Teva consigo ningtin coco y se dedica a buscar palmeras, y en la situacidn C, la persona carga consigo un coco y se dedica a buscar otras personas que también Hleven cocos. $i una persona que no tiene un coco se encuentra una palmera, pucde trepar a ella y recoger un coco; esto implica un coste (en unidades de utilidad) igual ac. Si una persona que lleva vn coco se encuentra con otra persona en su misma situacisn, ambos intercambian sus cocos, con Jo que cada una de ellas obtiene i unidades de utilidad. (Los mdividues no pueden comer fos cocos que ellos mismas han recogido.) Lana persona que ests buscando cocos encuentra } palmeras por unidad de tiempo. Una persona que lleva consigo un coce ¥ busca socivs para el intereambio los encuentra uma tasa de ai por unidad de tiempo, donde (, es Ja cantidad total de personas que Hevan consigo cocos. Las variables 2 v # son exdgenas La tasa de descuento individual es 1. Analice Gnicamente los estades decir, suponga que L es constante. tacionarios, es a) Faplique por qué st cada vez que un individu que esti ep Ta situacién P encuentra una palmera tropa a ella, entonees r¥,.= (Vi, = V9), donde Vy Ve son tos valores correspondientes al hecho de estar en cada una de las situaciones. 1) Encuentze la expresién andloga para V’, o) Exprese =U, boy Ven funcion dee bee, Beas a) (QuE valor tiene L suponiendo que todas las personas que estén en la situacion P trepan a la primera palmers que encuentran? Para simplificar, suponga que aN = 2h gPara qué valores de « es un estado estacionario el hecho de que todas las personas que estan en ia situacién P trepen a la primera palmera que encuentran? (siga supo- niondo que a > 2h). * Ta soluciin de este problema reqicre ef usu de programacton dinsmiica (8ase la Seccién 9). 350 6.10. 6.11. Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL INCOMPLETO, f) @Para qué valores de ¢ es un estado estacionario el hecho de que ninguna persona trepe a una palmera cuando la encuentra? ¢Hay valores de c para los que existe mas de un equilibrio en estado estacionario? $i hay varios equilibrios, zhay alguno que implique mayor bienestar gue los otros? Explique su respuesta intuitivamente. Indexacién. (Véanse Gray, 1976, 1978, v Fischer, 1977b. Este problema deriva de Ball, 1988.) Suponga que la produccidn de la empresa i viene dada por ¥ = ST", donde $ es una perturbacién de la oferta y 0 <« <1. Asi, pues, en logaritmos, 4, = 5 + a6, Los pre- cios son flexibles, de modo que (asignando cl valor 0 al término constante para simpli- ficar la expresion) p, = w. + (1 —a)(.~s, Si anadimos las ecuaciones de la produceiin y los precios tenemos que y= s +0 y p= w 4 (1 —@) —s. Los salarios se indexan parcial- mente respecto de los precios: «» = Gp, donde 0 <4 < 1, Finalmente, la demanda agrega- da viene dada por y= n= p. Las variables s y nt son aleatorias, independientes, de medha Iv varianza Vy V... respectivamente, a) Exprese p, y, Cy & como funciones dem, s y los parametros « ¥ 0. Como afecta la indexacidn a la respuesta del empleo a una perturbacién monetaria? ZY a la respues- ta ante una perturbacién de la oferta? b) 0), dv modo que Lym(t +7) es igual a (+ 7)g. cCudles serian if), p(A) © (A) = HiF) ~ pty? 352 Capitulo 6 EL AJUSTE NOMINAL !NCOMPLETO, 8) Suponga qute en el periode 0 cl gobierno anuncia que va a reducir de forma perma- nente el crecimiento monetario a 0 durante ef proximo interval de tiempo T, De modo que in(t) = t1 (1/27 g si 0, entonces p(t) = mie) para todo f > 0, de modo que la produccidn es la misma que si no se produjera el cambio de politica monctaria, ii) Para 0 < t < T, {son los precios fijados por las empresas mayores, menores 0 iguales a7 /2? 2Qué pasa con T< f £27? Con esta intormacién, ¢qué diferencia hay entre la produccisn durante el perfodo (0, 27) y la que hubiera habido sin el cambio de politica monetaria? Capitulo 7 EL CONSUMO Este capitulo y el que le sigue analizan las opciones de consumo de las economias domésticas y las decisiones de invertir por parte de las empresas. Consumo e inver- sin son importantes para explicar tanto el crecimiento como las fluctuaciones eco- noémicas. Por lo que se refiere al crecimiento, la distribucién de los recursos de una sociedad entre el consumo y los distintos tipos de inversién (en capital fisico 0 hu- mano 0 en investigacion y desarrollo) es decisiva para entender la evolucién a largo plazo de los niveles de vida. Esta distribucién viene determinada por la interaccién entre la distribucién que ios hogares hacen cle su renta entre consumo y ahorro (da- das las tasas de rendimiento y otras restricciones) v la demanda de inversion de las empresas (dados los tipos de interés y otras restricciones). En cuanto a las fluctuacio- nes econémicas, hay cue tener en cuenta que consumo e inversién constituyen el grueso de la demanda dc bienes. Por tanto, si queremos comprendet la influencia de fuerzas tales como ¢l gasto ptiblico, la tecnologia v Ja politica monetaria sobre la produccion agregada es necesario analizar fos factoves que determinan aquellas \a- riables, Hay dos razones mas que ju empezar, estos dos componentes de la demanda introducen en el an importantes cuestiones relacionadas con loy mercados financieros: los mercados fi- nancieros afectan a la macrocconomia principalmente a través de sus efectos sobre el consumo ¥ fa inversi6n, los cuales, a su vez, influyen decisivamente en los mercados financieros. Investigaremos esta relacién en los supuestos de un funcionamiento pertecto e imperfecto de los mercados financieros. En segundo lugar, una gran parte del trabajo empirico de mas calado realizado en el campo de la macroeconomia en los uitimos veinticinco afos ha versade sobre el consumo y la inversion. De ahi que el sesgo empirico de este capitulo y el siguien te sea particularmente intenso. P, can el estudio del consumo y la inversién, Para dlisis algunas 4 Capitulo 7 EL CONSUMO. 7.1 Consumo en condiciones de certidumbre: la hipdotesis de la renta permanente Supuestos de partida Aunque ya hemos tenido ocasién de examinar algumos aspectos cle lay decisiones individuales de consumo en nuesiro andlisis de los modelos de Ramsey y Diamond del Capituto 2) de Ia teoria de los ciclos econdmicos reales en el Capitulo 4, empe- zaremos por analizar un modelo basico. En concreto, imaginemos un individuo que vive durante un ntimero de periodos 1 y cuya utilidad vital es u=SuC), v(*)>9, ws) <0 ay donde 1(#} representa la fumcion de utilidad instanténea, C, el consumo en el perfo- dot, Ay la riqueza inicial de este individuo e Y;, Ys, ... Y; sus ingresos laborales en los T periodos de su vida; todas estas magnitudes constituyen datos para él. El indi- viduo en cuestiGn puede ahorrar o pedir prestado a un tipo de interés determinado exégenamente bajo la tmica restriccién de que debe pagar al final de su vida cual- quier deuda que tenga pendiente. Para simplificar, supondremos que el tipo de inte- rés es 0!, Bajo estos supuestos, [a restriccién presupuestaria individual es Deis 40+ DY (7.2) a Comportamiento Dado que la utilidad marginal de! consumo es siempre positiva, el individuo satisfa~ ce Ia restriecisn presupuestaria con una igualdad, Asi, pues, el lagrangiano de su problema de maximizacin es c= Swe) +(e dy, -No} (7.3) La condicién de primer orden para C, es uC) =A 7-4) Como (74) se cumple en cada uno de los periodos, Ja utitidad marginal del consumo es consiante, y puesto que sdlo ef nivel de consumo determina su ulilidad marginal, sui esta seeci onemos que la tasa de descuento es tambien 0 (Ease [7.1]. EF anal s que desarrollamos en 9 no Variaria practicament Ja si los inpos du interes ¥ de descucnto futeran idénticos. pero 0.) muy poco st los presumicramos distintos 7.1 La hipétesis de la renta permanente 355 esto significa que el consumo debe permanccer constante (es decir, C) = C= a = Realizando la correspondiente sustitucidn en la restriccién presupuestaria, tenemos que 1 C. =7(4+ 3%) para todo F (7. a " s recursos del individuo a lo Las términos que figuran entre par largo de toda su vida. Por tanto, la ecuacién 7.5 nos dice que el individuo distribuir dichos recursos en partes iguales para cada periodo vital ntesis representan | Implicaciones Nuestro anélisis implica que el consumo del individuo en un periodo dado depende no de su nivel de renta en dicho periodo, sino de los ingresos que obtendré a lo largo de su vida. Fn la terminologia de Friedman (1957), los téminos que aparecen cn cl lado derecho de la ecuacién (7.5) representan su renta permanente y la diferencia entre Ia renta actual y la permanente es fa llamada reitta transitatia. La ecuacién (7.5) supo- ne que ol consumo depende de la renta permanente. Para apreciar la importancia de la distincién entre renta permanente y renta tran sitoria, consideremos cl efecto de un posible ingreso extraordinario, Z, en el primer periodo \ ital, Aunque la renta corriente de este periodo aumenta en Z, cl incremnento en la renta permanente es sélo de Z/T. De ahi que, si cl horizonte vital del indiy duo es lo suficientemente largo, su efecto sobre el nivel de consumo cortiente sea escaso. Una de las consecuencias de esta conclusién es que una reduccidn temporal de im- puestos tiene una influencia menor sobre el constimo que es lo que, tal y como vimos en Ja Seccién 6.3, parece suceder en la realidad Nuestro anélisis supone también que, aunque la distribucién temporal de los ingresos no es relevante para el consumo, tiene una importancia crucial para el ahorto. Ej ahorro del individuo en cualquier periado ¢ es la diferencia entre Ja renta obtenida y el consumo: { Pav \ 1 y¥,-=EY)- (n-FB%)-4 en la que la segunda linea utiliza la ccuacién (7.5) en lugar de C,, El ahorro, por tan- to, aumenta cuando la renta es alta en relacién con la renta media (es decir, cuando la renta transitoria es elevada). De manera similar, cuando la renta corsiente es menor que la permanente, el ahorro es negativo, lo que significa que et individuo debe re- currir al ahorro y al endeudamiento para mitigar las fluctuaciones del consumo. Esta es la idea clave de la hipétesis de la renta permanente formulada por Modigliani y Brumberg (1954) y Friedman (1957). éQué es el ahorro? A un nivel més general, la hipétesis de la renta permanente no es sino una interpre tacion sobre la naturaleza del ahorro: el ahorro es consumo futuro. $i los individuos 356 Capitulo 7 EL CONSUMO no ahorran por el simple gusto de ahorrat, sino para emplear dichos fondos més adelante, el individuo puede emplear el ahorro simplemente para el consumo futuro, para transmitirlo en herencia y que sean sus hijos quienes lo consuman o incluso para crigir monumentos en su memoria, Sea cual sea su destino, si el individuo no valora el ahorro per sc, su decisién sobre cémo distribuir la renta entre cl consumo y el ahorro vendrd determinada por sus preferencias entre consume presente y consumo futuro, asi como por la informacién de que disponga sobre las perspectivas futuras de consumir. Esta observacidn sugiere que muchas de las afirmaciones que se hacen sobre el ahorro pueden ser falsas. A menudo se dice, por ejemplo, que los pobres ahorran proporcionalmente menos que Jos ricos porque sus ingresos apenas cubren el nivel minimo de subsistencia, Sin embargo, esta afirmacién no tiene en cuenta el hecho de que los individuos que tienen dificultades para alcanzar este nivel de vida hoy pue- den tenerlas también para procurarselo el dia de maiana. De modo que su ahorro, como el de los ricos, dependera probablemente de sus perspectivas de ingresos. Veamos otro ejemplo: consideremos la tesis tradicional de que el consumo tiende a aumentar por un efecto emulacion («para no ser menos que los Garcia»), Esta tesis desconoce también la naturaleza del ahorro: si el ahorro representa consumo future ahorrar menos implica consumir menos en el futuro y, por tanto, quedarse atin més rezagado respecto a los Garcia. Por tanto, el efecto emulacion incita a los individues a no quedar por detrés de los Garcia en el futuro y a reducir (y no a aumentar) su consumo presente Una aplicacion empirica: como interpretar fas funciones estimadas de consumo La tradicional fumcién key nesiana de consumo postula que el consumo depende de la renta corriente disponible. Keynes (1936) sostenfa que «cl voh agregado depende principalmente del volumen de renta agregada» y que esta rela- cidn es «una funcidn bastante estable», Mas adelante ahadia que «es también obvio que un nivel mas alto de renta en términos absolutos... conducira, por lo general, a una proporcisit mayor de ahorrom (Keynes, 1936, pags. 96-97; cursiva en el original) La importancia de la funcién de consume én el andlisis keynesiano de las fluctua- ciones econdmicas ha llevado a muchos investigadores a tratar de estimar la relacién entre el consumo y la renta cortiente. En contra de los postulados de Keynes, estos estudios no han demostrado una relacion sistematica estable, Para las economias domésticas v en um periodo concreto, la relacién es efectivamente de naturaleza keynesiana (un ejemplo de esta relacin se muestra en el panel a del Grafico 7.1). Pero en un pais y a Io largo del tiempo, el consi onal ala renta agregaca, tal come refleja el panel 6. Ademéas, la funcién de consumo varia en de consumo mo agregado es basicamente proporci Sobre «img puede ate: jin de fos individuos por estar a ta alteira de tos ar al ahorre Ia prevevpa demas cn matersa do consumo, tina Vez aceplady Io tesis del ahorro como ccnsum future, veae \bol (1990), Carroll, Qu ertand y: Well (1997% Camphell s Cochrane (1990), y Ljungay ist y Uhlig 2000+ 1) ade ti 71 La hipotesis de la renta permanente 357 e Blanwos Negros GRAFICO 7.1 Algunas variantes de la relacién entre consumo y renta actual si realizamos un corte transversal entre los diferentes grupos de la poblacién: la pen- diente de la funcién estimada de consumo, por ejemplo, es similar para blancos y negros, pero cl punto de interseccién es mas alto en el caso de Jos blancos, como in- dica el panel c del Gratico 7.1 358 Capitulo 7 EL CONSUMO Como sefiala Friedman (1957), la hipotesis de la renta permanente permite expli- car claramente estos resultados. Supongamos que el consumo viene efectivamente determinado por la renta permanente: C = Y". La renta corriente es la suma de la renta permanente y la renta transitoria: Y = Y? + Y". Y puesto que la renta transitoria refleja las desviaciones de la renta corriente con respecto a la permanente, en la ma: yoria de las muestras su media es aproximadamente cero y basicamente no aparece correlacionada con la renta permanente. Consideremos ahora una regresién del consumo sobre la renta corriente Cae byre, (77) En una regresién de una sola variable, el coeficiente estimado de la variable indepen- diente cs el cociente entre la covarianza de las variables independiente y dependien- te y la varianza de la variable independiente. Fn el caso que estamos analizando, esto implica j— CONC) _ Covly" + 7, 4) Var(Y") Var (Y) var(y? + ¥4) Var (y?) + Var(¥') (78) Aqui, la segunda igualdad refleja el hecho de que Ja renta corriente es igual a la ren ta permanente més la renta transitoria y de que cl consumo es igual a la renta per- manente y Ja tiltima iguaidad recoge el supuesto de que la renta permanente y la renta temporal no estén correlacionadas. Ademas, la constante estimada es igual a la media de la variable dependiente menos el coeficiente estimado de la pendiente multiplicado por la media de la variable independiente, Por consiguiente: a#=C-6¥=¥" iF? + ¥) = 6) (7.9) donde la tiltima igualdad se sirve del supuesto de que la media de la renta transito- ria es igual a cero Asi, pues, la hipétesis de la renta permanente predice que la clave para determi- nay la pendiente de una funcidn de consumo estimada, b, es la variacién relativa de la renta permanente y de la transitoria. Dicho de forma intuitiva, un incremento en la centa corriente iré asociado a un aumento del consumo sélo cn la medida en que también refleje un incremento en la renta permanente. Cuando el cambio en la renta permanente es mucho mayor que el cambio en Ia renta transitoria, casi todas las di- ferencias en la renta corriente reflejan diferencias en la renta permanente y, por tanto, el consumo aumenta practicamente en una proporcién de uno a uno con la renta corriente. Pero cuando el cambio en la renta permanente es pequefio en relacién con el experimentado por Ja renta transitoria, el aumento de la renta corriente tiene poco que ver con la renta permanente y el consumo creceré poco. Podemos utilizar este andlisis para comprender las funciones estimadas de con- sumo del Grafico 7.1. En cl caso de Jos hogares, una buena parte de la variacin en la renta refleja factores como el desempleo 0 el hecho de que los hogares se encuen- tran en diferentes momentos de su ciclo vital. En consecuencia, el coeficiente estima- dio de la pendiente es sustancialmente inferior a la unidad y la interseccién estimada 7.2 La hipotesis del paseo aleatorio 359 es positiva. Por el contrario, casi toda la variacién de la renta agregada que tiene lugar en el tiempo es un reflejo del crecimiento a largo plazo, esto es, de un aumento de los recursos de que dispone la economia; de ahi que la pendiente estimada se acerque a la unidad y la interseccidn estimada esté proxima a 0* Consideremos ahora las diferencias enire negros y blancos. Las variaciones rela~ tivas de Ja renta permanente y transitoria son similares en Jos dos grupos y de ahi que la estimacin de b sea similar en ambos. Sin embargo, la renta media de los ne- gros es inferior a la de fos blancos, de modo que « es menor en el caso del primer grupo (véase [7.9]). Es posible entender intuitivamente este resultado imaginando el caso de dos in- dividuos, uno de cada grupo, con rentas iguales a Ja renta media de los blancos. Puesto que hay muchos més negros cya renta permanente se encuentra por debajo que por encima de ese nivel, es mucho mas probable que la renta permanente de! miembro de este grupo sea menor que su renta corriente. Asi, pues, los negros con este nivel de renta tendran como media una renta permanente menor y su nivel de consumo sera, como media, inferior a su renta corriente. En el caso de los blancos, por el contrario, es mas probable que sus rentas corriente y permanente coincidan, por lo que destinaran toda su renta al consumo. En suma, la hipotesis de la renta permanente atribuye las diferentes pautas de consumo de negros y blancos a la dife yente renta media de ambos grupos y no a diferencias en los gustos 0 en patrones culturales. 7.2 El consumo en condiciones de incertidumbre: la hipotesis del paseo aleatorio Comportamiento individual Ampliamos ahora nuestre andiisis para incorporar la incertidumbre. Fn concreto, supondzemos que se desconoce cual va a ser la renta del individuo en cada pe (las Y,). Seguiremos suponiendo, como antes, que tanto el tipo de interés como el de descuento son cero. Pero ahora presumimos, ademas, que Ja funcién de utilidad ins tantanea u(+) cs de tipo cuadratico, es decis, gue el incividuo maximiza su utilidad en jody. v 2 (7.10) riuy=e| 3 (6. kn este caso, aunque el consumo es aproximadamente proporeional a la renta, el eneficiente es menor que 1: ¢s deci, el consumo es, en promedio, menor que lo renta permanente, Como sehala Fred- man, existen Varias formas de ampliar la feoria para hacerla coherente con este hecho, Una de elas cone siste en incorpo ta dindmica generacional y ef crecimiento a largo place: si, en general, los jovenes ahorran v los Viejos desohorran, ef hecho de qpie cada generaciéin sea mas rica que la anterior implica que el ahorro de los j6x enes super al desahorro de los viejos 360 Capitulo 7 EL CONSUMO Supondremos también que la riqueza del individuo es tal que el consumo se encuen- tra siempre en el tramo en el que la utilidad marginal es positiva. Como antes, el individuo debe liquidar todas las deudas pendientes al final de su vida. Por tant su restriecion presupuestaria viene dada una vex més por la ecuacion (7.2), Bi, CS Ay+ DY Para describir su comportamiento, acudimos a nuestra ecuacién de Euler. En concreto, supongamos que el sujeto ha adoptado en et primer periodo, sirviéndose de Ia informacion disponible, las decisiones 6ptimas de consumo y que hara lo pro- pio en los periodos consecutiv os con la informacién disponible en cada momento. Imaginemos ahora que el nivel de consumo elegido por el individuo, C,, se reduce en una cuantia dC y que el nivel de consumo por el que habria optado en una fecha futura aumenta en una cuantia similar. $i el individuo esta optimizando, un cambio marginal de este tipo no afecia a la utilidad esperada. Dado que la utilidad margi- nal del consumo en el periodo 1 es 1 — aC;, el cambio tiene un coste de utilidad de (1=aC))4C. ¥ puesto que la utilidad marginal del consumo en el periodo f es 1 -aC,, ef cambio implica un beneficio esperado, en términos de utilidad, de E41 — aC,}AC, donde E,[¢] denota las expectativas en funcidén de la informacién disponible en el periodo 1. Asi, pues, si el individuo optimiza 1=aC. = E,f1-aC], para? =2,3,...,T (7.11) Y como E,[1 ~aC,] es igual a 1 — aF,[C.], esto significa que C= BIC), para t= 2, El individuo sabe que su consumo vital debe satisfacer la restriccién presupues- taria, (7.2), con una igualdad. Por tanto, las expectativas de ambos lados de la restric cin deben ser iguales: SLC, AS EY (7.13) La ecuacidn (7.12) implica que el lado izquierdo de (7.13) es TC). Haciendo la opor- funa sustitucién en (7.13) y dividiendo entre T, obtenemos: if L = (a ' Dab (7.14) Es decir, el indi iduo consume 1/T de los recursos que espera disponer a Jo largo de su vida Implicaciones La ecuacin (7.12) implica que, en el perfodo 1, el consumo esperado de C» es igual aC). Bx términos més generales, nuestro razonamiento sugicre que, en cada periodo, cl consumo esperado del siguiente periodo es igual al consumo actual. Esto quiere 7.2 La hipotesis del paseo aleatorio 361 decir que los cambios en el nivel de consumo no son predecibles. De acuerdo con nuestra definicién de las expectativas, podemos escribir: £,_[C) +e, (7.15) en la que ¢, es una variable cuya expectativa en el periodo f ~ | es igual a 0. Por tan- to, como E,_[C,] = C, -, tenemos que C=C te (7.16) Este es el famoso resultado de Hall, segtin el cual la hipétesis del ciclo vital /renta permanente implica que el consumo sigue una pauta aleatoria (Hall, 1978)! La inter- pretaci6n intuitiva es sencilla: si el individuo prevé cambios en su nivel de consumo, haré bien en intentar mitigar sus fluctuaciones. Supongamos, por ejemplo, que se espera un aumento del consumo. Esto supondria que Ja utilidad marginal del consu- mo presente es superior a Ja que se espera que tenga cn el futuro, de modo que el individuo puede elevar su bienesiar incrementando su consumo actual. Por tanto, el individuo ajustara su consumo actual hasta que desaparezca toda expectativa de cambio futuro en el nivel de consumo. Ademas, podemos utilizar nuestro anélisis para identificar el factor que determi- na la variacién del consumo, ¢. Consideremos, por ejemplo, el cambio entre el perio- dol y el perinda 2. Fmpleando un razonamiento andlogo al que aplicamos para deducir (7.14), C, seria igual a una fraccién 1/(T ~ 1) de los recursos que espera dis- poner en lo que le queda de vida: 1 rot (a + Seo] 737) =.) [as yy-c+ Seay) pai Ae en Ia que la segunda linea utiliza el hecho de que A, = Ay + Y; — C,. Podemos reescri- bir las expectativas existentes en cl period 2 respecto a la renta esperada en Jo que queda de vida, ©! _, Fs[¥J, como las expectativas presentes en ol periodo 1, ¥)_.E,1Y-1, més la informacion recibida entre el primer y el segundo periodo, Y!_ .FLY,| - DIE. Asi, pues, la ecuacidn (7.17) puede reescribirse como: 1 pa 1 [4s ty + Dada +(Dabi-> sivi)| (7.18) * En sentido estneto, la teoria implica que ef onsumo sigue un martnigale (Serie cuyos cambios son impredecibles} 5 no necesariamente un paseo aleatorio (am prartingaie cuvos cambios siguen una distribu- cidn independiente), Ln fa practca, sin embargo, suele considerarse que los miarfgales son paseos alea- torios. 302 Capitulo 7 EL CONSUMO De acuerdo con (7.14), Ay + ¥, +S! yFil¥i]es igual a TC;, de manera que (7.18) se convierte en. ami Sr0)| I ——]1C,-C, TH [ ‘ | L fee hen O95 (Abd yet) (7.19) 2es La ecuacidn (7.19) sostiene que el cambio en el consumo entre los periodos 1 igual al cambio en la estimacion que el individuo hace de sus recursos vitales dividi da entre el ntimero de periocos de vida que le restan. Sefialemos, por ultimo, que el comportamiento del individuo seria igual si elimi- néramos Ja incertidumbre: como indica (7.14), el individuo consume wna cantidad similar a la que consumiria si su renta futura fuera con toda seguridad igual a la renta media, es decir, la incertidumbre sobre los ingresos futuros carece de efectos sobre el consumo. Para comprender esta cuasi certidumbre de la conducta individual de una manera intuitiva podemos acudir a la ecuacin de Euler qué relaciona el con- sumo en los dos periodos. Con una funcién general de utilidad instantanea, la con- dicién seria: W(C) = E'(C)] (7.20) Cuando la utilidad es cuadratica, la utilidad marginal es lineal. Por tanto, la utilidad marginal esperada del consumo es igual a la utilidad marginal del consumo espera- do. Fs decir, puesto que F\[1 - aC3] = 1 - ab [C3], la ecuacién equivalente a (7.20) cuando la funcién de utilidad es cuadratica es w'(C,) = w'(F IC) (7.21) lo que implica que C, = E\C.] Fste andlisis demuestra que la forma cuadratica de la funcién de utilidad cs la causa de que el individuo se comporte del mismo modo que fo harfa en un contexto de cuasi certidumbre; si la funcion de utilidad no fuera cuadratica, la utilidad mar- ginal no seria lineal v no podriamos haber deducido la ecuacién (7.21) a partir de (7.20). Volveremos sobre este punto en la Seccién 7.65, * BI resultado conereta de que fa variacién media del consumo es coro ¥ es ampredecible (ecua- cidn [7.16]) se basa en una tuncisn de utilidad cuadratiea (x tambicn en ef supuesto de que Ta tasa de descuento y el tipo de interés sean aguales) La conclusiin de que fas desviaciones en el crecimiento de! consumo respects a su valor medio x0 son predecibles nace de proprisas mas generals. Véase el Pro- bblema 75, 7.3. Aplicacion empirica: dos contrastaciones de la hipétesis del pase 8 7.3 Aplicacién empirica: dos contrastaciones de la hipotesis del paseo aleatorio del consumo La tesis de Hall sobre el comportamiento aleatorio del consumo contradecia la vision entonces predominante sobre el consumo’. I.a visién tradicional sobre la evolucién del consumo a lo largo del ciclo econdmico sostiene que cuando la produccién des- ciende, el consumo lo hace también, pero luego se recupera; es decir, supone que el consumo se comporta de manera previsible. Fn cambio, la versidn de la hipotesis de la rertta permanente de Hall predice que cuando la produccién desciende inespera- damente, el consumo disminuye sélo en la cuantia de la caida experimentada por la renta permanente, de modo que no es previsible que se recupere. Las diferentes predicciones que se deriv an de estas dos perspectivas estin en el origen de los numerosos intentos Tlevados a cabo para verificar en qué medida los cambios previsibles en la renta generan cambios prev ibles en el consumo. Para re ferirse a la hipotesis de que el consumo responde a los cambios previsibles en la renta sucle hablarse de la seisibilidad excesiva del consumo (Flavin, 1981) El test de Mankiw y Campbell basado en datos agregados La hipotesis de la aleatoriedad del consumo implica que sus variaciones son impre- deciles, es decir, que la informacidn disponible en # — 1 no sirve para saber como evolucionaré el consumo entre t — | v #. Asi, pues, una forma de poner a prueba la hipétesis consiste en hacer una regresion del cambio experimentado por el consumo respecto de variables conocidas cn cl periodo f ~ 1: si la hipétesis sobre Ja aleatorie dad del consumo es correcta, los coehcientes de estas variables no deberian diferir sistemdticamente de cero. Este es el método que utilizé Hall en su trabajo original. Hall no puede rechazar la hipétesis de que los valores pasados, ya sea de la renta o del consumo, no sirven para predecir la evolucién del consumo; pero si descubre que la cvolucién del precio de las acciones tiene un poder de prediccién estadisticamente significative sobre el cambio en el consumo * De hecho, se di laba su hi te lo hat La lupotesis de la rents permanente también predice come responders el consumo ante tna \aria- cin inesperada en la renta, En of modelo de la Secerdn 7. ue cuando Hall present por primera ‘ez cl trabajo en que analizaba 5 contras- is Sobre ef caraeter aleatorio del constimo, un destacado economusta le dijo que seguramen: to bajo Tos efectos de alguna droga por ejemplo, la respuesta viene dada por la ceuacién (7.19), A Ta hipotesis de que el consumo responde a cambios inesperades en Ja renta en menor medida de lo que afirma la hipdtesis de la renta permanente, s¢ le sucte denominar aplanamiento exeesiey del consumo, Puesto que la sensibilidad excesiva tiene que ver con los cambios esperados en la renta y el aplanamtente excesivo con los cambios mesperados, &s posible que el consumo sea, a la ver, excesivae mente sensible y excesivamente plano, Pata mas detalles sobre el aplanamiento excesive, véanse Camp- bell y Deaton (1989), West (1988), Flavin (1993), » el Problema 7.6. 364 Capitulo 7 EL CONSUMO. EI problema de este enfoque es que no es facil interpretar los resultados. Por ejemplo, el hecho de que la renta anterior no permita prever con certeza el consumo podria deberse a que el nivel alcanzado por la renta en el pasado es poco titil para predecir su: comportamiento futuro y no tanto a que los cambios predecibles en la renta no generen cambios predecibles en el consumo. De igual modo, es dificil cali- brar la importancia del recha7o de la hipdtesis sobre la aleatoriedad del consumo que se deduce del empleo de datos sobre el precio de las acciones. Estas razones llevaron a Campbell y Mankitw (1989p) a utilizar un enfoque basa- do en cl uso de variables instrumentales para verificar la hipétesis de Hall en un contexto concteto, Campbell y Mankiw suponen que una parte de los consumidores simplemente gasta su: renta corriente, mientras que el resto se comporta de acuerdo con la teoria de Hall, Esta alternativa implica que el cambio en el consumo entre el perioda ! —1 y el periodo ¢ es igual al cambio experimentado por la renta en el caso del primer grupo de consumidores, mientras que para el segundo grupo el cambio en el consumo es igual al cambio en la renta permanente. $i llamamos / al porcenta- je de consumo que corresponde a los consumidores del primer grupo, el cambio del consumo agregado seria -C. y SHY) 3) + Ae SZ, + (7.22) en la gue ¢ representa el cambio en la estimacién que los consumidores hacen de 5 renta permanente entre t- 1 yf Z,y 0, estin probablemente correlacionados: los periodos en que la renta aumen- ta de forma notable son normalmente aquellos en los que los hogares reciben noti- cias favorables sobre sus perspectivas futuras de ingresos. Ahora bien, esta significa que la variable del lado derecho de la ecuacién (7.22) esta positivamente correlacio- nada con el término de erzor. Por tanto, una estimacién de (7.22) basada en el método de minimos cuadrados ordinarios (MCO) Ievaré a una estimacién de 4 sesgada al alza Para solucionar este problema de correlacién prescindimos de MCO y acudi mos al procedimiento de las variables instrumentales (VI). La intuicion que subya- ce a la estimacisn basada en VT es més facil de entender a través de una interpre- tacion de MCO en dos fases sobre aquellas variables. Lo que necesitamos son variables que estén correlacionadas con las variables del lado derecho de la ecuacion, pero no con el residuo. Una vez identificados estos instrumentes, [a primera fase con- siste en una regresién de la variable del lado derecho, Z,, respecto de los instru- anda requiere realizar una regresin de la \ariable del lado izquier- mentos, y la se; do, C,- C,_;, tespecto del valor estimado de 7, en la primera regresién, Z,. Es decir, estimamoas G-C, 1 HAZ, 4MZ,-Z) +1, S47, + (7.23) Bl residuo de (7.23), ®, esté compuesto por dos términos: @ y A(Z, - Z,). Supondremos que los instrumentos utilizados para construir 7 no estan sistematicamente correla- cionados con 7. Y dado que Z es el resultado de una regresi6n, por construccién no 7.3. Aplicacion empirica: dos contrastaciones de la hipdtesis del paseo... 365 esta correlacionado con el residuo de dicha regresién, Z ~ 2. Por tanto, la regresién de C,~C,_; respecto de Z proporciona una estimacion valida de A* El problema habitual cuando se utilizan variables instrumentales es encontrar instrumentos validos, ya que suele ser complicado hallar variables de las que pueda afirmarse con toda seguridad que no estan correlacionadas con el residuo. Pero en aquellos casos en que el residuo refleja nueva informacién entre f- 1 y f, la teoria nos dice que hay muchos instrumentos disponibles: en particular, cualquier variable co- nocida en f= 1 no estaré cortelacionada con el residuo. Volvamos ahora a los detalles del test de Campbell y Mankiw. Los autores defi- nen el consumo como las compras reales por persona de bienes de consumo no du- raderos y de servicios v la renta como ta renta real disponible per capita. Los datos son trimestrales, el periodo muestra] es 1953-1986 y los autores se sirven de distintos instrumentos. Sus resultados indican que los cambios retardados de la renta practi- camente no permiten predecir su evolticién futura. Esto sugiere que cl hecho de que Hall no pueda demostrar que las fluctuaciones de la renta en el pasado permitan predecir las variaciones del consumo no constituye prueba suficiente contra la vision tradicional del consumo. Campbell y Mankiw deciden entonces utilizar valores re- tardados del cambio en el consumo. Cuando utilizan tres retardos, el valor estimado de 7 es 042, con un error estandar de 0,16; cuando se utilizan cinco, la estimacion resultante es 0,52, con un error estandar de 0,13. Otros supuestos ofrecen resultados similares. Lo que sugieren las estimaciones de Campbell y Mankiw es que los datos se ale- jan de forma cuantitativamente importante y estadisticamente significativa de las predicciones del modelo sobte e! comportamiento aleatorio del consumo: éste parece aumentar aproximadamente cinco centavos en respuesta a un incremento esperado en la renta de un dolar, y la hipdtesis de que un aumento de la renta carece de efectos se ve fuertemente rechazada. Ademés, las estimaciones de 4 se encuentran muy por debajo de 1, lo que también indica que la hipétesis de la renta permanente es impor- tante para comprender el consumo. * Fl hecho cle que 7 esté basado en covticientes estimadas introduce dos complicaciones. En primer lugar, al hailar el error estandar del valor estimado de /, hav que fener en cuenta Iz incertidumbre sobre dichos cocficientes (lo que sucle hacerse a irat és de las formulas sobre fos errores estandar de las VI es- timadas}. En segundo lugar, el hecho de que los covficientes de la primera fase del proceso sean estima- ciones introduce una cierta correlacion entre 7 vr similar a la que existe entre 7 y ®. Psta correlacisn dlesaparoce a medida que la muestra se amplia; par consiguiente, el procedimionto basado en VI es cohe- rente, pero no neutral, Sin embargo, sila muesira os pequefia, wna correlacién moderada entre los instra- mentos y a variable del lade derecho mtroduce un sesgo sustancial Vase, por ejemplo, Staiger y Stock (1997) * El métnda de las VT cuenta, ademas, con unas wstricciones de sofmeidentincacidn que es preciso con- trastar: Para que los cambios pasadas en cl consumo scan instrumentos validos no deberian estar corre- lacionados con Esto imphea que, una vez que vs extraida de estos instrumentos toda la informacién sobre el crecimiento de Ia renta, aguisitos no deberian atrecemos posibilidades predictivas adicionales en cuanto a la variable del lado izquierdo de Ja ccuacion: si to hicteran, eso signiticaria que se encuentran correlacionados con ® 3, por fanto, que no son instrumentos vélidos. Esta implicacion puede ponerse « prucha electuando una regresidn de los residues estimados a parti de (7.22) sobre los instrumeatos y verificando si éstos conservan su poder de explicacion, Fn concreto, se puede mostrar que, bajo la hipé- tosis nula de la validez de las instrumentos, el A? de esta regresion multiplicado por el ntimera de obser- 366 Capitulo 7 EL CONSUMO El test de Shea a partir de datos de los hogares Verificar la hipétesis sobre la aleatoriedad del consumo con datos agregados tiene varios inconvenientes. El mas obv io es que el ntimero de observaciones es reducido Ademés, es dificil encontrar variables con alto poder predictivo sobre los cambios en ia renta y, por tanto, ¢s dificil también contrastar la prediccién clave de esta hipatesis de que no existe relaci6n entre los cambios previsibles en la renta v el comportamien- to del consumo. Por tiltimo, la teoria se reficre al consumo de los individuos, de modo que para que el modelo pueda aplicarse a datos agregados hay que introducir supuestos adicionales. La entrada y salida de hogares en la poblacién, por ejemplo, puede provocar que ia teoria falle cuando se aplica a datos agregados aun cuando se cumpla para los hogares individualmente considerados. Fstas razones han Ilevado a muchos investigadores a analizar el comportamiento del consumo utilizando datos sobre hogares singulares. Shea (1995), por ejemplo, ha identificado con particular esmero los cambios previsibles en la renta utilizando los datos del PSID sobre los asalariados cubiertos por convenios colectivos de larga du- racién*. Los inerementos salariales y alas en el coste de Ja vida incorporados en los convenios permiten que el crecimiento de la renta de estos hogares posea un alto lor predictivo. Shea retine una muestra de 647 observaciones en las que el convenio colectivo ofrece una informacién clara sobre las ganancias futuras de los hogares. Una regre- sion del crecimiento del salario real sobre [a estimacién construida a partir del con- venio colectivo y algunas variables de control arroja un coeficiente de 0,86 con un error estandar de 0,20. Por tanto, cl convenio colectivo tiene un importante poder predictivo respecto a los cambios en los ingresos Shea realiza a continuacién una regresidn del crecimiento del consumo respecto al crecimiento esperado del salario. La hipdtesis de la renta permanente predice que el coeficiente deberia ser cero". El coeficiente estimade por Shea es 0,89, con un error estandar de 0,46. Asi, pues, Sus resultados también sugieren una desviacién cuanti- tativamente importante (aunque poco significativa desde el punto de vista estadisti- co) respecto a la tesis del paseo aleatorio del consumo. triccio- instrumentos menos el namero de variables vaciones esté distribuido asintoticamente 7° y los grado» de libertad son iguales al mimero de ee nes de sobreidentificacisn, esto es, el mimera Enel caso de Campbell y Mankiw, cl estau retardos para el cambio en el consumo y 72 cuando se ulilizan cinco. Los valones del estadistico en ambos 4, valores que se encuentian en jos percentiles 59 \ 43 de las distribuctones rele- 0 TR’ tiene una distrib én ZZ cuando se utilizan tes casos son sal 183 y 2 vantes de 7°, Por tanto, la hipatesis nula no puede ser rechazada ~ PSD es ol acrdnima del Panel Study of hicome Digiamics, encuesta de periodicidad bianual sobre las res estadounisienses claborada por el Institute for iT) caracteristicas econdmicas y demogrficas de los hi Socal Research de Ja Univ erndad de Michigan. (N. " Una alternativa consiste en utilizar el método de Campbell y Mankiw y hacer una regresién del crecimiento del consumo respecto del crecimiento real de 1a yenta ubilizandn variables instrumentales, empleanda como mstrumento el crecimiento del salario. Dado que la relacion entre el crecimiento real 5 el aecimiento asi derivado de la renta es casi de uno a uno, este metodo procuciria probablemente resul tados similares 7.3 Aplicacion empirica: dos contrastaciones de la hipotesis del paseo. 367 Recordemos que en las Secciones 7.1 y 7.2 partiamos del supuesto de que los hogares pueden pedir prestado sin limitaciones siempre gue terminen por pagar sus deudas. Una razon por la que el consumo podria no seguir una pauta aleatoria es que este supuesto no tiene por qué ser cierto: es decir, es posible que los hogares se en frenten a restriceiones de liquidez. Si los hogares no pueden endeudarse y su renta corriente es menor que su renta permanente, su consumo vendra determinado por fa renta corriente. este caso, los cambios previsibles en la renta producen cambios previsibles en el consumo. Shea analiza las restricciones de liquidez, de dos modos. En primer lugar, y si- guiendo a Zeldes (1989) y otros autores, divide a los hogares segtin éstos poscan o no activos liquidos. Los hogares que disponen de este tipo de activos pueden mitigar las oscilaciones de su nivel de consumo recurriendo a aquéllos en lugar de endeu- darse. Por tanto, si las restricciones de liquidez fueran la causa de que los cambios previsibles en el salario afecten al consumo futuro, la hipsiesis de la renta permanen- te s6lo dejaria de cumplirse en el caso de aquellos hogares que no dispusieran de tales activos. Shea descubre, sin embargo, que el efecto de un crecimiento esperado del salario sobre el consumo es esencialmente idéntico en ambos grupos. En segundo lugar, y siguiendo a Altonji y Siow (1987), Shea divide el sector de ta muestra con bajos recursos en dos grupos en funcién de que el cambio esperado en el salario real sea positivo o negativo. Los individuos que se entrenian a unas expec tativas de ingresos decrecientes necesitan ahorrar, en lugar de endeudarse, para atenuar las oscilaciones de su consumo. Por tanto, si las restricciones de liquidez fueran importantes, los aumentos salariales previstos generarian incrementos prede. cibles en el consumo, pero Jas disminuciones salariales no deberian traducirse en. disminuciones previsibles. Los resultados de Shea contradicen estas hipatesis: en los hogares que esperan un incremento en su renta, el efecto estimado de un cambio en el salario real sobre ef crecimiento del consumo es de 6,06 (con un error estandar de 0,79), mientras que en los que esperan un crecimiento negative el efecto estimado es de 2,24 (con un error estandar de 0,95), Por tanto, no hay pruebas de que las restricciones de liquidez sean shea. la causa de los resultados obtenidos por S Debate Los resultados de Shea y de Campbell y Mankiw son similares a los que han brinda- do otras investigaciones. Por ejemplo, Shapiro y Slemrod (1995), Parker (1999) y Souleles (1999) identifican elementos de la politica publica generadores de movi- mientos previsibles de las rentas. Shapiro y Slemrod analizan la reforma de las reten- ciones del impuesto sobre la renta de 1992; Parker, por su parte, examina el fendme- no de los trabajadores que dejan de pagar cotizaciones a la Seguridad Social cuando su renta salarial anual supera un cierto nivel, y Souleles analiza las devoluciones en el impucsto sobre la renta. Los tres autores coinciden en senalar que los cambios previstos en la renta aparecen asociados a cambios sustanciales y previsibles en el consumo. Ahora bien, esta pauta deja de ser cierta cuando los cambios previstos en la ren: tase producen de forma regular y son de una cuantia significativa. Paxson (1993, 368 Capitulo 7 EL CONSUMO. Browning y Collado (2001) y Hsieh (2003) analizan variaciones previsibles en el nive. de renta que a menudo representan un 10 por 100 6 mas de la renta anual de una fa- milia, En los casos analizados por Paxson y por Browning y Collado, las variaciones se explican por las fluctuaciones estacionales de [a renta laboral, mientras que en e] caso de Hsieh se deben a los pagos anuales que el estado de Alaska hace a sus residen- tes en concepto de regalias derivadas del petrdleo. En todos los casos, la hipatesis de la renta permanente parece describir correctamente el comportamiento del consumo. Las fluctuaciones ciclicas del nivel de renta son mucho més pequenas y mucho menos previsibles que las variaciones estudiadas por Paxson, Browning y Collado y Hsieh. Por consiguiente, es mas probable que el comportamiento del consumo a lo largo del ciclo econémico se asemeje mas a su comportamiento en respuesta a las va- riaciones de renta estudiadas por Shea y otros que al que describen los autores citados. Los resultados obtenidos por Campbell y Mankiw respaldan claramente esta tesis. Pero, ademas, cs posible que las fluctuaciones eiclicas de la renta difieran en al- gtin aspecto importante de las variaciones asociadas a cambios en los contratos 0 en Ja normativa fiscal; por ejemplo, podrian resultar mas evidentes para los consumido- res. Por tanto, es posible que el comporlamiento del consumo ante una fluctuacién de la renta agregada se asemeje més a lo que predice la hipétesis sobre la renta per- manente. Desgraciadamente, parece que sdlo los datos agregados pueden ayudarnos a despejar la incdgnita, y aunque estos datos parecen desmentir la bipétesis de la renta permanente, distan mucho de ser decisi OS, 7.4 El ahorro y el tipo de interés Una cuestion importante en relacién con cl consumo es cémo responde éste a las tasas de rendimicnto. Muchos economistas han insinuado, por ejemplo, que wn tra- favorable de los intereses haria aumentar el ahorro y favoreceria, por tanto, el crecimiento cconémico. Pero si resuiltara que el consumo es relativamen- te insensible a la tasa de rendimiento, esta politica no seria demasiado eficaz. Por tanto, es importante comprender las relaciones entre consumo y tasa de rendimiento. tamiento fiscal mé El tipo de interés y el crecimiento del consumo Comencemos por ampliar el analisis sobre cl consumo en situaciones de certidumbre avanzada en la Seccidn 7.1 admitiendo la posibilidad de un tipo de interés distinto de cero, Aunque esta seccién reproduce en buena medida el material expuesto en la Seccidn 2.2, nos sera util recordar los rasgos esenciales de aquel andlisis. Una vez que introducimos un tipo de interés distinto de cero, la restriccién pre- supuestaria del individuo puede formularse diciendo que el valor actual de su con sumo vital no debe exceder la suma de su riqueza inicial y el valor presente de su renta laboral vital, Si el tipo de interés es constante v la vida se compone de T perio- dos, la restriccion es (7.24) Ni 7.4 El ahorro y el tipo de interés 369 donde r es el tipo de interés y todas las variables han sido desconiadas al pe- riodo 0. Si dejamos que el tipo de interés sea diferente de cero, es también util considerar una tasa de descuento distinta de cero. Ademis, el andllisis se simplifica si supone- mos que la funcidn de utilidad instanténea adopta la forma de aversién constante al riesgo relative que ya utilizamos en el Capitulo 2: u(C,) = C! °/(1 = 6), en la que 6 representa el coeficiente de aversién al riesgo relativo (la inversa de la elasticidad de sustitucidn entre el consumo en diferentes periodos). Por tanto, la funcién de utili- dad, (7.1), se convierte en Hoi cls l —- 7.25) , = (l+py 1-6 om donde p es la tasa de descuento. Consideremos ahora nuestro habitual experimento de una disminucién en el consumo en un determinado periodo t acompanado de un incremento en el periodo posterior equivalente a 1 + r veces la cuantia de aquella reduccién. La optimizacion requeriria que un cambio marginal de este tipo careciera de efectos sobre la utilidad vital. Puesto que la utilidad marginal del consumo en los periodos f y f+ I es, res= pectivamente, C/"/(1 +p) y C.* ,/(1 +p) 4, esta condicién puede escribirse como: 1 1 C= +A (7.26) (1 +p) (1 ‘p) Podemos reordenar esta condicin para obtener (7.27) Este and s implica que si admitimos la posibilidad de que el tipo de interés real y la tasa de descuento difieran, el consumo no tiene por qué seguir una pauta aleatoria: el consumo aumenta a lo largo del tiempo si r es superior ap y dis minuye en caso contrario. Ademias, si el tipo de interés real varia, varia también él componente prede- cible del crecimiento del consumo. Mankiw (198), Hansen y Singleton (1983), Hall (1988b), Campbell y Mankiw (1989b) y otros han examinado, a partir de aqui, cémo responde el crecimiento del consumo a las variaciones del tipo de interés real: basica mente, todos ellos coinciden en sefalar que lo hace en escasa medida, lo que sugiere que la clasticidad intertemporal de sustitucién es pequeia (es decir, que 0 es elevada). Tipo de interés y ahorro en e! modelo de dos periodos Aunque un aumento del tipo de interés reduce la ratio entre el consumo del primer periodo y el del segundo periodo, no implica necesariamente que el consumo inicial disminuye y el ahorro aumenta. Lo que complica las cosas es que la variacién del tipo de interés no tiene slo un efecto sustitucisn, sino también un efecto renta. En con- 370 Capitulo 7 EL CONSUMO. creto, si el individuo es un ahorrador neto, un incremento del tipo de interés le per- mitira alcanzar un nivel de consumo superior al anterior. Los problemas de carécter cualitativo pueden apreciarse analizando el caso de ur individuo cuya trayectoria vital se componga solo de dos periodos. Podemos utilizar para este caso una curva de indifcrencia estandar como la que muestra e] Grafico 7.2. a GRAFICO 7.2 Tipo de interés y decisiones de consumo en el supuesto de dos periodos 7.4 Elahorroyeltipo de interés 371 Para simplificar, supongamos que el individuo no dispone de riqueza inicial algu- na. Por tanto, en cl espacio (C,, C3) su restriccién presupuestaria pasa por el punto (\;, Y2): el individuo puede decidir consumir su renta en cada periodo. Y la pendicn- te de la restriccién presupuestaria es —(1 +r): es decir, si renuncia a una unidad de consumo en ¢l primer periodo, el individuo podra elevar su consumo en el siguiente periodo en 1 +r, Cuando r aumenta, la restriccién presupuestaria sigue pasando por el mismo punto, pero es mas inclinada (esto es, pivota en el sentido de las agujas del reloj en torno a (Y,, ¥3)) En la parte @ del gratico, el individuo se encuentra inicialmente en cl punto (¥,, Y2) v su ahorvo inicial es cero. En este caso, el incremento de r no tiene un efecto renta y la cesta de consumo inicial de dicho individuo sigue situandose sobre la res- triccién presupuestaria. En consecuencia, el consumo cae necesariamente y el ahorro aumenta en el primer periodo En la parte 6, C, es inicialmente menor que ¥;, de modo que el ahorro es positivo En este caso, un aumento de r tiene un efecto renta positive: el individuo pucde per- mitirse consumir por encima de su cesta inicial. F] efecto renta acttia disminuyendo el ahorro, mientras que el efecto sustitucion tiende a incrementarlo. EI efecto final es ambiguo; en cl caso expuesto en el grafico, el ahorro no cambia. Finalmente, en c, el individuo parte de una situacion de endeudamiento. En este caso, tanto el efecto sustitucién como el efecto renta reducen el consumo en el primer periodo, por lo que el ahorro aumenta necesariamente. Dado que el stock de riqueza es positive en el conjunto de la economia, los indi viduos son, en promedio, mas ahorradores que deudores. Por tanto, el efecto renta global de una elevacisn del tipo de interés es positivo. Un aumento del tipo de inte- rés tiene, pues, dos efectos contrapuestos sobre el ahorro global: uno positivo, a tra- vés del efecto sustitucién, y otro negativo, 4 través del efecto renta Complicaciones Lo expuesto hasta aqui parece indicar que, a menos que la elasticidad de sustitucin entre el consumo en los diferentes perfodos sea clevada, es poco probable que un incremento en el tipo de interés provoque un aumento sustancial del nivel de ahorro. Hay dos razones, sin embargo, que limitan la importancia de esta conclusion En primer lugar, los cambios que nos interesan no son sélo los que afectan a los tipos de interés: desde el punto de vista de a politica fiscal, el experimento significa tivo mas comtin consiste en un cambio en la composicién del paquete fiscal entre los impuestos que gravan los intereses y otros impuestos que no altera el vohumen total de recaudacién. Como muestra el Problema 7.7, este cambio tiene sdlo un efecto sus- titucién y, por tanto, desplaza necesariamente el consumo hacia el futuro. En segundo lugar, y de manera mas sutil, si el horizonte vital del individuo es lo suficiontemente largo, es posible que una pequeha variacién del ahorro termine tra duciéndose en un cambio importante en el nivel de riqueza (Summers, 1981a). Para ver esto, consideremos primero cl caso de una persona con un horizonte infinito y una renta laboral constante. Supongamos que para esta persona cl tipo de interés es igual al de descuento, lo que significa, de acuerdo con la ecuaci6n (7.27), que su nivel 372 Capitulo 7 EL CONSUMO de consumo es también constante, T.a restriccién presupuestaria implica que el ind: viduo consume la suma de sus ingresos laborales y sus intereses: © consumo por encima de esta magnitud violaria la restriccién presupuestaria y cual quier nivel inferior supondria que la condicién no se esté satisfaciendo con igualdad. Es decir, el individuo conserva su nivel inicial de riqueza independie mente de cual sea su valor: est dispuesto a mantener cualquier volumen de rique:+ siempre que 1 = p. De forma andloga, sir > p, la riqueza del individuo crecera ¢ manera continua, mientras que sir

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