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GROUPE TRATADO DEL SIGNO VISUAL PARA UNA RETORICA DE LA IMAGEN , Tonnes Ae ene, UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER Contr de Docemantacion 9 Ridtingratia BIBLIO RRO, No, Clasificacion No. Adquisicion | 70 No. Inventario CATEDRA Signo e imagen Director de la coleccién: Jenaro Talens Titulo original de la obra: Traité du signe visuel. Pour une rbétorique de I’ Yimage Traduccién: Manuel Talens Carmona Créditos de las ilustraciones: 1. BN, Paris. 2. DR. 3. © KFS-Opera Mundi. 4. Basilea, galeria Beyeler. 5. DR. 6. Zirich, galeria Schlégl. 7a. BN, Paris, 7b. © Casterman. 8. DR. 9. Nueva York, galeria Alexandre lolas. 10a. Skoklosters Slott. 10b. © Julian Key. Ma. Coleccién SNCB. 11b. DR. 12. Galeria Louise René. 13a. RMN. 13b, 14a. DR. 14b. Coleccién particular. 15a. Otterloo, museo Krdller-Muller. 15b. Berna, coleccién Félix Klee. 16. Coleccién particular. © ADAGP, 1992: por J. Mir6, P. Klee, R. Magritte y M. Ernst © SPADEM, 1992: por V, Vasarely y A. Francois Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en el art. 534-bis del Codigo Penal vigente, podran ser castigados con penas de multa y privacién de libertad quienes reprodujeren 9 plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artistica © cientifica fijada en cualquier tipo de soporte sin la preceptiva autorizacién. © Editions du Seuil, 1992 Ediciones Catedra, S. A., 1993 Juan Ignacio Luca de Tena, 15, 28027 Madrid Depésito legal: M. 28.101-1993 LS.B.N.: 84-376-1190-3 Printed in Spain Impreso en Graficas Rogar, S. A. ¢/ Le6n, 44. Fuenlabrada (Madrid) Vision is the Art of seeing things invisible. JONATHAN SWIFT | ; psa wand Introduccion Este libro se inscribe en un proyecto muy vasto: el de una retéri- ca general, El autor tricéfalo de la presente obra aconsejaria de buena gana el estudio de sus trabajos precedentes a quien quisiera hacerse una idea precisa del proyecto en cuestion, pero quizds la lectura de las lineas que siguen podra evitarle tal trabajo. Este proyecto parte de la banal constataci6n de que existen empleos del lenguaje en los que la funcién referencial cesa de ser primaria, y en los que la atencién del utilizador se vuelve hacia el factor que es el mensaje mismo. Seria tentador calificar tales usos de desviaciones: dejar de llamar gato a un gato, para Ilamarlo micifuz, orgullo de la casa, bola de pelos 0 ronrén es introducir en el lengua- je una légica de la polivalencia, de la polifonia. Es posible que sean desviaciones, pero responden a leyes estrictas, que llamamos retdri- cas en homenaje a esta antigua disciplina que, no tan tonta como a menudo se la ha tachado, habia sabido tomarse en serio estos fen6- menos y aprehenderlos en su generalidad. Retdrica, pues, pero, ¢por qué general La hipdtesis inicial es que, si existen leyes generales de la significacién y de la comunicacién —lo que constituye el postulado de la semidtica—, entonces es posible encontrar en ella fenémenos de polifonia comparables a los que se han podido observar en el lenguaje verbal. La hipdtesis subyacente es, a continuacién, que los mecanismos que actiian son bastante generales, y por lo tanto, independientes del dominio parti- cular donde se manifiestan. La investigacion comenz6, hace unos veinte afios, por una refor- mulaci6n lingitistica de esta parte de la retérica antigua que consti- tuia la elocutio. Ya, durante esta etapa, pudimos generalizar las reglas emanadas, aplicandolas a enunciados complejos como el relato (Groupe ft, 1970a, 1970b), o a géneros que reposan sobre Ja definicion de un efecto retorico particular, como la poesia (Groupe , 1977). Se encontrara aqui una nueva etapa de esta investigacion confor- me al proyecto inicial (Groupe |, 1967): la aplicacién de los mode- los retéricos a la comunicacién visual. Pero esta aplicacion planteaba de entrada problemas enormes. Los investigadores contempordneos a quienes se debe la rehabilita- cién de la retorica —ya se trate de Jakobson (1956), de Levin (1962), de Barthes (1964), de Eco (1967) o de Todorov (1967)— podian contar con una tradicién cientifica bien establecida: la de la lingiiisti- ca. Si esta iglesia tenia bastantes capillas, al menos habia en ella un conjunto importante de conceptos sobre los que era posible enten- derse. La situacién aqui es completamente diferente: la semiologia visual esta atin en el limbo. De manera que lo esencial-de la exposicién que sigue no esta directamente consagrado a la retérica visual, sino a colocar los cimientos de esta semiologia, sobre los que podra a continuacion apoyarse el propésito retdrico. Evidentemente, se puede discutir a porfia sobre los bloqueos epistemol6gicos que han frenado el desarrollo de una teoria de la imagen. Se veria entonces que esta disciplina ha sufrido, congénita- mente, de dos malformaciones. La primera es Ja relacion privilegiada que, de entrada, ha estable- cido con la critica del arte. Todavia hoy, numerosos trabajos que se declaran de una semiética visual —e incluso a veces los mas merito- rios— no son mas que anilisis sutiles de obras o especulaciones estéticas, simplemente revestidas de Ia librea de un lenguaje que se viste con los exteriores elegantes del discurso cientifico. La conse- cuencia mayor de esta prostitucion es que la «teoria» no llega a considerar mas que enunciados particulares, para los cuales no se cesa de elaborar modelos ad hoc. Nuevos cada vez, estos conceptos, no transferibles, no pueden poseer la generalidad de los que consti- tuyen un saber. La segunda malformaci6n es el imperialismo lingiistico. Durante su reino, hasta ahora poco contestado, se ha operado una transfe- rencia pura y simple de terminologia: la teoria de la imagen aceptd, asi, términos como «sintaxis», «

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