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ASIGNATURA: BIOLOGÍA

INSTITUCIÓN EDUCATIVA DISTRITAL GUÍA : DIA INTERNACIONAL SIN


LICEO FEMENINO “MERCEDES NARIÑO” PITILLO
DOCENTE: NUBIA STELLA RUBIO

LOGRO generar conciencia y educar acerca del daño ambiental causado, en una
acción tan automática como recibir y usar un pitillo.
ACTIVIDAD : Copie en su cuaderno los siguientes esquemas, con excelente presentación,
lea cuidadosamente el texto, formule y responda 5 preguntas relacionadas con la lectura cuyas
respuestas no sean de si o no, sino de argumentación, realice la actividad indicada para próxima
clase.

Piensa que en el momento en que estás sentado tomando un café frío (con pitillo), también lo
hacen las personas de otras mesas y a su vez las personas de los otros restaurantes y los de las
otras ciudades y los de los otros países. Estos pitillos, que tienen en promedio una vida útil de 20
minutos, después de ser usados, desaparecerán de tu vista, pero no del planeta. Se quedarán en
la tierra o en los mares por miles de años, se convertirán en micropartículas, y muchos de ellos,
además de contaminar las aguas y la tierra, serán el alimento de muchas especies marinas, las
cuales, son las mismas especies que llegarán a tu mesa.

Los pitillos, son unos de los elementos que más recogen los voluntarios que limpian las playas, al
igual que las tapas de plástico, botellas y bolsas. Según un estudio del Foro Económico Mundial,
para el año 2015 se calcula que el peso del material plástico en los océanos superará el peso de
los peces. Solamente en Estados Unidos, son usados 500 millones de pitillos a diario.

Sin embargo, algunas personas en el mundo están comprometidas a apoyar la reducción del
consumo de pitillos. El objetivo es generar conciencia y educar acerca del daño ambiental
causado, en una acción tan automática como recibir y usar un pitillo.

En Francia, algunos activistas, crearon un día internacional sin pitillo. En varias ciudades del
mundo nos unimos a esta iniciativa. Dublín, Berlín, Londres, Barcelona, Amsterdam, Milán,
Bangalore, Phnom Penh. En Francia: París, Grenoble, Lyon, Lille, Strasbourg, Bordeaux, Nantes,
La Ciotat. Y ahora Medellín . La idea es realizar diversas actividades que sensibilicen y muestren
la magnitud de la problemática: charlas, conversatorios, visitas a restaurantes. Hay muchas formas
de aportar:

 NO reciba ni use pitillos


 Comparte el evento en tus redes
 Invitar a los dueños o gerentes de tus restaurantes favoritos a no usarlos
 Comparte esta iniciativa con tus amigos y familiares y ayúdalos a ser más conscientes.

Nada más en el 2018, según la ONG internacional Ocean Conservancy, que programa la jornada
de limpieza de playas más grande en el mundo, se reunieron 18 millones de toneladas de
basura en las playas del mundo.
En el listado de los objetos más colectados, el pitillo ocupa el quinto lugar (con cerca de 439.000
unidades encontradas en las playas) por debajo de las colillas de cigarrillo, las botellas de plástico,
los empaques de comida y las tapas de botellas, que están en los primeros puestos
respectivamente. Estos tubitos de plástico, que tienen un tiempo de uso entre 10 y 20 minutos,
pero cuyas partículas pueden navegar en las corrientes oceánicas por milenios, se han convertido
en un problema global por su inadecuada disposición. La gravedad del asunto ha llevado a que
colectivos de ciudadanos de todo el mundo proclamen como su consigna ambiental: ‘Sin pitillo,
por favor’ o ‘Mejor sin pitillo’. Son campañas en la que les piden a los ciudadanos cambiar sus
hábitos de consumo. Los colombianos ya no son ajenos a estos eslóganes que vienen calando en
restaurantes locales, pero también en grandes cadenas como Frisby o Crepes & Waffles,
empresas que, como parte de su responsabilidad social, le han apostado a disminuir el uso de los
pitillos.
Sumados a las bolsas, tapas y otros desechos derivados del petróleo, estos utensilios son parte
de los objetos que hoy tienen en jaque a los océanos. Según cálculos de la investigación
internacional ‘La nueva economía del plástico’, que elaboró el Foro Mundial Económico, en 30
años los mares tendrán más plástico que peces, si se tiene en cuenta que pesarán más las
toneladas del material que de los mismos animales marinos.A eso se le suma, como advirtió un
equipo de investigadores de universidades en California (Estados Unidos) y Australia, que
actualmente el 60 por ciento de todas las especies marinas tienen en sus intestinos rastros de ese
material, según los resultados de la investigación que publicaron en la revista científica
Procedimos of the National Academy of Sciences of the United States of America.

UN INVENTO MODERNO ¿Pero ¿cómo un invento de uso tan simple como el del pitillo se
convirtió en un objeto tan cuestionado? El pitillo (popote o pajilla, como se le dice en otros países),
tal y como se conoce en su versión plástica, se popularizó a comienzos de 1970, cuando quedó
rezagada la versión en papel, que por mucho tiempo fue la de uso más extendido. Sin embargo,
este no es un invento del todo moderno. Vale la pena recordar que diferentes
culturas –que van desde pueblos indígenas en América hasta poblados en la época
de la civilización mesopotámica– utilizaron diferentes materiales derivados de la
naturaleza para destilar o consumir cierto tipo de bebidas. En tiempos recientes,
según el Lemelson Center para el Estudio de la Invención y la Innovación, que hace
parte del reconocido Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano de Estados
Unidos, el pitillo de papel fue un invento de Marvin Stone, un americano que tenía una fábrica de
boquillas para cigarrillos y quien se cansó de los pitillos de centeno, que dejaban residuos en el
vaso. Utilizó un lápiz, lo rodeó de papel y comenzó a diseñar el modelo del pitillo moderno. Patentó
su creación en 1888 y en menos de dos años ya su empresa fabricaba más pitillos que los mismos
soportes para cigarros. En los años treinta, otro norteamericano, Joseph B. Friedman, se inventó
la manera de doblarles la punta a los rígidos palillos y con eso creó los vistosos flexibles Straw,
los pitillos flexibles, que son tan frecuentes en batidos, malteadas o sorbetes. Los hospitales,
donde los pacientes tenían dificultades para tomar directamente del vaso, fueron los primeros en
tildar el invento de “sanitario” y beneficioso para “disminuir la propagación de enfermedades de
contacto”. Sin embargo, el gran salto de este invento fue hacia mediados de los años 60 y 70,
cuando se popularizaron los elementos derivados del petróleo y se extendió en restaurantes y
otros establecimientos los empaques desechables
De la mano de este boom se creó toda una serie de diseños en modo de espiral y con creación
de diferentes figuras a partir del tubo plástico, que fueron explotados por la publicidad como
llamativos objetos de mercadeo. No obstante, a medida que se empezaron a evidenciar los efectos
nocivos para el medio ambiente por los desechos de plástico, no solo porque son derivados del
petróleo –que en su explotación genera gases de efecto invernadero– sino por su contaminación
en el océano, diferentes sectores ambientales comenzaron a crear campañas para concientizar a
los ciudadanos sobre los riesgos de su uso excesivo y muchas veces innecesario. Estos
implementos estaban poniendo en peligro ecosistemas tan únicos como los de las tortugas
marinas, que al confundir los pitillos con alimento u otro elemento natural terminaban con
alguna unidad enterrada en sus narices. Hace un par de años, Mariana Matijasevic y Clara Inés
Pérez, dos profesionales antioqueñas, conscientes de lo que estaba pasando, dejaron atrás el uso
de pitillos y redujeron por completo su gasto de desechables. Ambas, integrantes del colectivo
Ciudad Verde– que promueve el desarrollo sustentable en las ciudades– son las líderes de una
campaña en redes sociales conocida como ‘Mejor sin pitillo’ que ya tiene más de 4.000 adeptos
en Facebook. La campaña ha logrado destacar la labor de cerca de 15 restaurantes en Medellín,
que por iniciativa propia no ofrecen estos utensilios, con lo que se “disminuye al menos un 70 por
ciento el consumo”, asegura Pérez
MENOS CONSUMO Garay, el vocero mayor de Acoplásticos, acepta que “las campañas deben ir
encaminadas a un consumo responsable, que lleve a la racionalización del uso y a propiciar el
reciclaje”. El dirigente asegura que se están adelantando esfuerzos para que los pitillos puedan
ser colectados, molidos y nuevamente utilizados. Sin embargo, como han analizado diferentes
ONG, por la calidad volátil del material de los pitillos y las bolsas se hace fácil que se pierda, llegue
a fuentes hídricas y, por tanto, contamine los ecosistemas marinos. De hecho, según cálculos
internacionales, menos del 5 por ciento del plástico se recicla. Ahora, como explican las
integrantes de la Ciudad Verde, el no consumo sí evidencia un cambio significativo. Por ejemplo,
en pequeños restaurantes de Medellín se han dejado de utilizar hasta 155.000 pitillos al año y
la cadena de restaurantes Frisby, que viene impulsando esta campaña en sus 222 tiendas, en
tan solo un mes ha logrado disminuir el consumo de más de 120.000 unidades.
ACTIVIDAD PROXIMA CLASE:
Realizar en octavo de cartulina un mensaje con dibujo relacionado con el NO USO DE L PITILLO
PLASTICO,tenga en cuenta las instrucciones del docente

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