You are on page 1of 75
LE primer afo de vd Fea peti 7 sus funciona Fyntin Cireunszipeié, Toe medios y Ta actividad doa polite 7&—La prevenclda en el derecho postive: 1a pre 'ventidncleatifea; la represen po—La teniea policial y la defensa jusdiecionl, BOTE holies ienites. 1+ parte: La ideatgee: ‘ln generics B1.—La police cientfica, 2 parte: La identiiea ‘lin expeciien SaLa pollea cenlfea. 5 parte: Dactloseopia, Fotogratla, Antopodietia 85.—La poliea cities. 4 parte: Busca y'recono- ‘miento de los delincentes, Taterzogatorios YF testigos, Las indagaciones. La averigus: isn det culpabie S4.—Lor deilentes 85.—Cémo salvarme de Ia epilepsia Gis trae de es Eferacdades nervioses Comtilidad agricola. $8,—Metalurgia. ae 4o.—Histora ds la lost, ge.—Histria de ta pedagogi. al interior de Veneruela ‘Auavesande Pers y Bolivi S3:—Hintora de la economia politica, 94 mors det st de impo 95. —Manval de pedagog Sia iwtona don eeeltera, 57-—Historis de In pinta, Lea argitecturaclgsica, 59—Elementor de topograi reo.—La teueduria de iros.en partida simple y en artda dobie, fee eee ANTROPOLOGI CRIMINAL S Dr. L. GAMBARA BIBLIOTECA DE CIENCIAS SOCIALES, MIEDICAS # yorforcas y NATURALS ANTROPOLOGIA CRIMINAL OBRAS DEL MISMO AUTOR LA‘COMEDIA AUMANA.—Corsiontes, B, A., 1902. PsIcoLocta DB LA EDUCACION ¥ DELINCUBNCTA przgoz.—Santiago de Chile, 1908. Hipormano & HiPgoTIZanos. — Santiago de Chile, 1906. Denxono Pawan vosrrivo. — Santiago de Chi- Ie, 1908. (Cunso pe Pstoovocta ¥ ANTROPOLOGIA GRIMT- wat,—Bareclona, 1909. EN PREPARACION LAS FRONTERAS DE LA Locuna. Bstup10 ‘Mépico Lugat.—F. Granada y C.*, Bar- calona. BIBLIOTECA DE CIENCIAS ‘SociALES, Mitpicas, Juripicas y NaTuRALes Dr. b. Gambara ANTROPOLOGES CRILUAL SPECIAL PARA ABOGADOS, stiDi008, BSYODIANTES DE DEREOHO ¥ DR MuDIOINA ¥ pp cuvruns amxerax a} F, GRANADA Y GC. Eprrones BARCELONA, MAUCCI HERMANOS £ NLDS || MAUCCI HERMANOS RIVADAVIA, 1435 1 DEL RELOX, + BUENOS AIRES MEXICO BS PROPIEDAD SUMARIO Introduceién. —Caracteres morfo- légicos y degenerativos de los delin~ cuentes.— Notas funcionales de los delincuentes.—Caracteres especiales de la mujer delineuente.—Delitos y delincuentes sexuales.— Factores ftsi- cos y sociales del crimen: geograficos, sociales y politicos, ANTROPOLOGIA CRIMINAL INTRODUCCION 1, LA ANTROPOLOGIA CRIMINAL es la cien- cia que estudia el hombre criminal 6 delin- cuente, Nacida en estos tiltimos afios por inicia- tiva de Lombroso, Garofalo y Ferri ea Tta- lia, Lacassagne y Tarde en Francia, Kup- ter en Alemania, etc., es, entre las ciencias nuevas, la mds enérgica y vigorosa, habien- do dado origen & la que es conocida en to- das partes bajo el nombre de Escucla Posi- tiva de Derecho Penal. 'Y en verdad, se sabe que, desde casi un cuarto de siglo, ha ido poco 4 poco difun- diéndose de Italia 4 Francia, Espatia, Ale- mania, Inglaterra y hasta en las lejanas Américas, una nueva corriente de ideas re- Iativas 4 los delitos y 4 los delincuentes, corriente que ha despertado en todas partes muchos entusiasmos y muchos cultivado- 8 Le GANMBARA res. Lo cual se debe, particularmente, & aquella especie de preparacién histérica que hizo Ja nueva ciencia mediante Ia introduc~ cién también del método experimental en fos estudios sociales, pudiéndose asi pre- sentar no solamente de acuerdo con todas las tendencias intelectuales y morales de nuestra época, sino, en realidad, como el re- sultado necesario ¢ inevitable del movimien- to general cientifico moderno. Por que desde el momento que fa filoso- ‘fa positiva negé la existencia de la antigua adntiman trascendental de los escolésticos, concebida por ellos como algo «ab ser, co- mo una fuerza independiente, mientras que en realidad esta intimamente ligada & la foncionalidad del organismo; desde el mo- ‘mento en que la misma filosoffa positiva de- mostraba que la qoxé humana es el resulta- do, la funcién de tas células cerebrales, y entonces negaba ef libre albedrio, demos- trando que todo acto humano es el produc- to necesario y fatal de una serie de {actores, de los que algunos estén ligados al ambien te exterior fisico 6 social, otros, al contrario, 4 la constituctén orgénica del individuo: desde aquel momento, digo, era inevitable y légico que las acciones delictuosas no se consideraran ya solamente en si mismas, antroponocta CRIMINAL 9 ‘como entidades abstractas y como efecto de una determinacién libre de Ia voluntad in- dividual, sino que deblan ser también estu- diadas las causas, es decir, de un lado las particulares condiciones del ambiente fisi- €0 y social en cuyo medio se encuentra el delincuente (objeto de la Sociologia Crimi- nal), ¥ del otro, las particulares condicio- nes biolégicas y fisiolégicas de su organis- mo (objeto de la Antropologia Criminal), que constituyen siempre una predisposicién y & menudo una causa que los empuja irre- Sistiblemente al crimen. Pero hay que observar que «la naturale. za de los fenémenos sociales depende, es verdad, en gran parte, de los hechos de la naturaleza que nos rodea, pero la influen- cia de todos estos factores en la formaciéa y en el desarrollo de las institiciones huma- ‘has es solamente indirecta, Los fenémenos de la sociedad humana son fenémenos de la conciencia humana (ia accién depende de la voluntad, y ésta tiene por fundamento Ja idea como fuerza motora); y por esto la orientacién para su estudio debe espe- rarse solamente del andlisis eritico de las leyes que regulan las funciones de nuestra psique. Todos 10s factores externos de la formacién social actéian en forma indirecta 10 1. GAMBARA ‘en cuanto concurren 4 desarrollar fas facul- tades, 6 en otras palabras, en cuanto deben antes actuar en la conciencia y después su- frit sus reacciones, volverse factores pst quicos, transformados en ideas-fuersas, en sentimientos, en procesos volitivos» (1). Apliquense estas consideraciones gene- rales del fendmeno social al otro particular de la defincuencia y se verd que la antropo- logia criminal tiene, desde este punto de vista, un campo todavia mas vasto que el de la sociologia criminal, y de otro lado constituye el fundamento de ella. 2. PRECURSORES DE (A TEORIA LOMBRO- SIANA—Que el estudio antropométrico y antropolégico det detincuente sea de méxi- ma importancia para determinar el génesis de la acciéa criminosa, es una idea que ha yenido madurandose gradualmente en la concicacia de los fildsofos y de los juristas & través de siglos y siglos de estudio, La idea de que existe cierta relacién en- tre los caracteres fisicos y orgénicos de un individuo y sus caracterés morales es vieja tal vez como la raz6n humana; por lo me- nos es una consecuencia de aquella teoria eripatética de la unién del alma con el (1) Yeeschi—ta floofta scat de fe Hecate Positiva, ANTROPOLOGIA CRIMINAL un ‘cuerpo que ha reinado hasta la revolucién que, en este orden de ideas, hizo el famoso Cartesio. Se encuentra la primera afirmacién de este concepto en las obras de Homero, y después en Platén, Aristéieles, Galeno, Palemén, autor de una obra preciosa so- bre este particular, titulada De Physiono- mia. En la Edad media esta idea fué el al- ma, puede decitse, de todas aquellas cien- cias oculias que s¢ conocian bajo el nombre de quiromancia, pedomancia, umbilicoman- cia, etc., las cuales pretendian que ciertos caracteres fisicos fueran signos seguros de ciertos caracteres morales. Entre todas estas teorias quedé siempre firme el principio aristotélico escolistico de que por lo menos ciertas facultades del al= ma fuesen orgénicas y se hallasen distri- buidas en las diferentes partes del cuerpo. Cartesio (1396-1650), empero, lo cambid todo. Habiendo negado al alma la misién de informar el cuerpo para hacerlo vivo y, sensible, quebré en dos partes la entidad humana; atribuyd al cuerpo la vida vege- tativa, al alma la sensitiva y racional. El alma fué relegada 4 la glindula pineal (fig. 1), que él suponia capez de conocer & interpretar todos fos movimientos de los 1a GAorbatta 6rganos, Suprimidas ast las viejas faculia- des orgdnicas del alma, no era del caso ha- blar de sit Iocalizacién, ni se establecia 1a cuestién de por qué ef alma no comunicaba al cuerpo ninguna de sus facultades. Pero 4 estas exgetaciones de Ia filosofia cartesiana era necesatio que sucediera la reaccién. Y al concluir el siglo xvat como transformacién de la antigua idea de en- contrar en los caracteres fisionémicos ex- ternos un medio para determinar los carac- teres .psiquicos de cada individuo,—nacié la escuela frenolégica de Gall y de sus se- ccuaces. 3+ Lavarer.—Empezando por la segun- da mitad del siglo xvi, en que los es tudios fisionémicos y antropolégicos toma- ron grande importancia, vémosles entrar triunfalmente en las Universidades para formar parte de la ensefianza en las escue- las de medicina y de filosofia. Dos nombres deben ser escritos con Io tras de oro en esta época entre los precur- sores de la Nueva Escuela Criminal: Lava- ter y Gall. De los méritos del primero hablaré més adelante, tratando de Jos estudios cranio- métricos, cuyo iniciador fué. El tiene ta bién la honra de haber dado importan Fig. A—Seccids medina aueronpostesir det excta: a blo; by neevio optic; e, Lunds plncly dy aberura ce Monro; etcuayelasionercetebaln, fy sepa Teens {s,ttioo; f ublecales easargéoince ANTROPOLOGIA CRIMINAL 3 antes que Camper revelara la medida del Angulo facial, 4 un Angulo de perfil cons- trufclo, trazando una recta desde la punta de la nariz al Angulo exterior del ojo y otra de la misma punta de la nariz al éngulo de Ia boca. EI encontrd que Ja magnitud de aquel Angulo estaba en razén directa del desarro- lio intelectual. Por lo que se refiere 4 Gall, su nombre es tan glorioso en la historia de fa antropo- logia criminal, que ella se puede sintetizar en tres nombres: Aristételes, Gall, Lom- broso. 4. Franorsco José Gatt.—Nacié en 1758 en Trifenbriinn, en el Gran Ducado de Baden y estudié medicina, dedicandose con verdadera pasién 4 los estudios de ana- tomia y de psicologia. Creé una ciencia nueva, Ia Frenologia, y adquirié populari- dad grandisima, despertando 4 su alrede- dor admiracién ferviente y critica aguda. El formulé ef principio que las circunvo- huciones cerebrales, en su diferente desarto- Ilo, ejercen en Ia caja craneana una presién que Ia obliga 4 conformarse en correspon- dencia 4 ellas. De aquf las bozas y senos que se obser van en la parte exterior del cerebro, Y pues- 4 1. GkitBaRA ANTROPOLOGIA, CRIMINAL. 15 to que el cerebro humano est constituide por fantas pequeftas zonas 6 lSbulos, en ca- da una de las cuales est4 localizada una par ticular facultad, sentimiento 6 tendencia, dedvicese que esta facultad, sentimiento 6 tendencia est tanto ms desarrollada cuanto mas desarrolfado esta ef 1ébulo re~ lativo, y por consiguiente, cuanto més grande era la boza 6 protuberancia que Te correspondia exteriormente en la caja craneana. Era la primera tentativa de dar una base anatémica al pensamiento, Desgraciadamente ef método que adopts ‘en sus investigaciones, fué empfrico en de- masia. Habla dicho que cel cerebro no es un 6r- gano tinico, pero sf el conjunto de tantos Srganos especiales, cuantas son ias faculta- des que se reconoce que actian en un ine dividuo». Su teorfa decay cuando se de- mostré que el cerebro, anatémicamente y fisiolégicamente considerado, es un solo 6r- gano, en cuanto que una célula de ésta 6 de aguella circunvolucién puede entrar en vi- bracién con la de cualquier otra. Pero no decayé toda la teorla de Gall, si bien puede decitse que no hizo més que vislumbrar gloriosamente y sintéticamente una verdad, sin tener los materiales de es- tudio necesarios para hacer de ella un and~ lisis préctico. ‘No cayeron especialmente las aplicacio- nes que hizo de su doctrina & los crimina- tes y 4 los delincuentes. ‘Aplicé sus principios 4 un nimero indef- ido de ladrones, asesinos y parroquianos de los tribunales, y crey6 haber descubierto el Srgano de las riflas, de tas pendencias. Demostrs que la criminalidad es el produc- to de una constitucién particular ergénica de ciestos individuos; y preveyendo el con- cepto lombrosiano, de que el Derecho Pe- nal debe hallarse animado por el principio de la defensa social, esoribié: «La medida de la culpabilidad, y ta medida de la pena no se debe tener de Ia materialidad del acto antijurfdico, ni en una pena preestablecida, sino Gnicamente en le situacién del indivi- duo agenten- 3. Tambiéa Spurzheim intenté repre- sentar graficamente la locatizacién de nues- tras facultades; pero no evité los defectos de su grande maestro (fig. 2). De todos modos fa escuela frenoldgica del médico alemdn fué a semilla fecunda de la que broté la moderna teoria de las localizaciones cerebrales con base mis am- 16 L. GAMBARA ANTROPOLOGLA CRIMINAL ” pliamente cientlfica y positiva, Y el estudio de las bozas craneanas, profundamente mo- aa es ar Aru Soghie mayan nage Fi Serscogs I Bieattee Dh Tasalmo. ht Alara, feign de latatesidn 2, Senge dele teisencia St Ame? ido eatatied, 85 apie ease dificado, dié origen al de las notas degene- rativas, que se encuentran en todas las par- tes del organismo, y ante todo en el crdneo. ey 6. B.A, Monst—Tan extensas son las materias euyo estudio hemos de esbozar gue ni nos es posible citar los nombres que en nuestra ciencia dejaron rastzos gloriosos. Sobresale entre ellos B. A. Morel que en 1857 publicaba en Paris su Tratado de las degeneraciones fisicas, intelectuales y mo- rales de la especie humana, abriendo nuevos horizontes 4 los estudios de antropologia y sociologia criminal. Entonces aparecié por vez primera la pa- Jabra degeneracién en Ia historia de Ia filo- sofia, donde, como también en I medici- na se Ja hacia servir para comprender una grandisima cantided y variedad de fenéme- nos nuevos. «La idea més clara, dice, que podemos formarnos de la degeneracién hu- mana, es concebirla como una desviacién morbosa de un tipo primitivon, Esta desviacién va siempre més acen- tuandose por el fenémeno conocido con el nombre de herencia, La transmisién de la herencia de una degeneraciéa no consiste, segin Morel, en Ja rigurosa reproduccién de la desviacién Patolégica observada en el padre en los as- cendientes, de manera que un enfermo de (isis transmita éste su especial morbas, pe- ro sf en ciertas modificaciones generales da- 2 20 tL, GAmpakA otros paises. Primero, en Italia, se levanté A defenderla y 4 desarrollarla con entusias- mo de apéstol Lombroso, seguido 4 breve distancia por Virgilio, especialmente en sus primeras ideas relativas al atavismo y 4 la naturaleza patoldgica de la delincuencia, A ellos se unieron Garofalo y Ferri, que con- tribuyeron con un trabajo inmenso y apli- caron la antropotogfa criminal al derecho y al procedimiento penal. Asi quedé definitivamente establecida la existencia de la Nueva Escuela: para la ciencia se iniciaba una época gloriosa, con- virtiéndose en centro de un vasto movi- miento cientifico, en el campo de todos los estudios biolégicos y juridicos. 9. NuESTRO PaPet.—La indole y la ex- tensién limitada de este trabajo impiden que demos un tratado completo y extenso de las teorfas de la Nueva Escuela. Sin embargo, me propongo presentar una cexposicién breve, pero, en cuanto me sea posible, exacta y concienzuda, para que, aun los lectores ‘no inieiados, alcancen los iiltimos resultados de estos estudios que han causado una verdadera revolucién en el mundo, por la grande importancia de tas aplicaciones practicas que de ellos inevita- biemente reportardn las ciencias penales y sociales. CAPITULO PRIMERO. CARACTERES MORFOLOGICOS DEGENERATIVOS DE LOS DELINCUENTES 1, Notas pecrNenativas.—La vieja es- cuela del Derecho Penal, segiin ya indiqué, consideraba el crimen como una entidad abstracta, como una simple contradiccién entre la accidn del hombre y la regla esta- blecida por los artfeulos dei Cédigo 6 por In Iey moral, Toda la indagacién consistia en el hecho material, descuidando en abso- Tuto de estudiar su génesis. Al hombre de- Tincuente se Je dejaba completamente de la- do 4, por lo menos, se le juzgaba como 4 fos otros hombres honrados y normales, cual si fuera un individuo como los demas ¥ en las mismas condiciones de inteligen- cia y de sentimiento, Pero el progreso de los estudios persua- did & que se extendiera también 4 la ciencia penal la aplicacién de aquel método experi- mental que tan espléndidos resultados ha- bfa dado ya en las otras ciencias sociales. 22 L, GAMBARA ‘As{ nacié, al tado de fa antropologia ge- neral, que estudia al hombre en sus carac- teres generales, Ia antropologia criminal, que Ie estudia en una variedad; variedad que constituye casi una sub-raza humana: el hombre criminal 6 defincuente. Y Lombroso, Garofalo y Ferri, reunien- do en una especie de organismo cientifico las observaciones que muchisimos otros ha- ian hecho, en los gabinetes de anatomla y de fisiologfa, en las cfrceles y en los freno- comios de tos delincuentes, encontraron que éstos se distinguen de los otros hombres por un conjunto de notas que indican en ellos una desviacién del tipo medio de Ia raza, y son notas degenerativas porque de- muestran casi siempre un regreso, una re- versién atavica. 2, UNA onjnoin.—Hay que notar, sin embargo, que estas anormalidades organi- cas se observan también en los hombres honrados y en Ios locos en general, y que sélo sirven para clasificar entre los degene- rados al individuo que las posee, cando se encuentran agrupadas en gran niimero en el mismo sujeto. Y aun en este caso hay que ir con pies de plomo, porque puede su- coder muy bien que un individuo, por ejem- plo, herede de un padre formas exteriores anrnoporoGia CRIMINAL 3 anormales con marcados caracteres degene- rativos, y tenga un sistema nervioso nor mal y entonces funciones ps{quicas norma- les. Esta consideracién quita valor 4 una de Ins més comunes objeciones que se hacen & las conclusiones de Ia antropologia crimi- nal, diciéndose que los signos que ella con sidera como caracteristicos del delincuente, se encuentran al contrario més 6 menos en todos los hombres. A Io que se contesta naturalmente: que los degenerados no han sido cortados de! resto de la humanidad, con una divisién neta y exaeta; sino que, por el contrarioy hay también Ios tipos intermedios, en los que se encuentran Ieves caracteres de dege- neracién. Aparte de que un individuo pue- de ser honrado ante el Cédigo Penal y no serlo ante su conciencia; 6 bien, no haber nunca cometido robos, estupros, muertes, estafas (4 pesar de tener los caracteres es pecificos de la degeneracién fisiolégica), por la sencilla razén de que la tendencia al crimen, que positivamente existe, no se ha exteriorizado todavia, 6 no exteriorizard tal ver nunca por falta de especiales condicio- nes de ambiente, 24 1. GAMBARA ANTROPOLOGIA CRIMINAL 25 CLASIFICACION DE LAS NOTAS ‘DEGENERATIVAS La clasificacién mas simple de las no- tas degenerativas es aquella segin Ia cual Ios caracteres degenerativos se divicen en dos categorias: a) Anatémicos & morfoldgicos. b) Fisiol6gicos 6 psiquicos. Los primeros se refieren 4 ciertas particu- fares constituciones anormales de algiin miembro det cuerpo (especialmente del es- queleto y del créneo) que son visibles & simple vista 6 se manifiestan bajo el cuchi- Io anatémico y al microscopio. Los segun- dos, dependen de Ia forma con que se cum- plen fas diferentes funciones de! organismo, tanto fisiolégicas como psiquicas. Esias tiltimas por su particular importane cia, son colocadas por algunos tratadistas en una categoria aparte; nosotros, empero, Jas estudiaremos con las anteriores, porque ambas son funciones del sistema nervioso en general y del cerebro en particulars so lamenie que los caracteres degenerativos psicolégicos se deben considerar como ano- ‘malias en la funcionalidad de los centros cerebrales superiores, Hay que notar, ademds, que todos estos caracteres indican verdaderamente una de~ generacién en el individuo cuando se en- cuentran en él, y no en la masa de los ha- bitantes de una regién 6 de un tipo 4 que 1 pertenece; porque puede suceder muy bien que una nota—sea anatémica, sea fisiolégica, sea psicolégica—indique una anormalidad cuando se encuentra en un pueblo y no, al contrario, cuando se en- ‘cuentra en otro. 4. cRANEOMETRLA, Un estudio anatémico del hombre delin- cuente debe por necesidad salir de los ca- ractetes fisicos de Ix parte mas importante del enerpo humano: la cabeza. Ya Lavater (1741-1801) habla compren- dido el valor de la craneoscopia, convir- tiéndola con sus esfuerzos en la parte més importante de los estudios fisiondmicos y antropolégicos. En primer lugar, formulé el principio de que en un individuo todo es armonfa y homogeneidad, de manera que 4 una imperfeccién del organismo deben siempre corresponder otras imperfecciones fisicas y psiquicas: la naturaleza no fabri- a, no crea mosaicos, 26 1. GAMBARA ‘También legs 4 determinar que en las partes anteriores & inferiores de la frente estén colocados los drganos cerebrales de las facultades intelectivas y perceptivas, y que en as regiones témporo-parietales se Fig, 8—Sitstas de Laraer manifiestan las facultades emotivas. Un mé- todo particular usado por Lavater para sus experiments, fué el del estudio de la si- Tucta (Sdgoma), es decir, del contorno que presenta la sombra de un cuerpo expuesto 4 una luz viva (fig. 3). Después de él, el créneo humano fué es- tudiado por los antropélogos comparativa- mente en toda la serie de la escala zoolégi- ca; empezando por la de los monos, po- niendo todos los esfuerzos para encontrar ANTROPOLOGEA CRIMINAL 7 los caracteres propios y diferenciales en re- lacién con la especie, sexo, etc. Las primeras tentativas remontan & Dan- henton (1744), Blumenback (1775), Cam- per (1791). Reanudéronse después estas Investigaciones de anatomia comparada y fueron continuadas en Francia por Geoffroy Saint-Hylaire, Cuvier, Faville, Serres, ete., hasta que Broca, en 1861, les dié un deci ivo impulso, creando una terminologia simple y expresiva € iniciando métodos de estudio muy exactos, tanto que la craneo- meiria ha penetrado en el dominio de la anatomia descriptiva. 5+ CAPACIDAD CRANEANA DE LOS GRIMINALES El estudio tal vez mAs importante del craneo, es el de su capacidad, porque con ella esté en directa relacién el volumen del cerebro. En general, se puede decir, que entre los delincuentes predominan las cabezas cbi- cas. Lombroso, en 67 varones delincuentes, encontré que el promedio era de 1466 cen- timetros cibicos, mientras que ef promedio de Jos varones normales, segiin el profesor Calori es de 1,551 centimetros ctibicos. Ej méximum de la capacidad craneana 28 L. GAMBARA complexiva la ofrecen los falsarios. Vienen en seguida los homicidas y los salteadores. Los ladrones tienen una capacidad cranea- na mediana. Los incendiarios y tos estu- Hig. foujer aero, pradores tienen las capacidades minimas; ¥ No es raro el caso de encontrar entre es tos verdaderos microcéfalos (fig. 4). Se ha averiguado también que entre tos criminales son més frecuentes que entre los normales los casos en que la semicircunfe- rencia craneana anterior es mds pequefia que Ja semicircunferencia posterior, Caréc- ANTROPOLOGIA CRIMINAL 10 ter degenerativo es también tener una mix tad del crineo mds chica que Ta otra. 6, fxpIce cERALICO Para valuar la forma del erdneo, sirve el Fig. §--Raquems de vn cztnen ato desde arriba: 48, ciimetro Wansversa Gb, clams ionghdial indice cefdlico, que es ta relacién centesi- mal entre el didmetro méximo longitudinal y el didmetro maximo transversal (fig. 5)- El primero esta constituido por una recta trazada desde la glabela y el punto mas pos- terior del occipucio. El Segundo es la linea ms larga horizontal y transversal que se pueda trazar de un lado al otro del créneo, y se lama también didmetro sigomético. 30 1, Ghupana . gut ls tes tipos de forma craneana: @) Braquicéfala (brev lelante por iy BA (breve de adelante por ©) Dolicocééala (alargada), 4) Mesaticéfala (ni corta ni alargada). En general entre los delincuentes, pre-~ dominan los braquicéfalos, vienen después tos dolicocéfaios, por fin, en proporcién mi- ima, los mesaticéfalos, EI estudio de la distribucidn de tos ert. menes demuestra que entre los asesinos prevalece de un modo especial la braquice- falia, es decir, ef desarrollo de las protube- rancias temporales, que desde el tiempo de Arsicesy ce Gall eran conser ce mo indice de tendencias sanguinarias. 7+ TA CARA-ANGULO DE CAMPER El examen de fa cara ha tenido una im- portancia suma en Ja historia de Ia antro- pologia, Las variedades humanas han sido reco- nocidas por Jos egipcios antiguos é impre- ‘sas en sus monumentos mediante las formas fisionémicas y el color del cutis. Lo mismo se puede afirmar, si bien con menor clari- dad y certeza, respecto de los antiguos pue- blos americanos de los que nos quedan va- ANTROPOLOGHA CRISONAL 3 sos de terracota y piedras con varias fig) ras humanas; de ellas venimos en conoci miento de que no cuidaron en absoluto ef crdneo, al contrario, muchas veces, lo de- formaron al reprodutcitlo, cuidandose sola- mente de representar la cara con su fisiono- mia y muchas veces con su color. Adin hoy nosotros mismos reconocemos 4 los pue- los, distinguiendo por ejemplo, un japo- és de un peruviano 6 de un tértaro, sola- ‘mente por la cara, nunca por el crdneo. Lo mismo debe decirse de los degeners- dos y de los delincuentes que encontramos ‘en la vida: los esqueletos y los craneos se conservan en los museos, pero alrededor de nosotros se agita una turba de individuos revestidos de todas sus partes blandas, en- tre los cuales el instinto y la experiencia nos hacen distinguir aquellos de quienes tenemos que defendernos. Las medidas de de la cara tienen grande analogia con las craneanas, asi también Jos indices corres: pondientes. EI indice facial est4 establecido por la relacién entre Ia altura total, si la cara se mide con toda la mandibula, 6 fa altura superior, y el largo bizigomético. Pero es fécil comprender que estos dos didmetros no pueden dar una idea exacta 1. ohwmana, de la forma de la cara, y para valuarla hay necesidad de tener en cuenta su contorno, tanto en el vivo como en el esqueleto, Liémase contorno facial wla curva que Fig; 7—Crtsico del bandolern Gad, cara clipeida larga envuelve el aspecto anterior de Ia cabeza, desde la raz det cabello 4 la birban, La forma més comin y més linda es la cara de contorno elipsoidal, porque no presenta an. gulosidades y lineas quebradas (figs: 6 y 7 Hay también Ja cara triangular (fig. 8), ln cara cuadrada (fig. 9), la cara orbicular 6 con contorno que tiende 4 la forma circu far, Més importante para nuestro estudio es otra medida que se toma para yaluar la Prominencia de la frente, considerada co- Fig. Cat liso sae ANTROPOLOGIA CRIMINAL 33 mo el indicio més seguro de la inteligencia; medida que se llama dngulo facial 6 de Camper. Este Angulo resulta de dos lineas imagi- lg. 8 cara tangalae narias, una que pasa por el foramen audi- tivo exterior y por las fosas nasales, y otra que pasa de la parte més saliente de la fren~ te y de la mandibula inferior (fig. 10). Se encuentra ast que la forma de la cara puede presentar un perfil derecho y vertical (or- tognatismo), 6 puede ser saliente (progna- tismo). El hecho de que el craneo y Ia cara pre~ senten una d otra de estas formas no cons- tituye, por si s6lo, un carécter degencrati- menos cuando se manifieste una excep 3 ional exageracién; pero es ecesario que el Angulo cefalieo 4 Angulo facial se alejen ig, Carn enadrada del promedio comiin en los normales de aquella regida, OM. ig. 0.—Angilo fsa. 0, forgnen aedtvo. A, base dela ‘pins dor ANTROPOLOG{A CRIMINAL 35 Los individuos de la raza caucdsica son mesatioéfalos y ortognato: jarse de este cién, La figura 11 indica el Angulo facial en Fig. tuna cabeza de europeo de raza caucisica y en una cabeza de negro. En el europeo bien conformado este &n- gulo varla de 85 4 95 grados; en el negro no pasa de unos 70 grados. El Angulo fax cial del mono es de 65 grados (fig. 12). La analogia entre estos tipos y los creti- nos (figs. 4 y 13) de un lado y Ios delin- cuentes (figs. 14, 15, 16 y 17) del otro, prueba que estos éltimos—por atavismo, degeneracién 6 paralizacién del desatrollo, —teproducen los caracteres psiquicos y anatémicos no sélo del hombre primitivo, 36 Le GAMBARA sino también los de los animales inferiores; como el largo de fas mandibulas y del apa- rato masticatorio en general, recuerdan n0 ig. {2—-Angolo ail de ua mono y de un agro solamente la tendencia & morder de nucs- ‘ros antepasacios cantbales, sino también la andloga conformacién de los animales car- nivoros. $. OTRAS ANORMALIDADES CRANEANAS : PRLO, BARBA, FRENTE, OJOS, NARIZ, ORFJAS Ademds deestas anormalidades craneanas se encuentran en los criminales otras de menor importancia, ANTRorOLoGtA CRIMINAL 3) Asi, contrariando 4 la mala opinién del vulgo relativamente 4 los hombres de pelo rojo, prevalece entré Jos delincuentes el pe- ig. 1h Caras prognaias (retinas) lo negro, especialmente lanudo 6 muy lar go (fig. 18); y es interesante notar que’ésta es la conclusién también de estudios hechos, ‘en Inglaterra, donde prevalece el rubio. Pee 38 1, humana Entre los criminales son frecuentes los hoinbres sin barba 6 que la tienen deficien- te. Lombroso encontré la escasez 6 falta de barba en el 23 por 100 de los delincuentes, Figg Ah—Crénco de adr Calves y se ha observado que todos ellos tienen instintos més bérbaros y feroces. Se ha encontrado 4 menudo en ellos la frente muy saliente 6 hufda (figs. 15 y 16), fas arcadas supracejales marcadas, las dos 6rbitas muy encavadas y una mds baja que 1a otra, los ojos 4 menudo pequefios y obli- cuos y no igualmente distantes de la nariz, los labios y las mandibulas muy gruesas y salientes, de lo que resulta aquella cara si- awtRorovocia ceisNats 39 miesca que recuerda la andloga conforma. cibn de los monos. Cuanto 4 la oreja, sus anomalias consti tuyen tal vez los mas importantes signos SSS de degeneracién. Ellas son particularmente interesantes por cuanto muchas veces cons- tituyen la sola deformidad visible de los degenerados superiores. Los prineipales son: @) Orejas destacadas de la cabeza y mas grandes que las normales, cuya forma Lom broso llama orejas en forma de asa (figs. 4, 13, 17, 28 y 29). ra 1. Ghumara b) Prolongacién de la raiz del élix has- ta dividir la concavidad en dos partes (figu= ra 18). ¢) Desarrollo anormal del tubérculo de ig. 18-—tipo ae alsteator Darwin, que resulta dirigido hacia afuera (forma pitecoidea) (fig. 10). d) Adherencia anormal del Iébulo (figu- raat), El profesor Virgilio encontré la forma anormal de la oreja en el 67 por 100 de los criminales por él examinados. Las orejas en forma de asa se encuentran en el a9 por iento de los delineuentes. Avrmoporocta ceninat gt 9. Las MaNos ¥ Los DEDOS Las manos y las dedos de los delinctien- tes, en relacidn 4 la esiatura, son relatives ig. Hi—Iele de bandateror mente largas y robustas, especialmente en los culpables de crimenes contra ta propie- dad. Los pies son, algunas veces, prensiles, es decir, que entre el primero y el segundo dedo hay mucha distancia, lo que permite poder agarrar alguna cosa y recuerda aque- Ilos animales que se sirven de los pies para trepar. 2 1 kama ANTRoPOLOGIA cINAL 43 10. La coNstiruci6N EsQuELética—Co- RAZON, HiGADO.—PRECUENCIA DE LA TU- BERCULOSIS. La constitucién esquelética es fuerte en tos asesinos y salteadores, grécil al contra. Fig. 18 —Org normal 1) li, 6 af dl iy apt, tage, ansrag, pails rio en tos estupradores, en los incendiarios yen los falsari También se ha notado algunas veces, en« tre Jos criminales, la falta de una vértebra dorsal 6 la presencia de una vértebra lom- bar supernumeraria en a columna verte- bral, la falta de dos costillas, algunas de- formaciones congénitas de las visceras, es- pecialmente del corazén y del higado, y la frecuencia de la tuberculosis en sus varias ocalizaciones. A propésito de la cual conviene observar que ella no es un cardcter degenerativo en Pig. s9ra)libutoadherente, 8) prolonencéa de lncaz dl ' dicque esepace Seu shnchvdan ce dot pies si, pero tiene una influencia eriminosa im- portantisima porque el cuerpo humano es un conjunto arménico que no puede menos de resentirse de las consecuencias de las cau sas que perturban su desarrollo y de las en« fermedades que gastan este 6 aquel érgano. Y sies verdad el principio que la psiquie es una funcién del cerebro y que existe una relacién segura entre cualquier érgano y su funcionalidad, veremos que en ta tisis pul- monar, por ejemplo, poca sangre, y aun ésta no sana, podré afluir 4 las células cere L, GAMBARA 44 rales, de donde se sigue la dafiosa influen- cia que resultard ast en las funciones pst quicas como en los sentimientos afectivos y morales, imposibilitando 1a ejecucién de 8 Fig 28.—Faraapictoiden del pel a)éis,d)tubézculo de Darwin dirgivo hacia fuera éstos y haciendo 4 Ia vez muy posible la ejecucién de actos desaprobados por todos, ¥ Tepugnantes 4 la conciencia moral so- ial, que, si bien no es innata en nosotros, viene todavia transmitida por herencia, y 4 su influencia no ¢s posible substraernos en modo alguno. 11, PESO ¥ ESTATURA Por lo que se refiere al peso, Marro ha encontrado que prevalecen entre los delin- ANTROPOLOGIA CRIOINAL 4s cuentes menores de edad, pesos y estaturas superiores 4 las de los normales, mientras que entre los delincuentes mayores de edad, prevalecen los promedios inferiores. Pretende Marro explicar este precoz des- arrotlo, con Ia vida desarreglada que Nevan los criminates, cuando en realidad ¢s lo con- trario; es decir, que el tan precoz desarro- Ilo es lo que explica el nacer y el manifes- tarse irresistible de ciertos bajos instintos. En cambio es justa la razén que da, de ser Ia vida de orgias 4 1a que se abandonan, causa de 1a paralizacién de todo desarrollo fisico ulterior. En general, entre las varias clases de de- incuentes, 10s homicidas tienen peso y es- taturra mayor, menor los estupradores y los incendiarios. Los primeros tienen también fa abertura de tos brazos muy grande, lo que se considera como nota atévica, siendo conocido que en los monos los miembros superiores estan muy desarrollados. 32, TIPOS CRIMINALES Estos son, en pocas palabras, las més im- portantes notas degenerativas morfolégicas de los criminales. Del conjunto de ellas y especialmente de L. GAMBARA, 46 as del crdneo y de la cara resulta una fiso- nomfa especial, diferente de 1a de los hom- bres honrados, que 6 estén desprovistos de todas estas notas, 6 sélo poseen algunas de elias. YY estas fisonomfas son conocidas no so- Tamente 4 los que de una manera especial se ocupan det estudio de los criminales, ‘no también 4 Jos profanos y al vulgo. “Hay sujetos, especialmente mujeres— nota justamente Lombroso,—que poseen una especie de instinto 6 de intuicién, me- diante Ja cual conocen, & golpe de vista, & quien es 6 ser4 delincuenté.n Este instinto es tal vez frato de siglos y siglos de experiencia de las generaciones Pasadas: experiencia que se ha acumutado Por herencia en la raza, De todos modos, es importante argumento pata demostrar que nuestra ciencia se levanta con una base positiva y natural. Es muy dificil, sin embargo, en la préc- tica, encontrar en un solo individuo reuni- dos todos los caracteres degenerativas que hemos estudiado: el tipo criminal perfecto no se encuentra casi nunca; solamente los diferentes delincuentes se acercan 4 él. ANTROPOLOGEA CRIMINAL 13. DELINCUENTES CON CARACTERES. MORFOLGGICOS NORMALES Y FEMINEOS A estos caracteres se podrfa afiadir tam. bién el grueso del cuello, que, como en los lg, 21 BL saltendor Morea animales carnivoros, corresponde casi sieme pre 4 la rohustez de las mandibulas (figue ra 21). Mucho se equivocaria, sin embargo, se gtin hemos ya indicado, quien por lo que llevamos dicho hasta ahora, pretendiera convencerse de que todos los delincuentes 8 1, GAsemaRa. presentan estas anomalias morfoldgicasy ‘ims 6 menos importantes. Una parte de los ctiminales—especialmente los que por inte- ligencia, forman, por decirlo asf, Ia aristo~ cracia del crimen—presentan muy & menu- do una notable capacidad craneana, una forma regular del crdneo y las lineas armé- nicas del cuerpo que son propias de los in- dividuos normales, El ladrén Rosati—dice Lombroso,—hom- bre de inteligencia privitegiada, me presen- taba la fisionomfa tranquila y serene de uno de nuestros hombres de Estado. ANTROPOLOG!A GRISANAL 49. Un asesino, estudiado por Lavater, se parecia en la cara 4 uno de los angeles de Guido Re El jefe de bandoleros Carbone, era una de las fisionomias mas gentiles del napoli« tano. Un incendiario de Pésaro tenia el aspec to tan infantil y candoroso, un pelo tan lindo y arregiado que 4 primera vista hue dicta podido tomérsefe por una mujer; y, en efecto, estas cualidades, unidas 4 sus modales y costumbres, fueron causa de que se le lamase vulgarmente la Femina (figura 22). Pero éstas son excepciones, que demues- tran solamente que la delincuencia, en este caso, tiene una razén psicoldgica organica mucho més obscura, de manera que la cien- cia no ha llegado todavia 4 descubrirla, & lo menos por ahora, en los gabinetes de ana- tomia 6 de fisiologia, CAPITULO Ti NOTAS FUNCIONALES DE LOS DELINCUENTES 1, DIFICULTAD DE ESTE ESTUDIO. EN LA RIOLOGIA CRIMINAL Los caracteres degenerativos fisiopsicolé- gicos dependen de la forma anormal con ta cual se cumplen las diferentes funciones del organismo y constituyen la parte més di cil y més importante de la biologia cri- minal, El ctimen no es un fenémeno anatémico, sino un fenémeno psicoldgico. No brota el acto criminoso precisamente del dngulo fa- Gal, ni de la asimetria orbitraria, ni de las semicircunferencias craneanas; broté, si, de la compleja constitucién psiquica del delin- cuente y de la lucha antitética entre fos mo- tivos y los contramotivos, que origina en aquella particular forma antisocial las deter- minaciones de su voluntad, Tal importancia del estudio psicolégico de Jos delincuentes ha sido reconocida prin- rrr ee ee eee ee eee 3 1. Ghatsana cipalmente por Ferri, que te ba dado el mayor desarrollo, 2, IIPORTANCIA DE LOS CARACTERES FISIoLOGICos Empezando por los caracteres degenera- tivos fisiolégicos, diré que los mds impor- tantes son los que se refieren é la vida de r= lacion, es decir, 4 Ia sensitividad y al mo- vimiento; vienen después los de las fun- ciones de reproduccién, y pot fin los de las Sunciones de nutricién: io que quiere decir que estas anomalias son de tanta menor im= portancia, cuanto menor es la parte que en ella toman especialmente los centros mas elevados del sistema nervioso. Por lo que s¢ refiere 4 las primeras, los Indrones, incendiatios y homicidas, poseen una sensibilidad obtusa; y al contrario, una - excesiva sensibilidad 10s delincuentes pa- sionales. Se ha encontrado también que la frecuencia de la respiracién y del pulso en Jos criminales es algo menor que en los normales, y no son raros los casos en que la frecuencia de la respiracién es despropor- cicnada 4 In del pulso, especialmente en el de los sanguineo: Igualmente, mientras que el ritmo car- ANTROPOLOGIA CRIMINAL 33 diaco en Ios normales puede ser perturba- o, por ejemplo, por ta vista de un peligro 6 por una impresién dolorose que hiera ef organismo, en fos detincuentes, al contrax rio, en estos casos, la reaccién vasal es muy ‘escasa y tardia. Por ef mismo motivo, al paso que la tem- peratura en ellos es algo superior 4 la de los honrados, durante las més grandes pertur- baciones det alma no se eleva 5 se eleva muy poco; como tampoco se eleva ni atin en clertas enfermedades que ordinariamen- te producen ficbre y muy elevada. Los delincuentes son también, en gene ral, muy insensibles 4 las asf lamadas sen- saciones eléctricas, es decir, & las que la electricidad, de la gue esté siempre carga- da la afinésfera, ejerce en nuestro organis- mo: prueba de esto es aquel estado anor mia & indefinible en que nos econtramos poco antes de que estalle un temporal. SENSA CIONES EXTERNAS: VISTA, ofDO, oLFATO Al paso que parece predominar en los homicidas ena fuerza visiva mayor que en os normales, Ja fuerza auditiva y olfativa 54 Le. GAMBARA ANTROPOLOGLA CRIMINAL, 35 ‘es mucho menor en tos defincuentes que en los hombres honrados. 46° SENSIBILIDAD TACTIL ‘Mas complicado es el estudio de tas anor malidades del tacto. Se ha averiguado, sin embargo, que en los delincuentes es mAs obiuso que en los normales, y solamente ocas veces es mds perfeccionado, Se ha encontrado tamhién que, normales esta s en la parte izquierda del cuerpo que en la derecha, en los delincuentes sucede lo con~ trario, 6 sea, es igual en ambos lados (man- cinismo 6 ambidestcismo sensorial). En Ia sensibilidad dolorifica se han en- contrado mayores anomalias. Algunos de- incuentes han sufrido, con instrumentos inadecuados, amputaciones dotorostsimas sin dar el menor indicio de sufrimiento. Otros con el objeto de desfigurarse y esca- par & fa policfa, se maltratan con un esto’ cismo increible, la cara y el cuerpo. Se han dado casos en que, por el solo placer de causar dafio al personal de las prisiones (en los cuales saben que caen ciettas res- ponsabilidades), se cortan con pedazos de vidrio las orejas 6 la nariz, 6 se hacen siones en otras partes del cuerpo. ‘Son muchfsimos los ejemplos que se po- rian dar; pero me contentaré de hablar de ‘uno sélo, muy comin entre los delincuen- tes: el tatuaje. 5S) FL TATUAJE, EI tatugje es una operacién quirtirgica dolorosa 4 la que ciertas clases de personas (soldados, marinas, prostitutas), pero pecialmente los criminales se someten, pa- ra hacerse dibujar figures complicadas en la superficie ctiténea, Los métodos con que se practica son die ferentes. A menudo se dibuja en alguna forma la figura en la parte donde se quiere que quede impresa y después se le pasa en- cima con un hierro cuya punta esté elevada al rojo, 6 se comprime con una aguja hasta hacer salir la sangre, introduciendo Iuego en Ia carne carbén pulverizado. Se trata como se ve, de procedimientos muy dolo- rosos y que prueban que en los pacientes existe aquella anestesia y analgesia que he- mos ya notado y que son caracteristicas de los delincuentes, quienes también desde Be ee eee eee eee 56 1, @kMmaRA este punto de vista, se acercan al hombre primitivo y al salvaje de nuestros dias. Por one el tatuaje es precisamente una opera- cién de ornamentacién con que se atormen- tan sus cuerpos las tribus mas barbaras de Ia tierra. Es también importante el estudio de las funciones de movimiento. La més grande anomalia que se observa es Ia del ambides- trismo y del mancinismo sensorial. Se ha encontrado también que en los criminales €s frecuente otto fendmeno, es decir, que el paso izquierdo es mayor que el derecho; de lo que resultarfa probada en ellos una desviacién de las leyes ordinarias del des- arrolio, en cuanto que el hemisferio dere- cho del cerebro tendria mayor desarrollo funcional congénito que él izquierdo. 7. CARACTERES DEGENERATIVOS Psicorécicos iremos algo de los caracteres degene- rativos psicolégicos, que, como hemos vis- ANTROPOLOGIA CRIMINAL 37 to, son un complemento de tos fisiolbgicos, y dependen de la misma cause, es decir, de Ia anormalidad de la constitucién orgdnica, especialmente de la del sistema nervioso en general y del cerebro en particular. Para comprendet bien. las anomalias de que trataremos, hay que observar que ol hombre, hoy y siempre, se ha encontrado en sociedad por efecto de su naturaleza an- terior 4 todo pacio y 4 toda defiberacién vow luntatias y por esto también la ley moral-~ que brota de fa sociabilidad del hombre como el efecto de su causa—es anterior 4 toda convencién. Y en verdad ella ha progresado siempre, y al paso que en las épocas prebiistéricas y fen las histéricas antiquisimas aparcee in- distinta y embrional, con el progresar de los tiempos se hace més distinta y desarro- Mada, ‘También nuestros antepasados salvajes, junténdose para formar los primeros em- bbriones de la sociedad, Megaron & convene cerse de que eran nevesarias algunas reglas directivas de Ia actividad individual, para que ésta no dafiara ta unién social. De esta manera fué elabordndose el dere- cho positivo y el principio moral supremo sompendiado en aquellos dos preceptos 38 Ly Awana ANTROPOLOGLA CRIMINAL 59 cristianos: No hacer d les otros lo que no dosearias que te hicicran d ti mismo: y has 4 los otros lo que quieres que te hagan 4 ti. En otras palabras, el criterio que, desen- volviéndose 4 través de los siglos de la his- toria humana, es base hoy de la ley moral, del altrutsmo y del amor social. 8. SENTIMENTOS EGOfsTAS DE LOS DELINCUENTES En los delincuentes, af contrario, se en- cuentra el predominio no sélo de los sen timientos egoistas, sino también de los ins. tos mds bajos y brutales. De esto deri- va la original teoria lombrosiana ya antes mencionada por Lubbock, y ahora ilustra- da por Sergi, que los delincuentes son sal- vajes, hombres prehistéricos caidos por ca- sualidad en medio de la sociedad moderna, cuyas altas idealidades sociales no son ab- solutamente capaces de asimilarse, 9. DALTONISMO. MORAL Un hecho psicolégico extrafio y comin muchos detincuentes es también la aver- sién que demuestran por cierta clase de cri- menes. Hay ladrones que tienen un horror invencible al derramamiento de sangre, co- mo hay asesinos que se creerian ofendidos si se les inculpara un robo. Hay jefes de bandoleros en que es inten- 80 el sentimiento al respeto para con los dé- biles y que no roban 6 no cometen extorsio- nes sino con los ricos, etc. Este extrafio fenémeno por el que cier- tos actos criminosos escapan 4 la valuacién de la conciencia y otros no, es conocido con el nombre de daltonismo moral (en relacién al daltonismo fisioldgico por el cual el ojo pereibe algunos colores y otros no) y tiene su fundamento en el desequilibrio fisiopsi- coldgico que se observa en los degenerados. 10, EL AMOR DE LOS DEGENERADOS A causa det prevalecimiento de los senti- mientos egofstas sobre los altrufstas en es- tos individuos, es facil comprender que ellos no quieren 6 por lo menos no comprenden Ja afectividad de fa vida familiar, tal como Ja sienten los otros hombres. Y en verdad, Ja mujer la consideran como un simple ins- 60 1, GAMBARA AntRopotocta CRIMINAL 6 trumento de placer, un objeto ttit para se- tisfacer ciertas necesidades voluptuosas. 11. VoLUNTAD Es también caracteristica en los delin- cuentes aquella forma especial de debilidad de la voluntad por ta cual no saben resistir 4 los estimulos que les Megan de afuera, y se dejan arrastrar por ellos. Ante una ofensa, un hombre normal se siente arrastrado 4 reaccionar, pero inter- viene desde ef fondo de su conciencia una prohibicién, y se enfrena; el delineuente, al contrario, empufiard un arma y heried 6 mataré al ofensor. Y esta forma suya de reaccién es fan rapida, 4 veces, que asume todos los caracteres de la impulsividad irre sistible propia de los instintos, Lo que es también una nota degenerativa y signo de reversién atvica, porque sabido 5 que los instintos son més especialmente propios de los brutos, en que se encuentran fijos y casi cristalizados, mientras que en el hombre se manifiestan como auxiliares de Ta razén, la que tal ver salga de ellos, pero seguramente de todos modos, concluye con sustituirlos, Precisamente en este cardcter importan- tisimo de degeneracién ha formulado Lom- broso su teoria, asimilando los criminales 4 los epilépt CAPITULO Ul CARACTERES ESPECIALES DE LA MUJER DELINCUENTE, 1. RAZON DE ESTE cAPiTULO Después de haber descrito en fos capitu- los anteriores las notas degenerativas que se deben considerar comunes 4 todos los delincuentes, es necesario indicar las par- ticulares de la mujer delincuente, Porque las diferencias que existen entre los dos sexos son tantas (sea desde el pun- to de vista de la constitucién organica, de su conformacién ps{quica especial, sea des- de ei punto de vista de la forma de vida completamente especial que la mujer lleva en nuestra sociedad), que sus crimenes tie- nen caracteres absolutamente especiales, de Jo que derivan sus notas degenerativas mor- fologicas 6 funcionales que constituyen, por decirlo ast, su base genética. YY ante todo, conviene observar aqui que ‘en los problemas psicotégicos, morales y 1. GAwmara, juridicos que se refieren dla mujer, se han Comitido casi siempre las consideraciones de su constitucién orgdnica, cuando sola- mente de ella puede esperarse que se haga tun poco de luz en este asunto. Sin embargo, saldriamos de los limites ‘que nos impone este estudio, si quisiéramos mencionar aunque fuera brevemente, 1a psicologia de los sexos y sus fundamentos fisiolégicos. Solamente algunas veces, cuan~ do se nos presenta ocasién, mencionaremos Jas condiciones de aque! érgano 6 de aque- Ila funcién en-el hombre 6 en la mujer nor males, para facilitar le comprensién de las correspondientes notas. degenerativas. 2, ESTATURA Y PESO DE LA MUJER DELINCUENTE, Ante todo, por lo que se refiere 4 Ia esta. tura y al peso, ellos son en Ia mujer algo inferiores 4 los det hombre. Sin embargo, hay una época de Ja vida en que la mujer presenta una esiatura y un peso mayores que un hombre de la misma edad: lo que quiere decir que el desarrollo en ella es mis precoz, solamente que en seguida se detie- ne, al paso que en el hombre continiia to davla, En las delincuentes, ademés, la estax ANTROPOLOGIA, CRIMINAL 65 tura es més baja que en Jas honradas: al contrario, es igual y & veces mayor el peso, 3+ CAPACIDAD CRANIEANA. INTELIGENCIA ‘También Ia capecidad craneana, en ge- neral, es menor en la mujer que en el hom- bres lo que debe llegar 4 la necesaria conse- cuencia de cierta inferioridad intelectual, aun prescindiendo del estado inferior que ocupa la mujer en nuestra sociedad y que no puede menos de tener influencia desfa- yorable en su desarrollo mental Seguramente caerfa en grave error quien ereyese que la balanza, pesando, 6'el metro, midiendo el cerebro, pudieran servir para medir la inteligencia. No puede negarse, sin embargo, cierta dependencia entre vo- Jumen, peso y regularidad de tas circunvo- luciones cercbrales y una mayor 6 menor perfeccién intelectual. Por esto el encéfalo de la mujer, que es mucho menos pesado y voluminoso que el del hombre, demuestra que también su in- teligencia es inferior; de aquf que sean me- nores los estimulos de razén que se levan- tan para resistir & los alicientes del crimen, Y¥ estando ligado el cardcter 4 Ia inteligen- cia por una estrechisima relacién, éste en 5 66 1. GAMRARA Ja mujer es més débil, debiendo ser también por esta consideracién, mas propensa 4 la criminalidad. Sin embargo, las estadisticas criminales demuestran menor frecuencia de la detin- cuencia en la mujer. ¥ ta explicacién no es dificil, porque si bien ia mujer tiene facultades intelectuales generalmente menos desarrolladas y mayor Predominio de la vida instintiva con menos. cabo de fa sentimental més alta, todavia ta vida intima y doméstica, en la que se agota toda su actividad, le hace sentir menos la acciéa corruptora de las excitaciones para delinquir provedentes del ambiente exterior; sin decir que, no estanda obligada como el hombre, 4 combatir rudamente la lucha por la existencia, no tiene ocasién de agriar su cardcter y de pervertir su conciencia moral. En prueba de esto basta observar que la mayor parte de las criminales, como ladro~ ‘nas, asesinas, son al mismo tiempo prosti- tutas 4, por lo menos, adiilteras 6 dadas 4 la vida irregular; delinquen, por fin, espe~ cialmente en aquellas funciones que les son particularmente propias para la conserva cién de la especie. ANTROPOLOGEA CRIMINAL, 67 4+ PELO, CARA, ESQUELETO, 6RGANOS GENITALES También ef pelo de las mujeres—como ef de os hombres,—es, por lo general, mds ‘obscuro, y son frecuentes en ellas las cabe. Heras abundantes, Solamente en las pros. titutas, y, en general, en tas reas de libicl- ne, predomina el rubjo y el rojo. Adems, en general, Ia fisionomla de la delincuente, se aleja del tipo normal para acercarse al det hombre. La cara es larga, Ja mandibula gruesa, la mirada dura, como también los rasgos de la fisionomia: en opo- sicién & aquella dulzura y & aquel no sé qué de suave y de gentil que tiene ef aspecto de las mujeres honradas. También el esqueteto se acerca al tipo va- Tonil, y las caderas y el seno se hallan es. casamente desarrollados. La voz es gruesa, el labio superior y ef cuerpo estén cubiertos de pelos y las extremidades son excepcio. nalmente robustas, especialmente en las la dronas y en las asesinas, Por lo que.se refiere 4 los érganos geni- tales, es importantisimo ef grande desarro. Ilo de tos pequeios labios y del clitoris: 19 ue es nota degenerativa de excepcional va. or, porque recuerda el excesivo desarrollo que tienen estos Stganos en [as razas huma- ras inferiores y salvajes (ejemplo: el delan- tal de las hotentotas). 5+ CARACTERES FistopsicoLdcicos : SENSIBILIDAD, Por lo que se reflere 4 los caracteres fun- cionales de la mujer delincuente, se crefa antiguamente que, siendo ef predominio de Ja vida visceral en la mujer la causa de que se desatrolle en forma considerable aquella Parte del sistema nervioso, conocida con el nombre de gran simpitica, y proviniendo las emociones, en su mayor parte, de la impzesién de los érganos internos y de tas vibraciones que mandan al gran simpatico, resultaba por natural consecuencia que el cardcter de la mujer esté més. particular- mente dispuesto 4 las emociones, es decir, es mas sensible. Los recientes estudios, en cambio, han demostrado precisamente lo contrario; es decir, que et hombre siente mis y con ma- yor precisién que la mujer. Se crefa también que, siendo externa ta superficie sensible de los érganos genitae Jes del hombre, se iba embotando fécilmen- Axtmopotosta cRIMINAL, 69 te Ia sensibilidad por los continuos contac- tos mas 6 menos fuertes, mientras que sien- do interior y hallandose defendida en la mujer dicha superficie sensible, la sensibili- dad sexual de la mujer era mayor que la del hombre. Sin embargo, investigaciones y observaciones cuidadosas han atestiguado también en este caso Io contrario. La me jer, precisamente 4 consecuencia de su tem- peramento de concentracién, ama, més que or necesidad sexual, por necesidad de apo- yarse 4 un hombre y de volverse madre: la unin sexual no €5 para ella nada més que tun medio para lograr este fin, y por esto en los amplexos siempre se muestra més ftfa. Sin embargo, por la importancia que tiene el amor en la vida de Ia mujer, y por su misi6n esencialmente destinada’& la cone servacién de la especie, se comprenderd {4 cilmente lo que ya he observado, es decir, que en los delitos femeainos las relaciones sexuales tienen alguna participacién, 6. REVERSION HACIA EL TIPO VARONTL Hemos visto ya que las diferencias sexua- Jes establecen en la mujer signos exteriores de diferenciacién bien conocidos: redondez de los tejidos, mayor delicadeza en las fore L. Gamma 70 ANTRoPOLoGiA CRIMINAL pt mas, todo aquel conjunto de belleza y sua vidad que caracteriza el sexo femenino. EI desarrollo del pecho y de las caderas es una consecuencia necesaria de un tem Peramento preponderante de nutricién y destinado su vez 4 la nutricién de la espe- cie més que 4 un trabajo cualquiera. También hemos visto émo todos estos caracteres morfolgicos tienden & desapare~ cer en la mujer delincuente, en la que se no- ta una reversién hacia el tipo varonil, que parece el tipo tinico y primitivo de la es- pecie. Porque en los animales inferiores y en las épocas ¥ pueblos primitivos, la diferen- ciacién de los sexos es mucho menor, y es por consiguiente més dificil distinguir, por Jos caracteres exteriores, el macho de la hembra, Sdlo més tarde se desarrollan los caracteres sexuales secundarios, que repre sentan un progreso en la evolucidn de la especie: basta observar los esqueletos de las mujeres primitivas y las fotografias de las mujeres salvajes de hoy para convencerse de esto. Donde la mujer criminal se acerca al tipo varonil hay una raz6n atdviea de degeneracién orgénica. Por ef mismo motivo también sus carace teres fisioldgicos funcionales se acercan ‘mis 4 los del macho, Y en verdad se sabe, que por ejemplo, uno es el valor del macho y otro el de la hembra; el valor con que las madres defienden y protegen 4 sus hijos, es producto de naturaleza defensiva, para el servicio de la especie, como todas las otras actividades femeninas, mientras que ef valor de los machos esi4 al servicio del individuo, de su independencia, Jas mujeres criminales, al contrario, es muy débil ef cariiio hacia los baijos, hasta se halla con frecuencia pervertide, de ma- nera que & menudo los odian y los hacen sufrir. No es raro verlas abandonar la fa- milia, y hay ejemplos de mujeres que se pusievon 4 Ta cabeza de compaiilas de ban- didos, dandose 4 una vida errante y aven- turera. Lo cual es contrario también 4 aquella especie de instinto de sumisién propio de la mujet normal, consecuencia natural del sen« timiento que tiene ella de su debilidad 6 in- ferioridad, y de su temperamento destinado 4 Ia vida interior, y no & las luchas exte- riores. 7+ INSTINTO DE SEDUCCION EI instinto de seduccién y el deseo del ¥ placer, que son caracteristicos en la mujer normal de nuestra civilizacién, son iguale mente consecuencia del sentimiento que ella tiene de su propia debilidad y de la nece- sidad de usar todas su prerrogativas natu. rales para gustar y ser protegida por la fue za varonil cuyo culto gentil a la belleza de Su persona constituye una herencia precio- sa para Ja conservacién de la especie. Y forma también parte de aquella especie de sentimiento estético de su persona misma que parece més especialmente propio de Ia ‘mujer, sentimiento que nobilita su amor y empuja al hombre 4 idealizar el suyo pro- pio. Nada de esto sucede en las criminales, en las que se puede facilmente notar cierto descuido en su persona que come parejas con la ausencia 6 deficiencia de los senti mientos, ante todo morales, y con una im- pudencia y cinismo en el crimen, igual y 4 veces superior 4 los del hombre. 8, CAUSAS DE LA CRIWINALIDAD FEMENENA Este hecho merecerfa ser estudiado pro- fundamente en sus causas, porque da mu- cha luz del fenémeno de la eriminalidad fe- menina, Nosotros nos hemos formado una idea ANTROPOLOGEA CRIMINAL 73 gentil de fa nifia y de Ia mujer; hemos ro- deado su imagen como de una aureola de poesia y de luz. ¥ cualquiera sea ef origen de este sentimiento—que tal ver. es una ola de vida cabaileresca medioeval que revive en nuestras almas modernas—es cierto que, en su formacién, ha tenido parte grandisima el espectéculo continuo de virtud y de abne- gacién que nos dan las humildes heroinas de nuestra familia y de nuestra sociedad, La mujer—ora proceda del pueblo, ora de las clases encumbradas—se eleva 4 los ms altos gtados de Ia moral perieccién cuando ha nacido y crecido en un ambiente sano, Puede decirse que su vida es un conti hnuo sacrificio de amor, y en el sentimiento de su propia misién encuentra un estimulo continuo 4 seguir en la via del bien. La vanidad de la virtud no es menor en ella que la vanidad de la belleza, porque estos dos sentimientos van siempre unidos y, me- jores criaturas del sexo, preferiian profanar cualquier cosa antes que profanar su alma 6 su cuerpo. Pero un mal terrible y que perturba has- ta las almas mejor templadas, roe la socie- la miseria. 10 antes que la mujer estd menos ‘expuesta que el hombre 4 combatir fa ruda Pee 4 ts GAMBARA ANTRoFOLoGiA CRIMINAL 75 lucha de la existencia, Sin embargo, esta rogla tiene muchas y duras excepciones. Los més fuertes, que son también ios mas prepotentes de su sexo, dejan muchas veces el cuidado y Ia preocupacién de proporcio- nar lo necesario para Ia economia domésti- ca, 4 estos sexes més amorosos y mas pa- cientes, que no pueden siempre precaverse de los males fisicos y morales. Ademis, muchas veces estas infelices se ven obliga. das por imprescindibles necesidades de la vida ocuparse en las fabricas 6 4 entre- garse d una ocupacién servil que gasta su débil organismo y ante todo su sexo. Porque en la promiscuidad con los hom- bres en las fébricas, en la dura pasticipa- ¢ién con ellos en la lucha por la existencia, ellas sufren una modificacién més profun- da 4 su tipo de belleza y de moralidad, En el contacto continuo con los hombres, sus sentimientos mas gentiles mueren por completo, sus mismas facciones adquieren algo de varonil; y no habiendo mas tiempo para cultivar su persona, todas las costum- bres sexuales quedan gravemente debilita das y el ejemplo de sus compaiieros de tra~ ajo las incita & despreciar el espiritu de paciencia y de sumisién, y 4 resolver sus contiendas y sus odios con la violencia y 4 veces con las armas. Mas, antes atin que en el taller, Ja hija del pueblo siente el efecto deletéreo de la compaiia del macho en las calles. Puede decirse que ella alli nace y alli cre- ce, si su familia es muy pobre ¥ no tiene tiompo de cuidarse de ella, Si la familia al contrario goza de cierto bienestar, la calle s6lo le sirve de trinsito y paseo. Los pi- Ivelos coetineos ia educan en la escuela de Ja fuerza y Ia obligan 4 que se someta 4 sus fechorias, al mismo tiempo que le inspiran cierta fiereza y dirigen hacia lo peor sus tendencias, sobreponiendo 4 la suavidad del cardcter de la mujer nuevos estratos (que en la mujer son nota degenerativa) de angulosidades y de durezas del carcter va- ronil Después, cuando ha crecido y Ia nifia harapienta se ha convertido en una joven coquetuela, uno de estos pilluclos se decla- ra su enamorado, 6 en las f4bricas y en las tiendas se siente ella por primera vez aca- riciada por las miradas varoniles que ala- ban y besan, y, llenas de deseo, fisonjan y profanan: asi alcanza el conocimiento de su misién natural relativa 4 ta especie, cum pligndola menudo—dada su educacién— sin las formalidades prescritas por el Cédi go Civil. Se entrega al amante para probar fa fe- menina voluptuosidad de perderlo todo por 41, de dejarse poser como una cosa: y, en este sactificio de si misma en el amor, vive todo un répido € intenso poema de pasién Que, por primera vez, arroja un rayo de luz en su pobre vida, Sin embargo, 4 menudo el hombre—li- viano, voluble y malvado—la abandona después de haberla perdido. ¥ entonees ella Ro es raro que reaccione con violencia y lle- gue 4 acuchillear 6 herir al traidor. Y si en sus entrafias empieza 4 palpitar el fruto de aquella hora fugaz de pasién, es natural que intente el aborto y después 4 fin de evitarse para si la vergiienza y desolaci6n, para el hijo padecimientos, para la familia horas de profundo dolor—ta supresién del neo- nato. Delitos contra la propiedad por miseria, heridas y homicidies por venganza 6 por celés, abortos procurados, infanticidios por el honor: he aqui las manifestaciones y Ia génesis de la criminalidad femenina, 9. PRosTITUCION luye aqu{ el calvario de la nifta del arroyo: las més infelices contintan sue ANTROPOLOG{A CRININAL ” biendo todavia 1a dolorosa cuesta, y—ex- pulsadas de fa sociedad que no Tes perdona su falta de amor, perdida la confianza en la vida—se dan 4 la prostituci6n. El argumento necesitaria no un capitulo de mi modesto trabajo, y sf un votuminoso tomo para ser desarrollado con Is amplitud que se merece, Pero las imprescindibles nevesidades de tiempo y de espacio, me obligan solamente 4 insinuarlo. La primera cosa que se nos presenta es- tudiando este fenémeno patolégico, es su persistencia 4 través de todos los siglos de la historia porque, 4 pesar de todos los medios que en diferentes épocas se han practicado para curarlo y hacerlo desapare- cer, ha resistido siempre, sin sufrir sino leves oscilaciones. Y esta persistencia—si bien haya sido influfda como cualquier otro fenémeno social, por las condiciones del ambiente exterior—demuestra que la pros- ‘itucién tiene su fundamento y su razén de ser en la naturaleza misma del hombre, en tendencias atAvicas indestructibles, y en su misma constitueién orgdniconfisioldgica. No se debe olvidar, sin embargo, que tuno de los factores mas importantes de fa prostitucién son las condiciones econdmi- 8 1, GAMBARA cas de la sociedad en cuyo medio se des- arrolla este fenémeno patoldgico. La de manda, el pedido esti representado por hombres que, no habiéndose todavia. podi- do formar una posicién social independien= te y segura, no pueden permitirse el Iujo de formarse una familia, y que no pueden re sistir in aeternum & Ia necesidad orgénica de fas funciones de la reproduccién. La oferta esté representada por nifias que, cast siempre—después de una primera cafda por pasién,—no pueden encontrar otro medio para pasar la vida. Y, como la miseria, que ha acompatiado las sociedades humanas por todo el perfodo de su ascensiéa en la histo- no tienda & desaparecer todavia, La pres- titucidn sc ha propagado A través de todas las €pocas histéricas, y, si por castalidad en algtn momento fué casi enteramente sofocada, ha reaparecido después siempre en las sociedades civilizadas. (La venus va- gabunda y las cépulas fortuitas y tempora- Fins son costumbres generales en algunos pueblos salvajes; en ellos, no se puede ha- blar de prostitucién). AwrroroLogla CRIMINAL, r0 10, NOTAS MORFOLOGICAS DE LAS. PROSTITUTAS Los caracteres morfolégicos de tas pros- titutas son, poco m4s 6 menos, los mismos que hemos visto de las criminales en gene- ral. Solamente los mustos, son en ellas més voluminosos que en las normales, y en cambio tienen menos desarrollada la pan- torrilla. El cuetlo es m&s ancho y ef pie més pequeiio; la vor es muy & mentdo varonil y Ia capacidad craneana presenta valores minimos y mésimos, en que superan no solamente 4 las mujeres, honradas, pero también las reas, La fisionomla de las prostitutas es gene- ralmente menos fea que Ta de tas delincuen- tes, prineipalmente porque la belleza es pa ra ellas un arma y una necesidad profesio- nal. Tienen ef aspecto procaz, espléncida cabellera, ojos sensuales, labios tumidos y grruesos. Es también notable el hecho que las pros- titutas tienen casi todas en ¢l trato exterior cierto aire comtin que se puede observar no solamente entre las latinas, sino también entre las anglosajonas y eslavas, rusas, tur. cas, etc; lo que quiere decir que hay en 0 Ly GhatmaRA ellas algo de comin que Ias acerca también 4 razas muy diferentes y lejanas, 11, NOTAS PUNCIONALES En general puede decirse que las prosti- tutas tienen una fuerza y agilidad muscu lar mucho mayor que las honradas; como esta comprobado por ef hecho de que la mayor parte de elias son bailarinas, gim- nastas, montan 4 caballo, y se aplican & otros ejercicios de fuerza muscular. Es notable también su vitalidad, mayor ue Ta de Jas honradas y de tas criminales, 4 pesar de las enfermedades de que son vio. timas. Se dice quo Taide, que vivié hasta los 70 ailos, conservé formas procaces ta- Tes que inspiraban todavia pasiones, EI aparecer de Jas menstruaciones es casi ™pre precoz en las prostitutas, como son también prococes sus relaciones sextia, les & que dan lugar 4 veces atin antes de ta aparicién del menstruo, 12. ESCRITURA En las pocas prostitutas cultas que se han estudiado, la letra es gruesa y con ca- récter varonil. Yo mismo he visto letra de ANTROPOLOGLA CRIMINAL 8 sefloras con caracteres sintomaticos de este tenor, de las que luego supe eran conocidas como pecadoras, y tenfan todos los instin- tos de la prostitucién. 13. FACTORES SOCIALES DE LA PROSTITUCION Los casos de mujeres que se dieron 4 la vida de la deshonra por exceso de sensuali dad son relativamente raros: sin embargo, hay nifias de buena familia que se deciden 4 huir de su casa con un amante, y después van vivir en los lupanares no por necesi- dad de dinero, sino (como también sucede con algunas casadas) por insaciables de- se0s libidinosos. La mayor parte de las veces se trata de nifias engafladas y que por especiales con- diciones sociales fueron inducidas al mal, mientras que en otras condiciones de vida habrfan sido honradas madres de familia, La miseria es la que arrastra 4 la casi tota- lidad de las nidias perdidas 4 su triste esta- do, asi como la falta de proteccién de la ley 4 las seducidas y 4 las abandonadas re- mata el golpe, de manera que aquellas infe- lices, convertidas 4 menudo en madres y arrojadas de la sociedad de la gente honra- 6 & GAagaRa, da, no tienen otro medio para ganarse el sustento, que la prostitucién. Y¥ se puede comprender facilmente—dada Ja actual constitucién econdmica de la so- ciedad,—cémo una mujer seducida 6 viola. da y después abandonada pueda por deses- peracién hacer cualquier cosa para saciar su hambre y evar un mendrugo de pan 4 los hijos 6 & sus ancianos padres. Agréguese la ignorancia en la que, las clases burguesas han tenido interés, de edu- car d las clases trabajadoras; agréguese la acciéa secular de toda clase de dolores, de iserias, de opresiones que, han estable- ido en el pueblo una uniforme inferioridad ipica y una diferencia fisiolégica en com- Paracién con las clases econémicamente do- minadoras, impidiendo asi et desarrollo de su sentimiento moral; y se tendra un cua dro bastante completo de los principales factores de la prostitucién. «La condicién de la mujer—escribe Mar- cellin Pellet—es muy dotorosa, Ella no tiene otra eleceién que entre un trabajo su- petior 4 las fuerzas humanas, y la prosti- tucién que muchas legislaciones hacen lie bre y facil. vLa nifia, sin instruccién y sin sentido moral, corrompida por el ejemplo de los pa- ANTROFOLOGIA CRIMINAT 83 dees, y, muchas veces, por los consejos de Ja madre, llega 4 ver en la prostitucién una profesién natural y honrada como cualquier otra. »La sefiora Mario cita un hecho que no tiene necesidad de comentarios. Al gabine- te de anatomia, donde van 4 parar los ca daveres de las pobres nifias muertas en Ios hospicios, no se encuentran nunca nifias wizgenes, que tengan mas de doce aiios. Agréguese que 4 menudo, en este ambiente miserable, Ias nifias de doce aitos, debili- tadas por las privaciones, no parece que tengan mas de ocho & nueve ailos.» En verdad, sobra aqui todo comentario y si reflexionamos que estas nifias del arro- yo, que empiezan su vida con una pasién ardiente, 6 han sido violadas por un mal- vado, son las victimas de una serie de fuer- zas fisicas y sociales—sociales antes que todo —que constituye para ellas Ja fatali- dad del crimen, no podremos menos de sentir por ellas profunda compasién y tris- teza, Seguramente, por mas potentes que sean las causas exteriores de la prostitucién, es siempre necesario, para que una mujer abrace vida tan miserable, una predisposi- cidn del cardcter individual, que consiste casi siempre en cierta debilidad de la inte- ligencia y del sentido moral. Pero no puede negar que también esta deficiencia es un producto del ambiente exterior, de factores histéricos especialmente econémi- cos—que por siglos y siglos influyen en formas deletéreas en la vida de las clases proletarias. Por esto fa sociedad deberia penetrarse de profunda compasién antes de juzgar 4 estas infelices, victimas de condiciones que ella misma ha creado. CAPITULO IV DELITOS ¥ DELINCUENTES SEXUALES 1, LIMITES DE ESTE ESTUDIO El estudio def fenémeno social patoldgi- co de ta prostitucién que hemos hecho en el capitulo anterior, necesita ser completado con el estudio, siquiera sea somero, de todos Jos demés crimenes que tienen por base las relaciones sexuales. Pero estos crlmenes merecen de ser examinados en una forma particular, tanto por lo que se refiere & la mujer como por lo que se refiere al hombre. 'Y en efecto, aun limitindonos 4 observar nuestra época, nuestras costumbres y nuese tras leyes, las funciones reproductoras ocu- pan tanta parte de la vida humana, y des- ‘empefian tan importante papel fas telacio- nes que con estas funciones se han estable- cido, que resulta de capital interés el estu- dio de las infracciones de las leyes biolégi« cas y sociales, de las que aquellas relaciones derivan, 86 Ls GANimanA Intitit creemos advertir que no nos toca & nosotros tratar todas las anomalias sexua- les, sino solamente las que en nuestra civi- Tizacién y en nuestras legislaciones son con- sideradas como delictuosas, dejando. por esto A un lado aquellas que constituyen un capitulo de psico-fisiologfa patoldgica més bien que de antropologia criminal, sea por- que hacen dafio solamente al individuo que las tiene ¥ no 4 Ia sociedad, sea porque no constituyen verdaderamente acciones delic~ tuosas estricto sensu, pero si solamente ac- clones inmorates propiamente dichas. 2, ADULTERIO Empezando & hablar de aquellos erime- nes que importan solamente tna contraven- cién & las leves sociales y una infraccién de aquellas relaciones convencionales que el progreso de los sentimientos morales ha establecido sobre la base de las funciones reproductoras, diré que las formas més le- ‘ves y que mds se acercan 4 Ia prostitucién que hemos estudiado, son Tos erfmenes de adulterio, que la actual sociedad jurga al- gunas veces mAs severamente y otras veces mas benignamente de lo que merecen. Sin embargo, la cuestién deberia ser estudiada aoeTRoPotosta crismeat, 8 Amptiamente, y no podemos tratar aqu! de ella porque més es cuestién de sociologia que cuestién de antropologia criminal. 3. MIGAMIA La bigamia no se diferencia mucho del adulterio, solamente que en este caso una de las partes no tiene conciencia del cti- men. Y 4 veces es una acciéa mAs ridfoula que criminosa. (CIAS SEXVALES 4. vio Los més numerosos ¥ estudiados, entre fos delincuentes sexuales, son los estupra- dores, 4 saber: los que cumpliendo funcio- nes sexuales normales (es decir, uniéndose con individuos de diferente sexo), emplean fa violencia para conseguir su objeto. Es natural que este crimen sea casi ex- clusivo del hombre, porque, adn admitien- do que la mujer quiera usar de Ia violencia no se puede seguramente admitir en el hombre una ereccién provocada por el miedo. Generalmente se ha encontrado que los estupradores, en el peso, en Ia estatura, en In apertura de los brazos, en-fa capacidad 88 1. GAMBARA craneana, etc., ofrecen cifras menores que no el promedio de los hombres honrados. Su orineo, ademas de pequefio, es asimé- trico, es decir, no igual en las dos par- tes; Ia frente es estrecha y baja, la cara gruesa y cuadrada, las mandibulas muy desarroliadas, la superficie del cuerpo y la cara sin pelos, la mirada dura y salvaje. En fin, una degeneracidn patotigica evi- dente, Son individuos de fisionomia casi infan- til, de nalgas gruesas y redondas, to que les da un aspecto delicado y casi fem{neo. En la época de fa pubertad se verifica en ellos una notable paralizacién de las cuali- dades fisicas y psiquicas, tanto que muchos son verdaderos imbéciles ¢ idiotas. El sen tido moral es casi completamente apagado; cometen Ja violencia no por la gran inten- sidad con que se manifiesta ia necesidad sexttal, sino como consecuencia de su defi- ciente desarrollo mental y de las notas de~ generativas ativicas que los separan de la generalidad de los hombres. Y en verdad se sabe que 12 unién del ma- cho con Ia hembra en los salvajes y en al- gunas especies de animales inferiores esta acompaiiada de violencia, ANTROPOLOGEA CRIMINAL 89 3: ESTUPRADORES SANGUINARIOS Algunas veces, sin embargo, la violenci Qué acompatia al coito fisioldgico se mani= fiesta con verdaderas actos de ferocidad més 6 menos sanguinaria, La reversién atévica es todavia mds fuerte en estos degenerados, porque la génesis psicoligica de su perver- sién sexual consiste precisamente en aquel setitimiento egoista antisocial que consiste en encontrar placer en hacer daito al pré- imo. Por muchos antropélogos, y muy pro- fundamente fueron estudiados algunos ca- sos de delincuentes sexuales, que no podfan tener Ia ereceidin 6 excitarse sensualmente sino cometiendo actos de crueldad, pegan- do, cortando las carnes de la mujer, ahor- céndola, abriéndole el vientre con un cu- chillo y efectuando por ta-herida el acto sexual, chupandole la sangre, sacdndole las entrafias, etc. Fl ejemplo de Verzeni, tipico en fos anales de la criminalidad italiana, de- muestra que en estos casos se trata de in- dividuos gravemente degenerados, incon cientes, hijos de locos 6 con signos visibles de una herencia morbosa que los hace com. 60. GAnrBARA, parar & los epilépticos y colocar entre los delincuentes natos. 6. INVERSIONES DEL INSTINTO SEXUAL! PEDERASTIA Y TRIBADISMO Mis graves todavia que las viotencias camnales hasta ahora estudiadas—en las que por lo menos el instinto sexual conserva el cardcter de atraccién entre individuos de sexo diferente—son aquellas anomalfas pa- tolégicas que van comprendidas bajo el nombre de inversiones sexucles, en cuanto que el individuo no encuentra atractivo al- guno en fas del sexo opuesto, y al contra- rio se siente irresistiblemente atraido hci los de su sexo, iE De aqui nace la pederastia y el tribs dismo. Son pederastas activos los que sienten y actiian como machos, pero no encuentran placer en Ia unién con mujeres y st sola- mente en Ia con hombres. Son pederastas pasivos los que sienten y acttian como mut- jeres, tienen formas y.aspecto femenino y encuentran placer, en la uniéa con otros hombres, desempefiando el papel de mujer. El mismo fenémeno patolégico, trans- portado al sexo femenino, se llama tribadis- axtRorotocta criinar gt ‘mo, del que los anales de 1a criminalidad, tienet que ocuparse menudo. Los amores de estos degenerados tienen arrojos de verdadera pasién y de celos co- ‘mo los amores normales entre hombre y mujer. Ess claro que en estos casos ta determina cign sexual resulté incompleta 6 parcial, de manera que estos individuos—si no mor- foldgicamente, por lo menos hasta cierto punto fisiolégicamente—nacieron_herma- froditas; por mAs que, bajo este nombre, en las ciencias naturales se entiendan sola- mente aquellos individuos que contienen en sus érganos genitales células de macho ¥ células de hembra, y no aquellas anomalias de conformacidn que dan 4 un macho apa- riencias de mujer 6 viceversa, 7. INCESTUOSOS Nos queda atin que decir algo det inces- to, del que me he reservado hablar al final de este capitulo, porque no se podria clasifi- car entre los crimenes estudiados hasta ahor: Y en verdad, mientras que por una parte contiene una infraccién de Jas relaciones sociales que el progreso de los tiempos ha GAoenara, 9 formado sobre Ia base de las funciones de reproduccién, de ta otra esté acompafiado 4 menudo por [a violencia; por esta promis- cuidad de caracteres que presenta, merece fa ser estudiado aparte. En estas breves notas sélo podemos de- cir que ef fendmeno del incesto es clara y eminentemente atdvico, porque acerca el hombre 4 algtinas especies de animales in- feriores y & las épocas primitives, cuando el macho no podia conquistarse otras hem- bras sino las que formaban parte de su fa- milia, y vivian con él en la misma cueva 6 en la misma choza. CAPITULO V FACTORES FISICOS Y SOCIALES DEL CRIMEN 1, EL POR QUE DE ESTE ESTUDIO Verdaderamente—segiin lo que dije en a introduccién—sélo de este argumento deberia ocuparse Ia Sociologia criminal. Mas, como el manual en que ya trato de esta materia, no hace més que esbozar este ar- gumento, vale la pena que Lo desarrollemos un poco mas ampliamente, Tanto mas cuanto los factores sociales tienen una importancia innegable y grandisima en la formacién del cardcter del delincuente, y, de todos modos, siempre vienen del ambiente exterior las excitacio- nes, que lo determinan al acto criminoso. isicos y 2, FACTORES GEOGRAFICOS Los factores fisicos del crimen son las condiciones geogréficas, 1a naturaleza del suelo, la produccién agricola industrial, etc, 94 Ly GAMBARA Ante todo, empezando por las condicio- nes geogréficas, diré que los primeros hom- bres, iniciando sus grandes emigraciones y estableciéndose en los diferentes paises de Ja tierra, muy diferentes por sus condicio- nes topograficas y metedricas, desde la pri- mera cuna de la humanidad, tuvieron in- evitablemente que sufrir la influencia del nuevo ambiente que modificd mucho fa pri- mera constitucién de su organismo, Elector de esta transformacién fué el de- linearse poco 4 poco més precisa y profun- damente los caracteres por los que se dis- tinguen entre sf las diferentes razas hu- manas. Esta verdad esta demostrada por los es- tudios paleontolégicos; y las figuras 23, 24 25, 26 y 27 representan precisamente algunos erdneos de diferentes edades y de diferentes pafses, que se distinguen entre si por algunas particularidades fécilmente recognoscibles también por los profanos. Vistas ya las relaciones entre las condi- ciones biolégicas de los individuos y de la criminalidad, queda demostrada nuestra afirmacién. Se agrega que los agentes modificadores naturales y los diferentes grados de civil zacién, 4 los que ef hombre ha llegado en ANTROPOLOGIA CRIMINAL 95 los diferentes paises, han determinado en todas partes diversamente el desarrollo de sus actividades, ocasionando Ia infraccién de determinados preceptos jurldicos: es de- Fig, 2.—Crdneo antigua época mecliica) cit, Is infraccién de aquellas feyes que se habfan ido constituyendo en aquel deter minado pueblo en consecuencia de la espe~ cial civilizacién de aquel determinado pais. Cada fase de evolucién humana—tanto en el individuo como en la sociedad—tiene criminalidad correspondiente, que era violenta y sanguinaria con una pequedia tin- ta de sontimentalismo hacia la mujer en a sociedad feudal, como es fraudulenta y explotadora de todas Jas energias econémi- 6 tbe GkommaRa is en Ia presente sociedad burguesa y co- sno tendrd oltas formes en Ia sociedad del porvenir. 3+ CLIMA Y TEMPERATURA Hablando ent particular de ta criminali- dad actual y de los diferentes valores que Fig, 2.—Crineo de negro toma segiin los datos estadisticos en los di- ferentes pafses y en las diferentes estacio~ nies, encontramos que el calor tiene una in- fluencia mala y el frfo una influencia buena ‘en Ja estadistica, en el mimero de tos erfme- nes, de manera que ya Montesquiew reco nocia que Tas tendencias criminosas aumen- tan en el Mediodfa de Francia, Ademés se ANTROPOLOG{A CRIMINAL 7 ha demostrado que generaimente, en el Sur Prevalecen los crimenes de sangre y de Iu- Juria, y ea el Norte tos contra ta propiedad, La misma observacién puede hacerse por Fig. 8.—Crines dea Occanta las diferentes condiciones de temperatura anual: en el invierno aumentan los crime- ‘nes contra la propiedad, por fdciles razones sociales y econdmicas, dependientes de la inclemencia de la estacién: en et verano, al contrario, aumentan los crimenes de san- Fe, contra las personas y contra el pudor Porque las condiciones de resistencia del organismo 4 las excitaciones oxteriores son mucho menores durante este tiempo, ¥ si en los paises célidos sucede precisa- mente lo contrario, es decir, que en Ia esta- 7 8 Ly GAMBARA cién calurosa aumenta los crimenes contra Ia propiedad y disminuyen los que van con- tra Ins personas y viceversa en la estacién fria, la razén queda siempre precisamente ta misma: es decir, que en nuestros patses Ia temperatura caliente, maateniéndose mo- derada, actia como estimulante, mientras que en los paises intertropicates el calor, siendo excesivo, enerva; solamente duran- te los tres primeros y Ios tres tltimos meses ‘mis frfos del afio los individuos predispues- tos & la delincuencia cometen el mayor ni- mero de crimenes. En estos principios Lacassagne ha podi- do fundar su Almanague de la crimina- lidad. fe FACTORES SOCIALES. EDUCACION Pero si mediante Ia relacién det indivi- duo con el ambiente fisico—de la que le previene la excitacién A la accién—se ob- tiene la continuidad de é! con el resto de as cosas, no menos importante es la in- fiuencia en a eriminatidad debido al am- biente social, por lo que se tiene 1a conti- nuidad del individuo con los otros hombres. Y Ja influencia eficaz que ejerce en las ANTROPOLOGEA CRIMINAL, 99 tmanifestaciones pstquicas en general y en los crimenes en particular es tal, que 4 menudo es muy dificil distinguir si una accién 6 cualquier fendmeno criminoso es Big Coke Sanita Broduecion _fxclusiva de ta psique indivie lual & una form: i arg vea hh eds Sin embargo, hasta qué punto educacién modifiar ciertas pre Corian nes congénitas més 8 menos bonradas 6 criminales, reforzar 6 debilitar ciertos sen timientos destinades 4 funcionar como con tramotivos 4 10s estimulos eriminosos, no ha podido ser claramente determinado en el ‘estado actual de la ciencia. Existe sin embargo, el hecho, digno de 100 1, GAOmARA ser notado; y es que si por ejemplo,.los in- iduos de nuestros pafses y de nuestra Epoca conceptiian como inmorales la poli- gamia y la poliandria, cuando que en otros ig. 27 Cede 2080 paises y en otras épocas sucedié precisa- mente lo contrario, se debe seguramente 4 la educacién, que dirige por este 6 aquel camino Ia conciencia moral de los diferen- tes individuos y de Ia colectividad. Si se considera ademds que los padres de os delincuentes son & menudo ellos mis- mos delincuentes 6 degenerados, se com prendera facilmente como la educacién de ‘estos individuos no puede corregir sus con génitas predisposiciones criminosas, por- que los padres no pueden inspirar 4 los Antropotocta CRIMINAL tot jos aquellos sentimientos altruistas y socia les que ellos mismos no tienen, Avesta accién deletérea del ambiente fa miliar se agrega casi siempre la del ambien- te social, porque estos delincuentes natos se encuentran siempre en contacto con otros delincuentes que frecuentan su casa y que encuentran alrededor de sf en Ios bajos fon- dos sociales donde ellos viven y se agitan: de manera que en ellos es fatal la tendencia al vicio y al erimen. 5 OPINION PtBLica Otra forma de adaptacién 6 de reaccién, como quiera llamdrsele al ambiente social, y €s producida por el estad> de la opinisn piblica, que no solamente es causa de la prevalencia de esta 6 de aquella clase de crimenes (en la actual fase de moralidad mercantil 6 burguesa parece que el cardc- ter principal de Ia delincuencia sean los eri= menes contra la propiedad, y quien no pro- cura arreglarse obtiene con cierta compa- sin el dictado de buen hombre), sino que puede influir también genéricamente en la moralidad de un pueblo y empujar al crimen quien, en otras condiciones menos 102 Ly GAMBARA anormales para juzgar los hombres y las cosas, habria continuado siendo siempre honrado. Asi el ridiculo de que se cubre el marido engafiado por la mujer, es causa de fre- cuentes uxoricidios por celos. Asi la des- honra y la infamia de que se cubren las nifias seducidas son causa de los no menos frecuentes infanticidios, abortos, etc. Ys quitdndoles Ia posibilidad de no poder nun- ca mds redimirse 4 los ojos del mundo, las empujan fatalmente 4 la prostitucién. 6. CONDICIONES ECONOMICAS Entre los factores sociales del crimen, aquel que indudablemente y sin compara~ cién tiene la mayor importancia es el face tor econémico, es decir, las malas condicio- nes econdmicas de una época y de un pais. En Francia, en los afios de carestia desde 1812 4 1817, hubo un aumento notable de erfmenes contra las personas y contra la propiedad; en el departamento del Sena, desde 1833 el aumento de la criminalidad es proporcional al aumento de los pobres. En Suecia, de 1835 4 1839, en que hubo un aumento general de la miseria, tos antRopotocfa crinmyat tog presos Subieron bruscamente de 12,799 418,357. £n Francia y en Alemania, después de Ja guerra de 1870-71, hubo un notable aus Fig. 98—Bandldo griego mento de delincuencia 4 consecuencia de las malas condiciones econémicas produci- das por la guerra tanto 4 los vencedores como 4 los vencidas. Sabido es que el crimen abunda en las clases pobres de la sociedad, con preferen- cia que en les rices, porque L. miseria, ade- més de ser un factor y un estimulo directo de delincuenccia en 10s crimenes contra la propiedad, 6 en los que en otra forma son fuente de lucro, es factor indirecto también 104 1 GAMBARA en otras clases de crimenes, sea porque, con la ignorancia y con la mala educacién que le son compafieras inseparables, em= brutece ef alma y favorece el desarrollo de lg. 20—Haadide de Macedonia sentimientos feroces y antisociales, sea por Ja mala nutricién de todo el organismo (y por consiguiente del cerebro), Ias enferme- dades y los envenenamientos lentos, 4 que los pobres estén sujetos més fécilmente que Jos ricos, son causa de degeneraciones ad- quiridas que pueden después convertirse en hereditarias. Es casi imitil que queramos pasar revista 4 los diferentes crfmenes para convencernos de esta verdad y encontrar en el fondo este 4 bo ANTROPOLOG{A CRIMINAL 105, factor, cuyo valor fué por algunos exagere- do y por otros negado, pero siempre decla- rado digno de ser tomado en seria conside- racién. Llamaré solamente fa atencién del lector sobre los crimenes sexuales que hemos es- tudiado en el capitulo anterior y que pare- ce que no se estudian mucho bajo el punto de vista econémico. Al contrario, la causa mas importante de los incestos, por ejemplo, existe en Ia mix seria y en la constante promiscuidad de tos sexos en las habitaciones y en los lechos, Cuando Ia nifia no est adornada, atin en el ambiente més intimo de la familia, de aquella piidica modestia que es su salva- guardia en las clases més acomodadas, los sentimientos de pudor, naturalmente se des. arrollan en ella més débiles que en las per- tenecientes 4 estas dltimas, y es més facil que ceda, consciente 6 inconscientemente, 4 las caricias de cualquiera ante quien esté acostumbrada desde largo tiempo 4 no te- nner la menor reserva. Por otra parte, esta unién y promiscui- dad, es causa de que nazca con mayor fax cilidad en la mente desequilibrada 6 loca de un hombre, un pensamiento que tal vez, 4 pesar de las anteriores condiciones, no 106, t. chupara ANTROFOLOG{A CRIMINAL 107 fo sin la catisa ocasional de la vista y tal vez del contacto con formas se- ductoras, que deberfan sélo ser visibles & as paredes de una habitacién virginal. ¥ todo esto explica también c5mo estos cri- menes sean més frecuentes en las clases po- bres de la sociedad, en proporcién todavia mayor que los otros crimenes. Igualmente el tribadismo, que en algu- nas solteronas y viudas es adquirido por la forzosa privacién del hombre, se verifica casi siempre porque las malas condiciones ‘econémicas sociales hacen casi imposible el casamiento. La misma miseria de un lado, y Ia pers- pectiva del otro, de un brillante porvenir ganado sin trabajar, y que tiene como pre- cio sentimientos como el honor y la te putacién, que ellas no tienen forma de apreciat, por su ignorancia, en su justo va- lor, empujan 4 la prostitucién 4 nifias que en condiciones econdmicas mejores habrlan sido honradas esposas y madres de familia. Y como las consideraciones financieras operen hoy una seleccién contraria, y hax yan cambiado esencialmente las bases por las que debe hacerse Ia eleccién det oényu- g¢, los matrimonios salen mal combinados y sin reclproco amor; de manera que los maridos son inducidos 4 buscar en otras Partes el amor que no encuentran en su Propia casa, y las esposas, por la misma falta de afecto que llena como atméstera templada Ja vida familiar, son empujadas involuntariamente al adulterio, en cuanto un soplo de pasién venga 4 agitar su co- raz6n. Ademis ¢1 malestar econémico, que co- rroe la gran mayoria de las clases sociales, es causa de que dos jévenes que se quieren ‘no puedan unirse tan fécilmente en matrie monio: de manera que sucede que nifias honradas, caidas por primera vez, se apre= suran 4 remediar su critica posicién, pro- curando un aborto 6 matando, al nacer, el fruto de su amor. Ni es necesatio observar como de las dos grandes categorias en las que se dividen os crimenes—erlmenes contra la propiedad y orimenes contra las personas,—los prime- ros tienen visiblemente su causa en la cues tién econémica que agita la sociedad ace tual ; ¥ los segundos, alin cuando tionen su hase en una degeneracién congénita del or ganismo, se podrfan disminuir mucho, si las condiciones econémicas no impidieran Ia educacién racional de estos pobres indi viduos predestinados 4 la cércel 6 al presi- meee ee eee eee 108 1. GAMRARA # porque es sabido que en Ja determina ciéa de nuestros actos tienen grandisima importancia aquellas ideas de lo justo y de Jo honesto, del derecho y del deber que no se tienen claramente si no con cierto grado de instruccién y con la obra lenta y asidua de la educacién. Por esto, entre las teortas socioldgicas de Ja delincuencia hay alginas, principalmen. te de jurisconsultos como Turati, que atri- buyen el génesis de todos los crimenes 4 las condiciones econémicas de un pueblo, de una época, de un pais, Otros, consideran al delincuente como un individuo que no ha sabido adaptarse & las teyes que, en la constitucién actual de Ia sociedad defienden las clases econdmic mente dominadoras, contra las sometidas. Seguramente no es propia de la accién ju- ridica la funcién nobilfsima de eliminar las injusticias y desigualdades que en la orga- nizacién actual se deploran—el derecho pe- nal acepta la sociedad tal cual es y el delin- cuente no es por esto menos punible. No es menos verdad, sin embargo, que la influencia criminosa de esta desigualdad, junto con la explotacién de las clases mas Pobres trabajadoras, no puede ser descono- cida, porque se puede razonablemente pre- ANTROPOLOGLA CRIMINAL 109 tender que todo individuo, por mAs que sea anormal, sepa 6 pueda adaptarse 4 las leyes que defienden este estado de cosas. «Y precisamente, 4 esta inadaptabilidad social se deben Ia imitacién y la corrupcién de muchos, tanto que se convierten en de- generados en forma adquirida, aun cuando no Jo eran congénitamente. En otras pala- bras, los delincuentes no serfan sino victi mas de las clases dominadoras, de los pro- ductos del desequilibrio sociale (Vaccari.) TQUIVALENCIA DE TAS TEORIAS EXPUESTAS Es facil ver c6mo estas dos teorias, sean mas 6 menos equivalentes, porque ambas ponen el génesis de la delincuencia en el hecho de que la sociedad actual se divide en las dos grandes clases: de los que trabajan viviendo en la miseria, es decir, no como su dignidad de hombres requiere, y de los que viven sin trabajar, explotando 4 los otros que constituyen la gran mayoria de la humanidad. Y ellas han estudiado tal ver desde el punto de visia verdadero la eues- tién, pero han exagerado en demasla su valor, 110 bs GANBARA ANTROPOLOGIA CRIMINAL, mm Porque nadie puede negar que el factor econémico tiene una importancia grandisi- ma en Ia delincuencia, por todas aquellas relaciones 4 que he aludido; la misma con dicién humilde y degradante de las clases pobres, Ja ignorancia en que estan sumidas sin tener tiempo para instruirse, los duros y pesados trabajos 4 que estin obligadas des- de la més tierna edad, cuando deberia com pletarse el desarrollo org4nico y mental, Ia conciencia que ellas se forman més tarde de que, en una buena organizacién social, Ja remuneracién del trabajo deberfa hacerse con una base esencialmente diferente y de- berfan suavizarse todos los defectos orgéni- cos y psiquicos que 1a miseria viene acumu- Jando de generacién en generacién, hacien- do siempre més graves Ins desigualdades sociales, todo esto contribuye poderosamen- te 4 impedir el desarrollo de los sentimien- tos morales y 4 favorecer el nacimiento de instintos més bajos y brutales que pueden cobijarse en el alma humana. Pero es necesario no dar & esta verdad un caricter de demasiado exclusivismo, porque ya hemos visto cémo los factores de la de- lincuencia son de tres clases: antropolégi- 05, fisicos y sociales. Y también estos ule timos no comprenden solamente el factor econdmico. No negando, pues, pero dando su justo valor 4 las condiciones econdmicas para exe plicar Ia génesis de un fenémeno social tan importante y universal como es el de la de- lincuencia, es necesatio que estudiemos también las otras causas de la criminalidad. 8. conpiciones potfricas.—criuenes PoLiricos Tienen importancia seguramente no infe. rior 4 las condiciones econémicas, las con- diciones politicas de un pueblo. Porque en- tre las unas y las otras hay un lazo de reoi- proca dependencia; y es inevitable que aquéllos que derivan los malos productos de la actual organizacién econémica y quie- ren remediarla, procuren ante todo conquis- tar los poderes publicos cambiando las con- diciones potiticas de un pais. Y he aqui otra clase de crimenes produ- cidos por el malestar social: los delitos po- Iiticos, de los que diremos algo. El concepto del crimen politico nacié an- tes en la ciencia, y solamente més tarde fué aceptado en las legislaciones, Sin embargo, emer et na 1, GkamBARA mientras el estado de las leyes, bajo este concepto, permanecia siempre el mismo, en la ciencia, al contrario, se notaba un gran- disimo progreso, porque se desarrollaban paulatinamente vivas discusiones y se agi- taban muchas cuestiones sobre Ia natura Ieza, la nocién, el fundamento, fos elemen- tos constitutivos del delito politico. Ast sue cedié que, hasta los tiltimos tiempos, habia circulado en todos los paises una corriente cada ver, mas favorable y de mayor benevo- Iericia hacia Jos delincuentes polfticos; y atin algunos autores liegaron hasta 4 negar Ia existencia del crimen politico como tal y 4 quitar toda legitimidad 4 su represién. Ahora, sin embargo, todas estas exage- raciones estan casi completamente abando- nadas, y la doctrina mAs reciente tiende 4 hacer reaparecer la teoria de los erlmenes Politicos & los principios del derecho penal comtin, procurando también modificar los cédigos en este sentido. En verdad, desde el punto de vista legal, es crimen politico, segiin Ihering, toda ac- cién que tiene por fin cambiar las condicio- nes de existencia fisica (tertitorio), las con- diciones de existencia econdmica y las cone diciones de existencia ideal (libertad, honor nacional) de una nacién. Entre las prime- ANTROPOLOGIA CREMINAL 113 ras, naturalmente, hay que incluir también las instituciones politicas del Estado y su organizacién, por cuanto el Estado, para existir, ademés del tertitorio es necesaria también una forma, una organizaciéa, 6r= Banos y funciones, con que pueda exterio~ Fizar su soberania, Entre estas avciones consideradas como delictuosas por los eddigos, hay algunas Que no se deberian considerar como tales desde ef punto de vista cientitico y biolégi- 0, especialmente porque los responsables de esta categorla de crimenes no presentan ninguno de los caracteres degenerativos esiudiados en los anteriores capitulos, Asi, entre las acciones que tienden 4 cam- biar la organizaciéa social, podriamos po Ret un congreso, por ejemplo, mientras que en Ja conciencia popular y en la legislaciéa sea admitido el derecho de critica de cual- quier instituto; sin decir que et mecanismo econémico de un Esiado no es exclusive de aquel territovio particular, y esta ligado indisolublemente con el de los otros Esta- dos: las leyes econdmnicas tienen diferentes grados de desarrollo segdin las diferentes Spocas histéricas, pero no son especialida- des internacionales. Hay entonces acciones consideradas co 8 14 2, GAMBARA mo erfmenes politicos por los eédigos pe- nales, que no son verdaderamente tales ni desde ei punto de vista clentifico, ni desde el punto de vista biolégico—porque, sea considerando su valor ético, sea Ia consti- tucidn fisica y psiquica de quien las ejecu- ta, no presentan ninguna de las notas pro- pias de los otros erimenes comunes. Por esto, no es raro el caso de individuos condenados por crimenes politicos & la cér= cel 6 la iiltima pena, que por la mayorla 6 por la minorfa de la nacién, y también por la posteridad, fueron elevados hasta Jas nue bes y venerados como miértires y héroes. Y si se trata también de crimenes comunes, 1a historia y Ia experiencia nos demuestra ‘que, algunas acciones que antes se conside- raban crimenes ahora ya no son considera- das como tales, y, en cambio, se convierten en erimenes algunas acciones y hechos que antes no Jo eran, porque la moral y el de- recho varian segiin las épocas y la civiliza- cidn de un pueblo; de manera que Jo justo y lo injusto tienen esencialmente un carée- ter de relatividad. Esto, sin embargo, no quita que dicho cardcter sea més particu- Jarmente propio de los erfmenes politicos, cuya apreciacién varia con los limites de tiempo, de espacio y de condiciones socia- AvtRorovoia cRINAL 11 Jes mucho mds breves y limitadas que las de los otros. Ni tiene mucha importancia el criterio que ailmite ahora la ciencia; es decir, que el crimen politico tenga un fundamento ju- ridico en [a violacién de la ley de la mayo- ria. Porque no es seguramente licito al in- dividuo cambiar violentamente aquella for- ma de orden y disposicién politica que la mayorfa de los ciudadanos aprueba: y en esta ley de la mayoria consiste todo el cen- tro de gravedad del orden y disposicién del Estado. Pero hay que notar que las opiniones de la pretendida mayorla son casi siempre creadas y mantenidas con engafio por los poderes del Estado que estén ocupados por partido conservador del pais. Si por ejemplo, fos trabajadores se pu dieran persuadir de que el mecanismo eco- némico actual les es desfavorable, segura- mente querrian imponer st. voluntad para hacerlo volver favorable 4 ellos; pero estén impedidos por la colisién de los intereses de una minorla numérica que se impone con Ia fuerza moral 6 fisica. El profesor Nocito observa: «La opinién’ no se puede ni'se debe imponer con la fuer- za. La opinién tiene necesidad de triunfar 116 Lt. GAMBARA con [a instruccién y con la propaganda y, de difundirse y prevalecer, cuando se pue- de, con los medios legales, especialmente en los gobiernos libres, en los que fa misma constitucién provee 4 menudo 4 las refor- mas de los érdenes constitucionales». Sin embargo, se puede observar con el profesor Brusa que «no se puede excluir todo remedio violento 4 los males sociales, sin el cual ni la sociedad tendria derecho 4 Ja represién y 4 cualquier otra forma més 6 menos sensible de coaccién por la defensa del derecho, Entonces la violencia de la in- surreccin contra el gobierno constituido no debe condenarse solamente porgue es violencia; hay revoluciones que son, 4 pe- sar de Ja forma, actos de justicia, mas que ciertas inicuas sentencias (cito, por ejen plo, las innumerables deportaciones & Si beria, que son un insulto continuo 4 nues- tra conciencia de pueblos civilizados y & Jos derechos més sagrados del hombre) pro- nunciadas con todas las solemnidades de los ritos judiciarios. La necesidad del re- medio violento, su idoneidad y su propor cidn con el bien que se quiere conseguir 6 con el mal que se quiere eviter, sirven para darle el sagrado cardeter del derechon. ¥ toda la historia est alld para ensefiar- ANTROPOLOG{A CRIMINAL, 7 nos que el progreso no es algo que sale de Jos poderes constituidos, pero emana de la intimidad de la vida colectiva, que es la Gnica fuerza capaz de desarrotlar perenne- mente y mejorar todas las diferentes formas de la actividad individual y social. Pero cuando las nuevas verdades brotadas en ef seno del pueblo son suficientemente madu- ras, tienden naturalmente & tener una apli- cacién préctica en las instituciones, modi- ficando las anteriores que no corresponden ya & las exigencias de los tiempos. Si los que se encuentran en el gobierno de la cosa ptiblica comprenden las nuevas ideas y siguen la corriente secundando las aspiraciones del pueblo, entonces se pro- gresa por evolucién, es decir, sin sacudi- das Yiolentas: en caso contratio estalla la revolucién, que el estudio del pasado nos demuestra ser producida no por la volun- tad de este 6 de aquel individuo particular, sino de factores naturales irresistibles. Por esto, para la ciencia los movimien- tos revolucionarios no constituyen crimen, ni los cédigos pueden ocuparse de ellos, porque cuando las penas deberian ser apli- cadas, los supuestos re0s son los duefios de la cosa piblica y el nuevo estado de cosas meee HB Le GAMBARA es Ia expresién de fa voluntad de la mayo- Ha, También entre los penalistas de la Es- cuela Clsica se habfa introducido esta ver- dad: y el profesor Pessina enseié que hay épocas en Ia historia de la civilizacién en que no solamente es Icito, sino obliga- torio tomar las armas contra el poder so- cial que infringe su misién, y 1a revolucién se convierte en una necesidad imprescindi- ble para un pueblo oprimido que tenga que Tevantarse, a su dignidad de nacién, sea expulsando 4 los dominadores extranjeros, sea sacudiendo el yugo de una tirania inte- rior que desprecia fas reglas mds sagradas del derechon. Es notable, sin embargo, que mientras todos convienen en que la revolucién, como tal no es ctiminosa porque representa ta fatal consecuencia de 1a evolucién del pense iento y de ta con s cuando al contra io se viene & hablar de rebelién, 6 revuel- ta, todos estan igualmente de acuerdo en Feconocer que es por si misma una accién delictuosa y representa esencialmente la obra aislada no de los hombres de genio que se ponen 4 Ia cabeza del movimiento del pueblo, sino de individuos con tenden- cias criminosas, ANTROPOLOG{A CRIMENAL 19 La diferencia entre revolucién y revuelta 6 rebelidn no esté tan clara y matematica- mente determinada como se creerla 4 pri- mera vista, porque 4 menudo una revuel- ta sigue el principio de una revolucién y es siempre su- programa lejano peto seguro, si mientras tanto no se quitan del medio las causas que la preparan: como también, en atto orden de hechos, las casi impercep- tibles sacudidas que se sienten algunas ve- ces en el subsuelo son indicios de un futus 0 terremoto 6 de una erupcién volednica. Con esto, empero, no entiendo negar que, en la revolucién como en ta revuelta 6 motin, tengan ocasién de manifestarse ciertas tendencias criminosas de individuos con constitucién y psfquica en un to- do igual 4 la de los defincuentes comunes. Pertenecen 4 estas categorias todas aque- lias caras sospechosas que en todo movie miento popular salen no se sabe de dénde, acuden y empujan 4 otros 4 Ia violencia y representan la capa mds baja y feroz de la muchedumbre revuelta. Me limito 4 citar el nombre del regicida Fieschi, que perte- necia 4 una familia corsa, en que los ca- racteres morfoldgicos y fisiopsiquicos de Ia degeneracién eran claramente hereditarios; su padre fue salteador de caminos y un hijo 120 GhomaRa, natural suyo era loco: tenfa el créneo con notas criminales visibilisimas, pasé fa vida entre estafas y robos, y demostré siempre tendencias violentas. También es digno de ser notado el hecho de que el clemento femenino en las revueltas est representado en su mayorfa por pros. titutas. Y precisamente, por el importante papel que desempeftan estos tipos ctiminales en las revueltas contra los poderes del Estado, tienen notable importancia desde este pun- to de vista, como factor de la delincuencia, las condiciones politicas de un pals. 9. GUERRA Y sIILITARISMO Es de grandisima transcendencia, para nuestro estudio, el militarismo y la guerra, como justamente observa Colajanni. Por que, por una parte, los soldados licenciados que regresan 4 sus campos (después de haber visto que en Ias ciudades las condi- ciones de existencia son mejores, y después de haber estado por algunos afios lejos de su trabajo), no pueden menos de sentirse mal contentos y 4 veces fuera de su am- biente, ANTROPOLOGIA CRIMINAL 12) Por otra parte, la guerra, atin prescin- diendo det enorme desequilibrio econémico que produce, es un fendmeno atévieo del uso dé Ia violencia para el sostén del dere- cho, que tiene necesariamente una notabi- Wsima influencia desmoralizadora en las mases. Porque antiguamente también las cues- tiones de derecho privado se resolvian con el uso de ta fuerza bruta, ¥ ef ver que las cuestiones de derecho internacional se re- suelven ahora en la misma forma salvaje, infiltra en el alma de los combatientes el desprecio de las leyes y el respeto hacia la fuerza; los aflige 4 Ia vista de la sangre her- mana y excita el desarrollo de los instintos mas bajos y perversos en comparacién con os mas nobles, mas sociales y mas huma- nos. Sin decir que el verse mandados al ma- tadero, 4 menudo sin saber el por qué, sin ningain ideal y por el solo motivo de que se encuentran en fucha los intereses de pocos capitalistas, es algo que mata muchas veces en ef alma del pueblo hasta la wltima espe- ranza de que en Ia tierra pueda finalmente reinar aquella justicia que ahora no es més que un suefio y una utopia. En vano James, y con él los que sostie- ra L. GAMBARA, nen Ia guerra, nos dicen que en ella debe reconocerse una escuela de vida fuerte que se contrapone como saludable reaccién 4 aquel espiritu de decadencia que invade nuestra raza y més todavia nuestra gene- racién. La guerra es una gran escuela de priva- ciones, no hay duda. ¥ requiere un conjun- to tal de esfuerzos increfbles, continuos y heroicos, que todos tos obscuros instintos de cobarilfa, de egoismo, de debilidad des- aparecen; el soldado se vuelve como un hombre nuevo, como un individuo superior 4 la raza que fo ha engendrado, leno de valor, de generosidad, de estoicismo. Las erdnicas de las guerras estin llenos de episodios y de hechos gloriosos. Por ejemplo, en 1a tltima terrible lucha entae blada en el Exiremo Oriente, hemos visto batallones japoneses, antes de que se lan- zaran al asalto de los fuertes de Port-Ar- thur, desnudarse de sus vestidos y de sus calzados para obtener en cambio de la rete= guardia otros més viejos € inditiles; tan se~ guros estaban de que no regresarian con vida, Se vieron soldados heridos y mutila- dos, atormeniados por Ia sed, que en’ su agonia encontraban todavia fuerza bastan- te para alcanzar 4 un compailero—tal ver ANTROPOLOGIA CRINANAL 1a tun enemigo—que estaba & su lado, el frase co del agua que solicitaba. Pero estas y otras consideraciones que se podrfan hacer 4 favor de la guerra, s6lo demuestran una cosa: que no hay ningtin mal por grande que sea, que no ténga su parte de bien. Nadie, en verdad, podré negar que la guc~ ra exige 4 los combatientes que se despojen ante todo de los nobles sentimientos huma- nitarios obtenidos mediante una esmerada educacién, del horror por Ia sangre herma- na que sé halla en lo fntimo de ta natura- leza y de aquellas nociones morales que son el resultado de todos los siglos de la his- toria, {La victoria! he aquf el solo fin al que un soldado tiene que dirigir todos sus esfuer- zos. Las tendencias més barbaras y bruta- les, las crucldades, la insensibilidad moral vienen otra vez 4 flote en Ia guerra y por ella son no solamente titiles sino indispen- sables, asi como los actos mas criminales se vuelven deberes. INDICE mrrropvceiox 1 La antropoogia criminal... 2 Los procussores de a tora Toubeosiaas B Lanter, « ave 6 Gah aac Spacticie TT Toren detous 21211 t La Navva Escuela, , Noestno debe, ae caPtroLo PRIMER +4 Caracteres dogeneratives morfologicos de ‘os delineuontes. as notas dagenerairs, Peete aa evjeéan. SE eeeeEeeeee eee | Claticacidede Lissoras dogeseeatvas, | ak | Ganon sre t sesso CCapacidnd erancana'de los delaeueee | 2) ar Indice celilice. Aanaareerees La core Angale de Camper 22 ao \ (teas anomlaecraneanas: plo, barbs eee, os, ‘atin ea 2 i ©. Lasmanoe y lot dedaw a 10, La consttacion exquletia: corn, bigsdo, ire uencia dele tabereulosie, ss + 2 i Mt Pesoy esacura, . eee eee 126 ixpree Pigs. 12, ‘Tipos eximinates, . 6 11 Delgcaeoter com caraceres marivigicos notmales capiruLo u ‘Notas functonates do 1os delineventes 4 igculud de ete estado ena bloga timing. . st 2. Importanciads locates ialgicon, sss) 32 8 Stretciones exerores: vis oiday tit, | 1) 88 A Sensibilidad teed. ss a ie 5. Tron SCPE ee cet 8 Fanclones te movimiento 6 2 Garaceres degenerativs pscoligcos. La eosabli= isd 7 i ly orl se & Seotilentos egoltas dels sutncvenies = 2 Dalwalsno moral.» 10, Glamor de los degeaeiados, | Liles HM, Volupad, nn ee LS Dil capiruto 1 Caractores especiales da ta mujer delin- ‘uente. 4. Rarba de ete estudio, Lee 2, Rstatara y pete en la snus deiacuent & 2. Capscidad cranesaa,—tniligencis % Peo, cra, equate, Srganoegentaien, © ‘7 . Caraceres fetopacelgconSensbided, 6 6. Reversi hacia po riih amor hacia los iijon. | Iominto de seducs wees A S. Caustodele crimiaatad femcaiaa, 2D) 8. Prowusiéa. ys iow 0 Notes mortegiess de Wa prostates 1) 11) Mt Notes funcionaien =. & 42, scricar.. 4 = 18, Factores socials de la prosituetn,. a ixpice 137 cartruto elites y delineuentes soxualos Pegs. Limes del argument, ne s Asser. : 5 Bigumia. © Ror de vioenciatexsaes—ietupeadoces. " Estopradares sanguinarine 8 Inversones del inscinta sexual: Peerstayiibadlise tcesos. |] : a Factores fio del erimon Por qué uatamor sete penta. « 2 Benores geogrsfcon, ss 2 Clima pumpenstors. o% Pactores sector: Eaveasga., | = Opinion peli. sot [Gbndicioneseconomices-Teorasde Faraty Vaccaro, 102 Eqvivalencia dels os tories wt Condiciones poltieusCelmenes potions Revels. one nee tn vee ttt ilatisao y guess |S Diao LF B eat Y G | \ BARCELONA i 344-Diputacion-344 BIBLIOTECA ENSEAAN2 POPULAR OBRAS PUBLICADAS Husley—Tattodueciéa al estudio de la Ciencia, ( Mennier,~Wistoria de) Aste, Dufowr.~Diccionario de las falsifcactones Feri) dywaia | F. Pautian.—La fiologia del copie. | L. Brothier-~Historia de 1a Tierra P. Secchi, Briot, Wolf, Delaunay y Tisserand.—Las ex ‘cellas y los comet Flammarién.—Astronorala. popular. Id. A través del espacio. 1d, ~{ Qué es el cielo? 1d. —Los terremotes. J. Lemonnier.—Higiene de ta. cocina, Zaborowsbi.—Los mundos desaparecidos. Seriex y Mathiew—E1 sleoholismo y sus estragos. Amigues. A, Aclogue.—Los insectos perjudiciales. Excursiones celestes, EN PREPARACION Mahofty—La antiguedad griega. Witkins,—La antigiedad romana, Precio te cada tomo, en ristiea. 2 reatos Encuadernado en tela. a8 Biblioteca Autores Americanos OBRAS PUBLICADAS Adoiactn, yor Rivarp de Ia Tpesa Matos emores, por Felipe Sazsose Caprichos, por Rodrigo de Rabaviner Aetiony pot Rubén Dav Por al eemino, por Aésiss del Vall, ee tronsformavion as tas hess en América, por Agus tin Alvarez, ‘ eee Los simutadores det talento, por Joss Mi Ramos Mejia, {aeacines, por Jvan Mas ¥ 3 ar y cielo, yor Leis Reyna Alandos. Las roi del deseo, por Jein Jolie Las {a tinica 26 set, yor Lais Metta Jordéa, Barbaros y eure, por Jou Les Pagese, Cémo estrenen tos tatorez, por Jose Ledn Pagano, Resonancas del eansne, por Jaan Zorila de San Mert, Huet coraioMitre-Ghmen-Lavalea, ot Joan Zorrilla de Sam Martin. i“ EN PRENSA Historias tntimas, ror Joaquin V. Gonséles Vibraciones, por Juan Bautista Gémer, Leyendas y pardbolat, por Salvador Bi Precio-de cada volumen, 8 reales Los -mismos, Megentemente enenadernades en tela... i 0.» —4- Biblioteca AMBOS MUNDOS Se han publicado las obr: siguientes: La Bokime, por Mucger (2 tomos).-2.% edicién El erepulscuto, por Jorge Ohnet.—2.* ediciéa. Indiana, por jorge Sand.n-2.* ediciba,« Mini Pinson, por Alfredo de Musset.—a* edici6a, La mujer de treinta afos, por Ti, de Balzac.~3.* edicién. Loz mincros de Palignies, por Elias Berthet. Mujeres de rapisa; La setorita Cachemira, por Julio laretie.—2.* edicibn EL capitin Richard, pox A, Dumas (padre). Roma bajo Nevin, por I. J. Krasrowski.--g.* edicién Dosia, por Enrique Gréville.—6.* ediciéa. Renata Maugerin, por E. y J. de Goncourt.—2.* edicién. El tiltimo atznionse, por Victor Rydberg.—2.* edici EL fire de tos Snobs, por W. M. Thackeray.—22 ei Laz ldgrimas de Juana, por A. Houssaye.—2* edicibn Margot, por Alfredo de Mussot, -2-+ edicién, Una entretenida, por A. Houssaye.~2.° edicién Cuentos al ofdo, por A. Silvestre, —2.* edicién. Za spadelo, por E. y J. de Goncourt (2 tomot). 2° ei La gecadore, por Arsenio Houssaye.—2* edicisa. El cura de Longusval, por Ludovico Halevy. Cafonba, por P- Merimée Werther, por Goethe. Espirita, por Teéfilo Gautier EN PRENSA Enriqueta, por F. Coppée. Lais de Corinto, por A. Debay. Ninow de Lenelis, por A. Dobay. Precio de cada volumen. 4 reales Encuadernado en tela ‘ oe asTRONOMA CIENCIA GENERAL José Gomas Sola COLECCION DE TRABAJOS CIENTIFICOS DE. | POPULARIZACION, REFERENTES ALA ASTRO owia, A La Sismonoaia, A LA HUSToRIA DE TAS CIENCIAS EN EL SIGLO Xt + ETC. ! Un vouuMEN DE Mis DE 640 PAGINAS, ILUS- TRADAS CON GRAN NUMERO DE GRABADOS. “Precio, 6 pesetas; en tela, 7°50 Coleccién WILLEMANNS ELEGANTES VOLIMENES, CON CUBIERTAS EN COLORES Precio de cada uno, 0'50 ptas. 2Quiere V. aprender Francés? EQuiere V. aprender Inglés? 2Quiere V. aprender Italiano? Quiere V. apronder Alemin? Quiero Vi aprender Esperanto? 2Quiere V. aprender 4 hacer versos? LQuiore V. aprender juegos do prendas? 2Quiere V. aprender 4 dibujar? (Primera parte, linea reeta). {Quiere V. aprender 4 dibujar? (Segunda parte, linea eurva): Quiere V. aprender el secreto de los suofics? 4Quiere V. aprender 4 jugar al ajedrez? LQuiere V. aprender 4 bailar? OBRAS VARIAS F. Villaespese.—E) jardin do las quizeras. 1d Las horas que pasan E. Heine —Poesias traducidas en verso castellano y precedidas de un prélogo, por Teodoro Llorente. Nuova edicién corregida y aumentada con EU Mar det Norte, Nuova primavera y otras come posiciones . Melchor de Palau.El libro de los eantares, un to- ‘mo ilustrado. 1a, —Verdades fostices Alice Pestana (Catel).—Desgarrada, novela tradu- ida del portugués por H. Giner de los Rios. Ramin det Valle Inclin.—Sonata de Primavers. 2. 1a. de Estio, 1a, 18. “de Otoso, 1a. 1a, de Tnvierno. aa Aguila de Blasén. a. Romance de labor. Rubén Dario.—Cavtos de vida y esperanza, Los cisnes:y_ otros poemas Rubén Darlo.—~Seul . Ellibro de os himnos.— Colecei6n de himnos nacio rales de las naciones del antiguo y nuevo conti- sente, Un tomo elogantemente encuadernada, José A» Dalmax.—Nuevo tratade de Aritmética demostrada, teérico-préctico-meresntil (libro det maestro) . : 3 3 350 350 A. Alvares,—Historia de las instituciones libres. AL, Gajin.—Curso completo de Arboricultura. Layens.—Curso completo de Apicultura (cultive de Tas abejas) : Spiott.—Manual formulatio préctico de jaboneria. Pacheco.—Cria lwerativa do 1a gallina y dems aves domésticas ‘ Madeu}.E) mateo: cfmo se evita, eémo se evida y e6mo se cura Freire. Fermulatio préctico’ del Destilador lic. ta, coleccia escogida de fSrmulas Bremén.—Gramética y Vocabulario de la lengua ternacional Esperanto, un tomo encuadernade en tela Pujulé y Valtés. Vocabulario Espaiiol-Rsperanto, ‘un tomo encuadernada en tela Estasin.— Los seguros, ensayo juridico sobre los Araité.-Compilacién de Leyes sobre prescripciones. Gather EX caballo, 1d. EI buey de labronza. Fd. —Los animates domésticos. Anudet,—Nomenclatura universal de puertes ¥ con- tulados. José Sitva.—Poesias. LeblancArsenio Lupin (lads6a do levita) Td. —Arsenio Lupin esntra Herloch Sholmes, Wd, La aguja bucea Leroux.—E1 misterio del evatto amarillo Loti. Lag desencantedas Famadet.—Catecisma de la doctrina humana, se s 5 30 350 30 350 250 250 50 250 Careales.—El apostélado moderne H. Rodriguee—Moanval de misica Seitora Mertin.—Cocina del. tiempo, V. Dies de Tejada.—;Cosas de los morost Comas Sold.—El espiritisme ante Ia Ciencia A, Belot.Flor de crimes, R. Wyss.—E} Robinséa Suizo Dufour—¥1 arte del coloride. Dunois.Seeretario universal Oliver. Menaar~El repostero de las familias Modelos de cartas ‘comerciales Coufit: Arte de dibujar sin maestro Flores.—Pasionarias (poesia). El arte de cazar marido, Luciano de Polignac. a =F 1 ate, de descasarse Dupuy.—La vispera de la boda. 12, Historia natural det hombre y 1a mojer. Id. ~Misterios de la generacién. Cartas de amor’ para Jos enamorados, V. Sardow.—La pesla negra. Zola.—1Yo acuso! Mantegassa.—El siglo hipéciita 1d. —Fitosofia del amor 1d, Orden y tibertad, Heckel. El origen del hombre 1d, —Un viaje 4 ta India. Letourneau.—Las pasiones humanas Carlyle. Los héroes Berthelot. —Giencia y moral eee Spencer. Ciencia social. 1d, Primeroe principios. Bedel.—La mujer Schopenhaier.—El fundamento de Ix moral P. Delfi P. Gener.—La muerte y el diablo. Td. Cosas de Espaia—Herejias_naciona- les.—El renscimiento de Catalvsa. 1d. —Leyendas de amor. Risal.—B1 Glibusterismo. Bareo.—Problemas catalanes Barris.—De comptabilitat, Bartueso.—Nueva manual de albasileria Compan. Campane. El aleoholisme. Manual de clectricidad Manual del bojelatero Casamayor. Los sitios de Zaragoza Dubief EX licorista de las dainas. Quevedo—Poesias escogidas Id, Los sues, Rabelais. Gargantia Rosiguon.—Nuevo manval de lecherfa. y fabrica ‘cidade. quecos i Sandoval. Manual de jardinerta y borticultara Joogos y recreacionos infentiles. E, Lecroy.~Manval priccico de fotografia. para aficionados Ferri, Los hombtes y las cfreeles, 1d. Ciencia positiva Flammarién.—Cémo se-neabari el mundo 1d, Viajes en globo, [d, — —Orlgones de la vida. Pras Lafergue-—El matriarcado. Raleigh —Politica experimental Smiles. La vida y el trabajo. Taine.—Las itusiones Zola —Péginas de oro. Varios axtores.El instante de la dicha Elisabeta Werer.—La bruja de las montatas 8, Los amores de Ia hiiérfana Ma La vengansa de Erna J. Navarra Reverter—Teodara Lloreate, su vida y sus obras. Notas biogeificas y crticas. ogi de Tas més selectas poesias castellanas y va- encianas, originales de Teodoro Lioreate, y de las mejores poesias de autores extranjeros tradue idas, por el citado_ autor C. Marx. —Critica de Ta economia politica Wagner.—Mis ideas Museo de Népotes.—Idolatria de los érganos se- xuales. — Gabinete secreto, obra profusamente ilustrada. Meléndes.—Nvevo manual del sastre Nemirasto.—Manual de Astes y Ofcios Krajt—La aviacién, et seroplano y dems apara- tos voladores. Espronceda.—E) diablo mundo €. Docteur espiritisme, S. Deigedo.—E) wuevo de Colén Magnetism, hipaotismo, sugestién y Ramén de la Crus.—Sainetes desconocidos Anvarioientien ¢ Industrial (1909) rom VICTOR DELFINO con uN PROTOGO YOSE GOMAS SOLA Un tomo do 1,200 paginas, iInstrade eon multitad ao grabados, Precio: 10 pesetas De venta en la Republica Argentina: WAUCG! HERMANOS € HOS, RIVADAVIA, 1435, BUENOS ATRES De venta on la Ropitblica Oriental dol Uruguay; BEATRAM Y CASTRO, AVEMIDA 13 JULIO, 138, RONTEYIDED Po venta on Ia Reptibllea Mexicana: WAUCCK HERMANOS, 1 DEL RELOY, 1, MEXICO + + OBRAS EN PREPARACION + + Obras completas Guerra Junqueiro ‘TRADUCIDAS BN LENGUA ESPAROLA Beauardo Marquina I. Los simples (seguidos de Oracién al pan y Oracién 4 la luz). II. Patria (seguida de Finis Patrise). TIL. La musa en ferias (contiene ademés: Bl crimen, El siglo, La lagrima, Vietoria do Francia), IV. La muerte de Don Juan. V. La vojex del Padro Etorno. VI... Prometeo libertado. VII. La unidad del ser (filosofia). Precio de cada tomo: 2 pesetas 5 === EN PRENSA === Obras selectas JOSE CARDUCCI eapvormas von Hermenegildo Giner de fos Rios Eduardo Marquina LOS EGIPCIOS EN LA ANTIGUEDAD ‘SU’ GOBIERNO SU RELIGION ¥ SUS CoSTUMBRES ESTUDIO HISTORICO-CRITICO JOSE CASCALES Y MUNOZ — 14 - = EN PRENSA ===—— CARLOS MARX EL CAPITAL sw obea se pobilcach por cvsae al presi de 80 ebntinos F. VILLAESPESA == Antologia de Prosistas == Antologia de Poets americanos Antologia de Poetas espafioles José SERGI Teoria fisiologica de Ia percepcion FRANCISCO A. SICARDI Libro extrafio mas— LA ACTUALIDAD | REVISTA MCXDIAT DR INFORMACION GRAFICA DISPE uOGAR DOMPSTICO awio rv DE su PUBIIcAcION sia pobicacion mas barata, mds extent, nds amena ymés efablican ea 11 mundo. Por leno por menos, 40 fetogafae inten ysnde de Bb arabada, Coreespon~ Pica totogrffcos cn tas ie eivdncs de Espana ypeeclpaes cpl Tide mundo, Golaboracion de Ins peimeras fray eacioaien Guasjets CA ACTUALIDAD or ua verdadero archiva de amen) ‘Riecpactiempans conpemientos ules Fesuniéadose et 48 P85 A LA ACTUALIDAD publica en todos los nimeros ‘ua arcu tterario de prianera firma espaol 6 exronjerm Apsivloe instructive yrereaivos. staforimasin grdca exten defon principales sucesos de mondo, ‘Osho pigfoesencuadernables de Diceomario Eneleopéeio dela Le rd Castella, ivaeado, ecto exprofxs pata eto Revista ‘unto pass encuaderasbies de aovla loads, nn erdten tata 8 cepacia, pn composiciba musical india Ue gran concutso con premibs. News chica, conectlen oraldaer. caveroe, seve de mods, rarens'y Code por s6lo 15 CENTINOS 4 Ia semana ee Se envin un cjemplar GRATIS # quiea fo soliiee BARCELONA ~ — eapatia. << Trimesere @ tas | Ran y Mafia tea ero. tina 42 re, || fale: Mie de hak Sa, nie 3 SE PUBLICA TODOS LOS MARTES HL hpovt de tn susripciin pave mandarse en aso de cores syaiotehVovausa de ia Peau 6 del Giro gutuo, sobre monedery, {dm de fhe cobroobeque sobre cualquier pnea bapcaria Ge Foren Shitseramesicises doles _—- susompcr6n— 6S “Ti, Ht Anvarro—Dipetacba, 244. Geanana 6° se.—Manual de estdistica $b-—Darwin yl datwinismo, 34-—Manual de termologi, 35-—Amatomia comparada Se. Historia natura. Lae maniferos, Ti aves > IER pee Tos sero Te metuseos. Tee reptiles ‘Listeria de tn siglo appa, Bo ey reese, Boo Ties: Bonn autos 46.—Econonafa aplicada, ‘47.~ Manual de fsiologta vegetal 48.—Historia de! Socialismo Antiguo, 4-8 ye Moderne. Po osm Actual. §r—Manual de filosofia, g2-—Manual de Derecho Internacional piblico. (Historia del Derecho Internacional. 55.—La anatomfa de 1os animal 36.—EI Radium. §7.—Manwal de Bi 58.—Sociclogia Spencerians. §9.—Fisiologia moderna. 0.—EI racionalismo, 61.—El materialism, storia de la doctrina natural, ‘—La vida de los bacterios 64.—La teorla atsmica. —~ 65.—Las epilepsigg: cfimo se manifiesten y cémo se 65.—Instituciones de derecho romano. 67.—La quimica orgénica y tus aplicaciones, 68.—Remedios nucvos. 1.* parte. 69.—Remedios nuevos, 2.* parte. 70.—Instituciones de derecho ci PoE derecho penal ex la antgtedad y Ta otad 7a—La doctrina del Derecho natural y las Escuelas 73-~Elementos de andlisis sistemdticos. 74—La Filosofia del Derecho,

You might also like