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La lengua latina hispana

Romanización hispana
La segunda guerra púnica decidió los destinos hispánicos dudoso hasta entonces,
entre las encontradas influencias orientales, helénica celta y africana.
En el año 218 a.C. empieza la incorporación hispánica al mundo grecolatino. Pero
la pacificación del territorio no fue completa hasta que Augusto dominó a
cántabros y astures (año XIX a.C.)
Como consecuencia de la conquista romana hubo en la península, una radical
transformación en todos los órdenes de la vida: costumbres vestimenta
organización civil, jurídica y militar, religión.
Con la civilización romana se impuso la lengua latina importada por legionarios
colonos administrativos.

El latín
Entre las lenguas indoeuropeas la latina se distingue por su claridad y precisión.
Idioma enérgico de un pueblo práctico y ordenador; el latín adquirió armonía al
contacto con la literatura griega.
Tras un aprendizaje iniciado en el siglo III a.C. el latín se hizo apto para la poesía
la elocuencia y la filosofía, sin perder por ello concisión originaria.

La península hispánica bajo el imperio


Al principio del imperio Roma gozaba de una serie de privilegios que no
alcanzaban a las provincias; el derecho latino y más aún la ciudadanía romana,
solo eran otorgados fuera de Italia como honor o recompensa.

El cristianismo
Conseguida la unificación de la lengua, faltaba la unidad espiritual, y el
cristianismo vino a traerlo. Ayudó de forma eficaz a la completa latinización de las
provincias. Muchos latinismos del vasco se deben a las enseñanzas eclesiásticas.
En los romances la influencia espiritual del cristianismo ha dejado innumerables
huellas.

Latín vulgar y particularidades del latín hispánico

Latín literario y latín vulgar


Desde el momento en que la literatura fijó el tipo de lengua escrita, se inició la
separación entre el latín culto, que era el enseñado en las escuelas y al que todos
aspiraban a escribir.
Mientras la lengua literaria se depuraba hasta llegar al refinamiento de las Odas
de Horacio. El habla vulgar seguía apegado a usos antiguos pero a la vez
progresaba en sus innovaciones, desarrolla tendencias existentes en el primer
momento aunque repudiadas o aceptadas de forma parcial por la literatura.
Durante el Imperio las divergencias se ahondaron en grado considerable, el latín
culto se estacionó mientras que el vulgar prosiguió el camino que había de llevar
al nacimiento de las lenguas romances.

El latín vulgar Hispánico en relación con el resto de la Romania


El latín vulgar se mantuvo indiviso y en cierto grado uniforme durante la época
imperial, pero esta unidad no implicaba falta de diferencias regionales.
Es difícil precisar cuáles de esas diferencias habían aparecido ya en el latín
imperial y cuáles corresponden a la época romántica primitiva. Cabe distinguir en
la Romania dos grupos lingüísticos bien caracterizados, el oriental (comprende la
antigua Dacia cuna del rumano, Dalmacia y los dialectos de la Península Itálica),
el occidental (constituido por Hispania Galia y norte de Italia).
En los romances occidentales el ritmo del lenguaje tiende a concentrar la fuerza
espiratoria en la vocal acentuada, detrás de la cual no se tolera más de una
sílaba.
Los romances orientales conservan gran número de esdrújulas.

Palabras populares cultas y semicultas


La civilización occidental ha heredado el latín en dos formas distintas, como
lengua hablada madre de los idiomas románicos y como vehículo universal y
permanente de cultura.
Según leyes fonéticas que distinguen el castellano de otras lenguas romances,
son las palabras llamadas populares o tradicionales que constituyen el acervo más
representativo de cada lengua.
En el siglo XIII cuando los poetas del mester de clerecía y Alfonso el sabio
habilitaron el español para la expresión ilustrada, fueron muchas las voces latinas
introducidas.

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