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ac 238.7 LM pas UN PASO POR DELANTE DE LA BOLSA COMO UTILIZAR SUS CONOCIMIENTOS PARA GANAR DINERO EN EL MERCADO BURSATIL A LB6 ALY por e PETER LYNCH JOHN ROTHCHILD ; : EZ \ ‘Traguccién de. MARIA DEL MAR C. VILLA SANCHEZ\ 1 Editorial VERLAG NORBERT BARTL Kulmbach/Alemania ee ‘Titulo de ta edicion original: ONE UP ON WALL STREET editado por Simon & Schuster, Nueva York Copyright © 1989 Peter Lynch Copyright © 1991 de la edicién espanol Verlag Norbert Barl, Gleichmannstrase 6 1D-8650 Kulmbach/Atemania Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede ser reproducido ni tansmitido por ningén procedimiento clectrénico © mecénico, incluyendo fotocopia, ‘grabaciGn magnética 0 cualquier almacenamiento de informacién y sistema de recuperacién, sin permiso escrito de la editora Printed in Spain 1991 ISBN: 3-926449-03-9 El uso de os grificos se hizo con ef permiso de Securities Research Company, una seccién de Babson-United Investment Advisors Inc. EI uso de partes del balance’ anual de Ford se hizo con el permiso de Ford Motor Company Para Carolyn, mi mujer y mejor amiga durante veinte afios, cuyo ‘apoyo moral y sacrificios han sido tan importantes para mi. Para mis hijas Mary, Annie y Beth, cuyo carifio entre ellas y por sus padres ha significado tanto. Para mis colegas en Fidelity Investment, cuyos esfuerzos han hecho que el gran rendimiento de Magellan fuera posible, pero que no han recibido ninguna de la publicidad favorable, Para un millén de accionistas de Magellan, que me han confia- do sus ahorros y que a lo largo de los aos han hecho miles de Wamadas y escrito miles de cartas, animéndome durante las crisis del mercado y recordéndome que el futuro serta mejor. Para el Sefor, por todas las incretbles bendiciones de que he sido objeto durante mi vida. INDICE Prélogo: Apuntes de Irlanda IntroducciGn: Las ventajas del inversor amateur PRIMERA PARTE: PREPARANDONOS PARA INVERTIR Capitulo 1: La formacién del inversor en bolsa Capitulo 2: Las incongruencias de la bolsa Capitulo 3: {Esto es un juego de azar 0 qué? Capitulo 4: El test det espojo Capitulo 5: {Es éste un buen mercado? Por favor, no pregunte SEGUNDA PARTE: ELIGIENDO A LOS GANADORES Capitulo 6: Al acecho del tenbagger J Capiuilo 7: jLo tengo, 1o tengo! yQué es? Capituio 8: La accién perfecta {Qué hallazgo! ‘Capitulo 9: Titulos que hay que evitar ‘pCapiwilo 10: Ganancias, ganancias Capitulo 11: EL ejercicio de tos dos minutos Capitulo 12; C6mo obtener tos. datos Capitulo 13: Algunos mimeros clave Capitulo 14: Repasando los datos ffanitto 15: La revision nna pagina 9 pagina 13 pagina 27 pagina 29 pagina 53 Pagina 65 pagina 73 pagina 83 pigina 85 péigina 97 égina 125 pagina 147 pégina 161 pégina 177 pégina 187 pégina 204 pégina 233 pégina 239 8 fxDICE, TERCERA PARTE: ; LA PERSPECTIVA A LARGO PLAZO pagina 247 Capitulo 16: Cémo crearse su propia cantera gina 249 23- 2% X Capitulo 17: Bl mejor momento para comprar y vender pagina 259 z Yiwlo 18: Las doce cosas més tontas (y peligrosas) Pe que dice la gente sobre precios de acciones pagina 275 Capitulo 19: Opciones, futuros y ventas al descubierto pagina 289 ee Capitulo 20: 50,000 moscas pueden estar equivocadas pagina 295 Epilogo: Pillado con 10s pantalones puestos Pagina 309 Apuntes de Irlanda Reconocimientos pAgina 311 No se puede hablar de la bolsa estos dias sin analizar lo aconte- ido entre el 16 y el 20 de octubre de 1987, Fuc una de las Semanas més extraordinarias que yo haya vivido. Mas de un aio después, y mirando hacia atrés menos apasionadamente, puedo empezar a discernir los incidemtes que tuvieron una importancia duradera de los que no la tuvieron. ~El 16 de octubre, un viemes, mi mujer Carolyn y yo disfruta~ mos de un dia maravilloso viajando por County Cork, Irlanda, Co— mo rara vez hago vacaciones, el simple hecho de viajar resultaba en si mismo extraordinario. No hice ni siquiera una parada para visitar las oficinas centrales de una compania que cotizara en bolsa. Ge— neralmente soy capaz de andar 100 millas en cualquier direccion para enterarme de lo éltimo en ventas, existencias y ganancias, pero esta vez ni ain recorriendo 250 hubiera dado con un simple ba~ lance de situacién. ~Fuimos al castillo Blarncy, donde la legendaria piedra de Blar- hey se encuentra inconvenientemente alojada en un parapeto en el echo de la construccién, a bastantes metros sobre el suelo, Uno se tumba de espaldas, se va contoneando a través de la reja | i | 10 PROLOGO, metélica que se interpone entre el propio cuerpo y una caida mortal y, mientras se agarra de la barandilla, por puro apoyo emocional, se consigue llegar a besat la piedra. Besar la piedra de Blamey es tan emocionante como se dice, especialmente el salir con vida. Nos recuperamos de lo de la piedra de Blarney pasando el fin de semana tranquilamente jugando al golf —en Waterville el sabado y el domingo en Dooks~ y recorriendo en coche la hermosa costa de Kerry EI 19 de octubre, lunes, me enfrenté al tiltimo desaffo, uno que cexigia absolutamente toda mi inteligencia y energia: los 18 hoyos del campo de Killeen, en Killarney, uno de los mas dificiles del mundo, =Después de meter los palos en el coche, Carolyn y yo hicimos un recorrido por la peninsula de Dingle hasta llegar a la poblacién ‘maritima del mismo nombre, donde nos hospedamos en cl Scciling Hotel. Debia de estar cansedo, porque no abandoné la habitacion en toda Ia tarde, Esa noche cenamos con nuestros amigos Elizabeth y Peter Callery en un famoso restaurante de pescado llamado Doyle's. Al dia siguiente, el 20, cogimos el avi6n de vuclta a casa. ESOS PEQUENOS TRASTORNOS Por supuesto que he dejado de lado algunos pequetios trastornos. Al cabo de un aio uno ha de recordar la Capilla Sixtina, no las ampollas cn las pics como resultado del recorrido, Pero para ser totalmente sincero les diré lo que me estaba molestando: El jueves, el dia en que partimos hacia Irlanda después del trabajo, el indice del Dow Jones habia caido 48 puntos, y el vier— nes, el dia en que llegamos, el mismo indice cay6 otros 108,36 puntos. Todo lo cual hizo que me preguntara porqué estaba yo de vacaciones después de todo. —Estaba pensando en el Dow Jones y no en Blarney incluso en ‘el momento en que besé la piedra. A lo largo de la semana, entre ‘campo y campo de golf, hablé con mi oficina varias veces sobre qué acciones vender y cules comprar a precio de ganga si el mercado seguia cayendo. ‘ El lunes, el dia que jugué golf en Killamey, cb Dow Jones cay6 otros 508 puntos. PROLOGO, iu Gracias a Ia diferencia horaria, terminé la partida unas cuantas horas antes de que la campana de apertura sonara en Wall Street De otro modo hubiera jugado peor. De hecho, la sensacién de que algo trégico iba a ocurrir me perseguia desde el viernes y quizés eso explique el que jugara afin peor que de costumbre, lo que en el mejor de las casos es pésimamente, y él que olvidara constan~ temente la puntuacién. La puntuacién que s{ capté mi atencién hhoras més tarde fue la siguiente: el millon de accionistas del Ma~ gellan Fund habfa perdido el 18 por ciento de su capital —dos mil milliones de dolares! Estaba tan abstraftlo por este acontecimiento que me perdi el hhermoso paisaje en cl camino a Dingle. Podia haber cstado en la avenida 42 con Broadway y no hubiera notado Ia diferencia. No estuve durmicndo la siesta en el hotel Sceiling durante toda la tarde, como podria deducirse de lo dicho anteriormente. En, vez de e50 estuve hablando con mi oficina en Nueva York, decidiendo ‘eudles de los 1500 titulos en mi fondo deberia poner a la venta para conseguir efectivo con el que hacer frente a la gran demanda de redenciones de certificados. Habla el suficiente efectivo para circunstancias normales, pero no para las del tunes 19. Hubo un momento en el que no sabia si el mundo tocaba a su fin, si esté— ‘bamos al comienzo de otra depressién o si simplemente Wall Street dejaba el mundo de los negocios. Mis socios y yo vendimos lo que tuvimos que vender. Primero nos deshicimos dé ‘wlgunas avcioncs briténicas en la boba de Loaulres, El lunes por la mafiana los precios de tos acciones eran general- mente més altos que en Estados Unidos, gracias a un extraiio Inuracan que habfa forzado el cierre de la bolsa el viemes prece dente, evitando asf la gran caida de ese dia. Luego vendimos on Nueva York, sobre todo al comienzo de la sesi6n, cuando el Dow Jones s6lo habia bajado 150 puntos pero estaba claro que no pararia alli No sabria decir qué clase de pescado cené aquella noche en Doyle’s. Es imposible distinguir entre bacalao y gambas cuando el propio fondo ha perdido el equivalente del PNB de una pequefia hacién marinera. Todo to cual hizo que estuviera desesperado por Volver @ mi oficina, EI dia 20 estébamos cn casa. Esta era una posibilidad para la que me habia estado preparando desde el pri- ‘mer dia de mis vacaciones. Francamente, habfa dejado que las |eocupaciones pudieran conmigo. LAS LECCIONES DE OCTUBRE Siempre he creido que los inversores deberian ignorar los altibajas del mercado. Afortunatamente, la gran mayoria de ellos no_presté ‘mucha atencién a los sucesos de ese semana. Si sirve de ejemplo, menos del tres por ciento del millin de accionistas del Fidelity Magellan lo abandonaron por un fondo de inversién a corto plazo en el mercado de dincro. Cuando se vende en situacién desespe— rada siempre se vende barato. ‘Ain en el caso de que el 19 de octubre lo hubiera puesto a uno nervioso, no habia que vender ese dia, ni siquiera el siguiente. Se podia haber reducido gradualmente Ia cartera aventajando alos vendedores del pénico porque, a partir de diciembre, el mercado ‘empez6 a subit constantemente. En junio de 1988 se habja recu~ perado en unos 400 puntos, es decir, mas del 23 por ciento. ‘A todas las docenas de lecciones que se supone hemos aprendido de ese mes de octubre yo puedo agregar tres: 1. No permitir que los pequetios trastomos arruinen una buena cartera. 2. No permitir que arruinen unas buenas vacaciones y 3..No viajar nunca al extranjero estando escaso de dinero. Probablemente podria seguir durante capitulos describiendo los ‘momentos culminantes de aquella semana, pero no es mi intencin hhaccrles malgastar su tiempo. Prefiero escribir sobre algo que sin duda les pareceré més interesante: cOmo identificar a las mejores empresas. Igual da que se trate de un dfa de 508 puntos que de ‘uno de 108, al final, las compaifas superiores tendrin éxito y las mediocres fracasarin, y los inversores de cada una serdn recom= ppensados en consecuencia, Eso sf, les dejaré saber lo que comi en Doyle’s tan pronto como Jo recuerde, INTRODUCCION Las ventajas del inversor amateur ‘Agut es donde el autor, un inversor profesional, promete al lector que en las siguientes 300 paginas compartira con él el seereto de su Gxito, Pero ta rogla nimero uno del libro es: ;Deje de prestar {los profesionales! Veinte aifos en este negocio me han convencido de que cualquier persona normal, que use el acostumbrado tres por tiento de su cerebro, puede elegir acciones, si no mejor, al menos tan bien como el experto promedio de la bolsa Ya sé que no esperarfa que su cirujano pléstico le aconsejara hhacerse la estética usted mismo, ni del fontanero que s¢ instalara personalmente el calentador de agua, ni del peluquero que se hi fiera un nuevo corte, pero esto no es cirugia ni fontanerta ni pe- Iuqueria. Esto es invertis, donde el dinero listo no es tan listo, y cl dinero tonto no lo es tanto como se cree. El dinero tonto es s6lo onto cuanto presta oidos al dincro listo. De hecho, el inversor amateur tiene numerosas ventajas implicitas que, bien explotadas, deberian hacer que su actividad resultara més ren— Able que Ta de los profesionales y que la del mercado en general rs INTRODUCCION, Es més, al elegir sus propias acciones usted deberia hacerlo mejor aque los expertos. Y si no, zpara qué molestarsc? No me voy a enardecer y a aconsejarle que deje de confiar en su fondo de inversién. Si cso empezara a suceder en gran escala yo perderia mi trabajo. Ademés, no hay nada de malo ¢on los fondos de inversiGn si son rentables para el inversor. La_honestidad, que no Ia inmodestia, me obligan a hacer constar que millones de is versores no profesionales han sido bien recompensados por invertir fen Fidelity Magellan Fund, raz6n por la cual, dicho sea de paso, fat invitado a escribir este libro. El fondo de inversion es un in~ vento maravilloso para aquellas personas que no tienen ni el tiempo fi el humor de poner a prueba su talento en la bolss, asi como para aquelles que con poco dinero buscan diversificacion para mi~ nimizar el resgo. ‘Cuando se ha decidido invertir sin ayuda de profesionales hay que tener en cuenta que esto significa ignorar el consejo de moda, las recomendaciones de los brokers y las utimas infalibles sugerencias de las revislas de bolsa. Signfica ignorar las acciones que dicen que sté comprando una autoridad como Peter Lynch u otro similar. Hay al menos tres buenos razones pata ignorar lo que Peter Lynch esté comprando: 1. Puede estar equivocado. (Una larga lista de titulos perdedores de mi propia cartera me recuerda constantemente que cl llamado dincro listo resulta tonto més del 40 por ciento de las veces). 2. Tnclusc aunque yo acierte al comprar, usted munca se enterard de en qué momento he cambiado de idea y he vendido, y "3, Usted tiene mejores fuentes, y estén todas a su alrededor. Lo que las have mejores es que puede llevar un control sobre cllas, igual que lo Hevo yo sobre las mfas. "No hay que ser un lince para descubrir las empresas cuya ac~ tuacion es espectacular antes dé~que lo haga la bolsa. Basta con pprestar un poco de atenci6n en el trabajo o en el centro comercial Gel vecindario. Es casi imposible ser un ciudadano y consumidor modemo sn haber hecho algunos andlisis fundamentales sobre di ferentes campaiias. Y si usted trabaja en Ia industria, tanto mejor. Aquf es donde encontrard los tenbaggers. Lo he visto suceder una y otra vez desde mi atalaya en Fidelity. INTRODUCCION }OS MARAVILLOSOS TENBAGGER En la jerga de la bolsa, un ‘enbagger es una acciém con la. que “multipicamos por diez nuestro dinero. Me imagino que este término ne del bascball que, sin cmbargo, s6lo lcga hasta el fourbagger (© home nun). En mi negocio, um fourbagger es buena cosa, pero un ibagger es el equivalente a dos home nus y un doble. Si ha ido alguna vez un renbagger en la bolsa ya sabe lo atractivos que bisa por diez mi dinero es una pasin que desu l incipio de mi carrera. La primera accion que compré, Fi I Sih vcs a, alae lege’ enamine eat ‘mantuvo mientras estuve en la universidad. En la titima década, cocasionales five y ‘enbugger, asf como el mis escaso fenty— ger, han ayudado a mi Fondo a destacarse de la competencia. Y 9 con 1400 titulo. Para una cartera pequefia, uno s6lo de esos tenbaggers puede presentar volver una causa pe-dida en una rentable. Su funciona~ fento es asombroso. El efecto es més dramatico en mercados débiles donde, por in— que parezca, también hay tenbaggers. Volvamos a 1980, dos os antes del gran comienzo del mercado alcsta. Supongamos que id inviti6 10.000 délares en los siguientes titulos el 22 de di~ ibre de 1980 y que los mantuvo hasta el 4 de octubre de 1983, seria la estrategia A. La zstratcgia B seria la misma con la diferencia de que hubiers agregado un titulo més, Stop & OP, que resultarfa ser el renbagger. resultado de la estrategia A es que sus 10.000 dolares hubieran do a 13040 délares, incrementéndose en un mediocre 30 por jo en un periodo de tres afios. Seria comprensible su desen— asi como su decision de dejar en adclante estos asuntos ea de profesionales. Pero si usted hubiera agregado Stop & (que rindié un 406 por ciento en cl mismo periodo) sus délares. se hubicran conrertido en 21.060, dandole un ren ta ona més, si usted hubiera ido ampliando su posicion en S&S a ida que observase su buen funcionamiento, la rentabilidad total a haber ascendido al doble. 16 INTRODUCCION CARTERA DE LA ESTRATEGIA A Compra Venta Resultado Bethlom Steel $250 $ Bis = 80% Coca Cola 32 San + 03 % Genaral Motors 4on Yon + $87 % WR. Grace 53 4853 = 935 % Kellogg Bs Dye + 26% Mfrs. Hannover 338 Boye + 18S Merck 808 Wye + 237 % Owens Coming 2b 35m + 380% Phelps Dodge 39s Dye = 388% Schlumberger Bhs Sty - 368 % (= tence) ae + 1627 % ESTRATEGIA B Como ariba, pero aparte Stop & Shop 6 0 + 9000 % Para obtener un resultado como éste usted s6lo tenia que haber encontrado al gran ganador entre los once titulos. Cuanto mis acicrte con cualquicra de las acciones, mas equivocado puede darse cl Iujo de estar con Jas dems —y afin triunfar como inversor. MANZANAS Y DONUTS Usted quizés haya pensado que un tenbagger sélo pusde darse en acciones baratas de alguna extraia compaifa como Braino Biofeedback 0 Cosmic RyD, el tipo de acciones de las que los inversores sensatos huyen. De hecho hay numerosos fenbagiers en compaifas que usted reconocerd: Dunkin Donuts, Wal-Mart, Toys "R’ Us, Stop & Shop o Subaru, para mencionar sélo unas. pocas Son compaifas cuyos productos usted ha admirado y disfrutado, ero zquién se hubiera imaginado que de haber comprado acciones Subaru junto con el coche Subaru, usted seria millonario hoy? INTRODUCCION wy Bien, es cierto. Este célculo adivinatorio esté basado en varios Supuestos: primero, que usted compré las acciones cuando estaban fn su punto més bajo, es decir, a 2 délares en 1977; segundo, que usted vende al alza en 1986, lo que representaba 312 dolares por accién (sin tener en cuenta el fraccionamiento_o divisién de la accion al 8 por 1)". Eso es un 156-bagger, y el equivalente fiscal de 39 home runs, de mancra que si usted hubiera invertido 6.410 dolares en acciones (lo que valia més 0 menos un coche Subaru) ahora tendria un millin de délares exactamente. En lugar de poseer tun desvencijado coche usado podria ser el feliz propictario de una ‘mansién y tener un par de Jaguars on el garaje. Hubiera sido dificil ganar un millon de dolares invirtiendo en acciones de Dunkin Donuts la misma cantidad de dincro que en comprar donuts, porque zcuantos donuts puede comer una persona? Pero si junto con las 20 donuts que usted compro cada semana durante 1982 (un desembolso total de 270 d6lares) usted hubiera invertido una cantidad igual en acciones, cuatro afos mas tarde sus facciones se hubieran vendido por 1.539 délares (un sixbagger). Una fnversién de 10.000 dolares en Dunkin Donuts hubiera dado una ‘ganancia de 47.000 dolares en ese corto perfodo de tiempo. Si, en 1976, usted hubiera comprado diez pares de tejanos en el GAP por 180 délares, a estas alturas los tejanos ya estarian un poco usados. Pero diez acciones de GAP compradas por los ‘mismos 180 d6lares (18 délares por accién cra el precio. inicial) valian 4.672,50 délares con la bolsa en alza en 1987. Una inversién "A to largo de tofo este libro nos tendremos que enfrentir com las compliaciones ve tienen lugar evando las companias Traccionan sus accones dos~ por~ una, tes ~ or una, ct. Si usted invierte 1000 dolares en 100 acciones de ln compels X. a 0 d6laes la acein, y se fraciona al dos poruno, enfonces repentinamente ured Povee 200 aeciones a 5 délaes a acc, Dem afios mis tarde el prec de ba acckin hue « 10 déisres'y dobla su dinero. Sin embargo, wna persona que ao supiera nade fobre el fraccionamiento creeria que usted no ha ganado nade; Ia accidn vali 1D lars y sigue valiendo 10 aires Fin ot caso de Subaru, la scién nunca se vendis por 312 délaes en realidad. Habia Ibido un fracconamieato del ocho por—uno justo antes de Ia subids, do manera que 1a accion estaba de hecho 2 39" dolaces (S312 + 8) en exe momento, Con Ninwando con esta reac, hay que dvicit por & el valor previ al fraccionamenta lo que’ la accin de 3 dares de 1977 pasa a ser de 25 centavos (S248 = 128) « pesar de que ea realidad qunea se vendis por exte dincso. ae companias prefieren no permitr que el valor Je eve aciones Megue a ser muy ‘lio en t6rminos absolutes, que es por lo que se declea el fraccionamtent. | IyTRODUCCION de 10,000 délares en el GAP hubiera resultado en una ganancia de 250.000 dolares. Si durante 1973 usted se hubiera hospedado 31 noches durante sus viajes de negocios en La Quinta Motor Inns (pagando 11,98 dolares por nocke), y hubiera igualado la factura de 371.38 délares ‘eon una compra de acciones de La Quinta por a misma candidad, Jo que hubiera equivalido a 23,21 acciones, esas mismas acciones hhubieran valido 4363 d6lares diez aos después. Una inversion de 10.000 délares en La Quinta hubiera resultado en una ganancia de 107.500 délares. Si durante 1969 se hubiera encontrado en la situacién de tener que pagar por un entierro tradicional de un ser querido en uno de Jos muchos establecimientos de Service Corporation International, y de alguna manera, a pesar de su pena, se las hubicra arreglado para invertir ottos 980 délares en SCI, sus 70 acciones hubieran valido 14.352 délares en 1987. Una inversion de 10.000 délares en SCI hubiera resultado en una ganancia de 137.000 d6lares. Si, en 1982, durante la semana en que compré aquella su primera computadora Apple por 2.000 délares para que sus hijos pudieran sacar mejores notas e ir a la universidad, usted hubiera puesto otros 2.000 dolares en acciones de Apple, como en 1987 esas mis mas acciones valian 1.950 délares, hubiera tenido bastante para pagar un afio de una universidad privada EL PODER DEL CONOCIMIENTO PUBLICO Para obtener estas espectaculares ganancias habia que comprar y vender en el momento justo. Pero incluso habiendo ignorado las subidas y bajadas hubiera sido més rentable invertir en cualquiera de las empresas familiares antes mencionadas que en alguna de esas exotéricas empresas que ninguno de nosotros comprende. Hay una historia famosa sobre un bombero de Nueva Inglaterra Se cuenta que allé por los afios 50 advirtié que una empresa local amada Tambrands (més tarde conocida como Tampax) estaba en continua y répida expansién. Deduciendo que si las cosas a0 le fueran tan bien no podria crecer a ese ritmo, él y su familia invir— tieron 2.000 délares. No solamente eso, sino que aumentaron su INTRODUCCION 19 inversign en 2.000 délares cada afio durante los cinco siguientes. En 1972 el bombero era millonatio, y ni siquiera se habia comprado un Subaru. Si muestro afortunado inversor pidi6, 0 no, consejo a un broker 0 4 algéin otro experto es algo que no sé, pero sin duda que muchos Je hubieran dicho que su fcoria tenfa algén fallo, y que si supiera lo que le convenia se aferraria a las acciones favoritas que ellos manejaban, 0 @ las emisiones de clectréniea que cran populares en | época. Afortunadamente, el bombero siguié su propio criterio. Es posible que s¢ haya usted imaginado que los expertos sacan suis mejores ideas del cotilleo sofisticade y de alto nivel, pero yo saco muchas de las mias de donde el bombero sacé la suya. Hablo on cientos de compafifas al afio y me paso horas y horas en se~ suidas conferencias con presidentes de consejos, analistas financicros y mis colegas del negocio de fondos de inversi6n, pero encuentro a los grandes ganadores en situaciones extracurriculares, lo mismo que podria sucederle a usted. Y sino, juzgue usted mismo: De Taco Bell quedé muy impresionado con el "burrito en un Viaje a California; de La Quinta Motor Inns me hablo alquien en el tival Holiday Inn. Volvo: mi familia y amigos sicmpre han tenido uno; Apple Computers: mis nifios tenfan uno en casa y més tarde el director compré varios para la oficina; Service Corporation International: un analista de electr6nica de Fidelity (que no tenia hada que ver con casas de pompas fiinebres, asi es que este no cra fu campo) Io descubrié cn un viaje a Texas; Dunkin Donuts: me encantaba el café; y, recientemente, el remozado Pier 1 Imports, fecomendado por mi mujer. De hecho, Carolyn cs una de mis ‘mejores fuentes. Ella fue quien descubri6 L'eggs. Leggs es el perfecto ejemplo del poder del conocimiento pablico. Resulté ser uno de los dos productos de consumo de mayor éxito Ale los 70. Al principio de esa década, antes de hacerme cargo de I direccion de Fidelity Magellan, estuve trabajando como analista de valores en la empresa. Conocia el negocio textil de haber Minjado por el pais visitando empresas del ramo, calculando los Imirgenes de beneficios, las relaciones precio/ganancia y la esotérica tle tramas y urdimbres. Pero ninguna de estas informaciones fue tan valiosa como la de Carolyn. No encontré Leggs durante mis in= ‘ostigaciones. Ella las encontré simplemente yendo al supermercado. 20 INTRODUCCION All, en una estanterfa metélica cerca de la caja, aparecié un nuvo muestrario de medias panty, empaquetadas en mutticolores hhuevos de plistico. La compaiiia Hanes estaba introduciendo L’eggs en diferentes puntos del pais con carécter de prucba, incluyendo las zonas residenciales de Boston. Cuando Hanes entrevist6 a -cientos de mujeres a su salida del supermercado y les pregunté si acababan de comprar medias panty, un alto porcentaje contest6 afirmativa~ ‘mente. Sin embargo, muchos eran incapaces de recordar la marca. En Hanes estaban extasiados. Si un producto sin marca reconocida es capaz de convertirse en un best-seller, imaginen lo que puede sueeder cuando el nombre de la marca se hace piblico. Carolyn no necesit6 ser una experta en textiles para compronder que L’eggs era un producto superior. Todo lo que tuvo que hacer fue comprar par y probéncls. Hechas con un teido especial ‘que las hace més resistentes a las carreras, ajustan bien y tienen precio como mayor atractivo. Sin necesidad de hacer un viaje especial a los grandes almacenes, una mujer tendria a partir de ahora sus medias en el mismo lugar que el chicle y las cuchillas de afeitar: al lado de la caja registradora, en cl supermercado del barrio. Hanes ya vendia su marca habitual de medias en grandes almacenes y tiendas especializadas. Pero la compaiifa habla des— eubierto que una mujer visita uno u otro de estos establicimientos tuna vez cada scis semanas como promedio, mientras que va al su- permercado dos veces por semana, lo cual le da doce proba bilidades contra una de comprar Leggs en vez de la marca habi~ tual, Vender medias’en la tienta del barrio fue una idea de enorme éxito, no habla mas que obscrvar el carro de la compra de las ‘mojeres al Hegar a la caja. No era dificil imaginar la cantidad in~ gente de L’eggs que se iban a vender en todo el pafs en cuanto se cortiera la vor. {Cudntas mujeres que compraron medias, dependientas que veian a las mujeres comprando medias, y maridos que velan a sus mu- jeres volver a casa con las medias, sabian del éxito de Licggs? Millones. Dos aiios después de haber sido introducido el producto, bastaba con entrar en cualquier supermercado para comprobar que el producto cra un best-seller. No costaba nada descubrir que Leggs era un producto de Hanes, y que Hanes cotizaba en la bolsa de Nuova York INTRODUCCION, a Desde el momento cn que Carolyn me dié el soplo empecé a investigar. La historia me pareci6 atin mejor de lo que esperaba, de manera que con la misma determinacién con que el bombero compe Tambrands yo recomendé la accién a los directores de cartera de Fidelity. Hanes result6 ser un sixbagger antes de ser absorbida por Consolidated Foods, ahora Sara Lee. Lieggs contintia haciendo dinero para Sara Lee y siguié creciendo durante la década de los setenta. Estoy convencido de que Hanes hubiera legado a ser un 50-bagger de no haber sido vendido. Lo mejor de L'eggs fue que no habfa que conocerla desde el principio para hacer negocio on sus aeciones, de manera que los que invirtieron durante los tres primetos afios triplicaron, por lo menos, su dinero. Pero fue mucha la gente que no invirtio, especialmente los maridos. Los maridos (también conocidos como Inversores Desig hnados) andaban seguramente muy preocupados comprando titulos de fenergia solar 0 de compaiiias fabricantes de antenas parabélicas. perdiendo hasta la camisa, ‘Tomen como ejemplo a mi amigo Harry Dientedesabueso (cuyo apellido he cambiado para protejer al infortunado), y diganme si no tenemos todos algo en comin con él. Este Inversor Designado ha pasado Ia maiana leyendo el Wail Street Joumal y un Boletin In~ formative de la bolsa, de 250 délares al aio, al cual esté suscrito. ‘Anda a la biisqueda de alguno de esos titulos excitantes, con poco riesgo y mucho potencial. Tanto en el Journal como en el Boletin ‘aparocen referencias favorables de Winchester Disk Drives, una ‘compaiia pequeiia pero solida con un seiior futuro. Dientedesabueso no ve la diferencia entre un diseo duro y un plato, pero tama a su broker y éste le informa que Mersill Lynch hha puesto a Winchester en su lista de "compras agresivas’. Nuestro famigo piensa que esto es més que pura coincidencia y se auto~ ‘eonvence de que invertir 3.000 délares ganados con el sudor de su frente es buena idea. Después de todo, ha investigado, ;1n0? La mujer de Dientedesabueso, Henrietta (tambien conocida como a Persona que no Entiende el Serio Negocio del Dinero) acaba de volver del centro comercial, donde ha descubierto una nueva tienda de ropa femenina llamada The Limited. El lugar estébe atestado. ‘ka pobre esté impaciente por comentar con su marido lo simpéticas ‘que eran las dependientas y las increfbles ofertas que tenfan. ";Por Wlo 275 dolares’ ~exclama~ “acabo de comprar todo el guarda— tropa de otofio de Jennyfer 2 INTRODUCCION "i275 délares?” protesta el Inversor Designado. "Mientras thas estado por allf despilfarrando el dinero yo he estado trabajando para ganarlo. Winchester Disk Drives es la respuesta. Lo menos arriesgado que se puede encontrar. Invertiremos 3000 dolares en "Espero que sepas lo que haces’, responde la Persona que no Entiende el Serio Negocio del Dinero. “,Recucrdas Havalight Photo Cell? Aquel negocio tan seguro fue de siete dolares a tres y de alli 4 cincuenta centavos. Perdimos 1.500 délares.” "St, pero eso fue con Havalight. Esto es Winchester. El Wall ‘Street Joumal dice que las unidades de disco es una de las indus trias de mayor crecimiento de la década. gPor qué vamos a ser los ‘inicos que no invirtamos en ellas? El resto de la historia el fécil de imaginar. Winchester tiene una mala temporada, o hay competencia inesperada en el negocio de las unidades de disco y el precio de la accién baja de 10 a 5 délare Puesto que el Inversor Designado no tiene manera de saber lo que esté pasando, decide que vender es lo més prudente y se queda encantado de haber perdido s6lo otros 1.500 délares, es decir, cinco veces el guardarropa de Jennyfer. Mientras tanto, sin que Dientedesabueso lo sepa, el precio de la accion de The Limited, la tienda que tanto habia impresionado a Henrietta, ha ido subiendo de menos de 50 centavos, en diciembre de 1979, a 9 délares en 1983, ya un twentybagger en esc momento, Incluso si hubiera empezado a comprar entonces a 9 délares la acciéa (y suftido la caida a 5 d6lares), hubiera més que quin— tuplicado su dinero al ascender a casi 53 délares. Eso es més que un 100-bagger, de manera que si Dientedesabueso hubicra invertido 10.000 délares desde el principio, Imubiera ganado un millén de d6lares. Sicndo un poco més realistas: Si Henrietta hubiera comprado en acciones de la tienda otros 275 délares como los que gast6, incluso esa pequeéia inversién hubiera cubierto los gastos de un semestre de ‘una universidad privada para Jennyfer. Pero nuestro Inversor De~ signado, que desperdici6 la ocasién de comprar en The Limited atin despties de vender en Winchester, continud ignorando la informa- cin de su esposa. Por entonces ya habia mas de 400 tiendas The Limited por todo el pais, y la mayoria atestadas, pero Dientedesa~ bueso estaba demasiado ocupado para darse cuenta. Estaba siguien— dole la pista a lo que Boone Pickens hacia con Mesa Petroleum, INTRODUCCION Hacia finales de 1987, y seguramente poco antes de la caida de 508 puntos, nuestro amigo descubte finalmente que The Limited esta en la lista de compra de la compaiiia donde trabaja su broker. ‘Ademés, se han publicado cosas interesantes en revistas especiali~ zadas, la accién se ha convertido en una de las preferidas de las grandes instituciones y treinta analistas le siguen los pasos. Al In~ versor Designado se le ocurre ahora que esta seria una solida y respetable inversién. "Es curioso gno?” le comenta un dia a su mujer. "Resulta que esa tienda que tanto te gusta, The Limited, ahora cotiza en holes. Fso quiere decir que podemos comprar ac— ciones. Parece buena cosa, a juzgar por el reportaje que acabo de ver en la television. He visto que la revista Forbes incluso le dedica la portada. El caso es que, segtin parece, los brokers no se cansan de comprar acciones. Vale la pena invertir por lo menos un par de miles de los del fondo para el retiro. "gPero todavia nos queda algo alli?” pregunta la eseéptica Henri~ ctta, "Por supuesto’, responde el Inversor Designado, "y pronto tendremos mucho més, gracias a tu tienda favorita.” "Pero si yo ya no compro en The Limited’, dice Henrietta, “la mercancia es cara y ya no es exclusiva, Ahora hay otras tiendas que venden lo mismo.” "ZY es0 qué tiene que ver con Jo que estamos hablando? No hhablamos de comprar, sino de invertir’, sentencia Dientedesabueso. Total, que compra la accién a 50 délares, cerca del precio maximo que alcanz en 1987. Pronto baja hasta llegar a 16 délares, y ‘cuando llega a ocho decide vender, encantado de haber limitado las pérdidas. 4COTIZA ESTA EMPRESA EN BOLSA? No soy el mis indicado para recriminar a Dientedesabueso por no haber comprado acciones de The Limited mientras estaban st biendo. Mi esposa vi6 Ias mismos multitudes en el centro comercial que vi6 su esposa, Yo también compré cuando a historia se hizo del conocimiento piblico pero ya los fundamentos se habfan em~ pezado a deteriorar, y atin sigo reteniendo acciones con pérdida. La verdad es que podria llenar un montén mas de paginas hablan~ do de los tenbaggers que he perdido, y algunos ejemplos més saldran a | | | 4 INTRODUCCION relucit a lo largo de este libro. Soy tan propenso como el que més a ignorar las grandes oportunidades. Una vez estuve parado cn el terreno més rentable del siglo, el campo de Golf Pebble Beach, y Ro st me paso por la cabeza preguntar si la compafia cotizaba ‘en bolsa. Estaba demasiado ocupado preguntando por las distancias fentre lo tees y los greens. Afortunadamente hay los suficientes tenbaggers como para que usted y yo nos perdamos la mayoria y atin demos el golpe con al- gunos. Con una eartera tan grande como la mia tengo que dar cl golpe varias veces para que se note. Con una cartera como la suya basta silo da una vez. Ademés, lo mas agradable de comprar acciones de empresas familiares como Lieggs 0 Dunkin Donuts es ‘que cuando se prueba las medias o saborea el café esté haciendo la clase de investigaciGn, de andlisis fundamentales, que normalmente hhacen los analistas a sueldo de Wall Street. Visitar tiendas y probar los productos es uno de los elementos criticos del trabajo de ana— lista A lo largo de una vida de comprar cémaras y coches, uno desa— rolla un sentido de Jo que es bueno o malo, de lo que vende o no. Si no es de coches de lo que usted sabe, sabré de otra cosa y lo importante es que lo sepa antes que la bolsa. 2Por qué esperar a que el experto en restaurantes de Merrill Lynch recomiende Dunkin Donuts, cuando usted ya ha visto ocho nuevas tiendas instalarse cerca de su casa? El analista de Merrill Lynch no va a fijarse on Dunkin Donuts (por razones que més tarde explicaré) hasta que la accion se haya quintuplicado, de 2 délares a 10 délares, mientras que usted ya se fio cuando la accién estaba a 2 délares. gCUANTO MAS COMPLICADO MEJOR? Por alguna razén que desconozco no se considera practica so— fisticada el andar por ahi comiendo hamburguesas como parte de ‘una investigacion sobre acciones. A la gente le resulta més tran— quilizador invertit cn algo de lo que no tiene ni idea. Hay una ley no escrita en Ia bolsa que dice: "Si no lo entiendes, mete alli los ahorros de tu vida. Ignora la empresa de la esquina, que puede al menos ser observada, y busca la que fabrica un producto que no entiondes.” INTRODUCCION, 25 No hace mucho se me presenté una oportunidad de ese tipo. Segin un estudio que alquien dej6 sobre mi escritorio, este era el momento de invertir en una compaifa que produce un ordenador con los caractersticas siguientes: un megabit S-Ram, C-Mos (se- tmiconduetor de éxido de metal complementario), rise bipolar (or— denador con conjunto de instrucciones reducido), punto flotante, procesador de entrada/salida de datos, compilador, memoria de bytes de puerto dual, sistema operativo unix, emisor de poli~ silico, whetstone megaflop, banda ancha, scis gigahercios, doble metalizacién, protocolo de comunicaciones, compatiblidad asincrona, farquitectura bus, memoria intercalada y 15 nanosegundos de capa~ cidad. iAl diablo con todo eso! Si no entiende de qué va no se meta, ni Siquiera en el caso de que su broker insista en que es Ia oportu= nidad de la década para hacerse megartico. UNA AGUJA EN UN PAJAR ‘iSignifica eso que usted deberia comprar acciones de cualquier eoncesionario de comida répida, cualquier empresa que fabrica un producto de moda o de cualquier compaiia que cotiza cn bolsa, s6lo porque pone una tienda en el centro comercial de su barrio? Si fuera asf de sencillo, yo no hubiera perdido dinero con Bildner's, 1 bar de yuppies enfrente de mi oficina, si tan s6lo bubiera com— prado sus bocadillos y no sus acciones, cincuenta de las cuales no dan hoy ai para pagar uno de atin, En fin, més adelante volveré pobre el tema, 4Y que hay de Coleco? La muiieca col fue el juguete de mayor Wwenta de todo el siglo, pero eso no basté para salvar a una com- abla mediocre con un mal estado de cuentas. Aunque la accién fubié durante més de un aifo, espoleada por los juegos de video primero y por la muficca col después, empezé a caer desde un miximo de 65 dolares en 1983, a un reciente 1,75 délar, cuando la Wompaiia se declaré en quiebra en 1988. Encontrar la compaifa mas prometedora es s6lo el primero paso. Wl siguiente es investigar. La investigacién es lo que mos ayuda a illseernir Toys "R" Us de Coleco, Apple Computers de Televideo, o Mleslmont Airlines de People Express. A propésito de People eal 26 INTRODUCCION, Express, ojala hubiera investigado un poco més sobre lo que estaba ‘pasando dentro de esa empresa. A lo mejor entonces tampoco hu~ biera comprado acciones de. esas. ‘Sin dnimo de disculpar mis fallos, durante los doce aiios que llevo al frente de Fidelity Magellan hemos multiplicado por més dc veinte auestros acciones, en parte debido a tttulos poco conocidos, que no gozaban del favor del piblico y que yo he descubierto inves~ tigando personalmante. Tengo la seguridad de que cualquier inver~ sor puede beneficiarse de las mismas técticas. No es demasiado dificil hacerlo mejor que los profesionales que, como ya he dicho, no siempre lo hacen tan bien. Este libro esta dividido en tres secciones. La primera, Preparén- donos para invertir (capitulos 1 al 5), trata de cémo asesorarsc a la hora de decidirse en la compra, e6mo evaluar 2 la competencia (directores de cartera, inversores institucionales y otros expertos de la bolsa), c6mo juzgar si las acciones ofrecen més riesgo que los ‘bones, cOmo examinar sus necesidades financieras y cémo desa~ rrollar el habito de elegir acciones acertadamente. El segundo, Eligiendo a los Ganadores (capitulos 6 al 15), trata de cémo encontrar las oportunidades mas prometedoras, qué buscar en una compaiiia y qué evitar, cémo hacer uso de los brokers, in— formes anuales y otros recursos para su conveniencia y qué hacer con las diferentes cifras (valor contable, cash flow, PER) que con frecuencia se mencionan en las evaluacionas técnicas del mercado. El tercero, Con Vistas a Largo Plazo (capitulos 16 al 20), trata de cémo diseiar una cartera, mantener un control sobre las com— ppaiifas por las que se ha interesado, cuando comprar y cudndo vender, la locura de los opciones y futuros, y algunas obscrvaciones genorales sobre Ia salud de ta bolsa, algo sobre la empresa ameri~ cana y el mercado de acciones, observaciones todas hechas a lo largo de los 20 agitados alios de mi vida de inversor. PRIMERA PARTE Prepararandonos para invertir Antes de que usted piense en comprar acciones tendria que haber lomado algunos decisiones bdsicas sobre el mercado, sobre su ‘eonfianza en el mundo empresarial, sobre si necesita invertir en ‘aeciones y lo que espera conseguir antes de deshacerse de ellas, sobre wi usted es un inversor a corto 0 a largo plazo y sobre cémo reaccionaria ante una repentina e inesperada caida de las cotizaciones. Lo mejor es definir sus objetivos y aclarar sus ideas (piensa realmente que tas acciones ofrecen mds riesgo que tos bonos?) antes We nada, porque sino estd decidido y le falta conviccién, entonces es “sled una victima potencial del mercado de la bolsa, que abandona oda esperanza y razin en el peor momento y vende con pérdidas. Es ta preparacion personal, tanto como el conocimiento y ta Anvestigacién, lo que distingue al inversor afortunado del perdedor PRIMERA PARTE crénico. En iilima instancia, no son ni el mercado ni tas compantas i} quienes determinan la suerte de un inversor. Es el inversor mismo. | En los siguientes captaios intentaré demostrarle contra qué juega, -cémo mejor asegurar su propio éxito y lo que puede esperar ganar. CAPITULO 1 La formacién del inversor en bolsa ‘con acierto. Aunque a muchos les gustaria culpar a sus por sus pérdidas en la bolsa, lo cierto es que soy prueba mle de que no existe tal cosa como nacido para invertir. No ninguna cinta de teletipo en mi cuna cuando nact, ni me jercité las encias con la seccién financiera de los periédicos tal © se supone que hacia el precoz Pelé con el balén. Que yo ‘mi padre no abandoné en ningin momento la sala de espera echar un vistazo a la cotizacion’ de General Motors, nimi nach, y siguié bajando durante la semana que estuve en el Aunque entonees no hubiera podido sospecharlo, este fue mer ejemplo prictico de la ley de Lynch. La ley de Lynch, ‘estrechamente emparcntada con el Principio de Peter, establece + Cuando Lynch avanza, la bolsa baja. La iiltima prucba en el verano de 1987, cuando después de llegar a un 30 CAPITULO 1 acuerdo para publicar este libro, un punto cumbre cn mi carrera, el mercado perdi6 1.000 puntos en dos meses. Me lo pensaré dos veces antes de vender los derechos cinematograticos. La mayor parte de mi familia desconfiaba de la bolsa y con causa justificada. Mi madre cra la més joven de siete ijos, lo que signi fica que mis tfas y tios eran lo bastante mayores durante la Gran Depresion como para tener recuerdos muy claros del crack de 1929. Nadie andaba recomendando la compra de acciones en mi casa. La Ginica compra de acciones de que of hablar fue de cuando mi abuelo compré Cities Service. Era un inversor muy conscrvador y habia comprado Cities Service creyendo que se trataba de una ‘empresa de aguas del servicio piblico. Pero cuando, durante un Viaje a Nueva York, descubrié que cra una compaiifa de accite, decidi6 vender inmediatamente. Cities Service multiplies por 50 su valor a partir de ese momento. La desconfianza fue el sentimiento que prevalecié hacia el mundo de la bolsa en América durante la década de los 50 y comienzos de los 60, que fue cuando la bolsa triplicé y luego doblé otra vez. Este perfodo de mi nifiez, y no los recientes 80, fuc cl de mayor crecimiento en la historia de la bolsa, pero cualquiera que oyera hablar a mis tios hubiera pensado que se trataba de juegos de da~ dos detrés de la sala de billar. "El mercado de valores es dema~ siado arriesgado’, decia la gente, “Invertir en acciones os perder el Mirando hacia atrés, veo que habia menos riesgo de perder todo el capital en Ia bolsa de los afios 50 del que nunca habfa habido antes 0 hubo después. Esto me ha demostrado lo dificil que es predecir la bolsa, pero también que el pequefio inversor suele ser ppesimista y optimista en los momentos menos apropiados, por lo que es contraproducente tratar de invertir en mercados buenos y salir de los malos. Mi padre, hombre industrioso que habia sido profesor de mate~ maticas y dejé la docencia para convertirse en cl més joven jefe de auditorfa de John Hancock, enfermé cuando yo tenia sicte ‘aios y ‘murié de eéncer en el cerebro cuando yo tenia diez. Esta desgracia ‘rajo como consecuencia que mi madre se pusiera a trabajar (en Ludlow Manufacturing, adquirida més tarde por Tyco Labs), y que yo mismo decidiera echar una mano buscéndome un empleo a tiempo parcial. A los once fuf contratado como caddy. Eso fue el 7 CAPITULO 1 31 de julio de 1955, el dia en que el Dow Jones cay de 467 a 460 Puntos. Para un chaval de once afios que ya habfa descubierto el golf, ser caddy era la ocupacion ideal. Me pagaban por caminar en un campo de golf. En una sola tarde ganaba mas que los chicos que repartian. periédicos en una semana. Durante los afios de la escuela secundaria empecé a comprender las sutiles y més importantes ventajas de ser caddy, especialmente en un club tan exclusivo como podia ser el Brae Burn, en las afueras de Boston. Mis clientes eran los presidentes de grandes corporaciones, como Gillette, Polaroid y de la misma Fidelity. Mientras ayudaba a George Sullivan a buscar su pelota me ayudaba a mf mismo a buscar una carrera. Yo no fui el iinico caddy que aprendié que cl camino més directo a la sala de directores era a través de los vestuarios de un club como el Brae Burn. Si lo que se deseaba era una educacién en el mercado de valo— res, cl campo de golf cra lo més aproximado a estar en una sala de cambios. Especialmente después de Haber enganchado un drive, los socios del club describian entusiasticamente sus dltimos éxitos en la bolsa. En una sola vuelta yo podia dar cinco consejos de golf y recibir cinco sobre acciones. ‘Aunque no tenfa capital para invertir en acciones, las felices his torias que ofa me hacian dudar de la opinion adoptada por mi fa~ rilia con respecto la bolsa como de un lugar donde perder di~ nero. Algunos de mis clientes habian hecho mucho dinero en la bolsa, los signos que Io evidenciaban no me pasaron inadvertidos. Un caddy aprende pronto a separar a sus golfistas como en un sistema de castas, empezando pot los raros semidioses, el gran golfista, 1a gran persona, el gencroso con las propinas, y siguiendo hhacia abajo, con los golfistas no tan buenos, no tan gencrosos, hasta llegar a tocar fondo con los malos golfistas, malas personas y ta caios (un temido intocable de los campos de golf). Yo trabajaba generalmente para el golfista intermedio, pero si tenfa que decidir entre un mal partido con un jugador generoso y un partido excep~ ional con un tacaio, aprendi pronto a deciditme por el primero. Trabajar como caddy reforzé en mi la nocién de que tener dinero es importante. Segut haciendo de caddy durante el bachillerato y los estudios universitarios en el Boston College, donde las Becas Francis Quimet para caddies me ayudaron a pagar las cuentas. En la universidad, 2 CAPITULO 1 con la excepcién de los obligatorios, evité siempre los cursos de ciencias, matemdticas y contabilidad, todos los cuales forman parte de las carreras de negocios. Me coloqué del lado de las artes, y junto con las asignaturas de historia, psicologia y ciencias politicas también estudié metafisicas, epistemologia, logica, religién y la filo~ sofia de los antiguos gricgos. Mirando retrospectivamente, es obvio que estudiar historia y filo~ sofia fue una preparacién mucho més apropiada para el mundo de Ia bolsa de lo que, por ejemplo, hubiera sido estudiar estadistica. Tnvertir cn acciones es un arte, no una ciencia, y las personas que hhan sido entrenadas para cuantificarlo todo rigidamente estén en gran desventaja. Si clegir acciones se pudiera cuantificar, bastarfa alquilar la supercomputadora més cercana para hacer una fortuna. Pero no es asi como funciona esto. Toda la matemética necesaria para el mercado bursétil (Chrysler tiene 1000 millones de délares al contado, pero sélo 500 millones en deuda a largo plazo, ete.) se aprende en un cuarto grado. La légica es la asignatura que mas me ha ayudado a la hora de legir acciones, aunque s6lo sea porque me ensefié a comprender la ideologia peculiar de la bolsa. De hecho, Wall Street piensa igual ‘que lo hacfan los. griegos. Los antiguos griegos se sentaban y de— atian durante dias el minimo de dientes que tiene un caballo. Se imaginaban que podian deducirlo simplemente sentndose y hablando de cllo, en vez de revisando al caballo. Muchos inversores hacen lo mismo: se sientan y discuten sobre si la accién baja o sube, como si la musa de las finanzas fuera a darles la respuesta, en vez de revisar la compaiii. 4 En siglos pasados, la gente que ofa cantar al gallo cuando salia el sol pensaba que el cantar trafa a la aurora. Parece una tonteria, pero la gente sigue confundiendo causa con efecto al ofrecer algu~ nas nuevas explicaciones sobre el porqué sube la bolsa: los dobladillos de las faldas suben, los japonescs estén descontentos, tuna moda ha sido truncada, los republicanos ganardn los elecciones, se han vendido demasiadas acciones, etc. Cuando oigo historias como éstas siempre me acuerdo del gallo. En 1963, mi segundo alo en la universidad, compré mis primeras acciones, Flying Tiger Airlines, por 7 dolares cada una. Entre el trabajo de caddy y la beca cubria mis gastos de estudios, viviendo fen casa reducia mis otros gastos y ya me habfa cambiado cl coche de 85 délares por otro mejor de 150, Después de tantos consejos CAPITULO 1 3 ‘como habia tenido que ignorar, ;por fin cra lo bastante rico como para invertir! Flying Tiger no fue una compra al azar. La hatia elegido después de una concienzuda ‘investigacién basada en una falsa premise. En una de mis clases habia lefdo un articulo sobre el prometedor fu- turo del transporte aéreo de carga, y decia que Flying Tiger cra luna compafia de carga. Esa fue la raz6n por la que compré la accion, pero no la razén por la que ésta subié. Subid porque nos metimos en la guerra de Vietnam y Flying Tiger hizo una fortuna transportando tropas y cargamento dentro y fuera del Pacifico. En menos de dos afios Flying Tiger leg6 a 32,75 d6lares y yo ‘obtuve mi primer fivebagger. Tuve que ir vendiéndolas poco a poco para poder gracuarme. Fui a Wharton con una beca parcial de Flying Tiger. Si la primera accién es tan importante para el futuro de una persona como el primer amor lo es para el resto de su vida ro- ‘méntica, entonces Flying Tiger fue una eleccién muy afortunada. A mi me confirmé la existencia de los multibaggers, y me convenci de que habia més en el lugar de donde ésta habia salido. Durante mi Gltimo aio en el Boston College solicité un trabajo de Yerano cn Fidelity, a sugerencia de Mr. Sullivan, el presidente ~el desafortunado golfista, gran persona y genercso otorgador de propinas para quien habia hecho de caddy. Fidelity era el Club de Yates de Nueva York, el Augusta National, el Carnegie Hall, y el Derby de Kentucky. Era el Cluny de las casas de inversién, esa gran abadia medieval a la que los monjes sofiaban con ser llama~ dos. {Qué devoto de los balances de situacién no estarfa encantado con trabajar allf? Habfa més de cien solicitudes para tres plazas de “verano. Fidelity Capital, como se lamaba la empresa entonces, estaba Virtiendo con tanto éxito que incluso mi madre estaba metiendo 100 dolares mensuales en esc fondo. Fidelity, ditigido por Gerry Tsai, fue uno de los dos famosos fondos go-go de esa famosa era go- go. El otro era Fidelity Trend, dirigido por Edward C. Johnson Ill, también conocido como Ned. Ned Johnson era hijo del mitico Ed~ ‘ward C. Johnson Il, también conocido como Mr. Johnson, que ‘fund6 la compaiifa. Ned Johnson, con su Fidelity Trend, y Gerry Tsai, con st Fidelity Capital, dejaron atrés a la competencia por un gran margen y fueron la envidia de la industria entre 1958 y 1965. =_ 4 CAPITULO 1 ‘Con esta clase de personas entrenéndome y apoyéndome, yo tenia la sensacién de comprender a Isaac Newton cuando dijo aquello de “si he Megado a ver mas allé ha sido gracias a estar sobre los hombros de gigantes.” Mucho antes de los éxitos de Ned, su padre, Mr. Johnson, habia cambiado el modo de pensar en América sobre el mercado bursitil Mr. Johnson erefa que se invierte en acciones no para preservar el capital sino para hacer dinero. "Con las acciones se comercia, ¢s ‘con las esposas con las que uno est atrapado’, dijo el muy citado ‘Mr. Johnson. Seguramente que no hubiera ganado ningin premio de la revista feminista Miss. Yo estaba entusiasmado con trabajar para Fidelity, y por haber sido instalado en la vieja oficina de Gerry Tsai, después de que Tsai se hubiera ido al Manhattan Fund en Nueva York. Como era de esperar, el indice Dow Jones, que estaba a 925 durante mi primera semana de Trabajo en mayo de 1966, habia caido por debajo de los 800 puntos cuando vol a la universidad en septiembre, tal y como lo hubiera predicho la ley de Lynch, MOVIMIENTO: ALEATORIO Y MAINE SUGAR ‘A los interinos de verano como yo, sin ninguna experencia en contabilidad o finanzas de empresa, se les encargaban trabajos de investigacién de compafias y la redaccién de informes, lo mismo que a los analistas regulares. De repente, un negocio tan intimida~ torio quedaba desmitificado: incluso un graduado en artes liberales podia analizar una accién. A mi me fue asignada la industria del papel y las publicaciones, por lo que recorri el pais visitando em- presas tales como Sorg Paper y International Textbook. Como las compaiifas aéreas estaban en huclga tuve que viajar en autobis. Al final del verano la empresa que mejor conocfa era Greyhound Después del interludio de Fidelity volvi a la universidad para mi segundo aio de especializacién, més esoéptico que munca sobre el valor de la teoria académica de la bolsa. Me daba la impresién de que la mayor parte de lo que aprendia alli, en vez de ayudarme a triunfar més bien me ayudaria a fracasar en el negocio de la in~ versién. Estudié estadisticas, célculo avanzado y anilisis cuantitativo. El anélisis cuantitativo me demostrs que cosas que yo habia visto CAPITULO 1 35 que estaban sucediendo en Fidelity no podian realmente estar su— cediendo. También encontré dificil integrar la hipdtesis del mercado el (que todo en cl mercado bursétil es sabido y los precios son sicmpre racionales) con la hipétesis del movimiento aleatorio (que las alzas y bajas del mercado son irracionales y completamente im~ predecibles). Yo ya habia visto tantas fluctuaciones extraiias como para dudar de la parte racional, y el éxito de los directores de fondos de la gran Fidelity era facilmente predecible. También resultaba obvio que a mis profesores de la universidad que crefan en las tcorias del movimiento aleatorio y del andlisis cuantitativo mo les iba tan bien como a mis nuevos colegas de Fidelity, por lo que entre teoria y préctica yo me decanté a favor de los practicantes. Es muy dificil apoyar ia teoria académica de que el mercado es jitracional cuando conoces a alguien que ha ‘multiplicado por veinte su ganancia con Kentucky Fried Chicken, y que ademés explicé anticipadamente por qué la accién iba a subir. Mi desconfianza en los tedricos y pronosticadores se mantiene hasta el dia de hoy. Algunos cursos de la universidad estaban muy bien, pero aunque no hubiera sido asf, para mf valieron la pena porque alli fue donde eonoci a Carolyn (nos casamos mientras yo estaba en el ejército, el 1 de mayo de 1968, un sibado en el que la bolsa estaba cerrada, yy tuvimos una luna de micl de una semana durante la cual el Dow Tones perdio casi 14 puntos, aunque no es que me preocupara. Lo Vi al volver). Al finalizar mi_ segundo afio en la Universidad me presenté al ejército para servir los dos afios requeridos por el programa ROTC. Desde 1967 a 1969 fui teniemte de artilleria, siendo primero enviado a Texas y mas tarde a Corea, destino c6modo donde los haya, te~ nniendo en cucnta la alternativa. Los tenientes de arilleria acababan ‘casi sicmpre en Vietnam. El ‘nico inconveniente de Corea era que ‘estaba muy lejos de cualquier bolsa y, que yo supiera, en Set no hhabfa ninguna. En esa época padeci los efectos del mono de Wall Street. Inienté recuperar el tiempo perdido durante los escasos. permisos. Volaba a casa a comprar acciones que amigos y colegas me reco \daban. Ellos compraban emisiones ambiciosas que no hactan mAs que subir, pero a mi me recomendaban las conservadoras que 36 CAPITULO 1 no hacian més que bajar. La verdad cs que hice algin dinero con Ranger Oil, pero perdi bastante més con Maine Sugar, un negocio que no podia fallar y que fall6. Los de Maine Sugar habjan recortido todo el estado convenciendo 1 los granjeros cultivadores de patata de que sembraran remolacha azucarcra fuera de temporada. El asunto iba a ser altamente ren— table para Maine Sugar, no digamos para los granjeros. Plantando remolacha, el cultivo perfecto para alternar con la patata, los granjeros podian ganar més al tiempo que revitalizaban las ticrras. Por si fuera poco, Maine Sugar se hacia cargo del coste econémico de la siembra. Todo lo que tenfan que hacer los granjeros consistia en transportar las remolachas meduras hasta la inmensa refineria que Maine Sugar acababa de construr. La pega fue que se trataba de granjeros de Maine, y los granje— ros de Maine son muy precavidos. En lugar de plantar cientos de hectéreas de remolacha azucarers, el primer afio probaron sélo con un cuarto de hectérea, y cuando vieron que cl asunto iba bien sembraron hasta media hectérea, y para cuando legaron a sembrar tuna hectérca completa la refineria ya habia cerrado por falta de trabajo y Maine Sugar acab6 en bancarrota. La accién cayé a scis cantavos, el precio de seis bolas de chicle en una de esas méquinas de monedas del Club de Leones. Después del fiasco de Maine Sugar prometi no volver a comprar ninguna acci6n que dependicra ée las ganas de los granjeros de Maine de hacerse ricos répidamente. Voli de Corea en 1969, ingrest en Fidelity como empleado fijo esta vez, como analista de investigacién, y la bolsa cay6 por los suelos. (Que los tedricos de la Ley de Lynch tomen nota). En junio de 1974 fut ascendido de director asistente de investigacién a director de investigacion, y el Dow Jones perdié 250 puntos en los tres meses siguientes. En mayo de 1977 me hice cargo de Fidelity ‘Magellan. El mercado estaba en 899 y pronto inicié un descenso que dur6 cinco meses y acab6 en 801, Fidelity Magellan tenfa un capital de 20 millones de délares in~ vertidos. Habia s6lo unos 40 titwlos en cartera y Ned Johnson, ef hombre a la cabeza de Fidelity, me aconsej6 reducir el nimero a 25. Yo escuché cortesmente, salf y elevé el nlimero a 60, seis meses, ‘més tarde a 100, y poco después a 150. Y no lo hice por Hevar la contraria, lo hice porque cuando veia una ganga no podia resistir la tentacién de comprarla, y en esos dias las gangas estaban por todas partes. CAPITULO 1 31 Ned Johnson, hombre con amplitud de miras, me observaba desde Ja distancia dandome Animos. Nuestros métodos eran diferentes, pero mo por eso rechazaba el mio. Al menos no mientras obtenia ‘buenos resultades. Mi cartera siguié crecicndo hasta tal punto que una ver. Hlegué a poser 150 titulos de cajas de ahorro. En vez de conformarme con un par de ellos, compré acciones de todos (después de asegurarme, por supuesto, de que cada una valia la pena por sf misma). Tam~ poco me basi6 con invertir en una sola cadena de tiendas de con sumo. Junto con Southland, la compafia madre de 7-cleven, no pude resistirme a la tentacién de comprar Circle K, National C | venience, Shop & Go, Hop-in Foods, Fairmont Foods y Sunshine Junior, para mencionar slo unas cuantas. Comprar cientos de ac~ cones sin duda que no cra la idea que tenia Ned Johnson de 6— mo se tonfa que llevar un negocio como el nuestro, pero el caso es que es el dia de hoy y yo sigo aqui. Bien pronto me hice conocido como el Will Rogers de las ac— ciones, el hombre que nunca veia una accién que no le gustara. “Siempre estin haciendo bromas sobre el tema en Barron's, inda~ gando a ver sia alguien se le ocurre una sola accién que yo no "tenga. Como en este momento posco 1.400 me imagino que algo de azn tienen, pero ciertamente que hay muchas que ojalé nunca hhubiera comprado. Mientras tanto, el capital invertido de Fidelity Magellan asciende 2 9 billones de délares, lo que hace que esta accion valga tanto omo la mitad del producto nacional bruto, de un pais como Gre- cia, y Fidelity Magellan ha invertido de forma mucho més rentable en los ltimos once aiios, a pesar de que Grecia tenga un récord " envidiable en los tiltimos 2.500. En cuanto ‘a Will Rogers, 5 posible que sca autor del mejor eonsejo que jamés se haya dado sobre la bolsa: "No te dediques al Juego; coge todos tus ahorros y cémprate alguna buena accién y guérdala hasta que suba, entonces véndela. Si no sube, no la com— pres.” CAPITULO 2 Las incongruencias de la bolsa ‘A la lista de famosas incongruencias (inteligencia militar, triste placer, silencio ensordecedor, etc.) yo agregaria la inversién profesional. Es importante que los amateurs scan escépticos en cuanto a esta profesion porque al menos asf se aprende contra quién se esté. Puesto que el 70 por ciento de las acciones de las grandes compaiias son controladas Por instituciones, es cada vez. més probable qué esté usted compitiendo Contra inversores profesionales cada vez que compra o vende. Esta es luna circunstancia afortunada para usted. Dado el gran niimero de restricciones culturales, legales y sociales que atan al invesor profesional (muchas de las cuales nos hemos impuesto nosotros mismos) es sorprendente que hayamos conseguido salir adelante, como grupo, tan bien como lo hemos hecho. Por supuesto que no todos tos profesionales son incongruentes. Hay grandes directores de fondos, innovadores ¢ inconformistas que invierten como les place. John Templeton es uno de los mejores. Es tun pionero en el mercado global, uno de los primeros en hacer dinero alrededor del mundo. Sus accionistas evitaron el colapso de 1972-74 en los Estados Unidos gracias a su clarividencia: casi todo Jo tenia invertido en acciones canadienses y japonesas. Y no sola~ mente eso, sino que fue también uno de los primeros en 40 CAPITULO 2 aprovecharse del Dow Jones japonés (el indice Nikkei), que entre 1966 y 1985 se multiplicé diecisiete veces mientras que el americano s6lo dobl6. Max Heine, de Mutual Shores, fue otro ingenioso librepensador. ‘Su protegido, Michael Price, quien le sucedié después de su. mucr~ te, ha continuado con Ia tradicion de comprar acciones de compa ‘fas con gran patrimonio a mitad de precio y esperar a que el mercado les diera su valor real. Ha hecho un trabajo brillante. John Neff es el inversor campedn de los titulos impopulares, los cuales, busca constantemente. Ken Heebner, de Loomis-Sayles, también busca denodadamente y los resultados han sido notables. Peter deRoetth es otro amigo a quien le ha ido extremadamente bien con las acciones pequefiss. DeRoetth es un graduado en De~ echo por la Universidad de Harvard que ha desarrollado una in~ ‘curable pasion por las acciones. Fue él quien me pas Toys "R" Us. EI secreto de su éxito es que no estudié nada relacionado con los negocios. Imaginese todo lo que no tuvo que desaprender. George Soros y Jimmy Rogers hicicron sus millones de formas tan complicadas que yo no podria ahora ni empezar a explicar (Comprando opciones de venta, vendiendo oro al descubierto, ha~ ciendo operaciones compensatorias con bonos australianos de renta fija). Y Warren Buffett, el inversor més grande de todos cllos, busca la misma clase de oportunidades que yo, con la diferencia de que cuando las encuentra é1 compra la compaiia entera. Estas notables excepciones quedan muy superadas por el gran riimero de directores de fondos del montén, oscuros directores de fondos, comatosos directores de fondos, timidos directores de fon~ dos, imitamonos directores de fondos y una larga serie de seguido— res, constreiidos todos ellos por las reglas. Hay que comprender la mentalidad de las personas en un negocio ‘como el nuestro. Todos leemos las mismas revistas, los. mismos pe— riédicos y escuchamos a los mismos economistas. Somos un grupo bastante homogéneo, francamente. No son muchos entre nosotros * los que no tienen ningén tipo de preparacion. Si hay alguno que esté dirigiendo un fondo de acciones sin haber terminado el bachi— Uerato, me sorprenderia mucho. También dudo mucho que haya ex-surfers 0 ex-conductores de camién, Tampoco sé encontraré a ningiin pulido adolescente en muestras filas. Mi mujer estuvo una ‘vez investigando la teorfa popular de que los grandes inventos y las grandes ideas se le ocurren a la gente antes de los treinta. Por otro CAPITULO 2 41 lado, puesto que yo tengo ahora cuarenta y cinco alos y sigo diri~ giendo Fidelity Magellan, quiero proclamar que invertir ‘bien no tiene nada que ver con la juventud y que el inversor de mediana edad que ha vivido distintos mercados en diferentes épocas tiene uuna gran ventaja sobre el joven que carece de esta experencia. Sin embargo, al ser de mediana edad la gran mayorfa de los di~ rectores de fondos, queda excluido el posible potencial de geniali- dad de los mas jovenes y de los mas viejos. EL RETRASO DE LA CALLE Cada vez que he descubierto una accién espectacular parcefan tan obvias sus virtudes que, si 100 profesionales hubieran podido agre~ gatla a las de su cartera, 99 lo hubieran hecho. Pero por razones que me dispongo a explicar no pudieron hacerlo. Al parecer, hay simplemente demasiados obstéculos entre ellos y los tenbagger. Bajo cl sistema imperante, una accién no es realmente atractiva hasta que un nimero de grandes instituciones no hayan reconocido su idoneidad, y un nimero igual de respetados analistas de 1a bolsa (los investigadores que siguen la pista de las grandes empresas y ‘compafifas) la hayan puesto en la lista de acciones recomendadas. Con tanta gente a la espera de que otros hagan la primera movida, es asombroso que s¢ llegue a comprar algo. The Limited es un buen ejemplo de lo que yo llamo el retraso de la calle. Cuando la compaiiia empezs a cotizar en bolsa, en 1969, era absolutamente desconocida para tas grandes instituciones y los grandes analistas. La aseguradora de la oferta cra una pequeia firma llamada Verooe & Co., con sede en Columbus, Ohio, donde también se encuentran las oficinas centrales de The Limited. Peter Halliday, compaitero de estudios del director de The Limited, Leslie Wexner, era el gerente de ventas de Vereoe en aquella época, Halliday atribuye el desinterés de Wall Street al hecho de que Columbus, Ohio, no era la Meca del mundo de los negocios por centonces, Una sola analista (Susie Holmes de White, Weld) rastreé a la compaifa durante un par de aiios antes de que una segunda ana~ lista, Maggie Gillian, para el First Boston, tomara nota oficial de ‘The Limited en 1974, Incluso es posible que Maggie Gillian no la hnubiera descubierto de no haber dado casualmente con una de sus a CAPITULO 2 ticadas en un centro comercial de Chicago, el Woodficld Mall, una vez que el aeropuerto O'Hare fue cerrado a causa de ta nieve. Hay que reconocerle el mérito, a la Miss Gillian profesional, de haberle prestado atencién a su lado de amateur. La primera instituci6n que compré acciones de The Limited fue T. Rowe Price New Horizons Fund, y eso fue en el verano de 4915. Por entonees habia ya cien tiendas abiertas en todo el pais. ‘Miles de compradores y observadores podian haber adquirido acciones durante esta época. Todavia en 1979 s6lo dos instituciones posefan acciones de The Limited, lo que equivalia al 0,6 por ciento del total en circulacién. Los empleados y ejecutivos de la compaiifa eran los mayores accionistas —cosa que suele ser un buen signo, como veremos més tarde. En 1981 habla ya cuatrocientas tiendas repartidas por el pais y s6l seis analistas siguiendo la pista de a acci6n. Esto fue después de siete afios de haberla descubierto Miss Gillian. En 1983, cuando la acci6n Mleg6 a unos intermitentes 9 délares, los inversores a largo plizo, que habian adquirido sus titulos en 1979 a 0,50 délares, ya hhabjan multiplicado por 18 el valor de su inversiGn. El precio cay6 a casi la mitad, a 5 délares en 1984, pero la compaiia seguia prosperando, por lo que los inversores tuvieron una oportunidad més para comprar (como explicaré en capitulos posteriores, si una actién baja pero los fundamentos son positives, lo mejor es no vender ¢ incluso comprar més). No fue hasta 1985, con la accién a 5 d6lares, que las analistas se unieron a la celebracién. La verdad es que sc atropellaban por poner a The Limited en su lista de compras, y la agresividad de la compra institucional hizo remontar la accion @ 52 délares, mucho més allé de lo que los fundamentos hubieran justificado. Para entonces habla més de 30 analistas (ueinta y siete en el momento en que esctibo esto), y muchos ha~ ‘fam legado justo a tiempo para ver cl colapso de la compaiifa. Mi compaiiia favorita de pompas fiiebres, Service Corporation International, hizo su primera oferta pablica en 1969. Ni un solo analista le hizo el menor caso en los diez afios siguientes. La ‘compaaia hizo grandes esfuerzas para conseguir la atencin de la balsa y finalmente fue descubierta por un pequciio establecimiento de inversiones llamado Underwood Neuhaus. Shearson fue la pri- mera firma de brokers en mostrar interés, y eso fuc ya en 1982. Por entonces la accién era ya un fivebagger. Ciertamente que se podia haber conseguido una rentabilidad del Le CAPITULO 2 B 100 por ciento una vez més de haber comprado SCI a 12 délares Ja accion en 1983 y de haberla vendido a 30,50 délares, el precio “més alto que leg6 a alcanzar, en 1987. Pero cso no hubiera sido _ {ts cmosionane como vera converte en um 40-bagger, que es lo que fue para los que la adquirieron en 1978, Miles de personas tealan que haber estado famiiarzadas con esta ‘empresa, aunque no fuera més que por haber asistido a algin fu- eral, y los datos fundamentales fueron buenos todo el ae No obstante, result que los profesionales incongruentes de ta bolsa la Pasaron por alto porque los servicios funcrarios no se correspon= ian con ninguna de las clasificaciones standard de la industria. No era un negocio que se dedicara a productos de consumo ni algo ue tuviera que ver con el ocio, pretsamente jurante todos Ios afios 70, cuando Subaru hacia sus grandes ju~ gadas, s6lo dos o tres analistas importantes le seguian la. pista, Dunkin Donuts se convittié en un 25-bagger entre 1977 y 1986, ppero incluso hoy son sélo dos las firmas importantes que siguen su evolucién. Y ninguna estaba interesada hace cinco aiios. Tan s6lo lunas cuantas firmas regionales de brokers, tales como Adams, Harkness 5 Hill en Boston, se enteraron a tiempo de esta historia fan rentable, pero un particular podia haberse enterado por sf mismo, después de haber comido los donuts. vats Pep Boys, un titulo que volveré a mencionar més adelante, se vendié por menos de un délar en 1981 y leg6 a los 9,50 dolares en 1985, antes de lograr captar la atenciGn de tres analistas. Stop & Shop se disparé de 5 délares a 50, lo que le valid cl seguimiento de hasta cuatro analistas, Compédrese con los 56 analistas que cu- bbren las actividades de IBM 0 con los 44 que cubren a Exxon. Podria continuar con més ejemplos, perc ereo que es innecesario. INSPECCIONADO POR EL NUMERO 4 El que se imagine que el profesional medio de la bolsa anda a la bisqueda de razones para comprar acciones interesantes no ha pa- sado mucho tiempo en Wall Street. El gerente de un fondo anda normalmente buscando razones para no comprar ese tipo de ac~ ciones, para poder ofrecer la excusa apropiada si resulta que esas eresantes acciones cmpiezan a subir. "Era demasiado pequeiio para mi" encabeza una larga lista, seguida por "no habia 44 CAPITULO 2 informacin’, "era una industria con crecimiento cero’, "gerencia de gestion no_probada’, "los empleados pertenecen a un sindicato’ y “la ‘competencia los va a matar’, como en el caso de "Stop & Shop ‘nunca funcionaré, los 7—Hleven se encargarén de cllos’ 0 "Pic ’N’ Save nunca funcionarén, Sears los matard’ 0 "Agency Rent-A-Car ‘no tiene ninguna posibilidad contra Hertz o Avis’. Estas pruebas som prevenciones razonables que ameritan investigacién, pero que con frecuencia son utilizadas para justificar juicios demasiado répi— dos y tabués sin paliativos. Con la supervivencia en riesgo, es raro el profesional que tiene el valor de invertir en una compaiia desconocida como La Quinta. De hecho, entre la posibilidad de conseguir una inusualmente alta ren— tabilidad con una compaiia desconocida y la seguridad de perder s6lo una pequefia cantidad en una compaiifa establecida, el director de fondo normal, el gerente del fondo de pensiones normal o el erente de carteras de negocios se decidirian por la sltima. El éxito una cosa, pero mas importante ¢s no quedar demasiado mal si se falla. Hay una rogla no eserita en la bolsa: "Nunca perderé su trabajo por perder el dinero de su cliente en IBM.” Si IBM va mal y usted tiene acciones, los clientes y los jef preguntardn: ";Qué diablos esté pasando con IBM_tltimamente’ Pero sia La Quinta Motor Inn le va mal, le preguntarin: "Qué le pasa a usted?” Esa es la raz6m por la cual los gerentes de cartera, preocupzdos por la seguridad, no compran titulos de La Quinta ‘cuando dos analistas cubren la accién y se vende por 3 d6lares. No ‘compran Wal-Mart cuando la accién se vende por 4 délares y es tuna tienda pequefia en una pequefia poblacién de Arkansas, pero ‘que pronto empezaré a expansionarse, Comprarén Wal-Mart cuan— do haya una tienda en todas las ciudades importantes del pais, cuando 50 analistas le sigan los pasos, y el director de Wal-Mart sea citado en la revista People como el billonario excéntrico que va a trabajar conduciendo una furgoncta. Para entonces la accion se venderd a 40 délares. ‘La peor parte del seguimiento tiene lugar en el departamento de fondo de pensiones de los bancos y de las compaiias de seguros, donde los titulos que se compran y se venden proceden de listas que han sido aprobadas con anterioridad. Nueve de cada diez ge entes ce fondos de pensiones trabajan basindose en estas listas como forma de autoprotegerse contra la fatalidad del resultado di~ verso. El resultado diverso puede llegar a causar una gran CAPITULO 2 45 cantidad de problemas, como ilustra el siguiente ejemplo. Dos presidentes de compaiias, Smith y Jones, que ticnen cuentas de pensiones manejados por el mismo banco, el National Bank of River City, estén jugando al golf juntos, como siempre. Mientras esperan para dar el primer golpe hablan de cosas importantes, tales ‘como cuentas de pensiones, y pronto deseubren que mientras. ta ‘cuenta de Smith ha subido un 40 por cicnto en lo que va de aio, la de Jones tlega s6lo al 28 por ciento. Ambos deberian estar sa— tisfechos, pero Jones est livido. El lunes por Ia mafana, muy temprano, esta al teléfono con un oficial de! banco, exigiendo saber Porqué su dinero esta siendo imertido de forma menos rentable que el de Smith cuando, después de todo, ambas cuentas son ma~ nejadas por el mismo departamento de pensiones. "Si esto vuelve @ suceder’, vocifera, "sacaremos nuestro dinero.” Este desagradable problema para el departamento de pensiones se evita silos gerentes de varias cuentas eligen acciones del mismo mont6n. De esa manera es muy probable que tanto Smith como Jones disfrutarn del mismo resultado, o al menos la diferencia no serd tan grande como para que ninguno se enfade. Casi por defi- nicion el resultado sera mediocre, pero la mediocridad aceptable es mucho més cémoda que el resultado diverso. Otra cosa serfa si la lista aprobada estuvicra compucsta por, di- gamos, treinta titulos interesantes, elegido cada uno por diferentes gostores 0 analistas segiin su libre manera de pensar. Se podria obtener asf una cartera din imica. Pero on la mayor parte de los casos la realidad es que cada titulo de le lista tiene que resultar aceptable para cada uno de los treinta gerentes, y asf como ningiin gran libro ni ninguna gran sinfonia fueron escritos por un comité, tampoco un comité ha seleccionado nunca una gran cartera ‘Se me viene aqui a la memoria el euento corto de Vonnegut, en cl cual varios profesionales de gran talento son obligados a actuar por debajo de sus posibilidades (cl buen bailarin leva pesas, a los grandes artistas se las atan los dedos, ete.) para no molestar a los menos habilidosos. También se_me viene a la memoria esa tirita de papel que se encuentra dentro de los bolsillos de algunas camisas nuevas y que dicen "Inspeccionado por el No. 4". Es el mismo método por el que se seleccionan las acciones de una lista. Estos potenciales tomadores de decisiones dificilmente saben lo que estén aprobando. No visitan ‘compailas ni investigan nuevos productos, simplemente toman lo 46 CAPITULO 2 que se les da y a su vez lo pasan. Pienso en esto cada vez que me ‘compro camisas. No ¢s raro que los gestores de fondos y de carteras tiendan a ser remilgados en la seleccién de sus acciones. El puesto de trabajo en Ja gerencia de carteras ofrece mas o menos la misma seguridad que al de una bailarina go-go 0 el de un entrenador de futbol. Los centrenadores pueden al menos descansar entre temporada y tem~ porada, pero los gestores de fondo no pueden hacerlo nunca por ‘que la bolsa juega todo el afio. Las pérdidas y ganancias son eva~ Iuadas cada tres meses por jefes que exigen resultados. Es un poquitin més fécil para mi, que trabajo para el piblico general, que para los gerentes que seleccionan sus titulos para otros profesionales. Las personas que poscen acciones en Fidelity Magel~ lan suelen ser pequefios inversores perfectamente libres de vender fen el momento que quieran, pero no inspeccionan mi cartera titulo por titulo para juzgar mis seletciones. Eso es lo que le sucede, sin embargo, a Mr. Boon Doggle en el Blind Trust, el banco que ha sido contratado para manejar las cuentas de pensiones de White Bread, Inc. Boon Doggle conoce sus accioncs. Ha sido gerente de cartera en Blind Trust durante siete alos y en ese tiempo ha tomado algunas decisiones muy inspiradas. Todo lo que desea es que le dejen hacer su trabajo en paz. Por otro lado, Sam Flint, vicepresidente de White Bread, también cree conocer sus acciones y cada tres meses hace una revision critica de las selecciones de Mr. Doggle, en bien de White Bread. Ademas de llevar a cabo estos extenuantes che— queos trimestrales, Flint Hama dos veces al dia a Mr. Boon Doggle para ponerse al tanto. Dogale ests tan harto de Flint que desearia no haber ofdo munca de él ni de White Bread. Picrde tantas horas hablando sobre la eleccién de buenas acciones que no tiene tiempo de hacer su trabajo. Los gerentes de fondo gastan en general una cuarta parte de su tiempo de trabajo explicando lo que acaban de hacer, primero a sts jefes inmediatos en su propio departamento, y después a sus jefes més altos, los clientes como Flint en White Bread. Segtin una ley no escrita, cuanto més grande el clicnte, més horas de charla necesita el gestor de cartera para complacerle. Hay excepciones notables -Ford Motor, Eastman Kodak y Eaton, por mencionar ‘unos cuantos, pero en general es cierto. Digamos que el arrogante Flint, al revisar los resultados recientes CAPITULO 2 47 de Doggle para el fondo de pensiones, descubre a Xerox en la ‘eartera, Xerox se vende actualmente por 52 délares la acciéa. Flint mira al otro lado de la pagina y advierte que han sido adquiidas a 32 délares para el fondo. "Estupendo’, dice entusiasmado, "yo mis— ‘mo no Io hubicra hecho mejor’. La siguiente accién que Flin ve es Sears. El precio actual es de 34,80 délares por accién y el precio original era de 25 délares. "Excelente", exclama. Afortunadimente para Doggle, no esté visible la fecha de compra, de manen que Flint nunca se entera de que Xerox y Sears estén en la catera desde 1967, Dado el tiempo que Xerox leva anclado all, la renta~ bilidad ha sido més baja que si hubiera invertido en un fordo de mercado monetario, pero Flint no lo ve. Lucgo Flint pasa revista a Seven Oaks International, una de mis favoritas de todos los tiempos, por cierto. ¢Alguna vez se han pre~ guntado qué sucede con esos cupones de descuento —50 cxtavos menos por la compra de Heinz Kechup, 25 menos por la compra de Windex, etc.~ después de recortarlos y de entrogarlos cn el supermercado? Pues el supermercado los empaqueta y los envia a la planta que Seven Oaks tiene en México, donde son cotiados, procesados y compensados para su liquidacién, mis o menos de la misma manera en que son compensados los cheques por los bancos de la Reserva Federal. Seven Oaks gana mucho dinero hacierdy tan aburrido trabajo, y los accionistas son bien recompensadi, Es exactamente la clase de compafia oscura, aburrida y altament: ren~ table, con un nombre inescrutable, que me encanta poseer. Hat no hha ofdo nunca hablar de Seven Oaks, y la tnica cosa qu: sabe ahora es que fue comprada para el fondo a 10 délares la ain y que en este momento se vende por 6. ";Qué es esto?" pragunta, "ha bajado un 40 por ciento!” Doggle tiene que pasar el raio de la noche defendiendo esta accién. Después de dos o tres epivdios similares decide que nunca més compraré compaiifas marginies, y se limitard a las Xerox y a las Sears. Decide también deshacene de Seven Oaks a la primera oportunidad para poder borrarla de su lista y de su memoria para siempre. Revierle al pensamicus de grupo y, recordando que es més seguro clegir en compaiia, mora las sabias palabras de Esquilo el trégico, 0 de Goethe el ator, 0 de Alf, la estrella de television procedente del espacio: Dos es una compa, tes es una multtud Cuatro son dos compaaias 48 CAPFTULO 2 Cinco son una compaitia y una multitud Seis son dos multitudes Siete son una muititud y dos compaiias ‘Ocho son 0 cuatro compaiias 0 dos multitudes y una compa Nueve son tres multitudes cm Diez son 0 cinco compaiiias © dos compaiias y dos multitudes ‘Aunque los fundamentos de Seven Oaks no adolezcan de pro- bblemas graves (y yo no veo que los tenga, porque ain posco una pequeia parte), y aunque més tarde se tore en un fenbagger, la accin seid veudida y bottada de la cucute de pensioncs de White Bread porque a Flint no le gusta. Al mismo tiempo, acciones que deberian ser vendidas serén conservadas. Esta indiscriminada venta de perdedoras momenténeas es conocida en nuestro negocio como enterrar la cvidencia’. Entre los gestores de carteras con muchos aftos de experencia, enterrar la evidencia se hace de forma tan ré— pida y cficiente que yo sospecho se ha convertido ya en un meca~ nismo de supervivencia, Con el tiempo puede que pase a ser algo innato para que las gencraciones futuras puedan hacerlo sin titu~ bear, as{ como el avestruz eseonde su cabeza en Ia arena Tal como estén las cosas, si Boon Doggle no entierra la evidencia personalmente, a la primera oportunidad sera despedido, y la cartera completa pasaré a manos de su sucesor, quien la enterraré. El su~ cesor siempre quiere empezar con un sentimiento positivo, lo que eats ee cence lia ee ee al Seren Antes de que muchos de mis colegas me acusen de juego sucio, quiero una vez ms hacer mencién de algunas notables excepciones. Los gestores de carteras de algunos bancos regionales fuera de Nueva York han hecho un trabajo elogiable en la eleccién de titu- los durante un largo perfodo de tiempo. Muchas corporaciones, especialmente las de tamaiio medio, se han distinguido por mancjar su propio capital de pensiones. Una inspeccién a nivel nacional nos descubriria a docenas de profesionales de fondos de inversion de seguros, de pensiones, de cuentas de depésito, etc, que llevan a cabo un trabajo sobresaliente en la eleccién de sus acciones, OSTRAS ROCKEFELLER Siempre que los gestores de los fondos de inversion deciden comprar algo interesante (contra toda clase de obstaculos pol CAPITULO 2 49 sociales), corren cl riesgo de verse imposibilitados de hacerlo por varias regulaciones y reglas escritas. Los departamentos de admi— nistraciéa de bienes de algunos bancos, por ejemplo, no permiten la ‘compra de acciones en compafias con gran peso sindical. Otros no invicrten en industrias de crecimiento mulo, o de cardcter espectfico, como pueden ser las eléctricas, las quiiicas, el petréleo 0 el acero. ‘A veces se llega al extremo de que el gestor del fondo no puede comprar acciones de empresas cuyo nombre empiece con R, o las acciones deben ser adquiridas s6lo en meses en cuyo nombre figure una R, regla prestada del comer ostras. Si no es el banco o el fondo el que pone las reglas, emtomes ¢ el SEC, la Comisién de Valores y Cambios. Por ejemplo, el SEC dice que un fondo tal como el mfo no puede poscer més del dicz por ciento de las acciones de la compaiifa que sea, ni debemos invertir més del cinco por ciento del capital del fondo en ningin titulo. Las restricciones son bien intencionadas y evitan que un fondo ponga todos sus huevos en la misma cesta (mas sobre este tema uego) y evitan tambien que un fondo se aduefe de una compaifa a lo Carl Icahn (més sobre este también). El resultado colateral cs que los fondos més grandes son forzados a limitarse a las 90 0 100 compafias més fuertes, de un total de alrededor de 10.000 que cotizan en bolsa. Pongamos por caso que usted maneja un fondo de pensiones de mil millones de délares y que para protegerle del resultado diverso se le exige escoger de una lista de 40 titulos aprobados por el sis— tema de Inspeccionado por 4. Puesto que sélo le esté permitido invertir el cinco por ciento del capital total en cada accion, tiene usted que comprar al menos 20 titulos con 50 millones de dotares en cada uno. Lo més que se Ie permite son 40 acciones, con 25 nillones de délares en cada una. En este caso tendrd que buscar compafifas en las que con 25 millones no se lege a comprar mas que cf diez por ciento de las acciones circulantes. Esto impide a jos fondos aprovecharse de muchas oportunidades, especialmente centre las empresas de répido crecimiento, que suclen ser los ten~ baggers. Bajo estas reglas, por ejemplo, usted no podria haber comprado ni Seven Oaks International ni Dunkin Donuts. ‘A. algunos fondos se les limita atin més con una ley de capital zacion del mercado: no poseen ninguna accién en una compaiia valorada en menos de, digamos, 100 millones de délares (el tamaio se calcula multiplicando el numero de acciones en circulacién por 50 CAPITULO 2 el precio actual de la accion). Una compaiia con 20 millones de acciones cn circulacién cuya accién se vende a 1,75 d6lares puede alcanzar un méximo de 35 millones en el mercado y debe ser cvi~ itada por el fondo. Pero una vez que el precio de la accién se haya triplicado, ¢sa misma compaffa tiene un valor maximo de 105 mi~ Hones de dolares en bolsa y reéne, repentinamente, las condiciones para ser adquirida. Todo lo cual da como resultado este extraiio fendmeno: a los grandes fondos se les permite comprar acciones de compaiifas pequeias sélo cuando éstas ya no son ninguna ganga. Por definicién, pues, las carteras de pensiones estin hermanadas on las acciones del diez por cicnto, que ofrecen pocas sorpresas agradables. Casi estén forzados a comprar los Xerox y los IBM y Jos Chrysler, pero probablemente esperarin a que Chiysler se re cupere totalmente y a que el precio suba. La muy respetada y al- tamente competente firma de Scudder, Stevens y Clark se deshizo de las acciones de esta compaiia justo antes dé que Hegaran a su Punto més bajo, 3,5 d6lares, y no volvié a comprar hasta que no subicron a las 30 délares. No es raro que tantos directores de fondos fracasen en su intento de superar los promedios del mercado. Cuando usted pide a un banco que mancje sus inversio— nes, obiendré resultados mediocres en la mayor parte de los casos. ‘Los fondos de renta variable como el mio estén menos limitados Yo no estoy obligado a seleccionar titulos de una lista proviamente aprobada y no hay ningin Mr. Flint revoloteando sobre mi hombro. No quiere esto decir que mis jefes y supervisores en Fidelity Ma~ gellan no me sigan los pasos, no me hagan preguntas dificiles. ni que peri6dicamente no inspeccionen mis resultados. Es s6lo que nadie me dice que debo tener Xerox o que no puedo comprar ‘Seven Oaks. ‘Mi mayor desventaja es el tamafio. Cuanto mejor est el fondo més dificil resulta batir a la competencia. Esperar que un fondo de inversi6n de 9.000 millones de dolares compita con éxito con otro de 800 millones es como esperar una gran actuacién de un jugador de baloncesto que jugara con un peso de tres kilos atado a la cintura. Los grandes fondos tienen las mismas desventajas que todas las cosas grandes: cuanto més grandes son, mas energia sc necesita para conseguir que se muevan, Sin embargo, Fidelity Magellan continta compitiendo con éxito a pesar de haber Hegado a los 9.000 millones de délares. Todos los afios algin adivino dice que no puede seguir asi, pero todos los CAPITULO 2 Be a whos se han equivocado. Desde 1985, ao ca que Fidelity Magellan Hog a ser cl fondo més grande del pais, ha batido los resultados del 98 por ciento de los fondos de renta variable. Esta es la razén la que tengo tanto que agradecer a Seven Oaks, Chrysler, Taco Tiel, Pep Boye y a todos las otras empresa ignoradas, impopulares 'y de crecimiento répido que he encontrado, Las acciones que onto comprar son las mismas que otros dircctores tratan de pasar por alto. En otras palabras, intento seguir pensando como un “amateur en la medida de lo posible. HACIENDOLO POR SU CUENTA Usted no tiene que invertir como si fuera una institucion. Si lo hace, estaré condenado a funcionar como tal y, en general, no se puede decir que eso sea lo més positivo. Ni hace falta que se ¢s~ fucrce en pensar como un amateur si ya lo es, Si usted es un sur~ fista, un camionero o alquien que ni siquiera ha terminado el ba~ chillerato, entonces ya tiene un punto a su favor. De alli es donde alen los fenbagger, de més allé de los limites del pensamiento de Jos profesionales de la bolsa. Cuando usted invierte, no tiene un Flint girando a su alrededor, ¢riticando sus resultados trimestrales o semestrales, 0 abrasdndole a preguntas sobre por qué compré Agency Rent-A-Car en vez de TBM. Es posible que tenga un cényuge 0 quizs un broker con quien esté obligado a conversar sobre el tema, pero un broker simpatizaré con sus extraias clecciones y cicrtamente no Ie va a despedir por haber comprado Seven Oaks (mientras usted siga pa~ igando sus comisiones). ZY acaso no ha comprobado ya la fe que le fiene su cényuge (Ia Persona que no entiende el Serio Negocio del Dinero) que le permite continuar cometiendo los mismos errores? En el caso improbable de que su mujer esté en total desacuerdo con su sentido de la inversién, siempre le queda a usted la fposibilidad de esconder los estados de cuenta que llegan por correo. No estoy recomendando esta prictica, s6lo sefialo que es tuna opcién disponible para cl pequeio inversor, impensable para el director de un fondo de inversién. e Usted to tiene que gastar la cuarta parte de sus horas de vigilia explicdndole a un colega porqué ha comprado lo que compro. No. hay ley que le probiba a usted comprar una accién que empiece con CAPITULO 2 R que cuesta menos de 6 délares. Nadie le diré que nunca ha oido hablar de Wal-Mart, ni que Dunkin Donuts suena ridiculo y que Rockefeller nunca hubiera invertido en donuts. Nadie va a repren~ derle por volver a comprar una accién por 19 d6larcs que antes hhabfa vendido por 11 ~lo cual puede ser perfectamente razonable. Un profesional nunca podria comprar por 19 lo que vendio a 11. Les confiscarian las calculadoras por una cosa ast Nadie le obliga a usted a poscer 1.400 titulos diferentes, ni va nadie a obligarle a diseminar su dinero en 100 puntos diferentes. Usted es libre de elegir entre poscer una acci6n, cuatro o dicz. Si los fundamentos de ninguna compaifa ofrecen garantias, puede olvidarse del toma y esperar tranquilamente una oportunidad mejor. Los directores de fondos de inversion tampoco pueden permitirse este Iujo. Nosotros no podemos venderlo todo, y cuando lo inten~ tamos lo hacemos todos al mismo tiempo, y enfonces no hay nadie que pagne un precio decente. Y Io que es més importante, usted puede encontrar grandes oportunidades en el vecindario 0 en el lugar de trabajo, meses 0 afios antes de que la noticia legue a los analistas y a los directores de fondo para los que trabajan. Pero, insisto, quizés una persona como usted no deberfa tener nada que ver con la bolsa, nunca. Este es un tema que merece reflexién, porque el mercado exige conviccion y victimiza, impla~ cable, al inseguro. CAPITULO 3 {Esto es un juego de azar o qué? "Los caballeros prefieren bones." — Andrew Melton Después de sobresaltos tales como el hipo de octubre del 87, 1s inversores se han refugiado en los bonos. Este asunto de ‘bonos contra las acciones debe ser resuelto de eas he i st ls jue de otra manera resurgird en los Bees ie pel Peanda tai balan éx Bapado| yt gente ra en masa hacia los bancos a firmar certificados de depésito. ituacién tal se ha producido recientemente, mertr en bonos, mereados monetaios 0 exricados de depo ‘yon todas diferentes formas de invertir en deuda y por las cuales se hos paga interés. No hay nada negativo en cobrar intereses, “especialmente si son compuestos. Tomemos por caso los indios de “Manhattan, quienes en 1626 vendieron todas sus Gerras a un rps ‘de inmigrantes por 24 délares en abalorios y baratijas. Durante 36: ‘whos los indios han sido objeto de mofa a causa de eso, pero “fosulta que ellos podrian haber hecho un negocio mejor que los i oe cee GAIL 0s See compradores que se quedaron con Ia isla. A un interés compuesto de 8 por ciento sobre 24 délares (nota: demos por supuesto que transformaron sus abalorios en me~télico) a lo largo de todos esos afios, los indios tendrian hoy un capital eto muy poco por debajo de los 30 billones de délares, mientras que, segin el tltimo registro de impuestos de Manhattan, el valor de los bienes rafces de toda la isla asciende solamente a 28.100 millones. Démosle a Manhattan el beneficio de la duda: que 28.100 millones cs el valor fiscal y que en el mercado libre puede valer el doble, de manera que Manhattan puede valcr unos 56.200 millones. De cualquier manera, los indios saldrian ain ganando por més de 29 billones de dolares. Por supuesto que es ilusorio que los indios hubieran podido conseguir un interés del 8 por ciento. Los prestamistas pioneros de 1626 estaban hhabituados a pagar mucho menos, pero suponiendo que los indios se las hubieran arreglado para obtener un 6 por Giento, hoy tendrian 34.700 millones de délares, y sin tener que costear el mantenimiento de ninguna propiedad, ni de cortar el eésped de Central Park. ;Qué diferencia hacen’ dos puntos a lo largo de los siglos! Independientemente de cmo se mire, hay algo gue decir a favor de los supuestos embancados en esta transaccién, Invertir en deuda no es malo. Los bonos se han vuelto especialmente atractivos en los tltimos 20 afios. En los 50 anteriores no lo eran tanto. Hist6ricamente, los fipos de interés no se alejaron nunca mucho del 4 por ciento, pero en Ia tltima década hemos presenciado tipos a largo plazo subir hasta el 16 por ciento para luego cacr hasta el 8, creando remar~ cables oportunidades. Aquellos que en 1980 compraron Bonos. del Estado con vencimiento a 20 aios han visto c6mo se doblaba practicamente su valor nominal y, mientras tanto, han seguido co- brando el 16 por cicnto de interés sobre la inversién original. Si usted fue uno de los avispados que compré bonos entonces, resulta ‘que ha batido a Ja bolsa por un gran margen, incluso en esta ‘lt ma fase aleista, Y lo que es més, lo ha hecho sin tener que leer ni una sola linea de un informe ni tener que pagar a ningin broker. ‘Los Bonos del Tesoro a largo plazo son la mejor forma de jugar a los tipos de interés porque no son redimibles, o al menos no hhasta cinco aos antes del vencimiento. Tal y como muchos con~ trariados inversores en bonos han descubierto, hay otros bonos, como las obligaciones municipales y socictarias, que son redimibles CAPITULO 3 55 SS Jucho antes, Jo que significa que tos deudores pueden volverlos a ‘comprar en el momento que les convenga. El inversor en bonos no puede hacer nada para evitarlo, Tan pronto como los intereses fempiczan a caer, el trato se cancela y el inversor recibe su dinero por correo. Si, en cambio, los tipos de interés sc mueven en una Wireccién que no interesa al inversor, éste no puede cancelar nada, Biendo asf, pues, que hay muy poco en el mundo corporativo de los honos que no sea redimible, le aconscjo que de comprar bonos los ‘compre del Tesoro, si es que espera beneficiarse de una caida en os tipos de interés. LA LIBERACION DE LA LIBRETA DE AHORROS ‘Tradicionalmente, los bonos se han vendido en grandes paquetes, demasiado grandes para el pequefio inversor, que sélo podia invertir ‘en douda por medio de las cuentas de ahorros 0 por medio de los burridos bonos del Estado, Luego se inventaron los fondos de fonta fija y la gente normal pudo empezar a invertir en deuda pit blica al lado de los grandes millonarios. Desptes de eso, la apari- ein del fondo de mercado monetario liberé a millones de titulares de libretas de ahorro de su cautiverio en los bancos de una vez por {odas. Habria que hacerles un monumento a Bruce Bent y a Harry Hrowne, quienes idearon la cucnta de mercado monetario y tuvieron fl valor de liderar el éxodo desde las libretas de ahorro. Lo co- menzaron con el Reserve Fund en 1971. Mi propio jefe, Ned Johnson, fue un paso més allé e introdujo el eheque en este tipo de cuenta. Anteriormente, el mercado moncta— rio habia sido muy dtil como lugar donde las pequefias corpora— eiones podian estacionar los fondos de sus néminas semanales. La posibilidad de usar el cheque le di6 al fondo de mercado monetario lun atractivo universal como cuenta de ahorros y cuenta corriente. Una cosa es preferir acciones a una pesada cuenta de ahorros ‘euyos intereses nunca exceden del 5 por ciento, y otra muy distinta 6 preferirlas a un fondo de mercado monetario que ofrece el me— Jor interés a corto plazo y en el que los beneficios suben inmedia~ famente si el tipo de interés aumenta. Si su dinero ha permanecido en un fondo de mercado monetario desde 1978, ciertamente que no tiene por qué sentirse mal. Sc ha perdido usted un par de impor— tuntes bajones de la bolsa. El interés més bajo que ha pase del 6 por ciento, y nunca ha perdido ni un centavo del capi 56 CAPITULO 3 principal. El aiio en que los tipos de interés a corto plazo subieron al 17 por ciento (1981) y en el que la bolsa bajo en un 5 por ciento, usted se embols6 una ganancia relativa del 22 por ciento al haber mantenido su dinero en metélico. Si durante el increfble aumento del Dow Jones, de 1775 puntos el 29 de setiembre de 1986, a 2722 en agosto de 1987, usted no compré ni una sola accién, seguramente que se sintiG como un onto por no haber aprovechado la ocasién de su vida. Lleg6 el momento en que ni siquiera se atrevi a contar a sus amigos que tenfa todo su dinero ea un fondo de mercado monctario. Quiz solo ser sorprendido con las manos en la masa robando en una tienda le hubiera resultado mas mortificante. Pero la maiana después del crack, con el indice Dow Jones habiendo retrocedido hasta 1738, seguro que se sintié usted justificado. Se evité ol trauma del 19 de octubre de 1987. Con los precios de las acciones tan drésticamente reducidos, el mercado monetario habfa realmente resultado més rentable que la bolsa durante todo ese aio —6,12 or ciento para el mercado monetario contra 5,25 por ciento del indice S&P 500. LA IMPUGNACION DE LAS ACCIONES Pero dos meses después la bolsa habfa rebotado y, una vez més, su rentabilidad sobrepasaba la de los mercados monetarios y la de Jos bonos a largo plavo. A la larga siempre es asi. Hist6ricamente, invertir en acciones ¢s mucho més rentable que invertir en deuda. De hecho, desde 1927, la accién ordinaria ha tenido unas ganancias del 98 por ciento al afio como promedio, en compatacién con cl 5 por ciento de las obligacioncs corporativas, el 4,4 por ciento de los bonos del Estado y el 34 de las obligaciones del Tesoro. La tasa de inflaci6n a largo plazo, segin la Guia de Precios del Consumidor, es de 3 por ciento al aio, lo cual le da a la accién ordinaria una rentabilidad real del 68 por ciento anual. La rentabilidad real en obligaciones del Tesoro, conocidas como las més conservadoras y como el lugar més razonable para poner dinero, ha sido de cero. Esta ventaja de un 98 por ciento de rentabilidad de las acciones sobre un 5 por ciento de rentabilidad de los bonos puede sonar como una tonteria para algunos, pero preste atencién a esta fabula era puesto a dormir dejando 20.000 délares invertidos en obli jones cozporativas, cobrando un 5 por ciento compuesto, en 1988 hubiera despertado con 373.584 d6larcs, lo suficiente como para ‘fomprarse un buen piso, un coche de importacion y un corte de ilo, En cambio, si hubiera invertido en acciones, con una renta~ de 98 por ciento al afio, al despertar hubiera tenido 1459720 dolares. Puesto que Rip estaba dormido, ni el susto del del 29 ni el del temblor det 87 le hubieran hecho abandonar bola. i usted, en 1927, hubiera puesto 1000 dolares en cada uno de las Epics inversiones, y si el dinero se hubicra ido acumulando ‘gento de impuestos, al cabo de 60 afios hubiera obtenido estas i amas: Pagarés del Tesoro 7.400 $ Bonos del Estado Lo : Obligaciones corporativas z Acciones ordinarias 272.000 $ ‘A pesar de las quiebras, depresiones, guerras, recesiones, diez ‘AMministraciones. presidenciales diferentes y de numcrosos cambios ‘on cl largo de las faldas, las acciones en general han resultado ser ‘entre quince y treinta veces més rentables que las obligaciones orporativas y que los bonos del Estado, respectivamente. Hay una explicacién l6gica, por supuesto, y es que al tratar con deciones se trata con las compaias, se esté de parte de su creci~ wiento, de su expansi6n, porque la prosperidad de la compatiia Arabaja’a favor del socio, que es usted. Al tratar con bonos bligaciones, en cambio, usted no es nada més que la fuente de Spee mts prisina Cumndo se, prasia dinero 2 alguien To més ie se puede esperar es recuperarlo con intereses. B Picasso a gosto que ha poscido bonos de MeDonald’s durante ‘ios. La relaci6n entre ellos y McDonald's termina con el saldo de Is douda, y eso no es Io interesante de esta empresa. Ciertamente ue quienes compraron los bonos al principio han recuperado su thnero igual que #i lo bubieran inverido en cenificdos de depésito do un banco, pero los que compraron acciones se han hecho ricos. Son los dueios de la compaiifa. Y es que, 4 menos que se sea lotective de deudas especializado en bonos impagados, nunca se ‘encontrara un tenbagger en un bono. CAPITULO 3 éY QUE HAY DE LOS RIESGOS? "Si, claro’, estard usted pensando, ";pero qué hay de los riesgos? {No son los bonos més Seguros que las. acciones?” Por supucst que las acciones ofrecen riesgo. En ninguna parte esta escrito que, una accién nos deba nada, y yo lo he comprobado en multitud de} penosas ocasiones. Incluso las acciones de las grandes empresas, supuestamente las més seguras, ofrecen riesgo si se conservan du~ ante demasiado tiempo. RCA’ era considerada una inversién pru~ dente, apropiada para viudas y huérfanos, y sin embargo fue com-_ prada por General Electric en 1986 por 66,50 délares la accién, ‘més o menos la misma cotizacién que tenia en 1967, y s6lo un 74 por ciento més alta que los 38,25 dolares de 1929. Una operacion | menor del 1 por ciento anual es lo que ha obtenido como com~ pensacién el accionista que durante 57 afios ha sido fiel a una ac~ ién tan s6lida y de tanto éxito y renombre. Bethlehem Steel con~ {inda vendiendo muy por debajo de los 60 délares aleanzados on 1958, Si echamos un vistazo a las firmas industriales de los co- mienzos del Dow Jones vemos que muchos de los titulos més fa~ mosos de 1896 han desaparecido. ;Quién, si no, ha oido hablar de American Cotton Oil, Distilling and Cattle Feeding, Laclede Gas, US. Leather Preferred? En la lista de 1916” est Baldwin Locomotive y ya no esti en la de 1924; en 1925 la lista incluye a Paramount Famous Lasky y a Remington Typewriter; en 1927 Re— mington Typewriter desaparece y United Drug toma su lugar. En 1928, cuando cl Dow Jones fue ampliado de 20 a 30 compaiias, la lista de tas nuevas firmas incluia a Nash Motors, Postum, Wright Aeronautical y Victor Talking Machine. Los dos_tltimos. ya. no aparecian en ia lista de 1929, en el easo de Victor Talking Machine por haberse fusionado con RCA (y ya hemos visto lo que consi- guieron quienes no se deshicicron de las acciones de RCA). En 1950 nos encontramos con Corn Products Refining, pero en 1959 también ha desaparecido y en su lugar esté Swift and Co. Lo que tiene que quedar claro es que Jas fortunas cambian, no existe la seguridad de que las grandes compaiiias no se vuelvan Pequefias ai existe algo asf como la accién infalible de la gran em— resa Compre usted la accion indicada en el momento no indicado y sufriré grandes pérdidas. Observe lo sucedido durante la cafda del ‘mmercadlo de los aos 1972-76, cuando acciones conservadoras del {ipo de Bristol-Myers cayeron de 9 délares a 4, Teledyne de 11 a yy McDonald's de 15 a 4, Compafias fuera de toda sospecha. “Compre Ta accién no indicada en el momento indicado y sufrira didas similares, Hay perfodos en los que parece que el teérico WB por ciento anual de beneficio de las acciones no se va a con~ ‘yoguir nunca, El Dow Jones industrial alcanz6 un méximo de todos Jos tiempos en 1966 al llegar a 995,15 y luego se mantuvo por de~ ‘pajo de ese punto hasta 1972. Este nuevo maximo no fue excedido, ‘A su vez, hasta 1982. Pero, con la posible excepcién de los bonos a corto plazo y de Jos fondos de renta fija, 10s bonos también tienen sus riesgos. Los lipos de interés en alza le forzarén a.clegit entre dos opciones ‘poco atractivas: sufrir la baja rentabilidad de los bonos hasta su Yencimiento o venderlos con penalizacin. Si usted es encmigo de- ‘darado del riesgo entonces el banco 0 el mercado monetario es lo suyo. En todo lo demés hay riesgo. Los bonos u obligaciones municipales son considerados tan segu~ 40s como el dinero en una caja fuerte, pero en el improbable caso We incumpliento no les hable a los perjudicados sobre la seguridad Wo los bonos. (El caso de incumplimiento més conocido es el de la ‘empresa pablica Washington Public Power Supply System y sus de— ‘nostados bonos "Whoops’). Si, ya sé que los bonos pagan en el 99,9 “Por ciento de los casos, pero hay otras formas de perder dinero fon los bonos aparte de’ los incumplimientos. Frucbe si no a man— fener un bono durante treinta aos al seis por ciento y con una paaica galopante, y ya veré en qué queda el valor nominal del mo. ‘Mucha gente ha invertido en fondos que compran bonos del Government National Mortgage Association (conocidos como Ginnie Macs) sin comprender lo volétil que se ha vuelto el mercado de bligaciones. La publicidad les tranquiliza ~"100 por cicnto garan~ Vizudo por el estado" y tienen raz6n, los intereses serdn pagados. Vero eso no protegerd ‘el valor de sus acciones en el fondo de ‘lligaciones cuando los tipos de interés suban y el mercado de obli~ Jjaciones se resquebraje. Abra la pdgina de negocios de su periddi— 1, observe qué les sucede a esos fondos el dia en que los intere~ 4s suben medio punto por ciento y comprenderé lo que quiero decir. En Ia actualidad, los fondos de renta fija fluctian tanto como Jos de renta variable, La misma inconstancia en los tipos de interés 0 CAPITULO 3 que capacita a los inversores con talento para obtener grandes be- neficios de los bonos también hace que apegarse a cllos tenga ‘mucho de juego de azar. LAS ACCIONES Y EL POKER DESCUBIERTO Francamente, no hay manera de hacer una separacién total entre cl juego y la inversion que, para tranquilizarnos, queremos creer que hay. Simplemente no hay muralla china, pared divisoria ni nin— guna distinci6n absoluta entre lugares seguros y no tan seguros donde depositar cl dinero. Fue en los afios veinie cuando las ac~ cciones ordinarias alcanzaron finalmente el status de "inversién pru- dente’, mientras que hasta ese momento habjan sido consideradas ‘como apuestas de bar ~y este era precisamente un momento en el J que la sobrevaloracién del mercado hacia que la compra de accio~ nes fuera una apuesta més que una inversion, Durante dos décadas después del crack las acciones fueron con~ sideradas como un juego de azar por la mayor parte de la gente, y esta valoracién no Se puso en tela de juicio hasta los alios sesenta cuando, una vez més, aleanzaron Ia categoria de inversién pero en tun mercado sobrevalorado que les daba un riesgo afadido. Histé— ricamente, las acciones son consideradas como inversin 0 son despachadas como simples apuestas de forma ciclica y, por lo ge— neral, en los momentos més inadecuados. Las acciones tienden a ser aceptadas como inversiones prudentes en el momento en que no 10 son. Durante muchos ais, las acciones de las grandes compaiiias fueron consideradas como inversiones y las de las pequefias como especulaciones, pero en los ltimos afios las pequciias acciones se han convertido en inversiones y la especulacion se hace en opciones y futuros. Estamos cternamente redibujando esta demarcacién. Yo encuentro siempre muy divertido que algunas personas hablen de que estan “esperando prudentamente” 0 que consideran sus in versiones como "especulaciones conservadoras’. Por lo general cso significa que tienen la esperanza de estar invirtiendo cuando en realidad les preocupa estar apostando. La frase "estamos saliendo juntos’ cumple la misma funcién para las parejas que no se aclaran sobre la seriedad de su relacién. ‘Una vez que el factor riesgo es aceptado podemos empezar’ a CAPITULO 3 61 separar el juego de azar de la inversién, y no por el tipo de acti— vidad (compra de acciones, de bonos, apuestas de caballos, etc), sino por la preparacién, dedicacién y diligencia del participant. Para un zorro viejo con la disciplina necesaria para atenerse a un sistema, apostar a los caballos ofrece una relativamente scgura rentabilidad a largo plazo, lo cual para él puede ser tan fiable co— mo poseer un fondo de inversion o acciones en General Electric, Micatras tanto, para el irreflexivo © impetuoso comprador de ac— ciones que va detrés de los consejos de moda y se hace y deshace de las acciones, una inversién en bolsa no es mas segura que tirarle billetes al caballo con la crin més bonita o al jockey de las medias, de color lila De hecho, para el irreflexivo © impetuoso jugador de acciones, mi consejo es el siguiente: olvidese de la bolsa y lleve su dinero loco a Hialeah, Monte Carlo, Saratoga, Nassau, Santa Anita 0 Baden~Ba- den. Al menos, en lugares tan placenteros podria decir que disfru- taba mientras perdia. Si pierde en la bolsa no encontrar’ constclo mirando emo su broker se pasca por la habitacién. Cuando se pierde dinero loco en las apuestas simplemente se rompen tickets, se tiran al suelo y se acabé la historia, mientras que si se trata de acciones, opciones, bonos etc, hay que revivir los episodios dolo- rosos uma y otra vez cada primavera con el consejero de impuestos, lo que de por sf puede significar varios dias de trabajo. Para mi, una inversion es simplemente un juego de azar en el que hemos conseguido doblar fas posibilidades a nuestro favor. Igual da que se trate de Atlantic City o de S+P 500 0 del mer- cado de obligaciones. De hecho, a lo que més me recuerda 1a bolsa es a un juego de poker descubierto. ‘Apostar en el poker descubierto de siete cartas puede propor- cionar una consistente rentabilidad a largo plazo a quienes. saben manejar las cartas. Se juega con cuatro de las cartas boca arriba, por lo que ademas de ta propia mano se puede ver casi toda la de los oponentes. Cuando la tercera o cuarta carta ha sido repartida ya esté bastante claro quien gana 0 pierde, de lo contrario significa ‘que no hay un vencedor potencial. Lo mismo ocurre en la bolsa. Hey muchisima informacién en las manos abiertas. Solo hay que saber donde buscarla. Hay una scric de preguntas bisicas que hay que hacer sobre‘ las \-/ compafias. Hay que saber cules son las que llegarén a prosperar, cuales tienen pocas posibilidades y cusles son totalmente: misteriosas:¢ ee (0 ee, 2. CAPITULO 3 Nunca se puede saber con exactitud Io que va a ocurtir, pero | cualquier acontecimiento -un salto en las ganancias, la venta de ‘una subsidiaria poco rentable, la introduecién en nuevos mercados~ es como poner otra carta boca arriba. Mientras las cartas sugieran ‘buenas posibifidades de éxito hay que quedarse con a mano. Cualquiera que juegue regularmente al poker descubierto aprende Pronto que los afortunados son siempre los mismos. Estos son los jugadores que deciden obtener lo méximo por su inversién mediante el célculo continuo y meticuloso durante la partida. El ganador coherente es el que aumenta su apuesta cuando su posicién se ve | fortalecida y el que se levanta cuando todo parece estar en su contra, mientras que el perdedor coherente se agarra a sus cartas hasta el amargo final, esperando un milagro y disfrutando la emo— cci6n de Ia derrota. Y es que en el poker descubierto y en la bolsa, | Tos, milagros slo ocurren con la frecuencia que se necesita para mantener a los perdedores perdiendo. Los ganadores coherentes también se resignan al hecho de que alguna vez les serdn repartidas tres ases y apostardn hasta el limite s6lo para perder ante una escalera real insospechada. Aceptan su suerte y comienzan la partida siguiente en el convencin:iento de que a la larga su método bisico dard sus frutos. La gente que tiene Gxito cn la bolsa también acepta pérdidas periédicas, contratiempos ¥ sucesos inesperados. Las caidas calamitosas no les shuyentan del juego. Si han hecho su estudio personal sobre H&R Block y han ‘comprado la accién, y de repente el gobierno simplifica el c6digo tributario (lo que © poco probable, de acuerdo) y el negocio de Block se viene abajo, ellos aceptan el mal trago y empiezan a bus- ‘ear otra accién en la que invertir. Comprenden que la bolsa no es ciencia pura, ni sucede como en el ajedrez, donde gana siempre la posicién superior. Si sicte de cada diez acciones de las mfas cum= plen con las espectativas, estoy encantado. Si seis de cada diez de ‘mis acciones lo consiguen, estoy agredecido. Seis de cada diez es { Jo que se necesita para marcar un récord envidiable en la | botsa. | Con el tiempo, los riesgos del mercado se pueden llegar a reducir prodeciendo adecuadamente, de la misma forma que se pueden i reducir en cl poker descubierto. Procediendo de forma inadecuada | (Como comprando una accin sobrevalorada), incluso la compra de Bristol-Myers o Heinz puede resultar en inmensas pérdidas y oportunidades malgastadas. Les sucede a quienes cree que por CAPITULO 3 6B apostar con blue chips quedan relevados del trabajo de prestar Mencién, de manera que pierden la mitad de su dinero en un ins— {ante y puede que tarden afios en recuperarlo. A principios de la Aiécada de Ios 70 millones de délares desinformados se lanzaron a a caza de oportunidades sobrevaloradas y desaparecicron como esultado. Ahora bien, convierte cso a McDonald's y a Bristol Myers en inversiones de alto riesgo? Sélo por la forma y manera que la gente invirtié en ellas. Por otra parte, suponiendo que usted hubiera hecho su estudio personal previo, invertir cn una empresa con problemas como Ge~ hneral Public Utilities —los propietarios de la controvertida central ‘nuclear de Three Mile Island~ hubiera sido bastante més conscr~ ‘yador que invertir en la antigua y s6lida Kellogg en el momento no indicado. Recuerdo que una vez, por no querer artiesgar un determinado ‘capital que pertenecia a mi suegra, le di el consejo de comprar feciones de Houston Industries, una compafifa muy segura. Y vaya que si era segura, jcomo que se quedé donde estaba durante diez fiios! Cuando comprendi que, de tratarse de dinero de mi propia ‘madre, me hubiera arriesgado més, le compré Consolidated Edison. Multiplicé por seis su valor. Consolidated Edison no ofrecia tanto - fiesgo para quienes segufan su cvolucién y conocfan su funciona~ niento. Los grandes ganadores provienen de las lamadas categorfas ide alto riesgo, pero la realidad es que los riesgos tienen més que ‘vor con los inversores que con las categorias. ‘La gran ventaja de invertir en acciones, para quicn acepte la in— ertidumbre, es la extraordinaria recompensa por tener razén. Esto quieda claro en el célculo sobre la rentabilidad de los fondos cal~ ‘ilada por Johnson Chart Service de Buffalo, Nueva York. Sc hace alli una corretacién muy interesante: cuanto més artiesga el fondo, mejor es el resultado. Si usted hubiera invertido 10.000 dolares en Jin fondo de renta fija en 1963, quince aiios més tarde hubiera te- ido 31.338 délares. Los mismos 10.000 en fondos de inversién mobiliaria mixtos hubieran producido 44.343 dolares; en un fondo do renta variable (todo acciones) 53.157 délares y en un agresivo fondo de crecimiento 76.556 délares. Indudablemente que el mercado de valores representa un juego fen el que vale la pena arriesgatse, siempre y cuando sepa jugar. Y ‘mientras uno posea acciones las cartas nuevas continuardn apare~ endo. Ahora que lo pienso, investir en acciones no cs en realidad 64 CAPITULO 3 como jugar una partida de poker descubierto de 7 cartas. Es més parecido a jugar una partida con 70 cartas 0, si se poscen diez acciones, es como jugar 10 partidas de 70 cartas al mismo tiempo. El test del espejo "Es General Electric una bucna inversién?" no cs lo primero que ‘preguntaria sobre una accién. Aunque General Electric sea u ‘accion no quiere decir que usted deba comprarla. No tiene o estudiar la secci6n financiera antes de haberse mirado en el jo mas préximo. Hay tres preguntas personales que debe ha~ como paso previo a cualquier inversin en valores: 1. {Poseo ya una casa?, 2 gNecesito el dinero? y 3, {Cuento con las cualidades personales necesarias para Gxito en la bolsa? Jas acciones constituyan buenas 0 malas inversiones depende de su respuesta a estas preguntas que de nada de lo que dia loer en el Wail Street Journal. tir en acciones se debe contemplar la idea de comprar una casa, so que una casa es, después de todo, pricticamente la tnica inversi6n que a todos sale bien, Estoy seguro de que hay s, tales como casas construidas sobre sumideros y casas a —o—o—a i s st i le 66 CAPITULO 4 ‘en barrios buenos que pierden prestigio, pero en el 99 por ciento de los casos una casa seré una inversiOn muy rentable. {Cuantas veces hemos ofdo a un amigo o conocido lamentarse de invertir mal en su casa? Seguro que no es nada frecuente. Milliones de no profesionales del negocio inmobiliario han invertido brillan— temente en sus casas. Puede haber familias que por traslado ur- gente se vean obligadas a vender con pérdidas, pero raro es el in~ dividuo que se las arregla para perder dinero con residencia tras residencia, como es rutina con las acciones. Mas raro atin es el individuo que resulta barrido de su casa, que al despertar descubre que su edificio se ha declarado en bancarrota, que es el triste destino de muchas acciones. 'No es accidental que quienes son genios con sus casas son idiotas con sus acciones. Una casa ha de estar conformada a gusto del propictario. Los bancos nos prestan hasta el 80 por ciento del valor y a veces mas, lo que representa una gran ventaja. (Cierto que también se pueden adquirir acciones a un crédito del 50 por ciento, Jo que sc conoce como "comprar al margen’, pero cada vez que tuna accién comprada al margen baja de precio hay que poner mas dinero en efectivo. Eso no sucede con una casa. Nunca tenemos que poner més metélico si baja el precio en el mercado, ni siquiera si la casa est4 ubicada en una zona deprimida. El agente de la in— mobiliaria nunca llama a medianoche para anunciar que nos resentamos con 20.000 délares antes de las 11 de la maiiana o tendremos que vender dos habitaciones, cosa que frecuentemente les sucede a los inversores, forzados a vender sus acciones comprados al margen. Esa cs otra de las grandes ventajas de poser una casa) ‘A causa del efecto palanca, si usted compra una casa pagando el 20 por ciento y el valor de la casa aumenta un 5 por ciento al afio festé usted obieniendo una rentabilidad del 25 por ciento sobre el ppago realizado y, ademés, el interés sobre el préstamo es deducible fen su declaracién de la renta. Si logra hacer eso en Ia bolsa aca~ bard més rico que Boone Pickens. ‘Como bonificacién se obtiene la deduccién tributaria sobre la propiedad y, encima, la casa hace de perfecto cojin contra la in~ flacién y es el lugar ideal para esconderse durante una recesion, por no hablar del techo sobre 1a cabeza. Por iiltimo, si usted de de convertir su casa on efectivo puede invertir en otra mas Iujosa para evitar el pago de impuestos sobre Ja plusvalia. La progresién acostumbrada en lo referente a viviendas es la que CAPITULO 4 6 sigue: primero se compra una pequefia (casa de principiante, por Mamarla de alguna manera), después una de tamaio medio y luego una muy grande que al final ya no se necesita. Una vez que los hijos se han marchado se vende ta casa y se acomoda uno en una més pequeia, obteniendo de paso una buena ganancia. Este dinero no esté gravado porque el Estado, en su generosidad, da una ex— encién de—una—vez—en—la-vida sobre la plusvalia de una casa. Eso no ocurre con las acciones, que son gravadas tan duras y frecuen— temente como es posible. Usted puede estar durante 40 afios comprando casas sin pagar impuestos nunca para culminar con la dulce exencién de la iltima vez. Y aunque hubiera algo que pagar, al estar en un grupo impo mas bajo, no serfa tan grave. El viejo proverbio de la bolsa "Nunca inviertas en nada que coma o necesite separaciones’ podia aplicarce a los caballos de carrera, pero es una tonteria en Io to~ cante a casas. Hay otras razones menos importantes por las que le iré mejor con las casas que con las acciones. No es probable que un titular en el periddico que diga "Bajén en picado de los precios de la propiedad inmobiliaria’ le haga deshacerse de su casa a toda velo- cidad. No publican el valor de cierre del viernes por la tarde de su casa en los clasificados, ni lo pasan por la tele en celo negro en la parte inferior de la pantalla, ni aparecen los presentadores con la lista de las 10 casas més activas ~"La casa mumero 100 de la Calle Mayor baja diez puntos hoy. Los vecinos no vieron nada raro a lo ue atribuir el bajén.” Las casas, como las acciones, tienen més posibilidades de ser rentables cuando sc manticnen por un largo periodo de tiempo. A diferencia de las acciones, son més susceptibles de tener un slo duefio durante més afios —siete es el término medio. Compare esto con el 87 por ciento de todas las acciones que en la bolsa de Nueva York cambian de manos cada afio. La gente se encuentra mucho més cOmoda en sus casas que en sus acciones. Se necesita vun camién de mudanzas para salir de una casa 7 s6lo una llamada telefénica para salir de una accién. Finalmente, usted es un buen inversor en casas porque sabe cémo recorrerla del dtico al s6tano y hacer las pregurtas pertinentes. La hhabilidad de burgar en todo lo relacionado con una casa nos viene dada como por herencia. Se erece viendo a los padres pasar revista a los servicios piblicos, las escuelas, el alcantarillado, los desagles y 8 CAPITULO 4 los impuestos. Sc recuerdan reglas tales como "No compres la pro~ piedad més cara de la manzana’. Se pueden reconocer las reas que van a subir y las que van de capa caida. Se puede coger ol coche y pascar por una zona para comprobar cuinto se esté arreglando, cunto esta abandonado, cufintas casas quedan por re~ novar. Por dltimo, antes de hacer una oferta por la casa elezida, se paga a un experto para que busque termitas, goteras, tuberias oxi dadas, instalacién eléctrica defectuosa y grietas en los cimientos. No es de extrafiar que la gente haga dinero en el mercédo in~ mobiliario y lo pierda en el de valores. Pasan meses escogicado una casa y minutos escogiendo una accién. De hecho, se toman més tiempo para elegir un buen horno microondas que una buena in— versiGn, 4NECESITO EL DINERO? Esto nos lleva a la segunda pregunta. Tiene sentido darle un re~ paso al presupuesto familiar antes de comprar acciones. Por ejem— plo, si dentro de dos o tres afios va a tener que pagar por la uni~ versidad de su hijo, no invierta ese dinero en acciones. Quizés sea usted una viuda (siempre hay unas cuantas viudas en estos libros de bbolsa) y su hijo Dexter, ahora en el segundo afio de backillerato, tiene la posibilidad de ir a Harvard -pero sin beca. Puesto que usted a duras penas podria hacer frente a los gastos de estudio, se siente tentada de aumentar su patrimonio adquiriendo algunas ac~ ciones conservadoras de grandes empresas. En este ejemplo, incluso la compra de las blue chips seria dema~ siado arriesgado. En ausencia de un montén de sorpresas, las ciones son relativamente predecibles a largo plazo — diez, veinte aiios. Saber si al cabo de tres afios habrén subido 0 bajado puede decidirlo tirando al aire una moneda. Las acciones de primera pueden bajar y mantenerse alli durante perfodos de hasta cinco aiios, de modo que si la bolsa pisa una piel de plétano <1 pobre Dexter puede acabar yendo a la escuela nocturna, ‘Quizés sea usted una persona que necesita salir adelante con un ingreso fijo, © una persona joven que no soporta trabajar y quiere vivir de un ingreso fijo procedente del patrimonio familiar. En estos dos casos, manténgese apartado del mercado de valores. Hay toda clase de formulas complicadas para dilucidar qué porcentaje de su activo podria emplearse en acciones, pero yo tengo una muy simple, CAPITULO 4 o. y es Ia misma para la bolsa qu 8 1e para las carreras de caballos: Invierta solamente lo que pueda permitirse perder sin que esa Pérdida represente un cambio en su vida actual ni futura 110 CAPITULO 7 guna ventaja al poseedor, quien por tanto se ha arriesgado para nada. En el tipo de mereado que hemos tenido desde 1980, las sblidas hhan tenido un comportamiento bueno, pero no cl mejor. La mayor parte de ellas son compaiias inmensas y ¢s poco cortiente encon~ trar un fenbagger en Coca-Cola 0 Bristol-Myers. Por tanto, si usted pose una sjolida como Bristol-Myers y la accién sube un 50 por iento en uno 0 dos afios, quizés sea hora de que empicee a pre~ guntarse si no tendria que vender. {Cuénto piensa que puede ex~ rimirle a Colgate~Palmolive? No se va a convertir en millonario con ésta asi como podia haberlo conseguido con Subaru, a no ser que ocurra algo muy raro. En una situacién normal, 50 por ciento es todo lo que puede esperarse de una sélida como Colgate~Palmolive, y si se consigue ‘en dos afios es como para estar encantado, Con las s6lidas hay que estar preparado para materializar las ganancias con mis rapidez que si se tratara de una Shoneys 0 de Service Corporation International. Las sélidas son acciones que yo compro para obtener una ganancia del 30 al 50 por ciento y que vendo para repetir el proceso con otras acciones que contingen subestimadas, ‘Yo siempre guardo unas cuantas vigorosas en mi cartera porque ofrecen una excelente proteccién contra las recesiones y las malas rachas. En el grafico se puede apreciar que durante el periodo de 1981-82, cuando parecfa que el pais se venia abajo y la bolsa también, Bristol-Myers se fue de lado. No le fue demasiado bien en el temporal de 1973-74, como ya hemos visto, pero nadie es— cap6 de aquella y, ademés, la accién estaba por entonces enorme~ ‘mente sobrevalorada. Por lo general se puede decir que Bristol~ Myers y Kellog, Coca-Cola y MMM, Ralston Purina y Procter & Gamble se comportan como buenos amigos durante las crisis. Se tiene la seguridad de que no irin a la quiebra y de que pronto recuperarén su posicién y su valor. Bristol-Myers s6lo ha tenido un trimestre malo en veinte aiios y Kellog no ha tenido ninguno en més de treinta, No es accidental que Kellog puede sobrevivir a las recesiones. No importa lo mal que Meguen a ponerse las cosas, la gente sigue comicndo cereales. Tal vez viajen menos, compren menos coches, salgan menos a conar langosta, pero contintian comiendo la misma cantidad de copos de maf que siempre. Es posible que incluso coman més para com~ CAPITULO 7 mu pensar las langostas que se comen de menos. La gente tampoco deja de comprar comida para pertos durante las recesiones, razba por la cual Ralston Purina es una accién bastante segura. De hhecho, mientras escribo esto, mis colegas estén comprando Kellogs y Ralston Purina, ante el temor @ una recesi6n proxima. LAS DE CRECIMIENTO RAPIDO Estas constituyen una de mis inversiones favoritas: pequefias y agresivas nuevas empresas que crecen a un ritmo del 20 0 25 por ciento al aiio. Si se clige sabiamente, este es el terreno de los tenbaggers, de los 40-baggers e incluso de los 200-daggers. Si se tiene una cartera pequefia, un par de estas pueden representar una carrera. Una compafifa de crecimiento rapido no tiene que pertenecer necesariamente a una industria de crecimiento répido. Como ya explicaré en el capitulo 8, yo incluso prefiero que no sea as. Todo lo que necesita es espacio en el que extenderse. La cerveza es una industria de crecimiento lento, pero Anheuser-Busch crece répida~ mente al ganar cuota de mercado a los marcas rivales. La hostelesta rece a solo un 2 por ciento anual, pero Marriott consiguié crecer tun 20 por ciento al capturar una mayor cuota de mercado durante la Gittima década. Lo mismo ocurrié con Taco Bell en el negocio de la comida ré— ida, con Wal-Mart en el de los grandes almacenes y con The Gap en el de la venta minorista de ropa. Estas empresas advene— ddizas aprendicron a tencr éxito en un lugar y lucgo repitieron la formula ganadora una y otra vez, de centro comercial en centro comercial y de ciudad en ciudad. La irrupcién en nuevos mercados trae como consecuencia un aumento tan fenomenal de las ganancias que el precio de la accién se coloca a alturas que marean. Hay una cantidad de riesgo considerable en las acciones de cre~ cimiento répido, especialmente entre las compafias mas jovenes, con su tendencia al entusiasmo exagerado y a la financiaci6n escasa. Cuando @ una compaiifa le falla la financiacién sucle acabar en la quiebra. La bolsa tampoco mira con buenos ojos a las acciones de répido crecimiento que de repente se quedan sin gas y se convier— ten en Ientas. Cuando eso sucede, la accién recibe su palo corres pondiente. ‘Ya he explicado c6mo las compaifas eléctricas, especialmente las CAPITULO 7 FORD MOTOR COMPANY {FI eee 14 CAPITULO 7 del sur del pais, pasaron de ser de répido a lento crecimiento, En Ja década de los sesenta la industria de los plésticos era de alto crecimiento. El pléstico estaba hasta tal punto en la mente de las personas que, cuando la palabra le fue susurrada a Dustin Hoff— mann en la pelicula E! Graduado, la sola palabra se convirtié en tuna frase famosa. Dow Chemical se metié en cl negocio, disfruté de un crecimiento vigoroso y fue apreciada como una accién de répido crecimiento durante varios afios. Luego el crecimiento s¢ estabilizo y Dow Chemical se convirtié en una sobria compaiia quimica, una especie de empollona con tendencias cicticas. El aluminio fue también una industria de enorme crecimiento hasta bien entrada la década de los sesenta, lo mismo que las mo- quetas, pero a medida que estas industrias fueron madurando, las compafifas del ramo pasaran a tener el nivel de crecimiento del PNB y la bolsa empez5 a bostezar. Por lo tanto, mientras que las de crecimiento répido més peque— fias estén expuestas a la extincién, las més grandes s> arriesgan a tuna veloz devaluacién cuando empiezan a desfallecer. Cada vez que tuna répida crece mucho se reproduce cl dilema de Gulliver en Li~ liput: simplemente no encuentra espacio donde estirarse. Pero mientras pueden mantener el ritmo, las de crecimiento ré~ Pido son las grandes ganadoras del mercado. Yo buco a las que tienen un buen estado de cuentas y generan ganancias sustanciosas EI truco esté en adivinar en qué momento dejarin de crecer y euinto pagar por el crecimiento. LAS CICLICAS Una ciclica es una compaiia cuyas ventas y ganancias suben y bajan de forma regular y, muchas veces, predecible. En una indus~ tria en expansi6n el negocio aumenta constantemente, pero en una industria ciclica se expande y retrotrae de forma altemativa. Los automéviles y las aerolineas, las que fabrican micdas, las de acero y las quimicas son todas compaifas cfclicas. Insluso las ac~ iones de las compaias fabricantes de armamento se comportan como ciclicas, puesto que su rentabilidad aumenta o decrece de pendiendo de la politica de los diferentes gobiernos. 'AMB Corporation, 1a compaiia madre de American Airlines, es una ciclica, y también lo es Ford, como se puede ver en el grafic. EI gréfico de una ciclica se parece al poligrafo de las mentirosos 0 CAPITULO 7 1s al mapa de los Alpes, todo lo contrario al mapa de Delaware que dibujan las de lento crecimiento, Al salir de una recesion, y de cara a una economia fuerte, las ciclicas florecen y el precio de sus acciones tienden a subir mucho mas velozmente que el de las solidas. Esto es comprensible, puesto que la gente tiende a comprar més coches y a viajar més en avion dentro de una economia fuerte, y hay mayor demanda de accro, productos quimicos, ete. Pero si la economia no va bien las cick sufren y lo mismo les pasa a los bolsillos de los accionistas. Se puede perder més del cincuenta por ciento de a inversign con gran facilidad si sc compran las ciclicas en cl mal momento, y pueden pasar aiios antes de que el péndulo emprenda la subi Las cfclicas son las peor comprendidas de todo los tipos de ac~ ciones. Es aqui donde cl inversor desapercibido corre cl mayor riesgo y con acciones que él considera seguras. A causa de que las ciclicas més importantes son compafias grandes y conocidas, se suelen confundir con las solidas. Puesto que Ford es una compatifa de las grandes es fécil suponer que se comportaré igual que Bris tol-Myers, otra de primera linea (ver gréfico). Pero nada més lejos de la verdad. Las acciones de Ford fluctéan salvajemente segiin le vaya a la compafia, perdiendo miles de millones de d6lares en Spocas de recesién y ganando también miles de millones en las buenas rachas. Si una accién sélida como Bristol-Myers puede lle~ gar a perder el 50 por ciento de su valor en un mal mercado 0 en una mala coyuntura econémica nacional, una cfclica como Ford puede perder hasta el 80 por ciento. Y eso cs exactamente lo que le ocurrié a Ford a comienzos de los ochenta, Hay que saber que comprar Ford no es lo mismo que comprar Bristol-Myers. Conocer el momento en que se encuentran lo es (odo en las ciclicas, y hay que ser capaz de detectar las sefales que indican que el negocio sube 0 que est4 a punto de empezar el declive. Si usted trabaja en alguna profesién relacionada con cl acero, alumi~ rio, acrolineas, automéviles, etc., entonces cuenta usted con la ven— taja que Ie da su conocimiento especifico y en ningin otro tipo de inversi6n le sera més sti LAS RECUPERABLES Este tipo de acciones han sido maltratadas, despreciadas y fre~ cuentemente no retmen ni las fuerzas para declararse en quiebra. 16. CAPITULO 7 No son actiones de crecimiento lento. Estas no crecen. No son iclicas que rebotan, Estas son fatalidades en potencia como es el caso de Chrysler. En un tiempo, Chrysler fue una ciclica que lego tan abajo que la gente pensé que ya no podrfa regresar. Una cf— clica mal dirigida es siempre una candidata a pasar por lo que pasé Chrysler y, hasta cierto punto, Ford. La quicbra de Penn Central fue uno de los acontecimientos més trauméticos que se recucrdan en Wall Street. Que esta compaiiia de tanta tradici6n y prestigio, que esta empresa tan sélida pudiera acabar en bancarrota era tan chocante € inesperado como que se desplomara el puente de George Washington. Una gencracién completa de inversores se encontr6 con su fe resquebrajada, Y, con todo, también en esta crisis hubo oportunidades. Penn Central se ha recuperado maravillosamente. Este tipo de acciones que dan la welta recuperan rapidamente el terreno perdido, como lo hicieron Ford, Chrysler, Penn Central, General Public Utilities y tantas otras. Lo mejor de invertir en ellas es que son las que menos deben sus subidas y bajadas al estado general del mercado. Yo gané mucho dinero para mis accionistas comprando acciones de Chrysler. Empecé comprando a 6 délares (antes de los fraccio~ namientos) a principios de 1982 y la vi quintuplicar su valor en menos de dos afios y multiplicario por quince al cabo de cinco. Hubo un determinado momento en el que el 5 por ciento de mi fondo estaba invertido en Chrysler. Aunque otras acciones que he pposefdo han subido més, ninguna tuvo el impacto de éste porque ninguna representaba un porcentaje tan elevado del fondo mientras subia. ;Y eso que ni siquicra compré en el momento més bajo! Los hubo més osados que yo, fandticos de Chrysler que compra— ron la accién a 1,50 d6lares y obtuvieron un 32-bagger, De cual— quier modo, Chrysler fue una ocurrencia feliz. También lo fue Lockheed, que se vendia por un délar en 1973, y atin después de que el gobierno Ia salvara de la quicbra se consegufa por 4 délares en 1977. En 1986 se vendia por 60. Lockheed fue una que me perdi. ‘Mis mayores ganancias, en d6lares absolutos, las obtengo de la resurrecci6n de las Chryslers y de las Penn Centrals, grandes com— ppaiias de las que puedo comprar las acciones necesarias para que tengan un impacto significativo en mi fondo. No resulta fécil compilar una lista de este tipo de acciones que CAPITULO 7 7 hhayan fracasado definitivamente, como no sea de memoria, porque su existencia desaparece de los libros de graficos, de las listas de la bolsa y de los libros de los brokers y nunca mas se oye hablar de ellas, Yo podria intentar hacer una lista de todas las acciones que nunca volvicron y que ojalé nunca hubiera comprado, pero sélo pensarlo me da dolor de cabeza. A pesar de eso, ef gran éxito ocasional de las que consiguen re~ cuperarse las convierte en un negocio emocionante y, por lo genc~ ral, muy lucrativo. Hay varias clases de acciones recuperables y yo las he tenido to- das en uno w otro momento. Esta el tipo de "paga la fianza porque si no..”" (como Chrysler © Lockheed), donde todo dependia de que el gobierno garantizara un préstamo. Esta el tipo de ‘quién lo hubiera dicho" (como Con Edison). ;Quién hubiera crefdo que se pudiera perder tanto dinero en un servicio piblico, mientras la ac~ ¢i6n caia de 10 délares a 3 en 1974? ;¥ quién hubiera crefdo que se podia ganar tanto, cuando la accién rebot6 de 3 délares a 52 en 1987? Las hay también del tipo de ‘ese pequefio problema que no pre~ vimos' (como las de Three Mile Island). Fue ésta una tragedia menor percibida como peor de lo que fue, y en las tragedias me~ nores hay oportunidades mayores. Yo gané un montén de dinero en General Public Utility, la propietaria de Three Mile Island. Cual- quiera Io hubiera podido hacer. S6lo habia que tener paciencia y estar al tanto de las noticias desapasionadamente. Después del derretimiento de la unidad nuclear en 1979 la situa~ ci6n acabé por estabilizarse. En 1985 GPU anuncié que iba a en- ender el reactor que habia sido apagado después de la crisis y que no habia sido afectado. Fue una buena noticia para la accién que s¢ supicra que una planta volvia a ponerse en funcionamiento, y fue una sefial atin més positiva el saber que otras empresas de servicios pblicos legaban a un acuerdo para repartirse os costes de limpicza y puesta a punto de la central nuclear. Transcurticron casi siete afios en los que, después de calmarse la situacién y pro- ducitse estas buenas noticias, se podia haber adquirido la accién. Su punto més bajo lo alcanzs en 1980, pero atin se podia haber com= prado por 15 dolares en 1985 para verla legar a los 38 en oetmbre de 1988. Yo intento mantenerme alejado de las tragedias en fas que el resultado es inconmesurable, como fue el caso del desastre de la 8, CAPITULO 7 de Union Carbide en India. Una terrible fuga de gas costé la vida a miles de personas, y la cantidad que iban a conseguir ‘sacar de Union Carbide los familiares de las victimas en concepto de dafios era una pregunta abierta. Yo invertf cn Jchns~Manville, pero vendf con una pequefia pérdida cuando comprendi que tam— poco habia forma de conocer ta magnitud de las deudas de la ‘empresa. Esté también la “compaiiia perfecta dentro de una compaiia en ‘quiebra", tal como Toys "R" Us. Una vez que a Toys"R"Us se la dej6 ir por su cuenta, lejos de Interstale Department Stores, la compaitia madre, el resultado fue un 57-bageer Hay también recuperables del tipo de "reestructurar para maxi mizar los valores del accionista’, como puede ser Penn Central Ultimamente parece que a la bolsa le van las reestructuraciones y ‘cualquier alto directivo que lo mencione es aplaudido por sus ac— ionistas. Reestructurar es la forma que tienen las empresas de deshacerse de subsidiarias poco rentables que nunca debieron ad— ‘quirir cn primer lugar. A la compra de estas pobres desgraciadas, también muy aplaudida, la habfan amado diversificacion. Yo la amo peorficacién. Tendré mAs cosas que decir sobre ta peorificacién més adelante, y fen general poco halagiefias. El nico aspecto positive es que algu~ nas de estas compafiias que se dipeorifican hasta ponerse horribles 5 que son candidatas a convertirse en recuperables. Goodyear es tuna de ellas. Se ha salido del negocio del petréleo, vendié algunos subsidiarias lentas y vuelve a dedicarse a lo que sabe hacer mejor: muedas. Merck, que se ha lavado las manos de Calgon y de otras distracciones menores, vuelve a los productos farmacéuticos. Tiene cuatro muevos medicamentos en fase de experimentacién clinica y dos que ya han obtenido la aprobacién de la FDA para su co- mercializacion, y las ganancias estén remontando. LAS QUE JUEGAN CON BAZA Juega con baza cualquier compaiiia que esté asentada sobre algo valioso y que es de su conocimiento, pero no del de los pro~ fesionales de la bolsa. Con tantos analistas y cazadores de cmpresas ‘olfateando el terreno parece imposible que haya bazas que no co- nnozean, pero las hay, créame. La baza puede ser algo tan sencillo como un montén de dinero CAPITULO 7 9 fen metilico, A veces son propiedades inmuebles. Ya he mencionado cel caso de Pebble Beach como un gran juego con baza. Esta es la raz6n: A finales de 1976 la accién se estaba vendiendo por 14,5 lo cual, con 1,7 millones de acciones en circulacién, significaba que la compafifa entera estaba valorada tan solo en 25 millones de ddlares. Menos de tres afios més tarde, en mayo de 1979, Twentieth Cen~ tury-Fox compré Pebble Beach por 72 millones de délares 0, lo que es lo mismo, por 42,5 la accién. Y lo que es més, al dia si- guiente de adquirir Pebble Beach, Twenticth Century vendié la cantera de grava -s6lo una de las muchas propicdades de la ‘compaiia— por 30 millones. En otras palabras, s6lo la cantera de grava valia mas de lo que los inversores pagaron por la compaifa entera en 1976. Esos inversores obtuvieron el terreno adyacente, las 1100 hectéreas en Del Monte Forest y, en la Peninsula de Monte rey, los Arboles de 300 afios, el hotel y los dos campos de golf absolutamente gratis. Pebble Beach era una accién poco conocida, pero Newhall Land and Farming cotizaba en la bolsa de Nueva York de una forma ‘muy visible mientras subia hasta multiplicar por veinte su valor. La ‘compaifa tenia dos propiedades significativas, The Cowell Ranch en la zona de la Bahia de San Francisco, y el mas grande y més va— lioso Newhall Ranch, a 30 millas al oeste del centro de Los Ange- les, El Newhall Ranch consta de una zona resideneial con parque de atracciones, un gran complejo industrial para oficinas y esta en ‘marcha wn gran centro comercial. Centos de miles de personas atraviesan con sus coches el New- hhall Ranch todos los dias en su camino al trabajo. Las asegurado- ras, los banqueros de hipotecas y los agentes de Ia propiedad mobiliaria que gestionaban los negocios de Newhall cicrtamente debian conocer el gran némero de valiosas propiedades de la em~ presa, asi como el aumento en California del precio de los bienes rafces. {Cuénta gente que vivia en casa propia en los alrededores del Newhall Ranch observ la escalada de los precios del terreno, afios antes que ningtin analista de la bolsa? {Cuantos de ellos de~ idicron estudiar una accién que ha sido un 20-bagger desde los aiios setenta y un fourbagger desde 1980? De haber vivido en Cali fornia yo no me la hubicra perdido, 0 al menos ¢so me gusta pensar. Una vez hice una visita a una pequeia empresa ganadera de Florida llamada Alico, cerca de La Belle, una poblacién al lado de 120 CAPITULO 7 los Everglades. Todo lo que vi alli fueron pinos en estado lamen— table y maleza, unas cuantas vacas paciendo por los aliededores y ‘unos veinte empleados de Alico intentando, sin conseguirlo, parecer ‘muy ocupados. No era nada interesante a no ser que se supiera que se podia haber comprado Alico por 20 délares la accién para venderla por 200 délares al cabo de diez afios. Un vejete listo Ua ‘mado Ben Hill Griffin Jr. no paraba de comprar accienes con la esperanza de que Wall Strect descubricra a Alico un dia. A estas horas debe haber hecho una fortuna. Muchas de las empresas de ferrocarriles que cotizan en bolsa, tales como Burlington Norther, Union Pacific y Santa Fe Southem Pacific son ricas en tierras desde el siglo pasado, cuardo el go bbicrno sobomé con medio pais a los magnates del ferrocarril. Estas compafias poseen todos los derechos sobre sus tertitorios, inclu~ yendo los del gas y el crudo, los madereros y los mincrales. Hay bazas en el metal y en el petrOleo, en los periédicos y en las estaciones de TV, en medicamentos patentados € incluso, a veces, en las pérdidas de una compafifa. Eso fue lo que ocurrié con Peon Central. Después de salir de la quiebra, Penn Central disirutaba, a cfectos fiscales, de la aplicacién de las pérdidas de un ejercicio a la renta de ejercicios posteriores, 1o que significa que cuando empe~ zara a ganar dinero no tendria que pagar impuestos. En esos aos el tipo de impuesto a sociedades era del 50 por ciento, de manera que Penn Central renacié con una ventaja del 50 por siento para empezar, Puede que Penn Central haya sido el prototipo de las compaifas ‘que juegan con baza. Lo tenia todo: exencién, en la prictica, del ago de impuestos, liquidez, extensas propiedades en Florida y otros, estados, carbon en West Virginia y derechos aéreos en Manhattan. Cualquicra que hubicra tenido algo que ver con Penn Central se podia haber imaginado que era una accién que valia la ena com— rar: multiplicé por ocko su valor. En estos momentos, yo no soltaria por nada mis acciones de Li~ berty Corp. una compaifa de seguros cuyas propiedades de TV valen més de que lo que yo pagué por la accin. Cuando se des~ ‘cubre que esas propiedades equivaldrian a 30 délares por accién, y se ha visto que la accién se estaba vendiendo por 30 délares, se puede sacar la caleuladora de bolsillo y restar 30 délares de 30 délares. El resultado es la cifra invertida en un buen negocio de seguros: cero. i a, CAPITULO 7 124 Ojala hubiera comprado yo més acciones de Telecommunications Ine, una compafia de television por cable cuya acci6n multiplied su precio inicial por 250: se pagaban 12 centavos en 1977 y 31 d6lares diez afios més tarde. No adquiri mas acciones en esta compafia, la més grande de television por cable en Estados Unidos, porque no supe apreciar el valor de las bazas. Las ganancias eran flojas y las deudas preocupantes, de manera que, desde el punto de vista con— vencional, cl cable cra un negocio poco atractivo. Pero las bazas (en la forma de suscriptores, en este caso) compensaban con creces todos los aspectos negativos. Todos quienes tuvieran un conoci— micnto especial del negocio del cable podian haberlo sabido, igual que lo tenia que haber sabido yo. ; Por desgracia nunca fue muy solida mi posicién en Ia industria del cable, a pesar de los ruegos de Morris Smith, de Fidelity, que periédicamente venfa a dar golpes en mi mesa para convencerme de que comprara més. Tenia toda la raz6n del mundo por la si guiente e importante causa: hace quince aios, cada suscriptor de la TV por cable tenia un valor de 200 délares para el comprador de una franquicia, hace diez aftos de 400 d6lares, hace cinco afios de 1.000 délares, ¥y en la actualidad ese valor es de 2.200 délares. La gente del ramo se mantiene al tanto de las cifras, de manera que Ja informacién 0 es secreta. Los millones de suscriptores de Tele~ ‘communications Inc. eran la gran baza. Yo pienso que me perdi todo esto porque la television por cable no lleg6 hasta 1986 a la zona en la que resido, y a mi casa hasta 1987, de manera que no pude hacer una apreciacién personal del valor de la industria, Aunque siempre hay quien pase Ia infor~ macién, no es lo mismo, porque hasta no habernos enirentado con la evidencia no se produce el impacto. ‘Si yo hubiera visto cémo Beth, mi hija pequeita, iba a adorar el canal de Disney, como Annie iba a esperar ansiosamente poder ver Nickelodeon, cémo Carolyn se iba a apuntar a las viejas peliculas de Bette Davis y yo a los deportes y a las noticias de la CNN, hubiera comprendido que el cable es casi tanto un servicio pablico como el agua o la electricidad. Es imposible decir bastante sobre el valor de la experiencia personal al analizar compaiias y tendencias. ‘Las bazas estén por todas partes. Se necesita conocer bien a las compafifas que las poscen, pero una vez hecho esto todo lo que hhace falta es paciencia. 12. CAPITULO 7 DE VOLAR ALTO A CABALGAR DESPACIO Las compafias no permanecen etzmamente en la misma categoria A lo largo de los afios he visto cientos de acciones corresponderse ‘con una descripci6n hoy y mafiana con otra. Las de répido creci- miento ticnen una vida cmocionanic y luego sc queman, como les pasa a los humanos. Incapaces de mantener un ritmo de creci~ miento de dos digitos para sicmpre, acaban ascntindose cémoda— ‘mente entre las sélidas y las lentas. Asf ha sucedido en la industria de las moquetas y en la de los plisticos, en la de las calculadoras y la de los diskets y las computadoras. Como regla general, las que ‘uelan alto en una década no se levantan del suelo en la siguiente. ‘Stop & Shop paso de ser una de lento crecimiento a una de rapido crecimiento, gran excepcién. ‘Compaiiias como Advanced Micro Devices y Texas Instruments, en su dfa campeonas entre las répidas, hoy son consideradas como ciclicas. Las cfclicas con serios problemas financieros se desmoronan y reaparecen en el grupo de las recuperables. Chrysler era una ciclica tradicional que casi acab6 en la quiebra, se comvirtié en una recuperable y luego volvi6 a ser una ciclica. LTV era una compaiia de acero considerada como ciclica y hoy es una recuperable, Las compaiiias de crecimiento répido que no saben ser prosperas se peorifican tontamente y pierden el favor del piblico, lo que las mete en el grupo de las recuperables. Una répida como Holiday nn inevitablemente acaba desacelerando, y la accién baja hasta que algin inversor inteligente comprende que tanta propiedad inmol aria cs una gran baza. Mire qué ha sucedido con Federated y con Alllied Stores: a causa de los muckos grandes almacenes que cons truyeron en zonas privilegiadas, y a causa de los muchos centros comerciales que poseen, han sido objeto de adquisiciones hostiles por sus bazas. McDonald’s es una répida clésica, pero a causa de los miles de locales que posee y que est4 recomprando de quienes Jos tenfan en franquicia, podrfa en el futuro jugar la gran baza de Ja propiedad inmobiliaria. Las compafias del tipo de Penn Central pueden pertenecer a dos categorfas simultaneamente, y Disney, a lo largo de su vida, ha pa- sado por todos las principales: hace afios tuvo Ia vitalidad de una de crecimiento répido, lo que le dié el tamaiio y la fuerza de una sOlida, y siguié un periodo en el que todas suis propiedades in~ CAPITULO 7 123 muebles, viejas peliculas y dibujos animados eran significatives. Luego, a mediados de los ochenta, cuando Disney tuvo una mala racha, la accién pas6 a la categoria de recuperable. Intemational Nickel (que se convirtié en Inco en 1976) fue pri~ mero una répida, luego una ciclica y finalmente una recuperable. Una de las compaiiias més antiguas en el indice Dow Jones, cons~ tituy6 uno de mis primeros Exitos como joven analista en Fidelity. En diciembre de 1970 recomendé vender Inco a 47 délares. Los datos no me infundian optimismo. Mis argumentos (el consumo de nfquel en baja, mayor capacidad entre los productores y altos costes de produccién en Inco) convencieron a Fidelity de vender su enorme cantidad de acciones, © incluso legamos a aceptar un pre~ cio més bajo con tal de encontrar un comprador para todo el pa~ quete. La accién se fue de lado en abril, cuando ain se vendfa por 44,5 délares. Me estaba empezando a preocupar de haber fallado en el andlisis. A mi alrededor habia dircctores de cartera que también compartian mi preocupacion, por decirlo suavemente. Finalmente la realidad se impuso y la accién cay6 a 25 délares en 1971, a 14 d6lates en 1978 y a 8 délares an 1982. Diecisiete aftos después de que el joven analista recomendara la venta de acciones de Inco, el ‘maduro director del fondo adquirié un gran paquete de ellas para Fidelity Magellan en la categoria de recuperables. HILAR UN POCO MAS FINO Si usted mismo no sabe clasificar sus acciones, consult a st broker. Si fue é1 quien le recomendé la accién en primer lugar, él es quien tiene que ayudarle a saber To que usted esté buscando. (Le interesan las de crecimiento lento, las répidas, proteccién con- tra la recesién, las recuperables, cl rebote de una ciclica 0 las ba~ mas? Basar una estrategia de inversion en méximas generales del tipo de "venda cuando doble su dinero’, 'venda al cabo de dos aiios’ 0 “limite sus pérdidas vendiendo cuando el precio haya cafdo un 10 por ciento’ es pura tonteria, Es sencillamente imposible encontrar tuna formula genérica que se pueda aplicar a todos los diferentes tipos de acciones. Hay que saber distinguir a las Procter & Gamble de las Bethlehem 124 CAPITULO 7 Steels, y-a las Digital Equipments de las Alicas. A no ser que se trate de una recuperable, no ticne sentido adquirir una empresa de servicios ptblicos y esperar que funcione tan bien como una Philip Morris. No tiene sentido manejar a una compafifa con cl potencial de Wal-Mart como si fuera una sélida y vender con una ganancia de 50 centavos cuando existe la posibilidad de que le de una ga~ nancia del 1000 por ciento. Por otra parte, si Ralston Purisa ya ha doblado sus utilidades y los datos fundamentales no parecen inte— resantes, no esté usted en sus cabales si se sigue aferrando a la accién con la misma esperanza. Si compra usted Bristol-Myers por un buen precio es razonable pensar que puede dejarla a un lado y no acordarse de elle durante veinte aiios, pero no seria prudente hacer o mismo con T2xas Air. Las compaiiias que se tambalean en industrias cfclicas no son las que nos permiten echamos a dormir a través de una recesisn. CClasificar las acciones por categorias es cl primer paso para des~ arrollar Ia historia. Asi al menos sabremos qué clase de historia va 1 ser. El paso siguiente es completar los datos que nos ayuden a prever c6mo va a resultar CAPITULO 8 La accién perfecta jQué hallazgo! Comprender la informacién sobre una compaiifa es mucho més facil cuando se entiende algo del negocio al que se dedica. Por esa razén yo prefiero invertir en medias panty que en satélites de co~ municaciones, y en cadenas de motcles que en fibras dpticas. Cvanto més sencillo, mas me gusta. Cuando alguien dice, “cualquier idiota podria dirigir este negocio’, para mf es un punto positive porque es probable que, mds tarde 0 més temprano, algin idiota acabe dirigiéndolo. Si hay que clegir entre comprar en una buena compaiia, con excelente direccién, en una industria compleja y altamente compe— (ctiva y en una compaifa gris, mediocremente dirigida, en una in— dustria. simple y sin competencia, yo escojo esta lima. Por una raz6n: es mas facil de controlar. Habiendo comido donuts y comprado ruedas toda mi vida, he desarrollado una sensibilidad hacia estos productos que nunca trendré por los rayos liser ni por los microprocesadores. Una caracteristica de la compafia perfecta es que puede ser di~ rigida por cualquier idiota, es la clase de accién con la que yo 126 CAPITULO 8 suefio. La compaifa perfecta no se encuentra nunca, pero, si usted es capaz de imaginarsela, sabré reconocer los atributos.favorables, de los cuales los trece més importantes son los siguientes: 1. SUENA ABURRIDO 0, MEJOR AUN, RIDICULO La accién perfecta perteneceria a la compaifa perfecta, y la compafia perfecta estaria dedicada a un negocio de lo més simple, este negocio tan simple tendria un nombre perfectamente aburri— do. Cuanto més aburrido, mejor. Automatic Data Processing es un buen principio. Pero Automatic Data Processing no es tan aburrido como Bob Evans Farms. Qué podria ser més gris que una accién llamada Bob Evans? Da sueiio de s6lo pensarlo, lo cual es una de las ra~ zones por las que ha tenido tan buenas perspectivas. Pero ni si~ quiera Bob Evans Farms ganaria el concurso del mejor nombre para una accién, ni Shoney's, ni Crown, Cork and Seal. Ninguno de esos tiene nada que hacer contra Pep Boys~Manny, Moe and Jack. Pep Boys-Manny, Moe and Jack es el nombre més prometedor que yo haya ofdo jams. Es mejor que aburrido, es ridfculo. ;Quién quiere meter dinero cn una compaifa que suena como la Tres Comparsas? {Qué analista 0 gestor de una cartera de valores en sus cabales recomendarfa una accién llamada Pep Boys~Manny, Moe and Jack, a no ser que ya se hubieran enterado de lo rentable que es? Y para entonees ya costarta diez veces mis. Soltar en un cocktail que hemos invertido en Pep Boys no nos servird para obtener la atencién de nadie, pero susurre usted "GeneSplice Intemational’ y todo son ofdos. Mientras tanto, Gene~ Splice Intemational no va a ninguna parte que no sea hacia abajo y los Pep Boys-Manny, Moe and Jack siguen subicndo. Si usted descubre una oportunidad lo bastante pronto seguramente obtendré un descuento a causa del nombre, razén por la cual yo siempre ando detrds de los Pep Boys, Bob Evans o de la ocasional Consolidated Rock. Mala suerte que esa maravillosa compaiiia haya cambiado su nombre por Conrock primero, y por el conocido Cal— mat después, Mientras se llamaba Consolidated Rock nadie le hacta caso. CAPITULO 2. HACE ALGO ABURRIDO Yo me excito atin més cuando una compaifa, ademés de tener un nombre aburrido, hace algo aburrido. Crown, Cork and Seal pro~ duce latas y tapones de botellas. {Qué puede ser menos interesante que eso? Nadie veri una entrevista del gerente de Crown, Cork and Seal en la revista Time al lado de otra entrevista de Lee Tacocea, pero eso ¢s otro punto a su favor. No tiene nada de aburtido lo que les pasa a las acciones de Crow, Cork and Seal Ya he mencionado a Seven Oaks International, la compaiiia que pprocesa los cupones de descuento que entregamos en la caja al hacer la compra. He aqu{ otra historia que le haré dormir, mientras la acci6n sube sigilosamente de 4 a 33 délares. Seven Oaks Inter national y Crown, Cork and Seal hacen que IBM parezea una re vista de Las Vegas. ;Y qué hay de Agency Rent-a-Car? Esa es la atractiva empresa que proporciona el coche que la compaifa de seguros le presta a usted mientras el suyo esta en el taller. Agency Rent-a-Car cmpez6 a cotizar a 4 délares la accién y la bolsa apenas se onteré. ;Qué magnate que se precie puede sentir interés por lo que conduce la gente cuando sus coches estén: averiados? Las perspectivas de un anestésico no hubieran sido peotes, pero la ‘ihtima vez que le eché un vistazo la accién iba por los 16 délares. ‘Una compaiia que hace cosas aburridas es casi tan buena como tuna con nombre aburrido, y si retine las dos cosas ¢s maravilloso. Eso mantendré alejados a los profesionales de la bolsa hasta que las buenas noticias les obliguen a comprar, clevando atin més el precio. Una compaiifa que con grandes beneficios y un buen estado de cuentas hace cosas aburridas le esté dando a usted Ia oportuni~ dad de comprar con descuento. Més tarde, cuando esté de moda y sobrevalorads, podré vender sus acciones a los que quieren estar a Ja cima, 3. HACE ALGO DESAGRADABLE Mejor que sélo aburtida es que ademés sea desagradable. Algo que haga que la gente se encoja de hombros, ponga mala cara y welva ld cabeza en sefial de asco es ideal. Tomemos a Safety Kleen como ejemplo. Para empezar, es un nombre que promete: ‘ualquier compaiifa que pone una K donde deberia ir una C me~ rece ser investigada. El hecho de que Safety-Kleen estuviera en su 2s. CAPITULO 8 ddfa emparentada con Chicago Rawhide también es favorable. Safety-Kleen se recorre todas las estaciones de servicio para proveerlas de una maquina que friega las partes grasientas de los coches. La miquina les ahorra a los mecénicos el tener que res— tregar las piezas en un cubo de gasolina, raz6n por la cual estén encantados de pagar por el servicio. Periédicamente los empleados de Safety-Kleon se dan una vuelta por el taller, retiran el aceite de Ja maquina y se evan los residuos de vuelta a la refineria para ser reciclados. Es una historia que se repite y se repite y usted nunca verd que hagan una miniserie sobre ella para la televisin. Safety-Kleen no se ha echado a dormir sobre las partes gra~ sientas de los coches. Se ha ido diversificando y ahora también re- coge los despojos de aceite de los restaurantes y otras cosas prin— gosas por el estilo. {Qué analista quertia escribir sobre ésto y qué gestor de carteras querria tener una empresa asf en su lista de ‘compra? No hay muchos, y eso es precisamente lo bueno de Safe— ty-Kicen. Al igual que Automatic Data Processing, esta compafita ha disfrutado de un aumento constante de las ganancias. Los be~ neficios han subido cada trimestre, Jo mismo que la acci6n. GY qué me dice de Envirodyne? Esta me fue aconsejada hace ‘unos cuantos aiios por Thomas Sweeny, por aquella época analista de productos forestales de Fidelity y hoy director de Fidelity Capi tal Appreciation Fund. Envirodyne aprueba el test de los nombres singulares. Suena como algo que se pudiera desprender de la capa de ozono, cuando en realidad tiene que ver con el almuerzo. Una de sus subsidiarias, Clear Shield, fabrica tenedores y pajitas de plistico, el perfecto negocio que cualquier idiota podria dirigir, pero ‘que on realidad cuenta con una administracion de primera clase cuyos miembros se juegan mucho en la compaiifa Envirodyne es el niimero dos de las cuberterias de plistico y el tres de las pajitas, y el contar con los costes de produccién mis bajos Ie da una gran ventaja dentro del sector. En 1985 Envirodyne comenz6 negociaciones para comprar Viskose, comercializadora lider de derivados intestinales, particularmente de tripas para embutides. Union Carbide les cedié Viskose por un precio de saldo. Luego, en 1986, compraron Filmco, la productora Ider de PVC, esa fina pelicula de pléstico que sirve para envolver los restos de los alimentos. Tenedores de pléstico, envolturas para salchichas, plésticos para envolver pronto acabarén haciéndose cargo de todo el picnic familiar. caprruto 8. 129 Debido en gran parte a estas adquisiciones, los beneficios subie~ ron de 34 centavos por accin en 1985 a 2 délares en 1987, y te~ nian que haber alcanzado la cifra tope de 2,50 délares en 1988. La compaifa ha utiliado su gran liquidez para saldar las deudas ad ‘quiridas con las compras. Yo pagué la accién a 3 délares cn sep~ ticmbre de 1985. En 1988 se vendia por 36,87 délares. 4, LA COMPANIA ES UN VASTAGO Los véstagos 0 partes de compaiias que se separan y convierten en entidades independientes, tal como Safety-Kleen de Chicago Rawhide, 0 Toys 'R" Us de Interstate Department Stores, con fre— cuencia resultan ser inversiones altamente lucrativas. Dart & Kraft, que se fusionaron ajios atrés, volvicron a separarse con el tiempo para que Kraft pudiera dedicarse de nuevo exclusivamente a los productos alimenticios. Dart (propietaria de Tupperware) cambi6 su a por el de Premark International y ha constituido una gran wersién por sf sola. Lo mismo que Kraft, que fue comprada por Philip Moms en 2588 ' : easel A grandes compaiias no les gusta engendrar vastagos que uedan meterse en lis, por la publicidad negaiva que eso tendra Para la compaiia madre. Por tanto, los vastagos suclen disfrutar de Jun buen estado de cuentas y estar bien preparados para salir ade~ ante como entidades independientes. Y una vez se les concede la Independencia, la nueva dire ‘con las manos libres, puede re~ ‘ortar gastos o tomar medidas creativas que mejoren la rentabilidad ‘A medio y a largo plazo. A continuaci6n tenemos una lista de vastagos recientes a los que 7 ido bien, y de algunos pocos a los que les ha ido menos LOS DE FUERTE RENDIMIENTO Primera tube Visngo —Coficion Baja tn ae lyne Argonaut! $1800 $15.00 $52.12 $43,25 A. Ecol. $400 $275 $50,25 $12.75 uum ApGreen $1100 S11,00 $2600 $26,75 Gotaas $600 $260 $36.25 $47.75 C. MawoInd $200 $150 $1875 $11.40 CAPITULO 8 BI 130 CAPITULO 8 Kraft remark $19,00 $1750 $36.25 $29.85 Tandy —_Intertan $10,00 $1000 $31.25 $35,25 Singer SSMC. $1300 $1150 $3140 $23,00 Natomas Am. Pres. $1600 $13.85 $5100 $32.40 Interlake Acme Sol $$ 800 $ 7,60 $24,50 $2350 Transam. Delaval $800 $675 $2500 $1850 Transunion Shiphold $2000 «$240 $2000 817,00 GenMills K. Parker $1600 $13.85 $5150 =~ Borg Wa. York Int. $1400 $1350 $58,795 $51,65 LOS DE DEBIL RENDIMIENTO Primera Octubre Madre Véstago ——_cotizaci6n Baja Ata 1988, Penn Cen Sprague $1500 S715. $200 $1215 John Bir Ad Sy $600 $400 $12.75 $3,90 Datapoint —Intelogic? $300 $250 $1815 83,75 Coca Cola Cola Ent, $15.50 $10,50$21,25 $1450 tanto Argonaut como American Ecology son escisiones de Telsdyne, que 8 su ver = unt de las aciones més grandes de todos los tiempos 2Adquitida por Tonka en cetubse de 1982 por 49,0 dares la acci6n compata con problemas durante Ia escisién Los prospectos que reciben los accionistas explicando las escisio~ acs son generalmente proporados a toda prise, son aburridos.y subestiman los hechos, lo cual les hace atin mejores que los infor ‘mes anuales. Las compaiiias vastagos son frecuentemente malenten— didas y reciben poca atencién de la bolsa. Los inversores suele recibir acciones de la recién creada compaiia como si fuera w gratificacion 0 dividendo por ser accionistas de la vompaiia madi y las instituciones, especialmente, tienden a descartar estas accion ‘como si fueran calderilla 0 dinero encontrado. Buenos presagios todos para las mucvas acciones. ; Esta es un érea muy fértil para el inversor amateur, especialm fen esta época tan dada a las fusiones y adquisiciones. Las compa: fifas que son el objetivo de absorciones hostiles frecuentemente defienden vendiendo 0 escindiéndose de algunas divisiones que esa manera empiezan a cotizar en bolsa por si mismas. Es corriente también que, como forma de adquirir liquidez, al ‘gumas partes de una compaiiia que ha sido absortida sean puest 4 la venta, y entonces ellas también se convierten en entidades se~ paradas en las cuales es posible invertir. Si oye usted algo sobre una escision o si Ie envian algunas fracciones de acciones de alguna ‘compaiia recién creada, comience a investigar inmediatamente sobre Ja convenicncia de comprar més. Un mes 0 dos después de haberse Ievado a cabo la cscisién hay que informarse sobre si hay mucha compra interna por parte de los empleados y ejercutives. Esto confirmaré que ellos creen igualmente en el futuro de la compaiia. Los vastagos més rentables de todos fueron las compaiias "Baby Bell’, creadas tras la desintegracion de ATT: Ameritech, Bell At~ lantic, Bell South, Nynex, Pacific Telesis, Southwestern Bell y US West. Mientras ATT tenia un rendimiento que no levantaba entu- siasmos, la ganancia media proveniente de las acciones de las siete nuevas compaiias fue del 114 por ciento entre noviembre de 1983 y octubre de 1988. Si a esto se suman los dividendos, la ganancia total se acerca més al 170 por ciento. Esta rentabilidad es el doble de la rentabilidad de la bolsa y superior también a la de todos los fondos mutuos conocidos, incluido el que dirige el abajo firmante. Una vez liberadas, las sicte compaiias regionales fueron capaces de incrementar los ingresos, recortar gastos y disfrutar de mayores beneficios. Obtuvicron todo el negocio telefonico local y regional, las p§ginas amarillas y 50 centavos por cada délar de lamadas de larga distancia generados por ATT. Como ya habjan pasado por un periodo de grandes inversiones para modernizar el equipo, no les hizo falta diluir el capital de 10s accionistas vendiendo acciones ex tras. Y siendo la naturaleza humana como es, las siete Baby Bells ‘entablaron una saludable competencia entre ellas mismas y también centre ellas y Ma Bell, la orgullosa compaiia madre. Ma, micntras tanto, estaba perdiendo la supremacia en su altamente lucrative negocio de leasing de equipos, enfrenténdose a nuevos competidores tales como Sprint y MCI y soportando grandes pérdidas en el ‘campo de los ordenadores. Los inversores que habian tenido acciones de la vieja ATT tu- vieron dieciocho meses pata decidir qué hacer. Podfan vender ATT y olvidarse de todo el embrollo, podian seguir con ATT més las fcciones y fracciones de acciones que estaban recibiendo de las ‘nuevas compaiiias, 0 podian vender ATT y quedarse con las Baby Bells. Los que hicieron sus deberes seguramente vendieron ATT, se quedaron con las Bells y compraron todas las acciones més que se pudieron permit 132 CAPITULO § Toneladas de material fueron enviados a los casi tres millones de accionistas de ATT explicando los planes de las Baby Bells. Las ‘nuevas compafifas expusicron con exactitud lo que iban a hacer Un millén’de empleados de ATT e incontables proveedores pudie— ron ver lo que pasaba. Evidentemente, Ia ventaja del conocimiento del inversor amateur no estaba restringida aqui a unos pocos priv legiados. Cualquiera que tuviera un teléfono sabia que se avecina— ‘ban grandes cambios. Yo participé en la operacién pero sélo mo- destamente nunca hubiera sofado que compaiiias conservadoras como éstas pudieran subir tanto tan répidamente. 5. LAS INSTITUCIONES NO LA COMPRAN Y A LOS ANALISTAS NO LES INTERESA Si usted encuentra una accién sin ningin propictario institucional, ha encontrado usted una posible ganadora. Encuentre una compat que ninggin analista haya visitado nunca o que singin analista ad— rita conocer y tiene una ganadora por partida doble. Cuando @ mi en una compaiifa me dicen que el éltimo analista les visit6 hace més de tes afios, a duras penas puedo contener mi entusiasmo. Sucede frecuentemente con los bancos, eajas de ahorros y compa~ fifas de seguros, ya que hay miles de ellos y Ia bolsa s6lo se ocupa do entre cincuenta y cien. TIgualmente me entusiasman las acciones que en su dia disfrutaron de gran popularidad y que fueron abandonadas por los profesiona— les casos de Chrysler y Exxon, justo antes de que empezaran a remontar. Datos sobre la propiedad institucional se pueden encontrar en las siguientes publicaciones: Vicker’s Institutional Holding Guide, Nelson's Directory of Investment Research, y en los Spectrum Surveys, una ublicacion de CDA Investment Technologies. Aunque estas publi- ‘eaciones no son siempre féciles de encontrar, se puede obtener una informacién similar en el Value Line Invesiment Survey y en las hhojas de acciones de S&P. Los agentes de bolsa suelen propor— cionar ambos. 6. LOS RUMORES ABUNDAN: LA EMPRESA ESTA RELACIONADA CON VERTIDOS TOXICOS ¥/0 LA MAFIA Es dificil pensar en una industria més perfecta que la que se ‘ocupa de los desperdicios. Si hay algo que molesta a la gente més CAPITULO 133 que los intestinos de animales, que la grasa y que el aceite sucio, son las cloacas y los vertedcros de residuos téxicos. Esa es la razon por la cual me alegré muchisimo el dia en que los ejecutivos de los residuos s6lidos se dejaron caer por mi oficina. Habian venido a la ciudad para una convenciéa sobre residuos sélidos que incluia ca~ binas y diapositivas (imaginese lo atractivo que debié ser). El caso €s que en lugar de las camisas azules habituales con botones que veo todos los dias, ellos levaban unas camisas polo con la in~ seripcién "Desperdicio s6lido'. ;Quién se iba a poner camisas asf como no fuera el equipo de bolos de la propia empresa? Esta es la clase de cjercutivos con la que uno sueiia. Como posiblemente ya sepa usted, si es que tuvo Ia fortuna de ‘comprar sus acciones, Waste Managemant Inc. ha multiplicado por cicn el precio de salida. Waste Management ofrece aiin mejores perspectivas que Safety~ Kleen porque cuenta con dos imponderables: los desperdicios t6xi— cos y la mafia. Quicnes creen que la Mafia dirige todos los res— taurantes italianos, puestos de periddicos, tintorerias, zonas para construccién y todas las prensas de aceitunas, probablemente tam~ bigm piensan que la Mafia controla el negocio de la basura. Esta fantéstica suposicién significé una gran ventaja para los primeros compradores de acciones de Waste Managemant que, como ¢s usual, estaban infravaloradas en relaci6n a la oportunidad que re~ presentaban. Quizés los rumores sobre la Mafia en el negocio de los desper~ ddicios mantuvo apartados a los mismos inversores que se preocu- aban por la implicacién de la Mafia en el negocio de los hoteles y casinos. ;Recuerda las odiadas acciones de casinos que ahora estén en la lista de compras de todo el mundo? Los inversores. respeta— bles no debian tocarlas porque supuestamente los casinos eran 1o— dos de la Mafia. Cuando se desbordaron los ingresos se desborda— ron las ganancias y la Mafia se desvanecié. Cuando Holiday Inn y Hilton se metieron en el negocio convirtieron en respetable la po— sesién de acciones de casinos 7. HAY ALGO DEPRIMENTE ACERCA DE LA COMPANIA En esta categoria, mi favorita de todos los tiempos es Service Corporation International (SCI), que también tiene un nombre 34 CAPITULO 8 aburrido. La elecci6n se la debo @ George Vanderheiden, en un tiempo analista de electrénica de Fidelity que ha hecho un gran trabajo ditigiendo Fidelity Destiny Fund. Ahora tien, si hay algo que a la bolsa le gustaria ignorar, aparte de los desperdicios t6xicos, es la mortalidad. Y SCI hace entierros. Durante aiios, esta empresa con base en Houston se ha dedicada a ir compraado las casas de pompas finebres locales, lo mismo que hizo Gantett con los periddicos de las pequeiias poblaciones. SCT se ha comvertido en una especie de McEntierro. Ha elegi casas activas, que cnticrran a doce o més a la semana, ignorando a las més pequefias de uno 0 dos entierros. Scgin cl ltimo cémputo, la compaiifa era propietaria de 461 casas funerarias, 121 cementerios, 76 floristerias, 21 centros manu— factureros funerarios y 3 centros de distribucion de atatdes, de ‘modo que estén verticalmente integrados. Estrenaron su gran época euando enterraron a Howard Hughes. También fueron los pioneros de la péliza pre~necesidad, que se hizo muy popular. Le da a uno la posibilidad de pagar por cl propio entierro, servicio funerario y atatid mientras podemos coste~ arlo personalmente, de manera que nuestras familias no tengan que hacerlo por nosotros. Aunque los precios se hayan triplicado para cuando Io necesitemos, nos enterrarén por el precio antiguo en el atatid elegido con cl servicio clegido. Para la familia del difunto este es um gran trato y para la compaaia mejor aun. SCI obtiene inmediatamente el dinero por sus ventas pre—necesi dad y el dinero se amontons. Si venden al aio 50 millones de d6~ lares en pilizas de éstas, para cuando tengan todos los funerales la cantidad habré ascendido a miles de millones. Ultimamente se han superado a sf mismos vendiendo esta clase de pélizas a otras com= ppaifas funcrarias. Durante los. ciltimos cuatro afios las ventas de fanerales preestablecidos han aumentado un 40 por ciento. De cuando en cuando una historia afortunada recibe ain la guinda de una carta inesperada. En el caso de SCI esto sucedié cuando la compaiia llegé a un acuerdo con otra (American Gene~ ral) que estaba interesada en la compra de los solares que SCI ‘cupaba en Houston. A cambio de ellos, American General, que posefa el 20 por ciento de las acciones de SCI, las cedi6 todas, No s6lo recuperé SCI la quinta parte de sus acciones sin tener que pagar por elas, sino que también se le permitié seguir operando en las mismas instalaciones durante dos afos, hasta que pudiera en CAPITULO 8. 135 contrat un nuevo local en Houston, Lo mejor de esta compaiiia es que fue despreciada por casi todos los inversores profesionales durante aos. A pesar de su récord in crefble, los ejecutivos de SCI tenian que implorar a la gente para que les escucharan. Eso significa que Jos amateurs enterados podian comprar acciones de una ganadora segura con un récord de creci~ miento de ganancias y a precios mucho més bajos de los que hu~ bbieran pagado por acciones de moda en una industria popular. Aqui estaba la oportunidad perfecta, se vefa que todo funcionaba, Jas ganancias seguian en aumento y el crecimiento era rapido y casi sin cndcudamiento, y la bolsa miné hacia otro lado. Sélo en 1986 empezaron las instituciones el seguimiento de SCI en gran escala, hasta Megar a adquirir més del 50 por ciento de las, acciones, y més analistas cmpezaron a ocuparse de la compaifa. La accion era un 20-bagger antes de conseguir Ia atencion de la bolsa, pero desde entonces su rendimiento ha estado por debajo de la media del mercado, Aparte de Ia carga que representan las insti— tuciones propietarias y del amplio seguimiento de los brokers, la ‘compaiifa ha sufrido én los titimos aiios el haberse introducido en el negocio de os ataides mediante dos adquisiciones que no han ‘contribufdo a las ganancias. El precio de compra de las casas de pompas finebres de calidad y de los cementerios ha aumentado enormemente y, en cambi to de la venta de seguros pre-necesidad ha estado por debajo de lo esperado. 8, ES UNA INDUSTRIA DE CRECIMIENTO CERO Mucha gente prefiere invertir en un sector de alto crecimiento en ¢l que haya mucho ruido y mucho movimiento, Yo no. Yo preficro invertir en una industria de bajo crecimiento como Ia de las cu- berterfas de plistico, pero s6lo si no puedo encontrar un sector de crecimiento cero como el funerario, Alli es donde se desarrollan las més grandes ganadoras. No hay nada emocionante en una industria de alto crecimiento, como no. sea ver c6mo bajan las acciones. Las moquetas en los aiios 50, la electrénica en los 60 y las computadoras en los 80 fucron todas emocionantes industrias de alto crecimiento, entre las ‘que muchas grandes y pequefias compatias no pudieron prosperar durante mucho tiempo. La razén es que por cada producto de una industria de moda que sale al mercado hay mil graduados del 136 CAPITULO 8 Massachussetts Institute of Technology (MIT) tratando de descubrir cémo producirlo en Taiwan a menor costo. Tan pronto como una compaiiia de computadoras diseia el mejor procesador de textos del mundo, otras diez competidoras estén gastando 100 millones de dolares para disefiar una atin mejor que estard en el mercado a los ‘ocho meses. Esto no sucede con tapones para botellas, servicio de recortes de cupones, reciclado de aceite 0 cadenas de moteles. ‘SCI result6 beneficiada por el hecho de pertenecer a una indus~ tria, la funeraria, en la que el crecimiento es casi nulo. El creci- miento de esta industria en los Estados Unidos es del uno por ciento anual, demasiado lento para los buscadores de emociones que cligen las computadoras. Pero ¢s un negocio con futuro y con una clientela tan segura como el que més. En una industria que no crece, especialmente una que aburre y diggusta a la gente, no hay problemas con la competencia. No hay que protegerse las espaldas de potenciales rivales porque a nadie le interesa. Se puede crecer a sotavento, ganando mercado, como hizo ‘SCT con los entierros. SCI pose ya el 5 por ciento de las casas de pompas finebres del pais y no hay nada que se interponga en su camino a seguir aumentando ese porcentaje. Los estudiantes a punto de graduarse por la Wharton School of Finance no van a hhacerle la competencia a SCI, y usted no puede decirle a sus ami ‘g08 de la compaiifa bancaria de inversiones que ha decidido espe- cializarse en recoger el aceite sucio de las gasolineras. 9. LA COMPANIA TIENE SU HUECO Yo preferiria poser una cantera que la Twentieth Century Fox, Porque una compafifa de cine compite con otras compaiiias de cine Y una cantera tiene su hueco. Twentieth Century Fox comprendia ‘eso cuando compro Pebble Beach y la cantera. Ciertamente, ser propietario de una cantera es més seguro que poseer un negocio de joyeria, Si uno esté en el negocio de las joyas tiene que competir con otras joyerias de la misma ciudad, de todo el estado ¢ incluso del extranjero, puesto que los que viajan pueden comprar joyas fuera y traerlas @ casa. Pero si usted posee la tnica cantera de la ciudad posee un virtual monopolio, més la proteccién que da la impopularidad de las canteras. Los del ramo llaman a éste el negocio agregado, pero ni siquiera este nombre puede hacer cambiar el hecho de que las piedras, la CAPITULO 8 137 arena y la grava no valen pricticamente nada. Esa es la paradoja: mezcladas, esas tres cosas se venden a 3 délares la tonclada. Por el precio de un vaso de zumo de naranja se puede comprar media tonelada de agregado, el cual, si se tiene un camién, se puede le- var a casa y descargar en el jardin. Lo que convierte a una cantera en algo valioso es que nadie puede competir con ella. E] duefio de Ia cantera més proxima no va a traer las piedgas desde su pueblo porque sélo el transporte le comeria todas las ganancias. No importa lo buenas que sean las piedras de Chicago, esas piedras no invadiréa nunca su territorio de Broklyn 0 Detroit. Debido al peso de las piedras el negocio es una franquicia on exclusiva. No tiene necesidad de pagar a una docena de abogados para que lo protejan. Es imposible cxagerar el valor de tas franquicias exclusivas para luna compaiia 0 sus accionistas. INCO es la mayor productora de niquel del mundo en este momento y lo seguiré siendo dentro de cincuenta aos. Estando una vez al borde de la mina de cobre Bingham Pit, en Utah, se me ocurri6, mientras observaba la im~ presionante caverna, que no hay nadie en Japén ni en Korea que pueda inventarse otra Bingham Pit. ‘Una vez que se tiene una franguicia en exclusiva se pueden subir los precios. En el caso de las canteras se pueden elevar hasta justo por debajo del punto en el que el propietario de la proxima can— tera pueda empezar a pensar en hacernos la competencia. El decide sus precios por el mismo sistema. Como coloféa, se obtienen exenciones de impuestos por la de~ preciacion de la maquinaria y una subvencién por el agotamiento de Jos minerales, lo mismo que Exon y Atlantic Richfield obtienen Por sus propios depésitos de gas y petroleo. No me puedo imaginar a nadie yéndose a la quicbra con una cantera. Por lo tanto, si n0 puede comprarse una para usted solito, la segunda mejor cosa es comprar acciones de compaifas como Vulcan Materials, Calmat, Boston Sand & Gravel, Dravo y Florida Rock. Cuando grandes com— ppaiifas como Martin—Marietta, General Dynamics 0 Ashland venden algunas partes de sus negocios, sicmpre se quedan con las canteras. Yo siempre busco los huecos. La compaiia perfecta tendria que tener uno, Warren Buffett comenz6 por adquirir una fabrica text en New Bedford, Massachusetts, pero pronto comprendié que no ‘era un negocio con hueco. Le fue mal con los textiles pero hizo millones para sus accionistas invirtiendo en huecos. Fue uno de los 138 CAPITULO 8 primeros en ver el valor de los periédicos y estaciones de TV que dominaban los principales mercados, empezando por el Washington Post. Siguiendo con la misma linea de pensamiento yo compré todas las accioncs que pude de Affiliated Publications, que es la propi taria del Bosion Globe. Puesto que el Globe tiene ‘el 90 por cient de los ingresos de Ia publicidad impresa de“Boston, :c6mo puede irle mal? EI Globe tiene un hueco, y el Times Mirror Company tiene va~ ios, incluyendo Los Angelas Times, Newsday, el Hartford Courant y el Baltimore Sun. Gannett posee 90 periddicos diarios y la mayoria son los tinicos importantes del lugar. Los inversores que descubrie— ron las ventajas de los periédicos exclusivos y las franquicias de la TV por cable a comienzos de los afios setenta fueron premiados con una serie de fenbaggers a medida que las acciones de los me~ dios de communicaciéa se iban popularizando en la bolsa. Cualquier reportero, publicista o redactor jefe que trabajara en el Washington Post podria haber visto los ingresos y las ganancias y ‘omprendido el valor del hueco. Una empresa periodistica es un gran negocio por diversas razones. Las compaiias quimicas y farmactuticas tienen sus huecos: pro— ductos que a nadie mas se le permite hacer. Le lew aios a ‘SmithKline conseguir la patente para Tagamet, Una vez que una patente e: otorgada, todas las compaiiias rivales con sus miles de millones de d6lares invertidos en investigacién no pueden invadir el territorio. Tienen que inventar un medicamento diferente, probar que es diferente y finalmente pasar por tres afios de prucbas cas antes de qué se les permita venderlo. Ticnen que probar que ‘no mata ratas, y la mayor parte de los medicamentos, al parecer, sf matan ralas. (© quizis sea que las ratas ya no son tan saludables como acos— tumbraban. A proposito, ahora recuerdo que una vez gane dinero con una accién de ratas ~Charles River Breeding Labs. He abi un negocio que espanta a la gent. Las compaiias quimicas tienen sus huecos en los pesticidas y herbicidas. No es en absoluto més facil conseguir que sea aprobado lun venend que un medicamento. Una vez se ha conseguido la pa~ tente y el visto bueno para un herbicida o pesticida, es como po~ seer una méquina de hacer dinero. Monsanto tiene varias hoy. Nombres de marcas como Robitussin o Tylenol, Coca Cola o Malboro son tan buenas como un hucco. Cuesta una fortuna con CAPITULO 8 139 seguir que una bebida o un medicamento para la tos obtengan la confianza del piiblico. Es un proceso de aios. 10, LA GENTE TIENE QUE SEGUIR COMPRANDOLO Yo invertirfa antes en una empresa farmacéutica, de bebidas no alcohélicas, de hojas de afeitar o cigarrllos, que en una de jugue tes. En la industria del juguete alguien puede fabricar un muiteco maravilloso que todo nifio desca tener, pero cada nifio consigue s6lo uno. Ocho meses mas tarde ese producto es retirado de las estanterfas para dejar sitio a otro muiteco, de otra marca, que to~ dos los nifios han de tener. @Por qué correr riesgos cuando hay negocios mas estables a auestro alrededor? I, ES UN CONSUMIDOR DE TECNOLOGIA En lugar de invertir en compaiias de computadoras que luchan por sobrevivir en una interminable guerra de precios, gpor qué no invertir en una compaitia que se beneficia de la guerra de precios, como Automatic Data Processing? A medida que las computadoras se abaratan, Automatic Data pucde trabajar con costes mas bajos y mayor rentabilidad. O, en lugar de invertir en una compaiifa que fabrica scanners autométicos, gpor qué no invertir en los super ‘mereados que instalan esos scanners? Si un scanner ayuda al su~ permercado a ahorrar un simple tres por ciento, eso s6lo puede hacer que la empresa doble sus ganancias. 12, LOS EMPLEADOS SON COMPRADORES No hay mejor indicio del posible éxito de una accién que el he~ cho de que la gente que trabaja en la compaiiia esté invirtiendo en ella su dinero. En general, la gente de empresa es vendedora neta y normalmente venden 2,3 acciones por cada una que compran. Después de la caida de 1000 puntos entre agosto y octubre de 1987, era reconfortante ver que se compraban cuatro aeciones por cada una que se vendfa entre [a gente de empresa, Al menos ellos no habjan perdido la fe. ‘Cuando los empleados compran como locos uno puede tener la seguridad de que, como minimo, la empresa no se declararé en 140 CAPITULO 8 quicbra durante los siguientes seis meses. Yo aseguraria que no se than dado ni tres casos, en la historia de la bolsa, de compaiias que fueran a la quiebra mientras los trabajadores estaban com= prando. A largo plazo hay otro beneficio importante. Cuando la diteccién posee acciones, recompensar a los accionistas es una prioridad, ‘mientras que cuando los directores son simples asalariados es cl aumento de salarios Jo que se convierte en una prioridad. Puesto que las compaiiias mas grandes ticnden a pagar mas a sts ejecuti~ vos, existe una tendencia natural por parte de esos asalariados a ampliar el negocio a cualquier precio, a veces en detrimento de los ‘accionistas. Esto ocurre con menos frecuencia cuando la gerencia tiene muchas acciones. ‘A pesar de ser un bonito gesto por parte de los ejecutivos o del presidente de la empresa, con un sueldo de un millon de dolares, Ta compra de varios miles de acciones, es més significativw que sean los empleados de los niveles mas bajos los que inviertan. Si usted ve a alguien con un sueldo de 45.000 dolares invertir 10.000 en acciones, puede considerarlo como un muy significatiw voto de confianza. Por esa raz6n prefiero ver a siete vicepresidentes com- prando 1,000 cada uno, que al presidente comprando 5.000. Si el precio de la accién cae después de haberla comprado los de dentro, tanto mejor para usted que ahora puede adquirirla més barata El seguimiento de lo que compran los empleados no ¢s dificil de hacer. Cada vez que un gerente o director vende 0 compra accio- nes, tienen que declararlo, Varios boletines, incluyendo a Vieker’s Weekly Insider Report y The Insiders, se mantienen al tanto de estas operaciones. Barons, The Wall Street Joumal y Investor's Daily también contienen esta informacién. Muchos periédicos locales de asuntos econémicos informan también sobre las actividades de_ los ‘empleados en las empresas locales. El Boston Business Jeumal ticne tuna de esas columnas, Su agente de bolsa seguramente puede pro~ porcionarle este tipo de datos y es posible que su biblioteca local esté suscrita a algunos boletines econémicos. Una tabulacién de la compra y venta por parte de los empleados también se encuentra en 1a publicacion Value Line. Que los de dentro vendan normalmente no tiene mayor significa cin y es poco inteligente reaccionar. Si una accién hubiera pasado de 3a 12 délarcs y los gerentes estuvicran vendiendo yo tomaria CAPITULO 8. ui nota, particularmante si estuvieran vendiendo casi todas las que tienen. Pero en circunstancias normales la venta interna no cS una sefial automética de peligro. Hay muchas razones por las que los directivos pueden desear vender. Quizas necesiten dinero para la educacion de sus hijos, 0 para comprar una nueva casa 0 para sa~ tisfacer una deuda. Puede que quieran diversificar sus acciones. Pero s6lo hay wqa razén para que compren: pensar que la accién esté infravalorada'y que va a subir. 13. LA COMPANIA ESTA RECOMPRANDO ACCIONES Recomprar acciones cs la forma mejor y més fécil para una compaiia de recompensar a sus accionistas. Si una compaiia tiene fe ca su futuro, ¢por qué no va a invertir en sf misma, igual que hhacen los accionistas? El anuncio de recompras masivas de una compafifa tras otra en octubre de 1987 frend Ia caida de muchas, acciones y estabilizé el mercado a la altura del pénico. A largo plazo, estas recompras han servido para recompensar a los inver~ sores. Las accines adquiridas por la empresa son retiradas, con lo que se reduce cl mimero de acciones en circulacion, Esto puede tener un efecto mégico on los ingresos por accién, lo que a su vez tiene tun efecto magico sobre el precio de la accién. Si una empresa re compra la mitad de sus acciones y sus ingresos gencrales perma— necen inalterados, los ingresos por accién se doblan. Pocas compa~ filas podrfan obtener esa clase de resultados recortando gastos 0 vendiendo més de sus productos. Exwon ha estado recomprando acciones porque es més barato que perforar en busca de més petréleo. Puede costarle a Exxon 6 d6lares por barril encontrar nuevo petréleo, pero si cada una de sus aeciones representa 3 dolares por barril en propiedades.petro— eras, entonces retirar acciones tiene el mismo efecto que descubrir 3 dolares en petr6leo en el suelo de la Bolsa de Nueva York. Esta sensata prictica era casi desconocida hasta hace poco tiem~ po. Durante los aiios sesenta International Dairy Queen fuc una de las pioneras en la recompra de acciones, pero muy pocos siguieron su ejemplo. La maravillosa Crown, Cork and Seal ha comprado ac ciones cada aio durante los stimos veinte. Nunca paga un dendo y nunca hace adquisiciones poco rentables, pero quitando aeciones de la circulacién ha conseguido el maximo impacto de los INTERNATIONAL CORP. (NAY! AVIS) 4 CAPITULO 8 ingresos sobre el precio de la accién, Si esto continéa asi, algin dia hhabré mil acciones de Crown, Cork and Seal y valdrén 10 millones de dolares cada una, El presidente de Teledyne, Henry E. Singleton, periddicamente ofrece recomprar Ia accién a un precio mucho ‘més alto del que tiene en la bolsa. Cuando Teledyne se vendia por 5 délares, él ha~ bria pagado 7, y cuando estaba en 10 détares él habria pagado 14, y asf sucesivamente. Todo el tiempo ha estado dando a los accio~ nistas la posibilidad de vender con una buena ganancia. Esta de— mostracién practica de Teledyne es més convincente que los adje— tivos del informa anual Las altersativas para no recomprar acciones son aumentar los dividendos, sacar productos nuevos, empezar nuevas operaciones cfectuar adquisiciones. Gillette intent6 hacer las cuatro, poniendo Gnfasis en las tres tiltimas. Gillette posee un negocio de cuchillas de afeitar particularmente rentable, el cual redujo relativamente a me~ dida que hacia operaciones menos rentables. Si la compaiia hubicra recomprado sus acciones y hubiera aumentado los dividendos en lugar de diversificar el capital hacia la cosmética, artfculos de asco, boligrafos, encendedores, rulos, batidoras, productos de oficina, de tocador, relojes digitales y un montén de cosas més, la accién po~ dria costar por encima de los 100 délares en vez de los 35 que es su precio actual. En los tiltimos cinco afios Gillette ha enderezado el rumbo al climinar operaciones ruinosas y dedicarse al negocio del afeitado en el que el mercado es suyo. Lo contrario de recomprar acciones es agregar mds, hecho cono- ido como diluci6n, International Harvester, ahora Navistar, vendi6 millones de accioncs adicionales para obtener liquidez con la que hacer frente a la crisis financiera que result6 del colapso del ne~ gocio de la maquinaria agricola (ver grafico). Chrysler, si recuerda, hizo justo lo contrario ~recomprar acciones y opciones y rebajar el ‘mimero de acciones circulantes a medida que el negocio se recu~ peraba (ver grafico). Navistar es otra vez una compaiia rentable pero, a causa de la enorme dilucién, los ingresos tienen un impacto tinimo y los accionistas no se han bencficiado ain en grado sig nificativo de la recuperacion de 1a empresa. CAPITULO 8 145 LA COMPANIA MAS GRANDE DE TODAS Si yo pudiera sofiar una empresa qu combinara todos los elementos de Waste Management, Pep Boys, Salety-Klee, cameras ¥ tapones de botellas, esa seria Cajun Cleansers. Esté metida en el tedioso negocio de quitar las manchas de moho de mucbles, libros raros y tapices vitimas de la humedad subtropical. Es un vistago reciente de Louisiana Bayou Feedback. Las oficinas centrales estén ubicadas on los pantanos de Louisia~ na, y para llegar alli hay que hacer dos cambios de avién y Incgo alguilar un camién para salir del acropuerto. Ni un s6lo analista de Nueva York ni de Boston ha estado alli, ni hay ninguna institucién gue haya comprado una sola accién, Mencione Cajun Cleansers en tun cocktail y no encontrar a adie que le escuche. mundo le parcee algo ridiculo. eee Mientras se idfa_répidam: los pantanos, Cajun Cleaners he hecho wenas ines. Lay wentay s¢ aslarrsn ay Pronto porque la compatifa ha obtenido la patente para un nuevo gel que elimina toda clase de manchas de la ropa, muebles, mo- quetas, azulejos e incluso en superficies de aluminio. La patente Proporcionaré a Cajun el hueco que andaba buscando. La compaiiia también planca ofrecer un seguro premancha de por vida a millones de americanos cue puedan pagar por adclantado or la limpicza de todos los aczidentes de manchas que puedan causar a terceros en el futuro. Una fortuna en ingresos al margen del balance de situaci6n les empezaré a llover pronto, Ninguna revista popular, exceptuando k EI ; ; exceptuando las que ereen que Elis atin vive, ha hecho mencién de Cajun ni de su patente. La accién abrié 4.8 délares en na oferta publica hace site afos y pronto legs a los 10 délares. A ese precio los ejecutivos de Ia empresa compr: tantas como pudieron. ; Pe aaa Yo of hablar de Cajun a un pariente Iejano que asegural era la inca forma de quitar las manchas de moho de les ines de piel guardadas durante demasiado tiempo en armarios himedos. Investigué y deseubrf que Cajun ha experimentado un crecimiento del 20 por ciento en los diltimos cuatro afios, nunca ha tenido un — 146, CAPITULO 8 mal trimestre, no hay deudas en el balance de situacién y aguanté bien la Gltima recesién. Visité la compaifa y me enteré de que cualquier crustéceo entrenado estaria capacitado para supervisar la fabricacion del gel El dia antes de decidirme a comprar Cajun Cleansers el afamado ‘economista Henry Kaufmann predice que los tipos de interés van a subir, y entonces va el jefe de la Federal Reserve, se resbala ju~ gando a los bolos y se lesiona la espalda. Ambas cosas combinadas hacen bajar el mercado un 15 por ciento, y a Cajun Cleansers también. Yo compro a 7,50 délares, 0 sea 2,50 délares menos de lo que pagaron los directores. Esa es la situacién en Cajun Cleansers. No me despierten, que estoy soiiando. CAPITULO 9 Titulos que hay que evitar Si alguna accién hay que cvitar, csa seria la més de moda en la industria mas de moda, la que consiguiera la mejor publicidad, aquella de la que todos los inversores oyen hablar en todas partes y la que, sucumbiendo a la presién social, suelen acabar compran~ do. Los titulos de moda pueden subir répidamente, a veces sin rela-~ cién con su valor, pero puesto que no hay nada més que esperan— zas y aire apoyéndolos, caen igual de rapidamente. Si uno no tiene astucia ala hora de vender (y el hecho de que las haya comprado es indicio de que no la va a tener), pronto veré sus ganancias comvertidas en pérdidas, porque cuando el precio caiga no caeré despacito, ni es probable que se detenga en el punto en el que usted compré, Mire el grifico de Home Shopping Network, un titulo de moda hhasta hace poco de la industria de la teletienda, tan en voga, que en 16 meses se fue de 3 délares a 47 y de regreso a los 3,50 (ajustado por fraccionamento). Eso fue maravilloso para los que dijeron adi6s a 47 pero, jqué hay de los que compreron a 47 cuando la acciGn gozaba de mayor popularidad? ;Dénde estaban los ingresos, las_ganancias, las perspectivas para el futuro? La inversion ofrecta la misma seguridad que la ruleta rusa. ss eaiaa tienen 148. CAPITULO 9 El balance de situacién se detcrioraba velozmente (la compaiifa se estaba endeudando para comprar estaciones de TV), habta proble~ ‘mas. con los teléfonos y los competidores empezaban a aparccer. {Cubntos collares de circonio puede ponerse la gente? ‘Ya mencioné antes varios casos en los que a la cuforia siguié Ta ruina, Los hogares méviles, relojes digitales y centros privados de salud eran todos sectores de moda en los que la ferviente expec~ tacién puso una nube en la aritmética, Justo cuando los analistas predicen un crecimiento de dos digitos la industria empieza a de~ clinar. Si usted tuviera que vivir de las ganancias de invertir en los see~ tores de moda muy pronto dependeria de la beneficencia publica 'No puede haber habido una industria mds de moda que la de las ‘moquetas. Cuando yo cra nifio todas las amas de casa de América querian moqueta de pared a pared. Alguien invent una nueva forma de fabricarlas que reducfa drésticamente la cantidad de fibra necesaria y alguién més automatiz6 los telares, de manera que los precios cayeron de 28 a 4 d6lares por metro. Las nuevas moquetas al alcance de todos se extendicron por colegios, acropuertos, ofici nas y en millones de casas de familia de todo el pats. Los suelos de madera fueron en su. dia mas baratos que la mo- queta pero, ahora que la moqueta cra més barata, las clase altas cambiaron a suelos de madera y las masas a moqueta. La venta de moqueta aument6 drésticamente y los productores estaban_ganando més de lo que podian gastar y crecian a un ritmo asombroso. Fue en ese momento cuando los analistas empezaron a deci a los agentes de bolsa que el boom seria eterno, los agentes pasaron el aviso a sus clientes y éstoscompraron titulos de moquetas. AL mismo tiempo, a los cinco o seis productores principales les salie~ ron unos doscientos nuevos competidores y todos se peleaban por los clientes bajando precios y nadic hizo ni un délar més en el negocio de las moquetas. EI crecimiento alto y los sectores de moda atraen a una multitud de listos que quiere entrar en el negocio. Empresarios ¢ inversores ‘en negocios arriesgados se pasan las noches en blanco tramando la forma de entrar en la funcién lo antes posible. Si usted tiene una a que no puede fallar, pero ninguna forma de protegerla con un hhueco 0 una patente, tan pronto como tenga éxito tendr que vér~ selas con los imitadores. En el mundo de los negocios Ja imitacion cs la forma més comin de dar la paliza HOME SHOPPING NETWORK, INC. {StL | 150 CAPITULO 9 gRecuerdan lo que pas6 con las unidades de disco? Los expertos dijeron que esta industria ereceria un 52 por ciento al aio —y tu~ vieron razén, crecié. Pero con treinta 0 cuarenta compaias ha~ ciéndose Ia competencia no hubo ganancias. @Recuerdan os servicios petroliferos? Todo lo que habia que decir era "petréleo” en un proyecto y la gente compraba la accién, aunque Io més cerca que hubieran estado munca de un servicio petrolffero fuera al hacerse mirar el aceite del coche en una gaso- linera. En 1981 asisti a la cena de una conferencia sobre cnergia, on Colorado, en la que Tom Brown era el principal orador. Tom Brown era el propietario mayoritario y miembro de Ia direetiva de Tom Brown Inc. una popular compafia de servicios petroliferos cuya accion se vendia entonces por 50. délates. Mr. Brown conté que un conocido suyo fanfarroneaba de haber apostado que las acciones bajarfan, a lo que Mr. Brown respondié con Ia siguiente observacién psicolégica: “Debes odiar el dinero para hacer una ‘puesta en contra de mi accién. Perderés tu coche y tu casa y tendrés que ir desmudo a la fiesta de Navidad.” ‘Mr. Brown se rid mucho mientras nos contaba la historia, pero cen los cuatro aiios siguientes a accién bajé de 50 délares a un délar. El conocido que apost6 en contra de su accién debe de ha~ ber hecho una fortuna. Si alguien tuvo que ir en cueros a la fiesta de Navidad debicron ser los accionistas corrientes. Hubieran podido evitar este destino de haber ignorado el titulo de moda en el sector de moda, o si por lo menos sc hubieran tomado la molestia de estudiar el asunto. Tom Brown Inc. no tena nada més que un montén de instalaciones initiles, algunas no muy claras posesiones de gas y petréleo, algunas impresionantes deudas y una mala cuenta de resultados. ‘Nunca hubo un titulo tan de moda como Xerox en los alios se— senta. Hacer copias era una industria fabulosa y Xerox tenia el control de todo el proceso. En inglés, "xerox’ sc llegd a conjugar ‘como si fuera un verbo, Io que debia ser una seftal positive. Mu~ ‘chos analistas lo creyeron asf. Dieron por sentado que Ia accion seguiria subiendo hasta el infinito cuando en 1972 se vendia por 170 délares. Pero entonces se metieron los japoneses, se metio IBM y también Eastman Kodak se metio en el negocio. Pronto hubo veinte compaifas haciendo bonitas fotocopias sceas, mientras que las ori ginales salian himedas. Xerox se asust6 y empez6 a comprar em— CAPITULO 9 ast presas que nada tenfan que ver con lo suyo y a las que no sabia dirigit, y la accion perdié el 84 por ciento de su valor. A muchos competidores no les fue mucho mejor. La de las fotocopias ha sido una industria respetable cuyo de- manda no ha aflojado y, sin embargo, los fabricantes de méquinas fotocopiadoras no consiguen ganarse un nivel de vida decente. Compare la triste historia de Xerox con la de Philip Morris, una compaiia que vende cigarillos —una industria de crecimiento ne- gativo en los Estados Unidos. En los tiltimos quince afios Xerox ha ido de 160 délares a 60, mientras que Philip Morris ha ido de 14 90 délares. Aiio tras afto Philip Morris aumenta sus ingresos au— mentando su cuota de mercado en el extranjero, subiendo precios y recortando gastos. Gracias a sus marcas —Marlboro, Virginia Slims, Benson & Hedges, Merit, etc.— Philip Morris hal encontrado su hhueeo. Las industrias de crecimiento negativo no atraen a los com— petidores en manadas. CUIDADO CON LO QUE VENGA AHORA Otro titulo que yo no compraria seria el de una compaiifa consi derada como la préxima IBM, el siguiente McDonald's, Intel, Dis— ney, etc, Sogin mi experencia, el siguiente lo que sea casi nunca llega a serlo ~ni en Broadway, ni en la lista de bestsellers ni en la bolsa. {Cusntas veces hemos oido decir que tal jugador es cl si~ guiente Willie Mays, 0 que tal novela es la nueva Moby Dick, s6lo Para comprobar que al poco tiempo el equipo pasa del jugador y de la novela no hay quien se acuerde? Con las acciones ocurre algo similar. De hecho, cuando la gente considera a una accién como la pré~ xima lo que sea, frecuentemente se marca el fin de la prosperidad no s6lo para la imitadora, sino también para cl original con la que es comparada. Cuando ofras compaiifas fueron llamadas las sigui- entes IBM, ya se podia suponer que IBM iba a pasar por malos tiempos, y los pas6. Hoy, la mayorfa de las empresas de computa doras intentan no ser la proxima IBM, lo cual puede significar mejores tiempos para esa asediada compafia. Después de que Circuit City Stores (antes Wards) se convirticra en un minorista de productos electrénicos con éxito, hubo una serie de “préximos’, incluyendo a First Family, Highland Superstores, 152. CAPITULO 9 Crazy Eddie y Fretters. Cireuit City ha cuadruplicado su_valor deade 1984, logrando evitar de alguna mancra la maldiién de IBM, micntras que todas las “préximas’ han perdido entre un 59 y un 96 por ciento de su valor original. ; EL siguiente Toys "R’ Us iba a ser Child World, que también se ta ‘pegé, y a Warehouse Club, que iba a ser el préximo Price Club, no Je fue mejor. EVITAR LA PEORIFICACION En lugar de recomprar acciones o elevar dividendos muchas compafifas preficren tirar el dinero en adquisiciones tontas. El peo~ rificador dedicado busca mercancia que esté sobrevalorada y total mente fuera de su capacidad de comprension. Esto garantiza que Jas pérdidas seran méximas. 4 Segin las décadas, las empresas parecen alternar entre la peori ficacién rampante (cuando se gastan billones en excitantes adquisi— 1¢s) y Ta reestructuracién rampante (cuando esas no tan exci— tantes adquisiciones son vendidas por menos de lo que fueron compradas). Lo mismo les sucede a las personas y a sus veleros. Estos episodios frecuentes de comprar y después arrepentirse, s6lo para volver a comprar y volverse a atrepentir, podria ser celebrado como una forma de transferencia de pago de los accionistas de la empresa més poderosa a los accionistas de la mas modesta empresa absorbida, puesto que las grandes empresas muchas veces pagan de mis. El sentido de todo esto es algo que se me escapa, como no sea que a la direccién de las empresas fuertes les parezca mis emocionante absorber a las més débiles que recomprar acciones 0 enviar cheques de dividendos, lo cual no requiere imaginacién. Quizé 10s psicdlogos deberian analizar el asunto, Algunas empre~ sas, al igual que algunos individuos, no soportan la prosperidad. Desde cl punto de vista de un imversor, las dos tnicas cosas po~ ivas de la peorificacién son poser acciones en la empresa ad Quirida y encontrar alguna oportunidad entre las victimas de la rificacion que decidan reestructurarse. Play antes ejemplos de peorlicadones que no sé por dénde empezar. Mobil Oil peorificé una vez al comprar Marcor Inc. Uno de los negocios de Marcor era el de minorista en un terreno no familiar que pes6 sobre Mobil durante afios. El otro negocio prin~ cipal de Marcor era Container Corporation, que fuc vendido por CAPITULO 9 153, Mobil a muy bajo precio. Mobil dilapid6 millones también al pagar demasiado por Superior Oil. Desde la cotizacién punta en 1980 de los precios del petréleo, la accion de Moby se ha revalorizado solamente en un 10 por ciento, sntras que 1a de Exxon vale el doble. Aparte de un par de des~ afortunadas y relativamente pequefias adquisiciones tal como Reli~ anes Electri¢, mas una desgraciada sociedad de capital de especu~ lacién, Exxon se ha resistido a la peorificacién y sc ha limitado a To suyo. La excesiva liquidez ha servido para recomprar las propias acciones. los accionistas de Exxon les ha ido macho mejor que a los de Mobil, aunque la nueva junta directiva de esta tltima esté hhaciendo cambiar las cosas. Mobil vendi6 Montgomery Word en 1988, ‘Ya he descrito los tropiezos de Gillette. Esa compaiiia no s6lo compro el botiquin de las medicinas, sino que peorificé en relojes digitales y luego anuncié Ia cancelacién de todo el fiasco. Esta ha sido la tinica vez, que yo recuerde, en que una compaiifa impor tante haya explicado cémo se salié de un mal negocio antes de que nadie supiera que se habia metido. Gillette, también, ha hecho ‘grandes cambios y parece haberse enmendado. General Mills cra propictaria de restaurantes chinos, italianos, steakhouses, Parker Brothers Toys, Izod Shirts, monedas, ellos, agencias de viajes, de los establecimientos minoristas Eddie Baucr y de los produetos Footjoy, muchos de ellos adquiridos en los aos sesenta. La década de los sesenta fue la de la mayor peorificacién desde que el imperio romano se peorficé por toda Eurcpa y el norte de Africa. Es dificil encontrar una compaiia que no se haya peorifi— ceado en los aos sesenta, cuando los mejores y los més listos erefan que podian administrar otros negocios igual que el propio. Alllied Chemical lo compré todo menos el fregadero de la cocina, pero probablemente alguna de las compaiiias que adquitié también fabricaba fregaderos. Times Mirror se peorific6, lo mismo que Merck, pero ambas se han corregido y han vuelto a las publicacio~ nes y a los medicamentos. US. Industries hizo trescientas adquisiciones en un sélo aio. De~ berian haberse llamado una~al-dia, y Beatrice Foods, una empresa de productos comestibles, se pas6 a los incomestibles. Después de ©s0 ya todo fue posible. Esta gran era adquisitiva termin6 con la caida del mercado de los 154. CAPITULO 9 aiios 1973-74, cuando la bolsa finalmente comprendié que los me~ jores y los més listos no eran tan ingeniosos como se crefa, y ni siquiera los més encantadores entre los directores de compaiifas podian convertir en principes a todos los sapos que habian com prado. Esto no significa que hacer adquisiciones sea siempre una tonte~ rfa, Es una buena estrategia cuando et propio negocio es malo. Nunca hubiéramos ofdo hablar de Warren Buffett o de su Berkshire Hathaway si Buffett se hubiera quedado con los textiles. Lo mismo se podria decit de los Tisches, que empezaron con una cadena de teatros (Loews) y utilizaron las ganancias para comprar una com~ pafia de tabaco (Lorillard), que a su vez les ayudé a adquirir una compaifa de seguros (CNA), lo que les condujo a adquirir una posicign muy fuerte en CBS. El truco consiste en hacer las compras adecuadas y Iuego en saberlas administrar con éxito. Veamos el caso de Melville y Genesco, dos fabricantes de calza-do, uno que diversificé bien y el otro que peorifics (ver grafico) Hace treinta aiios Mehille estaba fabricando zapatos de caballero casi exclusivamente para su propia familia de zapaterfas Thom MeAa. Las ventas aumentaron a medida que Ia compafifa empez6 a abrir seeciones de zapaterfa en otras ticndas, especialmente en la cadena de los K mart. Cuando K mart inicié su gran expansion en 1962 las ganancias de Melville se desbordaron. Después de muchos afios de experencia en la venta minorista del calzado de oportuni— dad, la compaifa se lanz6 a una serie de adquisiciones, ascgurdn~ dose primero el éxito de una antes de adquirir otra: compraron, CVS, las tiendas de oportunidades, en 1969; Marshall’s, una cadena do ropa de oportunidades, en 1976; y Kay-Bee Toys en 1981, Du- ante el mismo periodo Melville redujo el némero de sus plantas de produccién de veintidés, que tenfa en 1965, a slo una en 1982. Lenta pero eficientemente, un fabricante de calzado se habia trans— formado en un minorista diversificado. 'A diferencia de Mebille, Genesco se dispar6: Empezando en 1956, adquirié Bonwit Teller, Henri Bendel, Tiffany y Kress (tien das), luego se meti6 en asesorias de seguridad, en joyerfa masculina y femenina, punto, textiles, tejanos y en otras numerosas formas de Ja venta mayorista y minorista micntras se segufa dedicando a los zapatos. En los diecisiete afios que van entre 1956 y 1973 Genesco hizo 150 adquisiciones. Estas compras hicieron aumentar las ventas de la compaifa, de manera que Genesco erecid sobre el papel, CAPITULO 9 155 r 100 [MELVILLE (WES) Genesco (6co | 50 Lo oliversi ficned du de helville eres — | 99 sinevgiaj sabew los beueficios y ‘a aceidu age euubeal 10 La olifersificaciiu ole Genesco resubla ex "peovifieacibn® Lot beneficios catm, lracciéu. mo ce recipe ‘nimca TED ET Pero sus fandamentos se estaban deteriorando ‘La diferencia entre las estragias de Melille’s y Genesco’s se zo palpable en las ganancias y el rendimieato de las aciones de dos compaiifas. Ambas sufrieron durante la caida de 1973-74, pero las ganancias de Melville continuaron creciendo y la accién se recuperd con cteces. En 1987 ya se habia comvertido en un 30- ‘hagger. Genesco, en cambio, sigui6 deteriorindose financieramente despies de 1974 y la accién nunca volvi6. ePor qué Melville tuvo éxito mientras que Genesco fracas6? La respuesta tiene mucho que ver con un concepto llamado sinergia, pase ts un nombre bonito para la teoria del dos-més~dos- ‘igual-cinco de juntar negocios que estén relacion a eee regocios lacionados y hacer que La teoria de la sinergia dice, por ejempl ‘ le : lo, que puesto que Mar= riott ya trabajaba con hoteles y restaurantes tenia sentido que ad- quiriera la cadena de restaurantes Big Boy, asi como la subsidiaria que suministra comidas a cérceles y universidades. (Los estudiantes h i OE —— = ll 156 CAPITULO 9 universitarios le asegurarin que hay mucha sinergia entre la comida de la prisién y la de la universidad). Pero qué sabria Marriott de repuestos de automéviles 0 juegos de videos? En la préctica, algunas veces las adquisiciones producen sinergia y a veces no. Gillette, Ia fabricante lider de hojas de afeitar, obtwvo alguna sinergia cuando adquirié la crema de afeitar Foamy. Sin embargo no se hizo extensiva a los champts, lociones y todos los demés articulos de tocador que fue adquiriendo. Berkshire Hatha— way, la campaifa de Warren Buffett, lo ha comprado todo, desde tiendas de caramelos hasta tiendas de mucbles, pasando por los periédicos, y con espectacular resultado. Pero, hay que repetir, la compaaia de Buffett se dedica a las adquisiciones. Si tna compaaia ha de comprar algo yo preferiria que fuera algo del ramo pero, en general, las adquisiciones me ponen nervioso. Las compaias con exceso de liquide tienden a sentirse poderosas y a pagar de mds por sus adquisiciones, tienden a esperar demasiado de ellas y a no saberlas administrar. Prefiero ver una recompra vi~ porosa de las propias acciones, que es la sinergia mas pura de todas. CUIDADO CON LA ACCION DEL SUSURRO Yo recibo continuamente amadas de personas que quieren re~ ‘comendar acciones de compaiias sélidas para Magellan y es co~ rriente que, al final, bajando la vor como si fueran a contarme algo ‘muy personal, aiadan: "Hay un gran titulo del que quiero hablarte. Es demasiado pequefio para tu fondo, pero deberias echarle un vistazo para ti mismo. La idea es fascinante y podrfa ser una ga~ nadora de las grandes.” Estas son las. conocidas acciones del susurro. Probablemente lle guen a su vecindario al mismo tiempo que al mfo: la compaaia que vende un derivado del zumo de papaya como medicamento contra los dolores por dislocamicnto (Smith Labs); remedios selvaticos en gencral; cosas de alta tecnologia; anticuerpos monoclones extraidos de vaca (Biorcsponse); varios aditivos milagrosos y descubrimientos cenergéticos que violan las leyes fisicas. A veces, las compafias su~ surro estén a un paso de resolver el éitimo problema nacional: la adicci6n a las drogas, el sida, la escasez de petréleo. La solucin es ‘0 muy imaginativa 0 impresionantemente complicada. Mi favorita es KMS Industries, 1a cual, segin los informes anua~ CAPITULO 9 157 Tes, en 1980-82 estaba ocupada con los “fotovoltaicos amorfos de silicona’; en 1984 trabajaba en el "video multiplexer’ y en las “agujas 6pticas’; en 1985 se dedicaba al "procesamiento de la materia por medio de implosiones esféricas producidas quimicamente”, y en 1986 estaba entregada al "programa de la fusién por confinamiento inerte, compresion de shock iniciada por léser y ensayos visuales inmuno diagndsticos’. La accién cayé de 40 a 2,50 délares durante ese pe iodo. Sélo un fraccionamicnto inverso del ocho por uno cvité que se convirtiera cn una accién de centavos. Smith Labs cay6 de 25 délares a 1 délar. Yo visité Bioresponse en su central de San Francisco después de que Bioresponse vinicra a verme a mi en Boston. Alli, en el piso alto de un barrio pobre de San Francisco (esto deberia ser visto como una buena sefial) estaban los ejecutivos a un lado y las vacas al otro. Mientras yo hablaba con el presidente y cl contable, los técnicos extrafan la linfa de los animales. Era la alternativa econd~ mica a extraer la linfa de los ratones, que era cl procedimicnto hhabitual. Dos vacas podian hacer insulina para todo el pais y un gramo de linfa de vaea podia servir para un millon de tests de diagnésticos. Bioresponse estaba siendo seguida muy de cerca por varias firmas de agentes de bolsa y Dean Witter, Montgomery Securities, Furman Selz y J.C. Bradford la habian recomendado. Yo compré la accién fen una segunda oferta en febrero de 1983 por 9,25 délares. Lleg6 a alcanzar los 16, pero en estos momentos est a punto de desapa- recer. Afortunadamente, yo logré vender con ruy poca pérdida, Las acciones susurro tienen un efecto hipnético y las historias suelen tener un atractive emocional. El chisporroteo ¢s tan maravi- oso que uno se olvida de buscar lo que es importante. Si usted 0 yo invirtiéramos regularmente en este tipo de acciones, ambos ne~ ‘esitarfamos hacer trabajos a tiempo parcial para hacer frente a las pérdidas. Puede que suban antes de bajar, pero a largo plazo yo he perdido dinero absolutamente con todas las que he comprado. Al- gunos ejemplos: =Worlds of Wonder, Pizza Time Theater (Chuck E. Cheese comprs la granja); One Potato, Two (simbolo: SPUD); National Health Care (de 14 délares a 50 centavos); Sun World Airways (de 8 délares a 50 centavos); Alhambra Mines (léstima que nunca en contraron una mina decente); MGF petréleo (vale hoy unos peni- ques); American Surgery Centers (Vaya si nccesitan pacientes!); 158 CAPITULO 9 ‘Asbetec Industries (ahora se vende por 12 centavos); American Solar King (encuéntrelo en las hojas rosas de ttulos olvidados); Televideo (se cay6 del autobis); Priam (yo tendria que haberme rmantenido lejos de las unidades de disco); Vector Graphics Micro~ ‘computers (fendria que haberme mantenido apartado de las micto— ‘computadoras); GD Ritzys (comida répida, pero ningin McDo~ nald's); Integrated Circuits; Comdial Corp y Bowmar. Lo que todas estas compaiifas tenfan en comin ademas del hecho de hacer perder dinero, era que Ia gran historia no tenia substan cia, Esa es la esencia de un titulo susurro. El inversor se ahorra la tarea de revisar las ganancias porque con frecuencia no las hay. Comprender Ja relacién precio—ganancia es facil porque no existe. Pero no hay escascz de microseopios, ni de doctores en medicina, ni de grandes esperanzas ni de efectivo pro— cedente de la venta de acciones. ‘Lo que yo intento no olvidar (y obviamente a veces olvido) es que si la perspectiva es tan fenomenal, entonocs continuard siendo tuna buena inversion el afio que viene y el otro. {Por qué no pos= poner la compra hasta més tarde, cuando ya la compaifa se haya establecido? Espere a las ganancias. Se pueden conseguir denbaggers en compafas més s6lidas. Si duda, vuelva otro da ‘A veces se crea alrededor de estas emocionantes acciones una presién que obliga a comprar en la oferta pablica inicial, porque si no seré muy tarde. Esto raramente es verdad, aunque hay algunos casos cn los que la gran presién compradora puede generar fan~ tisticas ganancias en un s6lo dja. El 4 de octubre de 1980 Genen~ tech se hizo piblica a 35 délares y esa misma tarde se lleg6 a co- tizar a 89 délares antes de retroceder hasta 71,25. A Magellan le fue adjudicado un pequeiio némero de acciones (no siempre se puede comprar en ofertas piblicas muy esperadas). Me fue mejor con Apple Computers, ya que revendi el mismo dia con una ga~ nancia del 20 por ciento porque pude comprar cuantas acciones quise. Eso fue posible gracias a que el dia anterior a la oferta p= biica la Commonwealth of Massachusetts decret6 que sélo los in= vversores con experiencia podrian adquirir acciones, ya que se con— sideraba demasiado especulativa para cl pablico en general. Yo no volvi a comprar Apple hasta después del colapso, cuando se con~ virtio en una recuperable. Las ofertas piblicas iniciales de compaiifas nuevas son muy arriesgadas porque hay muy poco en qué basarse. A pesar de haber i il CAPITULO 9 159 comprado algunos que a largo plazo han funcionado bien (Federal Express fue mi primera y ha multiplicado su valor por 25), yo dirfa que tres de cada cuatro acaban desilusionando, Me ha ido mejor con ofertas pablicas iniciales de empresas que son escisiones de otras, 0 en situaciones relacionadas en las que’ la aueva entidad de hecho s{ que tiene una historia, Toys "R” Us era una de esas, y también lo eran Agency Rent-A-Car y Safety Keen. Estas eran compaiias ya establecidas y podian ser investi— gadas igual que sc puede investigar a Ford o a Coca-Cola. CUIDADO CON LAS SUMINISTRADORAS La compafifa que vende entre el 25 y el 50 por ciento de su Produccién a un sélo cliente se encuentra en situacién precaria. SCI Systems (no confundir con la compaiiia funeraria) es una empresa bien dirigida y una de las suministradoras principales de IBM, pero nunca se sabe cudndo IBM decidiré construir todas sus partes, 0 arreglérselas sin las partes que compra y cancele st contrato con SCL. Si la pérdida de un s6lo cliente puede ser catastrofica para un suministrador, yo tendrfa cuidado al invertir en ese suministrador. Las compatiias de unidades de disco tales como Tandon estaban Siempre a un paso del desestre por depender de unos pocos clien— es. El gran cliente tiene muchisima fuerza a la hora de obtener coneesiones y rebajas en los precios, lo que reduce la rentabilidad del suministrador. Es poco corriente que una gran inversion resul ati a gran inversion resulte CUIDADO CON EL TITULO CON NOMBRE INTERESANTE Es una léstima que Xerox no tuviera un nombre como David's Dry Copies, porque de esa manera la gente hubiera sido més es— e¢ptica. Tantas veces como un nombre aburrido mantiene a los compradores apartados de una compaiia buen: yente en una compaifa mediocre atrac a los inversores dindoles luna falsa sensacion de segur Palabras “avanzado', "micto” 0 algo que se escriba con X 0 unas siglas interesantes, la gonte se enamorara de él. UAL cambi6 su un nombre atra— ridad. Mientras el nombre contenga las 160, CAPITULO 9 qeeeoee eaeeirce vost eee r Allegis con la esperanza de atracr a los pensa~ Se dod Fe una sues qu Crown, Cork ard Seal dja su nombre en paz. Si fubieran hecho caso de Jos eonsejeras. de imagen de empresas hubieran pasado a lamarse CroCorSea, lo cual fhubiera garantizado un gran seguimiento institucional desde el principio. CAPITULO 10 Ganancias, ganancias Supongamos que usted descubrid Sensormatic, la compaiiia que invent6 ese inteligente aparatito que se engancha a las prendas y cuya funcién es denunciar con su pitido a quien se olvida de pasar Por caja antes de abandonar la tienda, y cuya accién subié de 2 délares a 42 a medida que el negocio se expandia entre 1979 y 1983. Su broker le dice que es una compaita pequeia y de rapido crecimiento. O quizés ha pasado usted revista a su cartera y se ha encontrado con dos empresas solidas y una ciclica. Qué seguridad tiene usted de que Sensormatic, o cualquiera de las acciones que ya pose, subira de precio? Lo que a usted Ic interesa saber es qué es lo que hace que una compaiiia sea valiosa y por qué seré més valiosa mafana que hoy. Hay infinidad de teorfas, pero para mi todo se reduce al activo y al beneficio. Especialmente al beneficio. Algunas veces puede llevarle aiios a una accién aleanzar el precio que se corresponda con cl valor de la empresa, y los perfodos bajos duran tanto que los in— versores empiezan a desesperar. Pero el valor real siempre sale a flote, y si no siempre, sf con la regularidad suficiente como para que tenga sentido mantener las esperanzas. Analizar una accién basindonos en las ganancias y en cl activo de la compaiifa no es en nada diferente a analizar cualquier esta- 162 CAPITULO 10 Jmiento 0 edifcio de apartementos que nos pueda interesar ee es un billete de loterla. Bs una parte de la propiedad de un nda e/ctra manera, de peisat sobeo ol benefily y ol ectivo: SI usted fuera una accién, sus activs y beneficios detesminarfan lo que un inversor estaria dispuesto a pagar por usted Eualuarse a si mismo de la misma manera que cvaliaria a General Motors es un ejercicio muy instructivo que ademas le ayudaré. a familirizarse con la investigacion. “Fl nati tac todos sus bines alee, coches, musbes, cos atombras yates reams, joes, ples de gl, ec, y todo lo demés que aed pers ponsr a la Wena en l caso de que de cidicra autoliquidarse y abandonar el negocio. Evidentemente tendria ue resar todas Is dees, ipoecas,préstamos de todo tipo con Tos bancos, parientes,vecinos, Tacturas impagadas, letras, deudas de poker y todo lo demés. El resutado seria su valor econémico neto Gono ato tangle, , si el restady es neptvo, ede cons arse como canditato humano @ la quiebra a presenta tambien la otra clase de valor: Ia capacidad de gencrar ingresos. Alo largo de su vida laboral usted puede -racr a casa niles, ceo de mies millones de dares, dependienco do eunto Te paguen y de cuénto trabaje. También aqui hay grandes dlferen cias en resultados acurnulatvos. ee ‘hors que es wed pensando en eto, quiz Ie gusta incluiae en ana de la sis capris de accones que, hemes estudio dria ser un juego de salén bastante aceptable: wn gems ue tabeje oa pecsce angiros con saluioe hehe aumentos modestos serian los de lento crecimiento, los equivalentes hhumanos de compatias eléctricas tales como American Electric Power. Los bibliotecaris, macsiros y_policias son de crecimiento tre pert que len caf Osoa mises) wemenlne) reed : ls tales come Hos geontr de empresa y dems ofeiles del medi, serfan los s6lidos: les Coca-Colas y Ralston Purinas de Gera apaine coeieeitt ceteris (cope vasa, operadores de campamentos de verano y vendedores al_ por mayor de Arboles de navidad, la gente que hace su ditero en cor CAPITULO 10 163, {0s perfodos de tiempo y que luego trata de estirarlo durante largas femporadas en las que no tienen ingresos serian los ciclicos. Los escritores y los actores pucden ser también ciclicos, pero la posibi— lidad de incrementar su fortuna repentinamente los convierte en elementos potenciales de répido crecimiento. Los que munca dan golpe, los hombres y mujeres de los fondos de fideicomiso, terratenientes, vividores y otros que viven a expensas de la fortuna familiar, pero que no contribuyen nada con sv. propio ‘abajo, serfan los que juegan con baza, los titulos de los ferro— cartiles y de las minas de oro de nuestra analogia. El juego de la bbaza es todo Jo que les queda cuando las deudas se han acumulado ¥ Ia agencia de viajes y la tienda de licores han conseguido cobrar su dinero, Los golfilos, vagabundos, marginados y deprimidos, los que han quebrado, los trabajadores que han sido despedidos y otros en la cola del desempleo, tienen todos ta posibilidad de volver, son po~ tencialmente recuperables, siempre y cuando les quede algo. de energia y espiritu emprendedor. Los actores, inventores, agentes de la propiedad inmobiliaria, pe queiios hombres de negocio, atletas, mlisicos, y criminales serfan fodos, en potencia, de rapido crecimiento. Hay en este grupo un fndice de fracasos mayor que en el caso de los. sblides, pero cuando uno de répido crecimiento tiene éxito puede hacer una fortuna de la noche a la maiiana, convirtiéndose en el equivalente humano de Taco Bell 0 Stop & Shop. Cuando usted compra una accién en una compafia de répido crecimiento, lo que en realidad esté haciendo es apostar por sus Posbbilidades de hacer més dinero en el futuro. Imaginese asf mismo tratando de decidirse entre un joven Dunkin Donuts tal co— mo Harrison Ford y un tipo Coca-Cola como podria ser un abi gado de empresa. Invertir en el tipo Coca-Cola tiene més sentido mientras Harrison Ford trabaje de carpintero itinerante en Los Angeles, pero mire lo que sucede con sus ingresos el dia en que Mr. Ford hace una pelicula como la Guerra de las Galaxias EI gran abogado no tiene muchas posibilidades de convertirse en un ‘enbagger de la noche ala mafana a no ser que gane algin importante caso de divorcio, pero el tipo que rasca ta bamacia de los yates y escribe novelas puede ser el proximo Hemingway. (jLea los libros antes de invertir!) Esa es la raz6n por la cual los inver— sores andan a Ia caza de las acciones de répido crecimiento y pu- 164 CAPITULO 10 DOW CHEMICAL COMPARY {i cOrpats cies yTerrcten dari pce (eet uns CAPITULO 10 165 jan por ellas, ain cuando los beneficios de la compaiifa sean poca ‘cosa en comparacién con el precio de la accién. La importancia de los beneficios se puede apreciar en cualquior gxéfico cuyo indice de remtabilidad corra parejo al del precio de la accin. La mayor parte de las firmas de agentes de bolsa disponen de libros de grificos y es instructivo hojearlos. En gréficos sucesivos las dos lineas se mueven juntas, y, en el caso de que el indice del Precio se separe del de las ganancias, tarde 0 temprano se volverd a aproximar. La gente puede preguntarse por lo que estén haciendo los japo: neses 0 los coreanos, pero serdn los beneficios los que decidan el destino de una accién. La gente puede apostar al niimero de mo— vimientos por hora que se producen en la bolsa, pero serén las ganancias las que, a largo plazo, produzcan los movimientos. De vez fen cuando aparece la excepcién, pero si examina usted los grificos de los titulos que posea es casi seguro que comprendera lo que estoy diciendo. Durante la Giltima década hemos visto recesiones ¢ inflaciones, los precios del crudo han subido y han bajado, y durante todo este tiempo estos titulos han seguido a las ganancias. Mire el grafico de Dow Chemical. Cuando las ganancias suben, la accién sube. Eso fue Jo que sucedié entre 1971 y 1975 y entre 1985 y 1988. En el espa— cio que media entre ambos periodos, es decir, entre 1975 y 1985, las ganancias fueron erréticas y asf fue el precio de la accién. Pongamos por caso lo sucedido con Avon, cuya accion pasé de los 3 délares en 1958 a los 140 en 1972 micntras los beneficios continuaban aumentando. El optimismo cundia y el precio de la accion se inflo con respecto a las ganancias. Finalmente, en 1973, la fantasfa lleg6 a su fin. El precio se vino abajo porque las ganancias se vinieron abajo, y no hubicra sido tan dificil de predecir. La re~ vista Forbes nos advirtié a todos en un articulo de portada diez meses antes del comienzo del colapso. 4Y qué tal Masco Corporation como ejemplo? Esta compaiia ere6 cl grifo de bola de asa tnica, y como resultado disfruté de treinta aiios consecutivos de ganancias a través de la paz y la gue~ tra, de la recesion y de la inflacién, y los bencficios se multiplica~ ron por 800 y el precio de la accién por 1.300 entre 1958 y 1987, Es, probablemente, la més grande accién en la historia del capita— lismo. {Qué se hubiera podido esperar de una compaiifa que em— CAPITULO 10 AVOM PRODUCTS, INCORPORATED (AVP) de conten, pears, Joya y a ad seer CAPITULO 10 169 168 CAPITULO 10. pez6 con el ridiculo nombre de Masco Screw Products? Mientras las ganancias continuaban aumentando no habia quien la parara Echemos un vistazo a Shoney's, una cadena de restaurantes que durante veintinueve aios consecutivos ha aumentado beneficios, un récord que muy pocas compaiifas pueden igualar. Como es de si~ poner, el precio de la accién ha seguido el mismo curso ascenden— : fe, En las escasas ocasiones en las que el precio se adclants a las anancias no tard6 en volver a poner los pies en tierra, tal y como se ve en el grafico, EI gréfico de Marriott, otra accion de gran crecimiento, cuenta la misma historia. Y mire a The Limited. Cuando las ganancias caye~ on, a finales de la década de los setenta, también cay6 la accion. Cuando las ganancias se dispararon, también se dispard la accién, Pero cuando la accién sobrepasé con mucho a las ganancias, como sucsdid en 1983 y en 1987, el resultado fue un desastre a corto Plazo. La misma suerte cortieron un nimero incontable de titulos en el bajon del mercado de octubre de 1987 pee eH Una forma répida de saber si um titulo esté sobrevalorado es comparar el grafico de precios con el de beneficios. Si usted com Pr6 empresas de crecimiento como Shoney's, The Limited 0 Mar lott, cuando el precio de la accién estaba bien por debajo de los beneficios, y las vendi6 después, cuando el precio se habia. puesto muy por encima, lo més seguro es que le haya ido bastante bien iNo hay duda de que con Avon le hubiera funcionado! No es que 8816 yo recomendando esta préctica, pero hay estrategias peores, ———manajors con. Tmt + snonErs 9 sho EL FAMOSO PER, O RELACION PRECIO/GANANCIA Cualquier discusién seria sobre las ganancias tiene que hacer re~ ferencia al p/e ratio, es decir, a la relacién entre el precio y las Sanancias. Se utiliza una taquigrafia numérica para establecer la Telacion entre el precio de la accién y las ganancias de la compa~ fa. La relacién precio/ganancias, 0 PER, por cada accién aparece en la seecién correspondiente de los principales perisdicos, tal co- mo mostramos aqui: ‘wre ne T¥6) tia 170 CAPITULO 10 ‘THE WALL STREET JOURNAL, MARTES, 3 DE SEPTIEMBRE DE 1988. 52 wants cela en tio bajo amin Giid. on PER cof aio bsp final en (3 26 Kew 132 38 10 S66 2 SAS “036 Al igual que el indice de ganahcias, el PER es muchas veces de gran utilidad para saber si una accién esté cotizando @ un precio excesivo, si la cotizacién es justa o si esta infravalorada on relacién ala capacidad de ganar dinero que tiene la compatia. En algunos casos, la lista del PER de algunos periédicos puede ser anormalmente alta, lo que a veces es debido a que una compaiifa ha amortizado las pérdidas a largo plazo con las ganancias a corto plazo del momento, castigando asf los beneficios.. Si de todas maneras la relacion carece de sentido no dude en pe~ dirle a su broker que: se lo aclare. En el Wall Street Joumal de hoy, por ejemplo, veo que K mart tiene un PER de 10. Este es el resultado de coger el precio actual de la accién (35 délares) y dividirlo por los beneficios de la com= pafiia durante los 12 meses anteriores, o afto fiscal (en este caso, 3,50 délares la accién). Los 35 délares divididos por 3,50 délares: dan el resultado de 10. El PER puede ser considerado como el mimero de afios que le leva a Ia compaiia recaperar el valor de la inversion iiciah asumi y Supuesto, que los beneficios se mantengan constan= tes. Dee ae biol como 100 aaciams de Kamat jee délares. Las ganancias actuales son de 3,50 délares por accién, de manera que las 100 que usted posee le rendirén 350 délares en un aiio, y la inversién original de 3.500 délares seré recuperada en divz aiios. Pero no hace falta utilizar las matematicas para saberlo, por— que el PER de 10 ya indica que son diez afios. Si usted compra acciones en una computa que vende al doble de Jas ganancias (un PER de 2) usted recuperaré su inversién inicial cen dos afios, pero en una compaiiia que venda a 40 veces las ga~ nancias (un PER de 40), le llevaria 40 afios conseguir lo mismo. Es posible que para entonces Cher sea ya bisabuela. ,Y por qué se iba a molestar nadie en comprar una accion con un alto PER ha~ biendo tantas oportunidades alrededor? Porque estén buscando a Harrison Ford ebvel depésito de madera. Las ganancias de las em= Presas no son mis constantes que las de las personas. CAPITULO 10 wm EI hecho de que algunas acciones tengan un PER de 40 y otras de 3 nos dice que los inversores desean arriesgarse apostando por el futuro de algunas compaifas, mientras que el futuro de otras les merece escepticismo. Echele un vistazo al periédico y se asombrard de Ia diversidad de relaciones precio/ganancia que encontraré. También comprobaré que cl PER tiende a ser més bajo en el caso de las de crecimiento lento y mas alto en las de répido cre— cimiento, micntras que las cicticas vacilan entre las dos. Si sigue a légica de la explicacién anterior comprenderé que asf es como tiene que ser. Un PER promedio de un servicio piblico (entre 7 y 9 en 4a actualidad) seré mas alto. El promedio seré mas bajo que el promedio de una sélida (entre 10 y 14), y éste sera mas bajo a su vez que cl promedio de una de crecimiento rapido (14 hasta 20). Algunos cazadores de gangas creen que hay que comprar todas las acciones con una relacién precio/ganancia baja, pero esa estrategia carece de sentido desde mi punto de vista. No debemos comparar las manzanas con las naranjas, El PER que para un Dow Chemical fs una ganga no tiene por qué serlo para un Wal-Mart. MAS SOBRE EL PER Una discusién a fondo sobre la relacién precio/ganancia de varias industrias y diferentes tipos de compafias lenaria un libro entero que nadie se molestarfa cn lect. Aunque es cicrto que no hay que dcjarse obsesionar por el tema, tampoco es bueno ignorarlo. En esto también su broker puede ser la mejor fuente para el anilisis. Puede usted empezar por preguntar si el PER de algunos titulos que ya posee es bajo, medio o alto en relacién al sector al que Pertenezean. Puede que a veces oiga decir que una compafia esta vendiendo con descuento a la industria. Lo que quieren decir con esto es que el PER esti a un nivel de ganga. Un broker puede proporcionarle también el PER de una compa— fila a lo largo de su historia. La misma informacion encontraré en los informes de los que dispone cualquier agencia de valores, en el aso de que antes de comprar una accion decida usted revisar su PER de afios anteriores para tener una idea de cuales serfan sus niveles normales. Las compaiias nuevas, por supuesto, no disponen de este historial. Si usted compra Coca-Cola, por ejemplo, es itil saber si Jo que im CAPITULO 10, CAPITULO 10 173 est pagando por las ganancias esta en la linea de lo que otros han oficina junto @ otro que recibf de una firma de corretaje y que papaoven cl pasado por las ganancias, El PER puede decirelo, decia: "Debido a haberse declarado on quiebra recientemente, bo= El Value Line Investment Survey, disponible en casi todas las ramos este titulo de nuestra lista de compra, grandes bibliotecas y en las agencias de valores y bolsa, 5 otra En los afios siguientes, EDS funcioné muy bien como compaifa. buena fuente para los historiales del PER. De hecho, es una buena Las ventas y las ganancias crecicron de forma extraordinaria y todo fuente paca toda la informacion pertinente que el inversor amateur cuanto emprendia se convertia en un éxito. EDS, la accién, era otra necesita conocer. Es la mejor fuente de informacién para quien n0 cosa. El precio cay6 de 40 délares a 30 délares en 1974, no porque tenga un analista particular. Ja empresa tuvicra singin problema, sino porque la accién estaba tan sobrevalorada que yo nunca he tenido conocimiento de un caso Si no sabe usted nada sobre relaciones precio/ganancia recuerde similar. A veces se oye hablar de compatiias cuyo funcionamiento tan s6lo no comprar acciones que lo tengan demasiado alto. Ha- futuro esté descontado en el precio de la accién. $i ese era el caso, igndolo asi se evitard muchas penas y mucho dinero. Con pocas fentonces los inversores de EDS estaban descontando la otra vida, ‘excepciones, un PER demasiado alto es una desventaja para un ti~ ‘Mas sobre EDS después. tulo, de la misma manera que el exceso de peso en la montura es if seers arate cafes (oat eiverass Cuando Avon Products se vendia por 140 délares la accién, tenta un PER extremadamente alto de 64, aunque de ninguna manera tan ‘Una compaifa con un alto PER debe tener un crecimiento de extremo como el de EDS. Lo que importa en este caso cs que ganancias increible para justificar el alto precio de la accién. En ‘Avon era una compaiiia inmensa. Incluso para una compaiifa més 1972 MeDonald’s era la misma gran compaiia que siempre ha sido, pequefia seria un milagro un crecimiento tal que justificara un PER pero la accion se puso a 75 délares, lo cual de dio un PER de 50. de 64, pero para una compaiia del tamaio de Avon, con una fac— No habia ninguna posibilidad de que la accion pudiera justficar turacién en ventas superior a los mil millones de délares, hubiera tales expectativas, de manera que el precio cay6 de 75 d6lares a 25, requerido vender megabillones en cosméticas y lociones. De hecho, mandando el PER a un realista 13. No es que McDonald's twviera alguien caleul6 que para que Avon padiera justificar su PER de 64 ningéin problema. Lo Gnico que pasaba cra que la accién a 75 do— hhubiera tenido que ganar mis que Ja industria del acero, 1a del lares, en 1972, estaba sobrevalorada. petréleo y el Estado de California juntos. Pero, jcudntas botellas de colonia y lociones se pueden vender? El caso es que las. ganancias Y si MeDonald’s estaba sobrevalorada, observe lo sucedido con la de Avon no aumentaron en absolute sino que bajaron, y el precio compaiiia de Ross Perot, Electronic Data Systems (EDS), un titulo de Ia accién se desplomo a 18,60 délares en 1974, de moda en la década de los sesenta. Yo no podia dar crédito a : ‘mis ojos cuando lef en un informe que la compafia tenia un PER Lo mismo ocurti6 con Polaroid. Polaroid era otra compaaia s6li~ de 300. Si las ganancias permanectan constantes, le Mevaria al da, con 32 afios de prosperidad a sus espaldas, pero perdi6 el 80 comprador cinco siglos recuperar su inversin. Por si eso fuera ppor ciento de su valor en 18 meses. La accién se vendia por 143 poco, el autor del informe daba a entender que el PER era“con- dolares en 1973 y cayé a 14,15 délares en 1974, s6lo para rebotar servador, porque en realidad EDS tendria que tener un PER de hasta los 60 dolares en 1978 y luego volver a cacr hasta 19 délares ‘i000, en 1981, Durante el punto més alto de su cotizacion en 1973 la Si usted hubicra invertido en una compaifa con un PER de 1000 relacién precio/ganancia de Polaroid era de 50. Llegé a ser tan alta cuando el rey Arturo rondaba por Inglaterra, y en el caso de que debido a las expectativas de los inversores sobre el increible creci— las ganancias se hubieran mantenido constantes, cstaria usted por tmiento que la marca iba a experimentar con la introduccién de su ‘estas fechas recuperando el valor de su inversién, Me gustaria haber nueva cémara SX~70, pero la cémara y la pelicula estaban sobre guardado ese informe, haberlo enmarcado y haberlo colgado en mi valoradas, hubo problemas operativos y la gente perdi interés. k I i 174 CAPITULO 10, fexerersien ae Una vez més, las expectativas eran tan poco realistas que, afin en Cualquier estudioso de la relacién precio, hits ae el caso de que la SX-70 hubiera tenido éxito, Polaroid hubiera vertido que esto cra la locura, y ojalé Lane pemecrtie tenido que vender cuatro de ellas a cada familia en América para Bu 1973-74 el mescade gufst les cortecuionssiiale brigee deat justificar el alto PER Ni ain siendo un gran éxito la cdmara hu~ los afios treinta, biera podido salvar a la accién. Lo que sucedi6 fue que la cdmara alcanz6 solamente un éxito moderado, de manera que todo fueron ‘malas noticias. GANANCIAS FUTURAS EL PER DEL MERCADO ‘as ganancias futuras, ese es cl asunto. ;Qué forma hay de pro- irlas? Basindose en las ganancias actuales, lo més que puede No s6lo las compafifas cuentan con una rclacién precio/ganancia. egar a adivinar es si la accién esté justamente valorada. Si consi~ La bolsa como un todo tiene su propio PER colectivo, el cual es gue hacer esto, usted nunca compraré una Polaroid o una Avon buon indicador de si el mercado en general esti sobrevalorado 0 on un PER de 40, ni pagaré de més por Bristol-Myers, Coca infravalorado. Ya sé que le he recomendado ignorar el mercado, Cola © McDonald's. Sin embargo, lo que a usted le gustaria real ppero cuando uno se encuentra con que unas cuantas acciones se mente saber es qué pasaré con las ganancias el mes que viene, el estén vendiendo a unos precios inflados en relacién con las ganan~ = que viene y cn la década siguiente. Las ganancias, después de cias, es muy probable que lo mismo esté sucediendo con la mayoria todo, se supone que han de aumentar, y toda cotizacién leva den— de ellas. Eso fue lo que sucedié antes de la gran caida de 1973-74 tro de si su propia presuncién de crecimiento. y, una vez més, aunque no hasta el mismo extremo, antes de la J gran caida de 1987. atallones enteros de analistas y estadisticos se lanzan a respon— der a las preguntas del crecimiento futuro y las ganancias futuras, y Durante los cinco afios del sltimo mercado alcista, de 1982 a Se puede comprobar muy fécilmente, cogicndo cualquier revi 1987, se podia observar como el PER del mercado en general au- economia, a frecuencia con que se tonfunden (la pulabra que mis ‘mentaba gradualmente hasta llegar de 8 a 16. Esto significaba que veces se lee junto a "beneficios’ cs sorpresa"). Pero no estoy a los inversores de 1987 estaban dispuestos a pagar el doble de lo Punto de sugcrir que puede usted empezar a predecir los bene que habjan pagado en 1982 por las mismas ganancias, lo cual de~ ficios, 0 el erecimicnto de los beneficios, por st cuenta y con éxito. beria haber servido como advertencia de que la mayor parte de los i rifles aSlaban eabrovalaradGie Una vez se mete uno en esto seriamente, es fiicil cacr en la perplejidad ante el gran niimero de titulos que bajan a Los tipos de interés tienen mucho que ver con los PER. preva~ due las ganancias suban, porque paca ent lecientes, puesto que los inversores pagan_més por las acciones lientes institucionales esperaban que los beneficios fueran superi¢ = ee et er Pee eee atractivos. Pero tipos de interés aparte, el incretble optimismo_ge- Porque la misma gente esperaba que las pérdidas fueran superiores, nerado por el mercado alcista puede conducir el PER a nivcles ri ‘Aunque estas son anomallas a corto plazo, resultan frusirantes, para diculos, como en el caso de EDS, Avon y Polaroid. Durante ese el accionista que las advierte. period, tas acciones de répido crecimiento ostentaban unos PER més bien propios del Pais de las Maravillas, las de crecimiento Sl sted, no. reed precccin log benefcios fomures, poe Jo rah Tento ostentaban los que en otros épocas etaban rescrados para JJ puede entearse de fino una compaiia espera aunoner Ine na fas de crecimiento répido, y el PER del mercado mismo logé a un Luego sera cosa de revisar de vez cn cuando que tope de 20 en 1971. estén saliendo bien. soe panes a 176 CAPITULO 10. Una compafifa tiene cinco formas bésicas de aumentar sus ga~ nancias': reducir-costes, aumentar. precios, abrir_nuevos.mercados, vender més en los mercados de siempre o revitalizarse, cerrar 0, si ‘ao, buscar otra solucion para secciones con pérdida. Estos son los factores a tener en cuenta. Si usted tiene la ventsja que le pro- porciona un conocimiento especifico, aqui es.donde le resultara de ‘mayor utilidad. ‘Aigunes personas confunden los dvidendos con las ganancias de las que venimos ‘ablando en este capitulo. La gunancia de una compafia es Jo que queda cada ato después de que los gasos € impuesios han sido saisfechos, Un dividend es lo que fsa compatia paga t 105 accionsias regularmente, como ia parte que les corres fPonde de los benefcis. Una compania. puede tener unas gananciss formidables y ‘no pagar dvidendos en absolut, CAPITULO 11 El ejercicio de los dos minutos ‘A estas alturas debe saber usted si esta tratando con una sélida, con una ciclica, con una de lento crecimiento, con una de rapido crecimiento, con una recuperable, o con una de las que jucgan con baza. El PER Ie ha dado una somera idea de si la accion, a su actual precio, est sobrevalorada con respecto a sus perspectivas jinmediatas. El siguiente paso es enterarsc de qué cs lo que esté hhaciendo la compafifa para conseguir esa prosperidad adicional, ese disparo del crecimiento 0 cualquier otro evento feliz que se espera que ocurra, Esto es lo que se conoce como la “historia” Con la porible excepeién de las que juegan con hava (con las que usted puede sentarse a esperar que el valor real de los bienes in~ mucbles, de las reservas de petréleo 0 de las estaciones de TV sean reconocidos por otros), algo dindmico tiene que suceder para que las ganancias se mantengan. Cuanto més sepa usted sobre ese algo, més fécil le resultara seguir el gui6n. ‘Los informes de los analistas sobre la compaiia, que usted recibe de su broker, y Ios cortos ensayos que aparecen en Value Line le dan Ia versién profesional de la historia, pero si cuenta usted con 178 ‘CAPITULO 11 CAPITULO 11 179 tun conocimiento especifico sobre 1a compafifa o la industria o la Si se trata de una recuperable hay que preguntarse lo que la ‘que pertenece, entonces estar usted en disposici6n de escribir su compaiifa ha hecho para mejorar su fortuna y si lo que sea que propio guién con todo detalle. esté haciendo esté dando resultado. "General Mills se esté restab~ Antes de decidirme a comprar una accion me gusta saber que leciendo de su peorificacién. Ha pasado de controlar once negocios puedo explicarme en un mondlogo de dos minutos las razones por a controlar dos. Al vender Eddie Bauer, Talbot's, Kenner y Parker Jas que me interesa, lo que tiene que suceder para que la compa~ Brothers y obtener mucho dinero a cambio de estas excelentes fifa tenga éxito y los peligros que acechan en suv camino. El moné— empresas, General Mills csté haciendo otra vez lo que sabe hacer } Jogo de dos minttos puede ser susurrado 0 dicho a los colegas que mejor restaurantes y comidas preparadas. La compaiiia ha estado se eneucntren alrededor. Una vez que usted puede contar la histo~ recomprando millones de acciones propias. Gortons, la subsidiaria fia a su familia, a sus amigos 0 al perro, y de tal mancra que in~ de mariscos, ha pasado de poser un 7 por ciento del mercado al uso un nifio pudiera entenderla, una vez que pucda hacer esto, €s 25 por ciento. Estén produciendo yogurt bajo en caloras, galletas que ya tiene un dominio conveniente sobre la situacion sin colesterol y pasteles para microondas, Las ganancias han au~ t mentado decididamente.” ‘| ‘He aqui algunos temas de los que puede tratar en el mondlogo: q Si se trata de una s6lida, entonces los temas principales son la relacién precio/ganancia, si la acci6n ha experimentado una subida 1 Si la que tiene usted en mente es una de crecimiento lento, en fuerte de precio en los ttimos meses y, si es el cas0, qué es 10 ij tonces la tiene presumiblemente por los dividendos. (Por qué otra que se esté haciendo para acclerar Ia tasa de crecimiento. Usted f razén se puede poseer una accién de estas?) Por tanto, los ele puede decirse a si mismo: “Coca-Cola est en su punto més bajo rmentos importantes del guién serfan: "Esta compaia ha aumentado del PER La acciéa no ha hecho nada en los sitios dos aiios. La sus ganancias todos los aiios durante los itimos diez, ofrece una ‘compaiia ha mejorado en muchos aspectos. Vendié al piblico la rentabilidad interesante, nunca ha reducido © suspendido un divi mitad de Columbia Pictures. Las bebidas dietéticas han hecho subir dendo durante tiempos buenos ni malos, incluyendo las iltimas tres de forma dramética los indices de venta. El aiio pasado los japo— recesiones. Es una empresa de teléfonos, un servicio piiblico, y las neses bebieron un 36 por ciento mas de Coca-Cola que el afio ‘nuevas operaciones celulares pueden disparar su crecimiento. anterior y los espafioles aumentaron su consumo en un 26 por —— ' Si en la que piensa es en una ciclica, entonces su guién tiene que ciento. Eso representa un progreso fenomenal. Las ventas al ex~ ver con condiciones, existencias y precios. "Ha habido una cata de iranjero son_en general cxcelentes. A través de una oferta aparte, tres afios de duracién en la industria automovilistica, pero las cosas Coca-Cola Enterprises, la compaifa ha comprado muchas de sus | son diferentes este aio. Lo sé porque la venta de coches ha subido Aistribuidoras regionales independientes. Ahora la compaia tiene un i en todas partes por primera vez en mucho tiempo. Compruebo que mejor control sobre la distribucién y las ventas nacionales. Debido a | Jos modelos de GM se estén vendiendo bica, y en los dltimos die todos estos factores, a Coca-Cola puede ile mejor de lo que la ciocho meses la compaiifa ha cerrado cinco plantas ineficientes, ha gente piensa.” i rebajado en un veinte por ciento los costes de mano de obra y las Si se trata de una de crocimicnto rapido, lo que hay que pre~ | ganancias estin a punto de dispararse.” guntarse es dénde y emo puede la compaiia continuar su répido Si se trata de una de las que juegan con baza hay que pregun— crecimiento. "La Quinta es una cadena de moteles que tuvo su tarse cuales son los activos y cual es su valor. ‘La acciOn se vende origen en Texas. Era muy rentable. La empresa repitié con éxito su por 8 délares, pero s6lo la division de video-cassettes ya vale 4 formula en Arkansas y en Luisiana, El aio pasado aument6 el ni- dolares la accién y los bienes inmuebles valen 7 délares. Eso ya es ‘mero de moteles en un 20 por ciento més que el aio anterior. Las tuna ganga en sf mismo, y encima me Hlevo el resto de la empresa ganancias han aumentado cada trimestre. La compaiia tiene planes por 3 délares menos. Los propios empleados estin comprando, la de seguir creciento. La deuda no es excesiva. Los moteles son una compaifa tiene beneficios constantes y cero deudas” industria de bajo crecimiento y muy competitiva, pero La Quinta ha 180 (CAPITULO 11 ‘encontrado su hueco. Aiin tiene mucho que hacer antes de saturar el mercado.” Esos son algunos de los temas bésicos de los que se compone la “historia’, y usted puede completarlos con cuantos detalles crea ne~ cesarios. Cuanto mas sepa, mejor. Yo suelo dedicar varias horas a desarollar el guién a pesar de que no siempre sea necesario. Dé jeme que Ie ponga dos ejemplos: el primero, sobre una situacién ‘que estudié convenientemente, y el segundo sobre una situacién en la que olvidé preguntar algo. La primera fue La Quinta, que ha sido un 15-bagzer, y la segunda fue Bildner’s, un 15-bagger en sentido contrario. LA QUINTA En determinado momento decid que la industria motelera estaba f punto de dar una de las vueltas cicicas. Yo ya habia invertido en United Inns, la mayor poseedora de Holiday Inns en franquicia, y estaba al acecho de otras oportunidades. Durante una conversaciGn telefénica con el vicepresidente de United Inns le pregunté cual era Ja compafifa que con mas éxito le hiciera la competencia a Holiday Inn. Preguntar sobre la competencia es una de mis tenicas favoritas ppara encontrar nuevos titulos prometedores. Todo quisque habla mal de la competencia en el 95 por ciento de los casos y 630 no sig~ nifica mucho, pero cuando el ejecutivo de una compaiiia admite que est4 impresionado por otra compaiia, puede estar seguro de que se trata de algo importante, Escatimar la admiracién hacia el rival se~ fauna gran torpeza “La Quinta Motor Inns’, dijo entusiasmado el vicepresidente de United Inns. "Lo estin haciendo fabulosamente. Nos estén matando en Houston y en Dallas.” Parecfa muy impresionado, y yo no lo estaba menos. Esa fue la primera vez que of hablar de La Quinta, pero tan pronto como terminé de hablar con el vicepresidente de United Inns tlamé por telefono a Walter Biegler a las oficinas centrales de La Quinta en San Antonio, para enterarme de la historia, Mr. Biegler me dijo que tenia un viaje pendiente a Boston al cabo de dos dias porque tenia que asistir a una conferencia de negocios on Harvard, y que le complaceria mucho contarme 1a historia perso~ ‘nalmente. CAPITULO 11 11 Entre que por un lado un ejecutivo de United Inns me deja caer la informacién, y entre que cinco minutos después otro ejecutivo de La Quinta me dice que casualmente tenia planeado un viaje a Boston, todo el asunto podia parecer un montaje para hacerme in- vertir en millones de acciones. Pero tan pronto como of la presen~ tacién de Mr. Biegler comprend{ que no se trataba de un montajc, y la forma de haber sido engaiiado hubiera sido no comprando esas ‘maravillosas acciones. EI concepto era simple. La Quinta oftecia habitaciones de la ca~ lidad de las de Holiday Inn, pero a un precio inferior. La habita- cin era del mismo tamafo, la cama era exactamente igual de firme (hay expertos en camas de la industria de los moteles que tienen en cuenta estas cosas), los cuartos de baiio eran igual de bonitos, la piscina cra igual de bonita, y atin ast las tarifes eran un 30 por ciento més bajas. ¢Cémo era eso posible? Biegler me lo explics. La Quinta habia climinado el érea de bodas, los salones para conferencias, la enorme area de recepcién, la cocina y el restau- rante, espacios todos que no contribuian nada a las ganancias y en cambio agregaban mucho a los gastos. La idea que La Quinta tenia en mente cra instalar un Denny's o cualquier otro establecimicnto similar que estuviera abierto las veinticuatro horas, justo al lado de cada motel. La Quinta ni siquiera tenia que ser la empresa pro- pictaria de los Denny's. Alguien més podia ocuparse de la comida. Holiday Inn no es famoso por su cocina, de manera que no era que La Quinta estuviera dejando escapar ninguna fuente de ingre— s0s. Precisamente haciéndolo asf se evité una gran inversién de ca~ pital y una fuente segura de preocupaciones. De hecho, la mayor parte de hoteles y moteles pierden dinero con sus restaurantes y son Jos restaurantes la causa del 95 por ciento de las quejas. Yo siempre intento aprender algo nuevo en todas las conversa~ siones de negocios que mantengo. De Mr. Biegler aprendi que los clientes de los hoteles y moteles normalmente pagan una milésima parte del valor de una habitacion por cada noche que pasan en lla. Si ct Hotel Plaza en Nueva York valora sus habitaciones en 400.000 délares cada una, eso quiere decir que usted va a pagar probablemente unos 400 dolares por cada noche que pase alli, y si el Motel Sin Nombre ha pagado 20.000 délares por cada una de sus habitaciones a usted le pedirn 20 dolares por noche. Porque 182. CAPITULO 11 ‘cost6 un 30 por ciento menos construir La Quinta que construir un Holiday Inn, La Quinta podia alquilar habitaciones a un 30 por lento menos y afin obtener la misma rentabilidad que el Holiday In. gCual era el hueco que La Quinta vino a lenar? Habia cientos de hhabitaciones de moteles disponibles detrés de cada curva del camino. Mr. Biegler dijo que ellos tenjan un objetivo: el pequeio hombre de negocios que no andaba a la bisqueda del motel barato, pero que gustosamente pagaria menos por los mismos lujos que le ofrecfa el Holiday Inn. La Quinta estaba alli para proporcionar precisamente eso, y la ubicacién de sus moteles resultaba muchas veces més convenicnte para el hombre de negocios. Holiday Inn, que queria serlo todo para todos ios viajeros, con frecuencia construfa sus hoteles justo al lado de las rampas de acceso de las autopistas principales. La Quinta construia sus insta laciones cerca de los distritos mercantiles, de los centros oficiales, de los hospitales y de los complejos industriales, zonas todas que interesarfan més a su clientela. Y debido a que su clientela eran hombres y mujeres en viajes de negocios y no gente de vacaciones, ‘un mayor porcentaje hacfan sus reservas con antelacién, déndole a La Quinta la ventaja de una clientela mis constante y predecible. Nadie antes habia logrado capturar esta parte del mercado, ese espacio que hay entre el Hotel Hilton arriba y cl motel cconémico abajo. Ademés, no habia ninguna posibilidad de que ningin nuevo ‘competidor pudiera aparecer de la noche a la mafana sin que la bbolsa tuviera noticia de ello. Esa es una de las razones por las que yo prefiero los titulos de hoteles y restaurantes a los de empresas de tecnologia ~no ha acabado uno de invertir en alguna maravi~ losa nueva tecnologia cuando ya apareci6 otra més nueva 0 més maravillosa en cualquier laboratorio. En cambio, los prototipos de Jos posibles hoteles y restaurantes tienen que aparccer por alguna arte, ya que no se puede edificar cien de la noche a la mafana. 'Y en el caso de que estén en otra parte del pais, entonces, sim— plemente, no nos afecta. GY qué hay de los costes? Cuando compafias que son nuevas y pequefias emprenden la construccién de proyectos ambiciosos, el peso de la deuda puede doblegarlas durante afios. Bicgler me tranquilize también en este sentido. Me explics que La Quinta ha bbfa mantenido los costes bajos al construir edificios de 120 habita~ ciones en lugar de 240, al supervisar la construccién y al atenerse a CAPITULO 11 183 los contrates al pie de la letra. Una instalacién de 120 habitaciones podia ser incluso dirigida por una pareja de retirados, lo cual ya representaba un ahorro en sueldos de directivos. Y, lo que era mas impresionante, La Ouinta habia conseguido llegar a un trato con algunas de las principales compaiiias aseguradoras, segin el cual éstas proveian toda la financiacién en términos muy favorables a cambio de una pequeita parte de las genancias Como socios de La Quinta tanto en el éxito como en el fracaso, las compaiias aseguradoras no iban a estar muy interesadas en ponerle las cosas tan dificiles como para mandarla a la quicbra en el caso de que Megara a darse una falta de liquidez. De hecho, este acceso al dincto de las compaiiias aseguradoras fue lo que le per mitio a La Quinta extenderse tan rpida ¢ intensamente sin incurrir en las temidas deudas bancarias (ver capitulo 13). No me evs mucho tiempo Megar a sentirme satisfecho de que Biegler y sus empleados hubieran pensado en todo. La Quinta era una gran historia y no uno de esos cuentos de ser4, podria Megara ser, ete, Sino es una gran historia ya, no invierta. La Quinta ya levaba funcionando cinco 0 seis afios cuando Biegler me visit6. El motel original habia sido duplicado varias ve~ ces y en varias localidades diferentes. La compafia estaba creciendo a un asomiroso 50 por ciento anual y la accién se cotizaba a diez veces Jas ganancias, lo cual la convertia en una ganga incretblc. Ahora ya sabia cuéntas nuevas instalaciones La Quinta pensaba construir, de manera que podria seguir controlando sus. progresos en el futuro La guinda final fue descubrir que solo tres agencias de valores cubrian La Quinta en 1978, y que menos del 20 por ciento de las acciones estaban en manos de grandes instituciones. Lo Gnico que no me terminaba de gustar de esta empresa era que no tenia nada de aburrida. Después de la conversacién telefénica y de la visita, continué re~ copilando informacion, haciendo uso de los servicios de La Quinta duranté tres nochcs cn tres sitios diferentes, durante un viaje de negocios en el que tenia que visitar otras compaiifas. Salté en las, camas, metf el dedo gordo en la parte menos profunda de las pis~ cinas (nunca aprendi a nadar), tiré de las cortinas, estrujé las toa~ las y me aseguré de que La Quinta era el igual de Holiday Inn. A pesar de que todo en Ia historia de la compaffa era perfecto, ‘casi me autoconvenct de no invertir en ella, El hecho de que la i oe aaa 194 CAPITULO 11 accién hubicra doblado su precio en un afto no era preocupante, cl PER en relacién a Ia tasa de crecimiento hacia que aiin siguiera siendo una ganga. Lo que me molestaba era que un empleado im— portante de la compaiiia habia vendido sus acciones por la mitad de su precio en ese momento. Mas tarde descubsi que esa persona, miembro de la familia fundadora de La Quinta, estaba simplemente diversificando su cartera. ‘Afortunadamente me recordé a mi mismo que el hecho de que Jos de dentro se deshagan de sus acciones es una mala razén para despreciar un titulo, y a continuacién compré cuantas acciones pude para el Magellan Fund, En un perfodo de diez afios recuperé once veces la inversin inicial, antes de que sufriera un revés debido al decinar de las fortunas en los estados productores de energla. En Ja actualidad, la compaiiia es una interesante combinacién de las que juegan con baza y las recuperables. BILDNER’S El error que no cometi con La Quinta lo cometi con J. Bildner and Sons. El que yo invirticra en Bildner’s es un perfecto ejemplo de lo que sucede cuando uno se deja atrapar en la euforia de una empresa hasta el extremo de que hace todas las preguntas excepto la mas importante, y éste resulta ser el fallo decisive Bildner’s os una tienda de comestibles especiales y que esté ubi- cada justo en frente de mi oficina en Boston. También habia un Bildner’s en la localidad donde vivo, aunque ya no existe, Entre ‘otras cosas, Bildner’s vende sandwiches de gourmet y comidas cali~ entes preparadas, una especie de feliz alianza entre la tienda de comestibles y cl restaurante de tres tenedores. Conozco perfecta— mente sus sandwiches, puesto que estuve comiéndolos para almorzar durante aos. Ese cra mi conocimiento especifico sobre Bildnors: yo tenia informacién de primera mano de que tenian el mejor pan y los mejores sandwiches de Boston. La historia era que Bildner’s estaba plancando extenderse’ a otras ciudades y para financiarse pasaria a cotizar en bolsa. A mi me soné bien el plan. La compaiifa se habia cavado su. huequecito: los millones de trabajadores de corbata que no soportaban los. sand- wiches de microondas envueltos en plistico, pero que tampoco se avenian a cocinar. q aaa CAPITULO 11 185 La comida preparada que vendia Bildner's ya era la salvacion de muchas parejas trabajadoras que al cabo del dia estaban demasiado cansadas como para ponerse a cocinat en serio, pero que atin ast gustaban de poner sobre la mesa algo que pareciera cocina de gourmet. Antes de desplazarse a sus casas en las afueras de la ciudad paraban en Bildner’s y se compraban la co: dor que les hubiera gustado cocinarse personalment bas francesas, salsa bearnesa y/o almendras. ‘Yo habla hecho una investigacién a fondo visitando el estableci—- miento que tenia enfrente. Era uno de los Bildner’s originales, limpio, eficiente y leno de clientes satisfechos, el tipico bar de yuppies. También descubri que era una fabulosa méquina de hacer dinero. Cuando me enteré de que Bildner’s estaba planeando ven— der acciones para abrir mas locales con los ingresos, me interesé vivamente. Por medio del folleto explicativo de las condiciones de la emisién supe que la compaiifa no pensaba incurrir en excesivas deudas con los bancos. Esto era un punto a su favor. Iba a alquilar los locales para los nucvos establecimientos en vez de comprarlos, aunque el alquiler fuese con derecho a compra. Esto también era un punto favorable. Sin més investigaciones compré Bildner's al precio de oferta inicial de 13 délares, en septicmbre de 1986. Poco después de la venta de esta emison, Bildner’s abrié dos nuevos locales en un par de grandes almacenes de Boston y fraca~ saron. Entonces abrié otros tres en el centro de Manbaitan y a estos los mat6 la competencia. Abrié en ciudades més distantes, incluida Atlanta. Al exceder los gastos de los ingresos de la oferta piblica, Bildner’s se estaba excediendo financieramente. Uno 0 dos errores a la vez puede que no hubieran sido tan destructivos. Pero en lugar de moverse con tiento, Bildner’s se dejé llevar a multiples y simulténcos fracasos. No hay duda de que la compaaia aprendio de sus errores, y Jim Bildncr cra un hombre brillante y muy tra~ bajador, pero una vez que el dinero desapareciS no hubo una se~ gunda oportunidad. Fue una desgracia, porque yo me imaginaba que Bildner’s lo tenfa todo para ser el siguiente Taco Bell. {He dicho "el siguiente Taco Bell"? Seguramente que esa fue la mal— dicién, Con el tiempo, la accién tocé fondo a 13 centavos y la direccién decidid la vuelta a los establemicientos originales, incluido el que esté en frente de mi oficina, La nueva meta de Bildner’s era ahora 186 CAPITULO 11 evitar la quiebra, pero eso era demasiado optimismo, Yo me fui deshaciendo de mis acciones con pérdidas que oscilaban entre el 50 y el 95 por ciento. ‘Sigo comiendo los sandwiches de Bildner como antes, y cada vez que me como uno me acuerdo del error que cometi. No esperé ver silo que tenfa éxito en el vecindario Io tendria también en otros sitios. Es la multiplicacién acertada lo que convierte a un simple snack—bar en un Taco Bell o a cualquier tienda de ropa en tuna The Limited, pero no tiene sentido comprar acciones hasta que la compaiiia no ha probado que se sabe multiplicar. Si el prototipo est en Texas, lo inteligente es posponer la com— pra hasta que la compaiiia prucbe que también pucde hacer dincro en Ilionois 0 Maine. Eso fue lo que olvidé preguntar a Bildner: ¢Funciona la idea fuera de aquf? Yo tenfa que haberme preocu- pado por la escasez de gerentes con experencia, por las limitadas posibilidades financieras y por la habilidad de la compafia para hacer frente a esos errores iniciales. ‘Nunca es demasiado tarde para no invertir en una empresa que empieza. Si yo hubiera esperado més tiempo para comprar Bild net's, no Ia hubiera comprado en absoluto. También debi vender antes. Desde el momento en que fracasaron los locales abiertos en Boston y en Manhattan estaba claro que Bildner’s teafa un proble~ ma, y ese hubiera sido el momento para retirarse del juego, antes de que las cartas salieran peor. Debo haberme dormida encima de la mesa. Exquisitos sandwiches, a pesar de todo. CAPITULO 12 s Como obtener los datos ‘A pesar de que ser gestor de un fondo de inversién tiene sus in- convenientes, tiene en cambio la ventaja de que tas compafiias estin ispuestas a hablar con nosotros, incluso varias veces a la semana, si lo consideramos necesario. Es sorprendente lo popular que puede Hegar a sentirse uno cuando unas cuantas compaiiias le andan de- trés para que adquiera un millén de délares de sus acciones, Mc hacen viajar de costa a costa para visitar una oportunidad detris de la otra. Directores, presidentes, vicepresidentes y analistas me dan toda clase de informacién sobre gastos, planes de expansién, progra- mas para recortar gastos y cualquier otra cosa que tenga impor- tancia para los resultados futuros, Los colegas se pasan_tambic formacién, Y si yo no puedo visitar una compafiia, la compatiia me vishard a’ mt Pero, por otra parte, no se me ocure ningiin tipo de informaciin que sea util y que el inversor amateur no pueda obtener. Los da- tos pertinentes estén todos ahi, esperando a ser recogidos. Antes no era_asi, pero las cosas han cambiado. En estos dias, a las com- paiias se les exige decitlo casi todo en sus prospectos, en sus. re- istas trimestrales y en sus informes anuales. Las asociaciones co- rmerciales de la industria informan sobre las perspectivas generales en sus publicaciones. Las companias también suelen enviar gustosas i CAPITULO 12 sus propios boletines informativos, en los que muchas veces se puc- de encontrar informacién til. Pero los rumores, ya lo sé, parecen siempre mds interesantes que Ja informacién que se da al piiblico, Esta cs la razdn por la que tun par de palabras, ofdas por encima del hombro en un restaurante -"Goodyear esti de nuevo cn marcha"- tienen més peso que la in- formacién emitida por In propia compariia. Es Ia vieja regla del oréculo: cuanto més misteriosa la fuente, mds persuasivo el consejo. Los inversores pogan sus ofdos a la pared, cuando lo que “Thecesitan saber esti todo por escrito. A lo mejor si las companias.estampa- ran sobre sus informes anuales y wimeswales las palabras “informa cién clasificada’ un mayor nimero de destinatarios les echaria un vistazo. Lo que usted no pueda saber por medio del informe anual 0 sabri preguntando a su broker, Uamando a la compafiia, visitindola (© haciendo un poco de investigacién bésica, COMO SACARLE A SU BROKER EL MAYOR PARTIDO Si usted compra y vende titilos por medio de una agencia de valores, esté pagando seguramente unos 30 centavos de délar extra por accién. No es que esta comisién sea mucha, pero a cambio tendrian que darle algo més que una postal por navidades y las timas ideas de la agencia, Recuerde: slo le eva unos cuatro seg- uundos a un corredor el rellenar una orden de compra 0 venta y ‘otros diez 0 quince el Hlevarla hasta el mostrador de pedidos. Ai- ‘gumas veces este trabajo lo hace el chico de los recados. {Cual es la razén por la que gente que no est nunca dispucsta 2 pagar por la gasolina sin que de paso le revisen el aceite y le limpien tos cristales en a estacién de servicio, no exige, en cam- bio, nada de su broker? Quizés le llamen una o dos veces a la semana para preguntar: ";Cémo les va a mis acciones?" 0 "{Cémo std el mercado?", pero dando por sentado que el valor de su car- tera en ese momento no cuenta como estudio para la inversiéa, Comprendo que el corredor puede también hacer de figura, patema, de vidente y de tranquilizante humano durante las oscilaciones. des- favorables de los precios, Pero nada de esto le ayudar a clegir las buenas compatiias. Incluso en una época tan Iejana como el siglo diecinueve, el poe- ta Shelley descubrid que los agentes de valores (0 al menos uno caprruto 12 189 de clos) estaban ansiosos por echar una mano a sus clientes, *ZNo extraflo que la tinica persona que yo haya conocido, con dinero ara ser generosa, fuera un agente de bolsa?” Es posible que los agentes de hoy en dia esién menos dispuestos a hacer grandes do- naciones a sus clientes, pero como recopiladores de informacién pu- eden ser el mejor amigo del inversor. Pueden proporcionar Ios in- formes de S&P y los boletines de inversién, asf como los prospec tos anuales, trimestrales y otras publicaciones, el estudio de Value Line y Jos estudios de sus analistas. Deje que sean ellos quienes so ocupen de obtener los datos sobre cl PER y las tasas de creci- ‘miento, 0 sobre fo que compran los de dentro y las propiedades de Jas instituciones. Estarin encantados de hacerlo una vez comprucben que usted va en serio, Si decide usted utilizar a su broker como consejero (una priéctica temeraria por lo general, pero que a veces puede valer la pena), entonces pidale que le dé el discurso de dos minutos sobre las ac- ciones recomendadas. Probablemente tendré que motivarlo con algu- nnas de las preguntas que he enumerado amteriormente, y un diglogo pico que ahora se desarrolla ast ‘Estamos recomendando Zaire, Es una situacién especial.” "@Realmente piensa que es buena?” BROKER: "Realmente pensamos que es buena." UstD: "Muy bien, Compro.” se transformarfa en algo asf: BROKER; "Fstamos recomendando La Quinta Motor Inns. Acaba de egar a nuestra lista de compras.” UsTED: "{Como clasificaria usted esta acci6n? Ciclica, de lento cre- cimiento, de ripido crecimiento...” BROKER: "Como una de répido crecimiento, definitivamente,” : "Como de ripida? {Cual es el crecimiento reciente on de paso fa relacién precio/ganancia relativa a tos niveles histdricos?” BROKER: "Por supuesto.” UsTeD: "Qué es lo que hace que La Quinta sea una buena compra fen este momento? ;Dénde esté cl mercado? {Estén obteniendo bene- ficios Las Quintas ya existentes? ;A qué se debe la expansiGn? {Qué hay de las deudas de ta compana? {Cémo piensan financiar el crecimiento sin emitir nuevas obligaciones y diluir ast las ganan- 190. CAPITULO 12 cias? jEstin comprando los de dentro? BROKER: "Creo que gran parte de esa informacién la encontraré en cl informe de nuestro analista." Ustep: “Mandeme una copia, La leeré y volveré a hablar con usted, Mientras tanto, me gustaria que me consiguiera un gréfico del precio comparado con la evolucién de las ganancias durante los il- limos cinco affos. Quiero saber si ha habido dividendos y si han sido siempre pagados. Mientras esti en eso, entéresc de qué por- centaje de las acciones es propiedad de instituciones, y también de ‘cunt tiempo fleva su analista cubriendo esta acc BROKER: "ZEs eso todo?” UsreD: "Ya se lo diré cuando lea el informe. Quiza entonces Mame a la compa.” BROKER: "No se retrase demasiado. Es un momento perfecto para comprar. UstED: "ZAhora, en octubre? Ya sabe lo que dice Mark Twain: oc- tubre es uno de los meses mds particularmente peligrosos para es- ecular en bolsa. Los otros son julio, enero, septiembre, abril, mo- viembre, mayo, marzo, junio, diciembre, agosto y febrero." LLAMANDO A LA Cu.4PANIA Los profesionales aman a la compafiia continuamente, pero a los amateurs no se les ocurre nunca, Si usted tiene preguntas especifi- ccas que hacer, la oficina de relaciones para el inversor es un buen Jugar para obtener las respuestas. Esa es otra cosa que su broker puede hacer por usted: conseguirle el nimero de teléfono. A mu- chas compatiias les encantaria tener la posibilidad de intercambiar puntos de vista con el propictario de cien acciones de Topeka. Si se ata de una empresa pequefia, puede usted encontrarse hablando con el presidente. En el improbable supuesto de que la oficina de relaciones no le atienda bien, puede usted decirles que posee 20,000 acciones y que cesté pensado en comprar otras tantas. Enlonces mencione, como por casualidad, que tiene sus acciones en negociaciGn conjunta, Eso deberfa surtir efecto. La verdad es que no estoy recomendando de- cir mentirijllas, pero las posibilidades de ser descubierto en este ca- 50 son practicamente nulas. La compafiia tiene que creerle lo de las 20.000 acciones, porque las acciones de negociacién conjunta son CAPITULO 12 11 almacenadas por los bancos y sociedades de valores y bolsa en ma- sas indiferenciadas. ‘Antes de lamar a la compafiia es aconsejable que prepare sus preguntas y que no empiece por preguntar por qué esté bajando ta acciGn. Preguntar por qué baja va a hacer que le cataloguen como ne6fito inmediadamente y que no le consideren digno de una res- puesta seria, En la mayor parte de los casos, una compafiia no tie~ ne ni la menor idea de por qué baja la accicn Los beneficios son un buen tema de conversacién pero, por algu- ‘na razin, no esti bien visto preguntar a la compaiiia cuénto piensa ‘ganar, igual que no esté bien visto que un perfecto extrafio le pre- unte a usted por su sueldo anual. La forma aveptada de la pre- ‘untae sutil © indirecta: "{Cuakes son las estimaciones de benefi- cios de la bolsa para su compaiia el afio que viene?" Como usted ya sabe, las ganancias futuras son dificiles de prede- cit. Incluso tos analistas varian enormemente en sus predicciones, y ni las mismas compaffas saben con seguridad qué beneficios ten- dein. Los de Procter & Gamble tienen una idea bastante clara, pues- to que esa compatiia fabrica 82 diferentes productos con 100 dife- Fentes marcas que comercializa en 107 paises. Pero los de Reynolds Metals mo podrian decirle nada porque todo depende de los precios del aluminio, Si usted Ie pregunta a Phelps Dodge cuénto piensa ganar el ao que viene, Phelps Dodge le responders preguntando cual seré el precio del cobre ef affo que viene. Lo que a usted le interesa de la oficina de relaciones es que le saque de dudas. ;Tiene sentido? {Funciona? Si usted se pregunta si Tagamet, el medicamento, va a tener algiin efecto significativo sobre Ia fortuna de SmithKline, ta compatiia puede decirselo, y también puede proporcionarle Ios dltimos datos sobre la venta de Tagamet. “Levan los pedidos de niedas Goodyear verdaderamente un retra- so de dos meses? Han subido los precios de las ruedas, tal como usted le parece haber notado? ;Cudnios nuevos Taco Bell serin construidos este aflo? {Que porcentaje del mercado ha ganado Bud- weiser? jEstén las plantas de Bethlehem Steel funcionando a pleno fendimiento? ;Cual considera 1a compafia que es el valor en el mercado de sus propiedades de televisién por cable? Si usted se ha formado una idea de los puntos que quiere aclarar, sabré hacer las preguntas. Es mejor empezar con una pregunta que demuestre que usted ha 192. CAPITULO 12 CAPITULO_12 estado investigando por su cuenta, como: "Veo en el timo infor- 4SE LO PUEDE USTED CREER? me anual que han reducido las deudas en 00 millones de délares. 2Qué planes ticnen para seguir reduciendo la deuda? De esa mane- En la mayor parte de los casos, las compaitias son honestas cn a obtendré una respuesia més seria que si pregunta: "Qué estin ‘sus conversaciones con los accionistas. Todas saben que la verdad haciendo ustedes para to de la deuda?" saldré a relucir en el siguiente informe timestral, de manera que ‘Adin en el caso de que no sepa exactamente Jo que quiere saber, no tienen nada que ganar encubriendo las cosas al estilo de Was- siempre puede aprender algo haciendo dos preguntas generles hington. En todos los aos que llevo escuchando a miles de repre- "{Cudles son los puntos positives este afio? {Y cudles los negati- sentantes de empresas contar su parte de la historia -no importa lo vos?” Quizés le cuenten sobre la planta de Georgia que perdié 10 mal que les fuera- s6lo puedo recordar unos pocos casos en lo que millones el aio pasado, pero que ha sido cerrada este alo, 0 sobre fui, mal informado deliberadamente la divisién improductiva que se va a vender por dinero al contado, Por tanto, cuando usted llama a la oficina de relaciones comer- Quizés algiin nuevo producto esté acclerando la tasa de crecimiento. ciales puede tener la seguridad de que los datos que Ie van a pro- En 1987, la oficina de relaciones para el inversor Je podria. haber porcionar serin los comectos. Los. adjetivos, sin embargo, varian dicho si las recientes noticias médicas sobre la aspirina habfan he- enormamente. Las diferentes compafias tienen diferentes normas de cho aumentar las. ventas escribir la misma escena, Por el lado negativo se enteraré de que ha habido un aumento “Tomemos los textiles como ejemplo, Las compatias textiles estén fn los costos laborales, que Ia demanda de uno de los productos dese cl siglo pasado. JP Stevens empezé en 1899, West Point- principales ha decafdo, que hay un nuevo competidor, 0 que la ba Pepperell en 1866 -éstas son las equivalentes empresariales de las Ja (© ef alza) dol délar va a reducir las ganancias. Si es con una Hijas de a Revolicién Americana. Cuando uno ha pasado por seis empresa fabricante de ropa con quien usted esté hablando, quizé fguerras, diez alzas, quince depresiones y weinta recesiones, hay ya ddescubra que la linea de este afto no se esti vendienda y que las Pocas cosas que consigan excitamos, y se ha vuelto uno lo bastan- cexistencias se han ido amontonando, fe fuerte como para admitir tranquilamente cualquier adversidad. Los empleados de Ia oficina de relaciones comerciales han adop- AAI final, usted puede sumar los resultados: tes negativos, dos posi- tado hasta tal punto esa actitud de viejo guarda que se las arreglan tivos. En la mayor parte de los casos oird lo que ya so esperaba, Para sonar indiferentes cuando el negocio va de miedo y para s0- especialmente: si entiende usted algo de la industria en cucstin. Pe- nar absolutamente decaidos cuando el negocio solo va bien. Y ro de vez en cuando oiré algo inesperado -que las cosas son poo- cuando va mal se ditfa, por sus tonos de vor, que los ejecutivos res 0 mejores de lo que parecen. Lo inesperado puede ser de gran se estin colgando con las sbanas que produce Ia empresa, importncia si usted est en el trance de comprar 0 vender accio- Digamos que usted ama preguntando por las verias del estambre nes, de lana. "Mediocre", es la respuesta. Entonces pregunta por las ca- Yo encuentto algo inesperado una de cada diez veces en el cur- misas con mezela de poliéster y Ia respuesta es: "No demasiado 50 de mis indagaciones. Si estoy llamando a companias con proble- bien”. "ZY qué hay de la ropa tejana?” "Bueno, esa va mejor’. Pe- mas, en nueve casos me confimmarin que tienen razones para esiar fo cuando al fin le dan las ciffas reales se enlera usted de que la doprimidos, pero en uno me explicarén que tienen una causa, no compafiia esti haciendo el gran negocio. percibida 2 nivel general, por la que estar optimistas. Lo mismo As{ son las cosas en las empresas textiles y en la mayoria de sucede, aungue a la inversa, con las compaiiias que tienen razones las industria maduras cn general, Mirando al mismo clelo, tas in- para sentirse en gran forma, Si hago 100 Ilamadas me encuentro dustrias maduras ven nubes donde las industrias inmaduras ven con 10 situaciones sorpresa, y si hago 1,000 me encuentro con pasteles. 100. Pero no se preacupe. Simo posee usted 1,000 titulos diferen- ‘Tomemos por caso a las compafiias de ropa, las que se encargan tes, no necesita hacer 1,000 lamadas. de terminar el producto de las textiles. Estas compafias tienen una 194. CAPITULO 12 ‘existencia inestable y estan etemamente desapareciendo. Han declara- do tantas voces el capitulo 11 (el de la quiebra, en América), que cualquiera ereeria que se trata de una enmienda a la Constitucién, Pero ni aiin asf oiré usted nunca la palabra "mediocre" de labios de una de estas personas, ni siquiera cuando tas ventas son de- sasrosas, Lo peor que puede egar a oft de alguien del ramo, en el poor de los casos, es que [as cosas van basicamente bien. Y cuando las cosas van de verdad bésicamente bien, le dirin que la situacién ¢s fantéstica, incre*ble, fabulosa y de fuera de este mundo. Las personas que trabajan para las industrias tecnolégicas y de software se expresan de la misma manera, Casi se puede dar por sentado que cuanto més inestable sea Ia existencia de una industria, ms optimista seré la retGrica que empleen, A juzgar por lo que en los de Ia industria de software, uno creerfa que no saben lo que es un bajén, Pero, en realidad ;por qué no iban a sonar tan optimistas? Con una competencia como la que tienen los de soft- ware tienen que parecer optimistas. Si se demuestra pesimismo el ‘que vea las cosas color de rasa seré quien se lleva los contratos, Pero no hace falta que el inversor pierda su tiempo descifrando el vocabulario de empresa. Lo mas préctico es prescindir de todos los. adjetivos. LA VISITA A LAS OFICINAS CENTRALES Una de las grandes alegrias de ser un accionista es visitar las oficinas centrales de las companias de las se es propietario. Si se tata de una empresa local, obtener una cita no seré ningiin proble- ma, Les encanta dar tours a 10s propietarios de 20.000 acciones. Si estd al otro lado del pais quiz pueda escabullirse para una visita durante sus vacaciones. veraniewas. "Ejem, chicos, s6lo a cien Kilé- metros de aqui estin las oficinas centrales de Pacific Gas and El- eetric. 205 importaria mucho que me parara a echar un vistazo al estado de cuentas de la compafia mientras vosotros me esperdis en el césped del parking de visitantes? Vale, vale, s6lo cra una idea’, Cuando yo visito las oficinas centrales de una compattia lo que pretendo descubrir es la sensacién que me inspira el lugar. Los da- tos y los nimeros se obtienen por teléfono, Yo tuve una sensacién positiva cuando vi que la central de Taco Bell estaba detris de tuna pista de bowling. Cuando vi a los ejecutivas trabajando dentro de ese pequefio bunker gris me quedé maravillado. Era obvio que caprruto 12 195 ‘no cstaban malgastando el dinero en una oficina con vistas La primera cosa que pregunto, a propésito, es: *zCudndo fue la tilima vez que un director de un fondo de inversién estuvo aqut?™ Si la respuesta es “hace dos afios, me parece", entonces ‘me quedo extasiado. Eso fue el caso en el Meridian Bank -22 afios de ganan- ccias continuas, un gran historial de dividendos en aumento, y se habian olvidado de cémo cra un analisia. Busque las oficinas centrales con la esperanza de encontrarlas si no detrés de una pista de bowling, si en agin dopauperado vecin- dario en el que a ningin analista financiero le gustaria ser visto, Aquel analista en précticas al que mandé a visitar Pep Boys-Manny, Moe & Jack me comunicé que los txistas de Filadelfia no Io querian conducir hasta el sitio. Esto me impresioné tanto como Io que_mas del resto de las cosas que me cont. Estando en Crown, Cork and Seal, observé que la oficina del pre- sidemte tenfa_una vista escénica a las hileras de latas, os suelos eran de linéleo desvaido y los muebles de la oficina tenfan un as- Pecto més lamentable que las cosas sobre las que yo me sentaba cuando estaba en el ejército. He ahi una compafiia con las_priori- dades bien entendidas -zy sabe usted cOmo le fue a la accién? Ha ‘multipticado su valor por 280 en los tltimos teinta afos. Ganancias ricas y oficinas centrales pobres es una gran combinacién, No ‘fue ese el caso de Uniroyal, encaramado en una colina de Connecticut como un interado de Iujo. Me dié la impresién de que ¢ra_una mala seal y no me equiviqué -la compania se fue colina abajo, Owas malas seftales incluyen los finos muebles de an- ticuario, los tapices y las paredes de nogal. Lo he visto suceder en muchas compafiias; en el momento en que empiezan a meter las plantas exéticas hay que empezar a preocuparse por tas ganancias, EL CONTACTO PERSONAL Visitar las oficinas centrales le da también la posibilidad de co- hhocer a algunos de los directivos. Ota forma de conocer a alguno es asistir a las reuniones anuales, y no tanto a las sesiones forma- es como a los encuentros informales. Si usted se toma este asunio fen serio, la reunién anual es la mejor posibilidad que tiene para hacer contactos. tiles. Aunque no me sucede siempre, ocasionalmente intuyo algo. sobre las perspevtivas de una compafifa a través de uno de sus represen- 196 carmuto 12 canmruto 12 17 tanies, Cuando fui a visitar Tandon, una compafia que habia des- Dregunias clave, como demuestra el caso Bildner's, pero cuando se carado por estar en la floja industria de los diskets, tuve un inie- esl investigando un caso puede resultar ilustrativo y rerconfortante Tesante encuentro con el sefior a cargo de las relaciones comercia- echarle un vistazo al lado préctico d ria, les. Era tan cortés, pulido y cuidadoso de su lenguaje como el que més de sus colegas. Sin embargo, cuando busqué su nombre en la Roeth, pero el viaje hasta el local mds préximo me convencié de lista de rogistros. (entre otras cosas, en Ia lista de registros puede que sta compania. sabla de verdad vender juguetes. Al proguntarles centerarse usted de qué mimero de acciones poseen los gerentes y a los clientes si les gustaba la tienda, wodos parecian tener la in- directores de la compat, y de lo que cobran estas personas), des- tencida de volver. cubst que este hombre, que no levaba mucho tiempo en la com- Antes de comprar La Quinta past tres noches en sus. estableci- ppafifa, entre las acciones de compra directa y sus opciones de com- mientos hotelers. Anies de comprar Pic "N" Save hice una parada ra valia més de veinie millones de dolares. en una de sus tiendas en California y quedé impresionado. por sus Por alguna raz6e, que est persona tan normal tuviera tanto dine- bajos precios. La estrategia de Pic "N’ Save consisuia en buscar pro. ro gracias a Tandon parecia demasiado bueno para ser verdad. La luctoscuya fabricacién se hubicra descontinuado, sacarles de los accién ya habia multiplicado por ocho su valor y el PER habia canales regulares de distribucién y ofrecerlos a precio de auténtica subido con euforia. Al meditar sobre el asunio me df cuenta de sanga. que si Tandon volvia a doblar, el seftor de las relaciones comercia Yo podia haber obienido esa informacién por medio de la oficina les valdrfa cuarenta millones de d6lares, cuando en ese momento ya de relaciones piblicas de 1a empresa, pero no hubiera sido los is ten‘a muchisimo més dinero del que yo pensaba que tendria que mo que ver en las estanterias In colonia de marca a 79 centavos tener. Todo el moniaje me parecié poco realista. Hubo otras razo- 1h botella y a fos clientes no dando crédito a sus ojos. Un analis- nes por las que decidf no invertir, pero la entrevista fue lo que a financiero podia haberme informado sobre los millones de ddlares me abrié los ojos. La accién cay6 de 35,25 d6lares a 1,37, ajusta- invertidos en Lassie Dog Food por Pic "N* Save después de que do. por fraccionamiento Campbell's abandonara Ia produccién de comida para pertos, y que Las mismas reservas tuve cuando conoci al fundador y accionista Pic "N" Save rapidamente vendié con enormes ganancias, Pero obser- principal de Televideo, en un almuerzo en Boston. El posefa ya un var a la gente haciendo cola con sus carros de la compra lenos mill6n de délares en acciones de una compania con un alto PER, de comida para perros era la prueba de que la estrategia funciona- y en la muy competitiva industria periférica de las computadoras. ba. Pensé: si yo gano dinero en Televideo, este tipo va a valer 200 ; ‘Cuando visité un establecimiento de Pep Boys en California uno millones de d6lares. No me parecié realista y decidf no invertir, La de los vendedores casi me vende un juego completo de rucdas pa- accién bajé de 40,50 délares en 1983 a 1 d6lar en 1987. ra el coche. Yo querfa tan s6lo echar un vistazo al local, pero el Nunca podria probarlo cientificamente, pero si usted no comprende vendedor era un estusiasta tal de su abajo que las cuatro medas c6mo el representante de una compania puede legar a hacerse tan ‘nuevas casi_me acompafian en cl avidn de vuclia a casa. Puede rico, lo més probable es que sus dudas tengan buen fundamento. que se tratara de alguien disparatado, pero yo deduje que con un Personal asf, Pep Boys estaba en condiciones de vender cualquier cosa, Y esti claro que lo han hecho. Seer aae Después del desplome de Apple Computer y de que la acciGn chia cayera de 6) délares a 15, me pregunté si la compafta se recu- Deeds epoca jen a Saraiva ewes as rsa uted peraria de sus alificulades y si deburia considear la accion. como supermercado y yo los restaurantes Taco Bell por medio de sus de- Wipcnent Teno asin ficiosos "burritos", me mantengo en la creencia de que el deambu- sperable. iputadora Lisa de Apple y su entrada en el lucrative mundo de Jos negocios habfan sido un fracaso com- lar por las tiendas y el ir probando cosas es una estrategia funda- a Ree ese tne Caceen lore een pleto, Pero cuando mi mujer me dijo que ella y las nifas necesic 198 CAPITULO 12 taban una segunda Apple para la casa, y cuando me enteré de que Fidelity estaba a punto de comprar 60 nuevos Macintoshes para las oficinas comprendi que Apple era atin popular en el mercado domés- tico, y que se estaba abriendo nuevos caminos de peneiracién en el sector comercial. Compré un millon de acciones y no me he arre- pentido de ello, Mi fe en Chrysler se vio considerablemente fortalecida después de ‘mi entrevista con Lee Iacocca, quien st mostré absolutamente con- vencido de la resurreccién de la industria avtomovilistica, de ta ne~ cesidad de reducir los costes y del éxito de su nueva linea de co- ches. Al salir de las oficinas centrales observé que el parking te- servado a los ejecutivos de la empresa estaba medio vacio, lo que consideré como otra sefial de progreso. Pero mi estusiasmo se vi6 acrecentado al visitar una sala de exposiciones y entrar y salir de Jos nuevos convertibles de la casa: Lasers, New Yorkers y LeBa- ron. A lo largo de los aftos, Chrysler se habia hecho una reputa- que le acreditaba como el coche de las personas mayores, pe- ro por lo que pude ver, estaban poniendo mucha imaginacién en Jos modelos més recientes, especialmente en el convertible. Lo cual hicieron quiténdole el techo duro al LeBaron, No sé cémo pasé por alto el minivan, que en poco tiempo se convirtié en el vehiculo con més éxito que Chrysler haya construi- do y en el equivalente auiomovilistico de Leggs en la década de los ‘ochenta. Pero al menos percibi que la compaiiia estaba hacien- do algo bien. Con posterioridad, Chrysler fue alargando el minivan y le afiadié un motor més potente, que es Io que los clientes {querian, y hoy en dia s6lo los minivans de Chrysler representan el tres por ciento de todos los coches vendidos en los Estados Unidos. Quizé compre yo también uno cuando mi AMC-Concord de once aflos se oxide del todo. Es sorprendente la cantidad de andlisis sobre 1a industria del au- tomévil que pueden hacers: en los parkings de los centros comer- ciales.y de recreo, de complejos deportivos y en los de las iglesias y hoteles de montafia. Cada vez que veo un minivan de Chrysler 0 tun Ford Taunus (Ford es todavia una de mis grandes inversiones) aparcado y con el conductor dentro, me lanzo y le pregunto si esté ontento y cudnto tiempo hace que Io tiene y si lo recomendarta. Hasta el momento, las respuestas han sido positivas al cien por cien, Jo cual es buen prondstico para Ford y para Chrysler. Caro- lyn, mientras tanto, esté muy ocupada en tas tiendas, haciendo and- CAPITULO 12 199 lisis sobre The Limited, Pier 1 Imports y sobre las ensaladas de McDonald's. Cuanto més homogéneo se vuclve el pais, mayores son las posi- bilidades de que Jo que se vende bien en un centro comercial se venda bien cn todos. Piense por un momento en todos los produc- tos cuyo éxito 0 fracaso vaticiné usted correctamente, iPor qué entonces no compré OshKosh B'Gosh, si nuestros. nifios crecieron en esos maravillosos pantalones con peto? {Por qué me abstuve de inverir en Reebok s6lo porque una amiga de mi mujer se quejé de que los zapatos Ie hacian dato? imaginese lo que es perder un fivebagger slo porque la vecina hace una critica negativa de un par de zapatos de deporte! Nada resulta féeil en este negocio, LEYENDO LOS INFORMES No tiene que causar sorpresa que gran cantidad de los informes anuales acaben en la papelera. El texto impreso en las paginas. bril- lantes es Ja parte que se entiende y normalmente no tiene ninguna Uutlidad, y os mimeros en la parte de atrés resultan incomprensi- bles, y eso es lo que se supone es importante, Pero hay una ma- nera de sacar algo en Timpio de un informe anual en unos pocos minutos, que es todo el tiempo que yo les concedo. ‘Tomemos como ejemplo el informe anual de Ford del aio 1987. En la portada hay una bonita fotografia de la parte trasera de un Lincoln Continental, hecha por Tom Wojnowski, denim se rinde ti- buto a Henry Ford I y hay una fotografia suya en la que aparece de pie frente a una pintura de su abuelo, Hemry I. Hay unas pa- fabras amables para los accionistas, un texto sobre cultura em- presarial, y se menciona el hecho de que Ford patrocinara una ex- hibicién de los trabajos de Beatrix Pouter, la creadora de Peter Rabbit. Yo paso por alto todo cso y voy directamente a la pagina del balance de situacién consolidado, impreso cn papel més barato y en la pagina 27 del informe (ver gréfico). Esia parece ser la regla en los informes y quizd en la mayorfa de las publicaciones: cuanto més barat el papel, més valiosa es 1a informacién. La pagina del balance da cuenta del activo y del pasivo, y eso es capital para mi. En la parte superior de la columna encabezada por el activo rea- 200 CAPITULO 12 CAPITULO 12 201 Balance de situacién consolidado ee ae Resumen financiero de 10 afios Wor Conus snc _ Rae mes em mee aol s iad mous oy ma send meen vod suet anus one Sieave pone sco sams, ee ua Sami mau Sua Sane Seva Saws Sats SoNT ome ee ert Bee a nes a ieee ee ee ee pce et eel een ot a ie cee esate eee Gera aa nan aes sates a See OS Ee a: Se “ee “a eee a oe ere ee es a ero Ss ee ee ee ee ee Res ne ae eS pe ee eee oat oc = a a at ae Se Oe eee eee) ae PEM, ee ie OE SE oe ok ee ae ae ass fat eens Ee ec satel Tad ee ee eae ne a eae SESE GE Ee oka ne Bases SE aE gS ge ce ee era ee ase cece ae AS! as RE es te Fess oe let i Mean aT a a, es Rewescoe iieiacscter oo as ay ay = eas a = ee ——_ sts fe a Se ‘Soma cova» br sa Dewarrllo de las acciones bs = rH ee ree myer meee ee We ane (acne pee Se ESS Rs iei ig carci ears ners s ; ee sn . eo see oes oa eee es edo Seen em w= ay eA et et ee ee pean sy oa if ns Tank sips eet eal a Ge Pinas ycompromos (se |) io (Spec nee (ann 19 y 1) ‘Aioer peters co lr mm de por ans ‘eben iturin (epee te celal aia a ests ‘Slee a Se 7 Saget Hates tna Hts 2s SGN) Se pale fom Sim Sook wor Sea sar Slice ‘onset Sian RB [me au? ss sue sams seus samp Ges sen eta pr hr, é‘ 4 TS a erry tas Hoy eutadoe et )Ta a pre ea Indie capes uncer eu amohras te cans i) Portree taj en assess cura 202 CAPITULO 12. lizable, observo que la compafifa tiene 5.672 millones de détares en efectivo disponible, mas 4.424 millones en valores de bolsa. Suman- do ambas cantidades obtengo Ia cifra redondeada de 10.100 millones de délares, que es la situacién de efectivos de la compatia. Com- parando el efectivo de 1987 con el de 1986 cn la columna de la derecha veo que Ford va aumentando el efectivo. Esta ¢s una sciial fiable de_prosperidad. ee Luego paso a la ora mitad de la hoja del balance, hasta donde dice “deuda a largo plazo”. Auf veo que la deuda a largo plaz0 de 1987 es de 1.750 millones, y que esté considerablemente reduci- da con respecto al afio anterior. Cuando el efectivo aumenta en re- lacién a la deuds, se trata de un balance de situacién en mejor. ‘Cuando sucede al revés, la situacién se esti deteriorando. Si resto la deuda a largo plaza de los 10.100 millones de déla- res, obtengo la suma de 8.350 millones, que es la situacién de fective neto de Ford. El electivo disponible y los valores de bol- sa exceden de la deuda en 8.350 millones. Cuando el efectivo ex- cede a la deuda el balance es favorable. No imporia qué suceda, Ford no esté a punto de declararse en quiebra Puede que usted se haya fijado en la deuda a corto plazo de 1.800 millones de délares. En mis célculos yo ignoro las deudas a corto plazo. Es posible que los puristas si escandalicen, pero no ‘veo para qué complicar 1as cosas innecesariamente. Simplemente doy por sentado que los otros activos de la compaiiia -inventarios y demas- son lo suficientemente valiosos como para cubrir Ia deuda a corto plazo, y me olvido det asunto, Con frecuencia sucede que la deuda a largo plazo excede al efec= tivo, el efectivo ha ido disminuyendo y la deuda aumentando y la se encuentra en mala situacién financiera. Si es fuerte 0 5 de lo que nos queremos enterar con este ejercicio. Después paso revista al resumen financiero de los cltimos diez afios, situado en la pigina 38. Descubro que hay 511 millones de acciones en circulacién. También veo que el nimero se ha reducido fen los dos itimos aos. Esto significa que Ford ha estado com- pprando sus propias acciones, lo que es otro paso positivo. Si divido los 8.350 millones entre los 511 millones de acciones en circulacién, el resultado es que hay 1630 délares en efectivo nieto para acompafiar a cada accién de Ford. La razén por la que esto ¢s tan importante quedaré clara en el capitulo siguiente. Pero este asunto ya st est complicando demasiado. Si usted no CAprruLo 12 203 quiere hacer este ejercicio y més bien se entretendria leyendo sobre Henry Ford, entonces pregunte a su. broker si Ford esti recompran- do sus propias acciones, si el efectivo excede de la deuda a largo plazo y cuanto efectivo hay por cada accién. Seamos realistas. No tengo la intencién de perderle en un labe- rinto de cuemtas. Hay nimeros importantes que le ayudarin a hacer cl seguimiento de una compania, y si puede obtenerlos do los in- formes anuales, may bien. Si no, puede conseguirlos por medio de su broker, de los informes de S&P o de Value Line Value Line es mas fécil de leer que un balance de situacida, de ‘manera que si usted nunca ha estudiado ninguna de tas dos, em- piece por ahf. Contiene explicaciones sobre deuda y liquidez, resu- me el historial a largo plazo para que se pueda ver lo que suce- 4ié durante ta ultima recesidn, dice si las ganancias van en aumen- to y si los dividendos se han pagado siempre, etc. Por iltimo, cla- sifica a as compaftias de acuerdo con su salud financiera en una simple escala del 1 al 5, con lo que nos da una idea de las po- sibilidades que tiene esa’ compatia de sobrevivir a la adversidad. ‘También hay un sistema de clasificacién para la oportunidad de las acciones, pero yo no le presto atencién, Voy a dejar de lado el informe anual por el momento, En lugar de es0, estudiemos Jos miimeros que son importantes, uno por uno Y por si mismos, y no sigamos luchando por encontrarlos aqui. CAPITULO 13 Algunos niimeros clave Agut, y sin orden de importancia, estén los diversos niimeros que hay que’ tener en cuenta: PORCENTAJE DE VENTAS Cuando yo estoy interesado en una compaiiia a causa de un pro- ducto en particular como pueden ser Lleggs, Pampers, Bufferin o plésticos Lexan, 10 primero que me interesa averiguar es lo que el Producto representa para la compafiia en cuestiGn. zQué porcentaje de las ventas representa? Leggs hizo subir la accidn de Hanes a Jas alturas debido a que Hanes cra una compania relativamente pe- quetia, Pampers, los pafales, resultaron mas lucrativos que Leggs, ero no representaban tanto para la inmensa Procter & Gamble, Supongamos que usted sicnte interés por Lexan plastic y ya sabe ‘que quien Jo produce es General Electric. Mas tarde averigua por medio de su broker (0 por medio del informe anual de la com- aia, si es que consigue entnderlo) que la divisién de plisticos 206: CAPITULO 13. forma parte de la divisién de materiales, y que la divisién entera representa slo un 6,8 por ciento de los ingresos totales de GE. 2Qué importancia puede tener entonces que Lexan legue a ser un gran negocio? Para los accionistas de GE no va a cambiar gran cosa, Sabiendo esto, ya puede preguntarse quign mas fabrica Lexan © se olvida del asunto. LA RELACION PRECIO/GANANCIA ‘Ya hemos hablado sobre esto, pero conviene recordar una. particu laridad muy util: El PER (la relacién precio/ganancia) de cualquier compatifa que esté justamente valorada ticne que igualar su tasa de crecimiento, Estoy hablando de la tasa de crecimiento de las ganan- cias, por supuesto. ,Cémo se descubre es0? Pregiintele a su broker cual es la tasa de crecimiento en relacién al PER, Si el PER de Coca-Cola es 15 se puede esperar que la compania esté ereciendo un 15 por ciento al afio, Pero si el PER es menor que la tasa de crecimiento, entonces es posible que haya dado uusted con una. ganga. Una compafifa, pongamos por caso, con una tasa de crecimiento del 12 por ciento y un PER de 6, tiene una erspectiva muy interesante. Por otra pafte, una compaitia con una asa de crecimiento del 6 por ciento anual y un PER de 12 es un prospecto nada atractivo y destinado a acabar mal. En general, un PER que representa la mitad de ta tasa de creci miento es muy positivo, y uno que sea el doble de Ia tasa de erc- cimiento es muy negativo, Al analizar acciones para nuestros fondos nosotros nos valemos de estas medidas constantemente. Si su broker no puede proporcionarle Ia tasa de crecimiento de luna compafiia determinada, usted puede enterarse por sf mismo sa- cando las ganancias anuales de Value Line o de un informe de SAP, y calculando el porcentaje de aumento de los. beneficios de un_aflo al ouo, De esa mancra tendré otra forma de saber si una accién esti sobrevalorada, En lo referente a la siempre importante asa de crecimiento futura, su deduccién es tan valida como la mia, ‘Una férmula un poquitin més complicada nos permite comparar la tasa_de crecimiento con las ganancias, tomando en cuanta los divi- dendos al mismo tiempo. Averigie la tasa de crecimiento a largo plazo (digamos que en la compafiia X es del 12 por ciento), sume los dividendos (la compaftia X paga el 3 por ciento), y divida por CAPITULO 13, 207 Ja relacién precio/ganancia (en la compafia X es 10). 12 més 3 di- vidido entre 10 es 15. Menos que uno es poco, y 1,5 esté bien, pero usted anda bus- cando un 2 0 algo ain mejor. Una compafiia con una tasa de cre- cimiento del 15 por ciento, un dividendo del 3 por ciento, y un PER de 6 hubiera dado un fabuloso 3. LA SITUACION DE EFECTIVO Acabamos de echatle un vistazo a los 8.350 millones de délares en _efectivo, limpios de deuda a largo plazo, de Ford. Si una com- pafifa descansa sobre una cantidad tan grande de dinero en efectivo es algo que a usted le interesa saber. La razén es Ia siguiente: La accion de Ford pasé de costar 4 d6lares en 1982 a 38 en 1988 (ajusiado para fraccionamiento). Mediado este perfodo fue cuan- do yo compré mis 5 millones de acciones. Con el precio en 38 d6lares, yo ya habia ganado muchisimo con Ford, micntras que cl como de la bolsa habia estado repitiendo durante casi dos affos que la acci6n estaba sobrevalorada, Numerosos consejeros anunciaron que esta compafa automovilistica de carécter ciclico habla oido ya su Uilkimo hurra, y que el siguiente movimiento seria a la baja. Estave punto de vender en varias ocasiones. Pero mirando el informe anual yo habia advertido que Ford habia acumulado os 16,30 délares de cada accién en efectivo y limpio de deuda, como ya hemos visto. Por cada accién de Ford que yo po- fa habia esos 16,30 délares cn papel, como si fueran una delicio- sa. bonificacién secreta. La bonificacién de los 16,30 délarcs lo cambié todo. Significaba que yo esiaba comprando la compafiia no por 38 délares Ia accién, que era el precio del momento, sino por 21,70 délares (38. délares menos los 16,30 en fective). Los analistas esperaban que Ford anara unos 7 délares por accién con sus operaciones de ventas, lo cual, al precio de 38 dotares la accidn, daba un PER de 54, pero Al precio de 24 délares el PER era de 3,1. Una relacién precio/ganancia de 3,1 es seductora, con ciclos 0 sin tllos. Quizés, si Ford hhubiera sido una mala compatifa, o si la igente hubicra pasado de sus dltimos modelos, a mi no me hubiera impresionado, Pero Ford es una gran compafia, y a la gente le hhabfan encantado sus iltimos modelos de coches y camiones. EI asunto de la liquidez me hizo ver la conveniencia de quedar- 208 CAPITULO 13 me con las acciones de Ford, y después de tomar esta decision de no vender subieron todavia més del 40 por ciento. Yo también sabia (y usted podria haberlo averiguado leyendo la pégina 5 del informe anual, afin en la scccién bonita y comprensi- ble) que el grupo de servicios financieros de Ford -Ford Credit, First Nationwide, U.S. Leasing y otros- habfan ganado por su pro- ia cuenta 1,66 délares por accién. Para Ford Credit, que habia contribuido 1,33 délares por accién, era su déimo tercer allo con- secutive de. crecimiento de las_ganancias. Si asignaba un hipotético PER de 10 a las ganancias del grupo financiero de Ford (las compafifas financieras suclen tenerlo de 10) al valor de estas subsidiarias seria de 10 veces 1,66 délares, es de- cir, de 16,60 por acién, De esta manera, mientras la acciGn de Ford se vendia por 38 d6lares, yo estaba obleniendo 16,30 délares en efectivo y otros 16,60 que era el valor de las compafifas financieras, por lo que la accién me salia en realidad por 5,10 délares. Y se suponia que csta mis- ‘ma compafia automovilistica tenia que ganar unos 7 délares por ac- cidn, {Resultaba Ford una eleccién artiesgada? A 5,10 por accién fra una absolula ganga, a pesar del hecho de que ya costaba diez veces més que en 1982. Boeing es otra compafia de alta liquidez. A comienzos de 1987 se vendia por 40 d6lares 1a accién, pero contando con 27 délares en efectivo, uno estaba en realidad comprando por 15 délares Ia accién, Yo empecé comprando una pequefta partcipacién en Boeing en 1988, que luego Hegaria a ser una importante, en parte debido a 1a liqui- dez de la empresa y en parte debido a que Bocing tenia un récord de pedidos comerciales atrasados que ain tardaria en satisfacer. Pero, como es l6gico, la liquidez no siempre basta. Con demasia- da frecuencia no hay la suficiente como para tomarla en cuenta, ‘Schlumberger tiene mucho efectivo, pero no lo bastante por accién, Bristol-Myers tiene 1.400 millones netos al contado y solo 200 mi- ones en deuda a largo plazo, lo cual es una relacién impresionan- te, pero teniendo 280 millones de acciones en circulacién, 1.400 millones netos en efectivo (una vez restada la deuda) resultan en 5 GGlares por accién. Puesto que el precio de la accién de Boeing es de 40 délares, Jos 5 en efectivo no representan gran cosa. Adin si Ja accién cayera a 15 délares, serfa un gran negocio. De todas maneras, siempre es aconsejable revisar la sitacién de lic quidez. de la empresa (asf como el valor de las empresas afiliadas) CAPITULO 13. _209 ‘como parte de su trabajo de investigacion. Uno nunca sibe cuando ya a wopezar con una Ford. Y ya que estamos en esto, iqué piensa hacer Ford con todo su nero en efectivo? Mientras el efectivo se va amontonando en al- ‘gunas compafiias, 1a especulacién sobre el empleo que se le dard puede hacer subir el precio de la accién, Ford ha estado aumentan- do los dividendos y recomprando acciones a un ritmo acelerado, pe- 7 atin asi ha seguido amasando miles de millones. Algunos inver- sores se preguntan si Ford acabaré dilapidando el dinero pero, hasta el momento, la empresa se ha mostrado prudente en sus adquisicio- Ford ya es duefla de una compaifa financiera y de una caja de ahortos, y controla Hertz Rent-A-Car por medio de una asociacién. Hizo una oferta baja de compra por Hughes Aerospace, pero no lo consiguio. TRW seria una compra sensata, con sinergia: es uno de Jos principales productores del mundo de partes de automéviles y est en el mercado de Ia electrénica. Y lo que es mas, TRW po- dria convertirse en el principal suministrador de bolsas de aire para vehiculos, Pero si Ford compra Merill Lynch o Lockheed (de am- bas se rumored), gpasard a engrosar la larga lista de peorificadoras? EL FACTOR DEUDA iCwénto debe la compania y cufnto posee? Deuda contra recursos propios. Es exactamente Ia clase de cosa que a una cntidad de Préstamos le gustarfa saber sobre usted a la hora de decidirse sob- re si usted vale la pena el riesgo. EL balance de situacién de una empresa tiene dos lados. Al lado izquierdo esté cl activo (existencias, cuentas por cobrar, instalaciones y bienes de equipo, etc.). El lado derecho indica la forma en que se financia el activo. Una manera répida de determinar el poder fi- nanciero de una empresa es comparando los recursos propios con la deuida que esté a la derecha del balance de situacién. El ratio deuda-capital propio es ficil de determinar. Si echa un vistazo al balance de situacin de Ford en cl informe anual de 1987, verd que el capital del total de los accionistas es de 18.492 millones de délares. Unas lineas més arriba comprucba que la deu- 210. CAPITULO 13 da es de 1.752 millones. (También hay deuda a conto plazo, pero én estas evaluaciones basicas las ignoro, como ya he dicho. Si hay bastante efectivo -vea la lfanea 2- para cubrir la deuda a conto pla- 20, no tiene por qué preocuparse més.) EI balance de situacién de una empresa normal esti constituido Por un 75 por ciento de recursos propios y un 25 por ciento de recursos ajenos. El ratio capital-deuda de Ford es un asombroso 18.492 contra 1751 millones, 0 sea, un 91 por ciento de recursos Propios y menos del 10 por ciemto de deuda. Ese es un balance de situacién muy fuerte. Uno ain més fuerte podria tener un 1 por ciento de deuda y un 99 por ciento de recursos propios. Un ba- lance de situacién débil, por otro lado, serfa uno con una deuda del 80 por ciento y un capital del 20 por ciento. Ente compaiiias recuperables y empresas con problemas, yo presto especial atenciGn al factor deuda, Més que ninguna otra cosa, es la deuda lo que determinaré qué empresas sobrevivirén y cudles irén a la quicbra durante una crisis, Las compaitias jovenes con grandes deudas estén siempre en riesgo, Una vex estaba yo estudiando dos empresas tcenoldgicas con pro- blemas: GCA y Applied Materials. Ambas producfan equipo elecus- nico capital -méquinas constructoras de chips. Es uno de 30s terre- nos de alta tecnologia que es mejor evitar, y estas compafias me 40 corroboraron. A finales de 1985 la accién de GCA cayé de 20 dolares a 12, y a Applied Materials Je fue ain peor, cayendo de 16 a 8 délares. La diferencia fue que cuando GCA se metié en problemas tenia lW4 millones en dueda y casi toda era deuda bancaria, Més adelan- te explicaré esto. Sélo tenia 3 millones en efectivo, y su activo Principal 1o constitian 73 millones en existencias -pero en el mun- do de la clectrénica las cosas cambian con tanta rapidez que las existencias de 73 millones de un ao. pueden convertirse en unas existencias de 20 millones al ano siguiente, ;Y quién sabe lo que realmente egarian a conseguir en una liquidacién? Applied Materials, en cambio, tenfa slo 17 millones de détares en deuda y 36 millones en efectivo, En el momento ea que la in- dustria de los componentes clectrénicos se recuper6, Applied Materi- als rebot6 de 8 a 36 délares, pero GCA ya no existia para disfru- tar de esta resureccién. Una compaiia fue a la quicbra y fue ad CAPITULO 13 2u quirida a 10 centavos por accién, mientras que la otra més que cuadruplic6 su precio. El lastre de la deuda constituyé la diferencia, Es tanto Ia clase de deuda como la cantidad lo que separa a las ganadoras de las perdedoras durante una crisis, Existe Ia deuda ban- caria y Ja deuda consolidada. La deuda bancaria (la peor clase de todas, y la que tenls GCA) se vence a la vista, No tiene que provenir de un banco. También puede tomar la forma de efectos mercantiles, que son prestados de tuna compatiia a ova por cortos periodos de tiempo. Lo esencial es ‘que se vencen muy pronto y, a veces, a la llamada, Eso significa ‘que el prestamista puede exigir su dinero al menor indicio de pro- blemas. Si el deudor no puede pagar, tiene que declarar la quiebra. Los acreedores desvalijan la compafia, y una vez que han acabado ‘no queda nada para los accionistas, La deuda consolidada (la mejor de todas, desde 1 punto de vista del accionista) no puede ser cxigida, por mala que sea la situacién de la empresa, mientras ésta siga pagando los intereses. Puede que cl principal se venza a los 15, 20 0 30 aflos. La deuda consolida- da suele tomar la forma de obligaciones corporativas normales y suelen ser de vencimienlo a largo plazo. Las obligaciones corporati- vas pueden ser mejoradas 0 empeoradas por las agencias de valora- ‘én, dependiendo de la salud financiera de la empresa, pero, no importa qué suceda, el obligacionista no puede exigir el pago inme- iato del principal de la manera que puede hacerlo un banco. In- cluso el pago de intereses puede algunas veces ser postergado, La deuda consolidada concede a las empresas tiempo para escapar de las crisis. (En una nota a pie de pégina de un informe anval tipi- co, la compaiia desglosa la deuda a largo plazo, los intereses que estin siendo pagados y la fecha de vencimiento de la deuda) Yo presto particular atencién a la estructura de la deuda, asf co- mo a la cantidad, cuando estoy cvaluando a una compafia de las recuperables, como Chrysler. Todo el mundo sabfa que Chrysler tenia problemas de deudas. En el famoso arreglo que la sacé de apuros, el elemento clave fue que el estado garantizaba un préstamo de 1400 millones de délares a cambio de algunas opciones de compra de acciones. Mas tarde, el estado vendié estas opciones de ‘compra con una ganancia considerable, pero en esas fechas nadie lo hhubiera podido prececir. Lo que se podfa haber visto, sin embargo,

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