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Contreras, C., & Zuloaga, M. (2016) Historia minima del Peri (2 ed.) Lima: El Colegio de México. Capitulo 21: El reformismo militar, 1968 - 1980 Este material es para uso académico exclusivo de los alumnos de la Universidad Tecnologica del Peri, Su reproduccion y distribucidn més alld de estos fines esta prohibida, de acuerdo al Decreto Legislativo N° 822. 21 EL REFORMISMO MILITAR, 1968-1980 ‘Muchos analistas se preguntaron a partir de los afios setenta por qué los ‘militares peruanos interrumpieron su fidelidad a la clase propletaria, probada en diversos momentos partit de 1914. Elhecho es que, trans- currido medio siglo, su respaldo a la oligarquia se quebro y a partir de 1968 decidieron encabezar un gobierno de corte nacionalista, con énfa~ sis en la autonomia en materia de politica exterior y en la redistribucion. de la riqueza en el campo de la economfa, Aunque algunas de sus refor- ‘mas fueron tildadas por la oligarquia de comunistas, en verdad su inter- vencién tuvo como finalidad atajar el avance del comunismo en el pais. ELNACIONALISMO DE LOS UNIFORMADOS Como muchos otros oficios a los que el ensanchamiento del Estado cobijé a lo largo del siglo xx, como los de maestros, polictas y enferme- ras, a profesion militar fue siendo copada desde mediados del siglo por la poblacion mestiza. La oligarquta podta excluir alos indios y mestizos de sus pisciras, sus aulas y sus salones, pero no podia, ni le conventa hacerlo, de les cuadros profesionales del Estado, La presién del Partido ‘Aprista y de la expansion demografica hicieron que la universidad pi- blica, las escuelas de oficiales de las fuerzas armadas y las escuelas not- males donde se formaba al magisterio, tolerasen, primero, y fuesen to- ‘madas, después, por los grupos mestizos y provincianos en ascenso. El propio general Juan Velasco era un ejemplo vivo de que el ejér- cito funcionaba como un eficaz ascensor social. Habfa nacido en Piura en 1910 en un hogar de clase media baja. Hizo sus primeros estudios en tuna escuela pablica, enrolandose en 1928 en el ejército como soldado 250 ELREFORMISMO MILITAR 1968-1980 251 aso. Para esto viajé a Lima como “pavo" (pasajero clandestino) en un arco mercante que abordé en el puerto de Paita. Los requisitos socia- les para ingresar a la Escuela de Oficiales se sorteaban mas facilmente cuando se habia servido como soldado. Juan Velascc logré graduarse como subteniente en 1934 e inicio desde entonces una exitosa carre- rade oficial que lo lev6, tres décadas después, al mAs alto rango de las, fuerzas armadas del pais. La variacion en el origen social de sus miembros fue transforman- do la ideologia de los uniformados. Por razén de su desempefio, los militares debian trasladarse a aislados puntos del territorio nacional, donde comprobaban las duras condiciones de vide y percibian los agudos contrastes de riqueza y pobreza en el pais. La derrota en la guerra del salitre les habia ensefiado que el principal enemigo del Pert, en caso de una guerra, no era el ejército que se les oponta, sino la falta de solidaridad nacional, que era, a su vez, la secuela de la des- igualdad social y la falta de contacto entre los grupos situados arriba y abajo de la piramide social. Los paises de sociedades igualitarias tenfan ‘mejores perspectivas de ganar una guerra que los de sociedades més desiguales, De otro lado, como muchos otros peruanos, los militares pensaban que la evolucién econémica del Peri habia estado demasiado depen- diente de la exportacion de materias primas. Como en toda América Latina, en el pais se vivia por entonces la utopfa de la industrializacion. como la panacea de todos los males. Una nacién industrializada conta~ ria con una economia més estable, con salarios mas altos y con una sociedad més igualitara. Las ideas economicas de la c=PAt y la teorfa de la dependencia habian penetrado en el Peri, convenciendo a muchos: académicos de que para conseguir una radical transformacién de las condiciones econémicas debia arrebatarse el control de los sectores econdmicos mas boyantes a la oligarquia, Esta era percibida como un. grupo pequefio de familias egotstas que carecian del sentimiento nacio- nalista necesario para emprender un proceso de industrializacién e igualacion social, Una diferencia entre el gobierno militar de 1968 a 1980 respecto de gobiernos militares anteriores fue que combin6 el personalismo del 252 HISTORIA MINIMA DEL PERD presidente con el carécter corporative de un gobierno de las fuerzas armadas. No fue un gobiemo plenamente corporativo, ya que en di- ‘cho caso Velasco Alvarado debia haber sido relevado en el cargo una vyez que le correspondiese pasar al retiro al cumplir los 35 atios de servicio en el efército. Pero tampoco fue un gobierno totalmente per- ‘sonalista, ya que cada una de las tres armas en las que estaban dividi- as las faerzas militares: el ejército, la marina y la eviaci6n, recibié ciertas éreas de gobierno (ministerios) en las que podia manejarse con alguna aatonomia. La combinacién de personalismo y caracter corporativo tuvo mo- mentos de crisis, como en 1975, cuando un grupo de jefes militares derrocé al general Velasco, quien no se resignaba a ceder la Presiden- cia, a pesar de los siete afios que estaba por cumplir en el poder y de ciertas limitaciones fisicas que le habfan hecho perder una pierna un ano atrés y lo llevarian a la tumba dos afios después El nuevo presi- dente fue el general Francisco Morales-Bermudez (nieto de quien fue- ra presidente entre 1890 y 1894), quien también provenia de las filas del ejército, pero habia nacido en una familia limefia de una extraccion. social mas elevada que la de Velasco Alvarado. UN GENERAL REVOLUCIONARIO La fase mas original como programa politico y més radical en sus me- didas dentro del gobierno militar correspondic al “septenato” de Velas- to Alvatado. En el plano internacional rompié con la politica sumise al gobierno de Estados Unidos abriendo embajadas en Cuba y la Union Soviética, paises con los que inicio una serie de programas de coopers- cin. Lima fue sede de una de las cumbres de los ast lamadcs “paises no alineados” (es decir, independiente de alguno de los bandos en dis- ‘puta durante la guerra fria que caracteriz6 la politica internacional de aquellos afios). Lideres socialists como el comandante Fidel Castro ¥ el presidente chileno Salvador Allende visitaron Lima, subrayando com ello la ruptura del Pera con la politica pro norteamericana caracterist- cade las décadas anteriores. i l c e « t F r ELREFORMISMO MILITAR, 1968-1980 253 En el terreno econémico el "gobierno revolucionatio de la fuerza armada” realizé una importante redistribucion de la propiedad y los ingresos. Los latifundios agrarios fueron expropiados a partir de una ley de reforma agraria aplicada desde 1969, que privé de su propisdad a los hacendados que tuviesen mas de 50 hectéreas de tierras en la costa y 150 hectareas en a sierra. La expropiacion fue virtualmente sin compensacién, ya que se valuaron las tierras, los animales, sembrios, edificios y maquiraria, no segtin el precio de mercado, sino de azuer- do con las tasas oficiales que eran usadas para el pago de los impues- tos. Estas tasas de ordinario fijaban valores de menos de la mitad de los precios de mercado, que a veces llegaban a ser incluso simbélices. El ‘onto resultante fue entregado en su mayor parte en bonos que paga- ‘ban una tasa de interés inferior a la inflacion. ‘Una vez expropiadas, las tierras fueron distribuidas entre los traba~ jadores de las haciendas, dandole a la reforma agraria un aura reivindi- cativa importante: ‘la tierra para quien la trabaja” fue el lema esgrimido por el gobierno de Velasco. No fue facil, sin embargo, determinar quié- nnes eran los trabajadores de cada hacienda, ya que en éstas hablanexis- tido diferentes regimenes laborales, dandose el caso de trabajadores, por ejemplo, solamente temporales. Al repartirse la tierra entre los ope- rarios bésicamente estables y permanentes, se dejé sin tierras a los tra- bbajadores temporales, que eran los més pobres del campo. A fin d= que no se perdiesen las ventajas de la escala en la administracion agraria, las tierras de los latifundios no fueron parceladas, sino que se mantu- vieron como empresas agrarias en las que los duetios eran los trebaja- dores organizados bajo la figura de una cooperativa (en la costa) o una comunidad (en la sierra). Pero la administracién quedé en manos de gerentes nombrados por el gobiemo. Los yacimientos mineros mas importantes, como los de petrdleo en Talara, los de Casapalca, Morococha, Yauli y Cerro de Pasco en la. sierra central, ylos de Marcona, en el sur, fueron también expropiados a empresas mineras de capitales norteamericanos. En este caso, el te- ‘mora las sanciones del gobierno de Estados Unidos hizo que se paga- se una indemnizacién justa, o hasta mas que eso, a los accionistas erjudicados con la expropiacion. Las empresas pasaron propiedad 254 HISTORIA MINIMA DEL PERD del Estado, quien cteé con ellas empresas publicas, como Petropeni, ‘Mineropera y Hierroperi. También se expropiaron industria conside- radas estratégicas, como las de cemento, acero, papel, la quimica y los yuelos aéreos, convirtiéndolas en fabricas estatales cuyos funcionarios eran designados por el gobierno. La intencion de esta masiva expropiacién fue poder ccordinar las inversiones y planes productivos de todas esas empresas, 2 la vez que orientar sus genancias a la ampliacion de la capacidad productiva de la nacign. Estas buenas intenciones no se cumplieron, En la medida en que, salvo la del petroleo, se trat6 de expropiaciones relativamente anunciadas con antelacién, los propietarios habjan dejado de invertir ‘en la mejora de sus plantas. En pocas ocasiones se trat6 de negocios oyantes de los que pudiera obtenerse ganancias al dia siguiente. De ordinario los militares descubrieron que para volver prodactivas esas industrias debia inyectarseles capital y realizar reformas téenicas y ad- rinistrativas; pero incluso saber qué es lo que exactamente debia ha- cerse tomaria algin tiempo y dinero. Una opcisn, desde luego, era continuar operando tal como se encontraron las cosas, pensando sim- pplemente en el dia siguiente y no en el largo plazo. Fue lo que general- ‘mente se hizo, pero era una estrategia condenada al fracaso en el me- diano plazo. La economia de las empresas expropiadas se volvi6, acems, com- plicada por el manejo politico que, como era previsible, comenz6 a adquirir su condwecién. Las cooperativas agrarias de produecién de la costa debieron, por ejemplo, recibir mas trabajadores de los que real- ‘mente necesitaban, de acuerdo con la idea de que su funcién debia ser no sélo la produccién de ganancias mediante el trabajo agricola, sino dar también empleo a la poblaci6n regional. Los gerentesnombrados =| ¢ por el gobierno carecieron de estabilidad e incentivos para un trabajo cficiente; era corriente que se nombrase a oficiales militares que, aun- que tenfan la mistica de que carecian los gerentes civles, ellos mismos carectan casi siempre de los conocimientos necesarios. 1a economia nacional se transformé en una extrafia criatura, mi- tad privada y mitad estatal, ni capitalista ni socialista, puesto que, aun= {que funcionaba el mercado para algunos bienes o sectores, el Estado ewrenes b aonaeo r s 9 [EL REFORMISMO MILITAR, 1968-1900 255 mantenta el control de los més importantes y con mayor capacidad de ganancia. Estos eran los bienes exportables y aquellos considerados sensibles para la marcha general de la produccién (la electricidad, los, combustibles, el agua potable, los hidrocarbutos). El gobierno era, ademas, quien dictaba los precios de los servicios publicos y muchos otros considerados estratégicos, entre los cuales figuraban los de los alimentos, la gasolina, el transporte urbano ¢ interprovincial y el sala- rio minimo. También se controlaba el precio del alquiler de las vivien- das y los medicamentos considerados basicos. El gobierno militar aproveché la creacién en 1969 del Pacto Andi- no (un acuerdo de seis paises Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile, ademas del Peri— andinos para integrar sus mercados de bienes) para poner en marcha un programa de industrializacién por sustitucién de importaciones, que llevo a la ereccion de filuicas de ensamblaje de artefactos electrodomésticos, camiones, automéviles y ‘motocicletas. Elevados aranceles a los bienes importados protegieron a la industria del ensamblaje y de bienes para el hogar, garantizando el empleo de la clase trabajadora y los sectores medios urbanos que traba- jaban en ella, Como en todos estos programas de modernizacién eco- ‘némica, los grandes sacrificados fueron los trabejadores rurales, cuyos bienes se vendian a precios bajisimos controlades por las autoridades. tras reformas interesantes que aplicé el goviemo militar ocurrie- ronen el terreno de los medios de comunicacién y la educacion, Todas las empresas de comunicacion y de educacién pasaron a pertenecer a empresarios peruanos, quienes debian dar un sentido social a estas, instituciones. En 1974 se orden6 la expropiacién de los periédicos de Lima, que eran los tnicos que tenfan una circulacién nacional, ast como las estaciones de radio y television. La prensa habia venido cri- ticando algunas politicas del gobierno y la falta de democracia; éste consideré que quienes controlaban los medios de comunicacién eran, ‘unas pocas familias oligérquicas que no representaban el pensamiento- de la mayoria de los peruanos, por lo que la expropiacion tendria como objetivo transferir estas empresas a sectores organizados de la sociedad, como los campesinos, los trabajadores urbanos o los educa- dores. Mientras se encontraba la forma de hacerlo, las empresas perio- 256° HISTORIA MINIMA DEL PERU disticas fueron entregadas a la conduccién de intelectuales que el go- biemo vio como cercanos a su politica. En el terreno de la educacién el gobierno oficializ6 como lengua nacional el quechua, aunque compartiendo este papel con el castella- no, que era el idioma que ya hablaba la mayoria de los peruanos y dominaba en las ciudades. Con esta medida, y otras que limitaban la ensefianza en idiomas extranjeros en los colegios, el gobierno se pro- ‘puso combatir la tendencia extranjerizante que, a Su juicio, existia en Tacultura, Simb6licamente fue importante la imposicién de un unifor- ime escolar dinico en toda la Repiblica. También trats, més que consi- guid, extender el servicio militar alas clases medias, que hasta enton- ces lo evadian con facilidad. Ser soldado era cosa de indios. Dichas medidas tuvieron poco efecto prictico, puesto que la edu- cacion siguio impartiéndose basicamente en castellano y el quechua no detuvo su tendencia declinante; os soldados continuaron siendo reclu- tados entre los campesinos y pabres urbanos y los colegios de las élites siguieron sefialandose del resto, pero llegaron a tener un importante impacto cultural, haciendo del racismo contra los indios un hecho que, si bien no desaparecié, comenz6 a ser politicamente censurado y dej6 de aceptarse como una conducta normal o socialmente aceptable. Dos telenovelas (un género que alcanzz6 en esta época un apogeo enorme) ‘muy populares en esos afios: Simplemente Maria y Natacha basaban su argumento en la historia de las muchachas pobres y provincianas que emigraban a la capital, donde servian en casas de grandes familias como domeésticas, debiendo padecer los maltratos de sus patrones, hasta fi- nalmente triunfar gracias a su belleza y dignidad. Durante el gobierno miliar las organizaciones de trabajadores ¥ campesinos se fortalecieron. La presencia de un régimen que conti- nuamente ensalzaba las virtudes del trabajo y denunciaba los atrope- llos, presentes y pasados, de la oligarquia, ast como la estabilidad que tenia el empleo en las empresas pilblicas 0 semnipublicas, alenté la crea cion de sindicatos y confederaciones de trabajadores, como la Con- federacién General de Trabajadores del Pert (corr) entre los obreros fabriles y empleados del sector modemo, y el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educaci6r. en el Peri (sutet), entre los maestros EL REFORMISMO MILITAR, 1968-1980 257, Las demandas econémicas de estos trabajadores confluyeron con los reclamos politicos de quienes pedian el retorno de las elecciones y la libertad de prensa, provocando un desgaste del gobierno. El reemplazo del general Juan Velasco por e! general Francisco Morales-Bermiidez Cerutti oxigen6 la imagen del gobierno y le permi- tio realizar un trénsito relativamente ordenado hacia un régimen de democracia electoral. El nuevo presidente tenia ideas menos redistri- ‘utivas que el anterior y paresia més predispuesto a la busqueda del concenso. Una de sus primeras acciones fue desactivar la tensién béli- ca que se habja creado en la frontera con Chile; asimismo, decidié la incorporacion de profesionales civiles en el gabinete de ministros y poco poco fue desembarazindose de las figuras de ideologia més radical dentro del gobierno: n conjunto de generales y coroneles a quienes se llamaba los “primafisicos". LA CRISIS ECONOMICA El cese del crecimiento econémico producido tras el fracaso de las re- formas en la propiedad de las empresas y, sobre todo, los problemas cocurridos en el mercado mundial tras la crisis del petréleo de 1973, impidieron que el gobierno pudiese continuar su politica redistributi- vva, Durante los primeros anos del decenio de 1970 se habia comprado abundante armamento militar, base de endeudamiento externo. Des- ppués de la crisis del petréleo las tasas de interés sobre estos préstamos se elevaron, volviendo muy éificil la situacién de la balanza de pagos. Para impedir la salida de divisas se lleg6 a prohibir importaciones como lade televisores.a color o las piezas para armar los automéviles, aunque, como era previsible, igual muchos se vendian por el contrabando y el abuso de las licencias diplomticas. Los problemas econémicos provocaron el endurecimiento de las uchas sociales. Entre los aftes 1976 y 1978 parecis vivirse una situa- ign que la izquierda llegé a lamar “prerrevolucionaria”. El marxismo vel maoismo se habtais ulincado en las universidades y en los sindiea- tos, Grandes huelgas generales terminaron en movilizaciones callejeras

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