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CAPITULO la historia de la literatura argentina CAPITULO la historia de la literatura argentina 48. La narrativa fantastica: Borges dactado en el Departamento entre Editor de América Latira, y tna lectura final a cargo del profesor CAPITULO constituié, a través de sus 56 fasciculos, una Historia de la Literatura Ar- gentina, ordenada cronoldgicamente desde la Conquista y la Colonia hasta nuestras dias. E| material gréfico con que se ilustraré la Historia, estrechamente vinoulado con el tex 2 to, brindard a los lectores una visién viva y amena de nuestra literatura y del pais. Cada fascfculo seré, a su vez, un trabajo orgénico y. completo sabre un aspecto, tendencia, pe riodo 0 autor de nuestras letras. En CAPITULO NO 49: LA POESIA: LA GENERACION DEL’ 40 —UBICACION ESTETICA DE LA GENERACION —LOS POETAS PRINCIPALES —LAS REVISTAS: “VERDE MEMORIA”, “CANTO” —BALANCE DE LA GENERACION —LIRISMO Y NEORROMANTICISMO Y junto con el fasciculo, ef fibro LS POETAS DEL 40 (seleccién) ora oh material rico dol presente tesco, so ha fontada con la cartes. colaorsién de frehvo| Grea 2 Rainy Ge lectin parc d Hoase lrge Bec. Oportunamente se suminstarin portals con tas 8 tamos y captuis pare_ qe los fascteulos puedan fencuacernatse- 2 Diecolon Ge. rsera el drecho de Susttuireanluera de ls ttl. anneiagos Se he reoraduido, an a tapa de este faciulo, una Totograta de Sara Facioy Alla D'Amico, cuyaetencion sevagradece. Archivo Historico de Revistas La narrativa fantastica: Borges Durante casi una década, entre 1925 ¥ 1985, Jorge Luis Borges (1899) fue ppara la critica solamente un poeta y un ensayista, Pero ese juicio, que par tia de la consideracién exclusiva de los textos editados en volimenes, no tuvo en cnenta que ya en fecha muy temprana Borges habia intentado com- poner cuentos. Una ripida cronoio- gia permitiré apreciar con claridad I evolucidn de su obra y ver cémo un lento y seguro proceso de decan- tamiento desembocaré en la ceiti dumbre actual, que lo considera por sobre todas las cosas como el mis Famoso y conocido de los cuentistas argentinos. Mientras entre 1923 y 1929 aparecen sus voldmenes de poems y vatios de ensayo, habri que esperar hasta 1035 para la primera obra dedicada ente- ramente al género narrativo: Histo- ria universal de Ta infemia. Ella ha- bia sido precedida por varios tanteos, todos Tos cuales correspondlen wna concepcién del relato y aun interés temdtico que no representan lo mis Upico y diferenciado de Borges. Son, como los volimenes eseritgs con el seudénimo de Bustos Domecq y de Sudrez Lynch, expresién de un aspec- to narzativo, en el cual la ironia y un cierto realismo criollista se sue man a la sitira literaria, Todas ma- nifestaciones que contintian emotiva y estilisticamente tendencias visibles fn la generacién mattinfierrista, De aqui habré que desprender una’ con- clusién prictica: la obra narrativa de Borges se inseribe bajo dos tipos (10 siempre claramente diferencia- dos) de ficciones; Ia primera tal vez pueda ser calificada de realista y sa tirfea. Aqui habria que colocar los textos de 1995 y el cuento que des- pués Borges incluird en ese libro: "Hombre de la esquina rosada’s a ellos debemos sumar los relatos po- liciales (tan Henos de notas costum- Dristas) y las notes satiricas La otra zona de su obra es Ia que sth perfectamente representada por tres volimenes fundamentales, que en Archivo Historico su relativa brevedad han sido més que suficientes para dar a Borges lun prestigio intemacional envidiable. Nos referimos a Ficciones.(edicién 1956), El Aleph (edicion 1957) y El Hacedor (1960), que resnen lo mis propio de Borges y lo més rico y ori- ginal de su genio como narrador. En su eas! totalidad son cuentos que po- driamos ealificar como fantisticos, ya por el escenario © los personajes, ya porque aunque dibujan un mundo aparentemente “real” (“EI Sus”, “Em- ma Zunz") apuntan a demostrar la imemediable falsedad objetiva de ese mundo, 0 muestra impostbilidad total de darle sentido, La Historia universal de Ia in- famia, — En 1927, en el nimero 38 de la revista Martin Fierro aparecié “Leyenda policial’, cuento que con algunas variantes ‘serd editado des- pués, al final de EU idioma de los ar- gentinos (1928), con el titulo “Hom- bres pelearon”. Hse relato, que cons- tituye uno de los mis famosos de la obra borgiana, serd reeditado después en el diario Critica (setiembre de 1963) como “Hombre de las orillas” y dos afios mas tarde recibiré su ti tulo definitivo y consagratorio: “Hom- Dre de la esquina rosada”, y formar parte de los relatos de Historia unie versal de la infamia, manojo de fic- ciones eseritas para Critica entre 1983 y 1984. Todos ellos, a excepcién del antes historiado, eran reelaboraciones de textos o hechos histéricos ya co- nocidos. La Historia universal de la infamia (1935) debe unirse por su tema y por st ironia a otro eonjunto de tex tos borgianos que lindan el relato y la sitira y que el autor, con muy exacta conciencia, ha ido publicando casi siempre bajo seudénimos. . Nos referimos a ciertos “ejercicios” (como Jos llamna el mismo Borges) que eseri- bid en colaboracién con Adolfo Bioy Jorge Luis Borges (foto Saderman) de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ay Portada de la primera edicién de Historia universal de la infamia Casares (1914): Seis problemas para don Isidro Parodi (1942), Dos fanta- sias_memorables (1946), 'Un modelo para la muerte (1946) y Crénicas de Bustos Domecq (1967). Unos ensa- yan el tema policial, otros el pellizeo ‘ostumbrista; todos frecuentan Ta nia y la sétira, cuando no, apelan di- rectamente al pastiche, Ia “tomada de pelo” 9 el tteo, Nimbados de una muy eficaz ironia, reclaman siempre Ja participactén inteligente y cOmpli- ‘ce del lector y satirizan permanente- mente con el requiebro ilusorio de la expresién popular portefia, los defec- tos y felicidades de nuestras costum- bbres cotidianas 0 Tas vanidades ino- centes, hueras, bastas, de ciertos circulos seudoculturales argentinos. En todo este conjunto de relatos el puta a una visién puramente lidica de la realidad nacional, 0 a narrar humorfsticamente historias tomadas de hechos reales de autores ante- Hlores, La obra de 1935 reine un con- junto de relatos sobre famosos per- sonajes que cometieron hechos atro- ces 0 moralmente condenables, pero cl tratamiento de las situaciones y el estilo rodean los episodios de una tal atindsfera irénica que el lector debe terminar por suponer que persiguen, sobre todo, lo confesado por el autor cen el prélogo: divertir y entretener fa quien los lea, Elden dramatizar la muerte y la maldad, y Menan el tiempo y el espacio del lector con un aura levisima y permanentemente ac- ‘tuanto de comedia. El estilo, que bor- dea siempre lo caricaturesco y barro- co, Mega a desrealizar, a hundir en tuna atmésfora casi mitica sucesos reales. Es como si todos esos seres sroces no aleanzaran a modificar en nada una realidad que los contempla como monstruosos, como inadaptados © imposibles de insertarse en el rit- mo natural del mundo, Lo irénico del tono se manifiesta ya en las primeras Iineas, que adelantan el nivel de comunicacion de esa ¢s- caritura conscientemente deformante y Archivo Historico de Revistas Argentinas lena siempre por la presencia tante del narrador, que esté decidido a damos una visién peculiar de lo real como ficticio: "En 1517, el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha listima de los indios que se extenua- ann Joe Inborions inl de nt ‘minas de oro antillanas, y propuso al emperador Carlos V la importacién de negros, que se extenuaron en los laboriosos infiernos de las minas de ro antillanas. A esa curiosa variacién de un filéntiopo debemos ‘infinitos hhechos: los blues de Handy, el éxito logrado en Paris por el pintor doctgr oriental D. Pedro. Figari, la buena rosa cimarrona del también orien- tal D. Vicente Rossi, el tamaio. mi tologico de Abraham Lincoln, los uinientos mil muertos de Ia Guerra de Secesién, Ios tres mil trescientos tillones gastados en pensiones mili- tares, a estatua del imaginario Falu- cho, la_admisién del verbo. linchar en Ta décimotercera edicin del Dic- cionario de la Academia, el impetuo- so film Aleluya, la fornida carga a ke ayoneta levada por Soler al frente de los Pardos y Morenos en el Cerrie to, la gracia de la sefiorita de Tal, el moreno que asesiné Martin Fierro, la deplorable rumba El Manisero, ef napoleonismo arrestado y encalaboza- do de Toussaint Louverture. Este es el tono que envuelve los sie- te relatos evocadores de infames y atroces personajes. Detris de ellos, como apunté Borges en el prélogo, no “hay nada”, ni_una vision étiea, ni, andlisis psicolégico, nf reconstruc: cién histérica, En cambio es percep- tible Ia vigorosa y lograda creacion de un estilo inconfundible, que su- pone (como todo estilo) un peculiar Angulo y modo de visién de lo real. Ya estas primeras péginas nos en- frentan con un autor seguro de sus fines, consecuente en evar hasta sus ‘iltimas posibilidades Ia ereacién de tun Ambito especialisimo a través de tun Ienguaje irdnico y barroco, euya ‘més alta virtud consiste en autocon- templarse, en irse realizando hasta la www.ahira.com.ar desmesura y la irealidad y, a la vez, sonreirse de ese nuevo orbe que dl mismo va ereando. Erigir una visién coruseante y disimil del mundo (por ironia, por brusquedades en os ni -yles lingiistioos) y en atacar con hu- Inor, con escepticismo total, la posi- bilidad misma de esta nueva realidad pramente artistica. Aspectos dis {os de uma escritura doblemente cfi- caz cuya magia persigue esos objti- vos y los alcanza con admirable jus tera Esta vision irdnica apunta a toda Ja realidad; la muerte de] famoso Billy the Kid, por ejemplo: *...el comisa~ rio Garret, sentado en um sillén de hamaca en un comedor, sacé el re volver y le descerrajé un balazo en el vientre. El overo siguié; el jinete se desplomé en,la calle de tierra. Ca rret le encajé un segundo balazo. El pueblo (sabedor de que el herido era Billy the Kid) trance} bien las Yentanas, I~ agonia fue larga y blas- ematoria, Ya con el sol bien alto, se fueron acercando. y lo desarmaron; el hombre estaba muerto. Le notaron ese aire de cachivache que.tienen los dlifuntos.” Lo humorlstico mace del pincel, del fnstrumento narrative, de Ia voz que cuenta; no esti en las situaciones, casi ireales a fuerza de escorz0s in- vverosimiles: “Otra pirata de esos mz res fue Anne Bonney, que era una ir- Iandesa resplandeciente, de senos al- tos y pelo fogoso, que més de una vex arriesg6 su cuerpo en el aborda- je de naves. Fue compafera do ar- mas de Mary Read y finalmente de hres. Su amante, el capitén John Rackman, two también su nudo e rredizo en esa funcién La ironfa, tan leve que exige una ‘complicidad muy delicada en el leo: tor, reaparece en diversos pasajes de su obra, como en la aguda estampa dedicada a analizar la obra de Her- bert Quain, por ejemplo (Ficciones); _ASABA EE ‘o-en“El Aleph’, o al final de “El in- Portada de la edicién de mortal”. Tas Crénicas de Bustos Domecq, Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.comay La obra narrativa de Jorge Luis Borges, estimada en el exterior hasta un nivel que alcanzan pocos escritores argentinos, de honda gravitactén en las generaciones posteriores a él, resulta ya, hoy en dia, una de las mds elaboradas y significativas aventuras de nuestras letras contempordneas. , Tsidoro Acevedo, abuelo materno de Borges, ‘en tiempos de las batallas de Gopeda y Pavén Axghivo Historico de Revi Este libro primerizo, es decir, la His toria, contiene el famoso “Hombre de la esquina rosada”, cuento admi- rable por su ejecucién clasica (con tn planteo, un muido y un desenlace recién apuntado en la siltima linea), y que Togra Ia creacién de un len- guaje de gran eficacia literaria a. par- tir de nuestra habla cotidiana, Ejem- plo logrado del criollismo que tanto ftrajo a su generacién, es posible ver en esa pieza uno de los mis claros simbolos de lo que Borges alguna vez llamé “el culto del coraje’s y también un antecedente valioso para comprender lo que escritores eontem porineos como Cortizar, han inten tado hacer en sus relatos puestos en boca de un personaje popular (den- tro de una tradicién rica y prestizio- sa en nuestras letras) Al final de la Historia, aparece ya el mismo Borges de hoy, con tuna du- plicidad que s6lo superficialmente puede parecer como heterogénea. En ¢l apartado titulado “Etcétera” se ret nen algunas piezas donde ya se apun- tan los temas que lograrin una aca- ada realizacién en los voliimenes posteriores, En “La edmara de las es- tatuas” la identidad inexorable entre cl destino y Ia profecia de ese des- tino; en “EI brujo postergado” le fal sedad maravillosa del tiempo; en "His toria de los dos que sofiaron” la pre- dicefén del faturo, la curiosidad mor- tal por conocerlo y la imposibilidad de que el hombre pueda alguna vez comprenderlo; en “Del rigor en la Ciencia” una easi impalpable critica 2 la pobreza de los instrumentos teo- réticos para comprender la realidad mis aparentemente simple; en “El fenemigo generoso” la afirmacién del sabor sereno y épico de la valentfa y la vida guerrera, como una nostal fia de otra existencia cast olvidada por el mismo Borges. Si tuviéramos que simplificar en po- ‘eos rasios la significacién de este primer libro de relatos podriamos de- ‘cir que ya estd alli, realizada con ca- stas Argentinas Leonor Acevedo de Borges www.ahira.com.ar lidad admirable, la concepeién bor- giana del arte como invencion y crea eién de un orbe distinto del real. Siu gusto por los procedimientos de la Titeratura fantéstica; su ironia deses- peranzada y alirmativa de que no podemos conocer nuestro destino, de ue estamos rodeados de suetiox, de que somos tan irreales como la fic~ eién, de que el mundo es un caos aque escapa a muestras fallidas espe ranzas de entenderlo u ordenaclo. Y de que en medio de ese caos, nuestro incomprensible y absurdo existir s0- metido a la muerte y ala azarosa for- tuna, no por eso esti desasido de la posibilidad de la afirmacién del va Jor y de la aceptacién serena y re signada de sus més ponderables y ba- jas grandezas. La Historia universal de ia infamia prucba también algo que ha sido comprendido en toda sa Thondura: Ia unidad esencial de Ia obra de Borges y la perfeceién en avance de cada una de sus paginas, Procedimientos. — En una conte- reneia dada en Madrid en 1963, Bor- es examind los procedimientos favo- tos usados por Ta literatura Fantas tica para crear un orbe distinto del real, y haste para llegar a negar la taxisteneia misma de la realidad, Ellos fran, segiin miestro escrtor: In obra de arte dentro de la obra misma: la Introduceién del suerio en la realidad, que por ello quedaba contaminada de fantasia; el viaje en el tiempo, y el doble. La obra dentro de Ja obra es pro cedimiento usado por Cervantes en l Quijote y por Shakespeare en Ham- let. En la segunda parte del libro es- ppafol (1615), los personajes han leido el Quijote en 1605.. En la tragedia Inglesa los cémicos representan ante Jos personajes un drama que se pi rece en mucho a Hamlet. Borges ha empleado esa técnica, pero invertida Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com,ar Jorge Luis Borges al cumplir tun ito y medio Jorge Luis Borges a los doce afos Jorge Luis Borges a los veinte afios Muchos de sus més inverosimiles re- Jatos estin inundados, aqut y all, de personajes y circunstancias concretas sus amigos, las calles y esquinas de Buenos Aires, la realidad inmediata desu mundo cotidiano, En “Téa, Ugbar, Orbis Tertius”, Borges decla’ ra que se enterd de la existencia de ese mundo extrafio por Bioy Casares, y después acota las opiniones (claro ‘que falsas) de Martinez Estrada, Mas- tronardi, Alfonso Reyes, Néstor Tba- ray Enrique Amorim, En otros ca. sos introduce a sus amigos como per. sonajes incidentales de sus ficciones en “La otra muerte” a Patricio Gan non y Emir Rodriguez Monegel. En “Funes el memorioso” a Pedro L. Ipu- che y B. Haedo. En otros casos sin. tetiza un relato escrito por tin autor apéerifo y lo analiza como una rese- fia bibliogréfica, © neerolégica, o un comentario litera. Asi ocutre en El acereamniento a Almotésim”, "Exa- men de la obra de Herbert Guain’, “Pierre Menard, autor del Quijote” En todos Jos casos, la realidad ha si- do interpolada de tal manera en la fiecién que ésta queda impregnada de una embarazosa y casi aceptable certidumbre. Pero a la vez, los per. sonajes reales, las calles y lugures ortefios, se convierten en seres ar. Usticamente eficientes, tan flcticios como los inventados por el escrtor Ex que para Borges ao hay diferen: cias entre ambos, Antiguo como el hombre es introducir imégenes soiadas en el mundo co- fidiano, que alteran su realidad. Bor. ses ha echado mano del procedimien- to Hevindolo hasta sus ‘ltimas con- Seouencias en “Las ruinas circulates": tun asceta hinds crea un ser huma- no por medio del sueso y lo inserta en el mundo real. La iniea prueba de la trealidad de Ia eriatura es que resulta inmune al fuego. Una ci- ccunstancia casual hace que un incen- dio amenace la vida del sofador. Hie ye, y al hacerlo atraviesa indemne las llamas: “eon alivio, con humilla: u@rchivo Historico de Revistas Argentinas cién, con terror, comprendié que él ‘ambién ora une aparienela, que oto estaba sofiéndolo.," La fantasia temporal toca a uno de los temas caros a Borges. En “El mi lagro seereto” un don divino concede al poeta condenado a muerte, el dis. frutar do un afo para eomponer sa obra, predilecta, mientras para, los hombres que o'apuntan con sus fue siles, apenas ha transcurrido el ing. tante entre Ia orden del oficial y la descarga de las armas, Funes, con st memoria, estratifica el tiempo, yor ‘gue todo Jo ocurride y visto por el memorioso, queda registrado en ell sin perderse un solo rasgo, “El i mortal” muestra la perduracién del pocts 4 despecho de la pérdida de la personalidad. En “La otra muere te’, un hombre remonta el tiempo y Puede cambiar el signo negative de sus acciones pretéritas, convirtiondo. las en heroieas, Los dobles tocan un procedimiento ue tiene antecedentes en Poe y Ja. Imes. Borges apela a ellos en algunos de sus relatos, pero variando magis. tralmente el método, En “El tema del traidor y del héroe” el jefe de una conspirdciéa decide traicionar a sus compafieros; enterados éstos resuel ven oliminarlo, pero de manera que Ja muerte ayude a la causa. Lo ofl an a representar el papel de viet ig, de Bétoe, en un atentado simu- lo que cumple una sentencia y lo volver mértir de_una causa que ha traicionado. En “Tres versiones de Judas” se sustituyen y examinan las teorfas sobre la waicién biblica y Bor, ‘es concluye con la més fascinante: Dios no se encarné en Cristo, el Hijo atfecto, sino en Judes, el’ traidor, En el fondo, lo que Borges propone no es tanto una vislén herética (ya apuntada por John Donne), como le identficacién final de Judas y Cristo, de cada hombre con todos los hom. bres. En “Los teblogos", notable te- creacién,estilistica, Borges narra la dura lucha dialéctica entre dos doc. www.ahira.com.dr Borges y las ideas filoséficas y teolégicas “Yo he compilado alguna vez una antologia de la literatura fantistica ‘Admito que esa obra es de las poquisimas que un segundo Noé deberia salvar de un segundo diluvio, pero delato Ja culpable omisién de los insospechados y mayores maestros del género: Parménides, Platén, Juan Fscoto Erigena, Alberto Magno, Spixioza, Leibnitz, Kant, Francis Bradley. En efecto, cqué son los prodigios de Wells o de Edgar Allan Poe —una flor que nos llega del porvenir, tun muerto sometido a la hipnosi confrontados con la invencién de Dios, con la teoria Iaboriosa de un ser que de algin modo es tres y que solitarismente perdura fuera del tiempo? Qué es la piiedra bezoar ante la armonia preestablecida, quién es el unicornio ante la Trinidad, quién es Lucio Apuleyo ante los multiplicadores de Budhas del Gran Vehiculo, qué son las noches de Shahrazad junto a un argumento de Berkeley? He venerado la gradual invencién de Dios; también el Tnfierno y el Gielo (una remuneracién inmortal, un castigo inmortal) son admirables.y curiosos designios de la imaginacién de los hombres. “Los teélogos definen el ciclo como tum lugar de sempitera gloria y ventura y advierten que ese lugar no es el Gedicado a los tormentos infernales. El cuarto capitulo de este libro muy razonablemente niega esa divinidad Arguye que el Infierno y el Cielo no son localidades topogrificas, sino estados extremos del alma. [...] “No sé qué opinara el lector, de tsles conjeturas semi-teoséficas. Los catélicos (Uéase los catdlicos argentinos) creen en un mundo ultraterreno, pero he notado que no se interesan en él ‘Conmigo ocurre lo contrario; me interesa y no erco.” (Discusién, ed. 1957, pags, 172-174) »Archivo Historico de tores en Teologia, uno de los cuales demuestra finalmente la herejfa sub- yacente en las ideas del otro. Logra hacerlo condenar a la hoguera, Al morir, el que se sabia duetio de la ortodoxia, descubre que para Dios, ambos son la misma persona, En los tres casos Borges imagina no dos personas opuestas, sino dos teres Que en Tos extremos son comple tarios, En “La forma de la espada” la dificutad de distinguir entre dos seres opuestos reside en el enfoque de una. misma realidad. Un hombre cuenta la despreciable delacién trai- dora de otro, y 91 final descubrimos gue a ha vad, ape en Jescubramos que e! cilpable era él rela eeeneali peels car al verdugo. Temas. — Hablar de los temas pre- feridos por Borges en sus ficciones obliga a una aclaracién necesara: las ireunstancias externas, las notas apa- rentemente cotidianas que rodean mhu- chos de sus relatos no constituyen, de manera alguna, el centro de Jas mismas. Y esto por dos razones. En primer lugar porque una de las no- fas més comunes de Ia literatura fan- Ystica de nuestro siglo er la intro- duecién gradual y casi imperceptible de In pesadilla, de lo extrafio, en el mundo "real". En. segundo. término, porque, como el mismo Borges ha se: falado hablando de la obra de un escrtor fiticio, sus relatos, con cier- ta frecuencia, postulan no uno sino dos argumentos: "Alguno —no el me- jor insinia dos argumentos. El lee- tor, distrafdo por, la vanided, cree haberlos inventado”, Esto puede verse con suma claridad en “El Sur’, que deberi. analizarse on clerta detencién més adelante. Por debajo de los hechos directamen- te mentados por las palabras, Borges apunta a dar carnalidad y dramatis- Revistas Argentinas FICTIONS pro amreaeTo) Portada de la versién francesa de Ficciones LA BIBLIOTECA Portada de una edicién. italiana de cuentos de Borges www.ahira.com.ar Portada de una edicién francesa de cuentos de Borges mo a toda una especialisima visién del mundo, de la realidad, del hom- bre y de su destino, de la profesién misma de eseritor. Estas ideas, esta peculiar coneepeién del universo son los vordaderos temas de sus ficciones. La grandeza ereadlora de Borges con- siste en haber logrado que el lector comparta la emocién y el estremeci Iiento intelectuales, que esas cues- tiones despertaron en el escritor. Sus relatos han sido calificados de fantésticos y, como hemos visto, ape- Jam al uso de ciertos. procedimientos tipicos de este género. Conviene de- fenerse ahora en algunos de sus con- tenidos. El universo como caos. — La visién del universo, en Borges, es lade um caos szaroso, incomprensible, en el cual el hombre se debate sin Bostiidades de alle en un or den que se ajuste exactamento a su raturalera (que 0. podré conocer, claro esta), sa realidad monstruosa ¥y eaética ha sido ejempliieada por Borges en “La Biblioteca de Babel’, donde el. universo esti. simbolizado en una biblioteca infinita, edificio fexagonal como tina torre sin término, que contione todas os libros, pero Gyo sentido, cuyo significado final feseapa a quienes la recorten y eset eifian anbelosamente. Y el desorden inracional que en ella impera se co- sresponde ¢on el del mundo todo. La arquitectura del edifcio, sus espejos, Jas iamumerables galerias exagonales, Jos pozos.infinitos, Dios, que est ‘culto bajo las formas del circulo y Ja esfera, son también un simbolo de ‘esa inaleanzable realidad que nos ro- dea, Porque el mundo es un caos que no puede ser reducido a ningune ley ‘comprensible para el hombre. Ese es fl sentido del palacio inconmesurable que habita el Minotauro en “La casa dle Asterion’, que es un laberinto SOTA EDITORIAL PROA ‘BUENOS AINE, BA.23 Portada de la primera edicién de Inquisieiones ‘COLECCION DE NUEVOS ESCHTTORES ANCENTINOS Jorcr Luis Borars DISCUSION Portada de ta primera edicién de Discusion Archivo Histérico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar’ Dibujo de Jorge Luis Borges El laberinto, en Borges, es un motivo repetido que reaparece en varias de sus ficciones. Por une parte represen ta alegéricamente el universo; por la ‘otra apunta a al imposibilidad huma- na de comprenderlo, Estamos en un mundo creado por dioses que son los nics que podtéa comprenderlo. Ea. to ha sido muy claramente explicita- do por Borges al describir el palacio de los Inmortales en su admirable re- leto “El Inmortal’: “la nftida Ciudad dde los Tnmortales me atemorizé y re- pagné. Un laberinto es una casa la- ‘brada para confundir a los hombges, su arquitectura, prédiga’en simetras, est subordinada a ese fin, En el pa: lacfo que imperfectamente exploré, la arquitectura carecia de fin. Abunda- ban el corredor sin salida, Ja alta ventana inaleanzable, la aparatosa puerta que daba a una celda o a un ozo, las increfbles escaleras.inver- 58, con los peldaiios y la balaustra- da hacia abajo... la desatinada cit ad que yo recorit”: suerte de paro- dia o reverso y también templo de los ioses irracionales que manejan el mundo “y de los que nada sabemos, silvo queno se parecen al hombre...” Esta idea aparece también expresada conceptualmente en Otras inquisioio- nes: “La imposibilidad de penetrar el esquema divino del universo no puede, sin embargo, disuadimos de planear esquemas humanos, aunque nos conste que estos son provisorios”. La existencia como azar. — Esta visién del universo, esoéptica y ‘argada de irracionalidad, se conjuga con una. semejante referida a nuestra existencia_y nuestro destino como hombres. Es muy diffeil que podae mos conocer con exactitud la rea dad del mundo, pero también la eali- dad de nuestras vides, el sentido de ellas, la diferencia entre el Bien y el Mal. Este pensar la vida humana como sometida a un hado ineognosci- bbe ¢ indomefable ha sido magistral- mente concretado en “La loteria en “Archivo Histdérico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar Babilonia’, AIK nos enteramos que la pasién por el juego de los babilo- nios lleva a los organizadores a intro- ducir en los premios no solaniente el dinero, la fama, el poder y la gloria, sino también la muerte, el escarnio, Ia derrota y Ia pobreza. Ast, el triun- fo 0 Ia desgracia dependen de pode- zee ocultos, inaleanzables (la Compa- fia), que decretan la suerte que nos tocaré en los juegos. Al final del cuento advertimos que estamos le- yendo una alegoria de nuestra propia fxistencia, del caético azar que nos rodea y gobiema. Esta concepeién del propio destino ‘como sujeto al laberintico universo, también ha sido conceptualmente ex: presada por el autor, en Discusidn: *Yo ereo que en el impensable desti- no nuestro, en que rigen infamias co- ‘mo el dolor carnal, toda estrafalaria cosa es posible, hasta la perpetuidad de un Infierno....” La idea de que el destino no depen- de de nosotros esti magistralmente fexpresada ya en uno de los cuentos de Historia universal de la infamia Y tiene una magnifica versién indi- ‘vidual en “El muerto. I. protago- sta triunfo, logra el poder, ol amor y el éxito, para descubrir al final que todo ha sido una burla siniestra, 10 han dejado llegar a la felicidad para después matarlo. La personalidad como destino, = Lo azaroso do nuestra existencia ‘toca, claro est, ala personalidad. Un hhecho, una circunstancia trivial o me- morable, puede de pronto ponernos fnte el vostro verdadero de muestra vida, Este tema aparece reiterado Imuchas veces, siempre con variates creadoras. Por ejemplo, en “El Sur” y en “El fin”, donde se da la acepta- {iin de ese destino, que se sabe con- tiene Ta muerte y que se espera como ‘culminacién natural y justa, tema que obtiene una versién admirable ea el er Le ay ‘a ptet abals, ta o be Age shies 4 ae pS fa tho pt aie ai eee tei tes ceshatahd b= Poema autégrafo de Borges La ideologia y Borges Desde el punto de yista ideolégico, la visién de la historia y de la realidad borgianas constituyen un camino ccongelado y sin futuro. Borges rechaza Ia historia al postular Ia reiteracién ciclica del tiempo, que significa Ia imposibilidad de crear nuevas realidades por el hombre. La idea del etemo retorno no es solamente tuna paradoja; es la negativa del progreso, Ia negativa més rotunda de Ia originalidad del hombre y de cada existencia humana. Al negar In posibilidad de comprender objetivamente In realidad, Borges niega también al hombre toda posibilidad de transformar esa realidad, Si nuestros actos son reflejos de otros tal vez sucedidos hace mil afos, nuestra voluntad, nuestra intencién de justificarnos en una faena y en una existencia, cearece de sentido. Negacién de la peculiaridad de cada vida, osibilidad de influir rnegacién del sentido Irracionalismo ‘poético que rechaza dos de las notas més humanas, més speranzadas, del hombre. El interrogante que parece plantearse cs éste: gBasta el asombro estético, Ta creacion de una prosa excepcional, de un universo fantistico y rico, para justificar también esta ideologia que nos congela y nos condena 4 Ia imposibilidad y Ia irracionalidad? Archivo Histdrico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar Influencias en Borges Ha sido el propio Borges quien, cen repetidas oportunidades, se encargé de sefialar sus antecedentes, sus lecturas mis frecuentes, sus posibles fuentes. Asi, en Ficciones, leemos: “Schopenhauer, De Quincey, Stevenson, Mauthner, Shaw, Chesterton, Leén Bloy, forman cl censo heterogéneo de los autores que continuamente releo. En la fantasia cristolégica titulada Tres versiones de Judas, creo percibir el remoto influjo del ‘iltimo” (p. 116). Al final de El Aleph confiesa Borges por ejemplo que el argumento de “Emma Zunz” le fue dado por Cecilia Ingenieros, y que en “El Zahir” y “El Aleph” cree notar “algéin influjo” el cuento “The Crystal Ege” CEI huevo de cristal”, 1899) de Wells. Una biisqueda superficial podria apuntar ‘en Borges dos influjos més © menos evidentes: Ia literatura fantéstica sajona (Stevenson, Chesterton, Poe, algo de James 'y Wells), y el. mundo real ya la vez migico de Katka, De los Drimeros ha aprendido Borges una ténica ‘mesurada y depuradamente clasiea de narrar, con una alerta atencién por Ia consecuencia rigurosa en Ia estructura y el estilo de eada cuento, ‘También de los ingleses ha tomado el gusto por lo fantéstico puro, cl presentar las situneiones y hechos mas paradojales © inauditos sin asombro, el dejar al lector Ia deduceién de las consecuencias del relato, De Hemry James es probable que Borges haya aprendido su tendencia . In alusién, Ia vaguedad que insimiia cen el dnimo del que lee Varios caminos posibles para la realidad puesta fen obra por 1a narracién; el ‘un misterio sin fisuras donde lo extraordinario ingresa casi sin ser percibido, y lo fantistico se aposenta en Ia realidad como otro objeto més. El otro posible influjo es Kafka, con quien Borges presenta algunas notables identidades y también diferencias abrumadoras. A veces Borges ha intentado el relato alegérico: una suma de hechos triviales 0 no constituyen una narracién. Pero su sentido ‘ltimo toca lot més graves problemas metafisicos: la existencia de Dios, la posibilidad de encontrar tun sentido al universo, la falta de justificacién del hombre en Ia la posibilidad de conocer In cexistencia del tiemp En esta doble o miltiple significacién de un relato, y en la busqueda de un orden comprensivo para nuestra vida, se encuentran las posibles relaciones de Borges con Kafka. A ellos podriamos agregar algunos relatos del argentino donde aparecen situaciones frecuentes en Kafka, como el motivo de las postergaciones 0 los aplazamientos infinitos (asi en “La Biblioteca de Babel”); o el de Ia bisqueda de algo 0 alguien que no se conoce y que probablemente no se encontrar ("El acereamiento a. Almotisim”). Entre ambos existen, sin embargo, diferencias fundamentales. El escritor checo viviés angustiado y obsesionado. por Ia bisqueda de un orden, manifiesto en Ia necesidad de un justo 0 de un Dios eterno y comprens fen quien quiso creer fervorosamente, A cello sumé siempre una indeclinable conciencia de culpabilidad. Borges no cree en Ia existencia de un orden; y earece de sentimiento de culpa. La otra influencia, visible y aceptada por el mismo Borges, aparece en st estilo. Alli es posible rastrear (por lo menos en ciertas épocas de su prosa) el influjo de algunos grandes escritores espafioles del periodo lisico: Quevedo en primer lugar, Y también una Tectura bien aprovechada de Graciin y de la acerada prosa inglesa de Stevenson, Gilbert Keith Chesterton He "Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.ar Henry James re al compafiero de Martin Fierro, que sibitamente se siento al lado dei perseguido y se pone a su vera ("Bio- grafia de Tadeo Isidoro Cruz”), Aqui se manifiesta la preocupacién antigua como el hombre de conocer “nuestro verdadero rostro eterno", pa ra qué vivimos y qué somos. Pero junto a estas fieciones encontramos otras en que se expresa su contrapar te: aquellas en que la personalidad individual desaparece, es anulada por el tiempo, lo divino 0 la historia, Ia capacidad de vivir y expresar otras vidas. Todas formas de superar el do: gal temporal que encierra al hombre en un cfreulo insuperable. Borges, junto a la conciencia angustiada de que el hombre es una criatura hist6- rica y finita, condenada a la vejez y a la ‘muerte, ha querido superar esa realidad pensando que es posible es- capar a ella por ciertas vias. Asf, en un prélogo escrito para una edicién de Emerson (Clisicos Jackson, volu- ‘men 36) escribe: “Nuestro destino es trigico porque somos, irreparable. mente, individuos, coartados por el tiempo y por el espacio; nada, por consiguiente, hay més lisonjero que tuna fe que elimina las circunstancias y gue, deca que todo hombre es todos los hombres y que no hay na- dle que no sea el universo™ Esta idea de que el hombre individual puede ser todos Ios hombres tiene Hlustres antecedentes (Ja filosofia in- dividualista de Hume y Berkeley, las concepeiones panteistas occidentales y orientales), y algunos relatos de EL Aleph la expresan de modo erea- dor y renovado. “La eseritura del Dios” termina cuando el héroe, des- pués de haber coparticipado de la ivinidad y el mniverso, cae en la na- da. De ser un hombre, ha pasado a ser todos los hombres, es decir, na die, Esta idea es un poco la que ha- ce de los grandes creadores Ia vor de todos los hombres, seres que han sido tantos otros que al final han-per ido su individualidad (asi Homero en “El inmortal’, y Shakespeare en Discusién sobre Jorge Luis Borges Trabajo sobre Borges aparecido en lu revista Megifono en agosto de 1933, Archivo Historico de Revistas Argentinas | www.ahira.com.aia ‘Nada en los cuentos de Borges aparece dictado por el azar. Sus diversos elementos tipicos, en que lo fantastico se mezcla con lo filoséfico y aun con lo policial, se disponen en estructuras sabiamente cerradas, que resaltan un lenguaje notablemente conciso y sugeridor. ‘Everything and Nothing"). Lo mis ‘mo ocurre con el personaje de “La forma de la espada’, cuyos actos rei- teran de alguna manera pecedos, de- bilidades y grandezas que son de to- dos los seres humanos: “Lo que hace un hombre es como si lo hicieran to- Aas Tos hombres, Por eso no es ine justo que una desobediencia en un jardin contamine al género.humano; Or €50 no es injusto que la crucific xin de un solo judo baste para sal varlo, Acaso Schopenhauer tiene ra- z6n: yo soy los otros, cualquier hom- bre es todos los hombres, Shakespea- ze es de algiin modo el miserable John Vincent Moon”. Si la infinita variedad puede fundirse en un solo hecho y un hecho solo agrandarse hasta abarcar el universo, abe pensar que los actos de la vida del hombre tal vez. solamente consis- tan ent una serie de repeticiones y, centre todos ellos, tal vez haya uno, uno solo, que permita inferir el perfil verdadero de toda una existencia. Es- ta idea no la aplieé Borges solamente a sus personajes de ficoion (Droctful, Dahlmann), sino'también a su propia existencia, Hablando de s{ mismo es- cribié: “Han. transeurrido més de treinta afios, ha sido demolida Ta ea- sa en que me fueron reveladas. 0sas fieciones, he recorrido las. ciudades de Europa, he olvidado miles de pé- dginas, miles de insustituibles caras Fhumanas, pero suelo pensar que, esen- cialmente, nunca he salido de esa bi Dilioteca y de ese jardin”. En otros casos el tema de Ja identi- dad de los hombres lo ha levado a identificar existencias y_personalida- des al parecer distintas y hasta. an- tagénicas. Ha renovado de modo ta Tentoso el antiguo tema de Ia iden dad entre victima y verdugo. Uno de sus cuentos més perfectos, “Los te6- logos", estd centrado sobre esta idea, Las ‘timas lineas de “El fin” revelan Ia identidad entre Fierro y el Moreno, que acaba de vengar el asesinato de | : su hermano: “Cumplida su tarea de | Borges y su madre junto al fuerte de El Alamo (Texas), en 1961 justiciero, ahora era nadie, Mejor di- ‘gentinas | www. ahira.com.ar wrchivo Historico de Revistas cho era el atro; no tenia destino so- ‘bre Ia tierra y habla matado a un hombre”, Esta identidad de destinos opuestos encuentra su versién teolégica en “Tres versiones de Judas’; y otras for- mas en “Tema del traidor y del hé- roe’ ‘La fom de In espa”, Una nueva forma de exponerlo aparece en “Historia del guerrero y de la cauti- va", en cuyo final leemos: “Acaso las historias que he referido son una sola historia, El anverso y el reverso de esta moneda son, para Dios, iguales”. Dios como imposibilidad hu- mana, — Si ante la impenetrabilidad del mando, Borges asume una posi- cidn casi siempre negativa, junto a ella es posible encontrar en su obra varios relatos que intentan comunicar Dice late Borcer y juzgar la experiencia del hombre | Portada de la primera edicién mn frente a la sabiduria total, a la feli- aaa tae de Weeds) cidad inmerecida de comprenderlo y | 4 BI Aleph saberlo todo sobre todo: la inasible Visién de poseer los ojos de Dios. “EI Aleph, “El Zahis", “La oseritura el Dios” y “Funes el memorioso” in- tentan trasladat a formas Iiterarias es- ta cizounstancia tiniea. La més limpia de otras intenciones (no se olvide que ida relato apunta a una doble o tri- intencién teinitica e idcaologica) es "La eseritura del Dios”. El prota- onista llega a comprender la divini- dad, a unirse a ella. Contempla el Universo y adquiere su mirada. En ‘ese momento deja de ser un hombre, pasa a pertenecer a una categoria en Ia eval la realidad humana carece para él de sentido: “Quien ha entre visto el universo, quien ha entrevisto los ardientes designios del universo, no puede pensar en un hombre, en sus triviales dichas o desventuras, aunque ese hombre sea él. Ese hom- bre ha sido él y ahora no le importa. Qué Je importa la nacién de aquel otro, si él, abora es nadie”. Archivo Histdorico de Revistas Argentinas | www.ahira.com. ails Borges y la realidad en torno “Es aventurado pensar que una coordinacién de palabras (otra cosa xno son las filosoias) pueda parccerse mucho al universo, También «5 aventurado pensar que de esas coordinaciones ilustres, alguna =siquiera de modo infinitesimal— no se parezea un poco mis que otras, He examinado las que gozan de cierto crédito; me atrevo a asegurar que sélo en la que formulé Schopenhauer he reconoeido algin rasgo. del Segiin esa doctrina, el mundo es tuna fibrica de la voluntad, El arte

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