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Obra posiuma de Francaise Dolio, La cause dd Tos adotescentes examina el petiodo de la vida humana que va de los dice bos diecistis aftos: epoca de la «muerte de Ta infact del arduo recorrido que lleva a fos umbsales de la enistencia adulta, en la que la auiora ve wn verdadero putgatorio, un duro viempo de prueba ‘para vada individuo, Encarada a los sintomas principales de Ia adolesvencia en nuesira sociedac ‘en crisis (alto indice de suicidios, droga, fracaso escolar, sexualidad), Francoise Dolto, basandose en los datos de una rigurosa encuesta internacional, entabla un combate para dar vor ‘quienes no la tienen todavia ¢ introdatciren la ceducacién el amor y el respeto par los demas ¥ por uno mismo. El presente libro se propor fnauguear una era de nuevas relaviones cou la juventud y encierra un proyecto global de sociedad nueva, A XN SEIN BARRAL 20811290 MMO m a 8 e & 8 = s n I & 8 o & La causa de los adolescentes Titulo origina: acon de odoescente riser elicit 190 © fEitons Robert Laffoct, S. A. Pcs, 1988 Derechos excusvos de ect en catlano reservados pra todo el tunce ' propiedad de ln traduccion: © 1980: aor Seis ural, S.A. (Corcega, 770 08008 Bareiona ISBN: 8632246025 Dede lea: B. 9.191 - 1980 Segunda seimpresisn (México: abril de 1992 Colectivo de encuesta dirigido por André Coutin PROLOGO: Hace tres aftos, la gran resonancia de La causa de los niflos ayud6 a Frangoise Dolto a medit Ia fuerza de pene- tracién de sus nuevas ideas. El libro desencadend una serie de debates, reflexiones e iniciativas. y contribuy6 a intro- ducir més atin en la sociedad francesa y europea los temas de investigacién esenciales y las lineas de accién capitales que se desprenden de la obra de Frangoise Dolto. La obra ‘iba ditigida a todos los padres, educadores, animadores y quienes toman decisiones en la sociedad. Rapidamente, Frangoise Dolto intent6 proseguir este tra- bajo de pedagogia y de comunicacién aplicéndolo a la etara de Ia adolescencia, Unos dias antes de reunirse en la otra orilla con su ma- rido Boris Dolto, Francoise habfa terminado de corregir el ‘manuscrito y se alegraba con la idea de que los jovenes, asi como los adultos, pudieran leer este segundo libro. «La ‘causa de los niflos —decia— es aqui considerada desde el unto de vista del adolescente.» El nacimiento es muerte; la muerte es nacimientor,re- pite ella a lo largo de esta investigacion en compatia de jbvenes de dice adiecistis afos. La que muestra aqui cémo Acompafiar al adolescente en su «muerte de la infancian supo dar el citimo paso de la vida adulta encontrando las Palabras para definir la experiencia. Cuando, con el eorae 26n latiendo accleradamente, Ia creiamos ya en el cltimo momento, Frangoise supo regresar de su propia muerte para hablarnos de ella a sus parientes y amigos. A mi me Ia deseribié como una isla tranquila en medio de Ia term pestad. Dias mas tarde, habiendo dominado todo miedo a lo desconocido. se despedia defintivamente Con qué coraje y qué exigencia, radiante de esprituai- dad, habrd llevado a cabo esta «tarea social urgente>, Ia 3 ‘causa de los adolescentes, economizando sus energias para ‘concentrarlas mejor en sus horas de trabajo. El oxigeno que, en los dktimos tiempos de su vida, ella tenia que in- halar noche y dia, lo insufla en estas piginas. transmuta- do de inteligencia, para restituir a su projimo el deseo de Hlegar y la volunted de estar presente en los otros. Una obra doblemente generosa que ella lega a todos los jé- Anpré Couriw DE LA CAUSA DE LOS NINOS ALA CAUSA DE LOS ADOLESCENTES ‘Esta investigacion consagrada al ertioo periodo de la ado- lescencia es la continuaci6n y prolongamiento naturales de La causa de los nitos. En aquella primera obra, dejamos a log nifios en el umbral de ese «paso» determinante que les ‘conduce a la toma de autonomia, hacia los diezonce afos. No existe una edad precisa que estabtezca Ia fecha de esta fase del desarrollo del individuo. Lo que hay es una influen- cia que les empuja hacia esia zona de turbulencias. pues ‘cada uno la vive segin su relativa precocidad, 0, por el con- ‘ario, segin sus retrasos, al capricho de su propio ritmo. En todo caso, tarde o temprano, en esta fase del crecimien- to, en el momento de la prepubertad, les aguarda un gran trayecto antes de poder entrar en la vida adulta, de asumir responsabilidades de ciudadano y participar de alguna ma- nera en la construccién del futuro de su sociedad. Para llegar ala otra orilla, tendrén todos que sufrir cier- to nimero de pruebas, franguear obsticulos, resolver ci- sis originadas en su interioridad 0 en las presiones del medio. Segin su propia sensibilidad, su fragilidad © su nueva fuerza, se encontrarén con mas © menos dificulta- des para salvar este paso, Aquellos que de entrada no hhayan consumado la ruptura que realiza la toma de auto- nomia, aquellos que aborden este suelo de inestabilidad y de fracturas, la adolescencia, con bloqueos estarsn en con diciones de inferioridad respzcto a los otros, pero todos ne~ cesitaran de toda su voluntad de vivir, de toda la energia de su deseo de llegar para afrontar esta muerte de la in fancia, El propésito de este libro es plantear las verdade- ras preguntas y tatar de inspirar los comienzos de una respuesta. Para mantener la justa perspectiva de las eta pas del crecimiento y los origenes de fos conflictos y ato lladeros observables, sugerimos que se remitan a los and: lisis de nuestra primera obra, La causa de los niftos. PRIMERA PARTE EL PURGATORIO DE LA JUVENTUD Y EL SEGUNDO NACIMIENTO sla edueacion oficial no te ensefta la educe- idm em el amor... en el respeto del otro, en el respeto de ti» Feancors Doz, CAPITULO 1 EL CONCEPTO DE ADOLESCENCIA: PUNTOS DE REFERENCIA, PUNTOS DE RUPTURA No se conoce tan bien al adolescente como al no. Hay ‘que extenderse sobre la realidad que oculta este término, Se habla hoy de la poblacion de los wAdos», expresion me- istica que tiende a aislar a los individuos jovenes ude paso», wen trénsito», encerrandolos en un tipo de edad. En ver de limitarse a situaria en la pirimide de las edades, mas interesante buscar un consenso y superar las con: troversias y desacuerdos entre psicélogos, sociélogos ¥ endocrinélogos-neurélogos. unos prolongan la infancia hasta los catorce afios y sitian Ia adolescencia entre los catorce y los dieciocho afios, como una simple transicién hacia la edad adulta. ‘Aquelios que la definen en termines de crecimiento, como un periodo de desarrollo muscular y nervioso, se sienten tentados incluso de prolongaria hasta los veinte afos Los sociélogos toman en cuenta el fendmeno actual de los wadolescentes retrasados», estudiantes prolongados que viven en casa de sus padres mucho mas alla de su mayo- tla. Algunos psicélogos reducen la adolescencia a un capi tulo final de la infancia. Bs una edad cerrada, una edad marginal, 0 una etapa original y capital de la metamorfosis del nitio en adulto? En mi opini6n, es una fase de mutacién. Es tan capi- tal para el adolescente confirmado como el nacimiento y los primeros quince dias de su vida lo son para el nino equefio. El nacimiento es una mutacién que permite dar el paso del feto al nifto de pecho y su adaptacién al aire y 4 la digestion, El adolescente, por su parte, pasa por una ‘muda respecto de la cual nada puede decir, y es, para los adultos, objeto de un cvestionamiento que, segin los p: dres, esti cargado de angustia 0 pleno de indulgencia. Mi profesor de filosofia, parafraseando el proverbio, decia de tuna de mis compafieras de la que pensaba que se habia ‘quedado en la adolescencia: «Dios, mesa o palangana: cen qué se convertiré?y A sus ojos, todas deberlamos haber sido ya jOvenes adultas. He aqui una de las posibles y gri- ficas maneras de definir | adolescencia como una edad en que el ser humane no es dios, mesa ni jofaina, El esta- do de adolescencia se prolonga segin las proyecciones que Jos jévenes reciben de los adultos y segin lo que la socie- dad les impone como limites de exploracién, Los.adultos estin ahi para ayudar a un joven a entrar en las respon- sabilidades y a no ser lo que se llama un adolescente re- trasado, La sociedad tiene imerés en que el adotescente no pier dia el tiempo en una vida de benefciado. Pero esta justa Dreocupacion leva también al exceso de celo que consist fn estimular demasiado a un nito de once afos @ no ser tin mito protongado. Si bien no hay que dormirse, tampo- 0 hay gue precipitar las cosas. Em al lenguaje popular. se dice con frecuencia’ «Siempre te portas como tn mi, pero ya no eres um rion cAcaso mo es dste um lenguale fotalmente pernicioso 9 culpabilicante, si el padre o la ‘madre le dicen esto a um preadolescente? ‘Yo creo que él no le presta a estas palabras a menor ‘atencién. Se la prestaria si fuera uno de sus compaferos, quien se la dijera, Pero no los padres. Los padres, de todos modos, dejan de ser a sus ojos los valores de referencia. En las escuclas hay Grandes Meaulnes en todas las épocas ‘que gozan de cierto prestigio. Son los lideres de pequetios grupos. Y siempre corretes por alli un muchachito menos afirmado, menos desarrollado, que tiene problemas en ha- cerse aceptar por el arcangel o el cabecilla. Se le rechaza: Eres un pequeflin, un renacuajo: no sabes de qué va lérgate-» Esta infantilizacién es peyorativa viniendo de un joven; afecta més al nifo que si su madre le dice: «No te hagas el pequefiin.» Es también muy vulnerable a las observaciones despec- tivas procedentes de otros adultos que tienen el papel de mandar a les jévenes. En el curso de esta mutacién, re- 2 produce la fragilidad del bebé que nace, sumamente sensi- ble a lo que recibe como mirada y oye como palabras que le conciernen. Un bebé cuya familia lamenta que sea como 8, que se parezca a aquel otro, que tenga una nariz asi o sé, y llega hasta lamentar el sexo que tiene 0 el color de su cabello, corre el riesgo de quedar marcado para toda la vida, mientras la gente piensa que no comprende ada. Ha captado este handicap social con cl que ha nacido. A esa edad, todos los juicios surten efecto, incluyendo aquellos. que expresan gentes de poco fiar, por ejemplo, personas celosas o rescntidas con los padres. El nifo no tiene en cuenta las cosas, no hace més que oir que hablan mal de 1, y se lo toma al pie de la letra. Y se trata de algo que puede comprometer, de por vida, sus relaciones con la $0- ‘iedad. El papel de las personas ajenas a la familia y que conocen a un adolescente, que tienen relacion con él por causa de la escuela, o por causa de la vida social, es muy importante durante algunos meses, Pero, desgraciadarmen- te, la gente no sabe cual es el periodo sensible para dicho Joven. En cl caso del bebé, se ignora que oye todo lo que le dicen. «jAh! {Qué pena que se parezca a tia Lili... Qué demonio eral» Y Iuego se ponen a hablar de la tia Lili, y el nifo recibe a quemarropa una descarga negativa que ie afecta profundamente. Lo sabemos ahora. Pues bien, lo mismo sucede con un joven en pleno desarrollo. Para comprender adecuadamente qué es la inopia, la Acbilidad de la adolescencia, tomemos la imagen de los bo- gavantes y langostas que pierden su concha: se ocultan bajo las rocas en ese momento, mientras segregan su nueva, concha para adquirir defensas. Pero, si mientras son vul- nerables reciben golpes, quedan heridos para siempre: su caparazén recubrira las heridas y las cicatrices, pero no las borrara. Las personas secundarias juegan un papel muy importante en ia educacién de los jévenes durante este pe- riodo, Aunque no estén encargadas de dar dicha educacién, todo lo que hacen puede favorecer la expansién y la con: fianza en si, al igual que el valor para superar sus impo- tencias, 0, al contrario, pueden estimular el desaliento y la depresién. Hoy, muchos jévencs a partir de los once aftos ‘conocen estados depresivos y estados paranoicos. Y ejecu- tan actos de agresién gratuites. En estas werisis», el joven ‘Se opone a todas las leyes, porque le ha parecido que al- wien que representa la ley no le permitia ser ni vivir, 13 ePero acaso esta reaccién de defensa no les deja atin mds desarmados? En este momento de extrema fragilidad, se defienden contra los demés, bien mediante la depresién, 0 por medio de un estado de negativismo que agrava ain mas su debi- lidad. La soxualidad podria ser un recurso para ellos. No tienen aiin vida sexual, si no es a través de la ima- ‘ginacién. Con mucha frecuencia, penetran en un falso nivel ‘expansivo de sexualidad, que depende de lo imaginario: la masturbaciSn. En el momento dificil en que los j6venes se sienten incSmodos en la realidad de los adultos por falta de confianza en si mismos, su vida imaginaria les sostie- ne. El muchacho o la joven estén casi decididos a excitar fen si Ia zona que les daré fuerza y valor, es deci, la zona genital que se anuncia. Y de ese modo la masturbacién, de remedio de su depresion, se convierte en trampa. Tram: ‘Pa, porque de este modo se descargan nerviosamente y tie- nen mayor dificaltad para afrontar la realidad, para ven- cer estas deficiencias, mucho mas imaginarias que reales, ‘pero que han sido alimentadas por frases inoportunas de las madres, como por ejemplo: «No llegarés a ser nada, geomo quicres gustar a una chica, si siempre vas tan de- ‘saseado?», 0 por el entorno que les sorprende y les hace rruborizar con frases como: wAh, vaya, no le eres indiferen te, ¢Es tu novia?» Resulta espantoso para un joven ser des- cubierto asi y ver puesto de manifiesto el sentimiento pre- coz. que experimenta; ello puede lanzarle verdaderamente fla masturbacin, porque ésta es un sostén a la excita- cién de las pulsiones que le permitirian superar esta de- presiGn, Desgraciadamente, como se satisface de una m nnera imaginaria, carece ya de le fuerea para ir a buscar en Ia realidad, en otro ser humano, muchacho o mucha- cha, el apoyo, la camaraderia o el amor que le sostenga y Te ayude a salir de esta trampa en que le han encerrado algunos adultos indiferentes 0 agresives. 0 celosos, pues hay adultos que estén celosos de esta cedad ingratan. Re- cuerdan que ellos fueron maltratados por adultos. y. en lugar de evitar cometer el mismo error con los otros, como si fuera mas fuerte que ellos mismos, cargan Ia mano: “4 iQué es lo que vas a pensar? No estas en edad de pen- sar: atin tienes el gusto de la leche en los morros.» Ete. ‘Cuando un joven comienza a tener ideas propias y a mez- clarse en la conversacion de los adultos, no pierden un ins- tante en desalentarlo, cuando seria el momento de darle la palabra: «Te interesas por esto; bien, dime tu opinién; ab, ‘es interesante...» El padre no quiere que se diga que su hijo empieza a ser escuchado por los jovenes que le ro- dean. Es él quien debe tener la supremacia. Hay muchos padres que no saben ser padres de adolescente. Y lo cu- Fioso es que no saben serlo delante de su mujer y de su hija, pero cuando estan solos con los muchachos, los en- tienden mejor. Eso se debe a que no desean que al mu- cchacho se le preste la misma atencién que @ ellos cuando se ponen a hablar en la mesa y el joven diserepa de su padre. El padre quiere que su opinion prevalezca sobre la de su hijo. La frase justa serfa, por ejemplo: «Bueno, a dos edades distintas, pensamos de manera diferente. No hay problema.» Si el joven se ve interrumpido, o bien lo tolera con una sonrisa de condescendencia («Papa no quie- re reconocer su error; bien, jtanto peor!»), o no se atreve a afirmarse para expresar en otro lugar una afirmacién que hha sostenido en casa; cuando esio, en otro lugar, le confe- riria valor. Pero como en casa esto le ha wdlesvalorizado», queda marcado por una depresion y cree que no tiene de- echo a pensarlo. En este momento es cuando tendria necesidad de ser fortalecido. Los educadores parecen muy indicados aqui ara tomar ei relevo. Y no sélo los que imparten disciplinas escolares, sino los que ensefian deporte, ate, etc. A ellos corresponde dale Ja vor al nifio, pidiéndole su opinion, su juicio sobre un combate, su parecer sobre una exposicion. Y que no con- ‘cedan solamente el derecho de hablar a los vozarrones que ‘¢ imponen, sino también a todos los que Genen una opi nign pero no dicen esta boca es mia, Se trata de animar- les: «No dices nada, pero tendras tu opinién. He visto que contemplabas el partido con mucha atencion; seguro que te has hecho una idea sabre éste © aquel jugador El joven imterpelado reconoce entonces que, aungue no se ha mos- trado entre los activas, cuenta en el jicio de aquel profe: Is ‘sor que conoce bien el pafto, y eso puede salvar s un mu- chacho que en casa es abrumado por sus padres. ‘Se trata de una edad fragil pero asimismo maravillosa, porque reacciona también a todo lo positive que se hace ‘por él. Sélo que los adolescentes no lo manifiestan en el mismo momento. Es un poco decepcionante para los edu ccadores que no ven los efectos inmediatos. No me cansaré de incitar a los adultos a perseverar. Digo y repito a todos. Jos que ensefian y se desaniman, que traten de valorizar- los: continuad, aunque el joven parezca «tomaros el pelo», ‘como s¢ dice. Cuando son varios, con frecuencia le toman ‘1 pelo a una persona mayor, y cuando estén solos, esta persona es para cllos alguien muy importante. Pero hay que soportar ser abucheado. Uno puede pensar: si, soy abu- cheado porque soy adulto, pero lo que les digo les ayuda yy les sostiene. Asi pues, clos once aftos son realmente un punto de méxima fragilidad? Si, de once a trece aflos: tienen rubores, se tapan el rostro con los cabellos, azotan el aire con las manos para vencer su malestar, su vergilenza, 0 pueden incluso enmas- carar una gran herida que quiz sea indeleble. cs la pubertad la cresia de esta travesia critica? La época dificil es el momento de la preparacién de la primera experiencia amorosa. El joven siente que hay en cello un riesgo. lo desea y lo teme al mismo tiempo. Al res- pecto existe una gran polémica que la cargada estadistica de suicidios © de conductas suicidas pone sobre el tapete de Ia actualidad. Plantea en definitiva esta pregunta esen- cial: {Lo problemético es la primera experiencia sexual, que ‘es una cresta culminante en la vida del adolescente, 0 cier- ta nevesidad de experimentar la muerte? Es decir: se trata de la confrontacién con el riesgo y e! peligro, 0 del nodeseo de viv ‘Opino que es indisociable. Porque precisamente ef ries- go del primer amor es experimentado como la muerte de la infancia. La muerte de una época. Y este final que os arrastra y aniquila como cuando os dais en el amor, cons- tituye ef verdadero peligro de dicha cresta, punto de paso 16 obligado para inaugurar su dimensién de civdadano res- ponsable, y acto irreversible. En nuestra sociedad, los j6- venes no reciben ayuda porque no tenemos el equivalence de Jos ritos de iniciacion que antafo marcaban esta epoca de ruptura. Las prucbas colectivas eran impuestas a ui ftos de la misma edad, pero que no estaban todos igual- mente maduros para que prodijeran un efecto mutante en ellos. Sin embargo, era un acontecimiento que marcaba, 7 la sociedad les consideraba entronirados, es deci, que bian superado la iniciacién que permite convertirse en ado- lescente a partir de dicho paso, Tanto si estaban prepacados interiormente como si no, los adultes les concedian el de- recho @ acceder a ella. Reducides 2 si mismos, los jévenes de hoy no son conducides juntos y solidariamente de una orilla 2 Ia otra: y se ven obligados a conseguir este dere- cho de paso por si mismos. Esto exige de st parte una conducta de riesgo. El Africa negra » Oceania ofrecen a la etnologia una gran variedad de ritos de intciacién y de aprenditaje. Serd interesante pasar revisia a las diversas soluciones que las sociedades antiguas encontraron para ayudarles @ pasar este periodo de mutacién, la muerte de la infancia Pero antes de comparar las actitudes del cuerpo social a través de la historia de las sociedades, y de investigar cémo tos adolescentes de hoy pueden, solos 0 en grupo, afrontar la realidad, trataremos de describir lo que sucede ‘en el interior de cada individuo, y poner de relieve la trans- formacién capital que hace del nifio un adolescente en ciernes. El hecho trascendental que marca la ruptura con el es- tado de infancia es la posibilidad de disociar la vida ima- inaria de la realidad; el suefio, de las relaciones reales. ‘Tras la crisis lamada edipiana que opone al mucha. ‘cho perdidamente enamorado de su madre a su rival, el adre, en quien ve, en el mejor de los casos, un motive de Admivacion, los fuegos se apagan. y el nifo llega a la edad ue nosotros llamamos «latenciay. Sabiendo que no es mAs Que un niffo, se resigna a esperar el futuro. Ello no exclu Ye que tenga claramente la nocion de una sexualidad a- femte, pero comprende que no podré encontrar su objeto e amor en Ie familia. Asi pues, en el mejor de los casos. 7 1 nifto del final de Edipo, hacia los ocho-nueve afios, con- ‘serva una gran ternura idealizada por su madre, y tam- bién por su padre, aunque con un sentimiento dividido ‘entre la confianza y el temor de apartarse de la ley que el padre quiere que guarde, y que no slo es una ley dictada por el padre, sino que ésie Ia representa y ejemplifica. El nifo ve en el padre al garante de la ley y al mismo tiempo al testigo ejemplar duefio de sus pulsiones. ‘De todos modes, a los once afos se manifiestan los pri- ‘meros indicios de una sexualidad que se anuncia con un fortisimo componente imaginario antes de que el cuerpo entre en juego: esto corresponde, en el muchacho, a las primeras emisiones involuntarias de esperma, y, en las mux ‘chachas, a las primeras reglas. Pero antes de que el cuer- ‘po siga, se diria que el joven y la muchacha preparan este ‘2contecimiento fisiol6gico con una especie de fiebre psiq ‘ca de amor imaginario per modelos que actualmente se co- nnocen como idolos de masa, y que han sucedido alos hé oes de ayer. El urelevon ha llegado de los Estados Uni dos. Heroes idolos constituyen sus compafleros en el juego de papetes donde lo imaginario desplaza a la rea- lidad. » Le respond: «¥ usted qué hice?» «No le permito que lo hhaga y trato de hacer que me escuche.» Le dije: «Eso no es muy inteligente, que digamosl» «Esti fuera de'si y yo estoy muy inquieta; tengo miedo por mi vida, porque lanza unas extrafas miradas cuando hace eso.» Era un fantas- ma erétioo de hijo sin padre. Con toda seguridad tenfa eree- ciones al mismo tiempo. Su madre no le habia comprendi- do. Finalmente, ella le dijo lo que yo le habia sconscjado {Si te doy Ia lata para que no juegues con los cuchilles, es Porque me inquieta ver que haces gestos que no pareces: controlar y que pueden ser dafinos para (u cuerpo 0 para cl cuerpo de alguien. EI mio, por ejemplo; el otto dia me heriste (en efecto, 1a habia herido) y es0 ni siquiera te im- orté porque estabas enfrascado en tu juego. Por suerte, fo fue grave. Pero me preocupa verte tan enfrascado en uun juego haciendo cosas que pueden ser perjudiciales. Estoy segura de que me quicres, pero estaris bien arre- slado si realmente me haces dafo, 6 te lo haces a ti.» Mas tarde, la mujer me conté: ube dije lo que usted me indicb, ¥ eso le detuvo instanténeamente. Es milagroro, No le he retirado ni un euchillo; le dejo solo en casa, evando hasta ahora no me atrevia, porque a la vuelta siempre le encon: traba haciendo cosas peligrosas con los cuchillos. Todo ha terminado, y ha vuelto a ser el nifo que era antes, muy ‘amable.» (Creo que le produjo la castraciém al decirle: «Pero ti 102 no te das eventa.» El chico debia saber perfectamente que estaba en ereccién al hacer aquello. Era como en un suefio Creo que la mujer supo poner un limite de este modo, mientras que, al culpabilizarle, lc inhibia cada vez més, y ‘con ello enfrentaba al chico con su madre. 'E] deporte del lanzamiento puede ayudar a-un adoles- ‘cente que sufre del fantasma del cuchillo. Citemos el ejem- plo de un muchacho de quince afos que blandia continua- ‘mente, en el interior de la casa, armas blancas fabricadas por él. Su madre le dijo: eBscucha, ten euidado con nues- fro perro, puede resultar herido, 0 conmigo, que puedo pasar por alli en ese momento, o con los demés; ten mucho Cuidado: debes buscarte un lugar en el jardin, como un ugar de tiro, con un blanco.» Y a partir de aquel momen- to todo perdié su crispacion y el joven comenz6 a practi- car el lanzamiento, Su padre le traia de sus viajes imitar Cones de cuchillos antiguos, pero que no servian para lan- 4ar. El chico vio que cl euchillo podia ser un objeto en si mismo, que ensefia cosas histérieas o sobre Ia artesania de antafio. De un lado hay el cuchillo que se contempla, ‘que se mete en una vitrina, que se colecciona, y, del otro, cl cuchillo de lanzar, que es un arma deportiva. Se consi- guid asi derivar, y luego sublimar, aquel fantasma. El terrorismo verbal estdé de moda. Algunos adolescen- tes que se consideran «al loron impiden hablar a sus pe- ddres: «Cillaten, «No te escuchan «No tienes nada que decir, tno dices mds que tonterias». Actualmense, entre los esco- ares, exisie la moda de hablar ast a los padres. En el bien centendido, claro, de que los hay que fo hacen de una ma era perversa. Pero la mayoria fo hace sélo para darse Bisto con los compateros. Provocan sin verdadero conflic- to. Cuando no se dispone de suficientes medios dialécticos para responder a un adulto que si los tiene, ¢5 la mejor ‘manera de cerrarle la boca, de impedirle hablar: ponen rei ‘ica 0 dicen claro y directo: «Cillate, 0 te atizo.» so sélo puede ser una moda, pero, no obstante, es sig- nifieative, porque se trata de cierta respuesta, en wna Epoca dada, No es tan sorprendente si tenemos en cuenta que el rift, desde la edad de cuatro 0 cinco aflos, ha sido excesi- vvamente colocado en el centro de Ia familia nuclear (de hijo Gnieo). 103 Formar psicoanalistas de niiios Ouienes desean convertirse en psicoanalistas de nitos cereen con frecuencia que eso es mis facil que ocuparse de los adultos. En realidad es mucho mas dificil, porque se tiende a oir lo que se quiere oir y no lo que la gente dice Yo invito a los nifios a ra una plazoleta o a un jardin pablico, un dia de fiesta, y una ver alli les digo: «Quiero {que llengis un cuaderno, Iréis a sentaros aun rincon, y fingiréis leer un libro, escuchando todo lo que dicen los chiquillos entre si, y lo que las madres les dicen a los rios, Jo que oeurre en los grupos donde hay mujeres ¥ pequefios, lo que pasa en los bances, etcétera. Lo anotais todo, para que pueda ver lo que sois eapaces de observar, pero no de abservar s6lo con los ojos... Los que miran, in- terpretan lo que ven. Escuchad las palabras que dicen los nifios, exactamente. sin corregir lo que querriais haber ofdo. Las formas gramaticales mis erréneas, sean las que sean; indicdis palabra por palabra lo que los nifios hablan entre suando juegan en el banco de al lado, lo que dicen los ‘adultos cuando ven divertirse a sus hijos. y lo que las ma- ‘res les dicen a sus bebés.» Hay que escuchar con talante analitico lo que la gente dice, palabra por palabra. Si por ejemplo, un nifio os dice: ‘Mii mama hacer tal cosa», o que hay que oir y anotar es ‘emi mamé hacer tal cosa», y no «oy a hacer tal cosa para mi mama; es: «yo que soy mitad mamé, mitad yon. En el hacer infinitivo, no hay ningin «yo». Esté, pues, fuera del tiempo y fuera del espacio de cada uno, ya que es «fusion nal. ¥ éste es el lenguaje que hay que haber escuchado: ara comprender dénde se encuentra el niffo en este caso: ‘en su deseo. He escogido este ejemplo, pero siempre hay aparentemente una falta de sintaxis; la gente escribe de ‘ofra modo, Una palabra es una frase entera para un nifio, pero no sabemos cuél. Asi pues, es necesarlo deceifrarla, fanto mediante su comportamlento como por las frases que le siguen. Hay que escuchar. Un psicoanalista debe saber escuchar lo que te dice. Es por esto que eapta los lapsus. Escucha a alguien que habla muy bien el francés, y que comete de repente una enorme falta de idioma, que no es ‘un simple lapeus, sino algo extraordinariamente importan- te, porque ha descendido de nivel en su historia vivida y aborda inconscientemente algo de aquella Epaca en que ha- 104 bblaba asi. Ee diferente del lapsus, que es otro nivel de pa Jabra. Es lo que se lama un acto fallido, y un acto logra. do por el inconsciente. El lapsus jreudiano. Es un acto failido verbal o un acto fallido gestual. Ni 1 adulto ni siguiera el psicoanalista estan exentos de él En un congreso de criminologia, el presidente de la Socie- dad de Psicoanslisis se instalé en Ia tribuna y dijo: «De- claro levantada la sesions, cuando en realidad ésta empe- zaba, en lugar de decir: «Declaro abierta Ia sesién.» En- tonces se explicé: «Esto no me asombra, porque me ‘pregunto qué pinta la criminologia en un congreso en que ‘8 habla no de los actos, sino de los deseos que no se con- vierten en acto» Cierto que era el primer congreso de psi- coanalistas sobre el tema de la criminologia, y era el co- ‘mienzo de la gpoca en que los pricoanalistas se interesa- ron por los asesinatos, los comportamientos criminales. ‘Antes nos enfrentabamos con Ia enfermedad, con Ias his terias, no con los asesinatos y los actos eriminales. El acto fallido, ‘vas de suicidio entre las chicas, los muchachos tienen cexiton cuatro veces mis: asi es como los suicidios de j6- ‘venes de raza blanca representan los dos tercios de suc. ios de adolescentes en Estados Unidos El medio sociocultural no parece ser un eriterio signifi ccativo, y, como dice Alfred DelBello, copresidente del Co- ‘mité Nacional de Prevencion del Suicidio Juvenil, es difiel cextraer datos significativos correspondientes a los diferen- tes casos analizados. Pareceria, no obstante, que las regiones que tienen un desarrollo demogrifico rapido son las més afectadas por ‘este problema. Asi, Nevada se sitéia en primera posicién, ‘seguida de Nuevo Mexico. Las causAs Las razones de Jos suicidios en los j6venes norteameri- ccanos son dificiles de determinar, y variadas segin los En funcion de los estudios que se han realizado (véase Jas obras de la bibliografia), se desprende que actualmen- te los adolescentes serteamericanos sufren a menudo de tuna falta de seguridad y de identidad debido a los cam- nz bos en la calidad de la vida familiar: reciente mimero de divorcios (el 72°% de los suicidios se producen entre nifos ‘euyos padres estén divorciades o separados) y movilidad frecuente de las familias (mas del 75% de casos corres: ponden a jévenes desarraigados); a fenimenos sociales: uti lizacién de drogas y de alcohol (la tercera parte de las vice timas corresponden a intoxicados), presién del fracaso es- ‘colar (Ja mayor parte de los casos han sufrido decepeiones ‘ fracasos escolares); angustia ante el futuro: miedo de una guerra nuclear (31). Hay otros factores que pueden entrar en juego: la muer- te.0 el suicidio de un padre o de un amigo, la explotacién del sulcidio por los media (28), el cardetér «roménticon ati- bbuido al acto por los adolescentes (6), un trauma durante el nacimiento (22, 29) Segiin los estudios del psicélogo y tanatélogo Edwin Shneidman, fundador de la Asociaciin Americana de Sui- ‘eidologia, el 80% de los futuros svicidas dan a conocer a su entorno, a través de diferentes rodeos, su intencién de matarse (18). EsEMPLOS DE casos Desde hace algunos aos, Ia prensa y Ia literatura nor: teamericanas se han ocupado de este creciente problema de los suicidios de adolescentes Los ejemplos de casos no faltan, por desgracia, Citare- ‘mos sélo algunos de entre los mis significative. — Vivienne Loomis. Sin verdaderas causas aparentes, cesta adolescente se ahoreé a los catorce afos, en 1973, A su muerte dej6 un diario, poemas, cartas que evi- denciaban sus angustias y sus dificultades con la vida. Un psiquiatra que leyé sus escritos se sorprendié de ver cuan bien reflejaban los problemas de lor adolescen tes, y, a partir de ellos, con In ayuda de sus padres y uno de sus profesores, escribié un libro que esclarecia cl tema a5). = Craig Badioli y Joan Fox. Estos dos adolescentes se ‘suicidaron en 1969 para protestar contra la guerra del Viet nam (2). 43 — Danny Holley. Un muchacho de trece aos que se shoreé para aliviar a sus padres, que tenfan problemas eco némices por «una boca mis que alimentar» (36). — Irving Lee Pulling. Un adolescente de diecistis afios que se snicidé después de una maldicién lanzada sabre él ‘con ocasi6n de un juego de simulacién llamado Dungeons ‘& Dragons (Mazmorras & Dragones). ‘Su madre Hlevé a cabo una investigactén y fund6 una asociacién que trata de probar que 51 sulcidios de adoles- ‘centes han tenido relacién com este juego (30). — Un ejemplo de influencia literaria 0 cinematografica Un libro roméntico que relata una historia de amor que termina en suicidio: Oficial y caballero, de Steven Smith, sobre el que se hizo una pelicula, empuja a suicidarse 8 una pareja de adolescentes que ha visto varias veces Ia pe- licula, Otro adolescente se suicida poco después de haber visto este filme (6), — Los suicidas «por contagion Varios casos ilustran este problema frecuente en Esta- dos Unidos. * Plano: esta comunidad de Texas fue afectada por ‘ocho suicidios de adolescentes en dieciséis meses. '* Omaha: en menos de dos semanas, cinco adolescen- tes de la misma escuela de Omaha efectuaron intentos de sticidio: tres de ellos lo consiguieron (23). * Los iltimes «pactos de la muerten: cuatro adolescen- tes de Nueva Jersey se suicidan juntos en un garaje, expe- lencia que provocé otros dos suicidios andloges en una ciudad del sur de Chicago. Estas vepidemias» de suicidios entre los jovenes susc!- tan la pregunta: ;Es contagioso el suicidio entre los ado- lescentes? Todo permite pensar que si (24, 35). LAS MEDIDAS DE PREVENCION Enfrentadas con este ereciente problema de suicidios de adolescentes, Ins autoridades gubernamentales se han visto forzadas a reaccionar. Se han seguido varios caminos: ua = La ereacién de eentros de prevencién Mis de doscientos centros se ban creado en los Esta- dos Unidos. Estos llevan diferentes nombres: National Save Life League, Suicide Prevention Center, Suicide and Crisis Center, Helpine.. pero sus objetives son idénticos: ofrecer una ayuda puniual e inmediata a las personas en peligro (llamadas telefnicas noche y dia) Estos cents estin bajo Ia eoordinacion de la Asocia- ‘ibn Americana de Suicidologia. — La creacion de centros de investigacion sobre el sui dio: ‘Los Centros para el Control de la Enfermedad analizan los diferentes casos y tratan de encontrar medios para pre- venir estas tragedias. Igualmente, el Instituto Nacional de la Salud Mental hha creado un departamento de investigacién sobre el sul = La creacién de programas escolares de prevencién. Destinades tanto a los padres de alumnos, como a los profesores y a los estudiantes, estos programas aportan Consejos e informaciones sobre el problema: cmo recono- ‘cer a una persona con tendencias suicidas, cémo ayudar- Ja, cudles son las instituciones a las que uno puede dirt gitse en este caso. ‘La prevenciéa: nombrar la muerte Et ndmero de nies depresivos que quieren morir es mis considerable de lo que se piensa, pues jamés tienen ceasién de decirlo. Sélo pueden manifestarlo por la negati- ya a autoestimarse: el sujeto se desprecia, y desprecia a la Persona que se ocupa de él, puesto que él es despreciable. ‘Soy un asco, soy un moj6n, cpor qué os ocupéis de mi? Los adultos le dicen: «Soy la iltima de todas», «Soy cul- able», «Qué he hecho? Mi pobre marido, mis pobres hijos; los he destruida». La madre eree que ha destruido a los suyos. Pero cuando se ve lo soberbios que son los hijs, se comprucba que no hay tal cosa. Ella tiene esta vision ‘egativa a través de una melancolia, de un sentimiento de Inferioridad y de destruccion, de autoacusacién. Se com- us prende emtonees que tenga necesidad de despreciarse por {na causa que se remonta a su propia infancia. Cuando nacio, su madre no esperaba nada de ela. Convertida a vee on madre, tampoco espera nada de sf misma, ES su manera de salvar a sus hijos, sin que ella lo sepa. En Cuanto al pequefo, su manera de salvar « su madre es dex preciarse: puesto que lla no esperaba nada de fl, no tiene {ue sobrevivir. Silo hace, es un malvado que causa dano ‘i mamé. Pero la madre no comprende nada y se queja de 41 eiAb, este nfo, que hace esto y lo otrol» Ahora bien, fen cuanto al niio, es la madke de antafo la que él trata de salva; la madre de ahora ni siquiera la conoce. Es este lenguaje interior el que hay que entender, pero todo de- pende del psicoterapevta, y de su manera de abordar al nit. Y cuando se hace confesar aun nif muy pequeno su deseo de mort, eso lo camibia todo. Puede ast estable- ceree el contacto después de algunas sesiones: wHlace ya dos 0 tres veces que nos vemos. y me pregunto si ti no me estaris diciendo, sin conocer la palabra para decirlo, que quersias morirte» Inmediatamente, os mira al fondo de os ojos, 9 INego sus labios temblan. Yo prosigo en este sentido: «Si quicres seguir viéndome, yo no te impedite mori, pero ests en una casa en que esto no es posible. Hay barrotes en las ventanas: no te puedes lanzar.» De repente, mira hacia la ventana. «Ya lo has probado, has tenido un accidente en la escalera, y nadie supo que era porque querias morirte. Pues bien, ahora yo comprendo Qque tt querrias lanzarte..» Se esboza na ligera sonrsa Finalmente, ha comprendido. «Bueno, no es tan malo que- rer mori, todo el mundo mavere. Pero, puesto que estis, vivo y que no puedes conseguiro, mis valdria que crecic- 135, para poder salir de la guarderia infantil. Entonees ya esti, podris matarte, porque serés libre.» Gracias a esta Somprensién del otf, estos nos ya no estan absolutae mente solos, ya no se sienten despreciados iCudntes parejas se rompen porque hay on nifol Los ninos sufren teriblemente por ell se sienten culpables. {os nifios querrian siempre salvar a su madre, y también anu padi, de manera que se han dejado coger en Ia trame a de Ia vida, y se dan cuenta luego de que se han equi= ‘cado; entonces se sienten culpables, se sumen en Ia de- resin, y les deprimides 2on velentos exteiormente 0 vio- Jentos contra si. Si se adopta una psicoterapia de silencio 16 xy de escucha, no se rompe el aislamiento, se esté cada vex ‘mis con un moribundo. No es cierto que el nifo tenga siempre necesidad de ser ayudado en lo que siente. Pero ‘quando se dice con palabras, incluso con palabras de mé- dico, en lugar de ser significado con comportamientos, eso se vuelve humano. De otro modo, es intolerable, porque ‘es inhumano. Para un niflo que somatica y verbaliza poco, el psico- drama puede ser interesante, porque en este caso el nino juega con su cuerpo, representa un papel, sale de st Esto es. por otra part, lo que hacen los psicoterapet tas con el modelado. «Toma un pedazo de pasta; este es tu papé, ésta es tu mamé, éste eres ti, y éste soy youn El nillo queda fascinado, hace vive cosas entre €ly los otros Si veo, por ejemplo, que echa al suelo el trozo de masa que le representa dle digo: «T'é querrias echarte a slgin sitio para dejar de existi. Entonces ya no habria mis paps Y¥ mamé, y Iuego estara yo. Me has puesto en el lugar en ‘ue estabas 16, y yo soy el malo, yo soy al que tendrias ‘que matar..0» En este momento, esboran sonnsitas, «No. x0 depende..» La psicoterapia de nifos es todo un arte. No creo en absoluto que se les ayude adormeciendo y no ucriendo nombrar lo que les produce sufrimiento, dején doles vivir con ese secreto. Jame! Algin dia eso saldrd a 4a luz de modo dramética. Por el contrario, hay que men clonar aquello que se reprime Si 10 que se calla llega a la fase adolescente, debe de ser bastante dificil de extirpar. Es por eso que hay tantos adolescentes que tienen de tuna manera normal y sana ideas de suicdio, y otros que ueden tenerlas de una manera morbida. Las ideas de su fidio son alga imaginario, y el desco de legar verdader Mente al suicidio es mérbido, La frontera entre ambos es uy delicada. Seria quizé deseable hablar con mas franqueza de la Juuerie y desu enfoque alos adolescemes que tienen prom u7 Ela muerte de todo lo que se ha sido antes... Los ‘adultos que, como se dice, wevacuan la mucrte de los ‘otros, no 1a muestran, y menos atin hablan de ella... La ddisfrazan, enmascaran la verdad. Cuando ha sucedido un drama, cuando cvidentemente el joven buscaba matarse, los paires se niegan a creer en oira cosa que en un acci- dente En realidad, aunque el gesto no estuviera claramente premetitado, formaba parte del desco incansciente de sui dio en un intento de que el exterior se adapte a la fantasia. Nuestros abuelos hablaban a menudo de ninos temera- ,sufcidas. El término ha perdido actwalidad. Aunque 0 fueran verdaderos aventureros, les niftos, ‘en sus juegos, corran riesgos. Los padres tentan esta preo. ‘cupaciba: uno de sus hijos era un poco temerario. Estos jucgor «prohibidos» correspondien a una época pretérita. ‘Ahora, los adolescentes se enfrentan més bien a ma pos traci, incluso aquellos que no se drogan 0 no eaen en la ddelinciencia. Arrastran su. vida, terminan con apuros sit ‘escoleridad, pero no tien ideas precisas sobre su presen- ‘ia ena tierra. No estin motivados por nada. Les padres se quejan: «Nuestro hijo esté postrado, no habla» Todo les resbala, y estén completamente desamps rados: no saben qué hacer, qué decir. Su indiferencia es lo ‘ontraio del amor. El odio que podia haber ana, y las fesoonss que algunas adolescentes les hacen ain a sus par ddres, es una iaversiin del amor, pero también una fijacién ‘en los padres, mientras que la actitud que observamos ahora {74 no esté en absoluto fijada: los padres no tienen valor, y 15 propia vida carece ya de valor. Es la pérdida del deseo, EL ROBO Hay madres que ensefian a robar a sus hijes, In- formandeles de que los grandes almacenes destinan, ‘por la pérdida provocada por los robos, de un 5 a {in 10% de Ia recaudaclén a pérdidas y ganancias, ‘Los Jovenes hurtan, pese a llevar dinero encima. Con: tevion de poder decir a sus padres: «Mire, no derro- ‘cho ml dinero para gastos; afin me queda» us La delincuencia es una conducta sulcida que com- bina un rechazo de In realidad cou la blsqueda de Ia facilidad y de la provocactén. Los pequetios robos del sibado por Ia tarde se cometen sin pulsién cr- ‘minal. Pero se pagan caro. La emocl6n, Ia tensiéa erética hacen olvidar por unos instantes el aburrt- ‘mento o el miedo de vivir. Nada que recuerde el in- sipido calmante prescrito por el pedlatra en el trans- curso de Ia mifier. Martine, dieciocho aitos: «Cuando era adolescen- te, consideraba que birlar algo era una especie de ex- ploracién de Io desconocido, un medio de superar Cletar cos, de salir un poco dela propa pel de Ya no hay estructura La falta de estructuras es lo propio de la adolescencia: es sano. No hay estructuras en el feto del primer dia. Hay {que ayudarle; sio ello, moriria, Hay que darle calor, cu brirlo, asistirlo, El recién nacido, dejado sobre una mesa se morira. Al adelescente Is sociedad le deja de lado; no. ‘es nada en relaciéa con lo que era antes. La madre que le hha dado a luz ya no puede hacer nada por su bebé; esta ‘demasiado fatigada, debe dormir. La eomadrona, la enfer- ‘mera, toman el relevo. Lo mismo sueede con los padres de los adolescentes: ya no pueden hacer nad, estén en situacién de mate como dicen los jugadores de ajedrez. Sin salida, Pero es la sociedad que les rodea la que puede actuar. Los padsinos, madrinas, tfos, tas. La cosa va muy bien con los adolescentes cuando los que intervienen son per- sonas diferentes de los padres. A aquellos gue no expresan deseo, no habria que abor- dar, de una manera directa 0 indirect. Ta cues de a de fa muerte? Quied se sentirfan mejor compren- aides, me Naturalmente. Algunos jévenes consiguen expresarlo si 1 psicélogo les pregunta: «(Has pensado ya en morir?» Y I dice: «jPero si no pienso més que en esoly «@¥ qué te us lo impide?» Bsta pregunta es la clave de todo: «Que te lo Implde?» «lis porque tengo miedo.» «Cuéntame tu miedo; {de qué tienes miedo?» «Bueno, tengo miedo de lo que hay después de la muerte.» «{¥ qué te imaginas que podria hhaber® Se le hace hablar de sus fantasmas, que son fan- tasmas de cine, fantasmas de beaterias, de diablerias De Ia misma manera que las madres tienen mucho ‘miedo de decir que no querian a este nif. también tienen mucho miedo de hablar del deseo de muerte. Dicen: «Sobre todo, no hables de ello!», si alguien quiere abor- ar la cuestién. Tienen miedo de que el simple hecho de pronunelar [a palabra «suicidio» sea como una especie de IncitaciOn, Si es la madre la que habla de ello, hay un cin- ‘cuenta por ciento de posibilidades de que es0 sea una inci- tacién. Pero no hay peligro si es otra persona la que se in- teresa por el nif, alguien exterior en quien el nifio pueda , ‘Todo esta podrido». Con su pobrera de vocabulario, caer ‘en un psitacismo somero El vocabulario de los que viven en un mundo imagina- tio no verbal se empobrece cada vez més. La bulimia de lo audiovisual mantiene un estado de hipnosis no dinémi- 0. Asi se soporta esta wperra vidao. Al principio, el nifio Tecurre a la television como tna extensiGn de su imagina- eién. Es una derivacién que conduee a la irresponsabi- lidad. ‘Es inofensivo —protesta el telemanfaco—. La tisana ‘Ves menos nociva que todos vvestros medicamentos, que ‘vuestro alcoholismo mundano.» Los adolescentes triviali- zan la droga blanda. La utilizan como una afirmacion de ‘su libertad. «Ya que vuestra sociedad lo defiende... puedo rescindir de ello. Equivale vuestras drogas.» 141 Entre las declaraciones recogidas de los estudiantes gue foman regularmente hachis, hay dos testimonios significa. tivas sobre vel mal vividow de ios adolescentes de nuestra sociedad, sobre la dificultad de ser aceptados «Sin porro, ‘me volveria demasiado violentos, y. «Soporte mejor los exé- rmenes y el miedo al paro Desde su més tierna edad, los nifis son debilitados por tuna proteccién y ayuda excesivas: el bebé no debe rar yy se le administra calmantes para hacerlo dormir; el hom bre no esta preparado para tolerar Ia menor fiebre o indis- posicién. Se oculta la muerte, Ia enfermedad, Ia vejex. La langustia se cura con medicamentos en lugar de ser trate dda mediante la palabra y el intercambio social. FE umbral de sensibilidad es muy variable segiin los individuos, pero se observa que son los niflos més protesidos los que se sienten mas inadaptados a la tragedia cotidiana de! mundo Es posible que el porro recuerde inconscientemente al ado- lescente el sedante prescrito por el pediatra en su primera infancia, Usted ha sido recibida en los institutos y ha respond do a las preguntas de los alumnos de clases superiores. ele han interpelado sobre la droga? Uno de ellos revelé su conflicto frente a la tentaciin de la droga, conflicto compartide por cierta parte de la clase Somos tentados por la droga, y al mismo tiempo sabe- ‘mos muy bien que es peligrosa. No pensamos més que en 80, ¥ no saberos qué hacer.» ‘Yo les dije: «Podrfais hablar de ello con un psicoana- lista... porque si lo habldis eon vuestros padres, se angus- ‘iarén» ‘Pero un psicoanalista cuesta mucho dinero» ‘En todos los dispensaries, hay psicoanalistas, Los que quieran hablar con él, no tienen mAs que telefoncarme. Yo ya no hago consulta, pero os daré direceiones de médicos, de los dispensarios a los que podrias ir a ver, No tenéis, novesidad de hacer una cura demasiado larga, sino Gniea- ‘mente de hablar a alguien de vuestras contradicciones, 2 alguien cuyo oficio no sea angustiarse cuando vosotros ex: preséis vuestra angustia.» 1a CapituLo 12 JAQUE AL FRACASO ESCOLAR La constatactén: comparaciones internacionales Desde hace unos afes, a medida que aumentan las tasas de escolarizacion, la definicion de fracaso escolar se ho amplado manifiestamente, pudindose aplicar a los ado. lescentes que no siguen estudios ni formacion mas alld del primer ciclo de ensefianea secundaria, 0 a aquellos que no onsiguen obtener califieacién al nivel del segundo ciclo, 0 también a aquellos que se encuentran en la obligacién de conformarse con una ramifiescion de poco prestigio. De una manera general, eh estos tltimas veinte ates observamos una evolucién en los indices de escolarizacion de los diferentes paises industralizados No obstante, no dejamos por elo de constatar que exs- te en estos paises cerca de un 10% de jovenes que fracae san 0 se encuentran marginados antes e haber acabado su escolaridad obligatoria. En efecto, un porcentaje nota ble de adolescentes no prosige cus estudios més alls de a scolaridad obligatoria,o abandona el sistema uno 0 dos fos mas tarde sin la menor cualificacin (6) os adolescentes mas aicctados por este problema son tos de las clases sociales més. desfavorecidas o minorias ftnicas (5). Por otra parte. pese a una evolucion impor- tance, las muchachas siguen suftiendo ciertos handicaps Importantes (2) En la mayor parte de paises industrializados, més de dos tercios de lot adolescentes de diecisiete aos siguen luna otra enseftanza. En cambio, a los diecinueve ates, 4a proporcién es sélo, en general, del 30 al 30% Para intrpretar correctaments estas cifras, hay que dis- Aguile sipos de ensatnzas propuetos tas la eecvla obligatoria 43 Encontramos tres tipos de estructura — El modelo escolar. Se trata de favorecer una esco- larizacién a jormada completa para la mayoria de adoles- centes, Asi en Estados Unidos y Canad, la proporeién de ado- lescentes de dieesiete aftos escolarizados se eleva ahora al 87 y al 72% cespectivamente Hoy, el ejemplo tipo de este modelo es Japén, donde el 94% de este grupo de edad sigue estudios secundarios En buen nimero de paises europea, el sector escolar ecupa un hugar preponderante: Belgica, Suecia, Palses Bajos, Finlandia, Dinamarca, y en menor grado Francia En todos estos paises, més de las dos terceras partes de adolescentes de dieisiee anos estén actualmeate esco- lartzados, pero muchos de estos alummos siguen ensehan- zas tKenicas 0 profesionales que cumplen funciones muy Giferentes de a de los sistemas de ensefanza de Estados Unidos, Canadé o Japén, cuya enseftanza es anélogn a la Ge las escuelas secundarias del segundo ciclo eurepeo, — El modelo dual. Se distingue por la importancia de! sector del aprendizaje, ‘Asi, Alemania, Austria y Suiza combinan la formacién fen la empresa con los estudios a tiempo parcial; la pro- pporcién de adolescentes que siguen un aprendizaje es alli Superior ala de aquellos que siguen estudio a tempo com- pleto. El modelo compuesto. Reserva mayor dedicacién a las formaciones profesionales dispensadas fuera de Ia es- cuela y netumente separadas de las enseflanzas eccolares. Asi, el Reino Unido ofrece posibilidades de formacién at 40% de adolesontes que no frecuentan el sistema es- [LAS CAUSAS DE LOS FRACASOS ESCOLARES En estos tltimos veinte afios, el fracaso escolar ha hecho correr mucha tinta... excesivamente impregnada de ideologia. De una manera general, los autores estin hoy de acuer- 144 do en afirmar que las causas de este fracaso son de tres Srdenes (aunque algunos soentGan uno otro de estos as- pectes): socolbgico, psicol6gio, pedagégico. Muy a menudo, estos fatores se conjugan,y, si quere- ‘mos comprender las causas de estos fracasos escolares, hay fe estuclar simulténeamente su interacién y sus efector independientes Causas sociolégicas Diferentes andlisis estadisticos han demostrado clara- mente que los ninos procedentes de clases sociales inferio- res son més susceptibles de sufrir un fracaso (8, 9) En efecto, las obligaciones impuestas por las condicio- nes geogrificas, sociales, econémicas y culturales son otros tantos factores que pueden influir en el éxito escolar de Jos adolescentes: pobreza que entrafa malas condiciones de vida, desventajas de las clases menos favorecidas para desarroilar las aptitudes intelectuales y el lenguaje, dife- rencia de los valores de la familia y el entorno con los de la escuela, problemas que se les plantean a las minorias Etnicas, lengua de enseBanza diferente de la materna, nivel de la clase social predominante en la regibn donde se en- cuentra la escuela. Los resultados excolares son, pues, modificados en gran medida por el origen y el medio social Por otro lado, la actitud de los padres hacia Ia escuela y el interés que manifiestan en la educacién tienen tam- ‘bién una importancia fundamental en los motivos que em- ujan a los chicos a trabajar bien en clase. Causas psicoldgicas Los factores psicoldgicos, que no estén necesariamente vineulados a las condiciones socioeconémicas tienen tam- bigm una importancia capital. ‘iertamente, el sentiiento de seguridad del nit, el grado de estabilidad de su hogar, sus deficiencias (isicas ¥ mentales, su propio ritmo, sus motivaciones, los éxitos Y fracasos que ha conocido ya (se ha demostrado que una fran mayoria de loe adolescentes que fracasan en la es- fuela han repetide, al menos, un curso; wn artfculo de Le Monde del 18 de junio de 1987 indica que la casi roalidad Mas de los nifios que repiten el curso preparatorio no entrard Jamas en el instituto de segunda ensefanca)... Estos son algunos de los factores que con frecuencia hay que tomar fen consideracion para averiguar las causes de los malos resultados escolares. ‘Asi, muy a inemudo los problemas escolares son el signo 4c un profundo malestar de la personalidad del adoleseen: te en dificultades vinculado con los datos de su relacién con los padres (16). ‘La seguridad afectiva que el nino encuentra en au fa mila es sin duda una de las mejores garantias contra los resgos del fracaso escolar (18). Causas pedagégicas Una tercera explicacién toma come punto de partida el anilisis del funcionamiento del aparato educative. El nimero y la califieacion del personal de ensefianza, la organizacién de los estudios y de los programas, los edi- fics y ef material escolares, los procedimientas de exa- ‘men, las relaciones entre les profesores y los alumnos, y centre Is familia y Ia escuela... pueden, pues, influir tam- bbién en los riesgos de fracaso escolar. LA LUCHA CONTRA EL FRACASO ESCOLAR Los informes sobre los posibles remedios al fracaso es: colar son menos numerosos que los estudios criticos. No obstante, en su inmensa mayoria, los palses se in- quietan al observar que un fuerte porcentaje de adolescen- tes salen de la escuela sin calificaciones suficientes, y que demasiados de ellos abandonan la escolaridad obligatoria, con Ia impresién de no haber tenido, o casi, ningan éxito, Para luchar contra estos riesgos de fracaso escolar, $e hhan puesto en préctica varias medidas, tratando de paliar fos diferentes factores eitados anteriormente como cavsas de tales fracasos. Medidas sociales Se trata de ayudar @ los alumnos que, debido a su ori- gen social, a su medio, a su sexo 0 a su raza, tienen dil ‘cultades de integraciGn en Ia escuela 148 Entre esas medidas figuran la escuela tinica, las clases hheterogéneas, las nuevas modalidades de examen y los pro- sgramas especiales de apoyo para los nifios desfavorecidos, tales como el head-start en los Estados Unidos, y los usec. tores de educacién prioritarian en el Reino Unido. ‘Sin duds, es en Estados Unidos donde se han puesto fen marcha los programas més ambiciosos y perfeeciona- dos con vistas a atenuar el héndicap que sufren los ado- lescentes procedentes de los grupos mas desfavorecidos (23). Estos programas proponen ensefianzas individualiza- das con pequefios grupos, clases bilingies y posibilidades dde trabajo fuera de la escuela (por ejemplo, confiar 2 un ‘adolescente Ia responsabilidad de ayudar en sus tareas es- ‘olares @ un nifio més joven) a fin de devolverle su con- fianza. Medidas psicolégicas Tras haber comprobado que el detericro escolar dismi- ‘nuye en cuanto el alumno es enmareado s6lidamente por adultos que se ocupan de él y establecen un vinculo per- ‘sonal y afectivo, se han desarrollado también estructuras {que pueden ayudar a los nifios que sufren trastornos psix ‘colégicos. Encontramos asi en las escuelas psicélogos escolares, ‘ortofonistas y consejeros de orientacion (20). Y eso se debe a que muchos ereen que la orientacién de estos adolescentes con dificultades es una de las solu- cones al problema (22) Se intenta también, naturalmente, implicar cada vez mas a la familia en la escolaridad de los nifos. ‘Se han creado asimismo centros médico-psicopedag®- gicos para ayudar a los adolescentes con dificultades. Medidas pedagdgicas La reforma de los métodos, la transformacién de los programas y los procedimientos de evaluacién son igu ‘mente preconizados: es importante adaptar Ia escuela a los rifts Se trata de sustituir una pedagogia del fracaso por una Dedagogia del éxito: valorizando Ins buenas respuestas mas que penalizando las malas, concediendo importancia al ren+ “7 liniento de un grupo de alumnos en ver de subrayar los Exitos individuales, inveotando motivaciones que puedan reemplazar eficazmente la amenaza de la no-promocién, tr tuindo de evitar la repeticién de cursos... on el fin de luchar contra este problema del fracaso escolar (Dinamarea, Estados Unidos), se han creado tam- bién escuelas paralelas destinadas a responder a las nece- sidades particulares de los nifios con dificultades en Is en- ‘seflanza ordinaria, al margen del sistema escolar estable- ido, Si bien nos esforzamos por encontrar soluciones para prevenir el fracaso escolar, parece, por contra, que hay ‘menos interés en estudiar los problemas o en satisfacer las necesidades de los adolescentes que han-abandonado defi- nitivamente la escuela EL. CASO DE JAPON El sistema educativo japonés tiene el indiscutible méri- to de haber conducido a un nivel de educacion del que pocos paises pueden enorgullecerse. La pedagogia busca Ante toda la asimilacion de los conocimientos por el con- junto de los alumnos, y destierra, por principio, el fracaso fal autorizar de manera casi sistemética el paso a la clase superior sin repeticién. Los alums que tienen difieultades en seguir el ritmo ‘se benelician de una ayuda especial en forma de deberes suplementarios de lecciones particulares impartidas be- rnévolamente (28). La efieacia del sistema educativo japonés se explica también por la estructura familiar japonesa orientada a ta promocién de los nifios. El papel de las madres en el éxito escolar es muy important La tasa de escolarizacion de los quince-diecinucve afios fen Japén es mas elevada que en todos los demés patses de la OCDE: el 94% de los jovenes cerminan sus estudios secundarios, y el 40% ingresan en la universidad. Sin embargo, este éxito es obtenido al precio de tensio- res que agobian pesadamente a los jovenes y ncaban por provocar el desvio del sistema de sus objetivos primarios. Alas seis horas cotidianas de presencia en la ciase, se ‘suman al menos dos horas suplementarias en una escuela 148 octuma. Y la competitividad alli es terrible: para entrar fen una buena empresa, hay que tener un diploma de una ‘buena universidad; para pasar el examen de ingreso a tuna buena universidad, hay que venir de un buen Instituto de ensefanza media; para ser admitido en un buen insti tuto, €6 necesario proceder de una buena escuela primaria, En resumen, la competitividad comienza en In guarderia {infantil (27). Nuevos enfoques Un grupo pedagégico animado por Arnaud Hurtin expe rimenta: un nuevo método de prevencin de los fracasos es: colares repetidos. Del mismo modo que en fa Maison Verte ‘observamos en los nifios muy pequeRos, antes de su ingre- 50 en las guarderias infantles, loz comportamientos vista les y auditivas —en particular los defectos del ojo, este ‘grupo se dedica a distinguir en los povenes de diet, once y doce akas, cuyo nivel de aprovecharniento en 5° 0 6: curso sufre deterioro, quiénes tienen una memoria visual y quié- nes la tienen auditiva. Teniendo en cuenta su memorica- cidn, los métodos det equipo habrian legado a relanzarlos en su escolaridad. Las alumnos tienen malos resultados, orgue, segiin Arnaud Burtin, no saben qué método adop- tar para retener los datos. Observamios que un determina- ddo alumno tiene memoria visual y se le ayuda ensenndole @ retener las referencias visuales en sus manuales. A los auditivos se les ensefa cémo utilizar también el ritmo det everpo, como se hace enire los drabes y los yes- hibas judios... Las talmudistas retienen toda ta Biblia de ‘memoria balanceéndose, modulando, salmodiando. sta es quia una via. Por lo demés, en la Maison Verte os mostramos extraordinariamente atentos al comport Iiento visual o auditivo de los pequefiines. Deciros: aquél ‘saucha discos: asi pues, es realmente un auditivo. O aque! ‘otro es v's pintor. O el de mas all, un bebé de seis 0 nueve eses, quiere tocar un juguete rojo desde un metro de dis tancia. Cree, porque lo ve, que esti muy cerca; pero no uede cogerio. Tentis que explicarle que no es impotente, ‘Betis lejos pero no voy a acercartclo, y te tocaré la mano; ero, mira, lo alejo, atin lo ves, crees que te toca la mano 49 porque ves la mano junto a él» Cuando se explica eso al nifio de nueve meses, las palabras le transmiten la seguri dad de que no es impotente. Si no, se desalentara. Es, por tanto, posible, aunque sea en clase de recupe- racién, a la edad de latencia ¢ incluso al inicio de la ado- lescencia, decir a unos alumnos: vYe ves, no retienes las ‘cosas, no comprendes, no sigues bien !a clase que imparte el profesor, porque no sabes que tienes una manera pro- pia de retener, de buscar referencias, de entrenar los me- canismos de memorizacion, de comprender, de encadenat tun proceso.» Los grupos de Burtin han interrogado a sujetos brillan: tes de gran rapidez mental, por cjemplo jévenes politécni- 60s, y han traiado de aplicar sus métodos de trabajo a las wealemidadess. Se les explica cémo pueden llegar a resol- ver problemas muy arduos, dividiéndolos, reduciéndolos a términos sencillos, 0-a cireuitos que ya conocen, diciéndo- se" Cémo voy a llegar a ello», descomponiendo, facil dose puntos de referencia canccidas, para conseguir tr mds allé, en una partida que es atin, para ellos, desconocida. El hecho de decir a unos jévenes que pueden perfecta- ‘mente ser competitivos trabajando a su propio ritmo segiin su comportamiento individual es ya una manera de dar la vuelta al fracaso, de crear un elima de confianza. Antafio, no se enviaba a la escuela a ninos menores de seis afios, antes de que el Edipo estuviera terminado. Haba todo un trabajo en familia, un trabajo de la sensorialidad educada del lenguaje, todo lo que un nifto hace en la familia donde todo el rmundo lo hace todo... Pero ahora, van a la escuela a los tres aftos, cuando no han aprendido otra cosa en el hogar que abnr un grifo o apretar un botén. Su desarrollo, det es casi nulo, No hay que teorizar demasiado la distincién memoria auditiva-memoria visual. Es una manera de ara pero no es la panacea. Hay otros enfoques, por « siones. Hay que establecer, pues, listas de presunta inca ppacidad, Igual que el fisco ha hecho una ley que presume Que todo contribuyente es un detraudador, e303 trabajado- res sociales. ponen a estos muchachos de dieciocho anos en situacién de permanecer debiles, asistidos. Se podria ecir las cosas de otra manera: wA partir de ahora, sino te ves eapaz de arreglirtelas solo, de encontrar una viview 4a y tabajar, existen instituciones donde les mayores de edad como ti pueden ir a inseribirse y pedir una ayuda 192 social» En lugar de estimularlos, se les hace firmar un papel donde abdican de toda responsabilidad, € adelantar la mayorta de edad? La mayoria lgal deberis sera los quince aos, y la posible umaneipacin 3 partir do los tect. Va ogo las by [eciones: Lon padres ya 0 hardn nada por ellos» Eso Gemuesira que ya no batan nada, Cuando’ adel, por tna razbn 0 por oa, se wdesconectam, puede ser na dence, no enfermedad evoutva que le ataea preciem dbl una Incapocidad temporal o irevrsb,y tiene que fer asstido. Ast pes, cae incur en este riesgo 8 gir tov jvenes oe, una mayora de edad adcantda, a foe ‘uinceo dicadin as, no fueran capacer de derenvolvet: Spero ave consiycran ln exept vos padres aceparan, pein de nto a eman pac, estarlan en au derecho de no dat ya i un céotimo frau hijo y dejtle converse por completo en Un va fund, S lo hiceran, exo demostraria que ya antes lo de Jaban abandonado. Si, por e contra, se sentan fespow fables de bu hip, no dejaran de ayudarte porque tuviera Slestatato de emansipade No esaia prohiido que aye daran a sus hjor, aunque, claro ello no sera obigauoro {Por qué lo hacen en la sac actual? Porque te Obl stor? No, lo hacen para tener poder sobre au hijo, No Bay argumente que se sostenga. Ni porque es dab por: gue eth ipod: porgue hay afuhay inpedias a thos Qué medida propone usted para favorecer fa autono ‘mia juridica de los adolescentes? No se avanzari hasta que en todas las escuelas haya lun curso de ética civiea abierto a los mips, sea cual sea su edad. Aprenderian sus derechos y deberes a la edad que corresponde. La actual instruccién eivica es anacrénieca. Se tensefa a los ocho aflos como volar para clegir al presiden- te de la Repiblica, cosa que no van a hacer hasta los die- slacho. La edusacién civiea se limita a buenas acciones, como dar la mano a una clega para cruzar la calle. En lugar de dar clases demasiado tempranas sobre Las i tusiones, mas valdria iniciarles en sus derechos y deberes 193 en a familia y 1a sociedad. Existe una cruel carencia de edvcacion del comportamiento moral, personal y social. Las suizos. tan prudentes ellos, han debatido en et Con sejo Federal la posibilidad de rebajar ta edad de mayoria semual a los quince’ aes, convencidos de que la evolucion de las costumbres va mucho més de prisa que la ley. El proyecto de ley ha sido aplazado. La comisién parlamen ‘aria encargada del informe iba més lcjas y proponia los cslorce, lo cual asusté a los senadores de Berna. Sil go: bbierno federal de Suita estima que la mayoria de edad ~0 la maduret sexual establecida en los dieciséis aos debe ser reducida a los quince, ello quiere decir que en Occi dente se pone en tela de juicio el viejo sistema paterna: lista Que tos elegidos de una soctedad muy conservadora se encuentren de repente retrasados con relaciin a Ia evolu: cién de las costumbres, es un simbolo del desfase general Pero en Francia, los reformadores estn ain mas retrass. dos en este sentido que en Suiza La ley sobre la autoridad paterna en el caso del divor- cio ha sido recientemente modificada. He leido el texto pu blicado en el Diario Oficial Bs lamentable. Retrocedemos treinta aris. En lugar de responsabilidad paterna, se habla en cada pagina de autoridad. {La autoridad no depende de uno mismo. No es el juez ‘que puede decir si tal padre tiene autoridad. La tiene o rno la tlene, Depende del nifio. El fuer s6lo puede dec sobre la responsabilidad del padre o de la madre. Si se dice que una madre tiene autocidad cuando no Ia tiene, se engafa a todo el mundo. Por que no decir al nifo chunque ella no tenga autoridad, es responsable de ti Debes someterte al hecho de la ‘responsabilidad de tu ‘madre, aunque ella sea incapar de asumiria. Ati te co Fresponde ser responsable de th mismo.» ‘Segunda aberracién en el texto de la ley: el legislador hhabla del «derechon de supervisar el mantenimiento y la feducacién. Eso no es un derecho, sino un deber. El udere cho» de visita es un deber paternal 0 maternal de interts Yy atencién. Y para el nifo Un deber filial de verlos. 194 No se habla de ningiin deber mutuo de unas con otros Es un deber para ef niflo mantener relaciones personales coon los parientes de ambos padres, aunque uno de ellos haya refido con sus ascendientes o con la farnilia de su ‘céayuge Hay confusién de derechos y deberes. El padre que no tiene el ejercicio de In autoridad pas terna conserva el derecho de vigilar el mantenimiente y la ‘educacién de los hijos.» ‘Aunque el nino no viva siempre con él, sigue siendo responsable de su cuidado. La responsabilidad incumbe a fambos padres. La autoridad no se comparte. La response: bilidad, si. Los dos padres divorciados siguen siendo res- ponsables solidarios de sus hijo. El juez puede decidir con fiarlo a un tereero. Si el nifo es confiado a una familia, ios padres ya no tienen ninguna autoridad ai responsabi- Iidad! Absurdo; se ha querido legislar en un terreno donde tno cabe una reglamentacion. He recibido una octavilla de Dgjalos vivir, para suprimir el derecho al aborto. Estos ‘casos de conciencia no son contempladas por les legisla ores. Lo importante es despenalizar. No votar la prohibi- ibn de abortar El deseo de los nifos de nacer es algo que ningiin texto puede impecir que prevalezca, En Ia situacion de divorcio de los padres, escuchar al nfo, apoyar su deseo de vivir es més bien de la compe- tencia de un psicélogo que de un juez. El sentimiento del ‘ediador desinteresado se tradueiré en una opinién, un ‘onsejo, una recomendacién, sin tomar la forma de una decisin juridica El buen uso de los derechos del ciudadano a ser oido ‘consiste en recordarle también sus deberes Kramer contra Kramer: la ley confia a la madre et pe- querio educado por e! padre que ella reclama después de hhaber desaparecido de su vide durante siete alos. Final- ‘mente, viendo el vinculo que le une a su padre, es ella misma le que decide dejarlo a la custodia paterne, [Un caso de divorcio en la region de Lyon demuestra a las claras qué uso tan aberrante hace el adulto de la ley que supiiestamente debe beneficiar al joven cluda- ‘dano! El padre, que tiene el derecho de ‘car a su hij, Bajo ol protexto de que el sito no est toda- ‘ia preparado (no se ba pucsto ain el anorak), no ae lo leva. El ino levaba esperando al padre dor horas. El padre hace constar por el ull: «Observe que el nifo esta fn pljamai» El nifio, de seis aflos, protesta: «No es un pit jam, jes un bonito traje de dormingols El padre debis pasar las vacaciones con él, El hijo mayor, alumno exe lente. quinee anes. en calonias con su escuela, se Tas are lb para fugarse. Habla dicho al juez que no podia ir con 5u padre, el cual hace escenas espantosas. El padre, que ex médico, quiere lor hijos. Tine tres; el menor, de cinco afos. Anuncia que viene, pero no apa: freee. Cuando llega, c3 eon dos horas de retraso. Dice que los nifoe no estan listos. A veces el mayor se atreve a deci wa oa ver dijste que vend, vn Wns Ci atl» Ls tres siios fueron examinados por una comisién de pricélogos, El zesponsable le dijo a la madre: «Vemos que ‘5s hijos son demasiado ardientes, porque son mucho més Inelgentes que los demas nitios. B= peligroso que se que den con usted. Estin demasiado responsabiizados Saben frregrselas sip usted.» La madre ex doctora y tiene que ganarse Ia vida. El padre hace excenas continuamente. Ls Milos tienen si «actitad de reserva, ‘«Miren —dice el padre— como han cambiadotn Han cambiado porque son desgraciador, Estas situaciones son dramatieas. Ls nifios, mas sblidos que otros, resisten bien. :Qui ren ustedes saber wna de las rarones por la que los Jove nes no quieren ya easarse? Para no tener que divorciarse, para que sus hijos no sean como estos hijos del divorcio. Pero fo escapan a este sistema, pues los jueces tratan de la misina manera a los hijer de los concibinor que ae Separan. Seria preferible decirles: uSois concubinos, J, Dor tanto, esis fuera de In ley. Aai pues, qe vtesiros hijos se las arreglen. De ese modo tendrian alguna proba: bilidad.n ee Hay nitos que superan perfectamente la separacién de sus padres. El conflite pusde ayudarles 2 madurar mAs ripidamente.«\No lo pueden remediar. mis pobres padres!” Vemos cada vez més jSvenes que tienen una sana compa: si or en oN me a muy imo eo is 196, Se oye decir: «No es una madre.» Pero es su madre, 2Qué es una madre, sino una mujer que no es mas que juna madre? Parejas muy asentadas disputan a veces por causa de ‘sus hijos. Uno de los cényuges encuentra demasiado in- dulgente o demasiado severo al otro. con relacién a su pobre padre o 9 otro hombre con el que compara a su com: ppaflero. Cudntos hijos oyen a su madre responderle a su padre: «No eres un marido.» O a este iltima: «No eres una mujer» Eso es algo muy frecuente en parejas estables, que ast \beran tensiones. Un adolescente quizé se lo tome con filosofia. Un niflo corre el peligro de quedar mis perturbado, y puede indu- cirle 2 conductas antimatrimoniales. ‘Ya es dificil dejar expresar sobre el divorcio a los j6ve- nes que lo sufren. Habria que evitarles, preventivamente, el debate sobre el matrimonio. La legislacién sobre el ma- trimonio tendria que modificarse. Nos casamos como en el siglo xvi. BI texto sobre la custodia de los nifos es de Ja misma antiguedad. El contrato de matrimonio, tal como ‘se hace alin, fue creado por sociedades donde se conserva~ ‘ban los bienes, las terras. Uno so casaba impulsado por los intereses de la familia. Eso ya no se corresponde a nada, y puede explicar que unos jévenes vivan juntos para tener hijos, pero sin casarse. «Pues no hay vinculos de in- teres entre nosotros», «Vivimos juntas porque nos convie- ne, de una manera desinteresadan, Es ain dificil conseguir que los directores de las insti- tuciones no asistan a los debates en que los alumnos han sido invitades por un adulto del exterior. en un local del insticuto, a expresarse libremente, sin control ‘Yo habia expuesto mis condiciones al director de un {nstituto de la region de Paris, para celebrar una reunién e alumnos del ditimo curso, La sala de fiestas habia sido uesta a nuestra disposicion para la sesion. Sentada en la tarima, levanto la cabeca y distingo a la luz de las peque- ‘Ras ventanas unas sombras. «Diria que alls, en el anfitea tro, hay alguien.» Los jévenes se dan la vuelta. «Ah, es donde esta Ia eabina de proyoccién.» «ld a ver.» Allf arti- ba, el director se descubre, embarazado, y me dice: «No 197 hhsy ningin mal en que me quede agui, ide espectador!» Habsa ocho profesores escondides en la sombra. Yo me le vanto. «Esti bien, jpero yo me voyl». y tomo a los esta. diantes por testigos: «Ya veis la angustia de los maestros, Ja angustia de vuestros padres. Les angustia la idea de que plantefis cuestiones diferentes de las que les plantedis a los. ¥ precisamente, si me hacéis @ mi estas preguntas, ‘es porque no podéis hacerlas a las personas que veis @ iario. Y eso os angustia. No hay motivo para reir. La an- gusta es muy dolorasa: la conoctis bien. ¥ vuestros macs: {ros la sienten, por ellos y por vosotres, porque son res- ponsables de vuestro Futuro.» Quiero que esta condicion sea respctada, porque los adolescentes no pueden hablar a los adultos tutelares de Jo que les preocupa en el fondo de su corazbn. Es mas ‘Geil hablar a personas 3 las que se supone que no se vol vverh a ver. Me sali con la mia, El anfteatro Ive ilumminado para que nadie pudiera apostarse en Ia sombra. A la sali da, ef director reia de dientes para afvera. «Esté usted de- masiado angustiadon, le dije. En el Instituto de Montgeron, cuando reuni a unos alumnos de terminal, dicciocho y diccinueve afis, hijos de padres divoreiados, para preguntarles lo que les hubiers fustado hacer cuando tenfan eatorce o quince afios, llega ron wdesinformados», 0 preparados, La directora les habla dicho que iban a escuchar una conferencia sobre sus dere: hos. Tantas precauciones por unos preesiudiantes... (Qué obsticulos no surgirian si uno quisiera hacer hablar a chi: cos de doce, tece ais, en el recinto de su escuela, sir control de los enserantes..! Ya llegaremos a ello, Actualmente, los maestros e incluso los directores de escuela 0 los jefes de estudios estén muy sensibiizadas por fl riesgo de que puedan ser denunciados —equivocadaren te— por algtin alumno histérico de tentotiva de abusos se- sxuales 0 de atentado a! pudor. ‘Lo que mis asusta a los educadores es que no hay tes tigos: a acusacién se basa en el testimonio de una, dos 0 198 tres muchachas. Una de ellas iniia la denuneia, y enton- ces otra dice: «Bueno, pues yo tambien, Si Ia acusacién es piblica, el asunto se resuelve con rapidex. Ni siquiera hay vasuntos. En un coleyio canadien se, una muchacha de trece alos dijo un dia: wEl seaor Fu lano me tiene entre ecja y ceja: no le gusto, sélo le gustar via si accediera a besarle.... La alumna lo dijo delante de todo el mundo... Cuil fue ta defersa det educador? [No hizo falta la defense. El debate piblico permitié des ddramatizar la cuestién. EI modo como la muchacha conta ba (eMe detesta y le gusto demasiado») era revelador. Evie dentemente, era ella In que tenia un problema personal Su padre habia abandonado a la madre cuando la nif tenia once afios, y ahora tenfa trece. Estaba obsesionada por la traicion del padre, que ya no se ocupaba de ella ‘Todo se aclaré. No se acus6 a la nif, simplemente se le dijo: «Pero bueno... Dices que sabes que le gustas. Enton- fees, cpor qué dices que te detesta? ices que querria hacer contigo como si fueras ya una joven que puede ir con un hhombre; pero eres demasiado joven..» ‘Todo el mundo habla de ello y tiene en cuenta rapide ‘mente las cosas. Pero en Francia, si una muchacha dice 3 escondidas a sus companeras y luego a sus padres: «Sa ‘eis... el profesor, conmigo... la familia presenta una de snuncia y descncadena todo el sistema judicial. En Canada ‘no ecurre nada, porque se ha dicho en piiblico.. Em Fran- ia, se esta obligado a cambiar al profesor. Es a la mu: hacha a quien habrfa que trasladar. «Ves como eres agra: able, ves como gustas»» Curiosa paradoja la de una sociedad machisia que gene- +a un cuerpo docente de aplastante mayoria femenina. Jamas lun muichacho ird a denunciar a su maestra porque ésta le haya hecho proposiciones, 0 haya tratado de seducirlo. Las rmuchachas tendrin cada vez menos profesores varomes que denuneiar, si det cuerpo docente desaparece la adecuada pro- ‘porcién de sexos. Por inconsciente autodefersa, el cuerpo do- feente masculino ex hastil« las discusiones libres, pues los ‘profesores tienen ta sospecha de que cuando un alumno eri fica es para calumniar, para acusarlos injustamente 199 Gabrislle Russier ha sido olvidada demasiado pronto. ‘La emocién suscitada por la muerte de esta profesora acue sada de corrupeién de menores tendria que haber anima- do la voluntad de cambio para que aquel acto de poder paternal sobre un joven no pueda repetirse cn Francia con ‘al apoyo de la maquinaria judicial. Este «sacrificio, esta condenacién de un amor verdadero» deberfa haber sido su- ficiente para demostrar que la ley est intrinsecamente co- rrompida. Es, por tanto, una ley deficiente, mal concebi- da, y tiene que ser modificada, si sirve hasta exe punto a la ‘mala fe de los adultos... Los padres de él eran. comunistas imilitantes. Se supone que defendian la fraternidad. Pero no tuvieron mas que una idea: perseguir a aguella que amaba 4 su hijo, y era amada por él, por corrupcién de menores. El chico estaba muy desarrollado para su edad. Afirmé que ‘amaba 2 aquella mujer, la cual no tenia hombre en su vida, ‘cuando ambos se encontraron y enamoraron. No era un caso de corrupeién, sino un easo muy particular de amor. Tenia fl proyecto de vivir como verdadera pareja. No habia nada reprochable. (Por qué esta prohibicién? ¢Porque ella era pro- fesora? Porque él tenia menos de dieciocho afios? Cierto, pero era un muchacho psicoloyicamente madvro. 1a palabra wmenor» es despectiva. «No habria que em petar a eliminarla del vocabulario? Porque el término ‘menor evoca siempre el wribunal tutelar de menores, la delincuencia, la corrupcién de menores. Cuando un profe sor le habla a una alumna, de inmediato brotan fos rumo- res; se sobreentiende que sus intenciones no son puras. Cualguier hombre que reciba en su casa a una menor es un presunto culpable Porque esto no se hace en piiblico... La cosa adquiere tun tinte oscuro. Se habla con el profesor a solas. cuando la clase ha terminado. @Por qué el profesor no le habla a su alumna delante de toda la clase? vEs muy interesante lo que me has dicho. Hablaremos de ello en el préximo curso.» En Quebec se alienta a toda la clase a que entre en conversacién con el educador. Raras veces suesde que los educadores se vean implica: dos en asuntos escabrosos. Sin embargo, el rumor se es- parce répidamente, 200 Pero ;qué relacién tiene esto con el hecho de amar sin- ceramente a un alumno oa ura alumna que ya son hom: bre © mujer, y con el de interesarse en su evolucién? No se puede aplicar la misma ley a la paidofilia y al gran amor. Por regia general, al adulto silo se le atribuyen in tenciones obscenas. Creo que esto sera lo mas dificil de extirpar de la mentalicad media eY si se eliminara la acién de menor? Esta nocién entrana una mentalidad retrograda que no inspira confianza al ser humano, ni adulto ni nifio, en sus relaciones con los demas. Una mentalidad impregnada de ‘miedos, de prejuicios, de intolerancia y de descontianza [Lo que harla falta es que la ley dejara de ocuparse de la ‘edad, Que se ocupara solamente de! incesto, de las rela ‘cones entre parientes prOximos, hermanos, hermanas. pa- ddres, tios, tas, pero que no existiera ninguna prohibicion fentre adultos y sins Actualmente, las relaciones adultos-niios estén mancha- das de sospecha por Is sociedad. He citado a Quebec como modelo de las relaciones entre alumnos y profesares. Pero por lo que hace a las relacio- res familiares, el cuadro es negro. Las autoridades estan tenloguecidas por las cifras proporcionadas por una encues- ta: el niimero de nifios violados fisica o moralmente por ‘sus padres. Habria incesto 0 abuso sexual en ocho fami- Fias de cada diez. Esto es probablemente una exageracién, pero las autoridades de Quebec lo ereen, porque sitéan en ‘el mismo plano la intimidad, los tocamientos sexuales entre hermanos y hermanas y la violacién por el padre o la madre. La controversia esti servida. La justicia cree ver sexualidad en todos los gestos intimes. Los adultos dicen que no ex asi, y los nifios dicen que sf. El ministro de ‘Asuntos Sociales ha iniciado una campana de informacién nacional. He visto las peliculas edueativas que se proyec- tan para nifios a partir de los ocho aos, para que los pe- {quefios puedan defenderse de los atentados sexuales, en In calle, en el autobis o en Ia escuela; con todos sus deta- les, Las autoridades se imaginan que la prevencién sera stificiente para que los nifios dejen de ser victimas de los abusos sexuales. Pero a los ocho aftos ya es demasiado Tarde. La concepcién de los sketchs y los dilogos haria 201 eit en Francia. Pero, en Canad, funciona, A pesar de todo, hhe encontrado muy interesante seguir las reacciones de los Jovenes espectadores a los que se ha pedido que comenta fan los files. Todos los stetchs representan a adultos que ‘se sienten tan culpables que actian como obsesos con una violencia continua, o una agresién verbal terrible contra el nino, Asi, en un autobis, una pequefia esté jugando con tun artilugio electrénico, y wn pasajero le rodea la cintura con el brazo. La nifia se pone tensa, y el hombre la aprie- {aun poco mas... Un encuestador interroga a una nia es pectadora. Esta le responde: «Bueno, ella no esta muy con- Aenta,. a@Per® le gusta 0 10% uN,» Vemos la expresién tensa en Ia cara del hombre, que mira a su alrededor para ver si le observan, Al cabo de un momento, la pequena se ruboriza intensamente, y dice: «No, sefior, nolo (el que interpreta el papel es un profesor), y el hombre retira su bbrazo. muy molesto, mira la hora y baja en Ia parada gulente. La nina dice: «Vaya, qué miedo tenia cuando le he dicho "no seftor'.» «Te felicto, eso era lo que tenias que hacer Peto si el hombre se hubiera dedicado a ello con amabilidad, diciéndole: «Vaya, pues si que es interesante tu juego. Ensehamelo, zquieres?», la pequefia se hubiera sentido satisfecha. Y se habsria ido al calé de In esquina para jugar a algin otro juego electronieo eon él. En otra sketch, un individuo, profesor de educacion fisica, da una Teceién gratuita de béisbol a un muchacho; su mamé no quiere pagarle una leccion con el profe. Bste le dice: «Es- cucha, 18 mama no quiere, pero como estas muy dotado, te voy a entrenar. A ver cémo atacas» Y, al mismo tiem po que se lo demuestra le pellizca en el muslo. El mucha cho sonrie timidamente: «Ah, no. iNo me gusta eso que hha hecho!» Bueno, entonces, no quietes aprender? Te hhago esto para demostr 3 tenso, sino que debes rel lo ests, pues te ha hecho dato que te pellizque el mislo..» E! muchacho acepta un poquito la primera vez, y luego, la segunda, vemos la eabeza del profesor que esti tensa por su sexualidad. El alumno ha ejecutado muy bien su ata- que, pero el profesor le vuelve a pellizear en los musios. El chico protests: «Bueno, cy por qué lo hace ahora? Lo Ihe hecho muy bien!» El profesor responde: «Qué pasa con tigo? Me ocupo de ti, y no estés contento. No woy a poner te nunca en mi equipo: peor para tin El chico se queda 202 muy apagado, vuelve a su cess, y su madre le dice: «Qué sucede hoy?» «Bueno, no esby muy contento con el profe- sor de.» uPero si a ti te gusta mucho el béisbol.» Enton- 2s lle dice: «Si, pero me hs hecho algo extrafo..» «Vaya, 2Qué te ha hecho?» «Bueno, sa queride darme una lecién, es muy amable. jY luego me ha pellieado en los mustos!» @@Y 1G qué le has dicho?» «Que no me gustaba» «Has hecho bien, bravo.» «Si, he becho bien, pero, sabes, no se hha quedado muy satisfecho, y me ha dicho que no me pon dria jamas en el equipo, que era demasiado estupido...» La madre le dice: «@Quieres que vaya a hablar con él?» Oh, sf, me parece Jo mejor.» La madre va con el pequeno ‘a hablar con el profesor: «{Ha pasado algo, ch, seflor? Me parece que si, gue usted sabe bien lo que ha pasado...» El profesor, muy incGmodo, se queda callado. «Bien, soy st madre. Mi hijo es muy inteigente, y lo ha comprendido. Bueno, esto tiene que termirar » Vemos a continuacion al individuo que le pide al direstor que le cambie de eseuela. Jamis, en Francia, semejante filme seria aceptado asi, con ‘unos papeles representados por profesores, y un grupo de nis a los que se les pide si parecer sobre las imagenes. La opinién piiblica juzgaria ridiculas estas peliculas, y de ‘mal gusto. porque los franceses no tionen el seatimiemto de culpabilidad que tienen ios puritanos canadienses de Quebec. En Europa, los pedsrastas de nifios escolares de- ‘sempefian su papel con una miscara de dulzura: no dejan ver su tension o su angustia en el momento en que «corte- jan», El gimnasta no pelizes los muslos de su alumno. Lo ‘que hace es decirle: «Vaya, pues estis musculado, chico!» Es mucho més solapado Otro filme trata de la henosexualidad femenina. Una ‘mujer le propone a una muchachita que se deje peinar. ‘res una chica muy bonita Tienes un eabello precioso. La cosa empieza con ese cunplido, y luego aparece ani- ‘mada de uno tal agresividad sadica sexual que empieza a tirarle de los cabellos, y a jegarle con el cepillo. La pe- {quena grita: «Ah, no, no es asf como me gusta que me einen» La otra se enoja: «Si no te gusta.» «Pero, hace ‘un momento, cuando usted ae peinaba, me hacia dafio.. Si, hace un'momente... pero ahora..» El filme no quiere ‘demostrar que la rauchacha puede tener sensaciones gent tales cuando la mujer le hace aquello. pero que no le ape- tece que se le tire del pelo para sentir placer sidico con 203 lla, :Por qué dramatizar? La caricia no es el place: se- ‘xual genital. Pero este cine es un poco el espejo del Que- bee puritana, Tiene también el mérito de hacer hablar a los nlifos sobre el tema del incesto, ¢No se corre el peligra de prevenir a los jovenes contra la sexualidad de los adultos incluso cuando no hay inert cidn de violacién o situacidn de incesto? Los nifios gue me han eontado lo que ocurte en el in- terior de la familia establecen bien la diferencia. «Aquel seflor es malo; y esté claro, no le conocen. Pero cuando se trata del amigo de papi en casa.» A parti de abl, es po- sible iniciar el disloga con el nino: «No porque le coro2- cas y sea tan amable. vas a aceptar todo lo que te propo ne. Pero puedes ser atraido por alguien de mas edad que fi, que se interese por ti, Si eso te causa placer, Tener hijos, y, al mismo tiempo, no depenster de nadie y ser li- bres, independientes, sin cargas. Otro estudiante me dijo: «Vo no quisiera hacer otra cosa que viajar. Ganar dinero para retirarme y hace un viaje de algunos meses. Luego, vuelta a ganar dinero. Pero como actualmente uno no esti seguro de encontrar un empleo, ‘no es posible vivir asi, y tengo miedo de convertirme en lun vagabundo. Si pudiera hacer viajes siendo medio vaga- ‘bundo, no me importaria. Pero no estoy seguro de que, 2 ‘mi rogreso, pudiera ganarme otra ver la vida.» Aquel que quiere viajar debe correr el riesgo de que- darse en situacion casi marginal. Peto ellos no quieren co- rer este riesgo. Quieren el billete de regreso. Quieren el placer y el dinero que cuesta el placer. Em suma, querrtan instituir las vacaciones sabsticas, cose que los empresarios no desean en abscluto. Hay muy ppocos que lo acepten, y especialmente si se trata de em- pleados jévenes. Es preciso Uevar muchos afios en la ent resa para tener derecho a unas vacaciones excepeionales ‘sin sueldo, Los funcionarios, sobre todo aquellos que se ocupan de educaci6n, cuya protesion es ocuparse de Jos demés, tie- nen, cada siete afos, el derecho de tomarse un afo sabst 0. Pero, en la industria y el comercio, se trata de algo muy raramente coneedido en Francis Cuando pensamos que sus propios abuelos jamas 1u- vieron vacaciones! Hasta 1936, la mayor parte de los of- ios sélo tenian libre el domingo: ni siquiera el sdbado Pocos eran los que disfrutaban del fin de semans, y 3610 los cuadros superiores podian tomarse el sébado por la tarde, Pero hoy hemos adquiride el hibito, y el derecho al ‘ecio aparece como un derecho sagrado de todas las épo- cas, come sacra imposible que jamés se hubierapodide 6 Asombrosa anulacién del pasado de los antiguos. No es nada asombroso: lo que durante mucho tiempo ha sido un deseo, una vez obtenido, se convierte en nece- sidad, Habria que ensefarles a los jévenes del afto 2000 que el trabajo ya no es una valoracién indispensable; jhabria que ensefarles incluso no hacer nada! No esperar una Promocién social solamente del trabajo. Ha llegedo el mo- ‘mento de valorigarse en los ocios. Estamos aun afio luz del discurso de loz que instituyeron la IH Repiblica, A condicién de tener con qué pagarse los ocios. Antes de la Revolucién Francesa, habia, de trescientos secenta y ‘cinco dia, ciento setenta y cinco de fiesta, pero, como los hhabitantes pertenccian en su inmensa mayoria al ambien- te rural, los animales les obligaban a trabajar los dias fes tivos. Habia quo ordenar las vacas, ocuparse de la comida de las gallinas, etc. Sin embargo, iban a la iglesia por las flestas muy sonadas. Se trataba de fiestas de cohesion so- cial, y estas interrupciones no perjudicaban el cumplimien- two de la labor. Los paises del Tercer Mundo conservan esta tradicién. Y puesta que nuestros politieas hablan de reva- lorizar ef trabajo semanal, harian bien en inspirarse en el ejemplo de los obreros de América del Sur, que no se com- Portan como ubeneficiadosy, sino que tienen una notable conciencia profesional. Mi hermano habia fundado una fébrica de andamiajes ‘metélicos en Rio de Janeiro, Brasil, y habia contratado a ‘analfabetos que, al parecer, eran muy diestros en atorni- Mar tubos de metal. Tenian muchos menos accidentes la- borales que los otros. Me contaba que habia reclutado sus ‘primeros capataces entre los choferes de taxi que tomaba ‘en Rio. Mi hermano los decfa: «Tengo que montar aqui una fdbrica. {Le interesaria a usted venir a trabajar a mi casa, fen jugar de hacer el taxi?» Asi es como se le unieron gen- tes inteligentes que eran, al comienzo, analfabctos. Al segundo afio, se celebré una fiesta para agasajar les franceses que habian montado aquella industria en Bra- sil, Los obreros dicron la fiesta a los cuadros. Cada uno trajo un pastel preparado en casa, mientras las mujeres bardaron una camisa «para su esposa», (Los ingenieros de 25 Francia recibiendo regalos de los obreros! Jamas se habia visto tal cosa en Francia ‘Mi hermano, visitando los talleres de construcciOn, se ‘qued6 asombrado de ver a tanta gente en los andamios, Unos equipos trabajaban, y otros estaban parados, a cual. ‘quier hora del dia. El capataz le explicd: «Por la mafana, les doy la tarea que tienen que hacer en sus ocho horas de trabajo. Ellos la hacen cuando quieren, y, si se les im- pone paradas, entonces tendrin aceidentes fisicos. Saben muy bien cudndo estin fatigados y cuiindo tienen que hacer tuna pausa. Entonces, aprovechan ese momento para co- rerse su "tentempié”, y duermen un cuarto de hora 6 veinte ‘minutes. Jamés me mezclo en su planning de la jornada, tienen una area que hacer, y estoy seguro de que la harén. Se las arreglan entre ellos.» Bl habia residido en Franci ‘Aqui no es posible trabajar como en Francia. Se queds rin media hora 6 una hora més, pero terminarin el traba- jo que aceptaron hacer por la manana.» He aqui uma experiencia interesante que podria prefi- ‘gurar una manera modulada de trabajar, incluso entre nuestros trabajadores manuales de hoy en nuestros paises. Pero, en los paises de América Latina, hay tanta de- manda de trabajo y tan poca oferta que los obreros con- ‘tratados saben que si no hacen lo que tienen que hacer, lo hard otro: no hay sindieato que los defienda. Mi hermano apreciaba comprobar hasta qué punto aquellos brasilenos tenfan una dignidad personal de obrero y se sentian fell- ‘ces de agradecer de manera personal 2 un ingeniero lleg do de Francia el que les proporcionara un trabajo. En fos patses indusrilizados como el nuestro, cabe prever que, en el siglo 221, no se pueda dar trabajo 2 todo @l mundo. Hoy, en este final de sociedad postindustrial, resulta que el trabajo es mds bien desvalorizado, ya no tione el cardcer sacraisado que se preconzaba en foster pos de le primera revolucién industrial. Ya no da derecho ‘cert estima del trabajo bien hecho, de la concieneia pro fesional. Es el tempo de las veivindicaciones y de las ret ‘erciones, el salario del miedo y el miedo del salaro, Ha lcgado el momento de valrizar otras actividades {que no son forzosamente cl mismo tipo de trabajo horario Aue se reglamenté en el siglo XIX. Quedan por conccbir 216 otras maneras de valorizar la competencia, el savoir faire, el amor al arte, el sentido de la obra bella, el gusto por las cosas bellas y buenas. Una de las actividades que los jévenes aprecian hoy es €l deporte. Se sienten comprometidos por y para el depor- te, Cuando pueden hacer deporte, se sienten en un estado de edesnidificacién» de si mismos. Pero més 0 menos cons ‘ientemente estan en contra de las'maniobras deshonestas. ‘del deporte profesional. El trifico de futbolistas y de ck clistas. Porque tienen cierta idea de la honradez en las re- laciones humanas. PROSTITUCION Los j6venes que se prostituyen lo hacen por di- nero. {Quedan por ello marcados? No se convierten por eso en profesionales. Sin que haya incitacién dl- ects, no se puede ignorar que les menores se baiian fen un equivoco que no es sano en este sentido. In luso las Instituclones, la legislaclon, introducen en el marco de la escuela y de I familia una relacion de venslidad. [Los alos de catorce-quince afos obligados a estar presents en los bancos de la clase sin tener el deseo de proseguir sus estudlos, sino sélo por razbn de la ‘sacrosanta escolaridad obligatorla, son prostituldos por In madre que ablo cumpliendo esta condiclon per- ‘ibe los subsidios farnllinres ‘Las parejas se casan para pagar menos Impuestos. Demasladas exposas legitimas se comportan como mujeres mantenidas, reclamando al hombre al que sallsfacen en el lecho un «regaloy en contrepertida. Los estudiantes sienten también repugnancia al saber que en santuarios gue cabria considerar desinteresados, Como la investigacién médica, puede haber trdficos, fulle- las, trampas 0 conflictos entre personas que, por ejer- lo, se aborrecen. Em una sociedad donde todas las cate- {gorias socioprofesionales, todas las organizaciones y cor- 27 poraciones, practican el doble lenguaje, los jévenes se ven ‘enfrentados coniinuamente, en la eleccién de sus activida des y para su valorizacién personal, a una contradiccion fnterna, y vacilan camo el asno de Burides: Para ayudarles a salir de ell, les dlje a los alumnos del Glkimo curso que me escuchaban: «Tenéis uno edad in termodia entre la infanciay la edad adulta. Es un paso muy dill, porque debéis renunciar a maneras de pensar y de ter dela infanca, y, a mismo tempo, descubris la legria Yel interés de las responsabiidades del adulto. Cuando se 5 no, se piensa que crear es maravilloo,y luego uno se toma adult, Proerear, eso es algo que tiene un valor. por ‘que morimos y dejaremos hijes. Cuando sees joven, se tere deseos de seducit a las muchachas una tras otra; Uno se ‘Sente formidable, sobre todo si cada muchacha es mejor ‘que la precedente Pero llega un momento en que se que- Fria hacer algo duradero con una muchacha que tal vez no sea una pip 0 eon wn mauckacho que quizh no sea un “bellewo"; pero en guien uno pereibe cualidades de futuro, con quieh se podria construir algo” Uno esth presa enton- 3 entre los ideales de la infancia donde todo era aperien ia, y la necesidad de construir una realidad. Entonces, ntervino un alumno: wAsi pues, zest usted 4 favor del compromiso?» Respondi: «No es asi pero cada tino de nosotrs, cuando tiene contradicciones, debe hallar tuna SoluciGn que pueda adoptar, no diria que por un com: promise (es un término peyorativo), sino por eapiritu de ealismo, por un sentido de la realidad. Cuando se c8 pe- ‘uefoy los padres son teas, uno quersia que Papé Noel Uajera una motocileta formidable, wn auto de carreras, etcetera. Pero si los padres son pobres, Pap Noel trae un potincte de madera. De pequeto, uno no comprende nada, Porque se cree de verdad en Papé Noel. ¥ iuego, cuando tno se entera de que Paps Noel son los padres (hay una edad para eso), se conforma ya con una pequetia motocl cleta. Como se tienen fantasies de la gran motocileta, 20 se necesita au realizacién, y yo os aseguro que lo hijos de Joe reas no son més felis Gon su Papi Noel qu los hijo de Tos pobres: Hay que ser mayor para dart cuena de Mientras yo hablaba, ells escuchaben, meneaban a car tera, comenzaban a comprender que estsban en un perio. 2 do de mutacin. Les subrayé que es algo particularmente ilfeil pasar por un pertodo de cambio cuando la sociedad fs, ella tambien, rutante Los estudiantes de secundaria no tienen conflictos con los padres porque se dan cuenta de que el conflito ests fen ellos. pero también en el cuerpo social en su conjunto. No van a acusar a los padres, quienes también pueden ser victimas de esta mutacién de la sociedad, LOS 114108 DF LA PUBLICIDAD: EL. DESFASE (ENTREVISTA CON JACOUES SEGUELAD {Tiene una verdadera influencia la generacién de la pu blicidad? Voy a dar una cifra wndgica» publicada en 1986: el 50% de las compras realizadas en Francia ese aio fueron impulsadas por los menores de quince aos, que represe) tan séio el 25% de la poblacién. Cuanto mas avanza en edad muesiro pats, mds influyen los jOvenes en él. Y este ppodler es el imico poder verdadero, En lo sucesivo, estard ‘en manos de los jévenes, y la publicidad no es ajena a allo. A fin de cuentas, esta juventud es la de fa generacion de la publicidad, que sabe descifrar el mensaje. ee cuando data el fendmeno? Le publifita de tos jévenes data del adveniniemo de la publicidad a la television (1988). La eristalzacion de su influencia es mucho mis reciente; esta fecha se remonia a dos, tres alos De hecho, el mayo de 1968 ha tardado quire fe afos en tomar el poder. Estamos ante las consccuencias a largo plazo del mayo de 19687 Cierto, todo es una consecuencia de aguel mayo. 1968 se materializé en 1981. Creo que las tinicas revoluciones ‘que triunfan son las revoluciones que fracasan. Al fraca: Ser, siguen su camino en las conciencias. Con demasiada frecuencia, una revolucién que triunfa, lo que hace es reem pPlazar a un fascista de derechas por wn faseista de izquier- 219 das. O viceversa. Eso no arregla los problemas. Agui ha habido una evolucién muy lenta. Ha sido necesaria una ‘generacién que ha llevado el peso del 68, que lo ha diger’- do, y que ha pasado el relevo a la generacién siguiente, la ‘cual ha puesio ~n practica los principios de! 68. Qué imagen se hace usted del adolescente de hey? Con relacién a esta imagen, ¢a qué da mayor importancia en ‘su publicidad? La publicidad busca siempre los simbolos 0 los valo- res. El simbolismo eterno de la adolesencia es a la ver le Pureza y la ingenuidad, pero también la impertinencia, ef Pero la juventud ha evolucionado, Hoy en dia es de dos a cinco afos més madura de lo que lo era nuestra genera ‘iin a la misma edad. Los j6venes son ya hombres, y en ‘cuanto a las mujeres... seria un error fatal eratarlas como cchiguitlas. En un filme, en un cartel publicitario, hay que procurar respetar asimismo {a verdad. Hay, pues, divorcio Permanente onire el simbolismo y la realidad {Céino son representados con mayor frecuencia? ¢Solos, en grupo? Un cartel publicitario debe ser mu legible. Para ello, hay que huir del grupo. Cuantos menos personajes y signos haya (uno 0 dos a to sumo), mds fuerte es En cine, todo estd permitido, pero el grupo funciona raras veces. Excepio por lo que se refiere a Coca-Cola y @ la goma de mascar de Hollywood. Son las excepcfones que confirman ta regla A los personajes en grupo, que dispersan el interés, la publicidad prefiere siempre el personaje solitario, que for caliza la atencién. Por otra parte, el cine no est hecho de fescenas de muchedumbres, sino de primeros planos, La te- levisin, mas todavia &Y la pareja adolescente? La pareja de adolescentes adguiere otro significado. Para ‘nuestra publicidad sobre la droga, que estaba dirgida a los 20 jévenes, partimos precisamente de una multitud. Para sine bolizar el magma, el horror, la promiscuidad, el laxismo, Luego, se focaliza el nit, 9 se termina con la pareja. En resumen, ¢cual es la imagen que la publicidad quie- re dar del adolescente? La publicidad intenta respetar el arquetipo de la juven- tud: ingemuidad e wnpertinencia, sin dejar de cefirse @ la realidad de estos jévenes que toman ya decisiones ) son Adulios en su mente. En parte, por lo demds, gracias a tuna formidable cultura cinematogrdice y televistva. que la publicidad traducird en referencias 9 simboos. ‘Son apasionados det cine, sus memorias son atin vl- genes, su atencin, fabulose ante un teevisor. Han nacido on duriculares en lugar de orejas, y cimaras en ves de jas. Son la generaciom del video. La juventud es tambien el desfase, ese arte de lo con- trario y de ta diferencia. Elio permite publicidades de un humor y de una origt nalidad extremos (Bram, Freesime..) ‘Los adultos de hoy aprendieron suieto, verbo y comple mento de manera secuencial La juventud ha desestructura- do el lengua, a menudo infudla por la television y la pur bicided, Se expresa en clips, Hashes, spots, formulas, el6- fganes. Poco a poco, y mejor ast, (a juventud esté metando fe lopica. Echando a Descartes al cubo de la basura, es cla ta javentud, la que salvard a le Francia del tercer milenio. GExiste, pues, una manera especifica de hacer anuncios para adolescentes? Absolutamente: el desfase. &Y hay una manera diferente de presentar 2 los ado- lescentes segin los diversos soportes? Desde luego. Los media son el mensaje. Yo diria, in- cluso, el masaje. A nosotros toca saberlos utilizar segtin la idea que queremos transmitr. Estén los media calientes: la radio, los periédicos, son ‘media tie acontecimiento. Muy fugitivos, reaccionan instan- téneamente. Hay que emplear entonces el lenguaje de acon- 221 tecimiento, la fuerza de las palabras, ta violencia de las imagenes. Inia explicar, sor intaligente 0 complicado: hay que ser instructiva y primario. . Esté fos media frios: las revistas, fos libros. Estos estin hrechos para la refiexiOn, la profundizacién de fos temas sid el médivem ideal la televisin es wn médlurt a raias rio, a rates caliente (mds caliente que fro). Permite simul- téneamente la manifestaciOn, la sensualidad y la imagen. Cada ver mas, la publicidad se divide en tres partes 1. Publicidad de valor de imagenes sobre las media c: néticos:televisién, cine, fijacién de anuncios (dltima par: talla de ta calle) 2, Publicidad que yo Tlamo ude modo de empleo» con relacién a wna publicidad de modo de deseo». Es ls pte blicidad de valor de uso. Hay que explicar las cosas en profundided (prensa) 3. Publicidad de modo de compra, Es un engato, pues ‘en nuestros dias el consumidor quiere el placer y el dinero que cuesta el placer. No hasta con hacerle soRar mediante al valor de las imégenes, com informar mediante el modo de empleo: ademés, hay que aportarle una publicidad de modo de compra. Son los tres media, television, cine, carteles, los que ids afectan a los jévenes con el valor de las imagenes. Es normal; se mueven, viven, y la javentud es vida. Repitiendo las fGrmulas como consignas, como wgui- fos», apropidndoselas, desviando los esloganes de su fina- lidad comercial para comunicarse entre si, los adolescen tes ereen dotarse de tn lenguaje tribal generacional para ‘contrarrestar la retérica de los adultos. Pero esta jerigon za. la moda, incluso parédiea, es a misma para todos. Es algo piblico, trivial, no tiene el valor del codigo secre- to inventado en pequefios grupos. La creatividad es la de los adultos. que’son los invemtores, no la de sue «mode- losy. El sentido eritico de los jévenes puede ejercerse con la publicidad moderna y también en los «media friosy, a prensa eserita. Pero desde la infancia, delante de la televi- sién, los j6venes absorben sobre todo clips y flashes. Ex- taciones ealeidoseSpicas, Es une droga de imagenes que mantiene un estado hipnotico y que, cuando el ritmo es ‘tesivo, se torna alucinégeno. 222 ‘captruLo 17 LINEAS DE FUTURO: INICIATIVAS Y PROPOSICIONES Creo que hay que inventar algo nuevo para la genera iin joven, permitir a esta generacién tornarse autonoma dde manera creadora, y dejar el lgar al relevo. Cada uno a su lugar. Remunerar a los niles como inventores Merece tomarse en consideracién una iniciativa. En Flo- rida, funciona desde hace poco uno escuela de creatividad de nitios. Al tiempo que cursan un ciclo de estudios, los Infos que tienen un proyecto, incluso una simple intuicién, pueden llevar a cabo la concepesén de un sprototipan. Se les proporciona medios y tiempo para realizar fo que va del br- colaje a ia invencién, pero esto puede desembocar incluso ‘en aplicaciones de las que puede beneficiaree la colectividad. Los nitos de esta escucta tienen entre ance y doce aflos. Uno de ellos esiaba harto de Bajar el cubo de Ia basura por la noche; y tave la idea de motorizarlo: ela maquina» quied ‘ea fabricada préximamente. Otro perdia siempre @ su perro af saearlo a pasear por la noche. Tuvo la idea de fabricar tun collar que se iluminara, de hecho un collar fluorescente. He agui dos invenciones que serén sin duda reproducidas, ¥ sus promotores han sido nites. No sélo se les excuché, ‘Sino que se les permitiS operar dentro del marco escolar. no se trata de elubs de estudios al margen de los cursos. Esta actividad de ereacién figura en el programa. De hecho. actitan como prestamistas. En lugar de apor- tar un capital inicial a una empresa, dan un capital en es- pecie 23 Lo innovador desde el punto de vista pedagogico es que Ja realizacin tiene lugar durante el tiempo excolar. En colegios equipados con ordenadores, los niios hacen Aiskettes de juegos telematices inventados por ellos. Se ha censefalo a esos nifios 2 wiilzar las maguinas, tras lo cual hhan creado cosas que las adultos no habjan sabido crear, [No se aprovecha lo suficiente esta capacidad inventiva, que, ‘antes de la pubertad, es ya muy grande Lo interesante es que se trata de inventores solitaros, Pero no hay que pararse abi, como si nos contentdramos con la creatividad de los nifios, No hace falta demostraria, ‘Se la conoce desde siempre. {Qué potencial compleamen- te olvidado o saboteadot El trabajo de los nifies no debe- ‘a ser las tareas en la cadena, duras y contaminantes, que Jos adultos no quieren hacer, los gestos repettivos y la ex- plotacion de sv pequefia talla (como en las galerias de las ‘minas). E! trabajo de los nifios de manana ha de ser re- planteado en funcién de su creatividad. Se les pediria que produjeran objetos o servicios nuevos, que encontraran £0- Juciones astutas, ganando ast dinero o acciones en una em- presa Para el empleo de los menores, lo urgente seria perm tirles ganar dinero mucho antes, para poder independicar ‘se de manera legal. Las tres cuartas partes de los conflic. tas de los yévenes se otenuarian, cuando ria quedarian el minados. Por ejemplo, ¢no deberia ofrecerse ios TUC a iévenes de quince afos, en vez de a los dieciocho, como ‘ahora? Es discutible ofrecer un TUC a jovenes de veinte, vein- 1tid6s abos, que tienen una formacién universitaria y que, al no encontrar empleo en su especialidad, aceptan un TUC como altimo recurso para no quedar en paro, inactivos, Iimproductivos, para no aburrise... Les pagan dos mil fran. ‘cos al mes. Ir de TUC en TUC no es una solucién para cellos, y cierto mimero de jévenes han decidido dejar de ‘aceplarlos. Pero, tal como estin definides, los TUC serian ‘mas adecuados pars los quince, dieeiséis aos. ‘Ala luz de la experiencia de sus companeras que, tras hhaber aceptado un primer TUC, y luego otro, y mas tarde 24 lun tercero, se encuentran siempre sin empleo verdadero, los jivenes, que hasta ahora habian accptado bastante bier esta formula, comienzan a rechazarla, Hacer abligatorie la aceptacién de un TUC por un parado, amenazarle con bo- rario del ANPE (Servicio Nacional del Empleo) si rehGsa, seria exeluir a un joven del verdadero mercado del empleo condenéndolo, bien a un callején sin salida de califieacién profesional, bien a la marginalidad del paro sin seguridad Social He oldo hablar de jévenes que son abjetores de con- ciencia, y que estim muy contentos eon lo que hacen. Co- rnozeo patronos que tienen con ellos a un objetor de con. ‘iencia, y que estén encantados. Se trata de una escuela que acepta ninos de la DDASS y también de otros orige- es. A este objetor de conciencia hubo que deelararlo como ‘educador-factotum. Pinta, hace todo lo que hay que hacer ‘en el internado; todo el mundo esté satisfecho... Los obje- tores sélo son pagados si les llaman al contingente, pero ‘cumplen a obligacién del servicio nacional respetando st ‘conciencia. Se deberia poder hacer el servicio militar a los diecistis afos, en tanto que objetor de conclencia. Del mismo modo que, por otra parte, si se redujera la mayoria de edad sexual, 0 Ia responsabilidad penal desde ‘1 punto de vista sexual, por ejemplo, no habria ninguna razén para no reducir la edad del servicio militar. ‘Actualmente, si se adelanta la incorporacién, no se puede ser objetdr de conciencia. Si se pudiera, creo que los jévenes se precipitarian a esta posibilidad En ta vida profesional, especialmente en los empleos piiblizos, la candidatura de un imitil para el servicio mil ‘ar queda completamente descartada. Pero se aceptaria a los objetores de conciencia con una imagen diferente de la de refractari, francotirador, simulador, La intolerancia de unos por otros en las jerarquias obli- ‘gatorias no esté dispuesta a ceder. La sociedad ha hereda- do el servicio militar obligatorio como un sustituto de la inieiacion. Y no lo es; no es mAs que un conjunto de coae- clones absurdas. 2s Todavia se oye a las madres decir a sus hij: «El ser- viclo militar hard de ti un hombre.» Logomaguia en un pais de antigua tradicién marcial. Una pancarta de infamia se le cuelga también al indtil para el servicio: wSi no rectbes Srdenes, jamds podrés darlas..» Considero que éste es un razonamienco propio de los que reclutan para las compa- ‘Alas nacionalizadas. |La verdad es que, si recibes érdenes de un majadera, tienes razén de negarte a cumplirlast Los reclutadores po- rfan, por el contrario, apreciar este sentido critico, este ‘buen sentido del llamado indtil para el servicio: «Mira, has tenido buen juicio, has resistido # unas érdenes absurdas Justamente, por tu espirtu critic, nos interesas.» Una sesiin de protesta semanal En las escuela eanadienses los adultos se alegran de que los niios crtiquen a los profesores... En Francia, los educadores, por mentalidad de cuerpo, eliminan a los for- tes tétes, es decir, personas con gran capacidad y testars- das. «Critica, luego es un asocial; hay que metere en clase de transicién.n! Se califica bajo, incluso a los pequefos, desde el curso preparatorio. Conocf a un nifio que habia es- lado ya en cuatro clases. En las dos primeras habia teni- do cuatro macstros diferentes, porque se lo pasaban de uno 2 otro como alumno imposible... Lo que el pequetio hacia ‘era resaltar las contradicelones del educador: cAyer dijo Usted eso; hoy dice esto otro, :Cual es la verdad?» Era un nif inteligente, que tenia un CI muy elevado, La madre se marché con él y su hermana mayor a Quebec. La mujer tenia miedo de que el pequeflo se Indispusiera con los pro- fesores canadienses, como lo habia hecho con los france- ses. En la escuela donde lo matriculé, no le hicieron espe rar ni cinco minutos, mientras que en Francia siempre tenia que hacer cola para la admisiGn de sus dos hijos. El director le hizo preguntas muy inteligentes sobre los gus tos de los nifios, sobre el modo de ayudar a su hijo cuan- do se sintiera decepeionado de si mismo o de algén otro. con nivel cooadsrado tmuticiese (Mer j 8 oe # utrse aon, 226 ‘Si le gustaba el pescado, y cudl ra la distraccién fisica ‘que mis le apetecia, etc. No le pidieron su caret de selud de su infancia, sine que le preguataron sobre sus proble- ‘mas de relaciones: «{Cudles son las recompensas qoe mas Je gustan?» Cosas de la vida corriente. «Cuando tlene un problema, ¢se lo confia mais a su papd o a su abuela, que 4 usted?» ¥ nada de las preguntas policiacas del estilo de qSe entiende usted con su marido?», como s¢ pregunta en Francia a la madre que acude a matricular a su hijo. El primer dia, cuando ella fue a buscarle a la salida, Ja buena mujer temblaba: «Qué me va a contar?» Pero el niflo se mostraba lacénico. «jMarcha Ia escuela?» «Si, si» ‘Se miraban. Fila se decia: «No se lo van a quedar, porque insoportable.» Durante tres dias, el nifo permanecié silencioso, lo cual era insélito. Al cuarto dia, se soltS: «@Sabes, mama? Es formidable, necesito que me ayudes..» «Ah, si? {Por qué Porque esta noche, es preciso que eseriba todo lo que no funciona en la escuela, ponlendo un nimero de orden. Puedo egar a diez, pero hay que ponerlo por orden, por- ‘que no se podra hablar de todo lo que no funciona, sino fen todo caso de lo que haya puesto en primer lugar.» Cuando, por primera.vez, el nif le dijo a la maestra, a'su manera: «Pero, madame, ha dicho usted esto, y luego hha dicho esto otro; no es verdad, y ademis, esto..», ella le respondi6: «Mira, jesto es muy interesante! Gudrdatelo para cl miércoles por Ia maftana. Cada semana, reserva- ‘mos dos horas para hablar de todo lo que no va. Pedimos alos alumnos que nos ayuden, que nos digan todo lo que rho funciona. Asi que, eseribelo, y lo guardas para el mir ales.» El martes por la noche, Ia madre leyé todo lo que él hhabia sefalado en diez puntos. Al dia siguiente por la roche, volvié entusiasmado: «No hemos podido hablar de todo, pero, sabes, cuando alguien dice una cosa, entonces todo el mundo vota, los profesores y los alumnos, De ris diez eritcas, hay cuatro que fueron votadas. Me han dado la raz6n y van a cambiar.» Una de sus criticas concern! al horario: no conventa tener la gimnasia antes de las m: ‘emiticas, y tenia toda la razin del mundo, Otra versaba ‘sobre la forma de situarse los nifios en el aula: no era bbueno estar siempre en el mismo sitio. {Por qué no se cam- ‘biaba de lugar todas las semanas? Los profesores replics- 27 ron que era més fell conocer a los nifios cuando estaban siempre en el mismo asiento, que para ellos era una eco nomia de trabajo. Pero, a fin de cventas, al eabo de una semana uno comienza a conocerse, y luego, despues de dos semanas, todavia mas, Entonces ya se puede cambiar de lugar. ¥ todos los lunes uno puede colocarse donde quie- ra, Lo cual fue acordado Los profesores de esta escuela dijeron a sus alumnos: ‘Tenemes suerte de que un francés haya venido a decir- nos lo que iba mal. Nosotros creiamos que todo marchaba bien, y vosotros nunca decis nada.» Y aquel aio se con virtié en el favorito de la escuela, porque le reconocieron, ¥ los padres decian: «Cuando se porta asi con nosotros, rho es para fastiiar; es por espirtu eritico. $1 se le dice “Tienes toda la razén, serla mejor, pero no podemos hacer: Jo tan bien como ti querrias’ entiende las razones.» Lo que 1 queria era ser reconocide’ como inteligente, pero habia sido excluido de tas escuelas parisinas porque perturbaba la clase hablando todo el tiempo, rectificanda a todo el mundo, En Quebec, cuando comenzd a diseutirlo todo, basté con que se le dijera: «La critica, el miércoles», y se cabs. En Francia, habria que mulipliar escuclas como Ia de Newville, que sigo desde hace cuarenta afios. EI director recupera nufos inteligentes de ocho a catorve alls con pro- blemas escolares y les ayuda a ponerse al dia. Al terminar €l cielo, son admitidos en clase de segundo del Instituto Carnot, donde entran entonces como compafieres. Hemos {enido ya conversaciones a propésito del trabajo manual Ovisicra insistir en una excelente iniciativa: la sesién de protesta dos veces por semana, «Todo lo que no mat cha» es anotado previamente en un cuademo: «Fulano me hha fastidiado, me tir de los eabellos», ete. La nina que ‘'scribi6 cso el lunes puede hablar de ello el viernes antes de Ia salida. La protests cs interpersenal, y ahi radica su inmerés. Los niftos eseriben sus historias, a riesgo de de- ‘Bra una urgencia, Un caso incmodo. {Qué hacer con él? La solucién es introducitlo en una familia en la que el padre sea chéfer de eamién y que se tome a pecho su edu- ccacién, se lo lleve con él y lo convierta en un verdadero conocedor de la carretera. En Gran Bretafa, los nifios pue- den conducir los vehiculos lentes, como los tractores. Me- terle en un tractor habria sido una ocupacién de espera, No siente ningin interés por sus padres. wSe quedan en casa. No les gusta viajar.» ‘No es imposible conseguir que le adopte wn camione- ro. Pero si éste no es su tutor legal, sino simplemente el ppadrino benévolo, codmo regularizar su situacién frente a {a administracion? Las iniciativas se enfrentan con un muro de prejuicios, de rutinas, de trémites interminables, cbsti- rnados y anacronicos. Entre la nocisn estrecha de aprendi ‘ale y aquélla, mas restrictiva ain, de adopcibn, habria que delegar en adultos voluntaries la formacion profesional de los j6venes sobre la marcha y su socializacién. La admi nistracién judicial consiente en depositar Ia confianza en tun monitor y confiarle, para un stage de vela, a algunos jovenes en peligro. Recientemente, dos educadores préxi ‘mos al tribunal de Metz han sido autorizados a llevar en tun yuelo en globo, durante una semana, a Sandrine, Joa- chim, Manuel otros, para que cel azul det cielo ahuyente ‘el gris de su vidao. Una semana para su reinsercié ‘Lo que conceden para unas pequefias vacaciones, los aan {veces de menores podrian autorizarlo para verdaderos stax ies profesionales. Hay PMI que pueden contratar aprendi: ‘es. Pero, como en el caso de Michel, eel camionero sim- ppaticén mas joven de Franciay, es nocesario que sea trabajador independiente quien se haga cargo del adoles- cente motivado. La sociedad francesa, jesté dispuesta a dejar en el guardarropa un erénico espiritu suspicaz para que un némada que ejerce su oficio en solitario se lleve @ tun chiquillo por las carreteras? La escuela, hogar de los jovenes y la cultura El empleo del tiempo de los fovenes no les deja mucha libertad. Tengo una ahijada que no desearia otra cosa que venir a verme con frecuencia; pero la pequefia sale todos los dias de su casa a las ocho menos cuarto de la mafia na. Estd en cuarto curso, y, como quiere triinfar, tiene un trabajo abrumador que hacer. Debe realizar una verdade ra carrera contra el relo) para venir a comer conmigo. El sibado y el domingo, como sus padres estin divorciados, va.a ver a su padre en las afueras de Paris, He aqui una ‘muchacha que, durante la semana, esté completamente pri Sionera de un horario de institute que no le deja ninguna libertad. \Cuando veo el tiempo libre que los niflos tienen ‘en Canada y siguen perfectamente sus estudios! La escue la termina a las 15.30. ¥ ya no tienen més trabajo que hacer cuando regresan a casa Entre los ocho ¥ los doce afios, seria formidable que los nifios pudieran utilizar su eseuela como una casa ‘comin, al margen de las horas de clase. «Me aburro en cezsa con mis padres. Vuelvo a la escuela.» Los educado- res no estarian alli para ensefar durante toda la jornada Harlan sus ocho horas desde las cuatro hasta medianoche. Al dia siguiente, por la mafiana, antes de que Hegaran los profesores. tomarian su desayuno con los nios que hus Bieran dormido all Ello implicaria un cambio completo de ta vida cotidia- nna en la ciudad. Una circulacién completamente diferente de los alumnos. No es algo imposible. Los locales existen, Y estin infrautilizados. No hay objeciones materiales que ‘Sean redhibitorias de verdad. Siempre se podré invocar las 22 cuestiones de seguridad, pero éstas pueden ser resueltes, Por ejemplo, por medio de un seguro que cubriera a los niftos durante toda la jornada, no sélo en las horas de es- uel Por otra parte, alos adversarios del proyecto se les po- dria responder que, después de las horas de clase, sban- donados a si mismos, incluso los ms acomodados, los mis Dburgueses, aun disponiendo de cincventa metros cuadra- dos para ellos en su casa, los chicos salen y permanecen en I calle donde corren riesgos imprevisibles. Mientras ue, en lo sucesivo, circularian desde el hogar a su casa escolar; los riesgos serian previsibles, se conocerian, Cuando Boris, mi marido, era joven, vivia en una clue dad que se llamaba Ekatharindar, y que actualmente se lama Krasnodar. Habia un toque de queda para todos los nifios, a parti de las siete de la tarde; en invierno, a las seis. Si se encontraba uno a un nine en la calle, pasada dicha hora, se le preguataba: «¢Dénde vives?» y le le- vaban a casa de sus padres. Actualmente, en Francia, pa rece que la ley continia existiendo, en el sentido de que tun niflo puede’ ser detenido en la calle: «zAdonde vas ti?»; pero ya no se aplica En Francia, el escolar tiene fiesta el miércoles. Sus pa- 4dres estén en el trabajo. Qué hace él? Nada. No sabe a dénde ir. ¥ todo porque la escuela esta corrada los mig coles. Utilizar el edificio para acogerle, dejando a los nits In puerta abierta, seria Ia verdadera solucién de la disputa entre la ensenanza pablica y Ia ensefianza privada. El scc- tor piblico garantizando la ensenanza, y todas las casas de ensefianza privada aceptando a sus ator veinticuatro hhores al dia, al margen del horario escolar. Este seria un buen reparto de tareas. La enseftanza privada imparticia entonces la educacién, y ia easeanza estatal, la instruc- ‘i6n, ‘Aunque quepa considerar la posibilidad de otros cen- tos de acogida, otras casas, no se pucde discutir que la ‘escuela, donde se trabaja durante el dia y se aprende cier to numero de conccimientos, reine las condiciones. para ser el centro de la actividad, Desgraciadamente, en la ensefianza privada esta nocién de servicio o de vocacién tambien se plerde. E) sindicalie ‘mo es algo muy resputable, que ha dado sus pruebas. Pero 2a ‘1 virus del funcionariado lo invade, y el personal de la Educacion Nacional tiene cada vez menos el entusiasmo y Ja abnegacién necesarios para educar a la joven genera- cién a armarse para la vida. ‘Si se les echa en cara, los maestros protestam de que estan tan dispuestos como sus predecesores a haccrio. Pero ‘2 condieién de no hacerlo mas de einco horas al dia, y de no trabajar mis que cuatro dias a la semana, y a condi- ciém, también, de que los Jévenes no les fatiguen, no les Interrumpan. Inconscientemente, regresamos cada vex mas a las clases tradicionales: «Abrid los cuadernos y tomad al dictado.. Quiz sea ineluctable que el sistema llegue hasta un extremo absurdo, Cuando se haya condenado por si mismo, se derrumbaré, y sobre esa tabla rasa serd po- sible edificar una arquitectura abierta para una poblacién ‘nueva. No vale Ia pena tener a personas de apariencia hu- ‘mana, ei no actian mejor que méquinas de enseflar. Aqué- las podrén ser reemplazadas facilmente, Entonces renace- 4 una generacion de educadores. Los profesores serin autores de programas registrados, que se ofrecerin por Ia television, y por el video. Pero los ‘adultos que estén en las clases en contacto con los alum- rnos no s¢ llamarén edueadores, sino animadores o acoge- dores. Y estarén allf porque tendrén ganas de estar. 1a informética puede tomar el relevo de un anacrénico sistema corporativo. Los educadores estin serrando la rama fen donide se hallan encaramados, a fuerza de querer tener ventajas lucrativas, ser al mismo tlempo una profesién Ii- beral y funcionarios cada ver més protegidos. Si persisten ‘en bloquearlo todo, serén reemplazados finalmente por mé- ‘quinas de ensefiar, Cambiarian de actitud si se les dieca tun ao sabético cada siete afios, como ocurre en los Estar os Unidos. Pienso que, durante los seis afios de trabajo, darian de si mucho més a los nifes. Los niflos de nuestro tempo tienen necesidad de frecuentar una escuela, lugar de vida. A los sindicatos de docentes corresponde aceptar la division de las funciones complementarias: unos serian instructores, los otros se ocuparian de la educacién para la vida. ‘Si unos animadores aceplan trabajar por la noche des pués de Ia clase, los representantes sindicales denuncia én una competencia desleal de los profesores que tienen 234 el estaruto de la funcién piiblica. g¥ puede ta colectividad ‘soportar un suplemento de cargas salariales las veinticus- tro horas del dia? El sector privado puede financiarlo. Los establecimlen- tos de ensefianza privada podrian abrir sus puertas a todos Jos nifios que quisieran, con el consentimiento de sus pa- ddres, a partir de las 16.30. La ensefianza privada ya no impartiria ensefanza, sino que ve dedicaria a la educacién- animacin. En sus locales, después de las clases, se repe- tirian los deberes que los ninos tuvieran que presentar a Jos profesores de la ensentanza piblica. La escuela privads reservaria clases particulares o por grupos a algunos nifios retrasados pertenecientes a la ensefanza piiblica. Todos los niffos estarfan inseritos en la enseftanza piblica, pero al ‘gnos, becados 0 de pago, encontrarian un complemento ‘un sostén en la ensefianza privada para el resto del tiem- po que fuera de la ensefianza piblica Los profesores de enseftanca privada que quisieran estar exactamente al mismo nivel, en cuanto a ventajas, ‘que sus colegas de la ensefanza piiblica (volver a su casa 4@ buena hora), no serian voluntarios para estos horarios. Los maestros del sector piblico dirlan que no se les con fiaba una tarea muy valorizadora a los ojos de los padres: «No somos més que funcionarios de la enseflanza» Finalmente, no quieren ofr reproches sobre lo que hacen. Quieren conservar el monopolio. Aunque saben per- fectamente que la mayor parte de las informaciones en los jOvenes las adquieren fuera de las clases, en la calle o en Ja television. Pero, oficialmente, es preciso que los profe- sores sean los tinicos dispensadores del saber. Se anun- cian tiempos lenos de convulsiones, Pero cuando se lle- gue a semejanie punto de obstruccién, habré verdadera- ‘mente un estallido, Cuando una situacién esti bloqueada, eso es un presagio de cambio. El comienzo del fin leva en sila promesa de una nueva experiencia. La Educacién Na- clonal, tal como esté, en un sistema heredado de Jules Ferry, debers cerrar para construirse otra casa. No es en el interior de estas viejas estructuras donde ser4 posible verdaderamente cambiar. Islotes experimentales lo prefigu- ran, Las cosas renacerin en el exterior. 235 Se podria permitir que los maestros de la ensettanza privada ensefien en la publica. Que los que quieren seguir Flendo profesores-edvcadorex continien enseflando, pero due lo pertencciente al orden de la educacién y la anima: in este garantizado por gentes con voeacibn que aman ‘se aspecto. Llegari un dia en que se permita a profesio. hales de todas las ratnas activas, que no hayan sido for ‘mados como protesores a los vein ats, que han dese peflado otra profesion, que formen a nifes en el sector bico. Les seria concedido, por ejemplo a ls cuarenta ats, cinco aftos de permiso sin sueldo para enseRar, porgue te- hnen ganas de ensefar. y porque a esa edad serén quizé mejores pedagogos que un viejo maestro. En la actualidad, vemos cierto niimero de frustrados de ia investigaciOn, por falta de presupuesto, que se reci- clan en la enseftanza, a ia espera de que los créditos en su sector de investigacién sean volados de muevo. No tienen hhingtin deseo de ensefar Es tnicamente wna via muerta Se encontrardn, pues, ate unos auditorios con las que nada tienen que hacer. Semejante desinterés por la vida profesional es el sin drome de una crisis de civilizscion Se dan, sin embargo, algunos pasos. Vemos a cuadros de la industria que enseran en la téenica, en las Artes y Ofieios o en ias eseuclas de gestién, al margen de la Edw cacién Nacional, principalmente en fas escuelas privadas En las grandes escuelas 0 en las pequeiias grandes escue~ as, vienem a enseftar ingenieros mientras estén en Ios sec- tores actives de la economia. Financieros, gestores, viene 4a transmitir las cosas que conocen, 9 no picrden do vista {as implieaciones; a menudo tienen cierto crédito fremie a Tos jévenes, aungue sus estudiantes son ya adultos. @or qué no hacerlo, precisamente, en escuelas secun- darias? Pienso que eso llegaré a hacerse. ‘A fuerza de querer uniformizar y al mismo tiempo or- ganizarlo todo, normalizar, los parsidarios de la monocul- {ura obligatoria para todos seabarin por hacer inviable el sistema actual. y colocarlo en un impasse total, Habra ‘que encontrar otra onsa, En los paises socialistas no se ha 236 ‘encontrado mejor solucién. Todos los chinos pequenos cur- ‘san estudios que les apasionan, para ser mis tarde quiea gvardabarreras o guardacanales en un rincon del mun Serdn todos empleados del Estado haciendo cosas que no tienen ninguna relacién con los estudios que siguieron, ‘Todo e1 mundo es instruido. Hay que deciro. existe un pro- fesor por cada diez alumnos. Los estudiantes tienen un ani- mador que esti con ellos, como una clueea, de la mafana a la noche, pero que no les ensefta. Trabajan mucho para pasar sus eximenes, tras lo cual no hardn nada de nada Escriben un francés maravilloso, pero eso les serviré para hhacer de guardabarreras en lo mas recSndito de una pro- vincia en la que ni siquiera se habla el mismo chino, ya que todos hablan chinos diferentes. No saben siquicra a dénde les van a destinar. Es absurdo, Y todo el mundo es instruido, No creo que los socialistas puedan hscer nada mejor. Es ef resultado logico, cuando se ha normalizado asiel saber. Si todo el mundo debe aprender lo mismo, no habra los empleos correspondientes. Se es destinada’ sin discusién segiin las necesidades. Cada vex que me he encontrado con jévenes en un insti ‘uo, me han hecho saber que el wcolen es el lugar mas abu- rrido que existe. Alli fuman y dormitan. Han renunciado in- cluso a las reivindicaciones. Su estado depresiva generaliza- do no reeuerda siquiera cl hospital de dia, sino mas bien la ‘ércel de dia. Cierto es que si las alumnos cabraran, la cosa seria diferente. Los que trabajan, especialmente las chicas, Y que hacen todos los wgestos del ereyenteo que se les pide que hagan, tienen la sensacion de que eso no sirve para nada. Y finalmente, ellos o ellas trabajan duramente para pasar el examen, para conseguir la paz y también para no sentir ese aburrimiento. Los otros fuman, hacen ruido, van al cine; se ocupan de las chicas para pasar el tiempo contra tse aburrimiento, Y luego estén aquellos que se tumban a 1a barola, muchachos y muchachas que, en la vida, se de- jarin llevar siempre por los demas, y que no se quejan. Re- chazan tanto a los que trabajan como a los que se van de juergn, conveneidos de que ni unos ni ottos conseguirén una salida 0 un contro de interés en la vida, si es que Megan a tener un empleo, Estos contemplan Ja posibilidad de vivir siempre como beneficiados, como parisitos 237 Estas tres actitades, estas ives respuestas que pueden tener log estudiantes, en este sistema, tienen un denomi- nnador comén: la falta de esperanza, la carencia de objeti ‘yo. No hay maana; se vive al dia, Eso es terrible para la juventud, «No sirve para neda, no se ve el porqué» Una ‘especie de supervivencia, para ellos, de una obligacion ind Ul, Pero acompaado de la sensacion de que todo esto es ‘para meterles en cintura, para impedirles solicitar algo que fo se les concedera. Si se Jes preguntara a quemarropa: ‘4cQué hatiais en su lugar?» «Ove padres os gustaria tener?n «gQué profesores querrais tener?», la encuesta me diante sondeo no aporcaria ninguna opiai6n, pues no tie- nen la costumbre de que se les pida su opinién. Hay todo ‘un trabajo a hacer en el curso de las entrevistas al mar- gen de los educadores para que estén en situacion de res- onder por si mismos. y no mediante borborigmos 0 logo- maquia esquiva, imitativa de adultos. Dar la palabra a los jovenes no es pasarle el mieréfono ‘un Hider que se exprese en nombre de los demés, ni hae cerles Mena? un euestionario concebido para adultos. Es dejar que cada uno sea su propio portavor UN NUEVO JUEGO POLITICO: CUANDO SE HACE REPRESENTAR A LOS NINOS EL PAPEL DE ADULTOS ‘A los doce afos y medio, Muriel Mathieu se con- virié en el alcalde de Castres en enero de 1988, El ‘mes anterior, los 43 conseleres monicipales abi ldo elegidoe por un afo por los alumnos de todas Ing escuclas piblicas y privadas de Ia ciudad. Muriel ce una alumna de quinto curso en el Instituto Jean- ‘Jaurés, ¥ sus adjuntos no son mayores que ella. Natu- raiment, los nwo eles, de edades de meve tree | ‘los, tlenen sélo un poder consultivo en la ciudad, puesto que se trata, ya Jo habréis adivinedo, nada menos que del «Consejo municipal de los nites, constituldo a Inlclativa del verdadero municipio. 238 Primera declaracién del alealde-nifo: «Los adul- tos empezaron siendo nifios. Pero, al erecer, acaba ron por pensar s6lo en ellos mismos. ;¥ los politicos son peores afin! Estos no plensan mas que en el dl- nero.n Para el alealde (adulto), monsleur Philippe De- eaux, esto no es una revolucién sino s6lo trabajos pricticos. Este Consejo equivaldria a un excelente curso de instruccién civica. ¥, campechano, truer un soplo de are fresco a la ciudad. Tienen conciencia, sin embargo, de que «no se et- ceucha mucho a los nifos que estan al cargo de tno». ‘Ahora blen, reconoce, ellos tienen ganas, sin ningin complejo, de mezclarse en todo. El aleaide adjunto, or su parte, no tlene Intenclén de dejar «gobernars 2 los nlfos: «... No llegaré a decir que la politica es algo demasiado serio para dejérsclo @ los nifos, pero fo que pasa por la cabera de los chieuclos es algo de lo que no se sabe demasiado...» Consejos municipales de nifios En Francia somos profundamente institucionales. Por eso los consejos municipales de mitios siguen desarrollan- dose. Han creado incluso una federacién, y han celebrado ‘su primer congreso en mayo de 1987, donde el més joven alealde de Francia iba a cumplir doce ates. Su papel es sélo consultivo, pero, al igual que los con- ‘ejeros municipales politicos, son elegidos. Tienen un pe- {quefo presupuesto, reuniones, y estudian expediemtes. De ‘una comuna a la otra, hay diferencias. Cada Consejo tie» ren sus particularidades, sus propias tendencias. Unos dan importaneia al proyecto que el niNo puede realizar, por ejemplo, un area de juego; otros insisten en el titulo con- ‘sultivo, en honor del Consejo municipal de adultos. Le so- meten cierto mlimero de consideraciones criticas sobre lo ‘que, en su opinién, no funciona en la comuna. El calcale dde» es designado por un afo por el Consejo municipal de nites; la rotacién es buena, porque asi no se les deja con- vertirse en adultos, como ocurre en las radios para nifios, donde Finalmente son los jovenes adultos los que dictan, 239 ley. A la actividad de los Consejos que enseflan a menudo ‘2 los nifios cémo marchan las instituciones, yo preferiria Ia de los Consejos que realizan uproyectos>. El primer al- calde que tuvo una idea interesante es aquel que encargs ‘los niftos que reeogieran en la comuna todas las botellas de plistico, todo lo que no es biodegradable Conclusién de uno de estos jovenes alcaldes: «listos nies no quieren ser mis tarde conscjeros minicipales. En- ccuentran demasiado aburridas las sesiones de los adultes. ‘Se sienten felices de tener la impresién de actuar en st ‘Consejo municipal para ninos, que es de su edad y de su tiempo, pero el modelo adulto no les resulta especialmente incitante. Al contrario, Eneuentran que los adultos delibe- ran por nada. Es interesante. Cuando se les interroga, in- cluso a aquellos que son alcaldes-nifios, no muestran en absoluto ningunas ganas de llegar a ser con el tiempo con- sejeros municipales. Pueden cambiar de opinin, claro, pero quiero decir que la imagen que se les queda grabada de Ibs ediles no es nada positiva. Esto revela que los nifios no estan en su verdadero terreno.» Las nifios que no representaban por propia iniciativa a los consejeros municipales y alealdes no tenian realmente ‘ganas de hacerlo en el fondo. Todo comenz6 por un aleal- ide que tuvo la idea de dar a los nifios una ocupacion de walorizacién. Pero esta idea adolecera siempre del defecio de no haber brotado de los propics nifios. Aqui se qiuega a sor adulto». La ereatividad es, por tal motive, bastante Timitada Propuestas de reformas y enmlendas de la legislact6n actual ruceién obligatoria hasta los diecistis anos jada por Is obligacién de aprender a leer y escribir y Ia autorizacién de estudiar en ¢] sector pilblico sin limitaelén de edad. — Para cambiar las relaciones con el mundo del tra- bajo y permit los adolescentes que abandonen pronto , les serian facilitadas estancias remune- jad de quince afos, y podrian ser contra- {ados en una empresa © por un trabajador independiente, ¥y percibir por si mismos su salario, El problema priorits 20 tio es permitir a los j6venes hacerse independientes de su padres de una manera legal. La emancipacién deberia poder concederse a los catorce alios — La mezela de sexos en el cuerpo profesoral seria ree: quilibrada en los establecimientos piiblicos por una reva- lorizacion del oficio de educador. — Los TUC serfan ofrecidos a Jos adolescentes que no frecuentaran la escuela a partir de los catoree afios, — La mayoria de edad seria rehajada a dicciséis aos ‘© menos, para los chicos, y quinee afios o menos para las chicas. — Los menores delincuentes no serfan ya condenados a la vida carcelaria — La toma de drogas blandas seria despenalizada, aun- ‘que no legalizada, — El tribunal de menores seria suprimido, = El internado para todos seria garantizado por la puesta en marcha de un sistema de hosteleria elemental instalado en los edificios escolares. Cada escuela tendria dos salas acondicionadas en el desvén, con agua corriente — El ritmo escolar seria el mismo en Francia que en todos los paises de la CEE. En los institutos se instituirfa ddos horas de enseftanza tecnolégica para enseftar Ia des- treza manual, incluso a aquellos que se destinen a profe- siones intelectuales — A partir de los once aes, los alumnos de los cale- gios irian con un profesor de lenguas vivas a pasar un tri ‘mestre en un establecimiento inglés, aleman, italiano 0 es- patol. A pantir de los diecistis ates, los jovenes volunta- rios para la cooperacién podrian ser llamados a descubrir los problemas de la vida cotidiana de las poblaciones afti- mn ANEXOS, ANExo 1 PEQUEWA GUIA DE LA FUTURA CONVENCION DE LOS DERECHOS DEL NINO Un grupo de trabajo de las Naciones Unidas (Comisién para los Derechos del Hombre) ha eoncebido un nuevo proyecto de convencién sobre los derechos del alto. Seré sometido para £8 probacién a la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1889, aio en que se celebrard el trigésimo aniversero de la De- claracién de los Derechos del Hombre (1985). El siguiente doe ‘mento propone un resumen prictice de las cuestiones mas trn- portanes sbordadas por cada uno de los 31 articulos del pro- {yeeto de convenciSn. Permitiré al lector remitires fécllmente & fos puntos que mis le prescupan e introduc reflexiém y disev- siones sobre los temas que le parezcan prititarios en la eens de ela causa de los ninos» (desde la primera edad la sdolee- cencia). Hay que seflalar que el artislo primero prevé que los derechos del nino valen para todos los seres humanos basta Jo dieclocho aos. Articalo 1: Definicion det niko “Todo ser humano hasta la edad de dieciocho antes, salvo si Ja Jegislacin nacional acuerda la mayoria antes de dich edad Anticulo 1 bis: Supervivencia y desarrlle Derecho inherente a la vida, y obligacién por parte del Eata- do de garantizar Ia supervivencia y el desarrollo del nif, Avticule 2: Nombre y nacionalidad Derecho a un nombre desde el momento del nacimiento,y el derecho de adquirt la naclonalidad del pais de acimiento en ssusencie de otra nacionalidad, Aviteulo 3° Bl interés supertor det nto ‘Toda medida concerniente « un nino debe estar basada en ef interés superior de ste. y toner en cuenta su opinin El Estado 23 debe garantizar al sito la proteccion y los culdados necesarios a su binestar en caso de que sus padres o las demés personas res- [ponsables de & noo hagan, Artculo & Ko discriminacién Principio de que todos Jos derechos deben ser concedios lo nitos sin excepeién, y obligacion por parte del Estado de pro- tetegeral mito contra tada forma de distriminscin, Anticuto 5: Ejerccto de tos derechos CObligacién por parte del Estado de garantizar el cjercicio de los derechos reconocidoe por la Antculo 5 bis: Orientacién del mito y evoluctén de sus capacidades Derecho del no de que se respeten las responsabilidades de pedres © tutores de guiarle de manera compatible con la ovolu- ‘iim de sus eapacidades. Anticulo 6° Lugar de residencia, separacm de ls padres Derecho de vivir con sus padres, a menos que eso sea juzga- do incompatible con st interés superior: derecho de mantener ‘contactos con ambos padres si esta separado de uno de ellos 0 ‘de los dos: obligaciones del Estado en el cato de que sea res ponsable de las medidas que han condacido a la separaci Ariculo 6 bis: Reunificacién de la familias Derecho del io y de sus padres de salir de cualquier palsy de entrar en el propio con fines de reunificacion de la familia © ‘del mantenimiento de las telaciones entre ct no y sus padres, Antoulo 6 ter’ Desplavamlentos logoles ‘Obligacioa del Estado de luchar contra los secuestros de mins 1 eavlo de Eton al extranjero, sin ponbilidad de regres, elec: Tuados legalmente por um pariemte © un treet. Antculo 7: Derecho de expreser libremente su opinién Derecho del nfo @expresar su opinién y 2 ver dich opinion tomada en considerocién- Articalo 7 a: Libertad de espresim y de informacién Derecho del sito a buscar, recibir y difundir informaciones ¢ ‘eas de todo tipo, mientras esto no afeete a los derechos de Ios demas, 248 ‘Articuio 7 bis: Libertad de pensamient, de conciencia 1 de religion Derecho del nito de determinar y practicar ibremente sus creeneias, asi como de tener acceso a uns insiruccién conforme a estas Articilo 7 ter: Libertad de asociacién Derecho de los nilos a reunirse y a formar asociaclones, a condi de que los derechos de los demis sean respetados Articulo 7 quater: Proteccién de la vide privada Derecho de no ser objeto de intromisiones en la vida priv 4a, ta familia, el domicilio y la correspondencla, ni de atertados Negales al bower. Articulo 8: Responsabildades de los padres Principio de que la responsabilidad de educar al nino incur be en primer lugar a los padres 0.8 los tatores,y obligackn del Estado de syudaries a cumplir este deber, Articulo 8 bis: Proteccién contra los males tratox Obtigecién de! Estado de proteger al no contra tous forma de males tratos perpetrados por sus padres o por cualquier otra Persona a quien haya sido contiado, y de establecer programas e prevencion y de tratamiento en este sentido. Articalo 9: Acceso a una informacion adecuada Papel de los media de Ia difusia, en honor de ls nies, de fnformaciones conformes su bienestar moral, al conccimicato Jos puctos yale compression ext allot, repeo desu cultura. Artcuto 9 bie? Proteccim de la identidad Obligacién del Estado de proteger , legato cl caso, de rex tablecer los aspectos fundamentales de la Mentidad de'va io (nacionalidad, nombre, rlaciones farmlires). Antcuto 10: Protecciim del mito privado de su medio famiiar Obligacién del Estado de garantizar una proteccién expecial nfo privado de su medio familar, as como de velar para que reciba una proteceién familiar especial sustitutoria en un esta- blecimiento apropiado. 245 Artie 11: Adapeién ‘Obligacit del Estado de facta la adopcién autorizada cuan- o ésta se correspond al interés superior del nino afectado, Articulo 11 Biss Nifios refugiados Proteccién especial a conceder al nif que es refugiado © que trata de obtener in estaruto de refusiado, y obligacién por parte del Estado de colaborar con los organistnos correspondientes que tienen como mandato garantizar dicha protecciéa, Articulo 12: Nitto: dteminuidos Derecho de lot nifos disminuidos Fisicamente a benefciarse de culdado especiales y de una educacién apropisda que favo- ‘ezean su autoromia y facilitar su partcipacion activa en la vide Ge Ia comunidad. Anticuto 12 bis: Sanidad y servicios médicos Derecho del nfo a gorar de In mcjor salud posible y de be neficarse de los servicios midicos y de readaptacién, concedién- ose una importancia especial a los culdados de salud primarios {ya los preventivos, a la informacién de la poblaci6n, asi como a la disminuciéa de ta mortalidad infantil. Obligacién del Estado ‘de favorecor la abolicion de las pricticas tradicioales perjudi- ales para la salud de los nos. Articalo 12 ter> Revision periddica del acomodo Derecho del nio colocado por lat autoridades competentes, ‘on fines de cuidados, de proteccién o de tratamiento, 0 una re: ‘isién peribdiea de todos los aepectos de su lugar de acomodo. Artculo 13° Seguridad Social Derecho del nio a beneficiarse de la Seguridad Social. Article 14° Nivel de vida Derecho del nio # un nivel de vida adecuado, responsabil- dad de los padres de garanticérsla, incluso aunque uno de eos ‘© ambos no vivan con el nif, y obligacion por parte del Estado 4de que estas responsabilidades puedan razonablemente ser asu- mmidas y lo sean en la préctica, Arteulo 15: Educacion Derecho del nio a la educacién, y obligacién del Estado de hacer Ia ensefanza —la primaria al menos obligatoria y grar tilts en In mecide de lo posible. La disciplina escolar ser8 spl cada reepetando la dignidad del nino en tanto que ser humane. 246 Anticulo 16: Objetives de la educaciin Reconocimiento del principio de que Ia educacién debe aspi- rar a favorecer la expansién de la personalidad del nifo y el de- ‘sarrollo de sus capacidades. la preparacion del niho para una Vida adulta activa, el respeto de los derechos fundamentales del hombre y el desarollo del respeto de los valores culturales ya ionales de su propio pats y del de los demés. Anticulo 16 bis: itos de minorias 0 de poblaciones Derecho del nifo que pertenece a una poblacién autéetona, 0 ‘2 una minora, a disirutar de su propie vida cultural, a pract ‘ar su propia religin y a usar su propia lengua. Artiulo 17: Ocios, actividades reereativas y eulturales Derecho del nf las distracciones, a jugar y a Ia participa: én en actividades culturales y artsticas. Anticulo 18: Trabajo Obligacién del Estado de proteger al nlio contra cualquier trabajo que ponga en peligro su salud, su educacion o su desa- roll, de establecer edades -ninimas de admision en un empleo 1 de especificar las condiciones de &ste. Ariteulo 18 bis: Consumo y tréfico de drogas Derecho del nie a estar protegido contra el consumo de ex ‘upefaciemtes y sustancias peicorépicas, y contra su utlizacion cen la produccion y la distribucion de tales sustancia, Artlculo 18 ter: Explotacin sexual Derecho del nino a estar protegido contra la violencia y ba cexplotacién sexuales, incluida la prostitucion y Ia perticipactén fn toda produccién pornografica Artieado 18 quater: Venta, tata y seeuestro Obligacién del Estado de hacer todo lo posible para impedir sf secuestro, a venta 0 la tata de nlios. Articulo 18 quinto: Otras formas de explotacién Derecho del nino a estar protegido contra toda otra forma de cexplotacion mo enbierto en los cuatro anteriores ariculs, 247 Antculo 18 sexto: Readapracion y reinsercin Obligacién del Estado de procurar que los nits vietimas de regligensia, de explotacion 0 de malon tratos se beneficien de Ios tratamientos adecuados para garaiizar #0 readaptacion ¥ $1 reinsetelén social Articalo 19: Adminisracién de justica y procedimientos pate Obligaciones del Estado ante los nits srrestados o detent dos, Prohibicién de la tortra, de las penas 0 tratamicotos crue les, dela pena capital y del encarcelamiento 2 perpetuidad. Pre- ssuncién de inocencia, derecho a una asistencia juridice u otra asistencia apropiada y a un julclo equitative. La seatencia estar a dirgida a Ia rehabilitacion y no al castigo, Principio de las paracién de nifos y adultos durante su detencin. Derecho 2 man- ener contactes con la familia, Articala 20° Conflicts armados Principio de que ningiin niso participe directemente en las Iostidades, de que ningin nito de menos de quince afos de edad sea reclulado en las fuereas armas, ¥ de que todo nifo ‘afectado por un eonfieo armado se benefice de proteceién ¥ de cidados. Antculo 21° Respeto de tas mormas mis favorables 2 establecidas Principio segin el cual, en ol caso de que una nocma estable- ida por tna ley nacional u otro instrumento intrnacional sca iis favorable que la disposicién andloga existente en exta con vvenciéa, seri la norma mas favorable la que prWe. Anticalo 21 ter~ Difusit de la Convencion Obligacién del Estado de dar a conccer ampliamente lor de rechos contenides en fa Convencion, tanta a los adultos como a Ios nios Antiulos 22-31: Aplcaciin y entrada en vigor Estas disposiciones constan prineipalmente ée los puntos sit sulentes: 1. Creaciin de un Comité de tos Derechos del Nino, com ppucsto de dice expertos encargados de examinar ls laforines que {os stados partitpes en la Canvoncidn deberin someter dos as después de Ia ratitiescién, y cada cinco afor ponteriormente. La ‘Convencion entraré en vigor en cuanto la hayan rattcado 20 pai ses, yes entonees cuando se constiird el Comite 248 2._Los Estados partiipes garaatizan que sus informes ten- ‘dcés, ampliadifusién en su pals 3. El Comité puede proponer que se emprendan estdios¢s- peciales sobre cierto derechos eubierios por la Convencion. Pucd ‘dar a conocer sus sugerencins y recomendaciones a todo Estado participe afectado asl como a la Asamblea General “4 “Al objeto de «promover la aplicaciin elective de la Com vencién y alentar la cooperacién internacional, ae inttutiones ‘especializadas de Tas. Naciones Unidas (OTT, OMS y UNESCO) al igual que la UNICEF, pueden asistir» las reuniones del Co- mite. Pueden —asi como cualquier otro organiamo considerado ‘ccompetente, incluyendo las ONG (Organizaciones No Guber fnamentales) dotadas de cstatuto consultve cerea de las Nacio- tues Unidas, y los organismos de las Naciones Unidas como el HCR~ someter informaciones pectinentes al Comité y verse in- vitadas a dar su opinién al objeto de garantzar la mejor aplics- ion posible de la Convencion. Marto de 1988 249 Axexo 2 LAS FUGAS DE ADOLESCENTES Tatentes de definicién ‘os jurists fueron Ios primers en interesarc on Is fuss de menor. Lego fueron guides por especasas: medion, Paguiatrs,paldlogoe 1a ga se aration por una marcha de corta dura, tra la canl ch rie opresa cal sempre al hogar (a diferencia del ‘agabundes) (19) #1 doctor Nero i defi como ean tet, torenado 9 node Ext, de reaver un estado de tensor (18) ara Robie, everdadera> fuga es fmpulsie, cota el mado In cin i eve adn obit cca del Se ha veto Insoperable cImposisle de front por parte de adolescente (21). perme Los OUR Se FUGAN Y LA LEY ads ano en Francia se registran 30.000 fugas de menores| por ia polici, y como algunos padres no las deruncian, ee ee Ima en fenerai que su ndmero aeciende a 100,000, es decir cerca el 25 de la poblacién de menores de dice diecocho aflos (21), En Francia, segin e! Codigo Civil, un menor na puede aban. onar et domiciio de sus padres sin su permiso, pero el Codigo Penal no consigera la fuga como una infraccon, Sin embargo, en Ia fuga hay una presuncion de peligro que ejustiicarav ins oble intervencién del aparato adialnistravo: de un lado, la In tervencién de la policla, y de otro, In intervenciim del jucr de smenores (23). ‘As, la brigada de menores © la yendarmeria son generaimen te los primeros interocutores del joven fugado. Peac a sue ex Ferro, la poliia considersrd al joven come un predelincvente ‘era cacheado, imerrogado sobre sus intenciones y sus medion {3 subsistenca, con frecuencia alojede tras los bartver de la ‘comisaria. A la poliels Je corresponde decidir la suerte del joven: puede devalvero ala familia 0 presentero al juer de menores 250 De esta manera, flota una atmésfera de delincuencla en tomo de ta fuga. aunque ésta no constituya en ningin caso un deli to Qh). TIPOLOGIA DE LOS QUE SE FUGAN La mayoria de veces se trata de adolescentes inestabes eo sstuseién de crisis, de nifios vitimas de malos tatos (9) 0 de Seevestros por parie de los padres, de muchachos o machachas paricuarmente dfciles que viven en el hogar o el internado, © También de retrasados escolares. La edad mas frecuente son los ‘atores aio, “Tres rasgos de caricer estin a menudo presentes en el ado~ lescente uido: inestabilidad,hiperemotividad e inmadures afee- tivas (12) ‘Son varios los fetores que pueden intervenir en la fuga de los adolescents: ‘Ante todo, el ambiente familiar. La constitacion de la percja de padres y ia atmésfera familar desempetan, on efecto, us papel importante. La disociacién de los padres o at) mal eaten ‘imiento la fats de cosmunieacln entre los mierabros de le fa- nila, cl alcoboismo de los padres, todo esto entrafa violencia, {aka de autoridad, hiperpeoteccion, ot rechazo del mib0 por sus padres... Son, pues, otros tantos clementor que pucdeo incitar al joven a la fuga (19, 12,6). “Auague encontramos fugas en todos los medi, parece que es on los estratgs ceonémicamente desfavorables donde se pro- duce la mayoria de fuga Las carencis educativas, el absentismo y ls retrasos frecuen- tes en la escuela, el abandono de los estudios, la inadaptacion fl fracaco escolar son también & menudo responsables de estas fugas (14). Hay que tomar asimismo en consideracin Jos teastornos so- ciales. En efecto, en el momento de la gran crisis que asol6 los Estados Unidos antes de la segunda guerra mundial, se observe lun gran nimero de vagabundeos de adolescentes. Estos trastor~ os sociales estin también en el origen de las bandas de vega- bbundos que vemos formarse durante las guerras, las revolucio- nes y eatacismos de todo tipo (18). No abstantc, la mayoria de veces a fuga es un acto salitario, consecuencia de sina reivindicacion alectiva insatisteche. Cuan- fo contempla la fuga, el adolescente Ia coneidera come definite va, puesto que ella debe consumar una ruptura con la familia y fLambiente, Lo mas corriente es que haya habido muchos pro- {eetos antes de pasar a la accion (22) Encoutrindose pronto «iarginalizadon, el joven huido, ante la aiicuted de alojarse'y alimentarse, pronto deberé realizar 251 ‘actos reprensibles, bos, revanta de drogas o prostitucén. Con, ted, nopodeos decir uc fupao sea neesariameste in Je Tnewente LAS MEDIDAS DE PREVENCION Y DE TRATAMIENTO ‘Aunque la foga sea casi siempre una sorpresa para lo pe: res, cries indicios pueden presagiaria (18), Una vex comeido €l acto, durante estos periodos de crisis mo hay eacogidan legal para los jovenes, salvo la policia, mientras ino se haya consuliado a un jucz de menores. El es quien autor. 22 un centro de alojamiemio: hogar, servicio de acogida der ‘encia. una familia, un centro médico-pricopedapigic para aco er al menor. Teniendo en cuenta estas carencias, algunos educadores, miembros de asociaciones, inchiso jueces, hacen caso omico de 2s igi ycrecen un albergu provisional «meres cn crisis 21), En efecto, las instiucionesoflealesencargadas de Ia winfancia iis estan cada ver menor en sitiacion de levar a cabo coree- tamente su tarea. ¥ en este comtento, han aparecido nuevas es ‘tmucturas. Todavia en nimero pequeio,adoptan formas variadas, desde el SOS telefoiea (ya que la communicacin ha sido interrum il by on eae vio de naga gece ‘contacto con un adult competente y comprensivo, Dede ser ayudado), al centro de alajamiento {cuando wn ado- Tescente:no quiere. momenténeamente al menos, rpresar = =) ‘eata) El fn lucatvo de estas aucvas estruturss © poder ata ‘ar Ia crisis en su iniiacon,impedir que el eonficto se envenene, ‘evitar al huido a recidiva, desdramativar las situactones conics: vas que le conducirfan a una ruptura irreversible, y, en la medida ‘de lo poable,reconeiiar Ie partes: padres © hij (23), En algunos pafses nrdcos, la ly adaite que un joven puede lnve ea deecansar al campon en los lugares de acogida Teconocios Bor los poderes pdbions, durante algunos dias, respirar un poco. En los Estados Unidos, a purur de 1968 se crearom lapares de acogida que defendian ante todo al joven. ofreciéndole un re {fugio momentinen, el anonimato durante veindcuatro horas una aurnsfera cliday familar. Existen dos contos de este ipo pars ‘menores en los Estados Unidos, conectados nel marco del Ni tonal Network Service to Runasray. Youth and Families. Tales ‘entros estin en gu mayerta incetados en la comunidad local} ‘mantienen buenas relacones con la policia, la Justicia y lox cr- ‘icios sociales, los cusles no vacllan en enviarlejovenes, ala es. pera de encontrar una selucién defintiva (1, 8). No obsiante, sv heriad de accién es bastante limitada, Jo cual plantea grandes problemas 282 Dibliografia sobre las fugas |. Auanosto, Lilian: Runaways, Boston, Beacon Press, 1971. Describe las razones que impulsan a los adolescentes 3 fugarse, a0 medios de supervivencia y las condiciones le- alee de las fagas. Bncontramos aquf una lista, por Estado ¥ por ciidad, de todos los organisincs donde los jovenes hhuidos pueden hallar ayuda (Travellers Aid Locations, Hot- lines, Halfway Houses) 2. BERGEKON, Dr, Marcel: Las fugas y el vagabundeo en el ito y cl adolescent, Boletin de pscologia, nim. 5, 1954. 5, BLOCUALX, Jean, y ROSENZWEIG, Jean-Pierre: wLa fuga fo es un delito. :Es ya un derecho?o, Cuadernos de accin Juridica, sims. 38-36, 1982 4. ‘BRENNAN, Tim; HUIZINGA, David, y ELLIOT, Delbert S. The social psychology of runaways, Lexington, Mass. Le ington Books, 1978, 'A partir de sondens y de estadisticas, este libro propo ine un andlisis cietfico del problema de ia fuga en Ios me- 5. CHAPMAN, Christine: America’s runaways, Nueva York, Wik Wiam Morrow, 1976. 6 CoC: «Fugas y medio familam, Revista de neuropeiguie: ‘via infantil vol. 12, nim. 10-11, octubrenoviembre 1964, 7. COLOMBANI, Christian: «Menores en libertad: Para esespar de Ia infanca, no han encontrado més que una salida” Ia fuga», EI Mundo de la Educacién, nim. 49, abril 1979. 4 CULI, John G., y HARDY, Richard E." Problems of rua sway youth, Springheld, Charles C. Thomas, 1976 “analiza las cattas de las fogas, dntinguiendo enter Las de cada sexo. Da indicaciones sobre los signos precursores Ae Ia fg, busca soluciones este problems 9. FanueR, E, D. KINAST. C3 McCOARD. W. Dy FALKNER, Di: Violence in families of adolescent runaways, Child abuse and neglect, vol. 8, EE.UU:, 1984, ‘Del andiisis de las respuestas de 199 allolescentes huie dos al cuestonario «Conflict tacts sealen. deduce que el 8% de ellos habian sido objeto de males talon por parte de los padres en el afo anterior a la fuga. 10. GoNntr. Barnard: Los wroulardsn del aboluto, Bourges, ‘Chalet. 1975 Los testimonion de seis adolescentes que un dia de- Estudio cpldemioligice 7 estaditio, Pars, ESE, 1981 DuBLn, Louise: Suicdio: un estudio socolipeo y estas. ico, Nueva York, Ronald Press, 1963. DURKHEIM, Emile: Suicidio, Glencoe, Mlinois, The Free Press, 1951, Primer estudio sabre el suicide. Ganpwen, Sandra: Suiidi adolescent, Nueva York, Mess: er, 1985, ‘analiza las causas de suicidios entre los adolescents,

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