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BORGES, LAGNOSIS Y LOS GNOSTICOS 139 cen: en las historias sobre regiones imaginarias. El rechazo del mun- do real se articula como rechazo del espacio, y ellos mismos encar- nan ese rechazo por el “lugar ut6pico” que ocupan y por la literatu- raque producen. Como al final del parrafo dedicado al tintorero enmascarado Hakim, nos preguntamos por la funcién del material gnéstico utili- zado. Desde un punto de vista cuantitativo es mucho mas reducido que en la narracién anterior, pero esto no es lo fundamental. Su fun- cién se desarrolla a un nivel muy distinto. Los gnésticos de Uqbar habitan este mundo sin pertenecer a él, a juzgar por la indetermina- cién de su lugar geogrifico. Lo impertante es que ellos mismos se vuelven “demiurgos” en cuanto creadores de historias que se des- arrollan en regiones imaginarias. Su poder creativo es su imagina- cion. La doctrina de los 365 cielos de un gnéstico del siglo segundo Namado Basilides, que la habfa anunciado para manifestar su repu- dio frente a este mundo degradado, se convierte en paradigma de produccién literaria para estos casi “extra-terrestres” de Ugbar, co- mo habia ocurrido antes a propésito de los 999 cielos de Hakim. Es verdad de que hay una alusion a la abstinencia sexual - Ia afirma- cién sobre los espejos y Ia patemidad -, pero ésta queda aislada y ya nada se dice sobre otras actitudes de rechazo del mundo. La gnosis esel modelo de la literatura fantdstica 2 La segunda parte de la narracién de Borges tiene como centro temé- tico el descubrimiento del tomo undécimo de la Primera Enciclopedia de Tlén. El paso de una enciclopedia a otra —de la Anglo-American Cyclopaedia con su articulo sobre Ugkar en el tomo 26, a la Primera Enciclopedia de Tlin— es el paso de este mundo aun mundo definiti- vamente fantéstico, Este mundo es un invento, una proyecci6n de muchos en el marco de un panteismo idealista. Aunque algunas de las escuclas en este planeta hayan Iegado a negar el tiempo, reduciendo la vida al “recuerdo o reflejo crepuscular, y sin duda falseado y mutilado, de un proceso irrecuperable” (437), con todo, el orden alli “es sucesivo, temporal, no espacial” (435). Dado que el mundo “no ¢s el concurso de objetos en el espacio”, sino “una serie heterogénea de actos independientes’, el lenguaje no tiene

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