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Colecciéa: BIBLIOTECA JURIDICA BASICA Consejo Asesor MaNueL ARAGON Reves MaNuEt ATIENZA RopRiuEz IGNACIO BERDUGO GOMEZ DELA TORRE Ramon Far cow ¥ TELA Antonto FERNANDEZ DE BUIAN FERNANDEZ TowAS-RAMON FERNANDEZ, RopRiGuEZ José CARLOS FERNANDEZ ROZAS VicENTE GIMENO SENDRA Ragact ILLescas Oatz ARACELT MANGAS Martin: Santiago Musioz MacHapo Raraet NAVARRO Valts FERNANDO PANTALEON PRIETO MANUEL PEREZ-PRENDES MUSOZ-ARRACO Luis IGNACIO SANCHEZ RODRIGUEZ in Pastor JUAN ALFONSO SANTAM: Jost RAMON Se Luis ENRIQUE DE LA Vitia Gt RANO-PIEDECASAS FERNANDEZ JOSEP AGUILO REGLA MANUEL ATIENZA JUAN RUIZ MANERO FRAGMENTOS PARA UNA TEORIA DE LA CONSTITUCION iustel FRAGMENTOS_ PARA UNA TEORIA, DE LA CONSTITUCION Josep Aguild Regla Manuel Atienza Juan Ruiz Manero Una idea compartida por los autores de los tres trabajos que integran este libro es la presencia de una tensién inter- na, de importancia capital, en las Constituciones contempo- raneas y, en general, en los sistemas juridicos de los Estados ‘constituciomales. Esta tension interna entre el componente autoritativo o institucional del Derecho y su componente sustantivo 0 valorativo es tematizada en este libro de tres, maneras distintas. Josep Aguild Regla lo hace desde la perspectiva de las concepciones de la Constitucién, Juan Ruiz Manero desde el prisma de la tipologia de las normas constitucionales, y Manuel Atienza atendiendo preferente- mente a la argumentacién constitucional, La tesis de fondo que subyace a los tres ensayos es que esta tension, cuya raiz se sitiia (para emplear una expresién a la vez tradicional y polémica) en la misma naturaleza de las cosas, hace a nuestros Derechos inevitablemente inestables. Y por ello, en opinién de los autores, el trabajo del jurista que pretenda operar con sentido en el marco de los Estados constitucio- nales debe estar orientado, como idea regulativa, por el propdsito (quizas no siempre realizable y, desde luego, no realizable en absoluto de una vez y por todas) de lograr algin tipo de ajuste que integre en un todo coherente la dimensién autoritativa del Derecho con el orden de valores expresado en los principios constitucionales Am) Una tipologia de las normas constitucionales Juan Ruiz Manero Introduccién. Normas constitutivas y normas regulativas, modelos de Constitucién y concepciones constitucionales Aunque histéricamente se ha hablado, y se continta hablando, de ¢Constituciény en diversos sentidos, hoy resulta sin duda predominante el uso de «Constitucién» en el sentido de «Constitucién formal» |, Esto es, el tér= mino «Constitucién» se emplea sobre todo para referir- se al documento normativo, situado en el vértice del sistema juridico y dotado de un régimen juridico espe~ cial, qué, por un lado, establece las competencias de los principales érganos del Estado , por otro, pone limites y proporciona guias positivas para el ejercicio de esas competencias. Mientras que el establecimiento de limi- tes tiene principalmente lugar en forma de derechos subjetivos garantizados a los ciudadanos, las guias positi- vvas vienen aportadas principalmente por la estipulacién de determinados objetivos colectivos como fines hacia cuya consecucién debe ordenarse el ejercicio de esas mismas competencias ' C&e Guasrnst (2001), 64 LUNA TIPOLOGIA DE LAS NORMAS CONSTITUCIONALES. Pues bien: la configuracién de las competencias de los érganos del Estado requiere de normas constitutivas, y mis especificamente, de normas que confieren poderes nor- ‘matives, que, al establecer las condiciones para ello, posi biliten a cada uno de estos érganos la produccién de los resultados institucionales 0 cambios normativos en que consisten, precisamente, sus competencias. El estableci- miento, en cambio, de limites y guias al ejercicio de esas mismas competencias requiere, no de normas constitu- tivas sino de mormas regulativas, esto es, de normas que contengan modalizaciones dednticas en forma de obli- gaciones, prohibiciones y permisos. De forma que las dos grandes funciones de la Cons titucién —conferir competencias y disciplinar su ejerci- cio— aparecen vinculadas, cada una de ellas, a la bipar- ticién mis bisica en la tipologia de las normas: la que distingue entre normas constitutivas y normas regula- tivas, La articulacién de esta biparticién, sir: embargo, y la importancia relativa de las diversas especies que ubica- mos dentro de cada uno de estos dos grindes géneros, presentan cn la Constitucién rasgos caracteristicos sin- gulares, tanto en relacién con el sistema juridico en su conjunto, como en relacién con ott0s textos juridicos 0 fuentes del Derecho. Veamos algunas de estas peculiari- dades. La primera de ellas reside en que, ea relacién con el sistema juridico en su conjunto, las normnas regulativas son funcionalmente mas bisicas que las normas consti- tutivas y, especialmente, que las normas que confieren poderes. Quiere decirse que las normas regulativas (con alguna excepcién que podemos ahora cejar de lado) enen funcionalmente sentido por si mismas, esto es, en INTRODUCCION 65 ausencia de cualquier tipo de interrelacién sistemitica con otras normas y en particular con normas que con- fieran poderes ®. Asi, por ejemplo, la prohibicién del ho- micidio, 0 del robo 0 la obligacién del cuidado de la prole, podrian existir como estindares sociales significa- tivos en ausencia de interrelaciones sistemiticas de cual- quier tipo con otras normas y, en particular, sin formar parte de un sistema normativo que regule su propia composicién, reforma y aplicacién °, Sin embargo, no ocurre lo mismo con las normas que confieren poderes para promulgar nuevas normas o derogar las antiguas: tales poderes s6lo tienen funcionalmente sentido si, me- diante su ejercicio, pueden promulgarse 0 derogarse normas regulativas. Otro tanto ocurre con las normas que confiezen poderes para determinar autoritativa- mente si se han violado 0 no otras normas ¢ imponer, en su. caso, sanciones o remedios: tal determinacién au- toritativa, y la eventual y ulterior imposicién de sancio- nes o remedios, no puede sino referirse a normas regu- lativas. De forma que cabe que una sociedad esté regulada inicamente por un conjunto de normas regulativas —aungque a ese conjunto le negariamos el titulo de sis- tema juridico y quizis también el de sistema— pero no cabe un sistema normativo con anclaje social compues- ® La excepcidn es la de las normas regulativas que disciplinan el uso de poderes normativos, pues tales normas regulativas presupo- nen mormas que confieran los poderes de que se erate. Asi, por ejemplo, la norma gue impone al juez el deber de falar 0 In que impone al legislador el deber de respetar ciertos derechos y liberta- des presuponen normas que confieran poder jurisdiccional y legis- lativo, respectivamente. 3 Ci. MacConwick (1981), 66, LUNA TIPOLOGIR DE LAS NORMAS CONSTITUCIONALES, to dinicamente por normas que confieran poderes nor- mativos: pues tales poderes normativos sélo tienen fun- Gionalmente sentido en cuanto orientados, en tiltimo término, a la produccién o aplicacién de normas regu. lativas. Pero si del sistema juridico en su conjunto pasamos a ese documento al que llamamos «Constitucidny, la si- tuaci6n parece revertirse: pues si bien cabe una Consti- tucién que carezca de norias regulativas, no cabe en modo alguno una Coustitucién que sélo contenga nor mas de ese tipo, esto es, una Constitucién que carezca de normas constitutivas y, en particulas, de normas que confieran poderes. Y ello porque aquello sin lo cual un documento normativo no merece el titulo de «Consti- tuciéne es precisamente el establecimiento de las com- petencias —de los poderes normativos— de los Srganios Superiores del Estado. Disciplinar el uso de esas compe- tencias mediante normas regulativas tiene como condi- cidn necesaria su previo establecimiento, Una vez esta blecidas las competencias es ya posible —es cuestion Contingente— el que su ejercicio apatezca 0 no disci- plinado con mayor 0 menor intensidad mediante nor mas regulativas. Si la Constitucién no contiene en abso luto normas regulativas orientadas a tal disciplina, la Constitucién se limitari a operar como fuente de las fuentes del Derecho —esto es, 2 establecer el mapa de las fixentes del Derecho (0, al menos, de las de mayor je~ rarguia)—;si, y en la medida en que, la Constitucién no se limite a establecer tal mapa de los poderes normati vos, sino contenga también normas regulativas que ope- ten como parimetros de correccién de los resultados —de los cambios normativos— producidos mediante el uso de tales poderes, la Constitucién 10 sera ya solo 1__1NTRODUCCION. a fuente de las fuentes, sino fuente del Derecho ‘: la fuen- te de mayor jerarquia, que, como tal, acotari ciertos contenidos como indisponibles para las demas fuentes y, en particular, para la legislacién. La gran division entre normas constitutivas, y, en es- pecial, normas que confieren poderes, de un lado, y nor mas regulativas, de otto, se encuentra también asociada a Ia clasificacion de las Constituciones (y de las concepcio- nes de la Constitucién) en mecinicas y normativas 5. Una Constitucién mecdnica pura estaria compuesta uni- camente por normas que confieren poderes, en tanto que una concepcién puramente mecinica de la Constitucién abogaria por un texto constitucional compuesto inica~ mente por normas de este tipo. Esto no significa que una Constitucién mecénica o una concepcién mecanica de la Constitucién sean indiferentes a la calidad de los conte- nidos normativos y decisionales que resulten del ejercicio de los poderes constitucionales. Pero una Constitucion 0 una concepcida constitucional de este tipo se basan en Ta idea de que la mejor manera de hacer mis probables los contenidos deseados (por ejemplo, una legislacién mode- nada 0, en general, contenidos normativos y decisionales respetuosos con los derechos humanos) es disefiando los distintos érganos y sus poderes normativos de forma tal gue su juego conjunto maximice,a través principalmente de mecanismos de checks and balances, la probabilidad de contenidos de este tipo. Una Constitucién normativa, 0 una concepcién normativa de la Constitucién, por su parte, tienden a + Acuno (2004) 5 Sobre esta clasificacién, Taoren (1999), a UNA TIPOLOGIA DE LAS NORMAS CONSTITUCIONALES asegurar la deseabilidad de los contenidos que resulten del ejercicio de los poderes de los érganos constitucio- nales preferentemente por medio de normas regulativas que disciplinen, mediante e! establecimiento de obliga- ciones y prohibiciones, el ejercicio de esos poderes. Y asimismo mediante érganos, como los Tribunales Cons- titucionales, que sean destinatarios de normas asimismo regulativas que les impongan el deber de anular los con tenidos normativos y decisionales que violen tales obli- gaciones o prohibiciones relativas al ejercicio de los poderes Esta gran division entre, de un lado, normas consti~ tutivas y, particularmente, normas que confieren pode~ res y, de otro, normas regulativas, se asocia también a las dos grandes concepciones del sistema juridico que po- demos vincular, emblemiticamente, 2 la imagen del mismo como sistema dinimico de Hans Kelsen y a la concepcién del Derecho como integridad de Ronald Dworkin En la reconstruccién de Kelsen, en efecto, el orden juridico aparece como una unidad, como un sistema, en tanto que ese orden juridico se presenta —desde a Constitucién a las sentencias judiciales © resoluciones administrativas— como una estructura escalonada en la que las normas de una cierta grada reciben, de un lado, su validez de las normas de grada superior, conforme a las cuales se han producido y, de otro, esas mismas nor- ‘mas, regulando la produccidn normativa inferior, fanda- mentan la validez de normas de grada inferior. De for~ ma que una norma juridica, en cualquiera de sus gradas eno vale —como escribe el propio Keken— por tenet un contenido determinade [...] sino por haber sido pro- 1 inrropuccion. 69. ducida de determinada manera» (Kelsen, 1986, p. 205) que puede reconducirse a la Constisucin y mis allé, a la norma fundante presupuesta que fundamenta la vali- dez de la Constitucién. La necesidad de esta norma fun- dante presupuesta se halla en que ela biisqueda del fun- damento de validez de una norma no puede proseguir hasta el infinitoe sino que «tiene que concluir en una norma que supondremos la iiltima, la supremay y tal norma suprema «tiene que ser presupuesta, dado que no puede ser impuesta por una autoridad cuya competen- cia tendria que basarse en una norma atin superiors (Kelsen, 1986, p. 202). La unidad del sistema juridico re- side, asf, en que todos sus actos de produccién normati- va pueden reconducirse a una misma Constitucién ¥, a su través, a una misma norma fundante presupuesta ‘Muy distinta es la concepeién de la unidad del De- recho que encontramos en un autor como Ronald Dworkin, Para éste, el concepto de Derecho 0 de siste- ma juridico es un concepto interpretativo. El Derecho no es algo que nos venga dado por las fuentes como un producto acabado, sino algo que resulta de la interpreta~ cién constructiva, y la interpretacién constructiva —propia de la interpretacién de productos culturales como las obras de arte 0 de pricticas sociales como el Derecho «consiste en atribuir un propésito a un objeto © a una prictica,a fin de hacer de él el mejor ejemplo posible de la forma o del género al que se considera que perteneces (Dworkin, 1986, p. 52). La interpretacion constructiva es eun asunto de interaccidn entre propési- to y objeto» (id.). En el caso del Derecho, el punto de partida de la empresa interpretativa es un necesario acuerdo preinterpretativo consistente en la identifica cién generalmente compartida de su objeto: «el Dere- 70. LUNA TIPOLOGIA DE LAS NORMAS CONSTITUCIONALES cho no puede florecer como una empresa interpretativa en ninguna sociedad salvo que haya en ella un acuerdo inicial suficiente sobre qué pricticas son pricticas juridi- cas de forma que los juristas argumenten acerca de la mejor interpretacién de mas 0 menos los mismos datos» (Dworkin, 1986, pp. 90-91). Pero este objeto cuya iden- tificacién resulta generalmente compariida —el Dere~ cho basado en fuentes, podriamos decir— no agota, en modo alguno, aquello en lo que el Derecho consiste. El ‘asunto mis abstracto y fundamentals cel Derecho wes guiar y limitar el poder del Estado en el sentido si- guiente: «el Derecho insiste en que la fuerza no debe ser usada o esgrimida, con independencia de cuan dtl seria €so para los fines en perspectiva, y con independencia de cuin beneficiosos o nobles sean esos fines, excepto si ése uso viene permitido 0 exigido por derechos y res- ponsabilidades individuales que surgen de decisions politicas pasadas acerca de cudndo la fuerza colectiva esti justificada» (Dworkin, 1986, p. 93). ¥ de acuerdo con la concepcién del Derecho defendid por el propio Dworkin, «derechos y responsabilidades surgen de deci- siones pasadas y cuentan asi como juridicos, no sélo cuando se encuentran explicitos en dichas decisiones sino también cuando se siguen de principios de morali- dad personal y politica que las decisiones explicitas pre~ suponen por via de justificacién» (Dworkin, 1986, P. 96). De forma que, en la concepcién de Dworkin, el Derecho esti formado no sélo por las normas basadas en fuentes, sino también por las normas que cabe cohe- rentemente derivar de la doctrina politica mis sOlida que justifica las normas basadas en fuentes De esta forma, Kelsen y Dworkin se nos aparecen como arquetipos de dos paradigmas distintos ala hora L_inTRODUECION zh de entender la unidad del Derecho: para Kelsen, la uni- dad del orden juridico consiste en Ia unidad de su siste~ ma de fuentes, en la posibilidad de remitir cada una de ells a una Gnica norma fundante: «Todas las normas cuya validez pueda remitirse a una y misma norma fun- dante bisica , constituyen un sistema de normas, un or- den normativo, La norma fandante bisica es la fuente comin de la validee de todas las normas pertenecientes a uno y el mismo orden» (Kelsen, 1986, p. 202). Para Dworkin, bien diversamente, la unidad del Derecho consiste en la coherencia unitaria de sentido de sus con= tenidos, en el hecho de que todos ellos pueden verse como derivaciones de, ¢ integrables en, una misma filo sofia politica coherente Exta diferencia en cuanto ala concepeién del siste- ma juridico se traduce también, como no podia ser de otro modo, en que las visiones de Ja Constitucién de Kelsen y Dworkin ponen el acento sobre aspectos muy distintos de la misma. Para Kelsen, el aspecto esencial de «la forma Constitucién que, como forma, puede recibir cualquier contenido» es el de «estabilizar» la Constitu- cién «en sentido material», expresin esta dltima que designa «la norma o normas positivas que regalan la produccién de las normas juridicas generales» (Kelsen, 1986, pp. 232-233). ¥ mientras que esto es lo esencial en la Constitucién, la incorporacién a su texto de invo- caciones a ideales tales como «la equidad, la libertad, la igualdad, la justicia, la moralidad, etc» le merecen una valoracién muy negativa: tales invocaciones «no tienen [..] de forma general, un gran significado» y «no afiaden nada a la realidad efectiva del Derecho» por cuanto las concepciones acerca de estos valores «son hasta tal pun~ to diferentes entre si [...], que si el Derecho positivo no 2 LUNA HPOLOGIA DE LAS NORMASCONSTEFUCIONALES Consagra una de entre estas concepciones, toda regla ju- Tidica puede justificarse en base a alguna de ellass (Kel- sen, 1988, p.142). Para Dworkin, bien al contrario, invo- caciones de este género, al expresar los principios sus- tantivos basics del ejercicio justificado del poder, constituyen el aspecto més centralmente caracteristieg de las Constituciones: ela mayoria de las Constituciones contemporineas —escribe— declaran derechos indivi duales contra el gobierno mediante un lenguaje muy amplio y abstracto» y tales «cliusulas abstractas» deben incerpretarse y aplicarse wobre la base de la compren sin de que las mismas invocan principios morales sobre {a decencia politica y la justicia», Esta comprensién sub- vace, aun de forma implicita, alos procesos de interpre taci6n y aplicacién de los textos constitucionales: juris- tas y jueces, en su trabajo diario, tratan instintivamence la Constitucién como expresando exigencias morales abstractas que sdlo pueden aplicarse a los casos concre. tos por medio de nuevos juicios morales». ¥ ello impli- €@ que una concepcién adecuada de la Constitucién, esto es, una concepcién que pretenda dar cuenta de lac practicas reales de interpretacién y aplicacién constitu. Gionales, «coloque 1a moralidad politica ea el corazon del Derecho constitucional» (Dworkin, 1996, pp, 2-3) La tipologia de las normas y la importancia relativa concedida a cada uno de sus dos grandes gneros (nor tmas constitutivas y normas regulativas) se vincula, pues, @ numerosas distinciones y tomas de posicién capieales relativas a las fanciones comstitucionales, a las concep- Giones (descriptivas y prescriptivas) de la Constitucion y del sistema juridico en su conjunto, a la naturaleza de le interpretacion y del razonamiento juridico, a la relacion. en fin, entre Derecho y moral, Y, como antes advertia, 2 LAS NORMS CONSTITUCIONALES HEGLLATIVAS 3 tit a prints rele de lax vera apes mativas que cabe distinguir en cada uno de estos dos grandes géneros presenta peculiaridades en el texto constitucional, que lo diferencian de otros textos juridi- cos. Bastantes de estas cosas irin apareciendo en los apartados que siguen 2. Las normas constitucionales regulativas A) Una tipologia general de las normas regulativas ° ‘Toda norma regulativa —constitucional 0 no— co- rrelaciona un antecedente, caso 0 condiciones de apli- cavion (estas tres expresiones se entenderin como sind- nimas) con un consecuente 0 solucién normativa (ex- Presiones ambas que se entenderin asimismo como sinénimas) en la que se modaliza deénticamente una cierta conducta. De esta forma, los distintos tipos de normas regulativas —constitucionales © no— shee. rin a las distintas maneras como cabe configurar tanto el caso como la solucién normativa. En cuanto a la confi- guracién del caso, la primera posiblidad es que éste esté inegrado por wn conjunco de popiciaes que msuleen independientes de las razones en pro 0 en contra de la gornducta moval els gluciin normate. Al con figarar de esta manera el caso, se pretende que, euando tales propiedades se dan, se genera un deber concluyen- te en el destinatario de la norma de hacer lo ordenado netal de las normas regulativas, como tambien " Eaapol son ferida a las nornias constitutives, pro- la que aparece mis adelante viene de ATIENZS y RUIZ MaNERO (1996). 74 LUNA TIPOLOGIA DE LAS NORMAS CONSTITUCIGNALES en la solucién normativa, con independencia de su pro- pia deliberacién acerca del peso de las razones en pro 0 en contra de ello. La segunda posibilidad en cuanto a la configuracién del caso es que ésta haga referencia sim- plemente a que haya una oportunidad para realizar la conducta prescrita en la solucin normativa, lo que ge- neraria un deber tan slo prima face de realizar tal con~ ducta. Este deber prima facie devendria deber concluyen- te siempre que (o en la medida en que) las razones en pro de realizar dicha conducta tuvieran peso suficiente para desplazar a eventuales razones en sentido contrario. En cuanto a la solucién normativa, lo modalizado deénticamente —como obligatorio, prohibido 0 per- mitido— puede ser, o bien la realizacior: de una accidn, © bien Ia produccién de un estado de cosas. Y como quiera que si bien una cierta accion sencillamente se realiza o no se realiza (sin que quepan modalidades gra duables de realizacién), pero un determinado estado de cosas (caracterizado por la presencia de una cierta pro piedad) puede darse en mayor o menor medida (la pro~ piedad en cuestidn puede presentar grados diferentes de intensidad) las normas que ordenan la produccién de un estado de cosas pueden ordenar, bien producir ese estado de cosas en una cierta medida determinada, 0 bien producirlo en la mayor medida posible, teniendo en cuenta otros estados de cosas cuya produ también ordenada por otras normas De la combinacidn de estos criterios podemos obte- ner al menos atatro tipos ideales de normas regulativas, dos de ellas adscribibles al terreno de las reglas —Ias re- glas de accién y las reglas de fin— y otras dos adscribi- bles al terreno de los principios en sentido amplio los 2._LAS NORMAS CONSTITUGIONALES REGULATIVAS 75 principios en sentido estricto y las directrices © normas programiticas—. Veamos cada uno de ellos: a) En primer lugar, las reglas de acién, Entendere- mos por tales aquellas normas que configuran el caso mediante un conjunto de propiedades genéricas y en las que la conducta modalizada de6nticamente en la solu- Gién normativa consiste en la realizacién (u omisién) de una accién. Es el tipo mis comin de normas juridicas regulativas y aguel en el que sc realiza en mayor grado la pretension de reducci6n de la complejidad del 1az0- namiento prictico que acompaiia, en general, 2 la regu- lacién juridica. Las reglas de accién posibilitan el que su destinatario, dindose las condiciones —propiedades— que configuran el caso, realice la accién ordenada sin deliberar sobre las razones en pro o en contra de ello y desentendiéndose, a la vez, de las consecuencias de la realizacién de esa accién 7, Imaginemos, como ejemplos 7 Bata pretension de excluir la necesidad de deiberacion para determinar lo que concluyentemente debe hacerse fracasa, sin embargo, cuando el caso individual al que nos enfientamos obedece a alguno de los dos supuestos siguientes. El primero de ellos es que, aun siendo subsumible en el caso genérico contemplado en la reels, no se le apliquen, sin embargo, las principales razones que respaldan a ésta, De tales casos decimos, utilizando categorias de Raz. (1991) que se encuentran fuent dt alcance de la regla. Un ejemplo de ello seria, en relaciSn con la regla que prohibe la cireulacién de vehicu- Jos en un parque, la introduccién en el mismo de automéviles, en hhoras en que el parque se encuentra cerrado al piblico, con vistas a tuna exposicién de los mismos. El segundo supuesto es que el caso individual, aun siendo subsumible en el eas0 genérico contemplado on brags y apices prices tint spain repla, sin embargo se le apliquen tambi&n razones mis fuertes no corbin ston co eg. Di tk can deinen endo eae rns categorias, que consttuyen excepiones a la regla. Un ejemplo 76 LUNA TIPOLOGIA DE LAS NORMAS CONSTITUCIONALES de reglas de accién, una norma de trifico que ordena no rebasar una cierta velocidad en un cierto tipo de carve, teras 0 una norma ciburaria que ordena pagar tal im pussto en caso de realizar una cierta actividad industrial © mercantil. Tales normas pueden ser seguidas, en la in mensa mayoria de los casos a los que se aplican, sin ne~ cesidad de deliberacién alguna —ni respecto de las ta zones para no superar el limite de velocicad o para pa- gar el impuesto ni respecto a las consecuencias de hacer lo uno y lo otto, b) En segundo lugar, las reglas de fin, Entenderemos por tales aquellas normas que configuran el caso me- diante un conjunto de propiedades genéricas y en las que lo modalizado de6nticamente en la solucién nor- mativa consiste, no en la realizacién de una accién, sino en la produccién de un estado de cosas en una cierta medida deverminada *. Las reglas de fin tienen una pre- seria em reac con lamina ref del ejempl lel ejemplo precedente, el que Sa cine pe ita tel i det ae Exe encuenta shea pb puss acer tun herd) See podria desngrane de no cbr ure aintonta insedenn Soke Estos problema, aden de Raz (1991), wens soba ee Rees (1958) y Arinen y Rute Maseno (00, La itnsion ene regs de acegny sels dein relevate y no unt mers cuction de evo redaccondlae Baorotane ae mmatva— eundo el exado de cons cays producciéa se actens Eel reutado en elsentido de vom Ware (1999 = de een icin determina, Como es nto, vom Wrigh nome rads da acing amo ee mn que sds ase von Wright— cambios en el mundo que gusrdon wos rehcce ‘rine © cual con la aecion coreapenticnte fea dite oe lain pertinent en el case delay eg de ny nbice oor ‘enh et dio ds bo dies 2._LAS NOLMAS CONSTITUCIONALES REGULATIVAS 7 tensién de reduccién de la complejidad del razona~ miento prictico de su destinatario algo menor que el propio de las reglas de accién. El destinatario de una re- gla de fin puede, desde luego, y de manera analoga a como sucede en el caso de las reglas de accién, desen- tenderse de las razones en pro y en contra de producir el estado de cosas ordenado y también de las conse cuencias que, una vez producido, se deriven de dicho estado de cosas. Pero no puede desentenderse de las consccucncias de sus acciones: pues lo que se le ordena no es la realizacion de ninguna accién determinada por la propia norma, sino precisamente la realizacién de ac- ciones que resulten causalmente idéneas para producir el estado de cosas que la norma ordena, Algin ejemplo parece requerirse aqui. Pensemos en una ley tributaria gue establezca que los ayuntamientos deben, a partir de tuna cierta fecha, no incurrir en déficits superiores a un cierto porcentaje (pongamos, el 3%) de sus ingresos. Los ayuntamientos, que supondremos antes deficitarios en porcentajes superiores, pueden dar lugar al estado de cosas ordenado a través de muy diversos cursos de ac cién: pueden incrementar algunos impuestos (que ha- bran de seleccionar), limitar ciertos servicios (que ha- brin asimismo de seleccionar) que antes prestaban con mayor generosidad, combinar en diversas medidas lo uno y lo otro, ete ©) En tercer lugar, lo que lamaremos principios en sentido estricto, Estas normas se caracterizan porque en su antecedente no se contiene otra cosa sino que se dé una oportunidad de realizar la accién modalizada en el con- secuente, y en este tiltimo la obligacién (o prohibicién 6 permiso) meramente printa facie de realizar tal accién. La obligacién (0 prohibicién o permiso) es meramente 8 LUNA THPOLOGIA BE LAS NORMAS CONST:TUCIONALES prima facie porque la accién ordenada o permitida en el consecuente de un cierto principio puede ser, en la oportunidad de que se trate, una accién prohibida, na- turalmente también prima facie, por otro principio. Por ejemplo, una cierta proferencia verbal puede verse de entrada como un caso de uso de la libertad de expre- sién, ¥ por tanto como una accién permitida, pero tam- bign como un caso de intromisién en h intimidad de tuna persona, y por tanto como una accién prohibida Dicho de otro modo: los principios, al no determi- nar —fuera de la condicién analitica de que haya una oportunidad para ello— cuales son las condiciones en las que debe (o puede) realizarse Ia conducta prescrita en su consecuente, no pueden evitar que, en muchas circunstancias, se dé una oportunidad para realizar el contenido de un cierto principio y, también y al mismo tiempo, el contenido de algin otro principio que resul- te incompatible con el primero, De abi que los princi- pios, por st propia configuracién, no puedan eximir a sus destinatarios de la tarea de determinar si en unas ciertas condiciones lo ordenado por un principio debe, © no, prevalecer sobre lo ordenado por otro principio que resulte concurrente. Los principios no posibilitan, a diferencia de las reglas, eludir la deliberacién sobre las razones en pro o en contra de realizar la accion ordena~ da por cada uno de ellos frente a las razonss en pro o en contra de realizar la accién ordenada por otro principio eventualmente concurrente. Esta deliberacién 0, como es usual decir, esta ponsderacién, clesemboca en la formu- lacin de una regla que establece, dadas ciertas circuns- tancias genéricas 0 condiciones de aplicaci6n, la preva~ lencia de uno de los principios sobre el otto 0, dicho de otra forma, que, dadas ciertas circunstanchs genéricas 0 2,_LAS NORMAS CONSTITUCIONALES REGULATIVAS 9 condiciones de aplicacién, debe ser concluyentemente lo ordenado por alguno de los principios en concurrencia. Un ejemplo puede, una vez mis, ser de utilidad aqui. Pensemos, por ejemplo, en el caso constituido por un concutso para el reclutamiento de médicos para hospi- tales de la Seguridad Social al que aspiran titulados que religiosamente se definen como testigos de Jehova y que, por tanto, consideran que las transfusiones sangui- neas estin sujetas a una prohibicién divina absoluta. Se concordar’ en que aqui concurren, de tin lado, el prin- cipio de prohibicién de trato desigual por razén de las creencias religiosas y, por otro, el principio de protec cién de la vida humana. Supongamos que entendemos aiue las cosas se plantean de forma distinta en el caso de Jos médicos nutricionistas, por un lado, y en el de los médicos especialistas en cuidados intensivos, por otro. En el caso de los nutricionistas entendemos que un mé- dico testigo de Jehové no supone un riesgo apreciable para la vida de los pacientes, pues en esta especialidad no es usual la prescripcién de transfusiones sanguineas y, en todo caso, al no tener los tratamientos caricter de ur~ gencia, siempre podria intervenir un médico de distinta adscripcién religiosa, El caso es distinto, nos parece, en el caso de los médicos especialistas en cuidados intensi- vos. Estos tienen que tomar rapidamente decisiones en contextos en los cuales la realizacidn o no de una trans- fusion sanguinea es, literalmente, cuestién de vida o muerte para los pacientes. Supongamos que entende- mos que, en virtud de estas consideraciones, en el caso del reclutamiento de nutricionistas prevalece el princi pio de prohibicién de trato desigual por razon de las creencias religiosas, mientras que en el caso del recluta~ miento de especialistas en cuidados intensivos prevalece 80. LUNA TIPOLOGIA DE LAS NORMAS CONSTITUCIONALES el principio de proteccién de la vida humana, Las reglas en que desembocan nuestras ponderaciones establece- in, pues, que en el primer caso (en el de los nutricio- nistas) excluir a los testigos de Jehova que, como tales, creen que las transfusiones sanguineas estin sujetas a tuna prohibiciGn divina absoluta, esti concluyentemente prohibido, mientras que en el segundo caso (en el de los especialistas en cuidados intensivos) tal exclusin de los testigos de Jehova, que sustentan esa creencia, es conclu- yentemente obligatoria 4) En cuarto lugar, lo que lamaremos directrices 0 normas programéticas. Estas normas se asemejan, por el lado del antecedente, a los principios en sentido estricto: pues no contienen en él otra cosa sino la condicién (analitica) de que haya una oportunidad de realizar la conducta prescrita en el consecuente; pero por el lado del consecuente no modalizan deduticamente la realiza~ cién de una accién, sino la produccién de un cierto s- tado de cosas en la mayor medida posible. Se trata de las norms que, sin especificar una determinada medida (0 umbral) de cumplimiento, ordenan a los poderes pé- blicos perseguir determinados objetivas colectivos de muy variada indole, como la preservacién de un medio ambiente saludable, la proteccién del patrimonio histé- ico-artistico de una determinada comunidad, el pleno empleo, la estabilidad econémica, Estos objetivos colec= tivos, 0 estados de cosas cuya persecuci6n viene ordena- da por las directrices, pueden mantener relaciones catr- sales com acciones muy heterogéneas entre si. Por ejem= plo, el pleno empleo puede fomentarse mediante politicas financieras, salariales, comerciales, educativas, fiscales, de funcin publica, etc, Por otto ldo, estas ac- ciones, a su vez, pueden mantener relaciones causales NORMAS CONSTITUGIONALES REGULATIVAS 81 asimismo muy heterogéneas con estados de cosas orde- nados por directrices diversas: cierta politica financiera puede, de entrada, contribuir a fomentar el pleno em- pleo (cuya persecuci6n, por ejemplo, viene ordenada, en el caso espatiol, por el art. 40 de la Constitucién), pero contribuir tambien a deteriorar la estabilidad econdmi- ca, estado de cosas al que apunta otta directriz (conteni- da, en el caso espaol, en el mismo art. 40 de la Consti- tucién); y este deterioro de Ja estabilidad econémica puede. 2 su vez. acabar teniendo efectos negativos sobre el empleo, Es por ello que, teniendo en cuenta que la propiedad que caracteriza al estado de cosas ordenado por cada directriz es una propiedad graduable y no todo-o-nada, lo ordenado por cada una de las directri- ces sea maximizar tanto como sea posible esa propiedad, trazando politicas que articulen la procura de esa maxi- mizacién con la procura de la maximizacién de las pro- piedades caracterizadoras de los estados de cosas cuya persecucién ordenan otras directrices De ahi que la necesidad de deliberacién para actuar guiado por ellos, que resulta comin a todos los princi- ios (en sentido amplio), se plantee de forma distinta se~ gin que se trate de principios en sentido estricto 0 de directrices: en el caso de los principios en sentido es- tricto, como hemos visto, se trata de determinar la pre- valencia o no del principio bajo consideracién con coos principios eventualmente concurrentes; en el caso de las directrices © normas programiticas, se trata de di- seiiar y llevar a cabo politicas que procuren el mayor grado de satisfaccion posible de los diversos objetivos, interdependientes entre si, a los que apuntan las diversas directrices 82, LUNA TIROLOGIA DE LAS NORMAS CONSTFTUCIONALES B) El alcance de ta tipologia precedente Como se ha indicado, esta tipologia de las normas regulativas, que distingue cuatro tipos de las mismas (re~ glas de accién, reglas de fin, principios en sentido estric- to y directrices) es una tipologia de tipos ideales. Lo que quiere decir que no queda excluida a) la posibilidad de normas que se sitiien en la zona de penumbra entre algu- nos de los tipos distinguidos porque, aun respondiendo desde el punto de vista de su configuracién o estructura a uno ellos, se comporten necesariamente, sin embargo, desde el punto de vista de su modo de operar en el ra- zonamiento prictico de sus destinatarios, mis bien al modo de algin otro de estos tipos, ¥ tampoco queda excluida b) la posibilidad de normas que desde el pro- pio prisma de su configuracién o estructura constituyan ‘ipos mixtos, esto es, integren elementos correspondien- tes a mis de uno de los tipos que hemos distinguido. ‘Veamos un ejemplo de cada nna de estas posibilidades, a) Es posible, como ejemplo de lo primero, que una norma tenga estructura de regla de accién, pero que no pueda seguirse sin deliberacién, esto es, sin llevar a cabo tuna ponderacién de razones. Que tenga estructura de re- gla de accién quiere decir, conforme a lo ya visto, que determine, en el antecedents, las circunstancias que cons- Snuyen sus condiciones genéricas de aplicacidn y que or- dene, en el consecuente, la realizacién (u omision) de una determinada accién. Esta estructura es, por lo que hace a a configuracién del antecedente, condicién necesaria Para que una norma pueda ser seguida por su destinata- rio sin necesidad de deliberacion, Pues si una norma —

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