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3 -LAFILOSOFIA DE MARTIN HEIDEGGER | A. de Waethens Traduccién Ramén Cefal, 8. J A. de Waelhens La filosofia de Martin Heidegger B UNIVERSIDAD AUTONOMA DE PUEBLA Titulo original: La phidosophie de Martin Heidegger, rblesons univers de Loa ay Primera ediion en castellano: Consejo Superior (Crenifiens, Made, 1952: Segunda ediciia: 1986, 19BN 966-863-0930 © bniversad anton 2 Puc © elon s13, tts 46 3891 72000, eta Poe Tnnpreso y hecho en México Printed and made in Mexico PROLOGO Sabido es et desarrollo que ha tomado en el curso de los iiltimos aftos el movimiento fenomenoligico. Nacido en Alemania a principios de siglo, se ha extendido muy pronto a todos los paises gracias a la potente per. sonalidad de su fundador, Edmund Husserl. El éxito ha sido tal, que la Fenomenologta, se puede afirmar sin exageracion, es el movimiento filo. s6fico dominante en todas partes. ‘Sin embargo esta difusiin no ha tardado en hacer surgir una grave ‘amenaza contra la unidad del movimiento, Es claro ahora, aun a los ojos de los menos expertos, que no se podrian clasificar dentro de una mis- ma escuela todas los que hoy hacen profesién del método fenomeno- ogico, Una primera escision se produjo entre lo que se ha llamado la feno- menologia te6rica, de inspiracin husserliana, y Ia fenomenologia exis. tencial, cuyo origen se busca generalmente en el pensamiento de Martin Heidegger. Sé basa esta distinciin en que, de una mariera general, Hus. serl y sus continuadores directos han reservado toda su atencién a los problemas de la esencia, quedando eltminadas, por obra de las diversas reducciones fenomenoldgicas, las cuestiones relativas a la existenci. Al contrario, Heidegger y los filésofos mds o menos numerosos que siguen su ejemplo, parecen orientarse principalmente, por no decir exclusiva: ‘mente, hacia el estudio de la existencia Pero, ademds de que esa regia de discriminacton no puede ser aceptar da sin reservas, conviene notar que los campos ast delimitados estan le- os de manifestar una unicad » cohesion perfectas, Por una parte, los mantenedores de la-fenomenologta tedrica conth- riian dividiéndose entre st, segiin su inclinacién al idealismo o.al reals- ‘mo. St el fundador proclama que la fenomenologta no podria ser sino ‘idealista, muchos de sus mas autorizados disefpulos ven en esta decla- racion un abandono de la inspiracién primitiva, un error positivo, pues- 5 : Fritogo to que, a su parecer, la fenomenotogia se define necesariamente por el realism. as disensiones son todavia mis profundas en el partido adverso, aunque menos conocidas. Porque Hetdegge” proclama sin cesar que st ‘mals de la existencia concreta tiene esencialmente por fn introducit } preparar una teoria del ser en general, una metafisica. Que Heidegger no haya elaborado todavia esta metafisiea o que se sostenga que no la podria desarrolar partir de las premisas por él puesta, es otra cues- kon que a su tiempo discutiremos. Pero es de méxima importatcla aa- verti que esia pretension, tan constante y firme del autor de Sein und Zeit, ex formalmente rechazada por mauchos existencialistas, entre Ios cuales a Karl Jaspers compete el primer lugar. Otros —recordemos a Ga- briel Marcel no han dado a conocer su pensarniento en este debate, ‘Bata discustOn, que pone en juego la herencia recibida de Kierkegaard, entrafia inmediata y fatalmente una revisién dela idea misma de filoso- fla. Basta lo dicho para enteruler cudnto nos puede interesar el precisar ‘on la mayor exactitud posible el pensamiento de Heidegger y de Jaspers, "Bs lo que ahora nos proponemos hacer, en particular acerca de la obra de Heidegeer. "Heidegger ha querido expresar con una palabra las divergenclas que lo separan de Jaspers, elifieando su propia fdosofia de existencial, por oposicin a le filosofia de Jaspers, que es existentille. (Nosotros lama- fomos a esiatiltimaa existentiva, con expresion tomada de Luigt Parey- fon Si ubléamos de aplicar la misma distincidn al existenclalismo Francés — jo que Dios no quieral—, colocarfamos a Jean Wahi, Jeanne Hersch, Vladimir Jankéléviteh, Jean-Paul Sartre, Michel Sourian y Emmanuel Levinas, entre Tos defensores de la filosofia existentive, mientras que a Gabriel Marcel y René Le Senne los contariamos entre los defensores de ta filosofia existencial. No hay que decir que al pro- oner esta clasifieacién por nada del mundo queremos hacer obra de huistoriador. NI posible nos fuera, puesto que la mayor parte de los aw- tores citados no han tomado todavia expresamente posicin en este de bute, que algunos de ellos tal vez ignoran. Sélo pretendimos hacer ten- sible ul lector, recordindole obras més familiares, la situacion flosdifica respectiva de un Heldegyer y de un Jaspers. “Martin Heidegger nacié en Messkrich (Baden), en 1889, Estudiante en Freiburg (de Brisgovia), entra en contacto con Rickert; después con “Husserl, En 1914 presenta su disertacién: Die Lehre yorn Urteil im Psy- chogismus. "Nombrado Privat-Dozent en esta misma universidad, publica en 1916 Le florofis de Martin Heldegxer 7 cm tian rare tc St elt va de profesor a Marburg, donde prepara su gran Geae pone ‘ya primera parte, la sola publicada e incompleta, sie iar aeed después de la publicactén de este libro, que causa ad eet, a en 1928, su nombramiento para la Univer- Sere eee eee ee Ese mismo afio Husserl es jubilado. Con este a a ee Ce rae te a wan 930 Heidegger publica la conferencia 7 En ee Heidegger es nombrado rector de la Universidad de Frei- ure, ¥ la toma de posesion de su cargo es celebrada con un discurso re- i: ide, sin embargo, Ia dimisiGn a los pocos meses de rectorado, y des- de entones las signonexteriores desu aetvidad se hacen ca vez mds sobre Hélderlin, que nos ofrece los. dels erica hetggorin aa: Pee und das Wesen der Dichtung (7937), ea reeeeeeed sli ace Cee a a ae Cee ee i i tn ui las obras tedricas que tal vez ha terminado han side dos; spor qué razon ri ious gee pane ne ona si el filésofo de Sein und Zeit Uegard algtin dia a superar la crise de stn a ie a ici jugen Fink, que podria ser, si. ra, el tr Sagat cecimme een ne Réstanos decir algunas palabras ace Réstanes decir alquras palabras acerca del modo del plan del pre- fa di obra de Helper it on sto ptm de : Prblogo ninguno se libra del grave defecto de presentar a Heidegger como un filesofo exclusivamente existentivo, lo cual, si no ia realidad, al menos 41 falsea las intenciones del autor. Resultan de aqui malas inteligencias ‘ntitiples errores positives de interpretacion. ‘Sabemos muy bien que Henry Corbin ha tratado de poner reme- dio a esta situacién traduciendo ia obra de Heidegger. Bsta traduccién, sin embargo, es muy incompleta, puesto que en lo que toca. Sein und Zait se limita a dos pasajes solamente. Uno de estos pasajes pertenece al aspecto existentivo de la filosofia de Heidegger, lo que no puede sino aumentar la confusion, confirmando al piiblico en la idee de que el pen sumiento existentivo es el sinico que preocupa a Heidegger. Adeinis, ‘fuerza es reconocer que el libra de H. Corbin, aunque resuelve difictlta ides ~que por muestra parte hubiéramos juzgado insuperables~ sin em bargo, a pesar de todo, resulta enteramente hermético. Corbin ha tradu- cido tn vocabulario nuevo con un vocabulario nuevo. Es un método ‘cuyo éxito supane milriples condiciones que no se cumplen en el caso presente. Porgue si el lector aleman de Heidegger encuentra en su pro- io medio fitosédfico los puntos de apoyo y de contacto que lo preparen ppara entender este nuevo lenguaje, no sucede lo mismo con el lector de Henry Corbin. Ni Kierkegaard, ni Dilthey, mi Husserl, ni siquiera Nietzsche, que podrian, en diversos grados y segiin puntos de vista di- {ferentes, hacer mas accesibie el pensamiento de Heidegger, son para et iiblico suficientemente conociios.* Por otra parte, seria inexacto pretender que aun en Alemania misina la comprension de Heidegger sea siempre perfecta. La filosofia de Sein und Zeit, en efecto, es una filosofia que se apoya sobre ciertos presu- puestos, ) la desgracia es que estos presupuestos no han sido munca ob veto de una exposicion en forma, Heidegger, en esto oponténdose a ‘Husserl, no cree de ninguna manera que una filosofia pueda ser inde- pendiente de toda suposicién, aunque se haya abstenido siempre de in- dicarnos cuéles son esos prestipuestos que juzga inevitables. Sobre este punto capital, la palabra es siempre del intérprete. Fs decir, nuestra ex- rposicion de la doctrina, si bien se esforzard por ser lo mds minuciosa » solida posible, tendrd, sin embargo, que abandonar los caminos féciles de la exposici6n literal ‘Las necesidades de la traduccion serian, por lo temas, bastantes para hacer harto dificil nuestra ‘area. Heidegger mismo ha dicho: “Por ta tra- duceién, el trabajo del pensamiento se encuenira transportado al espiri- fu de otra lengua y sufre asi una transformacién inevitable. Pero esta = Estas reNexiones que el autor dirigepriorteriemente al lector de lengua fran- cess son tambien pertinentes en el caso de lector de Jengua castelana. (N. del.) La flosofia de Mort Heidegger 8 eed on fundamental de la cuestion eae en la segunda parte de nuestro trabajo, estanc ler mene que naciones como las de fundamento, trascendencia, libertad, nada, ¥ sisinas otras, aunque no encuentren lugar dentro de la analitica exis- 2 beni on ultimo andlisis, su significacion. oa historica de la filosofia de Heldegeor Es fae ter comenzar por la exposicién de este pensamiento mismo, Fast’ se justi- fica, sin duda, esta excepcion de una regla cldsica. | ; fn de no romper f2 continuided del testo con constants pasjer det Groeten en cedar, a su presidente, Mons Noél, Solo a su ciencia y a su generosidad se debe sa a st ‘eerie ae each ee ‘Louvain, Pascuas de 1942 & Qu'en.ce gue ie meésapystque, ac actin Wei Corbin, prologue de auteur, p. 8. [Hay tra nec leatelnaot Out nate (Su Eee & Peter ity stein a san! Dat te

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