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Sospechas naturales ‘Gant KASPAROV Come mencionaba en ni arco anterior (JAQUE n° 358), los acontecimientos de un Campeo- nato del Mundo son a veces interpreta- dos de forma bastante imprevista. Incluso los espectadores mas cualifica- dos (grupo en el que podria incluirse perfectamente uno de los grandes maestros mas fuertes de la actualidad, Boris Gélfand) podrian, de acuerdo con ‘sus observaciones, sacar conclusiones admisibles pero incorrectas. {A qué viene todo esto? Se recorda- 6 que en la undécima partida del citi- ‘mo encuentro por el Campeonato del Mundo, empleé una innovacién que evaba consigo un sacrificio de calidad que conduce a la victoria en el duelo te6rico (al fin y al cabo, iyo jugaba con las negras!), pero que no voivi6 a tener lugar en las partidas posteriores. 42 Esto provocé la natural sospecha de ‘que las blancas habfan preparado algu- na refutacién de toda la variante, obli- ‘gindome de ese modo a rechazar esta tentadora posibilidad. Pero dado que ta posicin resultante en la undécima par- tida-di6 a las negras una espléndida compensacién por la calidad... esa re~ futacién deberfa buscarse un poco an- tes, justo después del sacrificio, no es as{? Esta hipétesis se vefa reforzada por el hecho de que en su decimoquin- to movimiento las blancas disponfan de una alentadora continuacién que les permitirfa mantener el bloqueo central. Ustedes pueden sorprenderse de que | esas oscuras interpretaciones hubieran impulsado a Boris Gélfand a realizar un peligroso viaje a través de un mar ‘embravecido Ieno de arrecifes inexplo- rados, pero no hay que olvidar que los arrecifes son peligrosos slo cuando hay tormenta, ¥ la eleccin de las blan- ccas en la apertura s6lo aspira a mante ner sobre el tablero un suave oleaje. O GELFAND 0 Defensa India de SL @ KASPAROV 1 Linares, 1992 1.d4 C16 2.04 g6 3.Ce3 Ag7 4.04 d6 5.A€2 0-0 6.C13 €5 7.A€3 c6 8.Dd2 ed4 9.Cd4 Te8 10.13 d5 11.ed5 edS 12.0-0 Ce6 13.c5 Te3 14.De3 DIB 15.Cebs En esta posicion Karpov prefirié el cambio en 6, 15. .. De5 16,Tacl De nuevo, una légica e indiscutible continuacién. Es mala 16.Cf5? por 16... 4! 17.Cfd4 a6 18.Tact Db6, y las blancas pierden material 16. .. Db6 17.DI2 La posicién critica que, sin duda alguna, habria sido cuidadosamente estudiada por mi oponente en su prepa racin para esta partida. {Qué es lo pri- mero que busca un jugador en una situacién semejante? Por supuesto, continuaciones que den al juego una naturaleza forzada, Después de todo, la ubicacién de las piezas blancas en el centro es poco estable todavia, mien: tras que el balance de material me favorece claramente, lo que, en teoria, permite que las negras desarrollen una inmediata actividad, agudizando el tranquilo curso de la partida Pero anilisis exactos, que también realiz6 Gélfand, muestran que ninguno de esos intentos es satisfactorio para las negras. {Cudl es, por tanto, la clave? Sucede, y esta conclusién no es evidente por sf misma, que las negras ‘pueden permitirse, sin grandes quebra- deros de cabeza, desalojar sus piezas del flanco de dama, Més si tenemos en ‘cuenta que en este caso también se ase- gura una duradera superioridad gracias ‘ala coordinacién de sus fuerzas. Por cierto, ja qué rama del ajedrez (estrategia o tictica) puede asignarse cesta conclusién? Esté claro que aqui las consideraciones estratégicas generales son como un faro, que indican Ia diree- cin en la que se ha de buscar, y simul- Se eel téneamente, como el nacimiento de una creencia, que estimulan esfuerzos ana- Mticos adicionales cuando Hegan las dificultades. Todo lo demés lo aporta la tictica, Sin embargo, un excesivo exa- men de esta cuesti6n resulta poco apro- piado, especialmente porque en la reso- lucién del problema cuenta tanto el cconocimiento como la intuicién. 17,» AGT 18.111 Te8! Las negras estén suficientemente confiadas como para evitar concesio- nes. Observando la posicién desde un ppunto de vista un poco menos optimis- lemente habrian preferido la a 18... Ah6 19.Tc3 Cad 20.Dd4 AbS 21.Db6 ab6 22.Ab5 Ta2, . Sobre todo, porque es muy interesante. La motivacién para cualquier proceso realmente creativo sélo puede venir del interior, aunque esto no excluye unos resultados externos 0 pricticos. Después de todo, debo agradecer a mi superioridad creativa las victorias sobre Anatoli Karpov, a quien, de otro modo y a mediados de los ochenta, habria sido muy dificil, i ‘no casi imposible, derrotar. Pero volvamos a un ejemplo reciente. O_KARPOV KASPAROV % L.d4 Cf6 2.04 96 3.Cc3 AgT 4.e4 d6 S.CB 0-0 6.Ae2 eS 7.Ae3 Una continuaci6n flexible que he cempleado varias veces con las piezas blancas. Cuando por vez primera mi ‘oponente jug6 esto, concebi la malicioss idea de sorprenderle con algo completamenteinesperado, viendoque siempre hay amplias oportunidades para hacer esto en la India de Rey. No olviden que esta apertura ha estado en mi repertorio desde mi tierna infancia, lo que significa que todas las jugadas y todas las eventualidades de esta defensa han sido repetidamente revisadas por mi y mis ayudantes. En la elecei6n de la variante, tienen special importancia, ademas de otras cosas, la estrategia general que ambos, jugadores estabamos empleando en el ‘encuentro y la caracteristicas especiales, de la creativa personalidad de mi ‘oponente. ¥ de ese modo la'travesura’ y la sobriedad del célculo fueron ‘cuidadosamente entretejidas. Incluso diré que el proximo sacrificio de dama ya lo tenfamos preparado desde hacia tiempo junto a otras posibilidades de las blancas, sobre todo teniendo en cuenta que el sistema 7.A¢3 no habia sido exeluido por mi contrario. eeu De Por supuesto, es mas seguro 7. ed4!? 8.Cd4 Te8 6 7... Ca6!? 80-0 66, jeedi6 en mi partida contra , pero se tiene que compren- der que a veces hay motivos que determinan la eleccién de la apertura, Bde El mejor intento de lograr ventaja, aunque el resultado de las dos partidas anteriores, que gané, dejé su impronta en la evaluaci6n de la variante 8.45!? Cad 9.ARS 16, que no es totalmente lara, 8 su deS 9.Ca5 Das7t! Los inusuales signos que he utilizado para evaluar mi tltimo movimiento reflejan de la mejor manera posible mi actitud: la jugada no es totalmente correcta, pero esmuy, muyinteresante, Por el contrario, carece de interés 9... C45 10.cd5, con una pequefia, pero du- radera, ventajade las blancas, mientras dé 10.c5 Dd8 11.Ags Cbd7 traspone a la bien conocida posicin desde una variante 'vecina’ en Ja que el tiempo adicional ’e5' impide a las blancas jugar otra vez sin riesgo de que el rival obtenga ventaja 10.AcS Ce 11.A€7! La Ginica posiblidad de enrocar, que pone en duda el plan de las negras. Sin ‘embargo, en nuestros andlisis caseros, la atencién principal se puso en la jugada 11.488, con dos posibilidades parecidas de defensa: A) 11... DIB 12.Ce7 Db4+ 13.Ca2 (6 1BRFl DeS 14,Dd8+ Af 15.Dh4 De7 16.De4 Cob, con compensacién) 13.- AG 14,0-0 C42 15.Ca8 Cob! 16.Ce7 (Si 16.Tet Ddé!) 16.,.b2, con un excelente contrajuego. B) 11... ABB 12.De2 Ce5 13.Ce5 AS 14.D¢3 66, con un cémoda posicion de ataque para las negras. Solo hay una tercera alternativa que es débil: 11... RI8?? 12.Ce3! Ddl+ IB.Td1 Co3 14.Td8+ Re7 15.8, y las blaneas fuerzan la victoria. AL. Dd7 12,488 Silas blancas hubiesen jugado 12.De2 Te8 13.De4 Te7 14.Dha!? (14. Ce7+ De7 tampoco da nada alas blan- cas), todos sus intentos se habrian pa- rado con 14... (6! (mientras 14... Te8? ue 15.Cg5hS 16.Ce4 leva a dificultades). 12, .. RAB 13.De2 Tras concluir la receta casera, Kérpov clige la continuacién mas natural, Bastante simple, ya que probablemente no consider6 buena la siguiente jugada de las negras. Después de todo, un intento como 15.Cb6 no se. pasaria por alto, y cualquier otro encaminado a defenderse activamente contra él no da un resultado aceptable. No juzguen lo que he dicho como un desprecio al potencial ereativo de ‘mi oponente. Después de la ahora inevi- table ‘victoria de la dama’, el balance de material es dos peones de més en favor de las blancas: una cantidad mas que suficiente en 999,999 casos sobre ‘un mill6n para hacerse un juicio claro de la posicion, si no existe ninguna debilidad terrible © amenazas obvias. 45 Pero aqué esté la oportunidad de obsequiar al oponente y al piblic ajedrecistico con esta tnica excepcién entre un mill6n como una regla que encierra a especial belleza del ajedrez. Anélisis posteriores han mostrado que, sin embargo, esta idea es bastante dudosa, Durante la partida, yo estaba preocupado sobre la posibilidad de 13.Da3!, después de la cual la normal 13... CoS? es mala por 14.Da3. Las negras tienen que jugar 13.. £5!, detivando después la variante principal 14DaB+ RgB8 15.Tdl Cob 16.Cb6 cb6 17.Td7 Ad7 a una partida aceptable aunque con posicién favorable para las blancas. La inica diferencia fundamen- talentre esta posibilidad y la textual (la falta de presion en la columna’a’) pro- voca un cambio decisivo en el tablero. 3. ou CoS 14.TA1 Cob ‘Una partida de sus daterminables dvelos por el titulo mundi Lamés afilada y erica. Pude haber jugado de manera més forzada, obligan- do a Karpov a capturar la dama: 14. 62 15.Cb6 ab6 16.147 Chd7, lo que hu- biera asegurado una completa compen- sacién. Pero a pesar del armonioso orden de mis piezas su actividad habria sido mucho mayor que en la partida. 150-0 Durante la preparacién de la partida calificamos como bueno este fuerte movimiento, mientras que la variante 15.Cb6 ab6 17:Ta7 Ad7 se evaluaba de ‘manera muy optimista. Juzgando la idea de las negras como correcta, y sopesando sus pros y contras, Kérpov retras6 por el momento la captura de la dama, prefirié completar su desarrollo y mantener su logro posicionales: caballo centralizado y control de la columna *’ (Pérez Cabo) Ahora no es favorable jugar ni 15. 4 16.Cg5 Df5 17.44, ni 15... C44 16.Cd4 ed4, con ventaja para las blancas en ambos casos. Pero si uno cree en su idea, équé razén hay para poner en duda la variante elegida a mitad de camino? Ce6! 16.Cb6 Era psicologicamente dificil no ganar a dama, permitiendo la instalacién de LA @ATEDRA___] tun caballo en d4, después de lo cual las blancas ya no tienen ventaja. Ahora la partida se torna compli- cada para éstas, debido a dos razones directamente conectadas. Por una parte, las blancas se han autodefinido como el bando més fuerte, con lo cual estan obligadas a jugar para obtener ventaja. Por otra, el objetivo légico de una posicién igualada violentamente exige que las blancas rechacen tal ilusién y que urgentemente coordinen con ¢l material de més sus escasas piezas. Los efectos de este corto atasco se verin dentro de pocos movimicntos, 16, .» ab6 17-T7 Ad7 18.Dd2 Las blancas debian haber jugado 18.43! Ced$ 19.Cd4 Cds 20.D¢2, pero no quieren debilitar su posicién. 18, .. AeB! 19.63? 4 20.Cel?! El ‘materialista’ Karpov sigue jugando en busca de ventaja... Sus {iltimos dos movimientos, unidos por este propésito, ponen al juego de las blancas en el vértice de la catéstrofe desde el momento en que sus piezas, amontonadas, pierden completamente su movilidad. La Ghima posibilidad de mantener una relativa igualdad era 20.Cg5 CxS 2LDgS Ta2 22.Ag4 {5 23.Df4 Aes 2ADh6+ Ag?. En un ejemplo concreto, no ¢s dificil detallar los componentes estratégicos que permiten un pequefio milagro, pero me gustaria expresar alguna idea general que acompaiia a tun correcto © semicorrecto sacrificio de dama. Es obvio que la rvina del bando que ha ‘perdido’ la dama ha sido ocasionada casi siempre por la inadccuada coordinacién de sus fuerzas. Las blaneas jenen muchas piezas, pero acttian en diferentes partes del tablero como si fucranindependientesy,normalmente, no pueden cubrir todas las debilidades de la posicién. Como ustedes saben, no se puede hablar en este caso de falta de maestria de un jugador, aunque sf de la inadecuada fuerza de las propias piczas.. A veces sucede—como en esta partida— que las piezas del *bando debit’ estan tan bien coordinadas que Ja debilidad de cada una de ellas por separado apenas se nota. En tales cireunstancias tiene mucha importancia, la superioridad numérica de las armas del bando que sacrifica. Este tipo de razonamiento puede permitirle'aproximadamente’,cn'consi- deraciones gencrales’, el logro de pro- ‘metedores sacrificios de dama extraidos de la masa de ideas ut6picas de este tipo. 20. t DLAI CeS 22.Ce2 La salvacién podfa encontrarse en alguna de ls extremadamente peligro- sas variantes que se implican en la apertura de la posicién. Por ejemplo, 22.3 Td8! 23.Del €3 24,De3 Tal 25.14 Cf 26.De6 Ads+ 27Rh1 C2+ 2Rel Cet+, y no esta claro si las negras pueden forzar la victoria, Después de {a Gltima jugada, todas las dudas sobre la evaluacion de la _posicion desaparecen, pero la realizacion de la ventaja de las negras es téenicamente if. 22. w, Ta? 23.Dd5 Re7 Entre las posibles formas de logr tuna ventaja decisiva estaba lasiguient 23... Ta5!? 24.Db7 (6 24.De6 Ad?) 24. ‘Ac6 25.Db8+ R&T 26.Cb4 Ta8 27.Co6 ‘Th8 28.Cb8 c5. Pero yo decid jugar de forma mas s6lida. 24.Cb4 24.DbT? Acb 25.De8 TaB era mala, | pero 24.Dd2!? es digna de considera cién, Con Ia ‘iltima jugada, Kérpov decide retrasar la dama y entrar en un final dificil para él. En un sentido creativ, este cambio de acontecimientos ‘era equivalente para mia la conclusion de la partida, con la consiguiente relaja-

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