Professional Documents
Culture Documents
Estoy en la Facultad de Filosofía de Sevilla. Son las seis. En veinte minutos empieza
una conferencia de Fernando Arrabal en la Facultad de Periodismo y acabo de perder el
autobús. Mierda, no voy a llegar, de aquí a Gonzalo de Bilbao tienen que ser por lo
menos tres kilómetros. Pues corro tres kilómetros en veinte minutos bajo una lluvia
suave pero constante. Para Ben Jonson no es nada, pero yo he estado a punto de vomitar
mi propio corazón. Joder, espero que valga la pena. Llego por los pelos y me pongo de
pie al fondo. Ni un asiento libre. He tenido suerte, a los que han llegado justo después
que yo Arrabal les ha preguntado si no sabían que en esa reunión a los que llegan tarde
se les sodomiza con su paraguas.
Es un hombre pequeño y eléctrico. Los ojos le brillan y mira alrededor divertido: “Os
váis a enterar”. Pienso en el loco del tarot. Para quien no lo sepa, las cartas del tarot
simbolizan el camino de la vida, con sus fases, y su orden establecido. Todas tienen su
número, menos una: el loco, que puede ser considerada la primera carta del camino… o
la última. Es el bufón que vaga por el mundo, el hombre que juega, que no se toma las
cosas en serio… o se las toma en serio, pero sin seriedad. Para algunos es la
inconsciencia, el inicio del camino. Para otros es el final, el resultado. Lo que queda
cuando uno ya rasgó el velo de la diosa virgen… y vio que no hay nada detrás.
Ahí está el loco, el talento, el hombre que no permite que el telón de las cosas que
realmente pasan caiga sobre lo que, en realidad, las cosas son.