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Batalla de las Termópilas: sexto día

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Batalla de las Termópilas

Guerras Médicas

Leónidas en las Termópilas, por Jacques-Louis David.jpg

Leónidas en las Termópilas, por Jacques-Louis David (1814)

Fecha 7 de agosto1 u 8-10 de septiembre,2 480 a. C.

Lugar Termópilas, Grecia

Coordenadas 38°48′00″N 22°32′00″ECoordenadas: 38°48′00″N 22°32′00″E (mapa)

Casus belli Acceso al paso de las Termópilas para la invasión de Grecia

Resultado Victoria persa

Cambios territoriales Persia gana el control de Beocia y marcha hacia Atenas.

Beligerantes

Grecia

Ciudades-Estado griegas

Standard of Cyrus the Great (Achaemenid Empire).svg Imperio aqueménida

Comandantes

Leónidas I, Rey de Esparta †

Demófilo † Standard of Cyrus the Great (Achaemenid Empire).svg Jerjes I, Rey de Persia

Standard of Cyrus the Great (Achaemenid Empire).svg Mardonio

Standard of Cyrus the Great (Achaemenid Empire).svg Hydarnes II

Standard of Cyrus the Great (Achaemenid Empire).svg Artapanos

Fuerzas en combate

300 espartanos

700 tespios

2.120 arcadios

1.000 locrios opuntios

400 tebanos
400 corintios

200 hombres de Fliunte

80 micenos

1.000 hoplitas focenses

En total:

5.200+ (Heródoto)

7.400+ (Diodoro Sículo)

11.200 (Pausanias) Entre 150.000 y 400.0003

Según Heródoto, 2.080.0004

Según Ctesias, 80.0005

Según estimaciones modernas, 200.000

Bajas

Entre 1.000 y 4.000, según Heródoto,6 incluyendo a Leónidas I, los 300 espartanos y los 700
tespios 22000-24000 ( Estimaciones modernas)

[editar datos en Wikidata]

La batalla de las Termópilas tuvo lugar durante la Segunda Guerra Médica; donde una alianza
de las polis griegas lideradas por Esparta (por tierra), y Atenas (por mar), se unieron para
detener la invasión del Imperio persa de Jerjes I. El lapso de la batalla se extendió siete días,
siendo tres los días de los combates. Se desarrolló en el estrecho paso de las Termópilas (cuyo
nombre se traduce por 'Puertas Calientes' - de θερμός,-ή,-όν 'caliente' y Πύλη,ης 'puerta';
derivada de los manantiales cálidos que existían allí), en agosto o septiembre de 480 a. C.

Enormemente superados en número, los griegos detuvieron el avance persa, situándose


estratégicamente en la parte más angosta del desfiladero (se estima 10 a 30 metros), por
donde no pasaría la totalidad del poderío persa. En esas mismas fechas tenía lugar la batalla de
Artemisio, donde por mar los atenienses combatían a la flota de provisiones persas.

La invasión persa fue una respuesta tardía a la derrota sufrida en el 490 a.C. en la Primera
Guerra Médica, que había finalizado con la victoria de Atenas en la batalla de Maratón.

Jerjes reunió un ejército y una armada inmensos para conquistar la totalidad de Grecia que,
conforme a las estimaciones modernas, estaría compuesto por unos 250 000 hombres (más de
2 millones, según Heródoto). Ante la inminente invasión, el general ateniense Temístocles
propuso que los aliados griegos bloquearan el avance del ejército persa en el paso de las
Termópilas, a la vez que detenían a la armada persa en el estrecho de Artemisio.
Un ejército aliado formado por unos 7000 hombres, aproximadamente, marchó al norte para
bloquear el paso en el verano de 480 a. C. El ejército persa llegó al paso de las Termópilas a
finales de agosto o a comienzos de septiembre.

Durante una semana (tres días completos de combate), la pequeña fuerza comandada por el
rey Leónidas I de Esparta bloqueó el único camino que el inmenso ejército persa podía utilizar
para acceder a Grecia, en un ancho que no superaba los veinte metros (otras fuentes refieren
cien metros). Las bajas persas fueron considerables, no así el ejército espartano. Al sexto día,
un residente local llamado Efialtes traicionó a los griegos mostrando a los invasores un
pequeño camino que podían usar para acceder a la retaguardia de las líneas griegas. Sabiendo
que sus líneas iban a ser sobrepasadas, Leónidas despidió a la mayoría del ejército griego,
permaneciendo allí para proteger su retirada junto con 300 espartanos, 700 tespios, 400
tebanos y posiblemente algunos cientos de soldados más, la mayoría de los cuales cayeron en
los combates. Tras el enfrentamiento, la armada aliada recibió en Artemisio las noticias de la
derrota en las Termópilas. Dado que su estrategia requería mantener tanto las Termópilas
como Artemisio, y ante la pérdida del paso, la armada aliada decidió retirarse a Salamina. Los
persas atravesaron Beocia y capturaron la ciudad de Atenas, que previamente había sido
evacuada. Con el fin de alcanzar una victoria decisiva sobre la flota persa, la flota aliada atacó y
derrotó a los invasores en la batalla de Salamina a finales de año.

En este mapa se pueden observar los avances griegos y persas hacia las Termópilas y
Artemisio. Las líneas sobre el mar marcan las líneas de abastecimiento persa, combatidas por
la flota Ateniense.

Temiendo quedar atrapado en Europa, Jerjes se retiró con la mayor parte de su ejército a Asia,
dejando al general Mardonio al mando de las tropas restantes para completar la conquista de
Grecia. Al año siguiente, sin embargo, los aliados consiguieron la victoria decisiva en la batalla
de Platea, que puso fin a la invasión persa.

Tanto los escritores antiguos como los modernos han utilizado la batalla de las Termópilas
como un ejemplo del poder que puede ejercer sobre un ejército el patriotismo y la defensa de
su propio terreno por parte de un pequeño grupo de combatientes. Así, el comportamiento de
los defensores ha servido como ejemplo de las ventajas del entrenamiento, el equipamiento y
el uso del terreno como multiplicadores de la fuerza de un ejército, y se ha convertido en un
símbolo de la valentía frente a la adversidad insuperable.

Índice

1 Trasfondo histórico

1.1 Revuelta de Jonia (499-494 a. C.)


1.2 Batalla de Maratón (490 a. C.)

2 Preludio

2.1 Alianza Esparta - Atenas

2.2 El Oráculo de Delfos

2.3 La estrategia griega

2.4 Persia cruza el Helesponto

2.5 Preparativos de Esparta

3 Ejércitos

3.1 Persas: 250 000 soldados

3.2 Griegos: 7000 soldados

4 La batalla

4.1 Primer día

4.2 Quinto día

4.3 Sexto día

4.4 Séptimo día

4.4.1 Final

4.4.2 Bajas

5 Consideraciones estratégicas y tácticas

5.1 Topografía del campo de batalla

6 Después de Termópilas: bloqueo griego en Corinto

7 Significación histórica

8 Consecuencias

9 Legado

9.1 Monumentos

9.1.1 Epitafio de Simónides

9.1.2 Monumento a Leónidas

9.1.3 Monumento a los tespios

9.2 Leyendas asociadas a la batalla

10 Fuentes

11 Un icono de la cultura occidental

11.1 La batalla en el cine


11.2 La batalla en el cómic

11.3 La batalla en la literatura y música

12 Véase también

13 Notas y referencias

14 Bibliografía

14.1 Fuentes primarias

14.2 Fuentes secundarias

14.3 Novela histórica y novela gráfica

15 Enlaces externos

Trasfondo histórico

Artículo principal: Guerras Médicas

Mapa de Grecia en el que se muestran las distintas invasiones persas que tuvieron lugar
durante las Guerras Médicas.

La expansión constante de los griegos por el Mediterráneo, tanto hacia oriente como
occidente, llevó a crear colonias y ciudades importantes (como Mileto, Halicarnaso, Pérgamo)
en las costas de Asia Menor (hoy Turquía). Estas ciudades pertenecían a la denominada Jonia
helénica, la cual fue tomada totalmente por los persas tras la caída del reino griego de Lidia.

Tras varias rebeliones de estas ciudades contra los persas, se logró un equilibrio, donde
finalmente el Imperio aqueménida les concedió un grado de autonomía a cambio de duros
tributos,7 a pesar de lo cual los colonos helenos siguieron aspirando a la libertad absoluta. Se
sublevaron contra el poder imperial y obtuvieron algunas victorias iniciales, pero conocían su
inferioridad ante el coloso asiático, por lo que pidieron ayuda a los griegos continentales. Los
espartanos se negaron en un principio, pero los atenienses sí los apoyaron, dando comienzo a
las Guerras Médicas.

Revuelta de Jonia (499-494 a. C.)

Las ciudades estados de Atenas y Eretria apoyaron la revuelta jónica contra el Imperio persa de
Darío I, la cual tuvo lugar entre los años 499 y 494 a. C. Por aquella época, el Imperio persa era
todavía relativamente joven y, por tanto, más susceptible de sufrir revueltas entre sus
súbditos.89 Además, Darío no había accedido al trono pacíficamente, sino tras asesinar a
Gaumata, su predecesor, lo que había supuesto la necesidad de extinguir un serie de
levantamientos en su contra.8 Por todo ello, la revuelta jónica no era un tema menor, sino una
verdadera amenaza a la integridad del Imperio, y por ese motivo Darío juró castigar no sólo a
los jonios, sino también a todos aquellos que hubiesen estado involucrados en la rebelión
(especialmente a aquellos pueblos que no eran parte del Imperio).1011 Además, Darío vio la
ocasión de expandir su poder hacia el fraccionado mundo de la Antigua Grecia.11 Por ello,
envió una expedición preliminar bajo el mando del general Mardonio en 492 a. C. para
asegurar el acercamiento a tierra griega reconquistando Tracia y obligando al reino de
Macedonia (cuna de Alejandro Magno) a convertirse en vasallo de Persia.12

Batalla de Maratón (490 a. C.)

En 491 a. C. Darío envió emisarios a todas las polis de Grecia, solicitando la entrega 'del agua y
la tierra' como símbolo de sumisión hacia él13 y tras la demostración del poder persa del año
anterior, la mayoría de las ciudades griegas se sometieron. Sin embargo, Atenas juzgó a los
embajadores persas y los ejecutó lanzándoles a un foso. En Esparta, simplemente fueron
arrojados a un pozo.1314 Esto provocó que Esparta también estuviera, oficialmente, en guerra
con Persia.13

Guerrero espartano. El pelo largo era característico de los hombres de Esparta, según
Heródoto, era símbolo de «hombre libre»

Darío comenzó a preparar en 490 a. C. una misión anfibia bajo el mando de Datis y de
Artafernes, la cual comenzó con un ataque sobre Naxos y la posterior sumisión de las Cícladas.
La fuerza invasora se trasladó luego a Eretria —ciudad de la isla de Eubea—, que asedió y
destruyó.15 Finalmente, se dirigió hacia Atenas y desembarcó en la bahía de Maratón, en
donde se encontró con un ejército ateniense al que superaba en número. Sin embargo, en el
enfrentamiento de los dos ejércitos en la batalla de Maratón, los atenienses obtuvieron una
victoria decisiva que supuso la retirada del ejército persa de Europa y su retorno a Asia.16 Para
esa ocasión, los persas habrían contado con un ejército que triplicaba al ateniense, pero sufrió
un duro revés.

Esparta no participó en la batalla contra los persas. Atenas, con la finalidad de hacer frente a la
invasión, solicitó ayuda a los espartanos para luchar pero, como se ha dicho, el origen del
problema residía en las colonias griegas en Asia, y Esparta no había fundado ninguna ni
tampoco las había ayudado en la rebelión. Por tanto, los lacedemonios no se sentían
implicados. Tanto es así que no acudieron a la batalla de Maratón por estar celebrando las
fiestas de Apolo Carneo (llamadas Carneas).

En cualquier caso, y tras la derrota, Darío reaccionó comenzando a reclutar un nuevo ejército
de inmenso tamaño, que doblara o quintuplicara al que fue derrotado en Maratón, para poder
invadir Grecia. Sin embargo, sus planes se vieron interrumpidos cuando, en 486 a. C., se
produjo una revuelta en Egipto que obligó a posponer la expedición.9 Darío murió durante los
preparativos contra Egipto y el trono de Persia pasó a su hijo, Jerjes I,17 quien aplastó la
rebelión egipcia.

Preludio
Jerjes rápidamente retomó los preparativos para la invasión de Grecia que, al tratarse de una
invasión a gran escala, necesitaba una larga planificación que permitiese acumular las
provisiones necesarias y para reclutar, equipar y entrenar a los soldados.18

Alianza Esparta - Atenas

La flota ateniense, al mando del estratega Temístocles, fue decisiva para debilitar los
aprovisionamientos persas vía marítima, y crucial en la victoria naval en Salamina. Temístocles
había enfrentado a los persas 10 años atrás, en la victoria de la batalla de Maratón

Los atenienses, por su parte, también se habían estado preparando para afrontar una guerra
contra Persia desde mediados de la década de los años 480 a. C. Finalmente, en 482 a. C. se
tomó la decisión, bajo la guía del estadista ateniense Temístocles, de construir una masiva
flota de trirremes, imprescindible para que los griegos pudiesen enfrentarse a los persas.19 Sin
embargo, los atenienses carecían de la capacidad y la población suficiente para enfrentarse al
enemigo a un mismo tiempo en tierra y en el mar, por lo que para combatir a los persas
necesitaban llegar a una alianza con otras polis de Grecia. En 481 a. C. el emperador Jerjes
envió embajadores por toda Grecia solicitando de nuevo la tierra y el agua, pero omitiendo
deliberadamente a Atenas y a Esparta.20 Sin embargo, algunas ciudades fueron alineándose
con estos dos estados líderes, para lo cual se celebró un congreso de polis griegas en Corinto a
finales del otoño de 481 a. C.,21 del que surgió una confederación aliada de ciudades estado.
Esta confederación tenía el poder de enviar emisarios solicitando ayuda y de enviar tropas
desde los estados miembros hasta los puntos de defensa tras haberlo consultado
conjuntamente. Este hecho en sí mismo era de gran trascendencia en atención a la desunión
que había existido históricamente entre las ciudades estado, y en especial si se tiene en cuenta
que muchas de ellas estaban todavía técnicamente en guerra unas con otras.22

El Oráculo de Delfos

La leyenda de las Termópilas, tal y como la cuenta Heródoto, dice que los espartanos
consultaron al Oráculo de Delfos ese mismo año sobre el resultado de la guerra. Se dice que el
Oráculo dictaminó que, o bien la ciudad de Esparta sería saqueada por los persas, o bien
debían sufrir la pérdida de un rey descendiente de Heracles.23 Heródoto dice que Leónidas, en
línea con la profecía, estaba convencido que se dirigía a una muerte segura, y que por eso
eligió como soldados solo a espartanos que contaran con hijos vivos.24

La estrategia griega

La confederación volvió a reunirse en la primavera de 480 a. C. Una delegación tesalia sugirió


que los aliados se reunieran en el angosto valle de Tempe, en las fronteras de Tesalia, para
bloquear el avance de Jerjes.25 Se envió una fuerza compuesta por 10 000 hoplitas al valle,
considerando que el ejército persa iba a verse obligado a atravesarlo. Sin embargo, una vez ahí
fueron avisados por Alejandro I de Macedonia de que el valle podía ser atravesado y rodeado
por el paso Sarantoporo, y de que el ejército persa era de un tamaño inmenso, por lo que los
griegos se retiraron.26 Poco después recibieron la noticia de que Jerjes había atravesado el
Helesponto.25

La estrategia de los griegos fue bloquear la invasión persa en un estrecho margen de 15 a 25


metros, siendo imposible para el ejército invasor desplegar la totalidad de sus tropas (250.000-
400.000 hombres, según cálculos actuales). Los persas, luego de sufrir cuantiosas bajas, entre
20 mil y 50 mil soldados, en el séptimo día, pasaron por un sendero alternativo (bordeando los
montes Anopea y Eta), aniquilando a la guarnición espartana, y continuando hacia Atenas (ya
evacuada). Los griegos se agruparon en Corinto (8 km de ancho), impidiendo que Jerjes pasara
al Peloponeso y ocupara Esparta

Temístocles sugirió entonces una segunda estrategia a los aliados. La ruta hacia el sur de
Grecia (Beocia, Ática y el Peloponeso) exigía que el ejército de Jerjes atravesase el estrechísimo
paso de las Termópilas. Este paso podía bloquearse fácilmente con los hoplitas griegos a pesar
del abrumador número de soldados persas. Además, y para evitar que los persas superaran la
posición griega por mar, los navíos atenienses y aliados podrían bloquear el estrecho de
Artemisio. Esta estrategia dual fue finalmente aceptada por la confederación.27 Sin embargo,
las ciudades del Peloponeso prepararon planes de emergencia para defender el istmo de
Corinto en el caso de que fuera necesario, a la vez que las mujeres y niños de Atenas fueron
evacuados en masa hacia la ciudad peloponesia de Trecén.28

Persia cruza el Helesponto

Jerjes decidió construir puentes sobre el Helesponto para permitir a su ejército atravesar
desde Asia hasta Europa, y cavar un canal a través del istmo del monte Athos (canal de Jerjes)
para que lo atravesasen sus naves (una flota persa había sido destruida en 492 a. C. mientras
rodeaba ese cabo).29 Estas obras de ingeniería eran operaciones de una gran ambición que
estaban fuera del alcance de cualquier otro estado contemporáneo.29 Finalmente, a
comienzos de 480 a. C., se completaron los preparativos para la invasión, y el ejército que
Jerjes había reunido en Sardes marchó en dirección a Europa, cruzando el Helesponto sobre
dos puentes flotantes.30 El ejército persa se desplazó a través de Tracia y Macedonia, llegando
en agosto a Grecia las noticias de la inminente invasión de los persas.31

Preparativos de Esparta

En aquella época los espartanos, líderes militares de facto de la alianza, estaban celebrando la
festividad religiosa de las Carneas. Durante ese festival la actividad militar estaba prohibida por
la ley espartana y, de hecho, los espartanos no llegaron a tiempo a la batalla de Maratón por
estar celebrando el festival.32 También se estaban celebrando los Juegos Olímpicos, por lo que
debido a la tregua imperante durante su celebración habría sido doblemente sacrílego para los
espartanos si marchasen en su totalidad a la guerra.3233 En esta ocasión, sin embargo, los
éforos decidieron que la urgencia era lo suficientemente importante como para justificar el
envío de una expedición avanzada para bloquear el paso; expedición que estaría comandada
por uno de los dos reyes espartanos, Leónidas I.
Leónidas llevó consigo a 300 hombres de la guardia real, los Hippeis, así como a un número
mayor de tropas de apoyo procedentes de otros lugares de Lacedemonia (incluyendo ilotas).33
La expedición debería intentar agrupar el mayor número posible de aliados sobre la marcha y
esperar a la llegada del ejército espartano principal.33

Mapa de la batalla de las Termópilas.

En el camino hacia las Termópilas el ejército espartano fue reforzado por contingentes
procedentes de diversas ciudades, llegando a alcanzar una cifra superior a los 5000 soldados
en el momento en que llegaron a su destino.34 Leónidas eligió acampar y defender la parte
más estrecha del paso de las Termópilas, en un lugar en el que los habitantes de Fócida habían
levantado una muralla defensiva algún tiempo atrás.35 También le llegaron noticias a
Leónidas, desde la cercana ciudad de Traquinia, de la existencia de un camino montañoso que
podía ser utilizado para rodear el paso de las Termópilas. En respuesta, Leónidas envió a 1000
soldados focidios para que se estacionaran en las alturas y evitasen esa maniobra.36

Finalmente el ejército persa fue avistado atravesando el golfo Maliaco y acercándose a las
Termópilas a mediados de agosto,37 y ante este hecho los aliados mantuvieron un consejo de
guerra en el que algunos peloponesios sugirieron retirarse hasta el istmo de Corinto para
bloquear el paso al Peloponeso.38 Sin embargo, los habitantes de Fócida y Lócrida, regiones
cercanas a las Termópilas, se indignaron por la sugerencia, y aconsejaron defender el paso a la
vez que enviaban emisarios a pedir más ayuda. Leónidas se mostró de acuerdo con defender
las Termópilas.38

Ejércitos

Persas: 250 000 soldados

Representación de soldados persas, probablemente del cuerpo de los Inmortales.

Las cifras sobre los soldados reunidos por Jerjes para la segunda invasión de Grecia han sido
objeto de interminables discusiones, debido al gran tamaño que ofrecen las fuentes clásicas
griegas.

Heródoto defendía que Jerjes había reunido 2,5 millones de hombres solamente en personal
militar, que a su vez iban acompañados por un número equivalente de personal de apoyo.39

El poeta Simónides de Ceos, que era casi contemporáneo, habla de 4 millones.

Ctesias, cifra en 800 000 hombres el tamaño total del ejército de Jerjes.5
La historiografía actual considera más o menos realistas los datos sobre los efectivos griegos y,
durante muchos años, la cantidad ofrecida por Heródoto sobre los persas no fue puesta en
duda. No obstante, a principios del siglo XX el historiador militar Hans Delbrück calculó que la
longitud de las columnas para abastecer a una fuerza de combate de millones de hombres
sería tan larga que los últimos carros estarían saliendo de Susa cuando los primeros persas
llegaran a las Termópilas.40

Los historiadores modernos tienden a valorar las cifras de Heródoto y de otras fuentes
antiguas como completamente irreales, resultado de cálculos erróneos o exageraciones por
parte del bando vencedor.41 El tema ha sido debatido en profundidad, pero parece que existe
un consenso en lo referente al tamaño del ejército, que oscilaría entre los 200 000 y los 300
000 hombres, lo que en cualquier caso sería un ejército colosal para los medios logísticos de la
época,4142 Cabe recordar que si Jerjes, retiró el grueso de sus tropas de vuelta a Asia, debió
haber dejado en Corinto también un número importante para mantener el asedio, muy
superior a los 100 000 hombres. Sean cuales fueran las cifras exactas, sin embargo, lo que sí
que parece claro es que Jerjes estaba ansioso por asegurar el éxito de la expedición, para lo
cual reunió a un ejército numéricamente muy superior tanto en tierra como en mar al de sus
enemigos.42

También existen dudas sobre si en las Termópilas se encontraba reunido la totalidad del
ejército persa de invasión. No está claro si Jerjes dejó previamente guarniciones de soldados
en Macedonia y Tesalia, o si avanzó con todos los soldados disponibles.41 La única fuente
antigua que comenta este punto es Ctesias, que sugiere que 80 000 persas lucharon en las
Termópilas.

Griegos: 7000 soldados

De acuerdo con las cifras que aportan Heródoto3443 y Diodoro Sículo,44 el ejército aliado
estaba compuesto por las siguientes fuerzas:

Grupo Números según Heródoto Números según Diodoro Sículo

Espartanos 300 300

Lacedemonios/

Periecos 90045 1000

ilotas espartanos 90045 -

Mantineos 500 3000

(peloponesios enviados con Leónidas)

Tegeatas 500

Arcadios de Orcómeno 120


Otros arcadios 1000

Corintios 400

Fliuncios 200

Micenos 80

Total Peloponesios 310034 o 400046 4000 o 4300

Tespios 700 -

Malianos - 1000

Tebanos 400 400

Focidios 1000 1000

Locros «Todos los que tenían» 1000

Total 5200 (o 6100) más los locros 7400 (o 7700)

Peloponesios

Recreación de una falange griega basada en las fuentes de The Perseus Project.

Diodoro Sículo sugiere la cifra de 1000 lacedemonios y otros 3000 peloponesios, de un total de
4000. Heródoto concuerda con esta cifra en un párrafo, en el que hace mención a una
inscripción atribuida a Simónides de Ceos, en la que se afirma que había 4000 peloponesios.46
Sin embargo, en otro punto del párrafo citado Heródoto reduce la cifra de peloponesios a 3100
soldados antes de la batalla.34

El historiador de Halicarnaso también afirma que cuando Jerjes mostró los cadáveres de los
griegos al público también incluyó entre ellos los de los ilotas,47 pero no dice cuántos había ni
cuál era la labor en la que servían al ejército.

Por lo tanto, una posible explicación para la diferencia entre estas dos cifras podría ser la
existencia de 900 ilotas en la batalla (tres por cada espartano).45 Si los ilotas estuvieron
presentes en la batalla, no existe razón para dudar que sirviesen en su papel tradicional de
escuderos de los espartanos. Otra alternativa, sin embargo, es que los 900 soldados de
diferencia entre las dos cifras fueran periecos, y que se correspondieran con los 1000
lacedemonios que menciona Diodoro Sículo.45

Lacedemonios

Otra cifra en la que existe cierta confusión es el número de lacedemonios que incluye Diodoro,
puesto que no queda claro si los 1.000 lacedemonios a los que hace referencia incluyen a los
300 espartanos o no. Por un lado dice que «Leónidas, cuando recibió el mandato, anunció que
sólo un millar de hombres le acompañarían en la campaña».44 Sin embargo, luego dice que
«Había, por tanto, un millar de los lacedemonios, y con ellos trescientos espartiatas».44

El relato de Pausanias concuerda con las cifras de Heródoto (al que probablemente leyó), salvo
por el hecho de que sí que ofrece el número de locros que Heródoto no llegó a estimar. Debido
a que residían directamente en el lugar por el que iba a transcurrir el avance persa, los locros
aportaron a todos los hombres en edad de combatir que poseían. Según Pausanias serían unos
6000 hombres lo que, sumado a la cifra de Heródoto, daría un total de 11 200 soldados
aliados.48

Muchos historiadores modernos, que normalmente consideran a Heródoto como el autor más
creíble,49 suman los 1000 lacedemonios y los 900 ilotas a los 5200 soldados de Heródoto,
obteniendo una estimación de 7100 (o alrededor de 7000) hombres, y rechazan contabilizar
los 1000 soldados de Mélida que cita Diodoro y a los locros de Pausanias.5051 Los números
cambiaron a lo largo de la batalla, esencialmente cuando la mayor parte del ejército se retiró y
sólo permanecieron en el campo de batalla aproximadamente unos 3000 hombres (300
espartanos, 700 tespios, 400 tebanos, probablemente 900 ilotas y 1000 focidios, sin contar con
las bajas sufridas en los días anteriores).49

La batalla

Primer día

A su llegada a las Termópilas, los persas enviaron a un explorador a caballo para reconocer la
zona. Los griegos, que habían acampado a orillas de las termas, le permitieron llegar hasta el
campamento, observarles, y partir. Cuando el explorador reportó a Jerjes el diminuto tamaño
del ejército griego y que los espartanos, en lugar de estar entrenando rigurosamente, por el
contrario realizaban ejercicios de calistenia (relajación) y peinando sus largos cabellos, Jerjes
consideró el informe digno de risa. Buscando el consejo de Demarato, un rey espartano
exiliado que pretendía territorios en Lacedemonia, este le indicó que los espartanos estaban
preparándose para la batalla, y que era su costumbre adornar su pelo cuando estaban a punto
de arriesgar sus vidas. Demarato les calificó como los hombres más valientes de Grecia y avisó
al rey persa de que pretendían disputarles el paso. Enfatizó que había intentado advertir a
Jerjes anteriormente en la campaña, pero que el rey se había negado a creerle, y añadió que si
Jerjes lograba sojuzgar a los espartanos, «no hay ninguna otra nación en el mundo que se
atreva a levantar la mano en su defensa».52

Jerjes envió un emisario para negociar con Leónidas. Ofreció a los aliados su libertad y el título
de «Amigos del Pueblo Persa», indicándoles que serían asentados en tierras más fértiles que
las que ocupaban en ese momento.53 Cuando Leónidas rechazó los términos, el embajador le
volvió a solicitar que depusiera las armas, a lo que Leónidas respondió con la famosa frase
«Ven a buscarlas tú mismo» (en griego Μολών Λαβέ, que literalmente significa «ven y
cógelas»).54
Heródoto cuenta de la batalla, a propósito del gran tamaño del ejército persa, es famosa la
anécdota según la cual, en palabras del autor, el más valiente de los griegos fue el espartano
Dienekes, pues antes de entablarse el combate dijo a los suyos que le habían dado buenas
noticias, que le habían dicho que los arqueros de los persas eran tantos que «sus flechas
cubrían el sol y volvían el día en noche, teniendo entonces que luchar a la sombra » (ὡς ἐπεάν
ὁι βάρβαροι ἀπιέωσι τὰ τοξεύματα τὸν ἥλιον ὑπό τοῦ πλήθεος τῶν οῒστών ἀποκρύπτουσι, εἰ
ἀποκρυπτόντων τὣν Μήδων τὸν ἥλιον ὑπό σκιή ἔσοιτο πρὸς αυτούς ἡ μάχη καὶ οὐκ ἐν
ἡλίω).55 Dienekes, y los espartanos en general, consideraban el arco como un arma poco
honorable, ya que evadía el enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

El enfrentamiento se vio prolongado por una milagrosa lluvia torrencial. Y al fracasar la


negociación con los espartanos, la batalla se volvió inevitable. Sin embargo, Jerjes retrasó el
ataque durante cuatro días, esperando que los aliados se dispersasen ante la gran diferencia
de tamaño entre los dos ejércitos, hasta que se decidió finalmente a avanzar.56

Quinto día

Batalla de Termópilas. Representación moderna que grafica la estrategia tipo «tapón» que
aplicaron los griegos para detener el avance del inmenso ejército persa, en un ancho de 15
metros (según otras fuentes, 50 metros)

En el quinto día a partir de la llegada de los persas a las Termópilas, Jerjes finalmente decidió
lanzar un ataque sobre los aliados griegos. Primero envió a los soldados de Media y a los del
Juzestán contra los aliados, con instrucciones de capturarlos y llevarlos ante él.5758 Estos
contingentes lanzaron un ataque frontal contra la posición griega,57 que se había situado
delante de la muralla focidia, en la parte más estrecha del paso.5960 Sin embargo, se trataba
de tropas de infantería ligera, numerosas pero en franca desventaja de armamento y
armadura frente a los hoplitas griegos. Al parecer iban armados con escudos de mimbre,
espadas cortas y lanzas arrojadizas, poco efectivas contra la muralla de escudos y lanzas largas
de los espartanos. La táctica normal del Imperio aqueménida era lanzar una primera oleada
que abrumara al enemigo por su número y, si no funcionaba, lanzar a los Inmortales; esta
táctica era efectiva en las batallas en Medio y Lejano Oriente, pero no funcionaba igual de bien
contra los griegos, cuyas tácticas, técnicas y armamento eran muy diferentes.61

Los detalles sobre las tácticas empleadas son escasos: Diodoro comenta que «los hombres se
mantuvieron hombro con hombro» y que los griegos fueron «superiores en valor y en el gran
tamaño de sus escudos»,62 lo cual probablemente describe el funcionamiento de la falange
griega estándar, en la que los hombres formaban una muralla de escudos y de puntas de lanza
y que habría sido altamente efectiva si era capaz de cubrir toda la anchura del paso.63 Los
escudos más débiles y las lanzas más cortas de los persas les impidieron enfrentarse cuerpo a
cuerpo y en igualdad de condiciones con los hoplitas griegos.6264 Heródoto afirma también
que las unidades de cada ciudad se mantuvieron juntas, y que rotaban hacia el frente de
batalla y hacia la retaguardia buscando con ello prevenir la fatiga, lo cual implica que los
griegos contaban con más hombres de los que eran estrictamente necesarios para bloquear el
paso.65 Según Heródoto, los griegos mataron a tantos persas que se dice que Jerjes se levantó
del asiento desde el que observaba la batalla hasta en tres ocasiones.66 Según Ctesias, la
primera oleada fue hecha pedazos con tan sólo dos o tres bajas entre los espartanos.5

Según Heródoto y Diodoro, el rey persa, tras haber tomado la medida del enemigo, envió a sus
mejores tropas en un segundo asalto ese mismo día: los Inmortales, un cuerpo de soldados de
élite formado por 10 000 hombres.6264 Sin embargo, los Inmortales no lograron más de lo
que habían hecho los soldados enviados con anterioridad, fracasando en abrir una brecha en
las líneas de los aliados.64 Los espartanos parece que emplearon una táctica de fingir una
retirada para después darse la vuelta y matar a los desorganizados soldados persas que corrían
en su persecución.64

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