David McClelland identificó tres necesidades motivadoras básicas: necesidad de poder, necesidad de afiliación y necesidad de logro. Las personas con una fuerte necesidad de poder disfrutan de controlar e influir a otros, mientras que las personas con una alta necesidad de afiliación buscan pertenecer a grupos y ser aceptados. Finalmente, las personas con una gran necesidad de logro establecen metas desafiantes y asumen riesgos para alcanzar sus objetivos. McClelland aplicó este enfoque a los administradores y encontró que
David McClelland identificó tres necesidades motivadoras básicas: necesidad de poder, necesidad de afiliación y necesidad de logro. Las personas con una fuerte necesidad de poder disfrutan de controlar e influir a otros, mientras que las personas con una alta necesidad de afiliación buscan pertenecer a grupos y ser aceptados. Finalmente, las personas con una gran necesidad de logro establecen metas desafiantes y asumen riesgos para alcanzar sus objetivos. McClelland aplicó este enfoque a los administradores y encontró que
David McClelland identificó tres necesidades motivadoras básicas: necesidad de poder, necesidad de afiliación y necesidad de logro. Las personas con una fuerte necesidad de poder disfrutan de controlar e influir a otros, mientras que las personas con una alta necesidad de afiliación buscan pertenecer a grupos y ser aceptados. Finalmente, las personas con una gran necesidad de logro establecen metas desafiantes y asumen riesgos para alcanzar sus objetivos. McClelland aplicó este enfoque a los administradores y encontró que
Teoría de las necesidades de la motivación de McClelland
David C. McClelland, conocido por su trabajo desarrollado en el área de la motivación
al identificar, en su teoría tres tipos de necesidades básicas motivadoras: Necesidad de poder Las personas cuyo motivador dominante es la necesidad de poder se caracterizan por querer controlar e influir en los demás. Una persona motivada por esta necesidad disfruta de reconocimiento, argumentos ganadores, competencia e influencia sobre otros, con este tipo de motivación surge una necesidad de prestigio personal y una necesidad constante de un mejor estado personal. Necesidad de afiliación Las personas cuyo motivador impulsor dominante es la necesidad de afiliación se caracterizan por querer pertenecer al grupo, las personas que tienen una necesidad de afiliación prefieren dedicar tiempo a crear y mantener relaciones sociales, disfrutar de ser parte de grupos y tener el deseo de sentirse amados y aceptados, tienden a seguir las normas de la cultura en ese lugar de trabajo y, por lo general, no cambian las normas del lugar de trabajo por temor al rechazo. Necesidad de logro Las personas cuyo motivador impulsor dominante es la necesidad de logro tienen una fuerte inquietud por establecer y lograr metas desafiantes y son buenas asumiendo riesgos calculados para lograr sus objetivos. En general estas personas, quieren tener éxito y recibir la felicitación de sus compañeros y superiores por haber sido capaz de realizar una tarea más difícil de las encomendadas en un principio. Aplicación del enfoque de McClelland a los administradores. Los empresarios han demostrado poseer una inmensa necesidad de logro y una también muy altas necesidad de poder, pero en cambio una sumamente escasa necesidad de asociación. Por su parte, los administradores en general también han dado muestra de gran interés por el logro y el poder y reducido por la asociación. Mc Clelland hallo los patrones más claros en motivación por el logro en miembros de pequeñas empresas, cuyo precedente poseía normalmente una motivación muy alta e n estereglón. Es interesante hacer notar que en grandes compañías encontró directores generales cuya motivación de logro apenas correspondía al promedio, si bien sus impulsos de poder y asociación eran por lo general más intensos. Los administradores del nivel medio-superior de esas compañías mostraron una tendencia más acusada a la motivación del logro que los presidentes de las mismas. A menudo se plantea la pregunta de si todos los administradores deben poseer una alta motivación de logro. Quienes efectivamente la poseen tienden a avanzar más rápido que quienes carecen de ella. Pero dado que, en muchos aspectos, la administración requiere de otras características aparte del impulso hacia el logro, es probable que en todas las compañías haya muchos administradores que, aunque poseedores de una inmensa motivación de logro, experimentan también una gran necesidad de asociación.