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y celestes “la Astronomia—: reidora en el prim plano, la Toda-Hueso avanza escindiendo la mirada final dal espectador. La opacidad, lo indescifrable en primer plano. Andy Warhol va a terminar la era de lo legible en pintura y por ello la 60 signacién de lo opaco. Llega a eliminar, trayendo lo agresi mente accesorio al plano de sujeto vinico de la representaci6 Ja nocién misma de plano, con lo que ésta implica de resid jerdrquico y conceptual de la perspectiva Ibein/ Warhol so de opacidad, por e cuando lo ilegible constituye el primer plano de la represen cidn 0 por exceso de transparencia, furia de realismo, cia tuna teatralidad contra toda interpretacién. En el Pop toda igual, todo da igual a todo:" rente halégeno ~ni siquieta ” gesto de la obra; més bien la muerte, inscrita en a pi ‘mecanizada de la repetici6n. Magritte nos presenta la misma legibilidad, es cierto inmediato de una captaci6n, aprehensién brutal € del “tema’, pero en él, se trata de una simulacion de rencia que s6lo la evidencia meridiana de ciertos emblemas o bajo la repres tacién, sospechosa por excesivamente gréfica, de la fant Leyes y procedimientos que derivarian de una herdldica, ca de una estilistica, Warhol y los hiperrealistas consignan los objetos com dex excesiva, hasta hacerlos bascular de nuevo en su onirico 0 alucinado; el primero, bajo la forma de la que toma al sujeto como testigo de la esencial monoto Second manifeste camp Sel, ats, 1979, lo que le interesa, como sila ley del regreso fuera su cla uteri de una ‘igual indiferencia: apoteosis calma, sin arrogan- cia técnica ~en el Pop~ ni anclaje conceptual, que se apodera on igual détachement de todo lo que le caiga a la mano, cosa 0 persona, de la copia, o, incluida en la pulsién de repetici6n, de la copia de la copia, hast in o al agotamiento Hle- har con una misma imagen todo el museo. Ni subversi6n de la imagen al sefialar, mas que a ella, alos sistemas de codificarla, ni metafisica de lo figurable. Sélo es maravilloso el aburrimiento programado, refractario a todo discurso que no s% Bia, a todo andlisis que no quede incluido —como los cli agobio de su propia repeticién. Escucha analitica: no partit de tun enigma o una interrogacién explicita, como en la anamor- fosis, sino —Warhol y Estes a pat ble, fanfarrona casi, de la evidencia y sencillez de su impresién en el sentido tipografico del término-. De la banalidad reta~ dora de su aparecer. dad creada por la informaci6n. “De todas |. peligrosa consiste en pensar que no existe mas que una reali- dad. En efecto, lo que existe no son mas que diferentes versio- nes de ésta —todas efectos de la comunicacién-, versiones a veces contradictorias, que nunca son el reflejo de verdades objetivas y eternas."5 Entre los conceptos con que opera la pragmética de la omunicacién, la anamorfosis corresponde sin residuos al de ® Paul Watalawick, How Real is Real? Communication, Desinformation, Gonfison, Rano ‘York, Toronto, 1976, Traduecion fran ars, p.7. 247 © que al contrario se trata deliberadamente legible del craneo, en Los emt el desvanecimiento de la fo vuelta al revés, en guerra, de un c6digo transmil do por el enemigo, alevosamente elaborado por éste pati despistar, orientar al revés las operaciones, retardar 0 conf dir, y a su reconstituci6n, gracias a la clave revelada port espia “retourné” en forma de mensaje real, o a su disoluciéne ‘una farsa minuciosa, en una amenaza irvisoria. 1943 los Aliados'® sospecharon que los servicios § cretos militares alemanes dirigian desde Lisboa un gr fas compuesto al menos de tres miembros ~OstrO ji dos de Jos cuales trabajaban en Gran Bretatia y el @ en los Estados Unidos. célebre agente brita de los Ostros y de su diestro cabecilla, un tal Fidrmuc, , después de un arduo desciframiento de los mensa a parte, que los tres Ostros no eran més que element espionaje, era un esteta: se hacia pagar en ot Inego, es verdad, revendia, No excluyo la posi biera lefdo a Pessoa. la transposiciOn de formas, la metéfora del do literal ta morfosis se puede sostener que las cadas. A condicién de que el abejorro ma- cho “enderece" la representaci6n, cuando, en lugar del abdo- sexuales a que es sensible el abejorro macho- ¥ insecto se embadurna, al penetrar en el sexo simulado, de polen, que levard, nuevamente engaftado, hacia otra Togrando asi la repr: Para terminar: la palabra anamorfosis, aunque utiliza dos raf- ces griegas reales, parte de una etimol simulacién. Gf Beposiiin “Historia Naural de IS Dhan de Fas 1977, y Beran Vag, Checer le monte Hache, Pars 1978, 3 249 Plus vraie que nature! Citando a la Gerente, empujé la Tremenda la puerta del taller de John de Andrea, en la planta baja de un antiguo a cén del Bowery. Para entrar, de mds esta decirlo, habia salt sobre tres clachards borrachos, aferrados a botellas vactas, qi yactan entre cartones y periédicos orinados. Con la naria tapada y una sonrisa de conejo, avanzé enb brazos articulables, de madera, mascarillas rotas y macharran desnudos adormecidos, hojeando revistas de relajo, en tanquesd _yeso liquido. Si, habia recurrido como siltimo ardid para aturdir a fas, entre otros muiiecones boca arriba y al pelo, cosas. —Que me tomen —aseverd dopada toda, con la ma cargo, deberé remplazarme, abriendo idénea los labios, en

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