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Historia social del mundo occidental Del feudalismo a la sociedad contempordnea LntveRsioAD mACtONAL De QUES Susana Bianchi Bernal, 2009 Cuadernos Universitarios Coleccién dirigida por Jorge Flores Bianchi, Susana Historia social del mundo occidental : del feudalismo a Ia sociedad contemporinea — 1a ed. 2a reimp. 3a reimp. — Bernal : Universidad Nacional de Quilmes, 2009. 280 p. ; 20x15 cm. (Cuadernos Universitarios; 10) ISBN 978-987-558-048-0 1, Historia Universal 1. Tfculo CDD 909 1* edicién: 2005 1+ reimpresién: 2006 22 reimpresién: 2007 32 reimpresién: 2009 © Susana Bianchi. 2005 © Universidad Nacional de Quilmes. 2005 Roque Sdenz Pefia 180 - Bernal - (B1876BXD) Pcia. de Buenos Aires (5411) 4365-7100 heep://www.ung.edu.ar editorial@ung.edu.ar ISBN: 978-987-558-048-0 Edicién y disefo de interiores: Rafael Centeno Disefto de tapa: Lorenzo Shakespear Queda hecho el depdsito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina i h f {INDICE nce sons caesar Fon ammicegern rename en Neat nd u Capitulo 1. La sociedad feudal 121 1. De la antigtiedad al feudalismo: los tres legados - .21 El legado romano . da El cristianismo. «25 Los german: +26 La Jenta fusién de los legados (siglo VI-VII 27 2. La sociedad feudal Sefiores y campesinos. . . Monarquias y nobleza feudal Propiedad y familia sefiorial. La Iglesia y el orden ecuménico 3. Las transformaciones de la sociedad feudal. El proceso de expansi6n. ...... Las transformaciones de Ia sociedad. 42 Los cambios de las mentalidades 50 4, La crisis del siglo XIV .. -56 La crisis del feudalismo . -56 Cronologéa . . 64 Referencias bibliogedlicar « 69 Capitulo 11. La época de la transicién: de la sociedad feudal a la sociedad burguesa (siglos XV-XVIN) . o71 1. La expansin del siglo XVI... 2... 71 La formacién de los imperios coloniales - ante Las transformaciones del mundo rural. Agricultura comercial y refeudalizacién =a Las transformaciones de las manufacturas y el comercio. Capital mercantil y produccién manufacturera . 2. El Estado absolutista y la sociedad 20 SUSANA BIANCHI “neoconservadora’, dedicada a una descripcién minuciosa de hechos poli- ticos que niega la existencia de algin significado histérico profundes is alld de vaivenes accidencales, Hobsbawm considera que este forma de ha cer historia no indica cémo se constituyen las tendencias generales Casi para la mayor parte de llas el acontecimiento, el individuo, hasta la e- cuperacidn de ciecta atmésfera o de cierta manera de pensar cl pasado, no son fines en sf mismos, sino medios para iluminae algin asunto mds amplio, lo Gual rebasa ala historia particular y asus personajes. En pocas palabras, los historiadores que ain creen en la posiilidad de Be netalizar sobre las sociedades humanas y sus desarcollos,siguen interesados ca tas grandes preguntas del por qué, aunque algunas veces puedan enfocar nin ferrogantes diferences a aquellos en los que se concentraron hace veinte otrcin. ‘a afios. Es cierto que el rechazo a un excesivo y mecanicista determinismo econd- tnico llev6 a abricse a nuevas cuestiones, a nuevas éreas del conociiiento, Pero la ampliacién del campo de la historia no estd en conflicto con el cx, fuerzo de producir una sinters, entendida como una explicacin cohevene del pasado. La nueva historia de hombres, mentalidades y acontecimmicnea puede ser vista, por lo tanto, como algo que complementa pero que no su, planta el anilisis de los procesos socioeconémicos. En este sentido wo hay contradiccién entre la obra general realizada por George Duby y su estin dio sobre la batalla de Bouvines: ambos trabajos apuncan a la mejor com. prensidn de la sociedad feudal francesa. Como sefiala Hobsbawm, evo elegic ver el mundo a través de un microscopio yno + conn telescopio. En la medida en que aceptemos que estamos estudiando el ‘mismo cosmos, a cleccién entre microcosmos y macrocosmas es asunto de ee- leccionar la técnica apropiada. Resulea significativo que en la actuaidad sonn nds histociadores los que encuentrari stil al microscopio, pero esto no signi- fica necesariamente que rechacen los telescopios porque ésvos estén pasados de moda. En sintesis, la oposicién entre historia social y mictohistoria no parece ser insuperable. ook CAPITULO I LA SOCIEDAD FEUDAL 1. De la antigiiedad al feudalismo: los tres legados A partir del siglo 1X comenzaba a organizarse en Europa occidental una nueva sociedad, la sociedad feudal, que alcanzé su punto de mayor madu- rez en el siglo X1. Sus antecedentes fueron remotos y complejos y se enrai- zaron en distintas tradiciones culturales. Por lo tanto, el problema que vamos a analizar es cémo a partir de una serie de elementos provenientes de la antigiiedad se constituys esa nueva sociedad. aDe dénde procedieron esos elementos? Por un lado, del Imperio Romano; por otro, del mundo germénico, y por iiltimo, del cristianismo, Sin duda, son legados de distinea nacuraleza: tanto el legado romano como el germénico constitufan sélidas realidades ~estructuras econémicas y s0- ciales~ ademds de visiones del mundo; el legado hebreocristiano, en carn- bio, consistfa en una opinién acerca de los problemas de la trascendencia que condicionaba los modos de vida. Este tiltimo legado se encarnaba en gentes diversas pertenecientes a los otros legados materiales y culeurales, acomodndose a las distintas realidades; sin embargo, su importancia radi. 6 en que pronto se transforms en un importante elemento de usin, El legado romano Bl legado romano procedia de ese enorme imperio que, a parti del siglo it aC, se consticuyé en torno al mar Mediterréneo con centro en la ciudad de Roma. Era un dmbito vasto y heterogéneo en el-que las tradiciones locales ha- bian quedado sumergidas bajo el peso del orden impuesto por los conquis. tadores, y cuya unidad estaba dada por un extenso sistema de vias y caminos que unian a distintas ciudades que, en mayor o menor medida, copiaban el modelo que proporcionaba Roma, con sus foros, sus termas, su plaza, su anfiteatro, su circo. El mundo urbano era el principal elemen. Co que tenia en comin el Imperio Romano. 2 SUSANA BIANCHI Ese mundo urbano estaba habitado por los ciudadanos, témino que tenfa una doble acepcién. Los ciudadanos eran quienes vivian en las ciuda- des pero también quienes pertenecfan a la misma sociedad politica rigién- dose por el mismo derecho. Ademds de compartir un derecho y una lengua ~el latin, los ciudadanos compartfan un estilo de vida civilizado, es decir, propio de las ciudades (ciudad en latin, civi:). Esto implicaba organi nes familiares semejantes, creencias comunes y un mismo tipo de social lidad que se desarrollaba en esos espacios que marcaban las comodidades que ofrecia la ciudad: teatros y anfiteatros, gimnasios, plazas de mercado, columnatas; arcos de triunfo, templos Los ciudadanos compartian también una misma visién del mundo. Como sefiala José Luis Romero, esta visién del mundo estaba impregnada de un vigoroso realismo: lo importante era el aqu{ y el ahora, con ideas muy vagas y difusas acerca del trasmundo." Esta cosmovisién erigla en, va- lores absolutos Ia idea del bien comtin, de la colectividad y del Estado. La misma religién piblica llevaba al mismo fin al ororgar un cardcter sagrado al Estado y al asignarle unia radical trascendencia a los deberes del indivi- duo frente a la comunidad. Dentro de esta visién del mundo, el ideal de vida era el del ciudadano que sirve al Estado y a la comunidad. Los tiltimos tiempos de Ia Repiiblica y los primeros del Imperio ~el “principado” como suele llamarselo-, del siglo 11 a.C. al 1! d.C., constituye- ron el perfodo de florecimiento de ese ideal de vida. Posteriormente —como ya analizaremos-, el resquebrajamiento del orden politico, en el que la vida piiblica dejaba de ser la expresién de los intereses de la comunidad, la de- gradacién de la concepcién de ciudadania y un Estado autocritico que des- trufa la nocién de Ia dignidad del ciudadano transformdndolo en un stibdito, hicieron que esta cosmovisién y esos ideales decayeran. Fue enton- ces cuando el realismo adopté otra forma, el hedonismo. El individuo se realizaba a través del goce, a través del disfrute de la vida. En esta visién he- donista, lo isnporcante era el placer sensorial. Ambos ideales parecen con- uadictorios, sin embargo comparcian el mismo realismo: lo importante era el aqui y el ahora, minimizando Ia idea de trasmundo. Esos ciudadanos que compartian el mismo derecho, los mismos mo- dos de vida, la misma concepcién del mundo constitulan dentro del Imperio Roiano una absoluta minorla. Por debajo de esa delgada capa que conformaba el mundo urbano, se extendfa el mundo rural que inclufa la parte mds numerosa de la sociedad. Ese mundo rural estaba habitado, en parte, por campesinos libres que cultivaban sus parcelas, pero la organiza- ' Véase Romero, José Luis (1984), pp. 7-25. | HISTORIA SOCIAL DEL MUNDO OCCIDENTAL 23 cién predominante del trabajo difundida por los romanos se basaba en la esclavitud: propiedades de distinta extensién eran trabajadas por esclavos. De allf que podamos definir a la sociedad romana, entre los siglos Ill a.C. yelit'd.C., como una sociedad esclavista. Gran parte de la mano de obra esclava habfa sido obtenida en esas gue- tras de conquista que habfan permitido a Roma, desde su ubicacién en el Lacio, controlar ese enorme territorio que rodeaba el Mediterrineo. En efec- to, las campafias militares habfan provisto una gran cantidad de cautivos de guerra que fueron sometidos a la esclavitud. De ellos dependia la produccién agricola y también la produccién manufacturera, En sintesis, los esclavos eran la gran maquinaria que impulsaba a toda la economfa romana. {Por qué esta compleja estructura, que durante mucho tiempo parecid ser la base de la magnificencia romana, dejé de funcionar? Las razones fueron indudablemente multiples y complejas. Pero lo im- portante es desentrafiar las tendencias que venfan desarrollindose cas el velo de la prosperidad. La pax augusta, la estabilizacién de los limites del Imperio a fines del siglo 1 a.C., los pasos que dieron los emperadores para terminar con las guerras y la piraterfa teajeron prosperidad, pero también perjudicaron a la esclavitud como institucién, ya que agotaron la principal fuente de sumi- nistros de esclavos. El namero de esclavos que nacian en la casa del amo era bastante alto, pero resultaba escaso para satisfacer las necesidades de mano de obra; se debfa recurrir por lo tanto a la compra, en un pequefio goteo, de esclavos en fa frontera. Esto también resultaba insuficiente. El debilitamiento de la esclavitud trajo pronto sus consecuencias. Los antiguos centros manufactureros entraron en decadencia y se registes un traslado de la produccidn hacia zonas periféricas donde, como en la Galia, Ja manufactura disponfa, si no de esclavos, s{ de una abundante mano de obra libre dispuesta a dedicarse al trabajo manual. De este modo, ese tras- lado gradual de los talleres, de las ciudades a las aldeas, confirm6 el caréc- ter esencialmente agrario-del Imperio Romano sobre los elementos urbanos que habfan producido sus desarrollos mas significativos. En el Ambito rural, el agotamiento progresivo de las fuentes de mano de obra esclava obligé también a los terratenientes a buscar otros trabaja- dores. Se recurrié entonces en forma creciente a los colonos, es decir, a la- bradores-arrendatarios que recibfan una parcela de tierra, € incluso las herramientas, del propietario y, a cambio, pagaban con parte de la cosecha. Pero esto también parecfa insuficiente. Ademés, la contraccién de los re- cursos era acompajiada por el constante aumento del costo de la adminis- uracién imperial que debla recaudar los crecientes impuestos, poner

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