You are on page 1of 93
Publicacion de la LIGA SOCIALTSTa PUSRIORREQUENA =1980- 8 I rupee +p.2 Prélogo,por Judn Antonio Corretjer........ I. De la querra de guerrillas q la guerra de movimientos..p.4 Tl.La Estrategia de la guerrilla: La dialéctica de la guerra, por Abraham Guillén......p.12 IIl.Las técticas de la guerrillajlas t&cticas que usa la guerrilla urbana: Introduccién,Tacticas I al VIT (Actas Tupamaras).. p.40 Tackica VIII, (Tres Evasiones Tupamaras)......-...++-P45 Tactica IX,Del Minimanual de Carlos Marighella......p.46 TActica X,De Operaciones tacticas de Carlos Marighellap.48 TActica XI,de Albizu Campos y las Huelgas en los Afios "30 de Juan Antonio Corretjer-....+..++..D688 Algunos principios tacticos, de Carlos Marighella...p.49 IV.La_organigacién de la guerrilla B modo de epflogo,MLN-Tupamaros.. wos D538 Las tareas de los socialdemécratas rusos (fragmento) de VT. LOMIn. ccc eeveeec cece cece set ee tanec neenaese nes De ST _método de 1a guerrilla Pragmento del Minimanual de la guerrilla urbana ,Carlos MariGhella..-csseeeesee tresses Pe58 VI. Revaloracién de la guerrilla Tupamara braham Guillén p.64 VII. Examen Critico de eRavolucién en la Revolucién? ée Regis Debray,por Messoud Ahmadzadeh....cceecere 76 LIGA SOCIALIST) PUERTORRIQUENA CALLE CBRRA , 628 (bajos) SANTURCE PUERTO RICO t -1980- PROLOGO El lector encontraré en las paginas de esta Revista una antolegia de primera categoria en cuanto a literatura sdbre teoria noderna’de la guerra, Las experisncias més notables de la guerra revelucicnaria fueren digeridas por sus autores de la manera mas eminente y sometidas 2 un examen critico de primerfsima magnitud, La LIGA SOCIALISTA PUERTORRIQUENA me impone el mérits indebido de prologarla; razonable desde el punto de vista en que tratandose” de publicacién tan importante hecha por nuestra Organizacién corres- PoNderia a su Secretario General asi hacerlo. ¥ asi lo hago. Pero debo en este caso no ponderar la altisima calidad de los textos explicita al juicio inmediato de quienes pasen sobre ellos sus ojos. Debo,por lo mismo, destacar otros factores oué concurren en esta publicacién. Lo primero es que la Primera Parte de esta Antologia, publi- cada hace dos afios, abrié de tal manera el. apetito de nuestro publi- co lector que de ésta, sin mAs noticia o anuncio que siguna refe- renica esporédica y esponténea en conversaciones amistosas, ha hecho obligateria su publicacién. De ésto se deduce faciimente cuanto ha desarreliado le apetencia de saber sobre las ideas nili- tares del marxismo, hecho en sf significativamente positivo en nuestro pais. Lo segundo es satisfeeernos scbre el hecho de que nuestra LIGA SOCIALISTA PUERTORRIQUEMA haya sido, sin sombra de dudas, la organizacién revolucionaria puertorriquefia, el vehicule transmisor de un interés tan profundo en el conocimiente de estas ideas. 2 3 Tercero. Me complazco en seflalar el extracrdinario trabajo de buen juieso con que el compafiero Carlos Noya ha hecho esta re- copilacién. Y ahora, una nota que nos conmueve. Poco antes de partir hacia la prisién yanki en la cual seria asesinado, nuestro siempre querido compafiero Angel Rodriguez Cristébal entregé a la LIGA SOCIALISTA PUERTORRIQUENA cincuenta délares como contribucién particular suya pargsestimular el trabajo que nos trae hoy a ofrecer 21 lector revolucionatio puertorriquefio, y especialmente jéven, esta obra antolégica. Juan Antonio CORRETJER Guaynabo, Puerto Rico Secretario General a 21 de septiembre de 1980. LIGA SOCIALISTA PUERTORRIQUENA *E1 autor del trabajo “Examen critico de éRevolucién en la Revolucién?sMassoud Ahmadzadeh, fue fundador de la Organizacién Guerrillas Fedayee del Pueblo de Ir4n. Escribié el trabajo en el verano del 1970. Ahmadzadeh fue arrestado en 1971 y ejecutado el 28 de febrero de 1972. £1 ensayo se tom6 del libro "Ivan:le lucha interna,No.2" publicade por el Comité de Apoyo a la lucha del Pueblo Trani, en 1977. RRR RRR AH DE LA GUERRA DE GUERRILLAS A LA QUERRA De MOYIMMENTOS "De sus observaciones y reflexiones sobre el fracaso de las muchas insurrecciones sue presencié o en las que participé, Auguste Blancui derivé una serie de reglas técti- cas que, de ser violadas harfan sumamente dificil, si no imnosible, la victoria de cualquier Insurreccién. Blanqui exigia estos requisitos? 1a creacién onortuna de los Yestacamentos revolucionarios adecuados, su mando centralizado y equipo apropiado, una colocacién bien calculada de barricadas, su construcci6n definida y una defensa siste~ mAtica, no meramente episédica, de dichas harricadas. Todas estas reglas, derivadas. 4c los problemas militares de la insurceccién, deben cambiar, por supuesto, con las condictones soctales y la técnica militar, pero en sf mismas’no son, en modo alquno, 'blanquismo' en el sentidn en que esta palabra se asemeja al 'putschismo' alemdn o al aventurerismo revolucionario, “La insurrecetén es un arte y, como tovas las artes, tiene sus leyes, Las reglas 4e Blanqui eran las exigencias de un realicno militar revolucionario. EI error de Slanqui no reside en su teorema directo, sino en su teorema inverso. Del hecho ile que la debilidad tactica condena a una revolucién a la ‘errota, Blanaui infirié que la ob- servaficia de las reglas de la téctica insurreccional garantizaria por sf misma la vic~ toria. Solo desde este punto en adelante es legitimo ‘contrastar el blanquismo con el merxismo. La conspfracién no reemplaza a la insurreccién. Una minorfa activa del pro- Istariado, no importa cugn bien organizada, no puede tomar el poder independientemente te las condiciones generates dol pats. En este punto, la historia ha condenado al blar: culsmo, Pero sélo en este punto. €1 teorema afirmative de Blanqui. conserva toda su fuerza. Para conquistar el poder, el proletariat necesita algo més que una insurre- ccién espontdnea, Necesita una organizacién adecuada, un plan; necesita una conspira- cién. Tal es la con¢epcidn leninista de esta cuestion. "La erftica de Engels al fetichismo de la harricada se hasaba en la evolucién de la técnica militar y la técnica en general. La tactica insurreccional del blancuismo correspondta al caracter del viejo Parfs, al proletariado semiartesanal, a las calles angostas y al sistema militar de Luis Felipe. £1 error de principio de Blanqui consis- en Indentificar la revolucién con la insurreccién. Su error técnico consist!é en identificar la insurrecctén con la harricada. La erftica marxista ha sido dirigida contra ambos errores. Aunque coincidfa con el blanquismo al consiterar la insurre- ccién como’un arte, Engels descubrié no solo el lugar subordinado que ocupa 1a Insu~ Frecei6n en una revolucién sino ademés el papel menquante de la barricada en una in- surreccién. La erftica de Engels no tlene nada en comin con la renuncia a los métodos revolucionarios en favor del parlamentarismo ruro, como Intentaron hacer ver en su dia los Fillsteos de la soclaldemocracia alemana en calahoracidn con la censura de los Fohenzollern. Para Engels la cuestién de las barricadas fue siempre una cuestién sobre uno de los elementos técnicos de un levantamiento. Los reformistas han intentado infe~ rir cde su rechaze de la importancia decisiva de la barricada, un rechazo de la violen- revolucionaria en general. Eso es més n menos lo mismo que inferir la destrucctén gel militarism a partir 4e las consideraciones sobre la probable mengua ce la importer cia de las trincheras en las guerras futuras." Trotsky, "Como hacer una insurreccién'', tomado de La Historia de la Revolucién Rusa 5 En agosto de 1906, ocho meses de sofocada la insurrecclén y en pleno desarrollo guerrillero, aparecié en Proletari el artfculo Las ensefianzas de la‘insurreccién de Mosc6, Su autor era Lenin. A través de su ensayo Lenin expuso tres ensefianzas fundamentales.’- La primera de estas lefa: "Ocultar a las masas la necesidad de una guerra encarnizada, sangrienta y exterminadora, como’ tarea Inmediata de la accién que se avecina, es engam fiarse a sf mismo y engafar al pueblo." £1 propésito del autor en este punto era refutar al reformista Plejanov y su argu- mento de que no se debleron haber empufiado las armas. La segunda leccién iba dirig tda a demostrar el razonamlento metaftsico que af{rmaba 1a impostbilidad de enfrentar un eJército moderno y Ja necesidad imprescindible de que este ejército "se hiciese" revotu~ cionario, Decfa al autor: "Sos hemos dedicado y nos dedicaremos con mayor tenacida! a ‘trabajar! ideolégicamente en e} cjército; pero no pasarfamos de ser unos lamentables Pedantes, si olvicéramos que, en el momento ‘le la insurrecci6n, se neces{= ta también librar una lucha ftsica por ganarse a las tropas. No debemos predicar la:pasivida’t ni la simple ‘esnera’ del momento en cue las tropas ‘se pasen';a,nuestro lado, no; debems renetir en todos los tonos la nece- sidad de una ofensiva audaz y del ataque a no armada, la necesidad de exterminar @ los Jefes y de litrar la lucha mas enérgica‘para ganar a las tropas vacilantes." Las dos primeras Jecciones podriamos clasificarlas en el terreno de la conctencla, © sea de su transformacién, La tercera leccién presentaba el desarratio evidenciado histéricamente por los enfrentamientos entre la clase dominante y la clase, o las clases, en ascenso revolu- cionario. Profedia su andlisis de la siguiente manera: "La téctica militar _deper del_nivel de la técnica militar, verdad que Engels se ha cansada de renetir, esforzandose nor Tevarla a la compren- sién de los marxistas. La técnica militar no es hoy la misma que a media~ dos del siglo XIX. Serta una necedad oponer la muchedumbre a la artitle~ ria y defender. las harricadas a tiro de revSlver. Kautsky tenTa-raz6n al escribir que ya es hora, después do Mosc, de revisar las conclusiones de Engels y que MoscG ha hecho surcir una ‘nueva taéctica de barricadas’. Es- ta téctica era la de la guerra de querrillas. La organizacién que dicha tactica imponia eran los destacamentos méviles y extraordinariamente pe~ auefios: grupos de diez, de tres e incluso de dos hombres. ‘Entre nosotros podemos encontrar ahora, con frecuencia, a soclaldemécratas que se sonrfan cuando se habia de esos grupos de cinco y de tres. Pero esas sonrisas no’ son m&s que un medio cémodo de cerrar los ojos ante esta nueva cuestién de la téctica y de 1a organizacién impuestas por Ja tucha de calles, dada la técnica inflitar actual. Leed con toda atenclén el relato de la insurre- ccién de MoscG, y comprenderéis, sefiores, la relaci6n existente entre los "grupos de cinco' y la cuestién de la ‘nueva taéctica de barricadas'. "MoscG ha hecho surgir esta téctica, nero se halla lejos de haberla desa~ 6 t¥ol ado en proporciones ms o menos amplias, realmente de masas. EI néme~ ro.de-miembros de los destacamentos era pequefio; 1a masa obrera no habfa re- cibido: 1a consigna de realizar ataques audaces y no la puso en practica; por su caracter, 10s destacamentos guerrilleros eran demasiado uniformes, Su armamento y sus métodos resultaban insuficientes, y su capacidad para di- rigir-& la muchedumbre apenas se habfa desarrollado. Debemos recunerar to~ do lo perdido, y lo recuperaremos estudiando la experiencia de Moscd, difun~ diéndola entre las masas, estimulando el genio creador de las mismas en el desarrollo ulterior de esa experiencia. ¥ la guerra de guerrillas, cl te- rror de..las masas, que desde diciembre se extiende, casi sin interrupcién por toda Rusia, contribuirén indudablenente a enseftorles la tactica acertada en el momento de la insurreccién. La soctaldemocracia debe admitir e incor- porar a su tactica-ese terror de masas, pero naturalmente, organizéndolo y ‘controléndolo, supeditandolo a los intereses y a las condiciones del movi~ miento obrero y de la lucha revolucionaria general, eliminando y cortando implacablemente esa deformacién ‘desclasada' de la guerra de guerrillas, a la que los moscovitas ajustaron las cuentas tan acmirablemente ¢ implaca- blemente en los dias de la insurreccién, asf como los letones en fas jorna- das de las famosas repablicas letonas. “La técnica militar ha progresado aGn més en estos Gltimos tiempos, La guerra japonesa ha hecho aparecer la granada de mano. Las fabricas de armas han lanzado al mercado el. fusil automdtico. Una y otro empiezan a emplearse con éxito en la Revolucién rusa, pero en proporciones que estén lejos Ac ser suficfentes. Podemos y dehemos aprovechar los progresos de la técnica, en- sefiar a los destacamentos obreros a fabricar bonbas en gran escala, ayudar- les al igual a que nuestros destacamentos de combate, a proveerse de explo- sivos fulminantes, y fusiles automticos. Si la masa obrera participa en la insurreccién en las. ciudades, si luchanos con decisién y habilidad por ganarnos a las tropas, que vacilan atin més después de la Duma, despGes de Sveaborg y de Kronstadt, si se asegura la participacién del campo en la tu- cha conJunta, 1a victoria sera nuestra en la préxima insurreccién armada de toda Rusia!" Para ilustrar concretamente el contenido de los "ataques audaces"' Lenin, en octu- bre de 1905, cuando ia revolucién cue estallarfa en-la insurreccién de diciembre ace~ leraba e intensificaha su desarrollo, escribi6 Al comité militar anexo al comité de San Petersburgo las siguientes "sugestiones!!: 'Los propagandistas deben dar a cada uno de los cestacamentos breves y muy sencillas férmulas para la fabricacién de bombas, deben explicérseles de le manera més elemental todos los tipos de trabajns a realizar y después que ellos mismos desplieguen toda su actividad, Los destacamentos deben inmediatamente comenzar.la instruccién militar a base de operaciones inme~ diatas, sin m&s tardanza. Unos destacamentos, desde ahora mismo, darén muerte a un confidente de 1a-polieta, provecarén la voladura de una comt- sarta, otros emprender&n el asalto de un banco para la confiscacfén cle me- dios con‘ destino a la insurteccién, otros real Izaran m@niobras o levanta~ mientos de planos, etcétera, Pers obligatoriamente hay que comenzar en seguida a aprender en. la practica: no temats estos ataques de prucba. Pueden. naturalmente degenerar:en extremismo, nero esta es una desgracia del dTa de mafiana: ‘hoy 1a. desgracia est en nuestra rutina, en nuestro doctrinarismo, en 1a inno propa del_intelectualisn, en”el tenor senil_a toda iniciativa, «Que cada destacamento realice su aprendizaje ‘aunque mas no sea surrando a los quardias runicipates: recenas de bajas 7 huestras serdn recompensadas con creces, norque dardn centenares de comba- tientes expertos, que mafiana conduciran tras sf a cientos de miles." En septiembre de.1906, un mes después cle publicado el articulo menclonado, apare- en el mismo periddico y por el mismo autor, un artifculo titulado La guerra de gue frillas. Nosotros lo incluimos en su totalidad en la primera publfcacién de esta se Fie, De ta guerritta a [a guerra popular. Es para todo revoluctonario lectura impres- Cindibla, obligatoria; esencial Sus néritos Son evidentes y ereomos que nn es necese rio repetir su analisis. Sf, por respeto a la historia y a) camarada, seflaiar un error. Lenin, al final de Ja tercera parte, affrma que: "el partido del proletariado no debe nunca considerar la guerra de guerri- Vas como el Gnico, ni -siquiera com e} funcamental medio de lucha, stno’ que debe supeditarse a otros, debe quardar la necésaria’ proporeién con 16s principales medios de lucha, debe ser ennohlecido por la. influencia educa- dora y organizadora del socialismo". Esto, en 12 época de Lenin, era correcto. Cahe sefialar que Lenin no planteaba 1a acep- taci6n o negacién de esta forma de lucha sino su relacté6n con Jas demés formas. Ade- mais, dialéctico a) fin, reconocfa fa necesidad de nuevas formas de lucha y/o nuevas relaciones entre las formas de lucha "al cambiar la coyuntura social dada’. Sin embar- go conclufa esto de una afirmacidn que antecedfa lo citado: . “ia guerra de guerrillas acerca al proletariado conciente a los borrachos degenerados y a los desclasados". a Su conctusién nd se basaba, analfticamente, en este hecho real, sino en la experiencia histérica de las formas de lucha utilizadas por la Socialdemocracia, sobre todo la eu- ropea, en el siglo XIX y principios ‘del XX, como 61 mismo afirmaba a) final de ta pri- mera parte.del ensayo. Pata ir més ailé, el mismo continuaba su explicacién sefialando que sin “la Influencia educadora y ornanizadora del social ismo... todos los medios de lucha, en la soctedad burguesa, acercarén al proletariado a diferentes capas no proletarias situadas por encima o por debajo de 61 yy abandonado al turso espontdneo de las coaas, descender3, se degeneraré; se prostituiré. Demostraba esta Gltima afirmacién con los ejemplos de las huelgas, el parlamento, y los pertédicos. uw En abril de 1920, a seis meses de la victoria del Ejército Rojo sobre las. fuerzas combinadas del zarismo, la burguesia y los invasores imperialistas y a pocos meses del Segundo Congreso de la Tercera Internacional aparecié e) }ihro ta enfermedad infantil de} Izquierdisma en el comunismo, to nos proponemos analizar la totalidad del estudto de Lenin sobre estrategia y tactica marxista y las aportaciones de la experiencia rusa. Solo analizaremos dos afirmaciones que hace Lenin en el capitulo titulado: LDebe parei- ciparge-en los parlamentos burgueses? La primera aseveracién dice a: ‘ho se trata de st los parlamentos burgueses Ievan mucho tiempo de exis- tencia.o existen desde hace poco, sino de) grado de preparacién (ideolégi- ca, poifti¢a, préctica) de las grandes masas trahajadoras para aceptar el réimen soviatico y disolver o-admitir la disolucién del parlamento demo- cratico-burgués." Esto, en la época de Lenin, era correcto. Sin efbargo hoy en dia, a nuestro enten- der, se basa en ambas, y en su interrelacién e interaccién. £1 grado de preparacién de Jas grandes masas se determina por la capacidad de la vanquardia dirigente de elaborar y aplicar una polftica y una técnica adecuada para enfrentar y derrotar al enemigo de clase y la accién recfproca de esta conclencia organizada sobre las necesidades del pueblo en general y la clase obrera en particular. Si el partido por el contrario no puede orientarse correctamente, y no dirige a los obreros y sus aliados hacla la toma del Poder, entonces 1a ideologfa burguesa penetra mas profundo en la conciencia de las grandes masas y el estado burgués se modifica y se adapta organizativa, politico. mi- litarmente para prevenir, disolver o aplastar cualquier intento revolucionario de arre~ batarles el Poder. Desarrolla su organicidad en el_ti Desarrolla su capacidad de maniobra en los diferentes medfos: Ideoléglcos, crqantaaty vos, militares, sindicales, parlamentarios, etc., y los absorbe. Altera 1a naturaleze del medio y canallza e) po- tencial revolucionario de las masas en desviaciones autodestructivas, en senderos al matadero, Promucve el reformismo como la anestes?a que produce 1a amnesia y su ideolo- gia penetra aGn mas profundo, . 1 Lenin y. los bolcheviques, por suerte y por desaracla, les tocé:dirigir un proce- 50 revolucionario desarrollado en medio de una "transicién'"' ideol&gica:. 1a ideolagta feudal estaha en descoimosicién y la ideolonta burauesa apenas habia comenzado a desa- rrollarse. Ademés la ideologta obrera competfa en forma ascendente con la burguesa. La burguesfa estuvo en el poder solo desde febrero hasta octubre de 1917. hasta Julio del misno afio tuvo que compartir el poder con consejos de obreros armados (soviets, el poder dual). Su trasfondo hist6rico fué ia Primera Guerra Mundial. (Con sus correspon= dientes sublevactones en el ejército.) £1 anarato organizativo bolchevique, templado en huelgas violentas, motines, Insurrecciones parciales y totales y acciones guerrille- ras y el cual constituta un partido independiente: desde 1912, solo abandoné-el clandes- tinaJe durante el breve periodo del poder dual. La segunda afirmacién la presenta Lenin dos parrafos después de la primera. Dice asi: “,.,una gran huelga es siempre més importante que’la accién parlanenta y no solo durante la revolucidn o en una situaci6n revolucionaria". Esto afin'es correcto’y no es neceserio comentarlo aqui, (Vase mas adelante la técti- ca de la huelga por Juan Antonio Corretjer.) w La Revolucién, de-“a Marx, esté obligada a abrirse paso a través de una fuerte oposicién que ella misma crea. (Juan Antonio Corretjer, El Lider de la Desesperac La contrapostcion entre Ta burguesta y cl proletariaco ha escenificado, a través del historia, diferentes formas de enfrentamiéntos armados por la conquista y el manteni- miento del Poder. . La primera de estas formas fGé la Insurrecc#én, un levantamiento ge~ neral armado para ta concuista Inmediata del Poder, Empufar'las armas y proceder a to- far el Poder eran fenémenos simultaneos y coincidentes. ) Con el desarrollo de la hegemonTa ideoldaica de la clase dominante y-la moderniza- cién de su ejército nrofesional y su correspondiente técnica, el proletariado revolu- cionaric se vié en la necesidad de adaptar su estratecia insurreccional a las nuevas condiciones. Surgid, en el escenario hist6rico, la "guerra civil prolonqada", como la Predijo Kautsky en 1902 en su libro La Revolucién Social y enmo la analiz6 Lenin en 1a cuarta y Gltima parte du su articulo La guerra de guerrillas. “Esta guerra" -decTa Lenin-,"'no podemos concebirla mias que comc una serie de grandes batallas separadas unas de otras por periodos de tiempos relativamente largos, y una gran cantidad de pequefios encuentros librados a lo largo de estos intervalos', ‘Era la prolongacién limitada en el tiempo de una insurreccién. Entre las grandes batallas insurreccionales y durante las mismas Lenin atribufa un papel téctico pero fundamental a la lucha guerrillera. La historia se desarrolla en espiral ascendente. Los préximos intentos insurre- ccionales por la tome del Poder fueron ahogados en sangre. £1 enemigo aprendi6 de su derrota en Rusia y elabord una nueva estrategia contrainsurgente. Por necesidad, por antitesis, en reciprocidad, surge la guerra prolongada en ta cual la lucha guerrillera pasa a cumplir un papel esencial, estratégico, en su primera fase: la fase de creacién de poblacién favorable al cambio social revolucionario y 1a consol idacién de un apara- to organizativo clandestino de combata, futuros dirigentes del ejército del pueblo. La aparicién del fenémeno histérice de la guerra prolongada y la suplantacién co- rrespondiente por esta de la ya anacrénica estrategia Insurteccional trajo como conse~ cuencla Ta invalidacién de la lucha pariamentaria como téctica revolucionaria. £1 ca~ récter y el contenido de Ja guerra prolongada neutralizaba la capacidad de una lucha parlamentaria armonizable con el desarrollo de los niveles de conciencla de tas masas. No eran como en el periodo insurreccional, contradicciones arménicas y complementarias, sino antagénicas, mutuamente excluyentes y perjudiciates. Quien plantee la participa- cién electoral hoy en dfa lo hace a nivel estratégico. Si no lo hace es retérica dis- frazada de "flexibilidad téctica”. Et colonial ismo es una forma més profunda de enajenacién. De ahf que en las colo- nias el antagonismo sea mas lesivo. "El movimiento independentista electoral" -dice Juan Antonio Corretjer al analizar la ‘Tneurrece én WacTonalists del "50: fon WacTonalista de! = “ttende a de- Jat_sin refuerzos y reesplazos 2 tas fuerzas de los combatientes revolucionartos.' “eget dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se ol- vid6 de agregar: una vez coho tragédia y otra como farsa! = MARX, E118 Brumario de Luis Gonaparte, 1851-2. - v Durante la etapa de la insurreccién clésica, ya sea la etapa Insurreccional ("es- ponténea''), o la etapa de guerra civil prolongada (que es su prolongacién lineal limi- tada en el tiempo), la clase cbrera pudo conquistar el Poder en un solo pais: en Rusia y sus colonias. Con su victoria sellé para siempre la puerta que conducfa al Poder por el sendero estratégico de la Insurreccién. E1 surgimiento, desarrollo, y proliferacién multiforme y desigual de la guerra prolongada fué generado por las derrotas Insurreccio- nales que sucedieron a la Revolucién de Octubre. El triunfo de la Revolucién en las guerras prolongadas fué el resultado de una polftica y una estrategia correcta que per- mitié ta superacién de 1a etapa de guerra de guerrillas y su transformacién en guerra de movimientos. La guerra de guerrillas le dié a 1a guerra prolongada un contenido po- pular y orlenté el elemento estratégico de) tiempo a favor de la Revoluctén, Sin embargo en no pocos pafses no se pudo tomar el Poder. Luego de comenzar y con- solidar la etapa guerrillera los grupos revolucionarios no lograron desarrollarse en ejércitos de liberacién, Las razones principales de la derrota fueron dos: 1a oriente~ cién dela guerra de movimientos @n la etapa de ta guerra de guerrillas y la [zquierda electoral. En el primer caso los guerrilleros elevaron a categorta esencial la destru- cclén del ejaército burgués. Violaron un principio polemolégico revolucionarto: en la -ine etapa querriHera el-elemento.esencial es~ganar poblacién favorable, y su elemento fun- ‘“amental el enfrentamiento con el aparato militar del estado. Solo 1a incorporacién a Ja lucha del pueblo en general y 1a clase obrera en particular SernlteTa-transformacién de To fundamental en esencial y de la guerra de guerrillas en guerra de movimientos. Se va de combatir al ejército enemigo para dividirlo y ganar poblacion favorable a cambatir a] ejército enemigo para exterminarlo. Solo el ejército del pueblo puede aniquilar el esiado burgués. Al ir directamente a la guerrilla insurreccional se proyecta en las ma- sas una concepcién errénea, la idea de que los grupos querrilleros pueden sustituirlos en la lucha. por el Poder. Es un paternalismo, en ce) sentido honroso de a palabra, que aparta al pueblo de la lucha. £1 resultado se evidencia de la siguiente manera: "'Como 1a experiencia lo indica, el mantenimiento de un aparato clandestino ac~ tivo que no debe contar sino consigo mismo para asequrar su subsistencia (en ausencia de un movimiento de masas que putiera proporcionarle contr ibuciones personales voluntarias, medios de locomocién, coberturas y antes que todo mi- Titantes para Ienar los huecos y las pérdidas particularmente répidas en el nagio urbone) cuesta extrenadnente caro. coberturas conareleles- veRTeuTos, talleres de reparacién para vehTculos confiscados, alcuiler de casas y depar- tamentos, servicios sanitarlos, gastos de movilizacién, ctc.: hay que contar entre 30,000 y 50,000 délares mensual.s para mantener funcionando un aparato de cincuenta hombres. Para estar en situacién de operar, cincuenta 'terroris~ tas! profesionales deben pues proceder a repetidas expropiaciones de bancos, de empresas diversas o de servicios pablicos. Pronto ¢? aparato no trabaja sino para asegurar su mantenimicnto, opera para procurarse los medios de ope- rar. La fuerza militar es utilizada no para combatir al.enemigo sino para aprovisionarse de fondos, de vehfculos, de papeles. Al mismo tiempo, la pro- paganda armada, nacional o local, pasa al segundo plano; las masas no ven en absoluto sus Intereses proplos reflejados o defendidos por esos grupos 'te- rroristas' (como los Iaman los medios de comunicacién de masa) y se cava un abismo entre los intereses de 1a organizacién revolucionaria, obligada a es~ tar sobre aviso para no desaparecer, y las reivindicaciones de las capas po- pulares, como si se creara uno entre la Ifnea de masas politica, proclamada tedricamente por la organizacién, y su linea de acclén militar. Para perma- necer en el plano estrictamente operacional, y en el terreno mismo de los ar~ gumentos eficaces empleados por los clandestinos en esos casos, la organiza~ cidn socava sus propias bases a fuerza de tener que reconstruirlas sin cesar. Tigota sus fuerzas en el trabajo de conservacion de sus fuerzas La autosubsistencia desemboca en un autoconsumo, una especie de autofagia que consume inexorablemente el aparato., Los camaradas caen unos tras otros en o- “peractones de 'suministro', los departamentos se transforman en ratoneras, la represién practica el aniquilamiento golpeando ta infraestructura material fi- ja para hacer caer el edificio construfdo encima. Ahi también, pasado el pun- to culminante de la primera ofensiva revolucionaria, el tiempo trabaja contra el aparato clandestino: le basta al aparato policial con acumular los informes, los Interrogatorios a través de:la tortura, 1a comparacién de hechos, la vigi- lancia rutinaria para apretar los tornillos. Una guerrilla urbana aislada de las masas deja de poder aprovechar su ventaja natural sobre la guerrilla rural (1a reposicién de cuadros), de manera que a un ritmo de pérdidas mucho més e- levado que en el campo se agrega ahora la dimensién de lo irremediable... Los partidos - se decta y con razén - no se consideran més como medios, como instrumentos al servicio de un objetivo (hacer la revolucién) sino que termi nan por considerarse a sf mismos como su propio objetivo, y por no tener otro fin que mantenerse vivos,.1lamando 'éxito' a su supervivencia y 'fracaso' a un avance del movimiento revolucionario del que ellos no aprovechan en cuanto a =e organizaciones. Y he aqui que por otros caminos, por razones més fuertes que su voluntad, las organizaciones revolucionarias armadas que subordina- ban totalmente su existencia 2 1a obtencién del objetivo (‘la libertad o muerte’) vuelven al mismo punto, recaen en la misma perversién. Como el trabajo logistico se transforma poco a poco en el objeto de la organtzacién militar puesta en pie, ellas también Ilegan a considerarse como un fin en sf y ano tener més horizonte que su supervivencfa indefinida, a subordi- niarfo todo a ése nuevo fin: mantenerse en pie. Tal es lo que puede Iamar~ se 'el efecto bumerang' del error de mira inicial, el siniestro humor ne- gro de las dialécticas violadas. Como dice el general Glap, si se pasa Por encima de las leyes (del desarro}}o objetivo de tas cosas), las leyes no tardan en pasar por encina de usted. (Le travail de la science mili- taire dans 1'Armée populaire du Vietnam). En este caso, al querer llevar el centro de gravedad del trabajo revolucionario a la lucha armada, solo se ha logrado desviar el centro de graverad de Ja lucha armada o Ilevarlo de nuevo at lugar de fos servicios de mantenimiento. Queriendo pensar Gnica- mente en términos de eficacia militar inmediata, saltando por encima de la construccién de organizaciones politicas y de Infraestructuras, no se ha conseguido sino paralizar la eficacia militar. Buscando exctusivamente la movilidad, se he tlegado a la inmovilidad. En resumen, por quere poner el acento Gnicamente en la vanguardia combatiente, no se ha conseguido sino desmoronarla bajo las cargas de la retaguardia. £1 vanguardismo ha liai dado a las vanguardias. Asi como al expulsar las preocupaciones ‘politi cas! de Jas organizaciones combatientes y al basar su cohesién en las solas virtudes de la disciplina y de la practica militar ("la accién une, la teo- ria divide'), se ha hecho salir a la politica por la puerta para volver a hacerla entrar por la ventana, asi también, al expulsar las preccupactones de infraestructura polfticas y locisticas, estas han vuelto con estrépito por donde se les habia expulsado, cuando nadie estaba prenarado para tra- tarlas 0 acogerlas convenientemente. £1 regreso del rochazaco o la revan- cha del expulsado..."" -_DEBRAY, Las sanciones en el terreno, La cues~ tlén estratégica fundamental, La Critica de las Armas. - La izqulerda verbal contribuye al_surgimiento y desarrollo de este fenémeno_con su veneno electoral. (1) Sabotea la retaguardia- PARA VENCER LA GUERRA PROLONGADA DEBE DESARROLLARSE EN CAMPANAS DIRIGIDAS AL ESTA- BLECIMIENTO DE BASES DE APOYO FAVORAGLES i LA REVOLUCION (2) Y LA FORMACION DE MILICIAS OBRERAS, PRESENTES DESTACAMENTOS DE COMBATE Y FUTUROS ORGANOS DE PODER. (3) YE verdadero eslabén que une a_un movimiento revolucionario de vanguardia con su retaguardia_y con su periferia" -schala Juan Antonio Corretjer en FUSILAMTENTO EN HARA- Uitth- "es To necesided BasTes, fundomental, de un pueblo y de un sector de ese pueblo, en_un momento determinado. “Es cierto que el arm de la critica no puede sustituir a la critica de las armas, que el poder material tiene que derrocarse por el poder material, pero también la teorfa se convierte en poder materia} tan pronto se apodera de Jas masas. ¥ la teorfa es capaz de apoderarse de las masas cuando argu- menta y demuestra ad hominem, cuando se hace radical. Ser radical es atacar el problema por Ta raiz. Y la raiz, para el hombre, es el hombre mismo. +++En un pueblo, 1a teorfa solo se realiza en la medida en que es la real izacTon do sus_nécesTeadis” © HARK, Introduce l@n pare la erftTca de la Filosoffa del Derecho de Hegel. - 1, Véase Decadencia y Traicién de Max Hurtado, prélogo al Informe Neinhardt. 2, Véase De la guerrilla a Ja guerra popular, pigs. 25-27. 5, Véase Jun Retonto Corretior, Et Lider -de 1a Desesperacisn. LEC HOA DELAQUERRA Por Abraham GUILLEN - LAS CATEGORIAS DEL ARTE MILITAR - Un ejército est compuesto de partes que integran un todo, Alguna de estas partes pueden ser destruidas en el curso de algunas campafias, pero si se sabe hacer la guerra estratégicamente, el ejército nunca sera sislado para ser aniguilado. La filosofia de la guerra aconseja no entrar en una batalla proble- mética: hay que dar una-batalla decisiva cuando se esté seguro del triun- fo, mediante un con.ocimiento estratégico. No debe desencadenarse una insurreccién armada contra el Fstedo burgués si no estén dadas las condiciones revolucionarias objetivas y subjetivas; es decir, si no opera todavia a favor del movimiento revo- lueionario 1a légica de los hechos y las leyes hist6ricas. Nientras.un ejército cevolucionario no, es poderoso, su estrategia estriba en realizar. operaciones ofensivas y,defensivas que proporcionen, iaviamente, pequefias victorias propias y derrotas al enemigo. Esta es- trategia debe practicarse hasta que la correlacién de fuerzas en presen- cia sea favorable al Fjército Popular de Liberacién. Durante la primera fase de la guerra revolucionaria hay que evitar ser bianco de las armas pesddas enemigas: no hay que quedarse de objetivo militar, pegandose al terreno. Contra la t&ctica del enemigo, que quiere aniquilar-la guerri- ila; en una sola batalla, hay que recurrir a la estrategia de combatir en muchas y pequefias batallas, que debe perder el enemigo hasta cansarse y desmoralizarse. No hay que lograr éxitos tacticos que constituyan,,a la larga, derro- tas estratégicas. Por ejemplo la operacién Teruel - desencadenada por los republicanos contra los franquistas en 1938 - fué, inicialmente, un triunfo téctico,; péro, posteriormente, se convirtié en una derrota estra- tégica de gran significacién, ya que los franquistas, con su contraofen- siva, cortaron el territorio republicano en dos frentes: el Cehtro-Sur y 21 de Catalufia-Aragén. En una guerra politica, no tdo se decide por las armas, al.modo de las ofensivas sistem&ticas de los paises imperialis- tas ‘ : Las tropas y el material gestados por los republicanos espafioles en 1s ofensiva de Teruel y en la batalla. del Ebro, los dejaron agotados, y, por lo tanto, 2 merced del enemigo, que pudo asi ganar la @itima batalla, por estenuacién del adversario. El error estratégico de estas dos opera- ciones estribe en que los republicanos no debian acelerar la terminacién ds la guerra, decidiéndola por las armas; pues importaba ganar tiempo, vesta que Europe tuviera que entrar en la segunda guerra general, a fin 1 n de que los republicanos conteran a su favor con la contradiccién denocra- ciss versus paises totalitarios que estellé en 1939 Pera ganar tiempo, en Espafia, la estrategiz imponia la doctrine de 1a econotifa de fuerzas, incluso recurriendo, si preciso hubiera sido, a 1a creacién de un frente discontinuo de grandes y pequefias unidades gue- rrilleras. En eute sentido la guerra no puede ganarse haste que no nedu- ran las condiciones internas y externas que le son inherentes: aspectos econémicos, diplom4ticos, sociales y politicos que seen contrarios al tri- unfo del adversario y favorables a la causa propia. Entre naciones de gran poderio industrial cabe le estrategia de la ofensiva sostenida o de la "guerra relémpago", a base de librar grandes batallas; entre una nacién subdesarrollada y una nacién industrializada ja guerra tiene una estrategia diferente que entre los paises imperialistas Un pais debil, que lucha contra otro fuerte, debe hacer una guerra’ maniobrera,.con armas y unidades ligeras de gran capacidad de fuego y mo- vilidad. Las ofensivas guerrilleras han de hacerse después que el servi- cio de informacién en campo enemigo indique, con precisién rigurosa, las zonas vulnerables, aisladas y dispersas del adversario. Hay que operar en principio, contra tropas provistas de artilleria anticarro, para apo- derarse de esas armas y emplearlas luego, con ventaja, contra el enemigo; pues contando con bazookas, con minas pldsticas anticarro y con artilleria se pueden obtener grandes éxitos sobre un ejército mecanizado, como el ejército novteamericano. Le guerra de Corea y 1a de Vietnam son una buena prueba de esta téctica que permite batirse ventajosamente frente a un ene- migo més poderoso que el ejército propio en material de guerra; pero que su propia pesadez le impide moverse 4gilmente por..todo terreno. Para maniobrar sobre el terreno, las tropas propias deben marchar con una impedimenta ligera, mientras que el enemigo (como en el caso de los yankig), se paraliza por sus pesados problemas de logistica. Cuando se opera contra un ejército pesado el logro de una sola victoria resuelve por algin tiempo, los abastecimientos de alimentos, armas y municiones ob- tenidos como botin, En este sentido, la industria de guerra y la inten- dencia de la guerrilla las tiene, en principio, el enemigo. Esta verdad condiciona los éxitos de las primeras operaciones guerrilleras: olvidarse es crearse contradicciones econémicas y estratégicas ingolubles, en campo propio, logisticamente. En buena estrategia, hay que resolver los aspectos particulares de los distintos frentes, teniendo visién dz conjunto en las operaciones. El guerrillero de verdad debe comer poco y marchar mucho; ahorrar muni~ ciones y comida; dominar su hambre, como la mejor arma secreta contra un enemigo poderoso. - PRINCIPIOS DE GUERRA SUBVERSIVA ~ La resolucién de los problemas estratégicos y técticos - que se pre- sentan en una campaha de 1iberacién antimperialista - requiere, en sin- tesis, tener en cuenta estos principios de la guerra revolucionaria: 1) Oponerse al espiritu de aventura tendiente a realizar operaciones ofensivas impremeditadas, a la estatizacién y la pasividad en toda la a linea de los frentes; pues ello conduce a la derrota. 2) Desechar 1a estrategia de decisién rdépida de la guerra, oponiéndose a las batallas largas; recomendar al Estado Mayor la practica de una gue~ pra prolongada, en euyo desarrollo debe haber muchas hatallas cortas a decisién rapida. a) Practicar una guerra de frentes méviles; nunca de posicién o en frentes estables y continues, particularmente durante la primera y la segunda fase de 12 guerra revolucionaria. 4) Wo enfventarse en una estrategia dual con a aques en dos direccio- nes, sino una accién y una aireceién Gnica. 5) Centralizar en el Estado Mayor la decisién estratégica dejando 2 Jos mandos de pequefias y grandes unidades, gran autonomia, para que se adapten, en todo momento, a la situacién téctica mds conveniente para su economia de sus fuerzas. 6) La guerrilla debe ser un permanente medio de propaganda y organiza- cién polftica, en las regiones por donde pase. Debe ayudar a campesinos, obreros, y patriotas a castigar, implacablemente, las manifestaciones de militarismo degpético en sus propios filas. 7) La guerrilla ha de castigar el bandidismo propio y ajeno; practicar una estricta y necesarfa disciplina militar, sin que ello de lugar a ere- gir mandos que se conviertan en sefiores de la guerra. 8) La guerrilla debe ser democrética y predicar con el ejemplo, para ganar asf prestigio y poblacién. 9) Los cuadros guerrilleros tienen que ser flexibles: preparados poli- tieamente; poco sectarios; sagaces dialécticos, en politica de guerra 10) £E1 Partido que dirija un movimiento de liberacién ha de procurarse aliados en las clases sociales progresistas; el uso y abuso del terror no en ganar sino perder poblacién. (Subrayado nuestro.) 11) La guerrilla ha de progresar, dia a dia, aumentado siempre sus efectivos: corregir sus errores; cosechar siempre nuevas enseflanzas; sus cuadros militares deben egforzarse por salir de su nivel primitivo pasan- do, continuacmente, a un nivel tactico y estratégico superior para llegar asf a una comprensién racional de la politica de guerra; de la dialéctica de la guerra. Fn la guerra hay que tener siempre en cuenta la interaccién entre las propias fuerzas y las enemigas; entre las operaciones y las campafias: entre el reposo y el ataque; (concentracién, dispersién, ataque, defensa, avance, retirada, ataque principal, y ataque de dispersién, etc.). Hay que hacer la guerra coordinando las operaciones que lo cubren todo (ejér- cito regular) y las operaciones descentralizadas (ejército guerriliero operando en zona enemiga) hay que sincronizar la guerra de posicién y la de movimiento; la de decisién répida y la de entretenimiento; hay que ar- nonizar la accién entre las grandes unidades y las pequefias; entre los ros de mando y las tropas; entre las regiones propias y las enemigas; rs entre las zonas que fueron propias y ya no lo son o entre las regiones fronterizas y maritimas con el interior; hay que utilizar militarmente - a_su debido tiempo - las regiones frias y calurosas, en la lucha contra el enemigo hay que planificar el trabajo militar y el trabajo politico; pues en una guerra politico militar ello es fundamental para el logro de la victorie: hay que estudiar ordenadamente las tareas cumplidas y las que haya por cumplin deben ser previstas dialécticamente, para no adelantarse ni retrasarse en la consecusi6n de los objetivos principales y secundarios en un combate o una batalla. ~ CATEGORIAS ESTRATEGICAS - Las categorias del pensamiento estratégico son, entre otras, las siguientes: tiempo, espacio, fuego, movimiento, nGmero, sorpresa, econo~ mia de fuerzas, libertad de movimientos, informacién objetiva, etc En saber combinar estas categorias, ya sea en el combate ofensivo o defensivo, reside el arte de la guerra, el secreto de la victoria. Empaminondas, Alejandro el Crande, Pirro, Anibal, César, Federico el Grande de Alemania, Napoleén y otros grandes capitanes, sabian, por intui- cién o por inteleccién, armonizar operacionalmente las categorias del ven- samiento estratégico. En la guerra revolucionaria, mas que en las guerras nacionales o en las imperialistas, hay otra categoria esencial: la poblacién. Pues toda aceién revolucionaria, podra ser un éxito tactico; pero en definitiva, se traducird en fracaso estratégico, sin poblacién favorable. (Subrayado nuestro.) E1 uso racional del pensamiento estratégico, implica que las catego- vias de la guerra han de ser conocidas, como teorfa de conocimiento pole- molégico, a la escala de mandos superiores, intermedios y cuadros de di- recceién politica, tanto para la conduccién de una guerra nacional como de una revolucién social. La polemologia (ciencia de la guerra) y la praxio- logia (método para la accién), dan, a politicos y militares, (aue no pue- den ir separados sino juntos en 1a guerra revolucionaria), un campo visual amplio de le guerra, sus principios y su caracterizacién. En ese sentido dirfamos que las revoluciones (si bien casi todas ellas son esponténeas) 8610 triunfan cuando cuentan con cuadros politicos y estratégicos, capa- ces de conducirlas a la victoria militar, primerc: a la victoria politica, econémica y social, después. Una revolucién, en 1a cual todos sus factor- es objetivos y subjetivos sean esponténeos, es, generalmente, derrotada, como los leventamientos desorganizados y estratégicos de campesinos y obre~ ros, que se han sucedido en la historia universal. El flexible y racional manejo, pr&ctico e intelectual, de las catego- pias del pensamiento estratégico, indica, por ejemplo, que cuando no se es fuerte en potencia de fuego, nimero de soldados y armas pesadas, hay que ceder espacio, ganar poblacién y guerrilleros en funcién de1 tiempo. para que los factores secundarios, (moral, politica, etc.) ganen la guerra en la mesa de negociaciones diplom4ticas o politicas. Respecto al factor tiempo, como categoria basica de la guerra, tiene importancia subrayar que en nuestra época, casi todas las guerras revolucionarias suelen durar 6 = cinco a seis afios, como promedio, dando lugar después a la negociacté politica y dipiom&tica de los conflictos. Si el pueblo tiene moral, gue- “silla potente y un poderoso ejército de liberacién, decide las negocia~ ciones de paz a su favor; si sucediera lo contrario, la guerra sera perdi- 43 0 convertida en una mala paz para el pueblo insurreccionado, En el caso de Santo Domingo en 1965, la falta de espacio estratégico pera el coronel Caanafio, condujo a las negociaciones de paz; habiendo 21 snemigo logrado por la politica sus objetivos de desembarco de los "ma ines", mientras que el pueblo dominicano queda™a deseuparado. El anélisis de las categorias de 1a guerra, su combinacién y oposi- :8n dialéctica, debe constituir el estudio profundo del revoiucionario, arado, estratégicamente, para enfrentarse con la fuerza represiva so- el pueblo trabajador, tanto la del frente interno (ejércitos cipayos) coto la del frente externo (ejércitos imperialistas) que pueden operar contra el pueblo insurreccionado, al mismo tiempo o sucesivamente (Casos Santo Domingo o Vietném). No hay, pues, que dejar a la improvisacién, tactica y estratégica, 1a defensa de una revolucién: es hora ya de que los revolucicnarios sepan tanto del arte de la guerra como los mejores zenerales enemigos para poder vencerlos, racional y estratégicamente, sin fiar el curso de u: guerra revolucionaria a los factores espontdneos, por mas favorabies que ellos fueren. vue Tee Una sintesis esquem4tica de las categorias del pensamiento estraté- gico podria enunciarse, concisamente, en este orden de ideas: I. = £QUE ES LA ESTRATEGIA? ~ Es tan vasto el problema de definicién de la guerra total que no hay gos autores de acuerdo sobre la categoria o concepto: estrategia. Podria sfirmarse que la estrategia estudia la guerra en el espacio, el tiempo, la poblacién, 1a nacién, la politica internacional, la clase de armamen- tos, la combinacién de las campafias militares, su diracién y finalidad politica, 1a regién, el terreno, 1a época del afio, etc. Ep sintesis, la strategie traza el plan general de guerra, la serie de batallas o comba- -s3 para conseguir el fin politico propuesto, asi cono la duracién e in- tensidad de los encuentros con el enemigo, como una cadena de aconteci- nientos previstos, queridos, siendo unos causas de los otros. Corresponde tambien a la estrategia nejorar la politica y la moral gs las tropas; infundir entusiasmo y fervor a los combatientes por medio de delegados del pueblo; exaltar la fe en la propia ideologie como causa de lucha; estimular el valor de los comandantes y la valentia de las tro- pes; procurar le autodisciplina en los guerrilleros y 1a disciplina en los soldados revolucionarios; afirmar su ideologia politica mediante se- siones de autocritica, que barran los prejuicios morales y sicolégicos peculiares de la cultura, la politica o la filosof{a del enemigo. Si la moral es al material de guerra como 3 a 1, como decfa Napoleén, el comba- tiente revolucionario debe estar dispuesto a marchar 30 kilémetros y lue- zo a combatir 2 horas, como los "sans coulottes" de Napoleén, sobre todo una guerra de guerrillas con frente mévil (sin regularidad de lineas): zndido por todo un territorio nacional o continental, en forma de “piel leopardo" 1m Es dificil definir la estrategia, ya que es la doctrina de la guerra total: consecuentemente requiere un saber absoluto, poltécnico, polivalen- te y, al mismo tiempo, prdctico; pues hay que dejar a la prdéctica que co- rrija, todos los dias, los errores estratégicos propios, estimulando los del enemigo. II, - £QUE ES TACTICA? - Se confunde la téctica con la estrategia. La taéctica, por defini- eién, tendria por objeto preparar los combates en un lugar del frente de guerra; la estrategia, en todo el espacio estratégico: la téctica toma el combate en forma aislada; la estrategia estudia la sucesién de combates, sus usos y finalidad politica, geogréfica, econémica, etc.: la estrategia y la téctica se combinan en tiempo y espacio; la primera va mds unida al tiempo; la segunda, al espacio. Clausewitz, al definir la téctica y la estrategia, dice: - "Surgen de aqui dos actividades diferentes: preparar y conducir individualmente los encuentros aislados y combinarlos unos con otros. La primera se lla- ma la téctica, la segunda estrategia." Ms adelante, este teérico del arte de la guerra define asi la tactica y la estrategia: ...la t&ctica ensefia el uso de las fuerzas armadas en los encuentros, y le estrategia el uso de los encuentros para aleanzar el objetivo de la guerra." (Karl von Clausewitz, "De La Guerra", Lib. II, Cap. 1). En la guerra total 1a téctica es muy importante: sefiala la clase de combate, los medios y los objetivos: (hatallas, campafias, combates, cuar- teles, comisarias, aerédronos, espionaje, sabotaje, atentados, secuestros, estaciones fluviales, férreas o ruteras, manifestaciones, actos de protes~ ta, actos de propaganda armada, combates nocturnos, etc, etc.) Un regla- mento t&ctico de guerra revolucionaria es algo que debe permanecer secre- to; no puede ser piblica, como su estrategia. Tales han sido las expe- riencias histéricas de los movimientos guerrilleros de estos Gltimos tien- pos, en cuanto a mantener secreto su reglamento t&ctico: no debe ser es- erito, sino grabado en la memoria del guerrillero, para no haya nunca pruebas contra 61, para no dar informacién precisa al enemigo III, - EL TIEMPO ESTRATEGICO - Como todas las cosas, la guerra tiene lugar en el espacio y dura en el tiempo. Esta verdad de Perogrullo encierra, sin embargo, una profun- da filosofia polemolégica. Clausewitz, analizando la categoria tiempo bélico, dice: "...La mera duracién del combate ser suficiente para hacer, en forma gradual, que le pérdida de fuerzas experimentadas por el enemigo llegue a un punto en que el objetivo politica no sea ya un equivalante adecuado, y en ese purto, tendré, por ende, que abandonar la lucha." (ob cit., Lib. I, Cap. II.) ‘Como la guerra es una contradiceién, una oposi- cién, entre dos ejércitos, dos naciones, dos handos, dos bloques o dos clases sociales (principales antagénicas) resulta de esta dialéctica que de los dos polos de una contradiccién uno se desarrolla siempre desigual- mente respecto del otro, en funcién del tiempo, y tiende a devenir su con- trario absorbente y dominante. Estados Unidos, por ejemplo, en la guerra de Viet-Nam, 2 medida que &sta se prolonga en el tiempo, va experimentando pérdida de fuerzas mo- rales, politicas, materiales y humanas, que lo desalientan en la consecu- sién del “objetivo politico" por el cual entré en la guerra, y lo lleva- ria 212 mesa de "paz honrosa" para salir de un conflicto en que el tiem- po de duracién no se pereibe, convirtiendo asi todas las victorias técti- cas norteamericanas en una gran derrota estratégica. Pues, a pesar de que Estados Unidos puede ocupar todo el espacio vietnamita, con sus gran- des unidades y sus armamentos pesados, no esté seguro de ganar una guerra, delante y detras de su retaguardia, que se prolonga siempre en el tiempo, ya que quien-tiene poblacién favorable puede durar en el tiempo; pero no guien no la tuviere, incluso el poderoso ejército norteamericano. F1 he- cho de que los guerrfilleros vietnamitas hagan una guerra popular en super- ficle, por todas partes y en todo el territorio de un pais, hace disper- sar, en el espacio, al enemigo poderoso, para poder durar mas que &1 en el tiempo, haciendo que triunfe la estrategia de duracién sobre la estra- tegia logistica. Esta ventaja del General Tiempo sobre e1 General Fspa- cio, se daria més favorablemente adn en el continente latinoamericano, que en la pequefia nacién vietnamita, frente a Estados Unidos. La categoria tiempo estratégico implica, que entre dos contrarios que se interpenetran reciprocamente, uno se desgasta y agote mas que el otro, perdiendo, a la larga, su voluntad de resistencia, su moral de combate, su capacidad de continuar 1a accién, frecuentemente por una desmoraliza- cién politica de Ja retaguardia lejana, como en el caso de Fstados Unidos, euya poblacién no acompafia al gobierno en una guerra impopular: detestada por estudiantes, obreros y clases medias, por todas las religiones, etc. En esta orden de ideas estratégicas, Clausewitz recomendaba la defen- siva para la ofensiva, como la posicién m&s fuerte de la guerra, esperan- do el trastocamiento de potencia de fuerzas. fn el caso de la guerrilla, s61o el tiempo puede crear con ella un ejército grande de liberacién, has- ta que lo grande se convierte en chico y lo chico en grande: la guerrilla en ejército triunfador y la pequefia zona liberada en nacién independiente y soberane. Se dirfa pues, que 1a guerrilla siempre cede terreno, pero solo para durar: para ganar tiempo politico; para acreditarse en las ma- sas populares, a fin de ponerlas en accién insurreccional. Finalmente, cuando el enemigo esté desmoralizado,agotado, acabado, se recupera de una sola vez el terreno cedido; pero en cuai siempre la poblacién que quedaba sea favorable (como guerrilla) al ejército popular de liberacién. fn la vieja estrategia lo fundamental era desalojar al enemigo del espacio y ocuparlo con batallas frontales, a fuerza bruta, en la estrategia de la guerra revolucionaria, lo esencisl es conquistar la poblacién, politica- mente, por medio de la accién, de actos armados en funcién de lo querido y deseado por un pueblo oprimido y explotado. En la guerra popular hay que jugar con el espacio para poder durar en el tiempo; importa més destruir al adversario y equiparse con sus mu- niciones y armamentos (en combates de cerco y aniouilamiento), que tomar ciudades o regiones enteras, que no se podrian luego retener en una gran batalla frontal, por falta de artilleria, aviacién y blindados. Nunea hay que dar posibilidad a un enemigo poderoso (con enorme economia de guerra) de batir a un ejército popular en una gran batalla de duracién, de dias o semanas. Al contrario, mientras el pueblo ne tenga armamentos pesados, hay que conseguir éxitos breves y numerosos, huyendo de las gran- des batallas como de la peste. te IV. ~ Eb ESPACIO ESTRATEGICO - La guerra revolucionaria ha dejado de ser eselava de las posiciones regulares, del encuadre geométrico de unidad con unidad sobre 1a linea de frente, a derecha e izquierda, ya que la guerrilla puede pasar, si lo quiere, (y es siempre su misién) a campo enemigo, debido a que camina por todo terreno, mediante pequefias unidades de combate, tanto en la ciudad como en el campo. En general, un ejército popular revolucionario no debe dar, al mismo tiempo, varios combates o batallas en el espacio, como Hitler avanzando, simultaneamente, hacia MoscG (capital de la URSS) y hdcia el Caucaso (ca- pital del petréleo). #2 que quiera cazar dos liebres, a la vez, perder las dos y su tiempo, estérilmente. Para el guerrillero del campo o 1a ciudad, lo importante es despla- zarse répidamente en el espacio, Gnica manera de poder durar en el tiempo, en la céuded, cambiando constantemente de vehiculos; en el campo, siendo doble de veloz de el enemigo, en las marchas por todo terreno: la movili- dad, la velocidad, la seguridad y 1a combatividad, son las cuatro virtudes estratégicas fundamentales de2 guerrillero. Para vencer a un enemigo poderoso, que estarfa en 1a relacién del gi- gante con el pigmeo, como en el caso del ejército norteamericano con las guerrillas letinoamericanas, hay un solo medio estratégico infalible, pa- ra lograr 1a victoria el pueblo: llevar la guerra de guerrillas @ los 22 millones de kilémetros cuadrados que tiene la América Latina con lo cual no habria nunca ni un soldado yanki por kilémetro cuadraedo. Estando en esa dispersién, el Pentdgono seria vencido en el ancho espacio estratégico latinoamericano, ni siquiera con armas sino con palos. Prolongando en el tiempo la guerra y extendiéndola en el espacio, los guerrilleros latino- americanos pueden y deben vencer juntos a los ejércitos imperialistas y @ los ejércitos cipayos. En las guerrillas urbanas, igualmente, se debe combatir en toda la ciudad sin lavarse en el terreno - como hacen los estudiantes al no salir de los espacios universitarios, o de determinadas calies; lo cual facili- ta la tarea represiva del enemigo; hay que combatir en guerra de superfi- cie, jam&s en frente fijo, para escurrirse en el espacio y durar en el tLempo. En la guerra, el espacio y e1 tiempo interdependen estratégicamente cuendo un ejército es muy fuerte en fuerzas, maquinaria bélica y potencia de fuego trata de ganar terreno; cuando un ejército es extremadamente dé bil procura ganar tiempo, escapando a los cercos y hatallas que le tiende el adversario. Por otra parte, cuando mas grande es un ejército en nimero,més lentos son sus movimientos, marchas y despliegues, en cambio, una guerrilla o un ejército popular diminuto, que cuenta con apoyo de la poblacién, puede pa- sar, cuantas veces lo descen, 2 la retaguardia del enemigo, desglosandose en pequefias unidades, capaces de marchar por todo terreno, como seria el caso de los guerrilleros vietnamitas, argelinos, cubanos, etc. Ello es posible cuando la poblacién informa, a tiempo, de los movimientos de cer~ co enemigo, para salir de é1 antes de que éste se cierre sobre la guerrilla Ganar tiempo es muy importante estratégicamente: a) permite replegar- s2 hasta terreno y poblacién favorable, para luego pasar del combate de- nsivo al ofensivo; b) atrae al adversario a desfiladeros y zonas en que iss tropas guerrilleras separadas pueden estar juntas en poco tiempo, pa- Ps utilizar su m&xima potencia de choque, asalto y fuego; c) cansa al ad- versario con marches adversarias de persecusién, hasta que su moral cae, momento en que la guerrilla pasa a al ofensiva fulminante, por cerco y aniquilamiento del enemigo separado del grueso de su ejército En fin, el tiempo est& en el combate como duracién del mismo. Fl guerrillero ha de procurar victorias chicas y raépidas, para no perder su fimera superioridad de nimero y de fuego contra un poderoso ejército re- sular, al cual no hy que dar oportunidad para una batalla larga, sino muy corta en el tiempo y chica sobre el espacio. Un grupo guerrillero no ha de extenderse demasiado en el espacio unto limite de separacién debe estar dado por no mas de una jornada de archa entre todas las columnas guerrilleras separadas de una base de ope- raciones, a fin de que se cumpla el principio estratégico de vivir separa- dos y conbatir juntos; pues tropa que no interviene en el combate es como si no existiera. su La estrategia guerrillera, en campo y ciudad, debe preparar combates en espacios grandes y por un.tiempo muy breve de lucha, a fin de ser fuerte donde el enemigo es débil, no d&ndole ocasién para que se haga fuerte con un combate prolongado, hasta que sus reservas puedan ser movi- lizadas. De ocurrir eso, la guerrilla quedaria clavada al terreno: seria eniquilada por un adversario m&s potente en nimero y en fuego, en cuanto las fuerzas de éste puedan ser reunidas, si el combate fuere prolongado. La estrategia sublime de una guerrilla es a base de la "guerra relémpago", hasta que vaya creciendo en nfimero de fuerzas y potencia de fuego sobre su adversario, en funcién de tiempo, de ceder espacio y del apoyo de la voblacién. Una guerrilla urbena o rural, bien dirigida t&ctica y estratégicamen- te, no debe cometer la torpeza de caer en la guerra de posicién, en una defensiva estética, ya que una tropa chica, que se defiende, siempre su- fre la ley del adversario, al quedarse clavada al terreno. Hay, por con- siguiente, que ser partidario de la guerra de movimiento, de los ataques reldémpagos, de la guerra en superficie para obligar al enemigo en el sen- tido de los movimientos queridos por la guerrilla, con lo cual éste per- daré la iniciativa en las operaciones: su libertad de movimientos. Una guerrilla revolucionariz debe ser como una estrella fugaz pasan- do por todos los sitios, pero siendo incercable; tiene que ser un medio de propaganda politica constante, para levantar al pueblo en armas, en todo el territorio de un pafs. La guerrilla es un punto rebelde: indica que se para sera inmediatamente cercado, ya qe el punto no es la superfi- cie: debe moverse por todas partes para dejar cientos de puntos rebeldes: si le guerre revolucionaria se extenderé por todo el espacio en funcién del tiempo, de la duracién politica y estratégica de la guerrilla. Un ejército guerrillero est4 dentro de la linea interior; cercado cp un enemigo muy grande y poderoso; pero Ja guerrilla puede, de dia o noche, salir del interior a la lfnea exterior para cercar una unidad 9 un pueblo en campo enemigo que, @ su vez, estarén cercados como la lines interior y con menos potencia de fuego y de nimero que los guerrilleros. Esta fina dialéctica de la guerra convierte, en funcién del tiempo y «. espacio, lo débil en fuerte y viceversa. En una guerrille urbana, les posibilidades de duracién y de clandes tinidad coherentes estén en relacién directa de 1a mayor o mencr exten. sién parceleria de una ciudad, de la cantidad de poblacién favorable con que cuenta. En una ciudad chica, a partir de unos miles de habitantes, si hay poblecién favorable al maximo, puede operar una guerrilla con mu- shas probabilidades de éxito, sobre todo, en guerras insurreccionales con. tra un invesor odiedo por todo el pueblo. Una guerrilla urbana debe buscar los "ghettos" proletarios donde le poblacién le d& cobertura, como la "Casbah" de Argel, o los "ghettos" ne- gros de lzs ciudades norteamericenas, Hey, sin embargo, una limitacién estratégico-politica 2 esas guerrillas: que su poblacidn favorable se termine més 2114 de 1a poblacién de color, arabe o negra. En ese sentido Argel tenia dos ciudades: le arabe y la europea. las ciudades norteameri- canas son dos ciudades en una: la negra y la blanca, En este sentido, la guerrilla puede triunfar en st zona de poblacién favorable pero no progre- sa en le zona do poblacién desfavoreble, donde, al contrario, es delatada ante las fucrzas represivas. La ventaja de la "Casbah" no obstante, re- sidfe en que 21 interior del pais argelino ere desfavorable para el ocu- pante francés. £n cambio, los negros norteamericanos del “ghetto” urbano tienen poca poblacién favorable en el interior del pais norteamericano. El negro estadunidense deberS ser liberado, por tanto, al par de la guerra de liberacién latinoamericane contra el Imperialismo del délar. bos "ghe- ttos" negros nerteemericanos en el propio territorio de Estados Unidos. La liberacién del prolctariado de color norteamericano se entronca, poli- tice y estratégicamente, con le liberacién de los oueblos del "Tercer Mun- do", perticularmente con los pueblos letinoamericanos En fin, sobre el probiema del especio estratégico urbano, la guerri- jla de ciudad nunca debe salir de elle ni de sus "ghettos" 0 suburbios, ya que estarse expuesta a ser inmoviliaada por e1 enemigo como un pez en tierra. Way que estar siempre en ¢1 bosque de casas: pues unas cuadras, nés 2114 o mas acé, nadie conoce a nadie: es pues un gran error estraté- gico ser guarrillero urbano e irse e vivir 2 una casita cercane a le ciu dad; aunque se saliere triunfante de un cerco, zcémo se volveria a la ciu~ dad en un sspacio vacio de casas y con las rutas vigiladas? 1 guerrille- ro que ya no tiene otro renedio, por ser su foto muy conocida en todas las ciudades o ciudad donde 61 opere Vv. = PRINCIPIO DE La ECONOMIA DE TUERZAS - Le _aplicecién racionsl de este principio constituye el secreto del genio militer, an conductor de una guerra 0 dé_una revolucién, Clausewitz subraye el “principio d@ vigilar continuamente la cooperacién de todas las fuerzas 0, op otras palabras, de cuidar constautemente que ninguna parte de las mismae permanezca ociosa”, indicando que "el derroche de fuerzas e peor afin que su uso inapropiado"”. Es evidente que toda tropa que no inter~ viene en el combate, directa o indirectamente, (como reserva inmediate), es como si no existiere. Consecuentemente, un ejército grande puede ser anulado con tal que nunca pueda reunir todas Sus fuerzas, entiempo.y es 2 pacio, contra una guerrilla rural o urbana. Se hace una guerra conducida con una estrategia sublime, cuandoel bando m&s chico es, sin embargo, mas grande, m&s fuerte, més poderoso, en el lugar elegido para la batalla, que el ejército poderoso, incapaz de reunir toda su potencia de fuego y de nd- mero debido a que la guerrille escapa a toda posibilidad de que el adver- sario tenga tiempo de ser superior 2 elle en el espacio elegido por ésta para el combate breve, rapido, de cerco, de aniquilamiento instanténeo Un ejército popular debe planificar sus opereciones de tal suerte que siempre sea 2,3,4,5,...0 ms veces superior al enemigo en un punto dado y por tiempo muy limitado, para cercarlo y abastecerse a expensas de sus provisiones, armamentos y municiones. Con superioridad de nGmero y de fue go una guerrilla tira la red: siompre el enemigo cae dentro de ella, si la operacién ha sido bien programada y la informacién objetiva y fresca. De esta manera, aunque el enemigo sea mil veces superior en todo el frente, con relacién 2 une guerrilla rural o urbana, ella puede ser, no obstante, $ veces més poderosa, en un lugar determinado, siempre que no se enfrasque en una batalla de desgaste, de duracién, de defensa del terreno; pues lo que para ella es destruir al enemigo y vivir a cuenta de las reservas lo- gisticas de éste. En estrategia, lo importante es ir venciendo al enemigo sin que ten- ga sus fuerzas reunidas; poco a poco; batidas por separado; una a una; hasta que el bando chico se haga grande y se trastoque la relacién de fuerzas en presencia. S61lo entonces, cuando una guerrilla se haya conver- tido en gran ejército de liberacién, puede hacer grandes operaciones para ecupar el espacio en manos del enemigo; pero si se carece de armas pesa- das y eviacién no se debe acelerar la terminacién de la guerra por medio de grandes batellas, ya que la guerrilla convertida en ejército podria ser derrotada como ejército regular: sin marina, blindados, artillerfa y aviacién. En una guerra revolucionaria, el objetivo clasista de le vic- toria militar total decidida por las armas, no es lo fundamental, sino lo secundario: el objetivo es la paz m&s que 1a victoria: aungue 12 primera puede ser resultado de la segunda; pero en una guerra revolucionaria sien pre la paz se decide en la mesa de negociaciones: los generales estan asi obligados 2 actuar como diplométicos, como ha sucedido en Indochina, Ar- gelia, ete. El principio de economia de fuerzas reside en ser fuerte y decisive en el lugar elegido para el combate, independientemente de ser el bando més débil. Hay, pues, que tener m4s rendimiento téctico en las fuarzas, per medio una estrategia brillante. Sobre todo, una guerrilla revolu- cionaria ha de basar su doctrina militar en cercar y aniquiler al enemiso, para desmoralizarlo, vivir enquistado en sus recursos logisticos e ir qui- téndole, poco a poco, sus fuerzas materiales: (armamentos, soldados, posi- ciones estratégicas, etc.). Para realizar una estrategia correcta, en cuanto al principio de eco- nomia de fuerzas, hay que partir de una dialéctica de la guerre, basada en hacer siempre todo lo contrario que haga el enemigo: si avanza, retro- ceder; si se acantona, hostigarlo para que no descanse; si est& fatigado, atacarlo con gran superioridad de nGmero y fuego; si se retira, perseguir- lo implacablemente: si esté disperszdo, concentrarse para batirlo: unidad por unidad: si es fuerte en el espacio, cedérselo pero ganar tiempo atra- yéndose poblacién favorable; si quiere batallas grandes, darle combates 23 cortos y fulminantes; si pretende una batalla de linea, hacerle una guerra en superficie, en todas partes y en ninguna con frente fijo. Emplear racionalmente el principio de economia de fuerzas, es propio de un comandante victorioso: los "generales bebedores de sangre" suelen ser partidarios de la batalla frontal: guerra de choque de masas, que deja el campo de batalla sembrado de caddveres por ambas bandos contendientes- Epaminondas vencié a sus adversarios siempre con inferioridad de nG- mero, en lo general, pero con sensible superioridad en el lugar decisivo; Anibal derroté a los romanos en Cannas con los dos tercios de las fuerzas de ellos, mediante una brillente maniobra de envolvimiento; Napoleén sien. pre fue victorioso, mientras pudo dar batallas con superioridad numérica relativa, aunque no lo fuera absolutamente; sabia reunir sus tropas en el lugar decisivo con m&s potencia de choque, de fuego y nfmero que sus ene- migos. Cuando le fue imposible conseguirlo - segiin Clausewitz - perdié las batallas de Leipzig, Laén y Waterloo. En la guerra revolucionaria, ¢1 principio de economia de fuerzas es n&s importante que en la guerra de frentes regulares, de ejércitos a base de grandes unidades. En Argelia, por ejemplc, no més de 40,000 guerrille- ros urbanos y rurales llevaron 2 la mesa de negociaciones de paz a un ejército con m&s de 600,000 soldados y policias. Fidel Castro cuenta que en la batalla de Guisa, en 1958, el Ejército Rebelde enfrenté con 200 guerrilleros, de los cuales 100 eran novatos, a unos 5,000 soldados regulares apoyados por tanques, aviacién y artilleria, sin que con esa maquinaria de guerra pudieran copar o desalojar e los gue~ rrilleros de sus posiciones. En la guerra revolucfonaria lo importante es el hombre no la maqui- naria de guerra. Los norteamericanos gastan en Viet-Nam unos u$s 25,000 millones por afio, para financier la intervencién de su ejército de mas de 500,000 scldados; equipados con gran lujo de material bélico moderno Sin embargo, los guerrilleros vietnamitas siempre que se lo proponen apa- recen por todas partes y desaparecen igual que han aparecido, luego de derrotar 2 cipayos y yanguis, dispersados en pequefias unidades, a causa de 1a guerra revolucionaria en superficie. VI. ~ LA LIBERTAD DE MOVIMIENTOS - Cuando una fuerza guerrillera entre al ataque debe hacerlo con su- perioridad de fuego y de nGmero, a fin de no quedar clavada al terreno por el fuego y la fuerza del enemigo, para no perder la libertad de movi- nientos, estrategia fundamental de guerrillero, basada en la movilidad y la sorpresa. Forzar al adversario a modificar sus planes operatives, a seguir, sin iniciativa, los combates que le imponga la guerrilla, es con- tar, en todo momento, con libertad de accién. Simuiar una finte en un lado y atacar decisivamente por otro, fatigar en largas marchas al adver- sario, llevarlo al terreno elegido para cercarlo y aniquilarlo, es saber hacer la guerra de movimiento, sin perder jam&s la iniciativa, base de la victoria. Esquivar un fuerte golpe del enemigo en un lugar desfavorable y atacarlo y cercarlo en terreno y poblacién favorable, es conocer el ar- te de 1a guerre de movimiento, atacando siempre donde el adversario es abil y eludiéndolo donde sea fuerte. oly Todos los principios de la guerra se resumen en uno: conserver la ini- ciativa en las operaciones, empleando siempre la cantidad de fuerzas y fuego conveniente para realizar una maniobra répida de cerco y aniquile- niento del adversario, atac&ndolo sorpresivemente. En realidad, la liber- ted de accién estratégica se logra a base del principio de economia de fuerzas, tratando de ser superior, en tiempo y espacio, en el lugar elegi- €o para el combate. Para ser fuerte en un punto decisivo, hay que evitar la guerra defensiva, estética, que reparte las fuerzas con igual profundi- dado densidad en todo el frente. Al contrario, la dispersién de fuerzas en un sector grande permite la concentracién en otro, siendo asi fuerte donde el enemigo es m&s débil. Por ser la guerra revolucionaria, en el caso de la guerrilla, una guerra sin frentes fijos, permite que ella sea nés fuerte en un punto, tan solo porque no lo puede ser en todos hasta la tercera fase ae la guerra revolucionaria. La dizléctica del bando ms chico es hacer todo lo contrario que el bendo més grande, para conservar 1a libertad de movimientos, sin lo cual una guerrilla no recorre un pais, propage la revolucién, levanta al pueblo armas y dispersa al enemigo por todo el espacio, a fin de que asi ella pueda ser més fuerte en el lugar elegido para el combate ofensivo. A diferencia de las guerras de liberacién, en que la guerrilla tiene ttbertad de movimientos,.las grandes potencias nucleares se neutralizan qu? el equilibrio del terror atémico. En el caso de la URSS y de los ED.UU., la guerra se reduce a declaraciones rimbombantes y a lanzar, con bomba y platillos, cohetes intercontinentales, setélites artificiales y uncios de superbombas nucleares. Sin embargo, en el caso de la "crisis dol Caribe", en 1962, las dos potencias nucleares m4ximas llegaron a un acuerdo, cambiando los emplazamientos de cohetes yanquis en Turquia por los cohetes soviéticos en Cuba, sin que los soviéticos tuvieran muy en cuenta a los cubanos. En la crisis del Medio Oriente, durante la "guerra de los siete dias", entre judios y arabes, las grandes potencias - sovié- xicos y englosajones - fueron meros testigos o espectadores, sin poder sseer ni le guerra ni la paz. Quiere, pues, decir que la libertad de mo- vimientos no la tienen las grandes potencias, sino los querrilleros que 2 mueven en tiempo y espacio, antes de llegar a 1a toma del Poder, a constituirse en gobierno, a tener ciudades, industrias y un espacio fijo que defender. Se puede llegar mas fcilmente de guerrillero a primer ministro que de Este cargo @ guerriliero, otra vez. Fidel Castro es menos libre es- tratégicamente como Jefe de gobierno que como comandante de guerrilleros en Sierra lizestra. Consecuentemente, la historia no la hecen ya las gran- ds potencias, con armamentos pesados y armas nucleares, sino el hombre rebelado contra las tiranias, que hace una guerra revolucionaria por un anche y largo espacio, donde es 61 quien lleva la iniciativa para hacer le historia contempordnea. Estratégicamente, para no perder la libertad de movimientos, la ini- iva en las operaciones, la libertad de accién, una guerrilla o un e- jéreito de liberacién, no deben liberar ciudades ni grandes espacios de terreno, antes de que el enemigo esté muy abatido, desmoralizado, desgas- vdo. obligzdo a entrar en la paz, debido a que la guerra es larga y ha acabado con sus reservas morales y politicas. En la guerra revolucionarie siempre debe estar la libertad de wovimientos de parte del ejército de 1i- 25 beracién, a fin de tener a favor el General Tiempo, e1 General Espacio, el General Poblacién, el General Moral, el General Unién del Pueblo, que son més fuertes que los Generales del Pent&gono. VII. - La SORPRESA EN BL ATAQUE - Siempre se ha dicho que, en un ataque por sorpresa, el éxito esté de por si asegurado, ya que ésta constituye la mitad de la victoria. Pere Clausewitz, la sorpresa significa, sin excepcién, el fundamento de todas las empresas estratégicas y técticas: pero para poder garantizarla es ne- cesario que las operaciones se mantewan en secreto, se lleven con extrema rapidez y se est6 bien infornado sobre 1a cantidad, 1a calidad y 1a dire- ecién o situzcién del enemigo, a fin de lograr una sucerioridad absoluta de fuego y niimero sobre é1. La sorpresa es m4s un elemento téctico que estratégico: se sorprende a un enemigo en un pequefio espacio, pero es dificil en todo un territerio grande, debido al movimiento de tropas y a su duracién de merchas en el tiempo. La sorpresa es propia de movimientos répidos, apareciendo donde no lo esperaba 21 enemigo, o llegando a un punto antes que 61, caminando velozmente por todo terreno. En los movimientos guerrilleros urbanos y rurales, hay que cuidar mu- cho que el enemigo no introduzca confidentes, ya que la sorprese es més de la mitad de los éxitos, en los combates. Si el adversario supiera el lugar, la hora (H) y el dia (D) de una operacién guerrillera ésta seria destrufda con facilided, ya que su superioridad es muy relativa y su in- ferioridad absoluta muy grande. S61o una clandestinidad coherente puede garantizar las operaciones ofensivas guerrilleras, su seguridad y el fac- tor sorpres2 2 su favor, sin el cual no se puede sobrevivir frente a un poderoso ejército regular represivo. E1 ideal para una guerrilla no es s6lo sorprender al enemigo, sino engafiarlo siempre que se pueda hacerlo, de tal suerte que trete de ser fuerte donde la guerrilla no lo ataque, y que esté desprevenido donde va~ ya a recibir 1 golpe decisive y sorpresive. En une ciudad, la guerrilla debe partir de un ejército operacional de no menos de $0 guerrilleros rigurosamente clandestinos: una vez que inicien operaciones no deben dejar entrar 2 nadie, durante tres o cuatro meses, hasta que hayan producido mucha poblacién favorable, que he de ser muy filtrad2. hasta llegar a los escalones de comando del ejército de 1i- beracién. Para reservarse la sorpresa, nadie debe saber més de lo que le sea indispensable para cumpiir su misién, ni conocer demasiadas personas de accién, 2 fin de tabicar debidemente los escalones de combate Cuande 1a guerra revolucionaria lleg2 a su punto culminante, a momen- tos dram&ticos de represién, ss trate de buscar informacién sobre la gue- rrilla, deteniendo a diestro y siniestro, a fin de ir encontrando la cabe- za dirigente del ejército de liberacién. Consecuentemente, nadie debe sa- ber demasiado, sino Gnicamente lo que le concierne, a fin de no abrir bre- chas por donde el adversario se introduzce en los comandos de guerra revo- lucionarie, para paralizarlos con detenciones, delaciones y cruentas re- presiones. 76 En el campo, la sorpresa depende, frecuentemente, de las marchas noc- turnas, de contar com una mochila que resista con municiones y slimentos para algunos dias, utilizando, por el terreno, todo lo que sea comestible, y mejorandolo con aportes de la mochila. Programar un mochila guerrillera, que con la syuda de los recursos del terreno dure varios dias, constituye le base de la movilidad guerrillera, ya que asi no se queda unc sujeto al terreno, dependiendo de los abastecimientos, como un ejército pesado. FL guerrillero debe dormir pocas veces en el mismo sitio, tanto en ciudad co- mo en el campo, a fin de que la movilidad maxima le dé mds seguridad, mas duracién frente 2 12s fuerzas represivas. En las guerrillas rurales, cuando ya se cuenta con algunas centenas de guerrilleros, se puede aspirar 2 mantener una base de guerrilla, no ri- gurosamente aferrados al terreno, sino moviéndose libremente en la linea interior de un macizo montafioso y boscoso, que es lo més apropiado para la creacién de una base guerrillera. En las guerrillas urpanes, cada gue- villero tiene que contar con cuatro o cinco domicilios, a fin de mudase répidamente de unos en otros, sobre todo, en la primera fase de la guerra revolucionaria que es la mas dificil para la seguridad, la sobrevivencia y el combate. Una vez calentada une ciudad, cuando los barrios obreros y otros son poblacién favorable, le guerrille debe estar dentro de ellos, ya que seré dificilmente aprehensibie por el ejército enemigo y la policia represiva. En consecuencia, para producir poblacién favorable, para le~ vantar barrics enteros contra un régimen odiado, tirdnico, hay que hacer cosas que conduzcan a ganar més y ms peblacién: finico medio de triunfar en Ja guerra revolucionaria, tanto en le ciudad como en el campo. VIII. - LA SUPERIORIDAD DEL NUMERO - En la guerra, no basta, para merecer la victoria, tener la superiori- dad absolute del némero de combatientes, sino més bien, estretégicamente, hay que lograr la supericridad numérica en cierto lugar y en determinado momento; aunque sea por un tiempo muy limitado, sobre todo, tratandose de un ejércite guerrillero, enfrentado con un poderoso ejército regular, que tenga una superioridad absoluta en todo un pafs; pero no en un lugar dado, donde le guerrilla ataque con superioridad de ndmero y fuego, sorpresiva- mente. Pere Clausewitz, "la supericridad numérica sélo es uno de los factor- es que producen la victoria y que, por lo tanto, lejos de haber conseguide todo o tan siquiera lo principal mediante la superioridad numérica, tal vez hayamos obtenido muy poco con ella, de acuerdo con la forma en que suelen variar las circunstancias pertinentes" (1), Asi, por ejemplo, Fe- derico II de Prusia, venci6, en la batalla de Leuthen, a 80,000 austriacos con 30,000 prusianos; en la batalla de Rosbach, derroté a 50,000 aliados con 25,000 soldadoe propios; Napoleén gand la batalla de Dresde con 120,000 franceses contra 220,000 enemigos; en la Antiguedad, Ciro vencié a Creso y sus aliados con inferiopidad grande de nfmero; a su vez, Alejandro el Gran- as, vencié 2 los descendientes de Ciro con manifiesta inferioridad de tro- pas; Anfbel vencié con menos tropa que los romanos, pero con mejor téctica neniobrera, en la famosa batalla de Cannas; en la guerra revolucionaria mo- derna, los guarrilleros de Fidel Castro, de Viet-Nam del Sur y de Argelia, teiunfan sobre poderosos ejércitos regulares, con inferioridad de némero, (1) Clausewitz, K. von, DE LA GUERRA, cap. VIII, Parte Primera. a pero con superioridad de @1 en el lugar elegido para 1a ofensiva de la gue rrilla, Un ejército de liberacién, de formaciones regulares livianas, cu- biertas por guerrillas propias en la espalda del enemizo, debe basar su doctrina estratégica en conseguir una superioridad relativa de niimero y de fuego, en un punto dado, ya que tiene manifiesta inferioridad absoluta en todo e1 frente de guerra. En términos estratégicos, una fuerze guerrille- va debe procurar concentrar r4pidamente, sigilosa y babilmente, une fuer~ za grande donde ¢1 enemigo sea pequefio; hay que conseguir una superioridad velativa, en tiempo y espacio, para desencadenar un ataque decisive, rapi- do, demoledor, instantaéneo, sorpresivo. En el arte de 1a guerra, la suerte del combate depende de combinar, objetiva y subjetivamente, los principios taécticos y estratégicos a fin de que el conductor m4s brillante merezca la victoria, atin a pesar de sen 1 menos fuerte, en potencia de fuego y de némero, en forma absoluta, pe- Po no relativamente en el lugar mismo del encuentro entre dos fuerzas con- batientes. La correlacién de fuerzas en presencia, en el punto mismo de la ba- talla, es un factor decisivo: pues si lejos de 61 hay muchas tropas, que no intervienen, es tanto como si no existieran estratégicamente. Para una tropa de guerrilla, emplear todas las fuerzas es muy importante ya que, de lo contrario, si la guerrilla es escasa y no tiene las fuerzas reunidas, se presta 2 ser batida por separado. £n este orden de ideas, en campo o en ciudad, la guerrilla debe vivir separada (para tener més adaptabilidad al terreno, para abastecerse mejcr, para lograr una clan- destinidad coherente): pero a condicién de que en el momento decisivo, to~ da la guerrilla pueda cooperar combativemente en el mismo lugar o en si- tios diferentes (sobre todo, en las ciudades, para dispersar mucho al ene- migo, a fin de ser ms fuerte que é1 en un punto dado y no en todos). La fuerza bruta militar, el némero de soldados, si bien es un factor de los mas decisivos en e1 combate, no da una resultante estratégica ni para el fuego ni la maniobra, cuando se trata de tropas constituidas por elementos humanos desiguales, con baja disciplina, mala preparacién poli- tiea, poca moral, exigua combatividad téctica y lenta movilidad. fn tro- pas guerrilleras, la victoria depends de ser superior al enemigo, no en ndmero, sino en moral, politice, disciplina, espiritu de sacrificio, velo- cidad de marcha y buen comportamiento con las poblaciones; en saber su- frir el hembre, la sed, el barro, la lluvia, la fatiga, el insomnio, ete Todos estos Factores subjetivos deben ser el arma secreta del guerrillero contra el militar reaccionario, que tiene a su favor los factores objeti- vos (superioridad de nimero y de fuego). En las guerras revolucionarias, la moral decide m&s el triunfo que ¢1 material de guerra: siempre gana, finalmente, el bando que dura més, que resiste més, que tiene mis moral de lucha. En las guerras imperialistas y nacionales, deciden siempre 1a victo- ria los elementos primarios: (el fuego y el némero), es decir, la masa humana y la economia de guerra, 1a estrategia logistica; pero en las gue- ras revolucionerias, lo decisivo, finalmente, es la moral, 1a politica la poblacién favorable, la capacidad de resistencia al infinito, frente a una gran potencia, como Viet-Nam ante el poderfo hruto, logistico, del Pentaégono: incepaz de ganar la guerra por medio de la electrénica, la ma- rina, la aviacién, los blindados, la infanterfa regular, las masas de ar- tilleria, las bandades ‘de helicépteros etc., etc. Fl comandante en jefe de un ejército represivo, aue haga sus c&lculos estratégicos, solamente teniendo en cuenta factores cuantitativos de fuege y namero, se expone 2 la derrota, ya que el rendimiento de sus tropas en una guerta revolucionaria, no seré elevado, si los guerrilleros y sus uni- dedes regulares volantes, se combinan pera dispersar al adversario, en tiempo y espacio, tanto en montefias como en pueblos y ciudades, en une gue- rra totel, sin lineas fijas ni continuas, sino siempre con guerra en super- Ficie. La superioridad numérica de un ejército sobre otro es aplastante cuan- do es fluida, pero no da la victorie cuando un ejército grande no puede mo- verge ante operaciones de un ejército pequefio, que lo va desgastando, poco 2 poco, haciendo la "estrategia de la alcachofa". Fn Salamina, la flota persa, superior en ndmero a la helénicz, fue derrotada, en 480 (a. J.C.), porque se metié en un lugar donde no podiz maniobrar, mientras las naves helénicas empleaban alli toda su potencie de combate con libertad de movi- nientos. El arte estratégico de un comandante reside, en el curso de una cam- pefla o en el momento de un combate o de una batalla, en procurar la su- perioridad de niimero y de fuego relativa, aunque se fuere muy inferior ab- solutamente en todo el frente de lucha. Al respecto, he aqui unos concep- tos del general von Bernhardi: "..,infligir al adversario tales pérdidas Frsta que su superioridad numérica devenga nula o inutilizable", conduce 12 conclusién siguiente; "Un general es capaz de compensar la superiori dzd del adverssrio, a condicién de que la correlacién numérica de fuerzas en presencia le deje, de una manera o de otra, la facultad de infligir pérdidas bastante Fuertes como para destruir a su adversario" (1). Para que le correlacién de fuerzas en presencia sea favorable a un ejército guerrillero, hay que batir a las fracciones ael ejército enemigo en forma separada; hay que separer sus fuerzas en el espacio por medio de 1s guerra de guerrillas en superficie o como en manchas de piel de leopar- do; hay que infiltrarse por los intersticios de esas manchas con guerri- lles en reteguardia enemiga; hay que tener poca profundidad de tropa en linea fija y mucha densidad de fuerza en el lugar elegido para 21 combate, pero sin quedarse mucho tiempo en 61, luego de terminad2 la operacién; hay qu: empefiar todos los combatientes revolucionarios simulténeamente en el nismo lugar y tiempo, o en espacios distintos y en el mismo tiempo, para chtener un gran rendimiento estretégico: pues el empleo sucesivo o fra- ecionario de una fuerza chica (guerrilla) la hace m&s pequefi2 al ser dosi- ficada en tiempo y aspacio: hay aue ajustar la cantidad de fuerzas al es- pzcio de una operacién militar, de tal suerte que sea posible un combate circular contra el enemigo, 1o cual da una victoria total; hay que mover uns guerrilla por lineas interiores, para que, en montafia o en ciudad, elle no sea demasiado pesada (pare no perder movilidad estratégica), ni den2siado chice (para no carecer de superioridad t&ctica, de fuego y de ndmsro), 2 fin de tener siempre libert2d de movimientos e iniciativa en les operaciones: hay que ser una guerrilla suficientemente mévil y manio- brera, pare poder trasladar el frente a la retaguardia enemig2, pasando por todo terreno: diluyéndose entre la poblacién favorable, teniendo, en (1) Bernhardi, von. LA GUERRE D'AUJOURD'HUT. Cap. II (La Force et le Nombre). 29 ella, a guerrillercs de retaguardia combinados con la guerrilla de vanguar- dig; hay que durar en el espacio urbano o montefoso, para ganar tiempo y Poblacion favorable, cuando el adversario tienda un cerco con gran superio- ridad de némero y fuego; hay que estar informado siempre del punto débil del enemigo, para caer sobre 61 y lograr una y otra victoria pequefia pero, que al sumarse, una a una, dard le victoria final; hay que romper los cer cos contra la guerrilla pasando entre dos columnas enemigas muy separadas (o enfrentando a una de ellas con mucha superioridad de fuego y nimero, en un combate nocturno); hay que tener siempre una clara nocién de la canti- dad y la calidad de las tropas propizs y de las enemigas, para no entrar ms que en combates con el 80 21 90% de posibilidades de triunfo; hey que conservar en montafia la mayor extensién posible en un acantonamiento gue- rrillero, pera no ser sonprendido y copado por el enemigo, pues le exten- sién permite la dispersién, tanto en ciudad como en campo, para dar flui- dez a la guerrilla, a condicién de que siempre refna sus fuerzas para combatir juntas; hay que emplear todas las fuerzas disponibles con vista al logro de un plan estratégico, para que todas ellas cooperen, en todo momento, 2 12 realizacién de ese fin, sin pasividad e inmovilidad Las guerras revolucionarias deban movilizar a toda le poblacién en armas, para neutralizar con mfltiples guerrillas 1a superioridad nimerica de los soldados enemigos. Durante la Revolucién Francesa de 1789-93, el ejército regular revolucionario era chico, pero fue apoyado por 2.551.000 guardias nacicnales, que cual vasta guerrille voluntaria, era irresistible con su superiopidad de nimero, en el campo de batalla, como en Valmy y Yemampes. Durante la Antiguedad y la Edad Media, el pueblo no combatia, pues estaba constituido por proletarios, esclavos, y siervos, oprimidos por "sefiores de l2 guerra". Asi las cosas, en el Mundo Antiguo, de cada 1.000.000 de habitantes combatfan muy escasas tropas (de 14.000 2 45.000 hombres; en 12 Grecia del siglo V y IV 2. J.C.); entre los siglos XII 21 XV, (a. J.C.), en la Alte Edad Media, la cantidad de tropa por millén de habitantes, con una economia de escasez no rebasaba los 2.000 2 los 10.000 hombres); en la época del capitalismo desarrollado, se ha producido la guerra Como un negocio econémico de las empresas enquistadas en los presu- puestos de guerra. Alemania llegé a movilizer durante la segunda guerra mundial de 1939/45 hasta e2 21% de su poblacién, es decir, 17 millones de eohbatientas y esimilados de sus 80 millones de habitantes; la URSS puso en armas 22 millones de soldados (12.8% de su poblacién de 172 millones de habitantes); EE.UU. movilizé 14 millones de soldados (10% de su poblacién) Se ha demostrado histéricamente que 2 partir de una movilizacién de m&s del 20% de la noblacién de un pais, la guerra si es larga se pierde econémica- mente, por un deterioro econémico; por f2lta de alimentos, materias primas produceién industrial, hambre en la retaguardia, desmoralizecién, es decir, por una derrots logistica. Alemania consiguié movilizar haste el 22% de su poblacién s6lo porque disponSa de cerca de 10 millones de mano de obre es- clava de Furopa, que sustituie 2 sus operarios en las f&bricas y en la agpicultui La guerra civil de Espafia (1936/1999), 1a perdié e1 puchlo mas por una derrota econémica que por una derrota militar; terminé le contienda-por hambres pues, en marzo de 1939, si hubiera hebido recursos todavia queda~ ban, en manos del pueblo -en los frentes centro y sur-, ms de medio nillén de bayonetas; en cambio, 21 18 de julio de 1936 sin ninguna hayoneta, con 30! mucha moral y excelente politica, el pueblo asalt6 los cuarteles: nané mo~ faimente 1a primera betalla revolucionaria. De ahi que en las guerras re- Yolucionarias no sélo ganan las armas y el nGmero de soldados, sino més bien la moral, la politica, la unién popular, le resistencia mas férrea._ En el Viet-Nam, por ejemplo, los norteamericanos pueden permitirse el lujo Ge gastar uSs 25-000 millones, todos los afios, pues ello no es mucho eco- némicamente para un pais con 850.000 millones de renta nacional bruta. En cambio, el gobierno norteamericano teme perder noralmente le guerra de t-Nam en su retaguardi2, frente a la "rebelién negra", las protestas estudiantiles, los "hippies" y 21 estado de opinién desfavorable a 1a gue- rra viet-namita, que est& desgastando la moral burguesa en 12 retaguardia norteamericane. Una guerra revolucionaria 2 la escala continental, entre Latinoaméri- ca y Norteamerica, tendria sus mejores generales, en el General Espacio y el General Tiempo, en la guerra prolongada, para obtener asi los mejores éxitos de desmoralizacién en la reteguardia norteamericana. La superioridad de némero del ejército pentagénico es estratégicamen- te my relative. Durante la segunda guerra mundial, de &.300.000 comba- tientes norteamericanos de las fuerzas operacionales concretes, 600-000 estaban disponibles permanentemente (en formaciones militares o en curso de ser transportadas), de los 7.700.000 combatientes restantes los 2/3 (5.130.000 soldados) pertenecian a servicios; es decir, que muy pocos sol- dados eran realmente combatientes de linea, en las fuerzas norteamericanas Wo hay, pues, que temer al ejército norteamericano: excesivamente bu- rocratizado. muy burgués, caro en finanzas (unos u$s 300 millones por di- visién pentasénica), lo cual es un negocio para la industria pesada, pare- sitaria del presupuesto de la defensa nacional. La infanteria norteameri- cana brilla por ausencia en los frentes de choque y asalto, cuando no ti ne tropas cipayas que emplear, ya que la mayor parte de sus soldados per- tenecen a tropas auxiliares, servicios, burocracia de Estado “Mayor, tropas paranilitares, etc., etc. A la hora actual, de una divisién pentagénica de 18,000 hombres no habfa de ells combetientes de linea m&s de dos bata- llones. Consecuentemente, para vencer 2 la "gran potencia norteamericana” que tiene los pies de barro, hay que batirla desmoralizandola con 1a gue- pra prolongada, guerra en un vasto espacio, donde no haya salid2 hacia 1a vietoria para las divisiones pentagénicas, sino a una paz impuesta por los revolucionarios: aceptada por los imperialistas yanquis, debido a su ago: tamiento moral y politico de su retaguardia, més que en su vanguardia. La estrategia de las guerras de material, de grandes unidades penta- génicas, no tiene ya la posibilidad de hscer la historia en las condicio- nes queridas por los generales del Pent&zono, los diplom&ticos del Depar- tamento de Fstado y los "big business" de “all street. Ahor2, como siem- pre, la historia la hacen los hombre libres, los pueblos heroicos, las clases oprimidas reheladas contra las clases opresoras y los imperios de turno, que van desapareciendo en la dialéctica implacable de le historia de la humanidad. Unos poces hombres, unidos en pensamiento y accién, con un prograne de liberacién claro y atrayente para las masas oprimidas, pueden, por me- dio de 1a 2ccién directa, derrocar a las clases opresoras de cada pais y batir ademas 2 las fuerzas imperialistas que vengan de fuere 2 defender- las. América Latina tiene el espacio, la poblacién, las ciudedes, las = montafias, los campos, les razones, las pasiones, el hombre y el terreno, les condiciones estratégicas y técticas apropiadas para vencer @ los ejér- citos de las oligarquias nativas y a las divisiones pentagénicas que ven- gan a ayudarlos, si campesinos, obreros, estudiantes, intelectuales y clases medizs proletarizadas, hacen un frente unido de liberacién: por la unidad latinoamericana contra el imperialismo, la reforma agraria contra las oligarquias terratenientes y la defensa de la libertad y el derecho contra las dictaduras militaristas. Las divisiones ecorazadas, la aviacién de bombardeo, los "marines" del Pent&gono, las tropas de choque de infanteria, las fuerzas represivas de paracaidistes, las cargas de las policfas, la artilleria, la taballe- pia, nada pueden contra un pueblo oprimido y explotado, cuy2 liberacién politica, social y econémica no puede ser m4s aplazada en el curso de la historia. Arquimedes, teniendo conciencia cientifica de las leves de la mecSnica, decia: "dadme una palancs y levantaré el mundo". En la guerra revolucionaria una diminuta guerrilla, que actée en funcién de los deseos politicos de todo un pueblo, pero circunstancias hist6ricas apropiadas, puede derrotar a los mas grandes ejércitos nacionales e imperialistas, aunque ambos. por la fuerza del niimero y del fuego, luchen contra ella en el mismo frente. Se podria decir estratégicamente: dadme una dicta- dura, un régimen bastante odioso para tcdo el pueblo, y con una buena politica de liberacién y una pequefia guerrilla, lo venceré en el curso del tiempo, hasta gue se trastoquen dialécticamente las fuerzes en pre sencia; hasta que lo pequefio (1a guerrilla) se convierta en grande y lo grande (el ejército represivo), se transforme en una fuerza dispersa y desmoralizada. Con un centenar de guerrilleros, actuando en funcién del partido del descontento, de le democracia, de la lucha por la libertad, de los deseos de todo un pueblo, como en el caso de Brasil, con el gobierno de Costa y Silva (odiado por 1a burguesia, los obreros, los campesinos, los intelactuales, los estudiantes y hasta por la Iglesia), si una gue- rrilla no triunfa militarmente sobre ese ejército dictatorial, es por- que no tiene ure politica nacional clara, auténtica y realiste, sin hipotecas dogméticas de ninguna clase, para presentarse asi como el brazo armado del pueblo, como le esperanza nacional, como la luz de la libertad en medio de las tiniebles de la dictadura ominosa y vergonzosa. ba fuerza bruta del nfimero de soldados y la capacidad de fuego de las armas, no deciden la victoria en las guerras revolucionarias; no vence quien tiene mds cafiones, sino quien defiende las razones del pue- blo contra sus opresores y explotedores; dadme, pues, un pufiado de hon- bres armados con fe, la justicie, 1a liberted y la esperanz2 de todo un pueblo y venceré a los mas grandes 2jércitos de la tierra; dadme una mi- noria activa, inteligente, audaz, flexible y armada, donde haya que de- fender la libertad y la justicia atropellsda por los pretorianos: la victoria ser§ de la minorfa que con sus hechos movilice en su ‘ayuda a la gran mayorfa de las masas oprimidas. IX. - LA SUPERTORIDAD DEL FUEGO - Para unz guerrilla revolucionaria lo fundamental es ser siempre més fuerte que el enemigo: primero en lo particular, en un punto dado y luego, en lo general, en todo el teatro de la guerra, cuando todo un 32 pueblo sea levantado en armas por el ejemplo, 1a prédica, le politica y el prestigio del ejército revolucionario. La guerra es un ejemplo dialéctico de una contradiccién en presen- » pepresentada por dos bandos contrarios que interdependen el uno 51 otro, que se buscan, se combaten, eluden y van hacia un desenlace victorioso s6lo para uno de los contendientes "La guerra es el choaue de fuerzas opuestas entre si, de donde re- sulte, en consecuencia que la m&s fuerte no sélo destruye 4 la otra, sino que la arrastra en su movimiento. Fundementalmente, esto no ad- ite la accién sucesiva de fuerzas, sino que hace aparecer como ley principal de la guerra, la de 1a aplicacién simulténea de todas las fuerzas destinad2s a intervenir en el choque.” (1) Para evitar que un poderoso ejército se concentre contra una pe~ oueha guerrilla, hay que dar a ésta mucha movilidad sin fijerle al terreno, donde el adversario podria cercarla y aniquilarla, teniendo ahi todas sus fuerzas reunidas, toda su potencia de némero y de fuego Un ejército revolucionario debe stacer y actuar por todas partes, no dsjando ninguna zona de un pais en estado de pasivided, a fin de que el enemigo potente se disperse, de que sea siempre mas débil que los olucionarios en el lugar que &stos elijan para pasar al ataque. & guerre en superficie es una guerra politica sin, poblacién neutral posible, sino todo el pueblo en estado de insurreccién, bajo distintas formas de guerra revolucionaria: (huelgas, manifestaciones, protestas estudiantiles, golpes de mano, ataques a las comunicaciones enemigas, cperaciones guerrilleras en retaguardia enemiga, combates del ejército de liberacién en zonas liberadas, etc., etc.) Para triunfar en el lugar elegido para el combate, hay que actuar decididamente, con mayor potencia de fuego y de némero que el enemigo, actuando sorpresivamente, a fin de tener 2 Favor, por lo menos, el 80% del éxito militar, cuando ee trate de un ejército revolucionario de liberacién, en operaciones con grupos guerrilleros. En determinadas condiciones, 250 guerrilleros pueden tener més potencia de fuego que 500 soldados regulares si éstos son atacados, sorpresivamente, en un desfiladero o en una larga columna sobre selva y montafia, de tal suerte que se les pueda cortar la cabeza o la cola de su columna, sin que puedan defenderse y atacar, a la vez, lcs 50%. a causa de ir en fila india, muy alejados los unos de los otros. Por otra parte, el ejército regular suele tener divididas sus armas espe~ eializadas: artillerfa, caballerie, blindados, aviaci6n, etc. Un des- tacamento enemigo, introducido en zona de montafia, sin apoyo de sus blindados y artillerSe, puede ser destrufdo por dos o tres destaca- 0 guerrilleros si'a su potencia triple de nGmero afladen une su- eriopidad de fuego: morteros livianos del 61 y 81, bazookas, cafiones livianos sin retroceso, armas autométicas, bombas de mano (m&s efecti- ves 2 corts distancia que norteros, bazookas y cafiones sin retroceso). Unos grupos pesades guerrilleros y una infanteria dotada de bombas de no, que actden por sorpresa, pueden univ la artilleria y la infan- 2, marchendo por todo terreno como infanteria, cosa que no pueden cr los ejércitos regulares burgueses, incapaces de matcher por to- (1) Clausewitz, Xarl von, DE LA GUERRA, libr. III. Cap. XII. 33 do terreno, sin dejar sus armas pesadas en la retaguerdia, cuando hacen marchas por zonas de montafia muy boscosa. La poderosa superiorided de fuego de los norteamericanos en Viet- Nam es nuetralizada por los guerrilleros utilizando eficazmente el te- rreno, minando caminos y aldeas, cavando tGneles por todas partes para eludir el napalm y el bombardeo eéreo, inéluso los campesinos hacen re- fugios perz sus Mifelos. Un pueblo que se pong2 en marche, que haga 1a guerre de los topos, que sude cavando, no sangraré ni morir4, ser4 siem- Pre un pueblo victorioso y heroico. Frente el poder de las f4hricas imperialistas, hay un sélo remedio contra el fuego: cavar, utilizar el terreno, no fijerse al espacio, extender 1a guerra por todes partes, pa- ra ganarla, no por las armas, sino por le duracién misma del conflicto, desmoralizando 21 enemigo invasor que, llegado un momento, no tiene més reservas politicas para continuar la guerra no querida por su pueblo. Para triunfar en el punto decisivo, elegido para el combate de cer~ co y aniquilamiento, un ejército revolucionario, en el momento del. asal~ to, a pocos metros del enemigo, haciendo una emboscada de ruta, hosque, ete,, no debe ceupar demasiado espacio ni muy poco, a fin de que todos les combatientes puedan utilizar su potencia de choque y de fuego con= tra el adversario. Unicamante asi la guerrilla crece a expenses de las armas y les pertrechos tomados 21 enemigo en el combate, para partici- par de su produccién de guerra, ye que le guerrilla no tiene fabricas ni talleres pero con una estrategia brillante debe vivir y prosperar con la logistica del adversaric, un ejército revolucionario bien diri- gido. La guerrilla, én el asalto, tiene que emplear nds potencia de fue- go que el enenigo, combinzndo para allo, bombas de mano, artillerfa 1i- viana de infenterfe (morteros 61, 81, bazookas, cafiones sin retroceso, etc.), para abrirse paso frente a unz infanterfia, desprovists de arma- mento pesado o semipesado, eislad2 del grueso de su ejército. El guerrillero debe atecar violentemente, con un poder enorme de fuego y de nfmero, a fin de que el combate sea muy breve; pues no se han de gastar municionss en exceso, ya que le guerrille se quedaria asi desarmada, hey siempre que recoger mis material y municicnes del enemi- go, por cercos aniquilemientos, que lo gastado contra 61 pare lograr esos objetivos, tanto en guerra de montafia como de ciudad. Lograr le potencia m4xima de fuego es uno de los fectores més de- cisivos del triunfo en los ‘combates: pues el poder de fuego Fije al enemigo al terreno, lo desmoralize y aniquila, permitiendo, 2 su vez maniobrar sobre el terreno, misntres el adversario queda peralizado: El‘guerrillero, para triunfar, en ciudad, montafia y campo, debe procu- rarse Siempre, 12 potencia m&xine de nfimero y de fuego, para vivir ast de la intendencie del enemigo, copéndolo en todos los combates, ganan- do municiones y armamentos. El arma ideal autom&ticd del guerrillero deberfa ser una metralle- ta del22 con gran potencia de fuego, con alcance y eficiencia, ofensi- va y, defensiva, para llevar muche municién; pero el guerrillero no de~ be tener preferencias sobre las armas; tiene que llevar los calibres y jas armas del enemigo, para abastecerse de €1, para hacer la guerra con 3k cargo a los presupuestos y almacenes dei adversario. X. = PRINCIPIO DE LAS ARMAS COMBINADAS - Hay cuetro grandes periodos histSricos del armamento, de.las técni- ces de la guerra, que modifican las técticas militares mas que las es- trategias. Puede cambiar, téenicamente, Ja forma de hacer le guerra; pero no, estratégicamente, pues ella es otra forme de la politica; su {ntensided y encarnizamiento esta en razén directa de la gravedad de los conflictos politicos entre las naciones, bloques de naciones y clases sociales antagénicas. De los cuatro grandes periodos del armamento en el curso de la his- toriz podemos cnunciar los siguientes: 1) el hacha de silex, le pica, la espada, ¢l erco y la flecha, le balista y 1a catapulta, el aric“o en que las armas se propulsan con fuerza muscular humana; 2) las armas de fuego, empleadas en el siglo XVI de nuestra era, el cafién, y luego los mosauetes, cuya cadencia de tiro y alcance fue muy limitado, hasta finales del siglo XVIII; 3) el cafén, el fus{l y la ametralladora, con eafio rayadc y carga por la culate, de gren potencia de fuego, que se deserrolilaron desde finales del siglo XIX al siglo XX, en las dos Glti- nae guerras mundiales; 4) las armas atémicas, quimicas y bacteriolégi- ces, que pudiera ser empleadas o no en una tercera guerra mundial. Hasta el empleo de la artilleria con proyectil estallante y no s6- lo perforante, las armas han sido para batir un punto coincidente con su trayectcria; después, con el proyectil estallante, las armas no be~ ten un punto sino una superficie; las armas aténicas son tridimensiona- les: destruyen e infectan con sus radiaciones, kilémetros cGhicos y no metros cuadrados; los proyectiles intercontinentales son cuadrimensio- nales: llevan las armas de destruccién en masa, de un punto a otro en le Tierra, 2 velocidades césmicas, es decir, reducen objetivamente el espacio estratézico. Con armas unidimensionales (fusil, ametralladora, espada, pica, etc.) sdlo se bate un punto: tienen poca potencia para destruir um for- tificacién, 2saltar un reductc, parar un camién en movimiento, etc. Asi, pues, une guerrilla rurel o urbana que sdlo cuente con armas wni- @imensionales, le costaré mucho vencer, parcial o totalmente, a un ejér- cite poderoso, equipado con muchos blindados, artilleria, aviacién, es decir, con ermas bidimensionales. Por tanto, una guerrilla debe equi- perse con armas livianas unidimensionales (fusiles ametralladores, me- tralletas, rifles, etc.); pero debe afiadir una cantidad apropiade de armas bidimensionales (bombas de mano, bombas incendiarjas antitanques, morteros del 61 y 81, bazookas, caflones sin retroceso), que pueden ser transportedas 2 hombro, por todo terreno o en pequefios automéviles (en guerre url Une de los principios b&sicos sobre armamento es: que jam4s nin- guna arma g2n2 el combate, en lo particular sino todas ellas, solidaria y zyménicemente, en lo general. Otro de los principios del armamento psside en el hecho de que todas las armas estén en funcién del terreno. En montah2 muy elevada y boscosa, las armas pesadas son inservi- blest no pueden pasar por empinadas cuestas ni por el laberinto de la selva virgen. Consecuentemente, una guerrilla, dotada de armas livianas, lineales y bidimensionales, podré vencer a un ejército regular, en selva y_montafia elevada, cuando éste no pueda utilizar su caballeria blindada (tanques); su caballerfa ares (helicépteros de dificil aterrizaje en bosque tupido, si som hostigados con armas antiaéreas eficientes); arti- jleria (pesede y semipesada); aviacién de combate (si el guerrillero uti- liza bien el terreno, para eseapar 21 bombardeo aéreo). Por altas mon- tetas Selvaticas no puede pasar, en una sola columna, més de une compa- fiia enemiga. debido 2 que hay que hacer picadas, a que la fila india de marche es muy larga, pudiendo ser atacada, su cabeza o cola, por los gue- rrilleros. Estos podrén triunfar en la linea interior (une base de gue- vrilla semi-liberada), si concentran cuatro o cinco compafifas o columnas contra una del enemigo, que esté muy separeda de las otras. Al eliminar el armamento pesado y las grandes unidades, en funcién del terreno escarpado de alta sierra boscosa, el guerrillero tiene dos leyes estratégicas 2 su favor: 2) armas pesadas del enemigo anuladas (artillerfa, blindados, etc.); b) grandes unidades militares superiores a compafiia (bataliones, brigadas divisiones y cuerpos de ejército), que son inoperacionales contra una guerrilla de montafia, que se mueve 4gil y constantemente, en su linea interior, sin mantener frente fijo. En guerrilla urbana, el rendimiento estratégico es mayor: los he~ licépteros, los aviones técticos de despegue vertical, la aviacién de bombardeo, que actualmente son las armas antiguerrilleros por excelen- cia en Viet-Nam, y lo seran en el futuro, no pueden ser empleadas con- tra una gren ciudad, (donde 12 guerrilla domina la calle, 1a poblacién); pero no la ha liberado, para evitar su bombardes, su cerco estratégico, logistico, econémico, para hacerle entregarse por hambre. En la gue- rrilla urbane, cuando todo un pueblo toma parte en la lucha, sin liberar definitivamente una ciudad, dejando el gobierne simbé1ico al enemigo, pero teniendo el pueblo con la guerrilla, e1 empleo de la artilleria, los blindados, la caballerie, 1a infanterie, es muy peligroso en las calles, ya que todo son &ngulos favorables de ataque para e2 pueblo en armas, que desde calles, ventanas, tejados, puede derrotar a les fuer- zas militares encajonadas en un Jaberinto de calles, en un dédalo, sin salida para un ej@rcito sin apoyo popular. Estratégicamente, lo ideal es combinar lz guerrilla rural, de mon- tafia y urbana, simultaneamente, para llevar al enemigo a una vasta gue- rra en superficie de modo que cuando vaya al campo con todas sus fuer- zas piérda 12 ciudad por un golpe de gracia en su retaguardia. En'co- ordinar la batalla de linea (en vanguardia, en campo y montafia) con la batalla de superficie (en ciudades y campos, en la retaguardia enemiga), reside el secreto de la victoria en le guerra revolucionarie, frente a los més grandes cjércitos nacionales o imperialistas que vinieren en su ayuda. Como la guerra es otra forma de lz politica, pero por métodos violentos, este tipo de éstrategia combinade de campo y ciudad necesita apoyarse en la alianze de las poblaciones urbanas y rurales, en un fren- te unido de Iiberacién contra las dictaduras oligérquicas. La guerrilla, pues, debe combinar sus armas (lineales y bidimensio- nales), en todos los cases. Hay una multitud de.ellas: escopetas con cartuchos de balines (que son a corta distancia un lanza-granadas for- midable); fusiles, metralletas; bombas de mano; boteias. incendiarias 38 (todo e1 pueblo debe saber hacerlas, las més simples, y tirarlas, para que 1a calle hierva contra un poder tirénico e ilegal; bazookas, morte- pos del 61 y 81 (tomados al enemigo); cafiones sin retroceso; ametralla- doras 50 y otras (en guerra de montafia, empleadas como antiaéreas con- tra helicépteros, tomadas de helicépteros derribados); bombas de mano de fabricacién casera o quitadas al enemigo (las pélvoras de fuegos festivos, en doble o triple cantidad que la dinamita, tienen su mismo efecto); como armas blindadas pueden ser empleadas topadoras, maquinas viales de diversos tipos, camiones, jeep y tractores con una proteccién frontal de cemento armado o con techos de acero (barras atadas con ca- ble:de acero, dejando una mirilla, para tirar), como poderosas armas de asalto, frente a una tirania que merezca la pena no aguantar més y arries- garlo todo contra ella, estén los transportes de combustibles liquidos: (detonados con dinamita: haciendo de ruptura del casco de botellas de netano y acetilenc); la civilizacién industrial urbana aporta todas esas armas; estan al alcance del pliehlo; Gnicamente le hace falta una condu- coién revolucionaria, que actie en interés de la gran mayoria oprimida, ewando' haya que derrocar una dictadura sangrienta, odiosa, criminal. Los medios violentos no se justifican contra un régimen de prosperi- dad, democracia y respeto para la persona humana; pues seria criminal hacer terrorismo contra un orden legal en que el pueblo sea el sujeto de la historia: la violencia se justifica, politica e histéricamente, contra la violencia y la injusticia de las dictaduras, o las invasiones imperialistas, tipo Santo Domingo (1965), 0 Checoslovaquia, en 1968. Decimos, en fin, que las armas se combinan y nunca se separan: pa- ra ‘entrar en un cuartel, no basta con la infanteria irregular del pueblo en armas; es necesario adicionar artilleria, blindados (topadoras en funcién de tanques, que rompen las puertas o paredes del cuartel, llevan- do blindaje protector); una vez que los blindades abren el camino, el pueblo pasa; no se debe gastar mucha municién de infanteria, para pelear contra tropas acuarteladas; con el pueblo ya en la calle, como Madrid en 1936, es neceserio emplear la amenaza del fuego, de las superbombas de asalto (tanques inflamables, detonados con acetileno y dinamita, desde varios 4ngulos contra une fortaleza.) En suma, la accién insurreccional del pueblo, cuando lucha por sus libertades holladas, cuando no puede ni debe sufrir més el despotismo, entonces, s61o entonces, todos lcs medios son buenos para lograr el Poder; para abatir la tirania o un militariemo al servicio del imperialismo y de las oligarquias. £1 poder del pueblo es nulo si est4 disperso: las armas se las combina con los hombres y los objetivos por medio de un Estado Mayor de 1a Revolucién, sin lo cual siempre vence la tirania sobre la democracia XI. = SERVICIO DE INFORMACION - Un ejército revolucionario debe ser, antes que nada, un partido en armas, estructurado con una clandestinidad coherente tabicado de ramal de combate, sin contactos horizontales de grupo a grupo, sino con coor- dinacién vertical, politica y militar, al escalén departamental, comar- cal, provincial, regional, nacional. bn guerrilla urbana, cada célula de combate no debe relacionarse directamente con otra, sino pasando por un servicio de informacién de zona o de distrito, a fin de que el ejér- cito combata junto, viva separado y no se relacionen los combatientes, de ramal a ramal, sino por intermedio del Estado Mayor Central. Para evitar delaciones peligrosas, hay que ser sumamente discreto en todos los escalones del ojército revolucionario: nadie debe saber mis que lo estrictamente necesario para cumplir su misién, a fin de que si hay detenciones de combatientes, no se produzcan "redadas" de consi- deracién, con abundantes pérdidas de material logistico. La guerrilla revolucionaria debe estar organizeda en cfroulos: a) el Estado Mayor Central (EMC), 2 cuya cima sélo pueden llegar el Nando Politico (Frente de liberacién y Junta de Liberacién), los co- mandantes de grandes zonas urbanas y de vegiones; b) en el segundo circulo, est4n los Comandantes de iamal regional o de zona de ciudad, que conocen a miembros del EMC pero los subordinados de ellos no tienen contacto directo con dicho organismo superior; c) en el tercer circulo forman las milicias locales y comarcales; pero cuyos comandantes no conocen m&s que al eirculo 2, pero no al circulo 1; 4) los comandantes locales y.departamentales o comarcales no se conocen, entre si, sino por intermedio del circulo 2, es decir, escalén provincial o regional. Eatre todos estos circulos debe funcionar el Servicio de Informacién en Retaguardia Enemiga (SIRE), que estar4 conectado con el Servicio de Informacién Avanzada (SIA) del ejéreito popular de liberacién. Por ejemplo, si este ejército ha liberado una zona de montafia, sin mantener aferradamente el espacio, sino moviéndose, t4ctica y estratégicamente, dentro de 1, el SIA informa de lo que ve, desde su zona de frente, de su.posicién avanzada, como el Servicio de Informacién de un ejército regular en operaciones. Pero un ejército revolucionario debe ser vic- torioso, sobre todo, por tener detras de su adversario les ojos y los oidos.del pueblo, como servicio de informacién militar y de espionaje, para saber, en cada momento y hora, las intenciones, los movimientos, las cantidades de tropa y los armamentos del enemigo, a fin de serle siempre, er tiempo y espacio, superior en fuego y en ndmero, atacéndolo sorpresivamente. El trabajo informativo, en retaguardia enemiga, esta- ra a cargo del SIRE: extendido por todas partes a través de 1a organiza- cién politica (Frente de Liberacién) y de Jos’ érganos de poder paralelo (Juntas: locales, provinedales, regionales y nacional de liberacién), gq’ ejercen el poder politico clandestinamente, para dejar al gobierno enemigo en el Yacfo, desconectado del pueblo. Si el SIRE indica, con suficiente tiempo, un cerco enemigo sobre una base de guerrilla, se abandona el terreno, de tal suerte que el ad- versario dé un golpe en cl vacio; si el SIRE indicara que muy poca tro- pa represiva anti-guerrillero va por tal o cual sitio, hacia tal paraje y con tales intenciones, se prepara una emboscada con cuatro a cinco ve- ces m4s nimero y potencia de fuego que ella, cerc4ndola y aniquiléndola para cnecer militarmente a expensas del botin: principal fuente de abas- tecimiento logistico para el ejército guerrillero. E1.SIRE debe estar introducido en todas partes, para obtener infor- macién veraz y fresca, ya que informacién que llega tarde no sirve para nada militarmente. La informacién ha de llegar por dos o tres ramales diferentes: si dos certifican el mismo hecho, la informacién es buena si viene por tres Ton*uctos y a tiempo, 6ptima; si solamente informa un ramal-de enlace, la informacién es verosimil, tratandose de informacién proveniente de la retaguardia enemiga por las redes informativas del SIRE En cada comarca, zona, ciudad :importante, provincia, etc., debe ha- ber una central informativa (selectora y.clasificadora de la informacién) B que la depura y envia-por claves radiotelefénicas, mensajes, etc. hacia 1 EMCde provincia, regién obase.de guerrilla. En el caso de una base de guerr-ala, en montafia, los enlaces (personas que traen la informa- cién) y los que la seleccionan (informantes),.deben estar separados, no conocerse entre si, sino funcionando por medio del comando local o de- partamental, que, a su vez, estara en contacto directo con la base de guerrilla. Separar el enlace, la informacién y los transportes de abas- tecimientos, en ramales separados, incluso dentro de un mismo pueblo, impide que el enemigo descubra los circuitos de ligazén entre el pueblo y la guerrilla, sin los cuales no hay posibilidad de extender la guerra pevolucionaria- E1 SIRE de los pueblos y villas, cercanos a 1a base de la guerrilla, debe operar en contacto con el SIA, sin necesidad de pasar por el Estado Mayor o el Comando Guerrillero de Provincia, ya que la informacién pasan- @o por alli perderfa mucho tiempo, llegando sin valor militar hasta el SIA, es decir, hasta el Comando en Jefe de una Base Guerrillera En guerrilla urbana, el SIA estudia directanente sus objetivos: re- une toda la infornacién necesaria, para que el EMC programe las operacio- nes, sin dar pasos en falso: sabiendo. Objetivamente, antes de actuar como es el terreno, cual es el punto débil, cudntos los defienden, etc., etc. El SIRE, ensfuerrilla urbana, se introduce en todas las institucio- nes, policia, ejército, marina, aviacién, ministerios, partidos politicos, sindicatos, centros deportivos, circulos, clubes, etc., etc., para reco- ger informacién. Por principio se dice, que lo que sabe secretamente un EUC, si tarda muy poco tiempo en pasar de la programacién a la accién, también 30 sabe el enemigo. En una guerra revolucionaria, guerra singu- larmente politica, saber lo que pasa, se comenta, se dice y se hace, pro- duce 1a informacién necesaria para saber todo lo que sucede a favor 0 contra 1a guerrilla. Un ejército de liberacién, que siempre dé confiden- cias verdaderas y a tiempo al SIRE, podr& triunfar sobre sus enemigos, ne tanto por su pericia taéctica y estratégica, como por la colaboracién informativa de la poblacién favorable: sin amigos dentro del pueblo no puede prosperar una guerrilla para convertirse en ejército de liberacién. Si 1a poblacién delata en vez de informar sobre el enemigo, la mejor gue- rrilla téctica ser4 derrotada politicamente Un buen servicio de informacién debe contar con toda clase de cola- boradores: (chicos, jévenes actuando de pastores y campesinos} monjas, curas y otros religiosos; personas insospechables; viejitos; j6venes mu- chachas que se enteran de todo; farmacéuticos, médicos, secretarios de nunicipios} profesionales de todo orden; nercaderes de caminos; cultiva- éores préximas 2 las zonas de guerrilla, que son menos sospechosos" (o que siéndolo no les puede impedir marchar por zonas de peligro); solda- dos, suboficiales y oficiales del enemigo; en las ciudades, los idéneos para llevar partes son los barrenderos, lecheros, repartidores de toda indole, cuando hay mucho rastrillaje por las calles, ya que pueden es- conder un papelito entre las botellas, etc. El ideal de la informacién es enterarse con dos dias de anticipacién de una lista de nombres para ser detenidos, o de una marcha del enemigo hecia tal punto y con tal material y cantidad de tropas, para que el ejér- cito de liberacién abandone su lugar (sin la correlacién de fuerzas le es desfavorable), o para ceder terreno y atraer al enemigo hasta tal lugar, en que todas las fuerzas guerrilleras estar4n reunidas, cercandolo por 39 todas partes, sin que pueda escapar, para abastecerse de su material y equipos. El SIA y el SIRE, permanentemente conectados, son los ojos y los ofdos del ejército de liberacién: si funcionan bien, la guerriila ten- aré ts victorias que derrotas, pudiendo asi pasar 2 la formacién de un gran ejército de liberacién popular. Por prindéipio, el servicio de informacién debe procurar’, con su ga~ binete de falsificaciones,' toda clase de documentacién, pasaportes, etc a los combatientes, para cambiarles los’ nombres cuantas veces. sea nece- sarid, a fin'de escapar ala caza de la policfa. Los sellos del enemi- go estardn todos hechos-en huecograbado: sé levanta ‘siempre un clisé de cada documentaéion, sello y orden tomada al enemigo; se pueden tomar papéles ‘viejos y Sobre ellos copiar los‘ sellos; hay que tener la posi- hilidad de que ed giierrillebo' tenga tres personalidades o cuatro: sacer- dote, profesional respetuoso, militar, hombre de negocios, extranjero, ete. En fin, es vasto el tema del servicio de informacién; pero, en sintesis, diremos que nunca se debe revelar a nadie el lugar de una ope- raciéa, el dia (D), la hora (H), ni donde estén los materiales de guerra Sin buen Servicio de Informacién, en una guerra revolucionaria, sin que e] pueblo sea los ojos yvoidos de 1a guerrilla, en la retaguardia y el frente enemigo, no hay posibilidad de que el guerrillero venza al ‘sol- dado regular: siempre’ con ms potencia de nimero y fuego, que ei ejérci- ‘to pevolucionario. Pero'si la guerrilla esta bier informada, con noti- cias frescas, antes de que pierdan -vigencia, lo chico (la guerrilla) siempre véencer4 a lo grande (‘él ejército reaccionario). .Pues, en las operaciones, sabiendo cudntos son los enemigos, .se los’ podr4 vencer con superioridad de némero y de fuego de los guerfilleros, en un punto dado y porun' tiempo muy limitado. ASHAARRRAAAREARARRA RRA Tonado de Desafio sl ientdzono " LAS GUERE La lucha guerritera es esencialmente una lucha de hostigamiento. Como su obje~ tivo principal es cambiar la correlacién de fuerzas de desfavorables en Se persigue dos objetivos técticos: a) crecer; b) debilitar al enemigo. EI primer ol Fetivoitiene fundamentos de naturaleza politica. 1 sequndo se fundamenta en aspec- tos politicos y;militares: Un principio basico de la estrategia y tacticas guerri (eras es el hostigamiento. £1 hostigamiento desgasta al enemigo, no sdlo porque persiguetel‘aniquilamiento de sus fuerzas vivas sino porque lo desmoraliza y profun- diza las ‘condiciones cbjetivas y subjetivas para la revolucién. Como la revolucién puede tener maltiples objetivos, todo el aparato del régimen se conmueve y convulsio- ha.’ Su fuerza represiva, el aparato Judicial, la prensa venal y todos los instrumen- tos sostenedores y ejecutores del sistema se encuentran en jaque permanente, lo que “nfd2 al gobierno reaccionario ejercer sus funciones libremente. Una especie de doble poder revolucionario coexiste junto al poder del régimen. ELECCION DE MEDIOS TACTICOS PARA DESARROLLAR ESTA ESTRATEGIA La guerrilla urbana se caracteriza por tener précticamente todos los objettves cel enemigo a su alcance para un golpe sorpresivo. Por ejemplo, emboscet y aniquilar contingentes enemigos -ardua maniobra para una guerrilla rural serfa una operacién sencilla y cotidiana.para una guerrilla urbana. Todos los agentes del régimen, empe- -sndo por el presidente y sus ministros, estén expuestos a una emboscada de aniquila~ miehto de-una guerrilla urbana. Sus sistemas de comunicaciones, sus instalaciones estratégicas, todo esta al: alcance de los explosivos de un movimiento urbano que no vacilaran en sacrificar vidas humanas para evar a cabo sus propésitos. -Sin embargo, ia guerrilla urbana no usa Indiscriminadamente y en todo tiempo de estos medios, que su ubicactén en el seno del enemigo le brinda. Su accién esté condicionada,..por sus objetivos estratégicos (militares y politicos) como por ejemplo: no jugar en una accién todas sus fuerzas para no comprometer su continuidad en el tiempo; no "apurar"' accio- nes demasiado cruentas en periodos en que le conciencia del pueblo no esta suficiente- entne solivianteda contra el régimen o indignada por sus crimenes. No hay normas generales -vélidas para todo tiempo- en materia de eleccién de me- dios tacticos. Es igualmente contrapro’icente usar algunos muy drésticos en un perio do de preparacién de \as condiciones revolucionarias, como dejar de utilizarlos en una coyuntura de violencia o en una etapa de definicién de la lucha. Cada guerrilla, pero especialmente 1a urbana, que practicamente combate dentro de la multitud, en Tn- timo contacto con la masa, es una guerra politica. Cualquier equivocacién en el uso de los medios técticos, cualquier accién que no Ieve explicados bien claros sus ob- Jetivos, puede significar un gran retraso en los supremos. objeticos estratégicos. Quiere decir que la eleccién de los medics técticos exige una exacta valoracién de las condiciones sociopoliticas, geogréficas, etc., para que su uti lizacién no se torne contraproducente. Su valldez siempre tiene una relacién de tiempo y lugar. En su medio el MLN ha experimentado diversos medios tacticos, extrayendo algunas conclusfones. 1. EL SABOTAJE Deben distinguirse tres clases de sabotaje: a) los que significan la destruccién de una fuente de trabajo, con perdida de empleo cle un gruno grande de trabajadores 0 que perjudica a un sector importante de la poblacién; b) los que solamente’ perjudican 8 algin capitalista o al Estaco, sin afectar directamente al pucbio; c) los sabotajes a instalaciones militares Desde luego que el segundo y tercer tipo tienen més aceptacién popular que el pri- mero. Pero en general el sabotaje de cualquier tipo no cae tan bien cono otras accio~ nes revolucionarias en la poblacién, en los perfodos en que la guerrilla no ha entrado en su etapa de batalla generalizada, donde se justifica la destruccién del aparato enc- migo por razones tacticas. £n esta etapa sf se ve claro, detras de un corte de Iineas telefénicas 0 eléctricas o Ja voladura de lineas Férreas 0 puentes donde pasan tropas enemigas, los otentadas que ob! igan a dispersarse al enemigo, la produccidn de ciertos artieulos estratégicos, bases militares, etc. £8 decir, cuando Ta lucha adquiere un tono drandtico. Es también el caso de una invasidn extrajera, donde el sabotaje apare- ce como un recurso extremo y legitimo. Desde luego, aun en una coyuntura asi el sabo~ taje debe ser idéneo para el objetivo que se propone, es decir, debe tener la impor~ tancia y la continuidad necesarias para desquiciar el funcionamiento del enemigo. A determinada altura del periods de hostigamiento, todavia puede resultar negativo cor- tar lineas telefénicas, cléctricas, Férreas, etc., pues el Fegimen puede recomponerlas; frente al pueblo estas operaciones pueden aparecer como un torpe boicot sin ningin ob- jetivo estratégico y, en algunos casos el gobierno aparece restableciendo un servicio Piblico que la guerrilla le quité. Resultan acentables para el pueblo los sabotajes que sdlo perjudican al gobierno oa las FFA, 0 algan capitalista, como por ejemplo jos que se hacen sobre edificaciones oficiales, instalaciones militares o policiales, depdsitos de mercadertas ya manufacturadas, etc. Sirven para patentizar ef repudio 2 alguna actitud concreta def damnificado directo y son vélidos mientras los objetivos aparezcan claros. Gone inconvieniente secundario del sabotaje, en general cabe sefia~ lar dos més: que tiende a reforzar la falsa imagen del “terrorista' que el gobierno y su prensa quieren crear respecto a la guerrilla (para contrarrestar este efecto con= Viene que e] sabotaje se haga en forma de aperacién comando, tomando €] objetivo antes de destruirio) y que muchas veces no se puede hacer sin amenazar |as Zonas continguas (eventualmente edificios), lo que crea un sentimienta de tenor por las acciones de le guerrilla dentro de la poblacién en general. Las operaciones de sabotaje en general Geben ser explicadas lo mejor posible 2 través de la propaganda; de al?f surge la ne- cesidad de contar con un aparate adecuado para hacer que resulte suficiente como para Contrarrestar la campaia que haré la prensa del régimen aprovechande tos aspectos no~ gativos de este tipo de acciones. 2. ATAQUE A INTEGRANTES DE LAS FUERZAS REPRESIVAS Coma decfamos, 1a querrilla urbana tiene posibilidades a discrecién para llevar o cobo la més frecuente de las técticas de la guerri!la rural, La emboscada a las fuer zas atmadas enominas. La emboscada, el ataque sorpresive a contingentes armados para aniquilarlos ¢ el copamiento para désarmarlos, son recursos anpliamente utilizables. £1 ataque a las fucrzas represivas del régimen es seguranente lo forma nas directa de Tlevar a cabo el hostigamientc. Golpea en el soporte mismo del régimen, en el aparsto que le sirve de costén. £1 desmoronamiento de las FFAR puede traer como consecuencia su catda automé- thea. Ahora bien, come 1a guerra revolucionaria es una guerra politica, deben anal izarse Sten sus consecuenctas antes de usar esta téctlca, For ejemplo, si hay una furdede Seperanza de que un sector de las FFAA se pase @ la causa patr(dtica, :debe modirse tion si el hostigamiento le ayuda a cunplir este proceso o por el contrario, lo arroje an brazos del enemigo. 1 hostigamiento trasladado al medic urbano, tiene-un enorme Gfecto psicolégico sobre los integrantes de las FFAA: cuando reciben el plomo enemigo én carne propia empiezan a razonar polfticamente y a pensar si realmente vale 1a pene hacerse mater por el régimen. f\ veces hasta Ilegan @ interesarse por e] programa de te querrilia y tegan a verse a sf mismos como meros instrumentos de una politica. En realidad ellos “entraron', es decir, ineresaron en la poticfa o en el ejército por~ gue tenfan necesidad de trabajar en algin lado, creyendo que se trataba de defender 2 la patria o de tuchar contra: la-elincuencia. Cuando se ven en otra situacién sus seacciones' inmeviatas suelen ser varias: reclamo colectivo de mejores salariales, es tatutos especiales, negativa a cumplir determinadas drdenes. Es decir, al pasar de agentes pasivos-a agentes activos de un régimen injusto, empiezan a tomar conciencia ze su papel en las luchas sociales y antonces puede suceder una de estas, dos cosas: 0 cue como dectamos, acepte seguir defendiendo e\ régimen oligérquico (previo reajuste, do la remuneracién y condiciones de trahajo.para hacer este “trabajo' sucio).o que simplemente se niegue a hacerlo y aun se pase a Ja guerrilla, lo que significa el des- cajamiento y hasta ei desmoronamianto de las FFAA. Este efecto favorable puede ser nelogrado por una mala administracién de la t&ctica de la emboscada a las fuerzas. re~ presivas: Otra vez la evaluacion politica que reclmibamos para.el sabotaje: una; en= hoscada: de aniquilamiento en Frio, eh momentos en que no se mos.ha abierto una “cuota de violencia", ni le lucha ha tomado cl dramatismo de una situacién de guerra clyil, suele’ tener efectos contrarios @ los buscados. £1 soldado y el policta se sienten in- justamente agredidos y reaccionan movidos por la indignacién, por el espiritu de cuer- po y no por su adhesién al régimen. €s muy importante ver si el. integrante de las FFAA ya’se hizo a la idea de que esté. participande en.una guerra.civil, o cree since- ramente que estd en una lucha contra asaltantes de bancos o los tradicionates "tira- bombas". Aun en esta etapa en que no se ha logrado tal mentatidad, pero Tas acciones han Tegado al grado de dramatismo de que hablabamos, conviene que el ataque se reali~ ce por la téctica que se he dado en Maar de "eproximact6n indirecta''. - £110 consiste en pasar a atacar los objetivos de! enemigo sin-parar mientes en los policias y solda~ dos que los defienden. Es decir, que el ataque ~en esta etapa- no va dirigido a la versona dé) agente sina al objetivo que é! custédia, con ‘lo que indirectamente se ata~ ca al agente. Aunque los objetivos psicolégicos sobre el soldado y el policta se to- gran igualmente, no es por medio de un ataque nve pueda parecerle InJusto. Una forma dé “aproximacién indfrectal! es el desarme de-agentes.. Mientras esta operacién tenga zaranties de que pueda hacerse sin cuiterle la vita (copamfente con gran superioridad numérica y sorpresa) puede encuadrarse dentro de esta tactica, pero si hay un riesgo en tal sentido, ya resulta impolttica en tanto constituye una agresién despraporctona- 2a para lo reducido del objetivo. Es decir, que la tactica de Yaproximacién Indirec~ tal requiere objetivos importantes y claros, lo mismo que medios concordes con ellos. "Una calle es un desfiladero dentro de una ciudad, Un desfiladero es un ‘paso angosto por el cual sélo puédén moverse soldados que han estrechado sus pri- meras filas y, por lo tanto, que constituyen un buen blanco pata el enemigo. Un desfiladero constituye también un lugar diffcil para que tos soldados pue- den manfobrar, especiatmente si-'los flancos. del desfiladero se encuentran en manos'del enemigo."” = JAMES ‘CONNOLLY, La lucha caliejera 1915. - 3s LACREPRESALIA Para 10s agentes del régimen, 1a expticacién de por qué son golpeados, se torna ror demés clara cuando ese golpe viene como respuesta de un acto Injusto consumado 43 - por ellos, por ejemplo, una tortura, un asesinato, un fallo. jud’ 1 arbitrario, despidos arbitrarios por parte de una patronal o jerarca del Estado, etc. También al pueblo fe resulta mucho-m&s féci1.asimilar la violencia, Fevolucionaria, aun en lag primeras etapas de la guerritla, cuando esa violencia aparece ‘como respuesta ind arbi trariedad del enemigo.. Respecto 2 la policia y al ejército en especial, s6 puede decir que, mejor aunque. la "aproximacién indirecta"' la represai/a permite ejercer sobre ‘ellos la pre- sin de la violencia revolucionaria, descontando una total, justificacién de tales ac~ ciones. Pero adends la represalia cumple otro objetivo estratégico: corta las ufas al régi men. Cyalquier movimiento revolucionario que se considere con resérvas nara afrontar una escalada de violencia (donde leva las de ganar porque golpea-emboscado, mientras €1 enemigo es visible) débe imponer sus propias leyes de querra-a' través de la represa- Tia. Todo. cuanto debe hacer es tener el aparato listo para respendér'on le debida ce- leridad a cada arbitrarieda¢ del enenigo y preparar para esa eventualidad un huen estu- dio. de posibles objetivos. Pero ademas de buscar la erradicacién de 1a tortura. y:el asesinato, una guerrilla urbana puede trazarse un objetivo nas anbicioso,: también a través de las represalias: castigar a la policta, a! ejérclto, a los gobernantes, a la oligarquta, a los representantes del imperfalismo y de regimenes odiosos, por cada pri- sionero que hace, por cada revolucfenario que mate (aunque sea en combate) jetc., y cas- tigar a los jueces por cada procesamiento, a los periodistas por sus ca)umnias, a los testigos y denuncfantes. por sus declaraciénes contra los revolucionar}os, a los renre~ sentantes del gobierno y el capitalismo por,sus medidas, impopuiares.” Es decir, la guerrilla no sélo le corta fas ufas al régimen, sino le corta la garra entera. Esto crea insolubles problemas al aobierno en su tarea de llevar a cabo sus planes antipopulares y su represién, por lo que constituye una manera politica de tlevar a cabo una forma superior de hostigamiento. Finalmente, cabe acotar, que la represalia debe ser medida y adecuada a la accién arbitraria de]. enemigo que se pretenda castigar. Una represalia desproporcionada, es también impol itica. a 4, EL_SECVESTRO_Y LA CARCEL REVOLUCIONARIA Es otro medio téctico que ha usado -en forma [imitada- la guerrilla urbana. Los secuestros de tan estridente notoriedad no constituyen sino una modesta muestra de las Incalculables posibilidades que ofrece la c&rcel revolucionaria, donde pueden ser de~ tenidos por. tiempo indeterminado: personajes del régimen, esbirros de la represién,, re~ presentantes extranjeros, y hombres clave para el régimen en genera). . Con ellos en po- der de la guerrilla se qarantiza la integridad Fisica de Jos revolucionarios prisione~ ros, y. cierta mesura en. los procedimientos de la represién. Se crea en ella una tremen- da dispersién destinada a cuidar a cada uno de sus personajes en sus comicilfos y en Ta calle. Se obliga al enemigo @ hacer un enorme esfuerzo constante para buscar a los personajes prisioneros “'e la guerrilla, Todo ello sin contar con la tremenda disyunti~ va y las presiones que se dercen cada vez que se plantea un canjo. El secuestro y la c&rcel. revolucionarios, pueden ser usados también, por ejemplo, contra patrones -recalcitrantes durante los, conflictos con su personal.” Las prisiones revolucionarias ~que pueden ser una de las formas de ejercer las represalias- han de~ mostrado en la préctica ser-una de las formas mas eficaces de trastornar los planes del régimen. Mas eficaces cue otras usacas clésicamente como el hostiaamiento. OPERATIVOS DE PERTREGHAMIENTO Mucho'més que la guertilla de campafia, Ja guerrilla urbana necesita de una’ s6lida y constantemente renovada. infraestructura ¢é: Itiuebles, thateriales téchicos u otros re- Cursos para poder perdurar mientras el apdyo ponilar no'syeda brindar gran ‘parte’ de és~ tos, ni solventar semejante’ aparato ‘con recui'sos’ legales.” En esta materia’nara la ‘que~ rritla urbana el principio es 6] mismo! que aplica la’quefrf}la rural “sobre las armas: nuteirse del enemigo, Ocurre que dadas’ las caracterfsticas de esta lucha, los localés y los vehTeulos pasan a ser elementos estratégicos tan importantes como las armas. "Desde e) momento de prepararse para actuar, la guerrilla debe encarar 1a expropia~ cién.de dinero en gran volumen, porque con el dinero se compra la, "'Sierra Macstra" de la guerrilla urbana, es decir Ids locales de buena cobertura, adem4s dé los talleres, los Jnstrumentos técnicos'y a veces, incluso‘hasta las armas. Adem&é puede encararse ja expropiacién. dé pertrechos estratécicos en sf, tales como méaulnas, vehicules y ar fag. “En el pasajé del. periodo, prenaratorio al de la accién quértillera puede resultar cifiet] hacer comprender al pueblo que‘estas exproplaclones ~tradicionalmente vistas como’ ¢gondenables, ejecutadas por delincuentes-' son recursos legttimos de un movimiento ravoluctonario. £1 primer. réquisito' que. se debe cumplir estrictamente para facllitar ‘ta comprengién es el de no expropiar 3s que a los capitali'stas © al Estado, subra~ yando este’ principio con 1a devolucién de bienes'o el resarcimiento de los dafios én ca~ s0 de‘ afectar los Intereses de trabajadores. Otto tanto debe cumplirse en materia de vehfculos y demas pertrechos. La comprengién vendré nor afiadidura cuando se pase a la accién directa de hostigamiento al régimen. : Una’ guerrilla a la ofensiva justifica Tas exnropiaciones ya que demuestra la exis~ _teticia de, un costoso aparato armado. : “La captura de armas se hace por metiios violentos o a través de ‘la astucia y de, ardides 0 trampas. Cuando, se desarma al enemigo, es siempre necesaric re~ isarlo para ver si pose otfa arma, adémas de acuclla ce que-ha sido despo~ *" <° Jado. En €aso de desculdo ‘nuestro, ‘él puede utilizar el arma no aprehendida para disparar contra el querrillero urhano." = CARLOS MARIGHELLA, Minimanual” del guerrillero urhano. ~ GOPAMIENTO DE DONICILIOS (ALLANAMIENTOS) La! répresién ha‘ usado los’ allanamientos a Tos domicilios de los revolucicnar tos como una! forma de“Ievar la intimidacién.a su hogar y a su familia. Una querrilla ur- bana‘puede hacer lo propio con ‘los comi¢ilios cc los miembros de 1a represtén, del go- hieriio, de la oligarquta, de los etranjeros Imnerialistas, etc. Este medic tactico _nuéde constituirse en uno de los principales del hostioamiento: €1 Teva la guerra a las propias apacibles e Intocahles mansiones de los personeros del réqimen, £1 enemi- * go" entonces debe dispersarse para cuidar miles de objetivos. Los perséneros el, régi- fien ‘se ven sometidos'a' und especie de vida clandestina, lena también de zozbras, ven restringidos sus movimientos por custé¢ias pernanentes, ‘aun en su nronia casa. Una situacién muy distinta a la de aquellos bellos tiempos en que ‘la ol [garquta spachabe a sus soldados a pelear contra enemigos lejanos, en tierras, montes 0 sie~ rfag ‘lefanas... , £1 conamiento de domicilics puede servir como represalia, como forma ‘en demostrar’ su vulnerahilidad a los agentes del régimen (policta, militares, Jueces) ¢ Inéuicatles Ta idea del'"dohle poder! creado por un segundo anarato armado en cl” gals, tan vigifante- y disfuesto 2 castinar los desmanés coho el gud 1és pana el sucl- = 45 7. OPERATIVO DE PROPAGANDA ARMADA La guerrilla se expresa fundamentalmente a través de sus acciones armadas, aunque a veces emplee otras vias de comunicacién con el pueblo, tales como periddicos, volan~ tes, audiclones radiales, interferencias en radios y audio de TV, Una de las formas de 1a propaganda armada Ia constituye el copamiento de emisoras radiales o de TV para trasmitir proclamas. Otra forma que ha dado buenos resultados, la constituye el copa- miento de una fabrica con la reunién de todo su personal -haciendo las correspondientes distinctones de trato entre el personal adicto 2 la patronal y los obreros- para hacer una charla dialogada con los mismos. También puede haber copamiento de cines en los cuales se exhiba mediante placas, maniftestos en la pantalla, o se los lea por el parlante, o se los entregue en forma de volantes a los espectacores. También pueden ser tomados vehiculos parlantes y mien- tras se mantiene detenidos a sus conductores, se les deja estacionados en el lugar es cogido con una cinta arabada y amenazas de exnlosiones escritas en Tas puertas de los vehfculos, para estirar el plazo de Ja operacién. Hay otros tipos de accién propagandfstica como el reparto de viveres, expraptados de los vehfculos que los transportan o de los almacenes, entre ciertos sectores muy desamparados de 1a poblacién. Pero generalmente, 1a mejor "pronagan!a armada’ es 1a que surge de las grandes acciones militares. En ellas no se debe cesperdiclar ninguna ocasién de poner el. sello de la ideologia de ta guerrilla hasta en el nas mtnino detalle: el trato a los trabaja~ dores, 1a atencién a quien sea presa de una eventual crisis nerviosa, etc. La devolu- cién del dinero corresrondiente a los empleados, si ha sido Mevado por error junto con el del capitalista; la reparacién del dao cometiio involuntariaménte contra un hombre modesto, serviran més -para definir la ideologfa de la guerrilla ante el pueblo- que e! ms elocuente de los mantfiestos. También eso serfa més eficaz para romper los esque- mas mentales a los representantes honestos de [a represién que atin puedan creer que es~ tn combatiendo contra del incuentes. Ahora bien: si hay alco que requiere justo criterio politico es la administracién de 1a propaganda armada. Un movimiento querrillero que abuse de las acciones propanan- dtsticas, en desmedro de las acciones militares de fondo, se desvaloriza ante 1a con- ciencia porular (es decir, obtiene el resultado adverso a), buscado, dando la falsa im presién de que busca m&s la publicidad que fa derrota del enemigo). La propaganda ar- mada adquiere una importancia especial en clertas etapas, como la de arse a conocer en los inicios de la guerrilla. También la tiene en el momento de aclarar posiciones frente al pueblo en aquellos periodos en que debe adoptar medidas drasticas, que no resulten suficientemente ilustrativas con respecto a sus propésitos y que por lo tanto sean de dificil comprensidn para la mentalidar! popular. = Tomado de Actas tupamaras, Los Tupamaros, recopilacién de Omar Costa. - 8. RESCATES El rescate de comnafieros detenidos, se inscribe dentro de una nolftica genera} del MLN, 1a de tentar siempre 1a recuperacién de los militantes que caian en manos del enemigo. La politica de rescate de militantes no se reduce a la via del operative militar. EI MLN -mejor dicho sus militantes- no desestiman totalmente el papel judicial parale- jo de la defensa letrada. Un clerto némero de Tunamaros han sido excarcelados por las vias de la justicia burguesa, a! cabo de los corresponitentes trémites e instancias patroneingdas por abogados profesionales en ejercicio de su actividad, pero un atimero considerable de los Tupamaros en libertad han obtenido esta GItima como resultado de operaciones militares de rescate. Como ha manifestaco 1a organizacién hay una ley no escrita en la misma y es que ella nunca olvida a sus presos. Cuando se est en prisién se tiene la certeza de que no se es olvidado por culenes estén afuera. Por otra parte, cada fuga tiene gran significacién en varios aspectos: es un triun- “fo objetivo sobre el enemigo; es el retorno al combate de un rico contingente de compa- foros con experlencia fecunta; es la expresién mxina de sol idaridad que la organiza- cién mantiene para ‘cofi sus mijitantes; es una operactén que tiene uri énorme efecto propagandistico y siempre es recibida con simatta. Tampoco concluye con los operativos militares o los’ tramites dentro diel marco de Ja Justicia burguesa. En, ocasi6n del secuestro de Dan Mitrione, el MLN propuse el can- je del asesor represivo norteamericano por todos los presos politicos en aquel momento. También ése era un [ntento de rescate de compafieros. Adem&s de ser una polftica de la organizaci6n, el espfritu de fuga en. determinadas condiciones, consti tuye una actItud permanente del tupamaro. Aparté de ‘lo nue la. orga- nizacién puede planear en su conjunto, cada militante, por su parte, planea o busca su Fropla posibilidad concreta en cada Instancia concreta. En realidad cada plan de evasién no es una elaboracién aistada que empieza y ter- mina en si misma. Los planes de evasién se modifican en el curso de sus preparativos y afin después de cumplidas etapas de su ejecucién practica. También aqui lo que cuenta cs la actitud de evadirse y la adecuacién a las condiciones coneretas que se van encon- trando. Hay un grueso de trabajo preparatorfo aue.es naturalmente comin a cualauler plan de fuga proyectado. Comprende el estudio de la situacién fisica del lugar de reclusién, Sus rutinas’en general, todo aquello ajeno a la oneracién misma que forma parte de las condiciones concretas en que debe realizarse. Pero del mismo modo queda toda’ una zona de proyecto ¥ atin de ejecucién que ostén decisivamente condictonados por las clrcunstan- cias cambiantes que incluyen desde la situacién climdtica hasta la situacién polftica Facfonal. - Tomado de Tres Evasiones de Tupamaros. - 9. ‘TACTICAS DE CALLE Las tacticas de calle son empleadas para combatir al enemigo en las calles, utili- zendo contra él la participactén de las armas. Los estudiantes hrasilefios aplicaron contra las tropas de la policfa, en 1968, ox- celentes tacticas de witle, tales como lanzar manifestaciones en sentido contrario al trénsito, utilizando hondas'y canicas como armas contra la caballerfa. Otras técticas de calle consisten en construir barricadas, arrancar.adoquines y tirarlos contra la policta, lanzar objetos como botellas, ladrillos, pisapapeles y otros proyectiles desde lo alto de los ecificios de apartamentos y oficinas para golpear a los -47- polictas; utilizar edificios en construccién como reductos de fuga, escondites y puntos de apoyo para atanues por sorpresa. Es necesario asimismo que sepamos contestar a las técticas del enemigo. Cuando ° las tropas policfacas vienen protegidas con escudos para defenderse de los proyectiles que les son tirados de frente, debenos pasar a actuar con dos equipos: uno que ataque al enemigo de frente, otro que lo ataque de esnalda, retirandonos uno cuando el otro entra en accién, a fin de cvitar que el primero sea’blanco de los proyectiles del segun- do. De la misma forma es importante saber contéstar a las técticas del cerco policia- co. Cuando la policfa designa algunos ¢e sus hombres para ir al seno de la masa a arrestar algdn manifestante, un grupo m4s numeroso de querrilleros urbanos cebe cercar al grupo de policfas, quitarles las armas y castigarlos, y. al mismo tiempo hacer esca- par al prisionero. A esta operacién de los guerrilteros urbanos se da e] nombre de sereo, dentro_del_cerco, Cuando un cerco de la policta es hecho a establecimientos de ensefianza, fabricas, locales de asambleas de masas y otros puntos, el guerrillerc urbano no debe rendirse ni dejarse atrapar por sorpresa. Para Ievar 2 la préctica su cerco el eneinigo es obtigado a transportar los policfas en vehfculos y carros particulares y ocunar puntos estratégicos en las calles hasta invadir el ecificio o localelegido. El guerrillero urbano, por su parte, jamés debe franquear ningin edificio o local y reunirse en él, sin antes conocer las salidas de fuga, los medios ce romper cl cerco, los puntos estra- téaicos que pueden ser ocunados por 1a policia y Jos caminos que inevitablemente desem- hocan en ef cerco, Ocupando otros puntos estraténicos desde 108’ cuales puede. golnear al enemigo. Los caminos recorridos por los vehTculos policfacos deben ser minados en ‘puntos de paso obligatorio o de estacionamiento forzoso. Con las explosiones de tas minas, los vebiculos yolarén por ios aires. Los polictas deben ser atraidos a trampas donde su~ frirén pérdidas o serén victimas de enboscadas. E1 cerco debe ser roto a’ través de ru- tas de funa desconocidas por la policia. La rigurosa planificaci, de la retirada_es la mejor ferantte de frustraclén ve cuelquler Tetento-de Eorco. for parte cal Gnemigoe~ ‘Subrayo nuestro - LSP) Cuando el lugar no ofrezca condiciones pare un plan de fuga, el guerrillero urha- to debe abstenerse de utilizarlo para reuniones, asarbleas o cualquier otra cosa pues, de hacerlo, no lograr& salir del cerce que el eneminc prohablemente tratar& de tenderle. Las técticas de calle han revelado un nuevo tipo de querrillero urhana, o sea, el guerrillero urbano que participa en las manifestaciones de masa. Este es el tipo aue denominamos guerrillére urbano manifestante y que comparece a los desfiles y otras formas de demostracién popular con misiones especfficas y defi~ nidas. Tales misiones consisten en tirar plecras y proyectiles de todos tipos, usar qaso- Vina para incendiar, hacer blance en los rclicfas con armas de fuego, capturar armas de los polictas, secuestrar agentes del enemigo y provacadores, disparar con certera punterfa a los eshirros torturadores y jefes policiales que vienen en carros particula~ res con placa falsa para no liamar la atenctén. El guerrillero urbano manifestante se occupa de conducir grinos ce masas a las vtas de fuga, en caso de necesidad. Coloca minas, tira tombas molotovs, prepara emboscadas y explesiones, = 48 Cabe todavia al guerrillero urbano manifestante Iniciar el cerco dentro del_cerco, revisar vehiculos del gobierno, carros oficiales y vehfculos de Ta policta, antes de volcartes e'Incendiarlos, para verificar si en ellos hay armas y dinero, y en ese caso expropiarlos. Los francotiradores son muy buenos para las manifestaciones de masa y conjuntamen- te con el guerrillero urbano manifestante desempefian un papel importante... ~~ Escondidos en puntos estratégicos, los francotiradores obtienen éxito completo, utilizando escopetas de caza, ametralladoras, etc., cuyos dtsparos y réfagas ponen al enemigo fuera de combate mis faci Imente. 10. OGUPACIONES DE LOCALES Y ARRESTOS DE POLICIAS La guerrilla urbana, tanto como la guerrilla rural, tiene un caracter extremada- mente mévil y no puede dedicarse a la defensa de posiciones fijas o territorios IImi- tados- Aigunas veces, sin embargo, surgen con:lclones que nos obligan a defender posicio- nes, sobre todo cuando. estamos en plena lucha de masas y ocurren huelgas, marchas y manifestaciones de proteste. .£n ese caso nos enfrentamos.a la necesidad de ocupar lo- cales de trabajo o de estudio. Esas ocupacionés deben ser hechas, pero tienen un carécter estrictamente téctico y.c0r eso mismo provisorio. En realidad se trata de ocupar el local y de distraer a Ta reaccién por el mayor tiempo posible. Agotados los recursos de los ocupantes éstos ceben abandonar la posicién y poner en prdctica una retirada cuya planificacién haya sido antes met iculosamente preparada. Durante las ocupaciones hay siempre posibilidades de empleo de otro tipo de lucha, que consiste en efectuar cl arresto de polictas para su canJe por presos polfticos 0 Ja suspensién de torturas en las mazmorras de la reacclén. Tales policfas acostumbran infiltrarse-por-el terreno ocunado y, si no lo hacen deben ser atrafdos a una celada. Una vez presos deben ser mantenidos como rehenes hasta que se realice el canje: planeaco. Las armas se los palictas deben ser capturadas y Janés devueltas. = Tomiado de CARLOS HARIGHELLA, Teoria y Accién Revoluctonaria; Nim. 9 del Minimanual del guerrillero urbano y Nim. 10 de Operaciones y tacticas guerrilleras, ~ V1. , HUELGA La huelga és un hecho cultural. No se da antes que el capitalismo industrial pro- duzea por contradictoria necesidad el elemental mismo que habré de ponerlo en la tumba: el proletariado. Es, por lo tanto, la huelga, fenémeno cultural, particular y profuncc ela cultura de nuestro tiempo. La profundidad de la huelga como fenémeno cultural queda probada cuando vemos que su utilidad como Instrumento de lucha libertaria trasclende la clase que la origina ps- Fa convertirse en palanca capaz de mover toda la sociedad. Como sefialé Marx, la obre- ra es la clase auténtIcamente revolucionaria y es caracterfstica peculfar suya salvar a toda la sociedad al salvarse ella misma. - hg - En una colonia, 1a huelga, se convierte en el vinculo dindmico entre el movimiento independentista y el movimiento obrero. A su vez, el movimicnto,sindica} entra en auge en 1a medida en que es fuerte el movimiento independentista; y este Gltimo prospera o falla en relacién directa con la~intensidad y honest{dad de sus relaciones con la clase obrera. Esta es verdad probada ‘en ta historia de todas las colonias en el siglo XX. No ha sido menos verdad en Puerto Rico. EI auge de la Federacién Libre de Trabajadores corresponde al auge del independentismo dieguista. 1 corto circulto yankéfilo que corrompe al Partido Socialista, y la traicién de la burguesfa puertorriquefia evitan le conjuncién positiva de ambas fuerzas. Y al auge nacionaljsta en los afios 30 correspon- de la sucesién progresiva de unos movimientos huelgarios que culminan en la organizacién y auge de la gloriosa Confederacién General de Trabajadores, CGT. Mientras que al auge colonialista que representé el Partido Popular: lo acompafia miserablemente 1a desinte- gractén del movimiento obrero. Si_la huelga es un hecho cultural no es menos clerto que pertenece, legitimamente, a la cultura polftica de nuestro: tiempo. Politica es economfa concentrada. "La poli ica es la més diffcil de las ciencias -decia Albizu Campos- porque se funda en la eco- nomia y se realiza con seres' humanos.' Por lo tanto, en cierta medida, 1a huelga es siempre politica, puesto que afecta, en arado correspondiente, a 1a economia, base de la politica. Una huelga limitada, a escala de factorfa o de hacienda, tlene Importan- cia en‘ la economfa de Un pats. Una huelga industrial -es decir, que cubre un sector completo de la economia, como, digamos, la industria azucarera- afecta a la economfa en el grado que esa industria representa como renglén particular, a la economfa. Una huelga general -es decir, que paraliza la mayor parte o la totalidad de la producctén de un pafs- no hay que decir que es politica, pues lo.es hasta el punto en que huelgs general que no se convierte en huelga revolucionaria, es huelga perdida. Tal caracter de la huelga hace obligatorio que, no importa a la escala de. su rea- lizacjén, el movimiento necesita una estrategia. Steuben, en su obra LA ESTRATEGIA HUELGARIA,. (Capftuto 4, pag. 63) dice al efect "Una huelga es una batalla ~ frecuentemente de amplias proporciones - entre dos contrarias fuerzas sociales. Es posible aplicar, 2 tal batalla entre fuerzas sociales, basicas ideas de estrategia mititar, - ofensiva; importancia de la moral; sorpresa; discipl na; movilizacién de las reservas; ventaja de la ini- clativa? 2Son posibles huelguistas a la defensiva? Se puede sostener una fuelga de larga duracién sin una alta moral? 2Pueden los Ifderes huelguis~ tas desdeftar 1a necesidad de una estricta disciplina? 2Pucde concevirse que una hu:.\ga dificil nueda ganarse sin que se movilicen las reservas ebreras? Claro que no!" La profundidad de 1a huelga como movimiento estratégico a escala nacional se pro- duce, en una colonia, segin profundiza la lucha por la independencia, a la vez que et independent ismo se hace poderoso al grado en que se vincula a las masas obreras y can- pesinas. De la coalescencia de estas fuerzas debe surgir una huelga general revolucio~ naria que independice al pais. = Tomado de JUAN ANTONIO CORRETJER, Albizu Campos y las huelgas en los afios’ 30, El. Lider de la Desesperacién. ht ALGUNOS PRINCIPLOS TACTICOS ### 1; En la fase inicial, las operaciones de guerrillas son dispersas. Es la fase de distribucién de las fuerzas’ revolucionarias para destruir.y cispersar las fuerzas de = 50 = Ja reaccfén,. En la fase’siguiente; se trata de concentrar las fuerzas revoluctonarias para realizar operaciones de ianfobras. 2. Nunca debemos’ Tuchar en un solo frente. Por eso real izamos simul t&neamente opera~ clones estratégicas y operaciones ‘tacticas o hacemos el relevo. entre ellas. 3, ra a téctica guerritias es més Itbre y mo obedece a ninguna rigidez: ataca y se reti- fustiga y retrocede, ocupa y desocupa. 4, Cuando realizemos cuainuier operacién querrt era, nuestro objetivo es atacar los intereses de 1s clases dominantes, del imperfalismo y de la.dictadura. Por eso jamés atacamos a los trabajadores o a personas simples de) pueblo o perjudicamos sus. Interes~ es. $6lo debemos tratar con violencia a los que son delatores y estén al servicio del enenigo. 5. Cuando un grupo revoluctonarjo entta‘en accién otros. grupos revolucionarios deben también hacer, lo mismo uti Izando 'su-propia Iniciativa. Al ver varios grupos en acclén el enemigo se desorienta ¥ queda perplajo, sin saber contra oué grupo concentrar su fuerza de represién. 6. Cuando 1a lucha revoluctonaria comfenza a través de la acclén de pequefios grupos armados dispersos y no es el resultado'de la-acclén de un frente Gntco, eso Indtca que no habfa condiciones pre} iminares para la formacién de ese frente. E1 frente Gnico es una necesidad, pero para los revoluctonarios es posible cuando ya existe en el pats una Potencla de fuego en acclén. La creacién y el fortalectmfento de la potencta de fuego revoluctonaria, asf como Ja actividad permanente, es lo que permite 1a aglutina~ clén de Jas fuerzas partidarias de la lucha armada. Frente Gnico es el fruto de la potencla de fuego.en accign. 7. La guerrilla se aprende en el cjércicio de 1a guerrilla misma ast como la accién se aprende a través de la accién misma. No existe profeslén o actividad humana que se pueda aprender solamente a través de libros o de ensayos y pase por alto la experien- cla viva de la propia ejecucién. 8. Las operaciones deben ir de:lo simple a 10 complejo. 9. Jamis se'debe hacer un solo tipo de accién, Cuando el enemigo plensa que vamos 2 quedarnos en un mismo tipo de accién pasamos a otro. 10. Cuando la resccién pfensa que nos vamos a quedar en un lugar surgimos en otro. 11. Cuando 1 enemigo piensa que estamos lejos estamos cerca. Cuando piensa que es- tamos cerca estamos Jejos. 12. Cuando encontramos el camino Libre avanzamos. Cuando encontramos un obstéculo lo rodeamos. Cuando el obstéculo es insalvable desistims. Eso porcue no dabemos tra~ bar combate en campo abierto para no gastar nuestras fuerzas ni exponerlas a los gol- pes del enemigo. 13. Cuando el enemigo esté desprevenido Io sorprendemo: Janos tranquilo. 3 cuando esta vigilante To. de~ 14, Cuando el enemigo esté ensafiato nos sosegamos. Cuando 61 se sosiega atacamos, 15. Siempre que se pueda vencer al enemigo por la astucia no hay necesidad de emplear ~ Bre contra 1 nuestra potencta de fuego, cuya: utilizacién queda reservada pard ‘los momen- tos diffciles: 1, ° Cuando vamos a realizar una operaclén siempre }evamos potencia de fuego mayor que la necesarta. Con eso se torna evidente nuestra supertoridad y evitamos dispara nues- tras armas’ y gastar municiones. 17. Jamis debemos dar al enemigo 1a mis minima Idea sobre ‘la fuerza que poseen ‘los re~ volucionarios. Al desconocer 1a fuérza que tenemos, e? enemigo da rienda ‘suelta 2 su imaginacién y permanece en un Jaberfnto oscuro, mientras nosotros estamos obvervando sus movimjentos y slo atacamos cuando tenemos seguridad de perJudicarlo. 18, El enemigo nunca debe saber dénde, cémo'y cuando vamos a descargar un golpe. Si el enemtgo ITega a saber de nuestra Idea o esté alertado fara efla-cambiamos completa- mente nuestro plan. 19, Jamis desafiamos al enemigc. Cuando éste nos desaffa, ‘nos finaimos muertos. -$6- Jo contestamos al enemigo en el momento oportuno y con la certeza de nuestra fuerza, 20. -Siempre qué logremos un vGlumen razonahle de accfonés © ejecutemos una accién-de envergadura, nuestra primera préocupacién debe ser descansar a finde hacer un balance de to que hicimos y ajustar un nuevo plan de lo que Vanios a hacer. 21: Munca trabanios combates decisivos. De ahf por qué siempre organizamos con mucho cuidado 1a retirada. La‘retirada es més importante que 1a acclén. (Subrayd nuestro-LsP) 22, Nunca debemos dejar el menor rastro en cualquier operacin que realizamos: Cuando acontece que queda un rastro, debemos seguir trabajando para borrar las consecuencias que fesulten dela falla inictal. 23. Cuando nos apoderemos de) dinero de las expropiaciones no debemos distribuirlo en- tre el puebio’, pues eso darfa a las masas.la falsa Idea de que podemos sustitulrlas en Ja lucha por la conquista del poder y que la liberacién de los explotados depende de Ja buena accién de los revolucionarios. Estarfamos de ese modo poniendo en accién e} paternalismo, dando ilusiones al pueblo y aparténdclo de ia lucha en la préctica. £1 dinero de las exproptaciones es para ser aplicado en armas, municiones, entrenamiento de los comhatiente y otras finalidades revolucionarias. 2h. Cuando disponemos de una razonable existencia de armas, dinamita, explosivos, mi- nictones y vehfculos, no debemos concentrarlos en un solo depdsito, y sf descentrali~ zar su localizacién, utilizar locales distintos para evitar pérdidas totales en casos imprevistos. 25. Cuando disponemos de un grupo armado un tanto numeroso debemos dividirlo en pe quefias escuadras y jams lanzarlas todas al mismo tiempo. Debemos también evitar que todos conozcan a todos y que todos conozcan de todo. Cada uno debe saber sdlo lo que se dice respecto a su trabajo. £1 ejemplo a sequir es el de "Lampedo", que inclusc cuando disponta de 150 honbres, siompre los mantenfa divididos en pequefios grupos, se~ fialandoles mistones especificas y distintas. 26. Jamas aceptamos o debemms aceptar en nuestro medio ninguna persona sin antes cono- cer todo lo referente 2 su pasado y acerca de sus orfgenes revolucicnarios. Esta es una buena medida para evitar la infiltracién de la policta. 27. Los revolucionarios enfrascados en la accién armada saben que se enfrentan a un 352 enemigo peligroso y que ta revolucién no ‘es un desfile por. la pasarela. Debemos -por eso renunclar definftivamente al uso de libretas de nombres, direcctones, anotactones ce teléfonos y de puntos de contactos, asf como desistir de guardar en nuestro poder mapas, esquemas, planos e itinerarios. Los revolucfonarios trabajan con 1a memoria. 28, Stempre que realizamos reunlones o conferencias nos. cuidamos para que 1 sean en niimero muy elevado de personas. Debemos también tener el culdado de escoger para eso un terreno propicio a tacticas guerrilleras. Si somos sorprendidos por e) enemigo de~ benos reacctonar ‘a mano armada y poner en préctica el plan previamente trazado para rechazar.el ataque por sorpresa de la policta. En la ejecucién del plan deben partici~ par todos los Integrantes de la reunién. 29. Slempre.que ocurra una gran concentracIén de masas cercada por la palicfa y un grupe de pollctas se desplaza del, cerco enemigo y se infiltra en la multitud para per- seguir a alguien, tratamos de cercar al grupo de pollcfas con un grypo mayor: de mani~ festantes. Esta operacién es el cerco dentro del cerco, y tiene por finalidad reductr ala Impotencia a los poticfas, tomar sus armas, castigarlos y facilttar la fuga de las persegut dos. : 30. Stempre que un.compafiero falta a un punto de contacto debemos evitar Ir.a su casa. Puede suceder que haya sido preso y que la polfcfa esté emboscada en.su-residencla pa- ra arrestar a les que van a buscarlo, 31, Stempre que sufrimos un perlulcto con pérdida de honbres y matertales, nunca ri- postamos tmpensadamente y-a. tT tulo.de venganza 6 denostraclén de fuerza. Primero tra tamos de poner en orden. nuastras fllas y procuramos curar nuestras herldas. Entonces, después de eso, tratamos de atacar, : 32, El comando para nosotros nunca es el resultado de una eleccién basada en aparien- cias o erttertos personales de simpatfa. Quien comanda:es el ejemplo y la acclén. > Tomado ‘de; CARLOS MARIGHELLA, Teorfa y Accién Revolu¢lonaria, Operactones y. técticas guerrilleras. ~ (000000¢00 Pe £PILOGO Hay algunas caracter{sticas propfas de la guerrilla urbana que condieian su eaquena organizativo y sus modes de accidn, la principal de esas caracterfsticas es quizd le relacién geogrdfica y militar que existe entre la guerrilla y el ene- Rigo; o dicho de otra manera, e) terreno en el cual se Libra la lucha, A diferencia de las guerrillas que se meven en espacios, los quales aends de favorables son anplios, ta guerrilla urtana debe moverse en un espacio bastante Jinitado a le vez que sienpre saturado de fuerzas represivas, Desde un punto de vista exolusivamente militar la guerrilla urbana se en- cuenta en una situacién similar a la de las avanzadillas de un ejéreito conven~ clonal infiltradas en terreno enemigo, Todo ello establese por un lado una situa- cién precaria para el asentamiento de la guerrilla, pero por otro, una situacién privilegiada en cuanto al ataque. La guerrilla urbana no conoce duso de uniformes o simbolos de identificacién~ salvo en casos muy especiales y casi siempre por breve lapso-y ello es una nedida obvia de defensa,aunque también de ataque, que expresa claranente su peculiar situacién, Batas caracterfsticas condicionan-cono decinos-muchas medidas orzanizativas y los Bringipales aspectos tActicos, tal cono verenos: Bry el plano de 1a organizacién,hay que afrontar el fenéneno nds grave que eonsiste en el alto porcentaje de bajas. Ese fenéweno confinura una ley de la lucha urbana: por m&s precauciones que Se tomen, por mejor que se trabaie, podré modifi- carse en algo @l volumen de las bajas, nero a poco que los ataratos represivos actifen adecuadamente, el porcentaie de colpes va a ser alto con relacién a otros dubitos y formas de lucha. Ese problema rectana un ofmto de medidas tendientes a superarlo, Ia eompartinentacién: es ésta la principal herranients de defensa de la organizacién, Bs una exinencia vital: sin ella la querrilla urbana parece imposible. Se puede conparar ta’ inportancia de esta sola medida para la lucha urbana, con la importancia que, rara la guerrilla rural tienen la movilidad y los continelas, aH (ada grupo debe estar,compartimentado del resto, Cada sector de la orsani~ zacién, de los restantesy cada compafiero, de los demds, Debe ser tabi, conocer © dar a conocer nombres verdaderos de combatientes, donicilios, lugares de la oryanizacién, Cada compafiero, cada

You might also like