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Coleccion Letras Universitarias kes f KW ° eng, in EO ]KY o Be nt FRANCISCO MARCOS MARIN CURSO DE GRAMATICA ESPANOLA cin editorial cincel La coleccién Letras Universitarias, que pretende ofrecer a es- tudiosos € investigadores estudios criticas y Monagrafias de eatilo universitario, presenta el Curso de Gramatica Esparioia, de Francisco Marcos Marin. Tras son los aparlados en que podemos dividir el texto: cuerpo. doctrinal, bibliografia e indice de materias y autores. En el cuerpo doctrinal no sélo se tratan temas especificos de gra- matica espanola, sino que éstos quedan enmarcados en su contexts metodolagico, analizandose desde las unidades {fo- nema, morterna, sintagma) hasta las corrientes cientiticas (es- tructuralismo, gramaticas generativas). La bibliografia supone un gran esiverzo de aciualizacion y sintesis: seleccion para las obras anteriores a 1950, amplio criterio de inclusién para las mas modernas. EI indice final es, por ultimo, la gran ayuda que obtiene quien, al usar el libro como obra de consulta, bus- que él dalo concreto, el use especifico, no sdlo en el lugar previsible, sino también en todos los otros parrafos donde pue- de haber referencias a ese concepto buscado, referencias que no han de ser necesariamente marginales. Francisco Marcos Marin, Doctor en Filosofia y Letras por la Universidad Complutense, es catedratico del Departamento de Lengua Espanola de la Universidad Auténoma de Madrid. CURSO DE GRAMATICA ESPANOLA COLECCION DE LETRAS UNIVERSITARIAS - N.° | FRANCISCO MARCOS MARIN CURSO DE GRAMATICA ESPANOLA cin editorial cincel Primera reimpresion: Noviembre de 1980 Segunda reimpresion: Noviembre de 1981 Segunda edicién, corregida: Febrero de 1984 Cuarta reimpresién: Octubre de 1984 Quinta reimpresién: Agosto de 1985 Cubierta: Pareja Herrera Todos los derechos reservados por 1980. EDITORIAL CINCEL, S.A Alberto Aguilera, 32 - 28015 Madrid ISBN: 84-7046-136-2 Depésito legal: M. 25357-1985 Impreso en Hijos de E. Minuesa, S.L. Ronda de Toledo, 24 - 28005 Madrid Impreso en Espaiia - Printed in Spain Indice NOTA PRELIMINAR . CapftuLo 1. SOBRE METODOS 1.1. El estructuralismo: la lengua como sistema 1.2. El signo lingiistico 1.3. Las unidades lingiifsticas: fonema, morfema y sema 1.4. Tres modelos de descripcién lingiistica ............ 1.5. La gramatica generativa y transformatoria y sus consecue 1.6. Hacia un planteamiento nacional BIBLIOGRAFIA CITADA EN ESTE CAPITULO, NO RECOGIDA EN LA GENERAL FINAL CapfruLo 2. LA COHESION DEL PLURISISTEMA: NOTAS SOBRE EL CONCEPTO DE FORMA INTERIOR 2.1. La lengua como pluralidad de sistemas 2.2. Un ejemplo de plurisistematismo: las segundas personas del plu- ral en latin y la situacién actual de las segundas personas en es- pafiol .. 2.3. La forma interior . 2.4. La forma interior en espafol BIBLIOGRAFIA CITADA EN ESTE CAPITULO, NO RECOGIDA EN LA GENERAL FINAL CapttuLo 3. EL NOMBRE DE LA LENGUA 3.1. Castellano y espafiol Espaol, palabra extranjera 3.3. Lengua y morada vital ............ 3.4. Ecos constitucionales de un problema espafol CapituLo 4. FORMACION DEL ESPANOL. ELEMENTOS CONSTITU- TIVOS. MODERNIZACION 4.1. La base del espafiol ... 4.2. La lenguas de sustrato 4.2.1. El ibero 67 SBz vi 43. 4.4, 4.5. 4.6. 47. 48. CAPITULO. ae 5A. 5.2. 5.3. 5.4, 5.5. 5.6. 5.7. 5.8. a 5.10. SAUL. aes 5.13. 5.14. 5.15. INDICE El tartesio .... El plomo de Alco Problema del celtil Vascoiberismo Onomastica Toponimia ..... Otros aportes El latin de Hispania Caracterizacion La colonizacién suri Germanismos Arabismos Principales sulares La modernizacién de la lengua Problemas del espafiol actual El acento . Vocales y consonantes rencias entre el castellano y otros romances penin- Extranjerismos implificadoras: aposicion y adjetivo adverbial EI regreso de América 5. FONETICA El movimiento arménico, Generalidades Propagacién de los movimientos arménicos Superposicién de movimientos. Interferencias Ondas estacionarias Resonancia .... E| aparato fonador Produccién de vocales y consonantes Anilisis de los sonidos Mecanismos cerebrales del habla : Vocales, semivocales. semiconsonantes, consonantes Modo de articulacion de los sonidos Lugar de articulaci6n 2.2.2.2... Sonoridad y sordez de los sonidos Clasificacién actistica de los sonidos Conclusion BIBLIOGRAFIA UTILIZADA EN ESTE CAPITULO, NO RECOGI- DA EN LA GENERAL FINAL ‘CapiTULO 6. FONOLOGIA 6.0. 6.1 Los fonemas . 101 105 108, ul i 116 118 122 125 126 127 128, 129 131 [Eps 133 133 133 6.6. 6.7. 6.8, 6.9. Variantes de fonemas .......... - 6.2.1. Los fonemas del espaiiol 6.2.2. Fonologia de semivocales y semiconsonantes Oposicién Clasificacién de las oposiciones El archifonema : Oposiciones en archifonemas Correlacién: Fonologizacién. desfonologizacién y transfonologizacién Acento y entonacién CapiTULO 7. LA SILABA. LA ENTONACION al 7 7, La silaba El hiato, El tonema .. Cap{TULO 8. LA DIVISION DE LA GRAMATICA 8.1 82 8.3. Paradigmatica y sintagmatica Palabra, sintagma y frase Morfologia y sintaxis BIBLIOGRAFIA CITADA EN ESTE CAPITULO, NO RECOGIDA EN LA GENERAL FINAL. CapiTULO 9. ELEMENTOS ORACIONALES 91 9.2. 9.3, 9.4. 9.5. 9.6. La definicién de oracién Sujeto y predicado .. Argumento y predicado Funciones sintécticas Partes de la oracién .. Concordancia : 9.6.1. Hiperconcordancia Discordancia .. La discordancia deliberada .... El plural de modestia EI plural mayestatico Varios sujetos Adjetivos con varios sustantivos Proposiciones de relativo o adjetivas BIBLIOGRAFIA CITADA EN ESTE CAPITULO, NO RECOGIDA EN LA GENERAL FINAL CAPITULO 10. EL NOMBRE 10.1 10.2. El sustantivo 10.1.1. Forma 10.1.2. Géneros 10.1.3. Nameros : 10.1.3.1. Formantes facultativos 10.1.4. Definicién formal 10.1.5. Funcién 10.1.6. Significacion El pronombre sustantivo vil 135 137 138 139 139 13 13 144 145 146 149 149 151 151 155 155 157 160 164 165 165 168 169 172 175 178 178 179 179 179 180 180 181 181 182 183 183 183 184 187 187 188, 188 189 91 vit 10.3. 10.4. 10.5, 10.6. CAPITULO. 11.0. WA. 11.2. 11.3. 114, HLS. 11.6. 17. CAPITULO. 12.0. 12.4. 12.2. 12.3. 12.4. 12.5, CapiTULO 13.0. 13.1, INDICE EI nombre adjetivo ... 10.3.1. Adjetivos connotativos 10.3.2. Forma 10.3.3. Funcién 10.3.4. Significacion Los pronombres adjetivos Clasificacién de los adjetivos Co eee Los apreciativos: el diminutive .........00000cccseeseeeereee 11. EL PRONOMBRE . Clasificacién pronominal Pronombres personales 11.2.1. El pronombre se 11.2.2. El pronombre ello 11.2.3. Significacién 11.2.4. Andfora y catéfora ... : 11.2.5. Formulas de tratamiento en espafol Pronombres posesivos 11.3.1. Forma . 11.3.2. Funcién 11.3.3. Significacion Pronombres demostrativos 11.4.1. Forma . 11.4.2. Funcién 11.4.3. Significacién Pronombres indefinidos 11.5.1. Forma ... 11.5.2. Funcién Pronombres felativos 11.6.1, Forma . 11.6.2. Funcién . 11.6.3. Significacion : Pronombres interrogativo-exclamativos 1.7.1. Forma . 11.7.2. Funcién . 11.7.3. Significacién 12. EL ARTICULO Forma Funcién i: Significacion .. Cvadro de los actualizadores Construcciones sin articulo 13. EL VERBO . Forma del verbo 13.1.1. Persona y numero 13.1.2. Tiempo-aspecto 192 194 194 196 199 199 201 203 205 205 207 8 2 213 217 217 220 223 224 224 225 225 225 226 226 227 27 227 228 229 229 230 230 230 231 231 233 233 rLLy 235 241 244 245 247 247 247 250 250 13.4 13.5, 13.6. 13.7. 13.8. 13.9. CaPiTULO. 14d. 14.2, 14.3, 14.4, 14.5, 14.6. INDICE Distribucién relativa de los tiempos El modo Subjuntivo / Indicativo (potencial) Imperative . Modificadores. primarios Modificadores secundarios . Modificadores terciarios (perifrasis) Forma de la voz Funciones en la voz Significacién de la voz .... Medialidad y pasiva refleja Verbos irregulares Funcién del verbo. Significacién del verbo : Las formas no personales y su doble valor en el contexto 14. EL ADVERBIO Introduccién: concepto Forma . Funcién Significacion imites de la categoria BIBLIOGRAFIA CITADA EN ESTE CAPITULO. NO RECOGIDA EN LA GENERAL FINAL CaPITULO 15.1. 15.2. CapiTULO 16.0. 16.1. 16.2. 16.3. 16.4. 16.6. 16.7 16.8. 15. PARTICULAS: PREPOSICION Y CONJUNCION La preposicin 15.1.1. Forma Funcion . Significacin Preposicién y prefijo La conjuncion 15.2.1. Las conjunciones impropias o subordinantes 16. LA ORACION SIMPLE Estudio sintdetico Definicién de la oracién 16.2.1. Elementos oracionates. El sujeto. Inversion del sujeto EI predicado: su niicleo y sus complementos Clases de oraciones Clases de complementos . Oraciones con el verbo en voz pasiva: sus elementos Interjecciones en cuanto oraciones Clasificacién de la oracién simple 16.8.1. Por el criterio psicolégico 252 257 262 265 267 268 20 273 280 280 282 287 289 291 293 294 298, 301 301 302 304 305 308, 313 320 321 321 322 322 323 325 326 327 331 331 332 334 335 338 341 342 343 343 344 x INDICE Por el criterio logico .... 16.8.2.1. Clasificacién detallada de las oraciones refle- xivas : Clasificacién detallada de las oraciones imper- sonales 16.9. Oraciones implicitas 16.8. Capituto 17. SER Y ESTAR ..... : 00 : fee Ee sus. USOS .....eee eee eee 17.1.1. Uso predicativo de ser 17.1.2. Uso predicativo de estar 17.2. Uso atributivo ...... 17.2.1. Atributos de ser 17.22. Atributos de estar 17.3. Normas para el uso de ser y estar CapituLo 18. LA ORACION COMPUESTA. CLASIFICACION. SUBOR- DINACION 18.0. 18.1. Oraciones coordinadas 18.2. Oraciones yuxtapuestas 18.3, Subordinacién .... 18.4. Clasificacién de las oraciones y proposiciones ae 18.5. Clasificacién de las suboraciones sustantivas y adjetivas 18.5.1. Proposiciones sustantivas : 3 18.S.4.1. Estilo directo y estilo indirecto . a 2. Proposiciones intermedias entre las sustantivas y las de relativo adjetivas .. 18.5.3. Adjetivas 18.6, Construcciones finales 18.7. Construcciones causales 18.8, Consecutivas causales 18.9, °Si’ causal hipotético .. CapiTuLo 19. CONSTRUCCIONES ORACIONALES ADVERBIALES 19.0. as 19.1, Clasificacion 49.2. Relacién circunstancial 19.3. Causativas .. 19.3.1. Condicionales 19.3.2. Concesivas 19.4. Cuantitativas . 19.4.1. Comparativas Comparativas de igualdad Comparativas de superioridad 19.4.1.3. Comparativas de inferioridad 19.4.2. Consecutivas .... BIBLIOGRAFIA ESPECIFICA SOBRE LAS CONDICIONALES 350 351 353 387 357 357 357 358 358 359 359 359 363 363 363 367 368 380 380 381 383 384 384 388 389 393 393 395 395 396 396 308 398 416 419 419 419 420 420 420 42 {NDICE xi Capftuco 20. LEXICOLOGIA Y LEXICOGRAFIA .............2.0006 427 : a7 Lexicologia . 427 Motivacién de las palabras 428 Lexema y formantes 429 Prefijos y sufijos . 429 La composicién 431 Estudio lexicolégico 432 20.6.1. Locuciones 432 20.6.2. Frases proverbiales . 434 20.6.3. Refranes .. 435 20.6.4. Dialogismos 436 20.6.5. Modismos 436 20.7. Lexicografia 436 20.7.1. Los diccionarios 437 20.7.2. Otros tipos de diccionarios 439 20.7.3. Diccionarios etimoldgicos ¢ histéricos 439 CaPiTULO 21. SOBRE SEMANTICA ..............-. foeteaoee 441 El concepto ...... 44 La estructuracién del Siento 442 El campo seméntico ...... 449 Sinonimia, polisemia, hiponimia 451 La evolucién del significado 483 Perspectivas 456 BIBLIOGRAFIA CITADA EN ESTE CAPITULO, NO RECOGIDA EN LA GENERAL FINAL ........000000+ 465 CONCLUSION fe ebeor osccnno ceosedcs ae 467 BIBLIOGRARA See aot 469 BIBLIOGRAFIA PERIODICA 0... oe... 470 SIGLAS DE ALGUNAS REVISTAS Y COMPILACIONES 470 BIBLIOGRAFIA FUNDAMENTAL 47 OBRAS GENERALES 472 METODOLOGIA ... 477 FONETICA Y FONOLOGIA 478 FRASE .. 483 NOMBRE 487 VERBO . = 489 PRONOMBR RTICULO 495 ADVERBIO Y PARTICULAS 47 LEXICOGRAFIA, LEXICOLOGIA Y SEMANTICA 498, JNDICE DE MATERIAS .. So2 os cee scone caged soe sande nee iennoig 505 ut Nota preliminar El libro que presentamos, en esta ocasin, dirigido fundamentalmente a las personas preocupadas profesionalmente por los problemas de la lengua (estudiantes y colegas), busca un planteamiento introductorio al que pudiera acercarse un sector algo mds amplio, el del ptiblico culto, junto al trata- miento de cuestiones especificas con una perspectiva que quiere ser mds especializada. Habida cuenta del interés que las cuestiones lingijisticas tie- nen hoy para todos, y de la complejidad que ha alcanzado nuestra disciplina, no hemos encontrado mejor manera de proceder. Por todo ello, se apreciard facilmente que, aunque las preocupaciones bdsicas sean las mismas, nuestro texto es muy distinto de la Aproximacién a la Gramatica Espanota, en la que se podria buscar un antecedente. Desde la primera edicién de este manual,.en 1972, hemos ido sacando a la luz una serie de publicaciones donde hemos pretendido mostrar la progresiva elabo- racién de nuestros puntos de vista, tanto sobre problemas generales (Lin- giitstica y Lengua Espaiola: 1975, El Comentario Lingiiistico: 1977, y Re- forma y Modernizacién del Espafol: 1979), como de caracter monogréfico (Estudios sobre el pronombre: 1978); acompaiiado, todo, de tres ediciones reformadas de la Aproximacién y una reimpresién. Todo ello nos lleva a pensar en una benévola confianza del publico en nuestro trabajo, que nos anima a continuar la tarea, siempre modesta contribucién al esfuerzo comin. Desde el punto de vista prictico, son obligadas algunas observaciones que presentamos para ayudar a justificar parte de la arquitectura de este Curso, asi como su titulo. Las paginas que siguen no pretenden ser una re- flexi6n completa sobre la Gramdtica Espafola, sino una especie de hilo con- ductor a lo largo de sus problemas, con mayor detenimiento en aquellos que, en estos once o doce afios de experiencia docente, nos han parecido, o mds complejos, o mds Ilamativos. Por su carécter de manual, es decir. de «ma- nuable», hemos procurado limitar su extensién; pero sin dejar fuera trata- mientos un tanto inusitados en otros libros del mismo campo, como son los desarrollos histéricos 0 los planteamientos cientificos previos (caso de la Fonética). Al mismo tiempo, en fo referente a la Bibliografia, no ignoramos 2 CURSO DE GRAMATICA ESPANOLA que. para algunos lectores, ha sido lo Gnico 0 lo mas aprovechable de nues- tros intentos anteriores, lo que nos ha obligado a un nuevo esfuerzo de sinte- sis y ampliacion simultdnea, con el objeto de paliar las lagunas que. espe- cialmente en lo referente a la Lingiistica Historica y a la Gramatica Genera- tiva, todavia se observan en sus concurrentes en e} mercado. El criterio fundamental para la disminucién, relativa, del texto, ha sido el de reducir lo mas posible todo aquello que pudiera encontrarse en otras pu- blicaciones nuestras, excepto en la parte en que fuera imprescindible, por la coherencia del escrito, mantenerlo aqui. Nos hemos sometido a las limita- ciones de espacio en busca de un libro dtil, incluso desde el punto de vista adquisitivo. Esta consideracién editorial, que puede parecer demasiado Ppragmdtica a quien vea este libro sélo en teoria, serd seguramente impor- tante para quienes gusten de destinar parte de sus na siempre abundantes recursos a su adquisicién, por una razén u otra. ‘Aunque el camino por el que avanzamos en las paginas que siguen ya estd iniciado en nuestro manual de Lengua Espafiola para el Curso de Orien- tacion Universitaria (La Lengua Espariola en sus Textas), somos bien cons- cientes de la deuda que tenemos con quienes, en resefias, como Andrés Amorés, Cirilo Popovici o José Joaquin Satorre, en referencias en publica- ciones (una larga lista que no seria prudente afiadir), en cartas 0 en conver- saciones privadas nos han dado orientaciones, 0. sobre todo, estimulos, 0 nos han hecho observaciones y criticas. Muy especialmente hemos de agra- decer el consejo permanente y generoso de nuestro maestro, Rafael Lapesa, a quien tanto debemos. Junto al suyo figuran muchos nombres de profesores y amigos, a quienes seria injusto olvidar y largo citar. Un tltimo parrafo, sin embargo, debe recoger a todos aquellos que han intervenido mds directamente en este texto: El capitulo cuarto ha sido redac- tado en directa colaboracién con mis ayudantes, Rosa Maria Espinosa Elorza e Isabel Acero Durdntez, redactoras, de pufio y letra, de algunos parrafos, en la primera redaccién. Toda la parte fisica del capitulo quinto es obra de mi buen amigo el doctor José Manuel Pereira, cuya redaccién se ha conservado sustancialmente. Para el capitulo de Semdntica, ademas de su texto magistral, dispuse de valiosas indicaciones del profesor John Lyons, con cuya amistad también me honro. A lo largo de los afios se han ido su- mando ittiles observaciones de mi colaborador y amigo Angel Manteca Alon- so-Cortés; a Maria Salazar Ramirez debo, ademds de grandes dosis de pa- ciencia matrimonial, constantes retoques y observaciones, no siempre bien acogidas por mi. En el aspecto material, Isabel Acero, Micaela Carrera de la Red, Ana da Pena, Carmen Hernandez, Maria Jest Sainz y Rosa Maria Es- pinosa Elorza han colaborado generosamente en la tarea de leer, revisar y corregir distintas etapas del texto; a la ditima debo también su valiosa ayuda mecanografica. Maria del Rosario Garcia Arance preparé el indice de materias, ademés de colaborar en las siempre agobiantes tareas de correccién. No hace falta decir que, tanto en lo material como en los conceptos, cualquier error, omisi6n o defecto de interpretacién es exclusivamente de mi responsabilidad; es de pura justicia, en cambio, resaltar que, sin los estimulos y ayudas citados expresa o tacitamente, este libro no habria podido aparecer. CAPITULO 1 Sobre métodos 1.1 EL ESTRUCTURALISMO: LA LENGUA COMO SISTEMA Un sistema es una serie de reglas que relacionan todos y cada uno de los elementos de un conjunto. Cada uno de estos elementos adquiere. por su relacién con los restantes, un valor dentro del sistema. Desde el Curso de Lingiitstica General, de Ferdinand de Saussure, se dice que la lengua es un sistema de signos. Esta definicién se toma como et punto de partida del estructuralismo, estudio de ta lengua que retine dos condiciones: a) Es un estudio inmanente, de la lengua en si misma y por si misma. b) Es un estudio de la lengua como sistema, como estructura, en el sentido matemdtico de este término, es decir, un conjunto con una ope- racion. Los elementos del sistema lingiiistico son los signos, su conjunto orde- nado constituye el sistema de signos que Ilamamos lengua. La estructuracién de este sistema se prueba por su operacién: la lengua opera mediante una serie de reglas que relacionan todos y cada uno de los elementos del con- junto, es decir, cada uno de Jos signos [ingijisticos. Después de una primera etapa en la que el estructuralismo no concedié importancia a la Semdntica, o plano del significado, y se limité al plano for- mal de la Fonologia y la Morfologia y Sintaxis (generalmente unidas como Morfosintaxis), en la actualidad los estructuralistas admiten la posibilidad de andlisis de los datos lingiiisticos en un triple plano: fonolégico, morfosintac- tico y seméntico. A la hora de estudiar un sistema caben dos posibilidades: a) Es un sistema bien definido. b) No es un sistema bien defi jo. EI punto de partida es, por tanto, lo que entendemos por sistema bien definido. En general, podemos explicarlo diciendo que un sistema esta bien 4 CURSO DE GRAMATICA ESPANOLA definido cuando lo podemos caracterizar completamente por medio de unas funciones especificas, que son las funciones deterministicas, las cuales, a su vez, 0 bien son computabies, 0 bien estdn especificadas explicitamente de modo que podemos probar su incomputabilidad. A modo de ejemplo vamos a poner dos sistemas bien definidos distintos. EI primero de ellos es un sistema caracterizado por una funcion compu- table; el segundo, en cambio, serd un sistema caracterizado por una fun- cién que especifica su incomputabilidad explicitamente: el primero sera el sistema de los nimeros naturales y el segundo el de la familia. E) sistema de los nimeros naturales esta bien definido porque ta teoria del numero natural (0 cardinal) se puede deducir de una manera totalmente rigurosa a partir de los axiomas de Peano. Para aclararlo mas podemos ex- poner la teoria desde un ejemplo concreto de uno de los conjuntos finitos mds sencillos, que son, naturalmente, los conjuntos unitarios, © sea, los constituides por un solo elemento. El ejemplo concreto puede ser la aplicacién a las provincias andaluzas, y escribimos asi, dentro del ejemplo, el conjunto de provincias andaluzas que empiezan por A: {Almeria} , 0 1 elemento. Es decir, el conjunto de provincias andatuzas que empiezan por A es un conjumto unitario, ya que consta de un solo elemento (que se representa entre Ilaves): la provincia de Almeria. Ninguna de las restantes provincias andaluzas empieza por A. La medida de \os conjuntos unitarios es el namero cardinal /, leido uno. La unién de dos conjuntos unitarios distintos es un conjunte binario. Su noémero cardinal es 2, leido dos. Por unién de un conjunto cualquiera cuyo cardinal es n con un conjunto unitario disjunto con el primero tenemos nuevos conjuntos cuyo cardinal es n*. Decimos que n* es «el siguiente de n», y lo expresamos también con la forma n'+ /. Si aplicamos este sistema como hasta ahora, tendriamos: para el valor | de n estariamos en el conjunto unitario, + 7 seria el binario, nueva- mente + / nos daria wn nuevo conjunto, el 3 (tres), y asi sucesivamente. EI sistema de los nimeros naturales es, por tanto, un sistema bien defi- nido computable. Nuestro segundo ejemplo, el de la familia, se refiere a un sistema bien definido no computable, es decir, un sistema del que conocemos Ia estruc- tura, pero no podemos conocer los elementos. En efecto, todos los elementos de ta familia tienen su lugar en el sistema: abuelos, padres, individuo a, hijos, nietos, etc., pero no todos son computables: un individuo, como d, tiene sus dos padres y sus cuatro abuelos, y asi hacia arriba en su linea genealdgica, indudable- mente, mientras que, en el otro sentido, puede no tener descendencia (hijos) 0 tener un numero indeterminado de descendientes (sélo hijos, no nietos, slo SOBRE METODOS 5 un hijo, sélo tres hijos, s6lo un nieto, etc.). Decimos que no es computable precisamente porque desconocemos el posible nimero de descendientes. Nétese que, en cambio, aunque desconozcamos todos los nimeros natu- rales, funciona siempre la regla n + /. Con el sistema familiar no. Ahora bien, sabemos la raz6n de su incomputabilidad (la imposibilidad de predecir los elementos que ocupardn ciertos rangos en el sistema, y cudntos de esos rangos serdn ocupados) y el sistema queda especificado de un modo suficien- temente explicito (sabemos que un elemento como mesa, que no pertenece a la clase abuelos, padres, individuos, hijos, nietos..., no pertenece al sistema familiar, a menos, naturalmente, que hablemos de una familia de mesas, en cuyo caso ocupard el lugar correspondiente al individuo, pero éste no es un uso ordinario). El sistema de la familia queda, por ello, bien definido, pero no es computable. Los estructuralistas, representados, por ejemplo, en el norteamericano Charles F. Hockett (en su libro Language, Mathemathics and Linguistics). creen que la lengua no es un sistema bien definido. Asi lo dice este autor (pdgina 10): «Ahora creo que cualquier aproximacién que podamos lograr a partir de la hipéte- sis de que una lengua esta bien definida la habremos obtenido olvidandonos precisa- mente de las propiedades mis importantes de las lenguas reales. Pues, en el fondo, la productividad y poder del lenguaje —nuestra capacidad fortuita de decir cosas nuevas— parece radicar precisamente en el hecho de que las lenguas no estan bien definidas, sino meramente caracterizadas por ciertos grados y clases de estubilidad. Esta concepcién nos permite comprender cémo trabaja la lengua, cémo cambia, y cémo los humanos, usando la lengua, han creado el sistema bien definido de la ma- tematica —porque el estar bien definido nace de la estabilidad por medio de ciertos trucos de los que sélo parece ser capaz un animal hablante.» El concepto de sistema, finalmente, se aplica a la lengua (sistema de sig- nos), diferenciada del hubla también por Saussure. El habla es individual: es lo que del sistema, de la lengua, realiza cada uno de los individuos. Por ello esta condicionada por una serie de circunstancias que no son propiamente lingiiisti- cas y que los estructuralistas no consideran parte de su estudio cientifico: hablan de lingiitstica externa, o de circunstancias irrelevantes. por ser Gnicas. Los discipulos directos de Saussure, los ginebrinos, como Charles Bally, apli- can este postulado incluso alo mas susceptible de individuacion, la estilistica, que se trata asi como estilistica de la lengua, no del habla. 1.2. EL SIGNO LINGUISTICO Hemos hablado de la lengua, dentro de la perspectiva estructural, como sistema de signos. Hemos de decir ahora, por tanto, lo que es un signo y, especificamente, un signo lingiistico. Esta especificacién es necesaria por- que la ciencia de los signos, o Semiologia, recoge una gran cantidad de ellos, de los que vale la pena destacar tres clases mds importantes: simbolo, icono © indicio. 6 CURSO DE GRAMATICA ESPANOLA Los s/mbolos son signos arbitrarios. Esto supone que se definen precisa- mente por el cardcter convencional de la relacién entre la expresion y el contenido, entre el significante y el significado. Pongamos un ejemplo: para el contenido o significado «vegetal de tronco lefioso, con ramas» nosotros tenemos las formas d+r+h+o+l, dt+r+b+otl+e+s, los ingleses t+r+ete, ttrtetets, y los franceses atr+b+r+e, atr+btr+e+s. La relacion en- tre esas formas y el significado dicho arriba no esté motivada; de ningén modo se desprende de la esencia o la naturaleza del arbol un nombre como las formas arriba expuestas, sino que se asigna convencionalmente una ex- presién fénica (con su representacién grafica) a un contenido conceptual, a una imagen mental, por decirlo asi. Los signos drbol, tree, arbre, son, por ello, simbolos. En general, podemos decir que los signos lingilisticos son simbolos, por- que es caracteristico de la lengua que el significante y el significado, la ex- presion y el contenido, tengan una relacién convencional, arbitraria, basada en el acuerdo de los hablantes y en razones histéricas, a partir de la necesi dad de la intercomprensién. Precisamente por este cardcter, y esto es importante, el simbolo requiere que exista unintérprete, es decir, alguien que recomponga la relacion arbitraria entre su expresién y su contenido. Si nadie sabe que a drbol corresponde el significado de «planta lefiosa...», la forma drbol dejard de ser un simbolo, porque habrd perdido su contenido. Sélo las onomatopeyas escaparian a esta condicién simbélica, y, con todo, ain en ellas habria cuestiones de no facil solucién. Los iconos son signos motivados, que no necesitan que el objeto cuyo significado comunican tenga existencia real: una raya de lépiz es un icono que representa una linea geométrica, la linea no tiene existencia real, es un mero concepto matemdtico, geométrico. La principal cualidad del icono es, por tanto, que siempre significa algo, por el mero hecho de existir como tal icono. Supongamos que dibujo un leén con rayas como los tigres, el dibujo seria un icono, aunque ese animal no exista; imaginemos ahora que en vez de dibujo uso una expresion lingiiistica, escrita leotigre, inmediatamente /eo- tigre es un simbolo, para entenderlo tendriamos que asignarle el significado convencional «leén que tiene rayas como los tigres» (frente a otros posibles, convencionalmente desechados, como «tigre que tiene melena de leén», etc.). En el momento en que deje de haber asociacién entre leotigre y su significado convencional deja de existir el simbolo, el dibujo del leén con rayas; el icono, en cambio, siempre serd un icono, porque la relacién entre la expresion y el contenido es inmediata. Podemos decirlo también de otra ma- nera: el simbolo precisa la existencia de un intérprete, el icono no. El se- gundo es significativo en si mismo, el primero, en cambio, necesita que al- guien asocie los significados de ledn y tigre de una manera determinada, entre otras posibles. La iconicidad es una condicién compleja. Simplifi- cando, podemos decir que hay una iconicidad primaria, que es la que se define en términos de parecido (de distintos tipos) entre la forma y el signifi cado. Una forma fénica como cucti es icénica en la lengua hablada, porque el sonido se asocia directamente con el animal, llamado asi por ese ruido, SOBRE METODOS U pero no lo es en Ia lengua escrita, en la que no hay asociacién directa entre los signos ctutctu y el sonido tipico del pdjaro, imagen fonica. Lo que no es un simbolo o un icono es un indicio. Asi podriamos tratar de explicar o definir la clase mas compleja y dificil de las tres de signos. Los indicios, como los iconos, no requieren intérprete, es decir, son independien- tes de que alguien los interprete o pueda interpretar; pero, en cambio, son dependientes de la situacién del objeto al que se refieren: si el objeto cambia de lugar, el indicio cambia. Un agujero de bala en un blanco es un indicio de disparo, porque sin bala no habria habido agujero; pero es también cierto que la gente puede atribuir el agujero al disparo 0 no, y pensar que el tirador no acerté pero se hizo una trampa. Los indicios son simplemente indicati- vos, diriamos de modo redundante, Ilaman la atencion, no se les puede asig- nar un valor veritativo fijo. Entre las categorias gramaticales, los pronom- bres demostrativos son indicios, porque llaman la atencién del oyente sobre el objeto, y establecen asi una conexién real entre oyente y objeto. Estas consideraciones sobre el indicio que figuran en el punto anterior se presentan desde la perspectiva mds amplia. De modo mds restringido diria- mos que para poder decir de un signo que es un indicio se requiere que haya una conexién conocida entre un signo A y su significado o contenido C, de manera que de que exista A se desprenda que existe C, pero por medio de una relacién de indicacién: el humo, por ejemplo, puede ser el signo A, y «fuego» su significado C, si bien para que sepamos que el humo indica la existencia del fuego (que A indica C) es necesario que establezcamos la rela- cién entre ambos, porque lo que el humo indica no es la simple existencia del fuego, sino, mds precisamente, que el fuego es el causante del humo. Estos extremos son importantes: si una persona ha sido apuialada en una habita- cién, y detenemos a cuantos estaban en la casa, no hay duda de que las manchas de sangre en las manos de uno de estos detenidos son un indicio de que es el asesino; pero si se trata de la cocinera, que acaba de matar un pollo, ese valor del indicio se pierde, porque se pierde la conexion entre la sangre de las manos y la del cadaver. Los signos lingii‘sticos son, pues, desde el punto de vista semiolégico, elementos de la clase de los simbolos, son, por ello, conjuntos binarios, de dos elementos {significante, significado} ©, mejor: {expresin, contenido} a partir de la primera precision saussureana: {imagen acistica, concepto}. Tanto en el plano de la expresién como en el plano del contenido, hay que distinguir entre una forma y una sustancia. Esta division es fundamen- 8 CURSO DE GRAMATICA ESPANOLA tal, pues son tipicamente estructuralistas definiciones de la lengua como la que da Luis Hjelmslev, para quien es «una forma entre dos sustancias», esta forma seria la asociacidn de la forma de la expresion y la forma del conte- nido, como se ve en el siguiente esquema analitico que ofrece Gustav Sie- benmann, en 1969, en su caracterizacion del signo lingiiistico frente al poé- tico. E. x. elementos muertos {ee slobal (sustancia amorfa) Ewesin ey gE a E, sonidos ~~ E, tono Eeatas E.f. elementos que se E. ritmo asocian a algin oe contenido S signo, - C.F. lo que se hace ‘comunicable { significado global contenido (C) fc sustancia’ C, conceptos senate, C.x. elementos muertos C) imagenes (sustancia amorfa) ete. (E = expresi6n. E sustancia = sustancia de la expresion. C = contenido. C. f. = forma del contenido. x = variable.) Como se ve, se desprecian unos elementos de sustancia (llamada amorfa) 0 elementos muertos, y s6lo se consideran aquellos que, en el plano de la expresién, pueden asociarse a un contenido, o que, en el del contenido, se hacen comunicables. 1.3. LAS UNIDADES LINGUISTICAS: FONEMA, MORFEMA Y SEMA Los estudiosos de la lengua habian operado durante siglos con dos unida- des bdsicas: palabra y oracién. Ante la imposibilidad de dar definiciones formalmente satisfactorias (sin ambigiiedad) de estos dos términos, los es- tructuralistas han ido creando sus propias unidades, unificadas por la termi- nacién -ema, y creando una terminologia peculiar, caracteristica de la lin- giistica moderna, aunque, por desgracia, no mds precisa y univoca, necesa- riamente, que la tradicional. Hemos dicho ya que, en su versién mds amplia, el estructuralismo acoge tres grandes planos: el fonolégico, el morfolégico (0 morfosintdctico) y el semantico. En un principio, sin embargo, el sistema de andlisis, a partir de los datos primarios, es decir, de lo concreto a lo abstracto, siguiendo un método in- SOBRE METODOS 9 ductivo, en la corriente cientifico-filoséfica del empirismo, tenia tres estratos formales, hasta la oracién, unidad de un ultimo plano: el sintactico. El mecanismo del andlisis estructural podria ser el siguiente: EI investigador-analizador, a partir de unos datos primarios, en una len- gua L, obtiene las unidades de un primer nivel, el fonoldgico: primero ob- tiene unos elementos meramente fonéticos, los fonos, que, sometidos a un proceso de contraste le permiten obtener la primera serie de unidades: los fonemas, en los que se configura la expresién, de modo que son todavia unidades sin contenido: la minima parte de la expresién que no puede ser dividida en unidades menores sucesivas es un fonema. El proceso de con- traste que permite afirmar que la distincién entre para y pasa estd basada en la oposicién entre los fonemas /r/ y /s/, y asi hasta obtener todos los fonemas posibles. lleva a una ultima etapa. en la que el investigador. tras comprobar exhaustivamente, por un proceso de sustitucion, los fonemas obtenidos, rea- liza un primer inventario: el de fonemas. agrupados en clases: nasales, labia- les, etc. (como veremos con mayor detenimiento en el capitulo dedicado ala fonologia). El andlisis fonoldgico realizado en el primer nivel permite obtener una transcripcién fonemitica de los datos primarios, la cual sirve de entrada al andlisis en el segundo nivel, que es el morfoligico. Lo primero que se obtiene en este nivel morfoldgico son los morfos, que corresponden todavia a un bajo nivel de abstraccién; podriamos definirlos como las expresiones de las unidades morfoldgicas: p. ej.. -0, -a en buen-o, buen-a serian los morfos del morfema de género, masculino y femenino res- pectivamente. El morfema, obtenido por el procedimiento de contraste, es la unidad de este nivel y, podriamos decir, la unidad lingiistica mas importante del estructuralismo americano. El morfema (llamado monema en el funciona- lismo europeo y que no debe confundirse con el morfema gramatical o gra- mema, limitado a -ba-, -s, etc.) es de definicion mas discutible, y discutida. Si podemos definir el morfo como el segmento minimo con significado de una expresién, tal como puede decirnos, entre otros, J. Greenberg, el mor: fema, que es una unidad en un nivel mds abstracto y que, por ello, no es de una expresién, sino del sistema, requiere dos condiciones: debe ser unidad y minima. y debe tener significado. El morfema. pues. frente al fonema, es una unidad minima con significado, es, asi, un elemento minimo configurador o conformador de contenidos que, por supuesto. tiene su posible expresion. de modo que todo morfema ha de constar, al menos, de un fonema. Toda uni- dad lingiistica minima con contenido es un morfema, que puede luego con- siderarse /éxico 0 gramatical y que se expresa por los morfos correspondien- tes: en cantabas cant- es el morfo que expresa un morfema léxico, mientras que -a-, -ba- y -s son morfos que expresan los morfemas gramaticales de conjugacién (vocal tematica), tiempo-aspecto y nimero-persona. Es obvio que es en estas determinaciones donde nace la discusién: en el ejemplo tado puede discutirse si -a- es la expresion de un morfema gramatical, o si forma parte del morfema léxico (que seria, entonces, canta-). No hay que ol- vidar tampoco la posibilidad de que un morfema se realice con un morfo cero, en cuyo caso no le corresponde sino un fonema también cero. 10 CURSO DE GRAMATICA ESPANOLA El mismo criterio metodolégico de sustitucién que, aplicado a los fone- mas, permitia formar el inventario de éstos y clasificarlos, se aplica a los morfemas, para obtener sus clases correspondientes. Asi tratado el material, obtenemos una transcripcién morfemiitica de \os datos primarios, la cual, a su vez, sirve de entrada al Ultimo nivel, el sin- tdctico. En el nivel sintdctico la situacién es mucho mas compleja: de un lado tenemos las palabras, unidades de dificil definicién satisfactoria. como vere- mos al hablar de lexicologia, mds adelante. Hay un posible inventario de palabras (el diccionario es un buen ejemplo, aunque imperfecto), y el método de sustitucién permite agruparlas en clases. Una sucesién de clases de pala- bras constituye una estructura oracional, ultimo nivel al que llega, inicial y deliberadamente, el estructuralismo. Un esquema divulgado del proceso seria algo asi: Esquemas oracionales (sucesién de clases de palabras) Plano sintictico (morfosintactico) Palabras —tme[Sustitucién | Clases de palabras i Transcripciones morfemiiticas Morfemas —t=[~ Sustitucion |—t™ Clases de morfemas Plano morfoidgico Contraste (morfemaiticoy Morfos Transcripciones fone! —> Clases de fonemas Plano fonolégico (fonematico) Datos primarios SOBRE METODOS u Sea, por ejemplo, el dato primario: vas, cuyo andlisis inmediato propor- ciona tres fonos: [b] + {a} + {s], los cuales, contrastados con los otros fonos posibles (0, en un corpus cerrado, entre si), proporcionan tres unidades fo- nematicas 0 fonemas: fb/ labial, sonoro, oclusivo, consondntico, oral. fal central, abierto, sonoro, vocdlico, oral. /s/_ alveolar (0 dental), sordo, fricativo, consondntico, oral. Ib +a+ sf! serfa la correspondiente transcripcién fonematica. En el plano morfoldgico (en el que necesitamos, obviamente, un corpus mayor), tenemos dos morfos: bats el primero, aplicado e} método contrastivo, es expresién de un morfema lé- xico, el segundo del gramatical de segunda persona familiar, singular. La transcripcién morfematica bats daria paso al ultimo nivel. En el plano de la palabra tenemos muestra de las evidentes dificultades del proceso al relacionar ba- con ir, bo-, fu-: desde el punto de vista oracional, en cambio, nuestro enunciado corresponde a un tipo oracional simple, como niicleo del predicado (0 frase verbal), que im- plica en su morfema gramatical de persona que su sujeto es segunda persona, es decir, ni. La carencia, en este esquema, de elementos tonales o supra- segmentales (entonacién, concretamente) nos impide saber si se trata de un tipo enunciativo, interrogativo, exclamativo, etc. Con un corpus mayor, como es normal al analizar una lengua, iriamos realizando las correspondientes clasificaciones, e inventarios, de fonemas, morfemas, palabras y oraciones. El estructuralismo concibe la fengua, pues, como un inventario: el ana- lista debe clasificar perfectamente sus elementos; por eso decimos que los estructuralistas son taxondémicos y su objetivo la taxonomia de la lengua que estudian. Por ultimo, ia determinacién de unidades en el plano semdntico no ha sido precisamente la tarea mds sencilla. Como también hemos de volver luego sobre el tema, digamos aqui que el rasgo semdntico minimo es un sema: un conjunto de semas constituye un semema. Puesto que sema y se- mema corresponden a configuraciones de contenido, en un nivel profundo de abstraccién, no hay acuerdo acerca de los criterios para determinarlos y, sobre todo, sus resultados. Si, a partir de los semas, Ilegamos al procedi- miento léxico de designacién, el procedimiento se llama onomasiolégico (vamos del sema al onoma ‘nombre’); si vamos desde el designador léxico al sema, el procedimiento se Ilama semasioligico (del onoma al sema). 2 CURSO DE GRAMATICA ESPAROLA Por el sistema lexicologico del sufijo -ema podemos ampliar la terminolo- gia: el lexema es la unidad léxica (y lexicolégica, por tanto); pero el léxico se expresa en /exias (mejor que /exfas que suena a detergente), simples como can 0 complejas como noche toledana. Esta proliferacion da lugar a cruces frecuentes: asi, es habitual encontrar /exema utilizado en lugar de morfema léxico, por su coincidencia, siendo su unica diferencia, entonces, el plano de andlisis: léxico 9 morfolégico/morfematico, respectivamente. En el plano sintactico ha tenido especial interés, sobre todo en Europa, la determinacién del sintagma como unidad. Un sintagma consta de un nucleo y unos adyacentes opcionales. El nicleo de un sintagma ha de ser, necesa- riamente, un sustantivo (sintagma nominal) 0 un verbo (sintagma verbal}. Esto es importante puesto que la combinacién de un sintagma nominal y un simagma verbal es una de las definiciones formales mds extendidas de la oracién simple. Por este motivo el estructuralismo recibe el nombre de gra- matica sintagmatica. Esta gramitica es categorial, como taxonomica: lo primordial es catego- rizar cada morfema o sucesién de morfemas; ello provoca una peligrosa am- bigiiedad en la descripcion de ciertas categorias: comer en una frase como Para comérselo és un verbo, nicleo del sintagma verbal, mientras que en comer es sano es un sustantivo, nucleo del sintagma nominal (hablando en términos morfosintacticas, como es usual en el estructuralismo). En el in- ventario morfematico, sin embargo, comer forma parte del verbo. Las solu- ciones para salvar estos escollos (hablar de una doble o una triple funcion en el contexto) no son generales, sino particulares de cada lengua o, a veces, de La version funcional del estructuralismo europeo ha desarrollado dos conceptos fundamentales, el de funcién y el de articulacién. E. Alarcos, en su Gramdtica Estructurat, entiende el primer término de modo amplio, del siguiente modo: «Es fincion toda dependencia establecida entre una clase y su elemento (una cadena y su parte, o un paradigma y su miembro) o entre los elementos (partes 0 miembros) entre si. Por ejemplo, hay una funcién entre una frase y los grupos fonicos que la forman; hay funcién entre el paradigma causal y el acusativo, 0 entre los grupos féonicos entre si, o entre el acusativo y el ablativo. Los términos de una fun- cidn serdn sus fintivos, esto es, objetos que tienen funcidn con otros objetos. Como puede haber funcién entre funciones, éstas pueden ser también funtivos. Los funtivos que no son a su vez funciones se Hlamarin magnitudes; como. en os ejemplos ante- riores, los periodos. las frases, las palabras, las sflabas, el acusativo 0 el ablativo» (pagina 32). El concepto de articulacién se refiere a los elementos del signo. La pri- mera articulacion es la que existe entre expresién y contenido; en ella se basa lo que se llama la economia de las estructuras lingilisticas: transmitir con el menor numero de significantes el mayor numero de significados, sin entorpecer o impedir la comunicaci6n. Puesto que abarcan al significante y al significado (expresin y contenido), las unidades de la primera articulacion son bifaciales: los monemas (que se corresponden, grosso modo, con los SOBRE METODOS 13 morfemas del estructuralismo americano definidos antes). Puesto que el mo- nema es una unidad con contenido, la primera articulacién es la del conte- nido: su unidad minima es la minima unidad del contenido. Estas unidades se obtienen mediante un andlisis en el cual son pasivas, por ello decimos que son unidades distinguidas, siguiendo a Alarcos: can, meldén, cant-, -ba-, etc.. se diferencian como tales unidades porque participan en secuen- cias de {os tipos: Efrén cantaba, frente a Astor canta (frente al cual estaria, por ejemplo, Samuel suefia), un perro es un can, frente a un perro es un animal, el melon es una planta, frente a el trigo es una planta. En las parejas cantaba canta can melon canta suefia animal —_trigo somos nosotros los que establecemos las diferencias, gracias a que estas unidades (o sumas de unidades, como cant-a-ba-@, por ejemplo) tienen signi- ficantes asociados a significados, como -ba-, asociado a (+ pasado, — per- fectivo). En 1978 Alarcos lo ha enunciado asi: «El reemplazo de ciertos ele- mentos del discurso significante por otros, diferentes, arrastra el reemplazo paralelo de ciertos contenidos por otros» (pp. 39-40). En la segunda articulacién, en cambio, la referencia es exclusivamente al significante, a la expresion, y las unidades que resultan lo son del signifi- cante tan solo, carecen de contenido y no pueden Iamarse significativas. Son unidades distintivas, porque permiten distinguir, activamente: son los fonemas. Las unidades distintivas /a/ y /o! permiten distinguir par de por. ‘Aunque el contenido cambie, ef cambio no es ni previsible ni proporcion: no podemos decir que el cambio ocurrido gracias a la conmutacion de las unidades /a/ y /o/ en par y por sea proporcional al que se produce en cama y coma, 0 bata, bota, En cambio, en cantaba, sofiaba, frente a canta, sueria, hay una proporcionalidad, y entre cada par de estos ejemplos. Dicho de otro modo, los monemas, unidades de la primera articulacién, estén compuestos de fonemas, unidades de la segunda, cuyo orden, en cada monema idéntico, debe ser fijo: no es lo mismo pera que pare, porque los mismos fonemas /a.e.p.1/ se ordenan o distribuyen de modo diferente. Las unidades de la segunda articulacién pueden analizarse objetivamente gracias a las propiedades de la sustancia fonica: asi decimos que el fonema/p/ es oclusivo y sordo, o /y/ fricativo y sonoro; la fricacién y la sonoridad son comprobables y mensurables. En cambio, no parece facil analizar objetiv: mente la sustancia de} contenido y, en consecuencia, las unidades de la pri- mera articulacién. En su estudio de 1978, E. Alarcos sefiala que «el conte- nido total de una expresién no es sdlo la suma de los contenidos parciales evocados por cada uno de los significantes sucesivos, sino, ademas, la de los contenidos indicados por las relaciones establecidas entre esos significantes» (pagina 45); ademés, del mismo modo que hay una articutacion para contenido y expresion, la primera, y una segunda para la expresion, se pregunta si no habré una tercera articulacién, que seria la articulacion del contenido, de unidades también monofaciales, como las de la segunda, pero distinguidas, como las de la primera. Esta tercera articulacién no seria sucesiva, sino si-

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