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ESTA COLUMNA EN VILO ESTA COLUMNA EN VILO FEXLOS DEL Dtyatore Constniyete en el nuevo di fa. Constriiyete en el dfa naciente. Invéntate en el dia que alumbra, ti, prisionera y sin habla. To, solitaria. Sola entre cientos, sola entre miles, entre ninguno, sola. Sola entre cosas sin peso, entre el vaho que exuda la noche que se extingue. Invéntate distinta. Td sola, sin palabra que te lleve, sin mirada que te guie. Sola. Sola remontando las infinitas alturas de tu montafia de nieves. ;Quién llega a estas horas para mirarte? iQuién se acerca a levantar el pliegue de tu sébana? Invéntate distinta para que alguien te toque, para que alguien te mire. Invéntate distinta para que alguien se acerque a sentirte respirar. Distinta... Distinta... Constriiyete de nuevo como lo que nace: de pronto, sin origen. Levanta un nuevo gesto, el que nunca has usado. Deja que la casa sucumba en su conjuro, en su lluvia de polvo. Algjate sin miedo, Vuélvele la espalda a ventanas hundidas en el aire, muros derruidos que el silencio arrebata. Deja atras y mira hacia lo lejos. las puertas confinad Mira el arco abierto, invisible. nial eur I Il Deo Digo con voz de nadie. Clamo. Digo | Digo sin lagrimas. Voy diciendo en el olvide. | Deshabitada, desdoblada en asaltos. Digo. Digo cada cosa sin nombrarla. Azotada de palabras, de silencios. Digo velando y develando el oculto latido. Digo despierta, viva, hablando de otras cosas, otros asuntos, dejando que el zumbido del habla me detenga, me alcance en agonia. Digo- Digo encorvada, buscando el limite, aranando tierra ajena. Digo extraviada, desterrada, sacada de mit quicio, del umbral de una puerta que fue mia. Digo, Clamo. Invoco, Inveco el fume. St temblor, su densa oscuridadl Digo. Soplo sobre fuego apagado. Ill III Ens inevitable semejanza, el ser siempre la misma, la misma en la identidad del dia, en su vacilante declinar, siempre la doblegada, doblegada ante las horas, y las horas todas juntas, todas juntas levantadas en el polvo, en la arcilla deshecha, lumbre, erizada de abismos, de cielos en despojos, ser siempre la misma, sin ceniza, sin auscultando el suspenso del instante que huye, el instante se niega, se dilata, se extingue, la misma en la inmévil dimensi6n de la sombra, la que esté de pie y a oscuras, la que Hlora en silencio, la perseguida, la derrotada, la que camina dormida y siente crecer el tiempo, ser siempre ka misma astros y las aguas regresan a su mientras pasan los cauce primero, ser siempre la misma la del recuerdo intacto donde nace fa huella, el indeleble rastro, ser siempre la misma fa misma en esta inevitable semejanza. P2ahonia Ben FEXTOS DEL DESALOLO. LV. IV Abr mis manos, vuelco hacia arriba las palmas de mis manos. Alzo mis brazos, los excesos de mi cuerpo los levanto desde el fondo. Busco el tacto, el apoyo, en lo alto mi cabeza, mi cabeza en el vacfo, en el sdlido vacfo. En lo alto mi cabeza. Mi cuerpo erecto, esta columna viva, inclinada, esta columna en vilo. Las palmas de mis manos, mis brazos levantados, mi cabeza girando. Descubro los designios que mi cuerpo sefiala, circulos sin rumbo. Mi cuerpo erecto, mi cuerpo inmévil, mi propio tacto, mi propio apoyo, mi cabeza girando, giro en el rumbo, giro en el vacio. Las palmas de mis manos aiertasa la espera, mis brazos levantadls desde el fondo, mi cabeza g vientre alli en el fondo... Mi cuerpo erecto. ando, la secreta unidad de mi Esta columna viva... Esta columna en vilo... Pibnia filers TEXTOS DEL DESALOLO. — el halito escondido, la casi muerta respiracién. Un incierto, trémulo aletear como si el Anima se hubiese ya apagado. Péndulo oscilante, cayendo, oh coraz6n inerme palpitando més alla del nivel de los desvelos. Apenas la desmemoria, el desapego, el deshacer una y otra vez ida y retorno, el desconsuelo. Apenas el susurto en las alcobas, aliento evaporado, pétreo aroma, lienzo infinito. Y la forma del cuerpo ya perdida, y el lecho, apenas sostenido en el desierto extremo, apenas inclinado, tan solo, tan vacio. Pibnie deus VI VI E, muerte lenta, callada, sin ruido. Estoy muriendo sin ‘oy muriendo. Estoy muriendo de una mori. Estoy llena de muertes. Muertes que pasan como sombras por mi rostro. Muertes que huyen y que nunca aleanzo. {Cémo alcanzar mi muerte nica? ¢Cémo elegirla entre tantas muertes que me acosan? Estoy muriendo de la muerte como sola compafifa, y la muerte penetra a mi casa, pisa mis alfombras, toca mis cristales, apaga mis campanas. Estoy muriendo de una muerte dura, implacable. Una muerte que me va desollando y va dejando en. carne muerta mi carne viva. Estoy muriendo de una muerte espesa, violenta, una muerte que juega con mi aliento el juego de la muerte, y lo toma y lo deja, lo desata y lo anuda, lo eva a sus postrimerias, lo regresa a sus comienzos. Una muerte que me hiere sin sangre derramada y me va socavando lentamente las entrafias. Estoy muriendo... Y de pronto parece que la muerte alumbra. Que es sélo sombra el suetio de la vida, que el aire de la vida es soplo muerto, vacuo estrépito el grito del amor. Que esta vestidura que palpita solo tiembla y se aquieta cenida por ka muerte. Y de pronto parece que ya no estoy muriendo, Que he alcanzado a la muerte sin morit, Pali fpDea> VIL VII Boos sumida en la noche, el espesor de la noche, sumida en la tiniebla en visperas del relampago y el relmpago me asola, me atraviesa toda integra, me desintegra el relampago. {Dénde quedé mi mano, aquella alzada en el aire, en la cumbre azul del viento con un pajaro dormido el ala ya deshecha? Estoy sumida en la tierra, el espesor de la tierra, amontonando la tierra, inmensas nubes de tierra demoradas en lo alto hendidas por el relampago. ;Dénde queds el fragor, el bronco fragor del trueno, la dislocada lluvia y ese temblor que agita el nivel de los océanos? {Dénde quedé mi garganta, mis dos senos al desnudo bajo el fulgor del, relampago? Estoy sumida en el tiempo, tendida al fondo del tiempo, tendida sobre mi vientre, mi vulnerable cuerpo carnal abatido en el relimpago lo sostienen por momentos los tenticulos del relimpago en la luz amortajada me persiguen y me alcanzan los espasmos del relémpago. {Donde qued6 mi herida, la enrojecida flor de mi herida que apenas brills un instante a la lumbre del relémpago? Catena deus HEXLOS DEL DESATOIO, VIII VIII L. resaca me abandona a la curva, a su recodo inmerso, circulo sin alcance. La resaca me confina a la curva, me arrastra a sus descensos, sus duros espirales me llenan de serpientes. La resaca me limita a la curva y la curva me oprime, me cifie, anillos en mi pulso sofocan mis latidos. La resaca me arrastra muy lejos, muy distante. La vertical erecta apuntando hacia el Norte, mi misera extremidad sumergida en el Sur, joh vulnerable Sur! La res me arrastra hacia curvas cerradas. La resaca me aca arranca de mi rail dormido, mi oculta horizontal. La resaca desborda... Naufragan mis cabellos cernidos por la sombra, naufragan mis carencias, mis revuelos més altos. La re aca me arrastra por un, cielo sin astros, un cielo en que me abismo. La resaca me deja para siempre en la curva, esta hondisima curva donde me agosto y tiemblo, el candado en el aire, en la curva del tiempo. iin Jews TEXTOS DEL DESALOIO, Ix Au 5 5 ia qui mi piedra inmévil, mi inmévil fortaleza. Aqui mi piedra inerte, mi piedra en descalabro. Aqut mis piedras todas. Hago el inventario de mis piedras. Las que pesan en mis manos como culpas, las que nunca fueron lanzadas, las desconocidas del aire. Construyo rostros con mi piedra ennegtecida, rostros ciegos, de frente y labios carcomidos. Toco mis piedras sopladas por el fuego, toco mis piedras ardidas, chamuscadas, sedientas. Juego con aquellas venidas de Ja mar, las que llev4ébamos en alto, pétrea corona, y hacfamos sonar y rebullir y chispas saltaban desde roce inmemorial Aquellas cubiertas por las aguas en fuga que yacfan en lo hondo de pozos sombrios y salfan a la luz, recién lavadas, hiimedas todavia rodando por los afios, por los dfas... Aqui mis piedras nobles, las que respiran hacia adentro, y esta piedra del olvido que yace aqui encallada, dura, impfa. Aqui mis piedras todas, mis grandes piedras demoledoras y mis piedras menguadas, inénimes, desnudas, sin musgo, sin estrfas. Aqui mis piedras todas. Todas mis piedras reunidas déndome vueltas, girando en tomo mio, apretadas en cerco, cerco de muro, muro gigante cuajado en piedra Y ésta mi piedra intacta, mi tltima piedra, reclinada sobre la tierra, rectangular y frfa, piedra sin nombre, aguardando mi nombre cada dia Prlinia deus 541 Ul Il TIEMPO HENDIDO TIEMPO HENDIDO Crnndo vagébamos por los caminos que parecfan abiertos, tbamos anhelantes como si tuna densa sombra nos persiguiese. La luz estaba incierta, en sus comienzos, en la ignorada iniciacién. Cuando avanzsbamos sin tocar elaite, el aire que era augurio, el malsano aliento venta ya desde lo hondo. Cuando nos detuvimos, los nombres resonantes, el refulgente espacio se lens de polvo. Prine deus I I {Dine Ta anchurosa curva apenas iniciada? {Donde el desterrado sol? Este pilido fulor guaarda el secreto de acilante, temerosa de todo lo perdido. Luz alumbrar mi tiniebla, de tocar el limite del callado ordenamiento de la sombra. Palen Deas III II I esiento crecer oh temible ardimiento. Siento tus vestigios y tus signos, Wt duro asentamiento que cimbra la materia. De rodillas. De rodillas te presiento, yor la extraviada, y ti dejas al desnud este muiton de ala ya petrificado. ulsnia fetus HIX1OS DEL DESALOLO, lv iv Abe los espacios. Deja que resbale entre tus dedos la materia sin peso. Tiende el arco por encima de tus suefios. Detente ante el tiempo hendido. Recuerda tus lejanas irradiaciones, ti, la desmemoriada. Deja caer las redes sobre el mar en fuegos. De entre los escombros surgiré el Tributario. Vendri a apagar la sed de tus desvelos. No te inclines, no. No te doblegues. Es alto el dia. Alta la luz. No dejes que te toce el borde de la sombra. Prin Jedeu’> << HEXTOS DEL DESALOJO, TNTOSMTT TROL Ten vestida por el caudal del viento, Iba desnuda cenida por el aire. Iba sin saber que iba arrastrada por su inmévil Iba rodando por el cauce abierto. los bordeando siempre semejanza. Iba pasando por antiguos ci Jas orillas del duelo. Iba escuchando los latidos del otro coraz6n ya consumidos. Prbeie Jeeais eee OO TEXTOS DEL DESALOLO. VI VI Exe infatigable ascenso, y mis brazos atados, y mi pie que se hunde, se hunde en el abismo. Estoy Ilena de espumas, de polvos a peros, de cenizas. El tiempo lentamente me arranes cabellos. Los tiltimos designios los arrastra el olvido. Mi alma se agiganta en dilatado vuelo. Oh la sangre que brota sin medi, infinita. Oh la sangre que corre, que se escapat en el aire, ka sangre de mi origen perdida ya en el fondo. Pulinia deus HEXTOS DEL DEsatolo VII VII Eooy aquf en lo oscuro de espaldas a la luz, olvidando el comienzo, la eternidad del dia. Estoy aqui ignorada, el perfil de mi rostro perdido entre la sombra. Estoy aqui disminuida, apenas una linea, un punto sin relieve. Estoy aqut inclinada dejando que la noche me pase por encima. “Afuera en el espacio Las éguilas inmensas batallan con el viento. Estoy aqui aguardando... Y recojo mis estos, y repliego mi aliento, amordazo mi voz y toda yo soy silencio oculta entre lo oscuro. Estoy aqut vigilante, velando temerosa una criatura errante que en mise ha detenido. Pirlo ea’ eee EE '”S VII Vil No mesublevo en mi largo repose, No rompo la béveda que me tiene oculta No quiero que mi rostto lo ealienten los dias No clamo por el singel de la vision perdida No clamo por los dieses que me ayudan ef habla No quiero los espacios, ni los techos fijos, ni fos vastos aposentos Hlenos le senatles. No quiero ver donde se anida mi mas alta memoria. IX IX oT EEXTOS DEL DESMLOIO, A principio éramos muchos. Andabamos dispersos, intentando tocarnos, escucharnos. El sitio era muy vasto y apenas alcanzsbamos un leve roce, un fugaz acercamiento- ‘Alguns se escaparon. Otros comensaron ignora Jos elementos, comenzaron a cambiar costumbres tantedndose en silencio, cleges ¥ sin aliento. Jos o tres, muy Después fuimos muy pocoss apenss juntos y temblando. Al fin tan solo uno. Uno tan aslo. Y la febsil espera comenz6 a extenderse pot encima del desierto. Pubic iears

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