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SÍNTESIS GEOGRÁFICA DE CANARIAS

Las Canarias son un conjunto de islas volcánicas situadas algo

más al norte del Trópico de Cáncer (entre los 270 37' y los 290 25'

aproximadamente) y a 115 km. de las costas de África.

Las islas occidentales son más montañosas y húmedas,

situándose en la mayor de todas, Tenerife, el pico más alto, el Teide

(3.718 m.). Lanzarote y Fuerteventura, donde no se alcanzan los 900

m. de altitud, son áridas.

Formación y relieve de las Islas Canarias

Las islas son el resultado de una larga actividad volcánica, que se

prolonga desde comienzos del periodo Mioceno, hace unos 26 o 30

millones de años: durante la orogénesis alpina, esta zona de contacto

entre la placa oceánica y la africana sufrió grandes fracturas,

desplazamientos y elevación de bloques fallados, lo que facilitó el

ascenso de los magmas y la salida de sucesivas coladas de lavas por

fisuras y grietas.

Los materiales volcánicos son muy diversos, pero es posible

distinguir en ellos tres fases sucesivas de depósito: una más antigua de

basaltos, otra posterior de lavas ácidas (fonolitas, traquitas, etc.) y otra

reciente de basaltos, sobre la que se acumulan conos de cenizas y

escorias, algunos provenientes de erupciones históricas (la última, en

1971, hizo nacer en La Palma el volcán Teneguía). De origen no

volcánico son las terrazas fluviales, los depósitos marinos y las dunas.

Los macizos volcánicos más antiguos (Teno y Anaga en Tenerife,


norte de La Palma, Gomera, Gran Canaria) están cortados por

profundos barrancos por los que rara vez corre el agua y por calderas,

como la de Taburiente en La Palma. En cambio, en las zonas de

vulcanismo más reciente, se levantan dorsales y crestas, conos

volcánicos, o están cubiertas de coladas rugosas, sin colonizar aún por

la vegetación (malpaíses).

En las costas dominan los acantilados, salvo en Lanzarote,

Fuerteventura y el este de Gran Canaria, donde se suceden las playas

por acumulación de arenas.

El clima

Gracias a su situación, las islas tienen un clima subtropical seco,

casi desértico y desde luego muy marcado por la aridez en Lanzarote,

Fuerteventura, las costas de Gran Canaria y El Hierro y el sur de La

Gomera y Tenerife, lugares en los que no se superan los 200 mm. de

precipitación anual. Sólo la alta montaña de La Palma, Tenerife y Gran

Canaria recoge más de 700 mm.

Ello es debido a la influencia de los vientos alisios del nordeste,

que envía hacia las islas el anticiclón de Azores, dando lugar a un tipo

de tiempo seco y estable y originando el "mar de nubes" que se

acumula en las fachadas al norte de las islas montañosas: así, éstas

resultan por ello más húmedas y recogen más lluvia (al ascender los

alisios y enfriarse). Pero la mayor parte de las precipitaciones proviene

de la acción de las borrascas atlánticas durante el invierno.

Las temperaturas son suaves durante todo el año, en gran parte

por la presencia del mar: oscilan entre los 170 de enero y los 230 o 240
de agosto. Incluso la alta montaña no es demasiado fría: Izaña, en

Tenerife, a 2.367 m., registra una media anual de 9'50.

Los paisajes vegetales

Las condiciones climáticas hacen que la vegetación de las islas

deba adaptarse a la aridez (xerofilia), por lo que encontramos a lo largo

de las costas matorrales y arbustos de zonas secas y cálidas

(tarajales), junto con plantas de la familia de los cactus: cardones,

chumberas, tabaibas.

Pero lo más significativo es la sucesión de pisos y especies

vegetales (cliserie) a medida que se asciende en altura; sucesión que

es más compleja en las laderas que dan al norte, por ser más húmedas:

A partir de los 500 y hasta los 1.200 m., aparecen en las

vertientes septentrionales la laurisilva (bosque húmedo, cálido y

sombrío de laureles y otras especies) y, donde ésta ha sido talada, el

fayal-brezal, bosque más abierto de brezo arbóreo y fayas. En las

laderas meridionales, se da el pinar (pino canario).

Por encima de los 1.200 m., tanto en la vertiente norte como en

la sur aparece el pinar, que es el bosque más extendido en La Palma,

Tenerife, El Hierro y Gran Canaria.

A partir de los 2.000 m. (Tenerife y La Palma), el pinar es

sustituido por los matorrales de altura: retama y codeso.

La población

La población de las islas ronda los dos millones de habitantes, el


4’5% de la población española, repartidos casi por igual entre las dos

provincias, pero muy desigualmente entre las islas y en cada una de

ellas: son las dos islas mayores las que concentran la mayor parte y,

dentro de ellas, el norte de Tenerife, el norte y este de Gran Canaria y

las dos zonas turísticas en el sur de ambas islas, Las Américas y

Maspalomas.

El crecimiento demográfico ha sido superior al del conjunto de

España, debido a una población joven más numerosa y a unas tasas de

natalidad y fecundidad por encima de la media nacional.

Ante la escasez de recursos naturales, el campesinado pobre sin

tierra emigraba hasta hace poco a América (sobre todo a Venezuela),

pero recientemente las islas se han convertido en receptoras de

inmigrantes (magrebíes, indios), que trabajan en el sector de los

servicios (comercio, hostelería) o en la agricultura de exportación.

Las actividades económicas

La AGRICULTURA canaria ocupa a poco más del 3% (2006) de

sus trabajadores, aunque este porcentaje es mayor en las islas

pequeñas no afectadas tanto por el turismo (La Gomera, El Hierro, La

Palma).

Junto a los cultivos de regadío dedicados a la exportación

(plátano, tomate, patatas, flores, frutas tropicales) coexiste una

agricultura de secano, con regadío marginal, enfocada al autoconsumo

y al mercado interior.

Los cultivos de exportación suelen localizarse en la costa norte de


las islas montañosas, por sus mejores suelos y su mayor humedad, o

bien bajo invernadero en el sur. Requieren costosas inversiones en

pozos y canalizaciones, debido a la falta de agua, por lo que emplean

sistemas muy modernos (riego por goteo, etc.) y dan trabajo a

numerosos jornaleros.

La PESCA no es una actividad de gran peso en la economía

canaria (menos del 1%). Las aguas interinsulares no son muy ricas en

pesca, por carecer de plataforma continental, pero la proximidad del

banco canario-sahariano hace de varios puertos isleños (La Luz en Las

Palmas, Santa Cruz de Tenerife, Arrecife de Lanzarote) la base de flotas

extranjeras dedicadas a la pesca de sardinas y cefalópodos. También

se pesca el atún.

Algo más del 5% de la población activa se emplea en la

INDUSTRIA y un 13% en la CONSTRUCCION. Hasta los años 60, la

actividad predominante era la agricultura y, desde esas fechas, el

desarrollo acelerado del turismo ha impedido que la industria juegue un

papel destacado. Además, no existen recursos naturales

industrializables y, hasta la entrada en la Unión Europea, el régimen

fiscal de puerto franco (menos impuestos aduaneros) favorecía la

importación de productos manufacturados.

La construcción se ha visto favorecida por el auge del turismo,

por el crecimiento de la población y por la emigración del campo a la

ciudad, que han generado demanda de viviendas y de obras públicas.

La única fuente de energía ha sido hasta hace poco el petróleo

importado, que se refina en Santa Cruz de Tenerife. Ahora también es


importante la producción eólica. Las industrias son pequeñas y tienen

que importar gran parte de las materias primas, concentrándose en las

áreas urbanas de Tenerife y Gran Canaria.

Destacan los sectores de producción de electricidad (mediante

centrales térmicas de petróleo o parques eólicos) y agua, la industria

alimentaria, la de materiales de construcción y la de la madera y el

mueble.

El sector de los SERVICIOS concentra a más del 78% de los

trabajadores, que se emplean básicamente en la hostelería y el

comercio, dos actividades muy ligadas al turismo extranjero, que es

el verdadero motor de la economía canaria desde los años 60. El

turismo ha hecho nacer nuevas ciudades residenciales en el sur de las

grandes islas, ha impulsado la construcción y el desarrollo de las

infraestructuras en las costas, pero también el deterioro de algunos

espacios naturales. Es un turismo básicamente de europeos en invierno

(escandinavos, alemanes, ingleses) y de españoles peninsulares en

verano (temporada baja).

Los transportes terrestres se limitan a la carretera, no hay

ferrocarril. Las comunicaciones más importantes son las que se

establecen entre las capitales y los centros turísticos del sur de Tenerife

y Gran Canaria, a lo largo de la costa este, donde están localizados

también los aeropuertos principales (Reina Sofía y Gando).

Los puertos canarios se han beneficiado históricamente de estar

situados en rutas marítimas de tránsito entre Europa y América. Desde

mediados del siglo XIX, el Estado los declaró puertos francos, cobrando
menos impuestos aduaneros por la entrada de mercancías, lo que

favoreció el comercio, pero ha impedido que se desarrollara la industria

local.

El comercio canario se basa en gran medida en la importación

de petróleo y otras materias primas (madera), de productos

alimenticios (carne, leche), de vehículos, electrodomésticos y aparatos

electrónicos (de Extremo Oriente). Las exportaciones se centran en los

cultivos tropicales o tempranos: plátano, tomate, patatas, frutas

tropicales, flores,...

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