De los diversos
usos del detalle
Liss de la interpretacién freu-
iana con la revolucién estética
comienza, entonces, a complicarse. El
psicoanilisis es posible sobre la base
de ese régimen del arte que revoca las
incrigas ordenadas de la era represen-
tativa y da nuevamente cabida al
pathos del saber. Pero Freud opera una
seleccidn bien determinada en la con-
figuracién del inconsciente estético.
Privilegia la primera forma de la
palabra muda, la del sintoma que es
hhuella de una historia, La hace valer
contra su otra forma, la vor anénima
de la vida inconsciente ¢ insensata. Y
sa oposicién lo conduce a dejar ates,ru iNconsciena estértco.
en la vieja logica representativa, las figuras romin-
ticas de la equivalencia del logos y el pathos.
Fl ejemplo més impactante es dado por el
texto sobre el Moisés de Miguel Angel. El objeto
de ese andlisis es, en efecto, singular. Freud no nos
habla alli, como lo hace en el texto sobre
Leonardo, de un fancasma localizado en una
nota. Nos habla de una obra escultérica que dice
haber ido a ver varias veces. Y establece una ade-
ccuacién ejemplat entre la atencién visual prestada
al detalle de la obra y el privilegio psicoanalitico
otorgado a los detalles “insignificantes”. Esto pasa,
como sabemos, por una referencia que nutrié
innumerables comentarios: la referencia a More-
Lli/Lermolieff *, el médico experto en obras de
arte, inventor de un método parajudicial de iden-
tificacidn de obras a partir de esos detalles
‘mos ¢ inimitables que revelan la mano del artista.
Asi, un método de leccura de obras es identificado
con un paradigma de investigacién de causas.
Pero el método del detalle puede practicarse de
dos maneras, que corresponden a las dos grandes,
+ Lareferenca esd en Sigmund Freud, “El Mois.” ob,
cic, vol xt, ps 227. Freud menciona a Ivan Lermolief
Seudnimo con el que frmaba Tovanni Morel (N. det E)
formas del inconsciente estético. Por un la
modelo de la huella ala que se hace hablar i
que se lee la inscripcién sedimentada de una his-
toria. En un texto célebre, Carlo Ginzburg marcé
como, a través del “método” de Morelli, la incer-
pretacién freudiana se inscribe en el gran para-
digma indiciario que busca reconstituit un pro-
ceso a partir de sus huellas'. Pero también esti el
‘otro modelo, el que ve en el detalle “insignificante”
no ya el indicio que permite remontar un proceso,
sino el impacto direeto de una verdad inarticulable
‘que se imprime en la superficie de la obra des-
baratando toda légica de historia bien ongai
zada, de composicién racional de los elementos.
Este segundo modelo de anilisis del detalle es
el que seré reivindicado més tarde pot los histo-
riadores del arte para oponerlo al_privilegio
panofskiano del andliss del cuadro a partir de la
historia que representa o del texto que ilustra.
1. Carlo Ginzburg, “Traces. Racines d'un paradigme ind
- +. Racines d'un paradigm indi-
Gite’ en Nghe embry, ren, Pat Flammarion,
298, bp 139180, "
NN. del Bs
en expatol, véase Carlo Ginzburg, “Morel
oy Shc anno uo
Imberto Eco y Thomas Scbeok ( Cr
icbeok (comps. El sgna de or
17, Barclons, Lame, 1989, pp. 28 yam
”sa polémica, conducida ayer por Louis Masia ny
hoy por Georges Didi-Huberman, se vale de
Freud, del Freud inspirado por Morelli, para
dar un modo de leccura de la verdad de Ta pincura
en el deal de Ia obra: una insignifcante co-
luna quebrada en Le rmpatad de Giorgione &
mmanchas de color que imican el mr en ch
basamento de la Madona de la somes de
Angélico™ BI delle funciona ai como objeto
parcial, como fragmento desconectado que de
face el ordenamicnto de In eepreseracion prs
dar paso a la verdad inconscente que noes la de
una historia individual, sino la oposicién de wn
orden con otro: el figural bao lo figurative lo
vial bao To vile representado. Ahors bien,
Freud, por su parce, no se fareresn en fo mis
inno por ee aporce del psicoaass hoy re
vindicado, a una leerura de Ta pinera y des
inconsciente. Ni tampoco, en absoluto, en 0
cxas cabeza de Medusa, represcatames deb ae
rracén, que tances comenarsts contempors:
nneos se ingenian en descubrir en cualquier caber
De le reprisenation, Pati,
2. Véanse Louis Marin son Pats
Gallimard/Le Seuil, 199% y George Diditlubes
evant Timage, Pats, Miowit, 1990-
de Holofernes o de Juan Bautista, cn tal detalle de
la cabellera de Ginebra de Benci o en tal represen
tacién de remolino bosquejada en los cuadernos
de Leonardo,
Esti claro que ese psicoanilisis de Da Vinci,
practicado principalmente por Louis Marin, no
cesel de Freud. En el privilegio del detalle le inte-
resa otra cosa, otra verdad de la figura pintada o
esculpida, la verdad de la historia de un sujeto,
de un sintoma, de un fantasma singulares. Busca
el Fantasma matricial de la creaciéin del artista y
no el orden figural inconsciente del arte. Ahora
bien, el ejemplo del Moises va en contra de esta sim-
ple explicacidn. Lo que le inceresa es la estatua. Pero
el principio de ese interés es sorprendente, El
largo anilisis del detalle de la posicién de las
manos y la barba no revela, en efecto, ningin
secreto de la infancia, ningiin cifrado del pensa-
‘miento inconsciente. Remite ala més clisica de las
preguntas: ;cuil es exactamente el momento del