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B7L3 A2d 7° : Maria Acaso a Pedagogjas invisibles ¢ EL ESPACIO DEL AULA COMO DISCURSO Cont colaboracin de Cara Megias A 84 dak reese SIT ERE Ls REFADOS¥ Las ESREADOS, ong sto a. ey LAME OWBO DEAS INDICE ITRODUCCION 11 Sobre el etcalafto que me produce que me salude Aeade el pesillo una mujer sin eabera m1 Dela palabraaleoletivo 12 | ate no erm libro sobre educacén artstia colamente) 19 Diferentes veer que ce funden enuna 22 ‘Aclaraciones 22 PRIMERA PARTE. NOCIONES TEORICAS ACERCA DEL TERMINO PEDAGOGIAS INVISIBLES 25 CAPITULO 1. LA SEMIGTICA ES CAOTICA. ANALITICA YYNEURGTICA 31 ‘ub ea semiica? 34 Guande es signa hacen ons. 38 Noes oro todo lo que reluce 4 Dela manna como alimentos la manzana como metsfora } (las diferencias entre epresentreiaterpretan) 43 Dela seminal semiticn visu 47 CAPITULO 2. ESPLAZANDO LA SEMIOTICA HACIA LUA PEDAGOGIA. HACIA UNA SEMIOTICA DEL ACTO PEDAGOGICO 49 nto No Ea Un Curicukums el diseurso pedagoyico ‘como sistema derepresentacion 50 ‘Mis zapatos hablan. De las narrativa bidimensionales alas tridimensionses 58 ¢Mbiimos 0 cerramios la puerta? Elespacio pedagégico ‘como discurso 67 [No me seuerdo de nada. Ethecho pedagigico ‘dotermina el eitudiante? 70 ‘CAPITULO 3, DE LAS PEDAGOSIAS cRlTIcAS [ALAS PEDAGOGIAS RESENERATIVAS, DEL CURRICULUM (OCULTO A LAS PEDAGOGIAS INVISIBLES 77 CCuerpos uniformados. Herdas invsiblesy violencia simblica 82 ‘Un poco més de vaho. Descubriendo la opacidad deleurrealum 84 \Noacordarse de apagar el fuego para dar de comer al gto ‘Lapous, olvidoryomisiones 86 Intentando extaer las vets de chocolate el bizcocho:desplazando le dreesionalidad Inacin la pedagogia 8 as imagenes hacen cosas Hibridando Ia performatividad ‘con la pedagogy el lenguse visual 95 CAPITULO 4 UNA DEFINICION IMPOSIBLE... 97 Femenino. Paral 99 Las pedagogies invisbles ton... 104 ‘SEGUNDA PARTE. TRANSFORMANDO 111 ‘CAPITULO S, ESTO NOES UN METODO 113, Elproblema m5 Detectar 136 ‘Anallaar 18 ‘Transformar 122 CAPITULO 6. ESTUDIOS DE CASO 125 Silvese quien pueda! Las pedagogis invsiblesenla 50 127 “Visitas guadas, familias voces. Las pedagogia invsibes ‘los maseoe de ates veuales 148 Pulmones softs acer caliente. Las pedagogas Invisibles en otros contétos 161 Puerta abiestas, afombresy rests. Las pedagogtas ‘nvsibles ena educscién superior 195, CODA 185 BIBLIOGRAFIA Y RECURSOS 187 INTRODUCCION SOBRE EL ESCALOFRIO QUE ME PRODUCE (QUE ME SALUDE DESDE EL. PASILLO UNA MUJER SIN CABEZA Reeverdo que ese dia haeta mucho calor y que mi hija, eonque {enlaun poco defiebre, no queria quedarse en casa Asi que deei= dimos ir jantas ala facultad, puesto que yo tena varias cosas que Incr que no podia poaponery ella le atraia mucho la idea de pasar mafana conmigo. Aparcamos el coche suhimos la esea~ Tinata que conduce al reebidor priscipal de mi centro docente, donde irremediablemente nos aluda (2) tna népliea de la Vito FiedeSamotracia. Mi hije mir, eparé,sesolt6 de mi mano y me pregunté"Mamé, ;por qué esta sefora no tiene cabera?™. Yo lle~ tabs pesando delat dedichaestatua mucho tiempo, demasiado, tanto que mie habia olvidado de que no tena cabera, de que dia a tia no solo yo, sno todos los que entramos ala Facultad de Bellas ‘Aries de la Universidad Complutense de Madrid pasames por detente, alrededor, bordesnios wna gigantesea estas de una mu- jer sin braaosy sin eabees en una insttuetn pablica en la que el (6s porciento dela usvarias somos mujeres. Era la primera ver que mi hija vela aquello, y por eso, y porque desconoela que ls Victoria de Samotracia fuera una Obra fle Arte con mayscula, tuvo la failidad de ver lo que realmente sth situadoy not saluda, en lugar de ver un objeto recontextua~ lizado hist6ricemente, resignificado en mi cabeza por los au tones que legitiman determinades obras en la historia del arte, por mis profecores y profesoras, por mis viajes ylo que oeurris ‘en los, Paradojleamente, mi hija pudo verlo porque descono- tia, yyo no pude ver por le que eonoetao sabia; mi hija pudo wer porque era Ia primera vez que se producia este encuentro. yo no pude ver de tantas veces que ete encuentro se habia produ- ido. Esta historia, este encuentro de mi hija de seis aos con la istoria de Samotracia, es un pequeto relato que explica muy bien ‘quello delo que vamos a hablar en este texto: de emo afisil- dad de los lugares ylos disearsos, que como usuarios elaboramos inconscientemente, performan nuestra identidad DELAPALABRA AL COLECTIVO Pero el encuentro com la Victoria de Samotrocia viene precedido por otros eneuentros,catualidades y serendipias que comienran fenelaflo 2008, cuando me veo obligada abutearun nombre para cleurso de doctorado que iba a impartir en el centro enel que

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