Professional Documents
Culture Documents
Robert Frank - Microeconomia-Y-Conducta PDF
Robert Frank - Microeconomia-Y-Conducta PDF
‘curva de demanda de tiempo de pista por parte de John, P =50— 1/40, medida en horas
anunales, Suponiendo que no hay ningtn olro club de tenis en la ciudad, jcudl es la cuota
anual maxima que estaria dispuesto a pagar John para tener derecho a comprar tiempo de
“plstapor 25S a hora?‘MICROECONOMIA Y CONDUCTA, 137
FIGURAS.6
‘Aun precio de 258
{a hora, John recibe
1.2508 al ano vel
rea sombreada) de
fexcedente del
‘consumidor
alquilando tiempo de
pista. La cuota anual
maxima que puede
Cbrar por harerse
socio es de 1.2508.
(CURVA DE DEMANDA DE TIEMPO DF PISTA POR PARTE DE UNA PERSONA.
Precio ($ por hora)
Tiempo de pista horas anuales)
o 100 200
La respuesta a esta pregunta es el exeedente del consumidor que recibe John por poder
‘comprar tanto tiempo de pista como desee al precio de 25S ia hora. Es igual al area det
idugulo ABC de ta Figura 5.6, que es EC = 1/2(50~25)100 = 1.250 al aio. Si el club
‘cobrara una cuota més alta, John mejoraria su bienestar no alquilando tiempo de pista’.
EJERCICIO 5.2
Enel ejemplo 5.2, ;cudl seria la cuota anual maxima si el Club cobrara solamente 20S la =
hora por el tiempo de pista?
El ejemplo 5.2 aporta luz sobre muchas de las pricticas de fijacién de los precios que ob-
seryamos en toda la econom{a, Por ejemplo, muchos parques de atracciones cobran una canti-
dad fija por la entrada y otra por cada atraccién. Muchas compaiifas telef6nicas cobran una cuo-
@ mensual fija y cobran, ademas, en funci6n del nimero de llamadas realizadas. Y algunas
‘empresas de venta por correo cobran una cuota fija por el derecho a comprar los articulos de sus
tiendas 0 catalogos. ste tipo de sistemas de fijaciGn de los precios suele denominarse fijacién
de precios de dos tramos. Su efecto es transferir una parte del excedente del consumidor del
comprador del producto al vendedor.
Comparaciones globales del bienestar
Eyempto 5.3
El concepto de excedente del consumidor nos ayuda a identificar los beneficios (v los costes)
de los cambios que se producen en los mercados. A menudo queremos saber si los cambios que
afectan a més de un mercado mejoran o empeoran el bienestar de los consumidores. En este
caso, nuestro modelo de la eleccién racional también nos permite hacer toda una variedad
dc titiles deducciones. Veamos el siguiente ejemplo.
Jones gasta toda su renta en dos bienes, el X y el ¥. Los precios que pagé y las cantidades que
consumid el aio pasado son los siguientes: P; = 10,X = 50, Py = 20¢ ¥ ~ 25. Este afi Py ) Py
son ambos 10 y su renta es 750. Suponiendo que sus gustos no han variado, ;qué ano digfrutd
de un mayor bienestar? ;El aio pasado o éste?
Para fesponder a esta prégiuita resulta dil comenzar comparindo las réstriccioues presto!
puestarias de John correspondientes a {os dos afios, para lo cual debe observarse, en primer138
FIGURAS.7
(a)Sitaresticcon
presupuesaia del
Eonmumidor
‘omespondiente a
este af conten la
misma cesta que
Compr el ao
pao feta A
Gisirtar, al eves,
de mismo bienetar
este af0 ae e
Snteror (Si
Schemas, ts prion
‘elatvos de los dos
Bios son diferentes,
ieonsrtamente
bodré comprar una
Si mepr ete ate
‘cosa D,
CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA
RESTRICCIONES PRESUPUESTARIAS CORRESPONDIENTES A DOS ANOS
y y
Presupuesto de este ato 7
Presupuesto
del ato pasado
53075 100 3075100,
@ %
50
25
“Tgar, que el aio pasado Su Tenta fue igual a lo que gast6, a saber, P.X +P,¥'= 1000. Dados'-
los precios, tenemos, pues, las restricciones presupuestarias mostradas en Ja Figura 5.74.
En la Figura 5.7a vemos que la restriecién presupuestaria de Jones correspondiente a.
esie afio contiene la misma cesta que compré el afio pasado. Dado que sus gustos no han
variado, ¢so nos indica que su bienestar no ha empeorado con respecto al afio pasado. Al
fin y al cabo, todavfa puede comprar la misma cesta que antes, Pero nuestros supuestos
convencionales sobre la ordenacion de las preferencias nos permiten hacer una deduiccién
auin mas poderosa, En concreto, si sus curvas de indiferencia tienen la forma convexa ha-
Final, sahemos que wna curva de indiferencia —lIamémasta J,— era tangente a la res
triccién presupuestaria del afio pasado en el punto A de la Figura 5.7b. También sabemos
{que ta restriccién presupuestaria de este afio es mas inclinada que la del aio pasado,
Jo que nos indica qué parte de J, debe encontrarse dentro del tridngulo presupuestario de
este ato. En J,, la cesta A se pretiere igual que la C. ¥ como «cuanto més mejor», sabemos,
que se prefiere D a C. Por lo tanto, se prefiere D a A, por lo que sabemos que Jones ha po-
ddido comprar una cesta de bienes este afi que le gusta mas que la que compré cl aio pa-
sado, Por lo tanto, Jones ha disfrutado de un mayor bienestar este afio que el aio pasado,
Ejercicio 5.3
5 Joes gia waa a ea er ds bine, X yl Lai previo que pug as canada
cconsumié el atio pasado son las siguientes: P, = 15; X = 20; P, = 25; ¢ ¥ = 30. Este afio los
precios han variado (P, = 15 y P, = 20) y Ia Temta de Jones es de 900. Suponiendo que sus
‘gustos no han cambiado, ,qué aflo disfruté de tun mayor bienestar? El aflo pasado o éste?
APLICACION: CONSECUENCIAS DE LAS VARIACIONES DE LOS PRECIOS DE LA VIVIENDA
PARA EL BIENESTAR
Consideremos los dos casos siguientes:
1. Acabamos de comprar una vivienda por 200.0008. Al dia siguiente, se duplican los pre-
cios de todas las viviendas, incluida la que acabamos de comprar,
2. Acabamos de comprar una vivienda por 200.0008. AI dia siguiente, se reducen a la mi-
tad los precios de todas las viviendas, incluida la que acabamos de comprar.MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA B9
HOURA 58
hand e dupa el
redo dela
‘ends, moe
reaicién
Presper se
convert en By que
tambln conten
rest cesta ill
Come C la cesta
Satine de 8 se
encuens en una
lade derncia
inds ats que 4a
subi del precio de
iavivienda moja
ues bene
Cémo afecta a nuestro bienestar la variacién de los precios en ambos casos? ;Es mayor an-
tes de la variacién de los precios o después’
Hace poco hice estas preguntas a los estudiantes de primer afio de doctarado de economia.
La inmensa mayor‘a respondié que es mayor como consecuencia de los precios en el primer
caso, pero menor como consecuencia del descensa de los precios en el segundo, Aunque pare-
fa que la mayoria estaba muy segura de sus respuestas, s6lo una es correcta,
Para ver por qué, examinemos primero el caso en el que se duplican los precios de todas las
viviendas, Supongamos que nuestra riqueza total era de 400.0008 antes de comprar la vivienda
y que el tamafio de nuestra vivienda actual corresponde a 1 unidad de vivienda y el preciv de
otros bienes (el bien compuesto) es 1. Nuestra restriccién presupuestaria inicial corresponde en
cl primer caso a la Iinca B, de la Figura 5.8. Su ordenada en el urigen, 400.0005, es la cantidad
‘maxima que podriamos haber gastado en otros bienes. Su abscisa en el origen, dos unidades de
vivienda, corresponde a la cantidad undxima de vivienda que podrfamos haber comprado (es de~
cir, una vivienda el doble de grande que Ia actual). En B,, el equilibrio del punto A representa
nuestra compra inicial, En A, tenemos una unidad de vivienda y nos quedan 200.000$ para otros
bienes.
‘Cuando se duplica el precio de nuestra vivienda, nuestra restricciGn presupuestaria se con-
vierte en la Iinea B, de la Figura 5.8. Para calcular la ordenada en el origen de B,, obsérvese que
nuestra vivienda actual ahora puede venderse por 400.0008, que cuando se suman a los
200.000$ que nos quedaron tras comprar la vivienda, hacen un méximo de 600.000S para
‘otros bienes. La abscisa en el origen de B, indica que cuando se duplica el precio de la vivien-
da a 400.0008 la unidad, slo podemos comprar un maximo de 1,5 unidades de vivienda con
nuestros 600.0008. Obsérvese, por tltimo, que en B, nuestra cesta Sptima es C, que contiene
H, < | unidades de vivienda y otros bienes por valor de O, > 200.0008. Y como la cesta C se
encuentra en una curva de indiferencia mas alta que la A, disfrutamos de un bienestar mayor que
antes de la subida del precio.
Como cabria esperar, cuando sube el precio de la vivienda, la respuesta mejor es comprar
‘menos unidades de vivienda y més de otros bienes. Obsérvese que estamos aisladas del davio
que produce el efecto-renta de la subida del precio, ya que esta subida aumenta el valor de la vi-
vienda que poseemos.
Hasta ahora todo va bien, Veamos el caso que para muchos estudiantes era el més dificil,
a saber, el caso 2, en el que los precios de la vivienda se reducen a Ia mitad. Adoptando de
nuevo las unidades de medida utilizadas en el caso 1, tras el descenso de los precios de la vi-
vienda nuestra restriccién presupuestaria es la R, de la Figura 5.9. Para hallar su ordenada en
SUBIDA DE LOS PRECIOS DE LA VIVIENDA Y BIENESTAR
DE LOS PROPIETARIOS DE VIVIENDAS
(Otros bienes
Cantidad de vivienda140
FIGURA5.9
Cuando el precio de
fa vivienda se reduce
ala mitad, nuesva
restrccién
presupuestaria se
cconvierte en B,, que
tambien contiene
‘nuestra cesta nical
‘A.Como D, la cesta
“pti do Ry se
‘encuentra en una
cura de indiferencia
mas alta que A,
descenso del precio
‘dela vivienda
mejora nuestto
bienestar.
CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA
DESCENSO DE LOS PRECIOS DE LA VIVIENDA Y BIENESTAR
DE LOS PROPIETARIOS DE VIVIENDAS
(Otros bienes
2 Cantidod de vvionda
3
el origen, obsérvese que Ja venta de nuestra vivienda actual ahora s6lo genera 100.0008,
que, cuando se suman a los 200.0005 que ya tenemos, hacen un maximo de 300.000$ para la
compra de otros bienes. Para calcular la abscisa en el origen de B,, obsérvese que cuando baja
el precio de la vivienda a 100.000§, ahora con nuestros 300.000S compramos un maximo de 3
unidades de vivienda. Dada la restriccién presupuestaria B,, la mejor cesta asequible es la D,
que contiene H, > 1 unidades de vivienda y O, < 200.000 unidades de otros bienes. Al igual
«que en el primer caso, la variacién del precio relativo nos lleva de nuevo a una curva de indi-
ferencia més alta. Sin embargo, ahora el sentido de la sustitucién es el contrario: como ahora
la vivienda es mas barata que antes, respondemos comprando mas unidades de vivienda y me-
nos de otros bienes.
Obsérvese que en ambos casos nuestra nueva restriccién presupuestaria contiene nues-
tra cesta inicial, lo que significa que tenemos que disfrutar al menos del mismo bienestar
después de la variacién de los precios que antes. Obsérvese también que en ambos casos la
variacién de los precios relativos significa que nuestra nueva restriccién presupuestaria contiene
ccestas que se encuentran por encima de nuestra curva de indiferencia inicial, lo que permite con-
seguir un resultado mejor en ambos casos.
APLICACION: SESGO EN EL [NDICE DE PRECIOS DE CONSUMO
El indice de precios de consumo (IPC) mide las variaciones del «coste de la vida, la cantidad
que debe gastar un consumidor para mantener un determinado nivel de vida. El IPC, publicado
‘mensualmente por el Bureau of Labor Statistics, se halla calculando primero el coste de una
cesta representativa de bienes y servicios durante un periodo de referencia y dividiendo ese cos-
te por el custe actual de la unisma cesta. Asi, por ejemplo, si cuesta 1008 comprar la cesta te-
presentativa en el periodo de referencia y 150S comprar la misma cesta hoy, el IPC seria 1,5. Al
anunciar esta cifra, los portavoces oficiales explicarfan que significa que el coste de la vida ha
aumentado un 50 por 100 en comparacién con el perfodo de referencia.
‘Sin embargo, lo que no tiene en cuenta el [PC es que cuando suben los precios de los dife-
rentes bienes en diferentes proporciones, los consumidores generalmente no compran la misma
cesta de bienes que solfan comprar sino que normalmente sustituyen los bienes cuyos precios
han subido més. Reasignando su presupuesto de esta forma, pueden evitar, al menos en parte,MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 141
los perjudiciales efectos de las subidas de los precios. Como el IPC no tiene en cuenta la sus-
titucién, tiende a sobreestimar las subidas del coste de la vida.
Un sencillo ejemplo basado en el modelo de la eleccién racional lo demuestra inequivo-
camente. Supongamos que los vinicos bienes que hay en la economia son arroz y trigo y que el
consumidar representative consume 20 kilos al mes de cada uno de ellos en el periodo de re~
ferencia. Si el arroz y el trigo cuestan cada uno 1S el kilo en el perfodo de referencia, ;cudl
serd el IPC en el periodo actual si el arroz ahora cucsta 2§ el kilo y el trigo 38 el kilo? El cos-
te de la cesta del periodo de referencia a los precios de ese perfodo era de 40S, mientras que
a los precios actuales csa misma cesta ahora cuesta 1008. El IPC toma, pues, el valor de
100$/40S = 2,5. Pero jes realmente correcto decir que ahora el coste de la vida es 2,5 veces el
de antes?
Por poner un ejemplo extremo, supongamos que nuestro consumidor representativo consi-
dera que el artvz y el trigo son sustitutivos perfectos en una proporcion de uno a uno, lo que sig-
nifica que sus curvas de indiferencia son rectas de 45° de pendiente negativa. En la Figura 5.10,
su cesta inicial est representada por A y su curva de indiferencia inicial (que coincide exacta-
‘mente con su restriccién presupuestaria inicial) es la J,. Ahora supongamos que preguntamos
cudnta renta necesitaria en el periodo actual para lograr el mismo nivel de satisfaccién que lo-
gr6 en el periodo de referencia. A los nuevos precios, la pendiente de su restriccién presu-
Puestania ya no es —1, sino ~3/2. Con una restriccién presupuestaria de esta nueva pendiente, po-
dria alcanzar su curva de indiferencia inicial de una forma més barata comprando la cesta C de
la Figura 5.10. ¥ dado que el coste de C’a los precios actuales es de 80S solamente, podemos
decir que el coste de mantener el nivel inicial de satisfaccién se ha multiplicado por 2 sola-
mente, no por 2,5.
En general, podemos decir que el grado en que el IPC sobreestima el coste de Ia vida an-
‘menta conforme son mayores las posibilidades de sustitucién. El sesgo también es mayor
cuando hay mayores diferencias entre las tasas de subida de los diferentes precios.
SESGO INHERENTE DEL INDICE DE PRECIOS DE CONSUMO
‘Arroz (kilos mensuales)
(esta Sptima en el period actual
Cesta Sptima en el petiodo de referencia
‘go kilos mensuates)
° 20 40
FIGURA 5.10
Para este consumidor, el aroz y el trigo son sustitutivos pertectos. Cuando el precio de cada uno era de 1$ el kilo,
‘compraba 20 ilos al mes de cada uno en el periodo de referencia, lo que hacia un gasto total Ge 40$ al mes. Silos
precios actuales del aroz y el trigo son de 2$ y 38 el kilo, respectivamente el gasto necesario para compra la
‘esta inicial es de 100§ al mez. EPC cs el cociente entre estos dos gastos, 1008/40§ ~ 2,5. Pero este eonsumidOr
puede alcanzar su curva de indiferenciainicial,l, comprande la cesta C, que cuestas6lo 808 alos precios
‘actuales. El coste de mantener el nivel inicial de Stisfaccién se ha multplicado, pues, por 2,0 solamente.142 CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA
EL CAMBIO DE LA CALIDAD: ;OTRO SESGO EN EL IPC?
Es posible que la tarea de recoger datos sobre los precios de los bienes y servicios parezca sen-
cilla. Sin embargo, en la practica es compleja debido a la existencia de descuentos, devolucio-
nes y otras promacianes en las que el precio real de transaccién puede ser muy distinto del pre-
de datos exactos sobre los precios, con todo lo importante que es, no basta
para estimar los cambios del coste de la vida. También debemos tener en cuenta los cambios de
la calidad de lo que compramos y es0 es, desgraciadamente, mucho més complicado que medir
las variaciones de los precios.
Basta observar brevemente la industria automovilistica para ver la dificultad. Segtin cl De-
partamento de Comercio de Estados Unidos, en 1994 el precio medio pagado por un vehiculo
nuevo era de 19.675, lu que representa una subida del 5,1 por ciento con respecto a 1993 y de
72,8 desde 1984+, Durante ese mismo periodo de 10 afios, el IPC solo subié un 42,6 por 100.
{Significa eso que tos precios de los auromoviles han subido mucho mas deprisa que los de
otros bienes y servicios? No necesariamente. Al fin y al cabo, los automéviles recién produ-
cidos tienen muchas caracteristicas que no tenian los modelos anteriores. Por ejemplo, mientras
que alrededor del 90 por 100 de los automéviles vendidos en Estados Unidos en 1994 levaba
airbags y alrededor del 40 por 100 levaba frenos antibloqueo, casi ninguno los tenia en
1984. Aigunos articulos especiales como las lunetas térmicas posteriores y los elevalunas,
eléctricos, que antes s6lo Hlevaban los automsviles de lujo, aumentaron més de un 50 por 100
durante esa misma década,
El Departamento de Comercio calcula actualmente un IPC especial para los vehiculos de
motor, que deduce el coste de esas caracteristicas adicionales en un intento de medir las varia-
ciones de los precios de automéviles que tienen caracteristicas similares. Este indice slo subi6
tun 32,2 por 100 entre 1984 y 1994, es decir, alrededor de un 10 por 100 menos que el IPC
global
Aunque estos ajustes ayudan claramente, s6lo recogen una pequeiia parte de los cambios,
que ha experimentado la calidad de los automéviles en los tltimos afios. Por ejemplo, el IPC de
los vehiculos de motor no tenfa en cuenta el hecho de que los automsviles de 1995 habfan lo-
grado una reduccién de las emisiones de hidrocarburos del 40 por 100 y de los éxidos de ni-
trgeno del 60 por 100 en relacién con los automviles de 1984. Tampoco tenfa en cuenta el he-
ccho de que los automéviles son mucho mds fiables, seguros y resistentes a la corrosién que hace
diez afos.
El ritmo de mejora de la calidad de los autom6viles se observa claramente comparando el
sedin Honda Civie DX de 1995 —uno de los automéviles mas pequeiios y baratos de Ia com-
paiiia durante el afio de ese modelo— y el sedén Accord de la gama més alta de Honda de 1982.
‘Ademés de tener una serie de elementos de seguridad que no se encuentran en el Accord més
antiguo, el Civic de 1995 tiene un interior mayor; un motor més silencioso, mas limpio y, si
‘embargo, mas potente (102 caballos frente a 75); mejores neumsticos y frenos; y una suspen-
in mucho mas sofisticada. El Civic de 1995 pasaba de 0 a 100 km/h en 9,1 segundos, mien-
tras que el Accord de 1982 pasaba en 12,2; el Civic de 1995 consumia 6 litros de gasolina a los
100 kilémetros, mientras que el Accord de 1982 gastaba 7,5. Mientras que el acabado del Civic
de 1995 sobrevivird a seis inviernos del norte y estard casi como nuevo, el Accord de 1982, ex-
puesto a condiciones similares, acababa leno de éxido. El Accord de 1982 tenfa un precio ofi-
cial de venta al publico de 8.9958, pero como habia pocos, muchos concesionarios lo vendfan
por unos 10,000S. El Civic de 1995 tenia un precio oficial de 12.3608 y la mayorfa de los con-
cesionarios lo vendfan con un considerable descuento. Por lo tanto, incluso despues de trece
* Los dalos de este apastado proceden de Cstba Csere, «Do Cars Cost Too Much, Or Do We Just Like Costly
Cars?», Car and Driver, junio, 1995, pig. 9MICROECONOMIA Y CONDUCTA 143
afios, el precio de venta final no era mucho més alto en el caso del Civic que en el del Accord.
EI precio oficial del Civic de 1995, ajustado para tener en cuenta las variaciones del IPC global,
equivale a 8.852S en délares de 1982: es decir, se trata de un automévil mucho mejor por me
nos dinero.
Si la comparacién entre el Civie y el Accord es representativa, parece que los intentos de las
autoridades de tener en cuenta las mejoras de la calidad de los automéviles se han quedado cor-
tos. Con el crecimiento de la competencia mundial, la calidad ha mejorado 1apidamente nv 9610
en el caso de los automéviles sino también en el de otros bienes y servicios. ¥ podemos estar
seguros de que, al igual que cn la industria autuinvvilistica, muchos de los cambios relevantes
habrén pasado inadvertidos para el Departamento de Comercio.
El hecho de nv tener totalmente en cuenta las mejoras de la calidad produce el mismo efec-
to que el hecho de no tener en cuenta la sustitucién. Ambos hacen que el indice oficial del cos-
te de la vida sobreestime la verdadera subida de los precios.
EL IPC tiene unas consecuencias extraordinariamente importantes para el déficit presu-
Puestario federal, pues éste es el indice que se utiliza para determinar los ajustes que hay que
realizar en las pensiones y la multitud de programas piblicos para tener en cuenta el coste de la
vida. Incluso un leve sesgo al alza del IPC puede elevar el déficit presupuestario en muchos mi-
les de millones de délares. Para aquellos que deseen profundizar en este tema, los indices de
precios se analizan mas detalladamente en el apéndice de este capitulo, que puede encontrarse
en el apartado For the Instructor en nuestra pagina Web www.mhhe.com/economics{frank4.
Utilizaci6n de la elasticidad-precio de la demanda
En el campo del andlisis econémico aplicado, pocos instrumentos son més importantes que el
concepto de elasticidad-precio de la demanda. En este apartado analizamos algunas aplicacio-
nes de este concepto en tres casos muy diferentes.
APLICACION: LA SUBIDA DE LA TARIFA DEL MARTA.
En 1987, para cubrir su creciente déficit presupuestario, el Metropolitan Atlanta Rapid Trans-
port Authority subié recientemente su tarifa bésica de 60 a 75 centavos el viaje. En los dos me-
ses siguientes, los ingresos totales del sistema aumentaron un 18,3 por 100 con respecto al mis-
mo perfodo del afio anterior’. Suponiendo que la curva de demanda es lineal y que las
variaciones observadas en la utilizacién del transporte son el resultado de la subida de la tarifa,
qué nos dicen estas cifras sobre la elasticidad-precio inicial de la demanda de viajes realizados
utilizando el sistema MARTA? Si Q, es el niimero inicial de usuarios y Q la variacién de dicho
riimero provocada por la subida de la tarifa y si P y P, representan la variacién del precio y el
precio inicial, respectivamente, podemos utilizar la informacién dada para calcular Ia expresién
11= (AQ/O, MAPIP, ). Supongamos que la curva de demanda de viajes realizados en el MARTA.
es la D de la Figura 5.11. Fl hecho de que los ingresos totales aumentaran un 18,3 por 100 pue-
de expresarse de la forma siguiente:
75(Q, + AQ)- 600,
609,
= 0,183 1)
5 Véase Bert Roughton,
de 1987, px. 7.
r, «MARTA Sees Ridership Dip with Fare Hike», The Atlanta Constitution, 8 de octubre144
FIGURA 5.11
Conociendo la
variacion porcentual
del gosto total y Ia
variaci6n porcentual
del precio, poderos
caleularla
clasticidad-precio de
ladernanla
CAPITULO 5; APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA,
LASUBIDA DE LA TARIFA DEL MARTA
(centavos por viaje)
75
60)
i Qvayes danios)
donde AQ <0 es la reduccién del ntimero de viajes. La Ecuaci6n 5.1 se reduce a
150 +7580
aaa a 62)
de donde se deduce, a su vez, que
4g
* =0,0536
2 (3)
Dado que sabemos que AP/P, = 15/60 = 0,25, tenemos que 7) = -0,0536/0,25 = -0,2144. La
‘demanda de viajes en el MARTA es, pues, sumamente ineldstica con respecto al precio, lo que
concuerda con el hecho de que la subida de Ia tarifa provocé un aumento significativo del gas-
to total.
APLICACION: LA ELASTICIDAD-PRECIO DE LA DEMANDA DE BEBIDAS ALCOHOLICAS
Cémo responde el consumo de bebidas alcohsticas a las variaciones de su precio? Durante mu-
chas décadas. se ha dicho que «no mucho». Sin embargo, desgraciadamente las estimaciones de
la elasticidad-precio de Ia demanda de bebidas alcohélicas tiende a ser muy poco fiable. El pro-
bblema se halla en que los precios de estas hebidas normalmente no varian lo suficiente para po-
der estimar con precisién sus efectos,
En un detenido estudio, Philip Cook ha utilizado algunos datos, hasta ahora sin explotar,
referentes a las variaciones significativas de los precios de la bebidas alcohdlicas. Sugiere
que la elasticidad precio de la demanda de dichas bebidas puede ser mucho mayor de lo que se
pensaba,
Su método consiste en examinar las variaciones que eapetinteuta su consumo en respuesta
a las variaciones de los impuestos a que estan sometidas en Ios diferentes estados de Estados
Unidos, Eu ueinta de tus cuarenta y ocho estados continentales, 1a venta privada de bebidas al-
* Philip 3. Cook, «The Effect of Liquor Taxes on Drinking, Cinhosis, and Auto Accidents», en Mark Moore y Dean
Gerstein (comps.), Alcohol and Public Policy, Washington, D.C., National Academy Press, 1982.MICROECONOMEA Y CONDUCTA M5
cohélicas exige Ia posesién de una licencia y est4 sujeta a impuestos. Periddicamente, Ia ma-
yoria de estos estados suben sus impuestos nominales sobre las bebidas alcohélicas para con-
‘trarrestar los efectos de la inflacién. El valor real del impuesto sobre estas bebidas suele ser mé-
ximo tras la subida y a erosionarse ininterrumpidamente conforme aumenta el coste de la
vida en los afios siguientes. El hecho de que los impuestos no se ajusten continuamente para
‘mantener constante su valor real nos indica la variabilidad del precio real que necesitamos para
estimar Ia sensibilidad de las compras de bebidas alcohdlicas a las variaciones de los precios.
En la muestra de 30 estados en que se basa el estudio de Cook, los impuestos sobre las be-
bidas alcohélicas se subieron en 39 ocasiones durante el periodo 1960-1975. Eu 30 casos de es-
tos 39, el autor observa que el consumo de bebidas alcohdlicas disminuy6 en relacién con la
tendencia nacional un afio después dc la subida del impuestv. Estima que la elasticidad-precio
de la demanda es de -1,8, valor significativamente superior al publicado en anteriores estudios.
La interpretacién que hace Cook de sus resultados constituye un interesante estudio practico
de los factores que determinan la elasticidad-precio. El autor sefiala que una caracteristica des-
tacada del mercado de bebidas alcubilicas es el hecho de que los bebedores empedernidos, aun-
que representan una pequefia proporcién de la poblacién total, constituyen una elevada pro-
porcidn del alcohol total consumido. Este hecho ha llevado a muchas personas a pensar que el
consumo de bebidas alcohdlicas era insensible a las variaciones del precio, pues, al fin y al
‘cabo, la idea que tenemos de los bebedores empedemnidos es que beben principalmente por cos-
tumbre, pero no porque hagan reflexiones racionales sobre el precio. En otras palabras, los ana-
listas siempre han pensado que el efecto-sustitucién era pequefio en el caso de estas personas.
Pero incluso aunque fuera cero en el caso de los bebedores empedernidos, quedarfa por consi-
derar el efecto-renta. La proporcién del presupuesto dedicada a las bebidas alcohdlicas tiende a
ser elevada en el caso de los bebedores empedernidos por dos razones. La més evidente es que
compran muchas bebidas alcohélicas; la menos, quiz4, es que sus rentas tienden a ser signifi-
cativamente menores que la media. Muchos bebedores empedemidos tienen dificultades para te-
ner un empleo estable y a menudo no pueden trabajar a pleno rendimiento en el empleo que tie-
nen. Como consecuencia, el efecto-renta de una subida significativa del precia de las bebidas
alcohélicas obliga a muchos a consumir menos. Para apoyar esta interpretacién, Cook seftala
que la mortalidad producida por la citrosis hepatica disminuye acusadamente en los afios pos-
teriores a las subidas significativas de los impuestos sobre las bebidas alcohélicas. Esta enfer-
medad afecta, en su mayor parte. a personas que tienen un historial prolongado de abuso del al-
cohol, y la experiencia clinica revela que la reduccién del consumo de alcohol puede retrasar
© impedir su aparicién en las personas que Hevan muchos afios bebiendo.
APLICACION: ;POR QUE CUESTAN LAS ENTRADAS DE LOS PARTIDOS DE FUTBOL AMERICANO
MUCHO MAS QUE LAS DF LOS PARTIDOS DE BEISBOL?
Los New York Giants Rams cobran 65$ por las mejores entradas cuando jueyan en su campo,
‘mientras que los New York Yankees cobran 188 solamente, Algunos aficionados creen que esta
diferencia se debe a que e! fitbol ha cclipsado al béisbol como pusatiempo nacional en Estados
Unidos, que las entradas del futbol son mucho més caras simplemente porque a la gente le gus-
ta més este deporte. Peo esta opinién es, cuando menos, prematura, pues la diferencia de pre~
cios tiene una sencilla razén econdmica, que no guarda relacin alguna con los méritos intrin-
secus de los dos deportes. Se trata de que la temporada de béisbol consta de 162 partidos y la de
{itbol, de 16 solamente. Si los dos deportes cobraran los mismos precios, la cantidad que gas-
tarfa en entradas de béisbol un aficionado normal serfa més de 10 veces superior a la que gas-
taria en entradas de futbol. Incluso a los precios actuales, los verdaderos aficionados al béisbol
gastan una proporcién mucho mayor de su renta en entradas que los verdaderos aficionados al
flitbol, lo que significa que la elasticidad-precio de la demanda es mayor en el caso de las en-146
CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA,
tradas de béisbol, lo que lleva, a su vez, a los duefios de los equipos a cobrar menos por ellas.
Los aficionados a los deportes que estén bien informados se dan cuenta de que el béisbol si-
gue siendo en gran medida el pasatiempo de Estados Unidos, a pesar de que los precios de las
entradas son considerablemente més bajos que los del fitbol.
El modelo de la eleccién intertemporal
Las elecciones que hemos analizado hasta ahora implicaban la realizacion de intercambios en-
tre distintas opciones en el presente: entre los alimentos y el vestido consumidos hoy; entre los
Viajes y el equipo estereotonico consumidos hoy, etc. No existia ningin indicio en ninguna
de estas elecciones de que la opci6n elegida hoy pudiera afectar al menti de opciones existentes
enel futuro.
‘Sin embargo, esos efectos constituyen un rasgo destacado de muchas de nuestras decisiones
més importantes. La tarea de este apartado seré ampliar el modelo basico de la eleccién del con-
sumidor del Capitulo 3 para tenerlo en cuenta,
LAS CESTAS INTERTEMPORALES DE CONSUMO
FIGURA 5.12
La figura muestra
sistinas
‘combinaciones de
consumo actual y
futuro representadas
por medio de puntos
enel plano G, Cy.
Convencional-
mente. el ee de
absclsas mide el
Consumo actual,
Yel de ordenadas,
consumo futuro.
‘Cuando los individuos han de decidir qué hacer con su renta, pueden o bien consumirla toda hoy,
© bien ahorrar una parte para el futuro. La pregunta a la que queremos dar respuesta es Ia si-
‘uiente: «{Cémo distribuirfan los consumidores racionales su consumo a lo largo del tiempo?»
Para no camplicar en exceso el andlisis, resulta titil comenzar suponiendo que sélo hay dos pe-
riodos de tiempo, a saber, el actual y el futuro. En el modelo convencional o atemporal de la
eleccién del Capitulo 3, las opciones eran diferentes bienes que podian consumirse en el perio-
do actual: manzanas hoy o peras hoy, etc. En nuestro sencillo modelo de la eleccién intertem-
poral, las opciones serin, por el contrario, consumo actual (representado por medio de C,) 0 con
‘sumo futuro (representado por medio de C,). Cada uno de ellos es una amalgama, el equivalente
funcional del bien compuesto (véase el Capitulo 3). En aras de la sencillez, dejamos de lado Ia
ccuestién de la distribucién del consumo actual y el futuro entre los distintos bienes de consumo.
En cl modelo de la cleccién atemporal, cualquier cesta de bienes puede representarse
‘como un punto en un sencillo grafico bidimensional, En el modelo de la elecciGn intertemporal
utilizamos un procedimiento semejante. Por ejemplo, en la Figura 5.12 el consumo actual de
{6.0008 y el futuro de 6,0008 estin representados por la cesta E. La D representa el consumo ac-
tual de 3.0008 y el futuro de 9.0008.
CCESTAS INTERTEMPORALES DE CONSUMO-
x feonsume futuro)
(consumo actual)MICROECONOMIA Y CONDUCTA 147
LA RESTRICCION PRESUPUESTARIA INTERTEMPORAL,
Valor actual
El valor actual del
ppago de X dolares
dentro de T afios
eo XML #1),
donde res el tipo
de interés anual.
FiGURA 5.13
Por cada dalar en
aque se reduce el
‘consumo actual, es
posible aumentar el
Consumo future
en 2s
Supongamos que recibimos 50,0008 de renta en el perfodo actual y 60,0008 en el perfodo fu-
turo. Supongamos también que si depositamos parte de nuestra renta del perfodo actual en un
banco, podemos recibir el principal més un 20 por 100 en el perfodo futuro. Asimismo, si de-
seamos pedir un préstamo contra nuestra renta futura, podemos recibir 1$ en el perfodo actual
por cada 1,208 que dehemos devolver en el perfado futuro (véase la Figura 5.13). Para construir
huestra restriccién presupuestaria intertemporal, obsérvese, en primer lugar, que siempre
podemos consumir meramente nuestra renta en cada perfodo, por lo que C, = 50.0008 y
CC, = 60.0008 debe ser un punto de nuestra restrccién presupuestaria intertemporal, Otra opcién
8 depositar los 50,0008 (préstamo maximo) y, por lo tanto, recibir 1,2 (50.000) = 60.0008, ade-
‘mas de nuestra futura renta de 60.0008, de tai forma que el consumo futuro seria C, = 120.0008
y el consumo actual serfa nulo (C, = 0). Sin embargo, otra opcién es pedit un préstany de
{60.000/1,2 = 50,0008 (préstamo maximo), que sumado a nuestra renta actual de 50,0008 nos
da un consumo actual de C, ~ 100.0008 con un consumny futuro nulo (C, = 0). La ecuacién de
nuestra restriccién presupuestaria intertemporal es C, = 120.000 — 1,2C, 0, lo que es lo mismo,
1,2C, + C, = 120.0008.
Supongamos, en general que recibimos M, de nuestra renta en el primer perfodo y M, en
cl segundo y pocemos pedir 0 conceder un préstamo al tipo de interés r. En estas circunstancias,
cual es la cantidad maxima que podemos consumir en el futuro? Podemos consumir la canti-
dad maxima cuando apartamos toda la renta actual para utulizaria en el futuro. Si apartamos M,
cn el periodo actual al tipo de interés r, significa que nuestro depésito ser M, (1 + r) en el fu-
tro, por fo que posiblemente la cantidad maxima que podamos consumir en el futuro es esa
cantidad mas nuestra renta futura, es decir, M,(1 +r) + M,.
{Cual es la cantidad méxima que podrfamos consumir en el periodo actual? La respuesta es,
‘nuestra renta actual més la cantidad méxima que podamos pedir prestada con el aval de nuestra
renta futura, La cantidad maxima que podemos pedir prestada con una renta futura de M, se de-
nomina valor actual de M, y estd representado por VA(M,). Es la cantidad que depositada hoy
aun tipo de interés r, valdré exactamente M, en el futuro. Por lo tanto, el valor actual de M,
puede hallarse despejando VA(M,) en la expresion VA(M,\(1 + 7):
VA(M,
(5.4)
[RESTRICCION PRESUPUESTARIA INTERTEMPORAL
G
120.000
60,000
o 50.000 100.000148 ‘CAP{TULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA
Ast, por ejemplo, si M, fuera 100.0008 y el tipo de interés de un 10 por 100 (es decir,
1 =0,10), el valor actual de M, serfa 110.0008/1,1 = 100.0008. El valor actual es una sencilla re-
laci6n de equivalencia entre sumas de dinero pagaderas en diferentes momentos del tiempo. Si
r=0,10, 100.0008 actuales valdrén 110.0005 en el futuro, Por la misma razén, 110,000$ futu-
ros valen [00,0008 hay, cuando el tipo de interés es de un 10 por 100.
No es necesario, por supuesto, pedir un préstamo o ahorrar las mayores cantidades posibles.
El consumidor que desee trasladar parte de su consumo futuro al periodo actual puede pedir
prestada cualquier cantidad hasta la maxima al tipo de 1/(1 + r) délares hoy por cada dolar a que
renuncic en cl futuro. También pucde ahorrar cualquicr cantidad de su consumo actual y recibir
(1 +7) délares en el futuro por cada délar que no consuma hoy. Por lo tanto, la restriccién pre-
supuestaria intertemporal, representada por el conjunto de puntos B en la Figuia 5.14, es de wue-
vo la linea recta que une los puntos que representan el consumo actual maximo y el consumo
fatury nxaximo, Y su pendiente es de nuevu ~(1 + r). Al igual que en el modelo atemporal, 1a
pendiente de la restriccién presupuestaria también puede interpretarse como un cociente entre
precios relativos. En este caso, es el cociente entre los precios del consumo actual y del con-
sumo futuro. El consumo actual tiene un precio mas alto que el futuro debido al coste de
‘oportunidad de los intereses que se pierden cuando el dinero se gasta en lugar de ahorrarlo.
‘Convencionalmente, la abscisa en el origen de la restricciGn presupuestaria intertemporal se de-
nomina valor actual de la renta percibida a lo largo de toda la vida.
EvERcICIO 5.4
Usted tiene 50,0008 de renta actual y 42.000S de renta futura, Si el tipo de interés entre el
petfodo actual y el futuro es de un 5 por 100, ;cusl es ef valor actual de Ia renta que pet- 5;
cibe a lo largo de toda su vida? {Cul es la cantidad maxima que puede consumir en el fu-
turo? {Cua es la ecuacion que describe su restriccion presupuestaria intertemporal? .
Al igual que en el caso atemporal analizado en el Capftulo 3, la restriccidn presupuestaria
intertemporal es un itil instrumento para resumir las cestas de consumo que puede comprar una
persona. Y de nuevo, al igual que anteriormente, no nos indica qué combinacién decidird
comprar.
FIGURA 5.14 RESTRICCION PRESUPUESTARIA INTERTEMPORAL CON RENTA EN AMBOS PERIODOS,
Eleoste de CUANDO ES POSIBLE PRESTAR Y PEDIR PRESTADO AL TIPO
‘oportunidad de 1
cde consumo actual G
es (1+ 08 de
consumo FUL aay 0) 5
‘bec en el origen
de la restrccién
Presupuestaria
intertemporal es ef
valor actual de la
renta percibida fo
largo de toda la vida,
M+ Mf + 0
Pendiente
s4ten
G
° Mo MenMICROECONOMIA Y CONDUCTA ie
CURVAS DF INDIFERENCIA INTERTEMPORALES
‘Tusa marginal de
preferencia
temporal Namero
de unidades de
consumo future
que intercambiarfa
tun consumidor por
‘une unidad de
‘consume actual
FIGURA 5.15
A igual que ocurre
ene! modelo
temporal, los
‘rovimientos en
sentido ascendente
yyhacia la derecha
representan un
‘aumento de la
Setisfacci6n. El valor
absoluto de la
pendiente de una
Curva de indferencia
en un punto se
clei tase
marginal de
referencia temporal
cen
correspondiente a
fee punwe. La TMPT
correspondiente aA
es |ACJACI.
Para descubrir la cesta que seleccionard el consumidor de todas las viables, necesitamos un ins-
‘trumento que nos permita representar sus preferencias respecto al consumo actual y al futuro.
En este caso, el recurso analitico es de nuevo muy parecido al que utilizamos en el caso atem-
poral. Las preferencias de un consumidor respecto a los bienes actuales y futuros pueden re~
prescntarse cn un mapa de curvas de indiferencia, de la misma manera que sus preferencias res
pecto a dos bienes de consumo actuales. En la Figura 5.15, el consumidor es indiferente entre
las cestas que se encuentran en la curva J, y que son todas ellas menos atractivas que las que se
encuentran en la J, ¥ asf sucesivamente.
El valor absolulo de la penuicnte de la curva de indiferencia intertemporal en cualquier pun-
to es la relacin marginal de sustitucién entre el consumo futuro y el actual. En el punto A de la
Figura 5.15, viene dado por |ACY/AC,| este cociente también sé denomina (asa margin de
preferencia temporal (TMPT) (véase la nota 7). Si|AC,/AC,|> 1 en A, se dice que el consu-
midor muestra una preferencia temporal positiva en ese punto, lo que significa que se necesita
mas de una unidad de consumo futuro para compensarlo por la pérdida de una unidad de con-
sumo actual, Si |ACYAC}| < Len un punto, se dice que muestra una preferencia temporal ne-
gativa en ese punto. Esa persona esté dispuesta a renunciar a 1 unidad de consumo actual a
cambio de menos de una unidad de consumo futuro. Por dltimo, si |ACJAC,| = 1 en un punto,
se dice que el consumidor tiene una preferencia temporal neutral en ese punto. Con una pre-
ferencia temporal neutral, el intercambio entre el consumo actual y el futuro se produce en una
relacién de uno a uno.
‘Al igual que ocurre en el caso atemporal, parece justificado suponer que la tasa marginal de
referencia temporal disminuye conforme nos desplazamos en sentido descendente a lo largo de
tuna curva de indiferencia. Cuanto més consumo actual tenga ya una persona, mayor sera la can-
tidad a la que esté dispuesta a renunciar para obtener una unidad adicional de consumo futuro.
Por lo tanto, para la mayoria de nosotros la preferencia temporal seré positiva, negativa 0
neutral dependiendo de dénde nos encontremos en nuestros mapas de curvas de indiferencia. El
vvastago de una rica familia que no pueda pedir un préstamo aportando como aval los 5.000 mi-
Hones de délares que herediaré dentra de dos afins tencira con toda probabilidad una preferencia
[UN MAPA INTERTEMPORAL DE CURVAS DE INDIFERENCIA
G
aumento
de la satsfacci6n
7 Usilizando of método de céleulo, la tasa marginal de preferencia temporal viene dada por Ca150
FIGURA 5.16
Al igual que ocurre
‘en el modelo
temporal, la cesta
de consumo
intertemporal 6ptima
(cesta A) se
encuentra en la
‘cura de indiferencia
‘mds alta aleanzable.
Eneste caso, esa
en un punto de
langencia.
FIGURA 5.17
(@ El consumidor
paciente pospone la
‘mayor parte del
consume al futuro,
(6) €l consumidor
‘mpactente consume
‘mucho mas en el
period actual. Paro
len condiciones de
equilibro, los dos
‘consumidores tienen
la misma tasa
‘marginal de
preferencia temporal
Wee.
CCAPFTULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA
LAASIGNACION INTERTEMPORAL OPTIMA
G
cy 7
My
1
Penden
atten
G
°
temporal muy positiva. En cambio, el primitivo agricultor que no puede almacenar los ali-
‘mentos perecederos probablemente tendré una preferencia temporal negativa tras una excelente
cosecha,
La distribucién éptima cntic el consumo actual y el consumo futuro se determina exacta-
‘mente igual que en el modelo atemporal. El consumidor selecciona un punto de su restriccién
presupuestaria yue vurresponcla a la curva de indiferencia mas alta alcanzable. Si las curvas de
indiferencia intertemporales tienen la forma convexa convencional, normalmente obtenemos
‘uu soluci6n de tangencia como la que muestra la Figura 5.16. Si la TMPT es en todos los pun-
tos mayor que (o en todos ellos menor que) la pendiente de la restriccién presupuestaria, se ob-
tienen soluciones de esquina, al igual que en el caso atemporal,
Obsérvese que en la Figura 5.16 la tasa marginal de preferencia temporal correspondiente a
Ja cesta optima (C,", C,”) es positiva, ya que el valor absoluto de la pendiente de la restriccién
Presupuestaria es 1 + > 1. En el ejemplo representado en el grifico, el consumidor tiene la
‘misma renta en cada perfodo de tiempo, pero consume algo mds en el 2.
La asignacién éptima varia, por supuesto, de unos consumidores a otros. Por ejemplo. la
asignaci6n dptima que representa la Figura 5.17a corresponde a un consumidor cuyas prefe-
rencias se inclinan mucho més hacia el consumo futuro. En cambio, la que muestra la Figu-
14 5.17b corresponde a un consumidor al que le preocupa mucho més el consumo actual. Pero
obsérvese que en ambos casos la pendiente de la curva de indiferencia en el punto éptimo es la
misma, En la medida en que los consumidores puedan pedir 0 conceder préstamos al tipo de in-
PACIENCIA E IMPACIENCIA
G G
Paciencia Impaciencia
Pendiente
=-1en)
@ o150
FIGURA 5.16
Al igual que ocure
fen el modelo
temporal, a cesta
‘de consumo
intertemporal 6ptima
(cesta A) 36
encuentra en fa
curva de indiferencia
mas alta alcanzable.
En este caso, esa
fen un punto de
tangencia,
FIGURA 5.17,
(@ El consumidor
Paciente pospone la
mayor pate del
‘consumo al futuro,
(@) El consumidor
{Impactente consume
‘mucho més en el
period actual. Pero
fen condiciones de
‘equilibrio, los dos
cconsumidores tienen
la misma tasa
marginal de
preferencia temporal
ea.
‘CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA.
LA ASIGNACION INTERTEMPORAL OPTIMA
G
1
Pendiente
Sater)
G
temporal muy positiva. En cambio, el primitivo agricultor que no puede almacenar los ali-
‘mentos perecederos probablemente tendré una prefereucia temporal negativa tras una excelente
cosecha.
La distribucién éptima cntte el cousumno actual y el consumo futuro se determina exacta-
mente igual que en el modelo atemporal. El consumidor selecciona un punto de su restricci6n
resupuestaria que voresponida a la curva de indiferencia mas alta alcanzable. Si las curvas de
indiferencia intertemporales tienen la forma convexa convencional, normalmente obtenemos
tuna soluci6n de tangencia como la que muestra la Figura 5.16, Si la TMPT es en todos los pun-
tos mayor que (o en todos ellos menor que) la pendiente de la restriccién presupuestaria, se ob-
tienen soluciones de esquina, al igual que en el caso atemporal.
Obsérvese que en la Figura 5.16 la tasa marginal de preferencia temporal correspondiente a
la cesta optima (C;", C,") ¢s positiva, ya que el valor absoluto de la pendiente de la restriccién
presupuestaria es 1 +7 > 1. En el ejemplo representado en el grifico, el consumidor tiene la
misma renta en cada perfodo de tiempo, pero consume algo més en el 2.
La asignaci6n éptima varia, por supuesto, de unos consumidores a otros. Por ejemplo, la
asignacién éptima que representa la Figura 5.174 corresponde a un consumidor cuyas prefe-
rencias se inclinan mucho més hacia el consumo futuro. En cambio, la que muestra la Figu-
¥a5.17b corresponde a un consumidor al que le preocupa mucho mas el consumo actual. Pero
obsérvese que en ambos casos la pendiente de la curva de indiferencia en el punto éptima es la
misma, En la medida en que los consumidores puedan pedir 0 conceder préstamos al tipo de in-
PACIENCIA E IMPACIENCIA
G G
Paciencia Impaciencia
——— 1,
Pendiente
(er)
G G
@ ©MICROECONOMIA Y CONDUCTA ISI
Ejemplo 5.4
FIGURA 5.18,
Cuando sue el tipo
de interés, la
restiecton
presupuestaria
Intenemporal gira en
tomo al punto de
dotacién actual. Siel
punto de dotacion
actual (A) era dptimo
al tipo de interes mas
bajo, la nueva cesta
‘ptima (D) contended
tuna cantidad menor
de consumo actual
yuna mayor de
Consume futuro.
terés r, Ia tasa marginal de preferencia temporal correspondiente a la cesta 6ptima seré (I +r)
(salvo, por supuesto, en el caso de las soluciones de esquina). Ein el caso de las soluciones in-
teriores, 1o normal es que la preferencia temporal sea positiva, independientemente de las pre-
ferencias del consumidor.
Convencionalmente se supone que tanto el consumo actual como el futuro son bienes nor-
‘males. Por lo tanto, un aumento del valor actual de la renta percibida a lo largo de toda la vida
clevaré tanto el consumo actual como el futuro, manteniéndose todos los dems factores cons-
tantes.
Una persona tiene una renta actual de 100.0008 y una renta futura de 154.0008 y puede pedir
y conceder préstamos al tipo r = 0,1. En estas condiciones, puede consumir exactamente su
venta en cada periodo. Verdadero o falso: una subida de r a r = 0,4 lo induciré a ahorrar par-
te de su renta actual.
La linea Bt de la Figura 5.18 es la restriccién presupuestaria inicial. Su abscisa en el ori-
genes el valor actual de la renta percibida a lo largo de toda la vida cuando r= 0,1 :
100.0008 + 154.000/1.1 = 240.0008. Su ordenada en el origen es su-renta future mids
(1 +7) muttiplicada por la renta actual: 154,0008 + (1,1)(100.0008) = 264.0005. La ces-
{a Optima se encuentra en el punto A, por hipdtesis, lo que implica que la TMPT co-
mrespondiente a A es 1,1. Cuando el tipo de interés sube a 0,4, la restriccién presu-
Puestaria intertemporal es B’. Su abscisa en el origen es 100.0005 + 154,0008/1,4 =
= 210.0008. Su ordenada en el origen es 154.0008 + (1,4)(100.0008) = 294.0008.
Como a TMPI correspondiente a 4 es menor que el valor absoluto de la pendiente de
Ja restriccién presupuestaria B’, el consumidor disfrutard de un mayor bienestar con-
sumiendo menos en la actualidad y mas en el futuro que en A. La nueva cesta Optima se
encuentra en el punto D de la Figura 5.18.
EFECTO DE UNA SUBIDA DEL TIPO DE INTERES
Cotmiles),
‘Area ampliada
294
264
imiles)152
‘CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA
APLICACION: LAS HIPOTESIS DE LA RENTA PERMANENTE Y DEL CICLO VITAL
Renta
permanente Valor
‘actual de la renta
percibida a lo
largo de toda la
vida,
Los economistas suponian antes que el consumo actual de un individuo dependfa principal-
mente de su renta actual. Asi, por ejemplo, si un consumidor recibfa unos ingresos extraordi-
narios aproximadamente iguales a su renta actual, se predecia que duplicaria mas o menos su
consumo,
Sin embargo, en los afios 50 Milton Friedman, Franco Modigliani, Richard Rrumberg y
otros afirmaron que el modelo de la eleccién intertemporal sugiere lo contrario®. Consideremos,
a modo de ilustraci6n, el caso de un consumidor que tienen una renta actual y una renta futura
de 120 y que puede pedir y conceder préstamos al tipo r = 0,2. El conjunto de puntos B de la Fi-
gura 5.19 es la restriccién presupuestaria intertemporal del consumidor; la cesta éptima co
rrespondiente se encuentra en el punto A. Obsérvese que la abscisa en el origen de B es el valor
actual de la renta percihida a lo largo de tada Ia vida, a saber, 120 + (120/1,2) = 220.
Obsérvese lo que ocurre cuando la renta actual de este consumidor aumenta de 120 a 240.
Ahora su restriccin presupuestaria es el conjunto de puntos B” y la cesta Sptima correspon-
diente la D. Por lo tanto, ¢1 aumento de la renta actual eleva no s6lo el consumo actual (que pasa
de 80 a 150) sino también el futuro (que pasa de 168 a 228). Como las curvas de indiferencia
intertemporales muestran tasas marginales decrecientes de preferencia temporal”, general-
mente lo mejor que puede hacer el consumidor es no concentrar una parte demasiado grande de
su consumo en un periodo. Repartiendo sus ingresos extraordinarios entre los dos periodos, pue-
de obtener mejores resultados.
Segtin la hipétesis de la renta permanente de Friedman, el principal determinante del con-
‘sumo actual no es la renta actual sinu 1o que €! denomina renta permanente, que en nuestro
sencillo modelo de la eleccién intertemporal no es més que el valor actual de la renta percibida
alo largo de toda lat vida (tras el aumento de ta renta actual de la Figura 5.19, la renta perma-
nente es 240 + 120/1,2 = 340). Si pensamos que, en realidad, el futuro no esté formado por un
nico perfodo sino por muchos, resulta evidente que la renta actual representa solamente una
pequetia proporcién de la renta permanente (por ejemplo, si los perfodos fururos relevantes fue
Tan 10, un aumento de la renta actual de un 10 por 100 sélo provocaria un aumento de la renta
permanente algo superior a un 2 por 100)”. Friedman sostenfa, pues, que una variacién pro-
Porcional dada de la renta actual debfa provocar una variacién proporcional mucho menor del
‘consumo actual, como hemos visto en la Figura 5.19 (Ia hipétesis del ciclo vital de Modigliani
y Brumberg es esencialmente la misma).
FACTORES QUE EXPLICAN LAS DIFERENCIAS ENTRE LAS PREFERENCIAS
La incertidumbre que rodea al futuro es una de las razones para preferir el cansnma actual al
consumo futuro. Por ejemplo, en los paises que estén en guerra la poblacién suele vivir como si
no existiera el mafiana, como de hecho no existiré para muchas de esas personas. En cambio, la
existencia de un clima internacional pacifico, un empleo seguro, unas redes sociales estables,
‘una buena salud y muchos otros factores similares tienden a reducir la incertidumbre sobre el
futuro, lo que explica al mismo tiempo que se dé un mayor peso al consumo futuro que al con-
‘sumo actual
* Véase Franco Modigliani y R. Brumberg, «Utility Analysis and the Consumption Function: An Interpretation of
Cross-Section Data», en K. Kurihara (cokmp.). Post Keynesian Fronamiee, Landes, Allen & Unwin, 1055; y Milton
Friedman, A Theory ofthe Consumption Function, Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 1957,
° La asa marginal decreciente de preferencia temporal es el concepto intertemporal andlogo a a relacién marginal
‘decreciente de sustitcion del modelo atemporal
" Suponiendo. de nuevo, que el tipo de interés es r= 0,2MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 153
FIGURA 5.19
Fl efecto de un
aumento dela rena
Ssetual (de 120 9 240)
Se traduciré en un
‘aumento no sdlo del
‘consumo actual (de
80 a150), sino
también en un
‘aumento del
consumo futuro (de
168 a 228),
EL PRINCIPAL DETERMINANTE DEL CONSUMO ACTUAL
NO ES LA RENTA ACTUAL, SINO LA RENTA PERMANENTE
c
408,
264
228
168
120
Los mapas de curvas de indiferencia intertemporales, al igual que en el modelo atemporal,
también varian de acuerdo con la disposicién del individuo. Por ejemplo, mi primer hijo tiene
referencias temporales muy positivas en la mayorfa de las situaciones (sus curvas de indife-
rencia son muy inclinadas con respecto al eje del consumo actual). Desde pequeiio, siempre ha
‘comido lo que mas le gustaba primero y se ha dejado para el final lo dems. Solo comfa verdura
‘cuando le presionabamos e incluso, en ese caso, era lo iltimo que comfa, Mi segundo hijo es el
caso opuesto. Siempre come primero lo que menos le gusta, reservando cuidadosamente para el
final su comida favorita. Este modo tan distinto de comportarse en la mesa se encuentra en casi
todos los aspectos de nuestra vida,
La preferencia temporal también depende de las circunstancias especificas de la eleccidin de
que se trate. Existen algunos estudios experimentales en los que se han aislado determinadas si-
tuaciones en las cuales la mayoria de las personas tienen una preferencia temporal muy posi-
tiva, otras en las cuales tienen una preferencia temporal muy negativa. Por ejemplo, George
Loewenstein, economista de la Camegie-Mellon, picid a las personas que participaron en un ex-
perimento que imaginaran que se habfan ganado un beso de su actor favorito y a continuacién
les pregunt6 cudndo les gustaria més recibirlo. A pesar de que una de las opciones era en se~
guida, la mayoria de los individuos declararon que esperarian una media de varios dias, lo que
implica que su preferencia temporal era negativa. Segdn Loewenstein, la mayoria de las per-
sonas querfan tener simplemente un poco més de tiempo para disfrutar pensando en el beso!
Loewenstein también pidié a un grupo de personas que imaginaran que iban a recibir una
dolorosa descarga eléctrica y les pregunté cudndo les gustaria recibirla. En esta ocasién, la ma-
yorfa declaré que inmediatamente. Parece que querian tener el menor tiempo posible para
pensar en la descarga. Pero como una descarga eléctrica no es un «bien» sino un «mal», estas
clecciones también implican yue la preferencia temporal es negativa
" Véase George Loewenstein, «Anticipation andthe Valuation of Delayed Consumption», Economic Journal, 97,
septiembre, 1987, pigs. 666-684,154
‘CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA
Aunque a veces se observan preferencias temporales negativas en casos particulares y es po-
sible conseguir que las personas lo manifiesten en experimentos convenientemente elegidos, el
caso més frecuente ¢s con mucho una preferencia general por el consumo actual frente al futuro
Podemos estar seguros, por ejemplo, de que si ponemos delante de los individuos que partici-
aron en el experimento de Loewenstein una lata de anacardos tostados y recuhiertos de miel,
no habria muchos que quisieran esperar unos dfas para disfrutar pensando en el placer de co-
mérselos. Probablemente. los anacardos desaparecerian, por el contrario, de inmediato, incluso
aunque eso significara no tener hambre a la hora de cenar.
Segiin Eugen von Bihm-Rawerk, economista del siglo Xa, una de las causas de este tipo de
conducta se halla en que las oportunidades de consumir en la actualidad las percibimos direc-
tamente con nuestros sentidos, mientras que las futuras s6lo las podemos imaginar. Por ejemplo,
¢l placer de comer los anacardos tostados es intenso e inmediato. Incluso las personas que pre.
fieren claramente cenar a comer anacardos suelen carceer de autocontrol para esperar, BOhm-
Bawerk crefa que nuestra «defectuosa facultad telesc6pica» no era una buena razén para asig-
‘ar un mayor peso a los placeres actuales que a los futuros, Dejando a un lado Ia incertidumbre,
ppensaba que la vida satisfarfa mas a los individuos si éstos ponderaran por igual el presente y el
futuro.
OTROS FACTORES QUE AFECTAN A LA ELECCION INTERTEMPORAL,
Preferencia por un nivel de consumo creciente. La evidencia existente parece indicar que la
smayorfa de las personas parecen preferir un patron de consumo que dé aun mds peso al con-
sumo futuro que al actual debido a que la satisfaccién no s6lo depende del nivel de consumo
sino también de su tasa de variacion. Existen pruebas, por ejemplo, de que una mejora del nivel
de vida puede reportar a menudo una mayor satisfaccién que un nivel de vida superior pero es-
titico,
Esta idea la confirman, en un plano més fundamental, nuestros conocimientos sobre el
‘modo en que el sistema nervioso humano percibe y procesa la informacién. Segiin las explica-
ciones de los psicélogos y los bidlogos, somos mucho menos sensibles al nivel absoluto de cnal-
quier estimulo sensorial que a las desviaciones de las normas 0 criterios de referencia que
adoptamos a partir de la experiencia. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York el estrepitoso s0-
nido de las bocinas suele pasar inadvertido a los peatones, mientras que las personas que viven en.
Zonas rurales a menudo se sobresaltan por sonidos mucho mas déhiles. UIn nivel constante de
‘consumo se convierte, como el ruido ensordecedor de la ciudad, en una norma, Y como tal, se da
or sentado, al menos en parte, y sirve de patrén para medir los niveles futuros de consumo.
La conducta de los votantes constituye otra prueba més de la importancia de la mejora del
nivel de consumo, Los resultados medias que obtuvo la economia de Estados Unidos durante el
primer mandato de Ronald Reagan fueron algo distintos de los que obtuvo durante el de
immy Carter. Sin embargo, existe la creencia general de que el empeoramiento de la economia
contribuy6 a la derrota de Carter en 1980, lo mismo que la mejora de la economia contribuyé a
la reeleccidin de Reagan en 1984,
Para comprobar que comprende intuitivamente 1a importancia de un perfil ascendente,
imagfnese el lector que vive en una isla desierta en la que sGlv se le permite elegir una vez en.
tre los dos perfiles de consumo representados en la Figura 5.20. ;Cuél elegiria?
En una muestra de 112 estudiantes universitarios a los que se les pidio que hicieran una
eleccién similar a la que representa la Figura 5.20, 87 (el 78 por ciento) eligié el perfil creciente
(pancl 6). Ese pawén pareve estar claramente en desacuerdo con la idea de Bhm-Bawerk de
Véase R. Frank y R. Hutchens, «Wages, Seniority, and the Demand for Rising Consumption Profiles», Journal
of Economic Behavior and Organization, 21, 1993, pégs, 251-276,MICROECONOMIA Y CONDUCTA. 155
FIGURA 5.20
‘Muchas personas
declaran preferic
mucha mas un peril
de consumo
‘reciente (panel b) 2
tun pel esttico
(pane! a
Bien relativo
Rien cuyo valor
depende
cextraordinaria-
‘mente de cémo sea
cen relacién con
otros bienes
similares
‘consumidos por
otros,
PERFIL DE CONSUMO CONSTANTE FRENTE A PERFIL DE CONSUMO CRECIENTE
Consumo Consumo
Tiempo,
2095 Muerte a0 aos
de edad deedad
6
{que los individuos generalmente dan demasiado peso al consuino actual. Esta aparente discre-
ppancia se debe, al menos, a dos causas. En primer lugar, los incentivos que tenemos cada uno de
hosotros como individuos para ahorrar son muy diferentes de los que tenemos come sociedad.
De hecho, como veremos en el siguiente apartado, los individuos tienen poderosos incentivos
para concentrar su consumo en la actualidad, incluso aunque deseen que todo el mundo ahorre
ms para el futuro.
La preocupacién por la posicién y la eleccién intertemporal. La definicién de nadador
«pido» es inevitablemente relativa. El nadador Mark Spitz. gan6 siete medallas de oro en las
olimpiadas de 1972 y, sin embargo, sus tiempos habrfan sido demasiado bajos incluso para en-
traren el equipo norteamericano de 1988. Ser un nadador répido significa simplemente ser mis
répido que los demés con los que se compite.
El difunto economista briténico, Fred Hirsch, acuiié el término bienes relativos para refe-
rise a los bienes y servicios cuyo valor depende extraordinariamente de su calidad relativa".
Los bienes de lujo, como los diamantes, constituyen un bien relative por excelencia, Un
«buen» diamante, como un rapido nadador. es aquel que es mejor que los que tienen los dems.
Un buen empleo es aquel que es mejor que casi todos los demés. Los criterios que lo definen en
el siglo xx son muy distintos de los que lo definfan en el siglo xv. La educacién también tiene
mucho de bien relativo, La sociedad considerard que tenemos 0 no un elevado nivel de educa
ci6n y que, por lo tanto, estamos cnalificados o no para tener un buen trabajo dependiendo de la
diferencia que haya entre nuestro nivel de educacién y el de los demas compaiieros.
‘La caracteristica esencial de los bienes relativas es su escase7 inherente. Aunque es posible
imaginar una situacién en la que los individuos tuvieran més alimentos de los que posiblemente
pudicran consumir, no puede decirse lo mismo de los bienes relatives.
Esta caracteristica de los bienes relativos conforma toda una variedad de importantes deci-
siones, entre las que se encuentran cuénto ahorrar. En cualquier momento dado, una familia
puede ahorrar una parte mayor de su renta para la jubilacién o gastar més hoy para comprar, por
ejemplo, una vivienda cercana a un colegio mejor. Para la mayorfa de los padres, la tentaci6n de
dar a sus hijos ventajas educativas relativas es poderosa. Sin embargo, las leyes de la simple arit-
metica nos dicen que, independientemente de lo que yaste cada familia en vivienda, s6lo el 10
por 100 de los nifios puede ocupar un lugar en el decil superior de la distribuci6n de la calidad
educativa, En conjunto, ahorrar menos y gastar mas en viviendas mejores situadas cerca Ue bue-
1nos colegios no sirve mas que para presionar al alza sobre los precios de esas viviendas. No al-
tera la distribuci6n relativa de las oportunidades educativas ".
1 Véase Fred Hirsch, Social Limits ro Growth, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1976.
Ni, por la misma razén,el valor absolute de los servicios educativos que consume cada estudiante156
Mecanismo para
comprometerse
Mecanismo que
compromete a una
persona a
comportarse de
tuna determinada
‘manera en el
futuro, incluso
‘aunque desee
‘comportarse de
otra cuando llegue
el momento.
‘CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA,
Por lo tanto, gastar en bienes relativos se parece mucho a la carrera armamentista. Cada una
de las partes gasta més en un intento de no quedarse rezagada, pero a la larga sus esfuerzos no
hacen més que contrarrestar los de la otra. La preocupacién por la posicién hace que el rendi-
miento que genera al individuo el gasto sea espuriamente grande y el rendimiento del ahorro es-
Puriamente pequefio. Esta preocupacién sc encuentra, pues, en competencia directa con el
deseo de tener un perfil creciente de consumo. Para dar a nuestros hijos la mejor educacién po-
sible, dcbemos gastar mucho duraute lus primeros alos del ciclo vital. En cambio, para conse~
guir un perfil de consumo creciente, debemos ahorrar mucho durante esos primeros aos.
Dada la fueiza Ue la preocupacisn por la posicién, es facil comprender por qué incluso las per
sonas que conceden un gran valor a un perfil de consumo creciente podrfan ahorrar, no obstante,
muy poco, De hecho, la mayoria de las familias tendrian una renta claramente insuficiente para
|a jubilacién si no fuera por el sistema de seguridad social y por los programas privados de aho-
70 forzoso. Puede considerarse que estos programas son medidas colectivas para impedir que
gastemos parte de nuestra renta en bienes relativos y ayudamos al mismo tiempo a lograr un
Perfil de consumo a lo largo de toda la vida por el que tengamos una mayor preferencia ".
La importancia de la preocupacién por la posicién sugiere la posibilidad de introducir una
importante enmienda en los modelos de ahorro basados en el ciclo vital y en la renta perma-
nente, Si la preocupacién por la posicién es importante, los individuos situados en la parte
inferior de la distribucién de la renta tendrén més dificultades que otros para mantener el mis-
‘mo nivel de consumo que la comunidad. Puede predecirse claramente que In tasa de ahorro
aumentard conforme sea més alta la posicién que se ocupe en la distribucién de la renta. En
cambio, los modelos basados en el ciclo vital y en la renta permanente predicen que las tasas de
ahorro son independientes de la posicién que se ocupe en la distribucién de la renta. Desde el
punto de vista empirico, los datos refutan considerablemente esta tiltima prediccién: en todos
los pafses de los que se dispone de datos sobre esta cuesti6n, la tasa de ahorro aumenta signi-
ficativamente con la rent,
La trampa del autocontrol. Otra raz6n por la que las bajas tasas de ahorro coexisten con
una preferencia por un perfil de consumo creciente se halla en que los individuos parecen tener
dificultades para llevar a cabo planes que creen que redundan cn su propio beneficiv, Thomas
Schelling, economista de la Universidad de Harvard, sefiala, por ejemplo, que la mayoria de los
fumadores declaran que quieren dejar de fumar'S. Muchos de elios lo han hecho con grat es-
fuerzo (tanto Schelling como yo pertenecemos a este grupo y somos testigos de lo dificil que
¢s). Sin embargo, son muchos més los que lo han intentado y han fracasado.
El ejemplo del Ulises de Homero, que tuvo que atravesar los peligrosos arrecifes en los que
se encontraban las sircnas, muestra una manera de resulver el problema del autocontrol. Ulises
se dio cuenta de que cuando estuviera al aleance de los cantos de las sirenas se sentiria atraido
inrcsistiblemente hacia cllas y hallarfa la muerte en los arrecifes. Capaz. de prever este cambio
temporal de sus preferencias, dio con un eficaz mecanismo para comprometerse: mand6 a su
tripulacién que lo atara fuertemente al méstil y que no Jo soltara, incluso aunque se lo pidiera,
hhasta que no hubiera pasado el peligro.
Existen muchos mecanismos para comprometerse parecidos en la vida moderna. Temerosos
de sentirse tentados a gastar todos sus ahorros, en Estados Unidos los individuos se hacen
miembros de «clubs de Navidad», que son cuentas especiales que prohfben retirar dinero antes
de que llegue el final del aiio; y suscriben planes de pensiones, que conllevan unas elevadas pér-
didas si se retiran antes de la jubilaci6n. Temerosos de no cenar, ponen los anacardos salados
fuera de su alcance. Temerosos de jugar demasiado, s6lo llevan una determinada cantidad de di-
'S Para un detallado argumento cn favor de esta intepretacign, véase R. Frank, Choosing the Right Pond: Humans
Behavior and the Quest for Satus, Nueva York, Oxford University Press, 1985.
" Véase Thomas Schelling. Choice and Consequence, Cambridge, Mass, Harvard University Press, 1984,MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 157
Resumen
nero a Atlantic City. Temerosos de quedarse hasta demasiado tarde viendo la televisi6n, la sa-
can del dormitorio.
La moraleja de la floreciente literatura sobre el autocontrol es que la concepcién de un plan
racional de consumo intertemporal no es mas que una parte del problema. También hay que
aplicarlo, Pero en este caso la deliberacién racional también puede evitarnos algunas de las
trampas més importantes. Por ejemplo, el consumidor que acaba de dejar de fumar puede
predecir que desearé fumar desesperadamente si sale a tomar una copa con sus amigos los vier
nes por la noche. Y también puede evitar caer en esa tentacién comprometiéndose consigo mis-
‘mo a hacer otras actividades los fines de semana durante el préximo mes aproximadamente. Por
Ja misma razén, la persona que no quiere caer en la tentacién de gastar demasiado puede de-
positar parte del salario autométicamente en una cuenta de ahorro, y eso es lo que hacen pre~
cisamente millones de personas.
Estas cucstiones ponen de relieve, una vez més, la distincién entie el papel positivo del mo-
delo de la eleccién racional y el papel normativo analizados en el Capitulo 1. Asi pues, dado
que el modelo de la eleecién racional no tieue en cuenta los problemas del autocontrol y dems,
aa veces no predice cémo se comportarén realmente los individuos. Pero obsérvese atentamen-
te yue eso nto significa que ef modelo, incluso en su version mas reducida, sea erroneo 0 iniitil.
En este caso y en otros puede desempefiar el importante papel normativo de ayudar a los indi-
viduos a tomar mejores decistones, que estén mais de acuerdo con sus verdaderos objetivos.
El tema principal de este capftulo son las aplicaciones de las teorias de la eleccién racional y de
a demanda presentadas en los Capitulos 3 y 4. También se analiza el concepto de excedente del
consumidor, que mide la cantidad en que se beneficia un consumidor pudiendo comprar un de-
terminado producto a un determinado precio. Hemos visto que puede representarse aproxima-
damente por medio del érea acotada por arriba por la curva de demanda del consumidor y por
abajo por el precio de mercado, Los precios de dos tramos constituyen una estrategia por medio
de la cual se transfiere una parte del excedente del consumidor del comprador al vendedor.
EI modelo de la eleccién racional también es itil para evaluar los efectos que producen en
el bienestar las variaciones de los precios y de la renta, Sugiere por qué el indice de precios de
consumo, que es el indicador oficial de las variaciones del coste de In vida, a menudo puede so-
breestimar el verdadero coste de conseguir un determinado nivel de satisfaccién.
El modelo de la eleccién intertemporal es semejante en todos los aspectos esenciales al mo-
delo de la eleccién atemporal del Capitulo 3. En el caso bidimensional, comienza con un grifico
{que representa el nivel de consumo actual y el futuro de un bien compuesto. La dotacién inicial
del consumidor es el punto (M,, M,) que corresponde a la renta actual y a la futura. Si el consu-
midor puede pedir y conceder préstamos al tipo r, su restriccin presupuestaria intertemporal cs,
pues, la Iinea que pasa por el punto de dotacién que tiene la pendiente ~(1 + r). El coste de opor-
‘tunidad de una unidad de consumo actual ¢s 1 +r unidades de consumo futuro. La abscisa en el
origen de la restriccién presupuestaria intertemporal es el valor actual de toda la renta actual y fu-
tura, que también se denomina valor actual de la riqueza obtenida a lo largo de toda la vida,
Las preferencias intertemporales del consumidor se representan por medio de un mapa de
curvas de indiferencia que tlene esencialmente las mismas propiedades que en el caso atem-
poral. Se dice que un consumidor tiene una preferencia temporal positiva, neutral o negativa en
‘un punto si su tasa marginal de preferencia temporal (el valor absoluto de la pendiente de su
curva de indiferencia) correspondiente a ese punto es mayor que 1, igual que 1 o menor que 1,
respectivamente. En el caso de las soluciones interiores, el equilibrio se encuentra en la
tangencia de la restriccién presupuestaria interior y una curva de indiferencia. Dado que la pen-158
CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA
diente de la restriccién presupuestaria intertemporal es superior a 1 cuando r > 0. en condicio-
nes de equilibrio los consumidores muestran una preferencia temporal positiva, independien-
temente de la forma de sus curvas de indiferencia.
‘Uno de los campos importantes en los que puede aplicarse el modelo de eleccién intertempo-
ral es el de las decisiones de ahorro. Las hipstesis de la renta permanente y del ciclo vital se basan
{en este modelo para demostrar que no solo es la renta actual, sino el valor actual de la riqueza ob-
tenida a lo largo de toda la vida el que dicta el consumo actual (y, por lo tanto, el ahorro actual).
En un apéndice de este capitulo (véase el apartado For the Instructor en nuestra pagina Web
www mhhe comleconomicsifrankd) analizamos otras aplicaciones de las tcor‘as de la eleccién
racional y de la demanda, incluidos los indices del coste de la vida y Ia utilizacién de las curvas
de indiferencia para medir el excedente del consumidor.
Temas de repaso
Problemas
1. Explique con sus propias palabras por qué un impuesto sobre la gasolina cuyos ingresns se devuelven,
al consumidor en un pago de una sola vez reducirén, no obstante, el consumo de gasolina.
2, lexplique con sus propias palabras qué es un sistema de fijaci6n de precios de dos tramos y por qué lo
utilizan los vendedores.
3. {Cree usted que la elasticidad-precio (gastos de matricula) de la demanda de estudios unive
alta 0 baja?
4. Explique con cus propias palabras por qué incluso los bebedures que have mucho rlempo que beben
pueden ser muy sensibles a las subidas del precio de las bebidas alcohdlicas.
5,
Explique por qué | més el tipo de interés del modelo de la eleccién intertemporal es andlogo al cociente
de precios relativos del modelo de la eleccién del consumidor analizado en el Capitulo 3.
6. Los servicios de autobsis generalmente consumen menos energfa que las personas que utilizan el au-
tomévil para desplazarse al trabajo. Sin embargo, en los titimos trea ails la proporcién de personas
que utiizan el autobis para ira trabajar ha tendido a disminuir a pesar de que han subido los precios re-
ales de la energia, ,Por qué?
7. Jennifer, que percibe un sueldo anual de 20.000, gana 25.0008 en la loteria. Explique por qué lo mas
probable es que el afio que viene no gaste todo lo que ha ganado.
1. Explique por medio de un grifico como el de la Figura 5.2 por qué con el método actual de finan-
ciacién de la educacisin, una familia rica tiene muchas mis probabilidades que una pobre de mandar
sus hijos a una escuela privada,
2, Cuando el precio de la gasolina es de 1$ el litro, usted consume 1000 litros al aio. Ahora ocurren dos
‘cosas: (1) sube el precio de la gasolina a 2S el litro y (2) fallece un to lejana y deja dicho a su albacea
que le envie a usted un cheque de 1,000S al ao. Si no se producen otras variaciones de los precios
de la renta, zmejoran estos dos cambios su bienestar?
3. Lamy demanda fresas de acuerdo con la ecuacién P= 4 — (Q/2), donde P es el precio de las fresas
(6 por kalo) y U es la cantidad (kilos semanales). Suponiendo que el efecto-renta es insignificante,
{cuanto le perjudicara una subida del precio de las fresas de 1S/kilo a 2S/kilo?MICROECONOMIA Y CONDUCTA 159
4. Eltinico videoclub que existe le cobra 4S por pelicula y dia. Si su curva de demanda de alquiler de vi-
deos es P = 20 = 20, donde P es el precio de alquiler ($ al dfa) y Q es la cantidad demandada (pe-
liculas al afio), zcual es la cuota anual méxima que estarfa dispuesto a pagar por hacerse socio?
5. Jane gasta toda su renta en perritos calientes y caviar. Su curva de demanda de caviar es inelistica a
todos los precios del caviar. Desgraciadamente, el accidente de Chemobyl ha provocado una redue-
cid de la oferta de caviar y una subida del precio. Qué ha ocurrido con el consumo de perritos ca-
lentes de Jane? Explique cu respuesta (nota: debemos suponer que el aceidente de Chernobyl no ha
afectado al precio de los perritos calientes o a las preferencias de Jane por el caviat).
6. Jones gasta toda su renta en dos bienes, Xe ¥. Los precios que pagé y las cantidades que consumis el
aio pasado son los siguientes: P, = 15, X = 20, P, = 25 e ¥ = 30. Silos precios del afio que viene son
Py =6y P, = 30, la renta de Jones es de 1.020, :seré su bienestar mayor 0 menor que el aiio pasado?
‘Suponga que sus gustos no varian,
7. Smith vive en un mundo que tiene dos periodos de tiempo: este y el siguiente. Al principio de cada
periodo recibe una renta de 210. Si el tipo de interés, expresado en tanto por uno, es 0,05 en cada po
odo, ,cudl es el valor actual de larenta obtenida alo argo de toda la vida? Represente su resticcién
precupuestaria intertemporal. Reprecente en los mismos ejes su restriccién presupuestaria intertem-
poral correspondiente al caso en el que r= 0,20.
8. Suponga que el protagonista del Problema 7, Smith, considera que el consumo actual y el futuro son
sustittivos perfectos en una proporcién de uno a uno, Halle su cesta éptima de consumo.
‘9. Suponga que el protagonista del Problema 7, Smith, considera que el consumo actual y el futuro son
‘complementary en una proprcién de uno & uno, Halle su cesta Optima de consumo.
10. Karen gana 75.0008 en el perioda actual y ganaré 75.0008 en el fiutnea,
4) Trace su restriccién presupuestaria intertemporal suponiendo que estos son los dos tinicos perfo-
dos y que los bancos de su pafs piden préstamos y prestan al tipo de interés r
'b) Suponga ahora que los bancos ofrecen un 10 por 100 de interés por os fondos depositados en el
petiodo actual y offecen prestamos a este mismo tipo de interés. ‘race su nueva restriccién pre-
supuestaria intertemporal.
11. Halle el valor actual de 50,0008 que se recibirén dentro de un afo sel tipo de interés anual es de
a) 8 por 100
b) 10 por 100
©) 12por 100
12. Crusoe viviré solo en su isla este periodo y el siguicnts. Su tinica renta ¢s una cosecha de 100 coves
ue recoge al comienzo de cada perfodo. Los cocos que no consume en el periodo actual se estro-
pean a una tasa de 10 por 100 en cada perfodo.
8) Trace la restricciGn presupuestaria intertemporal de Crusoe. ;Cul seré su consumo en cada periodo
si considera que el consumo futuro es un susitativo perfecto en una proporcién de uno a uno del ac-
tual?
) {Qué consumiré en cada periodo si considera que 0,8 unidades de consumo futuro valen una uni-
dad de consumo actual?
13. En otofio, Crusoe coloca 50 cocos de su cosecha en una cueva justo antes de que entre en ella una fa-
milia de osos para hibemar. Como consecuencia, no puede sacar los coos hasta que no salen los 0303
en la primavera siguiente, Los cocos se estropean a la misma tasa independienfemente de donde los
guarde y, sin embargo, todos los afios hace lo mismo. ;Por qué?
14, Kathy gana 55.0008 en el perfodo actual y ganaré 60,000$ en el periodo futuro. ;Cudl es el tipo de in-
terés maximo que le permitirfa gastar 105,000S en el perfodo actual? :Y el tipo de interés minimo que
le permitiria gastar 120.500S en el perfodo futuro?160
CAPITULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DE LA DEMANDA.
15. Smith recibe 1008 de renta en este perfodo y 1008 en el siguiente. A un tipo de interés del 10 por
100, consume toda su renta en cada periodo. Tiene una tasa marginal decreciente de preferencia tem-
poral entre el consumo del siguiente periodo y el de éste. Verdadero o falso: sie tipo de interés sube
£220 por 100, Smith ahorrard pate de su renta en este periodo. Expligue su respuesta.
16. A los precios actuales, la vivienda cuesta 508 jo unidad y el bien compuesto tiene un precio de 1 por
‘unidad. Un rico benefactor ha dado a Joe, persona que no tiene ni un centavo, una unidad de vivienda
¥y 50 unidades del bien compuesto, Alwia el precio de la vivienda se reduce a la mitad, Verdadero o fal
50: Aumenta el bienestar de Joe como consecuencia de la variacién del precio. Explique su respuesta.
17. Tom y Karen son economistas. En un intento de impedir que su hijo Harry utilice tanto el automé-
vil de a familia, le eohran 20 centavos por kilémetro. A ese precio, ain utiliza el automévil més de
To que les gustaria, pero son reacios a enfadarlo volviendo a subir simplemente el precio, por lo que
le hacen la siguiente pregunta: ;cudl es la subida minima de la paga semanal que aceptarias a
cambio de que subiéramos lo que te cobramos por usar el automévil de 20 a 40 centavos por kil6-
‘metro? Harry, que es conocido por su sinceridad y tiene preferencias convencionales, responde que
108 semanaies.
a) SiYom y Karen suben 10$ semanales la paga de Hany y Je cobran 40 centavos por kilémetro,
{conducird menos que antes? Explique su respuesta,
1b) {Seri el ingreyy derivado de las cantidades adicionales cobradas por el nimero de kilimetros su-
petior, inferior o igual a 10S a la semana? Explique su respuesta.
18. Todos los compradores de libros tienen las mismas preferencias y, en Ia situacién actual, los que
ccompran libros usados a 22S reciben la misma utilidad que los que compran libros nuevos a 508. El
tipo de interés anual es del 10 por 100 y Ia compraventa de libros usados no tiene costes de tran-
saccin. La produccién de cada nuevo libro de texto cuesta m$ y los libros nuevos duran 2 aftos.
fa) {Cuil es el precio de reserva del comprador por el uso de un libro nuevo durante un aio?
1b) {Cuan bajo tendria que ser m para que a un editor le resultara rentable inuprinit Libros con tinta
deleble, tinta que desaparece un afio después de la venta de un libro nuevo, eliminando asi el
mercado de libros usados? Suponiga que la eliminacién del mercado de libros usados duplica
‘exactamente las ventas del editor.
19, Herb quiere trabajar exactamente 12 horas semanales para complementar su beva de doctorado. Pue-
de trahajar en la biblioteca a 6S la hora o dar clases practicas a estudiantes de primer afio de eco-
rnomfa, Dejando a un lado las diferencias salariales, los dos trabajos le son indiferentes. Tres estu-
dliantes de primer afo tienen cada uno de ellos una curva de demanda de clases pricticas igual a P.
100, donde P es el precio en délares por hora y Q es el nimero de horas semanales. Si Herb tie-
ne Ia opei6n de fijar una tarifa de dos tramos por sus clases de précticas, ,cusntas horas semanales
de clases précticas debera impartir y cudntas deberd trabajar en la biblioteca? Si llega a dar clases,
{oual debe ser su estructura de precios?
20, Come se ha comprometido a permitir que los hijos de su profesorado estucien en Ia universidad sin
‘pagar matricula, Suponga quc la curva de demanda de hijos del profesorado de Cornell (HPC) de pla-
2z2as en olfas universidades viene dada por P = 50 - 5Q,, donde P es el precio de la matricula que co-
‘bran otras universidades (en miles de délares) y Q, es el nfimero de HPC que asisten a esas univer-
sidades. Ahora Comell esté considerando la propuesta consistente en subvencionar una parte k de la
rmatricula que se cobra a los HPC que estudian en otras universidades. Suponga que Come sabe que
puede cubrir todas sus plazas con estudiantes que no son hijos de profesores de la universidad y que
pagan la matricula carmpleta de 15.000S al aio. Suponiendo que todos 1os HPC que no estudian en
btras univetsidades irén a Comell, .qué valor de k maximizaré los ingresos de Comell por matricu-
las, una vez descontadas las subvenciones para estudiar en otras universidades.siel precio de la ma-
tricula de todas las demds universidades es de 8.0006 al aio?
* Los problemas marcados con un asteisco (*) son mis dificies
+ Los problemas mareados con una cruz (+) se resuelven ms fécilmente mediante el célculo.MICROECONOMIA Y CONDUCTA 161
121. gn qué variard su respuesta al Problema 20 si la matricula de las dems universidades euvesta
{lo008 al ano? {Cul es la interpretacin econsmica de un valor de k mayor que 1?
+22, Harry posee un pequeto cine cuyos clientes tienen todos ellos los mismos gustos. El precio dere
Serva de catla cliente por la pelicula es de 5S y la curva de demanda de palomitas de su puesto por
parte de cada cliente viene dada por P, = 4~Q., dori P, es el precio de la palomitas en délares y
(0. cs la cantidad de palomitas en bolsas. Si el coste marginal de permitir que otro cliente vea ta pe-
Resin es cero y el coste marginal de las palomitas es de 1S, za qué precio debe vender Harry las en-
tradas y las palomitas si su objetivo es maximizar sus beneficios? Suponga que Harry es capaz de
ftnunciar sin costes SU estructta de precios a los posibles clientes.
Respuestas de los ejercicios
1541. El excedente inicial del consumidor en el caso en que P = 38 (y Q = 7 litros semanales) es
EC. 1/2(10 ~3)7 = 24,508 semanales. El excedente del consumidor en el caso en que el precio es
nds alto, P'= 4S (y Q’=6 litros semanales) es EC’= 1/2(10~ 496 = 18$ semanales. La pérdida de
‘Rendente del consumidor viene dada por el rea DCEF, que es igual a 24,5 ~ 18 = 6,505 semanales
Precio ($ por lito)
whe Pérdida de excedente
‘del consumidor
Gasolina (tros semanates)
67 10
4522, La cuote maxima ahora viene dada por el érea del idngulo AB'C’, que es EC = 1/2(50 20)120~
8008 anuales.
Precio ($ por hora)
Tiempo de pista
(horas anwales)
453. El erfico muestra las dos rectas presupuestaras y la cesta dptima del aio pasado. Si observamos més
‘ecerea el punto de tangencia (Area ampliada), veremos que este ao Jones puede comprar una ces-
ta que prefiere a la que compraba el aio pasado.162 CAPETULO 5: APLICACIONES DE LAS TEORIAS DE LA ELECCION RACIONAL Y DELA DEMANDA
coud ato”
mo SS
‘Area ampliada
46
2
30 Presupuesto
dl afo pasado
L
Presupuesto
de este ano
7
20 6070
54. VA = 50.0008 + 42.0008/1,05 = 90.0008. Consumo fururo maximo = U,0UUS(I,0S) + 42.000 =
= 94.5008. La ecuaciGn de su restriccién presupuestaria intertemporal es C, = 194.500 ~ 1,05C,,CAPITULO La economia
Avance
de la informacién
y la eleccién
en condiciones
de incertidumbre
JUANDO un sapo y su rival luchan por la misma pareja, cada uno ha de tomar una impor-
tante decision estratégica. ;Debe pelear por ella o irse en busca de otra? Pelear es
‘arriesgarse a quedar malherido, pero continuar la busqueda también tiene costes. En el
mejor de los casos, leva tiempo, y no hay garantia alguna de que la siguiente pareja posible no
sea objeto de los afectos de otro sapo.
En la eleccién de una de estas opciones desempefia un importante pape! Ia valoracién que
haga cada uno de los sapos de la capacidad de lucha del otro. Si el rival es considerablemente
mayor, la probabilidad de vencer seré baja y la probabilidad de quedar malherido alta, por lo
ue ser prudente continuar buscando. En caso contrario, es posible que compense pelear.
‘Muchas de estas decisiones deben tomarse par la noche, cuando es dificil ver. Por ese mo-
tivo, los sapos recurren a algunas pistas invisibles. La mds fiable es el tono del canto del rival,
En general, cuanto mayor es un sapo, més grandes y gruesas son sus cuerdas vocales y, por lo
tanto, mas grave es su canto. Si un sapo escucha un canto grave por la noche, puede deducir ra-
Zonablemente que procede de tn sapo grande. De hecho, algunos experimentos han demostra~
do que al sapo comtin suele intimidarle més un canto grave que uno agudo'!
La informacion constituye un importante factor en las decisiones, no s6lo de los sapos sino tam-
bién de los consumidores y de las empresas. En los modelos presentados en los capitulos an-
teriores hemos supuesto que la informacién era perfecta. Sin embargo, en la prictica solemos
estar pésimamente informados. El tema de la primera parte de este capinula es la manera en que
Tecogemos y evaluamos la informacién relevante, Dado que muchos de los temas de los que nos
cuparemos aparecen de una manera sencilla en el problema del sapo, éste constituye un ttil
punto de partida del andlisis. Veremos que los principios que rigen la comunicacién entre los sa-
Pos nos ayudan a comprender cnestiones tan diversas como las garantias de los productos, las
* Vease Jus Kiet y Richard Dawkins, «Animal Signals: Mind Keading and Manipulation» en J. Krebs y N, Da
vies (comps.), Behavioral Ecology: An Evolutionary Approach, Sunderland, Mass., Sinauer Associates, 1983, 2ed.
163164 CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE.
récticas que se siguen en las contrataciones ¢ incluso la manera en que elegimos las personas
con las que queremos relacionamos. También examinamos la discriminacién estadistica, el pto-
eso por el que nos valemos de las caracterfsticas de los grupos para estimar las caracteristicas
de sus miembros.
Aunque la calidad de las decisiones a menudo puede mejorarse recogiendo informacién de
‘una manera inteligente, es casi imposible adquirir toda la informacién que puede ser relevante.
La tarea de la segunda parte de este capitulo es ampliar el modelo de la eleccién del consumi-
dor del Capitulo 3 para tener en cuenta las decisiones que se toman en condiciones de incerti-
dumbre.
La economia de la informacién
LA COMUNICACION ENTRE ADVERSARIOS POTENCIALES
Los problemas de comunicacién entre sujetos cuyos objetivos esti potencialmente en conflicto
son fundamentalmente diferentes de los problemas de comunicaci6n entre sujetos que tienen
objetivos comunes. Los sapos que buscan una pareja evidentemente pertenecen a la primera ca-
tegorfa, como ocurre en general en cualquier intercambio econdmico. Por ejemplo, el vendedor
‘a veces tiene un incentivo para sobreestimar la calidad de su prodncto y el comprador suele te-
ner un incentivo para subestimar la cantidad que esta dispuesto a pagar por él. El trabajador po-
tencial puede sentirse tentado a no revelar sinceramente sus aptitudes para ocupar un puesto de
trabajo.
En cambio, los jugadores de bridge que forman parejas comparten claramente unos objeti-
vos comunes. Cuando un jugador de bridge utiliza las convenciones habituales de las apuestas
ara comunicarle algo a su compafiero, no hay raz6n alguna para que éste no sc lo rca. Nin-
uno de los dos jugadores tiene nada que ganar engafiando al otro. En este caso, la comunica-
ccién es un mero problema de transferencia de informacin. Un mensaje sélo tiene que set des-
cifrable, Dejando a un lado los errores, su credibilidad no esté en cuestién.
Sin cmbargo, la I6gica cs muy diferente cuando quienes intervienen eu fa vomnun
nen pueden tener intereses contrarios. Supongamos, por ejemplo, que el jugador de bridge le
susurra al adversario que esté a su izquierda lo siguiente: «siempre apuesto conservadora-
mente». ;Cémo debe interpretar el adversario esa afirmacién? Es perfectamente inteligible. Sin
‘embargo, si se cree que todas las partes son racionales, la relacion entre ellas es tal que la afit-
‘maci6n puede no transmitir ninguna informacién real. Si tener fama de apostar conservadora-
‘mente fuera una ventaja, esa serfa una razén més que suficiente para que un jugador lo dijera de
si mismo, independientemente de que fuera verdad o no. La afirmacién no es ni crefble ni in-
crefble, Simplemente no contiene informacién alguna.
EI comprador con experiencia sabe recelar de las afirmaciones exageradas sobre la calidad
de los productos. Pero ;cmo distingue exactamente un buen producto de uno malo? ;Y cmo
convence un productor a un posible rival de que bajard radicalmente su precio si éste entra en el
mercado? Las afirmaciones como «bajaré el precio» plantean problemas en el mismo sentido
que las afirmaciones de los jugadores adversarios de bridge. Dado que el productor tiene in-
ccentivos para hacer esas afirmaciones, independientemente de que sean ciertas 0 no, no deben
‘ransmitir ninguna informacién.
Sabemos, sin embargo, que los adversarios pueden transmitir informacién que tiene valor
estratégico. Al fin y al cabo. los sapos son capaces de trancmitir informacién de este tipo, pero
no la transmiten diciendo meramente «soy un sapo grande». La afirmacién implicita del sapo
grande silo es crefhle debida a las barreras fisicas que impiden al sapo pequefio croar en un
tono grave. El canto del sapo es un ejemplo de sefial: un medio para transmitir informaci6n.MICROECONOMIA Y CONDUCTA 165
Sefiales
Comunicacién que
‘ransmite
informacién,
El ejemplo del sapo ilustra dos importantes propiedades de las seftales que se transmiten los
adversarios potenciales: (1) debe ser costoso Lingirlas; y (2) si algunas personas utilizan sentales
gue transmiten una informacién favorable sobre ellas mismas, otras se veriin obligadas a reve~
lar informacién incluso aunque sea considerablemente menos favorable, Estos dos principios
son importantes para comprender cémo recogen informacién los agentes econémicos y cémno la
interpretan. Comencemos formulindolos con el ejemplo del sapo y examinemos a continuacién
su aplicacién en distintos contextos econémicos..
EL PRINCIPIO SEGUN EL CUAL FINGIR ES COSTOSO
Principio segiin et
cual fingir es
costoso Para que
una sefal
transmitida @ un
adversario sea
crefble, tiene que
ser costoso fingr,
Para que las seriales que se transmiten los adversarios sean crefbles, debe ser costoso (0, en tér-
minos més generales, dificil) fingir. Sia los sapos pequefios no les costara nada imitar él canto
grave que caracteriza a los grandes, ésta dejaria de ser una caracteristica de los sapos grandes.
ero no pueden imitarlo. Los sapos grandes tienen una ventaja natural y es ese hecho solamente
‘el que permite que su canto grave sea una sefial fiable.
Este principio segrin el cnal fingir es eostoso se observa claramente en las sefiales que se
twansmiten las personas. Se encuentra, por ejemplo, en el siguiente episodio de Fatal Vision de
Joe MeGinnis. El capitén Jeffrey MacDonald, médico del cuerpo de los boinas verdes, recibe la
noticia de que es sospechoso de haber matado a su mujer y a sus hijas. Bl ejército le asigna un
abogado defensor militar. Sin embargo, entretanto cu madre contrata a Bernard Scgal, renom-
brado abogado privado de Filadelfia para defender a su hijo. Cuando Segal llama a MacDonald
al Fuerte Bragg (en Carolina del Norte) para conocerse, su primera pregunta sc reficte al abu-
gado militar:
««jLleva los zapatos brillantes?»
«<{Qué?», respondié inerédulo MacDonald. Ahi estaba, acusado de haber matado a su mujer y
«a sus hijas, ¥ en su primera conversacin con el abogado de Filadelfia que se suponta que habia
sido contratado para arreglar las cosas, la primera pregunta que le hacia era sobre el estado de los
zapatos del otro abogado.
Segal repitié la pregunta. «Y esta vez, dijo mis tarde, «casi of a Jeff sonreirse por teléfono.
Fue entonces cuando supe que tenia un cliente que no s6lo era inteligente sino que cogta las cosas
al vuelo. Me contest que no, que, en realidad, los zapatos del abogado eran algo zarrapastrosos.
Le dij, “en ose ease, de acuerdy, cone en él. Colabore con él hasta que legue yo". La cuestion
es que si un abogado militar leva los zapatos brillantes es que esté tratando de impresionar al sis-
tema. ¥ si estaba tratando de impresionar al sistema en esa situacién —y cl sistema ya haba de-
rmostrado tener interés en que se condenara a su cliente, al anunciar pablicamente su sospecha— no
iba a ayudar nada a Jeff. Es posible que el hecho de Mevar sucios los zapatos significara que le in-
teresaba mas ser abogado»
Evidentemente, el estado de los zapatos del abogado no era una indicacién perfecta de sus
rioridades vitales. Sin embargo, constitufa al menos wna razén para sospechar que no era un
mero lacayo del ejéreito. El abogado que llevara unos zapatos zarrapastrosos meramente para
transmitir la impresién de que no estaba tratando de ascender en el ejército no ascenderia. Por
lo tanto, las tinicas personas que pueden enviar sin correr riesgos una sefial de ese tipo son
aquellas a las que les interesa realmente més su papel como abogados.
He aqui algunas aplicaciones econémicas del principio segtin el cual es costoso fingir.
Garantia de la calidad de los productos. Muchos productos son tan complejos que los
consumidores no pueden examinar directamente su calidad. En sos casos, las empresas que
ofrecen productos de elevada calidad necesitan transmitir de alguna manera esta informacién a
Jos posibles compradores, pues, de lo contrario, no podrén cobrat unos precivs sufiviente-
mente elevados para cubrir los costes adicionales.166 ‘CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE.
Una manera de resolver este problema consiste en ganarse la fama de ofrecer productos de
buena calidad”, Pero las citcunstancias no siempre permiten a una empresa hacer esto. Consi-
deremos el caso de los vendedores ambulantes que venden relojes de pulsera en las calles de
tuna gran ciudad. Si una «empresa» de ese tipo decide cerrar, puede hacerlo sin apenas incurrit
cn pérdidas, No tiene ninguna sede central, no tiene un equipo de capital costoso, no tiene clien-
tes leales por los que preocuparse; de hecho, no tiene costes itrecuperables de ninguna clase. In-
cluso aunque lleve afios ofreciendo productos de calidad en la misma esquina, eso no garantiza
que abrird el puesto el préximo dfa. Y si estd planeando cerrar, tendrd incentivos para vender
mercancfa de la peor calidad posible. En suma, una empresa que no tenga un claro interés en
permanecer en el negocio, tendra dificultades inherentes para convencer a los posibles clientes
de que cumplira sus promesas.
Los incentivos son diferentes en el caso de una empresa que tenga unos elevados costes irre-
cuperables. Si quiebra, pierde el valor de cuantiosas inversiones que no puede liquidar. Por lo
tanto, a esta empresa le interesa hacer todo lo posible para seguir produciendo. Y si los com-
pradores lo saben, pueden confiar mucho més en la promesa de que vende un producto de bue-
na calidad. Si una empresa de ese tipo cobrara un precio acorde con una elevada calidad y des-
pués vendiera tuna mercaneta de mala calidad, no tendrfa un niimero de clientes que le volvieran
a comprar lo suficiente para sobrevivir y, por lo tanto, habrfa incurrido en vano en unos costes
irrecuperables fijos.
Estas observaciones sugieren una raz6n para creer que los productos que se anuncian mucho
con, de hecho, de mejor calidad, como dicen los anuncios. Una gran campafia publicitaria na
ional es un coste irrecuperable, cuyo valor se pierde para siempre si quiebra la empresa. Por lo
tanto, una vez realizada tamatia inversi6n, ésta tiene todos los incentivos del mundo para cum-
plir 1o prometido. El hecho de que los anuncios que publican las empresas en la prensa suelan
decir «...anunciado en TV demuestra que creen que muchos consumidores se han dado cuen-
ta de este patrén.
Como elegir un trabajador fiable. Existen muchas situaciones en las que los trabajadores
tienen ta oportunidad de engattar a los empresarios. Muchas actividades productivas tendrfan
que abandonarse si las empresas no fueran capaces de contratar trabajadores que no engafiaran
en estas situaciones. Las empresas necesitan una sefial que les permita identificar a los posibles
trabajadores fiables. Una posible sefial podria ser la relacién entre el cardcter de una persona y
los costes o beneficios de la pertenencia a determinados grupos. Por ejemplo, tal vez las per-
sonas fiables generalmente disfrutan trabajando como voluntarias en instituciones benéficas,
‘mientras que las personas poco fiables tienden a considerar que eso es una pesada carga. En
e608 casos, los grupos a los que decidan unirse transmitirén una informacién estadfsticamente
fiable sobre su cardcter.
Esta idea parece que la confirma la manera en que muchas parejas de profesionales de Nue~
‘va York buscan institutrices para sus hijos. El cuidado de los hijos es una de las tareas en Tas que
tiene una importancia evidente la fiabilidad, ya que es dificil controlar directamente la conducta
de estas personas. Al fin y al cabo, la raz6n misma por la que se necesita a una persona que cui-
de de ellos se halla en que no estamos nosotros para hacerlo. La amarga experiencia ha con-
vencido, al parecer, a muchos neoyorquinos de que el mercado local de trabajo no es un buen
ugar para contratar personas que se camporten de nina manera fiahle sin supervisién
La solucién que han adoptado muchas de estas parejas consiste en anunciarse en los perié-
dicos de Salt Lake City pidiendo una institutriz. Han descubierto que las personas educadas en
la tradicién mormona son més fiables que el neoyorquino medio. La seftal funciona porque a
uuna persona que quisiera meramente parecer fiable le resultarfa desagradable, cuando no im-
® sta lustacion se basa en el aticulo de Benjamin Kieiny Keithy Lefer, «The Role of Maret Fores in Assi-
fing Contattal Perfomance», Journal of Political Economy, agesto, 198).166 ‘CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE.
‘Una manera de resolver este problema consiste en ganarse la fama de oftecer productos de
buena calidad? Pero las circunstancias no sieinpre permiten a una empresa hacer esto. Cor
deremos el caso de los vendedores ambulantes que venden relojes de pulsera en las calles de
tuna gran ciudad. Si una «empresa» de ese tipo decide cerrar, puede hacerlo sin apenas incurrir
en pérdidas. No tiene ninguna sede central, no tiene un equipo de capital costoso, no tiene clien-
tes leales por los que preocuparse; de hecho, no tiene costes irrecuperables de ninguna clase. In-
cluso aunque lleve afios ofreciendo productos de calidad en la misma esquina, eso no garantiza
que abriré el puesto el préximo dfa. Y si estd planeando cerrar, tendrd incentivos para vender
‘mercancfa de la peor calidad posible. En suma, una empresa que no tenga un claro interés en
permanecer en el negocio, tendré dificultades inherentes para convencer a los posibles clientes
de que cumplird sus promesas.
Los incentivos son diferentes en el caso de una empresa que tenga unos elevados costes irre-
cuperables. Si quiebra, pierde el valor de cuantiosas inversiones que no puede liquidar. Por lo
tanto, a esta empresa le interesa hacer todo lo posible para seguir produciendo. Y si los com-
pradores lo saben, pueden confiar mucho mAs en la promesa de que vende un proclucto de bue-
na calidad. Si una empresa de ese tipo cobrara un precio acorde con tna elevada calidad y des-
pods vendiera tuna mereanefa de mala calidad, no tendria un niimera de clientes que le volvieran
comprar lo suficiente para sobrevivir y, por lo tanto, habria incurrido en vano en unos costes
irrecuperables fijos.
Estas observaciones sugieren una raz6n para creer que los proxtuctos que se anuncian mucho
on, de hecho, de mejor calidad, como dicen los anuncios. Una gran campatia publicitaria na
cional es un coste irrecuperable, cuyo valor se pierde para siempre si quiebra la empresa. Por lo
tanto, una vez realizada tamafa inversién, ésta tien todos los incentivos del mundo para cum-
plir to prometido. El hecho de que fos anuncios que publican las empresas en la prensa suelan
decir s...anunciado en TV» demuestra que creen que muchos consumidores se han dado cuen-
ta de este patron.
Como elegir un trabajador flable. Existen muchas situaciones en las que los trabajadores
tienen ta oportunidad de engaftar a los empresarios. Muchas actividades productivas rendrfan
que abandonarse si las empresas no fueran capaces de contratar trabajadores que no engafiaran
en estas situaciones. Las empresas necesitan una sefial que les permita identificar a los posibles
trabajadores fiables. Una posible sefial podria ser la relacién entre el cardcter de una persona y
los costes o beneficios de la pertenencia a determinados grupos. Por ejemplo, tal vez las per-
sonas fiables generalmente disfrutan trabajando como voluntarias en instituciones benéficas,
mientras que las personas poco fiables tienden a considerar que eso es una pesada carga. En
£¢508 casos, los grupos a los que decidan unirse transmitirdn una informacién estadisticamente
fiable sobre su cardcter,
Esta idea parece que 1a confirma la manera en que muchas parejas de profesionales de Nue~
‘va York buscan institutrices para sus hijos. El cuidado de los hijos es una de as tareas en las que
tiene una importancia evidente la fiabilidad, ya que es dificil controlar directamente la conducta
de estas personas. Al fin y al cabo, la razén misma por la que se necesita a una persona que cui-
de de ellos se halla en que no estamos nosotros para hacerlo. La amarga experiencia ha con-
vencido, al parecer, a muchos neoyorquinos de que el mercado local de trabajo no es un buen
Ingar para contratar personas que se camporten de una manera fiable sin supervisién.
La solucién que han adoptado muchas de estas parejas consiste en anunciarse en los peri6-
dicos de Salt Lake City pidiendo una institutriz. Han descubierto que las personas educadas en
la tradicién mormona son més fiables que el neoyorquino medio. La seflal funciona porque a
uuna persona que quisiera meramente parecer fiable le resultarfa desagradable, cuando no im
# sta ilutracion se basa en el articulo de Benjamin Kiein y Keithy Leffler, «The Kole of Market Forces in Assu-
ring Contractual Performance», Journal of Political Economy, agosto, 1981.MICROECONOMIA Y CONDUCTA 167
posible, mantener la tradicién mormona, que implica un continuo e intenso adoctrinamiento
moral, experiencia que a la mayoria de las personas meramente oportunistas les resultaria de
masiado dificil de soportar. Al igual que el tono grave del canto del sapo es una sefial de su ta-
‘afio, la pertenencia a la tradicién mormona es una buena sefial de fiabilidad, ya que scrfa muy
costoso para una persona oportunista simularla,
Cémo contratar a una persona lista y trabajadora. Consideremos, como ditima ilustra-
‘cion del principio segtin el cual fingir es costoso, el caso de un titulo de una universidad elitis-
ta obtenido con la calificacién de matricula de honor. Los empresarios estén buscando personas
listas y dispuestas a trabajar. Evidentemente, hay muchisimas personas en el mundo que po-
seen estos dos rasgos y, sin embargo, no tienen un titulo de una universidad elitista. Aun asf, los
empresarios pueden suponer sin temor a equivocarse que una persona que tenga un titulo de
esas universidades es lista y trabajadora, pues cuesta pensar que una persona que careciera
de esos rasgos intentaria obtener un titulo en una universidad elitista con la calificacién de ma-
tricula de honor.
Nadie pone realmente en cuestiGn el hecho de que los titulados de las instituciones elitistas
generalmente son trabajadores productivos. Pero existe, de hecho, un acalorado debate sobre el
grado en que la asistencia a estas instituciones genera una elevada productividad. Las personas
‘que piensan que si sefialan que los titulados de las instituciones elitistas ganan unos sueldos sig-
nificativamente més altos. Sin embargo, los escépticos advierten que la diferencia no puede att
buirse totalmente a ln calidad de sn enseitanza. Fl problema radica en que los estudiantes de las
mejores instituciones ya eran, indudablemente, més productivos desde el principio, pues al fin
y al cabo estas instituciones seleccionan minuciosamente a sus solicitantes y sélo aceptan a los
{que tienen los mejores expendientes académicos.
EL PRINCIPIO SEGUN EL CUAL DEBE REVELARSE TODA LA INFORMACION
Principio segun el El segundo principio importante que illustra cl ejemplo del sapo puede denominarse principio
cual debe segiin el cual debe revelarse toda la informacion y dice que si unas personas tienen algo que
revelarse toda la gartar revelandy un valor favorable de algain rasgo, otras se verdn obligadas a revelar sus valo-
informacion Los res menos favorables. Este principio ayuda a responder a la pregunta inicialmente desconcer-
individuos deben (ane de por qué los sapos mids pequefios se molestan en croar?. Croando, les indican otros 5a-
aired ae SUS pos cual es su tamafio. gPor qué no se quedan callados y dejan que los otros se lo pregunten?
eee Supongamos que todos los sapos cuyo canto ruviera un tono superior a un determinado ni-
foquieren quese els quedaran, de hecho, callados. Imaginemos que tenemos un indice de 0 a 10 que mide el
Inctprete por su, 010 del canto de un sapo, en el que 10 es el maximo y 0 es el minimo, y supongamos arbitra-
Silencio que tienen Tiamente que Ios sapos que tienen un indice superior a 6 se quedan callados (véase Ia Figu-
algo aun peor que 16.1).
ocultar Es fécil comprender por qué un pattén de ese tipo serfa inherentemente inestable. Consi-
deremos el caso de un sapo que tiene un indice de 6,1, que es algo superior al limite conside~
rado. Si se queda callado, ;qué pensarn otros sapos? Sabran por experiencia que su canto debe
de tener un tono mas alto que 6, ya que se queda callado, Pero ,cudnto més alto?
Al carecer de informacién sobre este sapo, no pueden saberlo con exactitud. Sin embargo,
generalmente sera posible hacer una conjetura estadistica. Supongamos que los sapos estuvie-
ran distrifuidas de una manera uniforme en la escala de tonos. Eso significarfa que si eligiéra-
‘mos un sapo al azar de toda la poblacién de sapos, el tono de su canto podria adoptar cualquier
valor de Ia escala de tonos. Sin embargo, al fijar el limite en 6, un sapo que se quedara calladdo
serfa diferente sisteméticamente de un sapo seleccionado al azar. En concreto, la experiencia nos
> Véase Krebs y Dawkins, 1984.168 CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE
FIGURA 6.1
Si slo se molestan
fen croar los sapos
‘cuyo tono tiene un
Indice inferior 26,0,
los que se queden
{allados revelara
{que su tono tiene, en
promedio. un indice
Significativamente
superior 26,0.
LA INFORMACION IMPLICITA EN EL SILENCIO
Limite nici
roar =} > no croar
a
(oematieee eae ues ee 7 OEM I0)
ono més bajo ono més ato
diria que el indice medio de los sapos que se quedan callados es 8 (a mitad de camino entre 6
y 10). Todo sapo que tuviera un indice inferior a 8, por el mero hecho de quedarse callado, da-
ria la impresi6n de que es més pequeiio de lo que realmente es, Por lo tanto, 1o mejor que podria
hacer el sapo que tuviera un indice de 6,1 seria croar.
‘Asi pues, si el kimite para quedarse callado fuera 6, a todos los sapos que tuvieran un fndi-
ce inferior a 8 les interesaria croar. Naturalmente, si croaran, el limite ya no seria 6 sino 8, Pero
tun limite de 8 tampoco seria estable. Al poner el limite en ese nivel, les interesaria croar a todos
los sapos que tuvieran un indice inferior a 9. Por razones parecidas, cualquier limite inferior a
10 estaria abocada a variar. Fso no ocurrtfa porque los sapos pequefios quisieran llamar la aten-
cin sobre su tamafio croando sino porque se verfan obligados a hacerlo para no parecer mas pe-
quefios de lo que son realmente.
El principio segiin el cual debe revelarse toda la informacién se deriva del hecho de que no
todos los posibles adversarios tienen acceso a la misma informacién. Fin el caso de lox sapos, la
asimetria consiste en que el sapo que se queda callado sabe exactamente cual es su tamafio,
micntras que su rival s6lo puede hacer una conjetura documentada, Como demostrarén los si-
guientes ejemplos, este tipo de asimetrias da lugar a la transmisiGn de importantes sefiales en-
tte los agentes econdmicos.
La garantia de los productos. Por ejemplo, las asimetrias de la informacién contribuyen &
cexplicar por qué el productor de un producto de baja calidad podria revelar ese hecho ofreciendo
solamente una garandfa muy limitada. En este eas0, la asimetria se halla en que los produetores
‘conocen mucho mejor que los consumidores a calidad de sus productos. La empresa que
sabe que su producto es el mejur tiene pode1osos incentives para revelar esa informacién a los
consumidores, Para que ésta sea crefble, puede oftecer una generosa garantfa contra los defec~
tos del producto (esta formula es crefble debido al principio seysin el cual es costoso fingir: un
producto de mala calidad se estropearia frecuentemente, por lo que seria demasiado costoso
ofrecer una garantia generosa).
‘Cuando aparece el producto de méxima calidad con una generosa garantia, los consumi-
dores poseen de inmediato una mayor informacidn que antes, no s6lo sobre sw calidad sino tam-
bién sobre la calidad del resto de los productos. En concreto, saben que los que no tienen ga-
rantia no pueden ser de la maxima calidad. Al carecer de cualquier otra informacion sobre un
producto sin garantia, el consumidor prudente estimard su calidad en funcién del nivel medio de
{e508 productos, pero eso significa que subestimard la calidad de los productos que sean Gnica-
‘mente algo inferiores al mejor.
Examinemos la situacién a la que se enfrenta el productor del segundo producto mejor. Si
continéa sin oftecer ninguna garantfa, los consumidores pensardn que es peor de lo que real-
mente es. Por lo tanto, le interesaré ofrecer una garantia. Pero como su producto es de una cali-
dad algo inferior, las condiciones de su garantia no pueden ser tan generosas como las del mejor.
Una vez garantizado el segundo producto mejor, el resto de los productos que carecen de
‘garantia tiene ahora una calidad media menor que antes. Entonces se pone en marcha un
proceso irreversible y a la larga todos los productores deben garantizar sus productos o ha-MICROECONOMIA Y CONDUCTA 169
cerse a la idea de que los consumidores consideran que sus productos son de la peor calidad.
Los términos de las garantfas generalmente serén menos generosos cuanto peor seit lat cali
dad del producto. Es evidente que los productores no desean anunciar la baja calidad de sus
productos ofieciendo una cicatera garantia. Su problema radica en que si ni siquiera la ofre-
cen, los consumidores consideraran que sus productos son todavia peores de lo que son en
realidad.
Cuando Chrysler declara «los garantizamos més porque los fabricamos mejor», no podemos
estar totalmente seguros de que esté diciendo toda la verdad. Pero si su afirmacién es excesi-
vamente engafiosa —es decir, si los automeviles de Chrysler tuvieran muchas més probabili-
dades de estropearse que otros— seria una mentira realmente cara y, por lo tanto, existe un mo-
tivo racional para que los consumidores den crédito a la afirmacién de Chrysler.
La regulaci6n de las entrevistas realizadas a los solicitantes de empleo. El principio se-
giin el cual debe revelarse toda la informacién tiene otra ilustrativa aplicacién relacionada
con las dificultades que predice que tendrén las autoridades que traten de limitar la cantidad de
informacién que pueden pedir las empresas a los solicitantes de empleo. Consideremos, por
‘ejemplo, la legislacién que prohibe a los empresarins preguntar por el estado civil y por los pla-
nes referentes a la procreacién. Antes de que se aprobara esta legislacién, los empresarios s0-
licitahan rutinariamente-este tipo de informacién, sobre todo a las mujeres. Dado que esta in-
formacién esté correlacionada con la probabilidad de abandonar la poblacién activa, el motivo
de los empresarios para solicitarla era evitarse invertir en la contratacién y Ia formacién de tra-
bajadores que no iban a permanecer mucho tiempo en la empresa. Como es costoso falsificar la
informacién demogrifica (pocas personas dejarfan de casarse para que parceicra menos pro-
bable que iban a abandonar la poblaci6n activa), esta puede servir de sefial entre las partes cu-
{yor intereses pudieran estar en conflicto. El propésito de la legislacién era impedir a los em-
presarios favorecer a los candidatos en funcién de su situacién demogritica.
Sin cmbargo, para lograr este objetivo no basta con prohibisles pedi infurmacién sobre lat
situacién demogréfica, pues si una mujer se da cuenta de que su situacién demogrifica la sittia
en la categoria de contratacidn ms favoreida, tiene todos los incentivos del mundo para ofte-
cet voluntariamente esa informacién. Este hecho desencadena el conocido proceso irreversible
por el que los solicitantes de empleo acaban ofreciendo voluntariamente toda la informacion,
salvo la menos favorable. Se supone simplemente que el candidato que no suministre volun-
‘ariumente la informaci6n, independientemente de lo desfavorable que sea, pertenece a la ca-
tegorfa menos favorable, Para que la legislacién lograra el fin que pretende, tendrfa que prohi-
bir de alguna manera a los solicitantes de empleo que revelaran voluntariamente 1a
informacién.
‘Las personas y las cosas pertenecen a categorias, y éstas, a su vez, suelen estar ordenadas je-
rérquicamente. Unas son, pot unanimidad, mejores que otras. Ser fiable es mejor que no serlo,
ser trabajador es mejor que ser vago, etc. El mensaje general del principio seguin el cual debe re-
velarse toda la informacién consiste en que la falta de pruebas de que una cosa pertenece a una
categoria favorecida suele inducir a pensar que pertenece a una menos favorecida. El principio,
as{ expresado, parece de una claridad meridiana. Y, sin embargo, sus implicaciones a veces dis-
tan de ser obvias.
EI principio de los «cacharros». Por ejemplo, el principio segiin el cual debe revelarse
toda la informacidn ayuda a resolver una vieja paradoja: zpor qué los automéviles nuevos sue-
len perder en gran parte su valor de mercado en el momento en que salen de la tienda?
{Cémo es posible que un automévil nuevo que se compra por 15.000 un miércoles s6lo pue-
da venderse por 12.0008 en el mercado de automsviles usados el jueves? Es evidente que el
automsvil no pierde un 20 por 100 de su valor en 24 horas meramente a causa de la depre~
ciacién fisica.170 CAPETULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA FLECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE
Los economistas han luchado durante afios por explicar este curioso patrén. Adoptando una.
posicion incomoda y alejada de su caracterfstica postura profesional, algunos han llegado a de-
cir que los consumidores tenfan prejuicios en contra de los automsviles usados. Sin embargo,
George Akerlof, economista de Ia Universidad de Berkeley, ha sugerido que podrian no ser ne~
cesarias las supersticiones misteriosas. En uno de los articulos de economia més citados en los
iiltimos decenios, «Lhe Market for “Lemons”», ofrecié una ingeniosa explicacion (que se
convirtié en la primera formulacién clara del principio segtin el cual debe revelarse toda la in-
formacién)*.
Akerlof partié del supuesto de que los automéviles nuevos eran, en términos generales,
de dos tipos: buenos y «cacharros». Estos dos tipos eran iguales en apariencia, pero el propieta-
rio de un automévil sabfa por experiencia de qué tipo era el suyo. Dado que los posibles com-
pradores no podian saber de qué tipo era cada uno, los automéviles buenos y los «cacharros» de-
béan venderse al mismo precio, Era tentador pensar que el precio comin seria una media de los
valores respectivos de los dos tipos y que los pesos serfan las proporciones que representara cada
‘uno. Fsta idea infuitiva es, de hecho, més 0 menos correcta en el mercado de aufoméviles nuevos.
Sin embargo, en el mercado de automéviles usados las cosas son diferentes. Dado que los
automéviles nuevos valen més para sus propietarios que los «cacharros» para los suyos, una
proporcién mucho mayor de los «cacharros» va a parar répidamente al mercado de automévi-
les usados, Como los compradores de automéviles usados conocen el patron, comienza a bajar
el precio de éstos. La bajada del precio refuerza entonces la tendencia inicial de los propietarios
de automéviles buenos a no venderlos. En casos extremos, los tinicos automéviles usados que
se pondrn a la venta serén «cachartos».
La aportacién de Akerlof cs la idea de que cl mero hecho de que un automévil csté en ven-
ta constituye una importante informacién sobre su calidad. Eso no quiere decir que tener un
«vaclaiiu» sea la Gnica faz6n que lleva a vender un automévil, Sin embargo, incluso aunque
fuera una razén secundaria, impedirfa al propietario de un automévil bueno obtener todo su va-
lor en el mercado de segunda mano. ¥ es posible que eso sea suficiente para poner en marcha
el ya conocido proceso irreversible. De hecho, raras veces Ilegan al mercado de segunda mano
automéviles que no planteen problemas, salvo como consecuencia de las presiones de cir-
cunstancias extemas («vendo Volvo por cambio de residencia» 0 «por lesién, vendo automévil
con cambio manual»).
Laexplicacién de Akerlof respalda, pues, nuestra idea intuitiva de que la depreciaci6n fisica
cs una causa insuficiente de la gran diferencia de precios que existe entre los automviles nue~
vos y los usados. Es més plausible pensar que esta se debe al hecho de que la calidad media de
Jos automéviles usados que se ponen en venta, considerados en conjunto, es simplemente
peor que la de los que no se ponen en venta.
Elestigma del recién llegado. El principio segiin el cual debe revelarse toda la informaci6n
también sugiere por qué antes era més dificil que ahora escapar a los efectos de la mala fama
que daba el hecho de trasladarse a otro lugar. En la situacién actual, en la que la movilidad es
elevada, una persona poco honrada se sentirfa tentada a irse a otro lugar cada vez que la sor-
prendieran engafiando. Pero cuando habfa menos movilidad, esta estrategia era mucho menos
ceficaz, pues cuando las sociedades eran més estables las personas fiables tenfan mucho més que
ganar estindose quietas y recngienda los finitos de la buena fama que se habfan gananda. De la
misma manera que al duefio de un automévil bueno no le interesa venderlo, asf a una persona
honrada tampoco le interesaba trasladarse a otro lugar. En los entornos generalmente estables,
las personas que se trasladaban a otro lugar eran sospechosas, como los automéviles usados. Sin
‘embargo, actualmente hay tantas presiones externas para trasladarse que el mero hecho de ser
un recién llegado apenas quiere decir nada.
* George Aketlof, «The Market for “Lemons”, Quarterly Journal of Economics, 1970.MICROECONOMIA Y CONDUCTA ae
LA ELECCION DE LAS AMISTADES
La mayorfa de las personas quieren relacionarse con personas amables, atentas, sanas, inteli-
gentes, fisicamente atractivas, ctc. La informacién sobre el atractivo fisivo puede ubtenerse a
primera vista, pero muchos de los demas rasgos que buscamos en nuestras relaciones son difi-
siles de obscrvar, por lo que a menudo tos basamos en signos de su conducta que los revelen.
Para que estos signos sean eficaces, ha de ser costaso falsificarlos, Por ejemplo, una persona que
esié buscando un compafiero muy disciplinado podria muy bien tener especial interés en las per-
sonas que corren un maratén en menos de dos horas y media.
‘A veces dice mucho incluso el grado de interés que muestra una persona por un posible
‘compafiero. Groucho Marx dijo en una ocasién que nunca se harfa socio de ningiin club del que
él fuera miembro. La adopcién de una estrategia similar en la busqueda de relaciones eviden-
(emente seria frustrante. Y, sin embargo, no hay duda de que Groucho queria decir algo. Puede
haber buenas razones para evitar a una persona aparentemente atractiva que se muestre dema-
siado ansiosa por buscar relaciones. Si es tan atractiva como parece, zpor qué esa ansiedad? Una
postura asf suele inducir a pensar que posee rasgos dificiles de observar que tienen valores des-
favorables. Las propiedades de las sefiales eficaces ponen. pues. de manifiesto por qué la timi-
dez, dentro de unos limites, es tan adaptable. Parece que a las personas ansiosas les resulta muy
dificil ocultar su ansiedad,
Estas mismas propiedades también tienen implicaciones para las formulas institucionales que
uitilizan las personas para buscar pareja. Una de las dificultades, a menudo censurada, que pre~
senta la vida urbana moderna es que las apretadas agendas de trabajo nos impiden entablar amis-
fades. Ante esa dificultad, las agencias matrimoniales comerciales se ofrecen a poner en contacto
‘a personas que tengan intereses y gustos claramente parecidos. A las personas que acuden a es-
tos servicios se les ahorra, pues, el tiempo y los gastos necesarios para conocer a personas con las
que tienen pocos intereses en comtin, También se evita la incertidumbre que supone no saber si
‘estas personas les interesa conocer a otras. Y, sin embargo, aunque a veces salgan matrimonios
de estos servicios, parece que hay unanimidad en que son una mala inversidn debido, al parecer,
‘a que sirven, sin pretenderlo, de mecanismo scleccionador que identifica a las persunias que Li
nen problemas para buscar personalmente sus propias amistades. Ciertamente, a veces el pro-
bloma de estas personas consiste meramente en que estén dewsasiady ocupadas, pero a menudo
se debe a problemas de personalidad o a otras dificultades més preocupantes. Las personas que
acuden a agencias matrimoniales son, de hecho, ids féciles de conocer, como dicen los anun-
ccios, pero segiin la teoria de las sefiales es menos interesante, en promedio, conocerlas.
LOS SIGNOS EXTERNOS DE CONSUMO COMO INDICADORES DE LA CAPACIDAD
‘Supongamos que el lector ha sido acusado injustamente de un grave delito y que est buscando
‘un abogado que lo represente. Suponga también que ha de elegir entre dos abogados que, por lo
que usted sabe, son idénticos en todos los aspectos salvo en su nivel de consumo. Uno de ellos
leva un waje corriente de poliester y raido y Ilega al juzgado en un Chevy Vega de hace 15 afios
comido por la corrosién, El otro leva un traje de lana impecable y conduce un BMW 740i nue-
vo. ;A quién debe contratar?
Nuestros sencillos principios de las sefiales inducen a pensar que el segundo abogado e+
probablemente la mejor apuesta, ya que la capacidad de un abogado en un mereada competiti
vo probablemente se refleja en gran medida en su renta, la cual esta correlacionada positiva-
‘mente con su consumo. Evidentemente no existe garantfa alguna de que el abogado que gasta
més en consumo tenga mayor capacidad. Pero al igual que ocurre en otras situaciones que im-
pilican riesgo, en esta la gente también debe dejarse guiar por las leyes de la probabilidad, Y es
tas leyes dicen inequivocamente que debemos elegir al abogado mejor vestido.172 CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE
En los casos en los que hay que tomar decisiones importantes en las que intervienen per-
sonas a las que no conocemos bien, suelen ser decisivas incluso las més minimas sefiales sobre
la capacidad. Un ejemplo evidente es la eleccién entre varios solicitantes de empleo muy pa-
recidos. La primera impresién cuenta mucho durante las entrevistas y, como gustan recordamos
los fabricantes de ropa, nunca tenemos una segunda oportunidad de dar una buena impresién.
Los asesores en cuestiones de colocacién siempre han destacado la importancia de la ropa de
calidad y del porte en el proceso de bisqueda de trabajo. Incluso cuando el empresario sabe que
el solicitante es bueno, es posible que le preocupe mucho eémo se Hevard éste con otras per-
sonas, especialmente cuando se trata de puestos de trabajo que exigen un continuo contacto con
personas que 20 saben Io bueno que es el trabajador.
Parece que muchas personas solteras creen, a juzgar por lo que gastan, que sus perspecti-
vas de casarse dependen de una manera fundamental de la ropa y del automévil que leven.
A primera vista, resulta curioso, ya que cabe suponer que Ja mayoria de las parejas, cuando se
ccasan, se conocen lo Suficiente como para que esas cosas no cuenten mucho. Aun asf, muchas
parejas potenciales han sido rechazadas al principio por parecer «inadecuadas». Los atavios de
éxito no garantizan que una persona se casaré bien, peto refuerzan las oportunidades de atraer
Por segunda ver la mirada de otra persona
La importancia de los bienes de consumo como signos de la capacidad varia de una ocu-
paci6n a otra. Los ingresos y la capacidad que més cuentan en el caso de los investigadores no
estan estrechamente correlacionados y a la mayorfa de ellos no les importa nada tener un au-
tomévil de hace 15 afios si funciona todavia. Pero seria un gran error para un banquero espe-
cializado en inversiones que quisiera prosperar conducir un automévil asf en presencia de po-
sibles clientes.
Este ejemplo pone de manifiesto que el incentivo de una persona para gastar més dinero en
signos extemnos de consumo est relacionado inversamente con la cantidad de informacién in
dependiente que tengan otras sobre su capacidad, asf como de la fiabilidad de dicha informa-
ccién, Cuantas més personas conozcan a otra, menos puede influir ésta en la valoracién que ha-
gan de ella modificando sus patrones de consumo y gastando més en signos externos de
consumo. Este hecho puede ayudar a explicar por qué los patrones de consumo de las pequefias
cciudades, que tienen unas redes sociales sumamente estables, son tan diferentes de los patrones
de las grandes ciudades. Por ejemplo, el guardarropa que «necesita» un profesional cn Towa
City cuesta menos de la mitad del que necesitaria en Manhattan o en Los Angeles. Del mismo
modo, dado que la fiabilidad de la informacién sobre una persona aumenta con la edad, la pro-
porcién de la renta dedicada a signos extemos de consumo deberia disminuir con el paso del
tiempo. Los patrones mas maduros de gasto de las personas mayores pueden atribuirse tanto @
la disminucién de los rendimientos de las sefiales de la capacidad como a la mayor sabidurfa
que da la edad.
Obsérvese que los signos externos de consumo como sefiales de la capacidad nos sitdan ante
un dilema. Inevitablemente, el concepto de guardarropa elegante, como el de automovil veloz,
¢s relativo. Para dar una buena impresién, no basta con Hlevar una ropa limpia y aseada, Es ne-
cesario llevar algo que parezca mejor que lo que llevan los demés, lo cual induce a todo el mun-
do a ahorrar menos y a gastar més en ropa. Pero cuando todo el mundo gasta més en ropa, no
varia la apariencia relativa. Por lo tanto, los signos extemos de consumo son esencialmente un
bien relativo (véase el Capitulo 5). Utilizando la conocida metéfora del estadio, todos los es-
pectadores se levantan de los asientos con el fin de ver mejor una emocionante jugada para en-
Contrarse con que no ven mejor que si todos permanecieran sentados. En este caso. el resultado
agregado de la conducta racional desde el punto de vista individual también es sumamente di-
ferente de lo que esperaba la gente.
Como grupo, es posible que compensara gastar mucho menos en signos extemos de consumo
y ahorrar mucho més para la jubilacién, pero si los signos externos de consumo influyen extra-
ordinariamente en las estimaciones de la capacidad, a nadie le compensara dar este paso él solo.MICROECONOMIA Y CONDUCTA 173
LA SELECCION ADVERSA
Seleccién adversa
Proceso mediante
cl cual los socios
potenciales menos
deseables se
ofrecen
voluntarios para
sealizar
intercambios.
Cuando a un grupo heterogéneo de personas susceptibles de realizar un intercambio se le pre
senta Ia oportunidad de realizarlo, las que lo acepten serin diferentes —y en cierto sentido
Peores— en promedio que las que no lo acepten. Asf, por ejemplo, los automéviles usados que
estan en venta son de peor calidad que los que no lo estén; generalmente tiene menos interés co-
nocer a las personas que acucen a las agencias matrimoniales que a las demas. Estos dos
ejemplos que ilustran el principio de los «cachartos» también se denominan a veces ejemplos de
seleccién adversa. [a seleccién adversa es el proceso por el que los mieiubios «poco atracti-
‘Yos» de un grupo de compradores o de vendedores tienen mas probabilidaes de participar en un
intercambio voluntario,
La seleccién adversa es especialmente importante en los mercados de seguros, en los que
suele eliminar algunas posibilidades de intercambiv que beneficiarfan tanto a los consumidores
como a las compatifas de seguros. Para que una compafifa de seguros pueda subsistir, debe ob-
‘ener unos ingresos por las primas que cubratt las indemnizaciones que paga mas los gastos ad-
‘ministrativos. Por lo tanto, las primas deben reflejar estrechamente la probabilidad de que se
reclamen indemnizaciones. Sin embargo, no todos los consumidores potenciales tienen las mis-
‘mas probabilidades de reclamar una indemnizacién. Por ejemplo, en el caso de los seguros de
automéviles unos conductores tienen muchas mas probabilidades de sufrir accidentes que
otros.
Si las compantas de seguros pudieran identificar a los conductores més artiesgados, po-
drian ajustar sus primas en consecuencia. Naturalmente, intentan hacerlo en cierta medida
cobrando tarifas mas altas a los conductores que tienen un historia de accidentes o de graves in-
fracciones del eédigo de la circulacién 0 incluso a los que nunca han tenido un seguro (mas ade-
Jante veremos que también cobran tarifas diferentes a las personas que tienen historiales idén-
ticos pero pertenecen a grupos diferentes), Sin embargo. estos ajustes son en el mejor de los
casos imperfectos. Algunas personas que no han tenido nunca un accidente de trifico ni han re-
cibido una multa corren muchos mayores riesgos que muchos conductores que tienen un his-
torial accidentado, Dentro de una categoria amplia de pélizas, habré inevitablemente una gran
vvariacién en cuanto al grado de riesgo de los posibles titulares,
Las presiones competitivas existentes en el mercado de seguros generalmente obligan a las
primas a reflejar el nivel medio de riesgo de las plizas de una categoria dada, lo cual significa
que el precio del seguro es atractivo para los conductores que saben que son mucho més
artiesgados que la media, Sin embargo, la ofra cara de la moneda es que esa misma prima no es
alractiva para los que saben que son mucho menos arriesgados que la media. Como conse-
cuencia, muchos de los concluctores menos arriesgados se ven obligados a autoasegurarse. ¥ et
ese caso, sube el grado medio de riesgo de los conductores que si compran un seguro, lo que
obliga a subir las primas. Esta subida hace que el seguro sea, a su vez, aiin menus alractivo para
Jos conductores menos arriesgados, lo que induce a un niimero aun mayor de ellos a autoase-
gurarse. Al final, pueden quedar excluidos de la participacién en el mercado de seguros todos
los conductores salvo los peores, resultado desafortunado para los conductores prudentes, los
cuales pagarian gustosamente una prima cercana al valor esperado de sus pérdidas,
LA DISCRIMINACION ESTADISTICA
Como hemos sefialado antes, las compaiifas de seguros de automéviles suelen tratar de adecuar
sus tarifas al historial de Jos titulares de las pélizas. La mayorfa cobra, ademés, tarifas diferen-
tes a personas que poseen el mismo historial si pertenecen a grupos que tienen un riesgo medio
‘muy distinto, Tal vez el ejemplo més evidente sea la elevadisima tarifa que cobran a los con
ductores varones de menos de 25 afios de edad, La tasa media de accidentes de tos conductores174 CAPETULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE.
de este grupo es mucho més elevada que la de cualquier otra categoria demogréfica. Aun asi,
muchos varones de menos de 25 afios son unos conductores excepcionalmente buenos. Mi se~
gundo hijo (el que siempre deja para el final el plato que més le gusta) es un claro ejemplo, y
seguramente hay mds en su clase. La dificultad estriba en que las compafias de seguros no pue-
den identificar a estos conductores con un coste razonable.
En California, muchas compaiiias de seguros de auroméviles cobran tarifas diferentes de-
pendiendo de la parte de la ciudad en la que viva el conductor. Se basan en el argumento de que
Ja congestidn del trafico, los robos, el vandalismo, los conductores sin seguro y otros factores
que influyen en las indemnizaciones varian extraordinariamente de unos barrios a otros®. Sin
‘embargo, la extrafia consecuencia es que las personas que viven a pocos metros unas de otras en
distritos postales continuos a veres acaban pagando unas tarifas significativamente diferentes.
‘Muchos son los que se han quejado de que esas diferencias entre las tarifas son inherente-
mente injustas, Pero antes de juzgar a las compaiias de seguras, es importante: comprender qué
Te ocurrirfa a una que suprimiera estas diferencias. Supongamos, por ejemplo, que una compa-
‘decidiera vender el seguro al mismo precio a todos los conductores que tuvieran un historial
intachable. Si mantuviera su lista actual de titulares de pélizas, eso significaria bajar las tarifas
gue cobra actualmente a las personas de los barrios poco seguros, a lo: varones adolescentes y
a otros grupos de elevado riesgo y elevar las que cobra a todas las demas. Pero {por qué iban a
rmunicner entouces la péliza en la misma compaiia los conductores mayores que viven en los
barrios seguros? Podrian ahorrar asegurando el automivil en otra compafiia que mantuviera la
antigua estructura de uarifas, y nv cabe duda de que muchos lo harfan, Por la misma raz6n, los
‘miembros de los grupos de alto riesgo que ahora tienen pélizas en otras compatifas tendrian po-
derosos incentivos para asegurar su automdvil en la que que tiene la nueva estructura de tarifas,
‘Al final, esta compaiifa se quedaria solamente con los titulares de pélizas pertenecientes a gru-
os de alto riesgo. Podria seguir cobrando la misma tarifa a todo el mudo, pero esta tendrfa que
ser suficientemente elevada para cubrir las indemnizaciones generadas por el grupo de mayor
riesgo de todos.
‘Ante este problema, en algunos estados de Estados Unidos se esti considerando la posibi-
lidad de aprobar alguna medida legislativa que prohfba cobrar pot los seguros tanifas distintas a
cada grupo, baséndose en el argumento de que si fodas las compafifas son obligadas a ofrecer
tuna tnica tarifa, los miembros de los grupos de bajo riesgo no podrian escapar a las subidas
cambidndose de compaffa, Sin embargo, el problema de esta medida estriba en que el Estado
no puede obligar a las compafifas privadas de seguros a ofrecer seguros en contra de su volun-
tad y, por lo tanto, muchas se irfan de las éreas en las que tienen mayores costes, dejando asi a
‘us antiguos clientes que se las ingeniaran solos.
La eleccién en condiciones de incertidumbre
Independientemente del tiempo y de las energias que dediquemos a la recogida de informacién,
1a mayoria de las decisiones deben tomarse sin tener completa informacién sobre las opciones
relevantes. Por ejemplo, podemos elegir entre imos a esquiar v compraruos un nuevo lector de
CD de una manera mAs inteligente si consultamos algunas fuentes como el servicio meteoro-
égico y revistas de consumo. Sin embargo, al final no podemos excluir la posibilidad de que
hhaga mal tiempo 0 de que los chips estén defectuosos. Esos riesgos constituyen una caracte-
ristica destacada de muchas de las decisiones més importantes. La tarea del resto de este capi-
tulo es ampliar el modelo bisico de la eleccién del consumidor del Capitulo 3 para tenerlo en
cuenta.
* Wéase Eric Smith y Randall Wright, «Why Ts Automobile Insurance in Philadelphia So Damned Expensive»,
American Economic Review, 82, 1992, pigs. 56-772.MICROECONOMIA Y CONDUCTA 175
PROBABILIDAD Y VALOR ESPERADO
Valor esperado
‘Suma de todos los
resultados
posibles,
pouderada por su
probabilidad
respectiva de
parecer.
La elecci6n de la universidad en la que vamos a estudiar, de la persona con la que vamos a ca-
sarnos, de la ocupacién que vamos a ejercer ¢ incluso de la pelicula que vamos a ver, en todos
estos casos es probable que la alternativa tenga importantes caracteristicas inciertas en el mo-
mento de la eleccidn. A veves, tenemos que elegir entre dos opciones que entrafian el mismo
riesgo (por ejemplo, entre dos citas con dos personas a las que no conocemos); otras, tenemos
‘que elegir entre una opcion arriesgada y una relativamente conocida (por ejemplo, entre ir a es-
tudiar a otra universidad o quedarnos donde estamos).
Las decisiones econémicas que se toman en condiciones de incertidumbre son esencialmente
juegos. Tenemos diversas ideas intuitivas sobre lo que hace que un juego sea atractivo, y muchas
de estas ideas son vélidas en el mundo de las elecciones econémicas. Consideremos, a modo de
ilustracién, las siguientes series de juegos consistentes en lanzar al aire una moneda equilibrada.
Juego I. Si sale cara, se ganan 1008; si sale cruz, se pierden 0,508.
Este juego es improbable que se ofrezca nunca en un casino que pretenda ganar dinero. La
cantidad que se gana si sale cara es 200 veces superior a la que se pierde si sale cruz. y hay las
mismas probabilidades de que salga cualquiera de los dos resultados. Sélo las personas cuya fe
religinsa les impide jugar considerarian la posibilidad de rechazar este juego e incluso en su
caso seria diffcil la eleccién (por ejemplo, podrian pensar que lo mejor es participar en el juego
y donar el dinero abtenido a una institucién henéfica)
Juego 2, Si sale cara, se ganan 2008; si sale cruz, se pierden 1008,
Al ser la cantidad que se obtiene si sale cara solamente el doble de la que se pierde si sale
cruz, este juego es evidentemente menos atractivo que el primero, pero también seria aceptado
por muchas personas.
Considercmos, por iiltimo, otro juego. Es igual que el segundo, con la salvedad de que los,
rendimientos se multiplican por 100.
Juego 3. Si sale cara, se ganan 20.0008; si sale cruz, se pierden 10.0008; las personas que
pierdan pueden pagar la pérdida en pequefias cantidades meusuales eu un plazo de 30 aiivs.
La mayorfa techazarfa esta apuesta, a pesar de que sus rendimientos se producen exacta-
mente en la misma proporcién que los del juego 2. La tures de la teorfa de la elecciGn en con-
diciones de incertidumbre es explicar este patrén de conducta.
‘Una importante propiedad de un juego es su valor esperado, que es la media ponderada de
todos los resultados posibles, donde los pesos son las probabilidades respectivas. La probabi-
Jidad de que una moneda equilibrada salga cara cuando se tira al aire es de 1/2, Una manera de
interpretar esta afirmacién es decir que significa que si se lanzara muchas veces al aire una mo-
neda equilibrada, saldria cara Ia mitad de las veces y cruz la otra mitad. Asf, por ejemplo, las
tres apuestas descritas tienen los siguientes valores esperados:
VE, = (1/2)(1008) + (1/2)(-0,50) = 49,75S (6.1)
VE, = (1/2)(2008) + (1/2(-1008) = 50S )
y
VE, = (1/2)(20.0008) + (1/2)(-10.0008) = 5.0008 63)
donde la notacién VE, representa el valor esperado del juego i, donde i = 1,2 y 3.
Un juego es claramente més atractivo si tiene un valor esperado positivo en lugar de nega-
tivo, Pero por la manera en que responden los individuos a estos tres juegos hipotéticos, es evi-
dente que el hecho de que un juego tenga un valor esperado positivo no es en modo alguno su-176 ‘CAP{TULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE
ficiente para que sea atractivo. El juego 3 tiene el mayor valor esperado de los tres y, sin em-
argo, es el que menos probabilidades hay de que se acepte. En cambio, el juego 1 tiene el me-
nor valor esperado y es el que més probabilidades hay de que se elija
Ahora bien, la leccidn no es, evidentemente, que el hecho de tener un mayor valor esperado
es algo malo en si mismo, sino que la mayorfa de las personas no slo tienen en cuenta el valor
esperado de los juegos, sino también la sensacién que les produciria cada uno de sus posibles re-
sultados. La caracterfstica que hace que el juego 3 sean tan poco atractivo para la mayorfa de las
‘personas es el hecho de que hay una probabilidad de un 50 por 100 de que salga un resultado tan.
desagradable como es perder 10,0008. El juego 2 también contiene una posibilidad desagradable,
a saber, una probabilidad de un 50 por 100 de perder 100S. Pero se trata de un resultado que m
chas personas piensan que se puede aguantar. Fl juego 1 es con mucho la mejor eleccién para la
‘mayorfa, ya que su resultado positivo es suficientemente grande como para que merezca la pena
yy el negativo es demasiado pequeiio como para que tenga impoartancia
MODELO DE LA UTILIDAD ESPERADA DE VON NEUMANN-MORGENSTERN
Utilidad esperada
La utilidad
‘esperada de un
juego es el valor
fesperado de la
utilidad de cada
uno de sus
resultados.
Ezempto 6.1
La teorfa econémica formal de la eleccién entre opciones inciertas se debe a John von Neu-
‘mann, distinguido matemético del Institute for Advanced Study, y Oskar Morgenstem, econo.
mista de la Universidad de Princeton. Segtin su premisa bdsica, los individuos no eligen la op-
i6n que tiene el unéaimo valor esperado sino la méxima utilidad esperada. Su teorfa de la
‘maximizacién esperada de la utilidad parte de una funciGn de utilidad U que asigna un valor nu-
mérico a la satisfaccion que reportan los diferentes resultados. La wilidad esperadu de wn jue-
go es el valor esperado de la wtilidad de cada uno de sus resultados posibles.
Para simplificar el andlisis, examinaremos el resultado de un juego que se define tnica-
mente por la cantidad de riqueza total a la que corresponde. Asi, por ejemplo, si un consumi-
dor que tuviera un nivel inictal de riqueza de 1.000 aceptara el juego 1 y ganara, el resultado
serfa una riqueza total de 1,000 + 100 = 1.100 y su utilidad U(1.100). Si perdiera, su riqueza se-
ria 1,000 ~ 0,50 = 999,50 y su utilidad U(999,50). Kin términos mas generales, si M, es el nivel
inicial de riqueza del consumidor, la utilidad esperada (UE) de aceptar el primer juego seria
UE, = (1/2)U(M, + 100) + (1/2)U(M, - 0,50) (6A)
Si tenemos que elegir entre el juego 1 0 nada y optamos por la segunda posibilidad, nuestra
utilidad esperada scré simplemente la utilidad del nivel de riqueza M,, a saber, U(M,). Ante esta
eleccién, el criterio de Ia utilidad esperada de von Neumann-Morgenestem nos dice que debe-
‘igs aceptar el juego si y sélo si UE, es mayor que UM,).
Supongamos que la funcién de utilidad de Smith es U(M) = VM. Si Smith tiene una riqueza ini-
cial de 10.000, cual de los juegos anteriores tiene la méxima utilidad esperada?
“Las tres utilidades esperadas son
5 = 100,248 oe
0 +(1/2)/9
1p!
sie UE, = (/2){10.200 + (1/2}v9.990 = 100.247 x a
UE, =(1/2)4130.000 +(1/2)V0 = 86,603, ts 3
Yy, por tanto, el juego 1 es el més atractivo de los tres para Smith,MICROECONOMIA ¥ CONDUCTA 177
Utilidad marginal
decreciente
Enel caso de una
funcidn de utlidad
de la riqueza,
quella en la que la
vtilidad marginal
disminuye
conforme aumenta
la riqueza,
Renuente
al riesgo
Preferencias que
se describen
mediante una
funcin de utiidad
utilidad marginal
de la riqueza es
decreciente,
Juego justo
Tuogo cuyo valor
esperado es cero.
FIGURA 6.2
Todo arco de una
funcién de utlidad
‘céncava se
‘encuentra por
‘encima de la cuerda
correspondiente
La idea clave de la teoria es que la ordenacién de los valores esperados de los resultados
de un conjunto de opciones no tiene por qué ser igual que fa de las wtllidades esperadas. Las
diferencias entre estas ordenaciones se deben a que la utilidad suele ser una funcién no lineal de
Ja riqueza final, En el caso mais comtin desde el punto de vista empirico, se supone que la uti-
lidad es una funcién céncava de la riqueza total, lo que significa que la funcién de utilidad tie-
ne el perfil caracteristico que muestra la Figura 6.2. En términos més formales, se dice que una
funcién U(M) es céncava si, dados dos pares de valores cualesquiera M, y M,, la funcién se en-
‘cuentra por encima de la cuerda que une los puntos [M,, U(M,)] y [M,, U(M,)]. La funci6n de
utilidad U = Vif es una funcién eéneava de M. Una funcién de utilidad que es céncava con res-
pecto a M también se dice que muestra una utilidad marginal decreciente de la riqueza, La
utilidad marginal es simplemente la pendiente de la funcién de utilidad®. y la pendiente de una
funcién de utilidad con una utilidad marginal decreciente disminuye conforme aumenta M. In-
tuitivamente, utilidad marginal decreciente de la riqueza significa que cuanta ms riqueza ten-
ga un consumidor, menor ser4 el aumento que experimentaré su utilidad como consecuencia de
un aumento de la riqueza de una unidad.
Se dice que las personas cuyas funciones de utilidad son céneavas con respecto a la rique-
za total son renuentes al riesgo, lo que significa que siempre rechazarian un juego cuyo valor
esperado fuera cero. Se dice que los juegos cuyo valor esperado es cero son juegos justos.
Consideremas, por ejemplo, el caso de un juego G en el que se ganan 30S si sale cara y se
Pierden 30S si sale cruz. El valor esperado de este juego es (1/2)(30) + (1/2)(-30) = 0, por lo que
e un juego justo, En el caso de una persona que tenga un nivel inicial de riqueza de 40 y la fun-
ci6n de utilidad U = U(M), la utilidad esperada de este juego es
UE,, = 0,5U(40 — 30) + 0,5U(40 + 30) = 0,5U(10) + 0,5U(70) (65)
Dado un juego justo cualquiera, el valor esperado de nuestra riqueza si aceptamos el juego
es igual que el valor seguro de nuestra tiqueza si lo rechazamos. En este caso, el valor espera-
do de la riqueza cuando aceptamos el juego es igual a 40. Si lo rechazamos, tendremos un nivel
seguro de riqueca de 40, que reporta una utilidad igual a U(40). Seguin la teoria de 1a utulidad
esperada, si UE, > U(40), debemos aceptar el juego; de lo contrario, debemos rechazarlo.
La utilidad esperada de un juego tiene una sencilla interpretacion geométrica. Primero
construimos la cuerda que une los puntos de la funcién de utilidad que corresponden a perder y
ganar el juego, respectivamente (es decir, los puntos A y C de la Figura 6.3). En el caso de la
LUNA FUNCION DE UTILIDAD CONCAVA,
um
u=umM
uum
™ Ms,
© Vease el apéndice del Capitulo 3 para un analists mas amplio de la utilidad marginal (se encuentra en el aparta-
440 For the Instructor en nuestra pgina Web www.mbihe.com/economicsirank).178 CAP{TULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA BLECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE
FIGURA 6.3
La utlidad esperada
de un juego se
fencuentra en la
ccuerda que une los
puntos Ay C. Sila
probabilidad de
ganares 1/2, la
tlie espera co
encuentra en el
punto medio del
Segmento que une A
YC. Dado que un
punto del ata de
‘una funciéa céncava
siempre se encuentra
por encima del
punto
‘onespondiente de
ta cuerda, la utilidad
‘esperada de un juego
Justo siempre sera
‘enor que la
vilidad de
rechazarl,
Esempto 6.2
LUNA PERSONA RENUENTE AL RIESGO RECHAZA SIEMPRE UN JUEGO JUSTO
uv
u=uM)
7 KM)
32
28
10 40 5470
funcién de utilidad que muestra la Figura 6.3, la utitidad esperada del juego es igual a 0,5(18)
+.0,5(38) = 28. Obsérvese que este valor corresponde al punto de la cuerda entre Ay C que se
encuentra directamente por encima del valor esperado de la riqueza correspondiente al juego
(40), Obsérvese que la utilidad esperada de rechazar el juego es simplemente U(40) = 32, que
es claramente mayor que la utilidad esperada del juego.
De hecho, la Figura 6.3 muestra claramente que una persona renuente al riesgo rechazard no
s6lo los juegos justos sino incluso algunos que tengan un valor esperado positivo. En el caso de
la funcidn de utilidad mostrada. todos los juegos en los que el valor esperado de la riqueza final
es menor que 54 generan una utilidad esperada menor que la que se deriva de quedarse con el
nivel inicial de riqueza 40.
Los juegos que hemos analizado hasta ahora se decidfan tirando una moneda al aire. Habia
tuna probabilidad de 1/2 de que el resultado fuera bueno y una probabilidad de 1/2 de que fue-
ra malo. Sin embargo, generalmente la probabilidad de ganar en un juego puede ser cualquier
riimero situado entre 0 y 1. Pero como muestra el ejemplo y el ejercicio siguientes, la utilidad
esperada de un juego puede seguir interpretandose como un punto de la cuerda que une los pun-
tos extremos correspondientes al caso en el que se gana y al caso en el que se pierde, incluso
‘cuando la probabilidad de ganar no es de 1/2.
Nuesira funcién de utilidad es U = VM y nuestra riqueza inicial 36. ;Aceptariamos un juego
en el que gandramos 13 con una probabilidad de 2/3 y perdiéramos 11 con una probabilidad
de 113?
“La utilidad esperada del juego es
UE,
(2/3)V36 + 13 + (1/3) 36 -11 = 14/3453.
D7.
Si rechazamos el juego, nuestra utilidad seré (36
que debeinus aceptario.MICROECONOMIA Y CONDUCTA 179
Persona que
busca el rieseo
referencias,
descritas por una
funcién de utilidad
en Ta que la
utilidad marginal
de la riqueza es
reciente.
FIGURA 6.4
Elarco de una
funcién convexa se
‘encuentra por debajo
dela cuerde
‘correspondiente, En
el caso de las
Personas que buscan
el riesgo, la utilidad
‘esperada de un juego
Justo, UE, siempre es
superior la utilidad
de rechazarlo,
UM).
Esercicio 6.1
‘Represente la funcién de utili
que los puntos de la funcién de uiilidad que worrespuuden i los resultados del juego de)
Ejemiplo-6.2 en que se gana y se pierde. Trace la cuerda entre estos dos puntos, denomi=".”
srundy Cal punto extremo en que se gana y A al punto extremo en que se pierde. ;En qué
‘proporcién de AC debe alejarse-de C para alcanzar la utilidad esperada del juego?
La regla general que ilustra el ejercicio 6.1 establece que si la probabilidad de ganar es p y la
de perder es 1 ~ p, la utilidad esperada se encuentra una proporci6n I — p a la izquierda de! pun-
to C, que es el punto extremo correspondiente al caso en que se gana de la cuerda que une los
puntos correspondientes a los casos en que se gana y en que se pierde de la funcién de utilidad
EI supuesto segiin el cual la mayoria de las personas son renuentes al riesgo tiene una ex-
plicacién intuitiva: los incrementos de la rique7a total reportan una utilidad marginal decre-
ciente, lo que significa de nuevo que cuanto mayor es el nivel de riqueza del consumidor, me-
nor es el grado en que sumenta su utilidad como consecuencia de un incremento unitario de la
riqueza. La mayoria de nosotros coincidimos en que 100S adicionales significan més para una
persona si tiene una riqueza total de 4.000$ que si tiene una riqueza total de un millén de délares.
Obsérvese que esta idea intuitiva equivale a decir que la funcién de utilidad es céncava con res-
ppecto a la riqueza total, lo cual implica, « su vez, que un aumento dado de la riqueza produce un
aumento de la utilidad menor que la pérdida que causa una pérdida comparable de riqueza.
El hecho de que los individuos scan o no renuentes al riesgo es, por supuesty, una cuestiGn
empirica. Sabemos que al menos algunas personas no lo son en algunas ocasiones (por ejemplo,
Jas que escalan escarpados acantilados o los que practic el parapente con un tempestuoso
viento). También sabemnos que la mayorfa de nosotros no somos renuentes al riesgo al menos en
algunas ocasiones (por ejeniple, cuando jugamos a la Tuleta en un casino o a cualquier otro jue-
0 de azar que tenga un valor esperado negativo).
Consideremos el caso de una persona que tiene un nivel inicial de riqueza de M, y que se
encuentra ante un juego en el que se obtiene B con una probabilidad de 1/2 y -B con una pro-
babilidad de 1/2, Si esta persona busca el riesgo, su funcion de utilidad ser como la que mues-
tra la Figura 6.4. Es convexa con respecto a la riqueza total, lo que implica que la utilidad es-
perada de aceptar un juego justo. UE,, serd mayor que 1a ulilidad de rechazarlo U(M,).
Geométricamente, una funcién de utilidad convexa es aquella cuya pendiente aumenta con la Ti-
queza total.
LA FUNCION DE UTILIDAD DE UNA PERSONA QUE BUSCA EL RIESGO ES CONVEXA
u180 ‘CAPITULO 6: LA ECONOMIA DE LA INFORMACION Y LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCERTIDUMBRE
EJERCICIO 6.2
‘Gonsidere el caso de tina persona que'tiene un nivel inicial de riqueza de 100 y-Ja-posi
© bilidad de ganar 20.con una probabilidad de 1/2 y de perce 20 con una probabilidad de
Neutralanteet “4/3, Si su funcidn de utilidad es U(M) =_M’, gaceptard este juego?
riesgo - oes Scam <
ee Finalmente, se dice que una persona es neutral ante el riesgo si goncralmente es indiferente
‘mediante una entre aceptar un juego justo y rechazalo. Su funcién de utilidad es Fines, como la que muestra
Tuncién de utilidad la Figura 6.
ena quel
a
constant, -
+ Gongiderd el casd de’ via persona que tiene un nivel inioiat de viqueza de 100 y la posi---
+ pitidad de ganar 20 con una probabilidad de 1/2 y de perder 20 con una probabitidad dé
1/2. Sisu tuncida de wilidad es. UC) = M, caceptard este jucgo? :
EJEMPLO 6.3 Supongamos que se sabe que es defectuosa una determinada proporcién 2 de tadas las campu-
tadoras personales. Sin embargo, las defectuosas no pueden ser identificadas salvo por sus pro-
pietarios. Los consumidores son neuirales ante el riesgo y conceden un valor de 2.0008 a cada
tuna de las computadoras que no son defectuosas. Las computadoras se deprecian fisicamente
con el uso. Las nuevas se venden por 1.0008 y las usudas por S008. ;Cudl es el valor de z?
“De weusrdd Gon el principio de los «cuttrasioxh; saber’ que todse fas corapatdoras usa
das que estan en yenta son defectuosas (fos propietarios de, las otras no podriait venderias
por lo que valen en el mercado de segunda tina, pus to que se duedan con ella). Por lo
tanto, el precio de una computadora asada es igual que el valor de und nueva y defectuost:
(recuérdese ge las maquinas no se deprecian por cl hieclio-de estar usadas). Como tor 2.
‘consumtidores son neutrales ante el riesgo, el precio dé una computadora nueva :
<1-000S— es simplemente una media ponderada de 10s valores de las vompatadoras ate
‘no son defectuosas ¥ de Jas que fo son, donde los pesos son las probabilidades respectivas..
Por lo tanto, fenemos que.
41,0008 = 50082 + 2.0008(1 = 2) 60.) "
de donde sé deduce que = = 2/3. oe
FIGURA 65, INEUTRALIDAD ANTEEL RIESGO
Un consumidor
outa ane al ingo
ts indiferente entre
fceplar un juego
justo 0 rechazaro,
ya quel utlidad
Eiperada de
aceptatlo, UE, es
igual que a ullidad
‘egurade echazaro,
UMMICROECONOMIA Y CONDUCTA. 81
EJEMPLO 6.4
EJERCICIO 6.4
‘Suponga que una de cada cuatro computadoras personales nuevas es defectuosa. Sint ent.
hhargo, las defeetasas no pneden ser identificadas salvo por sus dueios, Lov constimi
dores son newtrales ante el riesgo y conceden a las computaddoras que no son defectuosas
tun valor de 2.0005 cada una. Las computadoras no se deprecian fisicamente con el uso. $i
las usadas se venden por 6005, ;por cudinto se venden las nuevas?
Los juegos que hemos analizado hasta ahora s6lo tenfan dos resultados, Sin embargo, ge-
neralmente un juego puede tener cualquier ntimero de resultados posibles. El valor esperado de
Juego que tenga més de dos resultados es, al igual que antes, la suma ponderada de los resul-
tados posibles. donde los pesos son. de nuevo, las respectivas probahilidades. Asf, por ejemplo,
tun juego que tenga tres resultados posibles, B,, B, y B,, cuyas probabilidades sean p,, D, Y P,,
respectivamente. tendré un valor esperado de p,R, + pA, + p,B,. Dado que la suma de 1as pro.
babilidades debe ser igual a 1, sabemos que p, = I - p, ~p,. Porlo tanto, la utilidad esperada de
este juego es p,LI(R,) + p,LIB,) + (I =p, ~ p)UCB,).
Para que los conceptos del modelo de la utilidad esperada resulten més faciles, es stil
analizar algunos sencillos ejemplos numéricos, En el siguiente utilizamos un diagrama cn
forma de érbol para mostrar los resultados y las probabilidades de una decisién tomada en con-
diciones de incertidumbre.
Sarah riene una funcién de utilidad von Neumann-Morgenstern que viene dada por U = I ~ IM,
donde M es el valor actual de ta renia que obteruird durante toda su vida. Si §e dedica a la en.
sefianza, obtendré M = 5 con una probabilidad de 1. Si se dedica al teatro, obtendrd M = 400 si
se cunvierte en una estrella, pero solo M = 2 en caso contrarto. La probabilidad de que se con-
vierta en una estrella es de 0,01. Smith es wn juez infalible del talento de actor. Tras una breve