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IV. Sectores medios y valoracién social del libro 1. De la imprenta a la empresa editorial planos éstas van adquiriendo. trata de un fenémeno que le otorga a la sociedad chilena de nto pero sostenicio de la capacidad ad y demanda de titulos, y sa sustitucién de la imprenta por la empresa editorial. * el niimero de libros y Icanzando en la década del veinte un promedio sobre filologia, 58 sobre medicina y farmacia, 7 sobre geolog} y 7 sobre botinica, Libros importados 1910 ‘Pals de origen “Argentina Espaha Francia Puente: Comercio Exterior, Santiago, 1910. de ecores gue busca conainints cpcin de entific yhutnanista, se manifesta tambien sun ‘Vollimenes de importacién de libros. _ om indica el cuadro anterior, en 1910 lo libros impresos prove sc aroanes pera a Tos proven del atin, lo que sigifea un gran cambio reepecto ag in que mas del 80% de los ti N ‘ smo lapso la poblacién total del pais apenas auument6 Ho de la educacion en todos sus nvelesy el aumenta resaban 200 al afio) y de lectores forma parte d Ao de pide wanizacon del pas y de emergencia de ao 1 Tis dentro de este cuadro que surgen dos empresas editoriales de gra | fWlevancla: Zig-Zag en 1905 y Ercillaen 1928. +o revistas, que cuenta con una imprenta y cuyo producto ‘emanate lustrat queleva el mismo hombre. Se ate dea Aevisla de actualidaces moderna, en que la fotografia y el diseho grafico des« fmpefian un papel importante. A este producto la empresa agrega, on Itovisa La foi, Para promocionar as revisas se lian mecanamoe tf Picamente mercantiles, como sorteos y regalos destinados a ince 2 Guillermo Helfmann adquiere Zig-Zag transforméndose lustradas que aparecian en Santiago, agregando, en 1913, Ipazais, Antes dead ion 1895 a imprenta Universo. Al sede i g- Zag como empresa ei yor grado ain que Zig-Zag sentido mas propio del ermine, pues crece de imp ena su actividad central consiste en crear series, colecciones y Iineas de produe- 6n de libros. Una de estas colecciones, la Biblioteca Excelsior, incluye en jones muy baratas a los autores mas leidos de la literatura europea de la ‘poca: Axel Munthe, Stefan Zweig, H.G.Wells, Giovanni Papini, Anatole Erich Maria Remarque, José Ortega y Gasset, Bernard jous Huxley. También a autores norteamericanos smo Edgar Allan Poe y Eugenio O'Neil. Se trata plenamente de una indus- ia cultural, vale decir de una empresa que produce bienes culturales en serie, (que esta atenta al mercado pero que al mismo tiempo lo va perfilando, puesto sy culturales nuevos. Pero no sélo el sector privado lleva a cabo tareas propiamente editoria- también lo hace, por primera vez, cl Estado. En efecto, en 1908, el Presidente joteca de Escritores de Chile. Se {rataba de reunir en una coleccién lo mas relevante de las letras chilenas. Para les efectos se designo una Comision integrada por el Director de la Bibliote- stro de Educacién, el Decano de la Facultad de General de la Universidad de Chile, mas tres Presidente! Entre 1909 y 1913 se editaron 1 vokimenes. Entre otros, los siguient 1rge Huneeus Gana Cuadro Histérico de la Produccién Domingo Arteaga Alemparte, Los Consttuyentes de 1870; Vicente Pérez Ro- , Recuerdos del Pasado; Obras de Isidovo Evr:zuriz; Obra de José Joaquin Vallejo; ‘Vicufia Cifuentes, Romances Populares y oulgares. Recogidos de a tradic lena y Adolfo Valderrama, Obras Escogidas en Prosa, Entre 1913 y 1930 la joteca se discontinu6, siendo retomada entre 1931 y 1952. En total se pu- icaron 18 vokimenes. Mirada desde hoy esta incursién del Estado en el campo editor resulta precaria y poco feliz. Varios de los textos seleccionados no son representati- 's chilenos. Por ejemplo los Discursos Parlamentarios de idoro Errazuriz, que ocupan dos voliimenes de la colecci6n, No hay ningin Jaro o discernible que avale la serie. Fs inexplicable, por ejemplo, que duda el mayor y més importante es le también que la que originalmente era parte spendencia, se haya publicado finalmente en un lapso de 43 afios, restan- con ello toda viabilidad comercial a la empresa, Anwar de a Prensa Chilera 1917-63, Santiago, 1964, Pxpansién editorial + ina expansion a a! ya se ha constituido en ane en el momento que sigue a la 11950, una notoria expansiGn. Una expar s, que hace di bros en el mercado extemno y que estimula as la prod stria (Zig-Zag, Ercilla) buscando cubsir y promover una, ida, innova en el diseo de su morfologia e Zip, por ejemplo, tiene ya, en 1938, una serie «Americana» con a de «Novelistas» con literatura europea y norteamericana, una »» dedicada a la difusién de pensadores y ensayistas, una serie Zax, a precios reducidos, ademas una Coleccién «Ave ns pricticas» y otra dedicada al «istudiante». Editorial E propio de traductores. ro no sdlo la gran industria aumenta y diversifica su produccién, on Visto y svi en Chi for Miria del lena, Saigo, 1982 Nascimento la Asociacién de Editores, que més tarde se ‘bro para formar lo que es hoy la Camara C! antecedentes que claramente muestran la presencia de un pablico lector di- jo de un mercado ‘a que el editor desem- que hacen de un texto ‘editores crean también verdaderos géneros rales (que confluyen o ajustan géneros y subgéneros literarios ya existen- Cabe sefialar que la configuracién de la figura del editor profesional a Ia figura del escritor profesional. iuzgar por los catélogos los tirajes ‘era entonces considerablemente venta promedio era de $8 a un cam- mmingo Amunategui escribe que «las librerias -ado, al correr de la pluma, dice, pueden enumerarse entre las, hrop, Gandarillas, Colon ¥ Ezquerra, Pedro Vidal y Julio Real y portuguesas Nascimento y ast». Los libros podian adquirirse plazo, con mensualidades y casi sin recargo. Todo esto indica un cuadro de ?Paralelamente a esta expansién interna, la produccién nacional se abre mbién camino en el mercado hispanohablante. Zig-Zag ofrece catélogos 1997, entre los productos chilenos se exhiben Splendor, Osiris empezaba a ser un recuerda en sus Memorias e1 !mex080s los testimonios de esta época que dan cuenta nt la industria editorial en el pais: 4 mas Lago en 1934- que numeroso... los editores han comprendid 70s literarios no es una locura comer lumerosas editoriales, sobre todo a part las importaciones de libros. Todos sabemos c: ‘efi capitales invertidos en imprentas ras traducidas de todos los idiomas... La Profuso que satisfizo con largiteza al puiblico, Las nov de la literatura mundial se encontraban en los pues ynercio editorial se ha desarrollado profusamente al mai 0 llegan libros de afuera 0 llegan sumamente recargai ides de importacién, cual: ‘Alabaratatse, a iteratur ha slid dea ibece rane Tunta la calle a competis con el periodico: A Hernan del Solar, haciendo el balance de ese aio edito Nascimento y Zig-Zag. Estos cuatro 1 d widad productora de bros, os au al slesaparecen; pero estos cuatro -y Orbe, e imprimen su sello en cuanto volumen de algtin valor anda con un hechp le, por las ciudades americanas. Para que se advierta el esfuerzo de Was eclitoras, basta coger el catélogo de cualquiera de ellas. Obras de to W Réneros, de todas las tendencias, de todo: osamente presentadas...Ecilla da una visible prefe Ainericanos, del pasado y del presente; Zig-Zag impulsa mento acoge de preferencia a los escritores na a, que actual mente ha aminorado su po las publicaciones destinadas al estudio de amina luego Hernén del Solar una larga Ercilla: EI mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegria; Chile 0 Aengrafia, de Benjamin Subercaseaux; El destino de América Latina, de &, G Tom Lago, as derechos de autor ye por 80,1934, yr de Marshall y Crane; Hitler, de L.. Bertrancl; Cumbres borrasco- Bronte; Huellas en la tierra, de Oscar Cast de 4 Bombal. También, Otofo en las dunas, de Pedro Prado; Oro de Indias, de Santos Chocano y Vecindario de palomas de Andrés Sabella. De Cultura, gos cuentistas chilenos de Nicomedies Guzman’. Ahora bien, gcudles fueron los factores que posibilitaron esta expan- torial? ¢¥ cules los que a comienzos de la década del 50 contribuyeron i este incipiente desarrollo de la industria? Por de pronto hay que que resulta dificil vincular este crecimiento al modelo de desarrollo de «suistitucién de importaciones», ya que en el caso de la industria rno hubo ni un rol activo por parte del Estado, ni menos aun una ica de forento 0 una legislacién proteccionista y sectorial especifica como ‘el carbén y 1 mAs bien se la perjudicd al i6n de maquinarias y papel. Entre los factores que hicieron posible esta expansién hubo algunos de ral. Dentro de los primeros cabe men- jén internacional. A raiz de la erisis de 1929 se produjo un © de las fronteras econémicas, restringiéndose la importacién de libros, imul6 la produccién nacional. Luego, tal como sefala el catdlogo de ial Splendor, «la guerra civil espafola, primero, y la actual guerra \undial después, han cerrado, se puede decir, las fuentes de produccion del pro, de donde se surtian los libreros americanos, y esto ha dado lugar a la ymacién de editoriales nativas, que cada dia aumentan su produccién y me- jan su calidad, supliendo en gran parte la escasez de libros que se sufrié jyrante un tiempo». Contexto este que -sumado al hecho de que la industria ia y mexicana s6lo despegan después de 1950-, favoreci6 ampliamente idades del libro chileno, La coyuntura internacional, sin embargo, no s6lo fue benéfica en le mercado, lo fue también en el plano de recursos humanos: a raiz de la juorra Civil llegan a Chile un grupo de espafoles republicanos que desde stintos éngulos contribuyen a reanimar la industria del libro. Pensamos en Homa él Soe, scepurae cil chien 1, Aleta, To LIX, 205, Conespi6n 19a

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