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LA “PÍLDORA” DEL HOMBRE

LADINO.LAS DIFERENTES
MANERAS DE “RECUERDO DE SÍ”.
(Maurice Nicoll).
MON CUARTO CAMINO-GURDJIEFF · MIÉRCOLES, 21 DE FEBRERO DE 2018

"A veces al cuarto camino se le llama el camino del hombre ladino...


El «hombre ladino» conoce un secreto que no conocen el faquir, el monje ni el
yogui. Cómo ha aprendido este secreto el hombre ladino — nadie lo sabe.
Quizás lo ha encontrado en un libro antiguo, quizás lo ha heredado, quizás lo
ha comprado o a lo mejor se lo ha robado a alguien... No importa. El hombre
ladino conoce el secreto y con su ayuda, deja muy atrás al faquir, al monje y al
yogui…
Entre los cuatro, el faquir es el que actúa de la manera más tosca; sabe muy
poco, y comprende muy poco. Supongamos que después de un mes de torturas
intensivas, llega a desarrollar cierta energía, cierta substancia que produce en
él cambios definidos. Esto lo hace absolutamente en la oscuridad, con los ojos
cerrados, sin conocer ni la meta, ni los métodos, ni los resultados, por simple
imitación.
El monje sabe un poco mejor lo que quiere; lo guía su sentimiento religioso, su
tradición religiosa, un deseo de realización, de salvación; tiene fe en su
maestro que le dice lo que debe hacer y cree que sus esfuerzos y sacrificios
«complacen a Dios». Supongamos que en una semana de ayuno, de oraciones
continuas, de privaciones y penitencias, llega a alcanzar lo que el faquir no ha
podido desarrollar en sí mismo sino en un mes de torturas.
El yogui sabe mucho más... Sabe lo que quiere, sabe por qué lo quiere y sabe
cómo lo puede alcanzar. Sabe, por ejemplo, que para arribar a sus fines, tiene
que desarrollar en él cierta “substancia”. Sabe que esta substancia se puede
producir en un día, a través de cierta clase de ejercicio mental o a través de
concentración intelectual. De este modo, fija su atención sobre un ejercicio por
un día entero, sin permitirse una sola idea ajena, y así obtiene lo que
necesita… De esta manera, en sólo un día, un yogui llega a lo mismo que llega
el monje en una semana y el faquir en un mes.
Pero en el cuarto camino, el conocimiento es aún más exacto y más perfecto.
El hombre que lo sigue conoce con precisión qué substancias necesita para
alcanzar sus fines y sabe que estas “substancias” pueden ser elaboradas en el
cuerpo por un mes de sufrimiento físico, una semana de tensión emocional o
un día de ejercicios mentales — y también, que estas substancias pueden ser
introducidas “desde afuera” en el organismo, si se sabe cómo arreglárselas.
Y así, en lugar de perder un día entero en ejercicios como el yogui, una semana
en oraciones como el monje o un mes en suplicios como el faquir, el hombre
que sigue el cuarto camino se contenta con preparar y engullir una ‘pequeña
píldora’ que contiene todas las substancias requeridas y de esta manera sin
pérdida de tiempo obtiene los resultados deseados."
(G.I. Gurdjieff).
Se ha dicho que el “Recuerdo de Sí” produce un “choque” en todo el Ser, y
también se podría decir que proporciona un “mejor alimento” a las células del
cuerpo. Más por lo general no nos damos ese “choque” y por esa razón es
llamado el “Primer Choque Consciente”, porque es menester hacerlo
deliberadamente. En la naturaleza no se produce.
El “choque natural” que es dado al cuerpo es el acto de respirar. El acto de
respirar da un choque a la “Octava de Alimento” que se inicia, según muestra
nuestra “tabla de Hidrógenos” en (H768) y se transforma a sí misma
sucesivamente en el organismo, hasta que llega al (Si 12).
Pero este es un “choque mecánico”.

En la primera parte de esta enseñanza se hace hincapié en el “Primer Choque


Consciente”, por ser la única cosa, la más importante y más practica que
podemos hacer. Es preciso aprender lo que significa “recordarse a sí mismo” y
practicarlo todos los días por lo menos más de una vez.
Y ya que tiene tanta importancia siempre conviene tenerlo presente y una vez
más estudiarlo. Hay muchas maneras diferentes de “recordarse a sí mismo”,
pero debemos comprender que en todos los casos esto implica “no
identificarse” con algo y así separarse sintiendo que se “es algo”, diferente de
ello.
No hay manera mecánica de Recuerdo de Sí. Es, hablando en una escala
inferior, lo mismo que decir que no hay manera mecánica de “observación de
sí”. La tentativa práctica del Recuerdo de Sí, así como de la observación de sí,
requieren inteligencia, conciencia y visión... Un monje puede murmurar sus
oraciones a todo lo largo del día y no dar en absoluto en el blanco. Por cierto le
convendría mucho mas recibir impresiones en un momento dado y no
murmurar plegarias mecánicas.

En una ocasión, en que se le pregunto al señor Ouspensky:


"¿Qué es esa píldora que el Hombre Ladino prepara y traga?"…
Él contesto que uno de los significados era que el “Hombre Ladino” se recuerda
a sí mismo de diferentes maneras bajo diferentes condiciones...
En otra oportunidad se le hizo esta pregunta:
"¿Que es aquello para cuyo logro el faquir sufre años, el monje semanas y el
yogui días?..." Él contesto: "la comprensión"...

Entonces en esa misma oportunidad también se le pregunto:


"¿De qué está hecha la píldora que el Hombre Ladino toma?..."
Él respondió: "Está compuesta de muchas cosas... Es preciso recordarse a sí
mismo para poder tomar la píldora..."
"¿Cual es la diferencia entre el deseo y la voluntad?"
Contestó: "Podemos hacer ‘lo que deseamos’... pero si hacemos lo que ‘no
deseamos’ esto demuestra Voluntad.... Todo ‘Recuerdo de Sí’ ha de contener
un elemento de ‘control-Voluntad’. Es un genuino acto de ‘hacer’ — el único
que podemos realizar... Ahora bien, sabemos que este Trabajo nos enseña que
la única manera correcta de interferir con nuestra maquina es la de darle el
Primer Choque Consciente, o el “choque del Recuerdo de Sí”. Por lo tanto el
propósito debe estar en conexión con el Recuerdo de Sí...
Tratar de cumplir un propósito sin que lo acompañe un estado de Recuerdo de
Si es intentarlo desde un lugar equivocado, desde la maquina misma.
El “Cochero” debe cumplir su función tomando el mando —esto es, ha de estar
en un nivel más elevado antes que pueda controlar el caballo y el carruaje.
Recuérdese a sí mismo y luego recuerde su propósito..."

En aquella ocasión el Sr. Ouspensky se explayó mas refiriéndose a “la píldora”


del Hombre Ladino y dijo que había diferentes clases de Recuerdo de Sí.
Él Dijo:
"Es preciso que lo descubran gradualmente... Tiene que ver con ‘diferentes
influencias’, de las cuales una se ejerce sobre una persona, otra sobre otra
persona, y así son diferentes para cada persona. En diferentes horas del día
las influencias son diferentes en cada persona".

Todo esto significa que debemos aprender a recordarnos a nosotros y que es


necesario “separarse”, y dejar de identificarse con algo que se estaba
apoderando de uno. Solo a este respecto es siempre lo mismo.
Es siempre lo mismo porque es un “elevarse de sí mismo”, de lo que “uno es”,
por encima del nivel de los "Yoes" ordinarios, por encima de la corriente de
pensamientos, preocupaciones y estados de ánimo, pero la dirección que toma
es diferente.

El “Recuerdo de Sí” siempre significa un estado más pleno de conciencia, pero


no se logra un más pleno estado de conciencia mirando siempre las cosas de la
misma manera, porque “no se dará en el blanco” y será tomado por la
“mecanicidad”. Si siempre se mira por la ventana orientada al este, no se verá
el sol todo el día. Si está en un mal estado de ánimo se recuerda a sí mismo de
una manera, y cuando está en un buen estado de ánimo tiene que recordarse a
sí mismo de otra, y muchas veces el darse cuenta y la tentativa son muy
difíciles. Pero en ambos casos no cree plenamente en su estado, sino en algo
que podría llegar a ser y en verdad fue una vez —algo que ha olvidado—.

En la tentativa de “Recuerdo de Sí” se debe establecer una distinción entre sí


mismo y la persona que ha llegado a ser en la vida. Y usted debe “ser capaz” de
verse a sí mismo con su pensamiento y estado de ánimo presentes.
Así, le es dado lentamente ver que todo “ello” no es “Yo”. De otro modo se sigue
siendo simplemente los propios pensamientos desatinados y estados inútiles
que se suceden sin orden ni concierto, un calidoscopio— y esto es estar
dormido en estados mecánicos, en errores y engaños, a merced de una serie de
"Yoes" negativos, que buscan destruirnos.

¿No se dan cuenta que todos son ‘comidos’ en todo momento por los malos
estados, por los malos "Yoes", por la inútil identificación, y así, como nos dice
la enseñanza sólo alimentamos a la Luna?...
Pues bien, en un estado de Recuerdo de Sí esto es imposible. Las influencias de
la Luna no penetran en el Tercer Estado de Conciencia.
Si llegamos a comprender esto, es preciso luchar para recordarnos a nosotros
mismos. Debemos simplemente recordarnos a nosotros mismos y detener el
“considerar”... Esfuércense por no creer en sus estados —solo en el estado de
Recuerdo de Sí.
Gurdjieff dijo una vez:
"Un hombre debe ser capaz de girar por completo en sí mismo..."

Ahora bien, esto significa que no debe estar apegado a nada en sí mismo.
Al identificarnos nos apegamos a las cosas y por eso no podemos liberarnos ni
podemos girar en redondo.
En rigor, las cosas tienen importancia. Pero la no identificación tiene aun más
importancia. Todas las cosas tienen al mismo tiempo importancia y no
importancia. Es un sentimiento doble. Las cosas son serias y no serias.

La gente molestaba al señor Ouspensky para que le explicara exactamente que


era la “píldora del Hombre Ladino”. No se contentaban con estudiarlo ellos
mismos y con la insinuación de que eran diferentes formas de Recuerdo de Sí
practicadas en diferentes momentos. Él dijo:
"Si no quieren identificarse con la idea de ‘astucia’, es preciso comprender
mejor que significa...".
"Un hombre puede pasar a un estado de Recuerdo de Sí sin ningún esfuerzo
directo. Lo único que advierte es que esta en un estado desacostumbrado y no
identificado con cosa alguna. Toda la vida y sus preocupaciones se desvanecen
y ve las cosas muy claramente".

Cuando practicamos el Recuerdo de Si podemos llegar a lograr cuanto


deseamos. Podemos lograr cuanto deseamos mientras no nos identifiquemos
con ello, porque “identificarse” es dejar de recordar.
"¿Que tengo que hacer?", era la constante queja en los primeros años del
Trabajo. Y la respuesta era siempre la misma:
"Todo lo que tiene que hacer es recordarse a sí mismo..."
Ahora bien, si piensa que esto es renunciar a sí mismo está muy equivocado.
Es “hallarse a sí mismo” y perder lo que se creía que era uno mismo —todo ese
enredo en el cual uno está.

Si podemos progresar tanto en el Trabajo como para conocer el Recuerdo de Sí


y darnos cuenta de que no nos recordamos a nosotros mismos hemos
recorrido un largo camino y alcanzado una meta. Porque en ese estado de
Recuerdo de Sí, en el Tercer Estado de Conciencia, pueden llegarnos
influencias que de otro modo no podrían hacerlo — en efecto, podemos ser
ayudados. Somos enseñados internamente.

Una vez que conocemos o presenciamos esa “ayuda” en la forma de


experiencia personal comprendemos el Trabajo porque su conocimiento nos
condujo al punto en que es posible percibir la verdad.
Vemos lo que significa la verdad, sin necesidad de palabras, porque es
evidente por sí misma. Por eso les recuerdo otra vez:
"Traten de recordarse a sí mismos, no tan solo pensarlo o discutirlo, sino
traten de hacerlo a solas, en la intimidad; y si no pueden hacer algo mejor,
traten de detener sus pensamientos, traten de separarse de su estado interior
tal como es ahora, y contémplenlo como carente de importancia y como si no
fuera uno mismo..."
"Esta tentativa, este acto con esfuerzo consciente puede “abrir algo”, elevar
algo hasta el nivel del Tercer Estado de Conciencia. Entonces ese “algo” que
está en un nivel superior, lo reconocerá, lo percibirá, como si usted hubiera
entrado a través de una puerta".

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