You are on page 1of 128

© Universidad de Antioquia

ISSN: en trámite
Edición N°3: abril de 2017/Medellín
Periodicidad anual
Diagramación y terminación: Publicaciones VID, obra de la Congregación Mariana
Hecho en Colombia / Made in Colombia
Prohibida la reproducción son autorización de la Universidad de Antioquia

Comité editorial
Dr. Ignacio Alberto González Borrero
Dr. Manuel Alejandro Patiño Hoyos
Dr. Felipe Gutiérrez Pineda

Sección de Neurocirugía
Universidad de Antioquia
PBX: 219 2478 – 219 2479
Correo electrónico: neurocirugiamedicina@udea.edu.co

Centro de Extensión, Facultad de Medicina,


Universidad de Antioquia
PBX: 2196940-2196947
Correo electrónico: cemedicina@udea.edu.co

El contenido de la obra corresponde al derecho de expresión de los autores y no


compromete el pensamiento institucional de la Universidad de Antioquia.

- 2 -
Damos a usted, lector, lo mejor de nosotros en las siguientes páginas. Porque son 68 años de vivencias neuroquirúrgicas
las que se plasman en estas hojas. Un camino recorrido de la mano de la academia como testigo, y como juez implacable la
enfermedad de los pacientes que nos juzga y nos pone a prueba en nuestro quehacer.

Porque solo la vida, en medio de la enfermedad y la muerte, es la que nos lleva a plasmar el andar de este tiempo y nos invita
a compartir lo aprendido con ustedes y nos impulsa a dar lo mejor por ellos, el principio y el fin de esta historia: nuestros
pacientes.

Manuel Alejandro Patiño


Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

- 3 -

3 PRÓLOGO

7 Capítulo 1: Examen clínico neurológico en el servicio de urgencias.


Dr. Manuel Alejandro Patiño Hoyos.

22 Capítulo 2: Evaluación clínica del trauma raquimedular.


Dr. Ignacio Alberto González Borrero.

36 Capítulo 3: Síndrome de cauda equina y cono medular.


Dr. Esteban Preciado.

43 Capítulo 4: Imágenes en el trauma de columna cervical.


Dr. Carlos Ruiz.

49 Capítulo 5: Enfoque del paciente con trauma cráneo encefálico.


Dr. Andrés Eduardo Toro.

60 Capítulo 6: Concusión cerebral.


Dr. Óscar Eduardo Romero Pertuz.

64 Capítulo 7: Tomografía de cráneo en trauma cráneo encefálico.


Dra. Ana Cristina Ayala.

71 Capítulo 8: Convulsiones asociadas con trauma encéfalo craneano.


Dr. Francisco Londoño.
74 Capítulo 9: Muerte cerebral.
Dr. Diego Armando Ortega.

79 Capítulo 10: Hemorragia subaracnoidea espontánea.


Dr. Carlos Mario Jiménez Yepes.

89 Capítulo 11: Enfoque del paciente con lumbalgia.


Dr. Diego Alejandro Durango.

95 Capítulo 12: Enfoque del paciente con infecciones del sistema nervioso.
Dr. Esteban Quiceno.

103 Capítulo 13: Enfoque del paciente con tumores del sistema nervioso central.
Dr. Cristian R. Díaz Parra.

111 Capítulo 14: Enfoque del paciente con tumor hipofisiario y de la región selar.
Dra. Claudia Marcela Gómez.

118 Capítulo 15: Enfoque del paciente con hidrocefalia.


Dr. Eduardo Cortés Silva.

123 Capítulo 16: Enfoque del paciente con meningitis pos traumática.
Dr. Felipe Gutiérrez.
Examen físico neurológico
en el servicio de urgencias
Dr. Manuel Alejandro Patiño Hoyos
Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

El examen físico es un pilar en el abordaje de los pacientes • Signos de lateralización.


con patologías del sistema nervioso central. Los grandes • Nivel neurológico en trauma raquimedular (TRM).
semiólogos afirman, y con razón, que es posible llegar a
realizar un diagnóstico de trabajo en un porcentaje con- La ECG es un método simple para definer el nivel de con-
siderable solo con la anamnesis de los pacientes, pero, a ciencia y el prónostico del paciente. Se debe tomar la mejor
veces, cuando su estado no permite un adecuado interro- respuesta evaluada.
gatorio, se debe tener un armamentario para escudriñar
en los detalles y hallar un enfoque o línea de manejo que Un deterioro en el estado de conciencia puede indicar in-
permita resolver los enigmas más difíciles. adecuada perfusión y oxigenación cerebral, igualmente, se
puede deber al daño neurológico por los traumas presen-
El examen físico neurológico es uno solo, adentro o afuera tados. La hipoglicemia, el alcohol, uso de narcóticos y otras
del servicio de urgencias, pero dependiendo de los esce- drogas tambien pueden influir.
narios y, más importante aún, las condiciones del paciente,
por ello es preciso dar prioridad y orden diferente a los Durante la valoración secundaria se debe realizar un com-
ítems a evaluar. pleto examen neurológico. Para ello el paciente debe estar
estable. Un examen riguroso tiene los siguientes compo-
Antes que nada y con base en la mnemotecnia “ABCD” nentes:
del Colegio Americano de Cirujanos, es necesario asegurar
primero la vía aérea con control cervical, ventilación y cir- 1.- Conciencia y examen mental
culación antes de llegar al punto “D”, en el cual se enfatiza 2.- Pares craneanos
la valoración neurológica. Se divide el examen en una valo- 3.- Examen motor
ración primaria y en una secundaria. 4.- Examen de la sensibilidad
5.- Signos meníngeos
En la valoración primaria se prioriza: 6.- Control de esfínteres

• Nivel de conciencia: Escala de Coma de Glasgow (ECG).


• Tamaño pupilar: normalmente ambas pupilas son del 1.- Conciencia y examen mental
mismo tamaño, lo que se denomina isocoria. Cuando
difieren de tamaño se denomina anisocoria. Un ta- Comprende conciencia y vigilancia, atención, orientación
maño < 3 mm se considera miosis y el tamaño > 6 témporo-espacial, lenguaje,memoria, praxias, funciones
mm se considera midriasis.

- 7 -
cognitivas superiores, trastornos visuo-espaciales, somes- 1.-2 Atención
tesia y somatognosia y alteraciones de la percepción visual.
Es la capacidad para mantener la concentración en algo. La
Desde el comienzo se ha de observar si el paciente está manera de evaluarla es pedir al paciente que repita una se-
despierto, su atención y disposición ante el examinador. cuencia de dígitos o que invierta series automáticas como
los días de la semana o los meses del año. A pacientes
con mayor nivel educacional, se les puede solicitar la resta
1.-1 Conciencia y vigilancia consecutiva de números (por ej. 100 menos 7, menos 7...).

Se define conciencia como la capacidad de darse cuenta


de uno mismo y del ambiente que lo rodea. Depende de 1.-3 Orientación témporo-espacial
la indemnidad de la corteza cerebral y de la sustancia re-
ticular ascendente. El compromiso de la vigilancia puede Depende de la indemnidad de la memoria, por lo que
afectar otras funciones mentales. puede estar alterada en cuadros amnésicos. También se
encuentra comprometida en los cuadros confusionales.
Compromiso de conciencia cuantitativo:Se refiere al En ocasiones, en este punto se agrega el reconocimiento
grado de vigilancia y la capacidad de mantenerlo: de personas. Se debe destacar que la falta de conoci-
miento de la identidad personal no se observa en patolo-
a. Vigil: despierto normalmente. gías orgánicas.
b. Obnubilación: es el grado de menor compromiso de
conciencia. Se caracteriza por somnolencia, lentitud en
las respuestas, disminución de la concentración, del 1.-4 Lenguaje
estado de alerta y de la atención.
c. Estupor: el paciente está dormido y al despertar luego Se deben diferenciar las alteraciones del habla, que se refieren
del estímulo, existe tendencia a caer en el sueño nue- a la articulación de las palabras y las alteraciones del lenguaje
vamente. De acuerdo con la intensidad del estímulo- propiamente tal, que se refieren al simbolismo del lenguaje.
requerido para adquirir vigilia, se clasifica en estupor
superficial (despierta ante estímulo verbal), estupor Disartrias: alteraciones del habla provocadas por trastor-
medio (despierta ante estímulo táctil) y estupor pro- nos motores que producen alteración de la articulación de
fundo (despierta ante estímulo doloroso). las palabras. Si el trastorno motor es de la vía piramidal, el
d. Coma: el paciente no reacciona al aestímulo nocicepti- habla es espástica. Cuando se afecta la 2° motoneurona,
vo. Ocasionalmente puede tener una respuesta motora es hipotónica. En caso de patologías cerebelosas, el habla
reactiva, pero no es una respuesta integrada (no tiene es escandida y si la afección es de la vía extrapiramidal, el
el propósito de retirar la mano del examinador). habla es hipokinética.

Compromiso de conciencia cualitativo: en algunas Disfonías: alteraciones en el tono de la voz, como sucede
partes es el llamado estado confusional, con fluctuación en las enfermedades laríngeas o de las cuerdas vocales.
del comportamiento durante el día. Puede ser de tipo hi-
poactivo o hiperactivo. A este último tipo se denomina Afasia: alteración o pérdida del lenguaje causada por daño
delirium. cerebral. Se debe diferenciar de los trastornos congénitos o
del desarrollo del lenguaje que son las disfasias.

- 8 -
Examen físico neurológico
en el servicio de urgencias

El área dominante o primaria para el lenguaje se localiza de las afasias transcorticales y subcorticales la repetición
en el hemisferio izquierdo para los diestros (95 %) y en la normal ya que el fascículo arcuato no está comprometido.
mayoría de los zurdos (75 %). Luego de ser escuchado, el
lenguaje se transmite a ambas cortezas auditivas primarias Comprensión: se evalúa a través de órdenes verbales pu-
y, posteriormente, es decodificado en la región temporal ras (no utilizar lenguaje gestual), al principio axiales (sacar
posterior izquierda o área de Wernicke. A través del fascí- la lengua, cerrar los ojos) y luego extra-axiales de comple-
culo arcuato esta información es enviada hacia el área de jidad creciente (levante una mano, con la mano derecha
Broca, ubicada en la tercera circunvolución frontal izquier- tóquese la oreja izquierda, etc).
da. Desde esta área se programan las neuronas encarga-
das de la fonación en la corteza motora vecina. Las afasias Lecto-escritura: depende del nivel educacional del pa-
se denominan corticales cuando se afecta el circuito pri- ciente. Se pide que lea un texto con letra de tamaño ade-
mario del lenguaje, transcorticales cuando se afecta el cuada para su agudeza visual y que escriba una frase idea-
área perisilviana del hemisferio izquierdo y subcorticales da por él o al dictado.
cuando la lesión es de los ganglios basales del hemisferio
izquierdo o dominante (tálamo, putamen).
1.- 5 Memoria
Tener en cuenta en la evaluación del lenguaje: esponta-
neidad (mínimo 50 palabras por minuto), nominación, Definida como la capacidad para almacenar y recordar in-
repetición, comprensión y lecto-escritura. El lenguaje formación. Los tipos más comunes son:
gestual no se afecta en las afasias.
Memoria inmediata: no requiere aprendizaje (almacenaje)
La prosodia es la entonación del lenguaje. En las afasias sino, solamente, del registro y evocación de un estímulo.
fluentes la prosodia es normal y el número de palabras por Depende, en gran medida, de la atención.
minuto es normal o aumentada (mayor de 100 por minuto),
no hay dificultad para emitir el lenguaje y pueden aparecer Memoria de corto plazo: valora el aprendizaje. Se le da al
parafasias verbales o literales (sustitución de una palabra paciente una serie de palabras que debe repetir y recordar
por otra o sustitución de una sílaba por otra). luego de cinco minutos.

En las afasias no fluentes hay alteración de la prosodia, Memoria a largo plazo: información aprendida en días,
se reduce el número de palabras por minuto, hay dificultad meses y/o años (de por vida).
para encontrar las palabras adecuadas y las frases tienen
errores gramaticales.
1.- 6 Praxias
Nominación: al paciente se le muestran objetos de uso
conocido, que debe nombrar. En ocasiones, sucede que el Es la capacidad para realizar movimientos voluntarios; su
paciente es capaz de describir el uso de un objeto, pero es alteración es la apraxia o sea la incapacidad para realizar-
incapaz de nominarlo. los a la orden verbal o por imitación. Requiere indemnidad
de las funciones motoras, sensitivas, del lenguaje y ausen-
Repetición: se examina cuando se solicita que repita pa- cia de confusión.
labras y luego frases de complejidad creciente. Es propio

- 9 -
Puede aparecer en lesiones frontales. Algunas formas es- 1.-9 Somestesia y somatognosia:
peciales son la apraxia del vestir y la construcción, en la
que el paciente es incapaz de dibujar o copiar figuras geo- En lesiones de la corteza parietal se pueden producir al-
métricas. teraciones de la somestesia. La sensibilidad primaria está
indemne o, mínimamente, comprometida; sin embargo, el
paciente no reconoce la localización táctil, discriminación
1.-7 Funciones cognitivas superiores de puntos, las características de los objetos tomados, la
localización de una extremidad en el espacio, hasta llegar a
Evalúa la resolución de problemas, juicio y planificación. desconocer un hemicuerpo (asomatoagnosia).
Para realizar estas tareas se requiere del adecuado funcio-
namiento de distintas funciones mentales. Anosognosia es la negación de la enfermedad.

Interpretación de proverbios, semejanzas y diferen-


cias: miden la capacidad de abstracción. La ventaja de rea- 1.-10 Alteraciones de la percepción visual:
lizar estas pruebas es su independencia de la escolaridad.
Ilusiones: consisten en la interpretación errónea de una
Cálculo: en personas de baja escolaridad se puede suplir percepción.
con preguntas respecto a manejo de dinero. A pacientes
con mayor nivel educacional se les hacen pruebas aritmé- Alucinaciones: son percepciones en ausencia de objeto o
ticas de complejidad creciente. estímulo. Prosopagnosia: falta de reconocimiento de las
fisonomías o caras previamente conocidas.
Series de palabras: nombrar animales u otros elementos
en un minuto. Lo normal es que se nombren mínimo 10 en
un minuto. 2.- Pares craneanos:
2.-1 Nervio olfatorio (I):
1.-8 Trastornos visuo-espaciales
Es el par craneano más afectado en los traumas encefalo-
Son generalmente secundarios a lesiones del hemisferio craneanos. Lo primero es descartar causas locales de al-
derecho. El hecho fundamental es la falta de reconocimien- teración del olfato, como rinitis crónica, rinorrea, epistaxis,
to del hemiespacio contralateral a la lesión. Pueden ser de- etc. Para su examen, el enfermo debe estar con los ojos
signados también como agnosias (desconocer). cerrados y se evalúan ambas fosas nasales por separado.
La pérdida del olfato se denomina anosmia.
Heminegligencia espacial: se desconoce lo que ocurre
en un hemiespacio, generalmente el izquierdo. Por ejem-
plo, al ver un reloj, desconoce las horas de las seis a las 12. 2.-2 Nervio óptico. (II):

Agudeza visual: se examina cada ojo por separado y se


tapa el contralateral. En el examen neurológico habitual se
solicita al paciente que lea un texto a 30 cms., luego eva-
luar visión a cuenta dedos (a 1 mt. de distancia), percep-

- 10 -
Examen físico neurológico
en el servicio de urgencias

ción de movimientos de la mano y, finalmente, percepción Parálisis del III nervio: desviación del globo ocular hacia
de estímulos luminosos. Si no logra esto último se hace lateral (estrabismo divergente o exotropía) + paresia de mi-
referencia a ceguera o amaurosis. rada hacia arriba, abajo y medial + midriasis y ptosis.

Campo visual: el campo visual es la extensión de espacio


que percibimos y el ojo está en posición media. Realizamos Detalle anatómico
para ello la campimetría por confrontación (comparamos
nuestro campo visual con el del enfermo). Nos ponemos El mesencéfalo pasa a través de una abertura lla-
frente al enfermo, se le tapa un ojo y se le pide que mire mada hiato tentorial. El III par corre a lo largo del
fijamente nuestra nariz, luego extendemos los brazos y mo- borde tentorial y puede comprimirse contra él du-
vemos levemente los dedos. El enfermo debe avisar cada rante la hernia del lóbulo temporal (uncal).
vez que perciba el movimiento. En caso de compromiso de
conciencia, se examina la respuesta palpebral a la ame- Las fibras parasimpáticas que constriñen la pupila
naza (aferencia visual por el II nervio craneano, y eferencia se encuentran en la superficie del III par craneal. La
motora por el VII nervio craneano). compresión de estas fibras durante la hernia causa
dilatación pupilar debido a la actividad simpática sin
En clínica las alteraciones del campo visual más frecuentes oposición. La hernia uncal también causa compre-
son las hemianopsias. Si la lesión es retroquiasmática, se sión del tracto corticoespinal (piramidal) en el me-
produce una hemianopsia homónima, del lado contrario sencéfalo. El tracto motor cruza al lado opuesto en
de la lesión. Las lesiones quiasmáticas provocan hemia- el foramen magnum, por lo que la compresión del
nopsias heterónimas. mesencéfalo produce hemiparesia contralateral.

Fondo de ojo: lo más relevante en los enfermos neuroló- La dilatación pupilar ipsilateral asociada con la
gicos es examinar la coloración y bordes de la papila para hemiparesia contralateral es el signo clásico de
buscar atrofia papilar o edema de papila. hernia uncal.

Una pupila midriática y que no se contrae ante


2.-3 Examen de nervios oculomotores el estímulo luminoso, indica lesión del III nervio
(III, IV, y VI): craneano, probablemente compresiva ya que
las fibras parasimpáticas se localizan en la por-
Para su evaluación, primero se observa la posición de los ción más periférica de este nervio.
ejes visuales en la mirada al frente y luego le pedimos
al paciente que movilice los globos oculares en distintas
direcciones. Si hay asimetría se trata de estrabismo. Si IV par: inerva el m. oblicuo superior, cuya función es la
observamos estrabismo y el paciente no refiere diplopía, mirada hacia medial y abajo (se mira la nariz). Ante su com-
se trata, probablemente, de un estrabismo congénito (ha- promiso, el paciente inclinará la cabeza hacia el hombro
bitualmente por defecto muscular extrínseco). La diplopia contralateral para evitar la diplopia. Si deseamos evaluar
debe desaparecer al tapar un ojo con la excepción de la el IV par en presencia de lesión concomitante del III par, se
subluxación del cristalino. le pide al paciente mirarse la nariz con lo que se produce
una intorsión del globo ocular (en sentido contrario a las
manecillas del reloj).

- 11 -
VI par: inerva el músculo recto lateral y su parálisis provoca de la inervación simpática del músculo de Müller) y
desviación del globo ocular hacia medial (estrabismo con- anhidrosis de la hemicara. El enoftalmos, habitual-
vergente o endotropía). mente, no es detectable.

Lo anterior hace referencia a las parálisis nucleares e in-


franucleares (desde los núcleos de troncoencéfalo hacia 2.-4 Nervio trigémino (V):
distal).
Es mixto, sensitivo (tacto, dolor y temperatura de la cara,
Las parálisis supranucleares o parálisis de mirada mucosa oral y meninges) y motor (inerva los músculos
conjugada: existen centros corticales frontales de la mira- masticatorios -maseteros, temporales y pterigoideos-). Las
da conjugada que envían fibras descendentes al tallo (de- fibras sensitivas se originan en el ganglio de Gasser des-
cusación pontina) y que permiten la alineación permanente de donde emergen sus ramas oftálmica (V1), maxilar (V2) y
de ambos globos oculares. La conexión entre el centro de mandibular (V3). La rama motora se une a la tercera rama
la mirada pontina y los núcleos oculomotores del tronco la sensitiva. El examen tiene por objeto determinar si existe
realiza el fascículo longitudinal medial. Lesiones frontales alteración de la sensibilidad y si es así, si guarda relación
o de la cápsula interna producen desviación de la mirada con alguna de las ramas del trigémino o si corresponde
conjugada hacia el lado de la lesión (contraria a la hemi- a una lesión del núcleo espinal del trigémino en el tronco
plejia) y las lesiones de tronco producen desviación de la cerebral (en este ucaso se observa una distribución en “tela
mirada hacia el lado contrario (mira la hemiplejia). de cebolla”, con anestesia en zonas concéntricas desde la
boca hacia la periferia).
Reflejo fotomotor o pupilar: la aferencia de este reflejo
viaja por el II par y la eferencia por el III par (oculomotor), a Reflejo corneal: la córnea es inervada por V1. Se estimula
través de las fibras parasimpáticas que producen contrac- suavemente la córnea con un algodón y se le pide al pa-
ción pupilar. Al iluminar una pupila se produce una contrac- ciente que mire hacia el lado opuesto. La aferencia va por
ción (reflejo pupilar directo) pero también se contrae la la rama oftálmica y la eferencia por el nervio facial (VII par).
pupila contralateral (reflejo pupilar consensual). Al exa- De esta manera, al estimular, se produce un reflejo directo
minar el reflejo pupilar de ambos ojos en forma sucesiva con cierre palpebral y uno consensual en que se cierra el
podremos discernir si el defecto se encuentra en la aferen- ojo contralateral. Las lesiones del trigémino provocan una
cia o eferencia de un ojo o del otro. disminución o ausencia del reflejo directo y consensual, en
cambio, en lesiones del nervio facial, desaparece el reflejo
Reflejo de acomodación-convergencia: se le pide al pa- directo, pero no el consensual.
ciente mirar lejos-cerca y se observa el grado de contrac-
ción pupilar. Examen motor: se examina el trofismo de los músculos
maseteros a la palpación y luego se le pide al enfermo que
apriete los dientes y que abra la boca; de existir paresia, la
Importante… mandíbula se desplaza hacia el lado paralizado.

Síndrome de Claude-Bernard-Horner: se produ- El reflejo maseterino o mentoniano se obtiene percu-


ce por lesión de la vía simpática, en cualquier sitio tiendo sobre el dedo del examinador, que se afirma en el
de su trayecto, desde el hipotálamo hasta el ganglio mentón del paciente, con la boca entreabierta y se produce
ciliar. Al examen observamos miosis, ptosis (pérdida entonces una contracción de los maseteros.

- 12 -
Examen físico neurológico
en el servicio de urgencias

2.-5 Nervio facial (VII): 2.-6 Nervio vestíbulo-coclear (VIII):

Mixto. Tiene fibras motoras que inervan la musculatura de la Examen de la audición


cara, autonómicas parasimpáticas (glándulas lacrimales, na-
sales y salivales) sensitivas especiales (gusto de los 2/3 ante- Es frecuente que los enfermos con disminución de la au-
riores de la lengua) y motoras viscerales (músculo del estribo). dición (hipoacusia), tiendan a hablar a un volumen más
alto, o mirar detenidamente los labios del examinador. En
En los exámenes se buscan asimetrías de la cara, los sur- todo caso, se verifica primero si escucha el susurro de la
cos nasogenianos y desviación de la comisura labial. Luego voz, el ruido del reloj o el roce de los dedos y luego estímu-
se solicita realizar movimientos de contracción de la mus- los de mayor intensidad. Idealmente, se debe realizar una
culatura facial, mostrar los dientes y protruir los labios. otoscopia para descartar obstrucciones en la transmisión
del sonido. Se debe destacar que, debido a las múltiples
En las lesiones centrales (supranucleares) no se afecta la decusaciones de las vías auditivas centrales, lesiones por
musculatura facial superior, de manera que el paciente sobre el bulbo donde se encuentran los núcleos cocleares,
puede arrugar la frente y cerrar los ojos. En las lesiones no producen sordera.
periféricas, desde el núcleo en el tallo hacia el nervio, se
afecta el tercio superior de la cara hasta que el ojo quede Hipoacusia de conducción: (compromiso del oído externo
abierto (lagoftalmo). Además, hay imposibilidad de arrugar y medio) se caracteriza por disminución de la audición para
la frente en el lado afectado. todas las frecuencias y conservación de la discriminación
del habla y de la audición ósea.

Hipoacusia neuro-sensorial: se dificulta la discriminación


Detalle semiológico… de las palabras, se escuchan mejor los tonos de baja fre-
cuencia y ocurre el fenómeno del reclutamiento (un pe-
Al pedir al paciente que cierre los ojos, se observa queño aumento de la intensidad del sonido, provoca moles-
el globo ocular desplazarse hacia arriba y afuera, lo tia); la audición ósea también está afectada, pero en igual
que se conoce como el Signo de Bell. proporción que la audición aérea.

Cuando la lesión se produce antes de la emergencia


de la rama motora al músculo del estribo, el paciente Detalle semiológico…
se quejará de hiperacusia o disacusia (molestia por
los ruidos). Test de Weber: con el diapasón en el centro de la
frente, las personas con audición normal perciben
la vibración por igual en ambos oídos. En el caso de
Examen del gusto: se debe pedir una respuesta hipoacusia de conducción se perciben las vibracio-
rápida para que no influya el olfato. Se aplica una nes más intensamente en el oído hipoacúsico (con
gota de agua azucarada en la hemilengua del lado audición ósea preservada). En la hipoacusia sen-
afectado. sorio-neural las vibraciones se perciben de mayor
intensidad en el oído sano (también con audición
Reflejo palpebral: se produce contracción de los pár- ósea preservada).
pados ante un estímulo acústico o visual imprevisto.

- 13 -
Al examinar al enfermo con los ojos cerrados en posición
Test de Rinne: con el diapasón en la apófisis mas- de pies con los ojos, este tenderá a caer hacia el lado en-
toides, se pasa al frente del CAE cuando el paciente fermo (al igual que al caminar en tandem).
deje de percibir la vibración. Normalmente el sonido
se sigue percibiendo por vía aérea. En la hipoacu-
sia de conducción la audición ósea es mejor que la 2.-7 Nervio glosofaríngeo (IX) y Vago (X)
aérea. En la hipoacusia sensorio-neural la audición
aérea es mejor que la ósea. Rinne (+) significa per-
cepción aérea mejor que ósea. Detalle semiológico…
Test de Schwabach: compara la transmisión ósea El IX par da la inervación sensitiva y sensación de
del paciente con la del examinador. Para realizar gusto al 1/3 posterior de la lengua.
esta comparación se pone el diapasón en el área El VII par da el gusto de los 2/3 anteriores.
mastoidea del paciente y al dejar de percibir la vi- El V par da los otros tipos de sensibilidad.
bración, se pone el instrumento en el mastoides del
examinador.
El IX par también da la sensibilidad del paladar, las amígda-
las, la faringe y el tragus. El compromiso de estos nervios
se manifiesta por voz bitonal o nasal, disfagia y regurgita-
Examen vestibular ción de líquidos por la nariz.

El sistema vestibular participa en el mantenimiento del Al examen, en caso de lesión unilateral, la úvula se verá
equilibrio (junto al cerebelo, propiocepción y aferencias desviada hacia el lado sano y el velo del paladar caído en
visuales). Brinda información respecto a la posición del el lado afectado.
cuerpo en el espacio. Los pacientes con patología vesti-
bular pueden presentar vértigo (sensación ilusoria de mo- Reflejo faríngeo: se estimula a cada lado el velo del pa-
vimiento, generalmente rotatorio), desequilibrio y nistag- ladar y produce sensación nauseosa, contracción faríngea
mo. El nistagmo se caracteriza por movimientos oculares y retracción lingual. Cabe recordar que la lesión del nervio
oscilantes, rítmicos con una fase lenta en un sentido y laríngeo recurrente puede ocurrir en procesos expansivos
fase rápida de corrección en el sentido opuesto. La di- intratoráxicos y se produce parálisis de las cuerdas vocales
rección de la fase rápida del nistagmo le da el nombre (voz bitonal).
a éste, es decir, si la fase rápida es hacia la derecha, se
denomina nistagmo a derecha. En general, el nistagmo
es horizontal, pero puede ser también vertical o rotatorio. 2.-8 Nervio espinal o accesorio (XI)
Para lograr una mejor definición del nistagmo, es con-
veniente realizar una Prueba calórica que consiste en Inerva el músculo esternocleidomastoideo y la parte supe-
irrigar cada oído con agua a 30° C y a 44° C y registrar el rior del músculo trapecio. Para examinar el esternocleido-
nistagmo generado (“el nistagmo se aleja del agua fría y mastoideo se hace girar la cabeza contra resistencia hacia
se acerca al agua caliente”, como los gatos). el lado opuesto, por lo que al lesionarse se produce incapa-
cidad de girar la cabeza hacia el lado sano.

- 14 -
Examen físico neurológico
en el servicio de urgencias

2.-9 Nervio hipogloso (XII) Marcha hemiparética (“del cegador”) posición caracte-
rística de rotación interna y aducción del brazo, flexión del
Inerva la musculatura intrínseca y extrínseca de la lengua antebrazo, muñeca y dedos. La extremidad inferior se man-
(genio y estilogloso).Primero se ve la lengua en reposo tiene en extensión. Al caminar la porción externa del pie se
dentro de la cavidad bucal, luego se observa su protrusión arrastra por el suelo y el paciente hace un movimiento de
y movimientos laterales. La lesión de un nervio hipogloso circunducción externa de la extremidad.
provoca desviación de la lengua hacia el lado afectado.
Se puede evidenciar, además, atrofia y fasciculaciones de Marcha paraparética: en lesiones de primera motoneuro-
la hemilengua comprometida. na, una vez establecida la espasticidad, ambas extremida-
des inferiores estarán extendidas y en aducción (marcha en
tijera). Se producen también los movimientos de circunduc-
Para recordar: ción en ambas extremidades inferiores.

• Pares sensitivos: I, II, VIII. Otras marchas neurológicas


• Pares motores: III, IV, VII, XI, XII.
• Pares mixtos: V, VII, IX, X. Marcha parkinsoniana (“festinante”): pasos cortos y
lentos, con reducción del braceo, con el tronco inclinado
hacia adelante y flexión de cuello, tronco y extremidades.
Característica la aceleración del paso. Además, hay dificul-
3.- Examen motor tad para realizar giros.

El sistema motor depende de la corteza motora y premo- Marcha atáxica o cerebelosa: aumento de la base de
tora, y de sus vías en el tronco cerebral y médula espinal sustentación, desequilibrio con tendencia a caer hacia los
las que convergen en el haz corticoespinal o piramidal para lados, lo mismo al intentar caminar sobre una línea imagi-
hacer sinapsis con la segunda motoneurona delasta an- naria o en tandem. Cuando la lesión es de un hemisferio
terior de cada segmento en la médula espinal. Participan, cerebeloso el paciente se desvía hacia el lado comprome-
además, los ganglios basales y el cerebelo. Estas motoneu- tido. En lesiones del vermis cerebeloso, en cambio, se
ronas del asta anterior dan origen a las fibras motoras que desvía hacia un lado y el otro. Se puede sensibilizar esta
emergen de cada segmento medular. prueba solicitando que camine con los ojos cerrados. En la
estación de pies, con los ojos cerrados, se producen pulsio-
Es importante realizar una comparación permanente entre nes hacia adelante, atrás y ambos lados por igual.
ambos hemicuerpos para detectar asimetrías.
Marcha tabética: por lesiones de los cordones posterio-
res de la médula. Al caminar, la pierna es “lanzada” hacia
3.-1 Marcha y postura adelante y golpea al tocar el suelo. Al solicitarle al paciente
que cierre los ojos, estando de pie, se producen intensas
Las lesiones que afectan la primera motoneurona de la vía pulsiones e, incluso, puede caer al suelo (Romberg +).
piramidal, inicialmente, producen flacidez por lo que, tanto
la estación de pies como la marcha, están limitadas. Poste-
riormente, se desarrolla espasticidad.

- 15 -
3.-2 Fuerza Hay ciertos patrones que orientan a trastornos específicos:

La disminución de la fuerza se llama paresia y la falta ab- Miopatía: si el compromiso de la fuerza es de las cuatro
soluta de ésta se denomina plegia. Se puede comprometer extremidades y de predominio proximal porque afecta las
por lesiones que afecten desde la corteza frontal, cápsula grandes masas musculares. Si se acompaña de dolor de
interna, tronco cerebral, médula espinal, asta anterior, raíz los músculos la primera posibilidad es una miopatía infla-
anterior, plexo y troncos nerviosos, nervio periférico, unión matoria.
neuromuscular, hasta el músculo. Para su valoración se
usa la escala del Medical Research Council, con una cali- Polineuropatía: el compromiso es de predominio distal y
ficación de 0 a 5 (ver capítulo de Enfoque del paciente con se afectan las fibras más largas (es menester recordar que
trauma raquimedular). la mayoría de las polineuropatías se acompañan de com-
promiso sensitivo también de predominio distal).

• Monoparesia o monoplejia: si afecta una extremidad. Placa neuromuscular: la presencia de fatigabilidad orien-
• Hemiparesia o hemiplejia: si afecta a un hemicuerpo ta a patología (miastenia gravis).
o si compromete a ambas.
• Paraparesia o paraplejia: extremidades inferiores.
• Tetraparesia o tetraplejia: afecta a todas las extre- 3.-3 Tono muscular
midades.
Se refiere a la resistencia de los músculos al movimiento
El primer punto para descartar es la presencia de dolor que pasivo de las articulaciones (codo, muñeca, rodilla, talón).
limite la ejecución de los movimientos. La hipertonía o aumento del tono puede manifestarse de
las siguientes formas:
Luego, se procede a evaluar las extremidades superio-
res con la maniobra de Mingazzini-Barré, en la que se Hipertonía espástica (en “navaja”): aumento de la resis-
solicita al paciente levantar los brazos extendidos con las tencia al movimiento seguido de una disminución de dicha
palmas hacia arriba, con los ojos cerrados (se observa si resistencia. Es propia de las lesiones de vía piramidal.
hay pronación de la mano, si un brazo cae, o si al levantar
ambos uno de ellos es más lento o tiene un movimiento Hipertonía en “tubo de plomo”: hay un aumento de la re-
oscilante o impreciso). Luego se examinan, en forma se- sistencia en forma pareja. Se presenta en la Enfermedad de
cuencial, todos los segmentos moviles según miotomas. Parkinson. Si a esta hipertonía se suma el temblor (como
sucede en la mayoría de los pacientes con Enfermedad de
Para examinar las extremidades inferiores, con el pa- Parkinson), aparece la hipertonía en “rueda dentada”.
ciente en decúbito, se solicita que levante ambas extremi-
dades con las caderas y rodillas flectadas y se observa si Distonía: las extremidades se encuentran en forma perma-
una de ellas cae primero. nente en postura anormal y al movilizar las articulaciones
ofrece una mayor resistencia. Sucede en enfermedades
En caso de sospechar una lesión de segunda motoneuro- extrapiramidales.
na, raíz o nervio periférico, se debe realizar un examen
más detallado y explorar por separado cada músculo. Paratonía: al examinar al paciente hay cambios en el grado
de resistencia a la movilización articular como si el paciente

- 16 -
Examen físico neurológico
en el servicio de urgencias

no cooperara al examen. Aparece en enfermedades corti- En las lesiones de la primera motoneurona o piramidales,
cales difusas. inicialmente se produce hiporreflexia y luego hiperreflexia.
En las lesiones de segunda motoneurona y de nervio se
En patologías cerebelosas, además, se puede observar el produce hiporreflexia. En las patologías extrapiramidales
fenómeno de rebote como manifestación de hipotonía, los reflejos son normales y en las lesiones cerebelosas se
que consiste en la dificultad para frenar un movimiento (se producen los reflejos pendulares ya que no se frena el
examina en flexión del antebrazo contra resistencia y al sol- movimiento y la extremidad sigue oscilando.
tarlo el enfermo se golpea el pecho).
Reflejos cutáneos o superficiales
Asterixis: pérdida brusca y transitoria del tono muscular.
Se ponen las muñecas y dedos del paciente en hiperex- Son reflejos polisinápticos que se integran a nivel encefáli-
tensión a lo que se sucede un “aleteo o flapping”. Es ca- co y dependen de la indemnidad de la vía piramidal. Una
racterístico de algunas encefalopatías metabólicas como la lesión piramidal se asocia con una disminución o pérdida
hepática y con menor frecuencia, la urémica. de estos reflejos.

Reflejos cutáneo-abdominales: con un objeto romo se


3.-4 Reflejos estimula la piel abdominal desde la región lateral del ab-
domen hacia la línea media con lo que se desencadena
Reflejos osteotendinosos (ROT) contracción de la musculatura abdominal. Existen tres ni-
veles: superior (T7), medio (T10), e inferior (T12). Estos
Son reflejos monosinápticos que se integran en la médula tres reflejos pueden determinar, así mismo, el nivel de una
espinal. Al percutir un tendón se produce una elongación lesión medular. Pueden desaparecer en personas obesas y
brusca del músculo seguido de una contracción muscu- post-cirugía abdominal.
lar. La percusión se realiza con un martillo de goma. No
se debe confundir con el reflejo ideomuscular que es la Reflejo cremasteriano: se obtiene cuando se roza la cara
contracción producida al golpear directamente el músculo interna del muslo y se produce un ascenso del testículo
y que corresponde a un fenómeno local. En cuanto a la ipsilateral. Este reflejo se integra en L1.
magnitud, los reflejos pueden estar ausentes (arreflexia),
disminuidos (hiporreflexia), normales, vivos, o aumen- Reflejo plantar: se obtiene al estimular la planta del pie por
tados (hiperreflexia). Otros elementos que constituyen su cara lateral desde el talón hasta los artejos. La respuesta
hiperreflexia son: aumento del área reflexógena, reflejo normal es flexión de los artejos y se denomina reflejo plan-
policinético (con un golpe se producen varias sacudidas), tar flexor. En caso de lesión de vía piramidal la respuesta
clonus (la sola elongación del músculo produce sacudidas, obtenida es extensión del primer ortejo (signo de Babins-
a veces inagotables), y difusión anormal del reflejo (con- ki); se puede acompañar de apertura de los demás ortejos
tracción de otro grupo muscular). en abanico y flexión de ellos, ocasionalmente se produce,
además, flexión refleja de toda la extremidad. El signo de
Los reflejos osteotendíneos dan información del nervio y Babinski es altamente sensible (aparición precoz) y espe-
raíz que inervan al músculo (ver capítulo Enfoque del pa- cífico de lesiones piramidales o de primera motoneurona.
ciente con trauma raquimedular).

- 17 -
3.-5 Trofismo superiores con las palmas hacia arriba y se puede obser-
var su incremento al ponerle un peso encima.
Es el grado de desarrollo muscular y depende de la cons-
titución y del grado de entrenamiento. Se determina por la Temblor de reposo: es un temblor lento, que aparece al
inspección y palpación de las masas musculares. En las relajar las extremidades y, generalmente, predomina en
lesiones de segunda motoneurona, nervio y algunas enfer- un hemicuerpo. Se observa en las extremidades superio-
medades musculares se produce una importante atrofia. res un movimiento de prono-supinación del antebrazo y
En las lesiones de vía piramidal la atrofia no es tan intensa y de “cuenta mondeas” entre los dedos. En las extremida-
corresponde más bien al desuso. Finalmente, existen algu- des inferiores se produce un movimiento de flexo-exten-
nas enfermedades musculares que producen hipertrofia sión del tobillo. Es típico de la Enfermedad de Parkinson.
muscular y otras que producen pseudohipertrofia mus-
cular (el músculo es remplazado por tejido fibroso y grasa). Corea: son movimientos bruscos, breves, reiterados, gene-
ralmente, distales que se suceden unos a otros y a los cua-
les el paciente les puede dar propositividad. Se presenta en
3.-6 Movimientos musculares espontáneos lesiones de los ganglios basales.

Las fibrilaciones son contracciones de fibras musculares Atetosis: son movimientos reptantes o de contorsión, rela-
aisladas y se detectan sólo por examen de electromiogra- tivamente lentos y que afectan las porciones más proxima-
fía. Las fasciculaciones corresponden a contracción de les de las extremidades y el tronco.
las fibras musculares que dependen de una unidad motora.
Se producen por procesos de denervación en patologías Balismo: son movimientos bruscos y amplios de las por-
de segunda motoneurona. Constituyen patología sólo si se ciones proximales de las extremidades, habitualmente las
acompañan de paresia y atrofia muscular, de lo contrario, superiores, y pueden llegar a entorpecer los movimientos
son consideradas benignas. Se aprecian como movimien- voluntarios. Por lo general es unilateral (hemibalismo).
tos reptantes debajo de la piel y especialmente pueden ser
observadas en la lengua. Tic: puede ser suprimido por la voluntad y aumenta con el
stress. Son movimientos estereotipados y repetidos que se
presentan en cara o extremidades.
3.-7 Movimientos anormales

Movimientos involuntarios anormales: se consideran, en 3.-8 Metría


general, secundarios a alteraciones de los ganglios basales.
Es la coordinación de los movimientos. La alteración de ésta
Temblor: consiste en movimientos rítmicos producidos se llama dismetría. Se altera en patología del hemisferio
por la contracción alternante de músculos agonistas y cerebeloso ipsilateral o de sus vías. Evaluado con pruebas
antagonistas. Se clasifican según su frecuencia y por sus índice-nariz, talón rodilla.
características.

Temblor postural: se presenta al asumir una postura, es 3.-9 Diadococinesia


de frecuencia alta y aumenta al sostener peso. Se exami-
na pidiéndole al paciente que extienda las extremidades Es la capacidad de realizar movimientos alternantes en
forma rítmica. Su alteración se denomina disdiadococi-

- 18 -
Examen físico neurológico
en el servicio de urgencias

nesia o adiadococinesia en su grado mayor. Se examina Síndromes sensitivos específicos


con la ejecución de movimientos de pronosupinación de la para tener en cuenta
extremidad superior. En la extremidad inferior se solicitan
movimientos de flexión y luego extensión del pie (como si- Disociación siringomiélica: pérdida de la sensibilidad
guiendo el ritmo de una melodía). térmica y dolorosa con preservación de las sensibilidades
táctil, postural y vibratoria. Se produce por lesiones centra-
En caso de lesión hemisférica cerebelosa se encontrará les de la médula espinal (lesiones quísticas originadas en
hipotonía y reflejos pendulares ipsilaterales a la lesión y la el canal central). Además, en el segmento afectado, hay
marcha mostrará tendencia a desviarse hacia el lado com- pérdida de todos los tipos de sensibilidad y eventualmente
prometido (atáxica). En lesiones de vermis cerebeloso la trastornos motores.
mayor dificultad es para la marcha con lateropulsiones bi-
laterales (ataxia). Además se produce nistagmo y disartria Síndrome de cordones posteriores: pérdida de la sensi-
de tipo escandido. bilidad profunda y del tacto en menor grado. Si se agrega
degeneración de los tractos piramidales, se configura el
cuadro de esclerosis combinada subaguda.
4.- Examen de la sensibilidad
Síndrome tabético: pérdida de la sensibilidad vibratoria y
Sensibilidad primaria postural con acentuado desequilibrio, acompañado de do-
lores lancinantes.
Superficial (percepción de tacto, dolor y temperatura).
Profunda (postural y vibratoria). Síndrome de arteria espinal anterior: paraplejia con pér-
dida de la sensibilidad térmica y dolorosa, con preservación
Con los ojos cerrados, se pasa una mota de algodón por la de la sensibilidad profunda.
piel para no estimular otro tipo de receptores y se comparan
las distintas áreas exploradas. El dolor se explora con una Síndrome talámico: las lesiones talámicas que afectan la
aguja. La sensibilidad postural comprende la sensación de sensibilidad, generalmente, provocan hipoestesia del he-
posición y de desplazamiento de las articulaciones. Por último, micuerpo contralateral. Esta hipoestesia, en algunos casos,
la sensibilidad vibratoria se examina cuando se pone un dia- sin embargo, se acompaña de disestesias, hiperestesia aun
pasón en las prominencias óseas (tobillos, rodillas, caderas, ante estímulos mínimos o alodinia.
muñecas y codos). Ante estos estímulos el paciente puede
referir anestesia, hipoestesia o hiperestesia. Diferenciar la
sensación de disconfort o disestesia; dolor ante estímulos no
nociceptivos o alodinia. Por último, se puede quejar de dolor Detalle semiológico…
espontáneo o sensación de hormigueo, parestesia.
El síndrome de Déjerine-Roussy o síndrome ta-
En lesiones de corteza parietal, cápsula interna, tálamo o lámico se caracteriza por hemiparesia leve transi-
tronco cerebral, se produce hemihipoestesia. La hipoes- toria, hemicoreoatetosis, hemihipoestesia, hiperal-
tesia en guante y calcetín son propias de las polineuropa- gesia, alodinia y hemiataxia con astereognosia de
tías (generalmente, comprometen las fibras largas). intensidad variable, y se presenta ante lesiones de
los núcleos posteriores del tálamo.

- 19 -
Sensibilidad secundaria
o cortical (discriminativa)
Son evaluables sólo en ausencia de compromiso de la sen-
sibilidad primaria. Lesiones parietales producen este tipo
de alteraciones en el hemicuerpo contralateral (alteración
de la somestesia).

Estereognosia: reconocimiento de objetos sólo por el tacto.

Grafoestesia: reconocimiento de figuras geométricas, nú-


meros o letras dibujadas en la piel.

Discriminación de dos puntos: distancia mínima, que


debe existir entre dos puntos para que su estimulación si-
multánea sea percibida como separada.

5.- Signos meníngeos


Los signos meníngeos son producidos por irritación de las
meninges y de las raíces espinales por procesos inflama-
torios, en general de curso o subagudo. Por lo general se
acompaña de cefalea, fiebre, fotofobia, hiperestesia cutá-
nea, vómitos y compromiso variable de conciencia, consti-
tuyéndose entonces el Síndrome Meníngeo. En neuroci-
rugía usualmente se observan por sangrado subaracnoideo
o infección pos operatoria.

En cuanto a la evaluación de la columna vertebral y su


compenente nervioso, al igual que el control de esfínteres,
se remite al lector a los capítulos respectivos para su lec-
tura y análisis. 

- 20 -
Examen físico neurológico
en el servicio de urgencias

Bibliografía y lecturas recomendadas


1. ** Tomado y modificado de “Examen neurológico, curso integrado de clínica II MED. Miranda MC, Vergara G. UDA,
Hospital Dr. Sótero del Rio”. http://publicacionesmedicina.uc.cl/ManualSemiologia/pdf/ExamenNeurologico.pdf
2. 1. Soporte Vital Avanzado en Trauma, ATLS, 9na edición. American College of Surgeons, Advanced
Trauma Life Support®Student Course Manual Library of Congress Control Number: 2012941519
ISBN 13: 978-1-880696-02-6 .
3. 2. Déjerine-Roussy syndrome of an ischaemic origin in an adolescent with patent foramen ovale. De la Cruz-Cosme,
Márquez-Martínez M, Hamad-Cueto O, Rodríguez-Bailón , Heras-Pérez JA, Romero-Acebal M. Rev Neurol. 2009 Jul
1-15;49(1):21-4.
4. 3.http://medicinamnemotecnias.blogspot.com/2016/04/repaso-rapido-de-los-pares -craneales.html.

- 21 -
Evaluación clínica
del trauma raquimedular
Dr. Ignacio Alberto González Borrero
Neurocirujano
Jefe Servicio de Neurocirugía - UdeA

Introducción tible porque es la zona de transición de un segmento fijo


dorsal a uno móvil lumbar. Además, por haber cambio de
El 2-6 % de las consultas a urgencias son por los traumas cifosis dorsal a lordosis lumbar hace que este segmento
en la columna y este porcentaje es mayor en pacientes con sea particularmente sensible.
trauma de cráneo o que ingresen en estado de inconsciencia.
El 90 % de todas las lesiones de la unión TL ocurre entre
La edad de presentación tiene un pico bimodal: el más T11 y L4. A este nivel el canal es amplio y la médula tiene
común es en pacientes jóvenes entre los 19 y 25 años un diámetro pequeño por lo que es común no tener lesión
y el otro en mayores de 65 años. Más de la mitad de los medular en este nivel.
traumas raquimedulares (TRM) son ocasionados por acci-
dentes de tránsito. La mayor parte de ellos causados por
exceso de velocidad y consumo de alcohol. En pacientes Mecanismo del trauma
mayores la principal causa son las caídas.
Los mecanismos del TRM son los siguientes:
El 56 % de los pacientes tiene algún grado de lesión neu-
rológica y el 23 % tiene lesión completa sin posibilidad de Sección: la causa más común es secundaria a las heridas
recuperación. penetrantes por arma de fuego; también puede producirse
por traumas contusos en los que hay expulsión de frag-
La columna cervical es la que más frecuentemente se afec- mentos óseos que laceran la médula.
ta debido que es la más flexible y las más expuesta. Las
vértebras más afectadas son C2-C5 y C6-C7. Compresión: predomina la fuerza axial. Es común en caí-
das desde la altura, cuando la persona está sentada. Pro-
A diferencia de la columna cervical, la columna dorsal es duce lesiones vertebrales en estallido. Estas se clasifican
rígida y está protegida por el esternón y las costillas. Las como “tipo A” según la AO.
lesiones en esta región son, usualmente, producidas por
traumas de alta energía. Flexión y extensión: son lesiones producidas por movi-
miento de aceleración de la columna sobre un punto fijo,
La segunda región más comúnmente lesionada es la unión por ejemplo, cuando un motociclista, a gran velocidad, se
toracolumbar (TL). La región TL es particularmente suscep- golpea en el pecho contra un poste. La cabeza hace un mo-

- 22 -
Evaluación clínica
del trauma raquimedular

vimiento brusco de flexión que ocasiona lesión. El mecanis- El diagnóstico se establece mediante la razón de Powers:
mo en extensión es opuesto, como cuando un paciente su-
fre una caída y se golpea la frente. Tiene hiperextensión del
cuello. Estas fracturas se clasifican como “tipo B” de la AO. Figura 2: Razón de Powers: si la relación BC:OA es
mayor de uno hay subluxación.
Rotación y traslación: son las más graves. Hay rotación
de la vértebra en el plano axial o traslación completa en
el plano sagital (luxación). Siempre se asocian con lesión
neurológica. Son clasificadas como “tipo C” en la clasifica-
ción de la AO.

Compromiso vascular: se debe sospechar el daño vascu-


lar primario a la médula espinal cuando hay una discrepan-
cia entre un déficit neurológico clínico aparente y el nivel
conocido de lesión de la columna vertebral. Las lesiones
que producen lesión vascular incluyen las fracturas cervi-
cales que comprometen el foramen transverso, las fractu-
ras del atlas (C1) y del axis (C2).

Lesiones de la columna cervical Tomado de: UpToDate, Spinal column injuries in adults: Definitions, mechanisms,
and radiographs. Kaji A, Hockberger R et al. Literature review current through: Feb
Luxación atlanto occipital: producida por traumas graves 2018. | This topic last updated: Feb 21, 2018.
en flexión. Son lesiones que causan muerte súbita en el
momento del accidente por lesión del centro respiratorio
Luxación atlanto axial: se produce por un mecanismo de
flexión rotación sobre la región del atlas. La rotación produ-
Figura 1: Luxación Atlo-occipital. ce un bloqueo de las facetas entre C1 y C2. Es una lesión
inestable que requiere cirugía.

Fractura de Jefferson de C1: es una lesión inestable que


ocurre por compresión axial sobre el cráneo transmitida
desde los cóndilos occipitales hasta las masas laterales del
atlas. Esta energía hace que se desplacen lateralmente las
masas laterales y se fracturen tanto el arco anterior como
posterior del atlas.

Tomado de: UpToDate, Spinal column injuries in adults: Definitions, mechanisms, and
radiographs. Kaji A, Hockberger R et al.
Literature review current through: Feb 2018. | This topic last updated: Feb 21, 2018.

- 23 -
Figura 3: Fractura de Jefferson. Fracturas de odontoides: ocurren por traumas en ex-
tensión en el cráneo. Las más comunes son el tipo II que
ocurren a través de la base de la odontoides. Son lesiones
inestables que requieren cirugía.

Usualmente no presentan déficit neurológico porque el ca-


nal es muy amplio y, sin embargo, la incidencia de no unión
es de un 50 % con manejo médico.

Las fracturas tipo I (punta de la odontoides) o III (incluye


cuerpo de C2) son estables y no requieren cirugía.

Tomado de: UpToDate, Spinal column injuries in adults: Definitions, mechanisms, Figura 5: fracturas de odontoides, según la clasificación
and radiographs. Kaji A, Hockberger R et al. Literature review current through:
Feb 2018. | This topic last updated: Feb 21, 2018. de Anderson y D´Alonzo.

Fractura de Hangman de C2 o fractura “del ahorcado”:


es una lesión inestable que ocurre por trauma en extensión Tipo 1
del axis. Hay fractura de ambos pedículos y se genera una
espondilolistesis de C2. Este tipo de fractura es inestable
pero usualmente no genera lesión medular porque en este
nivel el canal es muy amplio.

Figura 4: Fractura de C2 (“ahorcado”). Tipo 2

Tipo 3

Tomado de: Youmans - Winn Neurological Surgery 7edition.

Tomado de: Youmans - Winn Neurological Surgery 7edition.

- 24 -
Evaluación clínica
del trauma raquimedular

Lesiones subaxiales: son aquellas que ocurren por de- Fractura en estallido: se produce por fuerzas compresi-
bajo de C2: vas verticales. La radiografía lateral demuestra una conmi-
nución del cuerpo vertebral y pérdida de altura. Este tipo
Fractura en cuña: son producidas por trauma en flexión. de fractura, usualmente, requiere manejo quirúrgico debido
Produce compresión de la parte anterior de la vértebra y a la compresión de la médula por el muro posterior de la
genera una forma de cuña. Es inestable si produce com- vértebra. Se considera inestable si hay colapso mayor del
presión mayor del 50 % de la vértebra o si hay lesión de los 50 % de la vértebra o una angulación mayor de 20 grados
elementos posteriores (láminas o facetas) (Figura 6). Figura 8).

Fractura en lágrima: se produce por traumas en flexión Luxación facetaria


severa asociado con compresión (por ejemplo, al clavarse
en una piscina sin agua o de baja profundidad). Son graves Bilateral: ocurre por traumas en flexión. Consiste en la
y usualmente se asocian con déficit neurológico completo. luxación de la vértebra superior sobre la inferior y se blo-
Son lesiones inestables que requieren manejo quirúrgico quean las articulaciones. Hay desplazamiento de la vérte-
(Figura 7). bra hacia adelante en 50 %. Usualmente produce déficit
neurológico completo. Es muy inestable y siempre requiere
Fractura de la apófisis espinosa: también conocida como manejo quirúrgico (Figura 10).
la fractura del “paleador de arena” o del “cavador”. Ocurre
cuando la pala queda enterrada o comprimida y el traba- Unilateral: el mecanismo de trauma es flexión y rotación.
jador hace fuerza para levantarla. Esa fuerza se transmite Consiste en la luxación de una de las dos facetas. Es una
a los músculos paraespinales y se desgarran las apófisis lesión estable que, usualmente, no se asocia con déficit
espinosas. Se trata de una lesión estable y sólo requiere neurológico. En la imagen lateral el desplazamiento de la
manejo analgésico (Figura 8). vértebra no es mayor del 20 % Figura 11).

Figura 6: Fractura en cuña de la porción antero superior Figura 7: Fractura en lágrima de C5, secundaria a flexión
de C7, menor del 50 %. extrema que hace pensar en lesión de elementos posteriores.

Tomado de: Youmans - Winn Neurological Surgery 7edition.

Tomado de: Youmans - Winn Neurological Surgery 7edition.

- 25 -
Figura 8: Fractura de la apófisis espinosa de C6. No Figura 10: Listesis anterior de C5 sobre C6 mayor al 50
hay una visualización adecuada de la unión cérvico-dorsal %, secundario a una luxación facetaria bilateral.
(C7-T1).

Tomado de: Youmans - Winn Neurological Surgery 7edition.


Tomado de: Youmans - Winn Neurological Surgery 7edition.

Figura 11: Luxación facetaria unilateral de C5 sobre C6.


Figura 9: Fractura en estallido por compresión o carga Se observa la preservación de las relaciones facetarias en
axial (C7). Hay retropulsión de elementos óseos al canal la articulación derecha y cómo “cabalga” la faceta superior
medular y fractura de la lámina derecha y se extiende hacia sobre la inferior en el lado izquierdo.
la apófisis espinosa.

Tomado de: Youmans - Winn Neurological Surgery 7edition.

Tomado de: Youmans - Winn Neurological Surgery 7edition.

- 26 -
Evaluación clínica
del trauma raquimedular

Lesiones torácicas y toracolumbares • No se asocia con déficit neurológico. El tratamiento es


analgesia.
Se utiliza la clasificación de la AO en tres tipos (Figura 12)
A2
Se fracturan tanto el plato superior como el inferior. Son
Fracturas por compresión (tipo A) estables, pero pueden generar deformidad en cifosis a lar-
go plazo por lo que, usualmente, requieren cirugía. No se
• Corresponden al 70 % de las fracturas de la región to- asocian con déficit neurológico (Figura 12.2).
racolumbar.
• Son producidas por carga axial vertical. Es aceptado A3
que si no se afecta el ligamento longitudinal posterior Hay compromiso del plato superior con retropulsión de
(LLP) son estables y no requieren cirugía. fragmentos al canal. También hay ruptura de los elementos
• Si hay compresión mayor del 50 % o angulación mayor posteriores (láminas o facetas). Son inestables. Usualmente
de 30 grados, se considera inestable. tienen compromiso neurológico (Figura 12.3).
• Las fracturas tipo A, a su vez, se subdividen en cuatro
tipos: A4
Tiene compromiso de ambos platos, el superior e inferior,
A1 además de retropulsión de fragmentos al canal y lesión de
• Se fractura el plato superior o inferior. Es estable. El los elementos posteriores. Es una lesión inestable y se asocia
colapso nunca supera más del 20 %. con lesión neurológica grave. Requiere cirugía (Figura 12.4).

Figura 12: Clasificación fracturas TL según la AO.

A: Compresión B: Flexión extensión C: Rotación traslación

Tomado de: https://www2.aofoundation.org

- 27 -
Figura 12.1: Clasificación fracturas TL según la AO. Figura 12.3: Clasificación fracturas TL según la AO.

Tomado de: https://www2.aofoundation.org

Tomado de: https://www2.aofoundation.org


Figura 12.2: Clasificación fracturas TL según la AO.

Figura 12.4: Clasificación fracturas TL según la AO.

Tomado de: https://www2.aofoundation.org

Tomado de: https://www2.aofoundation.org

- 28 -
Evaluación clínica
del trauma raquimedular

Fracturas en flexión-extensión (tipo B) Figura 12.5: Clasificación fracturas TL según la AO.

Son inestables. Se producen por lesión en flexión o exten-


sión asociadas con disrupción de los elementos anteriores
y posteriores.

Se subdividen en tres tipos:

B1
Fractura tipo “Chance”. El trazo de lesión se produce a tra-
vés del pedículo y la faceta hasta el cuerpo vertebral. Es Tomado de: https://www2.aofoundation.org

una lesión puramente ósea. Usualmente tiene lesión me-


dular, es inestable y requiere cirugía (algunos aducen que Figura 12.6: Clasificación fracturas TL según la AO.
pueden ser de manejo ortésico dado el compromiso óseo,
más que el ligamentario) (Figura 12.5).

B2
Fractura en flexión. El trazo de fractura ocurre a través de
la articulación facetaria y el disco. Es notable la apertura de
los elementos posteriores, son inestables y se asocian con
déficit neurológico.

El mecanismo de trauma más común es la caída de un ob-


jeto pesado sobre la región dorsal mientras la columna está
en flexión (por ejemplo, la caída de una roca a un minero)
(Figura 12.6).

B3
Fractura en extensión. El trauma se produce por hiperex- Tomado de: https://www2.aofoundation.org

tensión brusca del torso, es común en accidentes de trán-


sito. El trazo de fractura se inicia en el disco y se dirige Figura 12.7: Clasificación fracturas TL según la AO.
hacia atrás. Lo característico es la apertura del disco y el
cierre de los elementos posteriores. Es una lesión inestable
asociada con déficit neurológico (Figura 12.7).

Tomado de: https://www2.aofoundation.org

- 29 -
Fracturas tipo C rálisis completa por debajo del nivel y no conserva ninguna
forma de sensibilidad por debajo de la lesión. Es común la
Son producidas por trauma en rotación o traslación. Hay presencia de priapismo en hombres. Se asocia con hipo-
luxación vertebral. Siempre tienen lesión neurológica com- tensión y bradicardia, el pronóstico de recuperación neuro-
pleta y son altamente inestables. lógico es malo.

ASIA B: lesión incompleta. Conserva algo de sensibilidad


Figura 12.8: Clasificación fracturas TL según la AO. por debajo de la lesión. No tiene reflejos, no controla esfín-
teres y presenta parálisis por debajo de la lesión. (Síndrome
medular anterior).

ASIA C: lesión incompleta. Conserva sensibilidad, tiene re-


flejos, y movimiento por debajo de la lesión, pero no logra
vencer la gravedad. Puede tener control de esfínteres. La
fuerza no es suficiente para caminar (< 3 en los grupos
musculares más importantes).

ASIA D: lesión incompleta. Conserva sensibilidad, reflejos


y control de esfínteres. La fuerza vence la gravedad (> 3).
Logra deambular.

ASIA E: fuerza y sensibilidad normales.

Adicionalmente, se describe el Síndrome centro medu-


lar, que consiste en la lesión central del cordón medular
cervical. El paciente, usualmente, es anciano y se presenta
Tomado de: https://www2.aofoundation.org por trauma en extensión. La característica es la cuadripa-
resia, con mayor compromiso de los miembros superiores.
Se debe a un infarto central en la médula por compresión
Presentación clínica entre osteofitos y ligamento amarillo. Tiene un pronóstico
relativamente bueno.
Por lo general, el paciente presenta dolor en el sitio de la
lesión ósea; sin embargo, es frecuente que los pacientes El shock espinal o medular es la pérdida fisiológica de
tengan lesiones cerebrales y sistémicas asociadas que li- la función medular por debajo de la lesión con parálisis
mitan la capacidad para informar su estado neurológico. flácida, anestesia, ausencia del control de los esfínteres
y pérdida de la actividad refleja y se acompaña de bradi-
La gravedad de la lesión neurológica se clasifica según la cardia e hipotensión según el nivel comprometido (shock
escala de la American Spinal Injury Association (ASIA): neurogénico).

ASIA A: hay lesión neurológica completa. No tiene reflejos, En las lesiones de neurona motora superior (trauma cer-
incluida la ausencia del reflejo bulbo cavernoso. Tiene pa- vical y dorsal) la flacidez se remplaza en forma progresiva

- 30 -
Evaluación clínica
del trauma raquimedular

por espasticidad debido a la reaparición del arco reflejo. por edema medular ascendente.
La vejiga se torna espástica e hiperactiva. Los reflejos son
hiperactivos y no hay atrofia muscular. Se debe completar un examen neurológico tan pronto
como sea posible para determinar el nivel y la gravedad de
En las lesiones de neurona motora inferior (cono medular la lesión, los cuales afectan el pronóstico y el tratamiento.
y cola de caballo) la flacidez va a ser permanente, hay arre-
flexia y atrofia muscular. La vejiga es flácida e hipo activa. El examen neurológico se basa en establecer el nivel de la
lesión medular. Para esto es necesario conocer el último
dermatoma y miotoma respetado. Además, se evalúan los
Evaluación inicial y tratamiento reflejos, incluido el bulbo cavernoso en la exploración.

La evaluación inicial de un paciente con TRM sigue el mis- El esquema de la distribución por dermatomas es funda-
mo esquema pautado por el Colegio Americano de Ciruja- mental para conocer el nivel sensitivo (Figura 12.9).
nos (ATLS), usado para enfocar el trauma en general.

Se debe priorizar el ABCDE: vía aérea (con inmovilización Estudio diagnóstico


cervical), ventilación, circulación, discapacidad (estado
neurológico) y exposición (con control de hipotermia). Si el El método diagnóstico de elección es la escanografía sim-
paciente tiene una lesión cerebral o está inconsciente se ple (TC). Para profundizar en el estudio imaginológico, re-
debe asumir que tiene una lesión traumática de la columna mitimos al lector a dicho capítulo.
vertebral, hasta que se demuestre lo contrario.

El paciente se deberá inmovilizar para evitar una lesión Manejo


mayor. Generalmente, se utiliza un collar rígido tipo Phi-
ladelphia. Deberá transportarse en una tabla para evitar la Atención médica: los pacientes requieren manejo en la uni-
permanencia por más de dos horas y proteger al paciente dad de cuidados intensivos (UCI) para monitoreo continuo
de las zonas de presión. de presión arterial y oxigenación. Se requiere un manejo
temprano de las complicaciones más comunes como trom-
Se ha demostrado que el mejor pronóstico lo tienen aque- boembolismo pulmonar, sepsis urinaria y neumonía.
llos pacientes que no sufren daño secundario a hipoxia o
hipotensión. Por esta razón es oportuno garantizar una sa- Complicaciones cardiovasculares: el shock neurogénico
turación por encima de 90 % y una PAM mayor de 90. hace referencia a la hipotensión, generalmente, con bradi-
cardia, atribuida a la interrupción de las vías autonómicas
Es común que el paciente presente otro tipo de traumas en la médula espinal que causa una disminución de la re-
anemizantes que comprometan la vida por hipovolemia. El sistencia vascular. Los pacientes con TRM también pueden
manejo de este tipo de lesiones se debe priorizar sobre el sufrir un shock hemodinámico relacionado con la pérdida
trauma medular. de sangre y otras complicaciones. Se sabe que una presión
arterial adecuada es prioritaria para mantener una perfu-
Los pacientes con lesión medular alta (por encima de C5) sión adecuada de la médula espinal lesionada y, por lo tan-
requieren ventilación mecánica. Un tercio de los pacientes to, limitar la lesión isquémica secundaria.
con lesión por debajo de C5 requiere ventilación mecánica

- 31 -
Figura 12.9. Esquema de la distribución por dermatomas

Los miotomas que se deben memorizar son los siguientes:

C3, C4, C5: nervio frénico (respiración). T1: Abductor del meñique, interóseos.
C5: Flexión del brazo. L1, L2: Flexión de cadera.
C6: Dorsiflexión de la muñeca. L3, L4: Extensión de la rodilla.
C7: Extensión del codo. L5: Dorsiflexión pie (marcha en talones)
C8: Flexor profundo de los dedos. S1: Flexión plantar pie (marcha en puntas).
S2, S3, S4: Esfínteres.
Tomado de: Häggström, Mikael (2014). "Medical gallery of Mikael Häggström 2014”. WikiJournal of Medicine 1 (2). DOI:10.15347/wjm/2014.008. ISSN 2002-4436. Public
Domain. or By Mikael Häggström, used with permission. - File:Gray798.png

- 32 -
Evaluación clínica
del trauma raquimedular

La bradicardia puede requerir estimulación externa o ad- Cateterismo urinario: durante la estancia en UCI y mien-
ministración de atropina. Esta complicación, generalmente, tras el paciente recupera la estabilidad hemodinámica re-
ocurre en lesiones cervicales severas y altas (C1 a C5) en quiere sonda vesical permanente. Una vez esté estable se
las primeras dos semanas después del TRM. maneja con sondaje intermitente cada seis horas. El cate-
terismo intermitente disminuye la incidencia de infecciones
La disreflexia autonómica es una complicación tardía que urinarias, litiasis renal, reflujo vesicoureteral e hidronefro-
consiste en la hipertensión por encima de la lesión (cabeza sis. Mediante el uso de cateterismo intermitente se resta-
y brazos) e hipotensión por debajo de la lesión. Se asocia blece el arco reflejo vesical.
con ACV de tipo hipertensivo.
Ulceración por estrés gastrointestinal: los pacientes con
Complicaciones respiratorias: las complicaciones pulmo- TRM, particularmente aquellos con lesión cervical, tienen
nares son las más frecuentes e incluyen insuficiencia respi- un alto riesgo de ulceración por estrés. Se recomienda la
ratoria, edema pulmonar, neumonía y embolia pulmonar. profilaxis con inhibidores de la bomba de protones al ingre-
so y durante cuatro semanas.
La debilidad del diafragma (C3 a C5) y de los músculos de
la pared torácica conducen a un deterioro en el manejo de Control de temperatura: los pacientes con una lesión
las secreciones, tos ineficaz, atelectasia e hipoventilación. de la médula espinal cervical pueden carecer de control
Los signos de insuficiencia respiratoria inminente requieren vasomotor y no pueden sudar por debajo de la lesión. Su
la intubación y ventilación mecánica. El paciente debe reci- temperatura puede variar con el ambiente y necesita ser
bir una intensa terapia respiratoria. mantenida.

Tromboembolismo venoso y embolia pulmonar: la Fisioterapia: la fisioterapia y el trabajo deberían comenzar


trombosis venosa profunda (TVP) es una complicación fre- tan pronto como sea posible. El asesoramiento psicológico
cuente del TRM. Su incidencia es del 50 al 100 % si no también se debe ofrecer a los pacientes y familiares tan
reciben tratamiento profiláctico (todos los pacientes deben pronto como sea posible.
recibir profilaxis).
Glucocorticoides: las últimas guías, consensos científicos
Se recomienda profilaxis por un periodo de 2-3 meses. Se y trabajos han demostrado que no tienen utilidad (por aho-
puede suspender cuando el paciente tenga automatismo y ra). Se ha visto que aumentan las complicaciones sobre
recupere el arco reflejo. todo de tipo gastrointestinal y sepsis.

Prevención de escaras: las escaras aparecen rápidamen-


te luego de la inmovilización (horas), máxime en pacientes Cirugía
con alteración en la sensibilidad. Son de localización princi-
palmente sacra y en talones. En el TRM hay tres indicaciones para cirugía:

Una vez formada una escara puede tardar hasta seis me- • Compresión neurológica
ses en mejorarse mediante cirugías para desbridamiento • Inestabilidad vertebral
del tejido necrótico y rotación de colgajos. Las escaras se • Deterioro neurológico
previenen mediante el cambio de posición cada dos horas.

- 33 -
El tipo de cirugía: abordaje anterior, posterior o combinado
depende de la experiencia del cirujano y del tipo de meca-
nismo del trauma. El objetivo de la cirugía es descomprimir
la médula, estabilizar la columna y drenar hematomas que
estén produciendo lesión neurológica.

No es claro el momento para la realización del procedi-


miento quirúrgico, no hay una diferencia estadística con-
tundente entre los que se operan tempranamente (menos
de ocho horas) respecto a quienes se operan más tarde.

Pacientes con ASIA A tienen menos urgencia para la cirugía


que aquellos con lesión incompleta debido al pronóstico
neurológico. La mayoría de los neurocirujanos prefieren
operar a los pacientes en las primeras 24 horas.

En varios estudios los pacientes que recibieron cirugía pre-


coz tuvieron menor estancia en UCI, rehabilitación tempra-
na y menor tiempo de hospitalización.

- 34 -
Evaluación clínica
Bibliografía y lecturas recomendadas del trauma raquimedular

1. Sekhon LH, Fehlings MG. Epidemiology, demographics, and pathophysiology of acute spinal cord injury. Spine (Phila
Pa 1976) 2001; 26:S2.
2. The National Spinal Cord Injury Statistical Center. http://www.spinalcord.uab.edu/show.asp?durki=21446 (Accessed
on May 11, 2007).
3. Devivo MJ. Epidemiology of traumatic spinal cord injury: trends and future implications. Spinal Cord 2012; 50:365.
4. Lenehan B, Street J, Kwon BK, et al. The epidemiology of traumatic spinal cord injury in British Columbia, Canada.
Spine (Phila Pa 1976) 2012; 37:321.
5. Ackery A, Tator C, Krassioukov A. A global perspective on spinal cord injury epidemiology. J Neurotrauma 2004;
21:1355.
6. Canadian Paraplegic Association. http://www.canparaplegic.org/en/SCI_Facts_67/items/6.html (Accessed on May
11, 2007).
7. Schoenfeld AJ, Newcomb RL, Pallis MP, et al. Characterization of spinal injuries sustained by American service
members killed in Iraq and Afghanistan: a study of 2,089 instances of spine trauma. J Trauma Acute Care Surg 2013;
74:1112.
8. Hasler RM, Exadaktylos AK, Bouamra O, et al. Epidemiology and predictors of cervical spine injury in adult major
trauma patients: a multicenter cohort study. J Trauma Acute Care Surg 2012; 72:975.
9. Vitale MG, Goss JM, Matsumoto H, Roye DP Jr. Epidemiology of pediatric spinal cord injury in the United States: years
1997 and 2000. J Pediatr Orthop 2006; 26:745.
10. Myers ER, Wilson SE. Biomechanics of osteoporosis and vertebral fracture. Spine (Phila Pa 1976) 1997; 22:25S.
11. Mirovsky Y, Shalmon E, Blankstein A, Halperin N. Complete paraplegia following gunshot injury without direct trauma
to the cord. Spine (Phila Pa 1976) 2005; 30:2436.
12. Ambrozaitis KV, Kontautas E, Spakauskas B, Vaitkaitis D. [Pathophysiology of acute spinal cord injury]. Medicina
(Kaunas) 2006; 42:255.
13. Hansebout RR. Spinal injury and spinal cord blood flow, The Effect of Early Treatment and Local Cooling. In: Spinal
Cord Dysfunction: Intervention and Treatment, Illis LS (Ed), Oxford Press, 1992. Vol 2, p.58.
14. Allen AR. Remarks on the histopathological changes in the spinal cord due to impact an experimental study. J Ner
Ment Dis 1914; 41:141.
15. Hansebout RR. The Neurosurgical Management of Cord Injuries. In: Management of Spinal Cord Injuries, Bloch R,
Basbaum M (Eds), Williams and Wilkins, Rehabilitation Medicine Library, 1986. p.1.
16. Janssen L, Hansebout RR. Pathogenesis of spinal cord injury and newer treatments. A review. Spine (Phila Pa 1976)
1989; 14:23.
17. Tator CH. Update on the pathophysiology and pathology of acute spinal cord injury. Brain Pathol 1995; 5:407.
18. Fehlings MG, Perrin RG. The role and timing of early decompression for cervical spinal cord injury: update with a
review of recent clinical evidence. Injury 2005; 36 Suppl 2:B13.
19. Lewin MG, Hansebout RR, Pappius HM. Chemical characteristics of traumatic spinal cord edema in cats. Effects of
steroids on potassium depletion. J Neurosurg 1974; 40:65.
20. American Spinal Injury Association. International Standards for Neurological Classification of Spinal Cord Injury.
American Spinal Injury Association, Chicago 2002.
21. Morse SD. Acute central cervical spinal cord syndrome. Ann Emerg Med 1982; 11:436.
22. Ishida Y, Tominaga T. Predictors of neurologic recovery in acute central cervical cord injury with only upper extremity
impairment. Spine (Phila Pa 1976) 2002; 27:1652.
23. Ditunno JF, Little JW, Tessler A, Burns AS. Spinal shock revisited: a four-phase model. Spinal Cord 2004; 42:383.
24. Nanković V, Snur I, Nanković S, et al. [Spinal shock. Diagnosis and therapy. Problems and dilemmas]. Lijec Vjesn
1995; 117 Suppl 2:30.
25. Cervical spine immobilization before admission to the hospital. Neurosurgery 2002; 50:S7.

- 35 -
Síndromes de cauda equina
y cono medular
Dr. Esteban Enrique Preciado Mesa
Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

Introducción la columna lumbar y asciende progresivamente hasta lo-


calizarse entre los segmentos vertebrales T12 y L2 en el
Los síndromes de Cauda Equina (SCE) y Cono medular adulto, el cual está relacionado con la zona de transición
(SCM) hacen parte del espectro de lesiones del cordón me- dorsolumbar, con el canal espinal restante ocupado por la
dular y las raíces nerviosas que, a menudo, involucran múl- Cauda equina; no obstante, existen variaciones de acuerdo
tiples etiologías subyacentes y se asocian con una conste- con ciertas patologías (por ejemplo, médula anclada).
lación de signos y síntomas relacionados con la parálisis,
debilidad motora, anomalías sensitivas, esfinterianas y de Esta región de la médula espinal suele ser más pronun-
la función sexual. En este sentido, es necesario resaltar que ciada con respecto al cordón medular del cual desciende
ambos términos se refieren a síndromes clínicos y no a una y representa los segmentos sacros de S1-S5 adyacente
enfermedad en sí misma porque se encuentran en el con- a la emergencia de las raíces nerviosas lumbares. Para
texto de múltiples lesiones congénitas o adquiridas. entender gran parte de sus manifestaciones clínicas, se
debe partir del concepto de que, normalmente, hay una
Se trata de dos emergencias neuroquirúrgicas cuya identi- discordancia entre el nivel vertebral y el nivel medular que
ficación temprana y manejo adecuado desde el primer nivel se hace más notable a medida que desciende el cordón
de atención, repercute significativamente en el pronóstico medular y las raíces nerviosas. Así, hay una discordancia
neurológico y funcional de los pacientes, con el agravante en la columna cervical de 1 o 2 niveles entre los segmentos
de presentarse especialmente en la población adulta joven medulares y cuerpos vertebrales, entre 3 a 4 niveles en la
y las implicaciones sociales y económicas que ello conlle- región dorsal inferior y lumbar y de 5 o más niveles en la
va; por lo tanto, todo el personal médico y asistencial rela- región sacra, de allí que el Cono medular represente los
cionado con la atención de estos pacientes debe estar en la segmentos S1-S5. Con esta relación en mente, se entiende
capacidad de identificarla tempranamente y establecer en que una lesión vertebral en L1 a L2 puede afectar los seg-
lo posible un manejo oportuno. mentos medulares sacros inferiores. Debido a su naturale-
za anatómica esta entidad se caracteriza por un síndrome
de motoneurona superior e inferior y se manifiesta en la
Definición región perineal, esfínteres y extremidades inferiores.

Anatómicamente el Cono medular se encuentra en la por-


ción más distal de la médula espinal; inicialmente en re-
cién nacidos puede ubicarse en la región más caudal de

- 36 -
Síndrome de cauda equina
y cono medular

Figura 1. La incidencia del Síndrome de Cauda equina es bastante


rara; sin embargo, frecuentemente se sobrediagnostica en
pacientes, quienes, en la valoración inicial presentan dolor
lumbar y signos y síntomas de disfunción de extremida-
des inferiores; lo cual es explicado por sus síntomas poco
específicos y el temor al deterioro funcional permanente
con el subdiagnóstico. Debido a su rareza la información
epidemiológica que se tiene es escasa, con informes que
reportan una prevalencia de 1-3/100.000 personas. En pa-
cientes con dolor lumbar la presencia de SCE se estima en
4:10.000, y se encuentra en aproximadamente 1-2 % de
los pacientes con hernia de disco intervertebral.

Etiología
Tomado de: https://www.cancercarewny.com/content.aspx?chunkiid=465707
Las causas más comunes de SCM son la compresión ner-
viosa debido a una hernia discal y las fracturas vertebra-
Por su parte, la Cauda equina está conformada por el con- les en la unión toracolumbar. Ambas condiciones tienen
glomerado de raíces nerviosas de L2 a L5 y de S1 a S5 la capacidad de crear un daño neurológico primario con
y las raíces nerviosas coccígeas que descienden a través isquemia asociada, producto de la compresión, tracción,
del saco tecal a sus respectivos forámenes. El síndrome contusión y/o laceración y luego sobreviene el daño secun-
de Cauda equina o Cola de caballo está definido por el es- dario que involucra una cascada de mediadores químicos
pectro clínico de alteraciones neurológicas que se produ- e inflamatorios que llevan al daño celular. Otras causas del
cen ante una lesión ya sea congénita o adquirida, aguda o SCM incluye cualquier lesión que causa una disrupción
crónica, de 2 de las 18 raíces nerviosas que conforman la entre sustancia gris y blanca del cordón espinal a este ni-
Cauda equina (Figura 1). vel como es el caso de lesiones infiltrativas, compresivas,
desmielinizantes, isquémicas o inflamatorias producto de
tumores, trauma, infecciones, trastornos autoinmunes y
Epidemiología metabólicos.

La información epidemiológica acerca de los síndromes Los tumores del Cono medular causan daño a través de
de Cono medular y Cauda equina es imprecisa y derivada mecanismos compresivos o infiltrativos; el tumor intrame-
de series de casos retrospectivas por la falta de consenso dular más común del Cono medular es el Ependimoma,
en sus definiciones y escasez de estudios aleatorizados. el cual se desarrolla a partir de restos de células epen-
El síndrome de Cono medular como una entidad sola es dimarias del filum terminal. Otros tumores intramedulares
bastante rara; con múltiples etiologías (tabla 1); se calcula menos frecuentes a este nivel son los Astrocitomas de bajo
una incidencia anual de 1.5 % a 1.7 % y una prevalencia grado y mucho más raro el Glioblastoma. También surgen
de 4.5 por 100.000 personas en periodos de seguimiento tumores extramedulares con diseminación al Cono como
a 10 años y múltiples etiologías asociadas. los Schwannomas, Meningiomas y Metástasis. En la Tabla
1 se resumen las posibles etiologías del SCM.

- 37 -
Tabla 1. Etiologías del Síndrome de Cono medular.

Inflamatoria Tumoral Infecciosa No tumoral Traumática


Mielitis transversa Ependimoma Estafilococos Sarcoidosis HNP
Mielitis longitudinalmente Astrocitoma Tuberculosis Cavernoma Fractura tipo Burst
extensa Glioblastoma Schistosomiasis MAV/FAV Luxación
Neuromielitis óptica Ganglioglioma Cysticercosis Angiopatía amiloidea Estenosis espinal
Lupus eritematoso Meningioma Quiste del ventrículo
Mielitis parainfecciosa Teratoma terminal
Hemangioblastoma Médula anclada
Metástasis Infarto
Cordoma Quiste dermoide
Tumor de vaina nerviosa
periférica

La causa más común del Síndrome de Cauda equina (SCE) Manifestaciones clínicas
son las hernias de disco intervertebral que comprimen las
raíces en esta localización. Los niveles más frecuentemen- Debido a la estrecha relación anatómica entre el Cono me-
te afectados en su orden son L4-L5 y L5-S1 responsables dular y la Cauda equina, ambas entidades pueden tener un
de aproximadamente el 90 % de las hernias que causan el comportamiento clínico similar y pueden ser confundidas
SCE. En la mayoría de los casos el origen del síndrome es si no se hace un examen clínico acucioso. Se debe tener
una gran hernia de disco que comprime múltiples raíces, cuidado en distinguirlas con el objetivo de procurar una
sin embargo, ante un canal lumbar estrecho degenerativo evaluación detallada de la función vesical, intestinal y de
o congénito preexistente, es suficiente una pequeña hernia. las extremidades inferiores. Ambos síndromes suelen pro-
Al igual que en el SCM, en este también se presentan cau- ducir debilidad y alteraciones sensoriales en ´´sela´´ o ´´silla
sas no discogénicas como el trauma en la región lumbar de montar´´; algunas características que distinguen una u
y sacra a menudo en accidentes de tránsito o heridas por otra entidad se mencionan en la Tabla 2.
proyectiles o arma blanca; lesiones tumorales, primarias
o secundarias, con diseminación leptomeníngea; etiolo- Los síntomas del síndrome de Cono medular se pueden
gías infecciosas que, aunque poco frecuentes, se pueden presentar de manera aguda o insidiosa dependiendo de
presentar en el contexto de un paciente inmunosuprimi- la etiología. Este, habitualmente, constituye un síndrome
do, como ejemplo, el CMV en los pacientes en contexto de mixto de motoneurona superior e inferior, explicado por
SIDA, HSV tipo 2 constituyendo una reactivación quiescen- la vecindad entre el cordón espinal y las raíces nerviosas
te en las raíces sacras y lumbares (Síndrome de Elsberg), lumbares adyacentes ubicadas dentro del saco tecal que
absceso epidural estafilocócico o tuberculoso, lesiones no pueden ser contactadas antes de su emergencia por los
compresivas como las neuropatías o espondilitis anquilo- respectivos forámenes intervertebrales. El dolor lumbar,
sante y las lesiones iatrogénicas posteriores a interven- cuando está presente, suele ser un síntoma temprano, se-
ciones quirúrgicas previas en la región lumbar, anestesia guido por retención vesical e intestinal; y a menudo es in-
espinal y radioterapia. tenso y continuo comparado con el dolor agudo y repentino
que acompaña el Síndrome de Cauda equina. La disfunción
motora, si está presente, suele ser un síntoma tardío en

- 38 -
Síndrome de cauda equina
y cono medular

Tabla 2. Síndrome de Cono medular (SCM) Vs SCE

Síndrome de Cono medular (SCM) Síndrome de Cauda equina (SCE)


Presentación Súbita (en lesiones inflamatorias), Insidiosa (tumores) Aguda (Trauma), gradual (estenosis), suele ser
bilateral. unilateral.
Reflejos Hiperreflexia, reflejo rotuliano conservado, reflejo Hiporreflexia, reflejos rotuliano y aquiliano afectados.
aquiliano afectado
Dolor radicular Menos severo Más severo
Dolor lumbar Sólo dolor local, raro irradiación a perineo. Dolor lumbar con irradiación dermatómica.
Signos/Síntomas sensitivos Trastorno de la sensibilidad perianal simétrico y Anestesia en ´´silla de montar´´, puede existir un
bilateral. trastorno sensitivo asimétrico y unilateral.
Fuerza motora Usualmente simétrico, paraparesia espástica, menos Posible debilidad asimétrica y unilateral, paraparesia
pronunciado, posibles fasciculaciones. arrefléxica, atrofia es común.
Impotencia Frecuente Menos frecuente, disfunción eréctil incluida limitación
para mantener la erección y eyaculación.
Disfunción esfinteriana Retención urinaria, esfínter anal átono, causa Retención urinaria. Se presenta tardíamente.
incontinencia por rebosamiento. Se presenta temprano.

el SCM. Un signo comúnmente encontrado en las lesiones de mayor tamaño y distales. El reflejo rotuliano (raíces L3-L4)
medulares severas incluye la ausencia o disminución del por las mismas razones es respetado en un SCM.
reflejo bulbocavernoso y del esfínter anal, lo cual se pre-
senta en el Síndrome de Cono medular y en algunos casos Los síntomas de presentación del SCE, al igual que en el
en SCE. SCM, pueden ser agudos o insidiosos dependiendo de la
causa; el dolor lumbar en el SCE es, generalmente, más
El fenómeno de anestesia o trastornos sensoriales en severo que el encontrado en la compresión de una sola raíz
“silla de montar” suele ser simétrico en SCM y asimé- nerviosa y a menudo es exacerbado por la posición acosta-
trico, unilateral o en parches en el SCE; así mismo, la da al comprimirse las raíces nerviosas comprometidas. La
impotencia se puede encontrar en cualquiera de las dos distribución de la radiculopatía depende de los segmentos
entidades, pero es más frecuente en el SCM y a menudo afectados, ya que con hernias discales proximales se pue-
debe ser indagado ante la sospecha diagnóstica ya que de presentar una radiculopatía con extensión a toda la ex-
suele ser motivo de vergüenza para el paciente y no lo tremidad inferior por cuanto abarca una mayor proporción
manifiesta espontáneamente. de raíces que una hernia L5-S1 en la cual la compresión
es más limitada y puede generar un SCE sin radiculopatía.
Como se explicó en un apartado anterior en el SCM común- La disfunción vesical también es una de las características
mente afecta el reflejo aquiliano dado por las raíces S1-S2 y en el SCE y los síntomas incluyen retención urinaria, incon-
esto es debido a la representación sacra (S1 a S5) que tiene tinencia y disminución de la sensación uretral durante la
el Cono medular; por su parte, el SCE puede conservar este micción. La retención, a menudo, precede la incontinencia
reflejo ante una lesión que se ubique en la porción más proxi- franca, sin embargo, esta última suele ser lo más alarman-
mal y central de la cola de caballo y se afecta en las lesiones te para el paciente y el equipo de atención y se debe tener

- 39 -
un alto grado de sensibilidad, esto es, ante un paciente que casos para la planificación quirúrgica. La RNM simple o
tiene un posible diagnóstico de SCE, si la disfunción vesical con contraste de todo el neuroeje permite aclarar ciertas
no es marcada, se debe optar por medir el residuo post- etiologías como las lesiones tumorales, infecciosas, hemo-
miccional que en condiciones normales suele ser menor rrágicas, malformaciones vasculares, desmielinizantes e
de 50 ml y en pacientes con SCE puede llegar a ser tan inflamatorias; con una mejor definición de los tejidos blan-
alto como 1 L, teniendo en cuenta que muchos de estos dos y elementos neurales.
pacientes tienen tratamiento con opiáceos por la severidad
del dolor y estos pueden aumentar el residuo. La retención Los estudios electrofisiológicos como la EMG y la velocidad
o la incontinencia fecal son menos comunes, sin embargo, de conducción pueden ser útiles en distinguir entre trastor-
ante una lesión extensa se puede presentar un fenómeno nos del SNC y periférico de duración mayor a 2-4 semanas,
de doble incontinencia. sin embargo, en la mayoría de los casos no es necesario
debido a que las imágenes permiten la confirmación diag-
Raramente la retención urinaria sin dolor lumbar o ciática nóstica.
suele ser la única característica de presentación.

Tratamiento
Diagnóstico
Lo más importante en el manejo del paciente es la iden-
Se debe tener presente que ante la sospecha de SCE o tificación o diagnóstico temprano del SCE y SCM, ya que
SCM siempre se debe realizar un cuidadoso examen físi- esto permite ofrecerle un mayor beneficio con la interven-
co con énfasis en el examen motor, reflejos, sensibilidad, ción quirúrgica. Los pacientes con SCE y en algunos casos
exploración digital rectal y del reflejo bulbocavernoso; eva- SCM explicados por una hernia discal intervenidos quirúr-
luación de la función esfinteriana con medición del residuo gicamente en las primeras 24-48 horas de instalados los
postmiccional, y no olvidar un examen neurológico general síntomas tienen mejores resultados funcionales en la re-
cuidadoso ya que en múltiples ocasiones el SCM y SCE cuperación neurológica y se reduce el riesgo de disfunción
son el reflejo de la extensión de una patología que se ubi- esfinteriana persistente, déficit motor y pérdida sensorial.
ca más rostralmente en el cordón medular o un trastorno Estos hallazgos han sido extrapolados a otras causas como
multinivel. las traumáticas, en el caso de las fracturas vertebrales con
compresión de fragmentos óseos a los elementos neurales
En algunos casos el cuadro clínico y el examen físico del y déficit incompleto, no obstante, se debe tener en cuenta
paciente no abarcan claramente el diagnóstico de SCE con que una gran proporción de estos pacientes puede presen-
el alto riesgo de pasar por alto este diagnóstico, por tal tarse en el contexto de un politrauma e inestabilidad he-
motivo algunos autores han planteado la definición de SCE modinámica lo que conlleva mayor riesgo con una cirugía
completo e incompleto según la presencia o no de reten- inmediata. En este punto la recomendación sugerida es,
ción urinaria con el fin de aumentar la sensibilidad ya de primero, un control hemodinámico y de oxigenación ade-
por sí baja (hasta el 65 %) de las características clínicas. cuada que se debe hacer desde el primer nivel de atención,
De acuerdo con la etiología de los respectivos síndromes acompañado de una correcta inmovilización y la decisión
se puede optar por un estudio imagenológico ya sea la to- de cirugía cuando las condiciones sean óptimas.
mografía ante una lesión traumática, que permite visualizar
mejor los elementos óseos y el desplazamiento de frag- Otras causas de SCM y SCE requieren estrategias como
mentos al canal espinal, así como su utilidad en algunos un manejo antibiótico de amplio espectro previo y toma

- 40 -
Síndrome de cauda equina
y cono medular

de cultivos en la medida de lo posible y, si la condición


del paciente lo amerita, el debridamiento quirúrgico, y en
condiciones inflamatorias o desmielinizantes la terapia con
esteroides e inmunomoduladores.

Pronóstico
El pronóstico en SCE y SCM está más relacionado con la
etiología que con el síndrome en sí, tal es el caso de las le-
siones neoplásicas malignas en las que el síndrome puede
pasar a un segundo plano por la naturaleza agresiva de la
enfermedad subyacente. Sin embargo, cuando las condi-
ciones son limitadas a la Cauda equina o al Cono medular,
como en el caso de las hernias discales, fracturas vertebra-
les y procesos infecciosos, el pronóstico está relacionado
con el daño al tejido neural.

Con una intervención oportuna, ya sea con terapia mé-


dica o quirúrgica, de acuerdo con el escenario clínico en
el contexto de una lesión neurológica incompleta, los pa-
cientes habitualmente mejoran hasta niveles funcionales
aceptables de su capacidad motora, esfinteriana, sensitiva
y función sexual con casos menos frecuentes de recupera-
ción completa. La resolución del dolor es el beneficio más
común con la descompresión en el SCE pero los trastornos
miccionales, de la defecación y la función sexual a largo
plazo son frecuentes. En casos raros de un SCM aislado,
puede presentarse una paraplejia permanente o una dis-
función esfinteriana definitiva. 

- 41 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. Tarulli Andrew W: Disorders of the Cauda Equina. Continuum (Minneap Minn) 2015, 21(1):146-158.
2. Srikandarajah N; Et Al: Outcomes reported after surgery for Cauda Equina Syndrome: A Systematic Literature Review;
Spine (Phila Pa 1976) 2018.
3. Bydon Mohamad; Et Al: Time To Surgery and Outcomes in Cauda Equina Syndrome: An Analysis of 45 cases. World
Neurosurg. (2016) 87:110-115.
4. Verhagen Arianne P. Et Al; Red flags presented in current low back pain Guidelines: a review. Eur Spine J (2016)
25:2788-2802.
5. Harrop James S; Hunt Jr G; Vaccaro Alexander R: Conus Medullaris and cauda equine syndrome as a result of
traumatic injuries: management principles. Neurosurg Focus 16 (6):e4, 2004.
6. Vicent Jean-Louis & Hall Jese B (eds): Conus Medullaris Syndrome: Encyclopedia of intensive Care Medicine,
Springer-Verlag Berlin Heidelberg, 2012.
7. Vicent Jean-Louis & Hall Jese B (eds): Cauda equina Syndrome: Encyclopedia of intensive Care Medicine, Springer-
Verlag Berlin Heidelberg, 2012.
8. Fraser S; Roberts L; Murphy E: Cauda equine syndrome: a literature review of its definition and clinical presentation.
Arch Phys Med Rehabil.2009;90(11):1964-8.
9. Podnar S: Epidemiology of cauda equine and conus medullaris lesions. Muscle Nerve.2007;35(4):529.

- 42 -
Imágenes en
trauma cervical
Dr. Carlos Ruiz
Profesor de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

Dr. Manuel Alejandro Patiño


Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

Entre 1 a 5 % de los pacientes poli-traumatizados pueden Radiografía simple de columna cervical


tener fracturas en columna cervical por lo que es prioritario,
dentro de la atención en urgencias, definir la pertinencia de Para abordar este tema es necesario hacer referencia a
estudios radiológicos e interpretar las imágenes obtenidas dos grandes estudios que trataron de crear una guía para
para orientar adecuadamente a los pacientes. (1) el uso de la radiografía simple en los pacientes expuestos
a un posible trauma cervical: se hace referencia a Nexus
Existen al menos tres factores que afectan el uso de imá- y La regla canadiense. Estas publicaciones estuvieron
genes diagnósticas en urgencias: separadas por un año de diferencia y comparten algunos
de los criterios de selección para una imagen, de hecho,
1. La demanda propia que hacen los pacientes o sus fa- en su momento, muchos modelos de atención agruparon
milias de la imagen, quienes hacen cuestionamientos los conceptos de ambos estudios para aplicar su propia
comunes como: ¿y no me va a ordenar una radiografía? guía. (2)
Doctor, ¿no es mejor una resonancia? ¿Y si de pronto
tiene una fractura? El estudio Nexus basó sus criterios en el mecanismo del
2. El consumismo radiológico: no se puede desconocer trauma en el que predominara la distracción cervical, dolor
que una de las áreas de la medicina con mayor creci- o sensibilidad local de la columna asociado o no con déficit
miento es la relacionada con las imágenes diagnósti- neurológico, la alteración de conciencia o la presencia de
cas. Su oferta se ha mejorado y masificado, por ello, se tóxicos (Tabla 1). Por su parte, La regla canadiense (Tabla
ha determinado un sobreuso de los estudios sin medir 2) trató de encontrar elementos más objetivos tales como
su impacto económico o la exposición radiológica de la edad mayor de 65 años, el mecanismo del trauma o
los pacientes. el no poder rotar el cuello al menos en 45 grados. Si se
3. El tema médico-legal de los pacientes ha permitido es- suman todos estos criterios, sin duda, la gran mayoría de
tudios en “regadera” o repetir exámenes innecesarios. pacientes que acuden a urgencias ameritarían un estudio
imaginológico. Los niños, por ser más susceptibles al tema
de la radioexposición, implicarían una aplicación más es-
tricta de estos criterios. (3,4)

- 43 -
Tabla 1: Criterios Nexus para realización de imagen Figura 1: Radiografía lateral de columna cervical (ana-
cervical. tomía imaginológica).

Con riesgo de lesión cervical (no precisa estudios


imaginológicos): Criterios Nexus
Ausencia de dolor en región media cervical posterior.
No hay déficit neurológico focal.
Nivel de alerta normal.
No evidencia de intoxicación.
No hay otra lesión dolorosa que pueda distraer al paciente de su
lesión cervical.

Tabla 2: La regla canadiense.

La regla canadiense para trauma cervical


Cualquier factor de riesgo que amerita
una radiografía:
> 65 años
Mecanismo peligroso del trauma
Parestesias en las extremidades
Cualquier factor de bajo riesgo:
Colisión trasera fuerte en vehículo a
motor Realización de radiografía
No está sentado en el servicio de cervical
urgencias Tomado de: Imagen del autor

Instalación tardía del dolor en cuello


Incapaz de deambular en cualquier
momento A continuación, se expone una lista de chequeo de los ele-
Dolor en la línea media cervical mentos que se deben tener en cuenta en una placa simple
Incapaz de rotar el cuello 45º de columna cervical:
activamente a derecha e izquierda
• Valorar técnica de la imagen, debe permitir una ade-
Tomado de: Stiell IG, Clement CM, McKnight RD, et al.  The Canadian C-spine cuada visualización de la unión cráneo-cervical y la
rule versus the NEXUS low-risk criteria in patients with trauma.N Engl J Med.
2003;349:2510-8. unión cérvico-dorsal (Figuras 1, 2).
• Alineación básica de la columna con especial énfasis
en la línea espinolaminar y la línea vertebral posterior
El conocimiento anatómico permite extender las referencias (Figura 2).
al analizar la imagen (Figura 1), de hecho, una radiografía • Evidenciar algún aumento de los tejidos prevertebrales.
simple, de buena calidad, podría permitir ver la mayoría de • Evaluar la lordosis cervical que debe estar entre 20 a
lesiones clínicamente importantes (sensibilidades van del 35 grados, según el ángulo de Cobb.
54 % al 76 %).

- 44 -
Imágenes en
trauma cervical

Se deben buscar las lesiones más comunes en columna Por ser un estudio multiplanar exige, por parte del médico
cervical: fractura de odontoides, luxación vertebral, fractura de urgencias, un mayor conocimiento anatómico para in-
de las apófisis espinosas, colapso del cuerpo vertebral. Por terpretar los hallazgos del examen.
las características del examen puede ser difícil valorar las
fracturas facetarias o de los procesos transversos (Figura 2). En la vista sagital su gran ventaja radica en: valorar la altura
del disco, la visualización de los forámenes intervertebra-
Sin lugar a dudas, el estándar de valoración de la colum- les, la articulación cóndilo/atlas y las articulaciones faceta-
na en trauma es la tomografía axial computarizada (TAC). rias. (Figura 3.A).
Múltiples estudios avalan su uso de tal manera que su sen-
sibilidad y especificidad llegan hasta el 98 %. (5) Aunque La vista coronal permite evaluar, de manera certera, las
la radiación recibida en el examen y el costo del estudio apófisis transversas, la base de la odontoides y las masas
se han disminuido en el tiempo, sigue siendo un aspecto laterales del atlas.
importante para analizar dentro de los protocolos de urgen-
cias cuando realmente está indicada, en particular, cuando La vista axial evalúa el canal medular de manera plena en
el paciente está consciente y sin hallazgos neurológicos relación con sus componentes óseos y los forámenes ver-
significativos. tebrales. (Figura 3.B y C).

Figura 2: Rayos X simples de columna cervical. A. Proyección AP de odontoides con boca abierta. Se observa la diferencia de
longitud entre la masa lateral izquierda del atlas respecto a la odontoides (Axis). B. Proyección lateral en la que se observa la
congruencia de las líneas trazadas a través de los límites de los cuerpos vertebrales, línea espino-laminar y espinosa.

Tomado de: Imágenes del autor

- 45 -
Figura 3: TAC de columna cervical: A. Líneas de con- Aunque es un examen con alto rendimiento puede tener
gruencia, resaltando la posición del atlas y axis. B: C (cuer- limitantes en su interpretación, de hecho, cuando se han
po), P (pars articularis), CM (canal medular), AT (articula- realizado estudios para comparar dos evaluadores diferen-
ción), L (lámina), AE (apófisis espinosa). Flecha: foramen tes se encuentra que hasta en un 8 % de los casos puede
para la A. Vertebral. C: fractura de las láminas y apófisis haber inconsistencias en la lectura, particularmente, en el
espinosas. diagnóstico de la fractura de apófisis transversas o proce-
sos espinosos o en la interpretación o clasificación de las
fracturas de odontoides. (7)

Figura 4: Fractura de Jefferson (C1): Fractura del arco


anterior y posterior en la que quedan las masas libres y
permiten su movimiento anómalo.

Tomado de: Imágenes del autor

Tomado de: Imágenes del autor

- 46 -
Imágenes en
trauma cervical

Figura 5: Fractura del “ahorcado” (C2): con el nudo hacia delante: espondilolistesis traumática del axis.

Tomado de http://gabrielvargasneurocirugia.blogspot.com.co/2012/06/fractura-de-columna-criterios-de.html.

La resonancia magnética tiene un papel complementario no revisten significancia para determinar un cambio en la
en la valoración de la columna cervical en el contexto de conducta con los pacientes (8)
trauma. Su principal indicación está dada por la sospecha
de lesión ligamentaria, la presencia de un déficit neuroló- Figura 6: A. Imagen sagital tomográfica de columna
gico inconsistente con la lesión vertebral o la sospecha de cervical. B: Imagen de resonancia magnética sagital (T2)
trauma del disco intervertebral. de columna cervical. Se observa área de mielopatía a la
altura del disco C4-C5.
Existen estudios que han evaluado el costo-efectividad de
la resonancia magnética en el paciente con trauma raqui-
medular. En pacientes con trauma cervical en los que no
haya evidencia clínica importante de lesión el estudio resulta
costo-efectivo cuando se analiza la posibilidad de retirar el
collar de inmovilización, pero no es recomendado cuando se
analizan los hallazgos positivos que se puedan documentar.

En un metaanálisis que documento 1714 pacientes sin ha-


llazgos tomográficos significativos la Resonancia magnética
logro demostrar 271 casos de lesión ligamentaria (15.8%)
pero solo 5 (1.8%) de los pacientes fueron llevados a ciru-
gía. Definitivamente lo que demuestra esta publicación es
que el examen es complementario pero no supera la efec- Tomada de: http://neurocirugiacontemporanea.com/lib/exe/detail.
php?id=mielopatia_cervical_espondilotica&media=mielopatiacervicaltacrm.jpg
tividad de la tomografía ya que muchas lesiones halladas

- 47 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. J Orthop Trauma 2010;24(2): 100–106. Clearance of the asymptomatic cervical spine: a metaanalysis.
2. Guías para Manejo de urgencias Tomo I. Ministerio de la protección social © 2009. 3a Edición. Pág. 128-136.
3. N Engl J Med 2000;343(2):94–9. Validity of a set of clinical criteria to rule out injury to the cervical spine in patients
with blunt trauma. National Emergency X-Radiography utilizacion Study Group.
4. JAMA 2001;286(15):1841–1848. The Canadian C-spine rule for radiography in alert and stable trauma patients.
5. J Trauma 2005;58(5):902–905. Computed tomography versus plain radiography to screen for cervical spine injury:
a meta-analysis
6. CT of the Cervical Spine: Anatomy - W-Radiology w-radiology.com/ct-cervical-spine.php
7. Diagn Interv Radiol. 2015 Sep; 21(5): 423–427. Effectiveness of second-opinion radiology consultations to reassess
the cervical spine CT scans: a study on trauma patients referred to a tertiary-care hospital
8. Am J Surg. 2016 Jan;211(1):115-21. Cervical spine clearance when unable to be cleared clinically: a pooled analysis
of combined computed tomography and magnetic resonance imaging.

- 48 -
Enfoque del paciente
con trauma craneoencefálico
Dr. Andrés Eduardo Toro Montoya
Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

Dr. Esteban Quiceno Restrepo


Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

El trauma craneoencefálico (TEC) es una patología extre- sencefálicas, la presencia de desviación de la línea media
madamente compleja debido a que es heterogénea y tiene y de masas focales, que predice pronóstico. (2) (Tabla 1,
una progresión dinámica. Imagen 1).

La escala de severidad más usada para el TEC es la escala


de coma de Glasgow (ECG). El puntaje que varía de 3 a Tabla 1: Clasificación de Marshall
15 debe ser utilizado luego de la reanimación inicial del
paciente, pues el examen neurológico puede ser alterado Masrhall Masrhall Masrhall Masrhall
Criterios
por la hipoxia o la hipotensión. Los pacientes con TEC se I II III IV
dividen en tres subgrupos basados en el puntaje total: TEC Hematoma
No No No No
severo (ECG 3-8), TEC moderado (ECG 9-12) y TEC leve >25 ml
(ECG 13-15). (1) Cualquier
No Sí Sí Sí
anormalidad
El TEC también puede clasificarse desde el punto de vis- Compresión
de las cisternas No No Sí Sí
ta patológico y anatómico, es decir, se describe la loca-
de la base
lización y el tipo de anormalidades. Un paciente con TEC
Desviación de
severo puede tener más de una lesión: escalpes, fractura línea media No No No Sí
de cráneo, hematomas intracraneales, hemorragia sub- > 5 mm
aracnoidea traumática, hemorragia intraventricular, con- Incidencia 7% 24 % 21 % 4%
tusiones hemorrágicas, patrones de daño axonal difuso, Mortalidad 10 % 14 % 34 % 56 %
edema cerebral e isquemia. Las lesiones asociadas con la
mortalidad más alta son el hematoma subdural agudo y el
daño axonal difuso.

En 1991 Marshall describió una clasificación tomográfica


del TEC basada en la apariencia de las cisternas perime-

- 49 -
Imagen 1. A : Lesión difusa tipo I. B: Lesión difusa tipo II, nótese en la imagen la presencia de una contusión hemorrágica
izquierda. C: Lesión difusa tipo III, observe el colapso de las cisternas de la base (ambiens, crural y cuadrigeminal) así como
la presencia de sangre en el espacio cisternal. D: Lesión difusa tipo IV, observe la desviación de línea media.

Las lesiones cerebrales también pueden clasificarse según el Un esquema fisiopatológico ampliamente utilizado, fue in-
mecanismo biomecánico. Hay una relación considerable entre troducido por Adams et al, quien diferenció entre la lesión
el mecanismo físico de la lesión y las características anatómi- primaria, la cual es inevitable debido al daño parenquimato-
cas y patológicas. La mayoría de lesiones focales, como las so inmediato mediado por el impacto, y el daño secundario
fracturas de cráneo, contusiones cerebrales y hematomas o lesión prevenible. Las lesiones secundarias son aquellas
epidurales se deben a trauma directo y lineal; mientras que que se inician por el impacto, pero se manifiestan minutos,
la inercia, el contragolpe y el trauma rotacional, usualmente, horas o días luego de la lesión. Además de la lesión isqué-
generan lesiones más difusas tales como concusiones, hema- mica secundaria, la cual es el principal factor pronóstico
tomas subdurales agudos y daño axonal difuso. (1) (Imagen 2). para un mal desenlace, el daño secundario puede ser cau-

Imagen 2. A: Hematoma subdural agudo hemisférico izquierdo. B: Hematoma epidural izquierdo. C: Hematoma intracere-
bral frontal derecho. D: Contusiones hemorrágicas.

- 50 -
Enfoque del paciente
con trauma cráneo encefálico

sado por disfunción de la barrera hematoencefálica, edema • TCE leve: GCS 15-13
celular y excitabilidad neuronal, entre otros. (1) • TCE moderado: GCS 12-9
• TCE grave: GCS ≤ 8
Entendiendo los conceptos anteriores, se revisa el enfoque del
paciente con TEC. Primero que todo, el paciente con TEC debe
ser evaluado en el manejo integral del paciente con trauma y Respuesta Apertura ocular espontánea 4
se realiza una revisión primaria y secundaria (ABCDE). ocular Apertura ocular al llamado 3
Apertura ocular al estímulo doloroso 2
Sin apertura ocular 1
A: Airway. Vía aérea: verificar que esté permeable y ga-
Respuesta Orientado, lenguaje coherente 5
rantizar un control de la columna cervical mediante in-
verbal Confuso, desorientado 4
movilización. En pacientes con TEC se debe inmovilizar Pronuncia palabras inapropiadas 3
la columna cervical si hay evidencia de deterioro neuro- Emite sonidos incomprensibles 2
lógico, dolor o rigidez de cuello, paresias en extremida- Sin respuesta verbal 1
des, mecanismo de traumatismo de alta energía o sos- Respuesta Obedece órdenes 6
pecha clínica de daño cervical (hasta descartar lesiones motora Localiza el dolor 5
Retira al dolor 4
inestables de la columna cervical mediante imágenes).
Postura en decorticación (rigidez flexora) 3
Postura en descerebración (rigidez 2
B: Breathing. Respiración: mantener una adecuada venti- extensora) 1
lación, evaluar la simetría de la expansión torác ca, percu- Sin respuesta motora
tiendo y auscultando los campos pulmonares.

C: Circulation. Verificar una adecuada circulación (pulsos), Evaluar también la simetría de las pupilas y la respuesta
presión arterial y verificar si hay sitios de hemorragia para a los estímulos lumínicos para descartar la presencia de
contenerlos. Debe incluirse aquí palpación abdominal. anisocoria, midriasis bilateral no reactiva o miosis bilate-
ral no reactiva por la gravedad que suponen estos hallaz-
D: Disability. Déficit neurológico. Debe aplicarse la Escala gos. Evaluar también signos de focalización neurológica
de Coma de Glasgow (GCS). La Escala de Glasgow no es (paresias, signo de Babinski, déficit de pares craneales).
confiable en estados de hipoxemia, hipoglicemia, hipoten-
sión, trastornos hidroelectrolíticos, sedación, alicoramiento E: Exposure. Exposición. Deben retirarse las ropas del
e intoxicaciones, por lo que deben corregirse estas condi- paciente con el propósito de hallar lesiones no eviden-
ciones para asegurar que el GCS sea confiable. Además, se tes. Evaluar la espalda del paciente y palpar las apófisis
le considera no evaluable en casos de afasia de Wernicke o espinosas en los sitios dolorosos que sugieran fracturas
de Broca, paciente intubado o hematoma palpebral. vertebrales. Tacto rectal para evaluar posición de próstata
y evaluar tono del esfínter anal. Cubrir al paciente para
Debe evaluarse el estado de consciencia del paciente, evitar hipotermia.
según la Escala de Coma de Glasgow, la cual evalúa tres
tipos de respuesta de forma independiente (verbal, ocular Está indicado realizar  intubación  urgente cuando existe
y motora). Toma como puntuación máxima 15 y nunca se Glasgow ≤ 8/15, pérdida de reflejos laríngeos, hiperventila-
debe olvidar que la mínima es de 3 (nunca es 0), en la cual ción respiratoria o arritmia siempre y cuando se cuente con
prácticamente ya no habría respuesta alguna. Entonces se el personal especializado.
determina que es:

- 51 -
En la revisión secundaria (ABCDE secundario) se debe hacer • Mayor de 65 años con pérdida de conciencia o am-
un completo examen físico neurológico y craneal para bus- nesia.
car signos de fractura de la calota (crepitación, hundimiento • Con coagulopatía como antecedente.
óseo, lesión abierta, conminución contaminación), base del • Intoxicaciones por alcohol, drogas o medicamentos.
cráneo (signos de Battle y “ojos de mapache”, rinoliquia, oto- • Trauma supraclavicular.
liquia), signos de hipertensión intracraneana, reflejos oste-
tendinosos y patológicos, coordinación, entre otros. La realización de la TAC de cráneo se hace con la inten-
ción de evaluar la presencia de fracturas, cuerpos extraños
intracraneales, isquemia, hidrocefalia, hernias cerebrales,
Evaluación imaginológica entre otros, pero, principalmente, para evaluar la presencia
de lesiones hemorrágicas intracraneales que represen-
El estudio de elección para verificar si existe daño cere- tan la causa más común de deterioro clínico y muerte en
bral en el traumatismo craneoencefálico es la tomografía pacientes que tienen un intervalo lúcido, y se presentan,
axial computarizada (TAC) simple de cráneo. Debe tener- principalmente, en pacientes con fracturas de cráneo. Las
se en cuenta que no todas las alteraciones se observan lesiones intracraneales más importantes son: los hemato-
inmediatamente posterior al trauma (pueden observarse mas epidurales, los hematomas subdurales agudos, y los
cambios hasta 72 hrs después del evento), pero nos ayu- hematomas intracerebrales. (3). A continuación, se hace
da a descartar hemorragias y/o hematomas que requieran una revisión de estas lesiones para que el lector tenga un
tratamiento neuroquirúrgico de urgencia. Por lo que está mejor entendimiento de las lesiones que se encuentra en el
indicado realizarla dentro de las primeras seis a ocho horas nivel intracraneal en el contexto de trauma.
en todos los TEC graves y en todos los TEC moderados.
Ahora, ¿qué pacientes con TEC leve requieren que se les
realice una TAC simple de cráneo? A continuación, se listan Hematoma epidural agudo
las indicaciones de TAC en TEC leve:
Se desarrolla entre la duramadre y la tabla interna del crá-
• Glasgow < 15 por más de 2 horas después del trau- neo, se reporta en el 2.5 % - 5 % de los pacientes con
matismo. TEC. Tiene una morfología biconvexa o en forma de lente,
• Sospecha de fractura craneal abierta o fractura con debido a que la capa perióstica de la dura es separada
hundimiento. de la tabla interna por el sangrado. El hematoma epidural
• Cualquier signo de fractura de la base del cráneo. clásico y más letal es el causado por una fractura de cráneo
• Crisis convulsivas postraumáticas. que cruza el foramen espinoso, por el cual pasa la arteria
• Déficit neurológico focal. meníngea media, o que compromete su curso en el hue-
• Cefalea persistente generalizada. so temporal. Estos hematomas, usualmente, se acumulan
• Dos o más episodios de vómito. rápidamente, pero también puede haber demoras en su
• Amnesia retrógrada mayor a 30 min (niños <18 años progresión. (4)
amnesia anterógrada o retrógrada mayor a 5 minutos).
• Mecanismo peligroso del traumatismo (peatón atrope- Los hematomas epidurales también pueden tener un ori-
llado por vehículo de motor, caída de más de un metro gen venoso por la ruptura de venas diploicas; por ruptu-
o 5 escalones, ocupante eyectado de vehículo motori- ra de venas puentes que drenan en los senos venosos, o
zado) acompañado de pérdida del estado de alerta o daño directo de los senos venosos como es el caso de una
amnesia. fractura de fosa posterior que genera una lesión del seno

- 52 -
Enfoque del paciente
con trauma cráneo encefálico

transverso. Estos hematomas de baja presión se pueden gráficos, edad del paciente y experiencia del cirujano. En
desarrollar lentamente y, regularmente, son autolimitados, los hematomas epidurales supratentoriales se recomienda
pero no hay signos imaginológicos que puedan ayudar a manejo quirúrgico cuando el volumen es mayor de 30 cm³,
predecir este comportamiento, y siempre deben conside- el grosor del coagulo es mayor de 15 mm o la desviación de
rarse peligrosos. (3) la línea media es mayor de 5 mm. Los hematomas epidura-
les de fosa posterior deben ser llevados a cirugía en caso
El intervalo lúcido clásico (efecto “talk and die”), ocurre en de hidrocefalia, obliteración de las cisternas perimesence-
el 15 % al 30 % de los casos. Consiste en una pérdida fálicas, o desplazamiento del cuarto ventrículo. Debido al
corta del estado de conciencia debido al impacto inicial, espacio limitado de la fosa posterior, un hematoma epidural
seguido de un período de alerta, y a continuación, nueva- infratentorial de 10 cm³, puede producir el mismo grado de
mente deterioro por el aumento de la presión intracraneal desviación de línea media y compresión que un hematoma
y al efecto de masa. extradural de 30 cm³ en el espacio supratentorial. (5)

Entre el 20 al 55 % de los pacientes se encuentran coma- En caso de considerar manejo médico, el paciente debe
tosos (ECG≥8) a la admisión o inmediatamente antes de estar monitorizado, bajo vigilancia neurológica, y se debe
cirugía. (1) realizar una tomografía de control 4 a 6 horas luego de la
inicial.
Los hematomas extradurales no se asocian con daño pa-
renquimatoso subyacente, por lo cual su rápida evacuación
quirúrgica es muy exitosa en cuanto al pronóstico funcional Hematoma subdural agudo
del paciente. La mortalidad global del manejo quirúrgico del
hematoma epidural es aproximadamente 10 %. Los hematomas subdurales agudos se encuentran entre la
superficie interna de la duramadre y la superficie pial del
Dependiendo de su ubicación pueden clasificarse en tempo- cerebro.
rales o témporoparietales (70 %), los cuales ocurren por una
fractura cerca al pterion que genera lesión de la arteria me- Los hematomas subdurales agudos son aquellos diag-
níngea media. Estos hematomas pueden evolucionar rápida- nosticados hasta el día 14 del trauma. El espacio virtual
mente a una herniación uncal. También pueden clasificarse entre la duramadre y la aracnoides (espacio subdural), es
como hematomas frontales o subfrontales, los cuales tienen atravesado por múltiples venas pequeñas de drenaje (ve-
un origen venoso y se asocian con fracturas orbitarias o, en nas puente), que drenan sangre venosa desde el cerebro
menor medida, tienen un origen arterial por compromiso de al sistema de senos venosos. Estas venas pueden ser da-
la arteria etmoidal anterior. Los hematomas epidurales del ñadas con traumas mínimos, especialmente en pacientes
vertex representan un 2 % a 8 % de todos los epidurales y ancianos por la atrofia cerebral que favorece un aumento
se producen por una lesión del seno sagital superior. Por úl- del movimiento de las venas puente durante el trauma. (6)
timo, están los hematomas epidurales de fosa posterior que,
usualmente, tienen un origen venoso por lesión de los senos Los hematomas subdurales agudos se diagnostican en la
transversos o sigmoides debidos a una fractura occipital. (3) tomografía como colecciones hiperdensas en forma de me-
dia luna.
No hay evidencia clase I o II para el manejo específico de
los hematomas epidurales, y el tratamiento se basa en el Además de la ruptura de venas puente, estos hematomas
Glasgow, examen pupilar, comorbilidades, hallazgos tomo- también pueden ser generados por una corteza cerebral

- 53 -
contusa o lacerada, o por el daño de un vaso cortical. En de los giros cerebrales y se observa como hemorragias pe-
la mayoría de los casos la colección se encuentra en la tequiales que coalescen, o como manchas hemorrágicas
superficie lateral de los hemisferios, pero puede ubicarse que progresan hacia la sustancia blanca. La mayoría de las
en localizaciones menos comunes como el espacio inter- contusiones ocurren en los lóbulos frontales y temporales
hemisférico. (1) debido al impacto del cerebro contra el cráneo, mientras
que los hematomas traumáticos se ubican en aéreas pro-
Los hematomas subdurales agudos ocurren aproximada- fundas como los ganglios basales. Ambos tipos de lesiones
mente en el 11 % de los pacientes con TEC, y en un 20-30 se observan luego de fuerzas de aceleración y desacelera-
% de los pacientes con TEC severo. La edad media de pre- ción, y se encuentran en el espectro de lesiones que indi-
sentación es entre 30 y 50 años. Los hematomas subdu- can daño axonal difuso. (1)
rales agudos están asociados con una tasa de mortalidad
entre el 50 %-90 %, la más alta de todas las lesiones intra- Las contusiones pueden evolucionar hacia hematomas pa-
craneales. Esta alta tasa de mortalidad se produce debido renquimatosos pero el paciente debe sobrevivir el impacto,
a la asociación con lesiones parenquimatosas tales como tener una presión arterial en rangos normales y una presión
contusiones, edema cerebral y daño axonal difuso. En el intracraneana normal o baja para desarrollar un hematoma
momento del diagnóstico hasta un 60 % de los pacientes intracerebral. (1)
se encuentra en coma. (10)
Los hematomas intracerebrales pueden evolucionar a partir
Los factores relacionados con el pronóstico del hematoma de cualquier vaso arterial o venoso lesionado, debido a las
subdural agudo incluyen edad, estado neurológico, Glasgow, fuerzas de cizallamiento en cualquier parte del cerebro.
estado pupilar, comorbilidades y hallazgos tomográficos.
La progresión de las contusiones cerebrales, usualmente,
Al igual que en el hematoma epidural, para el tratamiento ocurre en los primeros dos días del trauma, los pacientes
del hematoma subdural agudo no hay evidencia clase I o con Glasgow de 15 al ingreso o una contusión inicial de
II, y el tratamiento se basa en el Glasgow, examen pupilar, 14 cm³, muy rara vez requieren drenaje tardío debido a la
comorbilidades, hallazgos tomográficos, edad del paciente progresión del sangrado. (1) (10)
y experiencia del cirujano. Se sugiere la evacuación quirúr-
gica para aquellos pacientes con un hematoma de más de No hay evidencia clase I o II para el manejo quirúrgico
10 mm de grosor, o desviación de la línea media de más de los hematomas intracerebrales, y el tratamiento se
de 5 mm. (1) basa en el Glasgow, examen pupilar, comorbilidades,
hallazgos tomográficos, edad del paciente y experiencia
del cirujano. Se sugiere evacuación quirúrgica de los he-
Lesiones parenquimatosas traumáticas matomas intracerebrales cuando el deterioro neurológico
progresivo es explicable por el aumento del volumen de
Casi todos los pacientes con TEC severo y aproximada- hematoma, cuando el manejo médico de la hipertensión
mente el 25 % de aquellos con TEC moderado, presentan endocraneana falla (PIC >20 mm Hg), desviación de línea
contusiones superficiales y pequeños hematomas intrace- media > 5mm, volumen del hematoma >50 cm³. Con-
rebrales en el TAC inicial. siderar cirugía en pacientes con contusiones frontales
o temporales mayores de 20 cm³, con ECG 6-8 puntos,
La contusión cerebral es definida como el sangrado del desplazamiento de la línea media > 5mm, y compresión
tejido cerebral debido a su disrupción. Ocurre en el ápex de las cisternas de la base (1) (7).

- 54 -
Enfoque del paciente
con trauma cráneo encefálico

Fracturas deprimidas a una tasa del 20 %, o mayor, de convulsiones en estos


pacientes. (1)
Las fracturas de cráneo se observan en el 65 % al 100 %
de los pacientes con hematomas extradurales, en el 18 % Se puede considerar el uso de tratamiento antibiótico en
al 60 % de los pacientes con hematomas subdurales agu- las fracturas abiertas deprimidas, aunque su uso es con-
dos, y en el 40 % al 80 % de los pacientes con hematomas trovertido. (1) (10)
parenquimatosos o contusiones.

Las fracturas craneales lineales simples no requieren nin- Daño axonal difuso
gún manejo quirúrgico. Las fracturas deprimidas con una
profundidad menor que el grosor de cráneo sin una lesión Corresponde a la lesión de sustancia blanca por cizalla-
subyacente, tampoco requieren manejo quirúrgico. (1) miento. El daño axonal se presenta, usualmente, por fuer-
zas de aceleración y desaceleración que ocurren en menos
Las fracturas craneales deprimidas pueden ser clasificadas de 50 mseg, como es el caso de accidentes de tránsito
en simples o compuestas. Las fracturas craneales deprimi- en los que el tejido cerebral se comporta como una masa
das simples no tienen disrupción de la galea y sólo requie- rígida que transmite elongación tensil a los axones, lo cual
ren manejo quirúrgico si la profundidad de la depresión es genera daño a su citoesqueleto. El patrón clinicopatológico
igual o mayor al grosor del hueso intacto adyacente o si clásico consiste una triada de lesiones hemorrágicas en la
hay un hematoma intracerebral subyacente que requiera sustancia blanca, cuerpo calloso y en la parte anterior del
drenaje. (8) tallo cerebral, pero este conjunto de hallazgos constituye la
forma más severa del daño axonal difuso. En los pacientes
Las fracturas craneales deprimidas compuestas tienen que se recuperan del coma, el daño axonal difuso contribu-
disrupción de la galea y un escalpe que se continúa con ye a las alteraciones neurológicas que se presentan, tales
el sitio de fractura. Usualmente, son de manejo quirúrgico como la espasticidad, el deterioro intelectual y los cambios
para desbridamiento y elevación del fragmento óseo. Algu- de comportamiento. (9)
nas de estas fracturas compuestas pueden ser tratadas de
forma conservadora si no se observan signos de penetra- La resonancia magnética permite clasificar el daño axonal
ción dural en la tomografía, si hay ausencia de hematoma difuso en tres estadios según los hallazgos; el grado I pre-
intracraneal, si la depresión es menor de 1 cm, si no hay senta lesiones lobares o en el cerebelo; el grado II presenta
compromiso de la pared anterior y posterior del seno fron- lesiones en el cuerpo calloso y, el grado III, presenta lesio-
tal, si no hay infección de la herida o gran contaminación nes en el tallo cerebral e indicapobre pronóstico. (1)
macroscópica, y ausencia de neumoencéfalo. (1)

Se debe aclarar que no hay diferencias en las tasas de Manejo


infección pos operatoria en aquellos pacientes que son lle-
vados a cirugía en las primeras 8 horas de la fractura, con TEC leve
respecto a aquellos que son llevados de forma tardía al
procedimiento quirúrgico. (1) Aproximadamente el 80 % de los pacientes que se presen-
tan a la sala de urgencias con traumatismo craneoencefáli-
Cuando se presente una fractura deprimida se deben ad- co cae en esta categoría. Estos pacientes están despiertos,
ministrar anticonvulsivantes de forma profiláctica debido pero pueden estar amnésicos en relación con los eventos

- 55 -
en torno al traumatismo. Pueden tener una historia de bre- pacientes con trauma craneoencefálico grave. Deben ser
ve pérdida de la conciencia, lo que es difícil de confirmar. hospitalizados en UCE o UCI
La presentación clínica es frecuentemente empañada por
embriaguez o por otras intoxicaciones. La mayoría de los
pacientes con traumatismo craneoencefálico leve se recu- TEC grave
peran sin incidentes, aunque muestran mínima afección
neurológica. Sin embargo, aproximadamente el 3 % de los Los pacientes que han sufrido un traumatismo craneoen-
pacientes se deterioran inesperadamente, evolucionando a cefálico grave son incapaces de seguir órdenes aun des-
disfunción neurológica grave a menos que el deterioro en pués de la estabilización cardiopulmonar. Aunque esta defi-
el estado mental sea diagnosticado tempranamente. De- nición incluye un amplio espectro de daño cerebral, identi-
ben tenerse en cuenta las indicaciones de TAC en TEC leve fica a los pacientes que están en un riesgo mayor de sufrir
y obtenerla esta neuroimagen cuando sea pertinente. Sin morbilidad importante o de morir. Al momento del ingreso
embargo, si no se puede disponer de una TAC de cráneo de a urgencias, se obtiene una breve historia y se asegura
inmediato y el paciente está asintomático, completamente una estabilización cardiopulmonar antes de la evaluación
despierto y alerta, una alternativa es la de mantenerlo bajo neurológica (ABCDE). Estos pacientes requieren intubación
observación en un hospital por al menos 6-12 horas. endotraqueal para asegurar la vía aérea. En todos los pa-
cientes con traumatismo craneoencefálico grave debe ob-
tenerse una TAC de cráneo para buscar la presencia de
TEC moderado lesiones que ameriten manejo quirúrgico, principalmente,
hematomas. Deben ser hospitalizados en UCI.
Aproximadamente 10 % de los pacientes con trauma cra-
neoencefálico vistos en la sala de urgencias tiene trauma-
tismo craneoencefálico moderado. Ellos son aún capaces Medidas generales para todos
de seguir órdenes sencillas, pero habitualmente están los pacientes con TEC (10)
confusos o somnolientos y pueden tener déficit neurológico
focal. Aproximadamente 10 a 20 % de estos pacientes se • Reposo.
deterioran y caen en coma. Por lo tanto, ellos deben ser • Asegurar vía aérea con intubación: Glasgow ≤ 8.
manejados como pacientes con traumatismo craneoen- Usar medicamentos de secuencia rápida de intubación
cefálico grave, aunque no se intuban rutinariamente. Sin para no aumentar PIC.
embargo, deben tomarse todas las precauciones para pro- • Solución salina 0.9 %: para requerimientos y reposi-
teger la vía aérea. Al momento del ingreso a urgencias, se ción de pérdidas.
obtiene una breve historia y se asegura una estabilización • Cabecera elevada a 30° y protección cervical.
cardiopulmonar antes de la evaluación neurológica (ABC- • Presión arterial: siempre mantener una presión arte-
DE). En todos los pacientes con traumatismo craneoence- rial sistólica ≥ 100 mmHg para los pacientes de 50-69
fálico moderado debe obtenerse una TAC de cráneo para años y ≥ 110 mmHg por lo que tiene edad 15-49 años
buscar la presencia de lesiones que ameriten manejo qui- y >70 años.
rúrgico, principalmente, hematomas. Si el paciente mejora • Saturación arterial de oxígeno: mantener una satu-
y la TAC de control no muestra una lesión tributaria de tra- ración de oxígeno > 90 %.
tamiento quirúrgico, el paciente puede ser egresado en los • Presión intracraneana: mantener la presión intracra-
siguientes días. Sin embargo, si el paciente se deteriora, neana <22 mm Hg.
se adoptarán los principios de manejo establecidos para

- 56 -
Enfoque del paciente
con trauma cráneo encefálico

• Presión de perfusión cerebral: mantener la presión del trauma, por riesgo de isquemia cerebral por vaso-
de perfusión cerebral entre 60-70 mm Hg. constricción.
• Manitol: solamente si hay edema cerebral confirmado • Antibióticos profilácticos: no deben usarse. Debe la-
por imagen o signos inminentes de herniación. 1 g/kg varse y suturarse las heridas, incluso por arma corto-
dosis inicial (5 cc/kg) y 0.25 g/kg cada 4-6 horas (1 cc/ contundente o de fuego.
kg/dosis). Debe acompañarse siempre sonda vesical y • Esteroides: nunca deben usarse en el manejo agudo del
ionogramas seriados. TEC. Se ha demostrado que aumentan la mortalidad.
• Anticonvulsivantes: debe usarse fenitoína. Se usa • Hipotermia profiláctica: no se recomienda.
para profilaxis de convulsiones tempranas, es decir, • Drenaje de líquido cefalorraquídeo: puede ser consi-
las que aparecen en los primeros siete días. La profi- derada para controlar la PIC, de manera continua y no
laxis no se usa de rutina, sólo en los siguientes casos: de manera intermitente. Especialmente en los pacien-
hematoma intracerebral, fractura deprimida con lace- tes que tienen un GCS <6 en las primeras 12 horas
ración meníngeo-cortical, herida penetrante a cráneo, después del trauma.
trastorno hidroelectrolítico. Si el paciente convulsiona, • Nutrición: alimentar a los pacientes para obtener rem-
debe abortarse la crisis convulsiva con diazepam o mi- plazo calórico basal al quinto día, se recomienda para
dazolam 0.1-0.2 mg/kg y luego administrar fenitoína disminuir la mortalidad.
en dosis de carga 20 mg/kg en SS 0.9 % para pasar en • Monitoreo de la presión intracraneana: se recomien-
al menos 30 minutos. Posteriormente, 4-5 mg/kg/día da para disminuir la estancia hospitalaria y la mortalidad
IV u oral. Si el paciente tiene convulsiones tempranas, postraumática a dos semanas. Debería usarse en todos
debe pararse la profilaxis al séptimo día. Si la convul- los pacientes salvables con TEC grave (Glasgow 3-8)
sión es tardía debe continuar de manera indefinida el y una TAC anormal (contusiones, hematomas, edema,
tratamiento. hernia o cisternas de la base comprimidas). También
• Gastroprotección: Ranitidina 50 mg IV cada 8 horas en las pacientes que tienen TEC grave (Glasgow 3-8) y
o 150 mg VO cada 12 horas. Profilaxis de úlceras de TAC normal, si al menos dos de las siguientes caracte-
Cushing. rísticas están presentes: >40 años, PAS < 90 mmHg,
• Tromboprofilaxis: idealmente iniciarse solamente con posturas anormales unilaterales o bilaterales.
profilaxis mecánica, aunque pueden usarse heparinas
de bajo peso molecular o heparina no fraccionada en
combinación con profilaxis mecánica si se demuestra Pronóstico
estabilidad clínica y radiológica del sangrado. Aunque
puede aumentar el riesgo de expansión de la hemorra- La edad es uno de los principales factores pronósticos, el
gia intracraneal. 90 % de los pacientes con TEC severo mayores de 55 años
• Metoclopramida: antiemético, favorece vaciamiento tiene un GOS (Glasgow Outcome Scale) de 1-3, mientras
gástrico y potencia efecto analgésico. que el 30 % de pacientes entre los 16-35 años tiene un
• Analgesia: siempre. Dipirona 20 – 40 mg/kg/ cada 6 GOS de 4-5 a los 6 meses. (1)
horas o Morfina 0.05 mg/kg cada 4 horas.
• Sedación: sólo si ya está confirmado el diagnóstico clí- La respuesta motora al ingreso luego de la reanimación
nico y por imágenes. inicial del paciente es un buen indicador de pronóstico. Los
• Hiperventilación: se debe usar sólo como medida pacientes con posturas anormales o flácidas tienen un GOS
temporal para reducir la hipertensión intracraneana, de 1 a 3 en todas las series reportadas. (11)
pero debe evitarse en las primeras 24 horas después

- 57 -
Los pacientes llevados a cirugía con respuestas pupila-
res normales tienen en promedio una mortalidad o una
probabilidad de quedar en un estado vegetativo de apro-
ximadamente 8.5 %, mientras que los pacientes en quie-
nes ambas pupilas muestran alguna respuesta anormal
durante la estancia hospitalaria tienen una mortalidad del
75-80 %. (1)

La lesión secundaria constituye un predictor independiente


para el pobre pronóstico. Una presión arterial sistólica < 90
mm Hg tiene un valor predictivo positivo del 67 % para un
GOS de 1-3 y un valor de 79 % cuando es combinado con
hipoxia. (1)

La presencia de efecto de masa con compresión de cister-


nas, desviación de línea media mayor de 1.5 cm, sangrado
en las cisternas basales y hemorragia subaracnoidea trau-
mática extensa tienen un valor predictivo positivo del 70 %
para un GOS de 1-3. (11)

Los pacientes con aceptables resultados pos quirúrgicos


son aquellos llevados a cirugía con un Glasgow ≥ 6 en las
primeras 4 horas en una lesión ocupante de espacio con
los criterios quirúrgicos antes mencionados. (1) 

- 58 -
Enfoque del paciente
con trauma cráneo encefálico

Bibliografía y lecturas recomendadas


1. Prieto Ruth PJM. Surgical Management of Severe Closed Head Injury in Adults. En: Schmidek and Sweet’s Operative
Neurosurgical Techniques. Sixth edition. Elsevier; 2012. p. 1513-38.
2. Marshall LF, Marshall SB, Klauber MR, Clark M van B, Eisenberg HM, Jane JA, et al. A new classification of head injury
based on computerized tomography. Spec Suppl. 1 de noviembre de 1991;75(1s):S14-20.
3. Shelly D. Timmons. Extra-Axial Hematomas. En: Neurosurgical Emergencies. Thieme; 1994. p. 53-67.
4. Bullock MR, Chesnut R, Ghajar J, Gordon D, Hartl R, Newell DW, et  al. Surgical management of acute epidural
hematomas. Neurosurgery. marzo de 2006;58(3 Suppl):S7-15; discussion Si-iv.
5. Malik NK, Makhdoomi R, Indira B, Shankar S, Sastry K. Posterior fossa extradural hematoma: our experience and
review of the literature. Surg Neurol. agosto de 2007;68(2):155-158; discussion 158.
6. Bullock MR, Chesnut R, Ghajar J, Gordon D, Hartl R, Newell DW, et  al. Surgical management of acute subdural
hematomas. Neurosurgery. marzo de 2006;58(3 Suppl):S16-24; discussion Si-iv.
7. Bullock MR, Chesnut R, Ghajar J, Gordon D, Hartl R, Newell DW, et al. Surgical management of traumatic parenchymal
lesions. Neurosurgery. marzo de 2006;58(3 Suppl):S25-46; discussion Si-iv.
8. Bullock MR, Chesnut R, Ghajar J, Gordon D, Hartl R, Newell DW, et al. Surgical management of depressed cranial
fractures. Neurosurgery. marzo de 2006;58(3 Suppl):S56-60; discussion Si-iv.
9. Hartings JA, Vidgeon S, Strong AJ, Zacko C, Vagal A, Andaluz N, et al. Surgical management of traumatic brain injury:
a comparative-effectiveness study of 2 centers. J Neurosurg. febrero de 2014;120(2):434-46.
10. Carney N, Totten A, O’Reilly C. Guidelines for the Management of Severe Traumatic Brain Injury, Fourth Edition.
Neurosurgery 0:1–10, 2016.
11. Huang Michael C. Surgical Management of Traumatic Brain Injury. En: Youmans and Winn Neurological Surgery.
Seventh edition. Elsevier; 2017. p. 2910-2921.

- 59 -
Concusión cerebral
Dr. Óscar Eduardo Romero Pertuz
Neurocirujano
Profesor de la Universidad de Antioquia

De las aguas mansas líbrame Señor, o hematomas epidurales. De acuerdo con la evolución de
que de las turbias me libro yo estas lesiones el trauma puede cambiar de moderado a
Refrán popular. severo.

Las causas de la concusión cerebral son las mismas que


las de los traumas de cráneo en general: la primera son
Generalidades los accidentes de tránsito seguido de las caídas. Son fre-
cuentes en los atletas que practican deportes de contacto
La concusión cerebral hace parte del trauma craneano leve como el boxeo, rugby y fútbol americano. El uso de cascos
y, aunque es una lesión benigna, existen riesgos de lesión protectores puede ayudar en la prevención de lesiones gra-
a corto y largo plazo. Se define el trauma de cráneo leve ves en la cabeza.
aquel que tiene Glasgow de 13 a 15 en los primeros 30
minutos posterior al traumatismo. La incidencia es mayor en hombres: 2.8 por una mujer. La
edad de aparición más común es entre los 15 y 34 años;
La concusión (conmoción) es una lesión craneoencefálica sin embargo, los pacientes mayores de 60 años tienen ma-
de poca intensidad, se acompaña de pérdida inmediata y yor posibilidad de deterioro neurológico.
transitoria del conocimiento. Hay un período de amnesia,
por lo general, de corta duración. Muchos pacientes no Estudios realizados en prototipos animales concluyen que
pierden el conocimiento después de un trauma leve, sino los cambios histopatológicos observados en la microscopía
que presentan cambios en el comportamiento, se tornan óptica son pocos, pero cuando se evalúan con la microsco-
confusos o aturdidos. pía electrónica, la observación muestra cambios que inician
a los 30 minutos con un pico máximo a la hora de ocurrido
El mecanismo de trauma es, usualmente, un golpe directo el evento y que desaparecen en las primeras 24 horas.
sobre el cráneo que, regularmente, no se produce por fe-
nómeno de aceleración- desaceleración. Los cambios histopatológicos incluyen edema severo de la
mitocondria neuronal en el sitio del impacto. Edema extra-
Las conmociones cerebrales son leves y, por lo tanto, la celular en el sitio de contragolpe. Extravasación de peque-
recuperación es completa. Se ha utilizado el término de ñas partículas de ferritina en el sitio del edema demuestra
contusión cerebral en tales casos como sinónimo de TEC incremento transitorio de la permeabilidad de la barrera
leve; sin embargo, muchos de estos pacientes presentan hematoencefálica. El área más frecuentemente afectada es
hallazgos anormales en el TAC como hematomas subdu- el tallo y la unión craneocervical.
rales, contusiones cerebrales, hemorragia subaracnoidea

- 60 -
Concusión
cerebral

Signos y síntomas generalmente ocurre sin pérdida de conciencia inicial y se


produce por un impacto de menor magnitud. Este síndrome
Los síntomas clásicos de la contusión cerebral son la amne- se observa con mayor frecuencia en hombres adolescentes
sia y la confusión. Puede tener un breve período de incon- y adultos jóvenes. Sufrir una concusión quintuplica el riesgo
ciencia. Algunas veces los signos y síntomas no se producen de una segunda y, de esta forma, un segundo trauma al
inmediatamente después de un traumatismo sino unos mi- poco tiempo de transcurrida el primero aumenta el riesgo
nutos más tarde. Otros síntomas comunes de la conmoción de una lesión cerebral más grave como edema o hemorra-
cerebral son la cefalea, pérdida de memoria, alteración del gia cerebral. Por esta razón es que un boxeador no puede
equilibrio, falta de concentración, mareos, náuseas, vómitos, tener más de un combate en un período de tres meses. Un
dificultad para hablar y zumbido en los oídos. deportista que tiene una contusión cerebral debe tener una
incapacidad de, al menos, ocho semanas para evitar un
La amnesia es, usualmente, anterógrada (antes del trauma) daño grave, en caso de sufrir un segundo impacto.
y retrógrada (posterior al trauma). El tiempo de duración de
la amnesia dependerá de la severidad del trauma. Encefalopatía crónica traumática. Los golpes repetidos
en la cabeza , incluso sin la presencia de pérdida de con-
Es común la aparición de síntomas psiquiátricos como falta ciencia, producen un efecto de lesión acumulativa, lo que
de concentración, cambios en estado de ánimo, alteración puede conducir a cambios insidiosos que son la base del
en la memoria, lenguaje lento, depresión, intolerancia a la llamado “punch drunk” (borrachera por golpes), también
luz o al ruido. conocido como demencia pugilística.

Estos pacientes no tienen signos de focalización como he-


miparesia, afasia, hemianopsia, alteraciones sensitivas que Concusión complicada
hagan sospechar lesiones focales cerebrales. Cuando es-
tos síntomas aparecen se debe considerar que el paciente Ocurre entre el 6 al 10 % de los pacientes que sufren con-
tiene trauma de cráneo moderado. cusión cerebral. Consiste en la formación de hematomas in-
tracerebrales, subdural o hemorragia subaracnoidea. Estos
Síndrome postconmocional (Cefalea postraumática): el pacientes, además, presentan indicios de daño axonal difuso
síndrome post conmocional se define como la persistencia de en la región afectada. Una contusión implica la aparición de
tres o más síntomas posteriores a una concusión por un perío- isquemia, hemorragia y edema cerebral. Este tipo de lesio-
do prolongado de tiempo (mayor a tres meses). Para estable- nes se asocian con signos de focalización como hemiparesia.
cer el diagnóstico de este desorden es necesaria la presencia
de alteraciones neuropsicológicas en atención y memoria. Este En caso de una concusión complicada, el paciente tiene
cuadro clínico se presenta en un porcentaje aproximado del 15 deterioro: cefalea, focalización neurológica, deterioro en el
% de individuos que han sufrido una concusión. Es de difícil estado de conciencia hasta el coma e, incluso, la muerte.
manejo y genera incapacidades prolongadas.

Síndrome del segundo impacto. Se produce cuando la Diagnóstico


persona sufre una segunda concusión antes de haberse
recuperado por completo del primer evento. Esto, gene- La tomografía simple de cráneo está indicada para des-
ralmente, sucede como consecuencia de un reinicio pre- cartar lesiones hemorrágicas o fracturas asociadas con el
maturo en la práctica deportiva. Esta segunda conmoción trauma, pero en la concusión cerebral no complicada la

- 61 -
imagen es normal. El 5 % de los pacientes con Glasgow La concusión requiere un manejo multidisciplinario en los
15 presenta un TAC anormal, el 30 % de los pacientes con que se integren diversas figuras relacionadas con el ámbito
Glasgow de 13 tiene TAC anormal. El 1 % de los pacientes de la salud: médico del deporte, neurólogo, neuropsicólo-
con concusión cerebral presenta lesiones en el TAC que go, fisiatra, entre otros; no existe diferencia en el manejo
requieren cirugía. general que se le da al TEC leve. Sin embargo, es el estudio
neuropsicológico y la alteración de la función cognitiva, lo
Resonancia nuclear magnética cerebral simple: no es un que determina que se debe suspender la actividad laboral
estudio de rutina en estos pacientes, pero puede estar alte- o deportiva asociada con el trauma repetitivo. 
rada en el 15 % de los pacientes que sufrió una concusión.
Estos hallazgos incluyen hemorragias petequiales en el ta-
llo, corona radiada y cuerpo calloso, que son estructuras
que sufren más directamente los impactos.

Los estudios neuropsicológicos son mandatorios en pa-


cientes que practican deportes de alto impacto y están so-
metidos a traumas frecuentes. También, son importantes
en pacientes con Síndrome postcontusional que presentan
incapacidades prolongadas.

Tratamiento
Observación neurológica: en principio el paciente requiere
observación durante 24 horas para descartar la aparición
de concusión complicada. En caso de un deterioro en la
escala de Glasgow el paciente requiere la realización de
una nueva escanografía.
La observación debe ser intrahospitalaria si el paciente
presenta alguno de los siguientes hallazgos:

• Glasgow menor de 15.


• Convulsiones.
• Signos de focalización.
• Hallazgos anormales en el TAC.
• Paciente antiagregado o anticoagulado.
• Vómito recurrente.
• Ausencia de cuidador.

El manejo es farmacológico y su objetivo es curar los sínto-


mas analgésicos, antidepresivos e intentar reincorporación
precoz al trabajo.

- 62 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. Gregory W.J. Hawryluk, M. Ross Bullock. 2015. Design of acute neuroprotection studies. Traumatic Brain Injury, Part
II, 761-778.
2. William T. O'Connor, Aoife Smyth, Michael D. Gilchrist. (2011) Animal models of traumatic brain injury: A critical
evaluation. Pharmacology & Therapeutics 130:2, 106-113
3. Elizabeth Weinstein, Michael Turner, Benjamin B. Kuzma, Henry Feuer. Journal of Neurosurgery: Pediatrics Mar 2013
/ Vol. 11 / No. 3, Pages 331-334
4. Jorge Alberto Guzmán Cortés, Ángel Fernando Villalva Sánchez y Jorge Bernal Hernández. Neuropsicología Clínica,
Vol. 1, No. 1, Enero-Abril 2016
5. Maciej P. Krolikowski, Amanda M. Black, Luz Palacios-Derflingher, Tracy A. Blake, Kathryn J. Schneider, Carolyn A.
Emery. (2017) The Effect of the “Zero Tolerance for Head Contact” Rule Change on the Risk of Concussions in Youth
Ice Hockey Players. The American Journal of Sports Medicine 45:2, 468-473.

- 63 -
Tomografía en trauma
craneoencefálico
Dra. Ana Cristina Ayala Villegas
Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

Dr. Manuel Alejandro Patiño Hoyos


Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

La tomografía axial computarizada (TAC) de cráneo es la Para los niños, las guías Pediatric Emergency Care Applied
imagen de elección en trauma encéfalo-craneano (TEC), Research Network (Pecarn), indican realización de TAC de
pues es de rápida consecución y sensible en la detección cráneo en los siguientes casos2:
de fracturas de cráneo, hemorragias y hematomas.
• Pacientes con escala de coma de Glasgow igual o me-
Las indicaciones para la realización de TAC en pacientes nor a 14.
con TEC, muchas veces, están definidas por la experiencia • Nivel de conciencia alterado.
del clínico, sin embargo, existen guías que pueden orientar- • Fractura de cráneo palpable (menores de 2 años), o
nos en esta decisión.  signos de fracturas de base de cráneo (mayores de 2
años).
Las guías NICE (2014) sugieren realizar TAC de cráneo en • Escalpe.
pacientes adultos dentro de la hora posterior a la identifica- • Historia de pérdida de la conciencia mayor a 5 segun-
ción de alguno de los siguientes factores de riesgo1: dos.
• Empeoramiento de los síntomas durante la vigilancia
• ECG < 13 en la evaluación inicial en el servicio de ur- neurológica.
gencias. • Mecanismo de trauma severo.
• ECG < 15 a las 2 horas después de la lesión en el • Historia de vómito.
servicio de urgencias. • Cefalea severa.
• Sospecha de fractura de cráneo abierta o deprimida. • Niño que no esté actuando “normal” para los padres.
• Cualquier signo de fractura de cráneo basal (hemotím-
pano, ojos de "panda", signos de fístula de LCR o signo La tomografía de cráneo se debe repetir en adultos y en
de Battle). niños en caso de deterioro neurológico y algunos pacientes
• Convulsión pos TEC. requieren imagen de control, incluso si no ha habido dete-
• Déficit focal. rioro neurológico evidente, por el riesgo que tienen de au-
• Más de un episodio de vómito. mentar las lesiones intracraneales, como los pacientes con

- 64 -
Tomografía en trauma
craneoencefálico

consumo de anticoagulantes, antiagregantes o pacientes diagnóstico se requiere, habitualmente, resonancia mag-


con trombocitopenia. nética, en la que se encuentran hemorragias petequiales
distribuidas en la unión córtico-subcortical, en el cuerpo
En los niños siempre debe tenerse en consideración que la calloso, y en casos más severos en el tallo cerebral (Fi-
dosis de radiación recibida por una TAC de cráneo equivale gura 2e-f).
a la dosis recibida por 100 radiografías de tórax. El uso
innecesario de la TAC en los niños puede incrementar el
riesgo de desarrollar leucemia y tumores cerebrales; ade- Hematoma subdural (HSD)
más, incrementa de manera no justificada, los gastos de la
atención.3 Estos hematomas se encuentran ubicados entre la dura-
madre y la aracnoides.  El origen del sangrado es la ruptura
de las venas puente.  Se pueden encontrar en cualquier
Clasificación de las lesiones grupo etario.  Tienen forma cóncava y, según el tiempo de
cerebrales en TEC evolución, se clasifican en agudos, que se observan hiper-
densos con alrededor de 50 Unidades Hounsfield –UH-en
la TAC; en subagudos (entre 4 y 21 días), que son isoden-
Las lesiones cerebrales en TEC se clasifican de la siguiente sos por los productos de la degradación de la hemoglobi-
manera: na, tienen en promedio 30 UH; y en crónicos (luego de 3
semanas), que se ven hipodensos en la TAC con cero UH. 
Debe aclararse que en los pacientes con anemia (hemoglo-
Lesión primaria bina < 8-10 g/dl) la sangre puede aparecer isodensa en un
Lesiones extra axiales sangrado agudo.  Los HSD están presentes entre el 10-20
Hematoma epidural (HED), hematoma subdural (HSD), hemorragia % de todos los casos de traumatismo craneal, y hasta en el
subaracnoidea (HSA), hemorragia intraventricular (HIV). 30 % de los casos son mortales4 (Figura 2a-c).
Lesiones intra axiales
Daño axonal difuso (DAD), contusión
cortical, hematoma intracerebral
(HIC).
Hematoma extradural (HED)
Lesiones vasculares
Disección vascular, fístula carótido-cavernosa, fístula arteriovenosa
dural, pseudoaneurisma. Se encuentran por encima de la duramadre.  El pico de
Lesión secundaria
incidencia es en la segunda década de la vida, son raros
en pacientes mayores de 50-60 años.  Se asocian con
Edema cerebral difuso/disautorregulación, herniación cerebral, infarto
cerebral, infección. fracturas del cráneo en aproximadamente el 75 % de los
casos5.  El origen del sangrado, generalmente, es la arteria
meníngea media (75 %)6, aunque en ocasiones puede ser
de origen venoso (un seno venoso rasgado por una fractura
Daño axonal difuso (DAD) asociada).  Su apariencia es biconvexa, acompañándose en
muchas ocasiones de herniación cerebral.  Están presentes
La tomografía simple en el daño axonal difuso no es muy en el 2,7 %-4 % de todos los traumas intracraneales, tie-
sensible y, generalmente, es normal.  El DAD debe sospe- nen una mortalidad del 10 %, y sólo en el 5 % de los casos
charse cuando hay una tomografía normal en un paciente son infratentoriales7. (Figura1, figura 3d y 3f).
con déficit neurológico significativo inexplicable.  Para su

- 65 -
Hemorragia subaracnoidea (HSA) traumática cuanto pueden asociarse con lesiones vasculares, de pares
craneanos y a fístulas de líquido cefalorraquídeo (Figura
La HSA traumática ocurre en el 11 %-60 % de los casos de 3b-c).
TEC8.  Tiene mejor pronóstico que la HSA de origen aneu-
rismático.  Generalmente, se localiza en los surcos cere-
brales, en las cisternas de la base, adyacente a una fractu- Edema cerebral 
ra o a una contusión cerebral.  Es raro que se localice en la
fisura de Silvio y, en caso de que esté, debería descartarse El edema cerebral se puede observar como un área hipo-
la ruptura de un aneurisma y no el trauma directamente densa adyacente al trauma.  Tradicionalmente, se ha dividi-
como la causa del sangrado (Figura 3e). do el edema cerebral en vasogénico y citotóxico; el primero
es el que ocurre por disrupción de la barrera hematoen-
cefálica, y es el que, generalmente, se observa alrededor
Hemorragia intraventricular (HIV) de las contusiones o los hematomas intraparenquimatosos. 
También, se pueden ver edemas cerebral difuso y genera-
Muchas veces se asocia con un hematoma o contusión in- lizado, en ese caso lo que se ve en la TAC es una pérdida
traparenquimatosa que se extiende a los ventrículos (apro- de la diferenciación córtico-subcortical, y de las cisternas
ximadamente 2,5 % de los casos9).  La presencia de HIV de la base del cráneo.  En la figura 3e hay edema cerebral
en el trauma es un signo de mal pronóstico pues puede y se nota pérdida de la diferenciación córtico-subcortical.
ocasionar hidrocefalia obstructiva (Figura 3c).

Herniación cerebral
Hematoma cerebral 
Es una de las complicaciones más temidas de la patología
Se localiza, principalmente, en la región fronto-basal, y en intracraneal.  Ocurre cuando hay paso del tejido cerebral
el lóbulo temporal, la incidencia es del 8,2 % de todos los a través de las barreras naturales de dura y hueso.  Esto,
casos de trauma encéfalo craneano.  Se asocia con me- usualmente, ocurre cuando una lesión con efecto de masa
canismos de golpe y contragolpe.  El cálculo del volumen excede la capacidad compensatoria del líquido cefalorra-
de un hematoma cerebral se realiza tomando medidas de quídeo (LCR), del volumen sanguíneo cerebral y del tejido
los diámetros anteroposterior, cefalocaudal y transverso (en cerebral dada por la doctrina de Monro Kellie.
centímetros), el resultado de la multiplicación de estos 3
valores se divide entre 2, y esto nos da el volumen del he- Las herniaciones cerebrales generan síndromes anatómi-
matoma (Figura 3a; 4c-d). cos característicos, cuyas manifestaciones dependen de
la velocidad a la que ocurra la herniación.  Un tumor de
crecimiento lento o un hematoma subdural crónico pueden
Fractura del cráneo llevar a una herniación anatómica severa con pocos ha-
llazgos neurológicos iniciales.  Por el contrario, una lesión
Las fracturas craneales se pueden encontrar en el trauma expansiva de rápido crecimiento genera un déficit neuro-
de alto impacto, y pueden desgarrar la duramadre y, en lógico profundo y devastador con alta mortalidad si no es
ocasiones, se encuentra en neumoencéfalo (Figura 3c).  Se reconocido y tratado rápidamente.  Hay varios patrones de
observan mejor en la ventana ósea de la tomografía y hay herniación cerebral entre los que se hallan la herniación
que ser juicioso en su búsqueda en la base del cráneo por subfalcina, transalar, uncal, ascendente, amigdalina, y la

- 66 -
Tomografía en trauma
craneoencefálico

herniación externa a través de un defecto óseo (Figura 3f Figura 1. Cálculo de la línea media.
y figuras 4a-c).

Desplazamiento de la línea media


La medición de la desviación de la línea media es un re-
curso útil para definir el tipo de manejo que se le dará a un
paciente.  Para medirla se traza una línea desde la cresta
frontal interna hasta la cresta occipital interna, y se mide
la distancia hasta las estructuras de la línea media del en-
céfalo, se utiliza como referencia el septum pellucidum. 
Generalmente, un desplazamiento mayor de 5 mm se con-
sidera significativo (Figura 1).

Tomado de: Imagen del autor


Clasificación de Marshall
Es una clasificación tomográfica que ayuda a predecir el
desenlace funcional de los pacientes con TEC, y el ries-
go que tienen de hipertensión endocraneana10 (Tabla 1). 
Mientras mayor sea el estadio del Marshall, peor es el pro-
nóstico de los pacientes a los 30 días.

Tabla 1. Clasificación de Marshall

Lesión difusa tipo 1 No hay lesiones visibles.


Lesión difusa tipo 2 Cisternas abiertas, desviación de la línea
media entre 0-5mm o hematoma menor
de 25 cc.
Lesión difusa tipo 3 Cisternas comprimidas con desviación
de la línea media entre 0-5mm y
hematoma no mayor de 25 cc.
Lesión difusa tipo 4 Desviación de la línea media mayor de
5mm y hematoma no mayor de 25 cc.
Masa evacuada Cualquier lesión evacuada.
Masa no evacuada Hematoma mayor de 25 cc. que no
haya sido evacuada.

- 67 -
Figura 2.

a. Hematoma subdural agudo b. Hematoma subdural subagudo c. Hematoma subdural crónico

d. Daño axonal difuso grado I e. Daño axonal difuso grado II f. Daño axonal difuso grado III

Figura 3.

a. Contusión cerebral b. Fractura de bóveda craneana c. HIV, fractura, neumoencéfalo

d. Hematoma epidural e. HSA y edema cerebral f. HED, herniación uncal.

- 68 -
Tomografía en trauma
craneoencefálico

Figura 4.

a. Herniación de amígdalas b. Herniación cerebelosa c. Herniación transalar


cerebelosas ascendente

Figura 4d. Medición del volumen de una hemorragia intraparenquimatosa:

A. Diámetro AP.
B. Ancho.
C. Altura (medir en proyecciones coronal
o sagital –no disponibles en la gráfica).

Fórmula: AxBxC/2

- 69 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. Head injury: assessment and early management (CG1776). Clinical guideline Published: 22 January 2014. www.
nice.org.uk/guidance/cg176.
2. J. Easter,K. Bakes,J. Dhaliwal,M. Miller,E. Caruso,J. Haukoos. Comparison of pecarn, catch, and chalice rules for
children with minor head injury: a prospective cohort study
3. annals of emergency medicine, volume64 (2014)
4. Mettler FA, Huda W, Yoshizumi TT, Mahesh M. Effective Doses in Radiology and Diagnostic Nuclear Medicine: A
Catalog. Radiology. Julio de 2008;248(1):254-63.
5. 5. Jallo J, Loftus CM. Neurotrauma and Critical Care of the Brain. Thieme Medical Pub. (2009) ISBN:1604060328
6. 3. Irie F, Le Brocque R, Kenardy J et-al. Epidemiology of traumatic epidural hematoma in young age. J Trauma.
2011;71 (4): 847-53.
7. Gean AD, Fischbein NJ, Purcell DD et-al. Benign anterior temporal epidural hematoma: indolent lesion with a
characteristic CT imaging appearance after blunt head trauma. Radiology. 2010;257 (1): 212-8.
8. Takeuchi S, Wada K, Takasato Y et-al. Traumatic hematoma of the posterior fossa. Acta Neurochir. Suppl. 2013;118:
135-8
9. Wu Z, Li S, Lei J et-al. Evaluation of traumatic subarachnoid hemorrhage using susceptibility-weighted imaging. AJNR
Am J Neuroradiol. 2010;31 (7): 1302-10.
10. Castillo M. Neuroradiology Companion: Methods, Guidelines, and Imaging Fundamentals. LWW. ISBN:1451111754
11. Marshall LF, Marshall SB, Klauber MR et-al. The diagnosis of head injury requires a classification based on computed
axial tomography. J. Neurotrauma. 1992;9 Suppl 1: S287-92.

- 70 -
Convulsiones
postraumáticas
Dr. Francisco Londoño
Neurocirujano vascular
Universidad de Antioquia

La asociación entre epilepsia y trauma encefalocraneano • TEC leve: 1.5


(TEC) se conoce desde la antigüedad, pero su impacto so- • TEC moderado: 2.9
cioeconómico nunca había sido mayor. • TEC severo: 17

El TEC es la causa más común de muerte y discapacidad Se han identificado algunos factores de riesgo (2):
en adultos jóvenes. En Estados Unidos se tienen datos
anuales de más de 1,6 millones de consultas en los ser- • Glasgow menor de 10.
vicios de urgencias, más de 280.000 hospitalizaciones y • Convulsión inmediata.
aproximadamente 50.000 muertes. (1). • Amnesia mayor de 30 minutos.
• Fracturas lineales o deprimidas.
Las convulsiones sintomáticas, luego de TEC, se clasifican en: • Herida penetrante.
• Hematomas subdural, epidural o intracerebral, contu-
• Inmediatas: hasta las primeras 24 horas. sión cerebral.
• Tempranas: entre las 24 horas y los 7 días. • Alcoholismo.
• Tardías: luego de 7 días.
• Epilepsia postraumática: dos convulsiones tardías no Las convulsiones luego de un TEC aumentan la presión
provocadas (hipoglicemia, ayuno, trastorno hidroelec- intracraneal, las demandas metabólicas de oxígeno del ce-
trolítico) luego del TEC. rebro, y liberan neurotransmisores excitatorios. Todas estas
condiciones han sido bien documentadas en estudios teó-
Las convulsiones postraumáticas se presentan en aproxi- ricos como agravantes del daño primario. (3).
madamente 12 % de los casos, mientras las crisis subclí-
nicas se presentan del 20 al 25 % de los casos. La mayoría Un argumento para el uso de la fenitoína, como profilaxis
de las convulsiones postraumáticas inmediatas y tempra- anticonvulsiva, es el resultado de algunos estudios en los
nas son de inicio tónico-clónico generalizadas, mientras que se sugiere un factor neuroprotector relacionado con
que las convulsiones tardías, generalmente, tienen un inicio el bloqueo de los canales de sodio activables por voltaje,
focal. (2). lo que bloquea o disminuye la neurotoxicidad inducida por
calcio, luego de un TEC. (4,5).
Comparado con la población general el riesgo relativo (RR)
de desarrollar epilepsia es de: La profilaxis anticonvulsiva debe ser parte de la terapia
estándar en la fase aguda del paciente con TEC grave, y

- 71 -
la fenitoína reduce significativamente la incidencia de con-
vulsiones postraumáticas tempranas (14.2 % sin profilaxis
y 3.6 % con profilaxis); sin embargo, las convulsiones tem-
pranas no se asocian con peor pronóstico ni la profilaxis
con una disminución significativa de las convulsiones pos-
traumáticas tardías. (6).

La dosis recomendada de fenitoína es 15 a 20 mg kg como


bolo IV, diluido en SSN para pasar en 20 a 40 minutos,
seguido de 250mg iv día. Se debe tener en cuenta que
nunca se debe diluir la fenitoína en soluciones dextrosadas
y que su extravasación puede provocar flebitis química. Si
el paciente tolera vía oral se usa una dosis total de 300 mg
al día, luego de la dosis bolo inicial, y puede ser en dosis
única o dividida cada 8 horas. La profilaxis sólo se debe
usar los 7 primeros días. (7).

Otra alternativa es usar levetiracetam 1 gr iv en bolo se-


guido de 500 mg iv o vía oral cada 12 horas por 7 días, no
se usa profilaxis en pacientes con TEC leve o moderado y
mayores de 65 años. (8).

PARA RESUMIR

Si al servicio de urgencias llega un paciente con TEC


grave (Glasgow 8 o menos) en las medidas iniciales
debe incluir la fenitoína a las dosis mencionadas.

Si el paciente tiene un TEC leve o moderado y en-


cuentra factores de riesgo también tiene indicación
de fenitoína.

La presencia de convulsiones, luego de la imagen


inicial o como causa de reingreso, indicada la rea-
lización de una tomografía de cráneo simple para
descartar una lesión intracraneal tardía como un
hematoma subdural subagudo o crónico, o aumento
de una lesión inicial pequeña. 

- 72 -
Convulsiones
postraumáticas

Bibliografía y lecturas recomendadas


1. Ghajar J. Traumatic brain injury. Lancet 2000; 356: 923–29
2. Brain Trauma Foundation, American Association of Neurological Surgeons, Congress of Neurological Surgeons, Joint
Section on Neurotrauma Critical Care--AANS CNS, Bratton SL, Chestnut RM, Ghajar J, McConnell Hammond FF,
Harris OA, Hartl R, Manley GT, Nemecek A, Newell DW, Rosenthal G, Schouten J, Shutter L, Timmons SD, Ullman JS,
Videtta W, Wilberger J E, Wright DW. Guidelines for the management of severe traumatic brain injury. J Neurotrauma.
2007;24 Suppl 1:S1-106. PMID: 17511554.
3. Schierhout G, Roberts I. Prophylactic antiepileptic agents after head injury: a systematic review. Neurol Neurosurg
Psychiatry (1998) 64:108–12. doi:10.1136/ jnnp.64.1.108.
4. Vartanian MG, Cordon JJ, Kupina NC, Schielke GP, Posner A, Raser KJ, et  al. Phenytoin pretreatment prevents
hypoxic-ischemic brain damage in neonatal rats. Brain Res Dev Brain Res (1996) 95(2):169–75. doi:10.1016/0165-
3806(96)00073-9
5. 11. Tasker RC, Coyle JT, Vornov JJ. The regional vulnerability to hypoglycemia-induced neurotoxicity in organotypic
hippocampal culture: protection by early tetrodotoxin or delayed MK-801. J Neurosci (1992) 12(11):4298–308.
6. 30. Chang BS, Lowenstein DH; Quality Standards Subcommittee of the American Academy of Neurology. Practice
parameter: antiepileptic drug prophylaxis in severe traumatic brain injury: report of the Quality Standards Subcommittee
of the American Academy of Neurology. Neurology (2003) 60:10–6. doi:10.1212/01.WNL.0000031432.05543.14
7. Debenham S, Sabit B, Saluja RS, Lamoureux J, Bajsarowicz P, Maleki M, Marcoux J. A critical look at phenytoin use
for early post-traumatic seizure prophylaxis. Can J Neurol Sci. 2011; 38(6):896-901.
8. Szaflarski JP, Sangha KS, Lindsell CJ, et al. Prospective, randomized, singleblinded comparative trial of intravenous
levetiracetam versus phenytoin for seizure prophylaxis. Neurocrit Care 2010;12(2):165–72.

- 73 -
Muerte encefálica
Dr. Diego Armando Ortega
Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

La muerte encefálica es el estado de cese irreversible de 1. Ausencia de respiración espontánea.


todas las funciones del cerebro, incluido el tallo cerebral, 2. Pupilas persistentemente dilatadas.
que se verifica por la presencia de coma irreversible de 3. Ausencia de reflejos pupilares a la luz.
causa conocida, ausencia de reflejos de tallo y apnea. El 4. Ausencia de reflejo corneano.
diagnóstico es, principalmente, clínico. 5. Ausencia de reflejos óculo vestibulares.
6. Ausencia de reflejo faríngeo.
La necesidad de realizar el diagnóstico de muerte encefáli-
ca nace de la invención de tecnología médica que permite También establece que el diagnóstico de muerte cerebral
el soporte cardiopulmonar cuando este era el criterio pri- no se puede realizar cuando existe:
mario de muerte. Se crea entonces otra manera de deter-
minar, en forma confiable, la presencia de muerte o el cese 1. Alteraciones tóxicas y metabólicas reversibles.
irreversible de todas las funciones vitales, por cuanto todas 2. Hipotermia inducida.
las funciones biológicas del ser humano están en control
del SNC y se establece que el cese irreversible del funcio- En el Decreto 2493 del 2004, además, se adiciona la nece-
namiento del mismo determina la muerte. sidad de excluir la presencia de sustancias o medicamen-
tos depresores del SNC y relajantes musculares. Se resalta
En 1995 la Academia Americana de Neurología definió los que deben ser al menos dos médicos los que certifiquen
criterios para el diagnóstico de muerte encefálica y fueron la muerte encefálica; uno de ellos especialista en ciencias
actualizados en 2010 con la intención de resolver puntos neurológicas sin relación con el grupo de trasplantes. Ade-
controversiales y mejorar la precisión diagnóstica. más, se agrega la ausencia del reflejo tusígeno como otro
signo clínico de muerte encefálica.
La legislación colombiana, por medio del Decreto 1172 de
1989, por el cual se reglamenta parcialmente el Título IX Teniendo en cuenta la guía de la Academia Americana de
de la Ley 09 de 1979 y la Ley 73 de 1988, define la muer- Neurología y la legislación colombiana, a continuación se
te cerebral como el “fenómeno biológico que se produce describen los prerrequisitos y criterios vigentes.
cuando una persona presenta ausencia de las funciones
del tallo encefálico de forma irreversible”, y se debe veri-
ficar previo al uso de órganos o componentes anatómicos Prerrequisitos
para trasplante u otros fines terapéuticos y constatar la
presencia de los siguientes signos: Se debe establecer una causa de coma irreversible por
historia clínica, examen físico, neuroimagen y estudios au-
xiliares, en casos necesarios. Se deben excluir sustancias o

- 74 -
Muerte
encefálica

medicamentos depresores del sistema nervioso central por muerte encefálica no presentan movimientos oculares
historia clínica y determinar los niveles séricos para calcu- en relación con los movimientos cefálicos.
lar un tiempo de aclaramiento de 5 vidas medias. Para realizar el reflejo oculovestibular se debe elevar
la cabecera a 30° e irrigar cada conducto auditivo con
Con respecto al alcohol, el paciente debe tener niveles séri- 50ml de agua fría y verificar la ausencia de movimien-
cos inferior a 0.08gr/dl. Se debe excluir el uso de relajantes tos oculares durante un minuto con un lapso de tiempo
musculares y condiciones sistémicas como trastornos de de 5 minutos entre ambos.
los electrolitos, hiperamonemia, hipo-hiperglicemias ex- 3. Ausencia del reflejo corneal: se realiza mediante el estí-
tremas, acidosis, hipotermia (se requiere temperatura cor- mulo táctil del borde externo de la córnea con una mota
poral >36°C), trastorno hemodinámico (se debe mantener de algodón, fragmento de papel o gota de agua; no se
vPAS > 100mmHg) y endocrinológicos severos. debe presentar ningún movimiento de los párpados.
4. Ausencia de reflejo faríngeo: el reflejo nauseoso se es-
timula cuando se palpa la pared posterior de la faringe
Criterios con un baja lenguas o cánula de succión.
5. El reflejo traqueal o carinal es más confiable cuando
Presencia de coma profundo se avanza la cánula de aspiración por el tubo endotra-
queal hasta la carina y realizando uno o dos pasos de
Ausencia de respuesta a estímulos nociceptivos que incluye aspiración. Se debe corroborar la ausencia del reflejo
respuesta motora en extremidades, muecas faciales o fascie tusígeno.
de dolor, ausencia de apertura ocular o movimientos oculares. 6. Ausencia del impulso ventilatorio: se verifica mediante
la prueba de apena, los prerrequisitos son: 1. Normo-
Se deben aplicar los estímulos en el esternón, escotadu- tensión, 2. Normotermia, 3. Euvolemia, 4. Eucapnia
ra supraorbitaria, borde superior de las uñas y articulación (PaC02 35-45mmHg), 5. Ausencia de hipoxia, 6. No
temporomandibular. evidencia previa de retención crónica de CO2 (EPOC,
obesidad severa) y se deben seguir las siguientes re-
Ausencia de reflejos del tallo cerebral comendaciones:
- Ajuste de vasopresores para lograr PAS>
1. Ausencia de reflejo pupilar a la luz: en el escenario 100mmHg.
de muerte cerebral las pupilas son de tamaño medio - Preoxigenación con oxígeno al 100 % por 10
o más frecuentemente midriáticas y fijas (4-6mm), sin minutos para lograr una PaO2 de 200mmHg o
respuesta al estímulo luminoso. La presencia de miosis mayor.
debe llevar a la sospecha de intoxicación. - Reducir la frecuencia respiratoria a 10 rpm para
2. Ausencia de movimientos oculares que se evidencia lograr la Eupcapnia.
por la ausencia del reflejo oculocefálico y oculovestibu- Reducir la PEEP a 5cmH2O.
lar. Para la realización del reflejo oculocefálico se debe Obtener unos gases arteriales de base.
descartar la presencia de inestabilidad de la columna - Desconectar al paciente del ventilador e introducir
cervical antes de realizar movimientos enérgicos de la una cánula de oxígeno dentro del tubo endotraqueal
cabeza en el plano horizontal y vertical para verificar con un flujo de 6L/min al 100 % (es importante
la presencia o no de movimientos oculares en relación que la cánula no ocupe todo el grosor del tubo
con los movimientos de la cabeza. Los pacientes con endotraqueal para evitar barotrauma).

- 75 -
- Observar al paciente descubierto por 8 a 10 Siguiendo la dirección de esta guía, a continuación se des-
minutos para advertir movimientos ventilatorios de cribirán las diferencias con respecto a los criterios para es-
tórax o abdomen. tablecer el diagnóstico de muerte cerebral en adultos y se
harán las anotaciones de la legislación colombiana.
Detener la prueba de apnea si el paciente presenta hipo-
tensión, una Sa02 <85% por más de 30 segundos o arrit- La meta de tensión arterial sistólica o media debe estar en,
mia cardiaca. En tal caso, de debe reoxigenar al paciente e al menos, 2DE para la edad.
intentar de nuevo la prueba con tubo en T, CPAP, U oxígeno
12L/min al 100% o una PEEP de 10cmH2O. La temperatura corporal debe ser >35°C.

Si los movimientos ventilatorios son ausentes y la PaCO2 Además de las condiciones sistémicas descritas para adul-
es >60mmHg o hay un aumento de 20mmHg sobre el ba- tos se deben descartar los errores innatos del metabolismo,
sal la prueba de apnea es positiva y se confirmaría el diag- sobre todo, en casos en los que no haya una explicación ra-
nóstico de muerte encefálica. zonable para el estado neurológico del niño. Con respecto
al aclaramiento de sustancias o medicamentos depresores
Con respecto al segundo examen clínico para diagnósti- del SNC la guía no menciona el número de vidas medias,
co de muerte encefálica, en la legislación colombiana, se pero establece que en los casos verificables los niveles sé-
establece que se debe verificar en las siguientes 6 horas, ricos deben estar en rango bajo o medio.
excepto en caso de que exista una prueba auxiliar en la que
se pueda reducir este lapso de tiempo. En caso de paro cardiorespiratorio o trauma cerebral agu-
do, se debe esperar al menos 24 horas para realizar la
Las pruebas auxiliares aceptadas por la Academia valoración clínica para muerte encefálica. En todos los ca-
Americana de Neurología son: Angiografía cere- sos se deben realizar dos valoraciones. Cuando se trata de
bral, Electroencefalografía, Ultrasonografía Doppler recién nacidos a término hasta los 30 días con un intervalo
transcra­neal y Gammagrafía cerebral con Tec99 de 24 horas y, en caso de mayores a 30 días hasta 18
HMPAO. Estas pruebas solo se deben realizar en años, la segunda valoración puede realizarse 12 horas des-
el caso de incapacidad de completar las pruebas pués de la inicial.
clínicas como en el caso de trauma facial severo y
trauma raquimedular alto, o donde existan dudas La legislación colombiana establece los siguientes interva-
sobre la presencia de factores confusores o mime- los para la segunda valoración:
tizantes de muerte encefálica.
Desde el término hasta los 2 meses 48 horas, 2 meses a 2
años 24 horas y de 2 años a 18 años 12 horas.
Determinación de muerte
encefálica en niños En recién nacidos y lactantes menores se debe evaluar,
además, la ausencia del reflejo de succión y prensión.
La sección Pediátrica de la sociedad de medicina crítica y
la sección de Cuidado crítico de la Academia Americana de Con respecto a la prueba de apnea en niños se siguen
Pediatría, en conjunto con la Sociedad de neurología del los mismos principios que en adultos. Por tratarse de una
niño, formaron un comité para revisar las guías del diag- prueba objetiva las dos valoraciones se pueden realizar por
nóstico de muerte cerebral en niños, en 1987. el mismo médico tratante.

- 76 -
Muerte
encefálica

Aunque la guía establece que las pruebas auxiliares no


son un requisito para el diagnóstico de muerte encefálica
en niños, ni un sustituto para el diagnóstico clínico de la
misma, y que sólo se indicarán en los casos que las prue-
bas clínicas o el test de apnea no puedan ser realizados
o completados por la condición clínica del paciente, haya
incertidumbre sobre alguna prueba clínica o dudas sobre la
presencia de una condición que pueda mimetizar muerte
encefálica o para reducir el tiempo interevaluador. La le-
gislación en Colombia determina que pacientes entre los 7
días y los 2 meses necesitan la realización de 2 electroen-
cefalogramas con intervalo de 48 horas y que pacientes
entre los 2 meses y 2 años de edad ameritan la realización
de electroencefalogramas con intervalo de 24 horas.

Las pruebas auxiliares recomendadas por la guía ameri-


cana en niños son panangiografía cerebral, electroence-
falograma y evaluación del flujo sanguíneo cerebral por
radionucleidos. 

- 77 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. A. Nelson and A. Lewis, “Determining Brain Death: Basic Approach and Controversial Issues,” Am. Assoc. Crit. Care
Nurses, vol. 26, no. 6, pp. 496–501, 2017.
2. Wijdicks EFM, Varelas PN, Gronseth GS, Greer DM. Evidence-based guideline update: determining brain death in
adults: report of the Quality Standards Subcommittee of the American Academy of Neurology. Neurology. 2010;
74(23):1911-1918.
3. T. A. Nakagawa, S. Ashwal, M. Mathur, and M. Mysore, “Guidelines for the determination of brain death in infants and
children: An update of the 1987 task force recommendations-executive summary,” Ann. Neurol., vol. 71, no. 4, pp.
573–585, 2012.
4. Decreto 1546/ 1998, de 4 de agosto, por el cual se reglamentan parcialmente las leyes 9a. de 1979, y 73 de
1988, en cuan­to a la obtención, donación, preservación, almacenamiento, transporte, destino y disposición final de
componentes ana­tómicos y los procedimientos para tras­plante de los mismos en seres humanos, y se adoptan las
condiciones mínimas para el funcionamiento de las Unidades de Biomedicina Reproductiva, Centros o similares.
República de Colombia (Dia­rio Oficial 43357, de 06-08-1998).
5. República de Colombia. Decreto 2493 del 4 de agosto de 2004.
6. P. Pérez Perilla, A. Moreno Carrillo, and L. Zarco Montero, “Guía práctica para el diagnóstico de muerte encefálica en
urgencias del Hospital de San Ignacio (Bogotá, Colombia)^ies,” Univ.med, vol. 53, no. 4, pp. 420–430, 2012.
7. Roa J, “Muerte encefálica en pediatría,” Precop SCP, vol. 14, no. 1, pp. 44–56, 2015.

- 78 -
Guía de manejo
del paciente con hemorragia
subaracnoidea espontánea
Dr. Francisco Londoño
Neurocirujano vascular
Profesor de Neurocirugía Universidad de Antioquia

Introducción aneurismas rotos que se dejan sin tratar un tercio de los


pacientes muere por resangrado. Están asociados con
La hemorragia subaracnoidea es la presencia de sangre en pronóstico funcional tamaño del aneurisma, hipertensión
el espacio subaracnoideo, en la que, normalmente, circula arterial, consumo de alcohol, niveles de catecolaminas y
líquido cefalorraquídeo (LCR) o la extensión de una hemo- proteínas100 elevados en LCR. El riesgo acumulado de re-
rragia intracraneal se extiende hasta dicho espacio. sangrado a los 6 meses llega a 50 %.

Epidemiología Factores de riesgo


Tiene una incidencia de 9 por cada 100.000 habitantes/ El consumo de cigarrillo es el factor de riesgo independien-
año (1-3), pero hay que excluir a Finlandia y Japón por- te más importante para presentar hemorragia subaracnoi-
que tienen una incidencia entre 15 y 22 casos por cada dea. De todos los pacientes con HSA al 40 % se le puede
100.000 habitantes año. La edad promedio de presenta- atribuir al consumo de cigarrillo y aumenta la probabilidad
ción está entre los 50 y 60 años con una frecuencia mayor de ruptura 3 veces en relación con los no fumadores.
en las mujeres 1,6:1. La prevalencia de los aneurismas
cerebrales se estima entre un 2 a 5 %. El consumo de alcohol no es una variable tan bien documen-
tada como el cigarrillo; sin embargo, algunos estudios mues-
Según estudios retrospectivos, entre todos los pacientes que tran que el consumo entre 100 y 300 gr/semana de alcohol
acuden al servicio de urgencias con cefalea, la hemorragia pueden ser responsables de hasta el 20% de las HSA.
subaracnoidea es la causante en el 1 % de los casos. Si se
consideran sólo los pacientes con la peor cefalea de sus vidas La hipertensión arterial es un factor de riesgo con una aso-
y un examen físico normal, este porcentaje asciende al 12 %. ciación más débil y, en algunos estudios, sin asociación ni
Esta proporción vuelve a incrementarse si se toman en cuen- a la ruptura ni al crecimiento de los aneurismas cerebrales.
ta los pacientes con un examen físico anormal, hasta un 25%. Se recomienda estudio vascular en pacientes con 2 fami-
liares en primer grado de consanguinidad con aneurismas
Es una patología grave, con una mortalidad entre 40 y 50 rotos. (Clase III nivel de evidencia C).
% y la mayoría de los casos en las primeras 24h. De los

- 79 -
Etiología racnoidea, en un 34 % de los casos se desarrolló durante
actividades no estresantes y un 12 % se produjo durante
La causa más frecuente es la ruptura espontánea de aneu- el sueño.
rismas intracraneales. Representa del 70 al 90 % de los
casos. Los aneurismas suelen ser asintomáticos antes del Los signos y síntomas más frecuentes se enumeran en la
sangrado. Se distribuyen en las grandes arterias, la mayo- Tabla 1.
ría en la circulación anterior (80-90 %), más comúnmente
en la unión de la arteria carótida interna con la arteria co-
municante posterior, en la arteria comunicante anterior y en Tabla 1. Signos y síntomas más frecuentes.
la trifurcación de la arteria cerebral media. El 10-20 % res-
tante se ubican en la circulación posterior, con frecuencia Manifestación Porcentaje (%)
en la bifurcación de la arteria basilar. En un 10-20 % de los Cefalea 74-80
casos se encuentran múltiples aneurismas. Otras causas Náuseas y vómitos 70-80
más infrecuentes incluyen: Alteraciones de la conciencia 60-70
Pérdida transitoria de la conciencia 50
• Malformaciones arteriovenosas (MAV). Rigidez de nuca 40-50
• Extensión de un sangrado intraparenquimatoso.
• Hemorragia tumoral.
• Aneurismas micóticos.
• Disección de arterias intracraneales. La cefalea, que es el síntoma más frecuente, se describe
• Alteraciones de la coagulación. como de inicio brusco, intensa e inusual. Frecuentemente,
• Abuso de drogas (cocaína). se acompaña de náuseas y vómitos, pero no siempre es
• Aneurismas y MAV medulares. característica, dado que puede tener cualquier localiza-
• Vasculitis del sistema nervioso central. ción y puede ser localizada o generalizada entre (4), leve
o resolver espontáneamente y aliviarse con analgésicos no
En un 10 % de los casos existe un sangrado exclusivo o narcóticos. Según la Sociedad Internacional de Cefalea un
predominantemente perimesencefálico. Se denomina he- primer episodio de cefalea severa o inusual no puede ser
morragia subaracnoidea “perimesencefálica o pretroncal”. clasificado como migraña o cefalea tensional, dado que los
Su origen se desconoce, pero correspondería a un sangra- criterios diagnósticos requieren varios episodios con ca-
do venoso. Se diferencia del resto por la regular negativi- racterísticas específicas (más de nueve episodios para la
dad en su estudio angiográfico, y por su buen pronóstico y cefalea tensional y más de cuatro para la migraña sin aura).
buena evolución. Frente a la primera o peor cefalea, así como a una cefalea
inusual en un paciente con un patrón establecido de dolor,
debe sospecharse hemorragia subaracnoidea hasta que
Manifestaciones clÍnicas se demuestre lo contrario. Los pacientes también pueden
referir vértigo, paresia o parálisis, parestesias, diplopía, de-
Los signos y síntomas suelen aparecer en forma súbita en fectos en el campo visual, convulsiones y otros síntomas
un individuo que, por lo general, no presentaba alteraciones de focalización neurológica. Aproximadamente, en la mitad
neurológicas previas. El inicio frecuentemente está prece- de los casos, existe una pérdida transitoria de la concien-
dido por una actividad física intensa, si bien se observó cia al inicio del cuadro. Pueden presentarse con rigidez de
que en una serie de 500 pacientes con hemorragia suba- nuca, hipertensión arterial, taquicardia, fiebre, parálisis de

- 80 -
Guía de manejo del paciente
con hemorragia subaracnoidea espontánea

los pares craneanos, nistagmo, hemorragia subhialoidea Tabla 3. Escala de la Federación Mundial de Neuroci-
evidenciable en el fondo del ojo, así como edema de papi- rujanos.
la. Casi el 50 % de los pacientes que desarrollan una he-
morragia subaracnoidea presenta síntomas premonitorios Sin déficit 14.8% mal
GRADO I Glasgow 15/15
días, semanas o meses antes del sangrado mayor. Dichos motor pronóstico
síntomas pueden ser de dos tipos: Sin déficit 29.4%
GRADO II Glasgow 13-14/15
motor

a. Secundarios a una pérdida menor de sangre del aneu- Con déficit 52.6%
GRADO III Glasgow 13-14/15
motor
risma. Se presenta como cefalea brusca e intensa, a
Con o sin 58.3%
veces acompañada por vómitos y náuseas, en un pa- GRADO IV Glasgow 7-12/15
déficit motor
ciente lúcido, sin signos de focalización neurológica ni
Con o sin 92.7%
meníngeos y con tomografía computada (TC) de ce- GRADO V Glasgow 3-6/15
déficit motor
rebro normal. Sólo se diagnostica si existe la correcta
sospecha diagnóstica y se realiza una punción lumbar.
b. Secundarios a la expansión del aneurisma. Correspon-
den a cefalea localizada o parálisis de los pares cranea-
nos. La importancia de detectar estos síntomas radica Diagnóstico imaginológico
en la posibilidad de tratar a pacientes en buen grado
neurológico. El estudio de elección es la TC de cerebro, con una sensibi-
lidad del 95 % en las primeras 24 horas, (nivel de evidencia
Para la clasificación del cuadro clínico al ingreso se han A), con el propósito de disminuir , paulatinamente, en los días
descrito la escala de Hunt y Hess y la escala de la Federa- subsiguientes a medida que la sangre se torna isodensa con
ción Mundial de Neurocirujanos. el parénquima cerebral. Así, a los tres días, es del 80 %, a los
cinco días 70 %, a la semana 50 % y a las dos semanas del
30 %. TAC AngioTC o Resonancia cerebral confirman el diag-
Tabla 2. Escala de Hunt y Hess. nóstico en las primeras 24h (clase II nivel de evidencia B).

Escala de Hunt y Hess Se debe realizar PL en aquellos pacientes con inicio de sín-
Estadiaje Características tomas de más de 12 horas, sospecha clínica y sin confir-
Grado I*
Asintomático y consciente, dolor de cabeza leve y mación imaginológica (clase II nivel de evidencia B).
rigidez de nuca leve
Dolor de cabeza y rigidez de nuca moderada sin Se debe realizar angiografía con sustracción digital a todos
Grado II déficit neurológico más allá de paresia de los nervios los pacientes con confirmación de HSA espontánea. Clase
craneales
III nivel de evidencia C. En caso de ser negativa se debe
Grado III Somnolencia, confusión mental y leve déficit
pensar en sangrado perimesencefálico benigno, aneurisma
neurológico focal
trombosado, vasoespasmo severo en el vaso que origina el
Grado IV Estupor y hemiparesia moderada o severa
aneurisma, origen medular del sangrado; en estos casos se
Grado V Coma y postura descerebrada
repetirá el estudio en 14 días.
* A menudo se asocia el  Grado Ia, definido como un paciente
consciente, sin signos meníngeos, pero con déficit neurológico focal.
Teniendo en cuenta la distribución y la cantidad de san-
gre evidenciable en la TC de cerebro se puede clasificar a

- 81 -
la hemorragia subaracnoidea según la escala de Fisher Manejo clínico
(Tabla 4).
La hemorragia subaracnoidea es una emergencia médica y
el manejo consiste en:
Tabla 4. Escala de Fisher modificada.
1. Estabilización cardiorrespiratoria: asegurar una vía
Escala de Fisher Modificada aérea permeable y considerar la necesidad de venti-
Grado 0 Sin hemorragia lación asistida en los casos de estupor o coma, mal
Grado 1 HSA mínima/delgada, sin compromiso ventricular manejo de secreciones, mala mecánica respiratoria,
Grado 2 HSA mínima/delgada, con compromiso ventricular hipoxemia o hipercapnia. Se deben corregir enérgica-
Grado 3 HSA gruesa, sin compromiso ventricular mente la hipotensión y las arritmias y ser cautelosos
Grado 4 HSA gruesa, con compromiso ventricular con el manejo de la hipertensión arterial. En los casos
de hipertensión arterial el estatus neurológico del pa-
ciente puede ser una guía útil: si el paciente está alerta

Figura 1.

Tomado de: https://pbrainmd.wordpress.com/2015/03/24/modified-fisher-grading-scale-for-sah/

- 82 -
Guía de manejo del paciente
con hemorragia subaracnoidea espontánea

significa que la presión de perfusión cerebral (PPC) es 3. Se recomienda control electrolítico frecuente y diario y
adecuada y el descenso de la tensión arterial puede corrección de hiponatremia con aumento de aporte de
disminuir el riesgo de resangrado. sodio y volumen. (Nivel de evidencia C). La hipomagne-
Presión arterial: la hipertensión que afecta a pacientes de semia ocurre con frecuencia en las fases iniciales de la
buen grado neurológico, generalmente, puede controlar- HSA y se correlaciona con la magnitud del sangrado. Es
se con reposo, analgésicos y bloqueantes cálcicos (nimo- precoz y puede ser un predictor independiente de mal
dipina) (Nivel de evidencia A). Se recomienda mantener la desenlace. (16).
PA dentro de rangos normales: presión arterial sistólica
(PAS) entre 90-140mmHg y presión arterial diastólica Se debe evitar la hiperglucemia dado que puede aumentar
(PAD) entre 70-90 mmHg, y presión arterial media (PAM) la acidosis láctica intraneuronal en condiciones de isque-
< 110 mmHg. Para bajar la PA se recomienda uso de mia cerebral. En un estudio de cohorte de 380 pacientes
labetalol IV, si es necesario. (Nivel de evidencia A). Si hay con HSA, se encontró una correlación entre hiperglicemia,
deterioro del sensorio, este podría deberse a un descen- severidad de la HSA y mal pronóstico; sin embargo, los
so de la PPC por lo que no se administrará tratamiento autores concluyen que la hiperglicemia no fue un factor
antihipertensivo y debe mantenerse la tensión arterial independiente de mal pronóstico en estos pacientes (15)
sistólica por encima de 140 mmHg. y la hipoglicemia puede producir daño neurológico. Se re-
En los pacientes con aneurisma excluido: el principal comienda su tratamiento en forma rápida y eficaz. (Nivel
riesgo es el vasoespasmo. En estos casos se recomien- de evidencia C). Se recomienda controlar glicemia capilar
da mantener PA en los siguientes rangos: PAS >140 cada 6 horas y mantener euglicemia 80-140 mg/dL, con
mmHg, PAD> 90 mmHg y PAM > 110 mmHg. Para insulina cristalina de acuerdo con un protocolo preestable-
subir la presión se recomienda el uso de soluciones cido. (Nivel de evidencia B).
salinas iso o hipertónicas y drogas vasoactivas. (Nivel
de evidencia B). Las maniobras de Valsalva asociadas con los esfuerzos del
2. Medidas generales: se indicará reposo físico y psíqui- vómito y de la defecación en un paciente constipado po-
co (Nivel de evidencia C) (si el paciente está excitado drían provocar el resangrado del aneurisma y, por ende,
se puede recurrir a las benzodiacepinas o al haloperi- deben evitarse mediante el uso de antieméticos con son-
dol), así como analgesia con paracetamol u opioides. El da nasogástrica y laxantes, respectivamente. Se realizará
plan de hidratación debe ser amplio con un importante sostén nutricional temprano por cuanto estos pacientes se
aporte de sodio para prevenir la aparición hipovolemia. encuentran hipercatabólicos. Se prefiere la vía enteral.
Se administrarán 3000 a 4000 ml/día de solución fi-
siológica isotónica (solución salina isotónica, con adi- Durante el período preoperatorio deberán utilizarse dispo-
ción de KCL. El objetivo es mantener una PVC entre sitivos de compresión neumática de miembros inferiores
5-8 mmHg, y diuresis > 2ml/kg/h. (Nivel de evidencia para la prevención de trombosis venosa profunda (luego
B). Las alteraciones electrolíticas son frecuentes y han de 12 horas de la exclusión quirúrgica del aneurisma po-
sido descritas en alrededor del 50 % de los pacientes. dría utilizarse heparina para tal fin). (Nivel de evidencia B).
La hiponatremia (Na <135mEq/l) es más frecuente y se En cuanto a la profilaxis de las convulsiones es un punto
observa en la fase aguda (día 4-10) en el 10 a 34 % de controvertido. Sin embargo, podría recomendarse en forma
los casos. Es más frecuente en aneurismas de la arteria de "tratamiento prolongado" en los pacientes que hayan
comunicante anterior. La hiponatremia puede ser factor presentado convulsiones en algún momento desde el inicio
de riesgo de vasoespasmo sintomático, edema cerebral del cuadro.
e isquemia cerebral.

- 83 -
El tratamiento con nimodipina deberá iniciarse una vez rea- • Aneurismas de cerebral media.
lizado el diagnóstico de hemorragia subaracnoidea. Varios • Pacientes jóvenes.
estudios aleatorios han demostrado que la nimodipina dis- • Sin enfermedades coexistentes.
minuye, en forma estadísticamente significativa, los déficit • Buen estado neurológico.
y las muertes por lesiones isquémicas tardías y probable- • Con hematoma intracerebral o hidrocefalia que amerite
mente relacionadas con vasoespasmo. Se administra por tratamiento.
vía enteral (oral o por sonda nasogástrica) en una dosis de • Aneurismas de cuello ancho.
60 mg cada 4 horas por un lapso de 21 días. Su eficacia • Aneurismas con efecto de masa.
en la administración intravenosa no está bien establecida, y • Compresión del III par.
es por esta vía que la administración de nimodipina puede
producir significativos descensos de la tensión arterial me-
dia que pueden dificultar el manejo del paciente. Terapia endovascular

Es un tratamiento con el que se logra oclusión total del


Tiempo de tratamiento aneurisma en el 50 al 75 % de los casos y la recanalización
ocurre en el 10, 30 % de los aneurismas tratados.
Se ha demostrado que para los pacientes con Hunt y Hess
I, II, III los mejores resultados se obtienen cuando el trata- Los mejores candidatos para terapia endovascular son (2,
miento se realiza en las primeras 72 horas. 5, 8, 10)

Para los pacientes con Hunt y Hess IV y V, aún existen du- • Aneurismas de circulación posterior o cavernosos.
das pero se considera que es mejor esperar a que las con- • Mayores de 70 años.
diciones del paciente mejoren puesto que algunos paciente • Enfermedades coexistentes importantes.
se podrían beneficiar de terapia endovascular temprana (2, • Aneurismas múltiples.
3, 4).Clase III nivel de evidencia C. • Hunt y Hess IV y V.
• Los aneurismas considerados de difícil acceso quirúrgico.

Tipo de tratamiento
Complicaciones
En la actualidad son dos los tratamientos disponibles: ciru-
gía y terapia endovascular y, cada uno, con sus ventajas y Pueden ser neurológicas o extraneurológicas.
limitaciones, la decisión de cuál realizar dependerá de las
indicaciones específicas de cada paciente y de la suma de I) Neurológicas
todos los factores relacionados con el tratamiento (5, 6, 7, 8).
a) Resangrado
Tiene una mortalidad del 50 al 80 % a los tres meses y el
Cirugía riesgo es mayor en las primeras 24 horas. Es más frecuen-
Es un tratamiento definitivo y pueden tener complicaciones te en las mujeres, en pacientes con mal grado neurológico,
del 6 al 20 % de los pacientes, las indicaciones para cirugía pacientes en malas condiciones clínicas y con tensión arte-
son (2, 4, 6, 7): rial sistólica mayor a 170 mmHg. Se postula que la causa
sería la lisis del coágulo perianeurismático. Clínicamente se

- 84 -
Guía de manejo del paciente
con hemorragia subaracnoidea espontánea

Figura 2. baja para el grado I. Otros factores que aumentan el riesgo


son la edad mayor a 50 años, el buen grado neurológi-
ANEURISMA ROTO co, la hiperglucemia, el sexo masculino y el tabaquismo.
Clínicamente se manifiesta de acuerdo con el territorio
comprometido puesto que se puede presentar indiferencia
T. Endovascular Cirugía por el medio, deterioro del sensorio, aparición de nuevos
Circulación posterior
déficit, aumento inexplicable de la tensión arterial o poliuria
Cerebral media
Cavernosos perdedora de sal y, con cierta frecuencia, se acompaña de
T. Endovascular o cirugía
fiebre. Suele ser de comienzo gradual y, a veces, fluctuante
Otras localizaciones y suele durar algunos días, pero puede extenderse por más
T. Endovascular Cirugía de una semana. Dentro de los estudios complementarios el
Paraclinoideos Jóvenes Doppler transcraneano es útil el diagnóstico temprano. El
• 60 años HIC o hidrocefalia diagnóstico definitivo se establece con base en un cuadro
Enfermedades coexistentes > 15 mm
Hunt y Hess IV - V Cuello ancho clínico compatible, luego de excluir otras situaciones tales
Aneurismas múltiples Efecto de masa del aneurisma como el resangrado, la hidrocefalia y la sepsis y se confir-
Cuello favorable Vasos tortuosos
ma mediante arteriografía.

c) Hidrocefalia
manifiesta por aumento brusco de la cefalea, disminución Posee una frecuencia del 8 al 34 %. Puede ser de cau-
del nivel de conciencia, nuevo déficit neurológico, convul- sa obstructiva, que se produce en una fase temprana y
siones, coma, respiración atáxica o fibrilación ventricular. se diagnostica mediante la evidencia de un aumento del
Su diagnóstico se realiza sobre la base de los hallazgos tamaño de los ventrículos laterales y del tercer ventrículo,
tomográficos. o bien de tipo comunicante en la que existe una alteración
en la reabsorción del LCR. Esta última puede ser temprana
b) Vasoespasmo o tardía y en la TC existirá agrandamiento de los cuatro
Es el estrechamiento subagudo de las arterias intracranea- ventrículos.
nas. Es una complicación tardía que aparece entre el 4º y
el 14º día, con un pico al 6º día. Su frecuencia varía, según d) Hipertensión endocraneana
el método empleado para su diagnóstico. El vasoespasmo Se produce en el 2 % de los casos, en la mayoría de los
angiográfico tiene una frecuencia de 60 a 70 %, el detec- pacientes con mal grado neurológico y se debe a hidroce-
tado mediante Doppler transcraneano 50 %, y el sintomá- falia, hemorragias intraparenquimatosas o edema cerebral.
tico de 30 a 40 %. Las causas implicadas en su patogenia
serían la formación de productos de degradación de la he- e) Convulsiones
moglobina, formación de especies reactivas del oxígeno, Se presentan con una frecuencia de 4 a 2 6%. Su incidencia
la peroxidación lipídica y la formación de eicosanoides y aumenta en los casos de hematomas córtico-subcorticales.
endotelinas. La cantidad de sangre y su distribución en el También, son más frecuentes en los aneurismas de la ar-
sistema nervioso central se relacionan con la localización teria cerebral media. Las convulsiones que se presentan al
y la severidad del vasoespasmo. Así, y según la clasifica- inicio del cuadro de hemorragia subaracnoidea representan
ción de Fisher (Tabla 4), el grado III es el que presenta con un factor de riesgo independiente de convulsiones tardías y
mayor frecuencia y severidad esta complicación, mientras son un predictor de evolución desfavorable.
que para los grados II y IV la frecuencia es intermedia y

- 85 -
II) Extraneurológicas d) Infecciosas
Son frecuentes las infecciones urinarias, respiratorias y la
a) Cardiovasculares sepsis. Debe recordarse que la fiebre asociada con una he-
Son muy frecuentes. Aproximadamente el 91 % de los pa- morragia subaracnoidea puede ser de causa no infecciosa.
cientes con hemorragia subaracnoidea tiene arritmias. Tam-
bién pueden presentar hipertensión o hipotensión arterial, e) Disfunción orgánica múltiple
insuficiencia cardíaca, citonecrosis de las fibras miocárdicas En un estudio se demostró que el síndrome de respuesta
con aumento de la enzima creatinfosfokinasa (CK) isoenzima inflamatoria sistémica (SIRS) con un síndrome de disfun-
MB, alteraciones electrocardiográficas (ondas T negativas, ción orgánica múltiple (SDOM) asociado con la principal
supra o infradesnivel del segmento ST, aparición de ondas Q, causa de muerte por complicaciones médicas.
ondas U prominentes). Todas estas alteraciones serían pro-
vocadas por el aumento del tono simpático. La injuria suben-
docárdica es un predictor independiente de mal pronóstico. Manejo de las complicaciones

b) Respiratorias 1. Resangrado. La única forma eficaz de prevenirlo es la


Incluyen edema agudo de pulmón, atelectasias, neumonía, cirugía precoz o la realización temprana de un procedi-
síndrome de distress respiratorio del adulto, alteraciones miento endovascular.
de la mecánica ventilatoria, tromboembolismo de pulmón. 2. Vasoespasmo. La detección precoz y su correcto ma-
En un estudio se vio que cuanto peor era el grado neuroló- nejo son fundamentales para la prevención de lesiones
gico al ingreso mayor era la disfunción respiratoria y esta, a isquémicas tardías, de modo que debe establecerse
su vez, es un marcador de mal pronóstico. una vigilancia clínica estrecha. El Doppler transcra-
neano permite una aproximación diagnóstica precisa,
c) Alteraciones del medio interno aunque su mayor utilidad radica probablemente en su
Las más frecuentes son la hiperglucemia y la hiponatremia valor para el control evolutivo del vasoespasmo insta-
que es consecuencia del síndrome de derrame de sal cere- lado. El tratamiento médico del vasoespasmo consiste
bral y es producido por la liberación del factor natriurético en mantener e inducir hipertensión arterial con aminas
cerebral desencadenada por injuria hipotalámica. Genera vasopresoras como la dopamina, si con la expansión
una importante pérdida de sodio y agua, lo cual lleva al de- no alcanza para mantener una tensión arterial media
sarrollo de hiponatremia e hipovolemia con el consiguiente de 140 mmHg o una PPC de 120 a 130 mmHg. Si el
aumento del riesgo de isquemia cerebral en caso de va- paciente no mejora con un tratamiento médico máximo
soespasmo. Otra causa menos frecuente de hiponatremia administrado durante una a dos horas, tiene el aneu-
es el síndrome de secreción inapropiada de hormona an- risma excluido de la circulación y no se observan in-
tidiurética (Sihad). Es importante la distinción entre ambas fartos cerebrales en la TC en el área correspondiente
circunstancias por el diferente manejo que requieren. El a la sintomatología, podría intentarse una angioplastía
derrame de sal cerebral se caracteriza por depleción de con balón o bien una angioplastía química con el uso
volumen y su tratamiento requiere de infusiones con solu- de nimodipina intraarterial. Ambas técnicas resultan
ciones salinas isotónicas mientras que en el Sihad existe más útiles y son más aplicables en aquellos casos que
euvolemia por lo que el tratamiento en los casos de hipona- presentan vasoespasmo territorial localizado que en los
tremia asintomática consiste en la restricción hídrica pues- pacientes con vasoespasmo severo difuso.
to que la infusión de soluciones salinas isotónicas pueden 3. Hidrocefalia aguda. El tratamiento de la hidrocefalia
llevar a un mayor descenso de la natremia. aguda consiste en la colocación de una ventriculosto-

- 86 -
Guía de manejo del paciente
con hemorragia subaracnoidea espontánea

mía, pero es preciso recordar que no es conveniente


efectuar un drenaje demasiado rápido en presencia de
un aneurisma no excluido de la circulación debido al
riesgo de precipitar un nuevo sangrado. (Nivel de evi-
dencia B).
4. Hipertensión endocraneana. Se considerará también
la colocación de ventriculostomía y la posibilidad de
drenar LCR. Además, deberán indicarse medidas gene-
rales de tratamiento médico, como poner la cabecera
de la cama en un ángulo de 30º con el cuello en po-
sición neutra, si hay hipoxemia, hipercapnia, hipoten-
sión arterial, hipertermia, hiponatremia y acidosis, se
las corregirán con prontitud. Si con estas medidas no
puede controlarse la presión intracraneana, se intuba-
rá al paciente y se le pondrá en asistencia respiratoria
mecánica (ARM). También es útil para el control de la
presión intracraneana la administración de bolos de
manitol en dosis de 0,25 a 1 g/kg y reponer toda la
diuresis con solución fisiológica o bolos de Cl-Na+ al
3 %. Otro recurso es la hiperventilación teniendo en
cuenta que puede precipitar isquemia cerebral. 

- 87 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. Ingall T, Asplund K, Mähönen M, Bonita R. A multinational comparison of subarachnoid hemorrhage epidemiology in
the WHO MONICA stroke study. Stroke 2000; 31:1054.
2. de Rooij NK, Linn FH, van der Plas JA, et al. Incidence of subarachnoid haemorrhage: a systematic review with
emphasis on region, age, gender and time trends. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2007; 78:1365.
3. Sandvei MS, Mathiesen EB, Vatten LJ, et al. Incidence and mortality of aneurysmal subarachnoid hemorrhage in two
Norwegian cohorts, 1984-2007. Neurology 2011; 77:1833.
4. Gorelick PB, Hier DB, Caplan LR, Langenberg P. Headache in acute cerebrovascular disease. Neurology 1986;
36:1445.
5. Manno E. Subarachnoin hemorrhage. Neurologic Clinics 2004, 22; 347 – 366.
6. Wildicks E., Kallmes D., Manno E., Fulgham I. Subarachniod hemorrhage: Neurointensive care and aneurysm repair.
Mayo Clin. Proc. 2005, 80(4); 550 – 559.
7. Kirkpatrick P., Whitfield PC. Momento de realizacion de cirugia para hemorragia subaracnoidea por aneurisma.
Biblioteca Cochrane 2005 libro 3.
8. Koivisto T., Vannioren R., Hurskairen H., Saari T. Outcomes of early endovascular versus surgical treatment of ruptured
cerebral aneurysm. Stroke 2000, 31; 2369 – 2377.
9. Johnston S., Higashida R., Barrow D, Vinuela F., Heros R. Recommendations for the endovascular treatment of
intracranial aneurysms. Stroke 2002, 33; 2536 – 2544.
10. Hoh B., Singhal A., Pryor J. Effect of clipping craniotomy o intravascular coiling on cerebral vasospasm and patient
autcome after aneurysmal subarachnoid hemorrhage. Neurosurgery 2004, 55(4); 779 – 788.
11. Ventur E., Gorbuz S., Tanriverdi T., Kaynar Y. Clipping and coiling of intacerebral aneurysm. Neurosurg. Q. 14(3); 127
– 132.
12. Molyneux A., Kerr R., Yu L., Yamold J. International subarachnoid aneurysm trial (ISAT) of neurosurgical clipping
versus endovascular coiling en 2143 patients with ruptured intracranial aneurysm. Lancet 2005, 366; 809 – 817.
13. Macdonald R. Advances in vascular surgery. Stroke 2004, 3; 375 – 380.
14. 1Lempert T., Malek A., Halbach Y., Meyer P. Endovascular treatment of ruptured posterior circulation cerebral
aneurysm. Stroke 2000, 31; 100 – 110.
15. Duhourt Mees SM, van Dijk GW, Algra A, Kempink DR, Rinkel GJ. Glucose levels and outcome after subarachnoid
hemorrhage. Neurology 2003, 61:1132-1133.
16. van der Bergh, Hypomagnesemia after Sub-aerachnoid hemorrhage, Neurosurgery 52:275, 2003.

- 88 -
Enfoque del paciente
con lumbalgia
Dr. Diego Alejandro Durango Ávila
Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

El dolor lumbar es una de las razones más frecuentes para nal del laboratorio y las ayudas imagenológicas, al sugerir
que las personas pierdan su trabajo (1); sin embargo, la la necesidad de descartar lesiones inflamatorias, infeccio-
mayoría de estos dolores son relacionados con lesión mús- sas, neoplásicas e, incluso, enfermedades óseas metabó-
culoligamentarias que se resuelven con manejo conserva- licas primarias. Frecuentemente el enfoque imagenológico
dor. El dolor esquelético axial o radicular es más probable inicia con radiografías simples y dinámicas y los estudios
que sea secundario a una lesión que requiera manejo qui- de resonancia magnética y tomografía computarizada de-
rúrgico y una más extensa evaluación diagnóstica (1). El berían ser utilizados con un enfoque más racional y dirigido
enfoque del paciente con dolor lumbar inicia con una his- a la patología de la columna de origen presumiblemente
toria clínica y un examen físico bien detallados enfocados quirúrgico (2).
hacia las características del dolor y al déficit neurológico,
seguido de un apropiado y uso racional del laboratorio y las
ayudas imagenológicas. Epidemiología
La historia clínica indaga por el inicio del dolor y sus carac- Se estima que hasta el 84 % de los adultos presenta dolor
terísticas, localización y factores que lo agravan o lo alivian; lumbar en algún momento de sus vidas. Para la mayoría de
se debe incluir historia de episodios similares de dolor por las personas el dolor se autolimita por sí (2) y se clasifica
cuanto los síntomas asociados y relacionados con enfer- según su tiempo de evolución en agudo menos de 6 meses
medades son sistémicas (1). Los antecedentes médicos, y crónico mayor de 6 meses.
familiares y sociales deben elucidar condiciones asociadas
con trastornos en la columna. El examen físico debe incluir La prevalencia del dolor lumbar ha sido estimada por en-
la evaluación de todos los sistemas y es importante tener cuestas, con un rango que va desde 22 a 48 %, de acuerdo
presente que el primer síntoma de una enfermedad sisté- con la población estudiada, por ejemplo, una encuesta rea-
mica podría ser un dolor referido u originado en la columna lizada por el Instituto nacional de salud en Estados Unidos
lumbar (2). mostró que 26 % de los respondedores presentaba lumbal-
gia que duró al menos un día en los últimos 3 meses (3).
La evaluación de la columna incluye inspección, palpación
y test que evalúan el rango de movimiento. Un examen físi- Los factores de riesgo asociados con dolor lumbar, en la
co neurológico bien detallado puede evidenciar disfunción mayoría de los trabajos epidemiológicos, incluyen taba-
cerebral, de la médula espinal, de los nervios periféricos o quismo, obesidad, edad, género femenino, trabajo físico y
de los músculos. Los hallazgos clínicos guían el uso racio- psicológicamente extenuante, sedentarismo, bajo nivel de

- 89 -
educación, insatisfacción laboral y factores psicológicos res que definen los miotomas de las raíces lumbares (Tabla
como trastorno de somatización, ansiedad y depresión(4). 1), con registrar la escala de 0 a 5. La valoración sensitiva
debe ser realizada con referencia a los dermatomas lumba-
res (Tabla 1, Figura 1), y comparar ambos lados del cuerpo.
Presentación La propiocepción y vibración se incluyen en los pacientes
con sospecha de lesiones en este nivel.
Historia clínica
El signo de Babinski y en general los reflejos osteotendi-
La evaluación inicial del paciente con lumbalgia incluye nosos son útiles para diferenciar trastornos del sistema
una historia clínica completa, enfocada en aspectos clave nervioso central, de compromiso radicular o periférica. Los
como la duración de los síntomas, descripción del dolor test de estiramiento como Lasague tienen alta sensibilidad
localización, severidad, duración del episodio e irradiación; y baja especificidad para identificar herniación discal con
la presencia de síntomas neurológicos tales como debili- compromiso de raíces lumbares bajas.
dad o alteraciones de la sensibilidad, cambios en la función
de los esfínteres; tratamientos médicos previos, historia de Adicionalmente, el examen físico también ayuda a valorar
cáncer, infecciones, osteoporosis, fracturas o trastornos el dolor no originado en la columna lumbar, trastornos geni-
endocrinos (6). tourinarios, gastrointestinales, cardiovasculares y de la pel-
vis por cuanto pueden ser advertidos. Es importante siem-
El enfoque debe dirigirse hacia los signos y síntomas clá- pre hacer el diagnóstico diferencial con el dolor originado
sicamente conocidos como banderas rojas, los cuales, por en caderas y articulación sacroiliaca (Tabla 1) (6).
estar presentes, hacen sospechar que el paciente tiene
más que un simple y benigno dolor lumbar. (6). Presentar
una condición asociada como tener más de 50 años de Etiología
edad, síntomas sistémicos y constitucionales como pérdida
de peso, historia de malignidad, reciente infección bacte- Una amplia lista de condiciones patológicas se pueden
riana, inmunosupresión, historia de uso de droga intraveno- describir cuando se hace énfasis en la etiología de la lum-
sa, uso prolongado de corticoesteroides o trauma, aumenta balgia, la que, s, comúnmente, se puede dividir teniendo
la probabilidad en un 10 % de tener una patología severa. en cuenta su componente mecánico. Sin embargo, un alto
porcentaje (>85 %) de los pacientes que consultan por do-
lor lumbar no tendrán criterios para ser incluidos dentro
Examen físico de esta clasificación y, por lo tanto, se denominará dolor
lumbar inespecífico.
Es imprescindible y debe ser enfocado a determinar la pre-
sencia y severidad de compromiso neurológico. Inicia con Dolor lumbar inespecífico: pacientes con dolor lumbar
la observación del paciente, postura, marcha, movilidad, en ausencia de una causa claramente identificable de base
visualización de la columna dorsolumbar y pelvis posterior. y, generalmente, asociado con lesión musculoesquelético
(6). Palpación de los elementos óseos y músculos espinales y ligamentaria. La mayoría de estos pacientes mejoran en
pueden ayudar a localizar la lesión del paciente. Un com- pocas semanas.
pleto examen neurológico debe ser realizado y debe incluir
la funcionalidad de miembros superiores e inferiores. Valo-
rar la fuerza muscular con énfasis en los grupos muscula-

- 90 -
Enfoque del paciente
con lumbalgia

Tabla 1. Miotomas, dermatomas y reflejos de las raíces nerviosas lumbares.

Raíz Grupo muscular Distribución sensitiva Reflejo OT


L2 Flexor de la cadera Anterior –medial del muslo Ninguno
L3 Cuádriceps Muslo anterior y rodilla Patelar
L4 Tibial anterior Maléolo interno Patelar
L5 Extensor largo del hallux Dorso del pie Ninguno
S1 Gastronemios- Soleos Planta – pie lateral Aquiliano

Tomado de: (falta)

Figura 1: Dermatomas.

Tomado de: http://www.medspine.es/dermatomas/

- 91 -
Menos del 1 % de los pacientes que acuden a la consulta Fracturas por compresión vertebral: sospechar en pa-
por lumbalgia presenta una condición clínica que amenace cientes con edad avanzada, historia de osteoporosis o uso
la estabilidad de la columna y su salud de manera signifi- crónico de corticoesteroides. Historia de trauma.
cativa entre estas: síndrome de Cauda equina, metástasis,
cáncer, e infecciones. Característicamente estos pacientes Hernia discal: dolor originado en región lumbar, con irra-
presentan otra sintomatología asociada y/o factores de diación dermatómica a extremidades inferiores y podría
riesgo para enfermedad grave (5). estar asociado con déficit neurológico motor o sensitivo.

Compresión medular o de Cauda equina: múltiples


etiologías son asociadas con el síndrome de compresión Imágenes diagnósticas
medular o Cauda equina y, de estos, el que con mayor
frecuencia se describe es la compresión secundaria a ex- Las guías de tratamiento basadas en la evidencia, amplia-
trusión de disco intervertebral. De vital importancia es el mente han establecido que la mayoría de los pacientes con
conocimiento de la lesión secundaria a neoplasias en su un episodio de lumbalgia aguda, no requiere imágenes
gran mayoría metástasis, debido a que, en el 20 % de los diagnósticas, debido a la tendencia hacia la mejoría en días
síndromes de compresión medular, ocurre en el contexto a semanas, inclusive sin la necesidad de recibir tratamien-
de manifestación inicial de malignidad. El dolor es el primer to médico y, además, las imágenes probablemente no de-
síntoma de la compresión, luego la debilidad y las altera- muestren un diagnóstico patológico exacto en la mayoría
ciones sensitivas se manifiestan y, aún más, tardíamente la de los casos (5-6).
disfunción vesical e intestinal. (Ver capítulo: “Síndrome de
Cauda equina y Cono medular”). Las ayudas imaginológicas están indicadas en pacientes
que presentan síntomas banderas rojas, o en aquellos que,
Metástasis: el hueso es uno de los sitios frecuentemente a pesar del manejo médico, persisten por más de 4 a 6 se-
comprometidos por metástasis; entre los tumores sólidos, manas con dolor. Las radiografías simples son la elección
los de mama, próstata, pulmón, tiroides y riñón, dan par- inicial y, aunque probablemente no revelen la causa exacta
te de aproximadamente del 80 %. Cerca del 60 % de los de los síntomas, estas imágenes pueden descartar trastor-
pacientes con mieloma múltiple tiene compromiso de la nos como fractura, tumores o infecciones.
columna lumbar al diagnóstico. El dolor es el síntoma más
común y podría ser asociado con fractura patológica, ines- La resonancia magnética (Figura 2) debe ser usada en
tabilidad espinal o compresión medular. pacientes con compromiso neurológico o en aquellos en
los que el médico tiene alto nivel de sospecha de una le-
Osteomielitis vertebral y absceso epidural: general- sión oculta o en estadio temprano difícil de identificar en
mente es asociado con factores de riesgo y con otras in- las radiografías simples. La resonancia magnética es al-
fecciones que, por continuidad o diseminación hematóge- tamente sensible, pero carece de especificidad en dolor
na, afectan la columna; además los síntomas prodrómicos lumbar axial; cambios degenerativos son frecuentemen-
como la fiebre y el malestar general que son inespecíficos te observados incluso en personas asintomáticas, por lo
y, en algunas circunstancias ausentes, preceden el dolor que es difícil atribuir como causa definitiva del dolor. (5.7)
axial y, si la enfermedad progresa sin tratamiento, podría Otras modalidades imagenológicas, como tomografía axial
desarrollarse el déficit neurológico. computarizada, mielografía, gammagrafía y densitometría,
tienen utilidad diagnostica más dirigida hacia una patología
estructural identificada en la anamnesis y el examen físico.

- 92 -
Enfoque del paciente
con lumbalgia

Figura 2: Imagen de resonancia magnética de columna Tratamiento


lumbar (sagital y axial), con presencia de hernia central.
La mayoría de los episodios de dolor lumbar agudo se re-
solverán entre 6 a 8 semanas, incluso en la ausencia de
una intervención médica. Reposo relativo, modificación de
la actividad, medicamentos anti-inflamatorios no esteroi-
deos y terapia física, son todos opciones válidas de trata-
miento en la fase aguda de la lumbalgia. (7).

Anti-inflamatorios no esteroideos, acetaminofén, tramadol,


relajantes musculares, antidepresivos y opioides son fre-
cuentemente prescritos en dolor lumbar agudo y crónico;
en pacientes con dolor crónico axial, el uso de analgésicos
simples, como acetaminofén o tramadol, en combinación
con un antidepresivo, parece tener una mayor eficiencia.
El uso de opioides por periodos largos para dolor crónico
parece poco efectivo, además, el riesgo de efectos adver-
sos tales como depresión del sistema nervioso central y
constipación, pueden cuestionar su utilidad. (3-4-7) Los
anti-inflamatorios no esteroideos son efectivos, pero tienen
el potencial de efectos adversos gastrointestinales y deben
ser usados con precaución en pacientes con hipertensión
arterial y enfermedad cardiovascular.

Las infiltraciones con esteroides y anestésicos espinales


tienen un papel limitado en el tratamiento del dolor lumbar
crónico y sólo algunos pacientes podrían beneficiarse de
bloqueos facetarios cuando otros tratamientos conservado-
res han sido agotados. A pesar de que carecen de eviden-
cia científica las opciones de tratamiento adyuvante, como
la terapia física, las modalidades de tratamiento con hielo,
calor, ultrasonido, masajes, estimulación eléctrica, acupun-
tura, yoga y otros programas de terapia basados en ejer-
cicio, pueden tener un impacto positivo sobre la condición
del paciente por el fortalecimiento muscular y mejoramien-
to aeróbico. (7). 

- 93 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. Hoy D, Brooks P, Blyth F, et al. The epidemiology of low back pain. Best Pract Res
2. Clin Rheumatol 2010;24:769–81.
3. Lidgren L. The bone and joint decade 2000-2010. Bull World Health Organ 2003;
4. 81(9):629.
5. Andersson GB. Epidemiological features of chronic low-back pain. Lancet 1999;
6. 354:581–5.
7. Linton SJ. A review of psychological risk factors in back and neck pain. Spine
8. 2000;25(9):1148–56.
9. Pengel LH, Herbert RD, Maher CG, et al. Acute low back pain: systematic review
10. of its prognosis. BMJ 2003;327:323.
11. Deyo RA, Rainville J, Kent DL. What can the history and physical examination tell
12. us about low back pain? JAMA 1992;268:760–5.
13. Malanga G, Wolff E. Evidence-informed management of chronic low back pain
14. with nonsteroidal anti-inflammatory drugs, muscle relaxants, and simple analgesics. Spine J 2008;8(1):173–84.

- 94 -
Infecciones piógenas intracraneales
en el contexto neuroquirúrgico
Dr. Esteban Quiceno Restrepo
Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

ntroducción Las fracturas que involucran la base del cráneo, las órbitas
y los senos paranasales tienen el potencial necesario para
A pesar del progreso en la prevención y tratamiento de las el desarrollo de una fístula transitoria o persistente de LCR.
infecciones que afectan el sistema nervioso central (SNC), Las heridas craneales abiertas asociadas con lesión dural
estas persisten como una fuente importante de morbilidad tienen un aumento del riesgo de meningitis. (1)
y mortalidad, principalmente, en países poco desarrollados
y en individuos inmuno comprometidos. La meningitis postraumática puede presentarse de forma
inmediata luego del trauma o varios años después. En la
Las infecciones bacterianas, fúngicas y parasitarias pue- mayoría de los casos el diagnóstico se realiza en las dos
den afectar el cerebro, la médula espinal y/o las meninges. primeras semanas luego del TEC. (1,2)
Estas infecciones están asociadas con una variedad de pa-
trones de presentación clínica, fisiopatológica y radiológica. Los signos y síntomas varían, pero la mayoría de pacientes
se presentan con cefalea, fiebre, fotofobia, rigidez de nuca
En el presente capítulo se hará énfasis en las infecciones y cambios en el estado mental. Durante la anamnesis y el
piógenas intracraneales y su contexto neuroquirúrgico. examen físico se debe determinar la presencia de otorrea y
rinorrea, lo cual puede sugerir la presencia de una fístula de
LCR. (1)
Meningitis postraumática
En pacientes con trauma reciente, la mezcla de sangre y LCR
La meningitis, luego de Trauma craneoencefálico (TEC,) se puede hacer el diagnóstico de otoliquia y rinoliquia muy difícil.
presenta en menos del 2 % de los casos. Esta incidencia La sangre mezclada con el LCR, forma el signo del “halo”, sin
se aumenta de forma importante cuando hay presencia de embargo, este hallazgo puede estar asociado con resultados
fístula de Líquido Cefalorraquídeo (LCR). (1) falsos positivos. La salida de líquido nasal u ótico con la ma-
niobra de Valsalva sugiere la presencia de fístula de LCR. (1)
El desgarro dural y la fístula de líquido cefalorraquídeo
son factores de riesgo mayor para la meningitis postrau- En los pacientes con TEC severo o en los pacientes con
mática debido a la entrada de patógenos al espacio sub- alteración importante del estado de conciencia puede ser
aracnoideo. muy difícil la identificación de una fístula de LCR e incluso
el diagnóstico de meningitis. (1)

- 95 -
La Tomografía (TAC) simple de cráneo, usualmente, muestra Para verificar la presencia de fístula de LCR se puede utili-
neumoencéfalo, pero este no es un hallazgo sensible para zar la beta 2 transferrina y la proteína beta trazadora en el
determinar el origen de la fístula de LCR. Cuando se realiza líquido ótico o nasal sospechoso (1).
una TAC con cortes finos (1 mm) y reconstrucción coronal y
sagital, usualmente, se evidencia el defecto óseo. (1) La terapia médica debe incluir antibióticos de amplio es-
pectro con adecuada cobertura contra cocos gran positivos
La cisternoresonancia es un test muy efectivo para determi- y bacilos gram negativos con buena penetración al Sistema
nar el origen específico de la fístula de LCR, usualmente, se Nervioso Central (SNC). (2)
evidencia la columna hiperintensa de LCR en el T2 que co-
munica el espacio subaracnoideo con los senos paranasales. El manejo empírico debe incluir Vancomicina más un beta-
lactámico anti pseudomona (cefepime, ceftazidime o me-
El cisternotac también permite identificar exactamente el ropenem). Una vez se obtenga el antibiograma se puede
sitio de fístula de LCR por medio de la fuga de contraste a descalar el tratamiento según la sensibilidad del patógeno.
través del defecto óseo. (1) La duración será de 10-14 días cuando la causa sea por
cocos gram positivos y de 21 días cuando la meningitis sea
El análisis del LCR muestra aumento de las proteínas, dis- causada por bacilos gram negativos. (2)
minución de los niveles de glucosa y pleocitosis, además
de un aumento de los niveles de ácido láctico. Cuando se El manejo de la fístula traumática de LCR requiere repo-
utiliza un punto de corte de 4 mmol/L para el lactato en so en cama, restricción hídrica, acetazolamida, punciones
LCR, se encuentra una sensibilidad del 88 % y una especi- lumbares evacuantes o un drenaje espinal por medio de un
ficidad del 98 % para realizar el diagnóstico de meningitis dren lumbar y en caso de no mejoría requerirá cirugía. (1)
bacteriana asociada con el cuidado de la salud. Hay que En algunos pacientes con meningitis, la fístula de LCR re-
tener en cuenta que la hemorragia subaracnoidea asociada solverá espontáneamente, pero en estos casos hay mayor
puede generar un aumento de los niveles de lactato debido riesgo de fístulas recurrentes y/o meningitis, por lo que se
a la hiperglicolisis. (2) recomienda el tratamiento quirúrgico. (1)

Es esencial determinar el agente causal de la meningitis La meningitis postraumática tiene el potencial de generar
por cuanto la principal causa de meningitis postraumática complicaciones graves, como: epilepsia focal sintomática,
es el Streptococcus pneumoniae (50-70 %). Otras bacte- retardo mental, hidrocefalia y déficits neurológicos irrever-
rias incluyen el Staphylococcus aureus y otras especies sibles. El pronóstico dependerá del estado general de salud,
de Streptococcus y bacterias gran negativas como la E. el daño cerebral concomitante, la demora en el diagnóstico,
coli, Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa, la edad del paciente y la respuesta a la terapia médica. (1)
Haemophilus influenzae y Neisseria meningitidis. (1, 2)

Los cultivos negativos de LCR no son raros y pueden ser, Absceso cerebral
en parte, por los antibióticos profilácticos pre quirúrgicos
o cuando son usados para fracturas abiertas. Los hemo- El absceso cerebral es una colección supurativa que repre-
cultivos pueden ser útiles para documentar la existencia senta una de las infecciones más serias del SNC. Usual-
de S. pneumoniae. mente, se presenta como una lesión con efecto de masa
que genera déficit neurológico focal relacionado con el área

- 96 -
Infecciones piógenas intracraneales
en el contexto neuroquirúrgico

afectada. Usualmente, afecta más a hombres entre los 20 y • Cápsula temprana (10-14 días)
40 años de edad. (3) • Cápsula tardía (más de 2 semanas)

La causa más común de absceso cerebral es la disemina- La TAC muestra una masa de baja densidad que capta al
ción por contigüidad. La sinusitis purulenta, las infecciones contraste en anillo y se asocia con edema extenso. La Re-
de mastoides, oído medio y dentales son las causas más sonancia Magnética (RNM) es más sensible. Usualmente,
comunes. (4) muestra la presencia de una masa quística con una señal
homogénea, de baja intensidad o isodensa en T1 y una
Los abscesos cerebrales también se pueden producir por señal hiperintensa en el T2, además de la captación en
diseminación hematógena en casos de enfermedad car- anillo luego de la administración de gadolinio (Figura 1).
diaca y/o pulmonar (absceso pulmonar, bronquiectasias, La restricción de la difusión en la RNM y la presencia de
enfermedad cardiaca cianosante, endocarditis, fístulas pul- lactato y glicerol fosfocolina en la espesctroscopía apoyan
monares arteriovenosas). (5) el diagnóstico imginológico de absceso cerebral. (5)

En el 25 % de los casos no se puede encontrar una fuente En los diagnósticos diferenciales se deben tener en cuenta
causal del absceso y se considera criptogénico. En menor las demás lesiones que captan al contraste en anillo luego
frecuencia se pueden presentar luego de fracturas abiertas, de la administración de gadolinio. Se pueden recordar fá-
trauma penetrante y procedimientos neuroquirúrgicos. (3) cilmente por la nemotecnia: “Magical DR” (6).

El estado de inmunosupresión (VIH, malignidad, pacientes M Metástasis


trasplantados o neutropénicos) es un factor de riesgo muy im- A Absceso cerebral
portante para el desarrollo de infecciones intracraneales. (4) G Glioblastoma multiforme
I Infarto
La presentación clásica del absceso cerebral consiste en
C Contusión
cefalea, confusión, convulsiones focales o generalizadas,
A AIDS (SIDA)
náuseas, vómito y déficit focal, sensitivo o del lenguaje.
Estas manifestaciones se deben al efecto de masa que ge- L Linfoma
neran las lesiones en el parénquima cerebral y la virulencia D Desmielinizante (Esclerosis múltiple)
del patógeno. (6) R Radionecrosis

Los signos meníngeos se presentan cuando la lesión alcan-


za la corteza cerebral y las meninges. La fiebre no es un Los abscesos cerebrales pueden ser bacterianos (aerobios
hallazgo constante y la triada de fiebre, cefalea y deterioro y anaerobios), fúngicos o causados por micobacterias e,
neurológico focal se observa en menos del 50 % de los incluso, se pueden encontrar abscesos polimicrobianos.
pacientes. (7) Los patógenos más comunes son: Streptococco (pneumo-
niae, viridans y anginosus), Staphylococco, Bacteroides y
Los hallazgos imaginológicos dependen de los estadios de Fusobacterium, que reflejan los microorganismos encon-
la formación del absceso: trados en los senos paranasales y la cavidad oral. (3) (5) (6)
Puede haber leucocitosis y anormalidades en los paráme-
• Cerebritis temprana: (0-3 días) tros inflamatorios como la PCR y la velocidad de sedimen-
• Cerebritis tardía (4-9 días) tación. Los hemocultivos rara vez son positivos.

- 97 -
Figura 1: Secuencia T1 con gadolinio, en la que se ob- ción del tratamiento será, mínimo, de 4 semanas. Los abs-
serva imagen hipointensa que capta al contraste en anillo cesos fúngicos, tuberculosos y parasíticos serán tratados
en región parieto occipital izquierda. El paciente ingresó al con el régimen antibiótico respectivo. (3) (4) (5).
servicio de urgencias por cefalea, vómito y fiebre, al exa-
men físico presentaba rigidez de nuca y tenía aumento de Los pacientes con abscesos en estadios tempranos (cere-
reactantes de fase aguda. britis) o con abscesos pequeños pueden ser tratados con
antibióticos únicamente. Las indicaciones clásicas para ci-
rugía son abscesos mayores de 2 cm de diámetro, riesgo
de ruptura intraventricular y falla en la terapia antibiótica. (6)

Actualmente la aspiración por aguja es un método utilizado


y, en ocasiones, se prefiere a la técnica abierta, especial-
mente con el desarrollo de las técnicas estereotáxicas. Sin
embrago, para los abscesos multiloculados, asociados con
cuerpos extraños y los ubicados en fosa posterior, se pre-
fiere el drenaje abierto. (3)

Siempre se deben solicitar cultivos para gérmenes aero-


bios, anaerobios, bacilos ácido alcohol resistentes y hon-
gos. El tratamiento antibiótico se debe descalar según el
resultado del antibiograma y del patógeno específico. (6)
El uso de esteroides es controvertido, pero es beneficioso
en pacientes con edema cerebral secundario que genera
aumento de la presión intracraneana y siempre se debe
considerar el uso de anticonvulsivantes profilácticos. (6)

Los abscesos cerebrales pueden generar complicaciones


como: convulsiones, ventriculitis, hidrocefalia, secuelas neu-
rológicas graves e irreversibles y abscesos recurrentes. La
Generalmente, no se recomienda la punción lumbar de- recurrencia puede llegar a ser del 10 % debido a una terapia
bido a la posibilidad de encontrarse ante la presencia de antibiótica inadecuada, un tratamiento quirúrgico sub óptimo,
hipertensión intracraneana y, por lo tanto, alto riesgo de persistencia de cuerpos extraños en el parénquima cerebral
herniación cerebral. (7) y fallas en eliminar la fuente primaria de la infección. (6)

La histopatología, usualmente, demuestra necrosis e infil-


tración de polimorfonucleares, leucocitos o macrófagos. La Ventriculitis
histopatológia es útil para el diagnóstico del agente causal
en algunos casos: micobacterias, hongos y parásitos. La ventriculitis es una inflamación del recubrimiento epen-
dimario del sistema ventricular. La pioventriculitis se carac-
El régimen antibiótico inicial incluye una cefalosporina de teriza por la presencia de líquido supurativo en los ventrí-
tercera generación, metronidazol y vancomicina. La dura- culos cerebrales. La mayoría de los casos son secundarios

- 98 -
Infecciones piógenas intracraneales
en el contexto neuroquirúrgico

a una ruptura intraventricular de un absceso cerebral, por cerebral adyacente, además de tromboflebitis séptica e in-
implantación directa luego de un TEC o de la implantación fartos venosos. La causa más común de empiema subdural
de un dispositivo neuroquirúrgico (catéter ventricular). En es la diseminación por contigüidad a partir de una sinusitis
menor medida, la ventriculitis puede ser una complicación purulenta, infecciones del oído medio y de la mastoides o
de la meningitis u ocurrir de forma espontánea en pacien- de la cavidad oral. En la población pediátrica una meningitis
tes inmunocomprometidos. (8) bacteriana adquirida en la comunidad puede dar origen a la
presencia de un empiema subdural. El empiema subdural
La ruptura de un absceso cerebral al sistema ventricular puede ser una complicación secundaria al drenaje de un
con pioventriculitis puede generar el deterioro rápido del hematoma subdural crónico. (5,9)
paciente. (8)
Al igual que el absceso epidural se presenta, principalmen-
La RNM muestra la presencia de pus y detritos en el LCR. te, en hombres entre la segunda y tercera década de la
Otros hallazgos son la presencia de hidrocefalia y realce vida. (5)
del ependima. (8)
Tiene una presentación más seria que el absceso epidu-
El LCR es completamente patológico y es útil para deter- ral, los síntomas se deben al efecto de masa, compromiso
minar la etiología. Los gérmenes más comunes son: Sta- inflamatorio y trombosis de las venas cerebrales y de los
phylococco Coagulasa negativo, Bacilos gram negativos y senos venosos. (9)
S. aureus. El S. pneumoniae y algunos bacilos gram nega-
tivos son comunes en el caso de una ventriculitis luego de Cefalea, fiebre, rigidez de nuca y convulsiones son hallaz-
TEC. El Acinetobacter y los cocos gram positivos son espe- gos clínicos frecuentes. El déficit neurológico depende del
cies causantes de ventriculitis en el contexto de catéteres tamaño y la ubicación del empiema. Esta patología siempre
ventriculares. (8) debe ser considerada como un diagnóstico diferencial en
todo paciente que se presente con signos meníngeos y dé-
El tratamiento empírico es vancomicina y meropenem, ficit neurológico. (5)
mientras se obtiene resultado de los cultivos. Cualquier
absceso cerebral concomitante debe ser drenado de forma La TAC muestra la presencia de una imagen hipodensa, los
urgente. En pacientes que no responden a la terapia intra- márgenes de la lesión se observan mejor con la adminis-
venosa o en pacientes con un mal estado neurológico de tración de contraste. Sin embargo, los empiemas subdu-
entrada se pueden administrar antibióticos directamente al rales pueden pasar desapercibidos en una TAC simple de
SNC a través de un catéter ventricular externo, teniendo en cráneo. (9)
cuenta que la seguridad y eficacia de esta ruta de adminis-
tración no ha sido demostrada en estudios controlados. (8) La RNM demuestra una colección extra axial hipointensa
La ventriculitis puede generar secuelas neurológicas irre- en T1 e hiperintensa en T2 que capta al contraste y res-
versibles, coma y muerte. tringe a la difusión. La presencia de trombosis de senos
venosos durales puede observarse en la venografía por
resonancia. (9)
Empiema subdural
El empiema subdural puede ser causado por gérmenes
Colección purulenta que se desarrolla entre la duramadre aerobios, anaerobios, hongos o micobacterias. Puede ser,
y la aracnoides y genera inflamación y edema del tejido además, una infección supurativa polimicrobiana. (9)

- 99 -
Los gérmenes individuales más comunes son: Streptocco- Absceso epidural
co, Staphylococco, Bacteroides y Fusobacterium. (9)
El absceso epidural craneal es la colección supurativa que
Haemophilus influenzae y Streptococco pneumoniae pue- se desarrolla en el espacio virtual entre el hueso y la du-
den ser responsables del empiema subdural en niños luego ramadre. Estas lesiones tienen una forma biconvexa. Se
de una meningitis purulenta adquirida en la comunidad. puede asociar con infección ósea (osteomielitis) pero rara
vez se disemina al espacio subaracnoideo o al parénquima
No se recomienda la realización de punción lumbar debido cerebral. Los abscesos epidurales son el grupo de infec-
al riesgo de herniación cerebral. (9) ciones intracraneales más común luego de los abscesos
cerebrales y de los empiemas subdurales. (5,10)
El tratamiento es similar al del absceso cerebral. El manejo
quirúrgico está indicado prácticamente en todos los casos Al igual que otras colecciones intracraneales supurativas
para la descompresión cerebral, el drenaje de material los abscesos epidurales se relacionan con tres fuentes de
purulento y la identificación del germen causante, además, infección:
la terapia antibiótica como manejo único no esteriliza de
forma adecuada el empiema. (9) • Diseminación directa por contigüidad (osteomielitis)
• Inoculación posquirúrgica o postraumática
Entre las diferentes opciones quirúrgicas se encuentran • Diseminación hematógena
el lavado a través de agujeros de trepano, la craneotomía
amplia y el drenaje guiado por estereotaxia en casos de Muchos pacientes tienen una historia de sinusitis u otitis
colecciones subdurales parafalscinas o del tentorio (5) media. Los abscesos epidurales son más comunes en hom-
bres entre la segunda y tercera década de la vida. (5,10)
En un estudio que incluyó 699 pacientes y se compararon
las técnicas de drenaje de empiema subdural por medio de Los pacientes pueden presentar signos locales de infección
agujeros de trepano, craniectomía y craneotomía se deter- relacionados con absceso del escalpe u osteomielitis cra-
minó que los pacientes intervenidos por agujero de trepano neal. La presencia de cefalea es un síntoma común. Cuan-
requerían mayor número de intervenciones y tenían una do el absceso aumenta de tamaño se asocia con signos de
mortalidad mayor que podía ascender hasta el 23 %, por hipertensión endocraneana y alteración del estado mental.
lo cual se recomienda el uso de craneotomía en la mayoría La presentación de un absceso epidural es, usualmente,
de pacientes. (3) más insidiosa que la presentación de un empiema subdu-
ral. (5,10)
El uso de esteroides es controversial, pero puede usarse en
pacientes con edema cerebral secundario y se recomienda En la TAC los abscesos epidurales parecen pobremente
el uso de anticonvulsivantes. (9) definidos, de forma biconvexa, son hipodensos y captan al
contraste. En la RNM son isointensos o hipointensos en el
El empiema subdural es una patología más fulminante T1 e hiperintensos en el T2, además, presentan restricción
que el absceso epidural, las secuelas más comunes son la a la difusión. A la administración del medio de contraste
hemiparesia y la epilepsia focal sintomática, la mortalidad hay una captación y engrosamiento dural importante. (10)
depende de los infartos venosos asociados con la trombo-
flebitis séptica. (5) (9) Los gérmenes aerobios y anaerobios pueden ser respon-
sables por la infección y puede haber compromiso poli-

- 100 -
Infecciones piógenas intracraneales
en el contexto neuroquirúrgico

microbiano. Los gérmenes individuales más comunes son:


Streptoccoco, Staphylococco, Bacteroides y Fusobacterium
y reflejan los gérmenes que se encuentran en los senos
paranasales. (10)

Para el tratamiento antibiótico inicial se recomienda: Van-


comicina, Ceftriaxona y Metronidazol. La mayoría de pa-
cientes requieren manejo quirúrgico, por medio de agujeros
de trepano para irrigación y drenaje, en casos de granulo-
mas sólidos y organizados se requerirá de una craneotomía
grande, en cualquier caso, se debe evitar la apertura de la
duramadre para que no se presente una meningitis o un
empiema subdural. (10)

Conclusiones
La meningitis postraumática, el absceso cerebral, el em-
piema subdural, el absceso epidural y la ventriculitis, son
patologías graves y potencialmente mortales. Requieren
un enfoque multidisciplinario que incluya al neurociruja-
no y al infectólogo. La mayoría de los casos se generan
por infección por contigüidad desde el oído medio, senos
paranasales y orofaringe, además del trauma penetrante,
los procedimientos neuroquirúrgicos y la diseminación he-
matógena. Por lo tanto, los patógenos más comunes para
tener en cuenta son los Streptococcos y el S. aureus. Tra-
tar la causa subyacente y manejar de forma adecuada las
complicaciones son pasos fundamentales para limitar el
daño neurológico y las secuelas. La base del tratamiento
es el manejo antibiótico y el drenaje quirúrgico. 

- 101 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. Akhaddar Ali (2017) 'Posttraumatic Meningitis', in Akhaddar Ali (ed.) Atlas of Infections in Neurosurgery and Spinal
Surgery.: Springer International Publishing, pp. 65-72
2. Tunkel AR, Hasbun R, Bhimraj A, Byers K, Kaplan SL, Scheld WM, Beek DV, Bleck TP, Garton HJL, Zunt JR. 2017
Infectious Diseases Society of America’s Clinical Practice Guidelines for Healthcare-Associated Ventriculitis and
Meningitis. Clinical Infectious Diseases. 2017;64(6):e34–e65.
3. Tunkel AR, Winn HR, Scheld WM. (2017) 'Brain Abscess', in Winn H.R. (ed.) Youmans & Winn Neurological Surgery.:
Elsevier, pp. 187-204.
4. Shih RY, Koeller KK. Bacterial, Fungal, and Parasitic Infections of the Central Nervous System: Radiologic-Pathologic
Correlation and Historical Perspectives. RadioGraphics 2015; 35:1141–1169
5. Grossman R, Schmidek H.H, Quiñones Hinojosa A (2012) 'Management of Suppurative Intracranial Infections', in
Qiñones Hinojosa A (ed.) Schmidek and Sweet's Operative Neurosurgical Techniques, i-i. : Elsevier, pp. 1631-1641
6. Akhaddar Ali (2017) 'Brain Abscesses', in Akhaddar Ali (ed.) Atlas of Infections in Neurosurgery and Spinal Surgery.:
Springer International Publishing, pp. 73-94
7. Brouwer MC, Tunkel AR, McKhann II GM, Van de Beek D. Brain Abscess. N Engl J Med 2014;371:447-56.
8. Akhaddar Ali (2017) ' Pyogenic Ventriculitis', in Akhaddar Ali (ed.) Atlas of Infections in Neurosurgery and Spinal
Surgery.: Springer International Publishing, pp. 105-110
9. Akhaddar Ali (2017) ' Cranial Subdural Empyemas', in Akhaddar Ali (ed.) Atlas of Infections in Neurosurgery and
Spinal Surgery.: Springer International Publishing, pp. 51-64
10. Akhaddar Ali (2017) ' Cranial Epidural Abscesses', in Akhaddar Ali (ed.) Atlas of Infections in Neurosurgery and Spinal
Surgery.: Springer International Publishing, pp. 43-50

- 102 -
Enfoque del paciente
con tumores del SNC
Dr. Cristian R. Díaz Parra
Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

Generalidades de aproximadamente 29 por cada 100.000 personas4. Los


meningiomas y los tumores gliales (p.ej., glioblastoma,
Las neoplasias del sistema nervioso central (SNC) se pue- astrocitoma, oligodendroglioma) representan aproximada-
den presentar tanto a nivel encefálico como en el de la mente dos tercios de todos los tumores cerebrales prima-
médula espinal. En este capítulo se hará énfasis en los tu- rios en adultos.
mores que se presentan en el encéfalo y en la edad adulta.
La frecuencia del tipo y grado del tumor varía según el gru-
El término tumor cerebral se refiere a una variedad de neo- po de edad. En adolescentes y adultos jóvenes, los tumores
plasias que provienen de diferentes células dentro del ce- cerebrales primarios son más comunes que los tumores
rebro (tumores primarios) o de tumores sistémicos que se metastásicos, y entre los tumores cerebrales primarios pre-
han metastatizado en el cerebro. (1) Se pueden ubicar en dominan los gliomas de bajo grado. En adultos mayores
cualquier lugar dentro del cráneo y afectan el parénquima de 30 a 40 años, los tumores cerebrales metastásicos se
cerebral, glándula hipófisis, glándula pineal, nervios cra- vuelven cada vez más prevalentes y representan más de
neales, meninges, ventrículos cerebrales y órganos anexos la mitad de todos los tumores cerebrales, por ello, los tu-
como ojos y oídos, así mismo, pueden deformar o destruir mores intracraneales son los más comunes y ocurren en
la base y bóveda craneal. 10 % - 40 % de los pacientes con cáncer durante el curso
de su enfermedad5. Los cánceres sistémicos con mayor
probabilidad de metástasis al SNC incluyen cáncer de pul-
Clasificación món, melanoma y cáncer de mama. El glioblastoma es el
tumor cerebral primario maligno más común en adultos,
Los tumores cerebrales primarios incluyen varios tipos histoló- con una mediana de edad, al momento del diagnóstico, de
gicos con características microscópicas, moleculares y genéti- 64 años. La mayoría de los tumores cerebrales primarios
cas variadas, y se clasifican según la clasificación de tumores en adultos son esporádicos, sin factores de riesgo identifi-
del SNC de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2-3). cables. Además de los síndromes genéticos relativamente
raros, como la neurofibromatosis y los síndromes de pre-
disposición al cáncer, como Li-Fraumeni, el único factor de
Epidemiología riesgo establecido para los tumores cerebrales primarios
es la exposición a la radiación ionizante.
La tasa de incidencia de tumores cerebrales primarios y
del sistema nervioso en adultos en los Estados Unidos es

- 103 -
Diagnóstico Los signos y síntomas focales consisten en déficits neuro-
lógicos motores, sensitivos generales o especiales, debido
Manifestaciones clínicas a la ubicación anatómica específica del tumor y, general-
mente, son de inicio gradual, en contraste con los signos y
Los tumores cerebrales pueden producir síntomas y sig- síntomas observados en los eventos vasculares1. Los sín-
nos por la invasión local del cerebro, la compresión de las tomas focales suelen ser agudos y por lo general acompa-
estructuras adyacentes (efecto de masa tumoral, edema) ñados de alteración en el estado de conciencia cuando hay
y el aumento de la presión intracraneal (PIC). Estos signos sangrado súbito de origen tumoral.
y síntomas se clasifican como generalizados o focales.(6)
Algunos principios generales: (1) los tumores supratentoria-
Los síntomas generalizados están relacionados con el au- les pueden producir déficit motores o sensoriales, déficits
mento de la PIC y las convulsiones. Los aumentos en la PIC de campo visual, déficits de lenguaje o una combinación
pueden deberse a edema cerebral vasogénico (producido de estos; (2) se pueden observar cambios cognitivos o de
por alteración en la barrera hematoencefálica, con aumen- personalidad en pacientes con afectación del lóbulo frontal,
to en su permeabilidad), obstrucción del flujo de líquido gliomatosis o diseminación meníngea; y (3) los tumores in-
cefalorraquídeo (LCR) u obstrucción del flujo venoso. (1) fratentoriales producen déficits de pares craneales, disfun-
Los síntomas asociados a aumento de la PIC son cefalea, ción cerebelosa y síntomas de aumento de la PIC por obs-
náuseas, emesis, fatiga, alteraciones en el equilibrio, visión trucción del cuarto ventrículo e hidrocefalia secundaria. (1)
borrosa o doble. Un aumento relativamente agudo de la
PIC puede causar la aparición repentina de dichos sínto-
mas, junto con un cambio en el estado de conciencia del Examen físico
paciente. Cefalea ocurre en aproximadamente el 50 % de
estos pacientes. (7) Los dolores de cabeza suelen ser sor- Todos los pacientes con sospecha de tumor cerebral deben
dos y más perceptibles por la mañana y tienden a disminuir someterse a un examen físico y neurológico para evaluar
con el paso de las horas, pero se puede empeorar con un los déficits neurológicos asociados con el tumor. El grado
cambio en la posición como al inclinarse o con maniobras de déficit y la estabilidad clínica del paciente guían la ur-
que aumentan la presión intratorácica. El aumento de la gencia de la evaluación neuroquirúrgica, el tratamiento y la
PIC puede conducir a la tríada clásica de cefalea, náuseas necesidad de corticosteroides. El examen de los campos
y papiledema. Sin embargo, la cefalea intensa es poco co- visuales, la retina y particularmente los discos ópticos se
mún, a menos que haya hidrocefalia obstructiva o irritación debe realizar en pacientes con sospecha de aumento de la
meníngea. presión intracraneal (PIC) y en aquellos con tumores que in-
vaden la vía óptica. Aunque el papiledema grave es fácil de
Las convulsiones ocurren en aproximadamente el 30 % de diagnosticar, la evolución del papiledema puede ser difícil
los pacientes con cualquier tipo de tumor cerebral, pueden de reconocer. (Ver Figura 1).
ser generalizadas o focales, son más frecuentes cuando el
tumor es cortical y de crecimiento lento, y son caracterís-
ticamente repetitivas y estereotipadas. Los tumores cere-
brales primarios y metastásicos pueden causar un estado
epiléptico, que puede estar presente en el momento del
diagnóstico del tumor o desarrollarse posteriormente.(1-8)

- 104 -
Enfoque del paciente
con tumores del SNC

Figura 1. Escala modificada de Frisén9. (A) Grado 0: imágenes ponderadas en T1 con contraste para la mejor
disco óptico normal. (B) Grado 1: grado mínimo de edema. caracterización tumoral.
(C) Grado 2: bajo grado de edema. (D) Grado 3: edema mo-
derado. (E) Grado 4: grado marcado de edema. (F) Grado 5: La imagen ponderada por difusión (DWI) es una técnica de
grave grado de edema. RMN que mide las diferencias en el coeficiente de difusión
aparente (ADC), que se basa en el movimiento microscó-
pico de las moléculas de agua dentro del tejido. El ADC
disminuye con un aumento en la viscosidad y la densidad
celular y la reducción del espacio extracelular. Los tumo-
res con células densamente agrupadas, como linfomas y
meduloblastomas, muestran una difusión restringida en
comparación con el tejido cerebral normal (brillante en DWI
y oscura en los mapas de ADC). Por el contrario, se observa
una mayor difusión en los gliomas en comparación con el
tejido cerebral normal y, por lo tanto, aparecen oscuras en
DWI y brillantes en los mapas de ADC. (10)

Aunque la neuroimagen no puede establecer definitivamente


Tomado de: Samuel Bidot, Beau B. Bruce. Update on the Diagnosis and Treatment el diagnóstico histológico específico, algunos tumores tienen
of Idiopathic Intracranial Hypertension. Semin Neurol 2015;35:527–538.
aspectos característicos que permiten un diagnóstico tenta-
tivo. Por ejemplo, una masa adherida a la duramadre puede
ser un meningioma, y los gliomas de alto grado son clásica-
Neuroimagenes mente hipointensos en las imágenes potenciadas en T1 y se
potencian de forma heterogénea con el contraste, mientras
Cuando se sospecha un tumor cerebral, el siguiente paso en que los de bajo grado tienen mínimo realce.
la evaluación es la obtención de imágenes cerebrales con
tomografía computarizada (TC) o imágenes de resonancia Imágenes ponderadas por difusión, imágenes de perfusión
magnética (IRM-RMN) con administración de medio de con- e imágenes espectroscópicas pueden mejorar la evalua-
traste intravenoso para determinar la ubicación, el tamaño ción del tratamiento, respuesta y diferenciar entre tumor
del tumor, los límites de la lesión y su edema asociado. La TC recurrente y cambios en la imagen relacionados con el tra-
sin contraste debe ser la primera imagen en realizarse, per- tamiento (ej. radionecrosis). Por ejemplo, la espectroscopía
mite identificar complicaciones o descartar otras patologías, de resonancia magnética (MRS) se emplea como técnica de
es ideal para demostrar la hemorragia aguda y permite la diagnóstico y proporciona información mediante el análisis
toma rápida de decisiones en el ámbito de urgencias. de la presencia y proporción de metabolitos tisulares como
N-acetilaspartato (NAA), creatina, colina y lactato.(10)
Posterior a esto la RMN es preferible a la TC ya que pro-
porciona una resolución superior y una guía más precisa En caso de sospecha de metástasis a SNC, se deben realizar
para la resección quirúrgica. (10) La RM utiliza secuencias estudios de extensión, en busca del tumor primario, según sea
potenciadas en T1 y T2, secuencias de recuperación de la sospecha clínica, entre ellos TC simple y contrastado de tó-
inversión atenuada por fluido (Flair) para facilitar la valora- rax, abdomen y pelvis, gammagrafía ósea, mamografía, endos-
ción del edema (hiperintensidad en la sustancia blanca), e copia digestiva de vías superiores, colonoscopia, entre otros.

- 105 -
Figura 2. A. Imágenes del oligodendroglioma anaplásico. Una resonancia magnética con gadolinio potenciada en T1 de-
muestra un leve realce en el lóbulo frontal izquierdo. B. Imagen de recuperación de inversión atenuada por fluido (Flair) revela
la naturaleza altamente infiltrante de este tumor. C. Imagen Flair postoperatoria que muestra una resección macroscópica
total del tumor. (11)

Figura 3. Imágenes del glioblastoma. A (imagen potenciada con gadolinio potenciada en T1) y B (imagen de recuperación
de inversión atenuada por fluido [Flair]), la imagen inicial reveló una lesión grande que realzaba en anillo con edema vasogé-
nico significativo.(11) C (imagen de TC simple-paciente diferente). (12)

- 106 -
Enfoque del paciente
con tumores del SNC

Estudio patológico Tabla 1. Escala de Karnofsky15.

El diagnóstico preciso de un tumor cerebral requiere una Escala de Karnofsky


muestra de tejido adecuada para el estudio histopatológico y Puntuación Situación clínico-funcional
molecular. Esto se puede obtener mediante biopsia estereo- 100 Normal, sin quejas ni evidencia de
táctica o cirugía abierta. La selección del procedimiento se enfermedad.
individualiza según el tipo de tumor sospechado, el probable
90 Capaz de llevar a cabo actividad normal
grado, la ubicación y la viabilidad o dificultad quirúrgica. El
pero con signos o síntomas leves.
uso de glucocorticoides debe evitarse antes de la biopsia o
cirugía si un linfoma primario del sistema nervioso central o 80 Actividad normal con esfuerzo, algunos
un proceso infeccioso es parte del diagnóstico diferencial. signos y síntomas de enfermedad.
70 Capaz de cuidarse, pero incapaz de llevar a
cabo actividad normal o trabajo activo.
Diagnóstico diferencial 60 Requiere atención ocasional, pero es
capaz de satisfacer la mayoría de sus
Las afecciones no neoplásicas, que pueden confundirse necesidades.
con un glioma de alto grado u otros tumores, incluyen el 50 Necesita ayuda importante y asistencia
infarto isquémico subagudo, la hemorragia subaguda, el médica frecuente.
infarto venoso, las malformaciones vasculares (malforma-
40 Incapaz, necesita ayuda y asistencia
ciones cavernosas, malformaciones arteriovenosas) y los
especiales.
abscesos. Tener en cuenta cuando se sospecha de tumo-
res de bajo grado, condiciones como la desmielinización, 30 Totalmente incapaz, necesita
inflamación e infección. hospitalización y tratamiento de soporte
activo.
20 Muy gravemente enfermo, necesita
Manejo tratamiento activo.
10 Moribundo irreversible.
El objetivo principal es ayudar a las personas a vivir lo mejor 0 Muerto.
posible durante el mayor tiempo. (13) Se debe evaluar la
funcionalidad del paciente, una de las escalas más em-
Tomada de: Karnorfsky DA, Abelman WH, Craver LF, Burchenal JH. The use of
pleadas es el índice de Karnofsky (IK), la cual es útil para la nitrogen mustards in the palliative treatment of cancer. Cancer 1948; 1: 634-6456.
toma decisiones en patología neuroncológica. (14)
Edema cerebral

Manejo médico El edema vasogénico es el resultado del aumento de la per-


meabilidad capilar del tumor cerebral. El volumen efectivo
En este punto se debe incluir todo lo concerniente, como del tumor aumenta, en gran medida, por el edema; por lo
su nombre lo indica, al manejo no quirúrgico y tener en tanto, una parte esencial de la terapia inicial con tumores
cuenta todas las variables metabólicas, hemodinámicas y cerebrales es la reducción del edema con una prepara-
la sintomatología en general. Como aspectos relevantes ción de esteroides. La Tabla 3 enumera las preparaciones
para tener en cuenta: disponibles para la terapia con corticosteroides, todas las

- 107 -
cuales pueden administrarse por vía intravenosa u oral. La cluyeron que la profilaxis de las convulsiones en pacientes
dexametasona, generalmente, se elige por sus bajos efec- con tumores cerebrales sin convulsiones no cambiaba su
tos mineralocorticoides y su larga vida media, por lo que el aparición o la supervivencia del paciente, por lo tanto, no
medicamento se puede administrar 1, 2 ó 3 veces al día. recomendaron la profilaxis antiepiléptica (fármacos antiepi-
Idealmente, los pacientes se reducen postoperatoriamente lépticos - FAE). Pero, debido a que la presencia de múltiples
del rango de 16 a 24 mg/día, a 4 a 8 mg/día al momento convulsiones en un paciente, puede llevar a una hospitali-
del inicio de la radiación craneal. Esta disminución se debe zación prolongada y otras complicaciones. Muchos ciruja-
hacer gradualmente.(13) Adicionalmente, es oportuno re- nos continúan recetando FAE antes de la operación y se
cordar que los glucocorticoides no son necesarios ni están recomienda que aquellos que no han tenido convulsiones
indicados en pacientes con síntomas mínimos y en tumores deban reducir el FAE y suspenderlo antes de un mes des-
que no están asociados con el edema peritumoral y que pués de la operación. En el caso de que, previo al ingreso
una práctica recomendable, al iniciar esteroides, es la des- o durante hospitalización, presente crisis convulsivas, debe
parasitación para helmintos y protozoos. ser manejado médicamente según el escenario (estatus
convulsivo o no) y continuar la medicación de manera per-
En casos de urgencia e inminencia de herniación cerebral manente. Dentro del armamentario terapéutico están los
por aumento de la PIC, algunos especialistas recomiendan fármacos más antiguos como la fenitoína, el ácido valproico
el uso de terapia hiperosmolar con manitol o solución salina y el fenobarbital, y los más nuevos como el levetiracetam,
hipertónica al 3 o 7.5 %, a dosis extrapoladas del trauma en- lacosamida y lamotrigina. (13)
cefalocraneano severo (TEC) para tener un control estricto de
electrolitos séricos, función renal y del balance hídrico.(16)
Trombosis venosa

Tabla 2. Dosis equivalente de preparaciones de corti- Los tumores cerebrales, junto con los cánceres de ovario
costeroides. (13) y páncreas, se consideran como tumores malignos con un
riesgo muy alto de tromboembolismo venoso. Hasta el 30
Dosis Actividad % de los pacientes con gliomas puede verse afectados,
Esteroide Vida 1/2
equivalente mineralocorticoide principalmente en el período postoperatorio, pero el riesgo
persiste durante toda la vida. Los principales factores de
Cortisol,
hidrocortisona
20 mg 8-12 hr 1 riesgo incluyen tumor de alto grado y subtipo glioblasto-
Dexametasona 0.75 mg 36-72 hr 0
ma, tamaño mayor de 5 cm, biopsia en lugar de resección
total o subtotal, paresia o plejia de miembros inferiores,
Prednisona 5 mg 12-36 hr 0.8
tromboembolismo venoso previo, tipos de sangre A y AB,
Metilprednisolona 4 mg 12-36 hr 0.5
edad avanzada, obesidad y terapia con bevacizumab, un
anticuerpo anti-VEGF (factor de crecimiento endotelial vas-
cular) para el glioblastoma recurrente. Perioperativamente,
la triple profilaxis con medias de compresión, dispositivos
Convulsiones neumáticos y enoxaparina ayuda a prevenir la tromboem-
bolia venosa. (13)
La Academia Americana de Neurología 2000 y una guía
de práctica clínica de la Asociación de Cirujanos Neuroló- Al ingreso en los servicios de urgencias el manejo antitrom-
gicos/Congreso de Cirujanos Neurológicos de 2010, con- boembólico dependerá de la urgencia en llevar al paciente

- 108 -
Enfoque del paciente
con tumores del SNC

a un procedimiento quirúrgico, así como sus condiciones


y enfermedades de base, y de la presencia de imágenes
sugestivas de sangrado tumoral.

En el ámbito ambulatorio, las directrices actuales de la


Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) y
otros grupos no aconsejan el uso de profilaxis de rutina
para tromboembolismo venoso con cáncer, con excepción
de pacientes con mieloma múltiple que reciben talidomida
o lenalidomida junto con otras quimioterapias o dexameta-
sona. (17)

Las heparinas de bajo peso molecular- HBPM (dalteparina,


enoxaparina, tinzaparina) son el tratamiento de elección
para el tratamiento de por vida de la tromboembolia veno-
sa documentada en pacientes con tumores cerebrales. La
warfarina es un sustituto aceptable si no están disponibles
las HBPM. Los filtros de vena cava tienen altas tasas de
falla y se deben usar sólo para aquellos pacientes con una
contraindicación a la anticoagulación. (18-19)

Manejo quirúrgico
La urgencia de la evaluación neuroquirúrgica para un tu-
mor cerebral recién descubierto depende de la estabilidad
clínica del paciente, la gravedad de los síntomas y el ta-
maño y la ubicación del tumor. Los pacientes con tumores
sintomáticos, grandes, incluidos aquellos con déficits foca-
les, signos y síntomas de presión intracraneal elevada (PIC)
o hernia inminente, requieren una evaluación urgente y
atención neuroquirúrgica. Los pacientes con tumores más
pequeños y aquellos con síntomas mínimos, a menudo, se
pueden evaluar de manera segura y efectiva en el entorno
ambulatorio, siempre y cuando se garantice atención priori-
taria neuroquirúrgica y, en caso de no ser posible, se deben
redireccionar al servicio de urgencias. 

- 109 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. Nicholas A. Butowski, MD. Epidemiology and Diagnosis of Brain Tumors. Continuum (Minneap Minn) 2015;21(2):301–
313.
2. Louis DN, Ohgaki H, Wiestler OD, et al. The 2007 WHO classification of tumours of the central nervous system. Acta
Neuropathol 2007;114(2):97Y109. doi:10.1007/s00401-007-0243-4.
3. David N. Louis, Arie Perry. et al. The 2016 World Health Organization Classification of Tumors of the Central Nervous
System: a summary. Acta Neuropatholc. DOI 10.1007/s00401-016-1545-1.
4. Ostrom QT, Gittleman H, Fulop J, et al. CBTRUS Statistical Report: Primary Brain and Central Nervous System Tumors
Diagnosed in the United States in 2008-2012. Neuro Oncol 2015; 17 Suppl 4:iv1.
5. de Lima Oliveira, M., Picarelli, H., Menezes, M. R., Amorim, R. L., Teixeira, M. J., & Bor-Seng-Shu, E. (2017).
Ultrasonography During Surgery to Approach Cerebral Metastases: Effect on Karnofsky Index Scores and Tumor
Volume. World Neurosurgery, 103, 557–565. https://doi.org/10.1016/j.wneu.2017.03.087.
6. Drappatz J. Medical care of patients with brain tumors. Continuum (Minneap Minn) 2012;18(2):275Y294. doi:10.1212/
01.CON.0000413658.04680.74.
7. Kirby S, Purdy RA. Headaches and brain tumors. Neurol Clin 2014;32(2):423Y432. doi:10.1016/j.ncl.2013.11.006.
8. Van Breemen MS, Wilms EB, Vecht CJ. Seizure control in brain tumors. Handb Clin Neurol 2012;104:381Y389.
doi:10.1016/B978-0-444- 52138-5.00026-8.
9. Samuel Bidot, Beau B. Bruce. Update on the Diagnosis and Treatment of Idiopathic Intracranial Hypertension. Semin
Neurol 2015;35:527–538.
10. Ahmed R, Oborski MJ, Hwang M, et al. Malignant gliomas: current perspectives in diagnosis, treatment, and
early response assessment using advanced quantitative imaging methods. Cancer Manag Res 2014;6:149Y170.
oi:10.2147/CMAR.S54726.
11. John F. de Groot, MD. High-grade Gliomas. Continuum (Minneap Minn) 2015;21(2):332–344.
12. Dr Mark Thurston and A.Prof Frank Gaillard et al. Glioblastoma. https://radiopaedia.org/articles/glioblastoma.
13. Amy A. Pruitt, MD. Medical Management of Patients With Brain Tumors. Continuum (Minneap Minn) 2015;21(2):314–
331.
14. Agarwal, Jai Prakash et al. “Prognostic Value of a Patient-Reported Functional Score versus Physician-Reported
Karnofsky Performance Status Score in Brain Metastases.” ecancermedicalscience 11 (2017): 779. PMC. Web. 14
Mar. 2018
15. Karnorfsky DA, Abelman WH, Craver LF, Burchenal JH. The use of nitrogen mustards in the palliative tratment of
cancer. Cancer 1948; 1: 634-6456.
16. Lee, Bryan S. et al. “Hyperosmolar and Methotrexate Therapy Avoiding Surgery in the Acute Presentation of Primary
Central Nervous System Lymphoma.”Surgical Neurology International 5.Suppl 4 (2014): S175–S180. PMC. Web. 14
Mar. 2018.
17. Connors JM. Prophylaxis against venous thromboembolism in ambulatory patients with cancer. N Engl J Med
2014;370(26): 2515Y2519. doi:10.1056/NEJMra1401468.
18. Gerber DE, Grossman SA, Streiff MB. Management of venous thromboembolism in patients with primary and
metastatic brain tumors. J Clin Oncol 2006;24(8): 1310Y1318. doi:10.1200/JCO.2005.04.6656.
19. Lee AY, Rickles FR, Julian JA, et al. Randomized comparison of low molecular weight heparin and coumarin derivatives
on the survival of patients with cancer and venous thromboembolism. J Clin Oncol 2005;23(10):2123Y2129.
doi:10.1200/JCO.2005.03.133.

- 110 -
Enfoque del paciente con tumor
hipofisiario y de la región selar
Dra. Claudia Marcela Gómez
Neurocirujana, Endoscopia y base de cráneo

Los tumores de hipófisis representan el 10 % de los tu- Presentación


mores intracerebrales y hay reportes de adenomas hasta
en un 25 % de las autopsias; estos tumores ocurren en Los tumores funcionales tienden a manifestarse como re-
cualquier edad, pero son más comunes entre los 20 y 40 sultado de los síntomas fisiológicos asociados con la pro-
años, y afectan por igual a hombres y mujeres. Como regla ducción de hormonas. Los no funcionales no se manifies-
general se tiene que los tumores funcionales tienden a tan sino hasta producir síntomas asociados con el efecto
ser más comunes en jóvenes y los no funcionales en los de masa como déficit visual, hipopituitarismo e, incluso,
de mayor edad. hidrocefalia.

En la población pediátrica dan cuenta del 2 % de tumores En otros casos, pueden ser el resultado de un hallazgo in-
cerebrales. La mayoría de las veces son lesiones benignas cidental o apoplejía pituitaria.
que se originan en la adenohipófisis y, en pocas ocasiones,
se originan en la neurohipófisis y muy raras veces se pue- Sobre secreción de hormonas
den encontrar carcinomas pituitarios.
Hasta el 65 % de los adenomas secretan una hormona: 48
Según el tamaño los adenomas se dividen en microadeno- % prolactina, 10 % hormona del crecimiento, 6% ACTH,
mas (<1cm) y macroadenomas (>1cm). 1%TSH.

Tradicionalmente, estos tumores se dividen en: Algunos tumores, sin embargo, producen más de una hor-
mona, y la más común es la combinación de producción de
• Funcionales: secretan hormonas que producen algún prolactina y hormona de crecimiento dado el origen común
síndrome clínico por la sobre secreción de hormonas. de estos linajes celulares.
• No funcionales: no secretan hormonas, o secretan
hormonas que no producen síntomas como es el caso • Prolactina: en mujeres produce el síndrome ameno-
de los tumores productores de gonadotropinas, incluso rrea-galacorrea, en hombres impotencia. El aumen-
algunos producen los demás tipos de hormonas pero to en los niveles de prolactina puede deberse a una
estas no producen síntomas como es el caso de los neoplasia de los lactotropos o al efecto de compresión
llamados adenomas silentes somatotropos o cortico- en el tallo que reduce el control inhibitorio sobre su
tropos. Realmente, sólo el 6 % es completamente ne- secreción.
gativos para hormonas hipofisiarias y son los llamados • Hormona del crecimiento: en adultos produce acro-
adenomas de células nulas. megalia, en niños produce gigantismo.

- 111 -
• Corticotropina (ACTH): produce síndrome de Cushing puede ocurrir por expansión súbita secundario a una apo-
o de Nelson. plejía pituitaria.
• TSH: hipertiroidismo central.
• Gonadotrofinas (FSH o LH): usualmente no produce Estructuras comúnmente comprimidas:
síntomas.
• Quiasma óptico: produce hemianopsia bitemporal, a
La inhibición en la producción de hormonas se produce por veces disminución de la agudeza visual.
compresión de la hipófisis normal por el tumor y es más • Compromiso del tercer ventrículo: puede llevar a hidro-
común en tumores no secretores. cefalia.
• Seno cavernoso: compromiso de los pares craneales en
En orden de sensibilidad a la compresión están: GH, FSH y su interior, proptosis y quemosis. La carótida en el seno
LH, TSH, ACTH. cavernoso puede estar rodeada de tumor con ligero es-
trechamiento pero su obstrucción es rara.
La reducción selectiva de una sola hormona es muy poco • Aumento de la presión intraselar: puede llegar a produ-
común, puede ocurrir en la hipofisitis autoinmune. cir cefalea, más en las lesiones de gran tamaño.

Apoplejía pituitaria: deterioro neurológico y/o endocrino


Deficiencia de hormonas específicas debido a la expansión súbita de una masa dentro de la
región selar. Puede deberse a hemorragia o necrosis. La
Los síntomas asociados con el déficit de hormonas espe- presentación típica consiste en cefalea súbita con deterioro
cíficas se manifiestan, como se describe a continuación, endocrinológico o neurológico (compromiso del estado de
según la hormona afectada. conciencia, deterioro visual u oftalmoplejía).

• GH: en niños hay retraso en el crecimiento, en adultos Su manejo consiste en administración inmediata de gluco-
se producen síntomas vagos como obesidad centrípeta, corticoides y cirugía para descompresión en los primeros
disminución en la tolerancia al ejercicio y adinamia. 3-7 días.
• Hipogonadismo: amenorrea, pérdida de la libido e in-
fertilidad.
• Hipotiroidismo: intolerancia al frío, mixedema, neuro- Tipos de tumores de hipófisis
patías por atrapamiento, aumento de peso, alteraciones
de la memoria, piel seca, caída del cabello, estreñi- Adenohipófisis
miento y somnolencia.
• Hipoadrenalismo: hipotensión ortostática, fatigabilidad. Prolactinomas: constituyen el tipo más común de adeno-
ma productor. Se originan por la transformación de los lac-
totropos. En mujeres produce amenorrea-galactorrea, con
Efecto de masa variantes como oligomenorrea o ciclos irregulares. En hom-
bres impotencia o disminución de la libido. La galactorrea
Esto es más común en los adenomas no funcionales. De los y ginecomastía son raros. Los prolactinomas prepuberales
funcionales los prolactinomas son los que más probabilida- pueden producir testículos pequeños y fenotipo femenino.
des tienen de producir efecto de masa. Aparece la cefalea
como síntomas inespecíficos. El efecto de masa también

- 112 -
Enfoque del paciente con
tumor hipofisiario y de la región selar

En hombres y mujeres puede ocurrir infertilidad y osteopo- Los síntomas, en relación con hipercortisolismo, son: au-
rosis por deficiencia relativa de estrógenos. mento de peso, obesidad centrípeta, HTA, estrías violáceas,
amenorrea en mujeres e impotencia en hombres, disminu-
En las mujeres los tumores son microadenomas en el mo- ción de la libido, hiperpigmentación de la piel y mucosas,
mento del diagnóstico en 90 % de los casos, en hombres piel delgada, depresión, labilidad emocional, osteoporosis,
en el 60 %. Algunos tumores producen simultáneamente fatigabilidad.
prolactina y GH.
Acromegalia
Enfermedad de Cushing Más del 95 % de los casos de acromegalia resultan de un
• El Síndrome de Cushing es una constelación de sínto- adenoma de hipófisis productor de GH (adenoma somato-
mas causados por hipercortisolismo. tropo). En raros casos puede haber secreción ectópica por
• La Enfermedad de Cushing es una de las causas del un tumor carcinoide, linfoma, tumor de páncreas.
Síndrome de Cushing y consiste en hipercortisolismo
endógeno asociado con hipersecreción de ACTH por un Al momento del diagnóstico un 75 % de los tumores es por
adenoma de hipófisis productor de esta hormona. macroadenomas con invasión al seno cavernoso y exten-
sión supraselar.
El hipercortisolismo puede ser endógeno (en el que la pro-
ducción de hormonas está dada por el cuerpo) o exógeno En un 25 % de estos tumores hay secreción concomitan-
(por administración externa). te de prolactina. Esta enfermedad también puede ocurrir
como parte de síndromes genéticos como neoplasia endo-
La causa más común de hipercortisolismo es la administra- crina múltiple tipo I, Síndrome de McCune Albright y acro-
ción exógena de esteroides. megalia familiar.

Son causas de hipercortisolismo endógeno: Los síntomas dependen de la edad del paciente, en ni-
ños antes del cierre de los platos epifisiarios de huesos
• Secreción ectópica de ACTH: generalmente, por tu- largos produce gigantismo, usualmente, presente en la
mores, más comúnmente el de células pequeñas de adolescencia; en adultos (mayores de 50 años) produce
pulmón, timoma, tumores carcinoides, feocromocitoma gigantismo con aumento del tamaño de manos y pies, en-
y carcinoma tiroideo medular; estos pacientes, usual- grosamiento de la grasa de los talones, prominencia fron-
mente, están caquécticos por la malignidad de su en- tal, prognatismo, arritmias cardiacas, valvulopatías, hiper-
fermedad. trofia miocárdica concéntrica, macroglosia, intolerancia a
• Adenoma de hipófisis productor de ACTH (Enfermedad la glucosa, síndromes de atrapamiento nervioso, cefalea,
de Cushing). hiperhidrosis, piel grasosa, dolor articular, apnea del sueño
• Carcinoma o adenoma adrenal. y OJO, CA de colon con un aumento del riesgo al doble de
• Secreción hipotalámica o ectópica de hormona libera- la población general.
dora de corticotropina (CRH).
Estos pacientes tienen una mortalidad del doble o triple de
Los adenomas productores de ACTH constituyen el 10-12 la esperada para su edad.
% de los tumores de hipófisis. En el momento del diagnós-
tico 50 % de estos tumores mide menos de 5mm. Sólo el El edema de tejidos blandos y síndromes de atrapamiento
10 % llega a producir efecto de masa. nerviosos pueden ser reversibles con el tratamiento si se

- 113 -
alcanzan niveles normales de GH, pero muchos de los cam- necesita ser remplazada y usar esos valores como pará-
bios desfigurantes no lo son. metros iniciales para comparar la respuesta al tratamiento.

Adenomas productores de tirotropina (TSH)


Son el 0.5-1 % de los tumores de hipófisis. Producen hi- Tener en cuenta…
pertiroidismo central con T3 y T4 altas y TSH elevada o
normal para lo esperado. La mayoría de esos tumores son En el perfil endocrino se solicita: ACTH, cortisol 8am,
plurihormonales, pero la hormona secundaria es silente, de cortisol en 24 horas (si la clínica sugiere Enferme-
la misma manera la mayoría son invasores y agresivos y dad de Cushing), T4 libre TSH, prolactina, gonado-
suficientemente grandes en el momento del diagnóstico trofinas (FSH y LH) y esteroides sexuales (estradiol
para producir efecto de masa. en mujeres y testosterona en hombres), hormona
de crecimiento, factor de crecimiento similar a la
Los síntomas están en relación con hipertiroidismo (an- insulina (IGF1) también conocido como somatome-
siedad, palpitaciones, intolerancia al calor, hiperhidrosis y dina C.
pérdida de peso). Entre los signos están taquicardia, hipe-
ractividad, ritmo irregular, hiperreflexia, temblor.
Tener en cuenta que el cortisol de las 8 am es el más útil
para valorar hipocortisolismo (hipopituitarismo) y, en su lugar, la
Neurohipófisis medición de los niveles de cortisol en orina de 24 horas es
el mejor para valorar hipercortisolismo (Síndrome de Cushing).
Los tumores más comúnmente encontrados en la neuro-
hipófisis son las metástasis debido a la gran irrigación de Evaluación oftalmológica: estudiar la agudeza visual y cam-
esta zona. pos visuales. Según la zona afectada producirá compresión
del quiasma (hemianopsia biltemporal), raras veces hemi-
Tumor de células granulares: aunque raros, son los tu- nopsia temporal monocular; compresión del nervio óptico
mores primarios más comunes de la neurohipófisis y el (pérdida visual del ojo ipsilateral y cuadrantopsia temporal
tallo hipofisiario; la presentación más común es el déficit superior contralateral. También puede producir escotoma
visual por compresión del quiasma; sin embargo, pueden central). En compresión del tracto óptico puede producir
dar los síntomas de cualquier tumor no productor. La ima- hemianopsia homónima.
gen de RM luce igual a la de un adenoma. El tratamiento
es la cirugía y radioterapia en casos de resección subtotal.
Laboratorio
Pituicitoma: también conocido como astrocitoma pituitario
posterior. El tratamiento es quirúrgico. Eje adrenal: el pico de cortisol se presenta entre las 7-8
am, (como se mencionó, es mejor para detectar hipocorti-
solismo), el valor normal es de 6-18 mcg/dl, se debe tomar
Evaluación diagnóstica la muestra a las 8 am e interpretar así:

La evaluación inicial ante la sospecha de un adenoma hi- • <6 mcg/dl: sugestivo de insuficiencia adrenal.
pofisiario incluye la realización de un perfil endocrino para • 6-14 mcg/dl: no diagnóstico.
identificar el tipo de tumor, determinar si alguna hormona • > 14 mcg/dl: poco probable una insuficiencia adrenal.

- 114 -
Enfoque del paciente con
tumor hipofisiario y de la región selar

Cortisol libre en orina de 24 horas: más exacto para hiper- Las muestras de prolactina se deben tomar a la mitad de la
cortisolismo, con casi 100 % de sensibilidad y especifici- mañana, no después de levantarse. Pueden estar alteradas
dad y los falsos negativos son raros y pueden darse por por estrés, estimulación mamaria y luego del examen físi-
estrés o en alcoholismo crónico. co. Se registran fluctuaciones diarias hasta del 30 %, por
lo que, en caso de existir dudas, se debe repetir el examen.
Eje tiroideo: si hay TSH elevada con T4 libre elevada se
debe sospechar en adenoma de hipófisis productor de TSH, Hormona del crecimiento: IGF-1 (Somatomedina C): se
si hay TSH baja con T4 libre baja se debe sospechar en recomienda como el test inicial, es supremamente sensible
hipotiroidismo secundario, es decir, hipopituitarismo (gene- para la detección de acromegalia.
ralmente, por adenoma de hipófisis no funcional que por
daño de los tirotropos no logran producir la hormona). Re- Hormona de crecimiento (GH): < 5ng/ml. Medir sólo los ni-
cordar que en hipotiroidismo primario hay TSH alta con T4 veles de GH no es confiable y, por tanto, no se recomienda
libre bajo y en hipertiroidismo primario hay TSH baja con como evaluación única para el diagnóstico inicial.
T4 libre alta.
Neurohipófisis: los déficits en la neurohipófisis son raros
Eje gonadotropo: solicitar gonadotropinas séricas (FSH y en los tumores de hipófisis. Para tamizaje de hormona anti-
LH) y esteroides sexuales (testosterona total en hombre y diurética (ADH) se debe evaluar la concentración de la orina
estradiol en mujeres). con deprivación de agua; un test adicional consiste en la
medición sérica de ADH en respuesta a la infusión de solu-
Niveles de prolactina: los niveles de prolactina varían en- ción salina hipertónica.
tre 3-30 ng/ml. Niveles entre 25-150 ng/ml pueden estar
asociados con prolactinomas o a fenómenos de compre-
sión del tallo hipofisiario, esto debido a que la prolactina es Imágenes
la única hormona bajo regulación inhibitoria, de tal manera
que cuando hay una compresión del hipotálamo o compre- Resonancia magnética simpley contrastada de silla turca;
sión del tallo cerebral, el factor inhibitorio de la prolactina si se sospecha un microadenoma solicitar fases dinámicas
no logra descender desde el hipotálamo por compresión en la RM para determinar la captación del tumor más tarde
de los vasos portales hipofisiarios que la transportan, los de lo que lo hace la glándula. Un tumor multinodular es
cuales llevan el factor hasta la adenohipófisis, por lo tanto altamente sospechoso de ser invasor.
los lactotropos quedan sin freno y liberan prolactina des-
proporcionadamente. El déficit visual se desarrolla en tumores con extensión su-
praselar por encima de 10-15mm del plano del diafragma
Los niveles de esta hormona se elevan proporcionalmente selar.
de acuerdo con el tamaño del tumor.
Si los valores de prolactina son < 200 ng/ml hay un 80 Un 50 % de los tumores causantes de Síndrome de Cus-
% de probabilidades,que sea un microadenoma, si son > hing son muy pequeños para ser vistos en la RM, por lo que
200 ng/ml hay sólo un 20 % de probabilidad que sea un se deben usar pruebas endocrinológicas.
microadenoma.
La TAC sólo es sensible en tumores de mayor tamaño y útil
Algunos autores recomiendan el punto de corte de 200 ng/ para la planeación quirúrgica, ya que resalta las referencias
ml para considerar probable prolactinoma. óseas.

- 115 -
Se realiza la arteriografía en algunos casos para valorar En el caso de la acromegalia, cuando no se logra la cura
con más exactitud la relación del tumor y los vasos que lo bioquímica de la enfermedad luego de la cirugía, se proce-
rodean. de a usar terapia médica adyuvante con: análogos de la so-
matostatina (Octreotide, Lanreotide), en caso de falla a los
análogos de somatostatina se procede a usar antagonistas
Tratamiento de la hormona de crecimiento (Pegvisomant). La Bromo-
criptina es otra opción, pero solo responden en 20 % de las
En los casos con hipopituitarismo se debe comenzar el acromegalias, útil cuando el tumor co-secreta prolactina y
remplazo hormonal con corticoides, hormona tiroidea y/o sería considerado por su bajo costo.
testosterona según el déficit encontrado.
En tumores invasores se puede hacer manejo farmaco-
Los tumores no funcionales deben recibir tratamiento qui- lógico previo a la cirugía para reducir su tamaño, hacer
rúrgico cuando: más suave su consistencia y, por tanto, conseguir mejor
resección.
• Tengan efecto de masa manifestado como déficit visual
o hipopituitarismo. En enfermedad de Cushing (hipercortisolismo) para pa-
• Algunos autores sugieren la cirugía si la lesión desplaza cientes en quienes falla la cirugía, tiene aplicación el ke-
el quiasma, aun sin déficit visual ni endocrino. toconazol, un antifúngico que bloquea la síntesis adrenal
• Para obtener muestra del tejido, en casos dudoso, de esteroides, aminoflutetimida, Metirapone, Metotane y
como es usualmente el curso de la afectación por en- Ciprohepatadina. En casos extremos es necesario recurrir
fermedades granulomatosas. a la adrenalectomía.

Con excepción del prolactinoma, los tumores productores En tumores productores de TSH, si persiste el hipertiroi-
de hormonas son todos quirúrgicos excepto los producto- dismo, se puede usar Octreotide por cuanto los tirotropos
res de FSH y LH que entran en la categoría de no funcióna- poseen receptores de somatostatina, ocasionalmente beta-
les porque no producen síndromes clínicos. bloqueadores y bajas dosis de antitiroideo como metimazol

La vía quirúrgica de elección es la vía endonasal transes- Radioterapia tanto en tumores funcionales y no funcionales
fenoidal en el 90 % de los casos; sin embargo, hay casos cuando hay tumores residuales. 
específicos en que se debe recurrir a la vía transcraneal.

A principios del siglo XX el objetivo de la cirugía era sólo


descomprimir la vía visual ahora el objetivo es la resección
completa, recuperación de la función visual y la preserva-
ción (incluso recuperación) de la función de la glándula.

El prolactinoma es el único tumor para el cual el trata-


miento farmacológico es la modalidad de elección (primera
línea) y usar agonistas dopaminérgicos (bromocriptina, ca-
bergolina o perglide)

- 116 -
Enfoque del paciente con
tumor hipofisiario y de la región selar

Bibliografía y lecturas recomendadas


1. Fahalbusch R; Buchfelder M: Pituitary Surgery. The pituitary. 2011; 21:703-719
2. Maya M, Pressman B: Pituitary Imaging. The pituitary. 2011; 20: 677-702
3. Jane J, Thapar K, Laws E: Pituitary tumors: Functioning and Non Functioning. Youmans Neurological Surgery, Sixth
edition. 2011; 1476-1510
4. Pituitary tumors-General information and classification, Evaluation, Nonsurgical and Surgical Management. Handbook
of Neurosurgery, Eight Edition. 2016: 45, 46, 47: 718-755.
5. Syro LV, Builes CE, Di Leva A, Rotondo F, Kovacs K: Improving differentian diagnosis of pituitary adenomas (Revew).
Endocrinology Metabolism, Early online. 2014:1-10
6. Sav A, Rotondo F, Syro LV, Di Leva A, Cusimano M, Kovacs K: Invasive, atypical and aggressive pituitary adenomas and
carcinomas. Endocrinology Metab Clinics of North America. 2015; 99-104.
7. Freda P, Beckers A, Katznelson L, Molitch M, Montori V, Post Kalmon, Lee Vance M: Pituitary incidentaloma: An
endocrine society Clinical Practice Guideline. Journal of Clinical Endocrinolgy and Metabolism.
8. Sylvia L. Asa1 and Shereen Ezzat2; The Pathogenesis of Pituitary Tumors: Annu. Rev. Pathol. Mech. Dis. 2009.
4:97–126
9. R. Bowen: Anatomy and histology of the pituitary gland.
10. Fleseriu M, Hashim I, Karavitaki N, Melmed S, Murad H, Salvatory R, Samuels M: Hormonal Replacement in
Hipopituitarism in Adults-An endocrine Society Clinical Practice Guideline. Journal of Clinical Endocrinolgy and
Metabolism. 2016:1-34

- 117 -
Hidrocefalia aguda
del adulto
Dr. Eduardo Cortés Silva
MD. Neurocirujano pediátrico
Profesor de la Universidad de Antioquia

La hidrocefalia se define como la obstrucción del flujo de Clasificación


líquido cefalorraquídeo entre su punto de producción en el
sistema ventricular y su punto de absorción en la circula- Por definición el 98 % de las hidrocefalias son obstructivas.
ción sistémica. Además de la etiología de la hidrocefalia se debe tener en
cuenta si es aguda (tiene síntomas de rápida progresión)
La producción del líquido cefalorraquídeo tiene dos sitios o crónica (la que tiene síntomas de lenta progresión) y las
principales en los que se produce y ambos son intraven- cavidades que compromete (univentricular, biventricular,
triculares. Los plexos coroideos y el epéndimo ventricular, triventricular o tetraventricular).
su circulación es unidireccional e inicia en los ventrículos
laterales y por medio del flujo en masa, iniciado por las En la Tabla 1 se enumeran algunas causas de hidrocefalia:
pulsaciones cardiacas, se dirige a través de los forámenes
de Monro al III ventrículo, pasando luego por el acueducto
de Silvio e ingresa al IV ventrículo, posteriormente, sale Tabla 1.
del IV ventrículo por los agujeros de Lushka y Magiendie
e ingresa a las cisternas perimesencefálicas y al canal Sitio de obstrucción Patología
ependimario medular, luego de ingresar a las cisternas Ninguno Papiloma de plexos coroides
perimesencefálicas se dirige por el espacio subaracnoi- Foramen de Monro
Tumor, anomalía congénita, asimetría
deo hacia las granulaciones aracnoideas (conforma la ventricular pos derivación
circulación mayor del líquido) y hacia los capilares ve- Acueducto de Silvio
Lesión congénita, secundaria a
nosos corticales (conforma la circulación menor), todo obstrucción por tumor extraventricular
ese flujo al final llega al sistema venoso y sale a través de Salida del 4to ventrículo Meningitis crónica, Chiari II
las venas yugulares. Cisternas de la base
Meningitis, pos hemorragia
subaracnoidea
Cualquier estenosis al flujo del líquido durante la circula- Granulaciones aracnoideas Hemorragia o infección en la infancia
ción del mismo, va a producir su acumulación y produce Alteración del flujo venoso
Anomalías de la base del cráneo,
hidrocefalia aguda obstructiva puesto que sólo existe enfermedad cardiaca congénita
una entidad que produce la hidrocefalia aguda comuni-
cante y son los tumores de los plexos coroideos (papi-
loma de plexos coroideos, carcinoma de plexos coroideos
y papiloma atípico de plexos coroideos).

- 118 -
Hidrocefalia aguda
del adulto

Clínica Diagnóstico
0 a 2 años: aumento del perímetro cefálico, dilatación de las El diagnóstico de la hidrocefalia aguda se hace con la clíni-
venas del cuero cabelludo, abombamiento de la fontanela, ca sugestiva de la misma, asociado con los hallazgos en la
fontanela tensa, signo de Parinaud, irritabilidad, vómito en pro- tomografía de cráneo simple (Figura 2).
yectil, somnolencia, compromiso de VI par bilateral (Figura 1).

Mayores de 2 años: cefalea, irritabilidad, vómito en pro- Figura 2. Tomografía de cráneo simple con dilatación
yectil, somnolencia, signo de Parinaud, convulsiones, com- del sistema ventricular asociado con edema transependi-
promiso del VI par bilateral. mario, cierre de cisternas y surcos.

Figura 1. Lactante con macrocefalia, evidenciándose


dilatación de las venas del cuero cabelludo, abombamiento
de la fontanela y signo de Parinaud.

Para efectos de la identificación de la etiología de la hidro-


cefalia se deben realizar imágenes de resonancia magnética
(IRM) del encéfalo simples y contrastadas (Figuras 3 y 4.)

Tratamiento
En los dos grupos de edad anteriores, la triada de Cus-
hing (hipertensión, bradicardia y trastorno ventilatorio) El objetivo del tratamiento de la hidrocefalia es restaurar
aparece en su estadio final. Se debe recordar que, en los la circulación de líquido cefalorraquídeo, por lo tanto, es
adultos, por estar el sistema ventricular contenido en una indispensable encontrar la causa de la obstrucción al flujo
cavidad rígida como es el cráneo, no va a existir una ade- para dar el tratamiento adecuado.
cuada expansión del mismo, como ocurre en los niños y se
pueden presentar síntomas de hipertensión endocraneana
de una manera más rápida, según la severidad del cuadro.

- 119 -
Figura 3. Muestra de resonancia del encéfalo en se- Si la obstrucción al flujo se encuentra en cualquier parte
cuencia T2, con dilatación ventricular asociada con edema de la anatomía intraventricular, el tratamiento adecuado
transependimario y cierre de cisternas y surcos corticales. será una neuroendoscopia intraventricular (Figura 5),
si la obstrucción se encuentra fuera de los ventrículos el
tratamiento será la derivación ventrículo peritoneal o sus
variantes (Figura 6). 

Figura 5: A. Realización de neuroendoscopia cerebral. B


y C: Muestra imagen de neuroendoscopia cerebral que identifica
el piso del III ventrículo perforado por un catéter de fogarty y co-
municando el III ventrículo con la cisterna interpeduncular.

Figura 4. Muestra de resonancia nuclear magnética de


encéfalo en secuencia T2 volumétrico, que evidencia este-
nosis severa del Acueducto de Silvio.

Tomado de: http://www.cirugiaendoscopicaperu.com/?q=node/174

- 120 -
Hidrocefalia aguda
del adulto

Figura 6. Muestra una animación de dos de los siste-


mas de derivación más comunes (derivación ventrículo pe-
ritoneal y derivación ventrículo atrial). Obsérvese a la salida
del ventrículo la pequeña válvula que regula la velocidad de
salida del líquido.

- 121 -
Bibliografía y lecturas recomendadas
1. A Contemporary Definition and Classification of Hydrocephalus. Harold L. Rekate. Semin Pediatr Neurol 16:9–15,
2009.
2. Hydrocephalus in children. Kristopher T Kahle, Abhaya V Kulkarni, David D Limbrick Jr, Benjamin C Warf. The Lancet.
Published online August 7, 2015
3. Theories of cerebrospinal fluid dynamics and hydrocephalus: historical trend, A rewiew. Nigel Peter Symss and Shizuo
Oi. J Neurosurg Pediatrics 11:170–177, 2013.
4. Endoscopic Third Ventriculostomy. Jaime Torres-Corzo and Leonardo Rangel-Castilla. Contemporary Neurosurgery.
Volume 28, number 17. August 31, 2006.
5. Pediatric hydrocephalus: systematic literature review and evidence-based guidelines. Part 4: Cerebrospinal fluid
shunt or endoscopic third ventriculostomy for the treatment of hydrocephalus in children. David D. Limbrick Jr., Lissa
C. Baird, Paul Klimo Jr., Jay Riva-Cambrin and Ann Marie Flannery. J Neurosurg Pediatrics (Suppl) 14:30–34, 2014.

- 122 -
Meningitis postraumática
Dr. Felipe Gutiérrez Pineda
Residente de Neurocirugía
Universidad de Antioquia

Introducción Epidemiología
El trauma continúa siendo una de las principales causas El sistema nervioso central está protegido del ingreso de
de ingreso a los servicios de urgencias en todo el mundo, microorganismos provenientes del torrente sanguíneo por
se estima que aproximadamente 10 millones de personas la barrera hematoencefálica (BHE), y aislado por una barre-
sufren un trauma craneoencefálico (TEC) cada año. (1) ra externa formada por el cráneo y las meninges (4) (pia-
madre, aracnoides y duramadre).
Las complicaciones infecciosas asociadas con el TEC son
eventos raros y se presenta alrededor del 2% de los ca-
sos; sin embargo, la concomitancia de una complicación Tabla 1. Eventos neuroquirúrgicos y su asociación con
infecciosa se asocia con un aumento en la morbimortalidad meningitis (4)
alrededor del 65 %. (2)
Craneotomía 0.8-1.5%
Catéteres ventriculares (DVP- DVA)* 4-17%
Definición Derivación ventricular externa 8%
Catéter lumbar 5%
Meningitis (inflamación de las capas que recubren el encé-
Trauma craneoencefálico 1.4%
falo y del líquido cefalorraquídeo) puede presentarse no sólo
Punción lumbar 1 en 50.000 casos
como una entidad adquirida en la comunidad, sino también
estar asociada con eventos traumáticos o actos neuroquirú- *DVP: Derivación.
gicos (3) que permitan el ingreso de microorganismos a un Ventriculoperitoneal – DVA: Derivación ventriculoatrial

espacio aséptico como es el sistema nervioso central (SNC).

Anteriormente los casos de meningitis asociados con el


trauma o actos neuroquirúgicos se agrupaban con el nom- Fisiopatología
bre de meningitis nosocomiales; sin embargo, en 2017
las Guías americanas de enfermedades infecciosa (IDSA) Los microorganismos pueden ingresar al sistema nervioso
agruparon con el nombre de meningitis y ventriculitis aso- central por contacto directo o a través de un defecto en
ciadas con el cuidado de la salud a todos los casos infec- la barrera hematoencefálica, en el trauma penetrante es
ciosos ocurridos posterior a trauma o neurocirugía, inclu- claro la disrupción de la BHE; (2) sin embargo, en el trau-
sive aquellos documentados años después de la atención ma cerrado pequeños defectos durales pueden llevar a la
médica. (3) aparición de fístulas de LCR por nariz u oídos, permitiendo

- 123 -
un sitio de ingreso para el origen de una infección (5). La Presentación clínica
aparición de una fístula de líquido céfalo raquídeo (FLCR)
posterior a un trauma se estima entre el 20.8 % en TEC no Los síntomas descritos en el contexto de un paciente con
penetrante y 30 % en TEC penetrante. (6) TEC que deberían hacer sospechar que esté cursando con
meningitis postraumática son:

Factores de riesgo • Cefalea de reciente aparición.


• Signos de irritación meníngea.
Numerosos estudios han encontrado diferentes factores de • Fiebre.
riesgo en el trauma craneoencefálico para la aparición de • Convulsiones.
meningitis postraumática, entre ellos se incluyen: (7-8) • Alteración en el estado de conciencia.

• Trayecto del proyectil a través de cavidades potencial- En el contexto del trauma craneoencefálico el reto de sos-
mente contaminadas (senos paranasales, cavidad oral). pechar adecuadamente una neuroinfección, y más aún, el
• Presencia de esquirlas metálicas u óseas en tomogra- conocimiento necesario para tomar la decisión de que pa-
fía postoperatoria de paciente con TEC penetrante por ciente estudiar en busca de meningitis y cuáles no, implica
herida por proyectil de arma de fuego. diferenciar aquellos casos cuyos síntomas sean causados
• Estancia hospitalaria prolongada. por el trauma en sí y cuáles son causados por una infección.
• Fístula de líquido cefalorraquídeo.
• Cirugía emergente para manejo del trauma de cráneo. Por otro lado, muchos pacientes pueden no estar en con-
• Duración de cirugía para manejo del TEC >4.5 horas. diciones para aportar detalles a su historia clínica o ayudar
• Aplicación de catéter ventricular externo. durante la valoración en el examen físico, aspectos que di-

Figura 1. Esquirlas metálicas de proyectil y fragmentos óseos en paciente con TEC penetrante por HPAF.

Tomada de: Cortesía del autor.

- 124 -
Meningitis
postraumática

ficultan aún más la sospecha de meningitis en el contexto Tabla 2. Características del LCR en meningitis postrau-
del trauma. (3) mática. (10)

Meningitis bacteriana Meningitis química


Diagnóstico Leucocitos >7500 Leucocitos aumentados <7500
Glucosa disminuida <10mg/dl Glucosa disminuida >10 mg/dl
Para llegar a un diagnóstico de meningitis, primero se debe Proteínas aumentadas Proteínas aumentadas
partir de la sospecha de estar frente a un paciente con
Neutrófilos aumentados Neutrófilos normales o aumentados
neuroinfección con base en los hallazgos clínicos.
Gram: positivo Gram negativo

Entre los exámenes que ayudan con el diagnóstico están: Lactato en LCR >4.5mmol/L Lactato en LCR <4 .5mmol/L

• Hemograma
• Hemocultivo Los mecanismos aeróbicos y anaeróbicos celulares para
• Urocultivo producir energía (ATP) con liberación de lactato se pueden
• Citoquímico de LCR ver alterados en patologías como la meningitis, (11) en este
• Cultivo de LCR mecanismo fisiopatológico juegan un papel importante los
• Lactato en LCR astrocitos; el nivel de lactato en LCR es una herramienta
útil para diagnosticar meningitis bacteriana postraumática
El hallazgo de fiebre asociada con leucocitosis aunque y, a la vez, es quizá la herramienta más válida para diferen-
puede hacer pensar en neuroinfección, siempre es reco- ciarla de una meningitis química.
mendado descartar otras fuentes de la misma, en especial
conociendo que muchos pacientes con TEC terminan inva- Los niveles de lactato en LCR elevados (>4.5 mmol/L)
didos con dispositivos como tubos endotraqueales, catéter tienen un alto valor predictivo positivo para el diagnóstico
venoso central y sondas vesicales permanentes (3-9). de meningitis postraumática (VPP 96 %), sin embargo,
al igual que ocurre con el citoquímico, no todo lactato
En cuanto al estudio de líquido cefalorraquídeo, vale la elevado es sinónimo de meningitis, otras situaciones en
pena recordar que en un paciente traumatizado el líquido las que se pueden encontrar niveles de lactato elevado
tiende a tener unas características especiales que pueden son la hemorragia subaracnoidea (HSA) y la hemorragia
llevar a confusiones. Entre las características esperadas en interventricular, (12) razón por la cual no debe ser el único
el LCR en el trauma están. (10) parámetro para guiar el inicio de tratamiento ante una
sospecha de neuroinfección.
• Leucocitosis
• Neutrofilia
• Aumento en niveles de proteínas Tratamiento
• Disminución en niveles de glucosa
El enfoque del tratamiento debe iniciar desde el momento
Conociendo esto, es posible realizar un estudio detallado del mismo de ingreso al servicio de urgencias, diversos estu-
LCR del paciente y conocer las diferencias entre un LCR pro- dios han evaluado la utilidad de los antibióticos profilácticos
pio de un proceso infeccioso (meningitis bacteriana) postrau- en pacientes con TEC penetrante dado el riesgo de desa-
mático y una meningitis química por el trauma per se. rrollar complicaciones infecciosas; sin embargo, hasta el

- 125 -
momento no se ha mostrado que el uso de esta medida Tabla 3. Duración del tratamiento según microorganis-
disminuya la incidencia de meningitis postraumática. mo (3)

En el hospital Universitario San Vicente de Paúl se llevó a Staphylococcus coagulasa negativa o P. Acnes
cabo un estudio que buscaba conocer los factores de ries- • Pleocitosis mínima
10 días
go para infecciones intracraneales en heridas por proyectil • Glucosa LCR normal
• Pocos síntomas
de arma de fuego en población civil, en este estudio se
Staphylococcus coagulasa negativa o P. Acnes
usaron antibióticos profilácticos basados en la preferen-
• Pleocitosis significativa
cias del neurocirujano tratante. Este estudio no mostró una • Hipoglucorraquia
14 días
disminución en la aparición de infecciones intracraneales • Síntomas activos
en los pacientes tratados con profilaxis antibiótica, el anti- S.aureus o Bacilos gram negativos
biótico profiláctico más usado fueron las cefalosporinas de con o sin pleocistosis, hipoglucorraquia o 21 días
tercera generación. (7) síntomas.

En los pacientes que se encuentren cursando con una FLCR


el uso de antibióticos profilácticos tampoco ha demostra- Conclusión
do disminuir el riesgo de aparición de meningitis, por el
contrario, su uso aumenta la aparición de microorganismos El trauma craneoencefálico continúa siendo una de los
resistentes a los mismos. (13) principales causas de ingreso a los servicios de urgencias
y motivos de hospitalización, las complicaciones neuroin-
Si en el diagnóstico la sospecha de estar frente a una me- fecciosas, aunque raramente asociadas con el TEC, traen
ningitis postraumática es lo suficientemente alta se debe consigo un aumento en las tasas de mortalidad de estos
iniciar un manejo antibiótico empírico mientras llegan los pacientes. Por ende, la sospecha clínica debe ser la he-
resultados del cultivo de LCR. Los esquemas recomenda- rramienta inicial que ayude a guiar el arsenal diagnóstico y
dos son: (3) terapéutico para combatir estas complicaciones. 

• Trauma penetrante: vancomicina + B- lactaáico (Me-


ropenem /cefepime/ceftazidime)
• Fractura de base de cráneo: vancomicina + cefalos-
porina de tercera generación.

- 126 -
Meningitis
postraumática

Bibliografía y lecturas recomendadas


1. Rutland-Brown W, Langlois JA, Thomas KE et al. Incidence of traumatic brain injury in the United States, J Head.
2003.
2. Meningitis 2014 chapter 4 , Carlos Jimenez et al. Role of Prophylactic antibiotics in posttraumatic meningitis.
3. Cinical Infectious Diseases 2017:64 ,Tunkel et al. Practice Guidelines for healthcare-Associated Ventriculitis and
Meningitis
4. Nosocomial Bacterial Meningitis. N Engl J Med 2010;362:146-54
5. S.J.Hand WL. Posttraumatic bacterial meningitis. Ann Intern Med, vol.72, pp 869-874,1970.
6. Ziu M, Savage JG, Jimenez DF. Diagnosis and treatment of cerebroespinal fluid rhinorrea following accidental
traumatic anterior skull base fractures. Neurosurg Focus. 2012;32(6):E3
7. Jimenez CM, et al . Risk factors for intracranial infection secondary to pentrating craniocerebral gunshot wounds in
civilian practice. World Neurosurg.2013;79:749-755
8. Chen et al. Risk factors associated with postcraniotomy meningitis: A retrospective study. Medicine 2016; 95(31):
1-5.
9. Hader WJ, Steinbok P. The value of routine cultures of the cerebrospinal fluid in patients with external ventricular
drains. Neurosurgery 2000; 46:1149-53;discussion 53-5.
10. YOUMANS and WINN , Neurological surgery,7th Edition, chapter 36 postoperative infections of the head and brain,
Pág. 329.
11. Xiao et al. The diagnostic value of cerebrospinal fluid lactate for post-neurosurgical bacterial meningitis: a meta-
analysis. BMC Infectious Diseases 2016; 16:483.
12. Leib SL, Boscacci R, Grazl O, Zimmerli W. Predictive value of cerebrospinal fluid (CSF) lactate level versus CSF/glucose
ratio for the diagnosis of bacterial meningitis following neurosurgery. Clin Infect Dis 1999; 29:69-74.
13. Antibiotic prophylaxis for preventing meningitis in patients with basilar skull fractures.

- 127 -

You might also like