You are on page 1of 29
La imagen y el espejo: la historiografia peruana 1910 - 1986* Alberto Flores Galindo Cualquier historiografia, ademas de ser un discur- so sobre el pasado, traduce el presente de una sociedad con todas sus tensiones y conflictos. Ocurre que cada época construye su imagen histérica de acuerdo a sus necesidades. En el Pert, la conexi6n entre historia y politica es mas evidente que en otros paises. En parte es atribuible al estadio todavia incipiente de nuestra his- toriografia (poco diferenciada de otras disciplinas so- ciales) y también a la escasa “division de trabajo” en el interior de nuestra vida intelectual. Un historiador asi como investiga en archivos, debe ensefiar en algu- na institucion universitaria, quizd también labora en un centro de investigaciones y es probable que le soliciten conferencias en un municipio, sindicato o circulo de estudiantes, sin considerar entrevistas para algtin periddi- co o colaboraciones que él mismo puede enviar a algu- na revista semanal. Esto es resultado de que no son mu- * Este ensayo recoge ideas que han surgido en conversaciones (y discusiones) con algunos amigos: Guillermo Nugent, Antonio Zapata, Magdalena Chocano, Gustavo Buntinx y Gonzalo Porto- carrero. Los cuatro ultimos son miembros de Sur, Casa de Estu- dios del Socialismo. Después fue presentado como ponencia en el Coloquio que sobre “La historiografia latinoamericana” orga- niz6 Hermes Tovar en la Univ. Alcala de Henares (Sigiienza, 11-15 julio 1988). Agradezco el apoyo del Concytec, que me permiti6 asistir a este evento. 55 chos los historiadores, de los escasos ingresos que dis. peters sobre todo, de la demanda a la que estén some. tidos. Nos ocuparemos de la Historia en el Pert. No de la Historia hecha sobre el Pert: sino de aquella parte de la historiograffa peruana elaborada por los propios pe. ruanos. $6lo cuando resulte imprescindible nos refer, remos a los “peruanistas” pero ellos —con todos sus ma ritos y aportes— constituyen una especie aparte. No se trata de hacer un recuento de historiador y de titulos de libros. Se trata, mas bien, de mostrar ia concepcion determinada que ha sustentado la investi gacion histérica, como consiguio reproducirse y, tinal: mente, cudndo y por que entré en crisis. La produc. cién historiografica confrontada con los historiadores fun sector de los intelectuales en el pays) y con los lee tores de libros de historia o aquellos otros a quiene, sus contenidos terminan legando por ofdas. SI La partida de nacimiento de la moderna historio. gratia peruana estd fechada en 1910, Ese aiio, José ge fa Riva Aguero (1885—1944) publico su libro La histo. ria en el Pera. Se trataba de una tesis de doctorado que, gracias a la fortund econémica de su familia, pudo cir, cular mas allé de los miembros del jurado, aunque me edicion fue s6lo de cincuenta ejemplares!. Luego algy. nos de esos ejemplares serfan _buscados afanosamente por discrpulos como Luis A. Sanchez. Recién en 1965 se hizo una nueva edicion, recogiendo postumamente algunas supresiones pocos afiadidos del autor. Este arentemente congrego pocos lectore, ibr jue aps libro, @7ee unbalance de Io que hasta entonces se ng iva-Aguero-Osma figura entre los on a Rive ia elite limenia a comienzos de en ee de ‘escendian de la aristocracia colonial. 9° sees estaban colocados en la minest® ‘uitura, donde eran propietarios de yar" dedores de iene Pando, Palom; in Cayetano. José de la Riva ero fue hijo tm; me ‘inal de un linaje, murié soltero, dejando aus | ane Vastago Gpatificia Universidad Cat6lica (Quiroz, Alfonss “Grupos econdmicos y decisiones financieras en e] Pane 1984-1930” en Apuntes, Lima, No. 19, 1986, p. 96), 188fistoria en el Pera es el Tomo TV, de sus Obras Comple. La Hisoadicion, hecha en 1965, est& prologada por Jorge Basadre, 1, La famili intereses econ la banca y la agric haciendas en los alre scrito, sino ademés una primera sintesis interpreta- de la historia peruana. Los antecesores de Riva {giero fueron autores de largos estudios monograficos vn Paz Soldén), aficionados a la historia (Palma) 0 pia © tive. ‘ol i (eonges, emuditos, “que terminaban | confeccionando wergafias (Mendiburu). Salvo un autor de manuales ofiares (Sebastidn Lorente), nadie habia intentado eprecer una imagen del conjunto de la historia peruana. o” Bsa imagen serfa desarrollada por el propio Riva ro en algunas indagaciones eruditas, a través de su © discurso sobre el Inca Garcilaso (1916) —que lepria Jos abundantes estudios acerca de este persona- jnicl’ mediante el relato de un viaje al sur del pais, if fidado aos después con el titulo de Paisajes Perua- publiftggs). Su trayectoria fue interrumpida por los ne", de autoexilio en Espafia, cuando Riva Agtiero se af0* Sea en preocupaciones personales. y familiares: ela- enfiasce %) genealogias, lecturas dispersas, estudios civtles sobre Unanue o Goethe que, a su regreso al ocasion artir de 1930, serfa motivo para discursos aca- pert, 30 edicion de optisculos. démicrro si decramos que Riva Agtiero funda la histo- _ grafra peruana es porque en los textos mencionados riogta”orando una especie de paradigma, que luego se- fue Cardo o prolongado en la obra de otros historiado- reiteraee vn un espiritu similar al de la generacion es- res. a del 98 (fue corresponsal de Unamuno), de cons- panol® Ot apilidad de la nacién peruana: una empresa tata? 2] momento poco exitosa como podria mostrarlo pasta ©<0 militar frente a Chile (18791883). E origen ol fracier ota no era inmediato; se remontaba a la caren. de 4 una clase dirigente que hubiera emprendido la cia por la independencia y la conduccién del nuevo Ine tarea debio corresponder a la nobleza colonial pus. Esta, “incapaz de cualquier esfuerzo”, no estuvo per? ,itura de Jos acontecimientos y la lucha contra Es. 4 sa terminaria ganada por un ejército organizado por pane ales de otros parses. Se inaugura asi una manera de fagonat el pasado que Magdalena Chocano ha llamado Fyeronia El nombre fue utilizado antes por otro wtielectual de la generacion de Riva Agiiero: Victor Chocano, Magdalena, “‘Ucronia y frustracién en la con. 2. Cra historica peruana”, en Mai aoa z ciencia, » irgenes, Lim: enc ‘a, afio 1, No, gue! Aebr 57 Andrés Belatinde, autor de una interpretacién del pai, titulado Peruanidad (1942). También lo utilizara Jo, Basadre, Consiste en el afin de pensar en otras posibi dades que, encerradas en el pasado, se quedaron i" realizar. En otras palabras: qué hubiera ocurrido i. Nace ese convencimiento del Perti como pars de ocas nes perdidas. De acuerdo con esta concepcidn, se! caba muy atrds en el tiempo un pasado esplengy tet cuando el pars fue sede de enormes administrac’® territoriales, durante el perfodo Inca o durar pan Austrias, que después se irfa desmoronande toy suerte de ininterrumpida decadencia: el lament, Une la guerra que se perdié, por la clase dirigente es Por tuvo. Definiciones por negacién. Mejor dicho: aq & E Con, traste con un imaginario “debe ser”, Sobreponiéndose a un presente d va Agiiero postulaba la necesidad de construir no” peruana. Esa era precisamente la tarea chase 6p, la historiografia. “La patria es una creacion hist, decra. Desde luego, la nacién era entendida cont”, tesis. Union y encuentro entre esas tradiciones ey it les que habran hecho la historia del Peri, alredeqtt'®. una nueva clase dirigente, que asumiera su pasade °° ra capaz de afrontar los desaffos de un pais poed (ue. grado, Pero aunque no existfa la nacion, si estaban i. tadas sus bases, lo que explicaba que algunos yt. tuales la hubieran anunciado. Aparece el concen © precursores, Ocurre que para Riva Aguero jg 5. de era, ante todo, un “alma colectiva” cuyo perfif “on Pert tenia que ser mestizo: “esa alma existe, aunque q targada y adormecida”. le, La sintesis levaba a postular a la historia alyo dor de un centro, Se privilegia, logicamente, algnog 4° tinos individuales, El Garcilaso elogiado por Riy,!®* giiero era algo mas que el cronista y el historiador g* pasado prehispanico. Un intelectual que se enorgy He sus antepasados incas y espafioles, que defienge Tahuantinsuyo pero escribe desde su exilio en Mong; @l y en castellano; era el prototipo del futuro hon i " im peruano. De esta manera la historia servya para extgt lecciones e incluso prop’ e lesalentador. oner modelos. ‘A principios de siglo este discurso tenia algun, elementos criticos (que podrian remontarse a a a pero censor de la moral republican que fue Congas ada), pero con el tiempo se fueron perdiendo y Prétido en los afios 30, la clase alta peruana recupera el cuser (que en alguna medida habia perdido durante la Pe ministracion de Leguia) apareciendo entonces una de- sal que trata de imponer sus modelos culturales, Ri- reclMgiiero pasaré a ocupar un efectivo liderazgo intelec- *S'a1 terminar ese decenio se tornardn abiertas sus tum patias por la Italia fascista (prologa una edicion de sitgursos de Mussolini) y cuando en 1939 triunfa Fran. Riva Agtiero creer entender que modernidad y cos samiento conservador son sinénimos. El mestizaje per; e] elogio a la obra de Espaia en América y la colo. 1, un momento glOrioso, rompiendo lanzas contra cual. ie gr version en contrario, alentada antes por el protes. Htismo ¥ en ese entonces, por los indigenistas, sinoni. casi de “rojos”. Surge la nocion de “hispanided nay tenemos, no. ya solo la posibilidad racional sino robabilidad més fundada de confirmar la interrum. la fy y magna obra de nuestros comunes antecesores, de pidt astruir el Imperio espiritual y moral” 3. Defensa de recoMnquista. La biografia por excelencia de la historia cena ya no sera la de Garcilaso sino la de Pizarra la p as se erige un monumento en homenaje . M ene yy en la Plaza de Armas de Lima (1935), Real quis (1897-1960), un historiador de la generacion orrente a Riva Agtiero, antes liberal, emprende eruditas sigui’aciones sobre Pizarro en Sevilla, que luego serén ndagierde articulos y discursos. Pero donde Riva Agiie- mattMcontrard sus mejores discipulos es entre aquellos yo eneeique pot entonces llegaron a la universidad y jovene® ron al pais amenazado por lo que crefa sub- conde las masas (el aprismo y el comunismo). En- versi@”.g reclutaré a Guillermo Lohmann y después a te Slgustin de la Puente, Se termina de constituir lo José {unos denominarén corriente hispanista y otros, que *erafia tradicional, nistoMfpeaso de Lohmann (n. 1916) sera el de un histo- gor con muchas horas de trabajo en los més diversos yiador SP conocedor sin par de los siglos XVI y XVII archive mas de un centenar de monografias eruditas, de ante ibros pero de ninguna historia general de le colo. v a iva Agiiero, José de la, Escritos politi 3, BM Smo XI, Lima 1976, pp, 295" 296," Obr#s Comple- nia, donde el apego a los documentos, la precision y |, novedad de los hallazgos, nubla cualquier horizonte ma. yor. Guillermo Lohmann escribe sobre los espafioles en el Peri: sus instituciones (el corregimiento), sus ia (Huancavelica), sus personajes (el conde de Lemos), Pi (itr y_su literatura (Garces), sus problemas intimos (los testamentos), pero ignorando toda la vertiente in® digena e incluso asumiendo a ratos el lenguaje (su prog, Seta plagada de arcaismos) y la actitud de los funcio 8 eee eoloniales (parrafos de menosprecio a los indiog fasta de cierto desdén por los judyos salpican sus eso! tos). José Agustin de la Puente (n. 1922), en cambio feriposee 1a misma rigurosa erudicion. Estudioso de |3 Petependencia ha batallado siempre por argumentar una ita esis: el Pert rompe con Espafia como el hijo mayor Se rcepara de su madre y como consecuencia, antes au Se rey guerra se trata de una toma de conciencia perso, ce se ntima, vivida por esos intelectuales de fines qe) gglo XVIII que reciben el nombre de precursores, Pend siglo “process yntimos son tan sutiles que cuando y, estos Providencias es licito suponerlas: el empleo da exisivfonal hace que hasta un ilustrado como Olavig que vivid muy lejos del pais, pueda haber anunciadg «? gue pendencia. De la Puente es un continuador de ae Agiero y antes que éste, de Bartolomé Herrera y do 4 da una Corriente de pensamiento conservador que bye? Gna identificacion con Espana. Esta historiogratra aS dr4 una relacion privilegiada gi la Escuela de Estudi” Hispanoamericanos de Sevilla, bajo cuyo modelo se egg + Piece en Lima el Instituto Riva Agiiero (1947). Bat nay ota institucion se dara an intercambio frecuente Ye profesores y de alumnos- De aquy iran José Anton’ Ger Busto, Carlos Deustua ¥ enon de alld vendran Fee fando de Armas, Rodriguet con Bas Todo esto bajg pane yepra tector delun cetolic ail cone tvaCory Pl manto Pre roriografia fue modelando, desde los ap Jos sesenta, la conciencia higiset i. ta fines de , la conci¢ eae spicos ¥ personales invadieron log ta" tex, Sus discursos civicos, 105 monumen; rb eee "ge las calles. A fuerza de ‘epeticione y los pombruana, de proyecto, s° convirtio en realidad: el Pert fue inscrito en la tradici6n occidental y cristign’ a la que terminaban ubordinados 10s indios, Esta y® Sion, sin embargo, no fue aceptada undnimemente, p. F sta aparecieron, desde los afios 20, histo. In ie igueuporicon Saperlaten terminartan siendo Ila. rat Hadigemntant Ellos emprendieron el estudio del mat ni ro podria deparar que ese enfrentamiento termi- Bl fulvluciendo una fusion. Pere todo el interés que ron a la vertiente indigena contrasts out laescasa restaron que en sus obras tuviesor otros grupos étni- eee mniniortalNGerate china, los habitantes de 1a Bos como a mn “eta un pais dual: espafoles ¢ ee ierra, Occidente y los Andes. aos, Coat SO Aiea Peruana es hegemoniza- ee recha, el indigenismo se repliega Para asumir oF Ie daraico se DuranitetesostenGee eee dictard ropales 6c*5- gan 'Marcoelsiternaiaaen elaborando un us °iases “iva portada aparece el término ‘etnohisto- {e800 80. 9G Con andigentacy vn erobes una especie a interior, en sus provincias, en Ayacucho y St ee apiahid oven | revistasteon Huamanga (1906— usc? rvadicion (1950-1958). Un ejemplo seria 1967) Yael Aguila interesado tempranamente'en elec, Nava" ‘jos grupos étnicos rivales de los incas en la re- pudio oe te Packie tagacuctite, Hoey. Pero kt mejor pro- on de ide esta corriente, a diferencia del hispanismo, duction 6‘en el campo de la historia sino en el folklore nos GiNforote Best), La historia, mientras tanto, se Bfra" sde Lima, Tenfa como instrumentos a la Aca. pacts Jee ie oa, a la Revista Historica (1906— jel 00 ae publicaciones cercanas como Mercurio 1967) ¥ Mar del Sur, (1948-1953) todas hegemoni. eruane una cultura de derecha. zadas PO'daron igualmente relegados Oe José Carlos Maridtegui marxis ne P} los historiadores (1894-4 930) esta en el inicio de esta corriente. Es evidente historiador profesional. Escribié ensayos ae i un n mayoria para periddicos y revistas. Pero la oee cupacion por definir esa compleja “realidad pe.” feo a que Maridtegui se interesara por la historia y po, Neve brit la especificidad de un pars donde el co; Por deseviagrario, habia persistido hasta el siglo XVI mu. existiendo con una solida formacion estatal; la conquig: {Aplica. tanto un corte historico, como la legada wa impiiismo que sin embargo no arrasa con el coe: feudaligrario refugiado en las comunidades campesi i. con el siglo XIX se establece el orden burgués y e] ae talismo pero limitado a la costa, de esta manera, See mina proponiendo la imagen de un pais en el que ae matian aiversas etapas de la evolucion histdtica, deco: I “hombre de la edad de piedra” hasta el hombre ® faindustria y lamodernidad™. a ustiaixismo, para Maridtegui, era la ocasion pensar los problemas, peruanes con Categorias ung sales pero sin perder la especificidad nacional. Para A sales prtnte este propésito resultaba necesaria la vin le. Vee entre marxismo é indigenismo: Pero esta oct fluencia que parecia muy alentadora, llega a su fin ‘On. Tuarios 20: después continuartn como dos vertien os 2) marxismo se convierte en un discurso qe ‘Aa muestra de lo dicho puede ser ese °° de f nez de la Torre se empefa en parafenv° pablar de la nacion en el Pera (1949) 4° Jon posteriores serdn el carketey eos tenredad peruana, si existiO © no feudalismo, si el sy sociscae Jp tue esclavista. - - Pata vertiente llega Pe un excepcional autodidacta, Emilio Choy, quien existe afios sesenta, junto con un joven arque6logo, Luis 1.4,°° ee a, Aone); moan el pensamiento de Gora Childe en el Pera para discuti: la aparicion del peico ootos Andes, él papel de las ciudades, la revolucién mee tica. : . Kitica. medio de una situacion empantanada, dong rerireba ida Muiosy OHO acen, Hepan ies indigenes © marxistas se podran tomar repetitivos, el cambio Seude fuera, tanto de la historia como del pais, ¥ing ——————_ . Tres 4. Para una discusién m de Mariategui. Lima, DES* su gra a Stalin para temas de discus! nayor me remito a mi lib; CO, 1980. FO La agony, ericanos o establecidos en Norte. oo ee rartan lea conpelagetce sobre los incas y. eSerel, sobre! el HUNG anding. Haorien de apari? en 8eRecron Rowe (1945), Murre (1955) y Zuidema OB. Gontelion ae plantea nuevamente la necesidad de (1908) Sg specifies de €se mundo andino que no pare. puscey ane rall vocabulario habitual. Murra lo planteaba ce Sue% claridad en el Prologo de su tesis: los incas no con tevidentemente una sociedad sociaas como habya eran vido Baudin (1928). tampoco e1 Bau : 2.28 inv! ran pre entonces?. Esta ca la antropolo- ¥ redistribucién (tras los pasos de Troll y Pulgar Vidaly gan de la lamada verticalidad andina (ef control : colégicos). Pero una obra iniciainrengs exist’ Gs pisos ecoldg’ ye varlo por el marxismo, donde la Preocupacién cen. oe prada uesta en la totalidad social, los grupos ue (pal ose eon conflictos, derivara en un discus, ¥* conformers! por el hombre andino: un producto ten 5 onsesoty ammonia aie dejaba de ser histérico, Sg Y oe tatmind encontrandose con el pensa. ont etnonislone tae y e8 asi como Murra recluta entre Vi goto Consent hiarsriuaeet eek aaa la Universi. eS Ahaarrns it Agiiero, Franklin 98 Cae oe ev ecsseutnae et interés que Riva gease, MCE 2 odoin pellceHine ote ene esas pone en Teaco ne Renee SL a ene vee ; contin or de Franklin Pease esté vinculada tam! VO" ba labor Sara uicdate isi ae aber Porras que toda in ediciO” Nistoriografica obedece al hallazgo de nue- 7200 V0 ClO area tele ateoeaeecetee chin concesién al em- es fuentes. s cierto que no entenderfamos a la etno- Weigno Pet Cee raoltectieaale esos testimonios que fiers 20a ia shemaneniaty Tossa nas locales. Foe ely Houbrer ae Huarochiri permite we edi ne Fyempiaial imaginario ‘religioso de los monde Bor. tue hecha por Duvicls, Spalding y ar eyeblos andi Gerald Taylor Publics otra version. BI Pegaso areal nalablie aro vania¥elereees cuidadoso ue de de fuentes: Carlos Aranybar compulsands pera eritie@stableciendo _filiaciones entre unas y otras cronie*Y gemplo impecable. ofree En el caso peruano como e 5 historiografia, no todos los in el ge puslauier. Seer adsoritos a una corriente. Siempre estan las excepelat” sees, se quiere, S88 personalidades solitarias. En soo) 24 el ejemplo por excelencia seria Jorge Basadre NG Pe Tu 1193, se interes6 tempranamente por los afios ac: Jes de la reptiblica pero combinando la ‘detenide lene Ge periédicos y documentos, con la elaboracion tute de Pro que tuvo el titulo significativo de Peri Se yy ae yy posibilidad (1930). En los afios que sigu 2 peg! pleme die del pais, trabaja temas diversos como Len Ba. sadit derecho o la época del Conde de Lemos, p hist we emprenderuna obra de gran aliento, ence tuna historiografra onde el artyculo y la indagacio:! &n. nografica primaban sobre los libros: su historia eat 0 oF Tica que se fue ampliando en sucesivas edicioned te. de 1939 hasta la viltima, péstuma, en 1983. Nae ley, de dn referencias @ Febvre y Bloch, su verdade que 5 delo fue Mommsen ¥ St) historia de Roma. Este -. dele vo autor germanico que lo apasioné: Max Weber ¥ no ty tambict ‘Ernest Bloch. Basadre se interesg toria y las discusiones metodologion® k teorsa de 1a his u teoria de fecha por un historiador provinciano as, Ke oligarquia y, en ocasiones (al inicio lista ciado de nal de su trayectoria intelectual) proximo al sous e! fi. dominada por algunas de j2!8o Betuvo, sin embargo, dom i cupaciones de Riva Agiiero Una cita podria reptea on historica de Basadre: “La historia denn la coneepcit Basad ta camel aigio XIX es una histone de oportunidadge! Pe. Midas, de posibilidades ne aprovechadas”5. Gon 8 Per, cio eperapectiva Vio en 1a independencia el legado os Mi promes@ eet mplida: la de construir una nacion © Un, En 1971 se celebré el sesquicentenario de ta ; dencia peruana. arecia una ocasién propicg, Md Hae ja historiografia tradicional hiciera un ee = aus suorica y sus investidacs om Esto no ocupn ete te recia mas bien UD “aguafiestas”; el historiador 1g Abs Bonilla y un scrito en colaboracién eon” toriadora ‘ana Karen Spalding, qoy\thik cuestionaba ncia misma de la nacién onde ie eels cn asadre, Jorge, Meditaciones sobre el dest ‘ 5. Basadts va, Huascaran, 1947, pP. Tsepine historicg Ferd reo por Magdalena Chocano en su articulo texto antes tado. orteamet la existe a4 el rol de los criollos y se sostenia que la i naeia fue solo consecuencia de Ia cae anne ae Sistema colonial espafiol y ademas, importada por sisteqjercitos de San Martin y Bolivar, tundando’ox les, sociedad aparentemente nueva pero en la Gus prolongarian las estructuras coloniales, Se deste na polémica que tuvo mas el caracter de diatriba pe- jistica. Afios después terciaria Basadre con un thy be titulado El azar en la historia. En la vertiente his- wioyrafica tradicional “no encontramos nada esi oriole (ver anexo). La Academia de la Hiterig te paren practico receso. Se dejo casi de publion tr ista Historica y se despoblaron los seminarios de ‘1 evjuuto Riva Aguero. Imposible no relacioner tego ee Inston las reformas que desde el aho 1968 hase” rio to Coro el gobierno del General V rey Sido el & General Velasco. Termii pre oligarquico y sus intelectuales perdian canene 1, Un caso excepci Steer pcional fue Lohma sop’, publicando pero fuera del pars, en revistas y one siguie a a i oot sifuites espaniolas: la distancia lo preserv6 del detevion’ wormrexcepcin seria Remando de Tragzenies, ubicado incierta frontera entre el pensami it la incier' n isamiento critico y el en Miperal La historiograffa tradicional se rotunis en neo'as comisiones oficiales como la historia maritima alguiada por la Marina de Guerra (un arma casi sien. aust puesta a Velasco y sus reformas), pr P eK gn el vacfo que quedaba aparecié otra _historio- va que tempranamente asume el marxismo e inicia gala“ creciente de publicaciones: se inician en 1971 un rincrementan alrededor de 1978 y después alcanzan y #¢ Co en 1986 (ver anexo). No era s6lo el posible en otro pe ante un libro impreso —un promedio de tres iusiasm? Sortantes a lo largo de quince anos— también urs (Pacia de una demanda proveniente de nuevos lec. existe ya no creian en las respuestas de los nanuales ores 4; Hay un evidente contrapunto entre produc escolar oriogréfica e historia politica. En 1971] Ins so. ciom mailitares generan la crisis final del orden oliges. formas ("1978 el proyecto militar llega a sus Imes guic? cia la crisis actual. Casi sin confrontacion an y x inlet fe abierto se desplegaran la; pacen i por jzont ‘Ss Investigaciones en dos direcciones. Primera, los estudios de histori econémica, influidos por la amada teoria de la desert ceory donde el interés era desmontar los mecanismog Ge extraccion de excedentes y de condicionamiente gjercidos sobre el espacio econdmico peruano (Bonilla evopes). Segunda direccidn: los estudios sobre nove Y jentos sociales que perseguian encontrar otros Boe micistas de la historia en obreros, artesanos o campegi_ gonifgulmont, Kapsoli), Quieneshacian esta nueva hj nos (Si) siempre eran historiadores de profesion. Aigy, toria Fovenian de 1a sociologia, la antropologia 0 la ecg, nes aia. Pero, insisto, todos eran, en mayor o en meas nomifja, tributarios del marxismo. Casi todos ana y publican en Lima: pero la mayoria son Provinciang, yeep han publicado en el extranjero (ver anexo). a shan isin temética entre historia economicg pistons social, 2¢ iré convirtiendo con el tempo en y e sea nae) profunda, entre una, histoHoeratia cau pretende académica, TigUross Y preocupada por la re, Pincia de sus temas en Congreso internacionales 4 > naneia “cspecializadas (en particular de lengua ingle vistas Sreerrada en el Pera, casi provinciana, interes) y oere'age puiblico inmediato conformado por eae da en eeraltarios y hasta por los, MUeVOS eectores pon. ros, migrantes, nt : lazes: DrOOe cao a felacion prvlegiada gust nalforiografia tradicional ten’a com Sevilla sera gust, da por New {Jos historiadores norteamericant Gt Prstituto de Estudios Feruanos formado orign®S mente por un g} timidos socialistar Ccuparé | ft gar intelectual que anted tenia el Instituto Riva aie ge produciré un flujo de becarios aca Notteamerice aunque algunas veces 5° trata de vineulaciones con ny aundiores. progresistas ¥ haste, marginales a gp compartirdn con muchos otros el empirismo, Ea s, rigurosidad, el estilo ‘académico: apareceré en @ pe Figurosided’ Gespolitizada, de le que en ocasiones se ben suprimir terminos como imperialismo o lucha le habitantes de barrios ;rupo de Es evidente q riogrdfica dentro ue pretendemos describir una cortiente py, pretenmcque existen también exces tito. Hogrifica demfones no_nicgan él valor historiogratise" las obras comentadas, Esta corriente ha terminado pr, {et as ope a revista de evidente calidad y de proyeh du. continental como es Hisla. Cones clases. Estos historiadores impulsaron el trabajo en equi- el uso de la computacion y, por consiguiente’ In pe squeda de financiamientos externos, Los otros, en cambio, afincados en el trabajo arte. nal y con escasos recursos, levaron a veces hasta lag #imulaciones mas elementales ciertos folrxistas: todo se explicaba en sociales que en los & buscando una imagen gar Peri, que con el tiempo i del ‘idea critica”; los males ee Hee eae nenales del pais arrancan con la tista, los in eroh un momento de esplen- pees desarrollo negado por la colonia (mita y des. placion), qe no pudo sup 0 Superarse durante la indepen. y cuya liquidacién nee P aguarda como tarea peren- ee ara_el futuro inmediato. Esta imagen. del aula tofyersitaria lego a la escuela, y a pesar que los libros un textos seguian obedeciendo a gicional, estos contenidos fueron impartidos pe aestros ue desempefiaron un rol decisive en un pare mace ja trasmision . oral sigue siendo gravitante 7 , donde a “idea critica” ha terminado sustituyendo, en os lugares, a la version tradicional de la historia ucho* este hecho.-constituye una verdadera trans. pervamjon ideologica (estudiada y bautizada por Goo, forma rtocarrero) en la que si_ bien han participado alo toriadores, ha sido obra directa de los maestros Jos hiela, cuyo niimero se incrementé de manera vise ee 1960 y 1980. Los escolares Pasan en esos afios ble'*%367,000 a 4°107,000. La escuela llega a los luga- 13677 partados, Resulta sorprendente que mientras yes MMigiciones de vida de la poblacion peruana se las Cn deteriorando (el desempleo en estos afios alcansa fuer" o/o de la poblacién economicamente activa) hasta va de escolaridad fue en ascenso, dando como re. \ ane la desconcertante situacion de jévenes sin goy. sulta' la_historiografia arrero, Gonzalo. “E] Perli desde la escuela” 1 Porto en el que su autor explica qué © ¥ cémo sae “6 critica”. De ese mismo libro procede; is if Bens citaremos a continuacion, mn las estadis. pacion pero con estudios universitarios. Pasamos de BF 000 universitarios en 1960 a 177,000 en 1980; de 27008 universidades en ese mismo periodo. Bsos jéve 8 a 23 uBio fueron recipientarios de lo que escribian Ios historiadores sino que ademas se convirtieron en g 10. oe jocial de esa nueva historia marxista, que ponig soporte fires y abuelos como los verdaderos protagonis, a sus pacysado peruano, Se explica asi la publicaci6n tas de! Pavista a mimeografo como Campesino (Reng de una ares) y las repetidas ediciones de Ja historia de los movimientos campesinos claborada por Wilfred’ Kapsoli. Estas preocupaciones irrumpieron _tambig, Kapsoll. dios de los margistas académicos; En. nt porque algunos de los historiadores alli estableciqg orque, Be jos mismos medios Populares: 10s ca fs Gowilla a la busqueda de sus raices familie de Jequetepeque (desde ¢ 10 ete siglo) y la formacion del protetant? glo XVI hasta “ero de Pasco, respectivamenta ai foro, Burga recurrio a los papeles y ai eae ibrOue su abuelo, un campesino parcelar= asi como antes Riva Agtiero haby equetepedindoso archivo personal para informange et de sus antepasados, de los ae habia Heeeaa te acerendas y propiedades uranee, E6880 de estos haciendas ¥ Fijustra la relacion que te dio entre 8 do historiededmbios en la composicion sort En omeevot wes, como el de Scarlett O’Phelan, debio mediay y.* Speion ideologica: ella, avesorada por Lynch y fut e amas. importante estudi, Jobs. slaborado ha elaborade vos (se ocupa del siglo Xyqy 7° elaborar su monio perso de Jequeteped’ ous ampe: fen Sea de Pay Mt ra, de quien hablaremos luego. Cuando un periodista a Wogunto a este si era un” ‘funcionario ideotsgico tt clase media’ yespondio: “No. ras Pienso oe la glase medlit chos de mi prompcion, he sufrido. ( a ‘desclasamiento” “any ore] marxismo académico ha term confundigedose con Ja etnohistoria y con Ip minady grafia qué desde otros paises, come Estados Unig. Francia, se hace sobre e) Pert. Esta es la conclusion? a un proceso de Un sector Entrevista a Pab! (5.5.80) publicada palabras, Lima, Mosca Jo Macera hecha por César yj lo Mat‘foro de éste Gltimo pldtebr ‘Azul, 1981, p. 293. ambi gt i ‘or podria sacar leyendo el e ee Heraclio Bonilla queriend 190) pérfibde Ya historia del’ Pery mu et5B2). Mo gttabal allt la existencia d. u Be, estudios, entre libros y tesis nue conjunto habian renovado en I n Sinterpretaciones sobre determi Ia : nsayo que en lo _definir “By (La Revista, No. le mas de sesenta universitarias, que s diez ltimos afios la demografia). Po. ; afadir el rol central atribuid anievand, Golte ¥ otros)” Pere ( renovacion tematica ra necesariamente sinéni imo de renovacién con. id 1, el lay peor. perdidas o la carencia clase dirigente. ocasion que no era del gremio, el antropdlogo antes y Alguiet Titicdlogar JUNG. Cotler, emprendié el esfuerzo ahor™ so de condensar todos esan aportes en funcién pibic 7 nder 108 Caribigs faeries desencadenarian en el de ori artir 'de-Velacto: este fue el origen de su libro pars @ Estado y Nacion en el Pera, pero la version que Clase parte de una definicion implicita de lo que ropone ina Habis. pall poneiane que no existe en debiers ‘EI pais definido negatiy el Bere ‘amente: esta vez toman- 0 modelo una supuesta historia europea, La com jor el espejo. Si volvemos atras y re. imagen conte Hoe muda producto de Ia nueva histo. parame’. el libro de Heraclio Bonilla La independencia rogratia, (1971) eal ereurtieneaciee resulta en defini- en ¢1 ba glosa tardia y sin referencia de lus ranetnens iva une eer en el campo de batalla de Ayacucho, de Re “, ji r la historiografia tradicional hizo Bl vaciohdeles de formacion, Bonilla al igual que otros que “adores no hubieran tenido maestros con los que histor ntarse. Terminaron ignorando la obra de sas ie con as y/cOMG ai Vecds Oture deacarn ae pasado teces0ret grave costo de terminar dominade por los acatttGs. Aqui intervino otro factor: Ia poca Preocupa. muerte 108 nuevos historiadores parecian tener por el cion WM” metodolégico de sus trabajos, Bi afén por in. stent y escribir rest6 tiempo a la reflexion. A nadie vestify % tampoco la historia de la historiografia. So. Je in 69 bre Riva Agiiero, aparte de su Gltimo discipulo, César Pacheco Vélez, ¥ Basadre en el prologo a la Historia de} Perit, solo se ha ocupado Luis Alberto Sanchez (1985), pero la generacion de éste ltimo si tuvo interés en req’ per? to que llamaron “balance y liquidacion” de au, predecesores intelectuales? is No puede omitirse que en los afios setenta ya exist un sdlido grupo de “peruanistas”. Se trata de historia, tun solorteamericanos, franceses, espafioles, alemanes fiponeses, noruegos, para, mencionat algunos paises’ Japores tema ocuparse de la imagen historica que elig, Es ctrayeron, Es la historiografia sobre el Peri. y os consrte también que al lado de una gran cantidad ae paginas que apenas reuncn aportes empiricos, existe, Paginas aia envergadura de La Vision de los Vencig nm (N. Wachtel) © esplendidos estudios sobre Huamangs (Steve Stern) 0 la sierra central (Florencia Mallon), #2 tos historiadores citados, ademds, han buscado articyiay” {0s On la intelectualidad peruana y sacrificando tiempe Pesiirsoay deus mnvestigaclon ss han contribuigg °° ¥, Tecmo de algunos jovenes historiadores. No son a sees Bstdn mencionadosa titulo de ejemplo de coe es posible mantener relaciones paritarias con los hist? jadores de fuera te os atras, en 1962, cuando las Propuest, hispanistas 0 indigenistas parecian funcionar y'tent® Degg Evie Loagee BEEP los peruanee'® hemos forjado todavia ninguna imagen universal de No sotros mismos que reemplace a los grabados anti, sot on levdbamos plumas y hermosos vestidos” 10 empefio de la Historiografia peruana habla sido jus 1 empty construir esa imagen, buscdndola en el pasa ce Os. ra la liquidacion que quiso Tanto _prematul nee de fstas en 1932. No habria de los novecenti de los mor La “nueva derécha peruana™ gfe ‘a liberal, quiere mirar hacia adelante busc, We ge, proclama qdeshaciéndose de un pasado vivid ly modernidad ce nmucho espacio para el anlisishistérigy ™ Jo que tal vez ya se dieron cuenta Fernando Iwasaki Yoztt do que ta) ron el Instituto Libertad y Democracig, 0! ue werdadero laboratorio intelectual de la derecha y y Este os ol verdadciva Aguero. La disciplina privilegiada ey gh 7° el Institute Re ova historia. El problema tampogs q0% Bee Tagional sino la salvacion por el capitalismo, °* la 10, Loayza, Luis, El sol de Lima, Lima, Mosca Azul, 1974 79. . Fue Sanchez Race tir el mi 70 istoriografia siguié en ese mismo esfuerzo ee Neate cies ata 1980, una casa pero ral que asumid el peculiar nombre de Mésen ‘Azul, oi ae aun coujunto‘ds hidtoriadors Para que en pocas eutnas escribieran un manual diferente de'histers pe- agra: sip recargo heuristico debran compending Ie que szonocia desde los tiempos més remotes hate nues- s c°Gras. Fueron ocho los convoesdes (Lumbreras, Saber, Burga, Lopez Soria, Flores Galindo, Bonilla, Aral; y Cotler) pero pronto jos editores debieron Ja. 2 ‘0 de lo que lamaron “sociedad an. na”. Bl libro terminé escindido entre hictane nacio- ina fe historia andina: esto traslueia la ai pal jar el nuevo y el vielo discurso histor 2 fiew otro aspecto del que no fueron conscientes los u ‘ ; la desproporcion entre las pa edModo prehispanico (muy pocas) y las e rt que se dedican pestoriar el Perit a partir de 1581 (90 o/ a /o del libro), eee Hasta aqui hemos venido hablando de selectuales y de problemas politicos in finda problemas que, a veces, n incluso con el delicado terreno de las’ openees jes, No se habla asi con frecuencia de In hinge peroneal’ da otron patios, NOcraae el tono que enero. 710879 en los trabajos, por ejemplo, de Le Goff (Fran. wram* Romano (Italia) y cuando aparece es ae manera chrupta y excepcional, requiriendo casi hasta de uae absur jpa (Guerreau en Francia) o terminado en e] mayor disce entre sus colegas (Fontana en Espafia). En el Pe. yack sucede asi. El ensayo de Bonilla sobre la historio- fia fue seguido de una discusion ; pero, si se trata de grafle vamiento, podriamos recordar las resefias y “eg. apts'Ge la cuestion” que periddicamente publica Hen. tad0® [jrbano (antes en Allpanchis y ahora on Ie Revista nique ), la a veces aspera discusién en torno a mi li. Andre agonia de Mariategui (1980), sin olvidar las dis. br@ones entre Ruth Schady y Luis Lumbreras sobre iy el debate entre Manrique y Bonilla sobre 1eg sinos y la guerra del Pacifico. La pasion se entice? casos, problemas nales se superpo. i came onsideramos que, en muchos si consic de yoriogtaficosy problemas perso 7 nen, Para discutir la caracterizacion de la sociedad fuana, cuando Rodrigo Montoya decide sustituir Io, discursos tedricos por el anilisis historico, regresa ag, pueblo, a Puquio, a buscar documentos y reencontra, Pursonajes de su infancia. A veces pareciera que la big pepda de esa imagen del Pera es la, busqueda de y, anc‘idad personal: la historia puede terminar a jando como un espejo la imagen del propio hateeaas Esta aventura implica en ocasiones, hasta verdaderg: les. cH Fess PeePe ogg, done Marit Arges ay ademas de sus novelas y estudio’ antropologicos fe” ademés, i difusion de excepcionales documentos para 1 emo Wandipaicolonii- inicio! ts pabbesciontaay revista Historia y io cate in pas =e és de diez 8 Y cargaag Copies historicos fascinantes por a diversida, ‘a ° de Provide sus origenes, el historiiaor coneluve por me generoso y apasionado Y. Por Se OTR coca generoso » onde 1a discipline y de la més solida fo tte ion teorica’’!!. Esta conciencia de estar asentad gyi Gn pais de una gran densidad histérica la. comparten We historiadores y_ muchos caer au ag 8 50n. Cualgy®! voblema requiere ser entencint ricamente, gat P a redjara explicar Io bueno ¥ lo malo que a saber comviia remontarse @ la conduista, los j Oc, Tide atrds, Al antropslogo Cotler le asombrata gust ® Jos afios sesh eee caro’ (Acpuccar nae ad los afios see] valle del Mantaro. (Arguedas, Esping 1 fends ©? plaran de los Huancas ¥ Su Pacto con jap ty fe conquistadora en el siglo XVI. Afios después, hs. mo terminaria haciendo 20 Ree explicar ms. asco, El Peril es un pals donde existen movimiengVs laseo. PI Gicen inspirarse en valores de la civiige Do, incaica y eM contrapartida, ee a surrectog 064 siguen las banderas nende e008 sae lucha a tra un sistema de explo’ ee 2 es establecis * ©, ‘Andes en el siglo xv Cai oaP rece el imperig Mog ri). Hay una ‘suerte de predisposicion a pengay ee tua, ga duracion”. le SS ‘Arguedas, Jo te Cultura, Lima, No. @ Maria. “Nota preliminar? NNO, 1, 1965, p. I. oP Historig 4 Todo esto permite e1 5 js Womo ‘los Gue estamos viviendo los historiadores pore algunos) terminen asumiendo un aura pojérica. Se advierte, por ejemplo, en un supe oe projoanalistas que, interesados por entender 8 Ta socie- peg peruana, se reinen, alrededor de la historiadora Ma- ed Postworowski. En las preguntas que sobre la actua- nia fplantean los periodistas a investigadores “‘especia- dad Pen el siglo XVII o en el siglo ‘XVIIL Pero, so- lize0Rodo, en la funcion social que ha tenido Pablo Ma- bre “qurante varios ‘afios, aproximadamente entre 1975 cet@.35, ha venido pronuncidndose sobre los acontec 10M s_ nacionales, ‘freciendo interpretaciones histo mientos elo que estaba sucediendo y, ante la deman- ricas Squienes 1p entrevistaban, arriesgando pronéstico da de ay ine podria suce material ha sido der. Todo este bre i en un libro fitulado Las Furias y las penas. Re- reunid® 4 su paso por Lima, Pao) él nistoriador francés Pierre cordand®sicho que para él, “Pablo “vlacera fue una espe- yilar Pa Telacion porque nunca he ‘encontrado, en nin- cle “itio en el mundo, alguien que tenga esta preocupa- gin 3 el conjunto de la historia, aunque con ciertas con pencias hacia el arte popular. Es un hombre absolu- preferencits fico. Desde este punto de vista es el hom: ris famente Carer ig historia de la manera més viva y por bre fe que me interesa”!?. es 1929) ha construido otro de esos itine- Macera (1. articulares, absolutamente irreductible a cual- rarios Puvjente. Empez0 como discipulo de Ratil Porras quiet {a tematica de la historiografia tradicional, inte. ¥ en on los precursores. En 1955 gan un concurso resadt, estudio sobre La formacién de la conciencia con, gue pronto dejaria atrés, pasando de la historia pacioM@'sgas a la manera convencional, a una historia de las fepavientos de originalidad, ahora se llamari que, entalidades, estudiando la detitud de la Ig de 198 "ida economica, la sexualidad, la enuetanea os te Hon un siglo XVIII que comenz6 a pensar ele. pentat.g v,no.en funcion de la independencia eee s mispues, Salo, del Pent. Estuvo en Branca. yas Pe por la historia economi é fateres® P' mica. Desde 1968 cu un conjunto de investigaciones sobr peruana: las haciendas Seaiioe el agro y ia servidumbre en los andes, los move furentos de poblacion, la circulacion monet cases estas investigaciones culminaron. Pocas se p No caron pero Macera termin6 proponiendo un me Haje conceptual para 1a historiografia peruana (la vt cion de “feu pe ae eu ie aor torre ejercia en 10s archiyac™ su casa (mas que en el aula) no serfamos historiadone® Kapsoli, ni Burga, ni YO, part sole, dnencionnas a: Macera, ademas, ha sabido interesarse por aint 8, épocas hasta trasponer esa infranqueable frontera ‘iNtas historia y arqueologia. Un antiguo interés por ane popular (compartido com ‘Arguedas y Elvira Luzay \Stte una importante coleccion de cerg prendid la agricultura cios y salarios, idismno colonial”, por ejemplo) ¥ es evigr’- 0 ha llevado a formar | a pintura, colonial y¥ republicana, de la que séJg cg olotuntra en su libro Pintores Populares "8 S i Se on paginas podemos aprecia @ Un historiag™ dinos. E pagngar objetos y podemos advan gtiad, ese libro es resultado de varios viajes por el interig, We caballo o a mula, para llegar asi a Tor de, odrian reunirse en un libro qj eae. Papvechosa los diversos ensayos que q ecty, >*gido publicando, de manera disperse PUG la ceramica sicion, los retablos ayacuchay bre vf en Pert y Bolivia, etc. Ahora, Mag 05, Ig Jaboracion de manuales esgct’ ha un puente entre las nuevas inve, sole = evamente la presion acacia Hgacio’ Zs ejerce sobre sus historiadores. que Jergbra de Macera plantea So problema qu, pién constituye un Gasafio: ,cOmo ser historiaget%- el Perti?. ‘Aqui, si bien el pasado gravita fuerteme, or en bre el presente, termina quedando recubierto, gare %- veces y casi siempre POCO accesible. En otras palatt® & te trata de un pais de antigua historia pero donde ge, de su pasado corresponde a Jo que ocurris sobre 1 5 jg oe antes de la iegeda ao 18 OG queen oF An, Jo tanto fuera de la transmision escrita. Para los sigh°, Pot siguen, en alguna medida, el problema se proleeo? Que esas poblaciones campesinas que buscaron ane con cultura recurriendo al engano © al sincretismo ular gy margen de esto, hablaban otras lenguas y poo’ a Veces cediana la escritura. Resulta paradoji ciple acento ee m8 gpetonalesporaue, ademas. ao dicho, habria que aes exciy tardia formacion de un sistema nacional de archi, diy 1a depredacion de los fondos documental a vefgqionees se reauiers recordar que la historia no caio pace co excritura. Pero en las universidades, a ios se jadores slo a Jet snssia, 6p ol mejor de 108 casos, a ore in . Distanciados de los arqueslogos no enttar “Smo interrogar a una edificacion, un obj eeu yuede lamentar tambien el escaso deere Faves (peruania sElistatiadores flo escritor cutee a erineomapetib lesicah fan’ parederaisaacl ae jes, donde se requiere viajar y con ecuene rrogar a los vives. ;Cusintos concen Ge: ‘nedmoda pregunta para cualquier histo. and fp la 6008 nan sien mingjos rural espeaber inte cia &), Bs una cnua?- EA vez por eso han preferido inventar pid {a6)_ Sélo en estos ultimos afios aneaaeeee pre andin’};iadores que aprendieron el quechua en su ginos Di Stes, ‘Tello fue una excepcion. ifica otros desafios para la Historia, fancy pera signi ais cuya poblacion sufre de un agudo déficit en 53 UP fuccion de alimentos ¥ donde las tierras de culti- Ja Pro tendido a disminuir, contrastando con el explo- yo hevecimiento de su poblacion. En los tiempos prehis- ecrarece haber existido un cierto equilibrio entre A foblacion, que asombro a mas de un cronis. aimee espanoles venyan de una economia sujeta a perid- fa (08 js agrarias). {Qué ocurrié luego?. La respuesta *, encendidos discursos contra la inva- s g dict, dar origen ° origen propuestas aforantes de un pasado qui- pyc euroP: | sion Tginado. Pero tambien, si se plantean problemas his- Sp imaginaa cir, problemas especificos, ubicados en ncontrarian respuestas toric para alguna época, se el se de ‘lend tanto para agronomos como ihe Sera Je Requerimos una historia de la frontera ore’. caltivos, de la alimentacion, Encontrar Ge Wreguntas sobre por qué avanz6 la deserti. a qué. se debe la existencia de tan. con los siste- oe estat resPuer, en Ja costa, el teas abandonadas, qué ocurris den ide ee et 1 Pera Ta nueva historia en el Perd no s6lo debe i va mension, objetive de Jos nee ee af jg forma como han sido vividos por los protagonis. 75 nntimientos, sus esperanzas para de a, manera devolver la palabra a quienes fueron conder® Mos al silencio. Bsto significa hacer de lo “andings una categoria historica: mostrar los avatares de 4°” Gultura dominada que asi como se esconde, tami? Ssimil nuevas categorias ¥ se, recrea- Este es el orig” del interes que algunos historiadores tienen por Ja“ tropologia Y, mas recientemente, por el psicoang| trope rnampliarse las fronteras de la historia en e] pel “en anjjgue en pie el problema recurrente de en: que es el Pera. Los nuevos temas ¥ Jas nuevas invest ciones no producen necesariamente una nueva yj,8 Siete hidoria peruana. DesPuce del libro antes citaga!® la editorial Mosca “Azul, un proyecto de mayor enya“ dura fue asumido por el editor Mejia Baca, perg te dear pin ciel Pee (1980) Sue OE coleccion de'mone Bisimo siempre articuladas, Antes, Pablo Macera, 8a, Vsion historiea del Pert (1978), habia entregag” % producto mas te, brillante pero breve: 2 Wy ‘adas que la habilidad de un bot lustraciones, convirtiO en un libro dito, alas rpablico persistia, otros histg ia Gventura de una historia general qua, riayo Herrera pero, en este caso AGL festudios que él mismo habia 08 aa sintesis que termina syjop. labo, s. De Eten la ee a - ‘una suerte de objeto j 4 Pe ae Siberto Sanchez terminate aneae ene “pais adolescente” 3". libs 's encontrado su clave” {3 Mlengs Tal vez este caracter ie Fee radica en biema mal planteado: 12 busqueda de esa “imagen Bro, versal de nosotros mien de eaehoe sabe Loayag i reo. one : contend fa DPE ena imagen’ ZY ase ung tn ro, gia dominante reclama que Jo, ste dos sean una nacion ¥ due ésta se defina antes qua a por la unidad: imagen de la derecha que cong, a indagar por el “‘alna nacional” pero también de ye 3 quierda contagiada por esquemas “‘jacobinos”. Tea ta See en, r Sanchez, Luis Alberto. Nuevo retrato del P 13. Site. Lima, Mosca Azul, 1981, p. 126. era pats tas, sus ideas y ser Adoly, 76 as de manera tal que el espejo i eee resultaba quiza un poco canon Compaen ames re imagen unitaria o dual del Pert —1 ; oe eon mona rar aah Pato 8 ‘descomponerse casi silenciosamente en esto: al. Fad0 * Sos. Quienes hicieron la labor de zapa fueron frmos, an vestigadores que desde otras disciplinas le, sin ipistoria, Obras un tanto marginalee a wecce on Zmentadas ¥ que ni siquiera ee Pezusor revue, hitoroesios come el de He exha™’ponilla. ej . paclio, Botopre el quechua, a Por slemplo, de los est. S08, 9Ue fiene elaborando’ Alfredo Torero: eaneeater 10s Te cimientos arqueologicos y eae co” Se ha. sabido adentrarse en las biografias de tas cay 4¥° andinas (quechua, aymara, puquina) para Slee jeneets,*ho_existia una sola “lengua general” a laa. 16 De europeos. El mismo quechua, que despus era otras lenguas, estd conformado en realidad menos por dos dialectos de dificil traduc ion nets estudios alentaron las posteriores inves, a ’Nelson Manrique sobre la sierra central do] #gaci0Res Gistoriador ha sabido argumentar la presen ‘a porto podriamos llamar un factor regional Rel fi io 4U° Cha sus raices bastante atras, en divisione: pats lug que se pueden remontar a los tiempos susbiad situs Gdrigo Montoya se ha referido, incluso, al ni ‘jocalista” de ja cultura andina. En Puquio practe” “hos se Teconocen por su ayllu y no jos 6%5° por la identidad nacional. Pe, mechs jgovisdOs ko todavia no se iniciaba la renovacion de _Cusrerafia peruana, aparecié un libro titulado nistoe Cerros (publicado en 1968 y reeditado an es ide el antropologo Stéfano Varese queria ), ode otra historia, No la historia de los eriollos lanetjos andinos: la historia de un grupo étnico es. ji.go en Ia amazonia mucho antes que los ineas y inleeid?, Siuestros dias se resiste a ser doblegado gut tate, ‘Tres siglos ¥ medio de historia de un pe ee oecittoo jlamado Campa. De esta manera, Varese que- jo Sf¥PG gustituir Ia imagen Ginica 0 la alternativa al. (nity gegen maltipte. No uno sino vatios paise ae pot 9 ego otras historias, de otras etnias ameehnis cas: jan 14280 © ie armueshas, PIS nahuas) y también de otras minorias nde. ere 5 en ciones nos 7 étnicas como los chinos, los japone: {Donde queda la unidad?. Tras apne. far el proposito encubierto de la imposicion de w © es. tura sobre otras. En todo caso la qibomsnarionaone Tee adas “minorias”, Io que a la postre resulta 1 de te autoritario. Un problema politico y tambien Pats . Kay moral, del que recien comenzamos a ee Ns. cientes. Admitir que distintas historias han hecho la via del Per puede terminar con esa confusion entisto, pasado y Ja imagen. personal del historiador, Reveal Pasaieio. Varese sefialaba al inicio de su libro que “Per ol espe, la historia de “los campa, pero ta te historia del interés de nuestra sociedad para el oee st ya que las fuentes sefalan, segiin la época en que’y" ya que neebidas, cambios de actitud, de atencign Ha respecto al jndio” 14, Cuando los | hispanistag Co respec per como una prolongactn de Oceide tt Nite Bigs indigenistas como 1a pervivencia del. inj, Sutores de esas corriontes 5 identificaban con y's au oon respectiva, como grupos ¥ como gon Ike La Historia del Pert de Riva Agiiero fue, en eo Un, fido, también una autobiografia aunque é} hypse tambiie se la comparara con una hi bie, referide Am. esa ya la actitud de vac . © dig familia. d fingue con claridad entre la historia de la p, pais a la que pertenece ¥ la historia de esos de a amazonia. El discurso historiogest°’ fabitantes de I 150 hi abitantes OF 7p, Ya no # busean Plografias priveg’® a Privilegia: Bas, como antes las de Garcilaso, Pizarro o Ty qu; ahora se trata de una colectividad, de los eee Ama, a1. Pero estas conclusiones no Tueton motiy as ne le plur 0 flexion para quienes reseharon La sal de los Cp,‘ Los libros que después han venido tras su este|g7%8 shan nh permitido esta relectura. 4 Gnera llegamos al fin de una f ‘orma De esta mi entender la historia peruana. De 1920 a 1986, s, de sado de la busqueda afanosa de un alma, que a e ha pa Sane in eapejo en el que se reflejaban los desese cette, lares de ciertos intelectuales, al descubrimiento atc. le log == 14, Varese, Stéfano. La sal de los Corros, Lima, Papel, 1973 (segunda edicién), p. 20. » Retablo q, | el rostro multiple de un pats conforma ott radiciones culturales, El destino aR: ris "hor la biograffa de una colectividad. Lo marginal iid ,galmente distinto —Ia historia de los campa, por ¥ e010 niega la obsesion por el centro y la unidad se@nza’a constrairse otra imagen del pais, de manera, core imprecisa, a costa de discrepancias y contra- vorrenes pero, 1a proliferacion de libros de historia es posi gL signo de una sociedad que no $e deja doblegar anor crisis 0 el fatalismo, que rechaza la muerte 7 por Me Soria en buscar alternativas. Los historiadores # ,qgnos, de una u otta manera, admiten que si discur., petuiiye el pasado encierra resonancias actuales, Todavra 2.20Np interesan por el futuro. Es ast como el téemino meopia” ha comenzado a circular en los ultimos Gee niece 2 ‘el libro de Szeminski (un historiador pola- apettpre Tapac Amaru; en el estudio de Alfonso Cas. co) 20Sobre los museos Peruanos; lo hemos utilizado wnllo®, "Burga_y yo para referimos a un rasgo de Ia Matialidad andina; lo emplea también Wilfredo Kapsoli tala se contagia un historiador de otra generacion y RaSiogia come es César Pacheco Vélez. Hemos pa ¢ eGo a obsesion por el pasado, al nacimiento de un ad° {ipo de relacion con la memoria y los recuerdos: seo ide estar dominados por los muertos y queremos dei Sq Historia solo un instrumento para edifici cer Girfa Basadre—, una nueva morada, ce ~com ee nuevo diseurso historiografico ha dejado a Este yejos debates entre hispanistas e indigenistas, iis presion de lo dicho podria ser lo ocurrido reins Und &*P%n el Instituto Riva Agiiero: el desarrollo de las semePG, ‘arqueologia y folklore ha roto con el moi . je 4¢ fa historia y en el piso superior de la vieja nial donde queda su sede, funciona un museo de at fel pais y a todos los piiblicos. Incluso se leg lttar uns exposicion sobre la Revista Amauta y + Testegul. Bp ofa misma institucién se estudin a J a woristeRrguedas (Mildred Merino). ‘Todo esto hubierg nee jnimaginable tiempo atras. Signo de nuevos eee sit colo Bee Macera escribid © Pert era un hombre RE R een 9 lidez cientifica de su oficio, asediado eee eae ubicado al filo de ‘dos épocas. Esta situcceet adquiriendo rasgos dramaticos on ay ja crisis, la propalacion de la violenet ultimes cin de alternativas, Para referirnos a esto: eae ge puede recurrir a citas bibliogréficas y datos eet ticos. Pero no hace falta salir a buscar los proble: ma Hoos: gan, encarnados en sujetos que tienen noe © apellido, hasta el aula de clase. Este aflo, 1988, Manuel Burga, a quien hemo cionado en estas paginas, tenia un alumno Nadaaenet los Ramirez, a quien no, solo velaventiclabteineme Pe .hfuera de la universidad, en archivos y biblion™ Drepichachiovdes229n oniuel uncer unleseua Otecas un tema antes bastante frecuentado y ahora mae re olvidado: la piraterta en los siglos XVI y XVIL Noe ‘gn lo Nevé a este tema, te: sulta evidente saber que raz gez por ser oriundo de Piura (cuyo puerto, Paita Ta saqueado en alguna ocasion por un pirata holangg® tal vez porque el tema tenia resonancias romanuenys porque vera en esos personajes un sintoma del mcs 0 tento social o de la Pirginalidad en una época, geo dre era un obrero de construccion civil pero cane Pa, S6lo interesa para lenar una ficha censal; en reali integraba las filas de los due iienen apenas Unies intee nal, Un dia, este muchacho, estando en el paeeais fy Facultad de Letras de San Marcos, se dearereode ecer no fue bien atone id llevaron al hospital. Al pa Hay una deplorable estructom hospitalaria en | sociales, ha terminado iltimos afios: y todo quienes tienen bajos ingress 50; que la sufren sobre , Al poco tiempo fallecio: habia sido consumido " aiemia, afios de mala alimentacl®” y lag peony eo on matandolo. 8 Con), ciones de vida terminar “-Burga debio preguntarse, como én eos habian preguntado antes otros y desde otras aflos x. paeiatud significa hacer historia en un pais do} discip}; alumnos como Carlos Ramirez. Ignoro qué nde ha, termind dandose pero resulta evidente que eat Meet onstruir Ia imagen mintipie le historia, que trata de c Peru, no puede quedar al margen de una fuerte ¢ eae Sion moral. 80 ANEXO RODUCCION HISTORIOGR AFIC. : LA PRAOS, AUTORES, LIBROS — 197t 19eeN SILLA, Heraclio y SP, , Re peauane es ery ee ec :pES, Ernesto, Pert, 1820— ; jo72 YEPES, eae 820-1920. Un siglo de desarrollo HMANN VILLENA, Guillermo, Los regido F Oe do de Lina dewe 1See hae 1eae (tee wean grupo dominante).**. -sPINOZA, Waldemar, La destruccién d ic 1973 ESPIN incas. * Enciclopedia Dep, de ae eee VARESE, Stéfano, La sal de los Cerros DURAND, Luis, Integracién e independencia en el plan politico de Tépac Amaru, pEASE, Franklin, £1 dios creador andino, BASADRE , Jonge, El azar en la historia y sus limites NILLA, Heraclio, Guano y burguesia,* IN, Guillermo, Los ministros de ienci 1974 LOHMAM ima (1700-1821).** Saeeaee BASADRE, Jorge, La vida y la historia, SULMONT. Denis, El movimiento obrero en el Peri 1900- TORERO, Alfredo, £1 quechua y la historia social andina,* LUMBRERAS, Luis. Las fundaciones de Huamanga, r BURGA, Manuel, De la encomienda a la hacienda 1976 lista; el valle de Jequetepeque del siglo X 47 MACERA. Pablo, Trabajos de historia, * 1977 VA LCARCEL, Carlos Daniel, Tuipac Amaru, SANCHEZ, Luis Alberto, Nuestras vidas son los rios : (Historia. y leyenda de los Gonzélez Prada)* n, La independen- 975 capita. Vial XX. 81 a 1978 ROSTWOROWSKI, Maria, Sefori Cantere. , Seflorios indigenas de Lima y QUIJANO, Anibal, Clases sociales y e: Se OUT WU Mon Za morewete Cameenen Pee fos campesinos en @ PEASE, Franklin, Dei v eae Tahuantinsuyo a la historia ge, COTLER, Julio, Clase, estado y nacién en el Peri, * TAMAYO, José, Historia social del Cuzco republi MACERA, Pablo, Vision hist6rica del Peri. Hicano, » 1979 BURGA, Manuel y FLORES GALINDO. Alberto, "y erisis de larepitblicaaristocratica ( 189579559 SALAS, Miriam, De los obrajes de Canarias » Chin 230). las comunidades indigenas de Vileainuande MACERA, Pablo, Pintores populares andinos, fe VARIOS Nueva historia general del Peri." 1og0 DE TRAZEGNIES, Fernando, La idea del derecho ‘Pert republicano del siglo XIX. me TRELLES, Efrain, Lucas Martine: Vegaro: funci Bde una encomienda remprana, clonamien, KLAIBER, Jeffrey, Religion y revolucton en el Peri 1976)* rm (1824, eros GOLTE. Jurgen, Repartos y rebeliones, CORES GALINDO, Alberto, La agonia de Mariaitegui BONILLA, Heraclio, Un siglo a la deriva, Evisayos cote. Peni, Bolivia y la guerra. Sobre e 1981 MONTOYA, Rodrigo, Capitalismo } no capttalismo Peri: un estudio historico de su articulacion rel eje regional en 1 un sake 1 Lato: Saree . Tachas sociales (Perit Colonial). Fiscatidag ., MANRIQUE . Nelson, Campesinado y nacion: las guerri indigenas en la guerra con Chile. ferris STASTNY. Francisco, Las Artes populares del Peri, HUBRTAS, Lorenzo, La religion en tina soctedad ak ‘dina (siglo XVII)*** ral an. LUMBRERAS, Luis. Arqueologia de la América Andiy DEL BUSTO ,José Antonio, La hueste perulera, ae José Gabriel Tispac Amari antes de su rebens BURGA, Manuel y REATEGUI, Wilson, Lanas y zelisn, ‘mercantil en el sur. La casa Ricketts, 1895_ ee 1982 RAMOS ZAMBRANO, Augusto, Puno en la rebelian = de Tiipac Amaru,*** RAVINES, Roger, Panorama de la arqueologia anding 82 983 BASADRE , Jorge, Historia de la Repitblica del Peni, 19°" MACERA, Pablo , Las furias y las penas, GLAVE, Luis M: y REMI, M, Isabel, Estructura agraria en una region andina: Ollantaytambo entre ¢ XVI y XK" eee ROSTOWROWSKI, Maria, Estructuras andinas de poder FLORES GALINDO, Alberto, Aristocy ima 196 os racia y plebe, Lima SZEMINSKI, Ian, La utopia tupamarisia, KAPSOLI. Wilfredo, Ayllus del sol, MANRIQUE, Nelson, Colonialismo y pobreza campesh oo ae del Colca (sigios XVIOK) 5 OPHELAN, Scarlett, Rebellions and 19850 century Peri and Upper Peru,oe 1 eighteenth URRUTIA, Jaime, Huamanga: ee region e historia 1S36- ny VELEZ, Cé ia ta PACHECO, VELEZ, César, Memoria y utopia de ta vie TAMAYO, José, Nuevo compendio de histori Eve CASTRILLON, Alfonso, Museo Peruano: utopian eee FLORES GALINDO, Alberto, Buscando un ten? “™idaa 1986 4) Libros que han sido reeditados, *) publicado en el extranjero, (7) Publicado en provincias, ¢ Esta relacion —quince anos no es exhaustiva, Sirve pai ornos autores citados en este ensayo y salvar om ir el “ritmo” de la produccién historiogréfica Los libros han sido incluidos atendiendo a su impact reediciones, reseflas y comentarios, referencias en Ibn y res, etc. No se trata, por lo tanto, de una telacisn wel fir casi tod08 Tos casos se trata de primers ediciones, sant ai foro a Varese cons primera edicién por razones circunstancia, tbrtue poco accesible) y, en el caso de la Hisroria dela Repiiblj. de Basal, por ser Ia de 1983 la Gltima edicion, con eee rgfoativos. Se incluve s6lo autores peruanos, sate ceo sefslos extranieros establecidos en el Peri y que hy eet O° sak) parte de su trayectoria profesional aqui. ya al a seg

You might also like