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Cada conversacion es una oportunidad para triunfar DEBRA FINE Saber > GUIA PARA VENCER LA TIMIDEZ EN CUALQUIER SITUACION Debra Fine Saber qué decir Guia para vencer la timidez en cualquier situaci6n Aap.) Evitiaen. ta pi INDICE Introduccién 13 Capitulo 1. ;Qué tiene de especial la charla? 23 Capitulo 2. Pasa de las buenas intenciones de tu madre .. 35 El contenido de este libro no podra ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del editor. Capitulo 3. Da el paso: jcomienza una conversacién! ..... 53 Todos los derechos reservados. 63 Titulo original: The Fine Art of Small Talk Capitulo 4. Haz que la conversacién contintie Coleccién: vivin MEJOR @ieia ree 2008 Capitulo 5. Démosles algo de que hablar . © Redactores en Red, 2008, por la traduccién © Ediciones Temas de Hoy, S.A. (TH), 2008 Paseo de Recoletos, 4. 28001 Madrid www.temasdehoy.es Primera edicién: enero de 2008 ISBN: 978-84-8460-685-7 Depésito legal: M. 52.915-2007 Capitulo 7. Evita con la preparacién los silencios Preimpresion J. A. Disefio Editorial, S. L. Impreso en Mateu Cromo AA.GG., 8.A. embarazosos Printed in Spain-Impreso en Espaita 13 Capitulo 6. Aprender a escuchar 89 107 129 Capitulo 8. El poder de la conversacién .. Capitulo 9. Delitos y faltas 135 Capitulo 10. El mutis elegante ............. 159 Capitulo 11. Ahora te toca hablar a ti... 173 Capitulo 12. jAprovecha al maximo las reuniones sociales! .... 179 Capitulo 13. Cémo sobrevivir en el mundo de los solteros Capitulo 14. El factor «bienestar» ....... 205 Capitulo 15. Experto en festividades .........::sceseeeeseeeee 213 Capitulo 16. Carpe diem 217 Dedicado a Jared Fine Holst y Sarah Fine Holst, fuentes de mi inspiracién y motivaci6n. Y a la suave brisa que mue- ve mis alas, Steve Tilliss. AGRADECIMIENTOS La necesidad de ganar dinero extra me llevé a poner los ojos en un anuncio solicitando un profesor para un taller sobre charla informal en la Colorado Free University («Uni- versidad Gratuita de Colorado»), una antigua institucién de aprendizaje permanente. No, en realidad no es «gratuita». El costo para asistir a la universidad es bajo y el salario de los profesores es minimo. Sin poseer ninguna experiencia ni conocimiento formal de la materia, me contrataron. Adquirf una muy buena formacién. Los alumnos rellena- ban unas hojas de evaluacién de los talleres al finalizar los mismos. Estos valiosos datos de informacién y criticas cons- tituyeron para mi un auténtico regalo; y hoy en dia conti- niia siéndolo. Estos alumnos adultos, con distintos estilos de vida, describian las cualidades y habilidades que desea- ban adquirir; y aquellas que no necesitaban o no deseaban aprender. También me ensefiaron cémo deseaban aprender. Miles de ejecutivos, vendedores, abogados, ingenieros, ban- eS ee 12. Saber qué decir queros y recién licenciados pasaron por mis clases en la INTRODUCCION r : Task iC : es U Bo, Colorado Free University, y, en ultima instancia, fueron ellos R QUNicieg, 13 3 los que me guiaron hacia el ptiblico que hoy tengo ante mi. 6 2 a Los estudiantes de la conversacién me ayudaron a desarro- 5 3 ge Ilar el arte de saber qué decir y por eso les estoy agradeci- a ea nde } da. También agradezco nuestra busqueda del aprendizaje GRRE: iS" permanente. Cuando me inicié en la tarea de ayudar a las personas a desarrollar sus aptitudes conversacionales me encontré con mucho escepticismo. Sin excepcién, los ejecutivos se burla- ban de la trivial iniciativa tomada por un ama de casa para superar el aburrimiento. Mas adelante recibiria llamadas tele- fénicas furtivas de personas con prestigiosos titulos que soli- citaban mi ayuda. La gente inventaba complicadas excusas para pedir ayuda sin solicitarla de manera explicita, ya que les daba vergiienza. Puedo entenderlo. En mi pasado como ingeniera «empollona», me sentia agobiada por mi falta de aptitudes para relacionarme, y avergonzada por mi propia ineptitud conversacional. Recuerdo que siempre fui una per- sona timida y muy poco comunicativa hasta que me di a mi misma una leccién sobre el arte de la charla. De nifia yo fui una chica demasiado gorda, reservada, que se sentaba, invisible, al fondo de la clase, a menudo rechazada por su envergadura. Uno de los recuerdos mas vivi- 14 Saber qué decir dos de mi nifiez es el de la fiesta de cumpleafios de Rita, una de mis compafieras de tercer curso. Todas las nifias de la clase recibieron una invitacion, excepto otra nifia muy gorda y yo. Aquella experiencia fue tan hiriente que me lle- v6 a sumergirme en el mundo de la lectura. No tenia idea de cémo hacer amigos o conservarlos. Asi que nunca apren- di a hablar con los de mi edad. Como era de esperar, cuando creci elegi una carrera que no requeria demasiada conversacién. Me converti en inge- niera —una eleccidn perfecta, ya que la ingenieria tiende a ser sumamente técnica y requiere poco didélogo—. Con fre- cuencia realizaba presentaciones técnicas 0 respondia com- plejas preguntas relacionadas con la ingenieria sin ninguna dificultad. Lo tinico que necesitaba en esos casos era ser competente en mi 4rea de trabajo. Sin embargo, cuando me enviaban a conferencias 0 reuniones empresariales, la inten- cién era que me relacionara con mis colegas, generara lazos interpersonales y me reuniera con clientes. {Tenia panico! Sélo conocia una manera de comenzar una conversaci6n. Indefectiblemente, le preguntaba a cada persona que conocia: «¢Y tt, a qué te dedicas?». Después de intercambiar comen- tarios relacionados con lo profesional, la conversacién inva- riablemente renqueaba hacia una desesperante interrupcién. No sabia como continuar el didlogo. Evitaba cada reuni6n social que podia; y, cuando no era posible faltar, llegaba tar- de, me iba pronto y, mientras estaba alli, rezaba para que otra persona, con mejores aptitudes que yo y de buen coraz6n, viniera a rescatarme iniciando una conyersacién. Introduceién 15 Me esforcé por dominar el arte de la conversaci6n duran- te todo el tiempo que ejerci como ingeniera. Después me tomé un descanso de mi vida profesional para tener a mis dos hijos. En ese tiempo me di cuenta de que estaba cansada de tener sobrepeso y sentirme acomplejada. Perdi casi treinta kilos. La imagen que tenia de mi misma mejor6. Deseaba tener amigos y divertirme. Pero, para lograrlo, sabia que debia mejorar mis. habilidades sociales. Me dediqué a analizar a quienes cultiva- ban amistades y se mezclaban con la gente sin problemas. Observé sus técnicas y timidamente comencé a imitarlos. Mi motivacién se incrementé cuando me divorcié. Enten- di que debia comenzar a relacionarme con los demas si que- rfa conocer a alguien. Estaba a punto de cumplir los cuarenta, Ilevaba muchos ajios alejada de mi ambito profesional y nece- sitaba conocer gente. Era un panorama —cuando menos— desalentador. Pero me di cuenta de que no habia que ser un genio para desarrollar habilidades conversacionales. Me con- venci de que no podia ser tan dificil; de lo contrario no seria posible ver a tantas personas hacerlo tan bien. Me puse como objetivo encontrar la manera de mantener una conversacién durante mds de cinco minutos. Uno de mis primeros experimentos en el campo de la conversacién informal fue un éxito y cambié mi vida. Fui con una amiga a un club nocturno durante la «hora feliz». Un hombre que se encontraba al otro lado del local comenz6 a mirarme. Estuvimos toda la noche intercambidndonos mira- das, pero nunca hablamos. Mi amiga me pinchaba: «Debra, acércate y dile algo». 16 Saber qué decir Yo le contestaba: «jNo sé! No tengo nada que decirle. Ademas, si quisiera conocerme, ya se me habria acercado». Pero mi amiga no se daba por vencida. Estaba tan firme en su postura que al final su insistencia me Ilev6 a acercar- me a él y presentarme. Mientras cruzaba la sala, el corazon me latia tan fuerte que apenas pude escucharme saludar a aquel hombre que hoy conozco como Rex. Acercé una silla y me dijo que estaba encantado de conocerme. A partir de aquel poco prometedor comienzo, comenzamos a salir. Nos hicimos amigos y aprendi mucho sobre él, sobre todo, la raz6n por la que no se habia acercado antes que yo aquella noche. Estaba segura de que su falta de iniciativa se debia a algtin defecto mio. Quizd fuese que yo era demasiado alta, que seguia pesando demasiado o que, simplemente, no era su tipo. No podria haber estado mas equivocada. No se tra- taba de mf en absoluto, sino de él: era demasiado timido para acercarse. No podia creerlo. Eso cambié por completo mi mane- ra de pensar. Por primera vez comprendf que existen mu- chas personas con talento, bien educadas y maravillosas en el mundo que son increfblemente timidas. Y me di cuen- ta de que si mi amiga no me hubiera insistido y si yo mis- ma no hubiese encontrado valor, nunca habria conocido al hombre que se convirtié en una parte fundamental de mi vida. No, no me casé con él, pero se transformé en uno de mis amigos mas intimos. Esa experiencia hizo que creyera con fervor en el poder de la conversaci6n. Finalmente comprendi que ésta podia Introducci6n 17 ser una herramienta maravillosa para establecer una rela- cién de comunicacién con otras personas. Me dediqué por completo a investigar el tema, a ponerlo en practica y a ayu- dar a los demas a ser buenos en ello. Creé mi empresa, The Fine Art of Small Talk, y desde entonces recorri los Estados Unidos de punta a punta manteniendo conversaciones sen- cillas. Conoci a innumerables personas fascinantes e hice muchos amigos. Ahora mi vida esté colmada de una gran variedad de personas que le dan més sentido e intensidad a mis dias. Mi objetivo al escribir este libro es transmitir todo lo que he aprendido, de forma que ti también puedas beneficiarte con la satisfaccin que genera poseer un repertorio de herra- mientas conversacionales. Las técnicas, consejos y habilida- des que se incluyen en este libro son para todo tipo de per- sonas (no solamente para los timidos). Conozco vendedores que son maravillosos realizando presentaciones formales, pero a los que les entra un sudor frio cuando se encuentran en una reuni6n social. Conozco profesores que pueden hablar con estudiantes y colegas, pero no saben qué decirle a los padres en las reuniones escolares. Las agobiadas, aunque felices, madres amas de casa pueden resultar muy entreteni- das para los nifios, pero huyen de las reuniones de las orga- nizaciones de beneficencia o de los actos religiosos porque se sienten aisladas y desconectadas. Conozco a un médico que cerr6 su consultorio privado y se unié a una organizacion de asistencia médica ya que, a pesar de su gran capacidad profesional, carecfa de las aptitudes conversacionales y de la 18. Saber qué decir confianza necesaria para conseguir nuevos pacientes. Y la lista contintia. Las personas competentes de cualquier profe- sién y origen necesitan ayuda para desarrollar sus aptitudes conversacionales. Este libro te brindard aquellas herramientas necesarias para saber qué decir. Mejorar tus aptitudes para conversar sin duda mejoraré tu calidad de vida. Creo que te sorpren- dera el poder de la conversacién: tiene un increible efecto expansivo. Al convertirte en un buen conversador atraerds nuevas personas a tu red de amigos y colegas. Te divertirds en las reuniones sociales que te solian aterrorizar y creards caminos y canales para que las nuevas oportunidades se pre- senten ante ti por si solas. Mi querido amigo Rex fallecié muy joven, hace unos pocos ajfios, en un accidente de coche en México. Este suceso me ayuda a recordar que el riesgo de entablar una conversacién con un desconocido es insignifi- cante cuando se lo compara con el riesgo de conducir un automévil. Rex vivid intensamente sus cuarenta y tantos afios. Me siento agradecida por haberme animado a cruzar aquella sala y haber formado parte de esa corta vida. Témate un momento para completar el cuestionario que se encuentra a continuaci6n. Si la mayoria de tus respuestas son afirmativas, estas, sin duda, en el buen camino. Si te das cuenta de que respondes no a varias de ellas, es hora de ponerse a trabajar. Por favor, responde sf 0 no a las siguientes preguntas: 1. Me he inscrito 0 participado en al menos una activi- dad grupal o club social con el fin de generar nuevos contactos profesionales 0 conocer gente nueva este afio. O St O No 2. En la mayoria de las conversaciones soy consciente de que todos tienen un turno para hablar, de modo que pueda aprender mis acerca de los otros y ayudarlos, a su vez, a que me conozcan. OS O No » El afio pasado utilicé mis contactos para ayudar al menos a dos personas a conseguir un empleo, cono- cer a alguien o conectar con potenciales clientes, o brindé a alguien informacion util para otros propési- tos sociales o laborales. LDS, O No 4. Asisto al menos a dos reuniones al mes donde tengo la posibilidad de conocer a gente de mi entorno pro- fesional/laboral 0 a potenciales ejecutivos. O Si O No 20. Saber qué decir 5. Si una persona se muestra amigable conmigo, me resul- ta facil ser amistoso con ella. De todas maneras, no espero a estar seguro de que alguien es amistoso para mostrarme amigable con él o ella. O Si 0 No "VENTA >» DE 6. Cuando alguien me pregunta: «:Qué hay de nuevo?», en lugar de contestar: «No demasiado», a menudo hablo de algo emocionante que esté pasando en mi vida. 0 Si 0 No 7. En reuniones, fiestas, ferias laborales y acontecimien- tos semejantes me presento ante gente que no conoz- co y me marcho conociendo los nombre de al menos tres personas nuevas. O Si 0) No éY bien? ¢Cémo te ha ido? Una vez que domines el arte de la charla informal, con seguridad podras: © Generar negocios e Hacer amigos ° Mejorar tus habilidades para relacionarte con los demas © Concretar citas * Obtener empleos Bien. Ya basta de charla por el momento. jA trabajar! | } ' amis | Qué tiene de especial uno ‘la charla? Llegas con el coche al parking, apagas el motor y te que- das sentado durante un instante, aterrorizado ante la pers- pectiva de las préximas dos horas. Un importante cliente te ha invitado a una fiesta para celebrar la apertura de su nueva oficina en el centro de la ciudad. Detestas esa clase de reuniones: no sabes qué decir, no conoces a nadie —a excepcién del cliente— y todo el tiempo das la impresion de estar intentando no parecer perdido; por ello bebes y comes més de lo debido: sdlo para mantenerte ocupado. Debes asistir —de ello no hay duda—, pero te hundes en el asiento delantero y te rompes la cabeza pensando en cuan- to tiempo deberds estar en esa reunién. ¢Bastara con que permanezcas s6lo treinta minutos, o uno de tus mejores clientes se sentir ofendido si no te quedas hasta que ter- mine? Tratas de encontrar alguna excusa para marcharte pronto de alli: podrias pedirle a alguien que te llame a una hora determinada por una supuesta emergencia; tal vez decir 24 Saber qué decir que uno de tus hijos juega un partido importante, o quiza sea tu propia ansiedad la que te lleve a sentirte enfermo de verdad. Las conversaciones superficiales se dan al menos una docena de veces al dia: camino de la oficina; cuando vas a recoger a tu hijo de un entrenamiento de su equipo de fit- bol; en el ascensor, con un compaiiero de trabajo; cuando hablas por teléfono con tu suegra; cuando acudes a una reunion laboral; cuando comes con un cliente; cuando acu- des a una entrevista de trabajo. jLa lista es interminable! Sin embargo, para algunos de nosotros, el hecho de que haya tantas de estas pequefias charlas informales no las hace mas faciles en absoluto. Si acaso, dichos encuentros aumentan la ansiedad y provocan que algunas personas tengan pani- co ante los encuentros sociales, comidas de negocios y encuentros fortuitos con los vecinos. Por desgracia, como nos preocupa nuestra propia incomodidad, nuestros vecinos, conocidos y compaiieros nos tildan de distantes, frios y reser- vados. éConoces la obra de Thorton Wilder Our Town («Nues- tra Ciudad»)? La majfiana de la boda de su hijo, Frank Gibbs, el amable médico, le confiesa a su esposa que su principal preocupacion al principio de su matrimonio era cémo enta- blar conversaciones sencillas con ella. «Tenia miedo —le dice— de que, tras algunas semanas, ya no tuviéramos temas de conversacién.» Parece que la preocupacién por desarro- llar habilidades conversacionales no es una inquietud exclu- siva de estos tiempos. Qué tiene de especial la charla? 25 Si tus conversaciones se terminan casi tan pronto como comienzan o si te resistes a participar en reuniones sociales y laborales, has venido al lugar adecuado. Este libro te ayu- dard a desarrollar las habilidades conversacionales que nece- sitas para sentirte seguro y preparado para cualquier situa- cion. Si pones en practica las sencillas técnicas que se revelan aqui, podrds deshacerte de esos fantasmas que tanto te asus- tan. Aprenderds cémo ¢ Entablar un didlogo interesante con cualquier persona. © Resucitar una conversacién que agoniza. e Pasar a temas nuevos. © Sentirte a gusto en reuniones laborales, fiestas y recep- ciones. © Generar relaciones laborales nuevas. © Cortar una conversacién con elegancia. Cémo abordar el gran tema La charla tiene el estigma de ser considerada la humilde hijas- tra de la verdadera conversacién, aun cuando cumple una funcién extremadamente importante. Sin ella es muy dificil llegar a entablar una verdadera conversacion. La charla es el rompehielos que despeja el camino hacia una conversa- cién mas intima, poniendo los cimientos de una relaci6n mas s6lida. Quienes dominan la charla informal son exper- tos en lograr que los demds se sientan involucrados, valora- eer 26 Saber qué decir dos y cémodos. Y eso ayuda mucho a reforzar una relaci6n laboral, cerrar un trato, dejar la puerta abierta a una nueva relaci6n amorosa o entablar una amistad. Lo bueno de las habilidades conversacionales es que cual- quiera puede adquirirlas. No te engafies creyendo que aque- Ilos a quienes ves sonreir y relacionarse alegremente con los demdas lo consiguen de forma natural. Algunos, sin duda, nacieron con el don de la palabra, pero la mayoria tuvo que esforzarse para lograrlo. Han practicado, asistido a semina- trios, contratado a instructores particulares y leido libros sobre el tema. ¢Crees que no es asi? Confia en mi, sé lo que te digo. Yo misma solfa ser una ingeniera introvertida y social- mente inadaptada (nadie tiene peores habilidades sociales que las que yo tuve alguna vez). Aprendi las técnicas y las puse en practica, y asi fue como me converti en una verdadera pro- fesional en el tema. Asi de sencillo. El primer paso es desechar la idea de que se supone que todos sabemos conversar con amigos y desconocidos. Sim- plemente, no es cierto. Nadie nos ha ensefiado cémo hacer- lo ni tampoco existe un mecanismo bioldégico que se active por instinto cuando nos encontramos ante un dilema con- versacional. Mark McCormack, un abogado de Cleveland que fundé una de las primeras empresas de gerencia deportiva en los Estados Unidos, dijo una vez: «En igualdad de condiciones, las personas siempre le comprardn a sus amigos. Y cuando las condiciones no sean tan similares, las personas seguiran comprandole a sus amigos». Conclusién: lo que te beneficiara Qué tiene de especial la charla? 27 es cultivar amistades; no basta con simplemente acumular tar- jetas de visita. El arte de conversar est4 a punto de renacer. Hace veinte afios, John Naisbitt, en su libro Megatrends, habl6 de un mundo futuro, basado en la alta tecnologia, pero en el que sus habitantes anhelaban tener un mayor nivel de contacto entre ellos. Ese mundo completamente tecnolégico nos ale- jaria de nuestro nucleo familiar y en él nos comunicariamos con nuestros compafieros de trabajo y amigos por medio de faxes, correos electrénicos y méviles, en lugar de hablar cara a cara. Saldriamos de nuestras casas y entrarfamos en ellas usando el mando a distancia de la puerta del garaje, sin tener contacto alguno con nuestros vecinos. Nuestro nuevo estilo de vida, de trabajo y de comunicaci6n provocaria la falta total de conexién con los demas. Hoy en dia nos encontramos exactamente tal como Nais- bitt predijo: aislados en nuestros nichos, cubiculos o estilos de vida. La participacién en organizaciones y asociaciones civiles, religiosas y profesionales ha disminuido debido a que hemos perdido la capacidad para conectarnos. Sin embargo, como consecuencia de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, los estadounidenses no slo compartimos una catés- trofe de gran magnitud, sino que anhelamos mas que nun- ca hablar entre nosotros sobre el terrorismo, la guerra; y, a veces, por el contrario, de cualquier cosa menos del terro- tismo y la guerra. Cuando ocurre que, la semana siguiente al 11 de septiembre, un piloto tiene que instruir a los pasa- “28 Saber qué decir jeros del avion que esté a punto de despegar del aeropuerto internacional de Denver para que se presenten entre ellos y, de este modo, sepan algo unos de los otros, entonces pode- mos darnos cuenta de que, efectivamente, hemos perdido el arte de la conversacién. Nos hemos acostumbrado tanto a respetar el espacio del otro (o a tener miedo de ser rechaza- dos) que ya no sabemos cémo comenzar una conversacién con un desconocido; y mucho menos mantenerla. Sin embar- go, debido a nuestro deseo de contacto personal, combina- do con la necesidad de tender la mano al otro a causa de nuestra compartida tragedia nacional, el arte de la conver- sacién renacera. Nos convertimos en mejores interlocutores cuando nos guiamos por dos objetivos principales. Numero uno: arries- garse. Depende de nosotros correr el riesgo de iniciar una conversacién con un desconocido. No podemos esperar a que la otra persona se nos acerque. Por el contrario, aun si somos timidos, depende de nosotros dar el primer paso. Todos, en mayor o menor medida, tenemos miedo de que nos rechacen. Sdlo recuerda que existen cosas mucho més graves en la vida que ser rechazados por alguien en alguna comida de trabajo, reunién de solteros, reencuentros con los antiguos compajieros del colegio u otras reuniones socia- les. Numero dos: asumir la responsabilidad. Depende de todos y cada uno de nosotros asumir la carga de la con- versacin. Es nuestra responsabilidad proponer nuevos temas sobre los cuales dialogar. Depende de nosotros recordar el nombre de las personas y presentarselas a las demas; depen- _ 38. 39. 40. 41. 42. 43. 45. 46. 47. 48. ¢Qué aroma te trae especiales recuerdos? Describe a la persona mas temible que hayas cono- cido. eQué es lo que més te gusta hacer cuando estas solo? Hablame sobre algiin amigo de tu infancia que solie- se meterte en lfos. Cuéntame alguna ocasién en la que comiste 0 bebis- te demasiado. Describe tu primera vivienda o experiencia ya lejos de la casa familiar. . Hablame sobre esa vez que perdiste un empleo. Comparte conmigo algtin recuerdo sobre tus abuelos. Describe un momento vergonzoso que hayas vivido. Cuéntame algo que la mayoria de la gente no se ima- ginaria de ti. ¢Qué harias si ganaras un millén de euros? Pasa de las buenas intenciones de tu madre 51 49. Dime cual seria tu clima preferido y por qué. 50. ¢Como aprendiste a esquiar/a colocar placas de yeso/a tocar el piano? Da el paso: jcomienza una conversaci6n! Ahora tienes en tu poder un buen niimero de claves para rom- per el hielo. Sabes que, si alguien te saluda, ya cuentas con un valioso material para entablar una conversacién. El mero hecho de tener temas de conversacién en mente ya es un avan- Ce significativo hacia el desarrollo de tus habilidades conver- sacionales. Sin embargo, existen todavia ciertas lagunas que pueden provocarte innecesarias palpitaciones del coraz6n. Por ahora, sdlo estas preparado para responder cuando alguien empieza a conversar contigo. Asi que vas al colegio de tu hijo y esperas a que algun otro padre te salude; asistes a una cena de trabajo y simulas estar ocupado mientras esperas que un compafiero se acerque y te hable. jNo, no, no! No €s necesario que esto resulte tan estresante. _ Matt McGraw, ejecutivo de una empresa de servicios informaticos en Denver, describié cémo una situacién se Volvi6 menos tensa cuando comenzé una conversacién iperficial: 54. Saber qué decir «Cuando era mucho mis joven, a la edad de diecinueve © veinte afios, mientras asistia a la Universidad de Oregon, trabajé a tiempo parcial durante un par de ajios en el hos- pital local. El puesto que ocupaba se denominaba «prepa- rador técnico» y mi trabajo consistia en preparar a los pacientes varones que iban a someterse a una intervenci6n quirdrgica, lo cual inclufa afeitarlos. Como podran imagi- narse, se trataba de una tarea complicada, tanto para mi como para los propios pacientes. Mi jornada comenzaba a las cuatro y media de la mafiana, por lo que, en general, era muy temprano cuando afeitaba al primer paciente. Tar- daba una hora o més con cada uno. El afeitado era dificil y fisicamente incémodo. Los pacientes estaban hambrientos, a menudo doloridos y avergonzados por el hecho de que otro hombre les afeitara el cuerpo. Muchos de ellos estaban gra- vemente enfermos, enfrentandose al miedo a la muerte. Si una persona iba a ser operada del corazén, habia que afeitarla completamente, desde la barbilla hasta los tobillos. Espero haber podido describir lo dificil de la situacién. »Pero pronto descubri que todo podria ir mil veces mejor si entablaba con ellos una simple charla. Me di cuenta de que los pacientes se relajaban y de que el tiempo pasaba mucho més rpido si podia lograr que se olvidaran, aun- que fuese por un instante, de la situacién en la que esta- ban. No habldbamos de su salud o sus temores, ni de poli- tica o deportes, sino de temas simples, como, por ejemplo, | donde vivian, cémo era ese lugar, donde habian nacido, cosas asi. recor dé verbal, que seguimos la conversacién y que los escuchamos © Sabes? Acabo de leer en el periddico que 4 activamente. Shiv i y Da ¢ Siempre quise preguntarte i ie Y ss a ¢ Pensé en ti cuando of 3 gg 5; e Te importa si cambiamos de tema? Afirmar lo obvio eo, now Hay algo que siempre he querido pedirle a alguien con Sp Cuando parafraseas algo que se ha dicho o repites ‘detalles de lo que acabas de oft, no puede haber duda alguna de que has escuchado y entendido al que estaba hablando. Esto es especialmente efectivo cuando no estas de acuerdo con él o cuando le ofste explicar algo tremendamente complejo o téc- Nico. Parafraseando al interlocutor dejas claro que entendis- tu experiencia. Todas estas sefiales verbales indican que estas totalmente presente. Y lo que es igual de importante: estas sefiales alien- tan a los otros a seguir hablando. Imaginate que alguien hace una pregunta y le contestas con una sola frase. No sal os 102 Saber qué decir te perfectamente lo que dijo; 0, por el contrario, ello puede ayudarlo a que se dé cuenta de que no interpretaste ade- cuadamente lo que estaba intentando comunicar. Por ejem- plo: no estoy satisfecha con lo que percibo como una falta de colaboracién por parte de mi esposo en las tareas del hogar. Discutimos el problema. Me siento contentisima cuan- do Steve promete ayudar un poco mas en la casa. Dos sema- nas después, estoy echandole una bronca. Estoy disgustada, pues no he notado ninguna ayuda adicional por su parte en los quehaceres domésticos. «Prometiste ayudarme un poco més con la casa. ¢Cudndo piensas comenzar a cumplir tu pro- mesa?» —le ruego. «Estoy echando una mano —me res- ponde Steve—; he estado recogiendo la bolsa de basura y sacandola a la calle todos los jueves.» «Eso es todo?» —le pregunto. Esperaba que Steve se encargase del cincuenta por ciento de las tareas. Pero en lugar de pedir que me aclarara qué entendia él por acceder a mi peticién de ayuda, supuse que lo entendia perfectamente. Por su parte, Steve supuso que me referia a que cualquier clase de ayuda seria bien recibi- da. Los hombres y las mujeres pueden decir exactamente las mismas palabras y, sin embargo, querer decir dos cosas com- pletamente distintas. Clarifica o interpreta; y asi evitaras malentendidos, tanto en el trabajo como en casa. En una situacién cargada de tensidn, al repetir los deta- Iles de lo que el otro expres6 obtienes el beneficio adicional de calmar a éste. Las personas, por naturaleza, se tranquili- zan cuando se dan cuenta de que han sido entendidas. Los directores del sector de atencién al cliente que son habiles Aprender a escuchar 103 saben que, repitiendo lo que dice un cliente enojado, pue- den disminuir el nivel de hostilidad. Permanecer tranquilo mientras se acttia asi dice mucho de tu profesionalidad y aplomo. Antes de pedir disculpas, antes de resolver un problema, deja que las personas sepan que han sido entendidas repi- tiendo ta los detalles de lo que has escuchado. DIEZ CONSEJOS PARA UNA ESCUCHA EXCELENTE 1. Aprende a querer escuchar, Debes tener deseo, interés, concentracién y disciplina. 2. Para ser un buen oyente, brinda sefiales verbales y visua- les de que escuchas al otro. 3. Espera algo excelente. Obtenemos buena informacion, con mis frecuencia, si esperamos recibirla. 4. Conviértete en un oyente de cuerpo entero: escucha con los ofdos, los ojos y el coraz6n. 5. Toma notas. Ayudan a retener informacién. 6. Escucha ahora; comunica después. Planea contarle a otra persona lo que has escuchado y lo recordards mejor. 7. Genera empatia ajustandote al ritmo de tu interlocutor, Trata de igualar sus gestos, las expresiones de su cara y las caracteristicas de su voz para crear una comunicacién comoda. 104 Saber qué decir 8. Controla las distracciones internas y externas. 9. Con generosidad, brindale el obsequio de escucharlo. 10. Mantente presente. Ten cuidado con la tendencia a sofiar despierto. No dejes que tus pensamientos te alejen de la conversaci6n. La aptitud mental para escuchar Todas las sefiales visuales y verbales que existen en el mun- do resultan intitiles si no logras concentrarte lo suficiente en la conversacién como para seguir su curso correctamente. Un buen interlocutor recuerda lo que se dijo. Si estas dema- siado aburrido como para seguir la conversaci6n, retirate con elegancia en lugar de incomodar a quien te habla al demostrarle tu aburrimiento. Tuve una comida de negocios con una mujer, cuyo nom- bre no revelaré. Le conté algo sobre mis hijos y mencioné que mi segundo y actual esposo es periodoncista. Después de varios minutos, durante una pausa en la conversacién, jme pregunt6 si estaba casada! Era obvio que se habia alejado mentalmente de la charla. No pongas en peligro una relacién por no haber sabido escuchar. Tu trabajo como compafiero de conversacién con- siste en escuchar cuando la otra persona habla. Esto no es algo opcional, sino una cortesfa necesaria cuando se entabla Aprender a escuchar 105 un didlogo. Si, por alguna razén, no puedes mantener la concentraci6n en lo que el interlocutor esta diciendo, pide dis- culpas. Los mensajes visuales, verbales y mentales que trans- mites le permiten a tu interlocutor conocer en qué estado se encuentra la charla. Si te sientes atrapado en una conversa- cién y no sabes cémo salir de ella, sigue leyendo. También nos ocuparemos de ese dilema. Evita con la preparaci6n los silencios embarazosos Incluso con claves para romper el hielo, entablar una con- versacion y escuchar de manera activa, existen todavia cir- cunstancias en que la conversacién puede detenerse en seco, si no estas preparado. Invariablemente, en cualquier almuer- zo durante un congreso, por lo menos en una mesa, las ocho personas inteligentes que la componen terminan con la vis- ta fija en el plato, mientras intentan descubrir como conti- nuar la conversacién, después de haber hablado de trabajo durante diez interminables minutos. Podrian haber evitado el exhaustivo examen del plato de arroz si tan sdlo uno de ellos hubiese estado preparado. Si: preparado, como cuando se planea algo de antemano. Cada uno de los ocho integrantes sabia que se sentaria a la mesa junto a siete personas que no conocia. Un buen interlocutor se prepara antes del evento en cuestion. No hay Por qué preocuparse: no se requieren diapositivas, ni pre- sentaciones en un ordenador portatil, ni punteros ldser. Todo 108 Saber qué decir Evita con la preparacién los silencios embarazosos 109 cosas en el pasado, os conocéis muy poco y no tienes la menor idea de qué ha cambiado en el aiio que pasé desde lo que se necesita es un poco de prevision, que puede lograr- se en el coche, de camino al acto. He aqui algunas ideas infalibles: la ultima vez que os visteis. De hecho, es bueno suponer que probablemente las cosas hayan cambiado. Imagina que te encuentras con un colega una vez al afio, en una reu- ni6n de cardcter laboral. Durante los tiltimos doce meses tu compajfiero quiza haya cambiado de puesto de trabajo, sufrido la muerte de un amigo intimo o pariente, tenido unas EMPUJONCITOS PARA ARRANCAR LA CONVERSACION vacaciones extraordinarias, experimentado un despertar espi- ritual; o quizd se haya casado o divorciado. En otras pala- ¢Alguno de ustedes pudo ver el programa especial que dieron anoche por television? © zAlguien ha visto la pelicula ? bras, no pienses que vas a retomar una conversacién que © Acabo de terminar de leer... ¢Alguno de ustedes lo ha comenz6 un afio atras. En lugar de preguntar: «;Qué hay de nuevo?» (una pregunta que parece pedir la lacénica res- puesta: «No demasiado»), trata de enterarte de las noveda- des y mantén la conversaci6n en marcha con preguntas como leido ya? zAlguien ha oido hablar de esa nueva tecnologia ? zAlguno de ustedes tiene un (banco, estilista, | corredor de bolsa, etc.) que pudiera recomendarme? USAR CON QUIENES YA CONOCES No te olvides de las personas que ya conoces * Ponme al dia con © Qué tal te ha ido en el trabajo desde la ultima vez Necesitas mds que claves para romper el hielo si pretend fiction wines? * Qué ha cambiado en tu vida desde la tiltima vez que hablamos? * 2Qué tal ha sido el afio? © ¢Hay algo nuevo en la familia? disfrutar el tiempo que pasas conversando con los dem Debes adaptar tu preparacién a la naturaleza de la o y las personas con las que conversards. Una de las ai , cias més dificiles —después de los nifios— es un conocie al que sélo ves de vez en cuando. Compartisteis alg) TL i I Evita con la preparacién los silencios embarazosos. 11] 110 Saber qué decir NO USAR CON QUIENES YA CONOCES éQué hizo que te interesaras en esta drea? ¢ 2Cémo se encuentra tu esposa/esposo/pareja? ¢Cuando te diste cuenta por primera vez que querias ¢ 2Cémo va tu trabajo en la empresa ? © Qué piensan estudiar tus hijos en la universidad? ser ? © gQué te trajo a Colorado? ¢ Como os conocisteis todos? Todas las preguntas anteriores, cuando no conoces bien | * ¢Qué hizo que te interesaras por el marketing? a la persona a la que se dirigen, pueden producir resulta- | © ¢Qué te dio la idea para este negocio? dos indeseados. © gQué pasé al principio? Una leccién de historia Cémo prepararse para un largo trayecto i Prepdrate para una conversacién de la misma manera en que lo harias para una entrevista, tanto en el papel del entre- Con frecuencia, te encuentras inmerso en un silencio i modo 0 una pausa embarazosa en una conversacion. de de ti estimular la conversacién 0 permitir que poco poco vaya llegando a un punto muerto. Cumple con tu te de alimentar la conversacién estando preparado con prt guntas acerca del origen y la historia de las personas ¢ las que te encuentras. Por ejemplo, puedes preguntar:” istado como en el del entrevistador. Requiere mucho menos sfuerzo prepararse para una conversacién que para una entrevista de trabajo, pero la filosofia es la misma. Es con- eniente tener material preparado que resulte relevante para acto en cuestin, de modo que puedas conversar de una a articulada y elegante. A aquellas preguntas que caen dentro de esta categoria las llamo «preguntas de entrevis- 4»; y ayudan a mantener animada la charla. Mientras entro On mi coche en un aparcamiento, antes de una reunién, mida o cualquier clase de acto, me Preparo como si fuese una entrevista. Empleo un par de minutos en pensar tas de entrevista» especificas, aplicables a la/s perso- LECCIONES DE HISTORIA * 2Cémo os conocisteis los dos? © ¢Cémo comenzaste a ___? 112 Saber qué decir na/s, acto o situacién con la que estoy a punto de encon- ; trarme. Cuando la mayorfa de nosotros descubrimos que nos hallamos sentados frente a un desconocido del que no ; sabemos nada en absoluto, nos entra el panico y no somo capaces de pensar en nada que decir. ;Qué situacién incémoda! Piénsalo: ;cudl es el peor momento para pens en algo de que hablar? {Cuando no hay nada de que habla A continuacion, veras algunos ejemplos de preguntas d entrevista que puedes adaptar para que se ajusten a tu p sonalidad: PREGUNTAS DE ENTREVISTA 2Qué es lo que mas te gusta de esta estacion del afio?” ¢Qué hizo que participaras en esta organizacién/acto’ Si no estuvieses aqui, ¢qué estarfas haciendo en este momento? Si pudieras conocer a cualquier persona, ¢a quién giras? Hablame de alguna cuestién que sea muy importan para ti. zCual ha sido tu experiencia laboral mas impo! Cuando vas a reunirte con alguien con quien Pp algtin tiempo antes, repasa algunos de los datos que diste sobre su persona en las ocasiones anteriores — Evita con la preparacién los silencios embarazosos 113 haydis hablado del master en Administracién de Empre- sas que estaba cursando, o del campeonato de voleibol en el que participaba todas las primaveras, o del hecho de que la jardineria resulta ser un pasatiempo agradable. iNo esperes a recordar estos temas justo cuando se pro- 1 duce una pausa embarazosa! En lugar de hacer eso, jpre- parate! PREGUNTAS DE ENTREVISTA éQué palabra dirfas que te describe mejor? ¢Tienes algiin lema o credo personal? ¢Tienes algun idolo por el que sientas una gran admi- racion? ¢Qué pensaban de ti tus compafieros del instituto? éQué es aquello que haces que te gustaria dejar de hacer? La parte no verbal de la conversacion _ Uno de mis ejercicios favoritos cuando imparto los semina- Tios sobre conversacién informal ilustra maravillosamente €ste punto. Sittio a diez o doce personas en un circulo y, al azar, le doy a una de ellas un ovillo de lana. Dicha persona be sostener el extremo del ovillo, contar algo acerca de si —— ae 14. Saber qué deci ; Te ste ausidesss, Evita con la preparacién los silencios embarazosos 115 misma y lanzarle el ovillo a otra persona del grupo. Quien recibe el ovillo debe formularle una pregunta a quien se lo tiro acerca de lo que éste contd. Luego, debe contar algo acer- ca de si mismo, sostener el hilo y arrojarle el ovillo a la necesitas tener mds temas. Esto no tiene por qué resultar necesariamente dificil. Si te preocupa olvidarte de algo, Ile- va una chuleta en la cartera o en el bolso para leerlo dete- nidamente justo antes del almuerzo. siguiente persona. Esto contintia asi hasta que todos han teni- El Gnico tema que no es preciso que tengas en la lista es el que mejor conoces: tt mismo. Por cortesfa con aquellos mas introvertidos de entre los lectores, he aguardado a que nos hubiéramos adentrado bastante en este libro antes de abor- dar este punto. Por muchas preguntas apropiadas que tengas a mano, tarde o temprano deberds hablar de ti mismo. Las teglas de la buena conversacién requieren tanto dar como reci- bit. Si sdlo realizas preguntas, tu interlocutor acabard moles- tandose por la ausencia de un trato igualitario, Es importan- te que cada persona hable de si misma. Sin embargo, para algunos, hacerlo supone un auténtico esfuerzo. Solia suponerlo Para mi también. Pero he descubierto que la mayoria de las Personas que se muestran reticentes a hablar de si mismas le tienen miedo a una o a ambas de las siguientes cosas: do el ovillo en sus manos. Me encanta este ejercicio porque los participantes descu- — bren varias cosas. En primer lugar, como no saben cuando recibirn el ovillo, prestan verdadera atencién a lo que todos los demas dicen. La tinica manera de formular una pregun-— ta inteligente es prestar atencién. En segundo lugar, apren- den a concentrarse en hacer preguntas adecuadas y perti- nentes 0 emitir sefiales verbales adecuadas y pertinentes. Formular preguntas correctas y realizar comentarios acerta: dos es una de las maneras més faciles de hacer que la con- versacién siga desarrollandose a la perfeccion. Por ultimo, prestan atencién al lenguaje corporal, ya que el que hable siempre establece contacto visual antes de arrojar el o' para que éste no caiga al suelo. Si no lo hace asi o el oye te no presta atenci6n, la conversacion termina de forma bi 1. Temen que sus vidas sean demasiado corrientes cot ca con un perceptible ruido sordo. Para ser interesantes. in La preparaci6n previa ayuda a asegurar que el ovillo caiga. Si te encuentras en una reunién en la que comy rds una considerable cantidad de tiempo con el mismo ¢ po de gente, como, por ejemplo, un almuerzo, pt para ir més alla de las claves para romper el hielo y guntas para comenzar una conyersacion. Debes estar rado para entablar conyersaciones mas extensas, por 2. No quieren parecer egocéntricas 0 vanidosas. & etsonas corrientes que no lo adivinas! La mayoria de nosotros somos per- S comunes que tan sdlo tratamos de vivir nuestra vida. 116 Saber qué decir Nos preocupa pagar las facturas, educar a nuestros hijos, que nuestro equipo favorito gane un campeonato, obtener un ascenso, cuidar a nuestros padres ancianos, irnos de vaca- ciones alguna vez, disponer de tiempo para nuestro hobby y relajarnos de cuando en cuando. Tenemos mas similitudes que diferencias, y formar parte de una misma comunidad de seres humanos nos abre las puertas para conectarnos y conversar. Incluso a la gente corriente le pasan cosas extraor- dinarias que sirven como material para una excelente con- versacién. Cada una de las personas que conozco ha tenido alguna experiencia extraordinaria, de una clase u otra. Escon- dido en alguna parte de la conversaci6n se encuentra un — hecho gracioso, las mejores vacaciones de tu vida, una situa- ci6n ridicula, un logro emocionante, un espeluznante relato con final feliz, una extrafia coincidencia o una increible aven-_ tura. ;Descibrelo y hazlo salir a la luz! {Casi cualquier cosa constituye una conversacién en potencia! Reglas de etiqueta para ser el centro de atencién Existen unas pocas reglas que debes recordar a medida a regafiadientes, pasas al centro de la escena. Si sigues consejo lo hards bien. (Nadie esta escondido por ahi con gancho en la mano para arrastrarte fuera del escenario.) primer lugar, brinda informaci6n acerca de ti mismo con que te sientas cémodo y que no sea controvertida. Cor la conversacién con informacién sencilla, positiva y so! EE | Evita con la preparacién los silencios embarazosos 117 La amistad nace con el tiempo, a partir de la construccion de la confianza y la intimidad. Entablar una conversacién es un poco como pelar una cebolla: debes hacerlo capa por capa, de manera que el nivel de intimidad que compartas sea el mismo que el de tu interlocutor, Por ejemplo, supén que tu compaiiero de conversacién acaba de confesarte que, tras resistirse durante largo tiempo a ello, la realidad de ser padre de un nifio que juega al fat- bol llevé a su familia a comprar un monovolumen. Esta con- fesién no te da pie a decir que recientemente te diagnostica- ron cancer de mama. Sin embargo, si la conversacién se diera en la «Carrera por la curacién» y llevaras puesta una cinta rosa que indicara que eres una superviviente del cén- cer, seria aceptable hablar sobre el cancer de mama. La elec- cién que hagas del material que usards para conversar debe adecuarse a la ocasi6n y al nivel de profundidad de la con- fianza e intimidad establecidas. Hace poco asisti a una comida en la que me senté a una de esas mesas redondas, donde se encontraban siete perso- nas a las que nunca antes habia visto. Llegamos a un parén- tesis en la conversacién que, de forma instantanea, hizo que todos decidiésemos que era hora de mirar nuestros méviles para ver si teniamos mensajes. Entonces asumi la Responsabilidad de la conversacién y me lancé a contar una @nécdota acerca de unas vacaciones que habiamos pasado la familia durante la Semana Santa. Dije: «La primavera Pasada, fuimos a un club de vacaciones en México ylo Pasamos muy bien. Me sentia tan relajada que no podia 118. Saber qué decir TT Evita con la preparacién los silencios embarazosos a ae 9 creerlo. Como se trataba de un “todo incluido”, no tenia que preocuparme por buscar dinero cada vez que mis hijos querian tomar una coca-cola. Sélo iban y se la daban. Era tan sencillo, y ademas habia actividades para todos nos- otros». Mi anécdota sobre las vacaciones logré tres cosas que revitalizaron la conversacién. En primer lugar, les conté a los demas algo acerca de mi, lo cual les brindé la opor- tunidad de sentirse mds conectados conmigo: aumentar el — nivel de comodidad estimula la conversacién. En segundo | lugar, ofreci un nuevo tema de conversacién que les sumi- q nistré a los demas material para utilizar. En tercer lugar, el comentario les dio a mis compaiieros de mesa la opor- tunidad de compartir sus propias experiencias. Nuestr conversacién cobro vida de inmediato, ya que los det participaron con preguntas, anécdotas y proyectos de vac ciones propios. No estas limitado a conversar sobre eventos y é cias. Puedes compartir tus sentimientos, tu opinién ace de los libros que has lefdo, los restaurantes a los que h ido y las peliculas que has visto. Por ejemplo, me encont ba en un banquete de entrega de premios y conversaba un caballero, que me dijo: «Me siento muy nervioso em lugar. Mi esposa ha tenido que hacer un vi je de negoct nerviosa que solia sentirme en los actos sociales. Aq ve intercambio lo ayud6 a tranquilizarse y continuamos | versando largo y tendido sobre diversos temas. SE CUIDADOSO CON LO QUE DICES Salvo en circunstancias excepcionales, evita hablar acer: ca de estos temas, a menudo controvertidos, que pueden parar en seco una conversacién: 1. Historias de dudoso gusto. 2. Cotilleos. 3. Desdichas personales, en especial, si son actuales. 4. El precio de las cosas. 5. Temas controvertidos, cuando no conoces la opinién de los demas. 6. Salud (la tuya o la de los demas). La excepcién la cons- tituye cuando la persona con la que conversas tiene una escayola, camina con muletas o esta vendada, y es obvio que esta situacién es nueva. En ese caso, el mate- tial médico —aparentemente temporal— representa informacién adicional. Si evitas el tema, seria algo asi como que hubiese un elefante en el salén y trataras de ignorarlo. 4 Aunque existe una lista infinita de temas de conversaci6n Aceptables para reuniones en publico, también existe una bre- = de temas que, por lo general, resultan prohibidos. Si €stas seguro de la conveniencia de un tema y dudas antes Sacarlo a colacién, lo mejor, probablemente, sera no hacer- Cuando estoy indecisa, siempre invoco el antiguo axio- 120. Saber qué decir ma matematico que mi profesora de algebra me ensefié: «En caso de duda, sdltatelo». Evita cualquier area que pueda ofen- der a tu interlocutor. E] juego de las cuatro esquinas que circule por todos los jugadores. Algunas de las p nas dentro de tu grupo pueden mostrarse reacias a recibirlo por las mismas razones por las cuales lo eras ta: son timi- das, sienten que sus vidas son demasiado corrientes, no le gusta atraer la atencién de los demas, etcétera. Depende de ti ayudarlos o el juego se terminara. Una de las maneras més faciles de comenzar o continua una conversaci6n es halagar a la otra persona. Encontrar alg agradable que decir del otro, por lo general, no es tan cil. Seguramente, hay algo que le gusta de su propia pers na. Ser lo suficientemente franco como para decirle qué € lo que admiras en él generara una inmediata conexi6n et los dos. Con la conexi6n, llega su prima hermana e gica: la conversacién. Un halage sincero hace que la © persona se sienta bien congigo misma y contigo, y eso f talece la empatia, ya que facilita la charla. La clave Evita con la preparacién los silencios embarazosos Too 121 que tu halago sea genuino; asf que escoge algo que real- mente puedas respaldar. No importa lo que elijas; caerA en algunas de estas tres categorias: apariencia, Posesiones 0 com- portamiento. Mark Twain dijo en una ocasién que un buen halago le duraba jsesenta dias! Antes de mi boda, mantuve una conversacién con mi bue- na amiga Karen acerca de todos los preparativos. Le conté que, durante algiin tiempo, estuve saliendo con dos hom- bres a la vez: Ben y Steve. Me invité a que le hablara de ellos. Le dije: —Ben tiene un excelente sentido del humor. Es el alma de las fiestas. Se viste como un millonario y me llevaba a maravillosos viajes: fuimos a Hilton Head, a Europa; e hici- mos un montdn de escapadas de fin de semana a la monta- fia. Es un excelente golfista y un tio maravilloso en todos los sentidos. Karen apenas podia contenerse de lo entusiasmada que estaba. Me dijo: —Parece sacado de un suefio. Estoy tan feliz de que vayas a casarte con él. —No me voy a casar con él —le contesté—. Me voy a casar con Steve. Karen se qued6 sin palabras. Tras recuperarse, me dijo: —Bueno, Debra, Ben parece un principe. ¢Por qué te vas @ casar con Steve? —Porque me hace sentiz ihuy! especial, debido a todas las Cosas maravillosas que diée sobte mi. ZY sabes qué? Real- Mente siente cada una de ella’. 122. Saber qué decir El poder de un halago sincero es inmenso. No existe nada que haga sentir més especiales a las personas que el hecho de que adviertan y aprecien sus mejores virtudes. El halago perfecto Puedes halagar a alguien por su nuevo corte de pelo, una prenda de vestir, una joya 0 su aspecto fisico. Sin embargo, no todos los cumplidos son iguales. Un buen halago se diri- ge al objeto de admiracién: «jQué jersey mas bonito lle- vas!» © «jqué corbata tan original!». Un halago excelente, de primera clase, va mucho més allé y brinda material de conversacién al exponer por qué te agrada ese objeto. Por ejemplo, podrias explayarte sobre la prenda y decir: «Me encanta tu jersey. Ese tono realza el color de tus ojos». Pue- des convertir lo que piensas acerca de una corbata atracti- va en un cumplido mas impactante, si dices: «Es una cor bata estupenda. Su original disefio realmente la hace nica. Siempre me agrada cuando los hombres muestran un to personal con las corbatas». Ten cuidado con los piropo sobre el aspecto fisico en el lugar de trabajo. En mu casos pueden ser interpretados como una sutil forma acoso sexual. Quiza estés con alguien que no tiene sentido de la est ca en absoluto y no tienes nada que elogiarle acerca de gusto por la ropa, maquillaje o accesorios. No temas: p des elogiar alguna de las cosas que posee, como, por ej EE — ee Evita con la preparacién los silencios embarazosos. 123 plo, su hogar, una elegante pluma estilografica, un coche nue- vo...; incluso una taza para tomar café. Un buen cumplido seria: «Tienes una casa encantadora». Transférmalo en un halago de vanguardia diciéndole: «Tu casa es encantadora. Realmente me gustan todas las fotografias que tienes: le dan personalidad y mucha calidez». Por ultimo —pero no por ello menos importante— pue- des advertir y elogiar el comportamiento de una persona. Esta es la mejor estrategia para conversar con los nifios. En lugar de resaltar lo que han hecho mal, intenta alabarlos cuando se comportan bien. Ello contribuira a favorecer la comuni- cacién con ellos y a fortalecer vuestro vinculo. Los nifios no son los tinicos que aprecian los cumplidos sobre su modo de comportarse. Las personas adultas realmente pueden mos- trarse mds abiertas tras un reconocimiento asi. Conozco a una agente de la propiedad inmobiliaria que, en domingo, acompafié a una pareja a buscar casa. Los lle- vO en su coche por toda la ciudad y es probable que les ensefiase mas de treinta casas. Entraron y salieron de los barrios del centro de la ciudad, de los periféricos; en fin, de todos. Pasadas seis horas, ya no les quedaba nada mas que decir y todavia no habjan encontrado ni una sola casa que la persia quisiera, ni remotamente, considerar. La agente inmo- biliaria se sentia cansada y estaba a punto de quedarse sin ideas. Entonces dijo: «Realmente admiro que sepan exacta- Mente lo que buscan. No se van a conformar con algo que Be desean y que luego, posiblemente, los haga sentirse infe- lices». Aquel simple elogio hizo que la pareja se motivara nan mann 124 Saber qué decir de nuevo y pudieron encontrar un nuevo tema de conversa- cién que los ayudara a pasar ese dia, aunque aquel domin- go no encontraran la casa de sus suefios. Otros cumplidos relacionados con la manera de actuar incluyen comentarios como los siguientes: 1 © Te agradezco lo organizada que eres para nuestras reuniones. Ello hace que sea més facil terminar el trabajo. 4 © Debe de haber requerido mucho coraje cambiar de pro- fesién justo en tu momento de mayor éxito. Realmen- te lo admiro. m © Tienes una determinacién sorprendente. Creo que es admirable que hayas sacado tiempo para entrenarte para correr un maratén. Te felicito. an Sé que este tramite te pone nervioso. Es estupendo que te hayas obligado a venir. oe De verdad ves el lado positivo de las cosas; es un pl cer trabajar contigo. ¢ Realmente te las ingenias para mantener tu hogar ordenado, jincluso con cuatro hijos! Repito: la clave para brindar una palmadita en la da que tenga éxito es hacerlo con sinceridad. Puede que n que la persona a la que halagas tiene dificultades para bir el cumplido. Quiza intente neutralizarlo negandolo, sienta obligado a devolverte el cumplido. Si esto sucede, firma tu sinceridad y cambia de tema. " Evita con la preparacién los silencios embarazosos 125 Afiadir forma y contenido Ademés de elogiar a la otra persona, otra manera de lograr que un interlocutor reacio participe en una conversacién es lanzandole la pelota por medio de una pregunta. Ademés de las claves para romper el hielo que figuran en el capitu- lo dos, existen cuatro categorias de preguntas que resultan efectivas en situaciones sociales: Familia Hablame de tu familia. éAlguno de ellos vive por aqui? éQué es lo que més te gusta de ser pa- dre/madrehhijo/tia, etc.? Trabajo éQué te atrajo de tu trabajo actual? éCoémo se te ocurrié esa idea? ¢Cudles son algunos de los desafios mas dificiles de tu profesién? Si pudieses cambiar alguna cosa de tu trabajo, gqué seria? éQué impacto ha tenido Internet sobre tu trabajo/profesién? Tiempo libre ¢Qué haces para mantenerte en forma? ¢Qué clase de cosas hace tu familia para divertirse? éQué haces en tu tiempo libre? éCuales han sido tus vacaciones favoritas? Temas diversos Has visto alguna buena pelicula dlti- mamente? ¢Qué opinas sobre ___ (noticias, acon- tecimientos...)? Estas leyendo algo que te guste de verdad? Con independencia de cual sea el tema de conversacién elegido, no es exagerado recalcar atin mas la importancia de ser auténtico al hablar con alguien. Si no estas sincera- mente interesado en lo que la otra persona esta diciendo, no habré ninguna preparacion ni plan que pueda salvarte del fracaso al que estd destinada esa conversacién. El inte- rés por la otra persona no se puede fingir. Si de verdad no logras sentirte entusiasmado con el didlogo, tienes el deber con tu interlocutor de pedirle disculpas e ir a encontrar otra persona accesible. Como va nuestro progreso Has avanzado bastante en la lectura de este libro. A estas alturas, estas familiarizado con técnicas para convertirte en un excelente interlocutor. Es un buen momento para mos- trar cuan lejos has llegado, mientras pones en practica tus habilidades e identificas las oportunidades de mejorar que se hallan delante de ti. Responde nuevamente al cuestiona- rio que hiciste al principio del libro y fijate en si has logra- Evita con la preparacién los silencios embarazosos 127 do algtin avance. Mirate al espejo y responde con sinceri- dad si o no a las siguientes afirmaciones: ¢ En la mayoria de las conversaciones soy consciente de que todos tienen un turno para hablar, de modo que pueda aprender més acerca de los otros y ayu- darlos, a su vez, a que me conozcan. Gy. S6 0 No ° Me he inscrito o participado en al menos una activi- dad grupal o club social con el fin de generar nuevos contactos profesionales 0 conocer gente nueva. 0 Si O No ° He utilizado mis contactos para ayudar al menos a dos personas a conseguir un empleo, conocer a alguien o conectar con potenciales clientes. He proporcionado a alguien informaci6n util para otros propésitos socia- les 0 laborales. Lyi. 0 No * Asisto al. menos a dos reuniones al mes donde tengo la posibilidad de conocer a gente de mi entorno pro- fesional/laboral 0 a potenciales ejecutivos. O Si 0 No 128. Saber qué decit Si una persona se muestra amigable conmigo, me resulta facil ser amistoso con ella. De todas ii no espero a estar seguro de que alguien es amistoso para mostrarme yo también amigable. El poder de la conversaci6n U1 Si O No eouss 2 © Cuando alguien me pregunta: «¢Qué hay de nuevo?» en lugar de contestar: «No demasiado», a menudo hablo de algo emocionante que esté pasando en mi vida. O Si 0 No No te sugiero que utilices tacticas agresivas para conver- sar; sin embargo, te propongo que utilices un lenguaje fir- me y enérgico, y no pasivo. Permite que tus métodos de con- Versacion transmitan tu fuerza interior, ¢Cudntas veces oimos que las palabras que salen de nuestra boca suenan sumisas, dubitativas y como pidiendo disculpas? Cuando dices: «Intentaré Ilamarte Mafiana», estas admitiendo que No existe un compromiso en firme. Las palabras que elegi- mos para conversar pueden expresar un mensaje que no queremos transmitir. ¢Te ha dicho alguna vez un camarero de un restaurante: «No podemos hacer cambios en los Mentis»; 0 un empleado del servicio de atencién al cliente te ha contestado: «Si puedo enterarme de...»? Como des- cubrirds en este capitulo, ciertas expresiones y afirmaciones, al igual que ciertas Preguntas, pueden conducir a la con- vetsacién por un camino diferente al pensado. Debes estar rento a cuando utilices los siguientes ejemplos y darte cuen- Qué tal lo has hecho? Si eres como yo, a proba todavia te quede trabajo por realizar. ene los habitos adquiridos requiere esfuerzo y practica. Te sugiero ei es bas una frase que refleje lo que deseas lograr. Concéntrat en ese objetivo, hasta que te sientas a eu con el do, y luego contintia con otro. Si te mantienes cor jno te Ilevara demasiado tiempo lograrlohiUna regla s que cosecha excelentes resultados es iniciar conversacl con al menos tres nuevas personas a la ccna en. del supermercado, mientras esperas que comience nién o con tu vecino de la casa de al lado. Con lap constante, llegards a sentirte a gusto. El poder de la conversacién 131 130. Saber qué decir «Voy a tener que preguntarle eso a alguien...» ¢Y ta ta de como te proyectas a ti mismo en el curso de la con- quién eres?, ¢nadie? versaci6n: } Sugiero: «Con mucho gusto lo verificaré con el * «Cuando estaré listo?» Con esto pretendes llevar ti las departamento de contabilidad y hablaré nuevamen: te contigo». riendas. Sugiero: «¢Podrias, por favor, tenerlo listo para el ¢ «Te diré la verdad: jme lo he pasado fenomenal!» ¢No dices siempre la verdad? Estas calificando esa afirma- martes?». cién en particular en contraposicién a otras que has «Sentiria enviarte a la tienda equivocada.» ¢Qué lamen- 4 hecho antes? tas? ¢Sientes equivocarte? Sugiero: «No sé a qué tienda enviarte»; o bien: «Creo Sugiero: «jMe lo he pasado fenomenal!». que puedes encontrar ese producto en...». Uh «¢Puedes deletrearme tu nombre?» La mayorfa de nos- ¢ «Estaba a punto de decir que los impuestos sobre otros sabemos cémo deletrear nuestro nombre, jno es > patrimonio parecen muy elevados»; y «yo crefa que | rosas necesitaban mas luz solar que la que tienen en es lugar». Ambas frases resultan cautelosas y timidas. Sugiero: «Pienso que los impuestos sobre el pati nio son altos»; 0 «mi experiencia me dice que las necesario que primero se nos pregunte si sabemos cémo hacerlo! Sugicro: «Por favor, deletréame tu nombre». * «Si puedo enterarme de...» Cuando utilizas la palabra «si» se establece un bajo nivel de expectativa. ;Aumen- ta las expectativas! jInfunde confianza! Sugiero: «Lo voy a analizar y me pondré en contacto contigo de un modo u otro». necesitan més luz solar de la que tienen en este h ¢ «Puedo interrumpirte un momento? ¢Puedo h una pregunta?» jYa lo has hecho! Si estas disp interrumpir a alguien que est ocupado, jhaz I * «Yo sélo soy el...» El trabajo o la funcién que cada uno cumple son importantes. Con esto te estas degradando a ti mismo. Ests delimitando las atribuciones y res- ponsabilidades en el area de tu competencia. gunta directamente! En vez de ello, para ser amable, podrias decirle: dona que te interrumpa...» y luego formular gunta. “| 152 Saber qué decir Sugiero: «Mis responsabilidades se centran en el desa- rrollo de paginas web. Con mucho gusto consultaré con _ el departamento de ventas el estado de su pedido». «No puedo reunirme contigo esta mafiana.» Esto pro-_ yecta una falta de voluntad de lograr el mejor resulta~ do posible. O da a entender una carga. En cualquier caso, di lo que puedes hacer; no lo que no puedes hacer, Sugiero: «Puedo estar alli a las tres de la tarde». j «Trataré de darle una respuesta en el transcurso de semana.» La palabra «tratar» transmite el mensaje sub yacente de que es algo en lo que no se puede confiar. Sugiero: «Me pondré en contacto con usted, a mas dar, la semana que viene». Dile a la gente lo que haras; no lo que esperas poder hacer. «Tendré que...» Otra carga. «Tendré que consultarl con mi esposo»; o bien: «Tendré que consultarlo « mi secretaria». ua Sugiero: «Con mucho gusto lo consultaré con mi esp< so»; o bien: «Con gusto lo consultaré con mi s é ria y me pondré en contacto con usted». «Tendra que llamarme majfiana. En este momento ocupado.» Suena como si me dieran una orden y p r ran otro peso en mi ya excesiva carga. Y no me u que me mangoneen. 1 El poder de la conversacién 133 Sugiero: «Puedes llamarme majfiana. Para mj ser4 un mejor momento». «La verdad es que no estoy demasiado seguro.» Si, estas seguro. jEstés seguro de que no sabes! Sugiero: «No sé como llegar a Colfax. Pregiintale a Jennifer. Es muy buena con las indicaciones». * «¢Puedo preguntarte cémo te llamas?» jNo es necesa- tio pedir permiso para preguntarle el nombre a alguien! Sugiero: «;Cémo te llamas?». Somos lo que decimos y la verdadera ventana a nuestra alma son nuestras palabras. Deja que tus palabras expresen tu fuerza interior. Delitos y faltas Viajo con frecuencia, teniendo conversaciones informales a mi manera, a lo largo de todo el pais. Una de las acusadas ten- dencias que he podido percibir es el aumento de «los asaltos a las conversaciones con armas letales». Yo misma he sido victima de ellos un par de veces. Debes saber que estos asal- tos son realizados por personas que estén armadas y son peli- grosas y, si logran entrar en tu didlogo, corres serio riesgo de ser testigo del tortuoso asesinato de tu conversacién. Man- tente alerta, pues esa gente est4 ingeniosamente disfrazada. Pue- den orquestar varios cambios de vestuario para un mismo evento y hacerse pasar por miembros de cualquier profesi6n. Si percibes el peligro, conserva la calma. Estate ojo avizor con estos renegados.- Una ultima advertencia: a menudo, es el espe- jo el que nos devuelve la imagen de los peores delincuentes. He decidido que es hora de ser mas agresiva en la pre- vencion de los delitos conversacionales. Investigué mucho este fendémeno y clasifiqué a los asesinos en ocho categorias. 136 Saber qué decir Durante el curso de tus conversaciones diarias, trata de no afiadir tu nombre a la «lista de criminales conversacionales més buscados». A continuaci6n, encontrards algunas técnicas contra el crimen para mantener a salvo a los interlocutores honestos. E] agente del FBI Seguro que a este agente del FBI no le preocupa el interés publico. Se le puede ver al acecho de las charlas y apartan- do de ellas a los participantes para interrogarlos. Identifica- ras de inmediato su inconfundible modus operandi, pues te lanza una pregunta tras otra, como una ametralladora en el medio de la jungla: «A qué te dedicas?; zde dénde eres?; gestds casado?; ¢tienes hijos?; ¢llevas mucho viviendo aqui?; gcudnto tiempo llevas en este trabajo?; gcual es el apellido de soltera de tu madre?». Fijate en que el agente del FBI ataca a su prisionero de forma implacable, bombardeandolo con preguntas, y no le da oportunidad alguna de realizar ningin tipo de confesién. Al cautivo no se le permite extenderse en sus respuestas, pre- sentar otra clase de pruebas, hacer preguntas..., ni siquiera beber un vaso de agua. Olvidate de realizar una llamada telefonica 0 conseguir un abogado. El prisionero se ve for- zado a dar respuestas entrecortadas, apenas para poder seguir el ritmo. Se halla sometido al capricho de su interrogador, quien, al finalizar el interrogatorio, se deshace del prisione- _ Delitos y faltas 137 El agente del FBI. 138. Saber qué decir ro sin miramientos y se va a hacer una redada, en busca de otro sospechoso. EI método del interrogatorio rara vez funciona de mane- ra satisfactoria. El agente tendria mucho més éxito si reali- zara preguntas abiertas que precisaran de respuestas mas extensas. El detenido revelarfa sin esfuerzo alguno una gran cantidad de informacién, si se le diera la oportunidad. El agente también comete el error de conformarse con res- puestas de una o dos palabras. Si indagara un poco mas, podria descubrir motivos ocultos, pretextos, oportunidades e informacién sobre hechos del pasado que le hubieran ser- vido bastante en su intento de conversar, si tan s6lo hubie- se realizado adecuadas y perspicaces preguntas. Desaprove- cha una gran oportunidad de obtener informacién al no confesar primero algo acerca de si mismo, lo que podria haber logrado que bajaras la guardia y te relajaras un poco mas, de forma que el interrogatorio se transformara en una conversaci6n. El agente del FBI se caracteriza por su excepcional ner- j viosismo. Le echar4s una mano si tomas el control de la conversacién. Hazle una pregunta abierta. Dale continuidad a la conversacién: indaga con mayor profundidad y ui sefiales verbales de atencion. Por ejemplo, preguntale a que se dedica. Contintia con preguntas acerca de qué tipo de tz ‘ reas requiere su trabajo y c6mo empez6 en él. Conviérte en el anfitri6n y procura que se sienta comodo. Esto te p mitir4 desacelerar la conversaci6n. Finalmente, lograras u ritmo tranquilo y agradable, un toma y daca en la ee Delitos y faltas 139 E] fanfarron Este convicto logré ocupar un lugar en la lista de «los mas buscados» Ilevando a cabo una serie de matanzas conversa- cionales, en casi todos los estados del pais. Por lo general, aparece en perfodos en los que le toca hablar de si mismo. Presumira de sus logros, adornaré la verdad y alardeard de enormes y pequefias proezas, con mucho autobombo. Por lo general, nunca intenta pasar desapercibido; asi es de arro- gante. Su objetivo es ganar prestigio a los ojos de los que le escuchan, por lo que recibe con agrado tener una audien- cia. Cuanto mas grande es el grupo, mas bravucén se pone. Es conocido por asesinar conversaciones muiltiples con su sola aparicion. Su sello caracteristico es que siempre cuenta todos sus logros. Se forré en la bolsa. Te contar4 cémo fue mas listo que los expertos financieros cuando decidié realizar una pense arriesgada que le salié muy bien. Por supuesto, su hijo es el capitan del equipo de béisbol y los cazatalentos de los equipos profesionales quieren ficharlo. No te ahorrard ningtin detalle. Quizd acabe de comprarse lo ultimo en apa- Tatitos tecnolégicos y no comprenda por qué los demas no hacen lo mismo. Siempre tiene una historia que contar tipo «soy el rey del mundo». La hermana del fanfarr6n, Fanfarroncilla, es igualmente letal, aunque prefiere encuentros individuales con las personas que ya conoce. Por lo general, prefiere alardear de un modo més Personal. Tiende a hablar con complicidad a los miembros de 140 Saber qué decir su circulo ms intimo como si les estuviera contando un secre- to y es a ellos a quienes les deja la tarea de hacer correr la voz de su grandeza ante quienes no la conocen. Jamas revela esta grandeza ante extrafios, sino que deja que éstos la descu- bran a través de su circulo de confidentes, que tienen la obli- gacién de hacerla conocida ante los demds. Aunque no se les exige a los extrafios que se inclinen ante Fanfarroncilla, se espe- ra que queden debidamente impresionados. De una manera muy sutil, les hablar a los miembros de su circulo cercano del nuevo disefio de su cocina y de cuan- to le costo. Les hablar4 de unas fantdsticas vacaciones en la — Riviera francesa, que todos deberian experimentar. De hecho, te dara el nombre de su agente de viajes para que puedas q hacer el mismo viaje. ' La tnica esperanza de impedir el homicidio de una char- la orquestado por un fanfarron 0 por Fanfarroncilla es encau- zar la conversacién hacia temas més generales, como, por 4 ejemplo, los acontecimientos actuales. También puedes vol- ver a centrar la conversaci6n en tu propia vida, contando algo” de lo que estas haciendo actualmente. Es inutil competir con ellos, pues es imposible conjurar su jactancia de un modo directo. Tu tinica arma es desviar la conversaci6n a otro tema. «i Puedes superar esto? E] «yo mas» ! Los miembros de esta antigua familia de criminales son mos hermanos del fanfarron y su hermana. Esta gente, ee Delitosy faltas 141 lo general, proviene de un linaje patriarcal, ya que las muje- res aplican un método ligeramente diferente en sus asesina- tos. Si bien los «yo mas», por lo general, no son los prime- ros en fanfarronear, siempre superan la historia del otro. Parecen ser completamente inconscientes de que ofenden al resto de los participantes en la charla al superar constante- mente el relato de otra persona. Algunas veces creen seria- mente que estén mostrando comprensién y demostrando excelentes cualidades para la escucha cuando sobrepasan lo que conté el otro. Conoces la escena. Tu colega Brian esta buscando un nue- vo empleo y le preguntas cémo va la bisqueda. Tan pronto como Brian empieza a ponerte al dia, John se lanza a rela- tar sus propias dificultades en el trabajo, haciendo parecer que el hecho de estar desempleado resulta preferible a sus propias desdichas laborales. Antes de que te des cuenta, la conversacién del grupo se concentra en lo que pasa en la industria, y la busqueda de Brian ha quedado relegada al olvi- do. No se les presta atencién a sus problemas; no se le ofre- ce ninguna solucién; no se siente compasién por él; no se le ofrecen palabras de aliento. Brian se queda con la sensacion de que a nadie le importa su dificil situacién. Aunque quiz John pensé que le habia brindado su apoyo, no fue asi: sim- plemente desvié la atencién desde Brian hacia él mismo. Las mujeres son expertas en superar la historia de otro, Pero su método es igualar a un tercero. Por ejemplo, Rose habla sobre los problemas de relacion que esta teniendo con Steven, y Shelley la compadece diciéndole: «Querida, sé a lo 142 Saber qué decir que te refieres. Mi Anthony tuvo el valor de...». La mujer que superé el relato inicial de la anterior realmente no se compadecia de ella: le robé el espectaculo. Desvié el reflec- tor que iluminaba a la otra mujer y lo puso justo encima de ella; la interrumpié en la mitad de su historia. Una amiga mia, Vivian, contaba la siguiente diablura, de la que ella y su novio habian sido testigos cuando esta- ban en una marchosa fiesta en Washington, D.C.: «Fui- mos con otra pareja. Durante la recepcién, la esposa (la llamaremos Cathy) comenté que otra mujer, que se encon- traba cerca de ellos, llevaba puesto el mismo conjunto que ella. Cuando la mujer en cuestién se acercé, Cathy enta- blé conversacién con ella. Le coment6 que llevaban el mis- mo vestido (en realidad, los conjuntos era similares, pero no exactamente iguales). De todos modos, Cathy le pre- gunto a esta mujer, a la que acababa de conocer, donde lo habia comprado. La mujer le dio el nombre de una muy conocida —y cara— tienda. No pude creer las pala- bras que a continuaci6n salieron de la boca de Cathy: iAh, yo compré el mio en una tienda de ropa usada por quince délares!”». Algo particularmente problematico para las mujeres es” hablar sobre sus hijos. En algunas ocasiones, me tengo que contener para no lanzatme a contar cosas sobre mis pro- pios hijos cuando otra mujer habla de los suyos. En h de disfrutar de la historia que ella est4 compartiendo migo, puede que me distraiga, ya que lo que cuenta recuerda a algo similar que mis hijos hacian a esa edad. Delitos y faltas 143 cnhisiaainey tanto que sdlo deseo interrumpirla porque me siento euférica con la conversacién. Desde luego, ésta no es una conversaci6n estancada: jse trata de una en la que todos quieren llevar la batuta! Sin embargo, resulta muy deprimente para quien cuenta la historia original. Su relato es el que entu- siasm6 tanto al grupo. Es importante reconocer eso y dis- frutar de una anécdota tan buena. No es necesario apresu- rarse a contar otra. Es como beber de un trago una copa de un buen vino: jte pierdes gran parte de la experiencia en la precipitacién por terminarlo! Pon atencién a una de las mds frecuentes expresiones tipo «yo mas» que circulan en la actualidad: «Eso no es nada nue- vo». En una frase muy breve, la persona que pronuncia esas cinco palabras dice que la historia ya es conocida y que no existe nada mds que decir acerca de ese tema. Hace que la ot persona sepa, de manera inequivoca, que su experien- cia es universal y que puede ahorrarnos al resto de nosotros los detalles de una historia tan aburrida. Quienes luchan contra el delito dicen que es dificil hacer caer a un «yo més», quien a su vez tiene bastante éxito machacando hasta la sacie- dad la conversacion. Aquellos que logran seguir en pie inten- tan, generalmente, reagruparse de forma clandestina para evi- tar otro crimen. Lindsay es una excelente Persona, pero en su intento por Participar, a veces resulta culpable de sentirse superior. En demasiadas ocasiones, cuando alguien esta compartiendo los detalles de una experiencia, interrumpe para decir, basica- mente: «Ah, si, eso también me pas6 a mi...». Me confesé 144. Saber qué decir que su amiga Judy una vez le estaba hablando sobre sus vaca- ciones en América del Sur y le dijo que se encontraban en el rio Amazonas cuando un enorme escorpién picé a una mujer de su grupo. Lindsay la interrumpié y le dijo: «jEstu- ve una vez en un rio en Kansas y los mosquitos eran tan gran- des como tu sombrero!». Judy le tocé el brazo y le dijo: «Lindsay, éste es mi relato». El monopolizador Maestro del disfraz, el monopolizador ha logrado infiltrar- se en conversaciones por todo el pais. Las victimas se que- dan impresionadas al descubrir que incluso una persona muy timida e introvertida puede resultar ser un monopoli- zador. El monopolizador puede aparecer en cualquier lugar, incluso en el mas exclusivo de los eventos. Cae sobre su pre- sa con descaro, aduefiandose de la conversacién a la vista de todo el mundo. Puede meterse en cualquier conversa- cién y, astutamente, tomar el control antes de que nadie pueda reaccionar. Nunca faltan testigos de los crimenes cometidos por el monopolizador; sin embargo, las personas, al principio, estan demasiado cautivadas como para hacer algo para evitarlo. El monopolizador logra ser el centro de atencién hablando mucho de si mismo; y lo conserva, pues sigue pelando las capas de la cebolla, sin tener en cuenta si alguna de las personas dentro del grupo se siente inc6- moda. ——— a Delitos y faltas 145 EI monopolizador se siente justificado: cree estar prestan- do un servicio a la comunidad al hacer que la pelota de la conversaci6n siga rodando. Por lo general, las personas timi- das que se dan cuenta de que ser el foco de atencién es bas- tante divertido pueden resultar ser mds culpables que nadie. En lugar de acaparar la pelota, el monopolizador deberia pasarsela a otra persona del grupo. Tengo una regla propia que consiste en no hablar mas de cinco minutos antes de pasar la pelota. El tiempo puede volar cuando hablamos de nosotros mismos. Sin importar el tema —cémo perdi casi treinta kilos, como empecé en este negocio, por qué mis hijos son tan maravillosos—, el reloj contintia con su tictac. Cuan- do mis cinco minutos terminan, le paso la pelota a otro mediante una pregunta o un comentario pertinentes. {No sélo nuestros compaiieros de golf o parientes politicos son los monopolizadores! jNo me hagas hablar! (Otra trillada expre- sién de nuestros dias.) Si estas a solas con un monopolizador, tienes varias opcio- nes para salvar la situacién. Si estds con tu jefe, un cliente o tu suegra, por lo general es mejor rendirse y regalarles tu atencién. De vez en cuando, podras obtener breves parénte- sis si cambias el tema y hablas de ti mismo o le haces una pregunta que tenias preparada. Sin embargo, resulta impo- sible hacer que un monopolizador se detenga. No puedes cambiar a una persona. Si tu carrera profesional o la rela- cién con tu familia politica estan en juego, lo mejor que puedes hacer es rendirte y considerarlo un fortuito gesto caritativo. i 7 a 146. Saber qué decir Hay situaciones en las que puedes lograr ponerle un freno al monopolizador. Cuando estas a punto de alcan- zar tu nivel de saturacién, levanta una bandera blanca como sefial de advertencia. De la misma manera en que a un piloto en una carrera de coches le muestran una ban- dera blanca que le indica que inicia la tiltima vuelta, debe- r4s agitar una para, de forma reglamentaria, hacer parar- se en seco a un monopolizador. Por ejemplo: estas en tu oficina y tu amigo Gary te va a visitar para comentarte 5 su partido de golf. Cuando se te esté agotando el tiempo, — el interés o la fuerza de voluntad, muéstrale la bandera diciéndole: «jVaya, Gary, qué alucinante recorrido hicis- te! Antes de que continues, tengo que decirte que, en unos” minutos, tengo que seguir con la planificacién del presu- puesto». De manera cortés, le has transmitido a Gary la sefial de que necesitas finalizar la conversacién en breve. Gary se toma otros cuatro minutos para contarte sus fias en los hoyos doce y trece. Ahora puedes concluir conversacién diciendo: «Bueno, Gary, realmente es im sionante, pero debo ocuparme del presupuesto ahora mo. Quizé podriamos continuar nuestra conversaciO: otro momento». Ahora, puedes desviar tu atencion presupuesto sin preocuparte. Fuiste amable y cortés y diste un adecuado aviso de que era hora de conclui charla. Si estas con un grupo de tres o mas personas, papel de anfitrién e intercepta al sujeto en cuestion. los afios, me retino con algunos amigos de la univ Delitos y faltas 147 para ponernos al tanto de nuestras vidas durante una tar- de. Mi amiga Lori es tristemente famosa por su legenda- tia habilidad para monopolizar las conversaciones. Debi- do a mi trabajo, me siento en la obligacién de ayudar al grupo y facilitar que la pelota de la conversacién pase de un miembro a otro. Asi que la interrumpo cuando hace ya mas de cinco minutos que tiene la palabra y digo: «Lori, ésa es una historia muy buena acerca de la habilidad de Adam para batear. Marilyn, ¢cémo estan tus hijos?». Hacer 3 conexi6n entre el relato de Lori sobre su hijo y los hijos de Marilyn le da continuidad a la conversaci6n, al tiempo que, de una manera diplomatica, brinda la opor- tunidad de que otra persona hable. Cuando el tio Joe habla sin parar acerca de cémo es la vida de un auditor, la con- versacién debe pasar a otro: «Eso parece dificil, tio Joe. Larry, primo, :cémo te va en el trabajo?». Los monopolizadores han demostrado que son candida- tos para una rehabilitacién. Han sido capaces de restaurar el equilibrio conversacional una vez que se dieron cuenta de que hablar sin cesar no le hace, precisamente, un favor a nadie. Recuerda que, como anfitrién, tu objetivo no es sélo lograr BB el monopolizador ceda el uso de la palabra, sino tam- 4 incluir a otras personas, en especial a las més calladas. Invitalos a que participen en el dialogo mediante una pre- Sunta o comentario a ellos dirigido. Aun cuando no haya monopolizador en la conversacién, pasa la pelota de la con- versacién a todos. 148. Saber qué deci re Delitos y faltas 149 casi perfecta con mi incapacidad para mantener la atencion por periodos prolongados y por mi falta de paciencia. Des- de ese momento me di cuenta de que las interrupciones sabo- teaban gravemente una buena conversacién; asi que ahora hago campafia en su contra. Sdlo existen tres buenas razo- nes para interrumpir: la primera es cuando has de marchar- te inmediatamente; la segunda es cuando el tema de con- versacion resulta demasiado molesto y necesitas cambiarlo E] que interrumpe jCuidado con el que interrumpe! Esta clase de villano se pre- senta en toda clase de formas, tamajios y peinados. Siempre me he preguntado si a la persona que interrumpe, cuando era nifio, siempre le impedian finalizar una frase, y ésta es su forma de vengarse de la sociedad. El interruptor se carac- teriza por su gran empuje, su determinacién para hacerse entender y su falta total de paciencia. Confieso que he pasa- enseguida; y la tercera es si te encuentras en compaiiia de un monopolizador que se ha negado a brindarte un parén- tesis natural en la conversacion de més de cinco minutos. do mucho tiempo siendo una persona que interrumpia. Fui declarada culpable de interrumpir a mi esposo constante-— mente. Estuve en libertad condicional durante un tiemp pero, después de tres quebrantamientos, fui a prision. esposo es muy discreto y mi condena le causé mucha angu El mal jugador tia. El entendia mi temperamento y no se lanzaba a enfre tarse a mf; pero, después de que yo lo interrumpiera dema El mal jugador tiene una fama sin parang6n como suicida en la charla informal. Aniquila su propia conversacion al po querer guiarse por las reglas. Como astuto artista del ilu- Benismo que es, el mal jugador transforma las preguntas abiertas en comentarios cerrados. Usando humo y espejos, el mal jugador siempre encuentra el modo de reducir una Magnifica pregunta a una respuesta de una sola palabra. ‘Cuando le preguntes: «¢Qué hiciste este fin de semana?», ‘te peniestard: «Nada». La pregunta daba lugar a que eligiera 4 algtin aspecto del fin de semana para conversar. En cam- siadas veces, exigié justicia. Con frecuencia, é1 comenzaba a decir algo y daba razones en las que se fundaba. Si yo no estaba de a lo interrumpia en ese momento, sin permitirle finalizar queria esperar tres minutos hasta que terminase de sus argumentos; para mi era una eternidad. La mayo ria los que interrumpen son como yo. Interrumpimos port creemos saber lo que vas a decir, asi que jpara qué el tiempo! O sabemos que estas equivocado y debemos surarnos a hacerte notar los errores de tu razonamient Sin embargo, después de ya haber pasado por un d cio una vez, no estaba interesada en destruir nuestra estrangulé la charla al negarle cualquier cosa que udiera alimentarla. El mal jugador simplemente no juega en con los demas. Ignora las reglas, se pone mohino cuan- 150 Saber qué decir do se le antoja y abandona el juego sin previo aviso. Se encuentra en un céctel repleto de desconocidos y se le acer- ca un caballero que se presenta y le pregunta: «ZY ta, a qué te dedicas?». Como no quiere jugar al juego de la char- la, le responde con sarcasmo: «En qué circunstancia?». Una contestacién perezosa que se ha hecho muy corriente en nuestros dias es: «jLo mismo digo!». Por ejemplo: «Te quiero, mi amor»; «jlo mismo digo!». Esta al mismo nivel que la expresién «jfdem de idem!»; como en «verdadera- mente me encanta compartir contigo un buen momento», que recibe una respuesta tan mediocre como «idem de idem». Este tipo de contestaciones tan poco comprometi- das constituyen una burla a la persona que primero reve- 16 sus sentimientos. A Algunos malos jugadores sencillamente no han sido ade- cuadamente entrenados: ellos mismos no saben cémo for mular preguntas abiertas. Con un programa intensivo, algunos pueden obtener resultados esperanzadores. Pue- des ayudar a un mal jugador respondiendo una p cerrada como si fuese abierta. Por ejemplo, si te pregt tan: «Qué tal el fin de semana?», no contestes sélo: nomenal!; gy el tuyo?». En lugar de eso, enséfiales cot ejemplo y di: «, pues équé pasa si acaban de despedirlo o ha perdido, por otras razo- nes, su empleo? Ten cuidado cuando preguntes por la esposa, esposo 0 pareja de alguien que conoces poco, pues podrias arrepentirte de ello. No acties como si fueses un agente del FBI. Preguntas del estilo «za qué te dedicas?», «zestés casado?», «¢tie- nes hijos?»> y «gde donde eres?» llevan a conversacio- nes sin porvenir alguno. * Sé consciente de tu lenguaje corporal. Las personas que se muestran nerviosas 0 inquietas hacen sentirse incé- modos a los demds. Actiia con seguridad en ti mismo y naturalidad, incluso cuando no te sientas asi. Preparate. Dedica unos minutos antes de acudir a un acto ya previsto preparando tres temas de conversa- cién sobre los que puedas hablar con facilidad. Te resul- tardn utiles cuando te encuentres en un momento inc6- 184 Saber qué decir modo... © cuando estés sentado a una mesa para ocho donde todo el mundo se limita a juguetear con su co- mida. Muestra interés en la opinion de tu iorerloquten No eres el tinico que posee opiniones acerca de cémo financiar el programa espacial 0 cOmo se comportara el merca- do bursatil. Frena en seco a los monopolizadores de la conversacién. Si ello es posible, espera a que la persona en cues haga una pausa o se tome un respiro y entonces i rrumpe con un comentario sobre el tema. De inmedia- to, desvia la charla en la direccién que deseas que vaya. 5 Prepara frases para hacer mutis. Debes cambiar de lugar y conocer a otra gente. e Procura no escabullirte de las conversaciones. Tana j 7 yo una impresién positiva estrechando manos y desp' diéndote cuando te marchas. : cas bUtl Cada encuentro implica un riesgo. Mientras sigas ’ interés en los cando conocer nuevas personas y To Bui ‘ ; : 3 z demas, podras hacer amistades y disfrutar animadas con- versaciones. Cémo sobrevivir capitulo en el mundo de los solteros trece Entras en una sala llena de gente. Todos ellos Pparecen estar felizmente ocupados conversando con alguien. Empiezas a Preocuparte por que los demés te juzguen y te encuentren anodino. Te armas de valor para el esperado rechazo. Estas a punto de dar media vuelta y decidir que no vale la pena asistir a la reunion. Quiza sufras de «trastorno de ansiedad social», pero lo mas probable es que tan sdlo estés asistiendo a una reunién de solteros y sientas la ansiedad natural que te produce expo- nerte y hacerte vulnerable. Probablemente, el escenario social mds aterrador de todos es aquel en el cual tu estas alli con el tinico propé- sito de conocer a otras personas. Tu propésito no es esta- blecer contactos profesionales Para promocionarte. Estas alli, simplemente, para relacionarte con otros. Y por algu- Ma extrafia razén, en nuestra sociedad, se requiere coraje Para admitirlo. 186 Saber qué decir La mayorfa de mis amigos solteros me confiesan que detes- tan el ambiente de las citas. Mi hermana Elizabeth, que tra- baja como investigadora en Harvard, dice: «¢Una cita?; equé es eso? {Mis amigos cuarentones solteros y yo hemos decidi- do que estamos demasiado ocupados como para tener citas!». Suzanne, una amiga mia, hace ocho afios que se divorcié y tiene muy pocas ganas de cambiar su situacion. Le encan- taria conocer al hombre ideal, pero se niega a conformarse con alguien que no sea perfecto para ella. Antes de ello, pre- feriria permanecer soltera y seguir dedicandose a ligar. Para ella jes realmente divertido! Existen tantas situaciones distintas en las que se requiere una charla informal cuando se es soltero, que es dificil dar un consejo que valga para todos: ¢tienes veintitantos 0 cin- cuenta y tantos afios?; gprefieres ir a un bar o a una reu- nién organizada?; zeres hombre o mujer?; ¢te gusta salir o quedarte en casa? Sin embargo, hay un consejo que sirve para todas las situaciones: no pienses que lo que estds haciendo es alternar con «solteros»; sdlo piensa en ello como una oca- sion para contactar con otras personas. Tu tienes algo que ofrecer a los demas y, a su vez, ellos tienen algo que ofre- certe a ti: conexién con la humanidad. jVamos, cdlmate! Uno de los aspectos més intimidatorios de las reuniones de solteros es hacer tu entrada; para ser exactos: entrar donde ‘Cémo sobrevivir en el mundo de los solteros. 187 se esta desarrollando la accion. Es importante comprender que no es necesario comenzar a conversar inmediatamente después de entrar. Suzanne dice que ella siempre respira hon- do antes de entrar en la sala y se visualiza dirigiendo toda su energia hacia su coraz6n, para que, cuando haga su entra- da, no parezca llevar tentdculos. Literalmente, jse est tran- quilizando! Quédate parada en la puerta de entrada e inspecciona el ambiente. Con ello logras dos cosas: te das un momen- to para estabilizarte y orientarte; y te estas situando en un lugar donde todo el mundo pueda verte. De ese mo- do, parecerds una persona segura de si misma y, de mane- ra inconsciente, esperaran la oportunidad de conversar contigo. Probablemente, la confianza en uno mismo es —después del atractivo fisico— el iman mas poderoso que existe. Pero, una vez dentro del salén, haz como si fueras invi- sible. Nadie te ve; asi que no tienes por qué sentirte incé- modo 0 inseguro. Todos los que se encuentran en la sala © bien estén demasiado ocupados con su propia activi- dad o conversaci6n, o bien completamente absorbidos por su propia sensacién de incertidumbre. Puedes darte una vuelta por la sala y buscar algo de comer o beber, y, sen- cillamente, adaptarte al entorno. Ese es un buen momen- to aoe empaparte del ambiente: :quién estd aqui?; ¢c6mo se siente la gente?; ¢se estan divirtiendo o se percibe mucha tensi6n? Mira a tu alrededor: ¢quién parece ser alguien accesible? 188. Saber qué decir FRASES PARA ROMPER EL HIELO ENTRE SOLTEROS © He venido otras veces, pero nunca habia tanta gente. @Sabes donde esta la comida (bar)? * No conozco a nadie en absoluto de los que estén aqui. cY ta? © Parece muy sabrosa esta comida. Al parecer, hay muchas personas interesantes en este lugar. ¢Conoces a alguna de ellas? éMe alcanzas una servilleta, por favor? El viernes por la tarde es un excelente momento para una cosa asi. Es algo que esperas con ilusién cuando llega el final de la semana. Nunca sé qué decir en estos casos, pero me gustaria conocerte. Al hacer tus comentarios, tus pensamientos se traduci- ran en palabras, que podrds compartir cuando te acerques a los demés o ellos se acerquen a ti. Siempre resulta mas facil romper el hielo con algiin comentario sobre el entor- no, en lugar de hacer preguntas personales. Por lo general, si realizas un comentario inocuo, la persona a tu lado te dara su impresién. A veces, da resultado comenzar una — s je charla con alguien de tu mismo sexo: es menos intimida- torio y te ayudara a superar el panico escénico. Adi cmos ee imo sobrevivir en el mundo de los solteros 189 jnunca se sabe!, jquizd pueda presentarte a alguien real- mente interesante! Encuentra el punto de conexién Mientras que Suzanne sostiene que le encanta salir con varios a la vez, la mayoria de las personas espera encontrar a esa persona especial con quien pueda conectar sinceramente. Piensa en las palabras «conexién» y «relacién». «Conectar» © «relacionarse» significa encontrar puntos en comin con otro ser humano. Puedes empezar a buscar esas conexiones en el preciso instante en que entablas una charla con un extrafio, si le dices algo acerca de ti y le preguntas sobre él. Recuerda que cuando alguien te responde una pregunta o comentario, por lo general, te brinda mas comidilla para esa charla. CONECTORES Pareces totalmente relajada. Me gustaria sentirme igual que ta. iQué precioso conjunto (zapatos, pulsera o corbata)! iMe encanta la moda (buen gusto, joyas)! * Estuve a punto de quedarme en casa a leer un libro, en lugar de venir aqui. 190 Saber qué decir © Preferiria estar viendo un partido de baloncesto, pero esto también es divertido. © Nunca antes habia venido a una de estas reuniones. Qué tal tu experiencia con esta organizaci6n? © :Como te enteraste de esta reunion? © Es interesante esta organizacién. ¢Has participado en alguna de sus actividades al aire libre, como hacer sen- derismo 0 montar en bicicleta? Consolida la conexién Cuando preguntes algo o alguien te haga una pregunta a ti, considera el siguiente planteamiento: piensa en qué comen- tario hards sobre lo que te haya dicho tu compajiero de con- versacién. He aqui un ejemplo: Tu.—zCon qué frecuencia sales? Ella—Casi todas las noches. Mientras te est4 contestando, piensa en qué comentaras sobre lo que ella te esta diciendo, en lugar de pensar en tu proxima pregunta. Este ejercicio es maravilloso para agudi- zar tus habilidades auditivas. Tii.—jVaya, eso parece llevar mucho trabajo! Cémo sobrevivir en el mundo de los solteros | Haz un comentario sobre lo que dijo, esto es, un comen- tario de seguimiento, en lugar de formular una predecible pre- gunta de seguimiento, como por ejemplo: «:Dénde te gusta ir?». Realizar un comentario de seguimiento, en lugar de ese tipo de preguntas, requiere un nivel mas elevado de escu- cha. Si tenias en mente una pregunta sobre su respuesta y estuviste tentado de formulérsela, pero finalmente no lo hi te, entonces estas en el buen camino. Aunque no siguieras con otra pregunta, ello no significa que no debieras haber teni- do preparada una. Como regla general, piensa siempre, al menos, una pregunta de seguimiento y recuérdala, aun cuan- do no Ilegues a usarla. En lugar de hacer un comentario ingenioso o divertido sobre lo que dijo tu interlocutor, otra opcién es continuar con una revelacién sobre ti mismo. Veamos cémo funciona esto: Ta—;Con qué frecuencia sales? Ella—Casi todas las noches. Tt.—gDe veras? jYo solfa ser capaz de hacer eso... antes! En este momento, revelar algo de uno mismo, en lugar de realizar un comentario, hace que la conexién se man- tenga. También resulta util para continuar con la conversacién tener en mente algunas pertinentes preguntas de seguimien- to. La mayoria de las veces, los comentarios sobre lo que se dijo, al igual que los comentarios personales, actuaran como 192, Saber qué decir inductores. Generalmente, incitan al otro a hablar o a for- mular preguntas. Volvamos sobre el ejemplo: Tu.—zCon qué frecuencia sales? Ella—Casi todas las noches. Tui.—iVaya, eso parece llevar mucho trabajo! (En este caso, el comentario de seguimiento actuara como inductor.) Ella (riéndose).—Si, lo sé, jes como tener un trabajo a tiempo completo! Cuando haces un comentario sobre la respuesta de otra persona, ésta se sentira movida a contestar algo a cambio. Usalo como combustible para mantener en funcionamiento la conexi6n. éQué puedes hacér cuando no se produce una respuesta al comentario de seguimiento que hiciste 0 a lo que dijiste sobre ti mismo? Utiliza alguna de las preguntas de segui- miento que pensaste y que retuviste en tu memoria con tanta paciencia. Volvamos al ejemplo con el que estamos trabajando: Tu.—;Con qué frecuencia sales? Ella—Casi todas las noches. jVaya, eso parece llevar mucho trabajo! Ella. (se rie, pero no contesta). Ta.—zA qué lugares te gusta ir? ‘Cémo sobrevivir en el mundo de los solteros He aqui una pregunta de seguimiento que resulta perti- nente en relacién con tu primera pregunta («gcon qué fre- cuencia sales?») y con la respuesta que te dieron («casi todas las noches»). Otras posibles preguntas serian: «éDe dénde sacas toda esa energia?» 0 «de dénde sacas el tiempo para salir?». Una vez que adquieres el habito de hacer comentarios de seguimiento o de contar cosas sobre ti mismo, afiadir pre- guntas de seguimiento es pan comido. Si utilizas de forma creativa estos tres elementos (preguntas, comentarios de scald y preguntas de seguimiento), las posibilidades y variaciones de la conversacion seran casi infinitas. Siempre que te mantengas concentrado en la conversacién, podras hacer que ésta continie. Cémo invitar a alguien a salir contigo Ahora que has logrado con éxito abrirte camino en el terre- no de los solteros por medio de la charla informal, tienes a fu alcance diversas personas con las que puedes salir, Pero pyran a alguien a salir contigo —y al hacerlo poner tu ego en juego y arriesgarte a que te rechacen— te lleva a un nivel totalmente diferente. Mientras que Suzanne nunca llama a un hombre para invitarlo a salir, Linda es mds resuelta: «¢Por qué no voy a poder elegir con quién voy a salir? El hecho de que sea una mujer no significa que deba esperar a que una persona al azar me elija a mi». Ella se asegura de tener 194 Saber qué decir preparada de antemano una conversaci6n trivial siempre que llama a un hombre para una cita: «En primer lugar, le recuer- do la manera en que nos conocimos: le refresco la memoria sobre un par de anécdotas que se produjeron en aquella reu- nion; le comento lo mucho que disfruté de nuestra conver- sacién en esa oportunidad y que seria divertido continuarla mientras tomamos un café o comemos. A pesar de que soy una persona muy decidida, nunca invito a un hombre a cenar en la primera cita. Resulta menos intimidatorio, tanto para mi como para él, sugerir algo mas informal». Mi amigo Bob nos da este consejo: «Ten en mente algu- nas ideas para salir con esa persona antes de’ coger el telé- fono. Si llamase a una mujer, le dirfa algo como: “El jueves por la noche habra una cata de vinos en Hudson Gardens. Estaba pensando que podriamos ir temprano por la tarde y quiza dar un paseo junto al rio. O podriamos cenar en algan lugar cerca de los jjardines”». Fijate en que no Ilamé a la persona que le interesaba y le pregunté: «gQué vas a hacer el sébado por la noche?», lo que podria haberle dado a ella la oportunidad perfecta para responder: «Lavarme el pelo». Las invitaciones como «te gustaria que quedaramos alguna vez?» resultan demasiado vagas. Sé concreto, de forma que puedas recibir una respuesta directa. La técnica de Bob es ofrecerle a su potencial pareja algo especifico para hacer juntos y que, de paso, sea algo que parezca divertido. Al menos durante las primeras citas, tra~ ta de pensar en ideas que puedan resultar atractivas para tu acompaifiante, en lugar de elegir algo que te gustaria hacer Cémo sobrevivir en el mundo de los solter r a ti. No creas que sdlo porque a ti te gusta ir a las carreras de caballos, a ella también va a gustarle —por mas que hoy en dia haya muchas mds mujeres interesadas en los depor- tes de las que habia, digamos, hace veinte afios—. Y yoso- tras, mujeres: no supongais que a cualquier hombre le gus- ta ir de compras. Personalmente, no conozco a un solo hombre, ya sea casado o soltero, que piense que ir de com- pras puede resultar una cita divertida. El mejor consejo sobre citas que he oido en los dltimos tiempos proviene de un hombre que nunca pide una cita la primera vez que llama a alguien o le envia un correo elec- tronico. El pone en practica la paciencia y espera hasta el segundo o tercer contacto. Incluso entonces trata de sugerir algo que podria hacer con cualquier amigo, como dar un paseo en bicicleta’o visitar una galeria de arte. Esta técnica exige un poco mas de tiempo, pero genera verdadera con- fianza y afecto antes de pasar a algo mas comprometedor. A largo plazo, quiza llegue mucho mas rapido y obtenga un resultado més satisfactorio. He aqui otro consejo sensato que me dio mi hijo de dieciocho afios: no planees ir al cine © al teatro en las primeras citas. La interaccién es la clave para conocerse el uno al otro. Trata de sentirte identificado con la que persona que esta realizando la llamada: se requiere valentia para invi- tar a alguien a salir. Cuando te pregunte: «El viernes 0 el sbado por la noche?» 0 «qué te apetece: una pelicula o ir a bailar?, por favor, no le contestes con un «me da igual». Un «me da igual» como respuesta indica una de estas dos 196 Saber qué decir cosas (y ninguna de ellas es positiva): no tienes interés en esa persona o en la conyersacién; 0 no sabes lo que quie- res. Una respuesta alentadora, como por ejemplo: «El séba- do por la noche me parece genial» o «me encantaria ir a bailar contigo cualquiera de estas noches», resulta apro- piada. Durante la cita A las personas les gusta sentirse bien consigo mismas. Una cita es la situacién perfecta para que logres que alguien se sienta asi. Haz que se sienta una persona atractiva e intere- sante. Concéntrate en tu acompaiiante en lugar de estar pre- ocupado por lo que él o ella esté pensando sobre ti. Mi amiga Janie me envié por correo electrénico esta his- toria: «Le hice preguntas a la persona con la que sali duran- te dos horas seguidas (estaba muy ensimismado y no pre- gunté nada de nada sobre mi). Luego, se produjo un silencio; asi que le dije: “Bien, ahora pregintame algo a mi”. Pensé durante un momento y luego me dijo: “Dime, ¢qué te parez- co?”. Sin duda, alguien poco considerado». Otra amiga me conté la historia acerca de un hombre con el que salié, que se mantuvo intensamente conectado con ella... mientras era él quien hablaba. Pero en cuanto le Ileg6 el turno de hablar a mi amiga, los ojos de su interlo- cutor comenzaron a recorrer toda la habitacién. Ella lo habia escuchado de manera educada y activa y ahora él le estaba Cémo sobrevivir en el mundo de los solteros_ 197 dando a entender que lo estaba aburriendo. Mi amiga obser- v6 esa actitud por tiltima vez cuando fueron a cenar a un café al aire libre. El fue capaz de ignorar a todas las mujeres her- mosas que pasaron por su lado (mientras estuvo hablando, jclaro!). Pero cuando le llegé el turno a mi amiga, miraba més alla de ella, por encima de ella, hacia cualquier lado. menos a ella, con el objetivo de vislumbrar a alguna mujer atractiva. Mi amiga se sintié dolida y ofendida. Se levanté y se fue, diciéndole: «No me necesitas aqui. Puedes hablar contigo mismo y sentirte acompafiado por todas las muje- res hermosas que pasan cerca de ti». CHARLA INFORMAL PARA INVITAR A ALGUIEN A SALIR Fue estupendo conocerte en . Espero que lo hayas pasado tan bien como yo. jAh! Querfa afiadir algo respecto a lo que hablamos la otra noche... © Me mencionaste . éTienes idea de dénde pue- do conseguir uno? Realmente me encanté nuestra conversacién sobre y senti que teniamos alguna forma de cone- xi6n en ese tema/tépico. ;Te gustaria que fuéramos a tomar un café este fin de semana para continuar con nuestra charla? 198. Saber qué decir © Me comentaste que te gustaba el arte contempordneo. Hay una exposicién de en el museo de arte has- ta el mes proximo. ¢Te gustaria ir alguna tarde duran- te esta semana? © Recuerdo que me dijiste que eras un fan de A mi también me gusta. 7Te gustaria ir a ver su ulti- ma pelicula en algin momento del fin de semana? Todos tenemos historias que nos gusta compartir, pero, por supuesto, como son nuestras historias, ya las hemos oido antes, Por esa raz6n, salir con alguien es una excelente opor- tunidad para escuchar las historias de los demas. Escticha- las de forma activa y empdticamente —incluso comparte algo propio cuando sea pertinente—, pero no mates la conversa- cién con una actitud dominante. Escuchar al otro es una excelente forma de descubrir si existe algo que merece la pena descubrir en el interior de esa persona que esta sentada fren- tea ti. Sélo un par de consejos mas: sé paciente; no tienes que conseguir todo en la primera cita; concédete una oportuni- dad para establecer un vinculo afectivo con esa persona, en lugar de tratar de averiguar todo respecto a ella en ese uni- co encuentro y luego tomar una repentina decisién sobre si deseas o no verla de nuevo. Y el segundo: mantén tu senti- do del humor; no cuentes chistes (a menos que seas muy bueno en ello), pero permitete ser divertido. Como dice Larry ‘Como sobrevivir en el mundo de los solteros King, «nunca permanezcas demasiado serio durante dema- siado tiempo». Sabidurfa para las citas (oC A lo largo de los afios, muchos de mis lectores y de las per- sonas que asistieron a mis talleres han compartido sus expe- riencias conmigo. Permiteme contarte algunas de ellas. iDeja tu teléfono mévil en el coche! Paul abandoné por completo la idea de salir con alguien después de tener la siguiente experiencia: «Habia quedado con alguien por pri- mera vez, después de habernos escrito varios correos elec- trénicos. La conversacién ya era pésima, de todos modos, cuando, de pronto, soné su mévil. Sin mas que un “perd6= name”, atendié la llamada. Rapidamente, me levanté y me fui. Quizd fue una reaccién exagerada, pero me ayudé a salir de alli. Por lo tanto, si vas a dar un consejo, el de “apa- ga el movil” me parece muy acertado». Ten cuidado con lo que dices, Esta advertencia proviene de Patty, quien comparte con nosotros esta historia: «Mi novio, Rob, particip6 en una doble cita (antes de conocer- me a mi, por supuesto) que habia organizado un compafie- ro de oficina. Su acompafiante en esta cita a ciegas era una amiga de la esposa de su compajiero, con la que pretendfan que Rob iniciara una relacion. Durante ese encuentro, los cuatro observaron a una joven que pasaba cerca de ellos. Lle- vaba un tatuaje grande y visible. Rob les coment6 a sus tres 200 Saber qué decir compajfieros de mesa: “No comprendo cémo una jovencita puede hacerse un tatuaje. ¢No se dan cuenta de que es asque- roso?”. Efectivamente..., su compafiera de cita, que era encantadora en todos los sentidos, llevaba un tatuaje». Deja las exigencias para una etapa mds avanzada de la relacién. Jim nos transmite su frustracién al contarnos lo siguiente: «Un amigo me organiz6 una cita (término que aprendi a detestar) con una psicéloga de Manhattan, espe- cializada en trabajar con mujeres y nifios objeto de abusos sexuales. Me gustan las mujeres inteligentes, por lo que (ton- tamente) le di mi consentimiento. Quedé con Sarah en un maravilloso restaurante de San Francisco. Después de sen- «Ella estaba interesada... pero él era un gallina.» ‘Cémo sobrevivir en el mundo de los solteros 201. tarnos, su primera pregunta fue: “;Te has hecho un andli- sis de sida?”. (Inmediatamente me acordé de una amiga mia que, cuando me divorcié, me recomend6 hacerme un anéli- sis de sida, lo que me haria mas vendible.) Siempre trato de buscar el humor en los momentos de adversidad; asi que le sugeri que primero bebiéramos algo y luego rellenaria el cuestionario. A Sarah no le hizo gracia alguna. “Mira —insistié—, estamos en el siglo xxI y jno voy a perder el tiempo con un tipo que no sabe dénde ha estado!” A par- tir de ahi, las cosas fueron de mal en peor. Me mantuve en mi postura de “me voy a quedar callado para parecer inte- _ ligente” y me dediqué a escuchar durante una hora histo- rias de cényuges abusadores, amantes abusadores, abusa- dores de menores, psiquiatras abusadores...; en fin, agotador, Estreché la mano de Sarah cuando nos ibamos del restau- rante y le dije: “Bueno..., ha sido... excepcional”. Para mi sorpresa, me llam6 al dia siguiente, me conté lo bien que lo habia pasado y... jme pregunté si podiamos vernos de nuevo!». Intenta ser algo sensible antes de dejar escapar lo que opi- nas. Mi hermana Terri, profesora de Ciencias Politicas, com- partio esta historia que incluye una técnica para escaparse. «En una ocasién, sali con un tipo muy testarudo. Suponfa, aunque jamds me lo pregunté, que yo opinaba de la misma manera que él sobre politica, religién, etcétera. Por lo tanto, sacaba su vena més extremista, al criticar a todos los que tenian una postura opuesta a la suya en cada ung Weling ij temas que tocé (incluida yo) hasta que, finalmente,.the pidi6 xf ee 202 Saber qué decir que diera mi opinion. Le dije: “Estoy en desacuerdo con todas y cada una de las opiniones que has expresado”. jQué cierre de conversaci6n!, :no?» LA CHARLA DURANTE LA PRIMERA CITA Es maravilloso volver a verte. Estoy tan contento de que pudieras conmigo esta noche. Hablame un poco de ti: gquién fue tu mejor amigo de la infancia?; zcémo celebras tu fiesta favorita?; gqué sueles comer en el almuerzo? ¢Fuiste a una universidad lejos de aqui? éDonde vive tu familia? © Tengo cinco hermanos y seis hermanas. ¢Y ti?, ¢tie- nes hermanos? ¢Por qué raz6n viniste a esta ciudad? ¢Tienes alguna mascota?: ¢algin hobby?; zalguna acti- vidad favorita para esta época del afio? Gémo prosperar en’el ambiente de los solteros Sentirse cémodo y seguro durante una conversaci6n resulta ser la mejor manera no sélo de sobrevivir, sino también de prosperar cuando sees soltero. Saber cémo charlar te ayu- da a hacer nuevos amigos y a enriquecer las viejas amista- des. Como la practica ayuda, sal y busca lugares donde te veas obligado a conversar con otros solteros. Al igual que en todo lo demas, cuanto mas practiques, mas facil te resul- tara. Y, una vez que seas bueno en ello, incluso te parecera divertido. No tengas miedo a parecer tonto o a decir algo incorrecto. Reirte de ti mismo es la mejor forma de des- arrollar el sentido del humor (si todavia no lo tienes) y, al mismo tiempo, hacer que los demds se sientan menos inti- midados por tu presencia. Cada conversacién es una opor- tunidad para conectarse con los demas. Rechazamos a las personas porque no son nuestro tipo o no participamos en determinadas actividades porque no habra muchos miembros del sexo opuesto entre la concurrencia. Fue mi maravillosa amiga Karen Thomas la que anuncié en una reunion de nues- tro club del libro, doce afios atr4s, que tenia en mente a alguien para presentarme. Y gracias a su consideracién y generosidad de espiritu me fue presentado su periodoncista, Steve, mi esposo. Pide que te presenten a personas para salir. No dudes en decirles a tus amigos que se acuerden de ti. Y jamas descartes a alguien porque no es tu tipo. Dicha per- sona podria convertirse en tu amigo y presentarte a tu futu- Ta pareja. E] factor «bienestar» 32 on paar dsildug bdA loan Las personas se desprenden de su dinero por dos razones: para resolver un problema y para experimentar sensaciones placenteras. Miralo de esta manera: es dificil determinar con rapidez la pericia de un nuevo dentista, pero de inme- diato sabes qué dentista te hace sentir mas cémodo. Pue- des tomar clases de esqui con un instructor altamente cua- lificado, pero si su silencio te hace sentir inc6modo mientras viajdis juntos en la telesilla, cambiards de instructor. Si las tiendas Wal-Mart y Target tienen los mismos productos a precios similares y se encuentran una cerca de la otra, ¢d6n- de compras? Eliges la tienda en la que sea més facil devol- ver un producto que compraste, donde la gente sea mas simpatica y cuya apariencia sea mas limpia; donde te sien- tas mas bienvenido. El factor «bienestar» subyace en todos los aspectos de la vida. Incluso en una reunién escolar entre padres y maes- tros, si el maestro de tu hijo te cuenta algo negativo pero 206 Saber qué decir “demostrandote empatia y no aspereza, es mas probable que en el futuro votes a favor de un aumento de impuestos con destino a las escuelas. En noticia de primera plana, el diario USA Today publicé que la legendaria estrella del baloncesto Kareem Abdul-Jabbar habia contratado a un relaciones piblicas profesional para que lo ayudara a conseguir entrevistas laborales para un puesto de entrenador. Al parecer, lo con- sideraban alguien tan distante que no podia lograr que los institutos, las universidades 0 los clubes profesionales se dirigiesen a él. De la misma manera, en el mundo empresarial, si deseas obtener un ascenso, pero das la impresién de’ ser distante o reservado, te ignoraran, en favor de otra persona que tenga cualidades humanas (apti- tudes que hacen que los demés se sientan bien cuando estén con esa persona). He aqui algunas claves para generar esa empatia que con- duce al éxito en todas las relaciones profesionales: * Utiliza la charla como marco de las conversaciones de indole profesional: cuando realices una presentacién para un cliente, vendas un aparato, negocies un con- trato, prestes un servicio o te retinas con el maestro de tu hijo, termina y comienza con una charla informal. Un estudio realizado con médicos demostr6é que quie- nes dedican unos pocos minutos a preguntarles a sus pacientes sobre su familia, trabajo o planes para el vera- no, antes y/o después de examinarlos tienen menos pro- babilidades de ser demandados que aquellos que no lo hacen. Afrontémoslo: las personas no demandan judi- cialmente a quienes se preocupan por ellos. Y nos preo- cupamos por la gente que nos demuestra que se preocu- Ppa por nosotros. " Expresa la empatia: todos tienen derecho a ser escu- chados, incluso cuando estén equivocados. Piensa en aquel cliente que ve que la bolsa sube un 30 por cien- to, pero su cartera de acciones no lo hace. El corredor de bolsa sabe que el cliente insistié en ser él mismo quien seleccionara los valores, pero seria un error hacer- le sentir culpable al cliente. Es mejor decir: «Me doy cuenta de que es frustrante sufrir algo asf. ¢Qué pode- mos hacer de ahora en adelante?». Eso ayuda mucho a diluir los sentimientos negativos y a que el cliente tenga mejor opinién de la relacién profesional estable- cida (en lugar de sentirse tentado de cambiar de corre- dor de bolsa). Saluda a las personas con calidez, mirales a los ojos y sonrie: sé el primero en saludar. Sé cuidadoso con ello: podrian considerarte un esnob si no eres el primero en hacerlo. Las personas a menudo vuelven a su restau- rante favorito debido a que el maitre los saluda con una sonrisa sincera, les mira directamente a los ojos y les da una cdlida bienvenida. Mi marido y yo vamos a nuestro restaurante favorito —y llevamos a nuestros 208 Saber qué decir amigos alli también— porque los camareros, el maitre y hasta el duefio dedican tiempo a hacernos sentir muy especiales. Llama a la otra persona por su nombre durante la con- versaci6n: tienes mayores probabilidades de que te tra- ten de forma especial si llamas a la persona por su nom- bre. Cuando llames para aclarar un cargo en la factura de tu tarjeta de crédito, di, por ejemplo: «Joe, gracias por dedicarle tiempo a ayudarme con esta cuestién». Eso hace que Joe sienta que su papel es importante. Si no sabes el nombre de alguien, tomate un momento para preguntarselo y después repitelo. Asegiirate de pro- nunciarlo de la manera correcta. Y nunca des por hecho que tu interlocutor tiene un diminutivo. Mi nombre es Debra, no Debbie. No me siento a gusto cuando las per- sonas me Ilaman Debbie. Es un pequefio detalle que tiene una gran importancia. Muestra interés por los demas: en respuesta a nuestro entorno de alta tecnologia, de mensajes por correo elec- trénico y fax, necesitamos, mas que nunca, alto con- tacto. Y eso es lo que generas cuando muestras interés por la vida de los usuarios/clientes/pacientes, en cada oportunidad de que dispongas. Indaga un poco mas: cuando entables una conversa- cién, no la abandones con demasiada rapidez. Si tu El factor «bienestar» 209 usuario/cliente/paciente menciona sus vacaciones, cap- ta esa sefial e indaga un poco més en el tema. Pre- giintale adénde fue, qué hizo, qué fue lo mejor de todo, si volveria a ese lugar... Haras que se sienta bien con su vida y con el hecho de que le dediques tiempo. Siem- pre, después de preguntar «qué tal el trabajo?», pre- gunta: «¢Como te ha ido en tu trabajo desde la dlti- ma vez que hablamos?». De esta forma, le hards notar que te interesa de verdad saber cémo le va en el tra- bajo. Sé un buen oyente: eso significa mirar a los ojos del que habla y responder con ‘sefiales verbales que le demuestren que estas escuchando lo que dice. Tales sefiales incluyen las siguientes frases: «Dime mas»; «qué pasé primero?»; «qué pasd después?»; «eso debe de haber resultado dificil»; etcétera. Si las utili- zas, logrards que las personas se sientan activamente escuchadas. Deja de ser un consejero: cuando aludes a un proble- ma que podrias estar teniendo con un empleado o compaiiero, jlos demas te aconsejan sin hacerte pre- guntas? ¢Alguna vez preparaste un curriculo y, nada més enviarlo, alguien te dijo que era muy extenso 0 muy breve; o muy detallado o no ‘demasiado detalla- do? Que alguien se lance a dar un consejo que nadie pidié sucede a menudo, desgraciadamente. En lugar de 210. Saber qué decir consejos, brinda comprensién mediante frases senci- llas, como por ejemplo: «Sé que podras encontrar una solucién» o «espero que pronto encuentres trabajo». Sélo ofrece consejos cuando especificamente te los pidan. Un ejemplo que utilizo durante mis presentaciones demuestra mi punto de vista acerca del factor «bienes- tar». Queria encontrar una buena imprenta cerca de mi casa y entré en una que se encontraba cerca de la ofi- cina de correos mds concurrida del estado en el que vivo. Me dio la bienvenida un cartel en la entrada que decia: «LA FALTA DE PREVISION POR TU PARTE NO SIGNIFICA UNA EMERGENCIA POR LA NUESTRA». Pensé en cudntas per- sonas entrarian a toda prisa en este local para sacar unas pocas fotocopias antes de enviar un paquete impor- tante. Dudo mucho que se sintieran bienvenidas en ese lugar. Luego fui a una imprenta en la acera de enfrente. Dos originales carteles alli colgados me alegraron la vida. Uno de ellos mostraba un cactus y decia: «gATASCADO? TE AYU- DAREMOS A SALIR DE UNA SITUACION ESPINOSA?». El otro cartel mostraba un frasco de mermelada y decia: «gESTAS EN UN APURO? TE AYUDAREMOS A SALIR DE UNA SITUACION PRINGOSA». Ya pueden imaginarse cual de las. dos tiendas me gust6 mas para entablar una relacién comercial. Tanto si deseas conseguir un nuevo empleo, ampliar — tu Aambito profesional, aumentar tu cotizacion, incremen- | tar el nimero de horas a facturar, atraer clientes o ase- gurarte de que las personas te recomienden, ten presente el factor «bienestar>. Y disfruta del éxito que le sigue a ello. Experto en festividades __ Sobrelleva las fiestas con elegancia. Cada afio nos enfrenta- mos con estas inevitables fiestas. Esperamos muchas de ellas con ilusién; a algunas nos vemos obligados a asistir; y a otras, directamente, nos lleva a rastras nuestro cOnyuge. Guarda esta chuleta en el bolsillo interior de tu chaqueta o en tu bolso de fiesta favorito. PREGUNTAS QUE ACABAN CON LA CONVERSACION 1. «Estas casado?» 0 «¢tienes hijos?». ~Cémo vas a continuar la conversaci6n si la respues- ta es «no»? 2. «zQué tal tu trabajo en Boeing/United Airlines/Martha | Stewart Enterprises...2» (Rellena el espacio en blanco.) A menos que conozcas bien a la persona, jno supon- gas nada! No le pongas en un aprieto con esa clase de preguntas. En lugar de ello, pregunta: «:Qué tal va el trabajo?». . «¢COmo esta tu esposa?» (jLo abandoné, se llevé todo el dinero, se quedé con los hijos y, luego, con la casa!) . «jFeliz Navidad! ¢Qué planes tienes para Navidad?» No todos celebran esa festividad . Evita a toda costa preguntar: «Es auténtico?»; «json auténticos?». LAS DIEZ MEJORES FRASES PARA ROMPER EL HIELO EN LAS FIESTAS 1. ¢Cual es tu relacién con el anfitrién/anfitriona o con el evento? 2. ¢Qué es lo que més te gusta de esta época/estaci6n del afio? 3. ¢Cémo afecta esta época del afio a tu trabajo? 10. . Ponme al dia sobre tu vida/trabajo/familia desde la . Cuéntame cudles son tus planes para estas fiestas. . ¢Tienes alguna tradicién favorita en estas fiestas? . gA qué retos te enfrentas a estas alturas del afio? . Hablame sobre algtin regalo especial que hayas dado . ¢Cual es tu festividad favorita? ;Por qué? - ultima vez que estuvimos juntos. 0 recibido. ¢Qué vas a hacer durante el proximo afio? A medida que nos acercamos al final de nuestra conversa- cion sobre la charla informal, me viene a la memoria el pro- fesor de El Mago de Oz, después de descubrirse que su magia era puro engafio. Quien hasta ese momento fuera el Mago pronuncia un sugestivo mondlogo cuando les dice al Leén, al Hombre de Hojalata y al Espantapajaros que ya poseen lo que habian estado buscando. Lo tinico que necesitan para ser valiente, tener un coraz6n o ser inteli- gente es apelar a sus propias cualidades. El Mago, simple- mente, les esta expresando, de un modo formal, sus bue- nos deseos. Ahora tienes todos mis secretos profesionales a tu alcan- ce. No poseo mds magia que la que ya tienes ti. Sdlo necesitas continuar practicando las habilidades, consejos y técnicas expuestos en este libro. Entonces, sin mas pre- Ambulos, con esta ceremonia honro tus nuevos conoci- mientos: 10k t iif BR = 218 Saber qué decir Por el poder que me ha sido conferido como antigua empollona timida —que se escondia en los rincones cuan- do no podia evitar asistir a las reuniones y que se trans- formé a si misma en una veterana experta en la charla informal—, en el presente acto te otorgo el titulo de «Ex- traordinario Conversador informal». Se te confieren todos los derechos, privilegios y responsabilidades correspondien- tes. Que ninguna fiesta, reunién, grupo o persona te intimide o inhiba tus aptitudes conversacionales. Ahora eres, oficialmente, un conversador competente. Deshazte de todas las viejas etiquetas que te han endosado y que impiden. que reivindiques la conyersacién como uno de tus puntos fuertes. Los consejos y trucos enumerados en este libro son soluciones de sentido comin para los dile- mas de las charlas informales de todos los dias. El tnico requisito fundamental para lograr la excelencia en la con- versacién informal es la practica. Una y otra vez confirmo lo valiosas que son las aptitudes conversacionales. Oigo hablar de personas cuyas vidas han cambiado tan radical- mente como la mia. Un hombre de Florida tuvo el valor de invitar a salir a una mujer y ahora estan casados. Una mujer de Ohio obtuyo un ascenso para dirigir toda la regién mediooeste en la empresa para la que trabaja. Un hombre de cincuenta y tantos afios, que reside en Colorado, rehizo su vida después de que su esposa falleciera prematuramen- ‘Carpe diem 219 ° te debido a un cAncer. Era ella la que hablaba siempre por los dos. No te des por vencido si aparece algin problema. Cal- vin Coolidge dijo una vez: «Nada en este mundo puede sustituir a la perseverancia. No el talento, pues no hay nada més comin que el fracaso de las personas con talen- to. Tampoco el genio: el genio sin recompensa es casi pro- verbial. Ni la educacién: el mundo est Ileno de margina- dos cultos. Sdlo la persistencia y la determinacién son omnipotentes». Practica en primer lugar con tus amigos y familiares y, a medida que ganes en confianza, continta con compajieros del trabajo y otras personas a las que veas con frecuencia. Exponte a situaciones sociales con mayor frecuencia. Acep- ta invitaciones. Unete a una organizacion comercial, un gru- po de voluntariado o a un club. En el trabajo, preséntate voluntario para proyectos que te permitan trabajar con per- sonas diferentes. Las oportunidades para la charla informal abundan cuando encuentras personas desconocidas que com- parten una similar pasién o profesién. Durante las semanas y meses siguientes, relee el cuestionario que aparece a conti- nuacién. Deseo sinceramente que tengas éxito en las conversacio- nes informales. Practicalo durante un tiempo hasta que lo hagas de for- ma automatica. Si practicas con empefio, te convertirds en un experto. Responde sf 0 no a las siguientes preguntas: 1. Me he inscrito 0 participado en al menos una acti- vidad grupal o club social con el fin de generar nue- vos contactos profesionales 0 conocer gente nueva este afio. os ONo 2. En la mayoria de las conversaciones soy consciente de que todos tienen un turno para hablar, de modo que pueda aprender més acerca de los otros y ayu- darlos, a su vez, a que me conozcan. OSi.., ONo 3. El afio pasado utilicé mis contactos para ayudar al menos a dos personas a conseguir un empleo, conocer a alguien o conectar con potenciales clientes, o brindé a alguien informaci6n util para otros propésitos socia- les o laborales. O Si ONo 4. He asistido, al menos, a dos reuniones donde ten- go la posibilidad de conocer gente de mi entorno profesional/laboral o a potenciales ejecutivos 0 don- de puedo conocer nuevos amigos o encontrar una pareja. OSt ONo 5. Si una persona se muestra amigable conmigo, me resul- ta facil ser amistoso con ella. De todas maneras, no espero a estar seguro de que alguien es amistoso para mostrarme amigable con él o ella. OSi OONo 6. Cuando alguien me pregunta: «{Qué hay de nuevo?», en lugar de contestar: «No demasiado», a menudo hablo de algo emocionante que esté pasando en mi vida. E).St,.: LNs} 7. En reuniones, fiestas, ferias laborales y acontecimien- tos semejantes me presento ante gente que no conoz- co y me marcho conociendo los nombre de al menos tres personas nuevas. OS CO No Hay personas que parecen estar preparadas de forma natural para ser buenas conversadoras tanto en el terreno profesional como en el personal. Pero la mayoria de la gente tiene que enfrentarse continuamente a situaciones en las que no sabe bien cémo romper el hielo en un encuentro con alguien desconocido y mantener un didlogo fluido y relajado: una entrevista de trabajo, una fiesta en la que no se conoce a casi nadie o un simple viaje en ascensor son circunstancias cotidianas que pueden llegar a convertirse para muchos en una auténtica pesadilla. Debra Fine nos ensefia en su libro a conectar con los demis, a iniciar conversaciones con extrafios, a tener éxito en nuestra vida social y a ofrecer una impresién positiva y duradera a nuestros interlocutores. Desde amas de casa o divorciados que quieran empezar una nueva vida social hasta hombres de negocios que deseen impresionar a sus auditorios, esta obra practica y divertida es un arma infalible para mejorar las relaciones sociales y superar Ja inseguridad y la timidez. 710286 temas te hoy NI 9788 57 484N6068

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