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La pérdida auditiva afecta el lenguaje y

enlentece el aprendizaje
Aconsejan a los padres hacerle al niño un control de
audición en todas las etapas de su desarrollo. La
detección precoz lleva al rápido tratamiento.
03 Abr 2016 283
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ETAPA PREESCOLAR. Hay que hacerles el chequeo antes de ir a la escuela.


mujerhoy.com
“La falta de atención, retrasos en el desarrollo del lenguaje o en el aprendizaje con
respecto al resto de la clase pueden ser signos de una hipoacusia sin diagnosticar”,
advierte la fonoaudióloga Mónica Matti. Por eso es importante que los bebés sean
chequeados al nacer para determinar tempranamente su capacidad auditiva y brindarles
el tratamiento -si lo necesitaran- en forma rápida y oportuna.

Muchos niños con problemas de audición son diagnosticados en la etapa escolar,


incluso los que ya nacieron hipoacúsicos. El screening auditivo es un estudio que se
realiza de manera obligatoria cuando nace un bebé. No obstante los padres también
deben estar atentos para hacer un chequeo si el niño presenta algún síntoma de que su
audición está comprometida. Matti recuerda que actualmente se sugieren chequeos
auditivos al entrar al colegio en etapas pre escolares, como así también la realización de
un seguimiento específico a aquellos que, por antecedentes familiares o personales,
corren riesgo de padecer hipoacusia.

“El impacto de la pérdida auditiva sobre la adquisición y desarrollo del lenguaje y las
capacidades cognitivas, dependen en gran medida de una efectiva detección temprana.
Por esta razón sugiero a los padres que les realice controles de audición a sus hijos en
diferentes etapas de su desarrollo”, recomienda la especialista.

Trastornos del habla

Las causas más habituales de una derivación al fonoaudiólogo por parte del pediatra
están relacionadas con trastornos del habla que se observan en los niños, así como
también sospechas de hipoacusia, especialmente alrededor de los 12 meses cundo la
hipoacusia es congénita, y en edad preescolar cuando las hipoacusias son producidas
por otitis u otros problemas de congestión del oído.

En el caso del habla, la primera consulta se da entre el primero y el segundo año de


vida, porque se observa que la adquisición del lenguaje es lenta. También se llega a la
consulta por problemas de pronunciación, que se hacen evidentes en la época del jardín
de infantes cuando el niño no logra comunicarse del todo bien con sus pares. Los padres
deberían prestar atención a las respuestas del niño ante el estímulo auditivo y este tipo
de reacciones son diferentes de acuerdo a la edad.

Evaluación auditiva

“Los estudios más recomendados en etapas muy tempranas son tanto las otoemisiones
acústicas como los potenciales evocados auditivos, que son objetivos y no invasivos.
Cuando el niño es más grande los estudios básicos para realizar una evaluación de la
función auditiva es la audiometría tonal, timpanometría e impedanciometria (evaluación
del oído medio)”, detalla Matti.

No hay por el momento estadísticas oficiales respecto a la hipoacusia en nuestro país.


Sin embargo, a partir de la implementación del plan nacional de detección e
intervención temprana de la hipoacusia, las primeras aproximaciones indican que, al
igual que en otros países del mundo, la incidencia es de uno o dos bebés con hipoacusia
de severa a profunda cada 1000 nacimientos, número que aumenta a cuatro o cinco cada
100 nacimientos en recién nacidos de alto riesgo de padecer hipoacusia por antecedentes
familiares o personales.
El niño prematuro es el que nace antes de la semana 37. Según estadísticas del
Ministerio de Salud de la Nación y la Unicef en nuestro país nacen alrededor de 8000
niños con menos de 1,5 kilo de peso, y unos 2000 pueden quedar con alguna secuela,
entre ellas la sordera. El bebé que pesa menos de 1,5 kilo está más expuesto al daño de
la vía auditiva. En este sentido, la hipoacusia en bebés prematuros corresponde a un
déficit auditivo igual o mayor a 35-40 decibeles, lo que puede ser determinado mediante
un examen de potenciales auditivos. “Cuanto antes se detecte el problema auditivo más
posibilidades de ser tratado el problema”, concluye Matti.

Observalo a tu bebé...

- La mayoría de los recién nacidos se sobresaltan o “asustan” ante los ruidos fuertes y
repentinos.

- A los tres meses, un bebé por lo general reconoce la voz de los padres

- A los seis meses, un lactante puede mirar o girar la cabeza hacia el lugar desde donde
proviene un sonido.

- Es frecuente que a los 12 meses un niño pueda imitar algunos sonidos y decir unas
pocas palabras como “mamá” o “adiós”.

- A medida que el bebé crece hasta convertirse en un niño pequeño los signos de pérdida
de audición pueden incluir:

- Limitaciones en el habla, habla deficiente o falta de habla.

- Falta de atención frecuente.

- Dificultades de aprendizaje.

- Falta de respuesta al nivel ruido conversacional o respuesta inadecuada.

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