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Licenciada en Ciencias de la Comunicacién por la Universidad Auténoma de San Luis Potost y maes- tra en Historia por el Colegio de San Luis, A. C. Actualmente cursa el doctorado en Historia en El Colegio de Michoacén, Publicé la resefia del libro de Raquel Gil, Caravianeras y trashumantes en Jos andes meridionales, Poblacion y familia indigena en la puna del Jujuy, 1770-1870, en Relaciones, EL Colegio de Michoacén, nim. 110, 2007. Resumen Durante el siglo xx en México hubo diversos proyectos de colonizacién, pero en las dos tilti- mas décadas dichos planes consistieron en el establecimiento, por parte del gobierno federal, de niicleos de poblacién nacional o extranjera con caricter de colonos agricolas. Los objetivos y politicas de este proceso pueden conocerse a través del caso de las colonias ageicolas de ita Jianos establecidas entre 1881 y 1882, un tema no estudiado a profundidad hasta ahora. Por otra parte, existe un paralelismo entre la colonizacién de México y la de paises de Sudamérica. La comparacién entre ellos es opor- cna, pues permice encender las particularida- des del caso mexicano y que, a pesar de sus dife- rencias, el comtin denominador de los proyectos de colonizacién en dichos paises es la ocupacién territorial, el poblamiento, desarrollo econé- mico y la mezcla de la poblacién. Palabras clave: Colonizacién, inmigracién, colonos, proyectos federales, poblamiento, desarrollo econsémico, Fecha de recepci julio de 2008, Fecha de aceptacién: marzo de 2009 The Colonizing Project of Mexico in the Late 19" Century. Some Comparative Perspectives in Latin America Marcela Martinez Rodriguez BA in Media Studies from the Universidad de San Luis Potosi. MA in History from El Colegio de San Luis. Currently pursuing a doctorate in History at El Colegio de Michoacin. Published a review of a book by Raquel Gil entitled Carcttaneras y mrashumantes en los andes meridionales, Poblacin familia indigena en la puna del Jujuy, 1770-1870, in Relaciones, El Colegio de Michoacan, nim. 110, 2007, Abstract In 19th century Mexico, there were several col- onization projects, although in the last ewo decades, these projects involved federal govern- ment's establishing national or foreign popu- lacion nuclei with agricultural settlers. The objectives and policies of this process can be discovered by examining the case of the agricul- tural colonies of Italians established berween 1881 and 1882, an issue that has not been stud~ ied in depth to date. Ac the same time, there is a parallel bet- ween the colonization of Mexico and that of South American countries. The comparison between them is apt, since it enables one to understand the particularities of the Mexican and the fact thac, despite their differences, the common denominator of colonization projects in these countries is territorial occupation, set- tlement, economic development and mixed populations. Key words: Colonization, immigration, settlers, federal projects, settlement, economic development. Final submission: July 2008 Acceptance: ‘March 2009 El proyecto colonizador de México a finales del siglo x1x. Algunas perspectivas comparativas en Latinoamérica Marcela Martinez: Rodriguez urante todo el siglo xIx en Lati- Deere se previeron y desarro- Maron proyectos de colonizaci6n con extranjeros. Paises como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay percibieron el ingreso de inmigrantes de manera signi- ficativa, cuanticativa y cualitativamente hablando. Asi, por ejemplo, como sefia- lan Carmen Norambuena Carrasco y Guillermo Bravo cuando explican el caso de Chile, que tuvo resultados cuantitati- vos de inmigracién muy pobres pero “importantes €xitos cualitativos, en la ra- 26n del aporte que hicieron los extranje- ros radicados en el pais en los sectores sociales, culturales y econémicos de la nacién”.* En México, los proyectos més ambi- ciosos de esa indole se cristalizaron en las liltimas dos décadas decimonénicas; no obstance, no alcanzaron la importancia numérica de los paises latinoamericanos ya mencionados debido a las condiciones particulares del pais, del gobierno mexi- cano y las caracteristicas de los colonas. Uno de los proyectos federales de colo- nizacién mas relevantes fue el proragoni- zado por inmigrantes originarios del norce de Italia entre 1881 y 1882. Como resul- Norambuena y Bravo, “Politica”, 1990, p. 101 Secuencia [103] tado de esta empresa se establecieron seis colonias agricolas: la Manuel Gonzélez, en Veracruz; la Porfirio Diaz, en Morelos; la Aldana, en el Distrito Federal; la Fernén- dez Leal y la Carlos Pacheco, en Puebla, y la Diez Gutiérrez, en San Luis Potosi.? En conjunto, estos grupos de it terizaron por ser la comunidad extranjera més numerosa que entré al pais de manera colectiva durante el siglo xix. gEn qué consistié el proyecto coloniza- dor en México?, ¢fue un proyecto exclu- sivo de México y de las tiltimas décadas del siglo X1x?, zexistié influencia de otros paises para la previsi6n de la inmigracién y colonizacién?, ;cudl fue la diferencia en- tre México y otros paises de Latinoamé- rica respecto a la inmigracién? El objetivo del presente trabajo es res- ponder a estas preguntas para explicar el proceso de colonizacién de finales del siglo Xx. Analizar el caso antes expuesto nos ofrece suficientes datos para conocer la forma como se Ilevé a cabo la coloniza- ? Zilli, Halianes, 1981, pp. 217-269. Se excluyen de esta investigacién las colonias de italianos que no fueron objeto de un proyecto oficial de colonizacién, sino que resultaron de iniciativas particulares, como la inmigracién de la familia Cusi que tuvo lugar en ‘Michoacén, num. 76, enero-abril 2010 cién agricola en México y para realizar la comparacién de politicas y proyectos de colonizacién entre otros paises de Lati- noamérica como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. El texto se dividira en cuatro aparte dos. En la primera parte se describen los conceptos de colonizaci6n ¢ inmigraci6n, su evolucién a lo largo de los diversos pro- yectos y el uso que en cada espacio y tiempo se le ha dado. La segunda parte del texto hard mencién del caso mexicano: las politicas de colonizacién en el siglo xix. En la tercera parte se describirdn los pro- yectos inducidos por el gobierno a partir de la descripcin del ejemplo mas signifi- cativo de inmigracién italiana entre 1881 y 1882. Finalmente, en la dltima parte, se puntualizarin los proyectos de coloni- zaci6n de algunos paises sudamericanos para resaltar las diferencias y similitudes encontradas con el proceso mexicano y asi explicar las razones del éxito o fracaso de la empresa de colonizacién en México. EL CONCEPTO DE COLONIZACION Debemos rescatar una importante dife- rencia entre el concepto de colonizacién y el de inmigracién. Si bien generalmente son paralelos, es preciso identificar que en muchas ocasiones la colonizacién se llev6 a cabo con nacionales.> De igual manera los inmigrantes extranjeros no siempre > Un ejemplo de esto son las colonias con mexi- ‘canos fundadas por Carlos Pacheco en el margen del rio Chiconcuan, cuyos nombres son San Vicente Juarez, San Rafael Zaragoza y San Pablo Hidalgo, en el estado de Morelos. Reporte del ingeniero de la comisi6n a la Secretaria de Fomento, 15 de octubre de 1882, en Archivo Hist6rico de Terrenos Nacionales 104 formaron parte de una colonia agricola € incluso en ocasiones tampoco formaban parte de alguna colectividad.* Asi, es preciso sefialar que en la histo- riografia del siglo XIX, la colonizacién ha sido entendida, principalmente, en tér- minos agrarios; sin embargo, es un con- cepto més complejo cuando refiere a los diversos proyectos que se previeron a lo largo del siglo y en otros lugares de Lati- noamérica. ‘A partir de la independencia de Méxi- coy durante todo el siglo xix, el término colonizacién estuvo presente en los discur- sos de las elites politicas para perseguit diferentes objetivos. Se propuso, princi- palmente, como proyecto para el desarto- Ilo econémico, para poblar, para contener posibles incervenciones extranjeras y pro- mover el ingreso de extranjeros de manera voluntaria 0 a través de programas guber- namentales, En el caso de Brasil fue dis- tinto. En 1870, para las regiones de Rio Grande Do Sul, Parand y Santa Catalina, Ia colonia agricola era una pequefia area dada a los granjeros, el colono era su pro- pietario y él mismo la manejaba y admi- nistraba. Por el contrario, en la region de Sao Paulo, el colono era un trabajador agricola a quien se le asignaba un decermi- nado ntimero de arboles de café para cui- dar y una cantidad de tierra en la villa del propietario.> Si bien en Brasil la colonizacién su- pone caracteristicas de orden econémico, en Chile se refiere, en su mayoria, a cues- (en adelante HTN), Grupo Documental Colonias, colonia Porfirio Diaz, exp. 188, p. 10. * Véase el caso de la familia icaliana Cusi. Cusi, Memorias, 1955; Méndez, “Esceategias”, 2003, pp. 320-329, y Pureco, "Empresarios”, 2007, p. 639. * Smith, "Studies", 1996, p. 95. Marcela Martinez RODRIGUEZ tiones de dominacién y control sobre la propiedad de la tierra. En el contexto ch leno decimonénico, el concepto de coloni zacién secvia para designar un fenémeno que implica la redistribuci6n de la pro- piedad, el control de la tierra y también la ‘ocupacién esponténea de algunas porcio- nes de dominio puiblico.$ Por otra parte, James Scobie argumenté que la colonizacién en Argentina en el siglo XIX era una estrategia para el creci- miento econémico del pais: “los pensado- res y hombres de Estado tenfan una clara idea de lo que podia hacerse: la inmigra- cién de las trece colonias a Norteamérica las cuales en un siglo habfan construido una nacién agricola e industrial poderosa”.’ Scobie expone que la colonizacién de las pampas argentinas sélo podia considerarse, segtin los hombres de Estado, con la inmi- gracidn de europeos, por lo que se pens6 a Ta inmigracién como “la necesidad més urgente y como herramienta necesaria para el crecimiento econémico de Argentina”.* Las leyes de colonizacién uruguayas esta- ban basadas en la labor legislativa argen- tina, Debido a esco se puede inferir que el concepto de colonizacién en Uruguay es similar al de Argentina. Finalmente, a pesar de las diferentes formas en que se puede entender el con- cepto, las oligarquias de cada uno de los paises latinoamericanos concibieron la colonizacién bajo un comtin denomina- dor: “la utopia agraria”,” es decir, poblar los vacfos demogréficos con extranjeros que civilizarfan al pais y lo impulsarfan econémicamente, principalmente, en un ° Wid. p. 97. ” Scobie, Revolution, 1977, pp. 30-31. * Ibid., pp. 122-125. ° Bertoni y Romero, “Aspectos”, 1985, p. 7. EL PROYECTO COLONIZADOR DE MEXICO A FINALES DEL SIGLO XIX sentido agrario. Para estos fines la inmi- gracién inducida era un factor inevitable- mente vinculado a los proyectos de colo- nizacién, Ambos fenémenos, migracién y colonizacién, también eran considera- dos como estrategias imprescindibles para lograr la formacién del Estado-nacién que las elites politicas de cada pais persiguie- ron al término de sus respectivas luchas independentistas. MEXICO. LA COLONIZACION DEL SIGLO XIX La colonizacién en México se promovié desde comienzos de la vida independiente del pais, aunque los resultados més con- cretos se observaron en las tileimas dos décadas decimonénicas. La historiograffa ha calificado al porfiriato como el periodo detonador de estos proyectos; sin embargo, cabe destacar que la principal empresa de colonizacién federal, al menos numérica- mente hablando, tuvo lugar entre 1881 y 1882, durante el régimen gubernamen- tal de Manuel Gonzalez. En el gabinete de Gonzalez fungié como ministro de Fo- mento Carlos Pacheco, quien organizé el establecimiento de las colonias agricolas. Los proyectos de colonizacién en Nor- teamérica y en América del Sur influyeron en la mentalidad de los politicos mexica- nos de la época, quienes a su vez perse- guian un modelo de sociedad europeo y liberal. José Maria Luis Mora expres6 que en Buenos Aires, por ejemplo, “se entien- den mejor que en México los verdaderos principios de la formacién de colonias, las leyes han sido dictacas en consonancia con ellos y han producido su efecto”.»° Estados Unidos, por su gran cantidad de inmigra- * Mora, Obras, 1986, p. 117, 105 cién también podria ser un modelo de desarrollo para México.'! Sin embargo, México era un territorio inexperto en el desarrollo de la colonizacién, con legisla- ciones inadecuadas en la materia y con problemas agricolas que condenaban los proyectos al fracaso. ‘A finales del siglo x1x, México era un pais predominantemente rural y la mayo- ‘a de los mexicanos se dedicaban a la acti- vidad agricola. Moisés Gonzélez Navarro sefiala que “ni la industria, ni el comer- cio, ni las demés ramas de la economia logran opacar la importancia de la agri- culeura a pesar de su notorio atraso té- nico”,! que muy probablemente preva- lecfa en las comunidades pequefias 0 en los pueblos indigenas mas que en las gran- des haciendas mexicanas. Si la actividad agricola predominaba, también los prin- cipales problemas nacionales eran los agra tios. Gonzélez Navarro enumera seis: “el deslinde de los baldios, la desamortiza- cién de la tierra y de los pueblos indige- nas, el latifundismo, el sistema de trabajo dentro de las haciendas, las rebeliones indigenas y los motines agrarios”.!9 Tam- bién se suman “el apego a la tradicin de los campesinos, la incuria de los propicta- rios agricolas y la falta de medios para transportar la produccién a los merca- dos”.!4 A pesar de estos problemas y de que, como sefialé Wistano Luis Orozco, la inmigracién extranjera era innecesaria porque “el pais no estaba despoblado, sino mal distribuido”,"? se promovieron pro- yectos de colonizacién e inmigracién jus- "Taylor, “Proyecto”, 2007, p. 40. ° Gonzalez, "Porfiriato”, 1957, p. 188 9 Tid. ¥ Sunyer, “Noticias”, 2007, p. 48. © Orozco, “Libro”, 1997, p. 38. 106 tificados con el argumento del impulso a la pequefia propiedad privada, del pro- greso y de la solucién al problema demo- grafico y agricola del pais." El Congreso General Constituyente decreté la primera ley de colonizacién el 18 de agosto de 1824. El documento denotaba que la principal preocupacién del gobierno era poblar y aprovechar extensas regiones para el cultivo del cam- po y el incremento de la agriculeura; evi- tar las invasiones extranjeras estableciendo en las costas y fronteras del pais colonias con nacionales, y transformar a la sociedad tradicional mexicana mediante la estimu- lacién de migracién de colonos europeos cat6licos. Con base en este documento legislativo se erogaron otras leyes estata- les, cuya funcién era regular el pobla- miento, aprovechamiento y repartimiento de tierras a grupos de personas dedicados a la agriculzura. Tales fueron los casos de las leyes de Chiapas en 1826 y la de Ve- racruz en 1827, La ley de 1824 también amparé, entre otros asuntos, la concesién de Esteban Austin para la colonizacién de Texas,!” que finalmente constituyé el inicio del conflicto texano que llevé a la pérdida del tetritorio, Asi, como resultado del predo- minio de la poblacién estadunidenses en \ Gonzilez, Colonizaciin, 1960, p. 8. ” Austin continué con el proyecto de su padre Moisés Austin que consistia en el establecimiento de un ntimero determinado de inmigrantes extranjeros con el fin de poblar la parte notte del territorio mexi- cano, Mientras el imperio de Iturbide se quebtaba, Esteban Austin tuvo que acudir al naciente Congreso Constituyente en busca del permiso para la coloniza~ ci6n, hecho que culminé en la confirmacién de la concesién por la nueva ley de 1824. Alessio, Caibuila, 1945, pp. 113-114 MARCELA ManrTiNez RODRIGUEZ ‘Texas y ante la amenaza de la integridad del pais, la nueva ley de colonizacién esta- blecié medidas que servirian como base para las siguientes leyes en la misma mare- ria y se encargo de regular ef origen de los colonos, su establecimiento en lugares ade- cuados y la concesiGn de privilegios y con- cesiones considerables."* Las leyes federales y estatales de colo- nizacidn decretadas en la primera mitad del siglo x0x reflejaban la importancia que los temas referentes a la distribucién de la tierra, el poblamiento y la influencia extranjera tenfan en las mentes de los poli- ticos ¢ intelectuales de la época. Por un lado, se contemplaba que los proyectos de colonizacién eran necesarios para conte- ner las posibles invasiones extranjeras; por ello, se pretendia poblar el norte del pais. Por otra parte, se consideraba que se de- bian aprovechar los terrenos que el pais tenfa sin cultivar y sin poblar. Un ejemplo claro del pensamiento po- litico de esos afios es el de Lorenzo de Za- vala, ministro de Hacienda en 1829. Zavala consideraba la colonizacién como tuna medida para el desarrollo de las socie- dades mexicanas, para la explotacién de los terrenos agricolas sin cultivar y para lograr la seguridad nacional." En cuanto a las caracteristicas de los colonos, indica- ba que estos debfan ser individuos con una cultura homogénea y similar a la mexi- cana, catélicos y de origen europeo. Lucas Alaman coincidié en estos preceptos y propuso la “inmigracién de extranjeros, catlicos, como estrategia para el aumento de raza blanca”.”° José Maria Luis Mora consideraba la inmigracién europea como °* Alamén, “Iniciativa”, 1945, t. tt, p. 539. °° Zavala, Ensayo, 1985, p. 129. 2 Alamén, Historia, 1985, ©. v, p. 506. EL PROYECTO COLONIZADOR DE MEXICO A FINALES DEL SIGLO XIX necesaria para incrementar y renovar la poblacién mexicana. Expuso: on una buena administraci6n estas naciones indfgenas podrian recirarse de la vida vaga- bunda y formar colonias pacificas mezclin- dolas y civilizéndolas por medio del esta- blecimiento de familias de Europa, que al mismo tiempo de instruirlas en los deberes religiosos les miniscren los elementos de las artes y formen en ellas los hébitos de la industria y la laboriosidad.”” Ya para finales del siglo x1x, los inmi- grances de origen latino, como los espa- fioles, franceses e italianos, eran los més indicados porque eran més adaptables a la cultura y a las condiciones mexicanas.?? La necesidad de promover la colonizacién con extranjeros, principalmente europeos, surge de la concepcién que durante todo el siglo XIX se construyé en torno a la superioridad de la raza europea con res- pecto a la raza indgena. Como explica Pere Sunyer Martin: En la percepci6n del Estado-nacién por parte de la clase dirigente se redimia al indio en cuanto al ser arqueolégico, y se menospre- Ciaba al indio coeténeo y real. Para la elite, cl indigena representaba una seria amenaza al progreso del pais.” Esto no era privativo de los proyectos mexicanos; en Chile, por ejemplo, se ob- serva la misma situacién que desencadené lo que se ha llamado “la cuestién social” Pero como se mencioné anteriormente, en la primera mitad del siglo xIx los pro- 2! Mora, Obras, 1986, vol. 1, p. 118. 2 Taylor, “Proyecto”, 2007, p. 4 Sunyer, “Tierras", 2002, pp. 46-47. 107 yectos de colonizacién no eran factibles por las carencias econémicas que padecfa el pais, asf que durante este periodo ini- camente sobresalieron las colonias de fran- ceses establecidas en Veracruz (la primera en Coatzacoalcos en 18317" y la segun- da en Jicaltepec en 1833),”> que final- mente constituyeron un fracaso debido, entre otras cosas, al mal clima de la zona yaa insalubridad. También en la década de 1850 se establecié una colonia modelo italiana en Papantla, Veracruz, donde “por otra parte, resulté insano el punto en que se le habfa destinado y se enfermaron todos los colonos que abandonaron en con- secuencia sus sementeras y se mudaron a un pueblo inmediato” 2° Para la segunda mitad del siglo xIx en México se decretaron leyes en materia de colonizaci6n, como la disposicién hecha pot Antonio L6pez de Santa Anna el 22 de abril de 1853, con la que se modificé la administraci6n piblica y se creé el minis- tetio de Fomento, Colonizacién, Industria y Comercio” Asimismo, el 28 de matzo de 1865, el imperio de Maximiliano de- cret6 la creaci6n de una junta de coloniza- ci6n con las siguientes funciones: “estu- diar, y proponer los proyectos de ley y de reglamentos, en lo relativo a colonizacién, libre y a costa de los inmigrantes [...] y en lo tocante al descubrimiento, deslinde y 2 Charpenne, Via, 2000, p. 335. % Skervie, Colones, 1995, p. 305. 2© Informe remitido desde Roma al secrecario de Relaciones Exteriores de México, 14 de abril de 1881, Archivo Histérico de la Secretaria de Relaciones Exceriores Genaro Estrada (en adelante AHSRE), exp. 14.12.58, p. 8. 7 Esce ministerio debfa regular el impulso a la industria agricola, minera y mercantil y promover la colonizacién, Escobar, Guta, 1999, p. 18. 108 distribucién de terrenos baldios”.2* El objetivo principal era aumentar la pobla- cién con inmigrances extranjeros. La ley de enajenacién de terrenos bal- dios de 1863, decretada por Judrez, fue la base de las leyes posteriores de coloniza- ci6n, ya que permitia indicar cules serfan Ios terrenos sujetos a colonizar. Sebastiin Lerdo de Tejada dispuso la ley del 31 de mayo de 1875 que contenia los primeros indicios para el funcionamiento de las compafifas deslindadoras,”? pero qued6 derogada con la del 15 de diciembre de 1883 establecida por Manuel Gonzélez.°° Esta tltima ley tenia por objeto habilitar 6 preparar los terrenos baldios para la colo- nizacién y establece dos medios: la accién directa del ejecutivo federal, ejercida por comisiones de ingenieros que deslinden, midan y fraccio- nen y valiien los terrenos baldfos 0 de pro- piedad nacional, o indirectamente por mé de compafiias deslindadoras.™" Se pretendia crear una nueva sociedad guiada por los principios del liberalismo ilustrado y evitar la reproduccién de las formas tradicionales de la posesi6n comu- nal de la tierra que perpetuaban fa estruc- cura social y econdmica corporativa. Si > Decteto del 28 de marzo de 1865 en Archivo Histérico del Estado de San Luis Potosf (en adelante AHESLP), coleccién de Leyes y Decretos Impresos,s. 0. Memoria de Fomento, 1883-1885, en Archivo ‘General de fa Naci6n (en adelante AGN), t1 ° Manuel Fernandez Leal envi6 a la Cémara de Diputados este proyecto de ley el 29 de abril de 1881 y se aprobs hasta 1883, derogando la ley de coloni- zaci6n de 1875. Gonzalez, Colonizaciin, 1960, p. 9. >* Decreto publicado en el diatio E/ Estandarte, 26 de noviembre de 1885. MaRCELA MarTiNEZ RODRIGUEZ bien las politicas de colonizacién refleja- ban la importancia de fomentar una nueva forma de propiedad, es decir, la pequefia propiedad individual, cabe cuestionarse algunas contradicciones, pues la ley previ6 la posibilidad de otorgar extensiones de terreno correspondientes a 2 500 hectd- reas y asi en realidad se estimulaba la concentracién de la propiedad. De igual manera, los deslindes permitirfan otorgar los excedentes y demasias en los terrenos de las comisiones encargadas de llevarlos acabo, En 1893 y 1894 se promulgaron nue- vas leyes en materia agraria, a pesar de que la ley de 1883 seguia vigente y que slo sufrié algunos cambios referentes a las compafifas deslindadoras. Los decretos que autorizaban la colonizaci6n de terrenos en casos particulares continuaron baséndose en ella, como sucedié en el caso de los es- tados de Tamaulipas en diciembre de 1894 y Coahuila en mayo de 1896. Otro ejemplo es la aprobacién, el 21 de diciem- bre de 1894, de la reforma del contrato celebrado en 1888 entre Manuel Ferndn- dez Leal, secretario de Estado y del des- pacho de Fomento, y el sefior Manuel Sanchez Marmol, en representaci6n de los sefiores Manuel Ramirez Varela y José Mora, para colonizar en los estados de Veracruz y Oaxaca,”® Las leyes de 1893 y 1894 sobre ena- jenacién de terrenos baldios permitieron, tuna vez més, el beneficio a los socios de las compaiifas deslindadoras ampliando su libertad de accién y aunque estos decre- tos no arendian cuestiones especfficamente de colonizacién incluyeron puntos relati- % Gonvdlez, Colonizacién, 1960, p. 10. * Dublin y Lozano, Coleciin, 1894, . XXIV, p. 489. EL PROYECTO COLONIZADOR DE MEXICO A FINALES DEL SIGLO XIX vos a esta. La segunda ley beneficiaba a los miembros de las compafifas al cesar la obligacién de mantener los terrenos en constante cultivo, poblados 0 acotados, ademis: cesa también la prohibicién a las compatiias deslindadoras de terrenos baldios [..] de ena jenar las tierras que les hayan correspondido, por compensacién de gastos de deslinde [..] y si alguna enajenaci6n se hubiere hecho en fracciones o lotes de mayor extensién, no poded ser invalidada por este solo motivo.** Si bien los propésitos de la coloniza- cién entre 1876 y 1910 fueron muy espe- cificos, también se observa la permanen- cia de algunos de los objetivos que durante la primera mitad del siglo dieron vida a los primeros intentos de colonizacién, entre ellos: incorporar tierras al mercado, contribuir a la generacién de riqueza, llenar las entonces desprovistas arcas de la Hacienda del Estado a partir de las contribuciones y tasas sobre los predios nisticos {...J y conservar la integri~ dad del territorio mexicano.** Pero predominaba un objetivo en par- ticular: la conseruccién de espacios como posibles estrategias para delimitar terti- torios y como nuicleos de desarrollo para convertir en productivo todo el territorio e insertarlo en la dindmica del capitalismo internacional. Finalmente, para explicar los procesos de colonizacién a finales det siglo xix en México es necesario enten- der la colonizacién como “el movimiento de poblacién con un destino agrario, que » Ibid, p.37. % Ibid, p.35. 109 es artificial en la medida en que es indu- cido 0 fomentado por el gobierno a tra- vés de politicas especificas”.”° Durante todo el siglo x1x, México in- tent6 atraer a los inmigrantes y a los po- sibles colonos con la promulgacién de leyes, pero, como se mencioné, fue hasta las tiltimas dos décadas del siglo xix cuando se Ilevaron a cabo proyectos fede- rales de colonizacién que implicaron inmi- graci6n numerosa. En aquel entonces, para la mayorfa de los miembros de la elite politica: la legislacién era favorable a la inmigracién, Jos ferrocarriles facilitaban las comunicacio- nes, cada dia aumentaban la estabilidad de las insticuciones politicas y el respeto a la aur- toridad; por eso se advertia ("un medio mag- nifico y con horizontes dilatados para adivi- nar un dichoso porvenir para la patria").” Mientras se consideraba al pais como un territorio listo para desarrollar la colo- nizacién, los politicos buscaban asegurar la inmigraci6n a través de prerrogativas y privilegios implicitos en los concratos. El colono s6lo podria dejar su patria y cras- Iadarse a otto pais si se concedia de manera gratuita el pasaje que muchas veces era inaccesible, Asi, a través de la firma de contratos, las casas de inmigracién italia- nas, por ejemplo, comprometian al go- bierno mexicano a pagar o disminuir el costo del pasaje (mas por conveniencia de los agentes encargados de reunir y trans- portar las familias).** Ocra forma de ase~ * Aboites, Norte, 1995, p. 14. * Gonzalez, Exiranjens, 1993-1994, vol. np. 267, ** Contratos de colonizacién, marzo de 1881, en AHtTN, Grupo Documental Colonias, colonia Manuel Gonzalez, exp. 12, p. 1 110 gurar el desplazamiento de extranjeros fue la promesa de otorgar las “miniscraciones” por cada individuo dependiendo la edad y durante un afio.?° Aunque cada contrato especificaba las formas de pago, un im- pulso importante que animé a los extran- jeros era el crédito que se otorgaba para la adquisicién de inserumentos de labran- za, animales y, desde luego, de las tierras de cultivo. A finales del siglo x1x, muchos gru- pos de inmigrantes ingresaron al pais am- parados por las politicas de colonizacién aunque estas no necesariamente corres- pondfan a las expectativas de los proyec- tos de colonizacién federal agricola, pues muchos grupos extranjeros se caracteriza~ ban por emigrar a México debido a otras razones, bajo proyectos y patrocinios par- ticulares 0 cadenas migratorias. Destaca la inmigracién de espafioles, barcelonetes y libaneses a partir de 1880;4° los cubanos entre 1868 y 1898;" las colo- » Wid. *° Estos individuos fueron inmigeantes-empre- satios, cuya experiencia migratoria tuvo rasgos muy particulates y distintos a la de la colonizacién. A lo largo del siglo x1x, los espafioles y barcelonetes se clestacaron por una notable habilidad empresarial que Jos Llev6 a controlar las empresas mas importantes de la época, entre ellas la industria textil, Los libaneses, por su lado, nunca superaron en niimero alos espafio- les, pero también se desarrollaron en el ambito em- ptesarial con mucho éxito financiero, Bello, “Inmigns- Gi6n”, 2007, p. 9. “1 Entre 1868 y 1898 la mayoria de los inmi- _grantes cubanos pertenecfa a los sectores profesiona- les, intelectuales, comerciantes y de mano de obra. Fue un éxodo, en su mayoria, resultado del periodo de guerras y exilios de Cuba. Herrera, “Caso”, 2006, p. 178, La inmigracién proveniente de Cuba ha dejado menos rastros que posibilicen su basqueda y localizacién. Los cubanos no contaron con organis= MarceLA ManTINEZ RODRIGUEZ nias de mormones establecidas en Chi- huahua en 1886; los chinos en Baja Ca- lifornia;* los jamaiquinos en Campeche;** estadunidenses, suecos, noruegos y alema- nes de la colonia Colnert en 1886," y los ‘guatemaltecos en Chiapas. En las prime- ras décadas del siglo Xx pueden identifi- carse otros ejemplos como los menonitas, mos de ayuda o representacién, Herrera, Emigrantes, 2003, p. 19. Asi, es posible que el fenémeno migra- torio cubano no haya dejado muchos rastros en Jos documentos debido a que no era un proyecto federal * Los mormones emigraron por la necesidad de buscar un refagio y un lugar donde se respetaran sus costumbres y tradiciones religiosas. Fueron comuni- dades cetradas donde la vida diaria estaba concrolada ppor Ia jerarquia eclesidstica. La iglesia seria la duefia de todos los bienes y los habitantes disfeutarfan del usufructo siempre y Cuando fueran fieles. Ast, compra- ron 64752 hectireas a la compafiia deslindadora Gémez del Campo para establecer sus colonias. Lloyd, “Colonias”, 2006, pp. 203-209. Es preciso seftalar que partiendo de estas afirmaciones la colonizacién de los mormones representa un proyecto distinto pues no fue del todo promovido ni planeado por las auro- tidades federates A diferencia de los grupos de colonos extran- jeros, los chinos ingresaban al pats en calidad de tra- bajadores con contrato. Arribaron a Baja California en los iltimos 25 afios del siglo x1x. Enere 1886 y 1887, 285 trabajadores chinos se erasladaron a Sinaloa a las minas de los poblados de Concordia, Bacubirito y Rosario. En 1896 Iegaron crabajadores para las ‘minas de cobre en Coahuila. Ota, Destino, 1997, pp. 196-198. En 1882, 54 jamaiquinos inmigraron a Cam- peche. Fueron previamente contratados para realizar trabajos de construccién de las vias del ferrocarril Posteriormente siguieron arribando inmigantes pro- venientes de Jamaica pues se prevefa aumentar el fntimero de trabajadores hasta 150. F/ Siglo XIX, 7 de junio de 1882, ¢. 81, p. 3. * La colonia Colnect se establecié como parte de los proyectos de colonizacién Ilevados a cabo en Baja EL PROYECTO COLONIZADOR DE MEXICO A FINALES DEL SIGLO XIX en 1922; la inmigracién de griegos a Caliacan” y el gran éxodo de espafioles exiliados durante la guerra civil espa- fiola.** Enere estos ejemplos sobresale la inmigraci6n italiana registrada entre 1881 y 1882, que se considera como el princi- pal proyecto de colonizaci6n agricola fede- ral porque en sdlo dos afios se logré traer al pais un nimero aproximado de 2500 italianos destinados a convertirse en colo- nos agricolas. Por un lado, numéricamente hablando, fue el proyecto mis importante California por la empresa International Company of Mexico y la Colnett Colonization Company. En 1886 aproximadamente 20 familias de las nacionalidades mencionadas se instalaron en los terrenos del arroyo de San Telmo, Arroyo Seco y la mesa de Colnett y se dedicaron a la agricultura, ganaderia y s6lo en muy pocos casos a la mineria. Taylor, “Proyecto”, 2007, pp. 43-45 “© Proveniences de Canad, los menonitas se esta- blecieron en Chihuahua después de la revolucién debido, en parte, a la necesidadl de perpetuat sus habi- tos culturales y religiosos. Constituyeron uno de los _Bnupos extranjeros més numerosos del siglo XX pues entre 1922 y 1927 Hlegaron alrededor de 6 000. Aboi- tes, "Kenofobia”, 2006, p. 310. Cabe sefialar que la inmigracién menonica fue también, en su mayoria, voluncaria e independiente del gobierno. * Los inmigrantes de origen griego empezaron a llegar a Sinaloa durante el porfiriato, Después de la revolucién mexicana y a partir de los afios treinca incrementaron su atimero pero sin llegar a ser una colonia extensa pues nunca rebasaron las 100 perso nas. Los griegos se dedicaron a las actividades empre- satiales y desempediaron un importante papel en la transformacién econémica y social que registré el valle de Culiacsin entre 1925 y 1970. Aguilar, “Inmi- sgracién", 2006, p. 149, * Si bien la mayor parte de los inmigrantes espa- files eran prafesionales, intelectuales y obreros, el presidente C: colonia agricola espafiola denominada Santa Clara; finalmente, en pocos afios se dispers. irdenas decreré la instalacién de una 1 de finales del siglo x1x ocurrido en un periodo muy corto y, por otro, se logré instalarlos en seis colonias agricolas que cumplian con la logistica, las politicas y expectativas gubernamentales de los pro- yectos decimonénicos de colonizacién. Incluso, la prensa contempordnea calificé el proyecto como el “tinico que éltima- mente empieza bajo mejores auspicios. Débese el buen éxito de la empresa, ante todas las cosas, a la paz de que actual- mente disfruta nuestra repablica.”? Ocra importante particularidad de los italia- nos que llegaron a México en esos afios fue que se trataba de individuos que por su ofigen campesino habjan sido seleccio- nados para desarrollar la funci6n social de colonos agricolas de acuerdo con las expec tativas del gobierno mexicano como lo estipulaban los contratos de colonizacién ¢ inmigracién de la época. Las caracteris- ticas del establecimiento de las colonias italianas se explicardn a continuacién para ilustrar el proceso colonizador. LA COLONIZACION AGRICOLA ITALIANA EN MEXICO, 1881 y 1882 Como parte de la politica de colonizacién, el gobierno mexicano realiz6 propagandas en Europa a través de anuncios en las parroquias, carteles en las calles, publica- Ciones en la prensa y agencias de inmigra- cién, Todo ello para convencer a los ita- lianos de trasladarse al pais y formar las colonias agricolas, Las compaiifas de inmi- gracién empleaban agentes como interme- diarios entre ellas y la poblacién. Los agen- tes de inmigracién, que también podfan * El Siglo XIX, 22 de octubre de 1881, ¢. 80, p.2, 112 trabajar por su propia cuenta, operaban en lugares con tradicién migratoria, se aper- sonaban en los bares y ferias y pronuncia- ban discursos para promover las ventajas de la emigracién y las ofertas que hacfan las compafias. También ucilizaban panfle- tos y carteles coloridos y publicaban anun- ios en los periédicos de la época.>° La publicidad que México utiliz6 en 1881, sobre todo en la prensa, tuvo la par- ticularidad de ser avalada por el gobierno italiano y la opinién piblica. La propagan- da sobre los programas de colonizacién comenzé aproximadamente dos meses an- tes de la fecha fijada para el embarque de los emigrantes (a finales de agosto). Du- rante todo ese tiempo las notas en el perié- dico enfatizaban las ventajas del viaje y, sobre todo, destacaron que por ser un con- venio realizado con el gobierno mexicano, el viaje y la empresa de colonizacién eran seguros. Primero, el periddico divulgé las caracteristicas del pais. Por ejemplo: Aungue en estas zonas [tropicales] se dan todo tipo de frutos, no es aqui donde debe establecerse el colono europeo, porque la temperatura caliente y hiimeda no corres- ponde a su temperamento. Pero las tierras templadas se describen como un verdadero ‘paraiso porque en ellas reina una continua dulzura primaveral.”" En otra parte del texto se expresé lo siguient El pueblo mexicano esti consciente de que la época de la revolucién ha terminado; un 20 11 Reaccoglitore, La Voce Cattolica y La Garzzeta i Trento O'"T emigrazione”, I Racoglitor, 12 de julio de 1881, afto x1V, nim. 82. MarceELA Martinez RODRIGUEZ gobierno fuerte guia los destinos del pais; el bienestar material, la agricultura y el co- mercio han hecho ya grandes progresos; la paz y la tranquilidad reinan —como declaré el presidente Manuel GonzAlez en la apertura del tiltimo congreso~ hasta el diltimo rin- én del pais.” ‘Ademés, el periédico publicé el anun- cio de la colonizacién que contenia las condiciones del embarque, el precio del pasaje, las caracteristicas del barco y de la compafifa naviera, Para el caso mexi- cano I/ Raccoglitore difundié con un mes de anterioridad y durante diez dias segui- dos una especie de letrero 0 cartel que sefialaba: Colonizzazione al Messico. Sotto la Sor- veglianza del governo Messicano. Linea Livorno ~ Veracruz. Il vapore di I classe di bandera nazionale ‘Atlantico’ [..] armatori Dufour y Bruzzo [...] partira nel 31 da ago- sto, [..] Prezzi di passagio: I classe L. 1000, I classe L. 900, III classe L. 275. Prezzi ridotto per gli agricultori che partono pel ‘Messico colle condizioni dalla circolare 28 de marzo de 1881 della societa concessio- naria G. Rovatti y Cia, Di Livorno, L. 85 fino agli anni 11; L. 42.50 degli anni 11 ai 2; al disocto uno gratis per famiglia. > Ibid. °° “Colonizacién a México. Bajo la vigilancia del gobierno mexicano. Linea Livorno-Veracruz. El vapor de primera clase de bandera nacional “Atléntico”(...) armadores Dufour y Bruzzo [...] partira el 31 de agosto de 1881. [...} precio de pasaje: 1a. clase 1 000 liras, 2a, clase 900 liras, 3a. clase 275 liras. Precio redlucido para los agricultores que parten para México con las condiciones de la circular del 28 de marzo de 1881 de la sociedad concesionaria G. Rovatti y Ca de Livorno. 85 liras a los mayores de once afios; 42.50 lias a aquellos de dos a once aos; y menores de dos EL PROYECTO COLONIZADOR DE MEXICO A FINALES DEL SIGLO XIX El anuncio hacia énfasis en que la colo- nizacién a México escaria bajo vigilancia del gobierno mexicano. Asf, la inmigra- cién a México, a Brasil 0 a cualquier lugar que fuera promovida directamente por parte del gobierno receptor, era bien vista a diferencia de las propagandas hechas por agentes clandestinos 0 agencias indepen- dientes. El éxodo rural a México en 1881 fue posible, entre otras cosas, porque Italia recibié positivamente la propaganda de colonizacién mexicana. Como resultado de las promociones, en 1881 se firmé el primer contrato entre el gobierno mexicano y la casa de inmigra- cién italiana Rovatti y Cia. Esta compafiia se comprometié a “expedir de la Alta Tralia a Veracruz un ntimero de 150 fami- lias de agricultores expertos y laboriosos de la Alta Italia y del Tirol no excediendo de 500 personas de dos afios de edad en adelante”. Por su parte, el gobierno mexicano se oblig6 a “pagar a la sociedad Rovatti y Cia. 0 a su apoderado 75 pesos mexicanos por toda persona mayor de doce afios y 37.50 pesos mexicanos por toda persona menor de esta edad y mayor de dos afios”.*® Como resultado de este convenio, en 1881 partié de Génova la primera expedici6n de italianos. El segun- do contrato con Rovatti y Cia., en diciem- bre de 1881, establecia la expedicién de por lo menos 800 inmigrantes. Nueva- mente el gobierno mexicano se obligé a Pagar 65 pesos mexicanos por persona por alos uno gratis por familia Iid., 30 de julio de 1881, nim, 90, % Anuncio de colonizacién, en ibid., 12 de agosto de 1881. ° Conerato de colonizacién, marzo de 1881, en AHSRE, exp. 4, p. 99. 5 id. 413 los mayores de doce afios y 32 por los menores de doce y mayores de dos afios.°” A partir de estos convenios, los italianos legaron a Veracruz en tres diferentes via- jes, fueron conducidos al interior de la reptblica y formaron colonias agricolas en los estados de Morelos, Puebla, Veracruz, Distrito Federal y San Luis Potosi. La primera de ellas se establecié en 1881 en el rancho El Refugio, jurisdiccién de Huatusco, en el estado de Veracruz. Ms tarde, el director de la colonia buscé ampliarla adquiriendo los terrenos del ran- cho de Socapa, en Huatusco, propiedad de Florencio Sudrez.>* La colonia se deno- min6 Manuel Gonzélez™ y se formé, aproximadamente, por 428 italianos, como sefiala un telegrama recibido en Veracruz el 19 de octubre de 1881: “Con- duce el vapor Atléntico 428 personas que componen 88 familias 45 familias tiro- esas, 19 de Lombardia y 24 del Véne- 0." Particularmente en esta colonia, los italianos recibieron lores con una exten- sién aproximada de diez hectareas repar- tidas en tres zonas discintas, de primera, segunda y tercera calidad de la tierra,°! Cada jefe de familia firm6 un contrato individual con el gobierno federal. Con este documento no sdlo adquirian bienes materiales, obligaciones y derechos, sino 7 Contrato de colonizacién, diciembre 1881, en ansee, exp. 4, p. 446, °8 Expediente relativo a la compraventa de los terrenos de Socapa, noviembre de 1881, en AKT Grupo Documental Colonias, colonia Manuel Gon: lez, exp. 35, pp. 15-16. > Ibid. , exps. varios. © Ibid., exp. 35, p. 184 Regisero de reparticiGn de loves y casas, 24 de abril de 1882, en ibid. exp. 5,8. p. © Tos contratos estipulaban que el gobierno cena la obligacién de dar a buen precio y a crécito anima- 114 que el extranjero adquirfa, también, un huevo estatus que a su vez le otorgaba nueva identidad, es decir, se considerarfa desde ese momento en adelante como un “colono”, categoria que se basaba princi palmente en la posesién de una pequefia propiedad individual y en la obligacién de poblar un territorio. Presumiblemente este tipo de contratos individuales se fir- maron con los extranjeros de cada una de las colonias, pues todos recibieron en su momento las mismas prerrogativas y se constituyeron en circunstancias similares y bajo un mismo modelo. La colonia Porfirio Diaz fue otra comu- nidad de italianos que como parte del mismo proyecto de colonizacién se esta- bleci6 en las haciendas de Barreto y San Rafael Temilpa, municipalidad de ‘Tlalei- zapéin, distrito de Cuernavaca en el estado de Morelos. El gobierno mexicano com- pré ambas haciendas para establecer la facura colonia, La primera tuvo un costo de 19.000 pesos con una extensién de 2.031 hectdreas 4.515 metros cuadrados. Mieneras que la segunda, la hacienda de ‘Temilpa, cost6 16 000 pesos y su superfi- cie media 10.941 hectareas y 7 200 me- tros cuadrados, Esta comprendia todos sus les, cietta y apoyo en efectivo. Se comprometia a man- tener personal para el funcionamiento de la colonia, una escuela, instrumencos de mtsica, carpinteria e imprenta, Por otto lado, a obligacién cle los colonos consistfa en permanecer como colono agricultor, poblar y mancener en cultivo sus loces de terreno, conservar buena conducta y cubrir puntuaimente la deuda contraida con el gobierno mexicano, Coneratos de colonizacion, en ibid, exp. 18, p. 1 © Expediente relativo a la compravenca de la hacienda de Barreto, 13 de agosto de 1881, en AHTN, Grupo Documental Colonias, colonia Porfirio Diaz, exps. 654 y 655, s. p. Whid. MARCELA MaaTiNez RODRIGUEZ ranchos anexos: Temilpa, Estacas, San Vicente, El Meco, Chinameca, San Pablo, ‘Atenanquillo y Los Dormidos. Si bien ambas haciendas fueron com- pradas a propésito del “establecimiento de colonias”, cabe sefialar que en la extensa superficie conformada por las dos propie- dades se ubicé tinicamente una colonia, probablemente por la falta de continuidad al proyecto de colonizacién lo cual demues- tra el fracaso de los primeros ensayos. En el estado de Puebla se instalaron dos colonias mds. Se denominaron Carlos Pacheco y Fernandez Leal. La primera se establecié en el distrito de Tlatlauquite- pec y Ia segunda en Cholula, con 424 individuos.®” La colonia Carlos Pacheco fue fundada en 1882 en terrenos de la hacienda de Mazarepec y en la fraccién del pueblo de Teteles, La hacienda se compr6 a la tes- tamentaria del sefior José Joaquin Vargas a.un precio de 12 000 pesos, mientras que la propiedad adquirida en Teteles costé 5 420 pesos y tenfa una extensién de 2.000 000 de varas cuadradas. A diferencia de sus homélogas, esta comunidad fue compuesta por familias que en algiin momento fueron parte de las otras colonias. Al llegar a su desti- 1no, los inmigrantes recibieron transporte gratis, animales y tiles de labranza, un diario efectivo de 25 centavos por cada persona mayor y doce para los menores, © [bid & thid., exp. 654, s.p. © Gonzalez, Calonizacién, 1960, p. 37. 4 Orden y concrato para levancamiento del plano de la colonia Carlos Pacheco, 8 de mayo de 1903 y 7 de julio de 1903, en AHTN, Grupo Documental ‘Colonias, colonia Carlos Pacheco, caja 28, exp. 1, pp. 62, 80, 86 EL PROYECTO COLONIZADOR DE MEXICO A FINALES DEL SIGLO XIX durante dos afios; sin embargo, la cancidad correspondiente a estos insumos debia ser reintegrada en un plazo no mayor a diez afios, Finalmente, a cada jefe de familia se le dio una cantidad de cinco hectéreas de labor y, a manera gratuita, un solar para Ja construcci6n de la casa habitacién. Cuando los italianos comenzaron a emigrar de la colonia se admitieron colo- rnos mexicanos vendiéndoles los terrenos a quince pesos cada hectarea de labor y en quince pesos un solar para construir su habiracién. Para los jefes de familia mexi- canos se suspendieron las ministraciones y los transportes gratis. Mejor conocida como Chipilo, la colo- nia Fernandez Leal también se establecié en el estado de Puebla; como su nombre actual lo indica, fue establecida en terre- nos de la hacienda de Chipiloc. De la mis- ma manera que las anteriores, en esta comunidad los colonos recibieron las mis- mas prerrogativas y debian cumplir las mismas obligaciones establecidas en el contrato individual; sin embargo, tam- bien se permitian extender sus redes socia- les al ir a trabajar a las haciendas o ran- chos mds cercanos. La colonia Aldana fue la mas pequefia en ntimero de habitantes, Se fund6 en 18837° en la hacienda de la Ascensién y terrenos de la escuela de Agricultura, mu- nicipalidad de Azcapotzalco, en el Distrito Federal.”! Fue un grupo muy reducido © Informe la Secretaria de Fomento, 7 ce febre- ro de 1910, en ibid., exp. 9, pp. 29-30. Aviso al secretatio de Fomento, 14 de octubre de 1886, en aHTN, Grupo Documental Colonias, colonia Aldana, exp. 10, p. 1 ”' Propuesta de la Secretaria de Hacienda a la Secretarfa de Fomento, 15 de febrero de 1902, en. ibid., exp. 5B, p. 5. 115 porque se establecié en los terrenos de la escuela pero asf se decidié con la finali- dad de que los alumnos aprendieran dis- ciplinas laborales, cultivos y técnicas agri- colas extranjeras. Entre 1880 y 1895, la Escuela Nacional de Agriculcura pas6 del Ministerio de Instruccién Publica a de- pender del Ministerio de Fomento,”? es claro que Carlos Pacheco, ministro de fomento y encargado de regular la colo- nizaci6n, decidié la instalacién de la colo- nia cerca del plantel como estrategia para desarrollar un proyecto complementario entre colonizacién e instruccién agricola. Finalmente, la colonia de San Luis Po- tosf o Diez Gutiérrez se establecié en 1882 a doce leguas de Ciudad del Matz, cabe- cera del partido que Hevaba el mismo nombre en aquel entonces. Se instalé con aproximadamente 87 familias italianas en terrenos del rancho Ojo de Leon que fueron propiedad de la familia Arguin- z6niz, cuyos miembros formaban parte de la clase politica del estado.’* Esta fue una colonia anclada en un lugar aislado y parecia tornarse hermética; sin embargo, como se ha demostrado, a través de la his- toriograffa sobre inmigracidn, fue parte de un proyecto muy amplio de coloniza- cién promovido y desarrollado por el gobierno, previsto a través del tiempo y con comunidades andlogas, incluso en América del Sur. ‘A pesar de existir diversas corrientes migratorias esponténeas o inducidas, la inmigracién de italianos al pais es un caso particular que ilustra de manera clara el proceso colonizador del siglo XIX porque fue un proyecto que cumplié con todos los requiisitos que impuso el gobierno para 116 evar a cabo la empresa y que da a cono- cer las expectativas del gobierno mexica~ no, del gobierno italiano y de los mismos colonos. A partir de la documentacién que hay al respecto se puede identificar como la elite politica del pais pretendia solucio- nar los problemas econémicos, agrarios y demograficos al recibir a cientos de fami- lias excranjeras. La colonizacién con extranjeros no era exclusiva de México. Diferentes paises de América del Sur también establecieron colonias agricolas siguiendo pacrones simi- lares entre si. Los proyectos de coloniza- cién latinoamericanos parecen estar vin- culados porque tienen un mismo origen: crisis econémicas y demogréficas de Europa, las propagandas internacionales de colonizacién y el pensamiento liberal y positivista de las elites politicas. En las siguientes lineas se describiran los proyec- tos de Chile, Argentina, Uruguay y Brasil para rescatar diferencias y similicudes encre si y con México. PROYECTOS Y POLITICAS IDE COLONIZACION EN LATINOAMERICA Desde principios de siglo x1x, las corrien- tes liberales, positivistas y el pensamiento de los grupos dirigentes én varios paises de Latinoamérica se expresaron en la legisla- cién y en los proyectos de colonizacion e inmigracién que emanaron de ellas. Si bien la similitud entre dichos pro- yectos era notable, la diferencia en los resuleados de los mismos también. Entre 1824 y 1924, 11 000 000 de personas ingresaron a Latinoamérica. Cerca de la mitad (5 500 000) se estableci6 en un solo pais, Argentina; en Uruguay se asent6 5% de la cantidad total, mientras que Brasil MaARCELA MARTINEZ RODRIGUEZ recibié 36%. Por nacionalidades, 38% lo conformaba la italiana, 28% espafiola y 11% portuguesa.” Al igual que en México los proyectos de colonizacién en Chile estuvieron obs- taculizados por varias razones. A pesar del impulso dado por el Estado, la inmigra- ci6n selectiva fue superada por la libre y espontinea, “que sin estar protegida por el gobierno presenté las caracteristicas de ser més masiva y constante con el tiempo"”? ademés de que fue tardfa. Chile fue un pais que desde los pri- meros afios de su independencia desarro- Ilé politicas de colonizacién para poblar extensas zonas deshabitadas e incorpo- rarlas a la soberanfa nacional o incencivar el crecimiento econémico, agricola ¢ in- dustrial, a través del aporte de los exeran- jeros.”° Con esta finalidad se impulsé la inmigracién en dos periodos principales durante el siglo x1X y principios del xx. EI primer periodo comprendié de 1810 a 1880 y tuvo como objetivo la instala- cién de colonos ~principalmente en el sur del pais~ destinada a apoyar la ocupa- cidn del territorio agricola “vacio” y su incorporacién a la economéa nacional otganizada por el Estado y también desa- rrollada y administrada por empresas par~ ticulares, No contamos con estadisticas demogréficas, probablemente los espacios vacios refieren a poblaciones con escasez de “civilizacién” no necesariamence de poblacién. Es posible equiparar estas zonas del territorio chileno con las re- giones brasilefias denominadas sertio, es decir: 74 Mérner, Adventures, 1985, pp. 47-50. % Norambuena, “Recopilacién”, 1990, vol. Vi, p84 78 Ibid. EL PROYECTO COLONIZADOR DE MEXICO A FINALES DEL SIGLO XIX un espacio en expansién, como un objeto en movimiento expansionista que busca incorporar aquel nuevo espacio a flujos eco- ‘némicos [..]. En ese sentido, se trata de un calificativo que implica un nuevo proceso de dominio territorial sobre los espacios cenfocados, esto es, que introduce una nueva clase de dominacién politica en el ambito espacial delimitado. En el segundo periodo, de 1880 a 1930, se pretendia continuar invitando inmigrantes que se emplearan como colo- nos, pero también a extranjeros empresa- rigs, técnicos, y obreros especializados para contribuir a la industrializaci6n del pais,” Los procesos de conseruccién del Es- tado-nacién se iniciaron en Chile como en los restantes paises del continente en los afios posteriores a su independencia. La organizacién politica del Estado era fan- damental; sin su existencia era dificil dis- poner de un mecanismo de intervencién y control social que asegurara el cumpli- miento de los objetivos que los grupos diri- gentes formularon para el pais entre 1820 y 1830. Para las autoridades chilenas, el Estado necesitaba ciudadanos dispuestos a someterse a su accidn, vale decir, “chile- nos” con una identidad nacional que les permitiera reconocerse.”? Puede decirse que Ia colonizacién en Chile se consideré como tuna herramienta para el desarrollo del pro- yecto de ineegracién de Estado-nacién. En el pensamiento de la oligarquia chilena también permanecié la influencia del liberalismo europeo, Partiendo de la idea de que el indio era un freno para el 77 Bigueiréa, “Ciéncia”, 2007, p. 111 78 Norambuena, “Recopilacién”, 1990, vol. Vi, p. 203, y Flores, “Europeos”, 2000, p. 316, % Pinto, “Mapuche”, 2002, p. 240. ao ky progreso, la elite politica pretendia colo- car inmigrantes europeos en sus tierras, ampliat el cendido ferroviario y urbanizar la regién. En palabras de Jorge Pinto Rodriguez, lo que en realidad se preten- dia era “hacer desaparecer al indio, ocu- par sus tierras y transformarlo en un cam- pesino capaz de incorporarse como mano de obra a un proceso productivo destinado a satisfacer la demanda de los mercados externos a los cuales se habia conectado la agricultura chilena’”,*° lo mismo que ob- servamos tanto en las Pampas de la region Argentina como en México. Aunque el plan inicial de ocupacién de la Araucania inclufa a la poblacién chilena, el discurso que definia al indigena como “barbari y que haba sido elaborado por los intelec- tuales parece haber sido el golpe decisivo que provocé el avance del ejército chileno a tierras froncerizas La ocupacién de la Araucania consti- tuyé una politica gubernamental, con ella comenzaron los abusos y los desalojos vio- lentos, especialmente a los mapuches, Los grupos dirigentes que dominaban desde Santiago elaboraron un proyecto de pais y naciGn que impusieron sobre la region a partir del exterminio, exclusién o mezcla del indio mapuche y la elaboracién de estrategias para generur progreso.”" Durante el primer periodo, la ley de 10 de abril de 1824 activé el proceso migratorio, Esta normativa offeci6 terrenos a los extranjeros que decidieran estable- cerse en Chile. También daba franquicias para aquellos que fundasen estable- cimientos industriales y los eximia del pago de impuestos durante diez afios.*? ® Ibid, pp. 236-238. © Ibid, pp. 235-236. “ Notambuena y Bravo, Politica’, 1990, p. 86. 118 En 1847, con la presidencia de Andrés Bello, la obra legislativa en materia de co- lonizacién, los movimientos literarios y la creacién de la universidad*> alimentaron la idea del aparente progreso en el que Chile se encontraba, El gobierno atrajo a ls extranjeros exportando Ia idea del desa- rrollo econémico y de la civilizaci6n, asi se arguments la conveniencia de poblar un pais como Chile. El auge de la inmigracin masiva euro- pea en Chile comenzé durante el gobierno del general Manuel Bulnes, quien pro- mulgé la ley de 18 de noviembre de 1845 para autorizar el establecimiento de colo- niias con extranjeros que Ilegaran con el 4nimo de avecindarse, y siempre que ejer- Gieran algtin oficio o industria, De forma similar a México, esta ley indicé la asigna- cién del nitimero de cuadras que requiera el estable- cimiento de cada una [de las colonias] y de las ciccunstancias que lo acompafien; para que les auxilie con ttiles, semillas y demas efec~ tos necesarios para cultivar la tierra y man- tenerse el primer aiio."* La politica de colonizacién se concreté en la intencién de entregar tierras y cos- tear el transporte a los colonos, quienes adquirian la obligacién de saldar estas deudas en el tiempo y forma determina- dos por la misma ley de colonizacién.® EI plan inicial, basado en la ley decretada por el presidente Bulnes, contemplé una superficie de 6 000 cuadras de cerrenos baldios para colonias de nacurales y excran- jeras, Este plan fracas6 por la preferencia ® Peri, Reweta, 1989, p. 55. S* Norambuena y Bravo, “Politica”, 1990, p. 88. © Peri, Reta, 1989, p. 54 Marcela Maatinez Rooricuez que el gobierno manifesté por el colono europeo.®* Entre las principales zonas de atraccién para el asentamiento de los inmigrantes se contaban Valparaiso, Atacama, Santia- go, Llanquihue, Coquimbo, Concepcién, Ta Froncera y Valdivia, Al creatse la pro- vincia de Arauco y surgir la atraccién por colonizarla, se generé, como sefiala Jorge Pinto Rodriguez, una “cuestién social” —entendida esta como el conflicto que se produjo en Chile y que afecté en diversos grados a diferentes sectores de la poblaci6n, pues grupos nacionales y extranjeros se desplazaron a la Arauca- nia para ocupar las antiguas tierras que posefan los mapuche e incorporarlas al progreso.*” A la frontera chilena inmigraron es- ponténeamente ingleses y franceses, ita- lianos que se establecieron en Lumaco a través de empresas colonizadoras, suizos de Traiguén, boers de las franjas de Freire y Picrufquén al sur de Temuco* y alema- nes que radicaron en Valparaiso desde las primeras décadas del siglo xix y cuya caracteristica principal era la religin evan- gélica que profesaban y que los distinguia de la poblaci6n catélica chilena.® En el periodo 1883-1884 arribaron a Chile 2.056 colonos inmigrantes contratados por el gobierno, 1 280 eran hombres y 776 mujeres. De estas cifras 1 293 eran suizos, 312 alemanes, 237 espafioles vas- congados, 186 franceses, doce italianos, ocho ingleses y dos rusos.°° % Ibid., pp. 53-54. * Pinto, “Mapuche”, 2002, p. 254. ® Ibid., p. 257. ® Salinas, “Comunidad”, 1992, p. 309. * Norambuena y Bravo, “Politica”, 1990, p. 94. EL PROYECTO COLONIZADOR DE MEXICO A FINALES DEL SIGLO XIX Un caso especifico de colonizacién en Chile fue el establecimiento de la comu- nidad de suizos y austriacos: 2 600 suizos se instalaron entre el rfo Bfo-Bio por el norte y el rio Imperial por el sur, Entre los ofzecimientos que el gobierno formulé a los inmigrantes escuvieron los siguien- tes: 200 pesos para vidticos; una conc sidn gratuita de 38 hectéreas y 20 hecté- reas adicionales por cada varén mayor de doce afios; el traslado a su parcela desde el lugar de arribo; asistencia médica gra- tuica por dos afios; un par de bueyes y 300 tablas; 40 kilos de clavos, semillas, un arado y una carrera, Por su parte, el colono se comprometia a establecerse con su fami- lia en un plazo de cinco afios, asi como construir un cerco en su parcela y reinte- grar los préstamos recibidos después de tun plazo de ocho afios. Por otra parce, 39 familias austriacas de habla alemana pro- venientes de Bohemia, entonces parte del Imperio Austrohiingaro, fundaron Nueva Braunau cerca del lago Llanquihue en agosto de 1875." Sin embargo, en 1890, el gobierno de la repailica instruy6 a sus agentes de colo- nizacién, radicados en Europa, para que suspendieran el envio de inmigrantes a Chile, principalmente porque la opinién publica abogé por retener al chileno en sus propias tierras y no dar preferencia a los excranjeros.°2 A pesar de la similitud de sus proyec- tos y politicas, ni Chile ni México reci- bieron la cancidad de poblacién extran- jera que recibié Argentina, Esta dltima es considerada como una nacién conseruida por las manos inmigrantes,”” y en la his- °' Beri, Resa, 1989, p. 82. Norambuena y Bravo, “Politica”, 1990, p. 99. % Scobie, Revolution, 1977, p. 29. 119 toriografia es reconocido como el territo- rio latinoamericano con mayor recepcién de extranjeros en el siglo xix y principios del xx. Desde comienzos de siglo xIx, y como medida de organizaci6n nacionai, el gobierno previ6 la necesidad de ocupat sus espacios despoblados “abriendo las puertas segtin lo indica la Constitucién de 1853: a todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino” 2 Pero también, en 1852, la confederacién de la provincia y las autoridades del Esta- do de Buenos Aires ya habian comenzado a promover la inmigracién como estrate- gia para “superar el retraso y la barbarie argentina” ® El abogado y publicista Juan Bautista Alberdi, miembro de la oligarquia argen- tina de mediados del siglo XIX sefialé que “gobernar es poblar”,>© pero al igual que los casos de los paises mencionados ante- riormente, la elite argentina también crefa necesario integrar el pais a un desarrollo que implicara el progreso econémico y cultural. Para ellos, el establecimiento de individuos extranjeros crearfa una socie- dad civilizada con influencia europea, como sefiala Schneider: desde un principio, el Estado argentino uni- ficado y los promotores de los contingentes extranjeros abogaron por una inmigracién selectiva, “gobernar es poblar” implicaba principalmente colonizar las pampas argen- tinas con europeos centrales y del norte y %* Lopez, Inmigrantes, 1994, p. 9. ® Devoto, “Argentina”, 2002, p. 28. °* Durante el gobierno del general Unquiza, Juan Bautista Alberdi fue nombrado plenipotenciatio de Argentina en Paris, Madrid, Estados Unidos y Lon- res; posteriormente fue senador por Tucumén, su lugar de origen. 120 exterminar o al menos eliminar cultural- mente a la poblacién indigena.”” Efectivamente, en esa época la politica de colonizacién permeé las leyes consti- cucionales del pais exhortando y admi- tiendo a inmigrantes extranjeros que bus- caran radicar en Argentina con el fin de “labrarse un futuro prominence”, Las principales leyes fueron decretadas en 1853 y 1876. Esta tiltima regulé las medidas bajo las cuales se recibié la inmi- gracién masiva entre 1890 y 1914 y fue conocida como Ley Avellaneda nim. 817, debido a que fue expedida por el entonces presidente de Argentina, Nicolés Avella- neda en 1876. El objetivo de la citada ley era principalmente poblar el extenso territorio, A partir de ella se define como inmigrante a rodo excranjero jornalero, artesano, indus- trial, agricultor o profesor menor de sesenta afios que Llegue al pais para establecerse pagando pasaje de segunda o tercera clase © teniendo el viaje pagado por cuenta de la nacién, de las provincias, o de las empre- sas protectoras de Ia inmigracién y colo- nizacién 9° La campafia 0 conquista del desierto, que fue lograda en los primeros afios de fa década de 1880 mediante el extermi- nio de los indios némadas!® y posterior- mente la ley ntim. 1532 del 16 de octu- bre de 1884, que organizé los territorios 97 Schneider, “Inmigrantes”, 2000, p. 145, y Scobie, Renlution, 1977, pp. 122-125. % Nicolas Avellaneda fue nombrado presidente de Argentina en 1874. Candclaresi, “Politicas”, 2000, p. 212 10 Schneider, “Inmigrantes”, 2000, p. 145. Marceta Martinez RODRIGUEZ nacionales y defini6 los limites provin- ciales, permitieron también la disponibi- lidad de tierras fiscales para establecer colonias.10" Bajo estas policicas se permitié y re- guld el ingreso de inmigrantes con el aus- picio del gobierno o individualmente a través de las cadenas migratorias, Como resultado de esce fuerte impulso, Argen- tina suftié un importante impacto en su estructura demogréfica y en la urbaniza- ci6n del patron de asentamiento. Esto, a sua vez, ocasioné lo que James Scobie deno- mina “revolucién de las Pampas”, que consiste principalmente en tres factores: Ja expansién de la produccién del trigo, la eliminacién de los indios y la construc- cién de caminos debido a la multipli- caci6n y crecimiento de las ciudades y comunidades.!° Los contratos de colonizacién consis- tian en el compromiso, por parte de los empresarios 0 del gobierno segtin el caso, de asentar a las familias extranjeras a cam- bio de beneficios para el empresario y el colono. La colonia Esperanza, por ejem- plo, fue resultado del contrato entre el go- bierno nacional y el doctor Aarén Cas- tellanos. Sus habitantes la consideraron la primera colonia agricola organizada en Argentina. Se establecié en la provincia de Santa Fe y se acord6 otorgar a los inmi- grances ganado y semillas para el inicio del desarrollo de las actividades agricolas y ganaderas, a las cuales se dedicarfan. ‘Otra colonia se denominé San Carlos y se formé por 200 familias italianas prove- niences de Piamonte y Lombardia. En estos tiltimos casos se percibe la similicud de los contratos argentinos con las prerro- °°" Lépez, Inmigrantes, 1994, p. 10. '©2 Scobie, Reolution, 1977, p. 29. EL PROYECTO COLONIZADOR DE MEXICO A FINALES DEL SIGLO XIX gativas que en México el gobierno ororgé a los colonos italianos.'° Estas prerrogativas eran parte de la promocién que los paises realizaban para lograr la inmigracién. Chile y Costa Rica, por ejemplo, se vieron en desventaja para atraer inmigrantes y por tanto resolvie~ ron otorgar ofertas en los pasajes. Pero las cadenas migratorias y al fenmeno deno- minado “golondrina”,!°* puede explicar por qué el territorio argentino recibi6 can- tidades exorbicances de extranjeros. La inmigraci6n italiana a Argentina fue uno de los casos més importantes en Latinoamérica en cuanto a su composi- cién numérica. En este sentido la propa- ganda migratoria del pais habia tenido éxito, Sin embargo, cabe preguntarse hasta qué punto fue el gobierno quien logré el “éxito” pues da Ia impresin que ance la inmigraci6n esponténea la coloniza- cién agricola fue menor. Segtin Candela- resi no habja acceso a la propiedad y muchos colonos terminaban establecién- dose en ciudades como Buenos Aires. La autora afirma: De las negociaciones, qued6 como resultado el ingreso esporddico y aislado de personas, prominentemente hombres j6venes y soleeros y no familias, discribuidas en distintos pun- tos del territorio nacional con el objetivo pri- 2° Informe remitido a la Secretaria de Fomento, ‘enero de 1885, en AHTN, Grupo Documental Colo- nias, colonia Diez Gutiérrez, caja 1, exp. 12. 20 BI fendmeno “golondrina” consistia en la inmigracién de extranjeros varones y era resultado de Ja cendencia de los propierarios, colonas y aerendata- rios rurales a contratar mano de obra rural para la cosecha. En Argentina, los italianos constieuyeron cantidades significativas de rabajadores “golondrina’. Devoto, “Argentina”, 2002, p. 41 121 mordial de lograr la subsistencia y no como fruto de planificaciones gubernativas.' Por otro lado, a finales del siglo x1x y principios del xx, la percepcién colectiva sobre los italianos, por ejemplo, se torné ambivalente e incluso habia quienes sos- tenfan que la vida criminal argentina iba de la mano de la inmigraci6n italiana. En este periodo, lo que para muchos inteleceuales habia sido un fenémeno sin precedentes y exitoso se convirtié en tres problemas a resolver: la identidad nacional, el conflicto social y la cuestién urbana,!®® pues ase- guraban que la presencia mayoritaria de inmigrantes italianos era un obstéculo al desarrollo de la conciencia social y a la adaptacién de los inmigrantes a su nueva forma de vida y a la politica de Argentina. También la hiscoriografia sobre inmi- gracién y colonizacién ha calificado el caso argentino como el fendmeno migratorio mis exitoso de Latinoamérica porque los estudios realizados estan basados princi- palmente en estadisticas cuantitativas, Sin embargo, al recomar temadticas sociales y politicas al respecto es posible obtener diferentes resultados. Por ejemplo, las dos aseveraciones sefialadas anteriormente exhortan a realizar un ané perspectivas y cuestionamientos respecto a la inmigracién en Argentina, pues se deberd considerar si en el recuento total de los resultados, la gran inmigracién al pais realmente respondié a las expectativas del gobierno, de los proyectos de coloniza- Cién, de los colonos, de los inmigrantes particulares y de la sociedad argentina, Al igual que Argentina, Brasil y Ura- guay tenjan una importante red fluvial, 1 Candelaresi, “Politicas”, 2000, p. 214. 108 Devoro, “Argentina”, 2002, pp. 38-39. 122 contaban con grandes puertos y absorbie- ron mucha poblaci6n extranjera. La inmi- gracién a Brasil fue significativa en las regiones del sur. En Uruguay la cantidad de poblacién fue muy numerosa en rela- cién con el tamafio de su territorio. El medio propicio para el ingreso masivo de extranjeros a Brasil fue la tran- sicién tardia de una economia esclavista y exportadora de productos agricolas hacia una economia urbana e industrial en las Uiltimas décadas del siglo x1x. Las migra- ciones también eran vistas como un factor imprescindible de desarrollo econémico y urbano, Era un recurso utilizado para contrarrestar la escasez de fuerza de tra- bajo y ademas afiadfa a las ciudades nue- vos capitales, experiencias sociales y cultu- rales, asf como técnicas y costumbres innovadoras.!” Hasta mediados del siglo xix la oli- garquia brasilefia impuls6 una politica de colonizacién basada en un modelo inmi- gratorio que privilegiaba el desarrollo de la pequefia propiedad en areas limitrofes 0 deshabitadas. Con ello podrian cum- plirse dos objetivos: forcalecer la frontera sur y establecer una agricultura de sub- sistencia a la vez que surgian la produccién manufaccurera y el policultivo.' Algunos objetivos de la colonizacién en Brasil eran muy similares a los propé- sitos de los proyectos de colonizacién ita- liana en México. Por ejemplo, en Brasil el gobierno dotaba 0 compraba a los “fa- zendeiros” las tierras que se utilizaban para instalar las colonias. Asi, estos tiltimos aprovechaban la oportunidad de la venta para desembarazarse de tierras no produc- tivas para el cultivo del café, obteniendo 2 Rodriguez, "Burgueses”, 2001, s. p 1% Gonailez, “Colonos”, 2004, p. 255. ManrceLA MarTiNez RODRIGUEZ

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