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LUZ NATURAL (Texto 76.10.20) Jorge B. BORGATO Gere Construcciones Junio de 1979. (Reimpresign) Registro de la Propiedad Inteleo‘ival Me UZ NATURAL (Texte 76.10.20) FE DE ERRATAS 1) Pagina 4 - Renglén 14 Donde dice: ... desdela izquiords Debe decir: .., desde la derecha 2) Pdgina 4 ~ Renglén 15 Donde dice: ... uniformidal (entre 70-50-20 y. 90<70-50; ma yor claridad en muyo ventenados menor ~on muro gon pizarrén), m4s 1a adopcidén de lac reflectan- cies recomendadas pare los muebles y superficies anteriores, précticamente ... Dete decir: ... uniformidad, m4s la sdopcidm fle las reflec— | tancias recomendadas pare los muebles y superfi- cies interiores, (entre 70-50-20 y 90-70-50; ma- yor cleridad on muro ventanado; menor en muro : a gon pizerrén), prdécticamente ...~ 3) Pégina 5 - Renglén 43 | Donde dice: ... dela ventana, no debe ser « Dehe decir: ... de la ventana, y no debe ser os. 4) Pégina 6 ~ Renglén 35 1 Donde dice: Si la lus directa del ciclo ac genoiderarg nece~ saria so. Debe decir: Si la luz directa del cielo se considerara neoe- saria ... > LUZ NATURAL ‘ ee (texte 761020) e I. EXPLORACION DSL PROBLEMA ares be” La primera condicién para que mejore la calidsd funcional de los edificios es que exista en los proyectistas una clare conciencia de los problemas que t{picamente hay que resolver, as{ como un despierto interés por descubrir los provlemas partiowlares que cada programa suele presentar, y une firme decisién de empefiarse en solucionartos, Ia segunda condicién es que se forme el hébito de desentrafiar 1a verdadera naturaleza de los problemas, ya que lo habitual es que ellos se presenten bajo falsas apariencias. Por ejemplo, hace un tiempo existfa entre los arquiteotos tucumanos la conviccidén de que ésa ciudad o esa zona, se caracterizan por su alt{sima lumi- nosidad; y que por lo tanto toda ventana es excesiva; lo mismo, segin leo, ocurre en Norte de Africa. Y lo que ocurre, tanto en uno como en otro caso, es segtin parece, que una luminosidad per- fectamente normal es sentida como ofensiva como resultado del ca- lor propio de un olima insuficientemente atemperado por uma argui- tectura adecuada, y como resultado del deslumbramiento que se le, une por insuficiencia de los arbolados y de otras medidas de pro- teccién contra el sol. Si ea asf, es evidente que este fotofobia debiers ser cowbatide de manera apropiada, y no reduciendo las - ventanas, ya que las necesidades del ojo siguen siendo lsc misnas, Estas doe condiciones representan metas educativas para las Escue~ las profesionsles y otras instituciones interesadas en promover una arquitectura més eficaz. Para el proyectista estas dos condi-~ eiones son las dos primeras etapas de la solucién: reconocer el problema, y @iagnosticarlo.correctamente. Ia tercera etapa consis-° te en encarar en funcién del sentido comin ia solucién de ese pro- blema ya reconocide y diagnosticado. Aplicer el sentido comin, y detenerse allf; edificar provisoriamente un digue que concentre en esta etapa todas las energias disponibles, sin permitiz que e~ lias sean drenadas por Ja tentacién represemtada por las posibles etapas siguientes, En el estado actual de 1a arquitectura en el mundo, me atreverfa a decir que esta etapa, de ser plenamente al- canzada en todos los campos, luz, sonido, calor, segurided, manu- tencién y tantos otros, representaria un avance extraordinario en la mayorfa de los casos. ¥ en cualguier caso es cierto que la ten- tacidn de actuaz en un plano técnico relativamente peraltado encie~ rre el peligro de descuidar la aplicacién de los recursos més ob~ a. Desde el punto de vista eduestivo, esta teroera etapa resul- ta apoyada mediante la @ifusién de las soluciones t{picas: por ejemplo, dinteles altos, ventanas corridas y blancura interior en algunos casos; horizonte libre en otros; e iluminacién artificial especialmente proyectada para complementar la neiural, en otros nds, “ a je cuarta etapa consiste en 1s spl: ae conocimientos especiales, 6s decir de soluciones y principios cos que dificilmente pueden considerarse obvios. También en ie cardeter mis fisi: gate nivel existen diversos recursos ¥ soluciones 6 menos general, pero que requieren pare 8 comprensién cabal 7 uao adecuado, el respaldo de una teorfa especial. Seria deseable, como dije, que sélo 1legaran a esta etapa los proyectistas que se Sgentan abeolutamente seguros de haber agotade 108 recursos de ja anterior. ba quinta y final etapa posible, que sélo debiera alcanzarse cuan- do gea imposible resolver adecuadamente el problens 6° los nive- leg anteriores, consiste en ie evaluacién quantitative (es decir, la verificacidn o céloulo nunér: co) tanto del problema mistio co- to de 1a eficacia de las dissosiciones adoptadas. El peligro es aqui el de dejarse encandilar por los nimeros, olvidando que e- Llos carecen de sentido por si mismos, ya que dependen totaimen- Ge ge 1a clarided, acierto y sensatez del planteo previo a los egiculos. En el camp? de la iluminacién natural, ademés, existe ya ja "teorfa clésice'tan acavada, simple y elegante, que es muy fuer- te la tentacién de sumergirse en ella; pero es en primer lugar aadoso que tenga aplicacién on nuestros climas, ¥ on segundo es seguro que, ain cuando pueda liegar a tener alguna utilidad como punto de liegada; puede ser sumamente peligrose si se la toma co~ mo punto de partida, pues las simplificaciones en ake °° esencia consiate se convierten muy fdcilmente en enmascaramientos que o- Gultan 1a verdadera naturaleza de le situacién real. Hay que recordar que el problema de la luz natural involucra no sé10 el ventanamiento, sino el disefio total del local, 1a natura~ |, leza de los exteriores (pavimentos, vegetacién, obstéculos), el partido general del edificio, ¥ jasta la misma forma urbana. Por otro Jado, no sélo debe la ventans responder a exigencias de iluminacién, sino también de vistes y de control y aprovechanien-- to aolax y del viento y de la brisay de control térmico general y condensaciény de proteccién contra la lluvia, el polvo, les in- sectos, los intrusos y el ruido; de seguridad (accidentes con las hojas abiertas y con las roturas de vidrio); de econfiguracién 4 espacio interno y de formalizacién de la piel del edificio. Finalmente, el problema mismo de 1a iluminacidn natural es nova lemente ambiguo, como he seflalado en otras partes, y. como resul~ tego guelen los distintos casos dar lugar a planteos muy diferen tes. He aqui algunas muestras. Mt : : -3 IZ. BL caso DEL AULA BSOOLAR ardmetro BSZADO DEL OIBLO: Para Rosario podewos descartar @isefiar pare cielo des— fmpido o "industrial, verano, y entre on como excepcionales los dias nublados, ¥ pejado, Habrd sin embargo que decidir ei 8 y si varfa significativamente entre invierne 7 maflana y tarde. Otro pardémetro: FECHA: Bn climas nubosos el dise%o es independien- $e de la estacién: 1a relacidn de interior y exterior, que es Jo que se tiene en cuenta, serg la misma en cualquier hora y oual— quier feona, No ocurre lo mismo con cielo despejado: gn cada oa~ go habré que descubrir cudies son 1as fechas y horas ws desfa~ eyables, y hacer las verificaciones que correspondan © a peor - de todas elias, o quizds a varies. Otro pardmetro: HORARIO DE SERVICIO: Lo més que razonablemente podenos propoaenos és tener luz natural desde 2160 asi como pna ova después de 1a salida del sol hasta una nove antes de la pues~ te. Bs decir que en un aule en que las clases empiezen en junio a las & hora oficial (antes de la salida del sol) habré necesa~ Siamente que depender de la luz artificial durante. una, hora © mdse En estas condiciones parece razonable combinar en alguna medida el criterio "funcional" con el “econdmico", ¥ prolongar por al gin tiempo el uso de la luz artificial si con ello podemos logrer una reduceién apreciable de le altura necesaria de cielorraso y Gel drea de la carpinterfa; en latitudes bajas y con cielo des; pejado, unos pocos minutos pueden representar an aumento consi- derable de luz disponible. Una exigenciat PENETRACION: Para luz natural reemplazamos le ext genoia de nivel luminoso por la de penetracién: 1o importante ss cuén 1¢j03 de la ventana se obtiene, en la fecha.y hora orfticas,

) de Je slture | del @intel, (c) del drea de la ventana, ¥ (4) del aprovechamien— | bo de los refléjos exteriores; on dfas nubosos son decisivos los ! dos primeros factores, e importante el tercero; en dfas despeje- aos, el' tercero y. cuarto cobran importancia creciente, mientras Aisainuye 1a de la altura del dintel. También se pueden emplear | | | recursos especiales (ver ms abajo "uniformidad"). Es conveniente sub@ividir la iluminacién que cae sobre 1a tarea en: una componente directa (OD) originada en el cielo o en los difusores que eventualmente oubran la ventana; una componente ex- ternamerite veflejada (CER) originada en los refiectores externos que son visibles desde Ja tarea; y una componente internamente refiejeda (GIR) originada en todas las superficies interns visi~ bles desde 1a tareu. Hecha la discriminacién se observa qué im portancia relativa tiene cada componente y cudlee son los elemen- tos del disefio de que depende su valor. 7 7 a 8 Lior eS! Coreg Mes (oxclre 70-80-20 -¥ 9O-7O-SO ; mayor clerided ea muro ver (Hl igi Qtra exigencia: UNIFORMIDAD: La IRAM 2004 acepta que le relacidn entre 1a iluminacién del peor y del mejor pupitre sea tan baja como 1:33; esto representa una gran tolerancia que seguramente no debe sobrepasarse, ni en los momentos de iluminacién general af— nima ni en ningdn otro a lo largo del dfa y de las estaciones, Todo lo que se haga por la penetracién wejora también ia unifor- midaa, ya que su efecto ed relativamente mayor en los peores pu- pitres. Ademés se puede reforsay espectficamente la iluminacidn de estos Gltimos ya sea mediante ventanas complementarias o me— dia: iluminacién artificial complementaria. Finalmente se puo~ de reducir la iluminacidn de los mejores pupitres, que es siem— pre superabundante, mediante artificios adecuados. P WY Aumento directo desde la -izquierda y reduc- eidn de By ——— eZ FS Z, ae in d y fn iF Reducein de Bz, en Og clima nuboso rat | ee ee eae Idem en clima soleado MMOL = 9 ibe 8 = Aumento (indirecto) desde 1a dered persiana blanca u otro elemento mévil de control solar difusor fijo para evitar luz directa desde la szeukenda qorecl> - viario comin vidrio absorbente Poe Otra exigencia: DESLUMBRAMTZNTO controlado y contraste Goa: Todo lo que se haga por la penetracién y 1a uniformidad {on™ EHO /IOLEO 220 y /90APOA5D Autor Claridon Andnolventank dd; trlenor prtmeve eri pide trén) , mas la adopoidh de las refiectancias re- gonendadas para los muebles y superficies interjores, epi ¢ jonedo monet on quai den pizarréa ) , prvctiesmonte Md SHEL : a a menteaseguran una correcta distribucién de luminancies en el cam~ 50 ¥isual, con excepeién de las ventanas y el posible sol direc to, que aguf consideramos bajo el titulo de "deslumbramiento". El peligro de deslumbramiento relativo depende de (a) la magni- tua del brillo ofensor en relacign al de 1a tarea; (b) y en re- jacién al de su inmediato contorno; (c) de ls distancia angular entre le zona ofensora y la tarea; y (d) del tamaflo angular de la zona ofensora (atencién: cuando disminuye "4" es probable que empsore "b"), Las estrategias adecuadas difieren segin los casos: a veces es posible y conveniente reducir en su origen el brillo ofensor; 2 veces es posible aumentar Emin en medida suficiente; a veces (cuando el ofensor es muy extenso) puede con ventaja in~ terponerse un difusor; = veces pueden usarse paravistas o vidrios absorbentes;.@ veces pueden disponerse los pupitres en cuarto de cfreulo; etc., Bl limite admisible del brillo ofensor puede fi- jarse oradamente en 20 veces el brillo de la tarea en el peor pupitre; o més ajustadamente teriendo en cuenta también los otros tres factores (contormo irmediato, tamafio angular, y distancia angular). El control de deslumbramiento deve hacerse para todas las situa, ciones oriticas posibles, incluso las que sean relativamente po- co frecuentes, Une_observacién: Integracién de la LUZ ARTIFICIAL: Hemos visto gue la luz artificial no serd solamente para la noche o los dias de lluvia, sino también para los amaneceres despejados de invier- no y quizds también como refuerzo para uniformidad o menor des— lumbramiento. Esto impone las conocidas exigencias de color, ni- vel y encendido propias 4e PSALI. Qtra observaciéns EL PIZARRON: Reflejos y deslumbramiento causa~ dos por la ventana préxima: se eliminan con los pupitres en semi- efreulo a que antes aludf, o mfs laboriosa y problemfticamente si. ellos no son aceptables ; claridad de la pared: inferior a las otras, para reducir contraste con pizerrén y con figura del macs— tro (por ejemplo 50% para 70 en las demés y 90 en la de la venta na); relacién de brillos aceptable entre pizarrén y tarea dobre el pupitre: segin IRAM 2006, con 1000 y 500 Iux, 20% y 70%, ree sultarfa 1:1,8; segin IES britdnica, con 220 y 330 lux, resulta— ria 1:5. Posiblemente sea significativo el tratarse de trazo cla- ro sobre fondo oscuro. TIL. Eb CASO DE GA VIVIENDA A diferencia de lo que oourre en locales destinados a tareas v: suales, en que la luz debe ser suficiente en el lugar mfs alejado de 1a ventana,yno debe sev excesiva cerca de ella ( requisito de ML ‘i at oie uniformidad) y 1a medida de la iluminacién del plano horizontal, de trabajo es a menudo un indice razonable dela cantidad de lus disponible, el requisite de penetracién se presenta en las vivien- gas con otras caracter{sticas. Bs habitual y automtico pensar en términos de tareas visuales, y especfficamente de tareas como escribir o dibujar, en que es importante que la luz venga mds o menos de arriba, y en que ei Valor de la jluminacién obteni@a sobre el plano horizontal resul- ta un indice aceptable de la camtidad de luz dispozible. Tn es~ tos casos es imperative que el dintel (0 el bord del alero si lo hay) sea ALTO en relacién a la profundidad del local, y en cambio no importa que e]. -norizomte esté obsvruido hasta una al~ tuna angular considerable, aunque inferior a 1a altura del din~ - tel, Si estas condiciones no se dan, 1a solucién arguitecténica no se vuelve inaceptable, sino que, en general, pasamos simple~ mente del campo de 1a iluminacién natural al de la iluminacién artificial. as viviendas se encuentran en el otro extremo de le gama de ca~ sos posibles, y serfa erréneo considerar su ilaminacién natural en los términos habituales que acsbo de mencionar. En este caso a luz que puede considerarse necssavia en el fondo del local es mucho menor que la exigible en =] caso de tareas visusles, y no es en absoluto necesario que venga desde arriba, sino que puede ser luz horizontal o casi; en cambio, existe por el momento la opinign de que un minimo de lug natural es impreseindible, y no puede suplantarse con luz ertificial, Siendo asf, le provisién de luz nataral se vuelve erftica, y cabe formularse dos pregun- tas: es imprescindible que parie de la luz llegue a las profun- didedes del local directamente desde ci cielo, o es aceptable, si la cantidad es suficiente, gue tos ella sea luz externa o in- ternamente reflejada?,.y: le existencia cerca de la ventana de una zona fuertemente iluminada pot e]. cielo directo, hace menos o m4s severas (como ocurre en el. caso de las tareas visuales) Jas condiciones exigibles en el fonto del local? Sila luz directa del cielo se considerand necesaria o conventien~ te, cabe observar que ahora olla no sdlo es obtenible mediante dinteles altos y obstrucciones horiguntalos algo més bajas, sino también, y mejor atin, mediante brech: ales entre obstdeu- los. Una brecha muy estrecha, pero ilegando hasta el horizonte, puede dar una iluminacién considerable, sobre plano vertical, a gna profundidad considerable, atin con dintel bajo. Dem4s estd decir que especificar los requisitos en términos de iluminacién vequerida en el plano horizontal es completamente absurdo, ya que la lectura fotométrica maxima tanto pucde ser dos veces, co; mo diez veces uayor gue la ilominacién horizontal, segiin los ca- sos. MLL MUSE : -t>. Entre las habitaciones tipicas, como sales o dormitorios, ¥ los lugares tipicamente de trabajo, se sitian loceles de cardoter ixto como cuartos de enZermo, cocinas, lavederos y otros, en que es necesaria una iluminacién suficiente pare tarcas visuales, y 81 miamo tiempo tienen suficiente caréeter residencial como para que subsista para ellos la presunta necesidad de luz natu- ral obligads,. Aqui hay que pregumtarse 6i es o no posible satis~ facer con luz artificial los requisitos de trabajo, y resolver Ja lug natural como en un simple cuarto de estar. Pero aunque a- af no fuera, subsiste en muchos de ellos le conveniencia de es- pecificar los requisitos en términos de lectura fotométrica md xima y no sobre plano horizontal, asf como también ‘la posibili- dad y conveniencia de especular con brechas verticales en los obstéeulos frente a la ventana, mis bien que com @inteles altos, -~ yaque en general las tareas a realizar no son del tipo “eseritu~ ra o dibujo", Otra diferencia con los lugares ordinarios de tre~ bajo es que a menudo los lugares que requicren alta iluminacién estén muy bien definides, F no cubren la totalidad del local. La iluminacién natural de viviendas plantea dos tipos de probley ma distintos.Uio de ellos es, aceptando ciertas condiciones fi- jas (como por ejemplo la calle "cafién") determinar qué partidos son aceptables y cudles no, es deciz qué se debe exigir dentro de los remanentes grados de libertad; incluso, como ultimo paso, proyectar y dimensionar el ventanamiento y sus acéesorios. Otro, es definir qué limitaciones deben imponerse al trazado urbano, 0 qué soluciones deben recouendarse y fomentarse, » partir dé las necesidades que estamos considerando. Ancho libre | Altura permi- Recomendaciones sobre el cie+ dentro de los} sible de la lo 1ibre aplicadas por las , 90° centrales | obdstruccién autoridades britdnicas al a- anos de conjuntos 20° 9° de viviendas ~ 1964 25° Pea No se necesitan verificacio- . nes do la iluminacién interior 35° 208 tie suficiente cislo li- 45° 6 mds 22,5° mo para asegurar un factor de cielo de 1,25% "en el alfei- dintel- 6 pies 4.60m zax" (es decix, en el "plano de trabajo". pero inmediatanen sobre el plano PB te fuera de la ventana), Tal de trabajo cosa puede conseguirse con les -~ combinaciones indicadas en is * a bla y ventanag "normales". 5 i s ‘ Z MULLS é eau . - 3 p me 7 ee AMAT é ae A titulo de ilustreciér referente al primer pinto consideraré las recomendaciones britdmioas pars dormitorios. Las de 1946 e- xigian mm SKY FACTOR de 4% sotre plano'We trabajo" a 9 pies de la ventana (10 pies del paramento externo), Las Ge 1964 permiten gue para llegar a ese valor del {% se computen también todos los yeflejog internos y externos, iabajando con cielo zublado CIB; pero hacen observax yius, egsendo las refiectancias externas e internas sélo parciaimote bajo control del proyectista, el uso fel SF signe siendo sconsejabi.e, amén de ehorvar laboriosos ofl~ culos. Pofemos considerar +r 2 dispone de ciélo libré en la proporcién indicads en 1a . Bn ese caso se -sabe ya que una ventana normal (pox ejemplo ia guillotina de 416" x, 8) pro poreiona la penetrecién regue del S¥ indicado, FY Ia “obstrac— cién es mayor (0 se desea especular acercs de la viabilidad de proyectar un conjunto 1 que 2@ obstruccidn resulta mayor), y se acepte cl eriterico cet SF, Ea este caso, consideran- do que el méximo ventenamiento viable para mm dormitorio ordina- rio de 3 x 4 puede liegar a duplicat e] drea de vidrio de la ven~ tana anterior, se concluye que si ancho de Jas brechas indicado en la tabla puede reaucizse a la aitad, o en su defecto Levantar algo el borde de la obstruceién no tal, Por ejemplo, con ven- tana de 816" x 61 y 3,50 m2 te vidrio neto, una brecha de 45° de ancho adnie 27,5° de obatruceié: an lugar de 22,5° (aiferencia que es despreciable para obstdcwlos préxinos, pero que puede ser significative pare oostdcwioe lcjanos). 9) Como antes, pero se quiere especular al nd. lo, y como ya se considerd Ja tiene ahora en cuenta’ la pos. ruir el cie- én del vidrieado, se , mediante om c42culo m4s de taliado, de ineluir tam en el odmputo de la ilu nminacién disponible. Tosando cows orio de 3 x 4 con reflectancias 70/40/15 y ta vowsana pefialaia, veoulta que mn DF de 4% (no ya S¥) aur cesidad de com ucién di~ reota eigons Gel cielo (Por ejemplo, en una plata baja abierta sobre una calze “oafidén") com adlo que ja -luminancia media de Ja 7# de 1a iuminancie media del as, esto es compatible con un calzada y superficies froutieras sez cielo. Si calzada y paredes con o} "eatidn" ae proporciéa 1:3 6 Li4. Conclusidn: las recomondsciones de 1949 implicaban: 0 bien que la calle corredor sélo es atmisible ovando esd bordeada por casas de planta baja; o bien gue la uSs encafiomada sélo es posi- bile cuando los anbientes de estar o trabajar deriven su ilumina— cién de la facheda pos bien que ig calle comredor debe eliminarse, adoptando soluciones a base de torres (o variantes semejantes) que proporcionen las necesarias brechas verticales, las récomendaciones de 1964 en cambio, en la medida en que pue~ dan interpretarse literalmente, permiten viviendes iluminadas’ so- bre calles cafién de proporeién 1:3 ¢ 1:4, pero en este caso con WUT e Jos 3,5 m2 por hebitacién. Como comparas o6aigo de Bdificacién de BA (en su ver- en el distrito Hl, calles cafién de propor— eign 1:3,55 exigiendo, para dorm Gorios de 3 X 4, solamente 0,64m2, fe vidvio, Ademés permite gormitorios iluminados por poZos;, Io cual por supuesto queda totelmente fuera de les recomendaciones friténicas, cualquiera sea la forma en que se las interprete. $i soto oaté 0 no justificado por 1a diferencia de clima, es cnon- tign que dejo pendiente. yiariados del orden 4 cién, observamos que el sign de 1959) permite, ao problema, el de las implicaciones para él uacién era en GB hace algunos afios le signi untos de edificios sometidos para su 6 probacién son considerados teniendo en cuenta, entre los otros, Bete requisito de la iluminacién natural) ¥ ne sdlo son, conside gados teniendo en cuenta la iluminacién de los edificios propues~ ‘tos, sino ot ineigencin probable en 1a iluminacién de los edifi~ gios o conjuntos de los lotes o parcelas vecinas, existentes o Sutures, Tos standards 2 aplicar no estén determinados por ley, gino que responden al criterio de las autoridades; pers Pe ha he- cho habitual utilizar preseripciones de cielo itbre del tipo y magnitud consignado en le tabla que reproduje nds arriba. Cuando se suscité un movimiento de protesta al ponerse nuevamente "de moda" 1a calle corredor, se sefald que ia incompatibilidad entre aquellos requisitos y esta solucién era ms aparente que real (ineluso 1a solucién en torre no es incompatible con un tratemien- to de las plantas inferiores que mantenge 1a calle corredo, si tien no la calle cafén). Le viabilided tambiéa de le calle cafién, que ho sefialado m4s arriba, oorresponde & uns conclusién pers nal: que yo sepa, esa conelusién no ha sido explicitemente pro- clemada en GB. Con wspecto al segun @isefio urvano, la si te: los proyectos ae con) oneervacién: Tes zonas de cielo libre que figuran en la mencio- nada tabla, y por lo tanto em el oriterio oficial britdnico res pecto & iluminscidn natural de viviendas, representan valores se~ mejantes de la iluminacién sobre piano horizontal, pero valores muy diversos de la iluminacién sobre plano vertical. Este es a ia ver un defecto importante, que resulta probablenente de 1s sim ple aplicacién rutinaria del concepto de iluminacién "sobre el_ plano de trabajo". Obra objecién se refiere a haber ignorado to-~ talmente Ja posibilidad de arbolado urbano. Iv. LA TORRE DE OFLOINAS Si aceptamos como inevitables los pisos chatos y profundos, él problema queda reducide al de establecer una puena comunicacién, Visual con el exterior con un minim porcentaje vidriado, depen- @iendo para lo demés de la luz artificial. MUTT wilh iota para la bdsqueda de la forma més adesuads (tira horizontal, ti-~ ras verticales, puntos aisiades) io cual @ su ver puede depender gn elguna medida de 1a naturales del exterior y de le éistribu- eign y actividad y actitua de ios coupantes, puede quizds reou~ Grivse al ensayo directo antes de 1s terminacién de la obra, eu, alguno de sus pisos altos. Bete proceder no es infrecuente cuan~ aieoe magnivud del edificio 1o pemmite. Ue yidviado @el orden del 10% puede resultar suficiente. Y el vidrio @ ubilizer (apar- te de la proteccién solar que ge disponga) serdé del tipo absoxr— hente para evitar le necesidad de niveles Hig altos de lus arti~ ficial; segin le orientacién y/o la posibilidad de superficies hlances y asoleadas enfrente, el briile exterior podrdé estar en~ wee so00 y 30 000 asb; en este Citime caso, ¥ SOM una transmi- tancia de 25% resuitarian necesarios 780 lux (porque: 780 x oh : 50000x0,25 20 3. B. BORGATO octubre 1976 ar./L0-T6

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