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ET Aca CALL Sociedades y territorios en tiempos contemporaneos Una Introduccion a la enseiianza dle la geografia Primera parte Geogra _y ciencias sociales Pensamiento y refugio Las tiltimas tres décadas de la historia de nuestras sociedades nos colocan frente a un conjunto de profundas transformaciones sociales, politicas, econémicas y culturales, enmarcadas en una dindmica envolvente y glo- balizante propia del mundo contemporineo. La reestructuracién del sis- cema capitalista a mediados de la década de 1970, el pasaje de un para- digma fordista a uno mas flexible, los nuevos procesos culturales de socializacién, los cambios de roles de los Estados nacionales y las nuevas presentaciones de lo politico y de la sociedad civil imprimen rasgos, pro- ducen tealidades y modclan tendencias en los diferentes aspectos de la vida social, Entre ellos, particularmente nos interesa aqui sw impacto en je de las ciencias sociales, tanco en los cenitros de farmacién de docentes y en las ins colares como en las aulas de clase; en fin, aquellos espacios en los que, de una u otra forma, se constituyen temas, se formulan interrogantes, se piensan problemas vinculados con tarcas pro consecuentes practicas cotidianas en la escena de ensefiar y aprender los distintos campos de ensefianza y aprendiza del pensamicnto y las ciencias sociales. Desde ya que los cambias en las formas de hacer y pensar las cosas van ms alli de un nico campo curricular o disciplinar, sin embargo resta un largo camina pot recorrer en la experiencia escolar acerca de una edu- cacidn én sintonia com los tiempos sociales que nos toca vivir. La sobre- carga de demandas y expectativas que pesa sobre la escuela y los docen- tes es inmensa, y por muchas y variadas razones el abordaje de los problemas de este tiempo no se realiza en las clases de ciencias sociales con la debida implicacidn. Nos eneontramos muchas veces paralizados 6 insuficientemente fortalecidos para hacer frente a los riesgos deshumani- zantes, ala velocidad de los cambios y a Ia injusticia en sus variadas for- mas de exclusién y desamparo. Es por ello que no queremos dejar de se- 13 falar algunas oportunidades pedagégicas que esta época particular nos brinda. Las sociedades contemporineas son sociedades complejas, estalladas, de- siguales, integradas y desintegradas en simuleinco, consticuidas por relacia- nes ¢ hilos sueltos, La escuela tiene que enfrentarse con una multiplicidad de cédigos y de ordenamientos diferentes de los que tradicionalmente se halla- ba acostumbrada a procesar. Las escenas de violencia, de insatisfaccisn, de soledad, de malestar y descontento, sin duda, tienen sus raices en innumes ables ctimulos de razones, Desde aqui, deseamos situar qué oportunidades ~acotadas, siempre parciales, cemblorosas quizds~ puede aportar un pensa- miento que intente acercar ideas ricas sobre lo que ocurre, producir nuevas aproximaciones de interpretacién, formular palabras para nombrar el pre- sente y lo por venir, Nuestra propuesta consiste en crcer que la posibilidad de comprensin puede brindar algin reparo, alguna clave de sostén con la que elaborar una distancia de objetivacién que permita pensar la vida social contemporinea. Conocer el funcionamiento de las instituciones globales de la sociedad con- temporiinea ~es decir, sus formas de organizacién, sus normas, sus principa- les representaciones politicas, culturales, econémicas, juridicas y simbdlicas~ « una herramienta que permite el acceso a un conjunto de reglas de juego en cl que los territorios y los ambientes del mundo contemporineo oftecen su particular fisonomia y en el que los sujetos desarrollan sus vidas, sus tra- bajos, sus relaciones de distinto tipo. Asi, el esbozo de una explicacién mas amplia y mds abascadora, el reen- cuencro de una historia singular dentro de una historia mds general, la ins- ripeién de un telato local mas alli de sus fronteras estrictas son ejemplos de formas de construccién de hipécesis explicativas o interpretativas de distintas . En este marco, estamos entendiendo el valor de 'a teorfa, del pensamiento, del mundo de las ideas y queremos compartitlo con aquellos que dia a dia enfrentan la tarea de ensefiar. Es probable que mu- chas de estas cuestiones puedan ser vlidas en diferentes campos de la ense- fianza, pero en el que nos ocupa especialmente, el de las ciencias sociales, se trata de una condicién para el crabajo. Nos parece que construir una posicién de ensefianza valida y responsable, acorde a este tiempo, debe hacer de la teo- tia y del pensamicnto una oportunidad para comprender y pensar, junto con los jévenes, nuestro estar en el mundo hoy. situaciones de la vida soci: 14 Una oportunidad. pedagégica La heterogeneidad del colectivo de profesores y estudiantes es muy grande: desde conocedores del abec¢ de la teoria social hasta aquellos que han teni- do ocasién de ensefiar y estudiar los desarrollos mds recientes de las discipli- nas sociales. Pero si el punto que nos convoca es hacer una lectura del mun- do mas fina y mds rica, de pensarlo para proponer atajos a sus desventuras cotidianas, los contenidos y las estrategias de trabajo de las ciencias sociales y de una disciplina como la geografia aparecen como instrumentes aliados para ensayar el alcance de tales propésitos. ;Por qué la geografia es un terre no fértil en este sentido? Porque incluye una combinatoria multiple de suje- tos y elementos en danza, por el incesante movimiento que los anima, por ladiversidad de ligicas y razones que imperan, por la simultaneidad de mar- cos temporales y tetritoriales que convergen en un mismo proceso, por st cartografia siempre cambiante. Asumir una postura tedrica no emacional ~si vale la distincién— acerca de que las sociedades y los territories actuales son complejos, fragmenta- dos, despojados de todo destino prefijado y lineal, arrojados a la diversi- dad de decisiones conscientes y tambign de acciones ingobernables y al propio azar, pareciera dejarnos més preparados, menos solos, menos Gni- cos en nuesttas pricticas cotidianas y con mejores herramientas para cons- truir un punto de vista, una interpretacién y una decisién frente a la rea- lidad que nos coca vivir, Por supuesto que otros saberes y expe aportan visiones vilidas ¢ insoslayables, pero aqui queremos subrayar los rasgos especificos que tiene un campo —por definicign, parcial ¢ incomple- to— como la geografia, para hacer fructificar las ideas que venimos desple- gando. Entendemos que esta disciplina es privilegiada —no tinica por cier- to— para introducir en la escuela contenidos y temas de interés de la escena contempordnea y algunos de los didlogos mas interesantes entre las disci- plinas culturales y naturales En este mar de agitadas y permanentes transformaciones, los docentes nos enfrentamos cotidianamente al desafio de decidir cudles son los conceptos y las ideas mas porentes para comprender y explicar la vida social y cudles las, estrategias didacticas mas apropiadas para que los estudiantes puedan reali- zar aprendizajes valiosos y significativos en términos de interpretacién del mundo asi como de las posibilidades de su recreacién permanente. Como ncias 15 entender, si no, los paisajes sociales y culturales de este inicio de siglo. Cé- mo posicionarse, si no, frente a nuevas identidades, nuevas localizaciones, nuevas tecnologias, cn un mundo cada vez. mas interrelacionado y, a la vez, fragmentado. Estamos pensando en una ensefianza de las ciencias sociales que tienda a un compromise de reciprocidad con un conjunto amplio de saberes y expe- riencias, de responsabilidades, con la intencién de tender a la construccién de una sociedad en la que sea posible articular proyectos personales y colec- tivos, y hacer un ¢jercicio mas pleno de la palabra y la decisién. Asi, enton- ces, estamos perfilando una linea que comunica las précticas escalares con un tipo de conocimiento compartido y abierto, comado como un entrama- do de variados planos histéricos, politicos y culturales. En este punto del camino, confluyen los propdsitos y el sentido de la en- sefianza de la geografia, plasmados de modo solidario en las contenidos que se seleccionan para ensefiar y en las intervenciones didacticas que se decide adoptar. No esté de mas insistir en que una agenda renovada de la geografia puede colaborar, dada su amplitud y diversificacién tematica, territorial y sectorial, en comprensidn tanto de tendencias generales del mundo actual como de rasgos especificos de un cierto lugar, una regién, una ciudad, un distrito, Precisamente en esos recortes tetritoriales se amplificardn para su enseftanza los nuevos paisajes, las nuevas presentaciones de lo urbano y de lo tural, los nuevos roles del Estado, los nucvos lazos interpersonales, Como se ve, las transformaciones operan a nivel de la socializacién en general y tam- ién en los cambios subjetivos y a nivel de los habicantes, los trabajadores, los estudiantes, los turistas, los comerciantes, los migrantes, etc., segiin la di mensién de que se trate, Estamos planteando una geografia plenamente situada en el campo de las ciencias sociales, cémoda y legitimamente, no desde una perspectiva re- térica ni formal, sino mds bien arenta a las consistencias ¢ inconsistencias, a las tensiones, a las polémicas y las rivalidades que pueblan la vida y la teorfa social. Esta posicién connota el abandono de un escenario de pos- tal, de acuerdos y relaciones inmutables, de datos naturalizantes (y no sé- lo porque se refieran a un hecho natural, como la cantidad de Muvia caida cn un area determinada), especialmente porque muchas veces esa mirada fija y atemporal se traslada a siuaciones propias del campo de la cultura y Ia sociedad. 16 Una geografia social, entonces, estaria dispuesta y disponible para tomar Jos principales temas y problemas referidos a las nuevas configuraciones de las sociedades, los territorios y las culruras en la actualidad, atendiendo a su dinamica local-global. Al mismo tiempo tendrfa en la mira enriquecer los sa- beres y las experiencias del ambito sociocultural contemporineo, a fin de que tanto las estudiantes como los dacentes podamos contextualizar més re- flexivamente nuestras précticas cotidianas y especificas Este posicionamiento exige discutir y poner al dia enfoques conceprua- les y metodolégicos, recuperar las biografias personales, revisar concepeio- nes y atribuciones de sentido, a fin de plantear los temas territoriales y am- bientales en el marco de las transformaciones sociales contemporineas. De alli que esta propuesta de trabajo en geogtafia sea una invitacidn para refle- xionar acerca de temas como la progresiva artificializacién de la nacuraleza, la trama urbana del mundo, los nuevos modos de organizacién del trabajo, las redes de comunicacidn e informacién, y acerca de cémo se conforman en a actualidad las identidades personales y sociales en diferentes ambicos locales y regionales. Segunda parte Espacio geogrdfico, territorio y paisaje Tres conceptos, tres aproximaciones Espacio geogrifico, territorio y paisaje: tres conceptos, tres aproximaciones, tres modos de enfocar el objeto de estudio bisico de la geografla. Podrfamos listar una gram cantidad de defi jones, posiciones de autor y escuclas de pensamiento geognifico que diferencian estas categartas. Aquf proponemos una distineién en el una cémara que se detiene a distintas distancias, que focaliza di mos ¢ indaga distintas profundidades de la espacialidad. En una secuencia l6gica de inclusién conceptual, de las nociones mas ge- nerales y mas abstractas a las mds particulates y mis cercanas a la dimension empirica, la trfada se ordena del siguiente modo: espacio geogrifico, tertite- rio y paisaje. A lo largo del capitulo utilizaremos la categoria que resulte mis pertinente para el argumento que estemas desarrollando. Entendemos al espacio geogrifico como la categoria més abstracta, resu- men y expresién de la relacién sociedad-naturaleza. Es una nocién utilizada para refetitse al escenario de la vida y del trabajo de las saciedades, y englor ba al conjunto de los procesos de reproduccisn, en sentide amplio, de las dlistintas sociedades del globo (Brunet et ad, 1993). Territorio es la categoria que contempla el espacio geogréfico apropiado, puesto en valor yen el que se advierten las condiciones de un cjereicio efee- tivo del poder politico. El territorio alude al espacio efectivamente usado, ta- sado 0 en reserva, resumen de las relaciones histéricas entre la sociedad y la naturaleza (Moraes y Da Costa, 1993). Segtin esta perspectiva que estamos adoptando, podriamos hablar de te- rritorio argentino © uruguayo, pero no de espacio geogrifico argentino 0 uruguayo, Quizé la tinica adjetivacién concordante con la nocidn de espacio gcografico sea mundial, planetaria, global. En efecto, espacio geogrifico es tuna representacién de alto nivel de abstraccién que no puede asociarse con un referente particular. Por su parte, el término paisaje alude a la dimensién observable y Fisoné- mica del territorio, es decir, a su modo de presentacién a los sentidos (San- tos, 1994). Al igual que las dos categorias anteriores, el anilisis y la compren- | de abstraccién, de conceptualizacién, a modo de ros tra 47 sidn de su significado y de kas racionalidades subyacentes a sus aspectos fe- nomenolégicos son tareas de arduo trabajo para los gedgrafos. Los paisajes exhiben los aspectos visibles del conglomerade de rasgos ial; son ka apariencia, el modo en que aparecen esos rasgos en un lugar particular del globo. Por lo tanto, los p: sajes en la actualidad, tanto urbanos como rurales, se hallan transfigura- dos por las fucrzas de la economfa, la cultura y la politica. Combinan ras- gos ctnicos, culturales ¢ ideoldgicos de las comunidades de origen con los propias de otros grupos sociales y cconémicos; combinacién atravesada a su vex por los vectores globales de In recnologia, de las transferencias fi- nancieras y de los flujos de mensajes ¢ informacién que producen cons- tantemente los medios de comunisacién, como la televisién, los periédi cos y el cine, De alli que pucdan reconocerse cinco dimensiones del paisaje contemperdneo: érnico, mediatico, Financiero, tecnoldgica ¢ ideols- gico (Appadurai, 2001). En las clases de geograffa, entonces, se utilizarin dis tura, segtin sea el contenido que se pretende ensefiar, Daremas un ejem- plo; si la intencién pedagégica es presentar, de modo general, los sistemas de transporte ¥ comunicacién del mundo, un concepto apropiado para utilizar es cl de redes, materiales ¢ inmatcriales, que se relaciona con una representacién del espacio geografico mun cién, de una rendencia a cscala mundial, deja en los territor cructura y Mercosur, el nivel de la espacialidad de este proceso se corresponde con el del territorio, en este caso, supranacional. Siguiendo con Ia secuencia de lentes, un paisajc que concretaria el proceso que venimos detallando po- dria ser el correspondiente al movimiento de personas y bienes a través de las obras de infracstructura binacionales, por ejemplo, entre Argentina y Uruguay. Es oportuno advercir que la correspondencia con las escalas geagréficas es conceptual, no de extensiGn, de superficie escricta. Depende del tipo de pro- fundizacién analftica que desce Hlevarse a cabo; por ejemplo, pueden traba- jarse temas urbanos que se correspondan con la aproximacién al territorio y no sélo al paisaje. De hecho, al analizar un paisaje -y no sélo observarlo y describirlo-, al reconocer sus légicas invisibles, las que explican por qué es del espacio geogréfico a nivel mun: tintas lentes de lec- I. Se trata de una generaliza- in lectura a lo que ocurre 8 concreros, Por su parte; si la intencidn es conocer Ia es- indmica del transporte en las arcas froncerizas de los paises del 48 asi y no de otro modo, nos acercamos a la frontera de un an y ‘ca, econémica y cultural, nos aproximamos a un abordaje propio del espa- cio geogrifico. territorial, inculamos esas Idgicas con procesos generales de la teoria social, polit Tiempos implicados Un aspecto que descames abordar en particular es el referido al tiempo 0, ingjot dicho, a los tiempos: el de la simultaneidad, el de la sucesién, ef de las procesos. Moraes y Da Costa (1993) nos recuerdan “el tiempo materia lizado en los paisajes” que debemos rastrear en cada caso. En cada momen- to histérice los territorios y los paisajes cobran significados diferentes. Por eso resulta importante situar, en la actwalidad y en otras épocas anteriores, cudles son y cuales han sido sus principales caracteristicas. Esto supone con si rar histéricamente sus componentes —sociales y naturales, las relacio- nes existentes entre ellos, los actores saciales que despliegan sus vidas y sus producciones, las razones y Idgicas de sus acciones, las formas espaciales re- sultantes. Se recuperarin los construccién del territorio: répidos y lentos; de coyuncura y estructura; cor tos, medianos y largas. Este cimulo de tiempos sedimentades presenta distin- tas duraciones y diferentes ritmas, detenciones, saltos, aceleraciones, ruptu- ras quc serd preciso identificar en las distintas dimensiones de los procesos socio-territoriales (la cultura, la politica, el ambiente, 1a tecnologta, In eco- noméa, etcétera). Este entramado permite comprender el modelado y las configuracianes de los diferentes territorios a lo largo del tiempo. La idea de acumulacién histética —macerial y simbélica~ de objetos y acciones sobre la superficie te- trestre sugicre que las formas espaciales revelan las condiciones sociales, eco- némicas, culturales, politicas, ecnolégicas y ambientales de la época en que fueron creadas y, a la vez, tienen funciones propias del presente (Santos, 1996a). Los paisajes, entonces, exhiben conglomerados de objetas que se fueron fijando progresivamente a cada parcela de Ia superficie terrescre: son la cara visible de proceses de conformacién territorial particulares, Avanzar con los alumnos en un abordaje geogrdfico de este tipo supone dorar al concepte de tertitorio de nuevos y mas amplios significadas. Ir mds alli de criterios fisicos de tamaio, limites, forma y extensi6n, por un lado, € jstintos tiempos implicados en el proceso de “9

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