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«avivamiento» en muchos lugares. Lamentablemente, algunos de esos avivamientos de los que tanto se habla y se presume, a veces, adoptan la forma de grandes fenémenos sociologicos y estan lejos de encajar dentro de los patrones biblicos. Faltos de presencia de Dios, sin cambios sustanciales en el corazon de los convertidos, y con pastores cuya personalidad y actuacién se acerca mas a la de grandes empresarios que a la de verdaderos ganadores de almas; que poseen una excelente oratoria, un gran activismo, pero que estan alejados de la gente y de sus necesidades. En esta obra, el autor, reconocido evangelista internacional, propone un retorno a los patrones evangélicos. Puntualiza que el avivamiento no es un método estructurado de técnicas convencionales, sino el dominio del Espiritu Santo en la vida de la Iglesia. Y el precio de vivirlo y liderarlo, no es barato, pues las cosas que emanan del Espiritu de Dios, a veces, chocan con la muralla de las tradiciones y los principios aceptados y establecidos. . Expone y analiza temas tan importantes como: © ZQué es un avivamiento? * Los obstaculos al avivamiento * El papel de la Alabanza y Adoracién en el avivamiento * Los peligros para el lider en el avivamiento. * 2Por qué terminan los avivamientos? Avivamiento es mas que un libro contando hermosas experiencias personales. Es un manual practico basado en la realidad que vive la Iglesia. El pastor Carlos N. Martinez es Presidente del Ministerio Evangelistico y Misionero «Cristo es la Unica Respuesta» en Chile. Ha liderado campaiias de evangelizacién en los Estados Unidos y en casi todos los paises de Latinoamérica. Foto det nator hunt com Alberto Motes! [oquierta 4-827 dad _—_. editorial clie + CLASIFIQUESE: 490 ECLESIOLOGIA + #67¢ 01-00-0400-08 » REF 224070 > 88482"6 70836 Editorial CLIE Galvani, 113 08224 TERRASSA (Barcelona) AVIVAMIENTO Un retorno a los patrones apostélicos © 1999 por el autor; Carlos N. Martinez Depésito Legal: B. 21.152-1999 ISBN 84-8267-083-2 Impreso en los Talleres Graficos de la M.C.E. Horeb, ER. n® 2.910 SE -Poligono Industrial Can Trias, ‘e/Ramén Lull, s/n 08232 VILADECAVALLS (Barcelona) Printed in Spain Clasifiquese: 0490 ECLESIOLOGIA - Avivamiento y Despertamiento CTC. 01-06-0490-08 Refgrencia: 22.40.70 Agradecimiento Con todo mi amor, expreso mi gratitud a Dios por mi esposa Marfa Angélica, quien siempre ha sido un apoyo € inspiraci6n a mi vida ¢ igualmente a mis hijos Carlos Ezequiel, Oscar Andrés, Acsa Jireh y Daniel Benjamin, quienes han sido también muy comprensivos con la vida ministerial, pues aman al Sejfior y eso me bendice. Gracias por los que continuamente oran por mf y el ministerio que presido. Mi gratitud también es para Editorial CLIE, que me permite llegar a miles de creyentes con un mensaje que puede encender nuestra América Hispana. Finalmente, la alabanza y el reconocimiento es a Dios el Padre, Hijo y Espiritu Santo, pues me han confortado y dado nuevas fuerzas. Indice Prélogo...... ll Introduccién .. 13 1 El plan de Dios para su Iglesia .. 15 La Iglesia debe suspirar por un avivamiento ... 15 Los intelectuales también necesitan avivamiento Un equilibrio entre lo social y lo espiritual Autoexamen Orando por un avivamiento La férmula de Dios ..... Soplan vientos de avivamiento 2 El pretexto satdnicg..... 3 Cinco preguntas clave para saber qué es un avivamiento . 1. Qué es un avivamiento en todo su alrededor? ....... 2. Por qué no tenemos hoy un avivamiento como el descrito en algunas partes del mundo? 3. {Qué es un avivamiento en toda su profundidad? 4. {Qué no es un avivamiento? ... 5. 4Cémo se produce un avivamiento? 4 El precio de un avivamiento ..... 1. Ejemplos de algunos siervos de Dios 2. Oracién perseverante y fe en Dios 3. La importunidad de la oracién 4. Oracién de guerra .... 5. Oracién y ayuno.... 6. Oracién con dolores de parto. 7. Mas trabajo, menos descanso .. 8. Soportar la critica. 9. Predicar como Dios quiere . 5 Los resultados de un avivamiento 1, Reconciliacién entre hermanos... 5. Crecimiento de la iglesia .. 6. La caridad y el servicio cristiano. . 149 6 Derramamiento del Espiritu Santo 153 1. Bendiciones perdidas por la ause1 156 2. La iglesia tiene que prepararse . 157 3. {Qué cosa hacer cuando el Espfritu Santo se derrama’ 158 4, Oracién en voz alta ..... 5. Personas que dificultan un avivamiento .. 6. El engafio espiritual 7 La soberania del Espiritu Santo 1. La direccién del Espfritu Santo en los cultos .. 173 2. La unci6n....... 175 8 Los obstéculos del avivamiento 177 1. Vida espiritual desordenada 177 2. Sopor espiritual 178 3. Critica destructiva 178 4. Envidia .. 178 5. Hipocresfa .. 179 6. Robarle a Dio: 180 7. Ira e impaciencia 180 8. Mundanalidad.... 181 9. No reconocer la voluntad de Dios 181 9 Alabanza y adoracién. Alabemos al Resucitado 1. Dios nos ensefia a alabarle en cada situacién .. 2. Dios nos ensefia a alabarle por medio del canto 3. Dios nos ensefia a alabarle con instrumentos.. 4. Dios nos ensefia a alabarle en la congregacié 5. Dios nos ensefia a alabarle a toda hora 6. Sacrificio de alabanza 7, Griterfo .. ———-B. Adoracién .. 9. Los prejuicios, complejos y materialism 10. La falta de colaboracién...... 11. ¢Cémo ayudar a los siervos de Dios? 1, No le quite el tiempo en cosas sin importanc: 2. Defiéndalo de la critica = 3. Apéyelo y colabore con él en todo lo que traiga progreso y honra al evangelio..... es 4. Preoctipese de sus necesidades materiale: 12 Pureza de corazén 1, Amor nacido de coraz6n 2. Amor de conciencia buen: 3. Amor de fe no fingida . 4. Evidencias de limpieza de corazén 13 Lenguaje de victoria ...... 14 ¢Por qué terminan los avivamientos: 1. El legalismo 2. El cansancio 3. El emocionalismo Eptlogo . Aqut en California, U.S.A., hemos esperado con ansias esta segun- da edicién, pues ha sido muchisimo el pueblo de Dios que habia preguntado acerca del libro Avivamiento. Ahora, gracias a Dios, ya estdé aqut. Y gracias, por supuesto, a Editorial Clie. Creo, finalmente, que el libro de Los hechos atin se esta escribien- do enmuchos lugares del globo, ahora no por la pluma de los «grandes apéstoles», sino por la vida y el trabajo de los «pequefios apéstoles». Y alli en esa parte de Chile, que es como... «lo tiltimo de la tierra»... se han estado escribiendo estos capttulos escritos por la pluma de este «pequefo apéstol», varén de Dios, Carlos Martinez. Pastor Josu# Munoz Baldwin Park, California, U.S.A. Introduccion Agradezco a Dios que Editorial CLIE publique esta segunda edicién internacionalizada, ya que es la respuesta a las muchas sugerencias recibidas de pastores de Estados Unidos, México, Argentina, Chile y otros paises donde me ha tocado ministrar y en donde la primera edicién fue recibida con gran entusiasmo y difundida ampliamente, tanto que en menos de un afio se agoté su edicién, siendo una tremenda bendicién a la cristiandad. Lo que expongo en el libro ha sido lo que he asimilado en la Escuela del Sefior; una de las verdades que me ha hecho experimentar bendiciones increfbles es el confesar su Palabra con mis labios, tener un lenguaje biblico y de victoria. No he temido el precio que el avivamiento implica. La Iglesia debiera deleitarse en regresar a los patrones apos- télicos y experimentar un crecimiento numérico y en santidad. Muchos creyentes gastan energfas en cosas sin valor, pero murmuran si se alaba y adora a Dios bfblicamente. Actualmente hay mucho «avivamiento» sin presencia de Dios, sin cambios en el coraz6n, con pastores que se han con- vertido en empresarios, con gran activismo, pero alejados de la gente y de su necesidad. En esta obra puntualizo que el avivamiento no es un método convencional, sino el dominio del Espiritu Santo en la vida de la Iglesia; a la vez, el precio no es barato. Muchos Ifderes a través de los tiempos, y principalmente hoy, no quieren entrar en el Santuario de Dios, vivir de acuerdo con los patrones apostdélicos, pero cuando hay creyentes que han gustado las cosas que emanan del Espiritu de Dios, a veces, chocan con una muralla de necidos conceptos teolégicos, que aturden al recién conv! y que por creer en la Palabra y buscar el ser lleno del Espfritu Santo hasta experimentarlo, es confundido en vez de ser orientado sabia y espiritualmente. Algunos escapan buscando pan y agua fresca. Avivamiento es restauraci6n espiritual. Es obedecer los man- damientos del Sefior. Es crecimiento y salud espiritual. Mi oracién a Dios y mi fe es que muchos cristianos serén bendecidos y avivados. Ademds, muchos siervos de Dios serdn despertados a buscar el poder del Espiritu Santo para un minis- terio fructifero. La mayor recompensa por este trabajo es que cumpla el propésito divino. Para la gloria de mi Sefior. Cartos N. Martinez G. El plan de Dios para su Iglesia Estoy persuadido de que el plan de Dios para estos tiltimos tiempos es un avivamiento universal de su Iglesia, una restaura- ci6n total, un retorno a los patrones apostélicos; comenzar a vivir de acuerdo con los propésitos de Dios; experimentar un renacer a la obediencia divina. _Actualmente hay muchos cristianos vacios y afanados a las cosas temporales de esta vida, que dormitan espiritualmente, quienes son vergiienza al evangelio con sus vidas mediocres e hipécritas, los cuales no han entendido o no han querido entender el deseo de Dios para su pueblo, pero cuando la Iglesia de Je- sucristo viva en el Espfritu la cosecha sera un resultado de esa vida productiva engendrada y controlada por el Espfritu divino. El andar del creyente restaurado es vivir en total voluntad de Dios. Con el Espfritu de vida (Ro. 8:4) y de poder (Hch. 1:8) romper los moldes litirgicos, estructuras tradicionales y concep- tos denominacionales, porque se sumergir4 en la Palabra de Dios y estudiar4 bajo la direccién y revelacién del Espiritu Santo. La Iglesia debe suspirar por un avivamiento El Sefior me permitié escribir algunas reflexiones el afio 1977 en la revista evangélica Salud y Vida, en la que expuse con cierta extensién acerca de la necesidad de un avivamiento de Dios. También el primer mensaje que prediqué en la iglesia de Pu- rranque (Chile), la cual pastoreo, fue relacionado con esta misma @ verdad —avivamiento-, porque el Espfritu Santo me habfa ense- fiado que toda sequedad espiritual, letargo, mundanalidad y pe- reza tendrian soluci6n con la intervencién poderosa y sobrena- tural de Dios. Sélo el fuego purificador del Espfritu Santo podria consumir toda escoria de carnalidad y preparar un pueblo celoso de buenas obras y que aprendiera a adorar a Dios en «espiritu y verdad» (Jn. 4:24). Los intelectuales también necesitan avivamiento Un antiguo religioso de Purranque (Chile), manifesté un dia lo siguiente: «Y ése no ha cursado cuarto medio. ..». Es decir, que en su ceguera espiritual, pensaba que el Espfritu Santo esté limi- tado a los que logran superarse educacionalmente. Le causé extrafieza que jévenes estudiantes de ensefianza media y algunos universitarios fueran llenos del Espiritu Santo, hablasen en len- guas y alabasen con fervor y jubilo al Sefior. En nuestra era tecnolégica observamos que muchos se aver- giienzan de las manifestaciones del Espiritu Santo y del Evangelio de Jesucristo con todo lo que involucra. Entonces, en su desespero para conservar su posici6n religiosa y de falsa espiritualidad, han elaborado un «Nuevo Evangelio», acomodativo a su egocentris- mo; un evangelio sin exigencias a su vida c6moda y sin fruto, sin sangre, sin redentor y sin poder, Por esta razén hay pastores y creyentes que se rfen de aquellos que suspiran por una nueva visitacién del cielo; entonces, lo mas facil es desnaturalizar, mutilar y torcer las verdades inalterables de la Palabra de Dios para satisfacer su egocentrismo. En su libro Of God and Man, el difunto Pastor A.W. Tozer comenta lo siguiente: «Debemos enfrentarnos a la realidad: nuestro nivel de espiri- tualidad es bajo. Nos hemos ido autolimitando hasta el punto que el incentiyo de alcanzar objetivos espirituales mds elevados ha desaparecido por entero. Extensos e influyentes sectores del cris- tianismo fundamentalista se han dejado arrastrar por practicas escriturales, cosa totalmente injustificable a la luz de la ve: hictérica del cristianismo v altamente dafina para la vida de cada cristiano. Se ha imitado al mundo, se ha buscado el favor popular, se han fabricado diversiones para remplazar el gozo del Sefior y se ha producido un poder sintético para sustituir la obra real y eficaz del Espiritu Santo. La luciémaga ha tomado el lugar de la zarza ardiente y un menguado centelleo de cristianismo ha susti- tuido el fuego de Pentecostés». Un equilibrio entre lo social y lo espiritual Cuando la cristiandad madruga para ir a la playa, paseo y/ © mera actividad social, es cuando se precisa un avivamiento de Dios que consuma toda carnalidad; no quiero decir que sea malo momentos sociales con nuestros hermanos en Cristo, pero cuando hay diligencia y accién para esas cosas y no para orar y velar en la presencia de Dios, es precisamente cuando mas necesitamos de la revelacién del Espiritu Santo para entender el plan que nuestro Sefior quiere para su Iglesia. Lo cierto es que no he visto convertidos en este tipo de actividades; pero si los hay, son los menos. {Qué de las deno- minaciones fundamentalistas que sintiéndose fuertes empezaron a compartir el evangelio social? Se olvidaron que sobre todas las cosas el evangelio es «poder de Dios para salvacién» (Ro. 1:16). Y cuando este evangelio es predicado y se hace evidente en la Iglesia, acta sensiblemente, ayudando en la necesidad domés- tica, puesto que el evangelio es pragmatico. La problematica se desprende del hecho de que no ha habido una comprensién cabal de lo que es el evangelio, pues por largo tiempo la Iglesia ha predicado media verdad; es decir, presentar un evangelio de ofertas, un evangelio comercial. Por ejemplo: si ta das esto, recibirdés aquello; si tienes problemas, El te los so- luciona; s6lo acéptale como Salvador. Es cierto que Cristo suple las necesidades espirituales, romanticas, econémicas y fisicas, pero este mismo Cristo que ofrece tales beneficios denuncia el pecado y demanda de nosotros una identificacién total con el Cristo resucitado. Lo expresa con las siguientes palabras: «... ven, sigueme, tomando tu cruz» (Mr. 10:21). fitimamente ha habido un temor carnal de predicar la ve total, proclamar con voz altisona que Cristo es Rey; pero cuans esto es una realidad, nuestra espiritualidad tiene una clara reper- cusién social. Recordemos a la cristiandad neotestamentaria: «Todos los que habfan crefdo estaban juntos, y tenfan en comtin todas las cosas; y vendfan sus propiedades y sus bienes, y lo repartian a todos segtin la necesidad de cada uno. Y perseverando undnimes cada dfa en el templo, y partiendo el pan en las casas, comfan juntos con alegrfa y sencillez de coraz6n, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Sefior afiadfa cada dia a la iglesia los que habfan de ser salvos.» «Y la multitud de los que habfan crefdo era de un corazén y un alma; y ninguno decfa ser suyo propio nada de lo que posefa, sino que tenfan todas las cosas en comtin.» «Asf que no habfa entre ellos ningtin necesitado; porque todos los que posefan heredades o casas, las vendfan, y trafan el precio de lo vendido, y lo ponfan a los pies de los apés- toles; y se repartfa a cada uno segiin su necesidad» (Hch, 2:44-47; 4:32, 34 y 35). Es insoslayable el hecho de que somos la luz del mundo y sal de la tierra, por tanto la iglesia debe ser una fraternidad donde reine amor, justicia, paz y generosidad, teniendo como finalidad penetrar en la oscuridad. Debe ser un pueblo escogido que tenga influencia y parte activa en la sociedad, no para penetrar con el poderoso mensaje de Dios, llegando a todos los estratos sociales no para congraciarse con los personeros de influencia en la co- munidad, sino para denunciar su pecado y mostrarles el amor de Dios. La insensibilidad de la cristiandad para compartir los bienes con los necesitados debe ser desterrada. El egofsmo es uno de los frenos de la bendicién divina. Actualmente observamos por un lado un capitalismo indiferente al dolor humano y el marxismo que es flagelo a la iglesia y a la fe en Dios. Todos los disturbios, protestas, descontentos y violencias revelan que nuestro mundo est4 vacfo y desordenado, ha perdido la presencia de Dios; por tanto, ni el capitalismo injusto ni el marxismo ateo son la solucién para la problematica existente. Y desafortunadamente la iglesia se ha mundanalizado si- guiendo las corrientes filos6ficas de hombres corruptos, des- echando al autor de la vida, Jesucristo (Jn. 1:1-4), y uniéndose al descontento popular y contristando al Espfritu Santo. @ 2 E! materialismo ateo no es la solucién para la iglesia (1 Co. 13:1-2). La iglesia de Jesucristo no debe congraciar con el marxismo ni con el mundo y sus falacias, sino mantener un romance serio y profundo con Jesucristo. La respuesta no esté en los conceptos de los hombres, sino en una persona divina, Jesu- cristo, quien nos dio las pautas para nuestra influencia espiritual y social en el medio en el que nos desenvolvemos. La terapia divina no cambia; Jestis dijo: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serén afiadidas» (Mt. 6:33). Cuando el hombre pone a Dios como la cosa mas fundamen- tal de la vida, El se encargaré de suministrar todo lo que nos falte conforme a sus promesas (Fil. 4:19). El cimiento para el éxito econémico es buscar a Dios y ponerle en la perspectiva correcta: * Primero, Dios; * Segundo, mi préjimo; * Tercero, yo. Lo que se necesita no es recalcar los fundamentos de la fe, sino la presencia de Dios. Si el cristianismo no ha crecido més es por la carencia de maestros que irradien la presencia de Dios y ensefien las cosas eternas por el Espiritu Santo (1 Co. 2:12-13). Cuando dentro de una congregacién hay hombres y mujeres deseosos de conocer las verdades espirituales, éstos no se satisfacen con una homilética o hermenéutica simple, producto de la intelectualidad humana. . De ahf que solamente la ensenanza ungida nos de} hartos, Con raz6n Tozer dijo: «En nuestros pilpitos falta calidad espiritual», pues existen muchos pulpitos modernos que presen- tan una fe debilitada y un mensaje vacfo carente de la dinanpy del cielo. 6 Autoexamen Hay un hecho innegable, que cuando Cristo bautiza en el Espiritu o Ilena una vida con su poder, necesariamente tiene que revisarse 0 autoanalizarse, no para traer una doctrina nueva, porque la doctrina de Jesucristo y la de los apéstoles es una sola, sino para aceptar el propésito de Dios para su iglesia y reconocer la Biblia como la Palabra de Dios, regla autoritativa de fe y conducta. Por esta raz6n muchos creyentes tienen que ordenar sus vidas de acuerdo con los patrones. Orando por un avivamiento La Biblia dice: «El viento sopla de quiere, y oyes su sonido...» (Jn. 3:8). Entonces, todo tradi- cionalismo rigido o formalismo muerto est4 en contrariedad al deseo de Dios. S€ que no es mi deseo particular, sino el plan de Dios, que la iglesia sea avivada, con pastores, ancianos, diéconos y creyen- tes llenos del Espiritu Santo que no tengan miedo a su poder, que tengan una visién amplia para comunicar el mensaje de Dios poderoso en el testimonio, Congregaciones con nuevas estructu- ras evangelisticas, que alaben y adoren «en espiritu y verdad», hombres y mujeres que oren en agonfa de alma por los pecadores sin Cristo; que lloren por la tibieza y mediocridad espiritual, por los hogares destrozados, por los nifios que sufren y j6venes que transitan por caminos tortuosos; cristianos que no roben a Dios los diezmos y las ofrendas; cristianos que cumplan sus compro- misos con la patria pagando los impuestos y siendo honestos y trabajadores; cristianos que cancelen justos salarios a sus re) pleados; cristianos que ayuden con frecuencia; cristianos cuy; hogares sean modelados por la Palabra de Dios; congregaciones donde el nombre de Cristo sea glorificado a través de la predi- cacién y ensefianza ungida por el Espiritu Santo. La iglesia donde Cristo imparte sus carismas. Esta es la iglesia que Cristo viene a buscar, una iglesia pura y poderosa, avivada, pues el avivamiento no es producto de la casualidad, sino del trabajo unido en su propdsito. Cuando el coraz6n del pastor e iglesia estén en armonfa con los planes y propésitos del Altfsimo no hay traba que impida que El obre con su poder. La formula de Dios El avivamiento nunca tendré prioridad hasta que veamos claramente que la férmula de Dios no ha cambiado. Esté estipu- lada en la ensefianza neotestamentaria. En el afio 1983 existié la posibilidad que yo fuera evangelista de la corporacién Alianza Cristiana y Misionera de Chile. Elaboré un planteamiento muy sencillo, y sefialé entre algunas cosas la ténica del ministerio: oraci6n, avivamiento y evangelismo; vale decir, el evangelismo como resultado del avivamiento y el avivamiento como resultado de la oracién saree «Todos éstos perseveraban undnimes en oraci6n y ruego...» (Heh. 1:14), Primer paso: oracién «Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual Ilené toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentén- dose sobre cada-uno de ellos. Y fueron todos Ilenos del Espigg Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, segtin el a les daba que hablasen» (Hch, 2:2-4). eee EE——————————— Segundo paso: avivamiento, Nueva vida y dominio del Espiritu sobre la cristiandad. «Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alz6 la voz y les hablo... Al ofr esto, se compungieron de coraz6n, y dijeron a Pedro y a los otros apéstoles: Varones hermanos, {qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentfos, y bautfcese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perd6n de los pecados... Asf que los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se afiadieron aquel dfa como tres mil personas» (Hch, 2:14, 37-38 y 41). Tercer paso: EVANGELISMO. Tres mil convertidos. Soplan vientos de avivamiento El evangelista argentino radicado en Estados Unidos, Alberto Motessi, en una de sus conferencias dictadas en el Congreso de Amsterdam ‘83 en Holanda dijo: «Estdn soplando vientos de avivamiento. Nuestras vidas y con- gregaciones, el mundo y la historia serén cambiadas». El Espfritu Santo ha comenzado una gloriosa labor de res- taurar los corazones claudicantes, y usa hombres y mujeres para cumplir su propésito. jMés que soplo, se avecina un diluvio de poder! ;Amén! jDespierta, hermano pentecostal! jDespierta, hermano! jDespierta, creyente tibio! «Por lo cual dice: Despiértate, ti que duermes, y levantate de los muertos, y te alumbrara Cristo» (Ef. 5:14). El pretexto satanico El maligno sabe que el avivamiento de Dios conllevard a desalojar la vergiienza y mundanalidad de la iglesia y a renovar a su pueblo a dimensiones de victoria. Por tal raz6n, su afan mayor es introducir sutilmente nuevas estrategias para paralizarla y volverla inmévil e insensible. El diablo es el adversario implacable de Dios y de su obra; por eso no nos extrafia que él se esfuerce para introducir concep- tos espurios en las mentes de cristianos pasivos, que no suspiran por un mover de Dios, porque temen que los escondrijos de maldad en su coraz6n sean puestos al descubierto; otros perse- veran en su comodidad porque se han acostumbrado a un cris- tianismo estéril y sin demandas. Empero, el corazén sediento de Dios no se satisface con poco y discierne cuando los razonamien- tos humanos son inspirados por Satan. El pretexto satdénico es no oponerse abiertamente al aviva- miento, sino decir que depende solamente de Dios. Es un asunto exclusivamente de El, de su soberanfa. Estas expresiones que comtinmente salen de cristianos sinceros, sin embargo, es uno de los tantos engajfios del diablo; pues, aunque es Dios quien envia el avivamiento, hay muchas cosas que la cristiandad debe hacer para esperar el ansiado despertar espiritual. En el capitulo anterior decia que la norma de Dios es que la oraci6n anteceda al avivamiento. Es decir, debemos experimentar un clamor agénico y la resolucién fija de hacer un alto con el pecado; estar llano a confesarlo y ponernos en una correcta re- lacién con Dios y nuestro prdéjimo. Las Sagradas Escrituras nos alientan a creer todo lo que Dios nos ha prometido. Su poder y misericordia no han cambiado; asi como Dios libré milagrosamente al pueblo de Israel de la mano. opresora de Fara6n; y lo dirigié por medio de la columna de fuego de noche, y una nube de dfa. Milagrosamente también derribé las murallas fortificadas de Jericé para que Josué y los israelitas pudieran pasar y adentrarse a la tierra prometida. Asf hoy, Satands obstruye el camino a la victoria, a través del susurro a los ofdos de los cristianos nominales, quienes replican todo depende de Dios y no hay nada que nosotros tenemos que hacer. Este es uno de los pretextos que el maligno ho logrado introducir: el hacer pensar que si oramos por un avivamiento es programar a Dios. El diablo quiere que se ensefie este embuste. Otro engaiio es influir en el cerebro de algtin anciano(a) que, por el hecho de ser antiguo dentro de la congregacién, sea con- siderado como patriarca y que muchos lo consideren como pa- labra autorizada. Toda opini6n es valedera si esté avalada por la revelacién bfblica, pero hay muchos incautos que por su pereza en la reflexién espiritual y en la vida de oracién son contaminados con una influencia nociva de hermanos que, aunque salvos, nunca han conocido una vida de poder, transparente y de frutos para la gloria de Dios. Algunos consejeros que se oponen a las manifes- taciones del Espiritu Santo son sinceros, pero no les redime de su culpa, pues todo intento carnal de frenar el avivamiento es una actitud absurda y que est4 de acuerdo con los deseos del mismo diablo. @ Cinco preguntas clave para saber qué es un avivamiento 1. {Qué es un avivamiento en todo su alrededor? Lo elemental es saber que un avivamiento se produce cuando admitimos el deterioro espiritual, la carencia de vitalidad interior, porque es dificil para el cristiano mantener el nivel que lo llevé a experimentar una vida nueva, fecunda y conmocioné a otros. La historia certifica que en los grandes avivamientos del Espfritu Santo, Dios encendié a hombres y mujeres y los levant6é como antorchas ardientes, conllevando una gran cosecha de almas. Sin embargo, pasan los aiios y lo que produjo real fruto se convierte en una gran estructura organizacional, pero con total ausencia de poder, autoridad y vida del Espiritu. Un avivamiento trae una cosecha que viene de Dios, pero antes que esto acontezca, los colaboradores de Cristo, su labranza, tienen que disponer sus corazones para ser arados, podados y limpiados en el fuego de Dios y el poder de su Palabra. En diferentes 4reas del mundo el Espiritu Santo est4 encen- diendo la vida de pastores y congregaciones, quienes estén con un coraz6n abierto al rocio fresco de su presencia, Sus vidas sin fuerza y secas espiritualmente, han recibido una nueva dimensién de revelacién e inspiraci6n para vivir en el trazado divino y ser parte del diluvio de poder que se acerca. Vayamos a las paginas biblicas para responder la pregunta: {Qué es un avivamiento en todo su alrededor? La Biblia dice: «Asf que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se afiadieron aquel dfa como tres mil personas» (Hch. 2:41). Tres mil personas recibieron la Palabra dando evidencia de su conversién a Cristo. Esto sucedié en un dia. «Pero muchos de los que habfan ofdo la palabra, creyeron; y el ntimero de los varones era como cinco mil» (Hch. 4:4). Cinco mil varones, sin contar mujeres ni nifios, determinan obedecer la Palabra y vivir para Cristo. Todo esto sucedié en un dfa, Antecedi6 a estas conversiones el milagro de un cojo sanado. «Y salfa a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordin» (Mt, 3:5). En el avivamiento bajo el ministerio de Juan el Bautista vemos algo similar. Nétese que hubo 400 ajfios de silencio im- presionante, no habfa voz profética desde los dfas del profeta Malaqufas. Pero Dios levanta a este varén con una palabra po- derosa y como una antorcha que ardfa; y muchos se regocijaron en esa luz. Toda una ciudad es despertada; las ciudades de su alrededor son despertadas a la busqueda de Dios. «Acontecié en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judios, y hablaron de tal manera que crey6 una multitud de judfos, y asimismo de griegos» (Hch. 14:1). Esta misma evidencia la vemos en los hombres que Dios ha utilizado para encender fuegos de avivamiento. En 1835, Tito Coan comienza su labor espiritual en las playas de Hawai. Mientras comparte la Palabra de Dios multitudes le ofan. Esta bendicién se acrecienta en 1837 cuando el fuego de Dios se enciende. Las personas ven{an a él a escucharlo. Muchos temblaban, lloraban y daban voces pidiendo clemencia al Sefior; algunos gritaban aduciendo fuertes dolores, era como si una espada los traspasase literalmente. Los que se iban a mofar del Espiritu Santo, cafan fulminados por el poder de Dios. Los que tenfan conflictos interpersonales, los enmendaban; los borrachos eran libertados; los adulteros y fornicarios dejaban impureza. Todos procuraban ordenar sus vidas con Dios y el préjimo. En el curso de un afio se convirtieron cinco mil doscientas cuarenta y cuatro personas quebrantadas por el Espiritu Santo. No era gente que se gozaba solamente en «cultos lindos», sino gente que era internamente cambiada. En un solo domingo se bautizaron mil setecientas cinco personas. Antes de partir a las mansiones de gloria este hombre de Dios bautizé once mil novecientas sesenta personas. jAleluya! En 1738, Dios levanté a Jorge Wittifield, Juan y Carlos “Wesley, quienes influyeron polftica, moral y espiritualmente en Inglaterra. Juan Wesley formé un ejército divino. Las personas que eligié eran sencillas y risticas: mineros, peones, soldados y por lo general matrimonios jévenes. Fueron valientes soldados que evidenciaron fuegos de avivamiento. En el capitulo IV abordo en mayor amplitud el impacto que produce un avivamiento para una ciudad y sus alrededores. En 1904, todo Gales estaba envuelto en una Ilamarada im- presionantes. La manifestacién del poder de Dios fue més allé de la comprensién humana, hombres y mujeres cayeron por el hacha de Jehov4 como Arboles en el bosque. Fue un aluvién de fuego que se extendié por todo el pafs. Tan grande fue la visitacién que los servicios comenzaban a las 10:00 y se extendian hasta las 24:00 horas. Pero hubo noches enteras de cultos en el templo. Evan Roberts fue el instrumento que Dios utilizé. Antes de que el avivamiento comenzara el pais vivia en total indiferencia; la asistencia a los cultos era floja y el pecado pre- dominaba por todas partes. Se vivia una condicién terrible, pero fue aquf donde la gloria de Dios comenzé a traer conviccién de pecado, y los borrachos, los ladrones, fornicarios, los incrédulos, dejaban sus malos caminos y se volvian a Cristo para vivir una vida respetable. Habfa lagrimas, arrepentimiento, confesién de pecados, res- titucién de las deudas, las relaciones rotas eran sanadas e incluso las mulas de los mineros no querfan trabajar, pues no estaban acostumbradas al buen trato. En un perfodo de cinco semai convirtieron veinte mil personas. En 1906, el derramamiento del Espfritu Santo en la calle Azusa en Los Angeles, California, fue una manifestacién fresca que impartié poder y que dio forma al pentecostalismo moderno. Este no fue un lugar de multitud de convertidos, sino que vi- nieron pastores y lideres de diversas naciones que fueron encen- didos llevando fuegos de avivamiento a sus hogares e iglesias. Muchos pastores concurrieron para observar con un espfritu critico. Pero muy pronto su carnalidad fue cambiada por admi- raci6n, pues muchos de ellos, los mds orgullosos, rodaban por el suelo pidiendo misericordia a Dios. En 1909 en la ciudad de Valparafso, Chile, comienza un mo- ver del Espfritu Santo como resultado del hambre y la sed de ex- perimentar la promesa de Pentecostés. Este anhelo los insté a orar con intensidad. Providencialmente, el pastor Willis C. Hoover recibié algunas cartas de amigos en otros pafses, los cuales le contaban de la experiencia del bautismo del Espiritu Santo, y esto vino a ser una confirmacién a las convicciones que ellos tenfan sobre esa experiencia como parte de la herencia que la iglesia debia recibir. Las personas eran tocadas poderosamente por el Espfritu Santo, cantaban con fervor, lloraban inconsolablemente; otros se reconciliaban con sus hermanos, confesaban sus pecados y muchos cafan al suelo por el poder de Dios y permanecfan en el piso por horas. De repente se levantaban y parecfan ebrios; todo era una locura de gozo. Todas estas manifestaciones trajeron libertad espiritual a muchas vidas y como un reguero de pélvora fuegos de avivamiento se extendieron por nuestra patria llegando la noticia a otros pafses. Lo que el Espiritu esta haciendo hoy Lo que en muchos lugares est sucediendo no es una visitacién temporal del Espfritu Santo, sino que permanentemente esté dando fruto para la gloria de Dios. De lo que debemos darnos cuenta es que muchas veces el avivamiento es para bendecir vidas, dinamizarlas y tornarlas efec- tivas en la extensién del reino de Dios, pero también los aviv; mientos vienen juzgando la maldad. + Argentina ha sido ricamente bendecida: Dios ha levantado hombres que han aprendido a creerle y dejar que el fluido de su presencia Ilene sus vidas, encienda ciudades y que de otras na- ciones vayan a ver lo que est4 sucediendo en un pais que hace 20 afios atrés era apatico al mover del Espiritu Santo. * Canadé, espec{ficamente la ciudad de Toronto, donde he sido informado de que desde 1994 hay un mover del Espfritu de Dios tremendo que ha vitalizado ministros, quienes no deseaban continuar su trabajo ministerial, cansados, decepcionados, fraca- sados y tensos han cafdo bajo el poder de Dios, han experimen- tado una frescura de su gloria y han sido levantados con nuevos brios, dispuestos a entrar en el campamento del enemigo y re- cuperar todo lo que el diablo habia usurpado. Sélo un hombre que esté atado a las celdas de la tradicién pondrd en duda que el Sefior esta tocando a sus hijos en el mundo, trayendo renovaci6n para que con nuestros ojos veamos la cose- cha que viene. + Estados Unidos. S6lo mencionaré al pastor John Kilpatrick, de la iglesia Las Asambleas de Dios en Pensacola, Florida. En 1995 la gloria de Dios cayé en la iglesia y cientos de personas fueron salvas y otras fueron renovadas espiritualmente. Comen- zaron a ocurrir milagros y toda clase de manifestaciones del Espiritu Santo. Muchos cayeron al suelo. Tan grande fue la manifestacién del Espfritu de Dios que tuvieron que extender el servicio esa noche, pero lo m4s importante es que todavia contintia de forma ininte- rrumpida por espacio de un aiio y medio (tiempo en el que estoy escribiendo). Han tomado su decisién por Cristo cerca de treinta mil per- sonas. Todos los dfas cerca de cuatro mil escuchan la Palabra y son ministradas por el Espfritu Santo. Los hombres y mujeres estén siendo cambiados. Esto es un avivamiento en todo su alrededor, pues la noticia de lo que Cristo esté haciendo se esparce por todos los lugares. + Nigeria. Conocf a Benson Idahosa, un hombre de Dios, quien tiene un testimonio de rescate maravilloso. Fue salvado su madre de un carro basurero, pues habfa sido arrojado pensando que habia muerto. Nacié en medio de gran pobreza, sin carifio paternal y en un hogar que no conocfa a Cristo. Un dfa Dios lo salv6 y llam6 posteriormente al ministerio; lo Ilené con su Es- piritu Santo y lo utilizé para encender fuegos de avivamiento en Africa, Actualmente lidera a 8 millones de miembros; es un em- bajador de Jesucristo; hombre prosperado, Este es el avivamiento que necesitamos en las congregacio- nes, para que se extienda a otros lugares con fuerza. La fama de Cristo serd conocida y la manifestacién visible de su gloria seré el reflejo de cambios en el corazén. 2. {Por qué no tenemos hoy un avivamiento como el descrito en algunas partes del mundo? {Cual es la causa? Aunque hay pueblo que esté experimen- tando un rio de bendiciones, recuperando territorio que el diablo habia usurpado; sin embargo, también existen ministros que lo Unico que anhelan es cantidad de personas y no calidad espiritual. Ambas cosas son necesarias. No podemos vislumbrar un avivamiento con todo su alcance, porque hay ministros que son infieles. Suavizan el mensaje con frases remilgadas, y ensefian, sutilmente, ideas modernistas. A lo menos hay tres cosas que deseo destacar: a) El activismo El mero activismo no es una sefial de avivamiento y puede producir una falsa alegria. Es cierto que la pereza roba la victoria al pastor, a la congregacién y al creyente en particular, pero puede haber un activismo sin presencia de Dios. No debemos perder la vida espiritual que un dfa nos permitié hacer cosas para Cristo; debemos establecer un orden de prioridades: el Sefior, la familia y la obra. Lo que Dios desea es una vida equilibrada, madura y dind- mica; pues un ministro perezoso se conoce por su predicacién. Carece de profundidad bfblica y tesoro espiritual; se constituye en un pardsito religioso y la Biblia dice al respecto: 30 «Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Sefior Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordena- damente, y no segtin la ensefianza que recibisteis de nosotros. Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarn pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, ni comimos de balde pan de nadie, sino que trabajamos con afan y fatiga dfa y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. Porque también cuando estébamos con vosotros, os ordendbamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma» (2 Ts. 3:6-10). También, una actitud indolente dard la bienvenida a un sinni- mero de tentaciones e impediré una vida util, dichosa y bendecida. b) El conformismo La gran tragedia de muchos cristianos es que se han vuelto apéstatas, y no lo saben. «Porque ti dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que ti eres un desven- turado, miserable, pobre, ciego y desnudo» (Ap. 3:17), Qué penoso es observar congregaciones que en un tiempo experimentaron una llovizna de Dios. Sin embargo, al transcurrir los afios se tornan conformistas, no hay sefiales de hambre y sed por la Palabra. Caen en un legalismo enfermizo, un espiritu critico y farisaico. Aducen ser colosos e inflexibles a la «Palabra», caen en tradiciones muertas. Todo lo que se edifique en tradiciones humanas caerd, La Biblia dice: «El cielo y la tierra pasarén, pero mis palabras no pasardn» (Mt. 24:35). La opinién de su pastor, de su abuelita, de su padre, pasard, pero la Palabra de Dios permanece para siempre. Hay muchos creyentes que son mds fieles a la palabra de su pastor que a la de Dios. Temen més a su organizacién que al Espfritu Santo. 31 E! conformismo tiende a relajar la vida del creyente y tornar la vida monétona y sin exigencia alguna. c) Derrochar el tiempo Muchos creyentes y ministros pierden el tiempo en cosas sin importancia, La Biblia dice: «Aprovechando bien el tiempo, porque los dias son malos» (Ef, 5:16). La alimentacién milagrosa nos da esta misma ensefianza practica. «Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discfpulos: recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. Recogieron, pues, y Ilenaron doce cestas de pedazos, que de los cinco panes de cebada sobraron a los que habfan comido» (Jn. 6:12-13). El Seftor se opone al desperdicio. Por eso la orden divina era no dejar nada. Si observas tu vida, si hay honestidad contigo mismo, recordarés que has perdido mucho ee y que derro- chaste fuerzas en cosas baladfes. Cuando se quiere esquematizar al Espiritu Santo, ird en detri- mento de la iglesia, Hay congregaciones en que si el predicador se extendié mas de lo acostumbrado ellos se van a sus casas. Pa- reciera que hay un mecanismo en su cerebro que entra en accién tan pronto el predicador se extiende en su mensaje. No importa las verdades que esté compartiendo, las necesidades de los oyen- tes y la sensibilidad al Espfritu Santo que quiere glorificar a Cristo, sino que hay una voz interna que le dice: «es hora de irte». Si no nos gozamos en la predicaci6n u oracién es que somos hipécritas; es sefial de que internamente estamos descaminados. Los avivamientos son el resultado del ego quebrantado de los lideres de la iglesia que motivan sin palabra a la congregacién a buscar a Dios con intensidad. Su vida es un fiel reflejo de una vida bendecida. Es vergonzoso que muchos cristianos en sus funciones la- borales sean conocidos por sus apodos y no como hombres de Dios y representantes del cielo. Cudntos blasfeman el nombre de 6 an Cristo en presencia de cristianos que son ridiculizados por su mal testimonio. Un avivamiento con todo su alcance nos hace redimir el tiempo, ser consecuentes con lo que predicamos y siendo una inspiraci6n a otros. ¢Cudles son las causas de este retroceso? 1. Si hay en nuestro corazén pensamientos, palabras y senti- mientos negativos contra el préjimo. Esto se puede ver con los rencores, enojos, amargura, pre- juicios y espfritu critico. 2. El miedo a fracasar en la vida, a la muerte, a la opinién de los demas; a ser rechazado, a ser tropiezo a familiares y compafieros de trabajo. 3. Lenguaje negativo. La confesién positiva es la expresién de nuestra fe. Esta nace y se desarrolla a través del ofr la Palabra de Dios (Ro. 10:17). Pero los temores, duda e incredulidad también vienen por el ofdo. Una lengua que confiesa derrota impide que Dios trabaje a través de nosotros; por esa raz6n muchos creyentes que- dan a mitad de camino, porque son vencidos por las circuns- tancias, tentaciones y mentiras del diablo. (En los capftulos 8 y 9 menciono lo sefialado con mas amplitud.) 3. {Qué es un avivamiento en toda su profundidad? Es cuando la Palabra de Dios penetra en los corazones y produce cambios. «Al oir esto, se compungieron de coraz6n, y dijeron a Pedro y a los otros apéstoles: Varones hermanos, {qué haremos?» (Hch, 2:37). {Qué haremos? Esta pregunta denota una conviccién profun- da que produjo arrepentimiento, Esto es un avivamiento en toda su profundidad. La Palabra causaba tanto efecto que los hombres se reconciliaban con Dios. Esto es lo que se observa eC eC grandes avivamientos, las personas son despertadas a la realidad de Dios y acuden a Cristo. Un rasgo distintivo que se observa es el temor a Dios. El deseo de vivir para agradarle. Lo cual conlleva a milagros efec- tuados por la mano del Sefior. «Y eran bautizados por él en el Jordan, confesando sus peca- dos» (Mt, 3:6). Beste es un avivamiento en toda su profundidad. Las personas reconocen sus pecados; los pecados son confesados. Esto que sucedié con Juan el Bautista, también acontecié con el apéstol Pablo. La Palabra de Cristo penetraba tan fuertemente en sus co- razones que trajeron los libros de magia que tenfan y entonces, ptiblicamente, confesaban todo lo que habfan cometido. Esto es algo que tiene que penetrar en la vida. Las personas tienen que reconocer su pasado maligno y lleno de pecado. «Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, asf judfos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magni- ficado el nombre del Sefior Jesucristo. Y muchos de los que habfan crefdo venfan, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimis- mo muchos de los que habfan practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Asf crecfa y prevalecfa poderosamente la Palabra del Sefior» (Heh, 19:17-20). En mi vida ministerial el Espiritu Santo me ha guiado en tres actividades evangelfsticas, una en Chile y dos en Argentina, a pre- sentar un desaffo a quienes, de una forma u otra, han estado liga- dos a tratamientos de hechiceros, mentalistas, curanderos, espiri- tistas, astr6logos y brujos; a renunciar ptiblicamente a talismanes, amuletos, remedios, objetos idolatricos, literatura pornografica y ocultista; quemdndolas puiblicamente y quebrando todo lo que ten- ga conexi6n con la idolatria y el ocultismo. Todo esto ha sido una bendicién que ha producido gran libertad. Las personas atadas renuncian, confiesan y determinan ordenar sus vidas con Dios. La conciencia es un factor importante en todo avivamiento. Es el testimonio de nuestro coraz6n. © Cuando los fariseos y escribas trajeron a una mujer sorpren- dida en el acto del adulterio, le preguntaron a Jestis qué habfa que hacer con aquella mujer. Jestis respondié diciendo: «El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella» (Jn. 8:7). Aqui observamos cémo comienza a trabajar la conciencia. «Pero ellos, al ofr esto, acusados por su conciencia, salfan uno a uno, comenzando desde los mas viejos hasta los postreros; y qued6 solo Jestis, y la mujer que estaba en medio» (Jn. 8:9). La palabra griega que Jestis utiliz6 fue amartétos, que no s6lo significaba sin pecado, sino también sin un pensamiento pecami- noso. En otras palabras, lo que quiso decirles fue: «Si, pueden apedrearla hasta que muera, pero slo si ustedes nunca quisieron hacer lo mismo». Estas palabras fueron tan punzantes que, acusados por su conciencia, abandonaron a la mujer. Esto es lo que se observa en todo avivamiento. Avivamiento es un despertar de la conciencia. La conciencia podemos maltratarla, embotarla, ahogarla, cauterizarla; pero re- acciona inesperadamente frente al poder de la Palabra. La Biblia dice que la conciencia puede llenarse de obras muertas (He, 9:14), o puede ser un constante acusador (Ro, 2:15), En los dfas de avivamiento la Palabra penetra lo fntimo. «Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y mas cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espfritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del coraz6n» (He. 4:12). En términos modernos dirfamos que la Palabra llega al sub- consciente. Cada pecado, culpa y herida que se tiene guardada allf, de repente es revelado y sale a la luz. «Por lo cual dice: Despiértate, ti que duermes, y levantate, los muertos, y te alumbrara Cristo» (Ef. 5:14). Esta palabra dicha por el apéstol Pablo es muy adecuada como ejemplo de un avivamiento en toda su profundidad. El avivamiento siempre tiene que ver con la luz de Dios; la luz brilla en el coraz6n del hombre y el hombre, a través de esto, despierta. Hasta este momento estaba espiritualmente dormido, pero despierta de todo su pasado. Despierta ante el enojo de Dios y para ver el juicio divino que le viene encima. El hombre despierta en dfas de avivamiento. Avivamiento no es tener necesariamente una congregacién numéricamente grande, ni es exhibicionismo carnal. No es un desborde de emocién con falta de santidad, ni entusiasmo reli- gioso, ni tampoco hacer un llamado para que las personas pasen al altar y acepten a Cristo como Salvador de sus vidas. Esto no es un avivamiento en toda su profundidad. Tampoco lo es el batir las manos y danzar. Porque en un avivamiento hay una actitud sensitiva al pecado, un reconocimiento de haber ofendido a Dios. El pastor Modersohn, de Alemania, relata cémo en el aviva- miento de su pafs interrogaban a los que hacfan una decisién por Cristo. Eran dos preguntas claves directas: 1, {Tiene conviccién de que es un pecador? ;Reconoce su maldad? Si descubrian que no habia conviccién lo mandaban a sentar. 2. {Quiere romper con el pecado? ;Quiere terminar con esa vida pecaminosa? Si era afirmativa, le instaban a recibir a Cristo y reconocerle como Salvador, Sefior y Rey de sus vidas, y oraban por ellos, Muchos quieren beneficios de Cristo como Salvador: ir al cielo, pero no estén dispuestos a seguirle como El lo desea. El que viene a Cristo tiene que romper con el pecado y acept: su sefiorfo para descubrir la vida abundante. Esto es lo que suce: en los dfas de avivamiento. 5. gCémo se produce un avivamiento? a) Por medio de la Palabra de Dios No sdlo por exponer los evangelios y las epfstolas del Nuevo Testamento, sino todo el consejo de Dios, toda la Escritura. Hoy se sofistican mucho las demandas del Sefior. Se predica poco acerca de los mandamientos que Dios entregé a Moisés. La historia de los avivamientos describe que cuando los hom- bres se rebelaron al Espfritu Santo, Dios dejé caer su juicio y a veces hasta la muerte, como en el caso de Ananjfas y Safira. Esto sucedié en los dias de Finney, Wesley, Coan y muchos otros. Recuerdo un caso similar, Habiamos experimentado un derramamiento del Espfritu Santo a nivel local en Purranque, Chile. Las manifestaciones del Espfritu de Dios eran diversas. La congregacién fue encendida y el Sefior comenzé a salvar almas, sanar enfermos y renovar vidas. Una minorfa se levanté en fuerte oposicién a lo que Dios estaba haciendo, Una joven hermana me compartié un dia que Dios le habfa mostrado que El cortarfa la vida de un diécono que estaba siendo un obstdculo por sus criticas malsanas. Entonces oramos por él para que Dios tuviera misericordia, Nuestra oracién fue atendida, ya que al dia siguiente el var6n mencionado sufrié un accidente automovilfstico, salvando su vida, pues quedé ileso. Cuando vino a mf trayendo la solucién a las manifestaciones del Espiritu Santo, y sirviendo como mediador de los demds herma- nos que no discernfan lo que el Sefior le estaba haciendo, no tuve el valor de contarle la experiencia y decirle enfaticamente que se arrepintiera de su actitud carnal, Los hermanos Wesley y Jorge Wittifield predicaron todo el consejo de Dios, inclusive del infierno, Lo hacian con tal vehe- mencia, que las personas exclamaban interrumpiendo su mensaje: «Wesley, ya estamos en el infierno, dinos cémo podemos salir». Debemos ensefiar y predicar toda la Palabra, porque es ella la que despierta las conciencias. b) Debemos poner énfasis en que sea el Espiritu Santo quien produzca el avivamiento El libro de Los Hechos fue llamado originalmente «La hi toria de Jesucristo; Los Hechos del Espfritu Santo y, finalmente, Los Hechos de los Apéstoles». Debemos permanecer lIlenos del Espiritu Santo; que no sélo tengamos una experiencia, sino una vivencia diaria. Todos los hombres que Dios ha utilizado para hacer noticias con el mensaje del Resucitado, han sido llenos del Espiritu Santo. Continuamente eran vigorizados y saciados con su poder. Cada ministro debe hacerse la pregunta: {No habré contris- tado al Espiritu Santo? El gran avivamiento de Alemania comenzé con esta pregunta. Muchos pastores se reunieron en una conferencia de minis- tros. Uno de los temas fue «La Iglesia Primitiva jentristecié al Espiritu Santo?» Fue un tema bien expuesto e interesante. Pero la pregunta fue posteriormente planteada en forma directa. {Cuédntos de nosotros hemos contristado al Espiritu Santo? En todo genuino avivamiento necesitamos la accién libre y purificadora del Espfritu Santo. Debemos cultivar una sensibili- dad cada dfa mayor a la directriz del Espiritu del Sefior. Recuerdo que en una ocasién, después de predicar la Palabra de Dios en una Convencién de Pastores y Delegados que repre- sentaban a sus iglesias, hice un llamado breve a arrepentirse de todo mal camino y aceptar la estrategia divina. En forma muy esponténea un pastor se aproximé al altar con hermanos que ven{an representando a algunas de las congregaciones que se hicie- ron presentes en esa Convencién. Incluso una hermana se recon- cilié con un pastor, ya que ptiblicamente le pidié perd6n. Era evidente que Dios queria hacer algo especial, pero era inusual hacer un Ilamamiento donde habfa pastores y Ifderes. Habfa tal falta de sensibilidad a lo que Dios estaba haciendo que pastores y ancianos miraban el reloj, otros bostezaban y revelaban total insensibilidad al Espiritu Santo. c) El avivamiento comienza por medio de hombres que Dios puede utilizar, los cuales practican el arrepentimiento {Qué es realmente arrepentimiento? Un cambio de modo de pensar. Un cambio de actitud hacia el pecado; incluye la voluntad, intelecto y emociones, Es un acto por el cual uno se aparta de} mal camino, confiesa su pecado a Dios y pone su fe en Jesucristo. Tenemos que verlo y entenderlo desde la 6ptica del Antiguo Testamento. Israel tenfa todos los afios un dfa de arrepentimiento 0 recon- ciliacién. En ese dfa era lefda la Palabra de Dios y si las personas reconocfan sus pecados podfan confesarlos. El sumo sacerdote los traspasaba a un macho cabrio y éste era sacado fuera del campamento. Esto se practicaba todos los afios. Este era el gran dfa de la reconciliacién (Lv. 16). ¢Cémo llevaba a cabo Israel este dia? «El dia veinticuatro del mismo mes se reunieron todos los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sf. Y ya se habia apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres. Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehova su Dios la cuarta parte del dia, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehova su Dios... y clamaron en voz alta a Jehovd su Dios» (Neh. 9:1-4). Este era un dfa de reconciliacién en Israel. Se daba lectura a la Palabra de Dios. Las personas eran convencidas de su pecado por medio de la conciencia, luego los confesaban y eran recon- ciliados con Dios. Este es el camino para hoy: Tenemos que confrontar a las personas con la ley de Dios, y debemos asi comenzar nuestras campafias evangelfsticas. Debe haber un llamado claro al altar. No debemos manipular a los oyentes con narraciones emociona- listas, sino debemos dar lugar a que el Espiritu Santo encienda la Palabra y convenza de pecado. Debemos mostrar al pecador los planes de Dios a la luz de la Palabra y lo horrible que es el pecado para él. S6lo asf la conciencia ser4 despertada. Entonces la propia conciencia dard testimonio a su propio coraz6n, porque la con- ciencia es como un testigo ante el juicio. La conciencia dice: «Yo estuve presente cuando adulteraste», «Yo estuve presente cuando robaste», «Yo estuve presente cuando mentiste»... La conciencia va siempre con nosotros. Entonces en un avi- vamiento es despertada. Debiéramos tener valor de predicar todo oO | el juicio de Dios, todo el enojo divino contra el pecado, Entonces, cuando el hombre o mujer reconoce su culpa, le ofrecemos la gracia de Dios; le compartimos el evangelio. Una vez que sientan que han faltado a Dios y violado su Palabra, les diremos: Hay | gracia de Dios para ustedes; hay perdén para los adiilteros, mentirosos, ladrones; porque Jesucristo en la cruz llev6 nuestros pecados. , Muchas veces ofrecemos la gracia de Dios sin antes denun- ciar la maldad. Si una persona no es sentenciada a muerte no < necesita la gracia. Pero si es condenada puede pedir al Presidente de la Reptiblica que lo indulte, que le otorgue gracia. | Cuando las personas Ilegan a comprender tal grado de arre- pentimiento, se produce el avivamiento. Cada uno desea estar en | paz con Dios, consigo mismo y el préjimo. | Tenemos que predicar todo el consejo de Dios. El juicio di- vino y seguidamente el evangelio de la gracia de Dios. El con- denado puede apelar a la misericordia, «Porque de tal manera amé Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El cree, no se pierda, mas tenga vida eterna... el que en El cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha crefdo en el nombre del unigénito Hijo de Dios» (Jn. 3:16, 18). . Debemos tener una visién de su majestad. El, no sélo es amor, sino justo y santo. El pastor Modersohn, de Alemania, asistié a un estudio bf- blico invitado por un consiervo amigo. El tenfa un invitado y éste predicé6. Al comenzar su mensaje dijo: ;Quieren que les diga lo que su vida ha sido después de su conversién? La pregunta les sorprendié. No obstante, afirmaron que deseaban saber lo que sus vidas eran para Dios. El predicador dijo con firmeza: una gran vergiienza. El pastor Modersohn se rebela con fuerza contra eso. Sin embargo estas palabras empezaron a dar vueltas en su mente. Yo una gran vergiienza para Dios. Cuando llegé a casa no habfa nadie con quien podria comentar y criticar. De modo que con palabras se fue a la oracién y conversé con el Sefior acer: ellas. La respuesta fue asf: Es verdad. eres una gran veretienz Entonces el Sefior le record6 con cudénto amor le inst6 a que le siguiese, pero él no siguié los encargos de El. Ademis, se dio cuen- ta de muchas ataduras, de su infidelidad a El y su vida rutinaria. Fue una experiencia dolorosa y humillante al reconocer que su vida era una gran vergiienza. Pero el Sefior lo llev6 a un quebrantamiento mayor, Posteriormente viajé a un encuentro de lideres. Todo el viaje lo hizo solo, De manera que mientras conducfa su automévil el Sefior lo ministraba. El tema central de ese encuentro pastoral era: {La Iglesia Primitiva contristé al Espiritu Santo? La conclusién del tema fue: No. La Iglesia se desarrollé haciendo la voluntad de Dios. Es aqui donde el pastor Stockmayer, quien se encontraba con una salud critica, dijo: No es tan importante lo que hizo la Iglesia Primitiva, lo que realmente debe interesarnos es si nosotros hemos con- tristado al Espiritu Santo. Estas palabras fueron confirmadas con gran fervor por el Espiritu de Dios, ya que toda la concurrencia cay6 de rodillas reconociendo ante Dios haberle ofendido. Se observ6 un quebrantamiento impresionante. Cada lider imploraba perd6n, misericordia. Algunos confesaban ptiblica- mente sus ataduras. Al llegar Modersohn a su propia iglesia y al compartir todas las maravillas que habfan ocurrido, el mismo Espiritu Santo comenzé a obrar. Después, las iglesias comenzaron a orar juntas. Entonces el avivamiento se extendié a otras denominaciones y ciudades. Elavi y {Quieres tener un avivamiento? ;Quieres que comience hoy? Dale razén a tu conciencia que sin lugar a dudas te acusa de que no has sido lo suficientemente santo, ficl, esforzado, misericor- do, iEsté tu vida en orden? ;Practicas el amor? iTe levantas temprano? ,Cémo es tu vida en la mafiana? Yo no le conozco ni pretendo conocerle, pero su concien, si. 10 esta en orden, ai) hay. El precio de un avivamiento Son muchos los pastores y congregaciones que no desean el avivamiento, pues no estén dispuestos a obedecer sus demandas. Es lastimero observar que tantos ministros se preocupan en cosas baladfes y miran con sarcasmo a los que gimen y anhelan un avivamiento, pues sus vidas carecen de uncién, son livianas y superficiales. Hacen gala de oratoria, pero las almas permanecen impdvidas a sus mensajes, no producen el menor efecto positivo; otros se ufanan de que son cazadores, pero s6lo se atreven con ratones mientras jabalfes destruyen sus pertenencias. Empero, a través de los siglos, en medio del oscurantismo, cuando la luz de la Iglesia primitiva ha menguado por la tibieza espiritual, Dios ha levantado hombres para restaurar las verdades de Jesucristo y ponerlas en relieve aun a costa de su propia vida. Echemos una mirada retrospectiva a los siervos del pasado. 1, Ejemplos de algunos siervos de Dios 1. Jerénimo Savonarola (1452-1498) Fue monje de la orden de los dominicos de Florencia, Italia. Este varén produjo una bendicién muy grande en una hora de ceguera espiritual. Su fogosidad y su valentia para encarar la mentira e inmoralidad fueron aportes para que el pueblo retornara, o al menos se interesara, en las verdades del cristianismo reve- ladas en las Escrituras. ee El Espiritu Santo habfa producido una carga muy grande en su coraz6n por la decadencia moral y espiritual de la Iglesia Catélica Romana. El lujo y la grandeza afligian su alma. Siendo él muy joven, Dios comenzé a hablarle en visiones. Oraba por horas vertiendo lagrimas y experimentando el deleite de estar en comunién con Dios. Orlando Boyer cuenta de Savonarota lo siguiente: «Cierto dia, al dirigirse a una monja, vio repentinamente que los cielos se abrieron, y delante de sus ojos pasaron todas las calamidades que sobrevendrifa a la iglesia. Entonces le parecié ofr una voz que desde el cielo le ordenaba que anunciara todas estas cosas a la gente. »Convencido de que la visi6n era del Sefior, comenz6 nueva- mente a predicar con voz de trueno, bajo la uncién del Espiritu Santo; sus sermones en que condenaba el pecado eran tan impe- tuosos, que muchos de los oyentes se quedaban por algiin tiempo aterrados y sin desear hablar en las calles». Era caracteristico que mientras predicaba los llantos inte- rrumpfan en la concurrencia. Tanta uncién habfa en su predica- cién como sinceridad para exponer todo el consejo de Dios. Los hombres més cultos comenzaron a asistir a los cultos en Florencia, Italia; fue necesario reunirse en la catedral mds famosa, donde predicé por ocho afios. Dice Boyer: «La gente se levantaba a medianoche y esperaba en las calles la hora en que abrfan la Catedral para escuchar a Savonarola». CuAntos cristianos tibios no van al templo por razones climé- ticas o por un pequefio resfriado, o simplemente por alguna pro- gramaci6n televisiva adecuada para satisfacer la carne. Estas actitudes reflejan poco amor y disposicién de servicio a Dios. En la actualidad existen tantos predicadores modernos que no quieren predicar contra el pecado, pues el diablo les ha hecho creer que si predican todo el consejo de Dios, la gente se ird del templo; pero lo cierto es que se van porque no se les instruye conforme a la Biblia. Debemos ensefiar con conviccién de que somos la voz de Dios hablando al pueblo y decir: «Asf dice el Espfritu Santo a la iglesia Mientras difundamos la Palabra de Dios fntegramente, tendremos resultados positivos, Recuerdo que en los primeros afios de ministerio pastoral, sutilmente el diablo queria que cambidramos el vocablo pecado por desliz, una ino- cente debilidad; por la gracia de Dios entendimos que era una sagaz intervencién modernista de considerar la fornicacién y el adulterio como palabras muy duras para el transgresor e hirientes a la sensibilidad de los «nifios en Cristo». Aytidenos el Sefior para ser hombres que nos atrevamos a llamar al pecado por su verdadero nombre, que pongamos coto a la mundanalidad y frialdad, y prediquemos y vivamos la vida de Cristo. Savonarola denuncié la inmoralidad del papado y los embus- tes doctrinales de la curia romana. Consciente de que el verdadero cristiano tiene que pagar el precio para vivir de acuerdo a los propésitos divinos. Finalmente, fue destituido de la Iglesia roma- na, tomado prisionero, condenado y muerto en la horca en plena plaza publica. Posteriormente, su cuerpo fue quemado por orden del Papa, en el afio 1498. Nosotros como humanos, fragiles criaturas, podemos ser des- truidos, calumniados, perseguidos y muertos, pero las verdades divinas que proclamamos con la uncién del Espiritu, nunca desa- pareceran. ;Amén! 2. Martin Lutero (1517) La Iglesia fue despertada de las falacias teolégicas y de los engafios doctrinales utilizando al monje agustino para desenmas- carar todo intento diabélico de la curia romana. Lutero se convirtié en el gran reformador, quien evidenciaba un gran celo por las cosas santas, pues era un conocedor de la Biblia y, atin mas, conocfa en la intimidad al Autor de ella. Como consecuencia, su corazén estaba pletérico del Espiritu Santo y no temfa enfrentar las falsedades teolégicas difundidas en aquel entonces. Lo que hizo que la reforma principiara fue la venta de las indulgencias por el aleman Juan Tetzel, quien a semejanza de cualquier comerciante vendfa las indulgencias otorgando perdén. Las indulgencias que eran compradas por hombres corruptos, ataz dos al pecado, vicio e inmoralidad y otros, para que algtin parie! saliera del purgatorio. La tesoreria papal se llenaba de dinero con la finalidad de continuar la construccién de la Basflica de San Pedro a costa de los espurios de obras de perd6n, Por esta raz6n, Lutero se encami- né a las escalinatas del castillo de Wittemberg el 31 de octubre de 1517 y clavé las 95 tesis, iniciando la Reforma Protestante. Lutero tuvo que pagar el precio para exponer la verdad sin mezclar el error, diciendo con voz estentérea que «el justo por la fe vivird» (Ro. 1:17; Hab. 2:4) y repeler las corrupciones del romanismo. Desafié los poderes del infierno diciendo que era intitil confiar en las indulgencias, purgatorio, obras de caridad, santos y en la iglesia como fuente salvadora, sino que su fortaleza estaba en las Escrituras, las que reconocié como autoridad final. Ademis, ellas le revelaron salvacién por la gracia de Dios, re- cibida por la fe a través de Jesucristo solamente. Aunque Lutero era muy virtuoso y de mente brillante, sin embargo, su éxito se debié a su vida de oracién, estudio de la Biblia y dependencia del Espiritu Santo. Cierto bidégrafo dice: «El tiempo que pasa orando produce el tiempo que pasa escu- drifiando la Palabra vivificante..., que luego desborda en sus ser- mones, en su correspondencia y en sus ensefianzas». Su esposa Catalina Von Bora dice de él: «Sus oraciones eran como los pedidos insistentes de su hijito Hanschen, que confiaba en la bondad de su padre; otras veces, era como la lucha de un gigante en la angustia del combate». Lutero afirmé en cierta ocasién: «Tres cosas hacen al te6logo: oracién, meditaci6n y tentacién». También dijo: «Orar bien es estudiar bien». Sin lugar a dudas era un hombre polifacético. La historia de la Iglesia cristiana, de Souer, dice: «Profetizaba, evangelizaba, hablaba en lenguas e interpretaba, revestido de todos los dones del Espiritu». En la dieta de Worms dijo: «Si tuviera mil cabezas preferirfa que me las cortaran rodas antes de retractarme». Otro piadoso reformador de la época, Juan Knox, manifesté: «No temo la tiranfa de los hombres ni nada de lo que el diablo puede inventar contra mf». Hay una verdad practica: los que ansiamos un avivamiento no podemos ser totalmente aceptados, hasta que primero seamos obstaculizados. Pero lamentablemente, existen ministros que contemporizan con la mundanalidad por temor a ser impopulares; no predican las verdades integrales del cristianismo por temos a incomodar a los oyentes. Es innegable que actualmente muchos plilpitos se han profesionalizado y su afan mayor es exponer el mensaje retérico y elocuente en vez de predicar el sencillo y potente mensaje de Dios con demostracién del Espiritu y poder (1 Co. 2:4). Creo que hoy necesitamos hombres como Lutero, inteligentes, de oracién e intrépidos para repeler el mal y revo- lucionar al luteranismo adormecido por el humanismo y la falta del colirio del Espiritu Santo (Ap. 3:18). 3. Juan Wesley (1738) Dios liberté a Gran Bretajia de la ruina moral, social y politi- ca en el siglo XVIII, gracias al poderoso avivamiento espiritual, y utiliz6 para ello a Juan Wesley, a su hermano Carlos y a Whitefield. Juan Wesley siempre Ilevé una vida disciplinada. Oraba a las cuatro de la madrugada y ayunaba con bastante regularidad de- dicando dos dfas a la semana, y trabajaba de forma intensa; visitaba la cdrcel de Oxford y los asilos de pobres; ensefiaba a los nifios que estaban detenidos. Estas y otras labores hacia con tal de compartir el mensaje de Cristo, pero todo su esfuerzo er: sin resultados positivos. No convencfa a las masas ni despertal las conciencias dormidas ni voluntades paralizadas. Juan Wesley decide ir de capellén a Georgia Fue un viaje que duré meses y con los usuales peligros. En este viaje experimenté un gran temor a la muerte, pues las enor- mes olas sacudfan la embarcaci6n y en reiteradas ocasiones pens6 que no soportarfa la tormenta. Su honestidad caracterfstica le hizo reconocer que, aunque ministro del Evangelio, no estaba preparado para la muerte. Muy por el contrario de unos hermanos moravos de Europa Central que también se dirigfan a Georgia; éstos manifestaban seguridad, paz y gratitud al Sefior. Esto lo cautivé y deseé aprender aleman para poder conocer en qué residia el secreto de su fe y valentia. Desdichadamente sus esperanzas en Georgia fueron frustra- das, y pasados dos afios, retorné a Inglaterra con la sensacién de un rotundo fracaso, a pesar de que su incursién como predicador era de gran agrado; pero las experiencias que habfa visto en el grupo de moravos lo motivé a buscar la verdad total. El 1° de enero de 1738, Juan Wesley Ileg6 a Inglaterra pro- veniente de Georgia y desembarcé en el puerto de Deal, y dejando su orgullo ministerial se dirigié a las oficinas de los moravos, donde conocié a un misionero que le inspiré por su entrega y devocién: Pedro Bélher. Visité sus cultos y disfruté de los jubilosos servicios. E] 24 de mayo de 1738 fue un dia de un examen introspectivo serio y acabado, en el que lleg6 a la conclusién de su vileza y desconocimiento de una fe viva en el Dios vivo. Su estado miserable lo extenud, y sin sentir deseos de parti- cipar de algun servicio vencié la tentaci6n. Fue al culto y escuché aun hermano que lefa una introduccién al libro de Romanos por Martin Lutero, quien hacfa referencia al Espiritu Santo, diciendo: «E] Espiritu Santo nos da nuevos corazones, nos llena de gozo, excita e inflama nuestros corazones para hacer aquellas cosas que la ley demanda con voluntad y amor, Fue en ese momento cuando experimenté un encuentro per- sonal con la verdad personificada, Jesucristo (Jn. 14:6). Su co- raz6n ardfa, se sentfa salvado y renovado espiritualmente. El amor de Cristo que inundaba su coraz6n lo compelié a compartir la experiencia regeneradora. Fue donde su hermano Carlos, qui tres dfas antes habfa tenido similar encuentro con Cristo. Juan y Carlos Wesley aparecieron en el escenario de un tiem- po critico de la historia de Inglaterra, La vida espiritual de la iglesia habfa decafdo notoriamente. Los ministros, afanados en las cosas mundanas, daban poco tiempo a su Dios y sus manda- mientos. Desde la Corte y hasta la mfsera choza del pobre se evi- denciaban vidas licenciosas, embriaguez, sufrimiento y violencia. Los antros del vicio se encontraban por cantidades. Habfa un «templo-bar», el cual estaba «adornado» todo el tiempo con ca- bezas humanas. Esto es sélo una pdlida ilustracién de la deca- dencia de aquel tiempo. Los ministros Gnicamente se limitaban a dar consejos que eran respaldados con sus vidas religiosas e hipécritas. La iglesia tenfa que ser restaurada a los propésitos de Dios, y para tal efecto el Altfsimo levanté a Juan, Carlos y Whitefield con un mensaje revolucionario, de poder y que demandaba cambios, puesto que atacaba el pecado de rafz predicando el arrepentimiento y la conyersién, Los clérigos de aquellos dfas se sentfan molestos de que co- mo resultado de su predicacién muchos andrajosos, criminales, prostitutas, alcohdlicos y otros eran cambiados por el poder de Jesucristo, y los templos comenzaron a ser invadidos por hombres y mujeres que lloraban su indignidad y se unfan en alabanza a Dios. Las puertas de los templos se cerraron para ellos. Pero, con doble fervor siguieron predicando al aire libre, teniendo grandes multitudes que con suma atenci6n escuchaban la Palabra de Dios. Incontables fueron los conversos. A Whitefield se le consideré el «principe de los predicadores al aire libre». La historia corrobora que uno de los rasgos distintivos de un hombre de Dios es la resistencia al mensaje que proclama y, atin més, a veces llegando a rechazar la persona, olvidéndose de la caridad cristiana. Muchas veces por denunciar el pecado y hablar la verdad por su nombre nos exponemos a que muchos ptilpitos modernos sean prohibidos para la fiel y ungida predicacién, Debemos seguir la direccién del Espiritu Santo en cuanto a la ensefianza y predicacién. Spurgeon dijo en una ocasién: «Soy tan celoso de mi ptilpito como de mi cama». Por lo tanto todo hom! de Dios, consagrado, lleno del Espfritu Santo y que predica verdad bfblica sin mutilar su mensaje, debe compartir los minis- terios, no importa la denominaci6n, pues los ministerios son para la edificaci6n de la Iglesia de Jesucristo y nunca para una deno- minaci6n en particular. El egofsmo y orgullo son freno a la ben- dicién divina. Es inspirador observar a los Wesley y Whitefield exponer el mensaje entre rechazo y desprecio, satisfaccién y po- pularidad. La Palabra de Dios corria y era glorificada. Cincuenta afios predicando a Cristo En cada época de la historia Dios ha levantado hombres para que se cumplan sus propésitos divinos. El Espfritu Santo quiere el acceso libre a nuestras vidas para usarnos para mayor gloria de Dios. Juan Wesley nunca tuvo la intencién de fundar una denomi- naci6n, sin embargo, el Sefior lo permitié y es lo que actualmente conocemos como Metodismo. Es lamentable que gran parte de estas congregaciones han quedado paralizadas y carentes de poder apostdlico. Las palabras del apéstol Pablo a este respecto son: «Porque me es impuesta necesidad; y jay de mf si no anunciare el evangelio!» (1 Co. 9:16). «Mas si es Dios, no la podréis destruir: no sedis tal vez hallados luchando contra Dios» (Hch. 5:39). Estas verdades calaron hondo en la vida de Wesley y empren- dié la campaiia de 50 afios. Algunos lo consideraron el «apéstol del caballo». Caminé incansablemente predicando en todos los lugares donde tenfa oportunidad. De la misma forma preparé discipulos con el fin de que formasen parte del ejército divino. Los hombres que seleccioné eran risticos: mineros, panaderos, peones, soldados y, generalmente, matrimonios jévenes. Juan Wesley no sistematizaba el Espfritu Santo, sino que era sensible a su yoz y estaba dispuesto a pagar el precio, con tal de cumplir la expresa yoluntad de Dios. Es cierto que los cambios de cualquier indole producen rechazo en el retrégrado, Recuerdo que en los afios 1982 y 1983 celebramos dos cruzadas evange- listicas; una de ellas, de 50 dias y la otra de 65 dias consecutivos. Los resultados fueron evidentes: almas salvadas, descarriados volvieron y se lleg6 a cada rinc6n de la ciudad con el mnie de Cristo; se dio a conocer la cruzada a través de la radio, prensa, evangelismo personal, predicacién al aire libre. Pero no faltaron los hermanos negativos que por el hecho de que nunca se habfa realizado una actividad similar obstaculizaron la labor con sus chismes y pensamientos pesimistas. Los hacendados ingleses enviaban a sus inquilinos para que fueran a interrumpir sus reuniones; el pueblo rugia en su contra, y pastores se unfan al descontento popular. Dice Boyer: «Fueron denunciados como falsos profetas, charlatanes, impos- tores arrogantes, hombres diestros en la astucia espiritual, fandti- cos, etc.» «Mientras predicaban les lanzaban gatos muertos, pie- dras, huevos podridos, tallos de repollo descompuesto, etc. El fuego del Espfritu Santo que ardfa en su ser los mantenfa vigorosos y fuertes en medio de tanta oposicién satdnica, pues se habfan puesto toda la armadura de Dios» (Ef. 6:10-17). Stanley Sowton pone en los labios de Wesley las siguientes palabras: «Cabalgué a Falmouth... tan pronto como me habfa alojado, la casa fue rodeada por una multitud de gente... Al no atender a las lamadas, pronto forzaron la puerta de afuera y llenaron el pasillo. S6lo una divisi6n de maderas nos separaba, la cual no era de esperar que durara en pie mucho tiempo. Yo inmediatamente qui- té un gran espejo que colgaba en contra del mismo, suponiendo que todo el lado se desplomarfa al instante... La pobre Kitty grité: -jOh, sefior!, {Qué debemos hacer? A lo que respondf: -Oremos. Ella pregunté: Pero sefior, 4no es mejor que usted se esconda? Yo contesté: -No. Es mejor que me quede donde estoy. Entre los que estaban afuera habfa algunos tripulantes de barco que habfan atracada al muelle. Algunos de éstos... afirmaron sus hombros en contra de la puerta interior y gritaron: —jVamos, muchachos, vamos! Todas las visagras saltaron al mismo tiempo y la puerta se desplomé dentro del cuarto. Yo avancé... y dije: © —Aquf estoy. {Quién de ustedes tiene algo que decirme? 4A quién de ustedes he hecho algo que no debfa? —pregunté a cada uno de ellos, hasta que dije: —Vecinos, compatriotas, ,desedis ofrme hablar? Ellos clamaron... —Sif, si. Que hable. Que nadie se lo impida». En otra ocasién, cuenta Stanley Sowton: «Me empujaron hasta que... viendo la puerta abierta de una casa, intenté entrar en ella, pero un hombre, tomandome del ca- bello, me volvié al medio del tumulto. Yo continuaba hablando todo el tiempo y preguntaba: —jEstan dispuestos a escucharme hablar? Muchos gritaban: —Matenle enseguida! jH4ganle saltar los sesos! j Abajo con él! Otro decfa: —jQueremos escucharlo primero! Continué hablando por espacio de un cuarto de hora y entonces comencé a orar en voz alta. De repente, el hombre que poco antes dirigfa el tumulto, se volvié y dijo: —Sefior, pondré mi vida por usted; jsigame, y nadie tocaré un cabello de su cabeza! Dos o tres de sus compafieros confirmaron sus palabras y se acercaron inmediatamente». La predicacién de los Wesley y Whitefield tenfa un propésito claro: convertir hijos del diablo en hijos de completa, pues no se c ‘on predicar, sino que se preocupaban de su crecimiento espiritual. Para cumplir este fin instrufan acerca de la santidad en la vida personal. Esta fue una de las verdades que difundié Juan Wesley con todo su | corazén; asf como Pablo dijo: «Pues la voluntad de Dios es vuestra santificacién; que os apartéis de fornicacién; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasién de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios» (/ Ts. 4:3-5). «Por tanto, cefiid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traer4 cuando Jesucristo manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los que antes tenfais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os Ilamé es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito esté: Sed santos, porque yo soy santo» (J P. 1:13-16). iQué poder y gracia les concedié Dios a estos hombres que produjeron un avivamiento en medio de tanto letargo moral y espiritual! Sus méximas hasta hoy se recuerdan: «El mundo entero es mi parroquia», afirmaba Wesley. También decfa: «Soy un tizon arrel lo del incendio», pues, literalmente, fue librado de un incendio cuando era nifio. En el plan de Dios estuvieron estos hombres insignes de la fe; a nosotros nos corresponde hoy disponemos a pagar el precio para que nuestra vida agrade a Dios y disfi os de un aviva- miento genuino. 4, Carlos Finney (1792-1875) Fue uno de los hombres poderosamente usados por Dios, abogado connotado,que nacié en el seno de una familia sencilla y crecié observando el tradicionalismo muerto de la iglesia. ___Era un hombre culto, buen lector. Debido a su profesién, los libros de jurisprudencia eran los més lefdos, pero al darse cuenta que habfa muchas citas de la Biblia, esto le motivé a comprar un ejemplar de ella y estudiarla. No sdlo la lefa, sino que comenz6 a asistir a los servicios de la iglesia, llaméndole la atencién las constantes oraciones elevadas por la cristiandad, pero desdicha- damente sin respuestas._ Fl habfa lefdo promesas como éstas: «Pedid y se os dard; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrird. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abriré. {Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dara una piedra? ,O si pescado, en lugar de pescado le dard una serpiente? ,O si le pide un huevo, le dar4 un escorpién? Pues si yosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dédivas a vuestros hijos, jcudnto mas vuestro Padre celestial daré el Espiritu Santo alos se lo pidan?» (Le. 11:8-13). oO Capt6 que el problema fundamental era una fe debilitada: Posefan una fe mental, pedfan sin saber lo que pedfan, o pedfan sin creer que lo recibirfan. Esta es una de las flaquezas de la cristiandad actual, una confesién negativa. Por ejemplo: ;Cons- truyamos un templo para 2.000 personas! jTracemos una meta para ganar 500 miembros en un afio! j{Usemos la radio para difundir el Reino de Dios! jQue las altas esferas sean impactadas con el mensaje de Cristo! NO! jEs imposible! jEsto nunca se ha hecho! {No podemos! {No tenemos dinero! jSeamos realistas! jEso era para los cristianos primitivos! Nos consideramos espi- tituales y olvidamos los recursos divinos a nuestra disposici6n, somos ricos y vivimos como mendigos. ;Somos hijos del Rey de reyes y Sefior de sefiores! jAmén! La confesi6n es la exteriorizacion de nuestra fe. Si nuestra_ fe es espiritual, infundida por el Espiritu Santo, todo lo podemos_ en Cristo (Fil. 4:13). Si nuestra confesi6n es negativa y pesimista es una evidencia clara de que la mente no ha sido renovada por la Palabra de Dios (Ro. 12:2), pues la Palabra de Dios nos infunde fe y por ella creemos que lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. En 1821, en el pueblo de Adams —del Estado de Nueva York, Estados Unidos-, Carlos Finney resolvié ver lo concerniente a la salvacién. Al compartirnos parte de su testimonio, nos dice: «Pero al encararme a la situaci6n resueltamente, no tuve el suficiente coraje para ponerme a orar sin antes tapar el hueco de la cerradura de la puerta. Antes yo dejaba la Biblia abierta sobre la mesa junto con los demés libros y no me avergonzaba de leerla delante de otras personas. Pero entonces, si entraba alguien, yo colocaba un libro abierto sobre la Biblia para esconderla. Durante el lunes y martes mi convicciédn aument6é, pero parece que mi corazén se endurecié. No podfa ni Horar, ni orar... El martes por la noche me sentf muy nervioso y tuve la impresién de estar cerca ate la muerte. Estaba seguro de que si moria iria al infierno... Finalmente, tomé la firme resolucién de adentrarsesen tn en un solitario bosque a orar y fue en ese lugar donde se encontré con cvidericiaba una paz indescriptible yu n -g0z0 _inagotable, sélo sentfa un hambre voraz por las realidades espirituales. Lloraba en & 54 voz alta, alababa a su Sefior con todo su corazén, y se olvidaba de su elevada profesién, pues reconocia que habia tenido un en- cuentro con el Dios Omnipotente. Su sinceridad, fe y obediencia a la Palabra de Dios le hizo experimentar el bautismo en el Espfritu Santo y él dice lo siguien- te en lo referente a su experiencia: «Recibf el poderoso bautismo en el espfritu. Sin esperarlo, sin siquiera saber que hubiese tal cosa para mf, el Espfritu Santo descendié de tal manera sobre mf, que parecfa Ilenarme el alma y el cuerpo. Lo sentf como una onda eléctrica que me traspasaba repetidas yeces. De hecho, me parecfan ondas de amor liquido. No sabfa describirlas de otra manera. Parecfa el propio halito de Dios... lloré de tanto gozo y sentf un gran amor... No tenfa temor a la muerte; no sé por cudnto tiempo ese bautismo siguié pasando sobre mf y por todo mi cuerpo... El director del coro habfa venido a mi Oficina y me encontré en ese estado de llanto y gritando, por lo que me pregunté; —Sefior Finney, qué tiene? Por algtin tiempo no pude responderle, Volvié entonces a preguntarme: —jEst4 sintiendo algun dolor? Con dificultad le respondf: -No, pero me siento demasiado feliz para vivir. Cierto abogado afirmé: «No hay duda que Finney es sincero, pero también es evidente que él enloquecid»,_ jEs_maravilloso experimentar la locur: derado loco por recibir toda la povisién divina es el absurdo rks grande. Necio es el hombre que considera fuera de sf a aquel que est4 enamorado de Jesucristo, le ama, le adora y ‘le sirve con de- vocién heroica; en cambio, muestra total aceptacién para con el iddlatra_que venera los santos, im4genes e fdolos hechos por manos humanas, los cuales son abominables a los ojos de Dios (Ex. 20:11-6; Sal. 115; Is. 44:9-20). Encomia a los que hacen largas caminatas para pagar una penitencia, son crédulos a cual- quier «aparicién de virgen», 0 consideran las pseudas “"@ del Oriente como muy intelectuales, sin saber que son eminen- temente ocultistas. La razén del proceder del hombre es que su mente ha sido cegada. El apéstol Pablo dice: «El dios de este siglo cegé el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios» (2 Co. 4:4). Carlos Finney cuenta: «Por ocho dias (después de su conversién) mi corazén_per- “manecia tan Ileno que no sentfa de ni de comer ni de dormir. Era como si tuviera un manjar para comer que el nocfa. No sentfa necesidad de alimentarme ni de « dormir. Por fin, comprendf a debfa comer como de costumbre y dormir cuanto Deja la abogacta por la predicacién La presencia del Espfritu Santo era tan real en su vida que donde predicaba producia despertar espiritual propagdndose el fuego de Dios a los lugares adyacentes, haciendo que miles de al- mas se convirtieran a Cristo y consagraran sus vidas al Seiior. La conviccién de pecado era tan grande que muchos Iloraban, gemfan, pedian misericordia. Pastores se convertfan, didconos y miembros en general, renunciaban a la religiosidad sin frutos y comenzaban la nueva vida en Cristo (2 Co. Oracién que prevalece La disciplina en su vida de oracién le garantizé la victoria. La oracién de madrugada lo hizo itil al reino de Dios. La oracién no era una carga, sino un deleite y por esa raz6n lo hacfa con regularidad apartandose al bosque, incluyendo ayuno. En ocasio- nes lo hacfa en el templo, él y su Dios a solas. Cuando la persecucién comenzé y las calumnias e injurias se desataron en su contra, él se limitaba a orar. Cuenta Orlando Boyer lo siguiente: «Cuando las nubes de la persecuci6n eran cada vez mas nof:) se sinti6 guiado a orar. En vez de enfrentar las acusaciones. puiblico o en privado, é1 oraba». Su misma confesi6n al respecto: «Alcé mis ojos a Dios con gran anhelo, dia tras dia, rogéndole que me _mostrase el plan que debfa seguir, y me concediese la gracia para soportar la borrasca Sefior me mostré en una visidn lo que tenfa que enfrentar, que mi came literalmente.se_estremecfa sobre m blaba de la cabeza a los pies, con leno conocimiento 10 de ‘la 1 pre- sencia de Dios». Carlos Finney era un hombre culto, de vasta instruccién, pero nunca ignoré la persona del Espfritu Santo; por esa raz6n su ministerio fue leno de frutos. il predicaba siempre con la uncién del Espfritu Santo produciendo conviccién de le pecado; sin embar- go, no desestimé la instruccién. En los afios 1851 a 1866 fue director de la Universidad de Oberlin y ensefié a un total de 20.000 estudiantes. Su énfasis era la pureza de la vida y el bautismo en el Espiritu Santo; la pre- paraci6n intelectual era secundaria, dando como resultado que de esa facultad teolégica salfan hombres Ienos del Espiritu Santo, saturados de amor por las almas perdidas y con profunda vida ade _oracién, En la actualidad, existe la gran tentacién de preparar el intelecto de los alumnos. Muchos cristianos salen envanecidos sosteniendo peligrosas doctrinas; por ejemplo, que que el Espfritu vino para Pentecostés y pot motivo no hay mds manifesta- ciones ni derramamiento del fel Espiritu; que la salvacién no se pierde, dando licencia p: ivir una vida descuidada y ‘carnal; que no hay rapto de la Iglesia; que el que acepta a Cristo auto- maticamente es Ileno del Espfritu Santo, etc. Es cierto que el Espfritu Santo vino para Pentecostés, pero la Biblia nos ensefia con claridad meridiana que Pentecostés puede ser perpetuado. También podemos tener la seguridad de la salvacién, pero esté relacionada a nuestra relacién con Cristo; por eso nos exhorta el Sefior a no descuidar nuestra relaci6n con Cristo; por eso nos exhorta el Sefior a no descuidar nuestra salvacién y apostatar de nuestra fe, sino a vivir en santidad sin la cual nadie vera al Sefior (He. 2:3; 12:14). ___ Cada estudiante de un instituto teolégico debe salir saturad de la gloria de Dios y no sentirse apdtico al obrar del Es Santo. del Oriente como muy intelectuales, sin saber que son eminen- temente ocultistas. La raz6n del proceder del hombre es que su mente ha sido cegada. El apéstol Pablo dice: «El dios de este siglo cegé el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios» (2 Co. 4:4). Carlos Finney cuenta: ___ «Por ocho dias (después de su conversién) mi coraz6n manecta Hen que no ser ni de comer ni de dorm Era con Era como si tuviera uno manjar “para comer que el mundo no co- nocfa. No: 1ocfa. No sentfa necesidad de alimentarme ni de dormir... Por fin, comprendf que debia comer como « me hare posible». Deja la abogacta por la predicacién La presencia del Espfritu Santo era tan real en su vida que donde predicaba producfa despertar espiritual propagdndose el fuego de Dios a los lugares adyacentes, haciendo que miles de al- mas se convirtieran a Cristo y consagraran sus vidas al Sefior. gemfan, pedian misericordia. Pastores se convertfan, didconos y y miembros en general, renunciaban a la 1 religiosidad sin frutos y comenzaban la nueva vida en Cristo (2 Co. | Oracién que prevalece La disciplina en su vida de oracién le garantiz6 la victoria. 6n de madrugada lo hizo Util al reino de Dios. La oracién el carga, sino un deleite y por esa raz6n lo hacfa con regularidad apartdndose al bosque, incluyendo ayuno. En ocasio- nes lo hacfa en mplo, él y su Dios a solas. 6n comenz6 y las calumnias e injurias se desataron en su contra, él se limitaba a orar. Cuenta Orlando Boyer lo siguiente: «Cuando las nubes de la persecucién eran cada vez mds negras se sintié guiado a orar. En vez de enfrentar las acusaciones, en pablico o en privado, é1 oraba», Su misma confesién al respecto: «Alcé mis ojos a Dios con gran anhelo, dia tras dia, rogandole que me_mostrase el plan. que debfa seguir, y me concediese la gracia que : tenfa que enfren _que mi_carne literalmente. se estremecia sobre mis hues¢ blaba de la cabeza a los pies, con pleno conocimiento de sencia de Dios», Carlos Finney era un hombre culto, de vasta instrucci6n, pero nunca ignoré la persona del Espiritu Santo; por esa raz6n su ministerio fue lleno de frutos. El predi a siempre con la uncién. del Espfritu Santo producien n de ie pecado; sin si go, no desestimé la instruce: En los afios 1851 a 1866 fue director de la Universidad de Oberlin y ensefié a un total de 20.000 estudiantes. Su énfasis era la pureza de la vida y el bautismo en el Espfritu Santo; la pre- paraci6n intelectual era secundaria, dando como resultado que de esa facultad teolégica salfan hombres Ilenos del Espfritu Santo, saturados de amor por las almas perdidas y con profunda vida de _oraci6n. En la actualidad, existe la gran tentacién de preparar el intelecto de los alumnos. Muchos cristianos salen envanecidos Sosteniendo peligrosas doctrinas; or ejemplo, que el Espiritu ciones ni derramamiento del Espfritu; que la salvacién no se pierde, dando licencia para vivir una vida descuidada y carnal; que no hay rapto de la Iglesia; que el que acepta a Cristo auto- maticamente es Ileno del Espiritu Santo, etc. Es cierto que el Espfritu Santo vino para Pentecostés, pero la Biblia nos ensefia con claridad meridiana que Pentecostés puede ser perpetuado. También podemos tener la seguridad de la salvaci6n, pero esté relacionada a nuestra relacién con Cristo; por eso nos exhorta el Sefior a no descuidar nuestra relaci6n_con Cristo; por eso _nos exhorta el Sefior a no descuidar nuestra salvaci6n y apostatar de nuestra fe, sino a vir en santidad sin la cual nadie ver4 al Sefior (He. ; 12:14). ___ Cada estudiante de un instituto teol6, ico debe salir saturado de la gloria de Dios y no sentirse apatico al obrar del Es; Santo. Soy consciente de que el cristiano debe superarse cada dia més en las dreas del saber humano; sin embargo, eso no excluye a los hombres que no alcanzaron estudios avanzados, pero en cuyas vidas hay un claro y evidente llamado, cual Jeremfas, un fuego que quema; hay afios de experiencia y una estela de buen testimonio. ,Pueden éstos ejercer un ministerio de evangelistas, pastor 0 maestro? Pienso que si, porque el mejor pedagogo y psicélogo es Jesucristo, quien nos ha enviado el Espfritu Santo para bautizarnos con su poder. Esta persona divina revelaré al coraz6n su voluntad y otorgar4 la uncién en la ensefianza y predicacién. Cuando un cristiano es lleno del Espfritu Santo se matricula automdticamente en el Kindergarten del Sefior. Este debe ser re- quisito para ingresar a toda facultad teolégica. Cuando las verdades bfblicas son ensefiadas por la revelacién del Espfritu Santo a ni spiritus, no s6lo las entenderemos, sino que las viviremos. ;Amén! Jesucristo ensefié con autoridad, pero su ensefianza era prdc- tica y entendible al intelectual, al hombre del vulgo o al nifio; es decir, adecuada para todo auditorio. Y si Jestis es nuestro maestro (Jn. 13:13), caractericémonos por la autoridad, humildad y sen- cillez que El nos ha dado. Dios no nos ha Iamado al ministerio para hacer gala de ora- toria, retérica, ni entretener al auditorio con los conceptos filo- s6ficos del hombre, sino a ministrar la Palabra de Dios bajo la direccién del Espfritu Santo. En mis afios de estudiante en el instituto teolégico, senti la tentacién de usar una fluida verborrea; aunque muchas veces lo hacfa jocosamente con los demds estudiantes; pero también lo hice en algunos articulos en la revista Salud y Vida, El Espfritu Santo me mostré que muchas veces lo hacia para impresionar al auditorio; entonces comencé a ser sencillo y directo con el mensaje de Dios, sin incurrir en la vulgaridad. Con esto no quiero decir que es malo que un predicador tenga conocimiento de semiéntica o buena diccién, sino que lo malo es cuando el léxico es usado para aparentar o utilizarlo en on unc) de gente modesta. jPrediquemos en forma sencilla y con unci divina! Finalmente, un dato estad{stico de interés relacionado con el ministerio de Carlos Finney es que el ntimero de convertidos fue cinco veces mayor que el crecimiento de la poblacién. jAlabado sea Dios! 5. Alberto Benjamin Simpson Nacié en Canadé el afio 1843, fundador de la Alianza Cris- tiana y Misionera, escritor, pastor y apéstol en su generacién, predicaba sin tapujos y adornos. Fue un hombre Ileno del Espfritu Santo con una visién evangelistica, misionera y admirable. Fue restaurador del ministerio de sanidad divina. Era una voz en el desierto, incansable en la obra, pero terriblemente criticado por sus contempordneos. Esto no es una excepcién, pues donde se mueve la oposicién saténica se levantan cristianos formalistas y Ienos de prejuicios, quienes sopechan de todos los cambios que se producen por el obrar divino, pero el verdadero ministro habla lo que Dios dice y lo que las Escrituras expresan, cueste lo que cueste. Simpson fue utilizado por Dios, pero grande fue el precio que tuvo que pagar. Veamos algunos aspectos de su vida y ministerio. Su nifiez motivaron desde su temprana edad a buscar a Dios en profun- didad. De cardcter sincero y tfmido, pero a la vez valeroso € inteligente. Era el menor de cuatro hermanos. Sus padres anhelaban que el hijo mayor fuera ministro de Jesucristo, sin cerciorarse que Beto ~como carifiosamente le llamaban- tuviese deseo de enro- larse en el ministerio. Librado de la muerte La hermana Vera F. de Barnes relata de él: en construcci6n, pisé una tabla suelta que dio vuelta répidamen- «En una ocasi6n, mientras sub{a al andamiaje de un edificio te, tiréndome al espacio. Como por un milagro, pude asirme “@€ la punta de otra tabla que sobresalfa del piso mas abajo, siguien- te al de la cafda. Cuando estaba completamente extenuado, un obrero que iba pasando vino en mi socorro. La cafda habria sido el fin de mi vida, sin lugar a dudas, Otra vez me boté un caba- lo. El animal tropez6 y cay6 encima de mf. Cuando recobré el conocimiento, el caballo me dio una patada que me dejé incons- ciente por largo rato, Una vez fui librado de morir ahogado...» El hombre es ingrato por naturaleza y, como dijo un drama- turgo acerca de la ingratitud de un hijo con sus padres, «Es mds punzante que mordedura de serpiente»; y cuando se trata de Dios es_peor, ya que El ha mostrado_su_ternura_y_amor hacia las criaturas. Recuerdo una ocasi6n, en el ministerio en Purranque, cuando trajeron una mujer tullida de sus piernas, practicamente inmévil. Se encontraba en ese estado por largo tiempo. La medicina nada habia hecho y hasta aquel dfa estaba siendo tratada por un cu- randero, Oramos por ella, sin resultados al principio, pero invité a los hermanos que creyeran con todo su corazén que Cristo la libertarfa. Nos concentramos en clamor. Fue una lucha espiritual agonizante. Expulsamos al espiritu inmundo que la tenfa atada y luego, con la autoridad que Cristo confirié a los suyos, le dije: «En el nombre de Jestis, mueve tus piernas...» Al instante lo hizo; posteriormente le ordené que se pusiera en pie, y finalmente le dije: «Camina, en el nombre de Jestis». ; Alabado sea Dios! Cristo la liberté de la opresién satdnica. Frecuent6 la iglesia totalmente sana por un breve tiempo, pero, desdichadamente, vino | lo sé id y no al Sanador, Aunque confes6 ptiblicamente que le servirfa junto a sus hijos, no lo ha hecho, pues no estaba resuelta a ordenar su vida de acuerdo a los mandamientos del Sefior. Advertf a ella las palabras de Jesiis: «Mira, has sido sanada; no peques mds, para que no_ te venga alguna cosa peor» (Jn. 5:14). Simpson no fue asf, sino que reconocié la providencia divina como los tratos soberanos y misericordiosos de Dios para AG Anhelaba servirle, aunque le faltaba reconocerle como Se! Salvador en forma publica. ou conversion El ambiente espiritual en el que nacié Simpson era un for- malismo seco. No se acostumbraba testificar personalmente acer- ca del plan de salvaci6n; ni denunciar el pecado, ni predicar de la necesidad de arrepentimiento y de una nueva vida engendrada por cl Espiritu Santo. En una ocasi6n se encontraba asustado por temor a morir; fue por ese motivo que llamé a su padre, quien oré por él. La oracién le produjo descanso. Posteriormente, visit6 al pastor de la iglesia donde asistfan sus padres. El pastor se cercioré de su inquietud espiritual y le prest6 un libro que trataba de «La vida de Dios». Hojedndolo, observ6 un pérrafo interesante para él: «Lo primor- dial es creer personalmente en Jesucristo para la salvacién eterna. Hasta obtener esta experiencia, toda obra, todo esfuerzo en el nombre de Dios, toda lagrima y toda resolucién de ser bueno y servir a Dios son en vano. En este mismo momento, es su pri- vilegio y su deber arrodillarse para tomar a Jesucristo como su Salvador personal...». Si Simpson antes de convertirse oraba, ahora que habia ex- perimentado un encuentro con Dios lo hacia_més, anhelando_ siempre las alturas espirituales. Bautizado en el Esptritu En las paginas 52 y 54 del libro Cruzando las Fronteras, encontramos parte del testimonio de Simpson: «Es posible ser creyente en Cristo, y aun ser obrero del Sefior, sin experimentar la plenitud de la gracia de Cristo en la obra llamada a cumplir. Hay muchos obreros del Sefior que reconocen su necesidad espiritual, les falta frutos en su ministerio; no obs- tante, sienten cierto recelo en permitir que otros sepan que les falta algo, porque son pastores o evangelistas. Siguen en un ministerio estéril, porque tienen vergiienza de buscar a Dios por temor a perder el prestigio como obreros delante de su pueblo. Es una sugerencia del enemigo para hacer fracasar al obrero de Dios, 2 por lo menos, i i isterio fructifero y una vi- »Cudn distintas serfan las iglesias si todos los componentes tuviesen y viviesen esta experiencia. Desapareceria toda rafz de amargura, todo rencor, todo _mal_pensamiento, cosas que tanto Safian_a_la_causa de Cristo y a la extensién de su Reino. La indiferencia y Ja frialdad serian cosas del pasado. La marcha de la_obra de Dios tomaria otro ritmo y lo estéril serfa cambiado en ites obras de amor en cons‘ © »Recuerdo bien la noche en que recib{a el bautismo del Espfri- tu Santo. Cuando experimenté la venidad de la plenitud de Cristo en mi alma; cuando vino para fijar su morada permanente en mf. En un sentido, me sentfa muy solitario. Porque me sentfa alejado de mis colegas que se contentaban con una vida cristiana mediocre y un ministerio pobre. Ellos no me podfan comprender. Crefan que un pastor con el éxito en el ministerio que yo habfa alcanzado era suficiente para cualquier obrero, sin buscar mds. A pesar de mi Soledad, porque mis amigos no me comprendian, reflexioné sobre _—la_experiencia con una gratitud indecible».. Simpson sabfa muy bien que el poder prometido no era 0 era para ufanarse a sf mismo ni para convertirse en obrador de milagros, -Sino_en_un_instrumento_exclusivo de la_gloria de Dios. Sin la experiencia de Pentecostés, era como edificar una casa; y con la experiencia pentecostal es el traslado del duefio de ella. Una es Hegar a la entrada de Ia tierra prometida, pero la segunda es tomar posesién de la tierra, «De esta manera dio Jehova a Israel toda la tierra... y la poseyeron y habitaron en ella. Y Jehové les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que habfa jurado... y nin- guno de todos sus enemigos pudo hacerles frente... No falté palabra_de todas las buenas promesas que Jehovd4... todo se cumplid». Simpson enfatiz6 esta verdad, la cual muchos siervos de Dios _ ponen en tela de juicio, porque temen que sus miembros se den cuenta de que atin no experimentan este bautismo de poder. Aceptando toda la doctrina de Jesucristo Con mucha perseverancia ensefiaba acerca de las misiones mundiales y el andar en el Espfritu. Fue asf que el Paracleto divino iluminé su vida después de un minucioso estudio de las Escrituras y aceptar el bautismo biblico por inmersién. Era presb Oy habfa sido bautizado por aspersién confi con su costumbre, pero su celo por obedecer todo el consejo de Dios no vacilé en solicitar a un pastor bautista, en Nueva York, que lo bautizara conforme al simbolismo de Romanos 6:4, que dice: Hechos 2:38 «Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucité de los muertos por la gloria del Padre, asf también nosotros andem« vida nueva». Ademés del cont ejemplo del bautismo de Jesucristo en el Experimenta sanidad divina Simpson era una persona enfermiza. Desde los 14 afios sentia la afliccién en sus cares y tenfa crisis nerviosas considerables. Los médicos le prohibieron toda clase de lectura; estuvo al borde de la muerte y en esta hora critica encuentra a Cristo como su sanador. El nos habla de su experiencia: «Después de mis estudios universitarios llegué a ser un joven pastor ambicioso, al frente de una iglesia grande en una ciudad importante, a la edad de veintitin afios. De nuevo, colmado de trabajos y con tanta responsabilidad, me volyf a enfermar, esta vez del coraz6n. Una cosa seria para cualquiera, mayormente para un joven que se encuentra en el umbral de la vida con un porvenir brillante por delante. »Tenfa que alejarme de los deberes pastorales para poder des- cansar y poder recuperar la salud afectada. Mas tarde volvfa a mi pastorado, para morir —asf lo crefa-. Reanimndome, sin embargo, lentamente, iba recuperando en parte la salud. »Trabajaba durante afios, con la ayuda constante de remedios y profilacticos. Por afios, solfa llevar en el bolsillo un frasco de amonfaco y hubiera sufrido un ataque de nervios de haber salido sin el remedio. Una vez tras otra, mientras subfa una ligera pen- diente, sufrfa una verdadera agonfa sofocante que me envolvia hasta casi hacerme perder el conocimiento. Sélo Dios sabe cudntas veces en mi temprano ministerio pastoral, mientras predicaba en el pulpito o bien ministraba al lado de un sepulcro, me parecfa que iba a caer... Tuve dos experiencias mas, de larga duracién, en lo que se refiere a mi salud. Vez tras vez, durante ese tiempo terrible para mf, cuando me parecfa que las tltimas gotas de mi vida se me iban hasta dejar solamente un hilo frigil que sosten! cadenas, impidiendo asf el desenlace fatal. »Unos meses antes de recibir a Cristo como mi Sanador, un médico prominente de la ciudad de Nueva York, me dijo que yo no tenia la fuerza fisica ni la fortaleza constitucional suficien- te como para vivir mas de unos pocos meses; y eso, cuidéndome bien. »Durante el verano hice un viaje a Saratoga Springs (un lugar de veraneo con lagunas medicinales para enfermos). Estando allf, un domingo por la tarde, caminé hasta el Campamento Indio, donde los cantores jubileos estaban dirigiendo las misicas en una reunién evangelistica. Me sentia completamente deprimido a causa de mi poca salud, y todas las cosas me parecfan oscuras y marchitas. De repente, of cantar el coro del himno: Mi Jestis es el Seftor de sefores Nadie puede obrar como El. »Una vez tras otra, en tonos que ascendfan —me parecfa— hasta el mismo cielo, cantaban las palabras del coro: Nadie puede obrar como El, nadie puede obrar como El... En ese instante, el signi- ficado de las palabras cayeron sobre mi alma como un encanto celestial. Me fascinaba el mensaje del canto. Vino a mi ser ente- ro. Allf mismo pude comprender la gloriosa verdad que Cristo me podfa sanar, Tomé a Cristo esa tarde para que fuera el Sefior de sefiores para mi vida y para que obrara desde ese momento en mf». . Su experiencia no culminé con la efervescencia espiritual del culto, sino que Simpson, igual que lo hiciera con relacién al bautismo por inmersién, comenzé6 a profundizarse en el estudio de la revelacién biblica acerca de esta verdad: Cristo sana. «Unas semanas mis tarde fui con mi familia a Old Orchard Beach, Maine (una playa de veraneo y un lugar apto para retiros espirituales). Iba para disfrutar del hermoso clima que hay alli; mientras, de vez en cuando, concurrfa a una reuni6n. Las veces que asistfa, of testificar acerca de la sanidad divina por confiar senci- llamente en la Palabra de Dios al respecto. Justamente como uno lo harfa y confiarfa en Cristo para la salvacién del alma. Me sentfa impulsado a recurrir personalmente a la Biblia para estudiar el asunto segtn la Palabra de Dios... me alegro que no hubiera acudido a los hombres, sino a la Palabra de Dios. »A los pies de Jestis, donde habfa encontrado la salvacién © donde aprend{fa a beber la plenitud de Cristo. con la Biblia abierta y a solas con Dios, me postré delante de El. Al terminar el estu- dio de la Palabra y la oracién, quedé convencido de que era una parte del glorioso evangelio de Cristo para un mundo pecador y sufriente “la Sanidad Divina”. En especial para todos aquellos que recibieran la Palabra y que tomasen a Cristo para la sanidad del cuerpo... Hice un pacto con Dios; tomé al Sefior Jesucristo para ser mi vida fisica, para todas las necesidades de mi cuerpo, hasta que terminase la jornada que El tenfa para mf en el mundo. Prometf no dudar nunca de lo que Cristo habfa Ilegado a ser en mi vida desde el momento en que El Ilegé a ser mi vida toda y que me guardara bajo toda circunstancia hasta que fuera cumplida su santa voluntad conmigo... Me levanté sobre mis rodillas. Sabfa que algo habfa sucedido en mf. Vibraban todas las fibras de mi alma de emocién con el sentido de la presencia de Dios. No sé realmente si habfa experimentado una mejorfa en mi vida fisica 0 no. Ya no pensaba en mi cuerpo, sino en la gloriosa verdad de que, desde ese momento, Cristo me tenfa en sus manos...» Posteriormente se presenté la prueba de su fe. Sin embargo, vencié al tentador confiando en la Palabra revelada. No sucumbié a las burlas de los incrédulos ni a los antiguos sintomas de las enfermedades, pues la gracia infinita de Dios vino en su auxilio. Cristo habfa asegurado la victoria a través de su muerte y resu- rreccién. Aunque en un principio vacilé cual Pedro de dar tes- timonio de su experiencia, lo hizo seguidamente con mucho gozo. El mismo dijo: «Creo que el Sefior pide, muchas veces, a los suyos que tes- tifiquen antes de recibir la bendicién; como un acto de fe. Por lo menos pide que lo hagan antes de sentir que la bendicién ha Hegado». Predica acerca de la sanidad A través de la historia de la Iglesia nos cercioramos de que esa verdad ha sido olvidada y descuidada; sin embargo, siempre ha habido hombres de Dios que la han practicado con resultados positivos. Ireneo y Tertuliano dicen que era ensefiada y practicada en los dfas apostélicos, Fue restaurada por los valdenses en la Media. Posteriormente, en los dfas de la reforma del siglo X’ Martin Lutero testific6é de milagros de Dios en la sanidad de su amigo Melanchton. También Juan Wesley obedecfa al pie de la letra las palabras de Santiago: «jEsté alguno de vosotros afligido? Haga oraci6n... {Esta alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la igle- sia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Sefior. Y la oraci6n de fe salvard al enfermo, y el Sefior lo levantar4; y si hubiese cometido pecados, le serén perdonados» (Stg. 5:13- 15). _Es lamentable que hoy como ayer haya siervos de Dios que no ‘aceptan esta doctrina en la prdctica. Dicen creer que Cristo sana, pero cuando la enfermedad toca sus cuerpos, de inmediato tros creen que Dios sana, pero =I es capaz de hacerlo sin ayuda del hombre, Centenares. han sido los testimonios de sanidad y_ liberaci6n de demonios que por misericordia he visto, hombres Yy mujeres sanos, sin los recursos humanos, sdlo a través de la_ oracién de fe. Jestis dijo: rin» (Mr. 16: at Recuerdo el caso de un joven epiléptico de Purranque, a quien le daban continuos ataques. Perdia el conocimiento y se golpeaba con furia, produciendo dolor y afliccién en los familiares y amigos; sin embargo, fue libertado por el poder de Jesucristo en un duro combate espiritual. Cristo nos dio la victoria. Actualmen- te es un convertido, miembro de la iglesia y fiel cristiano que goza de salud fisica y espiritual. En otra ocasi6n, una creyente que se encontraba de paso por nuestra iglesia, era acompaiiada por otras hermanas de su ciudad y con desesperacién me pidieron agua, pues debfa de tomar una pastilla para que el ataque epiléptico no le diera. Las evidencias, para que éste se desatara eran claras, pero con autoridad es; les dije: «Olvidense de pastillas y vamos a ordenar en el nombre de Jesvs Cristo que este espiritu inmundo deje libre a esta joven». Pregunté si antes lo hab{an hecho, a lo que replicaron que nunca, pero si habfan orado mucho. Junto al didcono y dos j6- yvenes oramos y expulsamos al espfritu inmundo y éste salié dejando libre a su victima. Han transcurrido los meses y est4 totalmente sana; las pastillas nunca més las tomé y jamas volvie- ron los temibles ataques, porque nuestro Cristo vive. jAlcluya! Hace un tiempo atrés (noviembre de 1985) me testificaba de su excelente estado fisico. ;Alabado sea Dios! Con motivo de la visita del evangelista internaciones Yiye Avila a Purranque (Chile), los medios de prensa me consultaron si yo crefa las sanidades operadas en las campafias del orador puertorriquefio, Sefialé enfaticamente que si, porque Cristo vive, su poder no ha cambiado y, ademis, es parte de la obra redentora. En esta ocasién, para reforzar lo expresado que no es el evange- lista quien sana, sino Jesucristo, compartf algunos testimonios vividos dentro de nuestra comunidad en Purranque. El periodista se interes6 y entrevist6 a una anciana que acababa de experimen- tar el toque divino, después de estar desahuciada por los médicos y practicamente inmévil. La habfan ido a buscar en brazos, y salié caminando, totalmente restaurada por el poder de Jesucristo. Aunque hay provisién para nuestros cuerpos, no debemos criticar a quienes no son sanados, o enristrarles su carencia de fe. Pienso que nuestra responsabilidad como siervos de Dios es ministrarles la Palabra de Dios con amor. Enfatiza la plenitud del Esptritu Santo Jestis no hizo ningtin milagro ni sané persona alguna hasta que recibié el bautismo del Espiritu. Pero es lastimero observar. cristianos que no han sido bautizados y viven sin suspirar por las realidades espirituales, Ignorar que es un don de Dios a la Iglesia, que_conlleva a controlar la vida individual y colectiva de la Iglesia, que posee todo el cuerpo y no tan sdlo el corazén. Jestis dijo: é «El que en mf cree, las obras que yo hago, él las y_atin mayormente hard, porque yo voy al Padre» (Jn, 14:12 Pero con ministros carentes de oracién, saturados de vanidad_ y. /mundanalidad es imposible hacer 0 obras mayores € en su nom ee e de la gloria de Jehovd y permitir que el Espfritu Santo examine sus_ vidas y las ordene de acuerdo a sus delineamientos, iCudntos siervos de Dios se hartan de televisién, deporte y recreacién carnal, y quieren experimentar obras mayores! jEsto_ es imposible! Para hacer obras mayores hay que pagar el precio y_€ste no es barato, Renuncia al pastorado en Nueva York La visién de Simpson por las almas perdidas era la visién de Jesucristo, Su amor y entrega por ellas era evidente, pero su afén de ir a buscarlas era latente. Las palabras de Jesucristo resonaban en_sus ofdos: «Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acé alos pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Ve por los caminos y. los a entrar, para que se Ilene mi casa» (Le. 14:21, 23). Centenares de personas escucharon su mensaje y confesaban a Cristo como su Salvador personal. Predicaba sin cesar en las plazas, muelles, hogares, teatros, etc., posteriormente los invitaba al templo. La iglesia presbiteriana era lujosa_y situada en pleno centro de la ciudad. Sus recursos econémicos eran considerables, Gran parte de la membresfa cancelaba el uso de los bancos, los cuales eran considerados como suyos. Los didconos y acomodadores se preocupaban, unos de en- cender luces, otros de abrir las puertas, de la ventilacién, de dar alos asistentes el boletin del orden del culto, asf como de con- Jucirl ‘ Comenz6 a legar al templo gente humilde, sin apariencia, convertidos en las calles, Los diéconos mismos estaban perplejos de que su pastor, egregio predicador, estuviera al aire libre pre- dicando y que gente desposefda_y mal _vestida se conyirtiera. Simpson replicaba a toda carnalidad_y acepcién de personas, diciendo; «La gloria es para todos», pero los miembros no | Saban de igual forma.. Esta_reaccién carnal y egofsta, muchas veces no se ha des- arraigado dentro de la feligresfa evangélica. Recuerdo en una ocasi6n algo asf: «jQué vergiienza sentf por ese borracho por el cual se oré, tenfa el espinazo descubierto!» Cuando una iglesia comienza a predicar al aire libre, los bo- rrachos, prostitutas y réprobos llegan a nuestros templos y debe- mos_darles la bienvenida. ;Amén! Cristo no hace acepcién de personas. Fi liberta a todo aquel que se arrepiente de coraz6n_y le confiesa como Sefior y Salvador. En forma inmediata es ins- crito en el libro de la vida y es heredero de la gloria inmarcesible para los hijos del Rey de reyes. jAleluya! Su interés no era formar una denominacién Nunca pens6 en dividir la iglesia. Le compelfa su amor por el perdido, llevarle las buenas nuevas de salvacién. En el libro Cruzando las Fronteras podemos leer que la primera reuni6n celebrada conté con 8 personas. Ademés, afiade lo siguiente: «Recuerdo bien aquella tarde frfa y de un cielo gris, afios atras, cuando un grupo de ocho hermanos humildes, pero creyentes de oracién, se reunié en.un aposento alto para empezar esta obra para Dios. Abrimos_nuestras Biblias y lefmos las siguientes palabras: “No con ejército, ni_con fuerza, sino.con_mi Espiritu, ha dicho Jehova de los ejércitos” (Zac. 4:6)». {Qué importante es estar persuadido de encontrarse en la perfecta voluntad de Dios! Aceptarla con gozo, aunque conlleve a_sufrimiento, incomprensi6n_y critica. No esperemos obedecer a_Dios por un camino en que no haya cruz, Seguidamente consiguié el Madison Square Garden, un cen- tro de veladas de boxeo, donde muchas coronas mundiales se han disputado, y también se ha utilizado para espectaculos artfsticos; pero ahora era ocupado con evangelistas como Billy Sunday y Dwigth L. Moody, quienes eran invitados por Simpson para redicar el poderoso mensaje de Dios. En 1944 inicié reuniones en su auditorio propio: a néculo Evangélico. Este lugar lleg6 a ser un centro i de_evangelismo, misiones y fuente de poder. Simpson fund6 una escuela de Preparaci6n Bfblica, nacida de una visién de este var6n para agilizar la evangelizaci6n mundial mediante la preparacién_de miembros, Con estudios précticos, sencillos y saturados de la gloria de Dios superaban a las ense- fianzas_tradicionales de la época, USic vision puesta en practica} La Alianza Cristiana_y Misionera nacié con una pasién misionera y producto de la visién de los perdidos y la oracién_ agOnica guiada por el Espfritu Santo. Simpson llorando_solia decir: «jOh, Dios!, tisame a mf para la salvacién de los hombres y las. mujeres del mundo entero que mueren en las tinieblas sin ningin_ rayo de luz» (pag. 132 del libro Cruzando las Fronteras). En el primer aiio de ministerio en el Taberndéculo de Nueva York, logré una Sociedad Misionera, y durante ¢l segundo aio envi6 cinco misioneros al Congo, Africa, Pagé el precio| No le asust6 la inconfortable situacién econdémica en que qued6 al dejar la Iglesia Presbiteriana de Nueva York, sino que avanzé por la fe, cual Moisés «porque se sostuvo como viendo al invisible» (He 11:27). Fue fiel al que lo habia Hamado al ministerio. Su conviccién profunda estaba enraizada en la Palabra de Dios: «Mi Dios, suplird todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jestis» (Fil. 4:19). Cuando el hombre cierra las puertas por su egofsmo, envidia 0 temor a las manifestaciones del Espfritu Santo, Dios abre otras puertas y nos da la bendicién y provisién. Una de las trampas del diablo es atemorizar al siervo de Dios con perder la estabili- dad _econémica, pero ¢n Cristo no hay temor, pues en El somos. méas_que vencedores. jAleluya! Simpson era un hombre humilde, inteligente y trabajador. Fue autor de unos sesenta libros, miles de sermones y articulos, y los resultados incontables para la gloria de Dios. En algunas ocasiones escuché a pastores de la Alianza Cri tiana Misionera de Chile decir: «Simpson no fue tedlogo», el hecho de que ellos no aceptan el bautismo del Espfritu Santo como la experiencia subsiguiente a la conversién. Esta verdad tiene s6lida base bfblica, pero segtin ellos Simpson no era tedlogo. Sin embargo, es preferible estar en el Kindergarten del Sefior y ser_usado con poder que estar envanecido con conocimientos humanos, lo cual, en vez de agigantar nuestra fe, torna al creyente e EL mensaje de Simpson esté sintetizado en cuatro postulados: isto sani sana risto viene pronto. jAleluya! Los €nfasis de la predicacié6n de Simpson eran el bautismo del Espfritu Santo, movilizacién evangelistica y misionera, una vida santa y expectante a la venida del Sefior. Tenfa comunién con otros predicadores, entre ellos Hudson Taylor, Andrew Murray, D.L. Moody, C.I. Scofield, James M. Gray y otros. Estos €nfasis bfblicos deben mantenerse, no importa el precio que se tenga que pagar. Simpson muri6 en el afio 1919 dejando una heren tante a la generacién actual. Su disposicién para pagar el y_sufrir por la causa de Cristo es inspiradora, pues se convirtié en el Juan Bautista de su tiempo. Desenmascaré la religiosidad farisaica, falta de caridad y comunién cristiana y espiritual de los miembros de su tiempo. Bibliografia 1. Sowton, Stanley: Vida de Juan Wesley. 2. Barnes, Vera F. de: Cruzando las Fronteras. 3. Boyer, Orlando: Biografias, Tomo I. 2. Oracién perseverante y fe en Dios Jestis dijo: «Orar siempre y no desmayar» (Le. 18:1). Jamas podré haber un avivamiento de Dios a menos que haya vidas con profunda sed espiritual, consci ser hartos con la plenitud de Dios. Es facil comenzar una tar lo dificil es terminarla. Hay muchos que se esfuerzan y perseveran hasta la meta, pero muchos se fatigan y se cansan.en el camino. y_sucumben en la mafiana de cosas baladfes. En mi experiencia pastoral he visto a través de lo afios orar especffica e insistentemente por una visitacién del cielo a cris- tianos unidos, creyentes y perseverantes hasta el fin; sin embargo, también he visto los que desmayan y se dan por vencidos si la respuesta no llega con la prontitud deseada. Siempre he enfatizado que la oracién es un excelente ejercicio espiritual, un habito bueno que practican Jos que quieren triunfar con Cristo, pues no hay victoria sin comunién con el-Eterno, ya que de El emana_bendicién y revelacién_espiritual, lo cual produce que nuestra vida sea una llama que alumbre en lugar oscuro, Las Escrituras nos ensefian de la perseverancia de Daniel, quien estuvo por tres semanas orando para que su fe fuese ejer- citada. Daniel era un hombre {fntegro, de fe y valor; lo habfa demostrado renunciando a la comida del rey (Dn. 1:8-15), y en el foso de los leones (Dn. 6), donde permanecié fiel a Jehova de los ejércitos. «.,. no podfan hallar ocasién alguna o falta, porque él era fiel, y ningun vicio ni falta fue hallado en él» (Dn. 6:4). Cuando se encontraba cautivo en Babilonia junto al pueblo de Israel, lefa al profeta Jerem{fas y observé que habfa llegado el tiempo en que Dios habfa prometido su retorno: «En el afio primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en los libros el niimero de los aiios que hablé Jehova al profeta Jeremfas, que habfan de cumplirse todas las desolaciones de Je- rusalén en setenta afios» (Dn. 9:2). Por la palabra el profeta se da cuenta de que la cautividad ha terminado; no es tiempo segtin él de esperar placidamente, sino de entrar en accién. Daniel se humilla delante de Dios, se viste de cilicio y ceniza y entra en oracién y en ayuno, En_vez de dejar correr los dias como hacen muchos cristianos que desean espe; la_voluntad de Dios, él clama en profunda intercesién para. Dios cumpla su Palabra y propésito con Israel. El profeta permanecié orando y experimenté bendicién du- rante el tiempo que pasé con Dios. La Escritura nos dice que desde el momento en que se humillé delante del Altfsimo fue ofdo su clamor, aunque Dios permitié que el enemigo le estorbase, pero Daniel perseveré en la oracién sin desmayar y la respuesta lleg6 a su debido tiempo. Muchas veces Dios tiene ese mismo propdsito con nosotros, que nos adentremos a su presencia confiados, seguros de que la victoria es nuestra en Cristo _y que El la revelaré a su debido tiempo. Dios nos compele a perseverar, a veces por largo tiempo. Lo importante es que el Espiritu Santo haya dado un objetivo claro para_que_ con fe en El y Sus promesas oremos hasta obtener victoria. Obstdéculos en el camino Recuerdo que en una ocasién permanecf orando cerca de dos afios por una actividad juvenil, un impacto en la ciudad abordando Ja problemética del joven y de la familia. Cuando sent{ en mi _espiritu la confirmacién divina comparti a mi esposa y juventud en mayor detalle en qué consistia el impacto. Aceptaron con gozo el_reto_y emprendimos un trabajo intenso de divulgacién del mensaje de Cristo, Usamos todos los medios de comunicacién, dandosenos amplia cobertura al Impacto Juvenil. Encuestamos a parte de la ciudad; otras estadfsticas nos fueron proporcionadas por el Liceo; imprimimos folletos, volantes, afiches, lienzos, etc. Cuando tuve el testimonio en mi espfritu de que todo iba a ser un éxito confesé con mis labios a la congregacién un dia domingo que el Impacto Juvenil se realizaria en el Teatro Municipal, contaria con Predicacién Aérea, Filmacién Televisiva en video tape y transmisién radial con alguna emisora de la ciudad de Osorno (Chile). Todo era algo imposible alos medios econémi- cos que tenfamos, pero el cee ee enartame prometido, Algunos hermanos encontraron que todo era locura, all inverosimil, pero proclamé victoria antes de wer sp 2) nanciera porque Dios tiene dominio sobre todas las cosas. ;Amén™ Si t - — pesimistas y utilizan el lenguaje del diablo, pues estén llenos de incredulidad y temor, y como no quieren ser victimas del ridiculo, segtin ellos, no contribuyen para el Reino de Dios en estas empresas de fe guiadas por el Espiritu Santo, Cuando faltaban diez dias para iniciar el Impacto Juvenil se me_comunica que ¢l Teatro Municipal no ibaa ser cedido, no tadial tenfa un costo muy alto. Algunos dfas antes hab{a procla- mado victoria y ahora parecfa que todo se desmoronaba. Fui so- bre_mis rodillas en oracién_y ayuno y perseveré en la victoria; cl Espiritu Santo habia dado testimonio a mi espfritu de que era eltiempo de Dios. Volvi a solicitar el teatro para el mes venidero, encareci reconsideraci6n de la no predicacién aérea, me entrevis- té con altos personajes del gobierno y reprendf en el nombre de Jesucristo a los demonios que tenfan atadas las finanzas, para que éstas fuesen ocupadas para la extensién del reino de Dios. En esta espera el Sefior vino en mi ayuda y obtuvimos victoria. Predi- camos por avidn lo que fue un espectdculo fascinante: que desde los cielos se proclame salvacién en Cristo. jAleluya! Se transmitié en una emisora de Osorno (Chile), se film6 en video tape, teniendo que transmitir el tiltimo dia en circuito cerrado por la gran cantidad de ptiblico. ;Alabado sea Dios! Ese mismo dfa legé un circo a la ciudad, el cual no pudo dar su funcién por la carencia de piblico. Como resultado almas fueron salvadas y miles notificadas con el mensaje de liberacién en Cristo. Cuando todo habfa terminado reinaba mucho gozo; sin embargo, al contabilizar el dinero adeudado nos faltaban tres mil pesos. Fuimos inmediatamente sobre las rodillas y reclamamos al Sefior ese dinero. Si El nos habfa provisto una cantidad mayor, El mismo nos ayudarfa a cancelar el resto, y en esa seguridad oramos. Al otro dia cuando fuimos a cancelar el uso del avién se nos habfa rebajado tres mil pesos. La gloria sea para Dios. jAmén! Ci 8. La importunidad de la oracién «También les refiri6 Jestis una parabola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar, diciendo: Habfa en una ciudad un juez, que ni temfa a Dios, ni respetaba a hombre. Habfa también en aquella ciudad una viuda, la cual venfa a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algtin tiempo; pero después de esto dijo dentro de sf: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. ¥ dijo el Sefior: Ofd lo que dijo el juez injusto. ;Y acaso Dios no hard justicia a sus escogidos, que claman a é1 dfa y no- che? {Se tardaré en responderles? Os digo que pronto les har justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, jhallara fe en la tierra?» (Le. 18:1-8). Dios se regocija al ver a sus hijos insistiendo en sus mise- ticordias; aquellos que no aceptan una negativa por respuesta son los hombres y mujeres que alegran el coraz6n de Dios. Porque j ; no hay cosa que agrade mds a nuestro Padre Celesti vi Su Palabra dice: «Pero_sin fe es imposible agradar a Dios». «Porque por fe andamos, no por vista» (He. 11:6; 2 Co. 5:7). Observemos el pasaje de Lucas: la viuda, el juez y el adver- sario. Facil es entender el mensaje de Dios. 1. Una mujer necesitada de justicia Esto nos hace pensar en ofensas, malos tratos y aflicciones producidos por su adversario a quien acusa delante del juez con insistencia. La Escritura nos advierte que los hijos de Dios no se hallan exentos de sufrimientos y desengafios. Pablo, como apés- tol, tuvo que soportar incontables pruebas. La historia nos mues- tra una gran lista de hombres y mujeres que tuvieron que soportar el dolor. Lo cierto es que Dios permite los conflictos susci en nuestra vida con el fin de adquirir firmeza, seriedad y bilidad espiritual. Cuando el creyente tiene su Biblia empolvada sin prestarle dedicaci6n a ella, no encontrard tiempo para orar y si lo hace careceré de fe, pues la Escritura dice: «Asi que la fe es por el ofr, y el oft, por la palabra de Dios» (Ro. 10:17). Los conflictos presentados pueden venir de nosotros mismos, del pecado cometido o un directo ataque satdnico. 2. Un adversario implacable Lo que robaba a la viuda paz y tranquilidad era el adversario. Nosotros también tenemos uno, y es el diablo, quien desea cau- tivar las mentes de los hombres y mujeres creados a imagen de Dios y conforme a su semejanza (Gn. 1;26). No hay cosa que incomode mfs al diablo que vernos recurrir a Dios en oracién de guerra, cuando por la Escritura hemos entendido que Dios: «... operé en Cristo, resucitandole de los muertos y sentdndole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y sefiorio, y sobre todo nombre que se nombra, no sélo en este siglo, sino también en el venidero; y sometié todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo lena en todo». «Y yosotros est4is completos en él, que es cabeza de todo principado y potestad.» «Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibid ptblicamente, triunfando sobre ellos en la cruz» (Ef. 1:20-23; Col: 2:10, 15). Toda fuerza enemiga est4 obligada a obedecer al creyente leno del Espiritu Santo que se apropié de la autoridad conferida por Jesucristo a los suyos, Hay muchos creyentes que son titeres del diablo; éste los oprime con resentimientos, enfermedades, deudas, prejuicios, enyidia, amargura, y caminan cabizbajos expresando una vida derrota, sin saber que el diablo es un enemigo derrotado. cof) lo vencié en la cruz del Calvario, donde triunfé sobre todos poderes de! infierno. Nos corresponde entrar’en su victoria por la fe y recordarle que la sangre de Jesucristo nos limpié de nues- tros pecados. Es evidente que muchos saben esta verdad doctri- nalmente; sin embargo, son enanos espirituales. Continuamente ceden a la tentacién y son vergiienza al evangelio por sus vidas mediocres. Satands no s6lo es adversario oponiéndose a Dios y los cre- yentes, sino un usurpador. Adan recibié de su Creador autoridad sobre todas las cosas. Vivia junto a Eva en comunién con El. Todo estaba a su disposicién para su plena realizacién. Sin embargo, la desobediencia al mandato imperativo que dice: «.., de todo drbol del huerto podris comer; mas del drbol de la ciencia del bien y del mal no comerds; porque el dia que de él comieres, ciertamente morirés» (Gn. 2;16-17). Nuestros primeros padres transgredieron la ley de Dios y por consiguiente sucumbieron en la red tentadora; entonces la auto- ridad qued6 transferida a Satands, siendo él: «.,. el dios de este siglo cegé el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio...» (2 Co. 4:4). «... conforme al principe de la potestad del aire, el espfritu que ahora opera en los hijos de desobediencia» (Ef: 2:2). Pero cuando vino el segundo Adan, Cristo recuperé la auto- ridad perdida en la cruz del Calvario y la delegé a la Iglesia. Por esa raz6n dice la Escritura: «Las puertas del Hades no prevalecerén contra ella» (Mt. 16:18). Entonces somos nosotros, creyentes de Cristo, quienes tene- mos autoridad para vencer los poderes del infierno. Cuando cree- mos y obedecemos Su Palabra vivimos en victoria. ;Amén! «Y estas sefiales seguirdn a los que creen: En mi nombre echa- rn_fuera demonios... sobre los enfermos pondrén sus sanaran...» (Mr. 16:17-18).

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