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JESUS SILVA HERZOG ANTOLOGIA DEL PENSAMIENTO ECONOMICO- SOCIAL De Bodino a Proudhon SE FONDO DE CULTURA ECONOMICA. MEXICO “GHVERSDAD AUTONOMA DE HIDA' Gt. | ~ SISTEMA BIBLIOTECARIO D. B-@-1963-Forno pe Curtura Econéuttca Ay, de la Universidad 975, México 12, D. F. Impreso en México VII. WILLIAM PETTY Uno pe los mds importantes economistas del siglo xvi es William Petty. Este fue en sus primeros aiios camarero en un barco. Mas tarde Petty se hizo médico, Estuvo durante varios afios en una comisidn oficial en Irlanda donde adquirié una inmensa fortuna, con procedimientos, segiin se dice, nada limpios. De sus obras debemos citar las siguientes: Political Arithmetic, The Political Anatomy of Ireland, The Moneys, A Treatise on Taxes and Contributions. Pto- bablemente Petty es el primer autor que escribié en una forma extensa sobre finanzas publicas. Petty es una personalidad original. Funda sus razonamientos en la observa: cién de los hechos; usa un método cientifico en sus trabajos, particularmente ¢l método inductivo. Le gusta ir de lo particular a lo general. Ademds concede sin- gular importancia a la estadistica, Es quiz4 uno de los primeros que da a los niimeros una consideracién particular para el estudio de las cuestiones econd- micas, Es probablemente Petty el primero que propuso la fundacién de una oficina de estadistica. Karl Marx, en su Historia critica de la teorta de la plusvalia, empieza con el estudio de William Petty, y dice lo siguiente: “William Petty es el fundador de Ja moderna economia politica. Su genio y su originalidad son incontestables.” El juicio de Marx siempre tan jevero, aparece en este caso como un gran elogio al economista inglés, Petty dice que el trabajo es el padre, el principio activo de la riqueza, de la cual, agrega, es madre la tierra. Seguramente que nadie antes que Petty habia expresado con tanta claridad la idea de que cl principio activo de la riqueza radica en el trabajo; estas ideas de Petty, como vamos a verlo, fueron més tarde expresadas por otros economistas: Richard Cantillon, Adam Smith y David Ri- cardo, Sobre el problema del fundamento del valor, tan ligado al concepto de riqueza, Karl Marx dijo la diltima palabra: “El valor consiste en la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario incorporado en la mercancia.” Luego Ja riqueza es producto del desgaste productivo de energia de los trabajadores. Recordemos que todo capital es riqueza, pero que no toda riqueza es capital, Riqueza es todo aquello que tiene valor en cambio. En otras palabras, todo aquello que tiene valor. : Una cosa, dice Petty, vale igual a otra si se ha producido en igual numero de dias, Aqui Petty da importancia fundamental al trabajo, Piensa que las cosas valen més o menos de acuerdo con el tiempo empleado para hacerlas. En su Treatise on taxes and contributions dice William Petty lo siguiente: Pero hay ademas una cuestidn colateral: gcudnto dinero inglés vale este trigo o renta? Yo contesto que tanto como el dinero que cualquier otro individuo solo pueda ahorrat, dentro del mismo periodo de tiempo, ademés y por encima de sus gastos, si él solo se dedicara completamente a producir. Por ejemplo, supongamos que otro individuo va a viajar a Un 138 WILLIAM PETTY 139 pais donde hay plata; alli la extrac, la beneficia y la trae al mismo lugar donde el otro hombre sembré el trigo, la acufia y esta misma persona, durante todo el tiempo en que esti trabajando la plata, recoge alimentos para su necesaria subsistencia, se procura abrigo, ereétera. Y yo digo que la plata de uno debe estimarse como de igual valor al trigo del otro, siendo la una supongamos 20 onzas y el otro 20 almudes, De todo lo cual se deduce que el precio de un almud de ese trigo es igual al de la onza de esa plata. Es muy posible que se requiera més arte y riesgo al trabajar la plata que tratindose del trigo. Sin embargo, todo viene a ser lo mismo, pues si dejamos que 100 hombres tra- bajen 10 afios el trigo y el mismo ntimero de hombres y por el mismo tiempo Ia plata, digo que el producto neto de la plata es el precio del producto neto del trigo, y las mismas partes de la una, el precio de igual parte del otro. Lo anterior es un anticipo de la teorfa marxista del valor, por supuesto de modo embrionario y a la par muy esquemético. Petty confunde a menudo el precio con el valor. Le pasa lo mismo que a numerosos economistas posteriores, aun en nuestros dias. Considera Petty que los salarios estan determinados por la cantidad necesaria para la subsistencia del trabajador; que si los trabajadores de un lugar tienen un nivel de vida més alto que otros, el salario real seré mas alto que en el pais en que las necesidades son més bajas. Habla también acerca de la divisién del tra- bajo, de las ventajas de la divisién del trabajo, tanto dentro de un mismo pais y en una misma manufactura como de la division o diversificacién del trabajo entre naciones. Hay economistas que piensan que lo escrito por Petty sobre la divisién del trabajo es mucho més amplio y completo que lo escrito por Adam Smith en Investigacién sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones. Ya vefa con claridad que las diversas condiciones naturales entre distintas regio- nes influfan poderosamente en el intercambio de mercancias. No obstante que nuestro autor se dio cabal cuenta de que el-valor de las mercancias estriba en el. trabajo, en el desgaste productivo de energia de los tra- bajadores, siente por ellos un gran desprecio, llaméndolos bestias y otras lindezas por el estilo. Decfa que era menester tenerlos a racién obligdndolos por hambre a trabajar. Sabemos bien que Ja opinién de Petty la tienen todavia buen ni- mero de personas en todos los. paises, sin darse cuenta.que en la mayorfa de los casos la pereza o supuesta pereza de los trabajadores se debe a que su dicta es inapropiada. En numerosisimos casos la falta de proteinas en la alimentacién del campesino o del obrero no calificado explican sus frecuentes. descansos durante la jornada de trabajo. Ademés no olvidemos que el hombre trata siempre de sa- tisfacer sus necesidades con el menor esfuerzo posible. William Petty también trata de estudiar las causas que producen Ja renta de lh tierra, trata de averiguar de dénde viene el beneficio que recibe el terra- teniente, analiza el problema, pero a Ja postre confiesa que hay algo misterioso en la renta del suelo que él no ve con claridad. Por otra parte, Petty emplea con frecuencia la palabra naturaleza en relacién con las cuestiones econémicas y sociales, esto se lo repetiran mis tarde los fisié- cratas y los clésicos. de diferentes matices. ideolégicos.. Nosotros no creemos en 140 MERCANTILISTAS DE DISTINTOS MATICES Ja existencia de leyes naturales traténdose de Ia vida econémica y social. La eco- nom{a polftica es una ciencia social, razén por la cual las leyes econémicas son preponderantemente leyes sociales que cambian o pierden su vigencia al modifi- carse la estructura de la sociedad, Un ejemplo: la ley de la oferta y la demanda no funciona en los pafses capitalistas como funcionaba hace 100 6 150 afios, de+ bido a la gran concentracién industrial, debido también a los monopolios. Tam- poco funciona en la inmensa mayorfa de los casos en el mundo socialista, a causa de Ja intervencién del Estado en Ja produccién y en la distribucién, Petty se ocupa de todos o de casi todos los problemas econémicos. Lo hace siempre con talento, aun cuando con frecuencia es un poco oscuro. Los proble- mas monetarios y los demogréficos ocupan su atencién. En relacién con la tasa del interés piensa que ésta no deben fijarla los gobernantes y que debe dejarse al libre juego de la demanda y de la oferta. Petty ya no es mercantilista puro, Tal vez sea correcto decir que fue lo mismo que otros autores del siglo xvt un economista de transicién, un economista entre los mercantilistas y los clasicos. En materia de impuestos nos dice que éstos deben ser proporcionales, claros, cémodos y que deben cobrarse a bajos costos. Estos principios son obvios y de- berfan tenerlos presentes los directores de la hacienda publica. Decimos que debieran porque a menudo los impuestos no son proporcionales, no son fécil- mente recaudables, no son cémodos y suele ser verdadero problema cumplir con las obligaciones fiscales. La personalidad de William Petty es una de las més destacadas entre los economistas ingleses del siglo xvi. Para terminar queremos referirnos a la opinién de Marx sobre Petty, cuando nos dice que es el verdadero fundador de la economfa politica moderna. No estamos de acuerdo con tal opinién porque pensamos que ninguna persona puede ufanarse de haber sido el fundador de una ciencia. Toda ciencia es cooperacién en el tiempo y en el espacio de varias generaciones de cientistas. Cada genera- cién construye un piso nuevo o parte del mismo en el gran edificio cientifico que es la obra més sorprendente y grandiosa del cerebro humano. Por otra parte, es indudable que ninguna ciencia ha sido terminada, como se termina una escultura, una novela o una sinfonfa. El pensamiento cientifico en relacién con la ciencia econémica tiene antecedentes en la Antigiiedad, en la Edad Media y en la época moderna a partir de los mercantilistas y de los primeros clasicos in- gleses y franceses. El progreso de esta disciplina ha continuado hasta nuestros dias y continuard en lo por venir. Y como toda ciencia social estard siempre haciéndose y rehaciéndose de conformidad con las transformaciones de la sociedad. “A treatise on taxes and contributions”, tomado de A. I. Mon- roe Early Economic Thought, editado por Cambridge, Harvard University Press, 1930, pp. 199-220. De COMO PUEDEN AMINORARSE LAS CAUSAS (QUE PROVOCAN LA RESISTENCIA AL PAGO DE IMPUESTOS. Hemos examinado ligeramente las seis ramas de los impuestos piiblicos, y hemos (atine sreoniticrias WILLIAM PETTY 141 que imperfecta y apresuradamente) mostrado lo que los incrementaria y lo que los dis rminuirfa. ‘Ahora nos toca eliminar algunas de las causas generales de la resistencia al pago de los impuestos y de las contribuciones, a saber: 1. Que el pueblo piensa que el soberano pide més de lo que necesita. A lo cual con. testamos: Que si el soberano tuviera la seguridad de obtener lo que desea a su debido tiempo, serla en su propio perjuicio quitar el dinero de manos de sus sibditos, quienes por medio del comercio lo incrementan, para atesorarlo en sus propias arcas, en las que no tiene guna utilidad ni para él mismo, sino que se encuentra en peligro de ser despilfarrado. 2. Por elevados que sean los impuestos, si son proporcionales a todos, ningiin contribu- yente sufre la pérdida de riquezas por ello. Porque si sus propiedades son gravadas separa- damente 0 en conjunto, en ambos casos contintian siendo igualmente ricos, porque cada quien conserva su antigua propiedad, dignidad y posicién social; y ademés, no sale del pafs el dinero recolectado, éste sigue siendo igualmente rico en comparacién con cualquier otra nacién; nicamente las riquezas del principe y las del pueblo difieren durante cierto tiempo, hasta que el dinero tomado se restituye a las personas que lo pagaron. .. 3. Lo que molesta més a los contribuyentes es que se les impongan gravmenes més dlevados que a sus vecinos. A lo que contesto, que muchas veces estas creencias son erréncas y muchas veces los desequilibrios son accidentales, lo cual en el préximo impuesto puede ser més favorable, y en el caso de que fuera a propésito, no es posible imaginar que sea por el deseo del soberano, sino de’algiin valuador temporal, a quien le puede tocar recibir el Talio la préxima vez. del mismo individuo a quien ha perjudicado. 4. Los contribuyentes se quejan mucho, si piensan que el dinero que les ha sido quitado se gasta en diversiones, representaciones y arcos triunfales; a lo que contesto, que lo mismo es el pago de dicho dinero a los comerciantes que trabajan en aquellos menesteres, cuyo oficio aunque parece vano y de ornamento, sin embargo, al poco tiempo lo devuelven a los ofi- cios més ttiles, en primer lugar a las cerveceros, panaderos, sastres, zapateros, etc. Ademés, el principe no tiene mayor placer en estas representaciones y diversiones que cien mil de sus sibditos més humildes, a quienes a pesar de sus quejas vernos viajar muchas millas para ser espectadores de estas vanidades equivocadas y de mal gusto. 5. El pueblo a menudo se queja de’que los reyes dedican a sus favoritos el dinero que quitan al pueblo: a lo cual contestamos; lo que da a sus favoritos, puede en el siguiente paso llegar 2 nuestras propias manos, 0 alas de aquellos: que apreciamos y pensamos que se lo merecen. ‘Ademés, de igual manera ‘que aquel hombre ¢ un favorito hoy, ast otto, 0 nos- otros mismos, podemos serlo en el futuro. El favoritismo, siendo de una naturaleza tan movible y resbalosa, no es algo que debamos envidiar demasiado; porque el mismo camino que conduce a'la cumbre, conduce hacia abajo. Por otra parte, en las leyes 0 costumbres de Inglaterra ‘no existe nada que excluya’al hijo-del hombre més insignificante para que escale Jos puestos més elevados del reino, mucho menos le impide ser objeto de la bondad personal de su principe. Todas esas conjeturas (a las que estén sujetas las mentes ordinarias) causan un retraso n los pagos, y ello obliga al principe a ser severo, Esta severidad de que es victima algun Pobre aunque terco causante infractor, de quien’ dependen esposa ¢ hijos, da al crédulo ocasién de quejarse dela opresin y lo predisponen en todas las’ otras cuestiones, aumen- tando el descontento que ya existe. 6, La ignorancia del nimero de habitantes, el comercio y la riqueza del pueblo, es 2 menudo la razén de que dicho pueblo sea molestadoinnecesariamente, a saber: con la doble carga o gravamen de dos o muchos impuestos, cuando uno podria haber sido suficien. tt, Se han visto ejemplos en los xiltimos’ impuestos de capitacién, en los cuales (en virtud de no conocer el estado del pueblo, es decir, cudntos habla de cada clase impositiva, y la 142 MERCANTILISTAS DE DISTINTOS MATICES falta de sefiales adecuadas para catalogar a los hombres, y la confusién de las propiedades con los titulos y funciones) se cometieron grandes errores. Ademés, por no conocer la riqueza del pueblo, el principe no sabe con Jo que puede contribuir; y al no conocer las condiciones de la economfa, no puede juzgar con equidad la temporada apropiada para exigir el pago. 7. La antigiiedad y las dudas acerca del derecho de decretar impuestos ha sido la causa de grandes y desagradables resistencias por parte del pueblo y de la severidad involuntaria del principe. Un ejemplo importante fue el impuesto que gravaba la construccién de embar- caciones, causa no despreciable de veinte afios de calamidades en todo el reino. 8 Una poblacién reducida constituye una pobreza verdadera, y una nacién con ocho millones de habitantes es doblemente rica cuando en la misma superficie habitan 4 millones, Con os mismos funcionarios piiblicos, que es la mayor carga, se puede servir casi tan eficiene temente a un mayor niimero como a un niimero menor de habitantes. Si el pueblo es tan escaso que puede vivir Ex sponte Creatis, o con poco trabajo, como con el pastoreo, creceré totalmente ayuno de industria. (Al contrario, cuando haya gente habr4 industrias). 9. La escasez de dinero es otra de las causas de que no cobran los impuestos, porque si consideramos que de toda Ia riqueza de esta nacién: tierras, casas, embarcaciones, bienes, muebles, utensilios de plata y dinero, apenas una centésima parte se encuentra en monedas y quizé escasamente hay £6 millones hoy dia en Inglaterra, es decir, 20 chelines por cabeza, Podemos juzgar fécilmente lo dificil que es para un hombre de posicién desahogada pagar repentinamente determinada suma de dinero, lo cual si no lo puede hacer le acarrea’ sobre cargos y castigos; y esto con razén, aunque bastante desafortunadamente, porque es més tolerable perjudicar a un solo individuo que poner en peligro a la totalidad.,No obstan te, de hecho, es més tolerable para el individuo ser perjudicado colectivamente que en lo personal. zo. Parece un poco dificil que todos los impuestos debicran ser pagados en efectivo, esto es (cuando el rey tiene ocasién de aprovisionar sus navios en Portsmouth) que las reses-y el trigo no deben ser recibidos en especie, sino que los granjeros deben primero Mevar su trigo quizd a un lugar distante 10 millas para venderlo y convertirlo:en dinero, el cual una vez pagado al rey es nuevamente reconvertido en trigo y traido muchas millas nuevamente. ‘Ademés, el. granjero por Ia prisa se ve obligado a vender a, bajos precios su trigo y-el rey por la misma razén se ve forzado a pagar por las provisiones; de donde: el pago en especie, Pro Hic & Nunc, aliviaria a la pesada carga sobre la gente pobre. La siguiente consideracién serd la de las consecuencias, ¢ impacto.de. los impuiestos a cesivos, no con respecto a un solo contribuyente en particular, del cual ya hemos hablado con anterioridad, sino del pueblo en general; alo cual afirmo, que hay>cierta. medida y proporcién del dinero necesario para realizar ¢l comercio de una nacién, aumentarlo o/dis- minuirlo serfa igualmente perjudicial. De la misma manera que se necesita determinada cantidad de moneda fraccionaria en una pequefia tienda de comercio al menudeo, para cambiar las monedas de plata y ajustar las cuentas, las cuales no. pueden ajustarse con las monedas més pequefias de plata. Porque el dinero (hecho de oro y plata) est4 en relacién a xdxonta xdxenta (es decir al asunto de nuestro vestido y sustento) como la moneda frac cionaria y-las otras monedas locales estén en relacién a las monedas de oro y plata.) © > Ahora como la proporcién de la moneda fraccionaria en’el comercio se debe al mimero de habitantes, a la velocidad de 1a circulacién y también y, principalmente, al valor de las monedas de plata de menor denominacién; de igual manera, de la proporcién del dinero en nuestro comercio se debe a la velocidad de la circulacién y a la magnitud de los, pagos» Para aplicar todo esto, yo afirmo que, si hubiese demasiado dinero: en un pals, seria satisfactorio para la comunidad lo mismo que para el rey... No se causaria perjuicio.« 16s WILLIAM PETTY 143 particulares si el rey tuviera en sus cofres todo lo que es superfluo, ni tampoco si se per- mitiese a los stibditos que pagasen los impuestos en Ia especie que més les conviniera. Por otra parte, si la magnitud del gasto piiblico dejase menos dinero del que es nece- sario para desarrollar el comercio del pais, entonces el dafio se harfa al reducir el trabajo, que es lo mismo que dajiar al pueblo, o a su arte ¢ industria; porque £ 100 pasando de mano en mano como salarios contribuye a la produccién de bienes por £10 mil, manos que permanecerfan ociosas y serian imitiles de no producirse este motivo continuo para su empleo. Me parece que si los impuestos son aplicados actualmente a nuestros productos nacionales, fo Te hacen gran daiio a la mayoria de la gente; solamente efectéan un cambio en las ri- quezas y fortunas de ciertos hombres, particularmente si se transfieren del terrateniente y perezoso. al diestro ¢ industrioso. Por cjemplo, si un caballero ha rentado sus tierras en £ 100 al afio, para que sean cultivadas durante varios afios.o de por vida, y se le grava con un impuesto de £20 por afio para sostenimiento de la marina, el efecto consiguiente seri que las £20 anuales de este caballero serin distribuidas entre los marineros, los. car- pinteros, navieros y otras ramas relativas a la marinas-pero si el caballero administra perso nalmente su propiedad y se le grava con una quinta parte aumentaria a sus arrendatarios Jas rentas en casi la misma proporcin o venderia su ganado, trigo y lana una quinta parte més caros, y lo propio harfan con él sus dependientes, recobrando por Jo tanto hasta cierto punto-Jo que él pagé. Por titimo, si todo el, dinero impuesto fuera arrojado al mar, en- tonces el resultado final seria que todo hombre deberfa: trabajar una quinta parte més, ‘© reducir una quinta parte de su consumo: lo primero si fuera posible mejorar el comercio exterior y lo tiltimo en caso contrario. Esto, yo. supongo, serian los peores impuestos en un Estado de politica sana; pero en otros Estados donde no existen prevenciones contra Ja mendicidad y el hurto, lo que ¢s una forma de ganarse Ja vida ahi de los -desocupados, yo. confieso, un impuesto excesivo ‘ocasiona:penalidades sin cuento ¢ insuperables, aun para Jas: necesidades naturales, y sto re- Pentinamente, detal manera que las personas. ignorantes no pueden encontrar una forma de subsistir; y esto, por Jey natural, tiene que: provocar efectos -siibitos para aliviarlos,, es decirj-rapifia) y-fraudes; yoefto am. vez trae consigo muerte,’ mutiléciones, encarcelamientos, de acuerdo con las leyes en vigor, las cuales'son sags y castigos tanto al Estado como a las victimas de ellas. De LAs DIVERSAS FORMAS DE IMPUESTOS, PRIMERO, DEL. ESTABLECIMIENTO DE UNA PARTE DE TODO EL TERRITORIO PARA USO PUBLICO, EN LA FORMA DB. TIERRAS DE'LA CORONA. SEGUNDO, LA FORMA DE VALUARUAS, © IMPUESTOS SOBRE LA TrERRA. Pero: supongamos que ‘las diversas: causas del gasto puiblico son aminoradas en Ia forma en que sea posible, y que el pueblo esté bien sa. tisfecho y- contento con pagar su justa participacién de lo que es necesario para su gobierno y proteccién; y también para el honor de su principe y de si pafs; ahora toca proponer las diversas formas y expedientes de cémo’pueden*ser cobrados los impuestos mas fécil, répida ¢ insensiblemente. Esto lo haré exponiendo las ventajas ¢ inconveniencias de algunos de los principales métodos impositives empleados «durante los iiltimos afios en algunos paises de Europa, con relacién a los cuales podemos referir otros de empleo més raro. Imaginémonos entonces.a cierto ntimero’de gente -habitando.en. un territorio, que ha decidido que’el presupuesto del gasto’piblico requeriré de £'2-millones por aiio. O de otra manera, realizado-de manera mis vinteligente, haber calculado un-4°% del producto de todas sus tierras y servicios, que seria el Excisum o sea la parte que tiene que ser tomada y Puesta aparte para el uso puiblico. Quizd dichas proporciones encajan perfectamente en los asuntos de Inglaterra, pero de eso hablaremos adelante... Ahora la cuestién es cémo serfa, cobrada una: proporcién o Ia otra. La primera forma que proponemos es gravar en especie a tierra en sf;. esto es segregar del total de 25 millo- 144 MERCANTILISTAS DE DISTINTOS MATICES nes, que se dice existen en Inglaterra y Gales, tal cantidad de tierra en especie, de donde la renta seria de 2 millones, aproximadamente 4 millones de acres, lo cual es alrededor de la sexta parte del total; convirtiendo dichos cuatro millones en tierras de la Corona, como se pretendia hacer en los cuatro condados que se intenta reservar en Irlanda sobre los que se impuso una condena. O de otra manera, gravar una sexta parte de la renta de Ja tote lidad, lo cual es aproximadamente la proporcién que los aventureros y soldados de Irlanda entregaban al rey, como rentas para salvarse de un servicio feudal. De las dos formas, la Ultima es evidentemente la mejor, teniendo el rey mayor seguridad y mayor ntimero de causantes; siempre que las dificultades y los cobros de esta colecta universal no excedan considerablemente a las otras ventajas. Esta forma serfa buena en un nuevo Estado, si todos se pusieran de acuerdo de ante: mano, como sucedié en Irlanda antes de que los hombres hubiesen tenido la posesién de la tierra. Por tal motivo, quienquiera que compre tierra en Irlanda de aqu{ en adelante, no se preocupard de las rentas por servicios feudales con que han sido gravadas, que ¢s lo mismo que si comprara menos acres; o los hombres que compran se preocupan de que tienen que pagar diezmos. Y verdaderamente es feliz aquel pafs en el que por un acuerdo original se reserva tal renta, en el que el gasto piblico puede ser sostenido sin adiciones im- previstas, y en el cual encontramos la ratio de la carga de las contribuciones ¢ impuestos. Porque en tales casos, como dijimos anteriormente, no sélo paga el terrateniente, sino todos Jos hombres que comen aunque sea un huevo o una cebolla del producto de esas tierras, 0 que emplea a un artesano, que se alimenta en igual forma. Pero si lo mismo fuese propuesto en Inglaterra, a saber: si una parte alicuota de todas las rentas de los terratenientes fuera disminuida, entonces aquellos cuyas rentas fuesen fijadas y determinadas por un largo tiempo en lo porvenir, soportarian principalmente Ja carga de tal imposicién y otros obtendrfan un beneficio en esa forma. Porque supongamos que Ay B tienen cado uno de ellos una parcela de tierra, de igual fertilidad y valor; supongamos también que 4 ha rentado su parcela por 21 afios a £ 20 anuales, pero que la B esti libre; ahora se impone un impuesto de la quinta parte, y por lo tanto B no alquilaré su parcela por menos de 25 libras, de tal-manera que su utilidad sea de 20 libras, en tanto que tiene que contentarse con 16 libras netas. Sin embargo, los arrendadores de A venderén el. pro- ducto de su ganga al mismo precio que los arrendatarios de B. El efecto de todo, esto 6, primero, que la quinta parte que corresponde al rey en el caso de la tierra de B. serk més grande que antes. Segundo, que el granjero de B ganaré més que antes del impuesto. Ter- cero, que el arrendatario o agricultor de A ganard tanto como el rey y el arrendatario de B juntos. Cuarto, el’ impuesto recaeré a fin de cuentas sobre el terrateniente 4 y los cons midores, de lo cual se desprende que un impuesto sobre la tierra se convierte en un impuesto irregular sobre el consumo, que aquellos que se quejan menos son los que pagan més. ¥. por iiltimo, que algunos terratenientes podrfan ganar y solamente aquellos cuyas rentas estén comprometidas perder4n; y asi doblemente, a saber: en una forma por la elevacién de sus ingresos, y por la otra elevando los precios de las provisiones sobre ellos. Otra forma es un ejemplo tomado del alquiler de edificio, el cual es més incierto que el impuesto predial. Porque un edificio tiene una doble naturaleza, a saber: es un bien de consumo 0 un bien de capital. Porque un taller en Londres de menor capacidad=y con menor costo de construccién que un buen comedor en el mismo edificio a que ambos per- tenecen, serd sin embargo de un valor més elevado; lo mismo sucede con los sétanos que con una sala agradable, porque unos significan gastos y la otra utilidades, Ahora la forma en que un impuesto predial valiie el edificio es de esta wltima naturaleza, mientras que el impuesto sobre el consumo es de aquélla. ae aso Podriamos agregar que las casas algunas veces estén desproporcionadamente gravadas para desalentar la edificacién, con el objeto de impedir el crecimiento de una ciudad, si- pongamos Londres. Tal crecimiento excesivo de las ciudades es peligroso para la monarquia, SRESSRS Ge CER FSS eeer Fesrkleger oP RR Sen BER SE UTES Sy Nn et Skt WILLIAM PETTY 45 aunque el crecimiento es més seguro cuando la soberanfa se funda precisamente en Jos ciu- dadanos de lugares como Venecia. Pero decimos que tal reduccién de las nuevas construcciones no significa nada a este propésito, debido a que las construcciones aumentan hasta que ha aumentado la poblacién: mas el remedio a los peligros antes mencionados se encuentra en modificar las causas del aumento de la poblacién, si étas pueden eliminarse, los otros peligros también tendrén necesariamente que ser eliminados. ¢Pero cudl es el efecto verdadero de Ia prohibicién de las construcciones? Yo contesto, que es el de mantener constretiida 1a ciudad a sus antiguos limites, lo cual serfa eliminado con Ia promocién de nuevas edificaciones, como ya stcede en casi todas las grandes ciu- dades, aunque insensiblemente. Ahora que si las grandes ciudades estdn en aptitud de cambiar, yo pregunto: gen qué forma? Yo digo que en el caso de Londres debe ser hacia el Occidente, porque por los vientos que soplan del Ocste durante nueve meses del afio, las residencias del Oeste estén mis libres de las emanaciones, vapores y malos olores de todo el Easterly Pyle, donde se consume carbén en grandes cantidades. De esto se desprende que si los palacios de los poderosos se desplazan hacia el Oeste, naturalmente que las residencias de quienes dependen de ellos se moverdn en la misma direccién. Esto lo vemos en Londres, donde las casas anti- guas de los nobles se estén convirtiendo en locales de las compaflas o en viviendas, y todos los palacios estin desplazindose al Oeste. Esta digresién, confieso, es innecesaria y en s{ casi imitil y no viene al caso en rela- cign con el asunto de los impuestos, porque no debemos inquietarnos por lo que sucederié dentro de 500 afios, cuando no sabemos lo que nos. traerd el dia siguiente; y en vista de que no es improbable de que antes de que transcurra ese periodo quizé nos veamos trans- plantados a América y estos palses sean invadidos por los turcos y aplastados los que son hoy dia los famosos imperios orientales, Mas yo creo que es cierto, que mientras haya gente en Inglaterra, la concentfacién ur- bana més grande se encontrar4 alrededor del lugar de lo que hoy es Londres, siendo el rlo Témesis el rio més cémodo de esta isla y Ia ciudad de Londres la parte més moda del Témesis. Tan importantes son los medios de transporte en relacién con el crecimiento de la ciudad, lo cual nos puede hacer pensar en el empleo de nuestras matios ociosas en el mejo- ramiento de las carreteras, en la construccién de avenidas y puentes y en hacer navegables los rfos. Tales consideraciones me hacen volver al tema de los impuestos, del cual me aparté. Pero antes de que hablemos demasiado sobre rentas, debemos tratar de explicar su misteriosa rtaturaleza, con referencia tanto al dinero, cuyo interés Hamamos usura, como a las tierras y casas antes mencionadas. Suponemos que un hombre con sus propias manos sembrara’clerta porcién de terreno con trigo, esto es, que cavara, arara, desmenuzara, desyerbara, cosechara, transportara a su casa, trillara, limpiara tanto como lo exigiera la Iabranza de esta tierra y tuviera semilla con qué sembrarla, Yo digo que cuando este hombre hubiera deducido su semilla del pro. ducto de su cosecha y también lo que se hubiera comido y dado a los otros a cambio de ropa y otros articulos de consumo necesario, el resto del trigo es la renta natural y real de la tierra en ese afio; y el promedio o periodo de siete afios, o més bien de tantos afios como forman un ciclo en que la escasez y Ia abundancia hacen su revoluci6n, dan Ja renta ordinaria de la tierra. Pero hay ademés una cuestién colateral: gcudnto dinero inglés vale este trigo o renta? Yo contesto que tanto como el dinero que cualquier otro individuo solo pueda ahorrar, dentro del mismo periodo de tiempo, ademés y por encima de sus gastos, si 4 solo se dedicara completamente a producir. Por ejemplo, supongamos que otro individuo va a viajar a un pafs donde hay plata; allf la extrac, la beneficia y la trae al mismo lugar donde al otro hombre sembré el trigo, la acufia y esta misma persona, durante todo el tiempo en 146 MERCANTILISTAS DE DISTINTOS MATICES que esté trabajando la plata, recoge alimentos para su necesaria subsistencia, se procura abrigo, etc. Y yo digo que la plata de uno debe estimarse como de igual valor al trigo del otro, siendo Ia una supongamos 20 onzas y el otro 20 almudes. De todo lo cual se deduce que el precio de un almud de ese trigo es igual al de la onza de esa plata. Es muy posible que se requiera més arte y riesgo al trabajar Ia plata que traténdose del trigo. Sin embargo, todo viene a ser lo mismo, pues si dejamos que roo hombres trabajen 10 aiios el trigo y el mismo ntimero de hombres y por el mismo tiempo la plata, digo que el producto de la plata es el precio del producto neto del trigo, y las mismas partes de la una, el precio de igual parte del otro. Aunque no muchos de los que han trabajado la plata han aprendido el arte de beneficiarla y acuffarla y han sobrevivido a los“peligros y a las enfermedades de trabajar en las minas. Esta es también la manera’ de encontrar la verdadera proporcién entre los valores del oro y de Ja plata, a que muchas veces s¢ dis- tribuye por error general en algunas veces de més y otras de menos en el mundo; cuyo error general, dicho sea de paso, es la causa de habernos congestionado antes de oro, ¥ de que ahora estemos careciendo de él. Afirmo que éste ¢s el fundamento de Ja igualdad y el equilibrio de los valores. Sin embargo, en la préctica confieso que hasta hoy hay mucha variedad y embrollo. El mundo: toma como medida de las cosas el oro y Ja plata, pero principalmente esta iltima; porque no pueden:existir dos medidas y consecuentemente a mejor entre muchas debe ser la tinica de todas; esto es, por plata fina’de cierto peso. Pero ahora si fuese dificil medir el peso y la-calidad, de la plata, como lo he sabido de. acuerdo con. los .diferentes informes de. los calificadores. més capaces; y: sila plata es indudablemente de Ja. misma calidad. y, peso, bajase y subiese de precio, y valiera més en un lugar que en otro, no s6lo Por encontrarse més retirado de las minas, sino, por otros, accidentes, y puede ser més valiosa ahora, en.determinado momento que. pasado un mes u otro lapso de tiempo corto. ¥ cambia su valor en relacién con otros bienes valuados por.ella, en .distintos petiodos, por incremento, y, disminucién ide, si mismos haremos, cl esfuerzo de examinar. algunos otros patrones.y medidas naturales, sin derogar ¢l excelente valor de éstas.. bie ‘ah » A nuestro, oro.y plata,les, lamamos por diferentes nombres, por ¢jemplo en| Inglaterra tengmos libras,,chelines.y peniques, todos los cuales, pueden, lamarse y, entenderse por’ cuales quiera, de los tres-nombres. Pero.Jo.que yo dirfa sobre el particular es que todas las. cosas deben_yaluarse,.por dos denominaciones. naturales, que. son: Ja tierra .y el, trabajo;,iesto es, debemos decir,,un-barco.o un, vestido vale tal. medida.de terreno, con otra-tanta.me de trabajo, puesto que tanto'los barcos como los, vestidos fueron, creacién.de Ja sierra y trabajo que en ella pusieron los hombres; siendo, esto verdad, deberiamos, alegrarngs. contrar una equivalencia entre la tierra y el trabajo para poder expresar. el. valor de aquicra de ellos s6lo, tan, bien. o,mejor, que por.ambos, y.reducir el uno. al otro tan. fil ciertamente,. como reducimos los) peniques a libras.. Por Jo tanto, debemos encontrar una equivalencia.natural entre Ja tierra y el trabajo, aunque no mejor de lo hhemos hecho con, el usufructo antes mencionado, lo, que intentaremos adelante: 4 ae. Habiendo. encontrado la -renta 0 valor del. usus. fructus per annum,ocl aes joudntas veces la renta anual vale la tierra? Si decimos,un numero infinito, acre de tierra serfa igual al valor de un millar de acres de Ja‘misma tierra, lo cual. surdo, un ntimero infinito de unidades siendo igual-a un. niimero infinito de miles. debemos establecer una cantidad limitada y esto yo supongo que es un iniimero que yo considero igual a un hombre de'50 afios de edad, otro de 28 y otrode 7, viven al mismo tiempo, es decir abuelo, padre'e hijo; pocos hombres tienen razén cuparse de la més remota posteridad, porque si un hombre: es bisabuelo se: cerca de su término, de tal-manera que no hay ms que una Ifnea continua dencia que coexista; y asf como algunos son-abuelos a los 40 afios, hay muchosique son hasta los 60, y sic de caeteris. rei WILLIAM PETTY 147 De ta usura. No veo qué razén hay para tomar o pagar un interés o usura por cualquier cosa que podemos recibir a la vista, ni tampoco veo por qué escatimar el interés donde el dinero u otros bienes valuados por él son prestados para ser pagados en el tiempo y lugar que el prestatario escoja, de manera que el prestamista no puede tener su dinero reinte- grado dénde y cudndo le plazca. Por lo tanto, cuando un hombre entrega su dinero con la condicién de que no lo reclamard sino hasta pasado cierto tiempo, cualesquiera que sean. sus necesidades en el interin, él ciertamente puede tomar una compensacién por este inconveniente que admite en contra de si mismo. Y ese pago ¢s lo que nosotros llamamos cominmente interés, Y cuando un hombre proporciona a otro dinero en algin lugar distante y pasa, ademés, grandes dificultades para enviérselo alli en determinada’ fecha, la’ consideracién por esto es lo que nosotros Hlamamos situacién de fondos o interés local, Por ejemplo si’ un hombre deseando dinero en’ Carlisle’ en el apogeo’ de’ las) tltimas guerras:civiles, cuando los caminos estaba llenos de soldados y ladrones, y el transporte por mar era muy largo, dificil, peligroso’y rara vez podia hacerse, gpor qué alguien no podria tomar’ més'de las {100 en Londres para garantizar que la misma suma serfa pagada en Carlisle ‘en’ determinado dia? ‘Sémejante’a esto hay algo que omitimos concerniente al precio de la tierta; pues'de la misma manera que la'gran necesidad de dinero sube el tiempo de cambio, asi la gram nece- sidad de trigo sube de igual manera el precio de éste, y por consiguiente la renta de la tierra’ que produce’ el’ trigo; y finalmiente'el precio’de la tierra misma; pues,"por ejemplo, si el'trigo”que abistece @ Londres oa un ejército se ‘trajera de una distancia de’ 40 millas, entonces el” precio’ del trigo’subirfa, por cada milla dé distancia que hubiera hasta Londres © hasta el sitio donde’ se eficontrara el ejército, igual’ al costo’ de transporte por las citadas millas} y en Ia mercanéfa perecedera como pescado’ fresc6, frutas, ete, ‘el seguro 'sobreiriesgo por descomposicién ‘debe afiadirse también, 'y finalmenté’“al!'que corisume ‘estas’ cosas’ alli (Gupongamos que sta en tabernas)'dcbetd afadiriele' el cirgo derénta de cass," mitbles, cuidados, destreza de la cocinera, ast como’el trabajo inhérente al migino. ” De lo’ que se'déduce’ que’ tierra “inirinseciitiente’ seméjantes “cercanas"alos. lugares populosos, tales como aquellas-cuyo perfmetro de area que abastéctn ‘es ‘grande, io’ solamente rendirin més renta por esas razonés, sino también por el tiempo transcurrido desde que se Gompraron eh ios remotos Tugarés y por la’ razén del. placer y el honor edtraordiatick de poser tierras allf. 1 a La acest. Pero para hacer enfoques que se aproximen a la perfeccién en esta obra, seria conveniente conocer el ntimero de acres de cada parroquia, y con ello, qué cantidad de man- tequilla, queso, trigo y lana se obtuvo de ellas durante tres afios consecutivos, porque enton- ces el valor natural de la tierra podrfa ser conocido, y el ntimero de personas que viven a una jornada de ese mercado, y el valor de sus casas, lo cual mostrarfa la calidad y los gastos de dicho pueblo. Yo esperaria llegar al conocimiento del valor de dichos bienes, y consecuentemente del valor de Ia tierra, deduciendo el empleo del agente que trabaja en ella. Y esto me lleva a la consideracién més importante en la economia politica: <émo igualar y hacer una ecuacién entre la tierra y el trabajo, a manera de expresar el valor de cual- quier cosa en razén de uno de ellos. A tal propésito, supongamos que en dos acres de pastizales cercados ponemos una ternera destetada, que supongo que en doce meses aumentard 100 libras de carne; entonces el peso de 100 libras de tal carne, que supongo equivale a 50 dias de alimento, y el interés del’ valor de la ternera, es el valor o renta anual de la tierra. Pero si el trabajo de un hombre durante un afio puede hacer que dicha tierra rinda mis que 60 dias del mismo alimento, o de otra clase, entonces el excedente de los dias de alimento es el salario del hombre, siendo ambos expresados por el mimero de dfas de alimento, Que algunos hombres coman més que otros no es importante... Y que el ali- 148 MERCANTILISTAS DE DISTINTOS MATICES mento de cualquier clase para un dia, puede necesitar mds trabajo para producirse que otra clase, tampoco tiene importancia, desde el momento que nosotros pensamos en el alimento mis fécil de conseguir en distintos paises del mundo. Por ejemplo, yo supongo, una pinta de avena es igual a media pinta de arroz, o un cuarto de galén de leche, o una libra de pan, o una libra y cuarto de carne, a saber, cada una, en el lugar respectivo donde existe el alimento que se consigue més fécilmente. Pero si el arroz es trafdo de la India a Irlanda, o la avena Ilevada de Irlanda a ese pafs, enton- ces en la India la pinta de avena debe ser més cara que media pinta de arroz, por el flete y dificultades del transporte, y viceversa. Con respecto al paladar, pregunto si existe alguna certeza o regularidad de la misma en la naturaleza o si depende de la novedad de especial virtud 0 de la recomendacién de otros, etc. Por lo cual, la alimentacién de un dia de un hombre adulto, en términos medio y no los dias de trabajo, es la medida comin del valor, y parece ser tan regular y constante. como el valor de Ja plata fina; pues, supongamos que una onza de plata en el Perd es equi- valente a un dia de alimento, la misma en Rusia serd equivalente a cuatro dias de alimento por razén de flete y el riesgo de transportarla del Perd a Rusia; y en Rusia el precio de Ja plata subiré hasta representar més dfas de trabajo si un trabajador, por Ja estima y demanda de utensilios de plata, gana mds de lo que podrfa con otros materiales. Por lo que yo valtio una “choza irlandesa” por el niimero de dias de alimento que cl trabajador empleé en construirla, Por el mismo procedimiento debemos encontrar el equivalente de la ecuaciéa entre el arte y el trabajo simple; pues por medio de tal trabajo simple puede un hombre cavar y preparar para sembrar too acres en mil dias: supongamos, pues, que yo empleo 100. dfas en estudiar de una manera més sucinta y en inventar instrumentos para el mismo fin; pero que en esos cien dias no excavo nada, sino que en los goo dias restantes excavo 200 acres de terreno, entonces digo que tal arte, que no costé sino 100 dias para su invencién, vale el trabajo de un hombre para siempre, puesto que el nuevo arte y un hombre ejecutaron el trabajo que dos hombres pudieron haber hecho sin él De la misma manera hacemos una ecuacién entre el arte y la opinién. Pues supongamos que un pintor hace retratos a £ 5 cada uno} pero después sucede que lo emplearfan més per- sonas a razén de esa cuota de lo que su tiempo le permitirfa seivirlas, de lo cual se deduce que este artista considerard cudntas de esas personas que acuden a @ para hacer retratos a razén de £5 cada uno, darén £ 6 para que él pueda emplear todo su tiempo en. servir- los; y haciendo estos célculos obtiene la cuota de su trabajo,

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