You are on page 1of 36

INSPECTORIA SALESIANA SAN PEDRO CLAVER DE BOGOTA

ORDENACIÓN Diaconal y
PRESBITERAL

pontifical
y
misal

Ordenación Diaconal de Ordenación Presbiteral de

Duc Tin Nguyen (Bol) Toan Pham Ngoc (Bol)


Jose Hernando Gómez Ramírez (COM) Vinh Nguyen Quang (Bol)
Wilfredo Higuera Rey (COB) Vuong Tran Hong Trieu (Ecu)
Edgar Enrique Velásquez Camelo (COB)

Por imposición de manos y oración consecratoria del


EXCELENTÍSIMO MONSEÑOR TITO SOLARI, SDB

Santuario Nacional Camarín del Carmen


Bogotá D.C, 30 de noviembre de 2019

1
RITOS INICIALES

(Canto de entrada)
Saludo del presidente

Obispo:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

El Señor esté con ustedes.

R/ Y Con tu Espíritu.

Comentario:

Hermanos y hermanas: nos congregamos como Iglesia en torno a la


Eucaristía para celebrar la ordenación como diáconos y presbíteros que
será conferida por la oración consecratoria y la Imposición de manos del
Excelentísimo Monseñor Tito Solari, SDB a estos hermanos nuestros.

Como creyentes sabemos que ha sido Dios quien los ha escogido para
que sean sus discípulos misioneros, dando fruto abundante y ese fruto
permanezca como testigos del amor de Dios para toda la humanidad.

A partir de hoy los nuevos diáconos serán servidores de la Palabra, del


altar y de la Caridad y los nuevos presbíteros serán Ministros de la
Eucaristía, de la reconciliación y de la Unción de los enfermos. Ellos
deberán ser otro Cristo a semejanza de Don Bosco, quien supo ser para
los jóvenes signo y portador de la misericordia divina.

Vivamos con fe y alegría nuestra celebración eucarística en esta fiesta


litúrgica de San Andrés, Apostol.

2
Lời dẫn nhập lễ

Kính thưa cộng đoàn phụng vụ dân Chúa: chúng ta quy tụ nhau nơi
đây cùng với Giáo hội trong Thánh lễ nhằm cử hành nghi thức phong
chức phó tế và linh mục mà những anh em của chúng ta sẽ được tấn
phong qua sự cầu nguyện và việc đặt tay của Đức Giám Mục Tito
Solario, salêdiêng.

Như những người tín hữu chúng ta biết rằng chính Thiên Chúa là
người đã chọn những người anh em của chúng ta đây để trở thành
những người môn đệ truyền giáo, đồng thời mang lại hoa trái sung túc
và những hoa trái này trở nên những dấu chỉ của tình yêu Thiên Chúa
cho toàn thể nhân loại.

Kể từ hôm nay các anh em lãnh nhận thừa tác vụ phó tế sẽ là những
người phục vụ Lời Chúa, bàn thờ và các việc Bác ái; và những anh
em lãnh nhận thừa tác tụ linh mục sẽ là thừa tác vụ của bí tích Thánh
Thể, bí tích hoà giải và xưng dầu bệnh nhân. Các người anh em này
phải học theo Đức Kitô qua hình bóng của Don Bosco, người đã trở
nên dấu chỉ và người truyền tải lòng thương xót của Thiên Chúa cho
những người trẻ.

Chúng ta hãy sống với đức tin và niềm vui Thánh lễ này trong ngày
mừng kính thánh Anrê, Tông đồ.

3
(Acto penitencial)

Obispo:
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía,
nos llama ahora a la conversión. Reconozcamos, pues, que somos
pecadores e invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado


mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María
siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que
intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.

Obispo:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna.

R/ Amén.

Se dice GLORIA

Oración colecta

Oremos
Oh Dios, que quisiste dar pastores a tu pueblo, derrama sobre tu
Iglesia el espíritu de piedad y fortaleza, que convierta a estos
siervos tuyos en dignos ministros de tu altar y los haga testigos
valientes y humildes de tu Evangelio. Por Nuestro Señor
Jesucristo tu Hijo que vive y Reina…

R. Amén.

4
LITURGIA DE LA PALABRA

Eligieron a siete hombres llenos de espíritu

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 1-7b

En aquellos días, al crecer el número de los discípulos, los de


lengua griega se quejaron contra los de lengua hebrea, diciendo que en
el suministro diario no atendían a sus viudas. Los Doce convocaron al
grupo de los discípulos y les dijeron: - “No nos parece bien descuidar la
palabra de Dios para ocuparnos de la administración. Por tanto,
hermanos, escoged a siete de vosotros, hombres de buena fama, llenos
de espíritu y de sabiduría, y los encargaremos de esta tarea: nosotros nos
dedicaremos a la oración y al ministerio de la palabra.”
La propuesta les pareció bien a todos y eligieron a Esteban,
hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor,
Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Se los presentaron
a los apostóles y ellos les impusieron las manos orando.
La palabra de Dios iba cundiendo, y en Jerusalén crecía mucho el
número de discípulos.

Palabra de Dios

Sal 15, (16), 1-2a. y 5. 7-8. 9-10. 11 (R.: 5a)

R/ Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;


yo digo al Señor: “Tú eres mi bien.”
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R

5
Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R

Por eso se me alegra el corazón,


se gozan mis entreñas
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R

Me enseñarás el sendero de la vida,


me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R

Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 6-14

Querido hermano:
Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos;
porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de
energía, amor y buen juicio.
No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su
prisionero.
Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de
Dios.
Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos,
sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia,
por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer
nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida
inmortal, por medio del Evangelio.
De este Evangelio me han nombrado heraldo, apóstol y maestro,
y ésta es la razón de mi penosa situación presente pero no me siento

6
derrotado, pues sé de quien me he fiado y estoy firmemente seguro de
que tiene poder para asegurar hasta el último día el encargo que me dio.
Ten delante la visión que yo te di con mis palabras sensatas y vive
con fe y amor en Cristo Jesús.
Guarda este precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que
habita en nosotros.

Palabra de Dios

No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he


elegido

Lectura de santo evangelio según san Juan 15, 9-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


-“Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced
en mi amor.
Si guadáis mis mandamientos, permanecéis en mi amor; lo mismo
que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté con vosotros, y
vuestra alegría llegue a plenitud.
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os
he amado.
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su
señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi
Padre os lo he dado a conocer.
No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he
elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto
dure.
De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé.
Esto os mando: que os améis unos a otros.”

Palabra del Señor.


7
ELECCIÓN DE LOS CANDIDATOS AL DIACONADO

Ordenación
Después del evangelio, se inicia la ordenación de los diáconos. Con el siguiente
comentario:

La llamada de los elegidos al ministerio del diaconado, y al presbiterado así


como la presentación al señor Obispo, son muestra de la idoneidad y
ratificación de la vocación dentro de la comunidad salesiana que los
presenta para el servicio de la Iglesia de Cristo.

El diácono llama a los ordenados diciendo:

Pónganse de pie los que van a ser ordenados diáconos:

Duc Tin Nguyen


José Hernando Gómez Ramírez
Wilfredo Higuera Rey
Edgar Enrique Velásquez Camelo
El elegido responde:

Presente
El Inspector dice:

Reverendísimo Padre, la Santa Madre Iglesia pide que ordenes


diáconos a estos hermanos nuestros.
El obispo pregunta:

¿Sabes si son dignos?


El Inspector le responde.

Según el parecer de quienes los presentan y después de consultar


al pueblo cristiano, doy testimonio de que han sido considerados
dignos.

8
El obispo:

Con el auxilio de Dios y Jesucristo, nuestro Salvador, elegimos a


estos hermanos nuestros para el Orden de los diáconos.
La Schola canta:

Demos gracias a Dios.

ELECCIÓN DE LOS CANDIDATOS AL PRESBITERADO

El Obispo se sienta en la cátedra, o en la sede preparada, y recibe la mitra.

Diácono: Pónganse de pide los que van a ser ordenados presbíteros:

Toan Pham Ngoc


Vinh Nguyen Quang
Vuong Tran Hong Trieu

Elegido: Presente.

Se acerca al Obispo, a quien hace una reverencia.

Inspector: Reverendísimo Padre, la Santa Madre Iglesia pide que


ordenes presbíteros a estos hermanos nuestros.

Obispo: ¿Sabes si son dignos?

Inspector: Según el parecer de quienes los presentan, y después de


consultar al pueblo cristiano, doy testimonio de que han sido
considerados dignos.

Obispo: Con el auxilio de Dios y de Jesucristo, nuestro Salvador,


elegimos a estos hermanos nuestros para el Orden de los
Presbíteros.
9
Todos cantan: Demos gracias al Señor.

A continuación, estando todos sentados, el Obispo, con mitra, a no ser que prefiera
otro modo, hace la homilía.

HOMILÍA

Después de la homilía, los elegidos están de pie delante del Obispo, quien los interroga,
tal como está previsto en el Pontifical.

El diálogo que sigue entre el obispo y los elegidos tiene en cuenta las
funciones eclesiales del diácono, y expresa el compromiso de estos
hermanos nuestros, quienes van a ser ordenados ante Dios y ante la
comunidad que los acoge.

El obispo:

Queridos hijos, antes de entrar en el orden de los diáconos, deben


manifestar, ante el pueblo, su voluntad de recibir este ministerio.

¿Quieren consagrarse al servicio de la Iglesia, por la imposición


de mis manos y la gracia del Espíritu Santo?
Los elegidos responden:

Sí, quiero.
El obispo:

¿Quieren desempeñar, con humildad y amor, el ministerio de


diáconos, como colaboradores del Orden sacerdotal y en bien del
pueblo cristiano?
Los elegidos responden:

Sí, quiero.

10
El obispo:

¿Quieren vivir el misterio de la fe con alma limpia, como dice el


Apóstol, y proclamar esta fe de palabra y obra, según el Evangelio
y la tradición de la Iglesia?
Los elegidos responden:

Sí, quiero.
El obispo:

¿Quieren ante Dios y ante la Iglesia, como signo de su


consagración a Cristo, observar durante toda la vida el celibato
por causa del Reino de los cielos y para servicio de Dios y de los
hombres?
Los elegidos responden:

Sí, quiero.
El obispo:

¿Quieren conservar y acrecentar el espíritu de oración que


corresponde a su manera de vida y, fieles a este espíritu, según
su estado, cumplir fielmente con la celebración de la Liturgia de
las Horas, junto con el pueblo de Dios y en beneficio suyo y de
todo el mundo?
Los elegidos responden:

Sí, quiero
El obispo:

¿Quieren imitar siempre en su vida el ejemplo de Cristo, cuyo


Cuerpo y Sangre servirán con sus propias manos?
Los elegidos responden:

Sí, quiero, con la gracia de Dios.

11
El elegido se pone de rodillas ante el obispo y pone sus manos entre las suyas.
El obispo pregunta al elegido:

¿Prometes obediencia y respeto al Obispo diocesano y a tu


Superior legítimo?
El elegido responde:

Sí, prometo
El obispo:

Dios, que comenzó en usted esta obra buena, Él mismo la lleve a


feliz término.

PROMESA DE LOS ELEGIDOS AL PRESBITERADO

Comentario: El diálogo que se realizará entre el Obispo y los elegidos


para el Presbiterado, tiene en cuenta las funciones eclesiales
de éstos, y expresa el compromiso que ellos asumen ante
Dios y ante la comunidad que los acoge.

PROMESAS DE LOS ELEGIDOS PRESBÍTEROS

Diácono: Acérquense los elegidos presbíteros.

Los elegidos presbíteros se ponen de pie ante el Obispo

(O): Queridos hijos, antes de entrar en el orden de los presbíteros,


deben manifestar ante el pueblo su voluntad de recibir este
ministerio.

¿Están dispuestos a desempeñar siempre el ministerio sacerdotal


en el grado de presbíteros, como buenos colaboradores del
Orden episcopal, apacentando el rebaño del Señor y dejándose
guiar por el Espíritu Santo?

12
El elegido: Sí, estoy dispuesto.

(O): ¿Realizarán el ministerio de la Palabra, preparando la predicación


del Evangelio y la exposición de la fe católica, con dedicación y
sabiduría?

El elegido: Sí, lo haré.

(O): ¿Están dispuestos a presidir con piedad y fielmente la celebración


de los misterios de Cristo, especialmente el sacrificio de la
Eucaristía y el sacramento de la Reconciliación, para alabanza de
Dios y santificación del pueblo cristiano, según la tradición de la
Iglesia?

El elegido: Sí, estoy dispuesto.

(O): ¿Están dispuestos a invocar la misericordia divina con nosotros,


en favor del pueblo que les sea encomendado, perseverando en
el mandato de orar sin desfallecer?

El elegido: Sí estoy dispuesto.

(O): ¿Quieren unirse cada día más a Cristo, Sumo Sacerdote, que por
nosotros se ofreció al Padre como víctima santa, y con él,
consagrarse a Dios, para la salvación de los hombres?

El elegido: Sí, quiero, con la gracia de Dios.

13
Seguidamente los elegidos presbíteros, se acercan al obispo y de
rodillas ante él, ponen sus manos juntas entre las manos del obispo

(O): ¿Prometes obediencia y respeto al Obispo diocesano y a tu


Superior legítimo?

El elegido: Prometo

(O): Dios, que comenzó en ti la obra buena, Él mismo la lleve a


término.

SÚPLICA LITÁNICA.
Comentario: Sigue en este momento el rito significativo de la
postración. Los que han sido elegidos para el orden del
diaconado y del presbiterado toman conciencia de sus límites
al considerar la magnitud del don de Dios y la
responsabilidad que éste implica. Se postran porque quieren
ponerse totalmente en las manos de Dios y, junto con toda
la comunidad eclesial presente en la celebración, imploran la
intercesión de todos los santos que nos han precedido en la
gracia y en el compromiso de la fe.

En seguida el Obispo, deja la mitra, se levanta, y todos con él. Este de pie, vuelto
hacia el pueblo, y con las manos juntas, dice la monición:
OBISPO:

Oremos, hermanos, a Dios Padre Todopoderoso, para


que derrame bondadosamente la gracia de su
bendición sobre estos siervos suyos que ha llamado
al Orden de los diáconos y al Orden de los
presbíteros.

14
Diácono: Nos ponemos de rodillas.

Y en seguida el Obispo se arrodilla ante la cátedra.


Los elegidos se postran.
Los demás se arrodillan en sus sitios.

(Los cantores, alternando con la asamblea entonan las letanías.)

Señor, ten piedad Señor, ten piedad


Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad Señor, ten piedad

Santa María, Madre de Dios Ruega por nosotros


San Miguel Ruega por nosotros
Santos Ángeles de Dios Rueguepornosotros
San Juan Bautista Ruega por nosotros
San José Ruega por nosotros
Santos Pedro y Pablo Rueguepornosotros
Santo Tomás Ruega por nosotros
San Bartolomé Ruega por nosotros
San Mateo Ruega por nosotros
San Marcos Ruega por nosotros
San Lucas Ruega por nosotros
San Juan Ruega por nosotros
San Andrés Ruega por nosotros
Santa María Magdalena Ruega por nosotros
San Esteban Ruega por nosotros
San Fabián Ruega por nosotros
San Ignacio de Antioquía Ruega por nosotros
Santas Perpetua y Felicidad Rueguepornosotros
Santa Cecilia Ruega por nosotros
Santa Inés Ruega por nosotros
San Gregorio Ruega por nosotros
San Agustín Ruega por nosotros
San Enrique Ruega por nosotros

15
San Atanasio Ruega por nosotros
San Basilio Ruega por nosotros
San Benito Ruega por nosotros
Santos Francisco y Domingo Rogad por nosotros
San Francisco de Asís Ruega por nosotros
San Ignacio de Loyola Ruega por nosotros
San Francisco Javier Ruega por nosotros
San Patricio Ruega por nosotros
San Juan María Vianey Ruega por nosotros
Santa Catalina de Siena Ruega por nosotros
Santa Teresa de Ávila Ruega por nosotros
Santa Rosa de Lima Ruega por nosotros
San Juan Eudes Ruega por nosotros
San Felipe Neri Ruega por nosotros
San Vicente de Paúl Ruega por nosotros
San Francisco de Sales Ruega por nosotros
San Juan Bosco Ruega por nosotros
San Pedro Claver Ruega por nosotros
San Luis Beltrán Ruega por nosotros
Santa Laura Montoya Ruega por nosotros
Santos Luis Versiglia y Calixto Caravario Rogad por nosotros
Santa María Dominga Mazzarello Ruega por nosotros
Santo Domingo Savio Ruega por nosotros
San José Cafasso Ruega por nosotros
San Leonardo Murialdo Ruega por nosotros
San Luis Guanella Ruega por nosotros

Beato Felipe Rinaldi Ruega por nosotros


Beato Miguel Rua Ruega por nosotros
Beato Artémides Zatti Ruega por nosotros
Beato Luis Variara Rogad por nosotros
Beata Laura Vicuña. Ruega por nosotros
Beata Magdalena Morano Ruega por nosotros
Beata María Romero Ruega por nosotros
Beata Eusebia Palomino Ruega por nosotros
16
Beato Esteban Sándor Ruega por nosotros
Todos los santos y santas de Dios Rogad por nosotros

Muéstrate propicio Líbranos, Señor


De todo mal Líbranos, Señor
De todo pecado Líbranos, Señor
De la muerte eterna Líbranos, Señor
Por tu encarnación Líbranos, Señor
Por tu muerte y resurrección Líbranos, Señor
Por el envío del Espíritu Santo Líbranos, Señor

Nosotros que somos pecadores Te rogamos, óyenos.

Para que gobiernes y conserves a tu santa Iglesia Te rogamos, óyenos

Para que asistas al Papa y a todos los


miembros del clero en tu servicio santo Te rogamos, óyenos

Para que bendigas, santifiques y consagres


a este elegido Te rogamos, óyenos

Para que concedas paz y concordia a


todos los pueblos de la tierra Te rogamos, óyenos

Para que nos fortalezcas y asistas


en tu servicio santo Te rogamos óyenos

Jesús, Hijo de Dios vivo Te rogamos óyenos

Cristo, óyenos Cristo, óyenos


Cristo, escúchanos Cristo, escúchanos

Diácono: Todos permanecen de rodillas.

Concluidas las letanías, el Obispo se pone de pie y con las manos extendidas, dice la
oración.
17
Obispo:
Señor Dios, escucha nuestras súplicas y
confirma con tu gracia este ministerio que
realizamos: santifica con tu bendición a estos
que juzgamos aptos para el servicio de los
santos ministerios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos: Amén.

Diácono: Pueden levantarse.

Imposición de las manos y Oración Consecratoria para los


diáconos
Comentario:

Con el gesto de la imposición de las manos, el obispo comunica el Don del


Espíritu Santo a los nuevos diáconos. Este don realiza su santificación
interior y los habilita para el cumplimiento de los oficios propios de este
ministerio. Así, mediante la imposición de manos y la oración Consecratoria,
los candidatos quedan ordenados.

Estando los elegidos arrodillados ante el obispo, éste, con las manos extendidas
y sin mitra, dice la oración Consecratoria:

Asístenos, Dios todopoderoso,


de quien procede toda gracia,
que estableces los ministerios,
regulando sus órdenes;
inmutable en ti mismo, todo lo renuevas,
por Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro
---- palabra, sabiduría y fuerza tuya----
con providencia eterna todo lo proyectas
y concedes en cada momento cuanto conviene.

18
A tu Iglesia, cuerpo de Cristo,
enriquecida con dones celestes variados,
articulada con miembros distintos
y unificada en admirable estructura,
por la acción del Espíritu Santo,
la haces crecer y dilatarse
como templo nuevo y grandioso

Como un día elegiste a los levitas


para servir en el primitivo tabernáculo,
así ahora has establecido tres órdenes de ministros
encargados de tu servicio.

Así, también, en los comienzos de la Iglesia,


los apóstoles de tu Hijo,
movidos por el Espíritu Santo,
eligieron, como auxiliares suyos en el
ministerio cotidiano,
a siete varones acreditados ante el pueblo,
a quienes orando e imponiéndoles las manos,
les confiaron el cuidado de los pobres,
a fin de poder ellos entregarse con mayor empeño,
a la oración y a la predicación de la palabra.

Te suplicamos, Señor,
que atiendas propicio a tus siervos,
a quienes consagramos humildemente
para el orden del diaconado
al servicio de tu altar.

19
ENVÍA SOBRE ELLOS, SEÑOR,
EL ESPÍRITU SANTO,
PARA QUE, FORTALECIDOS
CON TU GRACIA DE LOS SIETE DONES,
DESEMPEÑEN CON FIDELIDAD EL MINISTERIO.

Que resplandezca en ellos


un estilo de vida evangélica, un amor sincero,
solicitud por los pobres y enfermos,
una autoridad discreta,
una pureza sin tacha
y una observancia de sus obligaciones espirituales.

Que tus mandamientos, Señor,


se vean reflejados en sus costumbres,
y que el ejemplo de su vida
suscite la imitación del pueblo santo;
que, manifestado el testimonio de su
buena conciencia,
perseveren firmes y constantes con Cristo,
de forma que, imitando en la tierra a tu Hijo,
que no vino a ser servido, sino a servir,
merezcan reinar con él en el cielo.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,


que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios, por los siglos de los siglos.
R. Amén.

Imposición de la estola y la dalmática

Acabada la oración Consecratoria, el obispo se sienta. Los ordenados se ponen de


pie, y el sacerdote coloca al ordenado la estola según el modo diaconal y lo reviste
con la dalmática.

20
Comentario:

Al revestir a los nuevos diáconos con las vestiduras litúrgicas, la estola y la


dalmática, se manifiesta que se distinguen como ministros de Cristo y de su
Iglesia.

Canto

Entrega del libro de los evangelios

Comentario:

El libro de los evangelios es el símbolo por excelencia de la palabra de Dios


revelada a los hombres. Los nuevos diáconos lo reciben ahora para significar
su adhesión a la misión de la Iglesia de anunciar la Palabra de Dios, de donde
nace toda catequesis y predicación.

Los ordenados, con las vestiduras diaconales, se acercan al obispo y se arrodillan


ante él; el obispo les entrega el libro de los evangelios diciendo:

Recibe el Evangelio de Cristo,


del cual has sido constituido mensajero;
ten presente que debes creer la palabra de Dios
que proclamas y hacer de ella norma de tu vida.
Abrazo de paz

Por último, el obispo da a los ordenados el abrazo de paz, diciendo:

La paz sea contigo.


Los ordenados responden: y con tu espíritu.

21
ORDENACIÓN DE LOS PRESBÍTEROS

Imposición de manos

Comentario: Con el gesto de la imposición de manos el Obispo comunica el


Don del Espíritu Santo a los nuevos presbíteros. Este Don realiza en ellos
su santificación interior y los habilita para el cumplimiento de los oficios
propios de este ministerio. Así, mediante la imposición y la oración
consecratoria, el candidato queda ordenado.

El Obispo recibe la mitra.


El Obispo impone las manos sobre la cabeza, sin decir nada y todos en silencio. No
interviene canto.

Luego lo hacen los demás presbíteros presentes.

Terminada la imposición de manos, el obispo sin mitra, dice la oración consecratoria con
las manos extendidas.
Los concelebrantes permanecen junto al Obispo hasta el final de la oración.
El elegido permanecen de rodillas ante el Obispo.

Oración Consecratoria

A sístenos, Padre Santo


Dios todopoderoso y eterno,
autor de la dignidad humana
y dispensador de todo don y gracia
por Ti progresan tus criaturas
y por Ti se consolidan todas las cosas.

Ya en la primera Alianza aumentaron los oficios,


22
instituidos con signos sagrados.
Cuando pusiste a Moisés y a Aarón al frente de tu pueblo,
para gobernarlo y santificarlo;
les elegiste colaboradores,
subordinados en orden y dignidad,
que les acompañaran y secundaran.

Así, en el desierto,
diste parte del Espíritu de Moisés,
comunicándolo a los setenta varones prudentes,
con los cuales gobernó más fácilmente a tu pueblo.
Así también, hiciste partícipes a los hijos de Aarón
de la abundante plenitud otorgada a su padre
para que en número suficiente de sacerdotes ofreciera,
según la ley, los sacrificios,
sombra de los bienes futuros.

Finalmente, cuando llegó la plenitud de los tiempos,


enviaste al mundo, Padre Santo,
a tu Hijo, Jesús,
Apóstol y Pontífice de la fe que profesamos.
Él, movido por el Espíritu Santo,
se ofreció a Ti como sacrificio sin mancha,
y habiendo consagrado a los apóstoles con la verdad,
los hizo partícipes de su misión;
a ellos, a su vez, les diste colaboradores
para anunciar y realizar por el mundo entero
la obra de salvación.

También ahora, Señor,


te pedimos nos concedas,
como ayuda a nuestra limitación,
estos colaboradores que necesitamos
para ejercer el sacerdocio apostólico.

23
El Obispo dirige sus manos hacia los ordenandos. Los sacerdotes concelebrantes dirigen su
mano derecha

TE PEDIMOS, PADRE TODOPODEROSO,


QUE CONFIERAS A ESTOS SIERVOS TUYOS
LA DIGNIDAD DEL PRESBITERADO;
RENUEVA EN SUS CORAZONES EL ESPÍRITU DE SANTIDAD;
RECIBAN DE TI EL SEGUNDO GRADO
DEL MINISTERIO SACERDOTAL
Y SEAN, CON SU CONDUCTA, EJEMPLO DE VIDA.

Sean honrados colaboradores del orden de los obispos,


para que, por su predicación,
y con la gracia del Espíritu Santo,
la Palabra del Evangelio
dé fruto en el corazón de los hombres,
y llegue hasta los confines del orbe.

Sean con nosotros, fieles dispensadores de tus misterios,


para que tu pueblo se renueve
con el baño del nuevo nacimiento,
y se alimente de tu altar;
para que los pecadores sean reconciliados
y sean confortados los enfermos.

Que, en comunión con nosotros, Señor,


imploren tu misericordia
por el pueblo que se les confía
y en favor del mundo entero.

Así, todas las naciones, congregadas en Cristo,


formarán un único pueblo tuyo,
que alcanzará su plenitud en tu Reino.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,


que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo
24
y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

Concluida la oración consecratoria, el Obispo se sienta y recibe la mitra.


Los ordenados se pone de pie.
____________________________________________________________
Los presbíteros vuelven a sus sitios. Alguno de ellos colocan al ordenado la estola según el
modo presbiteral y lo revisten con la casulla.

Mientras el ordenado es revestido con la estola y la casulla, se entona algún canto


apropiado.

VESTICIÓN DE LA ESTOLA Y LA CASULLA.

Comentario: Al revestir a los nuevos presbíteros con las vestiduras litúrgicas,


la estola y la casulla, se manifiesta que se distinguen como ministros de
Cristo y de su Iglesia.

El Obispo, recibe el gremial de lino y unge con el santo crisma las palmas de las manos
del ordenado, quien permanece arrodillado ante él.

UNCIÓN DE LAS MANOS

Comentario: Los neo-presbíteros arrodillados ante el Obispo, serán ungidos


con el santo Crisma en la palma de sus manos. Así como Jesucristo fue
ungido por Dios con el Espíritu Santo y fue consagrado sumo sacerdote,
de este mismo modo se hace con estos hermanos nuestros para que estas
manos prolonguen visiblemente las de Cristo.

25
El ordenado se acerca al obispo, se arrodilla ante él y extiende sus manos
Obispo:
Jesucristo, el Señor,
a quien el Padre ungió
con la fuerza del Espíritu Santo,
te auxilie para santificar al pueblo cristiano
y ofrecer a Dios el sacrificio.
El Obispo y el ordenado se seca las manos con un paño debidamente preparado.
El canto prosigue hasta que el ordenado haya regresado a su respectivo puesto.
____________________________________________________________
Los fieles llevan el pan sobre la patena, y el cáliz acompañado del vino y el agua para la
celebración de la Misa.
El diácono prepara el pan sobre la patena y el vino y agua en el cáliz, para la celebración de
la Misa, y se lo lleva al Obispo, quien se lo entrega al neopresbítero, arrodillado ante él.

ENTREGA DE LA PATENA Y EL CÁLIZ

Comentario: La patena y el cáliz son los símbolos por excelencia de la Cena


del Señor Jesús. Los neo-presbíteros los reciben ahora para significar el
encargo de presidir en la persona de Cristo el único sacrificio, el Banquete
de la Nueva Alianza.

(El neopresbítero se acerca al Obispo y se arrodilla ante él; el Obispo entrega la


patena y el cáliz diciendo).

26
Obispo:

Recibe la ofrenda del pueblo santo


para presentarla a Dios;
considera lo que realizas
e imita lo que conmemoras,
y conforma tu vida con el misterio de la Cruz del Señor.

SALUDO DE ACOGIDA EN EL ORDEN

Finalmente el Obispo recibe a cada uno de los ordenados para darles el saludo de paz.

Comentario: El Obispo expresa su saludo de acogida a los neo-presbíteros;


seguidamente los sacerdotes concelebrantes acogerán al nuevo
presbítero con el saludo fraterno.

Obispo: La paz sea contigo.

Neopresbítero: Y con tu espíritu....

(El neopresbítero sube al presbiterio como concelebrante principal)

Se dice Credo

La Oración Universal se omite.


La Liturgia de la Eucaristía se desarrolla según el Ordinario de la Misa, pero se omite la
preparación del cáliz.

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
27
(Canto de ofertorio)

Oración sobre las ofrendas

Dios, Padre Santo, tu Hijo quiso lavar los pies de los discípulos
para darnos ejemplo; recibe los dones que te presentamos y haz que,
al ofrecernos como oblación espiritual, nos llenemos de espíritu de
humildad y de celo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

Prefacio: II de ordenaciones
Cristo, origen de todo ministerio eclesial
El Señor esté con ustedes
R. Y con tu espíritu
Levantemos el corazón
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor
Demos gracias al Señor, nuestro Dios
R. Es justo y necesario

En verdad es justo y necesario


alabarte y darte gracias,
Padre santo, Dios omnipotente y misericordioso,
de quien proviene toda paternidad
en la comunión del Espíritu.

En tu Hijo Jesucristo, sacerdote eterno,


siervo obediente,
pastor de los pastores,
has puesto el origen y la fuente de todo ministerio,
en la viva tradición apostólica
de tu pueblo peregrino en el tiempo.

Con la variedad de los dones y de los carismas


28
tú eliges dispensadores de los santos misterios,
para que en todas las naciones de la tierra
se ofrezca el sacrificio perfecto,
y con la Palabra y los sacramentos
se edifique la Iglesia,
comunidad de la nueva alianza,
templo de tu gloria.

Por este misterio de salvación,


unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos con gozo el himno de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo...

Plegaria Eucarística III

El obispo con las manos extendidas dice:

Santo eres en verdad, Padre,


y con razón te alaban todas tus creaturas,
ya que, por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.

Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:


Por eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,

Junta las manos y traza una sola vez, el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente,
diciendo:
29
De manera que se conviertan
en el Cuerpo y † la Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,

Junta las manos


que nos mandó celebrar estos misterios.

Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:


tomó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

Muestra la Hostia consagrada al pueblo, la deposita luego sobre la patena y la adora haciendo
genuflexión.

Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,

Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:


tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:

Se inclina un poco.

30
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.

HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.
Luego dice:

V/ Éste es el sacramento de nuestra fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:


R/ Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

Después el obispo, con las manos extendidas, dice:

Así, pues, Padre,


al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,


y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad;
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.

Concelebrante I:
Que Él nos transforme en ofrenda permanente,
31
para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios y Auxiliadora del pueblo Cristiano,
su esposo san José,
los apóstoles y los mártires,
San Pedro Claver, San Andrés,
San Juan Bosco, Santa María Dominga Mazzarello, el beato Luis Variara,
y todos los santos,
por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.

Concelebrante II:
Te pedimos, Padre,
que esta víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa Francisco,
a nuestro Obispo Rubén Salazar,
a Monseñor Tito Solari que preside esta liturgia,
al orden episcopal,
a estos hijos tuyos que han sido ordenados hoy
presbíteros y diáconos de la Iglesia,
a los demás presbíteros, a los diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.

Concelebrante III:
Atiende los deseos y súplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia,
y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal.

Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,


a todos tus hijos dispersos por el mundo.
A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
32
Junta las manos:
Por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.

Por Cristo, con Él y en Él,


a Ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

El pueblo aclama:
Amén.

RITO DE LA COMUNIÓN

El obispo:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu
Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

El obispo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
33
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.

R/ Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

El obispo:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
"La paz les dejo, mi paz les doy",
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

R/ Amén.

El obispo:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.

R/Y con tu espíritu.

Diácono:
Dense fraternalmente la paz.

El obispo:
Este es el Cordero de Dios
que quita el pecado del mundo,
34
dichosos los invitados a la cena del Señor.

R/ Señor, no soy digno de que entres en mi casa,


pero una palabra tuya bastará para sanarme.

Cantos de Comunión

Oración después de Comunión

Oremos
Concede, Señor, a tus siervos, alimentados con esta Eucaristía,
procurar tu gloria y la salvación de tus hijos, siendo siempre fieles
ministros del Evangelio, de los sacramentos y de la Caridad. Por
Jesucristo Nuestro Señor.

R. Amén.

(Palabras de agradecimiento)

Bendición Final

El obispo, extendiendo las manos, dice:


35
El Señor esté con ustedes
R/ Y con tu Espíritu.

Diácono:
Inclínense para recibir la bendición.

El obispo:
El Dios que dirige y gobierna la Iglesia
mantenga su intención y fortalezca sus corazones
para que cumplan fielmente su ministerio.
R. Amén.

El obispo:
El que les ha confiado a Ustedes, diáconos, la misión de predicar
el Evangelio de Cristo y de servir al altar y a los hombres los haga
en el mundo sus testigos convincentes y ministros de la caridad.
R. Amén.

El obispo:
Y a Ustedes, presbíteros, los haga pastores verdaderos
que distribuyan la Palabra de vida y el Pan vivo, para
que los fieles crezcan en la unidad del Cuerpo de Cristo.
R. Amén.

El obispo:
Y la bendición de Dios Todo misericordioso, Padre † Hijo †
y Espíritu Santo† descienda sobre ustedes y permanezca
siempre
R. Amén.

El diácono:
Pueden ir en paz.
R. Demos gracias a Dios.

36

You might also like